Monografía Curso de Capacitación Docente en Neurociencias Alumnas: Magalí Minetti | Priscila Luciana Strada | Sonia Giorgis www.asociacioneducar.com Mail: [email protected] Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar INTELIGENCIA EMOCIONAL: "La llave en la puerta…” “Caminar siempre por el mismo camino, nos llevará siempre al mismo lugar… Si quieres llegar a otro lugar, necesitas caminar por un camino diferente; así de simple…” Martha Chávez Nuestro cerebro Nuestro cerebro es único y asombroso. Nos permite pensar, emocionarnos, aprender, movernos, soñar, imaginar, crear, recordar y hacer planes. Se encarga de que todo nuestro cuerpo funcione a la perfección. El cerebro humano se ha desarrollado a lo largo de miles de años a través de la evolución natural. Cuenta con sistemas surgidos con un propósito determinado (asegurar la supervivencia en el mundo natural) y posteriormente se vio obligado a adecuarse al nuevo mundo civilizado. Nuestro cerebro está más preparado para reaccionar rápidamente que para pensar. Por esta razón, a menudo, nos damos cuenta de nuestra respuesta ante un acontecimiento sólo cuando ya hemos actuado. Recientemente, y con la ayuda de nuevos medios tecnológicos, se ha podido ir develando el funcionamiento de nuestros cerebros y, de esta manera, la ciencia cuenta con una poderosa herramienta para hablar de los enigmas del corazón e intentar dar razón de los aspectos más irracionales del psiquismo. Alrededor del tallo encefálico, que constituye la región más primitiva de nuestro cerebro y que regula las funciones básicas como la respiración o el metabolismo, se fue configurando el sistema límbico, que aporta las emociones al repertorio de respuestas cerebrales. La evolución del sistema límbico estuvo, por tanto, aparejada al desarrollo de dos potentes herramientas: la memoria y el aprendizaje. En esta región cerebral se ubica la amígdala, en la que se depositan nuestros recuerdos emocionales y que, por ello mismo, nos permite otorgarle significado a la vida. Nuestras emociones Como ya describimos anteriormente, podemos incluir las emociones en el listado de los programas más importantes de la mejor y más potente computadora que existe: nuestro cerebro. Las emociones son parte de los programas que vienen pre-instalados en nosotros, entre las que podemos mencionar: la alegría, el enojo, la sorpresa, el miedo, la tristeza y el asco. A medida que crecemos, éstas se actualizan y amplían nuestro repertorio emocional, permitiéndonos enamorarnos, sentir envidia, orgullo, vergüenza, simpatía, frustración, gratitud, empatía, etc. El objetivo de las emociones es darnos el impulso para realizar una acción. Las emociones activan en nuestro cuerpo un sistema denominado simpático, que nos prepara en milisegundos para actuar ante determinada situación. También existen emociones que nos ayudan a disfrutar de la vida día a día y nos invitan a querer superarnos. El conocer y comprender, la curiosidad, la motivación y demás emociones positivas nos permiten enfocarnos en ellas para potenciarlas y actuar de la mejor manera en cada situación. Debido al valor que tienen en nuestra vida mental y social, es muy importante conocer nuestras emociones, ponerles nombre, identificar su intensidad y gestionarlas adecuadamente. El primer paso es identificarlas, luego aprender qué herramientas tenemos a nuestro alcance para regularlas y después desarrollar la capacidad en nuestro cerebro de poder gestionar el mundo emocional y social adecuadamente. Lo que nos lleva a preguntarnos… ¿Por qué a algunas personas les va mejor en la vida que a otras? ¿Por qué algunas, con alto coeficiente intelectual y que se destacan en su profesión, no pueden aplicar esta inteligencia en su vida privada, que va a la deriva, del sufrimiento al fracaso? ¿Y por qué otras con un alto cociente intelectual terminan trabajando para otras que saben conectarse, influir y relacionarse mejor? La respuesta está en las emociones y en la capacidad para entenderlas y manejarlas. La Inteligencia Emocional es parte de nuestra inteligencia global, una parte a menudo negada y desdeñada, opacada por el brillo de la razón, la cual es más fácil de definir y medir. Orgullosos de nuestra capacidad para controlar nuestras emociones, hemos caído en la trampa de creer que nuestra racionalidad prima sobre nuestros sentimientos y que a ella podemos atribuirle la causa de todos nuestros actos. Pero, a diferencia de lo que pensamos, nuestro cerebro toma decisiones continuamente sin siquiera consultarlas con los lóbulos prefrontales y demás zonas analíticas de nuestro cerebro pensante. Los cinco pilares de la inteligencia emocional "Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad; las personas que no pueden poner cierto orden en su vida emocional libran batallas interiores que sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad". Dr. Daniel Goleman Diversos estudios de largo plazo han puesto de relieve que el coeficiente intelectual apenas si representa un 20% de los factores determinantes del éxito. El 80% restante depende de otro tipo de variables, tales como la clase social, la suerte y, en gran medida, la inteligencia emocional. Así, la capacidad de motivarse a sí mismo, de perseverar en un empeño a pesar de las frustraciones, de controlar los impulsos, diferir las gratificaciones, regular los propios estados de ánimo, controlar la angustia y empatizar y confiar en los demás parecen ser factores mucho más determinantes para la consecución de una vida plena que las medidas del desempeño cognitivo. La vida emocional constituye un ámbito que se puede dominar con mayor o menor pericia. Quienes gobiernan adecuadamente sus sentimientos, y saben interpretar y relacionarse efectivamente con los sentimientos de los demás, gozan de una situación ventajosa en todos los dominios de la vida, desde el noviazgo y las relaciones íntimas hasta la comprensión de las reglas tácitas que determinan el éxito en el ámbito profesional. Si bien es cierto que en toda persona coexisten los dos tipos de inteligencia (cognitiva y emocional), es evidente que la inteligencia emocional aporta, con mucha diferencia, la clase de cualidades que más nos ayudan a convertirnos en auténticos seres humanos. Howard Gardner destaca dos tipos de inteligencia personal: la interpersonal, que permite comprender a los demás, y la intrapersonal, que permite configurar una imagen fiel y verdadera de uno mismo. El propio Gardner ha dicho que en la vida cotidiana no existe nada más importante que la inteligencia intrapersonal, ya que a falta de ella, no acertaremos en la elección de la pareja con quien vamos a contraer matrimonio, en la elección del puesto de trabajo, etc. Los sentimientos juegan un papel fundamental en nuestra habilidad para tomar las decisiones que a diario debemos adoptar, pues al parecer, la presencia de una sensación visceral es la que nos da la seguridad que necesitamos para renunciar o proseguir con un determinado curso de acción, disminuyendo las alternativas sobre las cuales tenemos que elegir. Para conocer y controlar las emociones propias y ajenas, con el fin de obtener determinados fines, se necesitan desarrollar cinco habilidades: 1-Autoconocimiento. El conocimiento de las propias emociones. Significa ser consciente de uno mismo, conocerse, conocer la propia existencia y ante todo el propio sentimiento de la vida. Es la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que ocurre. 2-Autocontrol. Capacidad para controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. La capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad y las consecuencias que acarrea su ausencia. 3-Automotivación. Capacidad para motivarse a uno mismo. Significa ser aplicado, tenaz, saber permanecer en la tarea, no desanimarse cuando algo no salga bien, no dejarse desalentar, ser capaz de ordenar las emociones al servicio de un objetivo esencial. 4-Empatía. El reconocimiento de las emociones ajenas. Es la habilidad que le permite a los individuos concebir las carencias, emociones o dificultades de los demás, colocándose en su lugar para corresponder adecuadamente a sus reacciones emocionales, es decir, es la habilidad de conocer y entender lo que siente otra persona 5-Habilidades Sociales. El control de las relaciones. Es la capacidad de conocer los sentimientos de otro y actuar de una manera, que se pueda dar nueva forma a esos sentimientos, ser capaz de manejar las emociones del otro es la esencia de mantener relaciones. Si bien todas las personas venimos al mundo con un temperamento determinado, los primeros años de vida tienen un efecto determinante en nuestra configuración cerebral y, en gran medida, definen el alcance de nuestro repertorio emocional. Pero ni la naturaleza innata ni la influencia de la temprana infancia constituyen determinantes irreversibles de nuestro destino emocional. La puerta para la alfabetización emocional siempre está abierta y, así como a las escuelas les corresponde suplir las deficiencias de la educación doméstica, las empresas y los profesionales que quieran lograr el éxito en el entorno de especialización y diversidad que caracteriza al mundo moderno, deben tener conocimiento de sus emociones y dotarlas de inteligencia. Entrenando la inteligencia emocional Que los sentimientos sean irracionales en su origen no quiere decir que no sean armonizables con la razón. Por lo tanto, podemos reconocer el sentimiento que nos embarga y actuar para encauzarlo si hiciera falta. Comprobamos que, con voluntad, podemos recrear ese hecho. A continuación, presentamos algunas actividades para trabajar las diferentes habilidades de la inteligencia emocional, para educar las emociones de nuestros alumnos que también nos serán de mucha utilidad a nosotros, los docentes. AUTOCONOCIMIENTO *Dibujar en una ficha, cartelera o pizarra caritas que representen emociones primarias tales como: alegría, sorpresa, miedo, ira, aversión y tristeza. Los alumnos deberán colocar sus nombres en cartelitos facilitados por el docente. El objetivo es que cada día, al iniciarse la clase, los alumnos detecten las emociones que sienten. Los cartelitos pueden cambiarse de lugar si las emociones cambian. * En una hoja en blanco finalizar algunas de las oraciones incompletas tales como: Soy capaz de… Soy muy bueno en… Yo puedo… Mis fortalezas son… Escribir de tres a cinco finales. El autoconocimiento es esencial para lograr cambios positivos. AUTOCONTROL *Expresar de forma positiva tus emociones. *Enumerar situaciones en las que se podrían haber beneficiado expresando emociones positivas. * Elaborar un registro de situaciones que ocurren a menudo (en sus hogares, con amigos, en la escuela) y detectar la emoción y conducta y qué alternativas de solución se te ocurren. * Visualizar el estado de satisfacción que surge de haber controlado una situación “Me controlé.” “No le contesté mal a X.” AUTOMOTIVACIÓN *Brindar frases motivadoras a nuestros alumnos siempre que sea posible. “Una respuesta alabada será retenida por más tiempo que una no apreciada o considerada errónea”. *Estimular permanentemente a través de la meta que se quiere alcanzar. Justamente la persistencia es lo que más nos conduce al éxito. Saber tolerar la frustración de actuar sin motivación en ciertos momentos, pero con la vista puesta en el éxito final. *Distinguir los verbos desear, gustar, interesar, convenir, querer. “No me gusta pero lo hago, igual que mi papá y mamá, porque es lo mejor para mí.” “Quiero hacerlo pero no me conviene ahora.” EMPATÍA *Detectar cualidades ajenas que faciliten la aceptación mutua. Enumerar las cualidades que poseen las personas que nos caen bien o que son modelos atrayentes. El objetivo es observar las cualidades que poseen esas personas e incorporarlas, en la medida de lo posible, según nuestra personalidad. *Formular una serie de preguntas que le hagan ponerse en la perspectiva del otro tales como: ¿Cómo quieres que te trate? ¿Cómo quieres que te traten? ¿Cómo crees que quiero ser tratado? ¿Cómo crees que se siente X cuando le hablas así? HABILIDADES SOCIALES *Fomentar conductas altruistas, de respeto, amabilidad y tolerancia. Dedicar, por ejemplo, un tiempo a los compañeros que les resulta difícil comprender una actividad. *No mostrar superioridad, tratar de igual a igual, escuchar con atención. *Ser tolerante y comprensivo, mejor que imponer la propia voluntad queriendo tener siempre la razón. Conclusión Estamos convencidas de que el amor es lo que más importa en la vida y de que nuestro mayor esfuerzo o interés debe estar dirigido hacia su búsqueda y el desarrollo de nuestra habilidad para amar. Estamos convencidas de que el amor puede romper patrones de relación disfuncionales que se vienen arrastrando de generación en generación, reivindicando a las generaciones anteriores y liberando a las siguientes de seguir arrastrando esos patrones. Estamos convencidas de que abrir nuevos caminos de comunicación en los planos internos contribuye infinitamente a limpiar, renovar y reconstruir los caminos de relación en los planos externos. “…Si quieres aportar algo transcendente a la sociedad y al mundo en el que vives, ofréceles jóvenes amados, inmensamente amados, porque estarás ofreciendo personas honestas, productivas, buenas y felices…”