el interés superior del niño y la prescripción de la obligación

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Doctrina
Los efectos de la transmisión y adquisición de los títulos valores mortis
causa: Una mirada a la legislación actual.
Erika Valdivieso L.1
Juan David Perales D. 2
RESUMEN
En el presente trabajo, los autores analizan la posibilidad de la transmisión de los títulos valores a
transmisión frente a terceros. Para ello, analizan las normas civiles de sucesión y la Ley de Títulos
Valores y se exploran los efectos que la aplicación de cada sistema normativo tendría sobre los
derechos contenidos en los títulos valores.
Palabras Clave: títulos valores, sucesión, endoso, cesión de derechos
SUMARIO
I. Introducción. II. Los títulos valores a la orden y los bienes heredados, 2.1.
Naturaleza de los
Títulos Valores a la Orden, 2.2. Adquisición de bienes por herencia, 2.3. Calidad de bien mueble de
los Títulos Valores. III. El endoso, 3.1. Concepto, 3.2.
Naturaleza Jurídica, 3.3. Efectos. IV. La
transmisión de los títulos valores mortis causa y su regulación en el ordenamiento jurídico, 4.1.
Naturaleza de la adquisición por herencia: transmisión de la propiedad. 4.2. Adquisición de los
Títulos Valores por cesión de derechos. 4.3. ¿Es posible aplicar a la transmisión de título valores
mortis causa, los efectos del endoso? 4.4. Los efectos de la adquisición de los títulos valores mortis
1
causa. A modo de conclusión
1Abogada.
2Abogado.
Profesora del Área de Derecho de la Empresa de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo
Profesor del Área de Derecho de la Empresa de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo
ISSN2222-9655
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la orden por medios distintos al endoso, como la sucesión mortis causa, y los efectos de dicha
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I.
Doctrina – Erika Valdivieso L - Juan David Perales
INTRODUCCIÓN
El endoso es la forma natural de transmisión de los títulos valores a la orden. Se trata de una
institución eminentemente formal, pues de esta manera se corresponde con la finalidad que
persigue: permitir la transmisión de la propiedad del título valor como cosa mueble. El
efecto principal del endoso es la legitimación del nuevo titular. Su formalismo se aprecia en
la rigidez del texto de la Ley de Títulos Valores (LTV) que distingue entre requisitos
esenciales y no esenciales, llegando a sancionar la omisión de alguno de los primeros con la
invalidez del título.
Ahora bien, el endoso – si bien la más usual - no es la única forma en la que se pueden
transmitir los títulos valores. Una forma particular de transmitir la propiedad de un título
valor, aún sin que conste la firma y el nombre del tenedor se presenta en la sucesión mortis
causa.
En el presente trabajo, se abordará este tema, para lo cual se desarrollarán los modos de
adquirir un título valor a la orden, la calidad de bienes muebles de los títulos valores, la
forma de adquisición en la sucesión hereditaria, así como los efectos de la adquisición por
cesión de derechos o por endoso. Además se plantea la posibilidad de dotar a la transmisión
de los títulos valores mortis causa de los efectos el endoso.
II.
LOS TÍTULOS VALORES A LA ORDEN Y LOS BIENES HEREDADOS
2.1.
Naturaleza de los Títulos Valores a la Orden.
Se define al título valor como aquel que “documenta un derecho literal y autónomo,
al que corresponde una obligación a cargo de su emisor, que aparece manifestada en
el propio documento y a cuyo cumplimiento puede ser compelido quien emite el
título, por quien resulte ser su legítimo tenedor”3. Sin embargo, la propia definición
nos sugiere la necesidad de cuestionarnos, ¿cómo puede el deudor quedar obligado
simple, directa y precisamente en los términos textuales del título solo por su
2
suscripción? Y si es así ¿acaso es suficiente con la firma del emisor del título, o se
3
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requieren otras condiciones o presupuestos?
GARCÍA PITA Y LASTRES, José. 2004, 117
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En este sentido, la teoría contractual, afirma que el fundamento de la obligación está
en la entrega y no en la redacción del documento, porque “la escritura no es una
declaración de voluntad y que es sólo la desposesión del documento la que permite
deducir que coinciden el contenido del documento y la declaración de voluntad, sólo
mediante la entrega del documento surge el acto jurídico”4. Sin embargo, podemos
señalar que para la existencia y validez de un título valor, no hace falta la coincidencia
de voluntades entre deudor y acreedor, ni tampoco la entrega del propio documento.
Tal es así, que un título valor puede empezar a circular incluso contra la voluntad de
su emitente (sustracción extravío o pérdida), y la consecuencia será que el deudor se
encontrará obligado a cumplir con la promesa expresada en el documento, salvo que
pruebe la mala fe del tenedor del título, sin embargo, incluso para esta posibilidad el
ordenamiento presume la buena fe del tenedor5. En orden a estas consideraciones
podemos mencionar que en cierta forma ni la posesión del tercero, ni la coincidencia
de voluntades determina la existencia de la obligación sino su eficacia, pues no será la
esencia de los títulos valores la de ser un contrato.
Por otro lado, la Teoría de la creación pura, sostiene que “la nueva obligación
incorporada en el título valor descansa o se apoya sobre el puro y simple acto de
libramiento, sobre la base de una promesa unilateral de pago no recepticia, la cual a
su vez se manifestará por la suscripción o creación del documento, sin importar la
forma en la que hubiere entrado en circulación, incluso si ésta circulación se debiera a
circunstancias ajenas a la voluntad del deudor”6, en este sentido, la posesión o no de
un tercero no condiciona la existencia de la obligación, aunque sí queda suspendida la
eficacia del mismo a ésta. Esta teoría supone que la obligación quede sometida a una
especie de efecto suspensivo, siendo necesaria la concurrencia de un sujeto
legitimado por la posesión del título para hacerlo efectivo7. En este caso, la
KARSTEN SCHMIDT. 1997, 99.
Para eludir este inconveniente, el de justificar la obligación del deudor aún con quienes no ha realizado el
contrato, SAVIGNI propuso la tesis de la existencia de un contrato “cum incerta persona”. Porque el deudor no sabe
quién será el acreedor definitivo, sólo sabe que deberá pagar o someterse al ejercicio del derecho documentado
respecto de la persona que le presente el documento.
6 Ibíd. También cabe agregarle la posibilidad que el documento llegue a poder de un tercero, el cual gozaría de la
misma legitimación que los otros adquirientes del título, a pesar de que no exista justa causa
7 En este punto, LA LUMIA distingue entre perfección y eficacia del negocio documental; es decir, que el título
valor se perfecciona con la voluntad unilateral del emisor/deudor, sin embargo, sólo tendrá eficacia plena en el
4
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legitimidad para exigir los derechos contenidos en el título valor se determina por la
posesión del mismo, independiente de la causa que generó dicha posesión por el
tenedor. Aunque la propia teoría pone un límite: la buena fe del tenedor, a fin de
evitar situaciones poco equitativas respecto del deudor, sin embargo, aún en este
caso, la buena fe se presume, es decir que corresponderá al deudor la carga de la
prueba contra el poseedor, quien, hasta que no se pruebe lo contrario, tendrá la
calidad de tenedor legítimo del título valor8.
GARRIGUES, con una posición mucho más crítica cataloga esta teoría como
insostenible para explicar el fundamento de los títulos valores, en tanto que “la
redacción del título sólo crea la posibilidad de que nazca la obligación, sea mediante
un contrato de entrega, sea mediante la adquisición de buena fe. Pero normalmente
es la entrega del documento la que hace que se destaque del deudor la declaración
expresada en el documento. La simple redacción del título es la base objetiva de una
relación jurídica, pero no es todavía una relación jurídica”9.
Una de las más recientes teorías es propuesta por la doctrina española, la Teoría de la
obligación ex lege; que apela a recursos extra negociales para definir la naturaleza del
título valor, así, el deudor que suscribe un título valor se obliga frente al tenedor
inmediato o los siguientes tenedores legítimos “porque así está reconocida por la
ley”10, sin que hubiese necesidad de determinar su fundamento toda vez que el
fundamento de la obligación se encuentra determinada por la ley. Y en este sentido,
“las normas legales sobre títulos valores han nacido para satisfacer las exigencias del
tráfico y pueden ser explicadas sin necesidad de tomar partido por alguna de las
teorías antes señaladas”11. Sin embargo, la Ley no puede exigir el cumplimiento de
una obligación por su solo imperio, pues ¿quién pagaría una obligación que no haya
surgido por una relación causal entre deudor y obligado? Consideramos que esta
teoría intenta simplificar la esencia de los títulos valores a una obligación legal sin
10
Defienden esta teoría GARRIGUES, Joaquín; Op. Cit., p.102, RUBIO GARCIA-MINA.
11
GARRIGUES, Joaquín; Op. Cit., p.102
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momento en que sale de la esfera de dominio del deudor y pasa a manos del tenedor. Cfr. GARCÍA PITA Y
LASTRES, José, Op. Cit. 125.
8 Así, nuestra Ley de Títulos Valores, en sus Art. 12º, 16º y 104º parecen apoyar esta teoría.
9 GARRIGUES, Joaquín; 1987, p.103
4
tener en cuenta que la propia legislación cartular se ha creado en base a la costumbre
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comercial, la cual ha surgido necesariamente por la voluntad de las partes, deudor –
acreedor, en virtud de asegurar el cumplimiento de la obligación facilitando el tráfico
jurídico. La Ley entonces sólo ha acogido esta realidad y la ha dotado de
características y exigencias para su eficaz funcionamiento. Por consiguiente, no
podemos considerar como naturaleza jurídica de los títulos valores la regulación
jurídica establecida para los mismos. No se puede encontrar la esencia de toda
realidad jurídica únicamente en las leyes, pues éstas siempre estarán determinadas
por las características y por la finalidad para las que fueron creadas.
Como se ha visto, nuestra LTV parece recoger algunos aspectos de la teoría del
negocio jurídico unilateral. Sin embargo, es necesario agregar que esta manifestación
unilateral, expresa y cierta de voluntad, incorporada como obligación en el título,
requiere para su eficacia, salir de la esfera del deudor. Asimismo, debe considerarse la
posibilidad de que, si saliera de la esfera por causa no imputable a la voluntad del
deudor, éste título valor será completamente eficaz, aunque con posibilidad de
contradecirlo en base a argumentos de mala fe y falta de titularidad del derecho
contenido en el título que dicho tenedor posee, debido a la falta de justa causa en su
adquisición.
2.2.
Adquisición de bienes por herencia.
El término sucesión tiene teóricamente dos acepciones: una extensiva, según la cual
se denomina sucesión a toda transmisión patrimonial, tanto las efectuadas inter vivos
como las efectuadas mortis causa. Y una acepción restringida, limitada al último
concepto, empleándose actualmente de manera única en su acepción restringida12.
La sucesión mortis causa es la subrogación de una persona en la posición jurídica de
otra por causa de muerte, y es una forma de adquirir la herencia que es el objeto de
la sucesión, el patrimonio dejado por el causante, constituido por sus bienes, deudas
y otros derechos transmisibles por causa de muerte, que pasan a los sucesores13. Así,
Página
5
mientras la sucesión es la transmisión por causa de muerte, el sentido objetivo,
12
13
Cfr. LANATTA, Rómulo E. 1981, 13.
Cfr. LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo. 1995, 63.
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concreto y propio de la herencia es el patrimonio materia de sucesión14. Para
Zannoni, la sucesión es la transmisión de derechos activos y pasivos que componen la
herencia de una persona muerta, a la persona que sobrevive, a la cual la ley o el
testador llama para recibirla. En este sentido, para el autor, en la sucesión mortis
causa no cabe hablar, propiamente, de una transmisión como medio de adquirir el
dominio, sino una atribución que supone adquisición en virtud de la Ley, del conjunto
de titularidades transmisibles por el causante15.
La sucesión participa de la naturaleza jurídica de los derechos reales, y es un modo
derivativo y gratuito de adquirir, por causa de muerte, bienes derechos y obligaciones
del causante16.
BORDA sostiene que en el sistema de la sucesión, el heredero no ocupa el lugar del
difunto, siendo un liquidador del patrimonio de éste, pagando las deudas del de cujus,
y recibiendo el remanente que quedare17. En este sentido, la transmisión de los
bienes, derechos y obligaciones que constituyen la herencia se da en el momento
mismo de la muerte del causante, aunque en ese momento se ignore quienes son o
resulten ser los sucesores, los cuales entraran en la posición del causante respecto de
los derechos que hereden18.
Conforme lo establece el artículo 660 del Código Civil (CC), esta transmisión se da de
pleno derecho, lo que significa que no es necesario el conocimiento por parte de los
sucesores de la muerte del causante para que se realice la transmisión, la cual opera
de manera automática al cese del último. Por lo tanto, “no hay necesidad de más
documento que el testamento o la declaratoria judicial de herederos, para que todos
los bienes que eran titularidad del causante al momento de su deceso, sean
Cfr. LANATTA, R. Citado por LOHMANN LUCA DE TENA. 1995, 63.
Cfr. ZANNONI, Eduardo A. 1980, 22.
16 Cfr. LANATTA, Rómulo E. 1981, 13.
17 Cfr. BORDA, Guillermo A. 1975, 13.
18 Por ejemplo, si el causante era propietario de un bien mueble, esa misma situación jurídica respecto del bien la
ocuparan sus herederos, por el contrario, si el causante ocupaba el lugar de deudor dentro de algún contrato
mutuo, los herederos ocuparan este lugar y pagaran dicha deuda hasta donde alcancen los bienes dejados por el
causante.
14
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transferidos a favor de sus herederos”19, aunque como ya se mencionó la propiedad
de los mismos se adquiere a la muerte del de cujus.
Ahora bien, los herederos pasan a ocupar la situación jurídica que el causante tenía
respecto de los bienes que conforman la masa hereditaria. El supuesto que
trabajaremos ahora será aquel en el que todo o parte de la herencia se encuentre
conformado por títulos valores en los que el causante se encontraba en la calidad de
acreedor. En este caso, y como primera conclusión, podemos señalar que los
herederos tendrían que ocupar el lugar de titulares legítimos de los derechos de
crédito consignados en estos títulos.
2.3.
Calidad de bien mueble de los Títulos Valores.
Uno de los aspectos fundamentales de los títulos valores es su perspectiva dinámica
en condición de objeto de tráfico jurídico de bienes in commercium20. El artículo 333°
del CC establece que “todas las cosas que son o pueden ser objeto de apropiación se
consideran bienes muebles o inmuebles”. Desde esta perspectiva la condición de los
títulos valores como cosas y su proximidad al resto de cosas muebles corporales,
como las mercancías, determina su aptitud para ser objeto de relaciones de
apropiación21. La incorporación del derecho de crédito en un documento y la aptitud
para circular mediante la traditio, le dan a los títulos valores, esta condición de bienes
muebles.
Como bien sabemos el patrimonio objeto de la herencia consta de dos elementos: el
activo conformado por la parte de derechos de carácter real y el pasivo, las
obligaciones. Dentro de las primeras podemos ubicar a los títulos valores. Heredar
títulos valores supone adquirir la propiedad (y con ella la titularidad) de los derechos
de crédito contenidos en estos22. Así RAMIREZ FUERTES señala que “el derecho a
20
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Exp. Nº 1776-98 del 19/11/98. Cuadernos Jurisprudenciales Nº 19. Lima: Gaceta Jurídica. Enero 2003, 23.
Cfr. GARCÍA PITA LASTRES, José Luís. 2004, 138.
21 Ibídem, 139.
22 Cfr. MIRANDA CANALES, Manuel. 1996, 50. Parte de los bienes y derechos de transmisión sucesoria son
precisamente la propiedad y posesión de los bienes muebles e inmuebles
19
7
heredar esta profundamente vinculado al derecho de propiedad y, por consiguiente,
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participa de las mismas características del derecho de propiedad patrimonial, por lo
tanto, podemos afirmar que el derecho de herencia es un derecho real”23.
III.
EL ENDOSO
3.1.
Concepto.
Es un negocio jurídico cartáceo, por cuya virtud el tenedor legítimo de un título de
legitimación nominal formula en el mismo, un mandato u orden incondicionada, que
tendrá que ser respetada por el deudor o emisor, y considerar como tenedor legitimo
a otra persona, frente a quien se encuentra obligado a cumplir con la prestación
contenida en el título y goza además, del pleno ejercicio de los derechos
incorporados, sea por propia cuenta o en interés ajeno24.
Se entiende que es la forma de transmisión exclusiva de los títulos valores a la orden.
Es “un acto jurídico cartular, unilateral y abstracto que contiene una orden de pago
que proviene del primer tomador del título, o de un precedente endosatario y que
presupone la existencia de un título a la orden, ya creado o circulante”25. BEAUMONT
CALLIRGOS añade que es también una declaración autónoma, típica y formal por la
cual el endosante ordena al deudor que cumpla con la prestación a favor del
endosatario.
Es unilateral, porque el endosante no necesita de la aceptación o el consentimiento
del deudor para realizar el endoso.
Es cartular, porque es una institución exclusiva del derecho cambiario, con sus
características propias; en tanto que para transmitir derechos en el ámbito civil se
tienen la cesión de derechos.
Es abstracto, porque es independiente de la causa que genera la transmisión del
título.
RAMÍREZ FUERTES, Roberto. 2003, 3.
Cfr. GARCÍA PITA Y LASTRES. 454.
25 MONTOYA MANFREDI, Ulises, Op. Cit., p. 55
23
24
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este sentido el deudor no puede oponer al endosatario las excepciones basadas en
8
Es autónomo, porque el endosatario adquiere el título en vía originaria (ex novo) y en
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sus relaciones personales con el endosante, ni hacer referencia al título que originó el
endoso (relación causal).
El endoso cumple tres funciones, (i) función de transmisión; porque en virtud del
endoso el endosatario adquiere los derechos emergentes del título, con la
característica de autonomía; (ii) función de legitimación; que surge directamente de
su mención en el texto del documento y (iii) función de garantía, porque existe la
responsabilidad personal de cada endosante frente al endosatario para el
cumplimiento de la obligación contenida en el título26.
3.2.
Naturaleza Jurídica.
El endoso transmite la propiedad del título. Al endosar, el endosante renueva la orden
que dio el emisor y asume como éste una obligación subsidiaria al pago del título.
Diversas teorías intentan explicar la naturaleza jurídica del endoso, desde compararlo
a una delegación con efectos más amplios, afirmar que el endoso es una traditio
documentada sobre el documento, hasta manifestar que es un contrato entre el
endosante y endosatario materializado en el mismo documento que contiene el
derecho, por el cual el obligado principal tendrá otro acreedor.
El endoso podría considerarse un contrato constitutivo de la obligación del
endosante, es decir un contrato con eficacia obligatoria u obligacional, pero esto
funcionaría sólo en endosos plenos y traslativos, más no en los demás27. Debido a ello
somos de la postura que fusiona la teoría de la tradición y la del contrato, puesto que
si bien el acto de endoso es un concierto de voluntades, es indispensable la tradición
del documento para la legitimación de los derechos y acciones que emanen del
documento.
Efectos.
Página
Dados los alcances de esta investigación sólo mencionaremos los efectos del endoso
pleno, debido a la naturaleza de la transmisión sucesoria plena de los títulos valores
en una sucesión, estos son:28
BEAUMONT CALLIRGOS, Ricardo, y otro, Op. Cit. p. 189 – 190
Entiéndase por otros endosos: en procuración, en fideicomiso o en garantía.
28 GARCÍA PITA Y LASTRES. Op. Cit. p. 452
26
27
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9
3.3.
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a)
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La transmisión de la propiedad del título como “res” y la titularidad de los
derechos incorporados o resultantes de dicho título.
b)
La creación – por consecuencia de lo anterior- de derechos nuevos e
independientes en cada endosatario, que lo convierte en un adquirente
originario de esos derechos y no en un adquirente derivativo que dependa de la
relación cartular anterior.
c)
La adquisición de plenos efectos legitimadores, tanto a favor del endosatario
(legitimación activa), como del deudor (legitimación pasiva).
Para que los efectos del endoso se produzcan, se necesita la concurrencia de dos
requisitos: “título” (la declaración expresa en el documento), y modo o tradición
(entrega del documento al endosatario). Para que se produzca el efecto traslativo, es
necesario que el endosante tenga la legitimación necesaria para poder endosar el
título y el endoso sea válido y que la cadena de endosos sea regular. Si hay una
interrupción de la cadena de endosos, se invalidan todos los posteriores29.
El endoso convierte al endosatario en propietario del título, legitimándolo a ejercer
las acciones necesarias para exigir la obligación cambiaria (titular).
Todo endosante garantiza la aceptación y el pago de la obligación cambiaria. Este
efecto se explica desde dos puntos de vista:
- Económico: el endosante al transferir el título asume una obligación frente al
endosatario junto a los anteriores endosantes y al obligado principal. Sin embargo
el ordenamiento jurídico permite que el endosante se excluya de esta obligación
de garantía por medio de la cláusula “sin responsabilidad”.
- Formal: Quien firma un título se compromete a su cumplimiento.
IV.
LA TRANSMISIÓN DE LOS TÍTULOS VALORES MORTIS CAUSA Y SU REGULACIÓN EN EL
de sucesión hereditaria, en el supuesto de que éstos no hubiesen sido endosados
29
Por ejemplo, en los casos que endosa un título un sujeto con falsa representación.
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La LTV no determina cuáles serían los efectos de la adquisición de los títulos valores en caso
10
ORDENAMIENTO JURÍDICO.
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previamente por el titular. La posibilidad que contiene la ley es que cualquier forma de
transmisión diferente al endoso tiene los efectos de una cesión de derechos.
4.1.
Naturaleza de la adquisición por herencia: transmisión de la propiedad.
La sucesión mortis causa es un modo de adquirir que no se realiza de manera
instantánea, sino a través de varios hechos: la muerte del causante, vocación
hereditaria del sujeto y la aceptación de la herencia. Cumplidos estos presupuestos,
se produce la adjudicación en propiedad de los bienes objeto de la herencia30. “El
causante es quien con su muerte “causa” la sucesión hereditaria, la cual es entendida
en lato sensu, como la transmisión patrimonial por causa de muerte”31.
La transmisión del patrimonio por herencia se encuentra regulado en nuestro
ordenamiento civil. Precisamente el artículo 660° del Código Civil menciona que
“desde el momento de la muerte de una persona, los bienes, derechos, y obligaciones
que constituyen la herencia se transmiten a sus sucesores”.
Es importante establecer la claridad con la que nuestra legislación establece la
transmisión del dominio, pues se entiende por transmisión el traspaso de un conjunto
de bienes a favor de una persona, en este caso el traspaso de la masa hereditaria al
dominio del heredero, quien a partir de la aceptación tendrá todos los derechos
inherentes a la propiedad de los bienes.
Titulo valor como bien mueble.
La condición de los títulos valores como cosas y su proximidad al resto de cosas
muebles corporales, como las mercancías, determina su aptitud para ser objeto de
relaciones de apropiación32. En este caso, ya que los títulos se encuentran formando
parte de la masa hereditaria, debemos tener en cuenta que, por el carácter real de los
bienes objeto de la herencia, los herederos los adquieren en calidad de propietarios.
Así, “parte de los bienes y derechos de transmisión sucesoria son precisamente la
Página
11
propiedad y posesión de los bienes muebles e inmuebles”33. Por otro lado, “el derecho
CONFER: SUAREZ FRANCO, Roberto. 2003, 19.
OLAVARRIA VIVIAN, Juan A. 1997, 17.
32 Cfr. García Pita Lastres. 2004, 139.
33 Cfr. Miranda Canales, Manuel. 1996, 50.
30
31
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a heredar está profundamente vinculado al derecho de propiedad y, por consiguiente,
participa de las mismas características del derecho de propiedad patrimonial, por lo
tanto, podemos afirmar que el derecho de herencia es un derecho real”34.
La calidad de bien mueble que ostentan los títulos valores es producto de la
materialización del principio de incorporación, que establece que “un título valor
representa o incorpora derechos, por que los derechos contenidos en el título valor y
éste mismo se encuentran fusionados. Esto es, documento y derecho constituyen una
unidad, por lo que si alguien transfiere el título valor también está transfiriendo los
derechos que éste contiene”35. Al referirse al principio de incorporación Gómez
Gordoa, señala que “la incorporación del derecho en el documento hace que el
documento se convierta en derecho, es tal la fuerza de la incorporación del derecho
al título que hay una verdadera transfiguración del pedazo de papel para convertirse
en un título de crédito36”. Es precisamente esta fusión, unidad entre documento y
derecho, que le va a dar al título la calidad de bien mueble.
4.2.
Adquisición de los Títulos Valores por cesión de derechos.
Nada prohíbe que un titulo valor a la orden pueda ser transmitido por un medio
distinto al endoso. En ese sentido, la ley de títulos valores en su artículo 27° establece
que “el titulo valor a la orden trasmitido por cesión u otro medio distinto al endoso,
transfiere al cesionario o adquirente todos los derechos que represente, pero lo sujeta
a todas las excepciones personales y medios de defensa que el obligado habría podido
oponer al cedente o transfiriente antes de la transmisión. El cedente o transfiriente
tiene la obligación de entregar el titulo al cesionario o adquirente”.
Por otro lado, aun cuando se señalan los efectos, la norma legal no señala qué otros
medios de transmisión de los títulos valores a la orden pueden admitirse además del
endoso y la cesión de derechos. Para definirlos, tendríamos que recurrir a aquellos
medios legales de transmisión de la propiedad establecidos en la legislación civil y
35
36
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34
12
entre éstos tenemos herencia, donación, compraventa, etc.
RAMÍREZ FUERTES, Roberto. 2003, 3.
HUNDSKOPF EXCEBIO, Oswaldo. 2004, 19.
MONTOYA MANFREDI, Ulises. 2005, 23.
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En todos los casos, y teniendo en cuenta lo señalado por la ley, transferir un título
valor bajo los efectos de la cesión de derechos (o cualquier otro medio) supone que el
deudor podrá hacer valer frente al tenedor– cesionario, las excepciones derivadas de
sus relaciones personales con el cedente del título valor, pues lo que se transmite no
es el derecho contenido en el documento, sino más bien, se transmite el derecho del
anterior tenedor, a favor del cesionario, careciendo esta transmisión de la autonomía
que reviste el endoso.
Se pueden establecer las siguientes diferencias entre la cesión de derechos y el
endoso:

La cesión tiene naturaleza contractual y, consiguientemente, es un acto bilateral;
en endoso es un acto unilateral.

La cesión puede hacerse constar o no en el título; el endoso forzosamente debe
estar consignado en el título o en hoja adherida al mismo.

La cesión puede sujetarse a condición; el endoso debe ser puro y simple,
incondicionado.

La cesión de derechos consignados en un título puede ser parcial; el endoso parcial
es nulo.

En la cesión pueden oponerse al adquirente o cesionario las excepciones que los
obligados pudieran tener contra el cedente o autor de la transmisión. En el caso de
transmisión de un título por endoso - en propiedad o en garantía - los obligados no
pueden oponer al endosatario, en virtud del principio de la autonomía, las
excepciones personales que pudieran tener contra el endosante.

El cedente responde por la existencia y legitimidad del crédito al tiempo en el que
se realiza la cesión, no respondiendo por la solvencia del deudor, salvo pacto en
contrario. En el endoso, el firmante se hace responsable solidario de la obligación
cambiaria.

La cesión le otorga al cesionario un derecho derivado, con todos los vicios y
Página
mientras el endoso le otorga al endosatario un derecho original y autónomo.
13
defectos que puedan acumularse durante las anteriores transferencias del crédito,
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
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En una sucesión de cesiones, resulta necesario que todas sean válidas y realizadas
por sus legítimos titulares, en el endoso, mientras la serie sea regular e
ininterrumpida, desde el punto de vista formal, se legitima al portador del título.
4.3.
¿Es posible aplicar a la transmisión de título valores mortis causa, los efectos del
endoso?
Ante las complicaciones que podrían presentarse en la adquisición de los títulos
valores con los efectos de la cesión de derechos, nos preguntamos si se puede admitir
la posibilidad de adquirirlos en propiedad, con los efectos del endoso pleno.
La ley expresamente señala cuáles son las formalidades del endoso, entre ellas, la
necesidad de la firma del endosante como un requisito de validez del endoso. Por
otro lado, la formalidad del endoso se explica por la calidad de derechos que
transmite y por la seguridad del tráfico mercantil, que en el caso de los títulos valores,
siempre tiende a la protección del derecho contenido en el título y es a su vez, el
derecho adquirido del acreedor. Crédito y acreedor son los sujetos protegidos por la
LTV.
Dicho esto, formalmente no sería posible la transmisión de los títulos valores mortis
causa a través de un endoso o con sus efectos.
A esto debemos añadir que el heredero in stricto no es un nuevo acreedor en la
relación cartular, a quien deba ampararse bajo las garantías establecidas para los
títulos valores. El heredero en realidad se subroga en la posición del causante, con lo
cual, la relación cartular y la relación causal que lo vincula con el deudor, no sufre –
no debería sufrir - modificación alguna.
Es verdad que por la naturaleza patrimonial de la herencia los bienes se adquieren en
propiedad y que por la calidad de bienes muebles, los títulos valores son
posibilidad de aplicar los efectos del endoso a esta forma de adquisición de los títulos
valores.
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formal establecido por la ley. Sin embargo, esto no es suficiente para considerar la
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completamente pasivos de adquirirse en propiedad pese a la inexistencia del medio
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Admitir esta posibilidad significaría dotar de “vida propia” a los títulos valores, más
allá de su vinculación con un titular, es aras de la protección del crédito que
contienen.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que lo más relevante del endoso, es la
autonomía con la que el adquirente recibe el título valor. Es decir, liberado de
cualquier circunstancia que hubiese podido limitar el derecho del titular, derivada de
la relación entre el causante y el deudor del título. En este sentido, adquirir un título
valor mediante endoso, no supone la subrogación del endosante, sino la habilitación y
legitimación de un nuevo titular del crédito. Este hecho, que bien puede constituir
una de las principales garantías y funciones del endoso, pierde su sentido en una
adquisición mortis causa, pues de aplicarse estos efectos, se estaría afectando el
derecho del deudor. Se le privaría de toda posibilidad de alegar la relación causal que
tuvo con el causante, aun cuando el nuevo titular no tiene acreditado un derecho
diferente, simplemente se está subrogando en la posición del causante. La vigencia
de la relación cartular se mantiene en la medida en que exista una relación causal que
la sostenga. En el caso de la adquisición por herencia, la relación causal que sustenta
la relación cartular no ha variado, sigue siendo la misma, la diferencia es que el
sujeto, titular del documento no es el mismo. Asumir entonces, la postura de la
adquisición en propiedad de los títulos pese a la inexistencia del endoso, por la
naturaleza de la herencia y por la calidad de bienes muebles que poseen los mismos,
no sería válido.
4.4.
Los efectos de la adquisición de los títulos valores mortis causa
De lo dicho hasta aquí, podemos concluir que el heredero adquiere el título valor en
propiedad, de acuerdo a la calidad con que se adquieren los bienes de la masa
hereditaria, con lo que, adquiere a su vez, todos los derechos inherentes al título, en
la misma medida que los tenía en causante. Esta circunstancia no solo se da porque
la LTV le atribuye los efectos de la cesión de derechos, sino por la misma naturaleza
obligaciones del causante.
En este sentido, el heredero se ve sujeto a las condiciones y vicisitudes de la relación
causal con el deudor, por un lado, y sin posibilidad de endosar el título valor a otro. En
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de la sucesión testamentaria, en la que el heredero se subroga en los derechos y
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todo caso, si se transfiere, será con los mismos efectos con los que se adquirió, esto
es, sujeto a la relación causal originaria. A partir de la adquisición de los títulos valores
por sucesión hereditaria, se rompe cualquier posibilidad de que los títulos valores
recuperen su autonomía. Pese a ello, los títulos valores conservan
sus demás
propiedades, entre ellas, sin duda una de las más importantes, la de convertirse en
títulos ejecutivos al ser exigibles.
Ahora bien, debe tenerse presente dos cuestiones adicionales:
Imprescriptibilidad de la petición de herencia.
No siempre la transmisión ipso iure de la herencia concuerda con el tiempo, la
posición real y efectiva de los bienes y derechos que corresponde a los
causahabientes37. Esto se debe a diversas circunstancias, bien porque los bienes se
encuentran en poder exclusivo de otro coheredero o de un tercero, que se niegan a
compartirlos o a devolverlos, por el cual se hace necesaria la existencia de medios de
defensa denominadas acciones sucesorias. La petición de herencia significa solicitar el
derecho a suceder, con independencia de los bienes mismos o de quién los posea,
siendo esencial para ello la condición de heredero38. Básicamente, “La petición de
herencia se concede al heredero, quien no obstante que desde la muerte del causante
le han sido transmitidas de pleno derecho la propiedad y la posesión de los bienes que
constituyen la herencia, no puede entrar en posesión de éstos porque se encuentran
en poder de otros herederos, verdaderos o aparentes, o de quienes poseen sin título, o
de los causahabientes a título gratuito de cualquiera de estas personas”39.
La acción de petición de herencia es una acción universal (o hereditaria), pues no va
encaminada a este o aquel bien hereditario, sino a la universalidad jurídica de la
herencia en su totalidad o en una cuota parte40. Además de ello, las pretensiones
Cfr. FERNANDEZ ARCE, César. 2003, 167.
Presupuesto de la pretensión de petición es que el peticionante invoque para sí la cualidad de heredero, con
responsabilidad limitada o sin ella. Heredero y no legatario, ni cónyuge supérstite para hacer valer los derechos
previstos en los artículos 731 y 732 C.C., porque esos derechos se le conceden precisamente por ser heredero.
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Cas. Nº 1182-97-Loreto, El Peruano, 18/07/98, p. 1472.
Teniendo en cuenta que los derechos hereditarios o sucesorales representan una variedad de los derechos
patrimoniales, por tanto, la protección de estos derechos es lo que puede denominarse acción universal de
herencia, o simplemente, acción hereditaria. Cfr. VALENCIA ZEA, Arturo. “Derecho Civil”…, 406.
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contenidas en la petición de herencia son imprescriptibles. En este sentido serán
imprescriptibles: la genuina petición de herencia41, que es pura invocación de derecho
a heredar, el del contenido de la herencia por quien ya es heredero y el de
impugnación de preterición testamentaria o judicial42.
Respecto de la situación que comentamos, este tema es relevante, en tanto que si
bien las acciones hereditarias mencionadas son imprescriptibles, los títulos valores no
lo son. Con lo cual, si no se ejercita el derecho de petición dentro del plazo de
prescripción del título valor, éste perdería su mérito ejecutivo y toda posibilidad de
ser ejecutado en esta vía. Queda sin embargo, el documento como medio probatorio
de la existencia de una obligación que, por las vías correspondientes podrá exigir el
heredero. No podría sujetarse el plazo de prescripción de los títulos valores al de las
acciones hereditarias, pues esto generaría una verdadera indefensión del deudor, que
debería mantener su obligación vigente hasta que se resolviera el proceso.
Formalidad exigida para constituirse en titular legítimo del título valor adquirido
por sucesión hereditaria
Queda ahora establecer el camino por el cual tendrían que reconocerse los efectos de
la cesión de derechos en la transmisión mortis causa, máxime si la LTV no establece
nada al respecto. Sobre el particular, consideramos que la legitimidad se verá al
momento de exigir los derechos, por lo consideramos que el camino más adecuado
sería la acreditación, con el documento que corresponda (testamento o documento
de sucesión intestada), de la condición de heredero del causante y en consecuencia,
tenedor legítimo del título valor. Recuérdese que, con los efectos de cesión de
derechos, la calidad de titular del título valor no se acredita solo con la tenencia del
mismo, sino con documentos extra cartáceos. Obtenido este reconocimiento, el
Cfr. Exp. Nº 130-97 del 26/06/1997. Cuadernos Jurisprudenciales Nº 19. Gaceta Jurídica. Lima. Enero 2003,
p.24.
42 Cfr. LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo.1995, 25.
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titular puede ejercer todos los derechos que la posesión del título valor le confiere.
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A modo de conclusión
Empezamos este trabajo cuestionando los efectos de las formas de transmisión distintas al endoso
que contiene la LTV. En este sentido, el endoso es el único medio a través del cual los títulos
valores se transmiten conservando sus garantías cambiarias y con efectos de legitimación plenos.
Las otras formas, como la cesión de derechos y las demás que contempla la ley (entre las que
podría estar la adquisición mortis causa), privan a los titulares de la garantía de autonomía que
contienen los títulos valores, resultando ser inseguras y por tanto débiles en el ámbito comercial,
en comparación con el endoso. Esto es así, porque el deudor puede oponer frente al cesionario o
heredero, todas las excepciones derivadas de sus relaciones personales con el cedente o de cujus,
respectivamente.
Sin embargo, aunque podemos vernos tentados por justificar la necesidad de considerar los
efectos del endoso en una transmisión mortis causa, en mantener la finalidad de los títulos valores
y la seguridad en el tráfico jurídico, no podemos desconocer que para que esta condición sea
posible, la transferencia debería tener una causa distinta al deceso del de cujus, toda vez que, en
estas circunstancias, el heredero no adquiere un derecho distinto. Adquiere el derecho de su
causante, con lo que no se justifica la obligación adicional del deudor frente a éste, en diferentes
circunstancias. Se mantiene la obligación primigenia y el título valor conserva el mérito ejecutivo,
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aunque pierde el carácter autónomo que le otorga la circulación mediante el endoso.
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