El Arte de Mirar CÓDICE BONOLA (Museo Nacional de Varsovia, Museo de Bellas Artes de Santiago, otras colecciones. Varios autores). Encandilados por los grandes formatos y el despliegue de colores y materialidades de las pinturas y esculturas del Renacimiento y del Barroco, nos hemos olvidado de la importancia que tuvo, en ese tiempo, la difusión del papel de buena calidad y las posibilidades que abrió entonces el dibujo a la creación artística. POR SANDRA ACCATINO S O B R E L O S G R U E S O S F O L I O S del álbum que más tarde llevaría su nombre, el pintor Giorgio Bonola (1657-1700) encoló, hacia el año 1695, una colección de dibujos realizados por él mismo y por otros artistas, algunos de ellos muy destacados, como Gaudenzio Ferrari, Guido Reni y Correggio. El álbum era una prolongación de su experiencia en Milán como activo integrante de la prestigiosa Academia Ambrosiana y de sus años de estudio en Roma, bajo la influencia de Carlo Maratti, considerado en ese entonces el más importante pintor vivo. El Códice es una muestra fascinante de todas las posibilidades técnicas desarrolladas en torno al dibujo a finales del siglo XVII. Las piezas que reúne fueron realizadas sobre papeles blancos o teñidos de azul, gris, café o amarillo y trazadas con lápiz, pluma o punta metálica, con carboncillo o tiza, sanguina o albayalde, tinta y acuarela. En un tiempo marcado por el deseo de emular, superar y transformar las soluciones y fórmulas artísticas aprendidas y observadas, los dibujos contenidos en el Códice exponen, además, las distintas funciones que cumplían éstos en la creación: hay estudios esquemáticos de composiciones; bocetos de pinturas o grabados; estudios del natural o de otras pinturas; estudios de arquitecturas y esculturas antiguas, de animales y de paisajes; caricaturas, copias de ornamentos y dibujos que pueden ser obras en sí mismos. A partir del Renacimiento, el dibujo fue una prueba del talento y del ingenio de los artistas, de su capaEn la página 60 del Códice, de 49.5 x 31.5 cm., Bonola encoló cidad de recrear y dar un orden a HASTA EL 21 DE AGOSTO, EN LA MUESTRA cinco dibujos que vinculó al pintor Giorgio Vasari. Arriba, un lo visible. Artistas y teóricos lo conprobable dibujo de las horas XIII, XIV y XV del día, realizado sideraron la base de todas las artes «CÓDICE BONOLA. DIBUJOS ITALIANOS DE con pluma y tinta. Bajo él, un dibujo en pluma y acuarela de visuales, la expresión más prístina la figura de un ángel y de una pava, también realizado con “del conocimiento y del juicio for- LOS SIGLOS XVI Y XVII», EL MUSEO NACIONAL pluma y tinta. Más abajo, en papel azul, dos estudios de figuras mado en la mente”, “del concepto DE BELLAS ARTES EXPONE LA TOTALIDAD DE drapeadas realizadas con carboncillo, albayalde y tiza. que se tiene en el alma y de aqueLOS DIBUJOS DEL ÁLBUM QUE PERTENECEN A A un costado, la genealogía pictórica de Vasari, desde Cosimo llo que otros se han imaginado”, Rosselli hasta Giulio Moroni. como escribió el pintor Giorgio SU COLECCIÓN. ES UN IMPERDIBLE. Vasari en sus famosas «Vidas de los más excelentes pintores, escritores y arquitectos» (1568). Cuando Bonola compiló éste y otros álbumes, los hasta que, a mediados del siglo XX, el Museo Nacional de Varsovia recibió dibujos se habían vuelto también preciados objetos de colección en el un bloque equivalente a un tercio del total y les devolvió su autoría. Casi mercado de arte y de antigüedades. Conforme al modelo de la historia simultáneamente, el Museo Nacional de Bellas Artes compró un bloque del arte dominante desde finales del siglo XVI y de acuerdo a la función similar de dibujos a los familiares del arquitecto chileno Manuel Aldunate y educativa con la que fue realizado, el «Códice Bonola» es una suerte de Avaria (1815-1904), quien lo había adquirido un siglo antes en Italia. Recién antología y genealogía gráfica del progreso artístico en Italia. Con sus dibujos en 2004, estudiosos italianos y polacos pudieron vincular ambas secciones y anotados y organizados por escuelas, desde los primeros artistas del Rena- reconstruir el Códice casi en su totalidad. Cuando compiló los dibujos en el álbum, Bonola debió sopesar la distancimiento florentino hasta los pintores milaneses y romanos de finales del siglo XVII, el álbum fue legado por Bonola a la academia de artistas que él cia que separaba a Corconio de los grandes centros en los que se había fundó en Corconio, el pequeño pueblo a los pies de los Alpes y a orillas del desenvuelto como pintor. No pudo calcular, en cambio, que el Códice acalago Orta en el que había nacido. Su descendencia, sin embargo, vendió el baría disperso y fragmentado en lugares mucho más distantes, Varsovia y, álbum, sus folios se dispersaron y el nombre de su compilador desapareció, todavía más, Santiago. SANDRA ACCATINO es académica del departamento de Arte de la Universidad Alberto Hurtado. Ha publicado diversos capítulos de libros, artículos y ensayos sobre pintura europea, arte de la memoria, coleccionismo y artistas chilenos contemporáneos.