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Monitor Semanal
Tributario y Legal
Enfermedades profesionales: estar informado
para evitar “abusos”
Enfermedades profesionales: estar informado para evitar
“abusos”
Como asesores de empresas, en ocasiones hemos sido testigo de
ciertos “abusos” por parte de los trabajadores a la hora de ampararse
en la normativa relativa a las enfermedades profesionales. Por ello,
entendemos que es importante conocer el régimen aplicable y tener
presente cuáles pueden ser las acciones a tomar en caso de
sospechar un abuso por parte del trabajador.
La norma madre en la materia es la
Ley N° 16.074 de “Accidentes de
Trabajo y Enfermedades
Profesionales”. La ley citada obliga
a todo empleador a contratar un
seguro contra riesgos de accidentes
de trabajo y enfermedades
profesionales con el Banco de
Seguros del Estado (BSE) para
cubrir los citados riesgos que
pudieren sufrir sus trabajadores en
ocasión del trabajo o a causa del
mismo.
La norma madre en la materia es la Ley N° 16.074 de “Accidentes de
Trabajo y Enfermedades Profesionales”. La ley citada obliga a todo
empleador a contratar un seguro contra riesgos de accidentes de
trabajo y enfermedades profesionales con el Banco de Seguros del
Estado (BSE) para cubrir los citados riesgos que pudieren sufrir sus
trabajadores en ocasión del trabajo o a causa del mismo.
Contratado el seguro, se traslada la responsabilidad hacia el BSE, es
decir que en caso de ocurrir un accidente o una enfermedad
profesional, será el BSE quien abonará la indemnización
correspondiente. Salvo dolo o culpa grave en el incumplimiento de
normas de seguridad y prevención, el empleador no responde por la
enfermedad profesional, si tiene contratado el seguro obligatorio.
¿Cuándo estamos ante una enfermedad profesional cubierta por
el seguro obligatorio?
No toda enfermedad se encuentra cubierta por el seguro obligatorio.
Para que una enfermedad sea considerada “profesional” y en
consecuencia se encuentre cubierta es necesario que se cumplan una
serie de requisitos:
-
Debe tratarse de una enfermedad profesional. Según
establece el artículo 38 de la Ley N° 16.074 la enfermedad
profesional es aquella “causada por agentes físicos, químicos
o biológicos, utilizados o manipulados durante la actividad
laboral o que estén presentes en el lugar de trabajo”.
-
Además, debe existir un nexo de causalidad entre la
enfermedad y las tareas realizadas. Según establece el
artículo 39 de la ley multicitada: “Para que una enfermedad se
considere profesional es indispensable que haya tenido su
origen en los trabajos que entrañan el riesgo respectivo, aún
cuando aquellos no se estén desempeñando a la época del
diagnóstico”.
-
Finalmente se exige que la enfermedad se encuentre
comprendida en el listado de enfermedades profesionales
enumeradas actualmente por el Decreto N° 210/011 de
13/06/011. La norma citada declaró obligatoria parte de la
Lista de Enfermedades Profesionales de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), revisada y aprobada en el año
© 2013 KPMG Sociedad Civil, sociedad civil uruguaya y firma miembro de la red de
firmas miembro independientes de KPMG afiliadas a KPMG International
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2010 por el Consejo de la Administración de la OIT.
¿Cuáles son las enfermedades listadas por las normas vigentes?
La lista recogida en el decreto citado prevé cuatro grupos de
enfermedades profesionales (dentro de los cuales se detallan una
gran cantidad de enfermedades). Los grupos son los siguientes:

Enfermedades causadas por la exposición a agentes que
resulte de las actividades laborales (por ej. agentes
químicos, físicos, biológicos, infecciosos y parasitarios.

Enfermedades profesionales según el órgano o sistema
afectado distinguiendo entre enfermedades del sistema
respiratorio y de la piel y enfermedades del sistema
osteomuscular.

Enfermedades denominadas “cáncer profesional”,
causadas por una serie de agentes que menciona, entre
los cuales se destaca el alquitrán, el polvo de madera, y
los virus de hepatitis B y C.

En cuarto lugar, incluye bajo el título “otras
enfermedades”, a la producida por el nistagmo de los
mineros.
El documento – recogido en el decreto- se encarga de aclarar que las
enfermedades previstas no son taxativas, pues incluyen a otras
enfermedades “cuando se haya establecido, científicamente o por
métodos adecuados a las condiciones y prácticas nacionales, un
vínculo directo entre la exposición que resulte de las actividades
laborales y la enfermedad contraída por el trabajador”.
¿Qué debe hacer el empleador ante una enfermedad profesional?
Una vez que el empleador tome conocimiento de que uno de sus
empleados sufre una enfermedad que pueda ser “profesional”
deberá informarlo al Banco de Seguros del Estado dentro de las
setenta y dos horas de que tome conocimiento del hecho en
Montevideo y en un plazo de cinco días hábiles, por un medio
fehaciente, cuando se trate de los demás departamentos.
En caso de que los patronos, sin causa justificada, no hicieren la
comunicación en los términos indicados, incurrirán en una multa
equivalente a 50 UR (cincuenta Unidades Reajustables) y a 100 UR
(cien Unidades Reajustables) en caso de reincidencia.
¿Qué puede hacer el empleador si le surgen dudas de que se
trate de una enfermedad profesional?
En varias situaciones, al empleador se le plantean dudas sobre la
existencia del “nexo de causalidad” entre las tareas desarrolladas por
el trabajador y la enfermedad que alega. En efecto, ya sea por el
escaso período en que el empleado viene desarrollando la tarea, o
porque no existen antecedentes de enfermedades causadas por esa
función, aparece como poco probable que haya sido el trabajo el
causante de la enfermedad.
En estos casos, el empresario cuenta con herramientas para ser
escuchado. En efecto, al momento de la denuncia de la “supuesta
enfermedad profesional” puede plantear las razones por las cuales
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entiende que la enfermedad no tiene este carácter, para que sea el
BSE, autoridad en la materia, el que se pronuncie sobre si se está
ante la presencia de una enfermedad que pueda ser calificada como
profesional.
Incluso, aún cuando el BSE haya dispuesto el amparo del trabajador,
el empresario puede presentar un recurso manifestando su posición
contraria. Será en definitiva el BSE, previa investigación, quién se
pronunciará sobre el tema. Si mantiene su posición, el trabajador
gozará el estatuto de protección que consagra la ley, por el contrario,
si considera que no se trata de una enfermedad profesional, el
estatuto no aplica (obviamente el trabajador podrá presentar sus
defensas).
Algunos aspectos finales a resaltar
El empleador debe tener presente que la existencia de un trabajador
amparado por el seguro de enfermedad profesional, determina la
aplicación de un estatuto de protección especial consagrado en el
artículo 69 de la Ley N° 16.074.
El trabajador que se ausentó de su trabajo por razón de una
enfermedad profesional (incapacidad transitoria) debe ser reintegrado
a su trabajo anterior, salvo que la enfermedad haya tenido como
consecuencia una disminución de alguna capacidad (incapacidad
permanente parcial) que impida que desempeñe su trabajo anterior.
En tal caso deberá reubicársele en una tarea que pueda desarrollar
con sus actuales capacidades.
Una vez que se le haya dado el alta, el trabajador tiene 15 días para
presentarse al trabajo. En caso que el empleador no readmita al
trabajador dentro de los 15 días siguientes a su presentación deberá
abonarle una indemnización por despido equivalente al triple de la
indemnización por despido común.
Además, la ley prevé un período de estabilidad de 180 días
posteriores al reingreso al trabajo durante los cuales no se podrá
despedir al trabajador salvo caso de notoria mala conducta o causa
grave superviniente. En caso de despido durante el período de
estabilidad la jurisprudencia en posición casi unánime entiende que el
empleador deberá abonar la totalidad de los salarios caídos hasta
completar el plazo de estabilidad previsto por la ley.
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