San Salvador a las doce horas con quince minutos del día ca

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118-2009
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador a las doce
horas con quince minutos del día catorce de julio de dos mil diez.
El presente proceso de hábeas corpus ha sido planteado contra actuaciones del Juez
Primero de Paz de San Miguel, y solicitado a su favor por el señor Edwin Antonio Portillo
Argueta, quien se encuentra privado de su libertad por haber sido condenado por su
participación en el delito de Secuestro Agravado.
Analizado el proceso y considerando:
I.- El favorecido al momento de solicitar el hábeas corpus que ahora nos ocupa
reclama contra la realización del anticipo de prueba de reconocimiento en rueda de
fotografía, pues dicho acto de prueba sirvió como principal fundamento de la sentencia de
condena dictada en su contra; a su criterio, en dicho reconocimiento se vulneró su derecho
de defensa, en virtud de haberse realizado con la presencia de defensor público y sin
considerar su derecho de tener un abogado de su predilección y confianza.
II.- De conformidad a lo dispuesto en la Ley de Procedimientos Constitucionales se
procedió a nombrar un Juez Ejecutor, función encomendada al licenciado Marlon Armando
López Figueroa, quien informó: “… no es procedente el hábeas corpus (exhibición
personal), ya que no existe una detención ilegal pues la misma es en cumplimiento de una
sentencia definitiva emitida por el Juzgado Segundo de (sic) San Miguel, respetando todas
las garantías constitucionales y ajustándose al debido proceso.”
III.- Este Tribunal advierte que al momento de plantearse el presente hábeas corpus,
en el proceso penal seguido en contra del señor Portillo Argueta, ya existía una sentencia
condenatoria pasada en autoridad de cosa juzgada, ello se determina a partir de la
resolución del día veinticuatro de noviembre de dos mil tres, por medio de la cual el
Tribunal Segundo de Sentencia de San Miguel declaró ejecutoriada la sentencia definitiva
dictada en contra del ahora favorecido, folios 80 de la certificación de los pasajes del
proceso penal agregada a las diligencias de hábeas corpus.
Así, ante la existencia de una sentencia condenatoria firme en contra del señor
Portillo Argueta debe acotarse, que esta Sala ha expresado en su jurisprudencia, que la
cosa juzgada en su sentido formal significa firmeza, y dentro del proceso produce la
inimpugnabilidad de una resolución y la ejecutabilidad de la misma; mientras que en su
sentido material, implica que el objeto procesal no pueda volver a ser investigado, ni
controvertido, ni propuesto en el mismo proceso, y en ningún otro posterior, siendo ésta la
regla general, v.gr. sobreseimiento de hábeas corpus número 53-2009 de 14/05/10.
Se ha indicado además –en la jurisprudencia citada-, que a fin de garantizar la
seguridad jurídica respecto de la cosa juzgada, en el sistema jurídico salvadoreño es la
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propia Constitución quien contempla en su artículo 17 la prohibición de apertura de causas
fenecidas, estableciendo con ello una garantía a las partes en un proceso, que las
resoluciones judiciales pasadas en autoridad de cosa juzgada, no sean alteradas o
modificadas por actuaciones posteriores que se encuentren al margen de los cauces legales
previstos.
Ahora bien, este tribunal también ha reconocido a través de su jurisprudencia, la
posibilidad de examinar una pretensión constitucional originada en un proceso en el que
exista un fallo pasado en autoridad de cosa juzgada cuando concurran alguno de los
siguientes supuestos: a) cuando durante la tramitación del proceso se invocó el derecho
constitucional, pero la autoridad correspondiente no se pronunció conforme al mismo; y b)
cuando en el transcurso del proceso no era posible la invocación del derecho constitucional
violado, lo cual se verifica con rigurosidad en cada caso particular, con el objeto de no
desconocer los efectos de la cosa juzgada ya señalados, v.gr, sentencia de hábeas corpus
número 89-2009 de 14/05/10.
En razón de lo expuesto, se procedió a constatar si se cumplía con alguna de las
excepciones aludidas, ya que a través de ello debe llegarse a una de dos conclusiones: i)
que, considerando el diseño del proceso en el que se alega ha ocurrido la violación
constitucional, pueda verificarse el agotamiento efectivo de todas las herramientas de
reclamación que dicho proceso prevé; ii) que la configuración legal o el desarrollo del
proceso dentro del cual se produjo la vulneración de la categoría constitucional señalada,
impidió la utilización de cualquier mecanismo procesal orientado a reclamar sobre la
vulneración que en esta sede se alega, v.gr. sobreseimiento de hábeas corpus número 532009 de 14/05/10.
IV.- Expresado lo anterior, corresponde decidir lo concerniente al caso propuesto
para análisis y al respecto se advierte:
El reclamo alegado en el presente hábeas corpus, no fue planteado durante la
tramitación del proceso penal ante las diferentes autoridades judiciales que intervinieron en
él, pues tal y como se pudo constatar, la defensa del ahora favorecido en el momento de
plantear incidentes durante la audiencia inicial, la audiencia preliminar y la audiencia de la
vista pública (folios 32 a 36, 40 a 43, y 47 a 55 de la certificación de los pasajes del
proceso penal agregada a las diligencias de hábeas corpus) no hizo ninguna reclamación de
la supuesta violación al derecho de defensa del señor Portillo Argueta por no tener abogado
de su predilección y confianza durante la realización del anticipo de prueba, y se limitó a
reclamar –en el desarrollo de la audiencia preliminar- de que las fotografías utilizadas para
efectuar el reconocimiento no eran similares respecto a las características del ahora
favorecido.
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De tal manera advierte este Tribunal, que el beneficiado de este hábeas corpus
–previo a que lo resuelto en el proceso penal adquiriera la calidad de cosa juzgada- no hizo
uso de ningún medio de impugnación de la violación ahora reclamada, bajo los términos
acá propuestos.
Por tanto, se ha comprobado la no ocurrencia del primero de los supuestos que
como excepción habilitan el conocimiento de esta Sala sobre el fondo de una cuestión
pasada en autoridad de cosa juzgada.
A su vez, también se ha evidenciado que el proceso penal en cuestión, dentro de su
diseño, ofrece mecanismos para atacar la vulneración constitucional alegada en este hábeas
corpus, antes de que la sentencia definitiva adquiriera firmeza; lo que pone de manifiesto
que el solicitante tuvo ocasión de argüir durante la tramitación del proceso penal de
violaciones constitucionales planteadas hasta ahora en su pretensión de hábeas corpus.
Por tal razón, se comprueba asimismo el no acaecimiento de la segunda de las
excepciones que habilitan examinar violaciones constitucionales ocurridas dentro de un
proceso en el que media sentencia definitiva ejecutoriada, referida a la imposibilidad de
invocación del derecho constitucional presuntamente conculcado.
En consecuencia, visto que el impetrante solicita el conocimiento de presuntas
vulneraciones constitucionales acontecidas dentro de un proceso penal en el que existe una
sentencia firme, y habiéndose evidenciado que este no se encontró en ninguno de los
supuestos que habilitan examinar el fondo de la cuestión; la pretensión carece, por
consiguiente, de las condiciones de procedencia requeridas en el caso concreto; razón por la
cual, es procedente sobreseer.
Se debe dejar claro, que el sobreseimiento acá dictado no tiene incidencia en el
proceso penal respectivo; el mismo se produce a partir de que en el proceso constitucional
de hábeas corpus no concurrieron los presupuestos necesarios para pronunciar una
resolución sobre el fondo de la pretensión, y por consiguiente, se da por terminado el
proceso en una forma anormal.
V.- Finalmente es de agregar que la rigurosidad con que este Tribunal analizó las
condiciones de procedencia de la pretensión planteada, exigiendo para el caso particular la
utilización del sistema de recurso dentro del proceso penal, es consecuencia de que el
solicitante del hábeas corpus pretendía el conocimiento de violaciones constitucionales
ocurridas dentro de un proceso, en el que mediaba sentencia definitiva ejecutoriada con
anterioridad a la iniciación del proceso constitucional de hábeas corpus. Por tanto, las
condiciones de procedencia específicas exigidas por este tribunal –utilización de todos los
mecanismos de reclamación o inexistencia de estos – tienen por finalidad preservar la
seguridad jurídica de la firmeza de un fallo. Sin embargo, ello no debe ser interpretado
como la imposición general de presupuestos de procedencia en el hábeas corpus, cual si se
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tratara de un proceso de naturaleza subsidiaria que requiere para su procedencia el
agotamiento previo de todos los mecanismos de remedio, sino que es parte de las
excepcionales condiciones que deben presentarse para que esta Sala pueda examinar el
fondo de una cuestión acaecida en un proceso dentro del cual se pronunció una sentencia
que ha pasado en autoridad de cosa juzgada.
Por las razones expuestas y con fundamento en lo establecido en el artículo 17
inciso 1° de la Constitución y en el artículo 31 número 3 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales, en el proceso constitucional solicitado a su favor por el señor Edwin
Antonio Portillo Argueta, esta Sala RESUELVE: a) sobreséese este proceso de hábeas
corpus por mediar cosa juzgada; b) certifíquese esta resolución y remítase al Juez Segundo
de Paz de San Miguel, por ser la autoridad demanda; c) notifíquese; y d) archívese.
Enmendado: demandada-vale.-
---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R---C.
ESCOLÁN---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS.
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