Los defensores de los derechos humanos en África, amenazados

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ÍNDICE AI: AFR 01/07/98/s
Servicio de Noticias 213/98
FECHA DE EMBARGO: 14.00 GMT DEL 2 DE NOVIEMBRE DE 1998
Los defensores de los derechos humanos en África, amenazados
JOHANESBURGO – Cincuenta años después de la adopción por las Naciones Unidas de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, africanos de todo el continente continúan siendo víctimas
de homicidios, torturas y encarcelamientos por defender sus derechos, según afirman los delegados de la
primera Conferencia Panafricana de Defensores de los Derechos Humanos, que se celebra en Sudáfrica
del 2 al 4 de noviembre.
Aproximadamente un centenar de activistas de base de unos 44 países africanos participan en la
conferencia, culminación de los talleres regionales organizados por Amnistía Internacional en África del
Norte, Oriental, Occidental, Central y Meridional como parte de su campaña de un año de duración para
conmemorar el 50 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
La inauguración oficial de la conferencia corrió a cargo de Jacob Selebi, director general del
Departamento de Asuntos Exteriores sudafricano, y Pierre Sané, secretario general de Amnistía
Internacional.
En su discurso de inauguración, Pierre Sané afirmó: «Los dirigentes africanos se han
comprometido a defender y promover los derechos humanos básicos de sus ciudadanos contenidos en la
Declaración Universal de Derechos Humanos. Sin embargo, la realidad muestra que no han cumplido sus
promesas».
«De hecho, como pueden atestiguar personalmente muchos de los delegados que asisten a esta
conferencia, lejos de respetar estos derechos los gobiernos hacen en todo el continente todo lo que
pueden para negárselos a sus ciudadanos y torturan, matan y encarcelan a los valientes que tratan de
pedirles responsabilidades.»
«Ante tales agresiones ─añadió Sané─, la comunidad internacional tiene la obligación de proteger
a los defensores de los derechos humanos, ya que sin su valor y sus ideas no hay futuro para los derechos
humanos en África.»
Los talleres que se desarrollarán durante la conferencia se centrarán en las amenazas que sufren
los defensores de los derechos humanos en África, especialmente los peligros a los que se enfrentan los
activistas que trabajan por los derechos de la mujer, el papel de los periodistas como promotores de
derechos humanos y la creación de una red africana de defensores de los derechos humanos para vigilar
los abusos y elaborar mecanismos para la protección de los defensores.
En muchos de los países representados, el Estado o bien se ha inhibido de su responsabilidad de
proteger los derechos humanos o es el responsable de violarlos. En otros, los derechos humanos han sido
lo primero que ha desaparecido con el derrumbamiento del Estado. Los defensores de los derechos
humanos han asumido el fundamental papel que el gobierno no puede o no quiere desempeñar y, a
consecuencia de ello, suelen ser víctimas de graves abusos.
Los defensores que participan en la conferencia proceden de diversos ámbitos profesionales:
trabajadores de organizaciones no gubernamentales, periodistas, abogados, trabajadores de desarrollo
sobre el terreno, activistas en favor de los derechos de la mujer y sindicalistas. Todos ellos describen las
amenazas a las que se enfrentan diariamente y cómo actúan ante las distintas formas de hostigamiento,
desde las escuchas telefónicas al asesinato, pasando por la infiltración, el arresto y la tortura.
En Túnez, organizaciones no gubernamentales como la Asociación Tunecina de Mujeres
Demócratas han tenido sus oficinas bajo vigilancia policial, sus miembros y líderes han sido objeto de
interrogatorio, seguimiento y hostigamiento por parte de la policía, sus reuniones y otras actividades han
sido prohibidas o interrumpidas, su correo, confiscado, y sus teléfonos, intervenidos. Las autoridades
también han instigado campañas públicas de desprestigio contra algunos destacados defensores y han
encarcelado a otros por cargos falsos.
Uno de los participantes en la conferencia, Pius Njawé, director del más antiguo periódico
independiente de Camerún, Le Messager, ha sido detenido como preso de conciencia en varias ocasiones.
La última vez fue en diciembre de 1997, tras publicar un artículo que ponía en duda el estado de salud del
presidente Paul Biya. Condenado a un año de cárcel, cumplía su pena en condiciones de encarcelamiento
extremadamente duras cuando el presidente le concedió el indulto y quedó en libertad el 12 de octubre de
1998.
Desde el inicio, en agosto de este año, del conflicto armado en la República Democrática del
Congo, la situación de los defensores de los derechos humanos se ha ensombrecido. Según los informes,
el 6 de agosto de 1998, Jacques Semurongo, dirigente de la organización de derechos humanos Héritiers
de la Justice, fue abatido a tiros por miembros de la oposición armada. Otros defensores de los derechos
humanos se han visto obligados a huir del país.
En Ruanda, los defensores de los derechos humanos sufren intimidaciones y hostigamientos que
van desde amenazas y críticas en público a arrestos, agresiones y homicidios. En esta situación, son pocos
los que se atreven a denunciar públicamente las violaciones. Corren peligro los periodistas independientes,
los abogados, los líderes religiosos y todo aquel que es considerado opositor político.
En Zambia, el gobierno continúa hostigando a los periodistas. Aún hay hasta 20 causas criminales
pendientes promovidas por el gobierno contra los periodistas de The Post y de otros periódicos. En
septiembre, Masautso Phiri, ex director de The Post, seguía acusado de «conducta probable causa de
quebranto de la paz». Fue arrestado mientras fotografiaba los malos tratos de la policía a miembros del
partido de la oposición al disolver una concentración política que se celebró en noviembre de 1997 en
Kabwe.
En África Oriental el panorama también es sombrío. Las organizaciones keniatas de derechos
humanos han sufrido bombas incendiarias en sus oficinas, amenazas de muerte, arrestos arbitrarios de sus
miembros acusados de falsos cargos, torturas, intimidaciones constantes y hostigamientos.
La conferencia concluirá el miércoles con la «Declaración de Johanesburgo» para proteger y
promover el trabajo de los defensores africanos de derechos humanos. Esta declaración se presentará en
la primera cumbre mundial de defensores de derechos humanos, que se celebrará en el mes de diciembre
en París.
Está previsto que la declaración incluya planes regionales para mantener en contacto y
salvaguardar a los defensores que están en peligro, y también planes internacionales para captar apoyos en
organismos tales como la Organización de la Unidad Africana (OUA).
Es probable que la conferencia se clausure con un llamamiento a la OUA para que muestre su
compromiso con la mejora del historial de derechos humanos de África adoptando una declaración
similar al Proyecto de Declaración sobre los Defensores de los Derechos Humanos, de las Naciones
Unidas, que será aprobada en diciembre por la Asamblea General de la ONU.
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