tematización de las rutas del contrabando en los arribes del duero

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TEMATIZACIÓN DE LAS RUTAS DEL
CONTRABANDO
EN LOS ARRIBES DEL DUERO
LIVING MOVIE
ASOCIACION CUNARRIBES
ACTIVIDADES DE COOPERACIÓN TRANSFRONTERIZA
Fermoselle – Zamora ------ Sendim – Miranda do Douro
ASOCIACION CUNARRIBES
TEMATIZACIÓN DE LAS RUTAS DEL CONTRABANDO
EN LOS ARRIBES DEL DUERO
LIVING MOVIE
Creamos un relato alrededor del viaje y cada parada, cada mirada, en
definitiva, todo tiene una emoción por que está vinculado a la historia de
estos pueblos. El recuerdo de un viaje de este tipo, dura más en el tiempo
y en el corazón.
Por entre estos parajes de ocultos senderos y acceso extremadamente difícil,
caminaron escondidos en la noche los contrabandistas. Ellos, vivieron
extraordinarias aventuras con las que lograban hacer pequeños intercambios y
complementar el sustento de sus familias en tiempos difíciles. Ellos, los hombres
y mujeres sin fronteras, los amigos del búho, los hijos de la necesidad y de la
noche, ayudados por pastores y cabreros de ambos lados que siempre se vieron
entre ellos como hermanos, cruzaron el río en condiciones que nos parecen
ahora imposibles. Los contrabandistas, arriesgando a menudo sus vidas
mientras eran perseguidos muy de cerca por los carabineros que vigilaban.
Los Arribanzos, han escrito una romántica y apasionante página de la historia de
los Arribes del Duero.
El recuerdo documentado para el turismo activo.
Es factible utilizar el recuerdo documentado del contrabando tradicional como
recurso turístico, aglutinante y nexo de unión entre los rayanos para dar vida,
aunque sea de manera esporádica, a las localidades fronterizas de uno y otro
lado de la Raya.
La frontera se está patrimonializando, y con ella el contrabando tradicional, el
cual se está convirtiendo en un referente cultural e identitario de las comunidades
rayanas.
Nuestro objetivo con la tematización de las Rutas del Contrabando en los
Arribes del Duero es contar una historia íntima del contrabando en la zona.
Historias reales de la gente de frontera que encaró los avatares de la
economía, la política y la legalidad de cada momento para vivir en un límite
que les permitiese continuar avanzando.
Contar la historia del contrabando: punto de partida.
En casi todos los lugares donde ha existido una frontera ha habido actividades
relacionadas con el contrabando, en general relacionadas con artículos de
primera necesidad y otras relacionadas con el exilio forzoso de ciertos
personajes históricos, en ocasiones con joyas y piedras preciosas, el caso es
que todo el mundo está lleno de anécdotas, personajes y curiosas historias...
Muchas de estas historias se cuentan en las noches en los filandares, alrededor
de un fuego flanqueado por un par de vetustos escaños.
Filandar: la tertulia nocturna de vecinos que se hace al aire libre durante el verano.
El contrabando como actividad e identidad
El contrabando tradicional es, desde su nacimiento, un fenómeno que se
manifiesta de muchas formas, ambiguo y paradójico. Dicha ambigüedad
posibilita la articulación de diferentes interpretaciones sobre su contenido y
naturaleza, las cuales, sin embargo, han variado poco a lo largo de la historia.
El contrabando era y es considerado como una actividad ilegal por las
autoridades, quienes sentían, y sienten, la obligación de erradicarlo, mientras
que para la mayoría de los rayanos el contrabando era una más de las
ocupaciones socioeconómicas tradicionales en la frontera, sin las connotaciones
peyorativas o de marginación social que los representantes de poder procuraron
siempre atribuirle. Esta aparente contradicción se resuelve cuando analizamos
el fenómeno como la manifestación de un conflicto ancestral, de carácter
estructural, entre grupos sociales antagónicos, entre cosmovisiones opuestas y
enfrentadas que reflejan el modelo comunitario en retroceso frente al avance del
Estado.
Aunque la percepción que proyecta la comunidad sobre el contrabando era muy
diferente de la versión oficial o legalista, dicha percepción no siempre produjo
solidaridad entre sus miembros. La solidaridad-insolidaridad y el conflicto
discurren parejos e indisociables del mundo del contrabando.
A lo largo de la historia, incluso en un determinado momento, no ha existido uno
sólo sino muchos contrabandos. El contrabando tradicional es uno y múltiple a
la vez. Esa diversidad de formas y variaciones, tomadas en su conjunto,
conforman su peculiar naturaleza. El contrabando mostraba un carácter
acomodaticio respecto a las variables circunstancias locales; su estructura
flexible le permitió adaptarse a los diversos condicionantes y particularidades.
Cada zona, cada comarca, cada localidad presenta sus peculiaridades, sus
rasgos distintivos en relación con el contrabando que allí se practicaba. No sólo
variaban las mercancías, los pasos, los puntos de compra y venta, sino también
los medios de locomoción y los tipos de organización.
En muchas ocasiones, la actividad del contrabando dio pie a situaciones
insólitas: contrabandistas que se hicieron guardias, guardias-contrabandistas,
aduaneros corruptos, guardias y contrabandistas jugando partidas a los naipes
juntos, mujeres contrabandistas recogiendo encargos para las mujeres de los
guardias, mochileros que vendían sus mercancías de contrabando en los
cuarteles; conformando el carácter polivalente, enrevesado y paradójico del
fenómeno.
Un mundo complejo y la necesidad de sobrevivir.
El contrabando tradicional se presenta, en casi todos los casos, como una salida
obligada ante una situación de penuria material e indigencia.
La frontera ofrecía muchas más oportunidades y posibilidades para el desarrollo
del contrabando que los territorios del interior. Las diferencias significativas de
precio y de calidad en numerosos productos favorecían el comercio ilegal, de
contrabando. La propia frontera proporcionaba refugio y cobertura a los
contrabandistas profesionales, acostumbrados y en muchos casos obligados a
vivir al margen de la ley. Una vez que el contrabando se asumía como actividad
regular, éste imponía en gran medida una determinada forma de vida, incluso
una manera de ser.
El contrabandista profesional presenta en muchos casos una personalidad
singular, forjada en parte por sus características psicológicas, pero también por
la propia actividad del contrabando, por el sistema de relaciones que conlleva,
por el respeto y la fidelidad a las normas, a los valores del grupo social de
pertenencia.
La complejidad del fenómeno del contrabando viene determinada, al menos en
parte, por su extensión y la gran diversidad de sujetos y situaciones que con él
se relacionaban. El contrabando practicado por las clases acomodadas contrabando de las edites- se diferenciaba sustancialmente del practicado por la
gente común -contrabando tradicional-, aunque a veces, entre ambos, se
trabaron compromisos y complementariedades. Es preciso distinguir el
contrabando profesional que era el que realizaban tradicionalmente los
mochileros, cargueros y cortadores profesionales, organizados generalmente en
cuadrillas de contrabando, muy difíciles de detectar por los servicios de vigilancia
y del resguardo en la frontera, del contrabando no profesional que se practicaba
de manera esporádica, circunstancial, sin el apoyo de una estructura
organizativa como eran las cuadrillas de contrabando.
Organizaciones, tipos y métodos.
Las cuadrillas del contrabando eran estructuras organizativas muy flexibles y
dinámicas, surgidas de manera esporádica de la interacción de sus miembros
potenciales. La naturaleza y composición de dichas cuadrillas variaba
considerablemente de unas partes a otras de la frontera y a lo largo del tiempo.
Durante la segunda mitad del pasado siglo XX, algunas de estas cuadrillas de
contrabando trabajaban íntegramente para las diversas industrias torrefactoras
de café asentadas en la parte portuguesa de la frontera. Se llama cargas a las
mochilas de mercancías que introducían los mochileros o cargueros de
contrabando, a través de la raya. En los Arribes se desarrolló un sistema simple
de cuerdas gordas y finas para pasar el río sin mojarse.
Los contrabandistas eran conocidos por diferentes denominaciones según la
forma de realizar su actividad. Los mochileros eran contrabandistas a pie que
transportaban cargas de contrabando por la frontera. Los cargueros eran
similares a los mochileros, con la diferencia de que los cargueros estaban
contratados a flete, para transportar cargas que no les pertenecían; estos no
eran dueños de las cargas que llevaban encima, mientras que los mochileros,
generalmente sí que eran propietarios de las cargas que llevaban ellos e incluso
algún carguero de la cuadrilla.
Algunos contrabandistas vendían ellos mismos las mercancías, sin
intermediación de las mujeres revendedoras.
Los guías o cortadores eran miembros destacados de la propia cuadrilla de
contrabandistas que cumplían la función de dirigirla, guiarla a través de
descampados, cortando los caminos hasta su punto de destino. Algunos de estos
guías o cortadores profesionales eran designados y dependían de las órdenes
de un patrono ajeno a la cuadrilla, mientras que otros eran elegidos de entre sus
miembros.
La Ruta del Contrabando: las historias no decomisadas para
compartir con los visitantes
No se trata de emular a los criminales, sino de aprender de sus historias
verificadas, de lo que hicieron bien en el sentido de lograr sus objetivos, de la
forma en la que con mucho ingenio hicieron sus planes y los llevaron a cabo, sus
fracasos y aciertos, y también la manera en la que algunas actividades delictivas
se fueron blanqueando o convirtiendo en legítimas poco a poco, constituye un
aporte significativo al aprendizaje de la supervivencia en general.
Vicente Rodríguez, de 90 años, natural de Pinilla de Fermoselle y uno de
los grandes contrabandistas. «Se manejaban dos cuerdas: una gorda por la
que transportaba el peso y otra delgada para llevarla para aquí y para allá».
Café, tabaco, arroz, orujo, azúcar, jabón, aceite, mantas eran los productos más
socorridos. Pero incluso las amantes llegaron a recurrir a las artes de los
contrabandistas para llegar hasta sus queridos. «A una mujer de Fermoselle la
pasé muchas veces» recuerda Vicente, que no califica el modo de vivir como un
vicio sino como una necesidad.
Los carabineros andaban entonces por todas partes y, aunque algunos estilaban
cierto humanismo, otros actuaron como sabuesos y a tiro limpio. Sus balas
acabaron con Leandro, de Pinilla, cuando trataba de cruzar el río a nado.
Vicente Rodríguez señala que guardaba el dinero en una viga y el material del
contrabando bajo una losera en casa «o donde podía». Su mujer comenta que
cuando se casó «tenía un montón de billetes nuevecicos pero que ya no valían
porque se habían pasado de uso». Vicente deja ver todavía el rigor de su pasado
en un rostro curtido que conserva una mirada avizora.
Miguel Arrivas, mirandés contrabandista que supera los ochenta años.
Conoce el nombre de todas las peñas y de los pueblos que se divisan desde la
orilla portuguesa. Junto a una cuadrilla integrada por sus dos hermanos y varios
vecinos, participó del comercio de Wolframio desde el lado portugués.
Primero con tirolinas; cuando levantaron la presa, con barcas construidas por él
mismo. Pasaron café y tabaco durante décadas. También fue pescador y
cazador. De hecho, la mayor sanción de las que ha tenido que pagar fue por
furtivo. Las pieles se pagaban muy mal, así que aplicaba su propia razón
empresarial y aumentaba la producción: “Cuando era joven estaba hecho un
auténtico asesino”. Miguel habla un mirandés precioso. Una lengua de frontera
que recuerda a veces al asturiano, a veces al gallego.
Las historias de las mujeres contrabandistas
Las diferencias de género también resultan significativas respecto de las
actividades del contrabando.
El contrabando practicado por las mujeres difiere considerablemente del que
realizaban los hombres. Las mujeres desempeñaban generalmente funciones
relacionadas con la venta y la distribución de las mercancías, mientras que los
hombres se ocupaban, más bien, de la compra en los lugares de origen y del
transporte hasta los puntos de venta; no obstante, hubo muchas mujeres que
fueron a buscar cargas a Portugal, igual que hacían los mochileros y cargueros.
Dentro de las mujeres relacionadas con el contrabando existían diferencias
significativas; mientras unas compraban directamente el contenido de las
mochilas a los contrabandistas e incluso contrataban a cargueros, otras se
limitaban a vender las cargas que acarreaban sus maridos, sus hermanos o sus
cuñados; y casi todas mezclaban las actividades de contrabando con las de
estraperlo.
Historias como la de la “tía Calixta” «que hizo un capitalico a costa del
contrabando, en su caso, se dedicó al paso de ganado». Dicen que «una vez la
cogieron y la chapuzaron en el Duero».
Historias como la de Conchaque vivía en el límite. Eran los años 40, tenía tres
hijos y estaba viuda. Sacar la familia adelante se hacía muy difícil. La frontera
con Portugal está a menos de un kilómetro de donde vive, así que Concha se
dedicó a traer pan desde el país vecino. Cargaba con 35 kilos “de una cosa
variada”.
Harina, habas, garbanzos... lo hacía de noche, cruzando por el monte y
escondiéndose de la Guardia Civil. Después lo vendía entre sus vecinos y
trabajaba limpiando el cuartel. Pasó por la cárcel de Zamora por hacerlo. “Los
ricos tampoco tenían pan, pero no cruzaban porque tenían miedo.
ACTIVIDADES PROPUESTAS.
Día 1º El filandar junto al fuego.
Acción:
Recreación teatralizada de un filandar donde las historias se cuentan de forma
yuxtapuesta por los personajes que encarnan los participantes y donde los
sucesos y anécdotas de los contrabandistas son escuchados de forma activa por
los visitantes-participantes.
Objetivos:
Generar un preámbulo temático que ponga en situación a los visitantes, alimentando su
imaginación con las historias reales que se convierten en mitos a través de la narración
oral.
Crear expectativas de situaciones que van a poder sentir, de forma controlada, en la
convencionalidad que se crea en el juego teatral de la ruta de los contrabandistas.
Día 2º El viaje de “la guinda” (partida de contrabandistas)
Acciones:
Recorrido a pie por las rutas del contrabando entre las poblaciones de
Fermoselle en España y Sendim en Portugal. En este recorrido los visitantes
participantes asumen los roles de los contrabandistas guiados por los personajes
recreados y que interpretan el papel de jefes de la partida de contrabandistas.
En este recorrido teatralizado se intercalan las historias con los sucesos, que
otros actores y visitantes, representando a los carabineros y guardiñas, tienen
preparados, aportando situaciones inesperadas en puntos clave del recorrido.
Objetivos:
Lograr que los visitantes-participantes enfrenten situaciones ante las cuales han de
tomar decisiones, incorporar actitudes o buscar soluciones propias de un
contrabandista, conociendo en el transcurso de la actividad los recursos naturales,
técnicos y las habilidades de subsistencia que constituían la forma de vida y el medio
ambiente, tanto de los contrabandistas como de los agentes de la autoridad.
Generar un conocimiento desde la vivencia, una experiencia que acerque el hecho que
se muestra en una perspectiva grupal y personal desde la propuesta lúdica y
participativa.
Día 2º El punto de entrega.
Acción:
Llegada al punto de entrega de la mercancía donde se dará por terminada la ruta
y se disfrutara de la gastronomía y el folclore.
Objetivo:
Facilitar un encuentro con la población conociendo los productos tradicionales y la
creación y representación festiva de sus manifestaciones artísticas.
RUTA DE LOS CONTRABANDISTAS DE LOS ARRIBES DEL DUERO
Categoría: Living Movie- Ruta tematizada de carácter participativo.
Fecha de celebración: 20 y 21 de Diciembre
Entidades participantes:
Asociación Cunarribes – Fermoselle, Zamora, España
DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD
La actividad estará reservada a las personas que quieran participar de las
acciones contempladas durante los dos días (sábado y domingo)
Será necesaria la reserva e inscripción para participar.
Día 1º.
Viernes por la tarde a la puesta del sol.
20:00 Hrs. Filandar.
Se concentrará a los participantes en el Centro de Turismo Rural “Marqués de la
Liseda” donde tendrá lugar la representación del filandar en el que se recrean
las historias del contrabando en la zona.
21:30 Hrs. Degustación gastronómica.
Al finalizar la recreación del filandar y en el mismo espacio se repartirá entre los
asistentes el típico hornazo: sabrosa empanada hecha con harina sin levadura,
manteca, aceite, chorizo, y brillo de clara de huevo. También se repartirá para
su degustación Vino de la D.O Arribes.
Durante esta actividad la agrupación musical de la Asociación de Tamborileros
“Juan de l´Enzina interpretará piezas del folclore popular de la zona.
23:00 Hrs. Fin de la actividad.
Día 2
Sábado por la mañana.
10:00 Hrs. Ruta del contrabando.
Concentración de los participantes en el Centro de Turismo Rural Marqués de la
Liseda para iniciar desde ese punto el recorrido que nos llevara a conocer los
parajes de transito de los contrabandistas entre las poblaciones de
Fermoselle, Pinilla y Sendim en el lado portugués. El recorrido, de unos 12
kilómetros de dificultad baja, pasara por los puntos más destacados y en los
cuales se incorporaran acciones teatralizadas entre contrabandistas y
carabineros.
12:00 Hrs. El paso del Duero
Al llegar a Mundín se hará un alto para realizar un pequeño avituallamiento antes
de cruzar el río recreando el sistema de cuerdas empleadas para el paso de los
contrabandistas y sus mercancías.
14:00 Hrs. La llegada a Sendim
La llegada a la población portuguesa de Sendim significa el logro del objetivo de
las partidas de contrabando. Los participantes serán recibidos por el grupo de
pauliteiros de Sendim y se realizara una degustación de los productos
gastronómicos de esa población acompañado de sus vinos.
16:00 Hrs. Finalización de la actividad.
DESTINATARIOS DEL PROYECTO
Dimensión de cooperación transfronteriza
Destinatarios internos.
El proyecto propuesto se plantea como una actuación de cooperación
transfronteriza, en este sentido los beneficiarios principales son las
poblaciones (Fermoselle y Pinilla en España y Sendim en Portugal) en las que
se realizan las actividades que el proyecto incluye, sus habitantes, así como las
empresas de servicios turísticos y los establecimientos comerciales de
estas poblaciones. Estos destinatarios internos podrán beneficiarse de la
actividad en varios aspectos como son la integración de poblaciones en un
proyecto común, la participación directa en la actividad y las relaciones sociales
que ello genera como un elemento de dinamización cultural endógeno, el
reforzamiento de sus señas identitarias y el beneficio económico proveniente del
gasto que los participantes hagan en el viaje.
Las actividades que comprenden esta propuesta de tematización se coordinarán
con las asociaciones culturales de las poblaciones participantes así como con
los empresarios hosteleros y los entes locales. Para un mejor aprovechamiento
de los resultados y una mejor organización de los servicios.
Dimensión turístico-cultural
Destinatarios externos.
El proyecto, entendido como una actividad de carácter turístico-cultural, está
dirigido al público general que pueda verse interesado en visitar la zona de los
Arribes del Duero, convirtiéndose la actividad propuesta en un reclamo
puntual para atraer visitantes y en un recurso de comunicación de la propia
zona que permita generar información en los medios sobre el territorio, sus
poblaciones, sus recursos naturales y culturales.
El visitante-participante obtendrá a través de la experiencia en la que se integra
la cultura de los arribes y los hechos históricos que la han configurado.
Durante el desarrollo de las actividades previstas en los dos días del evento, el
visitante podrá conocer los recursos turísticos y los productos de la zona,
disfrutando del servicio de los establecimientos hosteleros y del comercio.
La programación de la actividad se ha planificado en las fechas más adecuadas
para lograr una estancia de dos días, con una pernoctación, en una época de
baja afluencia para aumentar así el nivel de ocupación y servicios hosteleros.
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