PROGRAMA PROVINCIAL DE PRODUCCIÓN DE GANADOS Y CARNES Documento Final Introducción El sector agroalimentario mundial está sometido a un acelerado proceso de transformación, como consecuencia del ingreso al mercado de las grandes economías orientales, cuyo crecimiento a tasas insospechadas a lo largo de una década, demanda año tras año cantidades crecientes de alimentos, en cantidad – valga la redundancia- y calidad. La agricultura mundial, está viviendo cambios de paradigmas a raíz del aumento del valor del petróleo de U$S 17 a más de U$S 100 el barril, en los últimos 5 años. Como consecuencia de esto, se genera en EE.UU. la agricultura energética donde a través de cambios de incentivos del Estado se transforma el 20% de la producción de maíz en etanol (60 M/t) y el subproducto en carne y leche, elevando el valor del maíz de 85 a 195 U$S/t en los últimos 2 años. Paralelamente la soja aumentó de 250 a 450 U$S/t (Chicago), arrastrada por la competencia de la tierra que genera el maíz en EE.UU. Además, el aceite de soja en un porcentaje es utilizado para producir el biodiesel necesario para el corte del gas-oil (factores anti-polución). La provisión de la energía necesaria para sostener el desarrollo mundial atraviesa por una etapa crítica. Los gobiernos y el sector privado de los países desarrollados y de numerosos países en desarrollo, ante la declinación de producción de combustibles fósiles y su correlato en el aumento de los precios, muestran un creciente interés en incrementar el uso de biocombustibles ejerciendo así una presión adicional en la demanda de aquellas materias primas originalmente destinadas a la transformación en alimentos, constituyéndose así en insuficientes para atender los requerimientos del consumo mundial. Debido a ello, las grandes empresas internacionales o multinacionales productoras de alimentos que se especializaron en la segunda mitad del siglo XX en la producción industrial, aprovechando que el mercado de los commodities les proveyera materia prima de origen agropecuario de bajo costo, debieron cambiar sus estrategias para permanecer, ya sea a través de integraciones con distintos eslabones de sus cadenas productivas, o volviendo a producir sus propias necesidades de materias primas, ya sea en sus propias regiones o en terceros países, como la Argentina, aprovechando las “ventajas” de la globalización. (Carballo. 2004) Argentina no es ajena a este fenómeno mundial y para el análisis en otros foros quedará la evaluación de la influencia que pudo haber tenido la política neoliberal de la década del 90 y la posterior crisis del 2001 y los esfuerzos para salir de ella desde entonces, para adecuarse a esta situación, ya sea aprovechando sus beneficios o minimizando sus efectos negativos. Estos cambios provocaron en nuestro país que la soja incrementara su valor en más del 60% en un año, lo cual generó una fuerte demanda del recurso más escaso que es "la tierra fértil", con aptitud para producir soja, avanzando este cultivo sobre áreas tradicionalmente ganaderas. En este contexto, en los últimos años, el Sector Agropecuario del país, y en especial el de la pampa húmeda, ha tornado hacia un modelo de "especialización sojera”, expandiéndose rápidamente hacia las otras regiones. Múltiples factores han incidido para que esto ocurra. Entre otros, por lo señalado, la existencia de un mercado muy firme para la exportación de soja y sus derivados; 2 conjuntamente con la revaluación en el tipo de cambio, han favorablemente sobre la renta de los sistemas agrícolas. (INTA. 2004) impactado El proceso no se detiene en la pampa húmeda. La aplicación de los nuevos paquetes técnológicos, ha hecho posible alcanzar buenas producciones, en zonas consideradas marginales o no tradicionales y de mayor vulnerabilidad agroecológica y económica, con efectos económicos globales altamente positivos, pero difíciles de evaluar en términos de sus costos colaterales ecológicos y sociales. (Ibid) Adicionalmente, en la región pampeana y especialmente en la provincia de Buenos Aires, estas manifestaciones se visualizan en amplias regiones, sustituyéndose tradicionales producciones como el engorde vacuno y la actividad tambera en la denominada pampa arenosa del oeste provincial, o la actividad de recría o de ciclo completo en los sistemas mixtos del sudeste y sudoeste bonaerense. Tampoco escapó a este fenómeno la producción de la propia reposición que se realiza en las pequeñas elevaciones de escasa aptitud agrícola que posee la extensa llanura deprimida de la cuenca del río Salado, tal vez una de las más importantes regiones productoras de terneros del mundo. La convergencia de determinados factores como los volúmenes crecientes de la producción, los recursos fiscales originados en las retenciones, la estabilización del valor de la divisa, a la par de buenos márgenes de rentabilidad para los agricultores, hace que la soja haya sido el motor para la recuperación de amplios sectores industriales y comerciales, subsistiendo problemas crónicos, relacionados con el déficit de la red caminera, electrificación rural, centros educacionales y de salud, entre otros, acompañados de procesos de concentración de la tierra. (Ibid) De esta forma, la expansión sojera se logró en parte a partir de la incorporación de nuevas tierras, pero también por sustitución de otros cultivos y actividades que disminuyeron en importancia durante las campañas, entre otras, claramente la producción ganadera. (Ibid) Para muchos, el crecimiento de la soja ha tenido efectos positivos sobre las actividades locales y de las PyMEs agroindustriales en particular. Muchas empresas de maquinarias y servicios agrícolas han puesto en marcha planes de inversiones destinados a continuar con la incorporación de tecnología y mejoramiento y ampliación de sus plantas para así aumentar sus capacidades productivas. (Ibid) Otras visiones, consideran que no debería confundirse crecimiento económico con desarrollo. En numerosas comunidades pampeanas, existe como consecuencia de la sojización una gran expansión económica, pero esto se da generalmente en manos de unos pocos, considerados "grandes" y que sistemáticamente trasladan los recursos generados hacia fuera de la región donde se originan. En consecuencia la calidad de vida de los habitantes del lugar –según esta visión-, no mejora significativamente y las zonas rurales se siguen despoblando, aunque estudios recientes1 señalan que las migraciones se producen hacia las pequeñas y medianas ciudades cabeceras de los partidos y/o departamentos, y no precisamente hacia los cordones de pobreza, sino en respuesta a lo señalado en el párrafo precedente. La magnitud de los cambios producidos en el contexto nacional e internacional, generan nuevos desafíos en el Sector Agroalimentario y Agroindustrial, obligando a dar cada vez mas respuestas a las demandas de mercados altamente exigentes, preservando al mismo tiempo, la conservación de los recursos y el medio ambiente, 1 F. Vilella. 2008 3 promoviendo en tal sentido, políticas sustentables, descentralizadas y articuladas con los diferentes actores2. La producción agroalimentaria mantiene una importancia significativa en la economía nacional y provincial, como así también, los mercados internacionales se muestran cada vez más exigentes en cuanto a las condiciones de sanidad y calidad de los alimentos que importan. (Documento Interinstitucional. 2006) Acorde con ello, es necesario compatibilizar, rentabilidad, calidad y sanidad, promoviendo el desarrollo sustentable, para mejorar la calidad de vida del productor y su familia propendiendo a una adecuada organización de la producción, en un marco de equidad social y preservación de los recursos naturales. Este nuevo contexto requiere entonces, de organismos públicos vinculados con el Sector Agroalimentario que apoyen los sistemas productivos de aquellos productores que, por su escala, no puedan acceder a los nuevos paquetes tecnológicos. Asimismo posibilite la adaptación y transferencia de tecnología en forma dinámica y que permita a sus adoptantes, posicionarse competitivamente, contribuyendo al desarrollo regional y preservando al mismo tiempo el equilibrio ambiental. Para lograrlo, se debe facilitar y promover los procesos de asistencia técnica que apoyen la producción, incluyendo aportes económicos para pequeñas inversiones que viabilicen los sistemas productivos; la generación de servicios –incluyendo financieros promocionados- que refuercen las actividades productivas de mayor envergadura y por último, la generación de instrumentos de capacitación y circulación de información que facilite la búsqueda de nuevas oportunidades y la promoción de innovaciones tecnológicas, empresariales y organizacionales. Todo ello, en un marco de descentralización de las actividades hacia los gobiernos locales, promoviendo la activa participación de los distintos actores involucrados. (INTA. PROFEDER; 2002) El Programa Provincial de Producción de Ganados y Carnes que se presenta en el presente documento contiene los lineamientos señalados para favorecer, con el apoyo del gobierno nacional, el desarrollo de la ganadería vacuna provincial contribuyendo así a sortear la actual crisis en la que está inmersa la activad ganadera nacional. 2 El productor frente a este nuevo contexto está obligado a incorporar tecnología para aumentar la productividad y a la vez preservar el recurso suelo, priorizando la eficiencia económica tanto dentro como fuera de la empresa, buscando reducir costos, mejorar la comercialización, desarrollando permanentemente estrategias de integración, sin desatender la disponibilidad y el acceso a la información, cuidando la calidad y confiabilidad de la misma. Es indudable que ante esta situación, la tecnología adquiere relevancia significativa, como factor estratégico para enfrentar los desafíos de la competitividad y al mismo tiempo, resolverlos en un marco de sustentabilidad social y ecológica. 4 Importancia de la Ganadería a nivel Mundial El sector de carne vacuna en el mundo se caracteriza por un alto grado de heterogeneidad en su producción, la elaboración y la distribución de sus productos. Es considerado un producto tradicional de alto arraigo cultural y que aún es comercializado como un commoditie. Los cambios más destacados durante la última década, han surgido desde el consumidor a través de las exigencias de calidad de producto y seguridad alimentaria (dado el deterioro de la imagen de la carne a partir de la crisis de la Encefalopatía Espongiforme Bovina en la Unión Europea). Otro factor, ha sido el cambio en la dieta de los países más desarrollados y el crecimiento en el consumo de otras carnes que garantizan al consumidor calidad y seguridad y que a su vez resultan más competitivas. (Van Gelderen 2007) La producción mundial de carne vacuna es de alrededor de 58 millones de toneladas, un 26% de la producción total de carnes, ubicándose en tercer lugar después de la carne de cerdo, y de ave. Estados Unidos es el principal productor mundial de carne vacuna, seguido en el ranking por Brasil, China, Argentina y Australia. La localización, las características y el volumen de los principales países productores de carne se debieron a: una mayor adición de valor, segmentación de mercados y diferenciación de productos, mayores casos de integración y coordinación vertical y horizontal, mayores cuidados hacia el medio ambiente, el avance tecnológico, el aumento de la escala de producción, las políticas internas, las políticas comerciales, los costos de transporte y las condiciones de empaque. Cerca del 10% de la producción mundial de carne bovina se comercializa internacionalmente y 5 países concentran el 70% de las exportaciones. Australia es el principal exportador de carne vacuna, Brasil es el segundo exportador mundial, mientras que Estados Unidos se ubica en el tercer puesto. El principal importador mundial de carne vacuna es Estados Unidos, seguido por Japón con una participación del 16% sobre el total de importaciones y Corea del Sur 9%.(Ibid) En cuanto al consumo, a nivel mundial ronda los 37,8 kg/cap/año. El consumo de carne vacuna se encuentra en unos 9,6 kg/cap/año, por debajo de sus sustitutos más cercanos que son la carne de cerdo y de pollo. Argentina es el país con mayor consumo de carne vacuna, con un promedio anual cerca de los 62 kg/cap/año (Ibid) 5 El panorama en la Argentina La producción de carne vacuna es una de las principales actividades productivas en la Argentina. La participación en la actividad económica es relevante, representando un 6% del PBI total y un 18% del PBI Agropecuario. Según el último Censo Agropecuario, la Argentina posee un rodeo ganadero aproximado de 47 millones de cabezas, concentrándose en la Región Pampeana, con una participación del 78% sobre el total. De acuerdo con los datos aportados por SENASA obtenidos de las campañas de vacunación contra la aftosa, el stock vacuno actual rondaría los 55 millones de cabezas. La producción es sustentada por poco más de 230.000 productores de los cuales hay unos 112.000 criadores A pesar de la reducción de la superficie ganadera estimada en unas 11 millones de hectáreas, el stock ganadero no ha disminuido, por el contrario ha mostrado luego de una caída inicial, una tendencia leve al crecimiento cercano a los 2 millones de cabezas en los últimos años. También en ese período se ha registrado un aumento en la producción de terneros cercana al millón de cabezas. Sin embargo el mismo fue consecuencia del incremento en el número de vacas más que a una mejora en la eficiencia productiva. Mientras el número de vacas se incrementó en el mismo período, más de 1.5 millones de cabezas, la tasa de destete permaneció invariable alrededor del 62-63%. (Rearte,2007:Pág. 3) El mantenimiento del stock ante la reducción de la superficie ganadera ha sido acompañado de un reordenamiento territorial de la ganadería. En los últimos 14 años hubo un claro crecimiento ganadero en las regiones extrapampeanas acompañados de una inicial disminución y luego estabilización del stock en la Región Pampeana 6 A pesar de existir un desplazamiento de la ganadería hacia las regiones extra pampeanas, la región pampeana continúa siendo la principal contenedora de hacienda en el país. Mientras en 1994, previo al boom de la soja, la Región Pampeana contenía el 62.4% del stock, actualmente se estima que el 55.7% se localiza en dicha Región. Esta disminución en 6.7 unidades porcentuales sobre un stock nacional de 55 millones significa que en más de 3 millones y medio de cabeza se vio reducido el stock en la Región en los últimos 14 años. (Rearte, 2007) El NEA, segunda región ganadera del país fue el principal beneficiado de dicho achicamiento, pasando de tener el 21,5% al 25.2.8% del stock nacional. Llevado a números de cabezas significaría un incremento de 2 millones de animales.(Ibíd.) 7 Más allá de que haya existido un incremento en la participación de las regiones extrapampeanas en la composición del stock, la Región Pampeana sigue constituyendo la base de la producción vacuna del país, con un stock que en los últimos años se muestra estabilizado (Rearte 2007). El achicamiento de stock ocurrido en la Región Pampeana no es de una magnitud que cambie el mapa ganadero nacional y se debe más a una disminución en el número de terneros del norte que ingresan para ser recriados y terminados en la Región, que a una reducción del stock pampeano. El mantenimiento del stock nacional en una superficie ganadera reducida en más de 11 millones de ha indica una intensificación de la actividad incluso en la Región Pampeana. Si se asume que el incremento del área agrícola se dió principalmente en esta región (80%), se observa que la reducción de la superficie ganadera en ella sería del orden de las 8.8 millones de ha, mientras que la cantidad de hacienda que emigró a otras regiones solo alcanzó a 3.5 millones de cabezas. En otro orden, existen unos 700 establecimientos con capacidad para realizar engorde a corral. La actividad cobró relevancia a lo largo de la década del 90 a partir de su articulación con los supermercados y en base a su capacidad de producir carnes con cierta uniformidad en términos de calidad y estable oferta a lo largo del año. Se faenan anualmente unos 14 millones de cabezas. Hasta el año 2000, Argentina ocupaba el quinto lugar como productor y el sexto lugar como exportador y es el país con mayor consumo per capita, el 85% de la producción total es consumida localmente y el resto se exporta. 8 La carne vacuna es un producto de baja elasticidad, ya que ante variaciones del precio, las variaciones en la demanda del producto son bajas. Debido a factores culturales muy arraigados en la sociedad, la comercialización minorista de carne vacuna en carnicerías sigue siendo el mayor canal. La Región Centro, integrada por Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y La Pampa, participa con casi el 90% de la faena bovina total nacional. Cerca del 20% de la hacienda es adquirida en mercados concentradores, siendo el Mercado de Liniers el principal abastecedor con el 18% del total de la faena del país, cuya procedencia es del 78 de la provincia de Buenos Aires. En cuanto al consumo de carne vacuna, ha diminuido durante las últimas décadas, esto se debe principalmente en cambios en los hábitos de consumo orientados a una dieta alimenticia más rica en fibras, con menos grasas, y a un aumento del precio relativo de la carne con respecto a otros alimentos sustitutos, si bien luego de la crisis del 2002, el nivel de consumo ha ido aumentado, superando en la actualidad los 60 kg/ha/año. Argentina exporta unas 770 mil toneladas anuales de carne vacuna, con un fuerte predominio de carnes frescas sobre los procesados y la cuota Hilton, en términos de volúmenes exportados. No obstante, los elevados precios de estos últimos, hace que en términos monetarios sean relevantes. Los principales destinos de la carne vacuna Argentina son: Rusia superando el 40%, y en porcentajes inferiores al 10%, Hong Kong, Alemania, Chile, Israel, Importancia de la Ganadería en la Provincia La demanda mundial de alimentos marca un escenario propicio para el sector ganadero. La mejora del status sanitario de nuestro país, la erradicación definitiva de la aftosa, su condición de libre de BSE, la implementación del sistema de identificación y trazabilidad, el ordenamiento de la comercialización interna, la existencia de plantas industriales acreditadas en buenas prácticas de manufactura, y el avance en certificaciones de origen, lleva al crecimiento económico del sector. La calidad de las carnes argentinas tiene un reconocimiento mundial por las características de su ganado y sus condiciones pastoriles de producción. Sin embargo en los últimos años ha sido una actividad de menor rentabilidad que la producción de soja y/o maíz, por lo que las mejores tierras han sido destinadas a la explotación agrícola dejando de lado el sistema de rotación agrícola-ganadera que caracterizó a la región pampeana, la de mayor potencial productivo del país. A pesar de ello el sector tiene un enorme potencial de desarrollo por sus recursos naturales, humanos, calidad de su ganado y la incorporación de tecnología e intensificación para aumentar su producción por hectárea. 9 La ganadería vacuna provincial Históricamente la actividad ganadera (y dentro de esta particularmente la vacuna) ha tenido un importante rol en la generación de valor dentro de la actividad agropecuaria provincial. En los últimos años, la tendencia decreciente de precios ha provocado una retracción en la participación relativa de este subsector en el total sectorial. A estos factores debe agregarse el importante auge que ha tenido la agricultura, principalmente en zonas mixtas en muchas de las cuales, en casos extremos, hubo liquidación de existencias ganaderas. La producción ganadera bonaerense es desarrollada en casi todo el territorio provincial debido a sus condiciones de adaptabilidad así como también a su importancia en el planteo de esquemas de rotación y manejo de suelos. La distinta aptitud de las regiones ganaderas produjo una subdivisión del proceso productivo: A la cría se destinan las áreas con menor aptitud para los cultivos, tales como la Cuenca del Salado o los partidos del sur provincial; La invernada se realiza principalmente en zonas con forrajes de mayor calidad, a base de pasturas permanentes y cultivos estacionales (noroeste provincial). La zona de cría en la provincia de Buenos Aires es predominantemente la región de la Cuenca del Salado, con campos de menor aptitud ganadera, cuyo sistema de producción es extensivo, y en los que se registran variaciones significativas en la oferta forrajera. Particularmente en ella se concentra el mayor número de bovinos, representando esta zona el 12,5% del rodeo nacional, mayor que el de la Provincia ubicada en segundo lugar (Santa Fe). El potencial de desarrollo pecuario en esta región estaría basado en la incorporación de una adecuada presupuestación forrajera, con mejora en calidad y disponibilidad de forrajes, el control sanitario de los reproductores, el estacionamiento de los servicios, diagnóstico de preñez, descarte de vientres vacíos, y la incorporación de mejora genética, con animales con mejores características de adaptabilidad. Los partidos del noroeste provincial conforman la tradicional zona de invernada, sustentados en la alta aptitud de sus suelos arenosos para el desarrollo de praderas polifiticas y monofíticas, en especial de la alfalfa, de alta producción. Debido a los cambios paradigmáticos en la agricultura ya señalados y dada la desigual competencia frente a la agricultura, y en especial la soja, la actividad está siendo desplazada hacia otras regiones observándose también una mayor utilización del engorde a corral. La Provincia de Buenos Aires concentra casi el 40% del rodeo nacional bovino, (según datos del año 2004, 23.163.000 de cabezas y para el año 2005, 22.832.000 cabezas de ganado vacuno de carne), seguido de lejos por Santa Fe con un 11,9% y Córdoba con el 10,6%. Según el informe de COPROSA de Buenos Aires, la provincia cuenta con 72.700 establecimientos con existencias ganaderas bovinas. El 76% de estos establecimientos corresponden a pequeños y medianos productores con existencias ganaderas menores a 500 cabezas. 10 Buenos Aires, por calidad de sus tierras y la incorporación de tecnología lidera los índices de productividad del rodeo. El porcentaje de eficiencia de su rodeo es del orden de 74 terneros por cada 100 vacas (datos del 2004, 6.620.000 terneros de 8.953.000 vacas), mientras que a nivel nacional es del 59%. Estos valores son sostenidos principalmente por el sector de los medianos y grandes productores que utilizan tecnología adecuada en lo que hace al manejo del rodeo de cría. Las tasas de procreo en el sector de los pequeños y medianos productores son las que se observan en el resto del pais. La participación de la Provincia en la faena total del país, que en el 2004 fue de 6.845.757 cabezas, alcanza el 61%. En el 2005 fue de 8.742.000 cabezas. Esta faena se realiza principalmente en 52 plantas frigoríficas que hay en el Gran Buenos Aires, donde operan unos 300 matarifes. La industria de procesamiento es relevante. De acuerdo a datos suministrados por la ONCCA, en la Provincia de Buenos Aires se encuentran inscriptos 171 establecimientos frigoríficos, mataderos provinciales y municipales que faenan bovinos. La faena de la provincia de Buenos Aires representa un 55% del total nacional. Los bajos precios del ganado en los últimos años, en combinación con una buena rentabilidad de las actividades agrícolas, han desencadenado el ingreso a una etapa de liquidación del ciclo ganadero, dada por una combinación de aumento de la faena de hembras, agravado por una mayor mortandad y disminución de los nacimientos provocados por los inconvenientes derivados de factores climáticos adversos. Breve caracterización productiva del territorio provincial La provincia de Buenos Aires, tiene una superficie de 307.571 km2, representando un 11% del territorio nacional. Se divide en 134 partidos que poseen administración propia. El Gran Buenos Aires concentra el 60% de su población y el 70% de la producción industrial. La población de la provincia, de acuerdo al último Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001, se ubica en 13.827.203 personas, siendo los principales centros urbanos el Gran Buenos Aires 62,8% de la población, seguidos por La Plata y General Pueyrredon. La provincia forma parte de la Región Pampeana de nuestro país, constituyendo el área de mejores condiciones para las actividades agropecuarias, en particular las producciones agrícolas. No obstante, las características productivas no son iguales en toda su superficie, existiendo notorias diferencias climáticas, edáficas y fisiográficas, que han determinado una gran variedad de usos y sistemas productivos. Esta gran diversidad de ambientes determinan subregiones con características particulares. Desde el punto de vista productivo, es una amplia llanura apta para la agricultura y la ganadería, sólo interrumpida por dos cordones serranos con rumbo meridional: las Sierras de Tandil y de la Ventana. Desde el punto de vista económico a nivel nacional, se constituye en la jurisdicción de más peso relativo en cuanto al tamaño de su economía, siendo a su vez la que posee mayor grado de diversificación productiva. Una breve descripción de sus principales regiones productivas, es la siguiente. 11 La Pampa Ondulada. Se denomina así a la superficie de la llanura pampeana comprendida entre el curso de los ríos Paraná, de la Plata y Salado en la Provincia de Buenos Aires, limitando al norte con la Provincia de Santa Fe y al sudoeste con la Pampa Arenosa. Comprende una superficie del orden de los 3.200.000 Ha. Sobre ella se desarrolla la denominada zona núcleo o cordón maicero y constituye una de las áreas agrícolas más importantes a nivel mundial. El paisaje se caracteriza por tener pendientes largas (700-1500 m) de suave gradiente (2,5 %) y unidireccionales. Esto genera una adecuada red de drenaje definida a nivel de cuencas y microcuencas, según se trate de ríos o arroyos. El material originario (loess pampeano), sumado al clima predominante y al relieve, han dado origen a los suelos zonales que caracterizan a la región. Estos han sido clasificados en forma zonal como Argiudoles típicos, encontrándose distribuidos en el paisaje en unidades puras o consociados en sus fases inclinadas y por drenaje. En los sectores de cañadas se inventariaron perfiles que presentan hidromofismo y limitaciones de alcalinidad desde superficie. La región se caracteriza por estar dentro de un régimen subhúmedo-húmedo. Las precipitaciones medias anuales son de 900 mm., con mayor incidencia en los meses de verano y menor en el invierno. Considerada tradicionalmente la zona núcleo maicera, es continuación de la Pampa Gringa santafesina, sobre la que se desarrolla en pequeños establecimientos agrícolas, una agricultura contínua maicera de alta producción, hoy en franca competencia con los planteos tecnológicos de soja. La Pampa Arenosa. La región noroeste de la Provincia de Buenos Aires, conocida como “Pampa Arenosa”, está limitada al N-NE por el Río Salado, al SE por el Arroyo Vallimanca y al S por el sistema hidrológico de las lagunas Las Encadenadas. La superficie de esta subregión es de 5.500.000 Ha. La zona configura una gran llanura con pendiente regional suave O-E, con un gradiente promedio de 0,25 0/00. El relieve poco marcado y esta baja pendiente regional, unido a la granulometría gruesa del depósito arenoso que cubre el área, hacen que el potencial de escurrimiento superficial sea ínfimo ó prácticamente nulo. El clima predominante es del tipo templado sub-húmedo con época seca en invierno. Al este de la línea de exceso hídrico anual, de valor nulo (0 mm), que se dispone en la parte central occidental de la región, predomina una condición climática semihúmeda y al oeste de ella, semiárida. Los suelos predominantes son los Hapludoles y Haplustoles típicos y/o énticos hacia el oeste y los Hapludoles thapto-árgicos o nátricos en las depresiones hacia el E. Los primeros se caracterizan por ser pedones jóvenes de tipo A-AC-C de textura franco-arenosa a arenosa, pobremente provisto en materia orgánica y faltos de estructura en superficie. Estas condiciones los convierte en altamente susceptibles a la degradación por efecto de la erosión eólica en sus diferentes grados. En estas áreas se registran pérdidas de suelo por "voladuras”, pérdidas de fertilidad y por ende de productividad. La estructura y consistencia de los horizontes superficiales son responsables en gran medida de las deficientes condiciones de drenaje. 12 Considerada tradicionalmente la zona de invernada o engorde de la hacienda vacuna, hoy se constituye en una de las regiones provinciales sobre la que más avanzó el proceso de agriculturización. Sobre ellas se desarrollan planteos agrícolas continuos de alta producción, muchas veces no sustentables por sus condiciones edafoclimáticas, de soja, maiz y girasol, basados en siembra directa y muchas veces en doble cultivo con trigo. También la región es asiento de una de las principales cuencas lecheras de la provincia, caracterizada por contener grandes establecimientos lácteos de planteos productivos de alto nivel. La Pampa Deprimida. Es una llanura sumamente plana que comprende prácticamente toda la cuenca del Río Salado y la del Arroyo Vallimanca, abarcando asimismo un sector ubicado en parte de los Partidos de Coronel Pringles, Laprida y Olavarría que, si bien topográficamente es más elevado, constituye parte de ésta por sus condiciones hidrográficas. Al primer sector se lo conoce como Baja Cuenca del Salado, en tanto al segundo se lo Denomina Depresión de Laprida. En conjunto abarcan una superficie aproximada de 9.000.000 de hectáreas La característica principal de la región es la existencia de una pendiente de muy bajo gradiente regional y la falta de una red de drenaje definida. Esto en definitiva, determina su escasa energía morfogenética y constituye una de las causas más importantes de la presencia de sequías e inundaciones edáficas. Los suelos predominantes, presentan un horizonte superficial somero y, más en profundidad, poseen elevados contenidos de arcilla, muy frecuentemente asociado a elevados valores de sodio. En grandes sectores se suma además una capa compacta de costra calcárea a escasa profundidad. Bajo estas condiciones existe un elevado grado de dificultad para la infiltración de agua hacia las capas más profundas del suelo. Esto también contribuye en grado sumo a la condición de anegabilidad estacional, que alterna con las sequías. En estos suelos de baja fertilidad y aptitud potencial, se desarrolla un pastizal natural que satisface las necesidades de una ganadería de bajos requerimientos, como es la cría de ganado. Sus condiciones climáticas sobresalientes son un régimen pluviométrico anual que varía de 1.000 mm. en el sector nordeste a 800 mm. en el flanco sudeste y parte occidental. En general estas lluvias cubrirían satisfactoriamente las necesidades de la vegetación, pero ocurre que en la época invernal ellas exceden las necesidades de los campos como consecuencia de la baja evapotranspiración. Esto determina la existencia de excedentes entre 200 y 250 mm., según los años. En verano por el contrario, las lluvias no llegan a ser suficientes, aún contando con el agua que queda almacenada en el suelo, produciendo las habituales sequías de enero y febrero. Las altas temperaturas estivales determinan un gran aumento de la evapotranspiración. Tradicionalmente conocida como la zona típica de cría vacuna, es asiento de la mayor concentración de vientres del país. Por las características de sus campos, se realiza únicamente la actividad de cría, recriándose únicamente la propia reposición. En campos de mayor aptitud forrajera se hace recría y, muy ocasionalmente, ciclo completo. 13 Las Sierras de Tandilia y Ventania. El sistema de Tandilia se desarrolla con orientación NO-SE en la superficie central de la provincia, desde Chapadmalal en la costa atlántica donde se sumerge en el Mar Argentino hasta el límite oeste del partido de Olavarria, constituyendo una cadena de sierras con alturas que no superan los 500 metros s. n. m. El sistema de Ventania por su parte, se ubica más al sur y al oeste, en sectores de los Partidos de Puán, Tornquist, Coronel Suárez y Coronel Pringles. Estos dos sistemas montañosos ocupan una superficie del orden de las 4.280.000 ha y limitan con las subregiones Interserrana, la de la Pampa Deprimida y el Océano Atlántico. El sistema de Tandilia, en la zona de Olavarría y desde Balcarce hasta la costa marítima a la altura de Mar del Plata, se manifiesta como mesetas separadas, mientras que en la zona central, en el Partido de Tandil en particular, afloran rocas de gran antigüedad. Las sierras del sistema de Ventania se extienden en aproximadamente 100 km, aunque no llegan hasta el mar. Sus alturas máximas alcanzan los 1200 metros. En general estas sierras poseen una fisonomía más escarpada que las de Tandilia, lo cual ha determinado que la roca aflore ocupando superficies más amplias que en aquella. Además, esto ha condicionado la deposición del loess haciendo que los suelos sean más someros en las partes escarpadas. En general, prevalecen los suelos medianamente profundos y profundos, aptos para el laboreo, clasificándose en Argiudoles y Argiustoles típicos, asociados a los Haplustoles y sus fases en pendientes. En la zona de Tandilia el régimen climático es subhúmedo-húmedo, con precipitaciones pluvials medias anuales de 800 mm., siendo la estación más húmeda el verano y la más seca el invierno. Las temperaturas extremas son –7,1 º C en julio y 28,6 º C en enero. Las heladas se extienden hasta principios de octubre, desde mediados de mayo diferenciándose el sector de Ventania por una mayor rigurosidad de este concepto. Junto con la Subregión Interserrana conforman el área típica de producción triguera en planteos mixtos de producción ganadera, ésta generalmente de cría y recría, ocasionalmente de ciclo completo. El girasol y el cultivo de papa poseen su importancia en el período estival de la rotación. También ambas regiones son asiento de una importante cuenca lechera y de las cabañas vacunas más importantes de las razas británicas tradicionales. La Pampa Interserrana. Se encuentra ubicada en el centro sur de la provincia, entre los sistemas serranos de Tandilia y Ventania, abarcando una superficie aproximada de 2.565.000 Ha. Está constituida por una llanura loésica suavemente ondulada e inclinada hacia el Océano Atlántico, comprendida entre los dos cordones serranos. Los suelos son Argiudoles típicos y petrocálcicos, asociados con sus fases someras y muy someras por la presencia de una plancha de tosca que oscila entre los 50-100 cm. En general predominan los Argiudoles petrocálcicos, existiendo pequeños manchones de Argialboles y Natracuoles en las áreas ligeramente deprimidas. A ello se agrega la baja fertilidad química, en particular en materia de fósforo. 14 Sus características climáticas son de un régimen hídrico subhúmedo-seco, con precipitaciones anuales superiores a los 700 mm., distribuidas de manera homogénea, decreciendo de E a O. La región es asiento mayoritariamente de la producción de trigo bajo planteos de alta tecnología, en la cual también tiene lugar bajo esas características, la producción de cebada cervecera, materia prima que es derivada a las principales empresas de la industria de la cerveza. Asimismo sustenta planteos mixtos agrícolas ganaderos de alta producción y es una de las principales zonas productoras de girasol. Junto con las subregiones de Tandilia y Ventania, y dado las extraordinarias bellezas paisajísticas que en conjunto presentan, se han constituido en los últimos años, en importantes polos de turismo rural, no solo a nivel provincial. El sector Patagónico Ubicado en el extremo sur de la provincia, sus límites son imprecisos aunque a partir de la vertiente sudoeste del sistema de Ventania se manifiestan los rasgos de transición hacia la patagónia. Estas condiciones determinan que se defina a este sector integrado con los partidos de Villarino y Patagones y parte de Puán y Bahía Blanca, comprendiendo una superficie total aproximada de alrededor de 2.500.000 ha. En el sector septentrional, la geomorfología se manifiesta en una llanura ondulada producida por deflación y arrastre fluvial antiguo, con valles y cubetas alargadas. Más hacia el sur aparece un ambiente de terrazas aluvionales de origen marino, recubiertas con materiales depositados por antiguos cursos, remodelados por el viento. Las pendientes generales son hacia el mar. Los suelos que se han desarrollado en estos ambientes son producto de depósitos de arena en forma de delgada cobertura, dando perfiles sumamente someros. Ellos, con características típicamente áridas y semiáridas, sumado a las condiciones climáticas severas, exigen que las técnicas de producción agropecuaria deban adecuarse a las limitaciones que poseen. Para el sostenimiento de un nivel de productividad razonable, es imprescindible la realización de prácticas conservacionistas. El régimen climático es subhúmedo-seco en la parte norte, transformándose en semiárido a medida que se avanza hacia el sur. Las precipitaciones medias anuales oscilan entre 600 y 400 mm, respectivamente, ocurriendo las mayores en los meses de verano. Las temperaturas extremas llegan a los – 6 º C en agosto, con heladas desde mediados de mayo hasta fines de septiembre. Constituye tal vez la región más problemática para definir su caracterización productiva ya que, por su aptitud debería caracterizarse en una zona netamente ganadera, de invernada o ciclo completo en zonas de mayores precipitaciones pluviales, ocasionalmente agrícola en largas rotaciones ganaderas, hasta de cría o explotación ovina en las amplias planicies patagónicas de los partidos de Villarino y Patagones. Sin embargo, acompañado por un ciclo climático húmedo, aunque con distribución aleatoria, y debido a políticas erradas para la región, es muy común observar una sobreutilización del recurso suelo, a través de una agricultura de baja producción, principalmente trigo, y cebada. 15 En la región se ubica también el valle inferior del Río Colorado donde se desarrolla la agricultura de regadío más importante de la provincia de Buenos Aires, productora principalmente de cebolla, zapallo y semilla de girasol. El Delta del Paraná. Comprende un área ubicada en la zona noreste del territorio provincial, constituida por sedimentos fluviales aportados por el río Paraná, conformando un paisaje insular de gran extensión, con brazos de río y cauces abandonados, colmados por materiales finos. Este paisaje se modifica constantemente por la incesante deposición de sedimentos fluviales. Ocupa una superficie aproximada de 270.000 has. La zona recibe periódicas y sistemáticas inundaciones producto de las crecidas del río, tanto estacionales como consecuencia de precipitaciones en los diferentes puntos de su amplísima cuenca o por la acción de los frecuentes vientos del sudeste. Estas crecidas suelen durar un tiempo considerable, salvo cuando obedecen al efecto del viento –sudestadas-, razón por la cual son de escasa duración. Las circunstancias antedichas han determinado que los suelos presentes en esta zona posean limitaciones de diverso tipo, a saber: escaso desarrollo, anegabilidad, presencia de capa freática habitual, salinidad y alcalinidad. A los efectos de obtener producciones forestales y algunas agrícolas, se llevan a cabo manejos de las aguas de inundación mediante sistemas de compuertas y caballones. El Delta del Paraná constituye una de las áreas forestales importantes de la provincia y es asiento, además, de una fruticultura artesanal de mediana y baja calidad. Sus pajonales, previamente drenados, son en la actualidad, las áreas donde ha emigrado buena parte de la recría proveniente de los campos del continente, a raiz del avance de la agricultura sobre los sistemas ganaderos habituales de las regiones extradeltáicas. Dada la historia de escaso a nulo desarrollo pese a la cercanía con la ciudad de Buenos Aires y las poblaciones vecinas ubicadas al norte de ella, asiento de la población de más altos ingresos del país, constituye hoy por hoy el área más promisoria para el desarrollo turístico y urbano. 16 Regiones Naturales y Productivas de la Provincia de Buenos Aires 17 Antecedentes inmediatos del Programa Programa Impulso Ganadero El Ministerio de Asuntos Agrarios desarrolló en 23 municipios de la Cuenca del Salado a partir de marzo de 2006 el Plan Impulso Ganadero, destinado a pequeños y medianos productores de la Cuenca del Salado, con el objetivo de alcanzar para el año 2007 un millón de terneros, mejorando la calidad genética de los rodeos y otorgando 250 millones de pesos de crédito para reactivar al sector ganadero. El Programa se desarrolló a través de 8 componentes: Fuerza Campo Bovino, Plan Toros 2006, Mejoramiento Genético Bovino, Plan Forrajero, Formación Profesional, Innovación Tecnológica, Promoción de carnes alternativas y Apoyo Agrohidrológico al Plan Maestro de la Cuenca del Salado. • Fuerza Campo Línea de crédito de hasta $ 300.000 a tasa fija en pesos al 8% anual a 6 años de plazo con 1 año de gracia, con destino a inversión (compra y/o retención de vientres, implantación de pasturas e intersiembra, fertilización, promoción de campos naturales o pasturas degradadas, etc.) y con destino a evolución. El apoyo crediticio es otorgado a través del Banco de la Provincia de Buenos Aires, con garantía prendaria, a productores cuyos predios se encuentren comprendidos en la Cuenca Alta, Media y Baja del Río Salado. A través del Plan Fuerza Campo Porcino se otorgan créditos de hasta $ 100.000, a tasa subsidiada fija en pesos al 8% anual. Los préstamos son de inversión de hasta $ 70.000 con amortización semestral y préstamos de evolución de hasta $ 30.000 también con amortización semestral. • Plan Toros Teniendo como objetivo la obtención de rodeos más sanos el Plan Toros apunta a controlar las enfermedades venéreas de los vacunos mediante la revisación clínica veterinaria. A través del control de enfermedades como tricomoniasis, campylobacteriosis, brucelosis y clínico genital, la identificación sistemática de toros aptos para el servicio y la difusión de prácticas de manejo acordes al sistema de producción, se persigue obtener más terneros por campo, mayor producción por hectárea, un manejo más ordenado del rodeo y la eliminación de toros enfermos. • Mejoramiento Genético Bovino Destinado a pequeños y medianos productores de los partidos de la Cuenca Deprimida del Salado, con establecimientos de hasta 250 vientres o 500 animales, el Programa de Mejoramiento Genético Bovino tiene como meta incorporar sangre nueva a los rodeos, difundir la técnica de la inseminación artificial a tiempo fijo y poner al alcance de los pequeños y medianos productores el paquete tecnológico de más alto nivel del País. • Plan Forrajero El Plan Forrajero se propone lograr la implantación de 40 mil hectáreas de producción forrajera en campos de 800 productores de 23 partidos. Contempla la promoción de Ray Grass, para obtener una rápida disponibilidad de forraje (aplicación de glifosato, fosfato diamónico y semilla), el rejuvenecimiento de pasturas viejas, la implantación de pasturas nuevas, 18 fertilización de campos naturales a la vez que desarrollar una estrategia de intervención para contribuir al fortalecimiento del potencial productivo de los campos de la cuenca, así como generar una vinculación permanente y dinámica con las Chacras Experimentales del MAA. • Formación Profesional A través de convenios entre el Ministerio de Asuntos Agrarios, el Ministerio de Trabajo y la Dirección General de Escuelas, las metas para la formación profesional es la de capacitar a 800 jóvenes y trabajadores rurales en producción y manejo de forrajes, sanidad y manejo reproductivo, inseminación artificial, economía rural, molinos, aguadas y alambrados. • Innovación Tecnológica La promoción del destete precoz a través de un sistema de desleche anticipado y el desarrollo ruminal es el eje central de la propuesta de innovación tecnológica. El objetivo es incorporar prácticas innovadoras comprobadas en la producción de cría vacuna de la región convocar a empresas e instituciones a participar y validar tecnologías innovadoras en los establecimientos de los productores demostradores del programa, promoviendo su utilización. • Promoción de Carnes Alternativas La iniciativa se promueve conjuntamente con los distintos actores de las cadenas de producción de carnes no tradicionales, el consumo alternativo de carnes distintas a las vacunas. Asimismo, en conjunto con asociaciones de productores, se promueve el consumo de carnes no vacunas, mediante eventos que se realizan en distintas ciudades del interior bonaerense. • Apoyo Agrohidrológico del Plan Maestro de la Cuenca del Salado Propone difundir entre los involucrados los beneficios del manejo agrohidrológico que optimice las obras del Plan Maestro, identificar el estado de mantenimiento de los canales secundarios, realizar obras de limpieza y contribuir al financiamiento de las mismas. El MAA, colabora con el Ministerio de Infraestructura, Vivienda y Servicios Públicos en la optimización de las obras del Plan Maestro de la cuenca del Río Salado en el área del Programa. Convenio MAA - CFI En el año dos mil cinco el Consejo Federal de Inversiones y el Ministerio de Asuntos Agrarios firmaron un Convenio para realizar en forma conjunta, tareas inherentes al desarrollo y ejecución del Programa “Impulso Ganadero”, que permitió al Gobierno de la Provincia promover el crecimiento y desarrollo de los sistemas productivos ganaderos, como así también crear condiciones para favorecer el empleo de la mano de obra local, con el apoyo del CFI en las diferentes actividades productivas, conjuntamente, con la asistencia financiera, en particular a las Micro y Pymes, con el fin de reactivar su capacidad productiva y mejorar su posición competitiva. Para el logro de los objetivos establecidos, se trabajó bajo el enfoque de cadenas de valor, aportando el CFI, la suma de un millón doscientos sesenta y cinco mil ochocientos cuarenta pesos. 19