MESAS REDONDAS FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULAR EN LA INFANCIA Esther Piñán López S Pediatría Hospital de Mérida INTRODUCCIÓN Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte y discapacidad en los países desarrollados y su prevalencia en los adultos sigue siendo muy elevada, constituyendo un auténtico problema de salud pública. Las manifestaciones clínicas de la arteriosclerosis en la infancia y adolescencia son muy raras, sin embargo la enfermedad y los factores de riesgo que aceleran el desarrollo de la misma comienzan en la infancia y hay una evidencia creciente de que la reducción de estos factores de riesgo retrasa la progresión y sus manifestaciones clínicas en la edad adulta. Diversos estudios anatomopatológicos, epidemiológicos y clínicos han demostrado que la aterosclerosis comienza con estrías grasas en aorta antes de los 3 años de edad y placas fibrosas durante la adolescencia que progresan a partir de 1 los 20 años. Estudios con ultrasonografia carotídea han encontrado engrosamiento de la íntima media en niños con hipercolesterolemia familiar (HF) a partir de los 7 años de edad. La progresión del proceso ateromatoso depende de factores 2 genéticos y ambientales. Los principales factores de riesgo son la historia familiar de enfermedad cardiovascular prematura (varones antes de los 55 años y mujeres antes de los 65 años), hiperlipemia, hipertensión arterial, diabetes mellitus, sobrepeso y obesidad, inactividad física y hábito tabáquico, aunque también se han descrito factores perinatales. Hay factores no modificables y otros modificables sobre los que tienen que encaminarse las medidas de prevención. La persistencia de valores elevados de colesterol en el adulto (tracking), es en torno al 50%, pero la influencia de factores ambientales y la asociación con otros factores de riesgo hacen que sólo se pueda predecir de forma moderada el valor de colesterol de la vida adulta. La prevalencia de dislipemias en niños ha aumentado en parte por el incremento de obesidad y síndrome metabólico. El 84 % de los niños con BMI en el p 95-99 son obesos de adultos y todos los niños con BMI >p 99 fueron obesos en la edad adulta. Además el 14,4% de los niños con normopeso fueron obesos de mayores. Para la tensión arterial la correlación está en torno al 40%. El objetivo de esta mesa redonda es hacer una revisión a la luz de la evidencia de los principales factores de riesgo, las estrategias de cribado y las recomendaciones terapeúticas actuales respecto a hipercolesterolemia, hipertensión arterial y obesidad, con el fin de facilitar su manejo por el Pediatra de Atención Primaria. Es necesario insistir en que para el abordaje de esta patología es imprescindible la adquisición de hábitos saludables por parte de los niños, mejorando la alimentación y promoviendo la práctica regular de actividad física, lo que pasa muchas veces por modificación de los hábitos familiares y /o sociales. Estas estrategias van a precisar de un concurso multifactorial de diferentes sectores, como el educativo, industria alimenticia, salud pública etc, como por ejemplo la estrategia NAOS iniciada en 2005. HIPERCOLESTEROLEMIA La hipercolesterolemia es uno de los factores de riesgo cardiovascular mas importante, además de ser uno de los modificables Concentraciones elevadas de colesterol total (CT), LDL colesterol (LDLc) y VDL colesterol(VDLc), y concentraciones séricas bajas de HDL colesterol (HDLc) se correlacionan con la ateros1,2 clerosis y con la extensión de estas lesiones. Los argumentos a favor de una intervención temprana son bastante convincentes sin embargo existe controversia sobre el momento de iniciar FORO PEDIÁTRICO 3 FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULAR EN LA INFANCIA estudio en los niños, por la preocupación de realizar intervenciones innecesarias, dietas restrictivas o tratamientos potencialmente peligrosos.4,8,10 Las guías de práctica clínica mas aceptadas en el pasado, no aconsejaban el cribado universal de hipercolesterolemia en la infancia, recomendándose el cribado selectivo a partir de los 2 años de edad en niños con sospecha de alteraciones lipídicas de alto riesgo CV: historia de ECV prematura en padres y/o abuelos, Colesterol >240 mg/dl en alguno de los padres, sobre todo en Hipercolesterolemia familiar, obesidad, o asociación con otros factores de riesgo3,5 Con esta estrategia basada en la historia familiar se detectan solo el 50% de las hiperlipidemias genéticas por lo que actualmente la recomendación mas extendida es la de realizar además del cribado selectivo, un cribado universal a todos los niños entre los 9-11 años y posteriormente entre los 1721 años4,8 Concentraciones de CT > 200 mg/dl (> p 95) se consideran elevadas y se confirmarán pasados 1-2 meses, realizando además estudio de lipoproteínas. Los valores de colesterol entre 170-200 mg/dl deben ser repetidos y si se confirman realizar también estudio de lipoproteínas, Los valores de LDL-col >130 mg/dl son definidos como altos y hacen necesaria una evaluación clínica, el diagnóstico etiológico, descartar causas secundarias e iniciar dieta con disminución de las grasas saturadas y el colesterol a partir de los 3 años de edad.4,5,7,8 El diagnóstico se basa en la interpretación del perfil bioquímico junto con la historia familiar y el estudio genético cuando se sospeche hipercolesterolemia familiar. En esta entidad de herencia dominante producida por la alteración de un gen en el receptor de la LDLc, se puede realizar estudio genético, a través del Lipochip o DNA microarray que detecta mas de 300 mutaciones actualmente. También se puede realizar a partir de una mutación familiar conocida, la secuenciación del DNA en los familiares, para la búsqueda de esa mutación concreta. El estudio genético además de confirmar el diagnóstico de HF, ayuda a predecir el grado de riesgo futuro de enfermedad cardiovascular, al poder detectar las mutaciones más severas, proporciona mayor adherencia al tratamiento y 2,3 permite la posibilidad de consejo genético. Las alteraciones lipídicas genéticas más frecuentes son las poligénicas, producidas por la suma de varios genes, son menos severas que las monogénicas y su expresión está más influenciada por factores ambientales tales como dieta y ejercicio. En la práctica, la dieta se basa en las recomendaciones generales recogidas en la pirámide de la dieta mediterránea, con sustitución de los ácidos grasos saturados por mono y poliinsaturados, que se traduce en el consumo de lácteos desnatados, verduras, frutas y legumbres, frutos secos, cereales, pescado y aceite de oliva, moderada ingesta de carne roja y huevos, evitando el consumo de bollería industrial, embutidos, y ácidos grasos trans como las margarinas y mantequillas. Actualmente la medicación de primera elección en los niños seleccionados son las estatinas, aprobadas por la FDA desde 2005 para su uso en niños y adolescentes con Hipercolesterolemia familiar heterocigota; los estudios realizados han demostrado su eficacia y seguridad, no se ha encontrado repercusión sobre el crecimiento o el desarrollo puberal, y los efectos adversos han sido poco significativos. Hay estudios en que se ha demostrado la reversibilidad del engrosamiento de la íntima tras su administración.6,7,8 Categoría Percentil CT mg/dl LDL-c Aceptable <p75 <170 <110 Límite P75-95 170-199 110-129 Elevado >p95 >200 >130 Tabla 1.- Puntos de corte para CT y LDL-c en niños y adolescentes (Adaptado de las guías del NCEP) 4 FORO PEDIÁTRICO FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULAR EN LA INFANCIA El tratamiento con estatinas se indica tras al menos 6 meses de dieta adecuada, con restricción de las grasas, en niños (varones o mujeres) a partir de los 10 años independiente del desarrollo puberal, en las siguientes situaciones: LDL-col >190 mg/dl; LDL- col >160 mg/dl con historia familiar de ECV prematura; o si se asocian otros factores de riesgo cardiovascular, como HTA, tabaco o DM. En niños de muy alto riesgo por antecedentes familiares CV graves se puede adelantar a los 8 años. No existen evidencias ni recomendaciones de tratamiento con estatinas antes de los 8 años. Otros medicamentos para uso en niños son las resinas, quelantes de los ácidos biliares en la luz intestinal, se pueden utilizar desde los 6 años dependiendo del riesgo CV, y el ezetimibe, inhibidor selectivo de la absorción intestinal del colesterol que disminuye las cifras de colesterol hasta un 20% y se puede administrar en monoterapia o en combinación con estatinas. Hay pocos estudios realizados en niños pero se ha mostrado seguro y eficaz. Su principal indicación sería en pacientes en los que no estén indicadas las estatinas o no se toleren o como tratamiento inicial. En combinación con estatinas potencia la acción de estas permitiendo utilizar dosis menores.9 Faltan evidencias de la repercusión del tratamiento con estatinas a largo plazo, cuando se inicia de forma precoz en la infancia, así como de las dosis máximas y las asociaciones terapeúti11,13 cas. Las medidas de prevención de las enfermedades cardiovasculares en las que es fundamental el papel del Pediatra de Atención Primaria serán las estrategias de prevención primaria: detección de niños y adolescentes con riesgo elevado de hipercolesterolemia y enfermedad CV, la promoción de estilos de vida saludables como dieta adecuada, ejercicio, la evitación del tabaquismo y la detección de otros factores de riesgo, como la hipertensión, diabetes y obesidad Las estrategias poblacionales cuyo objetivo es prevenir el comienzo de los factores de riesgo (estrategia primordial) irán dirigidas a todos los niños y adolescentes con las recomendaciones de alimentación cardiosaludable, práctica de ejercicio físico de manera regular y evitación del tabaco. BIBLIOGRAFIA 1. PDAY Research Group. Natural history of aortic and coronary atherosclerotic lesions in youth: Findings from the PDAY Study. Artheriosclerosis and Thrombosis 1993;13:1291-98. 2. 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Effect of Long-Term Exposure to Lower Low-Density Lipoprotein Cholesterol Beginning Early in Life on the risk of Coronary Heart Disease. A Mendelian Randomization Analysis. JAACC 2012;60, 25:2631-2639. FORO PEDIÁTRICO 5 MESAS REDONDAS HIPERTENSIÓN ARTERIAL Manuel Portillo Márquez. Pediatra Hospital del SES de Mérida (Badajoz) Introducción La hipertensión arterial (HTA) es un factor de riesgo cardiovascular de primer orden en la infancia. Tradicionalmente ha sido relativamente subestimada en la edad pediátrica, relacionándose con afecciones renales primordialmente, considerando las formas primarias más propias del adulto. Esta concepción ha ido cambiando en los últimos años, en los que hemos asistido a un aumento de su prevalencia, ligado a la gran pandemia de obesidad, como hemos comprobado en estudios nacionales(1,2) e internacionales(3) , al reconocimiento de que un gran número de adultos hipertensos ya lo eran en la infancia(4) y de cómo se describe afectación de órganos diana(5) en niños cuando se pensaba que en esta edad estaban libres de complicaciones. Esta enfermedad plantea numerosas dificultades en la infancia derivadas de su gran variabilidad con la edad, sexo, talla, peso y momento del día, los que nos obliga al uso de tablas de referencia que contemplen todos estos factores(6), extraídas en ocasiones de poblaciones muy diferentes a la de nuestro medio(7). Existen dificultades para la determinación en niños más pequeños, con distintos métodos de medida que no son superponibles(8). Disponemos de escasos ensayos clínicos pediátricos, que nos obliga a extrapolar datos de adultos. Y todo ello con un arsenal terapéutico con presentaciones farmacológicas no adaptadas a la edad pediátrica, debiendo recurrir a fórmulas magistrales(9). Definición La más aceptada es la propuesta de la AAP(7), que considera HTA cuando se aprecian cifras de presión arterial (PA) sistólica, diastólica o ambas por encima del percentil 95 para la edad, sexo y talla, de forma persistente en al menos 3 ocasiones. Estadío 1: PA entre P95-99. Estadío 2: PA > 5 mmHg del P99. Se habla de prehipertensión arterial cuando la PA está entre el percentil 90-95. 6 FORO PEDIÁTRICO En adultos y adolescentes se considera prehipertensión cifras > 120/80 e hipertensión cuando son > 140/90. Dimensión del problema La prevalencia de HTA oscila entre 3-5% en nuestro medio(1,2), alcanzando hasta el 20-30% en adultos. El riesgo aumenta considerablemente entre los niños con obesidad llegando al 30%(7). Hasta un 40 % de adultos con HT primaria tendrán su origen en la infancia o adolescencia. La predisposición genética, junto con condicionantes ambientales (obesidad, dieta rica en Na, tóxicos) condicionaran la aparición de HTA y afectación precoz de órganos diana. Formas clínicas 1. HTA primaria o esencial. Agregación familiar. La causa más frecuente en adolescentes o preadolescentes, especialmente en niños obesos o con sobrepeso. Pueden estar presentes otros factores de riesgo cardiovascular (diabetes, hipercolesterolemia,…). Normalidad en las pruebas complementarias. Generalmente cifras de P.A no excesivamente altas. 2. HTA secundaria. Enfermedades vasculares y del parénquima renal, siendo la principal causa la I.R. crónica. Enfermedades cardiovasculares como la CoAo, alteraciones endocrinológicas (Cushing, feocromocitoma, hiperplasia suprarrenal, etc.), enfermedades neurológicas (tumores, infecciones, neurofibromatosis, etc.), fármacos (anticatarrales, corticoides, metilfenidato, ACO), drogas de abuso (cocaína, derivados anfetamínicos) y causas diversas como la displasia broncopulmonar o los antecedentes de bajo peso al nacer. HIPERTENSIÓN ARTERIAL 3. HTA bata blanca. Cifras tensionales leves o moderadamente altas, sólo cuando acude a consulta. Normalidad persistente de cifras de P.A en domicilio. No patología asociada. Normalidad en pruebas diagnósticas (no siempre necesarias). Útil el uso de la MAPA (monitorización ambulatoria de la P.A). Algunos autores la consideran como una forma de HTA latente. 4. HTA enmascarada. Cifras tensionales en clínica normales, con PA por encima del umbral con la MAPA. La mayoría mantienen esta situación, un 9% evolucionaran a HTA clínica. Mayor frecuencia de HTA familiar, obesidad o sobrepeso(10). Órganos diana La HTA produce una mayor afectación sobre la vascularización de determinados órganos con gran sensibilidad y cuyas manifestaciones deben buscarse con ahínco por ser indicadores precoces de afectación en unos casos, severa en otros y necesidad de instaurar un tratamiento en todos los casos. Riñón: microalbuminuria e I.R. Corazón: hipertrofia VI, ICC, isquemia, muerte súbita. Encéfalo: cefalea, convulsiones, ictus, hemorragia. Ojo: retinopatía y ceguera. Sistema vascular: aterosclerosis, disección aórtica, vasculopatía isquémica periférica. ¿Con qué clínica se manifiesta la HTA en la infancia? Ninguna en la mayoría de los casos. Epistaxis, cefalea, nauseas, vómitos, mareos, fallo de medro, irritabilidad, poliuria, polidipsia, problemas visuales, dolor abdominal, en casos sintomáticos. Clínica relacionada con la enfermedad causal. Clínica relacionada con la afectación de órganos diana. Diagnóstico 1. Antecedentes personales y familiares 2. Clínica: cuanto más pequeño el niño y mayor las cifras de PA, sospecharemos HTA secundaria. 3. Pruebas complementarias, escalonadas por niveles, haciendo un uso racional, como primer nivel una bioquímica general con función renal, sedimento de orina y determinación de microalbuminuria. Ecografía renal, es muy conveniente una ecocardiografía para descartar hipertrofia cardiaca, disfunción ventricular y cardiopatía. Fondo de ojo. La MAPA puede ayudarnos en caso de HTA de bata blanca o enmascarada. En la HTA secundaria pueden ser necesarias pruebas más específicas a nivel hospitalario. 4. Otros factores de riesgo cardiovascular añadidos deben ser sopesados siempre, como: obesidad, sobrepeso, dieta inadecuada. Antecedentes familiares de cardiopatía isquémica, ACV o vasculopatía periférica obstructiva, en edades tempranas. Hipercolesterolemia. Bajos niveles de HDL (< 40 mg/dl). Diabetes mellitus. Hábitos tóxicos. Inactividad física. Tratamiento Trataremos, cuando ello sea posible, las enfermedades causantes. En todos los casos debe iniciarse un tratamiento no farmacológico, que pueden ser suficiente, consistente en: normalizar el peso, dieta pobre en sal, aumentar ingesta de K (frutas, vegetales), ejercicio físico aeróbico regular, control de hábitos tóxicos y de fármacos hipertensores. El tratamiento farmacológico se reserva para las siguientes situaciones: HTA sintomática grave, HTA secundaria importante, afectación de órganos diana, HTA con diabetes mellitus tipo I o II, dislipemias importantes u otros factores de riesgo coronario. Fallo del tratamiento no farmacológico. En cuanto al tratamiento farmacológico hay que reseñar que no hay evidencia en Pediatría sobre cuales son más eficaces que otros, hay consenso sobre un tratamiento escalonado, con datos extrapolados de adultos, a lo que hay que sumar la ausencia de preparados pediátricos, debiendo recurrir en la mayoría de los casos a fórmulas magistrales. Los IECA cuentan con amplia experiencia, especialmente indicados en HTA primaria, IR o IC, junto con los diuréticos y betabloqueantes. Los ARA 2 tienen las mismas indicaciones que los IECA, FORO PEDIÁTRICO 7 HIPERTENSIÓN ARTERIAL presentan menos efectos secundarios que éstos, pero se cuenta con menos experiencia pediátrica. Los antagonistas de los canales del Ca están especialmente indicados en el trasplante renal y contraindicado en la IC. Los vasodilatadores generalmente se usarán en las urgencias hipertensivas por vía parenteral. Bibliografía 1.Gónzalez Jimenez E, et al. Prevalencia de sobrepeso y obesidad nutricional e hipertensión arterial y su relación con indicadores antropométricos en una población de escolares de Granada y su provincia. Nutr Hosp. 2011:26:1004-10 2.Marrodán Serrano D, et al. Asociación entre adiposidad corporal y presión arterial entre los 6 y los 16 años. Análisis de una población escolar madrileña. 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Prevalencia en España (estudio ALADINO): sobrepeso 26,3%; 25,9% y obesidad 22%; 16,2% respectivamente para niños y niñas. Los datos no difieren de los obtenidos en el estudio EnKid diez años antes. DEFINICIÓN DE SOBREPESO Y OBESIDAD. Hay acuerdo generalizado en usar el índice de masa corporal (IMC) como medida de elección para el diagnóstico de sobrepeso y obesidad. Sin embargo, no lo hay para las referencias de IMC ni los puntos de corte. La GPC 2009 propone las curvas procedentes del estudio semilongitudinal de Hernández et al (1988) para el diagnóstico de sobrepeso (IMC > p90 y <p97 para edad y sexo) y obesidad (IMC > p97). La IOTF propone las de Cole y cols para definir el sobrepeso y la obesidad a nivel internacional. Niños < 2 años lactados al pecho pueden usar las elaboradas por OMS. ETIOLOGÍA. FACTORES DE RIESGO. La etiología de la obesidad es compleja y multifactorial. Es una enfermedad genética (60-80% de la variación observada en el peso se explica por factores heredables). La mayoría de los factores genéticos afectan al peso sólo en presencia de determinadas condiciones ambientales (ambiente obesogénico). También relacionada con patología endocrinológica (hipotiroidismo, déficit hormona de crecimiento, S.Cushing, alteraciones hipotálamo) y medicamentos (insulina, corticoides, psicotropos, antidepresivos, anticomiciales, antihipertensivos, entre otros). Tabla 3: Factores de riesgo de obesidad A. ANTECEDENTES PERSONALES: l Macrosomía (PEEG > 4 kg). l BPEG con rápido catch-up (ganancia de peso). l Ausencia de lactancia materna. l Aumento de IMC > 2 U/año. l Menarquia < 11 años. B. ANTECEDENTES FAMILIARES: l Obesidad parental (si sólo un padre el riesgo se multiplica por 3, si los 2, se multiplica por 10). l Diabetes mellitus tipo 2 y/o dislipemia. C.ESTILOS DE VIDA: l Inactividad física y sedentarismo (más de 2 horas de TV y/o más de media hora de ordenador y videoguegos/día). l Duración del sueño (> riesgo si menos de 7 horas). l Características de la alimentación: - alimentos densos en energía. - elevado consumo de refrescos/bebidas azucaradas. - tamaño de las porciones. - no desayuno o incompleto. - menor número de comidas al día. D. SOCIODEMODRÁFICO: l Nivel socioeconómico-cultural bajo. l Hábitat en medio rural, en países desarrollados. l Factores étnicos. *Se deberá hacer control de IMC anual desde los 2 años de vida FORO PEDIÁTRICO 9 SOBREPESO Y OBESIDAD DIAGNÓSTICO. 1. HISTORIA CLÍNICA: -A. Personales: edad gestacional, peso y longitud al nacimiento, lactancia, beikost, distribución comidas, picoteo, ingesta compulsiva, comidas fuera de casa. Edad inicio ganancia ponderal. Alteraciones del ciclo menstrual. Estilo de vida sedentario (horas de televisión u ordenador), actividad física. -A. Familiares: peso e IMC, hábitos, HTA, dislipemia, cardiovascular, DM 2… 2. EXAMEN FÍSICO: peso, talla, IMC, cintura, TA, distribución grasa, rasgos dismórficos, piel (acantosis, xantomas, hirsutismo…), psicomotor, ortopédicas... 3. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS: Hemograma, bioquímica completa, lipidograma, T4 libre y TSH, glucemia e insulina basal. Otras estarán determinadas por la anamnesis y los hallazgos de la exploración física. TRATAMIENTO Importante asegurarse que tanto el paciente como su familia desean hacerlo y conocer la dinámica familiar. La base es la instauración de un programa multidisciplinar a largo plazo que asocie reorganización de los hábitos alimentarios, actividad física y tratamiento conductual. En menores de 14 años no debe proponerse como objetivo la pérdida de peso sino mantener el mismo (solo proponer pérdida en grados de obesidad excesiva). Alimentación. Alimentación variada (estimulando consumo frutas y verduras por ser más saciantes), evitando la monotonía y las restricciones excesivas y haciendo propuestas en positivo. Actividad física. Favorece la autoestima y la integración entre iguales. Preferibles los mensajes positivos. Al menos una hora aumentando la actividad física en la vida cotidiana. Técnicas de modificación de conducta. Tomar conciencia de las conductas que han conducido al exceso de peso y ser capaz de 10 FORO PEDIÁTRICO introducir cambios. Los padres aprenderán a controlar el entorno. Diseñar de forma conjunta el plan de vida diaria. Cuidar el clima emocional evitando críticas o estigmatización. Tratamiento grupal parece ofrecer buenas expectativas. Uso de fármacos en el tratamiento de la obesidad infantil y adolescente. Solo en casos de obesidad con comorbilidades asociadas y que no hayan respondido a un tratamiento de modificación de la dieta y los estilos de vida. Sólo está comercializado un fármaco con indicación aprobada: orlistat (>12 años) con frecuentes RAM y debe asociarse a suplemento de vitaminas liposolubles. La metformina solo indicada en resistencia a la insulina y diabetes tipo 2 pero sin abandonar tampoco el programa y la adecuada supervisión. PREVENCIÓN. El mejor tratamiento de la obesidad infantil es la prevención ya que es muy difícil tratar la obesidad una vez establecida (niño >p95 de peso para talla al año de edad tiene 3 veces más riesgo de continuar siendo obeso a los 3 años y la mitad de los obesos a los 3-6 años lo serán de adultos).El objetivo es la promoción de la salud y fomentar hábitos saludables en la alimentación, actividad física y ocio, evitando el sedentarismo, con el fin de disminuir la frecuencia e intensidad de los factores de riesgo, que favorecen el exceso de ganancia de peso. ESTRATEGIAS PARA LA PREVENCIÓN DE LA OBESIDAD: 1. Embarazo/prenatal: evitar la malnutrición, ejercicio físico, no fumar, controles glucémicos adecuados (diabetes gestacional). 2. Lactancia: lactancia materna. 3. Familias: comer en un sitio fijo, despacio y sin tele, no saltarse comidas, no picar ni tomar bebidas azucaradas, fomentar el juego, disminuir horas de TV, ordenador o videojuegos, no poner TV en la habitación de los niños. 4.Colegio: poner fuentes, control dietas comedor, ejercicio extraescolar, educación nutricional y hábitos saludables, ir al domicilio andando. SOBREPESO Y OBESIDAD 5. Profesionales sanitarios: revisiones de salud periódicas, si FR recomendar hábitos saludables y hacer seguimiento periódico, favorecer ejercicio y alimentación correcta, identificar y tratar comorbilidades, derivar especialistas… 6. Gobierno: etiquetado de alimentos (aporte calórico), control menú comedor escolar, campañas publicitarias, control publicidad comida rápida, programas educación nutricional escolar, creación parques, polideportivos, carril bici. COMORBILIDADES. Afectan al sistema endocrino-metabólico, cardiovascular, gastrointestinal, pulmonar, ortopédico, neurológico, dermatológico y al campo psicosocial. Los niños pequeños para la edad gestacional, si han mostrado un rápido incremento del peso en los primeros meses de vida, asocian a un mayor riesgo de resistencia a la insulina, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial y aterosclerosis en la vida adulta. Numerosos estudios han demostrado la relación entre la obesidad en la infancia y la adolescencia con RCV y mayor mortalidad en la edad adulta. Recientemente, Juonala et al, han comunicado que aquellos niños que tuvieron peso corporal elevado (sobrepeso u obesidad) en la infancia pero no son obesos en la edad adulta tiene perfiles de riesgo cardiovascular semejantes a los de los individuos que nunca fueron obesos. Por el contrario, los individuos con IMC elevado en la infancia que de adulto eran obesos tuvieron más riesgo de padecer diabetes 2, concentraciones elevadas de LDL y triglicéridos y arteriosclerosis. BIBLIOGRAFÍA 1. M.T. Muñoz Calvo, M.I. Hidalgo Vicario. Obesidad en la infancia y en la adolescencia. Pediatr Integral 2011; XV(6): 567-579. 2. Ana Martinez Rubio. Abordaje de la obesidad infantil en atención primaria. Vox paediatrica 2010; 17(2):33-40. 3. Bel Colmós J, Murillo Valles M. Obesidad y síndrome metabólico. Protoc diagn ter pediatr. 2011:1:228-35. 4. Martinez Rubio A, Soto Moreno AM et al. Plan integral de obesidad infantil de Andalucía: 2007-2012. 5. Jennifer L. Baker, Ph.D., and Thorkild I.A. 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Si estos niños normalizan su peso antes de los 7 años, el riesgo es similar a los que no fueron obesos. FORO PEDIÁTRICO 11