ANÁLISIS CRÍTICO DE LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO EUGENÉSICO EN ESPAÑA Por FRANCISCO JAVIER RUIZ BURSÓN Asistente honorario del Departamento de Filosofía del Derecho Universidad de Sevilla [email protected] Revista General de Derecho Canónico y Derecho Eclesiástico del Estado 33 (2013) RESUMEN: Ante la perspectiva de una próxima reforma de la regulación del aborto en nuestro país, resulta imprescindible un análisis de la despenalización del llamado “aborto eugenésico”. El método empleado consiste en comparar la regulación vigente con la normativa anterior, y posteriormente contrastarla con otras normas constitucionales e internacionales de rango superior en nuestro ordenamiento jurídico, para deducir de ello unas conclusiones fundadas que puedan constituir una base sólida para una nueva legislación sobre esta controvertida materia. PALABRAS CLAVE: Aborto, discapacidad, tratados internacionales, nasciturus, discriminación, derechos fundamentales. SUMARIO: I.INTRODUCCIÓN, II.MARCO LEGAL VIGENTE, III.INCONSTITUCIONALIDAD DE LA ACTUAL REGULACIÓN DEL ABORTO EUGENÉSICO, 3.1 Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, 3.2 Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1985, de 11 de abril, 3.3 Constitución española, 3.3.1 Tutela jurídica del nasciturus, 3.3.2 Discriminación por circunstancias personales o sociales, 3.3.3 Lesión del principio de seguridad jurídica, IV.- CONCLUSIONES, V.- BIBLIOGRAFÍA, VI.- INFORMES Y DICTÁMENES. Critical analysis of decriminalisation of the eugenic abortion in Spain ABSTRACT: In view of the forthcoming reform of the abortion regulation in our country, a thorough analysis of the decriminalization of the so-called "eugenic abortion” is therefore essential. The methodology used consists in a comparison between the current and previous regulation on abortion, balanced against the constitutional and high-rank international rules that compose the Spanish legal system. The analysis leads to well-founded conclusions which should constitute a solid basis for a new legislation on this controversial matter. KEYWORDS: Abortion, disability, international treaties, unborn (nasciturus), discrimination, fundamental rights. RGDCDEE 33 (2013) 1-22 Iustel I.- INTRODUCCIÓN El esquema del presente trabajo se desarrolla en tres partes netamente diferenciadas. En primer lugar, llevaremos a cabo una exposición de las normas vigentes en materia de aborto eugenésico, comparándola con la legislación anterior contenida en el artículo 417 bis del Código penal de 1973. A continuación, se analizarán los puntos de conflicto de los supuestos de aborto eugenésico contenidos en la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de Salud Sexual y 1 Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo , con las normas y principios previstos en la Convención de derechos de las personas con discapacidad de Nueva York de 13 de diciembre de 2006, en la Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1985, de 11 de abril, y en la propia Constitución española. Finalmente, expondremos una serie de conclusiones, como resultado del análisis realizado en los apartados precedentes. El objetivo del presente trabajo consiste en obtener unos criterios fiables de cara a la despenalización del aborto en el llamado “supuesto eugenésico”, es decir, la interrupción voluntaria del embarazo 2 respecto a fetos y embriones que presenten alguna discapacidad física o intelectual. Ello se debe llevar a cabo respetando los criterios señalados por la propia Constitución y los Tratados internacionales y tomando en cuenta el principio de no discriminación de las personas discapacitadas. II.- MARCO LEGAL VIGENTE La regulación del aborto eugenésico se contiene en el artículo 15, párrafos b) y c) de la LOSSRIVE. Resulta obvio que siempre cabrá a la madre acudir al sistema de aborto libre previsto en el art. 14 de la Ley dentro de las catorce primeras semanas de gestación, pero al mismo hay que añadir tres supuestos más en los que la causa específica es la indicación eugenésica: a) Riesgo de anomalías graves en el feto, dentro de las veintidós primeras semanas y con dictamen favorable de dos especialistas. b) Anomalías del feto incompatibles con la vida, sin límite temporal y con informe de un médico especialista. 2 1 LOSSRIVE, en adelante. 2 IVE, en adelante. Ruiz Bursón - Análisis crítico de la despenalización del aborto eugenésico en España c) Enfermedad extremadamente grave e incurable del feto, sin límite temporal y con dictamen favorable del comité clínico regulado en el art. 16 de la LOSSRIVE. El régimen anterior a la aprobación de la Ley Aído, en relación con el aborto eugenésico, estaba previsto en el art. 417 bis del Código penal de 1973: - Grave tara física o psíquica del feto, dentro de las primeras veintidós semanas, acompañado del informe de dos especialistas. De la comparación entre ambos textos resulta evidente que en la nueva ley se han ampliado cuantitativa y cualitativamente los supuestos de aborto eugenésico. Ello se pone de manifiesto en los siguientes aspectos: - Ya no existe un único supuesto de IVE, sino tres. - Hay dos nuevos casos en los que desaparece el límite temporal de las veintidós semanas, ya que pueden practicarse en cualquier momento antes del nacimiento. - En uno de ellos resulta suficiente con el dictamen de un solo especialista. - Frente al restrictivo término “graves taras físicas o psíquicas” se utilizan otros más indeterminados y genéricos: “riesgo de graves anomalías”, “anomalías del feto incompatibles con la vida” y “enfermedad extremadamente grave e incurable”. La Exposición de Motivos de la LOSSRIVE explica en el Apartado II, respecto a los supuestos de ampliación a más de veintidós semanas, que en el caso de anomalías incompatibles con la vida cabe entender que decae la premisa de protección de la vida prenatal, la cual constituye un bien jurídico protegido en tanto que proyección del art. 15 3 de la Constitución española , que tutela el derecho a la vida. En cuanto a la concurrencia de enfermedades muy graves e incurables, el legislador se remite, en términos vagos, al juicio de los expertos de profesionales médicos de acuerdo con la evidencia científica del momento. Por tanto, cabe deducir que la nueva regulación relativa al aborto eugenésico es más amplia o permisiva que la anterior, tanto por el incremento de los supuestos de despenalización como por una mayor laxitud respecto a los requisitos formales o temporales exigidos para su práctica. Ello implica un mayor nivel desprotección del nasciturus que el que se fijó en 1985. 3 CE, en adelante. 3 RGDCDEE 33 (2013) 1-22 Iustel III.- INCONSTITUCIONALIDAD DE LA ACTUAL REGULACIÓN DEL ABORTO EUGENÉSICO Para poder examinar con rigor el ajuste constitucional de la despenalización del aborto eugenésico contenida en la LOSSRIVE, resulta imprescindible contrastar su régimen jurídico con el de otras normas vigentes, tales como los tratados internacionales suscritos por España, nuestra propia Carta Magna y la interpretación que de la misma hace el Tribunal Constitucional. 3.1. Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad Mediante Instrumento de 13 de noviembre de 2007, publicado en el BOE de 21 de abril de 2008, el Reino de España ratificó la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, aprobada en Nueva York el 13 de diciembre de 2006, y su Protocolo facultativo. La eficacia jurídica de estos tratados en el derecho interno se concreta a través de 4 una doble vía : 5 a) Forman parte de nuestro ordenamiento jurídico con rango de ley , pero con peculiaridades en cuanto a su jerarquía, ya que sólo pueden ser derogados, suspendidos o modificados en la forma prevista en el propio tratado o de acuerdo con las normas generales de Derecho internacional (art. 96.2 CE), pero no 6 unilateralmente mediante una ley estatal . b) En cuanto afecten a libertades y derechos fundamentales, actúan como 4 SANJOSÉ GIL, A. y CARDONA LLORENS, G., Informe sobre la inconstitucionalidad del supuesto de “aborto eugenésico” previsto en la Ley orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo para el Foro de Vida Independiente, (http://forovidaindependiente.org/files/documentos/bioetica/Derechos_Humanos_y_propuesta_de_ modificaci%C3%B3n_de_Ley_del_Aborto.doc, visitado el 20 de junio de 2013), pp. 5, 6 y 9. 5 Conviene reseñar que la atribución del rango de ley a los tratados internacionales en nuestro ordenamiento ha sido objeto de un arduo debate en nuestra doctrina y jurisprudencia. En CASTÁN TOBEÑAS, J., Derecho civil español común y foral, Tomo 1, Vol. I, Ed. Reus, Madrid, 1988, p. 440, se sostiene su carácter de ley interna tras la correspondiente ratificación legislativa, de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Supremo y la redacción del art. 1.5 del Código civil. Por el contrario, SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, L. I., Los tratados internacionales como fuente del ordenamiento jurídico español, (http://www.ehu.es/cursosderechointernacionalvitoria/ponencias/pdf/1984/1984_4.pdf, visitado el 20 de octubre de 2013), pp. 159-160, mantiene que dichos tratados son normas de rango supralegal e infraconstitucional, es decir, un tertium genus intercalado jerárquicamente entre la Constitución y la ley interna, basándose para ello en la interpretación literal e histórica de los preceptos constitucionales. 6 Esta Convención constituye un tratado internacional cuya celebración ha sido previamente autorizada por las Cortes Generales de acuerdo con el art. 94.1 CE. De ahí que disfrute de una fuerza activa y pasiva respecto a la ley estatal, irresistible y resistente frente a la misma, según PÉREZ ROYO, J., Las fuentes del derecho, Ed. Tecnos, Madrid, 2008, p. 171. 4 Ruiz Bursón - Análisis crítico de la despenalización del aborto eugenésico en España criterio interpretativo de los mismos, reconocido en el Capítulo II del Título I de 7 nuestra Carta Magna (art. 10.2 CE) . La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad regula en sus artículos 5 y 10, respectivamente, el principio de igualdad y no discriminación y el derecho a la vida. La dicción literal de los mismos es la siguiente: Art. 5.2: “Los Estados Partes prohibirán toda discriminación por motivos de discapacidad y garantizarán a todas las personas con discapacidad protección legal igual y efectiva contra la discriminación por cualquier motivo”. Art. 10: “Los Estados Partes reafirman el derecho inherente a la vida de todos los seres humanos y adoptarán todas las medidas necesarias para garantizar el goce efectivo de ese derecho por las personas con discapacidad en igualdad de 8 condiciones con los demás” . La nueva regulación en materia de aborto eugenésico contradice frontalmente ambos preceptos. Primeramente, resulta imprescindible aclarar que se establecen alternativas jurídicas diferentes según exista o no diagnóstico de presuntas discapacidades en el feto. En este sentido es en el que cabe interpretar las expresiones anomalías o enfermedad, y ello es así porque la inmensa mayoría de los casos de discapacidad (ceguera, sordera, falta o desarrollo insuficiente de extremidades superiores y/o inferiores, síndrome de Down) podrían incluirse en los supuestos de hecho de los párrafos b) y c) del art. 15 de la LOSSRIVE. 7 Las Sentencias 282/2009, de 29 de abril, y 617/2012, de 11 de octubre, de la Sala de lo civil del Tribunal Supremo, han procedido a interpretar la regulación de la incapacidad contenida en nuestro Código civil de conformidad con los principios de la Convención. 8 Respecto a las aportaciones realizadas durante la redacción del art. 10 de la Convención de Nueva York, vid. SANJOSÉ GIL, A., “El primer tratado de derechos humanos del siglo XXI: la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad”, Revista Electrónica de Estudios Internacionales, nº 13, 2007, p. 14: “Algunas organizaciones no gubernamentales, como por ejemplo “Inclusión internacional”, presentaron diversas reflexiones respecto a este derecho durante la preparación de la Convención. Entre otras la “lucha contra la discriminación bioética en relación con la selección de embriones con discapacidad, el posterior aborto de un feto afectado de alguna discapacidad o la eutanasia de los recién nacidos”, y señalaron que una nueva Convención no podía ignorar la discusión ética que intenta legalizar nuevos experimentos biomédicos, manifestando su voluntad de luchar contra cualquier método que intente excluirlos de la sociedad “no permitiendo nacer o impidiendo la reproducción de bebés que tienen alguna discapacidad como nosotros”. En este mismo sentido ya se había presentado al Comité, por parte de una organización japonesa de personas con discapacidad, un proyecto de artículos para una Convención en cuyo artículo 9 se reconocía a las personas con alguna discapacidad no sólo el derecho a la vida, sino a que la discapacidad no fuera considerada una causa para justificar el aborto”. 5 RGDCDEE 33 (2013) 1-22 Iustel Se produce un trato más desfavorable para los fetos con discapacidad diagnosticada respecto de los que no la tienen. En los primeros sólo cabe practicar la IVE dentro de las primeras catorce semanas, mientras que en los segundos pueden extenderse hasta las veintidós semanas o incluso hasta el mismo instante previo al nacimiento. Resulta evidente la existencia de un régimen discriminatorio, ya que la protección jurídica que se otorga a un nasciturus al que no se le ha diagnosticado discapacidad, o no tenga riesgo de la misma, es superior respecto a aquéllos en los que concurra dicha circunstancia. Como hemos expuesto, ello se manifiesta especialmente en relación con el plazo temporal para interrumpir el embarazo, mucho más amplio para los discapacitados, con lo cual se viola frontalmente el artículo 5.2 de la Convención de Nueva York. Por otro lado, se establecen condiciones diferentes en relación con el goce efectivo del derecho a la vida inherente a todos los seres humanos -término más amplio que el de persona, empleado por la jurisprudencia constitucional en su Sentencia 53/1985, como más adelante tendremos ocasión de examinar-, sin que se admita distinción en cuanto a su grado de desarrollo físico o intelectual, con lo que se conculca también el art. 10 del mencionado tratado. En definitiva, la Convención tiene como principal objetivo establecer un régimen de igualdad y no discriminación de las personas con discapacidad respecto a las demás, por resultar contrario a la dignidad y al valor inherente al ser humano. Dicho objetivo es el que precisamente se vulnera al establecerse en la Ley Aído un régimen distinto en materia de protección jurídica del nasciturus, más desfavorable para los fetos y 9 embriones no tienen una discapacidad, o riesgo de la misma . Idéntico criterio al aquí expuesto mantiene el Comité sobre los derechos de las personas con discapacidad, órgano creado por art. 34 del varias veces mencionado tratado internacional de Nueva York para velar por su efectiva aplicación, recomendando formalmente a España “que suprima la distinción hecha en la Ley Nº 2/2010 en cuanto al 9 SANJOSÉ GIL, A., “El primer tratado de derechos humanos del siglo XXI: la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad”, cit., p. 15: “En este sentido pensamos que las propuestas presentadas por la ONG’s antes citadas requieren, cuanto menos, una reflexión: los Estados Partes, al aceptar la Convención, deberán plantearse si sus legislaciones internas reguladoras de la interrupción del embarazo son realmente discriminatorias en el ejercicio del derecho a la vida en el caso de incluir entre las causas que lo justifican, la existencia de una discapacidad en el feto. No debemos olvidar que, al incluir el artículo 10 la frase de que se “adoptarán las medidas necesarias”, incluida en la definición de “ajustes razonables” (artículo 2) cabría la interpretación de considerar contrarias a la Convención este tipo de leyes de interrupción del embarazo por ser discriminatorias”. 6 Ruiz Bursón - Análisis crítico de la despenalización del aborto eugenésico en España plazo dentro del cual la ley permite que se interrumpa un embarazo por motivos de 10 discapacidad exclusivamente” . Esta misma postura se asume en el Informe del Consejo Fiscal sobre el Anteproyecto 11 de la LOSSRIVE : “Los principios del de la Convención de la ONU son contrarios a la aceptación del llamado aborto eugenésico, practicado para evitar el nacimiento de una persona con discapacidad por considerarlo un supuesto discriminatorio que parte de la presunción de que la vida de una persona con discapacidad es inferior el valor al de una persona sin discapacidad, y por tanto se consiente un trato menos favorable”. Por el contrario el Consejo de Estado, en su Dictamen 1384/2009, de 17 de 12 septiembre , entiende que no resulta inconstitucional la nueva regulación basándose en 13 los siguientes argumentos : - La práctica comparada de las normas, así como la jurisprudencia y doctrina constitucional en la materia acepta el aborto eugenésico, por lo tanto la cuestión debe remitirse a la decisión de cada Estado de acuerdo con las normas de interpretación de los tratados internacionales. - Según la Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1985, de 11 de abril, el feto no es titular del derecho a la vida, luego no cabe aplicarle el art. 10 de la Convención de Nueva York. Sin embargo, entendemos que ninguno de ellos resulta admisible por las siguientes razones: A) Respecto a los criterios hermenéuticos aplicables, el artículo 31.2 del Convenio de Viena sobre el derecho de los tratados, de 23 de mayo de 1969, dispone que la interpretación de los mismos deberá hacerse en primer lugar de acuerdo con el texto, incluido el Preámbulo del propio tratado. La literalidad del 10 Observaciones finales del Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad a los informes aportados por los Estados parte, 19 a 23 de septiembre de 2011, punto 14, p. 2 (http://www.centrodocumentaciondown.com/uploads/documentos/66137d7891a9273a66397c51f99 7b68dd3568719.pdf, visitado del 11 de julio de 2013). 11 Disponible en http://www.abortoinformacionmedica.es/wp-content/uploads/2009/06/15-a-9anteproyecto-906-consejo-fiscal.pdf (visitado el 20 de junio de 2013). En la pág. 24 del Informe se añade: “Lo que está remarcando la Convención es que cuando hay una legislación que prohíbe el aborto porque considera que hay que proteger la vida de la persona por nacer, no puede ser que esa misma legislación lo permita en el caso de que sea una persona con discapacidad. A la luz de la misma, no sería admisible una legislación materia de interrupción del embarazo, como la actualmente vigente en España, que despenaliza el aborto en el supuesto de discapacidad del feto (“graves taras físicas o psíquicas”), por constituir un trato desigual por motivos de discapacidad”. 12 Se puede acceder al mismo en la página web del Consejo de http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=CE-D-2009-1384 (leído el 20 de junio de 2013). Estado, 13 Vid. Apartado VII, pp. 41-43, en relación con el aborto eugenésico y la aplicación de la Convención de Nueva York. 7 RGDCDEE 33 (2013) 1-22 Iustel artículo 10 hace referencia al respeto a la vida de todo ser humano, y el artículo 5 señala la obligación de garantizar a las personas con discapacidad una protección legal efectiva e igual que para todas las demás. Asimismo, el Preámbulo declara en su letra a) el reconocimiento de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana y en la h) que cualquier discriminación por razón de discapacidad constituye una vulneración de la dignidad y el valor inherente del ser humano. De estas normas se deriva el principio de protección a todos los seres humanos afectados de discapacidad en términos de igualdad con los restantes, sin que quepa la posibilidad de un trato de inferior tutela basado exclusivamente en dicha circunstancia, lo cual es considerado como discriminatorio. A mayor abundamiento, la interpretación fundada en la práctica ulterior de los Estados sólo puede invocarse como criterio hermenéutico cuando exista acuerdo de todas las partes acerca de la interpretación del Tratado (art. 31.3 b del Convenio de Viena sobre los tratados internacionales), sin que dicha circunstancia concurra ni resulte acreditada en ningún modo. Por lo tanto no cabe su invocación, máxime cuando hay un importante número de países firmantes que no admiten el aborto eugenésico, o bien lo autorizan pero con notables divergencias en cuanto a 14 su extensión y requisitos . Hemos de añadir finalmente que en ningún caso debe admitirse que la práctica de los Estados pueda prevalecer como elemento interpretativo frente a la literalidad de la Convención, so pena de socavar el elemental principio pacta sunt servanda, fundamento de los tratados internacionales. B) De otro lado, no son los tratados internacionales en derechos humanos los que deben adaptarse a las decisiones de los Estados firmantes o de sus altas magistraturas, sino precisamente al contrario: los Estados deben adaptar la normativa e interpretación que desarrollen sobre de derechos fundamentales a los convenios internacionales a los que libremente se adhieran, según la literalidad de los artículos 10.2 CE 15 16 y 4.1 b) de la Convención de Nueva York , éste último 14 Como se desprende de la atenta lectura del Informe del Consejo Fiscal (pp. 9 y 10) y del propio Dictamen del Consejo de Estado, (pp. 19 y 20), no existe una unánime regulación de la IVE en los Estados miembros del Consejo de Europa, ya que existen países con sistema de ley de plazos, otros con despenalización de varios supuestos y, finalmente, algunos que no admiten la despenalización del aborto. Este panorama resulta aún más heterogéneo a nivel mundial, lo cual desvirtúa la supuesta unanimidad respecto a su regulación. 15 Declaración del Tribunal Constitucional 1/2004, de 13 de diciembre (RTC 2004\256), FJ 6: “Es doctrina reiterada de este Tribunal que los tratados y acuerdos internacionales a los que se remite el art. 10.2 de la Constitución «constituyen valiosos criterios hermenéuticos del sentido y alcance de los derechos y libertades que la Constitución reconoce», de suerte que habrán de tomarse en 8 Ruiz Bursón - Análisis crítico de la despenalización del aborto eugenésico en España especialmente aplicable en materia de discapacidad. Lo contrario implicaría precisamente que cada país podría, como mera cuestión de derecho interno, reconocer o regular a su propio antojo los derechos humanos, los cuales disfrutan de un carácter preestatal y rango superior al legislador ordinario (vid. art. 53.1 de la Constitución y su blindaje del contenido esencial de 17 los derechos fundamentales) . Además, en relación con el aborto eugenésico no existe contradicción entre el tratado internacional y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, como más adelante tendremos ocasión de comprobar, a través de una interpretación actualizada de la Sentencia 53/1985. C) Igualmente, la propia literalidad de la Convención de Nueva York desvirtúa el argumento dado por el Consejo de Estado. Sin perjuicio de que el Tribunal Constitucional español considere titular del derecho fundamental a la vida a las personas, excluyendo al nasciturus aunque éste se encuentre tutelado bajo la categoría de bien jurídico protegido por el art 15 18 de nuestra Constitución , el propio art. 10 del Tratado de Nueva York no usa el consideración «para corroborar el sentido y alcance del específico derecho fundamental que... ha reconocido nuestra Constitución» [ STC 292/2000, de 30 de noviembre ( RTC 2000, 292) , F. 8, con referencia, precisamente, a la propia Carta de Niza; también STC 53/2002, de 27 de febrero ( RTC 2002, 53) , F. 3 b)]”, y Sentencia del Tribunal Constitucional 64/1991, de 22 de marzo (RTC 1991\64), FJ 4: “… siendo los textos y acuerdos internacionales del art. 10.2 una fuente interpretativa que contribuye a la mejor identificación del contenido de los derechos cuya tutela se pide a este Tribunal Constitucional”. 16 Según la dicción literal de dicho precepto: “Los Estados Partes se comprometen a asegurar y promover el pleno ejercicio de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con discapacidad sin discriminación alguna por motivos de discapacidad. A tal fin, los Estados Partes se comprometen a: (…) b) Tomar todas las medidas pertinentes, incluidas medidas legislativas, para modificar o derogar leyes, reglamentos, costumbres y prácticas existentes que constituyan discriminación contra las personas con discapacidad”. Igualmente, hemos de reseñar que el Estado español aprobó la Ley 26/2011, de 1 de agosto, y el Real Decreto 1276/2011, de 11 de septiembre, para adaptar la legislación a las disposiciones de la Convención de Nueva York. Confirmando la necesidad de adaptar el derecho interno a los tratados internacionales suscritos, el Preámbulo de dicha ley señala: “España ratificó la Convención y su Protocolo Facultativo el 21 de abril de 2008, y entró en vigor el 3 de mayo de ese mismo año. A partir de este momento, y conforme a lo establecido en el apartado primero del artículo 96 de la Constitución Española de 1978, forma parte del ordenamiento interno, por lo que resulta necesaria la adaptación y modificación de diversas normas para hacer efectivos los derechos que la Convención recoge”. 17 HAALAND MATLARY, J., Derechos humanos depredados. Hacia una dictadura del relativismo, Ed. Cristiandad, Madrid, 2008, p. 29: “Los derechos humanos son pre-políticos en el sentido de que los políticos no deben darlos por sentados a los ciudadanos, sino “descubrirlos” a través de la razón humana como constitutivos del propio ser humano. También son apolíticos porque no son construcciones políticas, sino antropológicas: consecuencia de nuestra naturaleza humana”. 18 Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1985, de 11 de abril, Fundamento Jurídico 5. En mi modesta opinión, esta distinción (titular del derecho/bien jurídico protegido) no es más que un artificio jurídico, carente de fundamento científico, utilizado por el Tribunal Constitucional con el indisimulado propósito de disminuir la tutela jurídica del nasciturus en comparación con la que 9 RGDCDEE 33 (2013) 1-22 Iustel término “persona” sino el más amplio “seres humanos”, dentro del cual tienen plena cabida los embriones y fetos humanos, habida cuenta de que los mismos 19 son concebidos por hombre y mujer y están dotados de ADN humano . La Convención de Nueva York sigue en este sentido la estela de la Convención sobre los Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1989. En el Preámbulo de ésta última se establece: “…el niño debido a su inmadurez física y mental, necesita protección y cuidados especiales, incluyendo la apropiada atención legal, antes y después de nacer”, y su artículo 24 (d) obliga a los Estados signatarios a adoptar las medidas que resulten necesarias para “asegurar atención sanitaria disfrutan los restantes seres humanos. En este mismo sentido se pronuncia RODRÍGUEZ DUPLA, L., “Sobre el fundamento de los derechos humanos”, Salmanticensis, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Salamanca, nº 43, 1996, pp. 63-64: “Asistimos al triste espectáculo de una civilización que, al mismo tiempo que reivindica derechos individuales cada vez más amplios, socava esa misma pretensión al mostrarse permisiva con atentados al bien más básico: la vida humana. Además, esta actitud implica una flagrante tergiversación del sentido de los derechos humanos. Ya no se entienden como derechos morales universales, como derechos que asisten a todos los seres humanos sin restricción y con independencia de su reconocimiento positivo, sino como graciosas concesiones de unos hombres a otros, sujetas al cumplimiento de condiciones empíricamente comprobables, como el contar ya con algunas semanas de vida (…) A una lesión tan grave de los derechos del hombre no puede por menos de seguirle un imparable proceso de metástasis. Los hechos ya han empezado a confirmar este temor. Peter Singer, uno de los filósofos morales más célebres de nuestro tiempo, no sólo defiende el aborto, sino que se muestra partidario del infanticidio”. 19 A este respecto, no podemos compartir la postura sostenida por SANJOSÉ GIL, A., “El primer tratado de derechos humanos del siglo XXI: la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad”, cit., p. 15, quien entiende que la aplicación del artículo 10 de la Convención dependerá de la consideración que en cada Estado se dé al nasciturus como persona en su derecho interno. Ello implicaría ir en contra de la literalidad del Tratado, que utiliza el término “ser humano” como sujeto protegido por el derecho a la vida, dentro del cual debe incluirse al embrión en tanto integrante del devenir propio del ser humano, según el fundamento jurídico 5 de la Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1985, de 11 de abril: “a) Que la vida humana es un devenir, un proceso que comienza con la gestación, en el curso de la cual una realidad biológica va tomando corpórea y sensitivamente configuración humana, y que termina en la muerte; es un continuo sometido por efectos del tiempo a cambios cualitativos de naturaleza somática y psíquica que tienen un reflejo en el status jurídico público y privado del sujeto vital. b) Que la gestación ha generado un tertium existencialmente distinto de la madre, aunque alojado en el seno de ésta”. A mayor abundamiento, su consideración como ser humano también resulta de evidencias estrictamente científicas, como expresa el Manifiesto de Madrid de 17 de marzo de 2009, suscrito por un numeroso grupo de científicos, académicos e intelectuales: “b) El cigoto es la primera realidad corporal del ser humano. Tras la constitución del material genético del zigoto, procedente de los núcleos gaméticos materno y paterno, el núcleo resultante es el centro coordinador del desarrollo, que reside en las moléculas de ADN, resultado de la adición de los genes paternos y maternos en una combinación nueva y singular, c) El embrión (desde la fecundación hasta la octava semana) y el feto (a partir de la octava semana) son las primeras fases del desarrollo de un nuevo ser humano y en el claustro materno no forman parte de la sustantividad ni de ningún órgano de la madre, aunque dependa de ésta para su propio desarrollo” (http://derechoavivir.org/declaracion-de-madrid/, consultado el 23 de junio de 2013). En este mismo sentido, CONTRERAS PELÁEZ, F.J., “Por qué la izquierda ataca a la Iglesia”, en CONTRERAS PELÁEZ, F. J., y POOLE, D., Nueva izquierda y cristianismo, Ed. Encuentro, Madrid, 2011, p. 87: “Los progresos de la embriología no cesan de aportar agua al molino pro-vida, testimoniando con rotundidad la existencia de un nuevo ser dotado de un perfil genético único e irrepetible desde el instante mismo de la fecundación (…) O el ser humano es inviolable en todas las etapas de su vida (en la salud y en la enfermedad, en el seno materno y en el lecho de la agonía), o no lo es ninguna”. 10 Ruiz Bursón - Análisis crítico de la despenalización del aborto eugenésico en España prenatal y postnatal apropiada a las madres”. Ambos tratados, de los cuales España es parte, mantienen la protección del ser humano desde el momento de 20 su concepción sin entrar en la artificiosa distinción entre persona y ser humano . A ello hay que añadir que la Convención sobre la eliminación de todas las formas 21 de discriminación de la mujer no utiliza la palabra “aborto” . En definitiva, el régimen establecido respecto a la despenalización del aborto eugenésico por el art. 15 LOSSRIVE resulta contrario a la interdicción de discriminación por discapacidad prevista en el artículo 5 de la Convención de Nueva York y a la tutela del derecho a la vida de los seres humanos reconocida en su artículo 10, razón por la cual vulnera el artículo 96.2 de nuestra Constitución, cuyo tenor literal prohíbe que una ley estatal, por sí sola, pueda derogar el contenido de un tratado internacional ratificado 22 por las Cortes Generales . 3.2. Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1985, de 11 de abril La Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1985, en su Fundamento jurídico 11, letra c), aborda la cuestión de la despenalización del aborto eugenésico regulada en la 23 anterior redacción del art. 417 bis, párrafo tercero, del Código penal de 1973 . 20 Informe del Consejo Fiscal, p. 5, nota 5. 21 Ibídem, p. 5. De todo ello deduce el Consejo Fiscal que no existe en nuestro país ninguna obligación, de acuerdo con los tratados internacionales suscritos, de reconocer un derecho al aborto de la mujer o a despenalizarlo. 22 Vid. nota 5. 23 “c) El número 3 del artículo en cuestión contiene la indicación relativa a la probable existencia de graves taras físicas o psíquicas en el feto. El fundamento de este supuesto, que incluye verdaderos casos límite se encuentra en la consideración de que el recurso a la sanción penal entrañaría la imposición de una conducta que excede de la que normalmente es exigible a la madre y a la familia. La afirmación anterior tiene en cuenta la situación excepcional en que se encuentran los padres, y especialmente la madre, agravada en muchos casos por la insuficiencia de prestaciones estatales y sociales que contribuyan de modo significativo a paliar en el aspecto asistencial la situación, y a eliminar la inseguridad que inevitablemente ha de angustiar a los padres a cerca de la suerte del afectado por la grave tara en el caso de que les sobreviva. Sobre esta base y las consideraciones que antes hemos efectuados en relación a la exigibilidad de la conducta, entendemos que este supuesto no es inconstitucional. En relación con él y desde la perspectiva constitucional, hemos de poner de manifiesto la conexión que existe entre el desarrollo del artículo 49 de la Constitución -incluido en el capítulo III, «De los principios rectores de la política social y económica», del título I, «De los derechos y deberes fundamentales»- y la protección de la vida del nasciturus comprendida en el artículo 15 de la Constitución. En efecto, en la medida en que se avance en la ejecución de la política preventiva y en la generalización e intensidad de las prestaciones asistenciales que son inherentes al Estado Social (en la línea iniciada por la Ley de 7 de abril de 1982, relativa a los minusválidos, que incluye a los disminuidos profundos, y disposiciones complementarias) contribuirá de modo decisivo a evitar la situación que está en la base de la despenalización”. 11 RGDCDEE 33 (2013) 1-22 Iustel En el mencionado apartado, el Tribunal razona que imponer una sanción penal a la mujer que practique el aborto de un feto con graves taras físicas o psíquicas “entrañaría la imposición de una conducta que excede de la que normalmente es exigible a la madre y a la familia”. Continúa argumentando que la insuficiencia de prestaciones estatales y sociales provoca que el esfuerzo asistencial que se exige frente al concebido sea excesivo, lo cual aparece agravado por la incertidumbre de los padres frente al futuro del afectado por la tara. En definitiva, se estaría basando dicha despenalización en la doctrina de la inexigibilidad de la conducta, tomando en consideración el importante esfuerzo y dedicación que requiere tanto para la familia como la madre el nacimiento de un discapacitado y la falta de ayuda social e institucional ante dicha circunstancia. No obstante, en el último párrafo se realiza por el supremo intérprete constitucional una interesante aclaración: la protección a la vida del nasciturus, tutelada en el artículo 15, debe conectarse con el art. 49 de la Carta Magna, de forma que una vez se haya avanzado en la política preventiva y en las prestaciones inherentes al Estado social, solemnemente proclamado en el artículo 1 de la Constitución, procederá “evitar la 24 situación que está en la base de la despenalización” . En este sentido, el Tribunal manifiesta que el supuesto de despenalización en el caso de aborto eugenésico está sujeto a una auténtica “condición resolutoria”, según la denomina el recurso de inconstitucionalidad del Grupo Popular a la Ley Aído 25 . La despenalización sólo tiene sentido en cuanto la conducta consistente en la educación y crianza de una persona con discapacidad suponga una carga excesiva para su familia, lo cual se encuentra íntimamente relacionado con las prestaciones y avances que las Administraciones públicas, en cumplimiento del encargo de constituir España en un Estado social y democrático de Derecho, puedan proporcionar a los interesados de 24 SANJOSÉ GIL, A. y CARDONA LLORENS, G., Informe sobre la inconstitucionalidad del supuesto de “aborto eugenésico” previsto en la Ley orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo para el Foro de Vida Independiente, cit., p. 5: “Sin duda, esta afirmación del Tribunal es una genuina expresión de la concepción “médica” de la discapacidad que considera la diversidad funcional de las personas como un “problema”, que constituye una “carga” para ellas y sus familias, que debe intentar ser mitigada o, si es posible, solucionada a través de “políticas sociales”. Como intentaremos demostrar, ese paradigma ha cambiado sustancialmente en la actualidad”. Un estudio extenso de la evolución de los distintos modelos de tratamiento de los discapacitados, desde el antiguo “médico” hasta el actualmente vigente “social” y de “los derechos” se expone en SEOANE, J. A., “¿Qué es una persona con discapacidad?”, Ágora, vol. 30, nº 1, 2011, pp. 146-155, y CARDONA LLORENS, J. y SANJOSÉ GIL, A., “Un cambio de paradigma en la protección de los derechos humanos: la Convención de 2006 sobre los derechos de las personas con discapacidad”, en AA. VV. (Sanz, S. y Ferrer, J., eds.), Protección de personas y grupos vulnerables. Especial referencia al derecho internacional y europeo, Ed. Tirant lo Blanch, Valencia 2008, pp. 175 y ss. 25 12 Motivo Tercero, 2, I y II, págs. 58 y 59. Ruiz Bursón - Análisis crítico de la despenalización del aborto eugenésico en España manera que puedan atender las necesidades del nacido discapacitado sin desamparo ni esfuerzos extraordinarios. En el momento actual, nuestra nación ha desarrollado un cuerpo normativo y prestacional de especial trascendencia en relación a la atención de las personas discapacitadas que, más allá de la literalidad de la Convención de Nueva York, se 26 concreta en una extensa panoplia de normas y prestaciones . Entre las mismas reviste singular importancia la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de promoción personal de la 27 autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia . En ella se configura como un derecho subjetivo de los ciudadanos la promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia, mediante la creación de un Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (art. 1.1 y 4.1), lo cual implica el acceso a las prestaciones y servicios fijados en esta norma (arts. 14 a 20). De esta manera se configura el llamado “cuarto pilar del sistema del bienestar” (Exposición de motivos, 2) en el que las situaciones de dependencia que afectan a las personas discapacitadas se encuentran plenamente atendidas como expresión del Estado social. Ante tal panorama legislativo, resulta meridianamente claro que se ha cumplido la condición resolutoria que planteaba el Tribunal Constitucional. Ya no cabe alegar, con carácter general, la inexigibilidad de la conducta por resultar sobrehumano el esfuerzo que se pide a la madre y los familiares al carecer de asistencia social, puesto que la misma se encuentra garantizada por ley y articulada a través de un sistema de prestaciones sociales cuya gestión, en última instancia, se lleva a cabo por las diferentes 28 Administraciones Públicas . Por tanto, el desarrollo del Estado social conlleva que la despenalización del aborto eugenésico no resulte admisible en la actualidad, a la vista de los derechos y las prestaciones garantizadas a las personas dependientes y a sus cuidadores y familiares. 26 Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de Igualdad de Oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad. Con un carácter más sectorial, también podemos mencionar, entre otras, la Ley 53/2003, de 10 de diciembre, sobre empleo público de discapacitados, y Real Decreto 2271/2004, de 3 de diciembre, por el que se regula el acceso al empleo público y la provisión de puestos de trabajo de las personas con discapacidad, Ley 32/2003, de 3 de noviembre, General de Telecomunicaciones y en especial Ley 34/2002, de 11 de julio , de Servicios de la sociedad de la información y de Comercio electrónico y Ley 15/1995, de 30 de mayo, sobre Límites del dominio sobre inmuebles para eliminar barreras arquitectónicas a las personas con discapacidad. 27 NAVARRO-VALLS, R., “Análisis jurídico del proyecto de Ley del Aborto”, RGDCEE, nº 22, Ed. Iustel, Madrid, 2010, p. 19. 28 NAVARRO-VALLS, R., ibídem, pp. 18-19: “De ahí la conveniencia de la revisión del alcance de la indicación eugenésica, esto es, de su fundamento penológico en la doctrina de la inexigibilidad, pues, ciertamente, no resulta difícil detectar una cierta contradicción entre las previsiones del Proyecto en este punto y la obligación que, a los poderes públicos, impone el artículo 4 de la Ley 39/2006, como garantes de los derechos humanos y libertades fundamentales —en consecuencia, también del derecho a la vida— de que son titulares los discapacitados”. 13 RGDCDEE 33 (2013) 1-22 Iustel A ello habría que añadir el cambio de paradigma normativo sobre la discapacidad, que ha pasado de considerarse una patología o “carga” familiar a entenderse como una manifestación de la diversidad propia de los seres humanos, la cual requiere una respuesta adecuada de la sociedad para el pleno desarrollo de estas personas. Sin embargo, en lugar de proceder a la lógica eliminación de la despenalización del aborto eugenésico al desaparecer la inexigibilidad de la conducta, dando así cumplimiento a la jurisprudencia constitucional, la LOSSRIVE ha optado por ampliar el ámbito de estas interrupciones voluntarias del embarazo. Dicha solución normativa es, a nuestro juicio, abiertamente inconstitucional. 3.3. Constitución española Las vulneraciones directas de la Constitución por la vigente regulación sobre el aborto eugenésico serían las siguientes: atentado contra la tutela jurídica del nasciturus (art. 15 CE), actuación discriminatoria contraria al principio de igualdad ante la ley (art. 14 CE en relación con art. 49 CE) e infracción del principio de seguridad jurídica (art. 9.3 CE). 3.3.1. Tutela jurídica del nasciturus El nasciturus, según señala la Sentencia del Tribunal Constitucional 53/1985, de 11 de abril, constituye un bien jurídico protegido por el art. 15 de la CE y sólo en aquellos casos en que exista un grave conflicto de intereses entre su defensa y otros derechos como la vida o la dignidad de la madre cabría la posibilidad de despenalizarlo, de ahí la necesidad de ponderar los bienes y derechos en juego sin que ninguno de ellos tenga un carácter absoluto. A ello habría que añadir los principios de razonable exigibilidad de la 29 conducta y proporcionalidad de la pena . Como ya hemos expuesto, es precisamente en el aborto eugenésico donde entra en juego la inexigibilidad de la conducta de la madre y de la familia, entendiendo el Tribunal que ante una situación embrionaria del Estado social, sin prestaciones ni infraestructuras 30 adecuadas para asistir al discapacitado, no cabía exigir a la madre que dé a luz al hijo . 29 30 Fundamentos jurídicos 7 y 9. Fundamento jurídico 9: “(…) Por otra parte, el legislador, que ha de tener siempre presente la razonable exigibilidad de una conducta y la proporcionalidad de la pena en caso de incumplimiento, puede también renunciar a la sanción penal de una conducta que objetivamente pudiera representar una carga insoportable, sin perjuicio de que, en su caso, siga subsistiendo el deber de protección del Estado respecto del bien jurídico en otros ámbitos. Las Leyes humanas contienen patrones de conducta en los que, en general, encajan los casos normales, pero existen situaciones singulares o excepcionales en las que castigar penalmente el incumplimiento de la Ley resultaría totalmente inadecuado; el legislador no puede emplear la máxima constricción -la sanción penal- para imponer en estos casos la conducta que normalmente sería exigible pero que no lo es en ciertos supuestos concretos”. 14 Ruiz Bursón - Análisis crítico de la despenalización del aborto eugenésico en España No obstante, dicha situación ha cambiado notablemente tras veintiocho años, en los cuales se ha consolidado una importante red asistencial pública que incluye derechos, prestaciones y servicios así como numerosas entidades sin ánimo de lucro con las que la sociedad civil atiende a las necesidades de estas personas. Como consecuencia de ello, desaparece la razonable inexigibilidad ya que el discapacitado y su familia goza de un amplio apoyo social, lo que hace que el bien jurídico del nasciturus deba prevalecer en esta situación de conflicto al atenuarse de una manera esencial, si no total, el déficit asistencial que se menciona en el Fundamento 11 de la Sentencia 53/1985. Ello implica que en el dilema entre dos intereses, proteger la vida del nasciturus o inexigibilidad de la obligación de la madre y la familia de dejarle nacer y criarlo, debe ser preferido el primero, ya que las prestaciones públicas y la conciencia social han progresado hasta el extremo de que dicha conducta es plenamente asumible en el contexto de una sociedad moderna y desarrollada, como la española en el siglo XXI. 3.3.2. Discriminación por circunstancias personales o sociales Respecto a la discriminación inherente a la posibilidad de abortar fetos con diagnóstico de una posible discapacidad en unos plazos más amplios que los señalados para el resto, la misma provoca una evidente vulneración del artículo 14 de nuestra Carta 31 Magna . Este precepto declara que todos los españoles son iguales ante la ley sin que pueda prevalecer ninguna discriminación por razón -entre otros motivos- de cualquier circunstancia personal y social; dentro de las cuales se encuentran la discapacidad, que recibe además una tutela específica en el artículo 49 CE, dentro del Capítulo III, Título I, dedicado a los Principios rectores de la política económica y social. Pero es que, igualmente, esta discriminación debe confrontarse con la interpretación conjunta del citado artículo 14 CE con el 5 de la Convención de Nueva York, ya que dicho tratado constituye uno de los cánones interpretativos de los derechos 32 fundamentales y libertades según el artículo 10.2 CE . En este sentido, cabe concluir 31 Según la propuesta de Informe para el Consejo General del Poder Judicial, finalmente no aprobada, elaborada por los vocales Sres. Fernández-Carnicero González y Espejel: “una desprotección en términos absolutos del ‘nasciturus’ afectado por anomalías graves puede considerarse una vulneración del principio de igualdad y no discriminación que establece el art. 14 de nuestra Constitución, y por supuesto del principio de dignidad humana que el art. 10 CE sitúa como pórtico de los derechos fundamentales y presupuesto del orden político y la paz social” (referenciado en NAVARRO-VALLS, R., “Análisis jurídico del proyecto de Ley del Aborto”, cit., pp. 18-19). 32 SANJOSÉ GIL, A. y CARDONA LLORENS, G., Informe sobre la inconstitucionalidad del supuesto de “aborto eugenésico” previsto en la Ley orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo para el Foro de Vida Independiente, cit., p. 13: “Al obligar a los Estados a prohibir cualquier discriminación, el artículo 5 constituye una herramienta específica para combatir la discriminación basada en la discapacidad. El artículo 5 no se vincula a la vulneración de ningún otro derecho de la Convención, reconociendo el principio de no 15 RGDCDEE 33 (2013) 1-22 Iustel que cualquier tutela jurídica que se proporcione a un individuo y de la que carezca otro 33 discapacitado vulneraría directamente el principio de igualdad ante la ley . En resumen, se trataría de evitar que existan ciudadanos de primera y segunda clase, que es lo que posibilita el artículo 15 b) y c) de la LOSSRIVE, al dejar más desprotegido al feto discapacitado que al que no lo es, atentando consiguientemente contra la 34 dignidad humana . Y es que, en el fondo, la vigente regulación ignora el pilar básico de la estructura de los derechos humanos, proclamado solemnemente en la Carta de las Naciones Unidas: “…el reconocimiento de la dignidad y el valor inalienables y de los derechos iguales e 35 inalienables de todos los miembros de la familia humana” . Los derechos humanos tienen un carácter previo y legitimador respecto al Estado y al derecho positivo, al tener su base en la dignidad inherente al género humano, y no pueden ser conculcados por ninguna norma, por muy correcta que sea su aprobación 36 desde el punto de vista estrictamente formal . Así resulta del propio artículo 10.1 CE, el cual proclama solemnemente que la dignidad de la persona y los derechos inalienables que le son inherentes constituyen el fundamento del orden público y la paz social. discriminación por razón de discapacidad como principio autónomo e independiente. A la luz de todas estas consideraciones, creemos que puede afirmarse que el reconocimiento del aborto eugenésico previsto en los apartados b) y c) del artículo 15 de la Ley 2/2010 supone una violación manifiesta del principio constitucional de no discriminación conforme a la interpretación dada por el propio TC español y a la luz de los Tratados internacionales ratificados por España sobre la materia que, conforme al art. 10.2 de la Constitución deben ser utilizados para interpretar los derechos y libertades fundamentales establecidos en la misma”. 33 Artículo 2 de la Convención de Nueva York sobre los derechos de las personas con discapacidad: “Por «discriminación por motivos de discapacidad» se entenderá cualquier distinción, exclusión o restricción por motivos de discapacidad que tenga el propósito o el efecto de obstaculizar o dejar sin efecto el reconocimiento, goce o ejercicio, en igualdad de condiciones, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales en los ámbitos político, económico, social, cultural, civil o de otro tipo”. 34 En idéntico sentido se pronuncian el Informe del Consejo Fiscal, al examinar la constitucionalidad del art. 15 del Anteproyecto (pp. 24 a 27), el recurso de inconstitucionalidad presentado por el Grupo parlamentario popular y el Informe elaborado para el Foro de Vida Independiente (p. 13). 35 CONTRERAS PELÁEZ, F. J., “Por qué la izquierda ataca a la Iglesia”, en CONTRERAS PELÁEZ, F. J., y POOLE, D., Nueva izquierda y cristianismo, cit., p. 62: “A mi modo de ver, esta relativización de la dignidad humana (que la hace depender del tamaño, del grado de desarrollo o el estado de salud del sujeto) revela la impotencia de la antropología materialista para dar razón de la sacralidad de la vida humana y, más genéricamente, de los derechos humanos”. 36 HAALAND MATLARY, J., Derechos humanos depredados. Hacia una dictadura del relativismo, cit., p. 28: “La intención de los autores de la Declaración [Universal de los Derechos Humanos] fue reflejar en un documentos solemne la visión de la dignidad humana que podía recogerse a partir de un análisis honesto, a través de la razón y la experiencia, de lo que es un ser humano. Por tanto, explicitaron que “esos derechos son inviolables e inherentes”. En otras palabras, que nadie, ni siquiera los políticos, puede modificar estos derechos, porque son innatos, pertenecen a todos los seres humanos por nacimiento, por el hechos de ser humanos”. 16 Ruiz Bursón - Análisis crítico de la despenalización del aborto eugenésico en España 3.3.3. Lesión del principio de seguridad jurídica Finalmente, cabe reseñar la concurrencia de una evidente vulneración de la 37 seguridad jurídica . Ello se debe a la inexactitud y el carácter excesivamente genérico 38 de los términos empleados en la despenalización del aborto eugenésico . El uso de expresiones tales como “anomalías graves”, “anomalía incompatible con la vida” o “enfermedad extremadamente grave e incurable”, deja finalmente al arbitrio de uno, dos o tres especialistas la posibilidad de encajar en ellos los más amplios supuestos, lo cual haría ilusoria la tutela jurídica del nasciturus que prevé el artículo 15 de la CE y reitera el 39 Tribunal Constitucional . En una cuestión que afecta a un derecho fundamental troncal deben extremarse tanto las garantías como la precisión terminológica, ya que lo contrario 37 Declaración de la Organización Médica Colegial sobre el Proyecto de Ley de la Salud Sexual y Reproductiva (Ley del Aborto) de 11 de diciembre de 2009, Punto Tercero: “Los médicos rechazamos que se utilice el argumento de que la nueva Ley les dotará de una mayor seguridad jurídica a la hora de realizar una interrupción voluntaria del embarazo, ya que no se ajusta a la verdad. Ni los médicos y menos aún el nasciturus, estarán mejor protegidos que con la ley anterior” (https://www.cgcom.es/noticias/2009/12/09_12_16_ley_aborto, visitado el 22 de junio de 2013). 38 Paradójicamente, la Exposición de Motivos de la Ley Orgánica 2/2010 señala al principio de su Apartado II: “(…) procurando siempre [el legislador] que la innovación normativa genere certeza y seguridad en las personas a quien se destina, pues la libertad sólo rencuentra refugio en el suelo firme de la claridad y precisión de la ley”. La falta de rigor terminológico de esta ley también ha sido denunciada en el Informe del Consejo Fiscal, pp. 21 y 25 y por el Consejo de Estado en los Apartados XII y XIII de su Dictamen nº 1344/2009. En relación con la vaguedad de las expresiones utilizadas por la Ley Aído a lo largo de su articulado, vid. RUIZ BURSÓN, F. J., “La regulación de la objeción de conciencia en la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo”, Persona y Derecho, nº 63, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, Pamplona, 2012, nota 42, p. 180, y pp. 184, 192, 193 y 195. De forma más concreta, acerca del abuso de los conceptos jurídicos indeterminados en el aborto eugenésico, NAVARRO-VALLS, R., “Análisis jurídico del Proyecto de Ley del Aborto”, cit., p. 11: “La expresión “enfermedad extremadamente grave e incurable” en el feto, empleada en el artículo 15.c) del Anteproyecto y en la que se residencia uno de los supuestos de interrupción voluntaria del embarazo por causas médicas, inmune a la sanción penal, ¿qué supuestos comprende exactamente? ¿Debe tratarse de enfermedades con un pronóstico irremediablemente fatal a corto plazo? ¿O puede tratarse también de enfermedades que, sin ese pronóstico, impidan de manera definitiva la vida consciente e independiente?”. 39 Recurso de inconstitucionalidad del Grupo popular, Motivo Tercero 3, I, págs. 61-62: “(…) pero la cuestión es definir qué se entiende por anomalía y cuándo ésta es grave, porque de cuál sea el contenido de estos términos depende ni más ni menos la posibilidad de ser protegido por el Estado o no, y de eso nada dice la Ley Orgánica 2/2010, por lo que genera una absoluta inseguridad que se traduce en desprotección para el nasciturus”. En el mismo sentido se pronuncia GONZÁLEZVARAS IBÁÑEZ, A., “Aspectos ético-jurídicos de la regulación del aborto en España. Estudio realizado a partir de la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de Salud sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del embarazo”, RGDEE, nº 23, Ed. Iustel, Madrid, 2010, p. 11: “En efecto, afirmar que una mujer puede solicitar la interrupción voluntaria del embarazo cuando exista grave riesgo para su vida o salud es prácticamente lo mismo que dejarlo libre durante ese período de tiempo. No es una conclusión forzada si tenemos en cuenta que “salud” significa, según la propia ley, “el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Estamos, por tanto, ante un término cuyo contenido rellena la mujer embarazada según estime oportuno. El establecimiento de esta primera indicación concluye en establecer un nuevo plazo, más dilatado que el general, para obtener de un modo voluntario y libre la práctica del aborto”. 17 RGDCDEE 33 (2013) 1-22 Iustel supone abrir una auténtica “puerta falsa” que facilita una vulneración fraudulenta de la 40 legislación protectora de un bien tan preciado como la vida humana . A mayor abundamiento, incluso se prevén supuestos lingüísticamente contradictorios, pues si un feto tuviera una anomalía incompatible con la vida (art. 15 c LOSSRIVE), simplemente no podría vivir, ni dentro ni fuera de la madre. Esta inseguridad jurídica permite incluir en el ámbito despenalizado supuestos como los de ceguera, sordera, síndrome de Down, enanismo o falta de extremidades superiores o inferiores, en los cuales la enfermedad puede ser grave e incurable pero no impide una aceptable calidad de vida e incluso una relativa autonomía personal durante 41 un período de tiempo muy prolongado , por lo que nuevamente se conculcaría el principio de inexigibilidad de conducta fijada por el Tribunal Constitucional como criterio básico para admitir la despenalización en estos supuestos. Asimismo, la amplitud de los casos regulados llega hasta el extremo de no exigir un diagnóstico cierto, sino simplemente un riesgo, lo cual no deja de ser un término estadístico muy impreciso, al no fijar el porcentaje del mismo ni los criterios de acreditación. Al respecto, el Informe del Consejo Fiscal manifiesta dudas acerca de la constitucionalidad de esta redacción, entendiendo que no se produce una optimización de las garantías legalmente exigibles para la protección del nasciturus, sobre todo cuando nos encontramos ante el ámbito de protección penal caracterizado por el principio de tipicidad, el cual exige una concreción rigurosa de la literalidad de la norma 40 Habida cuenta de la experiencia práctica desde el año 1985, cabe concluir que la tutela del nasciturus fijada por la doctrina constitucional ha sido incumplida de forma sistemática. Según resulta del análisis de los datos oficiales del Ministerio de Sanidad, ello ha tenido lugar, principalmente, mediante el abuso del discutido y discutible supuesto de “salud psíquica de la madre”, concepto excesivamente vago y de difícil control respecto a su existencia real. Concretamente, las estadísticas de IVE de 2009 (http://www.msssi.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/docs/publicacionIVEcompleto _2009.pdf, visitado el 21 de julio de 2013) arrojan una cifra anual de 111.482 abortos, de los cuales 107.846 (96,74 % del total) fueron realizados alegando protección de la “salud de la madre”, a ello debemos añadir que desde el año 2000 el porcentaje de este supuesto de IVE nunca fue inferior al 96 %, frente a una media del 3 % para los abortos eugenésicos (Tabla EV.4, p. 20). Respecto a la inobservancia de la legislación en materia de aborto desde 1985, se han pronunciado GONZÁLEZVARAS IBÁÑEZ, S., “Aspectos ético-jurídicos de la regulación del aborto en España. Estudio realizado a partir de la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de Salud sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del embarazo”, cit., p. 5: “La legislación hasta ahora vigente en esta materia mostraba un contenido determinado que, en lugar de ocasionar inseguridad jurídica, más bien se obviaba y no se cumplía”, el Dictamen nº 1384/2009, de 17 de septiembre, del Consejo de Estado, Cap. II, p. 17, señalando que la aplicación de la ley de 1985, debido entre otras razones a su laxa interpretación, “ha llevado en España a una indeseable situación de aborto libre cuando no arbitrario” y “ha hecho de España un paraíso del turismo abortista y el lugar donde más crece el número de abortos de la Unión Europea”, y el Informe del Consejo Fiscal, I, p. 10, identifica la posibilidad de abortar en casos de “riesgo psicológico para la madre” como el principal defecto de nuestra legislación. 41 18 Informe del Consejo Fiscal, p. 26. Ruiz Bursón - Análisis crítico de la despenalización del aborto eugenésico en España 42 huyendo de conceptos jurídicos indeterminados . El mismo criterio se refleja en el recurso de inconstitucionalidad presentado por el Grupo parlamentario popular. Por su parte, el Consejo de Estado manifiesta su discrepancia al sustituir el término “taras” por 43 el más impreciso de “anomalías” . IV.- CONCLUSIONES - La despenalización del aborto eugenésico se encuentra actualmente regulada en el artículo 15, párrafos b) y c) de la LOSSRIVE, comprendiendo los supuestos de anomalías graves del feto, anomalías fetales incompatibles con la vida y enfermedades extremadamente graves e incurables del feto. - El régimen previsto para esta tipología de IVE es más amplio que el anteriormente recogido en la Ley Orgánica 5/1985, tanto respecto a los supuestos despenalizados como en cuanto al plazo para su ejercicio, ya que en dos casos -anomalías incompatibles con la vida y enfermedad extremadamente grave e incurable- no tienen límite hasta el momento del nacimiento, y en el primero de ellos sólo se exige el dictamen favorable de un solo facultativo. - La regulación del aborto eugenésico prevista por la Ley Aído, al ampliar los plazos y flexibilizar los requisitos para la IVE de fetos con riesgo o diagnóstico de discapacidad, está en abierta contradicción con instrumentos de Derecho internacional ratificados por España, concretamente la Convención de Nueva York para la protección de derechos para las personas con discapacidad, en sus artículos 5 (Igualdad de trato) y 10 (Derecho a la vida). Consecuentemente, se vulnera el art. 96.2 de la Constitución, ya que no se puede derogar unilateralmente, mediante una ley estatal, Tratados internacionales suscritos por el Estado español y autorizados por las Cortes Generales. - La despenalización del aborto por razones eugenésicas no es compatible la doctrina de la Sentencia 53/1985, de 11 de abril, del Tribunal Constitucional, que sólo lo admite en tanto la familia y la madre carezca de las prestaciones y servicios necesarios para la crianza de la persona discapacitada. El grado de desarrollo actual del Estado social y, concretamente, el Sistema de Atención a la Dependencia creado por la Ley 39/2006 hacen que desaparezca la inexigibilidad razonable de la conducta, constituyendo en la actualidad una situación 42 decisivamente paliada -si no superada- por el paquete de Informe del Consejo Fiscal, p. 26. 43 Dictamen del Consejo de Estado nº 1384/2009, de 17 de septiembre, Cap. VII, p. 43: “Por el contrario, el supuesto del artículo 15 b), puede plantear mayores problemas. No aparece adecuado sustituir el término “taras” utilizado en la Ley Orgánica 5/1985, de 5 de julio, por el de “anomalías”, más amplio e indeterminado, que sí tiene sentido y determinación por su declarada incompatibilidad con la vida en el apartado c) del mismo artículo”. 19 RGDCDEE 33 (2013) 1-22 Iustel medidas y ayudas públicas y privadas a las que puede acudir la familia ante la nacimiento de personas discapacitadas. - Además, la vigente normativa del aborto por anomalías o enfermedades del feto resulta contraria a varios preceptos constitucionales. Concretamente se incumple la prohibición de discriminación por circunstancias personales o sociales, al crear dos tipos de protección distintas según concurra en el feto riesgo o no de discapacidad (art. 14 en relación con art. 49); la tutela del derecho a la vida del nasciturus como bien jurídico protegido, al no concurrir inexigibilidad de conducta (art. 15); y el principio de seguridad jurídica, debido a la inconcreción y excesiva amplitud de la terminología empleada en los supuestos despenalizados (art. 9.3). - Ante las expresadas vulneraciones de la Carta Magna, la jurisprudencia constitucional y los tratados internacionales, derivadas de la actual regulación del aborto eugenésico contenida en el art. 15 de la LOSSRIVE, se entiende procedente su derogación y la completa eliminación de este supuesto despenalizador en nuestro ordenamiento jurídico, proporcionando así una efectiva tutela del nasciturus al amparo del artículo 15 de nuestra Constitución y evitando cualquier discriminación por motivos de discapacidad. 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