anulación parcial del plan general de ordenación urbana de madrid

Anuncio
ANULACIÓN PARCIAL DEL PLAN GENERAL DE ORDENACIÓN URBANA
DE MADRID DE 1997. SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE
JUSTUCIA DE MADRID DE 27 DE FEBRERO DE 2003 Y SENTENCIAS
DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 3 DE JULIO DE 2007 Y 28 DE
SEPTIEMBRE DE 2012. EFECTOS PROVOCADOS POR LAS
RESOLUCIONES JUDICIALES Y SOLUCIÓN ADOPTADA.
ANTECEDENTES
El Plan General de Ordenación Urbana de Madrid fue aprobado definitiva por
acuerdo del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid de 17 de abril
de 1997, publicándose este acuerdo en el Boletín Oficial de la Comunidad de
Madrid de 19 de Abril de 1997, entrando en vigor el 20 de abril de ese año.
Contra el acuerdo de aprobación definitiva se interpuso recurso contenciosoadministrativo, hecho que dio lugar a que, con fecha 27 de febrero de 2003,
el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dictase sentencia con estimación
parcial de los argumentos del recurrente, anulando ciertas determinaciones
que suponían la desclasificación de terrenos clasificados por el Plan General
de 1985 como suelo no urbanizable de especial protección. Esta sentencia
afectaba a 28 ámbitos de suelo urbano y urbanizable del Plan General de
1997.
El motivo de esta anulación se encontraba en la falta de justificación en la
Memoria del Plan aprobado, sobre los motivos que justificaban que estos
suelos habían perdido los valores que llevó al Plan General de 1985 a
protegerlos.
Tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de Madrid interpusieron sendos
recursos de casación que dieron lugar a una nueva resolución judicial, la
sentencia del Tribunal Supremo de 3 de julio de 2007, cuyo fallo dejó sin
efecto la sentencia del año 2003, exclusivamente en cuanto que anulaba
determinados ámbitos, cuya clasificación, como urbanos o urbanizables, no
derivaba del Plan General de 1997, sino de modificaciones del Plan General
de 1985 aprobadas con anterioridad. Por el contrario, la sentencia confirmó
en lo restante los pronunciamientos de la sentencia del TSJ. Conforme a
esta sentencia, los ámbitos que quedaban afectados por los
pronunciamientos de la sentencia del año 2003, pasaron a ser 22, en lugar
de los 28 inicialmente afectados.
Para subsanar el defecto encontrado
por los fallos judiciales, el
Ayuntamiento de Madrid aprobó, con fecha 28 de noviembre de 2007, una
documentación complementaria a la memoria del Plan General de
1
Ordenación Urbana de 1997, relativa a la subsanación de las
determinaciones de la reclasificación del suelo no urbanizable protegido,
justificando la ausencia de valores ecológicos o ambientales en los suelos
reclasificados y anulados, conforme al estudio ambiental llevado a cabo,
disponiéndose asimismo la conservación de los acuerdos de aprobación
definitiva del Plan y otros acuerdos complementarios, al tiempo que confería
eficacia retroactiva a la aprobación de esta documentación complementaria a
la Memoria.
El documento fue aprobado definitivamente por acuerdo del Consejo de
Gobierno de la Comunidad de Madrid de 24 de Enero de 2008.
Sobre este acuerdo se promueven por terceros no personados anteriormente
en el proceso, diversos incidentes de ejecución de sentencia, dictándose por
el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dos autos, uno de 10 de enero de
2011 y otro de 18 de febrero de 2011, el primero desestimando el incidente
planteado y el segundo desestimando el recurso de súplica interpuesto
contra la anterior resolución.
Recurridos en casación ambos autos, se dictan dos sentencias por el
Tribunal Supremo de fecha 28 de septiembre de 2012, cuyos
pronunciamientos dan lugar a los recursos interpuestos y en consecuencia,
acuerdan:
- Anular las resoluciones impugnadas.
- Estimar el incidente de ejecución.
- Anular el acuerdo del Pleno del Ayuntamiento de Madrid de 28 de
noviembre de 2007 y el acuerdo del Consejo de Gobierno de la
Comunidad de Madrid, de 24 de enero de 2008.
De los fundamentos jurídicos de estas sentencias deben destacarse algunos,
por ser básicos para entender las decisiones adoptadas para enervar los
efectos derivados de las mismas fundamentalmente los que se refieren a la
determinación de la naturaleza, carácter y alcance del Plan General.
Las sentencias en diferentes fundamentos, señalan:
Se ha declarado la nulidad de una disposición de carácter general, de
una norma de carácter reglamentario, pues tal es la naturaleza de los planes
urbanísticos....
-
La nulidad se deriva de una flagrante infracción legal....
Este grado máximo de invalidez al que se somete a las disposiciones
generales comporta que los efectos de la nulidad se producen “ex tunc”...
2
desde el momento inicial y por ello no pueden ser posteriormente
enmendados...
El menoscabo para los derechos de los ciudadanos ante la
imposibilidad de cuestionar ese contenido durante la sustanciación del
procedimiento de elaboración de la norma, y fundamentalmente los siempre
sensibles bienes ambientales concernidos en ese cambio de la clase de
suelo...
La nulidad que declara nula una parte de un texto normativo, y no en su
integridad, no diluyen ni merman los efectos de esa nulidad plena....
Conviene reparar, a estos efectos, que esa carencia reviste un carácter
esencial y sustantivo, pues afecta a la comprensión e impugnación del propio
cambio normativo...
Sabido es que los tramites tienen un carácter medial o instrumental al
servicio de una finalidad, que en este caso, insistimos, se conecta con las
garantías del ciudadano y la relevancia del medio ambiente, atendida la
naturaleza del cambio de clasificación realizado.
Desde esta perspectiva, la conclusión jurídica primordial es que la reposición
al ordenamiento jurídico de la parte del reglamento anulada exige los mismos
trámites que le son legalmente exigibles al reglamento entero, desde su
inicio, y como quiera que lo anulado es un documento de revisión, debe
seguirse el trámite de la revisión y formalizarla en los documentos legalmente
previstos.
EFECTOS DERIVADOS DE LA SENTENCIAS
A- EFECTOS JURÍDICOS
Los efectos jurídicos, derivados de las sentencias, son claros:
1- Por un lado, quedan desclasificados parte de los suelos que
componen los 21 ámbitos afectados ( las sentencias desclasifican 22 , pero
los terrenos que componen el ámbito denominado “Desarrollo del EsteEnsanche de Coslada” fueron objeto de una permuta con el Municipio
colindante de Coslada, al haberse producido una alteración de términos
Municipales, por lo que estos terrenos ya no pertenecen al Municipio de
Madrid), recuperando estos suelos la clasificación de suelos no urbanizables
que tenían en el Plan General de 1985.
3
2- Por otro lado, se produce una alteración sustantiva de las
determinaciones estructurantes y pormenorizadas de los ámbitos,
establecidas en el Plan General de 1997, con una importante afección al
estatuto de la propiedad inmobiliaria.
3- Por último, los efectos anulatorios de las sentencias sobre el
Planeamiento son “ex tunc”, es decir, que los mismos se producen, no a
partir de los fallos judiciales, sino que se retrotraen al momento mismo en
que en que se aprobó el Plan General.
B- EFECTOS MATERIALES
Además de esos efectos jurídicos, los fallos judiciales produjeron una serie
de efectos materiales, derivados del tiempo transcurrido entre la aprobación
del Plan General y el pronunciamiento de las sentencias.
El primero de ellos es que una vez que se notificaron las sentencias al
Ayuntamiento, éste paralizó cualquier actividad administrativa respecto de
estos desarrollos, suspendiendo la concesión de licencias y cualquier
procedimiento de urbanización, reparcelación o planeamiento que estuviera
en marcha.
Al respecto, hay que tener en cuenta que cuando se producen los fallos
judiciales habían trascurrido 15 años desde la aprobación del Plan General,
sin que se hubiera llevado a cabo ninguna suspensión del mismo. En
consecuencia el Pan General de Madrid había desplegado todos sus efectos
normativos y urbanísticos a lo largo de todos estos años, encontrándose en
el momento de producirse las sentencias parte de los suelos ya urbanizados
o ultimando esta urbanización, con licencias de obras concedidas y edificios
en marcha, y otra parte con el planeamiento de desarrollo aprobado y la
gestión urbanística ultimada, es decir, con todos los derechos urbanísticos
adquiridos por los propietarios.
Por otro lado, la mayor parte de las infraestructuras públicas previstas en el
Plan se encontraban ejecutadas.
Estas circunstancias provocaron unos efectos de gran calado en la
economía, el empleo y la sociedad civil, para la ciudad de Madrid.
En efecto, estos pronunciamientos afectaban a 8.919 hectáreas, de las
cuales 3.334 quedaban desclasificadas y el resto, esto es, 5.575 hectáreas,
vieron alteradas la validez de su ordenación y su desarrollo.
4
Sobre esas hectáreas se encontraban aprobados proyectos de urbanización
por valor de 3.700 millones de euros, de los cuales ya se habían invertido
por los propietarios, comisiones gestoras y juntas de compensación, más de
1000 millones.
Además de estas inversiones privadas, por las administraciones se habían
ejecutado infraestructuras de gran envergadura que quedaban afectadas,
como infraestructuras Estatales, la T-4 en el Sistema General de Barajas, la
M-50, M-31, M-12,R-2, R-3, el AVE Madrid - Barcelona, y como
infraestructuras de la Comunidad de Madrid, las carreteras M-206, M-203 y
M-45, así como la prolongación de la línea 9 de metro, dándose la
circunstancia de que en muchas de estas infraestructuras, además de
haberse hecho la inversión, los suelos se habían obtenido, y en ocasiones
financiado, a cargo de los derechos de ámbitos afectados por las sentencias,
lo que afectaba de forma grave a los propietarios que cedieron estos suelos.
Así mismo, el desarrollo de todos estos ámbitos incluyen un programa de
creación de viviendas protegidas, en concreto unas 42.500 viviendas. Al
respecto, cuando se producen las sentencias, las primeras promociones de
estas viviendas estaban ya iniciadas, por lo que había una importante
presencia de cooperativas de vivienda, las cuales habían ya comprado los
suelos y se encontraban financiando sus viviendas. Esta situación afectaba a
cerca de 10.000 familias.
Por ultimo, las sentencias se producen en un momento especialmente crítico
en cuanto a la situación económica de la ciudad, la región y el país, con una
tasa de desempleo que hace del acceso al trabajo la principal preocupación
social, calculando que la paralización de estos ámbitos ha puesto en riesgo
unos 3.800 puestos de trabajo directos, sin contar con la creación de empleo
nuevo que se iban a producir en la fase de construcción, que se estima, sólo
en el ámbito de Valdebebas, en unos 80.000, con una duración de dos años.
SOLUCIONES ADOPTADAS
La anulación producida por las sentencias no requiere, en principio, una
actividad especifica de ejecución, ya que las sentencias son declarativas, por
lo que producen directamente los efectos jurídicos que hemos visto, sin que
sea necesaria ejecución alguna.
Además, el Ayuntamiento de Madrid se encontraba, en el momento de
producirse las sentencias, inmerso en un proceso de Revisión del Plan
General de Ordenación Urbana de 1997, por lo que las nuevas
clasificaciones de los ámbitos se podían haber llevado a cabo en este nuevo
proceso de Revisión.
5
Sin embargo, ante las consecuencias tan adversas que provocaban las
sentencias, ni el Ayuntamiento de Madrid, ni la Comunidad de Madrid, podían
permitirse esperar a este proceso de Revisión para dar una solución al
urbanismo de la ciudad, so pena de provocar una catástrofe económica y
social.
Ante ello, los mecanismos para dar solución al problema planteado se
pusieron en marcha, y para ello se tuvieron en cuenta que las sentencias en
ningún momento cuestionan el modelo territorial del Pan General de 1997, ni
tampoco cuestionaban si la reclasificación de los suelos de no urbanizables
a urbanizables debía llevarse a cabo o no.
Ambos tribunales, el Tribunal Superior de Justicia y el Tribunal Supremo,
anularon la reclasificación de suelo “por falta de motivación”, es decir, por
falta de justificación en la memoria del Plan General de 1997 sobre la perdida
de los valores que habían sufrido los suelos y que llevó al Plan General de
1985 a su clasificación como no urbanizables protegidos.
Ante ello, se llegó a la conclusión de que se podía y debía restablecer la
integridad del PGOU 1997 mediante la rehabilitación de las determinaciones
clasificatorias que habían sido anuladas o la modificación de las mismas
cuando los valores protegibles perduren, sobre la base siempre de un
estudio científico que avalara cada decisión que se tomara.
Así mismo, se llegó a la conclusión de que esta actividad dirigida
fundamentalmente a enervar los efectos anulatorios de las sentencias, debía
llevarse a cabo tramitando un nuevo expediente, con una nueva propuesta
de ordenación, que cumpliendo con el procedimiento previsto en la normativa
urbanística para la Revisión de los Planes Generales (pues este
procedimiento es el más acorde con los principios de seguridad jurídica y de
participación pública en las decisiones de planeamiento), en el que se
proceda “ex novo” a motivar y justificar, en su caso, la recalificación de
aquellos suelos antes clasificados cómo no urbanizables protegidos que
realmente y jurídicamente hubieran perdido sus valores.
Para ello fue necesario:
Identificar para el suelo afectado de cada ámbito su capacidad de
cambio de clasificación, en función de sus condiciones y valores
ambientales. Esto se hizo llevando a cabo un informe de sostenibilidad
ambiental, en el que se tuvo en cuenta el estado de los suelos en 1985, su
estado en 1997, y su estado actual.
-
Tramitar una Revisión Parcial de las determinaciones del Plan General
6
de 1985 aún vigentes, por mor de las sentencias, culminando su proceso y
devolviendo el marco jurídico y urbanístico completo al Plan General de
1997.
Modificar los ámbitos afectados que resultaron viables para la
transformación urbanizadora, para incorporar las determinaciones que
corresponden al grado de desarrollo alcanzado con fecha previa a las
sentencias.
PROBLEMAS SURGIDOS TRAS TOMAR LA DECISIÓN DE LLEVAR A
CABO UNA REVISIÓN PARCIAL DEL PLAN GENERAL DE 1985 Y UNA
MODIFICACIÓN DEL PALN GENERAL DE 1997
Tomadas las decisiones, se planteaban no obstante múltiples problemas:
1.
El primero era un problema de tiempo. No hay duda que llevar a cabo
todo un proceso de Revisión era lo que daba seguridad jurídica a los
ámbitos, pero se tardaría, como mínimo, un año en poder tenerlo aprobado
definitivamente, y existiendo una presión social tan fuerte era necesario
adoptar una medida que solventara el problema tiempo.
2.
No sólo fue recurrido el Plan General, sino que se han recurrido
numerosos actos administrativos que no podían ser salvados con la Revisión
que se llevara a cabo, cómo proyectos de urbanización, reparcelaciones o
licencias de obras ya concedidas.
3.
La legislación urbanística había cambiado desde el año en que se
aprobó el Plan General de 1997, y al haberse ya transformado parte de los
suelos, muchos ámbitos, pudiendo ser viable su transformación urbanística,
no podían cumplir las exigencias de la nueva Ley.
Para solventar estos problemas se plantearon varias opciones:
Utilizar el artículo 70 de la Ley 9/2001, del Suelo de la Comunidad
de Madrid, el cual permite a la Comunidad de Madrid
suspender
cautelarmente determinados Planes de Ordenación cuando su ejecución
afecte “negativamente al interés regional”. Esta suspensión permite la
redacción de unas normas transitorias que “legitimen” los actos jurídicos
consecuencia de los declarados nulos. Dichas normas transitorias podrían
ser el conjunto de determinaciones de planeamiento y gestión aprobadas, lo
que comportaría la conservación de todos los actos de ejecución
(urbanización, edificación, reparcelación, etc).
7
Utilizar una Ley Especial, que respetando el artículo 103 de la
LJCA y la doctrina constitucional acerca de las denominadas “validaciones
legislativas”, estableciera un derecho transitorio. Fórmula que ha sido
admitida por el Tribunal Constitucional en sentencias 73/2000 y 312/2006, de
8 de noviembre, afirmando que el legislador puede establecer limites al pleno
acceso a la ejecución de las sentencias (tutela judicial efectiva), siempre que
sean razonables y proporcionales para fines o bienes constitucionalmente
protegidos.
Ninguna de las dos fórmulas daba la suficiente seguridad jurídica, por lo que
no se adoptó ninguna de estas medidas y se solucionaron los problemas de
la siguiente manera:
A.- Para solucionar el problema de tiempo, se llevó a cabo una labor de
coordinación entre todas la Administraciones con competencias en la
elaboración, tramitación y aprobación de la Revisión del Plan General
(Estado, Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Madrid).
Cada Administración se comprometió a cumplir unos plazos previamente
establecidos, tanto para redactar el documento, como para emitir informes y
llevar a cabo los distintos acuerdos de aprobación, teniendo cada organismo
una persona dedicada a coordinar este expediente.
Esta fórmula ha permitido que el expediente de Revisión Parcial del Plan
General de 1985 y la Modificación del Plan General de 1997, se pudiera
aprobar en un plazo de 6 meses, plazo nunca visto en un expediente de esta
envergadura, con 45 informes de distintos organismos, Avance, aprobación
inicial, exposiciones al público, resolución de alegaciones, aprobación
provisional y aprobación definitiva.
B.- Para solucionar el problema legislativo, la Comunidad de Madrid,
completando el marco jurídico básico de referencia que era la legislación
estatal del suelo (TRLS del 2008) y la Ley del suelo autonómica (Ley
9/2001), al aprobar la Ley 8/2012, de 28 de Diciembre, de Medidas Fiscales y
Administrativas, incluyó una Disposición Adicional Sexta que establecía los
siguiente:
“La modificación o revisión del Plan General que hubiera sido
declarado parcialmente nulo por sentencia firme se llevará a efecto de
conformidad con la legislación vigente al tiempo de la aprobación
definitiva de aquel.”
Lo previsto en el párrafo anterior sólo será de aplicación en los casos en que
los ámbitos del Plan General declarados nulos hayan contado con Plan de
Sectorización o instrumento de desarrollo aprobados. En este caso, tanto el
8
Plan de Sectorización cómo los instrumentos de desarrollo, se regirán por la
normativa vigente en el momento en que fueron aprobados.
La primera cuestión que planteó esta Disposición era su compleja
interpretación, llevándose a cabo una interpretación de la misma en función
de su análisis sistemático, que llevó a aplicar al expediente distintas
legislaciones, en la forma siguiente:
En cuanto al procedimiento y documentación en la que se
concreta la nueva propuesta de planificación, se aplicó la Ley del Suelo
actual (Ley 9/2001, de 17 de Julio), la cual es más formalista que la que
se aplicaba en año 1997, y el Texto Refundido de la Ley del Suelo
Estatal del año 2008 incorporando la documentación que prescriben
sus artículos 11 y 15, que incluyen los nuevos informes de
Sostenibilidad Ambiental y el de Sostenibilidad económica.
En cuanto a las determinaciones del Planeamiento general,
teniendo en cuenta la heterogeneidad del régimen jurídico aplicable a
cada ámbito o sector, se optó por la aplicación de la legislación vigente
en el año 1997 a la clasificación del suelo y a las determinaciones
estructurantes del nuevo Plan General, aplicándose la Ley del Suelo la
Comunidad de Madrid vigente en el momento de aprobación de cada
planeamiento de desarrollo para las determinaciones pormenorizadas.
C.- Por ultimo, y para salvaguardar la validez de los actos administrativos
dictados, se optó por dar efectos retroactivos a la ordenación que ahora se
incorpora en la nueva Revisión, favoreciendo con ello la estabilidad del
derecho, disminuyendo la incertidumbre jurídica y protegiendo la confianza
legitima de los ciudadanos.
Esta disposición incluida en la Revisión ciertamente es controvertida, ya que,
cómo regla general, el art.2.3 del Código Civil establece que “las leyes no
tendrán efecto retroactivo si ni dispusieran lo contrario”, irretroactividad que
igualmente proclama el art. 9.3 de la Constitución Española, en relación con
las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos
individuales, pero “a sensu contrario”, las sentencias del Tribunal
Constitucional de 3 de febrero de 1981 y 7 de Mayo de 1981, apoyan la
existencia de una retroactividad de las normas favorables.
Pero además, el Plan General es una norma reglamentaria, no una Ley, tal y
como exige el Código Civil, por lo que también existe la cuestión de si es
posible dotar a un Reglamento de efectos retroactivos. Esta cuestión, según
una corriente doctrinal actual que atempera el rigorismo que existía, admite
esta retroactividad. Esta doctrina viene a decir que “es posible dotar de
retroactividad a un Reglamento subsanador de otro anterior declarado
9
invalido, justificándola en razones de interés público, para evitar los vacíos
normativos y que ciertos intereses dignos de protección queden
desamparados durante el periodo que media entre la fecha de entrada en
vigor del Reglamento inválido y el momento en que se publica el Reglamento
subsanador, favoreciendo así la estabilidad del derecho, disminuyendo la
incertidumbre jurídica y protegiendo la confianza legitima de los ciudadanos
en la validez de las disposiciones que les afectan”.
SITUACIÓN ACTUAL
La Revisión Parcial del Plan General de 1985 y la Modificación del Plan
General de 1997, se aprobó definitivamente por acuerdo del Consejo de
Gobierno de la Comunidad de Madrid de 2 de Agosto de 2013.
Una vez aprobado, los ámbitos anulados quedaron de nuevo clasificados en
urbanos, urbanizables y no urbanizables, conforme a las características
ambientales que tienen, en el momento actual, justificándose debidamente
esta clasificación en el informe de Sostenibilidad Ambiental que acompaña al
expediente, y los mismos fueron dotados de aquella normativa específica
que correspondía a su situación física actual.
Su entrada en vigor, hizo que se reanudara la actividad de ejecución de los
mismos.
Sin embargo, durante este año de vigencia de la nueva normativa se están
produciendo una serie de acontecimientos que están paralizando de nuevo el
desarrollo de estos ámbitos.
Estos acontecimientos son:
- Se están produciendo sentencias del TSJ que están anulando
Planeamiento de desarrollo de los ámbitos. Esta anulación no produce
efectos prácticos, dado que la nueva normativa ha establecido la nueva
clasificación conforme al estado de desarrollo que tiene cada ámbito,
incluyendo toda la ordenación pormenorizada que requiere su grado de
urbanización, por lo que no requieren, en estos momentos,
planeamiento de desarrollo alguno.
- Se están resolviendo los recursos planteados, en relación a Proyectos
de Urbanización y Reparcelaciones aprobadas, siendo todos los fallos
judiciales anulatorios de estos instrumentos. Estas sentencias, sí que
están paralizando de nuevo los ámbitos, ya que hay que reponer, de
nuevo estos instrumentos, conforme al nuevo Plan General.
10
Al respecto, hay que señalar, que si los proyectos de urbanización no
plantean problemas respecto a su nueva aprobación, no ocurre lo
mismo con las Reparcelaciones, cuya reposición, plantea problemas
jurídicos de gran envergadura. Téngase en cuenta, que dado el grado
de desarrollo de los ámbitos, las fincas originales ya no existen y sobre
las fincas de resultado, ya no coinciden los propietarios originales,
existiendo segundos o terceros adquirentes de buena fe, además los
nuevos titulares, ya son individuales sino que los nuevos propietarios,
encontrarse las parcelas construidas, son propietarios en proindiviso, lo
que hace que la redacción del nuevo proyecto de reparcelación sea
tremendamente complejo.
- Se han recurrido muchas de las licencias de obras concedidas, no
todas. Sobre estas licencias de obras impugnadas, los juzgados de lo
contencioso-adminsitrativo, se están comportando de distinta manera,
unas han sido suspendidas de forma cautelar, pero, en otras no se ha
admitido esta suspensión cautelar.
- Conforme a lo anterior, aquellas licencias de obras que no han sido
objeto de recurso alguno, y que por lo tanto son licencias firmes, y
aquellas que no han sido suspendidas, han seguido su ejecución, hasta
terminar las obras, por lo que por parte del Ayuntamiento se ha
procedido a dar las licencias de primera ocupación.
- Sobre estas licencias de primera ocupación, de forma sorprendente
está ocurriendo lo siguiente:
a- Todas sin faltar ninguna son recurridas
b- En todas se solicita suspensión de las licencias
c- Los Juzgados de lo Contencioso están dictando
autos admitiendo la suspensión cautelar e incluso,
alguno admitiendo la cautelarísima, incluso sobre
licencias firmes.
Esta situación, desde luego es preocupante, ya que parece que no se
está teniendo en cuenta, en absoluto, que los actos administrativos solo son
directamente recurribles, sin que quepa recurso indirecto sobre los mismos,
por lo que si no se ha recurrido una licencia de obras de forma directa, no
puede ser recurrida la licencia de primera ocupación, ya que la licencia de
primera ocupación no es posible si no hay una previa licencia de obras, por
lo tanto si la licencia de obras es firme, no cabe aprovechar la licencia de
primera ocupación para plantear un problema de validez de validez del
planeamiento en que se amparó la licencia de obras concedida, y si este
11
planeamiento ha sido ya declarado invalido, no cabrá extraer consecuencias
de ello para declarar invalida la licencia de primera ocupación, de otro modo
se llega a una situación no querida por el ordenamiento jurídico, como es que
se podría declarar invalida la licencia de primera ocupación de un inmueble
sobre el que no se pueden adoptar medidas de disciplina urbanística por
efecto de la firmeza de la licencia de obra al amparo de la que se edificó.
En definitiva, a día de hoy los desarrollos urbanísticos de la ciudad de Madrid
continúan parados, paradójicamente, solo aquellos cuya ejecución está muy
avanzada o prácticamente finalizada.
DEBATES QUE DEBIAN PLANTEARSE
Así las cosas, considero que deben buscarse soluciones, a determinados
temas, como:
- Como paliar los efectos del tiempo que transcurre entre la impugnación
de un planeamiento y las resoluciones judiciales sobre el mismo,
evitando que los fallos judiciales, se produzcan cuando, el daño a otros
intereses generales distintos del que se pretende proteger con el
recurso, son del mismo calado o incluso mayores, y estos quedan sin
tutela judicial.
- La necesidad de que los tribunales de justicia, cuando la acción pública
se plantea tras años de aprobarse un planeamiento, ponderen los
distintos intereses públicos en juego, para la admisión de esta acción
pública.
- La necesidad de que se produzca un desarrollo legislativo sobre la
figura de la acción pública, en la que se pongan determinados límites o
requisitos para su ejercicio, ya que, en otro caso, en materia de
urbanismo, ninguna actuación adquiere firmeza a lo largo de los años,
ya que como se ha comprobado en el caso de Madrid, la acción pública
se ha admitido, sin que hubiera sido parte en el recurso principal y
apareciendo tras 11 años de vigencia del Plan General
Madrid, 22 de octubre de 2014
Beatriz Lobón Cerviá
Coordinadora de la Oficina de Planificación Urbana
Área de Gobierno de Urbanismo y Vivienda
Ayuntamiento de Madrid
12
Descargar