el sindrome del espectador

Anuncio
Serie: Gente común hacienda cosas extraordinarias
El SINDROME DEL ESPECTADOR
Introducción: Vivimos en tiempos desafiantes, determinantes, decisivos y acelerados,
además de diferentes e inusuales.
Quiero que vean esta foto. (Martín- retiro de líderes)
Esta foto la tomo Kevin Carter en Sudan en el año 1994, es la foto de una niña que está a
punto de morir de hambre, para sacar esa foto Kevin Carter esperó más de 20 minutos
para que el ave de rapiña se pose detrás esperando que la niña muera para hacerla una
presa suya. Kevin tuvo el tiempo de sentarse fumarse un cigarrillo, esperando que el ave
entre en el foco y le dé justo en el ángulo. Él hizo mucho dinero con esa foto, él recibió el
premio Pulitzer por esa foto; pero después Kevin Carter se suicidó. Él mismo cuando
recibió el premio dijo que odiaba esa foto, porque tomo la foto como profesional que era,
pero no hizo nada para evitar tremenda tragedia.
Esto es típico de una sociedad, enferma con el síndrome del espectador, que todo lo
trasforma en un espectáculo.
La hermana de Kevin Carter cuenta una historia muy interesante al decir que su
hermano cayó en una profunda angustia al recibir el premio Pulitzer por haber
fotografiado a esta niña muriendo, y ella dijo que Kevin no entendía como el mundo
lo premiaba por algo que él sabía que estaba mal, porque prefirió ser un espectador,
prefirió ver antes que hacer, prefirió ver antes que actuar.
Cuántos de nosotros tenemos fotos de gente que se está muriendo, quizás no de hambre,
pero sí de significado, de propósito, de esperanza, por falta de alguien que les muestre
que hay un mejor camino, que hay esperanza, pero nosotros sólo estamos como
espectadores.
Reflexionemos: ya no tenemos a Kevin, se suicidó, ya no tenemos a la niña, se murió y
se la comió un ave de rapiña, lo único que nos queda es la foto. Eso es lo que pasa
cuando no reaccionamos y nos quedamos en la vida como simples espectadores, con el
paso del tiempo sólo nos queda la foto.
¿Qué nos va a quedar de la hora que estuvimos en este lugar? ¿Que nos va a quedar
de este día? ¿Una foto mental de una reunión más? o vamos a decidirnos a romper con el
síndrome del espectador y relacionarnos con nuestra esfera de influencia para
transformarla antes de que se muera y se la coman las aves de rapiña?
I.
EL SINDROME DEL ESPECTADOR
Para vivir estos tiempos desafiantes debemos como personas del reino, analizar un
síndrome que nos afecta en nuestros días. Este síndrome es el de “homo videns” este es
el hombre que ha dejado de pensar en lo que no ve, para dejar de pensar en lo que ve.
Nuestra sociedad actual fue criada frente a una pantalla, por eso hoy todo se convierte en
un espectáculo. Williams Shakespeare dijo: “todo el mundo es un gran escenario y todos
los hombres y mujeres son meros actores”. Nosotros podríamos decir que el mundo hoy
es un gran escenario y cada hombre, mujer, joven, niño es simplemente un mero
espectador.
1. En nuestro mundo actual casi lo hemos visto todo y eso nos va volviendo seres
insensibles.
2. Miramos muertes en vivo y directo.
3. Miramos la miseria en vivo y directo y esto va encasillando nuestro corazón.
Un filósofo, escritor y estudioso de las ciencias sociales llamado Giovanni Sartori dijo lo
siguiente acerca de esta generación que sólo aprende a través de las imágenes: “hay una
tragedia, y es que la imagen no toca la parte más honda del pensamiento, entonces la
persona poco a poco pierde la capacidad de razonar; porque el lenguaje oral es
abstracto y el lenguaje de la imagen es concreto; entonces la persona pierde la
capacidad del lenguaje abstracto y pierde la capacidad de pensar. Cuando yo leo y me
formo a través de la lectura tengo una ventaja, y es que yo le imprimo a la lectura la
velocidad a la que puedo entender lo que estoy leyendo; pero cuando yo miro, yo no le
imprimo la velocidad a la imagen, la imagen me imprime la velocidad a mí, y entonces
llega el momento cuando ya no lo puedo razonar todo y suspendo la capacidad de
razonar y simplemente absorbo”.
Un sociólogo español aportó una idea de cómo él define a los de la generación actual que
está atrapada por este síndrome del espectador y los llamó “pasotas”.
¿Qué es un pasota? Es aquel que ve las situaciones, el que sabe lo que ocurre, pero no
hace absolutamente nada. El término viene justamente de los juegos de mesa que es
cuando las personas están jugando las cartas y no quiere arriesgar lo que tiene dice
“paso”.
El término nace de allí, porque la persona de ser participantes del juego al decir “paso”
sólo queda como un espectador de lo que ocurre en la mesa por la simple razón de que a
la hora de arriesgar, a la hora de jugar su carta, a la hora de tomar una decisión, a la hora
de hacer su jugada, él dice “paso”, porque sólo se conforma con ver.
Por eso hoy mucha gente le tiene miedo al compromiso, porque están dominados por el
síndrome del espectador y se convierten en un “pasota”.
REPETIR: Pasotas son aquellos que quieren ver pero no quieren obedecer, quieren
ver pero no quiere creer, quieren ver pero no quieren decidir, quieren ver pero no
quieren hacer.
Jesús le dijo a Tomás: “Bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Jn. 20:29)
San Agustín decía: “la fe cree lo que no ha visto y como recompensa termina viendo lo
que ha creído”.
Mucha gente quiere experimentar un momento con Jesús, pero no quieren creer en lo que
Jesús ha dicho. Quieren un Jesús a su conveniencia, pero no quieren un Jesús que los
inste a cambiar y ser trasformados. Quiero el Jesús que me da cosas, no el Jesús que me
transforma.
Dios te va a empujar a situaciones donde la única garantía que tendrás es su palabra, pero
eso es bueno, porque cuando hay fe en la palabra de Dios eso te permite accionar.
II.
JESUS JAMAS FUE UN ESPECTADOR
Tradicionalmente vemos a Jesús más como un monje que como un hombre del mercado,
sin embargo él fue un hombre de negocios mucho más tiempo de lo que fue un
predicador. Lo vemos fácilmente como maestro o como soberano Rey, pero no podemos
verlo como comerciante. Sin embargo al principio Jesús era reconocido más fácilmente
como comerciante que como rabino. Sus vecinos se escandalizaban porque su identidad
era la de un comerciante local (Marcos 6:2-3). Y llegado el día de reposo, comenzó a
enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene
éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus
manos son hechos? ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de
José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se
escandalizaban de él.
Fue conocido como el carpintero de Nazareth, palabra que significa artesano, no
simplemente un trabajador de la madera sino alguien que cuidadosamente producía
implementos de madera. No hacía trabajos de carpintería en forma ocasional, ni por
hobby. Como a todo niño judío se le enseñó un oficio. Al momento de su bautismo había
estado trabajando por más de 20 años y ya era un artesano bien establecido
Jesús el trabajador en busca de ganancias. había aprendido un oficio para ganarse la
vida y esto requería que su taller funcione para dar ganancias. Su rutina laboral diaria
seguramente incluía el cálculo de costos de materiales y mano de obra, interacción entre
oferta y demanda, colocar precios justos pero competitivos, calcular costos de mantenimiento y ganancias posibles de sus inversiones. Aunque esta imagen de Jesús sea
inusual para nosotros esto es lo que hizo la mayor parte de su vida adulta. A la muerte de
José, Jesús quedo a cargo de una empresa familiar que no era un taller pequeño sino lo
suficientemente grande como para proveer para ocho personas o más. El trabajo y su
relación con el mercado fue una parte central en su vida.
Jesús el líder bien informado. Aunque en las noches pasaba largas horas en oración, durante el día interactuaba con todo tipo de personas. Jesús no fue un ermitaño. Adquiría
información y conocimiento a través de la exposición con la gente y sus situaciones.
Jesús el conocedor del mercado. Su enseñanza tomó ejemplos del mercado. Las
parábolas son un ejemplo de este conocimiento: construcciones (Mt.7:24-27), producción
(Lc.5:37-38), cultivo (Mc.4:2-20), búsqueda de tesoros (Mt.13:44), hacendados
(Mt.18:12-14), administración, negocios familiares, inversiones a futuro (Lc.12:16-21),
criterio gerencial (Lc.15:11-16), eficacia (Lc.16:1-13), capital arriesgado en situación de
alto riesgo, (Lc.19:11-27).
Jesús el obrador de milagros de negocios. Produjo incremento en la inversión de un
niño de panes y peces para alimentar a miles. Transformó agua en vino. En ambos tenemos una provisión material abundante para responder a necesidades. Sus instrucciones
para las dos pescas milagrosas pueden asimilarse a buenos consejos de inversión de un
agente de bolsa.
Jesús, un amigo de pobres y ricos por igual. Aunque Jesús interactuaba libremente con
personas pobres, no era un desconocido de las clases altas de la sociedad. Cuando nació
fue visitado por sabios y recibió regalos costosos. Era a menudo el invitado de honor de
personas acaudaladas. Un hombre rico proveyó para su sepultura. José de Arimatea y
Nicodemo eran miembros del Sanedrín, el organismo de mayor influencia en el gobierno
de Israel. Jesús tenía amigos y seguidores tanto pobres como ricos.
III.
EL ANTÍDOTO CONTRA EL SINDROME DEL
OBSERVADOR. (LC 19:5)
El que sufre de este síndrome prefiere ver antes que asumir el compromiso de seguir. (Lc
19:1-5)
Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón
llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús;
pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante,
subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús
llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa,
desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
Zaqueo sólo quería ver a Jesús v.3. Si Zaqueo hubiese querido ESCUCHAR a Jesús no se
hubiese SUBIDO a un árbol. ¿Qué podía escuchar desde un árbol? un mensaje
incompleto, sólo escucharía lo que Jesús hablara cuando pasara por debajo de árbol.
Zaqueo no quería escuchar a Jesús, zaqueo no quería seguir, zaqueo sólo estaba movido
por una inquietud o curiosidad, él sólo quería ver a Jesús.
El antídoto: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu
casa.
A. Es dejar de postergar lo que Jesús te pide hoy. (v.5. date prisa)
Hoy debes hacer el cambio. Hoy debes cambiar la conducta que tienes, hoy debes dejar la
actitud que cargas. Es impostergable, es aquí y es ahora.
Debes vencer el espíritu de estupor, estupor significa disminución de la actividad de las
funciones intelectuales, acompañada de cierto aire o aspecto de asombro o de
indiferencia. De allí nace de la palabra sajona que quiere decir stop que significa
Detenerse, de ésta palabra nacen los estupefaciente que te atontan, te paralizan.
Pelear contra el espíritu de estupor es dejar de postergar el cambio.
B. Esto es un llamado de urgencia. (v.5 hoy es necesario)
Lo que Jesús le está diciendo a Zaqueo es: “date prisa”, “esto es urgente”, porque la
necesidad que hay a nuestro alrededor no admite postergación.
Las generaciones que se pierden a nuestro alrededor es porque la iglesia durante siglos ha
respondido tarde, ha llegado tarde, ha reaccionado tarde.
C. Debes asumir que este no es sólo un llamado urgente sino imprescindible,
prácticamente obligatorio. ( v.5 desciende,)
El cambio es necesario, es obligatorio, el mensaje es claro, debes hacerlo porque no
puedes seguir a Jesús desde las bancas, desde el templo, desde arriba del árbol.
¿Nos comprometemos o seguiremos siendo espectadores?
D. Llevar a Jesús a tu casa y transformar tu trabajo y tu área de influencia
Descargar