Guía de aplicación del “Juego del ABC”

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 Guía de aplicación del “Juego del ABC” Este documento describe la forma de utilizar el Juego del ABC como una herramienta educativa dentro de los talleres Empowering Coaching. El juego del ABC no debe ser reproducido, copiado, distribuido o utilizado con ningún otro propósito. © University of Birmingham 2011. Están reservados todos los derechos. Estos materiales se encuentran bajo la protección de los derechos de autor y de otras leyes de la propiedad intelectual. Queda prohibida la reproducción o retransmisión, total o parcial, por cualquier medio, sin el permiso expreso de University of Birmingham. El Juego del ABC Objetivo El juego del ABC está diseñado para ser utilizado durante los talleres de Empowering CoachingTM (EC). El juego da la oportunidad a los entrenadores de fútbol base para hacer una evaluación crítica (antes y después de su formación en el taller de Empowering Coaching) del significado de las conductas que se realizan habitualmente en el entrenamiento y que están relacionadas con la motivación. Este juego es una herramienta útil que nos ayuda a determinar en qué medida los entrenadores entienden los principios subyacentes del Empowering Coaching y nos ayuda a conocer las consecuencias que tiene sobre el entrenamiento una aproximación más o menos empowering. Descripción El juego del ABC consiste en clasificar las descripciones que hacen los jugadores sobre las conductas de los entrenadores como “positivas”, “cuestionables” o “negativas”. Las descripciones son ejemplos de conductas habituales de los entrenadores que conducen en mayor o menor medida a la satisfacción o a la frustración de la autonomía, buena relación y competencia de los jugadores (el ABC). Las afirmaciones, creadas por el equipo PAPA del Reino Unido, están agrupadas en dos categorías en base a su dificultad (es decir, fácil y desafiante). Debería ser relativamente fácil clasificar las afirmaciones de la primera categoría, bien como conductas de entrenamiento “positivas” (es decir, empowering) o como “negativas” (es decir, disempowering), incluso antes de recibir formación sobre los principios del Empowering Coaching. La segunda categoría recoge ejemplos de conductas de entrenadores cuya clasificación como empowering o disempowering supone un mayor reto a simple vista. Es posible que al principio los entrenadores clasifiquen muchas de estas afirmaciones “difíciles” como “cuestionables. Sin embargo, como resultado de la formación, los entrenadores deberían ser capaces de entender por qué estas conductas son más o menos empowering. Instrucciones Recomendaciones para la utilización del Juego del ABC: 1. Diapositiva 28. Para animar a los entrenadores a pensar sobre por qué las conductas del entrenador pueden ser positivas o negativas en relación a la motivación de los jugadores: a. Pide a los entrenadores que trabajen en grupos de 4 ó 5. Dale a cada grupo un juego de balones en blanco y un campo con las dos porterías. b. Primero pide a los entrenadores que reflexionen y hablen sobre formas en las que, tanto ellos como otros entrenadores, motiven a los jugadores. c. Pide a los entrenadores que escriban algunos de sus ejemplos en los balones en blanco y que los coloquen en el área positiva o negativa del campo. d. Después, entrega a los entrenadores el juego que hay preparado de balones “fáciles” y pídeles que hablen sobre si las conductas de entrenamiento descritas en los balones de fútbol son “positivas”, “negativas” o “cuestionables”. e. Después de debatir acerca de las conductas de entrenamiento, los entrenadores deben clasificar las afirmaciones en las porterías “positiva” y “negativa”, o situarlas en la línea de medio campo (para conductas de entrenamiento “cuestionables”). © Copyright University of Birmingham 2011
Esta actividad puede tener una duración aproximada de 20 minutos. Además de clasificar las afirmaciones, es necesario animar a los entrenadores a que expliquen por qué han decidido clasificar cada conducta de entrenamiento como positiva, negativa o cuestionable. 2. Diapositiva 53. En esta diapositiva se retoma el juego del ABC para comprobar que los entrenadores entienden la importancia que tienen las conductas de entrenamiento a nivel motivacional, es decir, cómo o por qué dichas conductas pueden satisfacer o frustrar el ABC de los jugadores y para introducir algunas afirmaciones más, que puedan resultar un reto para los entrenadores. Algunas de estas afirmaciones adicionales definen con sutileza conductas de entrenamiento que son empowering o disempowering, estas afirmaciones “cuestionables” pueden situarse en la línea de medio campo. En otras palabras, los entrenadores se darán cuenta de que muchas de las conductas van situadas en la línea de medio campo. Es decir, comprenderán que no siempre se puede juzgar la conducta a simple vista. El grado en que el entrenador promueva o no el ABC, puede depender de otras variables que no estén descritas en la frase. a. Una vez trabajada la teoría en la que se basa el ABC como determinante de la motivación de calidad, se pide a los entrenadores que vuelvan a unirse en sus grupos y revisen su clasificación de las conductas de entrenamiento como “positivas” (es decir, empowering), “negativas” (es decir, disempowering) y cuestionables. b. Como los entrenadores ya han recibido formación acerca de las tres necesidades psicológicas básicas, anímales a debatir por qué cada afirmación apoya o frustra la autonomía, la buena relación y/o la competencia de los jugadores en concreto y en consecuencia por qué podría considerarse “empowering”, “disempowering” o “cuestionable”. Anima a los entrenadores a pensar si algunas de las conductas de entrenamiento que fueron clasificadas en un principio como “empowering” son en verdad “cuestionables”. c. Introduce el juego de balones adicional (es decir, las afirmaciones que son desafiantes), y repite el proceso. d. Explica a los entrenadores que, en parte, el objetivo del juego es resaltar que no hay una lista “buena” o “mala” de conductas de entrenamiento (es decir, no es la lista de la compra, como explicaste al principio del taller). Una conducta puntual es en realidad positiva o negativa en función de dónde, cómo y cuándo, se realice dicha conducta y si supone la satisfacción o la frustración del ABC de los jugadores. Es decir, que el entrenador sea empowering o disempowering probablemente dependerá de otros detalles o variables relacionadas con la motivación que sean relevantes para la satisfacción o amenaza del ABC y que no estén escritas en los balones. Mediante el debate con los entrenadores puedes usar esta actividad para aclarar cualquier punto de los que han sido trabajados en la teoría o en la literatura presentada. Puedes evaluar si los entrenadores lo han entendido todo correctamente, no necesariamente en función de dónde han colocado los balones, sino en función de cómo los justifican basándose en el ABC. © Copyright University of Birmingham 2011
Preparación • Las afirmaciones, que han sido escritas en balones de fútbol con el formato Empowering Coaching, así como las porterías “positiva” y “negativa”, te serán entregadas por el equipo PAPA. •
Se puede hacer la línea de medio campo utilizando cuerda o cinta adhesiva. •
Para ayudarle durante el juego del ABC, en cada balón de fútbol se ha escrito entre paréntesis un número al final de cada afirmación. El número indica si la conducta de entrenamiento es empowering, disempowering, o cuestionable. Esto ayuda a garantizar que todos los educadores de entrenadores sean claros y consistentes a la hora de considerar si las conductas del entrenador descritas son “positivas” (empowering), “negativas” (disempowering) o “cuestionables”. Antes del taller sería conveniente que entendiera claramente por qué cada conducta se considera empowering, disempowering, o cuestionable. Si no se encuentras del todo seguro, su mentor PAPA estará encantado de ayudarle. •
Las conductas numeradas del 1-­‐14 corresponden al nivel ‘fácil’ y del 15-­‐22 al nivel ‘desafiante’. Quizá sea más fácil organizar la actividad separando los balones en dos montones antes del taller. En función de la comprensión de los entrenadores y de su progreso en la actividad, se puede decidir cuándo introducir las conductas del nivel más desafiante. •
La siguiente tabla muestra la clasificación de las conductas de entrenamiento como empowering, disempowering o cuestionables. Empowering Coaching (“Positivo”) 1 3 5 6 7 8 9 Disempowering Coaching (“Negativo”) 2 4 11 12 14 17 18 21 © Copyright University of Birmingham 2011
Cuestionable 10 13 15 16 19 20 22 Conductas Cuestionables Las siguientes descripciones explican por qué las conductas “cuestionables” han sido consideradas como tal. Si no se encuentra del todo seguro, su mentor PAPA estará encantado de comentar estos ejemplos con usted. 10. Aunque es importante que los jugadores reciban feedback del entrenador, es mejor para ellos que se les dé la oportunidad de continuar jugando el partido, en lugar de llamar la atención continuamente hacia sus fallos. Además, para los jugadores es importante criticar sus propios fallos en la ejecución teniendo en cuenta la información del entrenador acerca de lo que hicieron bien en el entrenamiento o en el partido y cómo podrían mejorar. 13. Mantener una política de rotaciones es una práctica asociada al empowering coaching que asegura que todos los jugadores tengan la oportunidad de jugar en los partidos, independientemente de su habilidad en el fútbol. No obstante, en esta afirmación, se adopta la política de rotación cuando los jugadores entrenan duro. Por lo tanto, la recompensa (jugar en el partido) es contingente a entrenar duramente y, por ello, la conducta del entrenador se vuelve disempowering. 15. A primera vista, esto puede parecer una conducta de entrenamiento empowering porque el jugador siente confianza como resultado de las acciones o los comentarios del entrenador. No obstante, este tipo de confianza está basada en metas de tipo “ser el mejor” y, de alguna manera, es contingente a ser continuamente el mejor jugador del equipo. Este tipo de confianza es mucho más frágil que cuando proviene de metas “hacerlo lo mejor posible”. 16. Esta conducta de entrenamiento puede parecer empowering porque el entrenador intenta promover sentimientos de autoestima y confianza en sus jugadores/as mediante el enfoque “hacerlo lo mejor posible”. Sin embargo, al mismo tiempo, está animando a que los jugadores se comparen con sus compañeros en cuanto a la cantidad de esfuerzo que realizan. Esto puede llevar a los jugadores a pensar que la aprobación del entrenador depende de si son el jugador que entrena más duro. La realización de un esfuerzo está asociada a una contingencia (es decir, la aprobación del entrenador) en lugar de ser valorados por sí mismos. Es más, dichas conductas fomentan la comparación social entre los miembros del equipo. 19. Como entrenador, dar a los jugadores un apodo puede ser una manera efectiva de promover una relación más informal con ellos. No obstante, dar un apodo como “rayo” puede incitar al jugador a que base su confianza y su autoestima en demostrar con éxito su atributo físico. ¿Qué le pasaría a este jugador si ya no fuera el más rápido del equipo o del campo? Usando ese tipo de apodos, ¿es posible que el jugador empiece a sentir que la velocidad es un atributo inherente e invariable (que probablemente le lleve a una concepción de la habilidad basada en el ego) en lugar de algo que él/ella puede desarrollar a través del entrenamiento al igual que el resto de los jugadores? © Copyright University of Birmingham 2011
20. En esta afirmación, el entrenador está intentando fomentar la autoestima de sus jugadores/as diciéndoles cuánto talento tienen como jugadores de fútbol. Aunque esto pueda tener un efecto positivo a corto plazo en la confianza de los jugadores, ¿qué pasa si el jugador empieza a dudar sobre su talento? Si se incita a los jugadores a confiar únicamente en el talento como la causa del éxito, experimentarán dificultades cuando empiecen a perder, a fallar o a cometer errores. Esto es así porque poseer mucho talento no entra dentro del control personal del jugador; es probable que se considere un atributo fijo (lo tienes o no). 22. En la misma línea de la afirmación 20, el entrenador intenta ser empowering en esta afirmación premiando la habilidad natural de sus jugadores. Esta conducta del entrenador tendrá el efecto deseado siempre y cuando el jugador siga siendo el mejor. No obstante, debemos tener en cuenta dos cosas. El jugador podría empezar a creer que al tener la habilidad innata, no tendrá que esforzarse durante los entrenamientos o partidos. En otras palabras, el jugador puede confiar en su habilidad innata para conseguir el éxito. Segundo, ¿qué pasa cuando el jugador empieza a fallar o a cometer errores? En este punto, el jugador puede empezar a cuestionar si su habilidad es adecuada y sentir que no puede hacerse nada para fomentar este atributo “natural”. Quizá entonces, el jugador se plantee su participación futura en el fútbol. © Copyright University of Birmingham 2011
Los Balones A veces hacemos ejercicios muy complicados en los entrenamientos. El entrenador nos anima a preguntar si no entendemos lo que estamos haciendo o cómo afecta esto al juego. Esto está muy bien, nadie debería sentirse tonto por preguntar. (1) La entrenadora tiene a sus favoritos y éstos siempre acaban jugando todo el partido. (2) © Copyright University of Birmingham 2011
El entrenador hace siempre un esfuerzo para hablar con cada uno de nosotros en privado sobre los aspectos que queremos desarrollar de nuestro juego. (3) Si lo hacemos bien en el entrenamiento, jugamos un partido al final. Si no, tenemos que hacer físico al final del entrenamiento. (4) © Copyright University of Birmingham 2011
El entrenador siempre me pregunta cómo me va con los exámenes. Recuerda que a veces puede resultar duro intentar compaginar los deberes con el fútbol. (5) A veces el entrenador nos deja elegir lo que trabajamos en los entrenamientos. (6) © Copyright University of Birmingham 2011
El entrenador nos pregunta en el entrenamiento lo que pensamos que necesitamos mejorar y decidimos conjuntamente cómo podríamos trabajar esas áreas. (7)
Cuando aprendemos una técnica nueva, la entrenadora nos explica por qué es útil. Siempre nos sugiere diferentes situaciones en las que podríamos usar la técnica en un partido y también nos pregunta lo que pensamos al respecto. (8)
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Perdí el balón intentando algo nuevo y el otro equipo marcó. Mi entrenador dijo que había tenido una buena idea y que la próxima vez puede que me saliera. (9)
En un partido, cuando cometemos un error, inmediatamente nuestro entrenador nos dice lo que hemos hecho mal. (10)
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Estamos en la parte alta de la liga porque nuestro entrenador es el que decide la estrategia. Siempre nos dice que le pasemos el balón al máximo goleador, ya que nos ayudará a ganar. (11)
Nuestro entrenador nos anima a que nos comparemos con los mejores jugadores de nuestro entorno que tengan nuestra edad. (12) © Copyright University of Birmingham 2011
Si trabajamos duro, todos salimos al campo porque nuestro entrenador mantiene una política de rotaciones. (13)
Mi entrenador grita las instrucciones a los jugadores durante los partidos. (14)
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Siempre tengo confianza cuando juego porque mi entrenador dice que soy uno de los mejores jugadores del equipo. (15)
Nuestros entrenadores se esfuerzan por hacernos saber a todos qué miembro del equipo ha mejorado más o se ha esforzado más en el entrenamiento. (16)
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Si perdemos, nuestro entrenador dice que es porque no le escuchamos…y realmente algunos jugadores no le escuchan, hacen lo que quieren. (17)
Normalmente nuestros entrenadores intentan motivarnos recordándonos que no debemos defraudar a nuestros compañeros. (18)
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Mi entrenador le ha dado a cada jugador un apodo especial que representa aquello en lo que destacamos. ¡El mío es “rayo”!. (19)
Cuando jugamos bien, nuestros entrenadores se esfuerzan en hacernos saber el talento que tenemos. (20)
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Nadie quiere hacer nunca los ejercicios de velocidad en el entrenamiento, pero el entrenador ha empezado a hacernos sentir culpables si alguien dice que no quiere hacerlos. Así que ahora normalmente nos callamos y lo hacemos. (21)
Mi entrenador me dice que soy un deportista nato. (22)
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