revista frenopatica - Hemeroteca Digital

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REVISTA FRENOPATICA
ESPAÑOLA
AÑO VIII
» » » »
MARZO DE
1910 « « « «
NÚM.
87
SUMARIO : caso de demeacia precoz. Reconocimiento é informe pericial, ordenados por el Juzgado, para recibir la conveniencia de la reclusión definitiva, por
tlDr. D.Arturo Glné y Uarritra. — La psicosis maniaco-depresiva (continuación),
por el Dr. D. Joaquin Gimtno Hiera. — La reacción de Wasserman y el tratamiento
de los accidentes parasífiliticos, por el Dr. A. Mari*. — Valor y significación de les
principales términos técnicos usados en Psiquiatría y Neurología (continuación),
|i6r los Drts. U. Garnitr y V. Dilamare. — Exposición científica anexa al primer
Congreso español Internacional de la tuberculosis. — Nous cientlflcas. — Sección
-.
.
var4«. — Publicaciones recibidas
DOCUMENTOS MÉDICO-LEGALES
C
ASO DE DEMENCIA PRECOZ. — RECONOCIMIENTO É INFORME PERICIAL,
ORDENADOS POR EL JUZGADO, PARA DECIDIR LA CONVENIENCIA DE LA RECLUSIÓN DEFINITIVA, por el Dr. D. ARTURO
GINÉ Y MARRIERA Médico-Director del
Manicomio «Nueva Belén», de Barcelona.
D. X. X. X. es un señor ele unos 32 años de edaii,
de temperamento sanguíneo nervioso, que goza comúnmente de salud física perfecta y á quien hemos
encontrado, en el momento de nuestra observación,
coavaleciente de una infección gripal episódica, de
localización gastrointestinal, la que explica una ligera
desnutrición que se observa en la actualidad, pero que
se comprende es pasajera y de fácil reparación.
El caso sometido á la peritación del que suscribe,
siendo por sí sumamente sencillo, dada la claridad con
que aparece hoy dia, es, sin embargo, de aquellos no
escasos, en los que es menester una práctica algo dilatada en Psiquiatría, para ser dilucidado convenientemente.
66
— — - — ^ — '
i •
Caso de demencia precoz
r-i : Í Ú.I W
En efecto, trátase de un individuo en quien concurren antecedentes psieoneurósicos, relativos á un padecimiento de naturaleza histérica sufrido por la madre
del mismo y á un próximo pariente por la rama materna, fallecido en el decurso de un padecimiento mental. No se encuentran otros antecedentes familiares ni
personales que puedan llevar el ánimo á pensar decididamente en una disgenesia preparatoria de graves
trastornos psicopáticos. Sin ertibargo, no cabe duda
que este señor ha sido un predispuesto hereditario de
aquellos que Gilbert Ballet califica de sujetos con pj^edisposición latente, es decir, en quienes la influencia
hereditaria queda sin manifestarse por durante mucho tiempo y en quienes dicha influencia no es, sin
embargo, bastante grande para imprimir en ellos los
llamados estigmas degenerativos.
Las,dificultades á que aludíamos hace poco, relativas á la comprobación de la existencia ó no de una
enfermedad mental en D. X. X., y que, como decíamos, son aún mayores y serían casi insuperables á
quien no estuviera versado en el conocimiento de los
trastornos mentales, dimanan, principalmente, del hecho de que este enfermo no ha ofrecido una evolución
patológica de las más usuales, sino que las manifestaciones páticas ofrecidas en fases sucesivas por este
señor, han sido suñcientemeñte variables y hasta anómalas en un principio para inducir á error.
La primera manifestación de la dolencia mental^
que sufre este señor remóntase á unos cinco años
atrás, en que, sin duda, á consecuencia de algún exceso de, trabajo y de la acción de ligeras causas morales^
insuficientes en otro organismo, pero bastantes en un
individuo de predisposición latente, hizo explosión,
poco menos que inopinadamente, un acceso de excita-^
cióa maniaca, del que el mismo enfermo tiene hoy
perfecto recuerdo y que atribuyó al brusco cambio declima que debió sufrir en uno de sus viajes al pasar
Arturo Giní y Marriera
de Nueva-York á Cuba. Esta excitación maníaca, fué
lo bastante aparatosa para obligarle á abandonar temporalmente su cargo de segundo oficial del buque en
que navegaba, debiendo ser trasladado á esta ciudad,
cerca de su familia. Aquel primer episodio psicopático
fué dominado en el espacio de algunos meses; pero es
de notar que no se dominó como suele ocurrii- en los
ataques de manía franca aguda, desapareciendo por
modo gradual los síntomas y renaciendo, con la calma,
la conciencia perfecta del mal sufrido, sino que al propio tiempo que iban extinguiéndose las manifestaciones hiperfrénicas ó maníacas, se presentaban otros
nuevos fenómenos, morbosos también, pero totalmente
opuestos á los que dominaran la escena anteriormente, viniendo á constituir un cuadro clínico de
fondo depresivo, en el que comenzaron á esbozarse
ciertas ideas de persecución todavía no bien determinadas.
Transcurrido algún tiempo más, pareció borrarse
enteramente toda manifestación psicopática, y decimos
pareció, puesto que en el fondo es indudable que persistieron principalmente las ideas de persecución que
el enfermo cuidaba bien de disimular y ocultar. Tanto
es así, que, á pesar de los esfuerzos repetidos realizados por el enfermo para ocultar &us desvarios, aquellas ideas de persecución, que al principio no eran
todavía bien determinadas, al cabo de algún tiempo
fueron poco á poco tomando cuerpo, y fueron ya personalizándose, viéndose ya el enfermo solicitado de
continuo por una especie de obsesión que le hacía ver
-cierta hostilidad, absolutamente ilusoria, en el primer
oficia:! del buque, cuya hostilidad fué acrecentándose
á los ojos del enfermo, debiendo trascender hasta otros
empleados de dicho buque, especialmente los adscritos
á las faenas de la cocina, ya que el Sr. X. pasó una
porción de tiempo resistiéndose á tomar alimentos y
solamente ingería algunos después de vencer grandes
6)1
Caao de demencia precoz
repugnancias, por temor de que contuvieran alguna
substancia venenosa á él destinada expresamente. A
pesar de ello, transcurrió un periodo de tiempo durante el que el Sr. X. se hallaba aparentemente apaciguado, y así pudo, bien ó mal, prolongar su permanencia en su destino, en el que ya se procuró aligerarle
un tanto su trabajo, en atención á su estado, hasta que
al final de uno de sus viajes y restituido á su hogar
doméstico, no tardó en presentarse un nuevo episodio
psicopático, esta vez de naturaleza depresiva, melancólica, pero con frecuentes accesos de agitación 6 de
ansiedad é impulsos, según se desprende de los datos
que han sido recogidos y analizados, y en aquella
época se afianzaron y agrandaron aún las ideas delirantes de persecución, personalizándolas en las diferentes personas de su familia, y especialmente en su
esposa y en la familia de ésta, debiendo hacer constar
que estas ideas, á pesar de ofrecer una cierta inconstancia en cuanto á su contenido y, á pesar de presentarse con alguna debilidad de asociación, vinieron á
constituir, empero, en poco tiempo, un verdadero sistema delirante, en el que ocurría muchas veces su resolución en impulsos agresivos difícilmente reprimidos,
debidos, ya á raptos melancólicos, ya al hecho frecuentemente observado en ciertos perseguidos, de convertir
y exteriorizar en una actividad reaccional las solicitaciones de los delirios esencialmente pasivos, porque se
hallan dominados.
La repetición de actos de esta índole y la continuación
del estado de depresión psíquica, verdaderamente melancólica, entre cuyos síntomas diversos destacálmnse
la sitiofobia y la ansiedad, con acentuación cada día
mayor del delirio persecutorio, ocasionaron el ingreso
del enfermo en el Establecimiento frenopátíco deN. N.,
que se llevó á cabo en veintidós de diciembre de mil...
La permanencia del enfermo en el establecimiento
citado d^erminó una notable sedaeión en su sistema
Arturo Giné y Marrlera
6»
nervioso, ocasionando un visible descenso en las manifestaciones externas de su dolencia. Tal modificación
dista mucho de ser rara, sino que es, por el contrario,
común, dada la acción benéfica é inmediata del medio
manicomial sobre tales enfermos.
En este medio ha seguido el enfermo aparentemente
calmado durante algún tiempo, pero persistiendo el
sistema delirante de fondo persecutorio, con personalización bien determinada, aunque resintiéndose la
sistematización de una falta de lógica notable y, sobre
todo, sin presentar aquella correlación de hechos y de
deducciones precisas, que suelen observarse en los
paranoicos, en quienes ha evolucionado su enfermedad
de una manera primitiva y francamente crónica hacia
la sistematización.
Y esta diferencia evolutiva débese explicar, no precisamente por un anómalo curso morboso ni por un
ciclo sindrómico desusado de la enfermedad, sino más
bien por la impotencia mental sobrevenida en el enfermo como final prematuro del ciclo evolutivo de su
dolencia.
Si investigamos el estado actual del Sr. X., encontramos que es un individuo cuyo desarrollo corpóreo
no presenta anomalía alguna ni ofrece estigmas de de*
generación dignos de mencionarse; en quien no se
encuentra en su anamnéstico etiológico una causa ya
de orden físico, ya de orden moral, suficiente á determinar por sí sola la explosión de un desarreglo psíquico; en quien aparece manifiesta una predisposición
hereditaria que tiene su origen en un padecimiento
de índole histérica, sufrido por la madre, y en una
enfermedad mental que aquejó ó un próximo pariente
suyo.
En este señor, el ej^amen detenido de los procesos
psíquicos superiores, demuestra que no existen serios
trastornos de la palabra, ya que ésta es fácil y hasta
excesiva en ocasiones, por más que se resienta, como
Caso de demencia precoz
las Otras funciones elevadas del intelecto, de una chocante puerilidad y hasta de cierta incoherencia. Consérvanse en él perfectas las funciones de orientación,
así en el tiempo como en el espacio, con una memoria
irregular ó mejor heteromnésica, pues unas veces se
manifiesta con absoluta fidelidad, relativa á hechos
remotos ó recientes, mientras que en otras ocasiones
está llena de errores y lagunas. No parece haber sufrido notables alucinaciones ni ilusiones sensoriales ó,
cuando menos, éstas han sido poco intensas, hasta el
punto de permitir al enfermo disimularlas; pero, en
cambio, han tomado en él arraigo gran número de
ideas delirantes de fondo persecutorio, que se han
hecho persistentes en grado tal*, que han llegado á
constituir un incompleto sistema delirante y ha presentado, diferentes veces, i rñ pul sos agresivos de naturaleza reaccional y absolutamente derivados del curso
de aquel sistema delirante. Obsérvase, además, una
versatilidad sorprendente del humor y presenta hoy
día un decaimiento mental manifiesto, que se exterioriza por una hipofuncionalidad de la mayoría de las
funciones psíquicas elevadas, como son la voluntad,
la afectividad y la inteligencia, manifestándose con un
egoísmo exagerado y un desafecto completo por su
esposa é hijo, sin procurarse distracción alguna, prefiriendo entregarse á la concentración sobre sí mismo
y ofreciendo, además, en su conversación correcta, en
apariencia, una marcadísima puerilidad y falta de hilación y extravagancia, á veces. Finalmente, en sus
actos y en su conducta se muestra tocado de una falta
de lógica y variabilidad notables, con escasas í-eacciones de su psiquismo superior y, á pesar de todo, ofrece
una perversión de sentimientos bastante intensa para
fraguar.<liferentes planes de venganza contra sus enemigos imaginarios, atentando contra los que le rodean,
habiendo conseguido, no ha mucho, procurarse y tener
oculto un* instrumento punzante, con el que intentó"
Arturo Giné y Marriera
71
•agredir al Médico-Director del establecimiento frenopático en que se encuentra.
Si una vez analizado el proceso patológico, siif'rido
por D. X. X., tratamos de resumir lo indicado, con
objeto de sintetizar, formando un juicio diagnóstico
-definitivo, tenemos que, en sus comienzos, ofreció éste
señor un primer acceso frenopático que por su marcha
evolutiva y, sobre todo, por su modo de resoiuclónj
pudo muy bien ser tomado por un acceso de la llamada
psicosis maniaco-depresiva. Pero más tarde, en su se-gundo acceso, si así puede llamarse, atendida la aparente calma en que dejó al enfermo durante un tiempo
relativamente largo, la dolencia ofreció todos los caracteres de una melancolía ansiosa con delirio de persecución, y tal fué, según parece, el diagnóstico que se
formuló en el momento de su ingreso en el manicomio. Posteriormente, las ideas delirantes de persecución fueron tomando cuerpo y fueron ligándose tan
íntimamente unas con otras, que llegaron á constituir
una sistematización, tal vez incompleta) del delirio,
pero, sin embargo, suficiente para dar á la enfermedad
muchas apariencias de una forma mental paranoica. Al
cabo de algún tiempo, esta sistematización ha dejado
de tener la fijeza que pareció en un principio, apareciendo, en cambio, marcadísimos signos de decaimiento psíquico , tan intensos, que han venido á hacer
del enfermo un verdadero débil mental, que es el concepto que hoy merece la personalidad del Sr. X.
Y puesto que esta debilidad mental no es originaria, no es congénita, en una palabra, no se trata en
•este caso de una imbecilidad nativa, sino que es un
achaque sobrevenido después de haber mostrado el
individuo una inteligencia fisiológicamente equilibrada, aunque no dotada de capacidad para grandes
y excepcionales desenvolvimientos, es de necesidad
clasificar la dolencia que sufre el enfermo en cuestión
entre los estados demenciales. Y puesto que no puede
72
Caso de demenci* precoz
tratarse aquí de una demencia vesánica secundaria 6
terminal^ dados el aspecto evolutivo sintomático y además el relativo escaso tiempo de que data el padecimiento inicial, es positivo que nos encontramos en presencia de un caso de demencia precoz, en la que el desarrollo sintomático inicial, prodrómico, cuya duración
es sumamente variable, según los individuos, ha adoptado en el enfermo que nos ocupa una marcha algo
más lenta que de ordinario, ofreciendo un aspecto polimorfo, mostrándose, primero, como una psicosis maniaco-depresiva, después como una melancolía ansiosa,
más tarde aparentando una paranoia persecutoria'
apareciendo, finalmente, la demencia precos, que hoy
sufre.
En virtud de cuanto antecede, cree el que suscribe
que, dada la continuación del estado frenopático que
presenta el Sr. X,, dada la incurabilidad de la dolencia
que sufre, en vista del decaimiento ó debilitación psíquica en que ha venido á reducirle la evolución de su
enfermedad y en virtud de la persistencia de los impulsos agresivos, grandemente peligrosas para sí y
para las personas que le rodean, teniendo en cuenta
que la intensidad y frecuencia de estos impulsos agresivos se aumentarían, sin duda, si se encontrara el enfermo en el medio social, debe continuar dicho señor
sometido al régimen manicomial, para atender á su
custodia, evitando los peligros que podrían deriv^irse
de su convivencia social, y si no fuera por temor de
rebasar las fronteras de su cometido, el perito se creería en el caso de aconsejar la incapacitación del repetido Sr. X. para el ejercicio de los derechos civiles,
dada la impotencia mental de) enfermo.
He aquí llegado al final de este informe, del que
el que suscribe deduce las siguientes conclusiones :
1 .* tí, X. X. X. se halla afecto de demencia precoz,
en la que las manifestaciones iniciales han tenido una
evolución lenta y de naturaleza polimorfa.
Arturo Giné y Marricra
73
2.* Persistiendo en D. X. X. X. las manifestaciones patológicas que han motivado su estancia en el
Manicomio de N. N. y ofreciendo dicho enfermo un
marcado descenso en su personalidad pslquico-moral,
y perteneciendo á una índole de enfermos que se hacen
sumamente peligrosos, hallándose en el comercio de
la vida social, debe considerársele incapaz para la administración de su persona y bienes, si los tiene, y debe
continuar recluido en el manicomio para evitar los
males que podrían derivarse de su permanencia en el
medio social.
Enero de 1910.
Tnt«mt«Bto d« 1« parAltats ir*B*ral pr»gr«siv« por Us
lay«eeteB«i d* nnoUin». — Sabiendo que las toxinas producidas por el metabolismo provocan en los paralíticos generales
una serie de trastornos graves, el autor ensaya el lavado del
organismo activando el metavolismo provocando una hiperlencocitis artificial.
Para esto inyecta bajo la piel cada cinco ó siete días, ocho
veces seguidas, la siguiente solución en una ó en dos veces:
Nucleinato sódico . . .
2 gramos
Cloruro sódico
2 »
Agua destilada esterilizada . 100 »
Estas inyecciones producen hipertermia (hasta 30 ó 39°).
21 casos así tratados dieron los resultados siguientes: en 10 se
restableció la capacidad para el trabajo; en 5 se notó una mejoría subjetiva (desaparición del temblor, de la emotividad,
mejoría de la memoria y de la palabra).
El tratamiento obra especialmente sobre los enfermos refractarios al mercurio; los mejores resultados se obtienen al
comienzo de la afección. — DONATH.
La pticosis maniaco-depresiva
A p s i c o s i s MANlACO-DEPRESIVA, por
el Dr. D. JOAQUÍN GIMENO RIERA, Médico numerario del Manicomio de Zaragoza (1).
L
Y no esto sólo: las ideas do los kraepelinistas van más lejos:
llegan á sostener que los estados maníacos y melancólicos jamás se presentan en estado de pureza, es decir, que nunca son
franca y exclusivamente maniacos ó melancólicos, sino que
participan siempre, más ó menos, de la mania y de la melaiicolía. Esta opinión que Tiiomsen sostuvo en el Congreso de
médicos alienistas franceses de Bruselas (1903), es hoy aceptada por un gran número de especialistas, entre los cuales
flgura Deny, quien en el prólogo que acaba de escribir para
un libro publicado por uno de sus discípulos, dice (2): «Y añado que hoy no está permitido hablar de accesos de mania ó de
melancolia en estado puro ó sin mezcla; quien se toma el trabajo de seguir un poco atentamente la evolución de los accesos, comprueba siempre, en un momento dado, la irrupción
de algunos fenómenos depresivos en el cuadro sintomático de
la mania ó de algunos síntomas de excitación en el cuadro cU'nico de la melancolia». Y en apoyo de su manera de ver, el
distinguido profesor cita las palabras escritas por Morel hace
cincuenta años, cuando este sabio alienista borraba la manía
y la melancolía de su clasificación y justificaba esta exclusión,
diciendo: «Me parece imposible obtener una sola observación
de mania ó de melancolía que satisfaga en todos los extremos
las exigencias de la ciencia, La razón es muy sencilla: la manía y la melancolia son síntomas de una afección nerviosa,
que es necesario precisar en su naturaleza etiológica y patogénica» .
OBJECIONES HECHAS Á LA DOCTRINA DE LA PSICOSIS MANÍACODEPRESIVA. — Todos los reparos puestos á las ideas de Krae-
pelín y su escuela acerca del asunto que estudiamos, han sido
resumidos por L. Marchand en su reciente libro Manuel de
Paychiatrie (3).
(1) ContíDuaciAn. Véase el Dlkmero anterior.
(2) Fierre Kahn. La aelotkymi*. Preface de M. G. Deny, pág. 7, París, 190».—
Steinheil.
(S) P í g . m .
Joaquín Gimeno Riera
75
A continuación los exponemos, copiándolos del citado autor y criticándolos, á nuestra vez, uno por uno.
1." «Kraepelin se apoya en el hecho de que algunos caracteres son comunes á la manía y ala melancolía, para considerar á estos dos síndromes como equivalentes. Los caracteres
que parecen fundamentales á este autor, no son considerados
así por otros clínicos, que atribuyen al estado emocional y á
los trastornos de la actividad general y de los actos un valor
tan grande, por lo menos, como el de aquéllos. De la suposición de que la manía y melancolía son estados equivalentes,
no se deduce que sean estados idénticos».
Nadie, que nosotros sepamos, ni el mismo Kraepelin ha
pretendido establecer tal identidad. La doctrina de la psicosis
maníaco-depresiva sostiene que la manía y la melancolía son
estados homólogos, ó mejor equivalentes, como el mismo
Marchand escribe, pero no idénticos. Así, pues, no existe la
deducción ilógica de que habla este autor.
«Las diversas formas descritas, dice Kraepelin (1), no son
más que manifestaciones diferentes de un solo y mismo proceso
patológico fundamental; son equivalentes como las formas múltiples, mediante las cuales se manifiestan los paroxismos epilépticos» Lo cual, á nuestro juicio, puede interpretarse diciendo: el día en que la manía patológica logre conocer elsubíractum anatómico de las diferentes formas de alienación
mental, se verá seguramente que á los estados maniacos y melancólicos corresponde una lesión idéntica, la cual, según su loeáliioción, se traduce clínicamente por los primeros ó por los
segundos; ó lo que es menos probable, la localitación será la
misma, siendo la diversidad de las lesiones la que explique la
aparición del síndrome maniaco ó depresivo.
Con respecto al valor, que al decir de Marchand, conceden
otros clínicosalestado emocional y á los trastornos de la actividad general y de los actos, en la manía y la melancolía, ya
hemos visto que el concepto de psicosis maníaco-depresiva da
también á estos síntomas una importancia de primer orden.
Al citar el estado emocional, Marchand se refiere indudablemente al antiguo concepto de la melancolía, según el cual
este padecimiento debíase á un trastorno primitivo de la emo^
tividad, y no tiene en cuenta las ideas modernas que oponen
á la depresión afectiva del melancólico el humor alegre y jovial del maniaco. En arabos casos el trastorno inicial déla
afectividad es la indiferencia, asociada en la manía al humor
alegre y en la melancolía al humor triste.
(1) Kraepelin. Ptychiatrit, 2.' parte, pig. « 6 .
^^
Lt psicosis mani>co-depre«iT>
2.' «Si se admite la doctrina de Kraepelin es preciso considerar también como equivalentes de la mania y de la melancolía otros síndromes mentales, como la confusión mental
aguda y la estupidez. En estos síndromes se observan los caracteres de la manía y de la melancolía, considerados como
fundamentales de Kraepelin.»
Este argumento es fácilmente rebatible: la confusión mental aguda ó estupidez (Georget, Delausiave, Chaslin, Seglás)
tiene, como caracteres fundamentales, la obnubilación de la
conciencia, la desorientación, auto y alopsiquica (Wernicke),
la desagregación mental, la amnesia (Regís). Y estos síntomas, sin hablar de los trastornos somáticos, siempre abundantes é indicadores del origen toxiinfeccioso del padecimiento, bastan para diferenciarlo claramente, creemos nosotros, de
todas las modalidades de la psicosis maniaco-depresiva.
Otras, y no la confusión mental, son, á juicio nuestro, las
afecciones psíquicas difíciles de diferenciar de cierfas formas
de la psicosis maniaco-depresiva. Y á propósito de esto, sólo
diremos, por ahora, que el impulso unitario de la doctrina de
Kraepelin y sus partidarios, parece encaminado á dilatar más
y más su campo de acción en el dominio de las clasiflcaciones
establecidas, y que de esta tendencia ha de resultar iududablemente un concepto todavía más amplio de la enfermedad que
estudiamos. En el transcurso de este trabajo tendremos ocasión de ver basta qué punto justiflcan los hechos esta manera
de pensar.
3." «Kraepelin emite una opinión demasiado absolutacuando dice que la manía y la melancolía recidivan siempre. Existen numerosos é incontestables ejemplos de manía y melancolía no recidivantes».
La refutación de este criterio está ya en parte consignada en
páginas anteriores. Creemos con Deny.que los recientes trabajos estadísticos de Gilbert Ballet, Rene Charpentier, Lallemant
y Dupouy, resuelve el asunto en forma que no da lugar á duda.
Sin embargo, son numerosos los trabajos que sostienen el
criterio opuesto y las estadísticas que arrojan un resultado
contrario. Y entre estas últimas merece especial mención la
presentada porRegis y Lalanne al XVII Congreso de Alienistas y Neurólogos, celebrado en Ginebra, en agosto de 1907,
cuando se discutía el rappart de Antheaume sobre «Las psicosis periódicas». Dicha estadística, que abarca un total de 181
enfermos, acusa un 74 por 100 de manía y melancolía recidivantes y sirve á sus autores para mantener un criterio abiertamente opuesílo al de Kraepelin.
Jokquin Gimeno Riera
77
Cuando esta estadística fué realizada (contiene datos de
25 años) se desconocían ó no se conocían bien los estados mixtos de la psicosis maniaco depresiva, y no faltan motivos para
suponer que muchos de los casos en ella comprendidos no
eran de manía ó melancolía puras, sino maníaco-depresivos»
con predominio de la excitación ó de la depresión. La Psiquiatría hace 25, 20,15 y aun 10 años, cuando no contaba en sus
clasiñcaciones con la demencia precoz, en sus diversas formas, con las psicosis toxi-infecciosas y con otras recientos adquisiciones de esta ciencia, tendía á referir un número muy
grande de sus casos clínicos á los dos grandes síndromes de
hoy y entidades nosológicas de ayer, manía y melancolía, reputando como perteneciente á ésta todos ó casi todos los tipos
clínicos, en los que se daba la depresión y como dependientes
de aquélla los que acusaban excitación. Hoy, el progreso déla
Medicina Mental, llegando al conocimiento de entidades clínicas y de elementos de diagnóstico nuevos, ha modiflcado mucho la manera de ver de los es^cialistas. Esta es indudablemente la razón que explica las diferencias que tanto resaltan
en los trabajos estadísticos. Y por eso, para formar juicio en
asuntos como el que nos ocupa, debemos atenernos á las cifras que arrojan los trabajos recientes y en modo alguno á las
consignadas en aquellos otros que, por datar de algún tiempo,
han de parecemos necesariamente y en el sentido indicado
sospechosas.
Por nuestra parte, la experiencia nos obliga á compartir la
opinión del gran núcleo de alienistas contemporáneos que sostienen que la manía y la melancolía recidivan siempre. Bn
ocho años que llevamos al frente de un servicio de más de 250
enfermos mentales no hemos visto un solo caso de manía ó de
melancolía no recidivantes. Y aun añadiremos que, ni en
nuestra Clínica, ni en nuestra asistencia particular hemos hallado estados maníacos ó melancólicos puros, y si solamente
mafiiaco-depi>esivos, con predominio de la excitación ó de la
depresión.
4." «El periodo maníaco que sucede á la melancolía y el
período melancólico que precede á la manía, dice Marchand,
no existen siempre; la manía periódica, la manía cíclica no se
acompaña de fase alguna melancólica y del mismo modo la
melancolía cíclica no presenta fase maniaca».
Caa.i todos los autores qtie tratan de la manía á la manera
que se puede llamar clásica, asignan á ésta un corto periodo
prodrómico de depresión (Regia, Keraval, Sollier, etc.) Y aun
en la actualidad, los adversarios de la escuela kraepelioista
78
La psicosis maniaco-depresira
sostienen acerca de este punto un criterio que no puede ser
más elocuente. En el ya citado Congreso de Ginebra, decía Regis: «es simplemente una agitación especial que puede acompañar á la melancolía, del mismo modo que ciertas depresiones pueden, en un momento, sobrevenir en la manía» (1).
Por lo que respecta á la manía y á la melancolía periódicas
ó cíclicas, recordaremos el criterio de Deny, expuesto en a n teriores párrafos, á propósito de la existencia clínica de estados puros maníacos ó melancólicos. Y repetiremos que nosotros jamás hemos hallado en nuestra práctica casos periódicos
que pudieran llamarse maniacos á melancólicos puros. En la
actualidad seguimos el caso de un enfermo recluido ocho veces en ocho años, á causa de un violento acceso de agitación
que suele acometerle en la primavera ó principio del verano.
Fué diagnosticado de «manía periódica», y este diagnóstico
estaba, sin duda, justificado por la realidad aparente délos
hechos. Cuando el enfermo llega todos los años á nuestro
Asilo, parece, en electo, ser víctima del síndrome maníaco, en
forma intensa, con gran agitación motriz, fuga de ¡deas é ilusión múltiples. Sin embargo, un estudio detenido del caso,
realizado en el Asilo y fuera de éste, meses antes del acceso
anual, nos ha mostrado que la fase de gran agitación es precedida por un período depresivo netamente caracterizado; que
durante el acceso el enfermo aparece, en el fondo, hipotimico
y con algún otro signo de depresión que justifica el diagnóstico del estado mixto, llamado por Kraepelin manía colérica;
y, finalmente, que el cuadro clínico termina también por una
corta frase depresiva. Y los casos análogos al expuesto son
numerosos (2).
5.° «La coexistencia en un mismo sujeto de síntomas de
(1) Rtvut Nturologigu*, SO aoút, pág. 873.
(2) «Un estudio atento de los enfermos muestra que la mayor parte de loa a c cesos que presentan el tipo maniaco ó el depresivo son, en realidad, accesos de d o ble forma. L.a observación cuidadosa ensefia que ios síntomas de excitación
maniaca han sido precedidos de un periodo prodrómico caracterizado por una d e presión m i s d menos acentuada, ó bien que tras un acceso de depresión se presenu
af¡ acceso de exciución por nada justificado... Todo acceso de manta ó de melancolía contiene, pues, en germen, los elementos de la excitación y de la depresión.
Y asi el acceso de locura circular debe ser considerado como el prototipo del que
deiivah todos los otrosí». Rogues de Furiac, Manutl di PtychUtrit,
t.* ¿dition.
Paris, 1905, pág.:!»«.
«L«s pret^didas manía y melancolía periifijicas son tipos de «cccaos maniacodepresivos comunes con predominio de la manía ó de la melancolía... La observación muestra, en efecto, que los accesos maniacos ó melancólicos, como se le»
llama corrientemente, son crisis de excitación con mezcla de fenómenos deprcaivo*
y viccvcrn». Afranio Ptixoto.Annattt
U*4íeo-p*yehologtt**t,
190S, pág. ÍM.
Joaquín Gimcno Riera
mania y síntomas de melancolía (estados mixtos) no prueba la
equivalencia de los estados maniacos y melancólicos».
Esto dice Marchand: otros autores, en cambio, de la existencia de los estados mixtos maníaco-depresivos, «estados en
los cuales los fenómenos de excitación y de depresión coexisten, se mezclan y se entrelazan», deducen el siguiente corolario: los fenómenos de excitación y de depresión tienen el mismo
origen y reconocen el mismo fundamento psicopatológico (1). En
los estadas mixtos, dice ü. Ballet, los síntomas de la manía y
de la melancolía se mezclan intimamente, demostrando el origen común y la naturaleza idéntica de fenómenos en apariencia opuestos (2). Este criterio, indudablemente más lógico que
el sustentado por Marchand, es el que predomina entre los
alienistas.
6.° «Kraepelin es con exceso absolutista cuando niega la
existencia de los intervalos lúcidos en las psicosis alternas é
intermitentes. Para este autor no hay más que remisiones ó
falsos intervalos lúcidos. Un gran número de alienistas franceses, antiguos y modernos, han citado ejemplos de vuelta
completa al estado normal, en los períodos intercalares de las
psicosis periódicas».
Intencionadamente hemos dejado para lo último esta objeción, que nos parece la más seria de todas las opuestas á la
doctrina de Kraepelin, si bien se refiere á un punto cuya discusión en nada puede modificar el concepto general de la psicosis maniaco-depresiva.
La vuelta íntegra á la salud mental, en las psicosis periódicas, sostenida por Falret, Baillarger, Régis y otros alienistas
franceses, es negada por Schüle, Krafft-Ebing, Kraepelin, y,
en general, por los psiquiatras alemanes. Sostienen éstos que,
en los intervalos de los accesos persisten, bien que atenuados,
algunos síntomas de la enfermedad, tales como la desconfianza exfigerada, la emotividad mórbida, la disminución de la
energía psíquica y de la capacidad para el trabajo, etc.
Nosotros creemos que esta última opinión, la de los alemanes, es la que más se ajusta á la realidad de los hechos, si bien
reconocemos, con Arnaud, que los intervalos lúcidos, que duran muchos meses y con más razón los que duran muchos
años, representan prácticamente una vuelta al estado normal.
Cuanto más duraderas son las remisiones, más se aproxima á
la normalidad el estado mental del enfermo.
(t) o . Deny et Paul Camas. La Psyehott maniaiut-átpretipe, pig. 20.
(8) O. Ballet, citado por A. Antheaume hi Rtput Nttrologiqtu, SO Aoüt 1907.
p4g.872.
80
La psicosis manfaco-depresira
Magnan y G. Ballet explican el desacuerdo existente entre
los alienistas á propósito de este punto, diciendo que el cuadro
de las locuras periódicas, demasiado extendido, comprende un
gran número de casos pertenecientes á la degeneración mental; y en los degenerados existe de modo permanente cierto
grado de debilidad y de desequilibrio mentales. Esta opinión,
expresada así hace varios años, puede adaptarse á los conoci>
mlentos modernos, diciendo: la psicosis maniaco-depresiva se
da en individuos irregularmente constituidos desde el punto de
vista mental, y esta irregularidad psíquica se traduce por diversos estigmas, más ó menos maniflestoa, que uo detenido
examen psicoclínico revela siempre, lo mismo antes de la apa*
rición de los accesos de manía ó de melancolía que en los intervalos de remisión que tienen lugar entre unos y otros.
La práctica enseña que las remisiones largas de los accesos de manía y melancolía tienen todo el valor de una reatitwíio ad integrum completa; los enfermos abandonan el Asilo y
se muestran aptos para la vida de familia y para el cumplimiento de sus habituales ocupaciones; su conducta es regular,
ordenada, intachable. No ocurre lo mismo con las remisiones
cortas, de días ó de pocos meses, y esto es fácilmente explicable: cuando tienden á desaparecer la irritabilidad ó la apatía,
que son vestigios de la anterior perturbación mental, ó síntomas de la convalecencia, un nuevo acceso viene, con la nueva
intensidad de sus síntomas, á borrar los caracteres siempre
poco deflnidos de la remisión, y, de este modo, apenas si queda
tiempo para juzgar debidamente del valor de ésta, valor que
en todo caso resultaría por la poca duración del periodo intercalar, prácticamente muy pequeño ó nulo.
Sea de este asunto lo que fuere y cualquiera el terreno á que
nos pueda conducir la discusión de este interesante extremo,
creemos perfectamente justificada la siguiente afirmación pronóstica que sientan los partidarios de la doctrina de Kraepelin
y que no por parecer paradojal es menos exacta: «los accesos
pasan; pero la enfermedad subsiste».
Ii» «nteysla ' • Itwmhnno. — De conformidad con los deseos de) finado Profesor Lombroso, su necropsia fué hecha en
el anfiteatro de la Escuela médica en Turin. Un gran número
de profesores y de estudiantes estuvieron presentes. Sd encontró señales evidentes de miocarditis intersticial y de ateroma
de las arterias coronarias; pero las arterías d«l cerebro estaban en buenas condiciones.
A. Marie
81
A REACCIÓN DE WASSERMAN Y EL TRATAMIENTO DE LOS ACCIDENTES PARASIFILÍTICOS, por el Dr. A. MARIE (de Villejuif) (1).
L
Me he tomado la libertad de intervenir en la discusión entablada en la Sociedad de Medicina de París sobre las condiciones del tratamiento específico contra los accidentes parasifllíticos y heredosifllíticos, proponiendo ciertas distinciones
basadas en la experiencia de la aplicación clínica de la reacción de Wassermann.
En el presente articulo me propongo desarrollar este punto
á pesar de las censuras de que he sido objeto, y espero que
este desarrollo bastará á hacer comprensibles mis ideas relativas á la aplicación clínica de un método cuyas pruebas han
sido hechas después de conocido el sistema de Wasserman.
Se ha tachado de vaga é imprecisa la distinción fundamental de dos clases de paralíticos; unos que pueden mejorar con
el tratamiento específico y otros para los cuales resulte contraproducente. Si fuera imposible una verdadera clasificación
entre unos y otros, la distinción referida no sólo no tendría
utilidad práctica alguna, sino que más bien sería peligrosa,
porque impediría la curación de ciertos enfermos. ¿Hay, pues,
algún criterio que indique de una manera exacta los casos en
que el tratamiento puede ser útil y cuando será perjudicial?
Propongo, al efecto, el único medio conocido en la actualidad para apreciar objetivamente cuando un enfermo pasa de
la especialidad positiva á la parasífllis.
En efecto: esta es, en último término, la cuestión. La dificultad consiste en que fácilmente nos ponemos de acuerdo sobre
la necesidad de destruir el espiroceto por medio de medicamentos que lo combatan de un modo indudable, pero cuando
el espiroceto ha desaparecido y el organismo se disgrega bajo
la influencia de sus derivados tóxicos, de sus paratoxinas, el
mercurio no produce efecto, antes bien, añade una acción rápidamente perj4idicial á la acción metaespecífica. Entonces no
sólo no tiene efecto curativo, sino que obra sobre los elementos activos todavía no paralizados de la manera más dañosa.
Según opinión de nuestro maestro Dr. Fournler, la parasífilís
no es afectada en modo alguno por el tratamiento antisifllítico
y por esta razón nunca se recomendará bastante la pronta
(1) Psyehiatrach-Nturologitcht
WocAeRtcAri/t. (Octubre 1910).
82 La reacción de Wasserman y el tratamieato de los accidentes parasiSlIticos
aplicación del tratamiento, con objeto de llegar á tiempo antes
de que la sífilis se transforme en metasifllis. Después de realizada esta transformación, todos nuestros tiros se dirigen contra un eneniigo que ya no existe y sólo efecto nocivo producen
Bobre el organismo. Afirmo que mercurializar demasiado tarde el parasifllitico, vale tanto como matarle, á causa de la reacción parasifilítica.
No faltan en la práctica observaciones de casos semejantes,
aunque no se dan á la publicidad por lo que en sí tienen de
enojosos; pero no es menos cierto que existe otro riesgo que
oponer al peligro que se nos acusa propagar. Nosotros pretendemos que hay un medio científico de evitar tanto el peligro de
condenar á muerte á los pseu do-paral ¡ticos generales por abstención de una terapéutica especifica como el de matar á los
paralíticos generales parasifiliticos por el empleo de un tratamiento mercurial que les es verdaderamente nocivo y producé
el efecto de un latigazo sobre un proceso que de resistente se
convierte en galopante.
Consideramos, pues, que no es exacto decir que el único
medio de diagnóstico en estos casos sea el ensayo del tratamiento, puesto que esta prueba puede ser dañosa.
Primeramente haremos observar que existen fundadas sospechas para creer que las pseudoparálisis no son sino pseudodiagnósticos, como ha dicho Pierret. La inmensa mayoría dg
las veces éstas no son sino casos atípleos ó formas espontáneamente remitentes, que al fin terminan por regresar al asilo y
morir en él como paralíticos generales confirmados. Algunos
autores, á cuya opinión nos adherimos, tienden á reservar la
calificación de pseudoparálisis general á la meningoencefalitis
no específica como la del alcoholismo crónico ó saturnismo, etc.
El que algún paralítico general remitente experimente mejoría con el tratamiento específico no es razón bastante para
cantar victoria y creer que los demás hayan de morir por la
abstención del mercurio. Muchos de estos enfermos entran en
una remisión espontánea y los cambios de su reacción hemolitica, en estos casos de mejoría sin tratamiento, me parecen
un argumento más en favor de mi tesis, á saber: que tenemos
hoy en la resección de Wassermann un medio seguro para
averiguar con certeza si el enfermo es todavía susceptible dé
un tratamiento antisifllítico, ó, por el contrario, si ha entrado
definitivamente en la fase paraespecíflca y está fuera de la acción de la mercurioterapia.
Es un principio fundamental tanto de la medicina general
como de la terapéutica dermatológica, el que no debe tratarse
A. Marie
83
nunca á un enfermo sin haber estableciclo un diagnóstico, y
por esta razón es de la mayor importancia aprovecharnos clínicamente del diagnóstico de Wassermann para iluminar el
camino terapéutico en materia de sífilis y parasífllis.
Creo que el establecimiento, á cuyo frente estoy, es el que
mayor número de paralíticos generales reúne, pues únicamente París puede producir un contingente semejante. Siendo
Villejuit el más próximo de todos los asilos de extramuros, es
el preferido por esta clase de enfermos cuyo estado de debilÍT
dad no permite largos viajes.
Aunque mueren muchos, siempre tengo más de un centenar de ellos. En tiempo de las primeras campañas de M. Fournier en favor del mercurio (1888) había yo ensayado en la
clínica del Dr. Nailon, entonces mi jefe, las fricciones mercuriales y el tratamiento antiguo por la vía gástrica. Tuvimos
que cesar bien pronto en vista de los desastrosos resultados.
Hace nueve años y estando al frente de la clínica, intenté someter á un tratamiento reductor á mis paralíticos, esperando
que la hipodermia mercurial produciría mejores efectos que la
terapéutica antigua; obtuve dos clases de resultados, unos declaradamente contrarios, otros relativamente satisfactorios.
En cuanto á la segunda serie compuesta de casos de forma
remitente, era necesario averiguar si las remisiones eran debidas ó no al tratamiento.
Tuve la idea de investigar, por medio de una sepie de
punciones previas, el estado de la leucocitosis raquidiana, á
fin de dirigir el tratamiento y averiguar si la atenuación de
los caracteres linfocíticos eran resultado de la acción terapéutica.
Para esto era necesaria la formación de una estadística anterior á la aplicación del tratamiento, para poder apreciar, por
medio de nuestra investigación cófaloraquidiana, la exactitud
de las conclusiones deducidas. Entonces fué cuando, con la
cooperación de mi interno Mr. Duflot, pude observar verda^
deras fluctuaciones linocíticas; impulsos ó movimientos intermitentes bruscamente cortados y hasta á veces la desaparición
completa de los linfocitos, fenómenos anteriores ó símultá->
neos á remisiones espontáneas independientes de toda aplicación del mercurio. El albumodiagnóstico sobre los líquidos
recogidos ofrecía también análogas oscilaciones, pero distintas, muchas veces, de las de la producción de linfocitos.
En el Congreso de Grenoble, de1902, publiqué mis primera^ investigaciones ya confirmadas por el Dr. Joffroy y que
más tarde lo fueron por otros muchos.
84 La reacción de Wasserman y el tratamiento de los accidentes parasiñliticos
Y allí la razón por la cual no creo que deban someterse t o dos los casos indistintamente al tratamiento mercurial; sin
aplicación de tratamiento alguno, he observado una serie de
oscilaciones bioquímicas espontáneas, evidententemente relacionadas con una lucha contra los venenos derivados del espiroceto; el organismo obraba por sí solo, sin ningún auxilia
medicamentoso, y era preciso averiguar en cual de los dos
momentos de la lucha podría intervenir el elemento hidrargirico.
La respuesta parece desprenderse de una nueva serie de
experiencias que llevé á cabo cuando Wassermann ideó la
aplicación del método Bordet-Gengou al serodiagnóstico de la
sífilis en todos sus períodos.
Gracias á la asidua colaboración de los Sres. Levaditi y
Baufsart (1), desde hace dos años he podido multiplicar en los
paralíticos generales de mi clínica la aplicación de la reacción
hemolítica sobre el líquido cefalorraquídeo, valiéndome de
punciones en serie, tanto en estos enfermos como en los demas afectados de las diferentes fases del padecimiento y sobre
el suero sanguíneo de los mismos individuos, sin dejar las r e petidas observaciones en sujetos no parasiñliticos.
De acuerdo con los numerosos autores alemanes que han
realizado investigaciones semejantes, al mismo tiempo que
nosotros, hemos encontrado constantemente casos con reacción negativa. En cuanto álos sifilíticos no paralíticos generales, no les hemos hallado reacción sifilopositiva en lo que se
refiere al líquido cefalorraquídeo, excepto en un solo caso, en.
el cual la lesión terciaria localizada nos pareció complicada
con una meningoencefalitis difusa secundaria; era, pues, un
caso mixto. Pero si los sifilíticos terciarios con lesiones cerebrales en foco no ofrecen la reacción de Wassermann por el
líquido cefalorraquídeo, en cambio la dan frecuentemente por
el suero sanguíneo, y en esto reside, á mi entender, la piedra
de toque del método en lo que se refiere á la parálisis.
No puedo repetir aquí, ni siquiera en resumen, los datos
adquiridos que han sido objeto de comunicaciones sucesivas á
la Sociedad de Biología, á los Congresos de Amsterdam y Ginebra y á la Sociedad Médica de los Hospitales; pero puedo referirme al repetido estudio de varios centenares de reacciones
practicadas, tanto en mi laboratorio como en el de Mr. Metchnikoff, del Instituto Pastear. Además, estas observaciones están confirmadas por las de los laboratorios de Munich y de
(1) Thése de P»rl». — Bloud, lt09.— Siro-rtacíion dt Wau$rmann *n Ptjrchiatru.
A. Marie
8S
Berlín. Wassermann nos ha hecho el honor de enviar á la Sociedad de Biología su aprobación con idénticos resultados obtenidos en Alemania por él y sus discípulos. Plant, con Kraepelin, ha llegado á resultados que difieren poco de los anteriores y ha tenido la bondad de apoyar las observaciones que
nosotros presentamos al Congreso de Amsterdam.
El resumen de los casos observados puede hacerse del siguiente modo: en las parálisis generales verdaderas, confirmadas y con antecedentes específicos más claros y antiguos,
la reacción sifllopositiva de Wassermann, proporcionada por
«1 líquido cefalorraquídeo, es casi constante y tanto más marcada cuanto que se trata de una parálisis general más adelantada; la reacción del suero sanguíneo es más débil y falta con
frecuencia. En las parálisis generales incipientes ó en las que
se ha iniciado la remisión, la reacción del líquido cefaloraquídeo es más débil y también falta á menudo; en cambio,
la reacción del suero sanguíneo es más franca y presenta todos los matices de transición que unen la parasífllis á los casos
de sífilis propiamente dicha.
Por otra parte, Musham ha observado entre los sifilíticos
fluctuaciones del suero diagnóstico análogas á las que nosotros hemos señalado en el líquido cefalorraquidiano de los
parasífllíticos.
Cuando la reacción comparada del liquido cefalorraquídeo
y del suero sanguíneo de un paralitico general acusa el predominio de los anticuerpos en la sangre, puede intentarse aún
la medicación especifica; esta producirá sus mejores efectos
cuando sólo se acusa el serodiagnóstico y antes que el encéfalo y sus cubiertas hayan entrado en muy apreciable reacción
por el procedimiento de Wassermann aplicado al líquido cefaloraquídeo. La linfocitosis puede existir j a y el albumodiagnóstico ser efectivamente positivo, sin que pueda descubrirse la
reacción llamada de los anticuerpos.
Por tanto, el encéfalo tiene todavía la resistencia suficiente
para soportar la medicación mercurial; pero cuando la sangre
parece no producir más anticuerpos ó cuando se manifiestan
menos, y cuando los centros nerviosos acusan su desintegración naciente por la presencia de lipoides derivados de sus
compuestos albuminoideos, existe una verdadera auto-digestión de los elementos nobles del cerebro y de la médula.
El cerebro del paralítico general se reabsorbe y jnuere á
causa de la producción de esos anticuerpos incompletos puestos en libertad en proporción á la fijación de una cantidad mayor de antigenos por las neuronas. La neurona parece haber
86 La reacción de Wasserman y el tratamiento de los accidentes parasifiiiticos
excedido los límites de su capacidad de neutralización de las
toxinas; puede decirse que es una especie de digestión por la
que el antígeno es transformado por los tejidos en anticuerpo,
con ayuda de una parte de la célula que digiere.
Esta transformación acaba por consumir la célula que, á
su vez, es reabsorbida por los linfociios mónonucleares de la
circulación y de los tejidos de sostenimiento.
Bl paralítico parece morir entonces, no por la acción directa de las toxinas y de los antígenos que ha neutralizado, sino
por una especie de contragolpe, por exceso de producción de
sus propios anticuerpos; este exceso de producción se efectúa
á expensas de la substancia de las neuronas que desaparecen.
!Su disolución se traduce por la aparición gradual de lipoides
eñ reacción de anticuerpos.
(Traducido por el
DR^ SOLER MARTÍN)
(Concluirá)
TratamlsBto d*l tic Aoloroso da la oara. — Robin aconseja lo siguiente:
Piramidón
Bromuro de amonio .
loduro de amonio . .
Sulfato de esparteína.
Clorhidrato de cocaína
Valerianato de cafeína
Jarabe de corteza de naranja
3 gramos
5
»
5
»
10 centigramos
10
»
50
»
200
»
Cuando esta preparación no hace todo el efecto deseado seprescribe:
Piramidón. .
Fenacetina . . . . . . .
Exalgina
• •
Polvos de Dower sin ipecacuana . . . . . . . .
10 centigramos
25
»
^^
*
20
»
para un sello, dos ó tres al día.
Inyectar diariamente en el punto de emergencia del ram»
nefVióso, causa de la neuralgia, un centimetro cúbico de solucióti de glicerofosfato de cal al 25 por 100.
M. Garniír y V. OeUmare
87
ALOR Y SIGNIFICACIÓN DE LOS PRINCIPALES
TÉRMINOS TÉCNICOS USADOS EN PSIQUIATRÍA Y NEUROLOGÍA, por los Dret. M. GARNlBRy
V. DBLAMARE, médicos de los Hospitales de París (I).
V
Bómbsry («IVBO A*). Signo
que se comprueba en la tabes
y que consiste en que, si el enfermo se pone de pie con los
talones juntos, oscila y pierde
el equilibrio al cerrar los ojos.
•klaam (tío d«). (&rabe, $alám. salud). Sin.: tpatmtu, n«tant, nieíitatio yteutiea. Sindroma que se observa en la
primera infancia, caracterizado por accesos en los que la
cabeza está animada de movimientos frecuentísimos que recuerdan el gesto de la salutación. Este sTndroma puede ser
ó indicio de un tumor cerebral
ó una forma de epilepsia: en
este último caso el acceso está
acompañado de pérdida del
conocimiento.
saltatoria (ooroa). Véase:
corea kitiériea.
•atlrlailg,«. A (del griego.
Sátiro). Afrodisiaó exageración
de los deseos sexuales en el
hombre.
••daolda, t. /. (sedare). Apaciguamiento. É¡.: ledaeióñ del
dolor.
••danto, aodatlvo, adj. y
$. m. Calmante. Medicamento
que modera la acción de un
órgano 6 de un aparato.
•oatldo a u o n l a r . xin.:
/itMión einettétictt. Sensibilidad particular que poseen los
músculos, intermedia entre las
sensaciones generales y las
sensaciones especiales. Bl $e»tido muteular da la noción del
'movimiento ejecutado^ del es-
fuerzo, de la situación ocupada
á cada instante por los miembros.
•ondostosla, t. f. (del gr.,
seniibilidad). Fenómeno que
consiste en asociar dos percepciones sensoriales diferentes
consecutivas él Ift excitación de
un solo órgano. Una de las dos
sensaciones es la que se percibe siempre que se excita dicho
aparato sensorial; la otra corresponde & otro órgano de los
sentidos. La audición colorada
es la más frecuente de las eeudestesiat; empero, las sensaciones visuales son capaces de
evocar sensaciones acústicas,
gustativas, olfativas, táctiles,
de allí la visión auditiva, olfativa, etc.
•ondo-bolbar (parálisis).
Parálisis labio-gloso-laringea,
en la que este sindroma no corresponde a u n a lesión del bulbo, sino á la de otro punto del
trayecto nervioso de los centros
6 los músculos paralizados; en
general, la lesión se halla situada entonoes en el cerebro
(parálisis seudo-bulbar de origen cerebral).
sondo-fotostosla, s. f. Véase : fotismo.
•ondomontacttls, s. f. Véase : mmingiimo.
•ondonooralvia,«. /. Dolor
que se manifiesta en una rama
o tronco nervioso del mismo
modo que una neuralgia, pero
que difiere de ésta por la ausencia de los puntos dolorosos
característicos. Las twdontu-
(1) Coatinoicián. Véate el número th.
»8
Tírminos técnicos UMdos en Pstquiatria y Neurología
ralgioM son debidas á la conipresión de las raíces raquídeas;
aparecen en el curso del mal
de Pott, del cáncer vertebral,
etcétera, y, en general, prei-eden los siglos de compresión
de la médula.
MmddyercBoafaUa, t. f. Lesión cerebral caracterizada,
como la porencefalia verdadera, por una depresión situada
sobre el córtex, pero est* depresión no comunica con los
ventrículos; es una formación
quística desarrollad* á expensas de la pía-madre, la que tapiza sus paredes Se encoantra
en la idiotez, como la por«Bcefalia verdadera.
••ndet«b*a, t. f. Sindroma
nervioso que comprende algunos de los principales signos
de la tabes (dolores fulgurantes, pérdidas de los refinos,
signo signo de Rómberg, etc.)
y debido ora á neuritis periféricas (neurotabet) ora á la neurastenia.
•leaataaia, $. f. (del griego:
alma, priv.,fit«rea). Indecisión
del espíritu, propensión á la
duda, á las aprensiones instin
tí vas é irrazonables, que se ob
serva en los degenerados y que
terminaen la locurade laduda
en las diversas fobias, impul
siones ó abulias.
•toopatia, t. f. (del griego
afeeeión}. Enfermedad mental
«looals, t. f. 1.* (del griego
*lfná). Sin.: vesania. Nombre
genérico de las enfermedades
mentales.— 2.*«. M. (del gr.,
tumor en forma de higo). Nombre COQ qu»»8e han descrito
diferentes lesiones situadas en
la región de la barba y del bigote. Debe limitarse esta segunda acepción del término i
una variedad particular de fo>
liculitis del bivote, caracterizada por la formación en la base de los pelos de pústulas, de
nudosidades y aun de abcesos
intradérmicos.
alócala alttamAtloa prorr*atTft(Garnier). Véase: p«rttcució* {delirio de).
•lootarapla, ó clootarapéatloa,«./.(Bernheim). Nombre dado & la aplicación metódica de la sugestión al tratamiento de las enfermedades.
•IflllsaolAn, i. f. Inoculación experimental de la slfllis.
•UUolda poat-aroalT» (Jacquet). Sin.: eritema lenticular
(Sevestre), eritema papuloto
potterotivo. Erupción de U primera infancia dependiente de
trastornos gastro-intestinales,
situada en las nalgas y los
muslos, mas, sin tocar el fondo
de los pltegue8(signo diagnóstico con la sífilis), formada de
placas eritematosas, levantadas, redondas, & veces confluentes.
•UlIomMta, i. f. (sífilis; del
gr., locura). Forma de nosomanía en la que el enfermo se
cree atacado de sífilis.
slmpAtlo» (loonra) (delgr.,
con y afección). Nombre dado
«á toda locura desarrollada
bajo la influencia de un proceso fisiológico ó patológico del
organismo, que influye á distancia é indirectamente sobre
el cerebro » (Regís).
•tmpatlolaaio, $ m. (M.
Buch) Nombre genérico con
el que designa Buch las neuralgias simpáticas.
«ImnlaoldB, t. f. Fraude en
las enfermedades; cometido
por los que se hacen pasar por
atacados de males que en rea-.
lidad no padecen. Los Hmuladoru son, generalmente, degenerados ó histéricos.
«laolBaalaa,«. A pl. (del gr.,
eon y movimiento). Sin.: movimiento» a$oeiadúi. Movimientos
involuntarios que se producen
en los miembros paralizados y
contracturados, con ocasión de
los movimientos voluntarios ó
taslvos de los músculos del
ado opuesto.
f
M. Gvnier y V. Ddunire
•liiMtMla, s. t- (del erri^erO'
ttntihüidM). Desorden de la
percepción de las sensaciones.
CoDsiste en la « producción de
una sensación doble bajo la influencia de la impresión proveniente de una región sensible limitada. Una de las sensaciones se percibe como proveniente de la región indicada,
la otra corresponde W otra región más ó menos lejana de la
precedente y que no ha recibido ninguna especie de excitación directa» (Vulpian).
alqnlatria, t. f. (del gr., alma y medicina). Medicina mental.
•IrlBaromiella, t. f. (del gr.,
canal y médula). (Ollivier d'A.ngers. 1837). Sin.: ffliomatosit
medular. Afección de la médula espinal caracterizada, desde
el punto de vista anatómico,
por la formación de una cavidad vecina al canal del epéndimo, cavidad más ó menos
extensa en longitud y que resulta, ya de una mielitis central, ya de la fusión de Un glioma; y, desde el punto de vista
clínico, por un conjunto de síntomas de los que los principales son: la atrofia muscular, la
termoparestesia, In analgesia
con conservación de la sensibilidad táctil,y desórdenes tróficos.
alatsmátloa ó ilstomatlsaAa (afaoolto). Bn patología
nerviosa, se llaman así las afecciones que « se encuentran limitadas á un sistema de fibras
de idéntica significación funcional y cuyo Individualismo
se revela ya desde las primeras
épocas del desarrollo» (Leyden).
•totcmatliaae
ptoftwár»
(Aallrlo) ó slBtam&tloa pre« • • i T a (aiootls). Sin.: d$lirio
ae perteeueió» con, ttoludón HtUmátiea. dtlirio crónico con evolución sitttmátiea (Uagnan).
89
Variedad de enajenación mental caracterizada por su marcha
regular, en la cual se pueden
distinguir cuatro fases: 1." incubación é interpretaciones delirantes ; 2.° ideas de persecución y alucinaciones; 3.* ideas
ambiciosas; 4.° demencia. Es
el verdadero delirio de persecución descrito por Laségue;
por la evolución regular difiere completamente de las iaeas
de persecución que pueden observarse,como simple episodio,
en el cursodel alconolismosubagudo, de la manía, de la demencia senil, de la parálisis
general, de la epilepsia, etc.
«Itlofobla, t. f. (del gr., alimento y temor). Negativa absoluta á tomar alimentos; síntoma frecuente en los enajenados.
•Itlomaiiia, t. f. (del gr., locura). Necesidad irresistible de
comer que se manifiesta, ya
continuamente, ya por accesos, en algunos degenerados 6
locos.
«onambnlltmo,«. m. (tomnut, sueño;am$tt¿ar«, marchar).
Estado de automatismo ambulatorio que se produce durante
el pueüo. Dicho estado puede
ser espontáneo, esto es, apar
recer fuera de toda causa conocida; ó, al contrario, provocando (hipnotismo). Se atribuye actualmente el tonamhtlitmo natural ó eepontáneo á la
histeria monosintomática ó á
epilepsia.
•oper, I. m (en latín, iueño
profundo). Término con que se
designaba antes cierto estado
de adormecimiento profundo
en el que, no obstante, el en^
torpecimiento intelectual era
menos notable que el coma propiamente dicho.
•ordara mutloal. Variedad
de afasia sensorial en la que el
enfermo no reconoce aires de
música que le eran familiares.
f Continuará),
'90
Exposición ciíntífica anexa al primer Congreso de la tuberculosis
XPOSICIÓN CIENTÍFICA ANEXA AL
J>RIMER CONGRESO ESPAÑOL INTERNACIONAL DE LA TUBERCULOSIS.—
(Barcelona, 10 á 22 de octubre de 1910)
E
Al propio tiempo que se celebrarán las sesiones del
Congreso de la Tuberculosis, tendrá lugar una E x p o sición de trabajos científicos, material ú objetos sanitarios y productos farmacéuticos que tengan relación con
la profilaxia, diagnóstico ó tratamiento de la tubercuJosis en cualquiera de s u s formas.
Esta Exposición está patrocinada por el Gobierno
español, habiendo sido nombrado, al efecto. Comisario
regio de la misma el insigne higienista é ¡lustrado
médico militar D R . D . ÁNGEL DE LARRA y CEREZO.
La Exposición se celebrará con arreglo á las siguientes BASES :
1.* Coincidiendo con las sesiones del Congreso y como
anexa al mismo, se celebrará una Exposición científlca de toda
clase de trabajos, objetos y productos que puedan servir para
la profilaxia, conocimiento, diagnóstico ó tratamiento de la
tuberculosis en cualquiera de sus formas.
2.' La Exposición se instalará en el edificio de la Facultad
de Medicina, cuyos locales serán cedidos gratuitamente á los
expositores.
3 / Los gastos de transporte é instalación de todo lo que se
exponga, como asiiñismo los derechos dé aduanas y de consagraos, si los hubiere, serán de cuenta exclusiva de los expositores.
4.' La vigilancia y custodia de todo lo expuesto correrá á
cargo del Comité ejecutivo del Congreso, no respondiendo, enapero, éste de los desperfectos que pudieran ocurrir en las instalaciones por causas de fuerza mayor ó por alterabilidad de
las materias ú objetos.
5.' Podrán ser expositores de modo especial los médicos,
farmacéuticos, veterinarios, arquitectos» íngQnÍ6t;os, eEjtjuidiante» é industriales y, en general, todo aquel qu<i puadft aportar
jilge útil á lo^ fines de la Exposición.
Exposición cientiflca ahtxt al primer Congreso de la tuberculosis
91
6.' Los que deseen concurrir á la Exposición deberán solicitarlo á la Comisión organizadora de la misma, dirigiendo
una comunicación á su Presidente ( Rambla de Cataluña,
43, 2.°, Barcelyna), en la que especificarán el producto ü objeto
que pretendan exponer, la forma en que lo expondrán y el lugar y espacio á propósito que necesitarán para hacer la instalación
7.* La Comisión organizadora, constituida en Jurado de
admisión, se reserva el derecho de rechazar cualquier trabajo
ó producto que, á su libérrjmo juicio, no reúna las condiciones científicas suficientes al objeto que se propone la celebración de este Certamen, como asimismo toda instalación que,
por sus desproporcionadas dimensiones, por su forma extravagante ó por los peligros á que el producto expuesto pudiera
dar lugar, no tuviera colocación adecuada en los locales destinados á la Exposición.
8.* Las solicitudes de admisión de los expositores se recibirán hasta el día 31 de agosto de 1910, y las instalaciones
deberán estar completamente terminadas tres días antes de la
inauguración de la Exposición.
9.' La Exposición se abrirá al público el mismo día que se
(ícmstituya el Congreso (16 de octubre de 1910) y se cerrará oficialmente al clausurarse aquél, pudiendo, sin embargo, estar
abierta algún tiempo más si la Comisión ejecutiva del Congreso lo creyere conveniente.
10. Terminada la Exposición, deberán las instalaciones
desmontarse y retirarse por cuenta del expositor en un plazo
que no exceda de quince días, pues pasado este tiempo, la Comisión organizadara no responde de los perjuicios que pudieran irrogarse á los expositores por su demora.
11. Con objeto de estimular y recompensar toda clase de
trabajos y estudios conducentes á la resolución del humanitario problema de la profilaxia y curación de la tuberculosis, se
concederá á los expositores un número ilimitado de premios,
adjudicándoise éstos á juicio del Jurado previamente designado.
12. El Jurado se constituirá con los individuos que forman
la Comisión organizadora de la Exposición más tres ó ciiico
expositores (según el número de éstos) elegidos directamente
por los mismos. Serán Presidente y Secretario del Jurado los
de la Comisión organizadora.
' 13. El Jurado acordará las recompensas antes del cuarto
día en que esté abierta la Bxposicfdn, y su fallo 9e hará público
inmediatamente, procediéndose á la distribución d e l o s p r e -
92
Exposición científica anexa al primer Coagrcso de la tuberculosis
mios en el día y forma que acuerde la Comisión ejecutiva del
Congreso.
14. Los premios consistirán en diplomas equivalentes á
medallas de oro, plata y bronc», pudiéndose adjudicar, además, grandes diplomas de honor, cuyo número será igual al
de las Secciones en que se divida la Exposición.
15. Todos los premios se concederán oflcíalmente en nombre del Congreso, á cuyo efecto irán ñrmados por el Presidente
y Secretario general del mismo y por el Presidente y Secretario del Jurado.
16. Los expositores serán considerados como miembros del
Congreso, para lo cual deberán previamente inscribirse en éste
satisfaciendo la cuota señalada en el reglamento del mismo.
F o r m a n la Comisión o r g a n i z a d o r a , los s e ñ o r e s s i guientes :
Presidente, DR. D. ANTONIO RODRÍGUEZ-MORINI, Médico-Director del Manicomio de San Baudilio.
Vicepresidentes, D. PEDRO FALQUES URPÍ, Arquitecto del
Exmo. Ayuntamiento de Barcelona; DR. D. PEDRO GENOVÉ SOLER, Farmacéutico y de la Real de Medicina de Barcelona;
D . JOSÉ ALEJANDRO RIERA, Ingeniero químico; DR. D. AN"BONio SABATER V CASALS, de la Real Academia de Medicina y Veterinario municipal de Barcelona.
Secretario, DR. D . NORBERTO DE LLINÁS, Médico-Jefe de SOCT
ción del Manicomio de San Baudilio.
Vicesecretario, D. DIEGO MONTANER Y CASTAÑOS, Perito
mercantil.
Vocales, D. JUAN ALEU Y SALVADO, Profesor veterinario;
DR. D JOSÉ MARÍA ALVAREZ MIRANDA, Médico-Jefe de la Cruz
Roja de Barcelona; D. JOSÉ AMARGOS, Arquitecto de la Compañía de Aguas de Barcelona; DR. D. SALVADOR ANDREU MIRALLES. Subdelegado de Farmacia de Barcelona; DR. D . RAFAEL
BiANCHi, Director de Sanidad marítima de Barcelona; D. JOSÉ
BORI GENSANA, Arquitecto de la Excma. Diputación provincial
de Barcelona; DR. D. CARLOS CALLEJA BORJA-TARRIUS, Catedrático de la Facultad de Medicina de Barcelona; D. EMILIO
LLATAS, Arquitecto de la Escuela de Barcelona; D. PELAYO DE
MIQUELERENA, Arquitecto del Exmo. Ayuntamiento de Vich.;
DR. D . BENITO OLIVER RODÉS, Farmacéutico y de la Real de
Medicina de Barcelona; DR. D . ENRIQUE O. OE RADUÁ, Médico
municipal de Barcelona; D. ANOEL ROORÍOUEZ RUIZ, Ingeniero
industrial; DR. D. WENCESLAO VIGIL, Médico-Director del Esr.
tablecimiento balneario de Betelú.
Nous cientlhcas
NOTAS
93
CIENTÍFICAS
médicos de Viena», ^^^ í^^^^'^f^^^e^^Ht^^ que no comprende
años á consecuencias del tuus, oye gi • H
y muy bien los "geros - j d o s "^^^^^^^^^^
Telomprlnde
varios otros s«m«J*"*««'«*^í° f^VovÍn la palabra pronunciada;
la palabra oída; estos individuos «yf"J* P*'*;2c\iencia de un
pero sin embargo no la ««'nP'-«"í"' ^ " ' ' " ^ 4 "«"P^"^"
L s t o r n o de asociación. " ^ ^ " ^ « ^ ' ^ ' ^ ' ^ ^ ^ S n meraHa y el
ción ó le presenta en un libro una composición literan y
enfermo repite la composición. Se ' " - « ^ e x í c t i í d l a s p a i t
comprende.
,„ n„lphra aue recibe el individuo, repeLa impresión de 1^ P*1^'^'^^^'|."//,,,_„P á un resultado fatida mediante el ejercicio, P " « / ; . f / ^ ^ ^ f ^j tiempo, los indivivorable, llegando á comprenderlas, con ei "ei P ,
dúos de esía enfermedad que estén en condiciones
m j
ría. — 'Munch. Mediz. Vochensch).
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^i*—i. _wi DP Urbantschitsch dice que
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primer término, la anomalía pigmentaria y la altera^''^n*^^
fondo del ojo en que ha insistido mucho H a m m e r s c h l ^ •
bien merece mencionarse la hipertrofia del *«»"» ^ ' ^ " ' ^ ^ ^ ^ ^
ringeo, que suele ser más frecuente y ">á» P'-^"""';'*^^^; i e
sordomudez hereditaria que en la adquirida « ^ ^ f ^ J ^ * ¿ "
regeneración es la conl^rmación^^^^^^^^^^^^^
' r ' ' ' L " e 1 autor Í5 de úvuTa biflda. completa ó esbozada, y
: Í T o ' 5 otros v^cos^Lconformación deí velo palatino; falta
ó apTasia T í a úvula. falta completa de un pilar anterior
9i
Nout cientificat
Ó reunión de los dos pilares anteriores en la punta de la úvula. — (Sociedad de Medicina de Viena).
Piieoila 4n* ooorran dnráate • ! ambaraso y al pnarparlo,—Ballintine ha hecho estudios sistemáticos é individuales sobre mil mujeres con referencia á las causas, síntomas y
pronóstico de este desequilibrio y sus observaciones han sido
cuidadosamente anotadas. Encontró que 457 de estas mujeres
hsibían dado á luz, incluyeodo en éstas cinco embarazos ilegítimos.
En 141 de estos casos, ó sean el 40 por 100, el comienzo de
la psicosis ocurrió ó bien durante el período de la gestación ó
bien durante el embarazo ó la lactancia. De acuerdo con r e sultados análogos practicados por otros observadores recientemente, Ballintine encontró que el estudio de estos 141 casos
ens6ña: que la psicosis llamada puerperal no presenta una
siittomatología y patología característica y constante. Por el
contrario, hay varias formas de enagenación mental que pue-t
den ocurrir durante el estado puerperal ó durante el embai^zo, y estas son las formas que ocurren con la misma frecuencia en el estado puerperal como en el no puerperal.
Considerando etiológicamente, el puerperio en muchos casos fué sólo la causa determinante ó excitante del desequilibrio mental en organismos predispuestos. En otros casos, la
causa real de la psicosis fué debida á algún accidente durante
el parto; ó á alguna enfermedad ó infección intercurrente.
Más aún, en algunos casos el parto fué solamente incidental á
la psicosis.
La mayoría de los ctisos de enagenación mental que ocurren en las mujeres antes de la menopausa pueden incluirse
en tres grandes grupos, á saber: 1.° Demencia precoz ó las
psicosis deteriorantes. 2.° Psicosis maníacas depresivas. 3." Psicosis infectivas exhaustantes; 87 de las 141 mujeres se hallaban
dentro de estos grupos de enagenación aguda.
Entre las pacientes consideradas hubo algunas en las cuales un estudio cuidadoso demostró que algunos síntomas premonitores se presentaron antes del periodo de gestación; pero
el estado morboso no fué reconocido, y en casi todas estas mujeres el estado puerperal ó el parto se consideró como la ver-r
dadera causa, y así consta en ios certificados con que fueron
admitidas en el hospital.
Sección van»
•
95,
ShCCIÓN VARIA
Huevo parióAloo. — Bajo la dirección de los conocidos é
ilustrados neurólogos Dres. Fernández Sanz y Gastelu ha empezado á publicarse en Madrid una Revista consagrada á las
especialidades neurológica y psiquiátrica.
Los Archivos Españoles de Neurología, Psiquiatría y Fisioterapia, que así se titula la nueva publicación, alude, en su pri-,
raer artículo, á la REVISTA FRENOPÁTICA ESPAÑOLA, dedicándonos cariñosísimas frases, que sinceramente agradecemos.
Por la valia científica y profesional de sus directores, por
los propósitos de que éstos están animados y por la brillantez
de los artículos publicados en el primer número (único que
conocemos), saludamos con júbilo el nacimiento de la nueva
Revista, deseándole larga y fructuosa vida para poder propagar por tierras hispanas los modernos estudios de Neurología
y Psiquiatría, tan desconocidos y aun desdeñados por la inmensa mayoría de los médicos españoles.
E l Dr. Larra y Cerexo. — Este distinguidísimo médico de
Sanidad militar é ilustrado higienista, honra del periodismo
profesional español, ha sido nombrado por el Gobierno de Su
Majestad, Delegado y Comisario regio del Congreso internacional español de la Tuberculosis y de la Exposición anexa al mismo,
habiendo con este motivo permanecido quince días en Barcelona para conferenciar con el Comité ejecutivo del Congreso y
con la Comisión organizadora de la Exposición sobre los trabajos llevados á efecto por ambas entidades y sobre los que hay
que ejecutar en lo sucesivo para el mejor éxito del Congreso y
de la Exposición.
El Dr. Larra ha regresado á Madrid muy satisfecho de lo
que hasta ahora se ha hecho en Barcelona para organizar
el Congreso internacional, habiéndoselo as! manifestado al
Dr. Rodríguez Méndez.
Aprovechando su estancia en Barcelona, visitó el Dr. Larra
el Manicomio de San Baudilio y el Instituto «Pedro Mata», de
Reus, siendo muy agasajado en ambos establecimientos frenopáticos. También fué obsequiado con espléndidos banquetes
pop los Presidente y Secretario general del Congreso, celebrándose el del Dr. Rodríguez Méndez en el Restaurant del Tibidado y el del Dr. Martínez Vargas en su elegante morada.
9C
Publicacionei recibidas
P r ó z l m o t Oon|rr«BOB medióos. — Durante el año 1910 se
celebrarán, entre otros, los siguientes Congresos:
XXVII Congreso de Medicina interna, Wiesbaden, 18 á 22
de abril.
Congreso internacional de Hematología, Berlín, 55 de abril.
III Congreso internacional de Fisioterapia, París, 29 de
marzo á 2 de abril. Presidencia del Dr. Landoirzy. Exposición
de instrumentos, productos, libros, periódicos, fotografías, etc.,
coincidiendo con el Congreso y como anexo al mismo.
Congreso internacional Vegetariano, bajo la presidencia
del Dr. Huchard, Bruselas, 10 á 12 de junio.
Congreso internacional americano de Medicina é Higiene
de 1910, en Buenos Aires, coincidiendo con las ñestas del Centenario de la Independencia. Al mismo tiempo Exposición internacional de Higiene, que se inaugurará el 25 de mayo.
PUBLICACIONES RECIBIDAS
C M « r e L o m b r o a o , p o r el Profesor G. ANTOMIHI, director del Maoicomio de Udia a (publicación d e Notté RivUte di Psichiatria).
Pesaro ( l u l i a ) , 1910.
La AsUtencU da loa «Uanados á principios dal i l g l o ZX, por el Dr.}. Hit
CASAMADA, ex asistente d e los A u l o s de Alienados del Sena. Zaragoza. Tipogiafl*
de Emilio Cabañol, 1909. (Dos ejemplares).
T m M d e d e M e d i c i n a , p o r l o s Dres. ENH^QUEZ, LAFPITX, B E R C Í , L A H Y . T o m o I I .
Enfermedades del higado, r í ñ o n e s , bazo, p i n c r e a s , p e r i t o n e o ; Enfermedades d e
las glándulas d e secreción i n t e r n a ; Enfermedades de la n u t r i c i ó n ; Intoxicaciones, por el Dr. A. LAFFITE. — T r a d u c c i ó n al castellano p o r el Dr. MANUEL S A L -
vAT. — Con I '8 g r i b a d o s en negro y en c o l o r e s — C u a d e r n o s del 28 al 85. — S A I ^
vAT y C , S. en C . editores, calle de Mallorca, 220. — B a r c e l o m . 1909.
Cartilla dal daalnfeotador para uao dal personal del serrlclo da dasi n f e c e l ó n ^ t i a t a i n a l t a c o , p o r el D r . SALVADOR ORTEGA. (Segunda edición).
Guatemala. Tipografía Nacional.
AcclAn aoclal contra l a «UUis. Medios prácticos para evitarla, por ARTURO OALCERAN GASPAR, con una c a r u - p r ó l o g o del Dr. MAHTÍKEZ VARGAS. Barcelo-
na. Tipografía «La Académica », 1910. (Dos ejemplares).
P e r i ó d i c o s . — Arc*í»oi Español*» it Neurología, Psiquiatría y Fisiottrapia. D i r e c t o r e s : D r e s . FERKANOEZ SANZ GAZTILU. Administración: Concepción J e r ó n í ma, 41, Madrid. R e r i s u Mensual. T o m o I , n ú m . I . (Enero d e 1910).
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