Núm. 231 - Publicaciones de Defensa

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REVISTAILUSTRADA
DE
LASARMASY SERVICIOS
Madrid, Abril 1959 Aíio XX Núm. 231
—
—
“Depósito Legal”: M. 1633-1958.
SUMARIO
¿Qué es la Pirología? (Pág. 3)—Teniente
Coronel Blanco García.
La acción de España en Marruecos. (Pág. 7)—Coronel Allendesalazar y Bernar.
Sobre la alimentación del
15)—Teniente
Coronel Trigueros Peialver.
El Servicio de Ordnance en Campaña del Ejército de los EE. UU. y sus analogías con nuestro Servicio
deArtillería. (Pág. 21.)—-Comandantes
López-Francos
Sanz y Gómez Martín.
No mas, sino mejor. (Pág. 29.)—Comandante
Pinlla Soliveres.
Paracaidismo-La
moral del 5lt0 (Pág. 33.)—Capitán Martínez Pariente.
El Grupo de combate, (Problemas derivados de estas u&dades). (Pág. 39)—Capitán
Sanfeliz Permanyer.
(ilinnasia educativa-Nuevos saltos combinados. (Pág. 43)—Capitán
Villalba y Sánchez de Ocaña.
-
Información
e Ideas y Reflexiones
Orientacones sobre la dirección económico-financiera de los estableciwiieutos mi1iares.
(Pág. 48)—Mayor Bossoni. (Traducción del Coronel Chamorro Martínez.)
Nuevas
cuestiones para los mandos lácticos en la guerra atómca. (Pág. 50.1—Teniente Coronel W.
Milbery.
La
(Traducción
del Teniente
Coronel
Mateo
Marcos.)
Cómo es una base aérea norteamericana.-L’os seryjcios.(Pág. 53)—Santiago Jover dc Castro.
form;acónF de conduc.ores en el Ejército belga. (Pag. b/.)—De la publicación belga “L’Armge la Na
tion”.
(Traducción
del Capitán
Rodríguez
Toquero.)
Actuación del Ejército en Ribadelago. (Pág. 60)—Capitán
Lorente Talarnás.
Notas sobre pro.yeciles autopropulsados. (Pag. 62)—Comandante
Ory y otros autores.
La División de proyectiles cohetes. (Pag. 68.)—’ieniente Coronel C. Beaumont. (Traduc
ción del Comandante
de Benito de Sola.)
La expansión económica de. España.. (Pag. 70)—Paul Benard. (Traducción del Teniente
Coronel
Noltas breves.
Ariza García.)
—(Pág. 74)—Notas sobre el nuevo avión de Intercepción
inglés SR177.—Perros
para la guerra atómica.
El cine en el Ejército argentino—Las
costosisimas
armas modernas—Las
Fuerzas
Arinadas
norte
americanas
para 1959-1960.
El gofliómetro de pieza M-I-2A-7K. (Pág. /‘74—Capitdn Gallardo Ruano,
Para los que olvidan la Historia. f’a.g. 80. (—General Drexel Biddle. (Traducción
Desarrollo
de la actividad
del
Comandante
Alonso Iitarra.)
española.
(Pag. 82.1—Teniente Coronel Rey de Pablo-Blanco.;1]
Las ideas contenidasen los trabajos de esta Revista representanúnicam
la opinióndel respectivofirmante y no la doctrinade los organismosofici
Redaccióny Administración Alcalá, 18, 30
-
MADRID Teéf 22-52-54 Apartado de Corre
-
-
MINISTERIODELEJERCITO
OjéreitÓ
REVISTA ILUSTRADADE
LAS ARMAS Y SERVICIOS
ALFONSO
D IR E CT OB
FERNÁNDEZ, Coronel de E. M.
JEFE
DE
REDACCIÓN
General de Brigada, Excmo. Sr. D. José Díaz de Villegas, Director General de Plazas y Provincias
Africanas,
REDAC
TORES
General de Brigada, Excmo. Sr. D. Gonzalo Peña Muñoz, del Consejo Supremo de Justicia Militar.
General de Artillería, D. Ramón Carmona Pérez de Vera, de la E. de Aplicación y T. de Artillería.
Coronel de Artillería, del S. de E. M., D. José Fernandez Ferrer, de la Escuela Superior del Ejército.
Coronel de Infantería, D. Vicente Morales Morales, del Estado Mayor Central.
Coronel de E. M., D. Manuel Chamurro Martínez, de la Dirección General de Transportes.
Coronel de Infanteria, del S. de E. M., D. Alfonsio Romero de Arcos, Director de la Academia Au
xiliar Militar.
Coronel Interventor, D. José Bercial Esteban, de la Revista EJÉRCITO.
Tte. Coroni Ingeniero de Armamento, D. Pedro Salvador Elizondo, de la Direc. Gral, de IaTdustria.
Tte. Coronel de Artillería, del Servicio de E. M. de los E.E. de Tierra y Aire, D. Juan Mateo Mar
cos, de la Escuela Superior del Ejército
/
Tte. Coronel de Ingenieros, del S. de E. M., D. José Casas y Ruiz del Arbol, del E. Mayor Central.
Tte. Coronel de Infantería, del S. de E. M., D. Narciso Ariza García, de la Escuela Superior del
Ejército.
Tte. Coronel de Intendencia, D. José Rey de Pablo Blanco, de la Dirección General de Reclutamiento
y Personal.
PUBLICACION
MENSUAL
Redacción
y
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Administración:
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Alcalá,
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Correspondencia, Apartado de Correos 317
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Para militares en
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de los Cuerpos.
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general por suscripción anual150,00
en suscripción anual300,00
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atrasado15,00
para
Correspondencia
para co labo ración, al Director.
suscripciones,
al Administrador,
D. Francisco de Mata Díez, Comandante
de
Infantería.
Tte.
Coronel del C. 1. A. C. Antonio BLANCO GARCJA,
profesor de la Escuela Politécnica
del Ejército.
La prensa diaria, y las revistas teenicas especia
lizadas, han dado mucha notoriedad a la reciente
publicación de mi tratado de PIROLOGIA que, a
principios del año, ai’in mecanografiado, sirviñ de
base para que la FUNDACION JUAN MARCH me
galardonara con el premio de “Aplicaciones Técni
cas e industria les”. La Revista EJERCITO, en la
que me he honrado en colaborar en otras ocasio
nes, me ha pedido que conteste a la pregunta que
da título a este artículo. Correspondiendo a la in
vitacion procedo aflora a informar a mis com
pañeros de la gran familia militar de un tema
que, aunque esencialmente pacífico, pues defino la
PIROLOGIA, como: la ciencia que estudia los ¡un
damentos de la utilización racional de los explo
sivos en usos industriales. Guarda íntima relación
con la técnica militar, como inmediatamente va
mos a ver.
En mi ya lejanos tiempos de Cadete, al cursar,
en la antigua Academia de Artillería la asignatu
ra “Pólvoras y Explosivos”, ésta cubría bajo dicho
título una química técnica aplicada en la que nos
ensenaron las propiedades, fabricación y conserva
cion 0e los explosivos. Igual ocurría y sigue ocu
rrlenuo uoy dja en todas las Escuelas Técnicas Su
periores del mundo.
-
La aplicación o utilización de los explosivos en
las armas ele fuego la estudié en otra disciplina: la
Balistica; que ya estaba entonces a envidiable al
tura y cuyo progreso fabuloso ha permitido’ ya la
colocación en órbita de satélites artificiales y el
intento de lanzamiento de proyectiles interpianeta
ríos.
Lo apretado de los programas escolares hace que,
durante el estudio de las carreras, no tenga, el es
tudiante que quiera cui’sarlos con aprovechamien
to, tiempo más que para estudiar los programas
oficiales, ciñéndose a los textos y obras de consulta
aconsejados por sus profesores; pensaba yo, en
aquellos años de estudiante en Segovia, que, en las
Escuelas Técnicas Superiores civiles, de profesio
nes en. las que se utilzan los explosivos, se cursa
ría una asignatura, homóloga de la bélica Balísti
ca, en la que se enseñarían los fundamentos cien
tíficos del manejo racional de los explosivos en los
usos industriales.
Cuando en 1923, al acabar la carrera, mi inquie
tud cultural y pasión por los explosivos, me llevó
a buscar dicho texto, me encontré con que no exis
tía y que, por el contrario, Chalón (Catedrático de
explosivos en la Escuela cíe Ingenieros de Minas,
de París) se expresaba así, en su obra “Les expio-
3
sives modernes”, que era la más extensa y acredi
tada de toda la bibliografía mundial:
“La préparation d’une mine qomprend deux ope
rations:
1. Le percement d’un trou cte mine.
2. La mise en place de la charge.
Or 11n’existe pas de régles précises. Les régles
empiriques ont, toutefois, une certaine utilité; mais
c’est surtout le raisonnement, basé sur la pratique
et l’expérien•ce, qui doit guider le mineur...
II n’existe pas de régles precises permetant de
determiner les dimensions des trous de mine et,
dan la plupart des cas; il convient de laisser cette
cletermination a l’initiative et a l’experience du
mineur.”
Esto es una monstruosidad científica y técnica
dei mismo oraen que la que supondría que César Se
rrano Giménez, nuestro gran tratadista de tecno
logía mecánica, dijera en su obra clásica LABRA
MANUAL Y MECANICA DE METALES Y MA
DERAS: “Ei nimero de revoluciones del tomo,
así como la profundidad y avance de la herramien
ta; es decir, la velocidad de corte, base de todos los
estudios de tiempos y cálculo de los precios de
coste, conviene dejarla a la iniciativa y experien
cia del tornero.”
O que W. L. Mc CABE y J. C. SMITH, tratadis
tas de tecnología química de proyección univer
sal, dijeran en su tratado “lJnit Operations of Che
nicaL Engineering”:
“Las proporciones a emplear de las distintas ma
terias primas, la velocidad del agitador y la tem
peratura del reactor, conviene confiarlas a la prác
tica y experiencia, que debe guiar al operario en
sus manipulaciones.”
En 1627, un oscuro minero tirolés, cuyo nombre
no ha pasado a la bibliografía, dió la primera pe
ga, generalizándose inmediatamente el uso de los
explosivos en las aplicaciones industriales; pero
asombra el que mientras la BALISTICA tiene tal
grado de adelanto, que puede afirmarse que nin
guna otra ciencia la aventaja, y que, en un plano
más modesto, en la Tecnología Mecánica, el tra
bajo se ha racionalizado al máximo, en beneficio
de la productividad, el empleo •de los explosivos
en usos industriales siga siendo rutinario y em
pírico, y en la práctica esté confiado a capataces,
sin que los directores de las explotaciones inter
vengan apenas en asunto de la máxima trascen
dencia económica.
Pareciéndome absurdo este criterio, derivado del
despego que los explosivos han inspirado siçmpre.
me propuse—cuando en 1927 me hice cargo de la
auxiliaría de la asignatura “Pólvoras y Explósi
vos” en la antigua Academia de Artillería y, más
concretamente, cuando en 1930, pasé a ser titular
de esta Cátedra, en la que sigo hasta el presente,
ahora en la Escuela Politécnica—como tema 1un-
4
damental, o de fondo, de mi labor de Profesorado
elevar el rango de la Pirotecnia, al carácter de
ciencia, creando la PIROLOGIA, que, arrancando
de los mismos principios fundamentales que la
Balística, fuera, como ésta, racional y rigurosa.
El período de 1927 al 1930 es ej de preparación
o acopio de datos; d0 1930 a fines de 1949 es el de
estudio, investigación y experimentación; en el que,
a retazos, voy creando teorías, racionalizando
fórmulas empíricas, estableciendo otras nuevas, et
cétera, etc., labor que manteno en el silencio, u
mnitándome a dar cuenta, en informes reservados,
de aquellos puntos que, como ini aportación al
conocimiento del maravilloso poder perforante de
las cargas huecas o cavitadas, eran de interés para
la Defensa Nacional.
Desde esa fecha hasta el momento, la feliz cir
cunstancia de haber podido montar y dirigir los
Laboratorios del C. E. T. M. E. me ha permitido
disponer de medios económicos y de elementos de
trabajo con que comprobar la veracidad de mis
teorías y he podido estructurar éstas en un cuerpo
de doctrina orgánico, redactando el primer trata
do de PIROLOGIA.
Lo mismo que por cada Ingeniero que deba calcu
lar y construir una máquina eléctrica (generador
o motor) hay por lo menos mil que se limitan a
discriminar cuál es la más indicada para un fin
determinado, a instalarla y a conducirla acertada
mente (es decir, a conectarla y explotarla); asi
mismo, por cada Ingeniero que deba fabricar ex
plosivos, hay por lo menos mii que han de ceñirse
a decidir cuál es el más indicado d0 los qu la in
dustria pone a su disposición, para su caso o pro
blema particular,
explosionándolo con rigor
científico, explotarlo adecuadamente..., porque to
dos los problemas que se nos confían a los Inge
nieros son, en último extremo, problemas econó
micos; que en esto es en lo que, esencialmente, nos
diferenciamos del cien tífico puro.
Aunque como digo humorísticamente a mis alum
nos de la Escuela Politécnica, la bibliografía de ex
plosivos es “profusa, confusa y difusa”, cualquier
técnico puede encontrar descritos los métodos in
dustriales de obtención de los explosivos y puede
aspirar a ser un excelente director de una fábri
ca de dinamita, pongo por caso, con criterio sufi
ciente para decidir con acierto entre las ventajas
e inconvenientes de los métodos continuos y dis
continuos, en la preparación de la nitroglicerina
y los otros aceites explosivos que se utilizan en las
dinamitas..., todo lo cual le tiene completamente
sin cuidado al usuario.
ARRANCAR, FRAGMENTAR y LANZAR son
las tres acciones que los explosivos efectúan cuan
do obran sobre un medio. ARRANCAR un deter
minado tonelaje de material, FRAGMENTARLO
hasta un límite adecuado al fin que se le destine
,
•
y LANZARLO a una distancia máxima determi
nada, son los tres problemas que se le presentan
al Ingeniero en el uso de los explosivos; pero así
como, salvo contadísimas excepciones, el arranue
siempre se apetece máximo, se comprenderá que
los problemas de fragmentación son completamen
te opuestos en el caso de una cantera de mármol
y el Oe otra ae grava para carretera; lo mismo ocu
rre con el lanzamiento entre el caso de un mine
•ral, que se ha de recoger y transportar a fábrica,
después de arrancado y roto por el explosivo, y la
metralla de un proyectil de guerra.
Ya hemos dicho cómo es fácil encontrar libros
que enseñan a fabricar explosivos; pero a mane
jarlos, ¿dónde se aprende?... Este es el hueco que
venimos a llenar, porque ni los tratados de explo
sivos ni los de laboreo de minas resuelven nada
en definitiva, e incluso el “iHandbuch der gewer
blichen Sprengtechnilç”, de F. Weichelt, con sus
680 páginas y 480 figuras, sin disputa la obra cum
bre de la pirotecnia empírica, es un simple manual
para “practicones”, que de espaldas a todo razo
namiento científico se limita a insertar fórmulas
empíricas y muy poco exactas, y por eso nadie cree
en la PIROLOGIA, que yo propugno como nueva
ciencia de aplicación, abandonando los facul
ttivos esta parte de la profesión en manos de los
capataces, porque éste es el sentir general en el
mundo entero.
Quizá la aversión que lo•s explosivos provocan,
incluso entre los que por razón de su oficio han de
utilizarlos cotidianamente, dimana de dos ideas
erróneas, aunque muy extendidas: su peligrosidad
y el que, áon notoria confusión entre causa y efec
to, se les cargue, or algunos, la culpabilidad de
las contiendas modrnas o, al menos, de la espan
tosa carnicería de las mismas.
Son los explosivos entes poderosos en los que
el Creador ha puesto a disposición de los humanos
potencias fabulosas, las cuales, como han demos
trado cuidadosos estudios histórico-estadísticos, ni
han aumentado el número de contiendas ni el por
centaje de bajas enias mismas, pero que, en ma
nos de los európeos, les dió la hegemonía mundial,
siendo el más firme puntal de la civilización occi
dental y mediterránea que, posiblemente, sin ellos
podría haber llegado a perderse, fragmentada y
pulverizada, por los cascos de To.scaballos de cual
quiera de los nuevos Atila, que, sin cesar, la han
acosado.
Pero no ha sido la pólvora una mera póliza de
seguro de la civilización europea; si en lo espiri
tual ha actuado de éndarme paternal, que ha
impedido el derrumbamiento y ha facilitado la
difusión de una moral y una cultura basadas en
el Evangelio, en lo material ha constituído, con el
vapor y la electricidad, los pies del trípode que
siistenta los adelantos materiales de que flue,stra
•
generación puede, tan justamente, enorgullecerse,
pues el beneficio de los minerales, los túneles,
puertos, saltos de agua y, en general, todas las
obras de ingeniería, desde las más grandiosas a las
más modestas, han podido ejecutarse graciás al
auxilio de los explosivos. Allá en los tiempos gb
rio.sos en que el sol no se ponía en los dominios
de España, bajo el reinado de Felipe II, hombres
de nuestro genio y de nuestra raza concibieron y
proyectaron la apertura del Canal de Panamá, pe
y la obra no pudo llevarse a efecto hasta nuestros días, cuando el genio de NOBEL puso a dis
posición del intento el importante tonelaje de ex
plosivos que en el mismo se consumieron.
Difícilmente encontraremos algún objeto o uten
silio que no sea tributario de los explosivos, pues
o será metálico o los metales habrán intervenido
como útiles y herramientas en su génesis, y no
hemos de olvidar que, por cada tonelada de lingo
te de primera fusión que fluye por la piquera de
un horno alto, se le han tenido que verter por el
tragante •unas dos toneladas de mineral y el do
ble de carbón, que han sido, previamente, arran
cados de las entrañas de la tierra cn el auxilio
de los explosivos.
En cuanto al riesgo en el almacenamiento, trans
porte y empleo de los mismos (incluso de los ini
ciadores, que se emplean en los cebos y detonado
res), yo comparo su peligrosidad con la de una
apisonadora. ‘Es indudable que las consecuencias
son fatales para el ciego que se dejara aplastar
por una de estas máquinas, y lo mismo ocurre con
los explosivos; las consecuencias son fatales para
el lerdo que se d€ja coger por su onda explosiva,
o por su onda física u onda de presión; pero, aun
que sean por desgracia frecuentes los accidentes,
no es menos cierto que para que éstos ocurran la
impericia del usuario ha de correr parejas con la
del peatón que se dejara alcanzar por la apiso
nadora.
No sólo no son peligrosos los explosivos, cuan
do se les maneja racionalmente, sino que pueden
presentarse como prototipo de substancias esta
bles; a la trilita se la puede taladrar con un cla
vo o punzón, perforar con broca, cepillar, serrar,
pulverizar por percusión..., se la puede fundir y
destilar e incluso quemar, con dificultad, pues ar
de lentamente con llama fuliginosa cargada de
densos humos negros. ¿Es que en los estantes de
la rebotica de una farmacia o del almacén de una
droguería hay muchas substancias que sean así
de inocuas? Y atin hay mas; todos los productos
orgánicos son de conservación difícil y de vida
efímera porque se oxidan, enrancian, etc.; pero
una de las primeras muestras de nitroglicerina
que preparó Ascanio Sobrero, en 1847, se conser
va aun, en pertecto estado, en la fábrica NOBEL
(le Avigliana (Italia), después ‘de ciento diez años.
5
La primera trilita preparada en España por el
ilustre general Aranaz, que nadie quería emplear,
hubo de destinarse a petardos para Zapadores, y
tampoco en esta forma fué utilizada, permane
ciendo almacenada en el Parque •de Artillería de
Valladolid má.s de cuarenta años y siendo utiliza
da por el autor, que la encontró en perfectísimo
estado de conservación en los primeros meses de
nuestra Guerra Civil.
Al hablar de la peligrosidad de los explosivos se
confunden, lamentableménte, los términos. Es re
lativamente fácil ser atropellado por la patineta
con que juega un niño, pero este atropello no sue
le tener transcendencia; y es muy difícil ser al
canzado por una apisonadora, mas... ayl del que
coja debajo; esto mismo ocurre con los explosivos.
En treinta y cinco años de intensa práctica pro
fesional y verdadera pasión por los explosivos mo
ha tocado intervenir en todos los accidentes im
portantes ocurridos en España y he conocido las
catástrofes extranjeras; puedo afirmar que siere
pre, sin excepción, ha habido lenidad y olvido de
preceptos reglamentarios. Por desgracia la catás
trofe, por excesiva bondad de los explosivos, no
surge a la primera transgresión; si así fuera, hace
mucho tiempo que los accidentes se habrían aca
bado; pero ocurre que cuando se empiezan a ma
nejar explosivos se les tiene miedo y luego... se les
pierde el respeto. Esto explica que los accidentes
no ocurren, por lo general, a novatos, sino a vete
ranos.
6
La FUNDACION JUAN MARCH, al haberme
concedido la “Ayuda de Investigación” de que se
ha hecho mención al comienzo de este artículo, ha
permitido que actualmente investigue los diáme
tros críticos, cebos óptimos y las potencias máxi
mas de los explosivos industriales españoles, con
lo que la PIROLOGIA no será, al menos en nues
tro ámbito nacional, una mera lucubración cien
tífica, sino realidad práctica. Esta realidad podrá
rendir destacado servicio a la técnica, ya que los
explosivos no sólo e utilizarán, como hasta ahora
ocurre, en usos industriales, limitados a aquellas
labores (arranque de minerales duros, perfora
ción de túneles, etc.), prácticamente imposibles de
ejecutar sin su concurso, sino que, de ahora en
adelante, científicamente utilizados por ingenieros
especialistas, podrán competir con las excavadoras
en el desmonte de tierras, con los arados en los
cultivos y con las sierras, equipos de oxicorte y
prensas de estampar y embutir, en los talleres me
talúrgicos y mecánicos. Es, pues, motivo de pro
funda gratitud y obligada justicia, dejar pública
constancia de que si a palabra PIROLOGIA, neo
logismo que, como es natural, aún no se ha incor
porado al Diccionario de la Real Academia de la
Lengua, va a ser desde el Instante mismo de su
incorporación a la bibliografía, algo más que una
mera curiosidad científica, se deberá principalmen
te, al mecenazgo del Excmo. ,Sr. D. Juan March
Ordinas y a la bondad del docto jurado que me
atribuyó el premio por él creado y que lleva su
nombre.
Llano Amarillo - Ketania.
El monu
mento conmemorativo.
(Foto del Co
mandante
de Ingenieros señor Pala
cios Muñoz.)
Ja ticción de España
en MAR/U/ECOS..
Coronel Auditor
1.
1.
Andres ALLENDESALAZAR
Y BERN AR
CONSIDERACIONES
GENERALES
El verdadero sentido de la acción
de España en A/rica
Ahora que España terminó tan leal y cumplida
mente la etapa de Protectorado en su actuación
en Marruecos, pasa ya a ser Historia, y, por tanto,
enseñanza todo lo referente a ese período, y debe
rán estudiarse cada uno de los aspectos y especia
lidades de esa actuación por quien, en cada caso,
crea que tiene algunas ideas que exponer y tiem
po para dedicarlo a ello, a falta de otras ocupa
ciones más apremiantes.
Pero, para hablar de la acción de España en
Africa, y de cuál fué y es el verdadero sentido de
esa acción, hay que empezar, si se habla con sin
ceridad, por atacar tópicos y vulgaridades que
han venido repitiéndose por muchos, sin examinar
su fundamento, y que han creado, a veces, unas
concepciones erróneas de estos problema.
Lo cierto es que España nunca, ni antes ni aho
ra, ha pretendido conquistar Reinos en Africa,
sino que siempre ha tenido y cumplido allí la mi
sión de afirmar la seguridad de sus costas, la se
guridad del Estrecho, la seguridad del Mediterrá
neo. Es este un problema de seguridad para sí
misma y para el Mun•do civilizado.
Un señor que tenga una d las fachadas de su
casa sobre una calle estrecha, deseará que en la
acera de enfrente exista un vecino responsabe, o,
én su defecto, procurará influir o intervenir, de
algún modo, para evitar que el terreno frente a
5u fachada sea un solar abandonado y abierto a
todos los peligros, o a que se establezca allí un de
pósito de explosivos, una casa. de mal vivir o un
depósito de inmundicias. Este ha sido y es el pro
blema.
2.
Un supuesto incumplimiento
de un supuesto mandato
Una de las primeras vulgaridades, y muy exten
dida, que hay que destruir ha sido la de censurar
a los Reyes y gobernantes de España de un su
puesto incumplimiento de un, también mal enten
dido, mandato del Testamento de Isabel la Cató
lica. Se ha querido hacer ver que la Reina dispo
nía o recomendaba que se prosiguiese la lucha de
la Reconquista y SO dedicasen, primordialmente,
los españoles a conquistar Reinos en Africa, y que
los Reyes que la sucedieron y los gobernantes que
con ellos actuaron “despreciaron” u “olvidaron”
esa recomendación para dedicar las fuerzas de
España a lo que califican de “cosas. que no nos
importaban”;
los que suavizan algo la expresión
hablan aquí de “la política dinástica d.e la Casa
de Austria”, y de “desangrar y despoblar a Es
paña en las empresas de las Indias Occidentales”.
Todo esto es contrario a la realidad de los he
chos. L.a Reina Católica, como luego veremos, no
dió tal sentido a su recomendación, ni pudo darlo,
pero, además, aun suponiendo que así fuera hay
que tener en cuenta varias cosas esenciales. Un
Testamento, en cierto modo, es Ley, aun en el or
den civil, pero es la forma más ambiciosa de la
ley, pórque pretende regular lo que ocurra en dr-.
cunstancias que el testador no puede prever, ya
que no viviendo en el momento de su cumplimien
to no puede atemperarse a lo que entonces acon
tezca. Así es que muchos testamentos, en lo civil,
tienen que anularse o incumplirse por la imposi
bilidad de poder obedecerlos. Y si esto sucede en
los testamentos civiles, mucho más ocurre en los
Testamentos
políticos. En Nación tan legalista
como Francia, los Testamentos de tres Reyes se
guidos, Enrique IV, Luis XIII y Luis XIV, fueron
modificados por el Parlamento (Tribunal de Jus
ticia, aunque algunos lo confundan con los Esta
dos Generales, que eran lo, en cierto modo, aná
logo a nuestras Cortes antiguas), a pesar de aque
lla casi “monarqolatría” propia de los tiempos en
dichos reinados.
Y no cabe duda que si Isabel la Católica hubie
ra podido prever la situación en que se iba a en
contrar su ‘nieto el Emperador, o si ella hubiera
vivido y reinado al ocurrir la escisión protestante
en el seno de la Cristiandad, de 10 que primero
se hubiera ocupado es de acudir a tan grave ame
naza. Si se dice aquello d “sosiegue primero el
Rey su Reíno, antes de invadir el ajeno”, con más
7
razón puede decirse “ocúpese la Cristiandad de su
unidad
antes de conquistar Reinos islámicos”.
Porque lo que llaman “cosas que no nos importa
ban” eran nada menos que defender el Catolicis
mo en Europa contra un peligro que, en el lengua
je de ahora, se llamaría “enemigo público número
uno” de la Cristiandad, como ahora sucede con la
doctrina soviética. Era el ataque al Orden esta
biecido, era el rompimiento de la Unidad Cristia
na (que es lo que ha debilitado y perdido a Euro
pa). Se trataba de acudir en defensa de la Fe y
de la Unidad, allí donde estuviera amenazada y
salvar, como se saivó, a media Europa; al Sur de
Alemania, a Flandes, a los Estados hereditarios
de Austria, a Hungría, a Irlanda, a Polonia, etc.;
y detrás de ellos a Francia, a Italia, a la misma
España y a Portugal. Los Reyes Españoies de la
Casa de Austria tenían así que acudir a luchar, lo
mismo si el peligro atacaba a grandes Naciones,
como Alemania o Francia, que si era a pequeñas
comarcas, como el célebre valle de la Valtelina,
que representa materialmente lo que cualquiera
Merindad de Castilla o Vizcaya. Si España, descui
dando ese peligro., hubiera pueto sus fuerzas en
“Sebastianismos” inoportunos, es cuando, verda
deramente, hubiera sido suicida su conducta, eni
peñándose en tales conquistas africanas mientras
era atacada por la espalda por sus enemigos, ene
migos suyos, de su Fe y de la Unidad europea.
Si España no hubiese hecho lo que hizo, Espa
ña no hubiera sido. España.
Si no se hubiese combatido al Protestantismo,
con las Armas, con el Concilio de Trento, con la
discutida y calumniada pero admirable institu
ción del Santo Oficio, y si la Reforma hubiese en
tr.ado en España asusta pensar que, además de
perderse la verdadera Fe, habrían empezado a flo
recer las distintas sectas en los diversos Reinos y
regiones de las Coronas de Castilla y de Aragón,
como con.secuetcia de romperse, del peor modo,
la tJnidad de la Patria y su misma existencia, pues
“España rota” hubiese sido “España muerta”. Y
es otro tópico, que no resiste al examen, decir que
la acción de España en América debía haberse
pospuesto a las empresas de conquista en Africa.
Las empresas de América fueron casi obra de he
roicos aventureros, a los que el Erario Público au
xilió, desde el Descubrimiento hasta la última
conquista, con menos de lo que cuesta ahora el
viaje de un trasatlántico a. aquellas tierras, y va
lía la pena de ocuparse de las Indias Occidenta
les, pues si bajo el punto de vista misional se ex
tendía allí, con relativa facilidad, la Religión ver
dadera, bajo el político se adquirían, sin gran es
fuerzo del Estado, Reinos y provincias, extensos,
y bajo el económico, países’ de grandes riquezas,
mientras que Conquistando Reinos en Africa, ni
se extendía la Fe, pues el mahometano es poco
accesible a la conversión, ni se adquirían paises
que pudieran parangonarse en valor con las tie
rras americanas.
.Pero, además de todo esto y aunque no hubiera
habido Protestantismo ni empresas de América,
hay que pensar lo que hubiera supuesto el conti
nuar al otro lado del Estrecho la guerra en el
pian de la Reconquista, Hubiese supuesto un es-
8
fuerzo análogo, en importancia y quizá en dura
ción, al de la propia Reconquista peninsular, pues
la duración de esta empresa se debió no tanto, co
mo suele decirse, a las divisiones y subdivisiones
y repartos de los Estados cristianos (que, a veces,
era necesaria, porque la dificultad de comunica
ciones exigía que hubiese poderes Soberatios para
mejor defender y gobernar cada región), como a
tener que vencer, no a una sola invasión, sino a
cuatro: la de los Arabes de Muza y Tarik, la de
los Aimoravides, la de los Almohades y la de los
Benimerines (aparte de la reacción episódica de
Almanzor). Si estas oleadas venían cruzando el
Estrecho, cabe imaginar las que hubiesen llegado
a un Marruecos, sometido en “plan de Reconquis
ta”, desde los imprecisos límites de lo que hoy se
llama Argelia y con to.do el Islam detrás.
No debe engañar la relativa facilidad y breve
dad de las llamadas “guerras coloniales” moder
nas, porque en estos últimos siglos la organiza
ción y el armamento de la Potencias europeas era
enormemente superior a los de los países llama-
dos exóticos. Pero en los siglos XV y XVI seguía les hubiera expulsado, caso de ser esto posible?;
existiendo, como en la Edad Media, analogía de ¿a lo que ahora se llama Argelia? Desde allí hu
bieran reaccionado y hecho necesario seguir la
medios entre los ejércitos cristianos y los musul
guerra y conquistar los Principados de Orán, de
manes, aparte de que aquellas guerras se han he
cho, generalmente, a título de “protectorado” o Argel, •de Túnez, etc. Suponiendo que esto fuera
factible, y siempre, con el mismo problema, ¿có
situaciones análogas, y han contado por ello siem
mo se hubieran repoblado esos inmensos territo
pre las Potencias europeas con elementos indíge
nas, que comprendiéndolo así les eran afectos, lo rio? Los que se lamentan de que disminuyese la
población peninsular, por la emigración, reláti
que no hubiese ocurrido en aquellos otros tiem
pos, yendo a título de cnquista, despojo o domi vamente reducida que hubo a las Indias, ¿de dón
de creen que se sacarían tantos españoles, ni si
nación.
quiera tantos europeos, para repoblar toda Ber
bería, si, como dicen, debía haberse proseguido en
Africa lo que se tenía que hacer y se hizo en la
Reconqtiista de España?
Pero, además, el caso es que Isabel la Católica
no mandó ni aconsejó esas empresas de conquis
tas en Africa. En un párrafo de su Testamento
(párrafo que ni trascriben ni comentan escritores
como el P. Mariana y Lafuente) se limitó a decir
que se iguiese la lucha contra los infieles, así co
mo recalcó mucho más en que se procurase no per
der nunca la plaza de Gibraltar. Pero esa lucha
“contra los infieles” consistía en hacer precisa
mente lo que se hizo en los reinados de sus suce
sores.
3. Acción de España en Africa en
los siglos XVI, XVII y XVIII.
Consistió siempre la política africana de los Re
yes de España en procurar, como hemos dicho, la
seguridad de sus costas, del Estrecho, del Medite
rráneo, que en mucho tiempo supuso no sólo lo
de la “acera de enfrente” de la Península, sino
también lo que afectaba a Italia, ya que ésta no
xistía
como Nación, Francia, en esas cuestiones
no era de fiar, por sus alianzas con el Gran Túrco,
y, sobre todo, porque los Soberanos españoles lo
eran también de casi toda Italia, especialmente de
las dos Sicilias y les correspondía, por tanto, la
“policía” sobre casi todo el Mediterráneo.
Esta política no fué descuidada, a pesar de to
dos los problemas que pesaban SObre nuestra Mo
narquía, y tal política, no fué la de emprender
conquistas de Reinos, como la que costó el desas
tre y la vida al Rey D. Sebastián de Portugal, sino
la de procurar tener, en los vecinos territorios, po
deres con los que se estuviese en buena armonía
y ocupar lo que ahora se llamarían “bases”, para
que sirviesen de tales a nuestras fuerzas navales
y, sobre todo, no pudiesen ser ocupadas por el “ene
migo oriental”, que eran entonces “el Gran Tur
co” y los piratas sarracenos que constituían gran
peligro para los Reinos Cristianos.
Así, en la continuación más próxima al reinado
Y aun dando por supuesto que se hubiera con de Isabel 1, el propio Rey D. Fernando de Aragón,
quistado entonces, en ese pian de dominio, el te como ‘Regente de Castilla y siguiendo la misma lí
nea política, que fué una siempre en ambos Reyes,
rritorio de Marruecos, una vez hecho ésto, surgi
ría el problema de “los moriscos”. El moro, el hace ocupar en 1509 Orán y Mazalquivir, y en 1510
mahometano, no se entrega ni se funde con los Bujía. Como consecuencia de ello Túnez y Treme
dominadores ni, se convierte como los indios occi cén se hacen tributarios, lo que, en el lenguaje y
dentales, y al tratarles en pian de tal dominación las prácticas de entonces, viene a ser como ahora
se plantearla en grande el problema que dió tan
pasarse al “bando occidental” contra el peligro
to que hacer en un rincón como son las Alpuja
oriental. Encomienda la superior inspección de es
cras; tampoco hubiera cabido la solución radical ta empresa al Cardenal Cisneros con el mando mi
qtie hubo de dar Felipe III, porque ¿a dónde se litar directo de Pedro Navarro. Como se ve, fuera
9
la que fuera la duración de estas ocupaciones, lo
que se trataba no era de conquistar Reinos ni
adentrarse en el interior de los países, sjno asegu
rarse aliados y bases para la seguridad de España
y de toda Europa.
Cuando en 1535 Carlos y toma la Goleta, Dl
nez, Bona y Bicerta, no trata de desposeer a su
legitimo Príncipe Hasén, sino que, por el contra
rio, le restablece en su trono, del que había sido
destituido por el pirata Barbarroja, quedando co
mo “vasallo y tributario”, o sea, al modo de enton
ces, como aliado. En 1541 el mismo Rey-Empera
dor emprendió la expedición a Argel, que fracasó,
pero la intención fué siempre la misma: quitar
“bases” al enemigo oriental y si era posible adqui
rirlas y buscarse aliados para defensa propia y de
nuestra Civilización. Contenidos los turcos en Eu
ropa, cuando se les obligó a levantar el cerco de
Viena, la preocupación de la Corona de España
fué contenerlos en el Mediterráneo, lo que se con
siguió en Lepanto, aunque hubo luego parciales
reacciones, “coletazos” de todo poder que va ven
cido. Pe.ro ello mismo prueba la necesidad de nues
tra “policía” en el Mediterráneo.
No sólo los Austrias, sino también Carlos III, en
1775, intentó la toma de Argel (no la “Conquista
de Argelia”, sino, concretamente, “la toma de Ar
gel”), pero lo más interesante para la seguridad
española han sido la ocupación de Melilla por el
Capitán Pedro de Estopiñán, a expensas del pode
roso Duque de Medinasiidonia, y por tanto su de
finitiva incorporación a España y el haber conser
vado, sobre todo, la plaza de Ceuta, al escindirse
la Unión de España y Portugal. También la ocu
pación de los llamados Presidios menores, o sea los
Peñones de Alhucemas y de Vélez de la Gomera,
y la más moderna de las Islas Chafarinas.
hasta donde se extendió por la Paz que puso fin a
la Guerra del 60.
El que no haya estado en Ceuta (y como la ciu
dad de San Sebastián es conocida por casi todos
los españoles) pueden formarse idea con el siguien
te ejemplo: Figúrense en qué situación estaría pri
mero una Potencia que dominase el Monte Urgull
y la llamada “Parte Vieja” hasta el Bulevar (Ave
nida de Calvo Sotelo), y todo el resto de la po
blación estUviese en manos extrañas, y que luego
por un Tratado adquiriese todo jo comprendido,
aproximadamente,
por el extenso término munici
pal actual de la capital guipuzcoana, llegando a las
alturas de Igueldo, Medtzorrotz, Oriamendi, Alza,
etcétera, con todo lo que queda dentro. Después de
pensar esto busque, en un mapa general, cuál es la
situación de Ceuta en relación con el Estrecho, con
el Mediterráneo, con nuestras costas, etc; una de
las situaciones más interesantes del Mundo. Tam
poco carecieron de importancia otras cláusulas,
como el reconocimiento del derecho a ocupar líni,
la autorización para establecer las Misiones Fran
ciscanas y algunas más, pero con mencionar éstas
basta para comprender lo que han supuesto an
dando el tiempo.
Sentido y razón del Protectorado.
Aparte de la guerra llamada “de Margallo”, en
la que también se trataba y se consiguió no dejar
impune un insulto a nuestra Soberanía en Melilla,
llegamos a la acción, en este siglo, de España en
Marruecos, en la fase, hoy ya superada, del Protec
torado.
También sobre esto se han dicho y repetido enor
mes vulgaridades, y aun por gentes que no eran
“vulgo”. Hubo quien, con una mentalidád marca
damente mercantilista llegó a decir que debiamos
abandonar la empresa “porque no era negocio”, y
4. La “Guerra del Sesenta”.
se le respondió, también sin acierto, que estába
Respecto a la llamada, durante mucho tiempo, mos allí solamente por los “compromisos interna
por antonomasia “Guerra de Africa”, o sea la de cionales”. Existió un estado de incomprensión muy
1860, también se repiten muchos tópicos como el generalizado. Cierto que hubo quien vió claro el
de la “guerra romántica” y el de la “paz chica”. problema y proclamó que desde el Muluya hasta
el Lucus (se quiso que más al Sur) nadie que no
Romántica porque era el tono o la moda de la épo
ca pero si se llama despectivamente “romántico” fuese España o el Sultán pusiera los pies. Se vió,
a Jo ineficaz no es exacta la calificación; y en pues, claro “lo que había que hacer”, aunque qui
cuanto a lo de la “paz chica” habría mucho que zá no se acertase en “cómo había que hacerlo”, lo
decir. Lo cierto es que aquella guerra nos dió, por que es cuestión aparte. Pero hubo mucha incom
mucho tiempo, un. gran prestigio entre los moros, prensión y no se pudo o no se supo combatirla bien,
y el prestigio es una de las principales armas de y aclarar la verdad de nuestra posición. No entra
la seguridad, y Odemás, aunque sólo fuese por el en la índole de este trabajo comentar el estado de
ensanche del territorio de Ceuta, no puede (si no la “opinión de la calle”, formada en mucho por
nos dejamos llevar de la tendencia a repetir can una Prensa influida por intereses extranjeros ene
tinelas) desconocerse su importancia. Piense to migos interesados en contra de nuestra acción, y
do el que conozca Ceuta lo que eran los límites por el Parlamento, donde se negaban o escatima
de nuestra Soberanía, antes del 60. Regía todavía ban a los Poderes los medios para cumplir su mi
la resolución de Felipe y sobre la deserción, seglin sión; en algunos casos la incomprensión llegó a las
la cual cometía ese delito todo el que pasase de “la esferas glibernamentalen Pero, dejando todo eso,
pirámide de la dama”, por la izquierda del “para
lo que interesa hacer constar es lo siguiente: Es
je donde está la Horca”, por el centro, o “del arro
paña no fué a Marruecos a explotarlo, ni a hacer
yo del reducto”, por la derecha; y por mar todo el negocios, sino sólo por compromisos internaciona
que excediese a nado la altura de los espigones que les; no fué tampoco por romanticismos ni senti
entran en el mar a derecha e izquierda. Es decir mentalismos; fué para hacer lo que ha hecho, que
que nuestro territorio estaba limitado por el foso es lo que, en una u otra forma, segmmnlas circuns
que limita la parte antigua de la ciudad. Compá— tancias, venían haciendo los Reye.s y gobernantes
rese e.ste límite con el ,señala.lo por las posiciones españoles de los anteriores siglos.
lo
5.
Sin entrar tampoco en la Historia diplomática
de la “cuestión marroquí” Tratados, Conferencia
de Algeciras, etc., lo que conviene afirmar es lo
siguiente: España necesita y ha procurado siempre
que en Marruecos haya un Poder responsable, con
quien poder entenderse y con quien poder tratar,
y cuando no ha sido así ha tenido que intervenir,
para que, a la puerta de nuestra casa, no estén esos
terrItorios abandonados a la ambición o las intri
gas de cualquier Roghi, o Pretendiente improvisa
do, a los desafueros de Jefes semi-feudales, y siem
pre a la anarquía de las Cabilas, campo propicio
para todos los peligros. Desde luego, esas tierras
eran “res nulliu”, con el riesgo de que el “primer
ocupante” pudiera ser otra Potencia que nos tri
turase o así lo pretendiese entre dos territorios su
yos, o algdn poder “indeseable”, “enemigo p’ibli
co nflmero 1”. de la civilización.
España no fué a otra cosa que a lo que ha he
cho, vencer y desarmar a los rebeldes o elemen
tos peligrosos, civilizar la Zona que le fué enco
mendada y entregarla en su día (día fijado quizá
por las circunstancias) al legítimo Soberano, sobre
territorios en las que hace siglos no ejercía su
efectivo poder. Lo mismo que hizo Carlos V en
Tinez.
Algunos han ironizado sobre la frase “operación
de policía”, considerándola un eufemismo, sin re
parar en que esa ha sido la acción de España en
el editerráneo
siempre. Hasta Lepanto fué una
operación de policía, de seguridad; nunca España
pretendió otra cosa, y ahora como siempre cumplió
su misión.
II.
1.
EL EJERCITO Y LA JUSTICIA MILITAR
ESPAÑOLA RN MARRUECOS
El Eldrcito Español y la
acción en Marruecos.
Mi propia especialidad me lleva a examinar este
punto como final del tema estudiado. Esta acción
contemporánea
de la Justicia Militar de España
en Marruecos, sin desdeñar la meritoria actuación
de otros organismos del Estado, ha sido principal
mente obra encomerdada a las fuerzas armadas, y,
si puede decirse, con verdad, que en su mayor par
te el actual Marruecos Jo ha hecho el Ejército,
también es cierto que en esa acción, en esa labor
se ha forjado y moldeado ese Ejército que luego
ha sido el ncleo de nuestra Cruzada Nacional de
Liberación.
Y, por ello, interesa estudiar cómo las •necesida
des y las realidades de las campañas de Africa
fueron haden do adaptar las diferentes especiali
dades y servicios de la Institución Armada a esas
mism as realidades.
Concretándonos,
naturalmente,
a uno de esos
aspectos, conviene señalar a lgun os pun tos re feren
tes a la administración de la Justicia Militar.
2. Adaptación a la realidad.
Las leyes vigentes sobre la materia, y aun el mis
mo Código de Justicia Militar (que contiene tantos
y tan grandes acierto.s y que merece un estudio deMonumento dl
conmemoración
Hacho dedicado a la
del Convoy de la
Victoria
tallado y un elogio, que no han lugar en este tra
bajo) eran, al fin y al cabo, obras del siglo XIX
y de la mentalidad entonces imperante, y no podían
prever unas circunstancias y una clase de guerra y
una composición de Ejércitos distintos de los que
en aquellos tiempos se concebían.
Claro está que, a veces, la dificultad no está en las
Leyes, en su espíritu, sino en el criterio que el
ambiente crea para interpretarlas; pues cierta men
talidad anacrónica, formada en el siglo XIX, hacía
a algunos aferrarse a una interpretación basada
en dar un sentido a letra de un artículo determi
nado, sin captar el verdadero sentido de la Ley, que
siempre suele ser jústa, pero que hay que enten
derla, con un criterio de conjunto, con jugando lo
que dice un precepto con el sentido que le dan la
totalidad de• las disposiciones vigentes y el sentido
de justicia, de equidad y hasta de lógica con que
deben entenderse las Leyes.
De ello se pueden señalar algunos casos y cómo
se fueron corrigiendo esos criterios y dando solu
ciones más acertadas a la. justicia y a la realidad.
3
Las llamadas “Tropas Coloniales”.
Una de las dificultades consistió en la apJicacián
de algunos preceptos del Código de Justicia Mili
tár y otros textos legales en vigor a los casos reiadonados con las Tropas especiales que se iban for
mando en Africa, conocidas, más o menos propia-.
mente, con el nombre de “Tropas Coloniales”.
No eran, ciertamente, instituciones contrarias a
nuestras verdaderas tradiciones militares, ni los
Cuerpos especiales en nuestras Plazas de Africa ni
la recluta de extranjeros en nuestros Ejércitos.
En Ceuta habían existido, desde muy antiguo, y
se reorganizaron en 1726,cinco Compañías de la Mi
bela Urbana y la de Caballería de “Lanzas”, que
databa de 1584, aparte de las “Compañías de Des
terrados”. En Melilla hubo dos Compañías Fijas
mixtas de Soldados y Desterrados, y una en cada
uno de los “Presidios Menores” de Alhucemas y
Peñón de Vélez de la Gomera, y, cuando dominá
bamos en Orán la “Compañía de Campeadores” y
un Batallón de Milicias Urbanas.
En cuanto a moros, hubo en Orán una “Conipa
ñía de Moros Mogataces”, que cuando fué abando
nada aquella Plaza se trasladó a la de Ceuta, y
tué antecedente •de los “Tiradores del Rif”, que lo
fueron luego de las primeras “Fuerzas Regulares
Indígenas”.
Del servicio por extranjeros, no puede negarse
que hubo en España amplia t•radicióñ en las famo
sas Guardias Tudescas, Walonas, Italianas, etc. P0ecuérdese la “Guardia Chamberga” alemana, que
debía SU nombre al Príncipe de Schomberg, y que
dió a su vez nombre al sombrero “Chambergo”,
cuya denominación es para muchos el colmo de
españolismo.
Sin embargo de esto, la aplicación de las Leyes
vigentes, hecha con una mentalidad muy siglo XIX,
tropezaba con dificultados, po:rque más que la Ley
el criterio interpretativo estaba hecho a un Ejér
cito de cupo forzoso y pensando en la paz o en
guerras de muy distinto estilo, y entraba a veces
en pugna con la realidad de las cosas y con un es
píritu de verdadera Justicia; con lo que podía en
algunos caros procederse con injustificado rigor y
en muchos asegurando una verdadera impunidad.
Había, además, en ciertas mentes, un prejuicio
contra estas Fuerzas, en algunos por pereza men
tal, quizá en otros por espíritu sectario, pues veían,
posiblemente en ellas y en el espíritu con que fue
ron concebidas y formadas, una posible fuerza, que,
en s día, como felizmente sucedió, fuesen un for
midable puntal de la verdadera España, contra la
“antiespaña” con la que había de enfrentarse, co
mo así fué.
Así, el recargo en el servicio para voluntarios, la
privación de libertad para cierta clase de delitos
a gentes a quienes convenía tener como elemen
tos de guerra, en casos en que era más justo y
más práctico otra clase de castigos, la diferencia
del carácter •de delitós entre soldados españoles y
moros—como, por ejemplo, la deserción al “campo
enernigo”—y otros muchos casos que a diario se
presentaban, producían a Igunas dificultades para
una aplicación de las Leyes, con un criterio de Jus
ticia y de eficacia para el mantenimiento de la dis
ciplina y el Honor del Ejército; pero esas dificul
tades fueron corrigiéndose, algunas por disposicio
nes legales modificativas o sencillamente aclarato
rias y otras por aplicarse criterios más acertados.
Se llegó a pensar y proponer que se estudiase la
conveniencia de dictar disposiciones privativas para
cada una de aquellas clases de fuerzas, y aun cier
ta Jurisdicción, más o menos disciplinaria para
aquellos Cuerpos, aplicable a cierta clase de dcli-
12
tos, mediante Consejos de Disciplina, con la garan
ha de un especial aesoramiento técnico.
Pero aun sin llegar a esas reformas, que algunos
creyeron
convenientes,
e fueron de todos modos
corrigiendo criterios de verdadera anomalía que
no podían prevalecer.
4,
Cómo se acabó con un criterio absurdo.
Como caso tipico de estas anomaltas y de cómo
se hacen desaparecer, con o o adoptar un criterio
razonable en la aplicacion de las Leyes, puede ci
tarse el relativo a nombre supuesto en los filiados
en La Legión.
Sabido es que en La Legión (antes Tercio de Ex
tranjeros), al igual que en otros cuerpos análogos
de otras Potencias, estuvo siempre establecido el
filiar a los Voluntarios con el nombre con que ellos
hacían su instancia.
Era, pues, una norma establecida por la Supe
rioridad.
Pues bien: se pretendía por algunos el absurdo
de que •cuando, por cualquier motivo, había que
juzgar a uno de estos legionarios, si se demostraba
(como era frecuente) que no era su verdadero noin
bre el que había dado en la filiación, se le casti
gase por “uso de nombre supuesto”. Llegó en algún
caso a pretenderse que, por el hecho de haber perci
bido premio de enganche y haberes con ese nom
bre, se le considerase de una “estafa”, shi reparar
que para que ésta existier.a ( aun admitiendo que un
caso así hubiera “engaño”) no podía probarse “per
juicio”, para el Estado ni para nadie.
Es más, hubo aigln caso en que se pretendía 11€gar a un resultado increíble: Se trataba de un de
sertor de un Regimiento de Caballería que después
Se filió en el Tercie con nombre distinto del suyo,
desertando posteriormente de La Legión, siendo de
tenido. La teoría que por alguien se pretendía apli
car era la siguiente: absolverle por ésta segunda de
serción, por entender que su filiación en el Tercio
“era ilegal” y que por ello la deserción “era nula”,
y catigarl:e por el “uso de nombre supuesto”. La
primera deserción estaba comprendida, por su fe
cha, en un Indulto general. Claro que ese criterio no
prevaleció y que se dió fin a tales interpretaciones
de la manera más sencilla: apiiéandó bien la Ley.
Esta lo hizo el Consejo de Guerra Ordinario de
Cuerpo, del Tercio (como se llamaba entonces of i
cialmente La Legión) presidido por el Coronel, Pri
mer Jefe Don Francisco Franco Babamonde, siendo
Asesor un modesto Capitán Auditor, consciente de
lo que es la interpretación clara de las Leyes. La so
lución consistió, pura y simplemente, en referirse,
en un considerando de la Sentencia, a lo dispuesto
en el párrafo
del artículo 332 dei Código Penal,
que castiga el uso de nombre supuesto, pero dicien
do también que: “No obstante lo dispuesto en este
3•0
artículo, el uso do nombre supuesto J)0(lra ser auto
rizado temporalmente por la Autoridad Superior
Administrativa, mediante justa causa”. Aun en el
supuesto de que se estimase la existencia de delito,
había que alicar la eximente 11.adel artículo 8.° del
mismo Código: “El que obra en cumplimiento de un
deber o en el ejercicio de un derecho, oficio o cargo.”
No cabe duda que no puede haber “Autoridad Admi
nistrativa” superior al Gobierno de la Nación (en
tonces “Gobierno de 5n Majestad”) que autorizó
esa facultad de filiarse con noriibre supuesto, y que
el hacerlo así era el ejercicio de un derecho.
Las Sentencias redactadas en este sentido (al me
nos, algunas de ellas) fueron disentidas, pero el
Consejo Supremo de Guerra y Marina dió la razón
di Consejo de Guerra de Cuerno del Tercio, y, con
ello, se acabó con tan absurdo criterio interpretativo.
•Este es un ejemplo, como otros muchos, que pu
dieran citarse de cómo se fueron corrigiendo anoma
lías y rutinas en la interpretación y aplicación de
las Leyes y perfeccionándose el ejercicio de la Jus
ticia Militar, durante nuestra actuación en la Zona
de Marruecos, en que España hubo de actuar y en
nuestras Plazas y Territorios de Soberanía española
en Africa.
5) Cuést ion es de procedimiento.
También pronto se hizo desaparecer el hecho de
que continuasen prácticas tan incongruentes, y has
ta ridículas, como, por ejemplo, la de llamar a los
moros de Regulares o de otras fuárzas indígenas
que hubiesen desertado a sus cabilas 1)01 medio de
edictos, publicados en el. “Boletín Oficial” do la pro
vincia de Cádiz, por el hecho de que en aquella épo
ca Ceuta formaba parte de dicha provincia anda
luza.
Asimismo, en el procedimiento había algunas di
ficuitades, agráva:das en parte por la reforma del
Código, efectuada en 1919. Esta reforma fué muy
acertada en general, pues daba mayores garantías
para una aplicación justa del Derecho Penal aplica
bles en tiempo de paz o quizá en una guerra de otra
índole; pero en una campaña, como las que enton
ces tenían que hacerse, ofrecía grandes inconvenien
tes, sobre todo porque muchos de sus trámites y ga
rantías producían una lentitud en la tramitación,
cosa contraria a lo que es espíritu y debe ser la
práctica de la Justicia Militar, y esta lentitud era
perjudicial para la buena Administración de Justi
cia y hasta para los derechos e intereses de los pro
pios procesados a quienes se pretendía dar mayores
garantías. Por ejemplo: lo que sucedía para el cum
plimiento de lo prevenido en ei.art. 568 del Código
de Justicia Militar, en relación con 362, del mismo
cuerpo legal: el terer que comunicar al procesado
los nombres del Presidente y Vocales del Consejo
de Guerra, que, por el turno correspondiente, había
de juzgarle, por si tenía que hacer uso del derecho
de recusación que la Ley le concedía, traía como
consecuencia que, mientras este trámite se cumplía,
los Vocalés (Capitanes en los Consejos Ordinarios)
solían haber salido a posiciones o a operaciones,
y había que designar, mediante el trámite de tur
no, etc., otros nombres, que tenían que volver •a
ser comunicados al procesado y, entretanto, solía
suceder que los nuevamente designados salían tam
13
bién al frente o a posiciones (cosa natural en la
clase de campaña que era aquélla). En muchas
causas se repetía varias veces esto mismo, lo que
daba lugar a que se retrasase considerablemente
la tramitación y fallo de los procedimientos, con
perjuicio también de los procesados a quienes la
Ley había querido dar más garantías, pues se apla
zaba, a veces por años, su licenciamiento, cuando
eran del cupo íorzoso. Algunos que eran luego ab
sueltos, habían permanecido más tiempo en filas
que e debido, con todas sus posibles consecuencias,
en virtud de un formalismo poco eficaz. También
retrasaba mucho la tramitación el tener que pasar
la firma del General que ejerciese la Jurisdic
ción cada trámite de la causa (incluso €1 devolver
los autos al Instructor para ampliación de dili
gencias), ya que el General tenía que estar muchas
veces ausente de la Plaza, en operaciones. Otros
varios motivos como éstos dificultaban la rapidez
necesaria para la ejemplar actuación de la Justi
cia, pero, precisamente por su observación en la
práctica, fueron corrigiéndose con criterios razo
nables y reformas posteriores. En cuanto a la cons
titución de Consejos de Guerra, en momentos pre
cisamente de guerrá, fué un gran acierto en nues
tra Cruzada de Liberación la institución de Conse
jos Permanentes, sin la rotación de turno, aplica
ble en tiempo de paz pero imposible en el de gue
rra.
Corrigiendo deficiencias y atemperándose a la
realidad fué en este aspecto el de la Justicia, como
en todos los demás, forjándose el espíritu del Ejérci
to Español de Africa, principal artífice de la Cruza
da Nacional, así como ese mismo Ejército, en primer
lugar (y sin desdeñar la actuación de otros orga
nismos) fué ei principal forjador de un Marruecos
que España puede justamente enorgullecerse de
haber formado.
6)
La Justicia
Militar
Españolo.
Y otra consideración final: Hoy día, en varias
partes de! Mundo, por circunstancias nacidas del
final de la G. M. II y por previsión de aún más
graves contingencias, se hallan Fuerzas militares
de varias naciones en tetritorios extranjeros, en
concepto de ocupantes, aliados, asociados o algún
otro, y, en ocasiones, surge una pugna entre la
Jurisdicción Militar de esos ejércitos y las Juris
dicciones propias del país donde se hallan. Es evi
dente que un Ejército que se encuentre en esas
condiciones tiene que estar sujeto a su propia Ju
risdicción, inseparable del Mando, como único me
dio de conservar la disciplina y la eficiencia de esa
fuerza armada, pero también es cierto que debe
procurar el no dar, de ningún modo, la sensación
de que se prevale de estos principios para amparar
o dejar impunes los desmanes que puedan cometer
sus componentes, porque esa sensación es posible
que sea la que haya originado los conflictos que en
este punto se han producido, como los sobreveni
dos en el Extremo Oriente.
Pues bien: el Ejército español y su Jurisdicción
Castrense han dado siempre la impresión que co
rresponde a la realidad, de proceder siempre con
espíritu de justicia y, así, esa clase de conflictos
no se han presentado ni han existido animosida
des contra nuestra Institución armada ni contra
sus órganos de Justicia.
Conclusión.
-
Examinada en la primera parte de este articulo
cuál fué siempre el sentido de la acción de España
en el Norte a Africa, y expuestas en relacion con
ello, en ja segunda, algunas consideraciones relati
vas concretamente a las enseñanzas que se dedu
jeron del ejercicio de la labor de Administración
de Justicia Castrense en la época del Protectorado,
queda expuesto algo relativo a la experiencia que
de esta acción pueda deducirse en esta especiali
dad, como podrán hacerlo los que entienden en
otras, con referencia -a las ensóñanzas que de cada
una de ellas resulten; ya que (corno hemos dicho)
en nuestra acción africana se forjó y t.enipló el
Ejército, base de nuestra Libóración. Y también
porque la presencia de España en Africa es guar
dadora de nuestras Plazas y Territorios de Sobe
ranía, parte integrante del Territorio Nacional, y
es, además, centinela de la Civilización y de la Paz
en el Continente vecino, sobre nuestro mar y nues
tras costas peninsulares, y nuestro Ejército conti
núa, pues, su actuación en tierras africanas, donde
recientemente ha dado nuevas pruebas de su espí
ritu de heroísmo y disciplina. Por ello conviene re
cordar, -para lo actual y lo futuro, las enseñanzas
de un pasado, aún no remoto.
ilre la alimentación de/soldado
Teniente
Coronel Médico Francisco TRIGUEROS PE
i.%LVEtR, de la Jefatura
de Servicios
de Sanidad
Militar del Ejército
•
En distintas ocasiones tuve que deducir por lo
que oía y por lo que veía, que de una manera indi
recta habla una opinión formada en nuestra Ofi
cialidad, basada en la creencia de que la alimenta
ción de la Tropa no era todo lo buena que se pre
cisa. Analizando el origen o causa de esta creencia
llegué a la conclusión de que se debía a dos prin
.cipales, que son: una puramente especulativa y de
carácter pecuniario basada en una idea global de
que la cantidad de dinero destinada a la a limen
tacin
era insuficiente. En este error puede caer
cualquiera. Si hacemos una simple comparación del
costo de nuestra alimentación particular y de las
cantidades consignadas para la alimentación del
soldado, nos veremos forzados a creer de una ma
nera cierta que la alimentación tiene que ser in
suficiente. Esto lo comprobamos
menudo cuando
en conversación aun con personas expertas, expone
mos los datos y sacan y ponen una cara de pasmo
que da risa. Su observación invariable es la si
guiente: Con esa cantidad de dinero no es posible
que se pueda comer bien.
La otra razón de esta supuesta deficiencia nu
tritiva creo que la •hemos creado los Médicos. En
efecto, el Médico hace una valoraciód diaria del
rancho de Tropa. Es bien sabido que esta v.álora
ción la hace el Médico con fines de ‘apreciación
energética, según la cual consideramos al hombre
Como una máquina que trabaja (,qué sierñpre tra
baja?) y por tanto hacernos un cálculo reducido
a cabrias. Caloría es la cantidad de calor necesa
rio para elevar en un grado de temperatura una
masa de un litro (le agua. Cuando hace el cálcu
lo de calorías de una papeleta de rancho, el Mé
dico llega a la conclusión de que si la suma total
de calorías es de unas 3.000, debe estimarse sufi
ciente en calorías para la alimentación del soldado.
Pero el problema lo suscita el Médico al ‘desglosar
los cálculo& Es sabido que el alimento se descom
pone en trós factores esenciales distintos, que son
los azúcares o carbohidrátos, las grasas y las pro
teínas. En tanto que los dos primeros están des
tinados a producir exclusivamente energía, el úl
timo, o sea el’ de las proteínas, va. destinado tanto
a la producción de energía como a reponer el ma
terial que se desgasta en la máquina humana por
su uso. Pero de estas proteínas las hay de dos cla
ses: las de procedencia vegetal y las de procedencia
animal. Estas últimas son fundamentalmente
la
carne, el pescado, la clara de huevo y en parte la
leche. Teníamos establecido que para mantener el
cuerpo humano es preciso suministrar un mínimo
de un gramo de proteina animal por kilogramo de
peso. Y aquí es donde surgía la cuestión. Todos los
casos que he conocido a lo largo .de mi vida mi
litar relativa a deficiencia de la. alimentación del
15
soldado, se reducen a este problema; El Módico al
evaluar la papeleta de rancho encuentra que la
cantidad total de calorías es buena, pero la can
tidad de proteína animal es deficiente. Ya se com
prende que este problema tenía enseguida una
repercusión pecuniaria claramente deducible. Por
un lado, el Módico pedía más carne o más de sus
equivalentes pescado, huevos o leche, en tanto que
el Coronel se encontraba con que estos productos,
por su precio, eran inasequibles en las cantidades
exigidas por el Módico, dada la cantidad de di
nero destinado a la alimentación.
Estos dos problemas, el de la economía global
y el de las proteínas, creaba un ambiente que
partía por un lado del Coronel bajo el complejo
creado por el Módico de que la alimentación era
parcialmente insuficiente y por parte del Módico
en la creencia :de que la cantidad de proteínas era
deficitaria. Este •ambiente transcendía hasta crear
una opinión algo generalizada de que en dell
nitiva la alimentación del soldado no era todo lo
buena que deseamos.
Y antes de pasar adelante, tengo que reconocer
y alabar los esfuerzos considerables que he podido
apreciar por parte de todos y cada uno de los Je
fes de Unidades en remediar estos defectos, bien
por medio de establecimientos de Granjas, algu
nas de las cuales las podemos calificar sin eufemis
inos de Granjas modelos o bien adquiriendo reses
en forma de carne congelada o en lugares de pre
cios más asequibles.
Con este trabajo pretendo demostrar basado en
(latos científicos y experimentales que esta creen
cia mas o menos gáneralizada de que la alirnen
tacion del soldado es deficiente, carece de funda
inento y llegar a la conclusión de que la actual
no podemos decir que ea óptima, pero sí que lleva
en sí misma las condiciones mínimas necesarias
para la buena alimentación del soldado y si toma
inos algunas medidas •a las que me referiró más
adelante, podemos llegar a hace’rlo, si no óptima
entendiendo por óptima aquella que no admite
ninguna
mejoría) podemos llegar a con-seguir
—digo— una alimentación que no envidie a nin
guna de cualquier otro ejército.
El conocimiento de estos datos experimentales
me ha venido de haber participadci recientemente
en una encuesta llevada a cabo por una Comisión
Hispano-Norteamericana
que durante tres meses
ha llevado a -cabo una investigación sobre la ali
mentación del soldado en el ejórcito español, por
lo que nuestra investigación ha comprendido, tanto
al ejército de Tierra, como al de Mar y Aire.
En esta encuesta ha intervenido un equipo espa
ñol que comprendía Jefes y Oficiales de varios
Cuerpos de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire y
durante los tres meses recorrimos casi todo el
ámbito de Es.paña reconociendo a gran cantidad de
16
soidados para apreciar su estado de nutricloll
y observar las instalaciones de cocina de muchas
dependencias militares. Con este motivo hubimos
de visitar muchos Centros y Unidades y ponernos
en contacto con sus Jefes. En todas partes pudi
muos observar un grado de compenetración consi
derable con este problema-y nos dieron todas las
facilidades apetecibles. -Esto nos permitió reunir
un gran número de datos que serán publicados
en su día.
Y deseo anticipar este pequeño artículo que es
la mínima compensación que puedo ofrecer a to
dos los Jefes de Unidades que hemos visitado en
nuestro largo recorrido, en los cuales, bojando
aparte las atenciones y e trato cariñoso que nos
prodigaron y que desde aquí y por la parte que
a mí me corresponde quiero agradecer sincera
mente, pude observar una preocupación constante
y fija sobre los problemas alimenticios. Y como
quiera que la mayoría de estos Jefes nos expresa
ron sus deseos de conocer los resultados de esta
encuesta, temo que cuando se publique lo haga
por medios de datos científicos que son más bien
1 ríos y sólo a propósito para ser desenvueltos po1’
especialistas de la Nutrición. Y ante la imposibili
dad de informar a todos y cada uno de ellos he
recurrido a este medio de difusión con lo que al
mismo tiempo que trato de generalizar aiguios
conocimientos sobre 1-aNutrición, contesto a todos
estos entusiastas Jefes que se han preocupado de
una manera ferviente por un capítulo tan impor
tante como es la alimentación -del soldado.
‘renemnos delante un primer hecho de observa
ción corriente, que por sí solo desvirtúa por comple
to la errónea creencia del -defecto de la alimenta
ción. Cualquiera que hay-a participado
en un
Campamento de Reclutas habrá observado que al
poco tiempo de su incorporación gana de una una
nera evidente de peso. No he podido llegar a cal
cular el promedio -de aum-ento que se produce a
pesar de mi preocupación por este asunto. No obs
tante, por mis observa-clones, cuyo control no ha
-sido muy exa-cto, me he permitido deducir que se
produce un promedio de 0,75 a 1 Kg. y en algunos
caso-s -particulares que he po-dido controlar, el au
mento ha llegado a 4 y 5 kilos. Posteriormente pu
dimos comprobar a través de la encuesta, que el
aumento de peso se eleva a u-n promedio de 1,6 a
2,8 kilos durante los tres primeros -meses de la es
tancia de la tropa en campamento.
Esta opinión está corrobora-da además con el
hecho de que cuando un soldado se marcha con
permiso, la regla general es que pierde peso. Se
me poürá argüir que las -condiciones higiénicas.
la vid-a metódica y el ambiente al -aire libre fa
vorecen aquel cambio, pero sin despreciar -estos
factores, es evidente que el aire libre es también- el
alimento diario de -muchos de nuestros soldados
-
-
-
en sus casas y que las condiciones higiénicas sin
duda mejores y el trabajo regular no lo son todo
en el aumento de peso y llegaremos a la conclu
Sión -de que el factor principal de este aumento
es la alimentación.
Ahora bien: al -comparar este-hecho con las obser
vaciones expuestas al principio de este trabajo,
se -produce una disparidad que trato de explicar.
Por lo que se refiere al factor económico, aun los
que estamos avezados a manejar las cifras, los
alimentos y su valor calórico, nos quedamos gráta
mente sorprendidos al ver que se produce lo que yo
llamo el “milagro” de. la alimentación del Ejército.
Conseguircon çdfras relativamente pequeñas valores
calóricoS equivalentes a los ejércitos mejor nutridos
no deja de ser un milagro.. No obstante, hemos de reconocer que hay un poco de trampa en este asunto,
que es donde está la aclaración. El caudal -destinado
a la alimentación se invierte exclusivamente en el
valor Intrínseco cte los ali-mentos a precio de costo. A
esto- debemos agregar el valor del pan que se su-mi
nistra aparte, y -el-de la leña -que también forma
capitulo aparte. Y todavia quedan partidas tan
importantes
-como son, instalaciones de cocina, des
gaste de -las mismas, cocineros, agua, luz, etc. Si
sumáramos todas -estas partid-as veríamos ue la
cifra global difiere’ considerablemente
de la que
tomamos como básica. Pero así y todo, sigo con
siderando por mi pai’te que no deja -deser un mila
gro y dudo que -exista un-a en ti-dad en España que
pueda dar de comer tan bien a los suyos por un
precio tan reducido. Este es uii tanto qu-e tiene
que anotare en su haber el Ejército -Español y es
mi creencia que se debía -aprovechar para otros
fines que salen de la índole de este -trab-ajo.
Por lo que se refier,e al segundo factor o se-a, al
científico mantenido por el Médico también ti-ene
su explicación lógica. Tenemos que partir de la
base de que- la Ciencia de la Nutrición no ha lle
gado a un grado perfecto de desarrollo y se -en
cuentra en evolución continua. Las ideas que to
mamos como básicas hoy, pueden dejár de serlo
el día de mañana.
Estábamos ahora convencidos de que la cantidad
de proteína animal necesaria es -la de un gramo
por kilo de peso, pero esto no es absolutamente
cierto. •En primer lugar, tenemos dos cónceptos
que aclarar. Es el concepto -del mínimo y del óp
timo. Llamamos mínimo a la cantidad indispen
sable de proteínas que- es preciso tomar sin que se
resienta el organismo. LI-amamos óptimo a aquella
cantidad que -no sólo cumple las necesidades mi
ni-mas sino que suministra al organismo una can
tidad de energía y vitalidad que no se puede conseguir con el mini-mo. Esto lo podemos comprobar
de una manera patente -por un ejemplo conocido
por la mayoría. Sa-bemos que en muchos países
muy --desarrollados hacen un -desayuno a- base- de
-
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-
-
muchas proteínas. Este desayuno les permite -aguan
tar la jornada de trabajo completa con sólo tomar
una -comida ligera al -medio día. Este aumento de
energía y. vitalidad es función, no de 1-acantidad
de alimento -mayor ingerido en el desayuno, sino
de la cantidad óptima de proteínas tomadas. Este
factor está considerado como básico p-ara esta
blecer y variar -las jornadas de -trabajo.
Esta razón -del mínimo y el óptimo ha permi
tido recientemente a la F. A. O. establecer unas
flor-mas .generales para -los diversos países -con re1-ación a la clase de alimentación (ver folleto de la
F. A. O. sobre necesidades protecas).
P-ero hay- otro fa-ctór que es l que nos aclara
esta divergencia. Trataré de explicarlo, en los -tér
minos -ms vulgares, a fin de iie pueda ser com
prensi-b-le por los no téenicos* Dijimos que había
un-a proteínaS animal y otra vegetal. Pues bien; la
proteína de todos los animales está hecha de los
mismos materiales. A -modo de -esos juegos de ar
quitectura infantil que se componen de muchas pie
zas sueltas y con ellas se pueden construir diver
sas figuras, asimismo cuando ingerimos proteína
animal la- descomponemos en sus elementos más
simples y con ellos hacemos -una proteína humana.
Si de esto -alguien lamenta que el hombre está he
cho con los mismos elementos que el cerdo, será
más o menos sensible, pe.ro es una realidad con
una profunda base teleológica.
Pero ocurre que la proteína vegetal sólo tiene
una parte d-e los elementos de Ja animal. Siguiend
el-mismo símil es como esos juegos de arquitectura
infantil, pero más sencillo y con menos elementos
y como es natural, con sólo una pro-teína vegetal
la alimentación pecará de insuficiente y no -per
mitirá un desarrollo adecuado.
Y aquí es donde está la clave de nuestro asunto.
Si a la proteína vegetal le añadimos los elemen
tos que le faltan -mezclándola coh un poco de pro-
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17
tena animal habremos suministrado los elementos
que le faltan a la arquitectura infantil pai’a po
der hacer edificios mayores. Y ésta es La explica
ción de la alimentación del soldado español. La
cantidad total de proteínas, englobadas, las ve
getales y animales, es buena. La mayor parte es
proteína vegetal pero con la pequeña cantidad que
toma de la animal, tine bastante para poder hacer
su propia proteína.
Hoy día se ha llegado incluso por vía de síntesis
a obtener artificialmente estos elementos sueltos y
permite hacer alimentaciones completas de pro
teínas que no encierran concretamente ninguna
de las naturales conocidas, sino un compuesto ar
tificial tan nutritivo como la mejor de las natura
les.
Y
pór este sistema nuestro coitseguimos dar a
nuestros soldados una dieta que no podemos llamar
óptima, pero sí mínima.
Y en este punto parece que llegamos a la cor
clusión de que la alimentación del Ejército Es
pañol es inmejorable, pero esto no es cierto. Nada
d’e lo que tenemos es inmejorable. Es cierto que
el volumen alimenticio y su valor energético es
b•ueño. Pero este alimento necesita una prepara
ción y esta preparación se hace en la cocina.
Nuestro defecto, a mi modo de ver, está en La co
cina. Y en esto tenemos defectos considerables.
En dos grupos •podemos engl’obar los defectos
de nuestras cocinas. El primero se refiere a las
instalaciones y el segundo al personal de cocina.
Por lo que se refiere a las instalaciones las pode
mos calificar en general como de muy deficientes
y anticuadas. En todo el recorrido que hemos he
cho a lo iargo de nuestra investigación, sólo una
cocin a reunía los elementos indispensables para
ser calificada de buena. Prefiero no hacer men
ción de la misma por no establecer diferencias,
pero se lo hice constar así a su Jefe. De todas las
demás que visitamos, se podía establecer una gra
dación cuyo comienzo por la rnarte alta distaba
mucho de la que vimos como óptima.
Resulta lamentable que hasta la fecha no haya
mos aprovechadó las extraordinarias ventajas que
supone la cocina a presión, cuando es evidente que
resultan económicas. Nuestras cocinas son más bien
tabricas ce humos. Pero sobre todo no hemos
llegado a una normalización de la cocina ideal
para la tropa. Nos regimos para su instalación por
un sistema consuetudinario y arcaico. Lo mismo
que decimos dé las cocinas lo podíamos aplicar a
todas aquellas maquinas y artefactos que facilitan
el trabajo de Ja cocina y también la economizan.
A este respecto quiero reyelar una anécdota alec
cionadora. Pronto pude comprobar durante mi es
tancia en la Agrupación de Sanidad n.° 1, que la
merma cje la patata cuando se monda a mano es
de un 20% y hasta de iín 30%. Si se hace esta
18
monda a máquina con cuidado, la •merma.sólo as
ciende a un 10 %. En estas condiciones le pre
gunté al Capitán de Cocina qué era lo que evalua
ba él para la alimentación del soldado si lo que
compraba en bruto o el neto qúe echaba en la
olla. Como es natural, me contestó que lo cierto
para la alimentación era lo qué echaba en la olla.
Entonces le demostré que por medio del pelado de
la patata a máquina le entraban en la olla 15Kg.
por ciento más de patatas y entonces le dije que
si me lo abonara, por este sistema conseguía un
ingreso mensual de 900 pesetas y al cabo de unos
meses la máquina de pelar patatas estaba amor
tizada, quedándole además algunos años de uso.
Pero no es éste sólo el factor importante; s de
fecto es de instalación. Los alimentos sufren dete
rioro por su mal uso. Y aquí nos vemos oblIgados
a volver a nuestra divulgación científica.
Los alimentos no son sólo proteínas, grasas y
azúcares. Se componen también de unos elementos
en muy pequeña proporción, pero tan necesarios
para la alimentación como los otros. Estos dos
factores son ls vitaminas y ciertas sales riinera
les. Las vitaminas son determinados productos
químicos que van de una manera .natural con los
alimentos, pero que pueden destruirse con facili
dad si son maltratados.
Aquí viene a colación un dato que pudimos ob
servar. Como quiera que la monda de patata a
mano requiere personal y tiempo, ocurría en la
mayoría de los sitios visitados, que la mañana no
era lo suficientemente larga para hacer la monda
de la patata y prepararla para la comida. En vista
de ello, se recurría a pelarla la tarde anterior y
a fin de que no se quede negra porque se oxida al
contacto con el aire, la metían en grandes baldes
con agua. A la mañana siguiente sacaban la pa
tata del agua y la preparaban para la comida. Pues
bien; udimos Comprobar que la mayor parte de
la vitamina C (que es la mayor fuente de vitamina
para el soldado español debido a que la patata
española, a diferencia de la de otros países, tiene
mucha vitamina C) pasaba de la :patata al agua
de lavado y se tiraba. De esta forma se conseguía
que la mayor parte de la vitamina C se desperdi
ciara y produjera en los soldados síntomas’ de
deficiencia de ella.
Quizá se pudiera multiplicar los ejemplos alec
cionadores cíe los defectos que la instalación de la
cocina lleva consigo. Pero para muestra, con un
botón basta.
De aquí se deduce la necesidad de instalar las
cocinas con arreglo a una técniéa moderna y efi
ciente. Sin duda esto cuesta dineró, pero es más
cierto que a la larga esto traería consigo beneficios,
porque los gastos son de primera instalación y las
economías duran largo plazo.
Pero estas instalaciones deben estar manejadas
1
por un personal adecuado. Montar unas magni
ficas instalaciones y dejarlas después en manos
de un personal poco o nada apto, es tirar el di
nero. se precisa en primer lugar cocineros que
conozcan su oficio y que respondan del trato de
las insta lac,iones. Para ello creo que también sería
preciso que el personal que controle la cocina sea
siempre el mismo. Desconozco la razón o razones
que aconsejen el cambiar de Sargento y de Capitán
de cocina cada mes; pero una cosa es segura y es
que no se tomaron desde el punto de vista de 1a
cocina. Si la cocina pudiera opinar diría que desea
una persona capacitada y’ fija en la misma. Da la
casualidad para aseverar esta tesis que la cocina
que conocí magníficamente instalada estaba re
gida por una persona fija y tetiía un cocinero ca
pacitadó. A esta persona fija se le puede controlar
de la manera que se desee, pero no la obliguemos
a cambiar sin una razón fundamentada. La cocina no tiene por qué pagar las consecuencias de
la administración.
Pero estos asuntos expuestos sucintamente y con
ánimo de divulgar, para lo cual he tratado de hacerio con claridad, encierran problemas más pro
fundos y complejos.
Porque ni la cocina ni la alimentación son tan
simplistas como lo hemos expuesto. La alimen
tación y la cocina van pasando gradualmente por
distintas fases que se relacionan con los. progre
sos de la civilización. Sin duda, la cocina primi
tiva era elemental y destinada. sólo a satisfacer mos muy distantes de pre.senciar un cáso parejo
el hambre, pero de una manera gradual y progresi
al ocurrido en el siglo XVI cuando un E’mbajador
va fué creciendo su atención para ir superándose
francés murió ahito de “paella” a los tres días de
en la preparación y presentación de los alimentos. desembarcar ei Valencia.
Este progreso paulatino tuvo su auge en aquel f a
Pero si desde esa fecha la Cocina no ha progre
moso cocinerb francés BriIlat Savarin del que se sado como Arte, ha sufrido ea cambio una evolu
puede afirmar que llevó la cocina al máximo de su ción como Ciencia. De aquí que podamos dividir
arte, hasta el punto de establecer una diferencia la Cocina en Cocina-Arte y Cocina-Ciencia.
.Y la realidad es que de una manera paulatina
entre satisfacer el hambre y satisfacer el apetito.
sta
cliterencia es muy sutil y por esto mismo es se nos van introduciendo modas y conceptos ex
más fácil imagi.narse la diferencia que describirla. traños que vamos adaptando de una manera in
Pero parece deducirse que satisfacer el hambre es snsib1e. Son hy muchos, los que tom.an zumo de
sólo. un problema de instinto, y satisfacer el ape tomate, más que por su sabor por snobismo o por
que saben que tiene vitaminas. Y un tanto por
tit9 es también satisfacer el instinto, pero templa
snob y otro tanto por las. dificultades que crea
do o doblegado por la educación. Por ello, la satis
facción de apetito lleva consigo no sólo el alimento cada día el progreso, vamos desterrando de nues
en sí mismo, sino su presentación, la mesa, los vi tro acervo comun y familiar una serie de platoS
nos, los amigos, las charlas de. mesa, etc.
comidas que gozaban nuestro privilegio y las
De esta época parten los conceptos de Cocinas yvamos
desterrando a un costumbrismo exótico pa
Nacionales y Regionales y podemos afirmar que ra disfrutar de ellas sólo •de una manera circuns
desde entonces no se ha mejorado el concepto de tancial y en fechas memorables. Cuando la reali
Cocina como Arte. No es nuestro o.bjeto entrar en dad es que debíamos perfeccionar desde el punto
de vista científico nuestra cocina arcaica que tie
detalles y discúsiones sobre las diferentes cocinas. ne una cantidad de platos regionales que por un
Pero es. lo cierto que la Cocina desde aquella épo proceso consuetudinario llevan consigo no sólo la
ca no ha progresado nada en concepto de Arte y excelencia de la presentación y el gusto, sino tm
por mucho que podamos creer que a “paella” ha bién todos los elementos deseables para una bue
ganado en condimentación, es lo cierto que esta- na alimentación.
.
19
De esta manera conseguiríamos depurar nuestra
Cocina y valorarla clentíficaffiente, para darle un•
prestigio que ya tiene por su sabor, pero que tam
bién podíamos hacerla competir por su Ciencia.
Porque hay una cosa que está demostrada. A pe
sar de lo mal que se ha hablado ‘y de la mala fama
que tiene el aceite de oliva como condimento de
la cocina española, es Ja “fritanga”, como dice
muy bien Marañón con su gracejo peculiar, en un
pequeño trabajo que no tiene desperdicio, el mal
recurso nos ha traído la mala fama de todos aque
llos famosos •turistas que nos visitaron el pasado
siglo. Pero está comprobado que la alimentación
confeccionada con aceite vegetal lleva consigo el
que los niveles de grasas en la sangre de las per
sonas que se alimenten con el aceite de ojiva, sean
muy inferiores a los de aquellas personas que se
alimentan con grasa animal.- Y la consecuencia de
esta diferencia está en que la alimentación con
grasa animal conduce a enfermedades de las arte
rias y del corazón, entre las que está inciuía la
angina de pecho. Y en tanto que estos países ali
mentados con grasa animal tienen una estadística
‘aterradora• de esta clase de en fermedades, nuestro
país, sin estar libre del mismo, tiene un porcen
G U 10 N
-
REVISTA
ILUSTIIOA
ilfiLOS
MANilOS
SUBALTEUNOS
DEL
EJIiREITO
E U M A R 10
La
taje mucho menor y si aquilatamos, nos daremos
cuenta que su mayor porcentaje se da en las cia
ses acomodadas, que pueden permitirse cantidades
mayores de alimentos de origeh animal.
Creemos, pues, que nuestra cocina posee una se
rie de virtudes, tanto de tipo gastronómico como
de carácter científico, y que es preciso que reivin
diquemos para nuestro país todos estos valores de
una manera racional y científica.
Corno decía anteriormente, este asunto es coro
plejo y no es posible resolserlo de una manera sim
•plista. Pero por lo que a nuestro Ejército se re
fiere, nuestros Mandos tienen en proyecto la crea
ción de una Comisióli dedicada al estudio de la
Nutrición.
Esta comisión se encuentra todavía sin perfilar,
pero tendría a su cargo el estudio de los proble
mas que lleva consigo la alimentación y tendería
a introducir mejoras tanto. en la alimentación co
mo en las instalaciones de Cocina y en definitiva
propagar estas ideas sobre la alimentación con
ánimo de conseguir una raa mejor y un rendi
miento mayor de todos los individuos que como
nen nuestro Ejército.
rIel número
de abril
de
1959.
Instrucción
de reclutas.—Capitán
Juaneo Sáenz Diez
entra en el CuarteL-”La
Voz de las ,G’umbres” &B.I. 58 al habla con
los lectores de “Guión”.—Sargento
Ochando Baena.
Cosas de Ayer, de Hoy y de Mañana. — Comandante Ory.
de un itinerario por los pueblos y las tierras de España: ‘Reino de Murcia (IV).
Radiódifusión
Eslanipas
Por Juan Cualquiera.
-
20
Una unidad combatiente originalisima. — Rico de Estasen.
Porto-Cristo.—Sargento
Torres Costa.
Nuestros lectores preguntan.—Redacción.
-
El Servieiode
Oidnanee
en
Campaña del Ejército de los
E.L.U.U.
sus ana1oia8
con
‘
nuesiro
Servicio de Arlilleria
)I
Comandantes de Artillería, Ricardo LOPEZ-FRANCOS
SANZ, de la Escuela de Apli
cación y Tiro, y Pedro GOMEZ MARTIN, de la Academia de -Ai’tilleria.
I.—INTRODUCCION
-
Lo que sirvió para vencer en el pasado, puede
no- servir en el futuro.
La compleia maquinaria de la guerra moderna
se parece muy pdco a los simples elementos de des—
trucción empleados en el pasado. El material -de
guerra ha ido de los fusiles de acción simple y de
la Artillería hipomóvil a las armas automáticas,
carros de combate, direcciones de tiro, radar, pro
yectiles dirigidos, etc., que i-ncorporan los últimos
adelantos científicos y de ingeniería en los cam
pos de la Mecánica, Hidráulica y Electrónica.
Los miles de piezas independientes que requiere
el entretenimiento y reparación de ese -equipo, se
han hecho también tan confusos que ya no se
pueden improvisar la •rdparaCión y el entr&tefli
miento en el campo de batalla. Hoy la estrategia
y la tá-ttica sólo pue-den hacer lo que permite la
Logística. De aquí 1-a importancia reconocida por
todas 1-aspotencias, al apoyo logístico;
Los americanos consideran al “Ordnance” (Ser
vcio de Material de Gue-rra) como el más impor
tante de todos los Servicios de su Ejército, y dicen: “Si -la táctica y 1-aestrategia proporcionan el
esquema de las operaciones militares, la logística
es el medio para conseguir ese fin.”
Todo esto -nos induce a -considerar el- Servicio de
Material de -Guerra como uno de los más impor
antes; quizás principal.
Por ello y porque, modestamente, creemos pu
de tener cierto interés para nosotros en estos mo
mentos, es por -lo que nos decidimos a exponer
unas ideas acerca de cómo resuelven este proble
ma en el Ejército de los EE. UU.
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11.—BREVE
HISTORIA
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El origen -del “Ord-nance”, se remonta al año
1775 en qu-e el Con-gr-esoAmericano nombró un
Comité Secreto compuesto de nueve miembros, -con
la misión de -adquirir armas y muflciofle5 -para
los primeros ejércitos coloniales.
En 1778, el Departamento e Material de Gue
rra fué citado como tal por el Congreso, cuando
nombró a dos Oficiales- de Ingenieros y dos Oficia
les -de Artillería para cons--tituir la Junta de Ma
terial de Guer-ra, bajo el Mando del Co-mandante
en Jete. Esta Junta tenía como misión la d:e -orga
-
fizar el abastecimiento y entretenimiento, almacenamiento y distribución -del Material de Guerra,
entre las Unidades combatientes. En esta época se
estableció el primer Pa-rque y la primera Maes
tranza, que en -unión de -las creadas posteriormen
te han estado funcionan-do durante todas las Guc—
rras y aún hoy son la có-lumna vertebral del Ser
vicio de Material de Guerra.
Ahora, -en tiempo de paz, -estos Parques y Maes
tranzas colaboran -con el desarrollo de- nuevos pro
yectos y en -el mejoramiento -del material ya exis
tente. De ellos depende el fabricar, descubrir -difi
cultades de fabricación, determinar los costos, nor
malizar los métodos de fabricación y mantener en
vigor la esencia de la fabricación de municiones.
Sirven también como -centros de enseñanza de
personal p-ara ayudar al comienzo de una fabri
cación masiva. Durante el tiempo de Guerra ayu
dan a todo lo concerniente con la fabricación en
todas sus formas, pero la producción no es aquí
más que una mínima par-te de la necesaria.
El Servicio de Mate-rial, de Guerra fué controla
do por la Artillería durante el período compren
dido entre 1821 y ¿832, us-ando la bomba flamean
te corno su insignia común, la más antigua del
Ejército. En 1834 fueron separados, conservando el
“Ordnanc-e” la bomba flameante y adoptando Ar
tillería los cañones c-ruzados.
El entretenimiento y -reparación -dei Material de
Guerra en Campañ-a apenas se consideró como
misión del Servicio hasta la Primera Guerra Mun
dial, y las organizaciones para este servicio, no
existieron hasta, que el -conflicto estaba eh SU -apo
gen. Los primeros talleres de r-eparación se insta
laron en Francia, no como resultado de un plan
bien estudiado, si-no para resolver las necesidades
urgentes que amenazaban un desastre. En estos ta
lleres se empleó personal civil, puesto que el mili
tar no esta-bá entrenado en tales menesteres, ni re
le podía distraer de combatir.
Para aclarar la confusión reinante en las nece
sidades de reparación se creó el Servicio de Ma
terial en Campaña el 19 de junio de 1919. Esto
dió al Jefe del Servicio una responsabilidad defi
nida acerca del abastecimiento y- entreteaimiento
del material de Guerra. El resultado de esté p-aso
decisi-vo fué dar una organización cfi-caz de en
tret-enjmiento durante la Segunda Guerra Mundial.
-
-
2
terial de Guerra en perfecto estado, en el momen
to y lugar que exija la situación táctica, inclu
yendo: Armas portátiles y automáticas, morteros,
$ AX Piezas de Artillería, direcciones de tiro, todos los
tipos de municiones, vehículos de transporte y de
combate, talleres móviles de reparación, piezas de
repuesto, herramientas y accesorios de los mismos..
Hoy hay que añadir a todo lo anter-ior, los “Missi
les” (2).
Traduciendo todo lo anterior a costo (a lo que
tan aficionados son los americanos) nos encontra
mos -con que el equipar a una División de Infante
ría, solamente de armamento, sin incluir el ves
Pig’.- 1
tuario ni -las municiones, cuesta 66 millones d-e dó
lares, y si se trat-a de una División Acorazada
Quizás una de’ las lecciones más importantes de costo se eleva a 200 millones. En general el pre
la Primera Guerra Mundial, fué que América po siípuesto de material de dicho Servicio supone el
día organizar, instruir y transportar tropas de 45 55 -del presupuesto total asignado -al Ejército
combate y de los servicios con más rapidez que se de Tierra.
podían armar, equipar •y entretener. Es evidente
Examinando las cifras anteriores se ve la enor
que esta Consecuncia será más grave segOn au
me responsabilidad
que tiene el Servicio de Mate
menta el armamento en complejidad y potencia. rial de Guerra, en lo concerniente a la guerra eco
Durante Ja Segunda Guerra Mundial, y en fun
pudiendo decirse que el éxito o fracaso
ción de las misiones encomendadas, fué necesario nómica,
del esfuerzo defensivo total, descansa. económica
una reorganización del Servicio de Material de mente hablando, sobre él.
Guerra, llegando a tener en personal más ie 25.000
Este servicio es desempeñado por el Cuerpo de
Oficiáles, 350.000 soldados y 300.000 empleados ci Material oc Guerra a través de las Pls. Ms. agre
viles, a las órdenes directas del Servicio en los di gadas -a las Gs. Us. y de las Unidades de Tropas
ferentes Parques, Maestranzas y Polígonos de Ex oc aquél, bajo la responsabilidad del Jefe de Ma
periencias y Oficinas, sin contar con los cientos terial d-e Guerra.
de miles que estaban trabajando en las fábricas
Cuan-do el material es entregado a las tropas
pertenecientes al Góbierno bajo la inspección di combatientes, la dependencia se transfiere al Manrecta del Servicio de Material de Guerra.
do táctico; si-n embargo la responsabilidad sobre
Para resaltar los enormes gastos y cantidades 1-a supervisión técnica de todo el fu-ncionamient
de material fabricado, en nota damos algunos da
del Servicio sigue pesando sobre el primero.
tos estaclisticos sobre unas cuantas acciones (1).
La actuación del Servicio dentro -de una Gran
Unidad, recae s-obre -el Man-do de -1-amisma.
III.—MISION
Las funciones que ha de desempeñar el Servi
El Servicio de Material de Campaña tiene como
cio
las podemos resumir en tres grupos:
Misión principal proporcionar a las tropas el maa)
Suministros y Entretenimiento, que abarca-.
(1) Para la invasión del Norte de Africa, el perso-’
Aduisi-ción, distribución y entrega -del Mate
nal del Servicio manejó en el sentido físico de la pa
rial de Guerra, incluidas municiones, a las
labra 3 1/2 millones de armas y elementos de guerra. De
Unidades d-el Ejército.
esta cantidad el 70 55 fué de municiones,
el 20 55 de
vehículos
y el 10 % restante
de armamento
y material
Recuperación,
entretenimiento,
evacuación y
diverso.
puesta en servicio de dicho material y muni
En la ruptura del frente en St. Lo en Normandía,
ciones.
que requirió una considerable
preparación
artillera,
en
Información sobre los medios disponibles.
los tres días que duró la batalla, se dispararon
120.000
proyectiles
de Obús de 105 mm., lo que representa
un
b)
Orientación técnica e Inspección, que in
peso de embarque de 3.000 toneladas.
cluye
:
Entre
la primavera de 1944 y finales de 1945 se repa
Aconsejar a los Jefes sobre las características,
raron
por las tropas del Servicio más de 50.000 armas
y piezas de Artillería y 33.000 direcciones
de tiro, ileposibilidades, limitaciones y normas de utiliza
gando el Servicio, en esta época, a ser responsable del
ción del material, así cómo métodos de e-mpleo
entretenimiento
de más de dos millones de vehículos.
y entretenimiento preventivo.
De la magnitud global del material
que el Servicio
tuvo a cargo durante esta Segunda Guerra Mundial nos
Inspección técnica del Material, incluyendo la
•
-
.
-
-
—
-
—
-
-
-
—
-
—
-
-
-
--
-
-
—
da idea el que el Costo en -dólares de dicho, material de
guerra
durante ese período fué de. 45 billones de dóla
res. De los cuales 38 billones fueron para carros de
combate, armas ligeras, camiones,
municiones,
Artille
ría, Direcciones
de Tiro y accesorios.
22
(2) Vehículos - que
tierra
con elementos
tripulados.
vuelan sobre
de propulsión
la superficie
de la
propios y sin estar
munición, para establecer el estado de servicio
y asegurar su conservación y seguridad.
c) Recuperación y puesta en servicio del Mate
rial capturado al enemigo o el propio abandonado.
IV—LO PRINCIPIOS DEL SERVICIO DE
MATERIAL DE GUERRA EN’ CAMPAÑA
Así como los principios del arte de la guerra
preconizados por el General Carl Von Clausewitz
establecieron una doctrina para las operaciones
militares, así los principios del Servicio ‘de Mate
rial. de Guerra sirven corno unas verdades bási
cas, las cuales deben ser cumplidas tanto en las
operaciones internas del Servicio como en las re
laciones de éste con los usuarios del material.
Estos principios establecidos por el Ejército de
Estados Unidos son también sencillos y al alcance
del sentido común. Sin embargo, como nos dice
Clausewitz, la gran dificultad estriba en permane
cer fieles a ellos.
En otras palabras, lo difícil no •es entenderlos,
sino cumplirlos, que es donde radica la verdadera
eficacia, y lo que requiere el esfuerzo constante de
todos, los Oficiales del Servicio. Cada función del
Servicio debe ser reflejo de estos principios, que se
enumeran a coñtinuación:
Servicio único.
Indivisibilidad del abastecimiento y las repara
ciones.
Repuestos. Las piezas de gran consumo a van-•
guardia y las de poco consumo a retaguardia.
Separación e inspección de las piezas útiles de
las inútiles.
Asignación de un área de responsabilidad en
consonancia cori la misión.
—Mantenimiento
y abastecimiento hasta el es
calón logístico más inferior y en la posición
irás avanzada.
Tomando las iniciales de los principios enume
rados, se observa que puede formarse con ellas las
palabras SIR SAM, que sirve como regla mnemo
—
—
—
—
técnica para recordar dichos principios; la figura
1 representa humorísticamente la misión del Ser
vicio.
Para comprender mejor estos principios, repa
saremos y comentaremos cada uno de ellos.
a) Servicio úníco.—El usuario del material debe
entenderse solamente con un Servicio para todo lo
relacionado con el material de guerra, abasteci
miento y reparaciones, evitando la multiplicidad
de dependencias y pérdida de tiempo. Para los
usuarios este organismo único lo constituye las
unidades de apoyo directo del Servicio, que es de
donde reciben todo el material y el apoyo en el
entretenimiento y reparaciones del que tengan de
dotación. Todas las demás unidades e instalaciones
del Servicio, están dirigidas a proporcionar a las
unidades de apoyo directo la ayudanecesaria.
Considerando este principio desde un punto de
vista más amplio se ve que el Servicio de Material
constituye el organismo único para el Ejércit’o de
Tierra, pues .del Jefe del Servicio depende la su
pervisión técnica y de mando en los asuntos rela
cionados con la investigación, proyectos, desarrollo,
fabricación, distribución, abastecimento, entreteni
miento y funcionamiento del material de guerra.
Por medio de los, mariuaies técnicos y otras publi
caciones oficiales se disemina la información pre
cisa concerniente al manejo adecuado, posibilida
des, etc. del material, a la vez que los técnicos del
Servicio proporcionan la asistencia técnica nece
saria, tanto a los Jefes de las unidades como a los
usuarios del material.
b)
Indivisibilidad del abastecimiento y las repa
eiones.—El apoyo logístico de material es una com
binación de las funciones de abastecimiento y’ re
paración. No pueden separarse el uno del otro en
ninguno de los escalones del Servicio. El abasteci
miento depende de las reparaciones que propor
cionan la máxima vida económica del material.
‘La reparación es una fuente de abastecimiento por
la que las piezas inútiles se convierten en útiles
»
iE’ec ¿1PSS’OS
U,,c&de.ç fJS(JCP/Of
del naer,z/
Exito
Potenci-c7
en ¿a 6aÉaLLa
de
Fig. 2.
23
o
para ser devueltas a los canales de abastecimien
to. Debe de explotarse al máximo el entretenimien
to y la separación y disminui•re en todo lo posi
ble el abastecimiento. Por otra parte cualquier
operación que requiera la reparación del material
depende casi exclusivamente del abastecimiento de
piezas de respeto, ya provengan de las fuentes de
entrega en origen, o del procedente de desguace.
Todos los escalones de apoyo logístico deben de
tener equilibradas las funciones de abastecimiento
y entretenimiento. El entretenimiento requiere una
entrega de material en el momento oportuno; el
abastecimiento debe exigir el máximo esfuerzo al
entretenimiento. Los dos son inseparables.
e) Repuestos. Las piezas de gran consumo a van
guardia y las de poco consumo a retaguardia.—El.
servicio de armamento y material, dentro de los
escalones de apoyo directo, tiene que• ser extrema
damente móvil y debe establecer un eje de abas
tecimientos y reparaciones a lo largo del eje de
operaciones tácticas. Las unidades del servicio de
ben entregar el material donde se necesite y en la
cantidad necesaria. lfnicamente las piezas que tie
nen un índice de mortalidad elevado, que caen de
lleno en la categoría de “gran consumo”, deben
almacenarse en las zonas avanzadas. Aunque ya se
tenga establecido un número inicial de piezas, hay
que basar las posteriores entregas en las verdacle
ras mcesidades que se presuma ha de haber de
material. Para poder cumplir este principio hay
que mantener una contabilidad precisa y al día
de todos los artículos.
Las piezas que queden dentro de la categoría de
“poco consumo” han de evacuarse a escalones pe
sados o a Parques, que además de tener artículos
de “gran consumo” deben retener una cantidad
equilibrada de artículos de “poco consumo”, con
arreglo a las mismas bases que tienen las unida
des de apoyo directo sobre los artículos de “gran
consumo”. El servicio logístico en la misión de apo
yo de las unidades internas del servicio, tiene que
proporcionar la entrega inmediata a las unidades
de apoyo directo de los artículos que estén clasi
ficados como de “gran consumo”. Sólo en una si
tuación de urgencia deben desmontarse piezas de
material inútil antes de proceder a su evacuación;
sin embargo, debe de refiejarse en los in formes y
fichas las cantidades de rnaterial que se han ma
nejado, cualquiera que sea su procedencia.
d)
Separar e inspeccionar las piez
útiles de
las in.útiles.—pçr la aplicación de este principio
puede facilitarse a las unidades de combate la má
xima potencia de fuego y la máxima movilidad
con cli mínimo esfuerzo a lo largo de la cadena de
abastecimiento. La separación de las piezas útiles
de las inútiles, en los almacenamientos, es una
fuente de abastecimiento que debe explotarse al
máximo. Debe evitarse la acumulación de piezas
24
9
inservibles y debe reconocerse el estado de ütilidad
de todas las piezas antes de proceder a su distri
bución.
e)
Area de responsabilidad en consonancji con
la miáión.—Lo mismo que se fijan los límites geo
gráficos a cualquier mando táctico, hay que fijar
zonas para el apoyo logístico. Muy á menudo la
zona de responsabilidad de las unidades del, ServI
cio de Armamento coincidirá con la zona táctica
a la que apoya, como ocurre con el Batallón de
Armamento y Material orgánico de la División, o
bien puede haber una coincidencia o superposi
ción de determinadas zonas. Por ejemplo, una com
pañía de recuperación de la zona d.e Ejército pue
de estar a disposición de reforzar las secciones de
recuperación de .dos o más zonas de División. El
punto importante es que las unidades del Servicio
apoyen zonas específicas, así como a las unidades
a que estén asignadas. En esto están incluidos los
servicios de remolque, patrullas de carretera a lo
largo ele la ruta principal de abastecimientos, re
cuperación en el campo de batalla, asistencia a las
inspecciones técnicas, enlace entre las partidas de
trabajo enviadas a las unidades de combate, des
trucción de proyectiles y recuperación del material abandonado o capturado.
Est principio debe de coordinarse por medio de
un estudio y plan detallado para poder proporcio
nar un servicio eficiente y eliminar la duplicidad
de esfuerzos y falta de eficacia dentro de la zona
de responsabilidad. Además de la misión propia
del Servicio, los Jefes de sus unidades deben pro
curarse SU propia segur’idad contra los ataques
enemigos dentro de sus áreas de’ responsabilidad
Los Jefes de las unidades del Servicio dé Ma terial de Guerra son frecuentemente encargados del
mando de las fuerzas de defensa de una Zona de
Retaguardia.
f) Mantenimiento y abastecimiento hasta el es
calón logístico más in/erioi’ y en la posición más
avanzado.—La capacidad de los escalones usuarios
para oponer al enemigo una mayor potencia com
bativa es proporcsnal a la eficiencia del servicio
de Apoyo directo.
El Servicio de Apoyo directo debe detectar los
fallos incipientes en la logística de las unidades
usuarias, proporcionar a estas unidades una ayud.a
inmediata y resolver de una mañera expedita los
problemas relativos a Material de Guerra que re
basen la capacidad de dichas unidades usuarias.
tJna adecuada aplicación de este principio pro
porcionará las siguientes ventajas:
Material inactivo durante un tiempo mínimo.
Las peticiones de transportes se reducen tam
bien al mínimo.
Reduce las necesidades en Materiales y sus
componentes.
—
—
SERVICIO LOGISTICO
CONSUMIDOR
AL DETALL
DIRECTAMENTE
BAJO EL COMANDANTE
EN
JEFE
7LOGTIC
ADQUISICION
Al.PORMAYOR
DIRECTAMENTE
8AJOELJEFE
DEARMAMENTO
Y MATERIAL
ORGANICO
CAMPAÑA
DE
ORIGEN
ZONADE COMB.YDEETAPA ZOND COMB.YDE
ETAPASESCALONESINDUSTRIALES
ESCALONESDE COMBATE ESCALONES
DELSERVICIO ZONA DEETAP.Y DEI INT.
USUARIOS
)
SERVICIO
SERVICIO APOYO APOYO DE
O-ELA UNI DIRECTO CONJUNTO
FA REALIZAR
POR DAD POR
A
A
EL USUARIO COMPAÑIASDIVISIONES
Cs.DE E.
TERIAS Cs.OE E.
INDEPEN
ITALLONESINDEPEN
DIENTES
1WDIV-JDUAL
a
POR
SERVICIO
MANDOS
INDUSTRIAL
LOGISTICOSINSTALACIONES
INSTALACIO DEL SE.RVICIO
NES DEL
SERVICIO
IÓNES DIEt4TES EJE RCITOS
CONTRATISTAS
.roS EJERCITOS
INDUSTRIALES
a
Reduce el tamaño de las instalaciones de la Zo
na logística de retaguardia.
No podemos justificar grandes organizaciones de
apoyo logístico en las Zonas de rétaguardia con la
suposición de que pueda fallar el Apoyo del Ser
vicio en los escalones avanzados, exigiendo “Ciru
gía” en las Zonas de Retaguardia. De la misma
manera que la medicina preventiva y. no la ciru
gía mantiene la salud de una unidad, el entreteni
miento preventivo asegúra la eficiencia y economía
de fuerzas dentro del sistema.
La organización del Servicio de Ordnance debe
ser continuamente revisada y ajustada a este prin
cipio. Las exigencias grandes que pesan sobre el
sistema de suministro, originando un exceso de
actividades de reparación y reconstrucción, será
consecuencia de no haber tenido en cuenta este
principio al confeccionar el pian de apoyo de
tódos los éscalones del Servicio de Apoyo logístico
en Campaña.
todo, uniendo a todas esas acciones e incluyendo
otras más.
En la parte derecha de la figura se ve un embu
do ajustado al extremo de una cadena hueca. Los
materiales que entran por ese embudo se transfor
man por los escalones industriales en elementos
aprovechables y pasan en un flujo ininterrumpido,
a través de los diversos eslabones de la cadena, hasta
ser empleados •como elementos de •combate, en el
otro extremo de ella. Obsérvese que la cadena es
un conjunto rígido, es decir, que existe la misma
relación entre los esiabones, tanto si se tira de la
cadena hacia adelante en el ataque, como si se
hace retroceder por retirada o desmovilización.
Si se observa que todos menos los dos eslabones
de la izquierda, están bajo la resporsabilidad di
recta del Servicio de Armamento y Material y que
incluso esos dos caen dentro de la supervisión téc
nica del Servicio, puede uno darse cuenta de la
importancia de la misión encomendada a éste.
La cabeza visible del sistema es el Jefe del Ser
y—ESCALONES
DEL SISTEMA
vicio de Armamento y Material; cuya respons’ati
En la figura 2 se tiene una repreSentaci5n del lidad táctica y de mando se extiende a todo lo
sistema que proporciona los medios de dirigir los largo de la cadena, desde los escalones industriales
esfuerzos hasta el último objetivo, el éxito en la h’asta las armas usuarias. En la figura 3 se mues
batalla. Se compone de eslabones (Secciones o Es tran las misiones y responsabilidades de todo el
sistema.
calones), dependientes unos de otros entre sí.
Hay que considerar a cada uno de los eslabones
ESCALON.—SFRVICIO
INDIV IDUAL
corno una Sección o escalón del Servicio Logístico, PRIMER
no meramente como funciones privadas de fabri
Este escalón lleva consigo el mínimo equipo
cación, adquisición, abastecimiento o entr.eteni
esencial: para que los individuos, tripulaciones o
miento. La Logístiea es un término que incluye sirvientes, cumplan su misión con el máximo :apro
—
25
vechamiento. Incluye el entretenimiento ‘preven- usuarios no pueden reparar, para proceder a su
tivo, sobre la base de realizarlo antes y después reparación y devolución, inmediata al usuario, o
del manejo y funcionamiento del material,
para su evacuación al escalón superior, después de
EJ personal citado tiene que realizar la limpieza, efectuar su cambio por otra pieza igual en estado
engrase, apriete y las pequeñas reparaciones p’ara (le servicio.
Las unidades de apoyo dicto
son extremada
‘las que estén autorizadçs por sus reglamentos tác
mente móviles, i, por ello, flexibles para acompa
ticos.
Se realiza por el usuario.
ñar a las Unidades usuarias en sus movimientos a
lo largo del eje de avance o retroceso.
‘Su lema es: CONSERVACION.
Su lema es: R’EPARACION Y DEVOLUCION
AL USUARIO.
SEGUNDO ESCALON.—SERVICIODE LA UNIDAD
,
En este escálón se efectúa la adquisición, distri
CUARTO ESCALON.—SERVICIO DE APOYO DE
bución, y contabilización del material de guerra, al
CONJUNTO
nivel orgánico. En él se lleva a cabo la supervisión
de los, mandos orgánicos y el adiestramiento de
Este escalón realiza la adquisición y entrega
los usuarios para sacar el aprovechamiento máxi del material para las unidades del servicio de apo
mo y más económico del material. Incluye la su yo directo. Su función primordial es la del apoyo
pervisión del entretenimiento preventivo, a cargo a las unidades propias del servicio. Sus ‘unidades
de los usuarios, sobre la base de realizarlo antes y son mayores, semimóviles o fijas, estando situadas
después de la utilizacIón del material,’ indepen
en la zona intermedia de la zona de Ejército, o
dientemente ‘de las revistas propias de la Unidad. en las avanzadas que estén bajo el mando los
En él: se realiza el entretenimiento orgánico, que tiio. Realiza el trabajo que no pueden hacer las
está fuera de las posibilidades del que llevan a unidades de apoyo directo, después de cambiarlas
cabo los usuarios directos (primer Escalón), rea
los elementos por otros en estado de servicio, y la
lizándolo cada bimestre. Efectúhn’ la limpieza, segregación y almacenamiento de las piezas inúti
ajuste, engrase, apriete y pequeñas reparaciones.
les, a las que repara, reconstruye y ertrega’ a los
El material que no pueden reparar, se evacua a Parques y Almacenes.
las unidades de apoyo directo del Servicio de Ar
Su lema’ es: REPARAR Y ALMACENAR.
mamento.
Se lleva a cabo en las Compañías, Baterías, Ba
tallones, Grupos, Agrupaciones .y Regimientos.
QUINTO ESCALON. SERVICIO DE PARQUES Y
Su lema es: CONSERVACION.
MAESTRANZAS
—
Este escalón da la base de adquisiciones, almace
namiento y entrega al por mayor, del material y’
efectos, desde una base fija y establecimientos ir
termedios, llevándolo hasta las unidades más avan
En este escalón se efectúa la adquisición y en zadas del servicio. Realiza la reunión, segregación
trega, en detalle, de los materiales. Es el único me y destrucción de todo el material inútil que no
dio directo que tienen los usuarios para recibir su pueden reparar .los escalones inferiores. Ejecuta
material. En él se inspecciona y completa las pie desmontajes totales y reconstruye para almacenar.
zas y elementos, antes de proceder .a su entrega y Determina cuáles son los artículos, que deben cia
se realiza la ayuda técnica al usuario en lo con sifi’carse como “críticos” o de “gran consumo”.
éerniente a características, posibilidades, limitacio k’rovee d.c asistencia técnica a todos los escalones
nes, funcionamiento adecuado
servicio del ma avanzados que lo necesitan. Normalmente opera
en la zona de comunicaciones o en la del interior.
terial.
El escalón proporciona el personal que, bajo el
Su lema es: ABASTECER.
mando del Jefe de la Unidad Superior, ha de ve
rificai las inspecciones’, para determinar la efi
ESCALON INDUSTRIAL
cacia y eficiencia el entretenimiento y abasteci
miento. Realiza la recuperación en el campo de
Constituye la fuente de investigación, desarrollo,
batalla y organiza las patrullas de reparaciones
fabricación
y adquisición de’ todo el material de
en arretera,
en el interior de su zona de acción.
También organiza las partidas de trabajo que se guerra. Provee’ de asistencia técnica a todos los
envían a las posicfon.es avanzadas, para reparar escalones inferiores para el funcionamiento, em
el material averiado. Recibe el material que los pleo y reparación del material’, así como la redac
TERCER ESCALON.—SERVICIO DE APOYO DI
RECTO
26
-
ión de las publicaciones técnicas correspondientes.
tectua
la eclucacion científica superior y la en
señanza técnica, por medio de sus ingenietos, en
las Escuelas del Ejército.
Sus Unidades son: Maestranzas, Parques, Fábri
cas, Arsenales, Distritos, Laboratorios de Iflvesti
gación y Polígonos de Experiencias.
S lema es: PRODUCCION.
VI.—ANALOGIAS
-
De todo lo anterior deducimos ciertas analogías
de Ordnance con el Servicio dé Artillería español.
No hay duda de que, aunque en nuestra organiza
ción no existan con dicha denóminación, de hecho
disponemos de estos servicios.
En lo equivalente al primer escalón (usuarios)
—sirvientes en una pieza de Artillería, tripulación
en un Carro de Combate o conductor en un Ca
mión—no hay diferencias esenciales y ambas orga
nizaciones tienen misiones análogas.
En 10.equivalente al segundo escalón (unidades),.
en nuestra organización está Compuesto por los
maestros Ajustadores, Armeros (C. A. S. E.) y Sub
oficiales Especialistas, con sus equipos de personal,
herramientas y accesorios o piezas de repuesto.
Ambos escalones son orgánicos de las unidades
y dependen de los mandos de las mismas, aunque
también tienen dependencia técnica del Jefe de
Armamento y Material de la Unidad Superior en
cuanto a inspección y abastecimiento.
Disponemos de normas, folletos y reglamentos
sobre esta materia. (Normas para la clasificación,
conservación, inutilización y transporte del arma
mento, material de Artillería y municiones. Los
Servicios Oe municionamiento y de Armamento
y Material en Campafia, etc., y las Normas que
continuamente está dando el E. M. C. sobre esta)
Materia). A nuestro modesto entender están algo
disDersas y algunas anticuadas.
En los restantes escalones, el problema es más
complejo, pues si bien podríamos decir que lo equi
valente a lo Escalones 3.° y 4.° está integrado en
los Parques de Artillería Divisionarios, de C. E. y
Ejéxcito, -con sus Secciones de Municionamiento
y Armamento y Material, así éomo parte de las
Maestranzas, éstos carecen en absoluto de Un idades de Campaña con la debida movilidad Y flexi
bilidad para poder apoyar a las tropas combatien
-
-
tes en las diversa situaciones tácticas que hoy
pueden presentarse, tan diferentes de las l
pa
sado.
En las Divisiones americanas y con la misión de
conservar en perfectas condiciones todo su arma
inento y material, así como de abastecer de muni
ciones. y repuestos a toda la División, exist de
plantilia un Batallón de ORDNANOE (unos 300
hombres), unidad fundamental de la División y
sin la cual no podría manteier su movilidad y po
tencia de fuego.
En cuanto a los escalones 5.° e Industrial, tene
mos las Maestranzas, Jefatura de Artillería y Di
rección General de Industria y Material con sus
fábricas Militares, Polígqno de Experiencias, Ta
ller de Precisión y Centro Electrotécnico, C.E.T.M.E.
y Escuela Politécnica, quienea) asumen la responsa
bilidad en cuanto a Investigación, Desarrollo, Fa
bricación, Adquisición y Recepción del Material de
Guerra y Municiones.
VII.—RESUMEN
Resulta difícil, en el -corto espacio que permite un
articulo, dar una idea clara de lo que es este im
portante Servicio de ORDNANC-E en todos los as
pectos que él abarca. No hemos referido sólo .a sus
principios y esdalonés en Campaña, sin entrar en
la organización de sus Unidades.
Al ver las analogías con nuestro Servicio, no he
mos pretendido decir que el Ejército Americano
sea perfecto ni que ‘el nuestro no se pueda mejorar
y -adaptar a las circunstancias actuales; simplemen
te hemos pretendido comparar los cuidados y con
servación del Material de Guerra en uno y otro, así
como recordar que tenemos medios útiles para me
jorar
esos terminar,
cuidados. queremos -resaltar que de tódos
Y para
los extremos que abarca la Instrucción en el Ejér
cito de BE. UU., quizás el prinéipal y en el que más
hincapié hacen los Mandos, sea éste de entreteni
miento y conservación del Material de Guerra, por
considerarlo como uno cte los factores principales
para obtener el máximo rendimiento en Campaña.
Nos sentiremos muy satisfechos si con estas notas
conseguimos crear una inquietúd sobre el asunto,
que también nosotros creemos tan fundamental para
la eficacia y economía de nuestro Ejército.
27
Afio
1959Premios
la çóiaboración
Para estimular y recompensar los trabajos de los colaboradores de EJERCITO, el Excelen
tísTmo señor Ministro del Ejército ha dispuesto se establezcan, para el período de tiempo com
prendido entre 1. de enero y 31 de diciembre de 1959, premios en el número y cuantía y para
los grupos que a continuación se expresan:
1.—ESTUDIOS
GENERALES
SOBRE GEOBELICA, POLITICA
MILITAR Y ECO
NOMIA DE GUERRA REFERIDOS AL MOMENTO ACTUAL.—Un premio de
z.5oo pesetas y otro de 2.00d.
11.—ESTUDIOS GENERALES DE TACTICA, ORGANICA MILITAR Y MOVILIZACION.—Un premio de 2500 pesetas y otro de 2.000.
III.—ESTUDIOS GENERALES DE LOGISTICA, NORMALIZACION
Y CATALOGA
ClON Y I3STADISTICA.—Un premio de 2.500 pesetaS.
IV—ORGANIZACION, ARMAMENTO, MATERIAL Y EMPLEO DE CADA UNA DE
LAS AMAS.—Un
premio de 2.500 pesetas y tres de 2.000.
V.—ORGANIZACION, MATERIAL Y EMPLEO DE CADA UNO DE LOS SERVI
CI O&—Un premio de 2.500 pesetas y otro de 2.000.
VI.—ESTUDIOS SOBRE MORAL, PSICOLOGIA, EDUÇACTON E INSTRUCCION MI
LITAR.—Un premio de: 2.500 peSetas.
VII.—PROYECTI.LES DIRIGIDOS Y COHETES
NUCLEAR.—Un premio de 2.ooo pesetas.
VIII.—COOPERACION AEROTERRESTRE .—Un
IX.—GUERRA DE GUERRILLAS Y DEFENSA
de z.00o pesetas.
X.—HISTORIA MILITAR.—Un premio de 2,000
REGLAS
Y ESTUDIOS
SOBRE LA GUERRA
premio de 2.000 pesetas.
CONTRA LAS MISMAS.—Un premio
pesetas.
PARA LA REALIZACION DEL CONCURSO
1. Tendrán derecho a tomar parte en este concurso todos los trabajos
en la Revista entre 1. de enero y 31 de diciembre de 1959.
que se publiquen
-
2. El Director de la Revista elevará al Estado Mayor Central la correspondiente propues
ta de premios, precisamente en el mes de enero de 1960.
3.
El artículo 12 de la Orden sobre publicaciones de 4 de enero de 1951 (“D. O.” núm. 23)
dispone que el premio de un trabajo de la Revisfa autoriza para la anotación correspondien
te en la Hoja de Servicios del autor.
28
No mas, sino mejor
Comandante,
de
Luis PINILLA SOLIYERES, de la Escuela
Aplicación y Tiro de Infantería.
“EL hombre vale lo que sabe: pero
no vale más el que sabe más, sino el
que sabe “mejor”. — .JOVELLANOS.
1—EL
•
METODO EN EL RENDIMIENTO
INTELECTUAL
Refiere Ramón y Cajal en sus “Reglas y Con
sejos sobre Investigación Científica” (1) que de
la lectura de un pasaje de Séneca se deduce “que
los antiguos conocieron ya el poder amplificante
de una esfera de cristal llena de agua”. Sin em
bargo no supieron profundizar en aquel hecho; y
termina afirmando: “¡ Quién hubiera sospechado
que en ese fenómeno amplificante, desestimado
durante siglos, dormían en germen dos poderosos
instrumentos analíticos: el microscopio y el teles
copio, y dos ciencias a ‘cual más grandiosas: la
Astronomía y la Biología!”.
Esa esfera de cristal llena de agua y en la que
“duerme”
ese poder amplificador no utilizado’para
hacer realidad muchas :pOsibiUdades, es la imagen
c1 gran número de inteligencias.
El rendimiento intelectual es algo así como el
producto de tres factores:
R1 = Inteligencia X Trabajo X Método.
Si cualquiera de ellos se reduce a cero, ‘el pro
ducto será cero; si se reduce a úno, el resultado
será exactamente el valor del producto de los
otros dos.
El primero es don de la Providencia, qúe, o se
desarrolla con el ejercicio y el método, o se em
bota por la prolongada laxitud.
El segundo, trabajo, mandato divino, es conse
cuencia de la voluntad.
El Método es resultante de un serio deseo de
perfección y siempre, por ello, e susceptible de
mejora.
Hay quien nunca ha pensado en el método. Si
se le preguntase qué método de trabajo o estudio
emplea no sabría qué responder. Haz tú mismo,
lector, la prueba, ah6ra, antes de seguir adelante.
Toma un papel y trata de resumir en él cuáles son
los rasgos esenciales de tu ‘método de trabajo in
telectual por una parte, y de tu método de’ estudio
en particular, por otra. Y en todo caso sigue exa
minándolo por comparación con las ideas que
siguen.
•
(1)
S. Ramán
MadrId, 1923.
y
Cajal.-P.g.
2.
6.
edicón.-Pueyo.
II.—METODO DE TRABAJO
INTELECTUAL
EN GENERAL
Caben muchos entiSe los raciox ales: tantos co
mo personas. Pero. no serán fácilmente cataloga
bies como lógicos, aquellos que no respondan a los
siguientes principios:
1.—Orden.
Punto base de ‘cualquier método de trabajo inte
l.ectual.
vios de
nido en
ponible,
Ma.teriaiménte se traduce en planes pre
aprendizje o’ trabajo en que se hayan te
cuenta, su fin, el tiempo necesario, el dis
los medios y las circunstancias; sistema
ordenador
de ideas, datos, referencias bibliográfi
cas, etc. En esto las fichas suelen suplir con gran
ventaja a las listas, notas y papeles en general,
que aunque se compren de dos en dos, como los
guantes o los calcetines, terminan perdiéndose de
uno en uno.
Acostúmbrate, pues, a trabajar con fichas: pero
de las que se encuentran pronto y en su sitio. Fi
chas de referencias de libro d? artículos, de señas, de ideas, ci.tas, notas, etc., etc.
Un espíritu ordenado y trabajador, de inteligen
cia normal, rinde más, a’ la larga, que otro más
Inteligente que sólo emite destellos de vez en cuan
do. De esta consideración sólo escaparán los sabios
y los superdotados; y no siempre.
2.—Entendimiento
sobre
memoria.
Uti trabajo intelectual lógico no debe descansar
sobre la memoria. No porque la memoria sea, co
mo se ha dicho, “la inteligencia de los tontos”,
sino porque, como dice Jean Guittón (2), “pensar
es mejor q.ue recordar”.
El tiempo en la vida de cada uno está normal
mente en razón inversa de la memoria. Hoy tie
nes mucha: piensa que mañana tendrás menos y
entonces exclamarás: ¡ Si hubiera anotado!
La memoria es una valiosa ayuda para el tra
bajo y rendimiento intelectual, pero no es la base
.
(2) “El trabajo inteleetual”.-Editorial
nos Aires, 1955, ‘pág. 142.
Criterio.7Bue—
29
—
Y por fin, rasona, inductiva y deductivamen
te, analizando y sintetizando, meditando so
bre lo leído, observado, escuchado, imaginado
y aun razonado.
común.
Ya sabes lo que comúnménte se dice: “que es el
menos común”. Y es verdad.
Consiste en equilibrado y buen criterio para pro
ceder en todo.
En el fondo piensa que suele tenerló quien, con
sólo mediana o normal inteligencia, “piensa antes
de hablar” y “piensa antes de obrar”. Eso es todo.
-
-
y, por si sola, no desarrolla el- entendimiento.
De aquí el fallo de determinados sistemas de en
señanza. Y de aquí tambin la faa de humanfs
mo de determinados métodos educativos extranje
ros, con el grave peligro de ser hoy copiados en
Europa y, en particular, en España. Estos métodos
tienden a facilitar de tal modo -la enseñ-anza que,
como la leche esterilizada, a fuerza de eliminar
microbios la deja sin vitaminas: en el mejor de
los casos sirve para instruir, no para educar, y por
consiguiente, al menos, no son completos.
El hombre no puede ser educado intelectualmen
te nf en ningún orden claro está, como un oro o
como un mono. Sobre todo porque no lo es (aun
que alguna vez lo parezca).
La inteligencia del hombre es susceptible de
desarrollo más que de relleno. Los medios educa
tivos que tienden al desarrollo, como más huma
-nos y por tanto aún más divinos (Dios es el sumo
desarrollo y perfección en todo), estarán siempre
muy por encima de los que sólo rellenan, aunque
para determinadas y locales facetas de la instruc
ción y la enseñanza puedan resultar, como se dice
hoy, “muy eficaces”.
5.—Deseo
-
de me)ora.
IndisDensable. Y cuando has llegado hasta aquí.
es que no te falta. Y entonces:
Lee alguno de los libros sobre el tema mdi
cado- en la bibliografía.
Fíjate en Ci sistema de trabajo de muchos de
aquéllos a los que en este orden “envidies.
Y sobre todo, examina las cosas buenas y ma
las de tu actual -método de trabajo intelec
tual. Por escrito, piensa, por ejemplo:
a)
¿A qué líneas o principios generales res
ponde mi método actual?
h) ¿A qué conclusiones puedo llegar después
de lo que he leído?
c) Redacción de bases para mi nuevo y pc
sible plan o mejora de trabajo intelectual.
a) xamen
de mis lecturas: libros leídos,
cómo, preferencia..., libros que debo leer
por deber, conveniencia, afirmación, etc.
e) Examen de mis facultades intelectuales.
3.—Ut’i1i2ación de todas las fuentes.
(Puedes calificarte en nota académica o
con
términos claros: poca, noi-mal, mu
“No toleres ri trabajo ni reposo a medias” (3).
cha):
Ante todo el viejo adagio. “Haz lo que haces”.
Además,
1 Aténción dispersa...
2 Atenéión concentrada...
Lee. Pero con método. Eligiendo lo que lees,
pensando, anotando. Aprende a dócumentarte
3 Atención
sos-tenida...
a fondo sobre una materia, utilizando fiche
4 Espíritu
observador...
ros, bibTiotecas, índices de trabajo.
5 Memoria mecánica...
Observa, escucha, pero resumiendo, captando
6 Memoria racional...
lo esencial, las causas, los motivos.
7 imaginación reproductora...
Imagina, pero sólo lo útil o lo que te lleve ‘a
8 Imaginación creatriz...
ello;, nunca Jo vano, lo estéril, lo inútil, lo
9 Inteligencia
especulativa o teó
irrealizable.
rica...
Experimenta, reproduce, comprueba. examina
10 Inteligencia práctica o de apli
en ti o en otros, no te conformes con haber
cación...
leído, obsérvado, escuchado, e imaginado.
11 Poder de síntesis...
12 Resistencia a la fatiga mental...
13 Expresión verbal...
(3) “Lógica”, W. S. Jevons.2.a edición.-Editorial
Pe
14 Agilidad mental (rapidez de jui
gaso. Madrid, 1952. Traducción del -inglés por A. J. Dor
ta, pág. 7.
cio)...
-
—
—
—
-
-
—
—
—
—
-
—
—
—
-—
—
—
—
-
—
-
—
—
—.
—
—
-
30
-
-
Todas las calificaciones que acabas de ponerte
puedes iñejorarlas; especialmente las más bajas
debes preocuparte por elevarlas.
111.—ESQUEMA DE UN METODO
DE ESTUDIO
•
-
=
Muchos poseen ciertas peculiaridades en su es
tudio: estudian “a su manera” y ésta les viene
bien porque el “método” (o lo que sea) que utili
zan es, sobre todo, “el suyo”, es decir el que “les
va”. Pero son muchos también los’ que tienen mé
todos que “no les va”, entre otras razones porque
no son propiamente métodos. Prescindiendo ‘de los
que no estudian (a los que bueno será recordar
que lo que hacen “de menos” en el juicio también
estará “de menos”) exponemos a continuación uno,
garantizado por muchos años de propia enseñanza,
y fundado en los más clásicos ‘y modernos princi
piosj científicos.
Puede ser útil a todos, a unos confirmándolos o
mejorándolos en su método y a los que, no se guían
por ninguno, dándoselo en general para que lo
acomoden a sus circunstancias.
Siguiendo el método activo de este artículo, para
nacer participar al lector en el tema de modo po
sitivo y no como mero leyente, no se expone el mé
todó de estudio en forma “americana”, todo ya di
cho y todo claro; sino “europea”, es decir que quien
quiera entenderlo y aplicárselo tendrá que pensar
y trabajar sobre el esquema; y esto es ‘lo bueno,
porque le hará -comportarse como ‘un “hombre” en
el ejercicio de su facultad privativa y excelsa: el’
entendimiento.
RESUMEN
2.°
Un METODO racional puede ser:
a) Antesde clase:
Saber de qué se va a tratar, LEERLO
(en determinadas materias, estudiarlo).
b) En clase:
ATENDER (fundamental).
ANOTAR o fijarse en lo que más des
taca el Profesor y en lo difícil.
Tomar APUNTES, sólo de lo que diga
el Profesor, o datos interesantes.
Hacer ACLARACIONES, sin temor,
oportunamente;
a veces alguna duda
ligera puede con fiarse a los compa
ñeros.
Seguir las PREGUNTAS “(Supuesto
“bueno” el, Profesor, aquéllas irán a
los, puntos difíciles y funda-mentales).
e) En estudio:
Saber de qué trata la lección y el or
den, índice o sumario (lectura rápida
y por encima).
LEER trozo por trozo (idea completa).
ANALIZARLOS.
SINTETIZARLOS.
ANOTAR la síntesis, haciendo esque
ma o guión de ideas clave (o más nor
malmente, subrayar al leer, escribir
notas marginales y hacer el propio re
cordatorio).
RELACIONARLO con lo anterior.
RECORDAR la síntesis (sin mirar el
libro o apuntes, consultando dudas en
ellos). Pregúntate a tí mismo lo es
tudiado y sabrás lo que sabes de ello:
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—.
—
DEL METODO DE ESTUDIO
Leer
Nutrir la memo
ri:a
Retener
lo
fundamental.
Sino
LEER
Con expre
corhprendie-nH
do,
ANAL 1- sión propia y
no la del li
ZAR, SINTE
TIZAR,
RE
bro. Adqui
rir
CRITE
LACIONAR
en una materia
para
RIO sobre lo
leído.
SA
BER
HA
CER.
Y a
veces
sólo
SABER
BUSCAR
1. ESTUDIAR
NO ES SOLO
1
31
otra cosa puede ser engañarte a ti
mismo.
d) Después: (Cuando sea postole o el tema
se quiera aprender a fondo).
“RUMIAR” lo estudiado (volverlo a
recordar, pensar y sintetizar).
REPASARLO nuevamente, con notas
o esquemas si es preciso.
HABLARLO, DISCUTIRLO, P R E
GUNTARLO, EXPLICARLO. (Estu
diando lo mismo dos o más alumnos
de similar grado, las ventajas de la
discusión y preguntas recíprocas son
muy grandes).
e) Finalmente:
REITERAR, repasando sobre todo lo
fundamental o cimientos y las lagunas.
3. Tender más al DESARROLLO Racional, al
criterio, que al “amueblado o relleno”.
Siempre papel y lápiz, mapas, figuras, gráfi
cos-Sentido común-Intensidad
en atenciónDesechar preocupaciones de familia y otrasLuchar contra la pereza, externa o física (es
necesario tiempo) e interna sobre todo (aten
ción, memoria y voluntad)-Pasar de unas co
sas a otras caprichosamente es pereza encu
bierta-La clave del estudio es la atención con
centrada: domina la imaginación y abstráete
de todo lo exterior.
4P En ejercicios escritos-Material preparado-Or
den. y presentación (letra, enlace, operacio
nes, etc.)-Repasar antes de entregar o dar
por terminado.
a) Estudiar enunciados o preguntas (prime
ro lo más sabido; proporción de tiempo).
b) Esquema o planteamiento completo.
e) Desarrollar el esquema.
d)
Ir más a la “calidad” que a la cantidad.
—
un minuto, estudiar primero lo más inme
diato o importante. No correr, pero no pa
rarse demasiado tiempo ante un escollo:
saltarlo. No tratar de que la memoria re
cuerde todo: siño lo fundamental. Propor
donar el tiempo: no todo- a una cosa.
—
—.
—
5.
EN LAS ACADEMIAS O CUANDO EL VO
LUMEN DE LO QUE E HA DE ESTUDIAR
ES MUY GRANDÉ en proporción con el
tiempo disponible.
—
Hay que estudiar mucho y vario en poco
tiempo.
Suele surr
el problema de las cuatro
faltas:
Una Falta de ATENCION. “Hacer lo que
se hace”. Concentrarse en el estudio es
una costumbre, igual que el distraerse es
la contraria.
Dos
Falta de BASE. Estudiar desde el
primer
día;
bien las Tbases.
fl5
a1ta afirmar
de MEODO.
Revisarlo;
-
-
-
mejorarlo: desarrollar las facultades.
Cuatro
Falta de TIEMPO. No perder
-
32
IV.—RESUMEN
-
Se dice en alguna parte que “un Profesor de idio
mas consideraba que una palabra había sido real
mente aprendida por los muchachos cuando Ja ha
bían olvidado y reaprendido nueve veces”. Si te
interesa aprender y practicar algo de lo que has
leído, no creas que ya está todo: vuélvelo a leer,
fijándote, “analizando, sintetizando y relacionan
do”, subrayando, tomando notas, haciendo fichas,
sacando un resumen.
Si al llegar a la quinta o sexta lectura todavia
hay algo que no entiendes bin, que se te resiste, y
no has dado con la idea resumen, teme que o tú o
yo hemos errado el camino, que estaría más con
forme con las propias aptitudes: la agricultura o la
construcción, por ejemplo.
Y por si acaso, el resumen final puede ser éste:
“Más vale cabeza bien formada .que muy llena”.
(Montaigne.)
Cultiva tu inteligencia al servicio del espíritu,
recordando aquella evidencia del aforismo favorito
de Sir W. Hamilton:
“EN EL MUNDO LO UNICO GRANDE ES EL
HOMBRE. EN EL HOMBRE LO UNICO GRANDE
ES EL ESPIRITU.”
-
¡Ah!, se me olvidaba: aún quiero decirte dos
confidencias: Primera, que el título “europeo” que
cuadra a este artículo es el de “Metodología del
Trabajo Intelectu.gl”, pero que se le ha puesto el
que tiene, por ser más “americano”. Ya adivinas
por qué. ¿No te dice esto algo? Segunda, que mejor
hubiera sido titularlo en lugar de “No más, sino
mejor”, “Además de más, ‘mejor”.
Gracias por tu lectura que compensa con creces
el trabajo.
—
BIBLIOGRAFIA
PRACTICA
—
“Los Tónicos de la Voluntad”.-S. Ramón y Gajal.-Co
lección Austral.
“Cartas sobre autoformación”.-Romano
Guardini.-Co
lección’ Prisma.-Ediciones
Dinor. San Sebastián.
“El arte de aprender a estudiar”.-A. W. Kornhauser.
Versión
castellana
de Platero.-Iberia-Gil,
editor.—Mnn
taner,
180. Barcelona.
“Organización
del trabajo
intelectual”.-P.
Chaviagni.
Colección Labor-Sección
2.’, n.5 305.
“El criterio”.-Ja-ime
Balmes.-Editorial
Juventud.
Bar
celona.
:1
•
Fotos
del Subalterno
pericial
del CASE don Jesús MERINO
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...
LANDAZABAL,
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de
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la
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1.a Bandera
:‘
paracaidista
Paracaidismo
LA MORALDELSALTO
Capitán
de Infantería
Francisco MARTINEZ PARIEN
TE,
de la Agrupación
de Banderas
iParacaidistas
del
Ejórcito
de Tierra,
cazador paracaidista,
profesor
de
E. F. y. diplomado de esquí y escalada.
Se oye con frecuencia, entre profesionales, que mento eventual, esto no quiere decir que toda per
el ‘salto” o lanzamiento desde avión con paracaí
sona esté en condiciones de utilizar tal medio ha
das no es sino un medio con que cuenta la Infan
bitualmente, sino tan sólo como mal menor para
ten a para, situarse en un lugar del campo de ba salvar la vida, aun a riesgo de sufrir fracturas,
talla inaccesible por otros medios, o bien un medio luxaciones o’ simplemente contúsiones ‘y arrastres,
‘para obtener una mayor rapidez o sorpresa. Como por falta de condiciones físicas y carencia de un
estas situaciones suelen ser especiales, se admite elemental adiestramiento.
lógicamente ‘que esta Infantería ‘sea a su vez, en
Contrariamente
a esto, y por la necesidad que
algunos aspectos, especializada. En cuanto al “sal tiene el paracaidista militar de encontrarse nor
to”, queda en su sentir reducido a un nuevo j ori malmente en condiciones de realizar un lanza
ginal medio de transporte.
miento, pasa,’ en el momento de su ingreso, por las
Esta creencia implica un error sobre el paracai
siguientes pruebas
dismo y sobre lo que el “salto” representa en la
Reconocimiento médico: Que nos asegura al pro
formación moral de nuestras Unidades Paracai
pio paracaidista contra fallos funcionales de, los
distas.
sistemas nervioso, respiratorio y circulatorio, prin
cipalmente debidos a emoción, caída en el vacío,
EL SALTO COMO SELECCIONADOR
golpe de apertura y momento de llegada a tierra;
DE HOMBRES
que, en ocasiones, y en individuos de reconocida
Aunque el “salto” con paracaídas se utilice por aptitud, han ocasionado pérdidas de conocimiento
los pilotos de Aviación como un medio de salva- en el aire o en el suelo, exponiéndolos a accidentes
y anulando en todo caso su posible participación
en un combate. En este reconocimiento se elimina
un 40 •por 100 de los aspirantes.
Prueba /ísica: En la que se exigen unas condi
cionés tísicas elementales de agilidad, resistencia,
velocidad y coordinación indispensables para asi
fnilar el posterior entrenamiento y adiestramiento
en la técnica del paracaidismo. En esta prueba se
elimina, por término medio, un 50 por 100 de los
individuos probados.
Prueba de decisón: En la que, mediante un sal
to en plancha sobre una lona, se demuestra el gra
do de decisión de que viene animado un individuo,
que espera saltar de un avión. En esta prueba,
para la que lógicamente hay que suponer autose
leccionados a los aspirantes, aún se elimina a un
5 por 100.
Todas estas pruebas son eliminatorias y no sir
ven solamente para darnos un buen paracaidista,
sino también un magnífico combatiente. A este
último fin contribuye una prueba más, de cultura,
en la que lógicamente se calcula que el analfabe
tismo es coincidente, en la mayoría de los casos,
Prácticas
con la falta de preparación física. En la prueba de
cultura se elimina a un 50 por 100 de los aspiran
tes.
Como la mayoría de los que son aprobados en
el reconocimiento médico pasan en Su totalidad
por el resto de las pruebas, ya que pueden aspirar
de nuevo al ingreso, una vez superada su deficien
cia física, cultural o de decisión, no es cáprichoso
afirmar que de cada 100 aspirantes por curso, so
lamente 20 de ellos reúnen las condiciones mínimas
para superar las cuatro pruebas y comenzar el
curso.
EL SALTO ÇOMO BASE DE
FORMACION MORAL
Todos los pasos que llevan al individuo hacia el
paracaidismo, cualquiera que sea su motivación,
van acompañados de un vago fantasma, como de
un velo lejano, pero seguro, que algún día nece
sariamente tendrá que descorrer. Por mucho que
lo haya meditado, por muy capaz que se sienta de
poder superar ese momento crítico, que constituye
de Ial3zamiento en Sidi Ifni.
precisamente el primer salto, el pensamiento se ve
acometido con relativa frecuencia por temores y
dudas, en que se entrelazan motivos, argumentos,
conviccIones y estimules, que, aun dentro de la
variada formación de los aspirantes, son siempre
análogos.
Esto se acentúa por la convivencia -que tienen los
aspirantes no sólo entre sí, sino con sus compañe
ros ya páracaidistas, en conversaciones cuyo tema
frecuente •es el citado primer salto. Asimismo, una
vez en la Escuela Militar de Paracaidistas, sus Ins
tructores y Profesores les habian de vez en cuando
de este tema, que ya va a ser para ellos un aconte
cimiento trascendental.
Lbs posibles peligros que la imaginación humana
desata, las más disparatadas hipótesis, fienen lu
gar en las mentes de estos hombres jóvenes que,
a pesar de todo, se afanan por salvarlas y se sien
ten capaces de superarlas. En su ayuda acuden
la contemplación casi a diario de lanzamientos y
el conocimiento que adquieren del paracaídas y su
técnica, que van dando al futuro paracaidista una
mayor confi5nza en los medios que ha de emplear.
Nada hay, sin embargo, que pueda dar al aspi
rante una impresión real, verdaderamente autén
tica, de lo que puede ser para él. su primer salto.
Y en el fondo de su conciencia, hasta el hombre
más formado y acostumbrado a dominar sus im
pulsos, siente el temor de agarrotarse en l.a puerta,
de no poder dominarse, para llevar a buen fin
aquello que tanto desea realizar; para demostrar,
sobre todo a sí mismo, que es capaz de hacerlo.
El salto es una experiencia nueva, jamás senti
da; el neófito ignora en absoluto la sensación que
ha de producirle el hecho de colocarse ante la
puerta, para “de verdad” realizar el lanzamiento
con su propio impulso, y esto no alocadamente,
sino llevando en la cabeza bien fijas todas las
normas y precauciones que ha de observar en
cada una de las fases del salto y la rápida solución /
de todos los posibles accidentes, que en esos mo
mentos se le antojan “más posibles” que nunca.
Esta experiencia nueva, qu.e entraña en sí la
posibilidad de un accidente mortal, lleva al aspi
rante a un examen pro fundo de su conducta mo
raL Paulatinamente, y a medida que se aproxima
la fecha del primer salto, que se mantiene lu
Prácticas en Ifni. La llegada a tierra.
minosa en su mente, se va acercando a los sende
ros de la Religión. Hasta los más descreídos y aban
donados suelen reaccionar a este impulso.
Es normal el día del primer lanzamiento que
todos los que van a efectuarlo comulguen en la
misa que diariamente se celebra en la Escuela. Esto
ha llevado consigo un mejoramiento general de la
conducta colectiva en los días que preceden al
salto, lo cual supone una revisión interior y un
propósito que, desgraciadamente, no en todos es
definitivo.
Aún así, en ese día solemne, lleno -de momentos
de intensa emoción y de alegría, queda el paracai
dista, con ese primer salto, marcado para siempre
con un sello indeleble en su espíritu, que ya nadie
podrá borrar ja-más. Se crea, además, con esto un
fuerte lazo de unien entre los paracaidistas de to
dos los países que re-basa ampliamente el ámbito
nacional.
Sucesivamen te se realizan cinco lanzamientos
más en menos de diez días, necesarios para la ob
ten-ción del tituló, en los cuales se mantiene el efec
to moral del primero.
Posteriormehte,
y una vez •en las Unidades, la
mayor separación entre los saltos que realiza cada
-
individuo, la confianza ue le va dando su expe
riencia, el ho haber experimentado accidente al
guno y la poca frecuencia con que éstos se produ
cen, casi inexistentes los de mortal. carácter, dan
lugar a que el péracaidista decaiga un poco en
aquella atención que prestó a su conducta moral.
Esto no impide que en cada lanzamiento que reali
za, cuando la patrulla se encuentra en el avión
sentada en sus asientos, ya aqiéI. en el aire, la in
mensa mayoría rece sus oraciones y renueven sus
propósitos, “por si las moscas”.
EL SALTO COMO FORMACION
DE COMBATIENTES
“Desde que se le sienta su plaza ha de enterár
sele d.e que el valor, prontitud en la obediencia y
grande exactitud en el servicio...’?
Siempre nos parecerá eterno este artículo de la
Ordenanza. En ‘efecto, no se ConCibe que un ‘corabatiente pueda servir como tal sin valor, sin saber
sobreponerse a todo ‘lo que su propia. naturaleza
le presente instintivamente como peligroso para su
seguridad, para su integridad física, para su vida.
Se puede decir que un hombre es tanto más o me
nos valiente en cuanto está más o menos capaci
tado para sobreponerse a su instinto y para ven
cer el sinnúmero de variadísimas situaciones peli
grosas que las distintas actividades en que el ser
humano se desenvuelve le pueden presentar.
Es cierto que el individuo, según los diversos
ambientes en que se desarrolla su formación, se
ha’oitúa a ciertas situaciones ‘peligrdsas que ven
ce y aún no llegan a impresianarle, sin que por
esto deje de darse cuenta de su peligro. A un hom
bre cuya vida se ha desarrollado en el campo,
entre ganado, no le impresiona montar a caballo
y trata al ganado con confianza. Asimismo, el na
tural de regiones montañosas trepa por los riscos
de su aldea. con soltura, y, aunque bien sabe que
si se le suelta a
mano la caída puede ser fatal,
nunca se para a considerarlo debidamente, por que
le parece improbable y está habituado a hacerlo.
Ahora nos es dado considerar cómo nuestros
abuelos, edn lOS primeros automóviles, se creían
obligados a proveerse de equipos especiales para
usar de ellos y juzgaban héroes temerarios a 105
que se lanzaban a la entonces estremecedora velo-
3
cidaci de 30 ó 40 kilómetros por hora. Esto hoy nos
resulta ridículo, no nos produce temor, y, sin em
bargo, un choque a esas velocidades puede oca
sionar accidentes graves.
Estas consideraciones nos llevan a suponer que
si a un’ hombre determinado le sometemos duran
te cierto tiempo a actividades consideradas nor
malmente como peligrosas y le habituamos a ellas,
al presentarse después de estas experiencias una
nueva situación de peligro nunca ekperimentada,
se puede esperar que reaccionará para superarla
de forma mucho más airosa que otro individuo
horma 1 no preparado.
Es aquí donde vemos una doble aplicación útil
del lanzamiento en paracaídas. La primera, como
entrenamiento
para cumplir misiones específicas
de unidades aerotransportadas.. La segunda, como
un auténtico entrenamiento moral qué curte al
individuo, en la superación constante de situacio
nes Contrarias al instinto; entrenamiento que le
ayudará en su día, cuando se encuentre frente a
un enemigo armado, a’ superar la nueva situación
peligrosa con un mayoi valor y confianza en sí mis
mo. Hay que admitir como cosa cierta que muchos
hombres que no se sienten llamados al volunta
riado en el Ejército, se consideran capaces de lan
zarse con paracaídas, y es verdad que lo harían si
fuera necesario, aun como deporte que se practica
en otros parses y mucho más para salvar la vida.
Ahora bien: la certeza absoluta de su capacidad
sólo la pueden tener Tos que lo han realizado al
guna vez, y éstos pueden lógicamente sentirse sa
tisfechos de sí mismos, aunque piensen que la cosa
es sencilla y que hay muchos hombres que igual
mente lo harían, porque su satisfacción viene de
que ellos ya la han hecho.
Las diversas situaciones no habituales que nos
presenta el. salto comienzan con la colocación y
preparación del equipo, en la que cualquier olvido
o equivocación, puede traer malas consecuencias.
Sigue la subida al avión y la espera durante el
desoegue y traslado a la zona de lanz’amiento. El
momento crítico del sal.to que ha de realizar el in
dividuo por sí mismo, sobre el vacío, que aparece
ante su vista lleno de posibles contingencias. A esto
sigue una fase de caída libre, en la que caben en
ganches en la’ cola del avión, desgarrones a la sa
lida de la seda, golpes con el fuselaje, roces con
las cintas estáticas, ‘etc., etc. Continúa con la aper
tura del paracaídas, con una sacudida más o me
nos brusca, que puede llegar a originar pérdidas
de conocimiento en algunos. casos, en momentos
en que tan necesario es comprobar la normalidad
de la apertura lo antes posible, mirando hacia is
campana, para utilizar rápidamente el paracaídas
de pecho en caso de anormalidad y corregir el po
sible enrollamiento de los cordones; del paracaídas.
Sigue el descenso, durante el cual apenas tiene
el paracaidista tiempo para darse cuenta de la
maravillosa situación en que se encuentra, sus
peidido en el espacio por una superficie de seda
blanquísima, con un magnífico panorama a vista
de pájaro, en un espacio silencioso y acariciado
por el aire, que respira mucho más puro que Ci
resto de los mortales. Durante el minuto escaso
que dura el descenso, apena.s puede el paracaidista
gbzar plenamente todas estas cosas. Su atención
está pendiente de evitar un posible choque con un
compañero de patrulla; maniobrar el paracaídas
en l.a forma prensa; soltar el paracaídas de pecho
de un lado para ver mejor el suelo; apreciar la
dirección del viento, para calcular la zona en que
tomará tierra, etc., etc. Deberá también corregir el
balanceo que el viento le produzca; hacer girar el
paracaídas en la dirección más favorable para la
toma de tierra y mantener la postura correcta de
llegada. Todo esto, sabiendo que no hay dos llega
das exactamente iguales y mientras ve acercarse
la tierra, al parecer cáda vez más aprisa; cuando
cualquier piedra o pequeño obstáculo le parece
inevitable y necesita toda su atención para apre
ciar el momento exacto del contacto de las plantas
de los pies con el suelo, para coordinar este instan
te con un fuerte tirón hacia abajo de los brazos
que sujetan con fuerza las bandas del paracaídas,
produciendo una amortiguación fundamental er
la 1lgada a tierra.
Todas estas preocupaciones, que mantienen ten
sos los sentidbs y facultades mentales del paracai
dista en un espacio cortísimo de tiempo, le obli
gan a desarrollar sus reacciones en una gran pron
titud y exactitud, que han de reflejarse luego en
l.as cualidades que, como soldado, le piden las or-.
denanzas. Dentro de este espíritu, el combatiente
ha de resolver con serenidad e inteligencia los in
cidentes que se le presenten, para lo cual el salto
le proporciona coordinación, rapidez de reflejos,
decisión y una gran confianza en sí mismo.
Por otra parte, el paracaidista sabe que todos es
peran de él en el combate un comportamiento su
perior alnorma1 y esto le lleva a superarse para
no defraudar el juicio de los demás, ni ofender su
propia estimación.
CON CLUSION
Afortunadamente
tenernos ya magníficos solda
dos profesionales que han tenido ocasión de hacet,
quizás, este artículo innecesario. Su actuación en
las operaciones en las provincias de Ifni y Sahara
no. ha defraudado las mejores esperanzas puestas
en ellos. Las felicitaciones y la confianza y el ca
riño que el mando deposita en estas Unidades, les
acredita como excelentes combatientes.
Esto es el “salto” con el que el paracaidista re
nueva simbólicamente el constante ofrecimiento de
su vida a la Patria, no sólo en la paz, que todos
deseamos, sino en Tas situaciones más decisivas
de la guerra, para las que siempre se encuentran
preparados.
.
37
1
f1 1
INormas soDre
o1aboracion
o,
EJÉRCITO se forma preferentemente
cnn los trabajos de colaboración espontá
nea de los Oficiales. Puede enviar los suyos toda la Oflci’alidad sea cualquiera su
empleo, escala y situación.
También publicará EJÉRCITO trabajos de escritores civiles, cuando el tema y su
desarrollo interese que sea difundido en el Ejército.
Todo trabajo publicado es inmediatamente remunerado con una cantidad no menor de
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zados en la Sección de “Información ‘e Ideas’ y Reflexiones” tendrán una remuneración
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La Revista se reserva plenamente el. derecho de publicación; el de suprimir lo que
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15
renglones, con do
ble enpaco entre ellos.
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si son raras y desconocidas. Los dibujos necesarios para la correcta interpretación del
texto
vista
son indispensables, bastando que estén ejecutados, aunque sea en lápiz, pues la Re
se ‘encarga de dibujarlcs bien.
Admitimos fotos, composiciones y dibujos. en negro o ‘en cior, que no vengan aom
pañando trabajos literarios y que por su carácter sean adecuados para iá publicación.
Las fotos tienen que ser buenas, párque, en otro caso, no sirven para ser reproducidas.
Pagamos siempre esta coiaoración según acuerdo con el autor.
Toda colaboración, en cuya preparación hayan sido consultadas otras obras o tra
bajos, deben ser citados detalladamente y acompañar al final nota compieta de la bi
bliografía consultada.
En las traducciones es indispensable citar ci nombre completo del autor y la publi
cación de donde han sido tomadas.
Solicitamos la colaboración de’ la Oficialidad para “Guión’, revista ilustrada de los
mandos subalternos del Ejército. Su tirada, 21.000 ejemplares, hace de esta Revista una
tribuna resonante donde el Oficial puede darse la inmensa satisfacción de ampliar su la
bor diaria de instrucción y educación de los Suboficiales. Pagamos los trabajos destina
dos a “Guión” con DOSCIENTAS CINCUENTA a SEISCIENTAS
pesetas.
38
-
—-
--•-
--
-
-
.Tt_
--:-
-J
——=i
_/-
J
Li Grupo de combate
(frobiernas
derivados de estas l/J/ffk&8)
Sirva de preámbulo a las cuestiones que nos
proponemos plantear un ligero repaso de las ra
zones que han dado nacimiepto a los grupos de
combate, muy sabidas, lo reconocemos, pero que
nos es necesario ahora.
«Dispersarse para marchar, concentrarse pa
ra combatir», esta antigua norma militar ad
quiere nuevamente con los actuales medios de
combate
la mayor importancia.
En ninguna
mente nilitar cabe esperar que se vuelva a ver
el espectáculo guerrero, pero agobiante, de in
terminables
columnas de hombres y material.
ocupando a lo largo y a lo ancho toda la red
de carreteras, caminos y senderos de las zonas
de etapa y de eomhat&. El ya no rentable, sino
sabrosisimo, objetivo atómico, que cualquiera de
estas columnas, con sus naturales atascos y con
centraciones
constituiría, es ya una clara razón
del poraué esto ya no es probable que vuelva a
repetirse.
Será preéiso, pues, a partir de ahora, contar
fundamentalmente
con unas Unidades que es
tén dotadas en su más alta expresión de las si
guientes características:
Gran movilidad.
Gran potencia de fuego.
Gran autonomía.
Vamos a enalirar un poco cada una de estas
características
en relación con las necesidades
de las Unidades encargadas de lleva.r a. cabo una
posible acción atómica, o que hayan de entren
tarse con ella.
Movilidad: Las Unidades deberán ser capaces
de avanzar en despliegues muy dispersos, tanto
en profundidad
como en anchura, por itinera
nos paralelos que a veces distarán unos de otrcs
decenas de kilómetros; como contrapartida,
de
berán ser capaces, en un breve intervalo de
tiempo. horas escasas, de concentrarse
en una
zona, para atacar, romper y profundizar. pro
curando lo más rápidamente posible cerrar dis
tancias
con el enemigo; a fin de evitar a su
•
—
—
—
Servicio
de E.
Infantería,
M. Capitó.n
Ricardo
del
SAÑFELIZ
PERMANYER,
del E. M. del
e.
E. de
vez que éste haga uso de sus disponibilidades
atómicas, ante el temor de que las propias fuer
zas sean afectadas por la explosión.
Una vez conseguido su propósito, las Unida
des deben de ser capaces de efectuar nueva
mente una rápida dispersión, con la finalidad
de que desaparezca el objetivo que preentaríafl
varios Grupos de Combaté, concentrados y avan—
zando reunidos, o con escasos intervalos, dis
persión que deberá durar hasta que, presentán
dose otra resistencia u objetivo enemigo, sea pre
ciso realizar una nueva concentración
para
arrollaria.
Vemos, pues, que estos Grupos de
Combate serán fundamentalmente
aptos para:
avanzar
en grandes despliegues, concentrarSe
súbitamente
para penetrar en el dispositivo ene
migo, dispersarse nuevamente y continua
avan
zando, evitando siempre y de cualquier forma
convertirse en un objetivo rentable atómico. Y
tanto más uanto que ha variado el concepto de
objetivo rentable absoluto que regía cuando se
dispon.ia de escaso número de bombas por el
de objetivo rentable táctico que impera hoy.
En resumen, deben de sér capaces de moverse más rápidamente que antes, continuar mo
viéndose aun bajo el fuego clásico y dispersarse
instantáneamente
ante la eventualidad
de un
atqque atómico por parte deI enemigo.
Potencia de fue go: Dada la distancia a que es
tos Grupos de Combate acluarán uno de otro,
d&cerán. estar dotados de una potencia de fue
go tal que les permita: actuar ofensiva o de
fensivamente
por sí solos en las ocasiones que,
por imperativos tácticos del momento, deban de
enfrentarse
con el enemigo; cubrir, con el con
curso del fuego atómica y con el de la artillería,
los intervalos que necesariamente,
dada la flui
dez de la lucha, se producirán indefectiblemente
entre los diversos Grupos de Combate, al ser
atomizados
algunos de ellos, o por vicisitudes
normales de aquélla; actuar resolutivamente
en
un momento dado; establecer cortinas defensi
vas en puntos determinados, débiles de efecti
vos, pero de fuegos potentes e incluso de largo
alcance; apoyarse mutuamente
en los interva
los entre cada dos Grupos de Combate vecinos;
ser capaces de llevar. a cabo una defensa circu
lar eficaz en el caso muy probable, dada la na
turaleza de los combates que se llevarán a cabo,
de ser desbordados y rodeados por el enemigo.
Autonomía.’ Por la gran independencia con
que van a actuar estas Unidades., es preciso que
estén dotadas de los Servicios mínimos, pero in
dispensables, para disponer de una autonomía
de varios días, que les permita prescindir de un
enlace continuo con sus centros de suministro,
cosa que presentará
graves problemas, pues si
bien en lo que a alimentación
y aun municio
namiento
se refiere, es posible que las propias
Unidades tranporten
sobre sus vehículos sus ne
cesidades, el problema adquiere graves carac
terísticas cuando tocamos el punto de los car
burantes, ya que estos Grupos de Combate, to
talmente mecanizados y blindados, se verán obli
gados a realizar consumos verdaderamente
ele
vados, consumos a los que, por otra parte, será
preciso atender fundamentalmente,
so pena de
dejar a la Unidad detenida en plena zona de
combate con las cónsecuencias que son de su
poner. Parece ser que los americanos han solu
cionado el problema, cuando menos de forma
teórica, con tanques de gasolina T. T. ligera
mente blindados, que pueden actuar en los in
tervalos entre Unidades, incluso en las prime
ras líneas.
Un total y comleto
servicio de Transmisio
nes será también de primerísima irnportanc.a,
para establecer los circuitos internos del Grupo
de Combate y el enlace con los Grupos de Com
ba.te vecinos, y con el mando superior, Lás
Transmisiones
jugarán en estas Unidades, como
en todas las encargadas de llevar a cabo la gue
rra rápida, un papel, preponderante.
Una vez vistos los requisitos que deben llenar
estos «peones de combate», vamos a hacer un
ligero estudio sobre su probable composición.
Esta deberá de estar basada en la casi tota.l
mecanización
y blindaje de sus’ Unidades com
ponentes, ya’que es de sobra sabido que las Uni
dades blindadas son las menos afectadas por las
explosiones atómicas, pueden ser pocas veces in
movilizadas por el fuego y, debido a su movili
dad, tienen las más óptimas características para
buscar el combate. rehusarlo, e incluso romper
lo una vez empeñado; si a estas características
le unimos un apoyo de infantería blindada (ve
hículos tipo M-59 ó similar), artillería autopro
pulsada, o totalmente motorizada con vehículos
T. T. como mínimo, y elementos de Zapadores,
Transmisiones y Servicios igualmente motoriza
40
dos, o preferentemente
sobre vehículos ligera
mente blindados, obtendremos una unidad real
mente autónoma y que llegará a ser un autén
tico Grupo de Combate, perfectamente
apta pa
ra la guerra atómica.
¿Qué organización deberán tener estas Unida
des? No hay unanimidad de criterio sobre ellas;
al lado de los Grupos. de Combate de Ia.s Divi
iones Pentórnicas estadounidenses,
que Son nú
cleos fundamentalmente
de Infantería
y cue,
por sobradamente
conocidas y tratadas no de
tallamos (véase el estudio comparativo entre las
Divisiones Pentómica y Normal americanas en
el número de la Revista EJÉRCITO de marzo del
año actual), aparecen los Regimientos interar
ma de las D. M. R. francesas, también conoci
dos; el Regimiento italiano .estt.diado por A. Sal
vadori, a base de tres Batallones de Infantería,
un Batallón de carros medios, una Compañía de
Id. 107 y una Batería de C. C. C. de 90/50; el
Grupo de Combate del Teniente Coronel B. Cul
lison, con un Batallón de Infantería, una Com
pañía de ca.rros, una Compañía de Artillería,
Ingenieros, Transmisiones y Servicios, y un to
tal de 1.000 a 1.500 hombres y las Agrupaciones
de la N, A, T. O. y otras naciones que, por no,
ser bien conocidas o tratadas, no citamos. Pero,
no obstante esta aparente discrepancia, vemos
que, bien en la realidad, bien en el papel, pa
rece ser que con pequeñas variantes, muchas de
ellas más de nombre que de concepto, las ten
dencias de todas se encaminan a conseguir una
Unidad, llámase, según la. clase de G. U. a que
pertenezca,
Grupo de Combate, Agrupación in
terarmas
o como se quiera, formada por Infan
tería, Carros, Artillería, Zapadores, Transmisio
nes y los necesarios Servicios, que sea apta para
la clase de guerra que se presupone será la pró
xima.
Estas Unidades presentarían
en su conjunto
las ventaj as siguientes:
Facilidad para operaciones autónomas ade
cuadas a sus fuerzas, dentro del marco de
la División, cuyo Jefe maneja directamente
estos grupos. Y esto, bien desde el nunto de
vista pentómico (cinco Grupos de Cómbate),
bien bajo el nuevo criterio de que cinco Gru
pos de Combate son pocos para una División,
y hay que aumentarlos hasta ocho o diez, se
gún. la.s nuevas tendencias francesas, ingle
sas y soviéticas.
Capacidad de combate idéntica dentro de los
diversos Grupos de Combate, lo que facilita
su empleo coordinado dentro del marco de la
Unidad inmediata superior.
Gran movilidad y posibilidad de entrada en
acción inmediata, así como de poder eludir o
aminorar hasta cierto punto 105 efectos de la
—
—
,
—
—
—
—
—
—
—
—
—
acción atómica adversaria, limitándolos a un
5010 grupo.
Mutua protección entre sus propios compo
nentes, que disminuye o neutraliza las ca
racterístic.s negativas de cada arma, o ele
mento constitutivo del Grupo, en beneficio
del conjunto.
Formación de equipo, que facilita y da mayor
rendimiento en el combate.
Facilidad para concentrarse
disoersarse rá
pidamente en un momento dado.
Posibilidad de explotación inmediata de cual
quier éxito, bien por un Grupo de Combate,
bien por el vecino inmediato, si el que ha
conseguido la ruptura ha quedado demasiado
desgastado.
Posibilidad de soslayar una acción atómica
enemiga, bien rodeando una zona afectada, o
bien a causa de que, por las características
de su material, blindado en su mayor parte,
es éste el menos afectado por las explosiones
atómicas, a no ser que constituyan el blanco
directo de un proyectil de dicha clase.
Posibilidad de ampliar los intervalos entre
las Unidades de su tipo, consiguiendo así los
4.500 metros que parecen ser los mínimos in
dispensables para que no caigan dos Unida
des contiguas bajo los efectos del mismo
proyectil atómico, sin que, a pesar de ello,
los intervalos entre las Unidades queden
completamente pasivos, mediante el apoyo de
los morteros de 105 que tiene cada Grupo pen
tómico y el de la Artillería divisionaria, e in
cluso los cañones, de los carros que pueden
cubrir estos intervalos, aunque sea precaria
mente.
Posibilidad de actuar como reserva móvil,
acudiendo a taponar cualquier brecha en el
dispositivo propio.
Posibilidad de ocupar inmediatamente el lu
gar de una Unidad atomizada en el campo
de batalla, con una Unidad del mismo tipo
que la destruIda.
Posibilidad de rehuir el combate en los mo
mentos en que se considere oportuno.
El estar las diversas armas de un Grupo bajo
el mando de un solo Jefe, indudablemente
repercutirá en el mejor y más adecuado em
pleo del conjunto, ya que será posfble el em
pleo casi instantáneo de cada arma, en el
momento y lugar pieeiso. Esto, a su vez., re
percute en descargo del Jefe inmediato su
perior, que, dada la gran extensión sobre la
que normalntente se desorrallará la acción,
llegaría, a no poder abarcar en algunos mo
mentos todos los detalles que afectasen a
cada Unidad en un momento determinado, o
le distraería de su misión principal, que más
que nunca estará basada en una visión de
conjunto.
-
El espíritu de equipo en estas Unidades al
canzará su máximo valor.
Antes de entrar en el estudio de los inconve
nientes, que como toda organización indudable
mente tendrán, se plantea una preguntaS que
a priori puede constituir el inconveniente fun
damental, y que de entrada echaría por tierra
todas las ventaj as anteriores. ¿No aprovechará
el enemigo los intervalos (aunque a veces estos
intervalos sean solamente teóricos) existentes
entre los prupos de Combate para, actuando
ofensivamente, bien por ataques directos de sus
tuerzas, o bien por ataque atómico sobre dos
o tres Grupos de Combate contiguos, crear una
brecha. de 12 ó 15 kilómetros, factible de ser ex
plotada y ampliada por UnidadeS acorazadas,
por Grupos de combate de constitución simila.r
a los propios?
Es sabido cjue a cada aumento de la potencia
de las armas, se ha respondido, casi simultá
neamente, con un agrupamiento de distancias
e intervalos, con una disminución del número de
hombres en vanguardia y con el aumento del es
calonamiento en profundidad. En una situación
defensiva, en que sería más probable la actua
ción enemiga citada, se contará con unas po
siciones de resistencia escalonadas en profun
didad en todo el sector de lá Unidad superior,
la cual, ante la noticia de la acción enemiga,
ocupando lo. centros de resistencia previamente
organizados, o alertando a los que ya se en
cuentren ocuados, procurará que cierren más a
retaguardia la brecha abierta y los caminos pro
bables de la penetración enemiga. Aparte de
que por estar dotada la División de una arti
llería divisionaria del Grupo de C. y de la A O., a
reserva del mando, y de materiales atómicos tác
ticos,podrá hacer frente en un momento dado,
con su maniobra de fuegos, a la penetración
—bien con fuego atórnico o convencional—so
bre la concentración que momentáneamente
presentará el enemigo a su paso canalizado por
el pasillo abierto. También puede crear zonas
pasivas mediante bombardeo atórnico sobre las
zonas de paso previsto y obligado de dicha pe
41
netración. Todo esto sin contar, como es natu
ral, con la ayuda que la Unidad Ejército, pueda
prestar en dicho momento.
¿Qué inconvenientes
particulares
presentan
estos Grupo de Combate? Entre otros que segu
ramente irán surgiendo a medida que estas Uni
dades vayan siendo experimentadas
y probadas
en zonas de maniobras o en la zona de com
bate, se nos ocurren de momento los siguientes:
Si se distribuyese a priori entre los diversos
«peones de combate» na.rte o la casi tota
lidad de la Artillería divisionaria, y lo mis
mo podría decirse de los carros, ¿no redun
dará esto en una disminución, en un mo
mento dado inoportuna,
de la posible con
centración y efecto de masa de los mismos?
Y más considerando que la lucha dentro de
la Unidad División, se entablará en frentes
amplios, con lo que es muy posible que la
Artillería divisionaria aue permanezca a dis
posición del mando no sea suflcientemente
pdtente para obtener el efecto preciso. Sin
embargo, como réplica a esto puede decirse
que no es probable vuelvan a repetirse otra
vez concentraciones de carros como las de las
Divisiones Panzer
alemanas
antes
de la
ofensiva del Oeste (Sedan, 13 de mayo de
1940, Divisiones Panzer 1., 2. y 10.), ni las
de la Artillería rusa en el frente oriental, o
delante de Berlín, ni aún mucho menores.
El empleo en equipo obligará a una perfecta
compenetración
y conjugación
entre todos
los elementos del Grupo, ue exigirá una cui
dadosa preparacióti, en cuanto a instrucción
se refiere, y una aún más cuidadosa. prepara
ción de los mandos.
La limitación concreta de loS efectivos del
Grupo: 1.500-2.000 hombres. Mayores, lo con
vertirían
en una Unidad excesivamente pe
sada y voluminosa; menores, no contaría con
los de Infantería suficientes para poder cum
plir las misiones que normalmente
se ie en
comendasen.
La imnosibilidad económica, aun nara nacio
nes ricas y de fuerte industria, de organiz2r
todo el Ejército a base de estos cost.osísimcs
Grupos
lo cual, por en
otraunaparte,
implica de”
una Combate,
mayor complicación
or
—
—
—
ganiación
militar.
Vistas las ventajas e inconvenientes
cue, a
primera vista, estos Grupos presentan, y sen
tada 1a. conclusión de que los mismos formarán
parte de una División aue operará en unión de
otras similares, o dentro de un despliegue en el
que intervendrán
Divisiones Acorazadas, Moto
rizadas, Mecanizadas, Aerotransportadas
e, in
cluso es posible prever, de Infantería, con la ac
tual o parecida organización, para. misiones con
cretas, tales corno defensa de las zonas base de
I2
-
operaciones,
ocupación de zonas conquistadas
por las Divisiones que podríamos llamar de cho
que y otras similares, se plantea la siguiente
pregunta:
¿será preciso mantener una organi
zación mixta a base de Divisiones convenciona—
les y atómicas, o será mejor proceder a la refor
ma total de todo el Ejército? Examinando el pro
blema desde este punto de vista, vemos, que de
las Divisiones actuales quizás sean las acoraza
das las únicas que pueden considerarse total
mente, o con poquísimás variaciones, aptas para
una campaña atómica. Si de éstas pasamos a
las mecanizadas, motorizadas ‘ aerotransporta
das, el problema va agravándose, aunqu.e sigue
siendo aún solucionable, dadas sus posibilidades
de movimiento en la zona de combate, pero el
prcblema llega a. convertirse en algo verdadera
mente impresionante
si consideramos las Divi
iones de Infantería normales. ¿Será preciso lle
gar a prescind.ir por completo de ellas? Ya hemos
apuntado anteriormente
el problema económico
que representaría
ta.l transformación.
¿Se solu
cionaría organizando Unidades de e h o q u e a
base de las Divisiones atómicas, y dejando las
normales pata servicios prácticamente
territo
riales, o se continuarán
empleando estas últi
mas simultáneamente
con las de organización
moderna,
a base de reformarlas
ligeramente,
reforma que afectaría principalmente
a darles
más movilidad, y empleándolas en los segundos
escalones?
Este problema, largo y complicado, en estu
dio en casi todos los países y del que ya se ha
hablado en esta Revista, con Cú,erpo de Ejér
cito hipotético americano, que es apto para di
versas misiones y operaciones, en toda clase de
t.errenos y situaciones tácticas, a base de varia
ciones y combinaciones entre sus componentes
(artículo «Ideas acerca de la División Atómica»,
del Teniente Coronel Félix Alvarez Arenas, en
EJERCITO, número 215, de diciembre de 195’7),
y las ya citadas Divisiones M. E. francesas, cons
tituyen el actual caballo de batalla de las di
versas naciones, ante el problema económco que
alantea la total reforma. de las. fuerzas armadas
de la nación. Adentramos en su estudio se sal
dría del marco restringido de este trabajo, en
el cual sólo se ha. tratado de hacer ver, a juicio
de su autor y de acuerdo óon lo tratado en. otras
publicaciones,
cuáles son las características
y
posibilidades del Grupo de Combate, base de las
Divisiones Atómicas, que bien en combinación
con otros de su misrn.a clase, bien como vin
auardia de otras más o menos convencionales,
serán las que deban llevar el peso principal
y fundamental
del combate, en una previsible
y futura guerra, en la oue se empleen o pueda
existir la posibilidad de empleo en un momento
dado de las armas atómicas.
GiMNASIA EDUCATIVA
Nuevos
saltos
combinad
Capitán
de Infantería,
Francisco Javier VILLALBA Y
SANCHEZ
DE OCAÑA, profesor de E. F. de la Acade
mia del Arma, diplomado de E. F. y de Automovilismo.
/
Normalmente,
con los aparatos de Gimnasia
Educativa—pbtro,
plinto y caballo—se han veni
do ejecutando los saltos siguientes: salto inte
rior en el potro; salto del caballo al largo, con
piernas abiertas; voltereta en el plinto; volte
reta en profundidad
en el plinto; salto de la
paloma—con potro y plinto—; ‘salto estirado ho
rizontal—león—;
salto interior del potro y palo
ma en el plinto, y salto interior del potro y
estirado horizontal del caballo—tigre—. Esta re
lación constituye la escala de los saltos, aproxi
madamente
de menor a mayor dificultad y coor
dinación, aue existen en las tablas de Gimnasia
duativa.
Durante mi permanencia en la Academia Ge
neral Militar y en la de Infantería, en el des
arrollo del curso para la obtención del título de
Profesoi
de Educación Física, posteriormente
como Profesor en varios destinos, en el contacto
y cambio de impresiones con veteranos y com
petentes Profesore’s y en los Reglamentos y II
bros que sobre este tema se han escrito, no he
encontrado
descripción ni noticia de saltos dis
tintds de los citados, ni en orden a dificultad de
ejecución ni en orden a combinación de distin
tos aparatos.
El ser apasionado del tema, tanto teórica co
rno prácticamente—en
mis tiempos de Cadete fui
campeón de saltos de la Academia de Infantería de Guadalajara—,
me ha puesto en condi
•ciones de idear una serie de saltos totalmente
originales1 que, reuniendo las características
de
los citados, combinen su siempre bella y ernocio
.nante ejecución, con el ane ésta se realice desde
distintas
direcciones, simultánea o alternativa
mente.
Todos cuantos saltos se describen en el pre
sente trabajo han sido realizados poi Alféreces
Alumnos de la Academia. Las medidas dadas
para cada uno son las que hemos considerado
más convenientes. Pueden aumentarse
las se
paraciones entre aparatos o bien sacar más pun
tos de las patas de los mismos, pero no se per
sigue en estos saltos lo que ya se viene haciendo
en las tablas de Gimnasia Educativa: ir paula
tinamente
aumentando la dificultad de los sal
tos, mediante la introducción de mayores dimen
siones en éstos.
En los saltos que describiré a continuación,
se busca la labor de equipo, el desarrollo de la
confianza en uno misio y en los compañeros,
la coordinación y la perfecta sincronización y
ejecüción colectiva. Tienen más dificultad que
los clásicos, más belleza, más vistosidad, por lo
que puedan emplearse perfectamente
como nú
mero apropiado en competiciones, concursos y
exhibiciones de Gimnasia Educativa. P u e d e n,
igualmente, entrar—si, por Quienes corresponda,
así se dispone—a formarp arte de los saltos. pres
critos en los Reglamentos de Educación Física.
Los saltos, además de ser el ejercicio de más
puntuación
en las competiciones de Gimnasia
Educativa, fomentan la fuerza muscular, la agi
lidad, la destreza y la seguridad y confianza en
las propias posibilidades. Avivan igualmente los
reflejos, y todas estas cualidades son guiadas
por la inteligencia, que es la que coordina, pre
para, regula y mide los elementos que intervie
nen para la correcta y precisa ejecución de los
saltos. Son éstos, además, un ejercicio alegre,
vivaz, optimista, viril, y, sobre todo, lo que es
muy importante, «hacen corazón».
Brindo a todos mis compañeros Profesores de
Educación Física del Ejército y a quienes estos
temas agraden, este modesto fruto de mi afición
a la Gimnasia Educativa, verdadera re i n a y
señora de la Educación Física, y creo sincera
mente que les puede servir de utilidad. Y en
ningún sitio mejor que en esta tribuna de la
Revista EJERCITO, donde dar a conocer éstos,
que titulo, nuevos saltos combinados en Gimna
sia Educativa.
-
43
1.—Plinto en tres direccones.
Saltos:
Una voltereta y dos interior arrodi
llado.
Descripción
de los saltos: En la dirección A
(figura 1) se salta el plinto de voltereta, y en
las B y C se utiliza el plinto como potro, sal
tándolo interior arrodillado.
Preparación:
En la dirección A. B y C se mi
den 10 pasos, contados desde donde se bate para.
saltar, y en la de A se muarca una segunda raya
a. 5 pasos desde el mismo sitio.
Ejecución:
Salta primero A, y cuando pasa
por la raya de los 5 pasos, salen al salto E y C.
Cuando A bate para saltar, sale el siguiente de
su hilera, siguiendo los B y C igual Que el pri
mero de A.
Variante de este salto.
A los dos lados del plinto se colocan dos col
chonetas
(fig. 2) y se realizan tres volteretas:
una sobre ‘el plinto y dos librando éste, dándo
las sobre las colchonetas. Las medidas y ejecu
ción igual que en el anterior.
suya de los 8 hace ‘que salgan de A, y asf suce
sivamente.
1.a variante, de este salto.
Se colocan, en vez de caballos, plintos, con
virtiéndose el salto en dos volteretas con doble.
apoyo, en dos direcciones. Prenaracióñ y ejecu
ción, igual que en el salto anterior.
2a variante.
Se colocan colchonetas en el ángulo formado
por los dos caballos o plintos. Del mismo sitio
que salen de A y B, salen una segunda hilera
en cada sitio, que saltarán, librando el caballo
o el plinto, con voltereta sobre la colchoneta.
Se puede preparar esta variante de forma que
la voltereta sea en dos direcciones en cada ca.
ballo o plinto.
1V—Doble apoyo en tres direcciones.
Saltos: Tres dobles apoyos.
Descripción:
Doble apoyo en las direcciones
A. B y C.
Preparación:
Potro con 6 puntos fuera, caba
llo central con 5 y los otros dos con 3. Separa
11.—Caballo en tres direcciones.
ción entre aparatos, la necesaria para que que
den los saltos proporcionados.
Se mide en di
Saltos: Un salto al largo con piernas abiertas
rección A (fig. 5) una primera raya a 3 pasos,
dos interior arrodillado.
Descripción
de lo.s saltos: En la direcci4n A otra a 6 y otra a. 12. En las B y C se miden 10
pasos.
se salta el caballo como tal, y en las E y’C, como
Ejecución:
Sale primero A, cuando pasa por
potro.
la raya de los 6 pasos, salen de B y C. Cuando
Preparáción:
El caballo se coloca con 5 puntos
pasa por la de 3, sale el siguiente de A. y así
fuera. Se miden 10 pasos para la hilera de A sucesivamente.
y 8 para las de B y C. En la de A se marca una
Variante de este salto.
segunda raya, a 3 pasos de donde se bate (fi
Pueden colocarse, en vez de los dos caballos,
gura 3).
dos plintos, siendo entonces el salto un doble
Ejecución:
Saleprimero
A, y al pasar por la apoyo potro-caballo y dos volteretas con doble
raya de los 3 pasos, salen de B y C. Cuando A apoyo. Las medidas y ejecución igual que en
bate para saltar, sale el siguiente de su hilera
el salto anterior.
y así sucesivamente.
Otra variante.
Variante de este salto.
Cabe colocar colchonetas a ambos lados de
Colocando colchonetas como en el salto pri
los dos caballos o plintos y que salten’ cuatro
mero. Se saltará el caballo como tal y, librán
hileras más, dando el salto de voltereta sobre la
dolo, se dan, volteretas sobre las colchonetas.
colchoneta,
librando previamente
el caballo o
Las medidas y ejecución como en el sa.lto an
plinto.
terior.
V.—Vo’ltereta con doble apoyo en tres
111.—Doble apoyo en dos direcciones.
direcciones.
Saltos: Dos dobles apoyos potro-caballo
Saltos: Tres volteretas sobre plinto con doble
Descripción:
En las direcciones A y E (fig. 4), apoyo.
salto con doble apoyo.
Descripción:
En dirección A (fig. 6), apoyo de
Preparación:
Los potros con 5 puntos fuera, y manos en potro. y voltereta sin manos ‘en plinto.
los caballos, con 3. La separación entre potro y En B y C, apoyo de manos en el primer plinto
caballo la precisa para que queden los dos potros
y voltereta sin manos en el segundo.
juntos y formando un ángulo de 900. Se miden
Preparación:
Potro con 4 puntos fuera. Se
para A 10 pasos y una segunda raya a 7, desde paración entre potro-plinto y entre plintos, unos
donde se bate. Para E, una a 8 y otra a lO.
0,30 n. En dirección A se miden una primera
Ejecución:
Sale primero A y al pasar por la. raya a 3 pasos y otra a 7 de la anterior. En las
)raya de los 7 pasos sale B, quien al pasar por la de B y C, una a 8 pasos.
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Ejecución: Sale primero A, y al pasar por la
raya de los 3 pasos, salen de B y C. Cuando A
bate para saltar, sale el siguiente de su misma
hilera, y así sucesivamente.
Variante de este salto.
Semejante a la segunda del salto anterio’r.
a
éstas, librando previamente el caballo o plinto,
dos hileras por cada lado. Estas cuatro• hileras
saldrían desde el mismo sitio que A, siguiendo
los mismos movimientos que ésta. MedÍdas y
ejecución, iguales que en los anteriores.
VII.—Un doble apoyo y dos caballos al largo
con piernas abiertas.
Saltos: Un doble apoyo potro-caballo y dos
Saltos: Una voltereta con doble apoyo, das saltos del caballo al largo con piernas abiertas.
sencillas y dos interior arrodillado..
Descripción: En A (fig. 9), un doble apoyo, con
Descripción de los saltos: En A, voltereta con colocación de las manos en el segundo caballo.
apoyo de manos en el segundo plinto. En B. y En B y C, salto sencillo dél caballo al largo.
C. voltereta sencilla sin a.poyo de manos. En D
Preparación: Primer caballo con 4 puntos fue
y E, dos interior arrodillado, tomando corno po ra, el segundo con 5 y el tercero con 3. Separa
tro el plinto.
ción entre primero y segundo, unos 0,35 m. Se
Preparación: Los plintos se colocan sin sepa
miden en dirección A, primero una raya a 4 pa
ración entre ellos. En dirección A (fig. 7) se mi sos y otra a 12 de la primera. En las de B y
den una primera raya a 4 pasos y otra a 12. C, 10 pasos.
En E, C, D y E, una a 8. pasos.
Ejecución: Sale primero A, y cuando pasa por
Ejecución: Sale primero A, y cuando pasa la raya de los 4 pasos, salen B y C y el siguiente
por la raya de los. 4 pasos, salen B, C, D y E. de A, y así stiesivamente.
Cuando A bate para saltar, sale el siguiente de
1.a variante.
su hilera, y así sucesivamente.
A los dos lados del tercer caballo se colocan
variante.
colchonetas y se dan das volteretas sobre éstas.,
Previa colocación de colchonetas, salto, libran
librando previamente el caballo. Estas dos nue
do el plinto, con voltereta sobre la colchoneta, vas hileras salen desde la misma distancia y
en la.s direcciones D y E. Medidas y ejecución. vez que las B y ‘. Medidas y ejecución, igual
iguales que el anterior..
que anterior.
2. variante.
2a variante.
En D y E colocar caballo con 3 puntos fuera,
Se coloca un caballo a cada lado del tercero
dando en esas direcciónes dos dobles apoyos. y se dan dos dobles apoyos, utilizando el tercer
Medidas y ejecución, iguales al anterior:
caballo como potro. Los nuevos caballos, con 2
3a variante.
puntos fuera. Medidas y ejecución, igual que en
En D y E colocar dos plintos, dandp en esas la variante anterior.
direcciones dos volteretas, con previo apóyo de
3. variante.
manos en el primer plinto y sin apoyo de éstas
En vez de caballos, se colocan plintos, dando
en el segundo. Los plintos, un poco separados; dos volteretas, con apoyo previo en el tercer ca
medidas y ejecución, iguales al anterior.
ballo. Medidas y ejecución, igual que anterior
4a variañte.
variante.
En las variantes 2. y 3• pueden colocarse col
4. variante.
chonetas (fig. 8) y saltar con volteretas sobre
Se colocan coléhonetas en los caballos o plin
VI.—Voitereta en tres direcciones con dos
interior arrodillado.
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tos (fig. 10) y saltan una voltereta sobre aqué
llas, librando previamente el caballo o plinto.
VIIL—Tres dobles apoyos.
Saltos: Tres dobles apoyos.
Descripción:
Dos dobles apoyos potro- caballo
y un doble apoyo, librando previamente un ca
ballo.
Preparación:
Los cabal1os igual que en el sal
to anterior. Los potros según indica el esquema
(figura 11), con 5 y 6 puntos fuera. Las medidas
en las tres direcciones, iguales que en el ante
rior.
Ejecución: Igual que en el anterior.
Variantes 1.’, 2., 3_a y
Iguales a las cuatro del salto anterior.
IX.—Dos dobles apoyos y una voltereta
con doble apoyo.
Saltos: Dos dobles apoyos. potro-caballo y una
voltereta con doble apoyo.
Descripción de los saltos: En B y C, dos dobles
apoyos potro-caballo, y en A, un voltereta so
bre plinto, con apoyo de manos en el segundo
caballo y librando el primero.
Preparación:
Potros con 5 puntos fuera y ca
ballos con 4. Separación entre caballos, la mis
ma que en el salto VII. Plinto a unos 0,20 m. del
caballo. Las medidas iguales a las del salto VII.
(Ver fig. 12.)
Ejecución: Igual a las del salto VII.
Variantes 1.a, 2a 3a
4a
Iguales a las del salto VII.
X.—Tres volteretas con doble apoyo.
Saltos: Tres volteretas
Descripción: Dos volteretas, con apoyo de ma
nos en potro y una con apoyo en el segundo
caballo, librando el primero.
Preparación:
Potros con 4 puntos fuera y plin
tos sin separación entre ellos. Separación potroplinto: la necesaria para no estorbar la salida
del que salta en dirección contraria. Medidas res
tates iguales al salto VII. (Ver esquema 13.)
72
‘A
Ejecución: Igual que en salto VII.
Variantes 1.a, 2.’,
Iguales que en salto VII.
XL—Dos cabillos al largo y una vol ereta
con doble apoyo.
Es igual que el salto VII, pero en éste se subs
tituye el tercer caballo por un plinto. Las me
didas son iguales que en el salto citado, la eje
cución la misma y las variantes idénticas. (Ver
esquema 14.)
XII.—Dos
dobles apoyos y dos volteretas
con doble apoyo,.
Saltos: Dos dobles apoyos potro-caballo y dos
volteretas sobre plinto, con doble apoyo.
Descripción de los saltos: En la dirección A.
A’, dos dobles apoyos potro-caballo, y en las B,
B’, volteretas sobre plinto, con doble apoyo, librando el primer caballo.
Preparación:
Los potros con 4 puntos fuera
(figura 15) y los caballos con 3. Separación en
tre potro-caballo, unos 0,25 m.; entre los dos ca
ballos: que queden juntas las patas por las par
tes fijas de éstas; los plintos, a unos 0,15 m. de
los caballos. Se miden en A y A’ primero una raya
a 3 pasos y otra a 7 de la anterior. En B y B’,
una a 3 pasos y otra a 9 de la anterior.
Ejecución: Salen primero los de A y A’ a la
vez, y cuando pasan por las rayas de 3 pasos,
salen los de B y B’, y cuando éstos pasan por
las de 3 pasos, salen los siguientes de A y A’, y
así sucesivamente.
1a
variante.
Poner caballos, en vez de plintos, y serían
otros dos dobles apoyos, ibrando previamente el
primer caballo. Medidas y ejecución, iguales al.
anterior.
2_a variante.
En ambos casos—salto XII y 1.a variante—se
pueden poner colchonetas donde indica la figu
ra 16, saltando cuatro hileras más, que lo harían
a la vez que las A y A’, y desde su misma al
tura.
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XIII.—CarruseZ de tolteretas.
Saltos: Cuatro volteretas, con o sin manos.
Descripción: Volteretas con o sin manos.
Preparación:
Los cuatro p 1 i n t o s formando
cuadro, según se indica en la figura 17. En las
cuatro direcciones se toman 10 pasos (fig. .i8).
Ejecución: Salen las cuatro hileras a la vez, y
cuando los primeros ponen la espalda en el plin
to, salen los siguientes, y así sucesivamente.
XflT.—Salto pentómico.
Saltos: Un tigre, dos volteretas con doble apo
yo y dos dobles apoyos.
Descripción de los saltos: Un tigre, dos volte
retas con, apoyo de manos en el plinto central,
y dos dobles apoyos, utilizando el caballo central
como potro.
Preparación:
El potro con 4 puntos fuera. El
caballo central con 5, los otros dos con 3. Se
paración entre aparatos las normales. Saltóme-.
tro a 1,60 rn. En la dirección A se traza una raya
a 6 pasos y otra a 10 de la anterior. En B y C,
una a 10 pasos. EnD, una a 13, y en E, una a 14.
Ejecución: Sale primero A, y cuando pasa por
la raya de los 6 pasos, salen B, C, D y E. Cuando
A bate para saltar, sale el siguiente de su hi
lera, y así sucesivamente (fig. 19).
Variante 1.a
Cambiar los dos plintos por caballos con 3
puntos fuera y dar dos dobles apoyos. Medidas
y ejecución, iguales al anterior.
Variante 2.
Cambiar los dos caballos por plintos y dar dos
volteretas con doble apoyo. Medidas y ejecución,
iguales que en salto anterior.
Variante 3a
Cambiar los caballos por colchonetas y dar la
voltereta
sobre éstas, librando previamente
el
caballo central. Medidas y ejecución, como an
terior.
Variante 4.
Cambiar los plintos por colchonetas y dar la
voltereta
sobre éstas, librando previa.mente el
plinto central. Medidas y ejecución, como ante
riores.
Variante 5a
Cambiar los dos caballos y los dos plintos por
colchonetas y dar cuatro volteretas solire éstas,
librando previamente el plinto y el caballo cen
trales. Medidas y ejecución, iguales al salto an
terior.
Va.riante común a varios saltos: En aquellos
saltos en1os que haya potro y plinto, se pueden
colocar a continuación el saltómetro y el caba
llo, quedando preparado otro tigre, como ocurre
en el salto XIV, con lo que se realizarían en
este caso concreto, tres tigres con sus corres
pondientes variantes.
En casi todos los saltos descritos, cabe la po
sibilidad de que las hileras que han ejecutado el
salto que les corresponde se incorporen a la cola
de la opuesta y sigan saltando por segunda vez.
En los saltos de mucha coordinación y esfuerzo,
n.o aconsejamos que se haga.
Creo conveniente dar las siguientes preven
ciones para la mejor realización de los saltos
1.a En cada hilera conviene que los ejecutantes
formen por estatura, de men.ór a mayor._2.a Se
debe salir al salto precisamente
desde la raya,
para lo cual, cuando salga el primero, el siguien
te debe colocarse inmediatamente
en el lugar
ocupado por aquél.3.a
No se deben parar a la
salida de cada salto; conviene seguir a paso 11geró y en la misma dirección que se traía al
tomar el salto.
Con las variantes, tenemos un número lo su
ficientemente
amplio para que cada. Profesor
emplee aquellos saltos que mejor se adapten a
os• aparatos disponibles y al nivel medio de su
clase.
Como epílogo, quiero ha.cer constar mi sincera
gratitud y reconocimiento a los Alféreces. Alum
nos de 1.° y 2.° curso de la Academia de Infan
tería, sin cuya valiosa e imprescindible colabo
ración, ayuda y sugerencias, no me hubiera sido
posible realizar este trabajo.
47
©B©
o
Orientaciones sóbre la dirección económico
financiera de los establecimientos militares.
Mayor
tación
de
del
Ingenieros
Coronel
Aiberto
BASSONL
E. M. Manuel
de
-
(De la publicación
italiana
“Rivista
Militare”).—Traducciófl
CHAMORRO
MARTINEZ,
de l Dirección
General
de
Premisas.
La fábrica militar no sigue el mismo camino que la
pura técnica de la producción. En efecto, la organiza
ción económico-fiflflCiera militar es similar a la civil,
pero no igual a esta última, toda vez que la primera
trabaja en beneficio de la defensa de los intereses pú
blicos y no en provecho de la economía privada.
Se deduce de ello que la producción industrial de los
establecirílientos militares no puede ser valorada en tér
minos puramente monetarios, a menos que, a través de
un difícil proceso analítico, Se llegase a deslindar exac
tamente la influencia sobre los costos de producción de
los apremios y exigencias del “aparato” bélico.
En realidad, los objetivos de la Administración Militar
son determinados ppr circunstancias de carácter político
y no económico. Por consiguiente, sería preciso conocer
previamente el precio del objetivo en potencia que se
pretende alcanzar, lo que serviría para determinar si
dicho precio debe estar subordinado a las leyes de la
“economía de mercado”. Pero todo esto no excluye la
patente necesidad de ajustar el problema de la produc
ción dentro de determinados límites de conveniencia
económica, mediante la racionalización y la especializa
ción directiva.
Si.steina
o
racional.
La dinámica económica que preside el fenómeno in
dustrial se puede comprender fácilmente comparándolo
con el conocido paralelogramo de fuerzas en el sentido
de que el producto “acabado” tendrá un costo que será la
resultante de beneficios y gastos de producción, teniendo
en cuenta que la determinación de beneficios puede rea
lizarse solamente en un nivel superior por la interven
ción estatal o mediante la competencia internacional.
Desde este punto de vista, el fenómeno de la produc
ción no es puramente técnico-económico, ya que sobre
su valor relativo pesan influencias e inhibiciones de or
den moral y social. Al contrario que la producción no
protegida, la cual recibe el “tirón” de la competencia
cual tercera fuerza que modifica los términos del pro
blema planteado.
y adap
Transportes
Admitido cuanto llevamos dicho, resulta claro que la
producción de los establecimientos militares está condi
cionada por factores que tienden a aumentar los costos.
Es más; en ciertos casos, la valoración del producto no
encuentra comparación con la fabricación civil. De aquí
la necesidad de recurrir como instrumento de control
y de limitación a un sistema que supone una organiza
ción piloto, que impone límites tecnológicos y de carác
ter económico a los diferentes sectores que interesan a
la preparación, equipos y realización, con vistas a:
la producción normal;
la producción de emergencia; y
la producción experimental.
Esta subdivisión se hace necesaria en cuanto que la
economía de las tres clases de producción apuntadas
descansa sobre pIanes diferentes. De ello resulta eviden
te que la fisonomía técnico-administrativa del producto
elaborado en serie, no puede ser la misma que la del
“prototipo”.
La producción normal es la única que tiene una rela
ción precisa con las elaboraciones de “mercado”, porque
se refiere a la actividad normal, es decir, a la habitual
(a la de rutina) y, en general, a todas aquellas fabrica
ciones en serie susceptibles de ser incluidas en el siste
ma de montaje en cadena.
La producción de emergencia aparece allí donde la
cuestión de “tiempos •de trabajo” viene a situarse fuera
de los limites de la conveniencia económica.
Este estrechamiento de límites, que obedece general
rnnte a exigencias bélicas, a programas logísticos anti
cipados, a peticiones de carácter público, a obligaciones
de presupuesto, etc., etc., y que acarrean todas una
obligada improvisación de adiestramiento, normalmente
no tiene ninguna relación con la constante económica
de la “producción de mercado”.
La producción experimental,
recargada frecuentemen
te con particulares exigencias didácticas y de secreto,
presenta características excepcionales y sus contornos
económicos son, a veces, de carácter vago e impreciso
pero que exigen un mayor empeño en la aplicación de un
sistema de racionalización.
En efecto, es frecuente que los gastos para la creación
de prototipos al nivel táctico resulten completamente
—
—
—
injustificados en el nivel estratégico. En síntesis, un mo
delo solicitado por un Mando o Unidad, no tendrá jus
tificada su producción, a menos que tal producto forme
parte de un programa de generalización.
Los instrumentos de que se vale el sistema de racio
nalización son:
la estadística;
la catalogación;
el análisis de los costos;
y sus elaborados están representados por tablas compa
rativas, de las cuales se deduce, en relación a cualidad,
cantidad y tiempo de elaboración dei producto:
la conveniencia o no de recurrir a la fabricación por
la industria civil;
los limites de tolerancia económica de la producción
de emergencia; y
la esfera que es de competencia de la producción ex
perimental.
Por el sistema de racionalización se llega, además, a
concretar y definir el grado óptimo de producción, de los
Establecimientos, Factorías y Laboratorios, especialmen
te en lo que se refiere a la potencialidad de los esta
blecimientos fijos y móviles, a la proporcionalidad (edad,
sexo y cualificación) de las fuerzas de trabajo que pue
den ser absorbidas y a la capacidad de maniobra logís
.tica, tanto en paz como en guerra.
El delicado sector de “fuera de servicio” y el de las
‘enajenaciones”,
así como en general, toda la política
económica de niveles de producción y de mantenimiento
orientada a constituir reservas de repuestos y recam
bios, córnplejos y materias primas, debe ser realizada
sobre una base racional, aunque no desligado de las
asignaciones de presupuesto.
En resumen, no hay duda de qu.e cuanto mejores
son las exigencias dictadas por una economía restrin
gida, más imperativa resulta la difícil transformación
de un gran organismo enfermo en otro pequeño pero
que esté “a punto”.
Especialicacíón, ctirectivc&—La complejidad de las
operaciones directivas de una organización financiera
moderna, exige la especialización mediante proceclimien
tos formativos en los tres sectores siguientes:
administrativo,
de producción.
•de relaciones humanas.
El campo administrativo, desde que se origina el documento contable hasta la redacción del correspondien
té presupuesto, debe ser estudiado en todas sus fases
para proporcionar al dirigente financiero la seguridad
indispensable, con el fin de que se impongan al ejecutivo
los caminos que se deben seguir, aparte de establecer,
asimismo, la necesaria adecuación contable.
El sector de la producción está integado por una
gama tal de elementos tecnológicos, que indudablemente
exige un arendizaje
sistemático antes de que sobre
los operarios reclutados puedan actuar eficazmente los
diferentes mandos, así como para mantener a todos
adaptados al progreso de los tiempos.
Aun cuando no se trate de proyectar la producción
militar a la luz de las modernas programaciones, es
axiomático que los métodos de producción, de conduc
ción y de decisión, no pueden ser siempre los tenidos
hasta ahora como tradicionales.
La automatización o automación constituye ahora un
gran problema que hay que afrontar en cuanto que
—
—
—
—
—
—
el trabajo humano se ha trasladado en ‘una buena parte
a la máquina; de aquí que no pueda ser integrado
aquél por fragmentarias innovaciones; antes al con
trario, debe ser considerado como injerto vital derivado
de la esfera de la competencia específica de la direc
ción financiera de la empresa.
Por lo que respecta al no menos delicado sector de
las relaciones humanas, resulta esencial ahora desarro
llar en los órganos directivos ese particular poder de
identificación en las condicionés sociales a los distin
tos niveles y que •tanta influencia ejerce en la nueva
materia de estudio para la investigación y aplicación
de los catalizadores psicológicos más apropiados a los
fines de vivificar el potencial humano.
Basta observar la curva de rendimientos para de
dtizcir la importancia fundamental de las buenas o ma
las relaciones entre los componentes de un ente econó
mico.
Actualmente, el empeoramiento de las relaciones hu
manas es considerado como el síntoma más evidente de
decaimiento de la función directiva; y aun cuando a la
hora del examen de cuentas, puedan aparecer bajos cos
tos administrativos y altos rendimientos individuales,
sobre todo cuando se trate de la administración públi
ca, la verdad es que en la realidad, aquéllos son con fre
cuencia aleatorios y de dudosa apreciación en la respec
tiva relación de causa y efecto.
Es un hecho indudable que la valoración de la moral,
de las capacidades, de las actitudes y opiniones de los
subordinados es esencial para cualquier actividad de di
rección, cuya validez está estrechamente ligada a la
aceptación de manera indiscutible, de ese orden que debe
presidir siempre y que •debe ser claro, completo e in
mutable.
Con clvsiones.—El planteamiento exacto de un proble
ma, es más importante que la propia solución del mis
mo, en tanto que la solución correcta de un presupues
to erróneo viene a resultar completamente initil.
Este concepto de carácter estratégico cierra, por así
decirlo, el proceso de decisión madurado a través del
examen de los factores administrativos, tecnológicos y
humanos y confirma la función del dirigentede un nivel
elevado. Por consiguiente, el director d. un Estableci’
miento, no tiene derecho a pararse como una maquina
mal alimentada y tiene el deber de señalar oportuna
mente los términos equivocados de cualquier problema
de la producción.
Naturalmente, tal ihdicación debe ir acompañada de
los correspondientes diagnósticos y de propuestas de co
rrectivos y sanciones.
En fin, dado por cierto que el procedimiento directivo,
por la afinidad que pueda tener con la acción de mando
desarrollada sobre todo, en el campó logístico militar,
deriva de ello que la fisonomía del director financiero
encuadra, en cierto modo, en el campo logístico, pero es
completamente diferente a la de mando de Cuerpo.
Por lógica deducción, no siendo reversibles estas dos
funciones, ya que se trata de aptitudes diferentes, se
puede afirmar que, salvo raras excepciones, un buen
director financiero no es casi nunca un buen Coman
dante, y viceversa.
De aquí la necesidad de la especialización direc
tiva de los Oficiales asignados al campo de la produc
ción militar y la conveniencia de su inclusión definitiva
en los escalafones técnicos.
49
Nuevascuestionesparalosmandostácticosenlaguerraat6mica
Tte. Coronel Arthur W. MILBERG.—De la publicación nortemericana
“Army”. — (Traducción
del Tte. Coronel Juan MATEO MARCOS.)
Al seleccionar el tipo y potencia del arma nuclear
que ha de usarse contra un objetivo enemigo, el oficial
especialista en armas atómicas calculai’á normalmente
los daños que espera obtener por la onda explosiva y
por las radiaciones. Hace esto por que los radios de los
daños pueden ser hoy exactamente predichos. De esta
forma, las tropas debidamente entrenadas pueden pro
tegerse casi por completo y proteger sus equipos de los
daños de la onda calorífica o del deslumbramiento a
distancias superiores a los efectos de la onda explosiva y
de la radiación nuclear.
Sin embargo, independientemente de lo que se haya
escogido como más conveniente para un objetivo deter
minado, estos cuatro efectos se producen y serán una
realidad siempre que el enemigo emplee contra nosotros
sus armas atómicas.
De todo ello resultan algunos problemas que embara
zarn al Mando durante una acción atómica.
Nos proponemos aquí examinar algunos de estos pro
blemas que han de ser peculiares del campo de batalla
cuando se empleen explosivos nucleares. Estos y otros si
milares están siendo analizados y discutidos por los
alumnos de la Escuela de Mando y Estado Mayor
(“Cornand and General Staff College”). Desde luego da
remos por sentado que la solución de cualquier problema
dependerá de la situación en que se plantee y del tiempo.
Sin embargo un pequeño estudio puede servir para dis
minuir los efectos y posiblemente la sobreestimación de
estos problemas que han de considerarse en el futuro
Como factores importantes para la estimación de la si
tuación por el Mando.
Podemos realizar ataques nocturnos?
Las directivas actuales para todos los tipos de unida
des dan mucha importancia al entrenamiento en opera
ciones nocturnas puesto que, a más de otras razones, tale
acciones encierran grandes posibilidades de éxito en
la ofensiva. Asimismo dichas acciones restringen la ca
pacidad de alcanzar objetivos para el enemigo en caso
de que este ataque. Sin embargo, en este tipo de opera
ción, “no es oro todo lo que reluce”.
Durante las operaciones nocturnas hemos de enfren
tarnos no sólo con los problemas normales concernientes
a la seguridad de las tropas y la dispersión necesaria
cuando se usan armas atómicas, sino que también han
de considerarse los efectos de deslumbramiento por las
explosiones, mala visibilidad nocturna y quemaduras de
retinas. Doctores especialistas han escrito numerosos li
bros acerca de los efectos sobre el ojo humano de la po
tente luminosidad de las explosiones atómicas y han
llegado a conclusiones muy varias desde las más satisfac
torias hasta las más alarmistas.
Cualquiera que haya sido testigo de una explosión
atómica desde un pozo de tirador situado a varios ki
lómetros del punto cero, cubierto o protegido por lonas,
con las manos juntas y fuertemente apretadas sobre los
ojos, declarará que ha quedado impresionado por el
grado de luz que a pesar de ello hirió su retina.
Aun a riesgo de simplificar demasiado daremos algu
nos principios que deben ser tenidos en cuenta.
La pérdida de visión durante la noche.—Los ojos una
vez adaptados a la oscuridad admiten cincuenta veces
más luz que cuando están recibiendo la luz del día. Las
fuerzas que se encuentren a menos de ocho kilómetros
del “punto tierra cero” (G-Z) cuyos ojos adaptados a
la oscuridad se hallen abiertos en el momento de la
50
explosión, sea cual sea la dirección en que mirasen, que
darán ciegos durante unos 30 minutos. En estas condi
ciones necesitarán algunas horas para recobrar las con
diciones de visión necesarias para una efectiva nisión
nocturna. Asimismo puede decirse que las fuerzas que se
encuentren a una distancia comprendida entre ocho y
dieciséis kilómetros del punto “tier.ra cero” que estén
mirando en dirección aproximada a la explosión, sufri
rán análogos efectos.
Aunque la ceguera nocturna no produce daños pe}ma
nentes, el “handicap” de temporal falta de visión que
ello supone para las fuerzas que atacan o que avanzan
no puede aceptarse en forma alguna.
Los efectos de las quemaduras de retina van desde
una parcial pérdida de visión durante algunas horas
hasta la ceguera permanente. Para sufrir tales quema
duras las fuerzas han de estar situadas de tal forma que,
la bola de fuego coja la parte más sensible de la retina.
Para que la imagen sea recogida por el ojo, el observador
debe estar directamente frente a la bola de fuego. Esta
condición de encontrarse directamente frente a la bola
de fuego se dará naturalmente, más frecuentemente, para
las troas atacantes no protegidas o para los elementos
avanzados.
Este problema ha sido considerado desde hace algñn
tiempo.—Los diplomados de Leavenworth (La Escuela de
Mando y E. M. de los EE. UU.) durante los años 1954
a 1957 quedaron impresionados por el hecho de que el
Mando
debe
restringir
rígidamente
las
actividades
de
todas las tropas, situadas en un amplio radio del “punto
tierra cero” en el momento de la explosión nuclear noc
•turna. Para tener una “seguridad de deslumbramien
to” dentro de la línea de seguridad, estas tropas deben
tener una protección supletoria proporcionada por gafas
de motorista, gafas de sol, vendas en los ojos o por su
enterramiento en pozos de tirador.
Todo esto para la utilización por nuestra parte de
las armas atómicas. Pero demos un paso hacia adelante.
Cuando el enemigo nos ciega.—El enemigo no va a
decirnos dónde y cuándo lanzará su explosión nuclear.
Situémonos en el caso del Jefe de una División encar
gada de un ataque nocturno contra un enemigo que
tiene gran cantidad de armas atómkças. Cuando el ene-.
migo se dé cuánta de que nuestro ataue nocturno ha sido
lanzado contrá él, considerando los efectos de la onda
explosiva, radiaciones y ónda calorífica como un solo
hecho empleará una explosión contra nuestro ataque
para desorganizarle y la luz creada cegará a nuestras
tropas no protegidas que se encontrasen en movimiento.
Esta desorganización se exten derá en forma muy variada
en un diámetro de 32 Kms. del punto cero.
¿Cómo podrán unas tropas así cegadas mantener la
dirección y el control de marcha? ¿Podremos dotarlas
de algunos medios para prevenir la ceguera por el
deslumbramiento con lo que podríamos todavía mante
ner el control del ataque nocturno?
Las gafas oscuras u opacas no sirven porque las tro
pas que las lleven no podrán ver lo sufIciente para moverse en la oscuridad. Cubrir un ojo solamente es una
medida preventiva de dudosa eficacia, puesto que ello
afecta profundamente a la percepción y dificulta los
problemas de estimación de distancias y de determi
nación de direcciones de marcha a través de obstáculos,
embudos y barrancos.
-
Si decidimos detener el ataque, ¿cómo lograrán las
tropas distinguir el camino para retirarse a sus posicio
nes de partida, u organizar el terreno que han conquis
tado? ¿Vendaremos los ojos de tres o cuatro hombres en
cada pelotón para asegurar que algunos “ojos no cega
dos” serán capaces de conducir a los ciegos?
¿El empleo de armas atómicas por el enemigo, no for
mará serios obstáculos con árboles y otros materiales
derribados que aumentarán las dificultades del control
y movimiento de las tropas?
El fuego nuclear propio o enemigo ¿no alterará la
apariencia y características del terreno que hubiéramos
elegido para facilitar el control de las tropas?
Cuando se considera detalladamente el problema .no
podemos por menos de preguntarnos: ¿será factible el
ataque nocturno durante una acción atómica?
¿Qué henos de hacer con las víctimas de un ataque
atómico que queden “sentenciadas a muerte”?
Un misterioso y a menudo aterrador fenmeno —la
radiación nuclear.— nos trae algunos .problémas que
se prestan a discusión. Aunque sean desagradables
estos problemas podrán tal vez presentarse y nosotros
no ganaremos nada con “jugar al avestruz” al tratarlos.
Otra vez, hemos de admitirlo, cada solución variará
según la importancia de los demás factores que afecten
a la situación, pero los problemas deben ser estudiados
con tiempo con objeto de que no nos sorprendan cuando
ellos se presenten.
Los efectos a la radiación sobre el cuerpo humano
varían en relación principalmente con la dosis a la cual
ha sido expuesto.—Las grandes dosis matan en poco
tiempo, si no instantáneamente—Las
dosis muy peque
ñas pueden ser absorbidas normalmente con poco o nin
gi’.in erecto apreciable. Nosotros absorbemos radiaciones
diariamente procedentes del Sol y a los enfermos del
cancer se les suministra delicadamente dosis bastantes
grandes sin perjuicio para la salucL
Nuestro problema se encuentra entre ambos. extre
mos. Sabemos que una cierta dosis límite de radiación
(llamémosla
roeritgens) puede o no producir 1aramente transtornos durante unas pocas horas; la víctima
se recobra enseguida aparentemente,
pero sólo para
morir unas semanas más tarde tras un corto y rápido
período de enfermedad.
Las vidas sentenciadas.—Pongámonos en el caso del
Jefe de la División en la siguiente hipotética situación:
El enemigo ha realizado un explosión nuclear contra al
gunos elementos de nuestra División y se han tomado
las medidas precisas para restablecer la situación de for
ma que las víctimas de la onda explosiva y las bajas
causadas por quemaduras están siendo tratadas o eva
cuadas.
En estas condiciones uno de los mandos subordina
dos da cuenta que su indicador de radiactividad y los de
unos 250 miembros de su grupo de combate han sido
alcanzados por una radiación de los X roentgens men
cionados. Elio significa que estos hombres representan
un grupo de soldados que están disponibles de momento
pues no tienen lesión visible y que lo estarán durante
15 ó 20días más, pero que pasados 20 ó 25 días todos
habrán muerto.
Surge inmediatamente una pregunta:
¿Qué habremos de hacer y qué ordenaremos en estas
circunstancias?
¿Evacuaremos estas tropas como bajas aun estando
al parecer físicamente intactas y con posibilidades de
andar por su propio pie?
¿Tomaremos algunas disposiciones especiales para
una rápida evacuación hacia la zona del interior con ob
jeto de que los hombres puedan pasar los “iltimos días
de su vida con sus familiares?
Si la evacuación hacia la zona del interior no es prac
ticable o no es deseable para las tropas “sentenciadas”,
¿las enviaremos a centros donde puedan vivir durante
los días..que le restan de existencia?
Si en nuestra opinión la situación es tan crítica que
requiere la utilización de todos los medios de combate
disponibles, ¿estaría justificada la utilización de estos
hombres para continuar la lucha con sus propias uni
dades? Sería factible por el contrario organizar una
unidad tipo “Kamikaze” con los sentenciados a muerte
para realizar con ellos misiones especialmente peligrosas.
¿Ordenaremos a una unidad atacar a través de una
zona peligrosamente radiactivada?
Sabemos perfectamente, como consecuencia del es
tudio de los efectos de las armas nucleares que los neu
trones liberados por fisión inducen radiactividad en la
zona que rodea el punto cero. Las dimensiones de esta
zona varían en relación a la clase de arma y su altura
de explosión. Normalmente la zona de radiactividad
peligrosa es más pequeña que 15 zona en que se producen
daños y bajas por los otros efectos de la bomba.
Sin embargo todo cuerpo humano o animal que se
halle en esta zona de radiactividad inducida debe ser
cuidadosamente controlado para evitar la exposición a
peligrosas o mortalies dosis de radiactividad.
Una solución sencilla es evitar el uso de las armas
nucleares sobre objetivos que hayan de ser ocupados o
cruzados a pie por nuestras tropas.—No obstante, esto
no. siempre será posible cuando se trate de objetivos
que no puedan ser eficazmente batidos por los fuegos
convencionales.
Otro recurso frecuentemente empleado es desplazar
el punto cero todo lo posible para, obtener suficiente
grado de destrucción sobre el objetivo pero de form.a
que se evite la creación de obstáculos físicos o radiacti
vos sobre la zona que ha de ser conquistada o atrave
sada.
Estas medidas requieren una muy detallada y cuida
dosa organización de la maniobra y los planes de fuego
ató’mico.—Los problemas que hoy se plantean en las
Escuelas de las Armas estan orientados o suministran a
los alumnos una considerable práctica en esta necesaria
coordinación.
Otra solución al problema de las “zonas blanco” que
deben ser cruzadas pero no ocupadas, es dotar a las
fuerzas de elementos motorizados o mecanizados para.
atravesar rápidamente la zona radiactiva.
Pero los pianes humanos mejor trazados
menudo
fracasan. Algunas veces puede suceder que nuestras
fuerzas mecanizadas o ‘motorizadas sean detenidas u
obligadas a marchar lentamente ‘dentro de la zona ra
diactivada hasta caer en el peligro de que se produzca
un nilmero excesivo de bajas. Además, a causa de las
variaciones ‘en los tipos de bombas previstos,’ los pun
tos cero, o las alturas de explosión, los efectos radiac
tivos locales pueden ser más grandes y más intensos o
producíi’se en zonas diferentes de aquellas que se ha
bía .preyisto.
¿Qué le sucederá a nuestra unidad, maniobrando en
la forma ‘prevista si encuentra peligrosos e imprevistos
grados de radiactividad? ¿Debe proseguir su avance o
retirarse? En estas circunstancias, ¿puede tomar esta de
cisión ‘el jefe de las fuerzas comprometidas, o la decisión
debe sér reservada para el Mando inmediatamente su
perior?
La simple ‘reflexión sobre estos problemas hace pa
tentes unas necesidades muy sencillas:
Un adecuado sistema de instrumentos de detección,
‘identificación y evaluación de radiactividad;
U’n seguro e importante sistema de transmisiones;
Un mando muy calificado para aquel’as unidades
subordinadas cuya acción en .una tal situación pueda
—
—
—
traer desastrosos efectos -para el éxitó pa-ra la unidad de
que forman parte.
Acept aciórí de bajas.—Desde largo tiempo se ha reco
nocido que las situaciones importantes pueden obligar a
un mando a aceptar el riesgo de una cierta proporción
de bajas en sus unidades con objeto de asegurar el éxito
total de la operación. Por ejemplo, un grupo de combate
puede ser enviado directamente a través de una zona ra
diactiva con objeto de conquistar un objetivo que se juz
gue vital para el ataque de la División. El riesgo de bajas•
que -han de producirse puede ser inaceptable para el jefe
del grupo de combate que debe tomar su propia decisión,
pero puede estar perfectamen te justificado en el cálculo
del jefe de la División que con ello espera conseguir una
gran disminución de bajas para el total de la División..
En estas condiciones puede comprenderse -que los je
fes, durante una acción atómica, se encontrarán (con
mayor frecuencia que se encontraban sus predecesores
que estaban libres del fuego atómico) metidos en situa
clones que requieran suficiente valor moral para acep
tar una cierta proporción de bajas de sus unidades en
interés dél conjunto de su G. U.
Este hecho, sin embargo, exige una preparación un
poco más profunda con objto de asegurar que los man
dos de.l futuro estén mejor preparados :para reunir las
condiciones precisas para sus complejas responsabilida
des. En el pasado, al distribuir unidades entre el ataque
principal y los secundarios, el jefe podía considerar co
sas tangibles, tales como fortaleza de equipo y personal,
tiempo, terreno, disposiciones del enemigo y capacida
des de combate y cosas intangibles, tales como espíritu
y moral. El jete de hoy deberá considerar además un
nuevo e importante factor: la radiación nuclear.
El cuerpo humano tiene ciertos límites de toerancia
que le permiten la absorción de radiactividad in inti
lizarle. Este limite de tolerancia varía considerablemen
te en relación principalmente con el estado de salud,
cantidad de radiaciones absorbidas y período de tiem
po en- el que estas radiaciones fueron •a.bsorbidas. La
instrucción sobre el uso de los indicadores personales de
radiactividad y sobre la determinación de las radiacio
nes radiológicas abre un campo enteramente nuevo pa
ra el personal médico y de especialistas y en definitiva,
para los Mandos. Presumiblemente cada persona que ha
absorbido o casi absorbido su límite de tolerancia debe
por lo menos ser enviado- a lugares- en que la probabi
lidad de exposición a nuevos riesgos de radiación sea
nula o mínima. Es -muy probable- -que todos los hombres
de una misma unidad tipo Compañía, o incluso Grupo
de combate, alcancen este tipo de nivel simultán-eamen
te. Todo esto -ha de ser tenido en cuenta por los mandos
al en-cargar misiones a sus. subordinados.
Flexibilidad en los planes.—Una pequeña reflexión nos
traerá nuevos problemas para el Mando. Como acabamos
de decir, cuando asigne misiones a sus -subordinados debe
pensar en asignar a las-unidades que han sido expuestas
al más alto nivel -de radiactividad, aquellas misiones que
él sabe entrañan el mínimo de riesgo de nuevas radia
-ciones. Sin embargo, la ejecución puede ser distinta de su
-plan; ¿qué sucederá si nuestra unidad, ya recibida casi la
dosis peligrosa en sucesivas acciones se encuent-ra con
-
-
peligrosos e imprevistos grados de radiación? A una U-ni
-da-d fresca, sin contaminar en absoluto, se le podrá orde
nar avanzar a t-r-avésde la zona peligrosa y sufrirá bajas
que se contarán solamente por docenas; de -estos hom
bres la mayor parte que-darán simplemente inaprovecha
bies -de momento, pero no -muertos. En cambio exponer
nuestra u-nidad ya fuertemente rad-iactivada podría aca
rrear cientos de -muertos.
Ya hemos men-cionado la necesidad -de -un suficiente
júicio profesional y -de un gran valor moral para ase
gurar el éxito de la unidad en su con junto.
Podremos cruzar un río con radiactividad.—Como ya
hemos indicado las capacidades de las armas nucleares
-para ataque directo sobre objetivos o para neutralizar
zonas encierran factores imponderables. Estudiemos un
-nuevo as-pecto de esto y vea-mos si nuestras ideas sobre
el cruc-e de los ríos requieren algunas modifica-clones.
La amplitud -de las zonas, que -pueden ser contamina
das por una explosión superficial, varía con el tamaño,
“limpieza” (1) de la. bomba, velocidad y dirección del
viento y la naturaleza del terreno. Parece lógico que el
enemigo que defienda un río pueda seleccionar una combinación de estos factor-es para lograr un alto grado de
radiación inaceptable para el atacante hasta una dis
tancia aguas abajo de unas -cuatro o cinco millas del
punto cero. Esta idea supone qu-e la -propia agua puede
esperarse que arras-tre una cantidad -considerable de -ra
diactividad, si bien de difícil predicción, procedente de
una explosión realizada -cerca o sobre la su-perficie. Al
gunas explosiones así -realizadas pueden crear una be
rrera radiactiva sobre tod-o el fren-te de paso -de una Di
visión. Repetidas estas explosiones •con apropiados in—
terv-alos, pueden mantener durante algún tiempo un pe
ligroso grado -de contaminación.
hasta ahora casi -to-dosnuestros problemas de pasos
de ríos requieren la necesidad de pasaderas o puentes pa
ra cruce de carros y otros vehículos pesados. ¿Tenemos
nosotros algún superhombre que pue-da vivir en este
ambiente -contaminado suficiente tiempo para construir
las necesarias pasaderas y puentes?
Debemos, por ello, idear equipos de puentes que pue
dan ser -montados con suficiente rapidez para. permitir
la -construcción en los plazos permisibles dentro de las
zonas -contaminadas, ¿o puede estar la solución a este
problema en un diferente sistema de cruce? Muchos de
nuestros me-dios -de combate pueden ser transportados a
través del río en aviones o vehículos an fib-los con poco
6 ningún retraso hasta la orilla opuesta. Pero los ca
r-ros y demás vehículos muy pesados -continúan sien
do una dificultad.
Estos son algunos -de lo muchos problemas de la gue
rra nuclear sobre los que tenemos hoy vaga o ninguna
contestación. Quizá la solución pueda proporcionarla la
prueba de la batalla. Quizás, sin embargo, parándonos
un poco a pensar sobre ellos antes de que po-damos per
fo-rar la niebla de la guerra, tendremos para el futuro
man-dos -calificados para la tarea -de la batalla nuclear
con que pueden enfrentarse.
-
-
-
-
-
-
-
(1)
Pequeña
radiactividad
residual.—N.
de la R.
C,ómo
es una
ase aerea norteamericana.
-
os servicios:
Por
Santiago
JOV}R
DE
CASTRO.
En el complejo militar defensivo de Occidente, ocu
pan un importante lugar, las bases que el Mando Aéreo
Estratégico de los Estados Unidos tiene esparcidas por
diversas partes del mundo. El conocimiento vulgar y
aun el no vulgar, cuando se habla de estas bases, las re
laciona solamente con una serie de reactores de caza y
de bombardeo. Y, en efecto, estos avides son elemen
tds fundamentalisimos en la base aérea, pero no los úni
cos. Porque una de estas dependencias del Mando Aéreo
Estratégico, uno de estos pilai’eS de la defensa de Occi
dente, es una verdadera ciudad. Una grande y compleja
ciudad con multitud de edificaciones de ladrillo, o de
piedra, o de aluminio, todas muy extensas, pero de muy
poca altura; con una enrevesada red de carreteras, con
vías y estaciones de ferrocarril, con instalaciones depor
tivas y recreativas, con inmensos parques de vehículos
y maquinaria y, en fin, con una serie tal de instalacic
nes que hacen que la parte de vuelo, •auü con ser muy
grande, represente una porción mínima •de la Base. Así,
pues, hay una serie de elementos materiales, estricta
mente terrestres, juntamente con algunos humanos e, in
cluso morales, q.ue son tan esenciales como los aviones.
Y de tal forma, que, si no están todos conjuntados en
armónico y •exacto funcionamiento, no se puede conse
guir que en cualesquiera que sea el instante critico, es
tén los aviones en el aire para interceptar un ataque
o jiara ejecutar una represalia.
Tomemos, por ejemplo, la gran Base conjunta Hispa
no-Norteatnericana
que el Mando Aéreo Estratégico ha
instalado a 30 kilómetros de Madrid, en Torrejón de Ar
•doz. En ella se puede encontrar un modelo de cómo son
las restantes, pues ahí existen todos esos elementos enu
merados anteriormente. Y lo que es más importante, en
ella se pueden apreciar unas, especiales estructuraciones
y, a través de ellas, se pueden ver funcionar unos servi
cios, que es, al fin y al cabo, para lo que están monta
dos todos esos elementos materiales,
humanos e, incluso, morales.
Hay, en primer lugar, una organi
zación y administración general de
toda la base de Torrejón. Estos ser
vicios corren a cargo de una unidad
llamada 3970 Grupo de Base Aérea,
mandada por un coronel, que es el
Coronel Jefe de la Base. La unidad
tiene su cuartel general •en un con
junto de prefabricados de cemento
y aluminio, en donde están los des
pachos de los jefes de .as distintas
Oficinas de Servicios y escuadrones
de que consta la susodicha unidad y
que abarcan todas las tareas terres
tres de la Base. Figura, al freñ te de
la organización de este Grupo Aéreo,
la oficina del Coronel en Jefe, de la
que depende directamente la del co
ronel ayudante, que se relaciona con
el oficial de enlace con las fuerzas
aéreas del país en donde está la
Base. De estas oficinas supremas se
derivan también los despachos de
cada
uno de los jefes de Oficinas de
Servicibs y Escuadrones de trabajos
variados. E 5 t o 5 escuadrones, com
puestos cada uno normalmente de
300 hombres, entre oficiales, subofi
dales y clases, son: el de Intenden
cia,
el de Transportes, el de Instala
Un cuatrimotor de transporte
militar y un helicóptero junto a la Torre de Mamle
ciones, el de Policía, el de Cartogra
de la Base de Torrejón, cuya enorme.extensión
se controla perfectamente
desde
fía Aérea, el de Correos, el de Sani
esta atalaya. A ambos lados de la Torre están los pabellones en donde se elabo
ran pianes para posib’es operaciones.
dad, el de Control de movimiento de
J
-—--
53
unas, a las carreteras; otras, a las
dos centrales térmicas y a todas las
líneas que forman el sistema elec
trónico; otras, a los edificios y jar
dines; otras, a los oleoductos, esta
ciones y surtidores de carburantes.
En fin, una serie de brigadillas adies
tradas para revisar, casi diariamen
te, y reparar todas las instalaciones.
Por su parte, el escuadrón de Repa
ración
de Aviones, está dedicado a
cuidar y arreglar todos los reactores
y aparatos de hélice destacados en la
Base, y además, todos los objetos que
están en contacto -inmediato con ellos.
Así, componen e escuadrón, brigadi
lías para el cuidado de pistas de vue
lo, para los hangares, parael parque
de camiones-tanques de aprovisiona
miento. Todas estas brigadillas tie
nen, también, que efectuar una revisión diaria. Existe, además, en
este escuadrón una sección técnica
formada por especialistas en la repa
ración, limpieza y puesta a punto de
los aviones. El número de espocialis
tas no es el mismo para todos los
aparatos, sino que el equipo para
uno de caza está formado por cua
tro especialistas, y para uno de bom
bardeo, por seis. En lo que respect
Oficiales y suboficiales españoles y americanos,
en una oficina administrativa.
específicamente a las reparaciones,
solamente se efectúan en la Base las
aviones, el de Comedores y el de Reparación de Aviones. superficiales y elementales. De todas formas, cada uno
Más numerosas aún son las Oficinas dé Servicios, enea de estos equipos representa para su avión un “pater
bezadas por la Secretaría del Coronel-Jefe y del Ayu nal” cuidador, a’ la vez que es el depositario de respon
dañte. Después vienen la Oficina de Servicios de Infor
sabilidad por cualquier avería qúe pudiera tener. Por
mación, la de los de Personal, la de Finanzas, la de Se tanto, el trabajo del escuadrón de Reparación de Avio
guridad, la de Estadística, la de Asesoría Jurídica, la nes, lo mismo que el del escuadrón de Instalaciones, es
de Servicios Religiosos, la de Material, la de Investiga
de gran importancia, y, por ello, está en conexión con
ción, la dé Planificación y, fina’lmen
t,
como englobando a todas las
anteriores, la Oficina de Servicios
Administrativos. Esta es la encarga
da de dirigir todo el trabajo buro
crático de papeleo, al que, ni el mo
dernísimo aeródromo militar de To
rrejón, se puede sustraer. Aunque
realmente está muy simplificado y
facilitado por la intervención de nu
merosas y variadas máquinas elec
trónicas que, con rapidez y precisión,
realizan el trabajo de cientos de ofi
cinistas. •Este trabajo acimintstratiyo, de trámite burocrático, invade
hasta los últimos recovecos de la
base. De ahí la importancia primor
dial de la Oficina Administrativa,
sin que ello quiera decir que las res
tantes tengan menos valor.
Una de las ,funciones, destacabl
por referirse •a la generalidad de la
Base, es la de conservacIón y mante
nimiento. Y hay que hacer una dife
rencia, pues puede ser la conserva
León de todos los inmuebles o bien
de todos los aviones. Por esto, para:
realizar estas funciones, existen dos
escuadrones, el de Instalaciones y el
de Reparación de Aviones. El pri
mero está compuesto de diversas bri
Una tarea diaria, absolutamente
necesaria, y a cargo del escuadrón
de Instalar
gadiflas especializadas y dedicadas,
ciones, el arreglo de la extensa red de carreteras de la Base.
-
guridad. Para cumplir esta función,
los técnicos cuentan con dos medios
materiales principales: uno, el sis
tema de claves que periódicamente
cambia el Estado Mayor; el otro, los
aparatos receptores-transmisores
,de
radio, telégrafo y teletipo. Todos és
tos dependen- de una gran central de
Telecomunicaciones formada por un
barracón- de aluminio y un extenso
cam-po, en el que se -alzan los enre
vesados conjuntos de cables y torres
metálicas de la antena principal. Se
conec:ta ésta con otras más pequeñas
y sencillas y que corresponden a los
diversos centros de radio, telégrafo
o teletipo repartidos por la Base. Sin
embargo, hay otra cias-e de antenas
que, sin pertenecer al servicio de Te
lecomunicaciones, cumplen una im
portantí-si-ma función, también de
-enlace y. comunicación. Tanto, q-ue
de ella depende la subsistencia misma
de la Base. E-st-as antenas son las
-del radar, cuya red está organizada
conjuntamente por la Oficina de -los
Servicios de Seguridad y por la Diez
y Seis Fuerza Aérea y está’ compues
ta por cuatro estaciones, cada una
de ellas con dos antenas cóncavas
Un buen número de técnicos, como éstos, de las Fuerzas Aéreas de España y de
de rotación parabólica. A su vez, es
los Estados Unidos están en perpetua ‘vigía ante los complicados aparatos elec
tas estaciones enlazan con el sistema
trónicos
de los Servicios de T&ecomunicaciones
y Escucha
para preservar la
de radar instalado por toda España.
seguridad
de la Base.
De
esta forma cualquier objeto sos
el de otros escuadrones y Oficinas de Servicios. Así, con pechoso que venga por el espacio es localizado a consi
las de material, de Administración y de Seguridad y con derable distancia, habiendo tiempo suficiente pa-ra pre
los escuadrones de Intendencia y Sanidad. Estas conexio
pararse ante un posible peligro.
nes son absolutamente necesarias para la eficaz -labor de
Sin embargo, no todos los peligros han de provenir
conservación y mantenimiento, y, por
esta razón, los jefes •de los escuadro
nes de Instalaciones y de Reparación
de Aviones forman parte del Estádo
Mayor del Córonel comandante en
Jefe de Torrejón de Ardoz.
Si las anteriores funciones son im
prescindibles- para que una Base co
mo la de Torrejón funcione perfec
tamente, hay otras que lo son para
la subsistencia misma de esta Base.
Para que esté garantizad-a contra
una destrucción total o contra un
aislamiento completo. Nos referimos
a la función de Escucha y a la de Te
lecomunicaciones. Esta flltirna, que
realizan técnicos de la Oficina de los
Servicios de Información, tiende a
enlazar la Base de Torrejón con todas las demás, con el Cuartel- Gene
ral del- Mando Estratégico, con la
Diez y Seis Fu-erza Aérea, con el Pen
tágono en Wáshington, etc. También
tiende a comunicar entre sí deter
minadas -partes de la -misma Base,
porque estas partes tienen que estar
de tal form- -coordinad-as, que no
sirven para ello las simples líneas te
lefónicas. Es, pues, el objeto de la
función de Telecomunicaciones transmitir todas las órdenes, consignas,
informaciones, planificaciones y todo
Una de las estaciones de radar del sistmá
de Torrejón con sus dos antenas
aquello que exija gran rapidez y sevigilando el espacio
-
-
-
-
- -
1
-
-
-
-
-
-
--
_5
del exterior, sino que muchos pue
den surgir del mismo interior de la
Base. Y, desde luego, es evidente.
que, en donde existen arburantes,
explosivos y sistemas eléctricos, hay
continuo riesgo de fuego. Por esto,
de la Oficina de los Servicios de Se
guridad en tierra y aire, se deriva
una sección 1l:amada Departamento
de Incendios, que tiene su sed0 al
lado mismo de las pistas de aterri
zaje y despe-gue. Su plantilla es de
setenta hombres, repartidos en dos
secciones de treinta y cinco y desti
nadas, una, -a los incendios en el ma
terial de vuelo, y la otra, a los in
cendios en edificaciones. Por un sis
tema de rotación y, a efectos de
entrenamiento, Jos hombres de una
sección van pasando a la otra y vi
ceversa. Así pueden conocer el ade
cuado uso del material que es dif€
rente para unos u otros incendios.
En la sección para aviones hay cin
co gigantescos camiones tanques
•motobomhas, tipos 0-hA, O-liB y
0-10, todos con una capacidad de
4.000 litres de agua y 400 de espuma.
Cada vehículo lleva una tripulación
de cinco hombres, que siempre está
Un gran camión contra incendios de aviones y una furgoneta de rescate
de
al lado del camión, incluso al comer
víctimas, estacionados junto a las pistas de vuelo.
y dormir. Aparte de este material,
la sección t-iene un camión cisterna y una furgoneta de dios que se provocan para realizar ejecicios. Es corrien
rescate en la que va personal adiestrado para rescatar te ver, en algi’in punto alejado de la pista, llamas y hu
a los ocupantes de aviones incendiados. Todo este parque marada entre las que se mueven los -bomberos, recubier
móvil y las tripulaciones están en constante funciona
tos por completo de trajes incombustibles de amianto,
miento, pues en la sede del Departamento suena la alar
lo que les da una apariencia de seres futuristas. En
ma, casi ininterrumpidamente,
por razón de los incen cuanto a la sección dedicada a edificios, su material con
siste en dos camiones-tanques, cada
uno con capacidad para 1.600 litros
de agua y 160 de espuma, un coche
cisterna y una furgoneta de rescate
y, en lo qúe respecta a los entrena
mientos, éstos son muc-ho menos fre
cuentes que en la otra sección. To
dos estos entrenamientos, así como
las actuaciones reales, son dirigidas
por los Jefes del Departamento a
través de la radio, para lo que cada
vehículo lleva su aparato emisor-re
ceptor. La emisora central del De
partamento,
en contacto constante
con la Torre de Mando de la Base,
tiene conocimiento instantáneo de
cualquier siniestro, y así se •puede
hacer funcionar la alarma a tiempo.
Casi podría decirse que 1-amisión del
Departamento de Incendios ha de ser
el sofocar el fuego antes de que se
produzca.
Existen, como hemos visto, en este
centro del Mando Aéreó Estratégico,
una gran cantidad de factores técnicos, materiales y estructurales, que
hacen posible su funcionamiento.
Pero se tiene que contar con una ma
teria prima fundamental: el hombre.
Es necesaria una garantía del recto
obrar del elemento humano y esta
La vigilancia de 1a entradas y salidas.-’Poljcjas del aire, españoles y norteameri
garantía la da el escuadrón de la
canos, de. guardia en uno de los puestos de control.
Policía, formado por trescientos hom
-
-
-
bres al mando de un Capitán. ‘Se divide esta unidad en
destacamentos, secciones y patrullas compuestas por un
número variable de miembros, según las circunstancias.
El escuadrón tiene un cuartel genral y oficinas subsi
diarias, algunas fuera de la Base. Esto se explica porque
la poliCía tiene que estar también en los lugares residen
ciales y de esparcimiento para procurar el más recto
comportamiento
de cualquier miembro de las Fuerzas
Aéreas. Es necesario por ello que la acción vigilante de
la Policía Aérea se extienda a los sitios adonde soldados
y oficiales van a distraersé e incluso a sus residencias
para que en ellas observen las reglas de urbanidades del
país en que ‘se hallan. A estos efectos, la acción directa
de control de las personas se ejerce, dentro del recinto
de la Base, por medio de patrullas provistas de jeeps o
turismos y armadas con los pertrechos reglamentarios,
o sea, silbato, porra y pistola. Y fuera de la Base, por
medio de estas ‘mismas patrullas, pero de paisano y sin
armas. De esta forma, toda anormalidad, falta o delito
cometido dentro o fuera del trabajo, es puesto eñ cono
cimiento deJa patrulla q’e detiene a los culpables. Pero
hay otra función que desempeña el escuadrón de la Poli
cía ‘y es la vigilancia y control de los puntos neurálgicos,
tales como pistas de vuelo, aviones polvorines, depósitos
de bombas, cuarteles de mando y de las entradas y sali
das al territorio que ocupa este centro ‘militar. Este con
trol se realiza en conjunción con la Policía aérea espa
ñola y para el ejercicio sobre los cuarteles de mando y
sobre las entradas y salidas se utiliza el uniforme y per
trechos reglamentarios. Para todos los restantes servi
cios se lleva ei uniforme o mono de tiabajo y el fusilcarabina M-1. Aparte de las enumeradas, corresponde al
escuadrón de la Policía de la Base de Torrejón, como de
cualquier otra Base del Mando Aéreo Estratégico, una
función de carácter extraordinario y es el rendir los
honores debidos en la recepción de altos jefes o ilustres
personalidades. Para ello actúan una o varias secciones
del escuadrón con uniforme de gala y acompañadas por
la vistosa y atractiva actuaéión de una orquesta o ban
da militar.
Con lo relatado quedan descritos los Servicios que son
fundamentales y que abarcan a toda la Base. Su conoci
miento y comprensión constituyen una .prifflera fase in
dispensable para llegar a un entendimiento total de lo
que es y de cómo funciona uno de •estós modernos nú
cleos defensivos que el Mando Aéreo Estratégico de los
Estados Unidos tiene establecidos en diversas partes del
mundo.
La formación de conductores ei el Ejército belga.
De la publicación belga “L’Armée la Nation Traducción
resumida del Capitán de Caballería
Diplomado
de E. M. Antonio RODRIGUEZ
TOQUERO, de la Capitanía General de la IV Región.
En el Centro de Reclutamiento y Selección, el solda
do sufre un examen físico a fondo, orientado principal
mente al estado de su vista, oído y reflejos. Unicamente
el que satisface las exigencias reqúeridas y demuestra
además sangre fría, puede ser designado para conductor
militar.
El joveñ soldado recibe su formación de conductor
con gran interés, pues sabe que ésta le ha de ser útil
en ‘la vida civil; siendo además los’ problemas técnicos
y la conducción de un vehículo verdaderos juegos para
estos muchachos.
Obligar de modo .constante al alumno a la reflexión.
Efectuar más demostraciones que explicaciones ora
les (poca teoría y mucha práctica).
Este método permite alcanzar grandes resultados en
un tiempo cortó.
—
—
Organiraciórt
El método FRAC se basa en el equipo.
El equipo se forma con seis alumnos dirigidos por un
‘monitor. Monitores que generalmente son profesionales,
mas en algunas ocasiones ciertos soldados excepcional
mente dotados, son llevados como instructores al Cen
tro de Instrucción, después de habe’r superado ‘un curso
FORMACION
DE UN CONDUCTOR
de monitor FRAC que les capacita como ta1es.
El monitor da a sus seis alumnos ‘todas las sesiones
La formación de. un conductor abarca tres fases:
previstas, pasando sucesivamente de un lugar de traba
1.? Formación base.
jo a otro, de modo que el mismo monitor permanece
2. Formación en carretera.
junto a sus alumnos durante toda la formación, con lo
3.” Prácticas de larga duración en las Ardenas.
que es posible conocerlos a la perfección.
Cinco equipos constituyen un “repris” (30 alumnos
más 7 instructores). Siendo necesario para que un “re
I.—FORMACION
BASE
pris” pueda trabajar, disponer de •cinco lugares distin
tos de trabajo.
Esta formación se realiza por el método FRAC—”For
Primer lugar: H G (Hombre Guiado).
mación Racional Acelerada’ de Conductores”—, de ori
Segundo lugar: D. •M. (Doble M.ando).
gen francés. Método que mejorado y simplificado ha si
Tercer lugar: C. C. (Código de Circulación).
do introducido en el Centro de Instrucción, con el que
Cuarto lugar: C. A. (Conocimientos o ‘técnica Auto
se han logrado tan excelentes resultados que sus éxitos móvil).
han suscitado un vivo interés.
Quinto lugar: E. (Entretenimiento).
Cada Uno de los equipos del “repris” pasan de modo
Principios
y procedimientos
del método FRAC
sucesivo “de un lugar a otro.
Dos “repris” forman un “taller”. En un “taller”, un
Estos se concretan así:
Descomponer las dificultades en elementos simples, “rep.ris” trabaja por la mañan a y el otro por la tarde.
para hacer que el alumno los supere de modo sucesivo.
Un centro FRAC, en el que la instrucción se manten—
57
ga de modo constante, podrá formar 120 conductores
cada quince días. (Se advierte que es limitándose a dar
a los conductores la formación básica).
Programa del FRAC
El programa completo abarca un -período de cuatro
semanas (veinte días laborables), a razón de média jor
nada por día. La otra media se dedica a la continuación
de la instrucción base.
El sábado se reserva para ordenar el material y re
visar las materias insuficientemente conocidas o las lec
ciones perdidas a causa de los días festivos.
El programa FRAC comprende las ramas siguientes:
Hombre Guiado
HG.
D. M.
Doble Mando
Código de Circulación
C. C.
Conducción de vehículos ligeros. Jeeps
Conducción de vehículos pesados (3 T.m.)
E.
Entretenimiento
Técnica Automóvil
C. A.
.
realiza en una pista reservada,
alumno proceda sin temor.
con el fin de que el
-
Tdcnica Automóvil.
El alumno es informado -deI funcionamiento general y
de las partes esenciales del vehículo. Chasis y piezas des-montadas y cortes -de algunos órganos, constituyen el
material didáctico, teniendo el alumno, en cada lección,
la posibilidad de examinar y manipular todas las piezas que le son presentadas duran te la exposición de la
teoría.
-
-
Código de Circulación.
El Código de Circulación, -con todas sus señales, es en
señado de un modo práctico. Los numerosos problemas
que el usuario de la carretera pueda encontrar son pre
sentados a los alumnos sobre maquetas. La solución es
dada a conocer siempre bajo la forma de demostracio
nes. Ahora bien, los instructores se esfuerzan, especial
mente, en inculcar a los alumnos las nociones funda
mentales de prudencia y cortesía en la carretera.
BombTe Guiado (II. G.)
El alumno toma el volante de un Jeep o Camión, cu Entretenimiento.
yas ruedas traseras reposan sobre unos rodillos que gi
La formación -de un conductor militar no tiene por
ran en el vacío. El instructor se sienta a su lado.
fin hacer un experto, ni tampoco un mecánico de auto
A algunos metros de distancia, delante del vehículo, móviles, solamente pretende proporcion arle ja capacidad
se levanta un gran tablero dividido en casillas. (Véase suficiente para entr-etener un vehículo co-mo cualquier
gráfico).
conductor civil consciente lo podría realizar. -Nunca irá
El instructor puede iluminar cada una de las casillas más allá de un engrase, cambio de bujías, limpieza del
pulsando los interruptores de un pequeño tablero.
carburador, etc.
Este pequeño tablero que lo sitúa el instructor sobre
Otros servicios y otros especialistas cuidan de las re
-sus rodillas, es la exacta reproducción del otro mayor, p araciones.
con el que está enlazado eléctricamente.
Las operaciones de entretenimiento se hacen sistemá
La iluminación de una de las casillas hace aparecer ticamente -después •de cada clase.
una imagen que exige una reacción inmediata del con
Los alumnos en grupos de tres o cuatro ejecutan ba
ductor o un orden que el alumno debe seguir sobre la jo el control del monitor, sobre los camiones dispuestos
marcha.
en arco de círculo, las operaciones sucesivas de entrete
Ejemplo:
nimiento, anunciadas por micrófono por un instructor.
Señal
Reacción
del alumno
Conducción de vekícv los ligeros y pesados.
-
Arrancar
Puesta en marcha
Embragar y pasar
ra velocidad.
Frenar. Colocar la
Luz roja
cambio en punto
Paso a nivel cerrado. Frenar. Colocar la
cambio en punto
Luz verde
Arrancar.
del motor.
a la prime
palanca del
muerto.
palanca del
muerto.
Además es posible frenar los rodillos situados bajo las
ruedas del vehículo. Esto da la sensación de una carre
tera difícil, de un terreno arenoso o de una cuesta.
Este método obliga al alumno a ejecutar todas las ma
niobras mirando constantemente el tablero, evitando de
este modo los defectos de los principiantes: Mirar los
mandos y dejar de observar la carretera.
Esto le •da confianza, ya que hace sus primeros ensa
yos sin peligro para el material, ra
él u otras perso
nas, permitiendo al mismo tiempo que el instructor man
tenga un control permanente.
Doble Mando (D: M.)
Después de algunas sesiones de Hombre Guiado, el
-alumno pasa a un vehículo de doble mando. El instruc
tor, siempre a su lado, le aconseja y rectifica eventual
-mente las falsas maniobras.
El H. G. tiene -por finalidad familiarizar al alumno
con el manejo de los mandos, embrague, acelerador, fre
nos, etc. El Doble Mando le permite poner en prácticalas enseñanzas adquiridas con el H. G., pero 11ev-ando
realmente el vehículo. Esta parte de la instrucción se
-
Desde la tercera semana el alumno, habiendo adquiri
do sobre el H.G. y vehículos de D.M., el automatismo y
confianza necesaria, pueden pasar a una nueva etapa de
su formación.
Sólo al volante, harán -sus primeros kilómetros con
un jeep, y después con un camión de tres toneladas en
pista llana. Aquí los alumnos practican en in circuito
sinuoso, jalonado por signos convencionales que le obli
garán a hacer aquí una -mar-cha atrás, allá una media
vuelta, más lejos tomar una curva o intercalarse entre
dos vehículos.
-
Los camiones circulan sin cesar; Sobre esta pista se
cruzan, paran y adelantan. Lo variado del circuito, su
tráfico y las maniobras imprevistas que los encuentros
con un signo convenional provoca, reúnen las condi
ciones de una verdadera conducción en carretera.
El instructor, aunque, presente, siempre en esta fase
de la formación, no interviene más que para supervisar
o aconsejar.
Repartición de lecciones:
—
—
Código de Circulación.
Conducción.
Técnica dé entretenimiento.
II.—FORMACION
EN CARRETERA.
Se puede asegurar que después de uperar el alumno el
método FRAC:
Conoce el Código de Circulación.
Sabe entretener su vehículo.
Es capaz de marchar solo sobre una carretera de poco
tránsito.
Después del FRAC, la instrucciónprosigUe.
Este complemento de instrucción tiene por finalidad
mantener y perfeccionar los conocimientos adquiridos
(conducción y entretenimiento) y enseñar nuevos aspec
tos, concretamente:
Marchar en columna.
Circular en las ciudades y carreteras de gran tránsito.
Circular de noche (y con luces apagadas).
Enmascarar y ocultar un vehículo.
Aplicar por hábito el entretenimiento.
Participar en la seguridad y defensa .de un vivac o de
una columna automóvil en marcha o parada.
Esta instrúcción, esencialmente práctica comprende el
recorrido de determinados circuitos situados a los alrede
dres de Lovaina, cuidadosaménte elegidos en razón a las
dificultades y del poco tráfico civil que ofrecen..
—
H.G D.M V.L V.P C.A C
E
R
Total
—
—
1.
2.
3.
4.
Semana.
Semana.
Semana.
Semana
5
5
5
5
—
—
—
—
—
—
.—
5
2
10 7
Total10
5
5
6 2
10 2
16 14
.-.—
5
5
4
2
5
5
8
8
16 26
25
25
25
25
—
—
—
1
1 100
—
H.G. = Hombre Guiado.
D.M. = Doble Mando.
V.L. = Vehículo Ligero.
V.P. = Vehículo Pesado.
C.A. = Técnica Auto.
C.
Código Circulación.
E. = Entretenimiento.
R. = Remo.lque.
Existe una ficha para cada lección de cada rama.
Plan
—
—
—
—
—
—
de una /iclia.
a)
b)
o)
d)
—
—
Programa Punto a enseñar.
Medios necesarios.
Ubicación.
Desenvolvimiento: lo que hay que decir, hacer,
manejar, ejecutar, las preguntas a hacer y las res
puestas a recibir.
e) Generalmente al final de la ficha:
consejos
puntos a insistir
faltas que con mayor frecuencia se cometen, etc.
-
Ventajas
del método
FRAC.
111.—EJERCICIOS
DE LARGA DURACION
EN LAS ARDENAS
Para coronar la formación de un conductor en carre—
tera, el Centro de Instrucción ejecuta, como última parte
del programa, un ejercicio de vivac de cinco días de du
ración en las Ardenas.
En esta ocasión, los asirantes
a conductor efectúan
largas etapas en columna, tanto de día como de noche,
ejercicios individuai€s sobre pequeños circuitos en terre
nó variado o accidentado.
Estos ejercicios, relativamente fuertes, constituyen una
prueba de resistencia física, por la suma de días condu
ciendo en terreno difícil, de día y de noche.
1.’ Instrucción progresiva del H.G al D.M. y después a
la conducción real del jeep y camión.
2.
Unificación de la instrucción gracias a las fichas, lo
que permite un control a voluntad.
en las Unidades.
3. Economía de carburantes y material (para toda la Perfeccionaniento
instrucción FRAC el consumo de carburante es infe
rior a 50 litros por alumno).
Resulta evidente que los conductores, después de su sa
4.’ Eliminación de accidentes (las primeras lecciones de lida del Centro de Instrucción, no son todavía “ases del
conducción son las más peligrosas. in embargo, aquí volante”; les falta práctica y experiencia.
La instrucción les proporciona excelentes reflejos y el
se efectúan sin ningiín riesgo).
5.
Mejoramiento de la calidad de jos conductores.
indicio del automatismo.
Al finalizar el período de FRAC, el alumno es sometido
La práctica y la experiencia serán adquiridas en las
a un examen que abarca las tres pruebas siguientes:
Unidades.
1
IMPRENTAS DEL COLEGIODE HUERFANOS
El Patronato de Huérfanos de Oficiales del Ejército tiene tres imprentas: en MADRID,
TOLEDO, Y VALLADOLID, que, además de los impresos oficiales, de adquisición. obli
gatoria en dichos estab1ecimintos, también realizan trabajos particulares de esmerada
confecció’ garantiiando la CANTIDAD, CALIDAD y ECONOMIA. Los ingresosque
por estós conceptos obtienen pasan ÍNTEGRAMENTE a engrosar los fondos del Patro
nato y se destinan a MEJORAR la situación de los HUÉRFANOS. Se encarece a los se
íores Jefes y Oficiales efectúen pedidos a esas imprentas a fin de incrementar los recur
sos de los HUÉRFANOS.
59
Actuación
del Ejército en Ribadelago.
Capitán
Está aún muy reciente la catástrofe de Ribadelago.
Su importancia hizo que durante muchos días fuera el
tema preferido de la prensa de toda España, que llenó
páginas y más páginas de sus diarios y revistas.
Dando de lado todo aspecto sensacionalista, quiero li
mitarme aquí a resaltar una faceta de la catástrofe de
Ribadelago que ha permanecido oculta a casi todos los
españoles y que, ‘como militar, deseo que no pase inad
vertida: la actuación del Ejército en Ribaclelago después
de la catástrofe.
La noche del• 8 al de enero.—En los trabajos de des
escombro de Ribadelago aparecieron muchos relojes—mo
destos despertadores—cuyas manecillas marcaban la ho
ra trágica: las doce y cuarto. A esa hora la inundación
alcanzó sus mayores proporciones. A esa hora el con
tacto furioso de la ola con las edificaciones del mísero
pueblo provocó el derribo de las casas, casi todas ellas
formadas por muros de piedras colocadas unas encima
de otras, sin un mortero que las aglutiñara.
Los vecinos, que desde hacía unos minutos sentían la
inminencia de ‘la catástrofe, estaban en las calles del
pueblo: calles pinas y encharcadas, en las que, a partes
iguales, abundan el barro y las deyecciones del ganado.
Huían alocados, sin sber qué decisión tomar: •unos tra
taban •de ganar las partes altas del pueblo; esos se sal
varon. Otros, perdieron un tiempo precioso en tratar de
salvar ganados u objetos. Para ellos, los escombros de
sus casas fueron su sepultura, hasta que sus cadáveres
fueron puestos al descubierto por las excavadoras. A
otros, les cogió la riada en las calles bajas del pueblo.
Fueron la mayoría de los que perecieron. Mezclados con
el fango, las grandes piedrss y la arena que ésta trajo,
yacen hoy en el fondo del lago de Sanabria, convertido
en un inmenso cementerio subacuático.
Al producirse la rotura de la presa del pantano de
Vega de Tera desaparecieron 17 contrafuertes y la parte
correspondiente de pantalla. Y el agua liberada se lanzó
arrolladora para recorrer los nueve kilómetros que me
dian entre el embalse y Ribadelago, salvando un desni
vel de unos 500 metros. La consideración de la magnitud
de estas cifras puede dar una idea dei empuje devasta
dor con que llegaría la masa de agua al pueblo. Esta
chocó con las partes bajas del mismo. Pero su volumen
no fué de una magnitud tal que produjera estragos por
inundación debida a elevación de rivel: las casas situa
das en los puntos altos apenas recibieron’ daños, no obs
tante su endeblez.
La riada e dividió en tres brazos, qúe pasaron por las
vaguadas existentes entre cuatro promontorios en que
estaba edificado el pueblo. Luego, las aguas volvieron a
reunirse sobre la llanura de cerca de un kilómetro oua
drádo de extensión existente al E.. •del pueblo y deposi
taron su trágico aluvión en las aguas del pintoresco lago.
Desaparecieron los dos puentes. Aguas arriba se halla
ba el de madera. Sus restos, taponando la luz del de
hormigón, hicieron de éste una presa que en un roo
mento dado ofreció resistencia a la fuerza incontenible
de las aguas. Para ellas no fué un gran obstáculo. Así,
a los pocos días, pude apreciar cómo sus recios estribos
y su loza de hormigón nervada habían sido removidos
con un a facilidad pasmosa.
Desapareció, también, el trozo de carretera que se
adentraba en el pueblo.
De las 250 casas que aproximadamente lo formaban,
de Ingenieros
Agustín
LORENTE
TALAMAS,
la mitad resultaron completamente destruídas.. Def res
to, otras muchas quedaron en estado de ruina, más o
menos acentuada.
Imaginemos ahora a los pobres habitantes de pueblo
cuando amaneció el día siguiente de la catástrofe; esta
ban enloquecidos por los acontecimientos. Casi todos ha
bían perdido algo: un ser querido, su vivienda, sus ani
males. Algunos, absolutamente todo lo que tenían ón
este mundo. La riada había pasado y el lago de Sana
bria, de unos cinco ‘kilómetros cuadrados de extensión,
había servido para evitar, dando acogida en su cuenca
a las aguas, que la catástrofe se propagara a los pue
blos situados aguas abajo de Ribadelago.
Pero los puentes estaban rotos. De fuera no podían
llegar auxilios, excepto los pocos que pudieran llevarse
en lanchas. Aquí surgió la primera y eficacísirna inter
vención del Ejé.rcito. Las autoridades no vacilaron en
recurrir a ella y fueron cursadas órdenes para que los
Ingenieros restablecieran las comunnicáciones.,
En el Regimiento de Zapadores de Salamanca se reci
bió la orden de que se dispusiera el tendido urgente de
un puente Bailey sobre el río Tera. Y desde Salamanca
salieron, sobre trece camiones, los elementos necesarios
hacia Ribadelago. Cincuenta soldados, especializados en
su montaje, al mando de dos oficiales, completaban el
convoy.
A las pocas horas de la llegada de éste Se estableció
una comunicación provisional entre las dos orillas: los
zapadores tendieron dos pasaderas italianas, sólo aptas
para el paso de peatones, que resolvían el problema de
momento.
Inmediatamente
se procedió al estudio del tendido del
puente Bailey. Para tropas entrenadas es un problema
sin importancia. Con buenos estribos, buena explanada
de lanzamiento y con el ‘material clasificado y ordena
do, puede hacerse en meños de media hora. Pero surgie
ron los inconvenientes. .Las orillas del río carecían cte
elementos capaces de sostener su estructura y las pesa
das cargas a las que posteriormente había de dar paso.
Consecuencia: hubo que construir estribos. Una de las
orillas, rocosa, se prestaba bien para la cimentación de
los mismos. La otra, no. Esta construcción fué felizmen
te llevada a cabo por personal de la empresa MONCA
BRIL, que la asumió por estar en posesión para ello de
mejores medios que el Ejército. Surgió una natural di
ficultad inherente a la urgencia con que se requería la
terminación del tendido. El cemento necesitaba un cierto
tiempo para fraguar. España entera estaba pendiente del
rescate de las numerosas víctimas que se suponían—por
lo menos en gran parte—sepultadas bajo los escombros.
Para rescatarlas con rapidez hacían falta excavadoras.
Y para que éstas empezasen a trabajar era necesario que
el puente estuviera en estado de prestar servicio, con
objeto de permitirles el paso hacia Ribadelago.
El ingeniero que asumió la responsabilidad de cons
truir los estribos aceleró el proceso de fraguado del ce
mento con la adición a la mezcla de cloruro de cal. Y así,
antes de las cuarenta y ocho horas de la terminación
de aquéllos, se intentó el lanzamiento del Bailey.
La’ luz a salvar era de unos 20 metros. El puente, de
tipo ancho, doble-simple, debería permitir el paso de ve
hículos de 30 toneladas.
Pero surgió un nuevo inconveniente inherente a la
falta de espaéio. La explanada disponible para preparar
el lanzamiento era harto pequeña. Se obvió esta dificul
tad descargando al máximo los tramos de cabeza y las
trando convenientemente los de cola. Con ello el contra
peso fue suficiente para evitar que el •puente se fuera
al agua.
La operación de lanzamiento, realizada ante nume
roso público, entre los que abundaban los corresponsa
les de prensa, constituyó un gran éxito para sus diree
toreé, los oficiales de Zapadores capitán Santamaría y
teniente Ramos.
Con el tóndido del puente Bailey concluyó la primera
fase de la actuacjón de los Zapadores en Ribadelago.
Antes del tendido del puente Bailey había sido inicia
do el desescombro del pueblo. En esa labor hablan inter
venido, además de los Zapadores, los soldados de una
compañía del Regimiento de Infantería Toledo .n úifle
ro. 35. Pero se hubieran eternizado de no haber encon
trado otros medios. El viajero que hoy visite Ribadelago
no puede darse ni una remota idea de lo que era el
pueblo antes de empezar los trabajos: en las zonas más
afectadas por la riada, los montones de escombro ocu
paban grandes extensiones y alcanzaban una altura me
dia de tres metros. Estos móntones estaban formados
por las ruinas de las casas (piedras, maderos, etc.) y
por los materiales que el agua había ido arrastrando
a su paso (piedras, arena, fango, grandes árboles). Se
calcula que existían aproximadamente 15.000 metros cú
bicos de escombro. Todo állo fué removido hasta la úl
tima piedra.
Es plausible la actividad desplegada por las autorida
des para dar gran impulso a los trabajos. Antes d que
el puente estuviese en servicio, ya se acumulaban en la
orilla derecha del río medios superabundantes para im
primirles un ritmo acelerado. Estos medios pertenecían
al Instituto Nacional cl Colonización, a Hidroeléctrica
Moncabril, a Obras Públicas y a Iberduero.
Había: Dos excavadoras pesadas de cuchara, dos más
pequeñas, dos bulldozers grandes, cuatro pequeños, una
dragalina, una grúa, cuatro dumpers, tres camiones vol
quete, un camión taller, una traílla grande y dos pe
queñas.
La velocidad imprimida a los trabajos fué tal, que el
desescombro se terminó en trece días, tiempo muy infe
rior al primitivamente calculado.
La existencia de personal y material de muy diversa
procedencia hacía necesaria una dirección que coordi
nara los diversos esfuerzos según un plan preconcebido.
Y el Ejército asumió esa dirección en la persona del Te
niente Coronel Valcárcel, por delegación del excelentí
simo Sr. General de Ingenieros de la VII Región. Y se
trazó el pian de trabajos, do acuerdo •con los jefes del
1. N. C. y de Moncabril. La primera idea, que prevale
ció, fué la de construir una pista que permitiera el des
plazamiento de las máqúinas hasta tener acceso a los
lugares de escombro. Así las máquinas, l tiempo que
se abrían camino, preparaban el terreno para la nueva
pista.
La pista se trazó en forma anular, rodeando la parte
del pueblo, donde -habían habido más edificaciones. Pos
teriormente fué prolongada hasta la Iglesia.
Desde los primeros días se trabajó febrilmente en su
construcción. Abundaba el material para afirmarla: las
grandespiedas
que trajo la riada y las procedentes del
desescombro.
Y aquí comenzó una nueva fase en el trabajo de los
Zapadores. Fué construído el firme •a mano, bajo unas
condiciones meteorológicas durisimas. El tiempo, que des
pués se dulcificó, se mostró adusto y duro durante los
primros días: nieve y, sobre todo, lluvia casi incesante.
Los tajos estaban cubiertos por una capa de barro pro
funda, y allí los soldados trabajaban con un• espíritu
magnífico, sin un mal gesto.
Esta labor pasó desapercibida para casi toda España.
Pero en los últimos días, los soldados tuvieron la alegría
de sentirse reanmados especialmente por la máxima au
toridad de la Región, que los envió un estimable ob
sequio.
El rastreo del río Tera y del lago de Sanabria fué
realizado por personal de pontoneros, desde pontones,
utilizando rezones.
Según los informes •técnicos, las víctimas de la riada
fueron arrastradas hasta el lago que ya cerca de la orilla
presenta. profundidades muy importantes. Por tal mo
tivo los rastreos no diero ningún resultado.
El dragado: Fué realizado por una dragalina del 1. N. C.
Tampoco ‘dió resultado, por la poca consistencia de las
orillas, que sólo en ciertos lugares permitían el acceso
de una máquina ‘tan pesada y tan lenta en sus despla
zamientos. Por otra parte, su zona de acción se limitaba
a las orillas.
Los hombres-rana: Llegaron a Ribadela.go proceden
tes de Madrid, Barcelona y Valencia. A pesar de su bue
na voluntad, nó consiguieron nada práctico: las aguas
del lago estaban nuy turbias y a una temperatura de 00.
Después de emitir un informe dictaminado que en esas
condiciones no podíañ hacer nada útil, regresaron a sus
puntos de partida.
Justificación cíe este artículo: No he pretendido en es
tas líneas dar una explicación técnica de los trabajos
de Ribadelago: el tendido de un puente Bailey y la cons
trucción de una pista son cosas que forman parte del
trabajo diario de las tropas d, Zapadores. Y las dificul
tades encontradas en Ribadelago no fueron de catego
ría tal como para justificar un artículo.
Han sido otras las causas que me han inducido a es
cribirlo:
Primera: Dar a la publicidad una fase de la catástro
fe d Ribadelago: la actuación—importantísima—del
Ejército.
Segunda: Poner de relieve el espíritu, entusiasmo y
eficacia con que éste, como es norma en él, ha cumplido
su misión.
61
Notas
sobre proyectiles ai topropulsados.
Comandante
ORY y otros autores. (Traducciones, extractos y adap
taciones de diversas publicaciones militares y técnicas extranjeras.)
EL COHETE ALEMAN “RITIEINBOTE” O “MENSAJERO
Cuando leemos con asombro los adelantos verdadera
mente revolucionarios alcanzados por los cohetes actual
mente, qte nos aumentan cada día el número de “lu
nas” a nuestra disposición y que nos hacen pensar en
serio en fantásticos viajes interplanetarios, no’ debemos
olvidar, aunque sólo sea a título de recuerdo, los inge
nios precursores de éstos que hoy nos asombran. Sobre
el cohete alemán, que llegó a dispararse en otoño de
1944, hace algo más dé catorce años, desarrollado por la
Casa Rheinmetall y que fué bautizado con el nombre
de “Mensajero del Rhin” (Rheinbote), se ha escrito muy
poco. Sin embargo, este cohete disparado contra Ambe
res y Rotterdam, en los meses finales de la guerra, me
rece alguna atención.
El cohete, denominado también “Rh-Z-61/9”, fué el
resultado de un desarrollo que llevó el nombre de “Pro
yecto Z” y que tenía por objeto conseguir un arma que
fuera capaz de relevar a la Artillería pesada tan costo
sa de fabricar como cara de sostener.
DEL RUIN”
Además de este cohete de Rheinmetall, también se
desarrolló paralelamente otro por la Casa Henschel, el
“Zitterrochen”, proyectil también de largo alcance, pero.
que no pasó del estado de prototipo.
Desde 1942 en que empezó el desarrolló, se sometió a
cada cuerpo del cohete a numerosísimas pruebas en el
túnel aerodinámico y en otoño de 1944 se hicieron las
primeras demostraciones en un campo de Pomeramia.
El “Mensajero del Rhin” constaba de tres cuerpos
principales y uno más de arranque, dando este último
una aceleración al artefacto que duraba 0,8 de segun
do, con una fuerza de empuje de 38.000 Kg. Al final de
ese tiempo, este cuarto cuerpo quemado, caía a tierra.
Igualmente, cada cuerpo, al irse consumiendo, era ex
pulsado a tierra por la propia fuerza de los gases.
El cohete tenía una longitud total de 11,4 m. El últi
mo cuerpo iba provisto de la correspondiente cabeza de
guerra.
El cohete se transportaba descompuesto en los cuatro
escalones y era montado antes de dispararlo, sobre el
mismo camión qúe le servía de rampa de despegue. Se
le disparaba desde un coche blindado de mando, desde
el que, era posible seguir ópticamente la trayectoria has
ta una cierta distancia.
El alcance máximo era de 235 Km. y Jos datos de dis
persión, determinados prácticamente, los siguientes:
Zona del 50 % de dispersión horizontai.3
Km.
vertical3
Kni.
El áng. de elevación para el disparo era de 65°; la fle
cha máxima alcanzada de 70 Km. y el tiempo total de
vuelo, de 260 seg. El cohete llegaba al final de su trayec
toria, con una velócidari de 6.000 Km/h. con un ángulo
de caída de 52°.
La carga explosiva era de 40 Kg., para un peso total
en el arranque d0 3.530 Kg.
En comparación con el gran dispendio que represen
ta la fabricación de las piezas pesadas de Artillería, en
la del cohete “Rheinbote” sólo se invertían 132 horas de
trabajo, a base de mano de obra sin especializar y em
pleando materiales que en su gran mayoría consistían
en tubos forjados sin mecanización posterior—Coman
dante Wilkelmi.
“
EL PROYECTIL BALISTICO MULTIPLE “PIONERO”
CI RCUMLUNAR
Como una contribución norteamericana más a las ta
reas del “Año Geofísico Internacional”, la Aviación de
los EE. U’U. se comprometió a efectuar el lanzamiento
de tres sondas lunares idénticas, destinadas a la obten
ción de datos relacionados con los problemas de la lo
comoción en el espacio, así como para la recogida de
información sobre la luna.
De estas experiencias ya se han realizado dos en el
momento de escribir estas lineas: La ‘primera de ellas,
que fracasó al quedar destruido el ingenio a los 77 se
gundos de iniciar su despegue, y una segunda, que tuvo
“
“
Y LA EXPLORACION’ DEL ESPACIO
lugar el pasado 12 de octubre, en la que aunque la sonda
lunar o satélite no pudo alcanzar la órbita sobre la que
debía gravitar alrededor de la luna, llegó a una distan
cia de 127.000 kilómetros de nuestro planeta. Realmente
impresionante, sobre todo si se tiene en cuenta que el
proyectil balístico múltiple, portador del satélite estaba
compuesto por cerca de 303.000 elementos interdepen
dientes y que debían funcionar en perfecto acuerdo.
Este vehículo espacial, al que se ha denominado “Piq
nero”, fué realizado por el Departamento de Proyectiles
Balísticos de la Fuerza Aérea de los EE. UU., y consta-
Algúnos
aspectos.
del Pjonero’.
1, Vita
interior
de.
la senda lunar con los emisores e instrunentos de rnedid,que
van :Cijados alrededor de la pr.ed. circular
interior.
Ea el
centro
va la armadura
donde se fijan
los cohetes
de frenado.
2
Aspecto
del interior
de la envuelta
que forma el dlti.mo
elernento
del “Ponro’
y en el que se aloja
tanto
el terc’’
escalonamiento (que es el que se ve en la parte infez.or) co—
mola
sonde lunar. Este conjunto sale disparado el cesar la
conbustión ddl segundo escalonamiento. 3, Momento en que des—
pega el “Pjonerc’, como consecuensis de entrar en igrzlci6n
el motor cohete deiprimer escalonamientO.
ba de los cuatro elementos o escalonamientos siguientes:
Un proyectil balístico de alcaúce medio “Thor”.
Otro ingenio balístico, tipo “Thor-Able”, construido
por la “Aerojet”.
Un cohete de combustión sólido.
La sonda’ lunar o satélite.
El conjunto del “Pionero” formó un largo proyectil de
26,85 metros de longitud y unas 47 toneladas de peso,
para iniciar cuyo movimiento el ingenio “Thor” que
formaba su primera etapa tuvo que realizar una fuerza
de empuje superior a las 68 toneladas.
El proyectil “Thor”, del que se ha tomado el primer
elemento del “Pionero”, es un proyectil autopropulsado
de 45 toneladas, que utiliza como agentes propuTsores la
gasolina y el oxígeno líquido. La altura que ha llegado
a alcanzar el “Thor” fué de 145 kilómetros, con una
velocidad, al fin de su combustión, de 16.000 kilómetros
por hora.
El segundo elemento del “Pionero”, es del proyectil
“Thor-Able”, al que se dotó de ocho pequeños cohetes,
para provocar su giro sobre su eje longitudinal, al mo
do de cualquier proyectil de artillería. El peso de este
segundo elemento fué de 1.800 kilogramos y su fuerza
de empuje d 3.400. La propulsión de este escalona
miento tuvo lugar por un sistema de inyección del pro
pergol o -mezcla comburente-combustible mediante he—
—
—
ho comprimido, con la ayuda de una carga de pólvora.
El cohete de, pólvora que formaba el tercer elemento
del “Pionero” era el mismo que se había proyectado pa
ra ser el cohete portador del satélite “Vanguard” y
cuando se lanzó por vez primera, con el “Pionero” sólo
había sido probado en punto fijo.
En cuanto al satélite lunar, era un cilindro de poca
altura, en cuyo interior se alojaba una colección cte ins—
trumen tos, un cohete frenador y una serie de ocho mo—
tores, situados éstos en su base, para corregir las velo
cidades y la dirección. Su peso total fué de 38 kilogra-.
mos, de los cuales 14 correspóndían
a instrumentos:
Magnetómetros, contadores de meteoritos, registradores
de radiaciones y de temperaturas, una edmara de filtro
infrarrojo y una emisora de televisión cuyo ojo eléctri
co debía registrar una “imagen” de la luna en cada rotación •del satélite a un ritmo de 110 vueltas por minu
to;. retransmitiendo esta información a la tierra en for
ma cifrada.
El vehículo portador debía acelerar al satélite hasta
una velocidad de 10.685 metros por segundo, velocidad
que no se alcanzó en esta segunda •prueba: Por otra
parte, se produjo una ligera desviación de la trayectoria
calculada, por lo cual tampoco había ya posibilidad de
que la sonda hubiera ‘podido entrar en órbita, para gra—
vitar alrededor de la luna.
La observación de la trayectoria recorrida por el
“Pionero” y muy especialmente por su i’iltimo elemen
to, la sonda lunar, en su primer viaje espacial, corrió
a cargo de telescopios-radar y otros diversos aparatos,
repartidos por todo el globo;• al propio tiempo que una
cadena de receptores de radio captaba la información
transmitida, de un. modo continuo, por el satélite.
Entre los elementos empleados en esta misión, mere
cen destacarse el telescopio-radar gigante de la Univer
sidad de Manchester, equipado con un reflector parabó
lico de 115 metros de diámetro; las instalaciones de la
Fuerza Aérea de los Estados Unidos en las islas Haway,
.
entre las que se contaban los transmisores de señales
que debían provocar la ignición de los motores de la
sonda lunar; los instrumentos de la Base Patrick, en la
península de l:a Florida y, en fin, los situados en los
montes Milistone, en New Hampshire, qu.e se emplearon
en la determinación, de çiertas características angulares
de la trayectoria cte la sonda lunar. Todos los informes
técnicos divulgados coinciden en calificar este primer
vuelo del. “Pionero” como un éxito científico, pese a no
haberse logrado establecer el primer satélite artificial
de la luna, no sólo por la fantástica distancia alcanzada,
sino por la información obtenida.
.
EL”CT.2o”.-UN
BLANCO RADIODIRIOIDO FRANCES PARA LA INSTRUCCION
ANTIAEREO
El “CT.20” esun blan.cb radiodirigido cons
truído por la empresa nacional francesa “Nord
Aviatión”, que es la misma que hace el cono
cido p r o y e c ti 1 autopropulsado contracarro
“Ss. 10”.
Se trata de un arma que tiene una longitud
de cerca de cinco metros y medio (5,38 m.) y
635 mm. de diámetro y que pesa 655 kilogra
mos. Su propulsión corre a cargo de un turbo
rreactor con el que alcanza una velocidad de
1.037 kilómetros por hora y una altura superior
a los 220 kilómetro
pudiendo volar por espa
cio de tres cuartos de hora.
Su lanzamiento se efectúa desde una rampa
transportable
por un camión y se recupera
mediante un paracaídas que se abre, bien 1 ser
tocado el ingenio por los disparos sobre él o
bien enviándole una seí5al por radio.
El “CT.20” es un blanco radiodirigido que no sólo lo
utiliza para su instrucción antiaérea la marina france-
EL PROYECTIL AUTOPROPULSADO
“BLACK KNI6UT”
BRITANICO
Se han divulgado ya algunos datos del. proyectil au
to.propulsad.o británico “Black Knight”, cuya existen
cia ya anticipamos en estas mismas notas hace unos
meSes (EJERCITO núm. 225, pág. 68).
Se trata de un ingenio de poco más de diez metros
y medio de longitud y 91 centímetros de diámetro que,
realmente, es una versión mejorada del proyectil “Sky
lark” y del cual el primer lanzamiento tuvo lugar en
la base australiana de Woomera, el 7 .de septiembre del
pasado año, al parecer con pleno éxito.
Aunque no se han facilitado datos de la altura alcan
zada por el proyectil en dicha ocasión, se ha revelado
que los cálculos le señalaban una máxima comprendi
da entre 550 y 750 kilómetros.
Reproducimos la iínica fotografía divulgada del 111
ge
nio que nos ocupa, hasta el momento de escribir estas
lineas.
El “Black Knight” es un ingenio balístico proyectado
esencialmente con fines de investigación.
DE TIRO
Sa, sino las fuerzas armadas de varios otros pa jss, en
ti’e ellas las de la Gran Bretaña
LOS DIEZ PRINÇIPALES
PROYECTILES
AUTOPROPULSADOS
El grabado que reproducimos nos muestra a
los diez principales proyectiles autopropulsados
norteamericanos, en los momentos actuales.
De casi todos ellos nos hemos ocupado en es
tas mismas notas en números anteriores de
EJERCITO:
Del “Nike-Ajax”, del “Sparrow”,
del “Halcón” y del “Corporal” en el núm. 206;
del “Hawlç” en los números 212 y 218; dei “Si
dewinder” y del “Nike-Hércules” en el núm. 214
y, en fin, del “Bomare” en el núm. 223. A ellos
remitimos al curioso lector que desee conocer
algunos detalles de los mismos, evitando así re
peticiones innecesarias.
En cuanto al proyectil antiaéreo “Terrier”
—único del que hasta ahora no nos habíamos
ocupado—es un ingenio de 8,2 metros de lon
gitud, que pesa 1.520 kilogramos y que va pro
pulsado por un motor cóhete de propulsor sóli
do, utilizando además para facilitar su despe
gue un cohete auxiliar, también sólido. El “Te
rrier” alcanza una altura de unos 35 kilómetros
y una velocidad de Mach2,5 y va equipado con
un sistema de guía por haz, con detonador de
proximidad.
La denominación técnica de este ingenio es
“SAM-N-7” (es decir, proyectil de superficie a
aire de la Marina nr.7) y se construye en serie
tanto para la Armada como para el Cuerpo de
Infantería de •Marina de los Estados Unidos,
existiendo dos versiones, denominadas común
mente “Terrier 1” y “Terrier 2”. Se construye
por las firmas “Convair” y “Motorola”, en co
laboración.
EL “BULLPUP”,
Los diea’priocipolesProyectiles
autopropulsadosnortaooerlcafloe.
.
El “N!ue—Ajsx’,
aatic6rec.
2. El oSidoainderu
aire a tierra.
5. 21 “Terrier’,dobarco e aire.
4. E! ‘Eooarc”,aotjo6reø,
5. El ‘Epa-roe
III”,airea aire.
6. El “Tcloa”,antiereo.
.
El “HacE”.aotia6reo
baja coto.
O
El °Nloe—Uerc,loo”,
aotiareo.
9. El ‘Palco,,’,
airo a aire.
10. Ci “otpøral’, tuerrao tierra
PROYECTIL DIRI6IDO DE AIRE A TIERRA
El proyectil “Bullpup” de la Armada norteamericana
es el primer ingenio dirigido de aire a tierra especial
mente proyectado para proporcionar apoyo de fuego no
LOS NUEVOS PROYECTILES
NORTEAMERICANO
-
NORTEAMERICANOS
AUTOPROPULSADOS
nuclear a las tropas terrestres, así como para ser usado
contra objetivos tácticos.
El “Bullpup” es un proyectil supersónico, de propul
sor sólido, controlado por radio, durante su vuelo, por
el piloto del avión lanzador. Su longitud es de tres me
tros y SU peso de 272 kilogramos, pudiendo llevar car
gas diversas de 27 kilogramos de peso. Este ingenio al
canza una velocidad de Mach 1,8 y es de construcción
y manejo sencillos y sumamente preciso. Una primera
prueba realiz ada por un ‘piloto, hizo posible el impacto
sobre un objetivo de tan sólo 10 centímetros .a una dis
tancia de 3.500 metros.
El “Bullpup” ha sido ya probado en aviones navales
de los tipos “AD6”, “FJ-4” y “A3D”, así como en los
cazas de todo tiempo de la Fuerza Aérea “F-94 Starfire”
y, próximamente, va a ser entregado tanto a las unida
des navales corno a las aéreas de la Armada de los Es
tados Unidos.
TACTICOS DEL EJERCITO
El Ejército norteamericano progresa rápidamente en del espacio. El alcance de estos nuevos ingenios va des
su propósito de equipar a sus tropas de primera línea de el corriente en un “bazooka” de superficie a aire has
ta los 800-1.100 kilómetros del “Persiaing”.
con un completo conjunto ‘de proyectiles autopro.pu]sa
El Ejército de los Estados Unidos tiene un especial in
-dos, que le proporcionen la movilidad, la velocidad y la
potencia de fuegos propias de la que ya se llama edad terés en ‘disponer rápidamente de las nuevas armas
65
apropiadas para su organización pentómica ya estable
un sistema de guía por inercia o si se tratará de ux co
cida. Consecuencia de ello la industria norteamericana
hete de vuelo libre.
El arma infrarroja “Mauler” proporcionará a las tro
de esta clase de armas las fabricará en cantidad que se
cifra en unos cinco mil millones de dólares anuales, du pas medios de ofensa de tierra a aire, con seis proyec
rante el transcurso de los tres próximos años.
tiles por unidad.
Las armas más destacadas para su empleo al nivel de
En lo que a otras armas autopropulsadas se refiere,
la División y en pequeñas unidades son las que han re parece ser que el sucesor del ya desaparecido “Dart” no
cibido los nombres de “Redeye”, “Able” y “Mauler”.
será ninguno de los franceses “SS.1o” o “SS.11”, como
El “Redeye”, arma de la cual se estudian ahora sus se creía, sino que habrá fuerte competencia entre el pro
posibilidades, será un “bazooka” de superficie a aire, yectil alemán de dos etapas “Cobra” y ej inglés” Vic
transportable por un hombre y que usará un sistema de kers 981”.
Corno refuerzo del “Cobra” puede ser que figure al
guía por rayos infrarrojos, que podrá ir montado sobre
avionetas ligeras de apoyo o helicópteros.
guna versión del “bazooka” atómico, popularmente co
nocido como el “Gavin Graperfruit”
o el “Trudeau
El “Able” será un proyectil autopropulsado de artille
ría de campaña, para el apoyo directo de los grupos de Turn Ip”.
combate. Este arma está clasificada en el grupo de las
A continuación, figurarán el móvil “Lacrosse”, dispo
de superficie a superficie y como más esenciales carac
nible tanto para las GG. 1JU. tipo División, como para
terísticas tendrá su ligereza, su alto grado de precisión los Cuerpos de Ejército; el “Little John”, utilizado por
y su movilidad.
el “STRAC” (Cuerpo de Ejército Estratégico) y por las
divisiones aéreas móviles del Ejército; y el •“Honest
Los estudios sobre las posibilidades del ingenio auto
propulsado “Able” han sido realizados por seis firmas John”, también disponible dentro del nivel de la Divi
cónstructoras norteamericanas, que recibieron a tal fin sión.
con tratos de estudios e investigación por valor de 60.000 En lo que al “Pershing” se refiere, se trata de supe
rar las deficiencias primeras y va a dotársele de propul
dólares cada una.
sor sólido, mayor movilidad y más fácil manein y en
Independientemente, otra importante industria norte
americana, realizó por su cuenta estudios y trabajos por tretenimiento en campaña.
En fin, un aspecto interesante •de la cuestión es la po
un valor de seis millones de dólares, orientados hacia
ótra versión a la que se ha designado con el nombre de sible utilización de ojivas nucleares, asunto objeto de
ya que si, por una parte, se considera co
“Rattler” o proyecto “Firepower”, que se espera pase al controversia,
mo
muy
conveniente
e] que hasta los más pequeños in
período de pruebas en estos primeros meses de 1959.
genios autopropulsados puedan llevar carga atómica, por
El Ejército espera recibir los informes sobre el “Able” otra existe el problema de las radiaciones y contamina
encargados a lbs contratistas, también por estas mismas ción del campo de batalla, que debe ser muy cuidadosa
fechas. El alcance de este ingenio se estima en unos 110 mente estudiado, cuando se trata de armas de corto aIkilómetros, desconociéndose hasta el momento si llevará cance.
-
EL
PROYECTO DE LA CAPSULA SATELITE TRIPULADA
DE REAL’IZACION
Posiblemente, cuando aparezcan estas líneas en EJER
CITO yá estará adjudicada la construcción de una cáp
sula satélite tripulada, que los Estados Unidos proyec
tan “Atlas’’.
lanzar al espacio por medio de un proyectil. balísti-.
En efecto, recientemente, la “Administración Nacio
nal de Aeronáutica y del Espacio” (NASA) convocó pa
ra una reunión a treinta importantes contratistas norte
americanos, •a los que entregó un amplio estudio, no re
servado, preparado con la colaboración de la Oficina de
Proyectos de Investigación Avanzados (ARPA), en el
cual no sólo se describían todas las características téc
ficas que debe reunir una cápsula satélite triu1ada,
para ser usada en las investigaciones iniciales sobre in
genios del espacio tripulados, sino que se trataban los
aspectos psicológicos y biológicos del medio ambiente
del espacio y los problemas relacionados con l lanza
miento, puesta en órbita y reentrada en la atmósfera
de los vehículos tripulados. En aquella ocasión, los fa
bricantes fueron invitados a formular especificaciones
en regla, programas y estimaciones .de costes, basadas
en documentación entregada, fijándose como fecha tope
para la admisión de proposiciones el 4 de diciembre
último.
La cápsula.—La cápsula será proyectada para substi
tuir a la ojiva de un proyectil balístico “Atlas-D”, con el
mínimo de modificaciones posibles.
Partes esenciales de la cápsula serán los dos sistemas
Gr
NORTEAMERICANA
EN VIAS
de cohetes de escape que llevará en la parte anterior y
posterior. Un cohete de escape situado en el extremo
anterior y que podrá ser disparado desde atrás, permi
tirá, al con junto separarse del resto del proyectil, en ca
so de un fallo. Por su parte, los retrocohetes situados
en la parte posterior del vehículo están destinados a re
ducir la velocidad de reen trada, ayudados por los cohe
tes de separación de la ojiva del “Atlas”, si fueran ne
cesarios.
Otros elementos interesantes serán• los tres reactores
de dirección, cabeceo y giro, que permitirán al tripulan
te situar la cápsula en la posición más cónveniente para.
su roen trada en la atmósfera.
Toda la parte inferior o más ancha de la cápsula irá
rodeada exteriormente por una bolsa de goma, en for
ma de neumático, para anortiguar la toma de tierra.
Inmediatamente
después de esta parte es donde que
dará el alojamiento del tripulante, el cual viajará de
frente a la march.a durante la fase de aceleración del
vuelo y de espaldas durante la de desaceleración de la
reentrada. •Un escudo de metal pesado, a la espalda del
pasajero, absorberá o radiará el calor diámico de la
entrada, siendo lanzado al espacio, una vez que la velo
cidad haya disminuido lo suficiente como para no ha
cerlo ya necesario.
Aunque proyectada para poder ser recuperada sobre
el mar, la cápsula, además de sus características de im
permeabilidad al agua y •de su flotabilidad, deberá ser
-
Proyecto
de cápsula satélite tripuiada.—A, Cohete de escape
B, Escotilla de entrada.-C, Reactores de giro.-D, Bolsa de go
ma para amortiguar el impacto en tierra-E, Retro-cohetes de
escape.-P, Escudo protector-O
Reactores de dirección y cabe
ced.-H, Paracaídas.
lo suficientemente resistente como para soportar las des
favorables condiciones en que pueda producirse su im
pacto en tierra.
El con junto, incluyendo los componentes del sistema
de escape, tendrá un peso de unos 500 kilogramoS.
El vehículo llevará las fuentes de energía y el combus
tibie necesario como para el mantenimiento
de sü ocu
pante y del sistema de recuperación durante doce horas
déspués de su aterrizaje. El tiempo durante el cual, en
total, podrá ser manejado será de 40 horas, ya que el
vehículo podrá permanecer en órbita un máximo :de 28
horas.
Lanzamiento y trayectoria.—Los lanzamientos se efec
tuarán desde la base de Cabo Cañaveral, en la penínsu
la de Floridaf con una dirección, para la iniciación de
la órbita de 30° Norte o Sur del Este.
Las cápsulas serán lanzadas en órbitas semiperma
nentes, para su regreso a la tierra al cabo de un tiempo
previamente fijado, aterrizando con Ja ayuda de retro
cohetes y anclas aerodinámicas.
Las órbitas serán casi completamente circulares, con
un apogeo de 120 millas• náuticas y un perigeo de 110,
lo que exigirá una excentricidad no mayor de cinco mi
lésimas.
Para las primeras misiones orbitales se necesitan dos
órbitas..completas aunque se considera posible un arbi
trario 18 ciclos.
Una vez que la cápsula esté en órbita y aproximada
mente paralela a la superficie de la Tierra, se activarán
los reactores de gobierno, con el fin de colocarla en la
posición correcta para la reentrada en la atmósfera, que
es precisamente con la parte más ancha en el sentido
de la marcha. Por eso y con el fin de que el tripulante
continl’le volando en posición normal y no boca abajo,
primeramente
el reactor de cabeceo hará bascular la
cápsula colocándola hacia arriba, tras lo cual el reactor
de giro provocará la media vuelta sobre el eje longtu
dinal, necesaria para tal fin:
Con el fin de proporcionar una mayor estabilidad di
námnica para el aterrizaje, cuando el vehículo haya re
trasado su velocidad hasta sólo la de Mach 1, se abrirá
el paracaídas de anclaje. Se estudia la posibilidad de
incluir dos paracaídas, en lugar de uno, para superar la
posibilidad de un fallo de funcionamiento. De ser esto
posible, él primer paracaídas se abriría a una altitud
suficiente como para permitir e.i despliegue del segundo,
caso necesario. La velocidad de descenso se estima en
unos nueve metrós por segundo, con una altura teórica
de impacto de unos 1.500 metros.
La iniciación de la maniobra de reentrada en la at
mósfera tendrá lugar ón un punto calculado convenien
temente para llevar la cápsula a un punto de impacto
terrestre tan próximo a la estación de lanzamiento co
mo sea posible, aunque en caso de emergencia pueda te
ner lugar en cualquiera otro de su órbita. Esta es la jus—
tificación de las tolerancias criticas en la fijación de la.
altitud de la órbita.
El sistema de escape.—Se ha puesto un especial inte
rés en todo lo que se refiere a la seguridad del pasajero.
A dicho fin la cápsula, contará con un sistema automático .d&separaciÓn y lanzamiento de la carga fltil, que
estará en estado de actividad hasta cinco segundos des
pués de que termine la combustión del alerador
del
“Atlas”. Este sistema detendrá el flflido de los propelfl
tes a los ‘motores (tanto de los aceleradores como de los
de entretenimiento, segl’ln la fase de quemado) y dispa
rará un cohete de escape, de propulsor sólido, que será
el que provoque la separación de la cápsula del “Atlas”.
Si el escape fuera necesario después de que los mo
tores de aceleración hubieran terminado su combustión
y cuando el de entretenimiento está ai’in funcionando,
los cohetes de separación de la ojiva del “Atlas” actuarían
:para empujar a la cápsula más allá del acelerador. l
sistema de retro-cohetes podrá también ser disparado
para proporcionar un incremento de velocidad adicional.
El sistema de cohetes de escape proporcionará el, su
ficiente empuje como para acelerar la carga útil unos
66 metros durante el primer segundo de la fase de mo
vimiento lento del lanzamiento y hasta un máximum de
altura de más de 600 metros desde el nivel del suelo.
Desde dicho punto hasta el de terminación de la com
bustión de los aceleradores (aproximadamente
160 se
gundos) la cápsula puede también ser acelerada a una
velocidad mínima lateral de nueve metrós por segundo,
durante el primer segundo, para sacarla fuera de la tra
yectoria del con junto.
Se ha concedido la máxima prioridad al logro de un
sistema automático de alerta, que permita detectar con
diciones de peligro durante el lanzamiento y para parar
los aceleradores.
Las pruebas.—Como es lógico, antes del primer vuelo
tripulado se van a realizar otros varios, inicialmente tan
sólo con instrumentos y posteriormente con animales
apropiados, posiblemente monos, para determinar las
reacciones biológicas. Objeto importante de estas prue
bas será comprobar las condiciones de la reentrada de
la cápsula en la atmósfera, así como su recuperación.
Con ocasión de estos vuelos de ensayo, jas cásulas
experimentarán
las mismas aceléraciones y desace lera
ciones que en los vuelos tripulados y que, por cierto, no
sobrepasarán los nueve “g” (El “Atlas” opéra a ‘menos).
Posiblemente y en tanto que los proyectiles “Atlas”
no estén disponibles para los vuelos simulados, podrán
utilizarse los también ingenios balísticos “Thor” o “Jú
piter”.
67
LaDs6ndeproyectilescohetes(1)
Teniente
Coronel de Intantería,
Harry O. BEAUMONT. —De la publicación
norteamericana
“Army”.
(Traduc
ción del Comandante
de Artillería, del Serviçio de E. M., Gonzalo DE BENITO DE SOLA, del Alto Estado Mayor.)
NOTA DEL TRADUCTOR:
En estos mo
mentos en que está siendo concretado el em
pleo de varios tipos cte cohetes, para que den
su poderoso apoyo de /uego a las Grandes
Unidades del Ejárcito de Tierra, el original
articulo del Tte. Coronel BEAUMONT tiene
el interás de ajrontar ung cte los problemas
orgánicos que son secuela inmediata del mis
mo empleo. El Tte Coronel de Infantería, Di
plomado de E. M. Harry Beaumont, es un
Jefe de amplia experiencia en guerra y que
actualmente presta sus servicios en el Pentá
gono.
El “Mando de Proyectiles Cohetes”
es un híbrido
Realmente, el “Mando de Proyectiles Cohetes” comen
zó como una solución mínima, no como una proyección
avanzada destinada a dirigir, mejor aún que a seguir,
el progreso técnico.
Los “Mandos de Proyectiles” fueron organizados por
la necesidad de que el fuego nuclear, proporcionado
por los proyectiles cohetes de gran alcance; apoyase a
nuestras propias fuerzas, y a la de los aliados, en caso
de teners que enfrentar con un ataque atómico. Pero,
sin embargo, casi inmediatamente resultó evidente que
un “Mando de Proyectiles Cohetes” en esqueleto, com
puesto únicamente de unidades de fuego, no resultaría
íítil para llevar a cabo la misión deseada.
El “Mando de Proyectiles” necesitó un sistema de ob
servación y levantamiento .2) de objetivos, y, por tanto,
se añadió a su organización un equipo, con capacidad
muy limitada. Se añadió también un elemento de servi
CAosporque necesitaba su propio apoyo logistico, a causa
de que frecuentemente habría de operar a grandes dis
tancias de otras unidades amigas. El “Mando de Proyec
tiles Cohetes” necesitaba también una protección orgá
nica, tanto para sus unidades de fuego como para las
instalaciones logísticas que lo apoyan; por ello fueron
asignadas unidades de caballería blindada y de Infante
ría. El resultado es que nuestro “Mando de Proyectiles
Cohetes”, que comenzó como unidad de apoyo por el
fuego, es realmente una agrupación de varias Armas.
A medida que los proyectiles fueron progresando, fue
ron también añadidas unidades de fuego de mayor al
cance. Esto extendió la zona de acción del “Mando de
Proyectiles” y, como consecuencia, fueron necesarios un
Mayor apoyo logístico y más elementos de seguridad.
El resultado ha sido que nuestro “Mando de Proyectiles
Cohetes” ha llegado a ser un híbrido casi indefinible
que no puede incorporar plenamente las posibilidades
•de los Proyectiles Cohetes del Ejército, a nuestras fuer
zas terrestres. Además, el término “Mando de Proyecti
les”, no describe una organización fácilmente identifica
ble dentro del Ejército, y menos aún fuera de él. Las
definiciones de Batallón, Regimiento o División, tienen
contenido, pero “Mando” es ambiguo y no proporciona
definición ni identificación.
(1) En este articulo, traducimos
por “proyectil
cohete” el
término
norteamericano
“rnissile”, (N; del T.)
(2) En este artículo traducimos
por “Levantamiento
de ob
jetivos”
los términos ingleses “tárget acquisition”,
aunque en
realidad éstos tienen un significado algo más amplio. (N. del T.)
Definimos la División como (3) “una unidad táctica
compuesta de Armas y Servicios y. responsable de su
propia administración interna. La División se encuentra
en escalón de Mando, interior al Cuerpo de Ejército y
superior al Regimiento o Brigada”. La “División de Pro
yectiles Cohetes” encaja perfectamente dentro de esta
definición.
Al considerar la organización de la “División de Pro
yectiles Cohetes” debemos analizar el problema del apo
yo de fuegos en su conjunto. Para asegurar fuegos aco
plados, eficaces y económicos, tal División debe ceneprender una completa serie de alcances y potencias.
Al emplear estos diversos proyectiles y sus diferentes
tipos de cargas o “cabezas de guerra”, el Jefe no estará
obligado a enviar un niño, para realizar una faena de
hombre, ni a emplear un martinete para clavar una ta
chuela. El Mando necesita tipos de armas, con alcances
y potencia diferentes, suficientes para destruir cualquier
objetivo.
No debe ser necesario emplear un costoso y complica
do proyectil de largo alcance para fuegos que pueden
ser proporcionados más fácilmente por uno de sus “her
manos menores”. Se debe tener en cuenta también el
número de disparos que puede ejecutar cada unidad de
fuego. La organización de la “División de Proyectiles
Cohetes” debe reflejar el hecho de que las unidades de
fuego con proyectiles de tipos pequeños, pueden batir un
número mayor de objetivos, en un período de tiempo
dado que los que podrían atacarse con armas mayores.
De la misma importancia que la cuestión de los alcan
ces y cadencias, es la disponibilidad de una gran varie
dad de cargas. El Jete de la unidad de proyectiles cohe
tes no de.be ser forzado a emplear un arma de gran
potencia, donde otra más pequeña podría ser suficiente.
Una organización que le imponga tal limitación es poco
ortodoxa, inútil y antieconórnica.
Teniendo presentes estas consideraciones, pasemos a
un examen más detenido de la estructura de la “Divi
sión de Proyectiles Cohetes”. Su organización debe ba
sarse necesariamente sobre una combinación de sus mi
siones y de las armas disponibles para el cumplimiento
de estas misiones.
Empleo de los fuegos de lá “División
de
Proyectiles
Cohetes”
Una “División de Proyectiles Cohetes” debe de ser
apta para apoyar un Cuerpo de Ejército o un Ejército.
Debe tener elementos :de observación y de levantamien
to e objetivos adecuados a los alcances de sus armas.
Debe de estar en grado de mantener un combate con
tinuado, proporcionarse su propia seguridad inmediata
contra eventuales ataques y formar grupos de combate
para operaciones especiales.
Nuestras Divisiones Pentómicas de infantería, acora
zadas y aerotransportadas, tienen los medios necesarios
para proporcionarse sus propios fuegos nucleares de apo
yo directo, estando dotadas de Honest-John y Little(3) Se reflere, como es lógico, a la definición regIametaria
en el Ejército de Estados Unidos, aunque responde a fa idea
general de esta G. U. (N. del T.)
-
rán los objetivos y la rápida re’acción necesaria para
batirlos, exige que la mayor parte del sistema de obser
vación de .la División de Proyectiles Cohetes sea orgánico. Esta observación puede ser realizada por un grupo,
equipado con los aparatos necesarios, radar, in frarrojos,
electrónicos y otros medios de observación y de levan
tamiento de objetivos. Este grupo debe estar en condicio
nes de adquirir datos hasta una distancia mínima de
800 kilómetros, aunque sería preferible una profundidad
mayor. Los objetivos para los grupos de Júpiter debe
rían ser situados inicialmente por. los mismos sistemas
que se emplean ahora. Esto llevaría consigo la clásica
compilación de informes a través de operaciones clan
destinas o descubiertas. Más ‘tarde deberán emplearse
procedimientos especiales pará levantar los objetivos del
Júpiter. Cuando esto sea posible, un satélite de tipo mi
litar podrá ser la fuente principal de información sobre
los objetivos del Júpiter.
Lo mismo que otras Unidades, la División de Proyec
tiles Cohetes debe ser capaz de continuidad en su acción.
Como operará a distancias considerables de los centros
‘de abastecimiento, normales, su entretenimiento y abas
tecimiento debe serle proporcionado por unidades orgá
nicas.
La División de Proyectiles Cohetes debe estar en grado
de enirentarse con las normales amenazas que puede
encontrar en el campo de batalla. A causa de la gran
amplitud y dispersión del campo de batalla nuclear, la
División de Proyectiles Cohe’tes debe ser capaz de pro
teger sus unidades de tiro y sus instalaciones logísticas
contra fuerzas enemigas de la entidad regimiento re
forzado, que podrían ser parachutadas en la retaguardia,
o infiitrarse a través de nuesttas divisiones. Debería
tener sificiente infanteria y tropas acorazadas o de ca
ballería blindada, armadas con proyectiles cohete de
corto alcance, como el Little-John o el Lacrosse, para
poder destruir estos grupos que amenazasen la seguridad
de nuestras unidades de lanzamiento o instalaciones lo
gísticas. Estos elementos de seguridad no necesitarían
ser• grandes—es deciP, dos o tres batallones con arma
mento nuclear—, pero deberían estar en grado de pro
Observación del campo de batalla
teger a nuestras unidades de un ataque importante y
y seguridad
mantener alejados a los grupos enemigos hasta la llega
La División de Proyectiles Cohetes debe tener un’ sis da de refuerzos.
tema orgánico de Observación y de levantaliento
de
La División de Proyectiles Cohetes, como las Divisio
nes pentómicas de Infantería, Acorazada o Aerotrans
objetivos. La rapidez con que aparecerán. y deaparece
portada, deben estar en condiciones ‘de organizar grupos
de fuerzas, adecuadamente formados para montar ope
(4) Para mayor comodidad del lector, se indica a Conti
raciones especiales. Por ejemplo, un grupo mixto de pro
nuación un extracto
de las principales
características
de los yectile8 Sergeant, puede ser aerotransportado
y ser des
diveFsos proyectiles cohetes, actualmente
en uso en el Ejérci
embarcado en una determinada zona ‘en la que tal fuer
to de Estados Unidos, citados por el autor de esté artículo:
za sea de urgente necesidad. Un grupo especial de oste
Honest-John:
cohete libre ,de 30 kms. de alcance, autopro
tipo con su nécesario refuerzo, proporcionado por la
pulsado.
División, debe estar en grado de rnoverse rápidamente.
Little-John:
se’rnejante al anterior,
más ligero y transpor
table en avión. Ambos en dotación de las Divisiones pen
John (4). Aunque pueden obtener así uhos fuegos de
apoyo medios, existe la necesidad de poder reforzar es-.
tos fuegos de las Divisiones combatientes. Es más im
portante, sin embargo, poder proporcionar medios para
atacar objetivos más Jejanos, que afectan directamente
a los Jefes de los Cuerpos de Ejército y Ejércitos. La
“División de Proyectiles Cohetes” debería tener la mi
siqn de proporcionar estos fuegos de refuerzo, apoyo,
alcance medio y largo alcance a causa de las extensas
zonas en que han de operar los Cuerpos de Ejército y
los Ejércitos.
Los fuegos de apoyo contra concentraciones de tropas
avanzadas, instalaciones de mando y control; centros de
abastecimiento, asentamientos avanzados de proyectilescohetes y pistas de aviación, serían la misión de los gru
pos de cohetes tipo Sergeant.
Inicialmente, los fuegos de alcance medio—contra los
medios de transporte, instalaciones logísticas, campos de
aviación, asentamientos de proyectiles cohetes, reservas
retrasadas y otros elementos, cuya destrucción asegura
la interdicción del campo de batalla—serían proporcio
nados por los grupós de “Redstone” de la División de
Proyectiles Cohetes. Sin embargo, debe ser desarrollado
un proyectil de más largo alcance para ampliar la zona
de interdicción reemplazando al Redstone.
Los fuegos de la División de Proyectiles contra las
bases de movilización, para alcanzar los campos de ins
trucción de tropas, instalaciones y medios logísticos, ba
ses de producción y asentamientos de proyectiles de lar
go alcance, que sostienen •el esfuerzo de guerra del ene
migo, sería proporcionado por la unidades de proyeeti-.
les de largo alcance, de la División de Proyectiles Co
hetes; sus grupos de Ji.ipiter.
Sus grupos de Hak y NiRe-Hércules deberían dar una
primera protección contra los aviones enemigos que pe
netrasen en él sistema de defensa de los Ejércitos y
Cuerpos de Ejército. Cuando éstén listos los tipos de
proyectiles tipo “Plato”, sustituirán a los “Hércules”.
.
—
—
—
—
—
—
—
—
—
tómicas,
Lacrosse:
cohete dirigido, de 30 kms. de ‘alcance y gran
precisión,
autopropulsado.
Empleado
para refuerzo de fue
go de las Divisiones.
Corporal:
cohete dirigido por “programa
de vuelo”, de unos
120 .kms. de alcance, de gran movilidad táctica. Empleado
como Art, de C. E;
Sergeant:
semejante
al anterior,
de mayor ligereza y mo
vilidad, y destinado a sustituirle.
Alcanzará unos 130 kms.
Redstone:
proyectil
dirigido, de 320 kms. de alcance
y
gran movilidad táctica. Empleado
como artillería
de’ Ejér
cito, especialmente
para l misión de interdicción.
Júpiter:
proyectil dirigido de alcance intermedio
(2.800 ki
lómetros);
diseñado y desarrollado
por el Ejército, actual
mente en dotación cíe las Fuerzas Aéreas de EE. tU.
Nihe:
proyectil antiaéreo
dirigido, de 20 kms. de alcance
en altura.
Hawk:
proyectil
antiaéreo
autodirigido,
de 10 kms. de
alcance
en altura. (N. del T.)
Movilidad
por tierra y aire.
Finalmente, la División de Próyectiles Cohetes nece
sita de una manera vital el tener las máximas posibili
dades de medios de transporte orgánicos, y de transpor
te aéreo. Esencialmente, esta División debería ser una
fuerza de pronto’ empleo que pueda entrar en combate
inmediatamente. Por ello, debe poder moverse por sí
misma, rápidamente. No puede estar asentada en ins
talaciones previamente establecidas, porque la experien
cia ha demostrado que una fuerza de este tipo, fija en
‘espacio y tiempo—aunque sea ‘por poco ‘tiempo—, será
descubierta y destruida.
La experien’cia alemana con la V-2 muestra la im
portancia de la movilidad en la División de Proyectiles
Cohetes.. Cuando se estaba estudiando la entrada en tase
6
operativa de la V-2, los científicos decían que debería
ser lanzada desde instalaciones fijas; los Oficiales del
Ejército opinaban que debería dispararse desde plata
formas móviles. Los científicos se inclinaban hacia los
lanzadores fijos porque permitirían tener dispuesta ma
quinaria y almacenes y fácil abastecimiento y porque
las comodidades físicas de una instalación de este tipo
aumentaría la eficacia general de las dotaciones de per
sonal •de estas armas. Además, si las instalaciones se
construían enterradas y con cemento armado, serían
relativamente
invulnerables a los bombardeos de los
aliados.
Los Oficiales, por otra parte, razonaban que, a des
pecho de las ventajas de la comodidad de los hombres
y rotección de las cavernas, los bombarderos podrían
descubrir y destruir tales instalaciones con bastante fa
cuidad. El resultado fué una solución de “compromiso”;
algunas V-2 se establecieron en instalaciones fijas; otras,
en lanzadores móviles de campaña. Las instalaciones
fijas fueron localizadas por los foto-intérpretes. Cuando
acabó la guerra, ni una sola V-2 lanzada desde un asen
tamiento fuerte, pero permanente, había tenido éxito.
Debemos recordar esto cuando organicemos y equipemos
nuestra División de Proyectiles Cohetes.
Organiaación provisional.
Para llevar a cabo sus misiones, la División de Pro-’
yectiles Cohetes podría tener inicialmente dos grupos de
Redstone y dos de Sergeant; un grupo de Little-John y
uno de Lacrosse; un grupo de reconocimiento (vigilan
cia de combate); dos grupos de proyectiles antiaéreos
Nike-Hércules; un grupo de proyectiles antiaéreos HawK;
dos batallones de infantería y uno de carros o regimien
to de caballería blindada, y un batallón de zapadores.
El Mando y Cuartel General debería tener un grupo de
Mando, un grupo d transmisiones, un grupo de abaste
cimiento y entretenimiento (servicios) y una compañía
de aviación.
Esta organización provisional Se basa sobre la’ armas
actualmente disponibles. La División de Proyectiles Co
hetes conseguirá su completa potencia solamente cuan
do nuevas armas lleguen a ser operativas y estén inte
gradas en su organización. Tan pronto como sea po
sible deberían ser aumentados dos grupos de Júpiter
pará proporcionar fuegos de destrucción de I’árgo al
cance.
No podemos permitirnos
continuar parados.
Es difícil determinar ahora las posibilidades de los
futuros proyectiles. La evidencia, actualmente a nuestro
alcance, sugiere un manejo muy simplificado. Sin em
bargo, parece razonable esperar que será desarrollado
un proyectil de 800 a 1.200 kms. de alcance. Si esto se
llega a hacer debemos considerar el armar los grupos
de Redstone con estos nuevos proyectiles y descartar lo
tipos de corto alcance que tenemos ahora.
Cuando sean utilizables el actual Júpiter y los pro
yectiles de 800 y 1.200 kms., sería conveniente considerar
la organización de dos tipos de División: un tipo, para
encuadrar los grupos de Júpiter y proyectiles de 800 y
1.200 kms., como s armamento principal; el otro, te
niendo al Redstone y al Sergeant como unidades de
fuego.
Otras organizaciones diferentes dependen de donde
habrán de operar las Divisiones normales en el futuro,
y el de la simplicidad de manejo a que se llegue con el
Sergeant. Si su zona de acción se extiende, la División
normal deberá ser dotada de armas que le permitan
cubrir toda su zona. Por ello, podríamos convertir al
Sergeant en orgánico de la División normal.
Si hacemos esto, un primer tipo de División de Proyec
tiles podría ser organiz ada sobre la base de dos grupos
armados con proyectiles de 800 a 1.200 Rius. de alcance
y tres grupos armados con Redstone. El otro tipo ten
dría grupos, con Júpiter como armamento principal.
En todo caso, esta División de Proyectiles Cohetes debe
tener unidades que puedan enfrentarse con todas las
condiciones del campo de batalla nuclear. Serán aptas
para proporcionar el apoyo de fuego de corto, medio y
largo alcance, exigidos por las fuerzas combatientes y
proporcionar apoyo completo de fuegos nucleares.
El sistema de observación y de levantamiento de ob
jetivos de la División de Proyectiles Cohetes será ade
cuado a las posibilidades de sus armas de dotación. La
División de Proyectiles Cohetes, como ya he dicho, será
una unidad de pronto empleo destinada a participar en
el primer “intercambio” de proyectiles. Debe ser alta
mente móvil y no ofrecer un blanco en una situación
concreta, que pueda ser localizado y d.estruído.
La necesidad de Divisiones de Proyectiles Cohetes, tal
como la acabo de diseñar, existe ya ahora. Todas las ar
‘mas que he hecho aparecer en ella están a punto de ser
operativas. El Ejército debe actuar rápidamente para
asegurarse de que las posibilidades de la División de
Proyectiles podrán hacer frente a sus misiones. Es hora
de que prestemos oído a la admonición del Mayor Gene
ral Fuller: “La única cosa imposible en la guerra es que
darse esperando parados.”
LaexpansióneconómicadeEspaña.
De
la
publicación
francesa
“Defense
de L’Oçcident”,
(Traducción
del Tte. Coronel Narciso ARIZA
BERNARD.
Presentamos a cont}nuación un estudio sobre el des
arrollo industrial dé España. En él se podrá observar
cómo una dirección autoritaria de la economía ha sa
bido resolver el capital problema del equipo, sin forzar
la presión de los impuestos, y sólo mediante una racio
nal utilización de los recursos nacionales y de las ayu
das externas. Estas realizaciones—por otra parte muy
discutidas en ciertos medios técnicos y juzgadas, con fre
p01.
Paul
GARCIA.)
cuenda, demasiado ambiciosas—demuestran cómo es po
sible aumentar la potencia económica nacional y resol
ver, los grandes problemas de ‘la industrialización sin
abrumar al país, GRACIAS A NUEVOS METODOS,
Y
GRACIAS
NUEVOS.
TAMBIEN
A
IDEAS
Y
A
HOMBRES
España, es evidente, ha mejorado su economía desde
hace unos años, en forma impresionante. Los índices de
este progreso se reflejan en numerosos gráficos estadís
ticos, en los que se aprecia que el ritmo de las mejoras
ha sido superior a lo normal. Los productos básicos: car
bón, cemento, cueros, textiles, energía eléctrica y pro
ductos químicos están en franco auge y con las nuevas
instalaciones de Avilés las disponibilidades de acero pa
ra la industria han experimentado un movimiento as
censional. Este aumento se ha visto reflejado, en justa
proporción, en los productos agrícoas. Hay que señalar
también el interés de España para la aplicación a fines
pacíficos de la energía nuclear, como puede apreciarse
al visitar las instalaciones nucleares de la Mon•cloa en
Madrid.
Al examinar la economía española se puede deducir que
ciertas tendencias pueden convertirse en características
permanentes. En efecto, los primeros meses de 1958 re
velan una mejoría en la balanza de pagos, por el au
mento de las exportaciones al par que por la disminu
ción de los productos importados. Otros síntomas que
confirman este pronóstico son: la disminución del pe
ligro de inflación, el interés hacia Organismos económi
ces internacionales, la entrada de España en el seno
del Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mun
dial. y Ja posibilidad de atraer capitales extranjeros
para ser invertidos en la economia nacional. Un ejem
plo de esto lo constituye la ley referente a la industria
del petróleo; con esta ley España .podrá recibir millores
de dólares para explotaciones de sus posibles yacimien
tos de petróleo y el refinado de la producción lograda.
Se supone que se economizaría así 130 millones de dóla
res, e incluso sería posible que los descubrimientos le
permitieran exportar parte de sus productos.
De esta breve enumeración se deduce que España ha
progresado de manera notable, lo que podemos expresar
en cifras diciendo que la renta nacional ha aumentado
en más de un 6,5 por 100 al año. El limitado cuadro de
un artículo no permite entrar en detalles, tanto iás cuan
to que reservamos una •parte iniportan’ al “complejo
industrial de Avilés”, la empresa más gigantesca del
país (una de las mejores de Europa) pero vamos a esbo
zar los progresos logrados en los principales dominios
de la económía española.
PRO DUCCION
DE ENERGIA
ELECTRICA
La producción de energía eléctrica se eleva, aproxi
madamente, a 16.000 millones de Kw-h. (de los que se
exportan a Francia 202 millones). Las grandes instala
ciones, complementadas con las centrales térmicas ya
en servicio, permiten suministrar a la industria la enor
me demanda de energía solicitada. El saneamiento de
Ja economía ha permitido la realización de grandes cen
trales, como la de Aldea de Avila por Iberduero, con
720.000 kw.; la de Melisar, de Fenosa, con 250.000 kw.;
la de Puente Bibey, de los Saltos del Sil, con 311.Ó00kw.,
y la del Tajo, inferior, para la Hidroeléctrica, con
400.000 Kw.
En el curso de los dos últimos años 29 centrales hidro
eléCtricas y 11 térmicas, con una capacidad total de
1,765.000 kw., han sido puestas en servicio. Las previsio
nes para los años 1959-60 aseguran—según el Ministerio
de Industria—que la producción al final de 1960 será su
perior en un 64,3 por 100 a la de 1956.
}or lo tanto, de.be continuar en el futuro el aumento
dé producción eléctrica, si se otórgan a las indüstrias
las facilidades necesarias, ya que la solución del pro
blema presenta algunas dificultades, entre las cuales
destaca como más importante el obtener los capitales
necesarios, que se estiman en 9.500 millones de pesétas..
Con todo, podemos afirmar que las perspectivas de la
producción eléctrica son muy favorables, no sólo en el
presente, sino para el porvenir.
OBRAS
-
HIDRAULICAS
En el momento actual, y según datos oficiales, España
dispone de 28Ejpresas (250 de reguiación y 35 de deriva
ción) de las que el Estado asume la explotación de 164
obras, las Corporaciones y Empresas particulares co
rren con 107; 9, se explotan en sistema mixto y5 gozan
de estatutos independientes.
La capacidad del total de estas obras es de 28.070,8 mi
llones de inetros3. Suministran agua a 9.336.405 habi
tantes, riegan 1.974.988 Has., almacenan 10.008 millones
de Kw-h. y alimentan una potencia instalada de 3.306.893
kilovatios. Estos informes merecen ser completados, a
título documental, con algunas cifras compafativas de
la envergadura de las obras construIdas en España con
las realizadas en el extranjero.
Náciones
Estados Unidos
Espana
Francia
Suiza
Argentina
Méjico
Núm. de presas
de más de 90 m.
de altura
31
3
1
1
Total48
Ño es preciso alargar más este cuadro para admitir
plenamente el valor y alcance de este programa de
obras hidráulicas, que ha sido conducido a un ritmo sin
precedente en la historia de España.
El hecho de que la principal riqueza es la agrícola
ha justificado esta preparación por las obras de este
tipo, al mismo tiempo que su industrialización progre
siva.
EL CENTRO INDUSTRIAL
DE PUERTOLLANO
La (puesta en marcha de las instalaciones de destilación
de bituminosos, del Centro Industrial de Puertollano,
ha sido decisiva para la economía industrial española
que se apoyó, desde entonóes, en una gran industria
fundamental de gran envergadura y de vastas repercu
siones técnicas, económicas y sociales.
Este centro garantiza las necesidades del consumo to
tal de parafina y el 75 por 100 del consumo de lubrifi
cantes. Explota y (trata 1.200.000 tns. de bituminosas a
baja temperatura para obtener aceite bruto, producien
do: 17.250 tons. de gasolina para auto, 25.000 tonS. de
keroseno, 35.800 tons. de gasoil, 7.500 tons. de aceite para
trañsformadores,
7.500 tons. de aceite ligero para auto
y 8.150 toos. de parafina dura.
Cuenta, además, el Centro con una central térmica
capaz de producir 60.000 Kw., y una instalación, para la
fabricación de compuestos nitrogenados, con una pro
ducción anuaF de 12.000 tons.
Como se halla situado a 5 kms. de Puertollano se ha
levantado un verdadero pueblo, con 500 casas para obre
ros, 50 para empleados y 10 para ingenieros y jefes;
además tiene iglesia, hospital, un grupo escolar, campo
de depqrtes, mercado, teatro, cine, .garaje, plaza con café
y bares, etc.
71
-
EL
GRUPO
ESCATRON
(TERUEL)
Su gran importancia para la economía española queda
reflejada por el hecho de que este conjunto minero pue
de suministrar anualmente hasta un millón de tons. de
lignitos. Por otra parte, la central térmica aporta a la
producción eléctrica un millón de kilovatios al día. Con
viene igualmente señalar las industrias comp lementa
rias, como la fabricación de abonos nitrogenados (30.000
toneladas anuales) y la de carburantes (100.00Ótons. de
gasolina sintética al año), según el método Fischer
Tropsch.
LAS REFINERIAS DE ESCOMBRERAS
Y DE TENERIFE
La creación dela refinería de Escombreras se decidió
de acuerdo con la firma americana “Californian Texas
Oil Company”, con un capital de 325 millones de pesetas
(e152 por 100 aportado por el 1. N. 1. y el 48 por 100 en
partes iguales por la CAMPSA y la CALTEX).
La Capacidad de refinado se ha fijado en 15.000 barri
les diarios, esto es 750.000 toneladas anuales.
La refinería de Tenerife produce igualmente 750.000
toneladas ái año, de la cuales e extráén 20.000 tons. de
lubrificantes, 15.000 tons. de gasolina, 2.000 tons. de parafina y 50.000 tóns. de asfalto.
Las dos constituyen la base de la industria de lubrifi
cantes y carburantes. Están provistas d sistemas elec
trónicos, que reducen las operactnes y las hacen casi in
dependientes del factor humano, produciendo lubrifican
tes para las necesidades interiores del país. Es posible
que en breve se pueda exportar también.
LA
E.N.A.S.A.
La primacía de la industria del automóvil corresponde
a la firma comercial Hispano-Suiza, fundada a principios
de siglo y establecida en Barcelona. La Empresa Nacic
nal •de Autocamiones fundada en 1946, utiliza estas ins
talaciones, modernizadas y ampliadas, para poner en mar
cha la gran fábrica de camiones pesados y coches de tu
rismo.
Las fábricas de Barcelona y Barajas (Madrid) alcan
zan una producción al año valorada en 4.500 millones de
pesetas, lo que representa una economía de 80 millones
de dólares en la adquisición de vehículps que España te
nía que importar para atender a sus necesidades.
La producción anual en la fábrica de Barcelona es
de 3.000 unidades. En Barajas se construyen, anualmen
te, 3.000 camiones de 4 •a 5 toneladas, 500 trolebuses, 500
coches utilitarios, 400 tractores de cadenas de 70 caballos
y 1.000 tractores de ruedas de 40 caballos, 500 vehículos
de turisTrno gran lujo tipo Pegaso 102, y 15.000 piezas de
material.
Los talleres de Barajas son un modelo en su género,
pues disponen de instalaciones para un completo equipo
eléctrico, laboratorio para estudio de materiales, toda
clase de accesorios, una sección-escuela para entren amien
to del personal y empleo del utillaje, talleres de forja, es
cuelas y una gran pista de pruebas de vastas dimensiones.
Cinco mil obreros con sus familias constituyen una
aglomeración urbana de 20.000 almas dependiente de esta
industria, para los cuales se han construido bloques de
casas en las inmediaciones de la carretera de Aragón,
no lejos de la fábrica.
L4
INDUSTRIA
SDERURGICA
Para remediar la insuficiente roducción siderúrgica
se ha confeccionado un amplio programa de oonstruc
72
clones, que se extiende hasta 1960, año en el cual la ob
t’ención de acero será de 1.850.000 tons. de laminados y
2.170.oc0 de lingote, frente a 802.000 tons. obtenidas en
1955.
En e’ curso de los últimos años y en las provincias de
Vizcaya, Valencia, Santander y Málaga han sido pues
tas en servicio 22 nuevas instalaciones entre altos hor
nos, hornos de cok, hornos para acero, trenes de lamina
ción etc. El presupuesto de gastos inherente a este
programa se eleva a la cifra de 35.530.000 dólares, que
representan unos 1.420 millones de pesetas. A esta suma
debe añadirse los gastos realizados en Altos Hornos de
Vizcaya—500 millones de pesetas—, en Mieres—60 millo
nes—, en Nueva Montaña—go millones—, en Echevarria
—59 millones—, en Unión Cerrajera—69 millones—y en
Material y Construcciones—22 millones—.
Es decir, que sumando a los 1.420 millones estos 814, to
talizan 2.234 millones de pesetas.
En el año 1960 se instalarán y entrarán en funciona
miento—en 11 industrias siderúrgicas—O altos-hornos, 137
hornos de cok, 25 hornos para acero y 39 trenes de la
minación.
Hay que destacar la importancia de la siderurgia viz
caína en la industria del país, consecuencia de la realidad
económica de la región que impone su hegemonía en
aquélla. Si examinamos el cuadro de empresas en esta
provincia encontramos: 56 minas y canteras, 50 indus
trias básicas del metal y 200 de ptoductos metálicos. Estos
tres grupos totalizan 314 empresas, de un total de 1.985
consagradas a la siderurgia. Estas cifras constituyen una
elocuente demostración del vigor industrial de Vizcaya.
Una primera consecuencia se deduce, y es la voluntad
manifestada por la industria privada de contribuir al
desarrollo industrial nacional, ya que las empresas side
rúrgicas están financiadas, casi en su totalidad, por el
capital privado, en especial .por la Banca. Esto explica
el extraordinario desarrollo de la industria pesada ya
que los banqueros se interesan más por empresas que
tengan posibilidades fuera del mercado interior.
El grupo bancario Urquijo-Hispano Americano-Herrero
(grupo que ocupa una posición dominante en la banca)
posee poderosos intereses en todas las empresas en las
que dominan la industria del acero, lo que implléa una
interdependencia de los bancos en relación con la indus
tria siderúrgica.
La anterior exposición responde a ciertas críticas
formuladas Contra esas instalaciones siderúrgicas, y en
particular contra el “complejo industrial de Avilés”, juz
gadas como demasiado ambiciosas y técnicamente dé
biles. Difícilmente se puede admitir que un grupo ban
cario de tal importancia, y que controla una gran parte
de la economía española, haya invertido enormes canti
dades en dichas empresas sin haber tomado sus debidas
garantías y sin haber calculado su grado de renta
bilidad.
EL COMPLEJO INDUSTRIAL
DE AVILES
La elección de Avilés para asentar el complejo indus
trial se debe a razones que podemos sintetizar así: Era
preciso situar las instalaciones en el litoral porque la
mayor parte de las primeras materias., así como los
productos fabricados, precisaban utilizar la vía maríti
ma, y la zona costera elegida corresponde a región con
sumidora de un 92 por 100 de materias siderúrgicas. En
estas condiciones Asturias ofrece una situación especial
mente favorable, ya que posee las principales reservas
de cok, grandes yacimientos de hierro y la proximidad
a León y Galicia, provincias ricas en mineral de hierro
de excelente calidad.
Aparte de la vía marítima, Asturias posee una línea
férrea de ancho normal de la Renfe, la cual está en
conexión con todo el sistema de vía estrecha de la red
asturiana.
La producción española de combustible alcanza 14 mi
llanes de tons. al año. En Asturias se encuentran las
principales reservas de carbón de hulla cuya explota
ción anual se eleva a 3 millones de tous., estando pre
vista alcance a 8 millones. El complejo consume 1,2 mi
llones de toneladas de carbón lavado. La empresa ha
adquirido las acciones de la compañía “Hulleras de
Riosa”, donde se trabaja activamente en modernizar sus
instalaciones para elevar la producción a 280.000 tone
ladas. Sin embargo, hay que señalar que España carece
de sufi.ciente carbón para atender las necesidades side
rfl’rgicas, y que para conseguir un buen carbón de cok,
hay ‘que realizar ‘mezclas.
Mineral de hierro.—La producción de mineral de hie
rro en España es de 4 millones de tons., de las que se
exportan un 50 por 100. En Avilés se consumen en esta
primera fase, de 1.750.000 a 2.000.000de tons. al año. La
empresa ha desarrollado la producción de sus ‘minas f i
liales—Fabero en Galicia y Conjuro y Huenaja en el
Sur—con el fin de obtener la cuarta parte de su con
sumo de mineral. Otra contribución importante es la de
los yacimientos llamados Coto Wagner y Vivaldi, situa
dos en la provincia de León, a unos 300 kilómetros de
Avilés, distancia que se cubre por ferrocarril. El resto lo
suministran ‘minas independientes.
Ótros minerales.—Los productos calcáreos para las
operaciones en los altos-hornos provienen de una mina
situada a siete kilómetros, la que cuenta con reservas
para muchos añós. El ferro-manganeso para los liornas,
es de fabricación nacional; una importante ‘fábrica a
20 kilómetros produce las ‘materias refractarias de ex
celente calidad, con el concurso de la firma francesa
Ditlier, y, por último, la dolomita calcinada ‘se obtiene
en una fábrica ubicada en las proximidades ‘del com
plejo, y que trata las dolomitas de la región.
Esquema cte instalación.—El proyecto prevé dos fases
o períodos. La producción en la primera será: 1.100.000
de toneladas de fundición; 1.390.000 tons. de lingotes de
acero (de ellas un millón transformados en productos
laminados) y 750.000 tons. de laminados.
Esta p’roducción se obtiene en una batería de 120 hor
nos de cok, 2 altos hornos, un mezclador activo, 3 hor-.
nos-bascuiantes, 2 :ho,rflos fijos, 3 cónvertidores, 2 hornos
para acero, 20 hornos de. foso, un tren “Looming-SIab
bing”, un tren de laminación, un tren estructural, un
tren Steekel y un ‘tren de laminación en frío.
La instalación cuenta con fábricas de amoníaco, que
proporcionan: silfato a’mónico—15 tons. diarias—y ben
zol—30 tons.—asj corno instalaciones de destilación de
alquitrán y sublimación denaftalina, cuyas producciones
se doblarán en la segunda fase.
El segundo período prev: 240.000 tons. de fundición,
2.250.000 tons. de lingotes de acero
1.700.000 tons. de
productos 1aminados Independiente de las instalaciones
enumeradas antes, habrá una batería de 180 hornos de
‘cok, 2 altos-hornos; mezcladores y convertidores para
completar la cápacidad de producción, 12 hornos de foso,
un tren Slabbing, un tren semicontinuo y trenes de la
mm ación en frío.
Todas las ‘instalaciones referentes al primer período
estn en funcionamiento; las de la segunda fase se ha
llan en construcción.
Descarqa y almacenamiento.—para la descarga de los
buques se dispone de un muelle dotado de 5 grl’las, con
capacidad de desca’rga de 250 tons. cada una, y de cIas
torres de descarga de 400 tons. hora cada una. El mirieral
que llega por vía Térrea se descarga por medio de un
volcador al ritmo de 12 vagones ‘y medio •por hora.
El parque puede almacenar 200.00Q.tons., por medio
.
de un doble sistema de ‘transportadores qüe rodea las
instalaciones, y con capacidad unitaria de 1.500 tons.
por hora.
Central trmica..—La constituye un ‘grupo de 60.000
kilovatios, otro de 30.000 kw. y u’n tercero de 7.500 ki
lovatios. Como complemento existe una siibest’ación para
elevar la tensión a 50:000 voltios, un parque de carbón
y una estación depuradora de aguas. La central com
prende 4 calderas’monotubulares alimentadas ‘por el gas
de los altos hornos o de los hornos de cok. El vapor ali
menta tres turbinas que accionan alternadores de 60,30
y 7,5 Mw. La subestación tiene tres transformadóres
de 75.000, 37.500 y 15.000 kilovatios-hora.
El resto de la energía eléctrica la suministran las
redes nacionales por medio de líneas especiales; una
para fuerza, otra para iluminación de talleres, y oficinas,
laboratorios, garaje, instalaciones portuarias, poblados de
Llarones y La Rociná, etc. ‘Con independen’cia de estas
líneas se han hecho las conexiones necesarias con las
centrales, hidroeléctricas con el fin de asegurar en todo
‘momento el suministro de energía para el normal fun
‘cionamiento de las instalaciones.
Agua.—El complejo tiene necesidad de agua para el
aprovisionamiento de la población, servicios sanitarios
y usos generales. A tal fin, los nos Corvera, Gozón, No
rra
Narcia han sido puestos al servicio de la empresa.
Los dos primeros parece ser que ‘bastan para alimentar
los ‘dos altos-hornos en servicio.
Sobre el río Corvera se ha establecido un depósito
con ‘capacidad de 3,5,millones de m3, con presa de 14 me
tros de altura que ha creado una laguna de unas 13 hec
táreas de superficie. Las aguas del río Cozón son con
ducidas •median’te dos canales, uno de 2.600 metros de
longitud y el otro de 1.100 metros a otro depósito de la
misma capacidad del primero. Ambos depósitos permi
ten un consumo mínimo de 600 litros por segundo. Tu
berías de hormigón de 0,9 metros de diámetro comunican
las aguas de ‘uno a otro.
Anexos.—Se proyecta construir importantes talleres
generales, con el fin de reparar el material siderúrgico,
a la vez que proporcionar elementos nol’males y fabricar
los materiales precisos ‘para la construcción y el desen
volvimiento del complejo. Estos talleres comprenderán
forja, fundición, carpintería, construcciones metálicas,
servicios, generales etc.
Constituirán un conjunto de ed’ificios unidos entre sí
y con la base por ‘medio de caminos, vías férreas, lineas
eléctricas y telefónicas, redes de distribución de cumbus
tibIes, etc.
Industria química.—La finalidad se orienta a la pro
du’cción de fertilizantes por un lado, y de otro a la
obtención de productos sintéticos. Para lo primero, uq
fábrica produce al día 160 tons. de amoníaco, 540 tons. de
ácido sulfúrico y 620 tons. de sulfato amónico, necesitan
dose 404’ toneladas de piritas, 600 de escorias de pirita
y 648.000 m de gas de cok.
Para los productos sintéticos se obtienen, a partir de
la producción actual, 8.000 metros cúbicos de etileno,
que con una con cent’ración de 99 ‘por 100 dan productos
finos de toda clase ‘de máterias plásticas y fibras sinté
ticas.
‘
RESUMEN
Las instalaciones descritas constituyen el complejo pro
piamente dicho, pero para formarse una idea clara del
mismo es preciso visitarlo. Su extensión es considerable.
Desde el puerto se logra una buena visión panorál’nlca,
que abarca todas las vías férreas que afluyen al mismo
y el parque de mineral unido al ‘muelle. A la izquierda,
los hornos de cok a la extrema derecha, los dos prime-
73
campo de deportes, dos piscinas y un jardín de la in
fancia.
Además se han construido casas en los arrabales para
el personal obrero de la empresa y alojamiento de las
familias afectadas por las expropiaciones: 275 casas en
Trosana para empleados y obreros, 234 casas en la Ro
cica para el personal, 98 en Ljaranes para el personal
de categorías intermedias y 57 casas en Avilés para téc
Empresa de esta categoría tiene sus obligaciones so nicos superiores, así como un edificio destinado a clí
•ciales, especialmente el alojamiento de un gran número nica de urgencia y cirugía dotado de los más modernos
de asistencia.
de obreros y empleados. Se ha escogido en el valle del medios
Paralelamente
a estas realizaciones, la empresa ha
río Arlos, en Llaranes, lugar destinado a la construc
montado una escuela de analfabetos y centros de apren
ción de 2.100 casas, de las cuales están terminadas 1.070. dices.
La nueva población dispone de iglesia, mercado, Ayun
Como ha dicho el autor de “J’ai vu vivre l’Espagne”,
tamiento, centros sindicales, economato, escuela, tiendas, este país, en veinte años, ha recobrado un siglo de atraso.
ros altos-hornos. Más allá, el gasómetro, y a la izquier
da, el edficio de los hornos para acero; al fondo, la masa
de edificaciones con las chimeneas de los hornos de foso,
y un poco má allá, los talleres de laminación. Para dar
nos una idea de su superficie, diremos que si se super
pusiese el área de Madrid, la empresa ocuparía la longi
iud de uno a otro extremo, con un total de 6.000 metros.
Notas
breves
fricción a grandes velocidades gracias al poderoso em
puje que le proporciona su motor cohete, que va insta
lado en el interior del tuselaje bajo el ensamble de la
cola. A su. vez, el turboreactor, que va colocado debajo
del motor cohete le permite tener un rendimiento óptimo
a baja altura. Estos dos motores pueden actuar los dos
juntos, proporcionando una exraordinaria velocidad de
ascenso. Está provisto de un sistema Radar de obser
vación y armado con cohetes FIRE•STREAK, guiados por
rayos infrarrojos. El turborreactor es un Havilland Gyro
Junior que produce empujes de 8 a 10.000 libras. l
cohete es un Spector fabricado por la casa Havilland
también, produce un empuje variable y consume el mis
mo combustible que el turborreactor kerosene, portan
do como oxidante peroxido de hidrógeno.—Comandante
NOTAS SOBRE EL NUEVO AVION DE INTER
CEPCION INGLES SR.x77.—Los ingleses han puesto
gran interés en el desarrollo de su aviación, probable
mente la de mejor calidad del mundo, como lo prueba
la magnífica calidad de sus aviones a reacción “V”.
Para la defensa contra los aviónes de bombardeo super
sónicos, han puesto en construccióñ y prueba un nuevo
avión interceptor de características sobresalientes, capaz
de volar a mayor velocidad y de alcanzar mayores te
chos que otros aviones típicos de combate, tales como el
Starfighter 104, de ElE. UU.
El SR.177 es aeronave tripulada impulsada por un tur
boreactor y un cohete, más bien un proyectil que un
avión tripulado. Debido a su motor cohete, que no nece
sita oxígeno, puede desarrollar toda su potencia a gran
des alturas, donde la atmósfera está enrarecida. A 32.000
metros de altura volará sin peligro de calentamiento por
Miranda
Beautell.
o
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U
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1-
o
74
PERRDS PARA LA GUERRA ATOMICA.—(De la movimiento. Paso del pelotón de la acción montada a
publicación alemana “Der Deutsche Solctat”).—Mientras la desmontada.
Num. 505.
en la Alemania Occidental se discute aún sobre la con
Tiempo duración: 22 minutos.
veniencia o no de tener en su Ejército armamento ató
Arma: INFANTERIA.
mico, las fuerzas americanas destacadas en su teh’itorio
Tema: FORTIFICACIONES
PROVISIONALES DE
entrenan a todos lbs soldados para esta clase dé guerra.
LA
INFANTERIA
DE
CAMPO.—Trincheras
de tirado
Ni siquiera los perros se libran de esta regla general;
así, en Baviera, existe una unidad con perros de ppra res de .acecho y hoyos de tirador.
Prúcedimientos efectivos en las excavaciones de atrin
sangre, lobos, especialmente entrenados y equipados para
cheramiento mientras que está ‘bajo el fuego del enemi
caso de guerra atómica.
Cada pérro va provisto de una máscara con la que, go y en la preparación de puestos temporales en el cam
entre otras cosas, se quiere prevenir contra la entrada po de combate; trinchera individual u hoyo de tirador;
hueco de araña, caseta de prueba o trinchera
abrigo; también medios efectivos de camuflaje
para los atrincheramientos individuales.
Num. 493.
Tiempo duración: 10 minutos.
Arma: ARTILLERIA.
Tema: PIEZAS REMOLCADAS POR CA
.MION’ES. Véhículos accesorios.
Muestra los vehículos de la artillería de cam
paña y la aptitud de los mismos para apartarse de los caminos y córrer a campo traviesa.
Describe las secciones de conservación y la ins
trucción de conductores pará operar indivi
dualmente y como parte de un grupo.
Num. 732.
Tiempo duración: 11 minutos.
Arma: INGENIEROS.
Tema: OBSTACULOS C. C.
Esta película demuestra la eficacia de los obs
táculos C. C. construídos por el Cuerpo de In
genieros en el Arsenal de Edgewood, Maryland. Muestra
en su organismo, por las vías resjiratoriás, de las radia
nuestros tanques más grandes deten idos por rampas de
ciones atómicas mortales.
rollizos, bloques, erizos de acero, tetraedros, instalacio
Al parecer se ha llegado en el Ejército americano a la
de hormigón no portátiles, éarriles de un quintal, y
conclusión de que, en caso de una guerra atómica, no nes
los grandes obstáculos de troncos. Esos obstáculos se
estará de más disponer de unidades de perros adiestra
colocan sistemáticamente, de manera que si un tanque
dos que ayuden a la transmisión de órdenes o partes. pasa la primera hilera., la segunda, la tercera y cuarta
La llamada “Sección canina” se compone de 40 soldados lo detendrán fácilmente. Los obstáculos siguen siendo
y 36 perros; habiéndose llegado a esta composición de inexpugnables aun después de que los tanques les han
acuerdo con las ideas más modernas sobre lo que será batido con su.. cañones.
una guerra atómica.
Num. 374.
A los perros se les da una instrucción especial para
Tiempo
duración: 11 minutos.
hacerlos, además, insensibles a los ruidos, de manera
Arma: COMUNICACIONES.
que sean capaces de llegar con su mensaje al lugar or
Tema: ANTENAS DE RADIOS. Producción y caracte
denado, aun en medio del infierno de ruinc que es de
rísticas
de las ondas.
esperar en una guerra futura. Incluso estos animales
Ilustra los campos eléctricos y magnéticos, la genera
reciben una alimentación
especial.
Comandante
ción de ondas electromagnéticas, el comportamiento de
Wilheimi.
las ondas de radio-frecuencia en el espacio, la onda te
rrestre, la reflexión y la refracción, la ionosfera y las
causas del desvanecimiento.
Núm. 328.
EL CINE EN EL EJERCITO ARGENTINO.—
(De la publicación argentina “Revista del Suboficial”).—
Tiempo duración: 42 minutos.
En la citada Revista se publica ‘mensualmente nota de
Arma: ARTILLERIA ANTIAEREA.
las peIícu1as de instrucclón que adquiera el Servicio “Ci
Tema: LA ARTILLERIA ANTIAEREA.—LA SECCION
neteca Militar”. Se trata de cintas de 16 mm. Sonoras. DE UN REFLECTOR A. A.—Parte 1. Preparación para
Publicamos a continuación una relación de las citadas la acción.
películas, probablemente, de origen norteamericano.
Detalles completos de desembalje
y emplazamiento
de la planta matriz de los proyectores, estación de con—
Num. 43.
Tiempo duración: 43 minutos.
trol, ametralladoras y equipQ de radio y teléfono, expli
ca los deberes de cada miembro de la secéión de pro
Arma: Para todas las armas.
yectores. Se incluye un repaso de todo el equipo en po
Tema: lECTURA DE MAPAS.
sición final, lista para la acción.
Muestra tipos de mapas, escalas, signos convenciona
les, dirección de distancias, latitud y’longitud, coordi
Núm. 342.
ndas
polares y rectangulares.
Tiempo duración: 36 minutos.
Arma: FUERZAS BLINDADAS.
Num. 488.
Tema: EL POTON
DE CARROS DE COMBATE.
Tiempo duración: 11 minutos.
Seguridad en Vivaqués y en los puestos avanzados.
Arma: CABALL’ERIA.
Tema: LOS FUSILEROS DE CABALLERIA EN AC
Se muestra mediante cinematografía y vistas anima
das los medios de proteger las zonas de vivaques y pues
ClON. Montados y a pie.
Métodos de llevar los caballos de mano, parados y en tos avanzados contra ataques por sorpresa. Se explican
-
—
—
—
—
—
—
—
—
—
-
-
75
en detalle los métodos correctos de entrada en vivac;
uso de la cobertura natural; franqueo de una vía de
salida del vivac y garantía de salida fácil; situación de
los carros en Ja posición correcta; espaciamiento debido
de los carros; uso del camuflaje y establecimiento de
puestos avanzados.
Núm. 348.
Tiempo duración: 21 ‘minutos.
Arma: ARSENALES.
Tema: ARMAS PORTATILES. La carga.
Muestra el método correcto de cargar las armas de
pequeño calibre, como la pistola automática, el fusil
Springfield, e fusil Garand, el fusil automático y la
ametralladora.
NÚm. 716.
Tiempo duración: 15 minutos.
Arma: SANIDAD.
Tema: LA HIGIENE PERSONAL EN LA SELVA.
Familiarización del soldado con el cuidado de su salud
en la selva. Recalca el hecho de que el sentido común y
el uso cuidadoso del paqueté de curación de selva con
curren perfectamente para asegurarle buena salud en la
selva.
—
—
res 17.GOÓ.000
cada unidad (aproximadamente 880 millo
nes de pesetas).
Pues bien, si se relaciopa el precio de éstos dos apara
tos con. sus correspondientes pesos, resultan que salen a
razón de 1.431 y 1.248 dólares por kilogramo, respecti
vamente, en tanto que ól kilo de oro cuesta solamente
unos 1.100 dólares.
Esta asombrosa realidad, explica además el por qué
una nación tan poderosa como los EE. UU., pese a toda
su riqueza, sólo encarga estos aviones con “Cuenta-go
-
tas”.—Com
andante
Ory.
LAS FUERZAS ARMADAS NORTEAMERICA
NAS PARA 1959-196o._-(Extractaclo
de la publicación
Suira “Interavia”.)—He
aquí un resumen de lo que se
rán las Fuerzas Armadas de lçs Estados Unidos de Nor
teamérica, de acuerdo con el proyecto de presupuesto
presentado
al Congreso por el Presidente Eisenhower
para el ejercicio de 1960, que comprende desde el 1.2 de
julio próximo al 30 de junio de 1960.
FUERZA
ARR EA.
Previsión de créditos: 18.682 millones de dólares.
Efectivos: 1.145.000hombres.
LAS COSTOSISIMA.S ARMAS MODERNAS.—
Composición:
Re€ientemente, el Presidente de los EE. UU., en su men
Mando Aéreo Estratégico: 43 escuadrillas.
saje ante las Cámaras de senadores y representantes, con
Mando Aéreo Táctico: 34 escuadrillas.
juntamente
reunidas para la aprobación de los presu
puestos para el próximo ejercicio económico de 1960 (que
Mando de la Défensa Aérea: 25 escuadrillas.
Servicio de Transporte Aéreo Militar: 24 escuadrillas.
comienza en 1. de julio de este año, para terminar el
Abastecimiento en vuelo: 63 escuadrillas.
30 de junio del siguiente), aludió al altísimo precio de
Unidades especiales diversas (proyectiles balísticos, et
las modernas armas y medios de combate, diciendo en
cétera) : 25 escuadrillas.
tre otras cosas que “el oste de dotar con el proyectil
Material: 19.982 aviones (703 se recibirán en este ejer
“Atlas” a las Fuerzas Armadas equivaldrá a un prome
cicio).
dio de 35 millones de dólares por proyectil en la línea
de fuego”; que los EE. tJU. tienen “pedidos aviones de
caza de reacción que cuestan cincuentá veces lo que va MARINA
DE GUERRA.
lía un caza de la G. M. II” y qu se están “comprando
aviones de bombardeo que cuestan su peso en oro”.
Previsión de créditos: 11.370 millones de dólares.
Concretándonos a este último párrafo, quizás ‘merez Efectivos:
ca la pena meditar que las palabras del general Eisen
Armada: 630.000 hombres.
hower no eran una exagéración, y para ello nada mejor
Infantería de Marina: 175.000 hombres.
que demostrarlo, con referencia a dos aviones a los que, Composición:
sin duda alguna, se refería el Presidente norteamerica
Armada: Grupos de portaaviones: 16.
no cuando hizo su comentario.
Escuadrillas embarcadas de lucha antisubmarina: 22.
Uno de ellos, es el B.58 “Hustler”, el más moderno de
Escuadrillas de patrulla y alerta: 42.
los bombarderos norteamericanos, concebido para volar
Infantería
de Marina: 3 Divisiones.
a velocidades superiores a los 2.000 kilómetros por hora
Tres Escuadras Aéreas.
y que ya presta servicio, formando parte de la Fuerza
Material: 864 buques y 9.200 aviones
Aérea de los EE. UU., habiendo incluso realizado unas
interesantes pruebas de reabastecimiento en el aire, que
llevó a cabo, con pleno éxito, a pesar de que tuvo forzo EJERCITO.
samente que volar durante ellas a velocidad subsónica.
Este aparato sale por 26.700.000dólares (o sea por unos
Previsión de créditos: 9.357 millones de dólares.
1.335 millones de pesetas).
Efectivos: 870.000 hombres.
El otro de los aviones es el caza “Vigilante”AJ-3, apa
Composición:
rato biplaza, también supersónico, preparado ‘para ope
14 Divisiones.
rar desde los portaaviones y que está propulsado por
4 formaciones de Proyectiles Autepropulsados.
dos turborreactores y equipado con los más modernos
8 Grupos de Combate.
instrumentos de navegación y pilotaje, con un sistema
3 Grupos de proyectiles pesados de Artillería de Cam
dé defensa radar y con un dispositivo de evacuaçión de
paña.
la tripulación a velocidades superiores a la del sonido.
Material: Entre el material del Ejército merece des
Este aparato, actualmente en construcción, permitirá a tacar 2.805 aviones y 2.558 helicópteros. Durante este
la Marina norteamericana atacar, con precisión y gran ejercicio económico, el Ejército recibirá, entre otro ma
velocidad, cualesquiera que sean las condiciones atmos
terial, 239 aviones nuevos, entre los que figuran un gran
féricas, objetivos hasta ahorp. ,fuera del alcance de los número de aparatos de observación, de turbohélices.—
aviones de combate embarcado. ¿Su precio? Pues, dóla
Comandante
Ory.
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ElgoniómetrodépiezaM4-2A-7K.
Capitán
de Artillería,
Elías
GALLARDO
RUANO,
Este es el goniómetro usado en el Obiis Autopropul
sado T-I94 de 155 mm. y es una variación del modelo
M-12 del que ünicamente le diferencian detalles de apa
riencia externa, pues su fundamento y funcionamiento
son los mismos.
Va montado al costado derecho de la pieza, alojado
en una cajera de organización similar a la de los ma
teriales de campaña españoles. Para comodidad del
apuntador, presenta la particularidad
de que el eje
óptico del ocular y el del objetivo no están alineados
en la posición origen (fig. 3), Jo que permite que el
ápuntador, cómodamente, y sin levantarse de su asien
to, pueda efectuar las punterías.
CARACTERISTICAS
Aumento4
Amplitud del retículo10
grados
Graduación lateral del retículoDe
cero a
90 milésimas, a ambos lados
Amplitud del moviniento vertical del retículo300
milésimas de elevación y 300 de depresión.
Graduación vertical del retículoNo
tiene.
Tambor de DerivasOrigen
cero. Graduación
partida 0-32. De cien en cien milésimas.
Platillo de DerivasCero
a 100 milésimas.
Escala Auxiliar del PlatilloO
a 20 a ambos lados
con indicaciones R (Right) derecha, y L (Left) izquierda.
-
Exteriormente
presenta una constitución análoga a
los goniómetros tipo O reglamentarios en nuestros na
teriales de campaña, mas, sin embargo, posee unas ca
racterísticas propias que simplifican en gran manera las
operaciones de puntería en dirección.
Para el movimiento vertical del retículo, posee, en la
parte superior, un ‘botón análogo al del goniómetro es
pañol con dos referencias índices, que nos marcan cuán
do, tanto el tambor como el índice, se encuentran en su
posición origen, pero sin que podamos apreciar gradua
ción alguna, aparte del origen. El retículo tampoco lleva
impresa ninguna graduación cenital.
La corona del Tambor de Derivas es de graduación
partida 0-32, origen cero, y toda su graduación está, nor
malmente, oculta excepto en la parte correspondiente
al índice en donde aparece una ventanilla practicable,
que en un sector aproximado de 1.100 milésimas deja
al descubierto la graduación (fig. 1).
Encima de la corona anterior, va otra móvil, de gra
duación, origen y sentido idénticos a los de la corona
fija, con un tornillo que permite su fijación al tambor.
‘El ‘tornillo sin fin del platillo de derivas lleva en su
extremo derecho un botón con rebajes (fig, 4) para su
‘más fácil manejo; y en el extremo izquierdo un cuer
po macizo con los siguientes anillos portadores de gra
duaciones e indices (figs. 2 y 4):
a) Graduación Auxiliar fija 0-20, en milésimas,. a
ambos lados del origen, con indicaciones L (Left) y R
Right), izquierda y derecha respectivamente.
b)
Indice de dos puntas, montado sobre un anillo
espoleado para poderlo desplazar a voluntad y colocar
lo frente a la graduación que se desee de la graduación
Auxiliar. La punta que marca sobre la graduación Au
xiliar se denomina índice derecho y la punta izquierda,
indice del platillo de derivas.
c) Platillo de Derivas, graduado en milésimas de
del Grupo
Autopropulsado
del Regimiento
de Artillería
n.2 13.
O a 100, ‘montado sobre un anillo deslizante que puede
ponerse loco o fijarse a discreción al tornillo por me
dio de la tuerca situada al extremo de éste.
d) Indice izquierdo, de referencia, situado en un
anillo solidario del tornillo sin fin, y que, por consi
guiente, se mueve con éste.
e) Tuerca de fijación de la escala del platillo de de
rivas.
Vemos, pues, que el Tambor de centenas tiene dos
escalas iguales: una de posición fija respecto a la Lí
nea de Mira, y otra desplazable, para poder modificar
a voluntad aquella posición relativa y colocar la gra
duación que se desee frente al índice fijo, sin que se
altere con ello la puntería, o dirección de la línea de
mira del goniómetro.
Adviértase, también, la posibilidad de “correr” a vo
luntad, dentro de un pequeño margen, la posición del
índice de lecturas del platillo.
APLICACIONES
PRACTICAS DE LAS
DISTINTAS
ES’CALAS E 1 N D 1 C E 5
Como norma general hemos de tener en cuenta que
antes de empezar a hacer cualquier tipo de punterías es
necesario poner todos los indices en cero. Para ello,
Fig. 1.a
y aflojando la tuerca de fijación pone el cero de la es
cala móvil del platillo alineado con los índices ante
riores.
Hecho esto, aprieta con la mano izquierda el embra
gue del tornillo sin fin y con la mano derecha gira la
cabeza del goniómçtro hasta que su graduación origen
(cero) coincida con su índice correspondiente. (Tener
la precaución de que la cabeza del goniómetro quede
mirando a vañguardia de la pieza). (fig. 1).
Colocada la corona de centenas en cero, cierra la ven
tanilla y una vez aflojado el tornillo de fijación gira
la corona -móvil hasta que uno cualquiera de sus ceros
(03 coincida con el indice situado sobre la ventanilla.
Aprieta el tornillo, comprueba los índices, y con ello
tiene el aparato en cero (fig. 2).
Si no fuera posible conseguir la coincidencia del cero
del Tambor con su índice, cuando están alineados los
ceros e indices del platillo, es señal de que éste está
descorregido y entonces es necesario corregirlo desar
Fg.
2.
a la voz del Oficial de: Aparatos en Cero!, el apunta
dor efectila las siguientes operaciones (si es que no lo
tiene hecho ya con anterioridad):
En el Platillo de milésimas, hace coincidir el indice
derecho con el cero (0) fijo de la escala Auxi1ir; mo
viendo el tornillo sin fin, consigue la coincidencia del
índice izqwerdo con el cero e indices antes alineados,
Fig.
4.
mando la- tuerca de fijación e interviniendo en tres
tornillos de regulación que existen en el interior. Esta
operación sólo debe de ser hecha por personal técnico,
o en la Maestranza o en el Taller de Precisión.
Una vez puestos los orígenes en cero se e!ectia la
puntería de la misma forma que lo hacemos ordin aria
mente, si bien, las centenas de la deriva igual pueden
ser puestas en la gradución
fija con la ventanilla
abierta, que en la graduación móvil manteniendo aqué
lla cerrada. Las decenas y unidades se colocan llevando
a coincidir frente al índice del platillo la graduación
correspondiente de éste.
USO DE LA ESCALA AUXILIAR
Pi0. 3.
Las dos seña]es L (izquierda) y R (derecha) que apa
recen en esta escala, tienen la misma acepción que en
los ángulos de transporte: Izquierda-Aumentar. Dere
cha-Disminuir.
Con ella se introducen, todas las correcciones en di
rección particulares de cada pieza, y que tengan cierto
carácter de permanencia, al menos durante la ocupa
ci&i del mismo asentamiento;
como, por ejemplo:
error del goniómetro, escalonamiento de paralelismo,
corrección de la paralaje producida por no coincidir
exactamente
la vertical del goniómetro con el punto
marcado para asentamiento, etc.
Colocado el índice derecho frente a la graduación de
la escala auxiliar, igual al valor en milésimas de la
suma algebraica de las correcciones calculadas, todas
las derivas que se pongan vendrán, desde entonces,
afectadas por la corrección colocada.
Si no se pudiese utilizar en cualquier ‘momento la RL
o hubiese que efectuar un ‘tiro de noche, se utilizará
como RL el pique
y como graduaciones de deriva las
de la escala móvil.
4) Colocar una Deriva común para todas las piezas.
Si tenemos toda la batría apuntada con una RL co
mún podemos, para simplificar los cálculos, hacer que
todas las piezas tengan una deriva común; para lo cual,
a la voz del Oficial, de: Referencia de Puntería... (tal),
Deriva común 400 milésimas (u otra cualquiera) los
apuntadores sueltan la corona móvil y la escala del pla
‘tillo de su goniómetro y colocan en aquélla la gradua
ción 4, (o la que se haya niandado) y el platillo en cero.
Apretando los tornillos y tuercas de fijación tenemos
apuntada la batería con una. deriva común y una RL
USO DE LA CORONA MOVIL
común.
5) Adopción cte una deriva común ‘para to’da la ba
Una vez apuntada la pieza, podemos mover las gra
tería cuando desde todas las piezas no se ve la RL.
duaciones de la corona móvil y de la escala del plati
Si en el caso anterior no se viese la RL desde todas
llo, sin que por ello se modifique Ja puntería.
las piezas, la puntería de cada pieza en este caso se
EJEMPLOS:
hará, tomanio una RL para cada pieza.
1) Adoptar una nueva RL por ocultación o inutili
Para facilidad de cálculo, podemos como en (4), adop
ración cte la primera, sin modificar la graduación de de tar una deriva común para toda la batería una vez
riva de la pieza.
apuntadas las piezas; o’ bien colocar un doble piquete
Si por cualquier causa (niebla, humó, etc.) se oculta (la colocación y utilización de este doble piquete es
la RL, caso muy frecuente en la práctica, el apuntador
exacto a como indica nuestro Reglamento de Tiro de
busca otra nueva girando la cabeza del goniómetro y Artillería. Tomo II, párrafo 170, pág. 68), alineado con
afinando con el tornillo sinfín.
lá graduación 600 de la escala fija de cada goniómetro
Una vez conseguida la coincidencia con el centro del (se adopta la graduación 600 y no otra con el fin de
retículo, afloja el tornillo de fijación de la corona mó anular en lo posible el error de paralaje producido
vil y girando ésta ‘hace coincidir Con el índice de la por no coincidencia cte la vertical del eje de giro ho
ventanilla la graduación de centenas de la deriva pri rizontal de la pieza con la vertical del goniómetro)
mitiva; igual háce con la escala del platillo, para lo y sin mover la pieza referir a este doble piquete todas
cual afloja la tuerca, y moviendo la graduación móvil las punterías.
coloca las decenas y unidades de la deriva. Terminado
Estas son; en síntesis, las aplicaciones prácticas que
esto, aprieta el tornillo y la tuerca de fijación y conti hemos encontrado de este goniómetro, que no hay du
núa las punterías tomh’do ya como referencia la nue
da simplifica notablemente, por un lado, la labor del
va adoptada y actuando sobre la graduación de la es Jefe de Pieza, evitándole el tener constantemente en
cala móvil.
cuenta los escalonamientos y correcciones particulares;
2) Desplazamiento de un piquete, que se está utili— de su pieza; y por otro, despreocupa al Capitán y a su
zando como ‘RL, un número exacto de centenas de mi Puesto de Tiro de la eventualidad (tan corriente en la
lésimas, conservando la misma graduación de deriva. práctica), de anulación de la RL que se está utilizando..
Si en el caso anterior, se está utilizando un piquete El propió Jefe de Pieza resuelve esta incidencia sin
como RL y éste se oculta, podemos desplazar la línea necesidad de agobiar al Mando, que estará en aquel
de mira un número exacto de centenas, hacer coincidir momento ocupado en cualquiera de sus misiones pecu—
el piquete con el centro del retículo y colocar en la co
liares.
rona móvil las centenas de la deriva primitiva. Apre
No hay duda que otras muchas aplicaciones admltirá1
tado el tornillo de fijación, todas las punterías sucesi ‘este tipo de goniómetro, aplicaciones que la práctica 3r
‘vas se harán ‘utilizando la graduación de Ja corona sucesiva traducción de los reglamentos nos irá enseñan
móvil.
do. Por ahora sirvan estas elementalidades para los que
3) Situación y utilización de un piquete (o doble pi teniendo que manejar este goniómetro no han, tenido
quete) como RL auxiliar para caso de. ocultación de la oportunidad de profundizar en su estudio, y para que
primera, y ‘para tiro nocturno.
los que no habiendo tenido contacto con el material
Una vez apuntada la batería utilizando una RL cual
americano sientan la curiosidad cte conocerlo.
quiera, situamos un piquete a 100 ó 200 mts. de Ja pie
za y separado angularmente de la RL un número exac
to de centenas de milésimas.
BIBLIOGRAFIA
Referida a este piquete la puntería, colocamos en la
corona ‘móvil la graduación de centenas de la deriva Manuales TM9-7004 y FM6-92 del Ejército de los Esta7
anterior apretando de nuevo el tornillo de fijación.
dos Unidos de América.
,
ParaiosqueolvidanlaHistoria
General
Anthony J. DREXEL BIDDLE. — De la publicación norteamericana ‘Army” (Traduc
ción
del Comandante
de Artillería
Emilio ALONSO
IÑARRA,
de la Escuela
de E. M.)
Desde hace tiempo, me tienen asombrado aquellos
que defienden la’ teoría de que los rusos están mostran
do un deseo de desarme y coexistencia, con lo que
evidencian un olvido absoluto tanto de importantes lec
ciones históricas como de la verdadera naturaleza del
Kremlin.
Basan en parte su argumerto en que el Kremlin, como
nosotros, recibiría con agrado una disminución del one
roso presupuesto militar. Pudiera esto suceder, a plazo
no previsible actualmente, pero sólo en el caso de que
los soviets lograsen asegurar el dominio mundial por la
amen’aza de su fórtaleza militar o por su utilización en
la batalla.
Debemos recordar también que el impacto de los gas
tos militares sobre la economía y psicología del pueblo
soviético no es el mismo que en nuestro pueblo. El pro
blema de la elevación del nivel de vida individual en
nuestro libre país, no tiene análoga importancia en el
policíaco estado soviético, en donde el individuo es sim
plemente un número.
Además, mientras que nuestra economía está ligada
al patrón oro, la economía soviética, como en el caso
del régimen nazi, es una économía de despotismo tota
litario, basada en el patrón trabajo, que •bajo la ame
naza de un fusil, regula su ritmo de producción.
Estoy seguro de que algunos recordarán los erróneos
cálculos, que en los años que precedieron a la Segunda
Guerra Mundial, hicieron los occidentales sobre la eco
nomía hitleriana, y entre otras cosas, su comparativa
mente baja iroducción de acero que le impediría ir a
la guerra. No obstante, Hitler fué capaz de obtener de
•la producción de acero a su alcance, el suficiente reji
dimiento como para poner en un aprieto al resto del
mundo.
Esta es una de las cosas que en la actualidad esta
mos olvidando.
En la Rusia actual, como en los años que precedie
ron e incluyen al 1939, un gobierno totalitario, ansio
so •de expansión, manda sobre un país de gran poten
cia militar. En lugar de Hitler, se trata esta vez de un
Khrushchev sin escrúpulos, que parece haber hecho su
yas muchas páginas de “Mi lucha”, y lo que es aún
peor, haber “kremlinizado” su contenido. Hitler habla
ba como ahora lo hace Khrushchev, proclamaCido sus
deseos de paz y su anhelo de evitar la guerra. Hasta
que en 1937, la acción despótica de Hitler obligó a
Francia y Gran Bretaña a admitir la imposibilidad de
supervivencia de ambos pueblos en una Europa domi
nada por Hitler. Mientras tanto, no obstante, toda cla
se de acciones apaciguadoras, entre ellas la conferen
cia de Godesburg entre Chamberlain y el Führer, fue
ron llevadas a cabo.
A fines del decenio 1930-40, Hitler mostraba sus tan
ques y aviones a sus visitantes extranjeros. Su propó
sito era, por supuesto, inducirles a pensar en la inuti
lidad de cualquier resistencia. Como consecuencia, am
parado en este temor, Hitler fué engulléndose un país
tras otro, a la vista de otras naciones que mantenía una
ansiosa esperanza de no ser a su vez nuevas víctimas
de la acción expansionista de Hitler.
En estas circunstancias muchos crédulos, tímidos, in
genuos y derrotistas de Inglaterra, Francia e incluso
de Estados Unidos, levantaron sus voces para procla
mar “Debemos negociar con Hitler”. Exactamente
igual
que ahora, en que hay voces que Se levantan para de
cir “Es posible negociar con Khrushchev”.
Desde luego, ello es posible, pero estimo que sería más
que prudente el que los que tal opinan no prescindie
sen de la evaluación real de la doctrina comunista y
de la mentalidad de aqueiios que manejan a los mili
tantes comunistas.
La experiencia ha demostrado, a la vez que docu
mentalmente se ha puesto en evidencia, que la doctri
na comunista significa un irreconciliable y permanen
te Conflicto entre las clases y entre los conceptos ca
pitalista y marxista.
Para los comunistas, la guerra es una continuación
de la política y viceversa. N’osotros no aspiramos a rea
lizar nuestra política por medio de la guerra. Los So
viets tienen ún mando único para política, economía,
psicología y estrategia militar. Esto les proporciona un
frente centralizado, coordinado. La guerra que este
mando
dirige
es una
guerra
a fondo.
Bajo
tal concepto,
la guerra fría no es sino una parte del juego.
Me asombra cuán frecuentemente vacilamos en ad
mitir, que desde hace unos años, esta guerra unas veces fría, otras caliente, ha azotado constantemente al
mundo libre, y lo que es más, continúa azotándolo.
Contrariamente
a las ilusiones que muchos pusieron
en el fin de la Segunda Guerra Mundial, la forma en
que desde entonces hémos vivido, difícilmente puede
calificarse de paz. Desde hace años vivimos con los so
viets en una situación de paz vacilante, pero parece
como si Se nos hubiera enseñado a no hacer caso de
guerras locas como la de Corea y otros lugares dis
tantes.
Era hasta cierto punto natural, que en nuestro de
seo de paz, de aborrecimiento de la guerra, nos apro
piásemos la frase “guerra fría” cuando fué sugerida
como adecuada expresión de las azarosas circunstan
cias por las que nosotros y el resto del mundo atrave
samos, pero podemos estar seguros de que nuestros ad
versarios comunistas sienten igual que nosotros, por
que en 5u mente, esto que nosotros denominamos gue
rra fría, es simplemente una parte de su deliberada
guerra toral llevada al último extremo.
Desde que la tiranía comunista se puso en marcha,
todas sus acciones se han caracterizado por una deter
minación de conseguir un mayor poder, lo que ha lo
grado siempre mediante un eficaz estudio y explotación.
de las debilidades •de las víctimas potenciales del pro
grama de expansión soviética. De igual importancia es
el no perder de vista la mentalidad de aquellos que di
rigen a los militantes comunistas.
Hoy presencia el mundo una lucha continua entre los
creyentes, practicantes o no y los que niegan la existen
cia del alma y su relación con Dios. Está fuera de toda
duda el hecho de que la oligarquía imperialista del
Kremlin, está explotando esta falta de fe.
El conflicto entre el comunismo ateo y la religión pue
de calificarse como la batalla entre el odio y el amor,
entre el egoísmo y la justicia social, entre la tiranía y
la libertad.
LA PERSUASION MORAL ES INEFICAZ CON LOS
ATEOS—Lo más significativo de Moscú sobre la reli
gión, es la afirmación de que creér en Dios es una base
bara la superstición, y que sólo los simples creen en El.
Esto es sin duda la mayor evidencia de que. en la lu
cha por las conciencias, como todos los totalitarismos y
filosofías materiales, no pueden tolerar la competencia
de una fuerza espiritual.
Estoy convencido que la creencia de que Dios existe,
es el lazo más honroso y firme que une a los hombres
de buena voluntad. De esto se deduce que difícilmente
podemos confiar en que los Sin Dios cumplan sus com
promisos, a menús, por supuesto, de que se estableciesen
los sistemas necesarios de inspección y control y de que
nosotros poseyésemos el deseo y la capacidad militar ne
cesarios para montar este sistema.
Ya nuestra experiencia en las relaciones con Stalin,
fué bastante amarga, pero no cabe esperar nada mejor
de sus sucesores cuyo jefe se ha encargado de la acusa
ción de sus antiguos compañeros de delitos contra Dios
y la humanidad.
La respuesta verdadera es que la persuasión moral,
no hace efecto alguno sobre quien carece de escrúpulos,
y que la única contención es la fortaleza, la posesión de.
fuerzas armadas y la determinación y capacidad para
utilizarlas si necesario fuese.
Es esto esencial, sin duda, para conservar la confian
za de nuestros aliados, así como para mantener el res
peto de nuestro enemigo potencial. Es también esencial
para respaldar a nuestros diplomáticos en- sus delicadas
negociaciones.
Para medir la eficacia de n.uestra diplomacia, en el
desarrollo de nuestra política exterior,, no tenemos más
que considçrar la respuesta de las naciones libres a nues
tras .decisione.s políticas, en circunstancias criticas. Po
demos estar seguros de que su reacción a nuestra ‘políti
ca, por Jo que a sus propios intereses afecta, será una
sagaz evaluación de nuestra capacidad y de nuestro pro
pósito de llevar a cabo esta política de un modo since
ro, con las cartas boca arriba. Cualquier titubeo por ‘su
parte, podrá significar falta de confianza.
.
-
•
Observé un claro ejémplo en los años que precedieron
al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Siempre
que una nación de Europa oriental o central dejó de
responder a la política anti-Hitler de Inglaterra ‘y Fran
cia fué debido a que en criterio de esa nación, las gran
des potencias de Europa occidental, carecían del ánimo
o d. la potencia militar necesarios para respaldar •su
política. Indicaba además la dudá de esa nación, de que
el hecho de enfrentarse con Hitler, pudiese ser suficien
te razón para que las democracias de occidente se pu
siesen en marcha. En resumidas .cuentas, para medir la
preparación y fortaleza de las naciones de Europa occi
dental, bastaba con observar ja reacción de los estados
del Centro y Este, a la presión de los nazis. Esto, me lleva
de la mano a nuestro caso.
Como todos sabemos, tenemos establecidos tratados
milit•aíes con cuarenta y ocho naciones. Es imposible adi
vinar la forma o el alcance de los actos a que estos com
promisos nos obligan.
Una sbld cosa es cierta: la creciente tensión en varias
zonas muy distantes entre si, pone de relieve la impor
tancia de tratar con nuestros aliados, -de una forma rea
lista, sobre nuestros objetivos políticos, económicos, psi
coiógicos
y militares.
Si al tratar
de esta cuestión, se llegase a la consecuen
cia de que la saturación de medios nucleares de, ambos
bandos podría crear una tendencia hacia la guerfa limi
tad.a, sería necesario precisar. nuestra capacidad para
actuar simultáneamente en varios lugares, probable
mente muy alejados entre si y relativamenté inaccesibles.
Pero aun en el caso de que se llegase a la anterior con
clusión, debe siempre darse un lugar preferente a nues
tras posibilidades para combatir en una guerra total.
Y, sobre todo, s esencialque expresemos con claridad,
el que no dudaríamos en caso necesario, en emplear
nuestras más potentes armas. Porque, como todos sabe
nios, los soviets se hallan en superioridad sobre el mun
do libre, por lo que a las armas convencionales se re
fiere. Hace mucho que aludí a la gran significación del
hecho, de que los soviets, al mismo tiempo que aceleran
su potencia nuclear, han modernizado y robustecido
también sus fuerzas convencionales. Y, sobre todo, de
bemos tener presente, que si ellos han echado sobre sus
hombros esta doble carga, no ha sido solamente para
hacer una exhibición ante los ojos del mundo libre.
Indudablemente, sus actos reflejan una sutil especula
ción. Ya hemos podido comprobar de modo evidente sus
esfuerzos para arrastrar a la opinión mundial en el mo
vimiento que tiende. a la abolición de las armas nuclea
res. Por supuesto, esto podría despojar a Occidente de
un importante medio de detención, liberando a las fuer
zas convencionales soviéticas de la actual amenaza a que.
el poder nuclear las tiene sometidas.
Estas consideraciones, son las que hacen resaltar la
importancia •de que nuestras autoridades militares se
enfrenten -con una verdadera selección de los medios bé
licos para poder competir con la flexibilidad del poten
cial militár soviético.
No debe perderse de vista ‘que para la consecución de
sus fines, la estrategia Soviética cuenta con el efecto que
sobre los pueblos libres ejerce la amenaza de la guerra,
-y, además, con sus falsas posturas apaciguadoras. Por ello,
mientras por un lado mantiene viva esta amenaza de
guerra, Moscú añuncia de vez eh cuando sus esfuerzos
para conjurar tal peligro.
Con tda probabilidad, los hombres del Kremlin con
fían en lograr sus diabólicos fines, por un sistema equi
valente a una rendición. Al mismo tiempo, es necesario
mantenerse en guardia, ante la- posibilidad de que un fa
nático, como Khrushchev, sin •darse cuenta de que ello
significaría el suicidio de su propio país, se decidiese a
utilizar, la fuerza de las armas.
En nuestros esfuerzos para combatir contra quienes
quieren apoderarse de la mente de los hombres, debemos
también defendernos a nosotros mismos utilizando esas
nuevas formas técnicas, de la llamada guerra ‘fría, que
son la propaganda, la acción psicolbgica y los ataques
subversivos, Pero estas armas carecen de valor si’ no se
hallan respaldadas por el poderío militar. La poteicia mi.’
litar es ‘la parte esencial de la coTaza que protege
una
nación. Posiblemepte no sea preciso, utilizarla, pero es
necesario tenerla siempre preparada.
En nuestra experimentada democracia, el p’apel de las
fúerzas armadas no es en sí mismo un fin, ‘sino un me
dio reconocido como necesario para varios fines cons
tructtvos, entre ellos salvaguardar la paz y eventualmente
garantizar una paz’ duradera, de acuerdo con nuestra in
destructible fe en la causa de la libertad,, bajo la protec
ción del Señor.
Mientras tanto, y por lo que, a nuestras actuales pre
ocupaciones respecta, no debemos olvidar el hecho de
que nuestra nación posee recursos, capacidad técnica,
conocimientos científicos e imaginación creadora sufi
cientes para llevar a buen fin cualquier esfuerzo y que
nuestro pueblo ha probado su capacidad para-reaccionar
en cualquier circunstancia.
Indudablemente, no podemos contar con el futuro mien
tras persista la amenaza comunista, a ja que debemos
oponemos coñ energía, cordura y determinación. Estoy
seguro de que nuestro país sabrá hacerlo.
-
Rl
Desarrollodelaactividadespafiola
Breve resumen de noticias recogidas en el mes pasado ‘en diversas publien
ciones.—Tte.
Coronel de Intendencia
José REY
DE PABLO-BLANCO.
INDICES
DE PRECIOS
Según el Instituto Nacional de Industria, el indice ge
neral de precios ha pasado de 645,7 en el mes de diciem
bre de 1.957a 677 al final del mes de septiembre de 1958.
Estos índices están formados tomando 100 como base
el nivel general de precios que regía en el año 1940.
-El principal factor de esta alteración en el índice ge
n eral ha de ser atribuido a los p-roductós alimenticios, que
desde el índice de 543,2 en diciembre de 1957, se hallaban
a finales de septiembre de 1958 en el de 594,6. La varia
ción que ha correspondido a los productos industriales
ha sido desde 771,3 en diciembre de 1957, a 777,7 en el
mes de septiembre de 1958.
Por su parte, el boletín que edita la Acción Social Pa
tronal de Barcelona ofrece a sus lectores una compara
ción entre los meses de agosto del año 1956 y los 1957 y
1958. Tomando como base 100, nivel de precios que re
gía en el primero de dichos meses, correspondieron el ín
dice de 125,02a 1957 y el de 140,22 al del año 1958.
Dicho boletín ha calculado, que el presupuesto mínimo
por individuo y día es de 50,90 pesetas.
indice -del consumo de cobre ni el del es-taño progresan
con la misma rapidez que el índice de la industria en los
Estados Unidos.
La G. M. II y la -de Corea crearon una prosperidad- en
dichos -países que desapareció al terminar la última.
En plena -de-presión cayeron como una bomba los in
tentos d-e integración económica europea. El afri-ca sus
tituiría a Iberoamérica como abastecedora de produccio
nes tropicales y de muchos -minerales. La propia agri
cultura europea podría disminuir su demanda -de pro
-ducciones de zonas templadas. Cuba, entre otros países,
sintió el impacto de la unidad económica europea, siendo
así -quepasta entonces se había desentendido de la indus
trialización.
Des-de hace años se -empezaron a oír las voces de alar
ma.- Posteriormente, reuniones y conferencias crearon un
movimiento -de opinión favorables a la unión eco-pórnica
‘de los paises iberoamericanos. El ideal de la unidad se
con’templa -hoy -como una visión iheludi-ble del futuro.
En una próxima reunión de representantes de los b,an
cos centrales se tratará del problema de los pagos- y de la
creación de un mercado común para ciertos -pro-duetos.
A España’ le interesa sobremanera la cuestión, no sólo
por tratarse de países de nu-estra estirpe, con los que
-man-tiene importantes relaciones cop1erciales sino tam
hién porque puede servir -d-eenlace cnt-re el recién creado
mercado común europeo y el que se trata de organizar
-en la -mal llamada América Latina.
-
-
-
-
-
COMUNIDAD
DE PAISES
-
ECONOMICA
HISPMICOS
Parece que seestá en el umbrai de los primeros pasos
resueltos hacia la creación de una comunidad económica.
•de los pueblos hispánicos. La dispersión creada después
de la independencia ha cumplido su destino y no ofrece
fórmulas válidas para asegurar su crecimiento sin -la crea
ción de una comunidad5 contrapartida de la que ahora se
organiza en Europa.
Los países hispanoamericanos dirigieron sus economías,
después de la independencia, a la exportación de minera
les y pro-duetos agropecuarios. .Varios de esos paises lo
graron un gran desarrollo durante el -pasado siglo y los
p’imeros años de éste. A la vista del éxito, toda la vida
económica se montó para ól servicio de los consumidores
de.ultramar, lo mismo el -tráfio ferroviario que la orga
nización del Estado y aun el crecimiento de las ciudades.
La gran crisis de ‘1930demostró la debilidad sobre que
se habían montado tales economías. No óbstante los es
fuerzos realiza’dos, el rendimiento de las exportaciones
disminuyó. El Brasil’ se vió •obligado a quemar el ,café,
y toda Iberoamérica proyec-tó limitar sus producciones
exporfabies. Al fin se encontró la explicación del fenó
meno: La oferta de productos industriales tiene más am
plio mercado qe la de los productos naturales, estacio
nados además en la variación de los precios. Etudios iii
tenores probaron que las circunstancias reales eran aún
peores de las qué se deducían de la crisis de 1930. Pues
la demanda de productos iberoameriCanos no seguía a
largo plazo las misnias normas que la demanda de pro
ductos industriales.
Un progreso de un 10 por 100 de la economía mundial
apenas llevaba -consigo un aumento de un 2 por 100 de
la de-mánda de productos iberoamericanos. La p-erspectl
va final (le este diabólico proceso era la imposibilidad de
alcanzar já-más la ventaja de las -naciones industriales,
perspectiva tanto. más grave por la ‘tendencia general de
la industria a utilizar menores cantidadós de -materias
primas gracias al progreso -de la técnica -moderna. Ni el
-
LA
PRODUCCION
VINICOLA
Y SU COMERCJ()
Si los españoles nos bebiéramos la coecha íntegra de
vino que producimos, excluido lo que normalmente dedi
camos a la exportación, a cada uno -de-los 30 millones que
formamos el censo nos correspondería una media do 74 u
tros al año, o sea, menos -de un cuarto -de litro -diario.
Pero co-mo4se podrá. suponer, este índice “per capita”
no responde ni muc-ho m-enos a la realidad, ya que -para
obtenerlo hemos incluido también a los no bebe-dores y
omitido, en cambio-, aquella parte del de la cosecha des
tinado a usos industriales.
No obstante, la mera ndicación de estas cifras nos sir
ve para probar que -con nada más que un 3,2 por 100 de
superficie -nacional—que es la que cu-bren -hoy nuestros
viñedos—los españoles tenemos lo suficiente para aten
der no sólo a las necesidades propias, sino t-am-bié-da--la
demand-a -de los mercados extranjeros, en los que desde
hace tiempo, y por este artículo, tenemos fa-ma.
No es -mucho es-e medio -millón -de -hectáreas bajo las
que extienden -sus raíces más de 2.000 -millones -de vides,
que proporcionañ 3.400 millones de kilos de uva, ma
teria prima ,-para obtener—con un rendimiento del 65
por 100—esos 2.200 millones -de li-tros -de vino nuevo,
cifra que este año -quedb.rá rebajada a 1.800 por reduc
ción del volumen de la cosecha.
Es verdad que -hay tierras que -no sirven para otra
cosa y que hasta por su naturaleza son las más indica
das para -el cultivo de la vid. Pero como son tantas las
-de esta -clase de que dispon-emes en España, ante la
necesidad de limitar este cultivo en beneficio de otros
y el peligro ‘de una -excesiva superproducción, el Gobier
no -tuvo que ordenarlo, exigiendo para hacer -nuevas plan
taciones, la oportuna inspección o consulta y estimulan
do el arranque en determina-dos suelos-.
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Resultado de esta política fué la disminución de las
superficies que anualmente se destinan a nuevas planta
ciones, y que las’ 48.000 hectáreas en 1939 han bajado a
20.000 en el curso de estos últimos veinte años. Y conse
cuencia económica de esta política, Ja revalorización de
los pre.cios del vino, ‘tarea a la que, además, .han coo
perado las bodegas cooperativas, cada día más numero
sas en las zonas típicamente, vitivinícolas.
Planteada
así, la proporcionalidad entre producción,
por un lado, y consumo y exportación, por otro, cabe pre-.
guntarse ahora si están agotadas ya las posibilidades de
colocación de nuestros caldos dentro y fuera de ‘España,
y, por tanto, sí cabe la espei’anza de ensanchal’ esa superficie de cultivo.
En un año normal, en el que Francia no. aumenta ,sus
compras a nuestra.s bodegas, porque la cosecha en la
metrópoli y en Argelia. fué bueña, nuestra exportación
suele ser de poco más de los 600.000 hectolitros, de los
que el’ 97 por 100 va consignado a Europa occidental.
Alemania y Austria se llevan ya la mitad de este porcentaje, aunque el segundo iugai, después del primero de
estos países, ‘lo ‘ocupa Suiza, y el cuarto, Italia, seguida
de Sue.cia.
Por marcas figura a la cabeza Jerez, del que el’ 20 por
100 va a p.arar a Europa occidental, y el 63 por 100, al
Reino Unido. Le siguen el Málaga, del que nada menos
que el 91 por 100 se factura a la parte occidental de
nuestro continente,, y el resto, a los’países extraeuropeos;
el Rioja, del que nuestros continentales consumen un
40 por 100, un 6 el Reino Unido y un 54 pór 100 los demás países del mundo, y los licores, ‘de los que el 78 ‘por’
100 van destinados a Europa occidental y ól 18 por ioo
al Reino Unido.
.Ell si’m,pl.eexamen de estas cifras y. su repartición
geografica demuestran el dilatado campo que aún está
reservado a nuestros mercados, de vinos en el extran-,
jero. América, Africa, Asia y Oceanía ap,enas si absorben
hoy ‘un 3 por 100 de nuestras exportac’iones ‘deesta clase,
En ‘cuanto al consumo interior los datos, ya apuntados prueban ‘lo, bajo de las cifras, pese al aumento vogetativo de la población.’ En’ España se bebe hoy ‘menos
vino que antes, lo’.que no ,quiere decir que la gente haya
redu’c’idó sií cnsumo de bebidas alcohólicas. Cervezas,
combinados y licores han desplazado. ciertamente al vino.
Pero sus principales enemigos .son el precio y las adulteraciones.
refrigerados por aire de 50 y 65 CV. El programa ‘de
fabricación comprende una serie anual de 1.200’tracto
res F3L de 50 caballos y 600 F4L de 65 c’ballos. Duranté el primer año, el 62,59 por 100 será de producción na
cional; el 85 por 100 en l segundo., ‘y en el tercer año
.se llegará al’ 100 por 100.
LA EXPANSION
,
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‘
.
‘
EN 1957
En el informe anual recién publicado, del Consejo
Superior, de Industria, correspondiente al año 1957 se
nos dice que durante dicho año se crearon 10.914 indus
trias nuevas y se ampliaron otras 9.254, que ‘representa
ron unas inversiones de 4.670.778.000 pesetas, valor de
la maquinaria de las ampliaciones llevadas a cabo, y
pesetas 2.593.624.QÚO,
importe de las inversiones que representaron las nuevas industrias creadas.
Sumando las industrias de nueva creación a las de
ampliación da, un resultado de 20.461 a las del año pre
cedente. Por lo que, respecta al total ‘de inversiones, la
cifra .de 1957 supera en 1.193.501.687pesetas a la de 1956.
Aunque ciertamente no se .pued.e deducir un mayor
grado de industrialización solamente por el número de
industrias, sin ‘tener en •cuen.ta su importancia, al rne
no sirve la comparación anterior para dar idea de que
la actividad se mantiene .en progreso.
El número de industrias que señalán las estadísticas
es de 222.424 y corresponde el primer lugar a Barcelona,
con 30.340 industrias en su censo; Madrid, con 15.121,‘y
Valencia, con 13.557.
De las provincias peníbsulares, la de Soria es la que
ostenta un censo industrial menor, con sólo 320 i’ndus
trias, si bien el censo, industrial e halla en formación
España y, por lo ‘tanto, las cifras anteriores no pue
den ser tomadas en firme, y así lo advierte la publica
ción de la que’ tomamos estas notas.
Ourante el año 1957 se hizo el primer reconocimiento
de 161.418 nuevos vehículos, de los cuales 124.620 fueron
motocicletas; 25.354 automóviles de turismo y 11 .444 ca-.
‘miones y autobuses. Estas cifras representan el bajo fn-’
dice de reposición de nuestro •parque. En contraste con’
ellas se hallan las de los permisos de conducción exten
didos en’ dicho año, que fueron 235.886.
En los, tres últimos años, la maróha de estos servicios
ha sido la siguiente:
Camiones .y furgonetas, 7.407 en 195, 11.516 en 1956
y 11.444 en 1957.
Turismos, 17.603 en 1955, 31.462 en 1956 y 25.354en 1957.
Motociclet’as,, 46.342 en 1955, 102.285 en 1956 y 124.620
en 1957.
Permisos de conducir, 78.199 en 1955, 188.710 en 1956
,y 235.886 en el de 1957.
Las Únicas rúbricas que han ido. en crecimiento a lo
largo del trienio h.an sido, pues, las de motocitas
y per
misos de conducir.
‘
.
INDUSTRIAL
.
‘
,
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‘
LA
COSECHA DE ALGODON
‘
‘
.
Unas 220.000 balas de algodón, cerca de 50.000 .tonela
das, ha producido I cosecha pasada, con lo cual hay
para más de la mitad de lo que nuestra industria de
tejidos absorbe, pues ésta no transforma más de las
400000 balas..
Ha sido casi tan buena como la de 1956, la mayór que
se ha conocido, que llegó a las 230.000 balas, y ha supe
MINERAL
DE HIERRO
EN
rado a la del año 1957, que se quedó en 170.000 balas
LA
SIERRA
DE CUENCA
por diversos factore contrarios que concurrieron.
Los rendimientos suben: en 1956 se sembraron 100.000
En el pueblo de Cueva del Hierro (Cuenca), sito en
hectáreas, y en 1958 sólo 80.000; de forma que de ha
la
serranía conquense, casi lindando con Guadalajara,
berse sembrado igual superficie ambos años, la del di existen
unos ricos yacimientos de hierro. Ahora se ha
tuno hubiese superado todas las marcas.
constittiído “una sociedad para explotar tales iacimientos.
El mineral, de magníficas características, ya que está
exento de azufre y fósforo, corresponde a un yácimiento
FABRJC,
DE TRACTORES
EN MADRm
de gran extensión que en la antigüédad se explotó me
diante la construcción de galerías subterráneás, algunas
Una fábrica de ‘tractores será instalada próximamente
de las duales llegó a contar con una longitud de dos ki
en Madrid, para lo cual se ha solicitado ya la autori
ló’metros. El pro.pósito .de la sociedad es el de transformar
zación oportuna dl. Ministerio de Industria. El capital dicho mineral en lingote,, montando un horno al carbón
social :será de 100 millones de pesetas, con una par.tici
vegetal de diecisiete metros de a.ltura en el término mu
pación extranjera dei 25 por 100.
‘nicipal de Beteta que se encuentra separado de Cueva
La nueva factoría fabricará tractores sobre ruedas y. del Hierro por unos cinco kilómetros.
‘
l
horno unc1onará ninterrumpidarnente.
Y el lln
go-te qu.e se espera producir posee unas características
tan especiales que, según se ha informado; esta alidad es
preciso irnportarla de Suecia para dedicarla a la fabri
cación de laminados.
La instalación del horno en Beteta se debe a que la
zona donde se halld enclavado el puebló es centro pro
•duc-tor de carbón vegetal y cuenta, además, a unos cm
cuenta metros del horno, con calizas de la mejor calidad
para estos fines, energía eléctrica en cantidad suficiente
para las necesidades de las instalaciones y agua.
Se espera que Id producción del horno alcan-ce las diez
o doce toneladas de lingote diarias, para lo. cual se han
de precisar, por tanto, veinte toneladas de mineral, veinte
de carbón y diez de calizas. -En los nior’nentos presentes
reina una ran actividad, ya que se están realjzando estu
dios y gestiones para la explotación intensiva, así como..
para coordinar todos estos trabajos con el transpor-te en
combinación con el ferrocarril de- Ojos Negros.
La explotación de l mina resulta viable en el momento
presente, porque el Estado ha construído la carretera que
sale de Beteta y que finaliza un Kilómetro antes de llegar
a Cueva del Hierro.
-
DE
LA ESPERANZA
VIDA AL NACER
El Instituto Nacional de Estadística tiene en prepara
ción las tablas de mortalidad del año 1950.
Sin embargo, el Servicio de Investigaciones del referido
Instituto ha dado con carácter de avance Unos datos so
bre tan importante factor biológico- negativo como es la
mortalidad, utilizando para ello el -mOderno -método del
profesor suizo Wiesler, método que pórmite el cálculo
de valores de medición de la mortalidad para grupos
quinquenales de edades con distinción -de sexos.
El análisis de los resultados en 1950 con arreglo a dicho
método denota una satisfactoria evolución, como se de--muestra en la población española -de 1900, sin distinción
de sexo, -de cada 100.000 nacidos en dicho año, al quin
quenio subsistían 63.115; de los 100.000 nacidos en 1940,
al quinquehio vivían 81.788; finalmente, de igual cantidad
de personas nacidas-en 1950 subsistían 89.326 en 1955.
Mientras en 1900 los supervivientes a los -treinta y dós
años eran la mitad de los nacidos, en 1940 ld mitad vivían
aún a los sesenta años, y -pasa en 1950 a más de setenta
años.
Eh la discrimin.ció-n por sexo se nota que el aumento
de supervivientes fe-meninos es mucho mayor que en e1
sexo masculino, a partir, principalmente, de los cincuen
ta años. Mientras que en 1900 la generación teórica de
100.000 nacidos varones se había reducido a los ochenta
años a 3.892, y -las 100.000 mujeres, a 4.765, en 1950; las
cifras homó4ogas s-on 18.704 y 29.930, es decir, que- mien
tras para lds hombres el aumentó es de un 380 por 100,
para- las mujer-es es el 528 por 100.
Con las tablas -del método abreviado del profesor Wies
ler se destaca la- mejoría -de las cifras correspondientes a
la esperanza de vida al nacer. Por ejemplo: Los nacidos
-en 1900 podían esperár vivir 34,76 años, mientras que los
es.paño 1-esllegadós al mundo en 1950 tienen la probab iii-.
-dadestadís-tica de.alcanzar los 61,18 años, con un aumen
to de edad de 26,42,es decir, que los de 1950 aumentan
-su vida estadística en un 78 por 100. Teniendo en cuen
ta los sexos, esa esperanza de vida para los nacidos en
1950 es de -58,76 años en los varones y de 63,50 en las
-mujeres. La diferencia de 4,74 años que las -mujeres llevan
a los hombres es posible sea rebajada en el futuro debido
a la cada vez- mayor activida-d, que la mujer desarrolla
en el ámbito social y laboral.
La mejoría de las cifras de espetanza de vida es gene
ral en todas las edades, resultando mucho más acusadas
en la infancia.
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84
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EL
ABASTECIMIENTO
Y LOS SUPERMERCAD0a
Según manifestaciones del titular del Ministerio de
Comercio el abastecimiento nacional de artículos ali
menticios está asegurado durante los próximos meses,
nó sólo en lo que se refiere a la cantidad, sino también
por lo que respect-a a la estabilidad -de los precios.
Examinando el problema de abastos en el momento
actual, se destacan dos causas originarias del inis-mo:
el crecimiento vegetativo de la población, co-n un au
-mento de cinco millones en los último-s -dieciocho años,
y el incremento -del consumo por haberse alcanzado un
nivel de vida más alto. La consigna inicial del Movimien
to, “ni un hogar sin pan”, se ha quedado -muy at-Is; los
españoles, -cosa a la que tienen pe-rfecto derecho, comen
ahoLa mejor que antes, habién-dose desplazado el con
sumo tradicional (legumbres, tocino y grasas vegetales)
-hacia otros artículos más ricos en protéínas (carne, pes
ca-do y huevos). El consumo del aceite ha aumentado en
68.000 toneladas; el del azúcar, í-ndi-ce-claro de la eleva
ción de vida, ha experimentado los incrementos de .-ue
repetida-mente. hemos informado en esta secci6n; la fner
luza, cuya cotización es -tan elevada, prueba la fuerte
demanda de que es objeto. Sin embargo, el consumo de
judías, garbanzos y lentelas permanece estacionario, pe
se al aumento -demográfico.
En la producción -de alimentos en-tran unos factores
aleatorios contra los que se está luchando, en parte, me
diante la transformación de secanos en regadíos, pero
es difícil en cada momento adecuar la -produáción al
consumo, especialmente en carne y pescado, ya que no
dependen enteramente dé la vol-untad -del ganadero las
circunstancias en que se des-envuelve la -crianza de las
reses ni de la del pescador la -cuantía de sus c-apturas.
Pará hacer frente a estas situhciones, las -medidas se
orientan en dos sentidos: 1-aimportación de las cantida
des que arroja el déficit y el mejor aprovechamiento y
-distribuciód de nuestros -propios -recursos. Por ejemplo,
en el caso de lós huevos1 se va a sustituir 1-aimportación
de éstos por la de piensos avícolas, con el fin de favore
cer el aumento -de nuestras aves de granja y asegurar
así la producción que se necesita para cub..rir la deman
da nacional. Se confía que en el presente año se -podrá
alcanzar esta rnet.a. Por lo que se refiere al pescado, sal
vo el bacalao, na-da merece la pena importar, y lo que
hace falta e dirigir nuestros eáfuerzos a mejorar las
capturas y mediante las convenientes instalaciones fri
goríficas, cónservar los excedentes de buenas tempora
das, para poder lanzarlos con oportunidad al mercado
en los meses de escasez. También se estudia la vent-a de
otras especies poco -conocidas,-que, mediante un pro-cesó
de industrialización—extracción. -de la espina y enfileta
-do—, serán ofrecidas al p:úblico, y es de esperar que ten
gan una buena acogida.
-Los métodos frigoríficos son extensibles- también a las
frutas y a las verduras y de gran utilidad para-asegurar
en precio y cantidad las necesidades deJ mercado. Las
verduras congeladas permiten ofrecer, en cualquier tiem
po, pimientos, alcachofas, guisantes y cardos en condi
ciones inmejorables; artículos que ante.s se perdían, en
grandes cantidades, en las huertas y quó ahora podrán.
er aprovechados.
El anterior presupuesto- de divisas de la Comisaría
de Abaste-cimientos, por fallo en las cosechas de azúcar,
patatas y- -trigo, ascendió a 233 millones -de dólares. Aho
ra esa cifra ha quedado reduci-da a 150-millones y es po
sible que aún se -re-duzca más. Al alivio -de esta situa
ció-n ha contribuido la ayu-da norteamericana, que nos
suministra excedentes agrícolas -pagados. en peseta.s.
El panorama de los precios se presenta así: Los de
las verduras, excepto la cebolla, no han variado en rela
ción con el año anterior. Igual sucede con la naranja y
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•En cuanto al pan, ‘hay que reconocer que las instala
ciones en que se fabrican se hallan en gran retraso’ conla técnica moderna. Por tal motivo se tiene en estudio
un sistema de panificación moderno que se cree podrá
abaratar el kilo de an en setenta céntimos.
LA SALUD PUBLICA
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1958.
-
Según datos de la Dirección General de Sanidad la
situación sanitaria de España es satisfactoria.
La morbilidad durante el año fué normal, con curva
de descenso en la mayoría de las enfermedades infeccio
sas.- No se ha registrado ningún caso de viruela ni de
tifus exantemático. El número de enfermos de paludis
mo según datos registrados en los Dispensarios antipa
lúdicos -ha sido ‘muy inferior a la de años anteriore-s, lo
que refleja la tendencia a la desaparición de esta en
fermedad parasitoiógica.
Prácticamente no ha existido una verdadera manifes
tación epidémica de gripe asiática, pudiendo conside’ar
se realmente extinguida la onda qúe afectó a nuestro
país en septiembre, octubre y noviembre de 1957.
La poliomielitis ofrece estas novedades: •hasta fines de
noviembre de 1958 el número de casos declarados oficial
mente ha sido de 1.857. Extendida pór todo el ‘país no
respetó ninguna provincia. La cifra es mayor que la
calculada como promedio anual en el último decenio y
es también superior a la más alta registrada en cual
quiera de los años del mismo. Ello d-enota una tenden
cia al ascenso qe, aunque ligera, refleja que en nues
tro país se está pro-dpciendo también el aumento de
morbilidad por esa enfermedad a medida que se éxtien
de su nivel sanitario y desciende la mortalidad infantiL
Las provincias más afecta-das han sido las dé Cádiz, Se
villa y Lugo. Sin embargo, la cifra sigue sin constituir
un problema de 1-aimportancia que ha adquirido en los
Estados Unidos e Inglaterra, -por ejemplo.
Se han practicado en el -éurso del año un-as doscientas
teil vacunaciones. Más del 50 por 100 de estos vacuna
dos han si:do niños comprendidos entre uno y cinco años
de edad, y un 30 por 100, aproximadamente correspon
de de cinco a diez años; el resto con-pr-ende -menores de
un año y-mayores de diez.
Teniéndose en cuenta las dificultades para adquirir
vacuna, toda de importación, el esfuerzO es considera-‘bie, y para d-ison-er dé tal vacuna., y estar prevenidos,
la Escuela Nacional de Sanidad trabaja en la búsqueda
de una, solución propia al--problema. Según las conclu
siones del y Simpo-siu-m europeo contra la poliomielitis,
es necesario mantener la lucha contra tan terrible en
fermedad por medio de la vacu-nación, la prevención de
deformaciones y- la rehabilitación de los atacados.
La morbilidad por fiebre tifoidea y paratífica ha sido
tan alta como en años anteriores. Constituye uno de los
grandes problemas sanitarios que España tiene plantea
dos y que nuestro país debe resolver como lo han hecho
ya otras naciones de elevado nivel sanitario. Es muy
importante abastecer de agua a todas las localidades es
pañolas y dotarlas -d-esistemas de -evacuación -de aguas
residuales; pero además hay que de-purar bacteriológicamente -el agua destinada a la bebida.
La -mortalidad infantil sigue disminuyendo notable
mente hasta el punto de que su coeficiente está ‘por de
bajo de la línea de tendencia correspondiente a las ta
sas dél siglo en curso. Se- -está concediendo una mayor
atención a la asistencia al prematuro.
El problema de la tuberculosis está -cambiando de
signo. Ahora los ‘tuberculosos sobreviven lustros, y aun
décadas. Se va a dar un sentido laboral al- largo inter
namiento de los pacientes, creando en nuestros sánato
-nos -tallerés y granjas donde puedan distraer sus horas
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EN
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la manzana, esta última con tendencia a bajar. El plá
tano está algo más caro., debido a los perjuicios que éau
saron los vendavales que azotaron. Canarias y de los cua
les las plantaciones tardarán más de un año en recupe
rarse. Las leguminosas se sostienen en el mismo nivel
de cotización, con ligeras fluctuaciones que serán amor
tiguadas con las compras en el exterior. Lo mismo sucede Con el arroz y la patata. El vino ha bajado en dos
pesetas el Litro. La carne y el pescado han subido, pero
sólo en las clases más selectas. Para mantener los pre
cios se confía en la función reguladora de los supermer
cados. Con los supermercados quedan asegurados la can
tidad, la calidad, eL-peso y los precios de los artículos, y,
por tanto, se alcanzan todos los objetivos.
De su eficacia son prueba los éxitos de los que ya tun-.
donan. La aceptación por parte del públiCo ha sido
enorme y es creciente; Las cifras son: 20.000 clientes por
supermercado en los primeros meses y 60.000 actualmente.
Con un súpermercado basta para una zona de 20.000
habitantes. De un millón a dOSde pese’ÇaSde ventas en
agosto, se ha pasado a lós tres millones y medio de- pe
setas en octubré. La cuantía de las ventas diarias es de
100.000, y los sábados, de 250.000. Los beneficios son muy
sustanciales, porque las grandes ventas permiten un
margen comércinl mínimo, que se estima en- un 7,8 por
100. Con una invérsi6n de quince millones se han obte
nido ganancias de nueve, y descontañdo dos millones pa
ra amortización hay un beneficio neto de siete. Habrá
que descontar los impuestos, pero ya se ha establecido
un concierto para que Hacienda ponga unas tarifas
convenientes.
Se advierte gran animación entre los particulares para instalar establecimientOs de este tipo-.
Según opinión -del jefe nacional del Sindicato de la
Alimentación en dos o tres años habrá en España dos
o tres mil ‘áupermercados. En estos momentos están en
estudio más de doscientas solicitudes, y en los próximos
meses empezarán a funcionar por lo menos cuarenta, de
ellos seis en Bilbao, -tres en Baleares, cuatro en Barceiona, uno en Ciudad -Real, tres en Madrid, tres en As
turias, tres en Santander, dos en Valencia, uno en Vigo
y otro en Vitoria, mas los que instale la Comisaría de
Abastecimientos y Transportes. El ritmo de crecimien
to tendrá que ser ajustado al de las posibilidades de
producción, porque 1-as solicitudes de instalación son
enormes.
Para la preparación de los productos hay dos siste
mas. Los productos se recogen, seleccionan y preparan
en el mismo campo. Los de origen animal se industria
lizan y van a los supermercados después de una- per
manencia en los frigoríficos más
menos larga, según
la abundan-cia o escasez. Las legumbres van a -una central, donde se procede a su empaquetamiento y predin
taje, con garántía de calidad y peso. Para ello se -cuen
ta con la valiosa colaboración del Ministerio de Agri
cultura, con su red nacional de almacenes ya en fun
cionamiento.- Las vrduras también serán preparadas y
congeladas én los lugares de producción, pafa llegar
oportunamente a los supermercadóS. Importa no sólo el
mayor aprovechamiento- de las piezas, sino las pérdidas
que se evitan, que en las verduras •pueden cifrarse ac
tualmente en el cincuenta por ciento del total. Con las
frutas ocurre algo semejante.
En el supermercado los precios de los artículos así pre
parados serán entre un 30 y un 40 por 100 más baratos.
En resumen, -la opinión oficial es de que él abasteci
-miento, no sólo está asegurado, sino en vías de mejo-ramiento. La experiencia de los supermercados son tan
buenas que se estudia la aplicadión ‘del sistema a otros
sectores del comerciO. La consigna de reducir costos y me
jorar la distrilución nos viene impuesta, además, por
las modificaciones en curso en los mercados europeos.
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85
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ociosas en trabajos sencillos. Con ello se intenta la re— terminar el tramo de nueve kilómetros del canal de las
educación y readaptaciÓn profesional del tuberculoso. Bárdenas y de las acequias principales de los cinco pri
Hay camas suficientes para atender a todos los enfer meros sectores y simultáneamente construir una red de
mos y una amplia red dispensarial para ejercer la fun cauces en tierra en otros sectores de la provincia de Za
ción profiláctica.
ragoza para enlazar el cana con las redes ya construíTan clara es la situación que, siguiendo el ejemplo de das por el Instituto Nacional de Colonización.
otros paises, ha sido amj liado el cometido del Patrona
A la terminación de estas obras, prevista para el 1 de
to Nacional Antituberculoso. En adelante aprovechare
abril de 1959, resultará posible iniciar riegos de socorro
mos nuestros clínicos y nuestros servicios para el diag a los cereales en la próxima primavera y nuevos culti
nóstico, tratamiento y profilaxis de las restantes enfer
vos de verano en el año actúai, en una superficie de
medades torácicas de interés social y sanitario.
21.000 hectáreas, que se distribuye de la siguiente mane
La mortalidad anual de estos enfermos ha descendido ra: 7400 en los cinco primeros sectores sites en la pro
en los últimos’ decenios de 30.000 a 8.000, pero el número vincia de Navarra; 8.100 en los sectores próximos a Egea
no ha disrñinuído en la misma proporción. De aquí que de los Caballeros, y 5.500 de auxilio a los antiguos rega
sea necesario mantener en tensión nuestros organismos dos eventuales de Egea y de Tauste.
antituberculosos, único medio de atacar con sóriedad los
En resumen, los trabajos de urgencia son: excavación
daños que todavía produce esta enfermedad y de evitar en el tramo de nueve kilómetros pendiente de ejecución
los contagios infantiles. Por eso nuestro programa abar
del canal de las Bárdenas, habiéndose excavado y trans
ca el examen de toda la población ‘esolar del país.
portado un total de 611.426 metros cúbicos en menos de
En otros aspectos sanitarios ha Continuado la lucha seis meses, lo que supone un tiempo record, ya que en
contra la lepra, la dermatosis, las enfermedades sexua el pIan normal se preveían dos años; excavación de sie
les, el tracoma y las perturbaciones psíquicas, por me te trincheras para toma de acequias principales en el
dio de dispensarios y centros secundarios de higiene canal, también terminada, con ün total de 18.134 metros
rural.
cúbicos; construcción de la red de acequias principales
Para abordar el interesante p’roblema de la higiene de en tierra con un desarrollo de 56 kilómetros, que domi
la alimentación, se está estudiando y redactando un nan 5.000 hectáreas (esta obra se encuentra en fase
“Código Bromatológico”. También se encuentran en es avanzadísima
de construcción), empalme de las redes
tudio un pian sanitario del medio ambiente, que abar
secundarias del Instituto Nacional de Colonización con
cará el estudio higiénico de la atmósfera, y el reglamen
la citada red de cauces en tierra y puesta en servicio de
to; ya redactado, de las industrias calificadas ele moles ambas redes. Estos empalmes tienen un desarrollo de 12
tas, insalubres, nocivas y peligrosas.
kilómetros y se hallan construidos seis en el momento
actual; ocupactón y parcelación de las 7.500 hectáreas
de exceso comprendidas en los sectores del pian de ur
LAS EXPORTACIONES
DE
gencia. La ocupación de esta superficie há sido ya rea
lizada
TEXTILES
DE ALGODON
El Instituto Nacional de Colonización tiene ya prepa
rados
para la próxima primavera los abonos, semillas
Las exportaciones ele manufacturados algodon eros du
aperos necesarios para la instalación de los colonos
rante el quinqenio 1954-58,arrojó la cifra de 41.852.223,32 y.
en los nuevos: pueblos de Bárdena del Caudillo, Santa
dólares.
Anastasia
y El Baño.
En 1954 la exportación se elevÓ a 11.375965,47 dóla
res a 56 países. En primer lugar aparece Turquía, si
guiéndole Irak, Nigeria y Libano.
En 1955 se exportó a 72 países, con un total de EL PANTANO DE ALMANZORA
8.099.490,03 dólares. Continud Turquía en primer térmi
no, siguiéndole Líbano, Irán y Australia.
ha dispuesto la subasta de las primeras obras para
En 1956 ecibieron 87 países manufacturados algodo la Seconstrucción
del futuro pantano de Almanzora, cuya
neros españoles, con un total en dólares de 7.857.373,13.
proporcionará tan extraordinario beneficio a
En primer lugar figura Inglaterra, seguida de: Turquía, ejecución
una extensa comarca almeriense. En efecto, tal pantano
Australia y Líbano.
permitirá la puest en regadío de 17.000 hectáreas de
En 1957, igual número de países (87) que el año ante
tierra, ya, prácticamente, abancaladas.
rior, con un valor en dólares de 9.157.829,79. Ocupó la excelente
También
se va a proceder aun intenso trabajo de re
cabecera Marruecos, siguiéndole a continuación Inglate
población
forestal
de la cuenca del Almanzora, tendente
rra, Finlandia y Grecia.
a reducir, neutralizar y corregir el pernicioso efecto de
En 1958 se envió a 81 países, y el contravalor en dóla
los abundantes torrentes que en época de lluvia di.seu
res fué de 5.428.564,80.El primer país comprador fué Pa
raguay, seguido de Estados tJn idos, Inglaterra y Holanda. rren por aquellos Iugai’es y llevan a cabo un.a grave ac
ción erosiva.
La trascendental envergadura de la obra de regadíos
que
el citado pantano va a hacer posible se mide mejor
LAS OBRAS DEL CANAL DE LAS BARDENAS
por los efectos que en la producción va a producir, pues
espera incrementarla en unos mil millones de pese
El pIande urgencia del canal de las Bárdenas, ha te se
tas.
costo de. las obras está presupuestado en 350 mi
nido por base anticipar el cierre del pantano de Yesa, llonesEl de
pesetas.
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