AUDIENCIA PROVINCIAL SECCION 3 APELACIÓN SENTENCIAS PROCEDIMIENTO ABREVIADO Nº: 0000966/2012 Proc.: Avda Pedro San Martin S/N Santander Teléfono: 942357125 Fax.: 942357130 Modelo: C1920 NIG: 3907543220110005407 Resolución: Sentencia 000230/2014 Procedimiento Abreviado 0000217/2011 - 00 JUZGADO DE LO PENAL Nº 4 de Santander Intervención: Interviniente: Perito LOURDES ALVAREZ TRIGUEROS Perito JUAN ANDRES POZUETA ECHAVARRI Fiscal MINISTERIO FISCAL MINISTERIO FISCAL Apelante JUAN MANUEL SALINAS MORRONDO Apelado CESAR PETEIRO GARCIA Testig.acusacion NIEVES GOMEZ VALLVEY Testig.acusacion IGNACIO ARNAL ATARES Testig.acusacion BEATRIZ REGUERA RAMIREZ Testigo defensa CARMEN FUERTES ROIG Testigo defensa TOMAS GARCIA GUTIERREZ Testigo defensa JAVIER CREMADES UGARTE Testigo defensa PABLO ABAUNZA MARTINEZ Testigo defensa JOSE LUIS CORT BASILIO Procurador: JAIME GONZÁLEZ FUENTES GABRIELA MIRAPEIX ECKERT AUDIENCIA PROVINCIAL SECCIÓN TERCERA CANTABRIA ROLLO DE SALA Nº : 966/2012. SENTENCIA Nº 000230/2014 ======================================== ILMOS. SRES. : ---------------------------------------Presidente : D. AGUSTÍN ALONSO ROCA. Magistrados : D. JOSÉ LUIS LÓPEZ DEL MORAL ECHEVERRÍA. Dª PAZ ALDECOA ÁLVAREZ-SANTULLANO. 1 ======================================== En Santander, a treinta de Mayo de dos mil catorce. Este Sres. Tribunal, Magistrados apelación la del presente constituido margen, causa ha por visto penal, los en seguida Ilmos. grado de por el Procedimiento Abreviado, procedente del JUZGADO DE LO PENAL Nº CUATRO DE SANTANDER, Juicio Oral Nº 217/2011, Rollo de Sala Nº 966/2012, por delitos contra la integridad moral y lesiones, contra JUAN MANUEL SALINAS MORRONDO, cuyas demás circunstancias personales ya constan en la Sentencia de instancia, representado por el Procurador Sr. González Fuentes y defendido por la Letrada Sra. Ortega Benito. Ha sido Acusación Particular CÉSAR PETEIRO GARCÍA, representado por la Procuradora Sra. Mirapeix Eckert y bajo la dirección técnica de la Letrada Sra. Sánchez Morán. Siendo parte apelante en esta alzada JUAN MANUEL SALINAS MORRONDO, y partes apeladas el MINISTERIO FISCAL, en la representación que ostenta del mismo la Ilma. Sra. Dª Begoña Abad Ruiz, y la Acusación Particular, ya referenciada. Es Ponente de esta resolución el Ilmo. Sr. Presidente de esta Sección Tercera, D. AGUSTÍN ALONSO ROCA, quien expresa el parecer de la Sala. ANTECEDENTES DE HECHO 2 Se aceptan los de la sentencia de instancia, y PRIMERO : En la causa de que el presente Rollo de Apelación dimana, por el JUZGADO DE LO PENAL Nº CUATRO DE SANTANDER se dictó sentencia en fecha treinta de Abril de dos mil doce, cuyo relato de Hechos Probados y Fallo, son del tenor literal siguiente: "HECHOS PROBADOS : Resulta probado y así se declara, que el acusado D. JUAN MANUEL SALINAS MORRONDO, mayor de edad, con D.N.I. número 14.543.394, y sin antecedentes penales, perteneciente a la escala de Técnico Superior especialista de los organismos públicos de investigación, con nivel 26 y perteneciente al grupo A, con destino en la planta de cultivo de algas de El Bocal desde su creación, ha venido desempeñando hasta el día de la fecha, el cargo de investigador jefe de dicha planta de cultivos de algas, siendo asimismo el responsable de los proyectos de investigación que se venían desarrollando en la mencionada planta. El acusado fue el único técnico superior en dicha planta de algas, hasta que en el mes de septiembre del año 2005 se incorporó a trabajar como investigador en la misma D. César Peteiro García, persona que ostentaba la misma cualificación profesional que el acusado, y que fue nombrado funcionario de carrera por resolución de fecha 26 "cultivo abril de del algas año 2005 en macrofitas la especialidad marinas.IEO", de siendo destinado a la planta de cultivo de algas sita en El Bocal, de la que era responsable el hoy acusado, el cual pasó a supervisar todos los trabajos desempeñados por el Sr. Peteiro. El acusado, desde la incorporación de D. César Peteiro a la mencionada planta y actuando con la 3 intención moral y de causarle salud un psíquica, menoscabo dispensó en un su integridad constante trato despectivo tanto personal como profesionalmente al Sr. Peteiro, cuestionando continuamente, tanto en privado, como a presencia de terceros, su capacidad para desempeñar de forma adecuada su actividad profesional, prohibiéndole e impidiéndole realizar de forma autónoma cualquier actividad de planificación o ejecución en los proyectos de investigación que se venían desarrollando en dicha planta y en los que el Sr. Peteiro participaba como investigador y respecto a los cuales el acusado ostentaba la condición de investigador director, hasta vaciar de contenido la función que como investigador estaba llamado Asimismo, el a desempeñar acusado en el en dichos marco de proyectos. esta relación laboral ordenó a D. César Peteiro la realización de tareas de categoría inferior a las propias de su cargo, y de escasa cualificación, indicándole no obstante que las realizaba de forma inadecuada, llegando a ocultarle aquellas informaciones necesarias para poder ejercer de forma adecuada las tareas de investigación que tenía asignadas en dichos proyectos. Asimismo el acusado de forma habitual incompetencia ponía en profesional evidencia delante su de supuesta cualquiera, llegando a gritarle e incluso a propinarle "collejas" en público, a aislarle de sus compañeros, a exigirle que mantuviera abierta la puerta de su despacho, a dificultarle su participación en cursos o congresos y a imponerle las fechas en las que tenía que coger las vacaciones, a no consentirle remuneradas con competencia profesional, fundamento que en realizara su llegando supuesta incluso a guardias falta de exigirle que fichara por él y por su más cercana colaboradora Dª Carmen Fuertes a primera hora de la mañana, si bien al negarse éste a tal petición, el acusado llegó a 4 advertirle de las consecuencias de no acceder a ello, agravando aún más su conducta respecto al Sr. Peteiro. Finalmente, y como culminación de dicha situación, el día 28 febrero del año 2007, en el curso de una reunión mantenida entre el acusado y D. César Peteiro, entre y con ambos, trabajo ocasión el de de acusado D. César, una discrepancia menospreció y al no una surgida vez aceptar más éste el sus indicaciones al respecto, llegó a empujarle con ambas manos contra la pared y a sujetarle por el cuello, mientras le decía que quien se creía que era, huyendo D. César y refugiándose en su despacho donde fue perseguido por el acusado. Esta continua, sistemática y deliberada conducta de hostigamiento y presión laboral mantenida por el acusado trabajo, respecto generó en a dicho D. César trabajador Peteiro en el sentimientos de angustia y de ansiedad, provocando finalmente que éste padeciera un "trastorno adaptativo mixto con ansiedad y estado de moderada, ánimo cuya depresivo DSM-IV-TR", sintomatología se de gravedad caracterizaba por ansiedad elevada, obsesividad, preocupación, depresión, insomnio, irritabilidad y dificultades cognitivas de la concentración. Dicho trastorno requirió para su curación además de una primera asistencia facultativa, tratamiento médico farmacológico tratamiento con consistente ansiolíticos psicológico en y salud en tratamiento antidepresivos mental, y precisando para su curación de un total de 651 días, de los cuales 483 el trabajador estuvo impedido para el desempeño de sus ocupaciones habituales, restándole como secuela un "trastorno adaptativo ansioso depresivo en fase de remisión". Asimismo el acusado presenta una fobia muy cronificada a la presencia del agresor y al entorno laboral. El Sr. Peteiro fue declarado en situación de incapacidad temporal el 28 febrero del año 2007, si 5 bien cuando recibió el alta y se reincorporó lo ha hecho en un edificio encuentra la planta desarrollar el distinto de trabajo Algas, que le de aquel lo que donde le se impide correspondería como investigador. Por sentencia de fecha 23 diciembre del año 2009 dictada por el Juzgado de lo Social número 5 de los de Santander número 271/2009, en los se autos declaró de Seguridad que el Social proceso de Incapacidad Temporal iniciado por el señor Peteiro el pasado día 28 febrero del año 2007 deriva de una contingencia de accidente de trabajo, estimando probado que el cuadro clínico de dicho trabajador es reactivo a una situación de acoso moral en el trabajo de larga evolución. FALLO : Que debo CONDENAR y CONDENO a D. JUAN MANUEL SALINAS MORRONDO, como Autor responsable de un delito CONTRA LA INTEGRIDAD MORAL en concurso ideal de delitos conforme al artículo 77 del Código Penal con un delito de LESIONES ya definidos, a la pena principal de 2 AÑOS DE PRISIÓN, con las siguientes penas accesorias: - Inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tipo de condena. "funcionario Suspensión biólogo del del empleo público de Instituto español de oceanografía" durante el tiempo de la condena. - Suspensión del cargo público de "biólogo responsable de la planta de cultivo de Algas marinas del Instituto español de oceanografía en Cantabria, sita en el barrio Corbanera” durante el tiempo de la condena. - Prohibición de APROXIMARSE a una distancia no inferior a 200 metros, a la persona de D. César 6 Peteiro García, su domicilio, centro de trabajo y cualquier otro lugar que el mismo frecuente, así como la prohibición de COMUNICARSE con el mismo por cualquier medio o procedimiento por tiempo de 4 AÑOS. Se condena al acusado al pago de todas las costas procesales incluidas las de la Acusación Particular. Asimismo, debo condenar y condeno al acusado D. JUAN MANUEL SALINAS MORRONDO a que en concepto de responsabilidad civil indemnice a D. César Peteiro García en la suma de 41.695,61 euros, con los intereses legales del artículo 576 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Firme que sea la presente resolución, notifíquese al Servicio de Inspección del Ministerio de Educación y Ciencia para su constancia en el expediente administrativo disciplinario acuerdo Director del incoado del al Instituto acusado por Español de Oceanografía de fecha 3 septiembre del año 2007. Dese intervenidos a el las piezas destino de convicción previsto en y las efectos Leyes y Reglamentos. Notifíquese la presente resolución a los perjudicados, tal y como dispone el artículo 789.4 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal”. SEGUNDO : Por JUAN MANUEL SALINAS MORRONDO, con la representación y defensa aludidas, se interpuso en tiempo y forma recurso de apelación, que fue admitido a trámite en virtud de providencia del Juzgado dictada al efecto, y dado traslado del mismo a las restantes partes, se elevó la causa a esta Audiencia Provincial, Sección Tercera. Habida cuenta que la Magistrada que celebró el juicio y pendiente dictó el la sentencia, recurso de mientras apelación, ha se encontraba pasado a ser 7 Magistrada titular de esta Sección, la misma se abstuvo de intervenir en la deliberación, en cumplimiento de lo establecido en los artículos 219-11ª y 221.1º de la Ley Orgánica del Poder Judicial, siendo aprobada su abstención por Auto de fecha dieciocho de Septiembre de dos mil trece, designándose como Magistrado para formar Sala al Sr. Presidente de esta Audiencia Provincial y Magistrado de la Sección Primera, Ilmo. Sr. D. José Luis López del Moral Echeverría, con quien se ha deliberado y fallado el recurso. TERCERO : En la tramitación de este juicio en la alzada se han observado las prescripciones legales excepto la de dictar sentencia en el plazo señalado en el artículo 792.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por acumulación de asuntos pendientes y otros de naturaleza preferente. HECHOS PROBADOS UNICO : Se aceptan los de la sentencia de instancia, anteriormente reproducidos. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO : La sentencia de instancia condena al acusado Sr. Salinas Morrondo como autor de un delito contra la integridad moral tipificado en el artículo 173.1 y 177 del Código Penal en relación de concurso ideal del artículo 77 con un delito de lesiones del artículo 147.1 del mismo cuerpo legal a las penas e 8 indemnización que se han reflejado en el Antecedente de Hecho Primero de esta resolución. Frente a ella se alza en apelación el acusado, alegando diversos motivos que glosaremos acto seguido, y postulando su libre absolución. Al recurso se opusieron, impugnándolo, tanto el Ministerio Fiscal como la Acusación Particular. SEGUNDO : Tras un alegación inicial en la que se recogen resumidas las acusaciones y el contenido de la sentencia de instancia, el recurso de apelación articula en sus alegaciones segunda a sexta lo que considera errores en la valoración de la prueba por parte de la Magistrada de instancia, exponiendo su particular visión y apreciación de las pruebas aludidas en ellas. Como siempre que se articula este motivo relativo al presunto error en la valoración probatoria, hemos de partir de una base inicial, y es que constituye doctrina jurisprudencial reiterada la que recuerda que cuando la cuestión debatida por la vía del recurso de apelación es la valoración de la prueba llevada a cabo por el juzgador de instancia en uso de la facultad que le confieren los Enjuiciamiento actividad artículos Criminal, y desarrollada observancia de los 741 y 973 sobre en el de la la base juicio principios de Ley de de la oral, la inmediación, contradicción y oralidad a que esa actividad se somete, conducen a que por singular autoridad a regla la general deba apreciación reconocerse de las pruebas hecha por el juez en cuya presencia se practicaron, por lo mismo que es este juzgador y no el de alzada, quien goza de la intervenir en correctamente privilegiada la su práctica y exclusiva de resultado, la facultad prueba haciendo y de valorar posible, a la vista del resultado objetivo de los distintos medios de prueba, formar en conciencia su convicción sobre la 9 verdad de lo ocurrido, ventajas derivadas de la inmediación en la práctica de la prueba, de las que carece, sin embargo, el tribunal de apelación, llamado a revisar esa valoración en segunda instancia; lo que justifica que deba respetarse en principio el uso que haya hecho el juez de conciencia las pruebas reconocida en el Enjuiciamiento valorativo su facultad de practicadas en artículo Criminal, se motive 741 siempre o razone apreciar el de la que tal en juicio, Ley de proceso adecuadamente en la sentencia (SsTC de 17-12-1985, 23-6-1986, 13-5-1987 y 2-7-1990, entre otras), únicamente deberá rectificarse imprescindible soporte criterio valorativo cuando probatorio, o que no exista el bien cuando un detenido examen de las actuaciones ponga de relieve un manifiesto y claro error del juzgador a quo, de tal magnitud que objetivos haga y no necesaria, empleando interpretaciones criterios discutibles y subjetivas, una modificación de los hechos declarados probados en la sentencia, algo que aquí no sucede. Y no sucede porque la sentencia de instancia, aparte de extensión resultar y acierto modélica de sus por la minuciosidad, Fundamentos Jurídicos, no yerra en nada. Tras haber examinado la Sala detenidamente los dos Tomos de la causa y los cinco DVDs en los que se contienen las cabalmente sesiones afirmar del que juicio exista oral, error no alguno podemos en la valoración de la prueba por parte de la juzgadora de instancia. Y así: A) Es cierto que algunos testigos de cargo son meros testigos referenciales, y en el recurso se citan algunos. Efectivamente dichos testigos o no tuvieron contacto con el acusado o no lo tuvieron con el Sr. Peteiro, por lo que sus declaraciones han de ser 10 convenientemente puestas en tela de juicio al no partir de conocimientos personales sino referenciales. Pero no todos los testigos de cargo son testigos de referencias, habiendo declarado tanto en fase instructoria como en el acto del juicio oral testigos que, o bien fueron testigos directos de alguno de los hechos constitutivos de trato humillante, degradante y vejatorio por parte del acusado para con el Sr. Peteiro (caso de las testificales de Dª Clara Dueñas –folios 333 y 334 del Tomo I y minutos 1:17:00 y siguientes del DVD II- o Dª Belén Cortés –folios 346 y 347 del Tomo I y minutos 1:35 del DVD III-), o bien fueron ellos personalmente víctimas directas o indirectas de la forma del acusado de tratar a las personas que trabajaban con él o se encontraban en el lugar en el que el acusado realizaba las tareas de dirección, testificales que son pruebas indiciarias, reveladoras de una forma de ser y tratar a los subordinados que sobrepasa el ámbito de lo desagradable para incardinarse de pleno en el trato humillante y vejatorio (caso de las testificales de D. Roberto Gancedo –folios 353 y 354 del Tomo I y minutos 1:19 y siguientes del DVD IV-, Dª Begoña Villamor –minuto 1:51:20 y siguientes del DVD II- y Dª Beatriz Reguera –minuto 1:43:25 testificales y siguientes corroboran del plenamente DVD las II-). Tales manifestaciones del denunciante y víctima de los hechos, Sr. Peteiro, manifestaciones que constituyen así mismo prueba fundamental de cargo, y que gozan de los tres criterios que el Tribunal probatoria Supremo incluso como sugiere prueba para otorgar única de validez cargo a la declaración de la víctima, a saber, persistencia en la incriminación (el Sr. Peteiro siempre ha manifestado lo mismo, tanto en sede administrativa, en el expediente tramitado en la Inspección General de Servicios del Ministerio de Educación y Ciencia, el cual obra en la causa al Tomo I, como en el Juzgado de Instrucción 11 folios 83 y 84 y 121 a 126-, como en el acto del juicio oral –minutos 2:05:07 del DVD I al 1:01:05 del DVD II-), ausencia de motivos espurios (que ni la juzgadora a quo ni esta Sala ad corroboración quem periférica testificales aludidas psicológicos advierten y o adivinan) (constituida y los forenses, e por informes incluso y las médicos por algunos reconocimientos efectuados por el propio acusado como los relativos al capítulo de las “collejas”, a la obligación de mantener la “puerta abierta” del despacho del Sr. Peteiro, a la polémica por la sugerencia de la posibilidad de fichar por terceros a la que el Sr. Peteiro se opuso en contra del criterio del acusado apoyado éste por la testigo Carmen Fuertes o al hecho de que las guardias sólo las hicieran éstos excluyendo sistemáticamente al Sr. Peteiro). No vamos aquí a volver a repetir el concienzudo, minucioso y exhaustivo examen de la prueba que la juzgadora a quo ha hecho en la sentencia. Basta leerla y darla recurrente en aquí su por recurso reproducida. ni siquiera Es más, puede el hallar contradicciones que exponer para tratar de devaluar su carga probatoria, limitándose o bien a decir que fueron testigos de referencias o a cuestionar su imparcialidad bien por amistad con el Sr. Peteiro bien por enemistad con el acusado. Lo que igualmente es cierto es que la defensa no ha podido explicar por qué razón estos testigos han podido desarrollar esa enemistad supuesta con el acusado, ni qué interés pueden tener en declarar a favor o en contra de las partes, ni qué ganan declarando como lo han hecho. B) Reprocha el recurso el nulo valor probatorio de descargo que la juzgadora a quo ha otorgado a la testifical ministrada por la defensa del acusado. De los testigos Srs. Cremades y Abaúnza poco puede decirse, salvo que, además de amigos personales del 12 acusado, no fueron testigos presenciales de los hechos y que lo que saben lo es por referencias de las partes. Además, en el caso del Sr. Cremades, no se cohonestan bien sus manifestaciones comunicaciones, en el recomendaciones juicio o con las felicitaciones que obran en la documental existente en la causa (e-mails). Respecto de la testigo Carmen Fuertes, basta leer sus declaraciones en fase instructoria (folios 141 a 143) o en el acto del juicio oral (DVD IV, minutos 38:10 y siguientes) para obtener la misma conclusión que la juzgadora a quo obtuvo y que plasma perfectamente en el segundo párrafo de la página 9 de la sentencia. A la misma conclusión llega esta Sala tras revisar dicha prueba. Baste decir que su amistad con el acusado le sirvió para hacer las guardias –retribuidas- con éste, a pesar de tener peor cualificación profesional que el Sr. Peteiro, al que el acusado impidió intervenir en ellas alegando “falta de cualificación”, y que tal extremo lo reconoció la Sra. Fuertes tanto en el Juzgado como en el plenario. C) En el recurso se pretende alzaprimar la declaración del acusado frente a la del Sr. Peteiro. Obviamente ambas declaraciones son opuestas. Aún así sorprende que el acusado reconozca los extremos que se han apuntado ut supra, en especial la singular valoración que al acusado le merecen las “collejas” que, en presencia de becarios y demás trabajadores, el acusado propinaba al Sr. Peteiro a pesar de saber lo mucho que desagradaba a éste tal gesto. No es de recibo decir, como se dice por “intenciones “actos de el acusado, cordiales” afecto, para que –sic-, esas o intentar que “collejas” las tenían mismas ayudarle, eran actos de proximidad” –sic, en su declaración instructoria a los folios 130 a 134-. O que sus gestos ostentosos de “coger por el hombro o por el cuello” –sic- al Sr. Peteiro eran gestos afectuosos. U obligar al Sr. Peteiro a mantener 13 todo el tiempo abierta la puerta de su despacho “para evitar que se aislara” –sic-. Tales gestos, reconocidos por el propio acusado, se comentan solos y, desde luego, revelan un carácter acorde con los demás tratos degradantes que se describen en el apartado de Hechos Probados de la sentencia. D) La sentencia del Juzgado de lo Social Nº 5 de Santander de fecha 23-12-2009, firme, en la que se constata que el proceso de incapacidad temporal padecido por el Sr. Peteiro trae causa de una situación de acoso moral en el trabajo, de larga duración, no vincula en esta jurisdicción términos es penal, notable, y pero la como contundencia aporte de indiciario sus puede perfectamente ser valorada también por la juzgadora de instancia en el presente procedimiento penal, como lo es por la Sala. E) Finalmente, la prueba pericial es asistencia que igualmente relevante. En la causa hay partes de acreditan los cuadros descritos tanto a lo largo del año 2006 como en la fecha de Febrero de 2007 que sirvió de detonante para la interposición de la denuncia. Así el informe de la Dra. Josa Fernández, del Centro de Salud (folio 5) o los informes del mismo Centro obrantes a los folios 361 a 363, que relatan la observación en el Sr. Peteiro de un notable cuadro de ansiedad. Desde la perspectiva psicológica los informes de la Sra. García Sierra, ratificados en el plenario (folios 40 a 49, DVD II, minutos 1:02:04 y siguientes), que observan la existencia de un trastorno de estrés postraumático. O Psicólogo el del informe Equipo psicológico Técnico de evacuado los por el Juzgados de Santander, Sr. González Mediavilla, que observa en el Sr. Peteiro un trastorno adaptativo mixto con ansiedad y 14 estado de ánimo depresivo de gravedad moderada, compatible con la vivencia de los hechos denunciados, sin que exista otra explicación que justifique una causa distinta (folios 89 y 90). Informe que es oficial y que, sobre todo, no ha sido impugnado en ningún momento por nadie. O el dictamen de la psicóloga Sra. Álvarez Trigueros evacuado en el acto del juicio oral, que observó en el Sr. Peteiro crisis de angustia, ansiedad y depresión, estando “emocionalmente sobrepasado”, aunque discrepando con la Sra. García Sierra en que no se llegaba al trastorno de estrés postraumático, pero sí a un trastorno adaptativo mixto. O, finalmente, el informe del Médico Forense Dr. Pozueta Echávarri, obrante al folio 387, que refleja lo que se constata en los Hechos Probados de la sentencia, es decir, la existencia de lesiones psíquicas y secuelas anímicas motivadas por los hechos aquí enjuiciados, dictamen que tampoco ha sido impugnado por nadie. Sabido es que los dictámenes oficiales emitidos por peritos judiciales no impugnados por parte alguna y cuando en el plenario no se ha solicitado su práctica o no se ha pedido la suspensión por su falta de práctica tienen pleno valor probatorio (por todas, SsTS de 23-112007 y 25-5-2010). Pues bien, de toda la prueba practicada la conclusión a la que llega la Sala es que los hechos que se declaran probatorio, probados y que la encuentran juzgadora suficiente de basamento instancia no ha incurrido en error alguno. Ello obliga a desestimar el motivo aducido en la Alegación Séptima, que considera vulnerado el principio de presunción de inocencia, pues el derecho constitucional mencionado no se vulnera cuando se condena 15 con pruebas existentes, válidas y suficientes para acreditar lo que se pretende, como aquí ha ocurrido. TERCERO : Entrando en la argumentación propiamente jurídica del recurso, que postula infracción del artículo 173.1 del Código Penal, hemos de recordar, siguiendo la reciente STS de 2-4-2013, que los dos ejes sobre los que pivota la conducta penal objetiva descrita en el mentado artículo son el infligir a una persona un trato degradante y el causarle con ello un menoscabo grave a su integridad moral. Con respecto al concepto de trato degradante, la jurisprudencia Humanos lo viene del Tribunal definiendo Europeo como de aquellos Derechos tratos que pueden "crear en las víctimas sentimientos de temor, de angustia y de inferioridad, susceptibles de humillarles, de envilecerles y de quebrantar en su caso su resistencia física y moral" (SsTEDH del caso Irlanda vs. Reino Unido e Irlanda del Norte, de 18-1-1978, caso Soering vs. Reino Unido de 7-7-1989, caso Tomasi vs. Francia, de 27-8- 1992 o caso Price vs. Reino Unido e Irlanda del Norte, de 107-2001). Resulta, pues, víctima de situación una relevante de la creación envilecimiento en la y de humillación, y también la susceptibilidad de doblegar la resistencia física y moral de las víctimas. En estos casos se considera artículo 3 sometido a del que Convenio tortura ni a concurre Europeo penas o una violación ("nadie tratos podrá del ser inhumanos o degradantes"). El Tribunal Constitucional afirma al respecto que los tres comportamientos absolutamente prohibidos por el artículo 15 CE (torturas, tratos inhumanos y tratos degradantes) se caracterizan por la irrogación de "padecimientos físicos o psíquicos ilícitos e infligidos de modo vejatorio para quien los sufre y con esa propia intención de vejar y doblegar la voluntad del sujeto 16 paciente" (SsTC 120/1990 de 27 de junio, 57/1994 de 28 de febrero, 196/2006 de 3 de julio y 34/2008 de 25 de febrero). Cada tipo de conducta prohibida se distingue por "la diferente intensidad del sufrimiento causado" en "una escala gradual cuyo último nivel estaría constituido por la pena o trato degradante" (SsTC 137/1990 de 19 de julio, 215/1994 febrero), para de 14 cuya de julio y apreciación 34/2008 ha de de 25 concurrir de "un umbral mínimo de severidad" (conforme a las SsTEDH caso Campbell y Cosans vs. Reino Unido, de 25-2-1982 ó caso Castello-Roberts vs. Reino Unido, de 25-3-1993). En cuanto al bien jurídico de la integridad moral que ha de ser menoscabado gravemente, la doctrina viene conceptuándolo como el derecho de la persona a no sufrir sensaciones de dolor o sufrimientos físicos o psíquicos humillantes, vejatorios o envilecedores. La jurisprudencia de la Sala 2ª del Tribunal Supremo ha venido señalando que la integridad moral se identifica con las nociones de dignidad e inviolabilidad de la persona, matizando que con el castigo de las conductas atentatorias a la integridad moral se pretende reafirmar la idea de que el ser humano es siempre fin en sí mismo, sin que quepa "cosificarlo", circunstancia que obliga a distinguir los simples ataques a la integridad física o psíquica de aquellos otros con repercusión directa en la dignidad humana. La integridad moral se configura como una categoría conceptual propia, como un valor independiente integridad física, del a la derecho a libertad la en vida, sus a la diversas manifestaciones o al honor. En cuanto al concepto de trato degradante, la jurisprudencia de la Sala 2ª del Tribunal Supremo acoge el concepto establecido por el TEDH anteriormente reseñado, ya que lo define como aquel trato que puede crear en las víctimas sentimientos de terror, de angustia y de inferioridad susceptibles de humillarles, de 17 envilecerles y de quebrantar, en su caso, su resistencia física o moral" (SsTS de 26-10-2009, 6-4-2011 y 29-32012, entre otras). Por último, como elementos de este delito se han señalado los siguientes: a) un acto de claro e inequívoco contenido vejatorio para el sujeto pasivo del delito; b) un padecimiento físico o psíquico en dicho sujeto; y c) un comportamiento que sea degradante o humillante e incida en el concepto de dignidad de la persona afectada por el delito. Y en cuanto al resultado exige el precepto gravemente la que el integridad trato moral, degradante lo que menoscabe excluiría los supuestos banales o de menor entidad (SsTS de 3-3-2009, 26-10-2009 y 6-4-2011). En el contexto en que se encuentra el precepto aplicado, la integridad moral se ha identificado también con la integridad psíquica, entendida como libertad de autodeterminación y de actuación conforme a lo decidido (SsTS de 26-10-2009 y 10-10-2010). En el caso de autos los actos vejatorios se describen de forma pormenorizada en el apartado de Hechos Probados de la sentencia (ordenamiento de trabajos de inferior cualificación con crítica negativa sin solución de continuidad, vaciado de contenido del puesto de trabajo, trato despectivo, cuestionamiento constante y ante terceros de la capacidad profesional, prohibiciones inmotivadas, aislamiento, gritos y voces, humillaciones físicas innecesarias transmisión de –collejas órdenes por y palmeos-, trabajadores de puenteo, categoría inferior et cetera), y de ellos se desprende que se está ante unos actos que deben ser incardinados en el concepto de trato degradante que menoscaba gravemente la integridad moral del denunciante. Siendo cierto que el criterio de la gravedad de la conducta degradante muestra un grado importante de 18 relatividad e indeterminación que debilita la taxatividad que exige el principio de legalidad penal, sin embargo, para resolver y decidir sobre esa baremación de la gravedad de la conducta del acusado ha de estarse a las pautas que marca la jurisprudencia, tanto en el ámbito internacional como en el nacional, que son la duración de los tratos, sus efectos físicos y mentales y, en algunos casos, el sexo, la edad y el estado de salud de la víctima. Al aplicar esos parámetros sobre la gravedad de los actos degradantes al supuesto que se juzga, resulta claro que se cumplimentan algunos de ellos. Respecto de la duración de los malos tratos por parte del Sr. Salinas sobre el Sr. Peteiro, se extendió por un periodo de tiempo que abarca desde el año 2005 hasta el año 2007. La edad es otro factor, al ser el acusado mucho más mayor que la acusado víctima. no subordinado se La fundamentación cansaba absoluto de conlleva jerárquica recordarle un plus al de que para el él desprecio, minusvaloración y humillación que aquél no tenía ningún reparo en mostrar ante terceros de mala manera o con ‘collejas’ y gestos despectivos tendentes exclusivamente a zaherir y humillar y que el acusado pretende disfrazar de “afecto”. Y por último, sobre la gravedad de los efectos generados por las vejaciones verbales y gestuales del referido acusado tampoco cabe albergar duda alguna, toda vez que ocasionó lesiones psíquicas a la víctima que tardaron en curar más de un año, teniendo que recibir tratamiento psicológico y psiquiátrico para curar los padecimientos consecuencia psíquicos de los que actos habían reiterados sufrido de como quien se comportaba como su superior. Concurre así el desvalor de la acción: actos vejatorios reiterados que integran un trato degradante; y el del resultado: menoscabo grave de la integridad moral, al sufrir la víctima sensaciones de sufrimiento psíquico humillante y envilecedor. Y es que conviene tener 19 presente que para perpetrar los actos degradantes no se precisa siempre el uso de la fuerza física, sino que también cabe apreciarlos cuando se producen reproches continuos, comportamientos desconsiderados o uso de medios idóneos para producir angustia y temor. La acusación, por tanto, y la condena posterior, por el delito tipificado en el artículo 173.1 del Código Penal, se encontraba fundada en hecho y en derecho. CUARTO : Se cuestiona también en el recurso la condena por el delito de lesiones psíquicas y se dice infringido el artículo 147 del Código Penal. No cabe estimar el motivo, pues es claro que concurren en la conducta del acusado los elementos integrantes del artículo 147.1 del Código Penal: 1) Una acción agresiva, configurada por el hecho de proferir el acusado malos tratos de palabra y hasta algunos de obra (“collejas”, denunciante golpes que le afectuosos vejaba y y similares) humillaba, hacia idóneos el para menoscabar la salud psíquica de la víctima. 2) Ejecutada con conocimiento psíquica del y voluntad denunciante, de menoscabar la salud cuando menos, como dolo eventual. 3) Resultado lesivo subsumible en el artículo 147.1 del Código Penal, toda vez que la víctima precisó tratamiento psicológico y psiquiátrico para su sanidad y estuvo un tiempo incapacitado para el trabajo. 4) Relación de causalidad natural entre las acción agresora y el resultado lesivo, ya que los padecimientos psíquicos se debieron a los actos degradantes ejecutados por el acusado. 5) Imputación objetiva del resultado a la conducta ilícita del acusado, puesto que esta generó un riesgo para el bien jurídico tutelado por la norma penal (la salud psíquica de la víctima) que fue el que se vio materializado en el resultado. 20 QUINTO : Finalmente, se cuestionan las indemnizaciones. Tal como el Tribunal Supremo ha señalado, entre otras muchas sentencias, en la STS de 28-10-2010, los daños morales no pueden ser calculados con criterios objetivos, sino que solo pueden ser calculados en un juicio global basado en el sentimiento social de reparación del daño producido por la ofensa delictiva, atendiendo a la naturaleza y gravedad del hecho, y atemperando las demandas de los interesados a la realidad socioeconómica en cada momento. Aplicando este criterio jurisprudencial no puede entenderse la suma fijada por la Magistrada de instancia como de excesiva ni desproporcionada a las circunstancias fácticas del hecho. El hostigamiento fue prolongado en considerable, el y tiempo las (dos años), consecuencias que su relevancia irrogó para la víctima más que relevantes. Por lo demás, la juzgadora ha razonado suficientemente la cuantificación de las indemnizaciones y los criterios seguidos al respecto en el Fundamento Jurídico Tercero de la sentencia, cuyos razonamientos expresamente se comparten por la Sala. SEXTO : No cuestionándose las penas impuestas, las costas de esta alzada, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 239 y 240 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, interpretados a la luz de lo dispuesto en el artículo 901 de la misma Ley, en criterio conforme Audiencia establecido por Provincial de todas las Cantabria Secciones tras el de esta Pleno de Magistrados de fecha 3-4-1998, habrán de serle impuestas a la parte apelante condenada cuya petición fuere totalmente desestimada, cual es el caso. 21 Por cuanto antecede, VISTOS los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación, en ejercicio de la potestad jurisdiccional conferida por la Soberanía Popular y en nombre de Su Majestad El Rey, FALLAMOS : Que desestimando totalmente el recurso de apelación interpuesto por la representación procesal de JUAN MANUEL SALINAS MORRONDO, contra la sentencia de fecha treinta de Abril de dos mil doce dictada por el Juzgado de lo Penal Nº CUATRO de Santander, en los autos de Juicio Oral Nº 217/2011, a que se contrae el presente Rollo de Apelación, debemos confirmar y confirmamos la misma, con imposición a la parte apelante de las costas de la alzada. Y devuélvanse con los testimonio autos de originales esta resolución, al Juzgado de procedencia para su ejecución y cumplimiento. Así por esta nuestra sentencia, de la que se unirá certificación literal al Rollo, juzgando, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. E/ 22 PUBLICACION : Leída y publicada que ha sido la presente sentencia en audiencia pública por el Ilmo. Sr. Magistrado Presidente que la suscribe en el día de la fecha, doy fe yo el Secretario. 23