Nuevo artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades* MARGARITA GIMÉNEZ ROMEO Agencia Estatal de Administración Tributaria SUMARIO 1. INTRODUCCIÓN.—2. VALORACIÓN DE LAS OPERACIONES VINCULADAS (ART. 16. 1).—3. DOCUMENTACIÓN (ART. 16. 2).— 4. DEFINICIÓN DE ENTIDADES O PERSONAS VINCULADAS (ART. 16. 3).—5. MÉTODOS PARA DETERMINAR EL VALOR DE MER­ CADO (ART. 16. 4).—6. GASTOS EN CONCEPTO DE SERVICIOS DE APOYO ENTRE ENTIDADES VINCULADAS (ART. 16. 5).— 7. GASTOS DERIVADOS DE ACUERDOS DE REPARTO DE COSTES (ART. 16. 6).—8. ACUERDOS PREVIOS DE VALORACIÓN (AR­ TÍCULO 16. 7).—9. AJUSTES SECUNDARIOS (ART. 16. 8).—10. PROCEDIMIENTO PARA DETERMINAR EL VALOR DE MER­ CADO (ART. 16. 9).—11. RÉGIMEN SANCIONADOR (ART. 16. 10).— 12. ENTRADA EN VIGOR.—13. CONCLUSIONES.— BIBLIOGRAFÍA. Palabras clave: Fiscalidad Internacional, Impuesto sobre Sociedades, operaciones vinculadas, precios de trans­ ferencia. 1. INTRODUCCIÓN La creciente interdependencia existente entre los diferentes países como resultado de la intensifi­ cación del volumen y tipos de operaciones transna­ cionales sobre bienes, servicios y flujos de inversión y capital, así como del desarrollo de la tecnología y de las comunicaciones tiene su reflejo en el ámbito tributario de forma tal que las normas tributarias, que inicialmente respondían a un con­ texto donde el comercio entre Estados estaba con­ trolado y limitado y los movimientos de capital eran de escasa importancia, han tenido que irse modificando para adaptarse a la nueva realidad económica. En los últimos años puede observarse que la evolución de las multinacionales ha estado caracterizada por una creciente inmaterialización del valor añadido y por una centralización de tareas en una sede para todas las empresas del grupo. De otra parte, resulta indiscutible la incidencia del sis­ tema tributario sobre el comercio y la inversión, circunstancia que cada vez se tiene más en cuenta por el legislador a la hora de diseñar el ordena­ miento tributario. Es difícil responder a la pregunta de cuándo sur­ gió el fenómeno de la globalización, término que, si bien comenzó a generalizarse en la década de los ochenta, resulta indudable que tuvo su causa en el nacimiento y posterior desarrollo de las empresas multinacionales. A partir de la década de los cin­ cuenta del siglo pasado se produce la gran expansión de las multinacionales de origen norteamericano con las características actuales de estas empresas. Posteriormente, en los años sesenta surgen las mul­ tinacionales europeas y japonesas. Estos hechos han desembocado en una situación como la actual donde la mayor parte del comercio internacional tiene lugar entre entidades vinculadas y en la que la realización de actividades empresariales en el extranjero deja de requerir una sede o localización física en el país de destino. En consecuencia los Esta­ dos han debido replantearse las principales reglas fis­ cales que inspiraban la configuración de sus sistemas tributarios. De otra parte, uno de los instrumentos que uti­ lizan las empresas multinacionales para reducir la carga tributaria consiste en la utilización de los pre­ cios de transferencia como mecanismo de trasla­ * Trabajo presentado al VII-B Curso de Alta Especialización en Fiscalidad Internacional celebrado en la Escuela de la Hacienda Pública del Instituto de Estudios Fiscales en el primer semestre de 2007. 179 Cuadernos de Formación. Colaboración 25/08. Volumen 6/2008 ción de rentas y beneficios entre las diferentes par­ tes del grupo multinacional y, en consecuencia, entre las diferentes jurisdicciones tributarias, hasta el punto de que, en la actualidad, la política de pre­ cios de transferencia por parte de las citadas empresas se ha convertido en un instrumento fun­ damental de planificación fiscal. Trasladando lo anteriormente expuesto a nues­ tro ordenamiento tributario y al tema que nos ocupa, la primera regulación de las operaciones vinculadas en el Impuesto sobre Sociedades fue establecida en el artículo 16 de la Ley 61/1978, de 27 de diciembre. Este precepto, bajo la rúbrica general de “valoración de ingresos y gastos”, dedi­ caba su apartado tercero a la valoración de las ope­ raciones entre entidades vinculadas, con la siguiente redacción inicial: “No obstante lo dispuesto en los números ante­ riores, cuando se trate de operaciones entre socie­ dades vinculadas su valoración a efectos de este impuesto se realizará de conformidad con los pre­ cios que serían acordados en condiciones normales de mercado entre sociedades independientes.” Este precepto planteaba varios problemas como la admisión de la prueba en contrario, procedimien­ to para determinar el valor normal de mercado, existencia de vinculación y el carácter unilateral o bilateral del ajuste. Esta última cuestión dio lugar a dos redacciones del citado apartado tercero, como consecuencia de la modificación del mismo por obra de la Ley 18/1991, de 6 de junio, del Impues­ to sobre la Renta de las Personas Físicas, que tras modificar el primer párrafo sustituyendo el término “sociedades vinculadas” por el de “partes vincula­ das” añadió un segundo párrafo donde se disponía: “Cuando la Administración deba proceder, fuera del plazo voluntario de declaración, a ajustar la valoración de las operaciones entre sociedades vinculadas, el ajuste no podrá suponer minoración de ingresos ni incrementos de gastos o de costes para ninguna de las partes.” Esta redacción subsiste hasta la Ley 43/1995, de 27 de diciembre, que en su artículo 16, incluido en los mismos términos en el Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, aprobado por el Real Decreto Legislativo 4/2004, de 5 de marzo, expresa de forma más clara y concluyente el prin­ cipio de ajuste bilateral al condicionar los ajustes en operaciones entre partes vinculadas a dos requisi­ tos: en primer lugar, la Administración sólo podría realizar ajustes de valoración de operaciones vincu­ ladas si la valoración practicada por las partes vincu­ ladas, hubiese determinado, considerando el con­ junto de personas o entidades vinculadas, una tri­ butación en España inferior a la que hubiere correspondido por aplicación del valor normal de mercado o un diferimiento de dicha tributación. Y, en segundo lugar, que la nueva valoración no diese lugar a la tributación por el IS y el IRPF, de una renta superior a la efectivamente derivada de la opera­ ción para el conjunto de las entidades que la hubie­ ran realizado. Novedad destacada de la nueva Ley fue incorporar, por primera vez en nuestro orde­ namiento, los métodos de valoración recomenda­ dos por la OCDE para la determinación de los precios de transferencia y los llamados acuerdos previos sobre precios de transferencia. La Ley 36/2006, de 29 de noviembre, de Medi­ das para la Prevención del Fraude Fiscal, modifica el citado artículo 16 del Real Decreto Legislativo 4/2004, de 5 de marzo, por el que se aprobó la Ley del Impuesto sobre Sociedades. Como se recoge en la exposición de motivos de la Ley de Medidas, la reforma del artículo 16 relativo a las operaciones vinculadas tiene dos objetivos: por un lado, preten­ de establecer un régimen fiscal de las operaciones vinculadas que aplique el mismo criterio de valora­ ción que el establecido para el ámbito contable, disponiendo que las operaciones entre empresas vinculadas deben valorarse según precios de mer­ cado. En este sentido, el precio de adquisición por el cual han de registrarse estas operaciones debe corresponder con el importe que sería acordado por personas o entidades independientes en condi­ ciones de libre competencia, pudiendo la Adminis­ tración corregir dicho valor cuando determine que el valor normal de mercado difiere del acordado por personas o entidades vinculadas. El segundo de los objetivos perseguidos con la reforma, es adaptar la legislación española en materia de precios de transferencia al contexto internacional, en particular a las directrices de la OCDE sobre la materia y al Foro Europeo sobre Precios de Transferencia, a cuya luz debe interpre­ tarse la normativa modificada. Con ello, se preten­ de homogeneizar la actuación de la Administración Tributaria española con los países de nuestro entor­ no y, al mismo tiempo, dotar a las actuaciones de comprobación de una mayor seguridad, al regular­ se la obligación del sujeto pasivo de documentar la determinación del valor de mercado acordado en las operaciones vinculadas en las que interviene. Deja, no obstante, para un futuro desarrollo regla­ mentario la determinación de la documentación que deberá estar a disposición de la Administración Tributaria a estos efectos. El estudio del nuevo artículo 16 del TRIS va a abordarse examinando y comentando las diferen­ cias con cada uno de los apartados de este mismo artículo en su anterior redacción. 180 Nuevo artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades M ARGARITA G IMÉNEZ R OMERO 2. VALORACIÓN DE LAS OPERACIONES VINCULADAS (ART. 16. 1) Con la antigua regulación, la restitución de la situación a la libre competencia se alcanzaba mediante la atribución a la Administración de la facultad de realizar un ajuste sobre la contabilidad empresarial y, en consecuencia, sobre la declara- operación vinculada por un valor diferente al de mercado ha de practicar en su contabilidad los ajustes pertinentes incluso con efecto sobre el resultado contable, de manera que huelgan los ajustes extracontables en la declaración por el Impuesto sobre Sociedades, correspondiendo a la Administración Tributaria comprobar que se reali­ zaron los pertinentes ajustes en contabilidad”. Diferencias más relevantes en el apartado uno del artículo 16 Antigua redacción Nuevo artículo — Las empresas vinculadas deben declarar las operacio­ — Las empresas vinculadas deben declarar las operacio­ nes por su valor convenido. nes por su valor de mercado. — La potestad para valorar las operaciones a valor de — Se atribuye competencia a la Administración Tributa­ mercado se confiere a la Administración. ria para la comprobación del valor declarado. — No admisión de prueba en contrario. — Definición de valor de mercado. — Facultad para valorar las operaciones condicionadas a — El sujeto pasivo debe acreditar documentalmente el que la valoración convenida entre las partes haya valor declarado. determinado una tributación en España inferior a la — La Administración Tributaria queda vinculada en rela­ que hubiere correspondido por aplicación del valor ción con los valores comprobados con respecto al normal de mercado o un diferimiento en dicha tribu­ resto de las personas o entidades vinculadas. tación. ción presentada, en su caso, por la entidad. Esta situación ha cambiado en la nueva regulación que ha introducido también otras modificaciones que se pasan a comentar. Con la nueva redacción de este apartado se pretende alcanzar el objetivo recogido en la expo­ sición de motivos de enlazar la regulación fiscal con el criterio contable, en lo que constituye una de las novedades más importantes de las operaciones vinculadas. Algunos autores, como SANZ GADEA (2007), reflexionan sobre posibles interpretaciones del nuevo artículo que podrían conducir al objetivo contrario. Así, en opinión de este último, de una lectura aislada del artículo podría derivarse que “el contribuyente debiera, a efectos de la declaración del Impuesto sobre Sociedades, practicar los ajus­ tes o correcciones pertinentes sobre el resultado contable para determinar la base imponible cuando hubiese realizado operaciones vinculadas por un precio convenido diferente al de mercado”, lo que, en cierto modo supondría “admitir como jurídica­ mente correcta una irregularidad contable, con tal de que el contribuyente la despojara de sus efectos fiscales”. No obstante, tal como razona el mismo autor, si interpretamos el artículo 16 en un contex­ to más amplio y “tomamos en consideración la declaración de objetivos de la Exposición de Moti­ vos de la Ley 36/2006 y, todavía más, la unidad de ordenamiento jurídico, que rechaza divergencias entre los diversos sectores o ramas que lo integran cuando no estén debidamente justificadas”, sólo es posible interpretar que “la empresa que realiza una Como más arriba ya se ha comentado, en la legislación derogada los contribuyentes debían valo­ rar las operaciones realizadas con partes vinculadas al precio pactado con ellas sin que pudiera corregir esa valoración realizando los correspondientes ajus­ tes al resultado contable para determinar la base imponible en su declaración de sociedades. La Administración Tributaria era la única facultada para valorar, dentro del período de prescripción, y, en su caso, realizar los ajustes necesarios, las operaciones por su valor normal de mercado, sin definir lo que debía entenderse por valor normal de mercado. La situación actual es radicalmente diferente ya que con la actual redacción del referido apartado se impone a los sujetos pasivos que participen en operaciones vinculadas que valoren las mismas por su valor normal de mercado y definiendo éste como “aquel que se habría acordado por personas o entidades independientes en condiciones de libre competencia”. Principio de libre competencia: La transcrita definición de valor normal de mer­ cado incorpora a la normativa reguladora de las operaciones vinculadas el principio de libre concu­ rrencia o principio de arm’s length según el cuál la valoración de las operaciones realizadas entre par­ tes vinculadas deberá realizarse en las mismas con­ diciones que hubieran sido pactadas entre partes independientes en condiciones normales de mer­ cado, principio que inspiraba pero no recogía expresamente el antiguo artículo 16. 181 Cuadernos de Formación. Colaboración 25/08. Volumen 6/2008 Con la incorporación del principio de libre competencia en la nueva redacción del artículo examinado, nuestra legislación se acerca a la mayo­ ría de las legislaciones de los países de la OCDE que establecen la obligación de realizar las valora­ ciones de acuerdo con la libre competencia. De forma que, si tenemos en cuenta que buena parte de las operaciones económicas se realizan entre entidades vinculadas de diferentes países, el fijar normas comunes de valoración debería contribuir a reducir los conflictos impositivos internacionales y de doble imposición económica. El principio de libre competencia se contempla en el párrafo 1 del artículo 9 del Modelo de Con­ venio de la OCDE: “Cuando las condiciones que se acepten o impongan entre dos empresas (asocia­ das) en sus relaciones comerciales o financieras difieran de las que serían acordadas por empresas independientes, los beneficios que habrían sido obtenidos por una de las empresas de no existir estas condiciones, y que de hecho no se han pro­ ducido a causa de las mismas, pueden ser incluidos en los beneficios de esta empresa y, en consecuen­ cia, sometidos a imposición”. Bajo este principio, se busca ajustar los benefi­ cios de los grupos transnacionales por compara­ ción a las condiciones que habrían sido establecidas entre empresas independientes en transacciones comparables y circunstancias comparables, siem­ pre considerando con las empresas del grupo como entidades separadas y no como partes inte­ grantes de un negocio en común. La Administración Tributaria comprobará los valores declarados y, en su caso, efectuará las correcciones valorativas pertinentes basándose en la propia documentación utilizada por el interesado para determinar el valor declarado, y en los pro­ pios datos e informes que disponga la propia Admi­ nistración. El nuevo procedimiento supone, por lo tanto, que las entidades vinculadas deben acreditar documentalmente los valores declarados y poner dicha documentación a disposición de la Adminis­ tración. Esta disposición no está exenta de lógica y coherencia, puesto que las empresas tienen un mayor conocimiento que el que pueda alcanzar aquélla, tanto del sector donde desarrollan su acti­ vidad, como de la estructura de los mercados, cos­ tes, políticas de precios..etc., es decir, disponen de mayor información para determinar el valor de mercado en condiciones de libre competencia. Indudablemente con la nueva regulación se facilita el trabajo de la Administración, especialmente si tenemos en cuenta que dispone de un año para finalizar el procedimiento inspector. Una cosa es ajustar el valor convenido al valor en condiciones de libre competencia donde el órgano competente para realizar la valoración tiene que obtener los datos, información y justifi­ car, en su caso, el valor normal de mercado pro­ puesto, y otra bien distinta, revisar la operación realizada por el contribuyente, en la que la carga de la correcta valoración de la operación se desplaza de la Administración al sujeto pasivo. Vinculación de la Administración por sus propios actos de valoración: La actual redacción recoge expresamente la obligación de realizar un ajuste bilateral al disponer que la Administración Tributaria quede vinculada por dicho valor en relación con el resto de las per­ sonas o entidades vinculadas. También con la legis­ lación derogada se entendía la aplicación del ajuste bilateral al establecer que: “La valoración administrativa no determinará la tributación por este impuesto ni, en su caso, por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, de una renta superior a la efectivamente derivada de la operación para el conjunto de las entidades que la hubieran realizado.” Este precepto se mantiene en el nuevo artículo con dos modificaciones. Una de ellas es la inclusión del Impuesto sobre la Renta de no Residentes para efectuar el cómputo de la tributación total, en cuan­ to que, al igual que los dos anteriores, la deuda tri­ butaria puede variar en función del valor que se aplique a las operaciones realizadas. La segunda modificación es disponer que, para efectuar la com­ paración, se tendrá en cuanta aquélla parte de la renta que no se integre en la base imponible por resultar de aplicación algún método de estimación objetiva. Es decir, que sobre esa parte de la base imponible se considera que hay tributación efectiva. La aplicación de este precepto supone que ajus­ tes positivos o negativos, denominados ajustes pri­ marios, en una persona o entidad vinculada conlleva necesariamente ajustes de signo contrario y de igual cuantía llamados ajustes correlativos o bilaterales en la otra u otras partes vinculadas. Los ajustes bilaterales se aplican exclusivamen­ te a personas o entidades que residen fiscalmente en territorio español. En operaciones vinculadas en que una o varias de las personas o entidades no sean residentes fiscales, el impuesto extranjero que grave dicha operación no podrá ser tenido en cuenta a efectos de la determinación de si se grava más de la renta efectiva derivada de la transacción. Tampoco los ajustes unilaterales practicados por las Administraciones fiscales de otros países obligan a la Administración española a la práctica del ajuste 182 Nuevo artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades M ARGARITA G IMÉNEZ R OMERO bilateral de signo contrario, sin perjuicio de la posi­ ble existencia de un Convenio para evitar la doble imposición que incluyera un párrafo similar al del segundo párrafo del artículo 9 del Modelo de OCDE, que bajo ciertas condiciones podría obligar a realizar el ajuste bilateral. A este respecto, gran parte de la doctrina opina que la regulación de los ajustes correspondientes previstos en la actualidad en el mencionado artícu­ lo 9. 2 de los Modelos de Convenio internacional­ mente aceptados no proporciona unos resultados satisfactorios para la eliminación de la potencial doble imposición internacional generada por la práctica de los ajustes primarios, al carecer el pro­ cedimiento amistoso regulado en el artículo 25 de los Modelos de Convenio, y en los Convenios de doble imposición, de efectos vinculantes, y por no estar previsto su desarrollo obligatorio tras la pro­ puesta de las entidades afectadas. Por otro lado, en algunas ocasiones las situacio­ nes de doble imposición no dependen de la realiza­ ción de un ajuste primario sino del régimen tributario divergente que se aplica a la operación en ambos países. Así si una determinada tran­ sacción se considera ingreso en una entidad pero no se considera gasto en la vinculada, existirá doble imposición a pesar de que la transacción se efectúe en condiciones de libre competencia. 3. DOCUMENTACIÓN (ART. 16. 2) El nuevo apartado establece: “Las personas o entidades vinculadas deberán mantener a disposición de la Administración tribu­ taria la documentación que se establezca regla­ mentariamente.” Esta disposición, consecuencia inmediata de la modificación legislativa comentada en el apartado anterior, en cuanto que son los contribuyentes y no sólo la Administración quienes tienen que aplicar el principio de plena concurrencia, aporta seguridad jurídica a los contribuyentes y favorece la labor de la Administración. Así, los primeros conocerán la documentación que tendrán que llevar para deter­ minar y acreditar el precio de mercado declarado en las operaciones vinculadas y la segunda verá faci­ litada su labor ya que tendrá que examinar la docu­ mentación utilizada por el interesado y no, como ocurría hasta la modificación del artículo comenta­ do, probar que la operación no se realizaba a pre­ cios de mercado. Además, esta medida supone una adaptación a la realidad territorial y económica en la que se desenvuelven los sujetos activos de estas operaciones puesto que la mayoría de los países de la OCDE y de la Unión Europea tienen en sus legis­ laciones normas específicas en materia de docu­ mentación de las operaciones vinculadas. Aunque habrá que esperar al desarrollo regla­ mentario al que la ley remite para conocer las obli­ gaciones documentales, la regulación que se apruebe no diferirá mucho del Código de Conduc­ ta sobre documentación de precios de transferencia para empresas asociadas de la Unión Europea ela­ borado por el Foro Europeo de Precios de Trasfe­ rencias, aprobado por Resolución del Consejo de 27 de junio de 2006. (DOCE serie C de 28-7-2006). Siendo consciente del número de operaciones vinculadas que se generan entre los diversos Esta­ dos miembros de la Unión, de la tendencia en cada uno de ellos a requerir un elevado nivel de informa­ ción a los contribuyentes sujetos de estas operacio­ nes a fin de verificar de forma efectiva que se cumple el principio de plena concurrencia en el momento de valorar sus transacciones intra-grupo, evitándose con ello potenciales deslocalizaciones de beneficios generados en sus jurisdicciones y las con­ secuencias negativas para la entidades vinculadas, en cuanto a dificultades y coste administrativo, la Comisión Europea constituyó el Foro Europeo de Precios de Transferencia. Uno de los principales tra­ bajos de este Foro ha sido la elaboración del citado Código de Conducta, donde se dispone que la información sobre precios de transferencia se estructurará en dos bloques: el primero, denomina­ do masterfile, contendría información armonizada pertinente para todos los miembros del grupo esta­ blecido en la UE, reflejando la realidad económica de la empresa y ofreciendo una descripción general del grupo de empresa multinacional y de su méto­ do de fijación de precios de transferencia (descrip­ ción del negocio del grupo, su estructura legal y operativa, identificación de las compañías que inter­ vienen en las transacciones vinculadas analizadas, soporte documental de los precios de transferencia fijados por el grupo, etc.).Dicha documentación aparece anunciada en el apartado 4. 2 del anexo I del Código de Conducta. El segundo bloque contendría información específica y relevante únicamente para cada país de la UE acerca de las operaciones vinculadas efectua­ das en el mismo, el análisis de comparabilidad rea­ lizado, el método de valoración utilizado para la determinación del precio de transferencia, etc. Dicha documentación está enumerada en el apar­ tado 5. 2 del anexo I del Código de Conducta. En cada Estado miembro la sociedad presenta­ ría un único expediente compuesto por el master­ file que se utilizará en todos los Estados miembros 183 Cuadernos de Formación. Colaboración 25/08. Volumen 6/2008 interesados y una documentación específica dife­ rente para cada Estado miembro, en función de lo dispuesto en su legislación interna. Haciéndose eco de la diferente realidad empre­ sarial, el Código recoge el compromiso de los Esta­ dos miembros de no exigir a las empresas más pequeñas o con una estructura más sencilla una documentación tan voluminosa o detallada como la exigida a las empresas de mayor dimensión o estructura más compleja. Acogerse a este sistema será facultativo para las multinacionales, pero, una vez hubiesen optado por él, deberán aplicarlo coherentemente en el conjunto de la UE, debiendo conservar la docu­ mentación para todas la empresas establecidas en el Estado miembro interesado, incluidos los esta­ blecimientos permanentes. Por último, cabe señalar que la adopción de este Código de Conducta en materia de documen­ tación de operaciones vinculadas supone un com­ promiso político y no afecta a los derechos y obligaciones de los Estados miembros ni a las esfe­ ras de competencia de los mismos. 4. DEFINICIÓN DE ENTIDADES O PERSONAS VINCULADAS (ART. 16. 3) En este punto nuestra legislación, siguiendo la misma línea que la disposición derogada, ofrece un catalogo de supuestos de vinculación. Parte de la doctrina considera el sistema demasiado rígido que puede facilitar operaciones de planificación fiscal sobre la base de articular auténticas operaciones vinculadas no recogidas en este apartado. Por otro lado, no se adapta a los principios derivados del artículo 9 del Modelo del Convenio OCDE donde se dan parámetros más flexibles para determinar cuándo puede existir vinculación que tenga como consecuencia que las partes deban operar en sus relaciones a precios de mercado. En concreto, el elemento definidor de entidad asociada se articula en torno a la existencia de una participación direc­ ta o indirecta en la dirección, control o capital. Como dicha participación no se concreta en la expresión de un determinado porcentaje de votos o de participación en el capital social y como tam­ poco los Comentarios al Modelo aportan mayor concreción, en virtud de lo que dispone el artículo 3. 2 del citado Modelo, es necesaria la referencia a la legislación tributaria interna del país que inter­ preta el Convenio, en la que se concrete el sentido de la expresión “participación en la dirección, con­ trol o capital de otra empresa” y, en este sentido, puede entenderse que nuestro legislador ha opta­ do por considerar que concurren estas circunstan­ cias cuando existen las relaciones entre entidades que analizaremos en este apartado. Con la nueva redacción se amplía el concepto de personas o entidades vinculadas, pasando de referirse a relaciones o vinculaciones entre una sociedad y sus socios a conceptos más genéricos como son las relaciones entre una entidad y sus socios o partícipes, de forma que se incluyen, como sujetos de operaciones vinculadas, sujetos pasivos del IS que no son sociedades mercantiles, como asociaciones, fundaciones, Grupos de Inte­ rés Económico, etc. Por esto mismo, en la actual redacción se utilizan términos como partícipes o fondos de inversión ya que en estas entidades no hay socios ni capital social. También se extiende el ámbito subjetivo res­ pecto a las personas físicas, incluyendo dentro de las personas vinculadas a aquéllas que estén unidas por relaciones de parentesco, en línea directa o colateral, por consanguinidad o afinidad hasta el tercer grado. Recuérdese que la norma derogada sólo contemplaba a los ascendientes o descendien­ tes. De este modo, y en contraposición con ésta, la actual redacción permite aplicar la disposición exa­ minada, por ejemplo, a operaciones realizadas entre una sociedad y un sobrino o hermano de un socio. En esta misma línea, el legislador ha dispues­ to que cuando las relaciones de vinculación se esta­ blezcan entre entidad-administrador se incluyan tanto los de derecho como los de hecho. 5. MÉTODOS PARA DETERMINAR EL VALOR DE MERCADO (ART. 16. 4) De igual modo con la nueva redacción de este apartado, nuestra legislación se acerca a las Directri­ ces de la OCDE en materia de Precios de Transferen­ cia para empresas multinacionales y Administraciones fiscales. La norma derogada establecía que la Admi­ nistración Tributaria debía aplicar, en primer lugar, el método del precio de mercado y supletoriamen­ te, es decir, cuando no sea posible determinar éste, se podían aplicar los métodos del precio de reven­ ta y del coste incrementado. Por último, cuando no resultaran aplicables ninguno de los tres métodos anteriores se debía utilizar el método de distribu­ ción del resultado conjunto de la operación. Esta regulación jerárquica en la aplicación de los méto­ dos de valoración, además de contradecir las Direc­ trices de la OCDE, obligaba por una parte, a utilizar el método del precio de mercado que en la prácti­ ca es difícilmente utilizable por la dificultad de encontrar un bien o servicio idéntico que sea obje­ 184 Nuevo artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades M ARGARITA G IMÉNEZ R OMERO to de transacción entre partes independientes en condiciones equivalentes, y por otra, a la necesidad de justificar la imposibilidad de aplicar un método para aplicar el siguiente o siguientes de la lista, haciendo que, en la práctica, se produjeran dificul­ tades técnicas insalvables, añadidas a las que ya de por sí incorporan la aplicación individual de los cita­ dos métodos. En la normativa vigente el método del precio libre comparable ya no tiene la prioridad en su apli­ cación respecto de los otros dos métodos tradicio­ nales al establecer que para la determinación del valor normal de mercado se aplicará alguno de los siguientes métodos: el método del precio libre com­ parable, del coste incrementado o del precio de reventa. Si por la complejidad o por la información relativa a las operaciones, éstos no pudieran ser apli­ cados, se podrán utilizar el método de la distribución del resultado de la operación y un nuevo método que no estaba previsto en la legislación anterior: el del margen neto del conjunto de las operaciones. Como se explicita en la definición de los méto­ dos tradicionales, su aplicación exige llevar a cabo un análisis de comparabilidad para determinar el precio de un bien o servicio idéntico o de caracte­ rísticas similares en una operación entre personas o entidades independientes (método del precio medio comparable), el margen habitual o el mar­ gen que aplica el propio revendedor en operacio­ nes entre personas o entidades independientes (método del coste incrementado y del precio de reventa, respectivamente). La dificultad para utili­ zar estos métodos tradicionales reside en la dificul­ tad de identificar operaciones comparables. La creciente especialización, el rápido desarrollo de las nuevas tecnologías y el dominio del comercio internacional por un número relativamente reduci­ do de empresas multinacionales, así como la ten­ dencia a la división vertical de las funciones, no hacen sino incrementar el grado de dificultad para encontrar operaciones comparables, y, en conse­ cuencia, cada vez resulta más complejo utilizar estos métodos de valoración tradicionales que, de acuerdo con los principios recogidos en la Directri­ ces de la OCDE, son preferibles a los métodos del beneficio de la operación a efectos de determinar si un precio de transferencia es un precio de plena competencia; es decir, si existen o no condiciones especiales que afecten al reparto de los beneficios entre las dos empresas asociadas. A diferencia de los métodos clásicos, que des­ cansan en la comparación entre operaciones para determinar el importe de la transacción, en los métodos alternativos, denominados métodos de último recurso o del beneficio de la operación, se intenta calcular el importe del beneficio de la ope­ ración. Sin embargo, sólo se aceptan aquellos méto­ dos que resulten compatibles con las exigencias del principio de empresa separada y de independencia. La compatibilidad se determina en atención a los criterios de comparabilidad utilizados. Bajo la denominación global de métodos de último recurso o del beneficio de la operación se incluyen los métodos de reparto de beneficio y del margen neto de la operación, subyaciendo en su aplicabilidad, como se ha indicado, la necesidad de realizar un análisis comparativo. Así en el primero de los métodos citados, la distribución del resulta­ do se hará en función de un criterio que refleje adecuadamente las condiciones que habrían suscri­ to personas o entidades independientes en circuns­ tancias similares. En el segundo, se exige determinar el resultado neto que el contribuyente o, en su caso, terceros, habrían obtenido en opera­ ciones idénticas o similares realizadas entre partes independientes, efectuando, cuando sea preciso, las correcciones necesarias. Por lo tanto, para apli­ car estos dos últimos métodos no es preciso bus­ car la operatoria efectiva de terceros, aunque sí procurar una distribución del beneficio de la ope­ ración o atribuir un resultado neto de la misma en función de los criterios que razonablemente hubie­ ran aplicado partes independientes. El método del reparto del beneficio exige determinar el resultado obtenido globalmente en una operación económica, repartiendo dicho resul­ tado entre las entidades vinculadas afectadas por la operación, permitiendo un desplazamiento del beneficio de una entidad a otra. Para proceder a dicho reparto debe realizarse un análisis funcional de las actividades realizadas por las empresas impli­ cadas así como sus aportaciones al resultado final. El nuevo método de valoración de las operacio­ nes vinculadas, el método del margen neto del con­ junto de operaciones, incorporado a nuestra legislación en la nueva redacción del artículo 16, atri­ buye a las operaciones realizadas con una persona o entidad vinculada un resultado neto, calculado sobre costes, ventas u otra magnitud relevante, conside­ rando el margen que el propio contribuyente o un tercero habrían obtenido en operaciones realizadas entre partes independientes, previa realización, cuando proceda, de los ajustes correspondientes para obtener la equivalencia de las operaciones. Las Directrices de la OCDE recomiendan que se tome como referencia el margen neto que el mismo contribuyente obtiene en operaciones comparables no vinculadas. Si no fuera posible, habría que deter­ minar el margen neto que una empresa indepen­ diente habría obtenido en operaciones comparables. 185 Cuadernos de Formación. Colaboración 25/08. Volumen 6/2008 Este método no debe ser utilizado para deter­ minar el margen neto de la empresa sino el margen neto de una o más operaciones vinculadas. Por lo tanto, la comparación no ha de hacerse con el mar­ gen neto que obtengan otras empresas de la misma rama de la actividad del total de sus actividades sino con el margen neto obtenido en operaciones comparables. La dificultad radica en que las bases de datos que algunas empresas comercializan y uti­ lizan las Administraciones Tributarias y contribu­ yentes, no suelen ofrecer los márgenes netos de las operaciones, sino de las empresas. La Ley de Medidas recoge una regulación menos formal que incluye criterios consolidados internacionalmente, estableciendo dos condiciones previas para que pueda realizar el reparto y deduc­ ción del gasto: — Para que los gastos en concepto de servi­ cios de entidades vinculadas, valorados con los métodos de valoración examinados en el apartado anterior, puedan ser deducidos, el servicio presta­ do tiene que producir una ventaja o utilidad en el destinatario, es decir, sólo pueden deducirse gastos las entidades realmente beneficiarias del servicio. Redacción anterior Redacción actual Deducción de gastos en concepto de: Deducción de gastos en concepto de: — — Servicios de apoyo a la gestión. Servicios entre entidades vinculadas. Condicionada a que: Condicionada a que: — — Su importe se establezca en un contrato escrito. 6. GASTOS EN CONCEPTO DE SERVICIOS DE APOYO ENTRE ENTIDADES VINCULADAS (ARTÍCULO 16. 5) El nuevo artículo 16 de la LIS, en su apartado 5, regula la deducción de los gastos en concepto de servicios entre entidades vinculadas, concepto más amplio, que el de servicios de apoyo a la gestión utilizado en la norma derogada, condicionando su deducción a que estos gastos por servicios presta­ dos produzcan o puedan producir una ventaja o utilidad a su destinatario. En el apartado derogado se exigía el cumpli­ miento de un requisito formal para que pudiera efectuarse la deducción disponiendo que la misma había de estar condicionada a que su importe estu­ viera establecido previamente en un contrato por escrito, en el que constarían, asimismo, los crite­ rios de distribución de los gastos incurridos a tal efecto por la entidad que los prestase. En cuanto a los requisitos materiales de la deducción, sin fijar un plazo mínimo de ejercicios en los que habría seguirse el mismo criterio de reparto, establecía simplemente que los gastos debían respetar los cri­ terios de continuidad y con racionalidad, concepto indeterminado que, por lo tanto, dejaba un gran margen de discrecionalidad tanto a los contribu­ yentes como a la Administración. — Si los servicios son prestados conjuntamen­ te a favor de varias personas o entidades vincu­ ladas y no es posible individualizar el servicio reci­ bido o cuantificar los elementos determinantes de su remuneración, será posible distribuir la contra­ prestación total entre las personas o entidades beneficiarias de acuerdo con unas reglas de repar­ to que respondan a criterios de racionalidad. Por último, cubriendo una de las lagunas de la redacción anterior, el nuevo apartado ofrece unas pautas para realizar la distribución con “criterios de racionalidad”, al establecer que éste se entenderá cumplido cuando se tengan en cuenta, además de la naturaleza del servicio y las circunstancias en que éste se preste, los beneficios obtenidos o suscepti­ bles de ser obtenidos por personas o entidades destinatarias. 7. GASTOS DERIVADOS DE ACUERDOS DE REPARTO DE COSTES (ART. 16. 6) La antigua redacción del artículo 16 tan sólo se refería al acuerdo de reparto de costes más común e importante, el relativo a las actividades de investi­ gación y desarrollo. En la nueva regulación estos gas­ tos son englobados junto con otros derivados de un acuerdo de reparto de costes de bienes o servicios. Antigua redacción Deducción de gastos en concepto de: Los servicios prestados produzcan o puedan produ­ cir una ventaja o utilidad a su destinatario. Redacción actual Deducción de gastos derivados de: — Contribuciones a actividades de investigación y de­ — Un acuerdo de reparto de costes de bienes o servi­ sarrollo. cios. (Sigue.) 186 Nuevo artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades M ARGARITA G IMÉNEZ R OMERO (Continuación.) Antigua redacción Redacción actual Condicionado a: Condicionado: — El derecho a utilizar los resultados de los proyectos — Al acceso a la propiedad u otro derecho que tenga de investigación. similares consecuencias económicas sobre activos o derechos resultado del acuerdo de reparto de costes. — La existencia de una correspondencia entre el conte­ nido del derecho y las aportaciones convenidas. — La aportación en función de las utilidades o ventajas que prevén obtener. — El acuerdo deberá contemplar la variación de sus cir­ cunstancias o personas o entidades participantes. Según las Directrices de la OCDE un acuerdo de reparto de costes es “... un acuerdo marco que per­ mite a las empresas mercantiles distribuir los costes y los riesgos de desarrollar, producir u obtener acti­ vos, servicios o derechos y determinar la naturaleza y alcance de los intereses de cada uno de los parti­ cipantes en estos activos, servicios o derechos...” y añade que el tipo de costes más frecuente es el rela­ tivo a los activos intangibles, es decir, fundamental­ mente, a actividades de investigación y desarrollo. Tanto en la anterior como en la actual redac­ ción, los repartos de costes se basan en criterios de derecho a utilización y correspondencia entre beneficios esperados y aportaciones; ahora bien, con un ámbito de aplicación más limitado en la anterior redacción ya que ésta, tal como se ha comentado, sólo recogía repartos de gastos por actividades de investigación y desarrollo. La utilización de dichos criterios responde a las Directrices de la OCDE donde, reconociendo que no existe una regla de aplicación universal para determi­ nar si un acuerdo de reparto de costes responde al principio de libre concurrencia, la clave para deter­ minar que esto es así reside en determinar si la pro­ porción relativa de cada participante en el total de aportaciones a la actividad de un acuerdo de repar­ to de costes corresponde a su proporción relativa en el total de beneficios esperados del acuerdo. Por último, cabe comentar que la nueva redac­ ción incorpora las Directrices de la OCDE en mate­ ria de pagos compensatorios y de variación de circunstancias al incluir una nueva condición en su letra c): “el acuerdo deberá contemplar la variación de sus circunstancias o personas o entidades parti­ cipantes, estableciendo los pagos compensatorios y ajustes que se estimen necesarios”. 8. ACUERDOS PREVIOS (ARTÍCULO 16. 7) DE VALORACIÓN. Mediante estos acuerdos se determina con carácter previo entre las autoridades y las empre­ sas asociadas el conjunto de criterios que determi­ nen los precios de transferencia que se apliquen a las operaciones afectadas durante un período de tiempo señalado. La iniciativa corresponde al con­ tribuyente y la decisión final a la Administración. Estos acuerdos proporcionan seguridad jurídica y previsibilidad al contribuyente evitando las conse­ cuencias negativas de una regularización adminis­ trativa posterior. El procedimiento para la tramitación y aproba­ ción de los Acuerdos Previos de Valoración, esta­ blecido en la antigua normativa, había sido calificado por la doctrina como excesivamente complejo y dilatada si se consideran los esfuerzos y el tiempo empleado en su conclusión. Pues bien, una de las modificaciones de la Ley de Medidas ha sido ampliar el plazo de validez de los Acuerdos. Así, mientras la norma derogada establecía su eficacia respecto a aquellas operacio­ nes que se iniciaran con posterioridad a la aproba­ ción y su validez en tres períodos impositivos, en la nueva redacción su eficacia alcanza a las operacio­ nes del período en curso, así como a operaciones realizadas en el período impositivo anterior, siem­ pre que no hubiera finalizado el plazo de presenta­ ción del impuesto correspondiente. Con respecto a su vigencia, la norma remite a los períodos impo­ sitivos que se concreten en el propio Acuerdo, sin que pueda exceder de los cuatro períodos imposi­ tivos siguientes al de la fecha en que se apruebe. Por lo tanto, el plazo de aplicación de los Acuerdos Previos de Valoración se ha ampliado considerable­ mente al pasar de tres períodos impositivos a un máximo de seis ejercicios. En la nueva norma desaparece la mención expresa que explícitamente recogía la disposición derogada sobre la posibilidad de proponer y, en su caso, aprobar Acuerdos sobre criterios de repartos de gastos en concepto de apoyo a la gestión y de contribución a actividades de investigación y desa­ rrollo. No obstante, nada permite concluir que esa falta de mención expresa, impida determinar dichos repartos vía Acuerdos. 187 Cuadernos de Formación. Colaboración 25/08. Volumen 6/2008 Por último, aunque la posibilidad de concluir APAS bilaterales o multilaterales está implícita en ambos apartados, la norma vigente introduce una mejora técnica al añadir que la Administración tri­ butaria podrá formalizar acuerdos con otras Admi­ nistraciones para determinar conjuntamente el valor de mercado. La conclusión de estos Acuer­ dos multilaterales reduce el riesgo de doble impo­ sición y aumenta la seguridad jurídica del contribuyente al implicar en el acuerdo a todas las Administraciones tributarias afectadas. 9. AJUSTES SECUNDARIOS (ART. 16. 8) La finalidad del ajuste primario es reconducir unos precios convenidos entre entidades vinculadas a los que se fijarían entre terceras partes indepen­ dientes, dando lugar a un ajuste por la diferencia entre lo satisfecho y lo que se debería haber satis­ fecho si se hubiese realizado la transacción entre partes independientes. Se denomina ajuste secun­ dario a la calificación de la naturaleza de las rentas que se ponen de manifiesto al valorar la operación a valor normal de mercado; es decir, se trataría de, una vez realizado el ajuste primario y, en considera­ ción a la naturaleza de la renta, aplicar la norma fis­ cal pertinente. Por lo tanto, el denominado efecto o ajuste secundario no es más que la consecuencia jurídica de la verdadera naturaleza de los hechos que subyacen a la operación vinculada La norma derogada no mencionaba los ajustes secundarios por lo que sólo se podían producir dichas recalificaciones cuando una norma del Impuesto de Sociedades o del Impuesto sobre la Renta de no Residentes o de las Personas Físicas permitía, en el ámbito interno, la reclasificación fis­ cal. En el ámbito externo, la reclasificación puede ampararse en lo establecido en un convenio de doble imposición. En definitiva, el artículo 16 del TRLIS, en su anterior redacción, por sí mismo, no daría lugar a ninguna reclasificación. Esta situación ha dado origen, en lo que consti­ tuye una de las novedades fundamentales en mate­ ria de operaciones vinculadas, a que se introduzca un nuevo apartado en el artículo 16 del TRLIS. Así el apartado 8 establece que la diferencia entre el valor normal de marcado y el valor conve­ nido tendrá: “... el tratamiento fiscal que corresponda a la naturaleza puesta de manifiesto como consecuen­ cia de la existencia de dicha diferencia.” Junto a esta regla general, para el caso particular de que la operación vinculada se hubiese realizado ente la sociedad y sus socios o partícipes-entidad, la diferencia tendrá: “... en la proporción que corresponda al por­ centaje de participación en la entidad, la conside­ ración de participación en beneficios de entidades si dicha diferencia fuese a favor del socio o partíci­ pe, o, con carácter general, de aportaciones del socio o partícipe a los fondos propios si la diferen­ cia fuese a favor de la entidad.” Por lo tanto, la nueva disposición establece una regla general que ordena calificar la naturaleza de las rentas puestas de manifiesto como consecuen­ cia de la diferencia de valoración y la regla particu­ lar que es la calificación establecida directamente por el legislador para operaciones convenidas entre la sociedad y sus socios. La calificación de las rentas tiene mucha mayor incidencia en las operaciones con no residentes que en las operaciones puramente internas, donde los resultados prácticos de la calificación se logran igualmente en ausencia de la misma. Así por ejemplo, en el caso de matriz-filial resi­ dentes, si el resultado se transfiere a la filial de manera solapada a través de una operación vincula­ da, los hechos constitutivos de la misma podrían calificarse como una aportación de capital. Las con­ secuencias serían que la sociedad filial sufriría una disminución de la base imponible equivalente a la ventaja patrimonial recibida, medida por la diferen­ cia entre el valor de mercado y el valor efectivo del bien o servicio adquiridos, o de la diferencia inver­ sa tratándose de bienes transmitidos, diferencia que a efectos fiscales se califica como aportación del socio. La sociedad matriz que posea el 100 por 100 de la filial aumentaría, a efectos fiscales el valor de adquisición de la cartera de valores, y la base impo­ nible en el mismo importe. Por lo tanto, en térmi­ nos generales el resultado práctico es el mismo. La situación difiere cuando el ajuste secundario se practica en relación con operaciones externas. Así, cuando se produce, por causa de la operación vinculada, una transferencia de resultados a la sociedad matriz no residente, la calificación como distribución de beneficios determina la aparición de un hecho imponible previsto en el artículo 13. 1 f) del TRNR. En la mayoría de los casos, los ajustes secunda­ rios producen doble imposición, salvo que el otro país proporcione alguna desgravación o deducción fiscal en relación con la carga impositiva adicional que resulta del ajuste secundario. Por ejemplo, se realiza un ajuste primario valorando a valor de mer­ cado las compras realizadas por una sociedad a su matriz extranjera. Dicha administración califica la diferencia entre ambos valores como dividendo sometiéndolo a la retención en la fuente al tipo que figure en el convenio de doble imposición con el 188 Nuevo artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades M ARGARITA G IMÉNEZ R OMERO país de la matriz, si lo hubiera. Esta retención de la fuente no es deducible por la matriz, ya que la legis­ lación de su país de residencia no contempla la pre­ sunción de una renta catalogada como dividendo. En los comentarios al artículo del Modelo del Convenio de la OCDE se reflexiona sobre los ajus­ tes secundarios, para concluir que “debe señalarse que ninguna disposición del apartado 2 impide efec­ tuar tales ajustes secundarios cuando sean posibles conforme a la legislación interna de los Estados con­ tratantes”. 10. PROCEDIMIENTO PARA DETERMINAR EL VALOR DE MERCADO (ART. 16. 9) Este apartado regula el procedimiento para determinar el valor de mercado siguiendo los mis­ mos principios que los hoy recogidos en el artículo 16 del Reglamento del Impuesto sobre Sociedades, en cuanto a la posibilidad de recurrir la valoración y asegurar la eficacia de la misma en todas las partes vinculadas. La diferencia más notoria entre ambas disposiciones es que el nuevo apartado permite acudir a la tasación pericial contradictoria como medio para solventar conflictos en esta materia. SANZ GADEA (2007) opina que la aplicación de la tasación pericial contradictoria no es operativa. Así, reflexiona que “la propia naturaleza de los métodos que debe aplicar la Administración Tribu­ taria rechaza la tasación pericial. En efecto, ésta se basa en la ciencia y experiencia del perito, en tanto que aquellos métodos describen una forma de valoración diversa de la que se basa en la ciencia y la experiencia. Es difícil imaginarse que una disputa sobre valoración de la cesión de intangibles, en la que, por ejemplo, deba aplicarse el método de la distribución del resultado, pueda finalizar con un laudo arbitral de régimen común. El perito aplica sus propias técnicas de valoración, basadas en la ciencia y la experiencia o en modelos construidos sobre ambas, pero no los métodos de valoración legalmente establecidos, al menos, cuando, debido a la complejidad de las operaciones o a la dificultad de obtener información de terceros, no puedan aplicarse los métodos basados en la comparación”. Comentada la novedad más notoria en la pers­ pectiva procedimental, al actual apartado 9 introdu­ ce otras modificaciones que tienden a dar más ejecutividad o efectividad a las nuevas valoraciones. Entre ellas cabe mencionar la disposición referente al marco en que la Administración debe realizar la com­ probación del valor. A este respecto se dispone que “la comprobación de valor se llevará a cabo en el seno del procedimiento iniciado respecto al obligado tributario cuya situación tributaria vaya a ser objeto de comprobación” excluyendo, por lo tanto, la posibilidad de utilizar el procedimiento de comprobación de valores como comprobación autónoma, regulado en los artículos 143 y 57 de la LGT. En la primera fase el procedimiento de determi­ nación de valor se simplifica eliminando la necesidad de que la Administración notifique a las otras partes la existencia de un procedimiento del valor normal de mercado desapareciendo las dos fase de alegacio­ nes de 15 y 30 días que las otras partes vinculadas tenían respecto al procedimiento antes de dictar el acto de determinación del valor normal de mercado. Además, con la nueva regulación desaparece la nece­ sidad de dictar dicho acto ya que el valor de merca­ do será declarado por el propio acto de liquidación. Por último, en la nueva regulación, las actuacio­ nes se desarrollarán exclusivamente con el obliga­ do tributario parte de una operación vinculada, cuya situación tributaria se esté comprobando. Las otras partes vinculadas, sujetos pasivos del IRPF, IRNR o IS tendrán conocimiento de la corrección valorativa una vez que la liquidación provisional haya sido practicada. 11. RÉGIMEN SANCIONADOR (ART. 16. 10) La mayor parte de la doctrina ha criticado la ausencia de sanciones específicas en esta materia, considerando que la misma podría ser un incentivo para manipular los precios de las transacciones con partes vinculadas, favoreciendo así el fraude o la evasión fiscal. Cabe, empero, sostener, que esta conducta era difícilmente sancionable por la LGT ya que el sujeto pasivo no incurría en la conducta tipi­ ficada como infracción en el artículo 191 de la LGT “dejar de ingresar dentro de los plazos regla­ mentariamente señalados la totalidad o parte de la deuda tributaria...” puesto que, según la norma, no está obligado a ingresar la deuda tributaria sino una vez que, tras el ejercicio de la potestad de valoración, se produje­ se el acto de liquidación consecuente con la valora­ ción administrativa. Pues bien, la Ley de Medidas aprueba un régi­ men sancionador específico para las operaciones vinculadas, construido sobre la obligación de lle­ vanza de documentación y estructurado en torno a dos conductas: — La omisión, inexactitud o falsedad de la documentación requerida por la Adminis­ tración y conservada hasta su petición en el procedimiento de comprobación. 189 Cuadernos de Formación. Colaboración 25/08. Volumen 6/2008 — No formular la declaración por el Impues­ to sobre Sociedades, Impuesto sobre la renta de las Personas Físicas o el Impuesto sobre la Renta de no Residentes, a tenor del valor normal de mercado que se derive de la documentación, es decir, infracciones relativas a la existencia de correcciones valorativas. Por lo tanto, teniendo en cuenta la definición y ámbito de los nuevos supuestos de infracciones tri­ butarias, si el sujeto pasivo cumplimenta una docu­ mentación completa, exacta y veraz, declara en consecuencia con la misma y la exhibe en el proce­ dimiento de comprobación, no comete infracción, aun cuando la Administración Tributaria rectifique el valor de mercado declarado. Si concurren estas cir­ cunstancias y, como consecuencia de las rectifica­ ciones de valor practicadas, se originan supuestos tipificados como infracciones de las artículos 191, 192, 193 ó 195 de la Ley General Tributaria, dichas conductas no constituirán comisión de las infraccio­ nes definidas en dichos artículos por la parte de las bases que hubiesen dado lugar a corrección valora­ tiva, puesto que puede haber otros muchos ajustes propuestos por la Inspección en la correspondiente acta a la base declarada por la entidad vinculada La infracción tributaria se califica como grave, fijándose, para la primera de las conductas tipifica­ das, sanciones en una cuantía 1.500 euros por cada dato y 15.000 euros por conjunto de datos omiti­ dos, inexactos o falsos. Las sanciones correspondientes a la segunda tipología se establecen en un 15 por 100 sobre la cantidad que resulte de la corrección valorativa, aunque no medie perjuicio económico, pudiendo tener un mínimo del doble de la sanción que corresponda a las sanciones de omisión, inexacti­ tud o falsedad, cuando existan estos hechos en la documentación y se produzca corrección valorati­ va. En el caso de que no existan omisiones, inexac­ titudes o falsedades en la documentación, pero se produzca la corrección valorativa, la sanción será del 15 por 100 sobre la cantidad que resulte de dicha corrección. Respetando el principio de non bis in idem, esta sanciones se consideran incompatibles con las esta­ blecidas en los artículos 191 (dejar de ingresar), 192 (incorrecciones en declaraciones a liquidar administrativamente), 193 (obtención indebida de devoluciones) o 195 (acreditación incorrecta de partidas a compensar o créditos tributarios aparen­ tes) de la Ley General Tributaria y plenamente compatible con los supuestos de resistencia, excu­ sa o negativa a la actuación inspectora del artículo 203 de dicha Ley. 12. ENTRADA EN VIGOR La disposición final quinta de la Ley 36/2006, establece que la misma entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (el 30 de noviembre de 2006), con la única excepción, en materia de régimen sancionador de operaciones vinculadas, de las obligaciones de documentación a que se refiere la nueva redacción del apartado 2 anteriormente comentado, que sólo serán exigibles, de acuerdo con lo dispuesto en la disposición adicional séptima, a partir de los tres meses siguientes a la entrada en vigor de la norma reglamentaria que las desarrolle. Por otro lado, el artículo primero de la Ley de Medidas, por el que se modifica el Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, estable­ ce que las modificaciones introducidas serán aplica­ bles a los períodos impositivos que se inicien a partir de su entrada en vigor. Por lo tanto, debe concluirse que las disposiciones del nuevo artículo 16 sólo podrán aplicarse a los períodos impositivos iniciados después del 1 de diciembre de 2006. 13. CONCLUSIONES La nueva redacción del artículo 16 implica una notable modificación del régimen de operaciones vinculadas, tanto en sus aspectos sustantivos como en los formales o procedimentales. El enlace con el criterio contable, uno de los objetivos de la refor­ ma señalados en la Exposición de Motivos, es una novedad significativa, pues tradicionalmente se entendía que la aplicación de las normas sobre ope­ raciones vinculadas se concretaba en ajustes extracontables o correcciones del resultado contable. Trascendente es también el cambio del papel otor­ gado a la Administración Tributaria al imputar al sujeto pasivo la obligación de valorar las operacio­ nes vinculadas a valor de mercado. El segundo de los objetivos perseguidos en la nueva redacción del artículo 16 del TRLS –su adaptación a las Directrices de la OCDE en materia de precios de transferen­ cia– se traduce en la regulación de los acuerdos de reparto de costes, de los servicios entre entidades vinculadas y de la documentación que deben llevar dichas entidades, así como en la nueva redacción de los métodos para determinar el valor normal de mercado, explicitando la noción de comparabilidad e incorporando el método del margen neto del conjunto de las operaciones. Este acercamiento a las Directrices de la OCDE y al Foro Europeo sobre precios de transferencia deberá traducirse en una disminución de los conflictos por doble imposición, mayor seguridad jurídica para las empresas multi­ 190 Nuevo artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades M ARGARITA G IMÉNEZ R OMERO nacionales y reducción del riesgo de elusión fiscal. Por otro lado, el tratamiento común a nivel europeo de los requisitos de documentación, objetivo del Código de Conducta, es beneficioso tanto para los contribuyentes, sobre todo al reducirse los costes de cumplimiento y el riesgo de sanciones relacionado con la documentación, como para la Administra- ción Tributaria debido a su mayor transparencia y coherencia. Por último, con la tipificación de una infracción tributaria específica para las operaciones vinculadas ligada a la documentación se pretende evitar conductas que enmascaren o falseen el valor normal de mercado o impidan su comprobación por la Administración. BIBLIOGRAFÍA SANZ GADEA, E. (2007): “Modificaciones introducidas en el Impuesto sobre Sociedades por las Leyes 35/2006 y 36/2006”, Contabilidad y Tributación, núm. 287. COSÍN OCHAÍTA, R. (2007): Fiscalidad de los precios de transferencia, CISS, Valencia. GARCÍA PRATS, F. A. (2005): “Los precios de transferencia: su tratamiento tributario desde una perspectiva europea”, Instituto de Estudios Fiscales, DOC 9/05. CALDERÓN CARRERO, J. M. y MARTÍN JIMÉNEZ, A. (2005): “Problemas de la normativa española en materia de operacio­ nes vinculadas/precios de transferencias y líneas para su reforma”, Crónica Tributaria, núm. 116. PÉREZ RODILLA, G. (2003): “Operaciones Vinculadas en el Impuesto sobre Sociedades”, Manual del Impuesto sobre Socie­ dades, Intituto de Estudios Fiscales, Madrid. GIL DEL CAMPO, M.; MELLADO BENAVENTE, F. M. y MOLINA ALGUEA, E. (2007): Prevención del Fraude Fiscal, CISS, Valencia. CORDÓN EZQUERRO, T. (2006): “El artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades: análisis crí­ tico y alternativas de reforma”, Cuadernos de Formación, Instituto de Estudios Fiscales, vol. 1/2006. 191