Recomendaciones Nutricionales basadas en la evidencia para la prevención y tratamiento de la obesidad La Revista Española de Obesidad ha publicado en Volumen 9, suplemento 1, octubre de 2011, las «Recomendaciones Nutricionales Basadas en la Evidencia para la Prevención y el tratamiento del Sobrepeso y la Obesidad en el Adulto», magnífico documento elaborado por las sociedades integradas en la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (fesnad) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (seedo). Dado su interés, ofrecemos un resumen del mismo aunque recomendamos su lectura completa. En este documento se examina con mirada crítica distintos abordajes que actualmente se plantean en prevención y tratamiento de la obesidad, unificando criterios de actuación. Este consenso, tiene como objetivo el examinar datos científicos publicados hasta el momento actual sobre la eficacia, las ventajas y los inconvenientes de los diferentes enfoques nutricionales que se han ensayado. Las opiniones expresadas en el documento han sido consensuadas entre los representantes de las sociedades referidas. No se han revisado aspectos relacionados con la cirugía, farmacología, ejercicio físico ni psicología. Los criterios de utilización de fuentes de información se fundamentaron, en línea con lo propuesto por el Sistema Nacional de Salud, en la base de datos Medline. Eventualmente se consultaron otras bases (Cochrane Library, Elsevier, Embase, Excelenciaclinica. net, Guías de práctica clínica en el sns, Scielo, Scirus o Science Direct). El sistema escogido para clasificar la evidencia fue el propuesto en 2008 por la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad, versión simplificada del sistema propuesto por la Red Escocesa Intercolegiada sobre Guías de Práctica Clínica. Para la evaluación y síntesis de la evidencia científica se tuvo en cuenta la validez interna de los estudios, la existencia o no de significación estadística, la precisión de los resultados, la importancia y magnitud de los resultados, así como su aplicabilidad (tabla 1). Para la formulación de recomendaciones, se evaluó la calidad global de la evidencia científica y posteriormente se graduó la fuerza de las recomendaciones (tabla2). TAblA 1 NIVElES DE EVIDENCIA 1++ 1+ 12++ 2+ 23 4 Metaanálisis de alta calidad, revisiones sistemáticas de eca, o eca con un riesgo muy bajo de sesgo Metaanálisis bien realizados, revisiones sistemáticas de eca, o eca con bajo riesgo de sesgo Metaanálisis, revisiones sistemáticas de eca o eca con alto riesgo de sesgo Revisiones sistemáticas de alta calidad de estudios caso-control o de cohortes Estudios caso-control o de cohortes de alta calidad, con un riesgo muy bajo de confusión o sesgo, y un alta probabilidad de que la relación sea causal Estudios caso-control o de cohortes bien realizados con un riesgo bajo de confusión o sesgo, y una probabilidad moderada de que la relación sea causal Estudios no analíticos (ej.: casos clínicos o series de casos) Opinión de expertos ECA: Ensayo controlado aleatorizado (5) Revista de SEAPA TAblA 2 GRADOS DE RECOMENDACIÓN A B C D Como mínimo un metaanálisis, revisión sistemática o eca con una clasificación de 1++ y directamente aplicable a la población diana; o una revisión sistemática o eca con un cuerpo de evidencia consistente principalmente en estudios puntuados como 1+, directamente aplicable a la población diana, y que demuestre una consistencia global en sus resultados Un cuerpo de evidencias que incluya estudios puntuados como 2++, directamente aplicables a la población diana y que demuestre una consistencia global en sus resultados, o evidencias extrapoladas de estudios puntuados como 1++ ó 1+ Un cuerpo de evidencias que incluya estudios puntuados como 2+, directamente aplicables a la población diana y que demuestre una consistencia global en sus resultados, o evidencias extrapoladas de estudios puntuados como 2++ Evidencias de nivel 3 ó 4; o evidencias extrapoladas de estudios puntuados como 2+ Los estudios clasificados como 1- y 2- no deben usarse en el proceso de elaboración de recomendaciones, por su alto potencial de sesgo RESUMEN DE EVIDENCIAS Y RECOMENDACIONES TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD Dieta hipocalórica equilibrada: Evidencia: Una reducción energética en la dieta de 500-1000 Kcal diarias puede producir una pérdida de peso de entre 0,5 y 1 Kg/semana, equivalente a un 8% de pérdida ponderal en un periodo promedio de 6 meses (Nivel de Evidencia (NE) 1+). Existen varias medidas como la disminución del tamaño de la ración consumida o la densidad energética de la dieta, que pueden facilitar el cumplimiento de una dieta hipocalórica y la pérdida ponderal en el paciente con obesidad (NE: 3). Recomendación: Es suficiente un déficit energético de entre 500 y 1000 Kcal diarias para producir una pérdida de peso del 8% en los primeros 6 meses de tratamiento (Grado de Recomendación (GR) A). La disminución del tamaño de las raciones y la densidad energética de la dieta son medidas estratégicas efectivas (GR: D). Dietas que modifican grasas vs hidratos de carbono (HC) Evidencia: En comparación con una dieta baja en grasas (DBG), una dieta baja en HC consigue una mayor pérdida de peso a corto plazo (6 meses) (NE: 1++). A largo plazo (1 año o más) son similares las pérdidas de peso (NE: 1+). A largo plazo una dieta baja en HC produce un mayor aumento de HDL, y mayor disminución de triglicéridos que una dieta baja en grasas saturadas (NE: 1+) y mayor disminución de LDL (NE: 2+). Las dietas bajas en HC ocasionan más efectos adversos que las DBG (NE: 2++). La mortalidad a muy largo plazo de las dietas bajas en HC puede estar incrementada si las grasas son de origen animal (NE: 3). Recomendación: Para potenciar el efecto de la dieta en la pérdida de peso no es útil disminuir la proporción de HC e incrementar la de grasas (GR: A). Para el control del LDL del paciente con obesidad es eficaz la realización de una dieta baja en grasa, mientras que los niveles de HDL y triglicéridos se controlan mejor con una dieta baja en HC (GR: B). Las dietas bajas en HC no deben contener un elevado porcentaje de grasas de origen animal (GR: D). Dietas enriquecidas con fibra: Evidencia: No hay datos suficientes sobre el papel de la fibra en la pérdida de peso. Los suplementos de glucomanano añadidos a la dieta pueden tener un discreto efecto, mediante un mecanismo saciante, lo que favorece la pérdida de peso y disminuye los niveles de LDL, (NE: 1+); otros suplementos pueden contribuir mínimamente (NE: 2+). Recomendación: En el tratamiento de la obesidad los suplementos de fibra pueden aumentar la eficacia de la dieta en la pérdida de peso (GR: B); aquellos con alteraciones lipídicas pueden beneficiarse (GR: B). Dietas de bajo índice glucémico (IG): Evidencia. Las modificaciones del IG de la dieta no tienen efecto sobre la pérdida de peso (NE: 1+). Recomendación: No se puede recomendar la disminución de IG para el tratamiento de la obesidad (GR: A). Dietas hiperprotéicas: Evidencia: La dieta hiperprotéica puede inducir a corto plazo (menos 6 meses) mayor pérdida de peso que una convencional rica en HC (NE: 2+), no a largo plazo (más de un año) (NE: 1+). No hay datos en cuanto al mantenimiento del peso perdido. Favorece la preservación de la masa magra mejor que una rica en HC (NE: 2+). A largo plazo pueden incrementar el riesgo de mortalidad total y cardiovascular, sobre todo si las proteínas son animales (NE: 2+). Recomendación: No se recomienda inducir cambios en la proporción de proteínas de la dieta (RG: A). Para garantizar el mantenimiento de la masa magra se puede aumen- (6) Revista de SEAPA tar el contenido de proteínas por encima de 1,05 g/kg (GR: B). Si se prescribe una dieta hiperprotéica se debe limitar las de origen animal (GR: C). Dietas de sustitución de comidas: Evidencia: La utilización de sustitutos de una o más comidas por preparados comerciales puede facilitar el seguimiento de una dieta hipocalórica de manera correcta (NE: 1- ) Este efecto es mayor si va acompañado de pautas de ejercicio, educación y modificación de la conducta alimentaria (NE: 3). No se han encontrado efectos adversos (NE: 3). Recomendación: La sustitución de algunas comidas por sustitutos comerciales de comidas, en el contexto de dietas hipocalóricas, puede resultar de utilidad para la pérdida de peso en adultos obesos o con sobrepeso (GR: D). Dietas de muy bajo contenido calórico: Evidencia: En un plazo inferior a 3 meses las dietas de muy bajo contenido calórico (dmbc) (400-800 Kcal/día) originan una mayor pérdida de peso que las dietas de bajo contenido calórico (>800 Kcal/día) (NE: 1+). A largo plazo (> 1 año) no originan mayor pérdida (NE: 1+). En el preoperatorio de cirugía bariátrica permite disminuir el riesgo quirúrgico (NE: 1+). Presentan mayor riesgo de efectos adversos que las de bajo contenido calórico (NE: 1- ). No se conoce que se asocien a una mayor pérdida de masa magra. Recomendación: Se pueden utilizar en el tratamiento de la obesidad con una indicación concreta y seguimiento médico estrecho (GR: D). No se deben utilizar en los pacientes que no cumplan las indicaciones establecidas (GR: A). Puede usarse con control médico previa a cirugía bariátrica (GR: B). Dieta mediterránea: No existe evidencia científica suficiente que indique que en condiciones isocalóricas origine mayor pérdida de peso en el tratamiento de la obesidad PREVENCIÓN DE LA OBESIDAD Densidad energética: Evidencia: Los patrones alimentarios de alta densidad energética pueden conducir a un incremento de peso en adultos (NE: 1+). Recomendación: El aumento de peso puede prevenirse mediante dietas que contengan alimentos con baja densidad energética (GR: A). Ambiente obesogénico: Evidencia: La ausencia de supermercados con disponibilidad de frutas y hortalizas o su ubicación a grandes distancias, sobre todo en núcleos humanos con niveles socioeconómicos desfavorecidos, son factores condicionantes de un mayor IMC medio poblacional (NE: 1+). Recomendaciones: Deber arbitrarse estrategias que hagan posible la disponibilidad alimentaria y el acceso a alimentos saludables, en especial a frutas y hortalizas, para crear ambientes favorables para mantener el IMC medio poblacional (GR: A). Comer fuera de casa: Evidencia: El consumo de fast food de forma habitual (más de una vez a la semana) puede contribuir al incremento de la ingestión energética y a la ganancia de peso y obesidad (NE: 1+). Recomendación: Limitar el consumo habitual (más de una vez a la semana) de fast food (GR: A). Tamaño de las raciones: Evidencia: Las raciones de mayor tamaño condicionan un aumento en la ingesta energética de los individuos (NE: 2++). Recomendación: La utilización de raciones de menor tamaño limita la ingesta energética (GR: B). Desayuno: Evidencia: Son controvertidos e inconsistentes las investigaciones que estudian la relación entre la omisión del desayuno en adultos y el riesgo de sobrepeso y obesidad. Dieta mediterránea: Evidencia: Los resultados son inconsistentes, aún así se apunta hacia un posible papel en la prevención del sobrepeso (NE: 2- ). Recomendación: La dieta mediterránea podría prevenir el sobrepeso y la obesidad y prevenir el aumento del perímetro abdominal (GR: C). Aperitivos: Evidencia: Son controvertidos e inconsistentes las investigaciones que sugieren que el consumo de aperitivos está asociado con el incremento de peso. Dietas vegetarianas: Evidencia: Están asociadas en adultos sanos con imc menores (NE: 2+). Recomendación: El consumo de dietas vegetarianas podría conducir a una menor ganancia de peso con el tiempo en adultos sanos (GR: C). Frecuencia: Evidencia: Las investigaciones que estudian la relación entre la frecuencia de comidas y la variación de peso corporal son inconsistentes. Hidratos de Carbono: Evidencia: Las dietas con mayor contenido en HC complejos (> 50% el aporte energético total) se asocian con imc más bajos en adultos sanos (NE: 2+). (7) Revista de SEAPA Recomendación: Las dietas para adultos sanos que pretenden prevenir la ganancia de peso deben contar con una presencia importante de HC complejos (GR: C). Lípidos: Evidencia: La ingesta de grasa, tras ajustar la ingesta energética, no está asociada con la ganancia de peso (NE: 2+). Recomendación: Para prevenir la ganancia de peso en adultos sanos resulta de mayor importancia el control de la ingesta energética total que el de la ingesta de grasas totales (GR: C). Proteínas: Evidencia: Las evidencias referidas al consumo de proteínas totales, animales o vegetales, y su efecto en la variación de peso son insuficientes para establecer ninguna recomendación. El sistema escogido para clasificar la evidencia fue el propuesto en 2008 por la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad, versión simplificada del sistema propuesto por la Red Escocesa Intercolegiada sobre Guías de Práctica Clínica Vitaminas y minerales: Evidencia: La suplementación con calcio o calcio + vitamina D no está asociada con menor ganancia de peso (NE: 1+). Fibra Evidencia: Una alta ingesta de fibra en el contexto de una dieta rica en alimentos de origen vegetal se asocia a un mejor control del peso corporal en adultos sanos (NE: 2++). Recomendación: Aumentar el consumo de fibra a partir de alimentos de origen vegetal puede evitar la ganancia de peso en adultos sanos (GR: B). Agua Evidencia: No hay evidencias para establecer ninguna recomendación referida al consumo de agua. Etanol: Evidencia: Los estudios son contradictorios e inconsistentes, algunos sugieren cierta asociación entre el consumo alto y la ganancia de peso (NE: 2- ). Recomendación: Limitar el consumo alto podría prevenir la ganancia de peso (GR: D). Fruta y hortalizas Evidencia: El consumo alto de estos alimentos está asociado a un menor incremento de peso en adultos a largo plazo (NE: 2+). Recomendación: Un alto contenido en frutas y hortalizas podría prevenir el aumento de peso (GR: C). ducir a una menor ganancia de peso con el tiempo (GR: A). Cereales integrales: Evidencia: Un consumo alto de cereales integrales está asociado menores IMC (NE: 2+). Recomendación: Una cantidad alta de cereales integrales se recomienda para prevenir la ganancia de peso. (GR: C). Frutos secos: Evidencia: La adición de frutos secos a la dieta habitual no se asocia al aumento de peso corporal (NE: 2+). Recomendación: El consumo moderado de frutos secos presenta ventajas para prevenir enfermedades crónicas, sin que ello comprometa el riesgo de ganancia de peso (RG: C). Azúcares: Evidencia: Las evidencias referidas al consumo de azúcares libres o totales (salvo en las bebidas azucaradas) con respecto a la ganancia de peso son controvertidas. Bebidas azucaradas: Evidencia: El consumo frecuente de bebidas azucaradas está asociado con mayores IMC (NE: 2+). Recomendación: Limitar la frecuencia de consumo de bebidas azucaradas puede con- Aceite de oliva: Evidencia: la ingesta de aceite de oliva no parece asociarse a un riesgo significativo de ganancia de peso en adultos sanos (NE: 2- ). Carne: Evidencia: El elevado consumo de carne y procesados cárnicos podría incrementar la ganancia de peso y el perímetro abdominal (NE: 2+). Recomendación: Limitar el consumo elevado puede evitar la ganancia de peso (GR: C). Margarita Salido González Enfermera CS de Contrueces Para la formulación de recomendaciones, se evaluó la calidad global de la evidencia científica y posteriormente se graduó la fuerza de las recomendaciones (8) Revista de SEAPA