Ir -II II L r ‘ 11;1] ej ére ib’ REVISTA ILUSTRAD/U LAS ARMASY SERVIC!7 ‘5 MINISTERIODELEJER‘ -;0] ¿-1 —I -1! 1’.. r ejército REVISTAILUSTRADA DE LASARMASY SERVICIOS Madrid, Abril 1959 Aíio XX Núm. 231 — — “Depósito Legal”: M. 1633-1958. SUMARIO ¿Qué es la Pirología? (Pág. 3)—Teniente Coronel Blanco García. La acción de España en Marruecos. (Pág. 7)—Coronel Allendesalazar y Bernar. Sobre la alimentación del 15)—Teniente Coronel Trigueros Peialver. El Servicio de Ordnance en Campaña del Ejército de los EE. UU. y sus analogías con nuestro Servicio deArtillería. (Pág. 21.)—-Comandantes López-Francos Sanz y Gómez Martín. No mas, sino mejor. (Pág. 29.)—Comandante Pinlla Soliveres. Paracaidismo-La moral del 5lt0 (Pág. 33.)—Capitán Martínez Pariente. El Grupo de combate, (Problemas derivados de estas u&dades). (Pág. 39)—Capitán Sanfeliz Permanyer. (ilinnasia educativa-Nuevos saltos combinados. (Pág. 43)—Capitán Villalba y Sánchez de Ocaña. - Información e Ideas y Reflexiones Orientacones sobre la dirección económico-financiera de los estableciwiieutos mi1iares. (Pág. 48)—Mayor Bossoni. (Traducción del Coronel Chamorro Martínez.) Nuevas cuestiones para los mandos lácticos en la guerra atómca. (Pág. 50.1—Teniente Coronel W. Milbery. La (Traducción del Teniente Coronel Mateo Marcos.) Cómo es una base aérea norteamericana.-L’os seryjcios.(Pág. 53)—Santiago Jover dc Castro. form;acónF de conduc.ores en el Ejército belga. (Pag. b/.)—De la publicación belga “L’Armge la Na tion”. (Traducción del Capitán Rodríguez Toquero.) Actuación del Ejército en Ribadelago. (Pág. 60)—Capitán Lorente Talarnás. Notas sobre pro.yeciles autopropulsados. (Pag. 62)—Comandante Ory y otros autores. La División de proyectiles cohetes. (Pag. 68.)—’ieniente Coronel C. Beaumont. (Traduc ción del Comandante de Benito de Sola.) La expansión económica de. España.. (Pag. 70)—Paul Benard. (Traducción del Teniente Coronel Noltas breves. Ariza García.) —(Pág. 74)—Notas sobre el nuevo avión de Intercepción inglés SR177.—Perros para la guerra atómica. El cine en el Ejército argentino—Las costosisimas armas modernas—Las Fuerzas Arinadas norte americanas para 1959-1960. El gofliómetro de pieza M-I-2A-7K. (Pág. /‘74—Capitdn Gallardo Ruano, Para los que olvidan la Historia. f’a.g. 80. (—General Drexel Biddle. (Traducción Desarrollo de la actividad del Comandante Alonso Iitarra.) española. (Pag. 82.1—Teniente Coronel Rey de Pablo-Blanco.;1] Las ideas contenidasen los trabajos de esta Revista representanúnicam la opinióndel respectivofirmante y no la doctrinade los organismosofici Redaccióny Administración Alcalá, 18, 30 - MADRID Teéf 22-52-54 Apartado de Corre - - MINISTERIODELEJERCITO OjéreitÓ REVISTA ILUSTRADADE LAS ARMAS Y SERVICIOS ALFONSO D IR E CT OB FERNÁNDEZ, Coronel de E. M. JEFE DE REDACCIÓN General de Brigada, Excmo. Sr. D. José Díaz de Villegas, Director General de Plazas y Provincias Africanas, REDAC TORES General de Brigada, Excmo. Sr. D. Gonzalo Peña Muñoz, del Consejo Supremo de Justicia Militar. General de Artillería, D. Ramón Carmona Pérez de Vera, de la E. de Aplicación y T. de Artillería. Coronel de Artillería, del S. de E. M., D. José Fernandez Ferrer, de la Escuela Superior del Ejército. Coronel de Infantería, D. Vicente Morales Morales, del Estado Mayor Central. Coronel de E. M., D. Manuel Chamurro Martínez, de la Dirección General de Transportes. Coronel de Infanteria, del S. de E. M., D. Alfonsio Romero de Arcos, Director de la Academia Au xiliar Militar. Coronel Interventor, D. José Bercial Esteban, de la Revista EJÉRCITO. Tte. Coroni Ingeniero de Armamento, D. Pedro Salvador Elizondo, de la Direc. Gral, de IaTdustria. Tte. Coronel de Artillería, del Servicio de E. M. de los E.E. de Tierra y Aire, D. Juan Mateo Mar cos, de la Escuela Superior del Ejército / Tte. Coronel de Ingenieros, del S. de E. M., D. José Casas y Ruiz del Arbol, del E. Mayor Central. Tte. Coronel de Infantería, del S. de E. M., D. Narciso Ariza García, de la Escuela Superior del Ejército. Tte. Coronel de Intendencia, D. José Rey de Pablo Blanco, de la Dirección General de Reclutamiento y Personal. PUBLICACION MENSUAL Redacción y Teléfono Administración: M A D R 1 D, Alcalá, 54 Correspondencia, Apartado de Correos 317 PRECIOS Para militares en suscripción Para militares en Para el pÑbliico en Para el extranjero Número suelto del Número Correspondencia i8, 4. 2252 colectiva DE ADQUISIcJON por intermedio de los Cuerpos. suscripción particular (por semestres adelantados) general por suscripción anual150,00 en suscripción anual300,00 mes corriente12,00 8,50 Ptas. ejemplar. 60,00 “ atrasado15,00 para Correspondencia para co labo ración, al Director. suscripciones, al Administrador, D. Francisco de Mata Díez, Comandante de Infantería. Tte. Coronel del C. 1. A. C. Antonio BLANCO GARCJA, profesor de la Escuela Politécnica del Ejército. La prensa diaria, y las revistas teenicas especia lizadas, han dado mucha notoriedad a la reciente publicación de mi tratado de PIROLOGIA que, a principios del año, ai’in mecanografiado, sirviñ de base para que la FUNDACION JUAN MARCH me galardonara con el premio de “Aplicaciones Técni cas e industria les”. La Revista EJERCITO, en la que me he honrado en colaborar en otras ocasio nes, me ha pedido que conteste a la pregunta que da título a este artículo. Correspondiendo a la in vitacion procedo aflora a informar a mis com pañeros de la gran familia militar de un tema que, aunque esencialmente pacífico, pues defino la PIROLOGIA, como: la ciencia que estudia los ¡un damentos de la utilización racional de los explo sivos en usos industriales. Guarda íntima relación con la técnica militar, como inmediatamente va mos a ver. En mi ya lejanos tiempos de Cadete, al cursar, en la antigua Academia de Artillería la asignatu ra “Pólvoras y Explosivos”, ésta cubría bajo dicho título una química técnica aplicada en la que nos ensenaron las propiedades, fabricación y conserva cion 0e los explosivos. Igual ocurría y sigue ocu rrlenuo uoy dja en todas las Escuelas Técnicas Su periores del mundo. - La aplicación o utilización de los explosivos en las armas ele fuego la estudié en otra disciplina: la Balistica; que ya estaba entonces a envidiable al tura y cuyo progreso fabuloso ha permitido’ ya la colocación en órbita de satélites artificiales y el intento de lanzamiento de proyectiles interpianeta ríos. Lo apretado de los programas escolares hace que, durante el estudio de las carreras, no tenga, el es tudiante que quiera cui’sarlos con aprovechamien to, tiempo más que para estudiar los programas oficiales, ciñéndose a los textos y obras de consulta aconsejados por sus profesores; pensaba yo, en aquellos años de estudiante en Segovia, que, en las Escuelas Técnicas Superiores civiles, de profesio nes en. las que se utilzan los explosivos, se cursa ría una asignatura, homóloga de la bélica Balísti ca, en la que se enseñarían los fundamentos cien tíficos del manejo racional de los explosivos en los usos industriales. Cuando en 1923, al acabar la carrera, mi inquie tud cultural y pasión por los explosivos, me llevó a buscar dicho texto, me encontré con que no exis tía y que, por el contrario, Chalón (Catedrático de explosivos en la Escuela cíe Ingenieros de Minas, de París) se expresaba así, en su obra “Les expio- 3 sives modernes”, que era la más extensa y acredi tada de toda la bibliografía mundial: “La préparation d’une mine qomprend deux ope rations: 1. Le percement d’un trou cte mine. 2. La mise en place de la charge. Or 11n’existe pas de régles précises. Les régles empiriques ont, toutefois, une certaine utilité; mais c’est surtout le raisonnement, basé sur la pratique et l’expérien•ce, qui doit guider le mineur... II n’existe pas de régles precises permetant de determiner les dimensions des trous de mine et, dan la plupart des cas; il convient de laisser cette cletermination a l’initiative et a l’experience du mineur.” Esto es una monstruosidad científica y técnica dei mismo oraen que la que supondría que César Se rrano Giménez, nuestro gran tratadista de tecno logía mecánica, dijera en su obra clásica LABRA MANUAL Y MECANICA DE METALES Y MA DERAS: “Ei nimero de revoluciones del tomo, así como la profundidad y avance de la herramien ta; es decir, la velocidad de corte, base de todos los estudios de tiempos y cálculo de los precios de coste, conviene dejarla a la iniciativa y experien cia del tornero.” O que W. L. Mc CABE y J. C. SMITH, tratadis tas de tecnología química de proyección univer sal, dijeran en su tratado “lJnit Operations of Che nicaL Engineering”: “Las proporciones a emplear de las distintas ma terias primas, la velocidad del agitador y la tem peratura del reactor, conviene confiarlas a la prác tica y experiencia, que debe guiar al operario en sus manipulaciones.” En 1627, un oscuro minero tirolés, cuyo nombre no ha pasado a la bibliografía, dió la primera pe ga, generalizándose inmediatamente el uso de los explosivos en las aplicaciones industriales; pero asombra el que mientras la BALISTICA tiene tal grado de adelanto, que puede afirmarse que nin guna otra ciencia la aventaja, y que, en un plano más modesto, en la Tecnología Mecánica, el tra bajo se ha racionalizado al máximo, en beneficio de la productividad, el empleo •de los explosivos en usos industriales siga siendo rutinario y em pírico, y en la práctica esté confiado a capataces, sin que los directores de las explotaciones inter vengan apenas en asunto de la máxima trascen dencia económica. Pareciéndome absurdo este criterio, derivado del despego que los explosivos han inspirado siçmpre. me propuse—cuando en 1927 me hice cargo de la auxiliaría de la asignatura “Pólvoras y Explósi vos” en la antigua Academia de Artillería y, más concretamente, cuando en 1930, pasé a ser titular de esta Cátedra, en la que sigo hasta el presente, ahora en la Escuela Politécnica—como tema 1un- 4 damental, o de fondo, de mi labor de Profesorado elevar el rango de la Pirotecnia, al carácter de ciencia, creando la PIROLOGIA, que, arrancando de los mismos principios fundamentales que la Balística, fuera, como ésta, racional y rigurosa. El período de 1927 al 1930 es ej de preparación o acopio de datos; d0 1930 a fines de 1949 es el de estudio, investigación y experimentación; en el que, a retazos, voy creando teorías, racionalizando fórmulas empíricas, estableciendo otras nuevas, et cétera, etc., labor que manteno en el silencio, u mnitándome a dar cuenta, en informes reservados, de aquellos puntos que, como ini aportación al conocimiento del maravilloso poder perforante de las cargas huecas o cavitadas, eran de interés para la Defensa Nacional. Desde esa fecha hasta el momento, la feliz cir cunstancia de haber podido montar y dirigir los Laboratorios del C. E. T. M. E. me ha permitido disponer de medios económicos y de elementos de trabajo con que comprobar la veracidad de mis teorías y he podido estructurar éstas en un cuerpo de doctrina orgánico, redactando el primer trata do de PIROLOGIA. Lo mismo que por cada Ingeniero que deba calcu lar y construir una máquina eléctrica (generador o motor) hay por lo menos mil que se limitan a discriminar cuál es la más indicada para un fin determinado, a instalarla y a conducirla acertada mente (es decir, a conectarla y explotarla); asi mismo, por cada Ingeniero que deba fabricar ex plosivos, hay por lo menos mii que han de ceñirse a decidir cuál es el más indicado d0 los qu la in dustria pone a su disposición, para su caso o pro blema particular, explosionándolo con rigor científico, explotarlo adecuadamente..., porque to dos los problemas que se nos confían a los Inge nieros son, en último extremo, problemas econó micos; que en esto es en lo que, esencialmente, nos diferenciamos del cien tífico puro. Aunque como digo humorísticamente a mis alum nos de la Escuela Politécnica, la bibliografía de ex plosivos es “profusa, confusa y difusa”, cualquier técnico puede encontrar descritos los métodos in dustriales de obtención de los explosivos y puede aspirar a ser un excelente director de una fábri ca de dinamita, pongo por caso, con criterio sufi ciente para decidir con acierto entre las ventajas e inconvenientes de los métodos continuos y dis continuos, en la preparación de la nitroglicerina y los otros aceites explosivos que se utilizan en las dinamitas..., todo lo cual le tiene completamente sin cuidado al usuario. ARRANCAR, FRAGMENTAR y LANZAR son las tres acciones que los explosivos efectúan cuan do obran sobre un medio. ARRANCAR un deter minado tonelaje de material, FRAGMENTARLO hasta un límite adecuado al fin que se le destine , • y LANZARLO a una distancia máxima determi nada, son los tres problemas que se le presentan al Ingeniero en el uso de los explosivos; pero así como, salvo contadísimas excepciones, el arranue siempre se apetece máximo, se comprenderá que los problemas de fragmentación son completamen te opuestos en el caso de una cantera de mármol y el Oe otra ae grava para carretera; lo mismo ocu rre con el lanzamiento entre el caso de un mine •ral, que se ha de recoger y transportar a fábrica, después de arrancado y roto por el explosivo, y la metralla de un proyectil de guerra. Ya hemos dicho cómo es fácil encontrar libros que enseñan a fabricar explosivos; pero a mane jarlos, ¿dónde se aprende?... Este es el hueco que venimos a llenar, porque ni los tratados de explo sivos ni los de laboreo de minas resuelven nada en definitiva, e incluso el “iHandbuch der gewer blichen Sprengtechnilç”, de F. Weichelt, con sus 680 páginas y 480 figuras, sin disputa la obra cum bre de la pirotecnia empírica, es un simple manual para “practicones”, que de espaldas a todo razo namiento científico se limita a insertar fórmulas empíricas y muy poco exactas, y por eso nadie cree en la PIROLOGIA, que yo propugno como nueva ciencia de aplicación, abandonando los facul ttivos esta parte de la profesión en manos de los capataces, porque éste es el sentir general en el mundo entero. Quizá la aversión que lo•s explosivos provocan, incluso entre los que por razón de su oficio han de utilizarlos cotidianamente, dimana de dos ideas erróneas, aunque muy extendidas: su peligrosidad y el que, áon notoria confusión entre causa y efec to, se les cargue, or algunos, la culpabilidad de las contiendas modrnas o, al menos, de la espan tosa carnicería de las mismas. Son los explosivos entes poderosos en los que el Creador ha puesto a disposición de los humanos potencias fabulosas, las cuales, como han demos trado cuidadosos estudios histórico-estadísticos, ni han aumentado el número de contiendas ni el por centaje de bajas enias mismas, pero que, en ma nos de los európeos, les dió la hegemonía mundial, siendo el más firme puntal de la civilización occi dental y mediterránea que, posiblemente, sin ellos podría haber llegado a perderse, fragmentada y pulverizada, por los cascos de To.scaballos de cual quiera de los nuevos Atila, que, sin cesar, la han acosado. Pero no ha sido la pólvora una mera póliza de seguro de la civilización europea; si en lo espiri tual ha actuado de éndarme paternal, que ha impedido el derrumbamiento y ha facilitado la difusión de una moral y una cultura basadas en el Evangelio, en lo material ha constituído, con el vapor y la electricidad, los pies del trípode que siistenta los adelantos materiales de que flue,stra • generación puede, tan justamente, enorgullecerse, pues el beneficio de los minerales, los túneles, puertos, saltos de agua y, en general, todas las obras de ingeniería, desde las más grandiosas a las más modestas, han podido ejecutarse graciás al auxilio de los explosivos. Allá en los tiempos gb rio.sos en que el sol no se ponía en los dominios de España, bajo el reinado de Felipe II, hombres de nuestro genio y de nuestra raza concibieron y proyectaron la apertura del Canal de Panamá, pe y la obra no pudo llevarse a efecto hasta nuestros días, cuando el genio de NOBEL puso a dis posición del intento el importante tonelaje de ex plosivos que en el mismo se consumieron. Difícilmente encontraremos algún objeto o uten silio que no sea tributario de los explosivos, pues o será metálico o los metales habrán intervenido como útiles y herramientas en su génesis, y no hemos de olvidar que, por cada tonelada de lingo te de primera fusión que fluye por la piquera de un horno alto, se le han tenido que verter por el tragante •unas dos toneladas de mineral y el do ble de carbón, que han sido, previamente, arran cados de las entrañas de la tierra cn el auxilio de los explosivos. En cuanto al riesgo en el almacenamiento, trans porte y empleo de los mismos (incluso de los ini ciadores, que se emplean en los cebos y detonado res), yo comparo su peligrosidad con la de una apisonadora. ‘Es indudable que las consecuencias son fatales para el ciego que se dejara aplastar por una de estas máquinas, y lo mismo ocurre con los explosivos; las consecuencias son fatales para el lerdo que se d€ja coger por su onda explosiva, o por su onda física u onda de presión; pero, aun que sean por desgracia frecuentes los accidentes, no es menos cierto que para que éstos ocurran la impericia del usuario ha de correr parejas con la del peatón que se dejara alcanzar por la apiso nadora. No sólo no son peligrosos los explosivos, cuan do se les maneja racionalmente, sino que pueden presentarse como prototipo de substancias esta bles; a la trilita se la puede taladrar con un cla vo o punzón, perforar con broca, cepillar, serrar, pulverizar por percusión..., se la puede fundir y destilar e incluso quemar, con dificultad, pues ar de lentamente con llama fuliginosa cargada de densos humos negros. ¿Es que en los estantes de la rebotica de una farmacia o del almacén de una droguería hay muchas substancias que sean así de inocuas? Y atin hay mas; todos los productos orgánicos son de conservación difícil y de vida efímera porque se oxidan, enrancian, etc.; pero una de las primeras muestras de nitroglicerina que preparó Ascanio Sobrero, en 1847, se conser va aun, en pertecto estado, en la fábrica NOBEL (le Avigliana (Italia), después ‘de ciento diez años. 5 La primera trilita preparada en España por el ilustre general Aranaz, que nadie quería emplear, hubo de destinarse a petardos para Zapadores, y tampoco en esta forma fué utilizada, permane ciendo almacenada en el Parque •de Artillería de Valladolid má.s de cuarenta años y siendo utiliza da por el autor, que la encontró en perfectísimo estado de conservación en los primeros meses de nuestra Guerra Civil. Al hablar de la peligrosidad de los explosivos se confunden, lamentableménte, los términos. Es re lativamente fácil ser atropellado por la patineta con que juega un niño, pero este atropello no sue le tener transcendencia; y es muy difícil ser al canzado por una apisonadora, mas... ayl del que coja debajo; esto mismo ocurre con los explosivos. En treinta y cinco años de intensa práctica pro fesional y verdadera pasión por los explosivos mo ha tocado intervenir en todos los accidentes im portantes ocurridos en España y he conocido las catástrofes extranjeras; puedo afirmar que siere pre, sin excepción, ha habido lenidad y olvido de preceptos reglamentarios. Por desgracia la catás trofe, por excesiva bondad de los explosivos, no surge a la primera transgresión; si así fuera, hace mucho tiempo que los accidentes se habrían aca bado; pero ocurre que cuando se empiezan a ma nejar explosivos se les tiene miedo y luego... se les pierde el respeto. Esto explica que los accidentes no ocurren, por lo general, a novatos, sino a vete ranos. 6 La FUNDACION JUAN MARCH, al haberme concedido la “Ayuda de Investigación” de que se ha hecho mención al comienzo de este artículo, ha permitido que actualmente investigue los diáme tros críticos, cebos óptimos y las potencias máxi mas de los explosivos industriales españoles, con lo que la PIROLOGIA no será, al menos en nues tro ámbito nacional, una mera lucubración cien tífica, sino realidad práctica. Esta realidad podrá rendir destacado servicio a la técnica, ya que los explosivos no sólo e utilizarán, como hasta ahora ocurre, en usos industriales, limitados a aquellas labores (arranque de minerales duros, perfora ción de túneles, etc.), prácticamente imposibles de ejecutar sin su concurso, sino que, de ahora en adelante, científicamente utilizados por ingenieros especialistas, podrán competir con las excavadoras en el desmonte de tierras, con los arados en los cultivos y con las sierras, equipos de oxicorte y prensas de estampar y embutir, en los talleres me talúrgicos y mecánicos. Es, pues, motivo de pro funda gratitud y obligada justicia, dejar pública constancia de que si a palabra PIROLOGIA, neo logismo que, como es natural, aún no se ha incor porado al Diccionario de la Real Academia de la Lengua, va a ser desde el Instante mismo de su incorporación a la bibliografía, algo más que una mera curiosidad científica, se deberá principalmen te, al mecenazgo del Excmo. ,Sr. D. Juan March Ordinas y a la bondad del docto jurado que me atribuyó el premio por él creado y que lleva su nombre. Llano Amarillo - Ketania. El monu mento conmemorativo. (Foto del Co mandante de Ingenieros señor Pala cios Muñoz.) Ja ticción de España en MAR/U/ECOS.. Coronel Auditor 1. 1. Andres ALLENDESALAZAR Y BERN AR CONSIDERACIONES GENERALES El verdadero sentido de la acción de España en A/rica Ahora que España terminó tan leal y cumplida mente la etapa de Protectorado en su actuación en Marruecos, pasa ya a ser Historia, y, por tanto, enseñanza todo lo referente a ese período, y debe rán estudiarse cada uno de los aspectos y especia lidades de esa actuación por quien, en cada caso, crea que tiene algunas ideas que exponer y tiem po para dedicarlo a ello, a falta de otras ocupa ciones más apremiantes. Pero, para hablar de la acción de España en Africa, y de cuál fué y es el verdadero sentido de esa acción, hay que empezar, si se habla con sin ceridad, por atacar tópicos y vulgaridades que han venido repitiéndose por muchos, sin examinar su fundamento, y que han creado, a veces, unas concepciones erróneas de estos problema. Lo cierto es que España nunca, ni antes ni aho ra, ha pretendido conquistar Reinos en Africa, sino que siempre ha tenido y cumplido allí la mi sión de afirmar la seguridad de sus costas, la se guridad del Estrecho, la seguridad del Mediterrá neo. Es este un problema de seguridad para sí misma y para el Mun•do civilizado. Un señor que tenga una d las fachadas de su casa sobre una calle estrecha, deseará que en la acera de enfrente exista un vecino responsabe, o, én su defecto, procurará influir o intervenir, de algún modo, para evitar que el terreno frente a 5u fachada sea un solar abandonado y abierto a todos los peligros, o a que se establezca allí un de pósito de explosivos, una casa. de mal vivir o un depósito de inmundicias. Este ha sido y es el pro blema. 2. Un supuesto incumplimiento de un supuesto mandato Una de las primeras vulgaridades, y muy exten dida, que hay que destruir ha sido la de censurar a los Reyes y gobernantes de España de un su puesto incumplimiento de un, también mal enten dido, mandato del Testamento de Isabel la Cató lica. Se ha querido hacer ver que la Reina dispo nía o recomendaba que se prosiguiese la lucha de la Reconquista y SO dedicasen, primordialmente, los españoles a conquistar Reinos en Africa, y que los Reyes que la sucedieron y los gobernantes que con ellos actuaron “despreciaron” u “olvidaron” esa recomendación para dedicar las fuerzas de España a lo que califican de “cosas. que no nos importaban”; los que suavizan algo la expresión hablan aquí de “la política dinástica d.e la Casa de Austria”, y de “desangrar y despoblar a Es paña en las empresas de las Indias Occidentales”. Todo esto es contrario a la realidad de los he chos. L.a Reina Católica, como luego veremos, no dió tal sentido a su recomendación, ni pudo darlo, pero, además, aun suponiendo que así fuera hay que tener en cuenta varias cosas esenciales. Un Testamento, en cierto modo, es Ley, aun en el or den civil, pero es la forma más ambiciosa de la ley, pórque pretende regular lo que ocurra en dr-. cunstancias que el testador no puede prever, ya que no viviendo en el momento de su cumplimien to no puede atemperarse a lo que entonces acon tezca. Así es que muchos testamentos, en lo civil, tienen que anularse o incumplirse por la imposi bilidad de poder obedecerlos. Y si esto sucede en los testamentos civiles, mucho más ocurre en los Testamentos políticos. En Nación tan legalista como Francia, los Testamentos de tres Reyes se guidos, Enrique IV, Luis XIII y Luis XIV, fueron modificados por el Parlamento (Tribunal de Jus ticia, aunque algunos lo confundan con los Esta dos Generales, que eran lo, en cierto modo, aná logo a nuestras Cortes antiguas), a pesar de aque lla casi “monarqolatría” propia de los tiempos en dichos reinados. Y no cabe duda que si Isabel la Católica hubie ra podido prever la situación en que se iba a en contrar su ‘nieto el Emperador, o si ella hubiera vivido y reinado al ocurrir la escisión protestante en el seno de la Cristiandad, de 10 que primero se hubiera ocupado es de acudir a tan grave ame naza. Si se dice aquello d “sosiegue primero el Rey su Reíno, antes de invadir el ajeno”, con más 7 razón puede decirse “ocúpese la Cristiandad de su unidad antes de conquistar Reinos islámicos”. Porque lo que llaman “cosas que no nos importa ban” eran nada menos que defender el Catolicis mo en Europa contra un peligro que, en el lengua je de ahora, se llamaría “enemigo público número uno” de la Cristiandad, como ahora sucede con la doctrina soviética. Era el ataque al Orden esta biecido, era el rompimiento de la Unidad Cristia na (que es lo que ha debilitado y perdido a Euro pa). Se trataba de acudir en defensa de la Fe y de la Unidad, allí donde estuviera amenazada y salvar, como se saivó, a media Europa; al Sur de Alemania, a Flandes, a los Estados hereditarios de Austria, a Hungría, a Irlanda, a Polonia, etc.; y detrás de ellos a Francia, a Italia, a la misma España y a Portugal. Los Reyes Españoies de la Casa de Austria tenían así que acudir a luchar, lo mismo si el peligro atacaba a grandes Naciones, como Alemania o Francia, que si era a pequeñas comarcas, como el célebre valle de la Valtelina, que representa materialmente lo que cualquiera Merindad de Castilla o Vizcaya. Si España, descui dando ese peligro., hubiera pueto sus fuerzas en “Sebastianismos” inoportunos, es cuando, verda deramente, hubiera sido suicida su conducta, eni peñándose en tales conquistas africanas mientras era atacada por la espalda por sus enemigos, ene migos suyos, de su Fe y de la Unidad europea. Si España no hubiese hecho lo que hizo, Espa ña no hubiera sido. España. Si no se hubiese combatido al Protestantismo, con las Armas, con el Concilio de Trento, con la discutida y calumniada pero admirable institu ción del Santo Oficio, y si la Reforma hubiese en tr.ado en España asusta pensar que, además de perderse la verdadera Fe, habrían empezado a flo recer las distintas sectas en los diversos Reinos y regiones de las Coronas de Castilla y de Aragón, como con.secuetcia de romperse, del peor modo, la tJnidad de la Patria y su misma existencia, pues “España rota” hubiese sido “España muerta”. Y es otro tópico, que no resiste al examen, decir que la acción de España en América debía haberse pospuesto a las empresas de conquista en Africa. Las empresas de América fueron casi obra de he roicos aventureros, a los que el Erario Público au xilió, desde el Descubrimiento hasta la última conquista, con menos de lo que cuesta ahora el viaje de un trasatlántico a. aquellas tierras, y va lía la pena de ocuparse de las Indias Occidenta les, pues si bajo el punto de vista misional se ex tendía allí, con relativa facilidad, la Religión ver dadera, bajo el político se adquirían, sin gran es fuerzo del Estado, Reinos y provincias, extensos, y bajo el económico, países’ de grandes riquezas, mientras que Conquistando Reinos en Africa, ni se extendía la Fe, pues el mahometano es poco accesible a la conversión, ni se adquirían paises que pudieran parangonarse en valor con las tie rras americanas. .Pero, además de todo esto y aunque no hubiera habido Protestantismo ni empresas de América, hay que pensar lo que hubiera supuesto el conti nuar al otro lado del Estrecho la guerra en el pian de la Reconquista, Hubiese supuesto un es- 8 fuerzo análogo, en importancia y quizá en dura ción, al de la propia Reconquista peninsular, pues la duración de esta empresa se debió no tanto, co mo suele decirse, a las divisiones y subdivisiones y repartos de los Estados cristianos (que, a veces, era necesaria, porque la dificultad de comunica ciones exigía que hubiese poderes Soberatios para mejor defender y gobernar cada región), como a tener que vencer, no a una sola invasión, sino a cuatro: la de los Arabes de Muza y Tarik, la de los Aimoravides, la de los Almohades y la de los Benimerines (aparte de la reacción episódica de Almanzor). Si estas oleadas venían cruzando el Estrecho, cabe imaginar las que hubiesen llegado a un Marruecos, sometido en “plan de Reconquis ta”, desde los imprecisos límites de lo que hoy se llama Argelia y con to.do el Islam detrás. No debe engañar la relativa facilidad y breve dad de las llamadas “guerras coloniales” moder nas, porque en estos últimos siglos la organiza ción y el armamento de la Potencias europeas era enormemente superior a los de los países llama- dos exóticos. Pero en los siglos XV y XVI seguía les hubiera expulsado, caso de ser esto posible?; existiendo, como en la Edad Media, analogía de ¿a lo que ahora se llama Argelia? Desde allí hu bieran reaccionado y hecho necesario seguir la medios entre los ejércitos cristianos y los musul guerra y conquistar los Principados de Orán, de manes, aparte de que aquellas guerras se han he cho, generalmente, a título de “protectorado” o Argel, •de Túnez, etc. Suponiendo que esto fuera factible, y siempre, con el mismo problema, ¿có situaciones análogas, y han contado por ello siem mo se hubieran repoblado esos inmensos territo pre las Potencias europeas con elementos indíge nas, que comprendiéndolo así les eran afectos, lo rio? Los que se lamentan de que disminuyese la población peninsular, por la emigración, reláti que no hubiese ocurrido en aquellos otros tiem pos, yendo a título de cnquista, despojo o domi vamente reducida que hubo a las Indias, ¿de dón de creen que se sacarían tantos españoles, ni si nación. quiera tantos europeos, para repoblar toda Ber bería, si, como dicen, debía haberse proseguido en Africa lo que se tenía que hacer y se hizo en la Reconqtiista de España? Pero, además, el caso es que Isabel la Católica no mandó ni aconsejó esas empresas de conquis tas en Africa. En un párrafo de su Testamento (párrafo que ni trascriben ni comentan escritores como el P. Mariana y Lafuente) se limitó a decir que se iguiese la lucha contra los infieles, así co mo recalcó mucho más en que se procurase no per der nunca la plaza de Gibraltar. Pero esa lucha “contra los infieles” consistía en hacer precisa mente lo que se hizo en los reinados de sus suce sores. 3. Acción de España en Africa en los siglos XVI, XVII y XVIII. Consistió siempre la política africana de los Re yes de España en procurar, como hemos dicho, la seguridad de sus costas, del Estrecho, del Medite rráneo, que en mucho tiempo supuso no sólo lo de la “acera de enfrente” de la Península, sino también lo que afectaba a Italia, ya que ésta no xistía como Nación, Francia, en esas cuestiones no era de fiar, por sus alianzas con el Gran Túrco, y, sobre todo, porque los Soberanos españoles lo eran también de casi toda Italia, especialmente de las dos Sicilias y les correspondía, por tanto, la “policía” sobre casi todo el Mediterráneo. Esta política no fué descuidada, a pesar de to dos los problemas que pesaban SObre nuestra Mo narquía, y tal política, no fué la de emprender conquistas de Reinos, como la que costó el desas tre y la vida al Rey D. Sebastián de Portugal, sino la de procurar tener, en los vecinos territorios, po deres con los que se estuviese en buena armonía y ocupar lo que ahora se llamarían “bases”, para que sirviesen de tales a nuestras fuerzas navales y, sobre todo, no pudiesen ser ocupadas por el “ene migo oriental”, que eran entonces “el Gran Tur co” y los piratas sarracenos que constituían gran peligro para los Reinos Cristianos. Así, en la continuación más próxima al reinado Y aun dando por supuesto que se hubiera con de Isabel 1, el propio Rey D. Fernando de Aragón, quistado entonces, en ese pian de dominio, el te como ‘Regente de Castilla y siguiendo la misma lí nea política, que fué una siempre en ambos Reyes, rritorio de Marruecos, una vez hecho ésto, surgi ría el problema de “los moriscos”. El moro, el hace ocupar en 1509 Orán y Mazalquivir, y en 1510 mahometano, no se entrega ni se funde con los Bujía. Como consecuencia de ello Túnez y Treme dominadores ni, se convierte como los indios occi cén se hacen tributarios, lo que, en el lenguaje y dentales, y al tratarles en pian de tal dominación las prácticas de entonces, viene a ser como ahora se plantearla en grande el problema que dió tan pasarse al “bando occidental” contra el peligro to que hacer en un rincón como son las Alpuja oriental. Encomienda la superior inspección de es cras; tampoco hubiera cabido la solución radical ta empresa al Cardenal Cisneros con el mando mi qtie hubo de dar Felipe III, porque ¿a dónde se litar directo de Pedro Navarro. Como se ve, fuera 9 la que fuera la duración de estas ocupaciones, lo que se trataba no era de conquistar Reinos ni adentrarse en el interior de los países, sjno asegu rarse aliados y bases para la seguridad de España y de toda Europa. Cuando en 1535 Carlos y toma la Goleta, Dl nez, Bona y Bicerta, no trata de desposeer a su legitimo Príncipe Hasén, sino que, por el contra rio, le restablece en su trono, del que había sido destituido por el pirata Barbarroja, quedando co mo “vasallo y tributario”, o sea, al modo de enton ces, como aliado. En 1541 el mismo Rey-Empera dor emprendió la expedición a Argel, que fracasó, pero la intención fué siempre la misma: quitar “bases” al enemigo oriental y si era posible adqui rirlas y buscarse aliados para defensa propia y de nuestra Civilización. Contenidos los turcos en Eu ropa, cuando se les obligó a levantar el cerco de Viena, la preocupación de la Corona de España fué contenerlos en el Mediterráneo, lo que se con siguió en Lepanto, aunque hubo luego parciales reacciones, “coletazos” de todo poder que va ven cido. Pe.ro ello mismo prueba la necesidad de nues tra “policía” en el Mediterráneo. No sólo los Austrias, sino también Carlos III, en 1775, intentó la toma de Argel (no la “Conquista de Argelia”, sino, concretamente, “la toma de Ar gel”), pero lo más interesante para la seguridad española han sido la ocupación de Melilla por el Capitán Pedro de Estopiñán, a expensas del pode roso Duque de Medinasiidonia, y por tanto su de finitiva incorporación a España y el haber conser vado, sobre todo, la plaza de Ceuta, al escindirse la Unión de España y Portugal. También la ocu pación de los llamados Presidios menores, o sea los Peñones de Alhucemas y de Vélez de la Gomera, y la más moderna de las Islas Chafarinas. hasta donde se extendió por la Paz que puso fin a la Guerra del 60. El que no haya estado en Ceuta (y como la ciu dad de San Sebastián es conocida por casi todos los españoles) pueden formarse idea con el siguien te ejemplo: Figúrense en qué situación estaría pri mero una Potencia que dominase el Monte Urgull y la llamada “Parte Vieja” hasta el Bulevar (Ave nida de Calvo Sotelo), y todo el resto de la po blación estUviese en manos extrañas, y que luego por un Tratado adquiriese todo jo comprendido, aproximadamente, por el extenso término munici pal actual de la capital guipuzcoana, llegando a las alturas de Igueldo, Medtzorrotz, Oriamendi, Alza, etcétera, con todo lo que queda dentro. Después de pensar esto busque, en un mapa general, cuál es la situación de Ceuta en relación con el Estrecho, con el Mediterráneo, con nuestras costas, etc; una de las situaciones más interesantes del Mundo. Tam poco carecieron de importancia otras cláusulas, como el reconocimiento del derecho a ocupar líni, la autorización para establecer las Misiones Fran ciscanas y algunas más, pero con mencionar éstas basta para comprender lo que han supuesto an dando el tiempo. Sentido y razón del Protectorado. Aparte de la guerra llamada “de Margallo”, en la que también se trataba y se consiguió no dejar impune un insulto a nuestra Soberanía en Melilla, llegamos a la acción, en este siglo, de España en Marruecos, en la fase, hoy ya superada, del Protec torado. También sobre esto se han dicho y repetido enor mes vulgaridades, y aun por gentes que no eran “vulgo”. Hubo quien, con una mentalidád marca damente mercantilista llegó a decir que debiamos abandonar la empresa “porque no era negocio”, y 4. La “Guerra del Sesenta”. se le respondió, también sin acierto, que estába Respecto a la llamada, durante mucho tiempo, mos allí solamente por los “compromisos interna por antonomasia “Guerra de Africa”, o sea la de cionales”. Existió un estado de incomprensión muy 1860, también se repiten muchos tópicos como el generalizado. Cierto que hubo quien vió claro el de la “guerra romántica” y el de la “paz chica”. problema y proclamó que desde el Muluya hasta el Lucus (se quiso que más al Sur) nadie que no Romántica porque era el tono o la moda de la épo ca pero si se llama despectivamente “romántico” fuese España o el Sultán pusiera los pies. Se vió, a Jo ineficaz no es exacta la calificación; y en pues, claro “lo que había que hacer”, aunque qui cuanto a lo de la “paz chica” habría mucho que zá no se acertase en “cómo había que hacerlo”, lo decir. Lo cierto es que aquella guerra nos dió, por que es cuestión aparte. Pero hubo mucha incom mucho tiempo, un. gran prestigio entre los moros, prensión y no se pudo o no se supo combatirla bien, y el prestigio es una de las principales armas de y aclarar la verdad de nuestra posición. No entra la seguridad, y Odemás, aunque sólo fuese por el en la índole de este trabajo comentar el estado de ensanche del territorio de Ceuta, no puede (si no la “opinión de la calle”, formada en mucho por nos dejamos llevar de la tendencia a repetir can una Prensa influida por intereses extranjeros ene tinelas) desconocerse su importancia. Piense to migos interesados en contra de nuestra acción, y do el que conozca Ceuta lo que eran los límites por el Parlamento, donde se negaban o escatima de nuestra Soberanía, antes del 60. Regía todavía ban a los Poderes los medios para cumplir su mi la resolución de Felipe y sobre la deserción, seglin sión; en algunos casos la incomprensión llegó a las la cual cometía ese delito todo el que pasase de “la esferas glibernamentalen Pero, dejando todo eso, pirámide de la dama”, por la izquierda del “para lo que interesa hacer constar es lo siguiente: Es je donde está la Horca”, por el centro, o “del arro paña no fué a Marruecos a explotarlo, ni a hacer yo del reducto”, por la derecha; y por mar todo el negocios, sino sólo por compromisos internaciona que excediese a nado la altura de los espigones que les; no fué tampoco por romanticismos ni senti entran en el mar a derecha e izquierda. Es decir mentalismos; fué para hacer lo que ha hecho, que que nuestro territorio estaba limitado por el foso es lo que, en una u otra forma, segmmnlas circuns que limita la parte antigua de la ciudad. Compá— tancias, venían haciendo los Reye.s y gobernantes rese e.ste límite con el ,señala.lo por las posiciones españoles de los anteriores siglos. lo 5. Sin entrar tampoco en la Historia diplomática de la “cuestión marroquí” Tratados, Conferencia de Algeciras, etc., lo que conviene afirmar es lo siguiente: España necesita y ha procurado siempre que en Marruecos haya un Poder responsable, con quien poder entenderse y con quien poder tratar, y cuando no ha sido así ha tenido que intervenir, para que, a la puerta de nuestra casa, no estén esos terrItorios abandonados a la ambición o las intri gas de cualquier Roghi, o Pretendiente improvisa do, a los desafueros de Jefes semi-feudales, y siem pre a la anarquía de las Cabilas, campo propicio para todos los peligros. Desde luego, esas tierras eran “res nulliu”, con el riesgo de que el “primer ocupante” pudiera ser otra Potencia que nos tri turase o así lo pretendiese entre dos territorios su yos, o algdn poder “indeseable”, “enemigo p’ibli co nflmero 1”. de la civilización. España no fué a otra cosa que a lo que ha he cho, vencer y desarmar a los rebeldes o elemen tos peligrosos, civilizar la Zona que le fué enco mendada y entregarla en su día (día fijado quizá por las circunstancias) al legítimo Soberano, sobre territorios en las que hace siglos no ejercía su efectivo poder. Lo mismo que hizo Carlos V en Tinez. Algunos han ironizado sobre la frase “operación de policía”, considerándola un eufemismo, sin re parar en que esa ha sido la acción de España en el editerráneo siempre. Hasta Lepanto fué una operación de policía, de seguridad; nunca España pretendió otra cosa, y ahora como siempre cumplió su misión. II. 1. EL EJERCITO Y LA JUSTICIA MILITAR ESPAÑOLA RN MARRUECOS El Eldrcito Español y la acción en Marruecos. Mi propia especialidad me lleva a examinar este punto como final del tema estudiado. Esta acción contemporánea de la Justicia Militar de España en Marruecos, sin desdeñar la meritoria actuación de otros organismos del Estado, ha sido principal mente obra encomerdada a las fuerzas armadas, y, si puede decirse, con verdad, que en su mayor par te el actual Marruecos Jo ha hecho el Ejército, también es cierto que en esa acción, en esa labor se ha forjado y moldeado ese Ejército que luego ha sido el ncleo de nuestra Cruzada Nacional de Liberación. Y, por ello, interesa estudiar cómo las •necesida des y las realidades de las campañas de Africa fueron haden do adaptar las diferentes especiali dades y servicios de la Institución Armada a esas mism as realidades. Concretándonos, naturalmente, a uno de esos aspectos, conviene señalar a lgun os pun tos re feren tes a la administración de la Justicia Militar. 2. Adaptación a la realidad. Las leyes vigentes sobre la materia, y aun el mis mo Código de Justicia Militar (que contiene tantos y tan grandes acierto.s y que merece un estudio deMonumento dl conmemoración Hacho dedicado a la del Convoy de la Victoria tallado y un elogio, que no han lugar en este tra bajo) eran, al fin y al cabo, obras del siglo XIX y de la mentalidad entonces imperante, y no podían prever unas circunstancias y una clase de guerra y una composición de Ejércitos distintos de los que en aquellos tiempos se concebían. Claro está que, a veces, la dificultad no está en las Leyes, en su espíritu, sino en el criterio que el ambiente crea para interpretarlas; pues cierta men talidad anacrónica, formada en el siglo XIX, hacía a algunos aferrarse a una interpretación basada en dar un sentido a letra de un artículo determi nado, sin captar el verdadero sentido de la Ley, que siempre suele ser jústa, pero que hay que enten derla, con un criterio de conjunto, con jugando lo que dice un precepto con el sentido que le dan la totalidad de• las disposiciones vigentes y el sentido de justicia, de equidad y hasta de lógica con que deben entenderse las Leyes. De ello se pueden señalar algunos casos y cómo se fueron corrigiendo esos criterios y dando solu ciones más acertadas a la. justicia y a la realidad. 3 Las llamadas “Tropas Coloniales”. Una de las dificultades consistió en la apJicacián de algunos preceptos del Código de Justicia Mili tár y otros textos legales en vigor a los casos reiadonados con las Tropas especiales que se iban for mando en Africa, conocidas, más o menos propia-. mente, con el nombre de “Tropas Coloniales”. No eran, ciertamente, instituciones contrarias a nuestras verdaderas tradiciones militares, ni los Cuerpos especiales en nuestras Plazas de Africa ni la recluta de extranjeros en nuestros Ejércitos. En Ceuta habían existido, desde muy antiguo, y se reorganizaron en 1726,cinco Compañías de la Mi bela Urbana y la de Caballería de “Lanzas”, que databa de 1584, aparte de las “Compañías de Des terrados”. En Melilla hubo dos Compañías Fijas mixtas de Soldados y Desterrados, y una en cada uno de los “Presidios Menores” de Alhucemas y Peñón de Vélez de la Gomera, y, cuando dominá bamos en Orán la “Compañía de Campeadores” y un Batallón de Milicias Urbanas. En cuanto a moros, hubo en Orán una “Conipa ñía de Moros Mogataces”, que cuando fué abando nada aquella Plaza se trasladó a la de Ceuta, y tué antecedente •de los “Tiradores del Rif”, que lo fueron luego de las primeras “Fuerzas Regulares Indígenas”. Del servicio por extranjeros, no puede negarse que hubo en España amplia t•radicióñ en las famo sas Guardias Tudescas, Walonas, Italianas, etc. P0ecuérdese la “Guardia Chamberga” alemana, que debía SU nombre al Príncipe de Schomberg, y que dió a su vez nombre al sombrero “Chambergo”, cuya denominación es para muchos el colmo de españolismo. Sin embargo de esto, la aplicación de las Leyes vigentes, hecha con una mentalidad muy siglo XIX, tropezaba con dificultados, po:rque más que la Ley el criterio interpretativo estaba hecho a un Ejér cito de cupo forzoso y pensando en la paz o en guerras de muy distinto estilo, y entraba a veces en pugna con la realidad de las cosas y con un es píritu de verdadera Justicia; con lo que podía en algunos caros procederse con injustificado rigor y en muchos asegurando una verdadera impunidad. Había, además, en ciertas mentes, un prejuicio contra estas Fuerzas, en algunos por pereza men tal, quizá en otros por espíritu sectario, pues veían, posiblemente en ellas y en el espíritu con que fue ron concebidas y formadas, una posible fuerza, que, en s día, como felizmente sucedió, fuesen un for midable puntal de la verdadera España, contra la “antiespaña” con la que había de enfrentarse, co mo así fué. Así, el recargo en el servicio para voluntarios, la privación de libertad para cierta clase de delitos a gentes a quienes convenía tener como elemen tos de guerra, en casos en que era más justo y más práctico otra clase de castigos, la diferencia del carácter •de delitós entre soldados españoles y moros—como, por ejemplo, la deserción al “campo enernigo”—y otros muchos casos que a diario se presentaban, producían a Igunas dificultades para una aplicación de las Leyes, con un criterio de Jus ticia y de eficacia para el mantenimiento de la dis ciplina y el Honor del Ejército; pero esas dificul tades fueron corrigiéndose, algunas por disposicio nes legales modificativas o sencillamente aclarato rias y otras por aplicarse criterios más acertados. Se llegó a pensar y proponer que se estudiase la conveniencia de dictar disposiciones privativas para cada una de aquellas clases de fuerzas, y aun cier ta Jurisdicción, más o menos disciplinaria para aquellos Cuerpos, aplicable a cierta clase de dcli- 12 tos, mediante Consejos de Disciplina, con la garan ha de un especial aesoramiento técnico. Pero aun sin llegar a esas reformas, que algunos creyeron convenientes, e fueron de todos modos corrigiendo criterios de verdadera anomalía que no podían prevalecer. 4, Cómo se acabó con un criterio absurdo. Como caso tipico de estas anomaltas y de cómo se hacen desaparecer, con o o adoptar un criterio razonable en la aplicacion de las Leyes, puede ci tarse el relativo a nombre supuesto en los filiados en La Legión. Sabido es que en La Legión (antes Tercio de Ex tranjeros), al igual que en otros cuerpos análogos de otras Potencias, estuvo siempre establecido el filiar a los Voluntarios con el nombre con que ellos hacían su instancia. Era, pues, una norma establecida por la Supe rioridad. Pues bien: se pretendía por algunos el absurdo de que •cuando, por cualquier motivo, había que juzgar a uno de estos legionarios, si se demostraba (como era frecuente) que no era su verdadero noin bre el que había dado en la filiación, se le casti gase por “uso de nombre supuesto”. Llegó en algún caso a pretenderse que, por el hecho de haber perci bido premio de enganche y haberes con ese nom bre, se le considerase de una “estafa”, shi reparar que para que ésta existier.a ( aun admitiendo que un caso así hubiera “engaño”) no podía probarse “per juicio”, para el Estado ni para nadie. Es más, hubo aigln caso en que se pretendía 11€gar a un resultado increíble: Se trataba de un de sertor de un Regimiento de Caballería que después Se filió en el Tercie con nombre distinto del suyo, desertando posteriormente de La Legión, siendo de tenido. La teoría que por alguien se pretendía apli car era la siguiente: absolverle por ésta segunda de serción, por entender que su filiación en el Tercio “era ilegal” y que por ello la deserción “era nula”, y catigarl:e por el “uso de nombre supuesto”. La primera deserción estaba comprendida, por su fe cha, en un Indulto general. Claro que ese criterio no prevaleció y que se dió fin a tales interpretaciones de la manera más sencilla: apiiéandó bien la Ley. Esta lo hizo el Consejo de Guerra Ordinario de Cuerpo, del Tercio (como se llamaba entonces of i cialmente La Legión) presidido por el Coronel, Pri mer Jefe Don Francisco Franco Babamonde, siendo Asesor un modesto Capitán Auditor, consciente de lo que es la interpretación clara de las Leyes. La so lución consistió, pura y simplemente, en referirse, en un considerando de la Sentencia, a lo dispuesto en el párrafo del artículo 332 dei Código Penal, que castiga el uso de nombre supuesto, pero dicien do también que: “No obstante lo dispuesto en este 3•0 artículo, el uso do nombre supuesto J)0(lra ser auto rizado temporalmente por la Autoridad Superior Administrativa, mediante justa causa”. Aun en el supuesto de que se estimase la existencia de delito, había que alicar la eximente 11.adel artículo 8.° del mismo Código: “El que obra en cumplimiento de un deber o en el ejercicio de un derecho, oficio o cargo.” No cabe duda que no puede haber “Autoridad Admi nistrativa” superior al Gobierno de la Nación (en tonces “Gobierno de 5n Majestad”) que autorizó esa facultad de filiarse con noriibre supuesto, y que el hacerlo así era el ejercicio de un derecho. Las Sentencias redactadas en este sentido (al me nos, algunas de ellas) fueron disentidas, pero el Consejo Supremo de Guerra y Marina dió la razón di Consejo de Guerra de Cuerno del Tercio, y, con ello, se acabó con tan absurdo criterio interpretativo. •Este es un ejemplo, como otros muchos, que pu dieran citarse de cómo se fueron corrigiendo anoma lías y rutinas en la interpretación y aplicación de las Leyes y perfeccionándose el ejercicio de la Jus ticia Militar, durante nuestra actuación en la Zona de Marruecos, en que España hubo de actuar y en nuestras Plazas y Territorios de Soberanía española en Africa. 5) Cuést ion es de procedimiento. También pronto se hizo desaparecer el hecho de que continuasen prácticas tan incongruentes, y has ta ridículas, como, por ejemplo, la de llamar a los moros de Regulares o de otras fuárzas indígenas que hubiesen desertado a sus cabilas 1)01 medio de edictos, publicados en el. “Boletín Oficial” do la pro vincia de Cádiz, por el hecho de que en aquella épo ca Ceuta formaba parte de dicha provincia anda luza. Asimismo, en el procedimiento había algunas di ficuitades, agráva:das en parte por la reforma del Código, efectuada en 1919. Esta reforma fué muy acertada en general, pues daba mayores garantías para una aplicación justa del Derecho Penal aplica bles en tiempo de paz o quizá en una guerra de otra índole; pero en una campaña, como las que enton ces tenían que hacerse, ofrecía grandes inconvenien tes, sobre todo porque muchos de sus trámites y ga rantías producían una lentitud en la tramitación, cosa contraria a lo que es espíritu y debe ser la práctica de la Justicia Militar, y esta lentitud era perjudicial para la buena Administración de Justi cia y hasta para los derechos e intereses de los pro pios procesados a quienes se pretendía dar mayores garantías. Por ejemplo: lo que sucedía para el cum plimiento de lo prevenido en ei.art. 568 del Código de Justicia Militar, en relación con 362, del mismo cuerpo legal: el terer que comunicar al procesado los nombres del Presidente y Vocales del Consejo de Guerra, que, por el turno correspondiente, había de juzgarle, por si tenía que hacer uso del derecho de recusación que la Ley le concedía, traía como consecuencia que, mientras este trámite se cumplía, los Vocalés (Capitanes en los Consejos Ordinarios) solían haber salido a posiciones o a operaciones, y había que designar, mediante el trámite de tur no, etc., otros nombres, que tenían que volver •a ser comunicados al procesado y, entretanto, solía suceder que los nuevamente designados salían tam 13 bién al frente o a posiciones (cosa natural en la clase de campaña que era aquélla). En muchas causas se repetía varias veces esto mismo, lo que daba lugar a que se retrasase considerablemente la tramitación y fallo de los procedimientos, con perjuicio también de los procesados a quienes la Ley había querido dar más garantías, pues se apla zaba, a veces por años, su licenciamiento, cuando eran del cupo íorzoso. Algunos que eran luego ab sueltos, habían permanecido más tiempo en filas que e debido, con todas sus posibles consecuencias, en virtud de un formalismo poco eficaz. También retrasaba mucho la tramitación el tener que pasar la firma del General que ejerciese la Jurisdic ción cada trámite de la causa (incluso €1 devolver los autos al Instructor para ampliación de dili gencias), ya que el General tenía que estar muchas veces ausente de la Plaza, en operaciones. Otros varios motivos como éstos dificultaban la rapidez necesaria para la ejemplar actuación de la Justi cia, pero, precisamente por su observación en la práctica, fueron corrigiéndose con criterios razo nables y reformas posteriores. En cuanto a la cons titución de Consejos de Guerra, en momentos pre cisamente de guerrá, fué un gran acierto en nues tra Cruzada de Liberación la institución de Conse jos Permanentes, sin la rotación de turno, aplica ble en tiempo de paz pero imposible en el de gue rra. Corrigiendo deficiencias y atemperándose a la realidad fué en este aspecto el de la Justicia, como en todos los demás, forjándose el espíritu del Ejérci to Español de Africa, principal artífice de la Cruza da Nacional, así como ese mismo Ejército, en primer lugar (y sin desdeñar la actuación de otros orga nismos) fué ei principal forjador de un Marruecos que España puede justamente enorgullecerse de haber formado. 6) La Justicia Militar Españolo. Y otra consideración final: Hoy día, en varias partes de! Mundo, por circunstancias nacidas del final de la G. M. II y por previsión de aún más graves contingencias, se hallan Fuerzas militares de varias naciones en tetritorios extranjeros, en concepto de ocupantes, aliados, asociados o algún otro, y, en ocasiones, surge una pugna entre la Jurisdicción Militar de esos ejércitos y las Juris dicciones propias del país donde se hallan. Es evi dente que un Ejército que se encuentre en esas condiciones tiene que estar sujeto a su propia Ju risdicción, inseparable del Mando, como único me dio de conservar la disciplina y la eficiencia de esa fuerza armada, pero también es cierto que debe procurar el no dar, de ningún modo, la sensación de que se prevale de estos principios para amparar o dejar impunes los desmanes que puedan cometer sus componentes, porque esa sensación es posible que sea la que haya originado los conflictos que en este punto se han producido, como los sobreveni dos en el Extremo Oriente. Pues bien: el Ejército español y su Jurisdicción Castrense han dado siempre la impresión que co rresponde a la realidad, de proceder siempre con espíritu de justicia y, así, esa clase de conflictos no se han presentado ni han existido animosida des contra nuestra Institución armada ni contra sus órganos de Justicia. Conclusión. - Examinada en la primera parte de este articulo cuál fué siempre el sentido de la acción de España en el Norte a Africa, y expuestas en relacion con ello, en ja segunda, algunas consideraciones relati vas concretamente a las enseñanzas que se dedu jeron del ejercicio de la labor de Administración de Justicia Castrense en la época del Protectorado, queda expuesto algo relativo a la experiencia que de esta acción pueda deducirse en esta especiali dad, como podrán hacerlo los que entienden en otras, con referencia -a las ensóñanzas que de cada una de ellas resulten; ya que (corno hemos dicho) en nuestra acción africana se forjó y t.enipló el Ejército, base de nuestra Libóración. Y también porque la presencia de España en Africa es guar dadora de nuestras Plazas y Territorios de Sobe ranía, parte integrante del Territorio Nacional, y es, además, centinela de la Civilización y de la Paz en el Continente vecino, sobre nuestro mar y nues tras costas peninsulares, y nuestro Ejército conti núa, pues, su actuación en tierras africanas, donde recientemente ha dado nuevas pruebas de su espí ritu de heroísmo y disciplina. Por ello conviene re cordar, -para lo actual y lo futuro, las enseñanzas de un pasado, aún no remoto. ilre la alimentación de/soldado Teniente Coronel Médico Francisco TRIGUEROS PE i.%LVEtR, de la Jefatura de Servicios de Sanidad Militar del Ejército • En distintas ocasiones tuve que deducir por lo que oía y por lo que veía, que de una manera indi recta habla una opinión formada en nuestra Ofi cialidad, basada en la creencia de que la alimenta ción de la Tropa no era todo lo buena que se pre cisa. Analizando el origen o causa de esta creencia llegué a la conclusión de que se debía a dos prin .cipales, que son: una puramente especulativa y de carácter pecuniario basada en una idea global de que la cantidad de dinero destinada a la a limen tacin era insuficiente. En este error puede caer cualquiera. Si hacemos una simple comparación del costo de nuestra alimentación particular y de las cantidades consignadas para la alimentación del soldado, nos veremos forzados a creer de una ma nera cierta que la alimentación tiene que ser in suficiente. Esto lo comprobamos menudo cuando en conversación aun con personas expertas, expone mos los datos y sacan y ponen una cara de pasmo que da risa. Su observación invariable es la si guiente: Con esa cantidad de dinero no es posible que se pueda comer bien. La otra razón de esta supuesta deficiencia nu tritiva creo que la •hemos creado los Médicos. En efecto, el Médico hace una valoraciód diaria del rancho de Tropa. Es bien sabido que esta v.álora ción la hace el Médico con fines de ‘apreciación energética, según la cual consideramos al hombre Como una máquina que trabaja (,qué sierñpre tra baja?) y por tanto hacernos un cálculo reducido a cabrias. Caloría es la cantidad de calor necesa rio para elevar en un grado de temperatura una masa de un litro (le agua. Cuando hace el cálcu lo de calorías de una papeleta de rancho, el Mé dico llega a la conclusión de que si la suma total de calorías es de unas 3.000, debe estimarse sufi ciente en calorías para la alimentación del soldado. Pero el problema lo suscita el Médico al ‘desglosar los cálculo& Es sabido que el alimento se descom pone en trós factores esenciales distintos, que son los azúcares o carbohidrátos, las grasas y las pro teínas. En tanto que los dos primeros están des tinados a producir exclusivamente energía, el úl timo, o sea el’ de las proteínas, va. destinado tanto a la producción de energía como a reponer el ma terial que se desgasta en la máquina humana por su uso. Pero de estas proteínas las hay de dos cla ses: las de procedencia vegetal y las de procedencia animal. Estas últimas son fundamentalmente la carne, el pescado, la clara de huevo y en parte la leche. Teníamos establecido que para mantener el cuerpo humano es preciso suministrar un mínimo de un gramo de proteina animal por kilogramo de peso. Y aquí es donde surgía la cuestión. Todos los casos que he conocido a lo largo .de mi vida mi litar relativa a deficiencia de la. alimentación del 15 soldado, se reducen a este problema; El Módico al evaluar la papeleta de rancho encuentra que la cantidad total de calorías es buena, pero la can tidad de proteína animal es deficiente. Ya se com prende que este problema tenía enseguida una repercusión pecuniaria claramente deducible. Por un lado, el Módico pedía más carne o más de sus equivalentes pescado, huevos o leche, en tanto que el Coronel se encontraba con que estos productos, por su precio, eran inasequibles en las cantidades exigidas por el Módico, dada la cantidad de di nero destinado a la alimentación. Estos dos problemas, el de la economía global y el de las proteínas, creaba un ambiente que partía por un lado del Coronel bajo el complejo creado por el Módico de que la alimentación era parcialmente insuficiente y por parte del Módico en la creencia :de que la cantidad de proteínas era deficitaria. Este •ambiente transcendía hasta crear una opinión algo generalizada de que en dell nitiva la alimentación del soldado no era todo lo buena que deseamos. Y antes de pasar adelante, tengo que reconocer y alabar los esfuerzos considerables que he podido apreciar por parte de todos y cada uno de los Je fes de Unidades en remediar estos defectos, bien por medio de establecimientos de Granjas, algu nas de las cuales las podemos calificar sin eufemis inos de Granjas modelos o bien adquiriendo reses en forma de carne congelada o en lugares de pre cios más asequibles. Con este trabajo pretendo demostrar basado en (latos científicos y experimentales que esta creen cia mas o menos gáneralizada de que la alirnen tacion del soldado es deficiente, carece de funda inento y llegar a la conclusión de que la actual no podemos decir que ea óptima, pero sí que lleva en sí misma las condiciones mínimas necesarias para la buena alimentación del soldado y si toma inos algunas medidas •a las que me referiró más adelante, podemos llegar a hace’rlo, si no óptima entendiendo por óptima aquella que no admite ninguna mejoría) podemos llegar a con-seguir —digo— una alimentación que no envidie a nin guna de cualquier otro ejército. El conocimiento de estos datos experimentales me ha venido de haber participadci recientemente en una encuesta llevada a cabo por una Comisión Hispano-Norteamericana que durante tres meses ha llevado a -cabo una investigación sobre la ali mentación del soldado en el ejórcito español, por lo que nuestra investigación ha comprendido, tanto al ejército de Tierra, como al de Mar y Aire. En esta encuesta ha intervenido un equipo espa ñol que comprendía Jefes y Oficiales de varios Cuerpos de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire y durante los tres meses recorrimos casi todo el ámbito de Es.paña reconociendo a gran cantidad de 16 soidados para apreciar su estado de nutricloll y observar las instalaciones de cocina de muchas dependencias militares. Con este motivo hubimos de visitar muchos Centros y Unidades y ponernos en contacto con sus Jefes. En todas partes pudi muos observar un grado de compenetración consi derable con este problema-y nos dieron todas las facilidades apetecibles. -Esto nos permitió reunir un gran número de datos que serán publicados en su día. Y deseo anticipar este pequeño artículo que es la mínima compensación que puedo ofrecer a to dos los Jefes de Unidades que hemos visitado en nuestro largo recorrido, en los cuales, bojando aparte las atenciones y e trato cariñoso que nos prodigaron y que desde aquí y por la parte que a mí me corresponde quiero agradecer sincera mente, pude observar una preocupación constante y fija sobre los problemas alimenticios. Y como quiera que la mayoría de estos Jefes nos expresa ron sus deseos de conocer los resultados de esta encuesta, temo que cuando se publique lo haga por medios de datos científicos que son más bien 1 ríos y sólo a propósito para ser desenvueltos po1’ especialistas de la Nutrición. Y ante la imposibili dad de informar a todos y cada uno de ellos he recurrido a este medio de difusión con lo que al mismo tiempo que trato de generalizar aiguios conocimientos sobre 1-aNutrición, contesto a todos estos entusiastas Jefes que se han preocupado de una manera ferviente por un capítulo tan impor tante como es la alimentación -del soldado. ‘renemnos delante un primer hecho de observa ción corriente, que por sí solo desvirtúa por comple to la errónea creencia del -defecto de la alimenta ción. Cualquiera que hay-a participado en un Campamento de Reclutas habrá observado que al poco tiempo de su incorporación gana de una una nera evidente de peso. No he podido llegar a cal cular el promedio -de aum-ento que se produce a pesar de mi preocupación por este asunto. No obs tante, por mis observa-clones, cuyo control no ha -sido muy exa-cto, me he permitido deducir que se produce un promedio de 0,75 a 1 Kg. y en algunos caso-s -particulares que he po-dido controlar, el au mento ha llegado a 4 y 5 kilos. Posteriormente pu dimos comprobar a través de la encuesta, que el aumento de peso se eleva a u-n promedio de 1,6 a 2,8 kilos durante los tres primeros -meses de la es tancia de la tropa en campamento. Esta opinión está corrobora-da además con el hecho de que cuando un soldado se marcha con permiso, la regla general es que pierde peso. Se me poürá argüir que las -condiciones higiénicas. la vid-a metódica y el ambiente al -aire libre fa vorecen aquel cambio, pero sin despreciar -estos factores, es evidente que el aire libre es también- el alimento diario de -muchos de nuestros soldados - - - en sus casas y que las condiciones higiénicas sin duda mejores y el trabajo regular no lo son todo en el aumento de peso y llegaremos a la conclu Sión -de que el factor principal de este aumento es la alimentación. Ahora bien: al -comparar este-hecho con las obser vaciones expuestas al principio de este trabajo, se -produce una disparidad que trato de explicar. Por lo que se refiere al factor económico, aun los que estamos avezados a manejar las cifras, los alimentos y su valor calórico, nos quedamos gráta mente sorprendidos al ver que se produce lo que yo llamo el “milagro” de. la alimentación del Ejército. Conseguircon çdfras relativamente pequeñas valores calóricoS equivalentes a los ejércitos mejor nutridos no deja de ser un milagro.. No obstante, hemos de reconocer que hay un poco de trampa en este asunto, que es donde está la aclaración. El caudal -destinado a la alimentación se invierte exclusivamente en el valor Intrínseco cte los ali-mentos a precio de costo. A esto- debemos agregar el valor del pan que se su-mi nistra aparte, y -el-de la leña -que también forma capitulo aparte. Y todavia quedan partidas tan importantes -como son, instalaciones de cocina, des gaste de -las mismas, cocineros, agua, luz, etc. Si sumáramos todas -estas partid-as veríamos ue la cifra global difiere’ considerablemente de la que tomamos como básica. Pero así y todo, sigo con siderando por mi pai’te que no deja -deser un mila gro y dudo que -exista un-a en ti-dad en España que pueda dar de comer tan bien a los suyos por un precio tan reducido. Este es uii tanto qu-e tiene que anotare en su haber el Ejército -Español y es mi creencia que se debía -aprovechar para otros fines que salen de la índole de este -trab-ajo. Por lo que se refier,e al segundo factor o se-a, al científico mantenido por el Médico también ti-ene su explicación lógica. Tenemos que partir de la base de que- la Ciencia de la Nutrición no ha lle gado a un grado perfecto de desarrollo y se -en cuentra en evolución continua. Las ideas que to mamos como básicas hoy, pueden dejár de serlo el día de mañana. Estábamos ahora convencidos de que la cantidad de proteína animal necesaria es -la de un gramo por kilo de peso, pero esto no es absolutamente cierto. •En primer lugar, tenemos dos cónceptos que aclarar. Es el concepto -del mínimo y del óp timo. Llamamos mínimo a la cantidad indispen sable de proteínas que- es preciso tomar sin que se resienta el organismo. LI-amamos óptimo a aquella cantidad que -no sólo cumple las necesidades mi ni-mas sino que suministra al organismo una can tidad de energía y vitalidad que no se puede conseguir con el mini-mo. Esto lo podemos comprobar de una manera patente -por un ejemplo conocido por la mayoría. Sa-bemos que en muchos países muy --desarrollados hacen un -desayuno a- base- de - - - - - muchas proteínas. Este desayuno les permite -aguan tar la jornada de trabajo completa con sólo tomar una -comida ligera al -medio día. Este aumento de energía y. vitalidad es función, no de 1-acantidad de alimento -mayor ingerido en el desayuno, sino de la cantidad óptima de proteínas tomadas. Este factor está considerado como básico p-ara esta blecer y variar -las jornadas de -trabajo. Esta razón -del mínimo y el óptimo ha permi tido recientemente a la F. A. O. establecer unas flor-mas .generales para -los diversos países -con re1-ación a la clase de alimentación (ver folleto de la F. A. O. sobre necesidades protecas). P-ero hay- otro fa-ctór que es l que nos aclara esta divergencia. Trataré de explicarlo, en los -tér minos -ms vulgares, a fin de iie pueda ser com prensi-b-le por los no téenicos* Dijimos que había un-a proteínaS animal y otra vegetal. Pues bien; la proteína de todos los animales está hecha de los mismos materiales. A -modo de -esos juegos de ar quitectura infantil que se componen de muchas pie zas sueltas y con ellas se pueden construir diver sas figuras, asimismo cuando ingerimos proteína animal la- descomponemos en sus elementos más simples y con ellos hacemos -una proteína humana. Si de esto -alguien lamenta que el hombre está he cho con los mismos elementos que el cerdo, será más o menos sensible, pe.ro es una realidad con una profunda base teleológica. Pero ocurre que la proteína vegetal sólo tiene una parte d-e los elementos de Ja animal. Siguiend el-mismo símil es como esos juegos de arquitectura infantil, pero más sencillo y con menos elementos y como es natural, con sólo una pro-teína vegetal la alimentación pecará de insuficiente y no -per mitirá un desarrollo adecuado. Y aquí es donde está la clave de nuestro asunto. Si a la proteína vegetal le añadimos los elemen tos que le faltan -mezclándola coh un poco de pro- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 17 tena animal habremos suministrado los elementos que le faltan a la arquitectura infantil pai’a po der hacer edificios mayores. Y ésta es La explica ción de la alimentación del soldado español. La cantidad total de proteínas, englobadas, las ve getales y animales, es buena. La mayor parte es proteína vegetal pero con la pequeña cantidad que toma de la animal, tine bastante para poder hacer su propia proteína. Hoy día se ha llegado incluso por vía de síntesis a obtener artificialmente estos elementos sueltos y permite hacer alimentaciones completas de pro teínas que no encierran concretamente ninguna de las naturales conocidas, sino un compuesto ar tificial tan nutritivo como la mejor de las natura les. Y pór este sistema nuestro coitseguimos dar a nuestros soldados una dieta que no podemos llamar óptima, pero sí mínima. Y en este punto parece que llegamos a la cor clusión de que la alimentación del Ejército Es pañol es inmejorable, pero esto no es cierto. Nada d’e lo que tenemos es inmejorable. Es cierto que el volumen alimenticio y su valor energético es b•ueño. Pero este alimento necesita una prepara ción y esta preparación se hace en la cocina. Nuestro defecto, a mi modo de ver, está en La co cina. Y en esto tenemos defectos considerables. En dos grupos •podemos engl’obar los defectos de nuestras cocinas. El primero se refiere a las instalaciones y el segundo al personal de cocina. Por lo que se refiere a las instalaciones las pode mos calificar en general como de muy deficientes y anticuadas. En todo el recorrido que hemos he cho a lo iargo de nuestra investigación, sólo una cocin a reunía los elementos indispensables para ser calificada de buena. Prefiero no hacer men ción de la misma por no establecer diferencias, pero se lo hice constar así a su Jefe. De todas las demás que visitamos, se podía establecer una gra dación cuyo comienzo por la rnarte alta distaba mucho de la que vimos como óptima. Resulta lamentable que hasta la fecha no haya mos aprovechadó las extraordinarias ventajas que supone la cocina a presión, cuando es evidente que resultan económicas. Nuestras cocinas son más bien tabricas ce humos. Pero sobre todo no hemos llegado a una normalización de la cocina ideal para la tropa. Nos regimos para su instalación por un sistema consuetudinario y arcaico. Lo mismo que decimos dé las cocinas lo podíamos aplicar a todas aquellas maquinas y artefactos que facilitan el trabajo de Ja cocina y también la economizan. A este respecto quiero reyelar una anécdota alec cionadora. Pronto pude comprobar durante mi es tancia en la Agrupación de Sanidad n.° 1, que la merma cje la patata cuando se monda a mano es de un 20% y hasta de iín 30%. Si se hace esta 18 monda a máquina con cuidado, la •merma.sólo as ciende a un 10 %. En estas condiciones le pre gunté al Capitán de Cocina qué era lo que evalua ba él para la alimentación del soldado si lo que compraba en bruto o el neto qúe echaba en la olla. Como es natural, me contestó que lo cierto para la alimentación era lo qué echaba en la olla. Entonces le demostré que por medio del pelado de la patata a máquina le entraban en la olla 15Kg. por ciento más de patatas y entonces le dije que si me lo abonara, por este sistema conseguía un ingreso mensual de 900 pesetas y al cabo de unos meses la máquina de pelar patatas estaba amor tizada, quedándole además algunos años de uso. Pero no es éste sólo el factor importante; s de fecto es de instalación. Los alimentos sufren dete rioro por su mal uso. Y aquí nos vemos oblIgados a volver a nuestra divulgación científica. Los alimentos no son sólo proteínas, grasas y azúcares. Se componen también de unos elementos en muy pequeña proporción, pero tan necesarios para la alimentación como los otros. Estos dos factores son ls vitaminas y ciertas sales riinera les. Las vitaminas son determinados productos químicos que van de una manera .natural con los alimentos, pero que pueden destruirse con facili dad si son maltratados. Aquí viene a colación un dato que pudimos ob servar. Como quiera que la monda de patata a mano requiere personal y tiempo, ocurría en la mayoría de los sitios visitados, que la mañana no era lo suficientemente larga para hacer la monda de la patata y prepararla para la comida. En vista de ello, se recurría a pelarla la tarde anterior y a fin de que no se quede negra porque se oxida al contacto con el aire, la metían en grandes baldes con agua. A la mañana siguiente sacaban la pa tata del agua y la preparaban para la comida. Pues bien; udimos Comprobar que la mayor parte de la vitamina C (que es la mayor fuente de vitamina para el soldado español debido a que la patata española, a diferencia de la de otros países, tiene mucha vitamina C) pasaba de la :patata al agua de lavado y se tiraba. De esta forma se conseguía que la mayor parte de la vitamina C se desperdi ciara y produjera en los soldados síntomas’ de deficiencia de ella. Quizá se pudiera multiplicar los ejemplos alec cionadores cíe los defectos que la instalación de la cocina lleva consigo. Pero para muestra, con un botón basta. De aquí se deduce la necesidad de instalar las cocinas con arreglo a una técniéa moderna y efi ciente. Sin duda esto cuesta dineró, pero es más cierto que a la larga esto traería consigo beneficios, porque los gastos son de primera instalación y las economías duran largo plazo. Pero estas instalaciones deben estar manejadas 1 por un personal adecuado. Montar unas magni ficas instalaciones y dejarlas después en manos de un personal poco o nada apto, es tirar el di nero. se precisa en primer lugar cocineros que conozcan su oficio y que respondan del trato de las insta lac,iones. Para ello creo que también sería preciso que el personal que controle la cocina sea siempre el mismo. Desconozco la razón o razones que aconsejen el cambiar de Sargento y de Capitán de cocina cada mes; pero una cosa es segura y es que no se tomaron desde el punto de vista de 1a cocina. Si la cocina pudiera opinar diría que desea una persona capacitada y’ fija en la misma. Da la casualidad para aseverar esta tesis que la cocina que conocí magníficamente instalada estaba re gida por una persona fija y tetiía un cocinero ca pacitadó. A esta persona fija se le puede controlar de la manera que se desee, pero no la obliguemos a cambiar sin una razón fundamentada. La cocina no tiene por qué pagar las consecuencias de la administración. Pero estos asuntos expuestos sucintamente y con ánimo de divulgar, para lo cual he tratado de hacerio con claridad, encierran problemas más pro fundos y complejos. Porque ni la cocina ni la alimentación son tan simplistas como lo hemos expuesto. La alimen tación y la cocina van pasando gradualmente por distintas fases que se relacionan con los. progre sos de la civilización. Sin duda, la cocina primi tiva era elemental y destinada. sólo a satisfacer mos muy distantes de pre.senciar un cáso parejo el hambre, pero de una manera gradual y progresi al ocurrido en el siglo XVI cuando un E’mbajador va fué creciendo su atención para ir superándose francés murió ahito de “paella” a los tres días de en la preparación y presentación de los alimentos. desembarcar ei Valencia. Este progreso paulatino tuvo su auge en aquel f a Pero si desde esa fecha la Cocina no ha progre moso cocinerb francés BriIlat Savarin del que se sado como Arte, ha sufrido ea cambio una evolu puede afirmar que llevó la cocina al máximo de su ción como Ciencia. De aquí que podamos dividir arte, hasta el punto de establecer una diferencia la Cocina en Cocina-Arte y Cocina-Ciencia. .Y la realidad es que de una manera paulatina entre satisfacer el hambre y satisfacer el apetito. sta cliterencia es muy sutil y por esto mismo es se nos van introduciendo modas y conceptos ex más fácil imagi.narse la diferencia que describirla. traños que vamos adaptando de una manera in Pero parece deducirse que satisfacer el hambre es snsib1e. Son hy muchos, los que tom.an zumo de sólo. un problema de instinto, y satisfacer el ape tomate, más que por su sabor por snobismo o por que saben que tiene vitaminas. Y un tanto por tit9 es también satisfacer el instinto, pero templa snob y otro tanto por las. dificultades que crea do o doblegado por la educación. Por ello, la satis facción de apetito lleva consigo no sólo el alimento cada día el progreso, vamos desterrando de nues en sí mismo, sino su presentación, la mesa, los vi tro acervo comun y familiar una serie de platoS nos, los amigos, las charlas de. mesa, etc. comidas que gozaban nuestro privilegio y las De esta época parten los conceptos de Cocinas yvamos desterrando a un costumbrismo exótico pa Nacionales y Regionales y podemos afirmar que ra disfrutar de ellas sólo •de una manera circuns desde entonces no se ha mejorado el concepto de tancial y en fechas memorables. Cuando la reali Cocina como Arte. No es nuestro o.bjeto entrar en dad es que debíamos perfeccionar desde el punto de vista científico nuestra cocina arcaica que tie detalles y discúsiones sobre las diferentes cocinas. ne una cantidad de platos regionales que por un Pero es. lo cierto que la Cocina desde aquella épo proceso consuetudinario llevan consigo no sólo la ca no ha progresado nada en concepto de Arte y excelencia de la presentación y el gusto, sino tm por mucho que podamos creer que a “paella” ha bién todos los elementos deseables para una bue ganado en condimentación, es lo cierto que esta- na alimentación. . 19 De esta manera conseguiríamos depurar nuestra Cocina y valorarla clentíficaffiente, para darle un• prestigio que ya tiene por su sabor, pero que tam bién podíamos hacerla competir por su Ciencia. Porque hay una cosa que está demostrada. A pe sar de lo mal que se ha hablado ‘y de la mala fama que tiene el aceite de oliva como condimento de la cocina española, es Ja “fritanga”, como dice muy bien Marañón con su gracejo peculiar, en un pequeño trabajo que no tiene desperdicio, el mal recurso nos ha traído la mala fama de todos aque llos famosos •turistas que nos visitaron el pasado siglo. Pero está comprobado que la alimentación confeccionada con aceite vegetal lleva consigo el que los niveles de grasas en la sangre de las per sonas que se alimenten con el aceite de ojiva, sean muy inferiores a los de aquellas personas que se alimentan con grasa animal.- Y la consecuencia de esta diferencia está en que la alimentación con grasa animal conduce a enfermedades de las arte rias y del corazón, entre las que está inciuía la angina de pecho. Y en tanto que estos países ali mentados con grasa animal tienen una estadística ‘aterradora• de esta clase de en fermedades, nuestro país, sin estar libre del mismo, tiene un porcen G U 10 N - REVISTA ILUSTIIOA ilfiLOS MANilOS SUBALTEUNOS DEL EJIiREITO E U M A R 10 La taje mucho menor y si aquilatamos, nos daremos cuenta que su mayor porcentaje se da en las cia ses acomodadas, que pueden permitirse cantidades mayores de alimentos de origeh animal. Creemos, pues, que nuestra cocina posee una se rie de virtudes, tanto de tipo gastronómico como de carácter científico, y que es preciso que reivin diquemos para nuestro país todos estos valores de una manera racional y científica. Corno decía anteriormente, este asunto es coro plejo y no es posible resolserlo de una manera sim •plista. Pero por lo que a nuestro Ejército se re fiere, nuestros Mandos tienen en proyecto la crea ción de una Comisióli dedicada al estudio de la Nutrición. Esta comisión se encuentra todavía sin perfilar, pero tendría a su cargo el estudio de los proble mas que lleva consigo la alimentación y tendería a introducir mejoras tanto. en la alimentación co mo en las instalaciones de Cocina y en definitiva propagar estas ideas sobre la alimentación con ánimo de conseguir una raa mejor y un rendi miento mayor de todos los individuos que como nen nuestro Ejército. rIel número de abril de 1959. Instrucción de reclutas.—Capitán Juaneo Sáenz Diez entra en el CuarteL-”La Voz de las ,G’umbres” &B.I. 58 al habla con los lectores de “Guión”.—Sargento Ochando Baena. Cosas de Ayer, de Hoy y de Mañana. — Comandante Ory. de un itinerario por los pueblos y las tierras de España: ‘Reino de Murcia (IV). Radiódifusión Eslanipas Por Juan Cualquiera. - 20 Una unidad combatiente originalisima. — Rico de Estasen. Porto-Cristo.—Sargento Torres Costa. Nuestros lectores preguntan.—Redacción. - El Servieiode Oidnanee en Campaña del Ejército de los E.L.U.U. sus ana1oia8 con ‘ nuesiro Servicio de Arlilleria )I Comandantes de Artillería, Ricardo LOPEZ-FRANCOS SANZ, de la Escuela de Apli cación y Tiro, y Pedro GOMEZ MARTIN, de la Academia de -Ai’tilleria. I.—INTRODUCCION - Lo que sirvió para vencer en el pasado, puede no- servir en el futuro. La compleia maquinaria de la guerra moderna se parece muy pdco a los simples elementos de des— trucción empleados en el pasado. El material -de guerra ha ido de los fusiles de acción simple y de la Artillería hipomóvil a las armas automáticas, carros de combate, direcciones de tiro, radar, pro yectiles dirigidos, etc., que i-ncorporan los últimos adelantos científicos y de ingeniería en los cam pos de la Mecánica, Hidráulica y Electrónica. Los miles de piezas independientes que requiere el entretenimiento y reparación de ese -equipo, se han hecho también tan confusos que ya no se pueden improvisar la •rdparaCión y el entr&tefli miento en el campo de batalla. Hoy la estrategia y la tá-ttica sólo pue-den hacer lo que permite la Logística. De aquí 1-a importancia reconocida por todas 1-aspotencias, al apoyo logístico; Los americanos consideran al “Ordnance” (Ser vcio de Material de Gue-rra) como el más impor tante de todos los Servicios de su Ejército, y dicen: “Si -la táctica y 1-aestrategia proporcionan el esquema de las operaciones militares, la logística es el medio para conseguir ese fin.” Todo esto -nos induce a -considerar el- Servicio de Material de -Guerra como uno de los más impor antes; quizás principal. Por ello y porque, modestamente, creemos pu de tener cierto interés para nosotros en estos mo mentos, es por -lo que nos decidimos a exponer unas ideas acerca de cómo resuelven este proble ma en el Ejército de los EE. UU. - - - • - - - - - - - • - - - - - - 11.—BREVE HISTORIA - El origen -del “Ord-nance”, se remonta al año 1775 en qu-e el Con-gr-esoAmericano nombró un Comité Secreto compuesto de nueve miembros, -con la misión de -adquirir armas y muflciofle5 -para los primeros ejércitos coloniales. En 1778, el Departamento e Material de Gue rra fué citado como tal por el Congreso, cuando nombró a dos Oficiales- de Ingenieros y dos Oficia les -de Artillería para cons--tituir la Junta de Ma terial de Guer-ra, bajo el Mando del Co-mandante en Jete. Esta Junta tenía como misión la d:e -orga - fizar el abastecimiento y entretenimiento, almacenamiento y distribución -del Material de Guerra, entre las Unidades combatientes. En esta época se estableció el primer Pa-rque y la primera Maes tranza, que en -unión de -las creadas posteriormen te han estado funcionan-do durante todas las Guc— rras y aún hoy son la có-lumna vertebral del Ser vicio de Material de Guerra. Ahora, -en tiempo de paz, -estos Parques y Maes tranzas colaboran -con el desarrollo de- nuevos pro yectos y en -el mejoramiento -del material ya exis tente. De ellos depende el fabricar, descubrir -difi cultades de fabricación, determinar los costos, nor malizar los métodos de fabricación y mantener en vigor la esencia de la fabricación de municiones. Sirven también como -centros de enseñanza de personal p-ara ayudar al comienzo de una fabri cación masiva. Durante el tiempo de Guerra ayu dan a todo lo concerniente con la fabricación en todas sus formas, pero la producción no es aquí más que una mínima par-te de la necesaria. El Servicio de Mate-rial, de Guerra fué controla do por la Artillería durante el período compren dido entre 1821 y ¿832, us-ando la bomba flamean te corno su insignia común, la más antigua del Ejército. En 1834 fueron separados, conservando el “Ordnanc-e” la bomba flameante y adoptando Ar tillería los cañones c-ruzados. El entretenimiento y -reparación -dei Material de Guerra en Campañ-a apenas se consideró como misión del Servicio hasta la Primera Guerra Mun dial, y las organizaciones para este servicio, no existieron hasta, que el -conflicto estaba eh SU -apo gen. Los primeros talleres de r-eparación se insta laron en Francia, no como resultado de un plan bien estudiado, si-no para resolver las necesidades urgentes que amenazaban un desastre. En estos ta lleres se empleó personal civil, puesto que el mili tar no esta-bá entrenado en tales menesteres, ni re le podía distraer de combatir. Para aclarar la confusión reinante en las nece sidades de reparación se creó el Servicio de Ma terial en Campaña el 19 de junio de 1919. Esto dió al Jefe del Servicio una responsabilidad defi nida acerca del abastecimiento y- entreteaimiento del material de Guerra. El resultado de esté p-aso decisi-vo fué dar una organización cfi-caz de en tret-enjmiento durante la Segunda Guerra Mundial. - - 2 terial de Guerra en perfecto estado, en el momen to y lugar que exija la situación táctica, inclu yendo: Armas portátiles y automáticas, morteros, $ AX Piezas de Artillería, direcciones de tiro, todos los tipos de municiones, vehículos de transporte y de combate, talleres móviles de reparación, piezas de repuesto, herramientas y accesorios de los mismos.. Hoy hay que añadir a todo lo anter-ior, los “Missi les” (2). Traduciendo todo lo anterior a costo (a lo que tan aficionados son los americanos) nos encontra mos -con que el equipar a una División de Infante ría, solamente de armamento, sin incluir el ves Pig’.- 1 tuario ni -las municiones, cuesta 66 millones d-e dó lares, y si se trat-a de una División Acorazada Quizás una de’ las lecciones más importantes de costo se eleva a 200 millones. En general el pre la Primera Guerra Mundial, fué que América po siípuesto de material de dicho Servicio supone el día organizar, instruir y transportar tropas de 45 55 -del presupuesto total asignado -al Ejército combate y de los servicios con más rapidez que se de Tierra. podían armar, equipar •y entretener. Es evidente Examinando las cifras anteriores se ve la enor que esta Consecuncia será más grave segOn au me responsabilidad que tiene el Servicio de Mate menta el armamento en complejidad y potencia. rial de Guerra, en lo concerniente a la guerra eco Durante Ja Segunda Guerra Mundial, y en fun pudiendo decirse que el éxito o fracaso ción de las misiones encomendadas, fué necesario nómica, del esfuerzo defensivo total, descansa. económica una reorganización del Servicio de Material de mente hablando, sobre él. Guerra, llegando a tener en personal más ie 25.000 Este servicio es desempeñado por el Cuerpo de Oficiáles, 350.000 soldados y 300.000 empleados ci Material oc Guerra a través de las Pls. Ms. agre viles, a las órdenes directas del Servicio en los di gadas -a las Gs. Us. y de las Unidades de Tropas ferentes Parques, Maestranzas y Polígonos de Ex oc aquél, bajo la responsabilidad del Jefe de Ma periencias y Oficinas, sin contar con los cientos terial d-e Guerra. de miles que estaban trabajando en las fábricas Cuan-do el material es entregado a las tropas pertenecientes al Góbierno bajo la inspección di combatientes, la dependencia se transfiere al Manrecta del Servicio de Material de Guerra. do táctico; si-n embargo la responsabilidad sobre Para resaltar los enormes gastos y cantidades 1-a supervisión técnica de todo el fu-ncionamient de material fabricado, en nota damos algunos da del Servicio sigue pesando sobre el primero. tos estaclisticos sobre unas cuantas acciones (1). La actuación del Servicio dentro -de una Gran Unidad, recae s-obre -el Man-do de -1-amisma. III.—MISION Las funciones que ha de desempeñar el Servi El Servicio de Material de Campaña tiene como cio las podemos resumir en tres grupos: Misión principal proporcionar a las tropas el maa) Suministros y Entretenimiento, que abarca-. (1) Para la invasión del Norte de Africa, el perso-’ Aduisi-ción, distribución y entrega -del Mate nal del Servicio manejó en el sentido físico de la pa rial de Guerra, incluidas municiones, a las labra 3 1/2 millones de armas y elementos de guerra. De Unidades d-el Ejército. esta cantidad el 70 55 fué de municiones, el 20 55 de vehículos y el 10 % restante de armamento y material Recuperación, entretenimiento, evacuación y diverso. puesta en servicio de dicho material y muni En la ruptura del frente en St. Lo en Normandía, ciones. que requirió una considerable preparación artillera, en Información sobre los medios disponibles. los tres días que duró la batalla, se dispararon 120.000 proyectiles de Obús de 105 mm., lo que representa un b) Orientación técnica e Inspección, que in peso de embarque de 3.000 toneladas. cluye : Entre la primavera de 1944 y finales de 1945 se repa Aconsejar a los Jefes sobre las características, raron por las tropas del Servicio más de 50.000 armas y piezas de Artillería y 33.000 direcciones de tiro, ileposibilidades, limitaciones y normas de utiliza gando el Servicio, en esta época, a ser responsable del ción del material, así cómo métodos de e-mpleo entretenimiento de más de dos millones de vehículos. y entretenimiento preventivo. De la magnitud global del material que el Servicio tuvo a cargo durante esta Segunda Guerra Mundial nos Inspección técnica del Material, incluyendo la • - . - - — - — - - - — - — - - - -- - - — da idea el que el Costo en -dólares de dicho, material de guerra durante ese período fué de. 45 billones de dóla res. De los cuales 38 billones fueron para carros de combate, armas ligeras, camiones, municiones, Artille ría, Direcciones de Tiro y accesorios. 22 (2) Vehículos - que tierra con elementos tripulados. vuelan sobre de propulsión la superficie de la propios y sin estar munición, para establecer el estado de servicio y asegurar su conservación y seguridad. c) Recuperación y puesta en servicio del Mate rial capturado al enemigo o el propio abandonado. IV—LO PRINCIPIOS DEL SERVICIO DE MATERIAL DE GUERRA EN’ CAMPAÑA Así como los principios del arte de la guerra preconizados por el General Carl Von Clausewitz establecieron una doctrina para las operaciones militares, así los principios del Servicio ‘de Mate rial. de Guerra sirven corno unas verdades bási cas, las cuales deben ser cumplidas tanto en las operaciones internas del Servicio como en las re laciones de éste con los usuarios del material. Estos principios establecidos por el Ejército de Estados Unidos son también sencillos y al alcance del sentido común. Sin embargo, como nos dice Clausewitz, la gran dificultad estriba en permane cer fieles a ellos. En otras palabras, lo difícil no •es entenderlos, sino cumplirlos, que es donde radica la verdadera eficacia, y lo que requiere el esfuerzo constante de todos, los Oficiales del Servicio. Cada función del Servicio debe ser reflejo de estos principios, que se enumeran a coñtinuación: Servicio único. Indivisibilidad del abastecimiento y las repara ciones. Repuestos. Las piezas de gran consumo a van-• guardia y las de poco consumo a retaguardia. Separación e inspección de las piezas útiles de las inútiles. Asignación de un área de responsabilidad en consonancia cori la misión. —Mantenimiento y abastecimiento hasta el es calón logístico más inferior y en la posición irás avanzada. Tomando las iniciales de los principios enume rados, se observa que puede formarse con ellas las palabras SIR SAM, que sirve como regla mnemo — — — — técnica para recordar dichos principios; la figura 1 representa humorísticamente la misión del Ser vicio. Para comprender mejor estos principios, repa saremos y comentaremos cada uno de ellos. a) Servicio úníco.—El usuario del material debe entenderse solamente con un Servicio para todo lo relacionado con el material de guerra, abasteci miento y reparaciones, evitando la multiplicidad de dependencias y pérdida de tiempo. Para los usuarios este organismo único lo constituye las unidades de apoyo directo del Servicio, que es de donde reciben todo el material y el apoyo en el entretenimiento y reparaciones del que tengan de dotación. Todas las demás unidades e instalaciones del Servicio, están dirigidas a proporcionar a las unidades de apoyo directo la ayudanecesaria. Considerando este principio desde un punto de vista más amplio se ve que el Servicio de Material constituye el organismo único para el Ejércit’o de Tierra, pues .del Jefe del Servicio depende la su pervisión técnica y de mando en los asuntos rela cionados con la investigación, proyectos, desarrollo, fabricación, distribución, abastecimento, entreteni miento y funcionamiento del material de guerra. Por medio de los, mariuaies técnicos y otras publi caciones oficiales se disemina la información pre cisa concerniente al manejo adecuado, posibilida des, etc. del material, a la vez que los técnicos del Servicio proporcionan la asistencia técnica nece saria, tanto a los Jefes de las unidades como a los usuarios del material. b) Indivisibilidad del abastecimiento y las repa eiones.—El apoyo logístico de material es una com binación de las funciones de abastecimiento y’ re paración. No pueden separarse el uno del otro en ninguno de los escalones del Servicio. El abasteci miento depende de las reparaciones que propor cionan la máxima vida económica del material. ‘La reparación es una fuente de abastecimiento por la que las piezas inútiles se convierten en útiles » iE’ec ¿1PSS’OS U,,c&de.ç fJS(JCP/Of del naer,z/ Exito Potenci-c7 en ¿a 6aÉaLLa de Fig. 2. 23 o para ser devueltas a los canales de abastecimien to. Debe de explotarse al máximo el entretenimien to y la separación y disminui•re en todo lo posi ble el abastecimiento. Por otra parte cualquier operación que requiera la reparación del material depende casi exclusivamente del abastecimiento de piezas de respeto, ya provengan de las fuentes de entrega en origen, o del procedente de desguace. Todos los escalones de apoyo logístico deben de tener equilibradas las funciones de abastecimiento y entretenimiento. El entretenimiento requiere una entrega de material en el momento oportuno; el abastecimiento debe exigir el máximo esfuerzo al entretenimiento. Los dos son inseparables. e) Repuestos. Las piezas de gran consumo a van guardia y las de poco consumo a retaguardia.—El. servicio de armamento y material, dentro de los escalones de apoyo directo, tiene que• ser extrema damente móvil y debe establecer un eje de abas tecimientos y reparaciones a lo largo del eje de operaciones tácticas. Las unidades del servicio de ben entregar el material donde se necesite y en la cantidad necesaria. lfnicamente las piezas que tie nen un índice de mortalidad elevado, que caen de lleno en la categoría de “gran consumo”, deben almacenarse en las zonas avanzadas. Aunque ya se tenga establecido un número inicial de piezas, hay que basar las posteriores entregas en las verdacle ras mcesidades que se presuma ha de haber de material. Para poder cumplir este principio hay que mantener una contabilidad precisa y al día de todos los artículos. Las piezas que queden dentro de la categoría de “poco consumo” han de evacuarse a escalones pe sados o a Parques, que además de tener artículos de “gran consumo” deben retener una cantidad equilibrada de artículos de “poco consumo”, con arreglo a las mismas bases que tienen las unida des de apoyo directo sobre los artículos de “gran consumo”. El servicio logístico en la misión de apo yo de las unidades internas del servicio, tiene que proporcionar la entrega inmediata a las unidades de apoyo directo de los artículos que estén clasi ficados como de “gran consumo”. Sólo en una si tuación de urgencia deben desmontarse piezas de material inútil antes de proceder a su evacuación; sin embargo, debe de refiejarse en los in formes y fichas las cantidades de rnaterial que se han ma nejado, cualquiera que sea su procedencia. d) Separar e inspeccionar las piez útiles de las in.útiles.—pçr la aplicación de este principio puede facilitarse a las unidades de combate la má xima potencia de fuego y la máxima movilidad con cli mínimo esfuerzo a lo largo de la cadena de abastecimiento. La separación de las piezas útiles de las inútiles, en los almacenamientos, es una fuente de abastecimiento que debe explotarse al máximo. Debe evitarse la acumulación de piezas 24 9 inservibles y debe reconocerse el estado de ütilidad de todas las piezas antes de proceder a su distri bución. e) Area de responsabilidad en consonancji con la miáión.—Lo mismo que se fijan los límites geo gráficos a cualquier mando táctico, hay que fijar zonas para el apoyo logístico. Muy á menudo la zona de responsabilidad de las unidades del, ServI cio de Armamento coincidirá con la zona táctica a la que apoya, como ocurre con el Batallón de Armamento y Material orgánico de la División, o bien puede haber una coincidencia o superposi ción de determinadas zonas. Por ejemplo, una com pañía de recuperación de la zona d.e Ejército pue de estar a disposición de reforzar las secciones de recuperación de .dos o más zonas de División. El punto importante es que las unidades del Servicio apoyen zonas específicas, así como a las unidades a que estén asignadas. En esto están incluidos los servicios de remolque, patrullas de carretera a lo largo ele la ruta principal de abastecimientos, re cuperación en el campo de batalla, asistencia a las inspecciones técnicas, enlace entre las partidas de trabajo enviadas a las unidades de combate, des trucción de proyectiles y recuperación del material abandonado o capturado. Est principio debe de coordinarse por medio de un estudio y plan detallado para poder proporcio nar un servicio eficiente y eliminar la duplicidad de esfuerzos y falta de eficacia dentro de la zona de responsabilidad. Además de la misión propia del Servicio, los Jefes de sus unidades deben pro curarse SU propia segur’idad contra los ataques enemigos dentro de sus áreas de’ responsabilidad Los Jefes de las unidades del Servicio dé Ma terial de Guerra son frecuentemente encargados del mando de las fuerzas de defensa de una Zona de Retaguardia. f) Mantenimiento y abastecimiento hasta el es calón logístico más in/erioi’ y en la posición más avanzado.—La capacidad de los escalones usuarios para oponer al enemigo una mayor potencia com bativa es proporcsnal a la eficiencia del servicio de Apoyo directo. El Servicio de Apoyo directo debe detectar los fallos incipientes en la logística de las unidades usuarias, proporcionar a estas unidades una ayud.a inmediata y resolver de una mañera expedita los problemas relativos a Material de Guerra que re basen la capacidad de dichas unidades usuarias. tJna adecuada aplicación de este principio pro porcionará las siguientes ventajas: Material inactivo durante un tiempo mínimo. Las peticiones de transportes se reducen tam bien al mínimo. Reduce las necesidades en Materiales y sus componentes. — — SERVICIO LOGISTICO CONSUMIDOR AL DETALL DIRECTAMENTE BAJO EL COMANDANTE EN JEFE 7LOGTIC ADQUISICION Al.PORMAYOR DIRECTAMENTE 8AJOELJEFE DEARMAMENTO Y MATERIAL ORGANICO CAMPAÑA DE ORIGEN ZONADE COMB.YDEETAPA ZOND COMB.YDE ETAPASESCALONESINDUSTRIALES ESCALONESDE COMBATE ESCALONES DELSERVICIO ZONA DEETAP.Y DEI INT. USUARIOS ) SERVICIO SERVICIO APOYO APOYO DE O-ELA UNI DIRECTO CONJUNTO FA REALIZAR POR DAD POR A A EL USUARIO COMPAÑIASDIVISIONES Cs.DE E. TERIAS Cs.OE E. INDEPEN ITALLONESINDEPEN DIENTES 1WDIV-JDUAL a POR SERVICIO MANDOS INDUSTRIAL LOGISTICOSINSTALACIONES INSTALACIO DEL SE.RVICIO NES DEL SERVICIO IÓNES DIEt4TES EJE RCITOS CONTRATISTAS .roS EJERCITOS INDUSTRIALES a Reduce el tamaño de las instalaciones de la Zo na logística de retaguardia. No podemos justificar grandes organizaciones de apoyo logístico en las Zonas de rétaguardia con la suposición de que pueda fallar el Apoyo del Ser vicio en los escalones avanzados, exigiendo “Ciru gía” en las Zonas de Retaguardia. De la misma manera que la medicina preventiva y. no la ciru gía mantiene la salud de una unidad, el entreteni miento preventivo asegúra la eficiencia y economía de fuerzas dentro del sistema. La organización del Servicio de Ordnance debe ser continuamente revisada y ajustada a este prin cipio. Las exigencias grandes que pesan sobre el sistema de suministro, originando un exceso de actividades de reparación y reconstrucción, será consecuencia de no haber tenido en cuenta este principio al confeccionar el pian de apoyo de tódos los éscalones del Servicio de Apoyo logístico en Campaña. todo, uniendo a todas esas acciones e incluyendo otras más. En la parte derecha de la figura se ve un embu do ajustado al extremo de una cadena hueca. Los materiales que entran por ese embudo se transfor man por los escalones industriales en elementos aprovechables y pasan en un flujo ininterrumpido, a través de los diversos eslabones de la cadena, hasta ser empleados •como elementos de •combate, en el otro extremo de ella. Obsérvese que la cadena es un conjunto rígido, es decir, que existe la misma relación entre los esiabones, tanto si se tira de la cadena hacia adelante en el ataque, como si se hace retroceder por retirada o desmovilización. Si se observa que todos menos los dos eslabones de la izquierda, están bajo la resporsabilidad di recta del Servicio de Armamento y Material y que incluso esos dos caen dentro de la supervisión téc nica del Servicio, puede uno darse cuenta de la importancia de la misión encomendada a éste. La cabeza visible del sistema es el Jefe del Ser y—ESCALONES DEL SISTEMA vicio de Armamento y Material; cuya respons’ati En la figura 2 se tiene una repreSentaci5n del lidad táctica y de mando se extiende a todo lo sistema que proporciona los medios de dirigir los largo de la cadena, desde los escalones industriales esfuerzos hasta el último objetivo, el éxito en la h’asta las armas usuarias. En la figura 3 se mues batalla. Se compone de eslabones (Secciones o Es tran las misiones y responsabilidades de todo el sistema. calones), dependientes unos de otros entre sí. Hay que considerar a cada uno de los eslabones ESCALON.—SFRVICIO INDIV IDUAL corno una Sección o escalón del Servicio Logístico, PRIMER no meramente como funciones privadas de fabri Este escalón lleva consigo el mínimo equipo cación, adquisición, abastecimiento o entr.eteni esencial: para que los individuos, tripulaciones o miento. La Logístiea es un término que incluye sirvientes, cumplan su misión con el máximo :apro — 25 vechamiento. Incluye el entretenimiento ‘preven- usuarios no pueden reparar, para proceder a su tivo, sobre la base de realizarlo antes y después reparación y devolución, inmediata al usuario, o del manejo y funcionamiento del material, para su evacuación al escalón superior, después de EJ personal citado tiene que realizar la limpieza, efectuar su cambio por otra pieza igual en estado engrase, apriete y las pequeñas reparaciones p’ara (le servicio. Las unidades de apoyo dicto son extremada ‘las que estén autorizadçs por sus reglamentos tác mente móviles, i, por ello, flexibles para acompa ticos. Se realiza por el usuario. ñar a las Unidades usuarias en sus movimientos a lo largo del eje de avance o retroceso. ‘Su lema es: CONSERVACION. Su lema es: R’EPARACION Y DEVOLUCION AL USUARIO. SEGUNDO ESCALON.—SERVICIODE LA UNIDAD , En este escálón se efectúa la adquisición, distri CUARTO ESCALON.—SERVICIO DE APOYO DE bución, y contabilización del material de guerra, al CONJUNTO nivel orgánico. En él se lleva a cabo la supervisión de los, mandos orgánicos y el adiestramiento de Este escalón realiza la adquisición y entrega los usuarios para sacar el aprovechamiento máxi del material para las unidades del servicio de apo mo y más económico del material. Incluye la su yo directo. Su función primordial es la del apoyo pervisión del entretenimiento preventivo, a cargo a las unidades propias del servicio. Sus ‘unidades de los usuarios, sobre la base de realizarlo antes y son mayores, semimóviles o fijas, estando situadas después de la utilizacIón del material,’ indepen en la zona intermedia de la zona de Ejército, o dientemente ‘de las revistas propias de la Unidad. en las avanzadas que estén bajo el mando los En él: se realiza el entretenimiento orgánico, que tiio. Realiza el trabajo que no pueden hacer las está fuera de las posibilidades del que llevan a unidades de apoyo directo, después de cambiarlas cabo los usuarios directos (primer Escalón), rea los elementos por otros en estado de servicio, y la lizándolo cada bimestre. Efectúhn’ la limpieza, segregación y almacenamiento de las piezas inúti ajuste, engrase, apriete y pequeñas reparaciones. les, a las que repara, reconstruye y ertrega’ a los El material que no pueden reparar, se evacua a Parques y Almacenes. las unidades de apoyo directo del Servicio de Ar Su lema’ es: REPARAR Y ALMACENAR. mamento. Se lleva a cabo en las Compañías, Baterías, Ba tallones, Grupos, Agrupaciones .y Regimientos. QUINTO ESCALON. SERVICIO DE PARQUES Y Su lema es: CONSERVACION. MAESTRANZAS — Este escalón da la base de adquisiciones, almace namiento y entrega al por mayor, del material y’ efectos, desde una base fija y establecimientos ir termedios, llevándolo hasta las unidades más avan En este escalón se efectúa la adquisición y en zadas del servicio. Realiza la reunión, segregación trega, en detalle, de los materiales. Es el único me y destrucción de todo el material inútil que no dio directo que tienen los usuarios para recibir su pueden reparar .los escalones inferiores. Ejecuta material. En él se inspecciona y completa las pie desmontajes totales y reconstruye para almacenar. zas y elementos, antes de proceder .a su entrega y Determina cuáles son los artículos, que deben cia se realiza la ayuda técnica al usuario en lo con sifi’carse como “críticos” o de “gran consumo”. éerniente a características, posibilidades, limitacio k’rovee d.c asistencia técnica a todos los escalones nes, funcionamiento adecuado servicio del ma avanzados que lo necesitan. Normalmente opera en la zona de comunicaciones o en la del interior. terial. El escalón proporciona el personal que, bajo el Su lema es: ABASTECER. mando del Jefe de la Unidad Superior, ha de ve rificai las inspecciones’, para determinar la efi ESCALON INDUSTRIAL cacia y eficiencia el entretenimiento y abasteci miento. Realiza la recuperación en el campo de Constituye la fuente de investigación, desarrollo, batalla y organiza las patrullas de reparaciones fabricación y adquisición de’ todo el material de en arretera, en el interior de su zona de acción. También organiza las partidas de trabajo que se guerra. Provee’ de asistencia técnica a todos los envían a las posicfon.es avanzadas, para reparar escalones inferiores para el funcionamiento, em el material averiado. Recibe el material que los pleo y reparación del material’, así como la redac TERCER ESCALON.—SERVICIO DE APOYO DI RECTO 26 - ión de las publicaciones técnicas correspondientes. tectua la eclucacion científica superior y la en señanza técnica, por medio de sus ingenietos, en las Escuelas del Ejército. Sus Unidades son: Maestranzas, Parques, Fábri cas, Arsenales, Distritos, Laboratorios de Iflvesti gación y Polígonos de Experiencias. S lema es: PRODUCCION. VI.—ANALOGIAS - De todo lo anterior deducimos ciertas analogías de Ordnance con el Servicio dé Artillería español. No hay duda de que, aunque en nuestra organiza ción no existan con dicha denóminación, de hecho disponemos de estos servicios. En lo equivalente al primer escalón (usuarios) —sirvientes en una pieza de Artillería, tripulación en un Carro de Combate o conductor en un Ca mión—no hay diferencias esenciales y ambas orga nizaciones tienen misiones análogas. En 10.equivalente al segundo escalón (unidades),. en nuestra organización está Compuesto por los maestros Ajustadores, Armeros (C. A. S. E.) y Sub oficiales Especialistas, con sus equipos de personal, herramientas y accesorios o piezas de repuesto. Ambos escalones son orgánicos de las unidades y dependen de los mandos de las mismas, aunque también tienen dependencia técnica del Jefe de Armamento y Material de la Unidad Superior en cuanto a inspección y abastecimiento. Disponemos de normas, folletos y reglamentos sobre esta materia. (Normas para la clasificación, conservación, inutilización y transporte del arma mento, material de Artillería y municiones. Los Servicios Oe municionamiento y de Armamento y Material en Campafia, etc., y las Normas que continuamente está dando el E. M. C. sobre esta) Materia). A nuestro modesto entender están algo disDersas y algunas anticuadas. En los restantes escalones, el problema es más complejo, pues si bien podríamos decir que lo equi valente a lo Escalones 3.° y 4.° está integrado en los Parques de Artillería Divisionarios, de C. E. y Ejéxcito, -con sus Secciones de Municionamiento y Armamento y Material, así éomo parte de las Maestranzas, éstos carecen en absoluto de Un idades de Campaña con la debida movilidad Y flexi bilidad para poder apoyar a las tropas combatien - - tes en las diversa situaciones tácticas que hoy pueden presentarse, tan diferentes de las l pa sado. En las Divisiones americanas y con la misión de conservar en perfectas condiciones todo su arma inento y material, así como de abastecer de muni ciones. y repuestos a toda la División, exist de plantilia un Batallón de ORDNANOE (unos 300 hombres), unidad fundamental de la División y sin la cual no podría manteier su movilidad y po tencia de fuego. En cuanto a los escalones 5.° e Industrial, tene mos las Maestranzas, Jefatura de Artillería y Di rección General de Industria y Material con sus fábricas Militares, Polígqno de Experiencias, Ta ller de Precisión y Centro Electrotécnico, C.E.T.M.E. y Escuela Politécnica, quienea) asumen la responsa bilidad en cuanto a Investigación, Desarrollo, Fa bricación, Adquisición y Recepción del Material de Guerra y Municiones. VII.—RESUMEN Resulta difícil, en el -corto espacio que permite un articulo, dar una idea clara de lo que es este im portante Servicio de ORDNANC-E en todos los as pectos que él abarca. No hemos referido sólo .a sus principios y esdalonés en Campaña, sin entrar en la organización de sus Unidades. Al ver las analogías con nuestro Servicio, no he mos pretendido decir que el Ejército Americano sea perfecto ni que ‘el nuestro no se pueda mejorar y -adaptar a las circunstancias actuales; simplemen te hemos pretendido comparar los cuidados y con servación del Material de Guerra en uno y otro, así como recordar que tenemos medios útiles para me jorar esos terminar, cuidados. queremos -resaltar que de tódos Y para los extremos que abarca la Instrucción en el Ejér cito de BE. UU., quizás el prinéipal y en el que más hincapié hacen los Mandos, sea éste de entreteni miento y conservación del Material de Guerra, por considerarlo como uno cte los factores principales para obtener el máximo rendimiento en Campaña. Nos sentiremos muy satisfechos si con estas notas conseguimos crear una inquietúd sobre el asunto, que también nosotros creemos tan fundamental para la eficacia y economía de nuestro Ejército. 27 Afio 1959Premios la çóiaboración Para estimular y recompensar los trabajos de los colaboradores de EJERCITO, el Excelen tísTmo señor Ministro del Ejército ha dispuesto se establezcan, para el período de tiempo com prendido entre 1. de enero y 31 de diciembre de 1959, premios en el número y cuantía y para los grupos que a continuación se expresan: 1.—ESTUDIOS GENERALES SOBRE GEOBELICA, POLITICA MILITAR Y ECO NOMIA DE GUERRA REFERIDOS AL MOMENTO ACTUAL.—Un premio de z.5oo pesetas y otro de 2.00d. 11.—ESTUDIOS GENERALES DE TACTICA, ORGANICA MILITAR Y MOVILIZACION.—Un premio de 2500 pesetas y otro de 2.000. III.—ESTUDIOS GENERALES DE LOGISTICA, NORMALIZACION Y CATALOGA ClON Y I3STADISTICA.—Un premio de 2.500 pesetaS. IV—ORGANIZACION, ARMAMENTO, MATERIAL Y EMPLEO DE CADA UNA DE LAS AMAS.—Un premio de 2.500 pesetas y tres de 2.000. V.—ORGANIZACION, MATERIAL Y EMPLEO DE CADA UNO DE LOS SERVI CI O&—Un premio de 2.500 pesetas y otro de 2.000. VI.—ESTUDIOS SOBRE MORAL, PSICOLOGIA, EDUÇACTON E INSTRUCCION MI LITAR.—Un premio de: 2.500 peSetas. VII.—PROYECTI.LES DIRIGIDOS Y COHETES NUCLEAR.—Un premio de 2.ooo pesetas. VIII.—COOPERACION AEROTERRESTRE .—Un IX.—GUERRA DE GUERRILLAS Y DEFENSA de z.00o pesetas. X.—HISTORIA MILITAR.—Un premio de 2,000 REGLAS Y ESTUDIOS SOBRE LA GUERRA premio de 2.000 pesetas. CONTRA LAS MISMAS.—Un premio pesetas. PARA LA REALIZACION DEL CONCURSO 1. Tendrán derecho a tomar parte en este concurso todos los trabajos en la Revista entre 1. de enero y 31 de diciembre de 1959. que se publiquen - 2. El Director de la Revista elevará al Estado Mayor Central la correspondiente propues ta de premios, precisamente en el mes de enero de 1960. 3. El artículo 12 de la Orden sobre publicaciones de 4 de enero de 1951 (“D. O.” núm. 23) dispone que el premio de un trabajo de la Revisfa autoriza para la anotación correspondien te en la Hoja de Servicios del autor. 28 No mas, sino mejor Comandante, de Luis PINILLA SOLIYERES, de la Escuela Aplicación y Tiro de Infantería. “EL hombre vale lo que sabe: pero no vale más el que sabe más, sino el que sabe “mejor”. — .JOVELLANOS. 1—EL • METODO EN EL RENDIMIENTO INTELECTUAL Refiere Ramón y Cajal en sus “Reglas y Con sejos sobre Investigación Científica” (1) que de la lectura de un pasaje de Séneca se deduce “que los antiguos conocieron ya el poder amplificante de una esfera de cristal llena de agua”. Sin em bargo no supieron profundizar en aquel hecho; y termina afirmando: “¡ Quién hubiera sospechado que en ese fenómeno amplificante, desestimado durante siglos, dormían en germen dos poderosos instrumentos analíticos: el microscopio y el teles copio, y dos ciencias a ‘cual más grandiosas: la Astronomía y la Biología!”. Esa esfera de cristal llena de agua y en la que “duerme” ese poder amplificador no utilizado’para hacer realidad muchas :pOsibiUdades, es la imagen c1 gran número de inteligencias. El rendimiento intelectual es algo así como el producto de tres factores: R1 = Inteligencia X Trabajo X Método. Si cualquiera de ellos se reduce a cero, ‘el pro ducto será cero; si se reduce a úno, el resultado será exactamente el valor del producto de los otros dos. El primero es don de la Providencia, qúe, o se desarrolla con el ejercicio y el método, o se em bota por la prolongada laxitud. El segundo, trabajo, mandato divino, es conse cuencia de la voluntad. El Método es resultante de un serio deseo de perfección y siempre, por ello, e susceptible de mejora. Hay quien nunca ha pensado en el método. Si se le preguntase qué método de trabajo o estudio emplea no sabría qué responder. Haz tú mismo, lector, la prueba, ah6ra, antes de seguir adelante. Toma un papel y trata de resumir en él cuáles son los rasgos esenciales de tu ‘método de trabajo in telectual por una parte, y de tu método de’ estudio en particular, por otra. Y en todo caso sigue exa minándolo por comparación con las ideas que siguen. • (1) S. Ramán MadrId, 1923. y Cajal.-P.g. 2. 6. edicón.-Pueyo. II.—METODO DE TRABAJO INTELECTUAL EN GENERAL Caben muchos entiSe los raciox ales: tantos co mo personas. Pero. no serán fácilmente cataloga bies como lógicos, aquellos que no respondan a los siguientes principios: 1.—Orden. Punto base de ‘cualquier método de trabajo inte l.ectual. vios de nido en ponible, Ma.teriaiménte se traduce en planes pre aprendizje o’ trabajo en que se hayan te cuenta, su fin, el tiempo necesario, el dis los medios y las circunstancias; sistema ordenador de ideas, datos, referencias bibliográfi cas, etc. En esto las fichas suelen suplir con gran ventaja a las listas, notas y papeles en general, que aunque se compren de dos en dos, como los guantes o los calcetines, terminan perdiéndose de uno en uno. Acostúmbrate, pues, a trabajar con fichas: pero de las que se encuentran pronto y en su sitio. Fi chas de referencias de libro d? artículos, de señas, de ideas, ci.tas, notas, etc., etc. Un espíritu ordenado y trabajador, de inteligen cia normal, rinde más, a’ la larga, que otro más Inteligente que sólo emite destellos de vez en cuan do. De esta consideración sólo escaparán los sabios y los superdotados; y no siempre. 2.—Entendimiento sobre memoria. Uti trabajo intelectual lógico no debe descansar sobre la memoria. No porque la memoria sea, co mo se ha dicho, “la inteligencia de los tontos”, sino porque, como dice Jean Guittón (2), “pensar es mejor q.ue recordar”. El tiempo en la vida de cada uno está normal mente en razón inversa de la memoria. Hoy tie nes mucha: piensa que mañana tendrás menos y entonces exclamarás: ¡ Si hubiera anotado! La memoria es una valiosa ayuda para el tra bajo y rendimiento intelectual, pero no es la base . (2) “El trabajo inteleetual”.-Editorial nos Aires, 1955, ‘pág. 142. Criterio.7Bue— 29 — Y por fin, rasona, inductiva y deductivamen te, analizando y sintetizando, meditando so bre lo leído, observado, escuchado, imaginado y aun razonado. común. Ya sabes lo que comúnménte se dice: “que es el menos común”. Y es verdad. Consiste en equilibrado y buen criterio para pro ceder en todo. En el fondo piensa que suele tenerló quien, con sólo mediana o normal inteligencia, “piensa antes de hablar” y “piensa antes de obrar”. Eso es todo. - - y, por si sola, no desarrolla el- entendimiento. De aquí el fallo de determinados sistemas de en señanza. Y de aquí tambin la faa de humanfs mo de determinados métodos educativos extranje ros, con el grave peligro de ser hoy copiados en Europa y, en particular, en España. Estos métodos tienden a facilitar de tal modo -la enseñ-anza que, como la leche esterilizada, a fuerza de eliminar microbios la deja sin vitaminas: en el mejor de los casos sirve para instruir, no para educar, y por consiguiente, al menos, no son completos. El hombre no puede ser educado intelectualmen te nf en ningún orden claro está, como un oro o como un mono. Sobre todo porque no lo es (aun que alguna vez lo parezca). La inteligencia del hombre es susceptible de desarrollo más que de relleno. Los medios educa tivos que tienden al desarrollo, como más huma -nos y por tanto aún más divinos (Dios es el sumo desarrollo y perfección en todo), estarán siempre muy por encima de los que sólo rellenan, aunque para determinadas y locales facetas de la instruc ción y la enseñanza puedan resultar, como se dice hoy, “muy eficaces”. 5.—Deseo - de me)ora. IndisDensable. Y cuando has llegado hasta aquí. es que no te falta. Y entonces: Lee alguno de los libros sobre el tema mdi cado- en la bibliografía. Fíjate en Ci sistema de trabajo de muchos de aquéllos a los que en este orden “envidies. Y sobre todo, examina las cosas buenas y ma las de tu actual -método de trabajo intelec tual. Por escrito, piensa, por ejemplo: a) ¿A qué líneas o principios generales res ponde mi método actual? h) ¿A qué conclusiones puedo llegar después de lo que he leído? c) Redacción de bases para mi nuevo y pc sible plan o mejora de trabajo intelectual. a) xamen de mis lecturas: libros leídos, cómo, preferencia..., libros que debo leer por deber, conveniencia, afirmación, etc. e) Examen de mis facultades intelectuales. 3.—Ut’i1i2ación de todas las fuentes. (Puedes calificarte en nota académica o con términos claros: poca, noi-mal, mu “No toleres ri trabajo ni reposo a medias” (3). cha): Ante todo el viejo adagio. “Haz lo que haces”. Además, 1 Aténción dispersa... 2 Atenéión concentrada... Lee. Pero con método. Eligiendo lo que lees, pensando, anotando. Aprende a dócumentarte 3 Atención sos-tenida... a fondo sobre una materia, utilizando fiche 4 Espíritu observador... ros, bibTiotecas, índices de trabajo. 5 Memoria mecánica... Observa, escucha, pero resumiendo, captando 6 Memoria racional... lo esencial, las causas, los motivos. 7 imaginación reproductora... Imagina, pero sólo lo útil o lo que te lleve ‘a 8 Imaginación creatriz... ello;, nunca Jo vano, lo estéril, lo inútil, lo 9 Inteligencia especulativa o teó irrealizable. rica... Experimenta, reproduce, comprueba. examina 10 Inteligencia práctica o de apli en ti o en otros, no te conformes con haber cación... leído, obsérvado, escuchado, e imaginado. 11 Poder de síntesis... 12 Resistencia a la fatiga mental... 13 Expresión verbal... (3) “Lógica”, W. S. Jevons.2.a edición.-Editorial Pe 14 Agilidad mental (rapidez de jui gaso. Madrid, 1952. Traducción del -inglés por A. J. Dor ta, pág. 7. cio)... - — — — - - — — — — - — — — -— — — — - — - — — —. — — - 30 - - Todas las calificaciones que acabas de ponerte puedes iñejorarlas; especialmente las más bajas debes preocuparte por elevarlas. 111.—ESQUEMA DE UN METODO DE ESTUDIO • - = Muchos poseen ciertas peculiaridades en su es tudio: estudian “a su manera” y ésta les viene bien porque el “método” (o lo que sea) que utili zan es, sobre todo, “el suyo”, es decir el que “les va”. Pero son muchos también los’ que tienen mé todos que “no les va”, entre otras razones porque no son propiamente métodos. Prescindiendo ‘de los que no estudian (a los que bueno será recordar que lo que hacen “de menos” en el juicio también estará “de menos”) exponemos a continuación uno, garantizado por muchos años de propia enseñanza, y fundado en los más clásicos ‘y modernos princi piosj científicos. Puede ser útil a todos, a unos confirmándolos o mejorándolos en su método y a los que, no se guían por ninguno, dándoselo en general para que lo acomoden a sus circunstancias. Siguiendo el método activo de este artículo, para nacer participar al lector en el tema de modo po sitivo y no como mero leyente, no se expone el mé todó de estudio en forma “americana”, todo ya di cho y todo claro; sino “europea”, es decir que quien quiera entenderlo y aplicárselo tendrá que pensar y trabajar sobre el esquema; y esto es ‘lo bueno, porque le hará -comportarse como ‘un “hombre” en el ejercicio de su facultad privativa y excelsa: el’ entendimiento. RESUMEN 2.° Un METODO racional puede ser: a) Antesde clase: Saber de qué se va a tratar, LEERLO (en determinadas materias, estudiarlo). b) En clase: ATENDER (fundamental). ANOTAR o fijarse en lo que más des taca el Profesor y en lo difícil. Tomar APUNTES, sólo de lo que diga el Profesor, o datos interesantes. Hacer ACLARACIONES, sin temor, oportunamente; a veces alguna duda ligera puede con fiarse a los compa ñeros. Seguir las PREGUNTAS “(Supuesto “bueno” el, Profesor, aquéllas irán a los, puntos difíciles y funda-mentales). e) En estudio: Saber de qué trata la lección y el or den, índice o sumario (lectura rápida y por encima). LEER trozo por trozo (idea completa). ANALIZARLOS. SINTETIZARLOS. ANOTAR la síntesis, haciendo esque ma o guión de ideas clave (o más nor malmente, subrayar al leer, escribir notas marginales y hacer el propio re cordatorio). RELACIONARLO con lo anterior. RECORDAR la síntesis (sin mirar el libro o apuntes, consultando dudas en ellos). Pregúntate a tí mismo lo es tudiado y sabrás lo que sabes de ello: — — — — — — — — — — —. — DEL METODO DE ESTUDIO Leer Nutrir la memo ri:a Retener lo fundamental. Sino LEER Con expre corhprendie-nH do, ANAL 1- sión propia y no la del li ZAR, SINTE TIZAR, RE bro. Adqui rir CRITE LACIONAR en una materia para RIO sobre lo leído. SA BER HA CER. Y a veces sólo SABER BUSCAR 1. ESTUDIAR NO ES SOLO 1 31 otra cosa puede ser engañarte a ti mismo. d) Después: (Cuando sea postole o el tema se quiera aprender a fondo). “RUMIAR” lo estudiado (volverlo a recordar, pensar y sintetizar). REPASARLO nuevamente, con notas o esquemas si es preciso. HABLARLO, DISCUTIRLO, P R E GUNTARLO, EXPLICARLO. (Estu diando lo mismo dos o más alumnos de similar grado, las ventajas de la discusión y preguntas recíprocas son muy grandes). e) Finalmente: REITERAR, repasando sobre todo lo fundamental o cimientos y las lagunas. 3. Tender más al DESARROLLO Racional, al criterio, que al “amueblado o relleno”. Siempre papel y lápiz, mapas, figuras, gráfi cos-Sentido común-Intensidad en atenciónDesechar preocupaciones de familia y otrasLuchar contra la pereza, externa o física (es necesario tiempo) e interna sobre todo (aten ción, memoria y voluntad)-Pasar de unas co sas a otras caprichosamente es pereza encu bierta-La clave del estudio es la atención con centrada: domina la imaginación y abstráete de todo lo exterior. 4P En ejercicios escritos-Material preparado-Or den. y presentación (letra, enlace, operacio nes, etc.)-Repasar antes de entregar o dar por terminado. a) Estudiar enunciados o preguntas (prime ro lo más sabido; proporción de tiempo). b) Esquema o planteamiento completo. e) Desarrollar el esquema. d) Ir más a la “calidad” que a la cantidad. — un minuto, estudiar primero lo más inme diato o importante. No correr, pero no pa rarse demasiado tiempo ante un escollo: saltarlo. No tratar de que la memoria re cuerde todo: siño lo fundamental. Propor donar el tiempo: no todo- a una cosa. — —. — 5. EN LAS ACADEMIAS O CUANDO EL VO LUMEN DE LO QUE E HA DE ESTUDIAR ES MUY GRANDÉ en proporción con el tiempo disponible. — Hay que estudiar mucho y vario en poco tiempo. Suele surr el problema de las cuatro faltas: Una Falta de ATENCION. “Hacer lo que se hace”. Concentrarse en el estudio es una costumbre, igual que el distraerse es la contraria. Dos Falta de BASE. Estudiar desde el primer día; bien las Tbases. fl5 a1ta afirmar de MEODO. Revisarlo; - - - mejorarlo: desarrollar las facultades. Cuatro Falta de TIEMPO. No perder - 32 IV.—RESUMEN - Se dice en alguna parte que “un Profesor de idio mas consideraba que una palabra había sido real mente aprendida por los muchachos cuando Ja ha bían olvidado y reaprendido nueve veces”. Si te interesa aprender y practicar algo de lo que has leído, no creas que ya está todo: vuélvelo a leer, fijándote, “analizando, sintetizando y relacionan do”, subrayando, tomando notas, haciendo fichas, sacando un resumen. Si al llegar a la quinta o sexta lectura todavia hay algo que no entiendes bin, que se te resiste, y no has dado con la idea resumen, teme que o tú o yo hemos errado el camino, que estaría más con forme con las propias aptitudes: la agricultura o la construcción, por ejemplo. Y por si acaso, el resumen final puede ser éste: “Más vale cabeza bien formada .que muy llena”. (Montaigne.) Cultiva tu inteligencia al servicio del espíritu, recordando aquella evidencia del aforismo favorito de Sir W. Hamilton: “EN EL MUNDO LO UNICO GRANDE ES EL HOMBRE. EN EL HOMBRE LO UNICO GRANDE ES EL ESPIRITU.” - ¡Ah!, se me olvidaba: aún quiero decirte dos confidencias: Primera, que el título “europeo” que cuadra a este artículo es el de “Metodología del Trabajo Intelectu.gl”, pero que se le ha puesto el que tiene, por ser más “americano”. Ya adivinas por qué. ¿No te dice esto algo? Segunda, que mejor hubiera sido titularlo en lugar de “No más, sino mejor”, “Además de más, ‘mejor”. Gracias por tu lectura que compensa con creces el trabajo. — BIBLIOGRAFIA PRACTICA — “Los Tónicos de la Voluntad”.-S. Ramón y Gajal.-Co lección Austral. “Cartas sobre autoformación”.-Romano Guardini.-Co lección’ Prisma.-Ediciones Dinor. San Sebastián. “El arte de aprender a estudiar”.-A. W. Kornhauser. Versión castellana de Platero.-Iberia-Gil, editor.—Mnn taner, 180. Barcelona. “Organización del trabajo intelectual”.-P. Chaviagni. Colección Labor-Sección 2.’, n.5 305. “El criterio”.-Ja-ime Balmes.-Editorial Juventud. Bar celona. :1 • Fotos del Subalterno pericial del CASE don Jesús MERINO :.‘ ••,• ::..::.:: ... LANDAZABAL, •‘‘:. de ,• la .: 1.a Bandera :‘ paracaidista Paracaidismo LA MORALDELSALTO Capitán de Infantería Francisco MARTINEZ PARIEN TE, de la Agrupación de Banderas iParacaidistas del Ejórcito de Tierra, cazador paracaidista, profesor de E. F. y. diplomado de esquí y escalada. Se oye con frecuencia, entre profesionales, que mento eventual, esto no quiere decir que toda per el ‘salto” o lanzamiento desde avión con paracaí sona esté en condiciones de utilizar tal medio ha das no es sino un medio con que cuenta la Infan bitualmente, sino tan sólo como mal menor para ten a para, situarse en un lugar del campo de ba salvar la vida, aun a riesgo de sufrir fracturas, talla inaccesible por otros medios, o bien un medio luxaciones o’ simplemente contúsiones ‘y arrastres, ‘para obtener una mayor rapidez o sorpresa. Como por falta de condiciones físicas y carencia de un estas situaciones suelen ser especiales, se admite elemental adiestramiento. lógicamente ‘que esta Infantería ‘sea a su vez, en Contrariamente a esto, y por la necesidad que algunos aspectos, especializada. En cuanto al “sal tiene el paracaidista militar de encontrarse nor to”, queda en su sentir reducido a un nuevo j ori malmente en condiciones de realizar un lanza ginal medio de transporte. miento, pasa,’ en el momento de su ingreso, por las Esta creencia implica un error sobre el paracai siguientes pruebas dismo y sobre lo que el “salto” representa en la Reconocimiento médico: Que nos asegura al pro formación moral de nuestras Unidades Paracai pio paracaidista contra fallos funcionales de, los distas. sistemas nervioso, respiratorio y circulatorio, prin cipalmente debidos a emoción, caída en el vacío, EL SALTO COMO SELECCIONADOR golpe de apertura y momento de llegada a tierra; DE HOMBRES que, en ocasiones, y en individuos de reconocida Aunque el “salto” con paracaídas se utilice por aptitud, han ocasionado pérdidas de conocimiento los pilotos de Aviación como un medio de salva- en el aire o en el suelo, exponiéndolos a accidentes y anulando en todo caso su posible participación en un combate. En este reconocimiento se elimina un 40 •por 100 de los aspirantes. Prueba /ísica: En la que se exigen unas condi cionés tísicas elementales de agilidad, resistencia, velocidad y coordinación indispensables para asi fnilar el posterior entrenamiento y adiestramiento en la técnica del paracaidismo. En esta prueba se elimina, por término medio, un 50 por 100 de los individuos probados. Prueba de decisón: En la que, mediante un sal to en plancha sobre una lona, se demuestra el gra do de decisión de que viene animado un individuo, que espera saltar de un avión. En esta prueba, para la que lógicamente hay que suponer autose leccionados a los aspirantes, aún se elimina a un 5 por 100. Todas estas pruebas son eliminatorias y no sir ven solamente para darnos un buen paracaidista, sino también un magnífico combatiente. A este último fin contribuye una prueba más, de cultura, en la que lógicamente se calcula que el analfabe tismo es coincidente, en la mayoría de los casos, Prácticas con la falta de preparación física. En la prueba de cultura se elimina a un 50 por 100 de los aspiran tes. Como la mayoría de los que son aprobados en el reconocimiento médico pasan en Su totalidad por el resto de las pruebas, ya que pueden aspirar de nuevo al ingreso, una vez superada su deficien cia física, cultural o de decisión, no es cáprichoso afirmar que de cada 100 aspirantes por curso, so lamente 20 de ellos reúnen las condiciones mínimas para superar las cuatro pruebas y comenzar el curso. EL SALTO ÇOMO BASE DE FORMACION MORAL Todos los pasos que llevan al individuo hacia el paracaidismo, cualquiera que sea su motivación, van acompañados de un vago fantasma, como de un velo lejano, pero seguro, que algún día nece sariamente tendrá que descorrer. Por mucho que lo haya meditado, por muy capaz que se sienta de poder superar ese momento crítico, que constituye de Ial3zamiento en Sidi Ifni. precisamente el primer salto, el pensamiento se ve acometido con relativa frecuencia por temores y dudas, en que se entrelazan motivos, argumentos, conviccIones y estimules, que, aun dentro de la variada formación de los aspirantes, son siempre análogos. Esto se acentúa por la convivencia -que tienen los aspirantes no sólo entre sí, sino con sus compañe ros ya páracaidistas, en conversaciones cuyo tema frecuente •es el citado primer salto. Asimismo, una vez en la Escuela Militar de Paracaidistas, sus Ins tructores y Profesores les habian de vez en cuando de este tema, que ya va a ser para ellos un aconte cimiento trascendental. Lbs posibles peligros que la imaginación humana desata, las más disparatadas hipótesis, fienen lu gar en las mentes de estos hombres jóvenes que, a pesar de todo, se afanan por salvarlas y se sien ten capaces de superarlas. En su ayuda acuden la contemplación casi a diario de lanzamientos y el conocimiento que adquieren del paracaídas y su técnica, que van dando al futuro paracaidista una mayor confi5nza en los medios que ha de emplear. Nada hay, sin embargo, que pueda dar al aspi rante una impresión real, verdaderamente autén tica, de lo que puede ser para él. su primer salto. Y en el fondo de su conciencia, hasta el hombre más formado y acostumbrado a dominar sus im pulsos, siente el temor de agarrotarse en l.a puerta, de no poder dominarse, para llevar a buen fin aquello que tanto desea realizar; para demostrar, sobre todo a sí mismo, que es capaz de hacerlo. El salto es una experiencia nueva, jamás senti da; el neófito ignora en absoluto la sensación que ha de producirle el hecho de colocarse ante la puerta, para “de verdad” realizar el lanzamiento con su propio impulso, y esto no alocadamente, sino llevando en la cabeza bien fijas todas las normas y precauciones que ha de observar en cada una de las fases del salto y la rápida solución / de todos los posibles accidentes, que en esos mo mentos se le antojan “más posibles” que nunca. Esta experiencia nueva, qu.e entraña en sí la posibilidad de un accidente mortal, lleva al aspi rante a un examen pro fundo de su conducta mo raL Paulatinamente, y a medida que se aproxima la fecha del primer salto, que se mantiene lu Prácticas en Ifni. La llegada a tierra. minosa en su mente, se va acercando a los sende ros de la Religión. Hasta los más descreídos y aban donados suelen reaccionar a este impulso. Es normal el día del primer lanzamiento que todos los que van a efectuarlo comulguen en la misa que diariamente se celebra en la Escuela. Esto ha llevado consigo un mejoramiento general de la conducta colectiva en los días que preceden al salto, lo cual supone una revisión interior y un propósito que, desgraciadamente, no en todos es definitivo. Aún así, en ese día solemne, lleno -de momentos de intensa emoción y de alegría, queda el paracai dista, con ese primer salto, marcado para siempre con un sello indeleble en su espíritu, que ya nadie podrá borrar ja-más. Se crea, además, con esto un fuerte lazo de unien entre los paracaidistas de to dos los países que re-basa ampliamente el ámbito nacional. Sucesivamen te se realizan cinco lanzamientos más en menos de diez días, necesarios para la ob ten-ción del tituló, en los cuales se mantiene el efec to moral del primero. Posteriormehte, y una vez •en las Unidades, la mayor separación entre los saltos que realiza cada - individuo, la confianza ue le va dando su expe riencia, el ho haber experimentado accidente al guno y la poca frecuencia con que éstos se produ cen, casi inexistentes los de mortal. carácter, dan lugar a que el péracaidista decaiga un poco en aquella atención que prestó a su conducta moral. Esto no impide que en cada lanzamiento que reali za, cuando la patrulla se encuentra en el avión sentada en sus asientos, ya aqiéI. en el aire, la in mensa mayoría rece sus oraciones y renueven sus propósitos, “por si las moscas”. EL SALTO COMO FORMACION DE COMBATIENTES “Desde que se le sienta su plaza ha de enterár sele d.e que el valor, prontitud en la obediencia y grande exactitud en el servicio...’? Siempre nos parecerá eterno este artículo de la Ordenanza. En ‘efecto, no se ConCibe que un ‘corabatiente pueda servir como tal sin valor, sin saber sobreponerse a todo ‘lo que su propia. naturaleza le presente instintivamente como peligroso para su seguridad, para su integridad física, para su vida. Se puede decir que un hombre es tanto más o me nos valiente en cuanto está más o menos capaci tado para sobreponerse a su instinto y para ven cer el sinnúmero de variadísimas situaciones peli grosas que las distintas actividades en que el ser humano se desenvuelve le pueden presentar. Es cierto que el individuo, según los diversos ambientes en que se desarrolla su formación, se ha’oitúa a ciertas situaciones ‘peligrdsas que ven ce y aún no llegan a impresianarle, sin que por esto deje de darse cuenta de su peligro. A un hom bre cuya vida se ha desarrollado en el campo, entre ganado, no le impresiona montar a caballo y trata al ganado con confianza. Asimismo, el na tural de regiones montañosas trepa por los riscos de su aldea. con soltura, y, aunque bien sabe que si se le suelta a mano la caída puede ser fatal, nunca se para a considerarlo debidamente, por que le parece improbable y está habituado a hacerlo. Ahora nos es dado considerar cómo nuestros abuelos, edn lOS primeros automóviles, se creían obligados a proveerse de equipos especiales para usar de ellos y juzgaban héroes temerarios a 105 que se lanzaban a la entonces estremecedora velo- 3 cidaci de 30 ó 40 kilómetros por hora. Esto hoy nos resulta ridículo, no nos produce temor, y, sin em bargo, un choque a esas velocidades puede oca sionar accidentes graves. Estas consideraciones nos llevan a suponer que si a un’ hombre determinado le sometemos duran te cierto tiempo a actividades consideradas nor malmente como peligrosas y le habituamos a ellas, al presentarse después de estas experiencias una nueva situación de peligro nunca ekperimentada, se puede esperar que reaccionará para superarla de forma mucho más airosa que otro individuo horma 1 no preparado. Es aquí donde vemos una doble aplicación útil del lanzamiento en paracaídas. La primera, como entrenamiento para cumplir misiones específicas de unidades aerotransportadas.. La segunda, como un auténtico entrenamiento moral qué curte al individuo, en la superación constante de situacio nes Contrarias al instinto; entrenamiento que le ayudará en su día, cuando se encuentre frente a un enemigo armado, a’ superar la nueva situación peligrosa con un mayoi valor y confianza en sí mis mo. Hay que admitir como cosa cierta que muchos hombres que no se sienten llamados al volunta riado en el Ejército, se consideran capaces de lan zarse con paracaídas, y es verdad que lo harían si fuera necesario, aun como deporte que se practica en otros parses y mucho más para salvar la vida. Ahora bien: la certeza absoluta de su capacidad sólo la pueden tener Tos que lo han realizado al guna vez, y éstos pueden lógicamente sentirse sa tisfechos de sí mismos, aunque piensen que la cosa es sencilla y que hay muchos hombres que igual mente lo harían, porque su satisfacción viene de que ellos ya la han hecho. Las diversas situaciones no habituales que nos presenta el. salto comienzan con la colocación y preparación del equipo, en la que cualquier olvido o equivocación, puede traer malas consecuencias. Sigue la subida al avión y la espera durante el desoegue y traslado a la zona de lanz’amiento. El momento crítico del sal.to que ha de realizar el in dividuo por sí mismo, sobre el vacío, que aparece ante su vista lleno de posibles contingencias. A esto sigue una fase de caída libre, en la que caben en ganches en la’ cola del avión, desgarrones a la sa lida de la seda, golpes con el fuselaje, roces con las cintas estáticas, ‘etc., etc. Continúa con la aper tura del paracaídas, con una sacudida más o me nos brusca, que puede llegar a originar pérdidas de conocimiento en algunos. casos, en momentos en que tan necesario es comprobar la normalidad de la apertura lo antes posible, mirando hacia is campana, para utilizar rápidamente el paracaídas de pecho en caso de anormalidad y corregir el po sible enrollamiento de los cordones; del paracaídas. Sigue el descenso, durante el cual apenas tiene el paracaidista tiempo para darse cuenta de la maravillosa situación en que se encuentra, sus peidido en el espacio por una superficie de seda blanquísima, con un magnífico panorama a vista de pájaro, en un espacio silencioso y acariciado por el aire, que respira mucho más puro que Ci resto de los mortales. Durante el minuto escaso que dura el descenso, apena.s puede el paracaidista gbzar plenamente todas estas cosas. Su atención está pendiente de evitar un posible choque con un compañero de patrulla; maniobrar el paracaídas en l.a forma prensa; soltar el paracaídas de pecho de un lado para ver mejor el suelo; apreciar la dirección del viento, para calcular la zona en que tomará tierra, etc., etc. Deberá también corregir el balanceo que el viento le produzca; hacer girar el paracaídas en la dirección más favorable para la toma de tierra y mantener la postura correcta de llegada. Todo esto, sabiendo que no hay dos llega das exactamente iguales y mientras ve acercarse la tierra, al parecer cáda vez más aprisa; cuando cualquier piedra o pequeño obstáculo le parece inevitable y necesita toda su atención para apre ciar el momento exacto del contacto de las plantas de los pies con el suelo, para coordinar este instan te con un fuerte tirón hacia abajo de los brazos que sujetan con fuerza las bandas del paracaídas, produciendo una amortiguación fundamental er la 1lgada a tierra. Todas estas preocupaciones, que mantienen ten sos los sentidbs y facultades mentales del paracai dista en un espacio cortísimo de tiempo, le obli gan a desarrollar sus reacciones en una gran pron titud y exactitud, que han de reflejarse luego en l.as cualidades que, como soldado, le piden las or-. denanzas. Dentro de este espíritu, el combatiente ha de resolver con serenidad e inteligencia los in cidentes que se le presenten, para lo cual el salto le proporciona coordinación, rapidez de reflejos, decisión y una gran confianza en sí mismo. Por otra parte, el paracaidista sabe que todos es peran de él en el combate un comportamiento su perior alnorma1 y esto le lleva a superarse para no defraudar el juicio de los demás, ni ofender su propia estimación. CON CLUSION Afortunadamente tenernos ya magníficos solda dos profesionales que han tenido ocasión de hacet, quizás, este artículo innecesario. Su actuación en las operaciones en las provincias de Ifni y Sahara no. ha defraudado las mejores esperanzas puestas en ellos. Las felicitaciones y la confianza y el ca riño que el mando deposita en estas Unidades, les acredita como excelentes combatientes. Esto es el “salto” con el que el paracaidista re nueva simbólicamente el constante ofrecimiento de su vida a la Patria, no sólo en la paz, que todos deseamos, sino en Tas situaciones más decisivas de la guerra, para las que siempre se encuentran preparados. . 37 1 f1 1 INormas soDre o1aboracion o, EJÉRCITO se forma preferentemente cnn los trabajos de colaboración espontá nea de los Oficiales. Puede enviar los suyos toda la Oflci’alidad sea cualquiera su empleo, escala y situación. También publicará EJÉRCITO trabajos de escritores civiles, cuando el tema y su desarrollo interese que sea difundido en el Ejército. Todo trabajo publicado es inmediatamente remunerado con una cantidad no menor de 6oo pesetas, que puede ser elevada hasta i.oo cuando su mérito lo justifi.que. Los utili zados en la Sección de “Información ‘e Ideas’ y Reflexiones” tendrán una remuneración mininla de 250 pesetas, que también puede ser elevada según el caso. La Revista se reserva plenamente el. derecho de publicación; el de suprimir lo que sea ocioso, equivocado o inportuno, Además los trabajos seleccionados para publica ción están sometidos a la aprobación del Estado Mayor Central. Acusamos recibo sieilipre de todo trabajo recibido, aunque no se publique. Algunas recomendaciones a nuestros Coiaboradores Los trabajos deben venir escritos a máquina, en cuartillas de 15 renglones, con do ble enpaco entre ellos. Aunque no es indispensable acompañar ilustraciones, conviene hacerlo, sobre todo si son raras y desconocidas. Los dibujos necesarios para la correcta interpretación del texto vista son indispensables, bastando que estén ejecutados, aunque sea en lápiz, pues la Re se ‘encarga de dibujarlcs bien. Admitimos fotos, composiciones y dibujos. en negro o ‘en cior, que no vengan aom pañando trabajos literarios y que por su carácter sean adecuados para iá publicación. Las fotos tienen que ser buenas, párque, en otro caso, no sirven para ser reproducidas. Pagamos siempre esta coiaoración según acuerdo con el autor. Toda colaboración, en cuya preparación hayan sido consultadas otras obras o tra bajos, deben ser citados detalladamente y acompañar al final nota compieta de la bi bliografía consultada. En las traducciones es indispensable citar ci nombre completo del autor y la publi cación de donde han sido tomadas. Solicitamos la colaboración de’ la Oficialidad para “Guión’, revista ilustrada de los mandos subalternos del Ejército. Su tirada, 21.000 ejemplares, hace de esta Revista una tribuna resonante donde el Oficial puede darse la inmensa satisfacción de ampliar su la bor diaria de instrucción y educación de los Suboficiales. Pagamos los trabajos destina dos a “Guión” con DOSCIENTAS CINCUENTA a SEISCIENTAS pesetas. 38 - —- --•- -- - - .Tt_ --:- -J ——=i _/- J Li Grupo de combate (frobiernas derivados de estas l/J/ffk&8) Sirva de preámbulo a las cuestiones que nos proponemos plantear un ligero repaso de las ra zones que han dado nacimiepto a los grupos de combate, muy sabidas, lo reconocemos, pero que nos es necesario ahora. «Dispersarse para marchar, concentrarse pa ra combatir», esta antigua norma militar ad quiere nuevamente con los actuales medios de combate la mayor importancia. En ninguna mente nilitar cabe esperar que se vuelva a ver el espectáculo guerrero, pero agobiante, de in terminables columnas de hombres y material. ocupando a lo largo y a lo ancho toda la red de carreteras, caminos y senderos de las zonas de etapa y de eomhat&. El ya no rentable, sino sabrosisimo, objetivo atómico, que cualquiera de estas columnas, con sus naturales atascos y con centraciones constituiría, es ya una clara razón del poraué esto ya no es probable que vuelva a repetirse. Será preéiso, pues, a partir de ahora, contar fundamentalmente con unas Unidades que es tén dotadas en su más alta expresión de las si guientes características: Gran movilidad. Gran potencia de fuego. Gran autonomía. Vamos a enalirar un poco cada una de estas características en relación con las necesidades de las Unidades encargadas de lleva.r a. cabo una posible acción atómica, o que hayan de entren tarse con ella. Movilidad: Las Unidades deberán ser capaces de avanzar en despliegues muy dispersos, tanto en profundidad como en anchura, por itinera nos paralelos que a veces distarán unos de otrcs decenas de kilómetros; como contrapartida, de berán ser capaces, en un breve intervalo de tiempo. horas escasas, de concentrarse en una zona, para atacar, romper y profundizar. pro curando lo más rápidamente posible cerrar dis tancias con el enemigo; a fin de evitar a su • — — — Servicio de E. Infantería, M. Capitó.n Ricardo del SAÑFELIZ PERMANYER, del E. M. del e. E. de vez que éste haga uso de sus disponibilidades atómicas, ante el temor de que las propias fuer zas sean afectadas por la explosión. Una vez conseguido su propósito, las Unida des deben de ser capaces de efectuar nueva mente una rápida dispersión, con la finalidad de que desaparezca el objetivo que preentaríafl varios Grupos de Combaté, concentrados y avan— zando reunidos, o con escasos intervalos, dis persión que deberá durar hasta que, presentán dose otra resistencia u objetivo enemigo, sea pre ciso realizar una nueva concentración para arrollaria. Vemos, pues, que estos Grupos de Combate serán fundamentalmente aptos para: avanzar en grandes despliegues, concentrarSe súbitamente para penetrar en el dispositivo ene migo, dispersarse nuevamente y continua avan zando, evitando siempre y de cualquier forma convertirse en un objetivo rentable atómico. Y tanto más uanto que ha variado el concepto de objetivo rentable absoluto que regía cuando se dispon.ia de escaso número de bombas por el de objetivo rentable táctico que impera hoy. En resumen, deben de sér capaces de moverse más rápidamente que antes, continuar mo viéndose aun bajo el fuego clásico y dispersarse instantáneamente ante la eventualidad de un atqque atómico por parte deI enemigo. Potencia de fue go: Dada la distancia a que es tos Grupos de Combate acluarán uno de otro, d&cerán. estar dotados de una potencia de fue go tal que les permita: actuar ofensiva o de fensivamente por sí solos en las ocasiones que, por imperativos tácticos del momento, deban de enfrentarse con el enemigo; cubrir, con el con curso del fuego atómica y con el de la artillería, los intervalos que necesariamente, dada la flui dez de la lucha, se producirán indefectiblemente entre los diversos Grupos de Combate, al ser atomizados algunos de ellos, o por vicisitudes normales de aquélla; actuar resolutivamente en un momento dado; establecer cortinas defensi vas en puntos determinados, débiles de efecti vos, pero de fuegos potentes e incluso de largo alcance; apoyarse mutuamente en los interva los entre cada dos Grupos de Combate vecinos; ser capaces de llevar. a cabo una defensa circu lar eficaz en el caso muy probable, dada la na turaleza de los combates que se llevarán a cabo, de ser desbordados y rodeados por el enemigo. Autonomía.’ Por la gran independencia con que van a actuar estas Unidades., es preciso que estén dotadas de los Servicios mínimos, pero in dispensables, para disponer de una autonomía de varios días, que les permita prescindir de un enlace continuo con sus centros de suministro, cosa que presentará graves problemas, pues si bien en lo que a alimentación y aun municio namiento se refiere, es posible que las propias Unidades tranporten sobre sus vehículos sus ne cesidades, el problema adquiere graves carac terísticas cuando tocamos el punto de los car burantes, ya que estos Grupos de Combate, to talmente mecanizados y blindados, se verán obli gados a realizar consumos verdaderamente ele vados, consumos a los que, por otra parte, será preciso atender fundamentalmente, so pena de dejar a la Unidad detenida en plena zona de combate con las cónsecuencias que son de su poner. Parece ser que los americanos han solu cionado el problema, cuando menos de forma teórica, con tanques de gasolina T. T. ligera mente blindados, que pueden actuar en los in tervalos entre Unidades, incluso en las prime ras líneas. Un total y comleto servicio de Transmisio nes será también de primerísima irnportanc.a, para establecer los circuitos internos del Grupo de Combate y el enlace con los Grupos de Com ba.te vecinos, y con el mando superior, Lás Transmisiones jugarán en estas Unidades, como en todas las encargadas de llevar a cabo la gue rra rápida, un papel, preponderante. Una vez vistos los requisitos que deben llenar estos «peones de combate», vamos a hacer un ligero estudio sobre su probable composición. Esta deberá de estar basada en la casi tota.l mecanización y blindaje de sus’ Unidades com ponentes, ya’que es de sobra sabido que las Uni dades blindadas son las menos afectadas por las explosiones atómicas, pueden ser pocas veces in movilizadas por el fuego y, debido a su movili dad, tienen las más óptimas características para buscar el combate. rehusarlo, e incluso romper lo una vez empeñado; si a estas características le unimos un apoyo de infantería blindada (ve hículos tipo M-59 ó similar), artillería autopro pulsada, o totalmente motorizada con vehículos T. T. como mínimo, y elementos de Zapadores, Transmisiones y Servicios igualmente motoriza 40 dos, o preferentemente sobre vehículos ligera mente blindados, obtendremos una unidad real mente autónoma y que llegará a ser un autén tico Grupo de Combate, perfectamente apta pa ra la guerra atómica. ¿Qué organización deberán tener estas Unida des? No hay unanimidad de criterio sobre ellas; al lado de los Grupos. de Combate de Ia.s Divi iones Pentórnicas estadounidenses, que Son nú cleos fundamentalmente de Infantería y cue, por sobradamente conocidas y tratadas no de tallamos (véase el estudio comparativo entre las Divisiones Pentómica y Normal americanas en el número de la Revista EJÉRCITO de marzo del año actual), aparecen los Regimientos interar ma de las D. M. R. francesas, también conoci dos; el Regimiento italiano .estt.diado por A. Sal vadori, a base de tres Batallones de Infantería, un Batallón de carros medios, una Compañía de Id. 107 y una Batería de C. C. C. de 90/50; el Grupo de Combate del Teniente Coronel B. Cul lison, con un Batallón de Infantería, una Com pañía de ca.rros, una Compañía de Artillería, Ingenieros, Transmisiones y Servicios, y un to tal de 1.000 a 1.500 hombres y las Agrupaciones de la N, A, T. O. y otras naciones que, por no, ser bien conocidas o tratadas, no citamos. Pero, no obstante esta aparente discrepancia, vemos que, bien en la realidad, bien en el papel, pa rece ser que con pequeñas variantes, muchas de ellas más de nombre que de concepto, las ten dencias de todas se encaminan a conseguir una Unidad, llámase, según la. clase de G. U. a que pertenezca, Grupo de Combate, Agrupación in terarmas o como se quiera, formada por Infan tería, Carros, Artillería, Zapadores, Transmisio nes y los necesarios Servicios, que sea apta para la clase de guerra que se presupone será la pró xima. Estas Unidades presentarían en su conjunto las ventaj as siguientes: Facilidad para operaciones autónomas ade cuadas a sus fuerzas, dentro del marco de la División, cuyo Jefe maneja directamente estos grupos. Y esto, bien desde el nunto de vista pentómico (cinco Grupos de Cómbate), bien bajo el nuevo criterio de que cinco Gru pos de Combate son pocos para una División, y hay que aumentarlos hasta ocho o diez, se gún. la.s nuevas tendencias francesas, ingle sas y soviéticas. Capacidad de combate idéntica dentro de los diversos Grupos de Combate, lo que facilita su empleo coordinado dentro del marco de la Unidad inmediata superior. Gran movilidad y posibilidad de entrada en acción inmediata, así como de poder eludir o aminorar hasta cierto punto 105 efectos de la — — , — — — — — — — — — acción atómica adversaria, limitándolos a un 5010 grupo. Mutua protección entre sus propios compo nentes, que disminuye o neutraliza las ca racterístic.s negativas de cada arma, o ele mento constitutivo del Grupo, en beneficio del conjunto. Formación de equipo, que facilita y da mayor rendimiento en el combate. Facilidad para concentrarse disoersarse rá pidamente en un momento dado. Posibilidad de explotación inmediata de cual quier éxito, bien por un Grupo de Combate, bien por el vecino inmediato, si el que ha conseguido la ruptura ha quedado demasiado desgastado. Posibilidad de soslayar una acción atómica enemiga, bien rodeando una zona afectada, o bien a causa de que, por las características de su material, blindado en su mayor parte, es éste el menos afectado por las explosiones atómicas, a no ser que constituyan el blanco directo de un proyectil de dicha clase. Posibilidad de ampliar los intervalos entre las Unidades de su tipo, consiguiendo así los 4.500 metros que parecen ser los mínimos in dispensables para que no caigan dos Unida des contiguas bajo los efectos del mismo proyectil atómico, sin que, a pesar de ello, los intervalos entre las Unidades queden completamente pasivos, mediante el apoyo de los morteros de 105 que tiene cada Grupo pen tómico y el de la Artillería divisionaria, e in cluso los cañones, de los carros que pueden cubrir estos intervalos, aunque sea precaria mente. Posibilidad de actuar como reserva móvil, acudiendo a taponar cualquier brecha en el dispositivo propio. Posibilidad de ocupar inmediatamente el lu gar de una Unidad atomizada en el campo de batalla, con una Unidad del mismo tipo que la destruIda. Posibilidad de rehuir el combate en los mo mentos en que se considere oportuno. El estar las diversas armas de un Grupo bajo el mando de un solo Jefe, indudablemente repercutirá en el mejor y más adecuado em pleo del conjunto, ya que será posfble el em pleo casi instantáneo de cada arma, en el momento y lugar pieeiso. Esto, a su vez., re percute en descargo del Jefe inmediato su perior, que, dada la gran extensión sobre la que normalntente se desorrallará la acción, llegaría, a no poder abarcar en algunos mo mentos todos los detalles que afectasen a cada Unidad en un momento determinado, o le distraería de su misión principal, que más que nunca estará basada en una visión de conjunto. - El espíritu de equipo en estas Unidades al canzará su máximo valor. Antes de entrar en el estudio de los inconve nientes, que como toda organización indudable mente tendrán, se plantea una preguntaS que a priori puede constituir el inconveniente fun damental, y que de entrada echaría por tierra todas las ventaj as anteriores. ¿No aprovechará el enemigo los intervalos (aunque a veces estos intervalos sean solamente teóricos) existentes entre los prupos de Combate para, actuando ofensivamente, bien por ataques directos de sus tuerzas, o bien por ataque atómico sobre dos o tres Grupos de Combate contiguos, crear una brecha. de 12 ó 15 kilómetros, factible de ser ex plotada y ampliada por UnidadeS acorazadas, por Grupos de combate de constitución simila.r a los propios? Es sabido cjue a cada aumento de la potencia de las armas, se ha respondido, casi simultá neamente, con un agrupamiento de distancias e intervalos, con una disminución del número de hombres en vanguardia y con el aumento del es calonamiento en profundidad. En una situación defensiva, en que sería más probable la actua ción enemiga citada, se contará con unas po siciones de resistencia escalonadas en profun didad en todo el sector de lá Unidad superior, la cual, ante la noticia de la acción enemiga, ocupando lo. centros de resistencia previamente organizados, o alertando a los que ya se en cuentren ocuados, procurará que cierren más a retaguardia la brecha abierta y los caminos pro bables de la penetración enemiga. Aparte de que por estar dotada la División de una arti llería divisionaria del Grupo de C. y de la A O., a reserva del mando, y de materiales atómicos tác ticos,podrá hacer frente en un momento dado, con su maniobra de fuegos, a la penetración —bien con fuego atórnico o convencional—so bre la concentración que momentáneamente presentará el enemigo a su paso canalizado por el pasillo abierto. También puede crear zonas pasivas mediante bombardeo atórnico sobre las zonas de paso previsto y obligado de dicha pe 41 netración. Todo esto sin contar, como es natu ral, con la ayuda que la Unidad Ejército, pueda prestar en dicho momento. ¿Qué inconvenientes particulares presentan estos Grupo de Combate? Entre otros que segu ramente irán surgiendo a medida que estas Uni dades vayan siendo experimentadas y probadas en zonas de maniobras o en la zona de com bate, se nos ocurren de momento los siguientes: Si se distribuyese a priori entre los diversos «peones de combate» na.rte o la casi tota lidad de la Artillería divisionaria, y lo mis mo podría decirse de los carros, ¿no redun dará esto en una disminución, en un mo mento dado inoportuna, de la posible con centración y efecto de masa de los mismos? Y más considerando que la lucha dentro de la Unidad División, se entablará en frentes amplios, con lo que es muy posible que la Artillería divisionaria aue permanezca a dis posición del mando no sea suflcientemente pdtente para obtener el efecto preciso. Sin embargo, como réplica a esto puede decirse que no es probable vuelvan a repetirse otra vez concentraciones de carros como las de las Divisiones Panzer alemanas antes de la ofensiva del Oeste (Sedan, 13 de mayo de 1940, Divisiones Panzer 1., 2. y 10.), ni las de la Artillería rusa en el frente oriental, o delante de Berlín, ni aún mucho menores. El empleo en equipo obligará a una perfecta compenetración y conjugación entre todos los elementos del Grupo, ue exigirá una cui dadosa preparacióti, en cuanto a instrucción se refiere, y una aún más cuidadosa. prepara ción de los mandos. La limitación concreta de loS efectivos del Grupo: 1.500-2.000 hombres. Mayores, lo con vertirían en una Unidad excesivamente pe sada y voluminosa; menores, no contaría con los de Infantería suficientes para poder cum plir las misiones que normalmente se ie en comendasen. La imnosibilidad económica, aun nara nacio nes ricas y de fuerte industria, de organiz2r todo el Ejército a base de estos cost.osísimcs Grupos lo cual, por en otraunaparte, implica de” una Combate, mayor complicación or — — — ganiación militar. Vistas las ventajas e inconvenientes cue, a primera vista, estos Grupos presentan, y sen tada 1a. conclusión de que los mismos formarán parte de una División aue operará en unión de otras similares, o dentro de un despliegue en el que intervendrán Divisiones Acorazadas, Moto rizadas, Mecanizadas, Aerotransportadas e, in cluso es posible prever, de Infantería, con la ac tual o parecida organización, para. misiones con cretas, tales corno defensa de las zonas base de I2 - operaciones, ocupación de zonas conquistadas por las Divisiones que podríamos llamar de cho que y otras similares, se plantea la siguiente pregunta: ¿será preciso mantener una organi zación mixta a base de Divisiones convenciona— les y atómicas, o será mejor proceder a la refor ma total de todo el Ejército? Examinando el pro blema desde este punto de vista, vemos, que de las Divisiones actuales quizás sean las acoraza das las únicas que pueden considerarse total mente, o con poquísimás variaciones, aptas para una campaña atómica. Si de éstas pasamos a las mecanizadas, motorizadas ‘ aerotransporta das, el problema va agravándose, aunqu.e sigue siendo aún solucionable, dadas sus posibilidades de movimiento en la zona de combate, pero el prcblema llega a. convertirse en algo verdadera mente impresionante si consideramos las Divi iones de Infantería normales. ¿Será preciso lle gar a prescind.ir por completo de ellas? Ya hemos apuntado anteriormente el problema económico que representaría ta.l transformación. ¿Se solu cionaría organizando Unidades de e h o q u e a base de las Divisiones atómicas, y dejando las normales pata servicios prácticamente territo riales, o se continuarán empleando estas últi mas simultáneamente con las de organización moderna, a base de reformarlas ligeramente, reforma que afectaría principalmente a darles más movilidad, y empleándolas en los segundos escalones? Este problema, largo y complicado, en estu dio en casi todos los países y del que ya se ha hablado en esta Revista, con Cú,erpo de Ejér cito hipotético americano, que es apto para di versas misiones y operaciones, en toda clase de t.errenos y situaciones tácticas, a base de varia ciones y combinaciones entre sus componentes (artículo «Ideas acerca de la División Atómica», del Teniente Coronel Félix Alvarez Arenas, en EJERCITO, número 215, de diciembre de 195’7), y las ya citadas Divisiones M. E. francesas, cons tituyen el actual caballo de batalla de las di versas naciones, ante el problema económco que alantea la total reforma. de las. fuerzas armadas de la nación. Adentramos en su estudio se sal dría del marco restringido de este trabajo, en el cual sólo se ha. tratado de hacer ver, a juicio de su autor y de acuerdo óon lo tratado en. otras publicaciones, cuáles son las características y posibilidades del Grupo de Combate, base de las Divisiones Atómicas, que bien en combinación con otros de su misrn.a clase, bien como vin auardia de otras más o menos convencionales, serán las que deban llevar el peso principal y fundamental del combate, en una previsible y futura guerra, en la oue se empleen o pueda existir la posibilidad de empleo en un momento dado de las armas atómicas. GiMNASIA EDUCATIVA Nuevos saltos combinad Capitán de Infantería, Francisco Javier VILLALBA Y SANCHEZ DE OCAÑA, profesor de E. F. de la Acade mia del Arma, diplomado de E. F. y de Automovilismo. / Normalmente, con los aparatos de Gimnasia Educativa—pbtro, plinto y caballo—se han veni do ejecutando los saltos siguientes: salto inte rior en el potro; salto del caballo al largo, con piernas abiertas; voltereta en el plinto; volte reta en profundidad en el plinto; salto de la paloma—con potro y plinto—; ‘salto estirado ho rizontal—león—; salto interior del potro y palo ma en el plinto, y salto interior del potro y estirado horizontal del caballo—tigre—. Esta re lación constituye la escala de los saltos, aproxi madamente de menor a mayor dificultad y coor dinación, aue existen en las tablas de Gimnasia duativa. Durante mi permanencia en la Academia Ge neral Militar y en la de Infantería, en el des arrollo del curso para la obtención del título de Profesoi de Educación Física, posteriormente como Profesor en varios destinos, en el contacto y cambio de impresiones con veteranos y com petentes Profesore’s y en los Reglamentos y II bros que sobre este tema se han escrito, no he encontrado descripción ni noticia de saltos dis tintds de los citados, ni en orden a dificultad de ejecución ni en orden a combinación de distin tos aparatos. El ser apasionado del tema, tanto teórica co rno prácticamente—en mis tiempos de Cadete fui campeón de saltos de la Academia de Infantería de Guadalajara—, me ha puesto en condi •ciones de idear una serie de saltos totalmente originales1 que, reuniendo las características de los citados, combinen su siempre bella y ernocio .nante ejecución, con el ane ésta se realice desde distintas direcciones, simultánea o alternativa mente. Todos cuantos saltos se describen en el pre sente trabajo han sido realizados poi Alféreces Alumnos de la Academia. Las medidas dadas para cada uno son las que hemos considerado más convenientes. Pueden aumentarse las se paraciones entre aparatos o bien sacar más pun tos de las patas de los mismos, pero no se per sigue en estos saltos lo que ya se viene haciendo en las tablas de Gimnasia Educativa: ir paula tinamente aumentando la dificultad de los sal tos, mediante la introducción de mayores dimen siones en éstos. En los saltos que describiré a continuación, se busca la labor de equipo, el desarrollo de la confianza en uno misio y en los compañeros, la coordinación y la perfecta sincronización y ejecüción colectiva. Tienen más dificultad que los clásicos, más belleza, más vistosidad, por lo que puedan emplearse perfectamente como nú mero apropiado en competiciones, concursos y exhibiciones de Gimnasia Educativa. P u e d e n, igualmente, entrar—si, por Quienes corresponda, así se dispone—a formarp arte de los saltos. pres critos en los Reglamentos de Educación Física. Los saltos, además de ser el ejercicio de más puntuación en las competiciones de Gimnasia Educativa, fomentan la fuerza muscular, la agi lidad, la destreza y la seguridad y confianza en las propias posibilidades. Avivan igualmente los reflejos, y todas estas cualidades son guiadas por la inteligencia, que es la que coordina, pre para, regula y mide los elementos que intervie nen para la correcta y precisa ejecución de los saltos. Son éstos, además, un ejercicio alegre, vivaz, optimista, viril, y, sobre todo, lo que es muy importante, «hacen corazón». Brindo a todos mis compañeros Profesores de Educación Física del Ejército y a quienes estos temas agraden, este modesto fruto de mi afición a la Gimnasia Educativa, verdadera re i n a y señora de la Educación Física, y creo sincera mente que les puede servir de utilidad. Y en ningún sitio mejor que en esta tribuna de la Revista EJERCITO, donde dar a conocer éstos, que titulo, nuevos saltos combinados en Gimna sia Educativa. - 43 1.—Plinto en tres direccones. Saltos: Una voltereta y dos interior arrodi llado. Descripción de los saltos: En la dirección A (figura 1) se salta el plinto de voltereta, y en las B y C se utiliza el plinto como potro, sal tándolo interior arrodillado. Preparación: En la dirección A. B y C se mi den 10 pasos, contados desde donde se bate para. saltar, y en la de A se muarca una segunda raya a. 5 pasos desde el mismo sitio. Ejecución: Salta primero A, y cuando pasa por la raya de los 5 pasos, salen al salto E y C. Cuando A bate para saltar, sale el siguiente de su hilera, siguiendo los B y C igual Que el pri mero de A. Variante de este salto. A los dos lados del plinto se colocan dos col chonetas (fig. 2) y se realizan tres volteretas: una sobre ‘el plinto y dos librando éste, dándo las sobre las colchonetas. Las medidas y ejecu ción igual que en el anterior. suya de los 8 hace ‘que salgan de A, y asf suce sivamente. 1.a variante, de este salto. Se colocan, en vez de caballos, plintos, con virtiéndose el salto en dos volteretas con doble. apoyo, en dos direcciones. Prenaracióñ y ejecu ción, igual que en el salto anterior. 2a variante. Se colocan colchonetas en el ángulo formado por los dos caballos o plintos. Del mismo sitio que salen de A y B, salen una segunda hilera en cada sitio, que saltarán, librando el caballo o el plinto, con voltereta sobre la colchoneta. Se puede preparar esta variante de forma que la voltereta sea en dos direcciones en cada ca. ballo o plinto. 1V—Doble apoyo en tres direcciones. Saltos: Tres dobles apoyos. Descripción: Doble apoyo en las direcciones A. B y C. Preparación: Potro con 6 puntos fuera, caba llo central con 5 y los otros dos con 3. Separa 11.—Caballo en tres direcciones. ción entre aparatos, la necesaria para que que den los saltos proporcionados. Se mide en di Saltos: Un salto al largo con piernas abiertas rección A (fig. 5) una primera raya a 3 pasos, dos interior arrodillado. Descripción de lo.s saltos: En la direcci4n A otra a 6 y otra a. 12. En las B y C se miden 10 pasos. se salta el caballo como tal, y en las E y’C, como Ejecución: Sale primero A, cuando pasa por potro. la raya de los 6 pasos, salen de B y C. Cuando Preparáción: El caballo se coloca con 5 puntos pasa por la de 3, sale el siguiente de A. y así fuera. Se miden 10 pasos para la hilera de A sucesivamente. y 8 para las de B y C. En la de A se marca una Variante de este salto. segunda raya, a 3 pasos de donde se bate (fi Pueden colocarse, en vez de los dos caballos, gura 3). dos plintos, siendo entonces el salto un doble Ejecución: Saleprimero A, y al pasar por la apoyo potro-caballo y dos volteretas con doble raya de los 3 pasos, salen de B y C. Cuando A apoyo. Las medidas y ejecución igual que en bate para saltar, sale el siguiente de su hilera el salto anterior. y así sucesivamente. Otra variante. Variante de este salto. Cabe colocar colchonetas a ambos lados de Colocando colchonetas como en el salto pri los dos caballos o plintos y que salten’ cuatro mero. Se saltará el caballo como tal y, librán hileras más, dando el salto de voltereta sobre la dolo, se dan, volteretas sobre las colchonetas. colchoneta, librando previamente el caballo o Las medidas y ejecución como en el sa.lto an plinto. terior. V.—Vo’ltereta con doble apoyo en tres 111.—Doble apoyo en dos direcciones. direcciones. Saltos: Dos dobles apoyos potro-caballo Saltos: Tres volteretas sobre plinto con doble Descripción: En las direcciones A y E (fig. 4), apoyo. salto con doble apoyo. Descripción: En dirección A (fig. 6), apoyo de Preparación: Los potros con 5 puntos fuera, y manos en potro. y voltereta sin manos ‘en plinto. los caballos, con 3. La separación entre potro y En B y C, apoyo de manos en el primer plinto caballo la precisa para que queden los dos potros y voltereta sin manos en el segundo. juntos y formando un ángulo de 900. Se miden Preparación: Potro con 4 puntos fuera. Se para A 10 pasos y una segunda raya a 7, desde paración entre potro-plinto y entre plintos, unos donde se bate. Para E, una a 8 y otra a lO. 0,30 n. En dirección A se miden una primera Ejecución: Sale primero A y al pasar por la. raya a 3 pasos y otra a 7 de la anterior. En las )raya de los 7 pasos sale B, quien al pasar por la de B y C, una a 8 pasos. - - c EJ j,io. 1 A: 45p5! L__ Li ?p. 3p 8p. 8p. 1/OP. 8 Ii 3).7p. 1 Lilili 1 c fl./ f2.2 F42p. Fi,.3 Ejecución: Sale primero A, y al pasar por la raya de los 3 pasos, salen de B y C. Cuando A bate para saltar, sale el siguiente de su misma hilera, y así sucesivamente. Variante de este salto. Semejante a la segunda del salto anterio’r. a éstas, librando previamente el caballo o plinto, dos hileras por cada lado. Estas cuatro• hileras saldrían desde el mismo sitio que A, siguiendo los mismos movimientos que ésta. MedÍdas y ejecución, iguales que en los anteriores. VII.—Un doble apoyo y dos caballos al largo con piernas abiertas. Saltos: Un doble apoyo potro-caballo y dos Saltos: Una voltereta con doble apoyo, das saltos del caballo al largo con piernas abiertas. sencillas y dos interior arrodillado.. Descripción: En A (fig. 9), un doble apoyo, con Descripción de los saltos: En A, voltereta con colocación de las manos en el segundo caballo. apoyo de manos en el segundo plinto. En B. y En B y C, salto sencillo dél caballo al largo. C. voltereta sencilla sin a.poyo de manos. En D Preparación: Primer caballo con 4 puntos fue y E, dos interior arrodillado, tomando corno po ra, el segundo con 5 y el tercero con 3. Separa tro el plinto. ción entre primero y segundo, unos 0,35 m. Se Preparación: Los plintos se colocan sin sepa miden en dirección A, primero una raya a 4 pa ración entre ellos. En dirección A (fig. 7) se mi sos y otra a 12 de la primera. En las de B y den una primera raya a 4 pasos y otra a 12. C, 10 pasos. En E, C, D y E, una a 8. pasos. Ejecución: Sale primero A, y cuando pasa por Ejecución: Sale primero A, y cuando pasa la raya de los 4 pasos, salen B y C y el siguiente por la raya de los. 4 pasos, salen B, C, D y E. de A, y así stiesivamente. Cuando A bate para saltar, sale el siguiente de 1.a variante. su hilera, y así sucesivamente. A los dos lados del tercer caballo se colocan variante. colchonetas y se dan das volteretas sobre éstas., Previa colocación de colchonetas, salto, libran librando previamente el caballo. Estas dos nue do el plinto, con voltereta sobre la colchoneta, vas hileras salen desde la misma distancia y en la.s direcciones D y E. Medidas y ejecución. vez que las B y ‘. Medidas y ejecución, igual iguales que el anterior.. que anterior. 2. variante. 2a variante. En D y E colocar caballo con 3 puntos fuera, Se coloca un caballo a cada lado del tercero dando en esas direcciónes dos dobles apoyos. y se dan dos dobles apoyos, utilizando el tercer Medidas y ejecución, iguales al anterior: caballo como potro. Los nuevos caballos, con 2 3a variante. puntos fuera. Medidas y ejecución, igual que en En D y E colocar dos plintos, dandp en esas la variante anterior. direcciones dos volteretas, con previo apóyo de 3. variante. manos en el primer plinto y sin apoyo de éstas En vez de caballos, se colocan plintos, dando en el segundo. Los plintos, un poco separados; dos volteretas, con apoyo previo en el tercer ca medidas y ejecución, iguales al anterior. ballo. Medidas y ejecución, igual que anterior 4a variañte. variante. En las variantes 2. y 3• pueden colocarse col 4. variante. chonetas (fig. 8) y saltar con volteretas sobre Se colocan coléhonetas en los caballos o plin VI.—Voitereta en tres direcciones con dos interior arrodillado. . . . .. - . i,n JiOp. 3 + ‘ 6p‘3p SpfJ EID /°I j , Sp. . ._ Li A- 1 U lOp) 7 ‘ HT — A12p , L1Ü -“ ü . Ü ‘— — IP. — f31 Li f:. EI_I[- _ - ‘°-c ¿‘Op. T1 EIIitOPB A + 410. 4p. U ‘op. 1 c /7. 72p. lo A tos (fig. 10) y saltan una voltereta sobre aqué llas, librando previamente el caballo o plinto. VIIL—Tres dobles apoyos. Saltos: Tres dobles apoyos. Descripción: Dos dobles apoyos potro- caballo y un doble apoyo, librando previamente un ca ballo. Preparación: Los cabal1os igual que en el sal to anterior. Los potros según indica el esquema (figura 11), con 5 y 6 puntos fuera. Las medidas en las tres direcciones, iguales que en el ante rior. Ejecución: Igual que en el anterior. Variantes 1.’, 2., 3_a y Iguales a las cuatro del salto anterior. IX.—Dos dobles apoyos y una voltereta con doble apoyo. Saltos: Dos dobles apoyos. potro-caballo y una voltereta con doble apoyo. Descripción de los saltos: En B y C, dos dobles apoyos potro-caballo, y en A, un voltereta so bre plinto, con apoyo de manos en el segundo caballo y librando el primero. Preparación: Potros con 5 puntos fuera y ca ballos con 4. Separación entre caballos, la mis ma que en el salto VII. Plinto a unos 0,20 m. del caballo. Las medidas iguales a las del salto VII. (Ver fig. 12.) Ejecución: Igual a las del salto VII. Variantes 1.a, 2a 3a 4a Iguales a las del salto VII. X.—Tres volteretas con doble apoyo. Saltos: Tres volteretas Descripción: Dos volteretas, con apoyo de ma nos en potro y una con apoyo en el segundo caballo, librando el primero. Preparación: Potros con 4 puntos fuera y plin tos sin separación entre ellos. Separación potroplinto: la necesaria para no estorbar la salida del que salta en dirección contraria. Medidas res tates iguales al salto VII. (Ver esquema 13.) 72 ‘A Ejecución: Igual que en salto VII. Variantes 1.a, 2.’, Iguales que en salto VII. XL—Dos cabillos al largo y una vol ereta con doble apoyo. Es igual que el salto VII, pero en éste se subs tituye el tercer caballo por un plinto. Las me didas son iguales que en el salto citado, la eje cución la misma y las variantes idénticas. (Ver esquema 14.) XII.—Dos dobles apoyos y dos volteretas con doble apoyo,. Saltos: Dos dobles apoyos potro-caballo y dos volteretas sobre plinto, con doble apoyo. Descripción de los saltos: En la dirección A. A’, dos dobles apoyos potro-caballo, y en las B, B’, volteretas sobre plinto, con doble apoyo, librando el primer caballo. Preparación: Los potros con 4 puntos fuera (figura 15) y los caballos con 3. Separación en tre potro-caballo, unos 0,25 m.; entre los dos ca ballos: que queden juntas las patas por las par tes fijas de éstas; los plintos, a unos 0,15 m. de los caballos. Se miden en A y A’ primero una raya a 3 pasos y otra a 7 de la anterior. En B y B’, una a 3 pasos y otra a 9 de la anterior. Ejecución: Salen primero los de A y A’ a la vez, y cuando pasan por las rayas de 3 pasos, salen los de B y B’, y cuando éstos pasan por las de 3 pasos, salen los siguientes de A y A’, y así sucesivamente. 1a variante. Poner caballos, en vez de plintos, y serían otros dos dobles apoyos, ibrando previamente el primer caballo. Medidas y ejecución, iguales al. anterior. 2_a variante. En ambos casos—salto XII y 1.a variante—se pueden poner colchonetas donde indica la figu ra 16, saltando cuatro hileras más, que lo harían a la vez que las A y A’, y desde su misma al tura. _ i. 7p. A 13p LI[] Iop 4’j 72p. ___ [1 t4p. : fi.l4 9p8 17D r F/ci.76 TfOp. • O.30m. ,ta3oii,, ñ9. 77 . ri u. T pH 7op..I] __ A Li lop. 0. fi9’. 78 LJLJ’ fEliri / Xp. Li 1.. B U ¿9 fi,.79 XIII.—CarruseZ de tolteretas. Saltos: Cuatro volteretas, con o sin manos. Descripción: Volteretas con o sin manos. Preparación: Los cuatro p 1 i n t o s formando cuadro, según se indica en la figura 17. En las cuatro direcciones se toman 10 pasos (fig. .i8). Ejecución: Salen las cuatro hileras a la vez, y cuando los primeros ponen la espalda en el plin to, salen los siguientes, y así sucesivamente. XflT.—Salto pentómico. Saltos: Un tigre, dos volteretas con doble apo yo y dos dobles apoyos. Descripción de los saltos: Un tigre, dos volte retas con, apoyo de manos en el plinto central, y dos dobles apoyos, utilizando el caballo central como potro. Preparación: El potro con 4 puntos fuera. El caballo central con 5, los otros dos con 3. Se paración entre aparatos las normales. Saltóme-. tro a 1,60 rn. En la dirección A se traza una raya a 6 pasos y otra a 10 de la anterior. En B y C, una a 10 pasos. EnD, una a 13, y en E, una a 14. Ejecución: Sale primero A, y cuando pasa por la raya de los 6 pasos, salen B, C, D y E. Cuando A bate para saltar, sale el siguiente de su hi lera, y así sucesivamente (fig. 19). Variante 1.a Cambiar los dos plintos por caballos con 3 puntos fuera y dar dos dobles apoyos. Medidas y ejecución, iguales al anterior. Variante 2. Cambiar los dos caballos por plintos y dar dos volteretas con doble apoyo. Medidas y ejecución, iguales que en salto anterior. Variante 3a Cambiar los caballos por colchonetas y dar la voltereta sobre éstas, librando previamente el caballo central. Medidas y ejecución, como an terior. Variante 4. Cambiar los plintos por colchonetas y dar la voltereta sobre éstas, librando previa.mente el plinto central. Medidas y ejecución, como ante riores. Variante 5a Cambiar los dos caballos y los dos plintos por colchonetas y dar cuatro volteretas solire éstas, librando previamente el plinto y el caballo cen trales. Medidas y ejecución, iguales al salto an terior. Va.riante común a varios saltos: En aquellos saltos en1os que haya potro y plinto, se pueden colocar a continuación el saltómetro y el caba llo, quedando preparado otro tigre, como ocurre en el salto XIV, con lo que se realizarían en este caso concreto, tres tigres con sus corres pondientes variantes. En casi todos los saltos descritos, cabe la po sibilidad de que las hileras que han ejecutado el salto que les corresponde se incorporen a la cola de la opuesta y sigan saltando por segunda vez. En los saltos de mucha coordinación y esfuerzo, n.o aconsejamos que se haga. Creo conveniente dar las siguientes preven ciones para la mejor realización de los saltos 1.a En cada hilera conviene que los ejecutantes formen por estatura, de men.ór a mayor._2.a Se debe salir al salto precisamente desde la raya, para lo cual, cuando salga el primero, el siguien te debe colocarse inmediatamente en el lugar ocupado por aquél.3.a No se deben parar a la salida de cada salto; conviene seguir a paso 11geró y en la misma dirección que se traía al tomar el salto. Con las variantes, tenemos un número lo su ficientemente amplio para que cada. Profesor emplee aquellos saltos que mejor se adapten a os• aparatos disponibles y al nivel medio de su clase. Como epílogo, quiero ha.cer constar mi sincera gratitud y reconocimiento a los Alféreces. Alum nos de 1.° y 2.° curso de la Academia de Infan tería, sin cuya valiosa e imprescindible colabo ración, ayuda y sugerencias, no me hubiera sido posible realizar este trabajo. 47 ©B© o Orientaciones sóbre la dirección económico financiera de los establecimientos militares. Mayor tación de del Ingenieros Coronel Aiberto BASSONL E. M. Manuel de - (De la publicación italiana “Rivista Militare”).—Traducciófl CHAMORRO MARTINEZ, de l Dirección General de Premisas. La fábrica militar no sigue el mismo camino que la pura técnica de la producción. En efecto, la organiza ción económico-fiflflCiera militar es similar a la civil, pero no igual a esta última, toda vez que la primera trabaja en beneficio de la defensa de los intereses pú blicos y no en provecho de la economía privada. Se deduce de ello que la producción industrial de los establecirílientos militares no puede ser valorada en tér minos puramente monetarios, a menos que, a través de un difícil proceso analítico, Se llegase a deslindar exac tamente la influencia sobre los costos de producción de los apremios y exigencias del “aparato” bélico. En realidad, los objetivos de la Administración Militar son determinados ppr circunstancias de carácter político y no económico. Por consiguiente, sería preciso conocer previamente el precio del objetivo en potencia que se pretende alcanzar, lo que serviría para determinar si dicho precio debe estar subordinado a las leyes de la “economía de mercado”. Pero todo esto no excluye la patente necesidad de ajustar el problema de la produc ción dentro de determinados límites de conveniencia económica, mediante la racionalización y la especializa ción directiva. Si.steina o racional. La dinámica económica que preside el fenómeno in dustrial se puede comprender fácilmente comparándolo con el conocido paralelogramo de fuerzas en el sentido de que el producto “acabado” tendrá un costo que será la resultante de beneficios y gastos de producción, teniendo en cuenta que la determinación de beneficios puede rea lizarse solamente en un nivel superior por la interven ción estatal o mediante la competencia internacional. Desde este punto de vista, el fenómeno de la produc ción no es puramente técnico-económico, ya que sobre su valor relativo pesan influencias e inhibiciones de or den moral y social. Al contrario que la producción no protegida, la cual recibe el “tirón” de la competencia cual tercera fuerza que modifica los términos del pro blema planteado. y adap Transportes Admitido cuanto llevamos dicho, resulta claro que la producción de los establecimientos militares está condi cionada por factores que tienden a aumentar los costos. Es más; en ciertos casos, la valoración del producto no encuentra comparación con la fabricación civil. De aquí la necesidad de recurrir como instrumento de control y de limitación a un sistema que supone una organiza ción piloto, que impone límites tecnológicos y de carác ter económico a los diferentes sectores que interesan a la preparación, equipos y realización, con vistas a: la producción normal; la producción de emergencia; y la producción experimental. Esta subdivisión se hace necesaria en cuanto que la economía de las tres clases de producción apuntadas descansa sobre pIanes diferentes. De ello resulta eviden te que la fisonomía técnico-administrativa del producto elaborado en serie, no puede ser la misma que la del “prototipo”. La producción normal es la única que tiene una rela ción precisa con las elaboraciones de “mercado”, porque se refiere a la actividad normal, es decir, a la habitual (a la de rutina) y, en general, a todas aquellas fabrica ciones en serie susceptibles de ser incluidas en el siste ma de montaje en cadena. La producción de emergencia aparece allí donde la cuestión de “tiempos •de trabajo” viene a situarse fuera de los limites de la conveniencia económica. Este estrechamiento de límites, que obedece general rnnte a exigencias bélicas, a programas logísticos anti cipados, a peticiones de carácter público, a obligaciones de presupuesto, etc., etc., y que acarrean todas una obligada improvisación de adiestramiento, normalmente no tiene ninguna relación con la constante económica de la “producción de mercado”. La producción experimental, recargada frecuentemen te con particulares exigencias didácticas y de secreto, presenta características excepcionales y sus contornos económicos son, a veces, de carácter vago e impreciso pero que exigen un mayor empeño en la aplicación de un sistema de racionalización. En efecto, es frecuente que los gastos para la creación de prototipos al nivel táctico resulten completamente — — — injustificados en el nivel estratégico. En síntesis, un mo delo solicitado por un Mando o Unidad, no tendrá jus tificada su producción, a menos que tal producto forme parte de un programa de generalización. Los instrumentos de que se vale el sistema de racio nalización son: la estadística; la catalogación; el análisis de los costos; y sus elaborados están representados por tablas compa rativas, de las cuales se deduce, en relación a cualidad, cantidad y tiempo de elaboración dei producto: la conveniencia o no de recurrir a la fabricación por la industria civil; los limites de tolerancia económica de la producción de emergencia; y la esfera que es de competencia de la producción ex perimental. Por el sistema de racionalización se llega, además, a concretar y definir el grado óptimo de producción, de los Establecimientos, Factorías y Laboratorios, especialmen te en lo que se refiere a la potencialidad de los esta blecimientos fijos y móviles, a la proporcionalidad (edad, sexo y cualificación) de las fuerzas de trabajo que pue den ser absorbidas y a la capacidad de maniobra logís .tica, tanto en paz como en guerra. El delicado sector de “fuera de servicio” y el de las ‘enajenaciones”, así como en general, toda la política económica de niveles de producción y de mantenimiento orientada a constituir reservas de repuestos y recam bios, córnplejos y materias primas, debe ser realizada sobre una base racional, aunque no desligado de las asignaciones de presupuesto. En resumen, no hay duda de qu.e cuanto mejores son las exigencias dictadas por una economía restrin gida, más imperativa resulta la difícil transformación de un gran organismo enfermo en otro pequeño pero que esté “a punto”. Especialicacíón, ctirectivc&—La complejidad de las operaciones directivas de una organización financiera moderna, exige la especialización mediante proceclimien tos formativos en los tres sectores siguientes: administrativo, de producción. •de relaciones humanas. El campo administrativo, desde que se origina el documento contable hasta la redacción del correspondien té presupuesto, debe ser estudiado en todas sus fases para proporcionar al dirigente financiero la seguridad indispensable, con el fin de que se impongan al ejecutivo los caminos que se deben seguir, aparte de establecer, asimismo, la necesaria adecuación contable. El sector de la producción está integado por una gama tal de elementos tecnológicos, que indudablemente exige un arendizaje sistemático antes de que sobre los operarios reclutados puedan actuar eficazmente los diferentes mandos, así como para mantener a todos adaptados al progreso de los tiempos. Aun cuando no se trate de proyectar la producción militar a la luz de las modernas programaciones, es axiomático que los métodos de producción, de conduc ción y de decisión, no pueden ser siempre los tenidos hasta ahora como tradicionales. La automatización o automación constituye ahora un gran problema que hay que afrontar en cuanto que — — — — — — el trabajo humano se ha trasladado en ‘una buena parte a la máquina; de aquí que no pueda ser integrado aquél por fragmentarias innovaciones; antes al con trario, debe ser considerado como injerto vital derivado de la esfera de la competencia específica de la direc ción financiera de la empresa. Por lo que respecta al no menos delicado sector de las relaciones humanas, resulta esencial ahora desarro llar en los órganos directivos ese particular poder de identificación en las condicionés sociales a los distin tos niveles y que •tanta influencia ejerce en la nueva materia de estudio para la investigación y aplicación de los catalizadores psicológicos más apropiados a los fines de vivificar el potencial humano. Basta observar la curva de rendimientos para de dtizcir la importancia fundamental de las buenas o ma las relaciones entre los componentes de un ente econó mico. Actualmente, el empeoramiento de las relaciones hu manas es considerado como el síntoma más evidente de decaimiento de la función directiva; y aun cuando a la hora del examen de cuentas, puedan aparecer bajos cos tos administrativos y altos rendimientos individuales, sobre todo cuando se trate de la administración públi ca, la verdad es que en la realidad, aquéllos son con fre cuencia aleatorios y de dudosa apreciación en la respec tiva relación de causa y efecto. Es un hecho indudable que la valoración de la moral, de las capacidades, de las actitudes y opiniones de los subordinados es esencial para cualquier actividad de di rección, cuya validez está estrechamente ligada a la aceptación de manera indiscutible, de ese orden que debe presidir siempre y que •debe ser claro, completo e in mutable. Con clvsiones.—El planteamiento exacto de un proble ma, es más importante que la propia solución del mis mo, en tanto que la solución correcta de un presupues to erróneo viene a resultar completamente initil. Este concepto de carácter estratégico cierra, por así decirlo, el proceso de decisión madurado a través del examen de los factores administrativos, tecnológicos y humanos y confirma la función del dirigentede un nivel elevado. Por consiguiente, el director d. un Estableci’ miento, no tiene derecho a pararse como una maquina mal alimentada y tiene el deber de señalar oportuna mente los términos equivocados de cualquier problema de la producción. Naturalmente, tal ihdicación debe ir acompañada de los correspondientes diagnósticos y de propuestas de co rrectivos y sanciones. En fin, dado por cierto que el procedimiento directivo, por la afinidad que pueda tener con la acción de mando desarrollada sobre todo, en el campó logístico militar, deriva de ello que la fisonomía del director financiero encuadra, en cierto modo, en el campo logístico, pero es completamente diferente a la de mando de Cuerpo. Por lógica deducción, no siendo reversibles estas dos funciones, ya que se trata de aptitudes diferentes, se puede afirmar que, salvo raras excepciones, un buen director financiero no es casi nunca un buen Coman dante, y viceversa. De aquí la necesidad de la especialización direc tiva de los Oficiales asignados al campo de la produc ción militar y la conveniencia de su inclusión definitiva en los escalafones técnicos. 49 Nuevascuestionesparalosmandostácticosenlaguerraat6mica Tte. Coronel Arthur W. MILBERG.—De la publicación nortemericana “Army”. — (Traducción del Tte. Coronel Juan MATEO MARCOS.) Al seleccionar el tipo y potencia del arma nuclear que ha de usarse contra un objetivo enemigo, el oficial especialista en armas atómicas calculai’á normalmente los daños que espera obtener por la onda explosiva y por las radiaciones. Hace esto por que los radios de los daños pueden ser hoy exactamente predichos. De esta forma, las tropas debidamente entrenadas pueden pro tegerse casi por completo y proteger sus equipos de los daños de la onda calorífica o del deslumbramiento a distancias superiores a los efectos de la onda explosiva y de la radiación nuclear. Sin embargo, independientemente de lo que se haya escogido como más conveniente para un objetivo deter minado, estos cuatro efectos se producen y serán una realidad siempre que el enemigo emplee contra nosotros sus armas atómicas. De todo ello resultan algunos problemas que embara zarn al Mando durante una acción atómica. Nos proponemos aquí examinar algunos de estos pro blemas que han de ser peculiares del campo de batalla cuando se empleen explosivos nucleares. Estos y otros si milares están siendo analizados y discutidos por los alumnos de la Escuela de Mando y Estado Mayor (“Cornand and General Staff College”). Desde luego da remos por sentado que la solución de cualquier problema dependerá de la situación en que se plantee y del tiempo. Sin embargo un pequeño estudio puede servir para dis minuir los efectos y posiblemente la sobreestimación de estos problemas que han de considerarse en el futuro Como factores importantes para la estimación de la si tuación por el Mando. Podemos realizar ataques nocturnos? Las directivas actuales para todos los tipos de unida des dan mucha importancia al entrenamiento en opera ciones nocturnas puesto que, a más de otras razones, tale acciones encierran grandes posibilidades de éxito en la ofensiva. Asimismo dichas acciones restringen la ca pacidad de alcanzar objetivos para el enemigo en caso de que este ataque. Sin embargo, en este tipo de opera ción, “no es oro todo lo que reluce”. Durante las operaciones nocturnas hemos de enfren tarnos no sólo con los problemas normales concernientes a la seguridad de las tropas y la dispersión necesaria cuando se usan armas atómicas, sino que también han de considerarse los efectos de deslumbramiento por las explosiones, mala visibilidad nocturna y quemaduras de retinas. Doctores especialistas han escrito numerosos li bros acerca de los efectos sobre el ojo humano de la po tente luminosidad de las explosiones atómicas y han llegado a conclusiones muy varias desde las más satisfac torias hasta las más alarmistas. Cualquiera que haya sido testigo de una explosión atómica desde un pozo de tirador situado a varios ki lómetros del punto cero, cubierto o protegido por lonas, con las manos juntas y fuertemente apretadas sobre los ojos, declarará que ha quedado impresionado por el grado de luz que a pesar de ello hirió su retina. Aun a riesgo de simplificar demasiado daremos algu nos principios que deben ser tenidos en cuenta. La pérdida de visión durante la noche.—Los ojos una vez adaptados a la oscuridad admiten cincuenta veces más luz que cuando están recibiendo la luz del día. Las fuerzas que se encuentren a menos de ocho kilómetros del “punto tierra cero” (G-Z) cuyos ojos adaptados a la oscuridad se hallen abiertos en el momento de la 50 explosión, sea cual sea la dirección en que mirasen, que darán ciegos durante unos 30 minutos. En estas condi ciones necesitarán algunas horas para recobrar las con diciones de visión necesarias para una efectiva nisión nocturna. Asimismo puede decirse que las fuerzas que se encuentren a una distancia comprendida entre ocho y dieciséis kilómetros del punto “tier.ra cero” que estén mirando en dirección aproximada a la explosión, sufri rán análogos efectos. Aunque la ceguera nocturna no produce daños pe}ma nentes, el “handicap” de temporal falta de visión que ello supone para las fuerzas que atacan o que avanzan no puede aceptarse en forma alguna. Los efectos de las quemaduras de retina van desde una parcial pérdida de visión durante algunas horas hasta la ceguera permanente. Para sufrir tales quema duras las fuerzas han de estar situadas de tal forma que, la bola de fuego coja la parte más sensible de la retina. Para que la imagen sea recogida por el ojo, el observador debe estar directamente frente a la bola de fuego. Esta condición de encontrarse directamente frente a la bola de fuego se dará naturalmente, más frecuentemente, para las troas atacantes no protegidas o para los elementos avanzados. Este problema ha sido considerado desde hace algñn tiempo.—Los diplomados de Leavenworth (La Escuela de Mando y E. M. de los EE. UU.) durante los años 1954 a 1957 quedaron impresionados por el hecho de que el Mando debe restringir rígidamente las actividades de todas las tropas, situadas en un amplio radio del “punto tierra cero” en el momento de la explosión nuclear noc •turna. Para tener una “seguridad de deslumbramien to” dentro de la línea de seguridad, estas tropas deben tener una protección supletoria proporcionada por gafas de motorista, gafas de sol, vendas en los ojos o por su enterramiento en pozos de tirador. Todo esto para la utilización por nuestra parte de las armas atómicas. Pero demos un paso hacia adelante. Cuando el enemigo nos ciega.—El enemigo no va a decirnos dónde y cuándo lanzará su explosión nuclear. Situémonos en el caso del Jefe de una División encar gada de un ataque nocturno contra un enemigo que tiene gran cantidad de armas atómkças. Cuando el ene-. migo se dé cuánta de que nuestro ataue nocturno ha sido lanzado contrá él, considerando los efectos de la onda explosiva, radiaciones y ónda calorífica como un solo hecho empleará una explosión contra nuestro ataque para desorganizarle y la luz creada cegará a nuestras tropas no protegidas que se encontrasen en movimiento. Esta desorganización se exten derá en forma muy variada en un diámetro de 32 Kms. del punto cero. ¿Cómo podrán unas tropas así cegadas mantener la dirección y el control de marcha? ¿Podremos dotarlas de algunos medios para prevenir la ceguera por el deslumbramiento con lo que podríamos todavía mante ner el control del ataque nocturno? Las gafas oscuras u opacas no sirven porque las tro pas que las lleven no podrán ver lo sufIciente para moverse en la oscuridad. Cubrir un ojo solamente es una medida preventiva de dudosa eficacia, puesto que ello afecta profundamente a la percepción y dificulta los problemas de estimación de distancias y de determi nación de direcciones de marcha a través de obstáculos, embudos y barrancos. - Si decidimos detener el ataque, ¿cómo lograrán las tropas distinguir el camino para retirarse a sus posicio nes de partida, u organizar el terreno que han conquis tado? ¿Vendaremos los ojos de tres o cuatro hombres en cada pelotón para asegurar que algunos “ojos no cega dos” serán capaces de conducir a los ciegos? ¿El empleo de armas atómicas por el enemigo, no for mará serios obstáculos con árboles y otros materiales derribados que aumentarán las dificultades del control y movimiento de las tropas? El fuego nuclear propio o enemigo ¿no alterará la apariencia y características del terreno que hubiéramos elegido para facilitar el control de las tropas? Cuando se considera detalladamente el problema .no podemos por menos de preguntarnos: ¿será factible el ataque nocturno durante una acción atómica? ¿Qué henos de hacer con las víctimas de un ataque atómico que queden “sentenciadas a muerte”? Un misterioso y a menudo aterrador fenmeno —la radiación nuclear.— nos trae algunos .problémas que se prestan a discusión. Aunque sean desagradables estos problemas podrán tal vez presentarse y nosotros no ganaremos nada con “jugar al avestruz” al tratarlos. Otra vez, hemos de admitirlo, cada solución variará según la importancia de los demás factores que afecten a la situación, pero los problemas deben ser estudiados con tiempo con objeto de que no nos sorprendan cuando ellos se presenten. Los efectos a la radiación sobre el cuerpo humano varían en relación principalmente con la dosis a la cual ha sido expuesto.—Las grandes dosis matan en poco tiempo, si no instantáneamente—Las dosis muy peque ñas pueden ser absorbidas normalmente con poco o nin gi’.in erecto apreciable. Nosotros absorbemos radiaciones diariamente procedentes del Sol y a los enfermos del cancer se les suministra delicadamente dosis bastantes grandes sin perjuicio para la salucL Nuestro problema se encuentra entre ambos. extre mos. Sabemos que una cierta dosis límite de radiación (llamémosla roeritgens) puede o no producir 1aramente transtornos durante unas pocas horas; la víctima se recobra enseguida aparentemente, pero sólo para morir unas semanas más tarde tras un corto y rápido período de enfermedad. Las vidas sentenciadas.—Pongámonos en el caso del Jefe de la División en la siguiente hipotética situación: El enemigo ha realizado un explosión nuclear contra al gunos elementos de nuestra División y se han tomado las medidas precisas para restablecer la situación de for ma que las víctimas de la onda explosiva y las bajas causadas por quemaduras están siendo tratadas o eva cuadas. En estas condiciones uno de los mandos subordina dos da cuenta que su indicador de radiactividad y los de unos 250 miembros de su grupo de combate han sido alcanzados por una radiación de los X roentgens men cionados. Elio significa que estos hombres representan un grupo de soldados que están disponibles de momento pues no tienen lesión visible y que lo estarán durante 15 ó 20días más, pero que pasados 20 ó 25 días todos habrán muerto. Surge inmediatamente una pregunta: ¿Qué habremos de hacer y qué ordenaremos en estas circunstancias? ¿Evacuaremos estas tropas como bajas aun estando al parecer físicamente intactas y con posibilidades de andar por su propio pie? ¿Tomaremos algunas disposiciones especiales para una rápida evacuación hacia la zona del interior con ob jeto de que los hombres puedan pasar los “iltimos días de su vida con sus familiares? Si la evacuación hacia la zona del interior no es prac ticable o no es deseable para las tropas “sentenciadas”, ¿las enviaremos a centros donde puedan vivir durante los días..que le restan de existencia? Si en nuestra opinión la situación es tan crítica que requiere la utilización de todos los medios de combate disponibles, ¿estaría justificada la utilización de estos hombres para continuar la lucha con sus propias uni dades? Sería factible por el contrario organizar una unidad tipo “Kamikaze” con los sentenciados a muerte para realizar con ellos misiones especialmente peligrosas. ¿Ordenaremos a una unidad atacar a través de una zona peligrosamente radiactivada? Sabemos perfectamente, como consecuencia del es tudio de los efectos de las armas nucleares que los neu trones liberados por fisión inducen radiactividad en la zona que rodea el punto cero. Las dimensiones de esta zona varían en relación a la clase de arma y su altura de explosión. Normalmente la zona de radiactividad peligrosa es más pequeña que 15 zona en que se producen daños y bajas por los otros efectos de la bomba. Sin embargo todo cuerpo humano o animal que se halle en esta zona de radiactividad inducida debe ser cuidadosamente controlado para evitar la exposición a peligrosas o mortalies dosis de radiactividad. Una solución sencilla es evitar el uso de las armas nucleares sobre objetivos que hayan de ser ocupados o cruzados a pie por nuestras tropas.—No obstante, esto no. siempre será posible cuando se trate de objetivos que no puedan ser eficazmente batidos por los fuegos convencionales. Otro recurso frecuentemente empleado es desplazar el punto cero todo lo posible para, obtener suficiente grado de destrucción sobre el objetivo pero de form.a que se evite la creación de obstáculos físicos o radiacti vos sobre la zona que ha de ser conquistada o atrave sada. Estas medidas requieren una muy detallada y cuida dosa organización de la maniobra y los planes de fuego ató’mico.—Los problemas que hoy se plantean en las Escuelas de las Armas estan orientados o suministran a los alumnos una considerable práctica en esta necesaria coordinación. Otra solución al problema de las “zonas blanco” que deben ser cruzadas pero no ocupadas, es dotar a las fuerzas de elementos motorizados o mecanizados para. atravesar rápidamente la zona radiactiva. Pero los pianes humanos mejor trazados menudo fracasan. Algunas veces puede suceder que nuestras fuerzas mecanizadas o ‘motorizadas sean detenidas u obligadas a marchar lentamente ‘dentro de la zona ra diactivada hasta caer en el peligro de que se produzca un nilmero excesivo de bajas. Además, a causa de las variaciones ‘en los tipos de bombas previstos,’ los pun tos cero, o las alturas de explosión, los efectos radiac tivos locales pueden ser más grandes y más intensos o producíi’se en zonas diferentes de aquellas que se ha bía .preyisto. ¿Qué le sucederá a nuestra unidad, maniobrando en la forma ‘prevista si encuentra peligrosos e imprevistos grados de radiactividad? ¿Debe proseguir su avance o retirarse? En estas circunstancias, ¿puede tomar esta de cisión ‘el jefe de las fuerzas comprometidas, o la decisión debe sér reservada para el Mando inmediatamente su perior? La simple ‘reflexión sobre estos problemas hace pa tentes unas necesidades muy sencillas: Un adecuado sistema de instrumentos de detección, ‘identificación y evaluación de radiactividad; U’n seguro e importante sistema de transmisiones; Un mando muy calificado para aquel’as unidades subordinadas cuya acción en .una tal situación pueda — — — traer desastrosos efectos -para el éxitó pa-ra la unidad de que forman parte. Acept aciórí de bajas.—Desde largo tiempo se ha reco nocido que las situaciones importantes pueden obligar a un mando a aceptar el riesgo de una cierta proporción de bajas en sus unidades con objeto de asegurar el éxito total de la operación. Por ejemplo, un grupo de combate puede ser enviado directamente a través de una zona ra diactiva con objeto de conquistar un objetivo que se juz gue vital para el ataque de la División. El riesgo de bajas• que -han de producirse puede ser inaceptable para el jefe del grupo de combate que debe tomar su propia decisión, pero puede estar perfectamen te justificado en el cálculo del jefe de la División que con ello espera conseguir una gran disminución de bajas para el total de la División.. En estas condiciones puede comprenderse -que los je fes, durante una acción atómica, se encontrarán (con mayor frecuencia que se encontraban sus predecesores que estaban libres del fuego atómico) metidos en situa clones que requieran suficiente valor moral para acep tar una cierta proporción de bajas de sus unidades en interés dél conjunto de su G. U. Este hecho, sin embargo, exige una preparación un poco más profunda con objto de asegurar que los man dos de.l futuro estén mejor preparados :para reunir las condiciones precisas para sus complejas responsabilida des. En el pasado, al distribuir unidades entre el ataque principal y los secundarios, el jefe podía considerar co sas tangibles, tales como fortaleza de equipo y personal, tiempo, terreno, disposiciones del enemigo y capacida des de combate y cosas intangibles, tales como espíritu y moral. El jete de hoy deberá considerar además un nuevo e importante factor: la radiación nuclear. El cuerpo humano tiene ciertos límites de toerancia que le permiten la absorción de radiactividad in inti lizarle. Este limite de tolerancia varía considerablemen te en relación principalmente con el estado de salud, cantidad de radiaciones absorbidas y período de tiem po en- el que estas radiaciones fueron •a.bsorbidas. La instrucción sobre el uso de los indicadores personales de radiactividad y sobre la determinación de las radiacio nes radiológicas abre un campo enteramente nuevo pa ra el personal médico y de especialistas y en definitiva, para los Mandos. Presumiblemente cada persona que ha absorbido o casi absorbido su límite de tolerancia debe por lo menos ser enviado- a lugares- en que la probabi lidad de exposición a nuevos riesgos de radiación sea nula o mínima. Es -muy probable- -que todos los hombres de una misma unidad tipo Compañía, o incluso Grupo de combate, alcancen este tipo de nivel simultán-eamen te. Todo esto -ha de ser tenido en cuenta por los mandos al en-cargar misiones a sus. subordinados. Flexibilidad en los planes.—Una pequeña reflexión nos traerá nuevos problemas para el Mando. Como acabamos de decir, cuando asigne misiones a sus -subordinados debe pensar en asignar a las-unidades que han sido expuestas al más alto nivel -de radiactividad, aquellas misiones que él sabe entrañan el mínimo de riesgo de nuevas radia -ciones. Sin embargo, la ejecución puede ser distinta de su -plan; ¿qué sucederá si nuestra unidad, ya recibida casi la dosis peligrosa en sucesivas acciones se encuent-ra con - - peligrosos e imprevistos grados de radiación? A una U-ni -da-d fresca, sin contaminar en absoluto, se le podrá orde nar avanzar a t-r-avésde la zona peligrosa y sufrirá bajas que se contarán solamente por docenas; de -estos hom bres la mayor parte que-darán simplemente inaprovecha bies -de momento, pero no -muertos. En cambio exponer nuestra u-nidad ya fuertemente rad-iactivada podría aca rrear cientos de -muertos. Ya hemos men-cionado la necesidad -de -un suficiente júicio profesional y -de un gran valor moral para ase gurar el éxito de la unidad en su con junto. Podremos cruzar un río con radiactividad.—Como ya hemos indicado las capacidades de las armas nucleares -para ataque directo sobre objetivos o para neutralizar zonas encierran factores imponderables. Estudiemos un -nuevo as-pecto de esto y vea-mos si nuestras ideas sobre el cruc-e de los ríos requieren algunas modifica-clones. La amplitud -de las zonas, que -pueden ser contamina das por una explosión superficial, varía con el tamaño, “limpieza” (1) de la. bomba, velocidad y dirección del viento y la naturaleza del terreno. Parece lógico que el enemigo que defienda un río pueda seleccionar una combinación de estos factor-es para lograr un alto grado de radiación inaceptable para el atacante hasta una dis tancia aguas abajo de unas -cuatro o cinco millas del punto cero. Esta idea supone qu-e la -propia agua puede esperarse que arras-tre una cantidad -considerable de -ra diactividad, si bien de difícil predicción, procedente de una explosión realizada -cerca o sobre la su-perficie. Al gunas explosiones así -realizadas pueden crear una be rrera radiactiva sobre tod-o el fren-te de paso -de una Di visión. Repetidas estas explosiones •con apropiados in— terv-alos, pueden mantener durante algún tiempo un pe ligroso grado -de contaminación. hasta ahora casi -to-dosnuestros problemas de pasos de ríos requieren la necesidad de pasaderas o puentes pa ra cruce de carros y otros vehículos pesados. ¿Tenemos nosotros algún superhombre que pue-da vivir en este ambiente -contaminado suficiente tiempo para construir las necesarias pasaderas y puentes? Debemos, por ello, idear equipos de puentes que pue dan ser -montados con suficiente rapidez para. permitir la -construcción en los plazos permisibles dentro de las zonas -contaminadas, ¿o puede estar la solución a este problema en un diferente sistema de cruce? Muchos de nuestros me-dios -de combate pueden ser transportados a través del río en aviones o vehículos an fib-los con poco 6 ningún retraso hasta la orilla opuesta. Pero los ca r-ros y demás vehículos muy pesados -continúan sien do una dificultad. Estos son algunos -de lo muchos problemas de la gue rra nuclear sobre los que tenemos hoy vaga o ninguna contestación. Quizá la solución pueda proporcionarla la prueba de la batalla. Quizás, sin embargo, parándonos un poco a pensar sobre ellos antes de que po-damos per fo-rar la niebla de la guerra, tendremos para el futuro man-dos -calificados para la tarea -de la batalla nuclear con que pueden enfrentarse. - - - - - - - (1) Pequeña radiactividad residual.—N. de la R. C,ómo es una ase aerea norteamericana. - os servicios: Por Santiago JOV}R DE CASTRO. En el complejo militar defensivo de Occidente, ocu pan un importante lugar, las bases que el Mando Aéreo Estratégico de los Estados Unidos tiene esparcidas por diversas partes del mundo. El conocimiento vulgar y aun el no vulgar, cuando se habla de estas bases, las re laciona solamente con una serie de reactores de caza y de bombardeo. Y, en efecto, estos avides son elemen tds fundamentalisimos en la base aérea, pero no los úni cos. Porque una de estas dependencias del Mando Aéreo Estratégico, uno de estos pilai’eS de la defensa de Occi dente, es una verdadera ciudad. Una grande y compleja ciudad con multitud de edificaciones de ladrillo, o de piedra, o de aluminio, todas muy extensas, pero de muy poca altura; con una enrevesada red de carreteras, con vías y estaciones de ferrocarril, con instalaciones depor tivas y recreativas, con inmensos parques de vehículos y maquinaria y, en fin, con una serie tal de instalacic nes que hacen que la parte de vuelo, •auü con ser muy grande, represente una porción mínima •de la Base. Así, pues, hay una serie de elementos materiales, estricta mente terrestres, juntamente con algunos humanos e, in cluso morales, q.ue son tan esenciales como los aviones. Y de tal forma, que, si no están todos conjuntados en armónico y •exacto funcionamiento, no se puede conse guir que en cualesquiera que sea el instante critico, es tén los aviones en el aire para interceptar un ataque o jiara ejecutar una represalia. Tomemos, por ejemplo, la gran Base conjunta Hispa no-Norteatnericana que el Mando Aéreo Estratégico ha instalado a 30 kilómetros de Madrid, en Torrejón de Ar •doz. En ella se puede encontrar un modelo de cómo son las restantes, pues ahí existen todos esos elementos enu merados anteriormente. Y lo que es más importante, en ella se pueden apreciar unas, especiales estructuraciones y, a través de ellas, se pueden ver funcionar unos servi cios, que es, al fin y al cabo, para lo que están monta dos todos esos elementos materiales, humanos e, incluso, morales. Hay, en primer lugar, una organi zación y administración general de toda la base de Torrejón. Estos ser vicios corren a cargo de una unidad llamada 3970 Grupo de Base Aérea, mandada por un coronel, que es el Coronel Jefe de la Base. La unidad tiene su cuartel general •en un con junto de prefabricados de cemento y aluminio, en donde están los des pachos de los jefes de .as distintas Oficinas de Servicios y escuadrones de que consta la susodicha unidad y que abarcan todas las tareas terres tres de la Base. Figura, al freñ te de la organización de este Grupo Aéreo, la oficina del Coronel en Jefe, de la que depende directamente la del co ronel ayudante, que se relaciona con el oficial de enlace con las fuerzas aéreas del país en donde está la Base. De estas oficinas supremas se derivan también los despachos de cada uno de los jefes de Oficinas de Servicibs y Escuadrones de trabajos variados. E 5 t o 5 escuadrones, com puestos cada uno normalmente de 300 hombres, entre oficiales, subofi dales y clases, son: el de Intenden cia, el de Transportes, el de Instala Un cuatrimotor de transporte militar y un helicóptero junto a la Torre de Mamle ciones, el de Policía, el de Cartogra de la Base de Torrejón, cuya enorme.extensión se controla perfectamente desde fía Aérea, el de Correos, el de Sani esta atalaya. A ambos lados de la Torre están los pabellones en donde se elabo ran pianes para posib’es operaciones. dad, el de Control de movimiento de J -—-- 53 unas, a las carreteras; otras, a las dos centrales térmicas y a todas las líneas que forman el sistema elec trónico; otras, a los edificios y jar dines; otras, a los oleoductos, esta ciones y surtidores de carburantes. En fin, una serie de brigadillas adies tradas para revisar, casi diariamen te, y reparar todas las instalaciones. Por su parte, el escuadrón de Repa ración de Aviones, está dedicado a cuidar y arreglar todos los reactores y aparatos de hélice destacados en la Base, y además, todos los objetos que están en contacto -inmediato con ellos. Así, componen e escuadrón, brigadi lías para el cuidado de pistas de vue lo, para los hangares, parael parque de camiones-tanques de aprovisiona miento. Todas estas brigadillas tie nen, también, que efectuar una revisión diaria. Existe, además, en este escuadrón una sección técnica formada por especialistas en la repa ración, limpieza y puesta a punto de los aviones. El número de espocialis tas no es el mismo para todos los aparatos, sino que el equipo para uno de caza está formado por cua tro especialistas, y para uno de bom bardeo, por seis. En lo que respect Oficiales y suboficiales españoles y americanos, en una oficina administrativa. específicamente a las reparaciones, solamente se efectúan en la Base las aviones, el de Comedores y el de Reparación de Aviones. superficiales y elementales. De todas formas, cada uno Más numerosas aún son las Oficinas dé Servicios, enea de estos equipos representa para su avión un “pater bezadas por la Secretaría del Coronel-Jefe y del Ayu nal” cuidador, a’ la vez que es el depositario de respon dañte. Después vienen la Oficina de Servicios de Infor sabilidad por cualquier avería qúe pudiera tener. Por mación, la de los de Personal, la de Finanzas, la de Se tanto, el trabajo del escuadrón de Reparación de Avio guridad, la de Estadística, la de Asesoría Jurídica, la nes, lo mismo que el del escuadrón de Instalaciones, es de Servicios Religiosos, la de Material, la de Investiga de gran importancia, y, por ello, está en conexión con ción, la dé Planificación y, fina’lmen t, como englobando a todas las anteriores, la Oficina de Servicios Administrativos. Esta es la encarga da de dirigir todo el trabajo buro crático de papeleo, al que, ni el mo dernísimo aeródromo militar de To rrejón, se puede sustraer. Aunque realmente está muy simplificado y facilitado por la intervención de nu merosas y variadas máquinas elec trónicas que, con rapidez y precisión, realizan el trabajo de cientos de ofi cinistas. •Este trabajo acimintstratiyo, de trámite burocrático, invade hasta los últimos recovecos de la base. De ahí la importancia primor dial de la Oficina Administrativa, sin que ello quiera decir que las res tantes tengan menos valor. Una de las ,funciones, destacabl por referirse •a la generalidad de la Base, es la de conservacIón y mante nimiento. Y hay que hacer una dife rencia, pues puede ser la conserva León de todos los inmuebles o bien de todos los aviones. Por esto, para: realizar estas funciones, existen dos escuadrones, el de Instalaciones y el de Reparación de Aviones. El pri mero está compuesto de diversas bri Una tarea diaria, absolutamente necesaria, y a cargo del escuadrón de Instalar gadiflas especializadas y dedicadas, ciones, el arreglo de la extensa red de carreteras de la Base. - guridad. Para cumplir esta función, los técnicos cuentan con dos medios materiales principales: uno, el sis tema de claves que periódicamente cambia el Estado Mayor; el otro, los aparatos receptores-transmisores ,de radio, telégrafo y teletipo. Todos és tos dependen- de una gran central de Telecomunicaciones formada por un barracón- de aluminio y un extenso cam-po, en el que se -alzan los enre vesados conjuntos de cables y torres metálicas de la antena principal. Se conec:ta ésta con otras más pequeñas y sencillas y que corresponden a los diversos centros de radio, telégrafo o teletipo repartidos por la Base. Sin embargo, hay otra cias-e de antenas que, sin pertenecer al servicio de Te lecomunicaciones, cumplen una im portantí-si-ma función, también de -enlace y. comunicación. Tanto, q-ue de ella depende la subsistencia misma de la Base. E-st-as antenas son las -del radar, cuya red está organizada conjuntamente por la Oficina de -los Servicios de Seguridad y por la Diez y Seis Fuerza Aérea y está’ compues ta por cuatro estaciones, cada una de ellas con dos antenas cóncavas Un buen número de técnicos, como éstos, de las Fuerzas Aéreas de España y de de rotación parabólica. A su vez, es los Estados Unidos están en perpetua ‘vigía ante los complicados aparatos elec tas estaciones enlazan con el sistema trónicos de los Servicios de T&ecomunicaciones y Escucha para preservar la de radar instalado por toda España. seguridad de la Base. De esta forma cualquier objeto sos el de otros escuadrones y Oficinas de Servicios. Así, con pechoso que venga por el espacio es localizado a consi las de material, de Administración y de Seguridad y con derable distancia, habiendo tiempo suficiente pa-ra pre los escuadrones de Intendencia y Sanidad. Estas conexio pararse ante un posible peligro. nes son absolutamente necesarias para la eficaz -labor de Sin embargo, no todos los peligros han de provenir conservación y mantenimiento, y, por esta razón, los jefes •de los escuadro nes de Instalaciones y de Reparación de Aviones forman parte del Estádo Mayor del Córonel comandante en Jefe de Torrejón de Ardoz. Si las anteriores funciones son im prescindibles- para que una Base co mo la de Torrejón funcione perfec tamente, hay otras que lo son para la subsistencia misma de esta Base. Para que esté garantizad-a contra una destrucción total o contra un aislamiento completo. Nos referimos a la función de Escucha y a la de Te lecomunicaciones. Esta flltirna, que realizan técnicos de la Oficina de los Servicios de Información, tiende a enlazar la Base de Torrejón con todas las demás, con el Cuartel- Gene ral del- Mando Estratégico, con la Diez y Seis Fu-erza Aérea, con el Pen tágono en Wáshington, etc. También tiende a comunicar entre sí deter minadas -partes de la -misma Base, porque estas partes tienen que estar de tal form- -coordinad-as, que no sirven para ello las simples líneas te lefónicas. Es, pues, el objeto de la función de Telecomunicaciones transmitir todas las órdenes, consignas, informaciones, planificaciones y todo Una de las estaciones de radar del sistmá de Torrejón con sus dos antenas aquello que exija gran rapidez y sevigilando el espacio - - - - - - 1 - - - - - - -- _5 del exterior, sino que muchos pue den surgir del mismo interior de la Base. Y, desde luego, es evidente. que, en donde existen arburantes, explosivos y sistemas eléctricos, hay continuo riesgo de fuego. Por esto, de la Oficina de los Servicios de Se guridad en tierra y aire, se deriva una sección 1l:amada Departamento de Incendios, que tiene su sed0 al lado mismo de las pistas de aterri zaje y despe-gue. Su plantilla es de setenta hombres, repartidos en dos secciones de treinta y cinco y desti nadas, una, -a los incendios en el ma terial de vuelo, y la otra, a los in cendios en edificaciones. Por un sis tema de rotación y, a efectos de entrenamiento, Jos hombres de una sección van pasando a la otra y vi ceversa. Así pueden conocer el ade cuado uso del material que es dif€ rente para unos u otros incendios. En la sección para aviones hay cin co gigantescos camiones tanques •motobomhas, tipos 0-hA, O-liB y 0-10, todos con una capacidad de 4.000 litres de agua y 400 de espuma. Cada vehículo lleva una tripulación de cinco hombres, que siempre está Un gran camión contra incendios de aviones y una furgoneta de rescate de al lado del camión, incluso al comer víctimas, estacionados junto a las pistas de vuelo. y dormir. Aparte de este material, la sección t-iene un camión cisterna y una furgoneta de dios que se provocan para realizar ejecicios. Es corrien rescate en la que va personal adiestrado para rescatar te ver, en algi’in punto alejado de la pista, llamas y hu a los ocupantes de aviones incendiados. Todo este parque marada entre las que se mueven los -bomberos, recubier móvil y las tripulaciones están en constante funciona tos por completo de trajes incombustibles de amianto, miento, pues en la sede del Departamento suena la alar lo que les da una apariencia de seres futuristas. En ma, casi ininterrumpidamente, por razón de los incen cuanto a la sección dedicada a edificios, su material con siste en dos camiones-tanques, cada uno con capacidad para 1.600 litros de agua y 160 de espuma, un coche cisterna y una furgoneta de rescate y, en lo qúe respecta a los entrena mientos, éstos son muc-ho menos fre cuentes que en la otra sección. To dos estos entrenamientos, así como las actuaciones reales, son dirigidas por los Jefes del Departamento a través de la radio, para lo que cada vehículo lleva su aparato emisor-re ceptor. La emisora central del De partamento, en contacto constante con la Torre de Mando de la Base, tiene conocimiento instantáneo de cualquier siniestro, y así se •puede hacer funcionar la alarma a tiempo. Casi podría decirse que 1-amisión del Departamento de Incendios ha de ser el sofocar el fuego antes de que se produzca. Existen, como hemos visto, en este centro del Mando Aéreó Estratégico, una gran cantidad de factores técnicos, materiales y estructurales, que hacen posible su funcionamiento. Pero se tiene que contar con una ma teria prima fundamental: el hombre. Es necesaria una garantía del recto obrar del elemento humano y esta La vigilancia de 1a entradas y salidas.-’Poljcjas del aire, españoles y norteameri garantía la da el escuadrón de la canos, de. guardia en uno de los puestos de control. Policía, formado por trescientos hom - - - bres al mando de un Capitán. ‘Se divide esta unidad en destacamentos, secciones y patrullas compuestas por un número variable de miembros, según las circunstancias. El escuadrón tiene un cuartel genral y oficinas subsi diarias, algunas fuera de la Base. Esto se explica porque la poliCía tiene que estar también en los lugares residen ciales y de esparcimiento para procurar el más recto comportamiento de cualquier miembro de las Fuerzas Aéreas. Es necesario por ello que la acción vigilante de la Policía Aérea se extienda a los sitios adonde soldados y oficiales van a distraersé e incluso a sus residencias para que en ellas observen las reglas de urbanidades del país en que ‘se hallan. A estos efectos, la acción directa de control de las personas se ejerce, dentro del recinto de la Base, por medio de patrullas provistas de jeeps o turismos y armadas con los pertrechos reglamentarios, o sea, silbato, porra y pistola. Y fuera de la Base, por medio de estas ‘mismas patrullas, pero de paisano y sin armas. De esta forma, toda anormalidad, falta o delito cometido dentro o fuera del trabajo, es puesto eñ cono cimiento deJa patrulla q’e detiene a los culpables. Pero hay otra función que desempeña el escuadrón de la Poli cía ‘y es la vigilancia y control de los puntos neurálgicos, tales como pistas de vuelo, aviones polvorines, depósitos de bombas, cuarteles de mando y de las entradas y sali das al territorio que ocupa este centro ‘militar. Este con trol se realiza en conjunción con la Policía aérea espa ñola y para el ejercicio sobre los cuarteles de mando y sobre las entradas y salidas se utiliza el uniforme y per trechos reglamentarios. Para todos los restantes servi cios se lleva ei uniforme o mono de tiabajo y el fusilcarabina M-1. Aparte de las enumeradas, corresponde al escuadrón de la Policía de la Base de Torrejón, como de cualquier otra Base del Mando Aéreo Estratégico, una función de carácter extraordinario y es el rendir los honores debidos en la recepción de altos jefes o ilustres personalidades. Para ello actúan una o varias secciones del escuadrón con uniforme de gala y acompañadas por la vistosa y atractiva actuaéión de una orquesta o ban da militar. Con lo relatado quedan descritos los Servicios que son fundamentales y que abarcan a toda la Base. Su conoci miento y comprensión constituyen una .prifflera fase in dispensable para llegar a un entendimiento total de lo que es y de cómo funciona uno de •estós modernos nú cleos defensivos que el Mando Aéreo Estratégico de los Estados Unidos tiene establecidos en diversas partes del mundo. La formación de conductores ei el Ejército belga. De la publicación belga “L’Armée la Nation Traducción resumida del Capitán de Caballería Diplomado de E. M. Antonio RODRIGUEZ TOQUERO, de la Capitanía General de la IV Región. En el Centro de Reclutamiento y Selección, el solda do sufre un examen físico a fondo, orientado principal mente al estado de su vista, oído y reflejos. Unicamente el que satisface las exigencias reqúeridas y demuestra además sangre fría, puede ser designado para conductor militar. El joveñ soldado recibe su formación de conductor con gran interés, pues sabe que ésta le ha de ser útil en ‘la vida civil; siendo además los’ problemas técnicos y la conducción de un vehículo verdaderos juegos para estos muchachos. Obligar de modo .constante al alumno a la reflexión. Efectuar más demostraciones que explicaciones ora les (poca teoría y mucha práctica). Este método permite alcanzar grandes resultados en un tiempo cortó. — — Organiraciórt El método FRAC se basa en el equipo. El equipo se forma con seis alumnos dirigidos por un ‘monitor. Monitores que generalmente son profesionales, mas en algunas ocasiones ciertos soldados excepcional mente dotados, son llevados como instructores al Cen tro de Instrucción, después de habe’r superado ‘un curso FORMACION DE UN CONDUCTOR de monitor FRAC que les capacita como ta1es. El monitor da a sus seis alumnos ‘todas las sesiones La formación de. un conductor abarca tres fases: previstas, pasando sucesivamente de un lugar de traba 1.? Formación base. jo a otro, de modo que el mismo monitor permanece 2. Formación en carretera. junto a sus alumnos durante toda la formación, con lo 3.” Prácticas de larga duración en las Ardenas. que es posible conocerlos a la perfección. Cinco equipos constituyen un “repris” (30 alumnos más 7 instructores). Siendo necesario para que un “re I.—FORMACION BASE pris” pueda trabajar, disponer de •cinco lugares distin tos de trabajo. Esta formación se realiza por el método FRAC—”For Primer lugar: H G (Hombre Guiado). mación Racional Acelerada’ de Conductores”—, de ori Segundo lugar: D. •M. (Doble M.ando). gen francés. Método que mejorado y simplificado ha si Tercer lugar: C. C. (Código de Circulación). do introducido en el Centro de Instrucción, con el que Cuarto lugar: C. A. (Conocimientos o ‘técnica Auto se han logrado tan excelentes resultados que sus éxitos móvil). han suscitado un vivo interés. Quinto lugar: E. (Entretenimiento). Cada Uno de los equipos del “repris” pasan de modo Principios y procedimientos del método FRAC sucesivo “de un lugar a otro. Dos “repris” forman un “taller”. En un “taller”, un Estos se concretan así: Descomponer las dificultades en elementos simples, “rep.ris” trabaja por la mañan a y el otro por la tarde. para hacer que el alumno los supere de modo sucesivo. Un centro FRAC, en el que la instrucción se manten— 57 ga de modo constante, podrá formar 120 conductores cada quince días. (Se advierte que es limitándose a dar a los conductores la formación básica). Programa del FRAC El programa completo abarca un -período de cuatro semanas (veinte días laborables), a razón de média jor nada por día. La otra media se dedica a la continuación de la instrucción base. El sábado se reserva para ordenar el material y re visar las materias insuficientemente conocidas o las lec ciones perdidas a causa de los días festivos. El programa FRAC comprende las ramas siguientes: Hombre Guiado HG. D. M. Doble Mando Código de Circulación C. C. Conducción de vehículos ligeros. Jeeps Conducción de vehículos pesados (3 T.m.) E. Entretenimiento Técnica Automóvil C. A. . realiza en una pista reservada, alumno proceda sin temor. con el fin de que el - Tdcnica Automóvil. El alumno es informado -deI funcionamiento general y de las partes esenciales del vehículo. Chasis y piezas des-montadas y cortes -de algunos órganos, constituyen el material didáctico, teniendo el alumno, en cada lección, la posibilidad de examinar y manipular todas las piezas que le son presentadas duran te la exposición de la teoría. - - Código de Circulación. El Código de Circulación, -con todas sus señales, es en señado de un modo práctico. Los numerosos problemas que el usuario de la carretera pueda encontrar son pre sentados a los alumnos sobre maquetas. La solución es dada a conocer siempre bajo la forma de demostracio nes. Ahora bien, los instructores se esfuerzan, especial mente, en inculcar a los alumnos las nociones funda mentales de prudencia y cortesía en la carretera. BombTe Guiado (II. G.) El alumno toma el volante de un Jeep o Camión, cu Entretenimiento. yas ruedas traseras reposan sobre unos rodillos que gi La formación -de un conductor militar no tiene por ran en el vacío. El instructor se sienta a su lado. fin hacer un experto, ni tampoco un mecánico de auto A algunos metros de distancia, delante del vehículo, móviles, solamente pretende proporcion arle ja capacidad se levanta un gran tablero dividido en casillas. (Véase suficiente para entr-etener un vehículo co-mo cualquier gráfico). conductor civil consciente lo podría realizar. -Nunca irá El instructor puede iluminar cada una de las casillas más allá de un engrase, cambio de bujías, limpieza del pulsando los interruptores de un pequeño tablero. carburador, etc. Este pequeño tablero que lo sitúa el instructor sobre Otros servicios y otros especialistas cuidan de las re -sus rodillas, es la exacta reproducción del otro mayor, p araciones. con el que está enlazado eléctricamente. Las operaciones de entretenimiento se hacen sistemá La iluminación de una de las casillas hace aparecer ticamente -después •de cada clase. una imagen que exige una reacción inmediata del con Los alumnos en grupos de tres o cuatro ejecutan ba ductor o un orden que el alumno debe seguir sobre la jo el control del monitor, sobre los camiones dispuestos marcha. en arco de círculo, las operaciones sucesivas de entrete Ejemplo: nimiento, anunciadas por micrófono por un instructor. Señal Reacción del alumno Conducción de vekícv los ligeros y pesados. - Arrancar Puesta en marcha Embragar y pasar ra velocidad. Frenar. Colocar la Luz roja cambio en punto Paso a nivel cerrado. Frenar. Colocar la cambio en punto Luz verde Arrancar. del motor. a la prime palanca del muerto. palanca del muerto. Además es posible frenar los rodillos situados bajo las ruedas del vehículo. Esto da la sensación de una carre tera difícil, de un terreno arenoso o de una cuesta. Este método obliga al alumno a ejecutar todas las ma niobras mirando constantemente el tablero, evitando de este modo los defectos de los principiantes: Mirar los mandos y dejar de observar la carretera. Esto le •da confianza, ya que hace sus primeros ensa yos sin peligro para el material, ra él u otras perso nas, permitiendo al mismo tiempo que el instructor man tenga un control permanente. Doble Mando (D: M.) Después de algunas sesiones de Hombre Guiado, el -alumno pasa a un vehículo de doble mando. El instruc tor, siempre a su lado, le aconseja y rectifica eventual -mente las falsas maniobras. El H. G. tiene -por finalidad familiarizar al alumno con el manejo de los mandos, embrague, acelerador, fre nos, etc. El Doble Mando le permite poner en prácticalas enseñanzas adquiridas con el H. G., pero 11ev-ando realmente el vehículo. Esta parte de la instrucción se - Desde la tercera semana el alumno, habiendo adquiri do sobre el H.G. y vehículos de D.M., el automatismo y confianza necesaria, pueden pasar a una nueva etapa de su formación. Sólo al volante, harán -sus primeros kilómetros con un jeep, y después con un camión de tres toneladas en pista llana. Aquí los alumnos practican en in circuito sinuoso, jalonado por signos convencionales que le obli garán a hacer aquí una -mar-cha atrás, allá una media vuelta, más lejos tomar una curva o intercalarse entre dos vehículos. - Los camiones circulan sin cesar; Sobre esta pista se cruzan, paran y adelantan. Lo variado del circuito, su tráfico y las maniobras imprevistas que los encuentros con un signo convenional provoca, reúnen las condi ciones de una verdadera conducción en carretera. El instructor, aunque, presente, siempre en esta fase de la formación, no interviene más que para supervisar o aconsejar. Repartición de lecciones: — — Código de Circulación. Conducción. Técnica dé entretenimiento. II.—FORMACION EN CARRETERA. Se puede asegurar que después de uperar el alumno el método FRAC: Conoce el Código de Circulación. Sabe entretener su vehículo. Es capaz de marchar solo sobre una carretera de poco tránsito. Después del FRAC, la instrucciónprosigUe. Este complemento de instrucción tiene por finalidad mantener y perfeccionar los conocimientos adquiridos (conducción y entretenimiento) y enseñar nuevos aspec tos, concretamente: Marchar en columna. Circular en las ciudades y carreteras de gran tránsito. Circular de noche (y con luces apagadas). Enmascarar y ocultar un vehículo. Aplicar por hábito el entretenimiento. Participar en la seguridad y defensa .de un vivac o de una columna automóvil en marcha o parada. Esta instrúcción, esencialmente práctica comprende el recorrido de determinados circuitos situados a los alrede dres de Lovaina, cuidadosaménte elegidos en razón a las dificultades y del poco tráfico civil que ofrecen.. — H.G D.M V.L V.P C.A C E R Total — — 1. 2. 3. 4. Semana. Semana. Semana. Semana 5 5 5 5 — — — — — — .— 5 2 10 7 Total10 5 5 6 2 10 2 16 14 .-.— 5 5 4 2 5 5 8 8 16 26 25 25 25 25 — — — 1 1 100 — H.G. = Hombre Guiado. D.M. = Doble Mando. V.L. = Vehículo Ligero. V.P. = Vehículo Pesado. C.A. = Técnica Auto. C. Código Circulación. E. = Entretenimiento. R. = Remo.lque. Existe una ficha para cada lección de cada rama. Plan — — — — — — de una /iclia. a) b) o) d) — — Programa Punto a enseñar. Medios necesarios. Ubicación. Desenvolvimiento: lo que hay que decir, hacer, manejar, ejecutar, las preguntas a hacer y las res puestas a recibir. e) Generalmente al final de la ficha: consejos puntos a insistir faltas que con mayor frecuencia se cometen, etc. - Ventajas del método FRAC. 111.—EJERCICIOS DE LARGA DURACION EN LAS ARDENAS Para coronar la formación de un conductor en carre— tera, el Centro de Instrucción ejecuta, como última parte del programa, un ejercicio de vivac de cinco días de du ración en las Ardenas. En esta ocasión, los asirantes a conductor efectúan largas etapas en columna, tanto de día como de noche, ejercicios individuai€s sobre pequeños circuitos en terre nó variado o accidentado. Estos ejercicios, relativamente fuertes, constituyen una prueba de resistencia física, por la suma de días condu ciendo en terreno difícil, de día y de noche. 1.’ Instrucción progresiva del H.G al D.M. y después a la conducción real del jeep y camión. 2. Unificación de la instrucción gracias a las fichas, lo que permite un control a voluntad. en las Unidades. 3. Economía de carburantes y material (para toda la Perfeccionaniento instrucción FRAC el consumo de carburante es infe rior a 50 litros por alumno). Resulta evidente que los conductores, después de su sa 4.’ Eliminación de accidentes (las primeras lecciones de lida del Centro de Instrucción, no son todavía “ases del conducción son las más peligrosas. in embargo, aquí volante”; les falta práctica y experiencia. La instrucción les proporciona excelentes reflejos y el se efectúan sin ningiín riesgo). 5. Mejoramiento de la calidad de jos conductores. indicio del automatismo. Al finalizar el período de FRAC, el alumno es sometido La práctica y la experiencia serán adquiridas en las a un examen que abarca las tres pruebas siguientes: Unidades. 1 IMPRENTAS DEL COLEGIODE HUERFANOS El Patronato de Huérfanos de Oficiales del Ejército tiene tres imprentas: en MADRID, TOLEDO, Y VALLADOLID, que, además de los impresos oficiales, de adquisición. obli gatoria en dichos estab1ecimintos, también realizan trabajos particulares de esmerada confecció’ garantiiando la CANTIDAD, CALIDAD y ECONOMIA. Los ingresosque por estós conceptos obtienen pasan ÍNTEGRAMENTE a engrosar los fondos del Patro nato y se destinan a MEJORAR la situación de los HUÉRFANOS. Se encarece a los se íores Jefes y Oficiales efectúen pedidos a esas imprentas a fin de incrementar los recur sos de los HUÉRFANOS. 59 Actuación del Ejército en Ribadelago. Capitán Está aún muy reciente la catástrofe de Ribadelago. Su importancia hizo que durante muchos días fuera el tema preferido de la prensa de toda España, que llenó páginas y más páginas de sus diarios y revistas. Dando de lado todo aspecto sensacionalista, quiero li mitarme aquí a resaltar una faceta de la catástrofe de Ribadelago que ha permanecido oculta a casi todos los españoles y que, ‘como militar, deseo que no pase inad vertida: la actuación del Ejército en Ribaclelago después de la catástrofe. La noche del• 8 al de enero.—En los trabajos de des escombro de Ribadelago aparecieron muchos relojes—mo destos despertadores—cuyas manecillas marcaban la ho ra trágica: las doce y cuarto. A esa hora la inundación alcanzó sus mayores proporciones. A esa hora el con tacto furioso de la ola con las edificaciones del mísero pueblo provocó el derribo de las casas, casi todas ellas formadas por muros de piedras colocadas unas encima de otras, sin un mortero que las aglutiñara. Los vecinos, que desde hacía unos minutos sentían la inminencia de ‘la catástrofe, estaban en las calles del pueblo: calles pinas y encharcadas, en las que, a partes iguales, abundan el barro y las deyecciones del ganado. Huían alocados, sin sber qué decisión tomar: •unos tra taban •de ganar las partes altas del pueblo; esos se sal varon. Otros, perdieron un tiempo precioso en tratar de salvar ganados u objetos. Para ellos, los escombros de sus casas fueron su sepultura, hasta que sus cadáveres fueron puestos al descubierto por las excavadoras. A otros, les cogió la riada en las calles bajas del pueblo. Fueron la mayoría de los que perecieron. Mezclados con el fango, las grandes piedrss y la arena que ésta trajo, yacen hoy en el fondo del lago de Sanabria, convertido en un inmenso cementerio subacuático. Al producirse la rotura de la presa del pantano de Vega de Tera desaparecieron 17 contrafuertes y la parte correspondiente de pantalla. Y el agua liberada se lanzó arrolladora para recorrer los nueve kilómetros que me dian entre el embalse y Ribadelago, salvando un desni vel de unos 500 metros. La consideración de la magnitud de estas cifras puede dar una idea dei empuje devasta dor con que llegaría la masa de agua al pueblo. Esta chocó con las partes bajas del mismo. Pero su volumen no fué de una magnitud tal que produjera estragos por inundación debida a elevación de rivel: las casas situa das en los puntos altos apenas recibieron’ daños, no obs tante su endeblez. La riada e dividió en tres brazos, qúe pasaron por las vaguadas existentes entre cuatro promontorios en que estaba edificado el pueblo. Luego, las aguas volvieron a reunirse sobre la llanura de cerca de un kilómetro oua drádo de extensión existente al E.. •del pueblo y deposi taron su trágico aluvión en las aguas del pintoresco lago. Desaparecieron los dos puentes. Aguas arriba se halla ba el de madera. Sus restos, taponando la luz del de hormigón, hicieron de éste una presa que en un roo mento dado ofreció resistencia a la fuerza incontenible de las aguas. Para ellas no fué un gran obstáculo. Así, a los pocos días, pude apreciar cómo sus recios estribos y su loza de hormigón nervada habían sido removidos con un a facilidad pasmosa. Desapareció, también, el trozo de carretera que se adentraba en el pueblo. De las 250 casas que aproximadamente lo formaban, de Ingenieros Agustín LORENTE TALAMAS, la mitad resultaron completamente destruídas.. Def res to, otras muchas quedaron en estado de ruina, más o menos acentuada. Imaginemos ahora a los pobres habitantes de pueblo cuando amaneció el día siguiente de la catástrofe; esta ban enloquecidos por los acontecimientos. Casi todos ha bían perdido algo: un ser querido, su vivienda, sus ani males. Algunos, absolutamente todo lo que tenían ón este mundo. La riada había pasado y el lago de Sana bria, de unos cinco ‘kilómetros cuadrados de extensión, había servido para evitar, dando acogida en su cuenca a las aguas, que la catástrofe se propagara a los pue blos situados aguas abajo de Ribadelago. Pero los puentes estaban rotos. De fuera no podían llegar auxilios, excepto los pocos que pudieran llevarse en lanchas. Aquí surgió la primera y eficacísirna inter vención del Ejé.rcito. Las autoridades no vacilaron en recurrir a ella y fueron cursadas órdenes para que los Ingenieros restablecieran las comunnicáciones., En el Regimiento de Zapadores de Salamanca se reci bió la orden de que se dispusiera el tendido urgente de un puente Bailey sobre el río Tera. Y desde Salamanca salieron, sobre trece camiones, los elementos necesarios hacia Ribadelago. Cincuenta soldados, especializados en su montaje, al mando de dos oficiales, completaban el convoy. A las pocas horas de la llegada de éste Se estableció una comunicación provisional entre las dos orillas: los zapadores tendieron dos pasaderas italianas, sólo aptas para el paso de peatones, que resolvían el problema de momento. Inmediatamente se procedió al estudio del tendido del puente Bailey. Para tropas entrenadas es un problema sin importancia. Con buenos estribos, buena explanada de lanzamiento y con el ‘material clasificado y ordena do, puede hacerse en meños de media hora. Pero surgie ron los inconvenientes. .Las orillas del río carecían cte elementos capaces de sostener su estructura y las pesa das cargas a las que posteriormente había de dar paso. Consecuencia: hubo que construir estribos. Una de las orillas, rocosa, se prestaba bien para la cimentación de los mismos. La otra, no. Esta construcción fué felizmen te llevada a cabo por personal de la empresa MONCA BRIL, que la asumió por estar en posesión para ello de mejores medios que el Ejército. Surgió una natural di ficultad inherente a la urgencia con que se requería la terminación del tendido. El cemento necesitaba un cierto tiempo para fraguar. España entera estaba pendiente del rescate de las numerosas víctimas que se suponían—por lo menos en gran parte—sepultadas bajo los escombros. Para rescatarlas con rapidez hacían falta excavadoras. Y para que éstas empezasen a trabajar era necesario que el puente estuviera en estado de prestar servicio, con objeto de permitirles el paso hacia Ribadelago. El ingeniero que asumió la responsabilidad de cons truir los estribos aceleró el proceso de fraguado del ce mento con la adición a la mezcla de cloruro de cal. Y así, antes de las cuarenta y ocho horas de la terminación de aquéllos, se intentó el lanzamiento del Bailey. La’ luz a salvar era de unos 20 metros. El puente, de tipo ancho, doble-simple, debería permitir el paso de ve hículos de 30 toneladas. Pero surgió un nuevo inconveniente inherente a la falta de espaéio. La explanada disponible para preparar el lanzamiento era harto pequeña. Se obvió esta dificul tad descargando al máximo los tramos de cabeza y las trando convenientemente los de cola. Con ello el contra peso fue suficiente para evitar que el •puente se fuera al agua. La operación de lanzamiento, realizada ante nume roso público, entre los que abundaban los corresponsa les de prensa, constituyó un gran éxito para sus diree toreé, los oficiales de Zapadores capitán Santamaría y teniente Ramos. Con el tóndido del puente Bailey concluyó la primera fase de la actuacjón de los Zapadores en Ribadelago. Antes del tendido del puente Bailey había sido inicia do el desescombro del pueblo. En esa labor hablan inter venido, además de los Zapadores, los soldados de una compañía del Regimiento de Infantería Toledo .n úifle ro. 35. Pero se hubieran eternizado de no haber encon trado otros medios. El viajero que hoy visite Ribadelago no puede darse ni una remota idea de lo que era el pueblo antes de empezar los trabajos: en las zonas más afectadas por la riada, los montones de escombro ocu paban grandes extensiones y alcanzaban una altura me dia de tres metros. Estos móntones estaban formados por las ruinas de las casas (piedras, maderos, etc.) y por los materiales que el agua había ido arrastrando a su paso (piedras, arena, fango, grandes árboles). Se calcula que existían aproximadamente 15.000 metros cú bicos de escombro. Todo állo fué removido hasta la úl tima piedra. Es plausible la actividad desplegada por las autorida des para dar gran impulso a los trabajos. Antes d que el puente estuviese en servicio, ya se acumulaban en la orilla derecha del río medios superabundantes para im primirles un ritmo acelerado. Estos medios pertenecían al Instituto Nacional cl Colonización, a Hidroeléctrica Moncabril, a Obras Públicas y a Iberduero. Había: Dos excavadoras pesadas de cuchara, dos más pequeñas, dos bulldozers grandes, cuatro pequeños, una dragalina, una grúa, cuatro dumpers, tres camiones vol quete, un camión taller, una traílla grande y dos pe queñas. La velocidad imprimida a los trabajos fué tal, que el desescombro se terminó en trece días, tiempo muy infe rior al primitivamente calculado. La existencia de personal y material de muy diversa procedencia hacía necesaria una dirección que coordi nara los diversos esfuerzos según un plan preconcebido. Y el Ejército asumió esa dirección en la persona del Te niente Coronel Valcárcel, por delegación del excelentí simo Sr. General de Ingenieros de la VII Región. Y se trazó el pian de trabajos, do acuerdo •con los jefes del 1. N. C. y de Moncabril. La primera idea, que prevale ció, fué la de construir una pista que permitiera el des plazamiento de las máqúinas hasta tener acceso a los lugares de escombro. Así las máquinas, l tiempo que se abrían camino, preparaban el terreno para la nueva pista. La pista se trazó en forma anular, rodeando la parte del pueblo, donde -habían habido más edificaciones. Pos teriormente fué prolongada hasta la Iglesia. Desde los primeros días se trabajó febrilmente en su construcción. Abundaba el material para afirmarla: las grandespiedas que trajo la riada y las procedentes del desescombro. Y aquí comenzó una nueva fase en el trabajo de los Zapadores. Fué construído el firme •a mano, bajo unas condiciones meteorológicas durisimas. El tiempo, que des pués se dulcificó, se mostró adusto y duro durante los primros días: nieve y, sobre todo, lluvia casi incesante. Los tajos estaban cubiertos por una capa de barro pro funda, y allí los soldados trabajaban con un• espíritu magnífico, sin un mal gesto. Esta labor pasó desapercibida para casi toda España. Pero en los últimos días, los soldados tuvieron la alegría de sentirse reanmados especialmente por la máxima au toridad de la Región, que los envió un estimable ob sequio. El rastreo del río Tera y del lago de Sanabria fué realizado por personal de pontoneros, desde pontones, utilizando rezones. Según los informes •técnicos, las víctimas de la riada fueron arrastradas hasta el lago que ya cerca de la orilla presenta. profundidades muy importantes. Por tal mo tivo los rastreos no diero ningún resultado. El dragado: Fué realizado por una dragalina del 1. N. C. Tampoco ‘dió resultado, por la poca consistencia de las orillas, que sólo en ciertos lugares permitían el acceso de una máquina ‘tan pesada y tan lenta en sus despla zamientos. Por otra parte, su zona de acción se limitaba a las orillas. Los hombres-rana: Llegaron a Ribadela.go proceden tes de Madrid, Barcelona y Valencia. A pesar de su bue na voluntad, nó consiguieron nada práctico: las aguas del lago estaban nuy turbias y a una temperatura de 00. Después de emitir un informe dictaminado que en esas condiciones no podíañ hacer nada útil, regresaron a sus puntos de partida. Justificación cíe este artículo: No he pretendido en es tas líneas dar una explicación técnica de los trabajos de Ribadelago: el tendido de un puente Bailey y la cons trucción de una pista son cosas que forman parte del trabajo diario de las tropas d, Zapadores. Y las dificul tades encontradas en Ribadelago no fueron de catego ría tal como para justificar un artículo. Han sido otras las causas que me han inducido a es cribirlo: Primera: Dar a la publicidad una fase de la catástro fe d Ribadelago: la actuación—importantísima—del Ejército. Segunda: Poner de relieve el espíritu, entusiasmo y eficacia con que éste, como es norma en él, ha cumplido su misión. 61 Notas sobre proyectiles ai topropulsados. Comandante ORY y otros autores. (Traducciones, extractos y adap taciones de diversas publicaciones militares y técnicas extranjeras.) EL COHETE ALEMAN “RITIEINBOTE” O “MENSAJERO Cuando leemos con asombro los adelantos verdadera mente revolucionarios alcanzados por los cohetes actual mente, qte nos aumentan cada día el número de “lu nas” a nuestra disposición y que nos hacen pensar en serio en fantásticos viajes interplanetarios, no’ debemos olvidar, aunque sólo sea a título de recuerdo, los inge nios precursores de éstos que hoy nos asombran. Sobre el cohete alemán, que llegó a dispararse en otoño de 1944, hace algo más dé catorce años, desarrollado por la Casa Rheinmetall y que fué bautizado con el nombre de “Mensajero del Rhin” (Rheinbote), se ha escrito muy poco. Sin embargo, este cohete disparado contra Ambe res y Rotterdam, en los meses finales de la guerra, me rece alguna atención. El cohete, denominado también “Rh-Z-61/9”, fué el resultado de un desarrollo que llevó el nombre de “Pro yecto Z” y que tenía por objeto conseguir un arma que fuera capaz de relevar a la Artillería pesada tan costo sa de fabricar como cara de sostener. DEL RUIN” Además de este cohete de Rheinmetall, también se desarrolló paralelamente otro por la Casa Henschel, el “Zitterrochen”, proyectil también de largo alcance, pero. que no pasó del estado de prototipo. Desde 1942 en que empezó el desarrolló, se sometió a cada cuerpo del cohete a numerosísimas pruebas en el túnel aerodinámico y en otoño de 1944 se hicieron las primeras demostraciones en un campo de Pomeramia. El “Mensajero del Rhin” constaba de tres cuerpos principales y uno más de arranque, dando este último una aceleración al artefacto que duraba 0,8 de segun do, con una fuerza de empuje de 38.000 Kg. Al final de ese tiempo, este cuarto cuerpo quemado, caía a tierra. Igualmente, cada cuerpo, al irse consumiendo, era ex pulsado a tierra por la propia fuerza de los gases. El cohete tenía una longitud total de 11,4 m. El últi mo cuerpo iba provisto de la correspondiente cabeza de guerra. El cohete se transportaba descompuesto en los cuatro escalones y era montado antes de dispararlo, sobre el mismo camión qúe le servía de rampa de despegue. Se le disparaba desde un coche blindado de mando, desde el que, era posible seguir ópticamente la trayectoria has ta una cierta distancia. El alcance máximo era de 235 Km. y Jos datos de dis persión, determinados prácticamente, los siguientes: Zona del 50 % de dispersión horizontai.3 Km. vertical3 Kni. El áng. de elevación para el disparo era de 65°; la fle cha máxima alcanzada de 70 Km. y el tiempo total de vuelo, de 260 seg. El cohete llegaba al final de su trayec toria, con una velócidari de 6.000 Km/h. con un ángulo de caída de 52°. La carga explosiva era de 40 Kg., para un peso total en el arranque d0 3.530 Kg. En comparación con el gran dispendio que represen ta la fabricación de las piezas pesadas de Artillería, en la del cohete “Rheinbote” sólo se invertían 132 horas de trabajo, a base de mano de obra sin especializar y em pleando materiales que en su gran mayoría consistían en tubos forjados sin mecanización posterior—Coman dante Wilkelmi. “ EL PROYECTIL BALISTICO MULTIPLE “PIONERO” CI RCUMLUNAR Como una contribución norteamericana más a las ta reas del “Año Geofísico Internacional”, la Aviación de los EE. U’U. se comprometió a efectuar el lanzamiento de tres sondas lunares idénticas, destinadas a la obten ción de datos relacionados con los problemas de la lo comoción en el espacio, así como para la recogida de información sobre la luna. De estas experiencias ya se han realizado dos en el momento de escribir estas lineas: La ‘primera de ellas, que fracasó al quedar destruido el ingenio a los 77 se gundos de iniciar su despegue, y una segunda, que tuvo “ “ Y LA EXPLORACION’ DEL ESPACIO lugar el pasado 12 de octubre, en la que aunque la sonda lunar o satélite no pudo alcanzar la órbita sobre la que debía gravitar alrededor de la luna, llegó a una distan cia de 127.000 kilómetros de nuestro planeta. Realmente impresionante, sobre todo si se tiene en cuenta que el proyectil balístico múltiple, portador del satélite estaba compuesto por cerca de 303.000 elementos interdepen dientes y que debían funcionar en perfecto acuerdo. Este vehículo espacial, al que se ha denominado “Piq nero”, fué realizado por el Departamento de Proyectiles Balísticos de la Fuerza Aérea de los EE. UU., y consta- Algúnos aspectos. del Pjonero’. 1, Vita interior de. la senda lunar con los emisores e instrunentos de rnedid,que van :Cijados alrededor de la pr.ed. circular interior. Ea el centro va la armadura donde se fijan los cohetes de frenado. 2 Aspecto del interior de la envuelta que forma el dlti.mo elernento del “Ponro’ y en el que se aloja tanto el terc’’ escalonamiento (que es el que se ve en la parte infez.or) co— mola sonde lunar. Este conjunto sale disparado el cesar la conbustión ddl segundo escalonamiento. 3, Momento en que des— pega el “Pjonerc’, como consecuensis de entrar en igrzlci6n el motor cohete deiprimer escalonamientO. ba de los cuatro elementos o escalonamientos siguientes: Un proyectil balístico de alcaúce medio “Thor”. Otro ingenio balístico, tipo “Thor-Able”, construido por la “Aerojet”. Un cohete de combustión sólido. La sonda’ lunar o satélite. El conjunto del “Pionero” formó un largo proyectil de 26,85 metros de longitud y unas 47 toneladas de peso, para iniciar cuyo movimiento el ingenio “Thor” que formaba su primera etapa tuvo que realizar una fuerza de empuje superior a las 68 toneladas. El proyectil “Thor”, del que se ha tomado el primer elemento del “Pionero”, es un proyectil autopropulsado de 45 toneladas, que utiliza como agentes propuTsores la gasolina y el oxígeno líquido. La altura que ha llegado a alcanzar el “Thor” fué de 145 kilómetros, con una velocidad, al fin de su combustión, de 16.000 kilómetros por hora. El segundo elemento del “Pionero”, es del proyectil “Thor-Able”, al que se dotó de ocho pequeños cohetes, para provocar su giro sobre su eje longitudinal, al mo do de cualquier proyectil de artillería. El peso de este segundo elemento fué de 1.800 kilogramos y su fuerza de empuje d 3.400. La propulsión de este escalona miento tuvo lugar por un sistema de inyección del pro pergol o -mezcla comburente-combustible mediante he— — — ho comprimido, con la ayuda de una carga de pólvora. El cohete de, pólvora que formaba el tercer elemento del “Pionero” era el mismo que se había proyectado pa ra ser el cohete portador del satélite “Vanguard” y cuando se lanzó por vez primera, con el “Pionero” sólo había sido probado en punto fijo. En cuanto al satélite lunar, era un cilindro de poca altura, en cuyo interior se alojaba una colección cte ins— trumen tos, un cohete frenador y una serie de ocho mo— tores, situados éstos en su base, para corregir las velo cidades y la dirección. Su peso total fué de 38 kilogra-. mos, de los cuales 14 correspóndían a instrumentos: Magnetómetros, contadores de meteoritos, registradores de radiaciones y de temperaturas, una edmara de filtro infrarrojo y una emisora de televisión cuyo ojo eléctri co debía registrar una “imagen” de la luna en cada rotación •del satélite a un ritmo de 110 vueltas por minu to;. retransmitiendo esta información a la tierra en for ma cifrada. El vehículo portador debía acelerar al satélite hasta una velocidad de 10.685 metros por segundo, velocidad que no se alcanzó en esta segunda •prueba: Por otra parte, se produjo una ligera desviación de la trayectoria calculada, por lo cual tampoco había ya posibilidad de que la sonda hubiera ‘podido entrar en órbita, para gra— vitar alrededor de la luna. La observación de la trayectoria recorrida por el “Pionero” y muy especialmente por su i’iltimo elemen to, la sonda lunar, en su primer viaje espacial, corrió a cargo de telescopios-radar y otros diversos aparatos, repartidos por todo el globo;• al propio tiempo que una cadena de receptores de radio captaba la información transmitida, de un. modo continuo, por el satélite. Entre los elementos empleados en esta misión, mere cen destacarse el telescopio-radar gigante de la Univer sidad de Manchester, equipado con un reflector parabó lico de 115 metros de diámetro; las instalaciones de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en las islas Haway, . entre las que se contaban los transmisores de señales que debían provocar la ignición de los motores de la sonda lunar; los instrumentos de la Base Patrick, en la península de l:a Florida y, en fin, los situados en los montes Milistone, en New Hampshire, qu.e se emplearon en la determinación, de çiertas características angulares de la trayectoria cte la sonda lunar. Todos los informes técnicos divulgados coinciden en calificar este primer vuelo del. “Pionero” como un éxito científico, pese a no haberse logrado establecer el primer satélite artificial de la luna, no sólo por la fantástica distancia alcanzada, sino por la información obtenida. . EL”CT.2o”.-UN BLANCO RADIODIRIOIDO FRANCES PARA LA INSTRUCCION ANTIAEREO El “CT.20” esun blan.cb radiodirigido cons truído por la empresa nacional francesa “Nord Aviatión”, que es la misma que hace el cono cido p r o y e c ti 1 autopropulsado contracarro “Ss. 10”. Se trata de un arma que tiene una longitud de cerca de cinco metros y medio (5,38 m.) y 635 mm. de diámetro y que pesa 655 kilogra mos. Su propulsión corre a cargo de un turbo rreactor con el que alcanza una velocidad de 1.037 kilómetros por hora y una altura superior a los 220 kilómetro pudiendo volar por espa cio de tres cuartos de hora. Su lanzamiento se efectúa desde una rampa transportable por un camión y se recupera mediante un paracaídas que se abre, bien 1 ser tocado el ingenio por los disparos sobre él o bien enviándole una seí5al por radio. El “CT.20” es un blanco radiodirigido que no sólo lo utiliza para su instrucción antiaérea la marina france- EL PROYECTIL AUTOPROPULSADO “BLACK KNI6UT” BRITANICO Se han divulgado ya algunos datos del. proyectil au to.propulsad.o británico “Black Knight”, cuya existen cia ya anticipamos en estas mismas notas hace unos meSes (EJERCITO núm. 225, pág. 68). Se trata de un ingenio de poco más de diez metros y medio de longitud y 91 centímetros de diámetro que, realmente, es una versión mejorada del proyectil “Sky lark” y del cual el primer lanzamiento tuvo lugar en la base australiana de Woomera, el 7 .de septiembre del pasado año, al parecer con pleno éxito. Aunque no se han facilitado datos de la altura alcan zada por el proyectil en dicha ocasión, se ha revelado que los cálculos le señalaban una máxima comprendi da entre 550 y 750 kilómetros. Reproducimos la iínica fotografía divulgada del 111 ge nio que nos ocupa, hasta el momento de escribir estas lineas. El “Black Knight” es un ingenio balístico proyectado esencialmente con fines de investigación. DE TIRO Sa, sino las fuerzas armadas de varios otros pa jss, en ti’e ellas las de la Gran Bretaña LOS DIEZ PRINÇIPALES PROYECTILES AUTOPROPULSADOS El grabado que reproducimos nos muestra a los diez principales proyectiles autopropulsados norteamericanos, en los momentos actuales. De casi todos ellos nos hemos ocupado en es tas mismas notas en números anteriores de EJERCITO: Del “Nike-Ajax”, del “Sparrow”, del “Halcón” y del “Corporal” en el núm. 206; del “Hawlç” en los números 212 y 218; dei “Si dewinder” y del “Nike-Hércules” en el núm. 214 y, en fin, del “Bomare” en el núm. 223. A ellos remitimos al curioso lector que desee conocer algunos detalles de los mismos, evitando así re peticiones innecesarias. En cuanto al proyectil antiaéreo “Terrier” —único del que hasta ahora no nos habíamos ocupado—es un ingenio de 8,2 metros de lon gitud, que pesa 1.520 kilogramos y que va pro pulsado por un motor cóhete de propulsor sóli do, utilizando además para facilitar su despe gue un cohete auxiliar, también sólido. El “Te rrier” alcanza una altura de unos 35 kilómetros y una velocidad de Mach2,5 y va equipado con un sistema de guía por haz, con detonador de proximidad. La denominación técnica de este ingenio es “SAM-N-7” (es decir, proyectil de superficie a aire de la Marina nr.7) y se construye en serie tanto para la Armada como para el Cuerpo de Infantería de •Marina de los Estados Unidos, existiendo dos versiones, denominadas común mente “Terrier 1” y “Terrier 2”. Se construye por las firmas “Convair” y “Motorola”, en co laboración. EL “BULLPUP”, Los diea’priocipolesProyectiles autopropulsadosnortaooerlcafloe. . El “N!ue—Ajsx’, aatic6rec. 2. El oSidoainderu aire a tierra. 5. 21 “Terrier’,dobarco e aire. 4. E! ‘Eooarc”,aotjo6reø, 5. El ‘Epa-roe III”,airea aire. 6. El “Tcloa”,antiereo. . El “HacE”.aotia6reo baja coto. O El °Nloe—Uerc,loo”, aotiareo. 9. El ‘Palco,,’, airo a aire. 10. Ci “otpøral’, tuerrao tierra PROYECTIL DIRI6IDO DE AIRE A TIERRA El proyectil “Bullpup” de la Armada norteamericana es el primer ingenio dirigido de aire a tierra especial mente proyectado para proporcionar apoyo de fuego no LOS NUEVOS PROYECTILES NORTEAMERICANO - NORTEAMERICANOS AUTOPROPULSADOS nuclear a las tropas terrestres, así como para ser usado contra objetivos tácticos. El “Bullpup” es un proyectil supersónico, de propul sor sólido, controlado por radio, durante su vuelo, por el piloto del avión lanzador. Su longitud es de tres me tros y SU peso de 272 kilogramos, pudiendo llevar car gas diversas de 27 kilogramos de peso. Este ingenio al canza una velocidad de Mach 1,8 y es de construcción y manejo sencillos y sumamente preciso. Una primera prueba realiz ada por un ‘piloto, hizo posible el impacto sobre un objetivo de tan sólo 10 centímetros .a una dis tancia de 3.500 metros. El “Bullpup” ha sido ya probado en aviones navales de los tipos “AD6”, “FJ-4” y “A3D”, así como en los cazas de todo tiempo de la Fuerza Aérea “F-94 Starfire” y, próximamente, va a ser entregado tanto a las unida des navales corno a las aéreas de la Armada de los Es tados Unidos. TACTICOS DEL EJERCITO El Ejército norteamericano progresa rápidamente en del espacio. El alcance de estos nuevos ingenios va des su propósito de equipar a sus tropas de primera línea de el corriente en un “bazooka” de superficie a aire has ta los 800-1.100 kilómetros del “Persiaing”. con un completo conjunto ‘de proyectiles autopro.pu]sa El Ejército de los Estados Unidos tiene un especial in -dos, que le proporcionen la movilidad, la velocidad y la potencia de fuegos propias de la que ya se llama edad terés en ‘disponer rápidamente de las nuevas armas 65 apropiadas para su organización pentómica ya estable un sistema de guía por inercia o si se tratará de ux co cida. Consecuencia de ello la industria norteamericana hete de vuelo libre. El arma infrarroja “Mauler” proporcionará a las tro de esta clase de armas las fabricará en cantidad que se cifra en unos cinco mil millones de dólares anuales, du pas medios de ofensa de tierra a aire, con seis proyec rante el transcurso de los tres próximos años. tiles por unidad. Las armas más destacadas para su empleo al nivel de En lo que a otras armas autopropulsadas se refiere, la División y en pequeñas unidades son las que han re parece ser que el sucesor del ya desaparecido “Dart” no cibido los nombres de “Redeye”, “Able” y “Mauler”. será ninguno de los franceses “SS.1o” o “SS.11”, como El “Redeye”, arma de la cual se estudian ahora sus se creía, sino que habrá fuerte competencia entre el pro posibilidades, será un “bazooka” de superficie a aire, yectil alemán de dos etapas “Cobra” y ej inglés” Vic transportable por un hombre y que usará un sistema de kers 981”. Corno refuerzo del “Cobra” puede ser que figure al guía por rayos infrarrojos, que podrá ir montado sobre avionetas ligeras de apoyo o helicópteros. guna versión del “bazooka” atómico, popularmente co nocido como el “Gavin Graperfruit” o el “Trudeau El “Able” será un proyectil autopropulsado de artille ría de campaña, para el apoyo directo de los grupos de Turn Ip”. combate. Este arma está clasificada en el grupo de las A continuación, figurarán el móvil “Lacrosse”, dispo de superficie a superficie y como más esenciales carac nible tanto para las GG. 1JU. tipo División, como para terísticas tendrá su ligereza, su alto grado de precisión los Cuerpos de Ejército; el “Little John”, utilizado por y su movilidad. el “STRAC” (Cuerpo de Ejército Estratégico) y por las divisiones aéreas móviles del Ejército; y el •“Honest Los estudios sobre las posibilidades del ingenio auto propulsado “Able” han sido realizados por seis firmas John”, también disponible dentro del nivel de la Divi cónstructoras norteamericanas, que recibieron a tal fin sión. con tratos de estudios e investigación por valor de 60.000 En lo que al “Pershing” se refiere, se trata de supe rar las deficiencias primeras y va a dotársele de propul dólares cada una. sor sólido, mayor movilidad y más fácil manein y en Independientemente, otra importante industria norte americana, realizó por su cuenta estudios y trabajos por tretenimiento en campaña. En fin, un aspecto interesante •de la cuestión es la po un valor de seis millones de dólares, orientados hacia ótra versión a la que se ha designado con el nombre de sible utilización de ojivas nucleares, asunto objeto de ya que si, por una parte, se considera co “Rattler” o proyecto “Firepower”, que se espera pase al controversia, mo muy conveniente e] que hasta los más pequeños in período de pruebas en estos primeros meses de 1959. genios autopropulsados puedan llevar carga atómica, por El Ejército espera recibir los informes sobre el “Able” otra existe el problema de las radiaciones y contamina encargados a lbs contratistas, también por estas mismas ción del campo de batalla, que debe ser muy cuidadosa fechas. El alcance de este ingenio se estima en unos 110 mente estudiado, cuando se trata de armas de corto aIkilómetros, desconociéndose hasta el momento si llevará cance. - EL PROYECTO DE LA CAPSULA SATELITE TRIPULADA DE REAL’IZACION Posiblemente, cuando aparezcan estas líneas en EJER CITO yá estará adjudicada la construcción de una cáp sula satélite tripulada, que los Estados Unidos proyec tan “Atlas’’. lanzar al espacio por medio de un proyectil. balísti-. En efecto, recientemente, la “Administración Nacio nal de Aeronáutica y del Espacio” (NASA) convocó pa ra una reunión a treinta importantes contratistas norte americanos, •a los que entregó un amplio estudio, no re servado, preparado con la colaboración de la Oficina de Proyectos de Investigación Avanzados (ARPA), en el cual no sólo se describían todas las características téc ficas que debe reunir una cápsula satélite triu1ada, para ser usada en las investigaciones iniciales sobre in genios del espacio tripulados, sino que se trataban los aspectos psicológicos y biológicos del medio ambiente del espacio y los problemas relacionados con l lanza miento, puesta en órbita y reentrada en la atmósfera de los vehículos tripulados. En aquella ocasión, los fa bricantes fueron invitados a formular especificaciones en regla, programas y estimaciones .de costes, basadas en documentación entregada, fijándose como fecha tope para la admisión de proposiciones el 4 de diciembre último. La cápsula.—La cápsula será proyectada para substi tuir a la ojiva de un proyectil balístico “Atlas-D”, con el mínimo de modificaciones posibles. Partes esenciales de la cápsula serán los dos sistemas Gr NORTEAMERICANA EN VIAS de cohetes de escape que llevará en la parte anterior y posterior. Un cohete de escape situado en el extremo anterior y que podrá ser disparado desde atrás, permi tirá, al con junto separarse del resto del proyectil, en ca so de un fallo. Por su parte, los retrocohetes situados en la parte posterior del vehículo están destinados a re ducir la velocidad de reen trada, ayudados por los cohe tes de separación de la ojiva del “Atlas”, si fueran ne cesarios. Otros elementos interesantes serán• los tres reactores de dirección, cabeceo y giro, que permitirán al tripulan te situar la cápsula en la posición más cónveniente para. su roen trada en la atmósfera. Toda la parte inferior o más ancha de la cápsula irá rodeada exteriormente por una bolsa de goma, en for ma de neumático, para anortiguar la toma de tierra. Inmediatamente después de esta parte es donde que dará el alojamiento del tripulante, el cual viajará de frente a la march.a durante la fase de aceleración del vuelo y de espaldas durante la de desaceleración de la reentrada. •Un escudo de metal pesado, a la espalda del pasajero, absorberá o radiará el calor diámico de la entrada, siendo lanzado al espacio, una vez que la velo cidad haya disminuido lo suficiente como para no ha cerlo ya necesario. Aunque proyectada para poder ser recuperada sobre el mar, la cápsula, además de sus características de im permeabilidad al agua y •de su flotabilidad, deberá ser - Proyecto de cápsula satélite tripuiada.—A, Cohete de escape B, Escotilla de entrada.-C, Reactores de giro.-D, Bolsa de go ma para amortiguar el impacto en tierra-E, Retro-cohetes de escape.-P, Escudo protector-O Reactores de dirección y cabe ced.-H, Paracaídas. lo suficientemente resistente como para soportar las des favorables condiciones en que pueda producirse su im pacto en tierra. El con junto, incluyendo los componentes del sistema de escape, tendrá un peso de unos 500 kilogramoS. El vehículo llevará las fuentes de energía y el combus tibie necesario como para el mantenimiento de sü ocu pante y del sistema de recuperación durante doce horas déspués de su aterrizaje. El tiempo durante el cual, en total, podrá ser manejado será de 40 horas, ya que el vehículo podrá permanecer en órbita un máximo :de 28 horas. Lanzamiento y trayectoria.—Los lanzamientos se efec tuarán desde la base de Cabo Cañaveral, en la penínsu la de Floridaf con una dirección, para la iniciación de la órbita de 30° Norte o Sur del Este. Las cápsulas serán lanzadas en órbitas semiperma nentes, para su regreso a la tierra al cabo de un tiempo previamente fijado, aterrizando con Ja ayuda de retro cohetes y anclas aerodinámicas. Las órbitas serán casi completamente circulares, con un apogeo de 120 millas• náuticas y un perigeo de 110, lo que exigirá una excentricidad no mayor de cinco mi lésimas. Para las primeras misiones orbitales se necesitan dos órbitas..completas aunque se considera posible un arbi trario 18 ciclos. Una vez que la cápsula esté en órbita y aproximada mente paralela a la superficie de la Tierra, se activarán los reactores de gobierno, con el fin de colocarla en la posición correcta para la reentrada en la atmósfera, que es precisamente con la parte más ancha en el sentido de la marcha. Por eso y con el fin de que el tripulante continl’le volando en posición normal y no boca abajo, primeramente el reactor de cabeceo hará bascular la cápsula colocándola hacia arriba, tras lo cual el reactor de giro provocará la media vuelta sobre el eje longtu dinal, necesaria para tal fin: Con el fin de proporcionar una mayor estabilidad di námnica para el aterrizaje, cuando el vehículo haya re trasado su velocidad hasta sólo la de Mach 1, se abrirá el paracaídas de anclaje. Se estudia la posibilidad de incluir dos paracaídas, en lugar de uno, para superar la posibilidad de un fallo de funcionamiento. De ser esto posible, él primer paracaídas se abriría a una altitud suficiente como para permitir e.i despliegue del segundo, caso necesario. La velocidad de descenso se estima en unos nueve metrós por segundo, con una altura teórica de impacto de unos 1.500 metros. La iniciación de la maniobra de reentrada en la at mósfera tendrá lugar ón un punto calculado convenien temente para llevar la cápsula a un punto de impacto terrestre tan próximo a la estación de lanzamiento co mo sea posible, aunque en caso de emergencia pueda te ner lugar en cualquiera otro de su órbita. Esta es la jus— tificación de las tolerancias criticas en la fijación de la. altitud de la órbita. El sistema de escape.—Se ha puesto un especial inte rés en todo lo que se refiere a la seguridad del pasajero. A dicho fin la cápsula, contará con un sistema automático .d&separaciÓn y lanzamiento de la carga fltil, que estará en estado de actividad hasta cinco segundos des pués de que termine la combustión del alerador del “Atlas”. Este sistema detendrá el flflido de los propelfl tes a los ‘motores (tanto de los aceleradores como de los de entretenimiento, segl’ln la fase de quemado) y dispa rará un cohete de escape, de propulsor sólido, que será el que provoque la separación de la cápsula del “Atlas”. Si el escape fuera necesario después de que los mo tores de aceleración hubieran terminado su combustión y cuando el de entretenimiento está ai’in funcionando, los cohetes de separación de la ojiva del “Atlas” actuarían :para empujar a la cápsula más allá del acelerador. l sistema de retro-cohetes podrá también ser disparado para proporcionar un incremento de velocidad adicional. El sistema de cohetes de escape proporcionará el, su ficiente empuje como para acelerar la carga útil unos 66 metros durante el primer segundo de la fase de mo vimiento lento del lanzamiento y hasta un máximum de altura de más de 600 metros desde el nivel del suelo. Desde dicho punto hasta el de terminación de la com bustión de los aceleradores (aproximadamente 160 se gundos) la cápsula puede también ser acelerada a una velocidad mínima lateral de nueve metrós por segundo, durante el primer segundo, para sacarla fuera de la tra yectoria del con junto. Se ha concedido la máxima prioridad al logro de un sistema automático de alerta, que permita detectar con diciones de peligro durante el lanzamiento y para parar los aceleradores. Las pruebas.—Como es lógico, antes del primer vuelo tripulado se van a realizar otros varios, inicialmente tan sólo con instrumentos y posteriormente con animales apropiados, posiblemente monos, para determinar las reacciones biológicas. Objeto importante de estas prue bas será comprobar las condiciones de la reentrada de la cápsula en la atmósfera, así como su recuperación. Con ocasión de estos vuelos de ensayo, jas cásulas experimentarán las mismas aceléraciones y desace lera ciones que en los vuelos tripulados y que, por cierto, no sobrepasarán los nueve “g” (El “Atlas” opéra a ‘menos). Posiblemente y en tanto que los proyectiles “Atlas” no estén disponibles para los vuelos simulados, podrán utilizarse los también ingenios balísticos “Thor” o “Jú piter”. 67 LaDs6ndeproyectilescohetes(1) Teniente Coronel de Intantería, Harry O. BEAUMONT. —De la publicación norteamericana “Army”. (Traduc ción del Comandante de Artillería, del Serviçio de E. M., Gonzalo DE BENITO DE SOLA, del Alto Estado Mayor.) NOTA DEL TRADUCTOR: En estos mo mentos en que está siendo concretado el em pleo de varios tipos cte cohetes, para que den su poderoso apoyo de /uego a las Grandes Unidades del Ejárcito de Tierra, el original articulo del Tte. Coronel BEAUMONT tiene el interás de ajrontar ung cte los problemas orgánicos que son secuela inmediata del mis mo empleo. El Tte Coronel de Infantería, Di plomado de E. M. Harry Beaumont, es un Jefe de amplia experiencia en guerra y que actualmente presta sus servicios en el Pentá gono. El “Mando de Proyectiles Cohetes” es un híbrido Realmente, el “Mando de Proyectiles Cohetes” comen zó como una solución mínima, no como una proyección avanzada destinada a dirigir, mejor aún que a seguir, el progreso técnico. Los “Mandos de Proyectiles” fueron organizados por la necesidad de que el fuego nuclear, proporcionado por los proyectiles cohetes de gran alcance; apoyase a nuestras propias fuerzas, y a la de los aliados, en caso de teners que enfrentar con un ataque atómico. Pero, sin embargo, casi inmediatamente resultó evidente que un “Mando de Proyectiles Cohetes” en esqueleto, com puesto únicamente de unidades de fuego, no resultaría íítil para llevar a cabo la misión deseada. El “Mando de Proyectiles” necesitó un sistema de ob servación y levantamiento .2) de objetivos, y, por tanto, se añadió a su organización un equipo, con capacidad muy limitada. Se añadió también un elemento de servi CAosporque necesitaba su propio apoyo logistico, a causa de que frecuentemente habría de operar a grandes dis tancias de otras unidades amigas. El “Mando de Proyec tiles Cohetes” necesitaba también una protección orgá nica, tanto para sus unidades de fuego como para las instalaciones logísticas que lo apoyan; por ello fueron asignadas unidades de caballería blindada y de Infante ría. El resultado es que nuestro “Mando de Proyectiles Cohetes”, que comenzó como unidad de apoyo por el fuego, es realmente una agrupación de varias Armas. A medida que los proyectiles fueron progresando, fue ron también añadidas unidades de fuego de mayor al cance. Esto extendió la zona de acción del “Mando de Proyectiles” y, como consecuencia, fueron necesarios un Mayor apoyo logístico y más elementos de seguridad. El resultado ha sido que nuestro “Mando de Proyectiles Cohetes” ha llegado a ser un híbrido casi indefinible que no puede incorporar plenamente las posibilidades •de los Proyectiles Cohetes del Ejército, a nuestras fuer zas terrestres. Además, el término “Mando de Proyecti les”, no describe una organización fácilmente identifica ble dentro del Ejército, y menos aún fuera de él. Las definiciones de Batallón, Regimiento o División, tienen contenido, pero “Mando” es ambiguo y no proporciona definición ni identificación. (1) En este articulo, traducimos por “proyectil cohete” el término norteamericano “rnissile”, (N; del T.) (2) En este artículo traducimos por “Levantamiento de ob jetivos” los términos ingleses “tárget acquisition”, aunque en realidad éstos tienen un significado algo más amplio. (N. del T.) Definimos la División como (3) “una unidad táctica compuesta de Armas y Servicios y. responsable de su propia administración interna. La División se encuentra en escalón de Mando, interior al Cuerpo de Ejército y superior al Regimiento o Brigada”. La “División de Pro yectiles Cohetes” encaja perfectamente dentro de esta definición. Al considerar la organización de la “División de Pro yectiles Cohetes” debemos analizar el problema del apo yo de fuegos en su conjunto. Para asegurar fuegos aco plados, eficaces y económicos, tal División debe ceneprender una completa serie de alcances y potencias. Al emplear estos diversos proyectiles y sus diferentes tipos de cargas o “cabezas de guerra”, el Jefe no estará obligado a enviar un niño, para realizar una faena de hombre, ni a emplear un martinete para clavar una ta chuela. El Mando necesita tipos de armas, con alcances y potencia diferentes, suficientes para destruir cualquier objetivo. No debe ser necesario emplear un costoso y complica do proyectil de largo alcance para fuegos que pueden ser proporcionados más fácilmente por uno de sus “her manos menores”. Se debe tener en cuenta también el número de disparos que puede ejecutar cada unidad de fuego. La organización de la “División de Proyectiles Cohetes” debe reflejar el hecho de que las unidades de fuego con proyectiles de tipos pequeños, pueden batir un número mayor de objetivos, en un período de tiempo dado que los que podrían atacarse con armas mayores. De la misma importancia que la cuestión de los alcan ces y cadencias, es la disponibilidad de una gran varie dad de cargas. El Jete de la unidad de proyectiles cohe tes no de.be ser forzado a emplear un arma de gran potencia, donde otra más pequeña podría ser suficiente. Una organización que le imponga tal limitación es poco ortodoxa, inútil y antieconórnica. Teniendo presentes estas consideraciones, pasemos a un examen más detenido de la estructura de la “Divi sión de Proyectiles Cohetes”. Su organización debe ba sarse necesariamente sobre una combinación de sus mi siones y de las armas disponibles para el cumplimiento de estas misiones. Empleo de los fuegos de lá “División de Proyectiles Cohetes” Una “División de Proyectiles Cohetes” debe de ser apta para apoyar un Cuerpo de Ejército o un Ejército. Debe tener elementos :de observación y de levantamien to e objetivos adecuados a los alcances de sus armas. Debe de estar en grado de mantener un combate con tinuado, proporcionarse su propia seguridad inmediata contra eventuales ataques y formar grupos de combate para operaciones especiales. Nuestras Divisiones Pentómicas de infantería, acora zadas y aerotransportadas, tienen los medios necesarios para proporcionarse sus propios fuegos nucleares de apo yo directo, estando dotadas de Honest-John y Little(3) Se reflere, como es lógico, a la definición regIametaria en el Ejército de Estados Unidos, aunque responde a fa idea general de esta G. U. (N. del T.) - rán los objetivos y la rápida re’acción necesaria para batirlos, exige que la mayor parte del sistema de obser vación de .la División de Proyectiles Cohetes sea orgánico. Esta observación puede ser realizada por un grupo, equipado con los aparatos necesarios, radar, in frarrojos, electrónicos y otros medios de observación y de levan tamiento de objetivos. Este grupo debe estar en condicio nes de adquirir datos hasta una distancia mínima de 800 kilómetros, aunque sería preferible una profundidad mayor. Los objetivos para los grupos de Júpiter debe rían ser situados inicialmente por. los mismos sistemas que se emplean ahora. Esto llevaría consigo la clásica compilación de informes a través de operaciones clan destinas o descubiertas. Más ‘tarde deberán emplearse procedimientos especiales pará levantar los objetivos del Júpiter. Cuando esto sea posible, un satélite de tipo mi litar podrá ser la fuente principal de información sobre los objetivos del Júpiter. Lo mismo que otras Unidades, la División de Proyec tiles Cohetes debe ser capaz de continuidad en su acción. Como operará a distancias considerables de los centros ‘de abastecimiento, normales, su entretenimiento y abas tecimiento debe serle proporcionado por unidades orgá nicas. La División de Proyectiles Cohetes debe estar en grado de enirentarse con las normales amenazas que puede encontrar en el campo de batalla. A causa de la gran amplitud y dispersión del campo de batalla nuclear, la División de Proyectiles Cohe’tes debe ser capaz de pro teger sus unidades de tiro y sus instalaciones logísticas contra fuerzas enemigas de la entidad regimiento re forzado, que podrían ser parachutadas en la retaguardia, o infiitrarse a través de nuesttas divisiones. Debería tener sificiente infanteria y tropas acorazadas o de ca ballería blindada, armadas con proyectiles cohete de corto alcance, como el Little-John o el Lacrosse, para poder destruir estos grupos que amenazasen la seguridad de nuestras unidades de lanzamiento o instalaciones lo gísticas. Estos elementos de seguridad no necesitarían ser• grandes—es deciP, dos o tres batallones con arma mento nuclear—, pero deberían estar en grado de pro Observación del campo de batalla teger a nuestras unidades de un ataque importante y y seguridad mantener alejados a los grupos enemigos hasta la llega La División de Proyectiles Cohetes debe tener un’ sis da de refuerzos. tema orgánico de Observación y de levantaliento de La División de Proyectiles Cohetes, como las Divisio nes pentómicas de Infantería, Acorazada o Aerotrans objetivos. La rapidez con que aparecerán. y deaparece portada, deben estar en condiciones ‘de organizar grupos de fuerzas, adecuadamente formados para montar ope (4) Para mayor comodidad del lector, se indica a Conti raciones especiales. Por ejemplo, un grupo mixto de pro nuación un extracto de las principales características de los yectile8 Sergeant, puede ser aerotransportado y ser des diveFsos proyectiles cohetes, actualmente en uso en el Ejérci embarcado en una determinada zona ‘en la que tal fuer to de Estados Unidos, citados por el autor de esté artículo: za sea de urgente necesidad. Un grupo especial de oste Honest-John: cohete libre ,de 30 kms. de alcance, autopro tipo con su nécesario refuerzo, proporcionado por la pulsado. División, debe estar en grado de rnoverse rápidamente. Little-John: se’rnejante al anterior, más ligero y transpor table en avión. Ambos en dotación de las Divisiones pen John (4). Aunque pueden obtener así uhos fuegos de apoyo medios, existe la necesidad de poder reforzar es-. tos fuegos de las Divisiones combatientes. Es más im portante, sin embargo, poder proporcionar medios para atacar objetivos más Jejanos, que afectan directamente a los Jefes de los Cuerpos de Ejército y Ejércitos. La “División de Proyectiles Cohetes” debería tener la mi siqn de proporcionar estos fuegos de refuerzo, apoyo, alcance medio y largo alcance a causa de las extensas zonas en que han de operar los Cuerpos de Ejército y los Ejércitos. Los fuegos de apoyo contra concentraciones de tropas avanzadas, instalaciones de mando y control; centros de abastecimiento, asentamientos avanzados de proyectilescohetes y pistas de aviación, serían la misión de los gru pos de cohetes tipo Sergeant. Inicialmente, los fuegos de alcance medio—contra los medios de transporte, instalaciones logísticas, campos de aviación, asentamientos de proyectiles cohetes, reservas retrasadas y otros elementos, cuya destrucción asegura la interdicción del campo de batalla—serían proporcio nados por los grupós de “Redstone” de la División de Proyectiles Cohetes. Sin embargo, debe ser desarrollado un proyectil de más largo alcance para ampliar la zona de interdicción reemplazando al Redstone. Los fuegos de la División de Proyectiles contra las bases de movilización, para alcanzar los campos de ins trucción de tropas, instalaciones y medios logísticos, ba ses de producción y asentamientos de proyectiles de lar go alcance, que sostienen •el esfuerzo de guerra del ene migo, sería proporcionado por la unidades de proyeeti-. les de largo alcance, de la División de Proyectiles Co hetes; sus grupos de Ji.ipiter. Sus grupos de Hak y NiRe-Hércules deberían dar una primera protección contra los aviones enemigos que pe netrasen en él sistema de defensa de los Ejércitos y Cuerpos de Ejército. Cuando éstén listos los tipos de proyectiles tipo “Plato”, sustituirán a los “Hércules”. . — — — — — — — — — tómicas, Lacrosse: cohete dirigido, de 30 kms. de ‘alcance y gran precisión, autopropulsado. Empleado para refuerzo de fue go de las Divisiones. Corporal: cohete dirigido por “programa de vuelo”, de unos 120 .kms. de alcance, de gran movilidad táctica. Empleado como Art, de C. E; Sergeant: semejante al anterior, de mayor ligereza y mo vilidad, y destinado a sustituirle. Alcanzará unos 130 kms. Redstone: proyectil dirigido, de 320 kms. de alcance y gran movilidad táctica. Empleado como artillería de’ Ejér cito, especialmente para l misión de interdicción. Júpiter: proyectil dirigido de alcance intermedio (2.800 ki lómetros); diseñado y desarrollado por el Ejército, actual mente en dotación cíe las Fuerzas Aéreas de EE. tU. Nihe: proyectil antiaéreo dirigido, de 20 kms. de alcance en altura. Hawk: proyectil antiaéreo autodirigido, de 10 kms. de alcance en altura. (N. del T.) Movilidad por tierra y aire. Finalmente, la División de Próyectiles Cohetes nece sita de una manera vital el tener las máximas posibili dades de medios de transporte orgánicos, y de transpor te aéreo. Esencialmente, esta División debería ser una fuerza de pronto’ empleo que pueda entrar en combate inmediatamente. Por ello, debe poder moverse por sí misma, rápidamente. No puede estar asentada en ins talaciones previamente establecidas, porque la experien cia ha demostrado que una fuerza de este tipo, fija en ‘espacio y tiempo—aunque sea ‘por poco ‘tiempo—, será descubierta y destruida. La experien’cia alemana con la V-2 muestra la im portancia de la movilidad en la División de Proyectiles Cohetes.. Cuando se estaba estudiando la entrada en tase 6 operativa de la V-2, los científicos decían que debería ser lanzada desde instalaciones fijas; los Oficiales del Ejército opinaban que debería dispararse desde plata formas móviles. Los científicos se inclinaban hacia los lanzadores fijos porque permitirían tener dispuesta ma quinaria y almacenes y fácil abastecimiento y porque las comodidades físicas de una instalación de este tipo aumentaría la eficacia general de las dotaciones de per sonal •de estas armas. Además, si las instalaciones se construían enterradas y con cemento armado, serían relativamente invulnerables a los bombardeos de los aliados. Los Oficiales, por otra parte, razonaban que, a des pecho de las ventajas de la comodidad de los hombres y rotección de las cavernas, los bombarderos podrían descubrir y destruir tales instalaciones con bastante fa cuidad. El resultado fué una solución de “compromiso”; algunas V-2 se establecieron en instalaciones fijas; otras, en lanzadores móviles de campaña. Las instalaciones fijas fueron localizadas por los foto-intérpretes. Cuando acabó la guerra, ni una sola V-2 lanzada desde un asen tamiento fuerte, pero permanente, había tenido éxito. Debemos recordar esto cuando organicemos y equipemos nuestra División de Proyectiles Cohetes. Organiaación provisional. Para llevar a cabo sus misiones, la División de Pro-’ yectiles Cohetes podría tener inicialmente dos grupos de Redstone y dos de Sergeant; un grupo de Little-John y uno de Lacrosse; un grupo de reconocimiento (vigilan cia de combate); dos grupos de proyectiles antiaéreos Nike-Hércules; un grupo de proyectiles antiaéreos HawK; dos batallones de infantería y uno de carros o regimien to de caballería blindada, y un batallón de zapadores. El Mando y Cuartel General debería tener un grupo de Mando, un grupo d transmisiones, un grupo de abaste cimiento y entretenimiento (servicios) y una compañía de aviación. Esta organización provisional Se basa sobre la’ armas actualmente disponibles. La División de Proyectiles Co hetes conseguirá su completa potencia solamente cuan do nuevas armas lleguen a ser operativas y estén inte gradas en su organización. Tan pronto como sea po sible deberían ser aumentados dos grupos de Júpiter pará proporcionar fuegos de destrucción de I’árgo al cance. No podemos permitirnos continuar parados. Es difícil determinar ahora las posibilidades de los futuros proyectiles. La evidencia, actualmente a nuestro alcance, sugiere un manejo muy simplificado. Sin em bargo, parece razonable esperar que será desarrollado un proyectil de 800 a 1.200 kms. de alcance. Si esto se llega a hacer debemos considerar el armar los grupos de Redstone con estos nuevos proyectiles y descartar lo tipos de corto alcance que tenemos ahora. Cuando sean utilizables el actual Júpiter y los pro yectiles de 800 y 1.200 kms., sería conveniente considerar la organización de dos tipos de División: un tipo, para encuadrar los grupos de Júpiter y proyectiles de 800 y 1.200 kms., como s armamento principal; el otro, te niendo al Redstone y al Sergeant como unidades de fuego. Otras organizaciones diferentes dependen de donde habrán de operar las Divisiones normales en el futuro, y el de la simplicidad de manejo a que se llegue con el Sergeant. Si su zona de acción se extiende, la División normal deberá ser dotada de armas que le permitan cubrir toda su zona. Por ello, podríamos convertir al Sergeant en orgánico de la División normal. Si hacemos esto, un primer tipo de División de Proyec tiles podría ser organiz ada sobre la base de dos grupos armados con proyectiles de 800 a 1.200 Rius. de alcance y tres grupos armados con Redstone. El otro tipo ten dría grupos, con Júpiter como armamento principal. En todo caso, esta División de Proyectiles Cohetes debe tener unidades que puedan enfrentarse con todas las condiciones del campo de batalla nuclear. Serán aptas para proporcionar el apoyo de fuego de corto, medio y largo alcance, exigidos por las fuerzas combatientes y proporcionar apoyo completo de fuegos nucleares. El sistema de observación y de levantamiento de ob jetivos de la División de Proyectiles Cohetes será ade cuado a las posibilidades de sus armas de dotación. La División de Proyectiles Cohetes, como ya he dicho, será una unidad de pronto empleo destinada a participar en el primer “intercambio” de proyectiles. Debe ser alta mente móvil y no ofrecer un blanco en una situación concreta, que pueda ser localizado y d.estruído. La necesidad de Divisiones de Proyectiles Cohetes, tal como la acabo de diseñar, existe ya ahora. Todas las ar ‘mas que he hecho aparecer en ella están a punto de ser operativas. El Ejército debe actuar rápidamente para asegurarse de que las posibilidades de la División de Proyectiles podrán hacer frente a sus misiones. Es hora de que prestemos oído a la admonición del Mayor Gene ral Fuller: “La única cosa imposible en la guerra es que darse esperando parados.” LaexpansióneconómicadeEspaña. De la publicación francesa “Defense de L’Oçcident”, (Traducción del Tte. Coronel Narciso ARIZA BERNARD. Presentamos a cont}nuación un estudio sobre el des arrollo industrial dé España. En él se podrá observar cómo una dirección autoritaria de la economía ha sa bido resolver el capital problema del equipo, sin forzar la presión de los impuestos, y sólo mediante una racio nal utilización de los recursos nacionales y de las ayu das externas. Estas realizaciones—por otra parte muy discutidas en ciertos medios técnicos y juzgadas, con fre p01. Paul GARCIA.) cuenda, demasiado ambiciosas—demuestran cómo es po sible aumentar la potencia económica nacional y resol ver, los grandes problemas de ‘la industrialización sin abrumar al país, GRACIAS A NUEVOS METODOS, Y GRACIAS NUEVOS. TAMBIEN A IDEAS Y A HOMBRES España, es evidente, ha mejorado su economía desde hace unos años, en forma impresionante. Los índices de este progreso se reflejan en numerosos gráficos estadís ticos, en los que se aprecia que el ritmo de las mejoras ha sido superior a lo normal. Los productos básicos: car bón, cemento, cueros, textiles, energía eléctrica y pro ductos químicos están en franco auge y con las nuevas instalaciones de Avilés las disponibilidades de acero pa ra la industria han experimentado un movimiento as censional. Este aumento se ha visto reflejado, en justa proporción, en los productos agrícoas. Hay que señalar también el interés de España para la aplicación a fines pacíficos de la energía nuclear, como puede apreciarse al visitar las instalaciones nucleares de la Mon•cloa en Madrid. Al examinar la economía española se puede deducir que ciertas tendencias pueden convertirse en características permanentes. En efecto, los primeros meses de 1958 re velan una mejoría en la balanza de pagos, por el au mento de las exportaciones al par que por la disminu ción de los productos importados. Otros síntomas que confirman este pronóstico son: la disminución del pe ligro de inflación, el interés hacia Organismos económi ces internacionales, la entrada de España en el seno del Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mun dial. y Ja posibilidad de atraer capitales extranjeros para ser invertidos en la economia nacional. Un ejem plo de esto lo constituye la ley referente a la industria del petróleo; con esta ley España .podrá recibir millores de dólares para explotaciones de sus posibles yacimien tos de petróleo y el refinado de la producción lograda. Se supone que se economizaría así 130 millones de dóla res, e incluso sería posible que los descubrimientos le permitieran exportar parte de sus productos. De esta breve enumeración se deduce que España ha progresado de manera notable, lo que podemos expresar en cifras diciendo que la renta nacional ha aumentado en más de un 6,5 por 100 al año. El limitado cuadro de un artículo no permite entrar en detalles, tanto iás cuan to que reservamos una •parte iniportan’ al “complejo industrial de Avilés”, la empresa más gigantesca del país (una de las mejores de Europa) pero vamos a esbo zar los progresos logrados en los principales dominios de la económía española. PRO DUCCION DE ENERGIA ELECTRICA La producción de energía eléctrica se eleva, aproxi madamente, a 16.000 millones de Kw-h. (de los que se exportan a Francia 202 millones). Las grandes instala ciones, complementadas con las centrales térmicas ya en servicio, permiten suministrar a la industria la enor me demanda de energía solicitada. El saneamiento de Ja economía ha permitido la realización de grandes cen trales, como la de Aldea de Avila por Iberduero, con 720.000 kw.; la de Melisar, de Fenosa, con 250.000 kw.; la de Puente Bibey, de los Saltos del Sil, con 311.Ó00kw., y la del Tajo, inferior, para la Hidroeléctrica, con 400.000 Kw. En el curso de los dos últimos años 29 centrales hidro eléCtricas y 11 térmicas, con una capacidad total de 1,765.000 kw., han sido puestas en servicio. Las previsio nes para los años 1959-60 aseguran—según el Ministerio de Industria—que la producción al final de 1960 será su perior en un 64,3 por 100 a la de 1956. }or lo tanto, de.be continuar en el futuro el aumento dé producción eléctrica, si se otórgan a las indüstrias las facilidades necesarias, ya que la solución del pro blema presenta algunas dificultades, entre las cuales destaca como más importante el obtener los capitales necesarios, que se estiman en 9.500 millones de pesétas.. Con todo, podemos afirmar que las perspectivas de la producción eléctrica son muy favorables, no sólo en el presente, sino para el porvenir. OBRAS - HIDRAULICAS En el momento actual, y según datos oficiales, España dispone de 28Ejpresas (250 de reguiación y 35 de deriva ción) de las que el Estado asume la explotación de 164 obras, las Corporaciones y Empresas particulares co rren con 107; 9, se explotan en sistema mixto y5 gozan de estatutos independientes. La capacidad del total de estas obras es de 28.070,8 mi llones de inetros3. Suministran agua a 9.336.405 habi tantes, riegan 1.974.988 Has., almacenan 10.008 millones de Kw-h. y alimentan una potencia instalada de 3.306.893 kilovatios. Estos informes merecen ser completados, a título documental, con algunas cifras compafativas de la envergadura de las obras construIdas en España con las realizadas en el extranjero. Náciones Estados Unidos Espana Francia Suiza Argentina Méjico Núm. de presas de más de 90 m. de altura 31 3 1 1 Total48 Ño es preciso alargar más este cuadro para admitir plenamente el valor y alcance de este programa de obras hidráulicas, que ha sido conducido a un ritmo sin precedente en la historia de España. El hecho de que la principal riqueza es la agrícola ha justificado esta preparación por las obras de este tipo, al mismo tiempo que su industrialización progre siva. EL CENTRO INDUSTRIAL DE PUERTOLLANO La (puesta en marcha de las instalaciones de destilación de bituminosos, del Centro Industrial de Puertollano, ha sido decisiva para la economía industrial española que se apoyó, desde entonóes, en una gran industria fundamental de gran envergadura y de vastas repercu siones técnicas, económicas y sociales. Este centro garantiza las necesidades del consumo to tal de parafina y el 75 por 100 del consumo de lubrifi cantes. Explota y (trata 1.200.000 tns. de bituminosas a baja temperatura para obtener aceite bruto, producien do: 17.250 tons. de gasolina para auto, 25.000 tonS. de keroseno, 35.800 tons. de gasoil, 7.500 tons. de aceite para trañsformadores, 7.500 tons. de aceite ligero para auto y 8.150 toos. de parafina dura. Cuenta, además, el Centro con una central térmica capaz de producir 60.000 Kw., y una instalación, para la fabricación de compuestos nitrogenados, con una pro ducción anuaF de 12.000 tons. Como se halla situado a 5 kms. de Puertollano se ha levantado un verdadero pueblo, con 500 casas para obre ros, 50 para empleados y 10 para ingenieros y jefes; además tiene iglesia, hospital, un grupo escolar, campo de depqrtes, mercado, teatro, cine, .garaje, plaza con café y bares, etc. 71 - EL GRUPO ESCATRON (TERUEL) Su gran importancia para la economía española queda reflejada por el hecho de que este conjunto minero pue de suministrar anualmente hasta un millón de tons. de lignitos. Por otra parte, la central térmica aporta a la producción eléctrica un millón de kilovatios al día. Con viene igualmente señalar las industrias comp lementa rias, como la fabricación de abonos nitrogenados (30.000 toneladas anuales) y la de carburantes (100.00Ótons. de gasolina sintética al año), según el método Fischer Tropsch. LAS REFINERIAS DE ESCOMBRERAS Y DE TENERIFE La creación dela refinería de Escombreras se decidió de acuerdo con la firma americana “Californian Texas Oil Company”, con un capital de 325 millones de pesetas (e152 por 100 aportado por el 1. N. 1. y el 48 por 100 en partes iguales por la CAMPSA y la CALTEX). La Capacidad de refinado se ha fijado en 15.000 barri les diarios, esto es 750.000 toneladas anuales. La refinería de Tenerife produce igualmente 750.000 toneladas ái año, de la cuales e extráén 20.000 tons. de lubrificantes, 15.000 tons. de gasolina, 2.000 tons. de parafina y 50.000 tóns. de asfalto. Las dos constituyen la base de la industria de lubrifi cantes y carburantes. Están provistas d sistemas elec trónicos, que reducen las operactnes y las hacen casi in dependientes del factor humano, produciendo lubrifican tes para las necesidades interiores del país. Es posible que en breve se pueda exportar también. LA E.N.A.S.A. La primacía de la industria del automóvil corresponde a la firma comercial Hispano-Suiza, fundada a principios de siglo y establecida en Barcelona. La Empresa Nacic nal •de Autocamiones fundada en 1946, utiliza estas ins talaciones, modernizadas y ampliadas, para poner en mar cha la gran fábrica de camiones pesados y coches de tu rismo. Las fábricas de Barcelona y Barajas (Madrid) alcan zan una producción al año valorada en 4.500 millones de pesetas, lo que representa una economía de 80 millones de dólares en la adquisición de vehículps que España te nía que importar para atender a sus necesidades. La producción anual en la fábrica de Barcelona es de 3.000 unidades. En Barajas se construyen, anualmen te, 3.000 camiones de 4 •a 5 toneladas, 500 trolebuses, 500 coches utilitarios, 400 tractores de cadenas de 70 caballos y 1.000 tractores de ruedas de 40 caballos, 500 vehículos de turisTrno gran lujo tipo Pegaso 102, y 15.000 piezas de material. Los talleres de Barajas son un modelo en su género, pues disponen de instalaciones para un completo equipo eléctrico, laboratorio para estudio de materiales, toda clase de accesorios, una sección-escuela para entren amien to del personal y empleo del utillaje, talleres de forja, es cuelas y una gran pista de pruebas de vastas dimensiones. Cinco mil obreros con sus familias constituyen una aglomeración urbana de 20.000 almas dependiente de esta industria, para los cuales se han construido bloques de casas en las inmediaciones de la carretera de Aragón, no lejos de la fábrica. L4 INDUSTRIA SDERURGICA Para remediar la insuficiente roducción siderúrgica se ha confeccionado un amplio programa de oonstruc 72 clones, que se extiende hasta 1960, año en el cual la ob t’ención de acero será de 1.850.000 tons. de laminados y 2.170.oc0 de lingote, frente a 802.000 tons. obtenidas en 1955. En e’ curso de los últimos años y en las provincias de Vizcaya, Valencia, Santander y Málaga han sido pues tas en servicio 22 nuevas instalaciones entre altos hor nos, hornos de cok, hornos para acero, trenes de lamina ción etc. El presupuesto de gastos inherente a este programa se eleva a la cifra de 35.530.000 dólares, que representan unos 1.420 millones de pesetas. A esta suma debe añadirse los gastos realizados en Altos Hornos de Vizcaya—500 millones de pesetas—, en Mieres—60 millo nes—, en Nueva Montaña—go millones—, en Echevarria —59 millones—, en Unión Cerrajera—69 millones—y en Material y Construcciones—22 millones—. Es decir, que sumando a los 1.420 millones estos 814, to talizan 2.234 millones de pesetas. En el año 1960 se instalarán y entrarán en funciona miento—en 11 industrias siderúrgicas—O altos-hornos, 137 hornos de cok, 25 hornos para acero y 39 trenes de la minación. Hay que destacar la importancia de la siderurgia viz caína en la industria del país, consecuencia de la realidad económica de la región que impone su hegemonía en aquélla. Si examinamos el cuadro de empresas en esta provincia encontramos: 56 minas y canteras, 50 indus trias básicas del metal y 200 de ptoductos metálicos. Estos tres grupos totalizan 314 empresas, de un total de 1.985 consagradas a la siderurgia. Estas cifras constituyen una elocuente demostración del vigor industrial de Vizcaya. Una primera consecuencia se deduce, y es la voluntad manifestada por la industria privada de contribuir al desarrollo industrial nacional, ya que las empresas side rúrgicas están financiadas, casi en su totalidad, por el capital privado, en especial .por la Banca. Esto explica el extraordinario desarrollo de la industria pesada ya que los banqueros se interesan más por empresas que tengan posibilidades fuera del mercado interior. El grupo bancario Urquijo-Hispano Americano-Herrero (grupo que ocupa una posición dominante en la banca) posee poderosos intereses en todas las empresas en las que dominan la industria del acero, lo que implléa una interdependencia de los bancos en relación con la indus tria siderúrgica. La anterior exposición responde a ciertas críticas formuladas Contra esas instalaciones siderúrgicas, y en particular contra el “complejo industrial de Avilés”, juz gadas como demasiado ambiciosas y técnicamente dé biles. Difícilmente se puede admitir que un grupo ban cario de tal importancia, y que controla una gran parte de la economía española, haya invertido enormes canti dades en dichas empresas sin haber tomado sus debidas garantías y sin haber calculado su grado de renta bilidad. EL COMPLEJO INDUSTRIAL DE AVILES La elección de Avilés para asentar el complejo indus trial se debe a razones que podemos sintetizar así: Era preciso situar las instalaciones en el litoral porque la mayor parte de las primeras materias., así como los productos fabricados, precisaban utilizar la vía maríti ma, y la zona costera elegida corresponde a región con sumidora de un 92 por 100 de materias siderúrgicas. En estas condiciones Asturias ofrece una situación especial mente favorable, ya que posee las principales reservas de cok, grandes yacimientos de hierro y la proximidad a León y Galicia, provincias ricas en mineral de hierro de excelente calidad. Aparte de la vía marítima, Asturias posee una línea férrea de ancho normal de la Renfe, la cual está en conexión con todo el sistema de vía estrecha de la red asturiana. La producción española de combustible alcanza 14 mi llanes de tons. al año. En Asturias se encuentran las principales reservas de carbón de hulla cuya explota ción anual se eleva a 3 millones de tous., estando pre vista alcance a 8 millones. El complejo consume 1,2 mi llones de toneladas de carbón lavado. La empresa ha adquirido las acciones de la compañía “Hulleras de Riosa”, donde se trabaja activamente en modernizar sus instalaciones para elevar la producción a 280.000 tone ladas. Sin embargo, hay que señalar que España carece de sufi.ciente carbón para atender las necesidades side rfl’rgicas, y que para conseguir un buen carbón de cok, hay ‘que realizar ‘mezclas. Mineral de hierro.—La producción de mineral de hie rro en España es de 4 millones de tons., de las que se exportan un 50 por 100. En Avilés se consumen en esta primera fase, de 1.750.000 a 2.000.000de tons. al año. La empresa ha desarrollado la producción de sus ‘minas f i liales—Fabero en Galicia y Conjuro y Huenaja en el Sur—con el fin de obtener la cuarta parte de su con sumo de mineral. Otra contribución importante es la de los yacimientos llamados Coto Wagner y Vivaldi, situa dos en la provincia de León, a unos 300 kilómetros de Avilés, distancia que se cubre por ferrocarril. El resto lo suministran ‘minas independientes. Ótros minerales.—Los productos calcáreos para las operaciones en los altos-hornos provienen de una mina situada a siete kilómetros, la que cuenta con reservas para muchos añós. El ferro-manganeso para los liornas, es de fabricación nacional; una importante ‘fábrica a 20 kilómetros produce las ‘materias refractarias de ex celente calidad, con el concurso de la firma francesa Ditlier, y, por último, la dolomita calcinada ‘se obtiene en una fábrica ubicada en las proximidades ‘del com plejo, y que trata las dolomitas de la región. Esquema cte instalación.—El proyecto prevé dos fases o períodos. La producción en la primera será: 1.100.000 de toneladas de fundición; 1.390.000 tons. de lingotes de acero (de ellas un millón transformados en productos laminados) y 750.000 tons. de laminados. Esta p’roducción se obtiene en una batería de 120 hor nos de cok, 2 altos hornos, un mezclador activo, 3 hor-. nos-bascuiantes, 2 :ho,rflos fijos, 3 cónvertidores, 2 hornos para acero, 20 hornos de. foso, un tren “Looming-SIab bing”, un tren de laminación, un tren estructural, un tren Steekel y un ‘tren de laminación en frío. La instalación cuenta con fábricas de amoníaco, que proporcionan: silfato a’mónico—15 tons. diarias—y ben zol—30 tons.—asj corno instalaciones de destilación de alquitrán y sublimación denaftalina, cuyas producciones se doblarán en la segunda fase. El segundo período prev: 240.000 tons. de fundición, 2.250.000 tons. de lingotes de acero 1.700.000 tons. de productos 1aminados Independiente de las instalaciones enumeradas antes, habrá una batería de 180 hornos de ‘cok, 2 altos-hornos; mezcladores y convertidores para completar la cápacidad de producción, 12 hornos de foso, un tren Slabbing, un tren semicontinuo y trenes de la mm ación en frío. Todas las ‘instalaciones referentes al primer período estn en funcionamiento; las de la segunda fase se ha llan en construcción. Descarqa y almacenamiento.—para la descarga de los buques se dispone de un muelle dotado de 5 grl’las, con capacidad de desca’rga de 250 tons. cada una, y de cIas torres de descarga de 400 tons. hora cada una. El mirieral que llega por vía Térrea se descarga por medio de un volcador al ritmo de 12 vagones ‘y medio •por hora. El parque puede almacenar 200.00Q.tons., por medio . de un doble sistema de ‘transportadores qüe rodea las instalaciones, y con capacidad unitaria de 1.500 tons. por hora. Central trmica..—La constituye un ‘grupo de 60.000 kilovatios, otro de 30.000 kw. y u’n tercero de 7.500 ki lovatios. Como complemento existe una siibest’ación para elevar la tensión a 50:000 voltios, un parque de carbón y una estación depuradora de aguas. La central com prende 4 calderas’monotubulares alimentadas ‘por el gas de los altos hornos o de los hornos de cok. El vapor ali menta tres turbinas que accionan alternadores de 60,30 y 7,5 Mw. La subestación tiene tres transformadóres de 75.000, 37.500 y 15.000 kilovatios-hora. El resto de la energía eléctrica la suministran las redes nacionales por medio de líneas especiales; una para fuerza, otra para iluminación de talleres, y oficinas, laboratorios, garaje, instalaciones portuarias, poblados de Llarones y La Rociná, etc. ‘Con independen’cia de estas líneas se han hecho las conexiones necesarias con las centrales, hidroeléctricas con el fin de asegurar en todo ‘momento el suministro de energía para el normal fun ‘cionamiento de las instalaciones. Agua.—El complejo tiene necesidad de agua para el aprovisionamiento de la población, servicios sanitarios y usos generales. A tal fin, los nos Corvera, Gozón, No rra Narcia han sido puestos al servicio de la empresa. Los dos primeros parece ser que ‘bastan para alimentar los ‘dos altos-hornos en servicio. Sobre el río Corvera se ha establecido un depósito con ‘capacidad de 3,5,millones de m3, con presa de 14 me tros de altura que ha creado una laguna de unas 13 hec táreas de superficie. Las aguas del río Cozón son con ducidas •median’te dos canales, uno de 2.600 metros de longitud y el otro de 1.100 metros a otro depósito de la misma capacidad del primero. Ambos depósitos permi ten un consumo mínimo de 600 litros por segundo. Tu berías de hormigón de 0,9 metros de diámetro comunican las aguas de ‘uno a otro. Anexos.—Se proyecta construir importantes talleres generales, con el fin de reparar el material siderúrgico, a la vez que proporcionar elementos nol’males y fabricar los materiales precisos ‘para la construcción y el desen volvimiento del complejo. Estos talleres comprenderán forja, fundición, carpintería, construcciones metálicas, servicios, generales etc. Constituirán un conjunto de ed’ificios unidos entre sí y con la base por ‘medio de caminos, vías férreas, lineas eléctricas y telefónicas, redes de distribución de cumbus tibIes, etc. Industria química.—La finalidad se orienta a la pro du’cción de fertilizantes por un lado, y de otro a la obtención de productos sintéticos. Para lo primero, uq fábrica produce al día 160 tons. de amoníaco, 540 tons. de ácido sulfúrico y 620 tons. de sulfato amónico, necesitan dose 404’ toneladas de piritas, 600 de escorias de pirita y 648.000 m de gas de cok. Para los productos sintéticos se obtienen, a partir de la producción actual, 8.000 metros cúbicos de etileno, que con una con cent’ración de 99 ‘por 100 dan productos finos de toda clase ‘de máterias plásticas y fibras sinté ticas. ‘ RESUMEN Las instalaciones descritas constituyen el complejo pro piamente dicho, pero para formarse una idea clara del mismo es preciso visitarlo. Su extensión es considerable. Desde el puerto se logra una buena visión panorál’nlca, que abarca todas las vías férreas que afluyen al mismo y el parque de mineral unido al ‘muelle. A la izquierda, los hornos de cok a la extrema derecha, los dos prime- 73 campo de deportes, dos piscinas y un jardín de la in fancia. Además se han construido casas en los arrabales para el personal obrero de la empresa y alojamiento de las familias afectadas por las expropiaciones: 275 casas en Trosana para empleados y obreros, 234 casas en la Ro cica para el personal, 98 en Ljaranes para el personal de categorías intermedias y 57 casas en Avilés para téc Empresa de esta categoría tiene sus obligaciones so nicos superiores, así como un edificio destinado a clí •ciales, especialmente el alojamiento de un gran número nica de urgencia y cirugía dotado de los más modernos de asistencia. de obreros y empleados. Se ha escogido en el valle del medios Paralelamente a estas realizaciones, la empresa ha río Arlos, en Llaranes, lugar destinado a la construc montado una escuela de analfabetos y centros de apren ción de 2.100 casas, de las cuales están terminadas 1.070. dices. La nueva población dispone de iglesia, mercado, Ayun Como ha dicho el autor de “J’ai vu vivre l’Espagne”, tamiento, centros sindicales, economato, escuela, tiendas, este país, en veinte años, ha recobrado un siglo de atraso. ros altos-hornos. Más allá, el gasómetro, y a la izquier da, el edficio de los hornos para acero; al fondo, la masa de edificaciones con las chimeneas de los hornos de foso, y un poco má allá, los talleres de laminación. Para dar nos una idea de su superficie, diremos que si se super pusiese el área de Madrid, la empresa ocuparía la longi iud de uno a otro extremo, con un total de 6.000 metros. Notas breves fricción a grandes velocidades gracias al poderoso em puje que le proporciona su motor cohete, que va insta lado en el interior del tuselaje bajo el ensamble de la cola. A su. vez, el turboreactor, que va colocado debajo del motor cohete le permite tener un rendimiento óptimo a baja altura. Estos dos motores pueden actuar los dos juntos, proporcionando una exraordinaria velocidad de ascenso. Está provisto de un sistema Radar de obser vación y armado con cohetes FIRE•STREAK, guiados por rayos infrarrojos. El turborreactor es un Havilland Gyro Junior que produce empujes de 8 a 10.000 libras. l cohete es un Spector fabricado por la casa Havilland también, produce un empuje variable y consume el mis mo combustible que el turborreactor kerosene, portan do como oxidante peroxido de hidrógeno.—Comandante NOTAS SOBRE EL NUEVO AVION DE INTER CEPCION INGLES SR.x77.—Los ingleses han puesto gran interés en el desarrollo de su aviación, probable mente la de mejor calidad del mundo, como lo prueba la magnífica calidad de sus aviones a reacción “V”. Para la defensa contra los aviónes de bombardeo super sónicos, han puesto en construccióñ y prueba un nuevo avión interceptor de características sobresalientes, capaz de volar a mayor velocidad y de alcanzar mayores te chos que otros aviones típicos de combate, tales como el Starfighter 104, de ElE. UU. El SR.177 es aeronave tripulada impulsada por un tur boreactor y un cohete, más bien un proyectil que un avión tripulado. Debido a su motor cohete, que no nece sita oxígeno, puede desarrollar toda su potencia a gran des alturas, donde la atmósfera está enrarecida. A 32.000 metros de altura volará sin peligro de calentamiento por Miranda Beautell. o xo U o / - - u o a o o o 1- o 74 PERRDS PARA LA GUERRA ATOMICA.—(De la movimiento. Paso del pelotón de la acción montada a publicación alemana “Der Deutsche Solctat”).—Mientras la desmontada. Num. 505. en la Alemania Occidental se discute aún sobre la con Tiempo duración: 22 minutos. veniencia o no de tener en su Ejército armamento ató Arma: INFANTERIA. mico, las fuerzas americanas destacadas en su teh’itorio Tema: FORTIFICACIONES PROVISIONALES DE entrenan a todos lbs soldados para esta clase dé guerra. LA INFANTERIA DE CAMPO.—Trincheras de tirado Ni siquiera los perros se libran de esta regla general; así, en Baviera, existe una unidad con perros de ppra res de .acecho y hoyos de tirador. Prúcedimientos efectivos en las excavaciones de atrin sangre, lobos, especialmente entrenados y equipados para cheramiento mientras que está ‘bajo el fuego del enemi caso de guerra atómica. Cada pérro va provisto de una máscara con la que, go y en la preparación de puestos temporales en el cam entre otras cosas, se quiere prevenir contra la entrada po de combate; trinchera individual u hoyo de tirador; hueco de araña, caseta de prueba o trinchera abrigo; también medios efectivos de camuflaje para los atrincheramientos individuales. Num. 493. Tiempo duración: 10 minutos. Arma: ARTILLERIA. Tema: PIEZAS REMOLCADAS POR CA .MION’ES. Véhículos accesorios. Muestra los vehículos de la artillería de cam paña y la aptitud de los mismos para apartarse de los caminos y córrer a campo traviesa. Describe las secciones de conservación y la ins trucción de conductores pará operar indivi dualmente y como parte de un grupo. Num. 732. Tiempo duración: 11 minutos. Arma: INGENIEROS. Tema: OBSTACULOS C. C. Esta película demuestra la eficacia de los obs táculos C. C. construídos por el Cuerpo de In genieros en el Arsenal de Edgewood, Maryland. Muestra en su organismo, por las vías resjiratoriás, de las radia nuestros tanques más grandes deten idos por rampas de ciones atómicas mortales. rollizos, bloques, erizos de acero, tetraedros, instalacio Al parecer se ha llegado en el Ejército americano a la de hormigón no portátiles, éarriles de un quintal, y conclusión de que, en caso de una guerra atómica, no nes los grandes obstáculos de troncos. Esos obstáculos se estará de más disponer de unidades de perros adiestra colocan sistemáticamente, de manera que si un tanque dos que ayuden a la transmisión de órdenes o partes. pasa la primera hilera., la segunda, la tercera y cuarta La llamada “Sección canina” se compone de 40 soldados lo detendrán fácilmente. Los obstáculos siguen siendo y 36 perros; habiéndose llegado a esta composición de inexpugnables aun después de que los tanques les han acuerdo con las ideas más modernas sobre lo que será batido con su.. cañones. una guerra atómica. Num. 374. A los perros se les da una instrucción especial para Tiempo duración: 11 minutos. hacerlos, además, insensibles a los ruidos, de manera Arma: COMUNICACIONES. que sean capaces de llegar con su mensaje al lugar or Tema: ANTENAS DE RADIOS. Producción y caracte denado, aun en medio del infierno de ruinc que es de rísticas de las ondas. esperar en una guerra futura. Incluso estos animales Ilustra los campos eléctricos y magnéticos, la genera reciben una alimentación especial. Comandante ción de ondas electromagnéticas, el comportamiento de Wilheimi. las ondas de radio-frecuencia en el espacio, la onda te rrestre, la reflexión y la refracción, la ionosfera y las causas del desvanecimiento. Núm. 328. EL CINE EN EL EJERCITO ARGENTINO.— (De la publicación argentina “Revista del Suboficial”).— Tiempo duración: 42 minutos. En la citada Revista se publica ‘mensualmente nota de Arma: ARTILLERIA ANTIAEREA. las peIícu1as de instrucclón que adquiera el Servicio “Ci Tema: LA ARTILLERIA ANTIAEREA.—LA SECCION neteca Militar”. Se trata de cintas de 16 mm. Sonoras. DE UN REFLECTOR A. A.—Parte 1. Preparación para Publicamos a continuación una relación de las citadas la acción. películas, probablemente, de origen norteamericano. Detalles completos de desembalje y emplazamiento de la planta matriz de los proyectores, estación de con— Num. 43. Tiempo duración: 43 minutos. trol, ametralladoras y equipQ de radio y teléfono, expli ca los deberes de cada miembro de la secéión de pro Arma: Para todas las armas. yectores. Se incluye un repaso de todo el equipo en po Tema: lECTURA DE MAPAS. sición final, lista para la acción. Muestra tipos de mapas, escalas, signos convenciona les, dirección de distancias, latitud y’longitud, coordi Núm. 342. ndas polares y rectangulares. Tiempo duración: 36 minutos. Arma: FUERZAS BLINDADAS. Num. 488. Tema: EL POTON DE CARROS DE COMBATE. Tiempo duración: 11 minutos. Seguridad en Vivaqués y en los puestos avanzados. Arma: CABALL’ERIA. Tema: LOS FUSILEROS DE CABALLERIA EN AC Se muestra mediante cinematografía y vistas anima das los medios de proteger las zonas de vivaques y pues ClON. Montados y a pie. Métodos de llevar los caballos de mano, parados y en tos avanzados contra ataques por sorpresa. Se explican - — — — — — — — — — - - 75 en detalle los métodos correctos de entrada en vivac; uso de la cobertura natural; franqueo de una vía de salida del vivac y garantía de salida fácil; situación de los carros en Ja posición correcta; espaciamiento debido de los carros; uso del camuflaje y establecimiento de puestos avanzados. Núm. 348. Tiempo duración: 21 ‘minutos. Arma: ARSENALES. Tema: ARMAS PORTATILES. La carga. Muestra el método correcto de cargar las armas de pequeño calibre, como la pistola automática, el fusil Springfield, e fusil Garand, el fusil automático y la ametralladora. NÚm. 716. Tiempo duración: 15 minutos. Arma: SANIDAD. Tema: LA HIGIENE PERSONAL EN LA SELVA. Familiarización del soldado con el cuidado de su salud en la selva. Recalca el hecho de que el sentido común y el uso cuidadoso del paqueté de curación de selva con curren perfectamente para asegurarle buena salud en la selva. — — res 17.GOÓ.000 cada unidad (aproximadamente 880 millo nes de pesetas). Pues bien, si se relaciopa el precio de éstos dos apara tos con. sus correspondientes pesos, resultan que salen a razón de 1.431 y 1.248 dólares por kilogramo, respecti vamente, en tanto que ól kilo de oro cuesta solamente unos 1.100 dólares. Esta asombrosa realidad, explica además el por qué una nación tan poderosa como los EE. UU., pese a toda su riqueza, sólo encarga estos aviones con “Cuenta-go - tas”.—Com andante Ory. LAS FUERZAS ARMADAS NORTEAMERICA NAS PARA 1959-196o._-(Extractaclo de la publicación Suira “Interavia”.)—He aquí un resumen de lo que se rán las Fuerzas Armadas de lçs Estados Unidos de Nor teamérica, de acuerdo con el proyecto de presupuesto presentado al Congreso por el Presidente Eisenhower para el ejercicio de 1960, que comprende desde el 1.2 de julio próximo al 30 de junio de 1960. FUERZA ARR EA. Previsión de créditos: 18.682 millones de dólares. Efectivos: 1.145.000hombres. LAS COSTOSISIMA.S ARMAS MODERNAS.— Composición: Re€ientemente, el Presidente de los EE. UU., en su men Mando Aéreo Estratégico: 43 escuadrillas. saje ante las Cámaras de senadores y representantes, con Mando Aéreo Táctico: 34 escuadrillas. juntamente reunidas para la aprobación de los presu puestos para el próximo ejercicio económico de 1960 (que Mando de la Défensa Aérea: 25 escuadrillas. Servicio de Transporte Aéreo Militar: 24 escuadrillas. comienza en 1. de julio de este año, para terminar el Abastecimiento en vuelo: 63 escuadrillas. 30 de junio del siguiente), aludió al altísimo precio de Unidades especiales diversas (proyectiles balísticos, et las modernas armas y medios de combate, diciendo en cétera) : 25 escuadrillas. tre otras cosas que “el oste de dotar con el proyectil Material: 19.982 aviones (703 se recibirán en este ejer “Atlas” a las Fuerzas Armadas equivaldrá a un prome cicio). dio de 35 millones de dólares por proyectil en la línea de fuego”; que los EE. tJU. tienen “pedidos aviones de caza de reacción que cuestan cincuentá veces lo que va MARINA DE GUERRA. lía un caza de la G. M. II” y qu se están “comprando aviones de bombardeo que cuestan su peso en oro”. Previsión de créditos: 11.370 millones de dólares. Concretándonos a este último párrafo, quizás ‘merez Efectivos: ca la pena meditar que las palabras del general Eisen Armada: 630.000 hombres. hower no eran una exagéración, y para ello nada mejor Infantería de Marina: 175.000 hombres. que demostrarlo, con referencia a dos aviones a los que, Composición: sin duda alguna, se refería el Presidente norteamerica Armada: Grupos de portaaviones: 16. no cuando hizo su comentario. Escuadrillas embarcadas de lucha antisubmarina: 22. Uno de ellos, es el B.58 “Hustler”, el más moderno de Escuadrillas de patrulla y alerta: 42. los bombarderos norteamericanos, concebido para volar Infantería de Marina: 3 Divisiones. a velocidades superiores a los 2.000 kilómetros por hora Tres Escuadras Aéreas. y que ya presta servicio, formando parte de la Fuerza Material: 864 buques y 9.200 aviones Aérea de los EE. UU., habiendo incluso realizado unas interesantes pruebas de reabastecimiento en el aire, que llevó a cabo, con pleno éxito, a pesar de que tuvo forzo EJERCITO. samente que volar durante ellas a velocidad subsónica. Este aparato sale por 26.700.000dólares (o sea por unos Previsión de créditos: 9.357 millones de dólares. 1.335 millones de pesetas). Efectivos: 870.000 hombres. El otro de los aviones es el caza “Vigilante”AJ-3, apa Composición: rato biplaza, también supersónico, preparado ‘para ope 14 Divisiones. rar desde los portaaviones y que está propulsado por 4 formaciones de Proyectiles Autepropulsados. dos turborreactores y equipado con los más modernos 8 Grupos de Combate. instrumentos de navegación y pilotaje, con un sistema 3 Grupos de proyectiles pesados de Artillería de Cam dé defensa radar y con un dispositivo de evacuaçión de paña. la tripulación a velocidades superiores a la del sonido. Material: Entre el material del Ejército merece des Este aparato, actualmente en construcción, permitirá a tacar 2.805 aviones y 2.558 helicópteros. Durante este la Marina norteamericana atacar, con precisión y gran ejercicio económico, el Ejército recibirá, entre otro ma velocidad, cualesquiera que sean las condiciones atmos terial, 239 aviones nuevos, entre los que figuran un gran féricas, objetivos hasta ahorp. ,fuera del alcance de los número de aparatos de observación, de turbohélices.— aviones de combate embarcado. ¿Su precio? Pues, dóla Comandante Ory. — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — - ElgoniómetrodépiezaM4-2A-7K. Capitán de Artillería, Elías GALLARDO RUANO, Este es el goniómetro usado en el Obiis Autopropul sado T-I94 de 155 mm. y es una variación del modelo M-12 del que ünicamente le diferencian detalles de apa riencia externa, pues su fundamento y funcionamiento son los mismos. Va montado al costado derecho de la pieza, alojado en una cajera de organización similar a la de los ma teriales de campaña españoles. Para comodidad del apuntador, presenta la particularidad de que el eje óptico del ocular y el del objetivo no están alineados en la posición origen (fig. 3), Jo que permite que el ápuntador, cómodamente, y sin levantarse de su asien to, pueda efectuar las punterías. CARACTERISTICAS Aumento4 Amplitud del retículo10 grados Graduación lateral del retículoDe cero a 90 milésimas, a ambos lados Amplitud del moviniento vertical del retículo300 milésimas de elevación y 300 de depresión. Graduación vertical del retículoNo tiene. Tambor de DerivasOrigen cero. Graduación partida 0-32. De cien en cien milésimas. Platillo de DerivasCero a 100 milésimas. Escala Auxiliar del PlatilloO a 20 a ambos lados con indicaciones R (Right) derecha, y L (Left) izquierda. - Exteriormente presenta una constitución análoga a los goniómetros tipo O reglamentarios en nuestros na teriales de campaña, mas, sin embargo, posee unas ca racterísticas propias que simplifican en gran manera las operaciones de puntería en dirección. Para el movimiento vertical del retículo, posee, en la parte superior, un ‘botón análogo al del goniómetro es pañol con dos referencias índices, que nos marcan cuán do, tanto el tambor como el índice, se encuentran en su posición origen, pero sin que podamos apreciar gradua ción alguna, aparte del origen. El retículo tampoco lleva impresa ninguna graduación cenital. La corona del Tambor de Derivas es de graduación partida 0-32, origen cero, y toda su graduación está, nor malmente, oculta excepto en la parte correspondiente al índice en donde aparece una ventanilla practicable, que en un sector aproximado de 1.100 milésimas deja al descubierto la graduación (fig. 1). Encima de la corona anterior, va otra móvil, de gra duación, origen y sentido idénticos a los de la corona fija, con un tornillo que permite su fijación al tambor. ‘El ‘tornillo sin fin del platillo de derivas lleva en su extremo derecho un botón con rebajes (fig, 4) para su ‘más fácil manejo; y en el extremo izquierdo un cuer po macizo con los siguientes anillos portadores de gra duaciones e indices (figs. 2 y 4): a) Graduación Auxiliar fija 0-20, en milésimas,. a ambos lados del origen, con indicaciones L (Left) y R Right), izquierda y derecha respectivamente. b) Indice de dos puntas, montado sobre un anillo espoleado para poderlo desplazar a voluntad y colocar lo frente a la graduación que se desee de la graduación Auxiliar. La punta que marca sobre la graduación Au xiliar se denomina índice derecho y la punta izquierda, indice del platillo de derivas. c) Platillo de Derivas, graduado en milésimas de del Grupo Autopropulsado del Regimiento de Artillería n.2 13. O a 100, ‘montado sobre un anillo deslizante que puede ponerse loco o fijarse a discreción al tornillo por me dio de la tuerca situada al extremo de éste. d) Indice izquierdo, de referencia, situado en un anillo solidario del tornillo sin fin, y que, por consi guiente, se mueve con éste. e) Tuerca de fijación de la escala del platillo de de rivas. Vemos, pues, que el Tambor de centenas tiene dos escalas iguales: una de posición fija respecto a la Lí nea de Mira, y otra desplazable, para poder modificar a voluntad aquella posición relativa y colocar la gra duación que se desee frente al índice fijo, sin que se altere con ello la puntería, o dirección de la línea de mira del goniómetro. Adviértase, también, la posibilidad de “correr” a vo luntad, dentro de un pequeño margen, la posición del índice de lecturas del platillo. APLICACIONES PRACTICAS DE LAS DISTINTAS ES’CALAS E 1 N D 1 C E 5 Como norma general hemos de tener en cuenta que antes de empezar a hacer cualquier tipo de punterías es necesario poner todos los indices en cero. Para ello, Fig. 1.a y aflojando la tuerca de fijación pone el cero de la es cala móvil del platillo alineado con los índices ante riores. Hecho esto, aprieta con la mano izquierda el embra gue del tornillo sin fin y con la mano derecha gira la cabeza del goniómçtro hasta que su graduación origen (cero) coincida con su índice correspondiente. (Tener la precaución de que la cabeza del goniómetro quede mirando a vañguardia de la pieza). (fig. 1). Colocada la corona de centenas en cero, cierra la ven tanilla y una vez aflojado el tornillo de fijación gira la corona -móvil hasta que uno cualquiera de sus ceros (03 coincida con el indice situado sobre la ventanilla. Aprieta el tornillo, comprueba los índices, y con ello tiene el aparato en cero (fig. 2). Si no fuera posible conseguir la coincidencia del cero del Tambor con su índice, cuando están alineados los ceros e indices del platillo, es señal de que éste está descorregido y entonces es necesario corregirlo desar Fg. 2. a la voz del Oficial de: Aparatos en Cero!, el apunta dor efectila las siguientes operaciones (si es que no lo tiene hecho ya con anterioridad): En el Platillo de milésimas, hace coincidir el indice derecho con el cero (0) fijo de la escala Auxi1ir; mo viendo el tornillo sin fin, consigue la coincidencia del índice izqwerdo con el cero e indices antes alineados, Fig. 4. mando la- tuerca de fijación e interviniendo en tres tornillos de regulación que existen en el interior. Esta operación sólo debe de ser hecha por personal técnico, o en la Maestranza o en el Taller de Precisión. Una vez puestos los orígenes en cero se e!ectia la puntería de la misma forma que lo hacemos ordin aria mente, si bien, las centenas de la deriva igual pueden ser puestas en la gradución fija con la ventanilla abierta, que en la graduación móvil manteniendo aqué lla cerrada. Las decenas y unidades se colocan llevando a coincidir frente al índice del platillo la graduación correspondiente de éste. USO DE LA ESCALA AUXILIAR Pi0. 3. Las dos seña]es L (izquierda) y R (derecha) que apa recen en esta escala, tienen la misma acepción que en los ángulos de transporte: Izquierda-Aumentar. Dere cha-Disminuir. Con ella se introducen, todas las correcciones en di rección particulares de cada pieza, y que tengan cierto carácter de permanencia, al menos durante la ocupa ci&i del mismo asentamiento; como, por ejemplo: error del goniómetro, escalonamiento de paralelismo, corrección de la paralaje producida por no coincidir exactamente la vertical del goniómetro con el punto marcado para asentamiento, etc. Colocado el índice derecho frente a la graduación de la escala auxiliar, igual al valor en milésimas de la suma algebraica de las correcciones calculadas, todas las derivas que se pongan vendrán, desde entonces, afectadas por la corrección colocada. Si no se pudiese utilizar en cualquier ‘momento la RL o hubiese que efectuar un ‘tiro de noche, se utilizará como RL el pique y como graduaciones de deriva las de la escala móvil. 4) Colocar una Deriva común para todas las piezas. Si tenemos toda la batría apuntada con una RL co mún podemos, para simplificar los cálculos, hacer que todas las piezas tengan una deriva común; para lo cual, a la voz del Oficial, de: Referencia de Puntería... (tal), Deriva común 400 milésimas (u otra cualquiera) los apuntadores sueltan la corona móvil y la escala del pla ‘tillo de su goniómetro y colocan en aquélla la gradua ción 4, (o la que se haya niandado) y el platillo en cero. Apretando los tornillos y tuercas de fijación tenemos apuntada la batería con una. deriva común y una RL USO DE LA CORONA MOVIL común. 5) Adopción cte una deriva común ‘para to’da la ba Una vez apuntada la pieza, podemos mover las gra tería cuando desde todas las piezas no se ve la RL. duaciones de la corona móvil y de la escala del plati Si en el caso anterior no se viese la RL desde todas llo, sin que por ello se modifique Ja puntería. las piezas, la puntería de cada pieza en este caso se EJEMPLOS: hará, tomanio una RL para cada pieza. 1) Adoptar una nueva RL por ocultación o inutili Para facilidad de cálculo, podemos como en (4), adop ración cte la primera, sin modificar la graduación de de tar una deriva común para toda la batería una vez riva de la pieza. apuntadas las piezas; o’ bien colocar un doble piquete Si por cualquier causa (niebla, humó, etc.) se oculta (la colocación y utilización de este doble piquete es la RL, caso muy frecuente en la práctica, el apuntador exacto a como indica nuestro Reglamento de Tiro de busca otra nueva girando la cabeza del goniómetro y Artillería. Tomo II, párrafo 170, pág. 68), alineado con afinando con el tornillo sinfín. lá graduación 600 de la escala fija de cada goniómetro Una vez conseguida la coincidencia con el centro del (se adopta la graduación 600 y no otra con el fin de retículo, afloja el tornillo de fijación de la corona mó anular en lo posible el error de paralaje producido vil y girando ésta ‘hace coincidir Con el índice de la por no coincidencia cte la vertical del eje de giro ho ventanilla la graduación de centenas de la deriva pri rizontal de la pieza con la vertical del goniómetro) mitiva; igual háce con la escala del platillo, para lo y sin mover la pieza referir a este doble piquete todas cual afloja la tuerca, y moviendo la graduación móvil las punterías. coloca las decenas y unidades de la deriva. Terminado Estas son; en síntesis, las aplicaciones prácticas que esto, aprieta el tornillo y la tuerca de fijación y conti hemos encontrado de este goniómetro, que no hay du núa las punterías tomh’do ya como referencia la nue da simplifica notablemente, por un lado, la labor del va adoptada y actuando sobre la graduación de la es Jefe de Pieza, evitándole el tener constantemente en cala móvil. cuenta los escalonamientos y correcciones particulares; 2) Desplazamiento de un piquete, que se está utili— de su pieza; y por otro, despreocupa al Capitán y a su zando como ‘RL, un número exacto de centenas de mi Puesto de Tiro de la eventualidad (tan corriente en la lésimas, conservando la misma graduación de deriva. práctica), de anulación de la RL que se está utilizando.. Si en el caso anterior, se está utilizando un piquete El propió Jefe de Pieza resuelve esta incidencia sin como RL y éste se oculta, podemos desplazar la línea necesidad de agobiar al Mando, que estará en aquel de mira un número exacto de centenas, hacer coincidir momento ocupado en cualquiera de sus misiones pecu— el piquete con el centro del retículo y colocar en la co liares. rona móvil las centenas de la deriva primitiva. Apre No hay duda que otras muchas aplicaciones admltirá1 tado el tornillo de fijación, todas las punterías sucesi ‘este tipo de goniómetro, aplicaciones que la práctica 3r ‘vas se harán ‘utilizando la graduación de Ja corona sucesiva traducción de los reglamentos nos irá enseñan móvil. do. Por ahora sirvan estas elementalidades para los que 3) Situación y utilización de un piquete (o doble pi teniendo que manejar este goniómetro no han, tenido quete) como RL auxiliar para caso de. ocultación de la oportunidad de profundizar en su estudio, y para que primera, y ‘para tiro nocturno. los que no habiendo tenido contacto con el material Una vez apuntada la batería utilizando una RL cual americano sientan la curiosidad cte conocerlo. quiera, situamos un piquete a 100 ó 200 mts. de Ja pie za y separado angularmente de la RL un número exac to de centenas de milésimas. BIBLIOGRAFIA Referida a este piquete la puntería, colocamos en la corona ‘móvil la graduación de centenas de la deriva Manuales TM9-7004 y FM6-92 del Ejército de los Esta7 anterior apretando de nuevo el tornillo de fijación. dos Unidos de América. , ParaiosqueolvidanlaHistoria General Anthony J. DREXEL BIDDLE. — De la publicación norteamericana ‘Army” (Traduc ción del Comandante de Artillería Emilio ALONSO IÑARRA, de la Escuela de E. M.) Desde hace tiempo, me tienen asombrado aquellos que defienden la’ teoría de que los rusos están mostran do un deseo de desarme y coexistencia, con lo que evidencian un olvido absoluto tanto de importantes lec ciones históricas como de la verdadera naturaleza del Kremlin. Basan en parte su argumerto en que el Kremlin, como nosotros, recibiría con agrado una disminución del one roso presupuesto militar. Pudiera esto suceder, a plazo no previsible actualmente, pero sólo en el caso de que los soviets lograsen asegurar el dominio mundial por la amen’aza de su fórtaleza militar o por su utilización en la batalla. Debemos recordar también que el impacto de los gas tos militares sobre la economía y psicología del pueblo soviético no es el mismo que en nuestro pueblo. El pro blema de la elevación del nivel de vida individual en nuestro libre país, no tiene análoga importancia en el policíaco estado soviético, en donde el individuo es sim plemente un número. Además, mientras que nuestra economía está ligada al patrón oro, la economía soviética, como en el caso del régimen nazi, es una économía de despotismo tota litario, basada en el patrón trabajo, que •bajo la ame naza de un fusil, regula su ritmo de producción. Estoy seguro de que algunos recordarán los erróneos cálculos, que en los años que precedieron a la Segunda Guerra Mundial, hicieron los occidentales sobre la eco nomía hitleriana, y entre otras cosas, su comparativa mente baja iroducción de acero que le impediría ir a la guerra. No obstante, Hitler fué capaz de obtener de •la producción de acero a su alcance, el suficiente reji dimiento como para poner en un aprieto al resto del mundo. Esta es una de las cosas que en la actualidad esta mos olvidando. En la Rusia actual, como en los años que precedie ron e incluyen al 1939, un gobierno totalitario, ansio so •de expansión, manda sobre un país de gran poten cia militar. En lugar de Hitler, se trata esta vez de un Khrushchev sin escrúpulos, que parece haber hecho su yas muchas páginas de “Mi lucha”, y lo que es aún peor, haber “kremlinizado” su contenido. Hitler habla ba como ahora lo hace Khrushchev, proclamaCido sus deseos de paz y su anhelo de evitar la guerra. Hasta que en 1937, la acción despótica de Hitler obligó a Francia y Gran Bretaña a admitir la imposibilidad de supervivencia de ambos pueblos en una Europa domi nada por Hitler. Mientras tanto, no obstante, toda cla se de acciones apaciguadoras, entre ellas la conferen cia de Godesburg entre Chamberlain y el Führer, fue ron llevadas a cabo. A fines del decenio 1930-40, Hitler mostraba sus tan ques y aviones a sus visitantes extranjeros. Su propó sito era, por supuesto, inducirles a pensar en la inuti lidad de cualquier resistencia. Como consecuencia, am parado en este temor, Hitler fué engulléndose un país tras otro, a la vista de otras naciones que mantenía una ansiosa esperanza de no ser a su vez nuevas víctimas de la acción expansionista de Hitler. En estas circunstancias muchos crédulos, tímidos, in genuos y derrotistas de Inglaterra, Francia e incluso de Estados Unidos, levantaron sus voces para procla mar “Debemos negociar con Hitler”. Exactamente igual que ahora, en que hay voces que Se levantan para de cir “Es posible negociar con Khrushchev”. Desde luego, ello es posible, pero estimo que sería más que prudente el que los que tal opinan no prescindie sen de la evaluación real de la doctrina comunista y de la mentalidad de aqueiios que manejan a los mili tantes comunistas. La experiencia ha demostrado, a la vez que docu mentalmente se ha puesto en evidencia, que la doctri na comunista significa un irreconciliable y permanen te Conflicto entre las clases y entre los conceptos ca pitalista y marxista. Para los comunistas, la guerra es una continuación de la política y viceversa. N’osotros no aspiramos a rea lizar nuestra política por medio de la guerra. Los So viets tienen ún mando único para política, economía, psicología y estrategia militar. Esto les proporciona un frente centralizado, coordinado. La guerra que este mando dirige es una guerra a fondo. Bajo tal concepto, la guerra fría no es sino una parte del juego. Me asombra cuán frecuentemente vacilamos en ad mitir, que desde hace unos años, esta guerra unas veces fría, otras caliente, ha azotado constantemente al mundo libre, y lo que es más, continúa azotándolo. Contrariamente a las ilusiones que muchos pusieron en el fin de la Segunda Guerra Mundial, la forma en que desde entonces hémos vivido, difícilmente puede calificarse de paz. Desde hace años vivimos con los so viets en una situación de paz vacilante, pero parece como si Se nos hubiera enseñado a no hacer caso de guerras locas como la de Corea y otros lugares dis tantes. Era hasta cierto punto natural, que en nuestro de seo de paz, de aborrecimiento de la guerra, nos apro piásemos la frase “guerra fría” cuando fué sugerida como adecuada expresión de las azarosas circunstan cias por las que nosotros y el resto del mundo atrave samos, pero podemos estar seguros de que nuestros ad versarios comunistas sienten igual que nosotros, por que en 5u mente, esto que nosotros denominamos gue rra fría, es simplemente una parte de su deliberada guerra toral llevada al último extremo. Desde que la tiranía comunista se puso en marcha, todas sus acciones se han caracterizado por una deter minación de conseguir un mayor poder, lo que ha lo grado siempre mediante un eficaz estudio y explotación. de las debilidades •de las víctimas potenciales del pro grama de expansión soviética. De igual importancia es el no perder de vista la mentalidad de aquellos que di rigen a los militantes comunistas. Hoy presencia el mundo una lucha continua entre los creyentes, practicantes o no y los que niegan la existen cia del alma y su relación con Dios. Está fuera de toda duda el hecho de que la oligarquía imperialista del Kremlin, está explotando esta falta de fe. El conflicto entre el comunismo ateo y la religión pue de calificarse como la batalla entre el odio y el amor, entre el egoísmo y la justicia social, entre la tiranía y la libertad. LA PERSUASION MORAL ES INEFICAZ CON LOS ATEOS—Lo más significativo de Moscú sobre la reli gión, es la afirmación de que creér en Dios es una base bara la superstición, y que sólo los simples creen en El. Esto es sin duda la mayor evidencia de que. en la lu cha por las conciencias, como todos los totalitarismos y filosofías materiales, no pueden tolerar la competencia de una fuerza espiritual. Estoy convencido que la creencia de que Dios existe, es el lazo más honroso y firme que une a los hombres de buena voluntad. De esto se deduce que difícilmente podemos confiar en que los Sin Dios cumplan sus com promisos, a menús, por supuesto, de que se estableciesen los sistemas necesarios de inspección y control y de que nosotros poseyésemos el deseo y la capacidad militar ne cesarios para montar este sistema. Ya nuestra experiencia en las relaciones con Stalin, fué bastante amarga, pero no cabe esperar nada mejor de sus sucesores cuyo jefe se ha encargado de la acusa ción de sus antiguos compañeros de delitos contra Dios y la humanidad. La respuesta verdadera es que la persuasión moral, no hace efecto alguno sobre quien carece de escrúpulos, y que la única contención es la fortaleza, la posesión de. fuerzas armadas y la determinación y capacidad para utilizarlas si necesario fuese. Es esto esencial, sin duda, para conservar la confian za de nuestros aliados, así como para mantener el res peto de nuestro enemigo potencial. Es también esencial para respaldar a nuestros diplomáticos en- sus delicadas negociaciones. Para medir la eficacia de n.uestra diplomacia, en el desarrollo de nuestra política exterior,, no tenemos más que considçrar la respuesta de las naciones libres a nues tras .decisione.s políticas, en circunstancias criticas. Po demos estar seguros de que su reacción a nuestra ‘políti ca, por Jo que a sus propios intereses afecta, será una sagaz evaluación de nuestra capacidad y de nuestro pro pósito de llevar a cabo esta política de un modo since ro, con las cartas boca arriba. Cualquier titubeo por ‘su parte, podrá significar falta de confianza. . - • Observé un claro ejémplo en los años que precedieron al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Siempre que una nación de Europa oriental o central dejó de responder a la política anti-Hitler de Inglaterra ‘y Fran cia fué debido a que en criterio de esa nación, las gran des potencias de Europa occidental, carecían del ánimo o d. la potencia militar necesarios para respaldar •su política. Indicaba además la dudá de esa nación, de que el hecho de enfrentarse con Hitler, pudiese ser suficien te razón para que las democracias de occidente se pu siesen en marcha. En resumidas .cuentas, para medir la preparación y fortaleza de las naciones de Europa occi dental, bastaba con observar ja reacción de los estados del Centro y Este, a la presión de los nazis. Esto, me lleva de la mano a nuestro caso. Como todos sabemos, tenemos establecidos tratados milit•aíes con cuarenta y ocho naciones. Es imposible adi vinar la forma o el alcance de los actos a que estos com promisos nos obligan. Una sbld cosa es cierta: la creciente tensión en varias zonas muy distantes entre si, pone de relieve la impor tancia de tratar con nuestros aliados, -de una forma rea lista, sobre nuestros objetivos políticos, económicos, psi coiógicos y militares. Si al tratar de esta cuestión, se llegase a la consecuen cia de que la saturación de medios nucleares de, ambos bandos podría crear una tendencia hacia la guerfa limi tad.a, sería necesario precisar. nuestra capacidad para actuar simultáneamente en varios lugares, probable mente muy alejados entre si y relativamenté inaccesibles. Pero aun en el caso de que se llegase a la anterior con clusión, debe siempre darse un lugar preferente a nues tras posibilidades para combatir en una guerra total. Y, sobre todo, s esencialque expresemos con claridad, el que no dudaríamos en caso necesario, en emplear nuestras más potentes armas. Porque, como todos sabe nios, los soviets se hallan en superioridad sobre el mun do libre, por lo que a las armas convencionales se re fiere. Hace mucho que aludí a la gran significación del hecho, de que los soviets, al mismo tiempo que aceleran su potencia nuclear, han modernizado y robustecido también sus fuerzas convencionales. Y, sobre todo, de bemos tener presente, que si ellos han echado sobre sus hombros esta doble carga, no ha sido solamente para hacer una exhibición ante los ojos del mundo libre. Indudablemente, sus actos reflejan una sutil especula ción. Ya hemos podido comprobar de modo evidente sus esfuerzos para arrastrar a la opinión mundial en el mo vimiento que tiende. a la abolición de las armas nuclea res. Por supuesto, esto podría despojar a Occidente de un importante medio de detención, liberando a las fuer zas convencionales soviéticas de la actual amenaza a que. el poder nuclear las tiene sometidas. Estas consideraciones, son las que hacen resaltar la importancia •de que nuestras autoridades militares se enfrenten -con una verdadera selección de los medios bé licos para poder competir con la flexibilidad del poten cial militár soviético. No debe perderse de vista ‘que para la consecución de sus fines, la estrategia Soviética cuenta con el efecto que sobre los pueblos libres ejerce la amenaza de la guerra, -y, además, con sus falsas posturas apaciguadoras. Por ello, mientras por un lado mantiene viva esta amenaza de guerra, Moscú añuncia de vez eh cuando sus esfuerzos para conjurar tal peligro. Con tda probabilidad, los hombres del Kremlin con fían en lograr sus diabólicos fines, por un sistema equi valente a una rendición. Al mismo tiempo, es necesario mantenerse en guardia, ante la- posibilidad de que un fa nático, como Khrushchev, sin •darse cuenta de que ello significaría el suicidio de su propio país, se decidiese a utilizar, la fuerza de las armas. En nuestros esfuerzos para combatir contra quienes quieren apoderarse de la mente de los hombres, debemos también defendernos a nosotros mismos utilizando esas nuevas formas técnicas, de la llamada guerra ‘fría, que son la propaganda, la acción psicolbgica y los ataques subversivos, Pero estas armas carecen de valor si’ no se hallan respaldadas por el poderío militar. La poteicia mi.’ litar es ‘la parte esencial de la coTaza que protege una nación. Posiblemepte no sea preciso, utilizarla, pero es necesario tenerla siempre preparada. En nuestra experimentada democracia, el p’apel de las fúerzas armadas no es en sí mismo un fin, ‘sino un me dio reconocido como necesario para varios fines cons tructtvos, entre ellos salvaguardar la paz y eventualmente garantizar una paz’ duradera, de acuerdo con nuestra in destructible fe en la causa de la libertad,, bajo la protec ción del Señor. Mientras tanto, y por lo que, a nuestras actuales pre ocupaciones respecta, no debemos olvidar el hecho de que nuestra nación posee recursos, capacidad técnica, conocimientos científicos e imaginación creadora sufi cientes para llevar a buen fin cualquier esfuerzo y que nuestro pueblo ha probado su capacidad para-reaccionar en cualquier circunstancia. Indudablemente, no podemos contar con el futuro mien tras persista la amenaza comunista, a ja que debemos oponemos coñ energía, cordura y determinación. Estoy seguro de que nuestro país sabrá hacerlo. - Rl Desarrollodelaactividadespafiola Breve resumen de noticias recogidas en el mes pasado ‘en diversas publien ciones.—Tte. Coronel de Intendencia José REY DE PABLO-BLANCO. INDICES DE PRECIOS Según el Instituto Nacional de Industria, el indice ge neral de precios ha pasado de 645,7 en el mes de diciem bre de 1.957a 677 al final del mes de septiembre de 1958. Estos índices están formados tomando 100 como base el nivel general de precios que regía en el año 1940. -El principal factor de esta alteración en el índice ge n eral ha de ser atribuido a los p-roductós alimenticios, que desde el índice de 543,2 en diciembre de 1957, se hallaban a finales de septiembre de 1958 en el de 594,6. La varia ción que ha correspondido a los productos industriales ha sido desde 771,3 en diciembre de 1957, a 777,7 en el mes de septiembre de 1958. Por su parte, el boletín que edita la Acción Social Pa tronal de Barcelona ofrece a sus lectores una compara ción entre los meses de agosto del año 1956 y los 1957 y 1958. Tomando como base 100, nivel de precios que re gía en el primero de dichos meses, correspondieron el ín dice de 125,02a 1957 y el de 140,22 al del año 1958. Dicho boletín ha calculado, que el presupuesto mínimo por individuo y día es de 50,90 pesetas. indice -del consumo de cobre ni el del es-taño progresan con la misma rapidez que el índice de la industria en los Estados Unidos. La G. M. II y la -de Corea crearon una prosperidad- en dichos -países que desapareció al terminar la última. En plena -de-presión cayeron como una bomba los in tentos d-e integración económica europea. El afri-ca sus tituiría a Iberoamérica como abastecedora de produccio nes tropicales y de muchos -minerales. La propia agri cultura europea podría disminuir su demanda -de pro -ducciones de zonas templadas. Cuba, entre otros países, sintió el impacto de la unidad económica europea, siendo así -quepasta entonces se había desentendido de la indus trialización. Des-de hace años se -empezaron a oír las voces de alar ma.- Posteriormente, reuniones y conferencias crearon un movimiento -de opinión favorables a la unión eco-pórnica ‘de los paises iberoamericanos. El ideal de la unidad se con’templa -hoy -como una visión iheludi-ble del futuro. En una próxima reunión de representantes de los b,an cos centrales se tratará del problema de los pagos- y de la creación de un mercado común para ciertos -pro-duetos. A España’ le interesa sobremanera la cuestión, no sólo por tratarse de países de nu-estra estirpe, con los que -man-tiene importantes relaciones cop1erciales sino tam hién porque puede servir -d-eenlace cnt-re el recién creado mercado común europeo y el que se trata de organizar -en la -mal llamada América Latina. - - - - - COMUNIDAD DE PAISES - ECONOMICA HISPMICOS Parece que seestá en el umbrai de los primeros pasos resueltos hacia la creación de una comunidad económica. •de los pueblos hispánicos. La dispersión creada después de la independencia ha cumplido su destino y no ofrece fórmulas válidas para asegurar su crecimiento sin -la crea ción de una comunidad5 contrapartida de la que ahora se organiza en Europa. Los países hispanoamericanos dirigieron sus economías, después de la independencia, a la exportación de minera les y pro-duetos agropecuarios. .Varios de esos paises lo graron un gran desarrollo durante el -pasado siglo y los p’imeros años de éste. A la vista del éxito, toda la vida económica se montó para ól servicio de los consumidores de.ultramar, lo mismo el -tráfio ferroviario que la orga nización del Estado y aun el crecimiento de las ciudades. La gran crisis de ‘1930demostró la debilidad sobre que se habían montado tales economías. No óbstante los es fuerzos realiza’dos, el rendimiento de las exportaciones disminuyó. El Brasil’ se vió •obligado a quemar el ,café, y toda Iberoamérica proyec-tó limitar sus producciones exporfabies. Al fin se encontró la explicación del fenó meno: La oferta de productos industriales tiene más am plio mercado qe la de los productos naturales, estacio nados además en la variación de los precios. Etudios iii tenores probaron que las circunstancias reales eran aún peores de las qué se deducían de la crisis de 1930. Pues la demanda de productos iberoameriCanos no seguía a largo plazo las misnias normas que la demanda de pro ductos industriales. Un progreso de un 10 por 100 de la economía mundial apenas llevaba -consigo un aumento de un 2 por 100 de la de-mánda de productos iberoamericanos. La p-erspectl va final (le este diabólico proceso era la imposibilidad de alcanzar já-más la ventaja de las -naciones industriales, perspectiva tanto. más grave por la ‘tendencia general de la industria a utilizar menores cantidadós de -materias primas gracias al progreso -de la técnica -moderna. Ni el - LA PRODUCCION VINICOLA Y SU COMERCJ() Si los españoles nos bebiéramos la coecha íntegra de vino que producimos, excluido lo que normalmente dedi camos a la exportación, a cada uno -de-los 30 millones que formamos el censo nos correspondería una media do 74 u tros al año, o sea, menos -de un cuarto -de litro -diario. Pero co-mo4se podrá. suponer, este índice “per capita” no responde ni muc-ho m-enos a la realidad, ya que -para obtenerlo hemos incluido también a los no bebe-dores y omitido, en cambio-, aquella parte del de la cosecha des tinado a usos industriales. No obstante, la mera ndicación de estas cifras nos sir ve para probar que -con nada más que un 3,2 por 100 de superficie -nacional—que es la que cu-bren -hoy nuestros viñedos—los españoles tenemos lo suficiente para aten der no sólo a las necesidades propias, sino t-am-bié-da--la demand-a -de los mercados extranjeros, en los que desde hace tiempo, y por este artículo, tenemos fa-ma. No es -mucho es-e medio -millón -de -hectáreas bajo las que extienden -sus raíces más de 2.000 -millones -de vides, que proporcionañ 3.400 millones de kilos de uva, ma teria prima ,-para obtener—con un rendimiento del 65 por 100—esos 2.200 millones -de li-tros -de vino nuevo, cifra que este año -quedb.rá rebajada a 1.800 por reduc ción del volumen de la cosecha. Es verdad que -hay tierras que -no sirven para otra cosa y que hasta por su naturaleza son las más indica das para -el cultivo de la vid. Pero como son tantas las -de esta -clase de que dispon-emes en España, ante la necesidad de limitar este cultivo en beneficio de otros y el peligro ‘de una -excesiva superproducción, el Gobier no -tuvo que ordenarlo, exigiendo para hacer -nuevas plan taciones, la oportuna inspección o consulta y estimulan do el arranque en determina-dos suelos-. - - - - - - - Resultado de esta política fué la disminución de las superficies que anualmente se destinan a nuevas planta ciones, y que las’ 48.000 hectáreas en 1939 han bajado a 20.000 en el curso de estos últimos veinte años. Y conse cuencia económica de esta política, Ja revalorización de los pre.cios del vino, ‘tarea a la que, además, .han coo perado las bodegas cooperativas, cada día más numero sas en las zonas típicamente, vitivinícolas. Planteada así, la proporcionalidad entre producción, por un lado, y consumo y exportación, por otro, cabe pre-. guntarse ahora si están agotadas ya las posibilidades de colocación de nuestros caldos dentro y fuera de ‘España, y, por tanto, sí cabe la espei’anza de ensanchal’ esa superficie de cultivo. En un año normal, en el que Francia no. aumenta ,sus compras a nuestra.s bodegas, porque la cosecha en la metrópoli y en Argelia. fué bueña, nuestra exportación suele ser de poco más de los 600.000 hectolitros, de los que el’ 97 por 100 va consignado a Europa occidental. Alemania y Austria se llevan ya la mitad de este porcentaje, aunque el segundo iugai, después del primero de estos países, ‘lo ‘ocupa Suiza, y el cuarto, Italia, seguida de Sue.cia. Por marcas figura a la cabeza Jerez, del que el’ 20 por 100 va a p.arar a Europa occidental, y el 63 por 100, al Reino Unido. Le siguen el Málaga, del que nada menos que el 91 por 100 se factura a la parte occidental de nuestro continente,, y el resto, a los’países extraeuropeos; el Rioja, del que nuestros continentales consumen un 40 por 100, un 6 el Reino Unido y un 54 pór 100 los demás países del mundo, y los licores, ‘de los que el 78 ‘por’ 100 van destinados a Europa occidental y ól 18 por ioo al Reino Unido. .Ell si’m,pl.eexamen de estas cifras y. su repartición geografica demuestran el dilatado campo que aún está reservado a nuestros mercados, de vinos en el extran-, jero. América, Africa, Asia y Oceanía ap,enas si absorben hoy ‘un 3 por 100 de nuestras exportac’iones ‘deesta clase, En ‘cuanto al consumo interior los datos, ya apuntados prueban ‘lo, bajo de las cifras, pese al aumento vogetativo de la población.’ En’ España se bebe hoy ‘menos vino que antes, lo’.que no ,quiere decir que la gente haya redu’c’idó sií cnsumo de bebidas alcohólicas. Cervezas, combinados y licores han desplazado. ciertamente al vino. Pero sus principales enemigos .son el precio y las adulteraciones. refrigerados por aire de 50 y 65 CV. El programa ‘de fabricación comprende una serie anual de 1.200’tracto res F3L de 50 caballos y 600 F4L de 65 c’ballos. Duranté el primer año, el 62,59 por 100 será de producción na cional; el 85 por 100 en l segundo., ‘y en el tercer año .se llegará al’ 100 por 100. LA EXPANSION , . ‘ . ‘ EN 1957 En el informe anual recién publicado, del Consejo Superior, de Industria, correspondiente al año 1957 se nos dice que durante dicho año se crearon 10.914 indus trias nuevas y se ampliaron otras 9.254, que ‘representa ron unas inversiones de 4.670.778.000 pesetas, valor de la maquinaria de las ampliaciones llevadas a cabo, y pesetas 2.593.624.QÚO, importe de las inversiones que representaron las nuevas industrias creadas. Sumando las industrias de nueva creación a las de ampliación da, un resultado de 20.461 a las del año pre cedente. Por lo que, respecta al total ‘de inversiones, la cifra .de 1957 supera en 1.193.501.687pesetas a la de 1956. Aunque ciertamente no se .pued.e deducir un mayor grado de industrialización solamente por el número de industrias, sin ‘tener en •cuen.ta su importancia, al rne no sirve la comparación anterior para dar idea de que la actividad se mantiene .en progreso. El número de industrias que señalán las estadísticas es de 222.424 y corresponde el primer lugar a Barcelona, con 30.340 industrias en su censo; Madrid, con 15.121,‘y Valencia, con 13.557. De las provincias peníbsulares, la de Soria es la que ostenta un censo industrial menor, con sólo 320 i’ndus trias, si bien el censo, industrial e halla en formación España y, por lo ‘tanto, las cifras anteriores no pue den ser tomadas en firme, y así lo advierte la publica ción de la que’ tomamos estas notas. Ourante el año 1957 se hizo el primer reconocimiento de 161.418 nuevos vehículos, de los cuales 124.620 fueron motocicletas; 25.354 automóviles de turismo y 11 .444 ca-. ‘miones y autobuses. Estas cifras representan el bajo fn-’ dice de reposición de nuestro •parque. En contraste con’ ellas se hallan las de los permisos de conducción exten didos en’ dicho año, que fueron 235.886. En los, tres últimos años, la maróha de estos servicios ha sido la siguiente: Camiones .y furgonetas, 7.407 en 195, 11.516 en 1956 y 11.444 en 1957. Turismos, 17.603 en 1955, 31.462 en 1956 y 25.354en 1957. Motociclet’as,, 46.342 en 1955, 102.285 en 1956 y 124.620 en 1957. Permisos de conducir, 78.199 en 1955, 188.710 en 1956 ,y 235.886 en el de 1957. Las Únicas rúbricas que han ido. en crecimiento a lo largo del trienio h.an sido, pues, las de motocitas y per misos de conducir. ‘ . INDUSTRIAL . ‘ , . ‘ LA COSECHA DE ALGODON ‘ ‘ . Unas 220.000 balas de algodón, cerca de 50.000 .tonela das, ha producido I cosecha pasada, con lo cual hay para más de la mitad de lo que nuestra industria de tejidos absorbe, pues ésta no transforma más de las 400000 balas.. Ha sido casi tan buena como la de 1956, la mayór que se ha conocido, que llegó a las 230.000 balas, y ha supe MINERAL DE HIERRO EN rado a la del año 1957, que se quedó en 170.000 balas LA SIERRA DE CUENCA por diversos factore contrarios que concurrieron. Los rendimientos suben: en 1956 se sembraron 100.000 En el pueblo de Cueva del Hierro (Cuenca), sito en hectáreas, y en 1958 sólo 80.000; de forma que de ha la serranía conquense, casi lindando con Guadalajara, berse sembrado igual superficie ambos años, la del di existen unos ricos yacimientos de hierro. Ahora se ha tuno hubiese superado todas las marcas. constittiído “una sociedad para explotar tales iacimientos. El mineral, de magníficas características, ya que está exento de azufre y fósforo, corresponde a un yácimiento FABRJC, DE TRACTORES EN MADRm de gran extensión que en la antigüédad se explotó me diante la construcción de galerías subterráneás, algunas Una fábrica de ‘tractores será instalada próximamente de las duales llegó a contar con una longitud de dos ki en Madrid, para lo cual se ha solicitado ya la autori ló’metros. El pro.pósito .de la sociedad es el de transformar zación oportuna dl. Ministerio de Industria. El capital dicho mineral en lingote,, montando un horno al carbón social :será de 100 millones de pesetas, con una par.tici vegetal de diecisiete metros de a.ltura en el término mu pación extranjera dei 25 por 100. ‘nicipal de Beteta que se encuentra separado de Cueva La nueva factoría fabricará tractores sobre ruedas y. del Hierro por unos cinco kilómetros. ‘ l horno unc1onará ninterrumpidarnente. Y el lln go-te qu.e se espera producir posee unas características tan especiales que, según se ha informado; esta alidad es preciso irnportarla de Suecia para dedicarla a la fabri cación de laminados. La instalación del horno en Beteta se debe a que la zona donde se halld enclavado el puebló es centro pro •duc-tor de carbón vegetal y cuenta, además, a unos cm cuenta metros del horno, con calizas de la mejor calidad para estos fines, energía eléctrica en cantidad suficiente para las necesidades de las instalaciones y agua. Se espera que Id producción del horno alcan-ce las diez o doce toneladas de lingote diarias, para lo. cual se han de precisar, por tanto, veinte toneladas de mineral, veinte de carbón y diez de calizas. -En los nior’nentos presentes reina una ran actividad, ya que se están realjzando estu dios y gestiones para la explotación intensiva, así como.. para coordinar todos estos trabajos con el transpor-te en combinación con el ferrocarril de- Ojos Negros. La explotación de l mina resulta viable en el momento presente, porque el Estado ha construído la carretera que sale de Beteta y que finaliza un Kilómetro antes de llegar a Cueva del Hierro. - DE LA ESPERANZA VIDA AL NACER El Instituto Nacional de Estadística tiene en prepara ción las tablas de mortalidad del año 1950. Sin embargo, el Servicio de Investigaciones del referido Instituto ha dado con carácter de avance Unos datos so bre tan importante factor biológico- negativo como es la mortalidad, utilizando para ello el -mOderno -método del profesor suizo Wiesler, método que pórmite el cálculo de valores de medición de la mortalidad para grupos quinquenales de edades con distinción -de sexos. El análisis de los resultados en 1950 con arreglo a dicho método denota una satisfactoria evolución, como se de--muestra en la población española -de 1900, sin distinción de sexo, -de cada 100.000 nacidos en dicho año, al quin quenio subsistían 63.115; de los 100.000 nacidos en 1940, al quinquehio vivían 81.788; finalmente, de igual cantidad de personas nacidas-en 1950 subsistían 89.326 en 1955. Mientras en 1900 los supervivientes a los -treinta y dós años eran la mitad de los nacidos, en 1940 ld mitad vivían aún a los sesenta años, y -pasa en 1950 a más de setenta años. Eh la discrimin.ció-n por sexo se nota que el aumento de supervivientes fe-meninos es mucho mayor que en e1 sexo masculino, a partir, principalmente, de los cincuen ta años. Mientras que en 1900 la generación teórica de 100.000 nacidos varones se había reducido a los ochenta años a 3.892, y -las 100.000 mujeres, a 4.765, en 1950; las cifras homó4ogas s-on 18.704 y 29.930, es decir, que- mien tras para lds hombres el aumentó es de un 380 por 100, para- las mujer-es es el 528 por 100. Con las tablas -del método abreviado del profesor Wies ler se destaca la- mejoría -de las cifras correspondientes a la esperanza de vida al nacer. Por ejemplo: Los nacidos -en 1900 podían esperár vivir 34,76 años, mientras que los es.paño 1-esllegadós al mundo en 1950 tienen la probab iii-. -dadestadís-tica de.alcanzar los 61,18 años, con un aumen to de edad de 26,42,es decir, que los de 1950 aumentan -su vida estadística en un 78 por 100. Teniendo en cuen ta los sexos, esa esperanza de vida para los nacidos en 1950 es de -58,76 años en los varones y de 63,50 en las -mujeres. La diferencia de 4,74 años que las -mujeres llevan a los hombres es posible sea rebajada en el futuro debido a la cada vez- mayor activida-d, que la mujer desarrolla en el ámbito social y laboral. La mejoría de las cifras de espetanza de vida es gene ral en todas las edades, resultando mucho más acusadas en la infancia. - - - -- - - - • • - . 84 - EL ABASTECIMIENTO Y LOS SUPERMERCAD0a Según manifestaciones del titular del Ministerio de Comercio el abastecimiento nacional de artículos ali menticios está asegurado durante los próximos meses, nó sólo en lo que se refiere a la cantidad, sino también por lo que respect-a a la estabilidad -de los precios. Examinando el problema de abastos en el momento actual, se destacan dos causas originarias del inis-mo: el crecimiento vegetativo de la población, co-n un au -mento de cinco millones en los último-s -dieciocho años, y el incremento -del consumo por haberse alcanzado un nivel de vida más alto. La consigna inicial del Movimien to, “ni un hogar sin pan”, se ha quedado -muy at-Is; los españoles, -cosa a la que tienen pe-rfecto derecho, comen ahoLa mejor que antes, habién-dose desplazado el con sumo tradicional (legumbres, tocino y grasas vegetales) -hacia otros artículos más ricos en protéínas (carne, pes ca-do y huevos). El consumo del aceite ha aumentado en 68.000 toneladas; el del azúcar, í-ndi-ce-claro de la eleva ción de vida, ha experimentado los incrementos de .-ue repetida-mente. hemos informado en esta secci6n; la fner luza, cuya cotización es -tan elevada, prueba la fuerte demanda de que es objeto. Sin embargo, el consumo de judías, garbanzos y lentelas permanece estacionario, pe se al aumento -demográfico. En la producción -de alimentos en-tran unos factores aleatorios contra los que se está luchando, en parte, me diante la transformación de secanos en regadíos, pero es difícil en cada momento adecuar la -produáción al consumo, especialmente en carne y pescado, ya que no dependen enteramente dé la vol-untad -del ganadero las circunstancias en que se des-envuelve la -crianza de las reses ni de la del pescador la -cuantía de sus c-apturas. Pará hacer frente a estas situhciones, las -medidas se orientan en dos sentidos: 1-aimportación de las cantida des que arroja el déficit y el mejor aprovechamiento y -distribuciód de nuestros -propios -recursos. Por ejemplo, en el caso de lós huevos1 se va a sustituir 1-aimportación de éstos por la de piensos avícolas, con el fin de favore cer el aumento -de nuestras aves de granja y asegurar así la producción que se necesita para cub..rir la deman da nacional. Se confía que en el presente año se -podrá alcanzar esta rnet.a. Por lo que se refiere al pescado, sal vo el bacalao, na-da merece la pena importar, y lo que hace falta e dirigir nuestros eáfuerzos a mejorar las capturas y mediante las convenientes instalaciones fri goríficas, cónservar los excedentes de buenas tempora das, para poder lanzarlos con oportunidad al mercado en los meses de escasez. También se estudia la vent-a de otras especies poco -conocidas,-que, mediante un pro-cesó de industrialización—extracción. -de la espina y enfileta -do—, serán ofrecidas al p:úblico, y es de esperar que ten gan una buena acogida. -Los métodos frigoríficos son extensibles- también a las frutas y a las verduras y de gran utilidad para-asegurar en precio y cantidad las necesidades deJ mercado. Las verduras congeladas permiten ofrecer, en cualquier tiem po, pimientos, alcachofas, guisantes y cardos en condi ciones inmejorables; artículos que ante.s se perdían, en grandes cantidades, en las huertas y quó ahora podrán. er aprovechados. El anterior presupuesto- de divisas de la Comisaría de Abaste-cimientos, por fallo en las cosechas de azúcar, patatas y- -trigo, ascendió a 233 millones -de dólares. Aho ra esa cifra ha quedado reduci-da a 150-millones y es po sible que aún se -re-duzca más. Al alivio -de esta situa ció-n ha contribuido la ayu-da norteamericana, que nos suministra excedentes agrícolas -pagados. en peseta.s. El panorama de los precios se presenta así: Los de las verduras, excepto la cebolla, no han variado en rela ción con el año anterior. Igual sucede con la naranja y - - - . - - - - - - - - . - - - •En cuanto al pan, ‘hay que reconocer que las instala ciones en que se fabrican se hallan en gran retraso’ conla técnica moderna. Por tal motivo se tiene en estudio un sistema de panificación moderno que se cree podrá abaratar el kilo de an en setenta céntimos. LA SALUD PUBLICA - - -- ,.. - • - - - 1958. - Según datos de la Dirección General de Sanidad la situación sanitaria de España es satisfactoria. La morbilidad durante el año fué normal, con curva de descenso en la mayoría de las enfermedades infeccio sas.- No se ha registrado ningún caso de viruela ni de tifus exantemático. El número de enfermos de paludis mo según datos registrados en los Dispensarios antipa lúdicos -ha sido ‘muy inferior a la de años anteriore-s, lo que refleja la tendencia a la desaparición de esta en fermedad parasitoiógica. Prácticamente no ha existido una verdadera manifes tación epidémica de gripe asiática, pudiendo conside’ar se realmente extinguida la onda qúe afectó a nuestro país en septiembre, octubre y noviembre de 1957. La poliomielitis ofrece estas novedades: •hasta fines de noviembre de 1958 el número de casos declarados oficial mente ha sido de 1.857. Extendida pór todo el ‘país no respetó ninguna provincia. La cifra es mayor que la calculada como promedio anual en el último decenio y es también superior a la más alta registrada en cual quiera de los años del mismo. Ello d-enota una tenden cia al ascenso qe, aunque ligera, refleja que en nues tro país se está pro-dpciendo también el aumento de morbilidad por esa enfermedad a medida que se éxtien de su nivel sanitario y desciende la mortalidad infantiL Las provincias más afecta-das han sido las dé Cádiz, Se villa y Lugo. Sin embargo, la cifra sigue sin constituir un problema de 1-aimportancia que ha adquirido en los Estados Unidos e Inglaterra, -por ejemplo. Se han practicado en el -éurso del año un-as doscientas teil vacunaciones. Más del 50 por 100 de estos vacuna dos han si:do niños comprendidos entre uno y cinco años de edad, y un 30 por 100, aproximadamente correspon de de cinco a diez años; el resto con-pr-ende -menores de un año y-mayores de diez. Teniéndose en cuenta las dificultades para adquirir vacuna, toda de importación, el esfuerzO es considera-‘bie, y para d-ison-er dé tal vacuna., y estar prevenidos, la Escuela Nacional de Sanidad trabaja en la búsqueda de una, solución propia al--problema. Según las conclu siones del y Simpo-siu-m europeo contra la poliomielitis, es necesario mantener la lucha contra tan terrible en fermedad por medio de la vacu-nación, la prevención de deformaciones y- la rehabilitación de los atacados. La morbilidad por fiebre tifoidea y paratífica ha sido tan alta como en años anteriores. Constituye uno de los grandes problemas sanitarios que España tiene plantea dos y que nuestro país debe resolver como lo han hecho ya otras naciones de elevado nivel sanitario. Es muy importante abastecer de agua a todas las localidades es pañolas y dotarlas -d-esistemas de -evacuación -de aguas residuales; pero además hay que de-purar bacteriológicamente -el agua destinada a la bebida. La -mortalidad infantil sigue disminuyendo notable mente hasta el punto de que su coeficiente está ‘por de bajo de la línea de tendencia correspondiente a las ta sas dél siglo en curso. Se- -está concediendo una mayor atención a la asistencia al prematuro. El problema de la tuberculosis está -cambiando de signo. Ahora los ‘tuberculosos sobreviven lustros, y aun décadas. Se va a dar un sentido laboral al- largo inter namiento de los pacientes, creando en nuestros sánato -nos -tallerés y granjas donde puedan distraer sus horas - - - - - - - - EN - - - - la manzana, esta última con tendencia a bajar. El plá tano está algo más caro., debido a los perjuicios que éau saron los vendavales que azotaron. Canarias y de los cua les las plantaciones tardarán más de un año en recupe rarse. Las leguminosas se sostienen en el mismo nivel de cotización, con ligeras fluctuaciones que serán amor tiguadas con las compras en el exterior. Lo mismo sucede Con el arroz y la patata. El vino ha bajado en dos pesetas el Litro. La carne y el pescado han subido, pero sólo en las clases más selectas. Para mantener los pre cios se confía en la función reguladora de los supermer cados. Con los supermercados quedan asegurados la can tidad, la calidad, eL-peso y los precios de los artículos, y, por tanto, se alcanzan todos los objetivos. De su eficacia son prueba los éxitos de los que ya tun-. donan. La aceptación por parte del públiCo ha sido enorme y es creciente; Las cifras son: 20.000 clientes por supermercado en los primeros meses y 60.000 actualmente. Con un súpermercado basta para una zona de 20.000 habitantes. De un millón a dOSde pese’ÇaSde ventas en agosto, se ha pasado a lós tres millones y medio de- pe setas en octubré. La cuantía de las ventas diarias es de 100.000, y los sábados, de 250.000. Los beneficios son muy sustanciales, porque las grandes ventas permiten un margen comércinl mínimo, que se estima en- un 7,8 por 100. Con una invérsi6n de quince millones se han obte nido ganancias de nueve, y descontañdo dos millones pa ra amortización hay un beneficio neto de siete. Habrá que descontar los impuestos, pero ya se ha establecido un concierto para que Hacienda ponga unas tarifas convenientes. Se advierte gran animación entre los particulares para instalar establecimientOs de este tipo-. Según opinión -del jefe nacional del Sindicato de la Alimentación en dos o tres años habrá en España dos o tres mil ‘áupermercados. En estos momentos están en estudio más de doscientas solicitudes, y en los próximos meses empezarán a funcionar por lo menos cuarenta, de ellos seis en Bilbao, -tres en Baleares, cuatro en Barceiona, uno en Ciudad -Real, tres en Madrid, tres en As turias, tres en Santander, dos en Valencia, uno en Vigo y otro en Vitoria, mas los que instale la Comisaría de Abastecimientos y Transportes. El ritmo de crecimien to tendrá que ser ajustado al de las posibilidades de producción, porque 1-as solicitudes de instalación son enormes. Para la preparación de los productos hay dos siste mas. Los productos se recogen, seleccionan y preparan en el mismo campo. Los de origen animal se industria lizan y van a los supermercados después de una- per manencia en los frigoríficos más menos larga, según la abundan-cia o escasez. Las legumbres van a -una central, donde se procede a su empaquetamiento y predin taje, con garántía de calidad y peso. Para ello se -cuen ta con la valiosa colaboración del Ministerio de Agri cultura, con su red nacional de almacenes ya en fun cionamiento.- Las vrduras también serán preparadas y congeladas én los lugares de producción, pafa llegar oportunamente a los supermercadóS. Importa no sólo el mayor aprovechamiento- de las piezas, sino las pérdidas que se evitan, que en las verduras •pueden cifrarse ac tualmente en el cincuenta por ciento del total. Con las frutas ocurre algo semejante. En el supermercado los precios de los artículos así pre parados serán entre un 30 y un 40 por 100 más baratos. En resumen, -la opinión oficial es de que él abasteci -miento, no sólo está asegurado, sino en vías de mejo-ramiento. La experiencia de los supermercados son tan buenas que se estudia la aplicadión ‘del sistema a otros sectores del comerciO. La consigna de reducir costos y me jorar la distrilución nos viene impuesta, además, por las modificaciones en curso en los mercados europeos. - - - -. - 85 - ociosas en trabajos sencillos. Con ello se intenta la re— terminar el tramo de nueve kilómetros del canal de las educación y readaptaciÓn profesional del tuberculoso. Bárdenas y de las acequias principales de los cinco pri Hay camas suficientes para atender a todos los enfer meros sectores y simultáneamente construir una red de mos y una amplia red dispensarial para ejercer la fun cauces en tierra en otros sectores de la provincia de Za ción profiláctica. ragoza para enlazar el cana con las redes ya construíTan clara es la situación que, siguiendo el ejemplo de das por el Instituto Nacional de Colonización. otros paises, ha sido amj liado el cometido del Patrona A la terminación de estas obras, prevista para el 1 de to Nacional Antituberculoso. En adelante aprovechare abril de 1959, resultará posible iniciar riegos de socorro mos nuestros clínicos y nuestros servicios para el diag a los cereales en la próxima primavera y nuevos culti nóstico, tratamiento y profilaxis de las restantes enfer vos de verano en el año actúai, en una superficie de medades torácicas de interés social y sanitario. 21.000 hectáreas, que se distribuye de la siguiente mane La mortalidad anual de estos enfermos ha descendido ra: 7400 en los cinco primeros sectores sites en la pro en los últimos’ decenios de 30.000 a 8.000, pero el número vincia de Navarra; 8.100 en los sectores próximos a Egea no ha disrñinuído en la misma proporción. De aquí que de los Caballeros, y 5.500 de auxilio a los antiguos rega sea necesario mantener en tensión nuestros organismos dos eventuales de Egea y de Tauste. antituberculosos, único medio de atacar con sóriedad los En resumen, los trabajos de urgencia son: excavación daños que todavía produce esta enfermedad y de evitar en el tramo de nueve kilómetros pendiente de ejecución los contagios infantiles. Por eso nuestro programa abar del canal de las Bárdenas, habiéndose excavado y trans ca el examen de toda la población ‘esolar del país. portado un total de 611.426 metros cúbicos en menos de En otros aspectos sanitarios ha Continuado la lucha seis meses, lo que supone un tiempo record, ya que en contra la lepra, la dermatosis, las enfermedades sexua el pIan normal se preveían dos años; excavación de sie les, el tracoma y las perturbaciones psíquicas, por me te trincheras para toma de acequias principales en el dio de dispensarios y centros secundarios de higiene canal, también terminada, con ün total de 18.134 metros rural. cúbicos; construcción de la red de acequias principales Para abordar el interesante p’roblema de la higiene de en tierra con un desarrollo de 56 kilómetros, que domi la alimentación, se está estudiando y redactando un nan 5.000 hectáreas (esta obra se encuentra en fase “Código Bromatológico”. También se encuentran en es avanzadísima de construcción), empalme de las redes tudio un pian sanitario del medio ambiente, que abar secundarias del Instituto Nacional de Colonización con cará el estudio higiénico de la atmósfera, y el reglamen la citada red de cauces en tierra y puesta en servicio de to; ya redactado, de las industrias calificadas ele moles ambas redes. Estos empalmes tienen un desarrollo de 12 tas, insalubres, nocivas y peligrosas. kilómetros y se hallan construidos seis en el momento actual; ocupactón y parcelación de las 7.500 hectáreas de exceso comprendidas en los sectores del pian de ur LAS EXPORTACIONES DE gencia. La ocupación de esta superficie há sido ya rea lizada TEXTILES DE ALGODON El Instituto Nacional de Colonización tiene ya prepa rados para la próxima primavera los abonos, semillas Las exportaciones ele manufacturados algodon eros du aperos necesarios para la instalación de los colonos rante el quinqenio 1954-58,arrojó la cifra de 41.852.223,32 y. en los nuevos: pueblos de Bárdena del Caudillo, Santa dólares. Anastasia y El Baño. En 1954 la exportación se elevÓ a 11.375965,47 dóla res a 56 países. En primer lugar aparece Turquía, si guiéndole Irak, Nigeria y Libano. En 1955 se exportó a 72 países, con un total de EL PANTANO DE ALMANZORA 8.099.490,03 dólares. Continud Turquía en primer térmi no, siguiéndole Líbano, Irán y Australia. ha dispuesto la subasta de las primeras obras para En 1956 ecibieron 87 países manufacturados algodo la Seconstrucción del futuro pantano de Almanzora, cuya neros españoles, con un total en dólares de 7.857.373,13. proporcionará tan extraordinario beneficio a En primer lugar figura Inglaterra, seguida de: Turquía, ejecución una extensa comarca almeriense. En efecto, tal pantano Australia y Líbano. permitirá la puest en regadío de 17.000 hectáreas de En 1957, igual número de países (87) que el año ante tierra, ya, prácticamente, abancaladas. rior, con un valor en dólares de 9.157.829,79. Ocupó la excelente También se va a proceder aun intenso trabajo de re cabecera Marruecos, siguiéndole a continuación Inglate población forestal de la cuenca del Almanzora, tendente rra, Finlandia y Grecia. a reducir, neutralizar y corregir el pernicioso efecto de En 1958 se envió a 81 países, y el contravalor en dóla los abundantes torrentes que en época de lluvia di.seu res fué de 5.428.564,80.El primer país comprador fué Pa raguay, seguido de Estados tJn idos, Inglaterra y Holanda. rren por aquellos Iugai’es y llevan a cabo un.a grave ac ción erosiva. La trascendental envergadura de la obra de regadíos que el citado pantano va a hacer posible se mide mejor LAS OBRAS DEL CANAL DE LAS BARDENAS por los efectos que en la producción va a producir, pues espera incrementarla en unos mil millones de pese El pIande urgencia del canal de las Bárdenas, ha te se tas. costo de. las obras está presupuestado en 350 mi nido por base anticipar el cierre del pantano de Yesa, llonesEl de pesetas. -