Las columnas periodísticas como fuentes para la - Inicio

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
UNIDAD AZCAPOTZALCO
DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
POSGRADO EN HISTORIOGRAFÍA
Las columnas periodísticas como fuentes para la historia:
el caso de Consuelo Colón en El Universal Gráfico.
Los años cuarenta en México
TESIS
Que para obtener el grado de Doctora en Historiografía
presenta Cecilia Colón Hernández
Directora de tesis: Elsa Ernestina Muñiz García
Sinodales:
Elvira Hernández Carballido
Ana Lau Jaiven
José Agustín Ronzón León
Esta tesis fue hecha gracias al apoyo de becas para posgrado
otorgado por CONACYT
México, D.F., marzo del 2014.
~2~
ÍNDICE
Dedicatoria
4
Agradecimientos
6
Introducción
9
Estado de la cuestión
20
CAPÍTULO 1.- Contexto social y político: los años 40.
35
1.1.- La lucha de los grupos feministas por la obtención
del voto y la igualdad ciudadana entre hombres y mujeres
en las década de 1930-1940.
35
1.2.- La importancia de la educación en el contexto de las
tensiones entre el Estado y la Iglesia por mantener el control
de la población.
63
CAPÍTULO 2.- Cultura de género hegemónica en los años
cuarenta en México.
82
2.1.- La construcción del mundo a través de las palabras.
85
2.2.- Representación femenina.
90
2.3.- Los discursos de la cultura de género hegemónica.
95
2.3.1.- El discurso de las buenas maneras.
95
2.3.2.- Los boleros.
106
2.3.3.- El cine.
121
2.3.4.- Los discursos de la religión y la educación.
129
CAPÍTULO 3.- Las columnas periodísticas y la cultura de género:
fuentes para la historia.
3.1.- Las columnas femeninas en diferentes diarios.
137
139
3.1.1.- El día.
140
3.1.2.- Excélsior.
142
3.1.3.- Novedades.
144
3.1.4.- El Universal Gráfico.
157
~3~
3.1.4.1.- Actividades de la mujer mexicana.
158
3.1.4.2.- Tribuna de la mujer.
161
3.1.4.3.- ¿Se reconoce usted, amiga?
163
3.1.4.4.- Olvidé enviar mi carta…
166
3.1.4.5.- El amor está al teléfono.
170
3.1.4.6.- De nuestras realidades.
173
3.1.4.7.- Maquillaje social.
174
3.1.4.8.- Consultorio de belleza.
175
3.1.4.9.- La moda al día.
176
3.2.- Mujeres de México, un libro que recoge la presencia
femenina en la década de 1940.
CAPÍTULO 4.- Consuelo Colón, una columnista a tono con su época.
183
197
4.1.- El horizonte cultural de Consuelo Colón: formación
académica, entorno social y laboral dentro del periodismo.
199
4.2.- La Revista Mutualidad: abriendo espacios para la
pluma femenina en medio de un contexto masculino.
207
4.2.1.- Antecedentes mutualistas.
209
4.2.2.- La Revista Mutualidad.
214
4.2.3.- La mutualidad.
219
4.2.4.- La Página Femenina.
222
Conclusiones
229
Anexo
235
Bibliografía
298
~4~
DEDICATORIA
A mis padres, in memoriam, Yolanda Hernández Zárate y Javier Colón Ramírez.
A mi esposo, Miguel Ángel Iglesias Salas.
A mi hijo, Uriel Iglesias Colón.
A la inspiradora de este trabajo, in memoriam, Consuelo Colón Ramírez.
A toda mi familia paterna, por conocernos mejor y sentirnos orgullosos de quien
venimos.
~5~
CONSUELO COLÓN RAMÍREZ
(1904-1964)
~6~
AGRADECIMIENTOS
Quizá uno de los defectos más detestables en el ser humano sea la
ingratitud, no hay nada más intolerante y que hable mal de una persona que el
hecho de no ser agradecida con quienes le han ayudado a realizar algo.
Por este motivo, no quiero dejar pasar este trabajo que ha sido tan
importante en mi aprendizaje, mi trayectoria académica y mi formación como ser
humano, sin hacer un reconocimiento público a todas aquellas personas que me
ayudaron en diferentes etapas de esta investigación con sus consejos, su apoyo y
su interés.
Obviamente quien encabeza esta lista es la Dra. Elsa Muñiz, quien más que
una maestra fue mi amiga, mi cómplice y la persona que me apoyó desde el inicio
y tuvo la confianza suficiente en mí para saber que esto tendría un final feliz, vaya
para ella todo mi cariño, mi más profundo agradecimiento y respeto por su
trayectoria, sus conocimientos y, sobre todo, su paciencia y trato amable. El Dr.
José Ronzón también es responsable de esto, pues fue quien me impulsó a
continuar con este doctorado cuando acabé mi maestría y siempre creyó en mí, él
tiene mi agradecimiento profundo y además mi amistad sincera. Las Dras. Ana
Lau y Elvira Hernández, mis lectoras animosas, a quienes les debo el haberme
apoyado no sólo aceptando ser mis lectoras, sino compartir conmigo (a veces sin
ellas saberlo) mucho del conocimiento que aprendí sobre feminismo y periodismo,
pues las leía con el orgullo de poder decir: “Yo las conozco”. A todos los maestros
que integran el claustro del posgrado de Historiografía en la UAM-Azcapotzalco,
por el conocimiento otorgado y la paciencia que tuvieron al contestar con
amabilidad mis preguntas, mis cuestionamientos y, a veces, mis dudas
existenciales.
Ahora es el turno de mi familia. Este agradecimiento es muy especial, pues
va para mis sobrinos paternos, nietos de Consuelo Colón: Miguel Ángel, Consuelo,
~7~
Mónica y Liliana, ellos me apoyaron, me echaron muchas porras y compartieron
conmigo documentos que pertenecieron a su abuela y con esto me ayudaron a
entenderla, a valorarla y a reconocer el enorme trabajo periodístico que hizo
durante esos años 40. A Gonzalo García Colón, un primo que me ayudó a conocer
la vida personal de Consuelo Colón y este conjunto de anécdotas e historias
familiares son las que me hicieron entenderla mejor. A Cuauhtémoc y Susana, mis
primos, y a Pepe y Luisa, mis cuñados, que son también mis fans y siempre me
apoyaron con su presencia en todo lo que hacía.
La amistad es un don con el que la vida me ha bendecido y a lo largo del
camino tuve muchos amigos que estuvieron a mi lado, no puedo dejar de
nombrarlos porque sin ellos, sin sus palabras de aliento, su presencia y las
discusiones que enriquecieron mis puntos de vista, mi investigación no hubiera
sido igual: Laura Guerrero, Roxana Elvridge-Thomas, Emalí Navarrete, Priscila
Espinosa, Miguel Ángel Tenorio, Iraís Tecuatzin, Dulce Medellín, Sergio del Angel,
Enedina Martínez, Enrique Fuentes, Leticia Romero, Óscar Mata, Aída Emart,
Antonio Mayer, Sofía Retana, Margarita Alegría, Alejandro Caamaño. A mis
compañeros de generación con quienes compartí materias, discusiones agradables
y correos electrónicos: Alfredo Moreno, Miguel Ángel Barrón, Alejandro Ramos,
pero sobre todo a Raquel Rivero, más que mi compañera de banca, mi amiga y
quien me prestó su hombro cuando una que otra lágrima de ansiedad hacía presa
de mí.
A todas las chicas que forman Congenia, A.C., pues gracias a los valiosos
cursos que imparten, pude entender conceptos sobre el feminismo, vaya para ellas
mi reconocimiento y agradecimiento.
Mi más profunda gratitud y también un reconocimiento muy especial a
CONACYT por el apoyo económico que me brindó los tres primeros años de mis
estudios doctorales. Tampoco puedo dejar fuera el apoyo enorme que la
Hemeroteca Nacional me brindó durante toda mi investigación en sus
~8~
instalaciones, en los periódicos y no sólo a ella, como institución, también a
quienes laboran en ella y me ayudaron con sus búsquedas dentro de los acervos.
Finalmente, a todos mis alumnos que sabían que estaba metida en esta
investigación y me preguntaban cómo iba y lo orgullosos que se sentían de tener
una maestra que estaba haciendo un doctorado; puedo decirles hoy que ese camino
llega a su fin, pero habrá otros también importantes que ayudarán a mi formación
como profesora.
No podría cerrar este pequeño apartado sin dejar de nombrar a las dos
personas más importantes de mi vida, sin quienes no podría emprender ningún
proyecto, pues ellos son mi motor y mi alma: Miguel Ángel Iglesias, mi esposo, y
Uriel Iglesias Colón, mi hijo; gracias por estar conmigo, por el apoyo que siempre
me brindaron, por la paciencia, el amor y tantas experiencias que compartimos a lo
largo de esta investigación que sirvieron para unirnos más.
Cierro mi gratitud con una nota especial a Consuelo Colón, mi tía paterna, a
quien nunca conocí, pero quizá soy quien mejor la conoce ahora. A mis padres:
Yolanda Hernández Zárate y Javier Colón Ramírez por todo lo que me dieron y
enseñaron en vida y por la persona que hicieron de mí; vaya para los tres mi más
profundo agradecimiento y mi cariño incondicional en donde quiera que se
encuentren.
~9~
INTRODUCCIÓN
El periodismo femenino ha sido una vertiente que requiere ser más
estudiada e investigada, no obstante, se debe hacer hincapié que en los últimos
años mucho de lo escrito sobre este medio de comunicación ha sido pertinente
como fuente para rescatar la historia del periodismo de las mujeres. A través de las
colaboraciones periodísticas femeninas, ya sean en artículos o columnas, se puede
conocer cuáles eran las noticias sobre las que escribían alguna opinión, cuáles eran
las secciones y columnas de los diarios en donde podemos encontrar huellas de
ellas y cuál era su intención al hablar de determinados temas y omitir otros. Este
mapeo ha ayudado a ir conformando una historia del periodismo femenino que ha
abierto nuevas vetas de estudio. Aunque aquí se puede abrir un paréntesis, pues
muchas veces los propios periódicos asignaban espacios ya “pactados para las
mujeres” –lo pongo entre comillas porque es probable que este pacto no haya sido
voluntario sino marcado por una costumbre social–, o bien, eran espacios que ellas
debían abrir gracias a su trabajo y tenacidad –no se puede olvidar que este ámbito
laboral era, cuando inició el periodismo como una empresa a principios del siglo
XX, prácticamente de la exclusividad masculina–, o tal vez se pensaba que era lo
único para lo que ellas estaban capacitadas desde un punto de vista muy
convencional. Sin embargo, hay que recalcar que uno de los grandes logros
femeninos consistió, precisamente, en la apertura de estos espacios públicos a las
mujeres sin importar si estaban pactados o no; lo fundamental era entrar y tener
una presencia que poco a poco fue adquiriendo mayor significado.
La imagen actual de periodistas como Carmen Aristegui, Lidia Cacho o
Anabel Hernández cada vez se hace más común en el ámbito de una expresión
periodística gracias a las mujeres que han luchado, desde el siglo XIX, por
conseguir un lugar donde su voz tuviera un valor y un sitio para expresarse. La
trascendencia que tiene el hecho de que en este siglo XXI se pueda hablar de un
periodismo hecho por mujeres, en donde ellas asumen la responsabilidad de su
~ 10 ~
opinión, de sus investigaciones y de sus artículos, es una realidad que no se
entendería ni sería posible si no se conociera ese pasado en donde tuvo su origen y
lo que poco a poco se fue consiguiendo con tenacidad y mucha voluntad. La
presencia femenina en este ámbito laboral permitió la apertura a nuevas
perspectivas de opinión y puntos de vista. En la actualidad podemos ver que la
opinión femenina también es decisiva y su integración no sólo a la vida dentro del
país sino a nivel global es cada vez más importante y tomada en cuenta.
El objetivo principal de esta investigación es tomar las columnas
periodísticas que aparecían en los diarios de la década de 1940 firmados por
mujeres como fuentes para la historia. La hipótesis que manejo es que en un
sentido historiográfico, a través de estas columnas periodísticas –cuyo rescate ya
sería de suyo un aporte muy valioso– se puede conocer y analizar un discurso
específico que manejaba una serie de representaciones femeninas; al mismo tiempo
es posible conocer la cultura de género hegemónica de los años cuarenta cuyas
bases y principios aún se pueden ver y sentir en la actualidad.
Mi interés por rescatar las columnas periodísticas es que éstas reflejan no
sólo lo que se vivía en esas décadas, pues la historia no es sólo lo que sucede,
también es el relato de ésta y por muchos años, en México, las mujeres habían
quedado excluidas de este relato, como dice Michelle Perrot: “[Estuvieron]
sepultadas bajo el silencio de un mar abismal”.1 Ella afirma que a las mujeres se les
veía muy poco en espacios públicos, su trabajo era hacia el interior de la familia y
del hogar:
Porque se las ve poco, se habla poco de ellas. Y ésta es una segunda
razón de silencio: el silencio de las fuentes. Las mujeres dejan pocas huellas
directas, escritas o materiales. Su acceso a la escritura fue más tardío. Sus
producciones domésticas se consumen más rápido, o se dispersan con mayor
facilidad. Ellas mismas destruyen, borran sus huellas porque creen que esos
rastros no tienen interés. Después de todo, sólo son mujeres, cuya vida cuenta
poco. Hay incluso un pudor femenino que se extiende a la memoria. Una
desvalorización de las mujeres por ellas mismas. Un silencio consustancial a la
noción de honor. […] La verbosidad del discurso sobre las mujeres contrasta
1
Michelle Perrot, Mi historia de las mujeres, p. 18.
~ 11 ~
con la ausencia de información precisa o detallada. Lo mismo ocurre con sus
imágenes. Producidas por los hombres, estas imágenes nos dicen, sin dudas,
más sobre los sueños o los temores de los artistas que sobre las mujeres reales.
Ellas son imaginadas, representadas, más que descritas o narradas.2
Realmente es una labor casi titánica y de anticuario el querer recobrar el
legado que algunas mujeres dejaron por varias razones, además de las ya
comentadas por Perrot: por educación, los papeles que ellas escriben son
susceptibles de ser destruidos sin que su familia o amigos objeten nada y porque
“convencidas de su insignificancia, muchas mujeres, extendiendo a su pasado el
sentimiento de pudor que se les había inculcado, destruían –y destruyen– sus
papeles personales al final de sus vidas”.3 Desgraciadamente esta actitud ha traído
como consecuencia la pérdida absoluta de esas fuentes que pueden servir para
construir y difundir un conocimiento que va más allá de la perspectiva femenina,
es ese relato incluyente de género que hace falta en la actualidad para que la
historia realmente pueda ser completa.
Además de lo anterior, las columnas periodísticas van a reflejar la
personalidad de quien las escribe, porque tienen un estilo propio, las define el
tema que tocan y hasta el título que ostentan, ésta es la característica que las hace
diferente de las demás columnas que aparecen en el resto del periódico.4 Por otro
lado, las columnas también van a mostrar la condición que vivían las mujeres en
esa década, van a dar cuenta de las ideas, los valores y las costumbres que se
vivían desde una perspectiva femenina a partir de un análisis de lo que se escribía
y cómo se escribía, además de una metodología que permita hacer que este
conocimiento enriquezca la historia del periodismo femenino. A partir de esto,
trabajaré con las columnas escritas por Consuelo Colón publicadas en la década de
Ibid, p. 19. Las cursivas son de la autora.
Ibid, p. 26.
4
Según Pastora Moreno Espinoza, la columna periodística “ha representado el estandarte de un
periodismo de ideas, muy crítico y de una excelente calidad literaria”. (“Géneros para la opinión: el
comentario o columna”, [en línea]). En el capítulo correspondiente detallaré más sobre este género
periodístico. Esto nos da cuenta de la importancia de las columnas dentro de la construcción de las
representaciones femeninas.
2
3
~ 12 ~
los cuarenta en el periódico El Universal Gráfico, mostrando que éstas pueden ser
tomadas como fuentes para la historia del periodismo femenino en particular y
para la historia de las mujeres en general; por lo que es necesario conocer el
horizonte de enunciación de la periodista, así como su obra.
Ahora bien, entender el discurso que fue conformando una cultura de
género hegemónica implica también el conocimiento de algunos factores políticos
y sociales para comprender los valores que eran remarcados dentro de una
sociedad posrevolucionaria (1920-1940) que se estaba construyendo. La presencia
femenina en el ámbito público no era constante, había habido muchos
movimientos y agrupaciones feministas, pero fuera del Frente Único Pro Derechos
de la Mujer (FUPDM)5 –que culmina hacia fines de los años 30–, los demás
difícilmente se acercaban siquiera al número de simpatizantes que militaban en él.
Ana Lau Jaiven explica que la razón por la que se logró apaciguar a los
movimientos femeninos de esos años, incluyendo al FUPDM, fue el haber
integrado sus demandas a las del partido oficial, de esta manera, las mujeres
sentían que tendrían más fuerza y serían más visibles, situación que no se dio.6
Al hacer un balance de las mujeres que habían alzado su voz en las tribunas
públicas, llámense congresos, juntas, publicaciones colectivas como periódicos y
revistas, la realidad deja ver que fueron muy pocas en comparación con todas las
que se limitaban a escucharlas –a veces muy ocasionalmente–, pero que no
tomaban ninguna acción concreta ni a favor ni en contra, sin olvidar que muchas ni
siquiera estaban enteradas de todo esto. A fin de cuentas, ese grupo que formaba
parte de algún movimiento no dejaba de ser una minoría dentro de la población
femenina que podía tomar parte también en esos grupos.
Después de un sexenio tan complicado como fue el de Lázaro Cárdenas en
donde hubo propuestas de cambios muy fuertes en todos los ámbitos: político,
Cfr. el libro de Anna Macías, Contra viento y marea. El movimiento feminista en México hasta 1940.
Cfr. Ana Lau Jaiven, “Expresiones políticas femeninas en el México del siglo XX: el Ateneo
Mexicano de Mujeres y la Alianza de Mujeres de México (1934-1953)”, pp. 93-95.
5
6
~ 13 ~
económico, educativo y social, llegó Manuel Ávila Camacho7 cuyo régimen se
caracterizó por hacer un llamado constante a la unidad nacional, por retomar,
reivindicar y valorar el papel de las mujeres dentro del hogar, además de fomentar
los valores tradicionales y conservadores en todo sentido, pues el escenario de la
Segunda Guerra Mundial acompañó casi la totalidad de su periodo, así que en
medio de un ambiente mundial tan tenso y violento, lo mejor era no provocar más
reacciones que pudieran desatar otros conflictos y enfrentamientos de orden bélico
dentro del país. La finalidad era mantener un clima de paz, tranquilidad y calma
ante la furia desatada en el resto del mundo.
Aprovechando esta situación de guerra, México logró buenos niveles de
industrialización que hacia el final de la década se denominaría como “el milagro
mexicano”. Instituciones importantes como el IMSS, el ISSSTE, los diferentes
sindicatos que luchaban por mejorar la condición laboral de los trabajadores y
obreros, el cambio de instalaciones de la UNAM en el Centro de la Ciudad, por las
definitivas mucho más grandes y amplias en el sur, etcétera, mostraban que en los
rubros de salud, laboral y educativo el país en general iba por buen camino, no
eran necesarias luchas confrontantes entre los gobiernos de esa década con grupos
sociales; aparentemente, la calidad de vida de los mexicanos mejoraba y había que
mostrar esta situación no sólo con hechos sino también reforzarla a través de la
mejor manera: los periódicos que eran leídos por mucha gente. Los diarios debían
avalar este discurso en sus diferentes secciones, artículos y columnas para
legitimar los procesos políticos que se llevaban a cabo.
Por lo anterior, reafirmo la hipótesis que ya mencioné y propongo que
además del análisis del discurso periodístico femenino en los años 40, se revalore a
Cabe recordar que, aunque militar, Ávila Camacho fue un presidente conciliador con todos los
sectores sociales, lo que le valió el mote de “Presidente caballero”, su política fue un llamado
constante a la unidad nacional, a la confraternidad y a la cooperación. No se puede dejar de lado
que el 15 de septiembre de 1942 tuvo lugar la Asamblea de Acercamiento Nacional en la Plaza de la
Constitución, a la que asistieron todos los expresidentes que aún vivían, incluyendo a Plutarco Elías
Calles, quien había sido exiliado por Lázaro Cárdenas unos años antes y con Ávila Camacho pudo
regresar al país para morir tranquilamente en su casa poco tiempo después de su retorno. Cfr.
“Manuel Ávila Camacho 1897-1955”, [en línea] para conocer más detalles sobre su gobierno.
7
~ 14 ~
las columnas periodísticas como fuentes para la historia del periodismo femenino.
Como dice Elena Urrutia: “No se trata del “discurso de lo femenino”, es decir, de la
mujer pensada y hablada por los hombres, sino del “discurso femenino”, la mujer
pensada y hablada por las mujeres”,8 lo cual resulta interesante para recuperar no
sólo el discurso, sino para enriquecer una parte de la historia de las mujeres, la que
se refiere a su postura pública, independientemente de que hayan tomado una
bandera política o no, el hecho de poder publicar lo que se escribe, implica una
presencia dentro de un espacio que no era femenino y eso ya era bastante en esos
años.
De aquí que otro de los objetivos de mi investigación sea el análisis y el
planteamiento de una representación idealizada de las mujeres propuesta en la
cultura de género hegemónica dentro del discurso periodístico que, al mismo
tiempo, recupera otros discursos de la época. Las periodistas pedían para sus
congéneres el libre acceso a la educación y al trabajo igualitario, amén de un
mismo trato en estos rubros con respecto a los hombres, pero sin implicar una
confrontación directa con el Estado o las instituciones y la sociedad en general. La
cultura de género es una práctica discursiva desde la misma cultura y esto se ve
reflejado en los artículos periodísticos de la época que, al pasar por el tamiz de un
análisis discursivo, se pueden convertir en documentos cuando se retoman para
estudiar una época determinada, pues dan las pautas para entender cómo se
construye la cultura de género.
Al mismo tiempo, resulta interesante la constante primicia con la que por
todos lados y a través de todos los discursos se impulsaba a las mujeres a ser
buenas esposas y buenas madres, cuya misión principal era ser las guardianas de
la familia, lo que redundaría en fomentar la unidad no sólo familiar sino también
nacional, como parte de un discurso político firme y contundente. La insistencia en
este tema llama la atención y aunque la respuesta puede no ser tan obvia, es claro
que se buscaba que las mujeres no dejaran su entorno hogareño, pues no resultaba
8
Elena Urrutia, “Presentación”, p. 11.
~ 15 ~
conveniente para la sociedad de esa década; aunado a esto, existía el temor por
parte de los hombres ante lo que se veía en otras sociedades como la
norteamericana o las europeas, en donde las mujeres podían trabajar fuera de casa,
había más libertad en ese sentido y, en consecuencia, habían descuidado su hogar
por perseguir fines e intereses individuales y “egoístas” que dejaban de lado a la
familia. En esos años, en México se buscaba un orden con valores tradicionales, no
hay que olvidar que uno de los principales objetivos era la reconstrucción nacional
y la familia era una piedra angular en este proceso.
Existía un discurso, desde la cultura de género, que le daba solidez a los
gobiernos posrevolucionarios y que proponía y remarcaba los comportamientos de
hombres y mujeres muy específicos, a partir de las representaciones tanto
femeninas como masculinas, de una división sexual del trabajo y de un principio
heterosexual con acciones permitidas y prohibidas tanto a hombres como a
mujeres, de tal manera que la cultura de género se encontraba en la base que
sustentaba el sistema político, económico y social, como punto de partida del
orden social.
Hacer un análisis desde una perspectiva historiográfica me ha permitido
resaltar dos aspectos: por un lado, la metodología a seguir para la producción y
difusión del conocimiento a través de los documentos, en este caso, de las
columnas periodísticas, y por otro lado, el análisis del discurso que se manejaba y
que reflejaba una cultura de género. El análisis discursivo está en función de las
teorías de Michel Foucault y Roger Chartier, quienes han iniciado ya un camino en
la investigación historiográfica. En su libro El mundo como representación, Roger
Chartier, hablando de los historiadores y las nuevas rutas de investigación, dice
que: “surgen [las] características específicas de la historia de las mentalidades:
preferencia dada a la mayoría, por lo tanto, a la investigación de la cultura
considerada popular”.9 De esta manera, las manifestaciones más populares y
menos elitistas, como lo escrito en los diarios, cobra importancia porque se va a
9
Roger Chartier, El mundo como representación, p. 47.
~ 16 ~
involucrar con lo que pasaba en la sociedad y va a contribuir en buena medida a la
construcción de símbolos y de representaciones sociales.
También me baso en Teresa de Lauretis para hacer el análisis de la
construcción de la feminidad como una representación idealizada a la que debían
aspirar las mujeres. Ella analiza esta representación femenina ligada a la cultura de
género hegemónica de esos años a partir de lo que ella llama la tecnología del
género.
La comprensión de los aspectos ya mencionados, requiere necesariamente
de una mirada retrospectiva en términos sociales y políticos de los años 40. La
perspectiva histórica va también en función de una revisión de las acciones y
actividades femeninas realizadas en esas décadas, es decir, a través de los
movimientos políticos y sociales feministas, sus logros y sus agrupaciones más
representativas. Esto refleja el hecho de que había un grupo de mujeres que
buscaba tener más derechos. En las décadas de los 20 y 30 muchas se unieron para
conseguirlos, sin embargo, el resultado no fue el anhelado, pero es importante
saber no sólo sus intenciones, sino la forma en que trataron de llevarlas a cabo,
sobre todo, dar cuenta de la cultura de género hegemónica de la época.
Con base en lo anterior y ante la imposibilidad, por lo titánico del trabajo, de
revisar todas las columnas femeninas que salieron en todos los diarios de la década
de 1940, me limito a tomar una muestra de varios periódicos, pero hago hincapié
en la de El Universal Gráfico por ser la más variada y rica en temas y puntos de vista
y como ejemplo, tomo a la columnista más importante de esos años en la sección
femenina: Consuelo Colón, quien no firmaba con su nombre todos sus artículos,
dada la variedad de los mismos, utilizaba diversos pseudónimos.
El corpus en el que baso este análisis es el siguiente:
- Las secciones femeninas de los periódicos El día, Excélsior y Novedades para hacer
un muestreo, dar cuenta de los temas sobre los que se escribía en comparación con
la sección femenina de El Universal Gráfico, de esta manera, se pueden confrontar
los intereses femeninos reflejados en los diarios de esa década.
~ 17 ~
- En la sección “De y para la mujer” del periódico El Universal Gráfico en la década
de 1940,10 analizo las columnas que la formaban, ya que el contenido que cada una
manejaba obedecía a diferentes temas que desde una perspectiva de cultura de
género van a remarcar las representaciones ideales femeninas. Los títulos son los
siguientes: “Olvidé enviar mi carta…” por Zelma; “De nuestras realidades” por
Beatriz; “¿Se reconoce usted, amiga?” por Mayra; “El amor está al teléfono” por
Silvia; y “Tribuna de la mujer”, “Actividades de la mujer mexicana”, “Consultorio
de belleza”, “Maquillaje social” y “La moda al día” por Consuelo Colón. Las
columnas salían aproximadamente tres veces por semana y a veces coincidían
todas en un mismo día.
- Los artículos de los 10 primeros números de la Revista Mutualidad, 1937-1938. Sólo
analizaré esos números porque fueron los únicos que salieron a la luz pública;
aunque en el editorial del último, Consuelo Colón anuncia que dejará la dirección
y que alguien tomará su lugar, el hecho es que desaparece la revista. Lo interesante
es que una de las personas que más impulsó su publicación fue, precisamente, la
periodista Consuelo Colón, quien fungió como Directora de la revista, Jefa del
Departamento de Prensa y Publicidad y periodista; fue la única mujer que trabajó
en ella y su labor periodística comprendía la entrevista, el “Editorial”, algunos
artículos sobre la situación de la mujer en otros países y poemas, amén de los pies
de algunas fotos. Como revista, Mutualidad no manejaba el concepto de columna,
pero sí de secciones fijas que tenían un título establecido y estaban firmadas, en su
mayoría, por los diversos colaboradores, sin embargo, había otros artículos sueltos
que sólo salían ocasionalmente y algunos eran anónimos.
- Mujeres de México (1944) de Consuelo Colón. Aunque no tengo datos del tiraje ni
está avalado por una editorial prestigiosa, el libro, editado por la Imprenta
Gallarda, fue prologado por Gregorio López y Fuentes, quien fue director de El
Universal Gráfico por muchos años y un fuerte impulsor de la sección femenina “De
En realidad, no cubriré la década completa, pues Consuelo Colón inició sus colaboraciones en
1942 hasta su muerte en 1964, por lo que las columnas estudiadas serán las que aparecieron de 1942
a 1950.
10
~ 18 ~
y para la mujer”. El libro en cuestión es el resultado de diversas entrevistas que
Consuelo Colón hizo a mujeres importantes de la época en todos los ámbitos:
político, educativo, artístico, docente y altruista; varias de estas entrevistas salieron
en su columna “Actividades de la mujer mexicana”, de la sección “De y para la
Mujer”. Es un libro valioso que contiene semblanzas de mujeres de la época,11
mostradas para resaltar a aquéllas que poseían las cualidades que las ponían como
ejemplo para las demás, es decir, tenían las virtudes que las convertían en la
representación más cercana de una “buena mujer”. Además de que con esto,
Consuelo Colón probaba dos cosas: que una mujer era tan inteligente como un
hombre y que podía trabajar y atender su hogar sin menoscabo de ninguna de las
dos actividades.
Aunque la investigación consta de cuatro capítulos, en esta introducción
presento el estado de la cuestión, doy cuenta de lo que se ha investigado sobre el
periodismo femenino de los años 40. Cuando entré de lleno a esta parte de mi
investigación me encontré con que el material que había era muy escaso, por no
decir que casi inexistente, sin embargo, poco a poco han salido algunos trabajos e
investigaciones que apunto aquí, no obstante hay que resaltar que justo esta
década está muy olvidada por las historiadoras de la prensa.
En el primer capítulo, hablo de algunos factores sociales, políticos y
educativos que rodearon la época de la posrevolución, es decir, desde 1916 hasta
1940 aproximadamente. Aquí doy cuenta de los congresos que se llevaron a cabo,
de la lucha de algunos grupos feministas, además de los principales movimientos
Al respecto, cabe mencionar algunas coincidencias de este libro con respecto a otros dos, por lo
menos: Vicente Riva Palacio escribió una serie de artículos que publicó en el periódico La República
y que, posteriormente, formarían el libro Los Ceros. Galería de contemporáneos de 1882, en el que hace
semblanzas de sus contemporáneos. Años después, Laureana Wright de Kleinhans también hizo lo
propio, publicó una serie de semblanzas de mexicanas ilustres desde la época prehispánica hasta su
momento actual en el periódico, incluyendo a la primera dama: Carmelita Romero Rubio de Díaz;
posteriormente, y de manera póstuma, fue publicado bajo el título Mujeres notables mexicanas en
1910. Mujeres de México (1944) también contiene semblanzas de mujeres contemporáneas a Consuelo
Colón, los textos fueron publicados primero en el periódico y, al igual que el libro de Laureana
Wright, también incluye la semblanza de la Primera Dama del país: Soledad Orozco de Ávila
Camacho.
11
~ 19 ~
que las mujeres realizaron con el objetivo de obtener el voto, conseguir los mismos
derechos ciudadanos que los varones y de hacer sentir su presencia y su voz; todo
esto sólo como un contexto que va a ayudar a entender de mejor manera la cultura
de género reflejada en las columnas periodísticas.
La tensión que existía, desde el siglo XIX, entre el Estado y la Iglesia por
mantener el control de la población, sobre todo en el área de la educación sigue
privando en esas décadas. Recordemos que en los años 30, durante su sexenio,
Lázaro Cárdenas quiso imponer las ideas socialistas y la laicidad dentro de la
educación; sin embargo, esto no pudo llevarse a efecto como él hubiera querido.
Éste y otros factores que menciono en el capítulo determinaron la vida social de los
años cuarenta; al conocerlos se comprenderá mejor el contexto de esa década, sobre
todo lo que incidió en la cultura de género.
En el segundo capítulo hablo de la parte metodológica y teórica, aquí hago
una reflexión acerca de algunos conceptos historiográficos como historicidad,
discurso y representación, pues es fundamental entender estas nociones para
poder hacer un análisis historiográfico. Estas representaciones sociales fueron las
que a fin de cuentas influyeron de manera decisiva en los comportamientos
femeninos y masculinos y las que formaron la cultura de género hegemónica.
Aunado a lo anterior, ejemplifico la conformación de estas representaciones con
algunos discursos como el de las buenas maneras, la música, el cine, el religioso y
el educativo. Interesante resulta ver que el discurso que se hacía a través de la
radio, como medio masivo de comunicación, se reforzaba gracias a las imágenes
del cine y, por supuesto, a la música de los boleros que, con palabras y notas
musicales, consolidó esta representación femenina. Por otro lado, el discurso
religioso y el educativo son similares debido a que cada uno intenta imponer sus
ideas sobre la conciencia de la población, específicamente sobre las mujeres,
quienes siempre han sido más susceptibles de seguir los preceptos religiosos, pues
ellas tienen en sus manos la formación de sus hijos durante la niñez. No hay que
olvidar que quien tiene el conocimiento tiene el poder.
~ 20 ~
En el capítulo tres hago un breve muestreo de las columnas femeninas que
había también en otros diarios como El Día, Excélsior y Novedades con respecto a las
de El Universal Gráfico, lo cual da una evidencia interesante en dos rubros: lo que
hacían los demás periódicos sobre este tema, el énfasis que ponen las columnas en
la cultura de género y la importancia que adquieren como documentos para la
adquisición y manejo del conocimiento de la historia de las mujeres y del
periodismo femenino, en particular.
Como ya dije anteriormente, analizo las columnas que formaban la sección
femenina de El Universal Gráfico y que eran distintas de las demás; resalto que eran
escritas por Consuelo Colón bajo diferentes pseudónimos; en total, cinco nombres
y una sola mujer detrás de todas éstas. El hecho de que ella escribiera bajo
diferentes nombres, refleja su versatilidad narrativa y la necesidad de hablar sobre
los temas fundamentales de la cultura de género.
Cierro el capítulo con un análisis de su libro Mujeres de México, publicado en
1944 y que es una selección de las entrevistas que salieron originalmente en la
columna “Actividades de la mujer mexicana”, aunque otras más fueron inéditas.
Ella se preocupaba por sacar a la luz y valorar todas las labores que hacían las
mujeres que, como ella, trabajaban y realizaban muchas tareas además de estar
casadas
y
ser
madres
de
familia,
dando
como
mensaje
que
ambas
responsabilidades: el trabajo y la familia, podían conciliarse y hacerse bien.
En el cuarto capítulo presento a la periodista que escogí como ejemplo para
hacer este análisis historiográfico y discursivo: Consuelo Colón. Hablo acerca de su
horizonte cultural resaltando cómo fue que llegó al periodismo. Una de sus
primeras experiencias en este campo fue cuando dirigió la Revista Mutualidad,
órgano informativo de la Confederación Nacional de Sociedades Mutualistas de la
que, además, fue colaboradora. Importante resulta saber que la idea de hacer esta
revista surgió de la propia Consuelo Colón dentro de un Congreso Mutualista, en
donde ella se ofreció para dirigirla, petición que fue aceptada unánimemente. Por
desgracia, la revista no duró mucho tiempo debido a contratiempos económicos y
~ 21 ~
a la indiferencia de los propios socios mutualistas. Sin embargo, fue un esfuerzo
que a ella le significó la apertura de otras puertas laborales como El Universal
Gráfico y la seguridad y práctica que adquirió para poder entrevistar a personas
notables de la época, escribir con soltura y hacer una carrera dentro del periodismo
que, posteriormente, tendría un logro más: los programas radiofónicos.
Incluyo al final de esta investigación un anexo en donde están los artículos
completos que cito a lo largo de esta investigación escritos por Consuelo Colón que
salieron publicados solamente en El Universal Gráfico, están acomodados en orden
cronológico para que sea más fácil su búsqueda y ubicación para los lectores.
Decidí incluir esta información porque me parece imprescindible conocer los textos
completos y ver tanto el estilo de escritura como la manera de presentar el
problema o comentario de que se trate, amén de que jamás será lo mismo leer un
fragmento que el artículo completo, pues de esta forma queda claro el contexto del
que nació la idea que manifiesto cada vez que cito alguno de ellos.
A continuación expongo cómo se encuentra el estado de la cuestión con
respecto a la investigación sobre el periodismo escrito por mujeres en esos años de
1940.
Estado de la cuestión
Después de revisar catálogos de tesis en Ciencias Sociales me encontré con
que hay pocos trabajos dedicados al periodismo en general; aquéllos que tocaban
el tema se centraban en el periodismo masculino y de éste, analizaban sus
diferentes secciones: política, nota roja, económica, deportiva, y cómo incidían en
la perspectiva informativa de los lectores y del país. Son muy pocas las
investigaciones que se detienen en el periodismo escrito por mujeres y cuando éste
es el tema, lo hacen sobre dos grandes vertientes: el que se hizo en el siglo XIX y los
primeros años del XX, y el periodismo actual, es decir, el que se ha escrito de unos
30 años a la fecha aproximadamente. Sobre el periodismo femenino sobresalen los
trabajos hechos acerca de la revista Fem (1976-2006), que fue la primera publicación
~ 22 ~
con una perspectiva feminista, y el suplemento del periódico La Jornada: “La doble
jornada”. Noté que parte del interés también se centraba en las mujeres de grupos
indígenas marginados de los últimos años que buscaban una salida de expresión,
una forma de decir: “aquí estamos representados los grupos minoritarios”. Sin
embargo, encontré dos tesis que tocaban el tema y hablaban específicamente de los
cuarenta: la primera, hecha por Argelia Abril Hidalgo Vázquez es: El Ateneo
mexicano de mujeres y la Revista Ideas 1934-1947, con la que obtuvo su licenciatura en
Historia en la UAM-Iztapalapa en el 2000. Aun cuando el tema central no es
exclusivamente el periodismo femenino, pues incluye la formación y desarrollo del
Ateneo Mexicano de Mujeres, los datos que aporta sobre la revista Ideas, que fue el
órgano informativo de este grupo, son interesantes para ubicar tanto al Ateneo
como a su revista en un contexto histórico determinado que abarca justamente las
décadas de 1940 y 1950. La segunda es de Josefina Hernández Téllez: Adelina
Zendejas: Precursora de la escritura y el periodismo femeninos, con la que obtuvo su
maestría en Ciencias de la Comunicación en la UNAM en el 2001. Aunque el
enfoque tiene que ver más con la recepción y los medios de comunicación, se
preocupa por el análisis del discurso desde una perspectiva pragmática, como ella
la nombra, pero aporta datos sobre la vida de Adelina Zendejas, su trayectoria en
el periódico El Día con su columna “Ellas y la vida”.
De los libros que hablan sobre este tema, son pocas las menciones centradas
en esta labor en la década de 1940. Es un hecho que los periódicos eran manejados
por hombres y las secciones femeninas tenían cuatro temas invariables: recetas de
cocina, consejos para el hogar, moda y maquillaje; sin embargo, son temas que
hasta la fecha siguen siendo importantes. En aquella década, las mujeres buscaron
la forma de poder cristalizar sus deseos de expresión y uno de los cauces que
encontraron para hacerlo fue el periódico y, desde esta trinchera, tener temas más
variados dentro de las páginas femeninas. Aclaro que aunque desde el siglo XIX,
ellas ya escribían en periódicos y revistas, en el XX esto cambia cuando los diarios
se convierten en empresas manejadas por hombres y dejan de ser de una sola
~ 23 ~
persona; por lo tanto, el panorama periodístico cambia completamente en este
sentido.
Si bien es cierto que no puedo abarcar todo lo que ellas escribieron en todos
los periódicos de la época, sí pretendo realizar un muestreo que dé como resultado
una comparación coherente y clara de lo que fue esa década a través del análisis de
un discurso periodístico determinado.
Desde el siglo XIX, ha habido mujeres que han escrito en los periódicos y
sobre todo, en las revistas que a lo largo de dicho siglo salieron a la luz y que
fueron dedicadas a las mujeres; recordemos el Calendario de las Señoritas Mexicanas,
El Álbum de la mujer, Presente Amistoso, Las Violetas del Anáhuac, entre otras
publicaciones. Aunque durante muchos años, los textos femeninos publicados en
éstas y otras revistas pasaron inadvertidos para los investigadores, en los últimos
tiempos han cobrado una importancia muy grande y han sido objeto de estudios,
análisis, tanto histórico como literario, historiográfico y de diversa índole que han
llevado al conocimiento de las inquietudes que tenían las mujeres de ese siglo, qué
era lo que les interesaba y cuál era su perspectiva sobre los diversos asuntos que
tocaban en sus artículos y no sólo eso, también se ha podido observar la respuesta
masculina, que no siempre fue la mejor; algunos varones creían que las mujeres no
podían pensar como ellos por el hecho de que su naturaleza femenina y las
ocupaciones en “las labores propias de su sexo”, como la cocina, los bordados, el
cuidado de los hijos y la casa no les permitían pensar ni hacer otra cosa, era como
si su propia naturaleza les vetara el pensamiento y la reflexión; pero junto a éstos,
había otros que se sorprendían de lo bien que escribían algunas mujeres que se
animaban a publicar sus poesías, prosas y traducciones en las diferentes revistas y
periódicos del XIX.
Respecto a lo anterior, ha habido trabajos de rescate y análisis como el de
Lilia Granillo Vázquez12 y Esther Hernández Palacios: “De reinas del hogar y de la
No se puede dejar de mencionar el libro de Lilia Granillo: Escribir como mujer entre hombres.
Historia de la poesía femenina mexicana del siglo XIX; aunque la perspectiva del libro es más bien
12
~ 24 ~
patria a escritoras profesionales. La edad de oro de las poetisas mexicanas” (2005),
en donde las investigadoras hacen un interesante análisis de cómo pasaron las
mujeres de escribir cartas y diarios personales dentro de un espacio privado, como
es la casa, a hacerlo en un espacio público como son las revistas y los periódicos en
donde podían recibir una crítica. Los temas que tocaban tenían que ver con su
sensibilidad femenina, sin embargo, esto no las excluía de hablar también de otras
cosas:
… el ambiente político abría espacios para la expresión femenina. Su presencia
en tertulias, salones, cafés y academias apuntala el afeminamiento en la
literatura que correspondía con el imaginario romántico. Las mujeres
aprovecharon las redes de parentesco con la élite intelectual, estrategia de
sociabilización –y de empoderamiento– muy femenina.13
Lucrecia Infante Vargas también ha hecho trabajos al respecto: Mujeres y
amor en revistas femeninas de la Ciudad de México (1883-1907) (tesis de maestría, 2000),
De la escritura al margen a la dirección de empresas culturales: mujeres en la prensa
literaria mexicana del siglo XIX (1805-1907) (tesis de doctorado, 2009). En esta última
plantea la importancia de las publicaciones literarias llamadas femeninas, que
fueron muy abundantes en el siglo XIX y fue el lugar idóneo en donde las
literaria, es importante por lo que toca a las poetisas que vieron sus poemas publicados en las
revistas de la época y gracias a este bien documentado trabajo ha sido posible rescatar a muchas
poetisas de un olvido inmerecido, pues como dice la autora: “Siempre me pareció sospechoso que
en la historia de la literatura mexicana hubiera un salto tan enorme, desde la segunda mitad del
siglo XVII a la primera del XX. Con naturalidad sospechosa, el recuento de la expresividad
femenina en nuestro país pasa de Sor Juana a María Enriqueta, del Primero sueño a Rosas de la
infancia”, p. 19. Quizás el antecedente más cercano a este trabajo de investigación sea el libro de José
María Vigil: Poetisas mexicanas. Siglos XVI, XVII, XVIII y XIX (1893) y en cuyo prólogo reconoce el
trabajo de estas mujeres: “Estrechísimo era, sin duda, el círculo en que se encerraba la actividad
intelectual de la mujer; ella, sin embargo, lejos de resignarse, protestaba contra la supuesta
inferioridad de su naturaleza, y se sentía con aliento bastante para disputar a los hombre los favores
de las musas considerándose en mejor predicamento” (p. VIII). Aunque ambos libros rescatan los
poemas desde una importancia literaria es de notar que Granillo hace un interesante y exhaustivo
rastreo en los periódicos y revistas de la época, los calendarios de las señoritas y todas las
publicaciones en que podía aparecer un poema femenino. Todavía para ese momento del XIX
hubiera sido muy difícil encontrar una noticia o artículo periodístico escrito y firmado por una
mujer, amén de que algunas de ellas escribían bajo pseudónimo, o sólo con sus iniciales, para no
involucrar su apellido de casada.
13 Lilia Granillo Vázquez y Esther Hernández Palacios, “De reinas del hogar y de la patria a
escritoras profesionales. La edad de oro de las poetisas mexicanas”, p. 133. Las cursivas son de las
autoras.
~ 25 ~
escritoras pudieron dejar correr sus emociones a través de la tinta y el papel, como
dice la propia Lucrecia Infante; aunado también a que las mujeres de aquella época
tenían en gran estima el acceso a la lectura y el conocimiento que se transmitía a
través de estas publicaciones periódicas. En sus artículos: “De la escritura personal
a la redacción de revistas femeninas. Mujeres y cultura escrita en México durante el
siglo XIX” (2008) y “Del ‘diario’ personal al Diario de México. Escritura femenina y
medios impresos durante la primera mitad del siglo XIX en México”(2009),14 nos
da cuenta que el antecedente que existe en el siglo XIX es muy importante, pues a
pesar de luchar contra ideas muy tradicionalistas y patriarcales acerca del papel de
la mujer en la sociedad mexicana que la limitaba sólo a la atención y servicio de sus
hijos, su marido y el hogar, hubo muchas mujeres que tuvieron el valor de escribir,
publicar y, con esto, exponerse a las críticas por parte del público que las leía.
Es importante resaltar lo que dice Infante Vargas acerca del trabajo de
escritura y periodístico femenino del XIX, pues
… aborda la escritura de las mujeres como una vía de expresión, mediante la
cual insertaron en la cultura una versión propia del universo emocional e
intelectual femenino (es decir, derivado de la vivencia de las mujeres).
Asimismo, la escritura y la tradición literaria son concebidas como expresiones
históricas que brindan elementos fundamentales para la comprensión de
ciertos procesos culturales, a partir de los cuales, los individuos (en este caso,
las mujeres) elaboraron una conciencia de sí y, por consiguiente, una identidad
específica en relación con su papel en la vida social.15
Esto nos da una idea del cambio que se estaba gestando desde el siglo XIX
acerca de una toma de conciencia por parte de las mujeres sobre lo que podían
lograr con sus palabras escritas y publicadas. Con esos textos dejaban ver que no
sólo eran importantes los temas tradicionalmente femeninos como la maternidad y
el hogar, sino que también eran capaces de argumentar una opinión sobre la patria
o cualquier otro tema que, aparentemente, no era de su total incumbencia.
Estos dos artículos se encuentran en línea, los datos aparecen en la bibliografía general.
Lucrecia Infante Vargas, “De la escritura personal a la redacción de revistas femeninas. Mujeres y
cultura escrita en México durante el siglo XIX”, p. 70.
14
15
~ 26 ~
Otro artículo de Lucrecia Infante Vargas es: “Tabasqueña de nacimiento.
Poeta, maestra y escritora por vocación: Dolores Correa Zapata (1853-1924)”,
(2009), en donde habla sobre la vida y obra de Dolores Correa Zapata, su
experiencia como maestra, como poetisa y defensora de los derechos de las
mujeres que se torna importante. Biografías como ésta vienen a llenar huecos y a
dar luz sobre la vida de estas mujeres, de manera individual, que por años
estuvieron en la invisibilidad y la obscuridad del canon literario, periodístico y
creativo.16
Otra de las investigadoras que ha estudiado de manera académica y
constante el periodismo escrito por mujeres es Elvira Hernández Carballido; sus
tesis: Las primeras reporteras mexicanas: Magdalena Mondragón, Elvira Vargas y
Esperanza Velázquez Bringas (maestría, 1997), La participación femenina en el
periodismo nacional durante la Revolución Mexicana (1910-1917) (doctorado, 2003), nos
habla de las primeras reporteras de que se tiene noticia ya en el siglo XX. Su
importancia radica en que ellas sí lograron su incursión en secciones fijas del
periódico como la nota nacional e internacional. Además en su texto: “Escribimos
lo que somos”, nos da cuenta, a través de una perspectiva histórica y cronológica,
qué mujeres fueron las primeras en hacer periodismo con sus propios medios
durante el siglo XIX y después, ya en el XX, las que lograron ganar un espacio
público al ingresar a los periódicos que ya se habían convertido en empresas como
El Universal y el Excélsior. Empero, ella no se queda sólo en este punto histórico,
que ya de suyo sería importante por lo que significa rescatar del olvido y la
invisibilidad a muchas mujeres, también hace un análisis de los temas que
comenzaron a publicarse gracias a las plumas de mujeres como Laureana Wright17
Al respecto, hay otro trabajo de investigación titulado: Las voces olvidadas. Antología crítica de
narradoras mexicanas nacidas en el siglo XIX, edición de Ana Rosa Domenella y Nora Pasternac. En
esta antología, hay 9 escritoras y una de las mayores aportaciones es el rescate de los textos escritos
por ellas y que allí se presentan. Y otro más dedicado al siglo XX: Sin imágenes falsas ni falsos espejos.
Narradoras mexicanas del siglo XX, coordinado por Aralia López González, que comprende ensayos
sobre 21 escritoras cuya producción literaria abarca de 1937 a 1989.
17 En este sentido, es muy interesante y esclarecedor el estudio introductorio que hace Lourdes
Alvarado en su libro: Educación y superación femenina en el siglo XIX: dos ensayos de Laureana Wright,
16
~ 27 ~
o Juana Belén Gutiérrez de Mendoza.18 Este análisis nos ofrece un interesante
recorrido acerca de los temas de interés que durante el siglo XIX formaron una
petición muy específica: el acceso a la educación, pues ésta se encontraba vetada
para la mayoría de las mujeres y fue uno de los principales objetivos que buscaron
alcanzarse en ese siglo. Todas estas periodistas estaban muy conscientes de que sin
recibir una educación formal la mujer no podría convertirse en un ser humano
completo y establecer una relación de igualdad con el hombre, pues siempre
estaría supeditada a él. Como muestra de esto, vaya un botón de Laureana Wright:
A ti [mujer] no se te ha permitido nutrir tu alma, como ninguna combatida,
con la savia potente de la instrucción que fortalece y sostiene; alimentar las
largas veladas de tus cuidados maternales con el estudio de los fenómenos
naturales que pudieran dar explicación a tus excepcionales situaciones, […]
No, tú no has podido gozar con estos placeres espirituales, porque tu deber ha
sido ignorar hasta los más elementales conocimientos del mundo exterior…19
Esto nos da una idea muy clara de cómo se sentían algunas mujeres ante el
hecho de no poder acceder de manera libre al conocimiento; basta recordar
también la famosa carta titulada: Respuesta a Sor Filotea de la Cruz (1691), de Sor
Juana Inés de la Cruz, para darnos cuenta de que esta sed de conocimiento ya tenía
muchos años, dos siglos para ser exactas –tomando en cuenta la fecha de Laureana
Wright–, de haber sido propuesta sin tener más que el silencio y la represión como
respuesta.
En el siglo XX se fueron agregando otras exigencias como la igualdad
laboral entre hombres y mujeres, los derechos legales para que ellas pudieran ser
capaces de administrar sus bienes, tanto inmuebles como de negocios, debido a
sobre la biografía y el trabajo periodístico de esta autora. También está el libro de Elvira Hernández
Carballido: Dos Violetas del Anáhuac, en donde, además de hablar de Laureana Wright agrega a
Mateana Murguía, argumentando que las dos constituyeron el alma del periódico Violetas del
Anáhuac (1887-1889), uno de los primeros periódicos escrito y dirigido por mujeres y para mujeres.
18 Sobre esta interesante mujer hay un libro titulado: Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, de Alicia
Villaneda, en donde narra su biografía y contextualiza la importancia de su trabajo periodístico,
tomando en cuenta que Juana Belén Gutiérrez fue autodidacta y en su famoso periódico Vésper
(1901-1910), hecho con sus propios medios, publicaba sus ideas en contra de Porfirio Díaz a quien
consideraba un dictador y apoyaba a los movimientos liberales de la época.
19 Laureana Wright, “La emancipación de la mujer por medio del estudio”, 2005, p. 45.
~ 28 ~
soltería o viudez y, finalmente, el voto femenino. Sin olvidar que a lo largo de la
primera mitad del siglo XX, conforme se fueron creando agrupaciones campesinas
y obreras femeninas, hubo también exigencias más específicas por parte de ellas,
como una jornada laboral justa, atención médica necesaria para las mujeres, sobre
todo durante el embarazo y el periodo de incapacidad cuando llegara el momento
del parto, etcétera.
Al tomar consciencia sobre cuáles fueron los primeros temas importantes
para las mujeres, como el acceso a la educación, se puede ver cómo éstos se
transformaron al ir agregando peticiones insatisfechas que nos hablan de un
progreso dinámico por parte de las mujeres y un querer frenar estas peticiones por
parte de los hombres al retardar el voto femenino hasta el año de 1953. De esta
manera, se puede conocer hasta dónde llegaban los alcances de estas exigencias
dependiendo del periodo histórico, pues es un hecho que no todo se podía realizar
ni a ellas se les ocurría pedir algo que no conseguirían en ese momento.
Por otro lado, cuando se habla de luchas feministas, no se debe olvidar que
eran grupos pequeños de mujeres (el más grande fue el FUPDM), no a todas les
interesaba el voto ni los logros que obtenían estos grupos. Eran mujeres que
estaban perfectamente convencidas de que su lugar era estar en su casa atendiendo
a su esposo e hijos, sin más aspiraciones que ésas.
Rosa Lili Salguero Báez, en su artículo “De Sabinas, Coahuila, al corazón del
país. María Ríos Cárdenas, periodista feminista en tiempos revolucionarios”,20 hace
un interesante bosquejo y análisis de la personalidad y la labor periodística de
María Ríos Cárdenas, directora y fundadora de la revista Mujer. Periódico
independiente para la elevación moral e intelectual de la mujer (1926-1929) y de los
diversos textos tanto poemas como cuentos, novelas y ensayos que ella escribió.
Rosa Lili Salguero dice que:
Hago la aclaración de que los dos artículos que menciono de Rosa Lili Salguero Báez están en la
página de la Red de Historiadores de la Prensa (historiadoresdelaprensa.com.mx), por lo tanto, no
tienen fecha.
20
~ 29 ~
Desde finales del siglo XIX, la presencia femenina en espacios públicos
iba en aumento, su movilidad, dedicación y perseverancia por hacer visible su
sentir, les permitió abrirse camino en profesiones supuestamente del dominio
masculino, como fue el caso del periodismo, donde pese a las envidias y
prejuicios familiares y sociales, pero gracias al dinamismo y diversidad que
éste mostró en los años veinte y treinta del siglo XX, les fue posible colaborar
en el proyecto de reconstrucción nacional y adelanto de la prensa.21
En su artículo: “La revista Mujer. Periódico independiente para la elevación moral
e intelectual de la mujer, 1926-1929”, agrega que:
Además de congresos y organismos, el feminismo de los años veinte se
manifestó desde la prensa, lo cual permite hablar de una cultura impresa
femenina donde algunas mujeres encontraron y formaron su propio foro de
discusión que de manera informal educaban y “elevaban” moral e
intelectualmente a otras mujeres para poco a poco hacerlas merecedoras de
derechos políticos como la anhelada ciudadanía.22
Salguero Báez hace un recuento de lo que la revista Mujer quiso fijar, desde
su perspectiva, como el modelo de la representación femenina a seguir en esos
años veinte, en donde conceptos como nacionalidad, identidad y feminismo fueron
definidos en los artículos que escribía tanto la propia María Ríos Cárdenas,
directora de la revista, como sus colaboradoras.
Otra estudiosa es Celia del Palacio Montiel, quien ha escrito sobre la prensa
ubicándola como una fuente muy valiosa de estudio para diversas disciplinas. En
la “Introducción” del libro coordinado por ella: La prensa como fuente para la historia
(2006), apunta lo siguiente:
… Debemos recalcar la importancia de la prensa como fuente para el estudio
de las sociabilidades. Mucho se ha dicho sobre la utilidad en este sentido de las
publicaciones periódicas, así como de la novela; no obstante, hemos de
puntualizar aquí que el periódico, tomado como una representación de la
realidad, no como la realidad misma, puede ser de enorme utilidad no sólo por
sus contenidos, sino por las pistas de inapreciable valor que nos puede
proporcionar su aparición, su extinción, sus colaboradores, sus impresores y
Rosa Lili Salguero Báez, “De Sabinas, Coahuila, al corazón del país. María Ríos Cárdenas,
periodista feminista en tiempos revolucionarios”, p. 10, [en línea].
22 Rosa Lili Salguero Báez, “La revista Mujer. Periódico independiente para la elevación moral e intelectual
de la mujer, 1926-1929”, p. 1, [en línea].
21
~ 30 ~
otros datos que podrían considerarse intrascendentes respecto a su
manufactura y formato, así como su recepción.23
Celia del Palacio menciona aquí un punto importante: el periódico es una
representación de la realidad y por medio de él se puede conocer una época
determinada. Hay que enfatizar que no va a ser un fiel reflejo de la realidad, pero
sí va a tener una función referencial, va a hablar de los hechos que dejaron huella a
partir de que fueron escritos y esto permitirá reconstruir una realidad específica
que tendrá incidencia en la cultura. Ella amplía el estudio de la prensa en general,
pues como historiadora, le interesa recuperar la historia a través de los periódicos,
obtener datos que acaso no se encuentran en los libros por parecer nimios, pero
que muchas veces conforman un gran tesoro para el investigador que sabe
apreciarlos y ubicarlos en su verdadero contexto. Sin dejar de lado que su gran
aportación es reconocer el valor que tiene la prensa al ser un medio que ofrece la
representación de la realidad que vive la sociedad en un momento histórico
determinado, debido a que se escribe en el momento exacto en que suceden las
situaciones de toda índole y hago hincapié en la importancia que los periódicos
tienen para ser tomados como fuentes para el conocimiento, testimonio e
interpretación de la historia.
El artículo de Thea Pitman: “Identidad nacional y feminismo en el
periodismo de mujeres: el caso de Elvira Vargas” (2007), nos muestra a una de las
primeras periodistas mexicanas en conseguir un lugar en el periódico El Nacional,
de reciente formación en los inicios de la década de los treinta. En este texto,
Pitman habla de la labor periodística de Elvira Vargas y de los temas que trataba; a
pesar de que no eran feministas, pues no se refería estrictamente a las mujeres, ella
cubría temas de importancia nacional. “Vargas escribe desde un punto de vista
mexicano, no desde un punto de vista de mujer”.24 Al hecho de “defender las
Celia del Palacio Montiel, La prensa como fuente para la historia, p. 6.
Thea Pitman, “Identidad nacional y feminismo en el periodismo de mujeres: el caso de Elvira
Vargas”, p. 139, [en línea].
23
24
~ 31 ~
causas de los indígenas y las comunidades campesinas sin derechos de los alejados
rincones de la República, Vargas está dando implícitamente a las mujeres –otro
grupo despojado de sus derechos– una voz.”25 Elvira Vargas aceptó la competencia
que le implicaba trabajar en un periódico en donde ella era la única mujer y
siempre luchó por ganarse un lugar no sólo en el diario, sino en el respeto y la
profesionalización del periodismo.
Elvia Montes de Oca Navas, en su artículo: “La mujer ideal según las
revistas femeninas en México. 1930-1950” (2003), hace un análisis de la imagen
femenina, muy idealizada, que se transmitía a través de revistas tanto mexicanas:
El hogar. La revista de las familias; Paquita, semanario para grandes y chicas; La familia.
Revista de labores para el hogar; como argentinas: Chabela, la revista mensual de la
mujer; Para ti, todo lo que interesa a la mujer, entre otras. Ella hace hincapié en que, a
pesar de todos los cambios políticos y sociales que hubo en el mundo en esas
décadas, éstos ni siquiera se mencionaban en dichas revistas, por el contrario, el
contexto mundial se ignoraba para llenar sus páginas con consejos para el hogar,
recetas de cocina, labores manuales y cuestiones domésticas en general, aunado a
la reiteración en cada número, de los valores que una mujer debía fomentar en su
hogar, amén de magnificar sus propias virtudes: limpieza, sacrificio de ella en aras
de su familia y la maternidad, sencillez, arreglo personal, discreción, etcétera. En
estas revistas se remarcaba el discurso acerca de que la mujer no debía estudiar ni
saber demasiado, pues ella, por su naturaleza, siempre sería “inferior al hombre”,
por lo tanto, debía aceptar con gusto su papel de madre y esposa como la gran
misión de su vida, ésa sería su máxima recompensa y felicidad. Sin embargo, el
texto no habla de las colaboradoras de dichas revistas, sólo analiza la imagen que
transmitían a través de los artículos sin especificar quiénes los escribían.
Otro libro importante que tiene poco tiempo de haber salido a la luz es Voces
a las mujeres. Antología del pensamiento feminista mexicano, 1873-1953,26 compilación a
25
26
Idem, p. 140.
Este libro es de octubre del 2011.
~ 32 ~
cargo de Julia Tuñón. Se trata de una antología de textos escritos por mujeres, tanto
en revistas como en periódicos, acerca del feminismo en México. Uno de los puntos
interesantes es que la investigadora da las referencias de dónde fueron sacados
cada uno de los textos. Por este libro vemos desfilar a Julia Montero, Concepción
Gimeno de Fláquer, Dolores Jiménez y Muro, Laureana Wright, Juana B. Gutiérrez
de Mendoza, Hermila Galindo, Julia Nava de Ruisánchez, María Ríos Cárdenas,
Concha Michel, por mencionar sólo algunas, pues la lista es más larga.
La enorme importancia de esta antología radica en que en un único texto se
tiene acceso a artículos y ensayos en donde
se toma en cuenta tanto el material que ilustra acerca de la conciencia de las
mujeres respecto a su situación como el que nos informa acerca de su
participación para cambiar el orden establecido, es decir, hay textos tanto de la
conciencia femenina cuanto feminista, y tanto de carácter teórico cuanto de la
militancia política.27
Los textos antologados fueron acomodados cronológicamente, lo que da un
buen panorama de cómo ha cambiado la perspectiva femenina a lo largo de los dos
últimos siglos: XIX y XX. Cabe recordar que las peticiones de esas mujeres
comenzaron siendo por tener acceso a la educación y a una remuneración
económica igual a la del hombre por trabajo y horario similares; después
aumentaron el voto y los derechos ciudadanos, lo que da cuenta de las
transformaciones que ha habido en el pensamiento femenino. Como dice la propia
Julia Tuñón:
Al lector o lectora de hoy la sorpresa lo marca en algunos momentos: ¡nuestras
pioneras parecen tan elementales!, ¡tan rústicas! Pero justo es la sorpresa la que
nos lleva a entender cómo las mujeres vivieron (y a veces aún vivimos) los
pensamientos dominantes y entender por dónde y hasta dónde apretaba la
opresión.”28
Muchos de estos artículos y ensayos aparecieron en revistas y periódicos, de
ahí la importancia de la antología completa para esta investigación, pues abarca
27
28
Julia Tuñón, Voces a las mujeres. Antología del pensamientos feminista mexicano 1873-1953, pp. 60-61.
Ibid, pp. 61-62.
~ 33 ~
del último tercio del XIX a la primera mitad del XX, justo cuando se le concede el
voto a las mujeres; además de que muchos de los textos incluidos no se habían
vuelto a publicar, o bien, actualmente están en un estado tan lamentable dentro de
las bibliotecas y los archivos que este libro viene a llenar la problemática que
implica la consulta de los mismos.
Un último libro sobre el tema es: Las mujeres en la Historia de la Prensa. Una
mirada a cinco siglos de participación femenina en México (2012), de Claudia García
Benítez y editado por DEMAC, editorial que se ha especializado en biografías,
testimonios e investigaciones sobre mujeres. El libro inicia con el trabajo de las
mujeres como impresoras durante los siglos XVI al XVIII; en el XIX ya se habla
sobre el trabajo periodístico femenino; en el XX se puede ver el cambio que se hizo
de ser mujeres que trabajaban en revistas o periódicos hechos por ellas mismas a
convertirse en periodistas asalariadas, cuando los diarios dejaron de ser
particulares para convertirse en grandes empresas; finalmente, la investigadora
cierra con un panorama del siglo XXI y el nuevo cambio de las mujeres que se
dedican al periodismo para convertirse en reporteras y tener acceso a cualquier
sección de los diarios. Sin embargo, aunque la nómina de mujeres periodistas es
muy grande, el libro no posee información del periodo que me ocupa, es decir, los
años 40 no están cubiertos, pareciera que no hubo nada allí. La investigadora habla
de mujeres como Hermila Galindo, María Ríos Cárdenas, Magdalena Mondragón,
Elvira Vargas, Carmen Báez y muchas más que se destacaron en los años 20 y 30,29
insisto en que la lista es enorme, pues llega hasta las periodistas actuales, no
obstante, quienes publicaron en la década de los 40 casi no aparecen. Con esto no
29
Al respecto, hay un libro sobre Catalina D’Erzell, destacada periodista y dramaturga, titulado
Digo yo como mujer, Catalina D’Erzell, escrito por Olga Martha Peña Doria; en él, la investigadora
resalta sobre todo su labor como dramaturga, pero dedica un capítulo completo a su trabajo como
periodista en los diferentes diarios en los que colaboró; de hecho, el título del libro corresponde al
nombre de la columna que publicaba en el Excélsior: “Digo yo como mujer”, en donde exponía sus
puntos de vista sobre diversos temas. La investigadora dice que fue en su amplia obra, tanto
literaria como periodística, donde se oyeron por primera vez palabras como divorcio, separación,
unión libre, etc.; fue además una defensora de los derechos de la mujer.
~ 34 ~
quiero decir que el trabajo sea malo, al contrario, me parece que es digno de alabar
una investigación de esta envergadura, pero hay que hacer notar también los
huecos que van quedando por razones que a veces no tienen una explicación.
Este recorrido por el panorama de lo que se ha investigado y publicado
últimamente, ha enriquecido los diversos caminos desde la historia, la literatura y
el periodismo para estudiar lo que escribían las mujeres dentro de un diario. Una
de las principales aportaciones de la presente investigación es que a través de las
columnas periodísticas escritas por mujeres se puede recuperar la cultura de
género, lo que da por resultado que se pueda tomar a la prensa como fuente para
la historia del periodismo femenino en particular y para la historia de las mujeres
en general.
~ 35 ~
CAPÍTULO 1
CONTEXTO SOCIAL Y POLÍTICO: LOS AÑOS 40
Abro este capítulo planteando algunos aspectos del contexto social y político
de las décadas de 1930-1940. Me interesa resaltar las tensiones sociales y políticas
que se verán reflejadas en la formación de grupos feministas y que tuvieron algún
impacto en grupos de mujeres de clase media. Este contexto aclarará la cultura de
género de esos años que se reflejó en las columnas periodísticas escritas por
mujeres.
Aunado a esto, menciono algunos aspectos sobre la situación educativa en la
década de 1930, pues es un antecedente importante para comprender mejor las
consecuencias que tuvieron las decisiones políticas y educativas que se tomaron en
esos años. Cabe recordar que el período presidencial de Lázaro Cárdenas, 19341940, trajo muchos cambios a la sociedad que se vieron reflejados no sólo durante
esos años, sino en los siguientes. El hincapié en la educación obedece a que además
de que siempre se ha relacionado a las mujeres con este rubro por el hecho de que
por siglos ellas han sido las responsables de enseñar las primeras letras a sus hijos,
los primeros comportamientos sociales, los valores y los principios, el hecho de
tener ellas mismas acceso a la educación les abre la puerta a otros ámbitos y abre
sus horizontes, ésta ha sido una demanda constante a lo largo del tiempo.
1.1.- La lucha de los grupos feministas por la obtención del voto y la
igualdad ciudadana entre hombres y mujeres en las décadas de 1930-1940.
Las primeras mujeres que comenzaron a escribir en favor de su género lo
hacían pidiendo el acceso a la educación de la misma manera en que la tenían los
hombres. Esa fue la primera petición y la más generalizada y ésta venía de una
toma de conciencia que puede remontarse a la época de Sor Juana Inés de la Cruz y
que continuó en el siglo XIX con José Joaquín Fernández de Lizardi, por mencionar
sólo a dos ejemplos mexicanos que han tenido gran influencia.
~ 36 ~
Ésta fue la primera y más legítima petición de las mujeres que además iba
de la mano con su principal quehacer femenino: la educación de los hijos. Era
irónico que ellas, como encargadas de la formación de sus hijos, que representaban
a las generaciones venideras y el futuro de la nación, fueran justamente las que no
recibieran una educación más formal. ¿Cómo pretendía la sociedad mexicana,
entonces, elevar el nivel educativo, cultural, social y político de su población si
quienes se hacían cargo de los niños, de esos nuevos ciudadanos, no eran capaces
de reforzar en casa lo aprendido en la escuela?
Comprender la importancia que implicaba obtener, por parte de las mujeres,
los mismos derechos ciudadanos que los hombres, no parecía tener el mismo nivel
de interés en todas las que vivieron durante la primera mitad del siglo XX. El siglo
inicia con muy pocas voces femeninas que piden igualdad en el acceso a la
educación. En los años siguientes a la Revolución Mexicana, se comienza a hablar
también de una igualdad laboral entre hombres y mujeres; sin embargo, lo primero
y más importante era el conocimiento, ayudar a una toma de conciencia por parte
de todas las demás mujeres para que se dieran cuenta del injusto y relegado papel
que la sociedad mexicana patriarcal les había dado por muchos años.
La primera médica mexicana fue Matilde Montoya para quien acabar la
carrera de medicina significó un verdadero triunfo y un gran ejemplo de
tenacidad, pues muchas materias las tuvo que estudiar por su cuenta, ya que
varios profesores no la aceptaban en sus cátedras y ella tuvo que aprender sola.
Fue tal el reconocimiento a su esfuerzo que el propio Presidente de la República,
General Porfirio Díaz, fue a su examen profesional y firmó su título.
Después de hechos como el anterior, las peticiones de las mujeres fueron en
aumento. Puesto que muchas trabajaban, ellas fueron las primeras en darse cuenta
de la injusticia con que eran tratadas: ganaban menos dinero que los hombres por
el mismo trabajo; de esta manera, su petición iba en el sentido de pedir igualdad de
salarios por el mismo trabajo con respecto al hombre hasta que llegó la que se
~ 37 ~
convirtió en la bandera durante la primera mitad del siglo XX: la concesión del
sufragio femenino.
Aunque se aumentaron tanto las peticiones como el número de mujeres que
pidió los mismos derechos ciudadanos que tenían los hombres, de todos modos no
se podía hablar de que fueran todas o la mayoría las que estaban de acuerdo con
esto; había muchas mujeres que se preguntaban para qué les iba a servir el voto,
¿en qué cambiaría sus vidas, sus relaciones familiares, laborales, etcétera? La
opinión de la periodista Xóchitl, en aquellos lejanos cuarenta, es un buen ejemplo
de que a muchas mujeres no les interesaba el tema:
… ¿Para qué ejercer derechos cívicos si se desconocen otros y muchos deberes
inherentes a infinidad de actividades que antes que el sufragio deben realizar
las mujeres mexicanas? Jamás la violencia ha dado resultados satisfactorios, sí,
por el acto que se ejecuta, pero establemente no. […] ¿Creen sinceramente que
esa “moción” [se refiere al voto] que duerme desde hace veinte años en los
anaqueles de los archivos camerales debe salir de ese sopor? Está ahí porque
necesita desempolvarse pero con el tiempo, con la preparación, con el
cumplimiento del deber, con el trabajo, con cultura, con méritos y con la fuerza
numérica y la aprobación de la mujer mexicana con la que no cuenta el sector a
que me estoy refiriendo.30
Sus palabras son una muestra de las ideas que tenían muchas de las mujeres
que vivían en esos años, quienes no veían claras las ventajas de obtener el sufragio
y ellas mismas estaban de acuerdo con que no lo dieran los señores legisladores.
Quizás lo más concreto y que, por lo mismo, era lo que menos veían, era que
podrían actuar en la toma de decisiones de este país y no sólo por el mero hecho de
ir a votar, el asunto iba más allá, pues ellas mismas podrían, en un momento dado,
ser electas, lo que significaba poder discutir, argumentar y debatir lo que convenía
no sólo a su municipio, ciudad o estado, sino al país completo con sus pares
hombres. Desgraciadamente, muchas de estas mujeres no se veían dentro del
Congreso hablando con los demás hombres. Las imágenes constantes de ellas
mismas eran dentro del hogar, atendiendo hijos y maridos, sirviendo a los demás y
Xóchitl, “El voto femenino”, pp. 7 y 21. El grupo femenino al que se refiere la periodista es el
llamado Comité Coordinador Femenino para la Defensa de la Patria, cuya presidenta era Amalia
Castillo Ledón.
30
~ 38 ~
dejando para el final sus propios gustos e intereses, si es que los tenían. Lo que
formaba parte de su imaginario colectivo femenino era: el matrimonio, la casa, los
hijos y el constante servicio a los demás, no a ellas mismas.
En medio de este contexto brevemente comentado se inició la lucha de los
grupos feministas que se formaron con el objetivo de alcanzar la obtención del voto
y la igualdad de los derechos ciudadanos. Lucha que no fue fácil, como comenta
Anna Macías:
Las feministas de cualquier país han pasado por momentos muy
difíciles combatiendo el machismo, pero los escritos de las mexicanas dan
testimonio de los obstáculos tan abrumadores que tuvieron que enfrentar al
tratar de educar a los hombres mexicanos para que consideraran a las mujeres
personas y no símbolos u objetos.31
Este comentario hace hincapié en una actitud con la que los hombres
consideraban que el mundo les pertenecía y los únicos que hacían cosas
importantes eran ellos. No obstante, es necesario matizar estas actitudes, pues por
otro lado, la cultura de género también influía para que las mujeres aceptaran esta
situación.
Según Anna Macías, en esa primera mitad del siglo XX, la Iglesia controlaba
a buena parte de la población, sobre todo, a las mujeres. Varios sacerdotes como
José Cantú Corro o Salvador Carranza escribieron mucho en contra de las
feministas apoyando, al mismo tiempo, a las mujeres que seguían los valores
tradicionales marcados por la Iglesia. En consecuencia, ellas se apartaron de las
ideas feministas, so pena de castigos para el alma o de fuertes conflictos familiares,
pues eran las propias mujeres las primeras en no aceptar estos cambios que les
parecían fuera de lugar y no iban con el comportamiento social esperado en ellas.
Por otro lado, y como bien apunta Anna Macías, la prensa daba poco
espacio a las mujeres y resaltaba casi nada sus actividades tanto particulares como
dentro de grupos o asociaciones, motivo por el que le dio poca importancia a
seguir los dos primeros Congresos Feministas que se llevaron a cabo en Yucatán,
31
Anna Macías, Contra viento y marea. El movimiento feminista en México hasta 1940, p. 14.
~ 39 ~
tanto en enero como en diciembre de 1916. Según la autora, el único periódico que
escribió alguna pequeña nota fue el Excélsior; la consecuencia obvia fue que estas
actividades se volvieron casi invisibles.
Un hecho importante dentro de la organización de estos dos Congresos, fue
que estuvieron avalados por un hombre: el general Salvador Alvarado, gobernador
del estado, quien veía a las mujeres como personas que podían ayudar con su
experiencia y puntos de vista a la política mexicana. Por este motivo, él puso de su
parte todo lo necesario para que se llevaran a efecto.
El Primer Congreso tuvo lugar del 13 al 16 de enero de 1916. La asistencia
femenina fue muy grande: 615 delegadas en total. Cabe resaltar que la mayoría de
ellas eran maestras de clase media que habían asistido con la idea de intercambiar
opiniones y puntos de vista acerca de la educación básicamente. Hubo facciones
moderadas y radicales feministas, lo cual dio mucho para discutir, aunque a fin de
cuentas los temas seguían bordándose alrededor de la educación y la familia. Sin
embargo, algunos de los logros que se obtuvieron fueron los cambios que realizó el
presidente Venustiano Carranza al Código Civil para que las mujeres casadas
pudieran:
1) extender contratos, 2) participar en demandas legales, 3) ser tutoras y 4)
tener los mismos derechos que los hombres a la custodia de sus hijos. También
se les dio la misma autoridad que a los hombres para gastar los fondos
familiares; la ley, además, les permitió establecer demandas de paternidad y la
posibilidad de reconocer a los hijos ilegítimos.32
Dentro de este Congreso, una de las ponencias que más llamó la atención
fue la que envió Hermila Galindo, secretaria de Venustiano Carranza, quien no
pudo asistir por motivos de trabajo: "La mujer en el porvenir". El texto desató gran
polémica por el tema que trató, pues fue acerca de los instintos sexuales femeninos
que, según explica, eran tan fuertes como los de los hombres: "Es que el instinto
Ibid, p. 102. Durante el siglo XIX era muy difícil que una mujer tuviera el derecho de hacer todo lo
anterior, su situación legal era muy restringida. Revísese el texto de Silvia Marina Arrom, “Cambios
en la condición jurídica de la mujer mexicana durante el siglo XIX”, [en línea] para entender mejor
la importancia de dichos cambios.
32
~ 40 ~
sexual impera de tal suerte en la mujer y con tan irresistibles resortes, que ningún
artificio hipócrita es capaz de destruir, modificar o refrenar."33
El Segundo Congreso Feminista de Yucatán fue del 23 de noviembre al 2 de
diciembre de 1916. Habían llegado menos delegadas que la vez anterior, sólo 234.
Se puso en la mesa de las discusiones el voto femenino y los grupos más radicales
votaron porque el sufragio femenino sólo fuera en elecciones municipales, pero
perdieron cuando se hizo el conteo de votos porque las mujeres pudieran ocupar
cargos públicos. Al parecer todavía ellas mismas no se sentían capaces de ocupar
una responsabilidad así, pero tampoco les interesaba, querían seguir como estaban
y continuar dedicándose a la enseñanza que era algo que se les daba
“naturalmente”.
La ponencia que Hermila Galindo desarrolló para este Segundo Congreso
hablaba, entre otras cosas, de los nulos derechos que tenía la mujer en todo sentido:
legal, económico, administrativo, etcétera, pero también hizo una defensa de su
ponencia anterior. Respondió a las acusaciones de inmoralidad que le hicieron, lo
cual
supuso
un
debate
interesante
en
un
foro
de
tal
importancia.
Desgraciadamente, tal como sucedió la primera vez, tampoco pudo asistir, ahora
por razones de salud, y fue Elena Torres quien la leyó en esa ocasión:34
Vosotras, mis queridas coasociadas, no sabéis con qué profundo
disgusto hago renuncia de este viaje que tanto anhelaba, ora porque me priva
de daros el abrazo estrecho de la confraternidad, ora porque me ata […] el ir a
enfrentarme con mis enemigos gratuitos en esa encantadora Península […]
para defender personalmente aquel trabajo del mes de enero del corriente año
que levantó en contra mía una tempestad difícil de ponderar, haciendo llover
sobre mi humilde personalidad una tempestad de dicterios y saetas
envenenadas en los manantiales de una virtud gazmoña y de una refinada
hipocresía jesuítica. Se me tildó de propagadora del amor libre, y se
estigmatizó mi trabajo con el candente y bochornoso dictado de inmoral; es
decir, que se estimó como una labor antagónica de las buenas costumbres y
Hermila Galindo, "La mujer en el porvenir", p. 198.
La primera fue leída por el señor César A. González en la sesión inaugural del Congreso. Este
dato llama la atención, por ser un hombre quien leyó el polémico texto. La razón por la cual no
pudo asistir al segundo se debió a problemas de salud, mismos que explica al inicio de su texto y
como prueba, ofrece el certificado médico correspondiente.
33
34
~ 41 ~
minadora de los fundamentos sobre [los] que descansan la familia y la
sociedad.35
La verdad es que la propia Hermila Galindo estaba muy sorprendida de la
ámpula y la reacción que ella calificó como exagerada, que habían levantado sus
ideas en un foro en donde
[…] precisamente lo que se buscaba era que el libre pensamiento viniese a traer
ideas nuevas que pudieran arrojar luz para la resolución de los arduos
problemas que se debatían, y que seguirán debatiéndose, entre tanto no tengan
resolución acertada, sobre todo, cuando el momento histórico actual ha venido
a poner sobre el tapete de las discusiones todos los errores del pasado y todas
las miserias del presente, para corregir aquellos y remediar éstas.36
Anna Macías agrega que
Galindo fue una de las primeras en establecer claramente que la Iglesia
católica era el principal obstáculo para promover el movimiento feminista en el
país. Insistió en que la Iglesia mexicana, que había permanecido sin cambio
alguno a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX, era el principal agente del
sometimiento de las mujeres. Estaba convencida de que la jerarquía se
opondría al movimiento a favor de los derechos de las mexicanas a través del
control que tenía sobre las organizaciones católicas femeniles y su influencia en
los editores de periódicos conservadores.37
Cuando, poco después, Hermila Galindo se propuso como diputada,
aunque tuvo muchos seguidores y ganó, la realidad fue que no le reconocieron su
triunfo. Ella estaba consciente de que esto iba a ocurrir, pero lo que intentaba era
demostrarles a los Congresistas que una mujer era capaz de dos cosas: por un lado,
tener gente que apoyara y respaldara una candidatura femenina, y por otro, que
una mujer era capaz de hacer un buen trabajo legislativo, que no era actividad
exclusiva de los hombres. Desgraciadamente, no le permitieron llegar a la curul y
todo quedó en el aire.38
Estudio de la Srita. Hermila Galindo con motivo de los temas que han de absolverse en el Segundo
Congreso Feminista de Yucatán, p. 3.
36 Idem, p. 5.
37 Anna Macías, op. cit., pp. 54-55.
38 Una de las bases del Primer Congreso Feminista de Yucatán, en enero de 1916, era que "Las
resoluciones de este Congreso tendrán el carácter de proyectos, los que serán elevados a la categoría
35
~ 42 ~
La ley electoral de 1918 acabó con las esperanzas de Hermila Galindo y
otras feministas cuando circunscribió el voto a los hombres; sin embargo,
durante los años veinte y treinta, las feministas emplean la estrategia de
Galindo al proponerse como candidatas a puestos públicos y presentarse a
votar el día de la elección. Su intención era obligar al Congreso a cambiar las
leyes electorales. Sus esfuerzos no tuvieron fruto sino hasta después de la
Segunda Guerra Mundial. El retraso se debió a que en México, al igual que en
Francia, se temía que si se les otorgaba el sufragio la mayoría de las mujeres
votaría por los candidatos de la Iglesia.39
Otro congreso importante fue el que se llevó a cabo del 20 al 30 de mayo de
1923: el Primer Congreso Feminista en la ciudad de México, convocado por la Liga
Panamericana de Mujeres, a la que asistieron 100 delegadas y varias representantes
de organizaciones feministas de Estados Unidos. Los únicos periódicos que
cubrieron las actividades del Congreso fueron El Universal y El Demócrata. Allí se
habló sobre la sexualidad femenina, el control de la natalidad, el amor libre,
etcétera, temas bastante escandalosos para la época. Era obvio que si había
feministas de otros países, los temas serían diferentes; las inquietudes, distintas y
las discusiones tomarían otro sesgo; se notaba la diferencia entre mujeres que
venían de un país tan distinto al nuestro. Sin embargo, cabe resaltar que las
yucatecas que asistieron a ese Congreso llevaron trabajos cuyos temas fueron
también muy polémicos:
de leyes, previo estudio que de ellos haga el Departamento de Legislación Social, de la Secretaría
General de Gobierno", Anales de esta memorable asamblea, p. 32, apud Nadima Simón Domínguez, "La
lucha de las mujeres yucatecas en 1916", p. 5, [en línea]. Menciono esto a propósito de que después
del asesinato de Carrillo Puerto, todo lo que habían logrado las mujeres en Yucatán desapareció por
completo, incluyendo estos proyectos que hablan de la firme intención del general Salvador
Alvarado por darle un lugar a las mujeres dentro de la sociedad yucateca, confiando en que este
ejemplo se expandiera a todo el país.
39 Anna Macías, op. cit., p. 58. En 1940, cuando se llevaron a cabo las elecciones presidenciales,
contendieron el General Manuel Ávila Camacho, por parte del partido oficial, y el general Juan
Andrew Almazán, quien estaba apoyado por los católicos. Se dice que fueron elecciones difíciles,
tensas, en algunas casillas, hasta sangrientas, pues hubo discusiones, golpes y balazos, sin embargo,
el ganador fue Ávila Camacho. Todos los votantes gritaban que había sido un fraude. El propio
Almazán lo decía, pero a fin de cuentas, igual que años antes lo hiciera José Vasconcelos, por los
mismos motivos, Almazán se autoexilió a Estados Unidos y desde allí lucharía, situación que ya no
se concretó y el asunto ya no trascendió, pues ante la Segunda Guerra Mundial, esto no significaba
algo de relevancia.
~ 43 ~
Denunciaron el matrimonio convencional calificándolo de esclavitud
legal; ofrecieron soluciones para el tráfico de esclavas blancas, abogaron por la
educación mixta y sexual en las escuelas y afirmaron que facilitar el divorcio
obligaría a las mujeres a buscar trabajo fuera de casa.40
Se notaba, a todas luces, la influencia de tener un gobernador con ideas
feministas que deseaba darles un espacio para que ellas manifestaran lo que
quisieran. Por estas razones, la delegación de Yucatán fue la que acaparó los
titulares de los diarios. Por desgracia, la mayoría de estas propuestas fue
rechazada. Esto provocó que el resto de las delegaciones mexicanas se
escandalizara y hubiera muchas discrepancias en los trabajos que se hicieron
durante el Congreso. A pesar de lo anterior, estas congresistas enviaron una
petición al Congreso Mexicano, "pues era la única manera en que las mujeres
podían estar seguras de que las leyes que proponían fueran ejecutadas: [sólo
obteniendo] el voto y ocupando puestos públicos",41 es decir, las propias mujeres,
al ocupar cargos públicos, serían las vigilantes directas de que la ley se cumpliera a
cabalidad. No había otra manera de lograr que las leyes fueran más justas para
ellas.
Por otro lado, cabe resaltar que
…el feminismo mexicano de la década de 1920 tuvo una composición elitista.
El feminismo moderno es, en gran medida, un fenómeno urbano cuyas
dirigentes tienen una educación superior a la del promedio de la población; las
feministas mexicanas no fueron ninguna excepción. En 1921, el país era
predominantemente rural […] El analfabetismo era normal, en especial en las
áreas rurales y sólo 24% de la población sabía leer y escribir. […] Como en el
pasado, el feminismo mexicano de los años veinte se nutría de un tipo especial
de mujeres: las maestras de primaria, quienes trabajaban mucho y se les
pagaba poco.42
Es un hecho que en la década de 1920 el movimiento feminista estaba
representado casi exclusivamente por la clase media, que no era mucha en esos
Ibid, p. 123, las cursivas son de la autora. En aquellos años, las mujeres solteras tenían que
permanecer en sus casas hasta casi los 30 años, esta ley se modificó y se redujo a la mayoría de edad
que, en ese tiempo, se alcanzaba a los 21 años cumplidos.
41 Ibid, p. 126.
42 Ibid, pp. 130-131.
40
~ 44 ~
años, debido a que esa clase social era la que había adquirido más conciencia
social, más conocimiento académico y podía sopesar de mejor manera las ventajas
o desventajas de adquirir derechos. No es casualidad que la mayor asistencia a los
Congresos Feministas antes mencionados, haya sido por parte de las maestras de
todos los niveles educativos que buscaban mejorar la situación de las mujeres en
México. Recordemos el alto índice de analfabetismo que existía en la población y
que era un verdadero reto a vencer para los gobiernos revolucionarios, sobre todo
en la provincia y en los pueblos más alejados de las ciudades.43
Una vez que ya no estuvieron al frente de Yucatán, que había sido un
ejemplo de apoyo a las mujeres, ni Salvador Alvarado ni Carrillo Puerto como
gobernadores, volvió a ser como cualquier otro estado de la República Mexicana:
los políticos varones detentaban el poder sin permitirles a las mujeres ninguna
intromisión en la vida pública del estado. El supuesto cambio sólo había sido
ficticio.
Aunque después de 1920 cada vez más mexicanas se interesaron por
sus derechos políticos, no puede decirse lo mismo de los hombres que ejercían
el poder. Durante toda esa década, las mujeres encontrarían muy poco apoyo
gubernamental en su lucha por obtener el sufragio y por el derecho a ocupar
cargos públicos. Elvia Carrillo Puerto se dio cuenta de lo anterior cuando los
seguidores de su asesinado hermano recuperaron el control de Yucatán en
1924. Tanto ella como a otras tres mujeres se les negaron los puestos que
habían ganado en las elecciones de noviembre en la legislatura estatal, […].
Casi todos los dirigentes revolucionarios masculinos consideraban que no era
conveniente otorgar el voto a las mujeres, porque temían que votaran a favor
de sus enemigos católicos y conservadores. Sin embargo, la situación en
Yucatán demuestra que los prejuicios políticos no eran sólo contra las mujeres
católicas, sino contra cualquier mujer.44
Desde finales de la década de 1920 y en la siguiente hubo muchas
turbulencias sociales, políticas y económicas, era difícil tener un ambiente que
propiciara la conciliación de tantos intereses y tantos grupos que luchaban por lo
que creían justo y, sobre todo, porque se trataba de promesas incumplidas de la
En 1921, José Vasconcelos fundó la actual Secretaría de Educación Pública y uno de los aspectos a
resaltar de su proyecto educativo era llevar la lectura a todos los rincones del país.
44 Ibid, p. 138.
43
~ 45 ~
Revolución, motivo por el que muchos campesinos se metieron a ella y ahora
exigían la justa retribución por haberla apoyado.
Entre 1910 y 1920 el país había sufrido una larga y costosa revolución
que, hasta 1930, no había cumplido sus objetivos de reforma agraria,
alfabetización universal y desarrollo económico nacional. […]. La depresión
económica sólo acentuó la percepción de las grandes desigualdades e
injusticias de la sociedad mexicana, y la conciencia de que la Revolución no
había cumplido sus promesas impulsó a muchos hombres y mujeres, tanto
intelectuales como campesinos a aumentar su activismo durante la década de
1930.45
Mucha gente se sintió decepcionada del rumbo que habían tomado estos
gobiernos revolucionarios, pues la mayoría de sus demandas, sobre todo, aquéllas
que habían tenido su origen en la Revolución, seguían sin ser satisfechas de
ninguna manera. Este fue, quizá, el principal motivo de tanto descontento social al
inicio de la década de 1930. Las mujeres se sentían más relegadas que nunca, por
esto en esos años incrementaron sus actividades y manifestaciones feministas.
La actividad feminista también se incrementó en los años treinta debido
a la amenaza real que sufrían las mujeres de perder su nivel de vida. Antes de
que Cárdenas llegara al poder, en el periodo comprendido entre 1930 y 1934,
las mujeres trabajadoras y las que defendían su derecho a laborar fuera de casa
se volcaron hacia el movimiento feminista porque era su único apoyo frente a
la creciente hostilidad y resentimiento masculino para que el gobierno y el
público en general se diera cuenta de la situación de las mujeres trabajadoras
en las áreas rurales y urbanas del país, entre 1931 y 1934 se realizaron tres
congresos de obreras y campesinas. Los dos primeros se realizaron en la
ciudad de México y el último en Guadalajara.46
Es notoria la diferencia entre los Congresos Feministas de Yucatán de 1916 y
éstos últimos, pues las asistentes de los primeros eran, en su mayoría, maestras y
mujeres de clase media. En los de los años 30 había mujeres no sólo de clase media,
también rurales y urbanas que comenzaban a despertar una conciencia de lucha
más política, se unieron en grupos para poder conseguir sus objetivos, sobre todo,
si querían hacerse para los hombres que no las tomaban en cuenta. La lucha tenía
45
46
Ibid, p. 155.
Ibid, p. 156.
~ 46 ~
que ser fuerte si querían que el gobierno aceptara sus demandas como una
necesidad real, pues las mujeres estaban tomando conciencia de que, como parte
de la clase trabajadora y de una sociedad moderna, merecían y exigían ser
ciudadanas completas, con derechos, porque las obligaciones ya las cumplían,
como los demás, puesto que era un hecho eminente que ellas ya formaban parte
del grupo laboral y productivo de este país, por lo tanto, eran justas sus demandas
de igualdad en todo sentido.
Por otro lado, el periodo presidencial entre el asesinato de Álvaro Obregón
y Lázaro Cárdenas, el que fue tomado por Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y
Abelardo L. Rodríguez no fue un momento bueno para las mujeres, pues ellos tres
compartían el prejuicio de su jefe, el general Plutarco Elías Calles en contra de
ellas, y "permanecieron ciegos ante la creciente actividad feminista que se dio entre
1928 y 1934. La opinión general de ese periodo era que las mujeres no estaban listas
para votar. Lo que en realidad querían decir era que las mexicanas no votarían por
los candidatos del PNR".47
Durante los años de 1930 a 1934 hubo tres Congresos Nacionales de Mujeres
Obreras y Campesinas. Los nombres de las feministas más importantes que
surgieron en ese momento fueron María Ríos Cárdenas, Concha Michel, María del
Refugio García, Esther Chapa y Matilde Cabo Rodríguez; sin embargo, dentro de
los Congresos y por el momento político que se pasaba, por un lado, hubo mujeres
de todas las clases sociales dentro de los mismos, pues al parecer, la finalidad era
aglutinar a la mayor cantidad de simpatizantes, y por el otro lado, surgió una
fracción comunista-marxista radical de mucha fuerza lidereada por María del
Refugio García y Concha Michel. Al frente de las reformistas más moderadas
estaba María Ríos Cárdenas. Los constantes choques entre estos dos grupos,
aunado a la persistente vigilancia por parte del gobierno que enviaba policías y
Ibid, p. 170. Al respecto, Calles afirmaba: "La Constitución no niega el voto a la mujer, pero dado
que el Estado desea introducir a la mujer en la vida cívica, conviene no festinar al asunto". María
Antonieta Rascón, "La mujer y la lucha social en la historia de México", p. 108, apud Engracia Loyo,
"De sierva a compañera: la imagen de la mujer en textos y publicaciones oficiales (1920-1940)", p.
165.
47
~ 47 ~
agentes para estar presentes en los Congresos y ver qué se discutía, dio por
resultado que difícilmente se llegaran a acuerdos por parte de las delegadas,
siempre había discusiones, altercados, a veces los temas a discutir eran muy
superficiales: "Las moderadas […] exigían que el gobierno prohibiera la venta de
libros y revistas obscenos y que no permitiera que los jóvenes asistieran al cine si
no iban acompañados por una persona adulta…"48 Los intereses de tantas mujeres
de tan diversas clases sociales y problemática individual acabó con la sana
intención de que las mujeres se unieran para levantar una sola voz; la mayoría se
dispersó, pero cuando Lázaro Cárdenas tomó el gobierno y se mostró como un
presidente dispuesto a escuchar a todos y tratar de resolver los problemas sociales
existentes, las mujeres decidieron unirse en uno de los movimientos más fuertes de
esa década: el Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDM).
El Frente Único, como era conocido, fue fundado en 1935 y logró aglutinar
en sus filas a más de 50,000 mujeres,49 encabezó sus demandas con el sufragio
femenino y el derecho a que las mujeres pudieran ser electas para cargos públicos.
También se buscaba la compatibilidad entre el trabajo femenino y la maternidad:
licencia antes y después del parto y evitar que corrieran a una mujer por
embarazarse. Otra petición era la reforma agraria para que las mujeres tuvieran
derecho a la tenencia de la tierra, a que se les diera semillas, de la misma manera
en que lo hacían con los hombres, etcétera. A fin de cuentas lo que pedían era una
igualdad de oportunidades para ambos sexos.
Cuando el general Lázaro Cárdenas llegó a la presidencia, sus ideas
socialistas comenzaron a fructificar, escuchó las demandas de la gente y poco a
poco les fue dando salida: repartió las tierras a los campesinos, los obreros fueron
escuchados en sus peticiones, los ferrocarriles fueron nacionalizados y petróleos,
expropiado a las compañías extranjeras. Recordemos la famosa Colecta Nacional
Anna Macías, op. cit., p. 168.
Se dice que "hizo espectaculares acciones que desarrolló durante el cardenismo: múltiples
manifestaciones, mítines con "lleno a reventar" en Bellas Artes, miles de volantes y carteles
inundando la capital y aun una huelga de hambre frente a la casa presidencial". Esperanza Tuñón,
"El Frente Único Pro Derechos de la Mujer 1935-1938", p. 19.
48
49
~ 48 ~
que organizó Amalia Solórzano de Cárdenas, su esposa, junto con las esposas de
los políticos para poder juntar el dinero que se debía pagar a los inversionistas
extranjeros y, curiosamente, en esa ocasión, el clero apoyó la propuesta invitando a
sus feligreses a apoyar al gobierno con lo que pudieran. Estas actitudes de apoyo
sirvieron, también, para fomentar un sentimiento de nacionalismo que unió al país
para defender lo propio.
Al parecer uno de los hechos que ayudó a presionar para la obtención del
voto femenino fue que en julio de 1937, María del Refugio García, secretaria del
FUPDM, fue propuesta como candidata para ocupar una curul por su estado,
Michoacán, con el argumento de que "la Constitución no especificaba que las
mujeres estuvieran excluidas de la ciudadanía".50 Ella ganó, pero, tal como les pasó
a Hermila Galindo y a Elvia Carrillo Puerto años atrás, no le reconocieron su
triunfo y en su lugar quedó un varón. Ante tal injusticia, ella y algunas seguidoras
del Frente Único hicieron una huelga de hambre en las afueras de la casa
presidencial de Los Pinos. Aunque en ese momento Cárdenas estaba en Veracruz,
ya no pudo ignorar por más tiempo las demandas feministas y anunció que
enviaría un proyecto de ley para reformar el Artículo 34 de la Constitución,
promesa que cumplió en noviembre de ese mismo año. Resulta interesante
recordar uno de los considerandos que Cárdenas envió para reformar dicho
artículo:
Que reconocida […] la plena capacidad civil, económica y educativa de
la mujer, no se justifica el mantenimiento de su incapacidad política, ya sea
directa o indirectamente, en el hogar como colaboradora de su esposo o bien a
través de sus compañeros de trabajo, contribuye a la formación de la opinión
pública y es fuente de orientación de todo gobierno democrático y de
cooperación en las relaciones de gobernados y gobernantes.51
Al año siguiente, se llevaron a cabo todos los trámites para que se aprobara
la ley, se hiciera el cambio en la Constitución y saliera publicada en el Diario Oficial.
Todas las mujeres esperaban impacientes, pues daban por hecho el logro, ya que
50
51
Anna Macías, op. cit., p. 177.
Enriqueta Tuñón Pablos, ¡Por fin… ya podemos elegir y ser electas!, p. 189.
~ 49 ~
en las Cámaras había sido aprobado el proyecto de ley con sorprendente rapidez.
Sin embargo, el tan anhelado voto se fue retrasando; a pesar de las aparentes
buenas intenciones gubernamentales, nunca salió publicado en el Diario Oficial y,
en consecuencia, la ley nunca se aprobó como era debido quedando congelada de
manera indefinida.
Esta situación acabó con los sueños de las mujeres que lucharon por la
obtención del voto; fue desgastante, frustrante y doloroso el que los hombres, en
un acto de absoluta supremacía política se negaran a publicar la ley, único trámite
que faltaba para que ésta fuera un hecho consumado. Fue muy decepcionante que
un presidente que, en apariencia, había logrado un fuerte cambio social en el país y
había alcanzado una fuerte empatía con las minorías, como las mujeres, en el
momento más determinante no haya presionado para culminar un proyecto de ley
que, para muchas, ya era un hecho. Los movimientos feministas que habían
llegado a su punto más preponderante en estos años, se desvanecieron casi por
completo. Después de tantos esfuerzos y presiones por parte de las mujeres para
lograr igualar sus derechos ciudadanos con los hombres, todo se vino abajo y se
apoderó de ellas una gran decepción y frustración.
Uno de los argumentos que más se manejaba para haber negado el voto
femenino fue el gran temor del gobierno a que las mujeres votaran por los
candidatos que apoyaba la Iglesia como sucedió en la contienda de 1939, cuando el
general Juan Andrew Almazán se destapó como candidato para la presidencia,
contra el general Manuel Ávila Camacho, apoyado por el PNR. Mucho se temió
que si se otorgaba el voto a las mujeres, votarían por Almazán, siguiendo las
órdenes, implícitas o explícitas, de los sacerdotes, lo cual no convenía al grupo en
el poder,52 razón por la que todo se detuvo.
Al respecto, recuerdo que mis padres contaban que el día de las elecciones presidenciales de 1940,
antes de terminar la jornada electoral, en muchos lugares había colocadas cartulinas que indicaban
cómo iba el conteo de los votos para ambos candidatos y, al finalizar la jornada, muchos ya se
habían dado cuenta del fraude.
52
~ 50 ~
Otra de las causas que acabó con el movimiento feminista fue que el partido
oficial PRM, lo absorbió dentro de sus filas; logró convencer a esas mujeres de que
si se unían a ellos podrían darle mejor cauce a sus peticiones. Ellas aceptaron y en
ese momento, sus demandas quedaron supeditadas a las del PRM, en
consecuencia, las exigencias más importantes eran las que hacían los integrantes
del partido y después las de las mujeres.53
Quizás uno de los peores problemas a los que se han enfrentado las mujeres
mexicanas es que los hombres la ven como a "la otra", no como a su igual ni como
su compañera; sino como alguien a quien hay que dominar y demostrarle su
fuerza, no como alguien que puede apoyarlo, ser su compañera, poder conversar
con él, intercambiar puntos de vista y tener opiniones propias; sobre todo lo
último, ha sido lo más difícil de entender para un mexicano que está acostumbrado
a vivir con un estereotipo femenino en el que no encaja que ella tenga una voz
propia, sus propios pensamientos y sea capaz de tomar sus propias decisiones,
convencida por su propia convicción y no porque los demás la influyan.
Ya en 1940, el gobierno de Manuel Ávila Camacho logró una unidad
nacional, consolidó el presidencialismo, tal como quería Cárdenas, y el poder del
partido oficial. Además restableció las relaciones con los inversionistas nacionales
y extranjeros. Este gobierno fue una transición entre Cárdenas y Miguel Alemán,
en donde se sentaron las bases de la unidad nacional y se alejó del socialismo y del
comunismo. Cabe recordar que en ese momento, el mundo atravesaba por la
Segunda Guerra Mundial; el fantasma del comunismo tomó mucha fuerza durante
esos años y se le veía como a un peligro latente.
Por esta razón, se trataba de reprimir a todos los comunistas, sobre todo, a
los más radicales que daban una batalla frontal contra el gobierno defendiendo sus
ideales. Los miembros del Partido Comunista Mexicano (PCM) eran encarcelados
constantemente, pero no cejaban en su intento por hacerse presentes en la
sociedad. Muchas mujeres se unieron a él pensando que allí encontrarían un
53
Cfr. Enriqueta Tuñón, op. cit., pp. 49-50.
~ 51 ~
reconocimiento y un lugar digno donde serían tomadas en cuenta, sin embargo no
fue así.54 Benita Galeana, mujer comunista de enorme convicción, en su
autobiografía, Benita, habla de las muchas veces en que fue encarcelada cuando
hablaba frente a grupos de personas expresando sus inconformidades con el
gobierno y su apoyo al PCM, amén de las injusticias de que era objeto dentro del
propio partido por el hecho de ser mujer.
En esos años cuarenta, los constituyentes fueron tajantes al afirmar: “[…] en
las condiciones en que se encuentra la sociedad mexicana no se advierte la
necesidad de conceder el voto a las mujeres”.55
Y a pesar de que había habido una incorporación masiva de las mujeres
a la lucha armada, al redactar la Constitución declaraban: “El hecho de que
algunas mujeres excepcionales tengan las condiciones para ejercer
satisfactoriamente los derechos políticos no funda la conclusión de que éstos
deban concederse a la mujer como clase. La dificultad de hacer la selección
autoriza la negativa".56
De estos argumentos los legisladores se valieron para negar el sufragio y
encadenar los intereses de las mujeres al hogar y a la familia, como siempre,
afirmando que era parte de su naturaleza femenina, incluso había quien aseguraba
que a ellas no les interesaba para nada tener derechos políticos:
Sin embargo, era a ellos, a los congresistas varones, a quienes no les interesaba
que las mujeres obtuvieran el derecho a votar ya que temían que se rompiera la
“unidad familiar”; argumento que 35 años después esgrimieron algunos
diputados que también estuvieron en contra de la medida. Pensaban que con
el “avance de la civilización”, las mujeres podían interesarse por asuntos
ajenos a sus hogares y sus familias y abandonarlos, por eso había que
mantenerlas fuera del juego democrático.57
Cfr. la autobiografía de Benita Galeana cuando escribe: “Veía que camaradas muy capaces e
inteligentes, eran los que más mal trataban a sus compañeras, con desprecio, sin ocuparse de
educarlas, engañándolas con otras mujeres como cualquier pequeño burgués. […] Vi a varios
camaradas para que me ayudaran [a conseguir trabajo] y […] no me hicieron caso, pero en cambio
sí veía con tristeza que gentes que ni siquiera habían luchado por nuestro Partido estaban con
buenas chambas…”, Benita Galeana, Benita, pp. 146-147.
55 Enriqueta Tuñón, op. cit., p. 34.
56
Ma. Antonieta Rascón, La mujer y la lucha social en México, apud en ibid, pp. 34-35.
57
Ibid, p. 34-35.
54
~ 52 ~
Había un enorme temor por parte no sólo de los congresistas, sino de los
hombres en general ante el hecho de que las mujeres cambiaran su responsabilidad
de esposas y madres de familia por el de políticas. ¿Acaso se olvidan de la enorme
cantidad de mujeres que son madres solteras y, además de enfrentar un rechazo
social, soportan la fuerte responsabilidad que implica mantener un hogar y un hijo
sin el respaldo de un marido? Ellos suponen que las mujeres sólo pueden ser
felices dentro de una casa, rodeadas de hijos y llevando la organización de la
misma. Al no darles la oportunidad de tomar decisiones, el daño, además de ser
para ellas, pues siguen sin ser reconocidas legalmente, es para ellos, pues están
condenados a tomar siempre decisiones sesgadas y se pierden puntos de vista más
incluyentes y con una perspectiva diferente que enriquecerá el punto de vista no
sólo de los políticos, sino también de una sociedad y, en consecuencia, de un país.
Al respecto, es importante recordar las palabras de Margarita Robles de
Mendoza:58
¿Por qué muchas de las que consagramos nuestras vidas a la conquista
de lo que es legítimamente nuestro nos sentimos desencantadas? Es que
cuando creímos que habíamos llegado a la meta no por lo que nosotras seamos
o valgamos sino por lo que de grande y constructivo entraña en sí misma la
Revolución […] la reforma constitucional que habrá de convertirnos en
ciudadanas […] permanece inerte, mientras campanudamente muchos
diputados dan excusas huérfanas de sensatez y carentes de lógica y sentido
revolucionario auténtico. […] la reforma constitucional del artículo 34 tiene
todos los visos de seguir durmiendo un soporífero sueño, si el señor presidente
Cárdenas no activa vigorosamente la declaración de esta ley.59
Estas palabras publicadas en el periódico El Universal afirman el desencanto
y la frustración que sintieron las mujeres al ver que el gobierno de Cárdenas no
cumplió la promesa que había hecho y que hizo pensar que sería una realidad, se
Si bien es cierto que Margarita Robles de Mendoza siempre fue tachada de ser una feminista de
clase alta que, incluso, estuvo viviendo un tiempo en Nueva York y desde allí exhortaba a las
mexicanas a presentarse el día de las elecciones en las casillas y exigir sus boletas, a sabiendas de
que esto no iba a ocurrir, no deja de ser una mujer que tenía influencias, relaciones y, por lo tanto,
tenía voz dentro de la sociedad mexicana.
59 Margarita Robles de Mendoza, "Las desencantadas", El Universal, apud Enriqueta Tuñón, op. cit.,
pp. 190-191.
58
~ 53 ~
decía que muchas de ellas estaban a las afueras del Congreso o, incluso, en sus
pasillos para saber qué sucedía con los votos por el sufragio femenino;
desgraciadamente esta presión no fue suficiente para convencer a los políticos de la
necesidad de que ellas tuvieran derechos ciudadanos plenos.
Es importante hacer hincapié en que las peticiones que se hicieron en las
Conferencias Internacionales Americanas iban en función de pedir que a las
mujeres se le concedieran los mismos derechos ciudadanos que ya tenían los
hombres. De haberse conseguido el voto en las décadas 1930-1940 hubiera sido un
logro enorme sin antecedentes, sin embargo, no fue así, había que pedir las cosas
con cuidado para no herir susceptibilidades y obtener poco a poco lo que se quería.
Convenía más ir ganando terreno despacio que llegar con una actitud beligerante
que no conseguiría nada, lo que refleja la cultura de género imperante en esos
años.
Las mujeres fueron a ver al presidente Ávila Camacho para que por medio
de su intervención se hicieran efectivas las conclusiones a las que se llegaron en la
Conferencia de Chapultepec.60 Un fragmento de las palabras de Amalia Castillo
Ledón, representante mexicana, fueron las siguientes:
… se hace preciso que en esta Conferencia se determinen como propósito
esencial de nuestros trabajos […], los medios por seguir para la realización
efectiva del programa que concreta la necesidad inaplazable e ingente de
involucrar a la mujer en todas las fases de la vida social y política de América,
ya que, en tanto ella permanezca confinada en algún aspecto al margen de los
acontecimientos que marcan la evolución y trayectoria de los pueblos hacia su
destino, la historia de estos mismos pueblos será sólo un documento
inconcluso al omitir consignar los capítulos vitales de esa mitad de sus
colectividades constituida por el elemento femenino.61
La respuesta del Presidente fue que haría "lo que esté de su parte para que
los derechos de la mujer mexicana sean una realidad, pues considera que además
Esta conferencia se refiere a la Conferencia Interamericana sobre los Problemas de la Guerra y la
Paz que se llevó a cabo en el Castillo de Chapultepec en 1945, al término de la Segunda Guerra
Mundial, y uno de los asuntos que se tocó fue los problemas de la mujer para obtener los mismos
derechos ciudadanos que los hombres.
61 Enriqueta Tuñón, op. cit., p. 202.
60
~ 54 ~
de ser una colaboradora del hombre en el hogar también está capacitada para
intervenir en la vida pública del país.”62
En esa década, las mujeres, cuya educación de sometimiento las hacía
sentirse inferiores a los hombres, se sentían incapaces de luchar de manera más
agresiva por sus derechos, tal vez temerosas de no conseguir nada si gritaban o
manoteaban, pues la violencia no va con una mujer, por el contrario, sus
cualidades son la tranquilidad, la dulzura, la bondad, la paciencia; ellas, como
pilares del hogar, son las que soportan el peso social, afectivo y emocional de la
familia y cuando les dan a elegir entre su familia y cualquier otra cosa, la respuesta
será automática: su familia, pues les han inculcado por años que sin ellas, la
familia, núcleo de la sociedad, se desmorona. Lo único que buscaban todos estos
argumentos era someter a las mujeres, dejarlas a un lado de la política, terreno
exclusivo de los hombres; ese mundo político, abierto y público era el que les
correspondía a ellos y no estaban dispuestos a cederlo. De allí la insistencia en unir
a la mujer con la familia y hacerle creer que éste es su mayor objetivo en la vida.
Con Miguel Alemán se instituyó una derecha liberal en los planos político,
económico y social. En este gobierno, los grandes sindicatos obreros fueron
depurados de sus elementos comunistas y marxistas quedando subordinados a los
intereses del gobierno.
En el discurso que pronuncia Miguel Alemán como candidato presidencial,
en 1945 ante un gran público femenino, elogia la labor de la mujer durante las
distintas etapas de la historia de México, alaba su prestanza, su fuerza para luchar
al lado del hombre, sobre todo durante la Revolución, cuando ella jugó
importantes roles: enfermera, cocinera, mensajera, soldadera, militar y muchas
cosas más sin pedir nada a cambio. Sin embargo, nunca dice de manera directa y
real que le dará el voto; en medio de una retórica muy bien lograda y estudiada,
con palabras dulces y amables elogia la actuación de la mujer mexicana y recuerda
62
La prensa, 6 de abril de 1945, apud en ibid, pp. 61-62.
~ 55 ~
a heroínas como Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario, 63 a escritoras como
Sor Juana Inés de la Cruz y María Enriqueta,64 pero no llega al punto que
verdaderamente interesa: los derechos de las mujeres y el voto femenino. Las
mujeres aplaudieron este discurso y estas palabras, sin embargo, ¿realmente otorgó
el candidato Miguel Alemán algo diferente de lo esperado por los propios
hombres?
Las
mujeres
se
conformaron
sólo
con
una
vaga
promesa;
desgraciadamente eran tiempos en que hubiera sido impensable una respuesta
violenta por parte de ellas, pues la estricta educación moral y de principios que
tenían les impedía siquiera pensar en buscar una confrontación.
Es interesante destacar cómo en los discursos de las propias líderes
femeniles es recurrente la idea de los valores superiores de las mujeres
mexicanas y de su espíritu de sacrificio y abnegación. Llama la atención que en
vez de hacer una crítica a esta ideología, la utilizaron como una herramienta
para hacer sentir a la sociedad que estaba en deuda con ellas al no darles el
derecho al voto, en lugar de reconocer que había que lograr alcanzar los
derechos ciudadanos sin necesidad de ninguna justificación, ya que son parte
de una democracia occidental moderna, como el propio sistema político
mexicano pregonaba.65
Las opiniones de lideresas políticas, de candidatos presidenciales y políticos
en general, eran de alabanza a la situación femenina y las labores que las mujeres
desempeñaban dentro del hogar, sus esfuerzos y sacrificios por sacar adelante a su
familia: esto era digno de remarcarse una y otra vez hasta la saciedad, pero nadie
En los libros de texto gratuitos de Historia y Civismo, hasta hace unos años, no se incluía a Leona
Vicario como heroína, sólo estaba Josefa Ortiz de Domínguez.
64 También hay que agregar que tal vez menciona a estas dos escritoras, porque, según Lilia
Granillo, durante muchos años ellas dos representaron los parámetros temporales de escritura
femenina y los años que pasaron entre ellas dos marcaban un supuesto vacío de creatividad por
parte de las mujeres. Vid supra, “Estado de la Cuestión”.
65
Enriqueta Tuñón, op. cit., p. 66. Esto recuerda también el famoso texto de Betty Friedan, La mística
de la feminidad (1963), en donde ella dice que las mujeres eran narradas solamente como esposas y
madres, pues la única vía de representación con que contaban era la escritura. También explica ese
malestar que muchas mujeres estadounidenses que llevaban una buena vida, decían tener, pues se
sentían vacías, incompletas y nadie acababa de entender qué pasaba. Friedan estudia esto y llega a
la conclusión de que ese "malestar sin nombre", como ella lo bautiza, se debía a la imposición social
(sobre todo masculina) sobre las mujeres de un destino dentro de un hogar, que era prácticamente
una cárcel, con hijos y marido qué atender, pero sin tomar un minuto para pensar en ellas mismas y
en lo que les gustaría realmente hacer de manera individual.
63
~ 56 ~
era capaz de reconocer la labor de la mujer fuera del hogar, su capacidad creativa,
su toma de decisiones, sus propios intereses, etcétera, nada de esto era encomiable
ni servía de ejemplo a las demás, sólo sus funciones tradicionales y las cobijadas
por un marido, quien la guiaba dentro del matrimonio. Las demás mujeres, las que
habían salido adelante solas por viudez, divorcio o soltería no existían en este
grupo de mujeres, ni siquiera se hablaba de ellas. Había una clara discriminación
muy soslayada que nadie denunciaba porque nadie las había tomado en cuenta y
desgraciadamente esta invisibilidad empezaba por las mismas mujeres.
Llama mucho la atención la opinión del general Manuel de Jesús Solís
vertida en una carta que le dirige a Miguel Alemán:
… me puedo augurar que en cualquier forma y en cualquier tiempo, la
implantación del voto femenino ocasionará desconcierto y desorganización en
nuestro amado hogar. El temperamento y manera especial de ser del marido
mexicano, no se adaptaría al alejamiento de la esposa ni de la hija, del sagrado
recinto familiar en donde está amenazado el hermoso vínculo conyugal.66
En esa carta alaba a la mujer por su trabajo dentro del hogar. Esa función de
ella es valiosísima: como pilar de la familia mexicana, como punto de unión de esta
sociedad es indispensable, pero nada más.
Entre líneas, en esta carta se pueden leer dos cosas: Primera: el enorme
temor que a estos generales de la Revolución les inspira la mujer, el miedo que se
refleja en esa misiva va más allá de no querer otorgar el voto femenino por un
capricho, es el miedo a que, como ciudadana, la mujer tome decisiones, se
independice, piense por ella misma y se supere por medio del trabajo, del estudio,
del conocimiento y se dé cuenta que el hombre ha manipulado la información al
hacerle creer que sin él ella no vale nada. Pero más que nada, el gran temor es que
la mujer deje de lado sus obligaciones “naturales” y ante este “supuesto
abandono” a la familia y el hogar, la sociedad mexicana se vaya al precipicio.
“Cierto es que el sufragio universal es fundamento democrático en países de
modernas sociedades, cierto también, que allí están fracasando el matrimonio, la
66
Enriqueta Tuñón, op. cit., p. 209.
~ 57 ~
familia y el hogar.”67 Son apreciaciones que tiene el general Solís, quien insiste en
que la mujer que tuviera derechos cívico-ciudadanos “además de perder sus
encantos femeninos, la política la haría perder la dulzura propia de mujer y se
volvería libertina y hombruna”:68 éste es su gran temor.
Segundo: la idealización masculina, o más bien, el imaginario colectivo
masculino acerca de la familia mexicana. En los años en que fue escrita la carta,
probablemente 1945-1947, todavía había muchas comunidades rurales, ya había
iniciado años atrás, el éxodo del campo hacia la capital en busca de una mejor
situación, sobre todo económica, por parte de los miembros de estas comunidades
rurales y campesinas que a veces no tenían ni para comer; luego entonces, ¿de qué
sociedad mexicana habla el general? Seguramente de la única que él conocía de
manera cercana, sin embargo, se olvidaba de las provincias, de los pueblos, tanto
grandes como pequeños, de las sierras, de las comunidades indígenas, de los
campesinos y de un sinfín de familias que no se ajustaban a su propio imaginario y
que era el que existía en esta carta.
Llama la atención la misiva, sobre todo porque está escrita desde el poder y
si ésa era la opinión generalizada de muchos políticos sobre las mujeres, entonces,
se puede entender por qué la obstinada negativa de otorgar el voto femenino.
Por otro lado, también está el escándalo que hace el panista Aquiles
Elorduy, quien plantea en su discurso sobre la modificación al Artículo 115, a una
mujer completamente independiente que, según él, desde su propio imaginario
masculino también, descuida el hogar y a los hijos para jugar y gastar el dinero en
el frontón y en frivolidades:
Ciertas costumbres venidas de fuera están alejando a las madres mexicanas un
tanto cuanto de sus hijos, de su casa y de su esposo. Las señoras muy
modernas juegan más que los hombres y no sólo a la brisca o al tute, sino al
poker, despilfarran, aun a espaldas de los señores maridos, buenas fortunas en
el frontón […] Fuman que da miedo […].
[…]
67
68
Ibid, p. 210.
Ibid, p. 211.
~ 58 ~
De manera que, si en la política, que es casi lo único que nos queda, porque en
la enseñanza también [las mujeres] son hábiles y superiores; si vamos
perdiendo la única cosa siempre aparatosa, que es la política, […]; si vamos a
ser iguales hasta en la calle, en las asambleas, en las Cámaras, en la Corte
Suprema, en los tribunales, en los anfiteatros, etcétera, etcétera, pues, entonces,
que nos dejen a nosotros, que nos permitan bordar, coser, moler y demás.69
El tono irónico refleja el absurdo que el congresista plantea y que sólo
refrenda el temor masculino porque los comportamientos femeninos puedan
cambiar y se transformen a partir de otorgar un derecho ciudadano. Sin embargo,
esto sólo existe en las palabras de discursos muy conservadores y muy
tradicionales.
En 1946, los argumentos que dieron los diputados a favor del voto femenino
iban en la dirección de reconocer las acciones de las mujeres como un hecho
justiciero por todo lo que aportaron y apoyaron cuando se dio la Revolución
Mexicana y reconocer que eran iguales que el hombre, tan capaces como él, igual
de inteligentes. A pesar de todo esto, había un mensaje contradictorio que daba
México al mundo, pues quería ser democrático sin darle el voto a la mitad de su
población, situación absurda desde la perspectiva internacional.
Todo lo anterior, pone a Miguel Alemán como a un hombre de imagen
moderna y democrática cuando accede a darle el voto a las mujeres en las
elecciones municipales, lo cual, aunque pequeño, para ellas fue un gran avance que
ya no admitirá retroceso. "Con esta medida, se fortalecía el sistema federal y
además se les daba un lugar a las mujeres en la vida política del país. Por otro lado,
México entraba al grupo de las naciones avanzadas y democráticas en donde las
mujeres ya eran ciudadanas. Sin embargo, se mostró tímido al otorgar el voto en el
ámbito federal…"70 Efectivamente, no se podía cantar todavía una victoria
absoluta, sin embargo, era un logro que no sólo se debía a las mujeres, sino
también a una presión internacional que ayudaría, más adelante, a obtener el
triunfo total.
69
70
Ibid, p. 214.
Ibid, p. 75.
~ 59 ~
Opiniones iban y venían a favor y en contra de otorgar el voto femenino
federal, por lo que resulta muy interesante y reveladora la carta que le envió el
abogado Alberto Bremauntz71 a Miguel Alemán el 17 de agosto de 1945, después
de haber escuchado el discurso de Alemán en la Arena México (ya iniciaba su
campaña como candidato) proponiendo otorgar el voto femenino a nivel
municipal:
[Quiero felicitarte] por el criterio que tácitamente sustentas de reservar el
derecho de voto, en forma amplia, a la mujer mexicana y darle tan sólo la
oportunidad de iniciarse en las actividades cívicas a través de los puestos
municipales. Pero hasta hoy pude enviarte un ejemplar de un estudio que
formulé en el año de 1937, titulado El sufragio femenino desde el punto de vista
Constitucional y que deseaba mandarte, el cual motivó que el señor Presidente
Cárdenas se convenciera que los Constituyentes de 1917 no concedieron
derechos de ciudadanía a la mujer mexicana por su supeditación moral y
espiritual al clero católico.72
Aquí se encuentra la respuesta al cambio drástico de opinión de Cárdenas
con respecto al voto femenino. Probablemente tuvo múltiples presiones de gente
como el abogado Alberto Bremauntz, quien con “supuestas pruebas” demostró
que las mujeres no estaban capacitadas para tener derechos ciudadanos, o
diputados con las ideas de Aquiles Elorduy o el general Solís, que tenían el enorme
temor de ver minada su supremacía política, ese ghetto que era considerado
exclusivamente masculino y que no querían perder bajo ningún motivo. Además
de que no se veían a sí mismos discutiendo asuntos de relevancia nacional ni con
mujeres ni con congresistas de ideas abiertamente católicas. Era obvia la
intolerancia política y religiosa que existía en aquella época. Quizás fue por estas
razones que Cárdenas dejó de lado el entusiasmo y la rapidez con que
originalmente había acogido la idea.
Ahora bien, desde antes de la década de los cuarenta, la figura de Amalia
Castillo Ledón había sido importante, pero en estos años cobra una mayor
En los años treinta, Alberto Bremauntz había pertenecido al Frente Socialista de Abogados y, en
ese momento, 1945, era Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Distrito y Territorio
Federales.
72 Ibid, p. 214.
71
~ 60 ~
relevancia.73 Ella ha sido, quizá una de las mujeres que durante esa época luchó
más a favor del voto femenino desde una posición feminista que no era, ni con
mucho, tan radical como lo es ahora.
Castillo Ledón, por una parte, manifestaba que hombres y mujeres son
diferentes y, por otra, expresaba que no pedía trato especial para las mujeres.
Se observa que su feminismo no era un feminismo con conciencia de género,
sino, más bien, uno llamado liberal, en consonancia con la época. Hay que
recordar que este feminismo liberal, planteó cambios a nivel de la legislación y
del marco jurídico, proponiendo alcanzar la igualdad social, política,
económica y educativa.74
Hubo una segunda reunión de la Comisión del Status de la Mujer en Lake
Success, Nueva York, en enero de 1948, en donde se acordó
… dar instrucciones al Secretario General para girar comunicación a todos los
gobiernos que no hayan [… concedido aún] los derechos políticos a la mujer
preguntándoles sobre sus planes en el desarrollo y pleno vigor de la Carta,
asegurando iguales derechos para el hombre y la mujer instándolos a adoptar
una actitud conveniente e inmediata.
Requerir a los Estados miembros de las Naciones Unidas donde las
mujeres no han sido facultadas para el uso de los mismos derechos que el
hombre, para que les sean concedidos en todas las esferas, económica,
nacional, cultural y social, así como políticamente.75
La presión internacional era muy fuerte y los gobiernos no sólo de México
sino de otros países que no habían concedido todavía el voto a la mujer, como
Colombia, Honduras, Nicaragua y Paraguay (ni siquiera el municipal) no tuvieron
más remedio que empezar a trabajar en esto. En México, Amalia de Castillo Ledón
Ella tenía a su cargo el nombramiento de una Comisión Permanente como Delegada de México
ante la Comisión Inter-Americana de Mujeres, “que es un organismo compuesto por una Delegada
de cada país de las veintiún naciones Americanas, y que tiene su sede en la Unión Pan Americana
en Washington. Este organismo efectúa Asambleas anuales por el mes de noviembre, y en estas
Asambleas presenta cada Delegada, para su estudio, los problemas femeninos del país que
representa. […] Yo he asistido a tres Asambleas Anuales y he tenido la suerte de que se aprueben
las ponencias de México en las tres ocasiones, entre las que se cuentan: una ponencia sobre
nacionalización, otra sobre igualdad de salarios en el trabajo de la mujer con respecto al hombre y
otra, demasiado importante en estos momentos, sobre la preparación de las Mujeres de América
para tomar parte en la Defensa del Continente en casos de emergencia”. Consuelo Colón, “Amalia
Castillo Ledón”, pp. 53-54.
74 Enriqueta Tuñón, op. cit., p. 81.
75 Ibid, pp. 83-84.
73
~ 61 ~
fue una pieza clave para conseguir el sufragio femenino, pues ella logró utilizar en
favor de este propósito, las relaciones sociales y de poder que tenía con los
presidentes Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines. Cabe
recordar que ella formó parte de asociaciones femeninas importantes como el
Ateneo Mexicano de Mujeres y la Alianza de Mujeres de México. Aunque la
obtención del sufragio femenino no era la meta principal de estas asociaciones, sí lo
era la cultura y una labor social de difusión y concientización de la mujer con
respecto a su papel dentro de la familia, la sociedad y los derechos ciudadanos,
abriendo un espacio más amplio de perspectiva para que no se quedara sólo en el
tradicional de esposa y madre.
Amalia Castillo Ledón fundó la Alianza de Mujeres de México con la
finalidad de conseguir el voto de manera más fácil aparentemente. Cuando Adolfo
Ruiz Cortines le dijo que si le conseguía la firma de miles de mujeres les daría el
voto, Castillo Ledón recorrió toda la República en busca de estas firmas que, por
supuesto, consiguió. El punto era que si el candidato no veía un real y verdadero
interés por parte de las mujeres mexicanas por votar, no tenía caso concederlo.
Aquí cabría una pregunta, dado que el voto es un derecho legítimo y como tal no
importa si quien lo tiene lo ejerce o no, ¿por qué cuestionar y obstaculizar tanto su
otorgamiento a las mujeres? ¿Acaso se los han negado o restringido a los
campesinos varones que no saben leer ni escribir o a todos aquellos hombres que
no lo ejercen porque no les interesa? Aquí se nota la personalidad fuerte y decidida
de Amalia Castillo Ledón, pues si no hubiera sido por su perseverancia, por las
buenas relaciones que logró fomentar con el poder y por su tezón, aunada a su
inteligencia, cultura y personalidad, no hubiera logrado todo lo que logró.
El voto fue concedido por una cuestión externa que obligó a los políticos
mexicanos a darlo so pena de que México fuera relegado en los acuerdos
internacionales, pues una de las condiciones era que toda la población del país,
hombres y mujeres, tuvieran igualdad ciudadana. Sin embargo, aunque lo dieron,
siempre fue dentro de un contexto y un discurso perfectamente bien articulado en
~ 62 ~
donde se alababa la maternidad, la sumisión, el cuidado de la familia, el sacrificio
de las mujeres en aras de su familia.76 Jamás se les habla de sus nuevas
obligaciones como ciudadanas y de los derechos políticos a los que tienen acceso, a
pesar de que ellos mismos dicen que hay que prepararlas para que cumplan
correctamente con este nuevo derecho. Los hombres nunca prevén que ellas
quieran desempeñar un cargo político o de toma de decisiones, que implique la
presencia femenina dentro del Congreso o en la dirección de una oficina
gubernamental; están seguros de que eso no sucederá, pues una cosa es que voten
y otra, muy distinta, que se les permita ir más allá de lo que implicaba este
derecho.
Así el PRI reforzaba su papel tradicional [el de las mujeres] mediante la
celebración del Día de las Madres. Por mucho tiempo la determinación
biológica ha negado a las mujeres ser sujetos sociales, la maternidad ha sido
sublimada durante décadas, […] como una manera de manipular a las mujeres
afectivamente y compensar su falta de poder en la sociedad y su subordinación
al resto de los miembros de la familia.77
Cuando la iniciativa de otorgar el voto a las mujeres se consiguió, provocó
diversas posturas dentro del Congreso; por un lado, los panistas querían quitar a
Ruiz Cortines su logro de otorgar el voto, pues decían que sólo había terminado el
trámite que quedó inconcluso en 1937 con Cárdenas. Los priístas, por el contrario,
alababan el buen tino del presidente de cambiar los artículos 34 y 115 de la
Constitución para poder otorgar el voto femenino. De una u otra forma y sea cual
fuera la interpretación, la obtención del voto femenino se logró el 17 de octubre de
1953 ante el beneplácito de todas las mujeres mexicanas que habían luchado
durante años por él. Sin embargo ellas tenían que remarcar una y otra vez que no
representarían una competencia importante para los hombres. No obstante,
siempre se dejó sentir un cierto nerviosismo por parte de muchos políticos que no
estaban del todo convencidos de la decisió, de aquí la insistencia de ellas en que
Como bien decía Betty Friedan: las mujeres eran narradas solamente como esposas y madres,
pues no se les veía de otra forma desde ningún punto de vista.
77
Ibid, p. 111.
76
~ 63 ~
serían incapaces de tomar un lugar que no les correspondía. Ellas mismas estaban
convencidas y seguían metidas todavía en su papel de esposas y madres.
1.2.- La importancia de la educación en el contexto de las tensiones entre
el Estado y la Iglesia por mantener el control de la población.
Desde el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, en decreto del 10 de
diciembre de 1874, se ordenó que el Estado y la Iglesia fueran independientes entre
sí y que la instrucción religiosa y las prácticas oficiales de cualquier culto quedaran
prohibidas en todos los establecimiento de la Federación, los Estados y los
Municipios. Gracias a este decreto, se logró que desde esa época, la educación
pública fuera obligatoria, gratuita y laica; características que hasta la fecha son la
base de nuestra educación pública.
Posteriormente, estos principios fueron los que rigieron uno de los Artículos
Constitucionales más importantes: el 3ro. Al respecto, Jesús Sotelo Inclán explica el
inicio de tan debatido artículo:
El Artículo 3ro. de la Constitución, promulgado el 5 de febrero de 1917,
consolidó los siguientes principios:
I.- Enseñanza laica en todos los establecimientos oficiales, así como en
los de educación primaria superior.
II.- Prohibición a toda corporación religiosa y a ministros de cualquier
culto para establecer o dirigir escuelas de instrucción primaria.
III.- Las primarias particulares quedan sujetas a la vigilancia oficial.
IV.- La enseñanza será gratuita en los establecimientos oficiales.78
En dicho Artículo se ve la postura oficial del Estado con respecto a la
enseñanza, sobre todo la impartida en escuelas a cargo de órdenes religiosas. Esto
anunciaba lo que más tarde se convertiría en uno de los motivos de la Guerra
Cristera y de las inconformidades que surgieron por parte de la sociedad acerca de
Jesús Sotelo Inclán, “La educación socialista”, p. 246. Cabe aclarar que la fracción II del Artículo
3º. en la práctica no se llevó a cabo con tanta rigidez, pues las órdenes religiosas seguían
impartiendo enseñanza en sus escuelas y no se limitaban a llevar el programa oficial del gobierno,
también incluían en el currículum materias de enseñanza religiosa. De hecho, eran este tipo de
colegios los que las familias de clase media y alta buscaban para sus hijos, sobre todo, para sus
hijas, pues era una garantía de que las religiosas las educarían para ser buenas amas de casa,
esposas y madres.
78
~ 64 ~
la educación socialista, pues hubo un fuerte rechazo a estos principios por parte
del clero principalmente.
La separación entre la Iglesia y el Estado ha sido una constante desde el
siglo XIX y en el XX se trató de llevar a cabo por todos los medios, pues era
necesario crear una conciencia más racional y científica entre los mexicanos,
alejada de los fanatismos, creencias y supersticiones que conlleva una religión que
trata de imponer sus ideas a un pueblo creyente. Sin embargo, esto fue más
complicado de lo que parecía en un inicio, pues dicha separación, a pesar de estar
en el papel, en la práctica no se cumplía. Esta situación provocó una enorme
tensión entre la Iglesia y el Estado por tener el control de la población: quien logra
normar el conocimiento a su favor, tiene el poder y ninguno de estos dos actores
estaba dispuesto a cederlo.
Una vez que la Revolución Mexicana se dio por terminada, comenzó a
reorganizarse al país desde un aspecto político y social básicamente. Sin embargo,
la Guerra Cristera de 1926-1929, el asesinato del presidente electo Álvaro Obregón
en 1928 y el período conocido como “el maximato”, en el cual Plutarco Elías Calles,
máximo jefe de la Revolución, acaparó el poder político, lograron fuertes tensiones
dentro de los diversos sectores de la sociedad, por lo tanto, esta reorganización
tomó giros diferentes de los que se habían planteado en un primer inicio.
La década de 1930 fue recibida por un presidente interino que tomó el lugar
de Álvaro Obregón en 1928: Emilio Portes Gil, quien sólo gobernó un breve tiempo
para pasarle el cargo a Pascual Ortiz Rubio, el 5 de febrero de 1930, quien dos años
después, en 1932, renunció y el nuevo presidente electo, no de manera abierta y
pública, sino interna, fue Abelardo L. Rodríguez como presidente sustituto; será
finalmente, en 1934, cuando Lázaro Cárdenas sea quien tome las riendas del país y
el primero en ser presidente durante seis años consecutivos.79
Recordemos que se cambió la Constitución para que el general Álvaro Obregón pudiera
reelegirse por una vez más y para que el periodo presidencial se alargara de 4 a 6 años. Álvaro
Obregón hubiera sido el primer presidente que habría cubierto un sexenio.
79
~ 65 ~
Dentro de todo este proceso, la educación tuvo un papel muy importante en
la reorganización social y política, pues ya se había tomado plena conciencia de
que un país sin educación estaba condenado al fracaso y a la falta de
oportunidades tanto al interior como al exterior de él. Se sabía que el índice de
analfabetismo era muy alto80 y un reto a vencer por los gobiernos
posrevolucionarios.
Aparentemente todo apuntaba a lograr una educación moderna y acorde
con los tiempos que se vivían, sin embargo, lo que se quería obtener de manera
fundamental era una educación completamente laica, alejada del clero y de sus
ideas tradicionales en donde la ciencia y el bienestar de la sociedad mexicana
tuvieran la prioridad y no la creencia religiosa y la enseñanza de normas
moralizantes que caían en el extremo de querer estar por encima del poder del
Estado y manipular el conocimiento, ya que el clero intervenía en la vida privada y
el saber académico de los niños sin que nadie se opusiera y esto no era conveniente
para un país que hacía pocos años había luchado por una autonomía de creencias
religiosas y una laicidad en la educación. Recordemos que aún estaba muy fresca
en la memoria de la gente la Guerra Cristera y lo menos que se deseaba en ese
momento era otro conflicto igual. Desgraciadamente, lo que esta imposición de
cambio en la educación pública provocó fue acrecentar la tensión social y política
que se venía arrastrando desde fines de la década de 1920.
Durante el periodo posrevolucionario se trató de hacer cambios importantes
para el beneficio de la población en general, sobre todo, sociales y educativos, para
fortalecer un progreso que debía consolidarse al paso de los años. Prácticamente
esto se convirtió en la bandera de estos gobiernos; de aquí que en 1921, José
Vasconcelos fundara la Secretaría de Educación Pública (SEP), dando por
“A partir de 1920, el objetivo de los gobiernos emanados de la Revolución será introducir en la
práctica esos principios y reducir al mínimo el 84% de analfabetismo en la población, que recibían
como herencia de la dictadura”. (Guadalupe Monroy Huitrón, Política educativa de la Revolución
1910-1940, p. 11). Los principios de los que habla la autora se refieren al derecho que tiene el pueblo
de educarse y a la obligación del Estado de impartir la enseñanza gratuita.
80
~ 66 ~
terminada a su antecesora: la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes.81 El
proyecto vasconcelista se proponía hacer llegar la educación a toda la población
mexicana y una de sus metas principales era llevarla junto con la lectura hasta el
último rincón del país, por lo que inició una fuerte labor de publicación y
distribución de libros.82 Con este hecho, fomentó el trabajo editorial por parte de la
misma SEP, pues no existía un acervo suficiente para llenar las bibliotecas públicas
de ningún tamaño en las escuelas ni en los estados; de esta forma, se editaron
libros con diversas temáticas de lectura dirigidas para los distintos públicos, tanto
de niños como de adultos, pero, a fin de cuentas, todos podrían tener acceso a los
libros, a la información y a la cultura que tanta falta hacía en aquellos años. La
educación sería popular, gratuita y laica, al alcance de todos. Por lo que también
inició una fuerte campaña de alfabetización;83 esta tarea debía ser permanente y
reafirmada todo el tiempo como uno de los principios educativos más importantes
de la SEP.
En los primeros años de la década de 1930, un conflicto tuvo lugar: la
implantación de la educación sexual en el 5º. y 6º. años de primaria y los tres de la
secundaria. La educación sexual, vista como una herramienta de la modernidad
que abriría la mentalidad mexicana hacia el mundo, provocó muchos debates y
“La nueva Secretaría sustituyó la vieja fórmula positivista de instrucción por el concepto de
educación. En efecto, el concepto revolucionario consistía en educar –sin perjuicio de proporcionar
datos y noticias que ilustraran– atendiendo la tesis pedagógica orientada a moldear el alma del
educando para desarrollar en él todas sus potencialidades”. Fernando Solana, et al. Historia de la
educación pública en México (1876-1976), p. 158. Las cursivas son del autor
82 Uno de los proyectos más importantes en este sentido, fue la llamada colección “Verde” de
lecturas (1921-1923), en donde Vasconcelos dejó ver sus preferencias bibliófilas. Originalmente, la
colección constaría de 100 libros, pero sólo salieron a la venta y distribución para bibliotecas 17,
situación que le valió muchas críticas, sin embargo, a la vuelta de los años, no se puede dejar de
admirar la labor educativa de José Vasconcelos y los proyectos que, aunque muchos no llegaron a
su fin, contribuyeron a la desalfabetización de los mexicanos.
83 Para lograr buenos resultados en esas campañas de desalfabetización, como las llamaba
Vasconcelos, las fortaleció con la ayuda de brillantes mujeres como Palma Guillén y Luz Vera.
Invitó también a la escritora chilena Gabriela Mistral (premio nobel 1945) a colaborar con él; de esta
labor surgió el libro Lecturas para mujeres (1923) publicado por la SEP; se trata de una antología que
ella hizo de autores europeos y latinoamericanos para ayudar, así, a la formación de buenas
mujeres, esposas y madres de familia. Es una revisión muy tradicional de las mujeres, tal como se
acostumbraba en esos años veinte.
81
~ 67 ~
muchas confrontaciones entre los diferentes grupos de poder que existían en ese
momento en el país: SEP, políticas educativas desde un gobierno emanado de la
Revolución,84 maestros, maestras, padres y madres de familia, clero, etcétera, es
decir, todos aquellos que estaban involucrados con el proceso educativo mexicano
y que impidieron que este conocimiento se implantara en los programas oficiales
de las escuelas públicas y mucho menos en las escuelas privadas, sobre todo, en
aquéllas que eran dirigidas por alguna orden religiosa católica.
El rechazo de la sociedad mexicana hacia la implantación de la educación
sexual en los programas oficiales de las escuelas públicas en el nivel primaria y
secundaria fue tajante, pues significó un sacudimiento para la conciencia social y
moral sobre la naturaleza humana que seguía estancada en una idea tradicional en
donde no se hablaba del tema; a pesar de esto, abrió una nueva perspectiva acerca
de la salud, la higiene, el cuerpo femenino, las ideas respecto al sexo y la
intimidad, pero, sobre todo, de la representación femenina que había en ese
momento y que tendrá repercusiones en las siguientes décadas, pues lejos de
ayudar a ampliar un panorama con menos prejuicios para hombres y mujeres, vino
a cerrarse en torno a una mente obtusa y que se escandalizaba a la menor
provocación que tenía que ver con el sexo.
Dentro de este ámbito, la presencia de las mujeres fue importante por ser, el
primer vínculo de enseñanza y relación entre el niño y el mundo: las primeras
letras, el manejo de las primeras operaciones aritméticas, el conocimiento del
pasado y las tradiciones, entre otras cosas, es decir, toda la gama de los primeros
saberes que más tarde vincularán al niño con el mundo. Pero esta enseñanza no se
limita a los conocimientos académicos, implica, también, una serie de conductas,
valores y principios que, por muchos años, las mujeres han sido las responsables
Hago hincapié en este epíteto de “gobierno emanado de la Revolución” porque los principios y
supuestos de los que parten para cambiar al país están pensados para lograr una sociedad más
igualitaria, precisamente para no repetir otro conflicto social como el de 1910, además de que para
estos años, México ya formaba parte del concierto de naciones que estaban evolucionando hacia
una industrialización capitalista cada vez más fuerte.
84
~ 68 ~
de transmitir a sus hijos y, de esta manera, se resguarda la “buena educación” que
se sigue pasando de una a otra generación.
Por otro lado, las escuelas secundarias, creadas en 1926,85 no se normaban
por el Artículo 3ro. Constitucional debido a que surgieron después de su creación.
No obstante, Narciso Bassols, a la sazón secretario de la SEP (1931-1934), cambió el
Decreto expedido en 1926 por un Decreto Revisado, el 26 de diciembre de 1931 en
donde se hacía extensivo el carácter laico para las secundarias privadas, las
oficiales ya lo eran. Él ordenaba terminantemente que “cuanta escuela secundaria
se incorpore al régimen oficial habrá de ser laica, como lo es este régimen.”86
Es evidente la necesidad de emprender, cada día, un esfuerzo
encaminado a desarraigar de la conciencia de las masas los prejuicios que el
fanatismo religioso viene depositando, y que mientras subsistan serán un
obstáculo para la salvación de nuestros campesinos, y en general, de los
proletarios mexicanos.
La muerte del prejuicio religioso es, por fortuna, una consecuencia
automática de la educación de las masas. Basta mostrarles con los rudimentos
de la cultura, el absurdo del prejuicio religioso, para que vuelvan las espaldas
a sus antiguos explotadores.87
Ante estas palabras, nuevamente hubo un fuerte rechazo por parte del clero
encabezado ahora por el arzobispo de México, Pascual Díaz, quien ordenó a los
padres de familia que no enviaran a sus hijos a esas escuelas oficiales,88 empero no
fue obedecido. La Unión de Padres de Familia también protestó enérgicamente
argumentando que ellos tenían el derecho de dar a sus hijos la educación que
creyesen más conveniente. Sin embargo, y a pesar de las múltiples protestas,
Al respecto, es importante conocer la opinión que Soledad Anaya Solórzano, maestra en Letras,
dio a la periodista Consuelo Colón en una entrevista. Ella, como una de las docentes fundadoras de
las Escuelas Secundarias, define esta fase del proceso educativo de la siguiente manera: “Desde su
fundación, la Escuela Secundaria ha tenido como propósito que cada día se vigoriza más, el de ser
sólo accidentalmente y para quienes por sus personales condiciones pueden llegar a realizar
estudios posteriores, una buena base por la educación adquirida en ella; pero de modo diferente,
aspira a ser para todo adolescente la Escuela Secundaria: formadora de la personalidad,
estabilizadora de hábitos, descubridora de capacidades y orientadora, para cumplir con la misión
de hacer del alumno un buen ciudadano, un hombre útil a su Patria.” Consuelo Colón, “Soledad
Anaya Solórzano”, p. 21.
86 Narciso Bassols, “La reglamentación del Artículo 3ro. Constitucional”, p. 120.
87 Ibid, p. 119.
88 Cfr. Narciso Bassols, “Renuncia al cargo de Secretario de Educación”, p. 306.
85
~ 69 ~
Narciso Bassols se mantuvo firme al igual que su decreto. De no haber sido así, el
mensaje que el Estado hubiera mandado era el de acceder a todos los caprichos de
fuerzas extrañas a él y esto hablaría de un gobierno sin fuerza ni dirección; lo cual
era impensable tomando en cuenta que como gobierno posrevolucionario no podía
permitirse debilidades, debía actuar con mano firme.
En julio de 1930, se llevó a cabo el VI Congreso Panamericano del Niño, en
Lima, Perú. Allí estuvieron representados todos los países latinoamericanos y uno
de los acuerdos a los que se llegó fue el siguiente: “Insistir nuevamente en la
recomendación a los Gobiernos de América, que no lo hayan hecho, de la
educación sexual desde la escuela primaria, de conformidad con la edad de los
niños de ambos sexos y con las características sociales de cada país.”89 Aunado a lo
anterior, en 1932, la Sociedad Eugenésica Mexicana pidió a Narciso Bassols
implantar en las escuelas públicas del último ciclo de primaria, es decir, en 5º y 6º,
además de la secundaria, la educación sexual con miras a un conocimiento más
amplio y profundo de la propia naturaleza y anatomía humanas y al mejoramiento
del hombre en general. Bassols recibió bien la propuesta y buscó el apoyo de otras
entidades, como la Comisión Técnica Consultiva (CTC) de la SEP, los maestros y
maestras y los padres y madres de familia; al parecer, la idea era lograr un
consenso que permitiera la inclusión de este tema sin oposición.
Belinda Arteaga explica que
el primer programa de educación sexual […] tenía como base de sustentación
los argumentos de la eugenesia, “la nueva ciencia”.90 Bassols sometió dicho
programa al dictamen de la Comisión Técnica Consultiva de la SEP y al
Narciso Bassols, “Sobre la educación sexual”, p. 286.
La eugenesia o “nueva ciencia” consistía en querer mejorar la calidad genética y anatómica del ser
humano dejando a un lado a todos aquéllos que tuvieran problemas de retrasos mentales,
deficiencias congénitas físicas, etcétera, con la finalidad de lograr un modelo ideal de especie
humana, por lo que la educación sexual sería el camino que ayudaría a conseguir dicho ideal. A
continuación reproduzco la definición que cita Belinda Arteaga, quien, a su vez, la copia de Renato
Kehl: “[El propósito de la eugenesia es] la formación de una nueva mentalidad; la constitución de
una sociedad sana y moral y una humanidad de individuos íntegramente fuertes y bellos” (pp. 3536). Esto recuerda el objetivo hitleriano de la raza aria, que sería superior al resto de las razas de la
humanidad, por su perfección en todo sentido; y para esta época, ya no está tan lejos el inicio de la
Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
89
90
~ 70 ~
escrutinio de la opinión pública. Cuando las voces disidentes se hicieron
escuchar, el gobierno mostró su rostro autoritario descalificando a quienes se
oponían a este proyecto.91
Por un lado, se busca el apoyo de la CTC que estaba formada en su gran
mayoría por maestros, entre ellos David Vilchis que también era el líder de la
Confederación Mexicana de Maestros (CMM), y, por el otro, el consenso de la
opinión
pública
a
través
de
plebiscitos
publicados
en
los
periódicos.
Aparentemente, según el propio Bassols, esta educación sexual no era todavía un
hecho consumado, aún faltaba por desarrollar los programas educativos que
cubrirían esta nueva materia, además de darles a los profesores la capacitación
adecuada para impartirla. El secretario de la SEP decía que:
La escuela primaria debe proporcionar al niño un concepto completo
del mundo y de la vida. Está obligada, so pena de no cumplir su misión social,
a satisfacer todas las inquietudes que el ansia de conocimientos del niño
suscita en su espíritu. Debe dar respuesta a todas las preguntas que hace
espontáneamente, conforme el ser humano va desenvolviéndose. Sin aceptar
supercherías que quieren fincar la moral en la ignorancia, la escuela debe
encauzar todos los instintos del niño apoyándose en el claro conocimiento de
los fenómenos de la naturaleza, de los hechos, vistos de un modo limpio y
sano, sin mistificaciones gazmoñas ni anticipación morbosa.
La escuela debe dar, a su hora y en la justa medida, ni antes ni después
de tiempo, una noción científica de cómo nacen y se reproducen los seres
vivos. El tabú de la reproducción es un refugio de las supersticiones más
primitivas, y mientras la escuela no llegue a vencerlos no habrá logrado
eficazmente construir en la mente de las generaciones nuevas una noción
racional, verdadera, y por lo tanto sana y moral de la vida.92
El fragmento de este pequeño texto deja claramente de manifiesto cuáles eran
las verdaderas intenciones del Estado al cambiar la perspectiva de la educación:
dejar completamente de lado las ideas tradicionales religiosas, incluyendo las
supersticiones, para dar paso a un conocimiento verdadero y científico.
Estas ideas en donde ya prevalecía más un concepto racional y científico las
esgrime Plutarco Elías Calles en su famoso discurso llamado “El grito de
Belinda Arteaga, A gritos y sombrerazos. Historia de los debates sobre educación sexual en México 19061946, p. 117.
92 Narciso Bassols, “Sobre la educación sexual”, p. 288.
91
~ 71 ~
Guadalajara”, que pronunció el 20 de julio de 1934 y en donde hace una clara
alusión a las intenciones educativas del gobierno:
Es necesario que entremos al nuevo periodo de la Revolución, que yo le
llamaría el periodo revolucionario psicológico; debemos entrar y apoderarnos
de las conciencias de la niñez, de las conciencias de la juventud, porque son
y deben pertenecer a la Revolución. No podemos entregar el porvenir de la
Patria y el porvenir de la Revolución a las manos enemigas. Con toda maña los
reaccionarios dicen, y los clericales dicen que el niño pertenece al hogar y el
joven a la familia; esta es una doctrina egoísta porque el niño y el joven
pertenecen a la comunidad, pertenecen a la colectividad y es la Revolución la
que tiene el deber imprescindible de apoderarse de las conciencias, de
desterrar los prejuicios y de formar la nueva alma nacional.93
Estas palabras de “debemos entrar y apoderarnos de las conciencias de la
niñez, de las conciencias de la juventud, porque son y deben pertenecer a la
Revolución”, dejan a todos sorprendidos, sobre todo a los padres y madres de
familia, quienes no saben cómo interpretarlas, sin embargo, el clero las aprovecha
para asegurar que lo que el Estado busca es arrebatar a los niños del seno familiar,
en el sentido más literal de la palabra, encargarse de su educación y, en
consecuencia, del cambio de mentalidad: interpretación que dejó horrorizados a los
padres de familia de sólo imaginar que sus hijos les serían arrebatados del hogar.
Esto sólo vino a encender más los ánimos, pues el alegato duró algunos años
y quienes más perdieron y sufrieron daños fueron los maestros, pues hubo
asesinatos, violaciones y torturas en contra de ellos; a este debate se sumaron las
mujeres, pero también la ignorancia, la superstición, el clero y la idea de que el
Estado estaba interviniendo en asuntos que no eran de su incumbencia, es decir, el
espacio público, representado por éste, estaba allanando la privacidad del espacio
privado de los hogares mexicanos para normar no sólo el comportamiento sino el
conocimiento de los niños, del futuro de la nación; luego entonces, ¿hasta dónde
llegaba la responsabilidad de los padres en un asunto tan íntimo como decidir la
educación de sus hijos, tanto la moral como la académica? Quizá esto último fue
Memoria Política de México, Plutarco Elías Calles Campuzano, [en línea]. Las negritas son mías.
Cabe recordar que el general Calles sabía bien de lo que hablaba, pues en su juventud había sido
profesor de primaria.
93
~ 72 ~
uno de los aspectos más delicados dentro de toda esta algarabía y de este
estallamiento de rechazos hacia una idea que le parecía aberrante a una sociedad
timorata, mojigata y que acababa de vivir un conflicto religioso: la Guerra Cristera.
La sola mención de incluir el tema de la educación sexual dentro de los
programas oficiales de las escuelas públicas era algo impensable y mucha gente lo
interpretó como una afrenta contra la moral, las buenas costumbres y la creencia
religiosa católica.94
Un hecho interesante que tuvo lugar a raíz de este asunto fue la fuerza que
adquirió la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), que formó un bloque
con la derecha, el clero y “las buenas conciencias” para evitar que el tema de la
educación sexual tuviera cabida en un espacio público tan importante como la
escuela. El clero influyó para evitar que a la niñez “le robaran” su inocencia
dándole una educación que él suponía era contraproducente para tan tiernas
mentes aún sin criterio para discriminar entre lo bueno y lo malo. A los sacerdotes
les preocupaba “la perversión” que los niños estaban a punto de recibir y la
rechazaron por todos los medios que pudieron: desde el púlpito hasta con
panfletos que regalaban a los feligreses. Insistían en que sólo los padres de familia
podían tener la autoridad de decidir qué clase de educación querían para sus hijos
y se oponían a que se tocara el tema sexual en las escuelas y ni pensar siquiera en
que se mostraran los órganos reproductivos humanos por medio de dibujos o
esquemas; la idea de exhibir el cuerpo humano, aunque fuera por un objetivo
científico y de estudio, no era aceptada, pues lastimaba la “inocencia y pureza” de
los niños a quienes, supuestamente, les abrirían los ojos de manera prematura a un
conocimiento que sólo crearía una actitud de morbo, confusión y curiosidad
malsanas que daría pie a otras conductas fuera de la moral, que podrían calificarse
de perversas.95
Durante la primera mitad del siglo XX, el pueblo mexicano era, casi en su totalidad, católico, por
lo tanto, cualquier ataque a la Iglesia podía tener nefastas consecuencias.
95 La idea de esta perversión era desde el punto de vista exageradamente moralista del clero, pues
desde el siglo XIX ya había estudios acerca de la conducta humana para saber hasta dónde
94
~ 73 ~
Un sector que tuvo un cambio interesante en todo este asunto fue el de las
mujeres y, específicamente, las madres de familia. Durante muchos años, las
mujeres habían considerado como suyo el espacio privado: la casa; en ésta, ellas
son las reinas y las que mandan, pues estaban convencidas de que ése era su lugar
“natural”. Sin embargo, en cuanto vieron amenazada su tranquilidad familiar, se
fueron a las calles, tomaron el espacio público para hacer manifestaciones y
expresar su descontento, para pedir que no se admitiera la educación sexual en las
escuelas por resultar aberrante, fuera de la moral y porque ellas eran quienes
decidirían cuándo tocar el tema con sus hijos y también para pedirle al señor
Bassols su renuncia.
Este hecho fue importante por ser una de las primeras veces en las que
grandes grupos de mujeres se apoderaron de las calles para denunciar y hacer
escuchar su voz y sus demandas ante una autoridad que las consideraba
inmaduras y faltas de decisión; para hacerse realmente visibles ante los demás y
defender lo que ellas consideraban su auténtico y absoluto derecho: la educación
de sus hijos dentro de un orden moral y ético rígido y no querían que esto
cambiara.
Como Bassols se mantuvo firme en querer imponer la educación sexual, la
gente empezó a ver en él a un “hombre diabólico”. Aquí fue donde tomó parte
activa en el debate la superstición, la ignorancia y entró en juego el imaginario
colectivo que veía en el funcionario la transformación de hombre a un ser con ideas
extrañas, tal vez locas, que comenzó a tener pacto con seres demoníacos, de aquí su
necedad en imponer una educación que no quería la gente y mucho menos las
madres de familia, pues como las encargadas de guiar a sus hijos, preferían una
educación que les inculcara valores, normas y una fe religiosa que, en aquel
tiempo, formaba parte de una educación moral e integral.
realmente tomaba giros de perversión. Al respecto, puede revisarse el libro de Michel Foucault,
Historia de la sexualidad 1.
~ 74 ~
La sola idea de querer implantar la educación sexual tocó fibras muy
sensibles e íntimas de la sociedad, logró que grupos minoritarios que no tenían voz
y voto en ese momento, como las mujeres, se hicieran visibles ante un gobierno que
poco pensaba en ellas. No obstante y a pesar de insistir en que todavía no era un
hecho, la ola de inconformidades y rechazos creció de manera alarmante. Bassols, a
fin de cuentas representando al gobierno, tomó una decisión que se interpretó
como autoritaria y casi dictatorial, debido a su insistencia en imponer la educación
sexual en el programa oficial de las escuelas públicas; esto le costó la renuncia a la
Secretaría de Educación Pública el 9 de mayo de 1934,96 misma que las madres de
familia aceptaron gustosas como “un regalo” en su día.97
Es de suponerse que la sociedad mexicana de ese momento no comprendió
realmente el mensaje ni de Narciso Bassols ni, posteriormente, el de Lázaro
Cárdenas con respecto a la educación socialista, debido a que le llegó a través del
tamiz de intereses tanto políticos como sociales a quienes les convenía que las
cosas no cambiaran y que todo siguiera igual. En medio de todo este debate, tanto
la superstición como las creencias religiosas, con todo el fanatismo que esto
implicaba, se colaron y entre el discurso presidencial y el político se interpuso
también uno de los medios de comunicación más importante de ese momento: el
periódico. A través de él se quería lograr el consenso social sobre la educación y
esto dio por resultado que el verdadero mensaje llegara tergiversado a sus
En su carta de renuncia, dirigida al Presidente Abelardo L. Rodríguez, Narciso Bassols hace un
recuento de la influencia que tuvo, por un lado, el clero, los padres de familia y los grupos de
mujeres irresponsables, como él las denomina, y que se apostaron a las puertas de algunos planteles
para evitar la entrada de los niños como medida de presión para evitar el cambio en la educación.
Por otro lado, también estaban los graves problemas y conflictos magisteriales acrecentados por
líderes a quienes no les importaba realmente el magisterio, buscaban desestabilizar una de las
instituciones más importantes por la labor que desarrolla y la responsabilidad que tiene entre sus
manos: la educación. Todo esto fue lo que lo obligó a renunciar a su cargo con la esperanza de que
las fuertes tensiones magisteriales y sociales tuvieran algún cambio. Cfr. Narciso Bassols, “Renuncia
al cargo de Secretario de Educación”, pp. 304-311.
97 Ese año de 1934 fue, además, un año de elecciones, así que a nadie convenía que la situación
social, educativa y política se tensara más so pena de caer en otro conflicto que habría tenido tintes
dramáticos; quizá ésta fue una razón importante, dentro de la intimidad de la política, para que
Abelardo L. Rodríguez aceptara la renuncia de Bassols.
96
~ 75 ~
destinatarios últimos: la sociedad mexicana de 1930 que, aunado a todo lo anterior,
tampoco estaba preparada para una transformación en las estructuras educativas.
Si, como ya se dijo, el índice de analfabetismo era muy grande en la
población mexicana después de la Revolución, los niños que había en esa década
de 1930, eran hijos de gente no preparada ni académicamente ni en ningún sentido,
tomando en cuenta que la mayoría de la población mexicana era de origen rural,
muchos de ellos apenas sabían leer y escribir, por lo tanto, la mente de ellos
interpretaba lo que veía y escuchaba de otra manera, pues tendrían que hacerlo
necesariamente a través de lo que decían los demás y estaban dispuestos a creerlo
si quien lo decía tenía autoridad moral. Si a esto se le agrega el discurso
eclesiástico, cuya tendencia era que “a los niños se les quiere quitar la inocencia y
la pureza desde muy pequeños”, tenemos una bomba de tiempo que no tardó en
estallar. El clero insistía en que:
Los padres son los educadores natos colocados por Dios junto a la cuna del
infantito; poseen el más alto grado de cariño y autoridad […] El maestro,
auxiliar y sustituto de los padres y el sacerdote, ocupa después de ellos el
primer lugar en la educación.98
En este discurso se ve el proceso educativo como una mezcla en la que
intervienen: Dios, los padres de familia, el maestro y el sacerdote, en ese orden
estricto, en consecuencia, un cambio en los roles o en los temas a tratar resultaba
impensable.
El discurso de la Unión Nacional de Padres de Familia no era muy distinto
del eclesiástico. Sobre la educación socialista decían que: “destruye a la familia al
despojar a los padres de sus hijos, aceptar el amor libre y aprovechar una mala
educación sexual para corromper a la juventud. Es atea, pues ataca todas las
F.T.D., Guía para el maestro. Para uso de los hermanos maristas de la enseñanza, apud Belinda Arteaga,
op. cit., p. 33.
98
~ 76 ~
creencias religiosas y niega a los padres de familia el derecho de educar libremente
a sus hijos”.99
El resultado de todo esto no es de sorprender: un rechazo inmediato, casi
irracional por parte de toda la sociedad mexicana a una propuesta que no estuvo
bien planteada desde su inicio y que no le quedó clara a nadie.
Otros dos aspectos que son importantes de mencionar y que tuvieron gran
trascendencia fueron, sin duda, el lenguaje y el cambio en el punto de vista más
científico que religioso para explicar lo que sucedía tanto en el mundo como con el
ser humano. El hecho de ventilar de manera pública temas de educación sexual,
asustó a las “buenas conciencias”, pero tal vez lo que más preocupaba era el
lenguaje. De sólo pensar que palabras como incesto, violación, virginidad, pene,
vagina, masturbación, orgasmo, etcétera, estuvieran dentro del lenguaje común de
los jóvenes era algo que sobresaltaba al más atrevido, pues eran palabras que ni se
usaban ni se escuchaban dentro del ámbito familiar y esto, seguramente, daba la
idea horrorosa de un allanamiento brutal a lo más limpio y sagrado que poseían
los mexicanos: el hogar. El llamar a las cosas por su nombre era algo que no a
todos les gustaba ni lo aceptaban, sobre todo si esas palabras tenían que ver con
algo tan íntimo y secreto como es el sexo, un tema que no se tocaba en público y
mucho menos hacia el interior de la familia, en donde el lenguaje siempre era
moderado y respetuoso, estaba aceptado socialmente, por eso había palabras que
no se mencionaban, pues no estaba permitido y no existían dentro del vocabulario
cotidiano.100
Junto con el lenguaje, el otro cambio fuerte fue explicar el origen del
hombre, pero desde un punto de vista completamente científico y racional.
Cambiar la mentalidad de la gente sobre este punto daría por resultado un
Belinda Arteaga, op. cit., nota a pie 279, p. 136. Esto remite a lo que decía Alejandra Kollontay
sobre el amor libre, la educación de los hijos y el nacimiento de una mujer nueva más libre e
independiente en todos los aspectos.
100 Recordemos cualquier película de las décadas de 1930-1950, en las que el lenguaje de los
personajes era cuidado, respetuoso, incluyendo el de los “pelados” que junto a lo que se escucha
ahora, hasta podría sonar muy refinado.
99
~ 77 ~
cuestionamiento que confrontaría a la Iglesia y la explicación que daba sobre el
origen humano frente a la ciencia, cuya respuesta busca la verdad científica y
comprobable a toda costa.101 Sin embargo, aceptar esta nueva perspectiva para
demostrar lo que ya se había explicado por medio de un discurso religioso católico
que interpretaba la presencia del hombre en la tierra como de origen divino, pues
fue hecho a imagen y semejanza de Dios, no resultaba fácil de enfrentar, todos
tenían miedo de confrontar esto sin respuestas que fueran realmente claras y
convincentes.
La siguiente idea era la que manejaba el clero: “la reproducción del ser es
solemne manifestación de la sabiduría y omnipotencia de Dios. El hijo es la
magnífica obra del que da a los seres vivientes potencia para reproducirse”. 102 Este
discurso católico que todo lo veía en función de la voluntad de Dios, no podría
seguirse sosteniendo si lo que se buscaba era una verdad científica y racional, no
fanatizada.
Carmen Valdés explica:
La respuesta de los científicos a la cuestión del origen del hombre llevaba a la
conclusión de que el joven debía saber que él era producto de la unión sexual
de sus padres y que era necesario que él tuviera conciencia de las
consecuencias morales y físicas que tenía su práctica sexual. ¿Cuál era la verdad
que se confrontaba? La prevaleciente en la tradición judeocristiana: la creación
divina del hombre. Si se aceptaba la “nueva” verdad, esto es, que el hombre era
producto de la unión sexual, entonces quedaría invalidada la idea de que Dios
creó al hombre. Esa peligrosa verdad provocó una reacción inmediata por parte
de los sectores sociales más aferrados a la verdad promulgada por la tradición
judeocristiana.103
¿Cómo explicarle al niño que no era producto de una decisión divina sino
de la unión íntima, carnal de sus padres y que poco tenía que ver esto con rezos,
Esto recuerda también el conflicto entre ciencia y sentimientos que dio por resultado al
romanticismo a fines del siglo XVIII y principios del XIX. En un inicio, se contrapusieron estas dos
posiciones, pero luego se unieron en un género literario: la ciencia-ficción. Recordemos que una de
las novelas más importantes y de las primeras de este género es Frankenstein (1818) de Mary Shelley
(1797-1851) y toda la novelística de Julio Verne (1828-1905).
102 Salvador Carranza, La mujer frente a la vida, p. 304.
103 Carmen Valdés, “Dominación y resistencia en el Maximato. ¿Educación sexual o educación de la
pureza para la juventud?”, pp. 434-435. Las cursivas son de la autora.
101
~ 78 ~
novenarios y leyendas religiosas? El tema era por demás espinoso y su tratamiento
y explicación no se daba al interior de la familia.
No obstante lo anterior, reproduzco el fragmento de un libro que fue leído
en esa época: La educación de la mujer contemporánea (1933) de Víctor Mirguet:
Abunda aún la creencia entre padres y maestros de que han de educar
sistemáticamente a sus hijos en la ignorancia completa de la génesis humana
de la vida. De esto resulta que la muchacha, la madre de mañana,
generalmente ignora la puericultura, ciencia esencialmente necesaria a una
futura madre de familia; ignora también los peligros de la seducción y otros de
que es conveniente esté advertida. […]
Actualmente se da la instrucción en escuelas separadas, es decir, alejando a
los niños de un sexo de los del otro, y no obstante se han de encontrar en las
relaciones de la vida cotidiana. […]
Débese, sin embargo, plantear la siguiente cuestión: ¿A quién incumbe la
misión de dar las instrucciones indispensables para prevenir o combatir ciertas
inclinaciones, ciertos vicios habituales y prepararles para el matrimonio y para
el arte de educar a los hijos?
Existen diferentes opiniones sobre este particular. Según unos, son los
padres; otros creen que ha de ser el profesor de Moral. Una pequeña parte se
atreven a proponer que sea la escuela, combinando su actuación con la de los
padres y la del profesor de Moral. Especulativamente sería mejor que la
instrucción se diera por los padres: la madre a las muchachas y el padre a los
muchachos. […] En realidad, la costumbre de los padres es abstenerse de todo
comentario y explicación de un tema que se conceptúa escabroso. Su máxima
es callarse y disimular.104
La opinión de este libro parece más moderada y racional que todo el debate
que se llevó a cabo en la década de 1930 y que algunos historiadores han calificado
de “Segunda Cristiada” por todos los actores políticos, religiosos y sociales que
tomaron parte en él y por toda la violencia que se desató, empero, el resultado fue
que el cambio no pudo realizarse, al menos no como hubiera deseado el Estado, sin
embargo, lo interesante es la actitud de defensa que tomaron las madres de familia,
quienes irrumpieron en el escenario político y social con gran fuerza para defender
lo que ellas consideraban una gran afrenta: la decisión de cómo educar a sus hijos.
Por otro lado y muy cercano al debate de la educación sexual estuvo el de la
educación socialista durante el sexenio de Lázaro Cárdenas. Sin embargo, es
104
Víctor Mirguet, La educación de la mujer contemporánea, pp. 102-104.
~ 79 ~
importante aclarar que los cambios dentro del proyecto educativo en nuestro país
ya venían de años atrás y todos eran con la intención de hacerla llegar a todos los
pobladores de este país para fomentar una cultura nacional y separar y limitar
definitivamente la injerencia de la Iglesia dentro del ámbito académico, evitando,
así, conductas fanáticas como las que ya se habían visto en la década anterior.
Cuando en 1934, el General Lázaro Cárdenas subió al poder y tomó fuerza
la reforma educativa para convertirla en socialista, a los padres de familia y al clero
ya no les quedaron dudas de que el gobierno quería convertir a México en una
copia de la Rusia estalinista.105 La influencia de este lejano país se dejaba sentir,
nuevamente desde ese imaginario colectivo azuzado por el clero,106 empero con tal
distancia geográfica y la lentitud de la comunicación en aquellos lejanos años
treinta, resultaba difícil hacer un seguimiento de los nuevos conceptos socialistas
que se manejaban allá y, lo más importante, darse cuenta de los resultados que
arrojara esta nueva forma social, política y educativa de organización nacional. En
este sentido, México tenía buenas intenciones, no obstante, sería difícil concretar el
La feminista rusa, Alejandra Kollontay (1872-1952), quien fue la primera embajadora femenina
en el mundo y vino como tal a México en 1926-1927, estaba a favor del amor libre y de que el Estado
ayudara en la educación de los hijos con guarderías y escuelas para que la mujer pudiera seguir
trabajando y poder tener una vida propia sin depender de un marido o compañero, tal como lo
expresa en su libro La mujer y la nueva moral sexual (1921). Estos discursos, tan adelantados para su
época, llegaron en un mal momento a México, pues fueron interpretados como la posibilidad de
llevar una vida libertina y sin valores, la misma que, supuestamente, se vivía en Rusia.
Por otro lado, la derecha descalificó a la educación socialista diciendo que detrás de ella estaba el
demonio y que todos los comunistas eran enviados del infierno para desmantelar a las familias y
romper el núcleo de la sociedad, pues la idea del Estado era despojar a los padres de sus hijos para
tomar él las riendas de su educación tanto moral como académica. Como puede verse, esta
situación estaba manipulada y jugaba con los sentimientos, la superstición y el fanatismo de la
gente.
106 En los años treinta había un periódico llamado La Semana. El periódico del pueblo mexicano, de
tendencia abiertamente católica, y algunos de los encabezados de la época eran los siguientes:
“Enérgica protesta de la liga de defensa religiosa. Se dirige al presidente L. Cárdenas haciendo
peticiones concretas a favor de los católicos.” (18 de marzo de 1937); “Quieren la reelección los
líderes de la anti patria. Hablar de que L. Cárdenas sea presidente después de 1940 es la locura más
grande.” (30 de julio de 1939); “No quieren ir los niños a las escuelas socialistas. Planteles socialistas
apedreados en Orizaba, Ver. Todos los niños se rehúsan a concurrir a las escuelas antirreligiosas y
apedrean los colegios.” (18 de marzo de 1937); “Asesinato que creen sea castigo de Dios. Enemigo
de la iglesia que fue asesinado por hombres desconocidos.” (22 de octubre de 1939). Interesante
resultan las noticias que resaltaba este semanario durante el sexenio cardenista, pero sobre todo, la
construcción del discurso periodístico que trata de manipular a los lectores.
105
~ 80 ~
siguiente paso que consistiría en imponer el socialismo en la educación preparando
a los maestros para que supieran cómo impartirlo y que se diera un cambio de raíz
para beneficio de la sociedad mexicana. Esto no se pudo concretar debido a varios
factores y uno de los más importantes fue, precisamente, una definición exacta y
clara de lo que era el socialismo y, específicamente, qué quería lograr el gobierno
con este giro en la educación, cuáles eran sus alcances, de qué manera se lograrían
y cómo se cuantificarían, amén de cuál sería el beneficio que traería para la
sociedad. Sin definir estos puntos, alcanzarlos se volvió una tarea imposible de
conseguir.
Sonaba completamente utópico y hasta absurdo querer cambiar el rumbo de
la educación para convertirla en socialista cuando sus mentores no estaban
capacitados ni tenían la preparación adecuada para impartir una educación
académica con tintes socialistas. Si las bases seguían siendo las mismas, ¿cómo
pretendía el Estado transformar todo un sistema educativo en algo que los mismos
maestros no sabían cómo impartir y mucho menos manejar?
A pesar de lo que la derecha decía, Cárdenas veía esto como una solución
viable, pues la educación socialista era un instrumento para conformar a una
sociedad más equitativa e igualitaria y evitar el monopolio del capitalismo, quería
ver cristalizado el sueño de que todos los mexicanos tuvieran lo mismo y que la
riqueza fuera producto del trabajo y el esfuerzo de todos, en consecuencia, la
repartición de los bienes sería justa. Pero para lograrlo, se necesitaba un cambio de
pensamiento que brindara esta opción y acabara con la idea de acumular riqueza
sólo para sí y evitar la explotación de muchos por unos cuantos. Con base en esto
comenzó la repartición de las haciendas porfirianas y el interés por el proletariado,
por los obreros que tan malos tratos tenían que soportar a cambio de un salario
indigno y de malas condiciones de trabajo.
Fue durante este período presidencial cuando se cambió el Artículo 3º.
Constitucional agregándole la palabra “socialista” y dándole a la educación un
~ 81 ~
carácter más científico y laico, objetivo que desde hacía años se quería conseguir. A
continuación reproduzco un fragmento:
La educación que se imparta será socialista, en sus orientaciones y
tendencias, pugnando porque desaparezcan prejuicios y dogmas religiosos y
se cree la verdadera solidaridad humana sobre las bases de una socialización
progresiva de los medios de producción económica.107
Con respecto a la escuela socialista, el clero dio la siguiente opinión en un
panfleto:
La escuela socialista tiene por finalidad el engrandecimiento del Estado y la
dictadura del proletariado […,] lo que es imposible sin […] combatir a Dios
[…;] el niño no pertenece a sus padres sino al gobierno […,] para él el derecho
de propiedad no existe […]. Sostiene que el hombre debe seguir libremente sus
instintos excitándolos por medio de revistas, representaciones y lecturas
pornográficas hasta llegar al nivel de la bestia […,] para ello establecen en las
escuelas […la] educación sexual […] teniendo como resultado el aumento de
abortos –que son legales–, la extensión de la sífilis y la degeneración de la
población […,] no impide la poligamia ni el incesto, pues éstos son
considerados como prejuicios burgueses.108
De nueva cuenta, una interpretación bastante tendenciosa de lo que era la
educación socialista. Finalmente, al inicio del siguiente sexenio, el de Manuel Ávila
Camacho, se reformó otra vez el Artículo 3º. Constitucional para quitarle el
carácter de “socialista” que se le había puesto en 1934 y que tantos problemas
había causado. Esto como consecuencia de la Conferencia Educativa, Científica y
Cultural del 16 de noviembre 1945, celebrada en Londres y a la que asistió una
representación mexicana. Durante el mandato de Ávila Camacho, las tensiones
entre el Estado y la Iglesia se fueron calmando, pues su táctica fue mucho más
conciliatoria y se preocupó más en sentar las bases de una industrialización que ya
se veía venir como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial que en continuar
un debate que no acabaría bien ni beneficiaría a nadie.
107
108
Guadalupe Monroy Huitrón, Política educativa de la Revolución, 1910-1940, p. 108.
Belinda Arteaga, op. cit., nota a pie 298, p. 142.
~ 82 ~
CAPÍTULO 2
CULTURA DE GÉNERO HEGEMÓNICA
EN LOS AÑOS CUARENTA EN MÉXICO
En el teatro de la memoria, las mujeres son sólo sombras.
Michelle Perrot
Durante los años cuarenta, en México se consolidó una cultura de género
hegemónica109 que estaba vinculada al deber ser femenino; esto no era nuevo, ya
desde décadas anteriores, se había visto su afianzamiento en una sociedad
mexicana posrevolucionaria que buscaba darle a sus miembros, hombres y
mujeres, una serie de valores y comportamientos de acuerdo a su sexo,
otorgándoles, así, una identidad de género a partir de la construcción de una
representación hegemónica de la masculinidad y la feminidad.
Elsa Muñiz argumenta que: “[…] tratar de explicar las relaciones entre
individuos construidos culturalmente como hombres y mujeres y las relaciones de
poder que entre ellos se establecen, es un problema eminentemente político.”110 En
los primeros años de la posrevolución se hizo necesario formar una sociedad con
roles perfectamente establecidos de acuerdo a un orden heterosexual obligatorio
sustentado en la naturalización de los sexos que se da desde los discursos
culturales, de aquí que las diferencias entre hombres y mujeres se hayan definido
con base en dicho orden, ésta es la razón por la que surge una cultura de género
hegemónica que va a definir lo que es ser hombre y ser mujer. La manera más
obvia de lograrlo era utilizar todos los discursos posibles, desde todos los ámbitos,
La cultura de género se refiere a la serie de comportamientos observados a partir de normas y
valores que serán los hegemónicos en una época definida. En el caso específico de mi investigación,
ubicada en los años 40, estos comportamientos van a dividir a los individuos de manera
heterosexual, cuya unión sólo será a través del matrimonio que fomenta la unidad familiar. Por otro
lado, los discursos emanados desde los diversos ámbitos serán los que construyan una
representación de esta imagen idealizada culturalmente, pero que se volverá en la máxima
aspiración de hombres y mujeres.
110 Elsa Muñiz, Cuerpo, representación y poder. México en los albores de la reconstrucción nacional, 19201934, p. 10.
109
~ 83 ~
para no dejar lugar a dudas de lo que debía ser correcto: “la cultura de género [se
va a] reproducir en todos los espacios y en todos los sentidos”;111 todos van a
participar de ella y terminará caracterizando a una época determinada y
permeando, incluso, más allá de la década de los cuarenta.
Esta cultura de género “[…] profundiza la diferencia entre los individuos de
distinto sexo mediante la creación de las representaciones de lo femenino y lo
masculino.”112 De esta forma, culturalmente se establecen las diferencias sexuales.
Esto se asocia también con un desarrollo individual, social y político, en donde la
división de los espacios en abiertos o públicos y cerrados o privados va a marcar
comportamientos específicos, conductas y valores que van a variar de acuerdo al
espacio en que hombres y mujeres se encuentren, de la clase social a la que
pertenezcan, del grupo de edad, de la raza o de la etnia. Estas diferencias se verán
consolidadas constantemente desde todos los discursos: religiosos, medios de
comunicación, políticos, manuales de buenas maneras, etcétera, y tendrán como
consecuencia el reforzamiento de las características propias de cada sexo y el
comportamiento de los hombres y las mujeres.
Uno de estos discursos, el de los medios de comunicación, será expresado
de manera clara en las columnas periodísticas de la sección femenina de los
diferentes diarios que contribuye a la representación hegemónica de la feminidad.
En este capítulo, además de definir lo que es la cultura de género durante
los años cuarenta y la representación femenina que se constituye a través de los
diferentes discursos, hablaré del discurso de los medios de comunicación,
expresado en las columnas de la sección femenina de los diarios como parte de las
tecnologías de género que menciona Teresa de Lauretis,113 por lo que las columnas
111
Idem.
Ibid, p. 12.
113 De Lauretis dice que “la noción más abstracta de diferencias sexuales que resulta no de la
biología o de la socialización sino del significado y de los efectos discursivos […] termina siendo, en
última instancia, una diferencia de mujer respecto del varón.” (La tecnología del género, p. 7, [en
línea]. Las negritas son de la autora). Esto supone una gran importancia, pues al analizar los efectos
discursivos que tienen los discursos emanados de los diarios, se está entendiendo que estas
112
~ 84 ~
cobran una importancia fundamental debido a que los discursos que contienen
constituyen la representación de la feminidad hegemónica en los años cuarenta.
La cultura de género, como una categoría de análisis, la
…utilizamos para investigar las relaciones que se establecen entre hombres y
mujeres así como las operaciones de las ideas acerca de la diferencia sexual, es
decir, los diferentes significados atribuidos a lo masculino y a lo femenino en
las diversas sociedades a través del tiempo. Ello permite entender cómo se
reproduce la división sexual del trabajo (los diferentes papeles atribuidos a
mujeres y a hombres) y precisar la contribución de las mujeres a la vida de las
sociedades, el rescate de los espacios femeninos y la elaboración de visiones
del mundo en ciertas comunidades. Tal categoría abre la posibilidad de
comprender que, internamente, las relaciones sociales son dinámicas, capaces
de cambiar y generar transformaciones.114
De esta manera, queda más claro que los roles asignados a hombres y
mujeres van a definir el trabajo, el comportamiento, las aspiraciones individuales y
familiares, así como un entorno social que fijará también el castigo cuando no se
cumpla con lo establecido.
Teresa de Lauretis define al género como una representación con
implicaciones tanto sociales como subjetivas para la vida material de los
individuos y esta representación es su construcción, misma que “continúa en la
academia, en la comunidad intelectual, etc.”115 Aunado a lo anterior, ella agrega
que “el género representa no a un individuo sino a una relación, y a una relación
social; en otras palabras representa a un individuo en una clase.”116
Así, al analizar el discurso de las columnas periodísticas de algunos diarios
se verá cuál fue la representación femenina que ayudó a construir y hasta qué
punto reforzó esa imagen legitimando la cultura de género hegemónica de esos
años.
tecnologías del género, en su conjunto, son las que van a marcar las representaciones culturales de
hombres y mujeres; recordemos que estas representaciones son imaginarias. (Ibid, p. 19).
114 Ana Lau Jaiven, “La historia de las mujeres: una historia social o una historia de género”, p. 164.
115 Teresa de Lauretis, op. cit., p. 9, [en línea].
116 Ibid, p. 10.
~ 85 ~
2.1.- La construcción del mundo a través de las palabras
Para hablar de discurso, lo primero que se debe tener en claro es que sólo a
través del lenguaje y su interpretación se puede significar, explicar y narrar el
mundo que vemos; es sólo a través de las palabras que podemos entender e
interpretar la realidad que vivimos y, en esa misma medida, podemos vincularnos
con ella. El discurso es una manera de organizar el conocimiento, de comunicarlo y
explicarlo, así como también de cuestionarlo y deconstruirlo,117 pero a fin de
cuentas es un intercambio de ideas que va a conformar las representaciones de la
feminidad y la masculinidad.
El discurso nos permite entender y aprehender las reconstrucciones del
pasado, los símbolos y las representaciones que nos ayudan a explicar conceptos e
ideas, aun cuando a veces se dificultan por estar más lejanas a nosotros en el plano
temporal, sin embargo, es la única manera en que podemos reconstruir y
representar ese pasado que queremos conocer. Las columnas periodísticas, como
tecnologías del género, representan a las mujeres desde una perspectiva que
fortaleció la concepción cultural tanto masculina como femenina, pero sin olvidar
que todo esto pertenece a una imagen ideal que, en muchas ocasiones, no tenía que
ver tanto con la realidad; esto generaba una tensión entre lo que se era y lo que se
aspiraba a ser. El discurso dictado desde las columnas periodísticas, en
consecuencia, abre la posibilidad de tomarlo como fuente para el estudio de la
historia del periodismo de mujeres en México. Es a través de éste que podemos
acceder a la representación de una realidad pasada. Dichas referencias nos
permiten entender la manera en la que se concebía a las mujeres, individualmente,
y en su relación con los hombres, reforzando de forma constante esta cultura de
género no sólo con recetas de cocina, consejos del hogar y modas, también con
otros temas, como la poesía, las cartas de amor, el manual de buenas maneras, la
reflexión y la crítica sobre los temas de actualidad, etcétera. Todo esto arma una
Para ampliar esta idea, remito al artículo de Silvia Pappe: “Perspectivas multidisciplinarias de la
narrativa: una hipótesis”.
117
~ 86 ~
representación que querrán alcanzar todas las mujeres de carne y hueso para
conseguir una perfección que estaba en el imaginario social.
Lo que el discurso va a analizar no es la realidad de un pasado “sino la
realidad comunicada o, incluso la realidad comunicable: las posibilidades y
condiciones de comunicar, en un momento dado, esta realidad que pertenece al
pasado”.118 La historicidad marca el vínculo que existe del presente con el pasado,
pero también muestra el conjunto de las relaciones sociales existentes que
permitieron que sucediera lo que sucedía, es ubicar en tiempo y espacio,
aparentemente reales, los acontecimientos de los que hablamos. En este caso, las
columnas periodísticas pueden tener la categoría de documentos del pasado que
van a evidenciar las relaciones sociales que había en la década de los 40 y cómo
han ido cambiando al paso del tiempo. A través de ellas, se puede tener una idea
muy clara de las relaciones entre hombres y mujeres, que tienen que ver con el
poder, las costumbres y las tradiciones. Desde esta perspectiva historiográfica, las
columnas periodísticas van a revelar un pasado construido discursivamente y, a
través de su análisis, reflejarán las representaciones de la feminidad como
producto de las tecnologías de género.
A partir de esta perspectiva podemos definir que con respecto a la cultura y
la sociedad los principios dominantes de la época, en relación con las mujeres,
eran: la castidad, la virginidad, la maternidad, la fidelidad, el amor y entrega hacia
la familia, ideas que permearon esas décadas casi con obsesión. Estos principios
dominantes
son
reflejo
de
otros
más
generales
como
son
la
feminidad/masculinidad (identidad de género), pero desde una división
completamente heterosexual y la monogamia como forma de vida obligada en
pareja. Dentro de estos conceptos no existían opciones ni diferentes ni contrarias a
las establecidas: había que cumplir con el canon.
Ahora bien, dentro de las columnas periodísticas encontramos un conjunto de
discursos diversos: el de las buenas maneras, el literario que llenaba el requisito de
118
Silvia Pappe, Historiografía crítica. Una reflexión teórica, p. 52.
~ 87 ~
una narración sencilla e interesante y reflejaba, además, la cotidianidad femenina
que se vivía en ese momento; aunque los personajes que se mencionaban dentro de
estas narraciones eran ficticios, van a revelar la mentalidad de la época; como
ejemplo están los textos escritos para la columna “El amor está al teléfono”, de
Silvia, pero también está la otra parte que tiene que ver con el conocimiento, la
reflexión y la representación de la verdad,119 algo que el público lector puede
suponer es verdadero y se puede verificar: ¿quién, de aquellos años cuarenta, no se
subió a un camión con las incomodidades que esto implicaba, o bien, sufrió la
actitud déspota de empleados enojados? Esto deja ver una realidad cotidiana para
la mayoría de los habitantes de esta ciudad en 1940 que está representada dentro
de los textos periodísticos. Por este motivo, insisto en que las columnas
periodísticas pueden ser consideradas como fuentes para la historia, pues la
representación en pequeñas escenas o anécdotas ayudan a la construcción de esa
cotidianidad.
Ahora bien, la tensión que suscita la forma narrativa con la realidad
retratada será la que constituya la representación femenina también en dos planos:
por un lado, el ser mujer que está representado en las columnas periodísticas que,
como ya se dijo, está idealizado, y el ser mujer de quien escribe, ¿qué tanto ambos
puntos de vista se complementaban o contraponían?
Al analizar estos textos femeninos surge una pregunta: ¿por qué ellas
mismas, las periodistas, refuerzan el discurso institucional de la cultura de género
hegemónica? La respuesta va a definir mucho acerca de quién detenta el poder y
su relación con la otra, es decir, con la mujer, pues ellas mismas, al reforzar esos
discursos validan la eficacia de las representaciones hegemónicas de la época. En
esos años, no hubiera sido posible una actitud de confrontación con la sociedad, ya
Para ampliar más este tema, revísese el libro de Roger Chartier, Escribir las prácticas, sobre todo el
capítulo referente a Michel de Certeau.
119
~ 88 ~
que hubiera sido reprimida por las mismas mujeres que no se concebían a sí
mismas como rebeldes y retadoras.120
Michael Foucault dice que:
Uno sabe que no tiene derecho a decirlo todo, que no se puede hablar de
todo en cualquier circunstancia, que cualquiera, en fin, no puede hablar de
cualquier cosa. [… Dos de las regiones prohibidas son] la sexualidad y la
política: como si el discurso, lejos de ser ese elemento transparente o neutro en
el que la sexualidad se desarma y la política se pacifica, fuese más bien uno de
esos lugares en que se ejercen, de manera privilegiada, algunos de sus más
temibles poderes.121
Lo que manifiesta Foucault se cumple al pie de la letra en esa época; el
comportamiento social y las reglas en las que se basaba la sociedad impedían que
se hablara de cualquier cosa con espontaneidad. Había códigos de exclusión o de
franca prohibición y quien detentaba el poder era quien definía lo anterior.122 Estas
dos situaciones tienen que ver con una actitud de separación y rechazo por lo que
se habla/escribe y define lo que se espera de un periódico, en este caso, el sesgo
cultural y político de El Universal Gráfico y una sección específica: “De y para la
mujer”.123
Los temas que se manifiestan en estas columnas periodísticas y de los que se
hablaba constantemente en esos años cuarenta en los diarios, eran: la maternidad
como un bien supremo, la familia, el bienestar de la familia, sobre todo de los hijos,
quienes eran considerados como el futuro de la patria, la gran esperanza del país y
lo más importante para una mujer. Por otro lado, al mismo tiempo, se pueden
Podría ser que estas actitudes, desde la perspectiva de este siglo XXI, nos parezcan tibias, e
incluso, apáticas, sin embargo, el momento histórico de la década de los 40 no permitía otra
reacción, empero, la semilla de buscar la libre expresión ya estaba sembrada y eso lo demuestra el
hecho de que varias mujeres incursionaran en los periódicos como colaboradoras de las secciones
dedicadas a ellas, pero poco a poco fueron ganando espacios, aunque todavía distaban mucho de
convertirse en una competencia para los hombres. Esta situación explica muy bien la historicidad,
es decir, la tensión entre el pasado y el presente de estas actitudes femeninas plasmadas en las
columnas periodísticas, que son una fuente muy importante para ver cómo ha evolucionado la
representación de las mujeres a través de sus propios escritos.
121 Michel Foucault, El orden del discurso, pp. 14-15.
122
Idem.
123 El Universal Gráfico era un diario institucional, siempre en acuerdo con el presidente en turno, de
derecha y, por lo tanto, sus secciones cumplían con esta línea editorial.
120
~ 89 ~
constatar aquéllos que estaban prohibidos en los espacios públicos, por ejemplo: la
sexualidad, el divorcio, el control de la natalidad y hasta la salud en general. El
primero reflejaba un futuro prometedor, halagüeño, que vendría a engrandecer a
esta enorme familia mexicana –concepto acuñado también en esos años y que
hablaba de una vinculación emocional y nacional entre todos los mexicanos– y se
buscaba reiterarlo siempre; en cambio, el segundo, el no dicho, con su silencio
mostraba lo incómodo que resultaba mencionarlo porque afectaba a las buenas
conciencias y se convirtió en una práctica moral relacionada con el ocultamiento y
la disimulación. Esto nos habla de los valores que había en la sociedad y definía, al
mismo tiempo, lo correcto y lo incorrecto. Desde el periodismo femenino, de la
política se hablaba sólo para hacer alguna petición específica que tenía que ver
directamente con el gasto familiar o para agradecer alguna canonjía siempre en
función de algún beneficio familiar, en pocas palabras, todo lo que tenía que ver
con la economía familiar, pero no había una crítica abierta o un rechazo con la
forma de llevar la organización política del país; la política internacional o nacional
seguía siendo “cosa de hombres”.124
La sexualidad y la política siempre han sido temas llenos de caminos
espinosos por los cuales es mejor no transitar, sobre todo en aquella década y
mucho menos en público. Los temas mencionados y no mencionados en las
columnas periodísticas femeninas, dejaban ver que las periodistas estaban sujetas a
una cultura de género que marcaba los asuntos a tratar, además del propio pudor
que causaba en ellas tocar algunos temas muy controversiales. Las reflexiones que
Recordemos que en esos años, ante la amenaza de la Segunda Guerra Mundial, las mujeres
tuvieron que trabajar más y aun cuando México todavía no estaba inmerso en la Guerra, se hablaba
de la labor femenina que podría llevarse a cabo si así lo exigiera la circunstancia, capacitando a las
mujeres en enfermería o recaudando fondos o ayudando a los niños desvalidos, es decir, acciones
que estaban ligadas con el cuidado de los demás y la organización de las actividades que les eran
cercanas a ellas. Esto era algo que sí se comentaba en las columnas femeninas porque se veía como
algo cercano que podría ocurrir. Para ello, remito al artículo de Consuelo Colón, “La Cruz Roja y el
estado de guerra” dentro del Anexo. En El Universal Gráfico se hizo una encuesta entre mujeres,
algunas conocidas como Amalia Caballero de Castillo Ledón, y otras desconocidas, que respondían
a la siguiente pregunta: "¿Cómo puede la mujer de México servir a la patria?" Estas respuestas, en
forma de pequeñas entrevistas, salieron publicadas a lo largo del mes de noviembre de 1942.
124
~ 90 ~
hacían en torno a diversos asuntos muchas veces estaban en voces de personajes de
ficción y para ejemplificarlo pienso en la columna “El amor está al teléfono”, cuya
autora sólo ostentaba un nombre: Silvia, sin apellidos ni más datos que ayudaran a
localizar su identidad. La columna trataba sobre la charla “casual” entre dos
personas, quienes exponían sus puntos de vista sobre un tema de interés familiar y
muchas veces, circunstancial, todo esto rodeado por la ficción, dentro de un
universo imaginado, a través de un aparato telefónico que, dada la situación
económica de mucha gente de clase media, podía tratarse hasta de un lujo que no
todos podían o estaban dispuestos a pagar.
Tomando en cuenta que esta investigación versa sobre un medio de
comunicación que tuvo importancia, por ser de los pocos que existía en esos años y
llegaba a más gente de clase media,125 como lo fue el periódico, esto trae como
consecuencia la gran importancia que implicaba publicar en un diario; las mujeres
que lo hacían, ganaban espacios públicos, hasta entonces vedados para ellas, y esto
ayudó a que empezaran a tener presencia y fueran tomadas en cuenta. Cabe
recordar que la procedencia académica de la mayoría de ellas era la docencia,126
por lo tanto, sabían usar la palabra en su beneficio, conscientes, algunas, de que
abrían brechas, tanto de trabajo como de expresión, para las demás.
2.2.- Representación femenina.
La representación es una categoría que se ha convertido en una herramienta
teórica fundamental para entender el proceso en el que los sujetos se constituyen
socialmente. Estudiosos como Roger Chartier han escrito extensas reflexiones
acerca del tema; el uso de la representación como categoría es importante porque
Revísense los siguientes textos para una aportación más detallada sobre la historia de la lectura
en México: Engracia Loyo, “La lectura en México, 1920-1940” y Valentina Torres Septién, “La
lectura, 1940-1960”.
126 Había algunas que tenían carrera universitaria además de la normalista, algunas daban clases o
formaban parte de grupos culturales como las que estaban dentro de El Ateneo Mexicano de las
Mujeres o como Mathilde Gómez que fue una de las fundadoras del Seminario de Cultura
Mexicana y de las pocas mujeres que estaban dentro de él; en esos años, las otras tres eran Frida
Khalo, Fanny Anitúa y Esperanza Cruz.
125
~ 91 ~
explica otras cosas, permite entender cómo se vincula lo social con lo individual, la
manera en la que se constituye la subjetividad, es decir, en el caso de esta
investigación, cómo se constituyen los sujetos de género en los temas que habían
abordado la historia y las ciencias sociales, modificando y enriqueciendo su objeto
de estudio.
La representación, al ser producto de los discursos, constituye la imagen
idealizada de los sujetos femeninos y masculinos, las representaciones son
ficciones como afirma Teresa de Lauretis; no obstante, estas representaciones
interpelan al sujeto de tal manera que lo constituyen y en la medida en la que esa
representación se aleja de la posibilidad de ser realizada por las mujeres de carne y
hueso se convierte en una aspiración. El caso es no olvidar que los discursos que
constituyen esa representación son producidos por la sociedad de tal manera que
no podemos dicotomizar realidad y representación. De Lauretis dice que “el
género es su representación”, pero al mismo tiempo es imaginaria.
El reforzamiento de la representación de la mujer durante la década de los
cuarenta, obedece a la reiteración de los discursos que se dejaban leer, escuchar y
ver en todos los medios, tanto impresos: columnas periodísticas; escuchados: los
boleros en la radio, como vistos: el cine. Cabe recordar que los discursos dichos se
constituyen
en
“verdades”,
enriqueciendo
un
tema
y
produciendo
las
representaciones femeninas y masculinas que reproducían y reforzaban a través de
los medios ya mencionados.
Ahora bien, como dice Teresa de Lauretis:
… la discrepancia, la tensión y el constante deslizamiento entre la Mujer como
representación, como el objeto y la condición misma de la representación y,
por otra parte, las mujeres como seres históricos, sujetos de relaciones reales,
están motivadas y sostenidas por una contradicción lógica e irreconciliable en
nuestra cultura: las mujeres están a la vez dentro y fuera del género, a la vez
dentro y fuera de la representación.127
127
Teresa de Lauretis, op. cit., p. 16, [en línea]. Las negritas son de la autora.
~ 92 ~
La contradicción que menciona Teresa de Lauretis se suscita, sobre todo,
porque la representación constituye a los sujetos, interpela a los individuos y en la
medida en que las mujeres de carne y hueso se alejan de esa mujer representación,
dicha representación se convierte en una aspiración. La autora no dicotomiza entre
representación y subjetividad sino que habla de un constante desplazamiento, una
discrepancia y una tensión como tener y desarrollar un proyecto propio e
individual de vida: por una parte, las mujeres tienen que cumplir con el papel
tradicional que la sociedad les ha asignado y, por la otra, desean un nuevo trato,
tener un comportamiento distinto, en consecuencia, prácticamente todas las
mujeres están en contraposición con la representación que, al mismo tiempo que
las constituye, se convierte en un ideal inalcanzable para la mayoría. Esta tensión
acaba, muchas veces, por asfixiar a las mujeres reales, quienes terminan
cumpliendo su rol acostumbrado de esposas y madres o, si quieren algo diferente,
optan, incluso, por la soltería para poder realizar las metas que ellas mismas se han
forjado y que se salen de esa representación tradicional.
Al mismo tiempo se da una tensión constante en la relación entre hombres y
mujeres. El hombre se siente el dueño de los espacios públicos porque implican el
reconocimiento social, por eso a ella le ofrece el reinado de la casa: ella es la ama de
casa, la reina del hogar128 y, tomando en cuenta que este imaginario va dirigido,
sobre todo a mujeres citadinas de clase media y alta, nos encontramos con que el
reino que el hombre le ofrece es un espacio privado cuyas órdenes son obedecidas
por la servidumbre: mujeres de clase baja o excampesinas, 129 y los hijos, cuando
son pequeños, pues en cuanto los hijos varones crecen también ordenan y son
Durante el siglo XIX, a la mujer se le denominaba el “ángel del hogar” en el sentido de que ella
era quien cuidaba tanto de la casa –limpieza, orden, etc.–, como de la familia, era como un ángel
que estaba al pendiente de todo y al servicio de los demás, aunque como tal, también su agotadora
labor pasaba inadvertida muchas veces. Ahora, al nombrarla la “reina del hogar”, no sólo vigila y
hace las cosas domésticas, también puede tomar decisiones que tienen que ver con la casa y el
cuidado y educación de los hijos, con la anuencia del esposo, por supuesto, por eso, la casa se
convierte en el reino donde ella manda.
129 Recordemos que en esta década se da el gran éxodo del campo a la ciudad, por lo tanto, uno de
los empleos en donde podían colocarse con más facilidad y rapidez estas mujeres campesinas era el
de ser cocineras o sirvientas de familias de clase media y alta.
128
~ 93 ~
obedecidos por todas las mujeres de su casa, llámense sirvientas, hermanas o,
incluso, la madre. La labor más importante de las mujeres era la maternidad, pues
formaba parte de su naturaleza, y mal se verían en un lugar que no les quedaba,
como el público.130 Sin embargo, es un hecho que las mujeres siempre han salido a
trabajar por diversos motivos,131 uno de ellos era la soltería o la viudez y el empleo
que ellas buscaban estaba muy cercano a lo que por naturaleza era su vocación,
según las convenciones sociales: la enseñanza y el cuidado de los demás, es decir,
maestras, enfermeras o secretarias. Imposible pensar en una carrera universitaria;
un aula de la Universidad en donde hubiera muchas mujeres todavía no se daba en
la realidad y menos aún, en el imaginario social y colectivo de esa época.132 Los
espacios públicos estaban aún vedados para ellas en su mayoría, y si salían a la
calle, por lo regular lo hacían acompañadas, sobre todo si eran jóvenes.
La representación femenina cumplía con el modelo dictado por el discurso
religioso: la Virgen María, ejemplo de sumisión, abnegación,133 sacrificio,
obediencia, dulzura y compañerismo. Ella era la imagen de la gran madre que
cubría con su manto a todo el que se acercaba a pedirle un favor o a manifestarle
su arrepentimiento por alguna falta y rogar por su perdón. Este modelo de
representación era el que se les inculcaba a las mujeres como su máxima aspiración
Un buen ejemplo de esto es el prólogo que la escritora María Enriqueta hace al libro La mujer a
través de los siglos (1938) de José Cantú Corro; el sacerdote alaba los conceptos arcaicos, tradicionales
y más convencionales sobre la mujer, y la escritora manifiesta su total acuerdo con él.
131 Las mujeres del campo siempre han trabajado a la par del hombre, sin embargo, esto no se
reconoce y mucho menos en aquella época; se empieza a hablar del trabajo femenino cuando cada
vez más las mujeres de clase media tienen que salir a trabajar y cabe recalcar que la docencia, tanto
en forma de clases particulares como dentro de una escuela, siempre ha sido un trabajo muy
socorrido para las mujeres en todas las épocas.
132 Si bien es cierto que ya había mujeres que estudiaban en la UNAM en esos años, eran muy pocas
todavía las que caminaban por sus facultades y menos aún, las que ejercían sus carreras, pues al
casarse ellas se dedicaban exclusivamente al hogar, a su esposo y a sus hijos. Poseo la fotografía de
los que acabaron el curso de Ginecología de la Escuela de Graduados de la UNAM, en 1949 –de los
que mi padre formaba parte– y de los 25 médicos que están allí, sólo hay dos mujeres.
133 Específicamente con esta cualidad, resulta muy ilustrativo el pequeño ensayo de Rosario
Castellanos: “La abnegación: una virtud loca”, en donde pone en tela de juicio una actitud que
siempre se le ha inculcado a las mujeres como característica de su naturaleza, su sexo y su
“absoluta” vocación a la maternidad: la abnegación. Para principios de los años 70, que es cuando
lo hace (de hecho es un discurso que lee frente al presidente Luis Echeverría), todavía resultan de
mucha actualidad las virtudes que privaban como modelo en los años 40.
130
~ 94 ~
en la vida. De aquí que en esa época, la maternidad fuera una característica que se
llevó el máximo honor.134 A la mujer de esos años se le pidió que fuera la
compañera de su esposo, la madre de sus hijos y la reina del hogar, su sagrada
misión era cuidar de su casa y su familia, encauzar a sus hijos por la senda del
bien, inculcándoles valores y principios, aunque ella no pudiera cumplir con un
proyecto de vida personal, opción que ni siquiera se le ofrecía; a cambio de este
sacrificio de su propia persona y aspiraciones, tendría un día al año exclusivo para
ella y la satisfacción de ver crecer a sus hijos con salud y bienestar gracias a sus
cuidados. El sentimiento de sacrificio era reforzado siempre por todos los medios
al alcance, todos los discursos coincidían en ese punto y, dadas las circunstancias,
nadie tenía los argumentos –ni siquiera los pensaba– para objetar lo contrario.
Esta representación femenina fue constituida por una serie de discursos:
político, religioso, literario, médico, jurídico y familiar que constantemente les
recordaba a las mujeres sus deberes, además de su inferioridad e inmadurez con
respecto al sexo opuesto. Por esta razón, ellas no estaban capacitadas para votar,
aunque sí para pagar impuestos; no les permitían trabajar aunque el trabajo en la
casa y la organización de una familia resultara más pesado y absorbente que el de
una oficina, pues no tenía horarios; no era bien visto que estudiaran en una
Universidad una carrera larga, pero sí se les exigía que educaran correctamente a
sus hijos y que les ayudaran en sus tareas escolares; cuando tenían que trabajar se
les pagaba menos que a un hombre, pero se les exigía la misma responsabilidad y
horario. Sin embargo, esta gran desigualdad era aceptada dentro del canon social
de la época. Ellas consideraban que tenían que hacer más méritos si querían
alcanzar la igualdad con los hombres, pues debían demostrar que eran tan aptas
como ellos en la labor que desempeñaran. Empero, insisto, de esto era consciente
No en balde, el día de las madres se instituyó en México desde 1922 –por petición del periódico
Excélsior–, a diferencia del día del padre, que se marcó hacia finales de la década de 1950 y se
celebra cada tercer domingo de junio, en cambio, el 10 de mayo es una gran celebración que se hace
sin importar el día de la semana en que caiga. Cfr. Sarah A. Buck, “El control de la natalidad y el día
de la madre: política feminista y reaccionaria en México, 1922-1923”, pp. 11-12, [en línea].
134
~ 95 ~
una minoría femenina, el resto se sentía muy a gusto en el rol social que
desempeñaba.
2.3.- Los discursos de la cultura de género hegemónica.
Desde los diferentes discursos se fue reforzando la cultura de género
hegemónica de aquellos años cuarenta como una aspiración que debían lograr las
mujeres, aunque sólo fuera en el imaginario colectivo. A continuación, se verá la
influencia que esto tuvo dentro del comportamiento femenino desde cuatro
discursos que he tomado para ejemplificarla: el de las buenas maneras, los boleros,
el cine y el religioso cuya influencia, sobre todo, recae en la educación.
2.3.1.- El discurso de las buenas maneras.
En esas décadas posrevolucionarias de 1920-1950, justo cuando se estaba
reconstruyendo la sociedad y se establecían las instituciones políticas que
cobrarían fuerza y dominio en los años siguientes, se vuelve importante dar un
orden social que ya se había establecido desde antes y ahora había que reafirmarlo,
aunque con nuevos matices, la diferencia radicaba en que los posrevolucionarios lo
querían llevar a todos los sectores sociales. Como dice Elsa Muñiz:
…considero que la influencia [del Manual de buenas maneras de Manuel
Carreño] cobra un gran significado precisamente por el momento de transición
en el que se encontraba la sociedad posrevolucionaria, pues para los años
veinte la formación de los individuos estaba predominantemente en manos de
la familia y la Iglesia aunque desde el Estado se hacían múltiples esfuerzos por
hacerse cargo de ella. Así, el manual de Carreño era un texto que,
evidentemente, se ubicaba también en los límites entre lo religioso y lo laico.135
Desde 1853, el Manual de urbanidad y buenas maneras de Manuel Antonio
Carreño, surgió para darle un orden y civilidad a la convivencia social, pero no
sólo eso, también sirvió para apreciar y valorar el amor y las normas que desde la
religión se imponían.
135
Elsa Muñiz, op. cit., p. 28.
~ 96 ~
Siguiendo muchos de los preceptos fomentados por la Iglesia católica,
Carreño escribió el manual con el afán de lograr una convivencia armónica, basada
en principios morales que, a fin de cuentas, emanaban de la religión, como dice en
su introducción: “Sin el conocimiento y la práctica de las leyes que la moral
prescribe, no puede haber entre los hombres ni paz, ni orden, ni felicidad”. 136 Él
dice que dentro de la sociedad debe haber reglas “que nos enseñan a conducirnos
en ella con la decencia y moderación que distinguen al hombre civilizado y
culto”.137
Y
es este hombre
civilizado
y
culto
al que
los gobiernos
posrevolucionarios querrán formar desde todos los ámbitos, pues tenían un
enorme interés civilizatorio para toda la población.
Por otro lado, a pesar de que el manual fue escrito en la mitad del siglo XIX,
es un hecho que para la sociedad posrevolucionaria mexicana, estos principios
seguían teniendo vigencia y validez y, a pesar de las tensiones que existían entre la
Iglesia y el Estado, ya mencionadas en el capítulo anterior, estas normas morales
son las conductas que debe tener un hombre “bien nacido y educado”, no obstante
muchas de ellas están basadas en las ideas católicas que, a fin de cuentas, también
tienen como objetivo la civilidad y armonía del ser humano en sociedad.
Carreño dice que:
La dignidad personal, los modales suaves e insinuantes, el aseo del
cuerpo, que revela en el hombre la candidez del alma, la sobriedad y la
templanza, la discreción y la prudencia, la tolerancia, y el constante cuidado,
en suma, el complacer y jamás desagradar a los demás, que refunde todas las
reglas de la cortesanía, ¿no son evidentemente otros tantos deberes que
emanan del conocimiento de Dios, del gran principio de la caridad evangélica,
y de la ley que nos conduce a la felicidad por el camino de la perfección
moral?138
Manuel Antonio Carreño, Manual de urbanidad y buenas maneras, p. 5. Estas últimas palabras
recuerdan los principios positivistas de orden, progreso y amor que, finalmente, llevarán a la paz y
a la felicidad.
137 Idem.
138 Ibid, p. 6. Es digno de reconocer ciertas conductas que, posteriormente, se hicieron costumbre,
aunque en esa época increíblemente no eran así, como el aseo diario del cuerpo, y en este libro son
recomendaciones que ayudarán a una mejor convivencia. Cabe aclarar que la prudencia y la
templanza son dos de las siete virtudes; las otras cinco son: Fe, esperanza, caridad, fortaleza y
justicia. Por otro lado, la pregunta retórica del final nos lleva a que el ser humano debe seguir estos
136
~ 97 ~
Todas las virtudes que menciona en su libro y que culminan con “complacer
y jamás desagradar a los demás” refuerzan la conducta social de cuidarse del “qué
dirán”, se le da mucha importancia a la opinión y crítica de los demás sobre lo que
cada quien hace y dice en público, hay que cuidar las apariencias por encima de
todo para evitar “dar de qué hablar”, como una manera de conducirse
correctamente en sociedad.
“No existe, pues, urbanidad sin virtud”, parece decir directamente a todos
los jóvenes, pero de manera específica a las mujeres, quienes toman estos consejos
como si fueran exclusivamente para ellas, pues allá en las décadas de 1920-1950,
este Manual de urbanidad y buenas maneras tuvo un gran éxito y se buscaba poner en
práctica todos los consejos que Carreño daba para conducirse moral y
correctamente en sociedad, para no ser criticado por “los otros” y obtener, así, el
éxito y la aprobación social, que se convirtió en algo indispensable si el objetivo era
lograr la aceptación de los demás.
En esos años, el Estado comenzaba a normar la vida no solamente política,
también la social del país, lo importante era restringir la influencia de la Iglesia,
por eso se hacía indispensable cambiar ciertos principios básicos en la estructura
social.
El individualismo y el amor al trabajo junto a los paradigmas del
progreso y la civilización, serían los valores que la familia inculcaría en las
nuevas generaciones donde la separación de las esferas en pública y privada,
contribuiría a sustentar la representación de un modelo de familia nuclear que
negaría la interacción que hay entre ambos espacios y se serviría de ella para
asignar roles y pautas de comportamientos a sus integrantes. Destinaría el
mundo de afuera a los hombres para quienes las funciones primordiales serían:
la representatividad de la familia, el cuidado de los bienes, el ser proveedor de
la esposa y los hijos y, sobre todo, el ejercicio de la autoridad; para la mujer
dejaría el espacio cerrado de la casa, la maternidad y el cuidado de los hijos. A
los hijos se encomendaría el respeto y la obediencia a los padres. El
advenimiento de la vida personal alentó el sentido de la singularidad individual
entre los hombres a partir del éxito que obtuvieran en el ámbito público,
consejos para agradar también a Dios y llegar a una perfección moral que incluye su crecimiento
espiritual.
~ 98 ~
mientras que a las mujeres se les relegaba a los espacios de la sensibilidad
emocional, los afectos, los cuidados infantiles.139
Esta división entre las esferas de lo público y lo privado es producida por el
Liberalismo, dicha noción perdura hasta nuestros días. Las mujeres aceptaban
plenamente su lugar en la casa. Los hombres tenían el contacto continuo con la
calle; aquéllas que lo hacían era por una situación muy definida.140/141 La
participación femenina en la esfera pública “tiene un sentido histórico que cambia
de acuerdo con el contexto; es decir, en el transcurso de la vida, no hay sólo una
forma de participación sino varias, que se van modificando de acuerdo con el
contexto social […] y las condiciones culturales”.142 Sin embargo, cabe insistir que
desde los discursos hegemónicos en la sociedad esto no sucedía así:143
La familia es, en virtud de la separación de los mundos privado y
público, el remanso de paz, el lugar de la tranquilidad y los afectos, de ahí que
las relaciones de poder que se establezcan en el interior del núcleo familiar
obedezcan a una lógica propia que mantiene vínculos con el resto de la
organización social.144
Este es el modelo que se reproduce al interior de cada familia. El padre era
el único proveedor y quien tomaba las decisiones porque sabía lo que convenía a la
familia. La madre debía ser: obediente, sumisa, abnegada y sacrificada, la que se
hacía cargo de todo el manejo y la organización de la casa, tenía la responsabilidad
Elsa Muñiz, op. cit., pp. 78-79.
Aunque a las mujeres siempre se les ubicó dentro del espacio privado, hubo ciertas
transgresoras, como la Monja Alférez, una mujer que, incluso, se vistió de hombre para poder vivir
una vida diferente a la que su circunstancia histórica, siglo XVII, la obligaba, cfr. Cecilia Colón, “La
monja Alférez: Una historia ¿andrógina?”. Un ejemplo literario lo encontramos en la novela Monja y
casada, virgen y mártir de Vicente Riva Palacio, ubicada en el siglo XVII y publicada en 1868. Cuando
Luisa, uno de los principales personajes femeninos, sale a la calle, tiene que disfrazarse de hombre,
incluso en la noche, para poder enterarse de lo que sucedía en la pequeña ciudad de México de
aquel tiempo.
141 Vid supra nota a pie de página 139.
142 Martha Eva Rocha, et al, De espacios domésticos y mundos públicos: el siglo de las mujeres en México, p.
10.
143 Siempre hubo grupos femeninos que lucharon por un cambio en el rol social de las mujeres, sin
embargo, eran muchas más las que aceptaban su pasivo papel dentro de la sociedad sin tratar de
modificarlo, tal como lo marcaba la cultura de género hegemónica.
144 Elsa Muñiz, op. cit., p. 81.
139
140
~ 99 ~
del cuidado de los hijos y el marido, para ella lo más importante era el bienestar de
la familia. La casa, como dice Elsa Muñiz, discursivamente se convertiría en el
sostén emocional de paz y tranquilidad que no existía en el espacio público; por
esta razón, a las mujeres se les insistía en que debían atender a sus esposos con
premura, ternura y diligencia, pues ellos debían sentir la diferencia de trato al
llegar a su hogar. Ellas aceptaban que la ternura y la comprensión eran parte de su
naturaleza y del trato hacia su esposo e hijos, ni siquiera se cuestionaban otro
proceder diferente a éste.
Este modelo sería el primordial en toda la sociedad mexicana y este
universo micro, personificado por la familia, trataría de reproducir el macro, es
decir, el gran universo en donde el hombre simbolizaría el espacio público referido
a lo político y la toma de las decisiones y la mujer representaría el espacio privado
referido a la casa y el cuidado de la familia.145
Ahora bien, dentro de esta reconstrucción social, no sólo se dicta la división
de los espacios en público y privado, también se hace necesario definir el deber ser,
tanto de los hombres como de las mujeres, estas últimas, desde esa perspectiva,
necesitan de la guía de un hombre. De aquí nace esa necesidad de normar su
comportamiento dentro de la sociedad: cómo deben y no deben mirar las mujeres,
cómo deben y no deben hablar, pero más que todo, qué deben y no deben hacer, su
imagen pública era muy importante.
Esta situación de unión familiar se haría extensiva al ámbito público reflejado en un amor
incondicional a la Patria. Este vínculo simbólico se construye luego de que ha terminado la
Revolución Mexicana; se crea un nuevo orden de las cosas y todo esto necesita de un gran techo; así
como una familia requiere una casa para sentirse segura, así la Patria se convierte en esa gran casa
que alberga a la gran familia mexicana. La Patria, al igual que una madre, le dará cobijo y sustento a
todos sus hijos, sin importar cómo sean, dentro de su gran corazón todos tienen cabida; como una
madre que es feliz de ver a todos sus hijos reunidos.
Por otro lado, sería hasta la segunda mitad del siglo XX cuando “Las formas tradicionales que
normaban la vida de las mujeres son transformadas: el comportamiento de la mujer en la casa; el
uso de la calle como un espacio femenino; el derecho de las mujeres a nombrar a sus representantes
políticos; la ampliación de las esferas del trabajo femenino y el poder optar por cargos públicos”.
(Martha Eva Rocha et al, op. cit., p. 10). Sin embargo, todavía faltarían algunos años de experiencia
en la lucha social por los cambios para que esta transformación se llevara a cabo.
145
~ 100 ~
En la mujer, como hemos dicho, la dulzura de la voz no es sólo muestra
de cultura y de buena educación, sino un atractivo poderoso y casi peculiar de
su sexo.146
Siempre se usó esta imagen femenina que emana dulzura y candidez como
la representación más fiel, y al mismo tiempo idealizada, de una mujer dentro de la
sociedad y la familia. Debía ser discreta, dulce y comprensiva, cualidades
peculiares en ella y que le son, supuestamente, inherentes a su naturaleza.
En este punto, me parece importante destacar que la periodista Consuelo
Colón se unía a esta campaña de educación social y moral, al mostrar, durante la
década de los 40, lo que las mujeres debían hacer y decir a través de su columna en
El Universal Gráfico: “¿Se reconoce usted, amiga?”. En ella criticaba a las mujeres
por su comportamiento social o su apariencia cuando estaban fuera de lo que
dictaban las normas de la “decencia y las buenas conciencias”: palabras fuera de
lugar, voz muy alta, risotadas vulgares (escandalosas), un vestido inadecuado para
la ocasión, un maltrato hacia el esposo o novio en público, un comportamiento no
apropiado en público, es decir, en un espacio en donde las mujeres debían ser muy
cuidadosas tanto en su proceder como en su atuendo, pues están fuera de su
ámbito natural que es la casa, están en un ambiente masculino, por lo tanto, deben
ser discretas y elegantes, ya que todas las miradas estarán sobre ellas; deben
destacar no por ruidosas y llamativas, sino por su moderación, su discreción y su
actitud sutil, como correspondía a los cánones de la época, pues ésa era la conducta
esperada en una mujer. A veces, la crítica iba dirigida a los hombres por sus
modales groseros y su villanía, sin embargo, quienes eran juzgadas con más
severidad eran las mujeres. De esta forma, la periodista va haciendo y recalcando
su propio manual de buenas maneras a partir de una crítica individual,
personalizada y específica dentro de la vida cotidiana de aquellos años, pues
siempre partía de situaciones muy comunes e individuales y dentro de los
146
Manuel Antonio Carreño, op. cit., p. 168.
~ 101 ~
contextos sociales de la ciudad: el camión, el teatro, el cine, las tiendas, las calles
del Centro, etcétera.
Movimientos, gestos, expresiones verbales y tonos de voz, miradas y
actitudes en general han sido controlados desde los diversos discursos; y
sometidas a las disciplinas que desde el siglo XVI han sido fórmulas generales
de dominación que adoptan mayor rigidez cuando se trata de establecer una
división genérica acorde con un orden social para ubicar los papeles de los
hombres y las mujeres. Así, se les somete a una “anatomía del detalle”, se les
obliga a cumplir con reglas estipuladas en los diferentes códigos […].147
El salirse de estas reglas y códigos sociales que menciona Elsa Muñiz,
implicaba estar fuera de la aprobación social. Puesto que en esos años la educación
era algo preponderante, las conductas sociales eran muy restrictivas y exigentes,
sobre todo con las mujeres, quienes debían observarlas celosamente, ya que ellas
debían transmitirlas a sus hijos, sobre todo, a sus hijas y debían predicar con el
ejemplo.
En 1927 salió a la luz pública La mujer a través de los siglos, libro escrito por el
padre José Cantú Corro (1884-1965).148 Las ideas que se vierten en él sobre la mujer
siguen siendo tradicionales con respecto al deber ser femenino; ella debía ser la
compañera y el apoyo de su esposo en todo momento. El libro inicia haciendo una
comparación de la situación femenina entre la religión cristiana y el “gentilismo”,
como llama a todas las demás creencias:
La mujer entre los pueblos no cristianos es vista como ser inferior.
Se la desprecia y se le niegan los derechos que la naturaleza y el
Cristianismo le otorgaron.
Es historia de lágrimas y de sangre.
La castigaron con crueldad, le escupieron el rostro y arrastró cadenas y
fue víctima de iras y degradaciones.149
Es de notar no sólo las ideas que esgrime el autor, también la intención de
lograr un cambio en el ánimo de las lectoras, de aquí que sea característico el
Elsa Muñiz, op. cit., p. 101.
En 1927 salió la primera edición de este libro en Madrid por la Editorial Voluntad. Fue hasta el
año de 1938 cuando Ediciones Botas lo sacó por primera vez en México, razón por la que el prólogo
que escribió María Enriqueta está fechado en agosto de 1927, 11 años antes de la edición mexicana.
149 José Cantú Corro, La mujer a través de los siglos, p. 25.
147
148
~ 102 ~
dramatismo y la exageración en el lenguaje; se buscaba dejar huella en las mujeres
que leyeran la obra, como lo refrenda la escritora María Enriqueta Camarillo150 al
inicio del prólogo: “… éste será el mejor regalo que un caballero pueda hacer a su
dama. Porque la perla y el diamante embellecerán el cuerpo de ella; mas la lectura
de este libro habrá de embellecerle el alma”.151 El prólogo, fechado en 1927, resalta
todas estas ideas y sublima la labor de las mujeres dentro de su ámbito privado; a
diferencia del propio Cantú Corro, María Enriqueta utiliza un lenguaje más terso y
palabras que de tan dulces suenan muy femeninas y sutiles; saluda con beneplácito
la aparición de esta obra en la que el autor defiende a la mujer:
Don José Cantú Corro, como un verdadero paladín, defiende en su obra a la
mujer. Pide para ella respeto, apoyo, derechos, ternura santa, consideración sin
límites. Pero, como escritor equilibrado y discreto que es, no pretende alentarla
para que cambie su papel, vistiéndose el indumento masculino, sino que la
quiere ver en su sitio, con su ademán y su traje de mujer.152
María Enriqueta aplaude este papel de serenidad y pasividad que se le ha
impuesto tradicionalmente a la mujer porque es lo que va con ella, otra cosa
diferente sería casi denigrante, pues no va con su “naturaleza”:
… pero no la quiere ver alcaldesa o sentada en el escaño de los diputados. Eso,
no. ¡Y cuánta razón le asiste para rechazar ese tipo anómalo! Aplaudimos su
gesto. ¡Le quedaría tan mal a la dulcísima tórtola una cresta de gallo!...
Observad que hasta las palabras disuenan cuando intentan pintar una figura
semejante. ¿Qué será verla viva, en movimiento?... Esto atemoriza al buen
gusto: rompe toda la armonía. […] La silueta de esa mujer que la mente del
autor ha concebido, de esa mujer serena, pura, dulce, tierna, valiente, firme en
sus convicciones, cruza por las páginas del libro como una hermosa aparición,
iluminando la obra con rayos de luna, esparciendo en ella raudales de poesía,
idealizándola.153
Más conocida solamente como María Enriqueta (1872-1968), fue una escritora recordada, entre
otras cosas, por su labor educativa a través de un libro que en las décadas de 1920-1930 fue libro de
lecturas para los niños de los diferentes grados de primaria: Rosas de la infancia. También escribió
poesía y cuento.
151 María Enriqueta, “Prólogo”, p. 7.
152 Ibid, p. 8.
153 Ibid, pp. 9-10. Las negritas son mías.
150
~ 103 ~
En el fragmento anterior, la escritora enfatiza la cultura de género que desde
el Estado y las necesidades del orden social se imponen, ensalza el afianzamiento
de una cultura de género acorde a los objetivos de la heterosexualidad y la
monogamia obligadas y la supremacía masculina, de aquí que una mujer debe
aceptar mansamente lo que se le pide sin externar sus puntos de vista, es una
mujer que obedece porque es el papel que debe cumplir. María Enriqueta refuerza
esta conducta social que parecía atemorizar a los hombres: si la mujer toma
decisiones, si hace lo que quiere “atemoriza el buen gusto: rompe toda la armonía”.
Era de mal gusto poder externar los propios pensamientos y opiniones, sobre todo
si resultaban contrarias a lo que los demás decían. De aquí que llamen la atención
las metáforas que usa para comparar a la mujer con los rayos de la luna;
recordemos que la luna es un satélite estático que forzosamente tiene que girar
alrededor de un planeta que, en este caso, es la Tierra, luego entonces, siguiendo el
lenguaje poético, la mujer depende y gira en torno a alguien mayor que es el
hombre. Esta mujer idealizada se adecua al papel que le tocó en turno vivir. Ella
sabe que debe cumplir con el sagrado deber que la vida le ha impuesto y que es el
que la acerca más a la imagen de la Virgen María: la maternidad.
Por otro lado, la opinión titulada “Dos palabras” que sigue al prólogo, del
humanista Nemesio García Naranjo154 es menos restrictivo en el sentido en que él
sí acepta la idea de que la mujer pueda tener un poco más de libertad y que no sea
sólo la compañera del hombre y quien lo sigue como si fuera una sombra. Él aboga
por un trato más justo e igualitario hacia la mujer:
Yo, por mi parte, soy sincero cuando preconizo la necesidad de dar al elemento
femenino una intervención más directa en el gobierno de la vida. No se
entienda por eso que deseo remover del alma de la mujer mexicana el deseo
santo de sufrir por los demás, su voluntad divina de sacrificio, para exaltarla a
otras costumbres que, si bien pudieran traerle un bienestar material, en
cambio, quizá, ocasionarían la bancarrota de sus sentimientos.155
Nemesio García Naranjo (1883-1962) fue humanista, escritor, poeta y periodista; miembro de
Número de la Academia Mexicana.
155 Nemesio García Naranjo, “Dos palabras”, p. 15.
154
~ 104 ~
Él se da cuenta de que parte del papel de la mujer mexicana, impuesto por
la tradición y las costumbres, es el sufrimiento y el sacrificio por los demás,
refrendado, además, a través de diversos discursos; sin embargo, al mismo tiempo,
pide que se le dé la oportunidad de intervenir más directamente en el gobierno de
la vida, no por un bienestar material sino para un crecimiento espiritual.
García Naranjo explica sus puntos de vista en donde trata de darles al
hombre y a la mujer su justo lugar dentro de la sociedad, pero también una
involucración más directa con la familia, sobre todo por parte del primero:
Deseo, sin embargo, hacer patente que no reclamo derechos especiales para las
mujeres; lo que pido es que los hombres las ayuden a cumplir mejor sus
deberes. No pido la creación de nuevos privilegios; lo que demando es la
extinción de los muy odiosos que ya existen. No he pretendido nunca que la
mujer se salga del santuario de la familia sino que el marido entre más en ese
santuario. Jamás se me ha ocurrido debilitar el hogar, sino, por el contrario,
fortalecerlo, con la colaboración de quien debe ser para sus hijos el armazón
fundamental de la estirpe.156
Él explica y habla sobre una condición de igualdad entre ambos sexos ante
las obligaciones y los derechos que deben tener al formar una familia. Más
adelante dice algo bastante progresista para las ideas que prevalecían en esa época:
… pero una cosa es que la mujer se sacrifique por voluntad propia, y otra muy
distinta es que la sacrifique el hombre en aras de prejuicios que él ha
establecido para eludir santas obligaciones. Una cosa es que la mujer esté
dispuesta a los más sublimes holocaustos, y otra es que el hombre instituya
esos holocaustos en calidad de algo establecido y perenne.157
García Naranjo está totalmente consciente de que los hombres han abusado
de su papel de poder y le han impuesto a las mujeres obligaciones que, en estricto
sentido, según él, no tendrían que llevar al extremo. Él le da a la mujer la
oportunidad de poder tomar decisiones, es decir, si ella decide sacrificarse en aras
de los demás, que lo haga porque así lo quiere, no como una imposición que deba
cumplir obligada por la sociedad, la familia o el esposo.
156
157
Ibid, p. 19.
Ibid, p. 20.
~ 105 ~
Llama la atención que mejor sea un hombre quien enarbole la defensa de la
mujer por un trato más igualitario entre los dos sexos, que la propia mujer,
representada por María Enriqueta, quien se limita a aceptar y enaltecer su papel
femenino dentro del hogar: el cuidado de los hijos, la domesticidad del
matrimonio, la pasividad y no un comportamiento que hable de toma de
decisiones como podría ser el público, el político. García Naranjo expone su
opinión de una manera discreta pero firme, parece que él desea iniciar un cambio
en el orden establecido, situación que no se da, al menos en ese momento.
La idea principal que maneja el padre Cantú Corro en este libro es que el
cristianismo, a diferencia de otras creencias religiosas, ha reivindicado el papel de
la mujer cuyo modelo a seguir es la Virgen María, y siendo ella la máxima figura
femenina del catolicismo, al compararla con la mujer, se le reivindica y se le da un
lugar de honor, pues la Virgen María, con su bondad y sacrificio, dignifica a todo
su sexo. Su misión principal en este mundo es ser “ayuda y sostén del hombre”.
“El matrimonio cristiano dignificó a la esposa; la hizo dueña del corazón de su
marido y le concedió derechos inviolables”.158 Toda la lectura que el sacerdote hace
sobre el deber ser de la mujer y el matrimonio tiene un interpretación católica, en la
que le deja a la mujer el deber de estar con su familia, de educar a sus hijos y de ser
la compañera de su esposo, sin embargo, no le da ninguna oportunidad de tener
un lugar prominente en la sociedad, de hacer algo diferente como un proyecto de
vida personal e individual, pues ella es un ser que debe ser guiado, encarna la
imagen de una niña a la que es necesario llevar de la mano por la vida y quien
debe hacerlo es su esposo.
José Cantú Corro, op. cit., p. 101. Dejemos que el propio autor mencione dichos derechos: “No
sólo pertenecen a nuestra consorte los bienes que la fortuna os dio, sino también la vida que os
anima. A la compañera debe ofrendarse el cariño entero, la santa predilección, el completo sacrificio
de vuestro ser.” (p. 104). Todos estos mimos deben ser dentro del matrimonio y del hogar, nada
fuera de él, lo que refuerza la idea de que el compromiso entre un hombre y una mujer debe
culminar en el matrimonio bendecido por Dios y aceptado por la sociedad.
158
~ 106 ~
Libros como éste permearon en la sociedad mexicana a lo largo del siglo
XX.159 El discurso que se manejó en ellos fue siempre el mismo: la mujer debía ser
pasiva, debía ser obediente y aceptar que necesitaba del hombre y de los hijos para
sentirse completa y satisfecha de su vida. Se le convenció que ella sería una mujer
feliz en la medida en que se casara y tuviera muchos hijos, 160 pues cada uno de
ellos representaba una bendición y, además, era la sagrada misión que Dios le
había encomendado para poder homologarla con la Virgen María.
El discurso que se había escuchado en las primeras décadas del siglo XX,
cuando las mujeres pidieron los mismos derechos que tenían los hombres en el
ámbito educativo, laboral y de ciudadanía, había perdido fuerza, pero resurgió
nuevamente en una postura más conservadora e inherente a un orden social dado
durante la década de 1930 por los factores sociales e históricos que se vivieron en
esos años. El hecho de querer hacer un cambio tan drástico en la educación durante
el cardenismo, al querer imponer el socialismo y la educación sexual, no dio el
resultado que se quería y se rechazó, pero sí se remarcó la cultura de género
hegemónica que no solamente estaba dirigida a las mujeres, también a los
hombres, quienes debían comportarse para cumplir con un deber ser masculino
que estaba más arraigado con el hecho de ser los proveedores del hogar, quienes
salieran a trabajar y los responsables de mantener una familia, al mismo tiempo
que representaban la autoridad, la fuerza y la toma de decisiones.
El hincapié que se hace en este sentido en los discursos de esa época deja ver
que la intención era fortalecer una cultura de género que consolidara a esta
sociedad posrevolucionaria para darle la fuerza que le permitiera crecer. Libros
como La mujer (1858) de Severo Catalina;161 La educación de la mujer contemporánea
Durante el siglo XX se hicieron varias ediciones de los libros que menciono más adelante y hasta
la fecha, el Manual de buenas maneras, de Carreño, se sigue editando y vendiendo.
160 No hay que olvidar que en esas décadas eran bien vistas las familias grandes, pues después de la
Revolución Mexicana había que poblar nuevamente al país y, en consecuencia, esto engrandecía
también a las mujeres.
161 Llama la atención que la primera edición de este libro fuera en 1858 y que hubiera varias
reediciones ya entrado el siglo XX; incluso en el año de 1968 lo vuelve a poner en circulación la
editorial Espasa-Calpe, irónicamente cuando hay una revolución feminista muy fuerte.
159
~ 107 ~
(1933) de Víctor Mirguet; La mujer a través de los siglos (1927) de José Cantú Corro o
La mujer frente a la vida (1954) de Salvador Carranza,162 son textos en donde se le
dan consejos a las mujeres sobre cómo educar a sus hijos y cómo llevar un hogar.
Aunque estos discursos constituyen la representación de la feminidad y la
masculinidad no hay que olvidar que estas representaciones son ideales que
constituyen a mujeres y hombres, sin embargo, a lo que se apela es que todas las
mujeres puedan alcanzarlo, ya que muchas trabajaban fuera de la casa y este
modelo no era conveniente para esos años.
Una y otra vez, el discurso católico refrendaba constantemente la misión
femenina dentro del matrimonio, ése era su lugar idóneo, el sitio donde ella era la
dueña del hogar y había que ayudarla a desempeñar este papel lo mejor posible,
por eso son los hombres quienes escriben y la ayudan, porque ellos consideran que
una de sus misiones es guiar a la mujer para ejecutar mejor sus labores propias,
cuidando de la estabilidad hogareña y no permitiendo que el Estado vuelva a
intentar inmiscuirse en los espacios privados que no le corresponden como es la
casa, de la misma manera en que ella no se mete en los asuntos de Estado.
Durante la década de 1940 este discurso ayudó a construir el ideal femenino
ya mencionado: una mujer dulce, abnegada, obediente, sumisa, buena esposa y
madre de sus hijos; una compañera que sea capaz de sostener una conversación
porque tiene educación, pero no universitaria, ¿para qué la necesita si de todos
modos se va a casar y lo que importa es que sepa llevar y organizar su hogar y su
familia? Sólo debía tener la instrucción mínima necesaria para poder hacer un buen
papel en ciertos aspectos cotidianos y sociales de la vida y poder ayudar a sus hijos
a realizar sus tareas escolares, pero sin invadir los espacios públicos, pues el
espacio privado es el que le corresponde por naturaleza.
La representación masculina fomentaba la presencia del hombre dentro de los
espacios públicos; así como el hogar era para la mujer por su propia naturaleza, de
La primera edición de La mujer frente a la vida data de 1954, el ejemplar que poseo es de 1964 y
hasta ese año, llevaba cuatro ediciones.
162
~ 108 ~
la misma manera la calle era para el hombre por su propia naturaleza, pues la
imagen que se buscaba de él estaba unida a la fuerza física y la valentía, por lo
tanto, estaba más capacitado para enfrentar el mundo. Sin embargo, cabe hacer la
aclaración de que se trata de modelos idealizados, la realidad era otra.
Termino este pequeño apartado con una cita de la columna “Olvidé enviar mi
carta”, de Zelma (pseudónimo de Consuelo Colón), en donde se puede ver,
ejemplificado de manera muy clara, el propósito del desempeño de esta cultura de
género:
Y por lo tanto, la mujer del siglo XX no tendrá mejor arma para
esgrimir en su lucha por la felicidad que ésa que han tenido las mujeres de
todos los tiempos. Porque los ejércitos avanzan, los cerebros de los hombres
inventan, pero el misterio del corazón humano es siempre el mismo, como
dijera una gran pensadora: "Al regresar al hogar, mal herido por los vaivenes
de la vida –cada hombre convertido ahora en un campeón– no alienta más
ilusión que la de encontrar a su compañera en la casa, con la lumbre encendida
y la mesa puesta.
"Vestales, siempre vestales. Dalilas o Judiths, reinas o siervas, pero
vestales, conservando el fuego sagrado del hogar. Este es y será siempre
nuestro oficio".163
2.3.1.- Los boleros.164
En este apartado haré una breve contextualización sobre estos dos medios
masivos cuyos discursos también jugaron un papel importante y ayudaron a fijar
no sólo la imagen femenina, sino una cultura de género hegemónica en la sociedad
mexicana de aquellos años, pues los discursos no sólo se forman con palabras, hay
los que se forman con diferentes elementos y en esa década de los 40 tuvieron una
gran influencia debido a la difusión que alcanzaron dentro de la sociedad
femenina mexicana, de lo que hablo es de la música, específicamente, de los
boleros, y el cine. Los primeros tuvieron una enorme divulgación gracias al apoyo
Zelma, “Olvidé enviar mi carta”, p. 13. El texto completo está en el Anexo.
Este texto, con varios cambios y música en vivo, fue leído para un ciclo de conferencias sobre
vida cotidiana bajo el título: “La vida cotidiana en la década de 1940: sin boleros no es igual”, que se
llevó a cabo en el Palacio Nacional. Dicha versión está publicada dentro del libro De libros y otras
obsesiones, con el título: “Los boleros en la vida cotidiana, 1930-1950”, de mi autoría.
Todos los fragmentos de las letras de las canciones fueron tomadas de internet, o bien, de la
contraportada de los propios discos.
163
164
~ 109 ~
de un medio masivo muy importante en esos años como lo fue la radio y el
segundo, por la espectacularidad que, como medio masivo también, incluía: el
cinematógrafo. El lenguaje utilizado por los boleros es la música y la palabra,
mientras que el cine transmite su mensaje con la palabra, la música y, lo más
importante, las imágenes, el movimiento, lo que le da la calidad de ser un medio
mucho más completo que la radio y el periódico y, además, llegaba y sigue
llegando a mucha gente.165
El bolero, como canción de amor, representa el discurso amoroso que se
cantó durante un período importante en México. María del Carmen de la Peza dice
que: “la canción de amor se instaura como uno de los mecanismos privilegiados de
transmisión de las tradiciones más entrañables de una cultura como memoria
colectiva”;166 a pesar de los años, el bolero sigue siendo la canción de amor por
excelencia, ha perdurado hasta la fecha en la memoria colectiva y de tiempo en
tiempo se renueva con diferentes arreglos musicales y nuevas voces, pero siempre
intentando transmitir el mensaje de amor de una generación a otra, pues a fin de
cuentas, el sentimiento es el mismo. “La canción de amor es tradición viva que se
aprende generalmente sin la mediación de la escritura y se canta de memoria,
[además] de que sirve de encuentro e identificación colectiva”.167 En las décadas
posrevolucionarias la gente se aprendía de memoria las canciones a fuerza de
oírlas por la radio, pero no sólo eso, éstas fueron formando un discurso amoroso,
como veremos más adelante, que influyó en la manera de enamorarse y de cortejar
a una mujer.
El bolero es un género musical cuyo origen se remonta al siglo XIX y a la Isla
de Cuba; se dice que la primera canción que inauguró oficialmente este género fue
Es interesante hacer la siguiente referencia para contextualizar la trascendencia que tenía el cine.
En aquellos años, los periódicos más importantes como El Universal, el Excélsior y, posteriormente,
el Novedades, hacían extensas reseñas de las películas y no sólo el día del estreno, llama la atención
que les dedicaran pequeños artículos que salían durante varios días resaltando las diferentes partes
de la historia, los actores y la música de las películas que se estrenaban, tanto las mexicanas como
las extranjeras, lo cual nos da una idea de lo significativo que eran los filmes en esas décadas.
166 María del Carmen de la Peza Casares, El bolero y la educación sentimental en México, p. 23.
167 Ibid, p. 24.
165
~ 110 ~
Tristezas del cubano José Pepe Sánchez, aproximadamente en 1886. Sin embargo,
fue en la década de 1920 cuando llegó de manera definitiva a México y la radio fue
un factor determinante que influyó mucho para que esta música quedara en el
gusto de la gente marcando, así, una época.
Haciendo un recuento rápido sobre los inicios de la radio, cabe recordar que
la primera vez que hubo un programa radiofónico fue cuando Raúl Azcárraga
habló con los editores del periódico El Universal y se asociaron para fundar El
Universal Ilustrado-La Casa del Radio. El 8 de mayo de 1923 esta primera empresa fue
inaugurada. Asistieron al evento: Carlos Noriega Hope, director de El Universal, y
por La Casa del Radio, los hermanos Raúl y Emilio Azcárraga y el entonces
Presidente, General Álvaro Obregón para inaugurar esta unión empresarial, entre
muchos otros invitados importantes. Ese primer programa lo inició el poeta
estridentista Manuel Maples Arce, quien recitó el poema T.S.H. El Poema de la
Radiofonía,168 compuesto expresamente para dicha ocasión y que empieza así:
Sobre el despeñadero nocturno del silencio
las estrellas arrojan sus programas,
y en el audión inverso del ensueño,
se pierden las palabras olvidadas.
En ese mismo año de 1923, la fábrica de cigarros El Buen Tono, ofrecía a sus
consumidores aparatos receptores de la radiotelefonía a cambio de planillas de
registros de su marca. Posteriormente, en 1929, nació otra estación muy importante
que fue la XEB patrocinada por El Buen Tono. La entrada a los programas era
gratuita o a cambio de cajetillas vacías de la marca. De esta manera, nadie se
quedaría sin escuchar o sin asistir a los programas de la XEB, convertida más tarde
en “La B grande de México”.
Fue en 1930, cuando inició sus transmisiones la estación de Emilio
Azcárraga: la XEW, “La voz de la América Latina desde México”, y esto marcó el
comienzo de una era radiofónica en donde al paso de los años, la XEW creció, se
168
T.S.H. significa “Telegrafía sin hilos”.
~ 111 ~
unió a las estaciones XEX y XEQ, mismas que se establecieron en los estudios de
Ayuntamiento 54 y allí vieron desfilar a muchísima gente brillante, entre actores,
cantantes, locutores, comentaristas, etcétera.169
Quizás el primer bolero más famoso en México, pues su influencia abarcó a
toda Latinoamérica, fue Nunca, de 1927, con letra de Ricardo López y música del
inolvidable yucateco Guty Cárdenas; es una canción que desborda romanticismo
en todas sus palabras y por toda su música, pero lo más importante es que inició el
uso de un lenguaje amoroso específico que marcaría una forma de cortejo entre las
parejas, e influiría en la manera de expresar los sentimientos, pues el hombre se
dirigiría a la mujer como a un ser inalcanzable:
Yo sé que nunca besaré tu boca,
tu boca de púrpura encendida.
Yo sé que nunca llegaré a la loca
y apasionada fuente de tu vida.
Yo sé que inútilmente te venero,
que inútilmente el corazón te evoca,
pero a pesar de todo yo te quiero,
pero a pesar de todo yo te adoro,
aunque nunca besar pueda tu boca.
De otra manera y a través de un romanticismo exaltado por las palabras, se
dibujaba a una mujer idealizada, lejana, casi una imagen divina a la que sólo se le
puede venerar, como si fuera una diosa, ¿tal vez la Virgen María, modelo femenino
deseado?
Al parecer, esta canción sirvió de inspiración para otra titulada Imposible, de
1928, escrita por un joven compositor que tocaba el piano en un burdel de esta
ciudad: Agustín Lara:
Yo sé que es imposible que me quieras,
que tu amor para mí fue pasajero
y que cambias tus besos por dinero
envenenando así mi corazón.
Para ver con más detalle la historia de la radio en México, consúltese el libro de Jorge Mejía
Prieto, Historia de la radio y la televisión en México.
169
~ 112 ~
Aunque él, debido al ambiente en el que estaba, mezclaba su veneración a la
mujer con un reclamo por sus desprecios170 y veremos, más adelante, la fina y sutil
manera de manejar un lenguaje que sólo sabía hacer él, lleno de poesía, de
metáforas complicadas con las que fascinaba a las mujeres que lo escuchaban.
A partir de 1930 y gracias a las industrias disquera, cinematográfica y
radiofónica, el bolero se difundió y llegó a todos los hogares mexicanos que podían
tener acceso a uno de los últimos y más novedosos inventos del hombre: la radio, a
partir de esto, el silencio quedó agazapado en un rincón y cada vez se haría más
difícil su recuperación, pues la radio se convertiría en el acompañante
indispensable dentro del hogar y el trabajo de mucha gente.
Durante las décadas de 1930, 1940 y 1950, al mismo tiempo que la radio
invadió el espacio privado de las casas con sus noticias, con sus programas de
música en vivo, tanto clásica como popular, el bolero invadió también los
sentimientos íntimos de las mujeres que en esos años eran quienes estaban más
tiempo en el hogar y, en este sentido, influyó mucho en la vida cotidiana de la
sociedad mexicana, ya que con sus letras recalcó una serie de valores que fueron
caracterizando un periodo y le dieron rostro y acordes musicales a ciertas
imágenes poéticas que se crearon a partir de ellas, además de incluir “un repertorio
de comportamientos sociales amorosos”171 que poco a poco fueron aceptados por
la sociedad. El bolero hizo soñar a infinidad de mujeres con el amor idealizado del
que sus letras hablaban; ellas esperaban impacientes a ese hombre que con dulce
voz y almibaradas palabras les declararía lo mucho que las amaba.
El bolero, como producto cultural de una época determinada, viene a decir
en tonadas dulces y, a veces monótonas, en un lenguaje rimado, pero con un
sonido único, lo que es el amor, lo que es el desencanto y todas las variantes que
tienen que ver con estos sentimientos; idealizó la imagen femenina de la mujer
buena y dulce, pero también de la pervertida y aventurera: una dicotomía que
Para una referencia más amplia del inicio del bolero, léase el texto de Julio Rodríguez Puértolas:
“El bolero: historia de un amor y algo más”, [en línea].
171 María del Carmen de la Peza Casares, op, cit., p. 32.
170
~ 113 ~
sería manejada mucho en esos años y que estaba representada por personajes
míticos bíblicos. “Entre otros contenidos, comprende una serie de mitos acerca de
las identidades diferenciadas del hombre y de la mujer, así como de los papeles
que les corresponden en las relaciones amorosas”.172 Aunque gracias a los boleros
estas imágenes que hablaban de fidelidad, amor, compromiso, heterogeneidad y
que definían muy bien el ser hombre y mujer, se fijaron completamente en la
cultura y el imaginario populares, las referencias, más que bíblicas, eran en función
de la bondad y la maldad. Mostraban un mundo en donde la mujer buena obtenía
como recompensa el amor y el matrimonio; en cambio la mala, el castigo en el
rechazo del hombre amado y la indiferencia de la sociedad hacia ella. Todo esto se
escuchaba en las voces de Pedro Vargas, María Luisa Landín, Pedro Infante, Jorge
Negrete, Alfonso Ortiz Tirado, Toña la Negra, Daniel Santos, y muchos más que,
entonando de manera cadenciosa y sensual esas canciones, hacían vibrar a una
sociedad femenina inocente y suspirante logrando fijar en el fondo de sus almas el
ideal femenino que debían alcanzar y el que debían repudiar, pues además de
escuchar las canciones, las mujeres las cantaban y con esto, se cerraba de manera
perfecta el circuito de influencia cuyo mensaje llegaba a todos los rincones de la
ciudad.
Las voces individuales de sus intérpretes eran estudiadas, melosas y muy
bien entonadas, las guitarras eran indispensables. Los tríos que iniciaron en la
década de los cuarenta, como “Los Panchos”, por ejemplo, conjuntaban sus voces
dando una armonía subyugante, sin olvidar el indispensable requinto con que
abrían las melodías y, que muchas veces, eran verdaderos ejemplos de
virtuosismo. La letra, en muchos casos –por no decir que siempre–, era poesía
pura; incluso hay boleros que tomaron partes de poemas, como el caso de Aquellos
ojos verdes (1930) de Nilo Méndez y Adolfo Utrera:
Aquellos ojos verdes, serenos como un lago,
en cuyas quietas aguas un día me miré,
no saben las tristezas que a mi alma le dejaron,
172
Ibid, p 29.
~ 114 ~
aquellos ojos verdes que ya nunca olvidaré.
Se dice que los autores se inspiraron en el famoso Madrigal de Gutierre de
Cetina:
Ojos claros, serenos
Si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis, miráis airados?...173
Y otros dicen que la inspiración se debió a una de las famosas Rimas de
Gustavo Adolfo Bécquer cuyo principio es el siguiente:
Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar, te quejas;
verdes los tienen las náyades,
y verdes los tuvo Minerva,
y verdes son las pupilas
de las hurís del profeta.174
A fin de cuentas, ambos poemas mencionan a unos hermosos ojos verdes.175
Otro poema musicalizado fue El día que me quieras, de Amado Nervo:
El día que me quieras tendrá más luz que junio;
la noche que me quieras será de plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.176
Aunque a veces las letras caen en lo cursi y empalagoso, pocas mujeres
podían resistirse al encanto de un bolero en labios de su amado, pues estas
canciones bordaron alrededor de ellas un mundo lleno de sentimientos y ensueño
Gutierre de Cetina, Obras, p. 3.
Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas, leyendas y narraciones, p. 8.
175 Cuando estaba preparando este texto como conferencia, encontré que Nilo Méndez, compositor
cubano, conoció un día a Concepción Utrera, mujer bellísima que tenía unos hermosos ojos verdes;
él se enamoró de ella el día que la conoció y en la noche ya había compuesto la música de la
canción; después le pidió a su amigo Adolfo Utrera, hermano de Concepción, que le escribiera los
versos. (Lino Betancourt Molina, “Aquellos ojos verdes”, [en línea]).
176 Amado Nervo, “El arquero divino”, p. 1825. Con esta canción, me refiero a nuestra versión
mexicana, no a la versión del tango El día que me quieras de Carlos Gardel que en la década de 1970
retomara el cantante brasileño Roberto Carlos.
173
174
~ 115 ~
en donde las palabras y las tonadas dulces se repetían una y otra vez
convenciéndolas de que eran divinas y que tenían la gracia de una emperatriz con
piel alabastrina; pero no nada más eso, también marcaban el ideal social que se
tenía que alcanzar por medio de un lenguaje muy cuidado, refinado y culto; era un
periodo en el que se trataba de educar por todos los medios posibles a la población.
Las canciones tienen, además, la característica de mostrar comportamientos
sentimentales y sociales y, a fuerza de escucharlas, los individuos los van
aprendiendo y los ponen en práctica cuando los necesitan.177 Por eso, no es extraño
que al momento de una declaración de amor o al escribir una carta de amor, los
párrafos contengan fragmentos de los boleros que ayudaron a esta inspiración.178
La gente que está realmente enamorada, “le habla de amor a su amor con
letra de bolero”,179 dice José Balza, pues son inevitables las referencias a canciones
con las que nos sentimos profundamente identificados y conmovidos, como por
ejemplo, Te quiero, dijiste de María Grever, de 1930. Con este bolero ella fijó una
serie de metáforas que endulzaban el oído de quien las escuchaba y recalcó el
manejo de un lenguaje amoroso que definió a una época y sentó las bases de la
manera para dirigirse a la amada:
Te quiero, dijiste,
tomando mis manos entre tus manitas de blanco marfil.
Y sentí en mi pecho un fuerte latido,
después un suspiro
y luego el chasquido de un beso de amor.
Muñequita linda de cabellos de oro,
de dientes de perlas, labios de rubí.
Al respecto, Darío Jaramillo Agudelo comenta una novela cuyo autor, Jorge Trejos Jaramillo,
hace “Una proeza que narra un desamor hilando frases prestadas de la canción” (Darío Jaramillo
Agudelo, Poesía en la canción popular latinoamericana, p. 29). Suena increíble el trabajo titánico de este
autor que ensarta ¡21,320 fragmentos de boleros!, de tal manera que logra una narración coherente,
según el decir de Jaramillo. La novela en cuestión se titula: Es la historia de un amor…
178 Cabe recordar la novela El cartero de Neruda (1985) de Antonio Skármeta, en donde el
protagonista plagia algunos versos del poeta Neruda, a quien conoce, para ayudarse a declarar su
amor. “La poesía no de quien la escribe, es de quien la necesita”, rezaba la mercadotecnia de la
película y que formaba parte de un diálogo de la propia novela.
179 José Balza, “El bolero: canto de cuna y cama”, p. 299.
177
~ 116 ~
Aunque María Grever dedicó esta canción a su hijita recién fallecida, con el
paso de los años se convirtió en la representación más dulce y tierna para hablarle
de amor a una mujer. Ahora estas metáforas nos suenan muy comunes, empero en
aquellos lejanos años, sonaban nuevas y armoniosas, pero sobre todo, mostraban
una manera diferente de cortejo. Nadie podía resistirse ante la inevitable invitación
del bolero, de recordar sus letras, de cantarlas al oído de la pareja y, así, declararle
todo lo importante que significa para el otro. El bolero es como esa carta que nadie
se atreve a escribir, pero sí a cantar. Sus palabras pueden ser dichas en un susurro
y esta característica de complicidad lo acerca más a la gente.
La canción se convierte en un texto portador de palabras, de sensaciones: un
medio de comunicación muy importante, pues esta intimidad está muy
relacionada con las mujeres, con los afectos, sobre todo con aquéllas que
acostumbraban escribir sin dejar ver lo que escribían, ya sea en un diario o en
poemas guardados en el fondo de un cajón o en aquellas cartas que nunca
enviaron. “En la canción de amor, como en toda poesía oral, el énfasis está puesto
en la forma del mensaje, la función del lenguaje predominante es la función
poética”.180 Efectivamente, como ya lo dije, el lenguaje es muy importante en el
bolero, las palabras se escogen con cuidado, las frases son muy poéticas, muy
almibaradas, las metáforas más usadas son las comparaciones; las descripciones
siempre se basan en dos grandes temas: la mujer y el sentimiento amoroso. A esto
hay que agregar una parte erótica más o menos oculta, insinuada y, en este sentido,
la voz también juega un papel importante, pues las voces femeninas más graves
fueron las más exitosas, las más sensuales, como la de Toña la Negra y, obviamente
uno de los compositores más importantes en este aspecto y en aquellos años fue
Agustín Lara, quien hacía soñar a todas las mujeres al ritmo de:
Solamente una vez amé en la vida,
solamente una vez y nada más.
Una vez nada más en mi huerto brilló la esperanza,
la esperanza que alumbra el camino de mi soledad.
180
María del Carmen de la Peza Casares, op. cit., p. 45.
~ 117 ~
También hubo mujeres compositoras como la ya mencionada María Grever
y Consuelo Velázquez, quienes dieron una respuesta musical, desde su perspectiva
femenina, sobre lo que era el amor con toda la sensualidad que esto implica. Una
de las canciones más famosas de Velázquez fue Bésame mucho, escrita en 1940, y
debido a que estaba en pleno la Segunda Guerra Mundial, se decía que la cantaban
en la víspera quienes se iban a la guerra.
Bésame, bésame mucho,
como si fuera esta noche la última vez.
Bésame, bésame mucho,
que tengo miedo a perderte, perderte después.
La letra se refería a ese momento muy intenso antes de la partida; una
intensidad que encerraba una insinuación erótica muy velada, aunada a una
despedida que no se sabía cuánto tiempo duraría, por eso la insistencia en los
muchos besos antes del adiós.
Otra característica es que “[…] el bolero es una expresión urbana de la
canción de amor”.181 Es preciso remarcar esto porque las descripciones de los
ambientes que hará este género musical son completamente citadinos y esto nos
habla de la importancia que empieza a tener la ciudad dentro de la cultura del
país; ella se convierte en la protagonista no sólo de canciones, también de novelas,
de cuentos, de poesías y de películas. En aquella época, el ambiente citadino
competía fuertemente con el de la provincia y con el campirano, pero poco a poco
les fue ganando en importancia tanto como escenario como por ser, a veces, la
protagonista de las historias. Recordemos la novela La región más transparente, de
Carlos Fuentes, escrita en 1958, y en donde la gran protagonista es, precisamente,
la ciudad; una ciudad llena de contrastes, de matices, en donde caben las
representaciones tanto de estatus social como cultural de toda la sociedad
mexicana.
181
Ibid, p. 39.
~ 118 ~
El bolero comparte también una característica narrativa, pero lo que intenta
hacer, las más de las veces, es describir los sentimientos: amor, tristeza, melancolía,
desengaño, pasión, deseo, alegría, desapego, castigo por no corresponder al amor y
felicidad ante el amor correspondido, depresión (aunque en esas décadas de 1930 a
1950, y todavía muchos años después, el término depresión y la enfermedad que
hay bajo esta denominación no existía); incluso las diferentes etapas por las que
pasa toda la relación amorosa, desde el glorioso inicio, la dolorosa separación y
hasta, en ocasiones, la terrible venganza del rechazo posterior.
Las metáforas más comunes comparan a la mujer con piedras preciosas, con
astros, con flores, pues es delicada, pero sensual y es como un tesoro al que hay
que cuidar, pues se puede perder o puede ser robado. Sin embargo, no hay que
olvidar que todas estas metáforas la comparan siempre con objetos inanimados:
flores, astros, piedras preciosas, objetos que no tienen vida propia ni movilidad ni
toman decisiones porque así la ve el hombre (recordemos que es un discurso
masculino), como un objeto que sólo adquiere vida en función de él, de que él se la
dé al ofrecerle su amor y con esto, convertirla en mujer, amarla de una manera
sensual y sexual para integrarla a la vida y, posteriormente, unirse a ella y
convertirla en su esposa, en la madre de sus hijos y en su compañera de vida,
dándole un lugar casi de privilegio. Esto sólo refleja una vez más, y de otro modo,
la cultura de género hegemónica: “A la mujer se le atribuye la función pasiva de
obedecer, decorar, cuidar, responder, socialmente ha sido reducida al silencio y,
por consiguiente, a las estrategias no verbales de seducción que son siempre
imprecisas, engañosas, ambiguas”.182 Es muy claro que ella jamás dará el primer
paso en el cortejo, sólo el hombre era quien tenía este privilegio porque así lo
dictaban las normas y reglas sociales.
En cambio, las descripciones sobre el hombre son más escuetas, quizás sólo
se hable de sus ojos, pero nunca de su cuerpo, quizás de sus intenciones, de sus
sentimientos, de lo que será capaz de hacer por alcanzar el amor de una mujer;
182
Ibid, p. 64.
~ 119 ~
aunque, por otro lado, en el reverso de la moneda, le echará en cara su desprecio:
él que la amaba con dulzura y con la intención de casarse con ella y ofrecerle un
nombre limpio que ella ha despreciado, tal vez por otro, tal vez porque no lo ama,
pero a partir de ese momento, él se siente con el derecho de despreciarla, pues
debe ser suya o de nadie;183 a partir de ese instante, la tratará como a una
cualquiera, una aventurera o una pervertida, la mujer que jugó con sus
sentimientos, le cantará también canciones en donde le echará en cara su
voluptuosidad, su desapego al amor que cualquiera puede comprar. Y es Agustín
Lara quien también le canta a esa mujer que sólo busca disfrutar de los placeres
carnales:
Vende caro tu amor, aventurera,
da el precio del dolor a tu pasado
y aquel que de tu boca la miel quiera,
que pague con brillantes tu pecado.
Una mujer con “pasado”, es decir, una mujer que se ha involucrado con
otros hombres, que tiene una “historia”, pasa a la categoría de ser una cualquiera y
quien quiera disfrutar de sus encantos, deberá pagar un precio en dinero o en
favores, pero un precio al fin y al cabo, el cuerpo femenino se vuelve una
mercancía que se puede vender al mejor postor e, incluso, intercambiar por algún
interés, pago o favor.
Para la mujer buena son canciones como Solamente una vez; para la mala,
Aventurera; para la redimida, Santa; pero también hay canciones que son “ejemplos
de inocencia y perversión simultáneas”.184 El ejemplo más rotundo viene a ser
nuevamente Agustín Lara con su famosa canción Piensa en mí:
Si tienes un hondo penar,
piensa en mí.
Si tienes ganas de llorar,
piensa en mí.
Ya ves que venero tu imagen divina,
Estas mismas palabras también las vamos a escuchar mucho en las películas de la época y parten
de un discurso que se aceptaba como una demostración exagerada de amor.
184 Julio Rodríguez Puértolas, “El bolero: historia de un amor y algo más,” p. 518 [en línea].
183
~ 120 ~
tu párvula boca
que siendo tan niña
me enseñó a pecar.
Agustín Lara gustaba de jugar con la poesía y sonido de las palabras y
manejaba esa sensualidad mezcla de inocencia y pecado con gran maestría: “tu
párvula boca que siendo tan niña me enseñó a pecar”. Hay que detenerse en estos
versos para ver cuál era la verdadera intención oculta que el gran compositor quiso
dejar enmarcada en una tonada suave y rítmica, muy sutil pero sin ser obvio.
Agustín Lara está considerado como el último poeta modernista por sus metáforas,
a veces muy rebuscadas, pero siempre eficaces para el oído femenino: “Azul como
una ojera de mujer” o “Y en tus ojeras se ven las palmeras borrachas de sol”; 185
podrá no entenderse del todo la intención, pero el ritmo de la música aunado a
palabras unidas con tanta armonía, con tanta elegancia, con tanta pasión poética
siempre resultaban convincentes para el auditorio femenino.
No obstante que Agustín Lara era un compositor muy querido, también
tuvo algunos descalabros, el más famoso fue cuando se prohibió su canción
Palabras de mujer, debido a la letra que había escrito para ella: “Aunque no quieras
tú, ni quiera yo, ni quiera Dios”, para esos años tan pudorosos, en los que se
buscaba tener una moral estricta y duras normas al hablar del amor, esto sonaba
como una blasfemia en la que estaba involucrada una figura sagrada: Dios; por lo
que tuvo que transformarse en: “Aunque no quieras tú, ni quiera yo, lo quiso Dios,
hasta la eternidad te seguirá mi amor”. El cambio en la letra le daba el lugar y
dominio de las acciones terrenas a Dios, tal como lo aceptaban la religión y las
buenas conciencias de la sociedad mexicana.186
Las canciones son Azul y Palmeras, ambas de Agustín Lara.
Era una década en la que tuvo lugar una fuerte represión moral en todo sentido, no olvidemos
que la esposa del presidente Ávila Camacho, doña Soledad Orozco de Ávila Camacho, mandó
poner un paño en el sexo de la famosa estatua de la “Diana Cazadora” para vestir un poco la
liviandad de esta escultura tan emblemática.
185
186
~ 121 ~
Para terminar con este apartado, reproduzco las palabras del propio Agustín
Lara, quien de esta forma describió lo que es un disco y que retrata de manera
perfecta lo que fue el bolero y esa poesía popular musicalizada:
Esto no es un disco, es un pedazo de mi sentimiento arrancado en el preciso
momento en que debía cortarse, como se hace con una rosa cuando está hecha
botón y próxima a reventar, cuando se la separa del tallo, criminalmente, y se
convierte en paloma de sangre volando hasta los labios de la amada, para tener
con ellos el duelo del carmín que no llega a la muerte. Pero esto no es un disco,
aun cuando la forma y el sonido lo desmientan; esto es algo que yo quiero
ofrecerle a usted, como una migaja que pudiera llegar, milagrosamente, hasta
el lago infinito de su silencio. Gracias…187
2.3.2 El cine.
Los filmes no son una ventana a la vida,
sino una construcción del mundo.
Julia Tuñón
De las películas también se hablaba mucho, ya que eran más elocuentes por
presentar las historias en imágenes y, puesto que en esa época no había tantos
pasatiempos y distracciones como ahora, el cine tuvo un fuerte impacto entre los
habitantes de esta ciudad. “El cine, en el México de los cuarenta, debe entenderse
como una manifestación de la cultura popular”.188 Precisamente por tener esta
característica de cultura popular es que llegaba a más gente, misma que se
reconocía en los personajes de las cintas. El círculo perfecto de la comunicación se
cerraba cuando los hombres se sentían identificados con la personificación de los
personajes masculinos y las mujeres, por su parte, con las femeninas, pensando
que debían sufrir y sacrificarse como las mujeres de celuloide.
Con la llegada del cine comercial a la vida cotidiana mexicana de la capital,
cambió la forma de divertirse, pero lo más importante fue que lo que se veía en la
pantalla influyó en el pensamiento y en la conducta de la gente.
Como fuente histórica, entonces, las películas permiten conocer un
sistema de género, pero, como espectáculo, presumimos que influye en la
187
188
Carlos Monsiváis, Amor perdido, p. 78.
Julia Tuñón, Mujeres de luz y sombra en el cine mexicano, p. 30.
~ 122 ~
conformación de las ideas de los hombres y de las mujeres acerca de lo que son
y/o lo que deben de ser. Hoy es evidente que la construcción social del sexo se
realiza, de una manera fundamental, en el terreno del imaginario y el cine
tiene una fuerza enorme en ese ámbito, porque trabaja con su propia materia:
se trata de un lenguaje construido por imágenes en movimiento, en que se
representan las ideas vigentes en sus contextos al tiempo de proporcionar un
banco de información para que la imaginación se construya.189
Aun cuando no es la finalidad de este subcapítulo hacer un estudio
exhaustivo sobre el cine mexicano de la “época de oro”,190 sí me interesa resaltar la
influencia que tuvo en el imaginario colectivo al momento de mostrar historias
cargadas del dramatismo que le es tan natural al mexicano y con personajes que,
todavía después de 70 años, nos siguen siendo familiares y entrañables, gracias a
que la televisión –un medio de comunicación que nació justo en la década de los
40–, sigue pasando esas películas una y otra vez dejándolas impresas en la
memoria de la colectividad en cada generación.
El cine, en el México de los años cuarenta, debe entenderse como una
manifestación de la cultura popular. Aparentemente los públicos reinterpretan
selectivamente los contenidos que ofrece la pantalla para hacer que coincidan
con sus esquemas básicos, pero también al ver planteados en pantalla sus
propios esquemas, éstos se reafirman: al verlos en luces y sombras, se
legitiman. Es por eso que el cine puede tener un peso importante en la toma de
conciencia de la propia situación. Se percibe así un proceso en el que los
sujetos se hacen a sí mismos vinculando discursos y prácticas.191
Aunque podríamos hablar de los periódicos como aquéllos que dan origen a
los medios de comunicación masiva, son la radio y el cine los que consolidan este
hecho, pues para acceder a ellos no se necesita saber leer,192 conocimiento
Julia Tuñón, Los rostros de un mito. Personajes femeninos en las películas de Emilio Indio Fernández,
pp. 14-15.
190 “Periodo mítico del cine mexicano y tiempo de construcción de modelos, es decir, de
concepciones abstractas e ideales, que supuestamente rigen el desempeño de quienes habitan en ese
mundo en el que se anudan cambios y continuidades.” (Julia Tuñón, Mujeres de luz y sombra en el
cine mexicano. La construcción de una imagen, 1939-1952, p. 13).
191 Ibid., p. 30.
192 Recordemos que a principios del siglo XX, la tasa de analfabetismo en México era muy alta y fue
hasta la segunda y tercera décadas, cuando se hicieron fuertes campañas de educación y
alfabetización. Durante las fiestas del centenario de la consumación de la Independencia,
organizadas por el entonces presidente General Álvaro Obregón, en 1921, “el acento se puso en la
189
~ 123 ~
imprescindible para quien compra un diario, sólo hay que escuchar (y ver, en el
caso del cine), predisposición que tenía la gente en ese momento. El periódico
apoyó mucho la presencia del cine; todos los días sacaba páginas completas con la
programación de las películas, amén de artículos donde se hablaba de ellas, por lo
que este medio se convirtió en la guía de una diversión tan importante y los cines,
en lugares de reunión y encuentro para mucha gente.
No olvidemos que, aunado a este discurso cinematográfico, está también la
intención de motivar un nacionalismo que buscaba integrar la parte de historia
indígena o prehispánica con la modernidad de ese momento; de aquí que se
busquen los prototipos que serán los que marquen a los mexicanos en adelante. El
mensaje nacionalista que llegaba a través de las historias cinematográficas era
definido por los prototipos físicos de los personajes (aquí los rasgos físicos de los
actores eran importantes) y las historias en donde siempre se alababa a la madre, a
esa mujer que en sí misma era la representación de la maternidad y de la Patria, de
la tierra y de la abundancia.
Mediante los estereotipos, los públicos reconocen situaciones y
personajes que les permiten el disfrute de la trama. Las películas requieren de
símbolos que den cuenta en forma inmediata y contundente de las situaciones
que narran y los estereotipos cubren esta función.193
Esto se consolidará años después, como lo apunta Ricardo Pérez Montfort:
[…] entre 1930 y 1950, dichos estereotipos fueron producto de una
combinación de recursos que ofrecían los nacionalismos culturales tanto de los
gobiernos posrevolucionarios como de ciertos sectores específicos de la
sociedad mexicana –entre los que destacaban no pocos artistas y académicos–
y de su particular relación con el mundo político, económico, educativo y
cultural de aquellos años.194
infancia […]. En el Distrito Federal, las autoridades inauguraron una escuela diaria durante el mes
de septiembre”. (Annick Lempérieré, “Los dos centenarios de la Independencia Mexicana (19101921): de la historia patria a la antropología cultural”, p. 347).
193 Julia Tuñón, Los rostros de un mito, p. 21.
194 Ricardo Pérez Montfort, “Nacionalismo y regionalismo en el cine mexicano 1930-1950. Algunas
reflexiones finales”, p. 304.
~ 124 ~
En los diálogos de las películas “habla la voz de la raza”:195 es la
interpretación más auténtica y nacionalista de un futuro prometedor de mejoría
para este país que se debería conseguir a través del trabajo y la educación, éstos
son los únicos caminos que salvarán a México de la mediocridad y la pobreza y lo
elevarán a la altura de los demás países. Por ejemplo, en la película La Perla, el
personaje masculino principal –representado por Pedro Armendáriz– quiere
vender la rara perla que encontró en el mar para poder darle a su hijo un futuro
mejor, enviarlo a la escuela, educarlo, pues él tiene muy claro el hecho de que con
educación su hijo llegará muy lejos, a donde él mismo jamás podrá llegar. La
educación se convierte en la panacea de este país y este mismo discurso se repite a
través del cinematógrafo y de muchas historias para convencer a todo el público de
sus beneficios. El personaje de Pedro Armendáriz encarna esa ilusión de lograr un
mejor futuro gracias a la superación que brinda la educación.196
“Conocer las formas en que el séptimo arte representa a las mujeres nos
acerca a un aspecto fundamental de la mentalidad y de la ideología, el que atañe a
la construcción de los géneros sexuales.”197 Un primer acercamiento a las
diferencias tanto de roles sexuales como sociales entre hombres y mujeres se da en
gran medida gracias al cine, porque no sólo se dicen, también se ven en una
enorme pantalla.
Julia Tuñón explica que
En cada contexto social existe un sistema de ideas, creencias, actitudes,
comportamientos, valores y actividades relativos a la construcción social de los
grupos sexuales, un sistema complejo y aun contradictorio que no es un
bloque, sino un campo de tensión. Marta Lamas define la construcción del
género como la simbolización de la diferencia sexual y plantea que se
construye culturalmente en un conjunto de prácticas, ideas y discursos.
El sistema de género construye cada uno de ellos en relación con su
“otro” respectivo, en el caso de las mujeres, los hombres. Este proceso se
realiza a través de una intrincada red de influencias y resistencias e inciden en
Julia Tuñón, ibid, p. 33.
No hay que olvidar que en esos años, los hombres que estudiaban una carrera universitaria, eran
considerados los mejores partidos para las jóvenes casaderas; el hecho de tener una profesión
garantizaba un futuro muy prometedor para la familia.
197 Ibid, p. 14.
195
196
~ 125 ~
él medios e instituciones de índole diversa. El género se conforma en gran
medida a través de la imaginación. Éste es el ámbito por excelencia del cine.
Por eso los personajes fílmicos de las mujeres son importantes.198
El cine presenta historias donde se ve y se realza mucho una imagen
femenina de celuloide –como especifica Julia Tuñón marcando la diferencia con las
mujeres de carne y hueso– que obedecía a la necesidad social y cultural que se
requería en ese momento: la mujer abnegada, sumisa, obediente, buena, dulce y
sacrificada; en contraparte, señala y castiga a la mala, la perversa, la aventurera, la
que sólo piensa en el placer carnal y en las cosas materiales sin importarle los
sentimientos de los demás o dañar a alguien para obtener lo que quiere; una
tercera categoría de mujer que, de alguna manera, une a las dos anteriores, es
aquélla que, andando en el fango y los placeres de la vida, logra mantener un alma
pura y virginal, pues repudia lo que hace, pero las circunstancias la obligan a
hacerlo, tiene que sacrificarse en aras de un bien mayor como un hijo o unos
padres ancianos y enfermos o un secreto que ella guarda a toda costa; ese sacrificio
será para ella el motivo por el cual se le podrá perdonar su falta, pues habla de la
bondad y abnegación de su alma y ese bien mayor se convertirá en su redención.
Durante esos años 40, los temas y escenarios campiranos eran idealizados por
el cine y su importancia fue fundamental para apoyar un nacionalismo muy rural y
campirano, sin embargo, también empieza a incursionar en la narración de
historias citadinas. Hay historias que presentan a la ciudad en dos sentidos, igual
que la mujer: la ciudad como representación de la maldad, pues corrompe a todos
los que vienen a vivir en ella y, por el otro lado, la ciudad que, como amante
amorosa, recibe a todos y les brinda un lugar para que puedan vivir cobijados por
ella y puedan tener un mejor futuro que el que vislumbraban en su pequeña
comunidad.
Lo anterior nos muestra la dicotomía que se manejaba con respecto a la
mujer: la buena y la mala –de la que también hablan los boleros–. La primera,
198
Ibid, pp. 39-40.
~ 126 ~
cercana a la imagen de la Virgen María, con todas las bondades que ya se han
comentado, y la mala que se deriva de Eva, la mujer que, según el canon bíblico,
perdió al hombre con la manzana, símbolo de la tentación, y lo hizo pecar,
haciéndolo, al mismo tiempo, su cómplice en la perdición, motivo por el cual ella
tendrá que pagar su culpa y esta culpa permeará a todas las generaciones de
mujeres, lo que redundará en la expiación eterna que hará que la buena mujer
tenga que extremar sus virtudes y la mala, aunque termine mal, tendrá la
oportunidad de gozar de los placeres carnales y materiales, pero sin redención
ninguna: sólo le espera el castigo en la indiferencia y rechazo de los demás.
Recordemos que en las décadas de 1940-1950, muchos directores se dieron a
la tarea de ir formando un estereotipo femenino de sumisión a través del discurso
cinematográfico.199 Emilio “el Indio” Fernández, uno de los más importantes, dejó
su huella al marcar este tipo femenino que quedó en la conciencia del público que
acudía a ver sus películas. Filmes como Flor Silvestre (1943), María Candelaria (1944),
Bugambilia (1945), Enamorada (1946), La Perla (1947), Río Escondido (1948), La
Malquerida (1949), entre otros muchos, mostraban a mujeres que eran capaces de
los más grandes sacrificios con tal de apoyar a toda costa a sus maridos y a sus
hijos, sin importar si en ello les iba, incluso, la vida. El discurso cinematográfico,
con palabras, música e imágenes, reforzaba constantemente este modelo femenino
de abnegación y sumisión, de perdón ante la crueldad o la infidelidad masculinas,
pues la mujer es “buena, dulce y comprensiva” por naturaleza y siempre será así
aunque su esposo no la merezca, pero el hecho de regresar al hogar arrepentido y
pidiendo perdón, por sus faltas lo hace merecedor de la bondad de ella, quien al
hacerlo, se engrandece ante los ojos de una inocente sociedad mexicana que a
través del cine, brindaba la imagen perfecta a la que debían aspirar todas las
mujeres. El sacrificio era una de las características de la naturaleza femenina que se
No es gratuito que al inicio de esa década de 1940 se hicieran tres películas en donde se contaba
la leyenda de la aparición de la Virgen de Guadalupe, o bien, la influencia que tuvo su imagen en
movimientos sociales y políticos, como la Independencia: La Reina de México (1940), La Virgen
Morena (1942) y La Virgen que forjó una Patria (1942). Estas películas resaltaban el fervor religioso e
incidían en la imagen de la madre dulce y abnegada.
199
~ 127 ~
imponía con naturalidad, y era ejemplificada constantemente en las películas de
esos años.200 Estas cintas lograron capturar esta esencia y la mostraron en la trama,
en las acciones y en la fotografía, aunados a un paisaje que también mostraba
metafóricamente los roles de hombres y mujeres, pues se presentaba siempre una
naturaleza agreste, fuerte, semejante a las mujeres frente a una cultura que trataba
y lograba dominarla, representada por el hombre.
Julia Tuñón explica que los escenarios de la naturaleza, en contraparte con la
cultura, muestran esa gran dicotomía que marcaba una de las diferencias más
grandes entre hombres y mujeres y explicaba muchos de los comportamientos tan
diversos entre ellos. La naturaleza, por perfecta que sea, necesita de alguien que la
cuide, que la vaya moldeando en sus manos y que le dé una razón de ser fecunda,
de lo contrario, ¿para qué sirven sus frutos si nadie los aprovecha? De la misma
manera, una mujer necesita de un hombre a su lado para que la domine, para que
la vaya moldeando y la “haga mujer”, la embarace, de lo contrario, ¿para qué está
ella si no tiene hijos? ¿En dónde queda la fertilidad, la maternidad que le son
propias sino en la procreación natural? Por esta razón, muchas de las historias de
las películas de Emilio Fernández se desarrollan en el campo, en medio de la
naturaleza agreste, dura, pero finalmente sumisa, transformada, gracias a los
cuidados masculinos, igual que ocurre con la mujer.
Julia Tuñón también menciona que en muchas de las películas hay escenas
en las que el hombre abofetea a la mujer, no para herirla sino como una muestra
del amor que él le tiene y es también una manera de decirle quién manda, lo
necesario que resulta que ella sienta el rigor del poder y la dureza, pues si no hay
una “mano firme” que la guíe, ella no sabría qué hacer, igual que sucede con la
naturaleza, pues sin un campesino que se encargue de ella no pasaría de ser un
campo lleno de yerbas silvestres que no sirven de nada. De aquí aquellas
expresiones de “ya no me quere, ya no me pega”, como si esta violencia tan
Vid supra 2.3.1.- “El discurso de las buenas maneras”. Cfr. Los prólogos que escribieron María
Enriqueta y García Naranjo para el libro de José Cantú Corro, La mujer a través de los siglos, en donde
también mencionan el sentimiento de sacrificio femenino mexicano.
200
~ 128 ~
cotidiana fuera la mejor demostración de amor hacia una mujer. Incluso aún hoy
ha sido difícil erradicar esa conducta, pero en aquellos años se toleraba porque
había que someter a la mujer; de esa manera ella sabía quién mandaba. Al respecto,
no hay que olvidar que los personajes de María Félix generalmente abofeteaban a
los hombres, sin embargo, ella terminaba siendo dominada por ellos.
Curiosamente, son pocas las veces que la mujer sonríe, siempre está seria,
triste, su expresión más constante es de sufrimiento no de gozo; de aquí también el
estereotipo de la mujer sufrida que soporta todo con estoicismo y con un espíritu
de sacrificio que se refleja en su rostro, pues sus hijos y su marido están antes que
ella misma. Esta imagen fue la que privó durante esas décadas y las subsecuentes,
y fue tal el refuerzo a través del cine que muchas mujeres tomaron dicho
estereotipo con gran orgullo pensando que era lo que se merecían y para “lo que
habían nacido”.
La mujer cumple, además, con su destino tradicional de ser quien guarde y
cumpla las tradiciones de la familia y el lugar en que vive para pasarlas a la
siguiente generación. Ella es la que está llamada a ser la depositaria del honor de la
familia, las costumbres y la unión familiar, cualidad preponderante en esos años en
que se buscaba la unión nacional. En este sentido se conecta íntimamente con la
naturaleza; entre las dos hay un entendimiento, una complicidad debida, en
mucho, a la procreación. Por otro lado, estos lazos obligan a la mujer a quedarse en
un lugar, a ser estática; es el hombre quien sale, quien busca el cambio para
mejorar y tener un futuro; la mujer, por el contrario, busca la estabilidad, tiene el
arraigo a su tierra y si en ella enterró a sus muertos ya no podrá salir de ese lugar.
Ella es la encargada de mantener las tradiciones, la casa, que es como ella: grande,
generosa, alberga a todos, vivos y muertos y soporta estoicamente los embates de
la vida, pues su fuerza, representada por las paredes del hogar que son gruesas,
simbolizan el hecho de que siempre será el refugio de toda la familia.
El
discurso
cinematográfico
dirigido
hacia
las
mujeres
refuerza
constantemente su papel social tradicional sin olvidar que en la misma medida
~ 129 ~
también se refuerza el masculino. Él hombre debe ser fuerte, valiente,
emprendedor, el que toma las decisiones y la iniciativa en todas las acciones que
incluyen a la familia; él es el proveedor y el responsable de mejorar el bienestar
familiar, el que sale y deja el hogar en pos de un futuro más prometedor para
todos. En fin, cada uno ve reflejado y reforzado constantemente el papel que debe
cumplir en una sociedad posrevolucionaria que trata de instaurar la armonía social
con roles definidos que una y otra vez establecen el deber ser tanto femenino como
masculino con la idea de cimentar firmemente una sociedad sana, educada y
trabajadora.
2.3.4.- Los discursos de la religión y la educación.
Cuando Dios creó a la mujer, para formarla
no tomó la materia de la cabeza de Adán,
porque no fue hecha para mandar;
ni de los pies, porque no es su esclava;
sino de muy cerca del corazón,
porque fue hecha para amar y ser amada.
Santo Tomás de Aquino
Para completar este apartado discursivo, el religioso y el educativo no
pueden quedar de lado. La Iglesia tuvo un papel fundamental en las pugnas contra
el Estado por la educación de la población y esto se completaba con un discurso
que apoyaba la educación tradicional, haciendo hincapié en que el lugar que le
correspondía a la mujer era el hogar. La Iglesia repetía y ponderaba una y otra vez
que el papel fundamental de todas las mujeres era el que la naturaleza ya les había
conferido: la maternidad, y todo lo que se derivaba de esta sagrada misión: el
cuidado de los hijos, tanto en la salud como en la enfermedad, la organización de
un hogar, aprender todo lo relativo a esta tarea como guisar, coser, bordar, limpiar
y ordenar una casa, en fin, el esquema más básico de las faenas cotidianas que se
realizan dentro de un hogar. Como consecuencia de estas obligaciones, las mujeres
debían llevar una conducta intachable tanto dentro como fuera de sus casas, esto
~ 130 ~
incluía que ellas no debían entrometerse en asuntos masculinos, pues no eran de su
incumbencia. Sin embargo, a veces ni siquiera era necesario dar una alerta de
prohibición, el mensaje había calado tan hondo en ellas mismas que se hacían a un
lado de lo que consideraban el mundo de los hombres.201 Esto también se ligaba
con la escasa educación que ellas recibían; la gran pregunta con la que las madres
acallaban las intenciones de estudio por parte de sus hijas era: “¿Para qué quieres
estudiar si te vas a casar? Mejor aprende a llevar una casa”.202 Ésta era una de las
razones por las que muy pocas mujeres seguían estudios en la universidad en esas
décadas, además de que una mujer que sabía mucho, no era bien vista por las
demás y muchos hombres ni siquiera se acercaban a ellas.
El discurso religioso no sólo era el que se escuchaba en las iglesias durante
la misa, también era el conjunto de libros, misales y catecismos que se obsequiaban
o vendían a los feligreses, sobre todo a los jóvenes, con la finalidad de influir en su
forma de actuar y pensar;203 era hacia ellos a quienes estaba destinado este
mensaje, pues debido a su inexperiencia, eran más fáciles de convencer y eran
quienes en pocos años formarían una familia que seguiría los principios cristianos,
¿qué mejor forma de garantizar que este discurso se propagara a las siguientes
generaciones que llevándoles a los jóvenes estas palabras? Sin embargo, en quienes
más influían estas ideas en su comportamiento era en la parte conservadora de la
sociedad, pues ella
…mantuvo un fuerte hermetismo con la idea de salvaguardar las tradiciones
que valoraban los preceptos religiosos, conservando posturas muy cautelosas
en relación con el papel de la mujer; mantuvo, igualmente, una visión
obsesivamente negativa de la sociedad moderna y salvaguardó una
interpretación autoritaria de las relaciones sociales y de la política. En este
sentido, uno de los valores mayormente apreciados tenía que ver con el honor
Todavía en la actualidad, cuando los hombres hablan de sus conquistas femeninas, es común que
las mujeres se alejen diciendo: “Eso es plática de hombres”.
202 Mi madre me contaba que eso fue lo que su abuela argumentó para que ella no siguiera sus
estudios de secundaria.
203 Cfr. Valentina Torres Septién, “El noviazgo: una aproximación desde el discurso de la iglesia
católica, 1930-1970”, pp. 111-137.
201
~ 131 ~
y la virginidad femenina, “tesoro inapreciable”, que seguía ensalzándose como
una virtud superior.204
Los tiempos que se vivían en esas primeras décadas del siglo XX estaban
marcados por profundos cambios sociales, políticos y tradicionales. Era una época
llamada moderna que se veía con bastante cautela por el temor de que estos
cambios y la rapidez con la que, supuestamente, se llevaban a cabo le diera un giro
tal a las costumbres tradicionales de las buenas conciencias con su conjunto de
principios y valores que esta parte conservadora de la sociedad no veía con buenos
ojos, por el contrario, miraba asustada que todo lo que dictaban las normas de las
buenas costumbres cambiara los comportamientos sociales tanto femeninos como
masculinos y, en consecuencia, esta sociedad se volviera un desastre.
La modernidad marcaba el límite entre lo distante y lo cercano o familiar, y
era por tanto una amenaza a los valores, sobre todo en relación con la mujer,
quien, al enfrentarse con las ideas modernas de una educación superior, dejaba
el santuario del hogar para introducirse en un mundo desprotegido;…205
De aquí que fuera absolutamente necesario convencer a las mujeres de que
el conocimiento en general y menos el universitario no les traería nada bueno; lo
mejor es que ellas estuvieran bajo el cobijo de sus padres primero, y del esposo
después, pues estaban consideradas como seres inmaduros que no tenían el criterio
desarrollado para discernir con claridad entre lo bueno y lo malo206 y en las
Universidades muchas veces se tocaban temas muy subversivos como el
comunismo, o autores con ideas tan estrafalarias como Nietsche, Marx o Engels,207
lo cual implicaba un fuerte conflicto existencial en los jóvenes católicos, sobre todo
en las muchachas, que tenían firmemente arraigadas las ideas católicas.
Ibid, p. 112.
Ibid, p. 113.
206 Como se vio en el Capítulo 1, muchas veces “lo malo” eran las ideas comunistas y socialistas que
comenzaban a escucharse en las Universidades y en muchos ámbitos políticos, lo que atemorizaba a
mucha gente conservadora.
207 Sólo como dato curioso: cuando la escritora Inés Arredondo ingresó a la UNAM (1947), a la
carrera de Filosofía, al estudiar a filósofos como los ya mencionados fue tan grande su angustia que
cayó en depresión y tuvo que cambiarse de carrera a Letras Hispánicas (1948).
204
205
~ 132 ~
Uno de los temas que no manejaba el discurso religioso fue el de la
sexualidad femenina, lo cual caía en una ironía, ¿cómo podría darse el milagro de
la maternidad sin la unión carnal entre un hombre y una mujer? Como afirma
Valentina Torres Septién: “Para los jóvenes, resultaba sumamente complicado el
descubrimiento y acercamiento con el sexo opuesto, ya que eran sujetos
‘enteramente desconocidos’”.208 Con el afán de cuidar a las jóvenes para que su
reputación fuera intachable y llegaran vírgenes al matrimonio, muchas de ellas se
mantenían al margen de relacionarse con hombres de su edad, lo que daba por
resultado que accedieran a casarse más que con el que ellas querían, con el que sus
padres aprobaban, pues ellas no tenían el criterio para saber si el novio sería un
buen esposo o no.
Esta idea venía de siglos atrás, ya que el cuerpo femenino estuvo ligado al
pecado y la seducción, incluso se consideraba impuro, recordemos que según el
Libro del Génesis de La Biblia, Eva fue la que corrompió a Adán al darle a probar la
manzana del árbol prohibido del bien y del mal, inducida por el demonio; a partir
de esta historia tan común en la enseñanza religiosa, a la mujer se le ha atribuido
una “natural” cercanía con el pecado, con el uso de su cuerpo para seducir y
conseguir lo que quiere, razón por la que las prohibiciones más rígidas recaían en
ella. De aquí también se deriva el afán de separar en las escuelas a los niños de las
niñas, para no dar ocasión al pecado. Esta regla se manejó en los colegios católicos,
e incluso en muchas escuelas públicas que debajo de sus nombres ostentaban la
leyenda “Escuela secundaria para señoritas” o “para varones” en el caso de los
muchachos.209 Se buscaba separar a los dos sexos en el proceso educativo para
evitar problemas de “acercamientos indebidos”, sobre todo cuando entraban a la
adolescencia, pues los deseos de conocer y experimentar nuevas sensaciones
corporales era algo difícil de impedir, de aquí la necesidad de dividir a los
Valentina Torres Septién, op. cit., p. 115.
Yo misma estudié en una escuela católica de monjas que fue sólo para niñas por más de 50 años.
Recuerdo que sólo el kínder y la preprimaria eran mixtas. Hasta hace unos pocos años la
convirtieron en mixta en su totalidad.
208
209
~ 133 ~
muchachos por sexos para preservar la inocencia de ellas y prevenir la tentación en
ellos.
Además de lo anterior, en las escuelas católicas se hablaba de manera muy
somera sobre la sexualidad humana. Una de las finalidades de la división antes
mencionada era que a las jovencitas sólo se les hablaba del aparato reproductor
femenino y a los jovencitos, del masculino; la información era la indispensable
precisamente para no provocar el morbo en ambos sexos, lo que daba por
resultado que tanto hombres como mujeres buscaran información por otros medios
que no siempre eran los idóneos, a veces terminaban con ideas bastante
tergiversadas sobre la sexualidad humana, pero en esas décadas, era costumbre no
hablar de sexo con la familia, sólo con los amigos, quienes estaban igual de
desinformados.
Estas escuelas tenían, además de los conocimientos oficiales, materias de
religión en las que enseñaban a sus pupilos no sólo las oraciones, también algunos
pasajes de la Biblia y Los Evangelios.210 Aunque legalmente esto no estaba permitido
en la Constitución, en la práctica verdadera, los colegios católicos desobedecían esta
norma, sin embargo, el Estado parecía no darse cuenta de estas anomalías.
Realmente lo que pasaba era que los enfrentamientos en años anteriores habían
sido tan violentos y difíciles de manejar que lo mejor era no exagerar las
imposiciones en la educación, a fin de cuentas, todos los colegios, fueran privados
o gubernamentales, debían llevar los programas oficiales de la SEP... lo demás, era
lo de menos.
Este comportamiento tendría como consecuencia muy valorada ciertas
virtudes como la pureza, sobre todo dirigida a las mujeres, misma que se debía
conservar a toda costa y estaba muy ligado a la idea de la virginidad que las
jóvenes debían conservar hasta el día de su boda. El color representativo era el
Hubo un librito que era donde los niños estudiaban estos conocimientos religiosos: Lecciones de
Historia Sagrada por F.T.D. Tenía lecturas escritas de manera sencilla que explicaban los pasajes más
emblemáticos de La Biblia y al final de cada una, había preguntas con sus respectivas respuestas que
los niños debían memorizar y aprender; contaba también con ilustraciones muy atractivas para
facilitar el conocimiento.
210
~ 134 ~
blanco más absoluto, de aquí que los ropones de bautizo, los vestidos de primera
comunión de las niñas y los vestidos de novia fueran blancos, sin ningún otro
color.211 La exigencia de esta pureza era una de las virtudes que acercaba a las
mujeres con la imagen femenina más respetada por la Iglesia: la Virgen María.
Según el canon de la Iglesia, ella ha sido la única mujer que nació sin pecado
original y concibió sin roce carnal, por obra y gracia del Espíritu Santo, por lo
tanto, lo único que una mujer de carne y hueso podía hacer para parecerse lo más
posible a ella, era tratar de conservar su pureza de alma, de pensamiento y, sobre
todo, de cuerpo, no permitiendo que nadie lo tocara y mucho menos con fines de
placer, pues de ser así se convertiría en impuro y sería muy difícil, bajo estas
circunstancias, recobrar la pureza perdida o dañada. Sin embargo, al hombre no se
le exigía esta cuota de pureza, él tenía, en este sentido, más libertades que las
mujeres, por lo que él salía mejor librado de este discurso religioso y con menos
obligaciones qué cumplir; sus virtudes estaban relacionadas con la valentía, la
honradez y el respeto que debía a las mujeres, sin embargo, aparte de aconsejarle
que fuera cauteloso en su vida privada, nada se mencionaba sobre su reputación o,
incluso, su virginidad.
A partir de este modelo idealizado a seguir, las mujeres sólo tenían dos
caminos: el bien y el mal. Las buenas se convertían en esposas devotas, madres
abnegadas y excelentes amas de casa; las malas se dedicaban al placer y a la
prostitución. La Iglesia no admitía puntos intermedios y suponía que todas las
mujeres, o la gran mayoría, escogerían el camino de la virtud, pues no sólo les iría
bien en la vida, tendrían, además, el futuro asegurado, la aceptación social tan
anhelada en esos años y, a su vez, se convertirían en ejemplos para las mujeres que
venían detrás de ellas. Ante todas estas ventajas sociales y morales, no era difícil
pensar y lograr que las mujeres de esas décadas intentaran, por todos los medios
posibles, seguir el ejemplo de la Virgen María en todas sus virtudes, pues habría
En el Almanaque Bouret de 1897, en su sección de “Usos y costumbres de México”, se aconsejaba
que las joyas que debía lucir la novia el día de su boda fueran perlas o diamantes, nada de piedras
de colores porque no iban a tono con el ajuar, p. 288.
211
~ 135 ~
que añadir a la pureza, la abnegación, la comprensión, la dulzura, la paciencia y el
sacrificio, como las más socorridas.
En el otro extremo, estaban las mujeres “malas” cuyo modelo idealizado era
Eva, la primera mujer, y a quien la Humanidad le debía todos sus infortunios.
Estas mujeres, supuestamente, gozaban de su sexualidad, pero a cambio de ello,
obtenían el rechazo social y familiar y la soledad al final de sus vidas: el justo
castigo por su liviandad.
Esta manera tan maniquea de ver a la mujer dentro de estos discursos
religiosos, buscaba a toda costa controlar sus comportamientos sociales e íntimos, y
este control iba dirigido, sobre todo, a la sexualidad, pues el gran temor que existía
siempre era que ellas despertaran a estos goces naturales de su cuerpo y perdieran
la cordura dejándose llevar por este instinto que, argumentaban, no era “natural”
en ellas, eso era más bien un instinto masculino. Por eso, ellas no debían perder su
pureza, de esta manera, ayudarían a su esposo a controlar ese instinto “animal”.
Llama la atención que, como lo afirma Valentina Torres Septién, en los
hombros de la mujer sea en donde descansa la responsabilidad de la felicidad de
un hogar. En este sentido, el discurso es ambiguo, pues las mujeres son inmaduras,
empero ellas son el sostén emocional y afectivo de sus familias. Por un lado, se les
reconoce su grandeza de espíritu, pero por el otro, la Iglesia se siente con la
obligación moral de guiarlas en su camino como esposas y madres. Al respecto, es
buen ejemplo el siguiente fragmento:
[Este libro lo hice] para orientarte, para justificarte y también para darte ánimo
en las luchas que sostienes contra tantas cosas adversas que amenazan tu
felicidad, me he constituído en intérprete de tus sentimientos nobles, de tus
sacrificios inauditos, de tu fortaleza inquebrantable, de tus castos amores, de
tus virtudes a toda prueba, de tu heroísmo sin igual, cosas todas en que se
trasluce la grandeza de tu alma, ante la cual siempre me he sentido
empequeñecido sólo de considerar tu condición de mujer y de lo que como
mujer eres capaz.212
212
Salvador Carranza, La mujer frente a la vida. La esposa, p. 2.
~ 136 ~
Si se analiza bien este texto se verá que la mujer es un ser excepcional desde
la perspectiva del Presbítero Salvador Carranza, luego entonces, si es así en la
realidad, ¿para qué necesita consejos o guías? Ella sola podría seguir su vida sin
ningún problema, pues es capaz de afrontarlo todo. Por eso digo que el mensaje es
completamente ambiguo, porque junto a la maravilla que es la mujer, necesita
dejarse guiar por los hombres, pues ella sola no podrá con todas las vicisitudes que
la vida pondrá en su camino como esposa, madre y ama de casa.
En realidad lo que se intentaba con este discurso era controlar
completamente a la mujer, por eso era necesario primero ponderarla para después
decirle que a pesar de sus muchas virtudes y cualidades, su propia inocencia podía
perderla.
~ 137 ~
CAPÍTULO 3
LAS COLUMNAS PERIODÍSTICAS Y LA CULTURA DE GÉNERO:
FUENTES PARA LA HISTORIA
Para poder hablar de las columnas periodísticas es importante definir el
papel social que han tenido los medios de comunicación, de esta manera se puede
valorar lo que hacen; su labor más importante y fundamental consiste en difundir
las informaciones de los acontecimientos que suceden en el mundo. “Por ello, los
medios masivos desempeñan un papel central en la configuración de la cultura
moderna, ya que son los mediadores necesarios y omnipresentes entre el acontecer
social y los individuos”.213 “Éstos construyen una representación de la realidad a la
que aluden”;214 como ya se había dicho, los diarios darán, a través de sus secciones
y columnas, así como de la división que hagan de las diferentes noticias, su propio
punto de vista sobre la realidad que van a presentar sin pretender, por supuesto,
darla en su totalidad o agotarla, esta tarea sería una empresa prácticamente
imposible de conseguir. Lo anterior también está influido por la ideología del
periódico, la del periodista, la parte de realidad que él vio, vivió o supo a través de
sus propias fuentes, tiene que ver con su propia observación, qué tan detallista sea
o no, en fin, hay muchos factores que inciden en que la noticia de los
acontecimientos se dé de una forma o de otra, por esta razón surgen diarios con
diferentes ideologías que conformarán diversos puntos de vista sobre una misma
noticia, lo cual no está mal ni es incorrecto, sólo es una arista diferente del mismo
vidrio.
La columna periodística forma parte de un género más amplio del
periodismo que está ligado con la opinión. Para entenderla mejor y darle su justo
valor recurro a la definición de Pastora Moreno Espinoza:
213
214
Silvia Gutiérrez Vidrio, “Discurso periodístico: una propuesta analítica”, p. 170, [en línea].
Ibid, p. 171.
~ 138 ~
La columna es un género de opinión con un amplio arraigo […]. Ha
representado el estandarte de un periodismo de ideas, muy crítico y de una
excelente calidad literaria, a través del cual se han expresado las mentes más
lúcidas de nuestra intelectualidad. […] La columna es el género periodístico
que analiza, interpreta y orienta al público sobre un determinado suceso con
una asiduidad, extensión y ubicación concretas en un medio determinado. […]
La columna es un ejemplo de lenguaje periodístico personal, un instrumento
de comunicación que persigue la defensa de unas ideas, la creación de un
estado de opinión y la adopción de una postura determinada respecto a un
hecho actual y relevante. Es un comentario valorativo, analítico y razonador
con una finalidad idéntica a la del editorial: crear opinión a partir de la propia.
Su diferencia estriba en la identidad individual de la firma. Es un vehículo de
comunicación personal que huye de la anonimia y la solemnidad del editorial;
de la densidad y la profundidad del artículo y de la simpleza y la asepsia de la
noticia.215
Con esta definición y características, la columna cobra un papel relevante
dentro del periódico y de la vida cotidiana, tanto para los periodistas que las
hacían en esos lejanos años cuarenta como para los lectores que las leían y las
buscaban. Es un hecho que la columna va a reflejar la personalidad y los intereses
de quien la escribía, en este caso, las columnistas van a dar sus puntos de vista, van
a defender sus ideas y, además, darán un comentario de valor frente a una
situación determinada o un hecho actual y relevante. Puede haber también
artículos muy profundos, muy críticos o algunos más ligeros cuya finalidad es sólo
la denuncia de hechos. Por estas razones, las columnas periodísticas se han
convertido en documentos susceptibles de analizarse para el conocimiento de una
época, pues aunque algunas siguen modelos ya establecidos, otras se van creando
y refinando con otros objetivos y ésas son las que importan más para hacer un
análisis historiográfico, es decir, una interpretación de los intereses de una época
específica, con sus preocupaciones, gustos, problemas, las opiniones que se tenían
sobre todo lo que ocurría y las representaciones sociales de una época
determinada, lo cual va a dejar ver la construcción de una realidad que se vivía y
afectaba a la ciudad de México en los años cuarenta.
Pastora Moreno Espinoza, “Géneros para la opinión: el comentario o columna”, sin numeración
en las páginas, [en línea].
215
~ 139 ~
Otra perspectiva que arroja dicho análisis es el manejo de la historicidad,
muchas veces el presente necesita una explicación desde el pasado, y esto incluye
una interpretación del lenguaje, de las palabras, de esa realidad representada por
medio de estos discursos periodísticos.
En la década de 1940, las secciones que prácticamente no faltaban en los
periódicos, en general, eran: noticias internacionales y nacionales, deportes,
sociales y nota roja. Algunos diarios216 tenían, además, una sección femenina,
aunque muchas veces no poseyera un título específico que anunciara su materia, la
manera en que se presentaba era por medio de la publicación de columnas que casi
siempre aparecían en las mismas páginas, cuyo contenido estaba dirigido a las
mujeres: recetas de cocina, consejos para el hogar, consejos para el cuidado de los
hijos, maquillaje, modas y, a veces, alguna columna de tema literario en donde
alguna escritora publicaba un poema o alguna prosa poética en forma de epístola o
simplemente una narración cuyo tono emotivo dejaba salir los sentimientos
femeninos que, desde la cultura de género de la época, son característicos de las
mujeres.
3.1.- Las columnas femeninas en diferentes diarios.
La siguiente tabla comparativa contiene las secciones femeninas de
diferentes diarios que fueron contemporáneos, en los cuarenta, de El Universal
Gráfico. Los periódicos que tomé en cuenta para hacerla fueron: El día, Excélsior y
Novedades, pues eran los más importantes en aquellos años y los que podrían
presentar una competencia para El Universal Gráfico en el tema femenino.
Revisé el diario El Nacional, de esos años, pero en él no existen ni una página femenina ni
tampoco la clásica de sociales; su contenido va dirigido hacia la explicación del socialismo y todas
las noticias que dan tienen esta tendencia ideológica; su importancia radica en explicar todo a
través del socialismo.
216
~ 140 ~
3.1.1.- El día.
El periódico El día, en su primera época, en 1936,217 fue el único cuya sección
femenina sí estaba titulada: “Para las Damas” y, de acuerdo a lo que vi, hacia
finales del mes de enero, ésta salía diario. Este dato debe resaltarse porque éste y El
Universal Gráfico fueron los únicos diarios que tenían una página femenina
específica, lo que refleja la importancia de tomar en cuenta a las lectoras de estos
periódicos.
PERIÓDICO
FECHA
AUTORA
TEMA Y
COMENTARIOS
El día
Enero 5 de
1936.
Enero 20 de
1936.
“Para las
Damas”
“Para las
Damas”
Usted y su
niño, p. 22.
Opinión de
mujer. “La
tradición”, p.
9.
Señora
Goward
Rasa Seldi218
(sale su foto).
“Para las
Damas”
Opinión de
mujer. “La
carne”, p. 11.
Rasa Seldi
(sale su foto).
Enero 25 de
1936.
“Para las
Damas”
“Las modas
exageradas”,
p. 11.
Sara Poggi
El día
Enero 25 de
1936.
“Para las
Damas”
“La voz”, p.
11.
Juana de
Ibarbourou
El día
Enero 27 de
1936.
“Para las
Damas”
“Para que el
amor
perdure”, p.
11.
Graciela
Madero
Consejos para la
madre.
Habla de la
importancia de las
tradiciones y las
leyendas, hace
énfasis en la
tradicional visita al
Tepeyac.
Habla sobre la carne
que se come y
describe desde que
va a al mercado y
escoge el conejo o
pollo que quiere.
Cierra con una buena
anécdota de León
Tolstoi.
Menciona las modas
exageradas y su
nefasta influencia en
las niñas.
Habla y pondera la
importancia de
poseer una voz
dulce, armoniosa y
agradable.
Habla del instinto
dramático de algunas
mujeres que consiste
en exagerar todo lo
El día
Enero 24 de
1936.
El día
El día
SECCIÓN COLUMNA
El Día fue un diario que volvió a fundarse en 1962, obviamente bajo nuevas perspectivas.
Su verdadero nombre es Sara M. de Diesel, fue miembro del Ateneo Mexicano de Mujeres y
escribió dos libros de poemas: Diafanidad (1933) y Flama (1938).
217
218
~ 141 ~
El día
Enero 27 de
1936.
“Para las
Damas”
“Los deberes
de las hijas y
los deberes
de los hijos”,
p. 11.
Anónimo
El día
Enero 28 de
1936.
“Para las
Damas”
“Ama la
acción”, p.
11.
Graciela
Madero
El día
Enero 29 de
1936.
“Para las
Damas”
Opinión de
mujer. “La
salud”, p. 11.
Rasa Seldi
(sale su foto).
El día
Enero 29 de
1936.
“Para las
Damas”
“El amor
malogrado”,
p. 11.
Adriana
Castelar
El día
Enero 30 de
1936.
“Para las
Damas”
Opinión de
mujer, p. 11.
Rasa Seldi
(sale su foto).
que les pasa y ver
problemas donde no
los hay.
Se habla de la
diferencia que está
conformada por las
exigencias en la
educación de las
hijas, que es mayor,
en comparación con
la de los hijos, que es
menor.
Habla del destino
que muchas no ven
y, en cambio, otros
van a enfrentarlo, a
hacer acciones para
entrar en él.
Habla de la salud y
hace una reflexión
acerca de cómo ésta
puede perderse
debido a los malos
hábitos, además de la
genética.
Es una reflexión
dirigida a las
mujeres, para ser
prudentes y discretas
en el amor y en sus
demostraciones.
Habla sobre el
asesinato del hijo de
Charles Luidberg y
Ana Morrow. Hace
una descripción muy
dramática del asunto
y el hallazgo del
cuerpo del niño.
Los temas principales de los que se habla en esta sección son consejos para
las madres y temas de reflexión en general, a través de un lenguaje dulce, tocando
las fibras más sensibles como es la maternidad. La mayoría de las columnas
también ostenta un título que anuncia, de manera escueta, el tema a tratar de ese
día. Si revisamos lo que trata cada una de ellas, se verá que refuerza lo que ya se ha
venido diciendo sobre la cultura de género: la maternidad, las modas y una
~ 142 ~
reflexión que va en función del comportamiento femenino; de aquí la importancia
de poseer una voz dulce, de ser una mujer prudente, de no recurrir a las
exageraciones desagradables al hablar de problemas personales, etcétera. Mucho
de esto va en función de reforzar el comportamiento de las mujeres construyendo
el ideal al que ellas deben aspirar.
3.1.2.- Excélsior.
El siguiente diario es el Excélsior y en el año de 1943, no hay una sección
femenina con un título como en el anterior. Se trata de algunas columnas cuyas
autoras las firman, a veces con su nombre real o bajo algún pseudónimo. En éstas
se habla de recetas de cocina, clases de corte y confección, consejos y cuidados para
los hijos, algunos comentarios sobre los hechos del día y alguna reflexión sobre
temas diversos. El contenido femenino más importante del periódico sale los
domingos como una sección extra titulada Suplemento Dominical de Excélsior, se le
otorga una página completa y la única que tiene dibujos es la columna de “Corte y
confección”, el resto son sólo textos.
PERIÓDICO
Excélsior
FECHA
AUTORA
TEMA Y
COMENTARIOS
de
de
Para el hogar, p. 3, 2ª.
sección.
Madame Vatel
Recetas de cocina.
24
de
Digo yo como mujer.
“¡Tomen
nota,
maestras estrellas!”,
p. 12, 3ª. sección.
Catalina
D’Erzell
Suplemento
Dominical de
Excélsior
Domingo 24
de enero de
1943.
Sección de corte, p. 6.
Suplemento
Dominical de
Excélsior
Suplemento
Dominical de
Excélsior
Domingo
de enero
1943.
Domingo
de enero
1943.
“Una
vida
vuestras manos”,
6.
“Las mujeres y
Congreso
Educación”, p. 6.
Laura L. Viuda
de
Ortega,
autora
del
método My Cut.
Mamá Blanca
Critica
la
actitud
pedante de la actriz
Margaret
Sullivan
cuando
vino
a
México.
Clases de corte y
confección.
Excélsior
Lunes 18
enero
1943.
Domingo
de enero
1943.
COLUMNA
24
de
24
de
en
p.
el
de
Teresa
Cepeda
de
Consejos
para
el
cuidado de los hijos.
Habla del Congreso
de Educación que se
llevó a cabo en
México en esos días.
~ 143 ~
Excélsior
Martes 26 de
enero
de
1943.
Viernes 29 de
enero
de
1943.
Para el hogar, p. 3, 2ª.
sección.
Madame Vatel
Recetas de cocina.
“Se trata de dar a las
mujeres mexicanas
fuerza moral para
transformar el país”,
p. 2, 2ª. sección.
Guadalupe
Segura219
de
de
Para el hogar, p. 3, 2ª.
sección.
Madame Vatel
Suplemento
Dominical de
Excélsior
Sábado 30
enero
1943.
Domingo
de enero
1943.
Durante
4
años,
Eulalia Guzmán vivió
en
Europa
la
experiencia
de
la
guerra, a partir de
esto,
decidió
organizar
a
las
mujeres mexicanas en
lo que bautizó como
el
Servicio
Civil
Femenino de Defensa.
Recetas de cocina.
31
de
“Ropa y afeites de
guerra”, p. 6.
Teresa
Cepeda
Suplemento
Dominical de
Excélsior
Domingo 31
de enero de
1943.
Sección de corte, p. 6.
Suplemento
Dominical de
Excélsior
Domingo 31
de enero de
1943.
“Una
vida
en
vuestras manos”, p.
6.
Laura L. Viuda
de
Ortega,
autora
del
método My Cut.
Mamá Blanca
Excélsior
Excélsior
de
Habla de los estragos
y consecuencias que
causa la guerra en la
hechura
de
los
vestidos, las cremas y
el maquillaje.
Clases de corte y
confección.
Consejos para cuidar
a los hijos enfermos.
Como se puede observar, son los domingos cuando hay más información
hecha por mujeres para mujeres, sin embargo, no dejan de ser las tradicionales. Las
columnas que ofrecían un matiz diferente en su contenido y, por esta misma razón,
eran más interesantes, eran las de Catalina D’Erzell: “Digo yo como mujer”, Teresa
de Cepeda y Guadalupe Segura. No hay que olvidar que Catalina D’Erzell, para
estos momentos, ya era una periodista y escritora reconocida por la columna ya
mencionada.
Mamá Blanca y Teresa de Cepeda son los pseudónimos de Ana Salado
Álvarez (1909-1967), hija del famoso historiador Victoriano Salado Álvarez. Es de
Además de ser periodista, Guadalupe Segura era concertista de piano y fue entrevistada por
Consuelo Colón para su columna “Actividades de la mujer mexicana”, el 1 de enero de 1946.
219
~ 144 ~
notar lo diferente de los sobrenombres, pues de esa manera podía tratar sobre dos
temas muy distintos: el primero referido a los cuidados maternales, por eso el
pseudónimo usado debe ser preferentemente con la palabra tan familiar de
“mamá”, y el segundo, referido a comentarios sobre el acontecer diario de ahí la
diferencia entre los nombres.
Por otro lado, en esos años era importante saber algo de corte y confección;
no era difícil encontrar que muchas de las mujeres se hicieran ellas mismas su ropa
y la de sus hijos, de aquí la proliferación de las casas comerciales que vendían telas,
accesorios, adornos y los moldes que también se vendían allí o venían dibujados en
el periódico, razón por la que cada domingo aparecía la “Sección de corte” con
patrones para hacer ropa, además de consejos para llevar a buen término esta
labor.
3.1.3.- Novedades.
Al periódico Novedades lo dividí en dos partes dentro de esta tabla
comparativa: en la primera exploré el año 1940 y en la segunda, 1945; la razón por
la que lo hice fue porque en 1940 tenía muy poco tiempo de haber salido a la luz
pública, era un diario de pocas hojas, delgado, y realmente no era ni interesante
para el lector ni competitivo para los demás diarios. Justo en los días que yo reviso
comienza a anunciar en sus páginas que en breve incluirá diversas secciones y esto
aumentará su calidad e interés. Efectivamente, llegado el año de 1945 ya había
cambiado mucho, era un periódico más grueso, tenía más páginas, con mejor
contenido, había aumentado el número de sus colaboradores y, sobre todo, ahora
había gente bastante reconocida tanto del medio periodístico como intelectual:
Salvador Novo: “Ventana”; Arrigo Coen Anitua: “Vocablos y voquibles”; Antonio
Magaña Esquivel; Alfonso Taracena: “Ayer y hoy”; José Vasconcelos, etcétera.
Algunos de los ya mencionados tenían a su cargo una columna fija, lo que
implicaba su colaboración frecuente; otros escribían esporádicamente para el
periódico, como José Vasconcelos, no obstante, esto causaba expectación entre los
~ 145 ~
lectores, quienes esperaban artículos y columnas de la calidad del escritor y
filósofo oaxaqueño. Sin embargo, al igual que Excélsior, Novedades tampoco le da un
nombre específico a la sección femenina, sólo son columnas sueltas que siempre
salen en las mismas páginas.
PERIÓDICO
FECHA
Novedades
Viernes 1
de marzo
de 1940.
Novedades
Viernes 1
de marzo
de 1940.
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
COLUMNA
La cocina, p. 10 y
15.
AUTORA
TEMA Y COMENTARIOS
Carmen de Recetas de cocina.
Burgos
Consejos de
Marisabel
belleza. "Todo
tiene una
solución", p. 10.
Sábado 2 de Rutas de emoción, Rosario
marzo de
p. 11.
Sansores
1940.
Consejos de belleza.
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los
sentimientos.
Sábado 2 de
marzo de
1940.
Domingo 3
de marzo
de 1940.
La cocina, p. 10 y
Carmen de Recetas de cocina.
13.
Burgos
Domingo 3
de marzo
de 1940.
La cocina, p. 10.
Domingo 3
de marzo
de 1940.
Domingo 3
de marzo
de 1940.
Poema "Madrecita Rosario
mía", p. 10.
Sansores
Un poema a la madre.
Consejos de
Marisabel
belleza. "Cuidados
preventivos". P.
Consejos de belleza.
Rutas de emoción, Rosario
p. 10.
Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los
sentimientos.
Carmen de Recetas de cocina.
Burgos
11.
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Lunes 4 de
marzo de
1940.
Rutas de emoción, Rosario
p. 12.
Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
Martes 5 de
marzo de
1940.
Martes 5 de
marzo de
1940.
Martes 5 de
marzo de
1940.
Consejos de
belleza. "Un buen
despertar", p. 10.
La cocina, p. 10 y
Marisabel
Consejos de belleza.
15.
Burgos
salir la emoción y los
sentimientos.
Carmen de Recetas de cocina.
Rutas de emoción, Rosario
p. 11.
Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los
sentimientos.
~ 146 ~
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Miércoles 6
de marzo
de 1940.
Miércoles 6
de marzo
de 1940.
Miércoles 6
de marzo
de 1940.
Consejos de
Marisabel Consejos de belleza.
belleza. "Ejercicios
físicos", p. 10.
La cocina, p. 10.
Carmen de Recetas de cocina.
Rutas de emoción, Rosario
p. 11.
Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
Jueves 7 de
marzo de
1940.
Consejos de
belleza. "Charlas",
p. 12. Habla de
Consejos de belleza.
Burgos
Marisabel
salir la emoción y los
sentimientos.
las canas.
Novedades
Novedades
Novedades
Jueves 7 de
marzo de
1940.
Jueves 7 de
marzo de
1940.
La cocina, p. 12 y
Carmen de Recetas de cocina.
15.
Burgos
Rutas de emoción, Rosario
p. 13.
Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
Viernes 8
de marzo
de 1940.
Consejos de
belleza. "Haga
provisón de
Consejos de belleza.
Marisabel
salir la emoción y los
sentimientos.
salud", "El mejor
sitio", p. 12.
Novedades
Novedades
Viernes 8
de marzo
de 1940.
Viernes 8
de marzo
de 1940.
La cocina, p. 12 y
Carmen de Recetas de cocina.
14.
Burgos
Rutas de emoción, Rosario
p. 13.
Sansores
Novedades
Sábado 9 de Consejos de
marzo de
belleza. "Manos,
1940.
cuello y pies", p.
Novedades
Sábado 9 de
marzo de
1940.
Sábado 9 de
marzo de
1940.
Domingo
10 de
marzo de
1940.
Domingo
10 de
marzo de
1940.
Marisabel
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los
sentimientos.
Recetas de cocina.
12.
Novedades
Novedades
Novedades
La cocina, p. 13.
Carmen de Recetas de cocina.
Burgos
Rutas de emoción, Rosario
p. 13.
Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los sentimientos.
Rutas de emoción, Rosario
Sansores
p. 12.
Semejante a cartas en donde se deja
La cocina, p. 12.
Recetas de cocina.
Carmen
de
Burgos
salir la emoción y los
sentimientos.
~ 147 ~
Novedades
Novedades
Domingo
10 de
marzo de
1940.
Consejos de
Marisabel
belleza. "Milagros
de la técnica",
"Cómo preparar la
piel", p.13.
Lunes 11 de Consejos de
Marisabel
marzo de
belleza. "Cuando
1940.
se retrate
Consejos de belleza.
Consejos de belleza.
usted…","Cuide
el detalle", p. 12.
Novedades
Novedades
Lunes 11 de La cocina, p. 12.
marzo de
1940.
Carmen de Recetas de cocina.
Burgos
Lunes 11 de Rutas de emoción, Rosario
marzo de
p. 12.
Sansores
1940.
Semejante a cartas en donde se deja
Martes 12
de marzo
de 1940.
Consejos de
Marisabel
belleza. "Molestias
Consejos de belleza.
Martes 12
de marzo
de 1940.
La cocina, p. 12.
Novedades
Miércoles
13 de
marzo de
1940.
Consejos de
Marisabel
belleza. "Tome sol
con moderación",
Novedades
Miércoles
13 de
marzo de
1940.
Jueves 14
de marzo
de 1940.
La cocina, p. 12 y
14.
Carmen de Recetas de cocina.
Burgos
La cocina, p. 12 y
14.
Carmen
Jueves 14
de marzo
de 1940.
Consejos de
belleza.
"Tendencias del
Marisabel
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
salir la emoción y los
sentimientos.
primaverales",
"Depure su
organismo", p.
12.
Carmen
Recetas de cocina.
de
Burgos
Consejos de belleza.
p. 12.
Recetas de cocina.
de
Burgos
Consejos de belleza.
peinado", "Pelo
corto con
limitaciones", p.
12.
Novedades
Jueves 14
de marzo
de 1940.
Rutas de emoción, Rosario
Sansores
p. 14.
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los
sentimientos.
~ 148 ~
Novedades
Viernes 15
de marzo
de 1940.
La cocina, p. 12.
Carmen
Recetas de cocina.
Novedades
Viernes 15
de marzo
de 1940.
Consejos de belleza.
Novedades
Viernes 15
de marzo
de 1940.
Consejos de
Marisabel
belleza. "Cómo
aprovechar las
vacaciones", p. 12.
Rutas de emoción, Rosario
p. 13 y 14.
Sansores
Consejos de
belleza, "Belleza y
oportunidad", p.
Consejos de belleza.
de
Burgos
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los
sentimientos.
Novedades
Sábado 16
de marzo
de 1940.
Novedades
Sábado 16
de marzo
de 1940.
Sábado 16
de marzo
de 1940.
La cocina, p. 12 y
Carmen de Recetas de cocina.
13.
Burgos
Rutas de emoción, Rosario
p. 13.
Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
Domingo
17 de
marzo de
1940.
Consejos de
belleza. "Las
Consejos de belleza.
Domingo
17 de
marzo de
1940.
Domingo
17 de
marzo de
1940.
Domingo
17 de
marzo de
1940.
La cocina, p. 13.
Marisabel
12.
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Marisabel
salir la emoción y los
sentimientos.
preocupaciones",
p. 13.
Carmen de Recetas de cocina.
Burgos
Rutas de emoción, Rosario
p. 13.
Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los sentimientos.
Nuestras damas,
Blanca de
a qué dedican el
día, p. 13.
Castilla
Elisa de la Maza que vive en la
colonia Santa María y es maestra en
Domingo
17 de
marzo de
1940.
Lunes 18 de Consejos de
marzo de
belleza. "Belleza y
1940.
voluntad", "La
Anónimo
Marisabel
la Academia de Declamación. Es
valenciana.
Hay varias fotos de modas y
actrices, todas en sepia fuerte.
Consejos de belleza.
práctica del
reposo", p. 12.
Novedades
Lunes 18 de La cocina, p. 12 y
marzo de
15.
1940.
Carmen de Recetas de cocina.
Burgos
~ 149 ~
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Miércoles
20 de
marzo de
1940.
Miércoles
20 de
marzo de
1940.
Jueves 21
de marzo
de 1940.
La cocina, p. 12.
Carmen
Recetas de cocina.
de
Burgos
Consejos de
belleza. "Belleza
nocturna",
"Algunos
cuidados", p. 12.
Consejos de
belleza. "Elegir el
Marisabel
Consejos de belleza.
Marisabel
Consejos de belleza.
Carmen
Recetas de cocina.
zapato para la
ciudad", p. 12.
Jueves 21
de marzo
de 1940.
La cocina, p. 12.
Viernes 22
de marzo
de 1940.
Consejos de
belleza. "El arte
Viernes 22
de marzo
de 1940.
La cocina, p. 12.
Viernes 22
de marzo
de 1940.
Rutas de emoción, Rosario
p. 13.
Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
Domingo
24 de
marzo de
1940.
Domingo
24 de
marzo de
1940.
Domingo
24 de
marzo de
1940.
Domingo
24 de
marzo de
1940.
Consejos de
belleza. "Tejidos
Marisabel
Consejos de belleza.
Enriqueta
del
Un cuento bien escrito y agradable.
de
Burgos
Marisabel
Consejos de belleza.
de empolvarse",
"Una división
importante", p.
12.
Carmen de Recetas de cocina.
Burgos
salir la emoción y los
sentimientos.
adiposos", p. 10.
"Las últimas
lágrimas".
Carmen
Rutas de emoción, Rosario
p. 11.
Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los sentimientos.
Nuestras damas, a Blanca de
qué dedican el
Castilla
día, p. 11.
El día de Nieves Ansoleaga de
Lunes 25 de Consejos de
marzo de
belleza. "Las
1940.
cremas", "Los
baños
perfumados", p.
Marisabel
Posada. Tiene una pequeña a la
que atiende, va a misa, da clases a
niños pobres, etc.
Consejos de belleza.
~ 150 ~
12.
Novedades
Novedades
Lunes 25 de
marzo de
1940.
Martes 26
de marzo
de 1940.
Rutas de emoción, Rosario
p. 12.
Sansores
Son como cartas llenas de emoción.
Consejos de
belleza. "El
verdadero
Consejos de belleza.
Marisabel
complemento
del maquillaje",
p. 12.
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Martes 26
de marzo
de 1940.
Miércoles
27 de
marzo de
1940.
Rutas de emoción, Rosario
p. 15.
Sansores
Son como cartas llenas de emoción.
Consejos de
Marisabel
belleza. "Para cada
Consejos de belleza.
Miércoles
27 de
marzo de
1940.
Jueves 28
de marzo
de 1940.
Jueves 28
de marzo
de 1940.
Viernes 29
de marzo
de 1940.
Rutas de emoción, Rosario
p. 14.
Sansores
Son como cartas llenas de emoción.
Consejos de
belleza, p. 12.
Consejos de belleza.
Viernes 29
de marzo
de 1940.
Viernes 29
de marzo
de 1940.
rostro un
peinado y para
cada color de
cabello un
arreglo especial",
p. 12.
Marisabel
Rutas de emoción, Rosario
Sansores
p. 12.
Son como cartas llenas de emoción.
Rutas de emoción. Rosario
Sansores
Son como cartas llenas de emoción.
Manual gráfico de Elinor
urbanidad.
Ames
Reglas de urbanidad por medio de
Consejos de
belleza. "Belleza y
sistema
Consejos de belleza.
Marisabel
una foto.
nervioso".
Novedades
Novedades
Sábado 30
de marzo
de 1940.
Manual Gráfico de Elinor
Ames
urbanidad, p. 4.
Son consejos de urbanidad, muy
Sábado30
de marzo
de 1940.
Consejos de
belleza, p. 7.
Consejos de belleza.
Elinor
Ames
breves y directos, acompañados
de una foto.
~ 151 ~
Como se puede observar, el contenido de las columnas femeninas sigue
siendo casi el mismo que en los demás: recetas de cocina, consejos de belleza, etc.
En este año (1940) hay dos columnas que llaman la atención por su propuesta
diferente: “Rutas de emoción”, escrita por Rosario Sansores y “Nuestras damas a
qué dedican el día”, a cargo de Blanca de Castilla. La primera columna trata de
textos en prosa poética, similares a “Olvidé enviar mi carta” (El Universal Gráfico);
aun cuando no tienen un destinatario, el tono es epistolar, generalmente triste, de
amor y desamor, pero siempre dejando salir las emociones más íntimas y
femeninas. Posteriormente, en los años cincuenta, el tono y contenido de la
columna cambiaron por completo y se convirtió en crónica de sociales. En este
sentido, Carlos Monsiváis escribió sobre ella “que [en la crónica social] bordaba un
poema a cada acontecer de novia o quinceañera”.220 Rosario Sansores fue una
poetisa yucateca (1889-1972), autora de un famoso poema que después se hizo
canción gracias a la musicalización del ecuatoriano Julio Brito: Cuando tú te hayas
ido.221 En los años cincuenta y sesenta, se decía que no podía haber una fiesta social
exitosa si no se publicaba una crónica salida de la pluma de Sansores.
La otra columna, “Nuestras damas a qué dedican el día” es un texto curioso
en donde Blanca de Castilla hacía entrevistas a diferentes mujeres, todas ellas de
clase media o alta en donde hablaban de su cotidianidad y describían un día de su
vida. Aun cuando mucha gente podría pensar que esto era una frivolidad, en
realidad, arroja referencias muy interesantes acerca de las mujeres y de la vida
cotidiana que se llevaba a cabo en esa época. Veamos.
La mayoría de las entrevistadas son casadas, de diferentes edades, algunas
trabajan, otras no, algunas tienen hijos a quienes dedican su tiempo; otras hablan
de su trabajo que, por lo regular, tiene que ver con la enseñanza, pero,
invariablemente, para todas lo más importante es su familia, no importa su estado
Carlos Monsiváis, Amor perdido, p. 162.
Ella escribió varios libros, prosa: El breviario de eros (1930) y Breviario de amor (1946); poesía:
Mientras se va la vida (1925 y 1945), La novia del sol (1933), Fruta madura (1940), Del país del ensueño
(1942); varios: Rutas de emoción (1945), Volumen homenaje a Rosario Sansores (1966).
220
221
~ 152 ~
civil; si son solteras, entonces a su trabajo le dedican todo su tiempo y energía.
Todas ellas cumplen con sus roles femeninos a la perfección; como son mujeres de
buen estatus económico, tienen servidumbre que les ayuda con los quehaceres
domésticos mientras ellas organizan su hogar y sus diversas actividades: visitas de
caridad, a amigas, disponen la comida del día y, en este sentido, el dato es
interesante: muchas de ellas reciben visitas a la hora de la comida debido a que sus
esposos son personas importantes en el mundo empresarial o burocrático, por lo
tanto, ellas cumplen con su papel de anfitrionas y cuidan su imagen en esos
momentos de vida social que deben compartir con otras personas; ellas se
convierten en la imagen del marido, de ahí la importancia de otras secciones que
tienen que ver con moda y consejos de belleza, pues a la vez que deben verse bien
y elegantes, deben estar a la moda, lucir vestidos que vayan de acuerdo con la
ocasión, al igual que el maquillaje: verse bien, sentirse bien, sin llegar a ser
ostentosas o lucir algo que no vaya de acuerdo a la importancia de la reunión. Para
todas estas mujeres que, al mismo tiempo que estaban dentro del espacio privado,
también tenían actividades en el público, estas secciones eran muy importantes,
pues las mantenían al día de todo y completaban ese comportamiento ideal a
seguir por el resto de las mujeres que leían esta columna.
El “Manual gráfico de urbanidad” es una columna interesante porque está
formada por una fotografía (no siempre es clara en lo que quiere ejemplificar) y
solamente cuatro o cinco renglones que explican la regla urbana a seguir; es muy
directa y selecta en el consejo de urbanidad que da y esto refleja la preocupación
constante porque el público lector del periódico refinara sus modales en sociedad,
sobre todo las mujeres. Esto no debe sorprender, si se toma en cuenta que ellas
tenían como lugar preferente los espacios privados, es menester enseñarles a
comportarse en los espacios públicos o cuando su casa se abría a visitas; desde
cómo poner una mesa hasta saber comportarse correctamente con los invitados.
Esto refleja todo un discurso de buenas maneras que se ve refrendado
constantemente en el diario.
~ 153 ~
Por otro lado, en el año 1945, Novedades varió su contenido con respecto al
de 1940, aunque conservó varias de las columnas como la de Rosario Sansores y el
“Manual gráfico de urbanidad”, incluyó la del “Horóscopo de la moda”, “Cuide su
figura” y “La moda, máxima dictadora” que tenían que ver con consejos para que
las mujeres lucieran mejor vestidas y la propuesta, bastante novedosa, de algunos
ejercicios para mejorar la figura; también está “De belleza” en donde se daban
consejos para ser más bellas, pues este tema, hasta la fecha, sigue siendo una
preocupación primordial para todas las mujeres. Se agrega una historieta escrita
por Elia D’Erzell (hija de Catalina) que ocupaba media plana del periódico, la
entrega del capítulo era semanal. La columna “De mujer a mujer” se trataba de un
cuento bien escrito y con gran emotividad por Enriqueta del Carmen; sin embargo,
éste no era constante y es una pena porque la escritora lo hace muy bien; en este
aspecto, ella es la prueba de que las mujeres no estaban sólo para ser madres y
amas de casa.
Rasa Seldi es un caso especial, ella venía de El Día (el de 1936) y después
retomó su actividad periodística en Novedades, con su columna “Opinión de
mujer”, que conserva el mismo título y temática que en el diario anterior; además
formó parte del Ateneo Mexicano de las Mujeres, lo que habla de su compromiso
con las mujeres y su preocupación por la situación femenina del país.
PERIÓDICO
FECHA
Novedades
Jueves 1 de
marzo de 1945.
COLUMNA
Rutas de emoción, p.
4.
AUTORA
Rosario Sansores
TEMA Y COMENTARIOS
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los sentimientos.
Novedades
Jueves 1 de
marzo de 1945.
Horóscopo de la
moda, p. 6.
Colette
Por medio de dibujos da consejos
para que las mujeres se vean mejor.
Novedades
Jueves 1 de
marzo de 1945.
Cuide su figura, p. 6.
Ida Jean Kain
Da consejos para cuidar la figura por
medio de ejercicios.
Jueves 1 de
marzo de 1945.
La moda, máxima
dictadora, p. 6.
Bettina Bewdell
Da consejos de moda para ensalzar
la figura.
Novedades
Jueves 1 de
marzo de 1945.
De belleza. "La
higiene bucal", p. 6.
Mme. Quivive.
Consejos de belleza.
Novedades
Jueves 1 de
marzo de 1945.
El manual gráfico de
urbanidad, p. 6.
Elinor Ames
Breves consejos de urbanidad
representados por una foto.
~ 154 ~
Novedades
Viernes 2 de
marzo de 1945.
Discernimiento, p. 4 y
5.
Novedades
Viernes 2 de
marzo de 1945.
La moda, máxima
dictadora, p. 3.
Novedades
Viernes 2 de
marzo de 1945.
Novedades
Rasa Seldi. Estaba
en el periódico El
Día, su columna era
"Opinión de mujer".
Bettina Bewdell
Una reflexión sobre el acto de
discernir y lo importante que es para
el ser humano.
Rutas de emoción, p.
4.
Rosario Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los sentimientos.
Viernes 2 de
marzo de 1945.
Cuide su figura, p. 5.
Ida Jean Kain
Da consejos para cuidar la figura por
medio de ejercicios.
Novedades
Viernes 2 de
marzo de 1945.
Manual gráfico de
urbanidad, p. 5.
Elinor Ames
Breves consejos de urbanidad
representados por una foto.
Novedades
Viernes 2 de
marzo de 1945.
De belleza. "Los
defectos de ola
epidermis", p. 5.
Mme. Quivive.
Consejos de belleza
Novedades
Viernes 2 de
marzo de 1945.
De mujer a mujer.
"Una humillación
inútil", p. 6.
Enriqueta del
Carmen
Novedades
Viernes 2 de
marzo de 1945.
Historieta "Carnaval
de la vida", p. 7.
Novedades
Sábado 3 de
marzo de 1945.
La moda, máxima
dictadora, p. 4.
Argumento Elia
D'Erzell.
Ilustraciones José
Cárdenas G.
Bettina Bewdell
Empieza con un diálogo entre dos
amigas hablando de lo injusto que es
esperar a que el hombre se decida
por una mujer. Después hace una
reflexión al respecto.
Historieta ilustrada.
Novedades
Sábado 3 de
marzo de 1945.
Sábado 3 de
marzo de 1945.
Sábado 3 de
marzo de 1945.
Sábado 3 de
marzo de 1945.
Manual gráfico de
urbanidad, p. 5.
Rutas de emoción, p.
5.
Horóscopo de la
moda, p. 6.
De mujer a mujer. "Así
suele suceder", p. 6.
Elinor Ames
Novedades
Sábado 3 de
marzo de 1945.
De belleza, p. 6.
Mme. Quivive.
Consejos de belleza.
Novedades
Domingo 4 de
marzo de 1945.
La moda, máxima
dictadora, p. 3.
Bettina Bewdell
Da consejos para cuidar la figura.
Novedades
Domingo 4 de
marzo de 1945.
Domingo 4 de
marzo de 1945.
Rutas de emoción, p.
4.
De mujer a mujer.
"Comprensión, mejor
que violencia", p. 5.
Rosario Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los sentimientos.
Cuento.
Domingo 4 de
marzo de 1945.
Cuide su figura, p. 6.
Ida Jean Kain
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Novedades
Rosario Sansores
Colette
Enriqueta del
Carmen
Enriqueta del
Carmen
Da consejos de moda para ensalzar
la figura.
Da consejos de moda para ensalzar
la figura.
Breves consejos de urbanidad
representados por una foto.
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los sentimientos.
Por medio de dibujos da consejos
para que las mujeres se vean mejor.
Cuento.
Da consejos para cuidar la figura por
medio de ejercicio.
~ 155 ~
Novedades
Domingo 4 de
marzo de 1945.
Novedades
Domingo 4 de
marzo de 1945.
Lunes 5 de
marzo de 1945.
Lunes 5 de
marzo de 1945.
Novedades
Novedades
De belleza. "El
tratamiento de las
cabelleras grasosas", p.
6.
Manual gráfico de
urbanidad, p. 7.
La moda, máxima
dictadora, p. 5.
De mujer a mujer.
"Madre ante todo…",
p. 5.
Historieta "Carnaval
de la vida", p. 12.
Mme. Quivive.
Consejos de belleza.
Elinor Ames
Breves consejos de urbanidad
representados por una foto.
Da consejos para cuidar la figura.
Bettina Bewdell
Enriqueta del
Carmen
Cuento.
Argumento Elia
D'Erzell.
Ilustraciones José
Cárdenas G.
Mme. Quivive.
Historieta ilustrada.
Bettina Bewdell
Da consejos para cuidar la figura.
Novedades
Lunes 5 de
marzo de 1945.
Novedades
Martes 6 de
marzo de 1945.
Novedades
Martes 6 de
marzo de 1945.
De belleza. "Tenga
cuidado con la línea
de su boca", p. 4.
La moda, máxima
dictadora, p. 4.
Novedades
Martes 6 de
marzo de 1945.
Rutas de emoción, p.
5.
Rosario Sansores
Semejante a cartas en donde se deja
salir la emoción y los sentimientos.
Novedades
Martes 6 de
marzo de 1945.
Cuide su figura, p. 6.
Ida Jean Kain
Da consejos para cuidar la figura por
medio de ejercicio.
Novedades
Martes 6 de
marzo de 1945.
Horóscopo de la
moda, p. 6.
Colette
Por medio de dibujos da consejos
para que las mujeres se vean mejor.
Novedades
Miércoles 7 de
marzo de 1945.
Horóscopo de la
moda, p. 3.
Colette
Por medio de dibujos da consejos
para que las mujeres se vean mejor.
Novedades
Miércoles 7 de
marzo de 1945.
Mme. Quivive.
Consejos de belleza.
Novedades
Miércoles 7 de
marzo de 1945.
De belleza. "Cómo
atacar la doble
barbilla", p. 3.
Para hermosear la
vida, p. 3.
Effa Brown
Consejos para decorar interiores.
Novedades
Miércoles 7 de
marzo de 1945.
Manual gráfico de
urbanidad, p. 5.
Elinor Ames
Breves consejos de urbanidad
representados por una foto.
Novedades
Miércoles 7 de
marzo de 1945.
Cuide su figura, p. 5.
Ida Jean Kain
Da consejos para cuidar la figura.
Novedades
Miércoles 7 de
marzo de 1945.
La moda, máxima
dictadora, p. 5.
Bettina Bewdell
Da consejos para cuidar la figura.
Consejos de belleza.
Antes de entrar al análisis de la página femenina de El Universal Gráfico,
haré una reflexión acerca de la importancia de las columnas que se repiten
invariablemente en todos los periódicos nombrados y que refuerzan, como ya se
había dicho, la cultura de género hegemónica de esos años.
~ 156 ~
Durante años se asoció la cocina a la mujer porque ella era quien servía a los
demás, quien se encargaba de guisar y organizar todo lo que tuviera que ver con la
alimentación de la familia y el almacenamiento de los alimentos. Ella era quien se
quedaba en casa para limpiarla y hacer la comida que después repartiría entre
todos los miembros de su familia, por lo tanto, había que aligerarle un poco esta
carga ayudándole con recetas más o menos sencillas y variadas para ir solventando
el día a día de la cocina: ella tenía que guisar diario, la comida debía ser fresca, no
refrigerada, y tomando en cuenta que en aquellos lejanos años no había
refrigerador en todos los hogares mexicanos, a veces no había manera de guardar
la comida por más de un día, so pena de que se echara a perder y enfermara a los
miembros de la familia, sobre todo en las épocas de calor, de aquí la constancia en
las recetas que se publicaban diario en los periódicos.
Los consejos del hogar también eran básicos para todas las amas de casa.
Ellas debían limpiar pisos, muebles y ropa de la mejor manera posible y, como
consecuencia del uso y manejo de alimentos, especias, verduras, etcétera, muchas
mujeres habían descubierto, a veces al azar, a veces de manera deliberada, ciertos
trucos que ayudaban a quitar todo lo que afeaba un hogar: las manchas, el polvo y
el desorden en general, para lo que esos consejos servían muy bien: cómo quitar
manchas de café, vino, cigarro, mole, salsas, chocolate de la ropa o de los muebles,
los pelos de los animales domésticos como los perros y los gatos, cómo encubrir
olores desagradables en la casa y los clósets, en fin, ella era la responsable de tener
todo limpio y en buen estado, así que había que aconsejarla para hacer mejor esta
tarea.
Finalmente, las modas y la belleza. Además de todo lo anterior, las mujeres
debían verse presentables, bien arregladas para que cuando el marido llegara del
trabajo las viera hermosas, limpias, oliendo a perfume e impacientes por la llegada
de él. Los niños debían estar tranquilos y sosegados para que papá pudiera
disfrutar de calma al llegar a su hogar, un hogar reluciente, ordenado y lindo… A
veces esto no era tan sencillo de lograr, hay que recordar que en esos años, la
~ 157 ~
Segunda Guerra Mundial trajo como consecuencia para la vida cotidiana, entre
otras muchas cosas, problemas con las fibras naturales con las que se
confeccionaban las prendas y quizá una de ellas en donde este problema se notó
mucho fue en las medias. La seda que se usaba para hacerlas ya no se conseguía
tan fácilmente durante los años de lucha, por lo tanto, había que buscar un
sustituto que, desgraciadamente, no siempre daba los mismos resultados, como el
algodón, sin embargo, muchas mujeres pensaban que era peor no traer nada en las
piernas. Ésta es una de las razones por las que la moda y el maquillaje iban de la
mano, amén de que en algunos diarios, incluso, se publicaban clases de corte y
confección para poder vestir bien sin que resultara caro, pues las mujeres eran las
responsables de hacer rendir los salarios de sus maridos.
3.1.4.- El Universal Gráfico.
Durante la década de 1940, El Universal Gráfico tenía entre sus secciones una
dedicada a la mujer, cuyo título era “De y Para la Mujer”; ocupaba las dos planas
centrales del vespertino que salía de lunes a sábado. Las mujeres que escribían en
ella, lo hacían sobre los tres grandes temas que ya hemos visto en los otros diarios:
las recetas de cocina, los consejos del hogar y las modas y el maquillaje. Al inicio
de esa década, había una columna que se titulaba “Mi propia novela”, era escrita
por diferentes autores y autoras, por lo que no le pertenecía a alguien específico,
siempre eran distintos y, curiosamente, la mayoría eran hombres. Finalmente, con
la aparición de Consuelo Colón dentro del diario, dicha sección tomó un curso
diferente y más original; “Mi propia novela” desapareció por completo. Al ingresar
al periódico, ella se encargó de escribir varias columnas, cada una de ellas con una
línea muy definida, amén de artículos sueltos sobre temas varios. Para lograrlo,
necesitaría darle un carácter individual a cada una de éstas y, como si fueran
personajes de teatro, adquirir ella misma personalidades distintas escondidas
detrás de los pseudónimos que usó y que le ayudaron a definir el estilo en la
~ 158 ~
escritura de cada columna. Así nacieron: Mayra, Zelma, Beatriz, Silvia y, por
supuesto, Consuelo Colón.
Ahora veremos cada una de las columnas que ella escribió en el orden en
que fueron apareciendo en el periódico.
3.1.4.1.- Actividades de la mujer mexicana.
“Actividades de la mujer mexicana” es una de las columnas más interesantes
y con la que inició su labor periodística en El Universal Gráfico el 3 de octubre de
1942, pues la firmaba con su verdadero nombre. Aun cuando el primer artículo de
esta columna no está dedicado a ninguna mujer específica, sí se refiere a las labores
que podrían realizar ellas a partir de que “México declaró el estado de guerra a las
naciones del Eje” y había que estar preparadas para apoyar a la patria en cualquier
contingencia:
[La Cruz Roja] Acudió a su llamado solícita y generosa proporcionando a
la mujer mexicana los conocimientos que la capaciten para ofrecer su
contingente heroico de abnegación y renunciaciones, a la tierra que la vio
nacer.
Y es así como las mujeres de mi patria, en cuanto México declaró el
estado de guerra a las naciones del Eje, acudió presurosa tratando de hacer los
estudios de enfermería que son necesarios en cualquier caso de emergencia y
la Cruz Roja Mexicana abrió de par en par sus puertas a nuestras mujeres
deseosas de ser útiles a su patria en los momentos actuales.222
Sin embargo, posteriormente, Consuelo Colón prefirió entrevistar a las
mujeres de carne y hueso que trabajaban y se esforzaban por dar una imagen más
dinámica y emprendedora de la mujer mexicana, mujeres que con su ejemplo
demostraban que también había oportunidades para aquéllas que buscaban algo
diferente, como el caso de Adela Formoso de Obregón Santacilia, fundadora y
directora de la Universidad Femenina de México, además de benefactora de la
Asociación Pro Ceguera de México. Por otro lado, la periodista también ponderaba
la acción de mujeres que hacían algo por la patria y ponían en alto el nombre de
Consuelo Colón, “La Cruz Roja y el Estado de Guerra en México”, p. 12. El texto puede leerse
completo en el Anexo.
222
~ 159 ~
México, aquéllas que culminaban estudios en el extranjero, como María Cristina
Bienvenú Herrera, quien hizo estudios de terapia del lenguaje en Estados Unidos o
aquéllas cuya historia de vida reflejaba el mérito de un esfuerzo constante y
perseverante, como Guadalupe Segura, concertista de piano y periodista en
Excélsior. En esta columna se publicaron las entrevistas a Andrea Palma, actriz de
muchas películas, entre ellas, “La mujer del puerto”; Eulalia Guzmán, la
arqueóloga que descubrió los restos de Cuauhtémoc; Glorinela, la joven poeta que
murió justo cuando la vida más le sonreía, pero antes de este triste suceso,
Consuelo Colón pudo deleitar a sus lectoras con las palabras de la poeta; en fin, las
entrevistas fueron a muchas mujeres que se distinguieron por sus acciones dentro
de la sociedad mexicana de los cuarenta. Ellas representaban el ejemplo más
acabado de lo que implicaba ser una mujer que había estudiado, trabajaba y era
independiente en muchos sentidos. Este hecho mostraba a las demás que no sólo el
hogar y la familia eran terrenos femeninos, también había otro grupo de mujeres
que eran capaces de encontrar su lugar en espacios públicos ayudando a otras
congéneres.
La lectura que deja esta columna es el realce de las actividades realizadas por
otras mujeres que, sin dejar de cumplir con sus roles tradiciones, podían ejercer
una carrera profesional o un proyecto individual que las satisficiera plenamente.
No obstante, es de notar que muchas de ellas eran solteras, pues en esos años, el
matrimonio implicaba el sometimiento absoluto a la familia y al marido, situación
que dificultaba el trabajo profesional, tal es el caso de Andrea Palma, Aurelia
Barragán y Eulalia Guzmán, entre otras,223 sin embargo, había algunas que estaban
casadas y tenían hijos, pero gracias a la ayuda de otras mujeres, que formaban
parte de la servidumbre, ellas podían realizar actividades fuera del hogar, como es
el caso de Adela Formoso y Amalia de Castillo Ledón, quienes jugaron un papel
En el último apartado de este capítulo hablaré más a fondo de las entrevistas que se publicaron
posteriormente como libro: Mujeres de México.
223
~ 160 ~
fundamental para la sociedad mexicana: en la educación la primera y en la
diplomacia la segunda.
Algunos nombres que figuraron en esas entrevistas, además de los ya
mencionados son: Josefina Ramírez de Corral, miembro del comité del
Voluntariado Asistencia Social que fundó en la “Casa de la madre”; Teresita
González Gomar, una joven de 15 años, a quien entrevistó para conocer sus
anhelos y proyectos justo en el momento en que su vida social comenzaba; Ángela
Islas de Moreno, iniciadora de la Escuela Normal Nocturna; Dolores del Río,
reconocida actriz de cine; Gabriela Botas de la Fuente, una mujer que estaba a
punto de casarse y habla de sus expectativas como futura esposa y la influencia
que tuvo en ella el ejemplo de su madre para cumplir con este papel fundamental
en la vida de toda mujer; María Izquierdo, pintora reconocida; Fanny Anitúa, la
gran cantante de ópera; Dionisia Zamora, maestra de muchas generaciones,
incluyendo a la propia Consuelo Colón, etc. La lista es muy amplia y todas son
importantes por diversas razones, pero con un factor común: el amor a su patria
que se reflejaba en el esfuerzo y la tenacidad por ser buenas mujeres y por
enaltecer el país donde nacieron.
Al igual que con la sección “Olvidé enviar mi carta”, Consuelo Colón rescató
algunas de las entrevistas que hizo en “Actividades de la mujer mexicana” y las
publicó en un libro llamado Mujeres de México (1944); de esta manera, ella dejó
constancia de las mujeres notables de esa década de los cuarenta.
Aun cuando se podría pensar que esta columna y la de “Nuestras damas, a
qué dedican el día” del Novedades pudieran ser similares en cuanto a que las dos
son entrevistas a mujeres, la gran diferencia es que mientras Blanca de Castilla
entrevista a mujeres cuya característica principal es hablar de su vida social y
personal, Consuelo Colón entrevista a mujeres que tienen una vida más pública y
no sólo en el aspecto social, todas son profesionistas que han hecho algo por la
cultura de este país.
~ 161 ~
3.1.4.2.- Tribuna de la mujer
En “Tribuna de la mujer”, Consuelo Colón no era la única periodista que
tomaba este lugar público para escribir, de hecho, era una columna que ya existía
cuando ella ingresó al periódico, por eso la “Tribuna” no era individual, sino
colectiva, también escribían otras periodistas y en ésta se hablaba de diferentes
temas. El primero que ella abordó está fechado el 5 de marzo de 1943, cuando
habló acerca de la muerte de José Gómez Ugarte, un periodista que fue director de
El Universal y a quien ella ponderó por su labor y generosidad en el mundo del
periodismo:
Nunca fuimos a él sin ser oídos; y cuando sentimos sobre nuestras
espaldas el peso de la responsabilidad de dirigir una publicación,224 supo
volcar sobre nuestro corazón enamorado como el suyo de la carrera del
periodismo, la generosa dádiva sublime del estímulo, con el cual salíamos
rebosantes de gozo y de satisfacción, con la gratísima impresión de que el
Maestro había aprobado nuestro humilde esfuerzo.
[…]
Decimos que era un enamorado de su carrera porque además de haberlo
demostrado durante su fecunda vida, al cumplir cincuenta años como
periodista dijo a quien lo entrevistara en fecha tan memorable que si volviese a
ser joven y tuviera que escoger de nuevo una carrera, escogería la del
periodismo.225
Otro tema que también fue muy importante para la columna porque fue
tocado no sólo por Consuelo Colón sino por otras colaboradoras, como Mathilde
Gómez, fue el femenino. Un ejemplo interesante es cuando la periodista habla
sobre la soldadera mexicana –tema del que ya venía escribiendo desde la Revista
Mutualidad–, ya que representa a una mujer valiente y decidida, capaz de
acompañar a “su hombre” durante la lucha armada sin pedir nada para ella, sólo
siguiendo la firme convicción de que su lugar está al lado de su marido y del
cuidado de los hijos que van junto a ella. Es el prototipo de la imagen de la mujer
Se refiere a la época en la que ella dirigió la Revista Mutualidad en 1937-1938. En el siguiente
capítulo hablo con más detalle de esta publicación.
225 Consuelo Colón, “Don José Gómez Ugarte”, p. 12. El texto puede leerse completo en el Anexo.
224
~ 162 ~
sacrificada y abnegada que se manejó en esta época y todavía muchos años
después, como un modelo a seguir por todas las demás.
La “soldadera” nuestra –única en el mundo– antójase a mi alma la parte
romántica de la Revolución Mexicana.
Es la mujer hambrienta que sobrecoge de asombro a nuestro espíritu
cuando emerge del infortunio transformada en “la mujer fuerte” que comparte
con su “Juan” todos los dolores imaginables con un valor inconcebible.
[…]
Y en la noche, cuando todos se rinden al peso terrible de la fatiga, tú eres
el celoso guardián que vigila alerta el sueño profundo de tu “Juan”, esperando
que la alborada te anuncie que habrás de emprender de nuevo la jornada,
iluminando la senda del dolor por donde tú transitas sin inmutarte siquiera,
como si no tuvieras conciencia del peligro que te acecha y del sufrimiento que
te espera.226
Un tópico que desgraciadamente se ha olvidado de enaltecer al paso del
tiempo, pero que en aquel momento era importante, al menos como una
representación muy romántica de las cualidades que debía poseer una mujer; no
olvidemos que la imagen de esta recia mujer mexicana fue la que terminó
convenciendo a los congresistas de que el voto femenino debía otorgarse como un
agradecimiento a la heroica labor de estas mujeres durante la Revolución
Mexicana. Por otro lado, esta representación femenina también fue recurrente en el
cine nacional de esos años en donde se ven los grupos de estas soldaderas
tomando parte en la Revolución como correos, enfermeras, cocineras, madres,
etcétera, y hasta en la música se pondera la actuación valiente y arrojada de ellas,227
recordemos los corridos La Adelita y Valentina. Esto refuerza las cualidades que se
atribuían a la representación femenina de las mujeres en general.
Consuelo Colón, “La soldadera mexicana”, p. 12. El texto puede leerse completo en el Anexo.
Cuando estaba por finalizar la escritura de esta investigación, encontré un libro de poemas:
Azulejos (1925), cuya autora, María Suárez (originaria de Saltillo, Coahuila), también escribió un
bello poema sobre este personaje femenino titulado simplemente “La soldadera”. Esto refleja la
importancia que esta representación femenina tuvo en la sociedad posrevolucionaria.
226
227
~ 163 ~
3.1.4.3.- ¿Se reconoce usted, amiga?
Mayra escribía “¿Se reconoce usted, amiga?”. Esta columna fue creada con la
finalidad de hacer una crítica para fortalecer el comportamiento femenino en todas
las circunstancias, recordándoles a las mujeres que leían el diario, que ellas debían
proceder correctamente en cualquier situación, pues tenían la responsabilidad de
mantener intachable la imagen de su esposo y mostrar ante todos los demás que
eran mujeres educadas, delicadas, excelentes madres y buenas esposas. Esta
sección era como un espejo en el que se veían las mujeres que cometían algún error
dentro de la sociedad: desde su forma de vestir, hablar, mirar, hasta sus actitudes y
el comportamiento social que una mujer decente y educada debía seguir en las
reuniones, el cine, el teatro, la calle: con su esposo y con sus hijos.
Tal como lo explicó la periodista cuando salió el primer número de la
columna, el 26 de octubre de 1942:
Todas cometemos cotidianamente pequeñas faltas. Las hacemos contra el
buen gusto, contra la indulgencia, contra la amabilidad, contra la sinceridad…
La mayor parte del tiempo no nos damos cuenta. Y si nos las hacen ver, nos
encogemos de hombros exclamando: “¡Bah! ¡No tiene importancia!” Pero…
¡cuidado! Son siempre las faltas más pequeñas [las] que hicieron perder las
batallas más importantes a los más grandes generales. Para nosotras, la batalla
que libramos sin descanso es por nuestra felicidad. La mayor parte de nuestras
faltas carecen de peligro, pero un día una de ellas tiene consecuencias terribles
y nos quedamos asombradas…Voy a mencionar ciertas faltas que vi cometer a
algunas de ustedes…228
Sentada frente a su enorme y negra máquina de escribir Remington, Mayra
comenzaba sus artículos siempre con la misma pregunta que también le dio
nombre a la columna: “¿Se reconoce usted, amiga…?”, y después de formularla
salía la acusación, la felicitación o el reclamo, dirigido al objetivo de dicha situación
o circunstancia en la que una señora o señorita –siempre una mujer– “[…] hace
unos veinte días cenaba con su marido en una casa de la calle de Mérida, donde yo
también me encontraba. Durante la comida se hablaba de viajes y su marido
Mayra, “¿Se reconoce usted, amiga?”, 26 de octubre de 1942, p. 11. El texto puede leerse
completo en el Anexo.
228
~ 164 ~
contaba el que hiciera recientemente por Estados Unidos. Usted lo interrumpió dos
o tres veces para rectificar la exactitud de sus palabras.”229
“¿Se reconoce usted, la señora que acompañada de su esposo y de sus hijos
me encontré cerca del malecón en el bello puerto jarocho? Lo desagradable en
usted no era en modo alguno su aspecto o su persona física, sino su conducta, y
por ende, la de las personas que la acompañaban, pues los hijos no hacen otra cosa
que imitar la conducta de los padres, y si queremos que ellos sean irreprochables
en su proceder, debemos darles siempre ejemplos de cordura, de recato y de buena
educación.”230
“¿Se reconoce usted, la señora que vive en una casa de apartamientos de la
Colonia Roma donde hay un aparato telefónico para uso de todos los vecinos?
Habita usted en un departamento que se encuentra en la planta baja y que además
queda muy próximo al teléfono, motivo por el cual le es muy accesible el uso del
mencionado aparato. Y usted no tendrá muchas llamadas telefónicas porque no es
precisamente una persona de negocios, sino que se trata de un ama de casa sencilla
que debiera ser hacendosa.”231
“¿Se reconoce usted, la señora que, de efectuarse en México un concurso de
indiscreción, chismografía y enredo, indudablemente resultaría campeona del
singular evento?”232
“¿Se reconoce usted, la señorita que el último martes a las 17 horas 10
minutos, fue víctima de una grave humillación por parte de un individuo
Mayra, “¿Se reconoce usted, amiga?”, 3 de diciembre de 1942, p. 14. El texto puede leerse
completo en el Anexo.
230 Mayra, “¿Se reconoce usted, amiga?”, 9 de junio de 1943, p. 10. El texto puede leerse completo
en el Anexo.
231 Mayra, “¿Se reconoce usted, amiga?”, 1 de enero de 1944, p. 13. El texto puede leerse completo
en el Anexo.
232 Mayra, “¿Se reconoce usted, amiga?”, 14 de marzo de 1944, p. 13. El texto puede leerse completo
en el Anexo.
229
~ 165 ~
extranjero que habiéndose enriquecido en México, posee dos joyerías en una de
nuestras principales avenidas?”233
Son pequeñas muestras de la manera en que Mayra iniciaba sus artículos y
en el tenor en que iban las críticas hacia las mujeres: a veces era la forma de vestir;
a veces la ostentación; otras, el vocabulario inadecuado para el o los interlocutores
o los comentarios impertinentes y fuera de lugar, pero a fin de cuentas, una crítica
hacia el comportamiento social, hacia las buenas maneras que incluían la ropa, las
alhajas, el modo de hablar, hasta el tono de la voz, dependiendo del lugar en
donde estuvieran. Las mujeres debían mostrar una actitud perfecta y sin mácula en
todas las actividades que llevaran a cabo fuera del espacio cerrado que les
correspondía, como era la casa; en los espacios públicos, como la calle, los teatros,
los cines, los camiones, en donde ellas eran el blanco de todas las miradas debían
cuidar mucho su proceder, su lenguaje y su atuendo. Estas columnas venían a
reforzar todo el discurso de buenas maneras que ya se vio en el capítulo anterior y
que definía el comportamiento público de las mujeres.
Una de las maneras de irlas guiando era, precisamente, señalar los errores
que algunas, a veces de forma inocente, cometían en público. En esos años, mucho
de la educación que se adquiría era en la casa, en el seno familiar, una buena
cantidad de mujeres terminaban sólo la primaria, pues lo importante en su vida era
adquirir una educación doméstica con la finalidad de desarrollar lo mejor posible
su papel de ama de casa y madre de familia, de aquí la necesidad de publicar en
los periódicos recetas de cocina y consejos para el hogar y la familia. Empero, la
parte social, destinada al lucimiento en los espacios públicos se complementaba
con estas columnas que reflejaban la necesidad de ayudar a instruir a las mujeres
sobre las normas sociales para que llegaran a dominarlas por completo, todo en
función de no deslucir la buena imagen del esposo o en complementarla, como
correspondía a la cultura de género.
Mayra, “¿Se reconoce usted, amiga?”, 27 de agosto de 1945, p. 13. La avenida a la que se refiere
es Madero, en el Centro de la Ciudad. El texto puede leerse completo en el Anexo.
233
~ 166 ~
Con sus agudas observaciones y una crítica argumentada, Mayra ponía el
dedo en la llaga del error social, aquel que se salía del canon establecido para las
mujeres, ella se encargaba de señalarlo con absoluta franqueza y explicaba la falta
y lo injustificado de cometerla. Esta columna era la representación social de la
mujer perfecta que iba en pos de una felicidad que tomaba en cuenta no sólo a la
familia, sino también ese ámbito social en donde ella debía ser impecable, pues
todo esto, a fin de cuentas, formaba un mundo que debía reflejar felicidad, “es la
batalla que libramos sin descanso”.
3.1.4.4.- Olvidé enviar mi carta…
¿Qué es una carta de amor? Es un sentimiento convertido en palabras, es una
hoja llena de emoción, es una mano trémula que escribe lo que siente en una hoja
de papel cuyo destino es aún incierto, pero sobre todo y más que todo, es el
momento de éxtasis en el cual un ser humano deja desbordar lo más íntimo de su
corazón a través de las palabras que son las mensajeras de sus sentimientos.
A lo largo de la historia, el ser humano se ha comunicado por medio de las
palabras y cuando precisa que queden para siempre grabadas en su memoria y en
otra persona más, las escribe, envía esa carta y con ella, va también su corazón. Las
cartas de amor son ese diálogo entre dos almas que se aman, que expresan sus
sentimientos, el dolor de la ausencia, pero también la esperanza del encuentro.
Sirva esta pequeña introducción para explicar un poco lo que significaba la
columna “Olvidé enviar mi carta…” escrita por Zelma. Ella recurría al género
epistolar con un lenguaje dulce, cuidado, armonioso, con el que daba rienda suelta
a la poeta de sentimientos amorosos que, supuestamente, todas las mujeres llevan
dentro. Estas cartas, Zelma las dirige al bienamado, al “dulce príncipe azul de mis
ensueños maravillosos”,234 al hombre que es capaz de inspirar las más grandes
ternuras y el más grande amor.
234
Ésta es la dedicatoria de su libro Cartas de Amor.
~ 167 ~
Ella leyó el libro del periodista Félix F. Palavicini: Epistolario del amor, en
donde él cita a Jean de Gurmont cuando dice:
“En amor, es necesario no hablar, es indispensable escribir. Una carta es
una presencia más concreta que la presencia real; pone una gravedad lírica en
el recuerdo y fija a nuestra voluntad las etapas de la pasión. Escribir es también
una manera de mostrarnos tal y como deseamos ser amados, y las mentiras y
las exageraciones de una carta de amor son tal vez más verdaderas que la
misma verdad. La nobleza de sentimientos que expresamos, se convierte en
una positiva autogestión, y hay en el amor así cultivado, una especie de
perfeccionamiento moral que no carece de belleza.”235
Esta cita ejemplifica muy bien que la carta de amor representa al amado,
contiene su voz, sus pensamientos, su sentir y su pasión, representa al amor ideal
que se construye a través del discurso amoroso que es suave, amable, dulce,
sensible y comprensivo. Como dice Roger Chartier: “Las representaciones son, al
fin y al cabo, subjetivas, imágenes que van conformando grupos más pequeños que
privilegian el estudio de los valores y los comportamientos de las comunidades
más reducidas”;236 en este caso, se habla de una pareja que va a construir, a través
de las palabras, un amor profundo y delicado, la idealización de un sentimiento.
El discurso amoroso de una carta le da un sentido al amor y define un
lenguaje que poco a poco se va cristalizando, pues cuando de amor se trata, es
necesario escoger las palabras con cuidado, las más poéticas y delicadas, no es el
lenguaje común y corriente, el del día a día, el que se utiliza en estas ocasiones tan
especiales, sino el más cuidado y dulce, el más rítmico y romántico. Esto también
refleja una serie de valores y reglas que se estilan dentro de la relación amorosa y
que, muchas de ellas, se aprenden al interior de la familia, pues tienen que ver con
un comportamiento social, como el recato y la discreción que se espera cumplan
sus miembros fuera de la casa, en los espacios públicos como la calle, justo en los
lugares donde se llevan a cabo las citas de amor: parques, restaurantes, cafeterías,
iglesias, etc.
235
236
Félix F. Palavicini, Epistolario del amor, p. 274. Este libro perteneció a Consuelo Colón.
Roger Chartier, El mundo como representación, p. 56.
~ 168 ~
Con base en esto, la columna inició un 2 de marzo de 1943 con la siguiente
introducción:
Hasta mi mesa de trabajo llegan tantas confidencias sentimentales, tantas
intimidades dolorosas, tantos derrumbamientos de felicidad, mi querida
lectora, que esta vez no pude reprimir el deseo de hacer llegar hasta ti uno de
esos casos de la vida real, que pueden ser toque de alarma para la defensa de
tu dicha, o una seria advertencia a la que, cegada por la ilusión, tratara de
colocar su futuro al borde de un abismo. En un caso o en otro, y aunque seas
ajena a ellos, esta revelación te será útil cuando menos para conocer y
compartir el dolor de otras mujeres.237
También hay cartas de desamor, de enorme dolor y sufrimiento, en donde el
adiós definitivo de una relación puede asemejarse al fin del mundo para una mujer
enamorada. A pesar de su enorme creatividad, a veces Zelma prestaba ese espacio
para que sus lectoras y lectores también lo ocuparan dejando salir su emotividad o
buscando un consejo o un desahogo y son muchas las veces en que lo que se leía
no eran las cartas de ella sino las de los lectores y lectoras –incluyendo
colaboradoras del mismo diario– que se las confiaban para mostrar a los demás el
sentimiento que los embargaba.
Esta columna ayuda también a cifrar un discurso amoroso muy de la época
que pasa por diferentes etapas, pues es a través de las palabras que el sentimiento
se idealiza y se cristaliza. En palabras de Teresa de Lauretis, este discurso amoroso,
que viene a ser una representación del comportamiento en el amor, también forma
parte de las tecnologías del género; es una representación idealizada a través de las
palabras dulces, melosas y amorosas en donde se pondera la imagen idealizada de
la mujer.
Del libro ya citado, Félix Palavicini agrega que “La escritura completa lo que
se ha hablado, lo perfecciona y aumenta; suele ser una repetición reflexiva, una
caracterización de las actitudes amorosas y como una dirección o encauzamiento
del amor”.238
A continuación, pondré un pequeño ejemplo de una de las cartas de Zelma:
237
238
Zelma, “Confesión”, p. 10. El texto puede leerse completo en el Anexo.
Félix F. Palavicini, op. cit., p. 274.
~ 169 ~
Amado mío:
Cuando asida de tu brazo cruzaba por aquellas misteriosas sendas, ¿te
acuerdas?... ¡cuán lejano parece aquel tiempo! –me sentía satisfecha.
Todos mis deseos parecían adormecidos y tomaba, cual las montañas al
atardecer, color indefinido y forma nebulosa.
Y pensaba que mis ansias volarían sin pena desde la tierra al anchuroso
mar.
La ardiente juventud sigue las fases de la estación estival; cuando las
sombras del crepúsculo caigan sobre la tierra no quedarán mudos los
ruiseñores; todos entonarán un himno de alegría; el mundo será una
exuberante guirnalda de frutos: todo se estremecerá de gozo y la alegría se
extenderá potente, desbordante.239
De esta sección salió, años después, el libro Cartas de amor, publicado
aproximadamente alrededor de 1953. Hay tres versiones del libro: la rústica, la de
lujo en pasta dura y una especial en papel Biblia y pasta dura también, pero tanto
el contenido como el número de páginas en los tres es el mismo. Por desgracia,
ninguna de las ediciones mencionadas tiene el año ni en el pie de imprenta ni en el
colofón, el año lo calculé con base en la dedicatoria escrita de puño y letra de la
autora en uno de los ejemplares. Las cartas publicadas fueron elegidas y revisadas
por ella. El prólogo está hecho por Joaquín Carranza Jr., también periodista de El
Universal. Una de las cosas interesantes de este libro es el género epistolar que se
rescata desde el periódico y, contra lo que se pudiera pensar, fue una columna que
tuvo éxito, pues fueron muchas las ocasiones en que los lectores enviaron alguna
colaboración y varios los años que duró.
No debemos olvidar que este comportamiento amoroso también está
representado en el cine. Las historias que este medio plantea muestran el trato
entre una pareja de novios, cómo debe ser el cortejo entre ellos, las caricias
permitidas en público que no deben pasar de tomarse las manos discretamente o
tomarla del brazo si van a cruzar una calle, bajar del carro, etcétera. La lección va
más allá de leer este discurso en las columnas del diario, se puede ver representada
en el cine reforzando, así, la cultura de género.
239
Zelma, “Recuerdo de amor”, p. 12. El texto puede leerse completo en el Anexo.
~ 170 ~
Aquí también cabría el discurso musical de los boleros, pues como ya se vio,
en esas canciones se refleja la representación idealizada de las mujeres. Las letras
de las canciones refuerzan esa cultura de género que conlleva al amor, a un
compromiso que redundará en la formación de una familia y en donde se
enaltecen los valores de la familia, la maternidad, la fidelidad y la
heterosexualidad, características todas ellas de la cultura de género hegemónica de
esos años 40.
3.1.4.5.- El amor está al teléfono.
“El amor está al teléfono” es la columna escrita por Silvia; inicia el 30 de junio
de 1943 y en ella reproduce una llamada telefónica que puede ser entre dos amigas
o amigos, una pareja de novios, la madre con la hija, incluso un número
equivocado, pero siempre es una charla interesante, a veces con un final chusco,
irónico, amargo o dulce que ejemplifica diversas situaciones de la vida cotidiana de
aquella época. A continuación, mostraré dos fragmentos de estas llamadas
telefónicas; la primera es entre una señorita y un joven galán que, según las reglas
convencionales amorosas de la época, podría convertirse en su pretendiente. Hay
que notar en este diálogo, que en esa década la costumbre era que una pareja de
amigos no se tuteaba hasta después de algún tiempo, sobre todo si había algún
interés amoroso entre ellos.
- ¿Puedo hablar?... Este… ¿Podría llamar un momento a la señorita Chelo?
- Está hablando con ella.
- (Cortado). ¡Oh!... Yo… ¡Señorita Chelo, habla Mariano Aguilar!...
- (Ella lanza una exclamación y después) ¿Cómo está, Mariano? Yo me
imaginaba… no creía…
- (Como quien está sintiendo que le arden las mejillas) ¿Se extraña de que le
hable?
- (Como temerosa de haberle ofendido) ¡No, no! Solamente… la sorpresa.
- ¡Ah, bueno! Yo temía que…
- ¡Oh, no! Le aseguro que…
(Una pausa en la cual ninguno de los dos sabe qué decir. Después de un
esfuerzo sobrehumano, él logra formular):
- Hace días que quería telefonearle, pero no sabía si…
- (Emocionada) ¿De veras?
~ 171 ~
- Sí, de veras… Yo… no consigo olvidarla.
- ¡Oh!...
- Es usted tan simpática, tan…
- (Sofocada por la emoción) Yo también he pensado en usted, desde que nos
vimos en la fiesta. ¡Nunca me olvidaré de ese baile el día de mi cumpleaños!
- ¡El día de su cumpleaños! El día dos y yo el día veintiséis del mismo mes…
¿Qué poca diferencia, verdad? ¡Y pensar que nacimos bajo el mismo astro! Tal
vez fue una coincidencia dictada por el destino…
- ¡Qué cosas tan bonitas dice! Siento que se me hace un nudo en la garganta.240
En este segundo ejemplo, quienes hablan son dos mujeres, dos amigas, y una
de ellas comenta sobre el próximo matrimonio de su única hija, pero lo que debiera
ser motivo de júbilo se convierte en tristeza, pues Marta, la madre, siente que
perderá a su hija:
- Sí, soy yo, Marta… ¿Estoy hablando con Maruja, verdad?
- ¡Qué alegría! ¿Sabe que creí que se había olvidado de mí? ¡Pasó tanto tiempo
sin llamarme!
- Tiene razón, Maruja, pero… ¡si supiera lo atareada que estoy!
- ¿Si? ¿Por qué?
- Bueno, ahora llega el momento de darle la noticia… ¡la gran noticia! Me
emociona tanto cada vez que lo digo… Ya sé que es ridículo, porque al fin y al
cabo, cuando se tiene una hija es de esperar que algún día…
- ¡Marta! ¡Su hija se casa!
- ¡Sí, Maruja! ¡A fin de mes!
- ¡Dios mío! Me parece mentira… Si fue ayer solamente cuando la veía pasar
para la escuela con sus libros bajo el brazo.
- Ya tiene veinticinco años… Y ahora ¡se me casa!
- ¡Cuénteme, Maruja! ¿Dónde lo conoció, quién es?... ¡No sabía que tenía novio!
- Hace pocos meses que se conocen… Él la vio varias veces en el cine, sin tener
oportunidad de hablarle. Un día la encontró en la calle, charlaron,
simpatizaron…
- ¿Y después?
- Después él vino a hablar conmigo y me dijo que quería casarse con Lucha.
¡Qué momento! Me temblaban las manos, se me llenaban los ojos de lágrimas
acordándome de aquel santo que fue mi marido…
- Lo comprendo, Marta. Claro que yo no tengo hijos, pero me doy cuenta de lo
que se debe sentir en un momento así.
[…]
- (Con un ligero temblor en la voz) Bueno, es decir, para Lucha, que es la que
se casa. Para mí, naturalmente, todo seguirá más o menos como antes… ¡Pero
estará tan contenta!
- No lo comprendo, Marta. ¿Por qué dice "como antes"?
240
Silvia, “Elocuencia de enamorado”, p. 12. El texto puede leerse completo en el Anexo.
~ 172 ~
- Es que…
- Usted vivirá en un precioso chalet, no tendrá que ocuparse de nada, lo pasará
maravillosamente…
- Pero no, querida Maruja… Yo seguiré viviendo aquí. 241
En este caso, el respeto del lenguaje entre las amigas es igual al anterior: no se
tuteaban; además, también refleja la costumbre que cuando una hija única se
casaba y la madre era viuda se la llevara a vivir con ella, sobre todo si el novio era
de clase alta, como sucede en la narración de este diálogo.
Una de las características más significativas de esta columna periodística es
ese pequeño universo creado por la periodista a través de una llamada telefónica
en donde dos personas conversan sobre algo. Aun cuando esta columna no tiene
una introducción de inicio, como las anteriores, deja ver dos situaciones por demás
atractivas: la importancia que tenía el teléfono como medio de comunicación entre
dos personas y, que durante muchos años fue así, amén del hecho de presentar un
jirón de la vida cotidiana de esa época, una pequeña situación muy concreta por
medio de la conversación. Si alguien se interesara en conocer la vida cotidiana de
los años cuarenta, una buena opción sería leer esta columna para darse cuenta de
lo que era trascendental y lo que era banal, pues se puede ver, a través de la charla,
el tono irónico de la periodista cuando el asunto tratado era trivial o la gravedad
en las palabras, cuando la cuestión era más seria. Se quería hacer una
representación del día a día que vivían los capitalinos en esos años. La autora sólo
contaba con las palabras para mostrar los estados de ánimo que vivían los
hablantes, y es en esos momentos cuando se pueden leer los sueños, las ilusiones,
las vivencias por las que pasaban los protagonistas que, aunque fueran ficticios, no
dejaban de construir y representar una pequeña realidad de tipos femeninos y
masculinos muy de la época.
241
Silvia, “Mi hija se casa”, p. 12. El texto puede leerse completo en el Anexo.
~ 173 ~
3.1.4.6.- De nuestras realidades.
Beatriz se encarga de escribir la columna “De nuestras realidades”. Ésta
comienza el 23 de mayo de 1944, y en ella, la periodista hace comentarios y críticas
acerca de situaciones que atañen al interés ciudadano en general. También
ejemplificaré con dos fragmentos el tono de los artículos escritos. Inicia la columna
con una censura sobre la falta de gracia en los actores cómicos que se presentan en
programas radiofónicos y comienza por explicar lo que es la gracia:
Gracia sin sal es la negación de la gracia, la antítesis de la gracia,
Podemos hallarla en los programas cómicos de muchas estaciones de radio, en
los auditorios de las mismas llenos de heterogéneo público aplaudidor y
rugidor, multitud que siente avidez de diversión, que pugna por divertirse no
importa cómo ni por qué medios.
Podemos también encontrar esa gracia singularísima en los conjuntos
humorísticos que inútilmente se empeñan en distraer a los concurrentes a los
diferentes centros de reunión.
[…]
No se sabe qué es lo más censurable en esos números, si la letrilla de
sus canciones, insulsa, basta, si las parodias más tontas aún, o la vestimenta y
el desempeño que tienen en esos estrados improvisados.242
O bien, una crítica sobre quienes se aprovechan de la buena voluntad y la
credulidad de mucha gente, sobre todo de las mujeres:
Muy a menudo, un hecho u otro demuestra una triste realidad: que el
trabajo humano sigue siendo, en manos poco escrupulosas, un motivo de
constantes engaños.
El hecho de que una persona a quien en distintos círculos se
consideraba como político de gran influencia, y que aprovechaba la fama que
se había creado para prometer empleos y obtener ilícitas ganancias, prueba lo
continuamente expuestos que están a esta clase de maniobras quienes luchan
por conseguir trabajo.
Entre los perjudicados por el falso personaje de quien tanto se habló, se
contaban, sin duda, numerosas mujeres.
[…]
Tal vez porque la natural credulidad femenina lo hace más fácil porque
en todas nosotras existe una peligrosa tendencia a ilusionarnos con promesas,
la mujer suele ser la víctima predilecta de simulaciones de tal naturaleza.243
242
243
Beatriz, “Gracia sin sal”, p. 12. El texto puede leerse completo en el Anexo.
Beatriz, “Explotadores de la ilusión”, p. 10. El texto puede leerse completo en el Anexo.
~ 174 ~
Aquí se ve muy claramente la preocupación que Beatriz mostraba por las
mujeres, por su condición social, por su comportamiento que, en este texto
específico, está lleno de inocencia y credulidad, misma que es aprovechada por los
demás para un beneficio político que no femenino –situación que no ha cambiado
mucho desde esos años hasta la actualidad–. Ella pone el dedo en la llaga de
muchas circunstancias sociales y citadinas tratando de crear una toma de
conciencia de lo que hay detrás de situaciones populares que tratan de ganar
adeptos a cualquier precio. No obstante, hay que hacer hincapié en que los temas
eran variopintos, pero siempre en función de una preocupación social y femenina.
3.1.4.7.- Maquillaje social.
La columna “Maquillaje social” inicia el 13 de junio de 1944 y en ésta, la
periodista da consejos para maquillarse de manera diferente en esa ocasión
especial en la que cualquier mujer busca lucir despampanante y distinta de los
demás días, aunado a comentarios sobre el cuidado de las diferentes partes del
cuerpo que siempre están expuestas a los demás: cabello, manos, rostro. Veamos el
saludo con el que empieza la sección:
Ofrecemos a nuestras queridas lectoras esta nueva Sección de la Página
de la Mujer, que tiene la finalidad de presentar sugestiones, orientaciones e
indicaciones precisas sobre asunto de tanta trascendencia, para hacer resaltar
la belleza femenina en el medio social en que ella actúa.244
Después de este saludo, ella inicia con un tema que habla mucho de la esencia
femenina, de esa huella casi indeleble que las mujeres dejan a su paso cuando
quieren impresionar: los perfumes:
Nuestras mujeres –atentas siempre a todo lo que representan para ellas
esa aureola de distinción y elegancia inconfundible– tomarán debida nota de
algunos detalles que competen al cultivo de su personalidad, para lo cual he
decidido ocuparme, en primer lugar, de los perfumes, que forman parte muy
importante del atractivo de toda mujer.
Empezaré por decir que los perfumes que revelan su presencia son de
mal gusto.
244
Consuelo Colón, “La belleza femenina”, p. 12. El texto puede leerse completo en el Anexo.
~ 175 ~
[…]
Un buen perfume debe ser tan sutil, tan delicado y tan ligero, que se
concentre en la persona que lo usa, lo que hace de los aromas una de las cosas
más agradables y atrayentes de atavío femenino.245
Curiosamente, ésta es una de las columnas que ella firma con su verdadero
nombre y va a preservarse durante varios años, lo que demuestra el interés
femenino por la apariencia impecable y por buscar llamar la atención a partir de un
arreglo esmerado y detallista, como se espera de una mujer que quiera rendir culto
a su feminidad, sobre todo en esos años en que las mujeres se arreglaban mucho
más y cuidaban hasta el último detalle, todo debía armonizar para dar como
resultado la belleza femenina, cualidad que estaba arraigada a esas virtudes
femeninas que tanto se ponderaban en aquellos años y que les eran tan atrayentes
al sexo masculino.
3.1.4.8.- Consultorio de belleza.
En el “Consultorio de belleza”, ella responde a las inquietudes, dudas y
preguntas de sus lectoras acerca de lo que tiene que ver con el maquillaje, tal como
lo apunta cuando comienza la sección, el 1º. de agosto de 1944:
Esta Sección, mis queridas lectoras, tiene la finalidad de contestar a todas
sus consultas que me sean remitidas al “Maquillaje Social”, que los miércoles
se publica en esta página “De y Para la Mujer” de EL UNIVERSAL GRÁFICO,
que cada día experimenta la más completa satisfacción al ampliar su radio de
acción esforzándose en ser más útil a las mujeres de México.
Por lo tanto, si tiene usted alguna consulta qué hacernos, relacionada con
el importantísimo tópico de la belleza femenina, no tiene más que dirigirse a
“Maquillaje Social” de EL UNIVERSAL GRÁFICO o bien a “Consultorio de
Belleza”, que siempre estará a sus estimables órdenes. No olvide usted que
“Ser hermosa es un deber”, y tenga siempre presente nuestro lema: “SER
HERMOSA…PARA SER AMADA”.246
Es interesante ver que esta columna que contestaba puntualmente las
preguntas que hacían las lectoras sobre problemas de belleza, haya sido una de las
más leídas y, al igual que la anterior, haya sido también una de las que más se
245
246
Consuelo Colón, “Los perfumes”, p. 12. El texto puede leerse completo en el Anexo.
Consuelo Colón, “Consultorio de belleza”, p. 14. El texto puede leerse completo en el Anexo.
~ 176 ~
sostuvo en el periódico, firmada con su verdadero nombre. Unir el concepto de
belleza al del amor es algo que dio buen resultado: “Ser hermosa para ser amada”,
éste fue el subtítulo que acompañó a cada uno de los artículos que conformaron
esta columna: la belleza era sinónimo de amor, pues implicaba cuidado y el deseo
de atraer siempre al ser amado.
3.1.4.9.- La moda al día.
Esta pequeña columna fue de las últimas en aparecer dentro de la sección “De
y Para la Mujer”. Su primer número data del 5 de septiembre de 1946 y en ella,
Consuelo Colón habla de los vestidos, abrigos y accesorios que están de moda de
acuerdo a la estación del año que se trate. Aun cuando no hubo una presentación o
introducción de lo que escribía en ésta, el primer artículo va sobre un tema que está
ligado con la moda: la sencillez, que llevada a buen puerto, dará como resultado la
elegancia. Además de hablar de las modas, esta columna significó un ingreso extra
para la periodista, pues en ella anunciaba a la Casa de Modas Palacci que se
encontraba en la Avenida Madero 55.247
En nuestros días la sencillez es tan rara, que nos sorprende a las que no
poseemos esa cualidad, y a menudo decimos de una persona esencialmente
natural, que adopta una “pose original”.
Pero para los hombres, la sencillez de la mujer es –en todo el sentido de
la palabra– una cualidad que buscan y aman por encima de todo.
Esos conceptos pueden aplicarse perfectamente en lo que se refiere a la
moda, la cual también hoy requiere sencillez. Pero no vaya a confundirse el
sentido de esta palabra; porque cuando de modas se trata, la sencillez quiere
decir buen gusto en el vestir. Así un vestido de algodón puede convertirse en
un verdadero vestido.
¿Cómo lograrlo?
Escogiendo esos hermosos, atractivos y rejuvenecedores modelos que
por su gracia y sencillez están conquistando cada día más la preferencia de la
mujer mexicana.248
El número 55 de Madero se encuentra en la cuadra que está entre Palma e Isabela Católica y
actualmente es un Centro Joyero en la parte baja y oficinas en los pisos altos.
248 Consuelo Colón, “Elegancia es sencillez”, p. 14. El texto puede leerse completo en el Anexo.
247
~ 177 ~
Las secciones dedicadas a la belleza y la moda fueron las más recurrentes y
esto refleja una preocupación incesante por la imagen que las mujeres debían dar,
tanto dentro de la propia casa al momento en que llegaba el esposo a comer y
después del trabajo, como al exterior si se trataba de salir para asistir a una reunión
ya fuera muy formal o no. Tomando en cuenta el momento contrastante que se
vivía con la Segunda Guerra Mundial, esta situación complicó el poder obtener
ciertos materiales para hacer algunas prendas que las mujeres consideraban
necesarias dentro de su ajuar diario, como la seda para las medias o ciertas telas
para los vestidos; de la misma manera, la repercusión también fue en el maquillaje,
los colores que se utilizaban más en esa época eran tonos muy firmes y
contrastantes: rojo intenso para los labios y sombras que marcaban la profundidad
de los ojos con tonos oscuros; aunque a veces había escasez de ciertos componentes
que tuvieron que ser sustituidos por otros y esto demeritaba su calidad, las
mujeres no dejaban de usarlos.
El cine también viene a refrendar la representación física de las mujeres al
exponer de manera totalmente gráfica el maquillaje de moda y los atuendos que
debían lucir de acuerdo a la ocasión. Las mujeres de clase media y alta anhelaban
sentirse como María Félix o Dolores del Río –cuando hacían papeles de mujeres
ricas–, por eso trataban de vestir como ellas, de tener el mismo peinado y, por
supuesto, las mismas alhajas. Cuando la formalidad de la reunión lo ameritaba no
faltaban las pieles y las piedras preciosas. Quienes no podían comprar estos caros
atuendos se conformaban con usar los modestos vestidos que usaba Blanca Estela
Pavón en Nosotros los pobres (1948).
Posteriormente, al término de la guerra, poco a poco la situación en Europa
volvía a tomar su nivel de calma, el mundo ya no sería el de antes, pues todavía
había tensiones entre los países, sobre todo entre los bloques socialista y capitalista,
motivo por el que seguían los conflictos. No obstante, es un hecho que a las
mujeres les interesaba verse bien; sin importar la escasez de ciertos productos, ella
siempre debía lucir impecable, hermosa, que se notara el cuidado y el esmero que
~ 178 ~
le dedicaba a su persona. Por supuesto que todo esto estaba dirigido a las mujeres
citadinas de clase media y alta, pues eran las únicas preocupadas por su atuendo,
su maquillaje y las únicas que podían pagar el costo de estos productos.
Ahora bien, es de llamar la atención que tanto la moda como la belleza
también hayan tenido un lugar preponderante en las columnas femeninas de los
demás diarios, era un tema inquietante y básico para las mujeres, quienes buscaban
estar a la moda, verse bien y mostrarse dignas del esposo que tenían y del apellido
que ostentaban.
El conjunto de las columnas mencionadas anteriormente, cuyas voces
narrativas nos dan un amplio panorama, nos permite tomarle un buen pulso a la
época, nos habla de la imperiosa necesidad que tenían las mujeres de buscar un
desarrollo diferente dentro de un espacio ganado a pulso y tenacidad. Sí dedicarse
al hogar y a la familia, pero ellas también tenían la necesidad, como cualquier ser
humano, de expresarse, de definir su sitio en esta sociedad y de ganar espacios
públicos donde ellas pudieran dar sus opiniones, demostrando que podían hacerlo
tan bien como cualquier hombre, que en sus cabezas no sólo estaba la
preocupación por el hogar y la familia, también tenían ambiciones y deseaban
madurar un proyecto de vida individual, aunque para realizarlo todavía faltaban
varios años.
La representación femenina de la década de 1940, como producto de la
cultura de género, se ve refrendada constantemente a través del discurso
periodístico de las mujeres y de los demás discursos ya analizados. Esta
representación femenina fue conveniente para la época y los cánones de esos años,
pues debía cumplir idealmente con una serie de características para que las
mujeres se sintieran más mujeres.
Por otro lado, aunque en menor proporción, también se deja ver la
masculinidad a través de las columnas “Olvidé enviar mi carta”, “¿Se reconoce
usted, amiga?”, “El amor está al teléfono”, incluso en las de moda y belleza, se
puede sentir esa presencia masculina, pues también ellos sufren de amor, las
~ 179 ~
conversaciones telefónicas, en muchos de los casos, son la representación de una
pareja de enamorados o esposos, incluso de amigos. La crítica que se genera a
través de “¿Se reconoce usted, amiga?”, va en función de que al estar en los
espacios públicos y, por ende, en terrenos masculinos, una mujer debe observar
más su comportamiento; en cuanto a modas y belleza, todo va orientado a agradar
a los hombres, a no pasar inadvertidas ante ellos, luego entonces, todo esto va
dirigido a las mujeres, pero sin hacer de lado a los varones, al contrario,
tomándolos muy en cuenta.
Por último queda una pregunta en el aire: ¿qué tanto leían los caballeros esta
sección femenina? Es difícil responderla tomando en cuenta que el periódico no
proporciona mayores datos, sin embargo, puedo confirmar que sí había un buen
número de lectores y para ello me baso en la siguiente información:
Mayra publicó en su columna del 1 de junio de 1943, “¿Se reconoce usted,
amiga?”, un artículo criticando a una joven que iba en el camión, muy arreglada y
elegante, platicando con un joven en francés (lo que refleja una esmerada
educación académica), pero no llevaba medias:
¿Se reconoce usted en la señorita que la semana pasada iba
probablemente a su oficina y tomó un camión de la línea “Roma-Mérida”?
En ese momento no había lugar y tuvo usted que hacer una parte de su
viaje de pie, que seguramente no se le hizo tan pesado, porque iba en amena
charla con un amigo o compañero de oficina.
[…]
Su compañero de viaje, joven como usted, iba correcta a
irreprochablemente vestido, y lo mismo hubiera ocurrido con usted, ya que su
traje sastre gris perla –de magnífica tela inglesa– y una coqueta blusita blanca
de gasa adornada con unos botoncitos nacarados, su bolsa de mano elegante,
sus manos bien cuidadas, su maquillaje perfecto y su peinado correctísimo con
graciosos ricitos dorados en la nuca; es decir, su aspecto hubiera sido
encantador… si hubiese usted llevado medias.
[…]
No se salvaba ni el elegante calzado tan moderno que llevaba, ni las uñas
de los pies tan bien pintadas, ni la blancura mate de su piel.
[…]
Es verdad que las medias ahora se venden a precios tan elevados que
resultan prohibitivos; pero es tan desagradable la impresión que causan unas
piernas sin medias, que es preferible llevarlas de hilo a dejarlas de usar; porque
~ 180 ~
eso arruina tan terriblemente el aspecto de las mujeres que no las salvaría, ni
ser tan hermosas e interesantes como usted.249
Pues bien, este artículo dio pie a un debate periodístico, ya que la joven
descrita, “Francesita”, se dio por aludida y contestó la carta, lo que implicó, a partir
de este hecho, que muchas otras personas, entre ellas dos caballeros del público,
enviaran sendas cartas dando su opinión acerca de si las mujeres debían usar
medias o no, aunque fueran las gruesas de hilo de algodón, antes que salir a la
calle tan bien arregladas, pero sin ellas. En el mes de junio llegaron 6 cartas, en
julio fueron 15 y una más en agosto, escrita por la propia Mayra para dar por
terminado el asunto; esto da un total de 22 misivas publicadas alrededor de la
crítica. Anexo los fragmentos de algunas cartas para que se vea el tono que
adquirió tan singular polémica. Otro detalle interesante es que la periodista deja
ver la manera de arreglarse de las mujeres y que, a pesar de su elegancia, no se
detenían en tomar un camión que las llevara a su destino, lo que da una idea de la
seguridad que se vivía en la ciudad, aunque los capitalinos de esa época pensaran
lo contrario. Ahora veamos la respuesta de “Francesita” ante su propio
reconocimiento:
[…] Soy lectora constante de EL UNIVERSAL GRÁFICO y en particular
de su sección, y las más de las veces estoy de acuerdo con usted en la certeza
de sus observaciones y la justeza de sus comentarios. Debo advertir a usted,
estimada Mayra, que solamente me he atrevido a refutar su crítica porque
considero que interesa, en las actuales circunstancias, a todas las mujeres. […]
Tengo dos pares de magníficas medias de seda que reservo para cuando
tengo que asistir a lugares en los que por su seriedad, sería una incorrección
asistir sin ellas.
Pero para darse una escapada a ir rápidamente de compras informales, a
bordo de un incómodo camión lleno de clavos sin remachar, yo no expongo un
par de medias que significan en dinero, nada menos que cincuenta pesos.250
Aquí está la respuesta de Carlos Jiménez, un caballero, en medio de todo este
asunto:
249
250
Mayra, “¿Se reconoce usted, amiga?”, p. 10. El texto puede leerse completo en el Anexo.
Francesita, “Sí me reconocí”, p. 12. El texto puede leerse completo en el Anexo.
~ 181 ~
Aunque a algunos les parezca raro, yo soy cotidiano lector de la página
de la mujer de este acreditado diario, no sólo por las buenas enseñanzas que
ésta contiene; sino porque deseo que mi esposa y mis hijas reciban y
aprovechen todo los conocimientos útiles y prácticos que allí se imparten, y
también los consejos morales que junto con la crítica sana de la interesantísima
Sección de la señorita Mayra: “¿Se reconoce usted, amiga?”, son difundidos
por un acierto de los que editan este periódico.
Por eso, al leer la contestación de Francesita al bien documentado y
sesudo artículo de Mayra, sentí bastante contrariedad y hasta indignación
porque no me parece justo que una contienda que iba por tan buen camino,
tome otros derroteros hasta donde quiere llevarla quien saliéndose por la
tangente y llegando hasta el ridículo no tan sólo por enseñar las piernas
desnudas y sin decoro, diciéndose práctica, sino por la cantidad de tonterías o
necedades que expone la francesita carente de razones.
[…]
¿De qué sirve a una mujer creerse elegante, si al dejar de usar las medias
rompe el conjunto y la armonía, como con tanto acierto dice Mayra?251
En fin, como dice el refrán: “para muestra, basta un botón”, queda claro el
hecho de que los hombres también buscaban esta sección del diario debido a las
razones antes expuestas por Carlos Jiménez. Además de que los lectores modernos
podemos darnos cuenta de cómo la moral y la moda podían ir de la mano en la
manera de vestir de una mujer, pues su atuendo la representaba y hablaba mucho
de ella, de su forma de ser y ver las cosas, amén de su educación.
Otro tanto sucedió con la columna “Olvidé enviar mi carta”, cuyo espacio era
visitado no sólo por mujeres, también por caballeros, como la carta que se publicó
el 21 de octubre de 1943, firmada por Ernesto, quien a pesar del gran amor que le
profesaba a su amada, ella lo abandonó.
Después de dos meses de no verte, después de sufrir tanto las angustias
de la soledad, cruza hoy más imperiosamente que nunca por mi mente tu
recuerdo… tu vaporoso recuerdo…
Fue verdad… tu nombre es la única verdad que encontré en ti: toda tú
fuiste mi fantasía, toda tú pasaste por mi vida… pero huiste pronto, tanto, que
no recuerdo más si fue un solo instante o si fue una eternidad; ¡qué horrible
incertidumbre! […]
Sólo me queda recordarte, sí… pero con un sentimiento egoísta; espero
que vuelvas a mí para entregarte, tan solo, lo que no quisiste tomar, aquello
Carlos Jiménez, “De las mujeres con medias y sin medias”, p. 12. El texto puede leerse completo
en el Anexo.
251
~ 182 ~
que por ser tan grande no quisiste robarme, aquello que conservé tan sólo para
recordarte tal como fuiste para mí… tal como te conocí y como te perdí… lo
que ha sido la razón de que te espere; lo que te pertenece por completo y
despreciaste por completo cuando te la ofrecí… ¡MI VIDA!252
La carta con fecha 7 de enero de 1944, firmada sólo por “Él”, es una
declaración de lo mucho que quien escribe extraña a Zelma.
Querida Zelma:
Esta noche siento la necesidad ineludible de escribirte, desde la hostil
frialdad de esta pieza de hotel de pueblo. Pero cuando miro a mi alrededor no
es la desnudez carcomida de las paredes, ni los viejos muebles gastados de
tanto estarse quietos y ver pasar viajeros, ni la dolorosa indiferencia del
ambiente lo que me choca. No... Lo que siento que me falta, hasta el extremo
de sentir un dolor casi físico eres tú.
[…]
No te atormentes pensando si te recordaré... Porque en la
independencia alguna vez deseada de mis vacaciones he pasado las horas
ocupado únicamente en buscarte... Y ahora sé que sólo te encontraré a la
vuelta, en la misma estación donde te dejé. Y el alivio se mezclará a la alegría,
frente al milagro de tu presencia.
ÉL253
El número de cartas escritas por la periodista y otras personas es enorme,
baste ver el libro resultado de esta columna para darse cuenta de tal cantidad,
amén de las muchas que quedaron fuera de él.
Este conjunto de columnas dentro de la sección “De y Para la Mujer”
formaron la representación femenina que oscilaba entre lo tradicional y lo
moderno, entre la crítica y el desbordamiento amoroso, sin olvidar que cada una
de las columnas tenía una personalidad propia, un tema diferente y esto enriqueció
mucho más a Consuelo Colón, pues era capaz de ponerse en los zapatos de los
demás alter egos que tenía: Mayra, Silvia, Zelma y Beatriz, quienes por mucho
tiempo tuvieron la responsabilidad de expresar sus opiniones, sus críticas, sus
reflexiones, etcétera, dándole a la sección completa un giro interesante y novedoso.
Esto servía de ejemplo para probar que las mujeres no sólo cocinaban, cosían y
252
253
Ernesto, “Fantasía”, p. 12. El texto puede leerse completo en el Anexo.
Él, “Ausencia”, p. 10. El texto puede leerse completo en el Anexo.
~ 183 ~
atendían a su familia, también eran capaces de tener pensamientos propios, de
aprender y de acercarse al conocimiento de una manera más sencilla, aunque no
por ello menos interesante, estaban abriendo una brecha importantísima para las
que venían detrás.
De alguna manera, todo esto revela a la persona que está detrás de estas
columnas, aunque aparentemente son muchas, en realidad es sólo una que deseaba
que sus congéneres aprendieran y pudieran hablar de diferentes temas, de ahí su
preocupación por dar una amplia gama de tópicos que reflejaban su inquietud por
ofrecer temas distintos a las lectoras. De acuerdo con las secciones similares de los
diarios que exploré, la de El Universal Gráfico es la única que presenta una variedad
en las materias tratadas en las columnas, mientras para las demás lo más
importante eran la cocina, la belleza y la moda, “De y Para la Mujer” se distinguía
por ofrecer otra clase de cuestiones además de las tradicionales. Conjuga en sus
dos páginas centrales temas de reflexión, literatura, vida cotidiana, amor y una
crítica social, todo esto hace de esa sección en especial algo único dentro del
universo periodístico femenino de esos años.
3.2.- Mujeres de México, un libro que recoge la presencia femenina en la
década de 1940.
Son muchos los esfuerzos que implica el trabajo de acercarse a determinadas
personas para hablar con ellas de temas tan difíciles como su propia labor en
beneficio de la sociedad o sus logros personales. Abrirle el corazón a alguien que
apenas se conoce no es tan fácil, sin embargo, cuando esta entrevistadora es una
mujer cálida que busca no sólo conocer a la entrevistada por su trabajo, sino que lo
hace con el más genuino interés de presentar a los demás un trabajo fecundo y
satisfactorio que a veces pasa inadvertido para muchísima gente, pues ignora que
gracias a la labor de todas estas mujeres, debido a sus iniciativas educativas o
sociales, ha sido posible atender o reforzar la atención a grupos desvalidos y
minoritarios, abrir nuevos campos dentro de la educación o brillar en el arte
~ 184 ~
poniendo, de esta manera, el nombre de México muy alto en el mundo, el valor de
la entrevista aumenta considerablemente y adquiere otra dimensión.
Recoger estas historias podría parecer tarea fácil, plasmarlas y publicarlas
implica otra fase de un trabajo que busca el reconocimiento a las mujeres, busca
dar a conocerlas, evitar que caigan en el olvido y esperar, de esta forma, que su
memoria y su obra perduren. Desgraciadamente, a veces las circunstancias no son
propicias y no ayudan a que dicho objetivo se cumpla.
El libro Mujeres de México, de Consuelo Colón, publicado en 1944, ha sufrido
esta suerte. Seguramente cuando nació lo hizo en medio de los mejores augurios
por parte de quienes sabían el trabajo que había detrás de una obra así, sin
embargo, el tiempo y las circunstancias se encargaron de que el libro no tuviera
reediciones, no se conociera más que entre los círculos de amigos cercanos a la
autora y poco a poco cayera en el más absoluto olvido. En la actualidad, el libro es
prácticamente inconseguible, tal vez en alguna librería de viejo, está en algunas
bibliotecas, entre ellas, la Nacional, empero nadie lo consulta… porque nadie sabe
de él, sólo las pocas investigadoras que se meten a profundidad en el tema del
feminismo en general y del periodismo hecho por mujeres en particular se enteran
de su existencia.
La intención de Consuelo Colón, al hacerlo, fue dar a conocer lo que estaban
haciendo las mujeres contemporáneas a ella en varios campos: social, educativo,
artístico, cultural y diplomático. Ella deseaba no sólo dar a conocerlas, sino que
tuvieran, además, el reconocimiento de toda la sociedad, era como decir: “Aquí
están estas mujeres mexicanas que han luchado, cada una desde su propia
trinchera, por legar un mejor país a las generaciones venideras, y ellas sólo son un
puñado, porque hay muchas más”. No obstante, la intención no floreció todo lo
que ella hubiera deseado, su esfuerzo, aun cuando el libro vio la luz pública, no
llegó más allá de una difusión muy limitada, no traspasó fronteras ni temporales ni
geográficas. Sin embargo, es justo que se hable de él, que se conozca y se ponderen
sus cualidades. Quien pueda tenerlo en sus manos y leerlo sabrá valorarlo en todo
~ 185 ~
lo que es y significa para la época, para el periodismo y para ayudar a la
construcción de la historia de las mujeres.254
Mujeres de México tuvo dos presentaciones: la de lujo en pasta dura, de color
azul cielo, que ostentaba el título y el nombre de la autora en letras doradas255 y
una rústica con pastas de cartoncillo, cuya portada es un dibujo en donde de un
incensario que está sobre un pergamino y un libro con una pluma, sale un humo
que toma la forma de varios rostros femeninos. Ambos libros tienen el mismo
número de hojas, entrevistas y fotografías, en blanco y negro, de cada una de las
entrevistadas.
El prólogo lo escribe Gregorio López y Fuentes,256 cuyo título: “Vestíbulo”, lo
hace interesante y llama la atención que sea precisamente un hombre quien
prologue un libro que trata sobre mujeres. Lo empieza de la siguiente manera:
Más interesante que una antología de poetas, de cuentistas o de
comediógrafos, resulta sin lugar a duda una galería de las mujeres más
destacadas de un país, si es que la mano autora de esa antología de la
feminidad logra captar el perfil espiritual de las entrevistadas.
Esa difícil y grata labor –difícil por lo ya dicho y grata por sus contactos
con el periodismo–, la ha emprendido la profesora Consuelo Colón, en el
presente volumen: MUJERES DE MÉXICO.257
Aquí yo difiero de la opinión vertida por Argelia Abril Hidalgo Vázquez en su tesis: El Ateneo
Mexicano de las Mujeres y la Revista Ideas 1934-1947 (2000), cuando dice que: “[…] el perfil político
que [Consuelo Colón] le da a su [libro Mujeres de México] es cien por ciento oficialista, ya que la
primera biografía que se presenta es la de Soledad Orozco de Ávila, en ese momento primera dama
de México…” (p. 21). En este sentido, estaría también en el mismo caso, el libro de Laureana
Wright: Mujeres notables mexicanas (1910), de edición póstuma, pues también incluye una semblanza
de doña Carmelita Romero Rubio de Díaz, a la sazón, Primera Dama del país. Hay que entender
primero la época y las circunstancias que rodearon la aparición de este libro antes de adjetivarlo
como “oficialista”. En idéntico caso de encuentra el libro Mujeres notables de México (1975) cuya
edición estuvo a cargo del Senado de la República con el objetivo de conmemorar el Año
Internacional de la Mujer, el libro cierra con la semblanza de Esther Zuno de Echeverría, también
Primera Dama del país en ese momento.
255 Éste es el libro que la propia Consuelo Colón tiene entre sus manos en el retrato pintado por
Jaime Sadurní en los años cincuenta.
256 Cabe recordar que Gregorio López y Fuentes (1897-1966) fue autor de muchas novelas de tema
revolucionario, indigenista y campesino, quizá la más destacada y recordada sea El Indio, además
fue la primera novela en obtener el Premio Nacional de Literatura en 1935. A partir de 1937 fue
designado director de El Universal Gráfico y en 1945 se convirtió en el director de El Universal hasta
1956 cuando se dedicó a dirigir una empresa editorial.
257 Gregorio López y Fuentes, “Prólogo”, sin numeración en las páginas.
254
~ 186 ~
Interesante inicio para presentar un libro que es feminista y se adelanta a su
época al querer mostrar el trabajo de mujeres contemporáneas a la autora. Unas
líneas más abajo, el escritor de El Indio, menciona una particularidad que por años
se consideró como muy femenina y que caracterizó a muchas mujeres: el silencio:
Desde luego es de reconocerse el alto mérito que significa una obra
como la que origina estas líneas preliminares, pues a la tenacidad que requiere
el poder entrevistar a personas muchas veces reacias a la letra de molde, hay
que agregar que por esa misma causa no pocas de las que figuran en el libro,
con relevantes actos siempre han laborado en el silencio, y no son
precisamente ellas las que hablan y de fácil manera de sus propios
prestigios.258
Esta invisibilidad que por muchos años las mismas mujeres fomentaron, hizo
que se volviera en su contra al paso del tiempo, pues por el hecho de pasar
inadvertidas, ¿quién se preocupaba por dar a conocer lo que ellas hacían? A pesar
de pensar que lo que ellas hacen es de poca importancia y, por lo tanto, no se
justifica anunciarlo o darlo a conocer a los demás, Consuelo Colón consigue dar un
panorama bastante amplio de un grupo de mujeres que lograron realizar una labor
destacada dentro de diversos ámbitos por méritos propios, es decir, sin la
compañía de un hombre.
Las mujeres entrevistadas no fueron escogidas al azar, cada una de ellas
había logrado destacar en el ámbito en donde se desarrollaban, todas estaban vivas
en ese momento y todas habían hecho algo importante por ayudar a este país, a
esta sociedad, sobre todo en el rubro educativo. No olvidemos que en esta década
fue cuando se inauguró la Universidad Femenina (1943), el cine nacional adquirió
un gran prestigio a costa de sus mejores actrices como Dolores del Río259 y Andrea
Palma,260 incluidas en el libro; amén de llevarse a cabo puestas en escena de
magníficas obras teatrales261 con actrices de la talla de Virginia Fábregas,262
Idem.
Consuelo Colón, Mujeres de México, p. 261-275.
260 Ibid, p. 229- 243.
261 En esa década de 1940, en El Universal Gráfico se hacían constantes reseñas teatrales y no sólo una
vez sobre alguna obra, sino varias, se hablaba del papel protagónico femenino, del masculino, de
258
259
~ 187 ~
premiada con las palmas académicas de Francia, y María Tereza Montoya,263
extraordinaria actriz dramática; se inició el Seminario de Cultura Mexicana,
auspiciado por Octavio Véjar, a la sazón secretario de la Secretaría de Educación
Pública, cuya “finalidad era difundir la cultura [mexicana] en todas sus
manifestaciones”,264 y Mathilde Gómez fue de las mujeres fundadoras de esta
institución que continúa hasta la actualidad con su labor cultural.
El libro consta de 30 entrevistas, de las cuales, 12 tuvieron la particularidad
de haber sido publicadas en El Universal Gráfico, en la columna “Actividades de la
Mujer Mexicana”, con la que Consuelo Colón se inició dentro del diario a partir de
1942; una en la Revista Mutualidad –la de Virginia Fábregas– y las 17 restantes
fueron inéditas, pero la característica sobresaliente en todas ellas era que se trataba
de mujeres que estaban trabajando arduamente en pro de este país a través de un
camino que en ese momento se ponderaba muchísimo: la educación. De las 30
entrevistadas, sólo 11 no se habían iniciado como profesoras normalistas, y 15 de
éstas continuaron con estudios de lo que ahora llamamos posgrados en la UNAM;
es decir, se trataba de mujeres muy preparadas, muchas de ellas habían logrado
ascensos importantes dentro de los escalafones educativos gracias a su
preparación, tenacidad y entrega al trabajo magisterial. Sin embargo, y a pesar de
esto, por lo menos dos de las mujeres entrevistadas: Genoveva Cortés y
Concepción Sierra Vda. de Lanz Duret, hicieron lo que Gregorio López y Fuentes
reporta en su prólogo: insistieron en rechazar la entrevista por una mal entendida
modestia y así lo explica Consuelo Colón: “Como algunas figuras insignes de
grandes méritos y destacada personalidad, la señorita Profesora Genoveva Cortés
rehúsa amablemente a hablarnos de sí misma…”265
los papeles secundarios, pero en artículos que se publicaban en diferentes días, a lo largo de la
temporada, como una constante invitación al público para ir a verlas, tal como lo hacían con las
películas.
262 Ibid, p. 95-102.
263 Ibid, p. 201-207.
264 Ibid, p. 119 (entrevista a Mathilde Gómez).
265 Consuelo Colón, “Genoveva Cortés”, p. 76.
~ 188 ~
La segunda de ellas hizo lo mismo:
La señora doña CONCEPCIÓN SIERRA VIUDA DE LANZ DURET,
Presidenta del Comité de Damas de la Asociación Mexicana de la Cruz Roja,
cuya alma es poseedora de los más elevados sentimientos altruistas y de las
relevantes virtudes que caracterizan a las mujeres de México; que es además
todo bondad y grandeza espiritual, se encuentra aureolada por una modestia
inigualable, debido a lo cual, con toda amabilidad y cortesía declinó a la
entrevista solicitada.266
La historia se repite: las mismas mujeres se invisibilizan ante lo que hacen,
ellas son las primeras en poner el obstáculo de la comunicación y la promoción
cuando se les pide hablar de su loable labor en cualquier rubro.
En la siguiente tabla están los nombres de todas las entrevistadas, he
incluido sus fechas de nacimiento y muerte de las que pude encontrar –hay
quienes no tienen ninguna de las dos–; los estudios que hicieron, el estado civil, los
logros que obtuvieron hasta esa década y la fecha de las entrevistas que
aparecieron en la columna “Actividades de la mujer mexicana”. Quienes utilizaron
pseudónimo, éste se encuentra entre paréntesis y al lado del nombre de pila.
NOMBRE
SOLEDAD
OROZCO DE
ÁVILA
CAMACHO
FECHA DE
NACIMIENTO
Y MUERTE
Zapopan,
Jalisco, 19041996.
SOLEDAD
ANAYA
SOLÓRZANO
Guadalajara,
Jalisco, 1895.
D.F., 1978.
FANNY
ANITÚA
Durango, 1887.
D.F., 1968.
AURELIA
BARRAGÁN
Pachuca, 1894.
266
ESTUDIOS
EDO.
CIVIL
Casada
Normalista y
Maestra en
Letras,
UNAM. 1930.
Profesora de
primaria.
Estudió canto
en el
Conservatorio.
Normalista y
Dra. en Letras,
Soltera
Casada
Soltera
LOGROS
Primera Dama
del país, se
preocupó mucho
por las madres y
los niños a
quienes siempre
celebró.
Escribió varios
libros de
literatura para
secundaria.
Contralto. Cantó
junto a Carusso
en 1924.
Directora de la
Escuela Normal
Consuelo Colón, “Concepción Sierra Viuda de Lanz Duret”, p. 194.
FECHA EN
EL DIARIO
8 de octubre
de 1943.
31 de enero
de 1944.
~ 189 ~
UNAM.
Normalista.
Lic. en Letras,
UNAM.
AMALIA
CASTILLO
LEDÓN
Padilla,
Tamaulipas,
1898. D.F., 1986.
PURA
CÓRDOVA
JOSEFINA
RAMÍREZ DE
CORRAL
GENOVEVA
CORTÉS
D.F.
Veracruz, 18691957.
Maestra
normalista.
Soltera
(Obdulia)
EMILIA
ENRÍQUEZ
DE RIVERA
Murió en 1963.
No tuvo
estudios
formales.
Soltera
(Virginia
Fábregas)
MARÍA
BARRAGÁN
(Glorinela)
GLORIA
MATEOS
Yautepec,
Morelos, 1872.
D.F., 1950.
Maestra
normalista,
1896.
Casada
MATHILDE
GÓMEZ
Ixmiquilpan,
Hidalgo.
PALMA
GUILLÉN
D.F., 1893-1975.
EULALIA
GUZMÁN
San Pedro,
Zacatecas, 1890.
Maestra
normalista.
Tapachula,
Chiapas.
Casada
Casada
Casada
Villahermosa,
Tabasco, 1915.
D.F., 1945.
para Maestras.
Diplomática
mexicana. Formó
parte del Ateneo
Mexicano de
Mujeres.
Primera actriz
radiofónica.
Fundadora de la
“Casa de la
Madre”.
Fue la primera
mujer en ingresar
a la Escuela
Normal
Veracruzana y
maestra de
muchas
generaciones.
Fundó la revista
El Hogar que
nunca dejó de
salir en 30 años a
pesar de la
propia
Revolución
Mexicana.
Primera actriz
teatral.
Soltera
Poetisa mexicana,
escritora de
varios libros de
poemas.
Profesora
Normalista.
También
estudió en la
Sorbona de
París.
Soltera
Profesora
normalista.
Dra. en
Psicología,
UNAM.
Profesora
normalista,
Casada
Escritora,
miembro
fundadora del
Seminario de
Cultura
Mexicana y
miembro del
Ateneo Mexicano
de Mujeres.
Primera
embajadora de
México.
Soltera
Segunda
antropóloga
12-13 de junio
de 1943.
30 de enero
de 1943.
Revista
Mutualidad.
Enero de
1938.
24 de
noviembre de
1943.
29 de febrero
y 1 de marzo
~ 190 ~
D.F., 1985.
1910. Maestra
en Filosofía,
UNAM.
Arqueóloga en
1945.
(Irma Bizeña)
EMMY
IBÁÑEZ
Oaxaca, 1887.
D.F., 1950.
(Esperanza
Iris) MARÍA
ESPERANZA
BONFIL
MARÍA
IZQUIERDO
Villahermosa,
Tabasco, 1888.
D.F., 1962.
Estudia en la
Escuela
Superior de
Comercio y
Administració
n (1905).
Estudió
idiomas en la
UNAM.
Sin estudios
formales.
GUADALUPE
JIMÉNEZ
POSADAS
San Juan de los
Lagos, Jalisco,
1902. D.F., 1955.
Tetepango,
Hidalgo.
Estudió en la
Academia de
San Carlos.
Maestra
normalista.
CONCEPCIÓN
SIERRA VDA.
DE LANZ
DURET
mexicana. Viajó a
Europa para
estudiar.
Descubrió en
1949 los restos de
Cuauhtémoc.
Escritora y
miembro
fundadora del
Ateneo Mexicano
de Mujeres.
Fundó la
editorial Mi
mundo.
Casada
y viuda
Primera actriz
teatral.
Casada
Reconocida
pintora
mexicana.
Fundó la Escuela
Industrial de
Obreras. Fue
tesorera del
Ateneo Mexicano
de Mujeres.
Presidenta del
Comité de
Damas de la
Cruz Roja
Mexicana.
Primera actriz
teatral.
24 de
septiembre de
1943.
Fundó la Escuela
Normal
Nocturna.
Fundó una
orquesta de
mujeres en 1926,
la Unión
Femenina
Iberoamericana
en 1936, la
Universidad
Femenina de
México en 1943.
Actriz de cine,
protagonizó La
26 de febrero
de 1943.
Soltera
Casada
y viuda.
MARÍA
TEREZA
MONTOYA
ÁNGELA
ISLAS DE
MORENO
ADELA
FORMOSO
DE
OBREGÓN
SANTACILIA
D.F., 1900-1970.
(Andrea
Palma) LUPE
de 1944.
Casada
Tulancingo,
Hidalgo.
Maestra
normalista.
Casada
D.F., 1905-1981.
Maestra
normalista.
Casada
Durango, 1917.
D.F., 1987.
Bachillerato en
Letras.
Soltera
13-14-15 de
noviembre de
1943.
13-14-15 de
octubre de
~ 191 ~
BRACHO
ALICIA
VILLEGAS
DE PÉREZ
VERDÍA
Jalapa,
Veracruz.
GUADALUPE
LÓPEZ DE
PRIETO
SOUZA
D.F.
(Dolores del
Río)
DOLORES
ASÚNSOLO
LÓPEZ
NEGRETE
ELODIA
TERRÉS
Durango, 1904.
California,
U.S.A., 1983.
(Concha de
Gómez Palacio,
Durango, 1908.
Caracas,
Venezuela, 1956.
Villarreal)
CONCEPCIÓN
NORIEGA DE
VILLARREAL
LUCINA
VILLARREAL
DIONISIA
ZAMORA
D.F., 1894.
Estudió en las
escuelas al
Aire Libre de
Churubusco y
Coyoacán.
Estudió en
México y en
Estados
Unidos.
Casada
Tuvo maestros
particulares.
Casada
Maestra
normalista,
1946. Maestra
en Ciencias
Geográficas.
Soltera
Profesora
normalista.
Casada
Profesora
normalista y
de Educación
Física. Estudió
Filosofía y
Letras en la
UNAM.
Profesora
normalista.
Soltera
Casada
Soltera
mujer del puerto.
Hermana del
director Julio
Bracho.
Escultora. Única
mujer que
perteneció al
"Círculo de
Escultores".
Presidenta de la
"Unión Femenina
Ibero
Americana". Su
madre fue
fundadora de
esta agrupación.
Reconocida actriz
de Hollywood y
México.
Preocupada por
la niñez en
hogares
sustitutos y
colectivos.
Escribió varios
libros de poemas
y de texto.
Fue una
periodista de
combate del
periódico
Excélsior, sobre
todo por las
causas agrarias.
Escribió varios
libros.
Trabajó en pro de
las mujeres de
escasos recursos
y de los niños.
Trató de mejorar
la situación de las
soldaderas.
Maestra de varias
generaciones,
entre ellas de
Consuelo Colón.
Miembro del
1943.
17-18-19 de
marzo de
1943.
27 de octubre
de 1943.
~ 192 ~
Seminario de
Cultura
Mexicana.
Autora de libros
de texto de
literatura.
Directora de la
Escuela Nacional
de Maestros.
El libro abre con una entrevista a la Primera Dama: Soledad Orozco de Ávila
Camacho y es interesante el párrafo con que inicia el texto:
En esta modestísima obra que pretende presentar a los pueblos del
Continente Americano a un grupo selecto de las Mujeres de México –no sería
posible en un solo libro incluir a todos los innumerables valores con que
cuenta la Nación Mexicana para legítimo orgullo y satisfacción de nuestra
amada Patria– …267
Se puede dividir a las 30 mujeres entrevistadas, por sus trayectorias, en
cinco grandes grupos, haciendo la aclaración que algunas pueden estar en varios
grupos a la vez, pues su labor no se concretó a una sola línea de trabajo:
1.- Labor social: Soledad Orozco de Ávila Camacho, Josefina Ramírez de Corral,
Concepción Sierra vda. de Lanz Duret, Guadalupe López de Prieto Souza, Elodia
Terrés, Concha de Villarreal y Lucina Villarreal.
2.- Labor educativa: Soledad Anaya Solórzano, Aurelia Barragán, Genoveva
Cortés, Guadalupe Jiménez Posadas, Ángela Islas de Moreno, Adela Formoso de
Obregón Santacilia, Dionisia Zamora.
3.- Labor artística: Fanny Anitúa, Pura Córdova, Virginia Fábregas, Esperanza Iris,
María Tereza Montoya, Andrea Palma y Dolores del Río.
4.- Labor cultural: Emilia Enríquez de Rivera, Glorinela, Mathilde Gómez, Eulalia
Guzmán, Emmy Ibáñez, María Izquierdo y Alicia Villegas de Pérez Verdía.
Consuelo Colón, Mujeres de México, p. 11. Si bien es cierto que alaba a la Primera Dama, también
es justo reconocer la labor que Soledad Orozco emprendió durante el sexenio de su marido para
ayudar a las madres de escasos recursos y a la niñez mexicana. Todos los 10 de mayo, el día del
Niño y la Navidad, ella personalmente les regalaba objetos de uso doméstico a las mujeres y
juguetes y ropa a los niños; fue famoso el hecho de pagar las boletas de empeño del Monte de
Piedad cuya prenda era una máquina de coser, devolviéndolas después a sus dueñas originales.
267
~ 193 ~
5.- Labor diplomática: Amalia Castillo Ledón y Palma Guillén.
La voz narrativa en todas las entrevistas, excepto en la de Concepción Sierra
vda. de Lanz Duret, es la primera; cada una de ellas, en su propia voz, cuenta su
historia, algunas dan más datos sobre sus fechas y lugares de nacimiento, sus
padres, estudios, trabajo, marido, hijos, etc., otras no, se limitan a hablar de su
trabajo y sus estudios. En este sentido, sucede lo que decía López y Fuentes, es de
admirar “la tenacidad que requiere el poder entrevistar a personas muchas veces
reacias a la letra de molde”. Es de sorprender que muchas de ellas hayan estado
impartiendo clases frente a un grupo, frente a un público y les resulte difícil hablar
de ellas mismas con una periodista. Consuelo Colón inicia los textos con una
introducción muy emotiva en donde presenta a la entrevistada, habla de sus
logros, de la importancia que tiene su trabajo para la sociedad y, sobre todo, como
un ejemplo a seguir para las demás mujeres.
Por otro lado, el gran valor de este libro consiste en el hecho de presentar un
panorama femenino inserto en la sociedad y política mexicanas en un momento en
el que todavía no se hablaba de liberación femenina, en un momento en que los
movimientos feministas habían tomado un receso en la vida pública de México,
pero aunque no hubiera movilizaciones importantes, la labor de las mujeres estaba
allí, presente. Aunque no se notara, ellas movían un engranaje social más fino, más
sensible, tenía que ver con los afectos, como dice Elsa Muñiz, y la educación tanto
moral como escolar. Todas las entrevistadas eran mujeres muy activas, las más
grandes, como Eulalia Guzmán, ya tenían años en la lucha por la igualdad con los
hombres. El hecho de que muchas de ellas fueran maestras normalistas y luego
continuaran sus estudios o hubieran logrado subir peldaños en los niveles de la
responsabilidad y burocracia educativas, deja ver un constante afán en la
preparación académica y deja muy claro también, que ellas estaban muy
conscientes que sin educación ninguna mujer podría alcanzar privilegios de
ninguna clase; por esto la insistencia de Consuelo Colón en muchos de sus
artículos periodísticos en destacar a éstas y otras mujeres más que demostraban
~ 194 ~
que con una educación sólida, ellas podrían y deberían ser tomadas en cuenta por
los hombres y por la sociedad en general.
Detrás de la publicación de este libro hubo un gran trabajo de relaciones y
convencimiento por parte de Consuelo Colón que lo que las mujeres hacían era
importante y se hacía necesario difundirlo, que los demás lo conocieran: hombres y
mujeres, pues sería la única manera en que podría valorarse.
Algunas como Guadalupe Jiménez Posadas, Ángela Islas de Moreno, María
Elodia Terrés, Concha de Villarreal y Lucina Villarreal atendieron a grupos
minoritarios como niños, soldaderas, campesinos, adultos que deseaban estudiar,
etcétera, ellas se acercaron a las autoridades competentes y lograron fundar
escuelas que cumplían ciertas características como la Normal Nocturna o la
denuncia de los hechos de corrupción como la labor que por años desarrolló
Concha de Villarreal como periodista de combate en el periódico Excélsior.
Adela Formoso fue más allá al fundar la Universidad Femenina de México,
de esta manera les brindó un plantel educativo a todas las jóvenes que estaban
reacias a entrar en una universidad mixta; aquí ellas se preparaban en un ambiente
amistoso y cálido que tenía excelentes maestros como José Gaos, Carlos González
Peña y Alfonso Teja Zabre, entre muchos otros, dentro de un lugar privilegiado,
pues esta Universidad268 se encontraba frente al Bosque de Chapultepec.
La universidad ofrecía los cuatro bachilleratos básicos: Letras, Ciencias,
Derecho y Ciencias Sociales. Carreras cortas: Ayudantes de Laboratorio,
Decoración de Interiores, Servicio Exterior. La carrera de Periodismo era una de las
más importantes, pues en palabras de la propia Consuelo Colón: “El 3 de julio [de
1944] se inició el primer año de la carrera de Periodismo, siendo ésta la primera
escuela de Periodismo que se funda en México y para la que prestaron su
colaboración los diarios más importantes de la Capital”.269
En entrevista para El Universal Gráfico, Adela Formoso dijo lo siguiente:
Actualmente, se encuentra allí uno de los campus de la Universidad del Valle de México.
Consuelo Colón, “Pro cultura de la mujer mexicana”, p. 21. El texto puede leerse completo en el
Anexo.
268
269
~ 195 ~
La importancia del periodismo en la vida moderna es un hecho
demasiado notorio para que sea necesario llamar la atención sobre él. No
obstante, la carrera de periodista ha venido emprendiéndose en general, sin
adquirir una preparación especial y sin que existan centros que la
proporcionen.
[…]
La Universidad Femenina se adelanta una vez más a los centros de
enseñanza del país, fundando en él la primera Escuela de Periodismo.270
Efectivamente, era un logro digno de mencionarse, de darse a conocer y de
ser apoyado por todos los medios, pues se trataba de una universidad fundada por
una mujer y pensada para un público femenino con una planta docente de primera
línea. Tan importante fue este hecho que, en sus primeros años, constantemente se
le dedicaban artículos en los diarios sobre las actividades que se organizaban, o
bien, sobre los logros que sus alumnas tenían al realizar sus prácticas en
instituciones públicas o hacer algún trabajo que enaltecía el nombre de la
universidad.
Ahora bien, consciente de que las mujeres que aparecen en su libro no son
todas las que han realizado una labor de este orden, Consuelo Colón dice al inicio
que es imposible reunir en un solo tomo a todas las innumerables mujeres que han
brillado en este país y lo reitera también en un artículo periodístico, a propósito del
fallecimiento de Carmen Romero Rubio de Díaz. En éste, la periodista habla de que
quiso entrevistar a doña Carmelita, pero no pudo hacerlo debido a su delicado
estado de salud:
Hace aproximadamente un año, cuando ya estaba terminando mi libro
“Mujeres de México”, me acerqué a la que fuera por más de 30 años la
Primera Dama del País, la distinguida señora doña Carmen Romero Rubio de
Díaz, en solicitud de una entrevista para incluirla en mi obra –marco adecuado
a su grandeza moral–, ya que, además de sus grandes virtudes, era ella la
representativa de toda una época que México no podrá borrar jamás de su
historia. […] Claro está que no juzgué esa negativa a mi primer intento de
entrevistarla como un fracaso, puesto que ya había logrado por conducto de un
estimado médico, íntimo amigo de la familia, recabar interesantes datos
Consuelo Colón, “Escuela de Periodismo para la mujer mexicana”, p. 13. El texto puede leerse
completo en el Anexo.
270
~ 196 ~
biográficos acerca de tan exquisita, virtuosa y ejemplar dama, para encabezar
con esa ilustre figura femenina el segundo tomo de “Mujeres de México”.271
Sin embargo, el segundo tomo, tan anhelado y prometido, nunca se llevó a
cabo. La columna “Actividades de la mujer mexicana” continuó saliendo, aunque
cada vez con menos frecuencia, pero ese segundo volumen que hubiera sido igual
de interesante que el primero y que hubiera sido muy importante ver quiénes
hubieran estado dentro de él, jamás se hizo. Aunque es difícil conocer la verdadera
causa de este impedimento, cabe recordar que en el año de 1946, se inició un
programa radiofónico femenino llamado El club de Mujeres de El Universal Gráfico y
Consuelo Colón tomó parte fundamental en él como fundadora del mismo, por lo
que no cambió el giro de sus actividades, no dejó el tema femenino, al contrario, lo
llevó al ámbito de la radio que llegaba a más gente de todos los niveles sociales,
pero esto hizo que bajara su actividad periodística.
A pesar de ello, cabe reiterar el trabajo que significó la publicación de este
libro, pero lo más importante fue el hecho de haber dejado una huella y una
constancia del trabajo que siempre han hecho las mujeres en todo sentido, sin
dejarse caer aunque las circunstancias para ellas no fueran las mejores.
Consuelo Colón, “Una gran dama”, p. 13. Las negritas son de la autora. El texto puede leerse
completo en el Anexo.
271
~ 197 ~
CAPÍTULO 4
CONSUELO COLÓN,
UNA COLUMNISTA A TONO CON SU ÉPOCA
La revisión de las columnas femeninas en general y las de El Universal
Gráfico en particular, ha justificado perfectamente su importancia y el hecho de
poder considerarlas como documentos para estudiar el pasado. El discurso que las
periodistas formaron a través de sus columnas, ha sido el vehículo idóneo por
medio del cual han manifestado intereses, críticas, ideas y han establecido un
diálogo con sus lectores, tanto hombres como mujeres. Desde esta perspectiva, lo
que ellas escribieron es una representación de la realidad de los años cuarenta que,
como ya se dijo, es una característica de los medios de comunicación a través del
lenguaje escrito por el que llegan a más gente.
Al respecto, me parece muy interesante la idea que maneja Gadamer:
Para Gadamer, el lenguaje manifiesta un intento de cambio constante,
la reiterada tentación de sumergirse en otra persona con la que se establece un
diálogo. El diálogo facilita el proceso de comprensión, es decir, el de incluirse
en otro, pone a prueba los prejuicios, los expone a la duda o al contraste con
los del otro. Este es el potencial que contiene la alteridad porque nos presenta
la oportunidad de contrastar lo que pensamos, creemos o sentimos. Por tanto,
el diálogo establece un puente de comunicación y de construcción de
identidades sobre la otredad.272
Se logran comprender los acontecimientos cuando podemos entablar un
diálogo constante entre lo que sucede y lo que sucedió, cuando hay una
interpretación de los hechos desde el horizonte actual sin olvidar que cada ser
humano ha sido, a fin de cuentas, un hombre o una mujer de su tiempo,
representantes de la época en la que vivieron, “con todos sus sueños y sus
angustias”,273 producto de vivir en un entorno específico. Francois Dosse explica el
272
María Elvira Buelna Serrano y Lucino Gutiérrez Herrera, Importancia del concepto de historia y
tradición en Hans-Georg Gadamer, sin numeración, [en línea].
273 Francois Dosse. El arte de la biografía, p. 15.
~ 198 ~
hecho de poder reconstruir una época determinada que “da la ilusión de tener un
acceso directo al pasado”,274 a través de los hechos y la vida de una persona y no
sólo por los sucesos históricos, también los ideales y las ilusiones, todo lo que
conforma la vida personal de alguien porque su circunstancia familiar, social y
emocional, aunada a su entorno externo, se lo permite al mismo tiempo.
En vista de que la conciencia histórica es el privilegio que tiene el
hombre moderno de tener conciencia de la historicidad de todo presente y de
la relatividad de todas las opiniones, Gadamer define el sentido histórico como
la disponibilidad o talento del historiador para comprender el pasado desde su
propio contexto.275
Lo que intento es mostrar la obra periodística de Consuelo Colón, pues ella
contribuyó en mucho por la gran cantidad de columnas periodísticas que
desarrolló durante la década de los cuarenta en El Universal Gráfico. Aunque en las
brevísimas semblanzas que hay sobre ella, se menciona que colaboró en varios
periódicos, el único dato que he podido verificar es que estuvo en El Universal
Gráfico276 de 1942 a 1964, aquí fue donde hizo la mayor parte de su obra
periodística y donde más se desarrolló, conoció gente y pudo entablar amistades y
relaciones que, posteriormente, utilizaría para abrir esos espacios públicos a las
demás mujeres. Asimismo, me parece primordial esta recuperación de todas las
periodistas que esperan esa oportunidad de poder hablar ahora, más allá de los
tiempos y las transformaciones que ha habido en el campo periodístico, pero que
sin la labor que todas y cada una llevó a cabo no podríamos leer a las mujeres que
Ibid, p. 18.
María Elvira Buelna Serrano y Lucino Gutiérrez Herrera, op. cit., [en línea].
276 En la entrada del Diccionario Porrúa de historia, biografía y geografía de México, donde ella aparece
(p. 851), dice que “colabora en La Semana, dirigido por Pacífico Arredondo. Colaboró luego en
Excélsior, El Globo, El Nacional, La Prensa y El Universal Gráfico”. En la Hemeroteca Nacional pude
revisar algunos años de la década de 1930 de El Día y El Nacional sin encontrar nada de ella,
concluyo que fue por dos razones: una, que la mayoría de los artículos no están firmados y dos,
prácticamente no había mujeres periodistas entre sus colaboradores. De la revista La Semana no hay
datos en la Hemeroteca Nacional. Respecto a Excélsior, allí ella escribió biografías históricas, esto lo
sé por un programa que le hicieron como homenaje a los pocos días de su fallecimiento en 1964 y
cuya grabación en cd –originalmente era un disco lp– se la debo a la generosidad de mi sobrino
Miguel Ángel Rivera Cruz, nieto de ella. En el libro Mil quinientas mujeres en nuestra conciencia
colectiva, de Aurora Tovar Ramírez, también hay una pequeña semblanza de ella (p. 155), pero es
una copia de la del Diccionario Porrúa, por lo que la información es la misma.
274
275
~ 199 ~
ahora pueden expresar sus opiniones sobre temas varios sin estar limitadas a una
sección particular.
A continuación haré una semblanza de Consuelo Colón resaltando, sobre
todo, su actuación dentro del periodismo, de esta forma podrá entenderse cuál fue
el horizonte cultural y personal desde el que escribió.
4.1.- El horizonte cultural de Consuelo Colón: formación académica,
entorno social y laboral dentro del periodismo.
Consuelo Colón Ramírez nació en la ciudad de Durango, Durango, el 11 de
agosto de 1904 y fue la mayor de seis hermanos.277
En 1922, a la edad de 18 años, llegó a la Ciudad de México, sola y
embarazada de su única hija. Aquí estudió la carrera de Profesora Normalista, en
la Escuela Normal de Maestros, de la que se recibió en 1930 con la tesis: La labor
educativa de la prensa. La formación de maestra normalista era muy común en esos
años entre las mujeres que deseaban estudiar, era la carrera idónea para una mujer
que debía mantenerse sola; además, aunque estuviera casada, el horario le permitía
tener el tiempo suficiente para atender a la familia. Consecuentemente a esta
actividad, el tema de la educación, al igual que el de las mujeres, serían dos de sus
grandes preocupaciones y hacia las que va a dirigir sus esfuerzos periodísticos
para lograr un cambio dentro de su ámbito social y laboral; para ella, la educación
era fundamental en ese momento histórico, prácticamente era lo único que podría
hacer de este país algo mejor. Es obvio que esta carrera marcó de manera definitiva
su interés por el proceso educativo del país, mismo que demostró al insistir en que
la lectura llegara a todos los niños de esta nación El hecho de que una mujer se
educara, aunque fuera en función de lograr que su papel de esposa y madre fuera
más eficiente, ya era un avance; para ella, una mujer preparada, forzosamente
haría mejor su papel fundamental en la vida. Cabe aclarar que eso era lo que se
esperaba de una mujer en esos años. Además, la experiencia que vivió Consuelo
277
Para más datos, revísese mi texto “Consuelo Colón: una memoria recuperada”.
~ 200 ~
Colón desde muy joven cuando tuvo que trabajar para sobrevivir en una ciudad
como México, viniendo de la provincia, y en una época en la cual no era fácil
enfrentarse a una sociedad tradicional, amén de tener pocas oportunidades
laborales para ofrecer a las mujeres, hizo que tuviera como una prioridad en su
trabajo público, es decir, en el periódico y la radio, abrir la conciencia de las demás
mujeres para que vieran la vida desde un horizonte más amplio y diverso. El solo
hecho de que ella pudiera tener un espacio en el periódico para publicar lo que
pensaba ya era un gran ejemplo de avance en el cambio de la mentalidad femenina
y masculina, aunque todavía con muchas restricciones que las prácticas sociales,
costumbres y tradiciones de la época le fueron marcando, es decir, la cultura de
género hegemónica que imperaba en esos años y que, de alguna manera, limitaba
los alcances de las mujeres que querían llegar más lejos de lo permitido.
De diciembre de 1937 a septiembre de 1938 fue la Directora, Jefe de Prensa y
Publicidad y periodista de la revista Mutualidad, Órgano de la Confederación
Nacional de Sociedades Mutualistas. Aunque más adelante le dedico un
subcapítulo a esta revista, anticipo que la importancia de esta publicación es que
Consuelo Colón era quien llevaba sobre sus hombros la gran responsabilidad de
dirigirla y sacarla adelante. A partir de este trabajo, ella aprendió mucho sobre el
periodismo y la organización y dirección de una revista, se ganó el respeto de
quienes la conocieron y le dio la seguridad que le ayudó a seguir adelante en todo
lo que se propuso.
En 1940, Gregorio López y Fuentes publicó su libro Cuentos campesinos de
México, mismo que al año siguiente se convirtió en libro de lectura para primaria
bajo el nombre: Cuentos campesinos de México. Libro de lectura para el 3er. ciclo (5º. y
6º. Años) de las escuelas primarias, urbanas y rurales. Adaptación pedagógica por la
Profesora Normalista Consuelo Colón R., Editorial “Cima”, México, 1941, 378 págs.
La adaptación pedagógica consistía en sugerir a los maestros una serie de
actividades que los alumnos realizarían al final de cada uno de los cuentos del
~ 201 ~
libro. La introducción mostraba la preocupación de Consuelo Colón por la
educación de la niñez debido a su propia experiencia como maestra de primaria:
[Los] niños leen sin descifrar conceptos e ideas generales y en esas condiciones
la lectura no ofrece para ellos interés alguno. Eso es lo que me ha sugerido la
idea de preparar un libro diferente a los demás, donde el niño actúa, habla,
piensa, resuelve situaciones, investiga y trabaja; ya que en toda la obra
abundan los temas de estímulo a su actividad y personalidad, preparando así
la autoinformación del niño y el hábito de irse mejorando.278
Al final de cada cuento, ella propone varias actividades, desde hacer un
“Diccionario del niño” hasta obras teatrales, que ella misma escribe como parte de
la adaptación pedagógica, pasando por periódicos murales, lectura en voz alta,
declamación, etc. Ella buscaba una educación integral uniéndose, de esta manera, a
lograr uno de los más importantes objetivos políticos y culturales de la época: que
la educación llegara a todos los rincones del país y, logrando así, hacer mexicanos
inteligentes y conscientes de que son el futuro de la Patria a través de su plena
realización para engrandecer a la nación.279 Desgraciadamente, todavía en la
actualidad el problema que ella menciona en su “Introducción”, sigue siendo
vigente, pues el acto de la lectura en la educación primaria carece de un sentido
verdadero cuando falta darle un contexto y el análisis, aunque sea somero, de lo
leído. Llama la atención que un problema que fue focalizado hace tantas décadas
continúe siendo problema.
En octubre de 1942 empezó sus colaboraciones en El Universal Gráfico con su
columna, “¿Se reconoce usted, amiga?”. En esos años, el diario estaba dirigido por
su amigo Gregorio López y Fuentes. Tanto él como Consuelo Colón se conocían
desde fines de la década de 1930. Después de que ella hizo la adaptación
pedagógica del libro de él y ya como director de El Universal Gráfico, él impulsó la
sección “De y para la mujer”. Sabiendo que Consuelo Colón tenía talento e
Consuelo Colón, “Introducción”, sin numeración en las hojas.
Poseo el ejemplar de Cuentos Campesinos de México de Gregorio López y Fuentes, de 1940,
propiedad de Consuelo Colón, en donde están apuntadas, de su puño y letra, todas las actividades
que ella sugiere para el libro de lectura, incluso están tachados los cuentos que ella quitó de la
edición de adaptación pedagógica.
278
279
~ 202 ~
inquietudes literarias y un gran interés porque la mujer tuviera acceso a la
educación, seguramente él le propuso ingresar al periódico para darle un giro más
interesante y original a la sección femenina y hacerla diferente de las demás. Ella
aceptó y después de terminar la adaptación pedagógica del libro de lectura,
comenzó a escribir para el periódico. Cuando esto ocurrió, ya se había incorporado
la columna “Remanso Espiritual”, su contenido consistía en la publicación de
poemas de amor de diferentes autores, desde Amado Nervo hasta Glorinela,280 es
decir, desde los muy conocidos y canónicos hasta los que apenas empezaban.
Como ya se vio en el capítulo anterior, Consuelo Colón escribió varias
columnas utilizando diferentes pseudónimos: “¿Se reconoce usted, amiga?” por
Mayra; “Olvidé enviar mi carta” por Zelma; “De nuestras realidades” por Beatriz;
“El amor está al teléfono” por Silvia; y “Tribuna de la mujer”, “Actividades de la
mujer mexicana”, “Consultorio de belleza”, “Maquillaje social” y “La moda al día”
por Consuelo Colón. Durante los primeros años de su colaboración, hubo días en
los que prácticamente ella sola hacía toda la sección. Las razones por las que utilizó
otros nombres pudieron ser varias: porque además colaboraba en otros diarios; o
porque no era conveniente (hasta la fecha sigue siendo una razón válida) que los
lectores-as se dieran cuenta que una misma persona escribía varias columnas
dentro de la misma sección. No obstante, todas estas columnas le ayudaron a
reforzar el deber ser femenino de su propio momento histórico.
En 1944 publicó su primer libro: Mujeres de México, con prólogo de Gregorio
López y Fuentes. En 1946 ella inicia sus programas de radio “El Club de Mujeres
Glorinela fue una joven poetisa que falleció el 17 de noviembre de 1945 y que ahora resulta una
perfecta desconocida para las letras mexicanas. Publicó varios libros de poemas: Quietud,
Desesperanza, Versos íntimos y Poemas selectos; algunas poesías de estos libros salían con frecuencia en
El Universal Gráfico. A fines de noviembre, después de su muerte, la sección “De y para la Mujer” se
dedicó a recordarla y a brindarle un cálido homenaje en donde varios de los colaboradores hicieron
poemas expresando su cariño y admiración hacia ella (“Homenaje a Glorinela”, El Universal
Gráfico). A un año de su fallecimiento, El Universal Gráfico le dedicó una serie de homenajes y
conciertos. El número 29 de la Revista Ideas, de diciembre de 1946, también le dedicó unas páginas
bajo el título “Páginas de Glorinela en el primer aniversario de su desaparición”. Escritoras como
Graciana Álvarez del Castillo de Chacón y Josefina Zendejas, hicieron un homenaje a su memoria y
la recordaron con dos poemas escritos por la joven poetisa: “Y vendrá la vejez” y “Año viejo”.
280
~ 203 ~
Universal Gráfico”281 y “¿Qué opina usted?”,282 ambos son recibidos con buena
aceptación, según dos notas periodísticas del diario Novedades, fechadas en
septiembre y octubre de 1949. En ellas se aprecia que Consuelo Colón es
conocedora del alma femenina, es una placa sensibilizada que ha logrado
captar la psicología de la mujer y ofrecerle, en materia de programas
radiofónicos, justamente asuntos que planteen y resuelvan los problemas que
afligen a gran cantidad de damitas.283
Estos programas pasaban todos los días a las 12:00 y a las 17:30 en la
estación XEQ. Cabe resaltar que no fueron los únicos que tuvo, pero sí con los que
empezó,284 pues también tuvo programas de entrevistas.285
Posteriormente, en 1953,286 salió a la luz su segundo libro, Cartas de Amor
bajo el pseudónimo de Zelma. Estas cartas habían sido publicadas originalmente
en la sección “De y para la mujer” de El Universal Gráfico, en su columna “Olvidé
enviar mi carta”; ella retoma algunas, aunque al revisarlas hace ciertos cambios; el
prólogo lo escribió Joaquín Carranza Jr., periodista del citado periódico:
De ahí el privilegio de las cartas de amor que escribe ZELMA. Pocas veces
mujer alguna sabe unir la chispa del pensamiento a los sendales de una ilusión,
como ella. Sus cartas de amor, publicadas, como antes decimos, en el
vespertino “El Gráfico”, más que escarceos literarios surgidos al instante de
Dentro del periódico El Universal Gráfico, en 1946, comienza a anunciarse el programa
radiofónico “El Club de mujeres Universal Gráfico” que se transmitía de lunes a sábado a las 11:30
de la mañana por Radio Mil. Recordemos que cuando inicia la radio sus labores, se debe a la unión
de El Universal y los hermanos Azcárraga, vid capítulo 3, 3.3.2 “Los boleros”.
282 Felipe Saldaña, “Consuelo Colón reconquista el anhelo de las mujeres”, Periódico Novedades.
283 Anónimo, “Dinamismo y sensibilidad de la gran Consuelo Colón”, Periódico Novedades.
284 Es probable que ella también haya tenido programas en otras estaciones. Durante una entrevista
en el periódico El Financiero, a Cristina Pacheco, dijo lo siguiente: “La mujer que me entrevistó, a la
que nunca le agradeceré lo suficiente, se llamaba Consuelo Colón y era muy famosa, creo que fue
en la XEB, me dijo: ‘Tu capital es la emoción, pero si no la controlas te vas a hundir. Hoy ya te pasó
dos veces. En esas condiciones no puedes leer, mejor dime lo que sientes’”. (Silvina Espinoza de los
Monteros, “Tortura maravillosa, reescribir los relatos: Cristina Pacheco”, [en línea]). Aun cuando
Cristina Pacheco no ubicó el año en que esta anécdota sucedió, lo más probable es que haya sido en
la década de los 50, cuando ella estaba en la primaria.
285 Esto lo sé por la nota que salió como semblanza el día de su muerte en El Universal Gráfico:
“Trabajó también incansablemente para la radio y la televisión, contándose en forma especial los
programas en que colaboró en compañía del Bachiller Álvaro Gálvez y Fuentes y las entrevistas a
mujeres de méritos que se transmitían por la XEQ”. (Anónimo, “Sepelio de la señora Consuelo
Colón”, p. 11).
286 La fecha la deduzco por la dedicatoria de puño y letra de la autora, fechada el 11 de agosto de
1953, día de su cumpleaños, de uno de los ejemplares que poseo.
281
~ 204 ~
una impresión romancesca, son poemas que dejan huellas indelebles en el
ánimo de los que tienen ocasión de leerlas.287
Finalmente murió el 1º. de julio de 1964 a consecuencia de la diabetes,
enfermedad que padecía desde hacía varios años y que ya la había dejado
completamente ciega; por desgracia, era una época en la que todavía no se sabía
mucho acerca del tratamiento de esta enfermedad, pero ni siquiera el día de su
muerte dejó de salir su último artículo en El Universal Gráfico, amén de una nota
con la crónica del sepelio.
Todo lo anterior deja ver el interés y la preocupación que ella siempre
mantuvo por las mujeres debido a su propia experiencia, tanto en su vida personal,
como laboral y profesional; esto fue algo que la marcó de manera definitiva. Los
textos que publicó en la Revista Mutualidad y en el periódico El Universal Gráfico
también hablan de la gran sensibilidad que poseía, le gustaba la poesía, era una
buena lectora de este género literario que, además de que lo cultivaba de manera
personal,288 en su biblioteca poseía muchos libros de poemas, amén de novelas,
biografías, las obras de los grandes consagrados como Balzac y de los nuevos
valores de la época como Glorinela y Víctor Manuel Otero; muchos de sus libros
están autografiados de puño y letra de los escritores que ella conoció y a quienes
les dio impulso gracias a su trabajo tanto en el diario como en la radio.
La niñez era otra de sus preocupaciones, su labor magisterial tanto frente a
grupo en las escuelas, como maestra de primaria, como en la escritura de
adaptaciones pedagógicas289 de diferentes libros también es interesante. Ella une
estas características alrededor de la imagen de la mujer: la maternidad, que le es
innata, y la educación. Estos van a ser los temas sobre los que más escribe a lo largo
de su vida periodística.
Joaquín Carranza Jr., “Prólogo”, p. 8.
En el disco donde está la grabación del programa-homenaje, incluye también la grabación de un
poema escrito y leído por ella.
289 Cabe aclarar que, aunque encontré el dato de que también hizo la adaptación pedagógica de otro
libro de cuentos de Gregorio López y Fuentes, Milpa, potrero y monte, no he encontrado el ejemplar.
287
288
~ 205 ~
La poesía, las historias contadas desde su perspectiva femenina (muchas de
sus columnas periodísticas son narradas en prosa poética), le parecerán como los
atributos que toda alma femenina debe tener y también los cultiva e invita a las
demás mujeres a hacerlo.290 Por otro lado, no se limita tampoco en la crítica hacia
las mujeres que, desde su punto de vista, no cumplen con el papel que, para ella, es
el más importante: esposas y madres. En la columna “¿Se reconoce usted, amiga?”
va creando poco a poco un modelo femenino que se debe seguir, aceptado social y
públicamente. Ella será muy severa en la manera de llamar la atención sobre el
error cometido que puede ser desde la vestimenta hasta el comportamiento, el
lenguaje, los modales y mil cosas más. Ésta fue una de las secciones más
importantes dentro del manejo de un discurso muy directo acerca de la
representación femenina, de lo que una mujer debe hacer y lo que debe evitar. La
mujer debe ser la compañera que con su presencia, impecable en todo sentido,
ensalce al hombre y no la que lo hunda. En este aspecto, es importante hacer notar
que, a pesar de haber sido siempre una mujer independiente, contrariamente a lo
que se podría pensar, Consuelo Colón no pide de la mujer la misma independencia
con respecto al hombre, sabe que lo más importante para ese momento histórico de
nuestro país, es que la familia perdure como el valor fundamental y el papel de
esposa y madre de la mujer sea el más correcto porque ella representa la piedra
angular de toda familia; tan es así que a la Patria siempre se la dibujó y comparó en
el imaginario colectivo como una gran mujer, de rasgos indígenas, fuerte y
decidida que vela por todos sus hijos, por todos los mexicanos que habitan su gran
territorio y esta idea es la que Consuelo Colón trata de reforzar constantemente con
sus textos.
Esto me parece muy interesante porque
El lenguaje es un medio de comunicación entre tradiciones, pero también lo
establece el concepto de la tradición. Por consiguiente, no es un instrumento
estático. Un texto por eso, a la vez que es finitud, es mecanismo al encuentro
Es interesante su artículo “Virtudes básicas de la mujer”, pues contiene su perspectiva personal
sobre el tema. El artículo puede leerse completo en el Anexo.
290
~ 206 ~
con otras tradiciones. Se constituye en una apertura del mundo expresada a
través de la palabra organizada.
En este sentido, el ser que puede ser comprendido es lenguaje, y el que puede
ser comprendido en el tiempo proporciona una visión de la historia
transmitiendo mensajes, un diálogo de preguntas y respuestas del acontecer
del ser.291
Ella es un buen ejemplo de lo anterior, pues el lenguaje escrito fue el
instrumento más eficaz que utilizó para enviar su mensaje a todas las mujeres que
la leían.
Por otro lado, aunque critica a las mujeres, también las defiende y pide un
lugar visible para ellas en la sociedad, que se les tome en cuenta. Consuelo Colón
veía con beneplácito que la mujer estudiara y se superara, muestra de ello fue el
constante seguimiento que hizo a las actividades de la recién fundada Universidad
Femenina en 1943, con Adela Formoso al frente, dentro de las entrevistas y los
comentarios que hacía para el periódico sobre el diario acontecer de la ciudad.
Ella conoció a algunas mujeres que formaron parte del grupo El Ateneo
Mexicano de las Mujeres, sin embargo, no estuvo dentro de éste; la razón por la
que no lo hizo no fue por falta de interés sino de tiempo, pues estaba involucrada
en muchas actividades tanto en el periódico como en las clases que daba como
maestra de primaria y, posteriormente, en sus programas radiofónicos. No
obstante, fue amiga de Mathilde Gómez,292 Eulalia Guzmán, Adela Formoso,
Glorinela, Emmy Ibáñez, María de Jesús de la Garza, en fin, mujeres
contemporáneas de ella que hicieron muchas cosas en pro de las demás mujeres y
de quienes ahora no se tiene prácticamente ninguna noticia.293 Todas ellas lucharon
por tener un lugar y no ser invisibles para la sociedad mexicana, pero sobre todo,
María Elvira Buelna Serrano y Lucino Gutiérrez Herrera, op. cit., [en línea].
Verdaderamente es una vergüenza que siendo una de las fundadoras del Seminario de Cultura
Mexicana, en la página web de esa institución no exista ningún dato de Mathilde Gómez, excepto
su nombre, ni siquiera se indica cuándo y dónde nació y murió.
293 Tengo la certeza de la cercanía entre ellas porque poseo algunos libros que escribieron varias de
las mujeres que menciono y están dedicados de su puño y letra a Consuelo Colón, lo que no deja
dudas de la amistad que había entre ellas.
291
292
~ 207 ~
porque las que venían detrás, también tuvieran mejores oportunidades sociales y
laborales.
Aunque los años 50 ya no son objeto de esta investigación, cabe mencionar
que en 1958 Consuelo Colón tomó cursos de teatro y fue buena amiga de Salvador
Novo –quien también fue su maestro–.294 Este giro en sus intereses le abrió otras
puertas, pues a partir de este nuevo conocimiento ella incursionó en el teatro como
crítica e hizo una nueva columna titulada: “Por los caminos del arte”, en donde
escribía sus opiniones sobre las obras teatrales que se estrenaban y, en general,
sobre diversos eventos culturales. Se relacionó con los dramaturgos importantes de
la época, además de Salvador Novo y Rafael Solana, entre otros. También conoció
de manera cercana y amistosa al Bachiller Álvaro Gálvez y Fuentes, cuya
trayectoria en el ámbito cultural fue muy importante en esos años y con quien tuvo
proyectos, incluso para la televisión,295 pues trabajaban en la misma estación de
radio, pero la prematura muerte de Consuelo Colón ya no les permitió cristalizar
más actividades.296
De esta forma, Consuelo Colón ayudó con su discurso periodístico a
reforzar una imagen femenina acorde con la cultura de género hegemónica de esos
años, pero que apenas comenzaba a vislumbrarse un cambio en sus actitudes al
tener acceso a una educación superior.
4.2.- La Revista Mutualidad: abriendo espacios para la pluma femenina en
medio de un contexto masculino.
Poseo una libreta fechada en julio-agosto de 1958 con los diferentes cursos de teatro que ella
tomó y los maestros que se los impartieron; además de una carta de Salvador Novo con motivo de
la muerte de Consuelo Colón y en donde le da el pésame a su hija, Consuelo Cruz, por el
fallecimiento de su madre.
295 Vid nota 294.
296 De hecho, el Bachiller estuvo presente en el velorio de la hija de Consuelo Colón, Consuelo Cruz,
el 21 de abril de 1975, y tres meses después, él falleció.
294
~ 208 ~
Poco o nada se sabe de la revista Mutualidad297 y de su contenido, además de
que también es justo reconocer la labor de su Directora, Consuelo Colón, quien en
una época de cambios y en medio de una sociedad patriarcal y tradicionalista,
como era la de finales de 1930, tomó la iniciativa de empezar un órgano
informativo que, por lo mismo, tiene la cualidad de haber abierto espacios
considerados masculinos, como el periodismo, a la pluma femenina.
He dividido este subcapítulo en cuatro partes: en la primera hablo sobre los
antecedentes de las sociedades mutualistas en México, ¿qué son y cómo
comenzaron? Esto es necesario para revalorar también la importancia que tuvieron
dentro de la sociedad mexicana y la influencia que dejaron para el ámbito laboral
en cuanto a los derechos de los trabajadores. En la segunda parte, presento la
revista, cómo estaba conformada en sus secciones y cuál era el contenido de cada
una de ellas de forma somera, esto dejará ver los intereses que tenía y los motivos
por los cuales fue fundada; asimismo dará una idea de lo que sucedía en el México
de finales de los años treinta. En la tercera parte hablo de la mutualidad como el
objetivo primordial que tenía la revista. Por último, destaco la presencia femenina
dentro de ella, como algo importante derivado de que quien la dirigía era una
mujer, por lo tanto, no es extraño el peso femenino de su contenido.
Publicaciones como éstas pasaron aparentemente inadvertidas, pero el
tiempo y la distancia las han revalorado en su justa dimensión; analizarlas desde
una perspectiva histórica de rupturas, como apunta Michel Foucault en su libro La
arqueología del saber, es importante, pues a pesar de que no lograron provocar un
hito en el devenir histórico, en muchas ocasiones fueron la piedra angular para que
Esta revista no se encuentra en la Hemeroteca Nacional. Lo único que está registrado es un
boletín informativo mensual de la Sociedad Mutualista “Géminis” de 1941 y 1944, llamado El
Mutualista, pero no tiene el formato de revista, sólo informa sobre los acuerdos a los que llegó la
sociedad en diferentes juntas y sesiones. Ocasionalmente, publica algunos poemas en fechas
excepcionales como mayo, por ser mes de la madre, o septiembre, mes patrio. Las copias de los
ejemplares que poseo de Mutualidad se los debo a la generosidad de mi sobrina Liliana Martinelli
Cruz, nieta de Consuelo Colón.
297
~ 209 ~
las circunstancias tomaran un cauce diferente, al provocar, a través de sus artículos
periodísticos, una paulatina toma de conciencia sobre lo que sucedía en el país.
Desde esta misma perspectiva, Jacqueline Covo presenta una opinión
interesante:
[…] cabe preservar o rescatar un material humilde, al que no se presta la
suficiente atención: los boletines o folletos de asociaciones, sindicatos,
instituciones educativas, laborales o comerciales, etc., cuyos enfoques aclaran
por dentro la actuación de grupos específicos o de minorías en la historia
nacional. […] Muchas interpretaciones monolíticas de la historia mexicana
podrían matizarse si indagaran en la prensa periódica.298
Como ya lo señalé, la Revista Mutualidad no se trata de una publicación muy
conocida, de hecho, muchas de las que menciona Jacqueline Covo en su artículo, ni
siquiera se encuentran en la Hemeroteca Nacional, sin embargo, su contenido nos
da una buena semblanza para poder tomarle el pulso a la sociedad mexicana de
aquellos años.
4.2.1- Antecedentes mutualistas.
Se hace preciso contextualizar, de manera breve, lo que es el mutualismo y
sus antecedentes históricos en México para poder comprender su importancia y la
del órgano informativo que se convirtió en su vocero durante casi un año.
Las sociedades mutualistas surgieron como tales en el siglo XIX con una
función muy específica:
… [eran] conjuntos de personas que sólo perseguían finalidades de ayuda
mutua, sin otro interés que el de cooperar económicamente en casos de
siniestros personales o enfermedades cuyo gasto [les resultara oneroso]. Su
formación obedece a los intereses personales de un grupo o sector social
constituido en forma de asociación, sujeta a reglas que se imponen los propios
interesados en beneficio de los propósitos perseguidos.299
Aunque la historia del mutualismo se remonta a Europa y al siglo XVII, me
interesa resaltar solamente su situación en México.
Jacqueline Covo, “La prensa en la historiografía mexicana: problemas y perspectivas”, p. 695, [en
línea].
299 Santiago Barajas Montes de Oca, “Cajas de ahorro y sociedades mutualistas”, p. 533, [en línea].
298
~ 210 ~
Las asociaciones mutualistas registran su aparición con la creación de la
Dirección General de Industria Nacional en 1842, cuyos propósitos consistían
en organizar a los productores agrícolas e industriales, difundir los adelantos
técnicos extranjeros y nacionales, combatir el contrabando, promover la
producción nacional por medio de exposiciones y otros, instruir a los operarios
y fomentar la formación de cajas de ahorro entre estos últimos.300
Loables motivos para iniciar asociaciones que buscaban mejorar la situación
de los trabajadores y artesanos en general; el trabajo no estaba dividido como se
encuentra en la actualidad y la industrialización todavía no se asentaba en México.
Aún no existían los sindicatos con la fuerza y el poder que adquirieron con el
tiempo, por lo que la explotación de los trabajadores por los patrones era
indiscriminada, pues no había leyes ni reglamentos que los protegieran.
Una de las características de estas asociaciones era que
Los artesanos que se integraban [por primera ocasión] debían pagar por única
vez, cierta cantidad por derecho de matrícula. Además debían cotizar semanal
o quincenal o mensualmente, de conformidad con su jerarquía e ingresos.
Estos recursos, aunados a los aportados por las rifas de productos elaborados
por los propios trabajadores, sirvieron para establecer una caja de ahorros,
cuyas utilidades se aplicaban en: a) premiar a los artesanos que llegaran a
distinguirse; b) realizar actos de beneficencia entre los socios (auxilio de
enfermos, ayuda a los familiares de los socios que fallecían, beneficios a los
socios que contraían matrimonio o que bautizaban a sus hijos) y c) cubrir los
gastos de los establecimientos. Fue así como a mediados de 1844 surgió la
primera asociación mutualista de trabajadores de la República, con 318
inscripciones. Sin embargo, cabe destacar que no se trató de una asociación
civil, sino de una asociación inserta en una corporación pública: la Junta de
Fomento de Artesanos.301
Desgraciadamente, para 1847 tuvieron que usarse los pocos fondos
gubernamentales de que se disponían para sostener la Guerra contra Estados
Unidos y debido a esto, cesó la Junta de Fomento de Artesanos. No obstante lo
anterior, nuevamente, al paso de los años, se retomaron las ideas de las sociedades
de ayuda mutua.
Aunque las sociedades de socorros mutuos […] mostraban una gran variedad
en su composición, estructura y funcionamiento, no por ello dejaban de exhibir
300
301
Juan Felipe Leal, Del mutualismo al sindicalismo en México: 1843-1911, p. 13.
Ibid, p. 14.
~ 211 ~
ciertos rasgos comunes […]. Se trataba de asociaciones civiles que reunían a
varias decenas de operarios, generalmente residentes de una misma población
o, aun, en un mismo barrio, y pertenecientes a la misma profesión u oficio.
Cada mutualidad contaba con un reglamento propio, ya que eso constituía un
requisito que había sido impuesto por el poder público desde 1850, fecha en
que se registró la primera asociación civil de este género. Los reglamentos de
las mutualidades debían contener: el nombre de la sociedad, sus fines, los
requisitos para la admisión de los socios, las obligaciones y los derechos de los
mismos, sus formas de representación y las atribuciones y comisiones de su
órgano directivo. Común a todas estas agrupaciones era la prohibición expresa
de hacer política y de tratar en sus juntas asuntos religiosos. De lo anterior se
desprende que los fondos de las sociedades de socorros mutuos solían
dividirse en dos partes: una destinada a obtener réditos o utilidades y otra
dispuesta a asistir a los socios.302
Sin embargo, debido a la inestable situación laboral por la que pasaba el país
en la segunda mitad del siglo XIX, muchos de estos artesanos buscaron mejores
oportunidades económicas y esto hacía que se movieran a otros lugares, lo que
dificultaba la recolección de las cuotas, trayendo como consecuencia que los fondos
de las sociedades mermaran constantemente.303 Fue por esta razón que el
artesanado urbano buscó una organización diferente: la sociedad cooperativa.
Las sociedades mutualistas que habían logrado mayores recursos gracias a
las cuotas de sus socios habían ideado hacer publicaciones que eran órganos
informativos con las siguientes finalidades:
Esta prensa cubría una gran variedad de funciones, entre otras: informaba a los
socios mutualistas de las actividades internas de la agrupación; daba cuenta a
sus afiliados de las comunicaciones, los acuerdos o las acciones comunes que
se establecían entre la propia asociación y otras organizaciones similares;
pretendía educar a los trabajadores y al pueblo en general, modificar actitudes
y comportamientos; […] constituía un foro para la discusión y la toma de
posiciones en torno a diversas cuestiones económicas, sociales y políticas, un
espacio para el debate y la controversia […]; servía, por ende, de asiento y
plataforma de acción a diferentes núcleos políticos del mundo artesanal […].304
Ibid, pp. 14-15.
Cabe recordar que en esos tiempos y durante las primeras décadas del siglo XX, la recolección de
las cuotas era a través de un cobrador que iba a las casas de los socios para recibir la cuota
correspondiente. No es difícil imaginar que muchas veces los socios se mudaban sin avisar y se
perdía irremediablemente su rastro, amén de que a veces el cobrador debía regresar varias veces,
pues los socios no tenían para pagar la cuota.
304 Ibid, p. 20.
302
303
~ 212 ~
Es un hecho que las sociedades mutualistas cubrieron, desde el siglo XIX, la
ayuda y el apoyo que no existían en aquellos años por parte del Estado y que eran
tan necesarios, pues los trabajadores, artesanos y otros, no contaban con mayores
recursos para poder pagar un hospital, medicinas y consultas en caso de
enfermedad o accidente; tampoco contaban con un apoyo para la familia en caso
de muerte del hombre que, generalmente, era el único sostén económico de la
familia. Cuando eso ocurría, la viuda y sus hijos pasaban graves penurias. Por
estas razones, los socios de las sociedades mutualistas trataban de ayudarse entre
sí para poder solventar de mejor manera situaciones difíciles.
Cabe aclarar que las sociedades mutualistas y los sindicatos convivieron
entre sí, pues ambas agrupaciones se ayudaban y se apoyaban. Recordemos que
los sindicatos surgieron con más fuerza a raíz de las huelgas de Cananea, Sonora
(1906), y Río Blanco, Veracruz (1907), a principios del siglo XX.
Las sociedades mutualistas subsistieron muchos años gracias a la loable
labor de unión y ayuda que desempeñaban, pues cubrían necesidades de primer
orden entre los trabajadores. Sin embargo, esto no obstaba para que los propios
mutualistas vieran la necesidad de crear un seguro social para toda la población y
pugnaban por ello:
Ayer en los trabajos del VI Congreso, la Asamblea se pronunció a favor de la
implantación del Seguro Social en México, y nosotros pusimos ese comentario:
“Si algún día el Seguro llega a ser una realidad entre nosotros, quede pues esta
constancia de que el mutualismo de la República, representado por los
componentes del VI Congreso, abogaron, cuando menos con un buen deseo
unánime, por esta conquista de la Ley Federal del Trabajo”.305
Y no sólo se daba cuenta de la prioritaria necesidad de un seguro social para
toda la población, también se hablaba del interés por la inclusión de la mujer
mexicana dentro de la mutualidad, “ya que significa una garantía efectiva para las
Francisco Chávez y Calderón, “Palabras de salutación del señor Francisco Chávez y Calderón,
Delegado por la Sociedad ‘Géminis’, en la Sesión inaugural del VI Congreso Nacional de
Sociedades Mutualistas”, Revista Mutualidad, p. 8.
305
~ 213 ~
clases laborantes, contra el despilfarro y las imprevisiones del marido”.306 También
se pensaba en la inclusión de los niños, es decir, de toda la familia que, de esta
manera, gozaría de una seguridad más integral y no sólo por parte del esposo:
“Asimismo, el ingreso del niño al mutualismo contribuye a su educación social y
moral, infundiéndole el gusto, el hábito, la necesidad del ahorro, de la previsión y
de la libre asociación”.307 Los principios y valores que se buscaban inculcar en la
población no estaban mal, pues el ahorro y la previsión darían por resultado un
país con más capacidad para afrontar las urgencias económicas personales, pero
sobre todo, se buscaba la protección y la unión de toda la familia. Esto era un valor
que, en esos años, resultaba primordial para el gobierno y la sociedad.
Finalmente, en 1942 con la fundación del Instituto Mexicano del Seguro
Social (IMSS), el Estado tomó en sus manos la responsabilidad de la salud, la vejez
y la muerte de los trabajadores. Al principio ni los trabajadores ni los patrones
querían pagar las cuotas por parecerles muy caras, además de que eran
obligatorias no voluntarias, como sucedía con las mutualistas; sin embargo, al ver
los beneficios que esto conllevaba, acabaron aceptándolo y ahora sólo grupos
específicos –como las trabajadoras domésticas, los vendedores ambulantes, etc.–
trabajan sin estar asegurados. Un año después, en 1943, se estableció también la
Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA) con la misión de formar una red
nacional de hospitales y combatir enfermedades infecciosas por medio de
campañas de higiene y vacunación.308
Estas instituciones, además del ISSSTE, en la actualidad, jubilan a sus
trabajadores por antigüedad en el trabajo, por invalidez, ayudan a la familia
cuando hay problemas de salud gracias a sus clínicas y hospitales y, en caso de
“Se demanda del Ejecutivo una legislación especial a favor del mutualismo”, Revista Mutualidad,
p. 31. Estas palabras se dijeron porque las mujeres tienen fama de ser más organizadas con el dinero
dentro del hogar, pues ellas llevan toda la responsabilidad de que el dinero alcance para todo lo
necesario.
307 Idem.
308 Fue en este momento también cuando se exigió a los estudiantes de medicina pasar un período
en el campo como servicio social, lo que ayudó a que la medicina y las vacunas llegaran a lugares
recónditos de la República Mexicana.
306
~ 214 ~
muerte, se da una pensión a la viuda, incluyendo una ayuda para el funeral; de
esta manera, la familia no queda desamparada a pesar de la desaparición del
trabajador que era el jefe de familia.
4.2.2.- La Revista Mutualidad.
En medio de esta situación social y laboral surgió la publicación de la Revista
Mutualidad. Su vida fue muy breve: de diciembre de 1937 a septiembre de 1938.
Los primeros cuatro números fueron mensuales y los siguientes seis salieron a la
luz dobles y fueron bimestrales; así que, en estricto sentido, la revista sólo salió a la
venta siete veces. Inició con un costo de $0.10 y, a partir del número 3, subió a
$0.20, $0.40 los números atrasados y $2.00 la suscripción anual. Sus oficinas, que
pertenecían a la Sociedad Mutualista “Empleados de Comercio”, estaban ubicadas
en la calle Isabel la Católica 2, altos,309 mismas que también se ofrecían en los
anuncios de la revista como salones para efectuar asambleas, festivales, reuniones,
etc.
La revista era el órgano informativo de la Confederación Nacional de
Sociedades Mutualistas (CNSM). En la portada ostenta el símbolo “La antorcha de
la mutualidad alumbrando a la Patria Mexicana” y su lema: “Por la Patria y por el
Mutualismo” da la idea de ayuda entre sociedades mutualistas a nivel de todo el
país haciendo énfasis en promover la ayuda fraternal a toda la Patria, es decir, a
toda la República, pues éste era uno de sus propósitos: la inclusión de todas las
sociedades sin importar el estado en donde estuvieran radicadas; lo que se buscaba
era extender la ayuda y el apoyo a esta gran familia mexicana completa.
En el primer editorial se explica el motivo por el que surgió la
Confederación:
…era de urgente necesidad absolutamente indispensable, unir a todas las
Sociedades de la República que sustenten como principio el mutualismo, para
Actualmente, en esa dirección se encuentra la notaría 23 a cargo del notario Bernardo Pérez
Fernández del Castillo. El edificio sigue en las mismas condiciones, ya que se trata de una hermosa
y antigua edificación de tezontle.
309
~ 215 ~
poder lograr el triunfo de este ideal, ya que solamente la unión, la mutua
comprensión, la labor conjunta, el esfuerzo unánime podrían determinarlo; y
que esas sociedades, que por comunión de ideas y aspiraciones forman moral
y prácticamente una misma y única familia, no deberían, ni por razones de
número ni de superioridad económica, ni de lugares, de leyes
(fundamentalmente iguales), de categorías en cuanto a sus componentes, ni
por ninguna otra razón, laborar aisladamente, porque jamás lograrán, por
grandes y fuertes que se supusieran, la fuerza, el poderío, preponderancia y
prestigio necesarios para hacer sentir, respetar y valer, cosas éstas todas que
son y han sido siempre de capital importancia para alcanzar un éxito seguro,
durable y verdadero, en todos los casos y circunstancias.310
La idea de unir a todas las sociedades mutualistas de la República en una
Confederación surgió en el Primer Congreso Nacional de Sociedades Mutualistas
“Empleados de Comercio”, que tuvo lugar en la ciudad de Guadalajara, en
septiembre de 1932 y su finalidad era
…convertirse en un centro de actividades […] para recibir ideas, quejas,
proyectos, etc. y trabajar valiéndose de la fuerza que el conjunto le daba, [para]
poner en práctica lo que se creyera de utilidad, resolver, ayudar, servir a los
demás; pero no abrogándose facultades omnímodas, no pasando sobre leyes
especiales de control de cada agrupación, no obrando de por sí, sino
ajustándose a la decisión de las [sociedades] confederadas, respetando sus
leyes, pensamientos y trabajos propios que emprendan, ya que son absolutas e
independientes cada una.311
Efectivamente, se buscaba la unión y, en consecuencia, la solidaridad en
medio del respeto a la autonomía de cada una de ellas. Fue durante los Congresos
IV y V cuando se notó la necesidad de contar con un órgano informativo que
hermanara a todas las sociedades mutualistas al saber qué era lo que hacía cada
una independientemente de los estados de la República donde estuvieran; de esta
forma podría circular mejor la información entre ellas. Aunque en el VI
Congreso312 se aprobó su aparición, fue hasta el 4 de noviembre de 1937, durante
“Editorial”, Revista Mutualidad, p. 3.
Ibid, p. 4.
312 Este VI Congreso se llevó a cabo en el D.F., en la Sala de Conferencias del Palacio de Bellas Artes,
del 26 al 30 de septiembre de 1937; contó con la presencia del Lic. Enrique Guerrero Arciniega,
representando al Presidente Lázaro Cárdenas. Esto da una idea de la importancia que tenían las
Sociedades Mutualistas dentro de la vida política y social de la época.
310
311
~ 216 ~
una reunión de la Confederación Nacional de Sociedades Mutualistas bajo la
dirección de Manuel Guardia, cuando se hizo ya público y efectivo:
La Comisión de Prensa a cargo de la Profa. Consuelo Colón de Rosete,
presenta un proyecto para la publicación de la Revista, órgano de la
Confederación. Estudiando el proyecto se resuelve que se saque a la luz el
primer número. De los fondos de la Confederación se dará un subsidio, que
será acordado por el Presidente. El nombre que llevará el periódico será:
“MUTUALIDAD”. Será Director del mismo la Profa. Consuelo Colón de
Rosete, [además de] Jefe de la Comisión de Prensa, y la Administración
quedará a cargo del Sr. Valderrama, Presidente de la Comisión de Hacienda.313
La revista inició con mucho entusiasmo en el Distrito Federal con una
invitación abierta a todas las sociedades mutualistas para colaborar en el sentido
más amplio de informar sobre sus actividades particulares, sin olvidar los
principios bajo los que habían nacido varias de las publicaciones que tenían como
finalidad ser órganos informativos de las diferentes agrupaciones mutualistas.
Como ya lo había dicho, una de las situaciones notables es que fue una mujer
la Directora y Jefe de Prensa y Publicidad: Consuelo Colón, una periodista que
aunque no era su primer trabajo periodístico, sí el que conllevaba una mayor
responsabilidad, la que implicaba estar al frente de la dirección de una revista. Ella
tomó las riendas de la publicación desde su inicio hasta el final.
La revista estaba conformada por varias secciones fijas:
“Editorial”.- Expresaba opiniones de reflexiones sobre el mutualismo.
“Página Femenina”.- Empezó con artículos de opinión sobre las mujeres en México
o tomando a otros autores como Severo Catalina, obsequiando un matiz diferente e
interesante. La autora de esta columna, Consuelo Colón, trataba de mostrar una
posición distinta hacia las mujeres, adecuada a la época, pero sin dejar de lado el
papel tradicional de madres, esposas y amas de casa. Ella escribía artículos que
iban más allá de fomentar estas actitudes y buscaba hacer una reflexión y una
crítica sobre el rol de las mujeres dentro de la sociedad mexicana. Sin embargo, a
313
“Actividades mutualistas”, Revista Mutualidad, p. 17.
~ 217 ~
partir del número 2 comenzó a incluir consejos para el hogar y poco a poco, recetas
de cocina.
“Página Literaria”.- Aquí, quienes sentían tener la sensibilidad de poetas dejaban
salir sus sentimientos en un poema que reflejara la emoción que deseaban
compartir.
“Página Médica”.- Aquí se expone, desde el primer número, que el socio
mutualista debe gozar de buena salud para que no sea una carga onerosa “para la
Sociedad sino un elemento de cooperación que con sus energías ayude al que por
verdadero accidente se ve precisado a no trabajar”.314 Además se daban consejos
útiles sobre una toma de conciencia, muy necesaria en aquellos años, para que la
gente no se automedicara evitando ir al médico, pues era muy común poner en
práctica los consejos de los demás antes de ir con un especialista de la salud.
“Actividades Mutualistas”.- Todas las actividades de interés cultural que
organizaban las sociedades mutualistas tenían en este espacio un lugar mediante
una nota, a veces acompañada de una fotografía y, a veces, sólo de un breve
comentario.
“Página Musical”.- Incluía la partitura completa de una canción, amén de la letra,
lo cual dejaba entrever que mucha gente tocaba un instrumento, tal vez el piano, y
esta página estaba pensada en función del entretenimiento musical de los lectores.
“Página Infantil”.- Generalmente estaba compuesta por fotografías de niños,
algunos de ellos eran hijos de gente famosa, como Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del
entonces presidente Lázaro Cárdenas, o de los propios colaboradores de la revista,
como los hijos de Manuel Guardia, Jefe de Redacción, entre otros. Había, a veces,
composiciones de textos breves escritos por los propios pequeños o algún cuento
infantil producto de una pluma profesional.
“Página Cinematográfica”.- En ella, Orlando, quien fue el titular de la columna a
partir del número 4, expone sus opiniones sobre el cine mexicano, tanto sus
314
Dr. José L. Amor, “Higiene protectora del mutualista”, p. 21.
~ 218 ~
carencias como sus aciertos, hace una crítica reflexiva y fundamentada de las
películas, los actores, las actrices y los directores del momento.
“Página Humorística”.- Emulaba a un periódico titulado El Loro que, huelga
decirlo, contenía noticias excéntricas, chistosas y algunas muy burlonas que
intentaban provocar la risa de los lectores.
Artículos varios.- En éstos entran todos los tópicos que quedaban fuera de las otras
secciones, desde semblanzas de personajes, cuestiones educativas, etc. Estaban
sueltos porque muchos de sus colaboradores sólo publicaban una vez, no eran
constantes.
Otras secciones como la “Entrevista”, el “Cuento”, la “Leyenda” y la
“Página Deportiva” no salían siempre, eran esporádicas. De hecho, el primer
número sólo tenía 22 páginas y a partir del segundo, aumentó a 32, lo que habla de
una naciente ilusión por el incipiente éxito de la revista.
De todas las secciones, las más interesantes eran el “Editorial”, las
“Actividades Mutualistas” y los artículos que hablaban sobre lo que sucedía en los
Congresos o cuando había peticiones por parte de los mutualistas hacia el
gobierno. El “Editorial” generalmente era un artículo mucho más reflexivo y
siempre tenía una voz en donde se mezclaba la información con la crítica y las
propuestas en favor de la mutualidad. Aun cuando no estaba firmado, no era
difícil imaginar que lo escribiera a veces la Directora, Consuelo Colón, o el Jefe de
Redacción, Francisco Chávez y Calderón. Ella también se encargaba de hacer una
pequeña nota a modo de introducción para algunos artículos, sobre todo, si se
trataba de gente ya reconocida, que escribía por primera vez para la revista, como
los escritores José Manuel Puig Casauranc, Gregorio López y Fuentes o el filósofo
Antonio Caso.315 Esa nota era la bienvenida a los ilustres colaboradores, quienes
con su pluma, engalanaban las páginas de la revista dándole prestigio al mismo
tiempo.
El lograr que personajes de esta talla le dieran una colaboración para la revista, deja ver las
habilidades periodísticas y sociales de Consuelo Colón.
315
~ 219 ~
Dentro de la revista, son dos los temas principales que llaman la atención: la
Mutualidad, en donde entraría desde la “Página Editorial”, hasta todos los
artículos que tengan que ver con eso, incluyendo la “Página Médica” o la de
“Deportes”, y las mujeres representadas en la “Página Femenina”, escrita en su
totalidad por Consuelo Colón, la Directora.
4.2.3.- La mutualidad.
El primer tema, la Mutualidad, se entiende porque ése es el propósito
principal de la revista: ser un órgano informativo, ser una invitación constante al
público en general para formar parte de las diferentes asociaciones mutualistas y
mostrar de una manera abierta y pública lo que hacían dichas asociaciones en
todos los aspectos y buscar más adeptos para, así, hacerlas crecer, difundir el
mutualismo y remarcar su gran finalidad que era la de ser una ayuda de previsión
a todos los socios que las conformaban, en su mayoría, trabajadores y obreros. Pero
también, como ya lo decía Juan Felipe Leal: “pretende educar a los trabajadores y
al pueblo en general, modificando actitudes y comportamientos”. Quizás este
propósito resulte muy ambicioso, tomando en cuenta que todavía para la década
de 1930 había un alto índice de analfabetismo en México. No obstante y
precisamente por eso, es que se buscaban todos los caminos posibles para allegarle
a la gente un poco de cultura, un poco de conocimiento, pero también de
entretenimiento.316 Por esta razón, no debe sorprendernos la variedad en el
contenido de la revista que abarcaba medicina, literatura, música, deportes, niños,
cuento, leyenda, cine, mujeres: todas estas áreas diversas del saber humano que
buscaban instruir deleitando a todos los que compraban la revista.
Una de las principales motivaciones de esa publicación era que trataba de
dar cuenta de todo lo que hacían las sociedades mutualistas que existían en ese
Esto nos remonta a la máxima del siglo XIX: “instruir deleitando”, pues se sabía que la literatura,
tanto en su forma de novelas y cuentos como en las revistas, muchas veces era el único
acercamiento que la población en general tenía al aprendizaje, de aquí su importancia y la toma de
conciencia de quienes la practicaban para darle matices didácticos.
316
~ 220 ~
tiempo en toda la República.317 Estas sociedades de ayuda mutua se daban a
conocer a través de un órgano informativo en un momento en que comenzaban a
surgir los grandes sindicatos, algunos de los cuales aún existen y tienen fuerza,
pero en ese tiempo iniciaban sus labores. La revista salió a la luz durante un
sexenio guiado por ideas socialistas, entendidas éstas como de ayuda y apoyo a la
sociedad, sobre todo a los más desprotegidos; un sexenio lleno de cambios,
algunos drásticos, otros exitosos, pero también de rechazo, como la educación
socialista, por ejemplo. Sin embargo, muchos de estos cambios fueron necesarios
para el momento histórico que el país atravesaba. El general Lázaro Cárdenas
buscaba acercarse a todos los sectores que conformaban esta sociedad y trataba de
entender todas sus necesidades, de aquí que requiriera de todo el apoyo social
posible.
Las sociedades mutualistas buscaban hacerse visibles y llevar su mensaje de
fraternidad y apoyo a esta sociedad, justo cuando el país pasaba por una situación
difícil. Recordemos que fue en el año 1938 cuando Cárdenas expropió el petróleo
mexicano y necesitaba pagar la deuda extranjera; dentro del número de marzo de
la revista había pequeños desplegados apoyando la decisión gubernamental y
llamados a la sociedad en general a cooperar con el gobierno para ayudar al pago
requerido: “Tu Patria será tan grande y respetada como tú quieras. Todos
aportarán fondos para lograr el rápido pago de la Indemnización Petrolera. Remita
usted su ayuda al Banco de México”,318 “Mujeres, mujeres, mujeres –Formen
comités Pro-Compra de Bonos de Redención Nacional–. Todos deben cumplir su
obligación dentro del mayor esfuerzo a sus posibilidades”,319 “Coopere a rescatar
la palabra de México, compre Bonos de la Redención Nacional”.320 Estas
invitaciones conllevaban, además, un mensaje de unión y nacionalismo necesarios
para reivindicar la imagen de México ante el mundo.
Según un artículo de la revista, eran aproximadamente 24 en el D.F. Cfr. Manuel Guardia, “El
mutualismo como factor de fraternidad”, Revista Mutualidad, p. 3.
318 Anuncios varios en la Revista Mutualidad, p. 2.
319 Ibid, p. 5.
320 Ibid, p. 13.
317
~ 221 ~
A pesar de que en la revista se hablaba de lo que pasaba en el país, esto no
obstaba para que los mutualistas explicaran y manifestaran sus propias ideas y
necesidades como el hecho de enviar al Congreso la petición de una ley con la cual
se diera carácter legal y jurídico a las sociedades de ayuda mutua para que
normaran sus procedimientos, sobre todo durante los momentos en que era más
indispensable llevarlos a cabo, como la repartición de ayuda y herencia para un
socio recién fallecido, por ejemplo,321 estos procesos debían quedar muy claros,
sobre todo para los deudos, de esta manera, se trataba de evitar cualquier
anomalía. Sin embargo, había puntos para los cuales las sociedades mutualistas
todavía no estaban preparadas y ellas mismas reconocían la ineficacia de su labor,
como la implementación de un seguro por accidentes de trabajo que aún no se
establecía dentro de sus reglamentos y estatutos;322 ésta sería una labor que todavía
llevaría algún tiempo resolver. Finalmente esta petición quedaría resuelta en
manos del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Llama la atención la constante preocupación de la revista por explicar de
una manera clara y llana los procedimientos legales que les competían: la
importancia del ahorro y la previsión, que eran dos de los objetivos más
importantes de las sociedades, pues andando los años surgen problemas físicos y
enfermedades, ambos imprevistos para cualquiera; hacían hincapié en la
importancia de que las sociedades mutualistas fueran familiares, es decir, que
ingresaran no sólo los hombres como trabajadores y único sostén de las familias
sino también las esposas y los hijos; de hecho, había algunas sociedades
mutualistas femeninas como “Alma de mujer”,323 fundada en 1885 y otras de
carácter mixto formadas por hombres y mujeres como la Sociedad Mixta de
Auxilios Mutuos “33 Amigos Tipógrafos”. La trascendencia de esto radicaba en no
dejar desamparada a la familia del trabajador, pues los beneficios no sólo serían
Cfr. Manuel Armas, “Las herencias en las sociedades mutualistas”, pp. 7-8 y 32.
Cfr. “Las sociedades fraternales de socorros mutuos”, pp. 1-2.
323 En esos años, la directora de la sociedad mutualista femenina “Alma de Mujer” era la periodista
y profesora Consuelo Colón.
321
322
~ 222 ~
para él, serían extensivos a todos los miembros del hogar, ya que al pagar cada uno
de ellos una cuota, esta ayuda aumentaba.
Los artículos de la revista también hacían mucho hincapié en la labor
desinteresada que llevaron a cabo los miembros de sus mesas directivas para
poder acrecentar el capital económico y, así, hacer frente a las necesidades de los
socios, además de enaltecer constantemente la ayuda solidaria y las ventajas que
significaba estar dentro de una sociedad mutualista.324
4.2.4.- La Página Femenina.
El segundo tema que me interesa resaltar en la revista es el femenino. Desde
su primer número contó con la “Página Femenina” a cargo siempre de su Directora
Consuelo Colón, como ya había dicho, quien explica su intención:
Propugnaré desde estas columnas, porque el campo espiritual de la mujer
mexicana sea embellecido para ejercer las augustas funciones de madre y
esposa con el anhelo de influir considerablemente en los progresos que no
cesan de hacer las ideas y las costumbres. […] Mis propósitos en esta página
[femenina] son los de unir lo útil a lo bueno y a lo bello.325
Sin embargo, no sólo se queda en lo dicho sino que va más allá, va en pos de
una reflexión más genuina y adelantada con respecto a lo que se esperaba de una
mujer en esa época cuando anuncia y hace conciencia de una actitud que por años
se creyó era natural en las mujeres: la falta de interés por el conocimiento y el
aprendizaje:
Nuestra falta de cultura ha permitido que algunas [mujeres] sean sacrificadas
y otras atropelladas. Existe aún la preocupación, continuamente alimentada
por el orgullo y la ignorancia, que considera a las mujeres inferiores al hombre
y las mantiene en un estado de tutela tiránica.
La manera de aumentar el capital aportado por los socios era organizando diversos eventos
como bailes, veladas literario-musicales, obras teatrales, etc. Esto era importante porque era la única
forma de allegarse recursos económicos sin disminuir el capital al momento de tener que cubrir
alguna necesidad de los socios, pues era un hecho que a veces algunos no pagaban sus cuotas y esto
hacía más difícil tanto los pagos a los trabajadores cuando lo requerían como la subsistencia de la
propia sociedad mutualista. Cabe mencionar que los directivos de las sociedades no percibían un
salario. Por estas razones se insistía mucho en las ventajas de pertenecer a una sociedad mutualista.
325 Cfr. Consuelo Colón, “Pondré mi pluma al servicio de la mujer mexicana, luchando por su
liberación”, p. 19.
324
~ 223 ~
Mujeres mexicanas, precisa que se cultiven para corregir esos grandes errores
que han hecho de nosotras seres irredentos.
Los gobiernos más adelantados, y entre ellos se distingue el del actual
Presidente Cárdenas, se preocupan de manera preferente, por el mejoramiento
educativo de la mujer, elevando su nivel cultural.326
Aunque el discurso puede sonar oficialista, es un hecho que el Presidente
Lázaro Cárdenas comenzó a tomar en cuenta a las mujeres mexicanas, cabe
recordar que nombró a Palma Guillén como la primera mujer embajadora en
Colombia (1935-1936), de esta manera, ella dio inicio a su carrera como
diplomática.327 Otro hecho interesante fue que durante su gobierno, Cárdenas
mandó
la
iniciativa
de
ley
para
otorgar
el
voto
femenino,
aunque
desgraciadamente no se pudo concretar en esos años.328
El discurso de Consuelo Colón encierra la intención de ser una llamada a
todas las mujeres mexicanas para que se cultiven, se eduquen y, de esta manera,
logren hacer un cambio en sus vidas y, por consecuencia, en el país o la Patria,
como era más acostumbrado denominar a México. Esto es importante porque
además de lo anterior, el mismo hecho de ser la Directora de una revista y, gracias
a ello, dar salida a sus ideas de manera pública a través de los artículos y
editoriales que escribió, se convirtió en un gran logro; no hay que olvidar que ella
fue una de las pocas mujeres que tomaba parte activa en los Congresos de las
Sociedades Mutualistas y no sólo como ponente, también como organizadora,
Consuelo Colón, “La situación de la mujer en el mundo”, p. 18.
También fue embajadora en Dinamarca (1936-1938) y luego estuvo en la Liga de las Naciones
como miembro de la Delegación Mexicana. Consuelo Colón, “Palma Guillén”, pp. 125-126.
328 Al respecto hay dos versiones que ya se comentaron en el Capítulo 2: la primera fue que, tanto a
diputados como a senadores, en su mayoría, les dio temor que las mujeres votaran por los
candidatos católicos y el partido en el poder perdiera su influencia. Aclaro que fue la mayoría
porque había otros que sí estaban de acuerdo en otorgar el voto a las mujeres, sentían que se los
debían por el apoyo que ellas brindaron durante la Revolución Mexicana. La otra fue la carta que el
Lic. Miguel Bremauntz le envió a Lázaro Cárdenas acompañada de un libro de su autoría, titulado:
El sufragio femenino desde el punto de vista constitucional (1937) en donde fundamenta que la mujer
mexicana, por su supeditación moral y espiritual al clero católico, no estaba lista ni preparada para
ejercer el sufragio, pues invariablemente votaría por quienes los sacerdotes le dijeran. (Enriqueta
Tuñón, ¡Por fin… ya podemos elegir y ser electas!, p. 214). En el libro citado, Enriqueta Tuñón
reproduce la carta completa que le envió el Lic. Bremauntz a Miguel Alemán. Vid Capítulo 2, 2.1
“La lucha de los grupos feministas por la obtención del voto y la igualdad ciudadana entre hombres
y mujeres en las décadas de 1930-1940”.
326
327
~ 224 ~
situación muy sobresaliente porque no era común que una mujer tuviera tantas
actividades fuera de su casa en aquellos lejanos años treinta. También hay que
hacer un especial hincapié en que las tres entrevistas que aparecieron en la revista
en los números 2, 3 y 7-8 a Virginia Fábregas, Fernando Soler y Manuel Bernal las
hizo ella; esto refleja su carácter decidido y dispuesto a que la revista fuera
interesante y no sólo estuviera al servicio de los mutualistas, sino del público
general.
Por otro lado, al leer la publicación, es obvio el lenguaje cuidado y refinado
que ella utiliza en sus textos, a pesar de que el analfabetismo era un problema
grave en el país, las palabras usadas en los artículos y, en general la redacción, no
eran vulgares y algunas resultaban bastante escogidas, incluso, no de fácil acceso,
sin embargo, si se buscaba dar una educación a la gente por medio de ese órgano
informativo, el lenguaje cuidado e intachable era básico para lograr este objetivo.
Era obvio que importaba mucho la forma de la expresión escrita, pues la lectura,
aunada a la educación, era un tema relevante.
En su artículo “La cultura general de la mujer”, Consuelo Colón hace una
comparación de México con otros países, exactamente con los asiáticos, en donde
la mujer no tiene las mismas libertades ni oportunidades para formar parte del
engrandecimiento de su nación. Está consciente de que sin estudio y cultura,
ninguna mujer será bien vista en ningún lado:
El cultivo de la música, el baile, la pintura, la escultura, la literatura y la
declamación deben formar parte de los estudios de nuestras jóvenes en las
cuales muchas sobresalen; pero al mismo tiempo debemos preocuparnos
porque posean a fondo el conocimiento de aquellas obligaciones que han de
desempeñar en lo sucesivo como esposas, como madres, como amas de casa.329
Desde su punto de vista, todas estas gracias femeninas, todo este
aprendizaje que trata de inculcar a las mujeres debe agregar también el hecho de
realizar de mejor manera su papel trascendental de esposa, madre y ama de casa.
Aun cuando sigue anclada a labores y tareas que se le han destinado a las mujeres
329
Consuelo Colón, “La cultura general de la mujer”, p. 14.
~ 225 ~
por siglos, Consuelo Colón da un paso adelante al hacerle ver a sus lectoras la
importancia que tiene el que ellas se cultiven y aumenten su cultura, que tengan
acceso a las universidades y a un mundo laboral que, aunque sea todavía
restringido, abre puertas que posteriormente darán pie a otras exigencias y a otros
cambios de actitud en las mujeres mexicanas. No obstante estos buenos deseos, en
esa década y en esos años, no se puede pedir más, no hay que olvidar que ella era
la única mujer entre muchos varones, había que ir despacio en el camino si quería
lograr abrir espacios públicos para ella y las demás mujeres.
A partir del número 2 (enero, 1938), ingresa a la “Página Femenina” la
clásica sección de consejos para el hogar y es en el número 5-6 (abril-mayo, 1938)
cuando se agregan las secciones de modas y cocina, como temas indispensables
cuando se habla de las actividades femeninas. Tal parece que, a pesar de que no
era su intención inicial, la directora termina sucumbiendo ante las secciones más
tradicionales para las mujeres.
Finalmente, en agosto-septiembre de 1938 sale el último número dirigido
por Consuelo Colón. En el “Editorial”330 hace un balance de los diez meses en que
dirigió la revista y recuerda cómo empezó con estas palabras:
Nuestro erario estaba exhausto; serios problemas económicos cortaban
nuestros vuelos; y una indiferencia profunda del conglomerado mutualista
respondía a nuestros anhelos; pero el prodigio de amor, de fe y de voluntad
firmemente recogida en el fondo de las conciencias de los representantes del
mutualismo: el Consejo Directivo de la Confederación Nacional de Sociedades
Mutualistas, pudo transformar en realidades el anhelo que albergaban
nuestros corazones: dar un Órgano al Mutualismo Nacional.331
Así, ella relata el inicio del sueño cristalizado en la revista, de su genuino
interés porque se conociera a nivel nacional lo que hacían y proponían todas las
sociedades mutualistas, desgraciadamente, también, al cabo de varios meses de
No hay que olvidar que los editoriales no estaban firmados, sin embargo, es una labor que, por
lo general, hacen los jefes de redacción y los directores de las revistas. Me atrevo a asegurar que lo
escribió Consuelo Colón, pues en el número anterior, el de junio-julio, se dio la noticia del reciente
fallecimiento del contador Francisco Chávez y Calderón, Jefe de Redacción de la revista;
seguramente este hecho también influyó para la desaparición definitiva de la revista.
331“Editorial”, Revista Mutualidad, p. 1.
330
~ 226 ~
trabajo arduo y comprometido, se encontró con obstáculos que acabaron por
menguar su entusiasmo y buena disposición y lo escribe de la siguiente manera:
…sin embargo, hemos tenido el dolor de ver la indiferencia y la desestimación
de parte de la gran mayoría de nuestras Sociedades, de este esfuerzo humilde e
imperfecto, pero con la gran virtud de tratar, por todos los medios, de sacudir
esa negligencia y apatía suicidas, que desgraciadamente encadena al
mutualismo nacional, no permitiéndole su mayor desenvolvimiento.
Por las razones antes expuestas, deseamos para nuestros sucesores: que no se
mate el inicial impulso convertido hasta nuestros días en una bella realidad y
que ellos, más afortunados que nosotros, cuenten con la cooperación y
colaboración necesarias de todas las Sociedades Mutualistas del país, para que
les sea más factible la continuación de la magna labor que tuvimos el honor de
iniciar.332
Una despedida por demás explicativa fundamentada en las necesidades de la
revista, en la actitud de los socios mutualistas y en llevar a cabo una lucha perenne
en contra de la indiferencia, como lo dice, de la poca importancia que se le dio, con
el tiempo, a un proyecto que pudo haber sido algo magnífico para enaltecer
todavía más la tarea y las funciones de las Sociedades Mutualistas de todo el país:
dar a conocer sus actividades, sus logros, lo que quedaba pendiente por hacer y las
gestiones con las que trataban de conseguir las peticiones que hacían las diferentes
Sociedades de todo el país.
A pesar de no haber alcanzado más de diez meses de vida, Mutualidad fue
una revista con la cual Consuelo Colón probó que ella, como mujer, era capaz de
llevar sobre sus hombros una responsabilidad fuerte, pero quizás su logro mayor
fue demostrar que se podían abrir espacios públicos para las mujeres preparadas y
educadas, dentro de un ambiente masculino que ocupaba un espacio tan
importante como es el periodismo. Aunque en la actualidad la noticia que se tiene
sobre esta revista es inexistente, vale la pena desenterrarla y sacarla del olvido,
darla a conocer por varias razones que me parecen fundamentales: la primera
porque muestra las penurias por las que pasaba la sociedad mexicana de aquel
entonces y la organización para resolver los problemas de apremiante necesidad en
332
Ibid, p. 2.
~ 227 ~
la vida de los trabajadores; resulta un buen reflejo de lo que ocurría en el país en
ese momento y cuál era la problemática de un grupo muy específico de la
sociedad.
La segunda porque comienza a notarse un cambio en el trato hacia los
trabajadores, pero sobre todo hacia el trabajo que desempeñaban las mujeres fuera
de casa, empieza a ser tomado en cuenta. En las fotografías en donde aparecen los
colaboradores de la revista, la única mujer que está con ellos es Consuelo Colón,
quien generalmente ocupa un lugar central, lo cual habla de la importancia que
ella tenía dentro de la organización de la propia revista, empero no sólo eso,
también se puede inferir el respeto y el lugar que ella se ganó con su trabajo y
dedicación, pues llevar sobre sus hombros la responsabilidad de dirigir una
publicación no es una tarea sencilla, se requiere de mucho tesón para cumplirla
cabalmente. Es importante recalcar este hecho, ya que muchas de las revistas que
se hicieron desde el siglo XIX y principios del XX fueron hechas, escritas y
dirigidas por mujeres para mujeres; en este caso específico, se trataba de una
revista dirigida por una mujer en donde casi todos los colaboradores eran hombres
y su contenido no era totalmente femenino, sin embargo, puede notarse la huella y
la sensibilidad de la directora en las variadas secciones que la formaban y en su
firme intención porque la revista fuera leída no sólo por los socios mutualistas sino
por el público general. Además, tal como ella dice en el último editorial, no
contaba con el apoyo de los demás socios mutualistas y esto, a la larga, rompe con
el ánimo y las buenas intenciones de cualquiera: es difícil luchar contra corriente.
Ella se encargaba de hacer una buena parte del trabajo: la “Página Femenina”, la
“Entrevista”, a veces la “Página Literaria”, los pies de fotos de la “Página infantil”,
algunos artículos varios y, seguramente, muchos de los anónimos eran también de
su autoría, amén de algunos otros pies de fotos y notas en donde en unas cuantas
líneas explicaba la reunión o el evento del que la fotografía en cuestión daba
cuenta. Además de todo lo anterior, marca un momento de ruptura dentro de la
~ 228 ~
sociedad más tradicionalista y patriarcal, en años en donde la mujer seguía
sometida a la tradición patriarcal.
Desgraciadamente el proyecto acabó y cabe hacer mención que no hubo
sucesores de la revista, como ella sugiere en la despedida, simplemente dejó de
salir y, en apariencia, allí acabó todo. No obstante, aquí empieza un camino de
investigación acerca de la huella que dejó. Al respecto, menciono el dato que la
Dra. Carmen Gutiérrez me dio durante el VIII Encuentro de Historiadores de la Prensa
en el 2012:333 en la Gaceta del Gobierno del Estado de México, una socia de la sociedad
mutualista femenina “Josefa Ortiz de Domínguez”, quería hacer un órgano
informativo emulando el realizado por Consuelo Colón en la Ciudad de México; lo
que indica que cuando las cosas se hacen con interés genuino, siempre habrá una
trascendencia.
Este encuentro al que asistí como ponente se llevó a cabo en la Universidad Autónoma de
Aguascalientes del 29 al 31 de octubre del 2012. Yo llevé un resumen de este subcapítulo de mi
investigación y allí fue donde conocí a la Dra. Gutiérrez, quien tuvo la gentileza de obsequiarme
esta noticia.
333
~ 229 ~
CONCLUSIONES
El final del camino se acerca y es necesario hacer un balance de lo que esta
investigación ha arrojado a la luz y revisar las tareas que quedan pendientes.
El trabajo periodístico escrito por mujeres es una vertiente que se abre para
la investigación y el estudio del periodismo femenino; en este camino descubrí a
muchas mujeres que están esperando ser estudiadas por las investigadoras e
investigadores que valoren el trabajo que ellas hicieron pues, no en balde, abrieron
brechas para las generaciones que llegaron después de ellas a estos ambientes
masculinos de trabajo. Por desgracia, su legado ha sido olvidado y ahora que las
condiciones son más favorables para las mujeres es el momento oportuno para
valorar el trabajo que realizaron y darlas a conocer.
Desde una perspectiva historiográfica, la importancia que tienen las
columnas periodísticas escritas por mujeres es indiscutible, sobre todo si se
estudian desde lo que Teresa de Lauretis denomina las tecnologías del género y
que vienen a construir y reforzar un comportamiento social gracias a la
representación femenina simbólica que está en ellas. Hay que insistir en que una
columna periodística adquiere y refleja la personalidad de quien la escribe,
independientemente del tema que trate, está involucrada la persona, con su bagaje
cultural y de valores, va a formar un discurso que, analizado desde la
Historiografía, refleja la posición y la situación de las mujeres en épocas definidas.
Las columnas pueden ser documentos para el estudio del pasado desde diferentes
disciplinas, gracias a ellas se puede reconstruir y definir un conocimiento e
interpretación sobre una realidad pasada: ésta es una de las tareas pendientes,
pues abriría una línea de estudio para la recuperación de temas y épocas pasadas,
ya que esto mismo se puede aplicar a cualquier década del siglo XIX o XX.
Las columnas escritas por mujeres en los años cuarenta, reflejan la cultura
de género hegemónica, los comportamientos sociales, tanto femeninos como
masculinos y las representaciones de estos mismos como parte de las tecnologías
~ 230 ~
del género. Esto arroja como un primer resultado que a través del análisis de las
representaciones expresadas en las columnas sea posible conocer una época
determinada y enriquecer la historia del periodismo femenino; como lo hace notar
la historiadora Gabriela Cano:
… hay un desequilibrio entre los distintos períodos: las décadas de los veinte,
treinta y setenta están más documentadas que los años cuarenta y sesenta, que
han sido menos estudiados; de los años cincuenta hay información respecto
del establecimiento del sufragio femenino, pero otros aspectos permanecen
desconocidos.334
Conocemos a las mujeres de los cuarenta porque las columnas periodísticas
reflejan el interés que tenían por su arreglo, por poder expresar sus sentimientos,
por la preocupación sobre lo que ocurría en el mundo. A partir de su análisis y una
reflexión historiográfica se pueden conocer los temas que constituían la cultura de
género: familia, maternidad, fidelidad, unión familiar y nacional, etcétera, era de lo
que se hablaba continuamente en ellas. Este discurso periodístico construye una
representación idealizada de las mujeres, por lo tanto, era la imagen a la que ellas
debían aspirar. Este modelo, cuyas características de bondad, dulzura,
comprensión, abnegación, sumisión y sacrificio se acercaba mucho al ideal católico
de la Virgen María es reforzado no sólo desde el periódico, sino también desde
otros discursos como el educativo, el religioso, el del cine y la música.
La investigación arrojó también nombres concretos de periodistas cuyo
legado espera ser investigado y analizado. Por muchos años, la costumbre de
pensar que sólo los hombres eran capaces de hacer algo inteligente y trascendente
dejó de lado esta otra parte del periodismo escrito por mujeres, pues se creía que
sólo escribían sobre banalidades, sin embargo, he demostrado que no es así, todo
va en correspondencia con una representación femenina, por eso lo interesante de
analizar no sólo el discurso periodístico, sino otros cercanos a él como la música, el
cine, las buenas maneras, etcétera. Algunos porque tienen que ver con los medios
de comunicación y otros porque además de que se fomentaban desde el interior de
334
Gabriela Cano, “Las mujeres en el México del siglo XX. Una cronología mínima”, p. 24.
~ 231 ~
la familia también se verán reflejados en las columnas de algunos diarios, como ya
se vio en el capítulo correspondiente.
La comparación que presenté entre algunos periódicos de esa década arrojó
datos interesantes: los temas que tienen en común las columnas de las páginas
femeninas se refuerzan constantemente: recetas de cocina, consejos, moda y
belleza; sin embargo, la importancia que cada diario le daba a la página femenina
era distinta, pues así como en El Día y El Universal Gráfico dicha página tenía su
propio nombre, en los demás sólo era el conjunto de las columnas escritas por
mujeres que tenían cabida en las mismas páginas. Esto define la importancia que el
público femenino representaba para estos diarios; en este sentido, el Excélsior tiene
una perspectiva más masculina, pues la parte más interesante de las columnas
femeninas salía en el Suplemento Dominical, lo que habla de que su perspectiva de
género se nulificaba ante el periodismo masculino al que sí le daba más espacio.
Aunque el Novedades creció con el tiempo, definitivamente, es El Universal Gráfico
quien se preocupaba más por este otro grupo de lectoras que constituía un público
al que no se podía ignorar y las tomaba en cuenta, prueba de ello es que también
publicaba las cartas que llegaban a la redacción.
Otra de las tareas que queda pendiente es continuar con el rescate y análisis
del periodismo escrito por mujeres desde una perspectiva historiográfica porque
eso permitirá construir un conocimiento sobre las periodistas en particular y sobre
una época en general que, además, ofrecerá otros caminos que poco a poco
llenarán los vacíos ahora existentes en este campo.
Un tema que resultó muy significativo en esta investigación fue analizar la
construcción social femenina que reforzó este discurso periodístico, una
construcción que conllevaba como máxima aspiración, la felicidad de las mujeres,
pero no desde un proyecto individual, sino en función de su familia, de su hogar,
de su esposo, es decir, en función de los demás que era a lo que su “naturaleza” la
llevaba.
~ 232 ~
El siguiente fragmento de un artículo periodístico de Consuelo Colón deja
ver cuál era el modelo femenino a seguir en esos años:
En toda mujer es esencialísima la resignación, porque no hay
circunstancia de su vida que no la coloque en un plano bastante distinto al del
otro sexo, pese a las más furibundas feministas.
Y, si tal vez de ceder se obstinan a llevar adelante sus propósitos, ¿qué
obtendrán de esta lucha desigual, sino un vencimiento vergonzoso, un
despecho tardío, el menosprecio y el abandono?
Por el contrario, pocos hombres hay que resistan a la dulzura, a la
sumisión, a la suavidad, a la condescendencia de la mujer; tales son nuestras
armas y nuestro propio interés exige que sepamos hacer buen uso de ellas.
Un sistema de educación moral apoyado en estos fundamentos formará
el carácter de las jóvenes y dará lugar a que no se introduzcan en su corazón
inclinaciones viciosas, deseos desarreglados, ni ideas erróneas sobre los
deberes que la situación impone a cada cual.335
Aquí está, en pocas palabras, la representación femenina hegemónica que se
quiso perfilar desde las columnas periodísticas femeninas y que iba muy acorde
con esos años cuarenta.
Para finalizar, dentro del “Estado de la Cuestión” tendría que tomarse en
cuenta otros libros que no mencioné porque lo que me interesa resaltar es lo que se
ha escrito en los últimos años sobre el tema, sin embargo, no puedo dejar de lado
lo que se escribió en esos años cuarenta y que hablaba de las mujeres que eran
escritoras, periodistas, poetisas.
El primero es un libro titulado Mujeres de América. Bosquejo antológico del
paisaje espiritual femenino (1946) de Natalia Gamiz,336 quien sin mayores preámbulos
en su pequeña presentación, entra en materia:
Es un deseo mío que esta compilación no sólo vaya a las mujeres sino
que llegue a pedir a los hombres cultos de América, que acepten la aportación
de estos pensamientos de la feminidad, de la espiritualidad no masculina y
completen su concepto del mundo y de la existencia con las ideas que tienen
quienes han sido instituídas por la Naturaleza como la fuente indiscutible de la
vida.
Puedo, tal vez, aparecer parcial, pero para atenuar este defecto
júzgueseme como soy: mujer que aspira a que se entienda a la mujer y a que se
Consuelo Colón, “Virtudes básicas de la mujer”, p. 12. El texto puede leerse completo en el
Anexo.
336 Este libro pertenecía a Consuelo Colón.
335
~ 233 ~
la haga un lugar en la tarea de edificar un mundo con alma, pensamiento e
idealidad nueva.337
Natalia Gamiz hace un buen recuento de escritoras contemporáneas del
continente americano, desde el Canadá hasta Argentina, obviamente, la lista de las
mexicanas es la más larga. Cada semblanza va acompañada de un texto o uno o
varios poemas de la escritora; desgraciadamente, por ser tan breves los rasgos
biográficos, algunos ni siquiera incluyen la fecha de nacimiento, en ese momento,
la mayoría estaba viva.
El segundo libro es La mujer en América escribe… Semblanzas (1956) de Julieta
Carrera. A diferencia del anterior, la propia autora explica cómo dividió su libro en
los diferentes grupos de mujeres de acuerdo a su línea de escritura y hace
semblanzas mucho más amplias que Natalia Gamiz:
… esta obra no asume ningún ademán crítico porque es el libro de glosa de
una mujer que busca apasionadamente su conocimiento y expresión íntimas
[…]. Tómese este volumen como lo que realmente es: una exploración
entusiasta en torno a las mujeres escritoras de la América Hispana. No he
pretendido elaborar un panorama de las letras femeninas actuales, porque me
falta el conocimiento de buen número de países. Hay más.338
Julieta Carrera nació en Argelia y de niña viajó con sus padres a Francia y La
Habana, por este motivo tenía un buen conocimiento de muchas escritoras. Hago
esta aclaración porque al final de su libro dice lo siguiente: “He residido
últimamente en México permitiéndome conocer mujeres que aportan su valiosa
contribución a las letras. Incluirlas en este volumen sería extenso en demasía, por
lo que las he dejado para próxima serie”;339 desgraciadamente la segunda parte con
la enorme lista de escritoras que esperaba incluir nunca se llevó a cabo –entre ellas
estaba Zelma–340, quedó como uno más de los sueños que muchas mujeres tienen
Natalia Gamiz, Mujeres de América, la presentación no tiene numeración.
Julieta Carrera, La mujer en América escribe… Semblanzas, pp. 5-6.
339 Idem, p. 331.
340 Esta lista que menciono, la escribe la propia Julieta Carrera al final del libro como un adelanto de
lo que hará en el siguiente. Cabe recordar que Zelma es uno de los pseudónimos de Consuelo
Colón.
337
338
~ 234 ~
desde su buena voluntad, pero el destino ya no les permite ver cristalizados. En
este sentido incluyo a la propia Consuelo Colón, quien también anunció el
segundo tomo de su libro Mujeres de México, mismo que nunca se escribió.
Con esto quiero dejar constancia de que sí había un interés por mostrar y
publicar lo que las mujeres escribían, por desgracia, la cultura de género, enfocada
más al papel de madres y esposas, hizo que mucho de la escritura femenina pasara
inadvertida y quedara en el olvido, los libros antes mencionados no vieron una
segunda edición ni un segundo volumen, actualmente es casi imposible
conseguirlos, excepto en bibliotecas; y las autoras, como antologadoras, también
esperan un estudio y un análisis de su obra.
La periodista que tomé como ejemplo para este análisis historiográfico,
Consuelo Colón, fue una mujer que estaba muy comprometida con la situación de
las mujeres de su época, quería verlas instruidas, desarrollando su propia
individualidad y tomando sus propias decisiones, razón por la que se empeñaba
en presentar a las que habían logrado algo importante, para que fueran ejemplo
para las demás. En este sentido, se adelantó a su época, sin embargo, al igual que la
mayoría de sus contemporáneas, no fue una feminista radical, no proponía
actitudes o comportamientos retadores que se salieran de los parámetros sociales
de esos años; no obstante, todas ellas estaban abonando el camino para las que
vendrían después, ya que sentaron las bases de los cambios tanto sociales como
políticos que se viven ahora. Un homenaje a las que hicieron posible esto apenas
resarciría en un poco esta invisibilidad, pues a diferencia de aquéllas que
destruyen sus papeles, los periódicos allí están, esos documentos esperan pacientes
que alguien se interese por lo escrito en ellos. La gran ganancia sería el
conocimiento de esa parte de la historia que no se ha escrito aún, sin embargo,
poco a poco los caminos se abren y las sendas se bifurcan, poco a poco el rescate de
esta historia saldrá a la luz.
~ 235 ~
ANEXO
COLUMNAS PERIODÍSTICAS
DE LA SECCIÓN
“DE Y PARA LA MUJER”
~ 236 ~
Periódico El Universal Gráfico, sábado 3 de octubre de 1942.
Sección “De y Para la Mujer”
Actividades de la mujer mexicana
Consuelo Colón R.
Pp. 12 y 22.
LA CRUZ ROJA Y EL ESTADO DE GUERRA EN MÉXICO
La Cruz Roja Mexicana, la institución más noble al servicio de la humanidad
en sus momentos más aciagos, es decir, en sus instantes de dolor, no podía dejar de
pasar lista de presente en esta época de incertidumbre y de angustia porque
atraviesa la patria.
Acudió a su llamado solícita y generosa proporcionando a la mujer
mexicana los conocimientos que la capaciten para ofrecer su contingente heroico
de abnegación y renunciaciones, a la tierra que la vio nacer.
Y es así como las mujeres de mi patria, en cuanto México declaró el estado
de guerra a las naciones del Eje, acudió presurosa tratando de hacer los estudios de
enfermería que son necesarios en cualquier caso de emergencia y la Cruz Roja
Mexicana abrió de par en par sus puertas a nuestras mujeres deseosas de ser útiles
a su patria en los momentos actuales.
El señor doctor Priani, actual vicepresidente en funciones de presidente,
persona muy competente y enérgica que maneja con todo talento esa institución
donde reina la más completa disciplina, el señor doctor Guillermo Dávila G.,
director de la Escuela Clínica de la Cruz Roja Mexicana y el alma de ese
establecimiento, o sea el Comité de Damas de la Asociación Mexicana de la Cruz
Roja dieron todas las facilidades y los pasos necesarios para la fundación de una
breve carrera –de acuerdo con las circunstancias que prevalecen– llamada
“Enfermería de Guerra”.
~ 237 ~
Estos cursos constan de dos asignaturas principales: Anatomía y Primeros
Auxilios.
El tiempo de estudios está calculado en dos semestres, al final de los cuales
nuestras mujeres recibirán, en una ceremonia especial, su diploma que las capacita
para prestar sus servicios a la patria en casos de emergencia o en los campos de
batalla.
Ha sido numeroso el contingente de mujeres que han acudido a la Cruz Roja
Mexicana en solicitud de ingreso pidiendo su inscripción a los cursos de
Enfermería de Guerra; pero materialmente son tan numerosos los grupos y tan
concurridos que ya no hay lugar para otra persona más, por lo menos durante este
semestre.
Son diferentes los grupos en que se ha dividido este contingente femenino:
hay un grupo que asiste de nueve a once, otro de las dieciséis a las dieciocho horas
y otro de las 20 a las 22 horas, que es el grupo más concurrido –pasan de 800
alumnas– probablemente formado por empleadas, obreras y amas de casa, que una
vez terminadas las labores cotidianas en la oficina, el taller o en la casa, asisten a
esos cursos que las convertirán en mujeres doblemente útiles a la patria.
Las esposas de los senadores –cuyo ejemplo debieran seguir las esposas de
todos los funcionarios– toman un curso especial tres veces por semana, de las once
a las trece horas. Este magnífico ejemplo debe ser emulado, y es digno de elogio
que estas damas en lugar de asistir a reuniones, festivales o exhibiciones de
cualquier género o simplemente a su atención hogareña y colaboración a la obra
del esposo, se sienten responsables de sus deberes para con la patria y acuden
entusiasmadas a adquirir los conocimientos que les permitan realizar un papel
personal y doblemente importante en la nación a la cual sirven sus maridos en
puestos tan destacados.
Hay otro grupo de especial procedencia de la Secretaría de Educación y
formado en su totalidad por empleadas de esa dependencia, que toman sus cursos
~ 238 ~
de las 18 a las 20 horas; damas que llevan en sí el sello inconfundible de la
abnegación de la mujer mexicana.
Las distinguidas señoras que forman el Comité de Damas de la Asociación
Mexicana de la Cruz Roja, fueron interrogadas por su presidenta –que posee un
tino especial e inteligencia para encauzar sus trabajos y vigilar la debida marcha y
funcionamiento de tan altas actividades– y todas ellas, como una sola, han
contestado que se encuentran capacitadas para cualquier caso de emergencia,
respuesta patriótica y digna del elevado espíritu de nuestras mujeres.
Y así la Cruz Roja Mexicana, cuya inspiración, estímulo y entusiasmo radica
en un distinguido grupo de damas mexicanas ha respondido al momento que vive
la nación con la preparación de enfermeras, la inauguración de un Banco de Sangre
por el doctor Uribe Gurola, especialista en transfusiones y con el almacenamiento
de medicamentos, aparatos, utensilios, vendajes, etc., para cualquier caso de
emergencia surgido del actual estado de cosas; pues esta noble institución desea
prestar a la Patria los elevados servicios con la más noble expresión de los
sentimientos que animan a sus altruistas dirigentes, siendo motivo de inmensa
satisfacción para mi alma el destacado papel que allí desempeña la mujer
mexicana.
~ 239 ~
Periódico El Universal Gráfico, lunes 26 de octubre de 1942.
Sección “De y Para la Mujer”
¿Se reconoce usted, amiga?
Mayra
Pp. 11 y 13.
Todas cometemos cotidianamente pequeñas faltas. Las hacemos contra el
buen gusto, contra la indulgencia, contra la amabilidad, contra la sinceridad… La
mayor parte del tiempo no nos damos cuenta. Y si nos las hacen ver, nos
encogemos de hombros exclamando: “¡Bah! ¡No tiene importancia!” Pero…
¡cuidado! Son siempre las faltas más pequeñas [las] que hicieron perder las batallas
más importantes a los más grandes generales. Para nosotras, la batalla que
libramos sin descanso es por nuestra felicidad. La mayor parte de nuestras faltas
carecen de peligro, pero un día una de ellas tiene consecuencias terribles y nos
quedamos asombradas…Voy a mencionar ciertas faltas que vi cometer a algunas
de ustedes…
¿SABRÁ USTED RECONOCERSE?
¿Se reconoce usted, la que estaba sentada cerca de mi mesa, con su marido,
hace unas dos semanas, una tarde a las cinco, en un restaurante de la Avenida
Madero.
Conversaba con su esposo y yo no podía evitar escuchar lo que decía.
- El domingo iremos a pasear al Desierto de los Leones –decía él.
- ¡Es imposible! ¡Comeremos en casa de mamá!
- Pero… ¿todos los domingos?
- Cuando no estamos allí se siente completamente desorientada…
- La hemos mimado demasiado…
- ¡Pobre mamá!
~ 240 ~
- Está muy bien, pero es que no podemos perder nuestra juventud por hacerle
compañía.
- ¡Claro! ¡No es tu madre después de todo! Haz lo que quieras… Ve al paseo. Pero
en cuanto a mí, comeré en casa de mamá.
No pude escuchar la respuesta de su marido porque en ese momento
llegaron mis amigos.
¡Qué equivocación cometió usted, querida señora! Sin duda, es un hermoso
sentimiento el que la impulsa a no querer dejar sola a su mamá un domingo, pero
si su marido le reclama ese día, es preciso concedérselo. Su manera de hablar, de su
mamá demuestra que no es un mal yerno, así que se iba al Desierto de los Leones,
al domingo siguiente, el remordimiento le haría llevar flores y dulces a su suegra,
para hacerse perdonar su necesidad de aire puro. Pero si, por el contrario, usted lo
obligar a pasar el domingo en casa de su mamá, después de haber estado toda la
semana encerrado en una oficina obscura, llegará el momento en que se rebelará…
¡Cuidado! ¡Su falta puede tener consecuencias serias!
~ 241 ~
Periódico El Universal Gráfico, jueves 3 de diciembre de 1942.
Sección “De y Para la Mujer”
¿Se reconoce usted, amiga?
Mayra
P. 14.
¿Se reconoce usted, que hace unos veinte días cenaba con su marido en una
casa de la calle de Mérida, donde yo también me encontraba? Durante la comida se
hablaba de viajes y su marido contaba el que hiciera recientemente por Estados
Unidos. Usted lo interrumpió dos o tres veces para rectificar la exactitud de sus
palabras.
Cada vez se trataba de algo sin importancia... Su marido domina el arte de
contar y como todos los que tienen ese don exagera un poco. Cuando nos contó
que cada vez que el auto se detenía a la entrada de una ciudad, lo rodeaba una
nube de vendedores, todos comprendimos que esa “nube” se limitaba a cinco o
seis individuos... ¿Por qué entonces exclamó usted, con un tono de superioridad?
-¡Vamos, querido! ¡Estás exagerando!
¿Por qué arruina los “efectos “del relato de su marido?
¡Cuidado, porque esa falta es peligrosa! Haría mal en molestarlo demasiado,
porque es evidente que le gusta ser escuchado y admirado. Por algunas
minúsculas victorias logradas en beneficio de una verdad que en ese caso no tenía
ninguna importancia, se arriesga a ser considerada como una enemiga del hombre
que ama y se cuya vida comparte.
~ 242 ~
Periódico El Universal Gráfico, martes 2 de marzo de 1943.
Inicio de la columna
Sección “De y Para la Mujer”
Olvidé enviar mi carta
Zelma
Pp. 10 y 15.
Hasta mi mesa de trabajo llegan tantas intimidades dolorosas, tantos
derrumbamientos de felicidad, mi querida lectora, que esta vez no pude reprimir el deseo de
hacer llegar hasta ti uno de esos casos de la vida real, que pueden ser toque de alarma para
la defensa de tu dicha, o una seria advertencia a la que, cegada por la ilusión, tratara de
colocar su futuro al borde de un abismo. En un caso o en otro, y aunque seas ajena a ellos,
esta revelación te será útil cuando menos para conocer y compartir el dolor de otras
mujeres.
CONFESIÓN
SEÑORITA:
¡Qué difícil me resulta escribirle! Hace rato que estoy pensando, y
desechando, una tras otra, todas las formas de entrar en materia...
Para que usted me comprenda mejor, debo tal vez comenzar por decirle
que soy la esposa de Francisco.
Al decidirme a escribirle –suponiendo que una vez terminada la carta, me
resuelva a enviarla–, me propuse dejar a un lado mi amor propio de mujer, mi
orgullo herido, y lo que es más difícil, mis celos...
Tranquilícese usted: no voy a hacerle reproches. No sé si es usted una de
esas muchachas nuevas que creen que el corazón no debe tener en cuenta las
barreras, o si es en cambio una sencilla chica enamorada muy a pesar suyo, y
asustada de sus propios actos. Pero, de todas maneras, voy a ponerme a tono con
~ 243 ~
la época, y a hacer un esfuerzo para “discutir” tranquilamente con usted la
situación como se ve en el cine norteamericano...
Para poder entenderla mejor, voy a evocar mientras escribo, su silueta, tal
como la vi aquel día cuando la encontré en la calle junto a mi marido, sin que
ninguno de los dos notara mi presencia.
Fue sólo un segundo, menos quizá, pero su aspecto quedó tan grabado en
mi mente que a estas horas, sin dificultad puedo representármela perfectamente.
Sus cabellos, de un rubio rojizo, cayendo en caireles sobre la nuca; su andar
cinematográfico de muchacha moderna; la falda muy corta; la boca fresca y grande
pintada de color “eyelamen”; el cutis terso de quien no llegó a veinte años.
No sé si junto con la pena sentí envidia. Porque me miré al espejo apenas
llegué a mi casa, y vi mis cuarenta y cinco años en mi rostro marchito... Aunque
dicen que a esa edad, en esta época, la vejez es joven me encontré envejecida y sin
encantos...
Yo también fui joven, bella y rubia... Reía muy a menudo en aquel tiempo y
esperaba grandes cosas de la vida. Amor sobre todo...
La aventura maravillosa llegó con Francisco, pero aquella era otra época y
los noviazgos se resolvían en casamientos, después de un desarrollo normal y
tranquilo. El amor no tenía complicaciones....
Nos casamos y fuimos felices. Luchamos juntos, tuvimos hijos, conocimos
horas amargas y nos construimos una posición económica que nos permitiera
sentirnos libres. Llegó el momento del descanso merecido, y creí que yo, que había
estado continuamente junto a mi marido, ayudándolo y alentándolo, iba a conocer
a su lado el reposo de la edad madura en la serena comprensión de siempre... Pero
me equivoqué, porque el otoño no trae forzosamente la necesidad de buscar
refugio en el viejo hogar... A veces se desea construir uno diferente, con todo el
encanto de la novedad.
No es preciso que mi marido me diga con palabras lo que piensa. Sé que un
día u otro me dirá que quiere divorciarse, y yo lo veré partir sin una lágrima
~ 244 ~
visible, sin una protesta inútil sintiendo cómo se derrumba todo lo que creamos
con batallas y sacrificios.
No imploraré porque sé que me rebajaría a mis propios ojos sin conseguir
nada.
Pero antes de declararme vencida, recurro a usted, la que debería considerar
la rival odiada, y, sin humillación le pido que reflexionando, salve su felicidad del
futuro... y la mía.
No sé si encontrará absurdo lo que le digo, pero no es esta hora para
fingimientos. Sé que usted y mi marido piensan que mi situación no será tan mala,
ya que tengo a mis hijos y dinero suficiente para llevar una vida cómoda. Pero los
hijos se irán casando, y yo he entrado ya en la época en que las vanidades van
desapareciendo... Y aunque usted no pueda en su juventud comprenderlo, no
estoy preparada para empezar otra vida, sola...
Piense en nosotras dos, en el porvenir: usted casada con un hombre viejo, y
yo, arrastrando penosamente mi existencia. Y si después de reflexionar cree aún
que su ilusión de hoy vale este resultado... decídase. Yo me resignaré
en el
presente, y usted, en el futuro.
MARÍA
~ 245 ~
Periódico El Universal Gráfico, jueves 25 de marzo de 1943.
Sección “De y Para la Mujer”
Tribuna de la mujer
Consuelo Colón
P. 12.
DON JOSÉ GÓMEZ UGARTE
A la una y treinta y cinco minutos del día 24 de marzo de 1943 dejó de
existir un paladín del Periodismo Nacional, que durante más de 55 años fuera un
verdadero enamorado de su profesión, el cumplido y caballero don José Gómez
Ugarte, digno director del Gran Diario de México EL UNIVERSAL.
La noticia de su muerte arrancó sinceras lágrimas del fondo de nuestro
corazón, porque con él se marcha de este mundo el maestro noble y generoso que
nos dispensaba unos minutos robados a sus arduas tareas de director de un gran
diario, para escuchar nuestra consulta, para brindarnos un consejo, para atender
una súplica.
Nunca fuimos a él sin ser oídos; y cuando sentimos sobre nuestras espaldas
el peso de la responsabilidad de dirigir una publicación, supo volcar sobre nuestro
corazón enamorado como el suyo de la carrera del periodismo, la generosa dádiva
sublime del estímulo, con el cual salíamos rebosantes de gozo y de satisfacción, con
la gratísima impresión de que el Maestro había aprobado nuestro humilde
esfuerzo.
Pero fue más, no obstante la generosidad de su aliento, también quiso este
gran hombre, prototipo de la modestia y de la bondad, honrarnos con su
producción literaria y por eso tuvimos la satisfacción de publicar, junto con su
noble efigie, uno de sus más bellos poemas, lo que nos llenara de la más íntima
alegría y del más sano orgullo.
Ese fue para nosotros el “Abate Benigno”, todo bondad y gentileza, nobleza
y generosidad; por eso nuestra alma reboza gratitud para el caballeroso maestro
~ 246 ~
que siendo tan alto hubiese sido inalcanzable; y por ser tan grande, jamás hubiera
podido mirar nuestra insignificancia, de no ser por su bondad reconocida.
Pero no es sólo nuestra gratitud lo que nos hace inclinarnos con respetuosa
devoción ante la grandiosa personalidad del desaparecido; su relevante figura
pasará a la historia del periodismo mexicano limpia e inmaculada, como lo que
fue: el caballero andante del periodismo nacional.
Decimos que era un enamorado de su carrera porque además de haberlo
demostrado durante su fecunda vida, al cumplir cincuenta años como periodista,
dijo a quien lo entrevistara en fecha tan memorable que si volviese a ser joven y
tuviera que escoger de nuevo una carrera, escogería la del periodismo.
Bajará a la tumba el gran periodista que hace cincuenta y cinco años fundara
lleno de ilusiones y entusiasmo, en un risueño pueblecillo del Estado de Jalisco, “El
Coloso de Rodas” y el diarismo nacional habrá perdido una primerísima figura
que tan dignamente llegó a ser su representativo más genuino.
~ 247 ~
Periódico El Universal Gráfico, miércoles 5 de mayo de 1943.
Sección “De y Para la Mujer”
Olvidé enviar mi carta…
Zelma
Pp. 12 y 13.
RECUERDO DE AMOR
Amado mío:
Cuando asida de tu brazo cruzaba por aquellas misteriosas sendas, ¿te
acuerdas?... ¡cuán lejano parece aquel tiempo! –me sentía satisfecha.
Todos mis deseos parecían adormecidos y tomaba, cual las montañas al
atardecer, color indefinido y forma nebulosa.
Y pensaba que mis ansias volarían sin pena desde la tierra al anchuroso
mar.
La ardiente juventud sigue las fases de la estación estival; cuando las
sombras del crepúsculo caigan sobre la tierra no quedarán mudos los ruiseñores;
todos entonarán un himno de alegría; el mundo será una exuberante guirnalda de
frutos: todo se estremecerá de gozo y la alegría se extenderá potente, desbordante.
Entonces nos hundiremos en la dicha, como se hunde el sol en las ondas del
océano, pero también resurgiremos como el sol.
Desde que te amo flota en mí algo intangible, algo misterioso que me
vivifica. Así como los frutos caen del árbol, así de ese algo inexplicable se
desprenden los pensamientos que me animan y fortalecen.
¡Oh! Si las fuentes tuviesen alma no desearían con tanta ansia que la luz se
reflejase en sus cristales como yo ansío el ir al encuentro de la nueva existencia que
se me ha dado en ti y que me hace comprender que un impulso más elevado
romperá la prisión y acabará con los días tristes de la vida.
… Y ahora me conformo tan sólo con que me dejes soñar…
~ 248 ~
¿Hay algún mal en ello?
Esa es por ahora mi verdadera vida: amarte y soñar que me amas tú…
Zelma
~ 249 ~
Periódico El Universal Gráfico, martes 1 de junio de 1943.
Sección “De y Para la Mujer”
¿Se reconoce usted, amiga?
Mayra
P. 11.
¿Se reconoce usted en la señorita que la semana pasada iba probablemente a
su oficina y tomó un camión de la línea “Roma-Mérida”?
En ese momento no había lugar y tuvo usted que hacer una parte de su viaje
de pie, que seguramente no se le hizo tan pesado, porque iba en amena charla con
un amigo o compañero de oficina.
Nos fijamos en usted con simpatía, porque además de ser joven y bonita,
platicaba con su compañero en francés y por eso todas las miradas iban hacia
ustedes, porque los mexicanos sentimos una grata emoción al escuchar los dulces
acentos de ese idioma tan querido que pone un halo de belleza y distinción en la
mujer que lo habla.
Dicen –conocedores del asunto– que el bello idioma de Racine y de Moliére,
se vuelve coquetería en la boca de las mujeres a quienes torna agraciadas,
acentuando su feminidad.
Además, México siente verdadero amor por la Francia inmortal de Víctor
Hugo y sufre intensamente con la inmensa tragedia que hoy la agobia.
Su compañero de viaje, joven como usted, iba correcta a irreprochablemente
vestido, y lo mismo hubiera ocurrido con usted, ya que su traje sastre gris perla –
de magnífica tela inglesa– y una coqueta blusita blanca de gasa adornada con unos
botoncitos nacarados, su bolsa de mano elegante, sus manos bien cuidadas, su
maquillaje perfecto y su peinado correctísimo con graciosos ricitos dorados en la
nuca; es decir, su aspecto hubiera sido encantador… si hubiese usted llevado
medias.
Rompía, materialmente con ese detalle, la belleza y armonía de su conjunto.
~ 250 ~
No se salvaba ni el elegante calzado tan moderno que llevaba, ni las uñas de
los pies tan bien pintadas, ni la blancura mate de su piel.
Y en verdad que usted es lo que se llama hermosa, de cuerpo escultural y
piernas bien formadas; pero no sé cómo un detalle tan desfavorable como lo es la
falta de medias, vino a perjudicar tanto su conjunto y a restarle tractivo,
personalidad y distinción.
Es verdad que las medias ahora se venden a precios tan elevados que resultan
prohibitivos; pero es tan desagradable la impresión que causan unas piernas sin
medias, que es preferible llevarlas de hilo a dejarlas de usar; porque eso arruina tan
terriblemente el aspecto de las mujeres que no las salvaría, ni ser tan hermosas e
interesantes como usted.
~ 251 ~
Periódico El Universal Gráfico, viernes 4 de junio de 1943.
Sección “De y Para la Mujer”
Francesita
Pp. 12 y 13.
SÍ ME RECONOCÍ
Sí, Mayra, sí me reconocí. Yo soy la señorita a quien usted alude en su sección
“¿Se reconoce usted, amiga?” del pasado día 30 de mayo.341
Soy lectora constante de EL UNIVERSAL GRÁFICO y en particular de su
sección, y las más de las veces estoy de acuerdo con usted en la certeza de sus
observaciones y la justeza de sus comentarios.
Pero en esta vez, que por lo demás me brinda la oportunidad de agradecerle
los inmerecidos elogios que dedicó usted a mi persona, no estoy de acuerdo son su
crítica. Debo advertir a usted estimada Mayra, que solamente me he atrevido a
refutar su crítica porque considero que interesa, en las actuales circunstancias, a
todas las mujeres. De no ser así únicamente la hubiese leído con sumo placer, como
de costumbre, sin decir esta boca es mía.
Tengo dos pares de magníficas medias de seda que reservo para cuando
tengo que asistir a lugares en los que por su seriedad, sería una incorrección asistir
sin ellas.
Pero para darse una escapada e ir rápidamente de compras informales, a
bordo de un incómodo camión lleno de clavos sin remachar, yo no expongo un par
de medias que significan en dinero, nada menos que cincuenta pesos.
Y creo más acertado liberarse de la esclavitud de las medias durante la diaria
lucha que nos demanda poner en ella toda nuestra atención y dejar las medias y su
cuidado sólo para las ocasiones en que sea indispensable usarlas, bien por su
seriedad o por lujo.
341
Realmente el artículo de Consuelo Colón al que se refiere “Francesita” salió el 1 de junio de 1943.
~ 252 ~
En cuanto al uso de las medias de hilo, es cuestión de apreciación personal.
Yo, por ejemplo, con mi “traje gris perla, de magnífica tela inglesa” y corrientes
medias de hilo me hubiese sentido francamente RIDÍCULA.
Amiga Mayra, yo también soy bastante observadora y haciendo un esfuerzo
por recordar el día de nuestro involuntario encuentro, creo no estar equivocada
cuando pienso cuál de todas las personas que iban a bordo de ese camión era
usted.
He estado a punto de darle “machetazo a caballo de espadas”,
preguntándole, a mi vez: “¿Se reconoce Usted, Mayra?”
FRANCESITA
~ 253 ~
Periódico El Universal Gráfico, miércoles 9 de junio de 1943.
Sección “De y Para la Mujer”
¿Se reconoce usted?
Mayra
P. 10.
¿Se reconoce usted en la señora que acompañada de su esposo y de sus hijos
me encontré cerca del malecón en el bello puerto jarocho?
No era censurable su atavío porque llevaba usted la ropa apropiada para la
playa.
Lo desagradable en usted no era en modo alguno su aspecto o su persona
física, sino su conducta, y por ende, la de las personas que la acompañaban, pues
los hijos no hacen otra cosa que imitar la conducta de los padres, y si queremos que
ellos sean irreprochables en su proceder, debemos darles siempre ejemplos de
cordura, de recato y de buena educación.
Habían ustedes adquirido fruta en los puestos que están instalados en la
acera de esa calle e iban comiéndola en plena vía pública –primera falta– y luego
arrojaron las cáscaras en la banqueta –segunda falta– más la carencia de civismo y
de cultura de los actos realizados por ustedes.
Lo primero que debió inculcar a sus hijos es que no se come en la calle
porque además de impropio, es atender contra su salud, desde el momento en que
allí no es posible ni lavarse las manos, ni lavar las frutas tomando de ese modo
millones de microbios.
¡Adivinar por cuántas manos sucias han pasado esos productos!
En seguida le haré ver otro error también muy grave y muy desfavorable
para su cultura y educación.
Estar de vacaciones no debe interpretarse como la puerta abierta o la puerta
de escape a nuestra falta de urbanidad. El que es bien educado lo es donde quiera
que esté.
~ 254 ~
Y, además del peligro que entraña para los transeúntes resbalarse con
cáscaras de frutas, usted contribuía de ese modo, a acentuar el feo aspecto de tan
hermosa ciudad, ahora tan abandonada –cuyas calles especialmente las que están
próximas al malecón en compostura permanente, por cuyo motivo se encuentran
llenas de cascajo, basura, mugre, etc.– constituyendo no sólo una vergüenza para
el turismo capitalino sino un bochorno ante el turismo extranjero; que es el que se
lleva la impresión de nuestro desaseo, hijo de la incultura de los habitantes de este
hermoso país. Procure usted inculcar desde el hogar otros principios, señora mía si
quiere en verdad que México sea un país grande, próspero y respetado.
~ 255 ~
Periódico El Universal Gráfico, miércoles 30 de junio de 1943.
Inicio de la columna
Sección “De y Para la Mujer”
El Amor está al teléfono
Silvia
Pp. 12-13.
ELOCUENCIA DE ENAMORADO
- ¿Puedo hablar?... Este… ¿Podría llamar un momento a la señorita Chelo?
- Está hablando con ella.
- (Cortado). ¡Oh!... Yo… ¡Señorita Chelo, habla Mariano Aguilar!...
- (Ella lanza una exclamación y después) ¿Cómo está, Mariano? Yo me
imaginaba… no creía…
- (Como quien está sintiendo que le arden las mejillas) ¿Se extraña de que le hable?
- (Como temerosa de haberle ofendido) ¡No, no! Solamente… la sorpresa.
- ¡Ah, bueno! Yo temía que…
- ¡Oh, no! Le aseguro que…
(Una pausa en la cual ninguno de los dos sabe qué decir. Después de un esfuerzo
sobrehumano, él logra formular):
- Hace días que quería telefonearle, pero no sabía si…
- (Emocionada) ¿De veras?
- Sí, de veras… Yo… no consigo olvidarla.
- ¡Oh!...
- Es usted tan simpática, tan…
- (Sofocada por la emoción) Yo también he pensado en usted, desde que nos vimos
en la fiesta. ¡Nunca me olvidaré de ese baile el día de mi cumpleaños!
- ¡El día de su cumpleaños! El día dos y yo el día veintiséis del mismo mes… ¿Qué
poca diferencia, verdad? ¡Y pensar que nacimos bajo el mismo astro! Tal vez fue
una coincidencia dictada por el destino…
~ 256 ~
- ¡Qué cosas tan bonitas dice! Siento que se me hace un nudo en la garganta.
- ¡Es usted un ángel!... Yo… quisiera decirle tantas cosas más. Pero, ¡no sé qué me
pasa!
(Ella emite un sonido con el que parece querer animarle. Él busca en vano el hilo
de su inspiración, que no encuentra ya por ninguna parte).
- Quisiera… no sé si… Desde aquel día…
- Mariano…
- (Lleno de confusión) Si me atreviera…
- Atreverse… ¿a qué?...
- Es decir, perdóneme… No sé explicarme. ¡Es la emoción! ¿Me encuentra tonto,
verdad?
- ¡De ningún modo! Si usted supiera…
- Y si usted pudiese comprender…
- ¡Mariano!
- (Turbadísimo) Chelo… Permítame que la llame así, se lo ruego… Yo soy un
hombre digno… Quisiera tanto expresarle lo que siento…
- ¡Oh, Mariano! ¿Qué va a decirme?
- ¡Chelo! ¡Yo!
- (Nerviosísima, pero tratando de ayudarlo) Estaba diciéndome que es un hombre
digno… ¿Y qué más, Mariano?
- (Perdida ya por completo la cabeza) ¡Chelo! Yo deseaba decirle que… pero no me
atrevo, me faltan las palabras…
- Pero…
- (Desesperado) Mi única esperanza es que usted me comprenda sin palabras,
porque…
- (Asustada) ¡No grite tanto, Mariano! ¡Mamá está en la habitación contigua y se va
a dar cuenta de que hablo por teléfono!
- ¡Oh! Entonces, ¿la estoy comprometiendo?
~ 257 ~
- No, no… Pero hable en voz más baja… ¡Siga diciéndome esas frases tan
agradables!
- (Aún más trastornado ante la acogida favorable de ella) Yo… ¿quisiera usted?... Si
pudiese decirle… La volveré a llamar mañana, ¿le parece bien?
- (Radiante de júbilo) ¡Sí, sí! Hasta mañana, Mariano… (Y antes de colgar el
audífono se oye que murmura, para sí misma, en pleno éxtasis): ¡Es maravilloso!
¡Cómo habla!
~ 258 ~
Periódico El Universal Gráfico, miércoles 14 de julio de 1943.
Sección “De y Para la Mujer”
Carlos Jiménez
Pp. 12 y 15.
TAMBIÉN ELLOS OPINAN
DE LAS MUJERES CON MEDIAS Y SIN MEDIAS
Al señor Director de EL UNIVERSAL GRÁFICO.- Presente.
Ruego a usted que dé cabida, en su acreditado diario tan popular y tan
buscado por todos sus innumerables lectores, a esta simple opinión de un asiduo
lector que ha seguido con verdadero interés la controversia entre “Mayra y
Francesita” alrededor del asunto de las medias.
Aunque a algunos les parezca raro, yo soy cotidiano lector de la página de la
mujer de este acreditado diario, no sólo por las buenas enseñanzas que ésta
contiene; sino porque deseo que mi esposa y mis hijas reciban y aprovechen todo
los conocimientos útiles y prácticos que allí se imparten, y también los consejos
morales que junto con la crítica sana de la interesantísima Sección de la señorita
Mayra: “¿Se reconoce usted, amiga?”, son difundidos por un acierto de los que
editan este periódico.
Por eso, al leer la contestación de Francesita al bien documentado y sesudo
artículo de Mayra, sentí bastante contrariedad y hasta indignación porque no me
parece justo que una contienda que iba por tan buen camino, tome otros derroteros
hasta donde quiere llevarla quien saliéndose por la tangente y llegando hasta el
ridículo no tan sólo por enseñar las piernas desnudas y sin decoro, diciéndose
práctica, sino por la cantidad de tonterías o necedades que expone la francesita
carente de razones.
No sólo yo, todas las personas de juicio, de razón, de moral sólida, de buenos
principios, de buenas costumbres y pudor, rechazan la fea moda de no usar
medias.
~ 259 ~
¿De qué le sirve a una mujer creerse elegante, si al dejar de usar las medias
rompe el conjunto y la armonía, como con tanto acierto dice Mayra?
Que sepa Francesita que todas las mujeres de talento y de decoro y también
los hombres ya sean esposos, padres, hermanos o novios no estamos de acuerdo
con su conducta y no toleramos que nuestras mujeres sigan su mal ejemplo y
también que sepa que reprobamos cuanto ha dicho ella en su última carta a Mayra
a quien acabo de darle la razón con su proceder y a quien todo admiramos y
respetamos más desde ahora, ya sea gruesa o delgada, con anteojos o sin ellos;
pero con mucho talento y mucha moral.
Su atento y S.S.:
Carlos Jiménez
~ 260 ~
Periódico El Universal Gráfico, martes 24 de agosto de 1943.
Sección “De y Para la Mujer”
Tópicos de la mujer
Consuelo Colón R.
P. 12.
VIRTUDES BÁSICAS DE LA MUJER
Cuando empiezan a desarrollarse las pasiones, cuando las relaciones de
parentesco y de sociedad llegan a influir directamente en nuestra felicidad y en
nuestro reposo; cuando nos vemos rodeadas por todas partes de vínculos y
obligaciones; en fin, cuando en la juventud o en la madurez de la vida nos vemos
dependiendo de un sinnúmero de circunstancias cuyo yugo no podemos sacudir,
cuya acción no podemos evitar y de cuyo influjo no nos es dado sustraernos,
entonces deploramos amargamente –aunque ya tarde– la inflexibilidad de carácter
y la tenacidad de índole perversa que no ha dado una mala educación.
No hay persona más feliz que aquella que no sabe someterse, ni ser más
aborrecible que el que no se sabe dominar.
¿Qué pueden esperar los hombres de la que vive enmedio de ellos como si
todos hubiesen nacido para doblegarse a su voluntad y prestarse a sus exigencias?
¿Y qué paz interior puede haber en un corazón incesantemente devorado por el
despecho, la impotencia y el inútil deseo de vencer una fuerza que de antemano
sabemos que es invencible?
En toda mujer es esencialísima la resignación, porque no hay circunstancia
de su vida que no la coloque en un plano bastante distinto al del otro sexo, pese a
las más furibundas feministas.
Y, si tal vez de ceder se obstinan a llevar adelante sus propósitos, ¿qué
obtendrán de esta lucha desigual, sino un vencimiento vergonzoso, un despecho
tardío, el menosprecio y el abandono?
~ 261 ~
Por el contrario, pocos hombres hay que resistan a la dulzura, a la sumisión,
a la suavidad, a la condescendencia de la mujer; tales son nuestras armas y nuestro
propio interés exige que sepamos hacer buen uso de ellas.
Un sistema de educación moral apoyado en estos fundamentos formará el
carácter de las jóvenes y dará lugar a que no se introduzcan en su corazón
inclinaciones viciosas, deseos desarreglados, ni ideas erróneas sobre los deberes
que la situación impone a cada cual.
Cuando concuerdan los ejemplos con los preceptos y la práctica con unos y
otros, se crea una atmósfera familiar en que sólo se respiran elementos puros y
vivificadores.
En un medio altamente moral y por consecuencia sano, se cierra totalmente
la puerta al vicio y se logra que todos los alimentos que se suministran al alma la
vigoricen y restauren: así se inspira poco a poco el gusto por la moral –la base
sólida del alma femenina– que como el de lo bello en las artes, es el efecto de las
impresiones continuas de los buenos modelos; así, en fin, se adquiere la estimación
de sí misma; esta inapreciable ventaja cuya falta no reemplazan los placeres más
intensos, no las riquezas más cuantiosas.
La mujer que ha adquirido, por medio de una educación dirigida por estos
principios, ideas rectar sobre la virtud, amor a sus obligaciones y facilidades de
desempeñarlas, tiene cuanto necesita para gobernarse tanto en el curso regular de
la vida como en las situaciones difíciles que ésta le presente.
De esta manera la mujer estará fuertemente dotada para vencer todas las
adversidades que encuentre en su camino. Su defensa contra las calumnias será su
inocencia; contra toda clase de presiones injustas, su inalterable suavidad a la que
ningún ataque alcanzará, ya que sólo en casos en que verdaderamente sea preciso
hará uso de toda la energía que se requiera; y contra el menosprecio, esgrimirá la
excelsa dignidad de que goza en su interior plácido y sereno.
Si le sobreviene un infortunio, en sí misma hallará todos los consuelos de
que necesita; si la favorece la dicha sabrá cómo usar de sus dones.
~ 262 ~
La pobreza no tendrá armas contra la que sabe contentarse con poco y el
vicio no tiene prestigios a los ojos acostumbrados a la virtud.
El fastidio no aburre jamás a quien sabe ocuparse en cosas útiles; el vano
aparato del lujo y el veneno de la seducción, son impotentes en un corazón que
sabe dar su verdadero precio a las cosas.
Estos sanos principios nos hacen reflexionar acerca de cuán opuestos a todos
estos ideales y cuán inagotable en funestas consecuencias es el sistema que educa a
la mujer como si sólo hubiera nacido para gozar, y como si todos los sucesos que le
reservara el porvenir debieran combinarse en su ventura presentándole tan sólo
impresiones agradables o un inalterable bienestar.
De acuerdo con tales ideas, se les enseña a brillar, a lucir, a cautivar; pero no
a sufrir, a ceder, a resignarse; y cuando es necesario hacerlo, les es completamente
imposible por carecer de una educación adecuada.
A este propósito conviene recordar la observación que hacía una gran
escritora: “¡Tantos preparativos para un viaje, y tan poca prevención para la gran
jornada de toda una vida!”.
Si ha de haber contrariedades, es necesario que haya prudencia para
dirigirse; si ha de haber enemigos, es forzoso que haya vigor para resistirlos y
magnanimidad para perdonarlos; si ha de haber aduladores es necesario tener
entereza para no ceder; en fin, si no hay quien esté al abrigo de las vicisitudes y de
las alteraciones de la fortuna, es preciso tener recursos para suplir su falta,
resignación para llevar el infortunio y serenidad de ánimo para conservar la paz y
la elevación de sentimientos, aun enmedio de las mayores adversidades.
La mujer educada conforme a estos principios, es decir, la mujer que posea
las virtudes básicas e indispensables a su sexo, será la que verdaderamente sea
digna de forjar el alma de las futuras generaciones de nuestra Patria.
~ 263 ~
Periódico El Universal Gráfico, jueves 21 de octubre de 1943.
Sección “De y Para la Mujer”
Olvidé enviar mi carta…
Zelma
P. 12.
FANTASÍA
Después de dos meses de no verte, después de sufrir tanto las angustias de la
soledad, cruza hoy más imperiosamente que nunca por mi mente tu recuerdo… tu
vaporoso recuerdo…
Fue verdad… tu nombre es la única verdad que encontré en ti: toda tú fuiste
mi fantasía, toda tú pasaste por mi vida… pero huiste pronto, tanto, que no
recuerdo más si fue un solo instante o si fue una eternidad; ¡qué horrible
incertidumbre! Guardé sin embargo dentro de mí un recuerdo tal, recuerdo que
me hace olvidar mi pasado.
Mi vida principia desde el momento en que te conocí, desde aquel feliz
instante en que nos estrechamos las manos cual si fuera un pacto de eterna amistad
o de un inmortal amor, mas… el destino no lo quiso, o a mejor decir no lo quisiste
tú. Todo yo fui hacia ti en ofrenda de mi cariño, no podía ofrecerte más, nunca
encontré algo que satisficiera tu vanidad y te di mi fe, te entregué mi corazón en
cambio, todo yo fui tuyo, pero en vano.
Sólo me queda recordarte, sí… pero con un sentimiento egoísta; espero que
vuelvas a mí para entregarte, tan solo, lo que no quisiste tomar, aquello que por ser
tan grande no quisiste robarme, aquello que conservé tan sólo para recordarte tal
como fuiste para mí… tal como te conocí y como te perdí… lo que ha sido la razón
de que te espere; lo que te pertenece por completo y despreciaste por completo
cuando te la ofrecí… ¡MI VIDA!
~ 264 ~
Periódico El Universal Gráfico, sábado 1º. de enero de 1944.
Sección “De y Para la Mujer”
¿Se reconoce usted, amiga?
Mayra
Pp. 13 y 15.
¿Se reconoce usted, la señora que vive en una casa de apartamientos de la
Colonia Roma donde hay un aparato telefónico para uso de todos los vecinos?
Habita usted en un departamento que se encuentra en la planta baja y que
además queda muy próximo al teléfono, motivo por el cual le es muy accesible el
uso del mencionado aparato. Y usted no tendrá muchas llamadas telefónicas
porque no es precisamente una persona de negocios, sino que se trata de una ama
de casa sencilla que debiera ser hacendosa.
Pero no hace más que salir su esposo y usted empieza a llamar a sus amigas
con las que se pasa horas enteras prendida al aparato telefónico, mientras otras
personas –que tienen el mismo derecho que usted al servicio del teléfono– cuando
tienen urgencia de comunicarse con algún sitio a determinada hora para asuntos
de importancia tienen que salir a buscar algún teléfono público a la calle que
desgraciadamente quedan un poco distantes del mencionado edificio.
La otra tarde, que aunque tenía necesidad, no quise salir y preferí esperar a
que usted lo desocupara –más por medir el tiempo que se tardaba que por oír su
charla– pude darme cuenta sin desearlo, que había reñido con su esposo y que
para contarle toda la escena a una amiga empezó a describirle desde el día en que
lo conoció para llegar a la conclusión de que “de novios son muy buenos y de
maridos sacan las uñas” –textual–; pero para ello se metió usted en tantas
disquisiciones y en tantas intimidades que se llevó por lo menos treinta minutos.
Y con un “dispénseme usted, ya que las amigas empiezan no se les puede
cortar” por toda disculpa, se fue tan campante, después de haber relatado casi toda
~ 265 ~
su historia conyugal en presencia de extraños y en voz tan alta, que en lugar de
cohibirse por esta circunstancia, parece que hacía alarde de impudor.
Señora, su proceder merece censura porque además de hacer un uso
indebido del aparato telefónico que otras personas necesitan para asuntos más
serios que exhibir intimidades, usted interrumpe toda una sección de la central
estacionando con sus larguísimas conferencias la circulación telefónica.
Además, se resta simpatías, porque deja mucho que desear la verdadera
estimación que merece su esposo: si acostumbra hacer de él tan malas ausencias.
Y si usted no se corrige de tales errores puede hasta poner en peligro la
felicidad de su hogar.
~ 266 ~
Periódico El Universal Gráfico, viernes 7 de enero de 1944.
Sección “De y Para la Mujer”
Olvidé enviar mi carta…
Zelma
P. 10.
AUSENCIA
Querida Zelma:
Esta noche siento la necesidad ineludible de escribirte, desde la hostil
frialdad de esta pieza de hotel de pueblo. Pero cuando miro a mi alrededor no es la
desnudez carcomida de las paredes, ni los viejos muebles gastados de tanto estarse
quietos y ver pasar viajeros, ni la dolorosa indiferencia del ambiente lo que me
choca. No... Lo que siento que me falta, hasta el extremo de sentir un dolor casi
físico eres tú.
Cuando el día de mi partida vi en el andén de la estación tu cara y tus ojos
que me sonreían, pensé: “La llevo tan dentro de mí, que ni siquiera podré
extrañarla”...
Pero ahora, después de quince días de vagabundear por los caminos, de
atravesar pueblos y ciudades, y escuchar voces nuevas, me convenzo de que no
estás conmigo, de que te quedaste en aquella estación, una mañana muy temprano,
y me dejaste solo...
Estoy en vacaciones... Palabra alegre, sinónimo de días de sol, de paisajes
luminosos. Pero hoy sé que sin ti, el mundo es un solo camino, siempre igual y
polvoriento, por donde tengo que pasear unos cuantos días más mi aburrida
soledad de hombre.
Cuando bajé en la primera estación, corrí de nuevo al tren, como si hubiera
olvidado algo. Pero tú no estabas tampoco allí, y me volví cabizbajo como quien lo
organizó todo muy bien, pero se olvidó de aquello que era lo único que podía
hacerlo feliz...
~ 267 ~
Después vi todo el color y la dulzura del campo, lo que emociona los ojos y
el corazón del hombre que vive en la uniformidad gris de la ciudad. Pero una
exclamación, una carcajada, una mirada que buscaban a su alrededor sin encontrar
destinatario, me probaban que al paisaje le faltaba algo.
Algunas muchachas me sonrieron, me dirigieron miradas afables con
grandes ojos negros... pero, ¿dónde estaba el brillo de los tuyos, que aunque tan
pequeños encierran en una mirada cuanto pueden decirse sin palabras un hombre
y una mujer?
En el comedor del hotel veía a otros abrir sus cartas... (¿Por qué dije que
prefería no recibir noticias, si era posible evitarlo, para no ver turbada mi
tranquilidad?) ¿Dónde estaban aquellos sobres largos y azulados que algunas
veces me mandaste, y que encerraban hojas llenas de una letra menuda y apretada,
escritas en ese lenguaje “tuyo y mío”, indescifrable para los demás, que es el
secreto más maravilloso de los enamorados?
Fui al cine en una noche de lluvia, pero ¿a quién comunicarle la emoción
honda que causaba en mí el arte de un Jean Gabin, si a mi lado, en lugar de la
figura y el perfil ansiosos de un rostro en tensión, sólo encontré un vacío en forma
de butaca?
¿Con quién hablar de tantas cosas sentidas al unísono y comentar con
palabras que unos labios arrancan a los otros, en el rincón propicio de un café de
barrio, hasta que el mozo, entre bostezo y bostezo, va apagando las luces, en
imperiosas advertencias?
¡Maravillosa ingenuidad de la palabra “libertad”, pronunciada por un
enamorado! Porque quien ama se complace en sentir el peso de sus cadenas, y
cuando se las quita, permanece como yo hoy, espantado ante su soledad, asustado
como un niño que dejan solo en una habitación a obscuras....
No te atormentes pensando si te recordaré... Porque en la independencia
alguna vez deseada de mis vacaciones he pasado las horas ocupado únicamente en
~ 268 ~
buscarte... Y ahora sé que sólo te encontraré a la vuelta, en la misma estación
donde te dejé. Y el alivio se mezclará a la alegría, frente al milagro de tu presencia.
ÉL
~ 269 ~
Periódico El Universal Gráfico, martes 14 de marzo de 1944.
Sección “De y Para la Mujer”
¿Se reconoce usted, amiga?
Mayra
P. 13.
¿Se reconoce usted, que hace unos cuantos días charlaba con varias amigas
mientras miraban los últimos modelos de calzado expuesto en los aparadores de
una zapatería de lujo que acaba de abrir sus puertas en la Avenida 16 de
Septiembre, de esta ciudad?
Probablemente ustedes no repararon en mi presencia, estaban tan
embobadas mirando los escaparates y tan ensimismadas en sus diálogos, que no
advirtieron que alguien las escuchaba, ya sí fue como pude no sólo oírlas, sino
observarlas a mi sabor.
Usted era la más bonita de las que formaban dicho grupo, pero también la
más alegadora –toda la conversación casi estuvo acaparada por usted–: además,
creo que también era la más frívola, no sólo por los conceptos vertidos, sino porque
de toda su personalidad se desprende ese aire inconfundible de la mujer para
quien lo más importante en la vida son los trapos.
Claro está que la mujer que por femenina, exquisita y atractiva, está
obligada a presentarse en todas partes correctamente vestida –sobre todo
impecablemente limpia– y hasta con un poquito de coquetería en su tocado y en su
atavío en general, puesto que una de las misiones de las mujeres es ser gratas a
todos los que la ven, ya se trate de sus jefes o superiores, de su novio, su esposo,
sus hijos, de sus compañeros de labores, sus maestros o condiscípulos, etc., pero de
eso a rendir un verdadero culto a Su Majestad La Moda sacrificando en su honor
todo, hasta la dignidad y el honor, como algunas mujeres lo han hecho empujadas
por su insaciable sed de lujo, hay un abismo en el que no permite caer algo muy
~ 270 ~
sólido que se llaman “principios morales”, de cuya ausencia los contemporáneos
aun no nos lamentamos lo bastante.
Usted es hermosa, señorita, pero no quiero ni pensar –si se encapricha en
adquirir esos zapatos de a 70 pesos par– el sacrificio que va a someter a un padre,
tal vez anciano, o a un esposo sin grandes recursos, ya que usted aseguraba a sus
amigas que en esa misma semana se compraría los pares que quisiera.
¿Ha pensado en los días que comería una familia humilde de nuestro medio,
con lo que usted adquiere un solo par de calzado? Deje esos lujos para quienes en
verdad tengan mucho dinero.
~ 271 ~
Periódico El Universal Gráfico, jueves 27 de abril de 1944.
Sección “De y Para la Mujer”
Tribuna de la mujer
Consuelo Colón
Pp. 12 y 15.
LA SOLDADERA MEXICANA
Como no tardará mucho en pasar a la historia la figura de esta notable
mujer mexicana, que después se transformará –con el correr del tiempo– en
personaje de leyenda, queremos plasmar aquí un trazado psicológico de esta dulce
y abnegada compañera del hombre; una flor silvestre si se quiere, pero grande,
sencilla y generosa.
Nos referimos a la “soldadera mexicana”, cuya heroicidad y sacrificio han
sido cantados por todos los poetas.
La “soldadera” nuestra –única en el mundo– antójase a mi alma la parte
romántica de la Revolución Mexicana.
Es la mujer hambrienta que sobrecoge de asombro a nuestro espíritu cuando
emerge del infortunio transformada en “la mujer fuerte” que comparte con su
“Juan” todos los dolores imaginables con un valor inconcebible.
Uno de nuestros más grandes poetas la pinta genialmente con estos trazos,
que son fuertes pinceladas inspiradas por su admiración sincera: “¡Mujer valerosa,
abnegada y sumisa, que caminas con tu hombre por valles y montañas, con el
cuerpo lleno de jirones y los pies sangrantes; a quien el dolor nunca ha vencido
porque sabes esperar al dueño de tu corazón hasta el final de la jornada, para
calmar su sed cuando piden agua sus labios febricitantes!”
Y al final de la brega sangrienta –allá en el campamento– preparas con amor
la frugal ración para el hambriento compañero y le brindas el descanso a sus
fatigas tendiendo el sarape que en la marcha forzada has sabido cargar a la espalda
~ 272 ~
con todos los enseres de tu rudimentario y ambulante hogar, para brindarle el
reposo apetecido tras la dura jornada.
Y en la noche, cuando todos se rinden al peso de la terrible fatiga, tú eres el
celoso guardián que vigila alerta el sueño profundo de tu “Juan”, esperando que la
alborada te anuncie que habrás de emprender de nuevo la jornada, iluminando la
senda del dolor por donde tú transitas sin inmutarte siquiera, como si no tuvieras
conciencia del peligro que te acecha y del sufrimiento que te espera.
Por eso en este día, en que se rinde homenaje al soldado del Ejército
Mexicano, a nuestro “Juan” legendario y valiente, ese héroe sencillo, forjado en la
cruenta lucha que ha sabido de victorias y de infortunios, y con cuya sangre se ha
fecundado la obra revolucionaria, por elemental justicia debemos hacer mención
de su compañera inseparable… de la que ha sabido levantarle el espíritu cuando le
ha visto desfallecer… de la que ha tomado el fusil cuando le ha visto caer--- de la
incomparable soldadera.
Y mi alma de mujer mexicana experimenta grande emoción al decirte en
este día con toda veneración: “Serás amada y respetada por tu “Juan”, que te dará
nombre y honra para que constituyas la base sólida, el sostén de nuestra raza
fuerte y heroica.
Y tus hijos, engendrados al fragor de la metralla, que ahora van a la escuela
y gozan de los frutos de esa revolución, a la cual ofrendaste lo mejor de tu vida,
aprenderán a bendecirte.
Quiso el destino que cambiaras el campo de batalla por el techo amable
donde toma asiento tu familia; tus hijos ya no carecerán de pan ni de abrigo,
porque la patria se empeñará en brindarte cada día una vida mejor.
Olvida las fatigas y los sinsabores, tú que fuiste valiente y heroica en el
combate e incansable en la jornada, porque ahora gozarás de paz y de tranquilidad
en el recinto sagrado de tu hogar.
Quiera el cielo que la tranquilidad de que ahora disfrutas dure eternamente
en el suelo bendito de tu patria.
~ 273 ~
Periódico El Universal Gráfico, jueves 11 de mayo de 1944.
Sección “De y Para la Mujer”
Tribuna de la mujer
Consuelo Colón
P. 13.
ESCUELA DE PERIODISMO PARA LA MUJER MEXICANA
La infatigable, dinámica y entusiasta Directora de la Universidad Femenina
de México, señora doña Adela Formoso de Obregón Santacilia, cuyo espíritu vive
en constante inquietud buscando el mejoramiento de la mujer mexicana, nos
ofrece, después de nueve meses de arduos estudios, con la cooperación de los
periodistas más destacados del país, la Carrera de Periodismo en este
importantísimo centro de cultura femenino, que en verdad realiza una gran obra
de servicio a la colectividad, desentendiéndose de todo interés personalista.
A nadie se escaparía la trascendencia de esa nueva carrera, que hoy se
brinda a la mujer de nuestra patria, para la que día a día se abren nuevos
horizontes, que son en verdad las perspectivas de una existencia mejor. Y nos
congratula confirmarlo, en vista de la importancia del papel que la mujer habrá de
desempeñar en la época de la posguerra.
Pero escuchemos las palabras entusiastas de la Directora de la Universidad
Femenina de México:
“La importancia del periodismo en la vida moderna es un hecho demasiado
notorio para que sea necesario llamar la atención sobre él. No obstante, la carrera
de periodista ha venido emprendiéndose en general, sin adquirir una preparación
especial y sin que existan centros que la proporcionen.
De ahí el que se haya hecho sentir crecientemente la necesidad de semejante
preparación y, por lo mismo, la de centros para adquirirla.
La Universidad Femenina se adelanta una vez más a los centros de
enseñanza del país, fundando en él la primera Escuela de Periodismo. Para ello
~ 274 ~
recabó la colaboración de algunas de las personas más competentes entre las
relaciones con la vida periodística de México en distintos aspectos y en general, la
cooperación de la prensa de la capital. Habiéndosele sido prestada, en medida de
sus deseos, la Universidad Femenina anuncia que su Escuela de Periodismo
iniciará sus enseñanzas el próximo junio, con arreglo al plan y con el concurso de
profesorado que pronto habremos de informar.
El periodismo, al ampliar contantemente el campo de su actividad tiene hoy
numerosas secciones en la que la participación profesional de la mujer es la
especialmente indicada. Las mujeres se cuentan crecientemente entre los
periodistas profesionales y las colaboradoras de la prensa. Se trata de una variedad
de formas de trabajo singularmente interesantes y atractivas, capaces de dar
satisfacción a gustosas inclinaciones y nobles ambiciones, cada vez más frecuentes
y desarrolladas entre las mujeres. La Universidad Femenina de complace
singularmente en ofrecer a la mujer mexicana enseñanzas que la ayudarán de una
manera decisiva a aprovechar estas nuevas y prometedoras oportunidades”.
En próximo artículo habremos de informar a nuestras queridas lectoras
sobre el proyecto del plan de estudios, así como del profesorado que habrá de
desempeñar esas cátedras para la Escuela de Periodismo de la Universidad
Femenina de México.
~ 275 ~
Periódico El Universal Gráfico, martes 23 de mayo de 1944.
Sección “De y Para la Mujer”
De nuestras realidades
Beatriz
P. 12.
GRACIA SIN SAL
Gracia sin sal es la negación de la gracia, la antítesis de la gracia, Podemos
hallarla en los programas cómicos de muchas estaciones de radio, en los auditorios
de las mismas llenas de heterogéneo público aplaudidor y rugidor, multitud que
siente avidez de diversión, que pugna por divertirse no importa cómo ni por qué
medios.
Podemos también encontrar esa gracia singularísima en los conjuntos
humorísticos que inútilmente se empeñan en distraer a los concurrentes a los
diferentes centros de reunión.
Son conjuntos de cuño carnavalesco con antecedentes u orígenes en las
murgas y en las comparsas, que buscan así pervivencia, un efímero brillar.
Esos números de varieté, que podrían constituir una atracción digna de tal
nombre, en ocasiones muy lejos de conseguir su propósito, sólo se desgañitan
desgranando una sarta de tonterías y dichos que evidencian franciscana pobreza
de ingenio.
Que reúnan auditorios a veces numerosos, no revela que merezcan ser
escuchados y vistos, ni tampoco los exime de depurar su repertorio plagado de
epítetos groseros, de gestos y ademanes impropios de hacer sobre un tablado en
presencia de familias, niños, etc.
No se sabe qué es lo más censurable en esos números, si la letrilla de sus
canciones, insulsa, basta, si las parodias más tontas aún, o la vestimenta y el
desempeño que tienen en esos estrados improvisados.
~ 276 ~
Creemos que debería integrarse una comisión para estudiar esta actuación
disfrazada de humorismo a costa de un atentado mayúsculo contra el humorismo
auténtico. Y cualquiera que sean las conclusiones a que lleguen, lo real y tangible
es que esos conjuntos y esas varietés tan poco edificantes no deben continuar
“alegrando” a las gentes, por lo menos en honor al buen gusto y homenaje a las
buenas costumbres, por las que parecen esos “artistas” sentir menosprecio o
desconocerlos en absoluto, como cultores que son de una gracia que no tiene pizca
de sal.
~ 277 ~
Periódico El Universal Gráfico, viernes 2 de junio de 1944.
Sección “De y Para la Mujer”
De nuestras realidades
Beatriz
P. 10.
EXPLOTADORES DE LA ILUSIÓN
Muy a menudo, un hecho u otro demuestra una triste realidad: que el
trabajo humano sigue siendo, en manos poco escrupulosas, un motivo de
constantes engaños.
El hecho de que una persona a quien en distintos círculos se consideraba
como político de gran influencia, y que aprovechaba la fama que se había creado
para prometer empleos y obtener ilícitas ganancias, prueba lo continuamente
expuestos que están a esta clase de maniobras quienes luchan por conseguir
trabajo.
Entre los perjudicados por el falso personaje de quien tanto se habló, se
contaban, sin duda, numerosas mujeres.
Es pensando en ellas, en las que necesitando una tarea que les proporcione
un medio de vida buscan desesperadamente la ayuda de quienes creen pueden
prestársela, que comprendemos la profunda tragedia que encierra cada uno de
esos casos que registra la crónica policial.
Todo lo que sea explotar la necesidad de trabajo del ser humano, subleva a
las conciencias limpias. ¿Qué podremos decir entonces de tales manejos cuando se
ejercen también sobre indefensas mujeres?
Tal vez porque la natural credulidad femenina lo hace más fácil porque en
todas nosotras existe una peligrosa tendencia a ilusionarnos con promesas, la
mujer suele ser la víctima predilecta de simulaciones de tal naturaleza.
~ 278 ~
La esperanza de lograr al fin el tan ansiado empleo hace aparecer como
lógica la entrega de los pequeños ahorros o de sumas que habrá de pagar más
tarde, a costa de grandes sacrificios.
Luego, con el tiempo, llega la desilusión... El dinero se ha desvanecido, y ni
siquiera cabe ya esperar el tan deseado nombramiento, y los sueños dejan paso a la
más cruel de las realidades.
Como no se puede suponer que el de los estafadores de esta clase sea un
mal difícil de extirpar, sería conveniente extremar las precauciones contra quienes
especulan con tan nobles necesidades, confiando en la excesiva credulidad.
~ 279 ~
Periódico El Universal Gráfico, martes 13 de junio de 1944.
Inicio de la columna
Sección “De y Para la Mujer”
La belleza femenina
Consuelo Colón
Pp. 12 y 15.
MAQUILLAJE SOCIAL
Ofrecemos a nuestras queridas lectoras esta nueva Sección de la Página de la Mujer,
que tiene la finalidad de presentar sugestiones, orientaciones e indicaciones precisas sobre
asunto de tanta trascendencia, para hacer resaltar la belleza femenina en el medio social en
que ella actúa.
LOS PERFUMES
Nuestras mujeres –atentas siempre a todo lo que representa para ellas esa
aureola de distinción y elegancia inconfundible– tomarán debida nota de algunos
detalles que competen al cultivo de su personalidad, para lo cual he decidido
ocuparme, en primer lugar, de los perfumes, que forman parte muy importante del
atractivo de toda mujer.
Empezaré por decir que los perfumes que revelan su presencia son de mal
gusto.
El olor más exquisito se vuelve incómodo y hasta perjudicial cuando es tan
penetrante que se comunica a todo lo que toca la persona que bien pudiéramos
decir que está como impregnada de él, porque un perfume usado con profusión es
intolerable debido a que satura el ambiente y lo vuelve sofocante.
~ 280 ~
Un buen perfume debe ser tan sutil, tan delicado y tan ligero, que se
concentre en la persona que lo usa, lo que hace de los aromas una de las cosas más
agradables y atrayentes de atavío femenino.
Por eso decimos que la que abusa de los perfumes no se apercibe del efecto
que producen, porque se acostumbra a vivir en esa atmósfera viciada, y al perder
la finura del olfato, no es capaz de apreciar la intensidad de los olores.
El cultivo de nuestras relaciones sociales nos impide hacernos desagradables
a las personas que se nos aproximan. La mujer distinguida deberá evitarlo con
todo cuidado, pues tratar de llamar la atención con esas exageraciones, sólo
contribuirá a restarle atractivo a su personalidad.
Lo anteriormente expuesto no excluye a las mujeres del empleo de los
perfumes; sólo recomiendo que sean delicados y agradables; precisa elegirlos bien
y saberlos usar discretamente.
Para dar un olor agradable a la ropa íntima o para perfumar el pañuelo será
conveniente usar unas gotas de esencia del perfume UNA FLOR, la más delicada
creación de la fantasía perfumista, que nos ha prestado su aroma sutil para
engalanar a la flor de la creación, que es la mujer.
El perfume UNA FLOR DE SHARON, producto de la experiencia y de la
calidad, condensa en su aroma sugerencias encantadoras de jardines deliciosos.
Amablemente persistente y exquisitamente arrobador, este perfume conservará
siempre el hechizo de feminidad que anhela toda mujer.
Su delicado aroma dejará en su persona la nota discreta de misterio y
encanto que hará surgir el romance bajo el embrujo de su aroma lánguido,
femenino y encantador.
UNA FLOR es más que un regalo a su belleza, una flor espiritual que
surgirá como un capuz de ensueño sobre el cielo de las esperanzas.
~ 281 ~
Periódico El Universal Gráfico, miércoles 5 de julio de 1944.
Sección “De y Para la Mujer”
Tribuna de la mujer
Consuelo Colón R.
Pp. 13 y 15.
UNA GRAN DAMA
No siempre es necesario que una persona desaparezca del mundo de los
mortales para que salgan a flote todas sus virtudes.
Hace aproximadamente un año, cuando ya estaba terminando mi libro
“Mujeres de México”, me acerqué a la que fuera por más de 30 años la Primera
Dama del País, la distinguida señora doña Carmen Romero Rubio de Díaz, en
solicitud de una entrevista para incluirla en mi obra –marco adecuado a su
grandeza moral–, ya que, además de sus grandes virtudes, era ella la
representativa de toda una época que México no podrá borrar jamás de su historia.
Pero la ejemplar señora –que en esos días se encontraba en cama muy delicada de
salud– nos concedió el honor de habernos recibido por contacto de su hermana
María Luisa, dándonos la más amplia de sus excusas, nos rogó que la
perdonáramos, tanto por su estado de salud, cuanto por no quebrantar el firme
propósito forjado al duro golpe de la muerte del compañero de su vida, el ex
Presidente de México, general don Porfirio Díaz, de no volver a figurar en ningún
periódico, libro o fotografía, no podía acceder a nuestra súplica; pero en cambio,
nos rogaba que inmediatamente que el libro fuera publicado, se le informara para
adquirir un ejemplar, pues se interesaba extraordinariamente por las actividades
de las damas que figuraban en él como mujeres destacadas de un país al que ella
había vuelto, porque estaba unida a él con fuertes e indisolubles lazos espirituales.
Claro está que no juzgué esa negativa a mi primer intento de entrevistarla
como un fracaso, puesto que ya había logrado por conducto de un estimado
médico, íntimo amigo de la familia, recabar interesantes datos biográficos acerca
~ 282 ~
de tan exquisita, virtuosa y ejemplar dama, para encabezar con esa ilustre figura
femenina el segundo tomo de “Mujeres de México”.
Sin embargo, a pesar del delicado estado de su salud, no imaginé que el
artero destino arrebatara a una de las más extraordinarias mujeres de nuestro
tiempo, noble ejemplo de heroicidad, abnegación y grandeza espiritual que tanto
honra a las damas de este país maravilloso.
Porque, como dice uno de nuestros más grandes escritores contemporáneos:
“Doña Carmen Romero Rubio de Díaz, gran señora y gran cristiana, colocada, por
designio de la Providencia al lado de uno de los hombres más eminentes de
México, atemperó con sus virtudes y su prudencia los yerros del estadista y la
pasión del hombre. Como mujer pudo ser vanidosa y prefirió ser discreta, pudo ser
soberbia y se limitó a ser digna. Rodeada de la lisonja, del boato, del acatamiento
nacional y hasta universal, se mantuvo siempre en una posición equilibrada,
abriendo su corazón y poniendo su voluntad al servicio de la justicia unas veces, y
otras a la clemencia, que es como la más bella gala de la justicia. Vivió días de
esplendor que parecían inextinguibles, pero que ella, con un sentido cristiano de
las cosas, sabía perfectamente que era transitorio, fugaz, pasajero, como lo son
todas las grandezas humanas que se hunden en el tiempo y se pierden en la
eternidad. Seguramente por eso no la cegó el esplendor ni la sedujo el poder, no la
envaneció el halago ni la perturbó la altura.
Cuando la vida se vive en función de lo trascendente, no hay ni
resplandores que deslumbren ni sombras que acobarden. Hay, nada más, la serena
determinación de vivirla bien. Y doña Carmelita, como la llamó siempre el pueblo
mexicano, fue eso lo que supo hacer mejor, vivir su vida bien. –Ejemplarmente,
agregamos nosotros–. Por tal motivo, hasta sus postrimerías, se sintió rodeada del
amor y del respeto no sólo de sus familiares y allegados, cosa natural y explicable,
sino de muchedumbres que no la vieron nunca, cosa extraña e incomprensible,
como no sea buscando la raíz de ese instinto certero que tienen las naciones para
hacer justicia histórica, por encima de la historia erudita de los sabios”.
~ 283 ~
En estas magistrales frases está trazada la fisonomía moral de la ilustre
Primera Dama del País que acaba de descender a la tumba, rodeada del cariño y el
respeto de todos sus compatriotas que la consideramos como un prototipo de la
mujer mexicana noble, abnegada, heroica y sublime en todos los momentos de su
vida.
~ 284 ~
Periódico El Universal Gráfico, martes 1 de agosto de 1944.
Inicio de la columna
Sección “De y Para la Mujer”
Consultorio de belleza
Consuelo Colón
Pp. 14 y 16.
Esta sección, mis queridas lectoras, tiene la finalidad de contestar a todas las
consultas que me sean remitidas al “Maquillaje Social”, que los miércoles se
publica en esta página “De y Para la Mujer”, de EL UNIVERSAL GRÁFICO, que
cada día experimenta la más completa satisfacción al ampliar su radio de acción
esforzándose en ser más útil a las mujeres de México.
Por lo tanto, si tienen ustedes alguna consulta qué hacernos, relacionada con
el importantísimo tópico de la belleza femenina, no tiene más que dirigirse a
“Maquillaje Social”, de EL UNIVERSAL GRÁFICO, o bien a este “Consultorio de
Belleza”, que siempre estará a sus estimables órdenes. No olvide usted que “Ser
hermosa es un deber” y tenga siempre presente nuestro lema: “SER HERMOSA…
PARA SER AMADA”.
SRITA. RAQUEL VILLAR, de Cuernavaca, Morelos.
Mi querida señorita:
A los 16 años le espera a usted toda una vida por delante, que le deseo
sinceramente que sea muy feliz y no se desespere.
La afección de la piel que usted sufre puede curarse antes de su completo
desarrollo tocando la punta con tintura de yodo. Si con esto no desaparecen y
llegan a su completo desarrollo, se hace la cura antiséptica y con una fuerte presión
digital se saca el pus y luego la bolsa o tapón.
Con respecto a la armonía de colores que le conviene emplear, así como el
perfume, dado su carácter soñador y romántico, en carta privada le envío los
~ 285 ~
nombres de los productos que le darán los mejores resultados, mientras tanto me
repito, su amiga.
CONSUELO
SRITA. PROFA. CARMEN CALDERÓN.- De la Calzada México-Tacuba.
Distinguida señorita:
Por su carta advierto que se trata de una dama exquisitamente femenina, a
la vez que dinámica y la considera asimismo, con todas las virtudes o cualidades
de las mujeres de mi patria y de mi raza.
Y aun sin conocerla, la imagino en la plenitud de su vida, radiante de
belleza, dotada de una gran inteligencia, gran cultura y gran corazón. No soy
adivina, pero eso se desprende de su simpática misiva.
Con el mayor gusto le envío ya, en carta particular, el nombre de todos los
productos de belleza de que he estado hablando, y que habiéndolos experimentado
yo misma, no tengo inconvenientes en recomendárselos.
Estaré siempre a sus muy estimables órdenes, pues es un placer obsequiar
los deseos de damas tan distinguidas como usted.
Su amiga…
CONSUELO
SRITA. BLANCA ZAYAS.- De Torres Adalid, de la Colonia del Valle.
Estimada señorita:
Para su cutis reseco necesita, de una manera imprescindible, el alimento de
la piel seca.
Más que ninguno, requiere el cutis seco un diario lubricante para mantener
su frescura y vitalidad. Ya envío a usted en carta particular el nombre de la crema
que usted necesita en su caso especial.
Mientras le llega haga usted lo siguiente: “Tome la clara de dos huevos y 15
gramos de aceite de almendras dulces. Bátalos juntos hasta obtener una crema que
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extenderá sobre una muselina y se aplicará a manera de mascarilla sobre el rostro.
Se saca con agua templada a la mañana siguiente”.
El cutis seco adquiere con ella suavidad extraordinaria.
Practíquelo e informe el resultado a su amiga.
CONSUELO
~ 287 ~
Periódico El Universal Gráfico, martes 4 de septiembre de 1945.
Sección “De y Para la Mujer”
El amor está al teléfono
Mayra
P. 12.
MI HIJA SE CASA
- Sí, soy yo, Marta… ¿Estoy hablando con Maruja, verdad?
- ¡Qué alegría! ¿Sabe que creí que se había olvidado de mí? ¡Pasó tanto tiempo sin
llamarme!
- Tiene razón, Maruja, pero… ¡si supiera lo atareada que estoy!
- ¿Si? ¿Por qué?
- Bueno, ahora llega el momento de darle la noticia… ¡la gran noticia! Me emociona
tanto cada vez que lo digo… Ya sé que es ridículo, porque al fin y al cabo, cuando
se tiene una hija es de esperar que algún día…
- ¡Marta! ¡Su hija se casa!
- ¡Sí, Maruja! ¡A fin de mes!
- ¡Dios mío! Me parece mentira… Si fue ayer solamente cuando la veía pasar para
la escuela con sus libros bajo el brazo.
- Ya tiene veinticinco años… Y ahora ¡se me casa!
- ¡Cuénteme, Maruja! ¿Dónde lo conoció, quién es?... ¡No sabía que tenía novio!
- Hace pocos meses que se conocen… Él la vio varias veces en el cine, sin tener
oportunidad de hablarle. Un día la encontró en la calle, charlaron, simpatizaron…
- ¿Y después?
- Después él vino a hablar conmigo y me dijo que quería casarse con Lucha. ¡Qué
momento! Me temblaban las manos, se me llenaban los ojos de lágrimas
acordándome de aquel santo que fue mi marido…
- Lo comprendo, Marta. Claro que yo no tengo hijos, pero me doy cuenta de lo que
se debe sentir en un momento así.
~ 288 ~
- No sé ni cómo pude hablar con él. Lo abracé llorando, mientras Lucha se reía y
me trataba de anticuada. Y ahora se casa a fin de mes.
- Me la imagino en un mar de preparativos…
- ¡Apenas me queda tiempo para comer y dormir! No hago más que correr de un
lado a otro durante todo el tiempo. ¡Ah, cómo van a quedar mis pobres piernas
después de tanta agitación!
- Y dígame, ¿adónde van a vivir?
- ¡Si viera qué Chalet han comprado!… Sí, Alberto, así se llama mi nuevo hijo, es
un muchacho de dinero… Naturalmente, Lucha no trabajará más… ¡Pensar que va
a vivir en una casa de ocho piezas!
- ¿Tendrá sirvientas? Claro está.
- (Con orgullo) ¡Oh, sí! Una cocinera y una recamarera. ¡Qué casa y qué muebles,
Maruja! ¡Un verdadero sueño! Tan diferente a esta pobre pieza en que vivimos
desde hace tantos años… Allí, las comidas no se parecerán, por cierto, a las que le
hacía, ¡y le hago todavía! a mi pobre Lucha. Puchero, guiso de lentejas, fideos…
¡Por suerte, todo esto va a terminar!
- Es cierto… ¡todo eso va a terminar para ustedes dos!
- (Con un ligero temblor en la voz) Bueno, es decir, para Lucha, que es la que se
casa. Para mí, naturalmente, todo seguirá más o menos como antes… ¡Pero estará
tan contenta!
- No lo comprendo, Marta. ¿Por qué dice "como antes"?
- Es que…
- Usted vivirá en un precioso chalet, no tendrá que ocuparse de nada, lo pasará
maravillosamente…
- Pero no, querida Maruja… Yo seguiré viviendo aquí.
- (Sorprendida) ¡Cómo! Es decir que…
(Una pausa corta y en seguida la voz de Maruja, que se apresura a decir, con
marcado afecto).
~ 289 ~
- Lo comprendo muy bien, Marta. Usted quiere conservar su independencia, dejar
que sus hijos vivan su propia vida.
- (Con alivio) Sí, eso es… Ellos son jóvenes… Yo no soy más que una pobre vieja
acostumbrada a esta vida. ¿Qué haría en esa casa, entre tanto lujo? Pero ya lo
arreglamos así; iré a ver a Lucha una vez por semana… Ya sé que voy a extrañarla.
Siempre estuvimos juntas, siempre hice lo que pude por su felicidad… Pero ahora,
todos mis sacrificios están bien pagados. ¿Verdad que sí, Maruja?...
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Periódico El Universal Gráfico, miércoles 22 de noviembre de 1944.
Sección “De y Para la Mujer”
Tribuna de la mujer
Consuelo Colón R.
Pp. 12 y 21.
PRO CULTURA DE LA MUJER MEXICANA
Si tratásemos de hacer un balance de la obra educativa que en la
Universidad Femenina de México, se ha llevado a cabo en el presente año escolar,
tomaríamos debida nota de la carta que con fecha 4 del presente mes de noviembre
nos enviara su dinámica y entusiasta Directora, la señora Adela Formoso de
Obregón Santacilia y que a la letra dice:
“La Universidad Femenina comenzó sus actividades escolares del presente
año el 16 de febrero, con los siguientes cursos: 1er. Año del Bachillerato en Letras
con 21 alumnas; 2º. Año del Bachillerato en Ciencias con 7 alumnas; 3er. Año de
Iniciación Universitaria con 9 alumnas; 1er. Año de Bachillerato en Derecho y
Ciencias Sociales con 8 alumnas. Haciendo un total de 56 alumnas para los
distintos Bachilleratos. Estos cursos se imparten por las mañanas, lo mismo que el
curso de Cosmetología que tiene 8 alumnas. Por la tarde se organizaron los
siguientes cursos: 1er. Año de la Carrera de Ayudantes de Laboratorio con 17
alumnas; Decoración de Interiores (1er. Año) con 22 alumnas; Servicio Exterior 1er.
Año con 6 alumnas y 2º. Año con 14; un curso de Archivonomía con 6 alumnas
empleadas de la Secretaría de Agricultura.
Las carreras cortas de Identificación Civil y de Enfermería y las facultades
de Archivos y Bibliotecas y Letras Españolas e Inglesas, lo mismo que el
Bachillerato en Ciencias Físico-Químicas, no tuvieron alumnas suficientes para
poderse iniciar en esta Universidad, en cambio se notó un interés muy grande por
las carreras cortas de Ayudantes de Laboratorio y Decoración de Interiores.
~ 291 ~
Se organizó para un grupo de americanas cursos especiales sobre Cultura
Iberoamericana con las siguientes materias: Historia de las Ideas de Iberoamérica,
Arte y Arqueología de Sudamérica, Sociología Americana, Arte Precortesiano en
América, Arte Colonial, Arte Moderno en América.
También se dieron dos cursos en inglés de 12 clases cada uno sobre técnica
de la Sociabilidad; y se dio también un curso de 18 lecciones sobre el arreglo de
flores y un curso muy interesante de Folklore. Se está llevando a cabo un curso de
24 lecciones sobre Teatro de Muñecos, siendo ésta la primera vez en el Continente
Americano que se trata este tema en forma de pláticas y a este curso asisten 100
educadoras becadas por la Secretaría de Educación Pública.
Con el grupo que se está organizando de Teatro de Muñecos, se pretende
hacer una importante labor de desanalfabetización y social-educativa en general.
El 3 de julio se inició con 2 alumnas el 1er. Año de la Carrera de Periodismo,
siendo ésta la primera Escuela de Periodismo que se funda en México y para la que
prestaron su colaboración los diarios más importantes de la Capital.
Seguiremos informando a nuestras queridas lectoras sobre la meritísima
labor que en pro de la cultura de la mujer mexicana, está realizando la Universidad
Femenina de México.
~ 292 ~
Periódico El Universal Gráfico, jueves 2 de agosto de 1945.
Sección “De y Para la Mujer”
Olvidé enviar mi carta…
Zelma
P. 13.
A la señorita Yolanda Hernández Zárate,
cariñosamente, por su próximo enlace.ZELMA.
Con motivo de que usted va a contraer matrimonio, a formar una familia e
identificada ya con el ser que habrá de fundar ese nuevo hogar, le ruego que me
permita hablarle con el corazón, como lo hubiera hecho con mi propia hija; o como
suelen hacerlo dos grandes amigas, en los actos más trascendentales de su vida.
Dicen las viejas leyendas, o bien las consejas de nuestros abuelos, que "en el
más allá tienen reservado un sitio de preferencia" para la pareja mejor avenida,
para los seres que mejor se comprendieron en la vida y marcharon unidos por el
mundo con los lazos indisolubles del amor verdadero, es decir, para el matrimonio
perfecto.
Claro está que no le estoy hablando de un imposible porque sé que usted es
buena, inteligente, y que ha sabido elegir al compañero de su vida.
Además, sé que todas las acciones que ejecuta, por sencillas que sean, como
van impregnadas de amor, su vida y la de los que la rodean en este mundo, será
un brillante desfile de venturas.
Y al fundar su nuevo hogar, sé que todos sus pensamientos, sus acciones y
sus emociones estarán animados por el ferviente anhelo de perfeccionarlos y
ennoblecerlos con lo que logrará su felicidad y la de los suyos.
Y creo sin temor a equivocarme en materia tan quebradiza, que podré
afirmar que las características principales de su nuevo hogar, serán la paz, la
~ 293 ~
armonía y la comprensión mutua, sazonadas con la ilusión, que es virtud creadora
hecha de imaginación y de inquietud.
Y comprendo que el suyo será uno de esos hogares felices en los que poco a
poco se irá realizando con paciencia y laboriosidad la obra armoniosa del vivir
cotidiano.
Además, siendo el matrimonio una sociedad de responsabilidad ilimitada,
comprenderá que conseguir una felicidad a base de ir cada cual buscando por su
lado la alegría, la ilusión y el entretenimiento, no puede considerarse un éxito
derivado del "compañerismo", camino que de ninguna manera me parece perfecto,
pues para que el hogar exista, es necesario que la mujer –su eje primordial– le
imprima su ritmo. Si consigue ser feliz usted, y que los otros lo sean, habrá
realizado una pequeña obra maestra y aportará más colaboración al bienestar de la
nación que el hombre que hace oír en los grandes centros sociales su voz directiva,
ya que ningún ser inteligente desdeñaría el papel de la mujer dentro de su casa,
porque sabrá comprender toda su trascendencia.
Por eso anhelo que como buena esposa sea para su marido el aroma y la luz
de su existencia, el manantial de todo amor y de toda poesía; y sobre todo que con
una voluntad enérgica y consciente será para él, la mujer asociada en cuerpo y
alma, en entusiasmo y en esfuerzo, al vivir de su amado.
Y no desearía que olvidara jamás esta divisa que puede ser la norma de sus
actos: "Hacer feliz al hombre que usted eligió para compañero de su vida".
Y si me pregunta con cuáles armas habrá de luchar para triunfar, le diré que
afortunadamente para usted y para todas las mujeres a quienes les tocó vivir en
esta era de materialismos, perversidad y frivolidad alarmantes, todavía les queda
una arma, la más eficaz de todas sin duda: el amor a propósito del cual dijera un
sabio y filósofo: "De la fe, la esperanza y el amor, éste es el más grande". Le queda
el amor.
Y por lo tanto, la mujer del siglo XX no tendrá mejor arma para esgrimir en
su lucha por la felicidad que esa que han tenido las mujeres de todos los tiempos.
~ 294 ~
Porque los ejércitos avanzan, los cerebros de los hombres inventan, pero el misterio
del corazón humano es siempre el mismo, como dijera una gran pensadora:
"Al regresar al hogar, mal herido por los vaivenes de la vida –cada hombre
convertido ahora en un campeón– no alienta más ilusión que la de encontrar a su
compañera en la casa, con la lumbre encendida y la mesa puesta.
"Vestales, siempre vestales. Dalilas o Judiths, reinas o siervas, pero vestales,
conservando el fuego sagrado del hogar. Este es y será siempre nuestro oficio".
ZELMA
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Periódico El Universal Gráfico, lunes 27 de agosto de 1945.
Sección “De y Para la Mujer”
¿Se reconoce usted, amiga?
Mayra
Pp. 13 y 15.
¿Se reconoce usted, la señorita que el último martes a las 17 horas 10
minutos, fue víctima de una grave humillación por parte de un individuo
extranjero que habiéndose enriquecido en México, posee dos joyerías en una de
nuestras principales avenidas?
Todavía no sé si su actitud fue la más correcta, porque cada vez que
reconstruyo la escena presenciada por mí, siento que me hierve la sangre en las
venas y aún no podría decir si mi protesta muda y el profundo desprecio y
repugnancia que me inspira el tal sujeto, así como el placer con que yo misma le
organizaría un verdadero boycot, sería suficiente castigo a la incalificable actitud,
mejor dicho, a la insolencia de este individuo a quien probablemente su "dinero" –
que a lo mejor es la primera vez que lo tiene– se le ha subido tanto a la cabeza y lo
ha ensoberbecido a tal extremo, que ya no sabe ni siquiera ser un caballero con las
damas y se dedica a vejarlas y humillarlas en su propio país.
El hecho que comento y que me llena de justa indignación sólo al recordarlo,
ocurrió de la siguiente manera:
Llegué a una joyería en busca de una alhaja enviada por la otra casa del
mismo dueño donde me dijeron que probablemente allí la encontraría porque
como esa casa era la más grande y estaba mejor surtida, seguramente que la habría.
Fui atendida solícitamente por una de las empleadas –claro está, puesto que
iba en plan de compradora–. Mientras fueran a traerme la mercancía, se acercó una
señorita muy atenta preguntando por el dueño del establecimiento. La empleada
que me atendía le indicó a quien debía dirigirse: un individuo bastante alto y
vestido de gris.
~ 296 ~
Usted esperó a que dicho "personaje" se desocupara un poco y como a las
17:10 logró acercarse para hablarle y… apenas alcanzó a decirle: "Señor, he venido
a buscarlo varias veces; hasta que me dijeron que a las 5 lo encontraría… vengo a
solicitar un empleo, recomendada a usted por el señor X…"
Cuando el "atento", "cortés" y "caballeroso" dueño del negocio, montando en
cólera dijo a gritos: –¿Para qué me viene usted a quitar el tiempo? ¡Aquí no hay
trabajo para nadie! ¡Estoy bastante ocupado para que me vengan a molestar a mí!...
Y volviéndose enojado, le dejó con la palabra en la boca.
Usted se quedó anonadada. En un instante viví intensamente su tragedia.
Había alargado la mano hacia el "energúmeno" con un sobre… tal vez la carta de
recomendación que él no se dignó siquiera leer… y se quedó usted de tal manera
cortada, que no sabía si dejarla sobre el mostrador o guardarla de nuevo en su
bolsa.
Como la casa estaba a esa hora llena de gente y usted no esperaba tan
"amable" acogida se quedó confusa, indecisa, pálida, avergonzada, sin poder dar ni
un solo paso.
Tal vez en ese momento desfilaron por su mente todas las escaseces y
privaciones de su hogar donde usted carece de empleo, tal vez pensaba en sus
ancianos padres que esperarían su regreso esperanzados… ¡Qué sé yo, cuántos
pensamientos cruzarían por su mente!
Pasaron unos instantes, que a usted deben de haberle parecido siglos y…
bajando la cabeza y apretando su bolsa de mano contra el pecho, salió
apresuradamente.
Mientras tanto yo que ya había encontrado la alhaja de mi gusto, en un
arranque de solidaridad con su desgracia, la dejé sobre el mostrador y cambiando
una mirada de inteligencia con la empleada, salí sin comprar nada para no
contribuir con el producto de mi trabajo a enriquecer los bolsillos de semejante tipo
que con esas altanerías, con una débil señorita mucho más educada que él, ha
pretendido corresponder al país que lo ha hecho millonario.
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Periódico El Universal Gráfico, jueves 5 de septiembre de 1946.
La moda al día
Consuelo Colón
P. 14.
ELEGANCIA ES SENCILLEZ
En nuestros días la sencillez es tan rara, que nos sorprende a las que no
poseemos esa cualidad, y a menudo decimos de una persona esencialmente
natural, que adopta una “pose original”.
Pero para los hombres, la sencillez de la mujer es –en todo el sentido de la
palabra– una cualidad que buscan y aman por encima de todo.
Esos conceptos pueden aplicarse perfectamente en lo que se refiere a la moda,
la cual también hoy requiere sencillez. Pero no vaya a confundirse el sentido de
esta palabra; porque cuando de modas se trata, la sencillez quiere decir buen gusto
en el vestir. Así un vestido de algodón puede convertirse en un verdadero vestido.
¿Cómo lograrlo?
Escogiendo esos hermosos, atractivos y rejuvenecedores modelos que por su
gracia y sencillez están conquistando cada día más la preferencia de la mujer
mexicana.
Seguramente que esto se debe en gran parte a la influencia de la moda
norteamericana que es hoy la que gusta más en México.
Por eso no nos sorprende ver por la calle a las damas ataviadas con
hermosos y sencillos vestidos de algodón que las hacen parecer más frescas y
juveniles.
No sería raro que en breve tiempo se popularizara esta costumbre que es
altamente favorable para la mujer, sobre todo en estos duros tiempos de crisis,
pues su precio resulta más económico y se ahorran los gastos de la tintorería.
~ 298 ~
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