2. MEDITACIÓN: (Qué me/nos dice la Palabra de Dios) ¿Cuáles son mis tentaciones más fuertes: dinero, ambición vanidad, soberbia? ¿Qué hago por superarlas y enfrentar otros valores según el Evangelio? ¿Pongo mi seguridad en Dios? 3. ORACIÓN: ¿Qué le digo al Señor? ¿Qué le decimos? Te damos gracias Señor porque nos das medios para resistir a las tentaciones que nos ofrecen el mundo y nuestra sociedad. Te damos gracias por las veces que nos has fortalecido y nos has hecho capaces de mirar que lo más importante es tenerte a Ti, y que nunca nos fallarás. Por eso te damos gracias Señor. Gracias Señor, gracias Señor. Te pedimos perdón cuando hemos alimentado el vientre, hemos sido ambiciosos y querer tener más, olvidándonos de la dignidad de las personas y aprovechándonos de ellos, buscando nuestro propio beneficio personal, y por las veces que hemos caído sin darnos cuenta del daño que le hacemos a nuestros seres queridos. Por eso te pedimos perdón. Perdón Señor, perdón Señor. 4. CONTEMPLACIÓN: A Jesús, que sale vencedor de la tentación a lo largo de su vida. A ti mismo que estás tentado por las grandezas que te ofrece el mundo, si eres capaz de rechazarlos. A los miembros de tus comunidades que con mucha fortaleza y entrega van demostrando su amor a Jesús. A los que hacen el mal, pidiéndole a Dios que toque su corazón y se vuelvan hacia a Él. 5. ACCIÓN: ¿A qué me comprometo? La intención general del apostolado de la oración del Papa para el mes marzo es: Universal: derechos de la mujer. “Para que todas las culturas respeten los derechos y la dignidad de la mujer.” En mi hogar, trataré de dar un ejemplo de conversión y acercamiento al Señor por medio de mis actos de amor y entrega a mis seres queridos. Por la evangelización: Vocaciones. “Para que numerosos jóvenes acojan la invitación del Señor a consagrar sus vidas al anuncio del Evangelio”. Que en mis pequeñas comunidades sea capaz de ser portador de reconciliación y paz y no motivos de divisiones y confrontaciones con los mismos miembros de la comunidad. LECTIO DIVINA COMISIÓN DIOCESANA DE ANIMACIÓN BÍBLICA 09 marzo de 2014 I DOMINGO DEL TIEMPO DE CUARESMA ¨En la Diócesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser casa y escuela de comunión¨ ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO Oh Señor, Tú que estuviste en el desierto y experimentaste la tentación del demonio, y resististe por medio del Espíritu, te pedimos que nos envíes tu Espíritu para poder resistir a las tentaciones cotidianas de la vida, y que guiados por tu Palabra, nos lleve en esta Cuaresma a un cambio auténtico de corazón. Todo esto te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. 1. LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO (Mt 4, 1-11) ¿Qué dice el texto? En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: "Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes". Jesús le respondió: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios". Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna". Jesús le contestó: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios". Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras y me adoras". Pero Jesús le replicó: "Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a Él sólo servirás". Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle. Palabra del Señor. Pistas de reflexión Contexto bíblico En las primeras comunidades cristianas no tuvieron la dificultad en admitir que Jesús tuvo tentaciones, que fue semejante al hombre menos en el pecado. Y otro punto importante es la experiencia del pueblo de Israel. Es necesario ver este pasaje del Deuteronomio, capítulos 6 al 8. El pueblo de Israel había salido de Egipto y estaba en el desierto, en un tiempo de prueba para llegar a la tierra prometida. De modo semejante el evangelista Mateo, dice que Jesús ha vuelto a Egipto (2,19-23), se ha bautizado (3,3-17) y ahora está en el desierto en tiempo de necesidad vital (pasa hambre) y de tentaciones. Esto abre la posibilidad de que al hablar de las tentaciones de Jesús, lo están relacionando con el pueblo de Israel y dejando ver claramente que el pueblo cayó en tales tentaciones y Jesús fiel a la voluntad del Padre hasta el final. Y para comprender mejor este pasaje de Mt 4,1-11 es necesario tener presente que las tentaciones son algo que acompaña a todos los seres humanos y no son en sí mismas malas, si se cae en ella se convierte en pecado, si se supera se crece en la fortaleza. El recuerdo de la integridad de Jesús al no haber sucumbido ante ninguna tentación llenaba de esperanza y responsabilidad a sus discípulos, y más adelante a las primeras comunidades cristianas. Texto bíblico A. Las tentaciones Primera tentación (vs. 3-4) (Tentación de Poseer). El demonio ataca a Jesús en su punto más débil. La tentación para Jesús es aliviar su propia hambre. Bajo circunstancias diferentes, Jesús usará su poder para alimentar a los hambrientos (Mt 14,13-21; 15,32-39). Jesús no dice que no necesitemos pan, sino que no solo vivimos de él. Debemos tenerlo, pero nuestra necesidad, aún más profunda, se satisface solo por medio de la Palabra de Dios. Jesús proveerá pan, pero no lo hará dándole la espalda a Dios. Aquí, el tema verdadero es que no puede empezar su ministerio siguiendo al demonio. Si no más bien demostrando fortaleza ante la adversidad. Un ejemplo claro para nosotros que también debemos alimentarnos de la Palabra de Dios. Segunda tentación (vs. 5-7) (Tentación del Placer). La tentación es ponerle a Dios a la prueba, como los israelitas hicieron en Massah. Dios ha anunciado a Jesús como su Hijo (3,17). Ahora, el demonio cita Salmo 91,11-12, retándole a Jesús que tome a Dios por su Palabra. De nuevo, el demonio empieza diciendo, “Si eres Hijo de Dios...” El reto es que Jesús pruebe su identidad, así mismo y a los demás y aprovecharse del poder que se le ha concedido. Otra vez, Jesús es tentado a usar métodos ilícitos para fines positivos. Vino a salvar el mundo, y rápidamente podría conseguir muchos seguidores con una demostración de poder espectacular. Cuántos de nosotros muchas veces usamos métodos ilícitos, justificando nuestros actos y poniendo muchas veces a Dios como testigo de nuestras mentiras y ambiciones. Y algunas veces utilizando nuestro poder para demostrar que podemos hacer las cosas por nuestro propio poder y no el de servicio que Dios nos pide. Tercera tentación (vs. 8-10) (Tentación del Poder). “Otra vez el diablo lo llevó a un monte muy alto” (v. 8). Otra vez, nos recuerda a Moisés, que encontró a Dios en una montaña alta. En esta montaña alta, Jesús confronta al demonio. Jesús ha venido para salvar al mundo, y el demonio se lo ofrece. “Todo esto te daré, si te postras y me adoras” (v. 9). El demonio pone un precio atractivo. No le pide a Jesús que pase toda su vida a sus pies. Le da una verdadera oferta: una alabanza momentánea; pero la oferta del demonio de darle todos los reinos del mundo. B. Tentaciones de ayer, de hoy y de siempre Las tres tentaciones que sufrió Jesús son las típicas de cualquier persona y más, de aquel que quiere seguir a Jesús con toda entrega. También nosotros nos dejamos arrastrar por esas tentaciones: tener (poseer) en vez del ser; placer (corrupción, injusticia, la vida fácil...) y poder (dominio de los demás). El diablo entonces le dejó, y he aquí los ángeles llegaron y le servían. Cuando Abrahán pasó la prueba, Dios le bendijo. Cuando Job pasó la prueba, Dios le bendijo. Ahora Dios bendice a Jesús. Hay esperanza para nosotros aquí. Cuando nos vemos confrontados por dificultad, recuerde que Dios está esperando con una bendición. Al terminar este Evangelio (28,16-20), Jesús tendrá el poder que el tentador prometió, pero el poder vendrá, no del tentador, sino de Dios. El camino al poder no será el arrodillarse ante el demonio, sino el ser levantado en una cruz. Y después la resurrección. Preguntas para la lectura: ¿En aquel tiempo qué le sucedió a Jesús? ¿Cuándo tuvo hambre qué le dijo el diablo? ¿Luego dónde se lo llevó el diablo? ¿Cuándo lo llevó al monte más alto qué le dijo a Jesús? ¿Y Jesús qué le respondió? ¿Después de que lo dejo el diablo qué sucedió?