Dictamen 135-2012 - Gobierno de Aragón

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Consejo Consultivo de Aragón
DICTAMEN Nº 135 / 2012
Materia sometida a dictamen: Reclamación en materia de responsabilidad patrimonial de la
Administración derivada de la asistencia sanitaria prestada en diversos centros pertenecientes
al Servicio Aragonés de Salud.
ANTECEDENTES
PRIMERO.- Con fecha 12 de abril de 2011 tuvo entrada en el Registro General del
Gobierno de Aragón una reclamación por responsabilidad patrimonial de la Administración
Sanitaria efectuada por “X”, poniendo de manifiesto, sustancialmente, lo siguiente:
Que debido a calambres y agarrotamientos en la mano izquierda acudió al
Centro de Salud Inocencio Jiménez de Zaragoza, desde donde la derivaron al Hospital Lozano
Blesa de Zaragoza para operarse de un quiste sinovial.
La operación se realizó el 24 de junio de 2009 con anestesia local, pero debido a
problemas con dicha anestesia (sufría dolores) la operación, dice la reclamante, quedó
incompleta.
Después refiere que “el ganglión se reprodujo” por lo que fue operada de nuevo
el 19 de abril de 2010, esta vez con anestesia general.
En su opinión el problema fue que “había cicatrizado el hueso con los tendones,
por lo que perdí mucha movilidad, así como tengo mucha sensibilidad”.
Actualmente está siendo asistida con electroterapia en el Centro de Salud de
Borja. Y está de baja médica a la espera de ser declarada en situación de “incapacidad
permanente laboral”.
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Con estos antecedentes la reclamante entiende que no fue debidamente atendida, que
debió realizarse un mayor seguimiento de su situación y adelantar la segunda operación para
que “la mano no estuviera en tal lamentable estado cuando fue intervenida por segunda vez”.
En su declaración designa como su representante al Abogado … que expone
profusamente en el escrito de reclamación una genérica Jurisprudencia no necesariamente
atinente al caso.
A la reclamación se incorpora un informe de alta del Hospital Clínico Universitario
“Lozano Blesa” de fecha 19 de Abril de 2010 en donde se señala que fue diagnosticada de
“recidiva quiste sinovial muñeca izquierda” realizándose bajo anestesia general una “exeresis
sinovitis extensores muñeca izquierda”. En el informe se señala también que tras evaluar los
criterios de alta de la Unidad de Traumatología se considera que el enfermo está apto para ser
enviado a su domicilio en compañía de un familiar el mismo día de la operación. Entre las
recomendaciones que figuran en el informe consta la de “movilizar activamente la zona
intervenida” y acudir a revisión con el cirujano el 25 de mayo de 2010.
Se acompaña también un informe de la médico que realizó la operación, elaborado el
día que fue a revisión, señalando que la paciente acude a la primera revisión “objetivándose
adherencias importantes de la cicatriz quirúrgica que es dolorosa y que limitan totalmente la
afección palmar de la muñeca izquierda, por lo que se remite al Servicio de Rehabilitación con
carácter urgente”.
También se incorpora otro informe elaborado el 7 de febrero de 2011 por el mismo
Servicio de Traumatología en el que se recogen las circunstancias anteriores a la segunda
operación describiendo que fue intervenida el 24 de junio de 2009 bajo anestesia local,
realizándose entonces “una extirpación de quiste sinovial dorsal de carpo izquierdo lo más
completa posible pues presentaba problemas con la anestesia local”.
Y detallando el resultado del tratamiento en el Servicio de Rehabilitación tras la segunda
operación, precisando que “en la Rx presenta una imagen normal sin patología ósea y en la
RNM se aprecia edema de partes blandas en dorso de muñeca y posible lesión en ligamiento
triangular en su inserción cubital muy alejada, anatómicamente, de la zona de las intervenciones
quirúrgicas realizadas”.
Se acompaña un parte del Servicio de Fisioterapia de Borja en donde a fecha 8 de abril
de 2011 se señala que está siendo tratada por “rigidez postquirúrgica de la muñeca izquierda”.
Y también dos oficios del Ministerio de Trabajo e Inmigración, Secretaría de Estado de la
Seguridad Social, en donde se acredita que está recibiendo una prestación económica por
incapacidad laboral.
SEGUNDO.- Recibida la reclamación la Secretaría General Técnica del Departamento,
entonces de Salud y Consumo, dio traslado de la reclamación a la compañía aseguradora
Zúrich España, S.A.
Y dirigió oficio a la Dirección Gerencia Sector Zaragoza III, Hospital Clínico Universitario
“Lozano Blesa”, reclamando la historia clínica en Traumatología así como un informe del
Servicio de Traumatología sobre las intervenciones quirúrgicas realizadas, el seguimiento de la
paciente y los tratamientos prestados.
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El 5 de mayo de 2011 la misma Secretaría General Técnica comunicó al Letrado Sr. …
la incoación del procedimiento, el plazo y el órgano para resolverlo.
TERCERO.- El 12 de mayo de 2012 el Sr. … presentó nueva documentación en la que
se incluye una nota interior del Jefe de Servicio de Rehabilitación en la que se señala que la
paciente después de sus intervenciones quirúrgicas fue visitada el 11 de marzo de 2011 por
persistir déficit de movilidad con dolor al intentar aumentar la excursión articular, señalando que
se objetiva una “pequeña pérdida de movilidad (65º de flexión dorsal y palmar)”, prescribiéndose
fisioterapia con fines analgésicos para que la realizara el fisioterapeuta de área.
Consta también un informe del Instituto Nacional de la Seguridad Social prorrogando
durante seis meses la prestación de incapacidad temporal.
El 19 de mayo de 2011 el Sr. … presenta un nuevo documento, esta vez un informe, al
parecer privado, de “Alliance Médica”. En el citado informe se señala que el motivo de la
exploración es dolor dorsal en la muñeca izquierda realizándose una RN del citado miembro.
Las conclusiones de este informe son “notable emplastamiento y edema sinovial en el aspecto
dorsal del carpo. Posible rotura al menos parcial del fibrocartílago triangular del carpo en su
inserción cubital”.
El 27 de mayo de 2011 el Jefe del Servicio de Cirugía de Ortopedia y Traumatología del
Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa” realiza el un informe sobre la reclamación
planteada.
De acuerdo con el informe se destaca que:
“La paciente presenta una larga historia clínica de dolor en ambas muñecas
predominantemente en zona dorsal, siendo estudiada y tratada por el Servicio de Reumatología
de nuestro hospital quienes le diagnosticaron en 1998 de haplotipo de psoriasis, con DR7, HLA
B16, presentando igualmente altas cifras de FR y ASO”.
“En mayo de 2009 la paciente acude a nuestras consultas donde se aprecia en
muñeca izquierda una tumoración compatible clínicamente con un quiste sinovial dorsal del
carpo, por lo que en junio de 2009 se interviene quirúrgicamente bajo anestesia local extirpando
el quiste sinovial, existiendo problemas anestésicos ya que la paciente refería dolor durante la
operación. A la paciente según consta en el protocolo operatorio se le informó de la posibilidad
de recidiva de la lesión”.
“El 30 de noviembre de 2007 se aprecia una recidiva del quiste sinovial del
carpo por lo que se indica nueva revisión quirúrgica enviando a la paciente al Servicio de
Anestesia para estudio anestésico preoperatorio”.
El 19 de abril de 2010, bajo anestesia general, se realiza una nueva operación
con “extirpación del tejido sinovial quístico sin problema alguno, enviando la pieza extirpada a
anatomía patológica para su estudio, quienes corroboraron el diagnóstico de quiste sinovial”.
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En relación con el contenido de la reclamación el informe se pronuncia en los siguientes
términos:
“Con respecto a la reclamación presentada carece totalmente de fundamento y del más
mínimo asesoramiento. De haberlo tenido jamás se hubiera efectuado. El tratamiento de la
lesión que presentaba la paciente (quiste sinovial dorsal del carpo) fue tratado de forma
absolutamente adecuada, siendo una patología totalmente habitual en un Servicio de Cirugía
Ortopédica cuya extirpación no plantea problema alguno, ni lo ha planteado en este Servicio
nunca en el que se han extirpado probablemente miles de procesos similares. La recidiva de la
lesión es absolutamente habitual en este tipo de patología pudiendo llegar a producirse hasta en
el 50% de los casos como puede comprobarse en la bibliografía existente”.
Además, el informante señala que en el consentimiento informado que la paciente firmó
se expresan las posibles complicaciones que pueden surgir “entre ellas, infección de la herida
operatoria, cicatriz dolorosa, rigidez articular, recidiva del quiste, etc.”.
Y por lo que se refiere a la persistencia del dolor afirma que es debido, sin duda, “a los
antecedentes de la paciente desde hace más de diez años que le lleva a ser tratada en el
Servicio de Reumatología con posibilidad en diagnósticos reumatológicos (antígenos de
histocompatibilidad) con clínica dolorosa en ambas muñecas”, resaltando que “la cirugía nada
tiene que ver con la sintomatología que presenta actualmente la paciente”.
CUARTO.- El 7 de junio de 2011 el Subdirector de Gestión remitió la historia clínica de
la paciente “X”.
En la citada historia consta el protocolo quirúrgico de la primera operación de 2009 y el
consentimiento informado específico para “Tratamiento quirúrgico de tumores de partes
blandas, quistes y gangliones”. Entre las complicaciones del tratamiento y en el apartado de
descripción de los riesgos típicos aparecen, entre otros, los de “cicatriz de la herida dolorosa”,
“rigidez de las articulaciones adyacentes, que puede ir aislada o asociada a descalcificación de
los huesos e inflamación del miembro (atrofia ósea)” y “reaparición o recidiva del quiste o de la
tumoración”.
También se incluye el protocolo quirúrgico de la segunda operación en abril de 2010 y
un consentimiento informado idéntico al anterior (se hace notar, no obstante, que el
consentimiento incorporado al expediente no tiene la firma del Doctor y tampoco la fecha, pero
si la de la paciente, aunque a simple vista es distinta a la del anterior).
Sí aparece, debidamente fechado el 23 de febrero de 2010, el consentimiento de
“autorización de técnicas de riesgo, anestesia loco regional”, firmado esta vez por el médico y
por la paciente con una firma similar a la de su reclamación y a la del primer consentimiento
informado.
QUINTO.- El 16 de junio de 2011 el Sr. … presenta una instancia aportando nuevos
documentos consistentes en partes de consulta y hospitalización que acreditan que a 16 de
junio de 2011 la reclamante ha recibido trece sesiones de tratamiento fisioterápico, sin mejoría.
Comparece nuevamente el 5 de julio de 2011 con una nueva instancia para aportar, de
acuerdo con el expediente, los mismos documentos ya aportados el 16 de junio de 2011.
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Y también el 20 de julio de 2011 para aportar partes de consulta y hospitalización de
fecha 14 de julio de 2011 en relación con el tratamiento fisioterápico al que se venía sometiendo
la paciente.
Nuevamente, el 22 de julio de 2001 comparece el Sr. … y presenta, de acuerdo con el
expediente, la misma documentación ya presentada el 20 de julio de 2011 (dos partes de
consulta y de hospitalización fechados el 14 de julio de 2011).
La última comparecencia se produce el 23 de septiembre de 2011 para aportar
documentación, que sólo puede identificarse con la aportación de un informe de “Alliance
Medical” elaborado el 28 de noviembre de 2010 y que ya figuraba previamente unido al
expediente aportado por el propio Sr. … con su instancia de 19 de mayo de 2011.
La dificultad de identificar los documentos aportados con cada una de estas instancias
se debe a que en el cuerpo del escrito sólo se hace referencia a que “se procede a aportar
documentación”, sin identificar de manera precisa qué documentación que se presenta en cada
caso. Por otra parte, en cualquiera de las siete instancias presentadas con posterioridad a la
reclamación inicial con la antefirma del Letrado Sr. …, la firma o rúbrica es diferente en todas
ellas y con la que podría considerarse indubitada, la de la reclamación inicial, por lo que solo
puede apreciarse que existen en el expediente por la compulsa, pero no podría afirmarse su
origen.
SEXTO.- El 13 de junio de 2011 el Inspector Médico … elabora un informe a la vista de
la historia clínica y de los informes de los Servicios de Rehabilitación y Traumatología del
Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa”. La conclusión principal del informe fue la
siguiente:
“No se han evidenciado actuaciones contrarias a la lex artis que hayan influido en las
complicaciones postoperatorias sobrevenidas, de las que la paciente fue previamente
informada, por lo que no se cumplen los requisitos legalmente establecidos para
considerar la existencia de responsabilidad patrimonial de la Administración”.
Previamente y relación con la supuesta falta de seguimiento tras la primera operación
había señalado que:
“Tan sólo un mes después de la intervención el Traumatólogo ya valoró la posibilidad de
reintervenir, por lo que el 28 de julio de 2009 solicitó al Servicio de Anestesia el estudio
preoperatorio para intervenir con anestesia general, planteando a la paciente (en función
del estudio) “apuntar en lista de espera quirúrgica para exeresis del ganglión si ella
quiere””.
Y por lo que se refiere a las secuelas que padece la reclamante que:
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“Son derivadas de la limitación para la flexión del carpo que no depende del momento de
la intervención sino de la producción de adherencias, complicación ajena de la praxis
quirúrgica y perfectamente especificada en el consentimiento informado”.
SEPTIMO.- También figura en el expediente, por dos veces, el dictamen médico de la
asesoría médica Dictamed I&I, S.L. elaborado de forma conjunta para la compañía de seguros
por dos especialistas en Cirugía General, Traumatología y Ortopedia y un especialista en
Cirugía de la mano y Nervios periféricos.
Tras analizar la historia clínica el dictamen recoge, en lo que a la reclamación interesa,
las siguientes conclusiones:
“Las recidivas de gangliones se producen con tasas que varían entre las
diferentes series, pero que no bajan de un 15%, sin que se pueda asegurar una mala praxis por
este aspecto, que ocurre en series de los mejores cirujanos. Diferentes causas pueden producir
este problema que está explicado en el texto”.
“La rigidez con pérdida de flexión palmar y dedos, es una complicación descrita
en la literatura médica, con un porcentaje de aparición de un 1%. Se produce por adherencias
ligamentosas en extensión. Es una complicación post operatoria y no operatoria. La
reintervención más temprana del ganglión no hubiera influido en el resultado”.
“La aparición de esta complicación se previene con una movilización precoz tras
la cirugía, aspecto convenientemente citado y referido en diferentes estudios. Este aspecto
estaba recomendado y subrayado en el informe de alta”.
“Diferentes signos en la evolución post operatoria indican que la paciente no ha
realizado movilización precoz. Las adherencias tendinosas son un signo claro e inequívoco,
referidas en la historia clínica de Traumatología y por el Servicio de Rehabilitación”.
“El único tratamiento de estas adherencias es el rehabilitador. Y así lo
entendieron también los cirujanos que remiten al Servicio de Rehabilitación”.
“No hemos encontrado ningún aspecto que pueda ser considerado de mala
praxis, estando todos los hechos ajustados a protocolo”.
OCTAVO.- El 17 de octubre de 2011 se convocó al Sr. … al trámite de audiencia.
El 19 de octubre de 2011 el Sr. … compareció para retirar una copia íntegra del
expediente.
Y el 25 de octubre de 2011 presentó escrito de alegaciones ratificando su postura inicial.
NOVENO.- El Consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia solicitó del Consejo
Consultivo de Aragón dictamen preceptivo mediante escrito de fecha 2 de mayo de 2012, de
fechado de entrada el 30 de mayo de 2012, adjuntando el expediente administrativo y una
propuesta de resolución en sentido desestimatorio.
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CONSIDERACIONES JURIDICAS
I
El dictamen solicitado entra dentro de las competencias del Consejo Consultivo tal y
como se regula en el artículo 15.10 de la Ley 1/2009, de 30 de marzo, del Consejo Consultivo
de Aragón, que dispone la necesidad de consulta preceptiva al Consejo Consultivo en el
supuesto de “reclamaciones administrativas de indemnización de daños y perjuicios de cuantía
superior a 6.000 euros”.
En este supuesto la cuantía de la indemnización solicitada supera esa cifra puesto que
se reclama la suma de 300.000,00 euros.
En función de lo preceptuado en los artículos 19 y 20 de la Ley 1/2009, de 30 de Marzo,
citada, resulta competente la Comisión del Consejo Consultivo para la emisión del dictamen.
II
La Comisión del Consejo Consultivo ha de pronunciarse acerca de si, a la vista del
expediente tramitado por el órgano competente de la Administración Autonómica, procede o no
estimar la reclamación de indemnización económica presentada en relación con daños y
secuelas que se habrían ocasionado, según se alega, por la falta de atención y el retraso en la
segunda operación de una paciente que padecía inicialmente “una tumoración compatible
clínicamente con un quiste sinovial dorsal del carpo en la muñeca izquierda” y que
posteriormente sufrió una “una recidiva del quiste sinovial del carpo” en la misma mano.
Por lo que se refiere a la normativa aplicable, ha de recordarse que en el derecho
español vigente la institución de la responsabilidad patrimonial de la administración, recogida en
el art. 106.2 de la Constitución, atribuye a los particulares el derecho a ser indemnizados de
toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza
mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos y
se cumplan los demás requisitos dispuestos por el ordenamiento jurídico (los artículos 139 y
siguientes de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y del Procedimiento Administrativo Común).
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CONSEJO CONSULTIVO DE ARAGÓN
La viabilidad de la declaración de responsabilidad patrimonial de la administración
requiere conforme a lo establecido en el art. 139 LRJAPAC citado: a) La efectiva realidad del
daño o perjuicio, evaluable económicamente e individualizado en relación a una persona o
grupo de personas. b) Que el daño o lesión patrimonial sufrida por el reclamante sea
consecuencia del funcionamiento normal o anormal -es indiferente la calificación- de los
servicios públicos en una relación directa e inmediata y exclusiva de causa a efecto, sin
intervención de elementos extraños que pudieran influir, alterando, el nexo causal. c) Ausencia
de fuerza mayor. d) Que el reclamante no tenga el deber jurídico de soportar el daño
cabalmente causado por su propia conducta.
IV
Ello no obstante, la primera cuestión que ha de examinarse al analizar la documentación
remitida es si el escrito de reclamación ha sido presentado en plazo.
Al respecto el artículo 142.5 de la LPAC dispone: “En todo caso, el derecho a reclamar
prescribe al año de producido el hecho o el acto que motive la indemnización o de manifestarse
su efecto lesivo. En el caso de daños, de carácter físico o psíquico, a las personas el plazo
empezará a computarse desde la curación o la determinación de las secuelas”.
En este caso, se trata de daños que se habrían producido, según la reclamante por el
retraso en la segundan operación realizada el 19 de Abril de 2010 para remediar su
padecimiento, por lo que habiendo tenido entrada la reclamación en el Registro del
Departamento de Salud y Consumo día 12 de Abril de 2011 el plazo de un año para el ejercicio
del derecho a reclamar no había transcurrido.
V
En cuanto al fondo del asunto y siguiendo el parecer consolidado de este Consejo
Consultivo y de la jurisprudencia sobre la materia, por todas la sentencia TS de 1 de julio de
2009, recurso de casación 1515/2005, y las allí recogidas, "no todo daño causado por la
Administración ha de ser reparado, sino que tendrá la consideración de auténtica lesión
resarcible, exclusivamente, aquella que reúna la calificación de antijurídica, en el sentido de que
el particular no tenga el deber jurídico de soportar los daños derivados de la actuación
administrativa".
De igual modo, conforme a reiterada jurisprudencia (STS de 25 de septiembre de 2007,
recurso de casación 2052/2003, con cita de otras anteriores) la viabilidad de la responsabilidad
patrimonial de la administración exige la antijuridicidad del resultado o lesión “siempre que exista
nexo causal entre el funcionamiento normal o anormal del servicio público y el resultado lesivo o
dañoso producido”, y en el ámbito de la prestación de los servicios públicos sanitarios la
producción de la responsabilidad administrativa no siempre está ligada a un fracaso en la
actuación de los medios personales y materiales de la administración, dado que en la sanidad
asistencial el éxito no puede garantizarse nunca, sino que la responsabilidad se vincula a una
utilización no conforme a los principios de buena práctica médica (lex artis ad hoc) de aquellos
medios personales y materiales.
En el ámbito sanitario, pues, la prestación de la administración es una obligación de
medios y a los servicios públicos de salud no se les puede exigir más que una actuación
correcta y a tiempo conforme a las técnicas vigentes en función del conocimiento de la práctica
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sanitaria, es decir, “han de ponerse los medios precisos para la mejor atención" (STS de 25 de
mayo de 2010, recurso de casación 3021/2008).
VI
En este caso la reclamante plantea su acción de responsabilidad por falta de atención a
su padecimiento y por retraso en la realización de la segunda operación quirúrgica para tratar
“una recidiva del quiste sinovial del carpo” que padecía en la mano izquierda, lo que le habría
producido según el tenor de su reclamación una secuela de menores movimientos en la citada
mano que no mejoran con el tratamiento rehabilitador que se le prescribió en el Servicio de
Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa”.
Sin embargo, todos los informes médicos obrantes en el expediente son contrarios a esa
conclusión y coinciden en señalar que:
- Antes de la primera operación la reclamante ya presentaba una larga historia clínica
de dolor de origen reumático en ambas muñecas, predominantemente en zona dorsal, siendo
tratada por el Servicio de Reumatología del Hospital.
- En la primera operación se procedió a extirparle un quiste sinovial del carpo que
padecía en la mano izquierda, siendo advertida a través del consentimiento informado de la
posibilidad de recidiva de la lesión.
- Esa recidiva se apreció, efectivamente, en Noviembre de 2009 iniciándose el
proceso de preparación para la segunda intervención con anestesia general pues se tenía la
experiencia negativa de que en la primera operación, con anestesia local, la paciente había
referido dolor.
- La segunda operación se produjo en abril de 2010 y fue absolutamente normal,
aunque dentro de las posibles complicaciones, debidamente conocidas por la paciente a través
del consentimiento informado, se produjeron adherencias ligamentosas en extensión que dan
lugar a rigidez con pérdida de flexión palmar y dedos.
- Esta complicación se considera post operatoria y no operatoria y se previene con
una movilización precoz tras la cirugía, actuación recomendada y subrayada en el informe de
alta de la segunda operación, el mismo día de la misma.
- Sin embargo, diferentes signos en la evolución post operatoria indican que la
reclamante no realizó, o no lo hizo con la intensidad requerida, la movilización precoz, porque
de acuerdo con la clínica de traumatología las adherencias tendinosas son un signo claro e
inequívoco de esa falta movilización.
- En todo caso que la segunda operación se hubiera realizado en una fecha más
próxima Noviembre de 2009 no hubiera influido en la aparición o no de la complicación porque
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esta tiene su origen en la actividad postoperatoria de la paciente y no en el resultado de la
intervención quirúrgica.
- El tratamiento más adecuado de las adherencias es el rehabilitador, tal y como se
aconsejó a la paciente.
Además de todo lo anterior no existe en el expediente, que incluye la historia clínica, una
sola prueba, siquiera indiciaria, que demuestre una mala praxis médica en las dos
intervenciones quirúrgicas o en el tratamiento posterior de la dolencia. Por el contrario, el
informe del inspector médico y el elaborado conjuntamente por tres especialistas para la
compañía aseguradora precisan con rotundidad que “no hemos encontrado ningún aspecto que
pueda ser considerado de mala praxis, estando todos los hechos ajustados a protocolo”.
Al respecto, el Tribunal Supremo tiene declarado que según el artículo 141.1
LRJPAC sólo serán indemnizables las lesiones producidas al particular provenientes de
daños que éste no tenga el deber jurídico de soportar de acuerdo con la Ley, pues lo
contrario convertiría a las Administraciones Públicas en aseguradoras universales de todos
los riesgos sociales, lo que no resulta acorde con el significado de la responsabilidad
extracontractual aunque sea objetiva o por resultado (Vid. Sentencia del Tribunal Supremo
de 10 de febrero de 2001).
Así, pues, dice el alto tribunal, “sólo en el caso de que se produzca una infracción de
dicha "lex artis" (referida a la actuación de los servicios médicos) respondería la
Administración de los daños causados; en caso contrario, dichos perjuicios no son
imputables a la Administración y no tendrían la consideración de antijurídicos por lo que
deberían ser soportados por el perjudicado”.
Y también ha dicho el tribunal que el criterio de la "lex artis" es “un criterio de normalidad
de los profesionales que permite valorar la corrección de los actos médicos y que impone al
profesional el deber de actuar con arreglo a la diligencia debida o "lex artis".
Este criterio es el que permite delimitar los supuestos en los que verdaderamente puede
haber lugar a la responsabilidad, exigiendo –dice el Tribunal Supremo- que “no sólo exista el
elemento de la lesión sino también la infracción de dicha "lex artis… y todo ello sobre la base de
la aplicación de criterios de causalidad adecuada a la hora de determinar dicha relación de
causalidad entre el daño producido y la actuación desempeñada” (STS de 28 de Noviembre de
1998).
Y ello hasta el punto que en la sentencia del Tribunal Supremo de 23 de febrero de 2009
(recurso de casación 7840/04) se expresa que la responsabilidad patrimonial "se modula en el
ámbito de las prestaciones médicas, de modo que a los servicios públicos de salud no se les
puede exigir más que ejecuten correctamente y a tiempo las técnicas vigentes en función del
conocimiento de la práctica sanitaria. Se trata, pues, de una obligación de medios, por lo que
sólo cabe sancionar su indebida aplicación, sin que, en ningún caso, pueda exigirse la curación
del paciente”.
Por lo tanto, ante la reclamación planteada, una valoración conjunta de los antecedentes
y de los informes médicos que obran en el expediente y que se han reproducido o citado total o
parcialmente, ante la ausencia de cualquier otra prueba aportada por la reclamante, conduce a
este Consejo Consultivo a estimar que no se ha acreditado la existencia de un daño que no
tuviera el deber de soportar y tampoco la necesaria relación de causalidad entre una mala o
inadecuada praxis médica -que no se ha producido- y las secuelas padecidas, limitación del
movimiento de la mano izquierda, y que están siendo tratadas adecuadamente mediante
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rehabilitación, razón por la cual no puede prosperar la pretensión formulada de responsabilidad
patrimonial de la administración sanitaria.
En mérito a lo expuesto, el Consejo Consultivo de Aragón formula el siguiente
DICTAMEN:
Que, de acuerdo con la propuesta de resolución, procede desestimar la reclamación
en materia de responsabilidad patrimonial de la administración sanitaria formulada por “X”.
En Zaragoza, a diecisiete de Julio de dos mil doce.
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