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“Tabaco, cine, y jóvenes en América Latina”
Mapeo de la industria cinematográfica Argentina
1. Introducción
El consumo de tabaco explica 5,4 millones de muertes por año a nivel mundial como consecuencia
de enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas, entre las más
importantes[1]. En Argentina, la prevalencia de consumo de tabaco en la población mayor
de 15 años es del 22,1%, con una proporción más alta en varones (29,4%) que en mujeres
(15,6%)[2]. Cada año mueren en nuestro país aproximadamente 40.000 personas por
enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco. Además, el 15% del presupuesto en salud
se utiliza para tratar enfermedades causadas por el consumo de tabaco[1].
En mayo de 2013 se reglamentó la ley 26.687 de Control de Tabaco, promulgada en junio de 2011.
Entre las principales medidas que establece esta ley se destacan, la prohibición de fumar en
espacios cerrados de uso público o privado; prohibición de publicidad, promoción y patrocinio de
los productos del tabaco a través de cualquier medio de difusión o comunicación, a excepción de
los puntos de venta e incorporación de advertencias sanitarias en los paquetes de cigarrillos.
Actualmente las producciones cinematográficas representan una industria “industrializante”,
capaz de inducir, al consumo o empleo de bienes y servicios presentados directa o indirectamente
durante el proceso de percepción audiovisual o consumo de películas [3]. Esta característica
particular es propia del cine y de muchas otras industrias y servicios cuyos productos aparecen
explícita o implícitamente en las pantallas (alimentos, automotores, indumentarias, armamentos,
diseños, modas, etcétera,) y los contenidos y valores simbólicos que son inherentes a los mismos
[3].
En los países desarrollados se ha demostrado que la presencia de tabaco en las películas que ven
los adolescentes favorece el inicio del consumo de tabaco[4]. La industria tabacalera ha utilizado
esta estrategia desde principios del siglo pasado, promocionando y financiando películas y
contratando actores para que utilicen cigarrillos de determinadas marcas en las películas donde
actúan. Para prevenir esta estrategia publicitaria, en varios países desarrollados se ha propuesto
que las películas con escenas de actores fumando estén restringidas para niños y adolescentes. En
América Latina no existen estudios que hayan explorado esta relación entre el cine y el tabaco.
El objetivo del presente trabajo es describir brevemente el funcionamiento de la industria
cinematográfica de nuestro país con el propósito de identificar si la industria tabacalera interviene
en la estructura de la industria cinematográfica con el fin de promocionar sus productos.
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Este informe está dividido en diferentes apartados en los cuales se desarrolla lo siguiente: una
reseña histórica de la Cinematografía Argentina, metodología empleada para la elaboración de
este documento, estructura de la industria y su actividad actual, cómo se financia el cine
Argentino, proceso de calificación de películas y cómo es el proceso de creación de una película.
Finalmente se exponen las conclusiones del trabajo.
2. Reseña Histórica de la Cinematografía Argentina
En 1897 se realizó la primera filmación en Argentina aunque recién en 1915 se estrenó el primer
filme nacional de amplia repercusión popular -Nobleza Gaucha-. La mayoría de las producciones
locales filmadas en los años siguientes no tuvieron la misma repercusión. En la década del treinta,
junto con el surgimiento del cine sonoro, se inicia la denominada “Edad de oro” de la
cinematografía Argentina. En 1931 el empresario Carlos Mentasti funda Argentina Sono Film, que
junto con Lumiton fueron las primeras empresas en desarrollar estudios de filmación integrados.
Posteriormente se crearon otros estudios y en 1942, ya existían más de 30 estudios de filmación.
Ese mismo año se produjeron 56 largometrajes, cifra récord para toda Latinoamérica.
Luego de este pico de producción, comenzó la declinación de la industria cinematográfica, en
parte debido a la reducción en la ventas de celuloide a la Argentina por los EEUU como
reprimenda por la neutralidad adoptada por el gobierno argentino durante la Segunda Guerra
Mundial y en parte a la pérdida de interés entre los sectores medios urbanos, que constituían el
grueso de los espectadores del cine nacional. Para estimular la industria nacional, se sanciona en
1944 el primer decreto proteccionista que establecía para todos los cines del país la obligación de
exhibir una cantidad mínima de películas argentinas, de acuerdo al tamaño y la localización de las
salas. Este decreto fue derogado durante el golpe militar de 1955 lo que ocasionó una dramática
reducción de la producción Argentina ya que en 1956 sólo se estrenaron 12 películas. Al poco
tiempo se creó la productora Aries cinematográfica.
Con el retorno a la democracia en 1958 se creó el Instituto Nacional de Cinematografía (INC) y
gracias a su política de apoyo al cine nacional se revitalizó la producción. Posteriormente durante
los gobiernos militares la producción nacional volvió a decaer principalmente debido a la censura
imperante. La producción experimentó un breve resurgimiento acompañando a la democracia
entre 1973 y 1976 y se presentó el proyecto de Ley del Cine que no llegó a ser aprobado.
A partir de 1976, la dictadura militar reinstaló la censura y, a pesar de los esfuerzos del gobierno
de revitalizar una producción nacional útil a sus fines, la producción nacional fue escasa y de mala
calidad. En 1983, con la vuelta de la democracia comenzó una nueva etapa para el cine nacional y
de la mano del INC aparecieron propuestas de mejor calidad que se alejaban del cine
estrictamente comercial y ligero de los años anteriores. La primera mitad de los 90 se caracterizó
por una disminución de los subsidios a la industria cinematográfica y una fuerte desinversión en el
sector.
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En 1994 se creó por ley el Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales (INCAA)
destinado a la promoción de la cinematografía autóctona. El rol del INCAA quedó establecido a
través de la “Ley de Fomento y Regulación de la Actividad Cinematográfica” (ley 24.377)1 que
organizó nuevos mecanismos promocionales e incrementó fuertemente los recursos
presupuestarios destinados a la actividad cinematográfica [5]. Actualmente, la Ley de Fomento y
Regulación de la Actividad Cinematográfica es la normativa encargada de estimular las
producciones audiovisuales.
Existen razones históricas y culturales que explican la presencia de una política de fomento a las
producciones audiovisuales nacionales: todo estado nación necesita proteger y promover su
cultura, de manera tal que contribuya al desarrollo de una identidad nacional. Pero también en
cuestiones marcadas por el mercado: sin apoyo estatal la mayoría de las películas que son filmadas
en el país no podrían realizarse, debido a que esta actividad requiere de grandes inversiones para
un mercado todavía en desarrollo en nuestro país [6].
3. Metodología empleada para la elaboración de este documento
Para obtener información sobre el funcionamiento de la industria cinematográfica Argentina se
recurrió a dos fuentes de información. En primer término se revisaron los informes estadísticos y
anuarios del INCAA donde se describe la concurrencia a salas, el número de películas estrenadas
(nacionales y de origen extranjero) y la producción cinematográfica nacional, entre otros. También
se consultaron trabajos que documentan la historia del cine en nuestro país y cómo fue
cambiando su estructura a través del tiempo según las legislaciones vigentes.
Por otro lado, se realizaron entrevistas en profundidad a distintos informantes claves involucrados
en la industria del cine argentino. Las dimensiones relevadas permitieron una mayor comprensión
del tema y, a su vez, indagar aspectos no delimitados en los documentos consultados. Se exploró
acerca de la estructura de la industria, su regulación y auto regulación, proceso de clasificación de
películas y proceso creativo. Se indagó también acerca de la presencia de tabaco y alcohol en la
producción de películas nacionales y su relación con los jóvenes.
Se realizaron 12 entrevistas a informantes claves pertenecientes a distintas áreas de la industria
del cine. Participaron 2 productores independientes, 1 director, 1 actor con gran trayectoria en la
historia del cine argentino, el director de la Universidad de Cine como referente del sector
académico, 2 representantes del INCAA, (una de ellas coordinadora del CAEC), 1 integrante del
Programa Nacional de Control de tabaco del Ministerio de Salud de la Nación (MSAL), 1 periodista
1
La Ley se basa en la original Ley 17.741 que a su vez fue reformada sucesivas veces por las leyes de Nº
20.170, 21.505 y 24.377, que es la actualmente vigente. A ello se agrega el Decreto Nº 15.036/02, también
en vigencia.
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crítico de cine y por último 2 representantes de dos distribuidoras, una de ellas perteneciente a
una cadena muy reconocida como es HOYTS.
4. Estructura de la Industria del cine argentino y su actividad actual
Como se mencionó anteriormente, la industria del cine en Argentina está apoyada por el Instituto
Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales (INCAA), que es un ente no estatal dependiente
de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. Tiene a su cargo el fomento y la
regulación de la actividad cinematográfica, en los ámbitos de la producción, la distribución, la
exhibición y la comercialización de las películas.
Las productoras se encargan de organizar todo el proceso de creación cinematográfica y, a su vez,
acuerdan los derechos de comercialización con las distribuidoras en el país y el exterior. Hoy en
día, Argentina cuenta con pocas empresas productoras, en comparación con la llamada “Edad de
oro” de la década del 30 donde la estructura de las productoras alcanzó su máximo desarrollo. La
mayoría de las grandes productoras desaparecieron, y las que lograron subsistir fueron con el
transcurso de los años, reduciendo el tamaño y modificando su infraestructura.
Actualmente, las empresas que se destacan en nuestro país son aquellas que combinan la
actividad cinematográfica con la televisión y/o el cine publicitario. En esos casos, el cine constituye
un área que permite compartir estudios y equipos, y utilizar personal permanente de acuerdo a la
necesidad de cada momento. Las productoras más importantes de Argentina son: Patagonik Film
Group S.A. (el 30% pertenece a Walt Disney y el 50% al grupo Clarín), Pol-Ka (el 30% pertenece al
grupo Clarín) y Telefe (propiedad de Telefónica de España).
Otras productoras destacadas pertenecen a directores reconocidos de cine, lo cual justifica la
reducción de costos de las empresas productoras, ya que un sólo director puede cumplir la función
de productor, guionista y en algunos casos hasta ser actor de su propia película. Es el caso de BD
Cine de Daniel Burman y Daniel Dubcovsky y Matanza Cine perteneciente a Pablo Trapero y Hugo
Castro.
Existen distribuidores argentinos como Primer Plano Film Group S.A. y Distribution Company Arg.
S.A., que de acuerdo al registro del INCAA, fueron las dos empresas que más comercializaron
películas nacionales en el año 2010. Algunas productoras como Patagonik cuentan con su propia
empresa de distribución. También existen distribuidores extranjeros, los más importantes son
Sony Pictures Releasing Gmbh, Warner Bros, The Walt Disney Company Argentina S.A. y Fox Film
Argentina S.A., que distribuyen películas que se han producido en otros países.
El distribuidor prácticamente no interviene en la producción de la película, simplemente es el
intermediario entre el productor y las salas exhibidoras. Su interés en el circuito cinematográfico
está determinado por la calidad del material final de la película, ya que es el distribuidor quién
decide qué producto llevar y las salas son las que aceptan o no ese producto. En general los
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distribuidores se interesan más por las películas extranjeras, principalmente estadounidenses, ya
que presentan un éxito “asegurado” y por lo tanto tienen una mayor duración en cartel. Las
películas argentinas en general no superan los 400 espectadores (deben llegar a 500 espectadores
la primer semana para continuar en la sala2), por lo que sólo están una semana en las salas; son
excepcionales los casos donde una película nacional logra superar los 20.000 espectadores.
El INCAA cuenta con medidas que tienen un impacto significativo para la cinematografía nacional.
Entre ellas se destacan la cuota de pantalla y la media de continuidad, la coproducción de
películas, el apoyo a la comercialización de cine argentino en el exterior y su participación en
festivales internacionales. La cuota de pantalla es una medida regulatoria que garantiza a los
productores el acceso al circuito de exhibición local. La ley obliga a todas las salas y demás lugares
de exhibición del país, a proyectar una cantidad mínima de películas nacionales. Este mínimo varía
según el tipo de sala. Las salas clasificadas (de estreno) deben exhibir al menos una película
nacional por trimestre y las salas no clasificadas y populares, cuatro películas por trimestre. La
cuota de pantalla sólo le asegura a una película permanecer una semana en cartel. Para que el
plazo de exhibición se extienda, la película debe alcanzar una cantidad de espectadores mínima
entre los días jueves a domingo (“media de continuidad”), cuyo nivel recién se reglamentó en
febrero de 2004 (Res. 2016). En nuestro país prácticamente no existen exhibidores
independientes, las compañías más importantes pertenecen a cadenas internacionales: Hoyts,
Cinemark, Village que distribuyen en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores y Showcase que
tiene mayor importancia en el conurbano Bonaerense.
La media de continuidad protege a los filmes locales, hasta entonces, las producciones nacionales
eran bajadas de cartel por decisión de los exhibidores ya que de acuerdo al número de
espectadores se los reemplazaban por otros filmes, generalmente extranjeros. La continuidad de
las películas nacionales quedaba sujeta a la decisión de los exhibidores que sólo mantenían una
película nacional en cartel en la medida que aquellas que esperaban ser estrenadas, tuvieran una
expectativa de espectadores menor [7].
Para la implementación de la media de continuidad, se establecieron porcentajes diferentes por
tamaño de sala, momento del año y cantidad de copias del filme. De esta manera, la
reglamentación divide los estrenos en tres grupos con porcentajes diferenciados de acuerdo a la
temporada del año: temporada alta (1 de abril al 30 de septiembre y del 25 de diciembre al 1 de
enero) o baja (durante el resto del año). La cuota de pantalla y media de continuidad
complementan a los subsidios y créditos para la fase de producción de un filme, sin los cuales la
producción de cine nacional sería inviable [7].
5. Industria cinematográfica 2010
2
Resolución 2016/2004 - Cuota de pantalla.
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De acuerdo a los registros del último anuario del INCAA [8], en 2010 se produjeron 138 películas
nacionales que fueron estrenadas en su totalidad en salas comerciales del país. Al mismo tiempo,
se estrenaron 215 películas extranjeras. De las películas nacionales, las primeras 5 reconocidas en
público y recaudación fueron: Igualita a mí, Carancho, Dos hermanos, Gaturro y El hombre de al
lado, entre las cuales se repartió el 70 % de los boletos vendidos ese año para el cine nacional. De
las películas extranjeras, las 5 más taquilleras registradas para el año 2010 fueron: Toy story 3,
Avatar, Shrek para siempre, Alicia en el país de las maravillas y Harry Potter y las reliquias de la
muerte. El siguiente cuadro representa las primeras 22 películas más taquilleras estrenadas en
Argentina, según su origen de producción y número de espectadores.
Espectadores por película
Película
Origen
Espectadores
TOY STORY 3
AVATAR
SHREK PARA SIEMPRE
ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS
HARRY POTTER Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE
EL ORIGEN
ECLIPSE
IGUALITA A MI
FURIA DE TITANES
EL PRINCIPE DE PERSIA
EL APRENDIZ DE BRUJO
ROBIN HOOD
SHERLOCK HOLMES
CARANCHO
IRON MAN 2
MI VILLANO FAVORITO
LA PRINCESA Y EL SAPO
EL ULTIMO MAESTRO DEL AIRE
ACTIVIDAD PARANORMAL
MEGAMENTE
DOS HERMANOS
GATURRO
EEUU/JAPON
EEUU
EEUU
EEUU
INGLATERRA/EEUU
EEUU
EEUU
ARGENTINA
EEUU
EEUU
EEUU
EEUU
EEUU
ARGENTINA
EEUU
EEUU
EEUU
EEUU
EEUU
EEUU
ARGENTINA
ARGENTINA
3.064.634
2.612.532
2.500.734
1.525.737
1.163.249
1.131.892
960.014
855.854
765.950
745.794
732.773
699.199
661.561
616.052
612.960
575.259
517.436
508.864
504.462
480.814
471.482
412.987
Fuente: Anuario INCAA 2010
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Productores nacionales y películas estrenadas
Productores
ALEPH MEDIA S.A.
PATAGONIK FILM GROUP S.A.
MATANZA CINE S.R.L.
BD CINE S.R.L.
ILLUSION STUDIOS S.A.
COOP. DE TRABAJO KAOS LTDA
RIZOMA S.R.L.
LAGARTO JUANCHO & ASOC.PROD.S.R.L
MARTINEZ CANTO JUAN ANDRES BALDOMERO
BIN CINE Y VIDEO S.R.L.
Películas Espectadores
3
75.059
2
429.757
2
309.354
2
245.703
2
206.494
2
4.329
2
4.021
2
1.608
2
1.481
2
1.449
Fuente: Anuario INCAA 2010
Películas estrenadas por distribuidor
Distribuidor
PRIMER PLANO FILM GROUP S.A.
DISTRIBUTION COMPANY ARG S.A.
ALFA FILMS S.A.
UNITED INTERNATIONAL PICTURES SRL
SONY PICTURES RELEASING GMBH SUC ARG
WARNER BROS (SOUT) INC
THE WALT DISNEY COMPANY ARGENTINA S.A.
FOX FILM DE LA ARGENTINA S.A.
COMPANIA DISTRIBUIDORA INDEPENDIENTE S.A.
Películas
Nacionales Extranjeras
30
13
8
27
0
27
0
20
1
19
0
17
2
12
0
11
0
10
Fuente: Anuario INCAA 2010
El siguiente gráfico de líneas representa la variación del número de espectadores entre 2006 y
2010 de acuerdo a las películas nacionales y extranjeras. Se observa que la presencia de
espectadores para películas extranjeras es altamente mayor en comparación con los espectadores
de las películas nacionales.
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Fuente: Anuario INCAA 2010
Estos datos coinciden con un estudio realizado y publicado recientemente por la Academia de Cine
en Argentina, dónde el público de las películas nacionales es considerablemente menor al de las
de origen extranjero. En este estudio, se aplicó una encuesta a una población de 1500 jóvenes de
16 a 25 años, en 5 localidades diferentes del país (Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario y
Ushuaia). Según el mismo durante el último año todos los jóvenes habían visto alguna película ya
sea en televisión, Cine o Internet. Del total de la muestra el 70% eligió ver películas en televisión,
el 60% alquiló al menos una película por semana en DVD y el 50% había utilizado la Web para
mirar películas [8].
Las películas argentinas son vistas sobre todo en televisión. Sin embargo, del 50% que miró más de
15 filmes en televisión, sólo una de ellas fue de origen nacional. Un 20% de los jóvenes
encuestados refirió no haber visto ningún film argentino en ninguno de los medios mencionados,
esto significa que si no fuera por la presencia de películas en la televisión el porcentaje de no
consumo de producciones nacionales sería mucho mayor[8].
Por otro lado, se observó que un 20% de los jóvenes vio más de 6 películas en el cine en el último
año y ninguna de ellas era nacional. Los principales motivos por los que los jóvenes no ven cine
nacional fueron: que el argumento no los atrapa (90 %), que las películas no los entretienen (85
%) y que no se enteran del estreno (80 %)[8].
6. Financiación
La financiación de las películas en Argentina se realiza de dos maneras, por coproducciones o por
medio del INCAAA. En las coproducciones las productoras pueden asociarse con empresas del
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extranjero, donde se acuerda el porcentaje de actores de cada país, los recursos y se garantiza la
distribución. Entre los fondos internacionales más importantes para los productores nacionales,
merecen ser destacados Ibermedia, Fond Sud Cinéma, Euroimage, Sundance y Hubert Bals Fund.
Algunos de ellos otorgan créditos y/o subsidios. La gran mayoría de las películas de producción
nacional se financian con los subsidios del INCAA que financia entre 50 y 70 películas por año. No
existen beneficios impositivos para quién invierte en la producción de una película, excepto los
subsidios del INCAA que no pagan el 21% del IVA.
Para lograr financiación de una película por el INCAA, la productora debe presentar un guión, un
elenco artístico tentativo, un presupuesto y un plan financiero. La Comisión Evaluadora del INCAA
procede a estudiar la factibilidad en cuanto a distribución y exhibición comercial, y se estima el
riesgo crediticio que asume el INCAA. Luego de analizar principalmente la calidad del guión y los
antecedentes del director, esta comisión decide si la propuesta es “de interés especial” (son
aquellas que ofreciendo suficiente calidad, contienen relevantes valores morales, sociales,
educativos o nacionales), las películas infantiles, y las que con un contenido temático de interés, su
resolución alcance jerarquía artística; o de “interés simple”, sin especificar las diferencias con
respecto a las de “interés especial”; o “sin interés”, a las cuales se excluye del régimen de
subsidios. Aquellas películas consideradas de “Interés especial”, quedan habilitadas a recibir el
subsidio luego de la evaluación general, una vez finalizada la película.
Si bien existe una vía de financiamiento de créditos donde la ley permite otorgar un monto mayor,
el crédito máximo que en la práctica otorga el INCAA no sobrepasa los $500.000. Esto se debe por
un lado, a las limitaciones presupuestarias de los años anteriores por parte del instituto y por otro
lado, al riesgo crediticio asumido por el INCAA. Sin embargo, sólo una reducida cantidad de
producciones resultan beneficiadas por los créditos del INCAA. La financiación más frecuente se da
a través de los subsidios, los cuales son cobrados por la productora con posterioridad al estreno
del filme, cuando ya se han efectuado casi la totalidad de los gastos.
Los subsidios pueden ser de 2 tipos:
1) Subsidio a “otras formas de exhibición” o por “medios electrónicos”, el productor se
hace acreedor cuando la película se estrena en cine alcanzando un mínimo de
espectadores o, caso contrario, cuando se exhibe en medios televisivos o se edita en
video.
2) El subsidio de taquilla o de “recuperación industrial”, que se determina en función de lo
recaudado por sala. Al productor le otorgan el valor de una entrada por cada espectador
que vio la película (duplican la entrada).
Los subsidios tienen un impacto mayor en las producciones de costo medio o bajo y en las
realizadas por productores independientes puesto que, en la mayoría de los casos, dependen
exclusivamente de los préstamos del INCAA para concretar su proyecto. No obstante, a veces los
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subsidios sólo cubren parcialmente los costos de la película y se entregan a los 6 meses de
finalizada la exhibición de la misma, por lo cual los productores deben conseguir créditos
personales para poder completar la película.
El apoyo del sector público a la industria argentina del cine es muy importante porque sin él, la
mayoría de las películas no podrían realizarse, debido a que la actividad requiere de inversiones
significativas. Sin embargo, existen críticas al sistema de subsidios otorgados por el INCAA. La
primera está relacionada con la calidad de las propuestas aprobadas ya que muchas de las
películas financiadas permanecen en cartel muy pocos días. Por diversos motivos el cine argentino
no atrae suficientes espectadores para la magnitud de inversión que demanda.
Por otro lado, también existen críticas a los sistemas de control y auditoría que dispone el INCAA
para fiscalizar el presupuesto real que una productora gasta en una película. Existe una práctica
bastante generalizada entre los productores a través de la cual se sobredimensionan los costos
reales de filmación para obtener mayores recursos a los realmente erogados.
7. Proceso de calificación de películas cinematográficas
La Comisión Asesora de Exhibiciones Cinematográficas (CAEC) se encarga de realizar las
calificaciones de las películas. Esta comisión fue creada en 1983 y ya formaba parte del INC, luego
con el nacimiento del INCAA, el CAEC se incorpora como organismo asesor y funciona como parte
integral del INCAA.
Antiguamente, durante la presidencia del General Onganía, presidente de facto de nuestro país
entre 1966 y 1970, existía una ley que ratificaba las decisiones tomadas por el INC, antes de
proceder al estreno de una película. Esta entidad tenía la facultad de ver una película, cortar
escenas o prohibirla si lo consideraban necesario. En la actualidad, el CAEC no puede sugerir
cortes, fragmentar escenas ni prohibir películas.
En nuestro país, no existe ningún código formal o informal, que limite la presencia de contenidos
con escenas de sexo, violencia, uso de drogas, alcohol o tabaco, sino que es la CAEC quien se
ocupa de realizar las calificaciones pertinentes de acuerdo a cada producción cinematográfica.
Estas calificaciones responden a un análisis subjetivo por parte de la comisión, que evalúa
teniendo en cuenta la historia de la película y al mismo tiempo, en función del tiempo y espacio
que se quiera representar o lograr en cada producción cinematográfica.
La CAEC está integrada por diferentes representantes que provienen de numerosos organismos
públicos: ministerio de interior, ministerio de educación, ministerio de desarrollo social (secretaría
de desarrollo humano de niñez, adolescencia y familia), secretaría de cultura y secretaría de culto
de la Nación. Con respecto a esta última, de acuerdo a la información obtenida, a partir de la
década del 90 surgen cambios institucionales y debido a que los honorarios de los cargos de la
comisión pasan a depender de cada ministerio (cuando nació la comisión, el Instituto solventaba
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todos los salarios), la secretaría de culto no envía a ningún integrante para participar de las
calificaciones de películas; actualmente la CAEC sólo cuenta con 9 miembros asesores,
representantes del INCAA.
Los cargos de los miembros de la comisión son renovables y tienen una duración de 1 año, con el
objetivo de garantizar la no cristalización de criterios. Sin embargo, no se realizan cambios con
frecuencia ya que no hay personas disponibles para este trabajo. Los representantes conforman
un grupo interdisciplinario de profesionales, entre ellos, psicólogos, trabajadores sociales,
abogados, periodistas, profesores y especialistas en audio visual didácticos. El INCAA cuenta con 3
salas de calificación conformada por estos miembros que funcionan diariamente en diferentes
horarios (9, 11 y 14hs) y tienen la facultad de realizar las calificaciones.
En el caso de que algún director o productor de la película no coincida con los fundamentos de
alguna calificación, esta evaluación puede ser apelada. Hay un procedimiento jurídico para
garantizar que esa película sea vista por las salas restantes con el fin de examinar la decisión
tomada por los primeros evaluadores. Los votos de la comisión se hacen por escrito y deben estar
fundamentados. Si bien, es muy poco frecuente que esto suceda, hay antecedentes que muestran
la solicitud de pedidos de cambios de baja de categorías, por ejemplo “Apta para mayores de 18
años”, por “Apta para mayores de 16 años” o bien, “Apta para mayores de 13 años”, por “Apta
para todo público” (ATP).
La calificación de las películas en Argentina está dada por las siguientes categorizaciones:
•
•
•
•
•
Apta todo público (ATP).
Apta para mayores de 13 años.
Apta para mayores de 16 años.
Apta para mayores de 18 años.
Apta para mayores de 18 años con exhibición condicionada.
En el caso de las películas para 13 y 16 años se permite el ingreso de menores con un adulto. Las
películas con exhibición condicionada, son aquellas que se ven en forma reservada, ya que
contienen sexo explícito o desnudo en primer plano.
Estas calificaciones pueden contener "reservas" y/o " leyendas", que permiten ciertas sugerencias
y recomendaciones con la orientación de un adulto. Por ejemplo, si tenemos una película
calificada como “ATP con reservas”, este film contiene algún efecto especial, ya sea en el sonido o
en las imágenes que podría afectar a un niño o niña. Las nuevas tecnologías y las producciones en
3D, son áreas muy poco exploradas por profesionales de la salud y todavía se desconocen los
efectos que podrían ocasionar algunos contenidos cinematográficos con estas características. De
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acuerdo a la representante de la coordinación del CAEC, uno de los objetivos más importantes de
las calificaciones del CAEC, es informar a los padres del contenido de una película,
“si vos vas a entrar a un circuito comercial importante, la calificación para ellos es un sello o una garantía, es
un servicio que vos le estás dando a la comunidad” (SB, Coordinación CAEC).
El INCAA también cuenta con una gerencia de fiscalización que se encarga de supervisar a las salas
exhibidoras de acuerdo a la clasificación de cada película. Existe un día a la semana (día jueves)
que se encuentran todos los estrenos de películas, ya sean nacionales o de origen extranjero.
Durante estos días de estreno, las salas son observadas por inspectores que cuentan con el listado
de calificaciones de las películas y controlan el cumplimiento de las mismas.
7. Proceso creativo
Toda producción cinematográfica representa un interés económico y cultural estratégico, donde la
puja por el posicionamiento en los mercados internacionales, tiene una importancia que excede a
una simple comercialización de oferta y demanda de películas [3]. El artículo 8 de la ley 24.377[4]
establece que las películas nacionales no deben contener publicidad comercial, sin embargo es de
público conocimiento la presencia de publicidad indirecta en las producciones cinematográficas.
En las películas nacionales es frecuente encontrar publicidades de locales de ventas de productos
electrónicos, marcas reconocidas de autos, medios de transportes (terrestre principalmente) y
cadenas hoteleras. En la mayoría de los casos se produce un canje o intercambio de uso, con el fin
de hacer publicidad a cambio de ciertos beneficios para el rodaje de la película. En este trabajo, no
se registraron menciones acerca de inversiones importantes en películas Argentinas, por parte de
éstas marcas. Según el director de la Universidad de Cine (UCINE), es muy difícil que una empresa
se interese en promocionar sus productos a través del cine argentino, ya que en general los
espectadores de las películas argentinas no superan los 30.000 espectadores.
“Que empresa de hoteles o de productos de consumo masivo como podría ser Coca-Cola podría interesarse
en una película que va a ser vista dificultosamente por 30.000 personas”. (MA, Dir. UCINE)
A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, dónde la industria realiza producciones
cinematográficas comerciales en forma masiva que se visualizan en todo el mundo, el cine
argentino no cuenta con un interés comercial debido a que representa un espacio cultural para la
sociedad.
“Más aún el cine argentino no tiene un costado comercial, el cine argentino se hace como demostración de
cultura porque el cine es un espacio de cultura, así como lo es la literatura pero no existe como industria.
NO existen los estudios, si usted me hablara del cine de la década del 40, podríamos encontrar tal vez
películas donde hubo algún tipo de interés comercial, porque eran películas masivas que se hacían en
estudio, porque había productores. En Argentina hoy en día no existen casi productores”. (MA, Dir. UCINE)
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Lo mismo sucede con la presencia de tabaco y alcohol en las películas; no se encontraron indicios
que involucren a las tabacaleras o marcas de alcohol en las producciones cinematográficas
argentinas. De acuerdo a los diferentes agentes entrevistados, la presencia de tabaco y alcohol en
las películas, simplemente tienen el objetivo de representar la propia realidad de la vida. La
decisión de que haya escenas con tabaco o alcohol la toma el director o bien el guionista. En
general es muy poco frecuente que se le pida a un actor filmar escenas con tabaco si no fuma en la
vida real, ya que la presencia de un cigarrillo en sus manos no facilitaría la naturalidad del
personaje. Según Carlos Sorin, director y guionista argentino, en sus películas no aparece el tabaco
porque considera que es un muy mal recurso para los actores que no saben qué hacer con sus
manos.
Sin embargo, existen casos donde los actores deben filmar escenas fumando, por decisión del
director o guionista únicamente. Es el caso de Luis Brandoni, actor argentino, quién refirió padecer
la producción de una escena con tabaco, debido a las reiterativas tomas que tuvo que realizar para
concretar la producción de la película.
Un día tome la decisión, por una escena que tuve que hacer en cine, de que mis personajes no fumaban
más. Porque me asqueó, tuve que repetir no sé cuántas veces una escena, fumé durante cuatro horas
seguidas. (LB, Actor)
9. Conclusiones
La presencia de tabaco y alcohol es frecuente en las películas nacionales, sin embargo no se
encontraron indicios que involucren a las tabacaleras o los fabricantes de alcohol en las
producciones cinematográficas argentinas.
Las percepciones acerca de la importancia del tabaco y alcohol en las películas en relación a los
jóvenes son variadas. La existencia de una política de fomento para filmación de películas
nacionales a través del INCAA, parte de la premisa de que la producción cinematográfica
contribuye al desarrollo de una identidad nacional, al abordaje de la historia y problemáticas
regionales, a la diversidad cultural y a la difusión de imágenes urbanas y naturales del país. Desde
esta perspectiva, la presencia de tabaco y alcohol sólo representa y da cuenta de una práctica
cotidiana que forma parte de nuestras vidas y no necesariamente debe ser abordada como una
problemática social.
Como se mencionó anteriormente hay estudios que demuestran que la presencia de tabaco y
alcohol en las películas, favorece el inicio de consumo de tabaco en los jóvenes. En la mayoría de
las películas nacionales no se reflejan prácticas que favorezcan comportamientos saludables, cómo
realizar actividad física, evidenciar una alimentación sana, prevenir enfermedades etc.
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Actualmente en nuestro país, el plan Argentina Saludable, del Ministerio de Salud de la Nación,
realiza acciones tendientes a promover estilos de vida saludables a través del cine y la TV. Uno de
sus componentes, el Programa Nacional de Control de Tabaco ha firmado acuerdos con diversos
canales de televisión, cámaras de guionistas, productores, cámaras de radios y otros medios para
evitar la promoción del consumo de tabaco y ambientes libres de humo en los medios.
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Bibliografía
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de Enfermedad atribuible al Tabaquismo en Argentina. Documento Técnico IECS N° 7.
Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria, Buenos Aires, Argentina. Mayo de 2013
(www.iecs.org.ar).
2. Salud, M.d., Encuesta Nacional de tabaquismo en adultos 2012. Ministerio de Salud y
Ambiente de la Nación: Buenos Aires, 2012.
3. Getino o, Schargorodsky H. El cine Argentino en los mercados externos. Introducción a una
problemática económica y cultural. Observatorio Cultural. Buenos Aires, 2008.
4. Wills T, Sargent J, Stoolmiller M, Gibbons F, Gerrard M. Movie Smoking Exposure and
Smoking Onset: A Longitudinal Study of Mediation Processes in a Representative Sample
of U.S. Adolescents. American Psychological Association 2008, Vol. 22, No. 2, 269 –277.
5. Ley N° 24.377: Fomento y Regulación de la Actividad Cinematográfica (1994). Fondo de
Fomento Cinematográfico - Leyes Nros. 17.741 y 22.285 - Su modificación.
6. Raffo Julio: Ley de Fomento y Regulación de la Actividad Cinematográfica comentada,
Lumière. Buenos Aires, 2003.
7. Perelman P, Seivach P. La industria cinematográfica en la Argentina: Entre los límites del
mercado y el fomento estatal. CEDEM, GCBA, Buenos Aires, 2004.
8. Morduchowicz R. Los adolescentes del siglo XXI: los consumos culturales en un mundo de
pantallas. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2013
9. INCAA. Anuario de la Industria de Cine – INCAA 2010
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