MAGISTRADO PONENTE: NATALIO RICARDO DÁVILA MOREIRA SECRETARIO DE ESTUDIO Y CUENTA: ALBERTO JACOBO CAMACHO CEPEDA Sentencia Penal Saltillo, Coahuila, 27 de octubre de 2015. número 0401 Para resolver el toca 302/2015, relativo al recurso de apelación interpuesto por el Ministerio Público e inculpado en contra de la sentencia condenatoria pronunciada por el Juez de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Acuña, con residencia en esa ciudad, de 03 de julio de 2015, dentro del proceso 318/1998, que por el delito de HOMICIDIO CALIFICADO COMETIDO CON PREMEDITACIÓN, VENTAJA Y ALEVOSÍA, se instruyó en contra de ********** ********** , quien por sus generales manifestó: y R E S U L T A N D O PRIMERO.- La resolución impugnada concluyó con los siguientes puntos resolutivos: “PRIMERO.- Quedaron definitiva y plenamente comprobados los elementos del cuerpo del delito de HOMICIDIO CALIFICADO COMETIDO CON PREMEDITACIÓN, VENTAJA Y ALEVOSÍA, previsto y sancionado por los artículos 266, 269 y 283 fracción VII párrafo primero, segundo y tercero del Código Penal vigente en la época de los hechos. SEGUNDO.- Igualmente quedó demostrada en definitiva la plana responsabilidad penal de **********, en la comisión del delito de HOMICIDIO CALIFICADO COMETIDO CON PREMEDITACIÓN, VENTAJA Y ALEVOSÍA, en su calidad de autor material, en términos del numeral, 18 fracción I y 15 fracción I del Código Penal vigente en el Estado. TERCERO.- Por tal delito, circunstancias de ejecución y particulares del inculpado, fundamentos y consideraciones que anteceden, se condena a **********, a sufrir una pena privativa de la libertad de (18) DIECIOCHO AÑOS DE PRISIÓN. Y así mismo, se le condena a pagar una multa de DIEZ DIAS (SIC) DE MULTA, correspondiente al salario mínimo vigente en la región en la fecha de comisión del delito, equivalente a $594.00 (QUINIENTOS NOVENTA Y CUATRO PESOS 00/100 MONEDA NACIONAL). CUARTO.- Por los motivos y fundamentos expuestos en el considerando VII de la presente, se condena al sentenciado **********, al pago de la reparación del daño en cantidad ilíquida. QUINTO.- La sanción privativa de la libertad la deberá de compurgar el ahora sentenciado en el lugar que para tal efecto designe la autoridad correspondiente, tomando en consideración el tiempo que ha permanecido detenido, conforme se señaló en el penúltimo párrafo del considerando VI de la presente. En el entendido de que actualmente se encuentra detenido. SEXTO.- La multa deberá de ser pagada ante este Tribunal (sic), a fin de que sea aplicada al Fondo para el Mejoramiento de la Administración de Justicia en el Estado. SÉPTIMO.- Por los motivos y fundamentos expuestos en el considerando VIII de la presente resolución, SE NIEGA al sentenciado **********, la condena condicional, y beneficio análogo de ésta. OCTAVO.- Por los motivos y fundamentos expuestos en el último considerando, se decreta la suspensión de derechos políticos de ********** por el tiempo de pena de prisión que se le imponga en forma ejecutoriada; gírese oficio al Instituto Nacional Electoral haciéndole saber tal circunstancia, una vez que cause ejecutoria la presente sentencia. NOTIFÍQUESE PERSONALMENTE…”. SEGUNDO.- El recurso de mérito fue admitido por el a quo con efecto suspensivo, habiéndose enviado a esta Sala Colegiada Penal, en la que formado el toca correspondiente y substanciado legalmente el recurso, quedaron citadas las partes para oír sentencia, la que hoy se pronuncia; y CONSIDERANDO PRIMERO.- Con base en la fracción I del numeral 23 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, este tribunal tiene competencia por materia y grado para conocer y resolver los recursos de apelación - 2 que se interpongan en contra de las sentencias definitivas pronunciadas por los jueces penales del Estado. De conformidad con el ordinal 550 del Código de Procedimientos Penales vigente, el recurso de apelación tiene por objeto que el tribunal que corresponda modifique o revoque la sentencia apelada, con base en los agravios que se hagan valer en su contra, salvo los casos que exceptúe la ley. Es aplicable también, lo dispuesto en los artículos 523 y 574 del mismo ordenamiento legal, para el efecto de que, si el inculpado o su defensor apelan la sentencia de primera instancia, pueda suplirse la falta o deficiencia en sus agravios, no así respecto del representante social, que esta sala no podrá suplirlos en ningún caso, teniendo en cuenta que no se puede empeorar la situación del acusado si solamente apeló él o su defensor. SEGUNDO.- El Director General de Control de Procesos de la Procuraduría General de Justicia del Estado, mediante pedimento número 282/2015, de 07 de septiembre de 2015, manifiesta que la sentencia impugnada le causa agravios ya que al evaluar la gravedad culpable de la conducta del justiciable, el juez de la causa soslaya justipreciar algunas particularidades del hecho y del sujeto responsable que habrían servido para reprochar más intensamente su actuar antijurídico, lo cual, relacionado a los datos pertinentes del grado de afectación que el a quo también omitió valorar, dan como resultado un incremento de pena en el caso particular. En orden a lo anterior, es que pide la modificación del fallo recurrido. Por su parte, el defensor de oficio en materia penal mediante escrito número 172/2015, de 21 de septiembre de 2015, comparece a la audiencia de vista, y manifiesta que una vez realizado el estudio del expediente no encontró agravios que hacer valer favorable al sentenciado. Sin embargo, pide que este tribunal supla en su caso los motivos de agravio que no fueren advertidos, conforme a lo dispuesto por el numeral 523 del código procesal aplicable. TERCERO.- El hecho concreto que la representación social le atribuye a , se hace consistir en que siendo aproximadamente horas del ********** de encontraba frente a ********** ubicada en las ********** ********** ********** de ********** ********** , el sentenciado se , municipio de Coahuila, lugar al que se aproximaba el ofendido ********** ********** , , siendo el caso que el activo se aproximó al pasivo intencionalmente anulando su defensa y reflexionando serenamente sobre el ilícito que pretendía cometer, procedió a sacar con su mano derecha de entre sus ropas, a la altura de la cintura, una arma de fuego chica color cromado, y el acusado a sabiendas de que no corría riesgo de ser muerto ni lesionado ya que en todo momento tuvo a la vista al ofendido, procedió a accionar en tres ocasiones el arma de fuego, lesionando al pasivo con uno de estos disparos en su cabeza en la región parietal derecha, ocasionándole las lesiones que se describen en el certificado de necropsia de ********** , mismas que por su ubicación y gravedad le causaron la muerte al afectado. Hecho que el Ministerio Público estimó constitutivo del delito de homicidio calificado previsto y sancionado por los ordinales 266, 269 y 283, fracción VII, párrafos primero, segundo y tercero, del Código Penal que se encontraba vigente al momento del ilícito. Y, con motivo de lo anterior, el 03 de julio de 2015 el titular del juzgado de primera instancia del ramo penal de la ciudad de Acuña, Coahuila, dictó sentencia condenatoria, mediante la cual determinó que se acreditó el delito de homicidio calificado, con las agravantes de premeditación, ventaja y alevosía, pues, del fallo impugnado podemos advertir lo siguiente: (fojas de la 202 vuelta a la 204) ********** Como se ve, con motivo de la prueba circunstancial o indiciaria, el juzgador de primera instancia concluyó que en autos se encontraban plenamente acreditados los componentes del tipo penal calificado atribuido al sentenciado, así como la responsabilidad penal de aquél en la comisión del citado ilícito, pues, según precisó, partiendo de los hechos plenamente demostrados en el expediente así como de la totalidad de las pruebas que integran la causa penal, al ser vinculados de forma lógica y valorados en conjunto, generan la plena convicción de que ********** fue quien privó de la vida al ofendido - 3 ********** , lo cual ocurrió en las circunstancias de tiempo, lugar y forma de comisión que se precisaron en la consignación del órgano acusador. Ahora bien, cabe destacar que los conceptos de agravio planteados por el Ministerio Público y el defensor en sus escritos de impugnación (fojas 05 a 19 y 23 y 24, respectivamente del toca), nada dicen sobre la valoración de los medios de prueba para la comprobación del cuerpo del delito y la plena responsabilidad penal. Sin embargo, con suplencia de agravios para el sentenciado atento a lo dispuesto por el párrafo primero del artículo 523 del código procesal, debe decirse que la calificativa de premeditación no se actualiza en la especie, lo cual tiene implicaciones para la comprobación del tipo penal materia de la acusación, como se verá. En efecto, conforme a lo dispuesto por el artículo 283, fracción VII, párrafos primero, segundo y tercero, del Código Penal que se encontraba vigente al momento del ilícito, esto es, el 22 de agosto de 1998, la estructura típica del homicidio calificado cometido con premeditación, ventaja y alevosía, se actualiza cuando con la privación de la vida concurran las siguientes circunstancias: ARTICULO 283 CALIFICATIVAS DEL HOMICIDIO Y LAS LESIONES.Se entiende que el homicidio y las lesiones son calificados: […] VII.- Cuando se cometan con premeditación, ventaja, alevosía o traición; Hay premeditación, cuando el agente ha reflexionado serenamente sobre la comisión del delito de homicidio o de lesiones que pretende cometer. Hay ventaja, cuando el delincuente no corre el riesgo de ser muerto ni lesionado por el ofendido, con conocimiento de dicha circunstancia. Hay alevosía, cuando se sorprende intencionalmente a alguien de improviso, anulando su defensa. […] Ahora bien, cabe señalar que el Código Penal de Coahuila se encuentra en una evolución permanente para determinar de mejor manera los contornos conceptuales de las normas penales en acato a la garantía de legalidad en su vertiente de taxatividad contenida en el artículo 14 constitucional. De ahí que, la actual regulación de los motivos que califican al homicidio y lesiones dolosas, si bien recogen la misma base ideológica del derogado cuerpo legal, la descripción acogida por el vigente artículo 350, fracción VII, ha sufrido ajustes de sintaxis. Por ello, a fin de analizar si los supuestos de punición se actualizan en el caso, es conveniente transcribir su contenido: ARTÍCULO 350. CIRCUNSTANCIAS CALIFICATIVAS DE HOMICIDIO Y LESIONES. Se entiende que el homicidio y las lesiones son calificados cuando concurra cualquiera de las circunstancias siguientes: […] VII. PREMEDITACIÓN, VENTAJA, ALEVOSÍA O TRAICIÓN. Cuando se cometan con premeditación, ventaja, alevosía o traición. Hay premeditación, cuando el agente reflexiona serenamente sobre el homicidio o las lesiones que decide cometer. Hay ventaja, cuando el delincuente no corre el riesgo de ser muerto ni lesionado por el ofendido, con conocimiento de dicha circunstancia; cuando el activo sea un hombre superior en fuerza física y el pasivo una mujer o persona menor de catorce años; cuando se ocasionen en situaciones de violencia familiar; cuando exista una situación de vulnerabilidad motivada por la condición física o mental o por discriminación de la cual el activo se valga; o cuando el activo se valga de su carácter de servidor público. Hay alevosía, cuando el agente sorprende intencionalmente a alguno de improviso, anulando su defensa, o se aproveche del estado de indefensión de la víctima. […] Sobre la premeditación, puede verse que tanto en el derogado código como la vigente legislación el motivo de agravación radica en la meditación serena del agente sobre el delito que decide cometer. Es por ello que el actual Código Penal, con mejor técnica legislativa, precisa que la señalada calificativa se constituye luego de tomada la decisión delictiva y no con la simple pretensión de matar como decía el derogado código punitivo. Es decir, no se trata de que el sujeto cavile sobre si actúa o no, si realiza la acción ilícita o se abstiene de ejecutarla, sino de que una vez que el autor adoptó la decisión de matar, madura la idea en su mente, la mantiene en el tiempo y reflexiona en torno a ella antes de concretarla. - 4 Así pues, el trabajo legislativo armoniza nuestro orden jurídico con las consideraciones lógico-jurídicas sustentadas por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien reiteradamente ha dicho que la premeditación se constituye con un elemento objetivo y otro subjetivo que son inseparables; el primero, se refiere al transcurso del tiempo más o menos razonable entre la decisión de cometer el delito y la ejecución del mismo; el segundo, consiste en que el activo, durante ese lapso, haya reflexivamente meditado, deliberado con madurez su decisión1. Lo anterior significa que la concurrencia del tiempo y la reflexión es lo que da verdadera identidad a esta agravante; por ende, si las constancias de autos revelan que entre la decisión y la ejecución del hecho delictuoso hubo un tiempo tan corto que el activo difícilmente pudo “reflexionar serenamente” sobre el delito que decidió cometer, y además, que la voluntad del sentenciado era privar de la vida a persona distinta del ahora occiso surgiendo el dolo eventual en el homicidio. Entonces, no puede tenerse por actualizada la calificativa de premeditación, ya que nada autoriza a pensar que el inculpado hubiera decidido la muerte de su víctima y que precisamente para matarla hubiera llevado el arma que utilizó. Con lo anterior queremos destacar, que en la actualidad no sería posible aceptar la aplicación del Derecho mediante un aséptico proceso de subsunción. Sino que, más bien, la interpretación y aplicación de la norma es al tiempo una labor creadora del derecho, a lo que solo cabe oponer los límites que impidan que la letra de la ley se convierta, sin más, en la voluntad del intérprete. Esto adquiere relevancia puesto que el a quo nada dice sobre el criterio temporal e ideológico que la ley exige para estimar justificada 1 Dicho criterio se ve reflejado en diversas tesis que ha pronunciado la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como es la tesis con número de registro 801446, cuyo rubro y texto dicen: PREMEDITACION (LEGISLACION DE TABASCO). En los términos del artículo 306, párrafo segundo, del Código Penal del Estado de Tabasco, los elementos constitutivos de la calificativa de premeditación son: a) transcurso de tiempo más o menos largo entre la resolución y la ejecución del delito, y b) que el agente, en el decurso, haya meditado serenamente o deliberado maduramente su resolución. Tales elementos constitutivos, uno objetivo y relacionado al tiempo y el otro subjetivo referente al orden interno del sujeto activo, son inseparables, es decir, que ambos elementos deben coexistir para la configuración de la calificativa de que se trata. la calificativa de premeditación, pues, su examen solo considera la voluntad libre que ejerció en su determinación criminal el justiciable; empero, dicha valoración es insuficiente porque el supuesto legal de agravación puede ceder lógicamente ante la ausencia de espíritu reflexivo y de la reiteración en el propósito delictivo que caracteriza a la circunstancia calificativa de referencia. Ello es así, ya que conforme a lo dispuesto por el artículo 283, fracción VII, párrafo primero, del Código Penal que se encontraba vigente al momento del ilícito, ********** , y lo dispuesto por el vigente artículo 350, fracción VII, párrafo primero, del código punitivo estadual, la estructura típica del homicidio o lesiones cometidas con premeditación supone la permanencia de la resolución criminal por un tiempo superior al indispensable para poner en acto la voluntad. Y en el caso no aparece que así haya ocurrido, toda vez que de lo manifestado por los testigos de cargo obtiene que cuando el activo vio que acompañado de ********** ********** ********** (fojas 16 y 19) se llegó en su automóvil profirió unas palabras amenazantes e inmediatamente se dirigió al citado automotor para luego sacar el arma que traía entre sus ropas y comenzó a disparar con la intención de matar a ********** , sin embargo solo hirió de muerte al acompañante de éste. Es decir, de los autos no se obtiene que el sentenciado habría reflexionado serenamente sobre el delito que decidió cometer y tampoco se advierte que persistió en su voluntad criminal; por lo que no puede estimarse configurada la multicitada agravante. Con todo, resulta claro que el juez de la causa no se excedió en sus facultades al tener por justificado el tipo penal calificado de homicidio, pues, quedan intocadas las circunstancias agravantes de ventaja y alevosía, habida cuenta que de los medios de prueba relacionados por el juzgador (fojas 202 a 204) claramente se infiere que al momento en que se realizó el acto de privación de la vida, el sentenciado conocía que no corría riesgo de ser muerto ni herido por el ofendido puesto que el imputado portaba un arma de fuego y el pasivo no tenía ningún arma, además operó la ventaja si la víctima se encontraba sentada e inerme al interior de un vehículo. - 5 Y, conforme a la dinámica de los hechos, también se aprecia que el acto de privación de la vida constituye un delito aleve, pues en el caso queda claro que el dolo del autor se proyecta no sólo sobre la utilización de los medios empleados, sino también sobre su tendencia a asegurar la ejecución mediante la sorpresa y su orientación a impedir la defensa del ofendido, eliminando así conscientemente el posible riesgo que pudiera suponer para su persona una eventual reacción defensiva de aquél. En este extremo la utilización de un arma de fuego frente a quien se encuentra inerme, esto es, sin ninguna clase de arma defensiva, ha de considerarse ordinariamente una acción alevosa, pues quien no espera el ataque difícilmente puede prepararse contra él y reaccionar en consecuencia. Por analogía resulta aplicable al caso la siguiente tesis: HOMICIDIO EN GRADO DE TENTATIVA, CON AGRAVANTES. (LEGISLACION DEL ESTADO DE MICHOACAN). Si el activo sorprendió al ofendido cuando éste se hallaba de espaldas y le disparó en varias ocasiones con un arma de fuego, causándole heridas graves, se tipifica la tentativa de homicidio con las calificativas de ventaja y alevosía, en términos de lo dispuesto por el artículo 279, fracción I, párrafos segundo y tercero, respectivamente, del Código Penal del Estado de Michoacán, ya que el agresor no corría riesgo alguno de ser muerto o lesionado por el pasivo, quien estaba desarmado y de espaldas hacia aquél, y fue sorprendido de improviso en forma intencional. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 202/91. Rubén Reyes Serato. 28 de junio de 1991. Unanimidad de votos. Ponente: Leonel Valdés García. Secretaria: Patricia Mújica López.2 De lo expuesto, no cabe más que concluir que estuvo en lo correcto el a quo al declarar a ********** penalmente responsable del delito de homicidio calificado, empero, solo por lo que hace a las calificativas de ventaja y alevosía que se prevén y punen por los artículos 266, 269 y 283, fracción VII, párrafos segundo y tercero, del Código Penal que se encontraba vigente al momento del ilícito y sus correlativos los vigentes numerales 329 y 350, fracción VII, párrafos segundo y tercero del código punitivo, pues el juzgador hizo una correcta apreciación de las constancias procesales y una justa aplicación de la ley, por lo que en obvio de repeticiones innecesarias 2 IUS 2013, disco compacto, México, Suprema Corte de Justicia de la Nación, 1991, Octava Época, registro 221695. nos remitimos a las razones que fundan y motivan la sentencia de condena en estudio, al encontrarse reunidos los extremos a que se refieren los numerales 274 y 487 del código adjetivo penal. Por ende, resulta atinada la decisión del juzgador al establecer que los baremos abstractos de punición conforme a los cuales habrá de individualizarse las sanciones penales aplicables al caso, son los previstos en el vigente artículo 336 del Código Penal, cuenta habida que dicho numeral prevé una pena más benigna para el tipo penal de homicidio calificado, que el contenido en el derogado código. CUARTO.- Precisado lo anterior, es posible efectuar el análisis de los agravios invocados con motivo de la medición de la pena, lo que se hace de la siguiente manera: I. La graduación de la conducta culpable en el hecho. En primer lugar, conviene destacar que el juzgador ubicó este elemento de la punibilidad en un término ligeramente superior al mínimo. Y para arribar a esa conclusión, se advierte (foja 213) que el juez solo valoró las condiciones objetivas que concurrieron al hecho sin hacer alusión a las particularidades del imputado; sin embargo, el Ministerio Público se inconforma con esa decisión aduciendo que según el modo, móviles y demás circunstancias no valoradas, se advierte que la gravedad de la conducta culpable en el hecho debió ubicarse en un término superior. Ahora bien, cabe destacar que para imponer las sanciones concretas que por su conducta delictiva se hizo merecedor el activo, el juez de la causa tomó en cuenta las reglas contenidas en los artículos 101, 102, 103 y 105 del Código Penal vigente en el Estado, con lo cual el representante social tácitamente estuvo conforme pues incluso su expresión de agravios indica como vulnerados los mismos numerales en que el juzgador sustenta su definitiva. Esto tiene importancia porque el ilícito atribuido al imputado se actualizó durante la vigencia de una ley anterior; de modo que, las pautas que en principio habrían de observarse a efecto de sancionar - 6 la conducta delictiva del responsable eran las contenidas en el código vigente al momento del hecho, ya que en materia penal rige el principio constitucional de ley previa que es de estricta tipicidad y se encuentra contenido en el segundo párrafo del artículo 14 de nuestra ley fundamental. En efecto, toda conducta delictiva se juzga conforme a la ley vigente al momento en que aquélla se realizó. Y, en el caso, se advierte que ********** ********** realizó una conducta tipificada como delito el , por lo que esa fecha debe ser considerada como el punto de inicio del lapso temporal durante el cual podrá imputarse al acusado el ilícito que realizó. De lo anterior se sigue que la reforma al Código Penal contenida en el Decreto 259 publicado en el Periódico Oficial del Estado el 17 de mayo de 2013 –que entraría en vigor al día siguiente de su divulgación– no podría aplicarse en perjuicio del sentenciado cuenta habida que la sucesión temporal de leyes solo opera de manera retroactiva para beneficio del inculpado y no para afectarlo. Esta solución encuentra sustento en el principio de irretroactividad de la ley en perjuicio de persona alguna que como garantía consagra el párrafo primero del artículo 14 constitucional, y esta garantía opera por igual en sentido contrario, por cuanto que la ley penal debe aplicarse retroactivamente en favor del inculpado. Sobre el particular, el numeral 2 del código punitivo vigente en el estado, dispone lo siguiente: […] (Prohibición de analogía o mayoría de razón y de retroactividad) Queda prohibida la aplicación analógica o por mayoría de razón de la ley penal en perjuicio de la persona imputada o sentenciada, pero no así en su beneficio. Asimismo, queda prohibida la aplicación retroactiva de la ley penal en perjuicio de persona alguna. La ley penal tendrá efecto retroactivo si favorece a la persona imputada o sentenciada, cualquiera que sea la etapa del procedimiento, incluyendo la ejecución de sanciones. En caso de duda, se aplicará la norma más favorable. 3 3 Lo subrayado es nuestro. De todo esto se deriva que cuando hay sucesión temporal de normas penales, debe aplicarse la que resulte más favorable al imputado, principio rector del enjuiciamiento penal que adquiere sentido y vigencia al caso que nos ocupa, pues, como se anticipó, el juzgador aplicó en beneficio del inculpado la nueva ley al excluir del juicio de valoración las circunstancias personales de aquél, con lo cual el Ministerio Público tácitamente se conformó por no expresar agravio a ese respecto. Empero, con sustento en el reformado artículo 103 del Código Penal del Estado pretende se tomen en cuenta para incrementar la pena concreta que le fue impuesta al activo otras circunstancias que estima son conducentes al caso. Sin embargo, las alegaciones que el representante social dirige para incrementar la gravedad de la conducta culpable con sustento en los motivos desvaliosos de la conducta, móviles y demás circunstancias que aduce se vieron reflejados en la ejecución del hecho delictivo, resultan inconducentes ya que el recurrente omitió incluir en sus motivos de inconformidad los preceptos legales que tenían vigencia al momento del delito, de ahí que fundar sus agravios solo en la ley reformada técnicamente no es correcto ya que, como se dijo, la retroactividad no opera en perjuicio del inculpado. De ahí, lo improcedente del agravio. Es decir, deben declararse improcedentes las alegaciones que el Ministerio Público dirige respecto los motivos desvaliosos de la conducta, móviles y demás circunstancias que aduce se vieron reflejados en la ejecución del hecho, pues, aunque pretende que se incluyan como factores de incremento de pena ello no es posible si el apelante no explicó cómo sería que dichos datos contenidos explícitamente en el artículo 103, apartado A, del Código Penal vigente en el Estado, también quedarían captadas por la derogada ley. En consecuencia, no sería razonable agravar la situación del agente bajo esos argumentos, pues, se insiste, el delito se actualizó durante la vigencia de una ley anterior a la que invoca el apelante como preceptos legales vulnerados. De ahí que, deba permanecer intocado el término ligeramente - 7 superior al mínimo que para este elemento de la punibilidad estableció el a quo; máxime que el imputado y su abogado defensor manifestaron ser conformes con esa graduación y este tribunal no advierte dato que suplir favorable al sentenciado en términos del párrafo primero del artículo 523 del código procesal. II. Respecto al grado de afectación. Se advierte que dicho elemento se ubicó en un término mínimo (foja 213). Y se estima adecuado mantener intocado dicho elemento, pues, aunque el Ministerio Público se inconformó con tal graduación debe señalarse que las alegaciones de aquél resultan inatendibles por los motivos indicados en el acápite anterior. III. El grado de punibilidad. De acuerdo a lo dispuesto en el apartado C), del artículo 103 del Código Penal vigente, se obtiene que la conjugación del grado de culpabilidad y gravedad del delito, definen la punibilidad y la medida de la pena consecuentemente. Con base en esas pautas, el juez ubicó el grado de punición en el término mínimo por estimar actualizada la circunstancia de atenuación que prevé el vigente artículo 106 del código punitivo en cita, ya que iniciado el proceso pero antes del dictado el fallo definitivo, el imputado confesó su intervención en el delito. Sin que existan motivos para modificar esa graduación puesto que el artículo 100 del citado cuerpo legal prohíbe exceder los baremos mínimos de pena previstos en ley. En conclusión, se mantuvo incólume la punibilidad fijada en primera instancia para el inculpado; y por ende, resulta procedente confirmar la pena de (18) DIECIOCHO AÑOS, que le fue impuesta al activo ********** por su responsabilidad en el delito de HOMICIDIO CALIFICADO POR HABERSE COMETIDO CON VENTAJA Y ALEVOSÍA. Sanción que deberá compurgar el aludido sentenciado en los términos del fallo impugnado y con abono del tiempo durante el cual ha permaneció privado de su libertad. QUINTO.- Respecto al apartado de la multa, reparación del daño, condena condicional, suspensión de los derechos políticos del sentenciado y la manera en que habrá de cumplir con dichas condenas el inculpado, debemos de estar a lo expuesto por el a quo en el fallo impugnado, ya que sobre estos temas no existe agravio ni motivo que dé lugar a la suplencia favorable al activo. Consecuentes con las consideraciones que anteceden, se CONFIRMA la sentencia recurrida. Por lo expuesto y además con fundamento en los artículos 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 140, 141 y 154 fracción II inciso 6 de la Constitución Política del Estado; 4 fracción I y 23 fracción I de la Ley Orgánica del Poder Judicial; 1, 2, 3, 5, 11, 15, 18 fracción I, 104, 105, 266, 269 y 283 fracción VII párrafos primero, segundo y tercero del Código Penal vigente al momento del hecho, y sus correlativos los artículos 329, 336 y 350, fracción VII, párrafos segundo, tercero y cuarto, del vigente código punitivo; 2, 3, 14 fracción IV, 15, 17, 19, 32, 169, 274, 487, 523, 570, 574, 575 y 689 del Código de Procedimientos Penales, se resuelve: ÚNICO.- Por los motivos, razonamientos y fundamentos expuestos en el cuerpo de este fallo, se CONFIRMA la sentencia condenatoria pronunciada por el Juez de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Acuña, con residencia en esa ciudad, de 03 de julio de 2015, dentro del proceso 318/1998, que por el delito de HOMICIDIO CALIFICADO COMETIDO CON PREMEDITACIÓN, VENTAJA Y ALEVOSÍA, se instruyó en contra de **********. Notifíquese personalmente. Con testimonio de esta sentencia, devuélvanse los autos originales al juzgado del conocimiento a fin de notificar personalmente al sentenciado y, en su oportunidad archívese el toca como asunto concluido. A S Í, por unanimidad de votos lo resolvieron los integrantes de la Sala Colegiada Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado, magistrados, JUAN ANTONIO MARTÍNEZ GÓMEZ, NATALIO RICARDO DÁVILA MOREIRA, OSCAR AARÓN NÁJERA DAVIS, - 8 ARMÍN JOSÉ VALDÉS TORRES y ANTONIO BERCHELMANN ARIZPE, cuya ponencia fue presentada por el segundo de los mencionados.- Doy Fe.- MAGISTRADO PRESIDENTE: JUAN ANTONIO MARTÍNEZ GÓMEZ MAGISTRADO: NATALIO RICARDO DÁVILA MOREIRA MAGISTRADO: OSCAR AARÓN NÁJERA DAVIS MAGISTRADO: ARMÍN JOSÉ VALDÉS TORRES MAGISTRADO: ANTONIO BERCHELMANN ARIZPE SECRETARIO DE ACUERDO Y TRÁMITE: RUBÉN OBREGÓN CALVILLO “El licenciado Alberto Jacobo Camacho Cepeda Secretario de Estudio y Cuenta de la Sala Colegiada Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado hago constar y certifico que, en términos de lo previsto en los artículos 27, fracción IX, 58, 68 y 75, fracción III, de la Ley de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales del Estado de Coahuila de Zaragoza, en esta versión pública se suprime la información considerada como reservada o confidencial que encuadra en el ordenamiento mencionado y en las disposiciones aplicables”. “Asimismo, este documento fue cotejado previamente con su original por el servidor público que elabora la presente versión pública”.