CAPITULO 25 SÍNDROME DE ISQUIOSURALES CORTOS Y ACTIVIDAD FÍSICA Vicente Ferrer López Especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte. Director Centro de Medicina del Deporte, Instituto Municipal de Deportes, Albacete. Profesor Fernando Santonja Medina Especialista en Traumatología y en Medicina de la Educación Física y el Deporte. Profesor Titular de Universidad, Área de Fisioterapia. Facultad de Medicina, Murcia. Margarita Carrión Varela Diplomada Universitaria en Enfermería. Centro de Medicina del Deporte, Instituto Municipal de Deportes, Albacete. CONCEPTO Y ETIOLOGÍA El síndrome de cortedad de la musculatura isquiosural (SIC), es una entidad que se caracteriza por una pérdida de elasticidad de la musculatura isquiosural, de etiología no bien conocida que aparece en la infancia, pudiendo manifestarse en diversos grados y ocasionar mayor o menor repercusión sobre la columna (dorso curvo, inversión lordosis lumbar) y la pelvis (retroversión)39. La etiología es discutida, existiendo probablemente factores congénitos y adquiridos implicados15. RECUERDO ANATÓMICO Los músculos isquiosurales están compuestos por: bíceps femoral, semitendinoso y semimembranoso. El bíceps femoral se origina en la tuberosidad isquiática y se inserta en la cabeza del peroné y cóndilo lateral de la tibia. Los otros dos músculos surgen de la tuberosidad isquiática y se insertan en la cara medial y posteromedial, respectivamente, de la parte proximal de la tibia35,43. Si el miembro inferior está libre de carga, estos músculos biarticulares son capaces de flexionar la rodilla sobre el muslo. Una vez que el pie está firmemente apoyado sobre el suelo, los isquiosurales extienden la cadera, tirando al mismo tiempo del muslo hacia atrás, sobre todo si la pelvis bascula hacia delante44. Por este motivo desempeñan un papel esencial en la estabilidad de la misma e indirectamente sobre la columna vertebral. También tienen un componente rotador de la pierna, haciéndolo externamente el bíceps e internamente el semitendinoso y semimembranoso. En sedentación la pelvis bascula hacia atrás (extensión) y se reduce la curvatura lumbar27,41. En dicha posición, la presión sobre los discos intervertebrales es mayor que en la posición bípeda. El grado de basculación pélvica puede depender de la amplitud de flexión de la cadera, lo cual es limitado por la musculatura isquiosural cuando las rodillas están extendidas41. HISTORIA NATURAL Y FRECUENCIA La frecuencia del SIC varía según diferentes autores, dependiendo de la edad, el sexo, el método de exploración de la población estudiada y el instrumental utilizado. Así Bado4 en su trabajo sobre escolares entre 6 y 18 años, encuentra cortedad en torno al 25% de los mismos. Jordá24 detecta esta alteración en una proporción del 14 - 20% entre los 6 y 18 años. La cortedad de isquiosurales resultó ser muy frecuente en un grupo de 999 varones, entre 18 y 19 años, que cumplían el Servicio Militar obligatorio, de los cuales el 53% presentaban cortedad, según el test de Elevación de la Pierna Recta, para la pierna derecha y el 65% para la izquierda, no alcanzando los 80° de flexión de cadera que era considerado como la normalidad19. En nuestro medio, Santonja37 encuentra en su estudio sobre universitarios un 27,1% de cortedades bilaterales y un 3,1% de unilaterales, con mayor frecuencia para los varones. En nuestro Centro hemos medido un total de 922 escolares que practicaban deporte, con edades comprendidas entre 6 y 18 años, hallando un total de 49,8% de cortedades para la pierna derecha y 53,2% para la izquierda si estableciésemos en 80° la teórica normalidad. Con respecto a la historia natural del síndrome, Reade y col.36, observan cortedad isquiosural en los neonatos pero que evoluciona a la normalidad progresivamente, de forma que a los 8 -12 meses el 90% de los niños no presentan cortedad. Esto lo explican por la posición en flexión durante el período prenatal. Milne y Mierau34 describen en su trabajo que los niños de preescolar ( 3 - 5 años), sin excepción, tenían un grado óptimo de elasticidad isquiosural y detectan un descenso significativo de la misma, una vez que los niños alcanzaban la edad de 6 años. Este descenso fluctuaba durante la EGB ( 6 - 1 3 años) pero siempre con valores por debajo de los óptimos, produciéndose un descenso más marcado de los niveles de elasticidad una vez que pasaban al BUP (13 - 17 años). Estos autores achacan la disminución de flexibilidad de los 5 - 6 años, a un descenso general de los niveles de actividad y adopción a largo plazo de la posición de sedentación. Esta tendencia continúa en edades posteriores, de manera que el niño está en la posición de sentado más continuamente. Respecto a la edad adulta existen datos contradictorios. Así Leighton (citado por Hellsing)19, encuentra un descenso en la flexibilidad después de los 18 años, como si este descenso pudiera reflejar una continuación del curso natural. Mientras que Biering-Sorensen5 no halla una tendencia significativa en relación con la edad y el grado de elasticidad, en un grupo de hombres y mujeres entre 30 a 60 años. DIAGNÓSTICO: EXPLORACIÓN CLÍNICA El diagnóstico del SIC se realiza por medio de la exploración clínica. Apoyados en los conocimientos anatómicos, se han descrito tradicionalmente en la literatura diferentes métodos de exploración de la musculatura posterior del muslo, que los podemos dividir en tests de recorrido angular y tests lineales. Nosotros hemos realizado sistemáticamente cuatro de ellos, que describimos a continuación. -283- Fugura 1 a. Test de Elevación Pierna Recta (EPR), medido con goniómetro de brazos largos, en un individuo con extensibilidad normal. Figura 1 b. Medición del ángulo EPR, con goniómetro de brazo telescópico adosado a la camilla, en una marcada cortedad de isquiosurales. -284- TEST ELEVACIÓN PIERNA RECTA La mayoría de los autores2,3,5,7,19,20,21,26,30,34,39 valoran clínicamente el estado de la musculatura isquiosural mediante el ángulo de flexión de cadera en decúbito supino con la rodilla extendida, por lo que se le denomina test de Elevación Pierna Recta (EPR) o Straight Leg Raising (SLR). Para la realización se precisa de una camilla y un goniómetro. Recomendamos la utilización de un goniómetro que lleve dispuesto un brazo telescópico y pueda ser desplazado sobre un riel a través de la camilla39 para hacer coincidir el centro del goniómetro con el eje de giro de la cadera. El sujeto a explorar se sitúa en decúbito supino sobre la camilla. Colocamos el goniómetro a nivel del eje de giro de la cabeza femoral (ligeramente por encima del extremo proximal del trocánter mayor) y extendemos el brazo telescópico del mismo hasta la punta del maléolo peroneo39. Con la rodilla en extensión realizamos una flexión de la cadera, de manera lenta y progresiva, hasta que el explorado manifieste dolor o se aprecie una basculación de la pelvis, momento éste en el que se hará la medición en grados (Fig. 1 a y b). Esta medición se lleva a cabo en las dos caderas por separado, comprobando que el miembro no explorado permanezca con la rodilla en extensión y el talón en contacto con la camilla de exploración. Se considera 0o en posición de reposo y 90° cuando el miembro inferior está completamente perpendicular a la camilla. Tomamos como valor normal los mayores o iguales a 75° de flexión de cadera. Cortedad leve o moderada o de grado I aquellos que se sitúan entre 61 - 74°. Marcada cortedad o de grado II si los valores son menores o iguales a 60o37. Este test tiene la ventaja de su fácil realización en cualquier consulta médica. Como en cualquier exploración debemos ser sistemáticos y metódicos, es preciso prestar atención a que la pierna contralateral se encuentre en extensión completa y pegada al plano de exploración, evitar que se produzca la abducción, rotación externa de la pierna examinada21 y la flexión de la rodilla de dicha pierna, así como que no bascule la pelvis. Esta basculación puede pasar fácilmente desapercibida cuando se acompaña de extensión de la cadera contralateral e inversión del raquis lumbar o actitud cifótica lumbar. Para obviar estos últimos inconvenientes, sería recomendable inmovilizar la pelvis, lo que ha sido intentado sujetando la misma con una banda de velero13 o con la presión de la mano sobre la espina ilíaca antero-superior34, aunque estos métodos se muestran claramente insuficientes, ya que la estabilización pélvica es difícil6 por lo que se ha propuesto la medición de esta basculación18. En la actualidad estamos investigando la realización del test con un simple dispositivo que fija y estandariza la lordosis y hemos comprobado que la reproductibilidad del test mejora sensiblemente entre diferentes exploradores. Ante la ausencia del soporte y por la dificultad de contar con personal ayudante, en muchas ocasiones no es posible esta fijación de la pelvis, recomendamos que se le invite al paciente a que autofije su pelvis al plano de exploración21,28, indicándole que «saque la barriga hacia fuera». De esta forma se puede evitar, en gran medida, estos últimos inconvenientes citados, lo que nos parece de suma importancia para la correcta valoración clínica, al mejorar su fiabilidad y repetitividad. TEST DEL ÁNGULO POPLÍTEO Otra maniobra de exploración utilizada es la medición del denominado ángulo poplíteo3,10,14,22,25 o extensión de la rodilla con flexión de cadera. Colocado el sujeto a explorar en decúbito supino sobre la camilla de exploración, con flexión de cadera y rodilla de 90°, hacemos coincidir el centro del goniómetro con el eje de movimiento de la rodilla. Figura 2. Test del poplíteo. -285- Desde esta situación procedemos a realizar una extensión de la rodilla, manteniendo flexionada a 90° la cadera y evitando la basculación de la pelvis, hasta conseguir la máxima extensión posible, momento en el que se anotará la medición en grados (Fig. 2). Lo más aceptado entre los autores es la medición del ángulo suplementario al fémoro-tibial5,14,25,36 por lo que se considera 0o cuando se consigue la extensión completa de la rodilla. La medición de este ángulo ha sido considerado como indicador de la edad gestacional durante los primeros doce meses de vida12. A partir del primer año se utiliza para medir la longitud de la musculatura isquiosural. La normalidad a esta edad para Katz y col.25 es la extensión completa (aproximadamente 6o). A los cuatro años encuentran un súbito incremento del ángulo poplíteo ( x = 17º en niñas y 27º en niños) cuyos valores oscilan entre 0 - 50º de los 5 a los 10 años de edad ( con una media de 26º). Consideramos valores normales entre 0 - 15º de extensión de la rodilla. Cortedad moderada entre 20 30 °, y marcada si los valores se sitúan por encima de los 30º (mayor o igual a 35º). Es también un test fácil de realizar en cualquier consulta, pero según nuestra experiencia es más difícil ejecutar por una sola persona, puesto que hay que realizar la extensión pasiva de la pierna, manteniendo los 90º de flexión de la cadera, sujetar el goniómetro para poder medir el ángulo correspondiente y asegurar la no basculación de la pelvis, ni la extensión de la cadera contralateral. También tiene el inconveniente su medición en personas musculadas, ya que es preciso realizar una mayor fuerza para estirar suficientemente la musculatura, lo que suele ser fuente de error en su valoración. Otro inconveniente añadido en ocasiones, es la poca colaboración del paciente pues con frecuencia en preescolares y escolares, contraen la musculatura o no la relajan lo suficiente. TEST DE FLEXIÓN DE TRONCO O DISTANCIA DEDOS MANO-PIE Este test, primero en ser usado en la valoración de la musculatura isquiosural, mide la distancia existente entre los dedos de las manos y los pies al flexionar el tronco. Puede realizarse en dos posiciones distintas, tanto en sedentación como en bipedestación3,5,10,14,26 30, 37, 42 A) Distancia dedos-planta. El explorado se sitúa en sedentación sobre el suelo o la camilla de exploración, con las rodillas extendidas y pies juntos a 90° Figura 3. Test de distancia dedos mano-dedos pie en sedentación o test "dedos-planta". -286- de flexión, teniendo la planta de los mismos en contacto con el cajón de medición. En esta posición, se le invita a que realice una flexión máxima del tronco, sin flexionar las piernas y extendiendo los brazos y la palma de la mano sobre la regla situada en la cara superior del cajón, hasta llegar lo más lejos posible (Fig. 3). Consideramos positivos todos aquellos valores que sobrepasen el cero de la regla, que situamos en la prolongación del punto de apoyo de las plantas de los pies sobre el lateral del cajón, y negativos a los que no lleguen. La medida se realiza en centímetros. B) Distancia dedos mano-suelo (bipedestación). El sujeto a explorar se coloca de pie sobre el cajón de medida, con las rodillas extendidas y pies juntos, o como máximo separados 15 cm14, teniendo la punta de los mismos en contacto con el lateral del cajón. Desde esta posición, se le indica que realice una flexión máxima de tronco intentando llegar a tocar el suelo con los dedos, sin flexionar las piernas y colocando las palmas de las manos extendidas sobre la regla situada en la cara frontal del cajón (Fig. 4). Tomamos como negativos todos los valores por encima del cero de la regla, que coincide con la superficie Figura 4. Test de distancia dedos mano-suelo en escolar con cortedad grado II de apoyo de los pies en el cajón, y positivos aquellos que lo sobrepasen. El registro se anotará en centímetros. En ambos casos consideramos como normales los valores mayores o iguales a (-) 5; cortedad moderada entre (-) 6 y (-) 15; y cortedad marcada los inferiores a (-) 15 cms37. Estos clásicos tests de flexión de tronco, tanto en sedentación como en bipedestación, utilizados habitualmente para valorar la flexibilidad en colegios y entidades deportivas por profesores de E.F. y entrenadores, tienen como ventajas su fácil realización en cualquier medio, el poco material necesario para su ejecución y la repetitividad y objetividad de los tests en la valoración si se cuida la metodología de realización. El principal inconveniente de estos dos tests es la influencia que las diferencias antropométricas (brazos largos con piernas cortas o viceversa), pueden tener a estas edades, donde el crecimiento de los distintos segmentos corporales adquieren un papel primordial sobre la valoración del test, pudiendo dar falsos positivos (acortamiento), y al contrario falsos negativos (individuo normal) cuando verdaderamente existe cortedad de esta musculatura. Otro inconveniente, nada desdeñable en estos tests, son aquellas personas que presentan una actitud cifótica lumbar en sedentación o flexión anterior del tronco y/ o una cifosis (postural o estructurada) dorsal en bipedestación, ya que las mediciones obtenidas en estos casos no son del todo reales, debido a que un aumento de los valores pueden ser a expensas de la hiperflexión del segmento lumbar y/o dorsal, mientras que la musculatura isquiosural estaría corta lo cual nos daría una falsa valoración de este grupo muscular. Dentro de los tests de flexión de tronco aconsejamos el dedos-planta en sedentación, debido a que en un estudio que realizamos sobre 122 escolares donde correlacionamos los cuatro tests, presentó una mayor correlación estadística con el resto de los tests (Tabla I), que el efectuado en bipedestación, lo cual es explicable por la contracción refleja muscular frente a la acción de la gravedad que tiene lugar de pie. Además es más cómodo de realizar en la clínica, ya que se ahorra tiempo al precisar sólo la incorporación del sujeto y la colocación del cajón de exploración, sin tener que trasladar al explorado de un lado para otro. En nuestra experiencia, de todos estos tests recomendamos el EPR como el más adecuado para la exploración clínica de la musculatura isquiosural por ser un test de fácil, cómoda y rápida realización; y presentar los menores inconvenientes con un buen adiestramiento del explorador. Además, en nuestro estudio sobre 122 escolares, fue el test que menor - 287 - -288- SIC a realizar en grandes colectividades de personas (colegios y entidades deportivas) (Tabla I). En resumen, todos los tests presentan una sensibilidad muy alta para descartar sujetos sin patología (según nuestros resultados), pero tanto la medición del ángulo poplíteo, como los tests de flexión del tronco son menos sensibles a la discriminación del grado de cortedad que el test de Elevación con Pierna Recta. VALORACIÓN RADIOLÓGICA Figura 5 b. Valoración del ángulo LH fx, midiendo el ángulo suplementario. coeficiente de variación presentó (0,18) lo cual indica que existe una menor disparidad de los datos y el error en la exploración es menor. Igualmente fue el que presentó una mayor correlación de los datos entre sí y con el resto de los tests analizados (Tabla I). También recomendamos realizar sistemáticamente el test dedos-planta, a pesar de los inconvenientes ya enumerados, porque nos informa del comportamiento del raquis ( su morfotipo) durante esta prueba, así como la limitación de la flexión de la pelvis, lo cual puede cuantificarse por un sencillo ángulo: el LUMBOHORIZONTAL EN FLEXIÓN40, que mide la bassulación de la pelvis o su «caída» (en caso de acortamiento), con la horizontal. Aunque es un ángulo de apertura anterior39, en la actualidad nos valemos de la medición del ángulo suplementario, por su mayor rapidez y fiabilidad (Fig. 5 a y b). Consideramos la normalidad si LHfx es < 100° y repercusión severa cuando es >110°40. Además encontramos una buena correlación entre el test de flexión de cadera y los test de flexión de tronco, que tienen una alta sensibilidad y menor especificidad. Por lo que consideramos que sí pueden ser útiles de estos tests como forma de detección del Sobre la exploración radiológica del SIC hay poco descrito en la literatura39,41. La radiología debe emplearse sólo para evaluar las repercusiones que la cortedad de la musculatura isquiosural tiene sobre el raquis y la pelvis. Según Santonja39 los estudios radiológicos en sedentación analizan mejor estas repercusiones que en flexión de tronco hacia delante en bipedestación, al eliminar los problemas de equilibrio y las oscilaciones. Su protocolo actual consiste en realizar una proyección en sedentación tónica, con las rodillas extendidas (tónica II) y muslos juntos intentando obtenerla máxima lordosis lumbar y llevar la pelvis en flexión o anteversión, lo que se le explica al individuo con «meter los riñones» (Fig. 6a). Los efectos que se suelen encontrar en caso de cortedad marcada o grado II, en esta proyección son: mínima lordosis lumbar de 2-3 vértebras cuando existe, inversión de la curva lumbar, inversión de la apertura de los espacios discales lumbares, disminución del ángulo lumbo-sacro, horizontalización e incluso, inversión de la inclinación de la plataforma de S1 y marcada basculación en retroversión de la pelvis (Fig. 6b). En esta posición se puede medir el ángulo que forman la horizontal y una línea que pasa por la raíz de los pedículos de L4 y L540. Este ángulo, denominado LUMBO-HORIZONTAL (LH), mide la verticalidad de la pelvis en sedentación, y por tanto indirectamente valora la repercusión sobre el raquis lumbar. Clínicamente este ángulo también puede medirse apoyando una de las ramas del goniómetro sobre la espalda y manteniendo horizontal la otra, o bien en la posición de máxima flexión de tronco, denominándose ángulo lumbo-horizontal en flexión (LHfx) (Fig. 5), que viene a dar unos valores similares, pero con la ventaja de que esta postura es más fácil de adoptar. Este ángulo LHfx medido clínicamente tiene una alta correlación con la medición radiológica, por lo que puede servir para valorar la repercusión de la cortedad isquiosural sobre la pelvis, e indirectamente sobre el raquis lumbar. -289- Figura 6 a. Rx. lateral de raquis en posición tónica II sin cortedad de isquiosurales. Figura 6 b. Rx. lateral de raquis en posición tónica II con cortedad de isquiosurales. Consideramos como valor normal para dicho ángulo hasta los 99° y la existencia de repercusiones marcadas sobre la pelvis si el ángulo es mayor a 110°. del crecimiento, y esto da lugar a un acortamiento de la fascia lumbo-dorsal y de los isquiosurales, que junto a la debilidad de la musculatura abdominal, facilita la descompensación posterior del torso sobre la pelvis. Algunos de estos niños, generalmente varones, compensan este desequilibrio mediante una postura ligeramente encorvada en un intento de equilibrar el torso sobre la pelvis, y en algunos casos desarrollan acuñamientos vertebrales en el ápex de la cifosis compensatoria. Otros autores como Butler8 y Fisk15 también encuentran asociación entre la cortedad de isquiosurales y la enfermedad de Scheuermann, aunque en menor proporción que para Bado. Igualmente se han asociado repercusiones sobre la columna lumbosacra como la espondilólisis y espondilolistesis3,24,35 (Fig. 8), hernia discal3 (Fig. 9) y lumbalgias19,31,45. Por último, también se han descrito repercusiones negativas respecto a problemas fémoro-patelares, debido a que estos músculos antagonizan la función del cuadriceps y originan una mayor sobrecarga sobre esta articulación22. REPERCUSIONES El SIC va a favorecer la aparición de una serie de repercusiones sobre todo a nivel del raquis (dorsal y lumbar) que han sido descritas en la bibliografía. El primero en llamar la atención sobre estas posibles repercusiones fue Lambrinudi en 193429, quién refiere que la cortedad preexistente de la musculatura isquiosural al fijar la pelvis, puede incrementar la tensión sobre la columna vertebral durante el movimiento de flexión del tronco. Posteriormente Bado4, encuentra una relación estadística entre dorso curvo (Fig. 7) y retracción de isquiosurales, aseverando que todo dorso curvo se debe a dicha retracción, aunque no todas las retracciones se acompañan de hipercifosis (70% de los casos). Micheli33 trata de explicar esta relación debido a que el crecimiento de los elementos óseos supera al de los ligamentos y tendones durante el segundo estirón -290- Figura 7. Rx. lateral de raquis en bipedestación con dorso curvo. Figura 8. Rx. lateral de raquis lumbar en la que se aprecia una espondilólisis. Figura 9. RM con imagen de hernia discal. -291- DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Figura 10. Depresión musculocutánea en un caso de fibrosis glútea. Fundamentalmente hay que hacerlo con la fibrosis glútea, que se caracteriza por una limitación de la flexión de la cadera, independientemente de la posición de la rodilla y de la rotación, acompañándose de una dificultad en la adducción o en la abducción de las caderas32. Al igual que en el SIC, las personas afectadas no podrán llegar con las manos al suelo en la flexión del tronco. Pero a diferencia del SIC, se aprecia una limitación de la flexión de la cadera con rodilla flexionada tanto de forma activa como pasiva, apreciándose con frecuencia una depresión musculocutánea por detrás del relieve del troncánter mayor (Fig. 10). Además presentarán dificultad para sentarse o agacharse sin separar las rodillas y para cruzar una pierna sobre la otra32. Junto con la exploración clínica, puede ayudar en el diagnóstico la radiografía de pelvis, en la que aparecerá en el 100% de los casos32 imágenes densas o de esclerosis en diferentes puntos de la misma, siendo la más característica la de «S» itálica localizada en la proximidad de las articulaciones sacroilíacas (Fig. 11). También se pueden asociar un aumento del ángulo cérvico-cefálico (coxa valga) y una disminución de la anterversión femoral32. El diagnóstico diferencial también deberá realizarse con todos los cuadros que puedan originar secundariamente o reflejamente una contractura de Figura 11. Rx. A-P de pelvis con imagen de esclerosis en forma de "S" itálica. -292- Figura 12 a. Ejercicio de estiramiento de la musculatura isquiosural con la ayuda de la pared. Figura 12 b. Ejercicio pasivo forzado para elongar la musculatura isquiosural. esta musculatura, como espondilolistesis grado III y IV, tumores o procesos irritativos de la cola de caballo35. RELACIÓN CON LA PRACTICA DEPORTIVA INDICACIONES DE TRATAMIENTO Los isquiosurales son músculos biarticulares, por lo que tienen una acción combinada, extensora sobre la cadera y flexora sobre la rodilla26. Estos músculos tienen un porcentaje relativamente alto de fibras tipo II en comparación con otros músculos del muslo y pierna. El tipo de fibras musculares refleja las necesidades funcionales del mismo, por tanto su activación requiere una considerable actividad fásica17. Estas consideraciones explican porqué en la práctica deportiva estos músculos son más propensos a sufrir lesiones: por un lado el ejercicio de alta intensidad generará un aumento en la producción de una fuerza intrínseca a nivel muscular, y además estarán sometidos a una mayor fuerza extrínseca cuando las dos articulaciones sobre las que actúan sean forzadas17. Asimismo los isquiosurales se comportan como «ligamentos activos» a nivel de la rodilla, ya que Según el grado de cortedad de la musculatura isquiosural detectado, se adoptará uno u otro proceder: Para las cortedades moderadas o grado I, se recomienda incidir en la práctica de ejercicios de estiramiento selectivos de la citada musculatura, antes y después de la actividad deportiva39, controlando periódicamente la evolución del acortamiento y sus posibles repercusiones. Los casos con marcada cortedad o grado II, deberán seguir tratamiento fisioterápico38 y control por el médico rehabilitador, quién valorará la indicación quirúrgica para aquellos casos que tras un plazo de tiempo prudencial y con un tratamiento adecuado, no evolucionen adecuadamente repercutiendo negativamente de forma clara sobre el raquis dorsal o lumbar. Importancia de la musculatura isquiosural en el deporte. -293- tratan de limitar las rotaciones inversas y evitan que los ligamentos de dicha articulación estén sometidos a esfuerzos importantes. Se puede decir que una rodilla sin isquiosurales es estable sólo en extensión completa44. En los grados terminales de extensión de la rodilla, poseen una función sinérgica con el ligamento cruzado anterior para prevenir el desplazamiento anterior de la tibia, producido por la contracción activa del cuadríceps11. Los isquiosurales también intervienen en las extensiones potentes de la rodilla y en las colocaciones precisas del miembro inferior, por lo que son enormemente solicitados durante los cambios de dirección, giros sobre un pie y en general en todos los deportes de coordinación como fútbol, tenis o esquí44. En resumen, se puede afirmar que no hay utilización normal de la rodilla sin la presencia de dos «cinchas» equilibradas, recto anterior e isquiosurales44. Por todo ello nos parece de suma importancia para la práctica deportiva, el disponer de unos isquiosurales anatómica y funcionalmente íntegros, a fin de permitir el adecuado gesto deportivo y prevenir lesiones. En cuanto a si existe relación entre SIC y la práctica deportiva, Espiga14 encuentra en su estudio sobre 1.350 escolares entre 12 y 15 años (60% varones y 40% hembras) que la prevalencia del Síndrome entre los casos que practicaban regularmente algún tipo de deporte fue algo inferior a la de los casos que no lo practicaban asiduamente (66,7% vs 71,1%), aunque la diferencia entre ambos grupos no fue significativa. No hemos encontrado en la bibliografía consultada trabajos que analicen la relación que pudiera existir entre el SIC con el tipo de deporte practicado, salvo el estudio realizado en la Universidad de Murcia37 en el que aparece el fútbol como el deporte con valores menores en el test de EPR y el voleibol con una media más elevada. Deportes que favorecen el SIC. El trabajo muscular pesado, el entrenamiento de fuerza, permanecer de pie durante largo tiempo o un patrón de movimiento pobre, además de factores genéticos, pueden favorecer la cortedad muscular19. Por tanto, cualquier deporte que reúna una o varias de éstas circunstancias puede favorecer el acortamiento de la musculatura isquiosural, si no se realizan estiramientos de los citados músculos como trabajo de compensación para elongar y mantener la elasticidad de las fibras musculares. Entre los deportes que pueden predisponer por sí mismos al acortamiento de los isquiosurales, podemos citar: atletismo de fondo, carreras de velocidad, ciclismo, fútbol y hockey. Deportes desaconsejables con SIC. Fisk16 y Espiga14 recomiendan que los adolescentes afectos del SIC, deben evitar la práctica de deportes cifosantes, que con su ejecución repetitiva provocan un «stress» posicional dinámico, favoreciendo la estructuración de la cifosis. Entre estos deportes estarían el ciclismo, motorismo, equitación, remo, vela, petanca, natación (estilo mariposa), esquí, hockey y deportes con gestos de flexo-extensión con cargas, como judo y lucha. Pensamos que también se deberían evitar todos aquellos que produzcan un sobreesfuerzo de presión a nivel de las estructuras lumbares, tipo halterofilia. Por otro lado, existen deportes que precisan de unos isquiosurales funcionalmente íntegros y muy extensibles tales como gimnasia artística y rítmica, saltos y carreras de obstáculos; aspecto éste que habrá que tener en cuenta a la hora de una correcta orientación deportiva. Respecto al fútbol, deporte en el que tradicionalmente se encuentran un alto porcentaje de casos de SIC, es preciso hacer constar que por sus gestos deportivos es necesario contar con una extensión completa de la pierna, por lo que la práctica de este deporte con unos isquiosurales cortos, podrá tener una mayor disposición a sufrir repercusiones sobre la espalda. Ejercicios de estiramiento para la musculatura isquiosural (Fig. 12 a y b). Un músculo corto restringe su gama de movimientos, lo que en la práctica representa una disminución de la capacidad para el empleo de su fuerza45 y la amplitud de movimiento de las articulaciones sobre las que actúa. Para mantener la flexibilidad natural de las articulaciones y reducir el riesgo de lesiones en el deporte, todo programa de entrenamiento siempre debe incluir ejercicios de flexibilidad adecuados y correctamente ejecutados19. Sin tener en cuenta el método usado, el estiramiento ha mostrado incrementar la extensión del movimiento, mejor que un masaje y calentamiento por separado o combinados19. Los ejercicios de estiramiento deben ser correctamente realizados ya que si no se hace así no sólo no se alcanzará la adecuada flexión de la cadera, base fundamental de la alteración funcional, sino al contrario al forzarse con flexiones del tronco, se favorecerá la aparición de cifosis dorsal24. El estiramiento debe ser estático, para así evitar el acortamiento reflejo17. También debe ser lo suficientemente amplio como para producir la relajación de las fibras musculares en respuesta al reflejo tendinoso -294- causado por la estimulación de los receptores de Golgi7. Es importante que los ejercicios se realicen lentamente23,33 y con la pelvis estabilizada33. Nunca se debe trabajar esta musculatura con ejercicios pasivos asistidos, en los que incidamos con nuestro esfuerzo sobre el raquis dorsal o lumbar39, ya que se incrementa la flexión de la región lumbar, lo cual puede facilitar los acuñamientos vertebrales anteriores (durante el crecimiento). El ejercicio de flexión de caderas a tocar con los dedos en el suelo es peligroso para cualquier individuo con SIC, debido a la incapacidad de la pelvis para girar de forma adecuada sobre la articulación de la cadera. Esto sitúa el esfuerzo sobre la columna lumbar la cuál puede ser lesionada28 debido al aumento de la presión intradiscal y el desarrollo de fuerzas de cizallamiento23. El mismo ejercicio en posición de sentado es igualmente peligroso34. Un medio para combatir la flexión del raquis (cifosis dorsal) es realizar el ejercicio con las manos en la nuca y la vista dirigida al frente24 o también mediante el cruce de los brazos bajo la espalda manteniendo una postura de aducción de las escápulas33, a fin de mantener recta la parte inferior de la espalda. Respecto a la duración del estiramiento, se ha comprobado que el realizarlo durante 10 segundos es tan efectivo como hacerlo durante 20 ó 30 segundos, pero esto no debe ser considerado como algo fijo, sino como un promedio entre 8-15 segundos7. Los ejercicios de flexibilización se deberán realizar antes y después de la actividad deportiva39. De los diferentes métodos de estiramiento se recomienda el de la FacilitaciónNeuromuscularPropioceptiva45,que consiste en una contracción estática de los isquiosurales durante 6 segundos, seguido de una relajación de 2-4 segundos y un estiramiento pasivo máximo durante 10 segundos. -295- -296-