SALA ESPECIALIZADA DE LO PENAL JUICIO No 0735

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SALA ESPECIALIZADA DE LO PENAL
JUICIO No 0735-2012
RESOLUCION No: 639-2013
DELITO: TENENCIA ILEGAL DE ESTUPEFACIENTES
RECURSO: CASACION
AGRAVIADO: ESTADO ECUATORIANO
PROCESADO: JORGE HIDALGO LLIVISUPA CARRIÓN
CONJUEZ NACIONAL PONENTE: RICHARD VILLAGOMEZ CABEZAS
CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- SALA DE LO PENAL.- Quito, 30 de mayo de 2013, las
14:00. VISTOS: El Pleno de la Corte Nacional de Justicia en sesión de 30 de enero de 2012,
conformó sus ocho Salas Especializadas de acuerdo a lo dispuesto en el Art. 183 del
Código Orgánico de la Función Judicial. La Sala Especializada de lo Penal tiene
competencia para conocer los recursos de casación y revisión en materia penal, según los
Arts. 184.1 de la Constitución de la República el Ecuador y 186.1 del Código Orgánico de la
Función Judicial, y Segunda Disposición Transitoria ibídem que dispone que: “en todo lo
relativo a la competencia, organización y funcionamiento de la Corte Nacional de Justicia,
este Código entrará en vigencia a partir de la fecha en que se posesionen los nuevos
jueces nacionales elegidos y nombrados de conformidad con lo establecido en la
Constitución y este Código”. Por lo expuesto, avocamos conocimiento de la presente
causa que, por sorteo le correspondió al doctor Merck Benavides Benalcázar, Juez
Ponente, quien ha obtenido licencia en legal y debida forma por lo que actúa el doctor
Richard Villagómez Cabezas, Conjuez Nacional; la señora doctora Aida Palacios Coronel,
Conjueza Nacional quien actúa en remplazo del doctor Vicente Robalino Villafuerte, y, el
doctor Jorge Blum Carcelén, Jueces integrantes de este Tribunal de Sala Penal.
El señor Jorge Llivisupa Carrión, en ejercicio de su derecho constitucional a la impugnación
interpone recurso de casación respecto de la sentencia condenatoria dictada por la
Primera Sala Especializada de lo Penal y Tránsito del Azuay que al resolver sobre la
consulta de ley, ratifica la sentencia venida en grado en la que se declara al ciudadano
Jorge Llivisupa Carrión, autor responsable del delito tipificado y sancionado en el artículo
62 de la Ley de Sustancias Sujetas Estupefacientes y Psicotrópicas, imponiéndole la pena
privativa de libertad de ocho años de reclusión mayor ordinaria, en tanto que confirma la
sentencia en que se ratifica el estado de inocencia del señor Mario Iván Molina Solís.
Al
1.
estar
la
causa
en
estado
de
resolver,
para
hacerlo
se
considera:
COMPETENCIA.
Este Tribunal de la Sala Penal, es competente para conocer y resolver los recursos de
casación y revisión, conforme lo disponen los arts. 184.1 y 76.7.k de la Constitución de la
República; arts. 184 y 186.1 del Código Orgánico de la Función Judicial; y, art. 349 Código
de Procedimiento Penal.
2.
VALIDEZ PROCESAL.
El recurso de casación ha sido tramitado conforme los arts. 352-354 del Código de
Procedimiento Penal, en concordancia con el art. 76.3 de la Constitución de la República
del Ecuador, por lo que se declara su validez.
3.
ANTECEDENTES DE LA SENTENCIA IMPUGNADA.
El día 6 de octubre del 2011, a eso de las 10:30, aproximadamente, en el sector de las
calles Julio Verne entre Horacio y Edgar Alan Poe, de la ciudad de Cuenca, el señor Jorge
Llivisupa Carrión le entrega al señor Mario Iván Molina Solís una funda negra con varias
artesanías en forma de elefantes y jirafas. Luego de lo cual Molina Solís a bordo de un
vehículo Vitara se traslada hasta su taller de carpintería ubicado a dos cuadras del
inmueble, lugar en el que laca las artesanías.
Agentes de Policía Antinarcóticos, con autorización judicial, realizan el allanamiento del
domicilio de Llivisupa Carrión, y al revisar un dormitorio encuentran en una mesa de
noche, artesanías con motivos de jirafas y elefantes en cuyo interior se estableció la
presencia de sustancias sujetas a fiscalización, confirmando así el motivo de la
investigación realizada por la Policía, que se encontraba tras la pista de éste y de Molina
Solís.
Al realizarse la prueba preliminar homologada (PPH) la sustancia encontrada dio positivo
para cocaína. Inmediatamente, la Policía ingresa en el domicilio de Molina Solís con quien
había estado minutos antes con Llivisupa, encontrando sustancia sujeta a fiscalización, al
interior de las artesanías que éste le entregó.
Con estos antecedentes, la Fiscalía General del Estado, imputa a los ciudadanos Jorge
Hidalgo Llivisupa Carrión y Mario Iván Molina Solís como presuntos autores del delito de
tenencia ilícita de sustancias sujetas a fiscalización.
Promovido que ha sido el proceso penal hasta etapa de juicio, la competencia se radica en
el Tercer Tribunal de Garantías Penales del Azuay, que al escuchar las teorías del caso y
luego de practicada la prueba dicta sentencia condenatoria en contra de Jorge Hidalgo
Llivisupa Carrión a quien lo declara autor responsable del delito de tenencia ilícita de
sustancia sujeta a fiscalización, imponiéndole la pena privativa de libertad de ocho años
de reclusión mayor ordinaria, en tanto que, ratifica el estado de inocencia de Mario Iván
Molina.
La prueba actuada en juicio y que ha sido objeto de valoración por el Tribunal para dictar
condena es la siguiente:
i.
Testimonio del perito, doctor José Moisés Requelme Torres, quien expresa que las
nueve muestras del polvo blanco que le fueron entregadas corresponde a clorhidrato de
cocaína.
ii.
Testimonio del doctor Manuel Giovanny Palacios Guerrero quien manifiesta que
practicó el examen psicosomático al señor Jorge Llivisupa Carrión, determinando que se
trata de una persona que refiere consumo de marihuana desde los 13 años de edad, que
inició fumando base de cocaína en New York, con sintomatología nerviosa, asustado,
adormecida la boca, sin hambre ni sueño debido a la dependencia de sustancias
estupefacientes, con personalidad mixta, la cantidad de droga encontrada es excesiva a la
naturaleza, tolerancia y dependencia y de acuerdo a la enfermedad actual, ésta le serviría
para consumir en muchos meses.
iii.
Testimonio del policía Néstor Zúñiga quien manifiesta que realizó el
reconocimiento de los lugares de la detención.
iv.
Los agentes antinarcóticos Stalin Aguilar, Gustavo Pillco, Luis Rodrigo Zumba
quienes declaran sobe las circunstancias de la detención de los procesados.
v.
Testimonio del procesado Jorge Llivisupa quien expresa ser adicto al consumo de
cocaína, que la droga es de su propiedad por cuanto tuvo la oportunidad de comprarla
para aprovisionarse por un largo tiempo.
vi.
Testimonio de Mario Molina quien señala que la droga no es de su propiedad y le
fue entregada las artesanías por Llivisupa para terminar de lacarlas.
Mediante mecanismo de consulta previsto en Ley de Sustancias Estupefacientes y
Psicotrópicas, se radica la competencia en la Primera Sala especializada de lo Penal y
Tránsito del Azuay, órgano jurisdiccional pluripersonal, que en lo principal ratifica en
todas sus partes la sentencia venida en grado.
De esta sentencia, el señor Jorge Llivisupa Carrión interpone recurso de casación para ante
la Corte Nacional de Justicia por considerar que esta decisión es inmotivada.
4. ARGUMENTOS Y FUNDAMENTACION DEL RECURSO.4.1 DEL CIUDADANO JORGE HIDALGO LLIVISUPA CARRIÓN
El señor doctor José Corrales, defensor técnico del ciudadano Jorge Hidalgo Llivisupa
Carrión, a través de medio oral, en lo principal manifiesta:
4.1.1. La sentencia impugnada es la dictada por la Primera Sala de lo Penal y Tránsito del
Azuay con fecha 31 de mayo de 2012, las 08.49, en la que se confirma la sentencia
dictada por el Tercer Tribunal de Garantías Penales del Azuay, que declaró autor
responsable a Jorge Llivisupa Carrión por el delito tipificado y sancionado en el art. 62 de
la Ley de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas.
4.1.2. La sentencia impugnada carece de legitimidad, lógica y motivación, vulnera el art.
24.13 de la Constitución Política del Estado (1998) pues de su texto se evidencia una
indebida aplicación de las normas procesales relativas a la valoración de la prueba.
4.1.3. Existen procedimientos irregulares, esto es, allanamientos, que no han sido
valorados (excluidos) por el juzgador; en particular no se ha contado con autorización
judicial para que ingresen policías a los domicilios de Jorge Llivisupa y Mario Iván Molina
Solís, en donde se encontró droga.
4.1.4 Se han considerado como válidas las versiones (no testimonios) de los policías que
actuaron en el operativo.
4.1.5 Se ha violado el art. 76 de la Constitución de la República y el art. 62 de la Ley de
Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas.
4.1.6. En virtud de los razonamientos expuestos se debe casar la sentencia venida en
grado y ratificar la inocencia de Jorge Llivisupa Carrión.
4.2 DE LA FISCALIA GENERAL DEL ESTADO (NO RECURRENTE):
El señor doctor José García Falconí, delegado el señor Fiscal General del Estado,
manifiesta:
4.2.1. La sentencia impugnada cumple con la obligación de motivación dispuesta en la
Constitución de la República, en ella se ratifica la sentencia de condena dictada por el
Tercer Tribunal de Garantías Penales del Azuay, por lo que en la especie existe doble
conforme.
4.2.2. Es obligación del casacionista fundamentar el recurso interpuesto para lo cual es
necesario que determine la causal del recurso en atención a lo que dispone el art. 349 del
Código de Procedimiento Penal y luego precise las normas de derecho que estima
infringidas por el juzgador.
4.2.3 La Casación es un medio impugnatorio que exige un mínimo de técnica jurídica pues
enfrenta a la sentencia con la ley. El alegato realizado por el recurrente es propio de
tercera instancia y pretende el reexamen de la prueba practicada en juicio.
4.2.4. No existe violación de la ley en sentencia, razón por la que debe declararse sin lugar
la casación interpuesta.
5.- ANÁLISIS DEL TRIBUNAL
5.1.1 El recurso de casación es el remedio extraordinario que concede la ley contra las
ejecutorías o sentencias firmes de los tribunales de apelación, para enmendar el abuso,
exceso o agravio por ellas inferido, cuando han sido dictadas contra la ley o doctrina legal,
o con infracción de los trámites o formas más sustanciales del juicio. Este es un derecho
jurisdiccional o medio de impugnación extraordinario, que tiene como fin ratificar o
anular, con el carácter de definitivas las resoluciones impugnables en vía ordinaria que no
se ajustan exactamente a la ley y han producido injusticia material o indefensión de los
justiciables. Es un medio de impugnación, extraordinario, que se establece en caso de
que el recurrente postule la revisión de errores jurídicos establecidos en una sentencia,
los mismos que pueden ser errores in procedendo o in iudicando, en relación a la
violación de la ley en la sentencia que puede ser contraviniendo su texto, su mala
aplicación o errónea interpretación, por ser un recurso vertical y extraordinario que revisa
la sentencia dictada por el juzgador de instancia, debe desvanecer cualquier tipo de error
que se haya suscitado al momento de aplicar el ordenamiento jurídico por el juzgador, a
un caso concreto, ya que los hechos probados en la sentencia se entienden que son
ciertos, a menos que se comprueben errores en la aplicación de la sana crítica,
considerados por la doctrina como error incogitando.
5.1.2. La casación penal, en los delitos de acción pública, se puede interponer en contra
de la sentencia que ha dictado el Tribunal juzgador, cuando se ha detectado una violación
de la ley, este mandato legal está recogido en el artículo 349 del Código de Procedimiento
Penal que establece que el recurso de casación será procedente para ante la Corte
Nacional de Justicia, cuando en la sentencia se hubiere violado la ley; no le corresponde
entonces a este Tribunal analizar otras piezas procesales que no sea la sentencia.
5.1.3. Tanto la Corte Interamericana de Derechos Humanos como el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos han señalado que la motivación de las resoluciones judiciales en
general y de las sentencias en particular forma parte de la noción del debido proceso y
obliga al juzgador a expresar adecuadamente en sus sentencias aquellas razones en que se
basa su decisión , y ello comprende tanto la motivación jurídica como la motivación
fáctica. La motivación de la sentencia está directamente relacionada con el Estado
Constitucional de Derecho y Justicia dispuesto en el art. 1 de la Constitución de la
República, siendo por tanto una garantía para el justiciable que conoce el motivo de la
condena o absolución, en tanto que para el juez pone de relieve los principios de
imparcialidad (art. 8 de la Convención Americana Sobre derechos Humanos, art. 75 de la
Constitución de la República, art. 9 del Código Orgánico de la Función Judicial) y sujeción a
la Constitución y la ley (arts. 172, 424-427 de la Constitución de la República, art. 4 del
Código Orgánico de la Función Judicial), despejando cualquier sospecha sobre una posible
arbitrariedad o parcialidad, en tanto que, para la sociedad, resulta de importancia
conocer la forma de aplicación de la ley en los casos justiciables.
La motivación es la racionalidad en la decisión judicial, es el límite en el ejercicio del ius
puniendi, es por ello que el juzgador debe explicar las razones de su decisión, para saber si
ese atributo en el ejercicio de la jurisdicción y la competencia en el caso concreto es
racional, apartado de la arbitrariedad y el exceso en detrimento del ciudadano, porque la
arbitrariedad es la negación del derecho como legalidad, en tanto que legalidad y
cometida por el propio custodio de la misma, es decir por el poder público que está
llamado a cumplir con esta exigencia de rango constitucional.
A través de la motivación se busca una correcta inferencia según las leyes del
pensamiento, por lo que ir en contra de esta inferencia lógica significa arbitrariedad, tal
cual acontece en la especie cuando el juzgador no efectúa una adecuada subsunción de
los hechos pese a que puede aplicar el principio del iuria novit curia, llegando a una
conclusión falsa que contiene normas que no explican la razonabilidad y pertinencia de
aplicación al caso concreto, es por ello que la motivación de una decisión judicial implica
tanto una justificación o racionalización del elemento jurídico como del elemento fáctico,
porque la argumentación jurídica permite tener decisiones correctas a través de la razón
para que no exista abuso y consecuentemente inseguridad jurídica en el proceso.
5.1.4. Por el principio dispositivo, previsto en el art. 168.6 de la Constitución de la
República, en concordancia con el art. 19 del Código Orgánico de la Función
Judicial, corresponde al recurrente, a través de la fundamentación, determinar el ámbito
al que se circunscribe la casación para lo cual se ha de iniciar por precisar la causal que ha
dado lugar a la violación de la ley en la sentencia. Para este fin el art. 349 del Código de
Procedimiento Penal determina, de modo taxativo, las tres causales para su procedencia:
a) contravención expresa de su texto, b) por indebida aplicación, o, c) por errónea
interpretación.
En la especie, el casacionista inicialmente no expresa el causal sobre la cual versa su
recurso, limitándose luego a señalar que se trata de una indebida aplicación, a lo que debe
sumarse una norma ya sea la constitucional, de tratados internacionales de derechos
humanos, la ley, reglamento, etc., que estima infringidas por el juzgador. Sobre este
requisito, el recurrente se limita a señalar una violación genérica del art. 24.13 de la
Constitución Política del Estado (1998), norma que se encuentre derogada a partir de la
vigencia de la Constitución de la República de 2008. Sin embargo, considerando que el
principio de tutela judicial efectiva, dispuesto en el art. 23 del Código Orgánico de la
Función Judicial, al igual que el art. 358 del Código de Procedimiento Penal, buscan la
realización de la justicia mediante la casación de oficio, corresponde a este Tribunal
examinar si la sentencia cuestionada es conforme a derecho, esto pese, a que no exista
alegación de parte.
El derecho a la motivación es parte del debido proceso y está previsto tanto en el texto
constitucional de 1998, art. 24.13, al igual que en la carta de 2008, particularmente en el
art. 76.7.l; lapsus del recurrente quien no precisa la norma jurídica presuntamente
vulnerada por el juzgador en la sentencia.
En la sentencia cuestionada el Tribunal analiza la prueba actuada en juicio y la forma en
que se ha creado certeza tanto sobre la existencia del delito de tenencia ilícita de
sustancias sujetas a fiscalización y de la responsabilidad penal del ciudadano Jorge Hidalgo
Llivisupa Carrión quien ha adecuado su conducta en calidad de autor en el tipo penal
previsto en el art. 62 de la Ley de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas.
La inferencia lógica realizada por la Primera Sala Penal de la Corte Provincial de Justicia del
Azuay es adecuada, puesto que subsume con corrección los hechos materia de la
imputación en el tipo penal previsto en el art. 62 de la Ley de Sustancias Estupefacientes y
Psicotrópicas, siendo por tanto correcta la conclusión a la que llega al declarar
responsable del ilícito al ciudadano Jorge Llivisupa Carrión. Por tanto no existe
incoherencia entre los hechos (facti) y el derecho (iure) citado por el juzgador en la
sentencia.
Finalmente, el recurrente propone un reexamen de prueba, cuestión que por
determinación del inciso final del art. 349 del Código de Procedimiento Penal, se
encuentra proscrito, toda vez que la casación busca el error iure en la sentencia. Del texto
de la sentencia se establece que no se ha valorado por el juzgador versiones de los
testigos sino sus testimonios, pues éstos han concurrido a juicio y han sido sometidos a
examen y contra examen por las parte procesales, por lo que existe corrección en cuanto
a la práctica de prueba conforme lo determinan los arts. 79 y 80 del Código de
Procedimiento Penal, sin que exista prueba ilícita conforme lo dispone el art. 76.4 de la
Constitución de la República.
6. RESOLUCIÓN.- Por lo expuesto, este Tribunal de Sala Penal de la Corte Nacional de
Justicia, “ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DEL PUEBLO SOBERANO DEL
ECUADOR, Y POR AUTORIDAD DE LA CONSTITUCION Y LAS LEYES DE LA REPUBLICA”, por
unanimidad, declara improcedente el recurso de casación interpuesto por el señor Jorge
Hidalgo Llivisupa Carrión. Devuélvase el proceso al órgano jurisdiccional de origen para la
ejecución de la sentencia. NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE.- f) Dra. Aida Ofelia Palacios Coronel,
CONJUEZA NACIONAL, Dr. Jorge Blum Carcelén, JUEZ NACIONAL, Dr. Richard Villagómez
Cabezas, CONJUEZ NACIONAL PONENTE; Certifico: f) Dra. Martha Villarroel Villegas,
SECERTARIA RELATORA (E).
Lo que comunico a usted para los fines de ley.
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