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BOLETÍN
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
DIRECTORA
MERCEDES TORMO SANTONJA
CONSEJO DE REDACCION
JOSÉ LUIS VALLE MUÑOZ
PEDRO ÁVILA NAVARRO
ANTONIO GINER GARGALLO
SANTIAGO LAFARGA MORELL
JESÚS GONZÁLEZ GARCÍA
ANTONIO CUMELLA DE GAMINDE
FERNANDO DE LA PUENTE ALFARO
JUAN MARÍA DÍAZ FRAILE
LUIS SUÁREZ ARIAS
ISABEL DE LA IGLESIA MONJE
COLABORADORES
MANUEL BERNAL DOMÍNGUEZ
FERNANDO CURIEL LORENTE
JUAN LUIS GIMENO GÓMEZ-LAFUENTE
LUIS MIGUEL ZARABOZO GALÁN
JOSÉ Mª RÁMIREZ-CÁRDENAS GIL
VICENTE JOSÉ GARCÍA-HINOJAL LÓPEZ
JOSÉ LUIS SARRATE I ABADAL
MATÍAS GIMÉNEZ ROCHA
JOSÉ LUIS SALAZAR
MANUEL BALLESTEROS ALONSO
JESÚS BENAVIDES ALMELA
RAMÓN GASPAR VALENZUELA
MIGUEL ÁNGEL PETIT SUÁREZ
DIRECTORES HONORARIOS
D. JOSÉ MANUEL GARCÍA GARCÍA
D. PEDRO ÁVILA NAVARRO
D. FCO. JAVIER GÓMEZ GÁLLIGO
D. JOAQUÍN MARÍA LARRONDO LIZARRAGA
núm. 114
SEPTIEMBRE Y OCTUBRE DE 2004
Decanato Autonómico de los Registradores
de la Propiedad y Mercantiles de Cataluña
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
2
BOLETÍN DEL SERC • 113
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
© Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Joan Miró, 19-21
08005 - BARCELONA
D.L.: B. 22.157-1993
ÍNDICE
I
SEMINARIOS DE CATALUÑA .......................................................
José Luis Valle Muñoz ..........................................................................
I.1
CASOS PRÁCTICOS PLANTEADOS EN EL SEMINARIO DEL DIA 22 DE
SEPTIEMBRE DE 2004 .......................................................................
José Luis Valle Múñoz
1) Opción de compra: Naturaleza potestativa para el optante
2) Uso de carácter familiar: titularidad. Rectificación de errores: error de
concepto.
3) Uso de carácter familiar: hipoteca de la finca con extinción del mismo
en caso de ejecución.
4) Concurso de acreedores. Adhesión de un acreedor privilegiado al
convenio. Hipoteca: cláusula de adhesión a convenio concursal.
5) Vivienda familiar: parejas de hecho.
6) Sociedad Civil: Forma de inscripción en el Registro de la Propiedad.
7) Representación: parte no negocial. Ejecución de acuerdos sociales.
8) Comunidad de bienes: Disolución parcial.
9) Representación legal: Hipoteca de bienes de incapaz en garantía de
deuda ajena.
10) Obra nueva: Renuncia al seguro decenal; finalización parcial.
11) Seguro decenal: cambio de uso de todo un edificio.
12) Derecho de superficie: sobre parte de una finca.
I.2
II
13
13
15
LEY CONCURSAL (RESUMEN DE NOVEDADES)....................................
25
RESOLUCIONES DE LA DGRN EN MATERIA CIVIL E HIPOTECARIA ..........................................................................................
31
Pedro Ávila Navarro
II.1.
RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 11 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 12 DE
AGOSTO DE 2004)..............................................................................
Recurso gubernativo: Cabe la acumulación de recursos contra varias notas
por documentos relacionados
Representación: Cabe la sustitución en poderes no mercantiles otorgados
por entidades mercantiles
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4
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
RESOLUCIONES DE LA DGRN MATERIA CIVIL E HIPOTECARIA
Representación: La calificación notarial de suficiencia comprende también
la del poder sustituido
Representación: La reseña notarial del poder debe referirse también al
sustituido
Compraventa: La falta de posesión material no impide la tradición
II.2.
II.3.
II.4.
II.5.
II.6.
II.7.
II.8.
RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 14 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 12 DE
AGOSTO DE 2004)..............................................................................
División y segregación: La propiedad horizontal tumbada no necesita licencia de parcelación
Propiedad horizontal: La propiedad horizontal tumbada no necesita licencia de parcelación
RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 15 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 12 DE
AGOSTO DE 2004)..............................................................................
Representación: Es posible la autocontratación si la autoriza el poderdante
RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 17 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 11 DE
AGOSTO DE 2004)..............................................................................
División y segregación: La licencia de parcelación puede resultar por silencio administrativo
RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 18 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 7 DE
SEPTIEMBRE DE 2004) ......................................................................
Calificación registral: Caducado el asiento de presentación, puede presentarse el título a nueva calificación
Cataluña: No es exigible la manifestación de que la finca no es vivienda de
unión estable de pareja
Vivienda familiar: No es exigible la manifestación de que la finca no es vivienda de unión estable de pareja en Cataluña
RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 21 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 8 DE
SEPTIEMBRE DE 2004) ......................................................................
Separación y divorcio: No se puede inscribir el uso de una vivienda con
usufructo inscrito a nombre de terceros
Separación y divorcio: En la atribución del uso no es necesaria la descripción total de la finca
Principio de tracto sucesivo: No puede inscribirse una sentencia en procedimiento no seguido contra el titular registral
RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 22 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 7 DE
SEPTIEMBRE DE 2004) ......................................................................
Recurso gubernativo: Sólo procede contra la nota de suspensión o denegación, no cuando se practica el asiento
RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 23 DE JUNIO DE 2004. (BOE 4 DE
SEPTIEMBRE DE 2004) ......................................................................
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37
37
ÍNDICE
RESOLUCIONES DE LA DGRN MATERIA CIVIL E HIPOTECARIA / MATERIA MERCANTIL
División y segregación: La licencia de parcelación es exigible también en
suelo rústico
II.9.
RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 2 DE JULIO DE 2004 (BOE DE 2 DE
SEPTIEMBRE DE 2004) ......................................................................
Bienes públicos: El retraso en la escritura de adjudicación por subasta no
afecta a la eficacia del acto
II.10. RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 21 DE JULIO DE 2004 (BOE DE 8 DE
SEPTIEMBRE DE 2004) ......................................................................
Recurso gubernativo: Sólo procede contra la nota de suspensión o denegación, no cuando se practica el asiento
II.11. RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 22 DE JULIO DE 2004 (BOE DE 8 DE
SEPTIEMBRE DE 2004) ......................................................................
Condición suspensiva: La que afecta al pago del precio puede cancelarse
por el comprador solo
III
RESOLUCIONES DE LA DGRN EN MATERIA MERCANTIL ......
38
38
38
41
Jesús González García
III.1.
III.2.
III.3.
RESOLUCIÓN DE 1 DE DICIEMBRE DE 2003. (BOE DE 13 DE ENERO
DE 2004) ...........................................................................................
Comentada por José Juan Andújar. Abogado
A) Sociedad anónima. Transmisión de acciones: En la regulación estatutaria del derecho de adquisición preferente cabe atribuir al auditor de cuentas la fijación del precio de las acciones en caso de discrepancia, a pesar
del nuevo régimen de incompatibilidades que afecta a éste, introducido
por el artículo 51 de la Ley 44/2002, de 22 de noviembre, de medidas de
reforma del sistema financiero
B) Sociedad anónima. Auditor de cuentas: No cabe modificar por vía estatutaria el régimen previsto en los artículos 205.2 LSA y 359 RRM de designación de un auditor de cuenta a solicitud de la minoría
RESOLUCIÓN DE 24 DE FEBRERO DE 2004. (BOE DE 14 DE ABRIL DE
2004) ................................................................................................
Comentada por José Juan Andújar. Abogado
Denominación social: No procede expedir certificación negativa de una
denominación social que coincida o pueda generar confusión en el tráfico
jurídico con una marca o nombre comercial notorios o renombrados en los
términos a que se refiere la Ley 17/2001, de 7 de diciembre, de Marcas ,
salvo autorización del titular de la marca o nombre comercial
RESOLUCIÓN DE 25 DE FEBRERO DE 2004. (BOE DE 22 DE ABRIL DE
2004) ................................................................................................
Comentada por José Juan Andújar. Abogado
Sociedad anónima: Reducción de capital social. Al balance que sirve de
base a una operación de reducción de capital social para compensar
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5
6
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
AUTO DEL TSJC / DERECHO FISCAL
pérdidas no le es de aplicación el límite temporal a que se refiere el artículo 157.2 de la Ley de Sociedades Anónimas
III.4.
IV
RESOLUCIÓN DE 6 DE MAYO DE 2004. (BOE DE 4 DE JUNIO DE
2004) ................................................................................................
Comentada por José Juan Andújar. Abogado
Sociedad anónima: Cesión global del activo y del pasivo de una sociedad
anónima a favor de su socio único: aplicación del régimen jurídico de la fusión
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA .............................................................
48
51
Mercedes Tormo Santonja
IV.
A. TRIBUNAL SUPREMO......................................................................
53
IV.A.1 SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 15 DE ABRIL DE 2004 ........
Sala Primera, de lo Civil. Legitimación activa del presidente de la comunidad de propietarios de una urbanización
53
IV.A. 2 SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO, DE 22 DE ABRIL DE 2004 .......
Sala Primera, de lo Civil. Inoponibilidad, frente a terceros adquirentes de
buena fe, del derecho de uso de la vivienda familiar abtribuido en proceso
matrimonial
58
IV.A. 3 SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 14 DE MAYO DE 2004 ........
Sala Primera, de lo Civil. Carácter común de la vivienda adquirida por los
convivientes more uxorio con dinero de propiedad exclusiva de uno de
ellos
66
IV.A.4 SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE 14 DE JUNIO DE 2004 ........
Sala Primera, de lo Civil. Ineficacia de la hipoteca constituida por el comprador de finca rústica tras la adquisición y antes del retracto ejercitado
por su arrendatario
72
IV.
79
B. TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA .................................................
V.B.1 AUTO DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA N.º 5 DE
6 DE SEPTIEMBRE DE 2004 ...............................................................
Aceptación extemporánea de una herencia a beneficio de inventario por
los herederos
79
V
DERECHO FISCAL .........................................................................
Santiago Lafarga Morell
83
V.1
CONSULTA (05/02/2004) ....................................................................
Hecho imponible. Si se adquiere una finca por renuncia al pro indiviso o
cualquier otro negocio jurídico, se devengará el ISD. Si se adquiere por
donación una parte de la finca, subrogándose el donatario en las obli-
85
ÍNDICE
DERECHO FISCAL
gaciones derivadas de un préstamo hipotecario garantizado por hipoteca
sobre aquélla, dicha donación queda sujeta al ISD, siendo la base imponible el valor real de la parte de la finca adquirida al extinguirse el pro indiviso, minorado en el importe de la obligación asumida por el préstamo hipotecario. IRPF. Ganancias y pérdidas patrimoniales. Transmisiones
lucrativas. La renuncia al pro indiviso generará una ganancia o pérdida
patrimonial por producirse una variación en el valor del patrimonio del
contribuyente que se pone de manifiesto con ocasión de una alteración en
su composición. Deducción por adquisición de vivienda habitual. Supuestos que no dan derecho a deducción. No es posible que el que renuncia al pro indiviso pueda deducirse por adquisición de vivienda habitual
por las cuotas de amortización satisfechas antes de la renuncia por no haberse cumplido los requisitos recogidos en el art. 51 del Reglamento del
Impuesto para que la vivienda pueda ser considerada como habitual
V.2
CONSULTA: 18/08/2004 .....................................................................
Renuncia. La adquisición del usufructo universal por el cónyuge viudo no
le constituye en heredero, por lo que puede renunciar en parte al usufructo universal de los bienes del difunto, toda vez que no existe parte
onerosa a la que renuncie. Si la renuncia es pura, simple y gratuita, son
sus beneficiarios quienes deben tributar por la adquisición de la parte repudiada o renunciada, además de por los demás bienes recibidos directamente del causante. La viuda debe tributar exclusivamente por la parte
no renunciada. La adquisición hereditaria por el cónyuge viudo del pleno
dominio del tercio de libre disposición y del usufructo del tercio de mejora
supone la adquisición de herencia y legado, respectivamente. En tal caso,
la renuncia parcial al pleno dominio del tercio de libre disposición debe
considerarse como un acto posterior a su aceptación y, en consecuencia,
tributar separadamente de ésta. Por tanto, se exigirá el Impuesto sucesorio a la viuda por el pleno dominio del tercio de libre disposición y por el
usufructo del tercio de mejora. A los beneficiarios de la renuncia, se les
exigirá el Impuesto, por una parte, por los bienes recibidos directamente
del causante, en concepto de adquisición por título sucesorio; y por otra
por la cesión posterior a su favor de la parte renunciada por la viuda, en
concepto de donación
V.3
SENTENCIA DE 15 DE MARZO DE 2004. TRIBUNAL SUPERIOR DE
JUSTICIA DE CATALUÑA. Sala de lo Contencioso-Administrativo .........
ITP y AJD. Actos jurídicos documentados, documentos notariales. Opción
de compra. Escritura de opción de compra de una servidumbre de suministro eléctrico, pactándose que el precio de opción era gratuito y por
tanto la base imponible era cero. Se trata de una operación onerosa sujeta a AJD siendo la base imponible a falta de precio convenido, la que resulte de aplicar el 5 por 100 sobre la base aplicable al contrato de opción
de compra. El contrato de opción de compra, abstracción hecha de cuál
sea su naturaleza jurídica y su contenido económico, está equiparado a
efectos tributarios al contrato de compraventa, sin otra especialidad que la
contraprestación a estimar como base liquidable, por lo que si el contrato
87
92
7
8
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
DERECHO FISCAL
de compraventa de bienes inmuebles está sujeto al ITP, sujeto estará
también el de opción de compra de iguales bienes
V.4
V.5
SENTENCIA DE 31 DE MARZO DE 2004. TRIBUNAL SUPREMO. Sala
de lo Contencioso-Administrativo ......................................................
ISD. Normas especiales: fiducia aragonesa. Se desestima la cuestión de
ilegalidad planteada y se declara la validez del art. 54.8 del Rgto. del ISD,
por estar ajustado a derecho. La regulación reglamentaria de la fiducia, si
bien plantea algunos problemas, algunos de ellos graves, no deja de guardar una plena coherencia con el conjunto de la legislación fiscal, donde
con la muerte del causante, se presume la adquisición hereditaria y se
exige el impuesto aunque no conste fehacientemente tal adquisición y
donde, además, se presume la condición de sujetos pasivos en los llamados a la herencia, con abstracción de su posible rectificación posterior. El
sistema del art. 54.8 consiste en una liquidación inicial provisional y en las
liquidaciones complementarias que puedan derivar de la adquisición sucesoria. Si bien la fiducia aragonesa no permite hablar, en sentido estricto,
ab initio, de herederos, el hecho de que, en dicho precepto, se denomine
tales a quienes aún no lo son, no desvirtúa la legalidad de la norma. El art.
54.8 no vulnera, en realidad, la reserva de Ley en materia tributaria. No
existe, tampoco, contradicción del citado precepto reglamentario con los
arts. 1.º y 3.º de la Ley 29/1987. Además el art. 54.8 no incurre en discriminación alguna con respecto a otros supuestos comunes semejantes,
sino que, por el contrario, incluso, en un caso parecido a la fiducia, como
es el de los herederos desconocidos, el art. 75 del Rgto. del ISD arbitra
una solución más rigurosa que la analizada en aquél. Por último, el citado
art. 54.8 ha quedado ratificado por precepto con rango legal, cual es la
Ley 13/2000 de las Cortes de Aragón que al regular en sus arts. 1.º 1 y
7.º, la fiducia aragonesa, acoge expresamente el sistema previsto en el
mismo
SENTENCIA, DE 25 DE JUNIO DE 2003 TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA SALA DE LO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO......
ITP y AJD. Prescripción: documentos privados. Medios de prueba del art.
1.227 del CC. Elevación el 3 de mayo de 1995 a escritura pública de documento privado de compraventa de apartamento de fecha 27 de junio de
1982 y presentación de la escritura a la oficina gestora el 19 de mayo de
1995. Se prueba que, como mínimo, en 1983 se habría producido la entrega del documento privado de compraventa a un funcionario público por
razón de su oficio, razón por la cual, teniendo en cuenta la fecha de la liquidación del ITP y AJD, habría tenido lugar la prescripción del derecho de
la Administración para liquidar el Impuesto. La prueba es, en este caso, la
certificación catastral expedida por la Gerencia Territorial del Catastro según la cual la actora figura en los archivos catastrales de esta provincia a
partir del padrón de 1983 y sucesivos como titular catastral del bien inmueble al que se refiere el recurso
96
105
ÍNDICE
DERECHO CIVIL CATALÁN / DERECHO DE LA FAMILIA Y PERSONA
VI
DERECHO CIVIL CATALÁN ...........................................................
109
Antonio Cumella Gaminde
VI.1
VII
«LA CELEBRACIÓN DE CONTRATOS QUE SUPONEN LA REALIZACIÓN
DE UNA PRESTACIÓN PERSONAL POR MENORES E INCAPACES
(ARTS. 156 Y 212.1 k) del CODI DE FAMÍLIA)» ....................................
Alejandra de Lama Aymá
Profesora asociada de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma
de Barcelona
DERECHO DE FAMILIA Y DE LA PERSONA...............................
111
121
Juan María Díaz Fraile
VII.1
INSCRIPCIONES DE NACIMIENTO Y DE FILIACIÓN...............................
1.1 Resolución de 7 de enero de 2003. Inscripciones fuera de plazo de
nacimiento
1.2 Resolución de 15 de enero de 2003 (1ª). Reconocimiento de la paternidad no matrimonial
1.3 Resolución de 20 de mayo de 2003. Determinación de filiación materna no matrimonial
1.4 Resolución de 9 de abril de 2003 (3ª) Filiación adoptiva constitutiva
en el extranjero a favor de un mayor de edad. Ley aplicable a la capacidad
del adoptando
123
VII.2
NACIONALIDAD ..................................................................................
2.1 Resolución de 6 de noviembre de 2003 (3ª). Opción a la nacionalidad
española a favor de los hijos de padre o madre originariamente españoles
y nacidos en España
2.2 Resolución de 21 de febrero de 2003 (4ª). Reconocimiento de la nacionalidad española de origen a favor de los nacidos de madre española
después de la entrada en vigor de la Constitución
2.3 Resolución de 20 de junio de 2003 (1ª). Recuperación de la nacionalidad española
133
VII.3
MATRIMONIO .....................................................................................
3.1. Resolución de 3 de septiembre de 2003 (2ª). Matrimonio celebrado
en el extranjero
3.2 Resolución de 29 de septiembre de 2003 (3ª). Matrimonio consular
celebrado por español en España
3.3 Resolución de 21 de mayo de 2003 (4º). Y Resolución de 27 de junio de 2004 (5º). Inscripción de sentencia de divorcio dictada por Tribunal
extranjero
A) La eficacia del “exequatur” debe entenderse extensiva a la propia eficacia temporal de la sentencia reconocida y, por tanto, con efectos “ex
tunc”, esto es, desde la fecha en que tal sentencia haya ganado firmeza
B) Eficacia temporal del Reglamento del Consejo de la Unión Europea
de 29 de mayo de 2000 relativo a la competencia, el reconocimiento y
la ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial y de
141
9
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
DERECHO MEDIOAMBIENTAL / ACTUALIDAD PARLAMENTARIA
responsabilidad parental sobre los hijos comunes. Aplicación del Convenio entre España y la República Federal de Alemania de 14 de Noviembre de 1985
3.4 Resolución de 19 de junio de 2004 (4ª). Inscripción de capitulaciones matrimoniales
VIII
DERECHO MEDIOAMBIENTAL .....................................................
151
Luis Suárez Arias
VIII.1 ASPECTOS INTERNACIONALES DE LA INFORMACIÓN MEDIOAMBIENTAL. DEPARTAMENTO DE RELACIONES INTERNACIONALES .................
153
VIII.2 REAL DECRETO LEY 5/2004, de 27 de agosto, por el que se regula el
régimen del comercio de derechos de emisión de gases de efecto
invernadero (BOE de 28 de agosto de 2004) .....................................
158
VIII.3 LEY 4/2004, de 1 de julio, reguladora del proceso de adecuación de
las actividades de incidencia ambiental a lo establecido en la Ley
3/1998, de 27 de febrero, de la intervención integral de la Administración Ambiental (BOE de 27 de septiembre de 2004) .....................
185
IX
ACTUALIDAD PARLAMENTARIA ..................................................
188
M.ª Isabel de la Iglesia Monje
IX.1
PROPOSICIONES DE LEY EN TRAMITACIÓN. PROPIEDAD Y DERECHOS
REALES..............................................................................................
1. Proposiciones de Ley en tramitación. Propiedad y Derechos reales
– Proposición de Ley de modificación de la Ley de Patrimonio de las Administraciones Públicas del Estado
– Proposición de Ley sobre el régimen legal del suelo
– Proposición de Ley Orgánica de transferencia a la Generalitat de Catalunya de las competencias de gestión del dominio público marítimoterrestre del Estado correspondiente a la ribera del mar, a los paseos
marítimos y a la regeneración de playas del territorio de Catalunya
– Proposición de Ley de modificación de la Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido
– Proposición de Ley de modificación del Texto Refundido de la Ley de
Aguas, aprobado por Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio
— Proposición de Ley sobre delimitación de los espacios marítimos de
Canarias
2. Proposiciones de Ley en tramitación. Derecho de familia
I.– Matrimonio y Uniones de pareja
– Proposición de Ley sobre uniones estables de pareja
– Proposición de Ley de igualdad jurídica para las uniones de hecho
– Proposición de Ley de modificación del Código Civil en materia de matrimonio
II.– Matrimonio entre parejas del mismo sexo
189
ÍNDICE
ACTUALIDAD PARLAMENTARIA / COLABORACIONES / NOVEDADES LEGISLATIVAS
– Proposición de Ley relativa a la modificación del Código Civil, para poner fin a la discriminación que supone la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo
– Proposición de Ley de modificación parcial del Código Civil para posibilitar la celebración del matrimonio entre personas del mismo sexo
– Proposición de Ley sobre igualdad jurídica para las parejas de hecho
– Proposición de Ley de modificación del Código Civil para reconocer la
celebración de matrimonio entre personas del mismo sexo
III.– Conciliación de la vida familiar. Prestaciones
– Proposición de Ley sobre la regulación de permisos de maternidad o
paternidad en casos de nacimientos prematuros
— Proposición de Ley de creación del fondo de garantía de alimentos y
pensiones compensatorias en supuestos de ruptura matrimonial o del
núcleo familiar y de alimentos
IV.– Modificación del Registro Civil
– Proposición de Ley de modificación de la Ley de 8 de junio de 1957,
reguladora del Registro Civil
– Proposición de Ley de modificación de la Ley de 8 de junio de 1957,
reguladora del Registro Civil, para el acceso de la unión estable de pareja o pareja de hecho al Registro Civil
3. Proposiciones de Ley en tramitación. Derecho notarial
Proposiciones de Ley Orgánica de transferencia a la Generalidad de Cataluña de las competencia en materia notarial.
X
COLABORACIONES .......................................................................
X.1
INFLUENCIA DEL DERECHO PÚBLICO EN EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD .............................................................................................
Por Juan María Díaz Fraile
Registrador de la propiedad. Letrado adscrito a la Dirección General de los
Registros y del Notariado. Profesor de Derecho civil de la Universidad de
Barcelona
195
197
XI
NOVEDADES LEGISLATIVAS .......................................................
227
XI.1
RESEÑA LEGISLATIVA DEL BOLETIN OFICIAL DEL ESTADO Y EL DIARI
OFICIAL DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA ......................................
229
Real Decreto 1865/2004, de 6 de septiembre, por el que se regula
el Consejo Nacional de la Discapacidad (BOE de 7 de septiembre de
2004) ................................................................................................
231
Resolución PRE/2474/2004, de 13 de septiembre, por la que se da
publicidad al Acuerdo del Gobierno de fecha 7 de septiembre de
2004, de modificación del Acuerdo de 20 de enero de 2004, por el
que se aprueba el Programa de Planificación Lingüística. (DOGC de
20 de septiembre de 2004) ...............................................................
237
XI.2
XI.3
11
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
NOVEDADES LEGISLATIVAS / BIBLIOTECA JURÍDICA / OTRAS CUESTIONES NO JURÍDICAS
XI.4
Resumen de la ley 7/2004 de 16 de julio, de medidas fiscales y administrativas de Cataluña ..................................................................
239
Proyecto de reforma de la Ley del Divorcio........................................
241
XII
BIBLIOTECA JURÍDICA ..................................................................
245
XII.1
PUBLICACIONES.................................................................................
247
XII.2
PUBLICACIONES ADQUIRIDAS POR EL SERC ......................................
249
XIII OTRAS CUESTIONES NO JURÍDICAS .........................................
251
XI.5
XIII.1
XIII.2
Por su interes reproducimos el nombramiento de D. Juan María Díaz
Fraile como Secretario de la Seccion Española de la Comision Internacional del Estado Civil....................................................................
253
Romance de las fatigas que pasó un opositor para aprobar la oposición... como todo el mundo. (Reproducido de la página Web de notariosyregistradores.com) .....................................................................
255
I
SEMINARIOS DE CATALUÑA
José Luis Valle Muñoz
I.1
CASOS PRÁCTICOS PLANTEADOS EN EL SEMINARIO DEL
DIA 22 DE SEPTIEMBRE DE 2004
José Luis Valle Múñoz
Registrador de la Propiedad
1) Opción de compra: Naturaleza potestativa para el optante
Supuesto de hecho: Nos encontramos ante un negocio calificado por los contratantes como
opción de compra pero en el que, después de concedido al optante el derecho de adquirir una
finca, se estipula que, en caso de que el optante no ejercite su derecho en el plazo convenido, se
concede al vendedor la posibilidad de que comparezca ante Notario y proceda por sí solo a la
venta de la finca.
Por virtud del contrato de opción, una de las partes, concedente de la opción, atribuye a
otra, beneficiaria, un derecho que permite a esta última decidir, dentro de un determinado
periodo de tiempo y unilateralmente, la celebración de un determinado contrato. La celebración
de un contrato de opción da lugar al llamado derecho de opción, cuya naturaleza jurídica es
muy discutida. Señala Diez-Picazo que es claro que la opción no vincula al concedente únicamente a aceptar el contrato proyectado o prefigurado, si el beneficiario decide concluirlo, sino
que también le impone una obligación de tipo negativo: la obligación de no celebrar contratos
incompatibles con terceros durante el plazo de vigencia de la opción. La inscripción en el Registro convierte a la opción en oponible y eficaz frente a terceros.
El Tribunal Supremo ha evolucionado desde el criterio más restringido que asimila opción
y promesa, en la que sólo cabe el resarcimiento de daños y perjuicios, hasta considerar que las
partes pueden pactar la celebración del futuro contrato por lo que al perfeccionarse el contrato
de opción queda ya prestada la declaración de voluntad para que se produzca el efecto jurídico
perseguido como eventualmente definitivo y, en consecuencia, siempre que el dueño lo haya
consentido basta la voluntad del optante para dar nacimiento a la compraventa
La opción es un derecho de carácter potestativo, es decir, vincula desde el momento de su
constitución al concedente pero no al optante que paga una prima por esa capacidad de decisión. En consecuencia, atribuir al concedente de la opción la facultad de proceder por sí sólo al
otorgamiento de la escritura pública de venta si el optante no decide ejercitar su derecho supone que no nos encontraremos ante una verdadera opción si no más bien ante un apoderamiento
del comprador al vendedor para otorgar en su día el documento correspondiente.
Quien sí podría ejercitar unilateralmente el derecho es el optante, como ha señalado la Dirección General en Resoluciones de 7 de diciembre de 1978 y 19 de julio de 1991.
En Cataluña el ejercicio unilateral aparece expresamente recogido por el artículo 32,2 de la
Ley 22/2001 de 31 de diciembre, reguladora de los derechos de superficie, de servidumbres y
de adquisición preferente, a cuyo tenor, «La formalización unilateral de la transmisión requiere pacto expreso. En tal caso, el pago del precio debe acreditarse o depositarse notarialmente
en el momento de la formalización».
En el caso planteado en este seminario parece que podría inscribirse parcialmente el documento, con consentimiento del interesado, por la vía del artículo 19 bis 2.º de la LH, pues es
indudable que el derecho potestativo se ha concedido, y denegar la inscripción de la facultad
del concedente de la opción, por tratarse de un apoderamiento.
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
2) Uso de carácter familiar: titularidad. Rectificación de errores: error de concepto
Supuesto de hecho: La Registradora se encuentra con la inscripción de un derecho de uso a
favor de la esposa y de los hijos en cuya compañía se encuentren. En realidad del documento
presentado resulta que se atribuye al cónyuge en cuya compañía se encuentren los hijos, no a
favor de éstos y de aquel. El marido pretende que se rectifique el Registro en el sentido de que
el uso debe constar sólo a favor de la mujer, pues considera que los hijos no son titulares de
dicho uso sino que exclusivamente son puestos como condición de la atribución de suerte que,
si fuesen a vivir con el otro progenitor, debería éste promover el cambio en la atribución del
uso. Se plantea la Registradora si es un error de concepto.
La atribución de un uso en un convenio de nulidad, separación o divorcio, o en una sentencia judicial que resuelva una de estas situaciones de crisis familiar, puede derivar de la protección de un cónyuge, de los hijos de ambos, o de las dos situaciones a la vez. El artículo 90 del
Cc señala que el convenio regulador deberá referirse a la atribución del uso de la vivienda y
ajuar familiar, debiendo ser aprobado el acuerdo por el Juez salvo que sea dañoso para los hijos
o gravemente perjudicial para uno de los cónyuges. Por su parte el artículo 96 del propio texto
señala que en defecto de acuerdo de los cónyuges aprobado por el Juez, el uso de la vivienda
familiar y de los objetos de uso ordinario en ella corresponden a los hijos y al cónyuge en cuya
compañía queden. Por ello, el convenio puede atribuir el uso sólo al cónyuge no titular aunque
existan hijos, pues éstos sólo serán usuarios con carácter necesario en defecto de acuerdo. Por
ello, debe pedirse claridad a las resoluciones judiciales y a los convenios: exactamente la misma que debe pedirse a los asientos registrales.
En el caso del presente seminario el documento expresamente atribuye el uso «al cónyuge
en cuya compañía queden los hijos» y no «al cónyuge y a los hijos que queden en su compañía», como parece que entendió el Registrador que practicó la inscripción. Los hijos determinan a que cónyuge debe atribuirse el uso, pero no son titulares de este derecho. Parece pues que
se ha cometido un error de concepto, pues se altera o varía uno de los conceptos contenidos en
el título.
Por ello y por aplicación del artículo 217 de la LH, se requiere el consentimiento de todos
los interesados y del Registrador. No bastaría pues con la sola presentación del título sino que,
de acuerdo con el procedimiento del artículo 326 el RH, el Registrador debe convocar también
a la mujer, para hacer con el consentimiento de ambos la rectificación oportuna. No creemos
que sea necesario un nuevo documento judicial dada la expresión del artículo 217 «cuando no
resulten claramente de las mismas (inscripciones)». En este caso parece que cotejada la inscripción y el título el error es obvio.
3) Uso de carácter familiar: hipoteca de la finca con extinción del mismo en caso de
ejecución
Supuesto de hecho: El propietario de una finca gravada con un derecho de uso de carácter
familiar, hipoteca la misma en garantía de un préstamo. En el propio documento comparece su
madre (la usuaria) consintiendo en que en caso de ejecución de la hipoteca se extinga este derecho. Otra variedad de esta situación que también se plantea en este seminario es la llamada posposición del derecho de uso al de hipoteca (la consecuencia en caso de ejecución sería la misma).
Tras la entrada en vigor de la Ley de Cataluña 13/2000, de 20 de noviembre, reguladora de
los derechos de usufructo, uso y habitación, se ha producido el equivoco de considerar que
todo derecho de uso es hipotecable y ello en base a que el artículo 36 de la misma señala que,
I.
SEMINARIOS DE CATALUÑA
tras señalar que el usuario y el habitacionista no pueden alienar su derecho añade en el párrafo
2.º que, «A pesar de los establecido en el apartado 1, el usuario y el habitacionista pueden dar
su consentimiento a la constitución de una hipoteca sobre el bien de que se trate, en cuyo caso
la ejecución de la hipoteca supone la extinción del derecho».
No obstante hay que recordar que la disposición transitoria de esta Ley señala que la misma
no se aplica a los derechos constituidos antes de su entrada en vigor y, de otra parte, que el
artículo 33 señala que, «Los derechos de uso y habitación se constituyen por disposición legal
o por negocio jurídico, entre vivos, a título oneroso o a título gratuito, o por causa de muerte».
No debe considerarse pues aplicable a los usos de carácter familiar pactados en convenios o
establecidos en sentencias judiciales como consecuencia de situaciones de crisis matrimoniales
(los cuales son consecuencia del régimen matrimonial).
Respecto de los derechos de uso que tengan este origen debemos seguir partiendo de los
artículos 90 y 96 del Cc, por lo que toda modificación del derecho requiere nuevo convenio
entre los cónyuges o aprobación judicial. La aprobación judicial parece que se reserva, siguiendo la doctrina de la Dirección General en sus Resoluciones de 10 de noviembre de 1995 y
1 de septiembre de 1998, para aquellos supuestos en que el acuerdo de los cónyuges afecten a
los derechos de sus hijos menores o incapacitados o que incidan sobre aspectos que de modo
expreso quedan sustraídos a la autonomía de la voluntad, como son aquellos derechos que
tengan un origen alimentario. En este último caso, la autorización judicial sería necesario aunque los hijos sean mayores de edad, dado la imposibilidad de transigir sobre alimentos futuros
(artículo 1.814 del Cc).
En Cataluña se plantean problemas con la interpretación del párrafo 3.º del artículo 9 del
Código de Familia, pues señala que, «En los casos de separación judicial, nulidad o divorcio,
no será necesario el consentimiento del otro cónyuge ni la autorización judicial para disponer
libremente de la que hubiere sido la vivienda familiar, salvo en el caso de que el cónyuge no
titular o los hijos tengan el derecho de uso de la citada vivienda, salvo que la disposición se
haga respetando este derecho». No queda muy claro si, como se defendió por parte de los
asistentes al seminario, la autorización judicial queda restringida a los supuestos en que el
cónyuge no titular no pueda o no quiera otorgar el consentimiento o, como defendimos otro
grupo, el consentimiento del cónyuge es preciso para aquellos supuestos en que no se afecte a
los derechos de los hijos menores o incapacitados o no modifique cuestiones derivadas del
derecho de alimentos, siendo en estos casos necesaria la autorización judicial.
4) Concurso de acreedores: adhesión de un acreedor privilegiado al convenio. Hipoteca:
cláusula de adhesión a convenio concursal
Supuesto de hecho: Una determinada entidad de crédito ha introducido en sus hipotecas
una cláusula del siguiente tenor: «La adhesión o el voto favorable de la entidad a un convenio
concursal del deudor principal o, en su caso, de cualquiera de sus integrantes, de algún fiador, o
de quienes hubiesen constituido derechos reales de garantía, cualquiera que fuese el contenido
de tal convenio, incluso si implicase quitas y/o esperas hasta el máximo legal, no obstará en
modo alguno a la plena e inalterada subsistencia de los derechos de aquélla frente a los obligados o garantes no concursados, los cuales consientes expresamente dicha adhesión o voto favorable y no podrán invocar ni la aprobación ni los efectos del convenio en perjuicio de la entidad». Se plantea en este seminario el carácter real o personal de la misma.
Esta cláusula tiene su razón de ser en el artículo 56 en relación con el artículo 123 de la Ley
Concursal. En principio el acreedor hipotecario no queda afectado por la declaración de con-
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
curso. Sin embargo, en el primer precepto apuntado se establece una excepción para el caso de
que la garantía real recaiga sobre bienes del concursado afectos a su actividad profesional o
empresarial o a una unidad productiva de su titularidad, en cuyo caso no podrá iniciarse la
ejecución de la garantía o su realización forzosa hasta que se apruebe un convenio cuyo contenido no afecte al ejercicio de este derecho o hasta que transcurra un año desde la declaración de
concurso sin que se hubiera producido la apertura de la liquidación. No obstante, la ejecución
separada es un derecho renunciable por aplicación del artículo 6 del Cc, por lo que el acreedor
hipotecario puede incorporarse por su voluntad a un convenio si le parece conveniente.
Con arreglo al segundo de los preceptos «La asistencia a la junta de los acreedores privilegiados y su intervención en las deliberaciones no afectarán al computo del quórum de constitución, ni les someterán a los efectos del convenio que resulte aprobado. El voto de un acreedor
privilegiado a favor de una propuesta producirá, en el caso de que sea aceptada por la junta y
de que el Juez apruebe el correspondiente convenio, los efectos que resulten del contenido de
éste respecto de su crédito y privilegio».
La cláusula en cuestión puede ser de aplicación en numerosos supuestos. Así, a título de
ejemplo, pueden señalarse los siguientes:
a) Deudor hipotecario con avalista o fiador: La cláusula tendría puro valor personal, pues
supondría la aplicación del artículo 1831,2 del Cc, con arreglo al cual el fiador pierde el beneficio de excusión en caso de quiebra o concurso del deudor. El acreedor puede perseguir los
bienes del fiador para el pago de su crédito, pero esto no afecta a la garantía hipotecaria.
b) Deudores solidarios o macomunados con una sola hipoteca: Este supuesto será el más
frecuente en la práctica. La hipoteca pese a recaer sobre varias cuotas o derechos tendrá que
ejecutarse como una sola por haberlo así pactado las partes con arreglo al artículo 217 del RH.
El acreedor, al someterse al convenio no podrá ejecutar la hipoteca, pero podrá perseguir el
patrimonio de los demás deudores solidarios con arreglo al artículo 1.144 del Cc, rigiéndose la
relación interna entre deudores por el artículo 1.145 del Cc. En el caso infrecuente de que los
deudores fueren mancomunados el acreedor no podría reclamar la deuda del resto de deudores.
c) Pluralidad de deudores con varias hipotecas sobre distintas fincas: La situación es idéntica que la anterior si bien, el acreedor podrá ejercitar la acción hipotecaria sobre las fincas no
pertenecientes al concursado.
d) Pluralidad de deudores con varias hipotecas sobre la misma finca: Este supuesto es infrecuente pero posible, pues el artículo 217 del RH es una norma de carácter dispositivo. Este
artículo se concibe como una excepción al artículo anterior, es decir como una excepción a la
necesidad de distribución entre distintos derechos o cuotas. Los propietarios o titulares respectivos podrán acordar la constitución de una sola hipoteca sobre la totalidad de los derechos, sin
que sea necesaria la previa distribución. A falta de pacto será necesario distribuir la garantía y,
en este sentido, no se entiende la Resolución de la Dirección General de 21 de febrero de 1994,
con arreglo a la cual cuando se desprenda de la interpretación del documento que la hipoteca es
única no es necesario precisar que se constituye con arreglo al artículo 217 del RH. Esto va en
contra de la necesaria claridad que debe presidir los asientos registrales, y ello dadas las diferentes consecuencias jurídicas que se derivan. Así, si hay varias hipotecas, el convenio respecto
de uno de los deudores no impediría la ejecución de la parte correspondiente a los hipotecantes
no insolventes. En este caso, la cláusula de referencia sí tendría carácter real pues estaría determinando la posibilidad de ejecución parcial en cuanto al bien hipotecado y, en consecuencia,
debería inscribirse.
I.
SEMINARIOS DE CATALUÑA
5) Vivienda familiar: parejas de hecho
Supuesto de hecho: Se plantea si en una escritura de venta otorgada en Madrid por una
persona viuda domiciliada en dicha capital respecto de un piso radicado en Barcelona, debe
exigir el Registrador la manifestación de que la vivienda no tiene el carácter de común (o declaración equivalente) a los efectos de la Ley 10/1998 de 15 de julio, reguladora de las uniones
estables de pareja.
El artículo 1 de la citada Ley, entre los requisito exigidos para su aplicación contiene el de
que «al menos uno de los dos miembros de la pareja debe tener su vecindad en Cataluña». Sin
querer entrar en la validez de esta norma, lo cierto es que su aplicación literal supondría de
entrada dos consecuencias:
a) Su aplicación a todos aquellos negocios que entren en la órbita de la Ley cualquiera que
sea el lugar donde se celebre el negocio, cualquiera que sea la vecindad del otro miembro de la
pareja y cualquiera que sea el lugar donde, en su caso, esté situado el bien.
b) El conflicto que se plantea por la coexistencia de diversas leyes reguladoras de uniones
estables a lo largo y ancho del territorio nacional.
Los artículos 11 y 28 de la Ley son muy claros en cuanto a la protección de la vivienda común, pues exigen el consentimiento del otro miembro de la pareja o, si falta, la autorización
judicial. Cabe plantearse si esta es una cuestión calificable por el Registrador de la Propiedad,
lo cual parece claro, pues el negocio realizado sin dicho consentimiento es anulable, como
resulta del párrafo 2.º de los respectivos preceptos en el plazo de cuatro años contados desde
que tuviere conocimiento de la transmisión o desde que se inscriba en el Registro de la Propiedad. Hay una manera de evitar la acción de nulidad, cual es la de manifestar en el propio documento que la vivienda no tiene tal carácter, aunque dicha manifestación sea inexacta. En este
caso, el adquirente a título oneroso y de buena fe no puede ser víctima de la acción de nulidad.
Con esta manifestación el negocio deja de ser claudicante.
El artículo 18 de la LH es muy claro en cuanto a la calificación registral: entra del ámbito
de la misma la todo lo relativo a la validez de acto o negocio cuya inscripción se pretende. En
el mismo sentido se manifiesta la doctrina más autorizada. Por ello, sólo cuando quede acreditado que el negocio jurídico no es claudicante pueden entrar en juego todos los efectos positivos que la inscripción lleva consigo.
En el caso presentado en este seminario, la vecindad del compareciente se sitúa en Madrid
por lo que la pareja (si existe), debería tener vecindad en Cataluña para que pudiese producir la
anulabilidad del negocio. Por otro lado, la vivienda común el algo que nada tiene que ve con la
vecindad o el domicilio, es aquella vivienda que la pareja ha decidido que sea su centro de vida
familiar. Por ello, es procedente exigir dicha manifestación aunque la escritura no esté otorgada
en Cataluña y aunque el compareciente no esté domiciliado en dicha vivienda.
Sin embargo, la reciente Resolución de la Dirección General de 18 de junio de 2004 ha
considerado que no es materia calificable esta cuestión, pero lo más grave es que lo hace con
carácter general, no porque la escritura haya sido otorgada fuera de Cataluña o porque el otorgante esté domiciliado fuera, sino que lo hace en base a una argumentación claramente contraria al artículo 18 de la LH. Así, señala la Dirección que:
a) «El Registrador no puede presumir que la finca transmitida tenga la condición de vivienda común y de un eventual conviviente suyo en unión estable de parejas». Lo que olvida la
Dirección General es que el registrador, como todo funcionario público, no presume sino que
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
para acceder a la pretensión del interesado, se le tiene que demostrar el supuesto base de la
misma. En este caso se tiene que probar la validez del acto, cuestión que la propia Ley, en este
punto, señala como hacerlo, a través de la correspondiente manifestación por el transmitente.
b) «Que el Notario debe realizar un juicio estimativo que le puede conducir a decidir bajo
su responsabilidad, que es innecesario incluir en la escritura mención alguna indicativa de la
posible aplicación de los artículos 11 o 28 de la Ley 10/1998». Bien, pero esto no elimina la
calificación registral, y en todo caso el Notario, como funcionario público que es, también
queda sujeto a la motivación de sus actos, por ello podría ser válida la formula de «por no tener
pareja estable», «por no tratarse de vivienda común», etc.Pero en todo su actuación no puede
ser discrecional y mucho menos arbitraria.
c) Que si bien es cierto que los actos que puedan estar viciados no debe acceder al Registro, dada la eficacia protectora de éste, es igualmente cierto que en nuestro sistema registral
no se condiciona la inscripción de un acto a la plena justificación de esta validez. Lo cierto es
que nunca se había escrito un argumento tan contundente a favor de los cangrejos: Como es
posible que, pese a la calificación registral, ingresen actos anulables vamos a permitir ya que
ingresen todos (debe ser por la no discriminación). Esto si que es ir para atrás
La Dirección General va mucho más allá de las alegaciones del Notario, que adoptó una
postura posibilista y se limitó a expresar que habría que aplicar la ley catalana cuando ambos
miembros de la pareja sean catalanes o cuando uno sea catalán y la pareja reside en Cataluña.
Y es que se ha convertido en directriz de la Dirección ir mucho más allá de su competencia,
cual es resolver el caso concreto. Por vía de resoluciones y con la peligrosa connivencia del
artículo 327,10 de la Ley Hipotecaria, pretende crear verdaderos supuestos normativos, alejándose de la verdadera naturaleza del acto administrativo.
Por último la Resolución se aparta del criterio que siguió el Auto del Tribunal Superior de
Justicia de Cataluña de 2 de junio de 1999, que estableció la plena aplicación de los artículos
11 y 18 de la Ley 10/1998 para un supuesto semejante.
Por ello, considera este Seminario que debe exigirse la manifestación acerca del carácter de
la vivienda siempre que el supuesto de hecho no sea el mismo que el de la Resolución ahora
cuestionada (persona no vecina de Cataluña y escritura otorgada fuera de Cataluña). Asimismo,
se recomienda intentar dirigir los posibles recursos hacia los órganos de la comunidad competentes.
6) Sociedad civil: Forma de inscripción en el Registro de la Propiedad
Supuesto de hecho: Presentada en el Registro de la Propiedad una escritura de compraventa en la que adquiere una sociedad civil, se plantea el Registrador tras las recientes resoluciones de la Dirección General que cambian el criterio de las de 1997, si debe exigir la escritura de constitución de la sociedad y si debe practicarse el acta de inscripción a favor de la sociedad pero individualizando los socios integrantes de la misma.
Lo primero que debe calificarse ante una sociedad que se autodenomina civil es el objeto y
ello porque, como señaló la Dirección General en Resolución de 28 de junio de 1985, no es
sociedad civil la que tiene por objeto actos de comercio. Por ello, y dada la falta de publicidad
de la misma, el Registrador debe recabar la escritura de constitución si ésta no le ha sido aportada. Además la escritura es necesaria para calificación que los otorgantes del documento son
los únicos socios, sin que pueda admitirse la simple manifestación de los mismos. Asimismo,
es necesario que la calificación alcance a la validez de la constitución de la sociedad.
I.
SEMINARIOS DE CATALUÑA
Las Resoluciones de 31 de marzo y 11 de diciembre de 1997 señalaron que no tiene personalidad jurídica las sociedades civiles no inscritas en el Registro Mercantil. Sin embargo, la
Resolución de 14 de febrero de 2001 admitió su personalidad jurídica aunque no revista la
forma mercantil. Sin embargo esta Resolución no es ajena a los problemas que plantea la inscripción en el Registro de la Propiedad de la inscripción de bienes a favor de esta clase de
sociedades, pues en todo caso la personalidad y el poder de representación deben de resultar de
documento público.
Dado que la personalidad jurídica de la sociedad civil, al menos en lo que se refiere a terceros, no puede considerarse suficiente con el mero otorgamiento de la escritura pública de constitución, pues ésta queda bajo el secreto del protocolo, y dado que carecen de personalidad
jurídica las sociedades cuyos pactos se mantengan secretos entre los socios (artículo 1.669), la
inscripción de la adquisición de un bien inmueble en el Registro de la Propiedad a favor de una
sociedad civil requiere cumplir el requisito de la publicidad registral, que es lo que determina
que los pactos dejen de estar reservados respecto de terceros. Por ello, la inscripción debe
contener en su cuerpo dichos pactos reguladores y en el acta de inscripción es conveniente
señalar que la misma se practica con arreglo a dichos pactos.
También puede ser conveniente inscribir a favor de la sociedad expresando las personas de
los socios, dado que es una clase de sociedad esencialmente personalista, de modo que si alguno de los socios falleciere o se diere alguna de las causas previstas en el Cc, puede determinarse la extinción automática de la sociedad, salvo que exista el pacto de continuación con los
herederos (artículo 1700,3). Por otra parte, la inclusión de un nuevo socio, aparte de requerir el
consentimiento unánime de los actuales, requiere para evitar que se trate de un pacto reservado,
que quede publicado debidamente en algún registro público. A esta idea contribuye la posibilidad de que los acreedores embarguen el derecho que los socios tienen en el patrimonio social
(artículos 1697 a 1699 en relación con el 1700,3) y por ello la parte que tienen en el bien adquirido.
7) Representación: parte no negocial. Ejecución de acuerdos sociales
Supuesto de hecho: Un determinado negocio se sujeta a la condición suspensiva de que un
tercero acepte una igualdad de rango, en principio ajena al negocio. Comparecen en un documento posterior las dos parte negociales y dicho tercero, el cual el Registrador considera que
no está debidamente representado. En dicho documento las partes contratantes dan por cumplida la condición. Una de las parte contratantes es una entidad de derecho público cuya normativa reguladora atribuye la representación a un Consejero-delegado, sin embargo comparece el
Director, que según la normativa reguladora únicamente tiene facultades de ejecución de
acuerdos. En el documento presentado a inscripción se recoge un acuerdo genérico del Consejo
de la entidad que luego perfila con variaciones importantes el Director en el momento de comparecer ante Notario.
Se plantean dos problemas de representación en este supuesto. Respecto del primero, parece que tal como está configurado el negocio el cumplimiento de la condición suspensiva depende más de una nueva voluntad negocial de las partes que de la intervención del tercero. Si
estas parte son capaces de novar el contrato primitivo dejando sin efecto alguna de sus condiciones, con mayor razón podrán da por cumplida dicha condición. En este sentido la representación de las partes contratantes no plantea problemas al Registrador.
Si que plantea problemas dicha representación al Registrador en otro sentido cual es el que
quien actúa en nombre de una entidad de carácter público no es aquel que ostenta la represen-
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
tación según su norma rectora sino un director que, según la misma normativa tiene meras
facultades de ejecución de los acuerdos del órgano social. Sin embargo, este director fija nuevas condiciones que exceden del contenido del acuerdo incorporado al documento (distinto
capital, otro plazo, etc.), por lo que parece que su actuación no queda amparada.
8) Comunidad de bienes: Disolución parcial
Supuesto de hecho: En una comunidad de bienes formada por tres personas, dos de ellas
realizan un negocio de «disolución parcial», cuyo resultado es que uno de ellos adquiere la
parte del otro.
Sin entrar en el aspecto fiscal de la cuestión, se plantea en el seminario si cabe el negocio
de disolución parcial de comunidad o si las partes deberían celebrar una compraventa de la
respectiva cuota.
Lo cierto es que el Cc no regula la disolución parcial de comunidad, señalando el artículo
400 que ningún copropietario estará obligado a permanecer en la comunidad. Cualquiera de
ellos podrá pedir en cualquier momento la división de la cosa común. Sin embargo, el artículo
399 permite a cualquier condueño enajenar su parte, cederla o hipotecarla y aún sustituir a otro
en su aprovechamiento, salvo si se tratare de derechos personales.
Si tenemos en cuenta el principio de autonomía de la voluntad no se ve obstáculo para la
admisión de dicho negocio atípico de disolución parcial de comunidad, pues no parece contrario al orden público.
9) Representación legal: Hipoteca de bienes de incapaz en garantía de deuda ajena
Supuesto de hecho: Nos encontramos con una hipoteca constituida por tutor con consentimiento judicial pero en la cual el préstamo lo es a favor de tres personas no del tutor o del
incapaz. El incapacitado está afectado de alceimer siendo su tutor el marido quien solicita la
venta de la finca lo cual deniega el Juez si bien autoriza la hipoteca de la finca debiendo destinarse el préstamo a las atenciones del enfermo.
La cuestión no ha sido pacífica en el seminario pues un sector consideró que el tutor se estaba excediendo de la autorización judicial, por lo cual debería exigirse un nuevo consentimiento judicial. Esta posición se basa en dos argumentos: la interpretación estricta que debe
darse a las facultades de representación y el hecho de que si la entidad crediticia considera que
es necesaria una mayor garantía aparte de la hipoteca y la personal de incapacitado, puede
exigir la constitución de garantías personales a otras personas.
Otro sector considera que la autorización judicial existe en cuanto a la hipoteca que es lo
que la Ley exige. En cuanto al préstamo, y en concreto en cuanto al destino del importe del
préstamo, debe ser controlado vía rendición de cuentas artículo 269,4 del Cc (en Cataluña se
recoge dicha obligación en el artículo 205 del Código de Familia), en cuanto fija como obligación del tutor la de informar al Juez anualmente sobre la situación del menor o incapacitado y
rendirle cuenta anual de su administración. Lo que es rescindible ( con arreglo al artículo 1.291
del Cc) es el contrato celebrado sin autorización judicial, que en este caso sí existe, si bien
condicionada a que el dinero se destine a las atenciones del enfermo. Corresponde al Tutor
justificar dicho destino, con independencia que la deuda haya sido asumida por otras personas.
I.
SEMINARIOS DE CATALUÑA
10) Obra nueva: Renuncia al seguro decenal; finalización parcial
Supuesto de hecho: Sobre un edificio destinado a locales hay inscrita una permuta de derecho de sobreedificar a cambio de departamento resultante de la edificación. Con posterioridad a
la declaración de obra nueva resultante de la ejecución de dicho derecho se presenta el certificado de técnico acreditativo de la finalización de la obra sólo en cuanto a uno de los nuevos
departamentos. En el mismo documento se enajena dicho departamento, renunciando el adquirente a la constitución del seguro.
En este caso se plantean dos cuestiones, la primera relativa a la posibilidad de terminación
parcial del edificio. La segunda relativa a la validez de la renuncia.
Respecto a la primera, la terminación responde a un hecho que se acredita bajo la responsabilidad de un técnico. En edificaciones tumbadas es algo muy frecuente la terminación por
unidades o fases. No parece haber ningún inconveniente en aplicar el mismo criterio a la edificaciones verticales. Distinta cuestión es la habitabilidad, lo cual no es una cuestión puramente
registral sino administrativa. Puede que una parte esté terminada y así se acredite pero que la
falta de terminación del todo impida la ocupación de los distintos departamentos del total edificio.
En cuanto a la segunda cuestión, la renuncia del adquirente es una posibilidad que sólo está
prevista en los supuestos de autopromoción. Si el adquirente es autopromotor no será necesaria
la constitución de la garantía siempre que manifieste tal condición. Si es un adquirente del
autopromotor la disposición adicional segunda de la Ley de Ordenación de la Edificación de 5
de noviembre de 1999 (modificada por la Ley 53/2002 de 30 de diciembre) obliga a la constitución de la garantía contra daños materiales, salvo pacto en contrario, por el tiempo que reste
para cumplir diez años desde la terminación. En este caso, puede ser exonerado expresamente
por el adquirente de la constitución de la misma.
Otra cuestión es la relativa a que, como no está terminado la totalidad del edificio se plantea la posibilidad de no exigir la constitución del seguro hasta que se declare la finalización
total del edificio, lo cual parece concordar con el sentido de la Ley y con la imposibilidad de
las compañías de no asegurar edificios hasta su total terminación. El problema en este caso es
que se abre la puerta a un fraude: la posibilidad de que se declaren parcialmente finalizaciones
pero nunca la total, con lo cual el registrador nunca podría exigir la constitución del seguro.
Parece que este fraude debe ser perseguido en otras instancias.
11) Seguro decenal: Cambio de uso de todo un edificio
Supuesto de hecho: Se rehabilita totalmente un edificio que antes era industrial y ahora se
destina a viviendas. Se plantea la Registradora la necesidad de la acreditación de la constitución del seguro decenal.
El cambio de uso de los edificios está sujeto a licencia, con arreglo al artículo 178 de la Ley
de Urbanismo de Cataluña, lo cual por sí solo no supone necesidad de seguro. El artículo 20 d
la Ley de Ordenación de la Edificación exige que los Registradores controlen la existencia de
dicho seguro en las escrituras de declaración de obra nueva. El cambio de uso requerirá pues
dicha constitución de garantías si lleva consigo una declaración de obra nueva, o cuanto menos
se apoya en una licencia de obras. Aún así, no siempre es exigible el seguro, pues a este supuesto es plenamente aplicable el artículo 105 de la Ley 53/2002 de 30 de diciembre, de medidas fiscales, administrativas y del orden social, que modifica la disposición adicional segunda
de la Ley de Ordenación de la Edificación, señalando que no es exigible la garantía contra
23
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
daños materiales en los supuestos de rehabilitación de edificios destinados principalmente a
viviendas para cuyos proyectos de nueva construcción se solicitaron las correspondientes licencias de edificación con anterioridad a la entrada en vigor de esta Ley. Por ello, si la solicitud de la primitiva licencia de obras es posterior al cinco de mayo de 2000 será necesaria la
constitución de la garantía. En caso contrario no es necesaria dicha constitución porque se
considera que al no haberse controlado por una compañía de seguros la primera edificación es
ahora imposible de hecho (por su alto coste) que se pueda realizar el estudio técnico previo a
dicha constitución.
12) Derecho de superficie: sobre parte de una finca
Supuesto de hecho: Se constituye un derecho de superficie sin practicar la segregación de
la parte de la finca sobre la que el mismo recae. Se plantea si cabe dicha posibilidad así como
la necesidad de licencia de segregación, ya sea o no necesaria la misma. No se segrega la porción sobre la que recae dicho derecho ni tampoco se presenta licencia de parcelación.
La Resolución de 3 de abril de 2002 señala que es posible establecer derechos sobre parte
de una finca sin necesidad de división o segregación siempre que la parte sobre la que recae tal
derecho esté perfectamente delimitada y descrita.
Esta postura ha sido muy criticada, dado que el objeto del Registro es la finca. Es más, pensemos en el principio de especialidad y en la necesaria claridad que debe presidir los asientos
registrales: ¿que ocurriría si empezamos a admitir sobre una misma finca diversos derechos
parciales, algunos de los cuales se superponen a otros?
La licencia será necesaria en todo caso, pese a no ser necesaria la segregación, por aplicación del artículo 186 de la Ley de Urbanismo de Cataluña de 14 de marzo de 2002, que presume la parcelación urbanística en toda división o segregación sucesiva de terrenos, así como en
las operaciones por las que se adjudiquen en propiedad o arrendamiento cuotas indivisas de un
terreno con derecho de uso privativo exclusivo, cuando no se acredite la obtención de la licencia previa.
I.2
LEY CONCURSAL (RESUMEN DE NOVEDADES)
Como novedades de la Ley podemos citar:
1) Unificación en una sola categoría de todas las situaciones concursales:
Se regula únicamente la situación de concurso, si bien se distinguen dos clases con diferentes consecuencias: el concurso voluntario y el necesario.
Señala el artículo 21 de la Ley que el auto de declaración del concurso se pronunciará acerca de su carácter voluntario o necesario. Por su parte, añade el artículo 22 que en el primer caso
la primera solicitud debe ser presentada por el propio deudor. En los demás se califica como
necesario. No obstante también será necesario en aquellos casos en que lo hubiere solicitado el
deudor si en los tres meses anteriores a la fecha de la misma se hubiera presentado y admitido a
trámite otra por cualquier legitimado, aunque éste hubiera desistido, no hubiera comparecido o
no se hubiese ratificado.
Las consecuencias de una u otra categoría resultan del artículo 40, con arreglo al cual en el
caso de concurso voluntario el deudor conservará las facultades de administración y disposición sobre su patrimonio, quedando sometido el ejercicio de éstas a la intervención de los
administradores concursales, mediante su autorización o conformidad. En caso de concurso
necesario, se suspenderá el ejercicio por el deudor de las facultades de administración y disposición sobre su patrimonio, siendo sustituido por los administradores concursales.
El efecto no es automático, si no que se permite la valoración judicial de la situación y por
ello, añade el párrafo 3.º del artículo 40 que, no obstante, lo dispuesto en los apartados anteriores, el Juez podrá acordar la suspensión en caso de concurso voluntario o la mera intervención
cuando se trate de concurso necesario. En ambos casos, deberá motivarse el acuerdo señalando
los riesgos que se pretendan evitar y las ventajas que se quieran obtener.
Como luego veremos, el artículo 24 prevé la anotación de la situación concursal cuando el
concursado tenga bienes inscritos. Se plantea la cuestión de si la situación concursal debe
seguir inscribiéndose en el libro de incapacitados. No cabe duda que cuando las facultades de
administración y disposición no las tenga el concursado es claro que sí. Mas dudoso es el caso
de concursado que conserva dichas facultades.
Lo cierto es que el artículo 2,4 de la Ley habla de resoluciones que modifiquen la capacidad
para administrar o la capacidad civil en cuanto a la libre disposición de los bienes, y el artículo
42 se refiere a la anotación preventiva de la demanda en que se solicite la declaración de una
persona en alguna de estas situaciones. Es el Reglamento en el artículo 142 el que señala que
también procederá la anotación preventiva de que trata el número 5 del artículo 42 en los casos
de suspensión de pagos, concurso o quiebra previos los trámites establecidos en las leyes, pero
en principio la norma reglamentaria debe ceder ante la legal.
Podría por ello pensarse que si el concursado conserva sus facultades de administración y
disposición ya no es necesaria la inscripción en el Libro de Incapacitados. No obstante, mi
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
opinión, y en espera de otras más autorizadas, es que debemos seguir practicando las correspondientes inscripciones en el libro especial pues éste es ante todo un elemento muy importante de auxilio a la hora de calificar los documentos presentados a inscripción a efectos de
evitar que ingresen en el Registro negocios claudicantes. Este libro adquiere gran importancia
cuando el incapaz no tiene bienes inscritos, tomándose razón de esta situación en previsión de
las futuras inscripciones que puedan practicarse a su favor. Por mucho que el concursado conserve sus facultades de administración y disposición, lo cierto es que, como establece el artículo 40,7 párrafo último, se produce un cierre registral respecto de los actos del mismo que no
hayan sido confirmados. Ello no quiere decir que el negocio sea nulo, pues el tercero que contrata con el concursado ignorando dicha situación queda sujeto a las acción de rescisión si se
actuó en fraude de los derechos del acreedor, pero en otro caso su adquisición puede devenir
inacatable con arreglo al artículo 37 de la Ley Hipotecaria.
La situación actual, y en tanto no se apruebe el convenio, es la siguiente:
a) Con arreglo al propio artículo 21 de la Ley el auto contendrá:
2.º Los efectos sobre las facultades de administración y disposición del deudor respecto de
su patrimonio, así como el nombramiento y las facultades de los administradores concursales.
b) El artículo 40,7 señala que los actos del deudor que infrinjan las limitaciones establecidas en este artículo sólo podrán ser anulados a instancia de la administración concursal y cuando ésta no los hubiese convalidado o confirmado.
c) Cualquier acreedor y quien haya sido parte en la relación contractual afectada por la infracción podrá requerir a de la administración concursal que se pronuncie acerca del ejercicio
de la correspondiente acción o de la convalidación o confirmación del acto. La acción de anulación se tramitará, en su caso, por los cauces del incidente concursal y caducará, de haberse
formulado el requerimiento, al cumplirse un mes desde la fecha de éste. En otro caso caducará
con el cumplimiento del convenio por el deudor o, en el supuesto de liquidación con la finalización de ésta.
d) Los referidos actos no podrán ser inscritos en registros públicos mientras no sean confirmados o convalidados, o se acredite la caducidad de la acción de nulidad o su desestimación
firme.
Una vez aprobado el convenio este será el que regule la capacidad del concursado así como
la diferente relación de los distintos acreedores con su patrimonio.
Desde otra óptica, el concurso puede ser calificado como culpable o fortuito, según hubiese
mediado en la generación o agravación de la situación de insolvencia dolo o culpa grave del
deudor, sus representantes legales y, en caso de persona jurídica, de sus administradores o
liquidadores, de derecho o de hecho.
Con arreglo al artículo 172 la sentencia que califique el concurso como culpable determinará las personas afectadas por dicha calificación, así como, en su caso, la de las declaradas cómplices y la inhabilitación para administrar los bienes ajenos de dos a quince años, así como para
representar o administrar a cualquier persona durante el mismo período atendiendo a la gravedad de los hechos y a la entidad del perjuicio. También puede condenar a la devolución de
bienes y derechos obtenidos indebidamente del patrimonio del deudor, a la perdida de derechos
de crédito con la consiguiente indemnización de daños y perjuicios.
I.
SEMINARIOS DE CATALUÑA
2) Unidad en la dirección del concurso:
Señala el artículo 8 que son competentes para conocer del concurso los Jueces de lo Mercantil. La disposición transitoria segunda señala que hasta el momento en que entren en funcionamiento los Juzgados de lo Mercantil, las funciones atribuidas a los mismos serán asumidas por los actuales Juzgados de Primera Instancia.
La jurisdicción es exclusiva y excluyente en las siguientes materias:
1. Acciones civiles con trascendencia patrimonial salvo en procesos sobre capacidad, filiación, matrimonio y menores.
2. Las acciones sociales que tengan por objeto la modificación, extinción o suspensión colectiva de contratos de trabajo, incluso de alta dirección, en que el concursado sea empleador.
3. Toda ejecución frente a los bienes y derechos de contenido patrimonial del concursado
cualquiera que sea el órgano que la hubiese ordenado.
4. Toda medida cautelar que afecte al patrimonial del concursado.
5. Las que en el procedimiento concursal debe adoptarse en materia de justicia gratuita.
6. Las acciones tendentes a exigir la responsabilidad civil de los administradores sociales, a
los auditores, a los liquidadores por los perjuicios causados al concursado durante el procedimiento
Una vez declarado el concurso los jueces de lo civil y lo social ante quienes se interpongan
demandas de la que deba conocer el juez del concurso se abstendrán de conocer, previniendo a
las partes que usen de su derecho ante el juez del concurso. Los Jueces o Tribunales de los
órdenes contencioso-administrativo, social o penal ante los que se ejerciten, con posterioridad a
la declaración del concurso, acciones que pudieran tener trascendencia para el patrimonio del
deudor (y que no deban reorientarse hacia el Juez de lo Mercantil) emplazarán a la administración concursal y la tendrán como parte en la defensa de la masa, si se personase.
Los juicios declarativos en que el deudor sea parte y que se encuentren en tramitación al
momento de la declaración de concurso se continuarán hasta la firmeza de la sentencia. Igualmente los procedimientos arbitrales en tramitación continúan hasta la firmeza del laudo.
Una vez practicada la anotación preventiva de declaración del concurso, como señala el artículo 24,4 no cabe la anotación de más embargos o secuestros que los acordados por el Juez
del concurso, salvo lo establecido en el artículo 55,1. Este precepto señala que iniciado el concurso, no podrán iniciarse ejecuciones singulares, judiciales o extrajudiciales, ni seguirse apremios administrativos o tributarios contra el patrimonio del deudor. Podrán continuarse aquellos
procedimientos administrativos de ejecución en los que se hubiera dictado providencia de
apremio y las ejecuciones laborales en las que se hubieren embargado bienes del concursado,
todo ello con anterioridad a la fecha de la declaración del concurso siempre que los bienes
objeto del embargo no resulten necesarios para la continuidad de la actividad profesional o
empresarial del deudor.
Las actuaciones que se hallaren en tramitación quedarán en suspenso desde la fecha de la
declaración de concurso, sin perjuicio del tratamiento concursal que corresponda dar a los
respectivos créditos. Las actuaciones contrarias a estas reglas son nulas de pleno derecho.
La nueva regulación supone la no aplicación de las resoluciones de la Dirección General
que establecían la no paralización de la ejecución, particularmente la de 3 de noviembre de
1998.
En cuanto a los acreedores con garantía real se distingue según la afectación del bien (artículo 56): si el mismo está afecto a la actividad empresarial o profesional o a una unidad pro-
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
ductiva de su titularidad, no podrán iniciar la ejecución o realización forzosa de la garantía
hasta que se apruebe un convenio cuyo contenido no afecte al ejercicio de su derecho o transcurra un año desde la declaración de concurso sin que se hubiese producido la apertura de la
liquidación Respecto de las actuaciones ya comenzadas se suspenderán desde que conste en el
correspondiente procedimiento la declaración de concurso.
No queda claro si el Registrador debe exigir cuando inscriba una ejecución o realización de
garantía real que en el documento correspondiente conste la no afectación del bien a las finalidades apuntadas. Mi opinión es que no ya que parece que es algo que corresponde calificar al
Juez competente, máxime si tenemos en cuenta la «vis atractiva» que el Procedimiento ante el
Juez de lo Mercantil va a ejercer respecto de todos los procedimientos. Es decir la ejecución
posterior a la declaración de concurso debe provenir del Juez encargado de la llevanza del
procedimiento concursal, cuestión que debemos calificar en base al artículo 100 (competencia
del Juzgado o Tribunal).
3) Clasificación de créditos:
Se establecen tres categorías: privilegiados, ordinarios y subordinados. El ordinario se define por exclusión: El que no es ni privilegiado ni subordinado.
Los créditos privilegiados pueden ser de dos clases: especiales, si afectan a determinados
bienes o derechos, y generales si afectan a la totalidad del patrimonio del deudor.
Se ha intentado reducir la lista de ambos (artículos 90 y 91), señalándose que no se admitirá
en el concurso ningún privilegio o preferencia que no esté reconocido en esta Ley. Por ello,
nuestro sistema entra de lleno en la distinción entre privilegios extraconcursales y concursales. En
este sentido, la disposición final trigésima tercera señala que en el plazo de seis meses a contar
desde la entrada en vigor de esta ley, el gobierno remitirá a las Cortes Generales un proyecto de
ley reguladora de la concurrencia y prelación de créditos en caso de ejecuciones singulares.
Respecto de estos créditos privilegiados puede señalarse que responden a la idea de la garantía real, con la salvedad de los créditos refaccionarios. La reforma parece muy acertada en
este sentido, pues la garantía real obedece a un derecho que ya salió del patrimonio del deudor
(el derecho a resarcirse de una obligación incumplida con el producto del bien) y que ya ha
entrado en el patrimonio de un tercero, mientras que los créditos refaccionarios, por su parte,
aumentan el valor del patrimonio del deudor y por ello benefician a todos los acreedores. Por
ello resulta criticable la excepción a la ejecución que se establece respecto de aquellas garantías
reales sobre bienes afectos a la actividad empresarial o profesional o a la unidad productiva del
concursado. No sería raro que las entidades financieras comenzaran a incluir cláusulas de vencimiento anticipado para el caso de que el bien sea destinado por el deudor a dichas actividades, pues supone un indiscutible menoscabo de los derechos de aquel.
La categoría de créditos subordinados responde a cuatro ideas:
a) Sancionar la negligencia o mala fe de los acreedores: Así, tienen esta consideración los
créditos comunicados tardíamente, o los créditos que como consecuencia de rescisión contractual resulten a favor de quien haya sido declarado de mala fe en la sentencia.
b) Dar entrada a la autonomía de la voluntad, permitiendo el pacto anterior a la situación de
insolvencia.
c) Primar la pérdida de los acreedores antes que su beneficio: Así tienen la consideración de
subordinados los créditos por intereses o por multas o sanciones, salvo que se trate de intereses
correspondientes a créditos con garantía real hasta donde alcance la respectiva garantía.
I.
SEMINARIOS DE CATALUÑA
d) No primar a la familia: Así son subordinados los créditos a favor de hermanos, cónyuges, padres, etc, salvo que sean de carácter salarial.
4) El Convenio:
Formado el inventario y la lista de acreedores se procede a la elaboración del convenio. En
una primera fase se distingue la propuesta y la aprobación judicial de dicha propuesta. La propuesta, para su admisión a trámite, requiere que los créditos correspondientes a los acreedores
solicitantes superen la quinta parte del pasivo. Después de aprobada la propuesta se forma la
Junta, en la cual no tienen voto los acreedores subordinados. Los privilegiados no tienen porque someterse a la propuesta, ahora bien si votan a favor quedan obligados en los términos que
el convenio recoja respecto de su crédito. La propuesta requiere la aprobación de acreedores
que representen, por lo menos, la mitad del pasivo ordinario.
La propuesta debe ser aprobada judicialmente. El convenio adquirirá plena eficacia desde la
firmeza de la sentencia de su aprobación, momento en el cual los efectos de la declaración de
concurso quedan sustituidos por los que resulten del convenio.
El convenio puede cumplirse o incumplirse. En el primer caso, el deudor debe presentar un
informe con la correspondiente justificación. Si el Juez lo considera cumplido dictará auto de
declaración de cumplimiento, y una vez firme éste y transcurrido el plazo de caducidad de las
acciones de declaración de incumplimiento o, en su caso, rechazadas por resolución judicial
firme las que se hubiesen sido ejercitadas, el Juez dictará auto de conclusión del concurso.
Cualquier acreedor que estime incumplido el convenio puede solicitar la declaración de incumplimiento, la cual supone la rescisión del convenio, procediéndose a la liquidación.
5) Liquidación:
Con arreglo al artículo 145 la situación del concursado durante la fase de liquidación será la
de suspensión del ejercicio de las facultades de administración y disposición.
6) Conclusión y reapertura:
Las causas de conclusión se regulan en el artículo 176 ( revocación del auto de declaración
del concurso, cumplimiento del convenio, integra satisfacción de los acreedores, etc.).
En cuanto a la reapertura, se regula en el artículo 179, distinguiendo según el deudor se persona física o jurídica:
Si es persona física se produce por declaración de concurso de la misma dentro de los cinco años
siguientes a la terminación de uno anterior. Si es jurídica se produce cuando el anterior se cerró por
inexistencia de bienes y aparecen nuevos, limitándose esta reapertura a la liquidación de éstos.
7) Publicidad registral:
El artículo 24 regula la publicidad registral de la declaración de concurso. Este artículo sirve igualmente de referencia por remisión a la hora de la práctica de asientos derivados de las
distintas fases del procedimiento concursal.
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Si el deudor fuera persona natural, se inscribirá en el Registro Civil la declaración de concurso, la intervención o, en su caso, la suspensión de sus facultades de administración y disposición, así como el nombramiento de los administradores concursales.
Si el deudor fuere sujeto inscribible en el Registro Mercantil se inscribirán en éste las mismas circunstancias, practicándose previamente la inscripción del sujeto cuando ésta no constare. Si se tratase de personas jurídicas no inscribibles en el mercantil y que consten en otro
registro público, el juez mandará inscribir en éste las mismas circunstancias.
Si el deudor tuviere bienes o derechos inscritos en registros públicos se anotarán previamente en el folio correspondiente a cada uno de ellos la intervención o, en su caso, la suspensión de sus facultades de administración y disposición, con expresión de su fecha, así como el
nombramiento de los administradores concursales Practicada la anotación preventiva no podrán
anotarse respecto de aquellos bienes o derechos más embargos o secuestros posteriores a la
declaración de concurso que los acordados por el Juez de éste, salvo lo establecido en el apartado 1 del artículo 55.
Los asientos se practican en virtud del correspondiente mandamiento, si bien, en tanto el
auto no sea firme sólo cabe la práctica de anotaciones preventivas. El mandamiento se remite
de oficio por el Juez en el caso de que el solicitante del concurso sea una administración pública que actúe representada y defendida por sus servicios jurídicos.
Se plantea la siguiente cuestión: la inscripción en los otros registros ¿debe ser previa? Pese
a que la Ley no dice nada al respecto, la deseable concordancia entre registros aconseja que,
cuanto menos del mandamiento resulte que se ha dado traslado al Registro Civil o al que corresponda para la práctica de la oportuna inscripción. Ante la ausencia de un artículo semejante
al 266 del Reglamento del Registro Civil, parece que lo prudente es seguir las Resoluciones de
la Dirección General en materia de menores emancipados y tutores ( 14 de mayo de 1984 y 6
de noviembre de 2002, exigiendo ambas prueba de la instancia no de la inscripción).
El artículo 24 se refiere a la publicidad registral de la declaración de concurso pero, como
he señalado antes, al mismo se remite la Ley en los demás supuestos en que un trámite del
procedimiento requiere de la correspondiente publicidad. Los supuestos son los siguientes:
a) El cese de administradores y el nombramiento de los nuevos (artículo 38,2).
b) Sentencia aprobatoria del convenio (artículo 131,3).
c) Cumplimiento del convenio (artículo 141).
d) Apertura de la liquidación (artículo 144).
e) Resolución firme que apruebe la conclusión del concurso (artículo 177).
f) Reapertura del concurso (artículo 179).
En cuanto a la vigencia del artículo 42,5 de la Ley Hipotecaria respecto de la anotación de
la demanda, la nueva Ley habla no de demanda sino de solicitud, pero la misma sigue teniendo
cabida al amparo del artículo 17,1 de la Ley al señalar que «El Juez al admitir a trámite la
solicitud, podrá adoptar las medidas cautelares que considere necesarias para asegurar la integridad del patrimonio del deudor, de conformidad con lo previsto en la Ley de Enjuiciamiento
Civil». Se remite pues la Ley concursal a las medidas cautelares previstas por la norma procesal, la cual en el artículo 727 prevé como medida cautelar la anotación preventiva de la demanda, cuando ésta se refiera a bienes o derechos susceptibles de inscripción en registros públicos.
II
RESOLUCIONES DE LA DGRN EN
MATERIA CIVIL E HIPOTECARIA
Pedro Ávila Navarro
II.1. RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 11 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 12
DE AGOSTO DE 2004)
Recurso gubernativo: Cabe la acumulación de recursos contra varias notas por documentos relacionados
Representación: Cabe la sustitución en poderes no mercantiles otorgados por entidades
mercantiles
Representación: La calificación notarial de suficiencia comprende también la del poder
sustituido
Representación: La reseña notarial del poder debe referirse también al sustituido
Compraventa: La falta de posesión material no impide la tradición
1. Recurso gubernativo. Al recurrirse simultáneamente, mediante un mismo escrito, dos calificaciones respecto de escrituras diferentes, si bien relativas a la misma finca y siendo la
calificación de la segunda de las escrituras (de préstamo hipotecario) consecuencia de la calificación negativa respecto de la primera (de compraventa), procede resolver sobre tales cuestiones en este único expediente, dada la íntima conexión entre las mismas (cfr. art. 73 L.
30/26.11.1992, R. 22.12.1998 y R. 23.10.2002).
2. Sustitución del poder. Aunque el poder mercantil no puede sustituirse sin permiso del
comitente, una venta de inmueble otorgada por una entidad crediticia difícilmente reunirá las
características económicas del acto de comercio (interposición en el tráfico, habitualidad, ánimo de lucro), de manera que, siendo un poder civil, es sustituible sin tal permiso. Y, en cuanto
a la apreciación de su suficiencia por el Notario, en la escritura calificada expresa el Notario
que el poder es para 'vender la finca' y esta declaración, congruente con la compraventa que
contiene la escritura, implica necesariamente no sólo que incluye esa facultad sino que la misma no está sujeta a ninguna restricción ni limitación según el documento que el Notario tiene a
la vista.
3. Reseña del poder por el Notario. La reseña identificativa que ha de hacer el Notario del
documento del que resulte la representación habrá de consistir en una sucinta narración o indicación somera, pero suficiente, de los datos de la escritura en cuya virtud se confirieron las
facultades representativas, de suerte que no puede considerarse suficiente una indicación como
la ahora debatida que ni siquiera contiene el nombre del Notario autorizante y fecha de la escritura originaria del poder, máxime si se tiene en cuenta que se trata de un caso de sustitución
de poder, en el que no es necesario exhibir la copia autorizada del mismo al tiempo del otorgamiento del negocio cuya inscripción se solicita (cfr. R. 10.02.1995), y el Notario debe recoger, tomándolos de la escritura de sustitución, los particulares del poder originario relativos a la
justificación documental de la existencia de la representación.
4. La tradición instrumental existe salvo pacto contrario a la transmisión. Por lo que se refiere a la ausencia de posesión real Sentendida esta expresión como equivalente a la posesión
materialS es doctrina de este Centro Directivo que su falta o retraso no impide la tradición,
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
pues el art. 1462 Cc no se refiere al pacto excluyente del traspaso posesorio material sino al
acuerdo impeditivo del hecho transmisorio. [...] A mayor abundamiento resulta de la escritura
de préstamo hipotecario presentada que la finca está ya ocupada por la entidad prestataria e
hipotecante, lo que corresponde a las previsiones que acerca de la entrega de la posesión se
contienen en la escritura de compraventa. Y el Registrador debe tener en cuenta este documento que está ya presentado en el momento en que califica la primera escritura (cfr., por
todas, R. 17.03.1986 y R. 26.10.1989).
R. 11.06.2004 (Notario Julián Peinado Ruano contra Registro de la Propiedad de Santa Fe)
(BOE 12.08.2004).
II.2. RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 14 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 12
DE AGOSTO DE 2004)
División y segregación: La propiedad horizontal tumbada no necesita licencia de parcelación
Propiedad horizontal: La propiedad horizontal tumbada no necesita licencia de parcelación
Reitera el contenido de la R. 10.12.2003, concluyendo que no pueden reputarse como parcelación ni la división horizontal de la parcela en dos elementos privativos (lo que el propio
Registrador ni siquiera ha cuestionado) ni la asignación de uso privativo de zonas diferenciadas
del terreno destinado a jardín.
R. 14.06.2004 (Notario Sebastián Barril Roche contra Registro de la Propiedad de San Lorenzo de El Escorial-3) (BOE 12.08.2004).
II.3. RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 15 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 12
DE AGOSTO DE 2004)
Representación: Es posible la autocontratación si la autoriza el poderdante
Se trata de una venta hacha por la apoderada del vendedor en favor propio; el poder la autorizaba para vender por el precio que estimara pertinente y aunque incidiera en la figura jurídica
de autocontratación; el Registrador, que parece cuestionar la posibilidad misma de la autocontratación, entiende que hay un conflicto de intereses en la fijación del precio. La Dirección, en
extensas consideraciones, quizá innecesarias, dice que la doctrina mayoritaria interpreta los
arts. 1459.2 Cc y 267 C. de c. como preceptos concordantes, de lo que se desprende que el
comitente o el mandante se hallan investidos desde luego del poder jurídico de autorizar previamente o de ratificar la autocompra verificada por sus respectivos comisionistas o mandatarios, ya que tales previsiones legales se dirigen únicamente a proteger intereses privados que no
pueden oponerse a la libre reglamentación que de los mismos ordenen sus titulares. Y hace
suya la doctrina de la S. 29.11.2001: El autocontrato es válido cuando se ha autorizado expresamente en el poder de representación [...] sin que la previa autorización para contratar, aunque
haya de constar con claridad, esté sujeta a requisitos especiales, por lo que salvo que otra cosa
se disponga, no hay más exigencias que las del propio poder que modaliza. Este criterio de
flexibilidad formal es el que prevalece en la doctrina científica, en las decisiones de la Dirección General de los Registros y del Notariado y en la jurisprudencia de esta Sala.
II.
RESOLUCIONES DE LA DGRN EN MATERIA CIVIL E HIPOTECARIA
R. 15.06.2004 (Notario Juan-Alfonso Cabello Cascajo contra Registro de la Propiedad Las
Palmas-1) (BOE 12.08.2004).
II.4. RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 17 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 11
DE AGOSTO DE 2004)
División y segregación: La licencia de parcelación puede resultar por silencio administrativo
Se reitera en el sentido indicado la doctrina de las R. 27.05.2002, R. 29.05.2002, R.
31.05.2002, R. 07.09.2002, R. 28.05.2003, R. 12.01.2004 y R. 10.02.2004. Y estima justificada
la licencia de parcelación por silencio positivo cuando a la escritura de división se acompaña la
solicitud de la licencia presentada en el Ayuntamiento, así como solicitud de certificación de
acto presunto; no consta que el Ayuntamiento se haya pronunciado en contra de la licencia ni
en contra del certificado de acto presunto; y dice la Dirección que el certificado del acto administrativo presunto no es el medio exclusivo sino uno más de los que puede utilizarse para la
acreditación de aquél, conforme al art. 43.5 L. 30/1992 [...] bastará la manifestación expresa
del interesado en la inscripción acerca de que, en los plazos legalmente establecidos para la
concesión de la licencia solicitada y para la expedición de la certificación del acto presunto, no
se le ha comunicado por la Administración la correspondiente resolución denegatoria de la
licencia solicitada ni tampoco se le ha expedido la certificación del acto presunto (cfr. art.
48.2.b RD. 1093/1997, previsto para las licencias de obras pero aplicable aquí por evidente
analogía ex art. 4.1 Cc)
R. 17.06.2004 (Particular contra Registro de la Propiedad de Puerto del Rosario-1) (BOE
11.08.2004).
II.5. RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 18 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 7 DE
SEPTIEMBRE DE 2004)
Calificación registral: Caducado el asiento de presentación, puede presentarse el título a
nueva calificación
Cataluña: No es exigible la manifestación de que la finca no es vivienda de unión estable
de pareja
Vivienda familiar: No es exigible la manifestación de que la finca no es vivienda de unión
estable de pareja en Cataluña
1. Calificación registral.S Reitera la doctrina de otras muchas, la última R. 14.10.2002, en
el sentido de que los documentos presentados a inscripción han de calificarse tantas veces
cuantas se presenten a tal fin, teniendo cada nota carácter autónomo a los efectos de interponer
frente a ella recurso gubernativo.
2. Vivienda de unión estable de pareja en Cataluña. La Dirección General comienza por
rechazar el reparo de índole competencial que aduce el Registrador+, y afirmar su propia
competencia para entrar la cuestión, puesto que la materia objeto de debate se refiere a la
ordenación de los registros e instrumentos públicos y a las normas para resolver los conflictos de leyes, que son cuestiones reservadas a la competencia exclusiva del Estado, conforme
al art. 149.1.8.a CE. Expresa después sus dudas de que la Ley Catalana 10/1998 sea aplicable
35
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
al supuesto (venta de piso en Barcelona por titular soltera residente en Madrid). Considera
que los arts. 11 y 28 Ley 10/1998, de Uniones Estables de Pareja, no establecen que para que
el conviviente titular de una vivienda privativa suya pueda disponer de ella deba justificar
que no tiene la condición de vivienda común, ni le imponen que al tiempo de la disposición
niegue tal carácter de la vivienda que transmite si no concurre el consentimiento del otro
conviviente; establecen únicamente que si la vivienda es efectivamente la común del disponente y su conviviente, esa enajenación por el titular sin contar con el conviviente y sin
formular aquella manifestación será ineficaz; y que, en cambio, si se ha formulado esta manifestación, aunque sea inexacta, será suficiente para proteger al adquirente de buena fe y a
título oneroso; afirma también que el Registrador no puede presumir que la finca transmitida
tenga la condición de vivienda común del transmitente y de un eventual conviviente suyo+. Y
concluye que, *sin necesidad de entrar a decidir si, a los solos efectos de la inscripción, es
necesaria y en qué casos la manifestación a que se refiere el art. 1320 Cc, y si la exigencia de
tal manifestación tal como la impone el art. 91.1 RH tiene suficiente base legal, lo cierto es
que no cabe aplicar por analogía tales normas, toda vez que es doctrina uniforme y reiterada
del Tribunal Constitucional (cfr., por todas, S.TC 15.11.1990) que, a falta de norma que así
lo establezca, no cabe asimilar bajo un mismo régimen a las uniones estables de pareja y a
las uniones matrimoniales.
R. 18.06.2004 (Notario Antonio Pérez Sanz contra Registro de la Propiedad de Barcelona24) (BOE 07.09.2004).
II.6. RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 21 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 8 DE
SEPTIEMBRE DE 2004)
Separación y divorcio: No se puede inscribir el uso de una vivienda con usufructo inscrito
a nombre de terceros
Separación y divorcio: En la atribución del uso no es necesaria la descripción total de la
finca
Principio de tracto sucesivo: No puede inscribirse una sentencia en procedimiento no seguido contra el titular registral
Se trata de un convenio regulador aprobado judicialmente en un proceso de separación matrimonial; el Registrador deniega la inscripción por varios defectos:
No se describe la vivienda con los requisitos establecidos en los arts. 9 LH y 51 RH; a lo
que responde la Dirección que la descripción con los requisitos legales tiene por objeto la
perfecta identificación de la finca; pero si, en el presente caso, el Registrador no tiene duda
alguna sobre la misma es evidente la improcedencia del defecto achacado.
Dado que el usufructo de la vivienda aparece inscrito a favor de un tercero (el padre del marido), debe denegarse la inscripción del derecho de uso, conforme al art. 20 LH; defecto que
confirma la Dirección General: No puede inscribirse el uso de la vivienda familiar cuando el
usufructo de dicho bien pertenece a personas distintas de las que suscriben el convenio regulador; aunque sugiere una solución alternativa: Cuestión distinta sería la de si podría inscribirse
tal derecho como sucesivo al usufructo actual, pero este tema no se plantea, dados los términos
del convenio expresado.
Debe expresarse que el derecho de uso también se atribuye a los hijos del matrimonio, con
sus circunstancias. Según la Dirección General la inscripción del uso de la vivienda tiene por
objeto evitar la disposición del bien por su titular, defraudando el derecho del cónyuge y los
II.
RESOLUCIONES DE LA DGRN EN MATERIA CIVIL E HIPOTECARIA
hijos a habitar tal vivienda, y que la defensa de tal derecho se otorga sólo a tal cónyuge, por lo
que no es necesario reseñar las circunstancias personales de los hijos.
R. 21.06.2004 (Particular contra Registro de la Propiedad de Valencia-11) (BOE
08.09.2004).
II.7. RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 22 DE JUNIO DE 2004. (BOE DE 7 DE
SEPTIEMBRE DE 2004)
Recurso gubernativo: Sólo procede contra la nota de suspensión o denegación, no cuando
se practica el asiento
Se presenta en el registro solicitud de declaración de nulidad y consiguiente cancelación de
una nota marginal en la que se hizo constar la cancelación de una condición resolutoria por
caducidad. La Registradora deniega la práctica de la cancelación por ser necesario el consentimiento del titular o la pertinente resolución judicial. El interesado recurre. El recurso no puede
prosperar. Los asientos del Registro están bajo la salvaguardia de los Tribunales (cfr. art. 1.3
LH), por lo que el Registrador no puede dilucidar si el asiento que practicó es nulo, y, por ello,
tal pretensión ha de ejercitarse ante la autoridad judicial correspondiente.
R. 22.06.2004 (Diócesis de Albacete contra Registro de la Propiedad de Chinchilla de
Montearagón) (BOE 07.09.2004).
II.8. RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 23 DE JUNIO DE 2004. (BOE 4 DE
SEPTIEMBRE DE 2004)
División y segregación: La licencia de parcelación es exigible también en suelo rústico
Reitera la doctrina de otras varias resoluciones (R. 13.05.1994, R. 05.01.1995, R.
12.07.1995): El art. 25.b L. 19/04.07.1995, de Modernización de las Explotaciones Agrarias
exceptúa de la prohibición de división de fincas el caso de que sobre la porción segregada vaya
a realizarse una construcción permanente de carácter no agrario. En este supuesto, construcción
no agraria debe entenderse, entonces, que la legislación agraria desplaza la competencia a la
legislación urbanística, la cual atribuye la facultad de autorizar las divisiones a la autoridad
municipal (cfr. arts. 242, 243, 254 y 260 del Texto Refundido de la Ley del Suelo); en consecuencia, ha de concluirse la necesidad de la licencia municipal. En cuanto a la existencia de
silencio positivo en la obtención de dicha licencia, para realizar la inscripción, como ha dicho
con anterioridad este Centro Directivo, no basta con probar la existencia de la solicitud dirigida
a la Administración, sino que es necesario probar de alguna manera la inexistencia de contestación de dicha Administración, y en el caso presente no sólo no se prueba tal falta de actividad,
sino que el Registrador, ha advertido la recepción, antes de la solicitud de inscripción, de un
escrito del Ayuntamiento declarando que determinados expedientes, entre los que se encuentra
el que es objeto de este recurso, habían sido denegados por desistimiento de los interesados.
R. 23.06.2004 (Particular contra Registro de la Propiedad de Álora) (BOE 04.09.2004).
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
II.9. RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 2 DE JULIO DE 2004 (BOE DE 2 DE
SEPTIEMBRE DE 2004)
Bienes públicos: El retraso en la escritura de adjudicación por subasta no afecta a la
eficacia del acto
Se trata de una escritura de compraventa, otorgada en 1990, por la que se formaliza la adjudicación de un inmueble municipal en subasta pública celebrada en 1986; según el art. 49 del
Reglamento de Contratación de las Corporaciones Locales entonces vigente, habría de citarse
al adjudicatario, de manera que si no comparecía al otorgamiento de la escritura la adjudicación quedará de pleno derecho sin efecto, pero lo cierto es que dichos preceptos reglamentarios
se refieren a supuestos de incumplimiento por parte del contratista que facultan al Ayuntamiento para resolver el contrato, pero no afecta a la validez de éste [...] no resulta que se haya
acreditado que el Ayuntamiento hubiese procedido a resolver el contrato objeto de debate en
este expediente; antes bien, la intervención del Alcalde, en representación del Ayuntamiento,
en el otorgamiento de la escritura calificada implica un reconocimiento claro e inequívoco de la
subsistencia de dicha adjudicación.
R. 02.07.2004 (Particular contra Registro de la Propiedad Frechilla) (BOE 02.09.2004).
II.10.RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 21 DE JULIO DE 2004 (BOE DE 8 DE
SEPTIEMBRE DE 2004)
Recurso gubernativo: Sólo procede contra la nota de suspensión o denegación, no cuando
se practica el asiento
Inscrita una hipoteca bajo condición suspensiva, el recurrente pretende que se proceda a la
inscripción del derecho de hipoteca sin que quede sujeto a la citada condición suspensiva. La
Dirección reitera su doctrina de que el recurso gubernativo es el cauce legalmente arbitrado, a
salvo la posibilidad de acudir a los Tribunales para ventilar y contender entre sí acerca de la
validez o nulidad de los títulos, para impugnar las calificaciones de los Registradores cuando
suspendan o denieguen el asiento solicitado, pero no contra la forma de realizar la inscripción.
No obstante considera en este caso que si se tiene en cuenta que, al entender la recurrente que
la condición debatida no tiene eficacia real sino meramente obligacional, podría pretender su
cancelación conforme al art. 98 LH, al margen de este expediente, y sin prejuzgar ahora el
fundamento de tal pretensión, de suerte que la decisión del Registrador sobre tal extremo sería
objeto de recurso gubernativo.
R. 21.07.2004 (Campocierto, S.L., contra Registro de la Propiedad de Alcalá de Guadaira)
(BOE 08.09.2004).
II.11.RESOLUCIÓN DE LA DGRN DE 22 DE JULIO DE 2004 (BOE DE 8 DE
SEPTIEMBRE DE 2004)
Condición suspensiva: La que afecta al pago del precio puede cancelarse por el comprador solo
II.
RESOLUCIONES DE LA DGRN EN MATERIA CIVIL E HIPOTECARIA
Se trata de la compraventa de una finca en la que se somete la entrega del precio a condición suspensiva, hasta que se consiga determinado arrendamiento de la finca; y, para el caso de
que, llegado a ese momento, no se pague, se pacta condición resolutoria explícita. Inscrita esta
situación, el comprador otorgó escritura en la que declaró cumplida la condición suspensiva
pactada y solicitó que así se hiciera constar en el Registro de la Propiedad. La Dirección dice
que al tratarse de una condición suspensiva afectante sólo a la obligación de pago del precio, la
cancelación de la misma, en cuanto tal condición por voluntad del comprador, determinaría
únicamente la exigibilidad de la obligación condicionada, sin que ello implique menoscabo
alguno respecto de la estipulación, inscrita, relativa a la posibilidad de resolución de la venta en
los términos en que ha sido pactada.
R. 22.07.2004 (Campocierto, S.L., contra Registro de la Propiedad de Alcalá de Guadaira)
(BOE 08.09.2004).
39
III
RESOLUCIONES DE LA DGRN
EN MATERIA MERCANTIL
Jesús González García
III
RESOLUCIONES DE LA DGRN EN MATERIAL MERCANTIL
Comentadas por José Juan Andújar
Abogado
III.1. RESOLUCIÓN DE 1 DE DICIEMBRE DE 2003. (BOE DE 13 DE ENERO
DE 2004)
A) Sociedad anónima. Transmisión de acciones: En la regulación estatutaria del derecho
de adquisición preferente cabe atribuir al auditor de cuentas la fijación del precio de las acciones en caso de discrepancia, a pesar del nuevo régimen de incompatibilidades que afecta a
éste, introducido por el artículo 51 de la Ley 44/2002, de 22 de noviembre, de medidas de
reforma del sistema financiero.
Sorprendente resolución de la Dirección General cuya doctrina es contraria a la a la finalidad perseguida por la Ley 44/2002, de medidas de reforma del sistema financiero («Ley
44/2002»), a la nueva redacción del artículo 8.2. LAC en el que se regulan los nuevos supuestos de incompatibilidad de los auditores de cuentas a la hora de prestar sus servicios profesionales y a la interpretación que de dicho precepto hace el Instituto de Contabilidad y Auditoría
de Cuentas, como más adelante se verá.
Empecemos por el principio. La Ley 44/2002, entre otras medidas encaminadas a reforzar
la protección de los clientes de servicios financieros, modificó de forma sustancial la norma
legal por la que se rigen los auditores de cuentas (Ley 19/1988, de 12 de julio, de Auditoría de
Cuentas –LAC–). Así, en virtud de la citada reforma, se unifica el sistema de acceso al Registro Oficial de Auditores de Cuentas, se impone de forma obligatoria la formación continuada
de los auditores de cuentas, se introducen nuevas incompatibilidades para los auditores de
cuentas y medidas para su rotación y se reforman sus regímenes de responsabilidad y sancionador.
Dentro del nuevo elenco de supuestos, recogidos en el artículo 8.2. LAC, en los que se considera que el auditor de cuentas no goza de la suficiente independencia en el ejercicio de sus
funciones respecto de la empresa que audita, se halla uno cuya inclusión, a mi juicio, es muy
acertada y es el relativo a «la prestación al cliente de auditoría de servicios de valoración que
conduzcan a la evaluación de cantidades significativas en los estados financieros de dicho
cliente, siempre que el trabajo de valoración conlleve un grado significativo de subjetividad»
(art. 8.2.f. LAC). Uno de los servicios de valoración que habitualmente prestaban los auditores
de cuentas de la sociedad hasta la entrada en vigor de la Ley 44/2002 era el relativo a la fijación del valor razonable de sus acciones o participaciones sociales. Asimismo, en consonancia
con la reforma de la LAC, la Ley 44/2002 modificó, entre otros, los artículos de la Ley de
Sociedades Anónimas 64.1 y 147.2, y los artículos de la Ley de Sociedades de Responsabilidad
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Limitada 29.2.d y 100, al objeto de sustraer del ámbito de competencias del auditor de cuentas
de la sociedad la fijación del valor real o razonable de sus acciones o participaciones sociales,
atribuyendo dicho encargo a un auditor de cuentas distinto del de la sociedad, en unos casos
designado por los administradores (artículos 64.1 LSA y 29.2.d LSRL) y en otros por el Registro Mercantil (artículos 147.2 LSA y 100 LSRL).
Efectivamente, la praxis diaria ha demostrado que, en estos casos, el auditor de cuentas de
una sociedad puede ver menoscabada su objetividad a la hora de llevar a cabo su trabajo de
valoración. El siguiente ejemplo puede ser clarificador de lo que digo. Imaginemos una sociedad anónima con dos bloques de socios enfrentados, uno representante de la mayoría y otro de
la minoría. Debido a un cambio de objeto social, se abre la posibilidad de que los socios minoritarios ejerzan su derecho de separación. Antes de la reforma del artículo 147.2 LSA correspondía al auditor de cuentas de la sociedad fijar –conforme a determinada Norma Técnica de
Auditoría 1– el valor real o razonable de las acciones del accionista que se separaba. Como se
puede suponer, las presiones a las que se podía ver sometido el auditor de cuentas por el bloque
de la mayoría de socios para fijar el valor menos elevado de todos los posibles estaban a la
orden del día, sabedor aquél de que su continuidad en el cargo dependía de la voluntad de
éstos. Ello ha dado lugar progresivamente a un incremento del número de procedimientos
judiciales en los que los socios afectados por la actuación del auditor han reclamando una
revisión judicial del precio de sus acciones al amparo de lo previsto en el artículo 1690 del
Código civil 2.
Pues bien, para conjurar este tipo de situaciones es por lo que a mi juicio resulta muy positiva la reforma de la Ley 44/2002 al prohibir al auditor de cuentas de la sociedad prestar esa
clase de trabajos de valoración por el alto componente de subjetividad que conllevan pues,
como se sabe, el valor de una empresa no es un dato objetivo sino que depende de muchos
factores tanto internos (p. ej. nivel profesional de los directivos de la empresa), como exógenos
(p. ej. situación del mercado) y, sobre todo, del método de valoración que se utilice (p. ej. valor
del activo neto real, valor de capitalización de resultados, valor actual de flujos monetarios
netos, etc.). Delegar esa tarea en un auditor de cuentas distinto del de la sociedad supone, al
menos a priori y salvo prueba en contrario, una mayor dosis de objetividad que no efectuando
dicho encargo el propio auditor de la sociedad.
No obstante, y a pesar de lo explicito que resulta ser el artículo 8.2.f. LAC sobre el particular, quedaba pendiente de resolver en esta cuestión un supuesto igualmente harto frecuente
en la práctica cuál es el de la fijación del valor razonable de las acciones o participaciones
sociales por el auditor de cuentas de la sociedad en aquellos casos en que los estatutos sociales
establecen un régimen de restricciones a la libre transmisibilidad inter vivos de acciones o
participaciones sociales al amparo de lo previsto en los artículos 63 LSA y 29 LSRL, respectivamente. Así, ¿pueden los socios, al amparo de la autonomía de la voluntad, establecer en los
estatutos sociales que, en caso de discrepancia entre el socio transmitente y el eventual adquirente en cuanto al precio de las acciones o participaciones sociales objeto de transmisión éste
sea fijado por el auditor de cuentas de la sociedad? ¿no le afecta aquí al auditor de cuentas la
incompatibilidad del artículo 8.2.f. LAC?
_______
1. Resolución de 23 de octubre de 1991, del Presidente del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas,
por la que se publica la Norma Técnica de elaboración del Informe Especial en los supuestos establecidos en los
artículos 64, 147, 149 y 225 del Texto Refundido de la Ley de Sociedades Anónimas
2. Al respecto, FERNANDEZ DEL POZO y HERRERO MORO, El precio en las cláusulas restrictivas de la libre
transmisibilidad de acciones o participaciones, Colección «Estudios de Derecho Mercantil», 1.ª Edición, Editorial
Civitas, S.A., Madrid, 1994, página 113 y siguientes.
III.
RESOLUCIONES DE LA DGRN EN MATERIAL MERCANTIL
Con el ánimo, entiendo, de evitar controversias futuras sobre este extremo, la Dirección del
Servicio de Coordinación de Registros Mercantiles y el Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España formuló una consulta al Instituto de Contabilidad y Auditoría de
Cuentas sobre el alcance de la incompatibilidad del auditor de cuentas de la sociedad para
emitir opiniones sobre el valor razonable de acciones y este organismo, en fecha 24 de abril de
2003, concluyó que:
«Los trabajos de valoración de acciones y participaciones que pudieran realizarse en el ámbito a que se refieren los artículos 63 de la Ley de Sociedades Anónimas y 29.1 de la Ley de
Sociedades de Responsabilidad Limitada, en los que no se prohíbe expresamente, en dichos
preceptos, su realización por el auditor de cuentas de la compañía, pueden considerarse, con
carácter general, que están incluidos en los trabajos previstos en la letra f) del artículo 8.2. de la
Ley de Auditoría de Cuentas, en la medida en que las cuentas anuales u otros estados financieros pueden resultar afectados de modo relevante, en el sentido expuesto, por aquellos trabajos
de valoración que se acepten y realicen con posterioridad a la entrada en vigor de la Ley
44/2002 de Medidas».
Es decir, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, máximo organismo al que se
le encomienda la tarea de velar por el cumplimiento de la vigente legislación en materia de
auditoría y que tiene atribuida por Ley las competencias de control y disciplina de la actividad
de auditoría de cuentas (v. artículo 22 LAC), concluye de forma clara y terminante que los
auditores de cuentas no pueden fijar el valor razonable de acciones o participaciones sociales
en el ámbito a que se refieren los artículos 63 de la Ley de Sociedades Anónimas y 29.1 de la
Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada como consecuencia de lo dispuesto en el
artículo 8.2.f.) LAC.
Pues bien, siendo este el orden de cosas, hete aquí que la Dirección General, para sorpresa de propios y extraños, como ya se ha avanzado antes, se despacha con esta resolución de 1 de diciembre de 2003 en la que admite la posibilidad de que los accionistas de
una sociedad, al amparo de la autonomía de la voluntad, atribuyan en los estatutos sociales
al auditor de cuentas de la sociedad la fijación del precio de las acciones en caso de discrepancia entre los socios transmitentes y los socios adquirentes titulares de un derecho de
adquisición preferente.
Dice la Dirección General que no puede concluirse en la «proscripción» de ese pacto porque «no perturba la transmisibilidad de las acciones con una dificultad objetiva que sea prácticamente insalvable» y que, «si por las circunstancias del caso concreto de realización de dicha
restricción la fijación del valor de las acciones puede implicar para el socio una vinculación
excesiva o abusiva de suerte que la acción resulte prácticamente intransmisible» –es decir, que
el auditor fije un valor inicuo por las acciones del socio transmitente y convierta al socio, utilizando esa expresión que ha hecho fortuna, en «prisionero de sus títulos»–, «quedará a salvo un
eventual control judicial del tal extremo, atendiendo a tales circunstancias». Es difícil encontrar
fundamento jurídico tan escasamente fundamentado como éste porque, precisamente, si algún
cometido primordial tiene la Ley 44/2002 es el de reforzar la protección de los clientes de
servicios financieros –léase también accionista de sociedad no cotizada y cerrada que quiere
transmitir sus acciones por su valor razonable– y desde luego ese propósito no se consigue si se
sigue permitiendo que, en aquellos supuestos en que legal y estatutariamente sea posible, el
encargo de fijar dicho valor razonable se atribuya al auditor de cuentas de la sociedad. De todas
formas, dado que el carácter de ius cogens que tiene el artículo 8.2. LAC y de las responsabilidades que su incumplimiento conlleva, habrá que ver si el auditor de cuentas de una sociedad
está dispuesto a asumir ese encargo estatutario contrario a ley.
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
B) Sociedad anónima. Auditor de cuentas: No cabe modificar por vía estatutaria el régimen previsto en los artículos 205.2 LSA y 359 RRM de designación a solicitud de la minoría
de un auditor de cuentas.
El recurrente pretendía inscribir una cláusula estatutaria contraria a los artículos 205.2 LSA
y 359 RRM, normas de derecho imperativo en materia de designación de auditor de cuentas a
solicitud de socios minoritarios. Así, frente a la previsión legal de que en tal caso el auditor
debe ser designado por el Registro Mercantil, sin necesidad de expresar el motivo de por qué se
solicita su nombramiento, con independencia de que las cuentas anuales cuya auditoría se
solicita estén o no aprobadas por la junta general y de que los gastos de la auditoría sean a
cargo de la sociedad, la cláusula rechazada pretendía atribuir al administrador la facultad de
designar al auditor, exigir al socio minoritario el motivo de la solicitud, que las cuentas anuales
no estuvieran ya aprobadas por la junta general y que los gastos corriesen a cargo del solicitante. La Dirección General deniega la inscripción de dicha cláusula.
III.2. RESOLUCIÓN DE 24 DE FEBRERO DE 2004. (BOE DE 14 DE ABRIL
DE 2004)
Denominación social: No procede expedir certificación negativa de una denominación social que coincida o pueda generar confusión en el tráfico jurídico con una marca o nombre
comercial notorios o renombrados en los términos a que se refiere la Ley 17/2001, de 7 de
diciembre, de Marcas, salvo autorización del titular de la marca o nombre comercial.
Se trata de un supuesto similar al que dio lugar a la resolución de 4 de octubre de 2001. En
aquél caso, el recurrente pretendía que se expidiese a su favor reserva de la denominación
social «B.S.C.H., S.A.». La Dirección General confirmó la decisión del registrador mercantil
central de no expedir la certificación de reserva de denominación, entre otros argumentos porque, en aplicación del artículo 407.2 RRM, resultaba notorio que «B.S.C.H. es el acrónimo con
que es conocida en su actividad empresarial una importante entidad financiera». De esta forma
la Dirección General aplicaba por analogía el artículo 407.2 RRM –que prohíbe el uso de una
denominación social cuando por notoriedad consta que coincide con la denominación de otra
entidad preexistente nacional o extranjera– al caso, no regulado por entonces, en que lo que se
pretende adoptar como denominación social no es la de otra entidad, sino un nombre comercial
de notoria relevancia social. De esta forma, se evita, según la Dirección General, el abuso de
derecho de «utilizar el silencio del Registro Mercantil Central para adoptar denominaciones
socialmente anudadas de forma relevante a un entidad ya existente, denominaciones que bien
pueden ser los nombres comerciales de notoria relevancia, dada la no siempre clara distinción
en el tráfico entre el empresario como persona jurídica y la actividad empresarial que lleva a
cabo».
El caso de la presente resolución es similar a la comentada. El recurrente pretendía obtener
reserva de la denominación social «Volvo España, S.A.». Si bien el objeto social de la sociedad
que se pretendía constituir nada tenía que ver con el de la conocida marca de automóviles
«Volvo», la Dirección General confirma la decisión del registrador mercantil central de no
expedir la certificación de reserva de denominación por la confusión que se pudiera originar
«con una marca o nombre comercial notorios o renombrados (...)». No obstante, la Dirección
General, en esta ocasión, no adopta su resolución reclamando la aplicación del artículo 407.2
RRM al supuesto de hecho por existir identidad de razón –como hizo en su resolución de 4 de
III.
RESOLUCIONES DE LA DGRN EN MATERIAL MERCANTIL
octubre de 2001– sino en virtud de la disposición adicional decimocuarta de la Ley 17/2001, de
7 de diciembre, de Marcas que, precisamente, viene a cubrir esa laguna legal al disponer que el
Registro Mercantil Central debe denegar el nombre o razón social solicitado «si coincidiera o
pudiera originar confusión con una marca o nombre comercial notorios o renombrados en los
términos que resultan de esta Ley, salvo autorización del titular de la marca o nombre comercial».
III.3. RESOLUCIÓN DE 25 DE FEBRERO DE 2004. (BOE DE 22 DE ABRIL
DE 2004)
Sociedad anónima: Reducción de capital social. Al balance que sirve de base a una operación de reducción de capital social para compensar pérdidas no le es de aplicación el límite
temporal a que se refiere el artículo 157.2 de la Ley de Sociedades Anónimas.
Importante resolución no tanto por su contenido doctrinal sino porque fija la postura de la
Dirección General respecto a una discusión harto frecuente entre los prácticos del Derecho. La
cuestión es la siguiente. Existen determinados supuestos de aumento o reducción de capital
social que no dan lugar a una variación del patrimonio neto contable de la sociedad. Su ejecución implica la práctica de determinados movimientos contables entre las diversas partidas que
componen la cifra de fondos propios de la sociedad, pero sin que ello dé lugar a una alteración
de la misma. Es decir, son operaciones contables que modifican la cifra de capital social pero
no la total de los fondos propios. Tal es el caso del aumento de capital con cargo a reservas y la
reducción de capital social para compensar pérdidas. En ambos casos, la ejecución de la correspondiente operación dará lugar únicamente a movimientos contables en el seno de los
fondos propios de la sociedad; los socios ni vendrán obligados a llevar a cabo nuevas aportaciones a la sociedad ni se verán beneficiados con una devolución de aquéllas. Al tratarse de
operaciones que toman como base la contabilidad social es lógico que la Ley adopte determinadas cautelas a la hora de regularlas en beneficio de los propios socios, de los acreedores y de
los terceros en general.
Por dicho motivo, tanto en la operación de aumento de capital con cargo a reservas (v.
artículo 157.2 de la Ley de Sociedades Anónimas) como en la de reducción de capital para
compensar pérdidas (v. artículo 168.2 de la Ley de Sociedades Anónimas) la Ley exige que
el balance de situación que se utilice se halle verificado por el auditor de cuentas de la sociedad y, si ésta no estuviere obligada a verificación contable, por el designado por el Registro
Mercantil (en el caso del aumento de capital) o por los administradores (en el caso de la
reducción de capital). Ahora bien, mientras que en el caso del aumento de capital con cargo a
reservas el artículo 157.2 exige que dicho balance no tenga una antigüedad superior a los seis
meses anteriores a su fecha de aprobación por la junta general, el artículo 168.2 mantiene
silencio en este punto. Y es aquí donde surge la duda respecto a si dicha diferencia –probablemente un olvido del legislador, como lo demuestra el hecho de que lo ha enmendado para
las sociedades limitadas, v. artículo 82.2 LSRL– reclama una aplicación analógica de normas
o bien se debe estar a una interpretación teleológica de la Ley. Esta segunda vía es por la que
opta la Dirección General.
En el caso debatido, el balance que servía de base a la operación de reducción de capital por
compensación de pérdidas era de fecha 31 de diciembre de 1995 mientras que la reducción se
acordaba en junta de 21 de septiembre de 1996. Es decir, el balance de situación que se tomaba
como base para llevar a cabo la operación tenía una antigüedad superior a los seis meses a
47
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
contar desde el acuerdo de la junta. En contra de la decisión del Registrador, la Dirección General no considera que la reducción de capital se hubiese acordado de forma extemporánea y
admite la idoneidad de la fecha del balance. (En este caso, no obstante, existía un defecto que sí
confirmó la Dirección General consistente en que no se había hecho constar en la junta general
en que se acordaba la reducción de capital el acuerdo específico de aprobación del balance).
De todas formas, cabe recordar que ya en su resolución de 31 de marzo de 1993 la Dirección General consideró apto para llevar a cabo una operación acordeón un balance de fecha
superior a los seis meses a contar desde el acuerdo de la junta.
III.4. RESOLUCIÓN DE 6 DE MAYO DE 2004. (BOE DE 4 DE JUNIO DE
2004)
Sociedad anónima. Cesión global de activo y pasivo de una sociedad anónima a favor de
su socio único: aplicación del régimen jurídico de la fusión.
Reitera la doctrina contenida en las resoluciones de 22 de junio de 1988, 21 de noviembre
de 1989 y 22 de mayo de 2002 en el sentido de que en sede de sociedades anónimas la cesión
global del activo y del pasivo –operación citada pero no regulada en el artículo 266 de la Ley
de Sociedades Anónimas– se debe sujetar al régimen jurídico de la fusión; no cabe, pues, ni
una aplicación por analogía del régimen previsto en sede de sociedades de responsabilidad
limitada (v. artículo 117 LSRL) –como se sabe menos riguroso en cuanto al sistema de tutela
de los acreedores– ni pretender, al amparo de lo previsto en el artículo 246 del Reglamento del
Registro Mercantil, la existencia de un régimen jurídico uniforme de dicha operación para toda
clase de sociedades mercantiles.
El problema, como se ve, ya viene de lejos pero si subsiste a día de hoy y ha dado lugar a
que el presente supuesto llegue a los aledaños de la Dirección General es porque su resolución
de 22 de mayo de 2002, lejos de ahuyentar la discusión apuntalando de forma definitiva la
postura que ya había mantenido en las citadas resoluciones de 22 de junio de 1988 y 21 de
noviembre de 1989, contribuye a mantener la duda respecto a si existe en sede de sociedades
anónimas un régimen jurídico para la cesión global del activo y del pasivo distinto del de la
fusión. De hecho, en un comentario a dicha resolución que se publicó en la revista del Colegio
de Abogados de Barcelona Món Jurídic, número 172, ya avancé que «los fundamentos jurídicos que (…) utiliza la Dirección General [en la resolución de 22 de mayo de 2002] cierran en
falso el problema objeto de debate, en especial debido al último de ellos lo que, a mi juicio,
dará lugar probablemente al planteamiento de nuevos recursos sobre el particular».
Así, en dicha resolución, la Dirección General llegaba a la conclusión de que, conforme a
nuestro ordenamiento jurídico y «al menos en sede de sociedades anónimas», es posible distinguir entre la cesión global del activo y del pasivo como técnica de liquidación simplificada (genuinamente, reparto entre los socios del precio en metálico recibido como contraprestación por
la venta en globo de la empresa), y aquella en que lo que se persigue son objetivos idénticos a
los de las modificaciones estructurales –fusión y escisión–, (que es lo que sucedía en aquél
supuesto de hecho en donde, al acordarse la cesión global del activo y del pasivo a favor del
accionista único de la sociedad cedente, se estaba en presencia en realidad de la fusión impropia del artículo 250 LSA). Decía la Dirección General que cuando la finalidad perseguida era
ésta última, y a falta de un precepto en sede de sociedades anónimas similar al artículo 117
LSRL, la cesión global del activo y del pasivo debía regirse por las normas sobre la fusión,
mucho más exigentes en cuanto a la tutela de los intereses de los socios, acreedores y trabaja-
III.
RESOLUCIONES DE LA DGRN EN MATERIAL MERCANTIL
dores. En cambio, y aquí es donde la Dirección General abría un nuevo foco de futuras discusiones, si la cesión global del activo y del pasivo se utilizaba como técnica de liquidación simplificada, decía entonces que cabía sujetarla a unos requisitos específicos distintos a los de la
fusión, si bien luego no se lanzó a «prejuzgar cuáles habrían de ser». Es decir, apuntó un problema sin dar la solución (la cual, como a continuación se verá, en realidad no existe).
Con estos antecedentes, entremos en el análisis del caso de la presente resolución. La junta
general de determinada sociedad anónima acordó llevar a cabo una operación de disolución y
liquidación abreviada consistente en la cesión de la globalidad de su activo y pasivo a favor su
único accionista. Dicha operación se sometió a las normas sobre la fusión previstas en la Ley
de Sociedades Anónimas (depósito del proyecto de disolución sin liquidación por cesión global
del activo y del pasivo y publicación del anuncio de la cesión en la forma prevista en el artículo
242 LSA) excepto por lo que a un punto se refiere: la sociedad beneficiaria de la cesión aceptaba la cesión patrimonial mediante acuerdo del órgano de administración y no de su junta
general. El Registrador se negó a la inscripción de la operación por no constar el acuerdo de la
junta general de la sociedad cesionaria –léase sociedad absorbente– aceptando la cesión. La
respuesta de la sociedad no se hizo esperar y alegó que, conforme a la distinción llevada a cabo
por la resolución de 22 de mayo de 2002 entre cesión liquidatoria y fusión y a que la mayoría
de la doctrina considera que la aceptación de la cesión es una simple adquisición patrimonial,
se podía afirmar que dicha adquisición es competencia del órgano de administración (como de
hecho así sucede en la cesión global del activo y del pasivo regulada en el artículo 117 LSRL).
La Dirección General, sin entrar a enmendar su resolución de 22 de mayo de 2002, confirma
sin más la calificación del Registrador.
49
IV
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR
DE JUSTICIA DE CATALUÑA.
JURISPRUDENCIA
Mercedes Tormo Santonja
IV. A.
TRIBUNAL SUPREMO
IV.A.1
SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO
DE 15 DE ABRIL DE 2004
Sala Primera, de lo Civil. Legitimación activa del presidente de la
comunidad de propietarios de una urbanización
Ponente: Sierra Gil de la Cuesta, Ignacio.
N.º de sentencia: 311/2004
N.º de recurso: 826/1998
PROPIEDAD HORIZONTAL. Urbanizaciones privadas. Existencia de una laguna legal
en la regulación de sus normas y efectos. Se
regían por la voluntad de los particulares
propietarios, y a falta de pacto de los mismos,
con carácter subsidiario, por la LPH. Facultad
del presidente de la comunidad de propietarios para ejercitar todas las acciones que se
crean oportunas en beneficio de la misma.
En la Villa de Madrid, a quince de abril de
dos mil cuatro
SENTENCIA
Visto por la Sala Primera del Tribunal Supremo, integrada por los Excmos. Sres. Magistrados al margen indicados, el recurso de
casación interpuesto por la COMUNIDAD
DE PROPIETARIOS DEL EDIFICIO000,
representada por la Procurador de los Tribunales Doña María Rodríguez Puyol, contra la
sentencia dictada en grado de apelación con
fecha 25 de enero de 1997 por la Sección
Primera de la Audiencia Provincial de Gerona dimanante del juicio de menor cuantía
seguido en el Juzgado de Primera Instancia
número Uno de Sant Feliu de Guixols. Son
parte recurrida en el presente recurso DON
Jose Pablo, representado por el Procurador de
los Tribunales Don Gabriel Sánchez Malingre
y «JARDINES SANTA ELIANA, S.A.»,
representada por el Procurador de los Tribunales D. Eduardo Morales Price.
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero.– El Juzgado de Primera Instancia
Número 1 de Sant Feliu de Guíxols, conoció
el juicio de menor cuantía n.º 59/1993, seguido a instancia de la Comunidad de Propietarios de la EDIFICIO000, contra «Jardines
Santa Eliana, S.A.», «Construcción Parramon, S.A.», D.ª Blanca y Don Jose Pablo.
Por la representación procesal de la Comunidad de Propietarios de la EDIFICIO000 se
formuló demanda en base a cuantos hechos y
fundamentos de derecho estimó de aplicación, para terminar suplicando al Juzgado:
«...dicte Sentencia DECLARANDO: la responsabilidad solidaria de los codemandados
en el estado de ruina por los vicios en la
construcción existentes en el EDIFICIO000
sito en Playa de Aro (Girona), CALLE000,
casas del n.º NUM000 al n.º NUM001 y
CALLE001, casas del n.º NUM002 al n.º
NUM003.– Y CONDENANDO: al pago
solidario a los codemandados de la suma que
pericialmente se determine como valoración
de los desperfectos causados y coste de las
obras a efectuar para reparar aquéllos.– Al
pago de las costas de esta litis.».
Admitida a trámite la demanda, por la representación procesal de la parte demandada D.ª
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Blanca, se contestó la misma, en la que terminaba suplicando al Juzgado, tras los hechos
y fundamentos de derecho que estimó de
aplicación: «...dictar sentencia desestimando
la demanda, absolviendo de ella a mi mandante, con imposición de costas a la adversa.». Igualmente, por la representación de D.
Jose Pablo, se contestó la misma, en la que
terminaba suplicando al Juzgado: «...dictar
sentencia por la que desestimando la demanda en todas sus partes se absuelva a mi mandante de los pedimentos de la misma, con
expresa imposición de costas a la parte actora.». Por la representación procesal de «Construccio Parramon, S.A.», se contestó la demanda, en la que terminaba suplicando al
Juzgado: «...dicte sentencia desestimando la
demanda en cuanto a mi representada imponiendo a la actora las costas causadas para la
defensa de la misma.». Por la representación
procesal de «Jardines Santa Eliana, S.A.», se
contestó igualmente la demanda, en la que
terminaba suplicando al Juzgado: «...dicte
sentencia por la que se absuelva a «JARDINES SANTA ELIANA, S.A.» de los pedimentos de la demanda, con expresa imposición de costas a la parte actora.».
Con fecha 20 de enero de 1997, el Juzgado
dictó sentencia cuyo fallo dice: «Que estimando íntegramente la demanda interpuesta
por la procuradora D.ª Carmen Heller Woerner, en nombre y representación de la Comunidad de Propietarios EDIFICIO000 contra la
promotora Jardines Santa Eliana, S.A., Construcció Paramón S.A., « Blanca y Jose Pablo,
debo declarar y declaro la responsabilidad
solidaria de los codemandados en el estado de
ruina por los vicios en la construcción existentes en el EDIFICIO000, sito en Platja
d'Aro c/ CALLE000, casas n.º NUM000 al
n.º NUM001 y C/ CALLE001 casas n.º
NUM002 al n.º NUM003 y condeno a los
demandados de referencia al pago solidario
de 8.578.532.– Pts (OCHO MILLONES
QUINIENTAS SETENTA Y OCHO MIL
QUINIENTAS TREINTA Y DOS PESETAS) como valoración de los desperfectos
causados y costes de las obras a efectuar para
reparar aquellos. Todo ello con expresa imposición de costas a los codemandados.».
Segundo.– Interpuesto recurso de apelación
contra la sentencia de primera instancia y
tramitado el recurso con arreglo a derecho, la
Sección Primera de la Audiencia Provincial
de Gerona, dictó sentencia en fecha 7 de
noviembre de 1997, cuya parte dispositiva es
del tenor literal siguiente: «Que estimando el
recurso de apelación formulado por la representación de D. Jose Pablo, contra la sentencia de 20-1-97, dictada por el Jdo. 1.ª Inst.
Instr. N.º ST. FELIU, en los autos de MENOR CUANTIA n.º 0059/93, de los que este
Rollo dimana, debemos REVOCAR Y REVOCAMOS la misma, ABSOLVIENDO a
los codemandados D.ª Blanca, JARDINES
SANTA ELIANA, S.A. Y CONSTRUCCIONES PARRAMON, S.A., sin hacer expresa imposición de las costas devengadas en
esta alzada.».
Tercero.– Por la Procuradora Sra. Rodríguez
Puyol, en nombre y representación de la
Comunidad de Propietarios del EDIFICIO000, se presentó escrito de formalización
del recurso de casación ante este Tribunal
Supremo, con apoyo procesal en los siguientes motivos:
Primero: «Al amparo del número 4.º del
artículo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil por aplicación indebida de los artículos
396 del Código civil y 12.1.º de la Ley de
Propiedad Horizontal de 1960, así como
infracción de la doctrina legal establecida en
sentencias que se citan.».
Segundo: «Al amparo del número 4.º del
artículo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil por aplicación indebida del artículo 41.º del Código civil, así como infracción de la
doctrina legal establecida en las sentencias
que se citan».
Cuarto.– Por Auto de esta Sala de fecha 13
de abril de 1999, se admite a trámite el recurso y evacuado el traslado conferido, por la
representación procesal del recurrido, se
presentó escrito de impugnación al mismo.
Quinto.– No habiéndose solicitado, por todas
las partes personadas, la celebración de vista
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
pública, por la Sala se acordó señalar, para la
votación y fallo del presente recurso, el día
uno de abril del año en curso, en el que ha
tenido lugar.
Ha sido Ponente el Magistrado Excmo. Sr. D.
IGNACIO SIERRA GIL DE LA CUESTA
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero.– El primer motivo del actual recurso de casación lo residencia la parte recurrente en el artículo 1692-4 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, ya que en la sentencia
recurrida, según dicha parte, se han infringido
los artículo 396 del Código civil y el 12-1 de
la Ley de Propiedad Horizontal de 1960, así
como la jurisprudencia emanada de sentencias de esta Sala, que cita.
Este motivo tiene que ser estimado con las
consecuencias que mas tarde se dirán.
En efecto, en los momentos en que acaecieron los hechos objeto del actual proceso con
respecto a las urbanizaciones privadas, y, en
concreto, en su regulación de normas y efectos existía una verdadera laguna legal, que
hacía que la misma estuviese regida por la
voluntad de los particulares propietarios, y a
falta de pacto de los mismos con carácter
subsidiario por la normativa de la Propiedad
Horizontal, y como consecuencia lógica de
todo ello había de tener muy en cuenta la
jurisprudencia de esta Sala, interpretativa de
dicha Ley.
Sin embargo, hoy por hoy, la cuestión de la
actividad de las urbanizaciones privadas está
regida por el artículo 24 de la Ley 8/1999, de
6 de abril, que modificaba la Ley 49/1960, de
21 de julio, de Propiedad Horizontal, y denomina a dichas urbanizaciones como complejos inmobiliarios privados.
Se dice todo lo anterior porque la antedicha
laguna legal lógicamente debe de ser llenada
teniendo en cuenta, entre otros datos, el devenir histórico legislativo, y por ello será
preciso afirmar que la regulación en aquellos
tiempos de dichas urbanizaciones –complejos
inmobiliarios privados, hoy también denomi-
nados en la doctrina científica de una manera
coloquial de propiedad horizontal «tumbada»
o plana»– estuvieron y están regidos por las
normas de la Propiedad Horizontal.
Si ello es así, no cabe la menor duda que la
falta de legitimación aducida como «ratio
decidendi» en la sentencia recurrida no tiene
base o razón alguna, ya que la parte recurrente como Presidente de la comunidad en
cuestión está legitimado para ejercitar todas
las acciones que se crean oportunas en beneficio de la misma como órgano de representación de la junta de propietarios, siendo su
representante «ad intra» y «ad extra», lo que
se refiere no sólo a la reclamación por defectos en los elementos comunes, sino también por los que recaigan sobre elementos
privativos-sentencias de 24 de septiembre de
1991 (LA LEY JURIS. 2726/1991) y 3 de
marzo de 1995–. Sin que, por otra parte,
pueda exigirse en el presente caso la necesidad esencial, dada la naturaleza del inmueble,
de un título constitutivo – sentencias de 21 de
septiembre de 1991 y 26 de junio de 1995–.
(LA LEY JURIS. 14583/1995)
Todo lo cual significa que hay que entrar a
dilucidar el fondo del asunto, y por ende que
esta Sala debe asumir la instancia.
Y en este sentido, como Tribunal de instancia, esta Sala tiene que acoger por lógica y
justicia la tesis de la sentencia del Juzgado de
1.ª Instancia cuyos razonamientos de hecho,
jurídicos y fallo hace suyos.
En efecto, y ello es así ya que en la sentencia de primera instancia se afirma que no
ofrece duda la posibilidad del Presidente de
la Comunidad para ejercitar acciones en
beneficio de ésta, puesto que actúa como
órgano de representación de la Junta de
copropietarios.
Y, además, porque sobre el fondo del asunto,
se suscriben los fundamentos jurídicos quinto
y sexto. en cuanto a la determinación de la
persona responsable –promotora, constructor
y técnicos– así como la determinación de los
daños ruinógenos y cuantía de los mismos –
obtenidos a través de una interpretación
lógica y racional de la prueba pericial–.
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Segundo.– Por razones obvias se comprenderá que no es necesario entrar en el estudio del segundo motivo de los alegados por
la parte recurrente en el actual recurso, que
por otra parte tiene absoluta similitud con
el primer motivo alegado y a su vez estimado.
Tercero.– En materia de costas procesales,
no se hará expresa imposición de las mismas
ni en la primera instancia, ni en la apelación,
ni en este recurso; todo ello a tenor de lo
dispuesto en los artículos 523, 896 y 1715 de
la Ley de Enjuiciamiento Civil.
Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la
autoridad conferida por el pueblo español
FALLAMOS
Que debemos hacer los siguientes pronunciamientos:
1.º– Haber lugar al recurso de casación interpuesto por la «Comunidad de Propietarios del
EDIFICIO000 « frente a la sentencia dictada
por la Audiencia Provincial de Gerona, de
fecha 7 de noviembre de 1997.
2.º– Casar y anular la misma.
3.º– Estimar la demanda interpuesta por dicha
«Comunidad de Propietarios EDIFICIO000 «
contra la promotora «Jardines Santa Eliana,
S.A.», contra «Construcción Parramón S.A.»,
contra Doña Blanca y contra Don Jose Pablo,
y por ello declarar la responsabilidad solidaria de los demandados en relación al estado
de ruina por vicios en la construcción existentes en el « EDIFICIO000 «, sito en Platja
d'Aro, CALLE000, casas número NUM000 a
NUM001 y CALLE001, casas NUM002 a
NUM003, condenándoles al pago solidario de
51.558'02 , como valoración de los desperfectos causados y costes de las obras a efectuar para reparar aquellos, más los intereses
legales desde la fecha del fallo de la sentencia
del Juzgado de 1.ª Instancia.
4.º– No hacer una expresa imposición de las
costas procesales, tanto en la primera instancia, como en la apelación y en este recurso de
casación.
Expídase la correspondiente certificación a la
referida Audiencia Provincial, con remisión
de los autos y rollo de Sala en su día enviados.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN LEGISLATIVA pasándose al efecto las copias necesarias, lo
pronunciamos, mandamos y firmamos.– I.
Sierra Gil de la Cuesta.– F. Marín Castán.– P.
González Poveda.-Firmado.– Rubricado.–
PUBLICACIÓN
Leída y publicada fue la anterior sentencia
por el EXCMO. SR. D. Ignacio Sierra Gil de
la Cuesta, Ponente que ha sido en el trámite
de los presentes autos, estando celebrando
Audiencia Pública la Sala Primera del Tribunal Supremo, en el día de hoy; de lo que
como Secretario de la misma, certifico.
En los momentos en que acaecieron los hechos objeto del proceso, con respecto a las
urbanizaciones privadas, y, en concreto, en su
regulación de normas y efectos, existía una
verdadera laguna legal, que hacía que la
misma estuviese regida por la voluntad de los
particulares propietarios, y a falta de pacto de
los mismos, con carácter subsidiario, por la
LPH, y como consecuencia lógica de todo
ello había que tener muy en cuenta la jurisprudencia interpretativa de dicha Ley. Sin
embargo, tras la modificación introducida por
la L 8/1999 de 6 Abr. (modificación LPH)
(LA LEY-LEG. 1503/1999), la cuestión de la
actividad de las urbanizaciones privadas está
regida por el art. 24 LPH, que denomina a
dichas urbanizaciones como complejos inmobiliarios privados. La antedicha laguna
legal lógicamente debe de ser llenada teniendo en cuenta, entre otros datos, el devenir
histórico legislativo, y por ello será preciso
afirmar que la regulación en aquellos tiempos
de dichas urbanizaciones estuvieron y están
regidos por las normas de la propiedad horizontal. Si ello es así, no cabe la menor duda
que la falta de legitimación activa de la comunidad de propietarios, representada por su
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
presidente, aducida como ratio decidendi en
la sentencia recurrida para desestimar la
demanda por vicios ruinógenos en el edificio,
no tiene base o razón alguna, ya que el presidente de la comunidad en cuestión está legitimado para ejercitar todas las acciones que
se crean oportunas en beneficio de la misma
como órgano de representación de la Junta de
Propietarios, siendo su representante ad intra
y ad extra, lo que se refiere no sólo a la reclamación por defectos en los elementos
comunes, sino también por los que recaigan
sobre elementos privativos. Sin que, por otra
parte, pueda exigirse la necesidad esencial,
dada la naturaleza del inmueble, de un título
constitutivo (Cfr. TS 1.ª SS 21 y 24 Sep.
1991 y 3 Mar. y 26 Jun. 1995). PROPIEDAD
HORIZONTAL. Urbanizaciones privadas.
Existencia de una laguna legal en la regulación de sus normas y efectos. Se regían por la
voluntad de los particulares propietarios, y a
falta de pacto de los mismos, con carácter
subsidiario, por la LPH. Facultad del presidente de la comunidad de propietarios para
ejercitar todas las acciones que se crean
oportunas en beneficio de la misma.
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IV.A. 2.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO,
DE 22 DE ABRIL DE 2004
Sala Primera, de lo Civil. Inoponibilidad, frente a terceros adquirentes de
buena fe, del derecho de uso de la vivienda familiar atribuido en proceso
matrimonial.
Ponente: González Poveda, Pedro.
N.º de sentencia: 310/2004
N.º de recurso: 1738/1998
REGISTRO DE LA PROPIEDAD. Inoponibilidad frente al adjudicatario de una vivienda
hipotecada que actuó de buena fe, del derecho de uso que sobre la vivienda tenía la
esposa del deudor hipotecario, a la que se
había atribuido dicho uso en las sentencias de
separación y divorcio.
En la Villa de Madrid, a veintidós de Abril de
dos mil cuatro
SENTENCIA
Visto por la Sala Primera del Tribunal Supremo, integrada por los Magistrados al
margen indicados, los presentes recursos de
casación, contra la sentencia dictada en grado
de apelación, por la Sección Decimosexta de
la Audiencia Provincial de Barcelona, como
consecuencia de autos de juicio declarativo
ordinario de menor cuantía, seguidos ante el
Juzgado de Primera Instancia número Seis de
Barcelona; cuyos recursos han sido interpuestos por la Sociedad ANTECOMUX,
S.L., representada por el Procurador de los
Tribunales D. Victorio Venturino Medina y
por D.ª Cristina, representada por el Procurador D. Juan Carlos Estevez Fernández– Novoa; siendo parte recurrida CAJA DE AHORROS DE CATALUÑA, no personada en
estas actuaciones.
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero.– Ante el Juzgado de Primera Instancia número Seis de Barcelona, fueron
vistos los autos de juicio ordinario de menor
cuantía número 626/87, a instancia de D. Blas
(en la actualidad Antex Investment INC),
representado por el Procurador de los Tribunales D. Carlos Badia Martínez, contra D.ª
Cristina, representada por el Procurador de
los Tribunales D. Juan Antonio Satorrás
Calderón. Fueron vistos asimismo los autos
de menor Cuantía Número 723/92 que se
siguieron ante el Juzgado de Primera Instancia Número 36 de los de Barcelona y se acumularon al anterior, autos seguidos a instancia de Doña Cristina contra D. Tomás, los
ignorados herederos o herencia yacente de D.
Blas, D. Jesus Miguel, D. Aurelio, la CAIXA
D' ESTALVIS DE CATALUNYA, representada por el Procurador D. Antonio M.ª
Anzizu de Furest, y contra D. Humberto y la
entidad ANTEX INVESTMENT INC éstos
dos últimos representados por el Procurador
Sr. Carlos Badía Martínez.
1.– Por la representación de D. Blas (en la
actualidad Antex Investment INC) se formuló
demanda contra D.ª Cristina en la cual tras
alegar los hechos y fundamentos de derecho
que estimó de aplicación terminó solicitando
al Juzgado dictara sentencia por la que «se
declare que, al haber quedado extinguido el
derecho de usufructo que la demandada ostentaba sobre las fincas propiedad de mi
mandante y que ocupa la demandada en esta
ciudad, planta NUM001 y NUM002 de la
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
casa número NUM000 de la C/ DIRECCION000 carece la misma de derecho a
ocuparlas, por lo que debe ponerlas a disposición de mi mandante, dejándolas libres, vacuas y expeditas; con imposición a la demandada de las costas del juicio».
2.– Admitida a trámite la demanda, se dispuso el emplazamiento de la parte demandada,
para que en el término legal, compareciere en
autos y la contestara, lo cual verificó en tiempo y forma, formulando asimismo demanda
reconvencional en la que solicitaba se declare
la vigencia del derecho de usufructo sobre el
inmueble NUM001 y NUM002 de la DIRECCION000 NUM000 de Barcelona.
4.– A los autos de juicio de menor cuantía
número 626/1987, del Juzgado de Primera
Instancia número 6 de Barcelona, se acumularon los autos número 723/1992, del Juzgado
de igual clase número 36 de Barcelona, iniciados en virtud de demanda formulada por
doña Cristina contra don Tomás, Caja de
Ahorros de Cataluña, los ignorados herederos
o herencia yacente de don Blas, don Jesus
Miguel, don Aurelio, don Humberto y ANTEX Investment Inc., en cuyo suplico solicitaba se dictara sentencia por la que se declare: a) Que la actora en virtud del convenio
otorgado el 15 de noviembre de 1979 y confirmando por auto de 28 de noviembre de
1981, por la sentencia de separación de 9 de
marzo de 1982 y de divorcio de 27 de septiembre de 1988 tiene atribuido el disfrute de
la vivienda conyugal, y en su consecuencia,
en virtud de tal atribución, tiene derecho a ser
respetada y mantenida en tal disfrute. b) Que
la actora no ha renunciado ni efectuado acto
alguno por el que hubiera consentido, aprobado y prometido la extinción de tal derecho
de disfrute como separada primero y divorciada después, de la vivienda familiar. c) Que
el otorgamiento de la escritura de derecho
real de usufructo a favor de la actora no comporta la extinción, limitación o renuncia de su
derecho de disfrute. d) Que como consecuencia de la atribución del derecho de disfrute de
la vivienda conyugal a la actora, el demandado don Tomás, ex marido de la actora, carece
de todo derecho y de toda facultad para realizar cualesquiera actos afectantes a tal disfrute
y a privar a la actora del mismo, limitarlo o
modalizarlo, siendo absolutamente ineficaces
cualesquiera actos que afecten a tal derecho
de disfrute. e) Que la sociedad ANTEX INVESTMENT, INC., ni ninguno otro de los
demandados tienen derecho a privar a la
actora del disfrute de la vivienda conyugal, y
en su consecuencia, carecen de todo derecho
a privarle de la posesión de la vivienda conyugal de la que disfruta. f) Que todos los
actos efectuados y negocios jurídicos otorgados desde la constitución de la hipoteca hasta
la última transmisión en favor de la sociedad
ANTEX INVESTMENT, Inc., son ineficaces
para impedir, limitar, perjudicar o extinguir la
atribución a la actora del derecho de disfrute
como separada de la vivienda conyugal. g)
Que también, con independencia de las declaraciones anteriores, son ineficaces y no obstan a la subsistencia del derecho real de usufructo ninguno de los negocios jurídicos antes
aludidos, los cuales a tal efecto son nulos e
ineficaces. h) Subsidiariamente, para el supuesto de que prosperara la pretensión de
desalojo, debe ser indemnizada simultáneamente o con anterioridad por don Tomás, la
herencia yacente y los ignorados herederos de
don Blas, don Jesus Miguel, don Aurelio, don
Humberto y la Compañía ANTEX INVESTMENT, Inc., en la cantidad de cincuenta y tres millones de pesetas.
5.– Admitida a trámite la demanda se emplazó a los demandados, para contestar, lo cual
fue verificado por aquéllos que se personaron
en las actuciones.
6.– Practicadas las pruebas declaradas pertinentes y unidas a los autos. El Ilmo. Sr. Juez
de Primera Instancia número Seis de Barcelona, dictó sentencia en fecha 24 de diciembre de 1996, cuyo fallo es el siguiente: «Que,
desestimando la demanda reconvencional
formulada, estimo la demanda interpuesta por
D. Blas, y en cuya posición se ha subrogado
formalmente la entidad Antex Investment
Inc., representada por el Procurador D. Carlos
Badia Martínez, contra Dña. Cristina, repre-
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sentada por el Procurador D. Juan Antonio
Satorras Calderón, y, en consecuencia, declaro validamente extinguido el derecho de
usufructo que la demandada ostentaba sobre
las fincas propiedad de la actora, sitas en la
DIRECCION000 número NUM000, plantas
NUM001 y NUM002, de esta Ciudad, declarando asimismo que la demandada carece de
derecho a ocuparlas, debiendo ponerlas a
disposición de la parte actora. Igualmente, y
por ello, se condena a dicha demandada a
que, dentro del término legalmente establecido, desaloje las mencionadas fincas y las deje
libres, vacuas y expeditas a disposición de la
parte actora, bajo apercibimiento de lanzamiento si no lo verificare así en tal término,
todo ello con expresa imposición de las costas a la parte demandada y reconviniente. En
segundo lugar se desestima la demanda interpuesta por Dña. Cristina contra D. Tomás, los
ignorados herederos o herencia yacente de D.
Blas, D. Jesus Miguel, D. Aurelio, la Caixa
D'Estalvis de Catalunya, representada por el
Procurador D. Antonio M.ª de Anzizu Furest,
y contra D. Humberto y la entidad Antex
Investment INC, éstos dos últimos representados por el Procurador D. Carlos Badia
Martínez, no dando lugar a los pedimentos en
ella contenidos y con expresa imposición de
las costas causadas a la parte actora».
Segundo.– Apelada la sentencia de primera
instancia, la Sección Decimosexta de la Audiencia Provincial de Barcelona, dictó sentencia en fecha 13 de marzo de 1998, cuya
parte dispositiva es del tenor literal siguiente:
«Que estimando parcialmente el recurso de
apelación interpuesto por D.ª Cristina, contra
la sentencia dictada en fecha 24 de Diciembre
de 1996 por el Juzgado de Primera Instancia
n.º 6 de Barcelona, y con revocación parcial
de la misma declaramos el derecho de disfrute de Cristina sobre el piso NUM001 del
n.º NUM000 de DIRECCION000 de Barcelona, sin que Antex, hoy Antecomux, S.L., ni
ningún otro de los demandados puedan privarle de dicha posesión y disfrute, condenando a Tomás, herencia yacente e ignorados
herederos de Blas, Jesus Miguel, Aurelio y a
Antex Investiment Inc. a estar y pasar por las
anteriores declaraciones y a respetar los
derechos mencionados. Absolvemos a Caja
de Ahorros de Cataluña y a Humberto de las
pretensiones deducidas en su contra imponiendo a la actora las costas causadas a los
mismos en primera instancia. Confirmamos
los demás pronunciamiento de la resolución
impugnada, sin hacer declaración expresa
sobre el resto de costas causadas en ambas
instancias».
Tercero.– 1.– El Procurador D. Victorio
Venturini Medina, en nombre y representación de la Sociedad ANTECOMUX, S.L.,
interpuso recurso de casación con apoyo en
los siguientes motivos: «PRIMERO.– Se
alega error en la valoración de la prueba
documental al amparo del n.º 4 del art. 1692
LEC, entendiendo infringidos los artículos
1225 y 1228 del Código civil. SEGUNDO.–
Al amparo del artículo 1692.4 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, por infracción de normas del ordenamiento jurídico, aplicables
para resolver las cuestiones objeto del debate,
por aplicación indebida de los artículos 2.2 de
la Ley Hipotecaria, artículo 7 del Reglamento
Hipotecario y Disposición Adicional 9.ª,
párrafo 2.º de la Ley 30/1981 de 7 de julio, en
relación con el artículo 34 de la Ley Hipotecaria. TERCERO.– Al amparo del artículo
1692.4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, por
infracción de jurisprudencia emanada de las
sentencias del Tribunal Supremo de fecha 29
de abril de 1994, 14 de julio de 1994, 31 de
diciembre de 1994 y 16 de diciembre de
1995».
2.– El Procurador D. Juan Carlos Estevez
Fernández-Novoa en nombre y representación de D.ª Cristina fomuló recurso de casación con apoyo en los siguientes motivos:
«PRIMERO.– Se ampara en el n.º 3, inciso
1.º, del artículo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, y se basa en la infracción del
artículo 359 de la misma Ley. SEGUNDO.–
Se ampara en el número 4 del artículo 1692
de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Este motivo del Recurso se basa en la infracción, por
no aplicación, de los artículos 1258, 1281,
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
1282, 1283, 1284, 1285 y 1286 del Código
civil, referentes a la interpretación de los
contratos, así como en la infracción de lo
dispuesto en los artículos 90 y 96 del Código
civil, relativos a la atribución del uso de la
vivienda conyugal».
2.– Admitidos los recursos de casación por
auto de esta Sala de fecha 18 de julio de
2000, se entregaron copias de los escritos a la
representación de los recurridos, para que en
plazo indicado pudieran impugnarlos.
3.-Y no teniendo solicitada por todas las
partes personadas la celebración de vista
pública, se señaló para votación y fallo el día
TREINTA Y UNO DE MARZO del año en
curso, en que ha tenido lugar.
Ha sido Ponente el Magistrado Excmo. Sr. D.
PEDRO GONZÁLEZ POVEDA
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero.– Para la resolución de los recursos
de casación interpuestos ha departirse de los
siguientes hechos sobre los cuales no existe
discrepancia alguna entre las partes:
1) En 5 de noviembre de 1979 los cónyuges
don Tomás y doña Cristina suscribieron un
acuerdo privado de separación en el cual se
acordaba que la esposa, a quien se confiaba la
guarda y custodia de los tres hijos del matrimonio menores de edad, continuaría residiendo en el domicilio conyugal, sito en la
DIRECCION000, NUM000, 3.º Con el objeto de asegurar a la esposa e hijos el libre
disfrute de la vivienda, don Tomás «se compromete a otorgar escritura pública de usufructo a favor de doña Cristina, en el plazo
máximo de diez días hábiles, a contar desde
la fecha del presente contrato. Dicho derecho
pleno de usufructo queda sometido a condición suspensiva en el sentido de que doña
Cristina sólo podrá ejercitarlo y disfrutarlo en
el supuesto de que por don Tomás no se
realizara el pago de las cantidades que, como
pensión alimenticia más adelante se dirán,
durante un plazo de cuatro mensualidades
consecutivas o alternativas».
2) En escritura pública de 2 de noviembre de
1979, don Tomás constituyó hipoteca sobre
las plantas NUM001 y NUM002 de la casa
número NUM000 de la DIRECCION000, a
favor de la Caja de Ahorros de Cataluña, que
fue inscrita en el Registro de la Propiedad el
día 30 de mayo de 1980.
3) En escritura pública de 8 de noviembre de
1979, don Tomás vendió a doña Cristina el
usufructo vitalicio de las plantas NUM001 y
NUM002 de la casa número NUM000 de la
DIRECCION000, escritura que fue inscrita
en el Registro de la Propiedad el día 4 de
junio de 1980.
4) Ante el impago de las cuotas de amortización del préstamo hipotecario, la Caixa d'
Estalvis de Catalunya instó procedimiento
judicial sumario del art. 131 de la Ley Hipotecaria, de cuya existencia fue notificada
doña Cristina
5) En dicho procedimiento judicial sumario,
fue adjudicada la finca hipotecada a don Blas,
dictándose auto de adjudicación en 1 de julio
de 1986, en el que, además, se acordaba la
cancelación de todas las cargas posteriores;
en 20 de diciembre de 1986 se dictó nuevo
auto por el que, subsanando la oimisión habida en el anterior, se decretó la cancelación
expresa del mencionado derecho de usufructo.
6) Don Blas vendió la vivienda adjudicada a
don Jesus Miguel y éste, a su vez, a Antex
Investment Inc.
7) Mediante auto de 28 de noviembre de
1981 de medidas provisionales de separación
matrimonial, doña Cristina fue autorizada a
fijar su residencia en el domicilio que venía
siendo el conyugal; este auto fue ratificado
por sentencia de 9 de marzo de 1982. Por
sentencia de 27 de septiembre de 1988 se
decretó el divorcio del matrimonio contraído
por don Tomás y doña Cristina a la que se
atribuye la guarda y custodia del único hijo
menor de edad, de 17 años, así como «teniendo en cuenta lo establecido en el art. 96 del
Código civil, el uso de la vivienda que constituía el domicilio familiar».
RECURSO DE ANTECOMUX, S.L.
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62
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Segundo.– Al amparo del art. 1692.4.º de la
Ley de Enjuiciamiento Civil se formula el
motivo primero de este recurso por infracción
de los arts. 1225 y 1228 del Código civil,
afirmándose que la sentencia recurrida «incurre en un error a la hora de valorar la prueba
documental obrante en autos, error que se
desprende de la escritura de préstamo hipotecario de fecha 2 de noviembre de 1979, del
convenio regulador de los efectos de la separación de fecha 5 de noviembre de 1979, la
escritura pública de 8 de noviembre de 1979,
de venta del derecho de usufructo, la sentencia de separación de fecha 9 de marzo de
1982 y el auto de adjudicación de 1 de julio,
auto de 20 de diciembre de 1986 y acta notarial de 29 de octubre de 1986.
En primer lugar ha de señalarse la inaplicabilidad al caso del art. 1228 del Código civil;
como tiene declarado esta Sala –sentencias,
entre otras, de 3 de febrero de 1994, 24 de
mayo de 1999, 6 de junio de 2000, y 22 de
enero de 2001–, los asientos, registros y
papeles privados a que se refiere el citado art.
1288 son los que se forman y conservan por
uno sólo de los interesados y para mantenerlos consigo, siendo distintos de los documentos privados propiamente dichos, escritos
por una parte para entregarlos a otra u otras,
es decir para tener publicidad. Ninguno de los
documentos que se reseñan en el motivo
reúne aquellas características.
El único de los documentos que se citan por
la recurrente que puede ser calificado como
documento privado es el acuerdo de separación de fecha 5 de noviembre de 1979, entre
los cónyuges doña Cristina y don Tomás, al
que resulta aplicable el art. 1225 del Código
civil, documento que es tenido en cuenta por
la Sala «a quo» que lo cita expresamente; no
se ha negado, por tanto, fuerza probatoria a
dicho documento que es valorado en unión de
las restantes pruebas aportadas.
Por otra parte, como reiteradamente ha declarado esta Sala, este extraordinario recurso no
constituye una tercera instancia que permita
llevar a cabo un nuevo examen y valoración
del material probatorio aportado a los autos
como se pretende con la cita en bloque de los
documentos que se invocan y su examen en
el extenso desarrollo del motivo más propio
de un escrito de resumen de pruebas en primera instancia que de la fundamentación de
un motivo casacional.
En consecuencia se desestima el motivo.
Tercero.– El motivo segundo alega infracción, por aplicación indebida de los arts. 2.2
de la Ley Hipotecaria, 7 del Reglamento
Hipotecario, Disposición Adicional 9.ª, párrafo 2.º de la Ley 30/1981, de 7 de julio, en
relación con el art. 34 de la Ley Hipotecaria.
Y el motivo tercero alega infracción de la
jurisprudencia emanada de las sentencias del
Tribunal Supremo de 29 de abril de 1994, 14
de julio de 1994, 31 de diciembre de 1994 y
16 de diciembre de 1995. Ambos motivos se
encuentran estrechamente relacionados por lo
que se impone su examen conjunto.
Ciertamente la doctrina que se recoge en las
sentencias citadas por la resolución recurrida
constituye doctrina consolidada de esta Sala en
cuanto se declara que el derecho de uso de la
vivienda familiar es oponible frente a terceros,
pero ha de señalarse que los supuestos de
hecho contemplados en esas resoluciones son
distintos al ahora enjuiciado; las sentencias de
29 de abril de 1994 y 4 de abril de 1997 (Rec.
1396/1993) se refieren a la posible valoración
del derecho de uso en la liquidación de la
sociedad de gananciales, como carga de la
vivienda atribuida en la liquidación a la esposa
que tenía reconocido el derecho de uso; las
sentencias de 14 de julio de 1994 y 16 de
diciembre de 1995 se refieren a la posibilidad
de ejercicio de la acción de división de cosa
común respecto de la vivienda familiar cuya
propiedad se atribuye pro indiviso a ambos
cónyuges en la liquidación de la sociedad de
gananciales, teniendo concedido el uso de la
misma uno de los esposos; y la sentencia de 4
de abril de 1997 se plantea el supuesto de la
subsistencia del derecho de uso atribuido a la
esposa sobre la vivienda propiedad del padre
del esposo, ocupada por el matrimonio en
precario, y adquirida por el marido en propiedad al fallecimiento de su padre.
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
Dice la sentencia de 11 de diciembre de 1992
que «hoy en día, teniendo en cuenta las leyes
vigentes (art. 1320 y art. 96 ambos del Código civil, 94.1 del Reglamento Hipotecario y
disposición adicional 9.ª de la Ley 30/1981,
de 7 de julio) que obstaculizan o condicionan
la comisión de fraudes o errores perjudiciales
por disposición unilateral, no parece dudoso
que dicho uso deba configurarse como un
derecho oponible a terceros que como tal
debe tener acceso al Registro de la Propiedad
cuya extensión y límites viene manifestado
en la decisión judicial que lo autoriza u homologa y, en estos términos, constituye una
carga que pesa sobre el inmueble con independencia de quienes sean sus posteriores
titulares, todo ello sin perjuicio de la observancia de las reglas que establece el Derecho
inmobiliario Registral».
Está acreditado en autos que ni la sentencia
de separación del año 1982 ni la posterior de
divorcio de 1988 que atribuyeron el uso de la
vivienda familiar a doña Cristina accedieron
al Registro de la Propiedad; igualmente está
acreditado que, notificada la existencia del
procedimiento sumario del art. 131 de la Ley
Hipotecaria a la Sra. Cristina, ésta no puso en
conocimiento del Juzgado la existencia del
derecho de uso que le atribuyó la sentencia de
1982; asimismo, cuando aquélla fue requerida notarialmente para que manifestase el
título por el cual venía ocupando la vivienda
(acta de 29 de octubre de 1986), alegó, solamente, el derecho de usufructo, ocultando
tener concedido por la sentencia de 1982 el
uso de la vivienda familiar. Ante tal falta de
publicidad y ocultación por la Sra. Cristina
del derecho de uso no puede negarse, como
hace la Sala de instancia, la condición de
tercer adquirente de buena fe a don Blas, en
base a la declaración testifical de la testigo
Ángela de que «el día de la subasta acudió al
Juzgado por encargo del despacho de abogados donde trabaja para poner en conocimiento de los posibles licitadores los problemas jurídicos existentes como consecuencia
de la ocupación de la vivienda por Cristina y
de sus hijos menores». Dado que la buena fe
ha de presumirse siempre, no puede considerarse bastante a destruir esa presunción la
declaración testifical hecha en los términos
transcritos ya que ni siquiera consta cuales
eran «los problemas jurídicos» (existencia de
un derecho de usufructo, derecho de uso de la
vivienda familiar o la querella formulada por
doña Cristina contra su esposo) que dice
haber puesto de manifiesto la testigo, ni
quienes fueron esos posibles licitadores a
quienes hizo esas advertencias.
No cabe, en consecuencia, hacer valer frente
a los terceros adquirientes de buena fe el
derecho de uso de la vivienda atribuido a
doña Ángela. No puede olvidarse que la
sentencia de divorcio es posterior a la fecha
en que se extinguieron el derecho de propiedad de don Tomás y de usufructo de la esposa, en las que se basó la atribución del uso en
la sentencia de separación de 1982. El derecho de uso de la vivienda familiar regulado
en el art. 96 del Código civil, se caracteriza
por su provisionalidad y temporalidad; en la
sentencia de divorcio de 1988 se atribuye el
uso de la vivienda a doña Cristina «teniendo
en cuenta lo establecido en el art. 96 del
Código civil», de lo que cabe colegir que tal
atribución, al no fijarse un límite temporal de
acuerdo con el art. 96.3, se hizo en razón a
existir un hijo del matrimonio menor de edad
cuya guarda y custodia se encomendaba a la
madre.
El mantenimiento de eficacia del derecho de
uso así concedido, con carácter indefinido,
durante toda la vida de la beneficiaria del
mismo, frente a los terceros adquirentes de
buena fe, contraviene esos caracteres esenciales del derecho, de provisionalidad y temporalidad, y entraña el que las necesidades
familiares (inexistentes en estos momentos al
haber alcanzado hace años su mayoría de
edad el hijo menor del matrimonio, tenía 17
años en 1988) sean sufragadas por terceros
extraños, a quienes, en todo momento, se les
ocultó la existencia de ese derecho de uso.
Por todo ello procede la estimación de estos
dos motivos del recurso con la consiguiente
casación y anulación de la sentencia recurrida
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64
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
y confirmación, según lo razonado, de la
dictada en primera instancia. De conformidad
con el art.1715.2 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil no procede hacer expresa condena en
las costas de este recurso.
RECURSO DE DOÑA Cristina.
Cuarto.– Estimado el recurso de casación
interpuesto por ANTECOMUX, S.L., ha de
desestimarse el recurso interpuesto por doña
Cristina sin necesidad de entrar en el examen
pormenorizado de sus dos motivos, desestimación que conlleva la condena en costas de
la parte recurrente, a tenor del art. 1715.3 de
la Ley de Enjuiciamiento Civil, e igualmente
procede su condena en las costas de la segunda instancia, a tenor del art. 710.2 de la citada
Ley Procesal.
Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la
autoridad conferida por el pueblo español
FALLAMOS
Que debemos declarar y declaramos haber
lugar al recurso de casación interpuesto por
ANTECOMUX, S.L. contra la sentencia
dictada por la Sección Decimoséptima de la
Audiencia Provincial de Barcelona de fecha
trece de marzo de mil novecientos noventa y
ocho que casamos y anulamos si bien parcialmente.
No ha lugar a hacer expresa condena en las
costas de este recurso.
Y debemos declarar y declaramos no haber
lugar al recurso de casación interpuesto contra dicha sentencia por doña Cristina.
Con expresa condena a esta parte recurrente
de las costas de este recurso así como de las
causadas en la segunda instancia.
Y debemos confirmar y confirmamos íntegramente la sentencia dictada por el Juzgado
de Primera Instancia número Seis de Barcelona, de fecha veinticuatro de diciembre de
mil novecientos noventa y seis.
Y líbrese a la mencionada Audiencia la certificación correspondiente, con devolución de
los autos y Rollo de Apelación, en su día
remitidos.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN LEGISLATIVA pasándose al efecto las copias necesarias, lo
pronunciamos, mandamos y firmamos.Ignacio Sierra Gil de la Cuesta.– Antonio
Gullón Ballesteros.-Pedro González Poveda.firmado y rubricado.–
PUBLICACIÓN
Leída y publicada fue la anterior sentencia
por el EXCMO. SR. D. Pedro González
Poveda, Ponente que ha sido en el trámite de
los presentes autos, estando celebrando Audiencia Pública la Sala Primera del Tribunal
Supremo, en el día de hoy; de lo que como
Secretario de la misma, certifico.
El derecho de uso de la vivienda familiar
regulado en el art. 96 Cc se caracteriza por su
provisionalidad y temporalidad. En el caso de
autos, el demandante –adjudicatario de la
vivienda en un juicio sumario hipotecario–
reclama que se declare que la demandada –la
esposa del deudor hipotecario a la que se
atribuyó el uso de la vivienda en sentencias
de separación y divorcio–, carece de derecho
a seguir ocupándola. Consta acreditado que
estas sentencias no accedieron al Registro de
la Propiedad; igualmente está acreditado que,
notificada la existencia del procedimiento
hipotecario a la demandada, ésta no puso en
conocimiento del juzgado la existencia de su
derecho de uso. Asimismo, cuando fue requerida notarialmente para que manifestase el
título por el cual venía ocupando la vivienda
alegó, solo, el derecho de usufructo que el
esposo había establecido a su favor –después
de la constitución de la hipoteca y cancelado
mediante el auto de adjudicación–, ocultando
tener concedido el uso de la vivienda. Ante
tal ocultación y falta de publicidad, no puede
negarse al demandante la condición de tercer
adquirente de buena fe. No puede olvidarse
que la sentencia de divorcio es posterior a la
fecha en que se extinguieron el derecho de
propiedad del esposo y de usufructo de la
esposa. En dicha sentencia se atribuyó el uso
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
de la vivienda a la esposa «teniendo en
cuenta lo establecido en el art. 96 Cc», de lo
que cabe colegir que tal atribución, al no
fijarse un límite temporal de acuerdo con el
art. 96.3, se hizo en razón a existir un hijo del
matrimonio menor de edad cuya guarda y
custodia se encomendaba a la madre. El
mantenimiento de eficacia del derecho de uso
así concedido, con carácter indefinido, durante toda la vida de la beneficiaria del mismo, frente a los terceros adquirentes de buena
fe, contraviene los caracteres esenciales del
derecho, de provisionalidad y temporalidad, y
entraña el que las necesidades familiares sean
sufragadas por terceros extraños, a quienes,
en todo momento, se les ocultó la existencia
de ese derecho de uso. REGISTRO DE LA
PROPIEDAD. Inoponibilidad frente al adjudicatario de una vivienda hipotecada que
actuó de buena fe, del derecho de uso que
sobre la vivienda tenía la esposa del deudor
hipotecario, a la que se había atribuido dicho
uso en las sentencias de separación y divorcio.
65
IV.A. 3
SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO
DE 14 DE MAYO DE 2004
Sala Primera, de lo Civil. Carácter común de la vivienda adquirida por los
convivientes more uxorio con dinero de propiedad exclusiva de uno de
ellos.
Ponente: O'Callaghan Muñoz, Xavier.
N.º de sentencia: 403/2004
N.º de recurso: 1880/1998
UNIÓN NO MATRIMONIAL. Acción del
conviviente para que se declare de su exclusiva propiedad la vivienda común adquirida
por mitad pro indiviso durante el período de
convivencia. Si a lo largo de este período se
mantuvo la cotitularidad dominical sobre la
vivienda, la estimación de la petición del
conviviente infringiría la doctrina de los actos
propios y supondría una transmisión que
violaría el artículo 609 Cc. Por otro lado, la
adquisición de la vivienda con dinero de
propiedad exclusiva del demandante no implica que aquélla sea exclusivamente suya ya
que junto a esa aportación económica concurre la aportación personal de la conviviente.
En la Villa de Madrid, a catorce de Mayo de
dos mil cuatro
SENTENCIA
Visto por la Sala Primera del Tribunal Supremo, integrada por los Magistrados al
margen indicados el recurso de casación
contra la sentencia dictada en grado de apelación por la Sección Sexta de la Audiencia
Provincial de Alicante, como consecuencia
de autos de juicio declarativo ordinario de
menor cuantía, seguidos ante el Juzgado de
Primera Instancia de San Vicente del Raspeig
(Alicante), cuyo recurso fue interpuesto por
el Procurador D. Andrés García Arribas, en
nombre y representación de D.ª Francisca;
siendo parte recurrida la Procuradora D.ª
Paloma Valles Tormo, en nombre y representación de D. Emilio.
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero.– 1.– El Procurador D. Juan Navarrete Ruíz, en nombre y representación de D.
Emilio, interpuso demanda de juicio ordinario declarativo de menor cuantía, contra D.ª
Francisca y alegando los hechos y fundamentos de derecho que consideró de aplicación, terminó suplicando al Juzgado se dictara sentencia por la que: a) se declare y reconozca que la referida vivienda es de la sola y
exclusiva propiedad de D. Emilio. b) Alternativamente, se declare la participación en la
indivisión es proporcional a las aportaciones
de cada uno de los contratantes. c) Alternativamente, se reconozca un crédito en favor de
D. Emilio. y por cuenta de D.ª Francisca,
previo a la liquidación, por la cantidad de
2.844.500 pesetas más 118.462 pesetas en
concepto de gastos derivados de la formalización e las escrituras públicas de compraventa
y préstamo hipotecario, más la cantidad de
113.470 pesetas en concepto de cuotas hipotecarias amortizadas, así como el importe
restante de la hipoteca sobre la referida vivienda (4.866.530 pesetas) y, deducido este
crédito, el valor del inmueble sea dividido
por la mitad y, asimismo que se condene a la
demandada al pago de las costas de este
procedimiento.
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
2.– La Procuradora D.ª Eva Gutiérrez Robles,
en nombre y representación de D.ª Francisca,
contestó a la demanda y oponiendo los hechos y fundamentos de derecho que consideró de aplicación, terminó suplicando al Juzgado dictase en su día sentencia por la que se
desestime la demanda, absolviendo a su
representada y con imposición de costas al
demandante.
3.– Recibido el pleito a prueba se practicó la
que propuesta por las partes fue declarada
pertinente. Unidas las pruebas a los autos, las
mismas partes evacuaron el trámite de resumen de pruebas en sus respectivos escritos.
La Ilma. Sra. Juez del Juzgado de Primera
Instancia número 2 de San Vicente del Raspeig (Alicante), dictó sentencia con fecha 16
de diciembre de 1996, cuya parte dispositiva
es como sigue: FALLO: Que desestimo la
demanda presentada por el Procurador D.
Juan Navarrete Ruíz, en representación de D.
Emilio, y en virtud, al no convenir los codueños en que se adjudique la vivienda a uno de
ellos indemnizando al otro, se deberá vender
la finca y se repartirá su precio, todo ello con
expresa imposición de costas a la parte demandante.
Segundo.– Interpuesto recurso de apelación
contra la anterior sentencia por la representación procesal de la parte demandante, la
Sección Sexta de la Audiencia Provincial de
Alicante dictó sentencia con fecha 16 de abril
de 1998, cuya parte dispositiva es como
sigue: FALLAMOS: Estimar el recurso de
apelación interpuesto por el Procurador D.
Juan Navarrete Ruíz, en representación de D.
Emilio contra la sentencia dictada por el Sr.
Juez del Juzgado de Primera Instancia número dos de San Vicente del Raspeig dictó en
fecha 16 de diciembre de 1996, y en los autos
de los que dimana el presente rollo, y en su
consecuencia, revocar como revocamos la
misma para estimar la demanda y declarar
como declaramos que la vivienda objeto del
presente procedimiento es la de exclusividad
propiedad del actor, con imposición de las
costas de la primera instancia a la demandada
al ser preceptivas, y sin hacer especial decla-
ración sobre las costas causadas en esta alzada.
Tercero.– 1.– El Procurador D. Andrés García Arribas, en nombre y representación de
D.ª Francisca, interpuso recurso de casación
contra la anterior sentencia, con apoyo en los
siguientes MOTIVOS DEL RECURSO:
PRIMERO.– Por infracción de las normas del
ordenamiento jurídico a tenor de lo dispuesto
en el número 4 del artículo 1692 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, se ha infringido el
artículo 1218 del Código civil. SEGUNDO.–
Al amparo del número 4 del artículo 1692 de
la Ley de Enjuiciamiento Civil, error de
derecho por infracción de los arts. 1462 y 609
del Código civil. TERCERO.– Vulneración
de la doctrina y jurisprudencia de los actos
propios. CUARTO.– Al amparo del número 4
del artículo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil: por infracción del artículo 1275, 1276
y 1277 del Código civil y 1253 del mismo
cuerpo legal, así como el artículo 1305 del
Código civil. QUINTO.– Comprendida en el
apartado 4 del artículo 1692 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, fundado en la infracción de las normas del ordenamiento jurídico
infringiendo el artículo 7.1 del Código civil
siendo un quebrantamiento del artículo 24 de
la Constitución Española.
2.– Admitido el recurso y evacuado el traslado conferido, la Procuradora D.ª Paloma
Valles Tormo, en nombre y representación de
D. Emilio, presentó escrito de impugnación al
mismo.
3.– No habiéndose solicitado por todas las
partes la celebración de vista pública, se
señaló para votación y fallo el día 4 de mayo
del 2004, en que tuvo lugar.
Ha sido Ponente el Magistrado Excmo. Sr. D.
XAVIER O'CALLAGHAN MUÑOZ
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero.– En su día, la representación procesal de D. Emilio ejercitó contra D.ª Francisca acción declarativa de propiedad sobre
una determinada vivienda; como acción
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
alternativa, acción declarativa de que, siendo
cosa común, la participación es proporcional
a las aportaciones económicas de cada uno;
como otra acción alternativa más, declarativa
de que la cosa es común por partes iguales,
pero se reconozca el crédito a favor del demandante por la cuantía de sus aportaciones
económicas y gastos.
Aquella vivienda se había adquirido por
compraventa en escritura pública, por los dos
litigantes, por mitad y partes iguales; ambos
convivían more uxorio; no se ha instado la
nulidad de dicho contrato.
La sentencia de la Audiencia Provincial,
Sección 6.º, de Alicante estimó probado la
aportación económica exclusiva del demandante, y «que la demandada no aportó en su
compra su parte correspondiente, (económica, se entiende) lo que hace deducir la inexistencia de causa por falta de pago del precio», por lo que, sin declarar inexistencia,
nulidad o ineficacia de la compraventa, estima la demanda; ciertamente, no se había
pedido en el suplico de la misma, la declaración de simulación absoluta o relativa, ni por
tanto, la inexistencia o nulidad del contrato
de compraventa, que se había otorgado en
escritura pública e inscrito en el Registro de
la Propiedad, cuya rectificación o cancelación
de la inscripción tampoco se había pedido.
Segundo.– La solución que da la Audiencia
Provincial –y no digamos la del Juzgado que
es claramente incongruente, aunque sí equitativa– es equivocada. La compraventa, como
contrato que reúne los tres elementos del
negocio jurídico bilateral, es válida y eficaz;
tampoco se ha alegado nada en su contra, ni
falta de elemento, ni vicio del consentimiento. La adquisición de la propiedad por los
adquirentes, en indiviso y por partes iguales
por contrato (título) y por escritura pública y
posesión real (modo) es incólume y no ha
sido impugnada.
La sentencia de la Audiencia Provincial
aprecia simulación e inexistencia de causa,
siendo así que no había sido pedida en el
suplico de la demanda. Por lo cual, en el
curso del proceso, no se había planteado la
posible donación disimulada bajo un negocio
jurídico con simulación relativa, o la donación de dinero como cosa mueble. Lo que sí
se ha planteado es la relación de convivencia
more uxorio y la sentencia recurrida ha ignorado la comunidad personal y patrimonial que
lleva a la adquisición, por mitad y partes
iguales, de la vivienda que va a ser la común.
Ha sido reiterada la jurisprudencia que ha
estimado la demanda de la conviviente more
uxorio frente al conviviente que reclama una
parte de los bienes adquiridos durante el
período de convivencia, que están bajo la
titularidad del demandado. Este caso es el
inverso: durante el período de convivencia, se
adquiere un bien por mitad pro indiviso de
los dos –la vivienda común– y, tras la ruptura, uno de ellos pretende que se declare su
exclusiva propiedad; la sentencia recurrida
estima su demanda, por entender que la verdadera voluntad era que fuera él el único
adquirente, lo cual es absurdo pues en el
negocio bilateral ella nunca tuvo esta voluntad, y por estimar la falta de causa porque ella
«no aportó en su compra su parte correspondiente» e ignora que una convivencia es no
sólo una comunidad económica, sino además
una comunidad de vida y las aportaciones
personales de la convivencia –además de
tener un indiscutible valor económico (así,
artículo 103, medida 3.ª, segundo párrafo)–
no pueden obviarse al determinar la propiedad de una cosa común.
Tercero.– Tras lo expuesto, es clara la estimación del recurso de casación. Las partes
adquirieron y así lo declararon voluntaria y
conscientemente –ni siquiera se ha alegado lo
contrario– la vivienda por mitad y partes
iguales: el documento público hace prueba en
cuanto a las declaraciones que hicieron, como
dispone el artículo 1218 del Código civil; la
sentencia no lo ha estimado así y ha infringido dicho artículo, por lo que prospera el
motivo primero.
Tras la adquisición, sin que se haya pedido la
inexistencia, nulidad o ineficacia del contrato
de compraventa en el que los compradores
son los dos convivientes, una declaración de
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
propiedad exclusiva a favor del demandante
implicaría una transmisión que violaría la
norma sobre ello, que consagra el artículo
609 del Código civil, por lo que prospera el
motivo segundo.
El mantenimiento durante toda la convivencia,
de la cotitularidad dominical de los dos convivientes sobre su vivienda, adquirida por mitad
y pro indiviso, implica que la petición por uno
de ellos de que es de su exclusividad propiedad por haberla pagado desconociendo la
colaboración y la aportación de ella, la infracción de la doctrina de los actos propios, por lo
que prospera también el motivo tercero.
La parte demandante en ninguna de las instancias ha pedido que se declare nulo el contrato de compraventa; la sentencia recurrida
no declara esta nulidad y aprecia la inexistencia de causa para, sin anular aquella compraventa, declarar la propiedad. Lo cual infringe
los artículos 1275, 1276 y 1277 del Código
civil y prospera el motivo cuarto.
El motivo quinto es reiterativo y carece de
interés su análisis.
Cuarto.– Estimándose los motivos de casación contenidos en el n.º 4.º del artículo 1692
de la Ley de Enjuiciamiento Civil, esta Sala
asume la instancia y, tal como dispone el
artículo 1715.1.3 de la misma ley, resolverá
lo procedente dentro de los términos en que
aparece planteado el debate.
Tal como se ha dicho, la compraventa otorgada en escritura pública es válida y eficaz,
ya que ni se ha alegado ni se ha pedido su
invalidez o su ineficacia. Por ella, con título y
modo, ambos litigantes, entonces convivientes, adquirieron «por mitades indivisas»,
como se dice literalmente. El que pruebe,
como afirma la sentencia de la Audiencia
Provincial, «que fue adquirida con dinero de
la exclusiva propiedad del mismo» (el demandante, conviviente) no implica que la
vivienda sea de su exclusiva propiedad; ésta
la adquirieron los dos, con intención consciente y libre: él aportó dinero, ella aportó su
colaboración personal; de la misma forma
que en un matrimonio con régimen económico-matrimonial de bienes, convenido en
capitulaciones (cada vez más frecuente) o
como régimen legal presuntivo (en Cataluña
y Baleares) sería absurdo que tras una separación y a salvo las medidas que prevé la ley, el
esposo que fuera el único que tuviera capacidad económica, obtuviera la propiedad exclusiva de todo lo adquirido a nombre de los
dos: son los casos frecuentísimos, en que el
fruto del ahorro –de los dos– se pone a nombre de ambos. Es decir, la prueba de la aportación económica no implica la consecuencia
jurídica de la propiedad exclusiva de lo adquirido, siendo así que el negocio jurídico de
adquisición no ha sido impugnado y dándose
el caso de las aportaciones personales de la
convivencia concurren con las económicas,
siendo indiscutible que el ahorro y el esfuerzo
para tal adquisición son comunes. Por tanto,
no puede estimarse la demanda en que pide la
declaración de propiedad exclusiva de la
vivienda adquirida en común.
Tampoco se puede estimar la pretensión
alternativa de que se declare que la división
de la cosa común sea proporcional a las
aportaciones de cada uno de los adquirentes,
porque lo que pretende y así se expresa claramente en la demanda, en que la proporción
sea de las aportaciones exclusivamente económicas, prescindiendo de las personales
propias de una convivencia, como si éstas no
fueran tales aportaciones.
Asimismo, es inaceptable la última pretensión alternativa, que se le abonen por la demandada una serie de gastos, siendo así que
no se plantea el abono a ésta de los gastos,
esfuerzos y aportaciones personales debidas a
la convivencia en general y al cuidado de la
hija común en particular.
En definitiva, procede la desestimación de la
demanda, lo que implica el mantenimiento
de la copropiedad que consta en la escritura
pública y está inscrita en el Registro de la
Propiedad, imponiendo las costas, por imperativo del artículo 523 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, al demandante en las de
primera instancia y sin hacer condena alguna en las de segunda instancia, ni en las de
este recurso.
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la
autoridad conferida por el pueblo español
FALLAMOS
QUE DEBEMOS DECLARAR Y DECLARAMOS HABER LUGAR AL RECURSO
DE CASACION formulado por el Procurador
D. Andrés García Arribas, en nombre y representación de D.ª Francisca, frente a la
sentencia dictada por la Sección Sexta de la
Audiencia Provincial de Alicante en fecha 16
de abril de 1998, que CASAMOS y ANULAMOS y, en su lugar, desestimamos íntegramente la demanda formulada por la representación procesal de D. Emilio contra aquella recurrente.
Se imponen las costas de primera instancia,
a este demandante; no se hacer imposición
de costas en la segunda instancia ni en éste
recurso en que cada parte satisfará las suyas.
Líbrese a la mencionada Audiencia certificación correspondiente, con devolución de los
autos y rollo de apelación remitidos.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN LEGISLATIVA pasándose al efecto las copias necesarias, lo
pronunciamos, mandamos y firmamos.–
XAVIER O´CALLAGHAN MUÑOZ.-FRANCISCO
MARIN CASTAN.-RAFAEL RUIZ DE LA
CUESTA CASCAJARES.– RUBRICADOS.–
PUBLICACIÓN
Leída y publicada fue la anterior sentencia
por el EXCMO. SR. D. Xavier O'Callaghan
Muñoz, Ponente que ha sido en el trámite de
los presentes autos, estando celebrando Audiencia Pública la Sala Primera del Tribunal
Supremo, en el día de hoy; de lo que como
Secretario de la misma, certifico.
Ha sido reiterada la jurisprudencia que ha
estimado la demanda de la conviviente more
uxorio frente al conviviente que reclama una
parte de los bienes adquiridos durante el
período de convivencia, que están bajo la
titularidad del demandado. En el caso, la
situación es la inversa: durante el período de
convivencia se adquiere un bien por mitad
pro indiviso de los dos –la vivienda común–
y, tras la ruptura, el conviviente pretende
que se declare su exclusiva propiedad; pretensión que no puede ser estimada. Si no se
pidió la inexistencia, nulidad o ineficacia del
contrato de compraventa en el que los compradores son los dos convivientes, una declaración de propiedad exclusiva a favor del
demandante implicaría una transmisión que
violaría el art. 609 Cc. Habiéndose mantenido durante toda la convivencia la cotitularidad dominical sobre la vivienda, la petición
del conviviente de que se declare que es de
su exclusividad propiedad por haberla pagado, desconociendo la colaboración y la
aportación del otro, infringe la doctrina de
los actos propios. El que el demandante
pruebe que la vivienda fue adquirida con su
dinero no significa que aquélla sea de su
exclusiva propiedad; la adquirieron los dos,
con intención consciente y libre: él aportó
dinero y ella su colaboración personal. Entender lo contrario sería tan absurdo como
que en un matrimonio con régimen económico-matrimonial de bienes, tras una separación y a salvo las medidas que prevé la
Ley, el esposo que fuera el único que tuviera
capacidad económica, obtuviera la propiedad exclusiva de todo lo adquirido a nombre
de los dos. Por tanto, la prueba de la aportación económica no implica la consecuencia
jurídica de la propiedad exclusiva de lo
adquirido, siendo así que el negocio jurídico
de adquisición no fue impugnado y dándose
el caso de que las aportaciones personales de
la convivencia concurren con las económicas, siendo indiscutible que el ahorro y el
esfuerzo para tal adquisición son comunes.
UNIÓN NO MATRIMONIAL. Acción del
conviviente para que se declare de su exclusiva propiedad la vivienda común adquirida
por mitad pro indiviso durante el período de
convivencia. Si a lo largo de este período se
mantuvo la cotitularidad dominical sobre la
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
vivienda, la estimación de la petición del
conviviente infringiría la doctrina de los
actos propios y supondría una transmisión
que violaría el artículo 609 Cc. Por otro
lado, la adquisición de la vivienda con dine-
ro de propiedad exclusiva del demandante
no implica que aquélla sea exclusivamente
suya ya que junto a esa aportación económica concurre la aportación personal de la
conviviente.
71
IV.A.4
SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO
DE 14 DE JUNIO DE 2004
Sala Primera, de lo Civil. Ineficacia de la hipoteca constituida por el
comprador de finca rústica tras la adquisición y antes del retracto
ejercitado por su arrendatario.
Ponente: O'Callaghan Muñoz, Xavier.
N.º de sentencia: 554/2004
N.º de recurso: 2357/1998
ARRENDAMIENTOS RÚSTICOS. RETRACTO. Ineficacia de los actos de disposición realizados por el comprador –retraído–
tras haber adquirido la finca y antes de producirse el retracto. Si dichos actos han tenido
acceso al Registro de la Propiedad se cancelarán las inscripciones. Caducidad de la acción
de retracto. No se interrumpe por el acto de
conciliación.
En la Villa de Madrid, a catorce de Junio de
dos mil cuatro.
Visto por la Sala Primera del Tribunal Supremo, integrada por los Magistrados al
margen indicados el recurso de casación
contra la sentencia dictada en grado de apelación por la Sección Segunda de la Audiencia
Provincial de Albacete, como consecuencia
de autos de juicio de menor cuantía, seguidos
ante el Juzgado de Primera Instancia de Alcaraz, cuyo recurso fue interpuesto por el Procurador D. Francisco Álvarez del Valle García, en nombre y representación de D. Emilio
Reyes C. N., defendido por el Letrado D.
José Luis Serrallé Ramírez; siendo parte
recurrida el Procurador D. Carlos Ibáñez de
la Cadiniere, en nombre y representación de
D. Manuel M. A. y de la entidad Banesto,
S.A.
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero.– 1.– La Procuradora Sra. Plaza
Orozco, en nombre y representación de D.
Emilio Reyes C. N., interpuso demanda de
retracto arrendaticio y cancelación de hipoteca contra D. Manuel M. A. y «Banco Español
de Crédito, S.A.» y alegando los hechos y
fundamentos de derecho que consideró de
aplicación, terminó suplicando al Juzgado se
dicte sentencia condenando a D. Manuel M.
A. a que otorgue dentro del plazo establecido
en la L.A.R. de 30 días, la oportuna escritura
pública de venta a favor de Emilio Reyes C.
N., de las cuatro parcelas descritas en el
hecho primero, en las mismas condiciones en
que el Sr. M. A. las adquirió, cancelando la
hipoteca que el Banco Español de Crédito,
S.A. tiene constituida sobre las mismas y
recibiendo el importe del precio consignado y
de los pagos y gastos legítimos cuyo desembolso justifique, bajo apercibimiento de otorgarla de oficio si no lo hiciera; e imponiendo
a los demandados expresamente todas las
costas de este juicio.
2.– El Procurador D. Juan Cuerda Garvi, en
nombre y representación de «Banco Español
de Crédito, S.A.», contestó a la demanda
oponiendo los hechos y fundamentos de
derecho que consideró de aplicación y terminó suplicando al Juzgado dictase sentencia
por la que desestimando íntegramente la
demanda, se absuelva de la misma a mi mandante, imponiendo al actor las costas del
procedimiento.
3.– El Procurador D. Juan Cuerda Garvi, en
nombre y representación de Manuel M. A.,
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
contestó a la demanda oponiendo los hechos
y fundamentos de derecho que consideró de
aplicación y terminó suplicando al Juzgado
dictase sentencia por la que desestimando
íntegramente la demanda, se absuelva de la
misma a mí mandante, imponiendo al actor
las costas del procedimiento.
4.– Recibido el pleito a prueba se practicó la
que propuesta por las partes, fue declarada
pertinente. Unidas las pruebas a los autos, las
partes evacuaron el trámite de resumen de
pruebas en sus respectivos escritos. El Iltre.
Sr. Juez del Juzgado de Primera Instancia
número 2 de Alcaraz, dictó sentencia con
fecha 9 de julio de 1997, cuya parte dispositiva es como sigue: FALLO: Que estimando la
demanda deducida por la Procuradora Sra.
Plaza Orozco, en nombre y representación de
D. Emilio Reyes C. N., debo declarar y declaro que dicho demandante tiene derecho a
retraer las siguientes fincas. 1.– Tierra de
secano cereal, al sitio La Centella, de caber
tres fanegas de sembradura equivalentes a 140-11 hectáreas, inscrita al folio 158 del libro
53 de Viveros, finca n° 605 N, la cual según
el catastro en la parcela 133 del Polígono 6 de
viveros, figurando con una superficie de 178-56 Ha, 2.– Tierra secano cerca al sitio La
Centella, de caber 3-85-30 hectáreas, inscrito
al folio 3 de igual libro, finca n° 3700 duplicado, la cual en el catastro corresponde a la
parcela 134 del Polígono 6, figurando con
una superficie de 3-45-96 Hectáreas; 3.–
Tierra de secano cereal, al sitio La Centella,
de caber 4-90-42 hectáreas, inscrita al folio 4
de igual libro, finca n° 3761 duplicado, que
catastralmente es la parcela 132 del polígono
6, con una superficie de 4-55-79 hectáreas y
4.– Tierra secano cereal al sitio la Cuerda o
Pimpollar, de caber 6 fanegas de sembradura,
equivalente a 2-92-6 hectáreas, inscrita al
folio 150 Vt° del libro 52 de Viveros, finca n°
3972 duplicado, figurando en el catastro
como parcela 232 del polígono 5, con una
superficie de 5-48-12 hectáreas, así como la
cancelación de las hipotecas que gravan cada
una de las mismas y que son las inscripciones
81, 511 51 y 61 de los respectivos folios
registrales, condenando a los demandados D.
Manuel M. A. y la entidad Banco Español de
Crédito, S.A. a estar y pasar por dicha declaración, debiendo otorgar voluntariamente el
correspondiente título de propiedad al retrayente simultáneamente a la entrega por éste
del precio y de los gastos legítimos, previniéndole que caso de no hacerlo voluntariamente se otorgará la escritura de oficio, condenándoles al pago de las costas del presente
juicio.
Segundo.– Interpuesto recurso de apelación
contra la anterior sentencia por la representación procesal de la parte demandada, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de
Albacete, dictó sentencia con fecha 3 de
febrero de 1998, cuya parte dispositiva es
como sigue: FALLAMOS: Que estimando el
recurso de apelación interpuesto por la representación de Manuel M. A., Banesto, S.A.
contra la sentencia dictada por el Juzgado de
Primera Instancia de Alcaraz de fecha nueve
de julio de mil novecientos noventa y siete
debemos revocar y revocamos expresada
resolución, desestimando la demanda, con
costas en primera instancia al actor y sin
costas en la alzada.
Tercero.– 1.– El Procurador D. Francisco
Álvarez del Valle García, en nombre y representación de D. Emilio Reyes C. N. interpuso
recurso de casación contra la anterior sentencia, con apoyo en los siguientes MOTIVOS
DEL RECURSO: PRIMERO.– Quebrantamiento de las formas esenciales del juicio,
por infracción de las normas reguladoras de
la sentencia, al amparo del artículo 1692,
ordinal 3°, inciso 1° de la Ley de Enjuiciamiento Civil por la sentencia en infracción
del artículo 359 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil. SEGUNDO.– Al amparo del número
4° del artículo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil por infracción de la Jurisprudencia aplicable para resolver las cuestiones
objeto de debate. TERCERO.– Al amparo del
número 4° del artículo 1692 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil por infracción de las
normas del ordenamiento jurídico o la jurisprudencia aplicable para resolver las cuestio-
73
74
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
nes objeto de debate. Se consideran infringidos el art. 126.1.º de la Ley de Arrendamientos Rústicos de 31 de diciembre de
1981. CUARTO.– Al amparo del número 4°
del artículo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil por infracción de las normas del ordenamiento jurídico o la jurisprudencia aplicable para resolver las cuestiones objeto de
debate. Se consideran infringidos art. 88 de la
Ley 83/1980 de 31 de diciembre de Arrendamientos Rústicos, art. 1521 del Código
civil. QUINTO.– Al amparo del número 4°
del artículo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil por infracción de las normas del ordenamiento jurídico o la jurisprudencia aplicable para resolver las cuestiones objeto de
debate. Como norma infringida por inaplicación citamos el art. 1520.1° del Código civil.
SEXTO.– Al amparo del número 4° del artículo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil
por infracción de las normas del ordenamiento jurídico o la jurisprudencia aplicable
para resolver las cuestiones objeto de debate.
Como norma infringida por aplicación indebida citamos el art. 6.1° de la Ley de Arrendamientos rústicos. SÉPTIMO.– Al amparo
del número 4° del artículo 1692 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil por infracción de las
normas del ordenamiento jurídico o la jurisprudencia aplicable para resolver las cuestiones objeto de debate. Corno norma infringida
por inaplicación citamos el art. 20.1° de la
Ley de Arrendamientos Rústicos. OCTAVO.– Al amparo del número 4° del artículo
1692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil por
infracción de las normas del ordenamiento
jurídico o la jurisprudencia aplicable para
resolver las cuestiones objeto de debate.
Como norma infringida por inaplicación
citamos el art. 22.2° de la Ley de Arrendamientos Rústicos. NOVENO.– Al amparo del
número 4° del artículo 1692 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil por infracción de las
normas del ordenamiento jurídico o la jurisprudencia aplicable para resolver las cuestiones objeto de debate. Como norma infringida
por inaplicación citamos el art. 1232.1° del
Código civil. DÉCIMO.– Al amparo del
número 4° del artículo 1692 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil por infracción de las
normas del ordenamiento jurídico o la jurisprudencia aplicable para resolver las cuestiones objeto de debate. Como normas infringidas por inaplicación citamos el art. 596,
párrafos 3° y 7° en relación con el art. 597,
párrafo 4° de la Ley de Enjuiciamiento Civil
y el art. 1218 del Código civil. UNDÉCIMO.– Al amparo del número 4° del artículo
1692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil por
incurrir la sentencia impugnada en infracción
de la doctrina jurisprudencial que veda la
arbitrariedad de los poderes públicos al valorar con falta de lógica la prueba documental.
2.– Admitido el recurso y evacuado el traslado conferido, el Procurador D Carlos Ibáñez
de la Cadiniere, en nombre y representación
de D. Manuel M. A. y de la entidad Banesto,
S.A. presentó escrito de impugnación al
mismo.
3.– No habiéndose solicitado por todas las
partes la celebración de vista pública, se
señaló para votación y fallo el día 7 de junio
del 2004, en que tuvo lugar.
Ha sido Ponente el Magistrado Excmo. Sr. D.
XAVIER O'CALLAGHAN MUÑOZ
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero.– La cuestión que se plantea en la
presente casación es muy concreta. Se ejercitó en su día por el arrendatario de cuatro
fincas rústicas D. Emilio Reyes C. N. acción
de retracto al amparo de lo dispuesto en el
artículo 88 de la Ley 83/1980, de 31 de diciembre, de arrendamientos rústicos, en cuya
demanda interesó la cancelación del derecho
real de hipoteca que había constituido tras la
compraventa el comprador de aquellas fincas
rústicas, D. Manuel M. A., en garantía del
préstamo que le había otorgado el propio
vendedor «Banco Español de Crédito, S.A.».
El Juzgado de la instancia de Alcaraz estimó
totalmente la demanda. Cuya sentencia fue
revocada por la Audiencia Provincial de
Albacete, que la desestimó por entender que
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
no cabe la acumulación de la acción de retracto con la de cancelación de hipoteca, que
prohíbe expresamente el artículo 126.1 de la
misma ley, vigente a la sazón. Su razonamiento es el siguiente: «En el presente caso,
las obligaciones asumidas por el comprador
no consisten en pagar al vendedor el precio
que consta en la escritura, sino que al recibir
un préstamo hipotecario por importe muy
superior al precio de las parcelas, si se admiten las pretensiones del actor, con el precio
que reciba, en forma alguna podrá cancelar la
hipoteca ya que las fincas gravadas, no sólo
responden del precio proporcional que les
corresponden, sino también de los posibles
intereses, como claramente se hace constar en
la inscripción registral, y por tanto sufrirá un
empobrecimiento patente, y por otra parte, la
entidad vendedora que tiene como garantía
para recobrar su préstamo, tales parcelas,
quedaría sin ella, si el comprador no cancelara el préstamo concedido, ello demuestra que
la prohibición establecida en el artículo 126
de la L.A.R. de acumulación de acciones
distintas a la estricta de retracto, tiene una
razón fundada, y al actor al vulnerar tal
prohibición se hace acreedor a una sentencia
desestimatoria de sus diferentes pretensiones».
Frente a esta sentencia el demandante ha
interpuesto el presente recurso de casación en
once motivos. Sin embargo, toda la cuestión
se reduce a un extremo: cuando el adquirente
de la finca que es objeto del retracto, ha
constituido un derecho real limitado sobre
ella, si la acción de retracto implica –por
tanto se puede y debe pedir– la extinción y
cancelación del mismo.
Segundo.– El primer motivo del recurso de
casación interpuesto por la parte demandante
en la instancia, arrendatario retrayente, debe
ser examinado en primer lugar, por tratarse
de norma procesal, de orden público. Al
amparo del número 3° del artículo 1692 de la
Ley de Enjuiciamiento Civil se alega infracción del artículo 359 de la misma ley por
haber incurrido la sentencia recurrida en
incongruencia; se expresa en este motivo que
la sentencia rechaza la acción de retracto por
acumular la pretensión de que se cancele un
préstamo hipotecario, lo que no es así ya que
el demandante y recurrente sólo ha pretendido la cancelación de la hipoteca.
El motivo se desestima, porque si bien plantea la cuestión jurídica esencial, no se resuelve ésta por vía de la incongruencia, sino por
los motivos atinentes al fondo. La congruencia es la relación entre el suplico de la demanda y el fallo de la sentencia (sentencias
de 2 de marzo de 2000, 11 de abril de 2000,
10 de abril de 2002, 1 de julio de 2002, 8 de
noviembre de 2002, 11 de marzo de 2003)
por lo que, en principio, no cabe plantearse
este tema en la sentencia desestimatoria de la
demanda (sentencias de 1 de octubre de 2001,
19 de junio de 2003).
Tercero.– Los motivos atinentes al fondo, en
los que esta Sala debe resolver la cuestión
planteada, son los motivos segundo, que con
un enfoque no muy correcto mantiene la
infracción de la doctrina de los actos propios,
tercero, que alega la infracción de la norma
que ha motivado la desestimación de la demanda, artículo 126.1°, cuarto, por infracción
del artículo 88 de la misma Ley de Arrendamientos Rústicos y 1521 del Código civil y
quinto, infracción del artículo 1520 del Código civil; todos formulados al amparo del n°
4° del artículo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
Estos motivos deben ser estimados. La posición de esta Sala, ante la cuestión planteada
en casación es clara. El retracto legal da
derecho al retrayente a adquirir la cosa retraída en el estado que tenía en el momento de
darse aquella compraventa que dio lugar al
retracto; es decir, si el adquirente –retraído–
realiza actos de disposición sobre la cosa, tras
haberla adquirido y antes de producirse el
retracto, serán ineficaces y si han tenido
acceso al Registro de la Propiedad se cancelarán las inscripciones. Así se deduce del artículo 88 de la Ley de Arrendamientos Rústicos y del artículo 1521 del Código civil y lo
dijo la sentencia de 9 de marzo de 1999 (LA
LEY JURIS. 3736/1999) en estos términos:
75
76
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
«El retracto legal faculta a su titular, el retrayente, para convertirse en propietario de la
cosa sobre la que recae; es el poder sobre una
cosa para adquirirla después de haber sido
transmitida a un tercero, en las mismas condiciones que éste; lo cual coincide con la
definición legal que da el artículo 1521 del
Código civil: El retracto legal es el derecho
de subrogarse, con las mismas condiciones
estipuladas en el contrato, en lugar del que
adquiere una cosa por compra o dación en
pago. Como consecuencia, al ejercitar el
retracto, adquiere el retrayente la cosa retraída en el estado que tenía al tiempo de la
transmisión onerosa que dio lugar al mismo;
no puede verse la cosa disminuida por posteriores cambios, como pudieran ser segregaciones. No puede olvidarse que el retracto
legal es un límite al derecho de propiedad, no
precisa su inscripción en el Registro de la
Propiedad y no puede ser restringido por
operaciones del titular dominical y registral
frente al que se ejercita el retracto».
Por tanto, en el presente caso, la ineficacia de
la hipoteca –no del préstamo– viene producida por el retracto, al haberse constituido e
inscrito en el Registro de la Propiedad tras la
adquisición y antes del retracto.
En el suplico de la demanda no se han acumulado dos acciones contra el mismo demandado, lo que prohíbe el artículo 126.1 de
la Ley de Arrendamientos Rústicos sino la de
retracto contra el adquirente y, como consecuencia, no acumulación, se interesa la cancelación de la hipoteca frente al acreedor
hipotecario, la entidad bancaria. Por tanto, no
procedía la aplicación del artículo mencionado de la Ley de Arrendamientos Rústicos,
sino el del Código civil, artículo 1521.
En consecuencia, se estima infringida la
jurisprudencia que se cita en el motivo
segundo, el artículo 126.1 de la Ley de
Arrendamientos Rústicos que se alega en el
tercero, los artículos 88 de la misma ley y
1521 del Código civil que se denuncian en
el motivo cuarto y, aunque no directamente, el 1520 del mismo cuerpo legal, del
motivo quinto.
Cuarto.– Al estimarse los mencionados
motivos, no tiene interés el examen de los
restantes que se refieren, todos ellos, a la
existencia del derecho de retracto, sino que,
tal como dispone el artículo 1715.1.3° de la
Ley de Enjuiciamiento Civil esta Sala asume
la instancia y debe resolver sobre la procedencia de la acción de retracto.
Y en este tema debe partirse del presupuesto
inicial que es el cumplimiento del plazo que
establece el artículo 88 de la Ley de Arrendamientos Rústicos: sesenta días hábiles desde la
notificación de la venta, que no se ha hecho o
desde el conocimiento de la transmisión. En el
presente caso, el dies a quo se fija sin discusión por ambas partes en la fecha de inscripción de la compraventa en el Registro de la
Propiedad, 2 de octubre de 1996; en fecha 11
de diciembre de 1996 se formula demanda de
conciliación, que se celebra sin avenencia el
siguiente día 23 de enero de 1997; la demanda
ejercitando la acción de retracto lleva fecha de
25 de enero de 1997; en esta fecha se ha rebasado sobradamente el dies ad quem.
El plazo para el ejercicio de la acción de
retracto no hay duda que es de caducidad; y
tampoco la hay de que ningún plazo de caducidad admite interrupción. Prescindiendo de
la situación procesal anterior a la reforma de
la Ley de Enjuiciamiento Civil de 6 de agosto
de 1984, actualmente el acto de conciliación
es facultativo y no cabe que el mismo interfiera el ejercicio de una acción sujeta a plazo
de caducidad; la conciliación es intrascendente a los efectos de la caducidad. Así lo
expresó, para un caso de acción de responsabilidad en transporte marítimo la sentencia de
19 de febrero de 1990, (LA LEY JURIS. 3291/1990) en estos términos: «...como de caducidad el plazo de un año, a contar desde la
entrega de las mercancías... cuerpo de doctrina uniforme en la que no deja de subrogarse
el dato de la inoperancia de la conciliación a
efectos de interrupción del plazo».
En el presente caso –al igual que en el de la
sentencia citada– se presentó la demanda
transcurrido el plazo de caducidad, por lo que
no cabe prosperar la acción de retracto. Por
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
tanto, esta Sala, al asumir la instancia, debe
desestimar la demanda formulada.
Quinto.– Así, se estima el recurso de casación, pero, asumiendo la instancia, esta Sala
desestima la demanda de retracto de arrendamiento rústico por caducidad de la acción.
En cuanto a las costas, deberán imponerse a
la parte actora la de primera instancia, por
imperativo de lo dispuesto en el artículo 523
de la Ley de Enjuiciamiento Civil; no se hará
condena en la de segunda instancia; tampoco
en las de este recurso, por disposición del
artículo 1715.2 de la misma ley.
Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la
autoridad conferida por el pueblo español.
FALLAMOS
QUE DEBEMOS DECLARAR Y DECLARAMOS HABER LUGAR AL RECURSO
DE CASACIÓN, formulado por el Procurador D. Francisco Álvarez del Valle García, en
nombre y representación de D. Emilio Reyes
C. N., contra la sentencia dictada en grado de
apelación por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete, en fecha 3 de
febrero de 1998, que CASAMOS y ANULAMOS y desestimamos la demanda, por
caducidad de la acción, del mismo recurrente
formulada contra D. Manuel M. A. y «Banco
Español de Crédito, S.A.».
Condenamos a dicha parte demandante en las
costas procesales de primera instancia; no se
hace condena en las de segunda instancia;
tampoco en las de este recurso en que cada
parte satisfará las suyas.
Y líbrese a la mencionada Audiencia certificación correspondiente, con devolución de
los autos y rollo de apelación remitidos.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN LEGISLATIVA pasándose al efecto las copias necesarias, lo
pronunciamos, mandamos y firmamos.–
ANTONIO GULLÓN BALLESTEROS.- XAVIER
O'CALLAGHAN MUÑOZ.- RAFAEL RUIZ DE LA
CUESTA CASCAJARES.- RUBRICADOS.
PUBLICACIÓN
Leída y publicada fue la anterior sentencia
por el EXCMO. SR. D. Xavier O'Callaghan
Muñoz, Ponente que ha sido en el trámite de
los presentes autos, estando celebrando Audiencia Pública la Sala Primera del Tribunal
Supremo, en el día de hoy; de lo que como
Secretario de la misma, certifico.
El retracto legal da derecho al retrayente a
adquirir la cosa retraída en el estado que tenía
en el momento de darse la compraventa que
dio lugar al retracto; es decir, si el adquirente
–retraído– realiza actos de disposición sobre
la cosa, tras haberla adquirido y antes de
producirse el retracto, serán ineficaces y si
han tenido acceso al Registro de la Propiedad
se cancelarán las inscripciones. Así se deduce
del art. 88 LAR y del art. 1521 Cc. Por tanto,
en el caso, la ineficacia de la hipoteca constituida por el comprador viene producida por
el retracto, al haberse realizado dicha constitución e inscripción en el Registro de la Propiedad tras la adquisición y antes del retracto.
Además, al contrario de lo que se afirma en la
sentencia de apelación como fundamento
para desestimar la demanda, el actor no acumuló en ésta dos acciones contra el mismo
demandado, lo que prohíbe el art. 126.1 LAR,
sino la de retracto contra el adquirente y,
como consecuencia, no acumulación, interesó
la cancelación de la hipoteca frente al acreedor hipotecario (Cfr. TS 1.ª S 9 Mar.
1999).ARRENDAMIENTOS RÚSTICOS.
RETRACTO. Ineficacia de los actos de disposición realizados por el comprador –retraído– tras haber adquirido la finca y antes de
producirse el retracto. Si dichos actos han
tenido acceso al Registro de la Propiedad se
cancelarán las inscripciones. Caducidad de la
acción de retracto. No se interrumpe por el
acto de conciliación.
77
IV.B.
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA
IV.B.1
AUTO DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA
N.º 5 DE 6 DE SEPTIEMBRE DE 2004
Aceptación extemporánea de una herencia a beneficio de inventario por
los herederos.
AUTO N.º 5
RAZONAMIENTOS JURÍDICOS
En Barcelona a seis de septiembre de dos mil
cuatro.
Vistos por mí Guillermo Vidal Andreu, el
expediente de recurso gubernativo n.º 3 de
2004, interpuesto por D. Lluis Jou i Mirabent,
contra la nota de calificación del Sr. Registrador de la Propiedad n.º 2 de Cerdanyola
del Vallès, en el cual se acreditan los siguientes.
Primero. Se pretende la inscripción de la
escritura, fechada a 16 de abril de 2004, que
contiene la manifestación y aceptación de
herencia por parte de D.ª Anna Casado Colao,
hija de D. Ginés Casado Carrillo, fallecido en
Barcelona el 16 de enero de 1998, cuando la
ahora aceptante contaba la edad de trece
años, en cuanto nacida el 15 de agosto de
1985. Se practica inventario de los bienes de
la herencia por la aceptante y su madre D.ª
Isabel María Colao Pascual, se acepta la
herecia del padre a beneficio de inventario y
se entrega a la madre la nuda propiedad de
los bienes.
Presentada la escritura al Registro, el Registrador de la Propiedad n.º 2 de Cerdanyola
suspende la inscripción por el defecto subsanable de haberse practicado la aceptación a
beneficio de inventario extemporáneamente,
con la siguiente nota: «En base al artículo 30
del Codi de Successions de Catalunya, Llei
40/1991, de 30 de diciembre, para la aceptación de la herencia a beneficio de inventario,
es necesario hacer la aceptación de la herencia con este beneficio en el plazo de un año a
contar desde la delación, lo que no ha ocurrido en este caso».
Segundo. Plantea, pues, el recurso la tempestividad de una aceptación a beneficio de
inventario realizada por un heredero (menor
de edad al momento del fallecimiento del
causante) años después de la delación y dentro del año de alcanzar la mayoría de edad.
HECHOS
Primero.– Por D. Luis Jou i Mirabent, Notario de Barcelona, en fecha 11 de junio de
2004 y al amparo de lo dispuesto en el artículo 325 b) de la Ley Hipotecaria, interpuso
recurso gubernativo contra la nota de calificación del Sr. Registrador de la Propiedad n.º
2 de Cerdanyola del Vallès de fecha 18 de
mayo de 2004, hecha en escritura de Herencia, autorizada por el notario recurrente, el 16
de abril de 2004 con número de su protocolo
1.000.
Segundo.– Remitido dicho recurso por el Sr.
Registrador de la Propiedad n.º 2 de Cerdanyola del Vallès, junto con el preceptivo
informe, quedarón las actuaciones sobre la
mesa de esta Presidencia para dictar la resolución oportuna.
80
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Hay que resaltar de inmediato que no se trata
de una herencia aceptada tácitamente en
momento anterior (art. 19 del Codi de Successions de Catalunya), caso en que podría
operar la previsión del art. 33 del mismo
texto legal, invocado por el Notario recurrente, pues ni de la escritura de manifestación y aceptación de la herencia ni en momento alguno del recurso (salvo en las argumentaciones vertidas en el Informe del
Registrador de la Propiedad) se ha evidenciado o acreditado aquella aceptación.
Se trata, entonces, de un caso de clara inactividad por parte del representante legal del menor
(madre) que no ha aceptado ni tácita ni expresamente la herencia y que sólo cuando la heredera alcanza la mayoría de edad, procede, con
ella, a inventariar los bienes, aceptándose sólo
entonces la herencia a beneficio de inventario.
En este caso, resulta de específica aplicación
la regla contenida en el último párrafo del art.
30 del Codi: «La declaració de voler acceptar l´herència a benefici d´inventari es pot fer
en qualsevol cas devant de notari o per escrit
adreçat al jutge competent en la successió, i
ha d´ésser feta en el termini d´un any a
comptar de la delació, però sempre en el
trenta dies comptadors des que hagi pres
possessió del béns hereditaris «.
Así pues, no constando acreditada, siquiera
mínimamente, una aceptación tácita y habiéndose producido la aceptación a beneficio
de inventario transcurrido con exceso el plazo
que prevé el art. 30 del Codi de Successions
de Catalunya, ésta no puede tener efecto.
Tercero. Con todo, es claro que la aceptación
puede tener y ha de tener acceso registral,
tratándose de un acto plenamente inscribible
en cuanto refleja un modo de adquisión del
dominio (arts. 1.1 y 2 de la Ley Hipotecaria).
Así con ello, la resolución que procede es
revocar la nota del Registrador y ordenar la
inscripción, sin constancia registral del
beneficio de inventario reflejado en la
aceptación.
Cuarto. No ha lugar a la imposición de costas.
Vistos los artículos citados y demás disposiciones aplicables.
El Excmo. Sr. Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, ante mí, el Secretario de Gobierno, dijo: Se estima el recurso formulado por D. Lluis Jou i Mirabent,
contra la nota de calificación del Sr. Registrador de la Propiedad n.º 2 de Cerdanyola
del Vallès, de fecha 18 de mayo de 2004, en
escritura de Herencia, autorizada por el Notario recurrente en fecha 16 de abril de 2004
con número de su protocolo 1.000, y en consecuencia se ordena al Sr. Registrador la
inscripción de la escritura que han sido objeto
de debate en el presente recurso, sin constancia registral del beneficio del inventario
reflejado en la aceptación, no habiendo lugar
a imposición de costas.
Notifíquese este auto a la parte recurrente y al
Sr. Registrador de la Propiedad n.º 2 de Cerdanyola del Vallès, previniéndoles contra el
presente auto no cabe interponer recurso
alguno.
ASI lo acuerda y firma el Excmo. Sr. Presidente de este Tribunal Superior de Justicia de
Cataluña, de lo que yo, el Secretario de Gobierno, certifico.
COMENTARIO
Se acepta una herencia a beneficio de inventario transcurrido el plazo de un año desde la delación, y pasados treinta días siguientes a la toma de posesión de la herencia.
No cabe alegar que la aceptación con ese beneficio se produjo dentro del año siguiente a la
mayoría de edad del heredero menor en el momento de la delación; pues lo que se sanciona en
este caso, es la inactividad del heredero que no realizó ni siquiera una aceptación tácita de la
herencia, que determinaría respecto del menor la aceptación a beneficio de inventario de forma
automática en los términos del art. 33 del Codi de Successions de Catalunya.
IV.
AUTOS DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA. JURISPRUDENCIA
El fundamento del plazo de un año se encuentra en que durante ese término se suspenden las
acciones de legatarios y fideicomisarios, pero no las de los acreedores tanto tengan garantía real
para el cobro de sus creditos como en el caso de que no la tengan, para reforzar su situación. Por
último la limitación de responsabilidad a los bienes del caudal y su determinación no puede ser
indefinida.
En este caso el Alto Tribunal determina que si conforme al art 32 del Codi de Successsions de
Catalunya lo que procede es establecer la aceptación pura y simple de la herencia y practicar su
inscripción un el Registro en ese sentido; pues se trata de un modo de adquirir bienes por título
gratuito.
81
V
DERECHO FISCAL
Santiago Lafarga Morell
V.1
CONSULTA (05/02/2004)
ISD. Hecho imponible. Si se adquiere una finca por renuncia al pro indiviso o
cualquier otro negocio jurídico, se devengará el ISD. Si se adquiere por donación
una parte de la finca, subrogándose el donatario en las obligaciones derivadas de
un préstamo hipotecario garantizado por hipoteca sobre aquélla, dicha donación
queda sujeta al ISD, siendo la base imponible el valor real de la parte de la finca
adquirida al extinguirse el pro indiviso, minorado en el importe de la obligación
asumida por el préstamo hipotecario. IRPF. Ganancias y pérdidas patrimoniales. Transmisiones lucrativas. La renuncia al pro indiviso generará una ganancia o pérdida patrimonial por producirse una variación en el valor del patrimonio
del contribuyente que se pone de manifiesto con ocasión de una alteración en su
composición. Deducción por adquisición de vivienda habitual. Supuestos que
no dan derecho a deducción. No es posible que el que renuncia al pro indiviso
pueda deducirse por adquisición de vivienda habitual por las cuotas de amortización satisfechas antes de la renuncia por no haberse cumplido los requisitos recogidos en el art. 51 del Reglamento del Impuesto para que la vivienda pueda ser
considerada como habitual.
PRECEPTOS:
Ley 29/1987 (ISD), arts. 3.º 1 a), 9.º b) y 17.
Ley 40/1998 (IRPF) arts. 31 y 34.
RD 214/1999 (IRPF), art. 51.
Descripción sucinta de los hechos:
La consultante adquirió, en abril de 2001 y en pro indiviso, una vivienda que fue financiada
mediante un préstamo hipotecario. Por problemas personales, uno de los copropietarios ha decidido renunciar al pro indiviso y subrogarse la otra parte en el préstamo hipotecario pendiente
después de haber sido satisfechas las cuotas de amortización correspondientes al año 2001.
Cuestión planteada:
Tributación de la renuncia al pro indiviso.
Contestación:
De la cuestión planteada se deduce que en la renuncia al pro indiviso no existe contraprestación alguna, por lo que, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 3.º 1 b) de la Ley 29/1987,
de 18 de diciembre, del ISD, constituye el hecho imponible del impuesto la adquisición de
bienes y derechos por donación o cualquier otro negocio jurídico a título gratuito. Por tanto, si
se adquiere una finca por renuncia al pro indiviso o cualquier otro negocio jurídico, se devengará el citado tributo.
86
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Respecto a la base imponible del mismo, de acuerdo con lo previsto en el artículo 9.º b) de
la misma Ley, su cuantificación es el valor neto de los bienes o derechos adquiridos, entendiéndose como tal el valor real de los elementos patrimoniales adquiridos menos las cargas y
deudas deducibles.
En relación con lo anterior, el artículo 17 considera como deudas deducibles las garantizadas por derechos reales que recaigan sobre los bienes transmitidos, cuando el adquirente haya
asumido fehacientemente la obligación de pagar la deuda garantizada.
En consecuencia, si se adquiere por donación una parte de la finca, subrogándose el donatario en las obligaciones derivadas de un préstamo hipotecario garantizado por hipoteca sobre
aquélla, dicha donación queda sujeta al ISD, siendo la base imponible el valor real de la parte
de la finca adquirida al extinguirse el pro indiviso, minorado en el importe de la obligación
asumida por el préstamo hipotecario.
Por lo que respecta al donante, la renuncia al pro indiviso generará una ganancia o pérdida
patrimonial por producirse una variación en el valor del patrimonio del contribuyente que se
pone de manifiesto con ocasión de una alteración en su composición (art. 31.1 de la Ley
40/1998, de 9 de diciembre, del IRPF y otras Normas Tributarias).
Al tratarse de una transmisión a título lucrativo, el valor de transmisión será el que resulte
de la aplicación de las normas del ISD (art. 34 de la Ley 40/1998), es decir, el valor real de la
parte de la finca transmitida, sin deducción de las cargas y deudas que las graven. El valor de
adquisición podrá actualizarse mediante la aplicación de los coeficientes de actualización previsto en la Ley de Presupuestos Generales del Estado del año de la transmisión.
Ahora bien, en el caso de producirse una pérdida patrimonial, hay que tener en cuenta lo
dispuesto en el apartado 5 del artículo 31, que establece que no se computarán como pérdidas
patrimoniales las debidas a transmisiones lucrativas por actos intervivos o a liberalidades.
La integración del importe de la ganancia patrimonial se efectuará:
– En la parte general de la base imponible si el período de tiempo transcurrido entre la adquisición y la transmisión de la vivienda fuera igual o inferior a un año.
– En la parte especial de la base imponible si ese período fuera superior a un año.
Por último, en relación con la posibilidad de que el que renuncia al pro indiviso pueda deducirse por adquisición de vivienda habitual por las cuotas de amortización satisfechas antes de
la renuncia, la respuesta es negativa, por no haberse cumplido los requisitos recogidos en el
artículo 51 del Reglamento del Impuesto para que la vivienda pueda ser considerada como
habitual.
Lo que comunico a Vd. con el alcance y efectos previstos en el apartado 2 del artículo 107
de la Ley General Tributaria.
V.2
CONSULTA: 18/08/2004
ISD. Normas especiales. Renuncia. La adquisición del usufructo universal por el
cónyuge viudo no le constituye en heredero, por lo que puede renunciar en parte
al usufructo universal de los bienes del difunto, toda vez que no existe parte onerosa a la que renuncie. Si la renuncia es pura, simple y gratuita, son sus beneficiarios quienes deben tributar por la adquisición de la parte repudiada o renunciada, además de por los demás bienes recibidos directamente del causante. La viuda debe tributar exclusivamente por la parte no renunciada. La adquisición
hereditaria por el cónyuge viudo del pleno dominio del tercio de libre disposición y
del usufructo del tercio de mejora supone la adquisición de herencia y legado,
respectivamente. En tal caso, la renuncia parcial al pleno dominio del tercio de libre disposición debe considerarse como un acto posterior a su aceptación y, en
consecuencia, tributar separadamente de ésta. Por tanto, se exigirá el Impuesto
sucesorio a la viuda por el pleno dominio del tercio de libre disposición y por el
usufructo del tercio de mejora. A los beneficiarios de la renuncia, se les exigirá el
Impuesto, por una parte, por los bienes recibidos directamente del causante, en
concepto de adquisición por título sucesorio; y por otra por la cesión posterior a su
favor de la parte renunciada por la viuda, en concepto de donación.
PRECEPTOS:
Ley 29/1987 (ISD), art. 28.
RD 1629/1991 (ISD), art. 58.
Descripción sucinta de los hechos:
Con fecha 28 de octubre de 2003, se produce el fallecimiento de una persona, cónyuge y
padre de los consultantes. En su testamento, lega el usufructo de todos sus bienes a su esposa e
instituye herederos a sus dos hijos, estableciendo que si alguno de los legitimarios no admite
esta disposición, manda que quede reducida su participación en la herencia a la legítima corta,
y que si la rechazan todos lega a su esposa el pleno dominio del tercio de libre disposición,
además del usufructo del de mejora. La viuda desea renunciar a parte de su legado, planteándose dos posibilidades:
Primera: renuncia pura y simple a una parte de su legado (aproximadamente al 60 por
100).
Segunda: los dos únicos hijos se oponen al usufructo universal, con lo que la viuda es llamada a suceder en el tercio de libre disposición y en el usufructo del de mejora. Entonces,
dicha viuda acepta el legado de un 50 por 100 del pleno dominio del tercio libre y renuncia al
otro 50 por 100 de este tercio y al usufructo del tercio de mejora.
88
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Cuestión planteada:
Consecuencias fiscales en el ISD de dichas renuncias: si la renuncia pura y simple al legado
tiene repercusión en el renunciante. Si la renuncia pura y simple al legado tiene repercusión
sobre aquellas personas que vean aumentar su derecho de participación en la herencia.
Contestación:
En relación con las cuestiones planteadas en el escrito de consulta, este Centro Directivo informa lo siguiente:
En primer lugar, cabe indicar que aunque no se diga expresamente en el escrito de consulta,
de su texto parece entenderse que las renuncias que plantea hacer la viuda serán, además de
puras y simples, gratuitas. Las consideraciones que se exponen a continuación parten de esta
premisa.
El artículo 28 de la Ley 29/1987, de 18 de diciembre, del ISD, determina lo siguiente en sus
dos primeros apartados:
«1. En la repudiación o renuncia pura, simple y gratuita de la herencia o legado, los beneficiarios de la misma tributarán por la adquisición de la parte repudiada o renunciada aplicando
siempre el coeficiente que corresponda a la cuantía de su patrimonio preexistente. En cuanto al
parentesco con el causante, se tendrá en cuenta el del renunciante o el del que repudia cuando
tenga señalado uno superior al que correspondería al beneficiario.
2. En los demás casos de renuncia en favor de persona determinada, se exigirá el Impuesto
al renunciante, sin perjuicio de lo que deba liquidarse, además, por la cesión o donación de la
parte renunciada.»
Este precepto tiene su desarrollo reglamentario en el artículo 58 del Real Decreto
1629/1991, de 8 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento del ISD, que dispone lo
siguiente en sus apartados 1 y 2:
«1. En la repudiación o renuncia pura, simple y gratuita de la herencia o legado, los beneficiarios de la misma tributarán por la adquisición de la parte repudiada o renunciada aplicando
siempre el coeficiente que corresponda a la cuantía de su patrimonio preexistente. En cuanto al
parentesco con el causante, se tendrá en cuenta el del renunciante o el del que repudia cuando
tenga señalado un coeficiente superior al que correspondería al beneficiario.
Si el beneficiario de la renuncia recibiese directamente otros bienes del causante, sólo se
aplicará lo dispuesto en el párrafo anterior cuando la suma de las liquidaciones practicadas por
la adquisición separada de ambos grupos de bienes fuese superior a la girada sobre el valor de
todos, con aplicación a la cuota íntegra obtenida del coeficiente que corresponda al parentesco
del beneficiario con el causante.
2. En los demás casos de renuncia en favor de persona determinada, se exigirá el Impuesto
al renunciante, sin perjuicio de lo que deba liquidarse, además, por la cesión o donación de la
parte renunciada.»
A la vista de los preceptos anteriores, es preciso determinar en primer lugar si los supuestos
de renuncia planteados constituyen o no una repudiación o renuncia pura, simple y gratuita de
la herencia o legado, pues en el primer caso sólo tributarán los beneficiarios de aquéllas y no el
renunciante, mientras que en los demás casos, tributarán tanto el renunciante como los beneficiarios. A este respecto, las disposiciones del Código civil (Cc) en materia de sucesiones determinan entre otras cosas lo siguiente:
V.
DERECHO FISCAL
«Llámase heredero al que sucede a título universal, y legatario al que sucede a título particular» (art. 660).
«La aceptación o la repudiación de la herencia no podrá hacerse en parte, a plazo, ni condicionalmente» (art. 990).
«Entiéndese aceptada la herencia: …/… 2.º Cuando el heredero la renuncia, aunque sea
gratuitamente, a beneficio de uno o más de sus coherederos. 3.º Cuando la renuncia por precio
a favor de todos sus coherederos indistintamente; pero, si esta renuncia fuera gratuita y los
coherederos a cuyo favor se haga son aquellos a quienes debe acrecer la porción renunciada, no
se entenderá aceptada la herencia» (art. 1.000, núms. 2.º y 3.º).
«El heredero, que sea al mismo tiempo legatario, podrá renunciar la herencia y aceptar el
legado, o renunciar éste y aceptar aquélla» (art. 890, párr. segundo).
«El legatario no podrá aceptar una parte del legado y repudiar la otra, si ésta fuera onerosa»
(art. 889, párr. primero).
«El legatario de dos legados, de los que uno fuere oneroso, no podrá renunciar éste y aceptar el otro. Si los dos son onerosos o gratuitos, es libre para aceptarlos todos o repudiar el que
quiera» (art. 890, párr. primero).
«Cuando el legatario no pueda o no quiera admitir el legado, o éste, por cualquier causa, no
tenga efecto, se refundirá en la masa de la herencia, fuera de los casos de sustitución y derecho
de acrecer» (art. 888).
De los preceptos anteriores, se desprende lo siguiente:
El que sucede a título universal es heredero. El heredero no puede renunciar en parte a la
herencia. Sin embargo, si también es legatario, puede renunciar a la herencia y aceptar el legado o viceversa.
El que sucede a título particular es legatario. El legatario sí puede aceptar en parte un legado, salvo que la parte repudiada sea onerosa. Si es legatario de dos legados, también puede
aceptar uno y renunciar o repudiar el otro, salvo que éste sea oneroso y aquél lucrativo. El
legado no aceptado se refunde en la masa hereditaria.
Partiendo de estas premisas, procede ahora analizar los dos supuestos planteados en el escrito de consulta, para calificarlos y determinar su tributación en el ISD:
Primero: renuncia pura y simple de la viuda a una parte del usufructo universal.
En este supuesto, la viuda renuncia pura y simple a una parte (aproximadamente al 60 por
100) del usufructo universal sobre los bienes del difunto. La cuestión radica en determinar si la
adquisición sucesoria del usufructo universal constituye herencia o legado, pues en el primer
caso, no cabe la renuncia parcial. A este respecto, tanto el Tribunal Supremo (TS) (entre otras,
Sentencia de 24 de enero de 1963) como la doctrina civilista española dominante consideran
que el sucesor usufructuario no es heredero. En la sentencia citada, el TS afirma que «entre el
heredero propiamente dicho y el sucesor usufructuario, aunque lo sea a título universal, sobre
todo cuando la designación es voluntaria y no legal… median profundas y esenciales diferencias que dan lugar a la imposibilidad de confundirlos».
En consecuencia, sentado que la adquisición del usufructo universal no constituye al
adquirente en heredero, cabe afirmar que el cónyuge viudo, no existiendo parte onerosa a
la que renuncie, sí puede renunciar en parte al usufructo universal de los bienes del difunto. En cuanto al régimen fiscal, dado que se trata de una renuncia pura, simple y gratuita,
serán los beneficiarios de la misma –en este caso, sus dos hijos– los que deben tributar por
la adquisición de la parte repudiada o renunciada, además de por los demás bienes recibidos directamente del causante, en los términos expuestos en el artículo 28 de la Ley del
89
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
ISD y artículo 58 de su Reglamento. La viuda debe tributar exclusivamente por la parte no
renunciada.
Segunda: aceptación de un 50 por 100 del pleno dominio del tercio libre y renuncia al otro
50 por 100 de este tercio y al usufructo del tercio de mejora.
El segundo supuesto consiste en que los dos únicos hijos se oponen al usufructo universal,
con lo que la viuda es llamada a suceder en el tercio de libre disposición y en el usufructo del
tercio de mejora. Entonces, dicha viuda acepta el «legado» de un 50 por 100 del pleno dominio
del tercio libre y renuncia al otro 50 por 100 de este tercio y al usufructo del tercio de mejora.
Como en el caso anterior, la cuestión estriba en determinar si la adquisición sucesoria descrita constituye herencia o legado. A este respecto, los consultantes califican a la adquisición
hereditaria del pleno dominio del tercio de libre disposición como legado. Sin embargo, no se
puede aceptar esta calificación. En efecto, de acuerdo con la doctrina civilista española, la
institución de heredero se puede definir como la designación hecha por el testador de la persona o personas que han de sucederle a título universal, o sea, en la totalidad o parte alícuota de
sus bienes, derechos y obligaciones transmisibles. El Cc, sin definirla directamente, acepta este
concepto en sus artículos 659 y 660. En este sentido, no se puede calificar a la adquisición
hereditaria del pleno dominio del tercio de libre disposición como legado, sino como herencia,
pues se trata de una sucesión universal –bienes, derechos y obligaciones transmisibles– aunque
de una parte alícuota (un tercio de la totalidad). Por el contrario, la adquisición del usufructo
del tercio de mejora sí debe calificarse como legado, por las razones expuestas en el apartado
anterior.
De acuerdo con lo anterior, la adquisición hereditaria del cónyuge en este supuesto está
constituida por herencia (pleno dominio del tercio de libre disposición) y legado (usufructo del
tercio de mejora). En tal caso, la viuda puede renunciar a una u otro, pero no en parte a la primera. Por lo tanto, la renuncia parcial al pleno dominio del tercio de libre disposición debe
considerarse como un acto posterior a su aceptación y, en consecuencia, tributar separadamente
de ésta. Es decir, en este caso, nos encontraríamos ante el supuesto previsto en el apartado 2 del
artículo 28 de la Ley del Impuesto, por lo que se exigirá el Impuesto al renunciante –la viuda–,
en concepto de adquisición de bienes y derechos por título sucesorio, por el pleno dominio del
tercio de libre disposición y por el usufructo del tercio de mejora. Además, a los beneficiarios
de la renuncia –los hijos– se les exigirá el Impuesto tanto por los bienes recibidos directamente
del causante, en concepto de adquisición de bienes y derechos por título sucesorio, como por la
cesión posterior de la parte renunciada, en concepto de donación.
Conclusiones:
Primera: la adquisición del usufructo universal por el cónyuge viudo no le constituye en heredero, por lo que puede renunciar en parte al usufructo universal de los bienes del difunto,
toda vez que no existe parte onerosa a la que renuncie. Si la renuncia es pura, simple y gratuita,
son sus beneficiarios quienes deben tributar por la adquisición de la parte repudiada o renunciada, además de por los demás bienes recibidos directamente del causante. La viuda debe
tributar exclusivamente por la parte no renunciada.
Segunda: la adquisición hereditaria por el cónyuge viudo del pleno dominio del tercio de libre disposición y del usufructo del tercio de mejora supone la adquisición de herencia y legado,
respectivamente. En tal caso, la renuncia parcial al pleno dominio del tercio de libre disposición debe considerarse como un acto posterior a su aceptación y, en consecuencia, tributar
separadamente de ésta. Por tanto, se exigirá el Impuesto a la viuda por el pleno dominio del
tercio de libre disposición y por el usufructo del tercio de mejora, en concepto de adquisición
por título sucesorio. A los beneficiarios de la renuncia, se les exigirá el Impuesto, por una
V.
DERECHO FISCAL
parte, por los bienes recibidos directamente del causante, en concepto de adquisición por título
sucesorio; y por otra, por la cesión posterior a su favor de la parte renunciada por la viuda, en
concepto de donación.
Todo lo cual, con el alcance previsto en el apartado 2 del artículo 107 de la Ley General
Tributaria, según redacción dada por la Ley 25/1995, de 20 de julio, comunico a Vd. para su
conocimiento.
91
V.3
SENTENCIA DE 15 DE MARZO DE 2004.
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA
SALA DE LO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO
ITP y AJD. Actos jurídicos documentados, documentos notariales. Opción de compra. Escritura de opción de compra de una servidumbre de suministro eléctrico,
pactándose que el precio de opción era gratuito y por tanto la base imponible era
cero. Se trata de una operación onerosa sujeta a AJD siendo la base imponible a
falta de precio convenido, la que resulte de aplicar el 5 por 100 sobre la base
aplicable al contrato de opción de compra. El contrato de opción de compra, abstracción hecha de cuál sea su naturaleza jurídica y su contenido económico, está
equiparado a efectos tributarios al contrato de compraventa, sin otra especialidad
que la contraprestación a estimar como base liquidable, por lo que si el contrato
de compraventa de bienes inmuebles está sujeto al ITP, sujeto estará también el
de opción de compra de iguales bienes.
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero. Por la representación de la parte
actora, en escrito presentado en la Secretaría
de esta Sala, se interpuso el presente recurso
contra la Resolución del Tribunal Económico-Administrativo Regional (TEAR) de
Cataluña de fecha 8 de julio de 1998, por el
concepto de ITP y AJD.
Segundo. Acordada la incoación de los presentes autos, se les dio el cauce procesal
previsto por la Ley Reguladora de esta Jurisdicción, habiendo despachado las partes,
llegado su momento y por su orden, los trámites conferidos de demanda y contestación,
en cuyos escritos respectivos, en virtud de los
hechos y fundamentos de derecho que constan en ellos, suplicaron respectivamente la
anulación de la resolución objeto del recurso
y la desestimación de éste, en los términos
que aparecen en los mismos.
Tercero. Continuado el proceso por los trámites que aparecen en autos, se señaló día y
hora para la votación y fallo, diligencia que
tuvo lugar en la fecha fijada.
Cuarto. En la sustanciación del presente
pleito se han observado las prescripciones
legales.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero. Se plantea el presente recurso contencioso-administrativo contra la Resolución
del TEAR de Cataluña de 8 de julio de 1998,
recaída en expediente número 619382/96, por
la que se desestima la reclamación económicoadministrativa número 5604/1997 deducidas
frente a la liquidación provisional girada por el
ITP y AJD, practicada por la Oficina Liquidadora de Barcelona.
Segundo. De los hechos expuestos resultan
acreditados los siguientes:
1. En fecha 26 de enero de 1993 se formaliza
escritura número... de protocolo ante el Notario Señor A... C... E... de opción de compra
de una servidumbre de suministro eléctrico,
pactándose –letra G– que el precio de opción
era gratuito y por tanto la base imponible era
cero.
V.
2. En fecha 15 de marzo de 1996 se presenta
autoliquidación de la operación declarando la
no sujeción al ITP y AJD.
3. La oficina liquidadora en uso de sus facultades revisoras comprueba la autoliquidación
y no estando de acuerdo con la misma, emite
liquidación complementaria sujetando la
operación al concepto de AJD al tipo impositivo de 0,5 por 100 sobre una base imponible
de 60.000.000 de pesetas, cálculo que resulta
de la aplicación del 5 por 100, del precio de
venta de la servidumbre que asciende a 1.200
millones, más el recargo correspondiente de
450.000 pesetas.
4. La recurrente disconforme con la citada
liquidación complementaria interpone recurso
de reposición. Contra su desestimación interpone reclamación económico-administrativa
desestimada por la Resolución del TEAR de
Cataluña objeto del presente recurso contencioso-administrativo.
Tercero. La cuestión de fondo que se plantea
en el presente recurso gira entorno a la sujeción o no sujeción al ITP y AJD del denominado contrato de opción de compra que a
juicio de la recurrente excede del ámbito del
tributo por ser una operación gratuita, o bien
como aduce la Administración demandada es
onerosa y sujeta a ITP y AJD.
Se trata, pues, de determinar si la escritura
pública de opción de compra ha de gravarse
por la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas del ITP y AJD, y en su caso,
cómo se determina su base imponible.
Invoca, por ello la parte actora en su escrito
de demanda como fundamento de su pretensión anulatoria, los siguientes motivos impugnatorios: en primer lugar, sostiene que
dicha operación está exenta de ITP y AJD,
fundando su tesis sobre la base de que no
puede establecerse precio sobre la opción de
compra al ser la base imponible «cero», por
lo que no tributa por el concepto de ITP y
AJD; en segundo lugar, aduce la infracción
del artículo 124.1 de la Ley General Tributaria (LGT) por vulneración del deber de motivación de las liquidaciones tributarias, lo que
genera una situación de evidente indefensión.
DERECHO FISCAL
Frente a ello las Administraciones demandadas sostienen la corrección de la liquidación
practicada por la Oficina Gestora al ser la
opción de compra un acto sujeto al concepto
AJD en aplicación de lo dispuesto en la normativa aplicable en el Texto Refundido del
ITP y AJD.
Cuarto. Para resolver la cuestión planteada
hay que tener en cuenta que la normativa
aplicable está constituida esencialmente por
el Texto Refundido 1/1993, de 24 de septiembre, que regula el ITP.
En el artículo 31.2 dispone: «Las primeras
copias de escrituras y actas notariales, cuando
tengan por objeto cantidad o cosa valuable,
contengan actos o contratos inscribibles en
los Registros de la Propiedad, Mercantil y de
la Propiedad Industrial y no sujetos al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones o a los
conceptos comprendidos en los apartados 1 y
2 del artículo 1.º de esta Ley, tributarán,
además, al tipo de gravamen del 0,50 por
100, en cuanto a tales actos o contratos. Por
el mismo tipo y mediante la utilización de
efectos timbrados tributarán las copias de las
actas de protesto».
A los efectos de determinar la base imponible
el artículo 14.1 del mismo texto legal dispone:
«Las promesas y opciones de contratos sujetos al Impuesto serán equiparables a éstos,
tomándose como base el precio especial
convenido y a falta de éste, o si fuere menor,
el 5 por 100 de la base aplicable a dichos
contratos.»
En concordancia con lo dicho el artículo 24
del Reglamento del ITP y AJD (RD
828/1995, de 29 de mayo) establece: «La
promesa de venta de bienes de cualquier
naturaleza se entenderá siempre hecha a título
oneroso».
Tras el análisis de la normativa habilitadora y
como viene señalando la Jurisprudencia del
Tribunal Supremo (TS), en relación al contrato de opción de compra y su regulación en
el ámbito tributario resulta significativo lo
dispuesto en su Sentencia de 10 de abril de
1989, en la que afirma:
93
94
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Fundamento jurídico 2.º: «Ante todo, hay que
señalar que, históricamente es indiscutible la
sujeción al tributo de este contrato preliminar
o preparatorio, que la doctrina científica
definió como «convenio por el cual una parte
concede a otra, por tiempo fijo y en determinadas condiciones, la facultad, que se deja
exclusivamente a su arbitrio, de decidir respecto a la celebración de un contrato principal», hasta el punto de que se citaban como
únicas normas a él referidas el viejo Código
de Obligaciones y Contratos para la Zona de
Protectorado de España en Marruecos (arts.
373 a 376) y el Reglamento del Impuesto de
Derechos Reales (art. 9.º 13), a los que se
unió el artículo 14 del Reglamento Hipotecario de 14 de febrero de 1947».
Fundamento jurídico 3.º: «En la actualidad,
son el artículo 142 del Texto refundido de la
Ley del ITP y AJD, aprobado por Real Decreto Legislativo 3050/1980, de 30 de diciembre y el artículo 16.1 del Reglamento de
dicho Impuesto, aprobado por Real Decreto
3494/1981, de 29 de diciembre, las disposiciones que contienen igual norma jurídica al
respecto, en cuanto dicen: «Las promesas y
opciones de contratos sujetos al Impuesto
serán equiparados a éstos, tomándose como
base el precio especial convenido, y a falta de
éste, o si fuera menor, el 5 por 100 de la base
aplicable a dichos contratos». Significa dicho
precepto, así de rango de Ley como de Reglamento, que el contrato de opción de compra, abstracción hecha de cuál sea su naturaleza jurídica y su contenido económico, está
equiparado a efectos tributarios al contrato de
compraventa, sin otra especialidad que la
contraprestación a estimar como base liquidable, por lo que si el contrato de compraventa de bienes inmuebles está sujeto al ITP,
sujeto estará también –sin ninguna otra exigencia– el de opción de compra de iguales
bienes. Cualquier otra interpretación de tal
norma pareja, ciertamente vulneraría la interdicción de criterios interpretativos analógicos, que establece el artículo 24 de la LGT».
Proyectada la doctrina anteriormente expuesta al caso que nos ocupa, debemos con-
cluir que la operación objeto de este recurso
estaría sujeta a AJD, como así también lo ha
decidido la Administración demandada.
En consecuencia, la solución pasa por la
aplicación de los preceptos anteriormente
expuestos y la consecuente determinación de
la base imponible mediante la utilización de
los datos declarados por el propio sujeto
pasivo al ser la base imponible de la operación objeto de esta controversia, y a falta de
un precio convenido, la que resulta de aplicar
el 5 por 100 sobre la base aplicable al contrato de opción de compra.
Quinto. Igual suerte desestimatoria debe
predicarse respecto al segundo motivo impugnatorio expuesto por la actora y la pretendida infracción del artículo 124.1 de la LGT.
La doctrina jurisprudencial del TS tiene
sentado, al efecto, que las notificaciones
personalizadas de las liquidaciones tributarias
han de contener todos los elementos esenciales conformantes de la deuda exaccionada,
sin que sea admisible globalizarlos, ni incluirlos conjuntamente en la cuota misma, ni
sumarlos directamente a ninguna de las partidas integrantes de aquélla, ya que el interesado y, en su caso, después, la Sala de justicia,
para concretarlos o sacar la conclusión de
cuál es su alcance y especificidad, no puede
ni debe entrar a practicar nuevamente las
liquidaciones, supliendo las funciones de la
Administración, ni menos aún a intentar
desentrañar el contenido real de lo que por su
propia oscuridad es contrario a Derecho –al
violar una de las más elementales garantías
del contribuyente– (STS de 8 de marzo de
1999).
Es obvio que, vistas las circunstancias del
caso y todos los elementos de juicio de que se
dispone, hemos de llegar a la conclusión de
que no procede declarar la nulidad de la
liquidación cuestionada, al especificarse, que
no se trata de una nueva comprobación administrativa de valores. Como acertadamente
expone el Letrado de la Generalidad el precepto examinado –124.1 de la LGT– dispone
que como consecuencia de una declaración
de valores declarados se fijan por la Admi-
V.
nistración nuevos valores cuya garantía consiste con la debida precisión, en la notificación individualizada y personal de la misma –
tal como se ha aducido– todos los elementos
esenciales configurativos de la deuda tributaria, tales como el tipo de gravamen, la base
imponible, el medio de cálculo. Resulta evidente, que en el caso que nos ocupa no se
produce una nueva comprobación de valores
declarados sino por el contrario se trata de
una simple determinación de la base imponible mediante la utilización de los datos declarados por la actora en la formalización de la
escritura pública del contrato de opción de
compra. Tras lo dicho, no existe duda alguna
de que la actora conocía los elementos determinantes de la deuda tributaria por lo que no
se aprecia la consecuente «indefensión» de la
entidad afectada.
DERECHO FISCAL
Sexto. En atención a todo lo anteriormente
expuesto, procede desestimar las alegaciones
efectuadas por la actora y confirmar la resolución al ser plenamente ajustada a Derecho. No
es de apreciar especial temeridad ni mala fe a
los efectos de imposición de costas, conforme
a lo prevenido en la Ley Jurisdiccional.
Vistos los preceptos legales citados y demás
de general y pertinente aplicación,
FALLAMOS
1.º Desestimar el recurso contenciosoadministrativo.
2.º Sin imposición de las costas.
Notifíquese la presente resolución a las partes
en la forma prevenida por la Ley, llevándose
testimonio de la misma a los autos principales.
95
V.4
SENTENCIA DE 31 DE MARZO DE 2004
TRIBUNAL SUPREMO
SALA DE LO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO
ISD. Normas especiales: fiducia aragonesa. Se desestima la cuestión de ilegalidad
planteada y se declara la validez del art. 54.8 del Rgto. del ISD, por estar ajustado
a derecho. La regulación reglamentaria de la fiducia, si bien plantea algunos problemas, algunos de ellos graves, no deja de guardar una plena coherencia con el
conjunto de la legislación fiscal, donde con la muerte del causante, se presume la
adquisición hereditaria y se exige el impuesto aunque no conste fehacientemente
tal adquisición y donde, además, se presume la condición de sujetos pasivos en
los llamados a la herencia, con abstracción de su posible rectificación posterior. El
sistema del art. 54.8 consiste en una liquidación inicial provisional y en las liquidaciones complementarias que puedan derivar de la adquisición sucesoria. Si bien
la fiducia aragonesa no permite hablar, en sentido estricto, ab initio, de herederos, el hecho de que, en dicho precepto, se denomine tales a quienes aún no lo
son, no desvirtúa la legalidad de la norma. El art. 54.8 no vulnera, en realidad, la
reserva de Ley en materia tributaria. No existe, tampoco, contradicción del citado
precepto reglamentario con los arts. 1.º y 3.º de la Ley 29/1987. Además el art.
54.8 no incurre en discriminación alguna con respecto a otros supuestos comunes
semejantes, sino que, por el contrario, incluso, en un caso parecido a la fiducia,
como es el de los herederos desconocidos, el art. 75 del Rgto. del ISD arbitra una
solución más rigurosa que la analizada en aquél. Por último, el citado art. 54.8 ha
quedado ratificado por precepto con rango legal, cual es la Ley 13/2000 de las
Cortes de Aragón que al regular en sus arts. 1.º 1 y 7.º, la fiducia aragonesa,
acoge expresamente el sistema previsto en el mismo.
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero. En la indicada fecha 21 de abril de
2003, la Sección 2.ª de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de
Justicia (TSJ) de Aragón dictó sentencia, en el
recurso de dicho orden jurisdiccional número
808/1999, con la siguiente parte dispositiva:
«FALLAMOS
Primero. Estimamos el recurso contenciosoadministrativo número 808 del año 1999,
interpuesto por don J..., doña M... y doña I...
G... B..., contra las resoluciones citadas en el
Encabezamiento de la presente Resolución,
las cuales anulamos así como las liquidaciones que en la misma se confirman, acordando
la devolución de las cantidades ingresadas
con sus intereses legales.
Segundo. No hacemos especial pronunciamiento en cuanto a costas.»
Segundo. Comparecidos la Administración
General del Estado y la Comunidad Autónoma de Aragón, ambas partes codemandadas
en el citado recurso contencioso-adminis-
V.
trativo número 808/1999, formularon sus
respectivas alegaciones, mediante escritos de
7 y 9 de julio de 2003, contraponiéndose a la
cuestión de ilegalidad planteada por la Sala
del TSJ de Aragón y a la nulidad del artículo
54.8 del Real Decreto 1629/1991 acordada en
la sentencia de 21 de abril de 2003; y, señalada, por su turno, para votación y fallo, la
audiencia del día 23 de marzo de 2004, ha
tenido lugar en tal fecha dicha actuación
procesal.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero. La sentencia dictada, con fecha 21
de abril de 2003, en el recurso contenciosoadministrativo número 808/1999, por la
Sección 2.ª de la Sala de dicho orden jurisdiccional del TSJ, se basa, en síntesis, en los
siguientes argumentos:
A) Son elementos de hecho del caso los
siguientes:
a) El 22 de abril de 1992 falleció don J...,
que, con fecha 28 de diciembre de 1987,
había otorgado, junto con su cónyuge, doña
S..., testamento mancomunado, en el que
ambos se concedieron mutuamente «fiducia
sucesoria aragonesa con pacto del más viviente».
b) Doña S... otorgó escritura de manifestación
de herencia e inventario el 19 de octubre de
1992, aceptando el usufructo de viudedad
universal y su condición de fiduciaria, reservándose las facultades de ejercitar dicho
encargo, sin efectuar en dicho momento
atribución alguna.
c) El 11 de noviembre de 1998, doña S...,
madre de los actores en la instancia, haciendo
uso parcial de su facultad fiduciaria, asignó la
nuda propiedad de la finca número... de las
inventariadas a favor de sus nietos, que se
relacionan, en las proporciones que asimismo
se indican, practicando la Oficina Gestora las
correspondientes liquidaciones.
d) El 14 de enero de 1999, la Oficina Gestora
practicó las liquidaciones provisionales números 123, 124 y 125 por el Impuesto sobre
DERECHO FISCAL
Sucesiones a cargo de los tres hijos de doña
S... (recurrentes en la instancia).
B) Alegan los tres recurrentes, hijos de doña
S..., que:
a) En los casos como el de autos no se produce la delación hereditaria hasta tanto el cónyuge supérstite haga uso de su facultad fiduciaria o fallezca sin hacerlo, resultando aplicable el artículo 24.3 de la Ley 29/1987 del
ISD que dispone que «toda adquisición de
bienes cuya efectividad se halle suspendida
por la existencia de una condición, un término, un fideicomiso o cualquier otra limitación, se entenderá siempre realizada el día en
que dichas limitaciones desaparezcan».
b) El artículo 54.8 del Real Decreto
1629/1991 no sólo no dispone de respaldo
legal legitimatorio, sino que contraviene lo
dispuesto en el citado artículo 24, por lo que
resulta ilegal e inaplicable.
c) Los actores no son herederos hasta que su
madre, como fiduciaria, ejerza la fiducia
aplicándoles todos o parte de los bienes de la
herencia, por lo que, aun obviando la ilegalidad del artículo 54.8, tampoco sería factible
la liquidación por no ostentar la cualidad de
herederos.
d) No se ha producido el hecho imponible (ex
art. 3.º de la Ley 29/1987), al no haberse
adquirido ningún bien de la herencia del
padre difunto, ni haberse obtenido un incremento de patrimonio a título lucrativo como
consecuencia de los expresados fallecimiento
y herencia.
C) El Abogado del Estado, por su parte,
aduce que las liquidaciones son conformes al
citado artículo 54.8 del Real Decreto
1629/1991.
Y la Comunidad Autónoma de Aragón, por la
suya, expresa que:
a) La supresión de tal precepto supondría,
paradójicamente, mayor carga impositiva (como sería el giro de la liquidación, por la
totalidad de los bienes que se adquieren en
fiducia, cuando la misma se ejercite, a cargo
del fiduciario).
b) La fiducia aragonesa estaba regulada en
los artículos 33.9 del Reglamento del Im-
97
98
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
puesto de Derechos Reales y sobre Transmisiones de Bienes aprobado por el Decreto
176/1959, de 15 de enero, y 35.9 del Texto
Refundido de la Ley y Tarifas de los Impuestos Generales sobre las Sucesiones y
sobre las Transmisiones Patrimoniales aprobado por el Decreto 1018/1967, de 6 de abril,
con una redacción igual en los dos casos («En
la fiducia aragonesa, sin perjuicio de la liquidación que se practique a cargo del cónyuge
sobreviviente, en cuanto al resto del caudal,
se girará con carácter provisional por igual a
todos los herederos, cuando no hubiera disposición en contrario. Al formalizarse la institución, se girarán las liquidaciones complementarias si hubiera lugar, pero, si por consecuencia de la institución formalizada las
liquidaciones exigibles fueran de menor
cuantía que las satisfechas provisionalmente,
no habrá derecho a devolución alguna»).
c) En la actualidad, la Ley vigente, 29/1987,
no ha incorporado dicho precepto, regulando
el tema en el Real Decreto 1629/1991, de
forma que, si bien desde un punto de vista
formal puede colisionar con el principio de
reserva de Ley, responde a razones de política fiscal.
D) La fiducia sucesoria aragonesa (según la
Compilación de Derecho Civil de Aragón,
Ley 3/1985, de 29 de marzo, arts. 110 a 118
–ratificada, en lo esencial, por la Ley aragonesa 1/1999, de 24 de febrero, de Sucesiones
por Causa de Muerte-) se traduce en que
cada cónyuge puede nombrar fiduciario al
otro para que ordene la sucesión de aquél
entre descendientes y parientes consanguíneos hasta el cuarto grado, de modo que el
fiduciario se subroga en la posición del
causante, para efectuar tal ordenación sucesoria (instituir heredero o herederos, distribuir la herencia, etc.), como si de dicho
causante se tratara.
Es decir, mientras el fiduciario (que no adquiere, en cuanto tal, derecho alguno de
contenido patrimonial sobre la herencia, sino
tan sólo la facultad de integrar la última
voluntad del causante) no efectúe nombramiento hereditario o asignación concreta de
bienes, no hay delación sucesoria, ni tampoco
vocación hereditaria, de forma que ninguno
de los posibles beneficiarios de la fiducia
tiene un derecho efectivo sobre la herencia
hasta tanto el fiduciario no haga uso de sus
facultades (y, en tal situación de pendencia,
los descendientes y parientes, eventuales
beneficiarios, en todo o en parte, no son
llamados a la herencia, ni pueden en consecuencia aceptarla, adquiriendo sólo una expectativa de que se les asignen todos o parte
de los elementos patrimoniales que componen la herencia del causante, pero sin adquirir
ningún derecho actual sobre ellos, ni en forma individual ni conjunta).
Así se pronuncia el artículo 133.1 de la Ley
1/1999 («A todos los efectos legales, la delación de la herencia no se entenderá producida
hasta el momento de la ejecución de la fiducia o de su extinción», de modo que «mientras no se defiera la herencia, se considerará
en situación de herencia yacente»).
E) El artículo 33.9 del Decreto 176/1959, de
15 de enero (reiterado por el 35.9 del Decreto
1018/1967) se mantuvo en vigor con la Ley
29/1987 (ya que su Disp. Final Segunda
indicaba que «hasta la aprobación del Rgto.
del ISD seguirá en vigor el de 15 de enero de
1959 en cuanto no se oponga a los preceptos
de esta Ley»).
El artículo 54.8 del nuevo Reglamento, Real
Decreto 1629/1991, objeto de controversia,
establece que «En la fiducia aragonesa, sin
perjuicio de la liquidación que se gire a cargo
del cónyuge sobreviviente, en cuanto al resto
del caudal, se girarán otras, con carácter
provisional, a cargo de los herederos, con
arreglo a sus condiciones de patrimonio y
parentesco con el causante y sobre la base
que resulte de dividir por partes iguales entre
todos la masa hereditaria. Al formalizarse la
institución por el Comisario se girarán las
liquidaciones complementarias si hubiere
lugar, pero, si por consecuencia de la institución formalizada las liquidaciones exigibles
fueren de menor cuantía que las satisfechas
provisionalmente, podrá solicitarse la devolución correspondiente».
V.
Dicho precepto adolece de varios defectos:
a) Hace referencia a «herederos» cuando los
mismos no existen, propiamente, hasta el
momento en que la fiducia se ejercita, y, a
pesar de ello, se gira una liquidación provisional a cargo de los mismos (sin perjuicio de
las posteriores liquidaciones complementarias).
b) Al introducir normas reglamentarias sin la
debida cobertura legal, contradice la Ley
29/1987 y, en concreto, sus artículos 1.º (pues
«el Impuesto sobre Sucesiones, de naturaleza
directa y subjetiva, grava los incrementos
patrimoniales obtenidos a título lucrativo por
personas físicas, en los términos previstos en
la presente Ley» y es evidente que en la
fiducia sucesoria, con el fallecimiento de
quien la instituye, nada adquieren, y puede
que nada lleguen a adquirir, los destinatarios
de las liquidaciones llevadas a cabo con
arreglo al comentado art. 54.8), 3.º (pues el
hecho imponible está constituido por «la
adquisición de bienes y derechos por herencia, legado o cualquier otro título sucesorio»,
y, en la fiducia, hasta que el fiduciario no
haga uso de sus facultades, no se produce
adquisición de bienes), y 5.º (pues «están
obligados al pago del Impuesto a título de
contribuyentes, cuando sean personas físicas,
en las adquisiciones mortis causa, los causahabientes», y en la fiducia aún no ejercitada
no existen causahabientes).
c) Vulnera el artículo 24.3 de la Ley 29/1987
(«Toda adquisición de bienes cuya efectividad se halle suspendida por la existencia de
una condición, un término, un fideicomiso o
cualquier otra limitación, se entenderá siempre realizada el día en que dichas limitaciones
desaparezcan»), pues la situación de pendencia creada con la fiducia no es equiparable a
una institución hereditaria sujeta a condición
suspensiva, consistente en la decisión del
fiduciario, pues el encargo dado a éste no es
una determinación accesoria, agregada a un
negocio jurídico, mediante la que se hace
depender, de un hecho futuro e incierto, la
producción de efectos de aquél, ya que el
encargo tiene por finalidad propia la de inte-
DERECHO FISCAL
grar la voluntad del causante en el supuesto
de la institución de heredero (no obstante lo
cual, si lo que está pendiente es la existencia
o no del título sucesorio y la naturaleza de
éste, es poco discutible que deba aplicarse en
este caso igualmente el aplazamiento de las
liquidaciones).
d) El artículo 54.8 regula la fiscalidad de la
fiducia sucesoria con desconocimiento de su
naturaleza, contenido y efectos, al margen de
precepto legal alguno que le habilite y sin que
razones de seguridad jurídica o prevención
del fraude fiscal lo amparen (pues bastaría
con que, producido el devengo del tributo por
fallecimiento del causante, el fiduciario formule ante la Hacienda Pública la correspondiente declaración acompañando los documentos que justifiquen la situación de pendencia y, al propio tiempo, permitan a la
Administración tributaria la ejecución de sus
potestades de seguimiento del proceso sucesorio hasta su culminación).
e) Además, ni la Ley ni el Reglamento contienen previsiones similares sobre figuras
forales análogas, produciendo una discriminación en el tratamiento jurídico tributario de
las instituciones forales que es de difícil
justificación.
Segundo. En el auto de 13 de junio de 2003,
planteando la presente cuestión de ilegalidad,
se añade, en resumen, a lo expuesto en la
sentencia, que:
A) La Ley 1/1999 no altera lo razonado en la
sentencia, pues, al contrario, al clarificar la
institución de la fiducia, pone de manifiesto,
aún más, la ilegalidad del artículo 54.8 del
Real Decreto 1629/1991, pues, por lo que
respecta a la delación, dicha Ley señala que
no se entenderá producida hasta el momento
de la ejecución de la fiducia o de su extinción, considerándose la herencia, hasta entonces, en situación de yacente (por lo que,
hasta ese momento, se desconoce quiénes
serán los herederos).
B) La Ley 13/2000, de 27 de diciembre, de las
Cortes de Aragón, de Medidas Tributarias y
Administrativas, declara, en relación con la
fiducia, en su Exposición de Motivos, que «se
99
100
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
reconoce la aplicación de cualquier tipo de
beneficio fiscal en la liquidación provisional
que procede en estos casos en el momento del
fallecimiento del causante» y que «para coadyuvar a solventar el principal problema fiscal
de la fiducia –hacer tributar a quien ni siquiera
puede considerarse llamado a la sucesión– se
arbitra la solución de posibilitar el pago de su
deuda con cargo al caudal relicto pendiente de
ejecución fiduciaria; con ello, al no trasladar la
carga tributaria al patrimonio del sujeto pasivo,
se elimina buena parte de los supuestos que la
doctrina científica venía denunciando como
injustificables».
Así, en su artículo 1.º, apartado 1, se indica
que «los beneficios fiscales relativos a adquisiciones sucesorias, estén previstos en la normativa general o en el ordenamiento jurídico
aragonés, se aplicarán en la liquidación provisional que, conforme al artículo 54.8 del Reglamento del Impuesto sobre Sucesiones, se
practique por la fiducia sucesoria regulada en
la Ley 1/1999..., sin perjuicio de que la delación de la herencia se produzca en el momento
de la ejecución de la fiducia o de su extinción,
de acuerdo con lo prevenido en el artículo 133
de la citada Ley»; y en su apartado 7 se dispone que «las autoliquidaciones que se presenten
con motivo de una herencia pendiente de
ejecución fiduciaria podrán ser satisfechas con
cargo al patrimonio hereditario, conforme a lo
dispuesto en las disposiciones que regulan la
forma de pago de las autoliquidaciones del
Impuesto sobre Sucesiones con cargo al propio
caudal relicto, en las siguientes condiciones:
a) Se exigirá el previo acuerdo de todos los
sujetos pasivos de la liquidación provisional
y, en su caso, de quien sea usufructuario de
tal patrimonio, debiendo constar, de igual
modo, la autorización del fiduciario o fiduciarios o, en el caso de la fiducia colectiva, la
del administrador.
b) En ningún caso el pago de las autoliquidaciones con cargo al caudal relicto supondrá la
consideración de tales deudas tributarias
como una carga deducible.
c) En las liquidaciones que puedan proceder
con motivo de sucesivas ejecuciones fiducia-
rias, las cantidades detraídas del caudal relicto para el pago de las liquidaciones provisionales deberán ser consideradas a todos los
efectos como bienes integrantes del mismo».
Sin embargo, no obstante el avance que tal
Ley 13/2000 supone sobre la situación anterior, no da solución a los dos principales
defectos en que incurre el artículo 54.8 del
Real Decreto 1629/1991, esto es, su falta de
cobertura legal y que haga tributar a quien no
puede todavía, y puede no ser nunca, llamado
a la sucesión.
C) La capacidad o competencia normativa de
la Comunidad Autónoma de Aragón (desde la
Ley Orgánica 8/1980, de 22 de septiembre,
de Financiación de las Comunidades Autónomas, LOFCA, y del Estatuto de Autonomía
de dicha Comunidad de Aragón aprobado por
la Ley Orgánica 8/1982, de 10 de agosto,
pasando por la Ley 10/1983, de 28 de diciembre, de Cesión de Tributos del Estado a
las Comunidades Autónomas, por la Ley
14/1996, de 30 de diciembre, sobre el Régimen General de la citada Cesión de Tributos,
por la Ley Orgánica 5/1996, de 30 de diciembre, de Reforma del Estatuto de Autonomía –
modificado antes por la Ley Orgánica 6/1994,
de 24 de marzo–, por la Ley 25/1997, de 4 de
agosto, de modificación del Régimen de
Cesión de Tributos del Estado y por la Ley
Orgánica 7/2001, de 27 de diciembre, de
modificación de la LOFCA 8/1980, hasta la
Ley 21/2001, de 27 de diciembre, de Medidas
Fiscales y Administrativas del nuevo sistema
de financiación de las Comunidades Autónomas de régimen común y Ciudades con
Estatuto de Autonomía, y la Ley 25/2002, de
1 de julio, sobre Régimen de Cesión de Tributos del Estado a la Comunidad Autónoma
de Aragón) se restringe a aspectos cuantitativos, como reducciones de la base imponible,
tarifas, fijación de cuantía y coeficientes de
patrimonio preexistente, gestión y liquidación, pero no alcanza a los aspectos fundamentales, de modo que, en rigor, corresponde
al poder legislativo estatal abordar en su caso
la reforma del cuestionado artículo 54.8 del
Real Decreto 1629/1991 (al carecer la Comu-
V.
nidad Autónoma de Aragón de competencia
para modificarlo).
En efecto, del conjunto de la normativa referida se desprende que, si la misma no da
cobertura legal al citado artículo 54.8, ello es
debido, simplemente, a que, como consecuencia de la capacidad normativa compartida entre el Estado y la Comunidad Autónoma, es al poder legislativo estatal al que,
como se ha indicado, correspondería abordar
la reforma de dicho precepto.
Lo que el legislador autonómico hace, dentro
del estrecho marco que le otorgan las referidas normas, es coadyuvar a solventar el principal problema fiscal de la fiducia, dando
además una solución acorde con la visión de
la herencia yacente como un patrimonio
separado, pero resulta indudable que la posibilidad limitada de que se pague el Impuesto
con el patrimonio hereditario no resuelve el
problema esencial de la regulación fiscal
contenida en el citado artículo 54.8 (aunque
ciertamente mitiga y resuelve algún problema
práctico) y no da respuesta, ni satisfacción, al
problema jurídico que plantea el precepto
referido, que, explicitado en la sentencia, se
resume en la Exposición de Motivos de la
Ley 13/2000, al señalar que, con el mismo, se
hace tributar «a quien ni siquiera puede considerarse llamado a la sucesión», y ello con
vulneración de los preceptos referidos en la
sentencia y, también, del artículo 31 de la
Constitución Española, y 10 a) de la Ley
General Tributaria (LGT) (conclusiones que
hacen procedente el planteamiento de la
presente cuestión de ilegalidad).
Tercero. A pesar de la casi perfecta justificación técnico-jurídica, desde el punto de vista
dialéctico, de la presente cuestión de ilegalidad, no hay, sin embargo, motivos suficientes, desde el prisma comentado, para poder
dar lugar a su estimación, habida cuenta de
que, al contrario de lo sentado en la sentencia
de instancia y de lo aducido en el auto del
planteamiento de la cuestión, es evidente, a
tenor de lo alegado por el Abogado del Estado y por la Comunidad Autónoma de Aragón,
que:
DERECHO FISCAL
A) La solución arbitrada, en realidad, por la
sentencia de instancia es la de que, ante la fiducia aragonesa, lo procedente, fiscalmente, a la
luz de la legislación vigente del Impuesto sobre
Sucesiones, y, en concreto, del artículo 24.3 de
la Ley 29/1987, sería aplazar la liquidación
hasta que se haga efectiva la ejecución hereditaria, se nombren herederos por el fiduciario y se
produzca la aceptación de los mismos.
Pero tal precepto no es aplicable a la fiducia
aragonesa, pues la misma no es una condición, ni un término, ni un fideicomiso ni una
limitación accesoria semejante (como también lo viene a reconocer, ab initio, el propio
auto que plantea la cuestión), y, frente a ello,
el Tribunal a quo no ha realizado un estudio
pormenorizado que justifique la virtualidad
de tal precepto (al limitarse a considerar que
el mismo, sin más, es directa y naturalmente
aplicable a la fiducia).
Y es que en la fiducia no hay un llamamiento
real inicial de los beneficiarios, de modo que
no puede entenderse que se pueda tratar de
una adquisición subordinada a condición,
término, fideicomiso ni limitación accesoria
(pues lo que aquí existe es una atribución de
facultades al fiduciario para que determine,
definitivamente, quiénes van a ser, de entre
los designados testamentariamente o de entre
otros parientes o interesados, los beneficiarios finales de la herencia del causante); y, en
este ámbito hermenéutico, el artículo 54.8 del
Real Decreto 1629/1991 (transcripción, con
una esencial modificación final, de lo previsto en el Decreto 176/1959 y en el Texto
Refundido –de naturaleza legal por tanto–
aprobado por el Decreto 1018/1967) no es
sino el desarrollo de unos criterios generales
que presiden toda la legislación del Impuesto
sobre Sucesiones.
B) Problema esencial es el de determinar cuál
es, en el supuesto de autos, el momento en
que se exige, o debe exigirse, el Impuesto
sobre Sucesiones: o bien el del fallecimiento
del causante o bien el de la adquisición efectiva del derecho a la herencia.
a) Frente a la tesis romanista del Código
civil, de que, según los artículos 989, 991 y
101
102
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
1.006, no existe transmisión hereditaria hasta
la aceptación de la herencia, el criterio seguido por las normas fiscales es (optando por el
sistema germánico previsto en los arts. 440,
647 y 661 del Cc) el de que la transmisión se
produce por el mero hecho del fallecimiento
del causante (queriéndose, así, incentivar la
presentación de documentos relativos a la
herencia, aunque todavía no se hubiera decidido, con la aceptación o no de la misma, si
se va a ser o no, definitivamente, heredero),
tal como ha quedado reflejado en el artículo
24.1 de la Ley 29/1987 («En las adquisiciones por causa de muerte..., el impuesto se
devengará el día del fallecimiento del causante...»).
b) Tal declaración legal impide al Real Decreto 1629/1991, Reglamento ejecutivo de la
Ley, establecer, en principio, otro momento
distinto de devengo.
Y, en esa línea, su artículo 10.2, relativo al
hecho imponible, dispone que «las adquisiciones a que se refiere la letra a) del apartado
anterior (adquisiciones por herencia, legado o
cualquier otro título sucesorio) se entenderán
realizadas el día del fallecimiento del causante,
por lo que para exigir el impuesto bastará que
esté probado el hecho originario de la transmisión, aunque no se hayan formalizado ni presentado a liquidación los documentos, inventarios o particiones». También su artículo 75,
para el supuesto de herederos desconocidos,
ordena a la representación del causante la
presentación de los documentos para la liquidación, previéndose una exacción provisional
con el coeficiente más alto, sin perjuicio de la
devolución que proceda (solución que evidencia el rigor fiscal de la legislación del Impuesto sobre Sucesiones). Y, por tanto, se está
en la línea del artículo 36 de la LGT, donde se
dispone que la posición del sujeto pasivo y los
demás elementos de la obligación tributaria no
podrán ser alterados por actos o convenios de
los particulares, sin perjuicio de sus consecuencias jurídico-privadas.
c) El criterio del Tribunal a quo supondría
que, a través de la fiducia, el devengo no se
situaría en realidad en el fallecimiento del
causante, sino en la decisión de los interesados en la herencia, subordinándose la exacción del Impuesto al momento en que se
ejecutara la fiducia, ya globalmente, ya sucesivamente mediante disposición de cada uno
de los bienes integrantes de la herencia, de
modo que, según tal tesis, el fiduciario dejaría
de pagar el Impuesto al tiempo del fallecimiento y, a medida que dispusiera de los
bienes en favor de alguno de los beneficiarios, se alzaría la suspensión y devendría ya
factible exigir el tributo (dependiendo todo,
de tal manera, de la voluntad del fiduciario,
en oposición a lo ordenado en el art. 36 de la
LGT).
d) La regulación reglamentaria de la fiducia,
en el artículo 54.8 del Real Decreto
1629/1991, si bien plantea algunos problemas, algunos de ellos graves, no deja de
guardar una plena coherencia con el conjunto
de la legislación fiscal (sobre todo con lo que
venía siendo el criterio general en los arts.
33.9 del Decreto 176/1959 y 35.9 del Decreto
1018/1967 –de clara naturaleza legal este
último-), donde, con la muerte del causante,
se presume la adquisición hereditaria y se
exige el Impuesto aunque no conste fehacientemente tal adquisición y donde, además,
se presume la condición de sujetos pasivos en
los llamados a la herencia, con abstracción de
su posible rectificación posterior.
El sistema del artículo 54.8 consiste en una
liquidación inicial provisional y en las liquidaciones complementarias que puedan derivar de la adquisición sucesoria, una vez que
se cuenta con todos los datos necesarios para
poder aceptar la veracidad del acto administrativo original (evitándose, así, la aplicación
del art. 75 y, con él, de un mayor rigor fiscal
ante la situación de herederos aún desconocidos en la fiducia, y cumpliéndose, de tal
modo, el imperativo legal de que el Impuesto
se devenga en la fecha del fallecimiento del
causante –momento, este último, en que se
valoran los bienes objeto de la fiducia, sin la
perturbación que implicaría aplazar dicha
valoración hasta la disposición individual de
todos los que la integran–).
V.
Si, según la cuestión planteada, se retrasara el
pago del Impuesto, se producirían problemas
de prescripción del tributo por posibles enajenaciones del fiduciario no declaradas a la
Hacienda Pública e, incluso, en su caso,
graves fraudes fiscales. Y, en cambio, en el
artículo 54.8 no parece que puedan generarse
situaciones injustas, pues la liquidación provisional inicial resulta corregida por una
posterior liquidación adicional complementaria, a ingresar o a devolver, superándose, de
tal modo, la aparente distorsión entre el elemento objetivo del hecho imponible (gravar
un incremento lucrativo) y su elemento temporal (gravarlo al tiempo del fallecimiento).
Y, en tal línea, el artículo 1.º 7 de la Ley
13/2000 De las Cortes de Aragón permite al
contribuyente pagar con cargo a los bienes
relictos del Impuesto devengado (respetando
lo indicado en el art. 5.º de la Ley 29/1987, es
decir, que el sujeto pasivo sólo puede ser la
persona física), solución que quedaría huérfana de base si desapareciera el artículo 54.8
del Real Decreto 1629/1991 (con el que
guarda una intrínseca relación jurídica).
C) La concreción del sujeto pasivo del Impuesto sobre Sucesiones se hace atribuyendo
dicha condición, en el artículo 54.8, a los
herederos, y, si bien la fiducia aragonesa no
permite hablar, en sentido estricto, ab initio,
de herederos, el hecho de que, en dicho precepto, se denomine tales a quienes aun no lo
son, no desvirtúa la legalidad de la norma,
pues, considerándose producido el hecho
imponible y surgida la obligación tributaria,
por imperativo del artículo 24.1 de la Ley
29/1987, desde el fallecimiento del causante,
es el Reglamento, y su artículo 54.8, el que
debe determinar quién es el obligado tributario (para lo que, por lo dicho, no se puede
estar a otro momento diferente del citado
fallecimiento), por lo que la atribución de
dicha condición a quienes en sentido amplio
son herederos conforme a las normas de la
sucesión legal (o aparecen designados como
tales, en el caso presente, en el testamento
mancomunado) es una solución razonable y,
además, conforme a derecho (y, en especial, a
DERECHO FISCAL
los principios jurídicos que históricamente
han venido regulando dicha concreta cuestión).
Tal criterio permite, además, la distribución
de la obligación tributaria entre los afectados
por partes iguales (que es un principio de
equidistribución no sólo frecuente en los
supuestos de sucesión testada y contractual
sino también coherente con el sistema general
de la sucesión legal).
D) El artículo 54.8 del Real Decreto
1629/1991 no vulnera, en realidad, la reserva
de Ley en materia tributaria, pues, con abstracción de que, según el Tribunal Constitucional, dicha reserva sólo cubre, o debe cubrir, los criterios con arreglo a los cuales ha
de regirse tal materia tributaria y, en concreto, la creación ex novo del tributo y la fijación
de sus elementos esenciales, el resto de los
demás aspectos cae dentro del ámbito relativo
de dicha reserva, autorizándose a la Administración a especificarlos reglamentariamente con el alcance peculiar que exija la
figura tributaria de que se trate.
Además, el artículo 35.9 del Decreto
1018/1967, de carácter legal (es un Texto
Reformado), reiteración del artículo 33.9 del
Decreto 176/1959, ha estado vigente, sin
solución de continuidad, hasta la entrada en
vigor, del artículo 54.8 del Real Decreto
1629/1991.
En cierto modo, también puede servir de
habilitación legal el contenido, en su conjunto, del artículo 26 de la Ley 29/1987 (sin que
ello implique, en este caso de autos, otorgar
virtualidad, como se pretende por el Tribunal
a quo, a lo previsto en el art. 24.3 de dicha
Ley).
E) No existe, tampoco, contradicción del
citado precepto reglamentario con los artículos 1.º y 3.º de la Ley 29/1987, pues, determinándose en los mismos que el hecho imponible del Impuesto se produce al tiempo de la
muerte del causante (con la consecuente
delación y transmisión hereditaria), queda así
justificada la virtualidad del artículo 54.8, en
cuanto, si civilmente la aceptación de la
herencia se retrotrae a la fecha del falleci-
103
104
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
miento, es obvio que la decisión contenida en
dicho artículo es consecuente con los efectos
civiles de la adquisición hereditaria.
Lo contrario podría implicar que el cumplimiento de una obligación tributaria nacida
con motivo de la muerte del causante se
devengare según el interés y elección del
fiduciario y/o de los herederos (que podrían
situar dicha obligación a merced, incluso, de
la prescripción del Impuesto –con el consiguiente perjuicio del crédito tributario surgido de la sucesión mortis causa-), cuando es
así que se respeta la obligación del heredero
que percibe más de lo liquidado provisionalmente a liquidar dicho exceso y el derecho
recíproco de quien recibe menos a obtener la
devolución de lo ingresado indebidamente.
F) El artículo 54.8 no incurre en discriminación alguna con respecto a otros supuestos
comunes semejantes (no, sin embargo, con
relación a otras instituciones forales, que ni se
concretan en la sentencia ni en el auto de
planteamiento de la cuestión de ilegalidad, y
que no se ha demostrado, tampoco, que conformen un término apropiado de comparación
por su identidad sustancial con la fiducia aragonesa), sino que, por el contrario, incluso, en
un caso parecido a dicha fiducia, como es el de
los herederos desconocidos, el artículo 75 del
Real Decreto 1629/1991 arbitra una solución
más rigurosa que la analizada en aquél.
Al fin y al cabo, para garantizar el cumplimiento de la Ley y el pago de la obligación
tributaria, el artículo 54.8 no hace más que
establecer un sistema cautelar fundado en
liquidaciones provisionales, sobre la base de
aplicar el sistema civil para completar el orden
tributario en coherencia con la previsión del
artículo 120.3 de la LGT –coordinando, de tal
modo, el interés público y el privado–.
G) El citado artículo 54.8 ha quedado ratificado, además, por un precepto con rango
legal, cual es la Ley, ya citada, 13/2000 de las
Cortes de Aragón, que, al regular, en su artículo 1.º 1 y 7, la fiducia aragonesa, acoge
expresamente el sistema previsto en el mismo
(con remisión a la Ley 1/1999, no vigente aún
al tiempo de los hechos determinantes de las
presentes actuaciones) y resuelve, de forma
incluso más satisfactoria que la indicada en
aquél (partiendo también, con modulaciones,
del criterio tradicional fijado en los arts. 33.9
del Decreto 176/1959 y 35.9 del Decreto
1018/1967), el problema de que el pago de
las autoliquidaciones procedentes se haga con
cargo, no al patrimonio del virtual heredero o
virtuales herederos, sino al caudal relicto,
previo acuerdo de todos los sujetos pasivos
de la liquidación provisional y, en su caso,
también, de quien sea usufructuario de dicho
caudal.
Cuarto. No obstante el tenor desestimatorio
de la presente sentencia, no ha lugar a hacer
especial imposición de las costas causadas en
esta cuestión de ilegalidad, al tener que estar,
en cuanto a las mismas se refiere, a los criterios generales previstos en el artículo 139.1
de la Ley de la Jurisdicción ContenciosoAdministrativa 29/1998.
Por lo expuesto, en nombre de Su Majestad el
Rey y por la potestad que nos confiere el
pueblo español,
FALLAMOS
Que, desestimando la cuestión de ilegalidad
planteada, por la Sección 2.ª de la Sala de lo
Contencioso-Administrativo del TSJ de Aragón, mediante el auto dictado, con fecha 13
de junio de 2003, en el recurso contenciosoadministrativo número 808/1999, declaramos
la validez del artículo 54.8 del Reglamento
del ISD, aprobado por el Real Decreto
1629/1991, de 8 de noviembre, por estar
ajustado a derecho; sin hacer expresa imposición de costas.
Esta sentencia no afecta a la situación jurídica
concreta derivada de la citada sentencia dictada por el expresado órgano jurisdiccional
en el mencionado recurso número 808/1999.
Publíquese el presente fallo en el Boletín
Oficial del Estado, en cumplimiento de lo
establecido en el artículo 126.2 de la Ley
29/1998, de 13 de julio, reguladora de la
Jurisdicción Contencioso-Administrativa.
V.5
SENTENCIA, DE 25 DE JUNIO DE 2003
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA
SALA DE LO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO
ITP y AJD. Prescripción: documentos privados. Medios de prueba del art. 1.227
del Cc. Elevación el 3 de mayo de 1995 a escritura pública de documento privado
de compraventa de apartamento de fecha 27 de junio de 1982 y presentación de
la escritura a la oficina gestora el 19 de mayo de 1995. Se prueba que, como mínimo, en 1983 se habría producido la entrega del documento privado de compraventa a un funcionario público por razón de su oficio, razón por la cual, teniendo
en cuenta la fecha de la liquidación del ITP y AJD, habría tenido lugar la prescripción del derecho de la Administración para liquidar el Impuesto. La prueba es, en
este caso, la certificación catastral expedida por la Gerencia Territorial del Catastro
según la cual la actora figura en los archivos catastrales de esta provincia a partir
del padrón de 1983 y sucesivos como titular catastral del bien inmueble al que se
refiere el recurso.
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero. La citada Procuradora, en nombre y
representación de la parte actora, interpuso
recurso contencioso-administrativo contra la
Resolución de fecha 14 de julio de 1999 en
reclamación 43/2081/97 contra acuerdo de la
Delegación Territorial de Tarragona en concepto de ITP y AJD.
Segundo. Acordada la incoación de los presentes autos, se les dio el cauce procesal
previsto por la Ley de esta Jurisdicción,
habiendo despachado las partes, llegado su
momento y por su orden, los trámites conferidos de demanda y contestación, en cuyos
escritos respectivos en virtud de los hechos y
fundamentos de derecho que constan en ellos,
suplicaron respectivamente la anulación de
los actos objeto del recurso y la desestimación de éste, en los términos que aparecen en
los mismos.
Tercero. Por auto de 23 de mayo de 2002, la
Sala acordó el recibimiento del precedente
pleito a prueba y tras los oportunos trámites
que prescribe la Ley Jurisdiccional en sus
respectivos artículos, en concordancia con los
de la Ley de Enjuiciamiento Civil, se señaló a
efectos de votación y fallo la audiencia del
día 18 de junio del año en curso.
Cuarto. En la substanciación del presente
procedimiento se han observado y cumplido
las prescripciones legales.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero. Constituye el objeto del presente
recurso contencioso-administrativo, interpuesto por la representación procesal de doña
J..., la Resolución del Tribunal EconómicoAdministrativo Regional (TEAR) de Catalunya de 14 de julio de 1999 por la que se
acordó estimar en parte la reclamación económico-administrativa número 43/2081/97
interpuesta por la actora contra acuerdo dictado por la Delegación Territorial de Tarra-
106
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
gona del Departament d'Economia i Finances
de la Generalitat de Catalunya por el concepto de ITP y AJD, expediente número
406250/95 y una cuantía de 2.812.000 pesetas.
Segundo. En el suplico de su demanda, la
actora solicita, con carácter principal, que se
declare prescrito el derecho de la Administración Tributaria a la liquidación del ITP y
AJD derivado de la compraventa documentada en la escritura pública otorgada el 3 de
mayo de 1995 y, subsidiariamente, para el
caso de que no se declare la alegada prescripción, solicita que no pueda practicarse una
nueva liquidación, dado que, a su juicio, la
Administración Tributaria no puede realizar
una nueva comprobación de valores.
Por lo que respecta a la pretensión formulada
con carácter principal, debe señalarse que,
con arreglo al artículo 50.2 del Real Decreto
Legislativo 1/1993, de 24 de septiembre, por
el que se aprueba el Texto Refundido de la
Ley del ITP y AJD, «a los efectos de prescripción, en los documentos que deban presentarse a liquidación, se presumirá que la
fecha de los privados es la de su presentación,
a menos que con anterioridad concurran
cualquiera de las circunstancias previstas en
el artículo 1.227 del Código civil (Cc), en
cuyo caso se computará la fecha de la incorporación, inscripción, fallecimiento o entrega,
respectivamente (...)», previsión que es reiterada por parte del artículo 94.2 del Real Decreto 828/1995, de 29 de mayo, por el que se
aprobó el Reglamento de aquel Impuesto. Por
su parte, el artículo 1.227 del Cc dispone que
«la fecha de un documento privado no se
contará respecto de terceros sino desde el día
en que hubiese sido incorporado o inscrito en
un registro público, desde la muerte de cualquiera de los que lo firmaron o desde el día
en que se entregase a un funcionario público
por razón de su oficio».
En el supuesto que se enjuicia, el 3 de mayo
de 1995, la actora procedió a elevar a escritura pública un documento privado de compraventa de un apartamento de fecha 27 de junio
de 1982. Posteriormente, el 19 de mayo de
1995, la recurrente presentó, en la correspondiente oficina gestora, copia de la mencionada escritura pública acompañada de autoliquidación del ITP y AJD, con una base imponible de 400.000 pesetas. Esta valoración
fue modificada por la Administración, siendo
posteriormente anulada, juntamente con las
actuaciones posteriores a la misma, por la
resolución del TEAR de Catalunya impugnada en el presente recurso contenciosoadministrativo.
Con base en lo expuesto, y atendiendo a lo
preceptuado por los artículos 50.2 del Real
Decreto Legislativo 1/1993, de 24 de septiembre, 94.2 del Real Decreto 828/1995, de
29 de mayo, y 1.227 del Cc, cabe afirmar, tal
y como ponen de manifiesto las Sentencias
del Tribunal Supremo de 5 de diciembre de
1998 y de 10 de octubre de 2000 la existencia
de una regla general y de una excepción. La
regla general, representada por el inciso
primero de los artículos 50.2 del Real Decreto Legislativo 1/1993 y 94.2 del Real
Decreto 828/1995, consiste en que, tratándose
de documentos privados que contengan indicación de su fecha, sea cual sea la misma,
debe considerarse como tal, a efectos tributarios, la del día de la presentación del documento ante la oficina liquidadora, disposición
con la que se pretende combatir las conductas
de evasión tributaria consecuencia de dejar
transcurrir el plazo de prescripción. Ahora
bien, esta regla general presenta una excepción, introducida por el inciso segundo de
aquellos preceptos («a menos que...»), según
la cual, en el caso de los documentos privados en los que, antes de su presentación en la
oficina tributaria, se hubiese producido su
incorporación o inscripción en un registro
público, la muerte de cualquiera de los que lo
firmaron o su entrega a un funcionario público por razón de su oficio, debe prevalecer la
fecha de la incorporación, registro, muerte o
entrega.
Atendiendo a las circunstancias fácticas
relativas al pleito que se sustancia, se observa
la existencia de un contrato privado, de fecha
27 de junio de 1982, cuya elevación a escritu-
V.
ra pública tuvo lugar el 3 de mayo de 1995.
En principio, y atendiendo a lo dispuesto por
el inciso segundo de los artículos 50.2 del
Real Decreto Legislativo 1/1993 y 94.2 del
Real Decreto 828/1995, la prescripción del
derecho de la Administración Tributaria de
liquidar el Impuesto no habría tenido lugar,
ya que el plazo de prescripción debería, en
todo caso, contarse a partir del 3 de mayo de
1995.
Sin embargo, la recurrente aporta, con el
escrito de demanda, diversa documentación,
al objeto de que pueda aplicarse la excepción
contenida en el inciso segundo de los artículos 50.2 del Real Decreto Legislativo 1/1993
y 94.2 del Real Decreto 828/1995 «a menos
que con anterioridad concurran cualquiera de
las circunstancias previstas en el artículo
1.227 del Cc, en cuyo caso se computará la
fecha de la incorporación, inscripción, fallecimiento o entrega, respectivamente». Y,
entre esta documentación –integrada por
recibos de Contribución Territorial Urbana e
IBI de febrero de, destaca, por su trascendencia a los efectos de lo dispuesto por el inciso
segundo de los artículos 50.2 del Real Decreto Legislativo 1/1993 y 94.2 del Real
Decreto 828/1995 en relación con el artículo
1.227 del Cc, la certificación catastral expedida por la Gerencia Territorial del Catastro
de Tarragona, según la cual la actora «figura
en los archivos catastrales de esta provincia a
partir del padrón de 1983 y sucesivos, como
titular catastral» del bien inmueble al que
hace referencia el presente recurso contencioso-administrativo.
Se prueba, por lo tanto, que, como mínimo,
en 1983 se habría producido la entrega del
documento privado de compraventa a un
funcionario público por razón de su oficio,
razón por la cual, teniendo en cuenta la fecha
de la liquidación del ITP y AJD, habría tenido lugar la prescripción del derecho de la
DERECHO FISCAL
Administración Tributaria para liquidar aquel
Impuesto en relación con aquella compraventa. Por último, tan sólo poner de manifiesto que el acoger el motivo esgrimido con
carácter principal por la actora dispensa a este
Tribunal de pronunciarse sobre la pretensión
planteada por la misma con carácter subsidiario.
Tercero. En virtud de lo expuesto, procede la
estimación del presente recurso contenciosoadministrativo.
Cuarto. No se aprecian méritos para una
especial condena en costas.
Vistos los preceptos legales citados, concordantes y demás de general y pertinente aplicación
FALLAMOS
Estimar el presente recurso contenciosoadministrativo interpuesto por la representación procesal de J..., contra la Resolución del
TEAR de Catalunya de 14 de julio de 1999
por la que se acordó estimar en parte la reclamación económico-administrativa número
43/2081/97 interpuesta por la actora contra
acuerdo dictado por la Delegación Territorial
de Tarragona del Departament d'Economia i
Finances de la Generalitat de Catalunya por
el concepto de ITP y AJD expediente número
406250/95 y una cuantía de 2.812.000 pesetas, declarándose la prescripción del derecho
de la Administración Tributaria para practicar
la liquidación por aquel Impuesto a la que
hace referencia el presente recurso contencioso-administrativo.
No procede hacer una especial condena en
costas.
Y a su tiempo con certificación de esta sentencia para su cumplimiento, devuélvase, el
expediente administrativo al lugar de su
procedencia.
107
VI
DERECHO CIVIL CATALÁN
Antonio Cumella Gaminde
VI.1
«LA CELEBRACIÓN DE CONTRATOS QUE SUPONEN LA
REALIZACIÓN DE UNA PRESTACIÓN PERSONAL POR
MENORES E INCAPACES (ARTS. 156 Y 212.1 k) del CODI
DE FAMÍLIA)».
Alejandra de Lama Aymá
Profesora asociada de la Facultad de Derecho
de la Universidad Autónoma de Barcelona
1. Estado de la cuestión
El art. 156 del Código de Familia dice que «Per a qualsevol acte que impliqui una prestació
personal dels fills es requereix el seu consentiment si tenen dotze anys o més, o si, tenint-ne
menys de dotze, tenen prou coneixement».
Es difícil encontrar en Derecho comparado preceptos como el citado pues no abundan. El
art. 2094 del Codice Civile italiano se refiere a las prestaciones de trabajo diciendo que «È
prestatore di lavoro subordinato chi si obbliga mediante retribuzione a collaborare nell´impresa
prestando il propio lavoro intellettuale o manuale alla dipendenza e sotto la direzzione
dell´imprenditore». La doctrina considera requisito subjetivo para celebrar este contrato la
mayoría de edad del prestador del trabajo puesto que si es menor deberá ser sustituido por su
representante legal 1. No cabe duda de que, aunque debe diferenciarse una prestación de trabajo
en el ámbito laboral de la prestación personal en un contrato civil, se trata de situaciones análogas en muchos aspectos por lo que podría entenderse que también se requiere la mayoría de
edad para consentir la realización de una prestación personal en el ámbito civil. Sin embargo,
la doctrina italiana fue pionera en defender la tesis de que el menor debe ejercer por sí mismo
sus derechos de la personalidad cuando tenga madurez suficiente para ello 2 por lo que podría
argumentarse que, en base a que la realización de una prestación personal compromete siempre
la libertad individual, el menor con capacidad suficiente deberá consentir este tipo de contratos
con independencia de que pueda necesitar un complemento de capacidad. Ahora bien, no es
menos cierto que la realización de una prestación personal se enmarca en el ámbito de un contrato y que la doctrina italiana se resiste a no aplicar la dicotomía capacidad jurídica-capacidad
de obrar en el ámbito patrimonial 3 por lo que niega la posibilidad de utilizar la madurez como
un criterio de determinación de la capacidad en el ámbito contractual.
Algo similar sucede en el ordenamiento jurídico francés donde no se prevé expresamente
que el menor de edad deba consentir la celebración de contratos que supongan la realización de
_______
1. www. members.xoom.virgilio.it/eryx/Art.2094CC
2. STANZIONE, Pasquale; Capacità e minore età nella problematica della persona umana, Camerino, 1975,
págs. 130-131, 164-166, 184-185, 242 y 250 entiende que no es posible mantener la dicotomía capacidad jurídicacapacidad de obrar en el ámbito de los derechos de la personalidad por lo que debe estarse al criterio de la madurez y
no al de la mayoría de edad para determinar la posibilidad de ejercer por uno mismo estos derechos. También alude al
criterio de la madurez RUSCELLO, Francesco; La potestà dei genitori. Rapporti personali, Milano, 1996, pág. 41 y ss.
3. STANZIONE, P.; Capacità e minore età...cit., pág. 249.
112
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
una prestación personal. Sin embargo, sí se permite que el menor realice aquellos actos para los
que, según los usos sociales, tiene madurez suficiente 4 lo cual plantea la duda de si ello incluye
la posibilidad de que el menor consienta la realización de prestaciones personales.
Por tanto, ni el ordenamiento jurídico francés ni el italiano permiten de forma expresa que
el menor de edad consienta los contratos que le obligan a la realización de una prestación personal si bien se intuyen vías de argumentación para defender tal posibilidad.
En cambio, el Código civil establece en su artículo 162 in fine que «Para celebrar contratos
que obliguen al hijo a realizar prestaciones personales se requiere el previo consentimiento de
éste si tuviera suficiente juicio, sin perjuicio de los establecido en el artículo 158», esto, es, la
posibilidad de que el Juez tome las medidas de protección del menor que considere oportunas a
instancia de parte o de oficio. En el ordenamiento jurídico español ya se exige expresamente
que el menor consienta los contratos que le obliguen a realizar una prestación personal siempre
que tenga suficiente juicio. Sin embargo, el criterio de la madurez adolece de cierta dosis de
abstracción que obliga a acudir al caso concreto para determinar la existencia capacidad natural
suficiente.
Existen otros ordenamientos donde se da un paso más y no sólo se exige que el menor con
madurez suficiente preste su consentimiento a este tipo de contratos sino que además se presume dicha madurez a partir de una determinada edad. Así sucede en el ordenamiento jurídico
del Québec y en el ordenamiento jurídico catalán.
El art. 156 del Code Civil du Québec dice que «Le mineur de 14 ans et plus réputé majeur
pour tous les actes relatifs à son emploi, on a l´exercise de son art ou de se profession» y el art.
157 de mismo cuerpo legal añade que «Le mineur peut, compte tenu se son âge et de son discerniment, contracter seul pour satisfaire ses besoins ordinaries et usuels». Por tanto, el Code
Civil de Quebec establece la edad y el autogobierno como criterios generales que determinan la
posibilidad de que el menor actúe por sí mismo y especifica que en relación al trabajo, el talento artístico o la profesión, el menor con catorce años tiene plena capacidad de obrar pues se
considera a estos efectos como un mayor de edad de lo cual se deduce que su consentimiento
es exigible y suficiente en la celebración de contratos que supongan la realización de una prestación personal 5.
El ordenamiento jurídico catalán también establece una edad fija para exigir el consentimiento del menor de edad pues el art. 156 del Codi de Família dice que «Per a qualsevol acte
que impliqui una prestació personal dels fills es requereix el seu consentiment si tenen dotze
anys o més, o si, tenint-ne menys de dotze, tenen prou coneixement». Por tanto, el ordenamiento jurídico catalán se distingue porque no sólo establece una edad concreta a partir de la
cual exige que el menor consienta los contratos que le obliguen a la realización de una prestación personal sino que además deja la puerta abierta para que el menor preste el consentimiento
por debajo de los doce años si tiene madurez suficiente. Ello no significa, a diferencia de lo que
sucede en el ordenamiento jurídico quebequés, que baste el consentimiento del menor para
celebrar el contrato pues en determinados casos será preciso un complemento de su capacidad.
_______
4. En efecto, el art. 389.3 del Code Civil dice en su primer párrafo que «L´administrateur légal représentera le
mineur dans tius les actes civils, sauf les cas dans lesquels la loi ou l´usage autorise les mineurs à agir eux-mêmes» y el
art. 450 del Code Civil dice en su apartado primero que «Le tuteur prendra soin de la personne du mineur et représentera dans tous les actes civils, sauf les cas dans lesquels la loi ou l´usage autorise les mineurs à agir euxmêmes».
5. Los catorce años como referente de capacidad del menor no es puntual en el Cc de Quebec pues ya su art. 17
establece que el menor de edad con catorce años deberá prestar por sí mismo el consentimiento informado a los tratamientos e intervenciones médicas.
VI.
DERECHO CIVIL CATALÁN
2. La celebración de contratos que obliguen a una prestación personal cuando el menor
tiene capacidad para consentir
2.1. La situación del menor con capacidad
El art. 7.1 a) del Estatuto de los Trabajadores dice que pueden contratar la prestación de su
servicio quienes tengan capacidad suficiente según la legislación civil y añade en su apartado
segundo que los menores que estén entre los dieciséis y los dieciocho años y vivan de forma
independiente con consentimiento de sus padres o tutor podrán consentir por sí mismos la
prstación de su trabajo.
Ello debe interpretarse lógicamente como la posibilidad de que los mayores de edad presten
el consentimiento pero también los menores de edad emancipados o con vida independiente 6.
El menor emancipado podrá consentir por sí mismo y sin complemento de capacidad a los
dieciséis años o a los catorce si hay emancipación por matrimonio 7 pues la emancipación
supone que el menor puede regir su persona como si de un mayor de edad se tratara. Esta previsión trasladada al ámbito civil significa que el menor emancipado o con vida independiente
podrá consentir por sí mismo y sin complemento de capacidad a partir de los dieciséis años o,
en su caso, los catorce aquellos contratos que le vinculen a la realización de una prestación
personal.
Por su parte, el art. 156 del Codi de Família dice que los menores con doce años o más y los
menores con menos de doce pero con madurez suficiente deberán prestar su consentimiento a los
contratos que supongan la realización de una prestación personal. Por tanto, los menores entre
doce y dieciocho años deberán prestar su consentimiento a este tipo de contratos aunque no estén
emancipados y los menores de doce años también deberán hacerlo si tienen suficiente juicio.
Sin embargo, estas reflexiones plantean dos cuestiones. En primer lugar, el art. 6.1 ET
prohibe que los menores de dieciséis años trabajen lo cual presenta el problema de explicar a
qué tipo de prestación personal está haciendo referencia el art. 156 CF cuando exige que el
menor preste su consentimiento a los doce años o incluso antes de esa edad si tiene madurez
suficiente. En segundo lugar, los menores emancipados deben consentir por sí mismos los
contratos que les obliguen a la realización de una prestación personal sin necesidad de complemento de capacidad alguno pues pueden regir su persona como mayores de edad pero no
_______
6. La doctrina es unánime en entender que, aunque el ET no habla expresamente de los menores
emancipados, debe entenderse que, conforme a la legislación civil, el menor emancipado tiene capacidad
de obrar para contratar una prestación personal. Así, APILLUELO MARTÍN, Margarita; La relación de trabajo
del menor de edad, Madrid, 1999, págs. 64-65, BORRAJO DACRUZ, Efrén; «La capacidad para contratar la
prestación de servicios», en Revista de Derecho Notarial, 1960, pág. 102, ALONSO OLEA, Manuel-CASAS
BAAMONDE, María Emilia; Derecho del Trabajo, Madrid, 1995, pág. 108 y DIÉGUEZ CUERVO, Gonzalo; Lecciones de Derecho del Trabajo, Madrid, 1991, pág. 187. De hecho, si el ET acepta que el menor con vida
independiente consentida por los padres tiene capacidad para contratar su trabajo con mayor razón debe
hacerse esa afirmación respecto del menor emancipado, no de hecho, sino jurídicamente
7. En efecto, aunque el ET prohibe el trabajo a menores de dieciséis años debe considerarse que
el menor emancipado por matrimonio tiene capacidad suficiente para consentir por sí mismo en base a
la regla de la interpretación restrictiva de las normas que limitan la capacidad de obrar del menor que
establece el art. 2 de la ley orgánica 1/1996 de 15 de nero de protección jurídica del menor. Así
APILLUELO MARTÍN, M.; Op. Cit., pág. 67, ALONSO OLEA, M.-CASAS BAAMONDE, M.E.; Op. Cit., pág. 111.
En contra, RODRÍGUEZ SANTOS, Baltasar; Comentarios al Estatuto de los Trabajadores, Vol. I, Valladolid,
1985, pág. 191 y DIÉGUEZ CUERVO, G.; Op. Cit., pág. 187. Además no debe sorprender que el menor
emancipado pueda consentir a los catorce años pues en otros ordenamientos como el quebequés la
regla general es la posibilidad de consentir a esta edad sin complemento de capacidad ni necesidad de
estar emancipado.
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puede hacerse la misma afirmación en relación a menores no emancipados por lo que debe
estudiarse cuál es la intervención de los representantes legales.
La solución a la primera cuestión la encontramos en los arts. 6.4 ET y 2.1 RD 1435/1985 de
1 de agosto. El art. 4 ET dice que «La intervención de los menores de dieciséis años en espectáculos públicos sólo se autorizará en casos excepcionales por la autoridad laboral, siempre que
no suponga un peligro para su salud física ni para su formación profesional y humana». El art.
2.1 del RD 1435/1985 de 1 de agosto dice: «La autoridad laboral podrá autorizar excepcionalmente la participación de menores en espectáculos públicos siempre que dicha participación no
suponga peligro para su salud física ni para su formación profesional y humana. La autorización laboral habrá de solicitarse por los representantes legales del menor, acompañando el
consentimiento de éste si tuviera suficiente juicio, y la concesión de la misma deberá constar
por escrito, especificando el espectáculo público o la actuación para la que se concede. Concedida la autorización, corresponde al padre o tutor la celebración del correspondiente contrato,
requiriéndose también el previo consentimiento del menor, si tiene suficiente juicio; asimismo
corresponde al padre o tutor el ejercicio de las acciones derivadas del contrato». En consecuencia, cuando el art. 156 CF exige el consentimiento de los menores con doce años o con menos
pero con madurez suficiente, necesariamente se está refiriéndo a contratos en los que la prestación personal consiste en la intervención en un espectáculo público 8 pues por debajo de los
dieciséis años, a salvo la excepción comentada, está prohibido el trabajo de los menores. En
conclusión, por encima de los dieciséis años el menor puede consentir cualquier prestación
personal pero por debajo de esta edad sólo aquéllas que supongan la participación en un espectáculo público con independencia de si puede hacerlo autónomamente por estar emancipado
o necesita algún complemento de capacidad.
En relación a la segunda cuestión debe decirse que el menor de edad emancipado podrá
consentir por sí mismo y sin complemento de capacidad aquellos contratos que le vinculen a la
realización de una prestación personal con la salvedad de que si se trata de un emancipado por
matrimonio con catorce años sólo podrá realizar prestaciones que supongan la participación en
un espectáculo público pues por debajo de los dieciséis años está prohibida cualquier otra
forma de trabajo.
Respecto de los menores no emancipados debe tenerse en cuenta que tienen limitada su capacidad de obrar y que están aún sometidos a la potestad de los padres por lo que, en la medida en que
estamos ante un contrato con carácter patrimonial, deberán intervenir los representantes legales si
bien, puesto que queda afectada la libertad personal del menor, éste deberá prestar su consentimiento cuando tenga madurez suficiente para ello. Por tanto, el menor no emancipado con más de
dieciséis años deberá prestar su consentimiento a cualquier prestación personal que realice si bien
deberá existir un complemento de capacidad. Por debajo de esa edad, el menor con doce años o
más, o con menos pero con madurez suficiente, deberá prestar también el consentimiento a la realización de prestaciones personales con el necesario complemento de capacidad si bien esas prestacions personales deben circunscribirse a la participación en espectáculos públicos pues por debajo
de los dieciséis años está prohibido el trabajo como regla general (art. 6.1 ET).
La misma solución debería aplicarse al menor sometido a tutela y no a la potestad de los
padres. Sin embargo, existen algunas normas especiales en la tutela que nos obligan a hacer
_______
8. Debe entenderse la expresión espectáculo público como toda prestación artística dirigidas al público por lo
que quedan excluidas aquellas actividades que tengan carácter docente, formativo, particular,... Así, APILLUELO
MARTÍN, Margarita; La relación de trabajo del menor de edad, Madrid, 1999, pág. 239-241. Por actividad artística
debe entenderse en sentido amplio toda actividad en la que deba mostrarse un especial talento como un concierto
musical, una obra de teatro, una película o incluso un anuncio televisivo.
VI.
DERECHO CIVIL CATALÁN
una reflexión más detenida. En primer lugar el art. 212.1 k) CF exige que el tutor obtenga
autorización judicial para establecer obligaciones personales o laborales de la persona tutelada
lo cual es en sí mismo una garantía añadida. Sin embargo, el art. 214.3 CF dice que
«L´autoritat judicial ha d´escoltar necessàriament el menor si té prou coneixement o dotze anys
o més, abans de resoldre sobre l´aprovació d´un acte del tutor o tutora que impliqui qualsevol
obligació personal o laboral per aquell». Es decir, el juez debe oír al menor en todo caso a
partir de los doce años y también antes si tiene suficiente madurez pero en lugar alguno se
establece que el menor sometido a tutela deba consentir el contrato que le vincula a una prestación personal lo cual plantea la duda de si es necesario dicho consentimiento con el consiguiente agravio comparativo que supondría una respuesta negativa a tal cuestión en relación al
menor sometido a patria potestad.
El art. 2.1 del RD 1435/1985 exige que el menor con capacidad natural suficiente consienta
las prestaciones laborales sin diferenciar entre si está sometido a tutela o a la potestad de los
padres. El art. 214.3 CF exige que el juez oiga al menor de doce años o de menos pero con
suficiente madurez cuando apruebe un acto que obligue al menor a realizar una prestación
personal. Estos dos preceptos deben analizarse a la luz de la regla del art. 2 de la ley orgánica
1/1996 y del art. 133.3 CF que establecen que las normas que limiten la capacidad de obrar del
menor deben interpretarse restrictivamente. Por ello, entendemos que el juez no sólo deberá
escuchar al menor sino que no debería autorizar la realización de una prestación personal si
aquél no ha prestado su consentimiento.
El art. 156 CF exige expresamente que el hijo con doce años o con menos pero suficiente
madurez preste el consentimento a la realización de prestaciones personales y dada la similitud
entre esta situación y la del menor sometido a tutela entendemos que debe exigirse por analogía
que el menor sometido a tutela preste también su consentimiento a la realización de prestaciones personales cuando tenga doce años o madurez suficiente.
En cualquier caso, cuando el menor sometido a tutela no haya prestado su consentimiento
deberá considerarse que estamos ante una promesa de hecho ajeno que vincula al tutor pero no
al menor hasta que, en su caso, realice la actividad prometida.
2.2. La afectación del derecho a la imagen
En aquellas prestaciones que suponen la participación en un espectáculo público, frecuentemente queda afectado el derecho fundamental a la imagen. En efecto, cuando la prestación
personal supone la intervención en un anuncio televisivo o en una película no sólo estamos
ante un contrato que vincula a la realización de una prestación personal sino también ante un
ejercicio del derecho a la imagen del menor.
Hay que tener en cuenta que el art. 155.2 a ) CF dice que se exceptúan de la representación
legal de los padres «Els actes relatius als drets de la personalitat, llevat que les lleis que els
regulin ho disposin altrament». Por tanto, si la actuación del representante legal queda excluida
cuando se realiza un acto relativo a un derecho de la personalidad, debemos plantearnos si el
menor puede ejercer por sí mismo el derecho de la personalidad y cuándo puede hacerlo. Es
aquí cuando entra en juego el art. 155.2 b) CF que dice que quedan excluidos de la representación legal aquellos «actes que, de conformitat amb les lleis i segons l´edat i la capacitat natural,
pugui fer el fill o filla per sí mateix 9». Además, la Exposición de Motivos y el art. 2 in fine de
_______
9. Ya en los antecedentes legislativos se afirmaba que era necesario «regular l´atribució de la capacitat d´obrar
a la persona menor de divuit anys (...) desde la perspectiva que la persona menor pot realitzar actes jurídics per ella
mateixa en funció de la capacitat natural, de l´edat i de la naturalesa dels actes en el sentit de si són considerats benefi-
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la ley orgánica 1/1996, de 15 de enero de protección jurídica del menor así como el art. 133.3
CF dicen que las limitaciones a la capacidad de obrar del menor deberán interpretarse de forma
restrictiva. Por ello, debe entenderse que en relación a los actos referidos a los derechos de la
personalidad, queda excluida la representación legal, salvo que una ley la prevea de forma
expresa, y el menor podrá ejercer por sí mismo el derecho cuando tenga capacidad natural
suficiente salvo que una ley prevea que para hacerlo debe haber alcanzado una edad concreta
en base a la especial trascendencia del acto. De esta forma, en aquellos contratos sobre la imagen que supongan la realización de una prestación personal, el menor que tenga capacidad
suficiente deberá consentir no sólo la realización de la prestación personal sino también la
cesión de su derecho a la imagen.
Debe entenderse que es necesario que todo menor con doce años preste el consentimiento a
la cesión de su imagen y también cuando no alcance esta edad pero tenga madurez suficiente
para ello si bien es difícil que por debajo de los siete años se tenga la capacidad natural exigible 10. Entendemos que la franja de edad que debe tenerse en cuenta como norma general son
los doce años porque así se desprende de los antecedentes legislativos de la ley orgánica
1/1982 de 5 de mayo de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. En efecto, el proyecto de ley orgánica 1/1982 se refería a los «incapaces mayores de doce años y los menores que tengan suficiente uso de razón» y, puesto que es
evidente que la edad es irrelevante en relación al autogobierno del incapaz, debe entenderse
que lo que el legislador quería decir es que el menor con más de doce años debía prestar el
consentimiento y también debía hacerlo por debajo de esa edad si tenía suficiente juicio.
2.3. Sujetos que deben intervenir en el contrato
En primer lugar, debe intervenir aquel menor que tenga doce años o más y también aquél
que no haya alcanzado dicha edad pero demuestre madurez suficiente para consentir la realización de una prestación personal que le vincule según establece el art. 156 CF. También deberá
prestar el menor su consentimiento a la cesión del derecho a la imagen que comporte, en su
caso, el contrato cuando tenga más de doce años o menos pero con madurez suficiente según se
ha interpretado el art. 155.2 CF en relación con la ley orgánica 1/1982.
Si el menor de edad está emancipado su consentimiento será suficiente para la celebración
del contrato pues puede regir su persona como un mayor de edad. Ahora bien, si dicho menor
no está emancipado requerirá un complemento de su capacidad contractual con independencia
de que su consentimiento sea imprescindible en relación a la realización de una prestación
personal y, en su caso, a la cesión del derecho a la imagen. Por ello, deberán intervenir en el
contrato los titulares de la patria potestad o la tutela no sólo para completar la capacidad del
menor sino también para cumplir con el deber de velar por el menor que impone la patria potestad y la tutela.
En efecto, los titulares de la patria potestad o la tutela deben velar para que el contrato no
suponga un menoscabo del interés del menor 11, esto es, no sea contrario al libre desarrollo de
su personalidad o a sus derechos fundamentales. Además existen una serie de normas dirigidas
a proteger al menor cuando se realiza un contrato que le obliga a la realización de una presta_______
ciosos per al menor». Así se afirma en el dictamen de JOU I MIRABENT, L.-MIRAMBELL ABANCÓ, A.; Proposta de
regulació de la potestat dels pares en el Codi de Família de Catalunya, Barcelona, 1994, pág. 101-102.
10. Así GETE-ALONSO Y CALERA, M.ª del Carmen; Manual de Derecho Civil, Vol. I, Madrid-Barcelona, 2001,
pág. 162 que sitúa la franja de limitación máxima de la capacidad entre los cero y los siete años.
11. Ver en relación a la patria potestad los arts. 133.1 y 143.1 CF y respecto a la tutela los arts. 167.1 y 207.1
CF.
VI.
DERECHO CIVIL CATALÁN
ción personal. De forma general, el art. 8 de la llei 8/1995, de 27 de juliol, d´atenció i protecció
dels infants i els adolescents dice que «Els infants i els adolescents han d´ésser protegits de
qualsevol tipus d´explotació econòmica o de qualsevol treball que pugui ésser perillós, perjudicar-ne la salut o entorpir-ne l´educació i la formació o el desenvolupament integral, d´acord
amb el que estableix la legislació laboral vigent 12».
Sin embargo, la normativa laboral de protección del menor no es exhaustiva por lo que si
existe una actividad no prevista legalmente pero que es perjudicial para el interés del menor los
padres o el tutor deberán oponerse igualmente a la celebración del contrato. En caso de existir
conflicto entre el menor y sus representantes legales en relación a si determinada prestación
personal es perjudicial deberá acudirse al juez para que determine tal cuestión según establece
el art. 134.1 CF 13.
Cuando el contrato tiene naturaleza laboral interviene la autoridad laboral para garantizar
que dicha relación contractual no es perjudicial para el menor 14. Ahora bien, cuando su naturaleza es civil, los garantes de que el interés del menor no es conculcado son principalmente los
titulares de la patria potestad o la tutela. Pero además existe un control judicial pues el art.
134.1 CF dice que «L´autoritat judicial, d´ofici i en qualsevol procediment, pot adoptar les
mesures que consideri oportunes per a evitar qualsevol perjudici a la persona dels fills. Si la
gestió del pare i de la mare resulta perjudicial per al seu patrimoni o interès, pot exigir la prestació de garanties suficients, limitar les facultats de disposició o gestió del pare i de la mare o,
fins i tot, nomenar un defensor judicial». También puede intervenir el Ministerio Fiscal pues
así lo establece el art. 3 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal y en relación al derecho a
la imagen el art. 4 de la ley orgánica 1/1996, de 15 de enero de protección jurídica del menor.
Además cuando el menor está sometido a tutela y no a patria potestad existe un control añadido
pues el art. 212.1 k) CF dice que el tutor necesita autorización judicial para «Establir alguna
obligació personal o laboral de la persona tutelada» y el art. 212.2 CF añade que deberá intervenir el Ministerio Fiscal.
2.4. Consecuencias de la falta de algún consentimiento
De lo dicho hasta aquí se deprende que cuando un menor de edad con madurez suficiente
celebra un contrato sobre la imagen que le obliga a la realización de una prestación personal sin
el necesario complemento de la capacidad, estamos ante un contrato anulable según la regla
civil general.
Ahora bien, no sucede así a la inversa. El contrato que obligue a la realización de una prestación personal al menor con más de doce años o con menos pero con autogobierno sin que
conste el consentimiento del menor es un contrato nulo como tal. En efecto tal contrato es
contrario a la exigencia de que el menor consienta la realización de prestaciónes personales
cuando tenga doce años o menos con madurez (art. 156 CF) y, en su caso, consienta la cesión
de su derecho a la imagen cuando tenga capacidad natural suficiente (art. 155.2 CF). Ello no
significa que el contrato no pueda llegar a tener efectos para los representantes legales en tanto
que podría considerarse una promesa de hecho ajeno.
_______
12. En general, la normativa laboral prohibe el trabajo nocturno, establece un número máximo de horas de trabajo, prevé periodos preceptivos de descanso, prohibe actividades consideradas nocivas,...Véase principalmente los
arts. 6.2 y 6.4 ET, 2.1 del RD 1435/1985, de 1 de agosto y la Directiva 94/33/CE del Consejo de 22 de junio de 1994
relativa a la protección de los jóvenes en el trabajo.
13. Cuando el menor está sometido a tutela y no a la potestad de los padres es siempre necesario acudir al juez pues
es preceptivo conseguir una autorización judicial para celebrar este tipo de contrato según establece el art. 212 CF.
14. Art. 2.1 RD 1435, de 1 de agosto.
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El menor emancipado puede consentir válidamente estos contratos sin necesidad de complemento de capacidad alguno. Evidentemente si los padres celebran un contrato en su nombre
éste no afecta al menor si bien puede llegar a tener efectos para los padres.
3. La celebración de contratos que obliguen a una prestación personal cuando el menor
no tiene capacidad para consentir
Del art. 156 CF se desprende que el menor no puede prestar el consentimiento a la realización de prestaciones personales cuando no haya alcanzado los doce años o no tenga madurez
suficiente. Ahora bien, en caso de que el menor no pueda prestar el consentimiento a la realización de una prstación personal cabe preguntarse si pueden hacerlo sus representantes legales.
En efecto, ¿pueden consentir los representantes legales un contrato que obligue al menor a
la realización de una prestación personal? La respuesta debe ser necesariamente negativa pues
un contrato que vincula a la realización de una prestación personal afecta a la libertad individual y, por tanto, a un derecho de la personalidad. El art. 155.2 a) CF excluye claramente en el
ordenamiento jurídico catalán la representación legal de los padres en el ámbito de los derechos
de la personalidad salvo que una ley lo prevea expresamente. Ninguna ley permite que los
padres ejerzan la libertad individual en el marco de un contrato que vincule a la realización de
una prestación personal. Por ello, los padres no podrán celebrar este tipo de contrato en nombre
del menor sino que en todo caso lo harán en nombre propio 15.
En cambio, sí pueden ejercer mediante representación el derecho a la imagen del menor si
bien con el preceptivo control previo del Ministerio Fiscal pues el art. 3.2 de la ley orgánica
1/1982 dice que, cuando el menor no tenga madurez para hacerlo por sí mismo, «el consentimiento habrá de otorgarse mediante escrito por su representante legal, quien estará obligado a
poner en conocimiento previo del Ministerio Fiscal el consentimiento proyectado. Si en el
plazo de ocho días el Ministerio Fiscal se opusiere, resolverá el Juez».
Todo ello plantea la cuestión de saber ante qué figura jurídica nos encontramos cuando
los padres celebran un contrato sobre la imagen del menor que supone la realización de una
prestación personal. Parece que nos hallamos ante una promesa de hecho ajeno pues en ella
sólo queda el tercero vinculado desde que acepta por sí mismo la obligación o desde que la
cumple 16. En el supuesto que nos ocupa el menor no puede aceptar la obligación precisamente porque carece de capacidad natural suficiente para ello por lo que necesariamente la
promesa de hecho ajeno supone que el menor sólo quedará vinculado desde el momento
mismo en que realice la actividad prometida. Es decir, el nacimiento de la obligación para el
menor y el cumplimiento de la prestación coinciden de manera que hasta que ello se produce
los obligados son los representantes legales y lógicamente también son ellos los responsables
del incumplimiento.
En relación al menor sometido a tutela deben hacerse las mismas consideraciónes con un
matiz. El art. 212.1 k) CF exige que el tutor solicite autorización judicial cuando pretenda
realizar un contrato que suponga la realización de una prestación personal por el menor lo cual
supone una garantía añadida de que el contrato no vulnera el interés del menor.
_______
15. DELGADO ECHEVERRÍA, Jesús en LACRUZ BERDEJO, J.L.; Elementos de Derecho Civil, Vol. I-2.º, Madrid,
2000, pág. 128 dice que estaremos ante un «contrato de los padres en nombre propio, que les vincule a procurar un
resultado –la actividad del hijo– que normalmente sólo ellos están en condiciones de conseguir».
16. CRISTÓBAL-MONTÉS, Ángel; «Naturaleza jurídica y efectos de la obligación que nace de la promesa de hecho ajeno», en Revista de Derecho Privado, 1974, n.º 58, pág. 694.
VI.
DERECHO CIVIL CATALÁN
4. Los contratos que suponen la realización de una prestación personal en el ámbito de los
incapaces
El art. 212.1 k) CF dice que el tutor y el administrador patrimonial necesitan autorización
judicial para «Establir alguna obligació personal o laboral de la persona tutelada». Por su parte,
el art. 212.2 CF dice que «L´autorització es pot donar per a una pluralitat d´actes de la mateixa
naturalesa, o referents al mateix negoci o societat encara que siguin futurs, quan així sigui
convenient ateses les seves característiques, especificant, però, les circumstàncies fonamentals
en què ha de tenir lloc l´actuació del tutor o tutora o de l´administrador o administradora patrimonial. L´autorització es concedeix en interès de la persona tutelada, en cas d´utilitat i necessitat justificades degudament i amb audiència prèvia del ministeri fiscal. En cap cas aquesta
autorització no pot ésser genèrica».
De ello se deduce que el contrato que suponga la realización de una prestación personal o
laboral por el incapaz debe obtener previamente autorización judicial la cual deberá cumplir
una serie de requisitos. En primer lugar, el contrato debe realizarse en interés de la persona
tutelada lo cual significa que la autoridad judicial debe cerciorarse de que el contrato no perjudica el libre desarrollo de la personalidad del incapaz ni vulnera sus derechos fundamentales.
Además deberá demostrarse la utilidad o incluso la necesidad de la celebración del contrato 17.
También es preceptiva la intervención del Ministerio Fiscal pues éste es garante de la protección de los incapaces (arts. 124.1 CE y especialmente 3 del Estatuto Orgánico del Ministerio
Fiscal). Finalmente, la autorización no debe ser genérica lo cual aplicado al caso que nos ocupa
significa que la autorización deberá prestarse para cada uno de los contratos que supongan la
realización de una prestación personal del incapaz y no de forma general para cualquier contrato que suponga una prestación de este tipo. Sería conveniente además que el Juez oyera al
incapaz antes de autorizar la realización de una prestación personal 18.
Llegados a este punto se plantea la necesidad de dilucidar si existe una regla similar para el
incapaz a la que prevé el art. 156 CF para el menor, es decir, ¿debe consentir el incapaz la
realización de prestaciones personales cuando tenga suficiente juicio? La ley no lo prevé expresamente pero creemos que en algunos casos la repuesta debe ser afirmativa por lo que la
cuestión merece un estudio más detenido 19.
Por una parte, es posible que la sentencia de incapacitación niegue al tutelado la posibilidad
prestar su consentimiento a la realización de una prestación personal aunque exista complemento de capacidad. En este caso extremo de incapacidad cabe hacer dos reflexiones. En primer lugar, es preciso que se solicite una autorización judicial para asegurar que la prestación
personal a realizar no perjudica el libre desarrollo de la persoalidad del incapaz. En segundo
lugar, el tutor no celebrará un contrato en nombre del incapaz sino una promesa de hecho ajeno
en la cual él está obligado a que el incapaz realice determinada actividad. En efecto, no debe
deducirse de la necesidad de obtener autorización judicial que quien queda vinculado es el
incapaz pues, aunque la intervención judicial es una garantía de la protección de sus intereses,
_______
17. Piénsese que para un incapaz con Síndrome de Down puede resultar beneficiosa la participación en una serie
televisiva por cuanto ello le hará sentirse útil, ser independiente económicamente, relacionarse con los demás,...
18. Es cierto, que el art. 212.2 CF no prevé este requisito pero el art. 214.2 CF exige la audiencia al menor sometido a tutela cuando tenga más de doce años o menos pero suficiente juicio. Aunque es evidente que la edad es
irrelevante en el incapaz creemos que sí debería tenerse en cuenta el criterio del autogobierno y escuchar al incapaz
cuando tuviera suficiente juicio antes de autorizar la realización de una prestación personal.
19. En cambio, DELGADO ECHEVERRÍA, Jesús en LACRUZ BERDEJO, J.L.; Elementos de Derecho Civil, Tomo I,
Vol. 2.º, Madrid, 2000, pág. 159 duda de que el incapaz o su representante puedan prestar su consentimiento en este
caso si bien debe circunscribirse esta reflexión al ámbito del Cc.
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
no evita los perjuicios que supondría que el incapaz quedara obligado (responsabilidad por
incumplimiento,...).
Es posible que la sentencia de incapacitación prevea de forma expresa que para celebrar un
contrato que suponga la realización de una prestación personal se requerirá la preceptiva autorización judicial y el consentimiento del incapaz por tener éste suficiente autogobierno para
prestarlo en cuyo caso no existe problema ninguno.
La dificultad se encuentra cuando la sentencia de incapacitación nada prevé al respecto sin
que pueda deducirse de sus previsiones si el incapaz puede prestar el consentimiento a la realización de la prestación personal aunque requiera complemento de capacidad. La cuestión no es
baladí pues si se considera que el incapaz tiene suficiente juicio para prestar el consentimiento
es él quien queda vinculado por el contrato aunque sea precisa la autorización judicial y el
complemento de capacidad por el tutor mientras que en caso contrario estaremos ante una
promesa de hecho ajeno que vincula al tutor pero no al incapaz hasta que realmente éste realice
la actividad prometida.
Para solucionar esta duda debe tenerse presente que el art. 193 CF establece que el juez de
oficio o de parte debe establecer las medidas que considere oportunas para el control del buen
funcionamiento de la tutela. Por ello entendemos que antes de autorizar la realización de una
prestación personal puede establecer que será necesario el previo consentimiento del incapaz
por tener este autogobierno suficiente.
VII
DERECHO DE FAMILIA
Y DE LA PERSONA
Juan María Díaz Fraile
RESOLUCIONES DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE LOS
REGISTROS Y DEL NOTARIADO SOBRE EL ESTADO CIVIL
(AÑO 2003)
Juan María Díaz Fraile
Letrado adscrito de la Dirección General de los Registros y del Notariado.
Registrador de la Propiedad.
Miembro de la Comisión Internacional del Estado Civil
Profesor de Derecho Civil. Universidad de Barcelona
VII.1
INSCRIPCIONES DE NACIMIENTO Y DE FILIACIÓN
1.1. Resolución de 7 de enero de 2003.
Inscripciones fuera de plazo de
nacimiento.
– El hecho de que no pueda constar
ninguna filiación, no es motivo para denegar las inscripciones, pues deben inscribirse los nacimientos probados en España
manteniendo nombres y apellidos usados
de hecho, así como nombres de padres a
efectos identificadores también usado de
hecho.
– No es inscribible la filiación materna
no matrimonial, porque hay una cuestión
prejudicial penal en torno a la identidad de
la madre.
– No es inscribible el reconocimiento en
Cataluña de la paternidad no matrimonial
de unos menores, mientras no se obtenga
la aprobación judicial necesaria.
HECHOS:
1.– Por comparecencia en el Registro Civil de
B. el 10 de mayo de 2002 Dña. E.-J. C. F.,
nacida el 9 de diciembre de 1969 en M.,
solicitaba la inscripción de nacimiento de sus
hijos M. y S. N. C., nacidos en B. el 27 de
mayo de 1995 y el 5 de mayo de 1999, res-
pectivamente, como hijos de M. N. R. Adjuntaba los siguientes documentos: cuestionarios para la declaración de nacimiento en que
los menores constaban como hijos de D. V.
G. nacida en M. el 9 de diciembre de 1969.
2.– En comparecencia, Don M. N. R. reconoció como hijos suyos a los menores, prestando su consentimiento a dicho reconocimiento
la promotora y aportándose la siguiente documentación: certificaciones literales de
nacimiento de ambos, copia del documento
nacional de identidad de M. N. R. y petición
de renovación del mismo por la promotora,
copia del libro de familia de M. N. R. y de D.
V. G. en la que constaban como hijas comunes I., nacida el 24 de junio de 2000, y C., el
22 de noviembre de 2001, ambas en L. y
certificado de empadronamiento conjunto de
los cuatro miembros de la familia a la que
venía referida el libro. Ratificada la promotora, se notificó la incoación del expediente a
Don M. N. R. que prestó su conformidad con
el mismo. El Ministerio Fiscal se opuso a lo
solicitado al no haber quedado suficientemente acreditada la identidad de la madre de
los menores debiendo solicitarse las inscripciones de nacimiento por la vía judicial civil
ordinaria. El Juez Encargado del Registro
Civil dictó auto con fecha 5 de junio de 2002
denegando lo solicitado al no poderse exten-
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
der asientos contradictorios con el estado de
filiación en aplicación de los artículos 47 y
50 LRC, 181 RRC y 113 Cc, no habiendo
quedado suficientemente acreditada la identidad de la madre de los menores debiendo
solicitarse las inscripciones de nacimiento por
la vía judicial civil ordinaria.
3.– Notificada la resolución al Ministerio
Fiscal y a los promotores, éstos comparecieron solicitando que se les designase letrado
de oficio por carecer de medios para interponer recurso ante la Dirección General de los
Registros y del Notariado, comunicándose tal
petición al Colegio de Abogados de G.
4.– Asimismo, teniendo conocimiento la
Sección de Atención del Menor del Departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña de la incoación del expediente y teniendo
la misma bajo su tutela a los menores en
situación de desamparo M., S., I. y C. N. V.
por resolución de 15 de mayo de 2002 con
suspensión de la patria potestad de los progenitores, remitió escrito al Registro Civil de B.
informando de tal situación y de que durante
la tramitación del expediente, fundamentalmente por la apreciación de posibles manipulaciones de las copias del libro de familia
presentado, se iba a poner de manifiesto la
posible doble identidad de la que aparecía
como madre de los menores, señora que se
había identificado hasta entonces como D. V.
G. y que iba a resultar ser, según copia de
documento nacional de identidad que se
aportaba, E.-J. C. F., hechos que habían sido
puestos en conocimiento de la Fiscalía de G.
y originado las diligencias previas del Juzgado Número 3 de B. así como la inscripción de
dos hijos, solicitando que, como tutor de los
menores, se le comunicara la resolución
dictada en el expediente de inscripción fuera
de plazo, adjuntando como documentos:
certificaciones literales de nacimiento de I. y
C. N. V. y negativas de M. y S. N. V. El Juez
Encargado del Registro Civil dictó providencia a la vista de dicho escrito ordenando la
notificación del auto dictado a la Sección de
Atención al Menor y reiterando la petición de
designación de abogado de oficio al Colegio
de Abogados por no haberse recibido respuesta.
5.– Notificada la resolución a la Sección de
Atención del Menor, ésta interpuso recurso
ante la Dirección General de los Registros y
del Notariado alegando que el auto no ponía
en duda el lugar ni fecha de los nacimientos
ni la omisión de su inscripción pero denegaba
la inscripción en base a la falta de acreditación de la filiación materna y que la discordancia entre el parte facultativo y la filiación
materna pretendida no debía dar lugar a la
denegación de la inscripción sino que se
estaba ante una cuestión prejudicial penal que
debía paralizar la inscripción de la filiación
materna hasta que no se pronunciase el órgano penal competente, debiendo inscribirse los
menores con los apellidos N. V. y con M. y
D. como nombres propios de sus padres a
efectos identificadores.
6.– De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que reiteró su informe anterior. El Juez Encargado del Registro
Civil ordenó la remisión del expediente a la
Dirección General de los Registros y del
Notariado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I.– Vistos los artículos 96 del Código de
familia de Cataluña aprobado por la Ley
9/1998, de 15 de julio; 3 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal; 10 de la Ley Orgánica
6/1985,de 1 de julio, del Poder Judicial; 4,
48, 49 y 95 de la Ley del Registro Civil; 186,
188, 191, 213, 311 a 316 y 347 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones
de 27 de abril de 1988, 4 de julio de 1992, 9
de mayo de 1995, 21 de junio de 1996 y 142.ª de enero de 2002.
II.– Dado la íntima conexión entre los dos
recursos entablados, que se refieren a similares actuaciones de hecho, y al ser competente
esta Dirección General para resolver uno y
otro, es procedente su acumulación de oficio
conforme permite el artículo 347 del Reglamento del Registro Civil.
VII.
III.– Ante todo hay que tener presente que
unas inscripciones de nacimiento fuera de
plazo, si está determinado el lugar y la fecha
de nacimiento en España, deben practicarse
en el Registro Civil competente, sin que sea
obstáculo para ello que por las circunstancias
del caso no puede ser inscrita ninguna filiación. En tal caso, conforme resulta de los
artículos 191 y 213 del Reglamento del Registro Civil, deben ser inscritos los menores
afectados manteniéndoles los nombres y
apellidos que vengan usando de hecho y
consignando también a los solos efectos de
identificar a la persona los nombres propios
del padre y madre que estén ya utilizando
como menciones de identidad.
IV.– La filiación no matrimonial materna no
puede ser inscrita porque hay un problema
previo sobre la identidad de la madre que
incluso ha dado ya lugar a las diligencias
penales oportunas. En todo caso entra en
juego la regla general establecida por el artículo 10-2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (cfr. también los artículos 3 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal y 4 de la Ley del
Registro Civil) en el sentido de que la «existencia de una cuestión prejudicial penal de la
que no puede prescindirse para la debida
decisión o que condicione directamente el
contenido de esta, determinará la suspensión
del procedimiento, mientras aquella no sea
resuelta por los órganos penales a quienes
corresponda». Consiguientemente ha de
paralizarse la inscripción de la filiación materna hasta que no se pronuncie sobre la
cuestión el órgano penal competente.
V.– Tampoco es inscribible la filiación paterna
no matrimonial porque, aunque haya sobrevenido un reconocimiento de la paternidad por
comparecencia ante el Encargado, tal reconocimiento no es eficaz en Cataluña mientras no
se obtenga la necesaria aprobación judicial
(cfr. art. 96 del Código de familia )
La Dirección General acordó:
1.º– Estimar los recursos y revocar los autos
apelados.
2.º– Ordenar que se inscriban en el Registro
Civil de B. los nacimientos acaecidos en esa
DERECHO DE FAMILIA Y DE LA PERSONA
población de M. y S. N. V., ocurridos respectivamente los días 27 de mayo de 1995 y 5 de
mayo de 1999; no constará su filiación y
como nombres propios de padres a los solos
efectos de identificar a la persona se consignarán los de M. y D.
1.2. Resolución de 15 de enero de 2003
(1.ª). Reconocimiento de la paternidad no
matrimonial.
– Respecto de una española nacida en
España en 1942 no es inscribible el reconocimiento de la paternidad otorgado en
documento notarial extranjero en 1959,
porque no se ha obtenido el consentimiento de la madre y representante legal de la
menor ni la aprobación judicial, y porque
no consta que la reconocida al llegar a la
mayoría de edad haya prestado su consentimiento expreso o tácito al reconocimiento.
HECHOS
1. Por escrito remitido al Registro Civil de O.
el 27 de septiembre de 2000 Don D. G. P.,
mayor de edad, español, vecino de dicha
localidad, solicitaba la inscripción del reconocimiento paterno en la inscripción de nacimiento de Dña. J. de L. R., vecina de C.Venezuela, nacida el 2 de abril de 1940 en S.
Adjuntaba certificación literal de nacimiento
de la interesada y acta notarial de reconocimiento paterno efectuado por Don M.-R. M.
E. el 8 de julio de 1959 en L. –Cuba.
2. Ratificado el promotor declarando ser
mandatario verbal de la interesada, se remitió
la solicitud al Registro Civil de S. Visto lo
solicitado y la documentación aportada, el
Juez Encargado del Registro Civil dictó
providencia requiriendo a la promotora que
manifestase si sus padres habían fallecido o
no, aportando en su caso, certificaciones de
defunción, y que aportase asimismo certificaciones de nacimiento de los mismos y que se
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
oficiase al Consulado de Cuba para que comunicase la legislación relativa a los reconocimientos efectuados por los ciudadanos
cubanos en 1959. El Juez Encargado del
Registro Civil dictó nueva providencia ordenando el pase de las actuaciones al Ministerio
Fiscal por no haberse podido cumplir las
diligencias interesadas según diligencia del
Consulado General de España en C. y habiendo solicitado la inscripción el mandatario
verbal Don D. G. P. El Ministerio Fiscal
interesó que se denegase lo solicitado por el
mandatario verbal y se archivase el expediente.
3. Seguidamente se dictó nueva providencia
ordenando que se requiriese al Registro Civil
de I. que remitiese certificación literal de
nacimiento de M.-R. M. E. nacido antes de
1940 y al de O para que se hiciera saber al
promotor del expediente que el mismo estaba
pendiente de unírsele dicha certificación
literal y que se le requiriese sobre el paradero
o domicilio de Dña. J. L. R. dado que, citada
en la dirección aportada, no compareció en el
Consulado de Caracas para su consentimiento
al reconocimiento debiendo acreditar el mandatario verbal tal condición, no constando
que el escrito viniese firmado por la interesada. El Registro Civil de I. informó de que,
consultados los índices correspondientes a los
nacimientos entre 1920 y 1941 y el libro de
nacimientos fuera de plazo, no constaba el
nacimiento de la persona interesada. Por otra
parte, en fecha 24 de mayo, el promotor
presentó escrito en el Registro Civil de O. en
el que declaraba que la certificación literal de
nacimiento solicitada anteriormente estaría
solucionada en aproximadamente tres días,
que en cuanto al paradero de Dña. J. de L. R.
se remitía a su escrito de solicitud ya que
dicha señora en su pasaporte figuraba como
Dña. J. M. de L., con el apellido de su padre
hacía cuarenta y dos años, con dichos apellidos contrajo matrimonio y tenía tres hijas que
también llevaban el apellido del abuelo,
estando claro, por tanto, que desde el reconocimiento había hecho uso del apellido de su
padre por lo que era evidente la aceptación de
tal reconocimiento, y, por último, que el
acreditar su consentimiento como mandatario
verbal se le debía haber exigido en el momento de presentación de los documentos. El
Juez Encargado del Registro Civil de S. dictó
providencia requiriendo al promotor, habida
cuenta de que el consentimiento exigido por
el Cc debía ser expreso o tácito y que la
interesada no compareció ni constaba ningún
documento en que se verificase que ostentaba
la filiación paterna ni que apoderó al mandatario, acreditase el consentimiento de la interesada a ser reconocida por M.-R. M. E., sin
cuyo requisito, transcurrido el plazo, se dictaría resolución denegando el reconocimiento
tal como interesó el Ministerio Fiscal. Finalmente, el Juez Encargado del Registro Civil
dictó auto con fecha 25 de abril de 2002
denegando el reconocimiento instado por
Don D. G. P. en nombre de Dña. J. M. de L.
por no constar el consentimiento de ésta ni de
forma expresa ni tácita, ya que, aunque podía
obviarse el no acreditar documentalmente el
mandato que el promotor decía ostentar
puesto que el mismo podía ser tácito o expreso según el artículo 1710 Cc y el expreso
podía darse incluso de palabra, lo que no
podía obviarse eran los términos imperativos
del artículo 123 del Cc y el consentimiento
del mayor de edad al reconocimiento debía
constar de manera expresa o tácita y, de
manera expresa no constaba, ni se tenían
elementos para deducir el consentimiento
tácito ya que no se acreditaba la voluntad del
mandante, al no firmar el escrito ni aparecer
ningún escrito de ella interesando la inscripción del reconocimiento, y la interesada,
citada con los apellidos M. L. como interesó
el mandatario por ser los apellidos que utilizaba, no había comparecido para prestar su
consentimiento o hacer alegaciones en el
Consulado, sin que posteriormente, pese a
haberle sido requerido, el promotor hubiese
acreditado el consentimiento de la interesada
ni para el mandato ni para el reconocimiento.
4. Notificada la resolución al Ministerio
Fiscal y al promotor, éste presentó recurso
ante la Dirección General de los Registros y
VII.
del Notariado alegando que no era cierto que
en 1959 la señora M. fuese mayor de edad
conforme a las leyes de la época, se reconocía
que el mandato expreso podía darse de palabra y la interesada fue citada con los apellidos de su madre aclarado en su escrito, adjuntándose copia el pasaporte donde la interesada nacida el 2 de abril de 1940 en S.
constaba con los apellidos M. de L.
5. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que interesó la desestimación del mismo y la confirmación del
auto recurrido. El Juez Encargado del Registro Civil confirmó el auto apelado remitiendo
el expediente a la Dirección General de los
Registros y del Notariado.
DERECHO DE FAMILIA Y DE LA PERSONA
gentes en la actualidad la conclusión negativa
se impone igualmente, porque no se ha obtenido el consentimiento de la madre y representante legal de la menor ni la aprobación
judicial, necesarios para la eficacia del reconocimiento de los menores de edad (cfr. art.
124, I, C.c) y, porque, aunque puede entenderse que ese reconocimiento de menores
deviene eficaz cuando el reconocido, una vez
alcanzada la mayoría de edad, presta su reconocimiento expreso o tácito al reconocimiento (cfr. art. 123 C.c), en el caso presente
no consta en modo alguno que la reconocida,
pues no ha comparecido en las actuaciones,
haya prestado expresa o tácitamente tal consentimiento.
La Dirección General acordó desestimar el
recurso y confirmar el acuerdo apelado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I. Vistos los artículos 17 y 133 del Código
civil en su redacción originaria; 9, 120, 123 y
124 del Código civil en su redacción actual;
la disposición transitoria 1.ª de la Ley
11/1981, de 13 de mayo, y los artículos 27 y
48 de la Ley del Registro Civil y 187 del
Reglamento del Registro Civil.
II. Dado que la reconocida es española como
nacida en España en 1942 e hija no matrimonial de española sin constancia de la filiación
paterna, la filiación de esa persona ha de
ajustarse a lo designado en la ley española
(cfr. art. 9-4 Cc).
III. Se ha intentado por estas actuaciones
inscribir la filiación no matrimonial paterna
de la interesada en virtud de un documento
notarial extranjero, formalizado en 1959. En
principio el reconocimiento no es por sí solo
inscribible, pues aplicando la legislación
española vigente en el momento, el reconocimiento de la paternidad de un menor de
edad no otorgado en el acta de nacimiento ni
en testamento requería necesariamente para
su eficacia la aprobación judicial (cfr. art. 133
Cc, redacción originaria).
IV. Si, conforme a la disposición transitoria
1.ª de la Ley de 13 de mayo de 1981 se aplican a dicho reconocimiento las normas vi-
1.3. Resolución de 20 de mayo de 2003.
Determinación de filiación materna no
matrimonial.
– En aplicación de la doctrina dictada
por la Sentencia del Tribunal Supremo de
21 de septiembre de 1999, hoy hay que
entender que rige en nuestro Derecho el
principio «mater semper certa est», de
modo que la maternidad queda determinada legalmente por el parto, como ya
resultaba, no sólo de los principios constitucionales, sino también del Convenio
número 6 de la C.I.E.C.
HECHOS
1.– Por comparecencia en el Registro Civil de
V. el 12 de junio de 2002 D. F. S. M. y Dña.
D. C., ambos de nacionalidad rumana, solicitaban la inscripción fuera de plazo del
nacimiento de su hijo S. C. según ley del país
de origen, nacido el 13 de agosto de 2001 en
V. en el Hospital General, con reconocimiento de filiación paterna no matrimonial.
Adjuntaban los siguientes documentos: respecto del menor: resultados de reconoci-
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
miento médico practicado a S. C. nacido el
13 de agosto de 2001; respecto de la madre:
certificado extranjero de nacimiento el 10 de
octubre de 1986; respecto del padre: certificado extranjero de nacimiento y solicitud de
permiso de residencia.
2.– Visto lo solicitado, la Juez Encargada del
Registro Civil dictó providencia interesando
la práctica de las diligencias encaminadas a
determinar la veracidad del nacimiento, fecha
y lugar, sexo y determinación de su filiación
para lo que se reconocería al no inscrito por
el médico forense y se oficiaría al Hospital
General, donde se decía que había nacido,
para que se informase sobre tales extremos,
acreditándose en su caso la no inscripción del
nacimiento. Adjuntada al expediente certificación negativa de inscripción del nacimiento
en ese Registro Civil, se realizó examen por
el médico forense emitiéndose dictamen
según el cual se había reconocido a S. C. de
sexo masculino con una edad aproximada de
nueve meses. El Ministerio Fiscal informó
que, con carácter previo a informar sobre el
fondo del asunto, se debía unir al expediente
informe del Hospital General donde se dijo
que había acontecido el nacimiento, sobre el
mismo. El Hospital General remitió informe
al Registro Civil de V. en el que hizo constar
que, según sus actas e historias clínicas, la
Sra. D. C. que al parecer tenía otra hermana
con el mismo nombre y la misma documentación, dio a luz un varón el 7 de junio de 2002
constando en varias partes de su historia
anotaciones como «Ojo, utilizan los mismos
familiares la misma historia y cartilla», registrándose en la historia que la paciente no
estaba embarazada de 19 semanas constando,
sin embargo, en la historia que una D. C.
estaba embarazada de ese tiempo, por tanto,
resultaba de cierta ambigüedad designar la
verdadera madre de la criatura, no promoviendo ese centro la inscripción del nacimiento de los recién nacidos pero entregando
a la madre una hoja del Registro Civil debidamente cumplimentada. Visto el contenido
del informe del Hospital General y su no
concordancia con los antecedentes obrantes
en el expediente del que dimanaba comprobándose que en ese Registro constaba inscrito
un varón con el nombre de A. e hijo de D. C.,
por si se pudiera tratarse del mismo niño, se
interesó como diligencia la unión a las actuaciones de certificación literal y testimonio de
las actuaciones que dieron lugar a la referida
inscripción. Unidas a las actuaciones certificación literal de nacimiento y testimonio del
expediente de inscripción de nacimiento de
A. C. nacido el siete de junio de 2002 en ese
Hospital general, hijo no matrimonial de los
padres A.-M. C. y D. C. nacida el 27 de marzo de 1986, ambos de nacionalidad rumana,
el Ministerio Fiscal se opuso a la aprobación
del expediente al no resultar acreditado en los
autos el nacimiento en España del menor
cuya inscripción de nacimiento fuera de plazo
se solicitaba como tampoco su filiación respecto de un español por lo que no se trataba
de ninguno de los supuestos en los que, según
los artículos 15 LRC y 66 RRC, eran competentes los Registros españoles para practicar
la inscripción. La Juez Encargada del Registro Civil interesó como diligencia que se
oficiase a la Policía Judicial, remitiéndole
copia de aquellos antecedentes obrantes en el
expediente que pudieran ser de interés para la
investigación, para que practicase las averiguaciones encaminadas a determinar la certeza o no de los hechos y sus circunstancias,
dando cuenta de sus resultados. Como consecuencia del tal requerimiento, la Comisaría de
V. informó que, tras gestiones realizadas en
el Hospital General, si bien era cierto que en
el «Registro de Admisiones» no constaba
inscrita como paciente de maternidad, sí
constaba en el «Libro de Certificación de
Partos» haber dado a luz la paciente D. C. el
13 de agosto de 2001 a un niño, remitiéndose
posteriormente por esa misma Comisaría
certificado del propio centro hospitalario
según el cual en el mismo D. C. nacida el 27
de marzo de 1986 dio a luz el 13 de agoto de
2001 un varón.
3.– Dado traslado nuevamente del expediente
al Ministerio Fiscal, el mismo informó que,
visto el informe de la Policía, constaba acre-
VII.
ditado que el 13 de agosto de 2001 nació un
menor en el Hospital General de quien dijo
llamarse D. C. pero, habida cuenta de que los
promotores del expediente que decían ser los
padres no acreditaron su identidad en el mismo y que existían dos mujeres al menos que
se identificaban como D. C. con la misma
fecha de nacimiento tal y como se podía
comprobar en las actuaciones, se consideraba
no acreditado que el menor fuese hijo de los
promotores y de quienes ellos decían ser y, en
consecuencia,no se oponía a la inscripción
fuera de plazo del menor pero, eso sí, como
hijo de padres desconocidos. La Juez Encargada del Registro Civil dictó auto con fecha 4
de diciembre de 2002 ordenando la inscripción de nacimiento de S. C., por ser los apellidos que venía utilizando, nacido en V. en el
Hospital General el 13 de agosto de 2001, de
sexo varón e hijo de S. y D. a los solos efectos identificativos por tratarse de filiación
desconocida.
4.– Notificada la resolución al Ministerio
Fiscal y a los promotores, el Ministerio
Fiscal y D. F. S. M. presentaron recurso ante
la Dirección General de los Registros y del
Notariado, el primero para que se inscribiese
al menor con dos apellidos de uso corriente
con arreglo al artículo 55 LRC al no estar
determinada la filiación, no siendo «C.» de
uso corriente ni existiendo una situación
consolidada en la vida social dada la fecha
de nacimiento del menor y, aún cuando se
aceptase el apellido «C.» que era el que
venía usando el nacido debía ostentar legalmente dos apellidos, y, el segundo, porque
quería la identificación de la familia y el
libro original.
5.– La Juez Encargada del Registro Civil
ordenó la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I.– Vistos los artículos 9, 120 y 124 del Código civil; 47, 48 y 95 de la Ley del Registro
DERECHO DE FAMILIA Y DE LA PERSONA
Civil; 186, 188 y 314 del Reglamento del
Registro Civil; el Convenio número 6 de la
Comisión Internacional del Estado Civil
(C.I.E.C.) de 12 de septiembre de 1962
(B.O.E. 17 de abril 1984); la Sentencia del
Tribunal Supremo de 21 de septiembre de
1999, y las Resoluciones de 24 de octubre de
2000, 29 de enero, 17 de marzo, 9 de octubre,
8-2.ª de noviembre y 28 de diciembre de
2001.
II.– Cualesquiera que sean las dudas que se
han producido sobre la identidad de la madre,
está comprobado que la rumana debidamente
identificada y llamada D. C. ha dado a luz un
varón en V. el 13 de agosto de 2001. Por lo
tanto, sin necesidad de más requisitos y en
acatamiento de la doctrina dictada por la
Sentencia del Tribunal Supremo de 21 de
septiembre de 1999, hoy hay que entender
que rige en nuestro Derecho el principio «mater semper certa est», de modo que la maternidad queda determinada legalmente por el
parto, como ya resultaba, no sólo de los principios constitucionales, sino también del
Convenio número 6 de la C.I.E.C. citado en
los vistos.
III.– Determinada así la filiación no matrimonial materna, y habiendo sobrevenido un
reconocimiento de la paternidad no matrimonial otorgado por el padre por comparecencia ante el Encargado (art. 120-1.º Cc) y
contando con el consentimiento de la madre y representante legal del menor, tal
reconocimiento de la paternidad es eficaz e
inscribible (cfr. art. 124, I, Cc) y, siendo el
hijo y los padres de nacionalidad rumana,
corresponde al primero como único apellido el paterno.
La Dirección General acordó:
1.º– Estimar en parte el recurso entablado por
el padre.
2.º– Ordenar que se inscriba en el Registro
Civil de Vigo el nacimiento de un varón,
llamado S. M., con los datos que constan
en el auto apelado, completados por los de
su filiación paterna y materna según los
datos comprobados del padre y de la madre.
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
1.4. Resolución de 9 de abril de 2003 (3.ª).
Filiación adoptiva constituida en el
extranjero a favor de un mayor de edad.
ley aplicable a la capacidad del adoptando.
– En la adopción constituida por la
competente autoridad extranjera la ley del
adoptando rige en cuanto a capacidad y
consentimientos necesarios (cfr. art. 9-5
Cc).
– No hay dificultad para admitir la
adopción en favor de un mayor de edad
peruano que se ajusta a la ley peruana, sin
que haya que aplicar las normas restrictivas españolas que sólo excepcionalmente
admiten la adopción formalizada a favor
de los mayores de edad (cfr. art.175 Cc).
– Si el adoptante español tiene su domicilio en Perú, no es necesaria la declaración de idoneidad de la entidad pública
española.
– No hay duda tampoco de que la adopción peruana se corresponde en cuanto a
sus efectos con la adopción española, ya
que supone la integración del adoptado en
la familia del adoptante, la ruptura de
vínculos con la familia por naturaleza y la
irrevocabilidad de la adopción
HECHOS
1.– Por comparecencia en el Consulado General de España en L. el 15 de junio de 2002
D. S. A. G., nacido en B., con nacionalidad
española y peruana, vecino de ChacaclayoPerú, solicitaba la inscripción del nacimiento
de E. A. G. nacido el 6 de agosto de 1961 en
Ica-Perú por haber sido adoptado por ciudadano español. Adjuntaba los siguientes documentos: respecto del adoptado: certificación de nacimiento extranjera en la que
constaba sólo con la filiación paterna alegada
y marginalmente la adopción el 27 de junio
de 2002 por declaración de voluntad del
promotor y aceptación del adoptado con la
consiguiente modificación de sus apellidos y
documento nacional de identidad peruano; y
respecto del adoptante: copia del pasaporte
español en vigor, de su libro de familia con
Dña. F. M. Q. y documento notarial de adopción de Enrique A. M. por el promotor con
intervención de su esposa.
2.– Visto lo solicitado y la documentación
aportada, se realizó trámite de audiencia
reservada con el adoptado en la que declaró
que tenía 41 años, no recordaba muy bien la
fecha de nacimiento de su padre adoptivo
que, si mal no recordaba, nació en Zaragoza,
él era peruano, conocía a su padre adoptivo
mas o menos desde 1980 cuando empezó a
trabajar con él en Chacaclayo, empezó a
trabajar de cobrador de micro, su padre
adoptivo tenía una empresa de transportes
llamada S. C., momentáneamente se quedaría
a vivir en su propia casa pero como su padre
adoptivo se iba a vivir a Estados Unidos
quería que se hiciera cargo de la empresa, él
tenia sus propiedades, su padre adoptivo tenía
seis hijos, una mujer y cinco hombres, él no
había viajado a España, su padre adoptivo
residía actualmente en Lima y usualmente
viajaba a Estados Unidos para traer repuestos,
habían convivido desde 1987 a 1992 cuando
él tenía 28 o 29 años, él era encargado de la
administración de la empresa S. C., estaba
soltero, nunca había solicitado visado y sólo
tenía parientes o amistades en España por
parte de su padre adoptivo. El Canciller del
Consulado, en funciones de Ministerio Fiscal,
se opuso a lo solicitado ya que de la entrevista se evidenciaba que no se cumplía el
requisito del artículo 175.2 del Código civil,
la existencia de una situación no interrumpida
de acogimiento o convivencia iniciada antes
de que el adoptado hubiese cumplido catorce
años, siendo la relación existente entre ellos
más de trabajo que de convivencia propiamente dicha; asimismo en el expediente
existía una discrepancia entre la documentación del promotor en el que constaba con el
apellido materno «G.» y la escritura de adopción, la partida de nacimiento y el documento
nacional de identidad peruanos en los que el
adoptado se identificaba con el apellido «G.».
El Encargado del Registro Civil Consular
VII.
dictó auto con fecha 16 de octubre de 2002
denegando la inscripción de la adopción,
vista la documentación aportada, la entrevista
efectuada y el informe del Ministerio Fiscal,
por no cumplir con el principio de legalidad
conforme a la ley española.
3.– Notificada la resolución al promotor, éste
presentó recurso ante la Dirección General de
los Registros y del Notariado alegando que,
realizada la adopción bajo la aplicación de las
normas vigentes del Perú en compatibilidad
con el orden público internacional y las buenas costumbres, debía surtir su eficacia en
España, según la Real Academia Española el
término acogimiento era más amplio, comprendiendo, no sólo la hospitalidad y admisión entre otros, sino también el amparo y la
protección, actos que había cumplido por
muchos años con el adoptado, otorgándole
protección y amparo físico, moral y económico, originando la relación una estrecha familiaridad entre ambos y su esposa, el Registrador debía declarar la improcedencia o no de
la inscripción de la adopción con arreglo a los
principios del país que la otorgó, debían
aplicarse supletoriamente las normas de
Derecho internacional privado que establecían que, para que la adopción fuera posible,
debía estar permitida por la ley del domicilio
del adoptante y la del domicilio del adoptado,
siendo el adoptante español pero radicado
hacía muchos años en Perú habiendo obtenido la nacionalidad de este último país, siendo
discriminado como español por haber adquirido la doble nacionalidad y ocasionándosele
un grave perjuicio a quien ante la ley peruana
era hijo de un ciudadano español correspondiéndole todos sus derechos ante el país natal
de su padre adoptivo.
4.– De la tramitación del recurso se dio traslado al Canciller del Consulado, que en funciones de Ministerio Fiscal interesó la confirmación del auto recurrido ya que en la
audiencia se comprobó que el adoptado desconocía datos personales del adoptado y la
intención de los promotores estaba vinculada
a aspectos ajenos a lo que era una adopción,
no habiéndose acreditado el tiempo de convi-
DERECHO DE FAMILIA Y DE LA PERSONA
vencia exigido por el artículo 175.2 C.C El
Encargado del Registro Civil Consular de
España confirmó el auto apelado ya que no se
cumplía el requisito el artículo 175.2 Cc, se
pretendía utilizar la vía de la adopción con
una finalidad totalmente distinta del verdadero matiz de un régimen de adopción, el
adoptado no vivía ni viviría con el padre
adoptivo, llamaba la atención que la esposa
adoptante no hubiera intervenido como madre
adoptiva sino simplemente a efectos de prestar su consentimiento la misma y, por último,
estando ausentes las instancias judiciales en
la normativa legal peruana sobre adopción
regulada por la Ley de Competencia Notarial
en Asuntos Contenciosos, la misma no tenía
las más mínimas garantías jurídicas que
contemplaba el ordenamiento español, remitiendo el expediente a la Dirección General
de los Registros y del Notariado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I.– Vistos los artículos 9, 19 y 175 del Código
civil; 15, 16 y 23 de la Ley del Registro Civil;
66, 68 y 85 del Reglamento del Registro
Civil, y la Resolución de 12-6.ª de septiembre
de 2002.
II.– Se discute en este recurso si es inscribible
en el Registro Consular una adopción constituida en Perú, de acuerdo con la legislación
peruana, por un ciudadano español a favor de
un ciudadano peruano mayor de edad.
III.– Como en la adopción constituida por la
competente autoridad extranjera la ley del
adoptando rige en cuanto a capacidad y consentimientos necesarios (cfr. art. 9-5 Cc), no
hay dificultad para admitir la adopción en
favor de un mayor de edad peruano que se
ajusta a la ley peruana, sin que haya que
aplicar las normas restrictivas españolas que
sólo excepcionalmente admiten la adopción
formalizada a favor de los mayores de edad (
cfr.art.175 Cc). Por lo demás, como el adoptante español tiene su domicilio en Perú, no
es necesaria la declaración de idoneidad de la
entidad pública española y no hay duda tam-
131
132
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
poco de que esta adopción peruana se corresponde en cuanto a sus efectos con la adopción española, ya que supone la integración
del adoptado en la familia del adoptante, la
ruptura de vínculos con la familia por naturaleza y la irrevocabilidad de la adopción
(cfr.art. 9-5 Cc ).
IV.– Por lo demás el adoptado podrá optar
por la nacionalidad española en el plazo de
dos años a partir de la constitución de la
adopción.
La Dirección General acordó:
1.º– Estimar el recurso y revocar el auto
apelado.
2.º– Ordenar que se inscriba en el Registro
Consular el nacimiento del adoptado y marginalmente la adopción por un español formalizada por escritura de 27 junio de 2002.
VII.2
NACIONALIDAD
2.1 Resolución de 6 de noviembre de 2003
(3.ª). Opción a la nacionalidad española a
favor de los hijos de padre o madre
originariamente españoles y nacidos en
España.
– A) En virtud a la reforma operada en
el Código civil en esta materia a virtud de
la Ley 36/2002, de 8 de octubre, que ha
dado nueva redacción al artículo 20 del
citado cuerpo legal, se reconoce el derecho
a optar por la nacionalidad española a
aquellos cuyo padre o madre hubiera sido
originariamente español y nacido en España.
– B) Se deniega la facultad de optar a la
nacionalidad española en base al nuevo
artículo 20 n.º1, b) del Código civil, porque
no se ha acreditado la alegada nacionalidad española de origen de la madre
HECHOS
1.– Por comparecencia en el Registro Civil de
El Ferrol el 4 de julio de 2001 D. G M R G.,
de nacionalidad argentina, vecina de Ares,
nacida el 18 de marzo de 1973 en Buenos
Aires-República Argentina, solicitaba la
inscripción de su nacimiento por ser hija de
madre española. Adjuntaba los siguientes
documentos: respecto de ella: certificación de
nacimiento extranjera y certificado de empadronamiento; y respecto de su madre: certificación literal de nacimiento.
2.– Visto lo solicitado y la documentación
aportada, el Juez Encargado del Registro
Civil dictó acuerdo con fecha 15 de enero de
2002 denegando la inscripción de nacimiento
ya que en la fecha de nacimiento de la interesada la madre no transmitía la nacionalidad
aún en el supuesto de haberla ostentado, no
pudiendo tampoco practicarse al amparo de
los artículos 15 LRC y 66 RRC al no afectar
la inscripción al estado civil de un español ya
que la madre de la misma contrajo matrimonio con un súbdito italiano en 1962 fecha en
que tal matrimonio suponía la pérdida de la
nacionalidad española, sin que constase que
la hubiese recuperado, todo ello sin perjuicio
de que pudiera practicarse la inscripción al
amparo de los artículos vistos, sin prejuzgar
la nacionalidad de la interesada, si la madre
recuperaba la nacionalidad española.
3.– Notificada la resolución al Ministerio
Fiscal y a la interesada a través del Consulado de España en Buenos Aires por cambio de
domicilio, ésta presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegando que su madre había iniciado
los trámites para recuperar la nacionalidad
española, adjuntando recibo de declaración
de recuperación de 5 de noviembre de 2002,
y nunca había adquirido la nacionalidad del
país donde entonces residía, la República
Argentina, y debía tenerse en cuenta la nueva
legislación en la materia por ser hija y nieta
de ciudadanos españoles
4.– De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que interesó la confirmación del acuerdo por sus fundamentos.
El Juez Encargado del Registro Civil confirmó la resolución recurrida remitiendo las
actuaciones a la Dirección General de los
Registros y del Notariado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I.– Vistos los artículos 17, 20 y 22 del Código
civil en su redacción originaria; 17 y 23 del
Código civil en su redacción por la Ley de 15
de julio de 1954; 20 del Código civil en su
134
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
redacción dada por Ley 36/2002, de 8 de
octubre; 15, 16, 23 y 67 de la Ley del Registro Civil; 66, 68, 85 y 232 del Reglamento del
Registro Civil, y las Resoluciones de 12-2.ª y
23-3.ª de febrero, 23 de abril, 12-9.ª de septiembre y 5-2.ª de diciembre de 2001 y 21-5.ª
de enero de 2003.
II.– Se ha pretendido por estas actuaciones
inscribir en el Registro Central como española a una mujer nacida en Argentina en
1973, alegando ser hija de madre originariamente española, nacida en España.
III.– Es cierto, como indica el acuerdo recurrido, que la madre de la interesada ya no era
española cuando ésta nació porque perdió
esta nacionalidad por su matrimonio en 1962
con ciudadano italiano (cfr. art. 23 Cc, redacción de 1954). Aunque las normas sobre
pérdida y atribución de la nacionalidad española hayan cambiado, las nuevas normas no
están dotadas de la eficacia retroactiva máxima consistente en no dar por producidos
efectos ya agotados de una relación anterior
IV.– Por otra parte, no le alcanza a la interesada la posibilidad de optar a la nacionalidad
española por la vía de la disposición transitoria 1.ª de la Ley 29/1995, de 2 de noviembre,
ya que expiró el plazo de caducidad para el
ejercicio de ese derecho el 7 de enero de
1997. Finalmente, tampoco puede acogerse al
derecho de opción por razón de haber estado
sometida a la patria potestad de un español,
regulado en el artículo 20 del Código civil,
puesto que, sobre no haberse acreditado en
este expediente la consumación de la recuperación de la nacionalidad española de origen
de la madre, aquélla ha alcanzado ya la mayoría de edad, según su estatuto personal, con
anterioridad a la fecha en que la madre recupere la nacionalidad española.
V.– Ahora bien, no cabe desconocer en este
momento la reciente reforma operada en el
Código civil en esta materia a virtud de la
Ley 36/2002, de 8 de octubre, que ha dado
nueva redacción al artículo 20 del citado
cuerpo legal, reconociendo en su apartado 1
el derecho de optar por la nacionalidad española a «b) Aquellos cuyo padre o madre
hubiera sido originariamente español y nacido en España». El supuesto de hecho objeto
del presente expediente resulta plenamente
subsumible en la citada norma, toda vez que
concurre en la interesada el doble requisito de
ser hija de madre originariamente española y
nacida en España, según se ha acreditada
mediante la certificación de nacimiento de la
madre aportada al expediente.
VI.– Queda tan sólo despejar las posibles
dudas sobre la aplicabilidad temporal de la
nueva norma al presente caso. La reforma
citada del Código civil entró en vigor el 9 de
enero pasado, de acuerdo con la Disposición
final única de la Ley 36/2002, siendo así que
el derecho de opción que incorpora en su
artículo 20 n.º1,b) se introduce «ex novo»,
por referencia a la situación legislativa inmediatamente anterior, lo que supone que, aplicando analógicamente la Disposición transitoria primera del Código civil en su redacción
originaria, tal derecho «tendrá efecto desde
luego», aunque el hecho que lo origine se
verificara bajo la legislación anterior. Esta
conclusión ha de mantenerse en el presente
caso por mucho que la solicitud inicial y el
auto denegatorio sean anteriores a la mencionada fecha de entrada en vigor de la reforma,
ya que la falta de desistimiento del recurso
pone de manifiesto implícitamente la voluntad de mantener la solicitud inicial en fecha
ya posterior a la entrada en vigor de la reforma, siendo contrario al principio de economía
procesal que rige en sede de expediente registral entender necesario reproducir nuevamente la referida solicitud inicial. Ahora
bien, la eficacia de tal adquisición de la nacionalidad española debe entenderse supeditada al cumplimiento del requisito de que se
formalice el juramento o la promesa de fidelidad al Rey y obediencia a la Constitución y
a las leyes que prescribe el vigente artículo
23 del Código civil.
La Dirección General acordó:
1.º– Estimar el recurso interpuesto;
2.º– Ordenar que se inscriba en el Registro
Civil Central el nacimiento de G. M. R. G.,
acaecido en Buenos Aires (Argentina) el 18
VII.
de marzo de 1973, con los demás datos de
filiación comprobados en el expediente, así
como que se practique la marginal de adquisición de la nacionalidad española por opción, previo cumplimiento de lo dispuesto en
el artículo 23 del Código civil.
B) Se deniega la facultad de optar a la
nacionalidad española en base al nuevo
artículo 20 n.º1, b) del Código civil, porque
no se ha acreditado la alegada nacionalidad española de origen de la madre
HECHOS
1.– Por comparecencia en el Registro Civil
Central el 17 de febrero de 2003, Dña. G. S.
B. A., nacida el 9 de julio de 1962 en Montevideo – Uruguay –, con Pasaporte B-687135
expedido en Montevideo el 12 de septiembre
de 2001, solicita la inscripción de su nacimiento y la opción a la nacionalidad española. Aporta impreso declamatorio de datos
personales, certificación literal de nacimiento
de la interesada expedida por la República
Oriental de Uruguay, Certificación del nacimiento de la madre de la interesada expedida
por el Registro Civil de G. (V.), certificación
de empadronamiento de la interesada y de
otros miembros de su familia. El Magistrado
Juez Encargado del Registro Civil Central de
Madrid dicta acuerdo en fecha 25 de abril de
2003 por el que se deniega la solicitud de
opción por la nacionalidad española y consecuentemente la inscripción de nacimiento de
la interesada por entender que no ha acreditado reunir los requisitos exigidos por el artículo 20.1,b del Código civil, quedando a
salvo su derecho para solicitar la nacionalidad española por residencia. Entiende el
Magistrado Juez que la solicitante es hija de
madre nacida en España aunque no se ha
acreditado que fuera originariamente española por cuanto, a su vez, es hija y nieta de
padre y abuelos paternos nacidos en Portugal.
2.– Notificada la resolución al Ministerio
Fiscal y a la interesada mediante compare-
DERECHO DE FAMILIA Y DE LA PERSONA
cencia de la misma en el Registro Civil Central el día 18 de julio de 2003, ésta interpone
recurso el 14 de agosto de 2003 ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando la revocación de la resolución y que, en consecuencia, se estime y
acoja el derecho de la compareciente a optar
por la nacionalidad española de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 20.1.b en
relación con el punto 2 del Código civil y en
los términos del escrito inicial.
3.– De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que informó en fecha 8
de noviembre de 2003 la confirmación de la
resolución recurrida por sus propios fundamentos. El Magistrado Juez Encargado del
Registro Civil Central confirmó la resolución
apelada remitiendo el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I.– Vistos los artículos 17, 20 y 22 del Código
civil en su redacción originaria; 17 y 23 del
Código civil en su redacción por la Ley de 15
de julio de 1954; 15, 16, 23 y 67 de la Ley
del Registro Civil; 66, 68, 85 y 232 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 12-2.ª y 23-3.ª de febrero, 23 de abril,
12-9.ª de septiembre y 5-2.ª de diciembre de
2001 y 21-5.ª de enero y 5 de mayo de 2003.
II.– Se ha pretendido por estas actuaciones
inscribir en el Registro Civil Central como
española a la nacida en Uruguay en 1962,
alegando ser hija de madre originariamente
española y nacida en España, en virtud del
previo ejercicio de la opción prevista por el
artículo 20 n.º1, b) del Código civil, en su
redacción dada por Ley 36/2002, de 8 de
octubre, conforme al cual tienen derecho a
optar por la nacionalidad española «aquellos
cuyo padre o madre hubiere sido originariamente español y nacido en España».
III.– Esta pretensión no puede ser estimada.
En efecto, no cabe entender acreditada la
nacionalidad española de origen de la madre
de la interesada toda vez que de la documen-
135
136
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
tación aportada a estas actuaciones resulta
que la misma, nacida en 1922, era hija y nieta
de padre y abuelos paternos nacidos en Portugal, y aunque se estime probado que su
madre, abuela de la recurrente, era originariamente española, probablemente perdió de
forma automática esta nacionalidad por matrimonio con extranjero al corresponderle la
nacionalidad del marido (cfr. art. 22 Cc.
redacción originaria). Pero aunque la madre
hubiera conservado la nacionalidad española
al tiempo del nacimiento de la hija, tampoco
ésta hubiera nacido española ya que en la
redacción originaria del Código civil, vigente
en la época en que sucedieron los hechos,
regía en toda su pureza el principio de unidad
familiar en materia de nacionalidad centrado
en la figura del padre titular de la patria potestad, de modo que la hija, madre de la recurrente, siguió la nacionalidad del padre, del
que en función de los antecedentes reseñados
no cabe concluir fuese de nacionalidad española, bajo cuya patria potestad se encontraba
(cfr. arts. 18 y 154 Cc. originarios).
La Dirección General acordó desestimar el
recurso y confirmar el acuerdo apelado.
2.2 Resolución de 21 de febrero de 2003
(4.ª) Reconocimiento de la nacionalidad
española de origen a favor de los nacidos
de madre española después de la entrada
en vigor de la Constitución.
– Por aplicación inmediata del principio Constitucional que no admite discriminaciones injustificadas por razón del sexo,
hay que entender que los nacidos de madre
española después de la entrada en vigor de
la Constitución española son españoles de
origen, recibiendo el mismo trato que los
hijos de padre español.
HECHOS
1.– Con fecha 1 de julio de 2002, el Registro
Civil de Castellón de la Plana remitió al
Registro Civil Central acta levantada, ante el
Encargado del Registro, de la comparecencia
realizada por Don R. P. M. y P., mayor de
edad, nacido en Tecumseh (Missouri) el 6 de
octubre de 1981, e inscrito en ese Registro
Civil, declarando su voluntad de optar a la
nacionalidad española al amparo del art. 20.1
del Cc manifestando que durante su minoría
de edad había estado bajo la patria potestad
de su madre, Doña M. P. y P. de origen española. Acompañaba los siguientes documentos: certificación literal de nacimiento expedida por el Cónsul General de España en
Chicago, donde figura en el apartado de
Observaciones la siguiente nota: «se practica
esta diligencia por ser el inscrito de madre
española y en virtud de trascripción de certificado del Registro Civil y declaración de la
madre; esa inscripcion no prejuzga la nacionalidad española del inscrito»; tarjeta de
permiso de residencia; fotocopia de la solicitud de tarjeta en régimen comunitario y certificado de empadronamiento expedido por el
Ayuntamiento de Castellon de la Plana; de su
madre: D.N.I. y acta de nacimiento expedida
por el Registro Civil de Muro del Alcoy
(Castellón).
2.– A la vista de lo actuado, el Encargado del
Registro Civil Central dictó auto con fecha 2
de septiembre de 2002, por el que acordaba la
rectificación de la inscripción de nacimiento
del solicitante, practicándose en dicha inscripción nota marginal que deje sin efecto lo
consignado en el apartado de observaciones
referido a la práctica del asiento al amparo
del art. 15 de la L.R.C. y resolución de 14 de
abril de 1971, sin que ello prejuzgara la nacionalidad española, alegando como razonamiento jurídico que en este supuesto había
quedado definitivamente clarificada la doctrina de la Dirección General en el sentido de
que el art. 17.2 del Cc en su redacción de
1954, había quedado derogado por la eficacia
inmediata de la Constitución española, de
modo que los hijos de española nacidos después de su entrada en vigor, son españoles
iure sanguinis, recibiendo el mismo trato que
los hijos de padre español, al venir impuesta
VII.
dicha interpretación por aplicación de art 39
de la Constitución española.
3.– Notificado el Ministerio Fiscal, éste al
amparo de lo dispuesto en los arts. 240
L.O.P.J., 97-4.º L.R.C. y 355 R.R.C., interpuso recurso ante la Dirección General de los
Registros y del Notariado interesando se
acuerde declarar la nulidad de la resolución
dictada, alegando que la resolución recurrida
se había dictado en el curso de un expediente,
incoado a instancias de R. P. M. en el Registro Civil de su domicilio, que debería haber
concluido con la calificación de la opción a la
nacionalidad española formulada por el promotor. No obstante, en lugar de resolver
sobre ese extremo, se había dictado, al amparo de lo dispuesto en el art. 95.1 L.R.C., auto
por el que, según se declaraba en el mismo,
«con el fin de evitar dilaciones innecesarias,
no se consideraba preciso el informe previo
del ministerio Fiscal, omitiendo también,
debemos entender que por idéntica razón, la
obligación de dar audiencia al interesado
sobre la nueva cuestión planteada por el
Encargado y sobre la que no había tenido
conocimiento ni ocasión de formular las
alegaciones oportunas, añadía que aun en el
supuesto de que se hubiera respetado el derecho de las partes antes aludidas a ser oídas y
sin entrar a valorar si al presente supuesto le
es de aplicación la doctrina establecida por la
Dirección General, el procedimiento elegido
por el Encargado no sería el legalmente establecido por cuanto no se aprecia la existencia
de error alguno en la inscripción pues la
referencia que consta en el apartado de observaciones no supone en modo alguno la
declaración taxativa de que el inscrito no
ostenta la nacionalidad española sino que,
como se desprendía del propio asiento y de lo
dispuesto en los arts. 15 L.R.C. y 66 R.R.C.,
lo que se declaraba era no estar suficientemente acreditada la nacionalidad española.
Suponiendo que el procedimiento legal a
seguir era el expediente de declaración con
valor de simple presunción a que se refiere el
art. 96 de la L.R.C., solución, por otra parte,
acorde con la circular de la Dirección General
DERECHO DE FAMILIA Y DE LA PERSONA
de fecha 11 de abril de 1978, implicado esto
que el competente para resolver la cuestión
de fondo sería el Encargado del Registro
Civil del domicilio del promotor.
4.– Notificada la interposición del recurso al
interesado a fin de que haga las alegaciones
que estime oportunas en derecho. Con fecha
24 de octubre de 2002, compareció en el
Registro Civil de su domicilio doña M. P. y
P., haciéndole entrega del certificado de
nacimiento para obtención de D.N.I., la compareciente manifestó que su hijo, por motivo
de estudios, estaba residiendo en Australia,
comprometiéndose a hacerle entrega de la
documentación recibida.
5.– El Encargado del Registro Civil Central
remitió las actuaciones a la Dirección General de los Registros y del Notariado, informando que a su juicio no habían sido desvirtuados los razonamientos jurídicos que aconsejaron dictar la resolución recurrida,
entendiendo que ante la falta de alegaciones
por parte del interesado, estimaba la confirmación de la misma.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I.– Vistos los artículos 14 de la Constitución;
17 y 20 del Código civil; 93 de la Ley del
Registro Civil; 66, 162 y 342 del Reglamento
del Registro Civil y la Resolución de 13 de
octubre de 2001.
II.– Por aplicación inmediata del principio
Constitucional que no admite discriminaciones injustificadas por razón del sexo, hay que
entender que los nacidos de madre española
después de la entrada en vigor de la Constitución española son españoles de origen, recibiendo el mismo trato que los hijos de padre
español.
III.– Siendo esto así, el nacido en Missouri en
1981, hijo de padre norteamericano y de
madre española es español de origen, siendo
improcedente e inútil que opte a una nacionalidad española no de origen por haber
estado sometido a la patria potestad de una
española (cfr. art. 20 Cc); lo oportuno es que
137
138
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
por el procedimiento adecuado se cancele la
observación practicada en el asiento en el
sentido de que la inscripción de nacimiento
no prejuzga la nacionalidad española del
nacido (cfr. art. 66 «fine» R.R.C.).
IV.– En todo caso la cancelación de esa observación requiere la tramitación de un expediente que, aunque pueda iniciarse de oficio,
no permite prescindir de los trámites necesarios de la audiencia a los interesados y de la
intervención del Ministerio Fiscal. En todo
caso es competente para decidir en primera
instancia esa supresión del Encargado del
Registro Civil Central (cfr. arts. 68, 162 y
342 R.R.C.).
La Dirección General acordó, con estimación
parcial del recurso, ordenar que se tramite,
conforme a las reglas generales, expediente
en el Registro Civil Central para obtener la
supresión de lo consignado en la casilla de
observaciones de la inscripción de nacimiento
debatida.
2.3 Resolución de 20 de junio de 2003 (1.ª)
Recuperación de la nacionalidad española.
– Para que sea posible inscribir una recuperación de la nacionalidad española es
necesario probar que en algún momento
anterior se ostentaba «de iure» esa nacionalidad.
– El territorio de Guinea no puede ser
considerado español a partir de la independencia obtenida el 12 de octubre de
1968 y, de otra parte, los naturales de
Guinea Ecuatorial nunca fueron, por ese
solo concepto, nacionales españoles, sino
solamente súbditos de España que se beneficiaban de la nacionalidad española.
HECHOS
1.– Por comparecencia en el Registro Civil de
Valencia el 10 de julio de 2002 D. D. M. I.,
vecino de dicho municipio, nacido el 29 de
julio de 1946 en Río Muni-Guinea Ecuatorial,
solicitaba la inscripción de su nacimiento por
recuperación de la nacionalidad española,
extendiéndose acta de recuperación de la
nacionalidad ante la Juez Encargada del
Registro Civil.
2.– Remitidas certificación literal de nacimiento expedida por el Juzgado del Distrito
de Malabo, certificación negativa de inscripción de nacimiento en el Registro Civil Central, certificación de matrimonio de sus padres, certificado de bautismo, copia del documento nacional de identidad y del
pasaporte españoles, certificado de empadronamiento, informe de vida laboral y dispensa
eclesiástica de estado sacerdotal y el acta de
recuperación al Registro Civil Central, el
Juez Encargado del mismo dictó auto en
fecha 29 de octubre de 2002 denegando la
recuperación de la nacionalidad española e
inscripción de nacimiento por no haberse
ejercido por el interesado en plazo la opción a
la nacionalidad española establecida por Real
Decreto 2987/77, de 28 de octubre, ni constar
que le beneficiara la disposición adicional 1.ª
de dicho Real Decreto, no pudiendo recuperar
el interesado una nacionalidad que nunca
había ostentado debiendo adquirir la nacionalidad por residencia sirviéndole de título
acreditativo de la residencia legal en España
el documento nacional de identidad y si pretendía obtener la declaración de la nacionalidad española con valor de simple presunción
o su consolidación por aplicación del artículo
18 del Cc, ello debería obtenerse por el procedimiento específicamente regulado por el
artículo 96.2 LRC siendo competente para su
tramitación el Registro Civil de su domicilio
y no el Registro Civil Central, y, por último,
en el supuesto de que el interesado obtuviese
cualquiera de esas declaraciones debería
solicitar de ese Registro Civil Central la
inscripción de su nacimiento y declaración de
su nacionalidad española aportando certificado de nacimiento expedido por el Registro
Civil extranjero o tramitar el correspondiente
expediente de inscripción de nacimiento fuera
de plazo y demás documentación que le
pudiera interesar.
VII.
3.– Notificada la resolución al Ministerio
Fiscal y al interesado, éste presentó recurso
ante la Dirección General de los Registros y
del Notariado alegando que le parecía irónico
que, después de haber hecho en el Registro
Civil el juramento de español y de recuperación de la nacionalidad, le denegaran ahora
su inscripción, en el tiempo del Real Decreto
2987/77 de 28 de octubre estaba en la cárcel
o no podía salir de Guinea Ecuatorial por ser
español y superior de una Congregación de
Misioneros Españoles, ser español y católico
eran dos propiedades mal vistas por el Régimen, solamente pudo salir con la ayuda de la
Embajada de España en agosto de 1986, su
documento nacional de identidad figuraba en
todos sus documentos oficiales, laborales y
comerciales, trabajaba en el servicio valenciano de salud, pagaba sus impuestos, tenía
Seguridad Social y todos los miembros de su
familia estaban nacionalizados gracias a su
posición siendo él el único en conflicto, se
sentía legalmente desamparado y, en último
caso, se ampararía en la posibilidad de adquirir la nacionalidad española por residencia
sirviéndole como título acreditativo de su
residencia legal el documento nacional de
identidad.
4.– De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que interesó la confirmación del acuerdo apelado por sus fundamentos. El Juez Encargado del Registro
Civil confirmó el acuerdo apelado remitiendo
el expediente a la Dirección General de los
Registros y del Notariado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I.– Vistos los artículos 17 del Código civil en
su redacción originaria; 17, 18 y 26 del Código civil en su redacción actual; 15 y 96 de la
Ley del Registro Civil; 66 y 335 del Reglamento del Registro Civil, la Ley de 27 de
julio de 1968, el Real Decreto 2987/1977, de
28 de octubre, y las Resoluciones de 18 de
mayo de 1990, 24-2.ª de febrero, 6 de marzo,
3-1.ª y 19-1.ª y 3.ª de abril, 13-3.ª de mayo y
DERECHO DE FAMILIA Y DE LA PERSONA
23-3.ª de agosto de 1997, 14-2.ª de marzo, 22.ª y 25-1.ª de abril, 25-2.ª de mayo, 3-2.ª de
junio, 1-2.ª y 15-2.ª de julio, 11 de septiembre, 7-1.ª y 2.ª y 10-3.ª de octubre y 10-1.ª de
noviembre de 1998 y 5 de marzo y 20 de
mayo de 1999 y 27-2.ª de diciembre de 2001.
II.– Para que sea posible inscribir una recuperación de la nacionalidad española es necesario, como es obvio, probar cumplidamente
que en algún momento anterior se ostentaba
«de iure» esa nacionalidad.
III.– No ocurre así con el interesado nacido
en Guinea Ecuatorial en 1946. En efecto, el
territorio de Guinea no puede ser considerado
español a partir de la independencia obtenida
el 12 de octubre de 1968 y, de otra parte, los
naturales de Guinea Ecuatorial nunca fueron,
por ese solo concepto, nacionales españoles,
sino solamente súbditos de España que se
beneficiaban de la nacionalidad española. Es
evidente, por razones superiores de Derecho
Internacional Público, que el proceso descolonizador implicó por sí mismo un cambio en
el estatuto personal de los naturales de la
nueva nación, que no pudo crearse sin ciudadanos que constituyeran su elemento personal
imprescindible.
IV.– Para evitar posibles perjuicios que ese
cambio pudiera acarrear a los guineanos
residentes en España, el Real Decreto
2987/1977, de 28 de octubre, arbitró una
formula a fin de que en determinado plazo
pudieran aquellos declarar su voluntad de ser
españoles e, incluso, su disposición adicional
primera admitió el mismo efecto sin necesidad de declaración expresa para los guineanos que, tras el 12 de octubre de 1968, hubieran estado al servicio de las armas españolas
o ejercido cargo o empleo público en España
como súbditos españoles. No obstante, esta
vía está vedada en este caso pues el recurrente no estaba incluido en el ámbito de
aplicación del Real Decreto y, aunque lo
estuviera, no le beneficiaba la opción tácita y
dejó expirar el plazo para la opción expresa.
V.– No cabe desvirtuar la conclusión anterior
por el hecho de que el interesado esté en
posesión de pasaporte y de Documento Na-
139
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
cional de Identidad, que podrán surtir otros
efectos, pero no bastan para probar legalmente su nacionalidad española. Es cierto que
el DNI sirve para acreditar, salvo prueba en
contrario, la nacionalidad española del titular
(disposición adicional 1.ª del Real Decreto
citado de 1985), pero, como viene reiterando
este Centro Directivo a partir de la Resolución de 18 de mayo de 1990, esa presunción
no es absoluta pues su ámbito se ciñe exclusivamente al de los expedientes administrativos e, incluso en éstos, puede ser desvirtuada
por otros documentos o datos que consten en
el mismo expediente (disposiciones adicionales 2.ª y 3.ª del Real Decreto) y en cualquier caso no rige en el ámbito del Registro
Civil por afectar a materias de Derecho Privado en cuya tramitación se aplican supletoriamente las leyes procesales (cfr. arts. 16 y
349 R.R.C.) y en el que la prueba de los
hechos inscritos se regula por lo dispuesto en
el artículo 2 de la Ley.
La Dirección General acordó desestimar el
recurso.
VII.3
MATRIMONIO
3.1. Resolución de 3 de septiembre de 2003
(2.ª). Matrimonio celebrado en el
extranjero
– Matrimonio civil celebrado en Londres en 1979 y sentencia griega de divorcio
en 2002 (Reglamento del. Consejo de la
Unión Europea de 29 de mayo de 2000). No
es obstáculo que impida estas inscripciones
el hecho de que los mismos interesados
contrajesen nuevo matrimonio canónico en
Granada en 1979 pocos meses después. Se
ponen los hechos en conocimiento del Ministerio Fiscal para que por el procedimiento oportuno promueva la cancelación
del matrimonio canónico.
HECHOS
1.– Por solicitud presentada en la Sección
Consular de la Embajada de España en Atenas el 21 de marzo de 2003 Dña. T. A. S.,
española, solicitaba la inscripción de su matrimonio con D. C. L., griego, celebrado el 27
de marzo de 1979 en Londres-Reino Unido y
su posterior divorcio. Adjuntaba los siguientes documentos: certificación extranjera del
matrimonio civil celebrado en Londres, certificación literal de matrimonio canónico celebrado en Granada el 25 de agosto de 1979 por
los mismos contrayentes y sentencia griega
de divorcio entre ambos de 28 de marzo de
2002; respecto de ella: certificación literal de
nacimiento y copia del pasaporte; y respecto
de él: certificación de nacimiento y copia del
pasaporte.
2– Remitida la solicitud y documentación
aportada al Consulado General de España en
Londres, el Encargado del Registro Civil
Consular dictó resolución el 10 de febrero de
2003 denegando la inscripción del matrimo-
nio por no ser competente para su inscripción
y la anulación del matrimonio celebrado en
Granada e inscrito en el Registro Civil de
dicha ciudad.
3– Notificada la resolución a la interesada,
ésta presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando la inscripción del matrimonio celebrado en
Londres con anotación marginal de divorcio
y la cancelación por el Registro Civil de
Granada del matrimonio celebrado en tal
ciudad por ser el primer matrimonio celebrado válido.
4– De la interposición del recurso se dio
traslado a la Canciller del Consulado que
manifestó su conformidad con la resolución
dictada sin formular alegación alguna. El
Encargado del Registro Consular acordó no
efectuar la inscripción solicitada, de la que
era competente, hasta que se cancelase la
inscripción del matrimonio en el Registro
Civil de Granada, ordenando la remisión de
lo actuado a la Dirección General de los
Registros y del Notariado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I.– Vistos los artículos 15, 16 y 23 de la ley
del Registro Civil; 66, 68 y 85 del Reglamento del Registro Civil; y el Reglamento del
Consejo de la Unión Europea de 29 de mayo
de 2000 relativo a la competencia, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad parental sobre los hijos comunes.
II.– Hay que partir de la base indudable de
que un matrimonio civil celebrado, después
de la Constitución, en Londres por una española y un griego es indudablemente válido en
nuestro Derecho, por lo que el mismo debe
ser inscrito en el Registro Consular corres-
142
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
pondiente, sin que obste a esta inscripción
que los interesados contrajeran entre sí posterior matrimonio canónico en Granada, el cual
fue inscrito en el Registro municipal correspondiente.
III.– Si ese matrimonio civil ha sido disuelto
en 2002 por sentencia de divorcio de un
tribunal griego, también es competente el
Encargado del Registro Consular de Londres
para calificar la inscripción de la sentencia de
divorcio conforme al Reglamento del Consejo de la Unión Europea citado en los vistos.
IV.– El hecho antes indicado de que conste
inscrito un matrimonio canónico posterior de
los mismos interesados no es motivo suficiente para denegar las inscripciones del
primer matrimonio civil entre ellos y de la
sentencia griega de divorcio. Únicamente ha
de bastar que se pongan los hechos en conocimiento del Ministerio Fiscal de Granada
para que éste por el procedimiento oportuno
promueva la cancelación del posterior matrimonio canónico de los interesados.
La Dirección General acordó estimar el
recurso y declarar que el obstáculo apreciado
no impide las inscripciones del matrimonio
civil celebrado en Londres el 27 de marzo de
1979 y de la sentencia griega de divorcio de
28 de marzo de 2002.
3.2. Resolución de 29 de septiembre de
2003 (3.ª) Matrimonio consular celebrado
por español en España.
– El matrimonio consular que pueden
válidamente contraer dos extranjeros en
España, si así lo permite la ley personal de
cualquiera de ellos (cfr. art. 50 Cc), no es,
en cambio, una forma válida si uno de los
contrayentes es español.
– Sólo en caso de que el matrimonio coránico haya sido celebrado ante un dirigente religioso islámico perteneciente a
una comunidad islámica inscrita que forme parte de la Comisión Islámica de España o de alguna de las Federaciones Islámicas integradas en dicha Comisión se atri-
buyen efectos civiles al matrimonio
islámico celebrado en España.
HECHOS
1.– Por comparecencia en el Registro Civil de
M. el 12 de junio de 2002 y el 30 de octubre
de 2003, D. A. E. M. A., de nacionalidad
española, vecino de dicha localidad, solicitaba la inscripción de su matrimonio con Dña.
A. A., marroquí, celebrado el 22 de junio de
2000 en el Consulado General de Marruecos
en Madrid. Adjuntaba los siguientes documentos: acta del matrimonio, cuya inscripción solicitaba, en la que el contrayente
constaba como de nacionalidad española;
respecto de él: copia del documento nacional
de identidad expedido en 1995; respecto de
ella: copia de la tarjeta de residencia; respecto
de un hijo de ambos: certificación literal de
nacimiento acaecido el 16 de octubre de 2001
en Manlleu con mención de que el matrimonio de los padres existía según declaración
del interesado; y respecto de todos ellos: libro
de familia y certificado de empadronamiento
conjunto.
2.– Visto lo solicitado y la documentación
aportada y remitido por error el expediente al
Registro Civil Central, se recibieron finalmente las actuaciones en el Registro Civil de
Madrid cuyo Juez Encargado dictó providencias con fechas 5 de septiembre de 2002 y 2
de abril de 2003 denegando la inscripción del
matrimonio por haberse realizado en el Consulado General de Marruecos en Madrid y,
siendo el contrayente de nacionalidad española, no resultaba válido el matrimonio contraído ante dicha autoridad consular no pudiendo contraerlo los españoles más que ante
el Juez, autoridad o funcionarios previstos en
los artículos 49 y siguientes Cc.
3.– Notificada la resolución al Ministerio
Fiscal y al interesado, éste presentó recurso
ante la Dirección General de los Registros y
del Notariado alegando que el matrimonio se
celebró de acuerdo con la ley musulmana
ante la autoridad religiosa competente ya que
VII.
aunque él era español no se podía obviar la
voluntad de la otra parte que manifestó su
opción de celebrar el matrimonio según sus
convicciones religiosas, todo ciudadano
español tenía derecho a contraer matrimonio
según sus creencias, el matrimonio se celebró
en el Consulado sin ningún ánimo de defraudar las leyes españolas, fruto del matrimonio
nació un hijo que se vería indirectamente
perjudicado por la denegación y, por último,
la misma causaba a los interesados perjuicios
de difícil reparación y les privaba de muchos
derechos.
4.– De la interposición del recurso se dio
traslado al Ministerio Fiscal que interesó la
confirmó de la resolución recurrida por sus
fundamentos. El Juez Encargado del Registro
Consular confirmó la resolución recurrida por
sus propios fundamentos y ordenó la remisión del expediente a la Dirección General de
los Registros y del Notariado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I.– Vistos los artículos 9, 11, 49, 50, 65, 73 y
78 del Código civil; 23 y 73 de la Ley del
Registro Civil; 85 y 256 del Reglamento del
Registro Civil; 22 y 31 del Convenio de
Viena de Relaciones Diplomáticas de 18 de
abril de 1961, 31 y 43 del Convenio de Viena
de Relaciones Consulares de 24 de abril de
1963; 1, 3 y 7 de la Ley 26/1992, de 10 de
noviembre por la que se aprueba el Acuerdo
de Cooperación entre el Estado Español y la
Comisión Islámica de España, y las Resoluciones de 13-2.ª de enero de 1996, 4 y 23-4.ª
de enero, 12-2.ª de mayo, 18-2.ª de octubre
de 1999 y 28-1.ª de mayo y 23-3.ª de octubre
de 2001.
II.– Conforme establece hoy claramente el
artículo 49 del Código civil, un español ha de
contraer matrimonio en España, bien ante el
Juez, Alcalde o funcionario señalado por el
mismo Código, bien en la forma religiosa
legalmente prevista. El matrimonio consular
que pueden válidamente contraer dos extranjeros en España, si así lo permite la ley per-
DERECHO DE FAMILIA Y DE LA PERSONA
sonal de cualquiera de ellos (cfr. art. 50 Cc),
no es, en cambio, una forma válida si uno de
los contrayentes es español, de suerte que en
este segundo caso el matrimonio es nulo por
aplicación del artículo 73-3.º del Código
civil.
III.– Consiguientemente y por exigencias del
principio de legalidad, básico en el Registro
civil (cfr. arts. 23 L.R.C. y 85 R.R.C.), ha de
denegarse la inscripción del matrimonio
celebrado en 2000, en el Consulado de Marruecos en Madrid, entre un español y una
marroquí. La calificación del Encargado
alcanza, sin duda, a la comprobación de la
existencia del requisito legal sobre la forma
válida de celebración del enlace (cfr. arts. 65
Cc y 256 R.R.C.).
IV.– Frente a esta conclusión no puede invocarse que las Embajadas y Consulados extranjeros en España gozan del privilegio de
extraterritorialidad. Tales Embajadas y Consulados forman parte integrante del territorio
español, una vez que esa antigua ficción de la
extraterritorialidad ha sido sustituida en el
Derecho Internacional Público por los conceptos de inviolabilidad e inmunidad.
V.– Por lo demás, aunque el matrimonio en
cuestión se haya celebrado según el rito islámico, no lo ha sido ante un dirigente religioso
islámico perteneciente a una comunidad
islámica inscrita que forme parte de la Comisión Islámica de España o de alguna de las
Federaciones Islámicas integradas en dicha
Comisión. Sólo en este caso se atribuyen
efectos civiles al matrimonio islámico celebrado en España (cfr. art. 1, 3 y 7 de la Ley
26/1992 de 10 de noviembre).
La Dirección General acordó desestimar el
recurso y confirmar la calificación recurrida.
3.3. Resolución de 21 de mayo de 2003 (4.ª)
y Resolución de 27 de junio de 2004 (5.ª).
Inscripción de sentencia de divorcio
dictada por Tribunal extranjero.
– A) La eficacia del «exequatur» debe
entenderse extensiva a la propia eficacia
143
144
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
temporal de la sentencia reconocida y, por
tanto, con efectos «ex tunc», esto es, desde
la fecha en que tal sentencia haya ganado
firmeza.
– B) Eficacia temporal del Reglamento
del Consejo de la Unión Europea de 29 de
mayo de 2000 relativo a la competencia, el
reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial y
de responsabilidad parental sobre los hijos
comunes. Aplicación del Convenio entre
España y la República Federal de Alemania de 14 de Noviembre de 1985.
HECHOS
1.– Por comparecencia en el Consulado General de España en Casablanca el 14 de enero
de 2003, D. G. El B. R., con nacionalidad
española por opción, nacida el 23 de marzo
de 1972 en Casablanca-Marruecos, solicitaba
la inscripción de su matrimonio con D. A. I.
B., marroquí, nacido el 17 de julio de 1953 en
Casablanca-Marruecos, celebrado el 14 de
diciembre de 1996 en Casablanca-Marruecos.
Adjuntaba los siguientes documentos: solicitud de 25 de noviembre de 1996 y escrito del
Consulado de 20 de enero de 1997 sobre
certificado de capacidad matrimonial para
contraer el matrimonio del que se solicitaba
ahora la inscripción con resultado negativo
por no existir exequatur de la sentencia de
divorcio de un matrimonio anterior, acta de
reanudación de los lazos matrimoniales el 2
de noviembre de 2002 y acta testimonial de
19 de diciembre de 2002 sobre beneficio de
la nacionalidad española de la esposa; respecto de ella: certificación literal de nacimiento con anotaciones marginales de adquisición de la nacionalidad española por opción
el 5 de diciembre de 1991, de matrimonio
anterior y de divorcio de dicho matrimonio el
12 de marzo de 1993 con exequatur de 2 de
febrero de 1998, certificado consular de
residencia, acta extranjera y certificación
literal de matrimonio anterior y copia del
pasaporte; y respecto de él: copia integral de
acta de nacimiento, certificado de residencia
y copia del pasaporte.
2.– Citados los interesados para trámite de
audiencia, se revisó la documentación y
observada la falta del acta de matrimonio, no
equiparable al acta de reanudación de lazos
matrimoniales, se solicitó que se aportase la
misma. Aportada acta de matrimonio coránico entre la promotora y D. A. I. B. celebrado
el 14 de diciembre de 1996, el Encargado del
Registro Civil Consular dictó resolución el 10
de febrero de 2003 denegando la transcripción del matrimonio ya que, según al artículo
107 RRC, el divorcio de su primer matrimonio no tuvo efectos hasta el 2 de febrero de
1998.
3.– Notificada la resolución a los interesados,
Dña. G. E. B. R. presentó recurso ante la
Dirección General de los Registros y del
Notariado alegando que la sentencia de divorcio de su primer matrimonio dictada por el
Juez Notarial del Juzgado de Primera Instancia de Casablanca-Anfa el 12 de marzo de
1993 era firme y definitiva desde esa fecha,
fue legalizada por el Consulado General el 18
de febrero de 1997 y el 9 de abril de 1997 se
solicitó la ejecución de la sentencia obteniéndose el exequatur del Tribunal Supremo el 2
de febrero de 1998 y, respecto a su segundo
matrimonio, lo contrajo el 14 de diciembre de
1996 en Marruecos bajo el rito musulmán, se
dictó divorcio del mismo por el Juez Notarial
del Juzgado de Primera Instancia de Casablanca– Anfa el 23 de febrero de 1999, adjuntando como nuevo documento acta de
divorcio a petición de la esposa de este segundo matrimonio, reanudándose posteriormente los vínculos matrimoniales.
4.– De la interposición del recurso se dio
traslado al Canciller del Consulado que interesó su desestimación ya que el divorcio de la
recurrente no tuvo efectos hasta el 2 de febrero de 1998, la contrayente celebró ambos
matrimonios habiendo uso de su nacionalidad
marroquí a pesar de su renuncia a la misma
por adquisición de la nacionalidad española
evitando así la manera de obtener el certificado de capacidad matrimonial y, para salvar
VII.
los obstáculos impuestos por la normativa
española, optó por celebrar su matrimonio al
margen de ella, como marroquí con un nacional marroquí, bajo la ley marroquí y en Marruecos matrimonio que no tenía acceso en
tales condiciones al Registro Civil español y
el hecho de que se hubiese divorciado de su
segundo marido y vuelto a reanudar sus lazos
matrimoniales con el mismo en un nuevo
intento de inscribir el matrimonio era irrelevante a los efectos pretendidos siendo el acta
de reanudación de lazos matrimoniales como
continuación de un divorcio revocable una
institución de derecho musulmán sin equivalente en derecho español. El Encargado del
Registro Consular confirmó la resolución
apelada por cuanto las sentencias de divorcio
dictadas por Tribunales extranjeros producían
efectos en el ordenamiento español desde la
fecha de su reconocimiento por lo cual la
recurrente celebró su segundo matrimonio
permaneciendo aún los vínculos jurídicos de
su primer matrimonio, ordenando, finalmente, la remisión de las actuaciones a la Dirección General de los Registros y del Notariado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I.– Vistos los artículos 9, 46, 73 y 107 del
Código civil; 23 de la Ley del Registro Civil;
85 y 256 del Reglamento del Registro Civil;
artículos 951 a 958 de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881 y disposición derogatoria única, apartado 1, excepción 3.ª de la
actual Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000,
de 7 de enero; Sentencias del Tribunal Constitucional de 17 de junio de 1991 y del Tribunal Supremo de 17 de febrero de 1998 y las
Resoluciones de 23-1.ª de marzo y 19-3.ª de
abril y 5-2.ª de octubre de 2001.
II.– La interesada, que adquirió la nacionalidad española por opción en 1991, contrajo un
primer matrimonio coránico en Marruecos en
1992 que quedó disuelto por causa de divorcio en 1993 en virtud de sentencia dictada por
un juez marroquí, constando tanto el matri-
DERECHO DE FAMILIA Y DE LA PERSONA
monio como su disolución en el Registro
Civil Consular español de Casablanca. La
sentencia de divorcio del citado matrimonio
obtuvo «exequatur» del Tribunal Supremo
español en 1998. Solicita ahora la inscripción
de su segundo matrimonio en Marruecos
celebrado en 1996 con un ciudadano de este
país.
Esta solicitud es denegada por el Encargado
de Registro Civil Consular por entender que a
los efectos del Ordenamiento jurídico español
la sentencia del divorcio citada sólo tiene
efectos a partir de la fecha de reconocimiento
de la misma por «exequatur» obtenido en
1998, por lo que debe estimarse la existencia
del impedimento de ligamen en el segundo
matrimonio.
III.– Es cierto que las sentencias de divorcio
dictadas por Tribunales extranjeros, tratándose de un español, no producen efectos en
España mientras no se obtenga su reconocimiento a través de «exequatur» ante la Sala
1.ª del Tribunal Supremo (cfr. art. 107, II,
Cc). Hasta entonces el primer matrimonio
subsiste y la inscripción del segundo queda
impedida por existir, al menos formalmente,
el impedimento de ligamen. Ahora bien, una
vez obtenido dicho reconocimiento el mismo
debe entenderse extensivo a la propia eficacia
temporal de la sentencia reconocida y, por
tanto, con efectos «ex tunc», esto es, desde la
fecha en que tal sentencia haya ganado firmeza, quedando removido desde entonces el
impedimento formal que hasta tal momento
obstaculizaba su eficacia en España. Así se
desprende del carácter meramente homologador que la jurisprudencia atribuye reiteradamente al procedimiento de «exequatur», sin
más excepciones que las impuestas por el
necesario respeto al orden público interno.
La Dirección General acordó:
1.º– Estimar el recurso interpuesto y revocar
el acuerdo apelado;
2.º– Ordenar que se inscriba en el Registro
Civil Consular el matrimonio debatido.
B) Eficacia temporal del Reglamento del
Consejo de la Unión Europea de 29 de
145
146
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
mayo de 2000 relativo a la competencia, el
reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial y
de responsabilidad parental sobre los hijos
comunes. Aplicación del Convenio entre
España y la República Federal de Alemania de 14 de Noviembre de 1985.
HECHOS
1.– Por escrito de 4 de marzo de 2003 presentado en el Registro Civil de Madrid, Doña
M. del R. G. A., nacida en Madrid el 15 de
febrero de 1935, domiciliada en Toledo,
promovió expediente solicitando el reconocimiento, según la Ley española, de la sentencia de divorcio dictada por la Sala de lo
Civil núm. 36 de la Audiencia Provincia de
Munich I (Alemania), el 22 de junio de 1977,
relativa al matrimonio canónico celebrado
con el ciudadano alemán Don D. K., el 5 de
marzo de 1966 en Madrid, e inscrito en el
Registro Civil de Madrid, al Tomo 96, Página
422. Fundamentaba su solicitud en que la
sentencia dictada era firme por lo que es de
aplicación el Convenio firmado entre España
y la República Federal Alemana el 14 de
noviembre de 1983, que en aplicación del art.
24 párrafo 2.º, dicho Convenio sería de aplicación asimismo a las resoluciones en cuestiones de matrimonio y relaciones familiares
que hubieran adquirido firmeza con anterioridad a su entrada en vigor, siempre que no se
hubiera pronunciado en rebeldía; la singularidad de este convenio estriba, frente al régimen general establecido por el art. 107.II del
Cc, en que el reconocimiento de la sentencia
de divorcio no requiere intervención judicial,
ni exequatur, si se cumplían otras condiciones; asimismo, el art. 4 establece que las
Resoluciones de los Tribunales de una de las
partes serán reconocidas en el territorio de la
otra, si el Tribunal del Estado de origen fuese
competente o si en él la resolución hubiera
ganado firmeza. Acompañaba los siguientes
documentos: certificación en extracto del
matrimonio celebrado en Madrid; fotocopia
de original y traducción de la sentencia de
divorcio que se deseaba inscribir.
2.– Ratificada la promotora, el Encargado del
Registro Civil, con fecha 10 de marzo de
2003, dictó providencia por la que manifestaba no haber lugar por ahora a su asiento
registral dado que la resolución que se pretendía anotar había sido dictada en rebeldía y
ello en base a que en este caso el Reglamento
(C.E) núm. 1347/2000 del Consejo de 29 de
mayo de 2000 relativo a la competencia,
reconocimiento y ejecución de resoluciones
judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad parental sobre los hijos comunes, dentro de la Sección 3, art. 32, en su
apartado 2 dice que si se tratara de una resolución dictada en rebeldía, la parte que invocare su reconocimiento deberá presentar el
original o copia auténtica por el que se acredite la entrega o notificación del escrito de
demanda o cualquier otro documento que
acredite de forma inequívoca que el demandado ha aceptado la resolución.
3.– Notificado el Ministerio Fiscal y la promotora, ésta interpuso recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, manifestando no estar de acuerdo con la
resolución dictada, pues a su entender, estimaba que no era de aplicación el Reglamento
del Consejo reseñado por el Encargado del
Registro y si el Convenio Hispano Alemán ya
mencionado en su escrito anterior, realmente,
cualquiera que fuera la legislación aplicable,
lo que interesaba en ese caso, era determinar
si la sentencia cuya inscripción pretendía fue
en su día dictada en rebeldía, examinando la
sentencia se deduce con toda claridad que la
promotora fue parte en el procedimiento
compareciendo en el mismo como demandada y declarante, es decir que la sentencia no
fue dictada en rebeldía, aunque sí era cierto
que la firmante no tuvo representación procesal, añadiendo que había quedado demostrada
su negativa a restablecer la convivencia conyugal, deduciéndose de todo ello que la pretensión de que fuera declarado disuelto el
vínculo matrimonial era compartida por
ambos cónyuges.
VII.
4.– En la tramitación del recurso el Ministerio Fiscal estimó la confirmación de la providencia dictada, por sus propios fundamentos.
El Encargado del Registro Civil único de
Madrid remitió lo actuado a la Dirección
General de los Registros y del Notariado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I.– Vistos los artículos 32 y 96 de la Constitución; 1, 11, 82, 86 y 107 del Código civil;
951 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento
Civil de 1881; 23, 28, 29 y 76 de la Ley del
Registro Civil; 83, 86, 88 y 265 del Reglamento del Registro Civil; el Reglamento del
Consejo de la Unión Europea de 29 de mayo
de 2000 relativo a la competencia, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad parental sobre los hijos comunes; el
Convenio entre España y la República Federal de Alemania sobre el reconocimiento y
ejecución de resoluciones y transacciones
judiciales y documentos públicos con fuerza
ejecutiva en materia civil y mercantil de 14
de Noviembre de 1985; el auto del Tribunal
Supremo de 8 de Abril de 1992, y las Resoluciones de 2 de Julio y 29 de Noviembre de
1990, 25 de Marzo de 1991, 19 de Febrero,
12 de Mayo y 23 de Octubre de 1993, 22-1.ª
de Enero de 1996, 31-2.ª de Agosto y 21 de
Diciembre de 1998 y 14-1.ª de abril de 2000.
II.– La calificación recurrida opone a la inscripción de una sentencia de divorcio alemana, dictada en 1977 y que afecta al matrimonio de una española y un alemán, el hecho de
que la sentencia se ha dictado en rebeldía de
la demandada, con infracción del artículo 32
del Reglamento del Consejo de la Unión
Europea del año 2000 citado en los vistos. Es
evidente, sin embargo que este Reglamento
no es de aplicación a la sentencia mencionada, dada la fecha de ésta muy anterior a la
entrada en vigor del Reglamento y lo dispuesto en el artículo 42 del mismo.
III.– La norma aplicable al caso es, por el
contrario, el Convenio hispano-alemán citado
DERECHO DE FAMILIA Y DE LA PERSONA
en los vistos y a la vista del mismo no es
obstáculo que impida la inscripción de la
sentencia de divorcio que la sentencia haya
adquirido firmeza con anterioridad a la entrada en vigor del Convenio, porque también el
Convenio es de aplicación a estas resoluciones anteriores en cuestiones de matrimonio y
relaciones familiares, con la única condición
de que no hayan sido pronunciadas en rebeldía (cfr. art. 24-2 del Convenio) y en el caso
presente la española demandada, según resulta del texto de la sentencia, fue oída personalmente en el pleito.
La Dirección General acordó estimar el
recurso y declarar que el obstáculo aducido
no impide la inscripción de la sentencia debatida.
3.4. Resolución de 19 de junio de 2004 (4.ª).
Inscripción de capitulaciones
matrimoniales.
– Se deniega el acceso al Registro Civil
de unas capitulaciones matrimoniales que
tienen como contenido exclusivo establecer
estipulaciones para el supuesto de que en
un futuro se produjera una separación
judicial y/o un divorcio.
HECHOS
1.– Por comparecencia en el Registro Civil de
B., Dña M. D. P. T., como mandataria verbal
de los cónyuges D. A. S. C. y Dña. R. M. G.
V., solicitaba la inscripción de capitulaciones
matrimoniales, aportando documento notarial
conteniendo diversas estipulaciones en caso
de futura separación judicial o divorcio.
2.– Visto lo solicitado la Juez Encargada del
Registro Civil dictó providencia ordenando la
devolución de la escritura presentada por no
consistir los pactos realizados entre los cónyuges en ninguno de los regímenes matrimoniales previstos en la legislación habida
cuenta de ser «numerus clausus» y no poder
resultar creados «ex novo» o inventados por
147
148
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
las partes a través de pactos obligacionales de
inviable constancia registral.
3.– Notificada dicha providencia a los interesados, D. A. F. N., como mandatario verbal
de D. A. S. C., interpuso recurso de reposición alegando que el sistema regulador del
régimen económico matrimonial se sustentaba en la idea central de la libertad de pactos
entre los contrayentes según el Código de
Familia, pudiéndose establecer cuantas estipulaciones y pactos lícitos estimasen oportunos en relación con el régimen matrimonial e
incluso en previsión de una ruptura matrimonial, siempre que no contraviniesen las leyes.
Ratificado el propio interesado en el contenido del recurso de reposición, la Juez Encargada del Registro Civil dictó auto con fecha
20 de enero de 2003 desestimando el recurso
interpuesto ya que con la resolución recurrida
no se infringía el sistema normativo regulador del régimen económico matrimonial,
sustentado en Cataluña por el principio de
libertad de pactos, sino que los pactos y estipulaciones otorgadas por los interesados en la
escritura aportada eran totalmente ajenos al
Registro Civil, no pudiendo pretenderse
aplicar la legislación civil autonómica al
ámbito de la LRC y el RRC que regulaban la
indicación al margen de la inscripción de
matrimonio de los pactos, resoluciones y
demás hechos modificativos del régimen
económico matrimonial toda vez que la futura liquidación o distribución de bienes operaría automáticamente una vez que se decretase
la quiebra del matrimonio contraído.
4.– Notificada la resolución al Ministerio
Fiscal y al interesado, éste interpuso recurso
ante la Dirección General de los Registros y
del Notariado alegando que el artículo 1333
Cc determinaba que se harían constar en la
inscripción de matrimonio las capitulaciones
matrimoniales otorgadas así como también
los pactos y demás hechos modificativos del
régimen económico del matrimonio, por lo
que las capitulaciones debían inscribirse
previendo el promotor, por ejercer el comercio, el interés que pudieran tener terceros
respecto del régimen liquidatorio de la socie-
dad conyugal llegado el caso de una ruptura y
el artículo 77 LRC establecía que podía hacerse indicación de la existencia de los pactos, resoluciones judiciales y demás hechos
que modificasen el régimen económico matrimonial de la sociedad conyugal, sin tratarse
en este supuesto de una inscripción de un
auto judicial de separación sino de unas capitulaciones matrimoniales.
5.– De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que informó favorablemente el contenido del mismo por considerar que, si bien el pacto del que se pretendía obtener publicidad registral respecto de su
régimen económico matrimonial únicamente
regulaba los efectos que se producirían en
caso de separación judicial o divorcio, era
igualmente aplicable lo dispuesto en los
artículos 1333 Cc y 77 LRC siendo de interés
de terceros conocer la existencia de un pacto
que modificaba la normativa legal prevista
para el caso de disolución del vínculo. La
Juez Encargada del Registro Civil confirmó
la resolución apelada ya que el posible acceso
al Registro Civil de pactos que modificasen el
régimen económico matrimonial implicaba o
requería la adopción de un determinado régimen económico previo pero, no como se
pretendía, la mera indicación «ex novo» de
acuerdos de adjudicación y liquidación sin la
expresa adopción previa de un régimen económico matrimonial claramente definido del
que dichos actos liquidatorios supusieran
modificación, ordenando, finalmente, la
remisión de las actuaciones a la Dirección
General de los Registros y del Notariado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
I.– Vistos los artículos 1325 y 1333 del Código civil; 15, 16 y 17 del Código de Familia de
Cataluña; 76 y 77 de la Ley del Registro
Civil, 263, 264 y 266 de su Reglamento y la
Resolución de 20 de septiembre de 1995.
II.– Se ha intentado por estas actuaciones que
tenga acceso al Registro Civil unas capitulaciones matrimoniales que tienen como conte-
VII.
nido exclusivo establecer unas estipulaciones
para el supuesto de que en un futuro se produjera una separación judicial y/o un divorcio.
III.– Tal y como señala el Juez Encargado la
publicidad de estas capitulaciones es totalmente ajena al Registro Civil. El hecho de
que el artículo 15 del Código de familia de
Cataluña permita que en capitulaciones se
puedan establecer pactos en previsión de
una ruptura matrimonial no implica que
deban ser objeto de publicidad. Las capitulaciones matrimoniales son un contrato
accesorio del matrimonio que tiene por fin
fijar el régimen económico del consorcio
conyugal siendo este el objeto de la publicidad que brinda el Registro Civil. Dicho de
otro modo, en el Registro Civil no se inscriben las capitulaciones matrimoniales en todo
caso sino solo aquellas en las que se regula
el régimen económico matrimonial, su modificación o su sustitución. No puede pretenderse aplicar a este caso el artículo 77 de
la Ley del Registro Civil que regula la indicación, al margen de la inscripción de matrimonio, de los pactos, resoluciones judiciales y demás hechos que modifiquen el
DERECHO DE FAMILIA Y DE LA PERSONA
régimen económico del matrimonio. Las
capitulaciones pueden contener «cualesquiera otras disposiciones por razón de matrimonio» (cfr. art. 1325) como disposiciones
que por vía de donación o de cualquier otro
acto uno de los esposos hace a favor del
otro, o las que les hace un tercero como los
ascendientes(donaciones, mejora promesas
de mejorar o no mejorar) que en modo alguno son objeto de publicidad en el Registro
Civil, sin perjuicio de que algunas de ellas
deban inscribirse en el Registro de la Propiedad. El mismo Código de familia (cfr.
art. 17) avala esta interpretación cuando se
refiere a la inscripción en el Registro Civil
de los capítulos matrimoniales, sus modificaciones y «demás hechos que modifiquen
el régimen económico matrimonial». Es
evidente que los pactos en previsión de una
ruptura quedan al margen de la publicidad
registral, que como queda dicho (cfr. art. 77
L.R.C.) se limita a la indicación de la existencia de los pactos, resoluciones judiciales
y demás hechos que modifiquen el régimen
económico de la sociedad conyugal.
La Dirección General acordó desestimar el
recurso y confirmar la decisión apelada.
149
VIII
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
Luis Suárez Arias
VIII.1
ASPECTOS INTERNACIONALES DE LA INFORMACIÓN
MEDIOAMBIENTAL. DEPARTAMENTO DE RELACIONES
INTERNACIONALES
1.º– La información medioambiental y su perspectiva comunitaria.
1.– Independientemente de su configuración como política comunitaria específica en los
artículos 174 y siguientes, el Tratado de la Comunidad Europea proclama la integración de las
exigencias de la protección del medio ambiente en la definición y en la realización de las políticas y acciones de la Comunidad. Una parte importante de la política medioambiental debe
referirse a la adecuada información sobre esta materia, con carácter general y en relación con la
base física sobre la que se proyecta el medio ambiente; en este sentido la Directiva 90/313 del
Consejo recoge el principio de libertad de acceso a la información medioambiental, información que para ser plena debe definir claramente las fincas o propiedades sobre las cuales se
proyecta.
2.– La importancia de la información para la plena consecución de un mercado unitario ha
sido puesta repetidamente de relieve por las instancias comunitarias; dentro de esta información por su especial significación económica destaca la que pueden proporcionar las Administraciones, promoviéndose la creación de redes europeas de información que permitan a nivel
comunitario iguales posibilidades de acceso a la misma a particulares y empresas a todo lo
ancho de la Unión, lo que incidirá en menores costes de información; estas orientaciones son
aplicables a la información medioambiental en cuanto información incardinada plenamente en
las competencias comunitarias.
3.– Al mismo tiempo, el medio ambiente es un condicionante del derecho de propiedad. Si
bien el derecho comunitario deja a los ordenamientos internos la regulación del régimen de la
propiedad (artículo 295 TCE), lo hace sobre el reconocimiento común de un concepto de propiedad que emana de la Convención Europea de Derechos humanos y libertades fundamentales, del acquis comunitario y de las Constituciones de los Estados miembros. Ese concepto se
basa en el reconocimiento de la propiedad privada y su libre transmisión, en la garantía en caso
de expropiación y en la posible existencia de limitaciones a la misma por razones de interés
público que pueden resultar de los derechos locales o del derecho comunitario. En este sentido,
la protección al medio ambiente puede proyectarse en el concepto de propiedad bien a través
de condicionantes incorporados a los estatutos urbano o agrario de la misma, bien estableciendo limitaciones específicas. Las limitaciones que nos interesan son aquellas que tocan, pues, al
contenido de la propiedad, afectando a sus usos (clasificación del suelo a causa del planeamiento, zonas protegidas), confiriendo determinados derechos (derechos de emisión), o iniciando o ejecutando medidas correctoras de protección medioambiental.
Asimismo el Registro de la Propiedad es el instrumento adecuado para colaborar con la
Administración comunitaria o nacional a fin de asegurar el cumplimiento de la normativa
ambiental, como ocurriría en los casos de necesidad de acreditación de la evaluación de impacto ambiental referidos a actos inscribibles.
4.– Así pues, las limitaciones a la propiedad por razón de medio ambiente a que nos referimos se proyectarán normalmente sobre las fincas entendidas en sentido amplio (parcelas, ríos,
154
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
zonas húmedas, etc.) pero definirán derechos y obligaciones que delimitarán el contenido de la
propiedad en cada caso. Como se ha dicho, el concepto de propiedad común en los países de la
Unión reconoce la existencia de limitaciones por razón de interés público, y lo hace así desde
la formación del concepto moderno de la propiedad surgido a principios del pasado siglo y aún
a pesar de las dicciones absolutas del mismo en los Códigos civiles. Esas limitaciones se reconocen desde un principio y se van complicando en la evolución posterior del derecho hasta
decirse que no ya limitan, sino que delimitan, forman parte de la propia noción de propiedad
como medio para el logro de unos fines que transcienden al propietario; en el caso del medio
ambiente, la preservación del entorno para el futuro y la consecución de un desarrollo sostenible.
5.– La información medioambiental se proyecta, pues, sobre fincas y delimita derechos a
consecuencia del ejercicio de políticas comunitarias. El Registro de la Propiedad es la institución encargada de la publicidad de la extensión y límites del derecho de la propiedad; se trata
de una institución que aún bajo diferentes formas de organización y efectos legales procura
asegurar frente a terceros quien es el titular de los bienes inmuebles y con qué extensión, ahorrando costes de información y facilitando la circulación inmobiliaria y el crédito. Así está
configurada en todos los países de la Unión Europea. A nivel del derecho comparado europeo
se observan pasos incipientes en determinados ordenamientos internos para publicar a través
del Registro de la Propiedad la información medioambiental bien directamente, bien por referencia a otras bases de datos. Por otra parte, la información medioambiental por su incardinación en la acción comunitaria, tiene vocación de acceso a nivel comunitario. El acuerdo entre el
Colegio de Registradores de España y la Agencia Europea de Medio Ambiente nace así con
vocación de devenir una red europea de información medioambiental en consonancia con la
Directiva 90/313 del Consejo, con referencia a las propiedades y sus titulares y vinculada por
tanto a la información proporcionada por los Registros de la Propiedad, a nivel europeo y sin
que ello afecte a la declaración del artículo 295 TCE.
2.º– Aspectos internacionales de la iniciativa.
1.– En el antedicho contexto, el Colegio de Registradores ha informado a diversas instituciones y a los responsables de la institución registral a nivel de la Unión Europea con los que
tiene una particular relación acerca de la iniciativa del proyecto de «expert’s corner» con la
Agencia Europea del Medio Ambiente, solicitando comentarios sobre el tema y compromotiéndose a enviar el texto final que se elabore con la perspectiva de una posible creación de la
red europea de información medioambiental.
Ello está además en línea con las conclusiones del reciente Congreso de Registradores en
cuanto se refirieron a la puesta en marcha de una red europea de información registral con
relación a las fincas.
Así, se ha comunicado esta iniciativa a:
– la Administración Central del Catastro y Registro de Bienes del Ministerio de Finanzas de
Bélgica; – a la Presidencia del Consejo Directivo de la Asociación de Conservadores de Portugal; – al Juez del Tribunal Registral de Copenhague, de Dinamarca; – al Registro de la Propiedad de Munich en Alemania; – al Registrador Jefe en Apeldoorn, Holanda; – al Registrador
Jefe de Inglaterra y Gales; – al Director General del Registro en Luxemburgo; – al Director
General de la Asociación de Conservadores de Francia; – al Registro de la Propiedad de Dublín, Irlanda; – al Registro de la Propiedad de Escocia; – al Presidente de la Union non-salaried
mortgage de Grecia; – al Catastro y Registro de Lituania; – al National Land Survey de Suecia.
VIII.
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
2.– Varias de las entidades indicadas han enviado sus comentarios al respecto. La Administración Central del Catastro y Registro de Bienes de Bélgica ha señalado la necesidad de
relacionar las bases de datos referidas a las limitaciones de derecho público que son competencia de las Administraciones regionales y las referidas al aspecto puramente de derecho privado,
competencia estatal, incidiendo en la necesidad de reforzar la información registral y con el
presupuesto de la existencia de bases físicas fiables. El Registro danés informó por su parte que
se prevé en la legislación danesa la inscripción de los planes urbanísticos, condicionantes de
política agraria y otras connotaciones con proyección medioambiental, como las referidas a
suelo contaminado, obligaciones de preservación, prohibiciones de uso o medidas correctoras.
El Registro de la Propiedad de Inglaterra y Gales se refirió a la iniciativa en marcha de creación de un Servicio Nacional de Información que contendría todos los datos relativos a fincas
recogidos en bases de datos de la Administración, iniciativa liderada por el Land Registry,
responsable de la información jurídica referida a las fincas, en la cual debía caber en el futuro
la dación de información medioambiental. En el mismo sentido se informó desde el Registro de
la Propiedad de Escocia. El Registro de la Propiedad de Holanda señaló que a través de un
código se publica información referida al medio ambiente, si bien para conseguir el mayor
detalle ha de acudirse al Registro específico de que se trate. En cuanto al Catastro y Registro de
Lituania, se nos contestó informando en el sentido que ya prevee la legislación de aquel país la
publicidad registral de situaciones con proyección directa en medio ambiente, como las referidas a zonas protegidas o parques naturales o las vinculadas al planeamiento urbanístico.
3.– De la información recibida resulta, pues, la existencia de iniciativas tendentes a publicar
en el Registro de la Propiedad, bien directamente, bien por relación, las limitaciones medioambientales en cuanto limitaciones de tipo jurídico con vocación de información transeuropea al
tratase de limitaciones resultantes de políticas de ámbito comunitario.
3.º– Perspectivas de futuro.
De los comentarios indicados podría seguirse una línea de actuación en el futuro en el siguiente sentido:
1.– Envío a los responsables de Registro de la Unión Europea y países con vocación de acceso a la misma que proceda del texto final del «expert’s corner» y los trabajos realizados.
2.– Realización de un encuentro que podría ser en Bruselas con aquellos países interesados
en unirse a la experiencia en la creación de una red europea de información medioambiental
referida a fincas.
3.– Iniciación de la red europea de información medioambiental con aquella información
proporcionada por las instancias comunitarias competentes, en su caso, y por las nacionales, en
el suyo, que podría canalizarse a través de la Oficina del Colegio Nacional de Registradores en
Bruselas.
155
156
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
CONCLUSIONES Y ACCIONES A EFECTUAR PARA LA CONTINUACIÓN DE LOS
TRABAJOS FINALIZADO EL EXPERT’S CORNER.
Conclusiones:
El Medio Ambiente que se fundamenta en el principio de prevención y subsidiariamente en
el sanción debe ser jurídicamente protegido. El Registro de la Propiedad es una Institución que
tiene por objeto la seguridad del tráfico jurídico inmobiliario mediante la publicidad con efectos jurídicos, es por ello un instrumento especialmente útil para la protección del medio ambiente pues la prevención precisa de información y, en su caso, quedará garantizado el cumplimiento de la sanción y medidas reparadoras mediante su publicación en el Registro. También es muy importante que en el Registro se publiquen las limitaciones medioambientales de
las fincas porque reforzará la eficacia del Registro para cumplir con la finalidad de dar seguridad al tráfico jurídico. Una información más completa incrementa la seguridad, disminuye los
costes de transacción y reduce la asimetría en el mercado.
El Medio Ambiente considera el territorio como un recurso natural con incidencia en el
concepto del derecho de propiedad. La alteración de las facultades dominicales debe constar en
el Registro de la Propiedad. Normalmente, dicho Registro, (sus libros y base de datos), limitará
la información medioambiental a la que afecte a fincas concretas y determinadas.
Pero hay también otro tipo de información medioambiental que exige ser conocida: a) la información referida a determinadas aéreas espaciales y b) la derivada de normas y planes que
producen limitaciones directamente sin necesidad que consten en los asientos registrales. De
ambas debería dar información la Oficina Registral (oficina pública en la que está establecido el
Registro de la Propiedad) por sus características de organización, medios, relación de inmediatividad con el ciudadano, etc... colaborando eficazmente para facilitar el derecho de acceso a esa
información, conforme a la Directiva 90/313 CEE de 7 de junio 1990. Es decir, que la Oficina
Registral sea además una Oficina de Información medioambiental, utilizando bases gráficas
georeferenciadas y con interconexión a la base de datos de otras instituciones territoriales.
El Registro Mercantil o Registro de Comercio, es especialmente apto, por el efecto multiplicador de la publicidad que proporciona, para que en él consten las normas, limitaciones,
actuaciones administrativas y judiciales, o de otro orden de naturaleza medioambiental que
afecten a las empresas.
Se considera conveniente que en un Registro Jurídico de Bienes Muebles se de publicidad
al comercio de los derechos de emisión.
Acciones a efectuar para la continuidad de los trabajos:
La determinación de un problema y las propuestas de solución deben complementarse con
las acciones necesarias para conseguir la finalidad pretendida. En el apartado n.º 5 del trabajo
se indican las que se van a acometer de inmediato, corresponde aquí señalar la propuesta de los
medios necesarios, para dar continuidad y ampliar el ámbito de aplicación:
Creación y dotación de un Secretariado registral medioambiental con la finalidad de:
a) Difundir los trabajos teóricos y prácticos que se vayan realizando. De manera que la remisión de información y documentación sobre esta materia a tal secretariado supondrá el reenvío, de tal información a todas las demás partes interesadas.
b) Centralizar las relaciones de las instituciones registrales con las demás instituciones territoriales.
VIII.
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
c) Coordinar las actuaciones respecto a la Universidad, conferencias, clases, seminarios y
demás actividades académicas. También diseñar un revista jurídica medioambiental registral.
Se establecen diversos niveles de actuación:
Comunidad Autónoma de Catalunya.
Estado Español
UE y países limítrofes
Internacional en general
El carácter transversal de lo concerniente al medio ambiente aconseja ampliar el ámbito informativo del estrictamente jurídico al de otras materias con repercusión en él, por lo que tal
secretariado estará relacionado con la Asociación de Impacto Ambiental y demás que se acordaren.
Se propone como sede provisional el Decanato Autonómico del Colegio de Registradores
de la Propiedad de Catalunya en Barcelona, Avda. Joan Miró, 19 – 21, edificio Icaria, en tanto
no se elija otra sede definitiva por las partes interesadas.
157
VIII.2
REAL DECRETO LEY 5/2004, de 27 de agosto, por el que
se regula el régimen del comercio de derechos de emisión
de gases de efecto invernadero
(BOE de 28 de agosto de 2004)
I
La Directiva 2003/87/CE del Parlamento
Europeo y del Consejo, de 13 de octubre de
2003, por la que se establece un régimen para
el comercio de derechos de emisión de gases
de efecto invernadero en la Comunidad y por
la que se modifica la Directiva 96/61/CE,
constituye, dentro del Programa Europeo de
Cambio Climático, la iniciativa más relevante
de la Unión Europea (UE) para lograr que la
Comunidad y sus Estados miembros puedan
cumplir el compromiso de reducción de
emisiones de gases de efecto invernadero,
que asumieron al ratificar el Protocolo de
Kioto en la Convención Marco de Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático, el 30 de
mayo de 2002.
El régimen que implanta la directiva se inspira en uno de los instrumentos de mercado
previstos en el Protocolo de Kioto, el comercio de emisiones, que, junto a los basados en
proyectos de inversión en tecnología limpia
en países terceros (desarrollo limpio y aplicación conjunta), constituyen los llamados
mecanismos de flexibilidad del Protocolo de
Kioto.
La Directiva 2003/87/CE señala entre sus
principales objetivos los de:
a) Ayudar a cumplir con las obligaciones
derivadas de la Convención y el Protocolo de
Kioto.
b) Ser un mecanismo complementario del
esfuerzo de reducción de emisiones de gases
de efecto invernadero que debe realizarse
mediante medidas y políticas internas.
c) Disminuir los costes de reducción de las
emisiones, pues el comercio permitirá que, en
la UE, las emisiones se reduzcan allí donde
menor coste económico conlleve dicha reducción.
d) Garantizar el buen funcionamiento del
mercado interior para evitar las distorsiones
de la competencia que podría generar el
establecimiento de regímenes nacionales
distintos.
e) Adquirir experiencia en el funcionamiento
del comercio de emisiones antes del año 2008
en que empezará a funcionar el comercio de
emisiones internacional previsto en el artículo
17 del Protocolo de Kioto.
Este real decreto ley tiene por objeto transponer la citada directiva, y se justifica en la
extraordinaria y urgente necesidad de atender
los siguientes requerimientos:
1.º En primer lugar, es necesario cumplir el
calendario de aplicación previsto en la directiva que exige, entre otras cuestiones, que
todas las instalaciones sometidas a su ámbito
de aplicación cuenten con una autorización
de emisión de gases de efecto invernadero el
1 de enero de 2005, y que el Registro nacional de derechos de emisión esté operativo el 1
de octubre de 2004.
2.º En segundo lugar, las empresas necesitan
conocer con tiempo suficiente las obligaciones a las que quedarán sujetas y las inversiones necesarias para hacerles frente. En consecuencia, dado que el sistema debe estar en
vigor el 1 de enero de 2005 y que el plazo
necesario para que la Administración competente resuelva sobre la solicitud de autorización es de tres meses, resulta imprescindible que los titulares de las instalaciones afectadas conozcan el régimen aplicable y
presenten su solicitud de autorización y de
VIII.
asignación de derechos, a más tardar, el 30 de
septiembre de 2004.
3.º En tercer lugar, el mercado de derechos de
emisión se configura como un mercado internacional, por lo que su implantación se debe
acompasar a la del resto de los países de la
UE, con el fin de garantizar que nuestros
agentes económicos participen en aquél en
condiciones de igualdad.
4.º Y, en cuarto lugar, la inmediata aprobación del Plan Nacional de asignación de
derechos de emisión resulta imprescindible
para evitar que se produzcan situaciones que
pudieran resultar contrarias al Derecho comunitario de la competencia, en particular, en
el ámbito de las ayudas de
Estado y que podrían conducir a la devolución por las empresas de los beneficios indebidamente percibidos, previos los oportunos
procedimientos de investigación o, en su
caso, de infracción.
II
El capítulo I contiene las disposiciones generales del régimen de comercio de derechos de
emisión.
El régimen de comercio de derechos de emisión se aplicará inicialmente a las emisiones
de dióxido de carbono procedentes de instalaciones que desarrollan las actividades enumeradas en el anexo I y superen los umbrales
de capacidad que en él se establecen.
Las actividades enumeradas en el anexo I
incluyen grandes focos de emisión en sectores tales como la generación de electricidad,
el refino, la producción y transformación de
metales férreos, cemento, cal, vidrio, cerámica, pasta de papel y papel y cartón. En el
ámbito de las actividades energéticas, se
delimita el ámbito de aplicación a las instalaciones con una potencia térmica nominal de
más de 20 MW, incluidas las de cogeneración
ligadas a cualquier tipo de actividad.
De acuerdo con lo establecido en el artículo
27 de la Directiva 2003/87/CE, la disposición
transitoria cuarta contempla la posibilidad de
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
que los titulares de instalaciones sometidas al
ámbito de aplicación de este real decreto ley
puedan solicitar su exclusión, cuando acrediten el cumplimiento de todos los requisitos
exigidos por la normativa comunitaria. La
exclusión temporal deberá ser autorizada por
la Comisión Europea.
El capítulo I incluye también, en su artículo
3, la creación de la Comisión de coordinación
de políticas de cambio climático, órgano de
coordinación y colaboración entre la Administración General del Estado y las comunidades autónomas, clave en la aplicación de lo
previsto en el régimen de comercio de derechos de emisión. Un órgano de estas características resulta imprescindible dada la complejidad técnica del régimen de autorizaciones y seguimiento de emisiones y la
necesidad de colaborar para garantizar la
coherencia en la aplicación en todo el territorio, tanto en los sectores de actividad incluidos en la directiva como en los sectores que
no lo están. A ello se suma la necesaria colaboración en relación con el conjunto de obligaciones, internacionales y comunitarias, de
información sobre políticas y medidas adoptadas para cumplir los compromisos en materia de cambio climático.
III
El capítulo II regula el régimen de autorizaciones de emisión de gases de efecto invernadero. Todas las instalaciones sometidas al
ámbito de aplicación de este real decreto ley
deberán contar con una autorización de emisión de gases de efecto invernadero a partir
del 1 de enero de 2005, cuyo otorgamiento
corresponde al órgano competente que designe la comunidad autónoma en la que se ubique.
La autorización deberá indicar, junto a los
datos de identificación más relevantes la
metodología de seguimiento de emisiones, la
obligación de remitir al órgano autonómico
competente información verificada una vez al
año y la obligación de entregar al registro,
159
160
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
antes del 30 de abril de cada año, un número
de derechos de emisión equivalente al dato de
emisiones verificadas correspondientes al año
anterior para su cancelación. Además se
regulan los supuestos de extinción de la autorización.
administrador no podrá transmitir derechos
de emisión correspondientes a la instalación
cuyo informe no haya sido considerado conforme.
V
IV
El capítulo III contiene el régimen aplicable a
las autorizaciones de agrupación de instalaciones.
Así, las instalaciones dedicadas a una misma
actividad podrán, previa autorización del
órgano competente, responder de la obligación de entregar derechos de manera conjunta, siempre que sus titulares otorguen poder
suficiente a un administrador fiduciario único
y que el impacto del funcionamiento en grupo
en el mercado interior no genere distorsiones
en la competencia.
Precisamente, la salvaguarda de la competencia aconseja, dadas las particularidades del
sector eléctrico y que un elevado número de
instalaciones se concentra en pocas empresas,
no autorizar la agrupación de instalaciones en
dicho sector, durante el período 2005-2007.
Ello favorecerá la transparencia del mercado
y el mantenimiento de la competencia efectiva, además de contribuir a la efectividad de
los incentivos a las tecnologías menos emisoras que derivan del comercio de derechos de
emisión de gases de efecto invernadero.
La autorización quedará supeditada al parecer
de la Comisión Europea, que cuenta con un
plazo de tres meses desde que recibe la solicitud para pronunciarse al respecto.
El administrador fiduciario de la agrupación
de instalaciones deberá entregar derechos en
número equivalente a la suma de las emisiones verificadas de todas las instalaciones
incluidas en la agrupación. En el supuesto de
que no sea posible determinar la cifra correspondiente a la suma de las emisiones de todas
las instalaciones, por falta de remisión de
informe verificado o discrepancias en la
estimación de alguna instalación, el citado
El capítulo IV define la naturaleza y contenido del Plan nacional de asignación, así como
su procedimiento de aprobación.
El Plan nacional de asignación es una pieza
central en el sistema comunitario de comercio
de derechos de emisión. Constituye el marco
de referencia, vigente solamente para cada
uno de los períodos de tres y cinco años
establecidos en la directiva, en el que se
determina el número total de derechos de
emisión que se asignarán en cada período, así
como el procedimiento aplicable para su
asignación. Debe basarse en criterios objetivos y transparentes y tener asimismo en
cuenta las alegaciones efectuadas a través de
los pertinentes cauces de información pública.
El número de derechos que se asigna debe ser
coherente con los compromisos internacionales en materia de emisiones de gases de
efecto invernadero asumidos por España, la
contribución de las instalaciones sometidas al
ámbito de aplicación de este real decreto ley
al total de las emisiones nacionales, las previsiones de emisión, incluidas las posibilidades
técnicas y económicas de reducción de emisiones en todos los sectores, así como las
previsiones de apertura de nuevas instalaciones o ampliación de las existentes en los
sectores incluidos en el ámbito de aplicación
de este real decreto ley, durante el período de
vigencia del plan.
El plan establece la metodología de asignación individual que, en todo caso, deberá
evitar la generación de diferencias injustificadas entre sectores de actividad o entre
instalaciones, que supongan una posición de
ventaja entre sectores o entre instalaciones
incluidas en una misma actividad. Tendrá
asimismo que ser coherente con las posibili-
VIII.
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
dades técnicas y económicas de reducción de
cada sector, y podrá tener en cuenta tanto las
previsiones de evolución de la producción
como las medidas de reducción adoptadas
antes del establecimiento del mercado de
derechos de emisión, respetando los artículos
87 y 88 del Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea.
El plan incluye también una reserva para
nuevos entrantes y la metodología aplicable
para la asignación de los derechos incluidos
en dicha reserva. La reserva para nuevos
entrantes está integrada por el conjunto de
derechos que el plan reserva inicialmente a
las instalaciones cuya entrada en funcionamiento o ampliación está prevista para el
período de vigencia del plan, así como los
derechos previamente asignados pero no
expedidos correspondientes a instalaciones
cuya autorización de emisión quede extinguida por alguna de las causas previstas en el
artículo 8. En el supuesto de que al final del
período exista un remanente, éste podrá ser
enajenado con arreglo a lo dispuesto en la
Ley 33/2003, de 3 de noviembre, del Patrimonio de las Administraciones Públicas.
El real decreto ley regula asimismo la asignación individualizada de derechos de emisión
que tendrá lugar, a solicitud del interesado,
por resolución del Consejo de Ministros, a
propuesta de los Ministros de Economía y
Hacienda, de Industria, Turismo y Comercio
y de Medio Ambiente, previa consulta al
Comité de coordinación de las políticas de
cambio climático y trámite de información
pública.
De manera excepcional, en los supuestos en
que concurra fuerza mayor apreciada por la
Comisión Europea, será posible asignar derechos no transmisibles a la instalación afectada, de acuerdo con lo establecido en la disposición transitoria sexta.
El derecho de emisión es aquel derecho subjetivo, de carácter transmisible, que atribuye
a su titular la facultad de emitir a la atmósfera, desde una instalación sometida al ámbito
de aplicación de este real decreto ley, una
tonelada de dióxido de carbono equivalente.
El derecho de emisión es válido solamente
para cada uno de los períodos de vigencia de
un plan nacional de asignación. Pueden tener
su origen en el plan nacional de asignación de
cualquier Estado miembro de la Unión Europea o en un tercer país, previo reconocimiento en un instrumento internacional válidamente suscrito con arreglo a lo dispuesto
en el artículo 25 de la Directiva 2003/87/CE,
o bien previo reconocimiento de reducciones
certificadas de emisiones o de unidades de
reducción de emisiones procedentes de los
mecanismos de desarrollo limpio o aplicación
conjunta, respectivamente.
Esta posibilidad requiere el cumplimiento de
la normativa aplicable adoptada en el contexto de Naciones Unidas. Así, las disposiciones adicionales segunda y tercera dan un
primer paso al crear la autoridad nacional
designada y el procedimiento de informe de
dicha autoridad a los proyectos de desarrollo
limpio y aplicación conjunta, con arreglo a lo
establecido en las Decisiones 16 y 17 de la 7.ª
Conferencia de las Partes de la Convención
Marco de Naciones Unidas sobre Cambio
Climático. Es este un requisito imprescindible para que las empresas españolas puedan
desarrollar proyectos en el exterior susceptibles de generar certificados que puedan incorporarse al régimen comunitario de comercio de derechos de emisión.
El artículo 21, por su parte, determina quién
puede participar en una transmisión de derechos, así como la imposibilidad de que estas
operaciones tengan por objeto derechos no
expedidos.
VI
VII
El capítulo V contiene el régimen regulador
de los derechos de emisión.
El capítulo VI regula las obligaciones de
información del titular de la instalación.
161
162
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Los titulares de las instalaciones estarán
obligados a implantar y mantener el sistema
de seguimiento de emisiones de gases de
efecto invernadero con arreglo a lo establecido en la autorización de emisión. Deberán,
además, remitir al órgano autonómico competente, antes del 28 de febrero, un informe
sobre las emisiones de gases de efecto invernadero del año precedente elaborado y verificado de conformidad con lo dispuesto en los
anexos III y IV y en la Decisión 2004/156/CE
de la Comisión, de 29 de enero de 2004, por
la que se establecen directrices para el seguimiento y la notificación de las emisiones de
gases de efecto invernadero de conformidad
con la Directiva 2003/87/CE del Parlamento
Europeo y del Consejo.
El órgano autonómico competente deberá dar
su conformidad al informe verificado y, en
este caso, proceder a inscribir en la correspondiente tabla del registro la cifra de emisiones verificadas que permite cuantificar la
cantidad de derechos cuya cancelación debe
solicitar el titular.
VIII
El capítulo VII contiene la regulación del
Registro nacional de derechos de emisión.
Se crea el Registro nacional de derechos de
emisión, de acuerdo con lo establecido en la
Directiva
2003/87/CE, la Decisión 280/2004/CE del
Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de
febrero de 2004, y el Reglamento de la Comisión relativo a un régimen normalizado y
garantizado de registros nacionales compatible con el régimen del registro internacional,
previsto en el Protocolo de Kioto a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre
Cambio Climático.
Todas las operaciones de expedición, titularidad, transmisión, transferencia, entrega,
retirada y cancelación de derechos de emisión
deberán ser inscritas en el registro que constará de cuentas separadas de las que será
titular cada persona a la que se expida o
participe en operaciones de transmisión de
derechos, incluida la Administración General
del Estado, en cuya cuenta de haberes se
inscribirán la totalidad de los derechos de
emisión que figuren en cada plan nacional de
asignación. Igualmente, deberán inscribirse
las limitaciones a la transmisión de derechos,
en los supuestos previstos en este real decreto
ley.
El real decreto ley regula también el régimen
de expedición y transferencia de derechos de
emisión desde la cuenta de haberes del Estado a la cuenta de haberes de las instalaciones,
tanto para el supuesto habitual de instalaciones existentes como para aquellas que empiecen a funcionar durante el período de vigencia del plan.
Dicha transferencia corresponde hacerla al
registro y tendrá lugar desde la cuenta de
haberes de la Administración General del
Estado a favor del titular de la instalación o,
en los casos de agrupación de instalaciones,
del administrador fiduciario. En este último
supuesto, se transferirá a la cuenta de la agrupación de la que es titular el administrador el
total de los derechos de emisión correspondientes a todas las instalaciones incluidas en
la agrupación.
La cancelación de derechos podrá producirse en cualquier momento a petición de su
titular. El titular o el administrador fiduciario, en los supuestos de agrupaciones autorizadas, deberán entregar, antes del 30 de
abril de cada año, un número de derechos de
emisión equivalente al dato de emisiones
verificadas inscritas en el registro. En todo
caso, transcurridos cuatro meses desde la
finalización del período de vigencia del Plan
nacional de asignación, los derechos de
emisión válidos para ese período caducarán
automáticamente.
Por último, se regula la relación del Registro
nacional con el administrador central designado por la Comisión Europea, que prevé la
información al Registro nacional de irregularidades en operaciones de transmisión de
derechos de emisión que detecte, con el fin de
suspender cautelarmente su inscripción.
VIII.
IX
El capítulo VIII regula el régimen sancionador.
El real decreto ley distingue entre infracciones muy graves, graves y leves, e identifica
distintas conductas típicas relacionadas con el
incumplimiento de la obligación de disponer
de autorización de emisión, de la obligación
de entrega de derechos de emisión en número
equivalente a las emisiones verificadas y el
incumplimiento de las obligaciones de información.
Entre las sanciones previstas destaca la multa
por tonelada de dióxido de carbono emitida
que no haya quedado cubierta por un derecho
de emisión en la solicitud de cancelación del
titular.
Además, se indica expresamente que la imposición de sanciones no exime de la obligación
de entregar derechos por número equivalente
al exceso que originó la sanción.
X
Por último, la disposición final primera incorpora la modificación de la Ley 16/2002, de 1
de julio, de prevención y control integrados de
la contaminación, exigida por la Directiva
2003/87/CE. Este cambio tiene por finalidad
eliminar la imposición de límites de emisión
propia de la autorización ambiental integrada,
en lo que se refiere a emisiones de CO2.
Finalmente, los títulos competenciales recogidos en la disposición final segunda, los
previstos en el artículo 149.1.23.ª y 13.ª de la
Constitución Española, requieren un cierto
detenimiento por su especial y compleja
imbricación en esta norma.
En primer lugar, este real decreto ley es una
norma sustancialmente medioambiental. Así,
tanto su objetivo –contribuir a la reducción de
las emisiones antropogénicas de efecto invernadero– como su origen –los compromisos
asumidos con arreglo al Protocolo de Kioto y
la propia directiva–, le otorgan ineludiblemente este carácter.
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
En consecuencia, corresponde invocar el
artículo 149.1.23.a de la Constitución Española que reserva al Estado la competencia
exclusiva para dictar la legislación básica
sobre protección del medio ambiente, sin
perjuicio de las facultades de las comunidades autónomas de establecer normas adicionales de protección.
En virtud de todo lo anterior, se han regulado
con carácter de legislación básica en materia
de protección del medio ambiente las autorizaciones de emisión, las obligaciones de
seguimiento de las emisiones, de remisión de
información y la verificación, salvaguardando
las competencias autonómicas de dictar normas de desarrollo que establezcan un nivel de
protección superior y, evidentemente, sus
competencias de ejecución o gestión en materia de medio ambiente.
Pero, una vez sentadas las bases del carácter
sustancialmente ambiental de estos aspectos,
no puede obviarse que el mecanismo elegido
para alcanzar el objetivo de la reducción de
emisiones, como es la creación de un novedoso mercado de derechos de emisión, tiene
decisivas consecuencias sobre sectores económicos tales como el industrial y el eléctrico
y afecta a la toma de decisiones empresariales
tales como la estrategia de inversiones, sus
niveles de producción, etc.
En consecuencia, en esta dimensión entra
también en juego la competencia estatal para
determinar las bases de la planificación
general de la actividad económica prevista
en el artículo 149.1.13.ª En este ámbito,
conviene señalar que la jurisprudencia constitucional ha admitido que el citado título
competencial puede amparar tanto normas
estatales que fijen las líneas directrices y los
criterios globales de ordenación de sectores
económicos concretos, como previsiones de
acciones o medidas singulares indispensables para alcanzar los fines propuestos en la
ordenación.
Asimismo, el artículo 149.1.13.ª, de acuerdo
con la jurisprudencia constitucional, ampara
actuaciones ejecutivas en relación con prácticas o actividades que puedan alterar la libre
163
164
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
competencia y tengan trascendencia sobre el
mercado supraautonómico, como es el caso
de la agrupación de instalaciones.
En este sentido, la puesta en marcha del
mercado de emisiones exige, por un lado,
establecer las bases que rigen su funcionamiento, y por otro, una serie de medidas
singulares de ejecución que garanticen el
establecimiento de criterios homogéneos para
el reparto de derechos en todo el territorio
nacional, de manera que:
a) El número de derechos que se asigna sea
coherente con los compromisos internacionales en materia de emisiones de gases de
efecto invernadero asumidos por España.
b) Las previsiones de emisión para todos los
sectores incluidos y la valoración de la contribución de las instalaciones al total de las
emisiones nacionales y de las posibilidades
técnicas y económicas de reducción de emisiones de las instalaciones en todos los sectores se realicen de forma equitativa.
c) Se eviten distorsiones en la competencia,
así como diferencias injustificadas entre
sectores de actividad y entre instalaciones.
d) Se establezca una reserva de derechos de
emisión en previsión de la apertura de nuevas
instalaciones o ampliación de las existentes
en cualquier parte del territorio español.
Así, en virtud de las competencias reconocidas por el título competencial del artículo
149.1.13.ª de la Constitución, el Estado está
habilitado para:
1.º Establecer las bases del régimen jurídico
de los derechos de emisión y su comercio.
2.º La autorización de la agrupación de instalaciones.
3.º Elaborar y aprobar el Plan nacional de
asignación de derechos de emisión como
norma a través de la cual se lleva a cabo la
planificación de la asignación de los derechos
de emisión en todo el territorio nacional, así
como la adopción de la metodología para
proceder a su asignación individualizada. El
plan, además de establecer el objetivo global
de reducción de emisiones, pone en marcha
por vez primera el mercado de derechos de
emisión, cuya pieza esencial es el reparto de
tales derechos entre los titulares de las instalaciones.
4.º Tramitar y resolver los procedimientos de
asignación de derechos de emisión, operación
que no puede desvincularse del plan nacional,
en la medida en que resulta necesario garantizar el ajuste de la suma global de los derechos asignados a cada instalación con la
cantidad total de derechos que corresponde al
Estado español, así como la aplicación homogénea de la fórmula de reparto de derechos contenida en el plan, mediante una
idéntica interpretación de sus variables, con
independencia de la ubicación territorial de la
instalación.
5.º Regular y gestionar el Registro nacional
de derechos de emisión, que se constituye
como un complemento necesario del mercado
de derechos de emisión, en la medida en que,
tal y como se establece en el Reglamento
sobre régimen normalizado y garantizado de
registros nacionales aprobado por la Unión
Europea, en él deben constar tres cuentas
cuya titularidad corresponde al Estado e
inscribirse todas las operaciones relativas a la
expedición, titularidad, transmisión, transferencia, entrega, retirada y cancelación de los
derechos de emisión. A ello hay que añadir
que el carácter netamente internacional del
mercado de derechos de emisión, requiere, a
efectos de garantizar simultáneamente la
fluidez y la seguridad en el tráfico, la existencia de un solo registro que se gestione de
forma centralizada. En este sentido, el registro, además de constituirse como el enlace
con la autoridad central designada por la
Comisión Europea, está llamado a integrarse
en una red comunitaria de registros, que debe
garantizar la realización de operaciones en
tiempo real con un alto grado de certeza.
En su virtud, en uso de la autorización contenida en el artículo 86 de la Constitución
Española, a propuesta de los Ministros de
Medio Ambiente, de Economía y Hacienda y
de Industria, Turismo y Comercio, de acuerdo con el Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión
del día 27 de agosto de 2004,
VIII.
DISPONGO:
CAPÍTULO I
Disposiciones generales
Artículo 1. Objeto y ámbito de aplicación.
Este real decreto ley tiene por objeto la transposición de la Directiva 2003/87/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 13 de octubre
de 2003, a fin de establecer un régimen para el
comercio de derechos de emisión de gases de
efecto invernadero, para fomentar reducciones
de las emisiones de estos gases de una forma
eficaz y de manera económicamente eficiente.
Este real decreto ley será de aplicación a las
emisiones de los gases incluidos en el anexo I
generadas por las actividades a las que se
refiere dicho anexo.
Artículo 2. Definiciones.
A efectos de lo dispuesto en este real decreto
ley, se entenderá por:
a) Derecho de emisión: el derecho subjetivo a
emitir, desde una instalación incluida en el
ámbito de aplicación de este real decreto ley,
una tonelada equivalente de dióxido de carbono, durante un período determinado.
b) Expedición: el acto mediante el cual el
Registro incorpora a la cuenta de haberes de
la Administración General del Estado los
derechos de emisión con arreglo a lo dispuesto en el Plan Nacional de Asignación.
c) Transferencia: la operación del Registro
que refleja el movimiento de derechos de
emisión entre distintas cuentas.
d) Transmisión: el negocio jurídico del que
deriva un cambio de titularidad de uno o
varios derechos de emisión.
e) Emisión: la liberación a la atmósfera de
gases de efecto invernadero a partir de fuentes situadas en una instalación.
f) Gases de efecto invernadero: los gases
enumerados en el anexo II.
g) Autorización de emisión de gases de efecto
invernadero: la autorización exigida a las
instalaciones que desarrollen actividades
enumeradas en el anexo I, que den lugar a las
emisiones especificadas en este.
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
h) Autorización de agrupación: la autorización que permite a varias instalaciones cumplir de forma conjunta las obligaciones de
entrega anual de derechos de emisión.
i) Instalación: toda unidad técnica fija donde
se lleven a cabo una o varias actividades de
las enumeradas en el anexo I, así como cualesquiera otras actividades directamente
relacionadas con aquellas que guarden una
relación de índole técnica con las actividades
realizadas en dicho lugar y puedan tener
repercusiones sobre las emisiones y la contaminación.
j) Titular de la instalación: cualquier persona
física o jurídica que opere o controle la instalación bien en condición de propietario bien
al amparo de cualquier otro título jurídico,
siempre que éste le otorgue poderes suficientes sobre el funcionamiento técnico y
económico de la instalación.
k) Nuevo entrante: toda instalación que lleve a
cabo una o más de las actividades indicadas en
el anexo I, a la que se le conceda una autorización de emisión de gases de efecto invernadero
por tratarse de una nueva instalación o una
renovación de la autorización debido a un
cambio en el carácter o el funcionamiento de
la instalación o a una ampliación de esta, con
posterioridad a la notificación a la Comisión
Europea del Plan nacional de asignación.
l) Tonelada equivalente de dióxido de carbono: una tonelada métrica de dióxido de carbono (CO2) o una cantidad de cualquier otro
gas de efecto invernadero contemplado en el
anexo II con un potencial equivalente de
calentamiento del planeta.
m) Proyecto de aplicación conjunta: un proyecto de inversión que cumpla los requisitos
establecidos en el artículo 6 del Protocolo de
Kioto a la Convención Marco de Naciones
Unidas sobre Cambio Climático.
n) Proyecto de desarrollo limpio: un proyecto
de inversión que cumpla los requisitos establecidos en el artículo 12 del Protocolo de
Kioto a la Convención Marco de Naciones
Unidas sobre Cambio Climático.
o) Unidad de reducción de las emisiones: una
unidad expedida de conformidad con el artí-
165
166
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
culo 6 del Protocolo de Kioto a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
p) Reducción certificada de las emisiones:
una unidad expedida de conformidad con el
artículo 12 del Protocolo de Kioto a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre
Cambio Climático.
Artículo 3. Comisión de coordinación de
políticas de cambio climático.
1. Se crea la Comisión de coordinación de
políticas de cambio climático, como órgano
de coordinación y colaboración entre la Administración General del Estado y las comunidades autónomas para la aplicación del
régimen de comercio de derechos de emisión
y el cumplimiento de las obligaciones internacionales y comunitarias de información
inherentes a este y, en particular,
en los siguientes ámbitos:
a) El seguimiento del cambio climático y
adaptación a sus efectos.
b) La prevención y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
c) El fomento de la capacidad de absorción
de carbono por las formaciones vegetales.
d) La elaboración de criterios y líneas generales de actuación de la Autoridad Nacional
designada por España y de los criterios para
la aprobación de los informes preceptivos
sobre la participación voluntaria en los proyectos de desarrollo limpio y de aplicación
conjunta del Protocolo de Kioto a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
e) El impulso de programas y actuaciones que
fomenten la reducción de emisiones en los
sectores y actividades no incluidos en el
ámbito de aplicación.
2. La Comisión estará presidida por el Secretario General para la Prevención de la
Contaminación y del Cambio Climático y
contará con los siguientes vocales:
a) Por la Administración General del Estado:
tres vocales designados por cada uno de los
Ministerios de Economía y Hacienda, de
Industria, Turismo y Comercio y de Medio
Ambiente; un vocal designado por cada uno
de los Ministerios de Justicia, del Interior, de
Fomento, de Educación y Ciencia, de Trabajo
y Asuntos Sociales, de Agricultura, Pesca y
Alimentación, de Administraciones Públicas,
de Sanidad y Consumo y de Vivienda, y un
vocal designado por la Oficina Económica
del Presidente del Gobierno.
b) Un vocal designado por cada comunidad
autónoma.
c) Un vocal designado por cada una de las
Ciudades de Ceuta y Melilla.
d) Un vocal representante de las Entidades
Locales, designado por la asociación de ámbito estatal con mayor implantación.
3. La Administración General del Estado y
las Comunidades Autónomas cooperarán y
colaborarán en materia de cambio climático y
se suministrarán mutuamente la información
que obre en su poder sobre metodologías
aplicables a los diferentes sectores, mejoras
tecnológicas y cualquier otra que sea relevante a efectos de la autorización de emisión,
de la verificación de las emisiones, de la
asignación individualizada de derechos de
emisión, o de los proyectos de desarrollo
limpio y de aplicación conjunta del Protocolo
de Kioto a la Convención Marco de Naciones
Unidas sobre Cambio Climático.
CAPÍTULO II
Autorizaciones de emisión
Artículo 4. Instalaciones sometidas a autorización de emisión.
1. Toda instalación en la que se desarrolle
alguna de las actividades y que genere las
emisiones especificadas en el anexo I deberá
contar con autorización de emisión de gases
de efecto invernadero expedida en favor de su
titular.
2. La autorización de emisión de gases de
efecto invernadero tendrá el contenido mínimo siguiente:
a) Nombre y dirección del titular de la instalación.
b) Identificación y domicilio de la instalación.
VIII.
c) Una descripción básica de las actividades y
emisiones de la instalación.
d) Las obligaciones de seguimiento de emisiones, especificando la metodología que se ha de
aplicar y su frecuencia, de acuerdo con el anexo
III de este real decreto ley y con la Decisión
2004/156/CE de la Comisión, de 29 de enero de
2004, por la que se establecen directrices para el
seguimiento y la notificación de las emisiones
de gases de efecto invernadero de conformidad
con la Directiva 2003/87/CE.
e) Las obligaciones de suministro de información, de acuerdo con el anexo III de este
real decreto ley, con la Decisión
2004/156/CE de la Comisión, de 29 de enero
de 2004, por la que se establecen directrices
para el seguimiento y la notificación de las
emisiones de gases de efecto invernadero de
conformidad con la Directiva 2003/87/CE y,
en su caso, con la normativa de desarrollo.
f) La obligación de entregar, en los cuatro
meses siguientes al final de cada año natural,
derechos de emisión en cantidad equivalente
a las emisiones totales verificadas de la instalación durante el año anterior.
g) Fecha prevista de entrada en funcionamiento.
3. La autorización de emisión de gases de
efecto invernadero, si así lo solicita su titular,
podrá cubrir una o más instalaciones, siempre
que estas se ubiquen en un mismo emplazamiento, guarden una relación de índole técnica y cuenten con un mismo titular.
4. La autorización de emisión de gases de
efecto invernadero se otorgará siempre que el
órgano autonómico competente considere
acreditado que el titular es capaz de garantizar el seguimiento y notificación de las emisiones con arreglo a lo dispuesto en los párrafos d) y e) del artículo 4.2. Transcurrido el
plazo de tres meses sin haberse notificado
resolución expresa, se entenderá denegada la
solicitud presentada.
Artículo 5. Solicitud de autorización de emisión.
El titular de la instalación deberá dirigir la
solicitud de autorización al órgano compe-
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
tente que designe la comunidad autónoma en
cuyo territorio se ubique la instalación.
La solicitud de autorización deberá contener,
al menos, documentación con la siguiente
información:
a) Identificación y acreditación de ser titular
de la instalación a los efectos de lo previsto
en este real decreto ley.
b) Identificación y domicilio de la instalación.
c) Descripción de la instalación para la que se
solicita autorización, así como de sus actividades, incluyendo la tecnología utilizada.
d) Las materias primas y auxiliares empleadas cuyo uso pueda producir emisiones de
gases incluidos en el anexo I.
e) Las fuentes de emisión de gases enumerados en el anexo I existentes en la instalación.
f) Las medidas previstas para realizar el seguimiento de las emisiones, de acuerdo con el
anexo III de este real decreto ley, con la
Decisión 2004/156/CE de la Comisión, de 29
de enero de 2004, por la que se establecen
directrices para el seguimiento y la notificación de las emisiones de gases de efecto
invernadero de conformidad con la Directiva
2003/87/CE y, en su caso, con la normativa
de desarrollo. La solicitud se acompañará de
un resumen explicativo de las indicaciones
especificadas en el párrafo anterior.
Artículo 6. Cambios en la instalación.
El titular deberá informar al órgano competente de cualquier proyecto de cambio en el
carácter, el funcionamiento o el tamaño de la
instalación, así como de todo cambio que
afecte a la identidad o al domicilio del titular.
En su caso, a la vista de la información remitida, el órgano autonómico competente modificará de oficio la autorización de emisión de
gases de efecto invernadero en el plazo máximo de tres meses.
Artículo 7. Extinción de la autorización.
Las autorizaciones de emisión de gases de
efecto invernadero quedarán extinguidas en
los supuestos de:
a) Cierre de la instalación.
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
b) Falta de puesta en funcionamiento de la
instalación, transcurridos tres meses desde la
fecha de inicio de actividad prevista en la
autorización, salvo causa justificada declarada por el órgano competente para otorgar la
autorización.
c) En los supuestos de sanción, conforme a lo
previsto en el artículo 30.a).
Artículo 8. Comunicaciones al Registro
nacional de derechos de emisión.
Las comunidades autónomas comunicarán al
Registro nacional de derechos de emisión las
resoluciones de otorgamiento, modificación y
extinción de las autorizaciones, en el plazo de
10 días desde la fecha de la resolución.
CAPÍTULO III
Agrupación de instalaciones
Artículo 9. Requisitos de la agrupación de
instalaciones.
1. Podrán formar una agrupación de instalaciones para cada uno de los periodos de vigencia de un plan nacional de asignación las
instalaciones que cumplan los siguientes
requisitos:
a) Que todas las instalaciones lleven a cabo
una actividad incluida en el mismo epígrafe
del anexo I.
b) Que todas las instalaciones cuenten con
una autorización de emisión de gases de
efecto invernadero, otorgada conforme al
artículo 4.
c) Que designen un administrador fiduciario,
que tendrá las obligaciones previstas en el
artículo 13.
2. La agrupación deberá disponer de una
autorización otorgada a tal efecto con arreglo
al procedimiento establecido en el artículo
12.
3. Cualquier modificación en la composición
de la agrupación o en la identidad o facultades del administrador fiduciario deberá ser
comunicada al órgano competente para otorgar la autorización.
Artículo 10. Contenido de la autorización.
La autorización de agrupación de instalaciones tendrá el contenido mínimo siguiente:
a) Identificación del administrador fiduciario
y descripción de los poderes que le han sido
atribuidos.
b) Identificación de las instalaciones incluidas en la agrupación y de las autorizaciones
de emisión de gases de efecto invernadero
con que estas cuenten.
c) Enumeración de las obligaciones y limitaciones del administrador fiduciario en relación con la entrega de derechos de emisión y
participación en el mercado, de conformidad
con lo previsto en el artículo 13.
d) Plazo de vigencia de la autorización.
Artículo 11. Solicitud de autorización de
agrupación de instalaciones.
Los titulares de las instalaciones que deseen
formar una agrupación deberán presentar al
Ministerio de Medio Ambiente una solicitud
conjunta de autorización acompañada de la
siguiente documentación:
a) Acreditación de la identidad de las instalaciones y sus titulares.
b) Periodo para el que se solicita la autorización de agrupación.
c) Copia compulsada de la autorización de
emisión de cada instalación.
d) Escritura pública de otorgamiento de poder
en favor de un administrador fiduciario único
por la que se acredite su capacidad para cumplir con la obligación de entrega de derechos
de emisión y se precise la relación entre todos
los titulares de las instalaciones incluidas en
la agrupación y el administrador.
e) Declaración de que el administrador no se
encuentre, en el momento de presentar la
solicitud, inhabilitado, conforme a lo dispuesto en la legislación mercantil.
f) Informe explicativo valorando la incidencia
de la agrupación en el mercado interior.
Artículo 12. Procedimiento.
1. La autorización de agrupación de instalaciones será otorgada por el Consejo de Ministros a propuesta de los Ministerios de
Medio Ambiente, de Economía y Hacienda y
VIII.
de Industria, Turismo y Comercio, previo
informe de las comunidades autónomas en
cuyos territorios se ubiquen las instalaciones
solicitantes y del Servicio de Defensa de la
Competencia del Ministerio de Economía y
Hacienda. Este último informe se entenderá
sin perjuicio de las actuaciones que procedan
en aplicación de la Ley 16/1989, de 17 de
julio, de Defensa de la Competencia.
2. Si la solicitud reúne los requisitos establecidos en el artículo 9.1 y se valoran favorablemente sus efectos sobre la competencia, el
mercado interior, y el interés de los consumidores, se remitirá el expediente a la Comisión
Europea, que podrá, en un plazo de tres meses a partir de su recepción, rechazar motivadamente toda solicitud que no cumpla los
requisitos de la Directiva 2003/87/CE.
En el caso de que la Comisión Europea rechazara la solicitud, el órgano competente
sólo podrá autorizar la agrupación de instalaciones si aquella acepta las modificaciones
propuestas.
3. La resolución deberá dictarse en un plazo
de seis meses desde la presentación de la
solicitud. Transcurrido dicho plazo sin haberse notificado resolución expresa, se entenderá
denegada la solicitud presentada.
4. La resolución que se adopte se comunicará
en el plazo de diez días desde su adopción al
Registro Nacional de derechos de emisión y a
las Comunidades Autónomas afectadas.
Artículo 13. Obligaciones del administrador
fiduciario.
1. Los derechos de emisión correspondientes
al total de derechos asignados a cada una de
las instalaciones incluidas en la agrupación
serán transferidos de la cuenta de haberes de
la Administración General del Estado a la de
la agrupación.
2. La entrega anual de derechos de emisión
en cantidad equivalente a la suma de las
emisiones verificadas de las instalaciones
incluidas en la agrupación deberá efectuarse
por el administrador fiduciario.
3. El administrador fiduciario no podrá
transmitir derechos de emisión del titular
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
cuyo informe no haya sido considerado conforme, de acuerdo con lo previsto en el artículo 23.
CAPÍTULO IV
Plan nacional de asignación
Artículo 14. Naturaleza y contenido del Plan
nacional de asignación.
1. El Plan nacional de asignación establece el
número total de derechos de emisión que se
prevé asignar para cada uno de los periodos
establecidos en el artículo 15, así como el
procedimiento de asignación de tales derechos.
2. El Plan nacional de asignación deberá
basarse en criterios objetivos y transparentes,
incluidos los enumerados en el artículo 17.
Deberá tener en cuenta las alegaciones formuladas directamente o a través de los cauces
de consulta y participación en los trámites de
audiencia e información pública, en especial
las correspondientes a los sectores de actividades incluidas en su ámbito de aplicación.
3. El Plan nacional de asignación se aprobará
por el Gobierno mediante real decreto, a
propuesta de los Ministros de Economía y
Hacienda, de Industria, Turismo y Comercio
y de Medio Ambiente y previa consulta a las
comunidades autónomas, al menos dieciocho
meses antes del inicio del periodo correspondiente.
4. Se constituirán mesas de diálogo social
para garantizar la participación de las organizaciones sindicales y empresariales en la
elaboración y el seguimiento del Plan nacional de asignación en cuanto a sus efectos en
la competitividad, la estabilidad en el empleo
y la cohesión social.
Artículo 15. Vigencia del Plan nacional de
asignación.
1. El primer Plan nacional de asignación
tendrá un periodo de vigencia de tres años a
contar desde el 1 de enero de 2005.
2. El segundo Plan nacional de asignación y
los sucesivos tendrán un periodo de vigencia
de cinco años cada uno.
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Artículo 16. Método de asignación.
1. La asignación de derechos para el periodo
de tres años que se inicia el 1 de enero de
2005 será
gratuita, salvo lo dispuesto para la reserva de
nuevos entrantes en el artículo 18.
2. El 90 por ciento de los derechos correspondientes al periodo de cinco años que se
inicia el 1 de enero de 2008 se asignará de
forma gratuita, asignándose el 10 por ciento
restante de acuerdo con lo que se establezca
en el correspondiente plan nacional de asignación.
Artículo 17. Criterios de asignación.
1. La cantidad total de derechos que asigne el
plan se establecerá de acuerdo con la normativa comunitaria y, en particular, en función de:
a) Los compromisos internacionales en materia de emisiones de gases de efecto invernadero asumidos por España.
b) La contribución de las instalaciones sometidas al ámbito de aplicación de este real
decreto ley al total de las emisiones nacionales.
c) Las previsiones de emisión, incluidas las
posibilidades técnicas y económicas de reducción de emisiones en todos los sectores y
los demás instrumentos legislativos y políticos comunitarios.
d) Las previsiones de apertura de nuevas
instalaciones o ampliación de las existentes
en los sectores incluidos en el ámbito de
aplicación de este real decreto ley durante el
periodo de vigencia del plan.
2. El plan establecerá la metodología de
asignación individual que en todo caso deberá tener en cuenta la normativa comunitaria y,
en particular, los siguientes criterios:
a) Que no genere diferencias injustificadas
entre sectores de actividad ni entre instalaciones, de conformidad con los artículos 87 y
88 del Tratado de la Comunidad Europea.
b) Que sea coherente con las posibilidades
técnicas y económicas de reducción de cada
sector.
Podrán asimismo tenerse en cuenta el promedio de emisiones por producto, el potencial
de reducción en cada actividad, las previsiones de evolución de la producción y las medidas de reducción adoptadas antes del establecimiento del mercado de derechos de
emisión.
Artículo 18. Reserva para nuevos entrantes.
1. El Plan nacional de asignación determinará
qué cantidad de derechos de emisión queda
reservada para nuevos entrantes, así como los
criterios que regirán la distribución de los
derechos incluidos en dicha reserva, teniendo
en cuenta el orden temporal de solicitud, el
uso de tecnologías energéticamente eficientes. Asimismo, en la distribución de los derechos incluidos en la reserva de nuevos entrantes se podrán tener en cuenta criterios de
cohesión territorial.
2. En el supuesto previsto en el artículo 26.4,
los derechos no transferidos de la cuenta de
haberes de la Administración General del
Estado a la de los titulares de instalaciones
pasarán a formar parte de la reserva para
nuevos entrantes.
3. Los derechos incluidos en la reserva de
nuevos entrantes que no se hayan asignado
antes del 30 de junio del último año del periodo correspondiente al Plan nacional de
asignación en vigor podrán ser enajenados
conforme a lo dispuesto en la Ley 33/2003,
de 3 de noviembre, del Patrimonio de las
Administraciones Públicas.
Artículo 19. Asignación individualizada de
derechos de emisión.
1. Los titulares de las instalaciones deberán
solicitar al Ministerio de Medio Ambiente la
asignación de derechos de emisión para el
periodo de vigencia del Plan nacional de
asignación.
Dicha solicitud se presentará ante el órgano
autonómico competente para tramitar la
autorización de emisión de gases de efecto
invernadero, que la remitirá, junto con la
documentación exigida en el apartado 3 de
este artículo, al Ministerio de Medio Ambiente en un plazo máximo de diez días.
VIII.
2. La solicitud deberá presentarse 12 meses
antes del inicio de cada periodo de vigencia
de cada Plan nacional de asignación.
Las instalaciones que tengan la consideración
de nuevos entrantes solicitarán la asignación
individualizada de derechos de emisión una
vez que dispongan de autorización de emisión de gases de efecto invernadero.
3. La solicitud de asignación de derechos
deberá venir acompañada de la documentación en la que conste:
a) Acreditación de ser titular de la instalación
y disponer de autorización de emisión de
gases de efecto invernadero.
b) Datos de la instalación, referidos a los tres
años inmediatamente anteriores a la presentación de la solicitud, sobre:
1.º Emisiones de los gases de efecto invernadero incluidos en el anexo I, por combustión
y por proceso.
2.º Consumo de combustible, clasificado
según tipo de combustible.
No será necesario aportar los datos de emisiones verificadas que ya consten inscritas en
el Registro Nacional de Derechos de Emisión.
c) Estimación de la evolución en la instalación de la producción, los consumos de combustible y materias primas, así como de las
emisiones de gases de efecto invernadero,
para el periodo comprendido en el Plan nacional de asignación.
En el supuesto de instalaciones con la consideración de nuevos entrantes indicará la
fecha probable de puesta en funcionamiento.
4. La resolución de asignación de derechos de
emisión corresponde al Consejo de Ministros,
realizado el trámite de información pública,
previa consulta a la Comisión de coordinación de políticas de cambio climático, y a
propuesta de los Ministerios de Economía y
Hacienda, de Industria, Turismo y Comercio
y de Medio Ambiente.
5. La resolución determinará la cantidad de
derechos asignada a cada instalación durante
el periodo de vigencia del Plan nacional de
asignación, y su distribución anual. Transcurrido el plazo de tres meses sin haberse noti-
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
ficado resolución expresa, se entenderá denegada la solicitud presentada.
6. Esta resolución será comunicada, en el
plazo de 10 días desde su adopción, al Registro nacional de derechos de emisión y a las
Comunidades Autónomas.
7. En los supuestos en que, como consecuencia de mejoras tecnológicas no previstas en la
asignación inicial, se produzca una modificación en las características de una instalación
que determine un cambio en la autorización y
una reducción significativa de emisiones, el
titular de la citada instalación mantendrá la
asignación inicial de derechos de emisión.
Excepcionalmente, en las instalaciones que
desarrollen actividades incluidas en el epígrafe 1.a) del anexo I, el Gobierno podrá decidir,
de forma motivada, si se mantiene o modifica
la asignación inicial de derechos de emisión.
8. Las resoluciones sobre la asignación individualizada de derechos de emisión serán
accesibles al público, en los términos y con
las limitaciones previstas en las normas reguladoras del derecho de acceso a la información en materia de medio ambiente.
CAPÍTULO V
Derechos de emisión
Artículo 20. Naturaleza jurídica de los derechos de emisión.
1. El derecho de emisión se configura como
el derecho subjetivo a emitir una tonelada
equivalente de dióxido de carbono desde una
instalación incluida en el ámbito de aplicación de este real decreto ley.
2. La titularidad originaria de la totalidad de
los derechos de emisión que figuren en cada
Plan nacional de asignación, y la titularidad
de los derechos de emisión que formen parte
de la reserva para nuevos entrantes, corresponde a la Administración General del Estado, que los asignará, enajenará o cancelará de
conformidad con lo establecido en este real
decreto ley.
3. El derecho de emisión será válido únicamente para el periodo de vigencia de cada
Plan nacional de asignación.
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
4. El derecho de emisión tendrá carácter
transmisible.
5. La expedición, titularidad, transferencia,
transmisión, entrega y cancelación de los
derechos de emisión deberá ser objeto de
inscripción en el Registro nacional de derechos de emisión.
6. Los derechos de emisión pueden tener su
origen en:
a) El Plan nacional de asignación de España.
b) Un plan nacional de asignación de otro
Estado miembro de la Unión Europea.
c) Un tercer país con compromiso de reducción o limitación de emisiones que sea parte
del Protocolo de Kioto a la Convención Marco de Naciones Unidas de Cambio Climático,
siempre que exista previo reconocimiento en
un instrumento internacional.
d) Una unidad de reducción de emisiones o
una reducción certificada de emisiones procedentes de los mecanismos de aplicación
conjunta o desarrollo limpio que cumpla
todos los requisitos establecidos por Naciones
Unidas y hayan sido válidamente reconocidos
a los efectos de cumplir con la obligación de
entrega prevista en el artículo 4.2.f).
Artículo 21. Transmisión de los derechos de
emisión.
1. Los derechos de emisión podrán ser objeto
de transmisión:
a) Entre personas físicas o jurídicas en la
Unión Europea.
b) Entre las anteriores y personas físicas o
jurídicas en terceros Estados, previo reconocimiento mutuo de los derechos de las partes
firmantes en virtud de instrumento internacional.
2. La adquisición de derechos de emisión por
una persona física o jurídica que no tenga la
condición de titular de instalación requerirá la
previa apertura de una cuenta de haberes en
el Registro nacional de derechos de emisión.
3. Los derechos de emisión sólo podrán ser
objeto de transmisión por parte de su titular
una vez expedidos y transferidos a su cuenta
de haberes conforme a lo establecido en el
artículo 26.
CAPÍTULO VI
Obligaciones de información de las emisiones
Artículo 22. Remisión de información.
El titular de la instalación deberá remitir al
órgano autonómico competente, antes del 28
de febrero, el informe verificado sobre las
emisiones del año precedente, que se ajustará
a lo exigido en la autorización, según lo
dispuesto en el artículo 4.2.e).
El informe deberá ser verificado de conformidad con lo dispuesto en el anexo IV por los
organismos de verificación acreditados conforme a lo que establezca la normativa de
desarrollo de este real decreto ley.
Artículo 23. Valoración del informe verificado.
1. Si el órgano autonómico competente da su
conformidad al informe verificado de la
instalación, procederá a inscribir antes del 31
de marzo el dato sobre emisiones del año
precedente en la tabla de emisiones verificadas que a tal efecto se habilite en el Registro
nacional de derechos de emisión.
2. Si el órgano autonómico competente discrepara del informe verificado, notificará al
titular de la instalación la existencia de discrepancias, la propuesta de resolución de
estas para poder considerar satisfactorio el
informe y, en su caso, la estimación de emisiones. Examinadas las alegaciones del titular, el órgano autonómico competente resolverá e inscribirá en la tabla de emisiones
verificadas habilitada a tal efecto en el registro el dato sobre emisiones de la instalación.
3. En los supuestos en los que el titular no
remitiese el informe verificado en el plazo
establecido en el artículo 22, el órgano autonómico competente procederá a la estimación
de emisiones e inscribirá en la tabla de emisiones verificadas habilitada a tal efecto en el
registro el dato sobre emisiones de la instalación.
4. La estimación del dato de emisiones en los
supuestos de los apartados 2 y 3 se realizará
de acuerdo con la metodología exigible al
titular de la instalación afectada.
VIII.
Artículo 24. Suspensión de las operaciones
de transmisión de derechos de emisión.
En los supuestos previstos en los apartados 2
y 3 del artículo 23, el titular no podrá transmitir derechos de emisión en tanto no se
produzca la inscripción del dato sobre emisiones por el órgano autonómico competente.
CAPÍTULO VII
Registro nacional de derechos de emisión
Artículo 25. El Registro nacional de derechos
de emisión.
1. El Registro nacional de derechos de emisión es el instrumento a través del cual se
asegura la permanente actualización de la
contabilidad relativa a los derechos de emisión.
2. El registro será accesible al público y
estará adscrito al Ministerio de Medio Ambiente.
3. El registro tendrá por objeto la inscripción
de todas las operaciones relativas a la expedición, titularidad, transmisión, transferencia,
entrega, retirada y cancelación de derechos de
emisión.
Asimismo, inscribirá la suspensión de la
capacidad de transmitir derechos de emisión
en los supuestos previstos en los artículos
13.3, 24 y 28.
4. El registro constará, al menos, de las siguientes cuentas y tablas:
a) Una cuenta de haberes, otra de retirada y
otra de cancelación de las que será titular la
Administración General del Estado. En la
cuenta de haberes se inscribirán la totalidad
de los derechos de emisión que figuren en
cada plan nacional de asignación, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 20.2.
b) Una cuenta de haberes por cada instalación, a nombre de su titular.
c) Una cuenta de haberes por cada agrupación
de instalaciones, a nombre de su administrador fiduciario.
d) Una cuenta de haberes por cada persona
física o jurídica distinta de las anteriores que
sea parte en una transmisión de derechos.
e) Una tabla de emisiones verificadas.
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
f) Una tabla de entrega de derechos.
g) Una tabla sobre el estado de cumplimiento.
5. Las normas de organización y funcionamiento del registro se desarrollarán por real
decreto, de acuerdo con lo dispuesto en el
Reglamento sobre régimen normalizado y
garantizado de registros nacionales aprobado
por la Comisión Europea.
Artículo 26. Expedición de derechos de emisión.
1. Todos los derechos que el Plan nacional de
asignación vigente prevé asignar para el período serán expedidos e inscritos en la cuenta de
haberes de la Administración General del
Estado antes del 28 de febrero del año inicial
del período de vigencia de cada plan.
2. Antes del 28 de febrero de cada año, el
registro transferirá de la cuenta de haberes de
la Administración General del Estado a la del
titular de cada instalación o a la del administrador fiduciario de cada agrupación los
derechos que le correspondan de acuerdo con
la distribución temporal establecida en la
resolución a la que se refiere el artículo 19.5.
3. Los derechos asignados a nuevos entrantes
y a instalaciones cuya ampliación o entrada
en funcionamiento haya quedado prevista en
el Plan nacional de asignación inicial serán
transferidos de la cuenta de haberes de la
Administración General del Estado a la del
titular de la instalación cuando la comunidad
autónoma comunique al Registro que la
instalación se ha puesto en funcionamiento.
4. El registro no transferirá de la cuenta de
haberes de la Administración General del
Estado a la del titular de la instalación los
derechos asignados cuando se haya extinguido la autorización de la instalación por alguna
de las causas previstas en el artículo 7.
Artículo 27. Entrega y cancelación de derechos de emisión.
1. El registro procederá, en cualquier momento y a petición de su titular, a la cancelación de los derechos de emisión.
2. Antes del 30 de abril de cada año, los
titulares de las instalaciones o los administra-
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
dores fiduciarios deberán entregar un número
de derechos de emisión equivalente al dato de
emisiones verificadas inscrito de conformidad con lo dispuesto en el artículo 23.
La entrega determinará la transferencia de
derechos de la cuenta de haberes del titular a
la de haberes de la Administración General
del Estado, y quedará reflejada en las tablas
de entrega de derechos y de estado de cumplimiento.
3. En todo caso, transcurrido el plazo de cuatro
meses contados desde la finalización del período de vigencia de cada Plan nacional de
asignación, los derechos de emisión válidos
para ese período caducarán automáticamente y
se cancelarán de oficio por el registro.
Artículo 28. Relación del Registro nacional
con el administrador central.
Cuando el administrador central designado
por la Comisión Europea detecte irregularidades en relación con alguna operación de
transferencia de derechos de emisión e informe de ello al Registro nacional de derechos de emisión, este suspenderá cautelarmente la inscripción de la operación afectada
y de cualquier otra en la que estén implicados
los derechos de emisión correspondientes
hasta tanto no se hayan resuelto las irregularidades detectadas.
CAPÍTULO VIII
Régimen sancionador
Artículo 29. Tipificación de las infracciones.
1. A los efectos de este real decreto ley, y sin
perjuicio de lo que disponga al respecto la
legislación autonómica, las infracciones
administrativas se clasifican en muy graves,
graves y leves.
2. Son infracciones administrativas muy
graves las siguientes:
a) Ejercer la actividad sin la preceptiva autorización de emisión de gases de efecto invernadero.
b) Incumplir la obligación de informar sobre
la modificación del carácter, el funcionamiento o el tamaño de la instalación, estable-
cida en el artículo 6, siempre que suponga
alteraciones significativas en los datos de
emisiones o requiera cambios en la metodología aplicable para cumplir las obligaciones
de seguimiento previstas en el artículo 4.2.d).
c) No presentar el informe anual verificado
exigido en el artículo 22.
d) Ocultar o alterar intencionadamente la
información exigida en el artículo 19.3.
e) Incumplir la obligación de entregar derechos exigida en el artículo 27.2.
f) Impedir el acceso del verificador a los
emplazamientos de la instalación en los supuestos en los que esté facultado por el anexo
IV de este real decreto ley y su normativa de
desarrollo.
g) No aportar la información necesaria para el
procedimiento de verificación.
3. Son infracciones administrativas graves:
a) Ocultar o alterar intencionadamente la
información exigida en los artículos 5.1, 6 y
11.
b) Incumplir la obligación de informar sobre
la modificación de la identidad o el domicilio
del titular establecida en el artículo 6.
c) Incumplir las condiciones de seguimiento
de las emisiones establecidas en la autorización cuando de dicho incumplimiento se
deriven alteraciones en los datos de emisiones.
d) Incumplir las normas reguladoras de los
informes anuales verificados, siempre que
implique alteración de los datos de emisiones.
4. Son infracciones administrativas leves:
a) Incumplir las condiciones de seguimiento
de las emisiones establecidas en la autorización cuando de dicho incumplimiento no se
deriven alteraciones en los datos de emisiones.
b) Incumplir las normas reguladoras de los
informes anuales verificados, siempre que no
implique alteración de los datos de emisiones.
c) Incumplir cualesquiera otras obligaciones
establecidas en este real decreto ley.
Artículo 30. Sanciones.
Las infracciones tipificadas en el artículo 29
darán lugar a la imposición de todas o alguna
de las siguientes sanciones:
VIII.
a) En el caso de infracción muy grave:
1.º Multa desde 50.001 hasta dos millones de
euros.
2.º Clausura temporal, total o parcial, de las
instalaciones por un período máximo de dos
años.
3.º Inhabilitación para el ejercicio de las
funciones de administrador fiduciario por un
período no superior a dos años.
4.º Extinción de la autorización o suspensión
de esta por un período máximo de dos años.
5.º En los supuestos previstos en el artículo
29.2.e), multa de 100 euros por cada tonelada
emitida en exceso y la publicación, a través
de los medios que la autoridad competente
considere oportunos, de las sanciones impuestas una vez que estas hayan adquirido
firmeza, así como los nombres, apellidos o
razón social de las personas físicas o jurídicas
responsables y la índole de las infracciones.
El pago de la multa no eximirá al titular de
entregar una cantidad de derechos de emisión
equivalente a la de las emisiones en exceso,
en el momento de entregar los derechos de
emisión correspondientes al año natural siguiente al de comisión de la infracción.
b) En el caso de infracción grave:
1.º Multa desde 10.001 hasta 50.000 euros.
2.º Suspensión de la autorización por un
período máximo de un año.
c) En caso de infracción leve: multa de hasta
10.000 euros.
Artículo 31. Responsabilidad del administrador fiduciario.
En el caso de agrupación de instalaciones,
cuando se incurra en las infracciones previstas en el artículo 29.2.e), el administrador
fiduciario responderá directamente del pago
de la sanción pecuniaria que se pudiera imponer.
Subsidiariamente, responderán del pago de la
citada sanción los titulares de las instalaciones, en proporción a las emisiones realizadas
por sus respectivas instalaciones con respecto
al total de las emitidas por el conjunto de la
agrupación, durante el periodo de vigencia
del Plan nacional de asignación.
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
Artículo 32. Graduación de las sanciones.
1. En la imposición de las sanciones se deberá mantener la debida adecuación entre la
gravedad del hecho constitutivo de la infracción y la sanción aplicada, con especial consideración de los siguientes criterios:
a) La existencia de intencionalidad.
b) La reincidencia por comisión de más de
una infracción tipificada en este real decreto
ley, cuando así haya sido declarado por resolución firme.
c) El beneficio obtenido por la comisión de la
infracción.
d) La diferencia entre las emisiones reales y
las notificadas.
2. Los criterios establecidos se tendrán en
cuenta para graduar la sanción que se imponga dentro del intervalo correspondiente a
cada tipo de infracción.
3. Las infracciones tipificadas en el artículo
29.3 no darán lugar a la sanción de suspensión de la autorización prevista en el artículo
30.b).2.o cuando se haya procedido a la subsanación de la infracción por propia iniciativa.
4. En todo caso, la clausura temporal, total o
parcial, de las instalaciones se acordará sin
perjuicio del pago del salario o de las indemnizaciones a los trabajadores que procedan y
de las medidas que puedan arbitrarse para su
garantía.
5. Cuando la cuantía de la multa resulte inferior al beneficio obtenido por la comisión de
la infracción, la multa podrá ser aumentada
hasta el doble de dicho beneficio.
Artículo 33. Concurrencia de sanciones.
Cuando, por unos mismos hechos y fundamentos jurídicos, el infractor pudiese ser
sancionado con arreglo a este real decreto ley
y a otra u otras leyes que fueran de aplicación, de las posibles sanciones se le impondrá
la de mayor gravedad.
Artículo 34. Medidas de carácter provisional.
Cuando se haya iniciado un procedimiento
sancionador por infracción muy grave o
grave, y si fuera necesario para asegurar la
175
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
eficacia de la resolución, el órgano competente para sancionar podrá acordar alguna o
algunas de las siguientes medidas provisionales:
a) Clausura temporal, parcial o total, de las
instalaciones, únicamente cuando se trate de
procedimientos incoados por infracciones
muy graves, y teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo 32.4.
b) Precintado de aparatos o equipos.
c) Suspensión temporal de la autorización de
emisión de gases de efecto invernadero.
d) Suspensión del acceso al mercado de derechos de emisión.
Artículo 35. Potestad sancionadora.
Corresponde a las Comunidades Autónomas
el ejercicio de la potestad sancionadora, a
excepción de:
a) La infracción prevista en el artículo
29.2.d).
b) La infracción prevista en el artículo
29.2.e), en las agrupaciones de instalaciones
autorizadas conforme al artículo 12.
Las sanciones correspondientes a estos dos
supuestos serán impuestas por el Consejo de
Ministros.
Disposición adicional primera. Incorporación
de la autorización de emisión de gases de
efecto invernadero a la autorización ambiental integrada.
El contenido de la autorización de emisión de
gases de efecto invernadero podrá incorporarse a la autorización ambiental integrada regulada en la Ley 16/2002, de 1 de julio, de
prevención y control integrados de la contaminación, en las condiciones que determinen
las comunidades autónomas.
Disposición adicional segunda. Autoridad
nacional de los mecanismos basados en proyectos del Protocolo de Kioto.
1. Se crea una comisión interministerial que
ejercerá como autoridad nacional designada
para los mecanismos basados en proyectos
del Protocolo de Kioto, con las siguientes
funciones:
a) Emitir los informes preceptivos sobre la
participación voluntaria en los proyectos de
desarrollo limpio y aplicación conjunta, de
acuerdo con lo previsto en la normativa internacional y comunitaria vigente.
b) Proponer al Consejo de Ministros el reconocimiento de unidades de reducción de
emisiones o reducciones certificadas de emisiones como derechos de emisión válidos a
efectos de lo dispuesto en el artículo 20.6.d).
c) Actuar como punto focal de España en la
relación con la autoridad nacional designada
por otros países para la promoción y desarrollo de proyectos de desarrollo limpio y aplicación conjunta.
d) Elevar a la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos y a la Comisión de coordinación de políticas de cambio climático un informe anual sobre las
actuaciones llevadas a cabo durante el año
anterior.
2. La autoridad nacional podrá suscribir
convenios de colaboración con las Comunidades Autónomas al objeto de fomentar y
facilitar el desarrollo de los mecanismos
basados en proyectos del Protocolo de Kioto
a la Convención Marco de Naciones Unidas
sobre cambio Climático.
3. La comisión interministerial estará integrada por un vocal de la Oficina Económica
del Presidente del Gobierno y dos vocales
con rango de subdirector general de cada uno
de los Ministerios de Asuntos Exteriores y de
Cooperación, de Economía y Hacienda, de
Industria, Turismo y Comercio y de Medio
Ambiente, designados por los titulares de los
respectivos departamentos.
La presidencia de la comisión interministerial
corresponde al Secretario General para la
Prevención de la Contaminación y del Cambio Climático.
La secretaría de la comisión interministerial
se encomendará a un funcionario de la Oficina Española de Cambio Climático que, de no
tener la condición de vocal, asistirá a las
reuniones con voz y sin voto.
4. La comisión se reunirá siempre que lo
estimen necesario su presidente o los repre-
VIII.
sentantes de, al menos, dos de los ministerios,
y, comomínimo, dos veces al año.
La comisión se regirá por lo dispuesto en el
capítulo II del título II de la Ley 30/1992, de
26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.
Disposición adicional tercera. Proyectos de
desarrollo limpio y de aplicación conjunta.
1. Los promotores de proyectos de desarrollo
limpio y de aplicación conjunta que, de acuerdo con lo previsto en la normativa internacional y comunitaria, deban contar con informe
de la autoridad nacional designada por España
presentarán solicitud acompañada de una copia
del proyecto y su descripción técnica.
2. La autoridad nacional deberá analizar el
proyecto en un plazo máximo de dos meses, y
emitir informe basándose en los criterios
técnicos y ambientales establecidos en la
normativa internacional y comunitaria, en
particular, en las Decisiones 16 y 17/CP.7 de
la Conferencia de las Partes de la Convención
Marco de Naciones Unidas sobre Cambio
Climático.
3. Para facilitar el desarrollo de los mecanismos basados en proyectos, las Comunidades
Autónomas podrán crear centros que colaboren con la Autoridad Nacional en los siguientes ámbitos:
a) Facilitar el conocimiento de las alternativas disponibles a los diferentes actores económicos locales para que valoren los costes y
beneficios.
b) Trabajar con los participantes potenciales
en el mercado para aumentar su capacidad y
para facilitar los conocimientos de las modalidades de los mecanismos basados en proyectos del Protocolo de Kioto.
c) Editar material sobre los mecanismos
basados en proyectos y servir de punto de
contacto para los promotores de proyectos.
d) Fomentar el intercambio de conocimientos
entre diferentes regiones.
e) Conocer y aplicar programas de la Unión
Europea, de Naciones Unidas o de otros
organismos multilaterales.
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
f) Facilitar que los actores económicos definan y desarrollen innovación en metodología.
g) Facilitar y coordinar los intereses de las
empresas en los diferentes momentos de un
mecanismo basado en proyectos.
h) Fomentar la colaboración entre el sector
público y el sector privado en esta materia.
i) Efectuar una valoración previa en relación
con los proyectos presentados por empresas
ubicadas en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma, y proponerlos, en su caso, a
la Autoridad Nacional a efectos de lo previsto
en el apartado 1.a) de la disposición adicional
segunda.
Disposición transitoria primera. Plan nacional
de asignación de derechos de emisión 20052007.
El plazo de aprobación previsto en el artículo
14.3 no será de aplicación al Plan nacional de
asignación de derechos de emisión 20052007 Disposición transitoria segunda. Instalaciones existentes a la entrada en vigor de
este real decreto ley.
1. La autorización de emisión de gases de
efecto invernadero será exigible a partir del 1
de enero de 2005.
Las instalaciones existentes a la entrada en
vigor de este real decreto ley deberán solicitar
dicha autorización antes del 30 de septiembre
de 2004 al órgano que haya designado la
Comunidad Autónoma en cuyo territorio se
ubique o, en su defecto, al competente en
materia de medio ambiente. Hasta que se
dicte resolución expresa, a partir de 1 de
enero de 2005 la instalación podrá seguir
funcionando de forma provisional, siempre
que establezca el sistema de seguimiento de
emisiones previsto en el artículo 4.2.d).
2. La solicitud de asignación de derechos de
emisión para el período 2005-2007 se presentará directamente ante el Ministerio de
Medio Ambiente antes de 30 de septiembre
de 2004, acompañada de la siguiente documentación:
a) Acreditación de haber solicitado la autorización de emisión de gases de efecto invernadero.
177
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
b) Estimación de la evolución en la instalación de la producción, los consumos de combustible y materias primas, así como de las
emisiones de gases de efecto invernadero,
para el período comprendido en el Plan nacional de asignación.
c) Datos de la instalación, referidos a los años
2000 a 2002, ambos inclusive, sobre:
1.º Emisiones de los gases de efecto invernadero incluidos en el anexo I, por combustión
y por proceso.
2.º Consumo de combustible, clasificado
según tipo de combustible.
La fiabilidad de los datos a que se refiere este
párrafo c) será acreditada, alternativamente,
mediante:
Informe de verificador ambiental acreditado
conforme a lo dispuesto en el Real Decreto
85/1996, de 26 de enero, por el que se establecen normas para la aplicación del Reglamento (CEE) 1836/93, del Consejo, de 29 de
junio, por el que se permite que las empresas
del sector industrial se adhieran con carácter
voluntario a un sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales.
Certificado de la Comunidad Autónoma en
cuyo territorio se ubique la instalación.
Declaración jurada o promesa del titular de la
instalación.
La ocultación o alteración intencionada de la
información contenida en la declaración
jurada o promesa se entenderá equivalente a
la infracción tipificada en el artículo 29.2.d).
Disposición transitoria tercera. Ampliación o
entrada en funcionamiento de instalaciones
durante el período de vigencia del Plan nacional de asignación 2005-2007.
1. El Plan nacional de asignación 2005-2007
podrá prever la asignación de derechos a
instalaciones para las que esté prevista su
ampliación o entrada en funcionamiento
durante su período de vigencia, siempre que
cuenten, en el momento de solicitar la autorización de emisión de gases de efecto invernadero, con todas las licencias y permisos
administrativos exigidos por la legislación
que les resulte aplicable. A estos efectos, la
solicitud de autorización de emisión deberá
indicar la fecha prevista para su entrada en
funcionamiento y presentarse antes del 30 de
septiembre de 2004.
En el supuesto de ampliación de instalaciones, la resolución de asignación de derechos
de emisión indicará la cantidad de derechos
correspondiente a la ampliación, que se expedirán con arreglo a lo establecido en el artículo 26.3.
2. En el período 2005-2007, sólo tendrán la
consideración de nuevos entrantes las instalaciones que soliciten la autorización prevista
en el capítulo II con posterioridad al 30 de
septiembre de 2004.
3. La asignación de derechos a las instalaciones cuya ampliación o entrada en funcionamiento esté prevista con posterioridad a 1 de
enero de 2005 se calculará en función de las
mensualidades que resten para la finalización
del período de vigencia del Plan. En el supuesto de que la entrada en funcionamiento
se retrasara más de un mes desde la fecha
prevista, en la transferencia de derechos a la
cuenta de haberes del titular se descontará la
parte proporcional al retraso.
Disposición transitoria cuarta. Exclusión
temporal.
1. Excepcionalmente, hasta el 31 de diciembre de 2007 el titular de una instalación
podrá solicitar su exclusión temporal del
ámbito de aplicación de este real decreto
ley, salvo lo dispuesto en el apartado 4 de
esta disposición transitoria. La solicitud de
exclusión temporal deberá presentarse al
órgano competente que designe la comunidad autónoma acompañada de documentación justificativa que acredite el cumplimiento de las siguientes condiciones:
a) Que la instalación limitará sus emisiones
de manera equivalente a como lo haría en
caso de no ser excluida en virtud de las políticas y medidas nacionales vigentes.
b) Que quedará sujeta a obligaciones de
seguimiento y suministro de información
sobre emisiones equivalentes a las previstas
en este real decreto ley.
VIII.
c) Que no se producirán distorsiones del
mercado interior como consecuencia de su
exclusión.
2. El órgano competente, previo trámite de
información pública, remitirá el expediente
completo al Ministerio de Medio Ambiente,
para su tramitación a la Comisión Europea a
efectos de lo dispuesto por el artículo 27 de la
Directiva 2003/87/CE.
3. Las instalaciones excluidas quedarán sometidas al régimen de infracciones y sanciones previsto en el capítulo VIII, en cuanto
afecte al cumplimiento de las obligaciones de
seguimiento y suministro de la información
sobre emisiones.
Asimismo, el incumplimiento del compromiso de limitación de emisiones a que se refiere
el apartado 1.a) de esta disposición transitoria
se entenderá equivalente a la infracción tipificada en el artículo 29.2.e).
4. Lo establecido en esta disposición transitoria no exime a los titulares de las instalaciones del cumplimiento de las obligaciones
establecidas en este real decreto ley, hasta
que la Comisión Europea disponga la exclusión temporal.
En este caso, se entenderá extinguida la autorización de emisión de gases de efecto invernadero, y en cuanto a los derechos de emisión
asignados se aplicará lo dispuesto en los
artículos 18.2 y 26.
Disposición transitoria quinta. Agrupaciones
de instalaciones en el período 2005-2007.
1. Durante la vigencia del primer Plan nacional de asignación, podrán solicitar autorización de agrupación los titulares de las instalaciones que desarrollen actividades incluidas
en el anexo I, excepto las incluidas en el
epígrafe 1.a).
2. A los efectos del artículo 11.c), bastará
acreditar haber solicitado la autorización de
emisión de gases de efecto invernadero antes
del 30 de septiembre de 2004.
Disposición transitoria sexta. Asignación de
derechos adicionales por causa de fuerza
mayor.
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
Excepcionalmente, cuando concurra causa de
fuerza mayor que lo justifique, los titulares de
instalaciones podrán solicitar la asignación de
derechos adicionales no transmisibles válidos
hasta el 31 de diciembre de 2007. En el supuesto de que el Consejo de Ministros, a la
vista de la documentación aportada, aprecie
la concurrencia de fuerza mayor, dará traslado de la solicitud para su tramitación ante la
Comisión Europea.
Disposición transitoria séptima. Cuantía de
las multas durante el período 2005-2007.
Durante el período de tres años que se inicia
el 1 de enero de 2005, la multa correspondiente a la infracción tipificada en el artículo
29.2.e) será de 40 euros por cada tonelada
emitida en exceso.
Disposición final primera. Modificación de
la Ley 16/2002, de 1 de julio, de prevención y control integrados de la contaminación.
Se modifica la Ley 16/2002, de 1 de julio, de
prevención y control integrados de la contaminación, en los siguientes términos:
Uno. Se introduce un nuevo apartado 2 en el
artículo 22, con la siguiente redacción:
«2. En el caso de instalaciones sujetas al Real
Decreto Ley por el que se regula el régimen
del comercio de derechos de emisión de gases
de efecto invernadero, la autorización no
incluirá valores límite para las emisiones
directas de tales gases, a menos que sea necesario para garantizar que no se provoque
contaminación local significativa.
Lo previsto en el párrafo anterior no se aplicará a las instalaciones excluidas temporalmente del
régimen de comercio de derechos de emisión
de gases de efecto invernadero, de conformidad con
lo previsto en la disposición transitoria cuarta
del citado real decreto ley.»
Dos. Los apartados 2, 3, 4 y 5 del artículo 22
pasan a ser los apartados 3, 4, 5 y 6, respectivamente.
179
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Disposición final segunda. Títulos competenciales.
Este real decreto ley se dicta al amparo de las
competencias exclusivas del Estado previstas
en el artículo 149.1.13.a y 23.a de la Constitución, en materia de bases y coordinación de
la planificación general de la actividad económica y de legislación básica sobre protección del medio ambiente, a excepción de la
disposición adicional segunda.
Disposición final tercera. Desarrollo reglamentario.
El Gobierno, en el ámbito de sus competencias, dictará las disposiciones necesarias para
el desarrollo de este real decreto ley.
Asimismo, el Gobierno, mediante real decreto, podrá modificar la composición y
funciones de la Comisión de coordinación de
políticas de cambio climático y de la autoridad nacional designada para los mecanismos
basados en proyectos del Protocolo de Kioto.
plazamiento, se sumarán las capacidades de
dichas actividades.
Actividades Gases
Actividades energéticas.
Epígrafes:
1. Instalaciones de combustión con una potencia térmica nominal superior a 20 MW,
incluyendo:
a) Instalaciones de producción de energía
eléctrica de servicio público.
b) Instalaciones de cogeneración que producen energía eléctrica en régimen ordinario o
en régimen especial, independientemente del
sector en el que den servicio.
Quedan excluidas las instalaciones de residuos peligrosos o de residuos urbanos.
2. Refinerías de hidrocarburos.
3. Coquerías.
Dióxido de carbono.
Disposición final cuarta. Entrada en vigor.
El presente real decreto ley entrará en vigor
el día siguiente al de su publicación en el
«Boletín Oficial del Estado».
Dado en Palma de Mallorca, a 27 de agosto
de 2004.
JUAN CARLOS R.
El Presidente del Gobierno,
JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO
ANEXO I
Categorías de actividades y gases incluidos
en el ámbito de aplicación
1. No están incluidas las instalaciones o
partes de instalaciones cuya dedicación principal sea la investigación, desarrollo y experimentación de nuevos productos y procesos.
2. Los valores umbral que figuran más adelante se refieren en general a la capacidad de
producción o a la producción. Si un mismo
titular realizara varias actividades de la misma categoría en la misma instalación o em-
Actividades Gases
Producción y transformación de metales
férreos.
Epígrafes:
4. Instalaciones de calcinación o sinterización
de minerales metálicos incluido el mineral
sulfurado.
5. Instalaciones para la producción de arrabio
o de acero (fusión primaria o secundaria),
incluidas las correspondientes instalaciones
de colada continua de una capacidad de más
de 2,5 toneladas por hora.
Dióxido de carbono.
Industrias minerales.
Epígrafes:
6. Instalaciones de fabricación de cemento sin
pulverizar («clinker») en hornos rotatorios
con una producción superior a 500 toneladas
diarias, o de cal en hornos rotatorios con una
capacidad de producción superior a 50 tone-
VIII.
ladas por día, o en hornos de otro tipo con
una capacidad de producción superior a 50
toneladas por día.
7. Instalaciones de fabricación de vidrio
incluida la fibra de vidrio, con una capacidad
de fusión superior a 20 toneladas por día.
8. Instalaciones para la fabricación de productos cerámicos mediante horneado, en
particular de tejas, ladrillos, ladrillos refractarios, azulejos, gres cerámico o porcelanas,
con una capacidad de producción superior a
75 toneladas por día, y una capacidad de
horneado de más de 4 m3 y de más de 300
kg/m3 de densidad de carga por horno.
Dióxido de carbono.
Otras actividades.
Epígrafes:
9. Instalaciones industriales destinadas a la
fabricación de:
a) Pasta de papel a partir de madera o de
otras materias fibrosas.
b) Papel y cartón con una capacidad de producción de más de 20 toneladas diarias.
Dióxido de carbono.
ANEXO II
Gases de efecto invernadero Dióxido de
carbono (CO2).
Metano (CH4).
Óxido nitroso (N2O).
Hidrofluorocarburos (HFC).
Perfluorocarburos (PFC).
Hexafluoruro de azufre (SF6).
ANEXO III
Principios del seguimiento y notificación
de emisiones
1. Seguimiento de las emisiones de dióxido
de carbono.
Las emisiones se seguirán mediante cálculos
o mediciones.
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
2. Cálculo.
Los cálculos de las emisiones se llevarán a
cabo utilizando la fórmula siguiente:
Datos de la actividad × factor de emisión ×
factor de oxidación.
El seguimiento de los datos de la actividad
(combustible utilizado, índice de producción,
etc.), se hará sobre la base de los datos de
suministro o mediante mediciones.
Se usarán los factores de emisión aceptados.
Los factores de emisión específicos de una
actividad serán aceptables para todos los combustibles. Los factores por defecto serán aceptables para todos los combustibles, excepto los
no comerciales (residuos combustibles tales
como neumáticos y gases de procesos industriales). Se precisarán, además, factores por
defecto específicos para filones de carbón y
factores por defecto específicos de la UE o de
los productores de un país para el gas natural.
Los valores por defecto del Grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio
climático (IPCC) serán aceptables en el caso
de los productos de refinería. El factor de
emisión de la biomasa será cero.
Si el factor de emisión no tiene en cuenta el
hecho de que parte del carbono no está oxidado, se usará entonces un factor de oxidación adicional. Si se han calculado factores
de emisión específicos de una actividad considerando ya la oxidación, no hará falta aplicar un factor de oxidación.
Se utilizarán los factores de oxidación por
defecto definidos de conformidad con la
Directiva 96/61/CE, a menos que el titular
pueda demostrar que son más exactos unos
factores específicos de la actividad.
Se hará un cálculo separado para cada actividad, cada instalación y cada combustible.
3. Medición.
La medición de las emisiones se hará recurriendo a métodos normalizados o aceptados
y se corroborará mediante un cálculo complementario de las emisiones.
4. Seguimiento de las emisiones de otros
gases de efecto invernadero.
181
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Se recurrirá a los métodos normalizados o
aceptados mediante Decisión 2004/156/CE
de la Comisión, de 29 de enero de 2004, por
la que se establecen directrices para el seguimiento y la notificación de las emisiones de
gases de efecto invernadero de conformidad
con la Directiva 2003/87/CE.
ANEXO IV
Criterios de la verificación
Principios generales
5. Notificación de las emisiones.
Todos los titulares incluirán la siguiente
información en el informe sobre la instalación:
2. El proceso de verificación incluirá el examen del informe elaborado de conformidad
con artículo 22 y del seguimiento del año
anterior. Estudiará la fiabilidad, crédito y
exactitud de los sistemas de seguimiento y de
los datos e información notificados relativos
a las emisiones, en especial:
a) Los datos de la actividad notificados y las
mediciones y cálculos relacionados.
b) La elección y uso de factores de emisión.
c) Los cálculos en que se haya basado la
determinación de las emisiones globales.
d) Si se ha recurrido a la medición, la conveniencia de esta opción y el uso de métodos de
medición.
A. Datos identificativos de la instalación, en
particular:
1.º Nombre de la instalación.
2.º Su dirección, incluidos el código postal y
el país.
3.º Tipo y número de las actividades del
anexo I llevadas a cabo en la instalación.
4.º Dirección, teléfono, fax y correo electrónico de una persona de contacto.
5.º Nombre del propietario de la instalación y
de cualquier sociedad matriz.
B. Para cada una de las actividades mencionadas en el anexo I que se lleve a cabo en el
emplazamiento cuyas emisiones se calculen:
1.º Datos de la actividad.
2.º Factores de emisión.
3.º Factores de oxidación.
4.º Emisiones totales.
5.º Incertidumbre.
C. Para cada una de las actividades mencionadas en el anexo I que se lleve a cabo en el
emplazamiento cuyas emisiones se midan:
1.º Emisiones totales.
2.º Información sobre la fiabilidad de los
métodos de medición, y
3.º Incertidumbre.
D. Para las emisiones procedentes de la combustión de energía, el informe también incluirá el factor de oxidación, a menos que ya se
haya tenido en cuenta la oxidación en la
definición de un factor de emisión específico
de la actividad.
1. Las emisiones de cada actividad enumerada en el anexo I estarán sujetas a verificación.
3. Las emisiones notificadas sólo se validarán
si se aportan datos e información fidedignos y
dignos de crédito que permitan la determinación de las emisiones con un alto grado de
certeza, para lo cual el titular tendrá que
demostrar lo siguiente:
a) Que los datos notificados no presentan
contradicciones.
b) Que la recogida de los datos se ha llevado
a cabo de conformidad con las normas científicas aplicables.
c) Que la documentación pertinente de la
instalación es completa y coherente.
4. El verificador disfrutará de libre acceso a
todos los emplazamientos y toda la información en relación con el objeto de la verificación.
5. El verificador tendrá en cuenta si la instalación está registrada en el sistema comunitario de gestión y auditoria medioambientales
(EMAS).
VIII.
Metodología
Análisis estratégico:
6. La verificación se basará en un análisis
estratégico de todas las actividades llevadas a
cabo en la instalación, por lo que el verificador deberá tener una visión general de todas
las actividades y de su importancia para las
emisiones.
Análisis de procesos:
7. La verificación de la información presentada se llevará a cabo, cuando proceda, en el
emplazamiento de la instalación. El verificador recurrirá a inspecciones in situ para determinar la fiabilidad de los datos y la información notificados.
Análisis de riesgos:
8. El verificador someterá todas las fuentes
de emisiones de la instalación a una evaluación en relación con la fiabilidad de los datos
de todas las fuentes que contribuyan a las
emisiones globales de la instalación.
9. Partiendo de este análisis, el verificador
determinará explícitamente las fuentes que
presenten un alto riesgo de errores y otros
aspectos del procedimiento de seguimiento y
notificación que pudieran contribuir a errores
en la determinación de las emisiones globales, lo que implica en especial la elección de
los factores de emisión y de los cálculos
necesarios para determinar las emisiones de
fuentes aisladas. Se atenderá sobre todo a las
fuentes que presenten un alto riesgo de error
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
y a los aspectos mencionados más arriba del
procedimiento de seguimiento.
10. El verificador tomará en consideración
cualquier método de control efectivo de
riesgos aplicado por el titular con objeto de
reducir al máximo el grado de incertidumbre.
Elaboración de informes:
11. El verificador elaborará un informe sobre el
proceso de validación en el que constará si es
satisfactoria la notificación realizada de conformidad con el artículo 22. Dicho informe
indicará todos los aspectos pertinentes para el
trabajo efectuado. Podrá hacerse una declaración que indique que es satisfactoria la notificación realizada de conformidad con el artículo 22
si, en opinión del verificador, la declaración de
las emisiones totales no presenta errores.
Requisitos mínimos de competencia del
verificador:
12. El verificador será independiente del
titular, llevará a cabo sus actividades de
manera profesional, competente y objetiva y
estará al tanto de:
a) Las disposiciones de este real decreto ley,
así como, en su caso, de las normas y directrices pertinentes adoptadas por la Comisión
Europea y la normativa de desarrollo.
b) Los requisitos legales, reglamentarios y
administrativos aplicables a las actividades
verificadas.
c) La generación de toda la información
relacionada con cada fuente de emisiones de
la instalación, en especial la relativa a la
recogida, medición, cálculo y notificación de
los datos.
183
VIII.3
LEY 4/2004, de 1 de julio, reguladora del proceso de
adecuación de las actividades de incidencia ambiental a
lo establecido en la Ley 3/1998, de 27 de febrero, de la
intervención integral de la Administración Ambiental
(BOE de 27 de septiembre de 2004)
EL PRESIDENTE DE LA GENERALIDAD
DE CATALUÑA
Sea notorio a todos los ciudadanos que el
Parlamento de Cataluña ha aprobado y yo, en
nombre del Rey y de acuerdo con lo que
establece el artículo 33.2 del Estatuto de
autonomía de Cataluña, promulgo la siguiente Ley 4/2004, de 1 de julio, reguladora
del proceso de adecuación de las actividades
de incidencia ambiental a lo establecido en la
Ley 3/1998, de 27 de febrero, de la Intervención Integral de la Administración Ambiental.
PREÁMBULO
El proceso de adecuación de las actividades
de incidencia ambiental o que pueden afectar
al medio, la salud y la seguridad de las personas a las determinaciones de la Ley 3/1998,
de 27 de febrero, de la intervención integral
de la Administración ambiental, tal como
establece la disposición transitoria primera de
dicha Ley, ha originado un conjunto de disfunciones que es preciso corregir con urgencia.
La solución de la problemática planteada
exige una prórroga del plazo fijado para la
adecuación de las actividades clasificadas en
el anexo II de dicha Ley. Dado que entre las
causas que han originado la situación actual
destaca el hecho de que la mayoría de las
empresas han iniciado el proceso de adecuación a finales del año 2003 y que se ha producido un desbordamiento de la capacidad de
gestión, tanto de los verificadores ambientales y profesionales del sector como de las
mismas administraciones, es preciso evitar
que vuelva a producirse la misma situación
con la aplicación de un escalonamiento del
proceso.
En el escalonamiento del proceso de adecuación es preciso tener en cuenta también las
actuaciones de control periódico de dichas
actividades, y evitar así que cada dos años o
cada cuatro años se reproduzca la situación
de acumulación de actuaciones.
Así, pues, por razones de eficiencia es preciso
que el aplazamiento se complemente con el
establecimiento de un programa escalonado
de adecuación.
Dado que la prórroga del plazo fijado para las
actividades clasificadas en el anexo II de
dicha Ley haría coincidir prácticamente el
nuevo plazo con el fijado para la adecuación
de las actividades clasificadas en el anexo I
de dicha Ley, es recomendable que el programa escalonado de adecuación comprenda
las actividades clasificadas en ambos anexos.
La presente Ley regula, pues, este proceso de
adecuación a la Ley 3/1998 y establece también un procedimiento coercitivo específico
para garantizar la eficacia de dicho proceso.
Artículo 1. Objeto.
Las actividades de incidencia ambiental que
en el momento de la entrada en vigor de la
Ley 3/1998, de 27 de febrero, de la intervención integral de la Administración ambiental,
estén clasificadas en los anexos I y II de
dicha Ley y que no hayan obtenido ni solicitado aún la autorización o la licencia am-
186
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
bientales, de acuerdo con lo establecido en
dicha Ley, deben solicitar la autorización o la
licencia ambientales según lo establecido en
el Programa de adecuación de las actividades
de incidencia ambiental a la Ley 3/1998, que
debe formular el Gobierno.
Artículo 2. Programa de adecuación.
1. El Gobierno, para establecer el Programa
de adecuación, debe atender los siguientes
criterios:
a) El proceso de adecuación de las actividades de incidencia ambiental al régimen de
autorización ambiental y de licencia ambiental debe llevarse a cabo de forma escalonada
teniendo en cuenta: la antigüedad de la licencia municipal de actividades clasificadas y de
las autorizaciones sectoriales en materia de
medio ambiente, la vulnerabilidad del medio
potencialmente afectado y la tipología y el
número de actividades afectadas.
b) El proceso de adecuación debe finalizar
antes del 1 de enero de 2007.
c) Las solicitudes de adecuación de las actividades clasificadas en el anexo II a la Ley
3/1998 presentadas antes del 1 de enero de
2004 y que están pendientes de resolución
deben incluirse en el Programa de adecuación
y deben tramitarse y resolverse de acuerdo
con este Programa; por lo tanto, el plazo de
resolución de las solicitudes debe ser el fijado
en el Programa. Se fija el inicio de los controles periódicos de estas actividades para el
año 2009 y la revisión ordinaria de la licencia
ambiental para el año 2013.
d) Para las actividades en las cuales se proyecte llevar a cabo un cambio deben solicitarse las correspondientes autorización o licencia ambientales sin esperar al plazo de adecuación que pueda resultar del Programa de
adecuación.
2. Para garantizar el cumplimiento del Programa de adecuación, el Gobierno debe dotar
a las unidades administrativas afectadas de
los medios personales y materiales necesarios.
Artículo 3. Régimen sancionador.
1. A efectos de garantizar el cumplimiento de
las determinaciones fijadas por el Programa
de adecuación, se tipifican las siguientes
infracciones:
a) No presentar, dentro del plazo fijado en el
requerimiento de adecuación, la solicitud de
autorización ambiental o de la licencia ambiental acompañada de la preceptiva documentación.
b) Presentar una documentación notoriamente
insuficiente o no adecuada, si no se corrige
satisfactoriamente en el plazo otorgado al
efecto por la Administración, si:
Primero.—Se trata de documentos de presentación obligatoria según la Ley 3/1998 y
su desarrollo reglamentario.
Segundo.—Se refieren a aspectos que tienen
una incidencia especial en el medio ambiente,
en la salud de las personas y en la seguridad
de las personas.
2. Las infracciones tipificadas en el presente
artículo se sancionan con una multa de hasta
6.000 euros. También pueden imponerse
multas coercitivas con la cuantía máxima de
200 euros y un máximo de tres consecutivas.
En el supuesto de que tras la imposición de
las tres multas coercitivas persista el incumplimiento del requerimiento de adecuación, la
actividad se considera clandestina y puede ser
clausurada.
3. La potestad en lo que respecta a la imposición de las sanciones fijadas en la presente
Ley corresponde:
a) Al Departamento de Medio Ambiente y
Vivienda, por lo que se refiere a las infracciones relativas a las actividades clasificadas
en el anexo I de la Ley 3/1998 o en otras
disposiciones de desarrollo o modificación de
los anexos y la clausura de las actividades
clasificadas en el anexo II.1 de dicha Ley a
propuesta del correspondiente ayuntamiento.
b) Al ayuntamiento, por lo que respecta a las
infracciones cuya sanción no es atribuida al
Departamento de Medio Ambiente y Vivienda.
Disposición adicional. Aprobación del Programa de adecuación.
VIII.
El Gobierno debe aprobar el Programa de
adecuación de las actividades de incidencia
ambiental a la Ley 3/1998 en el plazo de tres
meses a contar de la fecha de entrada en vigor
de la presente Ley.
Disposición derogatoria.
Se deroga la disposición transitoria primera
de la Ley 3/1998.
DERECHO MEDIOAMBIENTAL
La presente Ley entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diari Oficial
de la Generalitat de Catalunya.
Por tanto, ordeno que todos los ciudadanos a
los que sea de aplicación esta Ley cooperen
en su cumplimiento y que los tribunales y
autoridades a los que corresponda la hagan
cumplir.
Palacio de la Generalidad, 1 de julio de 2004.
Disposición final primera. Modificación del
Programa de adecuación.
Se faculta al Gobierno para que modifique,
en el caso de que se detecten nuevas disfunciones, el Programa de adecuación a que se
refiere la presente Ley.
Disposición final segunda. Entrada en vigor.
PASQUAL MARAGALL I MIRA,
Presidente
(Publicada en el Diario Oficial de la Generalidad de Cataluña número 4167, de 5 de julio
de 2004.)
187
IX
ACTUALIDAD PARLAMENTARIA
M.ª Isabel de la Iglesia Monje
Frente a los meses anteriores donde el Derecho de Familia y el ámbito de la Persona constituían el objetivo prioritario de la actividad parlamentaria, tras el periodo
vacacional se han ampliado los contenidos de las distintas proposiciones, que en
su mayoría están siendo tomadas en consideración por el Gobierno con carácter
previo a su tramitación parlamentaria.
IX.1
PROPOSICIONES DE LEY EN TRAMITACIÓN. PROPIEDAD Y
DERECHOS REALES
• Proposición de Ley de modificación de la Ley de Patrimonio de las Administraciones Públicas del Estado.
Presentado el 28 de julio de 2004, calificado el 7 de septiembre de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario Mixto.
Situación Actual: Gobierno, contestación.
Plazo hasta el 16 de octubre de 2004: criterio del gobierno sobre la proposición.
Desde la premisa de que la iniciativa pública debe protagonizar, dirigir y controlar tanto el
mercado de suelo como el de vivienda, liderando el desarrollo urbano en colaboración con la
iniciativa privada, y teniendo en cuenta que la influencia del valor del suelo es la clave del
precio final de la vivienda, se pretende que todas las nuevas calificaciones de los suelos que
formen parte del patrimonio de la Administración General del Estado tengan como destino
final la construcción de viviendas protegidas, o en su defecto, otros fines de interés social.
• Proposición
de Ley sobre el régimen legal del suelo.
Presentado el 14 de abril de 2004, calificado el 20 de abril de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario de Izquierda Verde– Izquierda Unida– Izquierda per Catalunya
Verds.
Situación Actual: Pleno, toma en consideración.
Plazo desde 1 de junio: toma en consideración.
Las principales novedades introducidas por esta proposición de Ley son las siguientes:
– La Ley culmina las consecuencias de la separación entre propiedad del suelo y «ius aedificandi»: la edificabilidad tendrá un carácter más demanial, de modo que su titularidad corresponde a la Administración urbanística, que la asigna según las determinaciones del planeamiento y del mismo título de concesión a los operadores de suelo, ya sean éstos públicos, pro-
190
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
motores privados o los mismos propietarios del suelo. Este título de concesión encuentra su
régimen jurídico a través de la figura de la concesión administrativa, que deberá tener carácter
temporal.
Se introduce la obligación de que el uso del suelo y la ordenación del espacio propicien
unos parámetros mínimos de cohesión social. La base de esa cohesión social reside en el logro
de una homogeneidad territorial en la que exista una mezcla equilibrada de actividades, grupo
sociales y rentas, así como en la construcción de un espacio y de una estructura urbana que
cuenten con unos equipamientos y dotaciones públicas mínimas y necesarias.
– La Ley aborda la íntima relación existente entre el disfrute adecuado y racional del suelo
por parte de la colectividad y la sostenibilidad ambiental. La Ley considera que el suelo, recurso no renovable, es el soporte básico de la sostenibilidad, de una correcta preservación del
capital natural, cuyo fondo de recursos es un patrimonio colectivo que sólo puede ser utilizado
en clave de sostenibilidad y de modo equitativo por la población presente para legarlo a las
generaciones futuras.
– La Ley simplifica las valoraciones urbanísticas con unos criterios mas sencillos. El suelo
atenderá a su valor inicial, dando prioridad al valor catastral cuando éste esté actualizado.
Las mejoras sobre el suelo son entendidas en un sentido amplio englobando los edificios,
viales, infraestructuras, instalaciones, plantaciones y otros vuelos. Mejoras que se valorarán
según su coste de resposición corregido en función de la depreciación por motivos de antigüedad y estado de conservación.
En tercer lugar la valoración inmobiliaria se referirá a la determinación del valor de rescate
del título concesional de edificabilidad otorgado por la Administración. A estos efectos de
valoración de derechos, la Ley se remite a la legislación sobre expropiación forzosa y demás
normativa aplicable.
– En base a la competencia estatal en materia de urbanismo, la Ley regula los caracteres
fundamentales de las materias tasadas: valoraciones, régimen urbanístico de la propiedad del
suelo, líneas fundamentales y deberes básicos inherentes a la propiedad urbana, la adquisición
del contenido urbanístico susceptible de apropiación privada, y, las bases de la legislación
sobre expropiación en el ámbito urbanístico.
• Proposición de Ley Orgánica de transferencia a la Generalitat de Catalunya de las competencias de gestión del dominio público marítimo-terrestre del Estado correspondiente a la
ribera del mar, a los paseos marítimos y a la regeneración de playas del territorio de Catalunya.
Presentado el 15 de julio de 2004, calificado el 20 de julio de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario Catalán (Convergencia i Unió).
Situación Actual: Gobierno, contestación.
Plazo hasta el 5 de octubre de 2004: criterio del gobierno sobre la proposición.
Se pretende que la competencia sobe ordenación integral del litoral y su gestión, incluyendo
la regeneración de playas, recaiga explícitamente sobre las comunidades autónomas, cuando
así lo soliciten sus respectivos Parlamentos y sin tener que esperar posibles modificaciones
futuras de los estatutos de autonomía. Y ello porque entre los traspasos pendientes del Estado a
la Generalidad, se encuentra la «gestión del litoral de la costa, paseos marítimos».
IX.
• Proposición
ACTUALIDAD PARLAMENTARIA
de Ley de modificación de la Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido.
Presentado el 21 de julio de 2004, calificado el 7 de septiembre de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario Mixto.
Situación Actual: Gobierno, contestación.
Plazo hasta el 16 de octubre de 2004: criterio del gobierno sobre la proposición.
Esta proposición trata de mejorar la ley en uno de los ámbitos que afectan a la calidad de
vida de la ciudadanía: el impacto acústico provocado por las denominadas «actividades militares».
• Proposición de Ley de modificación del Texto Refundido de la Ley de Aguas, aprobado
por Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio.
Presentado el 17 de mayo de 2004, calificado el 25 de mayo de 2004.
Autor: Comunidad Autónoma de Aragón-Cortes.
Situación Actual: Pleno, toma en consideración.
Plazo desde 3 de septiembre: toma en consideración.
Esta iniciativa intenta reconocer la presencia autonómica en las Juntas de Explotación y en
las Comisiones de Desembalse, órganos del Organismo de Cuenca y de que la modificación del
Reglamento de la Administración Pública del Agua y de la Planificación Hidrológica, sea la
que concrete la participación de las Comunidades Autónomas en relación con su respectiva
superficie en el ámbito de actuación de los órganos de la Administración hídrica indicados.
Con carácter transitorio se prevé que se incorpore un representante por Administración autonómica afectada a cada órgano de los mencionados.
• Proposición
de Ley sobre delimitación de los espacios marítimos de Canarias.
Presentado el 6 de abril de 2004, calificado el 20 de abril de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario de Coalición Canaria.
Situación Actual: Pleno, toma en consideración.
Plazo desde 1 de junio: toma en consideración.
Proposiciones de Ley en tramitación. Derecho de familia.
I. Matrimonio y Uniones de pareja
• Proposición
de Ley sobre uniones estables de pareja.
Presentado el 2 de abril de 2004, calificado el 20 de abril de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario Catalán (Convergencia i Unión).
Situación Actual: Ampliación del plazo de enmiendas.
Plazo desde el 13 de julio de 2004.
• Proposición
de Ley de igualdad jurídica para las uniones de hecho.
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Presentado el 5 de abril de 2004, calificado el 20 de abril de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario Mixto.
Situación Actual: Ampliación de enmiendas.
Plazo hasta 28 de septiembre.
• Proposición
de Ley de modificación del Código civil en materia de matrimonio.
Presentado el 5 de abril de 2004, calificado el 20 de abril de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario de Izquierda Verde– Izquierda Unida– Izquierda per Catalunya
Verds.
Situación Actual: Toma en consideración.
Plazo desde el 1 de junio de 2004: toma en consideración.
II.
Matrimonio entre parejas del mismo sexo
• Proposición de Ley relativa a la modificación del Código civil, para poner fin a la discriminación que supone la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Presentado el 23 de junio de 2004, calificado el 29 de junio de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario Mixto.
Situación Actual: Gobierno, contestación.
Plazo hasta el 5 de octubre de 2004: criterio del gobierno sobre la proposición.
• Proposición de Ley de modificación parcial del Código civil para posibilitar la celebración
del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Presentado el 11 de mayo de 2004, calificado el 18 de mayo de 2004.
Autor: Grupo parlamentario de Esquerra Republicana.
Situación Actual: Pleno, toma en consideración.
Plazo desde el 26 de junio: toma en consideración.
• Proposición
de Ley sobre igualdad jurídica para las parejas de hecho.
Presentado el 5 de abril de 2004, calificado el 20 de abril de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario de Izquierda Verde– Izquierda Unida– Izquierda per Catalunya
Verds.
Situación Actual: Ampliación de enmiendas.
Plazo hasta el 28 de septiembre.
• Proposición de Ley de modificación del Código civil para reconocer la celebración de
matrimonio entre personas del mismo sexo.
Presentado el 5 de abril de 2004, calificado el 20 de abril de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario Mixto.
Situación Actual: Toma en consideración.
Plazo desde el 1 de junio de 2004: toma en consideración.
IX.
ACTUALIDAD PARLAMENTARIA
III. Conciliación de la vida familiar. Prestaciones
• Proposición de Ley sobre la regulación de permisos de maternidad o paternidad en casos
de nacimientos prematuros.
Presentado el 28 de julio de 2004, calificado el 7 de septiembre de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario Mixto.
Situación Actual: Gobierno, contestación.
Plazo hasta el 16 de octubre de 2004: criterio del gobierno sobre la proposición.
Con esta propuesta se pretende facilitar la prestación de las atenciones que requieren los
neonatos prematuros durante el periodo de hospitalización. En ella se establece que los progenitores puedan disponer de tres horas diarias para poder visitar a sus hijos mientras se encuentren hospitalizados.
• Proposición de Ley de creación del fondo de garantía de alimentos y pensiones compensatorias en supuestos de ruptura matrimonial o del núcleo familiar y de alimentos.
Presentado el 27 de julio de 2004, calificado el 7 de septiembre de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario de Izquierda Verde– Izquierda Unida– Izquierda per Catalunya
Verds.
Situación Actual: Gobierno, contestación.
Plazo hasta el 16 de octubre de 2004: criterio del gobierno sobre la proposición.
Esta proposición tiene como finalidad dar respuesta desde los poderes públicos a la problemática
planteada en numerosas familias matrimoniales y no matrimoniales de todos los sectores sociales en
los casos de incumplimiento por parte de quien está obligado por resolución judicial, de aportar
determinadas pensiones en favor de familias dependientes económicamente.
IV. Modificaciones del Registro Civil
• Proposición de Ley de modificación de la Ley de 8 de junio de 1957, reguladora del Registro Civil.
Presentado el 9 de septiembre de 2004, calificado el 14 de septiembre de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana.
Situación Actual: Gobierno, contestación.
Plazo hasta el 23 de octubre de 2004: criterio del gobierno sobre la proposición.
La reforma propuesta se centra en la necesidad de que la existencia de distintas lenguas oficiales en el Estado español sea plasmado en el Registro Civil. De manera que en aquellas
CCAA donde exista doble oficialidad lingüística, la práctica de asentamientos registrales,
certificaciones o cualesquiera documentos que se emitan se realicen en cualquiera de las lenguas oficiales.
• Proposición de Ley de modificación de la Ley de 8 de junio de 1957, reguladora del Registro Civil, para el acceso de la unión estable de pareja o pareja de hecho al Registro Civil.
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Presentado el 2 de abril de 2004, calificado el 20 de abril de 2004.
Autor: Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana.
Situación Actual: Ampliación de enmiendas.
Plazo hasta el 28 de septiembre.
Proposiciones de Ley en tramitación. Derecho notarial.
• Proposición de Ley Orgánica de transferencia a la Generalidad de Cataluña de las competencias en materia notarial.
Presentado el 2 de abril de 2004, calificado el 13 de abril de 2004.
Autor: Comunidad Autónoma de Cataluña
Situación Actual: Toma en consideración.
Plazo desde el 28 de mayo de 2004.
X
COLABORACIONES
X.1
INFLUENCIA DEL DERECHO PÚBLICO EN EL REGISTRO DE
LA PROPIEDAD 1
Por Juan María Díaz Fraile
Registrador de la propiedad. Letrado adscrito a la Dirección General de los Registros
y del Notariado. Profesor de Derecho civil de la Universidad de Barcelona
I. PRIMERA PARTE. INSCRIBILIDAD EN EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD DE LAS
LIMITACIONES LEGALES DEL DOMINIO. EN PARTICULAR LAS LIMITACIONES
URBANÍSTICAS
1. PLANTEAMIENTO GENERAL DE LA CUESTIÓN
El problema de la necesidad o no de publicidad registral de las limitaciones legales del dominio se ha planteado tradicionalmente circunscrita la discusión a un tipo de limitaciones concretas; los tanteos y retractos legales, que según la doctrina legal fijada por el Tribunal Supremo en su célebre Sentencia de 17-diciembre-1955 son limitaciones a modo de cargas de Derecho Público, pues aunque puedan redundar en provecho de particulares están motivadas por el
interés general, y cuyas conclusiones son extrapolables a la mayor parte de las limitaciones
legales del dominio.
Se enfrentan en esta cuestión las posiciones ya clásicas de ROCA SASTRE y TIRSO CARRETERO:
A) Para el primero, los tanteos y retractos legales son «restricciones o delimitaciones» de la
propiedad que al ser estatuidos por la ley gozan de una publicidad superior a la que el Registro
de la Propiedad les pueda proporcionar, haciendo superflua su inscripción. De ahí que el art. 37
n.º 3 de la Ley Hipotecaria admita que puedan darse contra terceros, aún sin estar inscritos, las
acciones de retracto legal, en los casos y términos que las leyes establecen. Refuerza ROCA su
tesis alegando que la misma tiene apoyo no sólo en el artículo citado, sino también en el art. 5
n.º 3 del Reglamento Hipotecario que exceptúa de inscripción a las servidumbres legales que
tengan por objeto «la utilidad pública o comunal», y en el art. 26 n.º 1 de la Ley Hipotecaria
que al hablar de las prohibiciones de disponer de origen legal establece que «no necesitarán
inscripción separada y especial, y surtirán sus efectos como limitaciones legales del dominio».
B) Frente a esta tesis de las «delimitaciones» legales, se opone la mantenida por TIRSO
fundado en razones de tipo histórico. Así, afirma que ni la Ley Hipotecaria primitiva, ni el Código civil concedieron efectos contra terceros a las acciones de retracto legal. Esta
eficacia surge en una desafortunada, a su juicio, reforma de la Ley Hipotecaria en 1909. La Ley
Hipotecaria de 1861 incluye en la lista de acciones que no perjudican a tercero inscrito la del
_______
CARRETERO,
1. El contenido del presente artículo doctrinal tiene su origen en la ponencia presentada por su autor en julio de
2003 en la Escola d’Administració Pública de Catalunya, en el marco del «Seminario para el estudio de la legislación y
la doctrina jurisprudencial aplicable a Catalunya».
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
«retracto legal en la venta o derecho de tanteo en la enfiteusis» (art. 38). El Código civil al
regular los retractos legales respetó el criterio de la Ley Hipotecaria de 1861 y no concedió al
retracto legal efectos «erga omnes» (así resulta de que el art. 1525 Código civil se remite a los
arts. 1511 y 1518 Código civil, pero no a los 1.510 y 1.520, que son los que atribuyen al retracto convencional eficacia contra terceros, salvo lo dispuesto en la Ley Hipotecaria). La
jurisprudencia del Tribunal Supremo mantuvo esta tesis, y así la Sentencia de 3-junio-1867
decía que la acción de retracto no puede establecerse sino contra el comprador.
Con la reforma de 1909, debida a los criterios doctrinales de SÁNCHEZ ROMAN, la Ley Hipotecaria se apartó del Código civil, trasladando las acciones de retracto legal al art. 37, que
enumera los casos en que se dan contra tercero las acciones rescisorias, resolutorias y subrogatorias. A la vista de esta reforma, CLEMENTE DE DIEGO mantuvo el carácter real del retracto,
y ROCA extrajo su última conclusión: no necesita de inscripción para perjudicar a tercero.
La tesis de ROCA aparece avalada por la literalidad de los preceptos en que se apoya, pero
también resulta cierto como señalaba TIRSO que la reforma de 1909 no resultaba demasiado
perturbadora, en su fecha, porque se refería a nos pocos retractos legales «visibles», que resultaban de las propias inscripciones (colindantes, comuneros, enfitéuticos), pero resulta peligroso
o contrario a la seguridad jurídica del tráfico inmobiliario en una época como la actual de proliferación de supuestos de retractos legales y de limitaciones del dominio de todo tipo, que no
son visibles, ni fácilmente determinables, y sometidos a regímenes jurídicos muy diversos
entre sí. Hay que recordar la finalidad básica de publicidad del Registro de la Propiedad que
trata de proscribir las llamadas «cargas ocultas», y comprender que por razones de seguridad
jurídica (art. 9 n.º 3 CE) las limitaciones públicas deben ser limitaciones «publicadas» (en feliz
expresión de CHICO), teniendo en cuenta que la publicidad de la ley suele ser insuficiente para
lograr un conocimiento efectivo de la limitación dominical que puede afectar a un determinado
bien concreto, lo cual constituye el verdadero fundamento de su eficacia «erga omnes».
Hoy este nuevo criterio se ha abierto paso en la legislación vigente, en la que encontramos
numerosas referencias al Registro de la Propiedad en materia de publicidad de las aludidas
limitaciones legales. A título de mero ejemplo se pueden citar las siguientes:
1. Ley del Patrimonio del Estado de 1964, art 45: en la inscripción de cesiones gratuitas
realizadas por el Estado ha de hacerse constar el «derecho de reversión» que al mismo le corresponde en caso de incumplirse los fines para los que los bienes fueron cedidos. Idem. arts.
109 a 111 del Reglamento de Bienes de las Entidades Locales de 1986.
2. Ley de Costas de 1988 y su Reglamento de 1989, art 23 n.º 2: se prevé la publicidad de la
denominada servidumbre de protección por medio de la anotación preventiva de incoación del
deslinde.
3. La Ley del Suelo de 1992, arts 291 y 296: prevén la publicidad registral de la existencia
de los tanteos y retractos legales que consagra, mediante la remisión por el Ayuntamiento al
Registro de la Propiedad de los planos que delimitan las «áreas» sobre las que recaen tales
derechos, con especificación de los propietarios y bienes afectados, para su debido reflejo
registral.
Este criterio se ha impuesto igualmente en la doctrina elaborada por la Dirección General
de los Registros y del Notariado, pudiendo destacarse la Resolución de 19-septiembre-1994
sobre inscripción de servidumbres de uso público de contenido urbanístico, que se apoya, entre
otros argumentos, en el art. 211 de la Ley del Suelo, según el cual «los actos administrativos de
constitución, modificación o extinción forzosa de servidumbres [dictados en ejecución de un
Plan] serán inscribibles en el Registro de la Propiedad, en la forma prevista para las actas de
expropiación». A lo cual se ha de añadir el amplio elenco de actos urbanísticos inscribibles
X.
COLABORACIONES
definido por el art. 307 de la mencionada Ley del Suelo, que viene a integrar lo que se podría
definir como materia urbanística registrable, y a los que después nos referiremos.
2. LA PUBLICIDAD REGISTRAL DE LAS LIMITACIONES Y DEBERES
URBANÍSTICOS
El Derecho Urbanístico, según definición ya clásica, es la disciplina jurídica que regula la
ordenación del territorio y su utilización con vistas a los asentamientos urbanos, siendo su
finalidad el efectivo aprovechamiento y la correcta utilización del suelo. Al incidir las normas
de Derecho Urbanístico en el Derecho de propiedad es evidente la inmediata relación que aquél
tiene con la institución del Registro de la Propiedad.
La falta de coordinación con el Registro de la Propiedad constituyó una de las causas del
fracaso de la Ley de 12 de mayo de 1956, especialmente por su desviación de los principios de
certeza, legalidad, seguridad jurídica y publicidad, lo que provocó un distanciamiento entre
este normativa y la legislación hipotecaria. Singularmente se hizo un uso del Registro de la
Propiedad en una forma muy imprecisa, hablando de la inscripción «de los actos relacionados
con la ordenación urbana».
Esta falta de coordinación trató de superarse con la Ley de 9 de abril de 1976, cuya disposición adicional decimotercera autorizó al Gobierno para dictar las disposiciones precisas para
acomodar la legislación hipotecaria a esta normativa, a fin de asegurar que las limitaciones y
deberes establecidos en la misma se reflejasen con toda exactitud en el Registro de la Propiedad. En ejecución de tal mandato el Gobierno elaboró el importante Reglamento de Gestión
Urbanística de 1978, que supuso un paso importante, especialmente en el ámbito de la coordinación con el Registro de los proyectos de equidistribución, pero todavía insuficiente por dejar
fuera todo intento de coordinación con el planeamiento, fuente principal de las limitaciones
urbanísticas.
Y es que si bien las limitaciones urbanísticas emanan generalmente de los Planes urbanísticos y éstos tienen atribuida por la ley eficacia normativa, no es menos cierto que su sistema de
publicidad es claramente deficiente puesto que en la Ley Suelo 1975 tan sólo se publicaba el
texto del acuerdo de la aprobación del Plan pero no su contenido, contenido que desde la Ley
de Bases de Régimen Local de 1985 es obligatorio que se publique pero no en el BOE o en el
Diario Oficial de la Comunidad Autónoma, sino tan sólo en el Boletín Oficial de la Provincia.
Por ello se viene abogando desde hace tiempo por reforzar la publicidad de las limitaciones
urbanísticas a través del Registro de la Propiedad.
En efecto, en caso de que no exista dicha publicidad registral concurrente, las limitaciones
y gravámenes urbanísticos que pesan sobre las fincas que se encuentran en proceso de urbanización y edificación devienen en cargas ocultas que generan inseguridad en el tráfico inmobiliario.
La situación de colisión entre los intereses públicos y los privados, entre la publicidad urbanística y la publicidad registral era muy evidente bajo el régimen de la anterior ley del Suelo
de 1975, cuyo art. 88 partía del principio de que «la enajenación de fincas no modificará la
situación de su titular en orden a las limitaciones y deberes instituidos por esta ley o impuestos,
en virtud de la misma, por los actos de ejecución de sus preceptos y el adquirente quedará
subrogado en el lugar y puesto del anterior propietario en los compromisos que hubiere contraído con las Corporaciones públicas respecto a la urbanización y edificación». Los gravámenes urbanísticos en que se ha de subrogar forzosamente el adquirente pueden surgir, pues, de
tres fuentes distintas; 1) de la propia ley; 2) de los actos de ejecución de la misma; y 3) de los
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
compromisos entre los propietarios y las Corporaciones públicas. Este «status quo» legal de la
cuestión fue mantenido por el Texto Refundido de 26 de junio de 1992, cuyo art. 22 conserva
el mismo principio.
Este principio ha recibido numerosas críticas doctrinales por considerarlo atentatorio a la
seguridad jurídica, ya que si bien el efecto subrogatorio cabe admitirlo para el supuesto de
limitaciones urbanísticas de origen legal – en virtud de la superior publicidad de la ley y del
principio de la inexcusabilidad del desconocimiento de las normas legales –, por contra es
excesivo en los supuestos de las otras categorías de gravámenes urbanísticos.
Esta doble visión del tema ha quedado claramente reflejada en la jurisprudencia emanada
de los dos órdenes jurisdiccionales, civil y contencioso-administrativo, a los que ha sido sometido el conocimiento de la cuestión.
1. Así en tanto que los Tribunales Contencioso Administrativo han mantenido como regla
general la inflexibilidad del principio subrogatorio, justificándolo en la previsión de un sistema
de publicidad urbanística contenido en el antiguo art. 55 de la Ley del Suelo 1975, posterior
art. 43 T.R. de 1992. Así, por ejemplo, la reciente Sentencia del Tribunal Supremo de 10mayo-1990 justifica el perjuicio patrimonial que se le puede ocasionar al comprador por razón
del efecto subrogatorio en la propia negligencia informativa de aquél. En este orden de cosas,
cabe significar, no obstante, la excepción representada por la Sentencia del Tribunal Supremo
12 de junio de 1990, que no extiende el efecto subrogatorio a las condiciones particulares impuestas en una licencia urbanística de obras, por entender que dichas condiciones no emanan
directamente de la ley ni de los actos de ejecución del planeamiento. Modaliza, pues, el efecto
subrogatorio y no lo aplica de modo automático a toda carga urbanística.
2. Por contra, los Tribunales del orden civil han tratado de amparar a los compradores de
inmuebles afectados por cargas urbanísticas pendientes u ocultas acudiendo a diversos conceptos civilísticos, como la buena fe, diligencia debida, error, etc. Así, 1) La Sentencia 27mayo-1983 ha estimado error invalidante del consentimiento en la compra de una parcela para
construir si luego resulta que ello no es posible por impedimentos urbanísticos; 2) la Sentencia
19-enero-1990 estima la procedencia de la resolución de la compra y su consiguientes efectos
restitutorios e indemnizatorios en idéntico supuesto por inexistencia o frustración de la causa
del contrato (ex. art. 1275 Código civil): «la edificación es el fin único con categoría de motivo
causalizado»; 3) la Sentencia 27-marzo-1989, admite también la resolución del contrato por
concurrir dolo en el vendedor al callar o no advertir a la otra parte sobre la situación urbanística
de la finca; cuyo dolo y error incluso se llega a presumir – no es preciso prueba al respecto –
atendiendo a que el art. 62 de la Ley del Suelo – actual art. 45 T.R. de 1992 – impone la obligación a cargo del vendedor de terrenos no susceptibles de edificación o de edificios fuera de
ordenación, de expresar tal circunstancia en el título de enajenación.
Las citadas críticas doctrinales, parecen haber producido efecto, ya que actualmente la nueva Ley del Suelo estatal de 13 de abril de 1998, sin embargo, en su artículo 21 subordina el
efecto subrogatorio en cuanto a los compromisos acordados por el propietario con la Administración urbanística competente al requisito de que «hayan sido objeto de inscripción registral,
siempre que tales compromisos se refieran a un posible efecto de mutación jurídico-real»,
previsión importantísima por referirse a los Convenios urbanísticos con transcendencia jurídico-real.
Abundando en esta nueva línea legislativa, el mismo precepto en su párrafo segundo impone una obligación de información en el acto de enajenación de terrenos, debiendo hacerse
constar en el título los siguientes extremos:
«a) Si se tratare de terrenos no susceptibles de edificación o con edificaciones fuera de ordenación de conformidad con el planeamiento aplicable, su expresa situación a estos efectos.
X.
COLABORACIONES
b) Si se tratare de terrenos en proceso de urbanización, los compromisos aún pendientes
que el propietario hubiere asumido en orden a la misma.
c) En el supuesto de terrenos de urbanizaciones de iniciativa particular, la fecha de aprobación del planeamiento correspondiente y las cláusulas que se refieran a la disposición de las
parcelas y compromisos con los adquirentes».
Finalmente, la opción de la jurisprudencia civil sobre la resolubilidad del contrato se impone,
al establecerse en el párrafo tercero del mismo precepto que: «La infracción de cualquiera de las
anteriores disposiciones, sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 1 de este artículo, facultará al
adquirente para rescindir el contrato en el plazo de un año a contar desde la fecha de su otorgamiento y para exigir indemnización por los daños y perjuicios que se hubieren irrogado».
II. SEGUNDA PARTE. PERSPECTIVA GENERAL DE LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA
COOPERACIÓN DEL REGISTRO DE LA PROPIEDAD CON LA LEGALIDAD
URBANÍSTICA
1. INTRODUCCIÓN
Si bien es cierto, como se ha indicado, que no existe una perfecta coordinación entre las
disposiciones urbanísticas y registrales, también lo es que existen una serie de repercusiones de
la Ley del Suelo en el Registro de la Propiedad que podemos clasificar en dos grupos:
A) Actos o derechos que no pueden acceder al Registro sin cumplir determinados requisitos
exigidos por la legislación urbanística:
1.– Para inscribir obras nuevas es necesario, conforme al artículo 22 de la Ley del Suelo
estatal de 1998, que se acredite el otorgamiento de la preceptiva licencia de edificación y la
certificación de finalización de la obra, conforme al proyecto aprobado, expedida por técnico
competente, o, si la obra está en construcción, la certificación debe acreditar que la descripción
se ajusta al proyecto para el que se obtuvo la licencia.
2.– En materia de parcelaciones se exige la correspondiente licencia o la aprobación del
proyecto de compensación o reparcelación que la contenga, por lo que, para inscribir escrituras
de división de terrenos es necesario que se acredite el otorgamiento de la licencia o la declaración municipal de su innecesariedad, lo que debe testimoniar el Notario en el documento (art.
259.3 T.R. 1992 y 185 de la Ley 2/2002, de 14 de marzo, de Cataluña).
3.– En cuanto a los derechos de tanteo y retracto a favor de los Ayuntamientos respecto de
las transmisiones onerosas de terrenos incluidos en las áreas delimitadas por aquéllos a los
efectos de cumplir los fines del planeamiento, se hace precisa la remisión al Registro correspondiente de una copia certificada de los planos que reflejen la delimitación, así como una
relación detallada de las calles o sectores comprendidos y de los propietarios y bienes concretos afectados, mediante traslado de copia del acuerdo de delimitación. Para inscribir las transmisiones de estos bienes es preciso acreditar la notificación al Ayuntamiento a efectos del
posible ejercicio de estos derechos (arts. 291 a 296 T.R. 1992). Dichos preceptos fueron declarados inconstitucionales por el Tribunal Constitucional en su Sentencia 20 de marzo de 1997,
por tratarse de materia propia de la competencia de las Comunidades Autónomas, por lo que
ahora la Ley de Cataluña de 2002 viene a establecer la regulación de dicha materia en sus
artículos 164 y siguientes.
4.– La venta forzosa por incumplimiento de deberes urbanísticos se inscribirá por certificación acreditativa de la adjudicación expedida por el secretario del Ayuntamiento. Previamente
201
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
es preciso que la declaración de incumplimiento se haga constar en el Registro por nota al
margen de la última inscripción de dominio de la finca (arts. 232 y 235 T.R. 1992, preceptos
derogados por la Ley del Suelo de 1998).
B) El segundo grupo de actos estaría integrado por aquellos actos o derechos urbanísticos que
acceden al Registro para su publicidad y eficacia frente a terceros.
Así, los artículos 307 a 310 del T.R. 1992 integran el capítulo titulado «Registro de la Propiedad». Los actos urbanísticos determinarán en unos supuestos una inscripción, mientras que
en otros motivarán una anotación preventiva o una nota simple. Son inscribibles, conforme al
citado artículo 307:
1. Los actos firmes de aprobación de los expedientes de ejecución del planeamiento en
cuanto supongan la modificación de las fincas registrales afectadas por el Plan, la atribución
del dominio o de otros derechos reales sobre las mismas o el establecimiento de garantías
reales de la obligación de ejecución o de conservación de la urbanización.
2. Las cesiones de terrenos con carácter obligatorio en los casos previstos por las Leyes o
como consecuencia de transferencias de aprovechamiento urbanístico.
3. Las sentencias firmes en que se declare la anulación a que se refiere el número anterior,
cuando se concreten a fincas determinadas y haya participado su titular en el procedimiento.
4. Cualquier otro acto administrativo que, en desarrollo del planeamiento o de sus instrumentos de ejecución modifique, desde luego o en el futuro, el dominio o cualquier otro derecho
real sobre fincas determinadas o la descripción de éstas.
Darán lugar a una anotación preventiva:
1. La incoación de expediente sobre disciplina urbanística o de aquellos que tengan por
objeto el apremio administrativo para garantizar el cumplimiento de sanciones impuestas.
2. La interposición de recurso contencioso-administrativo que pretenda la anulación de instrumentos de planeamiento, de ejecución del mismo o de licencias.
Finalmente, darán lugar a nota marginal:
1. Las condiciones especiales de concesión de licencias, en los términos previstos por las
leyes.
2. Los actos de transferencia y gravamen del aprovechamiento urbanístico.
El título inscribible será en todo caso, y salvo que la legislación urbanística disponga otra
cosa, la certificación administrativa expedida por el órgano urbanístico actuante, en la que se
harán constar en la forma exigida por la legislación hipotecaria las circunstancias relativas a las
personas, los hechos y las fincas a que afecte el acuerdo.
2. LA COLABORACIÓN DEL REGISTRO DE LA PROPIEDAD EN LA EFICACIA
DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS EN MATERIA URBANÍSTICA EN LA
NUEVA LEY 2/2002, DE 14 DE MARZO, DE URBANÍSMO DE CATALUÑA.
COMENTARIOS A SU ARTÍCULO 196
Dada la coexistencia de normas de origen estatal y otras de origen autonómico en la materia, hay que comenzar recordando brevemente la forma en que las respectivas competencias
fueron delimitadas por el Tribunal Constitucional en su Sentencia de 20 de marzo de 1997, en
la que el Alto Tribunal afirma la competencia exclusiva de las Comunidades Autónomas en
materia de urbanismo, y la competencia exclusiva del Estado en materia de fe pública notarial
y de Registros públicos, además de en lo relativo a expropiaciones, procedimiento administrativo común, legislación civil y condiciones de igualdad en el ejercicio de los derechos. Como
X.
COLABORACIONES
vemos, precisamente en el tema de la colaboración del Registro de la Propiedad en la eficacia
de los actos administrativos en materia urbanística se produce una inevitable concurrencia
competencial, que determina el que la regulación del artículo 196 no pueda ser exhaustiva,
dejando lagunas normativas que habrán de ser integradas por la aplicación de la normativa
estatal, integrada básicamente por el Texto Refundido de la Ley del Suelo de 26 de junio de
1992 –en su parte no derogada–, la vigente Ley del Suelo de 13 de abril de 1998 y el Anexo en
materia urbanística del Reglamento Hipotecario aprobado por Real Decreto 1093/1997, de 4 de
julio, lo que, como veremos, no deja de plantear problemas.
Pues bien, el artículo 196 de la nueva Ley de Urbanismo de Cataluña 2/2002, de 14 de
marzo, conserva toda la materia urbanística registrable ya analizada y, además, amplia y refuerza el principio de colaboración del Registro de la Propiedad con la eficacia de los actos
administrativos en materia urbanística. Respondiendo a esa doble idea de conservación y de
ampliación de dicha colaboración, el citado precepto se estructura en dos párrafos. Se trata de
un precepto que se localiza sistemáticamente en el Capítulo I relativo a las disposiciones generales del Título VII de la Ley concerniente a «La protección de la legalidad urbanística», concepto próximo pero distinto del de disciplina urbanística, en la medida en que tiene una finalidad no sólo reparadora o restitutoria del orden urbanístico alterado, sino también una función
de tipo preventivo, que es la que casa mejor con el papel que en este ámbito se atribuye al
Registro de la Propiedad.
Conforme al párrafo 1.º del artículo 196:
«1. Los acuerdos administrativos en materia de protección de la legalidad urbanística regulados por la legislación aplicable en materia de régimen de suelo y de valoraciones se constatan
en el Registro de la Propiedad, de acuerdo con la legislación hipotecaria». Este primer párrafo
encarna la idea de conservación, pudiendo entenderse que los acuerdos administrativos aludidos son los mencionados en el artículo 307 de la Ley del Suelo de 1992, antes referido.
La innovación se localiza en el segundo párrafo que amplia el catálogo de los actos urbanísticos susceptibles de acceso al Registro de la Propiedad que estableció el mencionado artículo 307 de la Ley del Suelo de 1992, incluyendo «ex novo» en tal catálogo los actos que se
citan en el párrafo segundo del citado precepto, según el cual:
«2. Los órganos competentes en materia urbanística, según lo dispuesto en la presente Ley,
pueden, aparte de lo establecido en el apartado 1, instar al Registro de la Propiedad a practicar
el asiento que corresponda respecto a los siguientes actos administrativos:
a) La suspensión de actos de edificación o de uso del suelo o subsuelo efectuados sin licencia u orden de ejecución, o bien sin ajustarse a las condiciones que se establezcan en la misma.
b) La suspensión de los efectos de una licencia u orden de ejecución y la paralización de las
obras iniciadas a su amparo.
c) La declaración de lesividad de una licencia u orden de ejecución.
d) La anulación administrativa de una licencia u orden de ejecución o la resolución administrativa dictada en ejecución de una sentencia que haya declarado la anulación.
e) El acuerdo de derribo y reposición del suelo al estado anterior a la ejecución de las
obras constitutivas de la infracción.
f) La resolución que, para fincas hipotecarias determinadas, constate que quedan fuera de
ordenación los edificios o instalaciones.
g) La resolución administrativa que acuerde la ejecución forzosa de los actos adoptados en
virtud de la presente Ley.
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h) Las resoluciones que pongan fin a un procedimiento de protección de la legalidad urbanística».
La idea esencial que subyace en dicho precepto supone que si hasta ahora tan sólo se controlaba por el Registro de la Propiedad la existencia de la licencia de obras o la prescripción de
la infracción en que hubiese podido incurrir el constructor, ahora, además de ello, se colabora
en el control también desde el Registro de otros dos extremos: a) la legalidad de la misma
licencia; y b) la corrección de la forma en que se ejecuta la obra autorizada por la licencia. Se
trata, pues, de un paso más, y de un paso importante, en la evolución legislativa de la coordinación entre el Urbanismo y el Registro, que en línea con lo que ya habíamos apuntado merece en
tal aspecto una crítica altamente positiva.
III. TERCERA PARTE. LA INSCRIPCIÓN DE LOS BIENES PÚBLICOS EN EL REGISTRO
DE LA PROPIEDAD
1. EFICACIA DE LA PUBLICIDAD REGISTRAL DE LOS BIENES DE DOMINIO
PÚBLICO
Los bienes públicos gozan de un estatuto jurídico especial, integrado por un conjunto de reglas jurídicas de carácter singular, exorbitantes del Derecho Civil, y ello no sólo respecto de los
bienes demaniales en los que estas especialidades se muestran de forma más acusada, sino
también en los bienes patrimoniales.
Estas peculiaridades, desde el punto de vista sustantivo, son muy diversas, comprende potestades de investigación, de deslinde, de recuperación de oficio (el llamado interdicto administrativo, etc.). Pero lo que aquí interesa es precisar cuáles son las peculiaridades del régimen
jurídico de tales bienes en el terreno registral.
Tales peculiaridades aparecen reconocidas tanto en la legislación hipotecaria general, como
en la multiplicidad de disposiciones especiales que se refieren en tales temas. Intentaré hacer
una enumeración somera de las singularidades registrales de los bienes públicos, aun sin afán
exhaustivo:
1. Procedimiento privilegiado de inmatriculación, del que gozan desde siempre, la totalidad
de los bienes públicos, a través de la llamada certificación administrativa de dominio que elabora unilateralmente, y «per sé» la propia Administración: arts. 206 de la Ley Hipotecaria y
306 de su reglamento.
2. En materia de título formal inscribible más allá del supuesto de la inmatriculación, se
prevé un amplio campo de acceso al documento administrativo como título formal inscribible:
art. 18 del reglamento Hipotecario.
3. También en sentido material los títulos administrativos presentan peculiaridades, ya que,
junto a los negocios jurídicos ordinarios con transcendencia real, existe una pluralidad de actos
administrativos que, por provocar efectos de mutación jurídico-real, tienen acceso al Registro
de la Propiedad: es el caso de las expropiaciones forzosas (art. 32 del Reglamento Hipotecario),
de los deslindes administrativos (art.12 del Reglamento Hipotecario), las concesiones administrativas (art.31 y 60 del Reglamento Hipotecario), etc. En la actualidad este grupo de actos
administrativos inscribibles ha proliferado enormemente, especialmente en materia urbanística,
aunque no sólo en esta materia. Además, el criterio de la jurisprudencia registral de la Dirección General de los Registros y del Notariado es extensivo y favorable a la inscripción, incluso
X.
COLABORACIONES
en casos en que falta una previsión normativa específica: por ejemplo, Resolución de 3 de
Octubre 1996 en un supuesto de una inscripción de una ocupación directa de terrenos de cesión
obligatoria, Resolución de ……… 1994 en materia de servidumbre de uso público de parte de
una finca.
4. También la dinámica patrimonial o comercio jurídico de los bienes públicos cuenta con
especialidades en su tratamiento registral, tanto en el caso de los supuestos de adquisiciones
(arts. 24 Reglamento Hipotecario), como en el de las disposiciones (arts. 20 a 23, 27 y 28 Reglamento Hipotecario).
5. De especial interés es el tratamiento registral del Dominio Público del que pasamos a
ocuparnos para después pasar a estudiar algunas de las peculiaridades de los bienes patrimoniales.
Sistematizaremos la exposición distinguiendo dentro del grupo genérico de bienes públicos
dos categorías: la de los bienes demaniales o dominio público, y, en segundo lugar, los bienes
patrimoniales.
A) INSCRIPCIÓN DEL DOMINIO PÚBLICO
El artículo 5 del Reglamento Hipotecario dispone que: «los bienes inmuebles de dominio
público también podrán ser objeto de inscripción, conforme a su legislación especial».
La redacción de este precepto proviene de una reforma introducida en el Reglamento Hipotecario mediante el Real Decreto de 4 de Septiembre de 1998 que ha supuesto dos cosas: un
cambio radical de orientación de la actitud del Reglamento Hipotecario respecto de la inscripción del dominio público y, simultáneamente, la culminación de una larga evolución doctrinal,
jurisprudencial y legislativa que va desde una posición inicial de cierre del Registro de la Propiedad al demanio hasta la posición inversa, sin por ello llegar a la imposición de la inscripción
con carácter obligatorio y general.
Hoy la legislación especial es explícita al respecto y expresamente prevé y regula tales inscripciones. Es el caso de la Ley de Aguas (1985, reformada en 1999), Ley de Costas (1988),
Ley de Puertos (1992), Ley de Minas y de Hidrocarburos (1973 y 1998), Ley General de Carreteras (1988), Ley de Vías Pecuarias (1995), Ley de Patrimonio Nacional (1982), Ley de
Aeropuertos (1960, modificada en 1999), Ley del Dominio Público Ferroviario (1987) y Estatuto de RENFE (1994), etc. Éste es el caso también de la Ley del Patrimonio de Cataluña, cuyo
Texto Refundido aprobado por Decreto– Legislativo 1/2002, de 24 de diciembre, dispone en su
artículo 38 que:
«N.º 1. Para la inscripción de los bienes y derechos de la Generalitat en el Registro de la
Propiedad se ha de aplicar el régimen establecido en la Ley hipotecaria y en su Reglamento
para los bienes y derechos del Estado.
N.º 2. Una vez adquiridos los inmuebles, por cualquiera de los procedimientos indicados en
la presente ley, la Dirección General del Patrimonio, que tiene la representación de la Generalitat, procederá a asignarlos al Departamento interesado, caso que el expediente de adquisición
no llevara implícita la asignación, a inventariar los bienes o derechos adquiridos y a inscribirlos
en el Registro de la Propiedad, cuando procediera».
De toda esta pléyade legislativa la regulación más completa y detallada desde el punto de
vista registral es sin duda la contenida en la Ley de Costas y su Reglamento que, al decir de la
doctrina, tiene un valor paradigmático para todo el dominio público. De hecho ya ha sido seguida por alguna norma posterior, como la Ley de Vías Pecuarias de 1995, cuyo artículo 8 está
claramente inspirado en la de Ley de Costas.
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1. Efectos generales de la inscripción del demanio
Primera constatación a hacer por obvia que pueda parecer: la inscripción de un bien demanial no altera su naturaleza jurídica, la finca inscrita sigue siendo demanial, no se privatiza. Por
tanto, el bien sigue disfrutando de las prerrogativas propias de su condición, y persisten sus
caracteres de inalienabilidad, inprescriptibilidad, inembargabilidad, etc.
Ahora bien, ello no quiere decir que las cosas sigan siendo exactamente igual que antes de
practicarse la inscripción, ya que la Administración titular del bien inscrito gozará, además de
las prerrogativas anteriores, de las ventajas comunes a todo titular registral: Legitimación Registral, prueba preconstituida, etc. Esto quiere decir que ante un determinado conflicto, la Administración podrá libremente elegir uno u otro camino de defensa de su patrimonio: por ejemplo, ante un caso de una posesión usurpadora del demanio podrá elegir entre ejercitar el llamado desahucio administrativo o bien el proceso del artículo 41 de la Ley Hipotecaria. Se trata,
pues, de un régimen legal que se añade o yuxtapone al otro, sin interferirse recíprocamente.
En segundo lugar, cabe destacar que la inscripción del bien demanial en el Registro de la
Propiedad, con constancia expresa de su carácter de tal, refuerza la eficacia jurídica y práctica
de la inalienabilidad propia de los mismos, produciendo el cierre registral a todo acto dispositivo, sin que se acredite e inscriba previamente la desafectación del bien. Tampoco se producirá
la consumación de ninguna prescripción «contra taulas» conforme al artículo 36 de la Ley
Hipotecaria, dado el carácter imprescriptible de los bienes demaniales, ni cabrá tomar anotación preventiva de embargo sobre los mismos por ningún tipo de deudas, sin que juegue aquí la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre embargabilidad de los bienes patrimoniales de
los Entes Públicos.
Una cuestión novedosa que plantea la reforma del Reglamento Hipotecario de 1998 al admitir abiertamente la inscripción de los bienes de dominio público, se suscita en torno a la
inscripción de las concesiones demaniales. La cuestión es si para inscribir ahora éstas será o no
necesario la previa inscripción a favor de la Administración concedente de la porción del dominio público sobre la que recaiga la concesión, conforme a la exigencia general del artículo 7
de la Ley Hipotecaria de que la primera inscripción registral de toda finca ha de ser la de dominio y de acuerdo también con el principio hipotecario del tracto sucesivo.
Autores como PAU PEDRÓN y CURIEL LORENTE han abogado por la tesis afirmativa. Sin
embargo, otros autores como PAREJO GAMIR, aun reconociendo la corrección dogmática de la
postura anterior, han apuntado diversas razones de orden práctico que avalan la tesis contraria.
Sus argumentos principales son:
– No se ha modificado en la reforma de 1998 los arts. 31-60 del Reglamento Hipotecario,
básicos en materia de inscripción de concesiones administrativas.
– Existen concesiones administrativas de obra pública – por ejemplo: carreteras, líneas ferroviarias, etc.– que exigen un complejo sistema de inscripciones principales y de referencia,
que haría muy difícil la previa inscripción del dominio público afectado. Esta dificultad se
eleva a la categoría de práctica imposibilidad en el caso de las concesiones de aguas sobre el
dominio público hidráulico.
En mi opinión, las dos tesis son atendibles, por lo que la decisión concreta de la previa inmatriculación del demanio dependerá de dos circunstancias: la naturaleza del bien demanial
concreto del que se trate, y el criterio del Registrador. Un caso, a mi juicio, paradigmático de
conveniencia de previa inmatriculación del dominio público es el caso de la concesión administrativa de construcción y explotación de aparcamientos en el subsuelo de la Vía Pública.
X.
COLABORACIONES
2. Protección del demanio frente inmatriculaciones y excesos de cabida de fincas
colindantes
Otro efecto beneficioso que se desprende para el dominio público de la inmatriculación registral del mismo es el relativo a la mayor eficacia con la que podrán intervenir los mecanismos de protección de los bienes públicos frente a inmatriculaciones de fincas particulares que
amenacen la integridad de aquellos.
Se trata de un mecanismo general para todos los bienes públicos conforme a la Ley del Patrimonio del Estado, pero que aparece especialmente reforzado respecto de ciertas categorías
de bienes demaniales, como es le caso de los montes y del dominio público marítimo-terrestre.
La regulación de este último integrada por la Ley de Costas de 1988 y su Reglamento de 1989
resulta nuevamente paradigmática. Así los arts. 15 y 16 de la Ley de Costas establecen que la
inmatriculación de fincas sitas en la zona de servidumbre de protección paralela al dominio
público costero requiere que se acompañe un certificado administrativo de los servicios periféricos de costas que acredite que la misma no invade el dominio público. Ahora bien, el problema surge porque el art. 35 del Reglamento de Costas extendió el sistema protector indicado
también a las segundas y posteriores inscripciones, mediante una norma que ha sido calificada
de «preter legem» e incluso de «contra legem», de difícil justificación por lo enormemente
perturbadora que resulta del tráfico inmobiliario privado en las zonas del litoral. Sobre este
delicado tema la jurisprudencia registral ha evolucionado. En un primer momento representado
por las Resoluciones de 16 de Diciembre de 1991, 8 de Enero de 1993 y 15 de Marzo del mismo año, aplicó el art.35 del Reglamento de Costas en todo su rigor, rechazando el argumento
de su carácter contradictorio con una norma de rango legal, esto es la Ley de Costas y confirmando la exigencia del Registrador de que se aportase la certificación administrativa acreditativa de la no invasión, aunque se tratase de una segunda inscripción. La sentencia del Tribunal
Supremo de 17 julio 1996 al desestimar el recurso en que se impugnaba el art. 35 del Reglamento de Costas por no ser conforme a Derecho, parecía dar el espaldarazo definitivo a tal
posición de la Dirección General de los Registros y del Notariado.
Sin embargo, la propia Dirección General de los Registros y del Notariado más recientemente ha rectificado su posición inicial, algo poco común en la jurisprudencia registral. Primero fue la Resolución de 16 de julio de 1998 en un caso de inscripción de hipoteca – obsérvese
que este derecho no comporta contacto posesorio con la cosa, con lo que difícilmente puede dar
lugar a un supuesto de invasión del dominio público–, y después la resolución de 13 de enero
2000, en la que abiertamente se dice que el art. 35 del Reglamento de Costas «no sólo carece
de cobertura legal, quebrantando el principio de jerarquía normativa sino que además va en
contra de los principios que inspiran la misma ley».
3. Los principios hipotecarios y el dominio público
Ya hemos dicho que el dominio público ostenta un régimen jurídico exorbitante respecto
del que el Derecho Civil establece para los bienes privados. Igualmente, hemos de destacar
ahora que el Registro de la Propiedad cuenta con un sistema legal muy desarrollado y peculiar
para resolver conflictos entre titularidades registrales y entre títulos inscritos y no inscritos. Por
tanto, también los bienes inscritos gozan de una preferencia legal exorbitante respecto del
régimen común del Derecho Civil. El problema puede surgir cuando entran en colisión la preferencia hipotecaria del titular registral con la preferencia administrativa propia del dominio
público.
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Ante estos conflictos, la doctrina –PAREJO GAMIR– tiende a sistematizar, distinguiendo
dos cuestiones distintas: la posesión y la propiedad. En la primera actúan, de un lado, el principio de legitimación registral del art.38 de la Ley Hipotecaria y, de otro, los privilegios posesorios del demanio (deslinde, recuperación de oficio, etc.). En el tema de la propiedad, actúan en
sentido antitético el principio de la fe pública registral del art. 34 de la Ley Hipotecaria, de una
parte, y la inalienabilidad propia del demanio, de otra.
A) ASPECTOS POSESORIOS
En materia posesoria lo que se discute es la pura cuestión de hecho de quién ha de ser
mantenido provisionalmente en la posesión del bien sobre cuya condición demanial surja la
controversia, cuestión en la que se confrontan la legitimación registral del artículo 38 de la Ley
Hipotecaria, que establece la presunción legal de que la posesión pertenece al titular registral, y
los privilegios posesorios administrativos. Es ésta una materia en que la jurisprudencia ha sido
vacilante y en que la doctrina se muestra dividida. No obstante, en tesis general debe afirmarse
que ha prevalecido la jurisprudencia que sostiene que la eficacia meramente declarativa de
estados posesorios de facto que corresponde al deslinde administrativo debe ceder en todo caso
ante las titularidades registrales (por más que se puedan encontrar sentencias en sentido contrario, sobre todo a partir de 1975, por ejemplo: la de 23 de septiembre de 1980 o 22 de noviembre de 1995).
En tal caso la inmatriculación practicada a favor del particular está bajo la salvaguarda de
los Tribunales y produce todos sus efectos en tanto no se declare su inexactitud (artículo 1.º de
la Ley hipotecario), perdiendo la Administración la acción directa que le ofrece el deslinde
administrativo, debiendo acudir a los Tribunales de la jurisdicción ordinaria para recuperar la
posesión de tales parcelas, instando, al propio tiempo, la cancelación de las inscripciones correspondientes, según se desprende del artículo 38 de la Ley hipotecaria.
Esta doctrina general, sin embargo, se ve exceptuada en el caso concreto de los montes, de
las costas y de las vías pecuarias por razón de lo que disponen al respecto sus respectivas Leyes
reguladoras, pero estas excepciones sólo operaran respecto de aquellas porciones demaniales
que hayan sido formalmente deslindadas. En ausencia de deslinde firme deben seguir prevaleciendo las inscripciones regístrales.
B) ASPECTOS DOMINICALES
Pero todavía cabe plantearse la eficacia de la inscripción de porciones demaniales a favor
de particulares, no desde la perspectiva de la presunción y legitimación posesoria y procesal
como hemos hecho hasta ahora, sino en el plano sustantivo de la titularidad dominical efectiva,
dada la trascendencia que en ciertos casos se reconocen a los asientos registrales en virtud del
denominado principio de la «fe pública registral», en cuya virtud el que adquiera el dominio u
otro derecho real de quien en el Registro aparece con facultades para transmitirlo de buena fe y
a título oneroso, y a su vez inscribe su título en el Registro, será mantenido en su adquisición
(art. 34 L.H.). Con carácter general, cabe afirmar, no obstante, que este principio no se puede
aplicar en detrimento del dominio público, que dado su carácter extracomercial, según antes
vimos, en caso de ser objeto de cualquier negocio transmisivo genera su nulidad absoluta por
ilicitud del objeto (art. 1271 del Cc).
Así se desprende también de la abundante jurisprudencia recaída en la materia, como por
ejemplo la sentencia del Tribunal Supremo de 11 de diciembre de 1980 relativa a terrenos de
dominio público en un barranco de la isla de la Gomera. Es también el criterio que resulta del
artículo 132 de la Constitución al establecer el principio constitucional de la inalienabilidad del
dominio público. No obstante, no dejan de percibirse en la jurisprudencia sentencias disonantes
X.
COLABORACIONES
con la anterior línea que reconoce el dominio privado sobre enclaves demaniales (sentencias de
10 de junio de 1996, 23 de abril de 1997, etc), quizás, como ha puesto de manifiesto García de
Enterría, como reacción a los indudables efectos expropiatorios que la ley de costas suponía.
B) BIENES PATRIMONIALES. TRÁFICO JURÍDICO SOBRE BIENES INMUEBLES
PÚBLCOS: ADQUISICIONES Y TRANSMISIONES
1. Inscripción de las adquisiciones
Dentro del régimen jurídico hipotecario particular de los bienes públicos, ahora vamos a
tratar uno de sus aspectos más importantes desde el punto de vista de su dinámica registral: la
inscripción de los actos de adquisición y transmisión sobre los mismos.
Comenzaremos por la dinámica adquisitiva. Dispone al respecto el artículo 38n.º2 del
Texto Refundido de la Ley de Patrimonio derecho la Generalitat de Cataluña, aprobado por
Decreto legislativo 1/2002, de 24 de diciembre, en concordancia con el artículo 24 del Reglamento Hipotecario, que «Una vez adquiridos los inmuebles, por cualquiera de los procedimientos indicados en la presente Ley, la Dirección General de Patrimonio, que tiene la representación de la Generalitat, procederá a asignarlos al Departamento interesado, caso que el
expediente de adquisición no llevara implícita la asignación, a inventariar los bienes o derechos
adquiridos y a inscribirlos en el Registro de la Propiedad, cuando procediera».
Los títulos adquisitivos a que se alude aparecen enunciados en el artículo 11 del citado
Texto Refundido al señalar que «La Generalitat de Cataluña tiene plena capacidad para adquirir bienes y derechos por los medios establecidos por las leyes, incluso por transferencia del
Estado o de las entidades locales, y para poseerlos así como para ejercitar las acciones y recursos procedentes en defensa de sus derechos». Se trata de un precepto que se contiene en todas
las leyes de patrimonio tanto estatal como autonómicas y que van destinados a indicar los
modos de adquisición de bienes por la respectiva Administración titular. Algunas de tales leyes
contienen fórmulas enumerativas que no llegan a abarcar la totalidad de modos de adquisición
posibles, no tienen carácter exhaustivo, ni aún agregando a los enunciados expresamente los
recogidos en el artículo 609 del Código civil. Por ello, se ha de valorar favorablemente la fórmula de la Ley de Patrimonio de Cataluña, sintética pero omnicomprensiva, inspirada probablemente en la fórmula que acoge la Ley valenciana de 24 de octubre de 1986 que también se
refiere genéricamente a los «títulos reconocidos por el Ordenamiento jurídico».
Podemos intentar una enumeración de los modos de adquisición de bienes públicos selectiva desde el punto de vista de los que presentan mayor relevancia registral:
1.º– Adquisición directa por el ministerio de la Ley. En este grupo se pueden citar los siguientes supuestos:
– los relativos a la calificación legal de determinados bienes como de dominio público, lo
cual supone atribuir su titularidad a la Administración pública competente: es el caso del demanio natural: dominio público hidráulico, costero, minas, etc (art. 3 T.R.);
– las leyes singulares expropiatorias, como la Ley 7/1983, de 29 de junio – Ley Rumasa –;
– las adquisiciones de bienes patrimoniales por traspaso del Estado o de los entes locales en
virtud de los correspondientes Derecho de transferencias de bienes y servicios, supuesto citado
expresamente por el artículo 11 del T.R. Hay que destacar, de acuerdo con la doctrina sentada
por el Tribunal Constitucional en su sentencia de 27 de julio de 1982, que se trata de un supuesto de adquisición legal, distinto de las cesiones gratuitas ordinarias;
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– dentro del ámbito urbanístico existen distintos supuestos de adquisiciones «ex lege», como es el caso de las cesiones obligatorias y gratuitas en virtud de la correspondiente aprobación de un previo expediente de compensación o reparcelación;
– polémico es el caso de los bienes mostrencos o vacantes y sin dueño conocido, que la Ley
de Patrimonio del Estado atribuyó al Estado (Resolución D.G.R.N. de 8 de julio de 1920). La
Ley de Patrimonio de Cataluña de 1981 atribuía la propiedad de tales bienes, por lo que respecta a los radicantes en Cataluña, a la Generalitat de Cataluña en virtud de un precepto que
fue anulado por el Tribunal Constitucional en su sentencia de 27 de julio de 1982 que entendió
que la atribución ha de ser entendida a favor del Estado y no de la Comunidad Autónoma. En
cualquier caso, parece clara la posibilidad de que tales bienes sean adquiridos por los particulares y por otras Administraciones públicas por medio de la prescripción;
– por expropiación forzosa, conforme a su normativa especial;
– por adjudicación en procedimiento judicial o administrativo de apremio, fundamentalmente por deudas tributarias, cuando los bienes embargados no se hayan enajenado en la subasta pública, conforme al artículo 134 de la Ley General Tributaria y 26 del Reglamento
Hipotecario;
– por adquisición gratuita entre vivos, esto es, mediante donación. El Texto Refundido de la
Ley de Patrimonio de Cataluña introduce ciertas especialidades en la materia (art. 12.1):
a) la aceptación se ha de realizar mediante acuerdo del Gobierno, a propuesta conjunta del
Departamento interesado y del Departamento de Economía y Finanzas;
b) la aceptación se ha de formalizar en documento público y publicar en el Diario Oficial de
la Generalitat de Cataluña;
c) si el bien o derecho donado tiene cargas, éstas no pueden exceder del 50% del valor del
mismo;
d) en caso de que el donante o cedente imponga condiciones o gravámenes, el valor de éstas no puede exceder el propio del bien o derecho a adquirir, según tasación pericial;
e) en caso de reversión del bien a la Administración cedente, la Generalitat de Cataluña podrá resarcirse de las mejoras llevadas a término siempre que sean consecuencia de las condiciones impuestas por el cedente.
por sucesión hereditaria, testada o intestada. La primera se rige por la Ley de la sucesión
para tales casos que es el testamento. Respecto de las sucesiones intestadas, hay que distinguir:
en el caso del Estado la legislación administrativa se remite a la civil, debiendo estarse a lo
dispuesto en los artículos 956 y siguientes del Código civil. Ahora bien, desde hace años se ha
producido una sustitución del Estado por la respectiva Comunidad Autónoma en la condición
de heredero abintestato, en defecto de parientes del causante: este es el caso del artículo 347
del Código de Sucesiones de Cataluña y del artículo 220 de la Ley de Sucesiones de Aragón de
24 de febrero de 1999. Este mismo desplazamiento se ha producido en virtud de sus respectivas Leyes de Patrimonio en Comunidades Autónomas carentes de Derecho civil propio, como
en los casos de Valencia y de La Rioja (por ejemplo, el artículo 38 de la Ley de Patrimonio de
esta última dispone que el Consejo de Gobierno instará al Estado para que subrogue a la Comunidad en los derechos de heredero siempre que el causante tenga su residencia en la Comunidad o los bienes se hallen sitos en ésta). Regla especial que establece el Texto Refundido de
Cataluña en su artículo 12.3 es que «la aceptación de la herencia siempre se ha de entender que
es hecha a beneficio de inventario»;
– el supuesto más importante y característico desde el punto de vista del tráfico jurídico
inmobiliario es el de la adquisición «inter vivos» y a título oneroso, que en principio responde
a la teoría común del título y el modo propia de la adquisiciones onerosas entre particulares, es
X.
COLABORACIONES
decir, a través de ciertos contratos mediante la tradición, conforme a la regla general del artículo 609 del Código civil. Respecto de este modo de adquisición se ha de precisar lo siguiente:
a) los actos de adquisición onerosa presuponen, conforme a la teoría de los actos separables, la formación previa de la voluntad adquisitiva por parte de la Administración adquirente.
Tal formación tiene lugar a través de un procedimiento reglado y formalista, integrado por
diversos actos de distinto significado y finalidad (anuncios, tasaciones, informes, etc), que
terminan confluyendo en la formación de una voluntad que concurre con la del particular o
entidad pública enajenante, dando lugar al correspondiente contrato civil de compraventa,
permuta, etc;
b) dentro del proceso previo, especial relevancia tiene el principio de publicidad, que impone como regla general la elección del otro contratante mediante el sistema de concurso público.
Ahora bien, progresivamente esta regla general está siendo erosionada por el alargamiento de
la lista de excepciones. En el caso del Texto Refundido de la Ley de Patrimonio de Cataluña su
artículo 13, después de imponer los principios de publicidad y concurrencia, establece en su
párrafo 2.º que el Departamento de Economía y Finanzas, no obstante, podrá prescindir del
trámite del concurso y autorizar la adquisición directa por los motivos siguientes: «por las
peculiaridades de los bienes o de las necesidades del servicio a satisfacer, o por urgencia extrema de la adquisición a efectuar o por las limitaciones del mercado inmobiliario de la localidad en que estén situados». Las únicas cautelas impuestas en tales supuestos consisten en: la
comunicación al Gobierno de la adquisición, que apreciará la urgencia o el motivo alegado, y
la publicación de los detalles de la adquisición en el Diario Oficial de la Generalitat.
– finalmente, el Texto Refundido de Cataluña cita expresamente otros dos modos de adquirir, el primero de los cuales forma parte de las especialidades del Derecho civil catalán: las
distintas modalidades del derecho de censo regulados en la legislación civil de Cataluña (lo
cual supone vincular el inmueble adquirido al pago de una prestación periódica), y el llamado
«leasing inmobiliario», o arrendamiento financiero, en el que la adquisición se difieren al momento final del ejercicio de la opción de compra.
En cuanto a las adquisiciones de bienes por parte de los entes públicos instrumentales (organismos, entidades autónomas o empresas públicas de la Generalitat de Cataluña), el procedimiento previo de formación de la voluntad es mucho más simple, siendo posible en todo caso
la adquisición directa, a la que se somete, no obstante, al requisito previo del informe vinculante de la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat de Cataluña. Este requisito, a su
vez, queda excepcionado en los supuestos de adquisiciones de bienes por las empresas públicas
con finalidad de devolverlos al tráfico jurídico privado de acuerdo con las funciones que tenga
atribuida.
En cuanto al título formal en que se ha de documentar tales adquisiciones, se ha de destacar
que la certificación administrativa de dominio del artículo 206 de la Ley Hipotecaria sólo será
procedente en los casos de que el bien adquirido no esté inmatriculado y en defecto del título
adecuado al acto concreto inscribible: actas de deslinde, certificaciones urbanísticas respecto de
las cesiones forzosas, actas de ocupación y pago en caso de expropiaciones, etc. Sólo en defecto o inexistencia de tales títulos cabrá acudir al medio supletorio de la certificación administrativa del artículo 206.
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2. Inscripción de las transmisiones
En materia de transmisiones hay que diferenciar claramente entre bienes demaniales y bienes patrimoniales. Los primeros ya hemos dicho que son inalienables, y no sólo por imposición
legal, sino por disposición constitucional, según se desprende del conocido artículo 132 de la
Constitución. Este carácter lo reitera el Texto Refundido de la Ley de Patrimonio de Cataluña,
cuyo artículo 17 declara que «los bienes del dominio público de la Generalitat son inalienables,
imprescriptibles e inembargables».
La jurisprudencia registral ha tenido ocasión de aplicar esta regla en distintas oportunidades: así la conocida Resolución de 12 de septiembre de 1985 en un supuesto dudoso de aportación de bienes para la prestación del servicio de abastecimiento de aguas a una sociedad municipal; o la Resolución de 15 de noviembre de 1988, en el caso de la enajenación del cementerio
de Málaga: en ambos casos se confirmó la calificación del Registrador y se denegó la inscripción solicitada.
Distinto es el caso de los bienes patrimoniales que son perfectamente enajenables. Al igual
que en el caso de las adquisiciones, también en el de las transmisiones o disposiciones de bienes públicos existen una serie de actos preparatorios o previos a la enajenación misma, que
tienden a conformar la voluntad de la Administración disponente: se trata de los actos de desafectación previa, en el caso de los bienes demaniales, de declaración de alienabilidad, aprobación por el órgano competente y la elección del adquirente mediante el procedimiento de subasta. Finalizada ésta la enajenación se ha de formalizar mediante escritura pública otorgada a
favor del adjudicatario, previo abono del precio correspondiente. Todo ello ha de ser objeto de
calificación registral antes de proceder a su inscripción en el Registro de la Propiedad, según
después veremos.
El anterior esquema genérico de trámites previos es común a la Ley del Patrimonio del Estado y a la mayor parte de las leyes de patrimonio de las Comunidades Autónomas. Este es el
caso también de la Ley de Patrimonio de Cataluña que dedica a la materia sus artículos 18 a 25,
respecto de los que cabe destacar los siguientes aspectos:
a) la declaración previa de alienabilidad mediante la aprobación del oportuno expediente de
enajenación corresponde al Consejero de Economía y Finanzas si el valor del bien, según tasación pericial, no excede de 6.110.121 euros; si el valor excede de tal cifra pero no rebasa los
12.200.242 euros la competencia se eleva al Gobierno de la Generalitat de Cataluña; y excediendo de esta última cifra la aprobación del expediente corresponde al Parlamento de Cataluña
(art. 18.1);
b) la enajenación se debe realizar mediante subasta pública, pero se abre a esta regla una
importantísima excepción consistente en que el Gobierno, a propuesta del Consejero de Economía y Finanzas, acuerde la enajenación directa, sin que esta decisión esté sujeta a supuestos
tasados previamente. Es decir, hay aquí un importantísimo margen de discrecionalidad (art.
18.2);
c) se admite la posibilidad de permuta, de los bienes previamente declarados enajenables,
siempre que la diferencia de valor entre los bienes que se vayan a permutar no exceda del 50%
del que tenga un valor más alto (art. 19);
d) la cesión gratuita de bienes de la Generalitat de Cataluña se admite pero sometida a los
siguientes requisitos (art. 22):
– el cesionario deberá ser otra Administración o institución pública o entidades privadas sin
ánimo de lucro, y siempre que el destino del bien cedido sea la utilidad pública o de interés
social;
X.
COLABORACIONES
– debe ser aprobada por acuerdo del Gobierno de la Generalitat, a propuesta del Departamento de Economía y Finanzas;
– requieren un expediente previo que tramita la Dirección General de Patrimonio, en el que
debe figurar la descripción física y jurídica de los bienes, la tasación pericial correspondiente y
el informe de dicha Dirección General del que resulta la innecesariedad del bien para su uso
por la propia Generalitat;
– el acuerdo de cesión ha de especificar la finalidad concreta a que la entidad beneficiaria
deberá destinar el bien cedido, así como el derecho de reversión automática y de pleno derecho
a la Generalitad de los bienes cedidos en caso de no cumplir con las finalidades asignadas;
– este derecho de reversión se dispone que actuará de pleno derecho mediante acta notarial
notificada en forma que acredite que los bienes cedidos no se destinan a la finalidad prevista;
e) Finalmente, se prevé que no se puede gravar los bienes y derechos del patrimonio de la
Generalitat sin cumplir los requisitos exigidos para enajenarlos (art. 25).
Recientemente la modificación operada en la Ley de Patrimonio del Estado mediante Ley
53/2002, de 30 de diciembre, ha introducido en la materia dos novedades destacables:
a) Se añaden dos nuevos párrafos al artículo 63 del Decreto 1022/1964, de 15 de abril, con
la siguiente redacción: «El órgano competente para enajenar los bienes o derechos podrá admitir el pago aplazado del precio de venta, por un período no superior a diez años y siempre que
el pago de las cantidades aplazadas se garantice suficientemente mediante condición resolutoria explícita, hipoteca, aval bancario, seguro de caución u otra garantía suficiente usual en el
mercado. El interés de aplazamiento no podrá ser inferior al interés legal del dinero».
b) Se añade un segundo párrafo al artículo 74 del Decreto 1022/1964, de 15 de abril, con la
siguiente redacción: «La cesión se formalizará en documento administrativo, que será título
suficiente para su inscripción en el Registro de la Propiedad».
En cuanto a la evolución de estos requisitos se observa una marcada tendencia a su flexibilización, que es claramente apreciable en el plano legislativo. Por lo que se refiere al patrimonio del Estado, las sucesivas reformas operadas por las leyes de acompañamiento han supuesto,
por ejemplo, la práctica abolición del papel del Parlamento en esta materia, quedando residenciada la decisión de enajenación, con independencia de su cuantía, en el Ministerio de Hacienda. Por su parte, la Ley de 28 de diciembre de 1999 regula el régimen de la «Sociedad Estatal
de Gestión Inmobiliaria de Patrimonio, SA» (SEGIPSA), entre cuyas funciones figura la de «la
administración, mantenimiento, valoración y enajenación de los bienes inmuebles integrantes
del patrimonio del Estado o de otros patrimonios inmobiliarios públicos», siendo así que esta
Sociedad anónima, como sociedad mercantil que es, no está sujeta a los rígidos procedimientos
del Derecho Administrativos descritos. Por su parte el Texto Refundido de la Ley de Patrimonio de Cataluña ya hemos visto cómo autoriza la enajenación directa mediante acuerdo del
Gobierno de la Generalitad con un amplio margen de discrecionalidad.
La misma tendencia flexibilizadora se aprecia en la jurisprudencia registral, que suaviza el
rigor que tradicionalmente se había mantenido en esta materia. Exponente de esta tendencia es
la Resolución de 14 de abril de 1998 que fija el criterio de que existen casos, además de los
expresamente previstos en las leyes, en que no es precisa la subasta pública, razonando que
pueden existir razones de tipo social, sanitario o cultural para cuya obtención el medio idóneo
sea la adjudicación directa, de forma que el acto de disposición lleva consigo una condición,
causa impulsiva y determinante del mismo, que legitima el no uso del procedimiento de subasta.
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Indudablemente esta tendencia supone ciertos riesgos para la integridad de los patrimonios públicos, pero responde al interés público de asegurar también la agilidad y rapidez de estos procedimientos. Desde el punto de vista registral, la jurisprudencia reseñada introduce un factor de complejidad y de inseguridad en la calificación del Registrador que habrá de valorar la existencia en el caso
concreto de causas impulsivas de interés general que justifiquen la dispensa de la subasta.
3. Nulidad o ineficacia de las enajenaciones. Régimen registral
Hay que partir de una afirmación de principio: los contratos que las Administraciones públicas celebren sobre bienes inmuebles (compraventa, permuta, arrendamientos, etc) tienen
siempre naturaleza jurídica privada: son contratos privados sometidos al Derecho civil. Esta
conclusión hoy está asentada sobre disposiciones de Derecho positivo: así se desprende de la
Ley de Contratos de las Administraciones Públicas de 18 de mayo de 1995, reformada en
1999: «los contratos de compraventa, donación, permuta, arrendamiento y demás negocios
jurídicos análogos sobre bienes inmuebles... tendrán la consideración de contratos privados»
(cfr. arts. 5 y 9). Esto incluye los efectos del contrato, el conjunto de los derechos y obligaciones que surgen del mismo, y las causas de su extinción.
Ahora bien, de la anterior afirmación se han de excluir los actos previos que forman parte
de la fase preparatoria de la voluntad administrativa anteriores a la conclusión del contrato.
Estos últimos están sujetos a las normas del Derecho Administrativo.
De forma congruente con la distinción anterior se ha de proceder para determinar la jurisdicción competente para conocer de los litigios que surjan en torno a tales contratos: la regla
general es que resultan competentes los Tribunales del orden civil, salvo respecto de las impugnaciones de que puedan ser objeto los actos separables o previos, respecto de los cuales
será competente la jurisdicción de lo contencioso-administrativo. Doctrina que hoy ha sido
recogida por la Ley de la Jurisdicción de lo Contencioso-Administrativo de 13 de julio de
1998, en su artículo 2,b).
En cuanto al régimen registral de tales impugnaciones, tanto en el caso de que sea competente la jurisdicción ordinaria como en los que lo sea el orden de lo contencioso-administrativo,
una vez interpuesta y admitida a trámite la demanda se podrá solicitar la práctica de la correspondiente anotación preventiva de la misma en el Registro de la Propiedad, a fin de evitar y
prevenir la aparición de un tercero protegido por el principio de la fe pública registral del artículo 34 de la Ley Hipotecaria.
Recaída la sentencia estimatoria y una vez firme la misma, la propia ejecutoria judicial que
haya declarado la nulidad o resolución de la enajenación litigiosa será título hábil para la reinscripción del bien o derecho a favor de la Administración enajenante.
Además de lo anterior, para el caso de que se trate de un vicio relativo a los actos previos,
cabe que previamente al procedimiento contencioso recaiga un acto administrativo declarando
la nulidad o la rescisión del mismo. En tal caso el artículo 27 del Reglamento Hipotecario
parece autorizar la reinscripción directa a favor de la Administración enajenante mediante
certificación en la que se ha de consignar «literalmente la resolución firme respectiva en la que
conste la citación al adquirente y los demás trámites esenciales del procedimiento». Y ello
habrá que entenderlo tanto si se produce la revisión de oficio del acto, conforme a los artículos
102 y siguientes de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas, como si se
actúa por la vía de un recurso administrativo ordinario o de alzada.
Ahora bien, el artículo 27 del Reglamento Hipotecario exige la «firmeza de la resolución
administrativa», y en este caso se ha de entender por acto firme aquél contra el que no cabe ya
X.
COLABORACIONES
recurso ordinario alguno, ni administrativo ni contencioso-administrativo, bien por haber transcurrido con exceso los plazos previstos para recurrir, bien por haber sido desestimado el interpuesto. Y ello no se ha de considerar contrario al principio de ejecutividad de los actos administrativos resultante del artículo 57 de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, toda vez que este precepto excluye del
citado principio aquellos actos cuya eficacia esté demorada por exigirlo así el contenido del
acto. Así lo entiende parte de nuestra doctrina más autorizada como González Pérez o Parejo
Gamir, tesis que personalmente comparto, pues en definitiva incluso las mismas sentencias
judiciales no son susceptibles de inscripción definitiva hasta que han alcanzado carácter de
firmes, según dispone en la actualidad el artículo 524 n.º 4 de la vigente Ley de Enjuiciamiento
Civil de 2000, conforme al cual «mientras no sean firmes, o aún siéndolo no hayan transcurrido
los plazos indicados por esta ley para ejercitar la acción de rescisión de la sentencia dictada en
rebeldía, sólo procederá la anotación preventiva de las sentencias que dispongan o permitan la
inscripción o cancelación de asientos en los Registros públicos». Esta tesis, a mi juicio, es
igualmente la más respetuosa para con lo dispuesto por el artículo 82 de la Ley Hipotecaria en
materia de cancelaciones.
Ahora bien, en caso de que sobre el bien transmitido y al que se refiere la declaración administrativa de nulidad se haya producido la constitución o adquisición de cualquier derecho a
favor de terceros, quedará vedada la posibilidad de reinscripción a favor de la anterior Administración titular sin pasar por el correspondiente procedimiento judicial en el que habrán de ser
demandados los titulares de tales derechos, además del adquirente directo de la Administración. Este es el criterio de la Dirección General de los Registros y del Notariado puesto de
manifiesto en la reciente Resolución de 14 de abril de 2003. Se trata de un supuesto en que
figuraba inscrita a favor de determinada sociedad la aportación de un inmueble realizada por un
Ayuntamiento así como determinados actos posteriores realizados por la sociedad a favor de
terceros. El Ayuntamiento procede a declarar la nulidad de la aportación y de todos los actos
posteriores a la misma realizados por la sociedad. La denegación por el Registrador de la reinscripción de la finca a favor del Ayuntamiento es recurrida por éste, y mantenida por la Dirección General en base a la siguiente argumentación:
«la aportación realizada por el Ayuntamiento a una sociedad mercantil no es un contrato
administrativo, sino un contrato privado, que en cuanto a sus efectos y extinción se rige por
normas de Derecho privado, y el orden competente para enjuiciar las controversias que el
mismo suscite es el jurisdiccional civil. En consecuencia, la Administración no puede, bajo el
pretexto de la aplicación de los artículos 102 y siguientes de la Ley de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común declarar por sí sola, la
nulidad de dicho contrato de aportación, y consiguientemente el negocio de retrocesión no
puede ser inscrito por no aparecer otorgado por el titular registral».
IV. CUARTA PARTE. TRATAMIENTO HIPOTECARIO DEL DERECHO DE REVERSIÓN
A) Dispone el artículo 54,1 LEF (en la redacción dada al mismo por la reciente Ley de Ordenación de la Edificación, Ley 38/1999, de 5 de noviembre de 1999, disp. Adicional 5.ª) que
«en caso de no ejecutarse la obra o no establecerse el servicio que motivó la expropiación, así
como si hubiera alguna parte sobrante de los bienes expropiados, o desapareciese la afectación,
el primitivo dueño o sus causahabientes podrán recobrar la totalidad o la parte sobrante de lo
expropiado, mediante el abono a quien fuera su titular de la indemnización que se determina en
el artículo siguiente». Esta definición, o descripción legal es la mejor manera de entrar en
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contacto con esa peculiar figura jurídica llamada reempción, retrocesión, reexpropiación, remisión de la expropiación, o reversión, denominación esta última que es la asumida por la ley y
por la doctrina.
El derecho de reversión constituye una categoría tradicional y típica de la legislación expropiatoria; al estudiar la expropiación, surge inevitablemente el derecho de reversión. Nuestro
Derecho la conocía ya en la anterior Ley de Expropiación de 1987, en este punto modificada
por la ley Cambó de 24 de julio de 1918, que introdujo un plazo de prescripción de treinta años
donde el texto de 1879 no distinguía. La Ley de Expropiación Forzosa y su Reglamento regularon la institución en la línea tradicional de la misma, regulación que ha estado vigente hasta la
ley 38/1999, que ha reformado ampliamente los artículos 54 y 55 de la citada ley, dando normas nuevas en materia de plazo para el ejercicio del derecho y regulando los efectos del derecho de reversión frente a los terceros protegidos por la fe pública registral, verdadera «crux
iuris» hipotecaria del citado derecho.
El derecho de reversión es, pues, simplemente el que asiste al expropiado para recuperar el
bien de que fue privado cuando no ha sido destinado al fin previsto en la expropiación. Se trata
de un derecho de constitución «ex lege» que presupone la existencia de un procedimiento
expropiatorio previo ya consumado.
Acerca de la peculiar naturaleza jurídica de este derecho de reversión es comúnmente
aceptada la tesis sostenida originalmente por García de Enterría, según el cual se trata de un
supuesto de invalidez sobrevenida por falta de causa. Se apoya en la doctrina italiana (SANTI
ROMANO, GASPARRI) y parte de su concepto de causa de la expropiación, esto es, la utilidad
pública o interés social. Para este autor esta causa ha de predicarse de cada expropiación singular y no de la privación en sí, sino del destino posterior del bien que se expropia. Por ello
toda la expropiación queda vinculada al destino invocado como causa expropiatoria. El beneficiario queda así gravado con la carga de realizar ese destino, y de ello pende en definitiva la
validez misma de la expropiación. Este juego de la «causa expropiandi» es el que explica que
la alteración dada al destino de la cosa expropiada conlleve el derecho de reversión: es una
invalidez sucesiva sobrevenida por la desaparición de ese elemento esencial que es la causa.
Ahora bien, lo característico de esta invalidez es, sin embargo, su eficacia «ex nunc» y no
«ex tunc». No hay nulidad total de la expropiación, sino cesación de sus efectos, la cual se
articula mediante una transmisión de signo contrario a la expropiatoria, que es justamente la
reversión o retrocesión.
A esta teoría de la reversión como invalidez por desaparición de la causa sigue el corolario
de que el derecho de reversión es algo de esencia, consustancial a toda expropiación: ninguna
expropiación sin reversión, cabría decir.
No obstante, y a pesar de que la tesis citada ha sido expresamente avalada por la jurisprudencia constitucional en la sentencia de 18 de abril de 1988 (67/1988), no lo ha sido su conclusión obligada. Ya la Sentencia del Tribunal Constitucional 166/1986, de 19 de diciembre,
señaló que la concepción constitucional de la causa expropiandi incluye tanto la expropiación
en que el fin predetermina el destino de los bienes y derechos como aquellas otras en las que el
fin admite varios posibles destinos, por lo que el Tribunal Constitucional concluye que no se
puede decir que el derecho de reversión sea inherente por igual a toda persona expropiada. Por
tanto, es el derecho de reversión un derecho ordinario, cuyo contenido y configuración corresponde al legislador ordinario, por lo que cabría que éste suprimiese o limitase tal derecho.
Ahora bien, en cualquier caso de lo que no cabe duda, con independencia de su configuración o naturaleza jurídica, es que el derecho de reversión es un derecho, un derecho subjetivo
con un titular: el expropiado. Como tal derecho subjetivo de contenido patrimonial es transmisible y gravable, y al recaer directamente sobre el bien expropiado, parece clara su calificación
X.
COLABORACIONES
como derecho real o, en todo caso, derecho de eficacia o transcendencia real. De todo ello, se
desprende que en los casos en que el objeto de la expropiación sea un bien inmueble, el derecho de reversión ha de entrar necesariamente en contacto con el Registro de la Propiedad.
Esta transcendencia registral de la reversión tiene distinto alcance práctico según que la finca expropiada continúe en poder del expropiante o beneficiario de la expropiación, e inscrita a
su favor, o por el contrario y con el paso del tiempo hayan surgido adquirentes o titulares de
derechos reales o cargas sobre el mismo bien, que hayan inscrito su derecho en el Registro de
la Propiedad.
En la primer de las hipótesis planteada no surgen especiales dificultades desde el punto de
vista hipotecario: los solos interesados serán nuevamente expropiante o beneficiario y expropiado. En caso de avenencia la resolución administrativa que reconozca la procedencia de la
reversión unida al acta de pago de la indemnización o contraindemnización será título inscribible, salvo que el interesado solicite expresamente que la reversión se documente en escritura
pública, en cuyo caso éste será el título inscribible, conforme al artículo 70 del Reglamento de
Expropiación. En caso de falta de acuerdo al respecto, ello dará lugar al correspondiente procedimiento judicial, en cuyo caso será la ejecutoria que ponga término al mismo la que integre el
título inscribible, pudiendo, además, tomarse en el Registro de la Propiedad anotación preventiva de la demanda interpuesta, según acepta la doctrina más autorizada.
Distinta es la situación de los derechos reales sobre cosa ajena que gravasen el bien antes de
la expropiación y que debieron extinguirse en virtud de la purga de cargas que ordena la ley.
Tales derechos continúan extinguidos después de que tenga lugar la reversión, no reviven, ya
que, como se dijo, la reversión opera «ex nunc» y, además, la reversión se concede sólo al
propietario expropiado (el primitivo dueño o sus causahabientes, dice el artículo 54 de la Ley
de Expropiación Forzosa).
La claridad del tema desaparece en el momento en que surgen cambios en la titularidad de
los sujetos inicialmente implicados en la expropiación, bien por transmisión del derecho de
reversión, bien por transmisión del bien expropiado. Sobre la transmisibilidad del derecho de
reversión no parece haber duda: así el artículo 54 de la ley de Expropiación Forzosa alude al
primitivo dueño o a sus causahabientes. Surgida la causa que da lugar a la reversión, su ejercicio corresponderá al titular actual del mismo. Sin embargo, el sujeto pasivo del derecho de
reversión lo es siempre la Administración expropiante, y no el titular actual al tiempo del ejercicio de la reversión. Así lo sostiene la doctrina y la jurisprudencia (sentencias del Tribunal
Supremo de 12 de junio de 1987). Ello implica que tales titulares posteriores permanecen en
principio ajenos al ejercicio de tal derecho, teniendo tan sólo la carga de soportarlo. Para justificar tan anómala situación el artículo 69 del Reglamento de Expropiación Forzosa declara que
la reversión procede incluso contra terceros protegidos por el artículo 34 de la Ley Hipotecaria,
sin perjuicio del derecho de repetición de los mismos que en su caso proceda.
Es evidente que este precepto por su carácter reglamentario y por su dificultad de encaje en
la lógica jurídica no podía dejar de plantear problemas de interpretación. García de Enterría
trató de salvar la antinomia legal entre el citado artículo 69 y el 34 de la Ley Hipotecaria, entendiendo que la contradicción quedaba salvada por el artículo 37 de esta última: la reversión
se impone porque su causa consta ya en el Registro siempre que la expropiación esté inscrita.
Esta interpretación de momento permite reducir el problema a los casos en que la expropiación
no esté inscrita. No obstante, la doctrina y la misma jurisprudencia nadó en la confusión sobre
este tema durante largo tiempo, apreciándose Resoluciones contradictorias: frente a las sentencias del Tribunal Supremo de 10 de mayo de 1988 y de 5 de febrero de 1991 que parten de la
tesis de que el derecho de reversión perjudica siempre al tercero protegido, la sentencia de 6 de
abril de 1992 y la Resolución de la Dirección General de los Registros y del Notariado de 29
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de noviembre de 1978 niegan la reversión de la finca expropiada por aparecer transmitida a
tercero inscrito en el momento en que surge la causa de la reversión.
Ante tal panorama la reforma de la Ley de Expropiación Forzosa operada por la citada ley
38/1999, intenta salir al paso de tal situación introduciendo un nuevo párrafo en el artículo 54
de aquélla que trata de compaginar los intereses en conflicto, al disponer que «en las inscripciones en el Registro de la Propiedad del dominio y demás derechos reales sobre bienes inmuebles adquiridos por expropiación forzosa se hará constar el derecho preferente de los reversionistas frente a terceros adquirentes que hayan inscrito los títulos de sus respectivos derechos
conforme a lo dispuesto en la Ley Hipotecaria». Esta es, pues, la solución legal al problema
que impide la inaplicación del principio de fe pública registral, al tiempo que consigue una
mejor coordinación entre el Registro de la Propiedad y la potestad expropiatoria de la Administración. Es cierto que el precepto genera nuevas dificultades interpretativas: cómo se cancelará este derecho de reversión, es o no necesaria la inscripción sucesiva de la transmisión del
derecho de reversión para mantener su preferencia frente a terceros adquirentes inscritos, cómo
se procede a la cancelación de los derechos posteriores inscritos en el caso del ejercicio del
derecho de reversión inscrito, etc. Pero la contradicción legal ha desaparecido y los principios
administrativos y los hipotecarios se han coordinado.
V. QUINTA PARTE. CONCESIONES ADMINISTRATIVAS. SU HIPOTECABILIDAD
La concesión se configura como un acto administrativo creador de derechos «ex novo», por
los cuales se transfiere a un particular facultades originariamente administrativas (Zanobini), y
cuyas facultades pueden referirse a la gestión o disfrute de servicios públicos o de bienes integrados en el dominio público, lo que da lugar a la distinción entre concesiones de servicios
públicos y concesiones sobre el dominio público.
Refiriéndose a estas últimas, Roca Sastre las define como «un acto de la Administración en
virtud del cual se crea sobre bienes de dominio público y a favor de un particular un derecho
subjetivo de uso, aprovechamiento o explotación exclusiva».
En opinión de nuestra doctrina administrativa (GONZÁLEZ PÉREZ), las concesiones administrativas otorgadas sobre bienes de dominio público pertenecen a la categoría jurídica de los
«derechos reales administrativos», entendidos como aquellos que atribuyen a los administrados
un poder concreto sobre una determinada dependencia demanial, que puede defender «erga
omnes», incluso frente a la Administración. Por ello no es de extrañar que desde antiguo se
hablase de la inscribilidad registral de dichas concesiones.
La inscripción de las concesiones aparece expresamente prevista en el artículo 31 del Reglamento Hipotecario. Pero lo que ahora nos interesa es destacar un aspecto concreto del régimen registral de las concesiones de obra pública, cual es el de la constitución de hipotecas
sobre las mismas, con arreglo a la nueva regulación contenida en la reciente ley 13/2003, de 23
de mayo, reguladora del contrato de concesión de obras públicas por la que se modifica la ley
de Contratos de las Administraciones Públicas (Texto Refundido aprobado por Real Decreto
Legislativo 2/2000, de 16 de junio).
La principal especialidad de la hipoteca de la concesión de obra pública es que se aparta de
la regla general según la cual sólo los bienes inmuebles y derechos reales sobre los mismos que
sean transmisibles pueden ser hipotecados, según resulta de lo establecido en el artículo 106 de
la Ley Hipotecaria. Es cierto que las concesiones administrativas de obras públicas tienen la
consideración de bien inmueble, no por naturaleza sino por ficción legal: constituyen una modalidad de las llamadas fincas funcionales o especiales, definidas como inmuebles expresa-
X.
COLABORACIONES
mente por el artículo 334 n.º 10 del Código civil. Sin embargo, la segunda nota requerida para
su hipotecabilidad, ser transmisibles, aparece limitada dada la exigencia de que su enajenación
o gravamen obtenga previa autorización administrativa. No obstante lo cual, la posibilidad de
hipotecar tales concesiones está expresamente consagrada por el artículo 107 n.º 6 de la Ley
Hipotecaria.
El origen histórico de esta admisión de la hipoteca de concesión es claro, ya que a diferencia del régimen vigente, históricamente la concesión administrativa sobre bienes demaniales, –
no así las de servicio público que tenían el carácter de «intuitu personae» –, eran libremente
transmisibles. Así fue durante la vigencia de la antigua ley de Obras Públicas de 13 de abril de
1877, que tan sólo exigía la comunicación «ex post» de la transmisión a la Administración
concedente, además de la subrogación del adquirente en las obligaciones establecidas en el
pliego de condiciones. Este principio de libre transmisibilidad se invierte con la ley de Contratos de las Administraciones Públicas de 1995 que establece el requisito general de la previa
autorización administrativa, además de exigir que el adquirente o cesionario reúna las cualidades técnicas o personales del cedente (art. 114).
Ahora bien, la existencia de un interés público relevante en torno a la concesión administrativa determina que la hipoteca de la misma, puesto que es de esencia en la hipoteca la posibilidad de forzar la transmisión del bien hipotecado en caso de incumplimiento de la obligación
asegurada, sea sometida a un conjunto de particularidades exorbitantes respecto de su regulación ordinaria, particularidades que han sido reguladas con notable precisión técnica en la
nueva ley del contrato de concesión de 23 de mayo de 2003. En la fase de latencia de la hipoteca tales especialidades se refieren a la acción de devastación por disminución del valor de la
garantía y al pacto de administración y posesión interina del bien hipotecado, en este caso de la
concesión, por parte del acreedor hipotecario. Pero son las particularidades existentes en materia de ejecución y cancelación de la hipoteca las más relevantes y a ellas me voy a limitar.
En materia de ejecución de la hipoteca, procedimiento regulado en los artículos 681 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil, la principal característica de la hipoteca de concesión es la intervención de la Administración concedente a fin de controlar que los posibles
licitadores reúnen los requisitos necesarios para garantizar su capacidad para la ejecución o
explotación de la obra pública. Frente a la confusa regulación hasta ahora vigente la nueva ley
introduce con claridad las siguientes especialidades:
1.º es necesaria la previa autorización administrativa para que se opere la subrogación del
adjudicatario de la subasta en la posición jurídica del concesionario;
2.º para obtener esta autorización los licitadores deben comunicarlo al órgano de contratación, incluyendo al propio acreedor hipotecario; tal autorización se debe conceder en el plazo
máximo de 15 días;
3.º en caso de que la subasta quede desierta la Administración concedente puede optar entre
acordar el secuestro o la resolución de la concesión. En este último caso debe fijar, mediante
acuerdo con el acreedor hipotecario, la cuantía de la deuda y las condiciones en que debe ser
amortizada. En defecto de acuerdo la Administración queda liberada pagando al acreedor el
importe de la indemnización que corresponda al concesionario, es decir, el importe de las inversiones realizadas por la expropiación de terrenos y ejecución de la obra, en función de su
grado de amortización.
Finalmente, en cuanto a las especialidades en materia de cancelación de hipotecas de concesión, la nota principal a destacar responde al principio de que la hipoteca de concesión queda
pendiente de la extinción del derecho del concesionario.
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En cuanto a las consecuencias regístrales de tal extinción se debe diferenciar entre aquellos
supuestos de extinción derivados de la caducidad de la concesión y aquellos otros derivados de
su resolución. En el primer caso, la extinción de la concesión por transcurso del plazo de su
vigencia, comporta la extinción de todos los contratos vinculados a aquella, procediéndose a la
cancelación automática de la eventual hipoteca existente, sin ulteriores requisitos (cfr. Art. 262
n.º 4 de la ley de 2003 y 175 n.º 3 del Reglamento Hipotecario). Por el contrario, en caso de
resolución de la concesión, siempre que ésta no responda a causa imputable al concesionario
(rescate de la concesión, supresión de la explotación por razones de interés público, mutuo
acuerdo, etc) la cancelación de la hipoteca que la grave no será automática ya que, además de
la resolución administrativa firme declarando la resolución, deberá acreditarse la consignación
de las cantidades debidas al acreedor hipotecario. Las cantidades a consignar serán las que
corresponda percibir al concesionario en todo supuesto de resolución, esto es, el importe de las
inversiones realizadas para la expropiación de los terrenos y demás adquisiciones realizadas
para la explotación de la concesión, y el valor de las obras. Además en los casos señalados en
que la resolución responde a causa imputable a la Administración, se ha de incluir en la consignación el importe de la indemnización que corresponda al concesionario por los daños y
perjuicios sufridos, hasta el límite de las responsabilidades garantizadas por la hipoteca.
Finalmente, se ha de destacar una última especialidad de relieve, cual es el derecho que se
reconoce al acreedor hipotecario a subrogarse en la posición del concesionario cuando proceda la resolución de la concesión por incumplimiento de alguna de las obligaciones del concesionario, para lo que en el expediente de resolución de la concesión se da trámite de audiencia
al acreedor hipotecario, previa expedición por el Registrador de la correspondiente certificación de cargas encaminada a poner de manifiesto en dicho expediente la existencia de tales
titulares hipotecarios. Así como el derecho a percibir el importe del crédito con cargo a las
cantidades consignadas corresponde, por su orden, a todos los acreedores con derecho inscrito
o anotado sobre la concesión (art. 672 n.º 1 L.E.C. y art. 175 n.º 6 R.H.), el derecho de subrogación en la posición del concesionario igualmente se reconoce a todos los titulares de derechos y cargas constituidos sobre la concesión, por el orden derivado de su prioridad registral
(art. 258 ley del contrato de concesión).
VI. SEXTA PARTE. LA CALIFICACION DE LOS DOCUMENTOS ADMINISTRATIVOS
La calificación registral es aquella decisión jurídica solemne dada por el Registrador, mediante la que se declara que un acto o negocio objeto de ella reúne o no los requisitos legales
para obtener la protección registral.
La importancia de los efectos atribuidos al Registro explica suficientemente la relevancia
de esa función calificadora. Sin esa previa depuración de la documentación presentada, los
asientos podrían servir para confundir al público, vulnerando las exigencias del principio de
legalidad registral.
1. La calificación de los documentos administrativos
La calificación de los documentos administrativos se sujeta a principio general consagrado
en el artículo 18 de la Ley hipotecaria: «Los Registradores calificarán bajo su responsabilidad:
la legalidad de las formas extrínsecas de los documentos de toda clase en cuya virtud se solicite
la inscripción, así como la capacidad de los otorgantes y la validez de los actos dispositivos
X.
COLABORACIONES
contenidos en las escrituras públicas, por lo que resulte de ellas y de los asientos del Registro».
Pero, a partir de la reforma del Reglamento hipotecario de 12 de noviembre de 1982, se cuenta
con un precepto específico, el artículo 99, que define el ámbito de calificación de los documentos administrativos en los siguientes términos: «La calificación se extenderá, en todo caso,
a la competencia del órgano, a la concurrencia de la resolución con la clase de expediente o
procedimiento seguido, a las formalidades extrínsecas del documento presentado, a los trámites
e incidencias esenciales del procedimiento, a la relación de éste con el titular registral y a los
obstáculos que surjan del Registro».
La reforma de 1982 que dio luz al precepto transcrito, recogió la jurisprudencia registral
que, hasta entonces, había ido perfilando las facultades del Registrador en esta materia. La
principal conclusión de la reforma es que en los documentos administrativos gozan los Registradores de una mayor libertad en la calificación que cuando se trata de documentos judiciales,
pues respecto a estos últimos no cabe que el Registrador extienda su juicio a la cuestión de los
trámites esenciales del procedimiento, y además, en estos últimos la determinación del ámbito
de calificación supone la fijación de un límite máximo, en tanto que respecto de los documentos administrativos el artículo 99 antes visto declara que la calificación se extenderá a las cuestiones señaladas, como mínimo.
2. Exégesis del artículo 99 del Reglamento hipotecario
1) CUESTIONES DE COMPETENCIA.
Para que un documento público administrativo se pueda tener por válido y auténtico, es
preciso que refleje un acto emanado de aquel órgano de la administración que legalmente tenga
atribuida la potestad relacionada con la materia sobre la que verse dicho acto. Tradicionalmente
se ha venido entendiendo que los defectos de competencia determinaban una ineficacia insubsanable del documento a efectos registrales. Esta es la opinión de autores como Gómez Gálligo, que cita la incompetencia de la autoridad que expide el documento entre los supuestos de
faltas insubsanables, junto con los defectos de tracto sucesivo por falta de legitimidad en el
disponente del acto, y junto con los supuestos de nulidad de pleno derecho del acto o contrato.
Este criterio se ha de mantener igualmente en relación con los documentos administrativos,
si bien cabe hacer respecto de los mismos dos importantes salvedades o matizaciones:
A) Algunos administrativistas, como es el caso de Remón Peñalver, entienden que el defecto de falta de competencia, será subsanable siempre que proceda o quepa la convalidación
del acto. Apoya su opinión en el artículo 67.3 de la Ley de régimen jurídico de las administraciones públicas, conforme al cual: «si el vicio consiste en incompetencia no determinante de
nulidad, la convalidación podrá realizarse por el órgano competente cuando sea superior jerárquico del que dictó el acto viciado»; y en el artículo 67.4 de la misma Ley para la falta de
alguna autorización, que permitirá la convalidación del acto viciado «mediante el otorgamiento
de la misma por el órgano competente».
B) Otra importante cuestión que se plantea desde la perspectiva del estudio de la competencia de los órganos administrativos, es la que se deriva de la facultad de declaración de nulidad
de los actos administrativos atribuida a la propia administración por el artículo 102 de la Ley
de régimen jurídico. Así el citado precepto dispone que las administraciones públicas podrán
en cualquier momento, por iniciativa propia o a solicitud del interesado, y previo dictamen
favorable del Consejo de Estado u órgano consultivo de la Comunidad autónoma, si lo hubiere,
declarar de oficio la nulidad de los actos enumerados en el artículo 62.1 de está Ley que hayan
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
puesto fin a la vía administrativa, o contra los que no se haya interpuesto recurso administrativo en plazo.
La cuestión que se plantea se refiere a los supuestos en que dicho acto haya causado en el
Registro de la propiedad algún asiento a favor de cualquier persona jurídica o natural, y si en
tales casos, la competencia de declaración de nulidad del acto administrativo de que goza la
administración, se extiende para cancelar el asiento registral.
El artículo 38.2 de la Ley hipotecaria dice que no podrá ejercitarse misma acción contradictoria del dominio de inmuebles o derechos reales inscritos a nombre de una persona o entidad determinada, sin que previamente o a la vez se entable demanda de nulidad o cancelación
de la inscripción correspondiente. Por tanto, en principio no parece posible que la Administración pueda declarar la nulidad del acto a los efectos de cancelar el asiento correspondiente. Los
asientos del Registro están bajo la salvaguardia de los tribunales, y no cabe que la decisión
unilateral de la administración pueda producir el efecto de cancelación, en contra de la protección derivada del principio de legitimación registral.
2) CUESTIONES DE PROCEDIMIENTO
La principal cuestión de tramitación de los procedimientos administrativos que se plantea
en el trámite de su calificación registral, están relacionadas con el derecho de audiencia del
interesado, que obliga al Registrador a examinar si el administrado afectado por el expediente
ha tenido en él mismo la intervención que en cada caso concreto prevean las Leyes.
Al respecto se ha de subrayar cómo el tribunal supremo viene acentuando la tendencia a la
reducción de la virtualidad invalidatoria de los defectos formales, «de tal manera que, antes de
llegar a solución tan extrema, hayan sido tomadas en consideración todas las circunstancias
concurrentes, impuestas por la importancia y consecuencia de los vicios denunciados, la entidad del derecho afectado y la situación o posición de los interesados en el expediente, porque
de otra manera se incurriría en un extremo formalismo repudiado en la propia Ley, con la
consecuencia de dañar gravemente la operatividad de la actuación administrativa» (sentencia
del tribunal supremo de 13 de marzo de 1991).
Es cierto, no obstante, que tras la aprobación de la Constitución, el Supremo afirma que la
audiencia del interesado, recogida como esencial trámite del procedimiento por el artículo 84
de la Ley de régimen jurídico de la administraciones públicas, procede en todo expediente, sin
que pueda prescindirse del trámite, «so pretexto de aplicar los principios de eficacia y celeridad» (sentencia de 21 de octubre de 1991). Sin embargo, la falta de audiencia sólo tendrá virtualidad invalidatoria cuando provoque una situación material de indefensión (sentencias de 17
de junio de 1991,29 de enero de 1992, etcétera).
A la vista de tal jurisprudencia algunos autores sostienen que la falta de audiencia del interesado sólo debe impedir el acceso al Registro del acto calificado cuando ese defecto formal
haya situado al interesado en una situación real de indefensión, que no pueda ser subsanada.
En línea con estas opiniones se suele sostener al respecto que los vicios no esenciales de
forma o competencia no podrán constituir obstáculo para la inscripción, si el acto administrativo devino firme en vía administrativa. Y ello en base al razonamiento de que si el particular
protegido por la norma y legitimado para ejercitar las acciones de impugnación procedentes
contra el acto, se aquieta, permitiendo que el acto gane firmeza, no puede el Registrador alzarse
contra la fuerza de cosa decidida inherente a la resolución, por lo cual la firmeza del acto se
convertiría así, en límite para la calificación.
Estas opiniones, sin embargo olvidan, a mi juicio, el dato esencial, de que el Registrador ha
de velar en todo caso porque el acceso al Registro que cualquier acto se realice previa justificación de su plena validez y eficacia, sin que la no apreciación de ilegalidad alguna por parte del
X.
COLABORACIONES
afectado pueda implicar vinculación en cuanto al ejercicio de esta función por parte del órgano
que legalmente la tiene atribuida.
3) CUESTIONES DE VALIDEZ DEL ACTO.
La validez de los actos de administrativos habrá de ser enjuiciada a través de la luz del artículo 62 de la Ley de régimen jurídico de las administraciones públicas, según el cual son actos
nulos de pleno derecho los siguientes:
A) los que lesionen el contenido esencial de los derechos y libertades susceptibles de amparo constitucional.
B) Los dictados por órgano manifiestamente incompetente, por razón de la materia o del territorio.
C) los que tengan un contenido imposible.
D) los que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como consecuencia de esta.
E) Los dictados prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido o de las normas que contienen las reglas esenciales para la formación de la voluntad de los
órganos colegiados.
F) Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico, cuando se adquieran
facultades o derechos, y se carezca de los requisitos esenciales para su adquisición.
G) Cualquier otro que se establezca expresamente en una disposición de rango legal.
Como se puede observar, hay una importante coincidencia entre los actos citados que la
mencionada Ley determina como nulos, y los actos que el artículo 99 del Reglamento hipotecario ordena al Registrador calificar, esto es, la competencia del órgano, la congruencia de la
resolución con la clase de expediente seguido, las formalidades extrínsecas del documento, y la
existencia de un posible delito a la vista de los documentos presentados (el artículo 104 del
Reglamento hipotecario dice que los Registradores en caso de que pudiera resultar del título
presentado haberse cometido algún delito, darán parte a la correspondiente autoridad judicial,
con remisión del documento respectivo.)
Pero hay otros supuestos específicos que recoge el artículo 62 de la Ley de régimen jurídico
que no están presentes en el texto del artículo 99 del Reglamento hipotecario. Ante ello, cabe
plantear el siguiente interrogante ¿Qué facultades tiene el Registrador respecto a los supuestos
de nulidad de actos administrativos señalados en el artículo 62.1 a, c, f y g. La calificación del
Registrador, según Sanz, no tiene un carácter contencioso ni judicial, pero produce efectos
frente a todos, sin embargo no produce el efecto de cosa juzgada, ni impide el procedimiento
que pueda seguirse ante los tribunales de justicia. La calificación registral queda determinada
en el artículo 101 del Reglamento hipotecario según el cual la calificación se entenderá limitada a los efectos de extender, suspender, o denegar la inscripción, y no impedirá el procedimiento que pueda seguirse ante los tribunales, sobre la validez o nulidad del título, o sobre la
contención del juez o tribunal, ni perjudicará los resultados del mismo procedimiento.
Se considera, por tanto,(Egea Ibáñez) que los actos nulos no recogidos en cuanto a su causa
de nulidad en el ámbito del artículo 99 del Reglamento hipotecario, deben, no obstante, ser
calificados por el Registrador bajo su responsabilidad con arreglo al artículo 18 de la Ley hipotecaria. No parece posible, pues, el acceso al Registro de la propiedad de actos administrativos que según la Ley son nulos de pleno derecho.
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
4) CUESTIONES RELATIVAS A LAS FORMALIDADES EXTRINSECAS DE LOS
DOCUMENTOS
En cuanto al examen de los actos administrativos desde el punto de vista formal o de documentación, la principal cuestión que se plantea es la de el privilegio de autoconfección de sus
propios documentos atribuidos a la administración dentro de su régimen estatutario exorbitante
respecto de las normas del derecho privado. En concreto, destaca la posibilidad de inscribir
derechos a favor de la administración a través de certificaciones libradas por la propia administración titular, en los términos del artículo 206 de la Ley hipotecaria, modificado por la Ley
de acompañamiento a los presupuestos generales del Estado para 1997, ya comentado con
anterioridad.
Otra cuestión que se suscita en cuanto a los títulos administrativos que pretende su acceso
al Registro en su sentido formal o documental, es el relativo a la certificación de actos presuntos. Como se sabe, la nueva Ley de régimen jurídico en caso de silencio administrativo presume la existencia de un acto administrativo.
Así la administración pública tiene la obligación de resolver las solicitudes de los particulares, en los términos del artículo 42 de la citada Ley, y en todo caso en el plazo máximo establecido por las normas aplicables a la tramitación del procedimiento concreto de que se trate, y si
la norma de procedimiento no fija plazos, en el plazo máximo de tres meses.
Si venciese el plazo de resolución se producirán los efectos jurídicos que se señalan en el
artículo 43 de la mencionada Ley, es decir, que se consideran estimadas las resoluciones relativas a solicitudes de concesión de licencias y autorizaciones, ejercicio de derechos existentes,
salvo que la estimación tuviera como consecuencia que se transfiera al solicitante o a tercero
facultades relativas al dominio público o al servicio público, en cuyo caso se entenderán desestimadas.
Los actos presuntos son verdaderos actos administrativos cuya eficacia aparece recogida en
el artículo 44 de la Ley de régimen jurídico. Existe pues un verdadero acto administrativo. Pero
la cuestión es la de cómo acreditar la existencia de dichos actos para que puedan ser eficaces.
Para ello el artículo 44 de la citada Ley establece la figura de la certificación del acto presunto,
que deberá ser expedida por el órgano competente que debió resolver expresamente el procedimiento, que deberá extenderla inexcusablemente en el plazo máximo de 20 días desde que le
fue solicitada. Si la certificación no fuese emitida en el plazo establecido, los actos presuntos
serán igualmente eficaces y se podrán acreditar mediante la exhibición de la petición de certificación sin que por ello quede desvirtuado el carácter estimatorio o desestimatorio legalmente
establecido para el acto presunto.
Desde el punto de vista de la calificación registral, la acreditación del acto presunto a través
de certificación expresa, no plantea dificultad alguna. Sin embargo, los autores (Egea Ibáñez)
tienden a considerar que en caso de no haberse producido la expedición de dicha certificación,
el mecanismo supletorio de eficacia del acto presunto por medio de la exhibición de la petición
de dicha certificación, no podrá ser admitida a efectos registrales, ya que conforme al artículo
3.º de la Ley hipotecaria, los asientos del Registro, se practican en todo caso por medio de
títulos auténticos y públicos, siendo así que la mera solicitud de petición de certificación carece
de tal condición pública y auténtica. No obstante, existen trabajos prenormativos que tienden a
habilitar mecanismos de eficacia registral de los actos presuntos aun cuando la administración
haya incumplido la obligación de expedir la certificación. Este es el caso de la proyectada
reforma del Reglamento hipotecario, en concreto respecto de la expedición de licencias de
obras y de parcelación, que son necesarias para poder inscribir en el Registro escrituras o títulos de declaraciones de obras nuevas o de segregaciones de fincas.
X.
COLABORACIONES
3. La doctrina emanada de la Dirección general de los Registros y del notariado
Los criterios de la Dirección general sobre la materia que examinados, pueden exponerse a
través de los siguientes apartados:
A) No puede accederse a la inscripción si el documento presentado es tan escueto que no
permite al Registrador ejercer su función calificadora. Así la resolución de 27 de abril de 1993
responde a este principio: si bien la sola certificación del secretario del Ayuntamiento es título
formal suficiente para la inscripción a favor del Ayuntamiento de los terrenos en que se concretan las cesiones obligatorias, no cabe acceder a la inscripción si de dicha certificación no
resulta el procedimiento seguido para la cesión de viables y si, en su caso, el particular se sintiera perjudicado y había pedido oportunamente la reparcelación de los terrenos.
B) En la calificación, el Registrador deberá ceñirse a los datos resultantes del título presentado y de los asientos registrales, sin que pueda tener en cuenta otro elemento a cuyo conocimiento acceda por vías distintas a las especificadas. En este sentido, cabe citar la resolución de
18 de noviembre de 1986.
C) La calificación no puede extenderse a los criterios de fondo del acto administrativo. Así, la
resolución de 16 de octubre de 1992 sostiene que «el Registrador no puede calificar el acto administrativo por el que una Corporación local designa un recaudador de contribuciones, ya que ello
supone una valoración del fondo del acuerdo adoptado, y la verificación de un juicio sobre la actuación administrativa que es competencia de los órganos jurisdiccionales en vía de impugnación».
D) El Registrador debe calificar todos aquellos aspectos que puedan afectar a la validez de
los actos dispositivos cuya inscripción se pretende. Esta función canalizadora no se limita por
«la posible existencia de un dictamen del Consejo de Estado contrario a la declaración de nulidad de pleno derecho del acuerdo municipal de enajenación (cuya inscripción se solicitaba),
por cuanto su eficacia se concreta a la improcedencia de la revisión de oficio de dicho acuerdo
en vía administrativa (artículo 109 y siguientes de la Ley de procedimiento administrativo de
1958), pero no prejuzga, ni es su cometido hacerlo, sobre su validez o nulidad» (resolución de
21 de diciembre de 1990).
En suma, en palabras de la resolución de 7 de septiembre de 1992, «no importa para negar,
en su caso, la inscripción, que los defectos puedan ser causa de mera anulabilidad, pues al
Registro sólo deben llegar actos plenamente válidos, máxime si la posible anulabilidad está
establecida en interés y garantía del titular registral para evitar su indefensión, pues consta que
no ha comparecido en el expediente».
4. La calificación y la ejecutividad del acto administrativo
Como manda el artículo 65 de la Ley hipotecaria, si de la calificación resultase una falta insubsanable «se denegará la inscripción, sin poder hacer la anotación preventiva». Ahora bien,
como los actos administrativos son inmediatamente ejecutivos y «se presumirán válidos y
producirán efectos desde la fecha en que se dicten, salvo que en ellos se disponga otra cosa»
artículo 57 de la Ley de régimen jurídico de las administraciones públicas de 26 de noviembre
de 1992), ¿supone la calificación negativa una excepción al principio de ejecutividad, al privar
al acto de uno de sus posibles efectos, cual es el de acceder al Registro?
REMÓN PEÑALVER entiende que no puede hablarse de tal excepción, pues, en su opinión, la
ejecutividad ampara el contenido natural e implícito del acto; más su posible acceso al Registro
no forma parte de tal contenido.
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Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Por otra parte, la existencia de un control previo de legalidad, nunca definitivo, para permitir el acceso del documento al Registro, no supone limitación alguna a la inmediata ejecutividad del acto. Para demostrarlo, basta recordar que, con arreglo al artículo 101 del Reglamento
hipotecario, la calificación «se entenderá limitada a los efectos de extender, suspender o denegar la inscripción, anotación, nota marginal o cancelación solicitada, y no impide el procedimiento que pueda seguirse ante los tribunales sobre la validez o nulidad del título o sobre la
competencia del Juez o tribunal, ni prejuzgará los resultados del mismo procedimiento».
XI
NOVEDADES LEGISLATIVAS
XI.1
RESEÑA LEGISLATIVA DEL BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO Y
EL DIARI OFICIAL DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA
BOE
Ley 6/2004, de 12 de julio, reguladora de los Órganos de Defensa de la Competencia de la
Comunidad Autónoma de Galicia. (BOE de 20 de agosto de 2004).
Ley 7/ 2004, de 16 de julio, gallega para la igualdad de mujeres y hombres. (BOE de 21 de
septiembre de 2004).
Real Decreto 1774/2004, de 30 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores. (BOE de
30 de agosto de 2004).
Real Decreto 1944/2004, de 27 de septiembre, por el que se modifican y amplían los medios patrimoniales traspasados a la Generalidad de Cataluña por el Real Decreto 966/1990, de
20 de julio, en materia de provisión de medios materiales y económicos para el funcionamiento
de la Administración de Justicia. (BOE de 30 de septiembre de 2004).
Real Decreto 1949/2004, de 27 de septiembre, sobre ampliación de medios materiales traspasados a la Generalidad de Cataluña por el Real Decreto 1010/1981, de 27 de febrero, en
materia de cultura (fondo documental del Servicio de Recuperación del Patrimonio Artístico de
la Generalitat de Cataluña. (BOE de 30 de septiembre de 2004).
DOGC
Correcció d’errada a la llei 6/2004, de 16 de juliol, de pressupostos de la Generalitat de
Catalunya per al 2004 (DOGC núm.4179, pàg. 13900, de 21 de juliol de 2004). (DOGC de 14
de setembre de 2004).
Correcció d’errades a la llei 7/2004, de 16 de juliol, de mesures fiscals i administratives
(DOGC núm. 4179, pàg. 14199, de 21 de juliol de 2004). (DOGC de 14 de setembre de 2004).
Resolució PRE/2474/2004, de 13 de setembre, per la qual es dóna publicitat a l’Acord del
Govern de data 7 de setembre de 2004, de modificació de l’Acord de 20 de gener de 2004, pel
qual s’aprova el Programa de Planificació Lingüística. (DOGC de 20 de setembre de 2004).
XI.2
Real Decreto 1865/2004, de 6 de septiembre, por el que
se regula el Consejo Nacional de la Discapacidad
(BOE de 7 de septiembre de 2004)
La Orden de 17 de junio de 1999 creó y
reguló el Consejo Estatal de las Personas con
Discapacidad, con el fin de institucionalizar
la colaboración del movimiento asociativo de
las personas con discapacidad y de la Administración General del Estado en la definición
y coordinación de una política coherente de
atención integral.
La disposición final segunda de la Ley
51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad
de oportunidades, no discriminación y
accesibilidad universal de las personas con
discapacidad, ordena al Gobierno que en un
plazo de seis meses desde su entrada en
vigor modifique la normativa reguladora
del Consejo Estatal de Personas con Discapacidad, al objeto de adecuarla a lo establecido en el artículo 15.3 de dicho texto
legal que le atribuye funciones en materia
de igualdad de oportunidad y no discriminación, y en particular, a su nueva denominación como Consejo Nacional de la Discapacidad.
Por su parte, la Ley 6/1997, de 14 de abril,
de Organización y Funcionamiento de la
Administración General del Estado, regula la
creación de órganos colegiados y los requisitos para constituirlos.
Por otro lado, la experiencia acumulada en
los últimos años y el nuevo enfoque de los
derechos humanos en la actuación sobre la
discapacidad han puesto de manifiesto la
necesidad de actualizar determinados aspectos de la estructura y composición del Consejo, a fin de agilizar su funcionamiento,
reforzar su representatividad, otorgarle una
mayor autonomía institucional y garantizar la
eficacia de sus actuaciones que han de inspi-
rarse en los principios de vida independiente,
normalización, accesibilidad universal, diseño para todos, diálogo civil y transversalidad
de las políticas en materia de discapacidad.
Con la regulación de este Consejo, se da así
impulso al principio de diálogo civil, en
virtud del cual las organizaciones representativas de personas con discapacidad y de sus
familias participan en la elaboración, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas oficiales que se desarrollan en la esfera de
las personas con discapacidad.
En su virtud, a propuesta del Ministro de
Trabajo y Asuntos Sociales, con la aprobación previa del Ministro de Administraciones
Públicas, de acuerdo con el Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 3 de septiembre
de 2004,
DISPONGO:
Artículo 1. Naturaleza y fines.
1. El Consejo Nacional de la Discapacidad es
el órgano colegiado interministerial, de carácter consultivo, adscrito al Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales, en el que se
institucionaliza la colaboración del movimiento asociativo de las personas con discapacidad y sus familias y la Administración
General del Estado, para la definición y coordinación de una política coherente de atención integral.
2. En particular, corresponde al Consejo
Nacional de la Discapacidad la promoción de
la igualdad de oportunidades y no discriminación de las personas con discapacidad.
232
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Artículo 2. Funciones del Consejo Nacional
de la Discapacidad.
1. Para el cumplimiento de los fines señalados, el Consejo Nacional de la Discapacidad
desarrollará las siguientes funciones:
a) Promover los principios y líneas básicas de
política integral para las personas con discapacidad en el ámbito de la Administración
General del Estado, incorporando el principio
de transversalidad.
b) Presentar iniciativas y formular recomendaciones en relación con planes o programas
de actuación.
c) Conocer y, en su caso, presentar iniciativas
en relación a los fondos para programas de
personas con discapacidad y los criterios de
distribución.
d) Emitir dictámenes e informes, de carácter
preceptivo y no vinculante, sobre aquellos
proyectos normativos y otras iniciativas
relacionadas con el objeto del Consejo que se
sometan a su consideración y, en especial, en
el desarrollo de la normativa de igualdad de
oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal.
e) Promover el desarrollo de acciones de
recopilación, análisis, elaboración y difusión
de información.
f) Impulsar actividades de investigación,
formación, innovación, ética y calidad en el
ámbito de la discapacidad.
g) Conocer las políticas, fondos y programas
de la Unión Europea y de otras instancias
internacionales y recibir información, en su
caso, sobre las posiciones y propuestas españolas en los foros internacionales.
h) Cualquier otra función que, en el marco de
sus competencias, se le atribuya por alguna
disposición legal o reglamentaria.
2. Todas las funciones enumeradas anteriormente se atribuyen sin menoscabo de
las que correspondan a otros órganos de
representación y participación legalmente
establecidos.
Artículo 3. Composición.
El Consejo Nacional de la Discapacidad está
constituido por el presidente, tres vicepresi-
dentes, 30 vocales, cuatro asesores expertos y
el secretario.
Artículo 4. Presidencia.
1. Será Presidente del Consejo el Ministro de
Trabajo y Asuntos Sociales.
2. Corresponde al Presidente:
a) Dirigir, promover y coordinar la actuación
del Consejo.
b) Ostentar la representación y ejercer las
acciones que correspondan al Consejo Nacional de la Discapacidad.
c) Acordar la convocatoria de las sesiones
ordinarias y extraordinarias del Pleno y la
fijación del orden del día de las sesiones
teniendo en cuenta las propuestas y peticiones de sus miembros.
d) Presidir las sesiones del Pleno y moderar
el desarrollo de los debates y suspenderlos
por causas justificadas.
e) Velar por el cumplimiento de la normativa
vigente.
f) Visar las actas y certificaciones de los acuerdos del Consejo Nacional de la Discapacidad.
g) Cuantas otras sean inherentes a su condición de Presidente.
Artículo 5. Vicepresidencias.
1. Será Vicepresidente primero el titular de la
Secretaría de Estado de Servicios Sociales,
Familias y Discapacidad, quien sustituirá al
Presidente en caso de vacante, ausencia o
enfermedad.
2. Será Vicepresidente segundo el titular de la
Dirección General de Coordinación de Políticas Sectoriales sobre la Discapacidad, quien
sustituirá al Presidente en caso de vacante,
ausencia o enfermedad, en defecto del Vicepresidente primero.
3. Será Vicepresidente tercero un representante del sector asociativo de las personas con
discapacidad y de sus familias, elegido por y
entre los vocales de las organizaciones representadas en el Consejo, quienes, igualmente,
elegirán a un suplente para los casos de ausencia, vacante o enfermedad.
4. Los Vicepresidentes primero y segundo,
además de las funciones señaladas en los
XI.
apartados anteriores, desempeñarán aquellas
otras que les sean delegadas por el Presidente
y cuantas sean inherentes a su condición.
Artículo 6. Vocalías y asesores expertos.
1. Serán vocales del Consejo, garantizando
la participación equilibrada por razón de
género:
a) 15 vocales en representación de la Administración General del Estado en función de
sus competencias en materias relacionadas
directa o indirectamente con las personas con
discapacidad y sus familias, conforme a la
siguiente distribución:
1.º Por el Ministerio de Trabajo y Asuntos
Sociales: el titular de la Dirección General
del Instituto Nacional de la Seguridad Social,
el titular de la Dirección General del Instituto
de Mayores y Servicios Sociales, el titular de
la Dirección Técnica del Real Patronato sobre
Discapacidad y el titular de la Dirección
General del Servicio Público de Empleo
Estatal.
2.º Por otros departamentos, un representante,
con rango de director general, de los siguientes ministerios: de Asuntos Exteriores y
de Cooperación; de Justicia; de Economía y
Hacienda; del Interior; de Fomento; de Educación y Ciencia; de Industria, Turismo y
Comercio; de la Presidencia; de Administraciones Públicas; de Sanidad y Consumo, y de
Vivienda.
b) 15 vocales representantes de las asociaciones de utilidad pública más representativas de
ámbito estatal que agrupen a las organizaciones más representativas de los diferentes
tipos de discapacidad.
2. En el desarrollo de su cargo, los vocales
están facultados para:
a) Participar en los debates, efectuar propuestas y elevar recomendaciones.
b) Participar en la elaboración de los informes y de los dictámenes en los términos que,
en cada caso, el Pleno acuerde.
c) Ejercer su derecho a voto, y formular su
voto particular, así como expresar el sentido
de su voto y los motivos que lo justifican.
d) Formular ruegos y preguntas.
NOVEDADES LEGISLATIVAS
e) Obtener la información precisa para cumplir las funciones asignadas.
f) Ejercer cuantas otras funciones sean inherentes a su condición de vocales.
3. En ningún caso los vocales podrán atribuirse la representación o facultades del
Consejo, salvo que expresamente se les haya
otorgado por acuerdo del órgano colegiado y
para casos concretos.
4. Para cada uno de los vocales del Consejo
el Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales
designará de la misma forma un suplente,
para que sustituya al titular en caso de ausencia, vacante o enfermedad. La duración de las
sustituciones quedará limitada al tiempo de
mandato que restase al vocal sustituido.
5. El Consejo contará, así mismo, con cuatro
asesores expertos designados por el titular del
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de
entre personas de reconocido prestigio y
trayectoria en materias relacionadas con las
personas con discapacidad y sus familias.
Dichos asesores, con voz y sin voto, participarán en las sesiones de los órganos del Consejo, prestando su conocimiento experto.
6. El nombramiento de los vocales del Consejo Nacional de la Discapacidad se regirá
por el siguiente procedimiento:
a) Los vocales en representación de la Administración General del Estado serán nombrados por el Ministro de Trabajo y Asuntos
Sociales, a propuesta de los respectivos departamentos.
b) Los vocales titulares representantes de las
asociaciones de utilidad pública más representativas de ámbito estatal que agrupen a las
organizaciones más representativas de los
diferentes tipos de discapacidad serán nombrados por el Ministro de Trabajo y Asuntos
Sociales, a propuesta de los órganos de gobierno de dichas asociaciones.
Artículo 7. Secretaría.
1. Actuará como secretario, con voz pero sin
voto, el responsable de la unidad correspondiente de la Dirección General de Coordinación de Políticas Sectoriales sobre la Discapacidad que tenga atribuidas las competen-
233
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
cias específicas en materia de discapacidad,
que podrá ser asistido por el personal de
apoyo necesario para el desempeño de sus
cometidos.
2. Corresponde al secretario:
a) Asistir a las reuniones de los órganos del
Consejo.
b) Convocar las sesiones, acompañando el
orden del día con una antelación mínima de
48 horas, por orden de su Presidente, así
como enviar las citaciones a los miembros del
Consejo. En todo caso, la información sobre
los temas que figuren en el orden del día
estará en la secretaría del Consejo a disposición de sus miembros.
c) Recibir los actos de comunicación de los
miembros con los órganos del Consejo y, por
tanto, las notificaciones, peticiones de datos,
rectificaciones o cualquier otra clase de escritos de los que deba tener conocimiento.
d) Preparar el despacho de los asuntos, redactar y autorizar las actas de las sesiones.
e) Expedir certificaciones de las consultas,
dictámenes y acuerdos aprobados.
f) Cuantas otras funciones sean inherentes a
su condición de secretario.
Artículo 8. Funcionamiento.
1. El Consejo Nacional de la Discapacidad
funcionará en Pleno y en Comisión Permanente. La sede del Consejo Nacional de la
Discapacidad será la del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, que deberá ser necesariamente accesible para las personas con
discapacidad.
2. El Consejo Nacional de la Discapacidad
podrá constituir comisiones o grupos de
trabajo para el mejor desempeño de sus fines,
a los que se podrá invitar, a propuesta del
Vicepresidente primero del Consejo, a
expertos seleccionados por razón de la materia a tratar en cada reunión, sin perjuicio de
los cuatro asesores expertos a que se refiere
el artículo 3.
3. Las convocatorias, notificaciones y comunicaciones, así como la documentación de
soporte que emanen del Consejo y de sus
órganos, deberán realizarse, en todo caso, con
formato accesible para las personas con discapacidad. De igual modo, en las sesiones
que celebren el Consejo y sus órganos deberá
garantizarse la accesibilidad de la comunicación.
4. El Consejo dispondrá un sitio oficial en
Internet, accesible para personas con discapacidad, con arreglo a criterios de accesibilidad
generalmente admitidos, en los que se informará de sus funciones, actividades y servicios, así como, en general, sobre igualdad de
oportunidades y no discriminación de personas con discapacidad.
Artículo 9. Pleno del Consejo Nacional de la
Discapacidad.
1. Serán funciones del Pleno:
a) Establecer las líneas generales de actuación del Consejo.
b) Atender las consultas que le sean formuladas por los departamentos ministeriales u
otras entidades, en materias relacionadas con
las personas con discapacidad y sus familias,
y emitir los correspondientes dictámenes.
c) Solicitar la información necesaria sobre los
asuntos objeto de la competencia del Consejo, de acuerdo con lo establecido en el artículo 2.
d) Elegir a los vocales de la Comisión Permanente respetando los criterios de proporcionalidad y representación del Pleno.
e) Establecer comisiones y grupos de trabajo
para la elaboración de estudios, informes,
propuestas y desarrollo de actividades sobre
asuntos de su competencia.
f) Aprobar las propuestas de resolución
que, elaboradas por la Comisión Permanente y la Oficina Especializada, le fuesen
presentadas.
g) Aprobar el reglamento de funcionamiento
interno del Consejo.
h) Aprobar la memoria anual del Consejo.
2. El Pleno del Consejo Nacional de la Discapacidad celebrará al menos dos sesiones
ordinarias al año, y podrá reunirse en sesiones extraordinarias siempre que lo convoque
el Presidente por propia iniciativa o a petición
de un tercio de sus miembros.
XI.
Artículo 10. Comisión Permanente.
1. La Comisión Permanente es el órgano
ejecutivo del Consejo, sin perjuicio de lo
establecido en este real decreto para la Oficina Especializada, y estará constituida por un
presidente, 16 vocales, dos asesores expertos
y un secretario.
2. Será presidente de la Comisión Permanente
el Vicepresidente primero del Consejo.
3. Son vocales de la Comisión Permanente:
a) Ocho de los que en el Pleno participan en
representación de la Administración General
del Estado por los ministerios siguientes:
Justicia; Economía y Hacienda; Fomento;
Educación y Ciencia; Trabajo y Asuntos
Sociales; Administraciones Públicas; Sanidad
y Consumo, y Vivienda.
b) Ocho de las organizaciones de personas
con discapacidad y sus familias representadas
de entre los que forman parte del Pleno del
Consejo.
4. Los asesores expertos serán nombrados por
el Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.
5. Actuará de secretario, con voz pero sin
voto, el que lo sea del Pleno del Consejo.
6. La Comisión Permanente celebrará al
menos cuatro sesiones ordinarias al año, y
podrá reunirse en sesión extraordinaria siempre que lo convoque el Presidente por propia
iniciativa o a petición de un tercio de sus
miembros.
Artículo 11. Oficina Permanente Especializada.
1. La Oficina Permanente Especializada es el
órgano del Consejo, de carácter permanente y
especializado, encargado de promover la
igualdad de oportunidades, no discriminación
y accesibilidad universal de las personas con
discapacidad.
2. Serán funciones de la Oficina las siguientes:
a) Prestar asesoramiento y apoyo legal a las
víctimas de discriminación por razón de
discapacidad.
b) Estudiar y analizar las denuncias en materia de discriminación por razón de la discapacidad, sin perjuicio de las atribuciones de los
NOVEDADES LEGISLATIVAS
organismos y autoridades que sean competentes.
c) Proponer al Pleno, para su consideración,
medidas o decisiones que prevengan estructural o coyunturalmente situaciones de discriminación por razón de discapacidad en los
ámbitos establecidos en la Ley 51/2003, de 2
de diciembre.
d) Elaborar, con carácter anual, para su elevación al Pleno del Consejo, un informe
sobre la situación de la igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad
universal de las personas con discapacidad y
sus familias.
e) Colaborar con los órganos judiciales y
administrativos en los asuntos que éstos le
requieran.
f) Aquellas otras que pueden atribuirsele en
virtud de disposiciones normativas con rango
legal o reglamentario.
Artículo 12. Duración del mandato.
1. El mandato de los vocales y asesores expertos del Consejo Nacional de la Discapacidad tendrá una duración de cuatro años.
2. Transcurrido el periodo de duración del
mandato, se procederá a la disolución del
Consejo y a su renovación; no obstante, el
Consejo saliente permanecerá en funciones
hasta el nombramiento de los nuevos vocales.
Artículo 13. Renovación del Consejo.
La renovación de las vocalías y asesores
expertos se realizará por el procedimiento
indicado en el artículo 6.
Artículo 14. Cese de los miembros del Consejo.
1. Los vocales y asesores expertos del Consejo cesarán por cualesquiera de las siguientes causas:
a) Renuncia.
b) Dejar de concurrir los requisitos que determinaron su designación.
c) Haber cesado como miembro de la federación, asociación o institución a la que representa.
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BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
d) Por incumplimiento grave de sus obligaciones, a propuesta del Pleno del Consejo,
aprobada por mayoría cualificada de dos
tercios.
2. La competencia para el cese de los miembros corresponde al Ministro de Trabajo y
Asuntos Sociales.
3. Producida una vacante, se procederá a su
cobertura mediante nombramiento del Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales a propuesta de quienes corresponda efectuarla de
conformidad con lo regulado en este real
decreto.
4. Hasta que se cubra la vacante, el vocal
cesante será sustituido por su suplente.
Artículo 15. Compensación económica por
asistencia a reuniones.
Los vocales representantes de las organizaciones de personas con discapacidad y de sus
familias, cuya residencia habitual esté ubicada en localidad distinta a aquélla en la que se
celebre la reunión, recibirán una compensación económica igual a la establecida para los
funcionarios públicos en el Real Decreto
462/2002, de 24 de mayo, sobre indemnizaciones por razón del servicio, para satisfacer
los gastos originados por el desplazamiento,
el alojamiento y la manutención, en las cuantías establecidas para el grupo 1.
Disposición adicional primera. Normativa
aplicable.
Sin perjuicio de las peculiaridades previstas
en el reglamento de funcionamiento interno
que apruebe el Pleno, el Consejo Nacional de
la Discapacidad se ajustará a las normas de
organización y funcionamiento establecidas
en el capítulo II del título II de la Ley
30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y
del Procedimiento Administrativo Común.
Disposición adicional segunda. Medios personales y materiales.
La provisión de medios personales y materiales necesarios para el correcto funcionamiento del Consejo Nacional de la Discapacidad será con cargo a las dotaciones presupuestarias del Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales, sin que ello suponga ampliación de plantilla o de créditos presupuestarios.
Disposición derogatoria única. Derogación
normativa.
Queda derogada cualquier disposición de
igual o inferior rango que se oponga a lo
dispuesto en este real decreto y, expresamente, la Orden de 17 de junio de 1999, por
la que se crea el Consejo Estatal de las Personas con Discapacidad.
Disposición final primera. Oficina Especializada Permanente.
En un plazo no superior a seis meses desde
la entrada en vigor de este real decreto,
mediante orden del Ministro de Trabajo y
Asuntos Sociales se regulará la estructura y
funcionamiento de la Oficina Permanente
Especializada establecida en este real decreto.
Disposición final segunda. Facultad de desarrollo.
Se autoriza al Ministro de Trabajo y Asuntos
Sociales a dictar cuantas disposiciones sean
necesarias para el desarrollo y ejecución de lo
dispuesto en este real decreto.
Disposición final tercera. Entrada en vigor.
El presente real decreto entrará en vigor el
día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».
Dado en Madrid, a 6 de septiembre de 2004.
JUAN CARLOS R.
El Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales,
JESÚS CALDERA SÁNCHEZ-CAPITÁN
XI.3
Resolución PRE/2474/2004, de 13 de septiembre, por la
que se da publicidad al Acuerdo del Gobierno de fecha 7
de septiembre de 2004, de modificación del Acuerdo de
20 de enero de 2004, por el que se aprueba el Programa
de Planificación Lingüística
(DOGC de 20 de septiembre de 2004)
Considerando que el Gobierno de la Generalidad de Cataluña, en la sesión de 7 de
septiembre de 2004, adoptó el Acuerdo de
modificación del Acuerdo de 20 de enero de
2004, por el que se aprueba el Programa de
Planificación Lingüística,
Resuelvo:
Hacer público el Acuerdo del Gobierno
que se publica como anexo a esta Resolución,
adoptado en la sesión de fecha 7 de septiembre de 2004, de modificación del Acuerdo de
20 de enero de 2004, por el que se aprueba el
Programa de Planificación Lingüística.
Barcelona, 13 de septiembre de 2004
Raimon Carrasco i Nualart
Secretario general del Primer Consejero
Acuerdo
de 7 de septiembre de 2004, del Gobierno
de la Generalidad de Cataluña, de modificación del Acuerdo de 20 de enero de 2004, por
el que se aprueba el Programa de Planificación Lingüística
En fecha 20 de enero de 2004 el Gobierno
de la Generalidad adoptó un Acuerdo por el
que se aprobó el Programa de Planificación
Lingüística.
Entre las funciones del director o directora del programa, que actúa bajo la dependencia inmediata de la persona titular de la Secretaría de Política Lingüística, se incluye la
de impulsar y coordinar las actividades terminológicas de la lengua catalana y velar por
su aplicación.
El ejercicio de esta función está estrechamente relacionado con las finalidades y funciones que tiene atribuidas el Centro de Terminología Termcat, el cual es un consorcio
con personalidad jurídica propia integrado por
la Generalidad de Cataluña y otras entidades.
El artículo 7.1 de los estatutos de este
consorcio determina que el presidente del
Consejo de Dirección es la persona titular de
la Dirección General de Política Lingüística
de la Generalidad de Cataluña, órgano que
fue suprimido por el Decreto 68/2004, de 20
de enero, de estructuración y de reestructuración de diversos departamentos de la Administración de la Generalidad. El citado Decreto creó la Secretaría de Política Lingüística, la cual asumía las funciones que hasta
aquel momento correspondían a la Dirección
General de Política Lingüística.
Considerando que el director o directora
del Programa de Planificación Lingüística
actúa bajo la dependencia inmediata de la
persona titular de la Secretaría de Política
Lingüística, y considerando la relación directa del contenido funcional de su puesto de
trabajo con las finalidades y las funciones del
Centro de Terminología Termcat, es conveniente atribuir la presidencia del Consejo de
Dirección de este consorcio a la citado director o directora.
Por todo ello, el Gobierno de la Generalidad, a propuesta del Primer Consejero,
acuerda:
1. Modificar la letra c) del punto 3 del
Acuerdo del Gobierno de la Generalidad de
238
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
20 de enero de 2004, por el cual se aprueba el
Programa de Planificación Lingüística, que
queda redactado de la manera siguiente:
«c) Impulsar y coordinar, mediante la presidencia del Consejo de Dirección del Centro
de Terminología Termcat, las actividades
terminológicas de la lengua catalana y velar
por su aplicación.»
2. Disponer la publicación de este Acuerdo en el DOGC.
(04.257.044)
XI.4
Resumen de la ley 7/2004 de 16 de julio, de medidas
fiscales y administrativas de Cataluña
A)
Impuesto sobre Sucesiones:
La disposición final tercera contiene un mandato al Gobierno para que presente al Parlamento un proyecto de ley de regulación del impuesto sobre sucesiones y donaciones en el
marco de las competencias asumidas sobre este tributo.
B)
Impuesto de Transmisiones:
– Novedades:
– El tipo general aplicable a todos los documentos, salvo los que tengan atribuido un tipo
específico, se fija en el 1%.
– Se implanta un tipo reducido del 0,3% para los documentos de constitución, para pequeñas y medianas empresas, de derechos reales en favor de una sociedad de garantía recíproca.
– Texto:
Artículo 3. Actos jurídicos documentados.
Se modifica el artículo 7 de la Ley 21/2001, de 28 de diciembre, de medidas fiscales y administrativas, que queda redactado del siguiente modo:
«Artículo 7. Tipos de gravamen de los documentos notariales.
Los documentos notariales a que se refiere el artículo 31.2 del texto refundido de la Ley del
impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, aprobado por el
Real decreto legislativo 1/1993, de 24 de septiembre, tributan según los tipos de gravamen
siguientes:
a) El 0,1%, en el caso de documentos de adquisición de viviendas declarados protegidos,
así como de los documentos del préstamo hipotecario otorgado para su adquisición.
b) El 1,5%, en el caso de documentos en los que se haya renunciado a la exención en el
IVA conforme a lo dispuesto por el artículo 20.2 de la Ley del Estado 37/1992, de 28 de diciembre, del impuesto sobre el valor añadido.
c) El 0,3%, en el caso de documentos notariales que formalicen la constitución y modificación de
derechos reales en favor de una sociedad de garantía recíproca con domicilio social en Cataluña.
d) El 1%, en el caso de otros documentos.»
C) IRPF:
Se establece una nueva deducción en el tramo autonómico de la cuota para los contribuyentes que hayan quedado viudos durante el ejercicio. En el supuesto de que la persona contribuyente viuda tenga descendientes a su cargo, se fija una deducción superior a la que se esta-
240
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
blece con carácter general. La deducción fiscal se extiende también a los dos ejercicios inmediatamente posteriores.
D) Patrimonio:
Se introduce una bonificación respecto a los llamados patrimonios especialmente protegidos de contribuyentes con disminución. Esta institución ha sido creada por la Ley del Estado
41/2003, de 18 de noviembre, de protección patrimonial de las personas con discapacidad y de
modificación del Código civil, de la Ley de enjuiciamiento civil y de la normativa tributaria
con esta finalidad, y sólo pueden ser beneficiarios los afectados por una discapacidad psíquica
igual o superior al 33% y los afectados por una discapacidad física o sensorial igual o superior
al 65%. El patrimonio especialmente protegido, sometido a un régimen especial de administración, queda directamente vinculado a la satisfacción de las necesidades vitales de la persona
con discapacidad. Con el fin de facilitar la constitución de estos patrimonios, se establece una
bonificación del 99% de la cuota que proporcionalmente corresponda a los bienes o derechos
que pasen a formar parte de aquéllos.
E)
Envíos telemáticos notariales:
Se establece la obligación de los notarios de remitir telemáticamente a la Administración
los documentos autorizados que tengan trascendencia tributaria.
Artículo 15. Obligación de envío telemático de los documentos autorizados por los notarios.
En los plazos y condiciones que se establezcan por reglamento, los notarios están obligados a
enviar por vía telemática, a las delegaciones de la Dirección General de Tributos y las oficinas
liquidadoras, los documentos a que se refieren los artículos 32.3 de la Ley del Estado 29/1987, de
18 de diciembre, del impuesto sobre sucesiones y donaciones, y 52 del texto refundido de la Ley
del impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados.
F) Liquidadores de Distrito Hipotecario:
Se regulan en el art. 16 los pagos derivados de la gestión tributaria, estableciéndose el sistema de minoración de ingresos para el pago, por una parte, de los honorarios de los liquidadores de distrito hipotecario, devengados como consecuencia de su intervención en la gestión,
la liquidación y la recaudación de los tributos cedidos, y, por otra parte, de la cantidad correspondiente a la confección de efectos timbrados.
También el art. 17 dispone que las deudas derivadas de las indemnizaciones por gastos de
aval y los intereses que deriven se hagan efectivos por la vía de la minoración de la cuenta de
ingresos.
La disposición final primera autoriza al Gobierno a regular los períodos y procedimientos
de liquidación de los honorarios de los liquidadores de distrito hipotecario devengados como
consecuencia de su intervención en la gestión, liquidación y recaudación de los tributos cedidos o de las cantidades correspondientes a la confección de los efectos timbrados del impuesto
sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados.
XI.5
Proyecto de reforma de la Ley del Divorcio
1
El Ministro de Justicia don Juan Fernando López Aguilar presentó al Consejo de Ministros
del 17 de septiembre un
INFORME sobre el Anteproyecto de Ley por la que se modifica el Código civil en materia
de separación y divorcio.
Se transcribe su reseña, obtenida de la web oficial, con el único añadido de cursivas.
MODIFICACIÓN DEL CÓDIGO CIVIL EN MATERIA DE SEPARACIÓN Y
DIVORCIO
Madrid, 17 de septiembre de 2004
El Consejo de Ministros ha recibido un Informe del Ministro de Justicia sobre el Anteproyecto de Ley por la que se modifica el Código civil en materia de separación y divorcio.
La reforma que se acomete pretende que la libertad, como valor superior de nuestro ordenamiento, tenga su más adecuado reflejo en el matrimonio. El reconocimiento por la Constitución de
esta institución jurídica posee una innegable trascendencia, en tanto que contribuye al orden político
y la paz social, y es cauce a través del que los ciudadanos pueden desarrollar su personalidad.
En coherencia con esta razón, el artículo 32 de la Constitución configura el derecho a contraer matrimonio según los valores y principios constitucionales. De acuerdo con ellos, la
presente Ley persigue ampliar el ámbito de libertad de los cónyuges en lo relativo al ejercicio
de la facultad de solicitar la disolución de la relación matrimonial.
Con este propósito, se estima que el respeto al libre desarrollo de la personalidad justifica
reconocer mayor trascendencia a la voluntad del individuo cuando ya no desea seguir vinculado con su cónyuge. Así, el ejercicio de su derecho a no continuar casado no debe hacerse
depender ni de una previa e ineludible situación de separación, ni desde luego de la demostración de la concurrencia de causa alguna, pues la causa determinante no es más que el fin de
esa voluntad expresada en su solicitud.
En desarrollo del fundamento constitucional, se acometen las siguientes reformas:
Supresión de la separación previa
• Hasta el momento para obtener el divorcio era preciso cumplir con un doble trámite: 1.-)
Había que obtener la separación. 2.-) Sólo cuando había transcurrido al menos un año se podía
solicitar el divorcio.
• Hasta ahora la separación previa era requisito ineludible. Con la nueva norma la separación no es, en ningún caso, trámite previo ni condicionante del divorcio.
• El divorcio y la separación son dos diferentes opciones y tras esta reforma tienen un único
requisito común: que hayan transcurrido tres meses desde el matrimonio. Por tanto, quien
quiera separarse sin llegar al divorcio lo puede hacer.
_______
1.
Reproducido de la página web de notariosyregistradores.com.
242
BOLETÍN DEL SERC • 114
Servicio de Estudios Registrales de Cataluña
Ventajas de un proceso mas ágil
• Menor coste económico: La reducción vendría al evitarse en un buen número de procesos
la duplicidad de gastos, por un lado, para obtener la separación y, por otro, el divorcio.
• Mayor celeridad: En un único proceso que aglutine la separación y el divorcio puede obtenerse una solución de alcance general.
• Menor tensión: La eliminación de trámites ayudan a crear un clima más armónico para las
relaciones personales de los cónyuges durante el proceso. La situación de crisis se resuelve con
mayor celeridad, dejando en mejor posición al conjunto de la familia, especialmente a los hijos.
• En un 70 por 100 de los casos en los que se producen episodios de violencia de género la
pareja está en trámites de separarse. Una mayor agilidad en el proceso evitará incrementar la
conflictividad y dará una solución más rápida.
Custodia compartida
• Se prevé la figura de la custodia compartida por acuerdo entre ambos cónyuges, lo que
responde al deseo de superar la fractura familiar de la manera menos traumática posible para
los hijos.
• El Anteproyecto de Ley señala que es una posibilidad, no una obligación, que pasa, naturalmente, por el acuerdo de los cónyuges, aunque el Juez también la puede acordar en beneficio de los hijos.
• Se prevé que sea el convenio regulador propuesto por las partes el instrumento para esta
medida. Si el convenio propone compartir la custodia o el Juez considera que esto es lo mejor
para el menor, se admitirá que las funciones puedan ser compartidas entre ambos cónyuges.
• Se trata de dar la posibilidad de que el consentimiento de quienes se van a divorciar sea el
que determine cómo se ejerza la custodia. Esta determinación puede beneficiar a los hijos, que
pueden encontrar en la custodia compartida una mejor fórmula para articular sus relaciones
paterno-filiales.
• Hasta ahora el divorcio era consecuencia de un incumplimiento de los deberes conyugales
o de una causa que ponía en duda la idoneidad de los miembros de la pareja para cumplir con
sus obligaciones. El resultado era que «el incumplidor» no podía ser considerado apto para
ejercer las funciones parentales. Por tanto, el tener que alegar causas perjudicaba, cara a obtener la custodia, al que era acusado o se autoinculpaba con el fin de obtener el divorcio.
• En cualquier caso, la filosofía de la norma es procurar no separar a los hermanos.
Diversas opciones de pensión
El Anteproyecto de Ley prevé que la pensión compensatoria pueda ser vitalicia, temporal o
un tanto alzado (un porcentaje de los ingresos en un tiempo delimitado, o un porcentaje del
patrimonio, o una cantidad global y en una única entrega). Se entiende que esta modalidad
contribuye, en determinadas circunstancias, a limitar o reducir la eventual conflictividad que
genera esta figura. Hasta ahora esto no quedaba explicitado en la Ley.
Juicios rápidos civiles
• La opción por potenciar el convenio y el acuerdo, unido a la eliminación de las causas de
los procesos, supone que éstos puedan tener cabida dentro de los juicios rápidos civiles (Disposición Adicional 5.ª de la Ley de Enjuiciamiento Civil).
• Esta modalidad procesal será puesta en funcionamiento con un carácter de prueba piloto en diversas grandes ciudades en los próximos meses. Pretende la agilización y resolución inmediata de
determinados procesos, entre los que se incluyen separaciones y divorcios de mutuo acuerdo y
medidas provisionales. Estos procesos podrían ser resueltos en diez días, aproximadamente.
XI.
NOVEDADES LEGISLATIVAS
Plazos
• La supresión del doble proceso puede potenciar que los juzgados de familia que tramitan
estos asuntos tengan una importante reducción del número de procedimientos, lo que conlleva
la posibilidad de atender más rápidamente los procesos en que no exista mutuo acuerdo.
• La reforma no estipula plazos para la resolución definitiva del proceso, puesto que esto es
competencia de cada Juez. No obstante, las ventajas de la nueva norma conllevarían una reducción muy significativa de los tiempos actuales.
¿Qué pasa con los procesos que están en marcha?
Una disposición transitoria establece que la norma será de aplicación a todos los pleitos
que se encuentren en curso. Quienes actualmente estén a la espera de una sentencia de separación, cuando entre en vigor la Ley podrán conseguir el divorcio.
Inscripción del lugar de nacimiento de niños adoptados en el extranjero
Una disposición final en el Anteproyecto de Ley hace referencia a las adopciones internacionales. Dado el creciente número de niños adoptados en el extranjero y puesto que el lugar de
nacimiento es un dato que permite conocer la procedencia del menor, se modifica la Ley de
Registro Civil para proteger la intimidad del niño y su familia. Por ello, los adoptantes podrán
solicitar una nueva inscripción donde conste como lugar de nacimiento del adoptado el domicilio de sus padres en España, en lugar de la ciudad donde realmente nació.
243
XII
BIBLIOTECA JURÍDICA
XII.1
PUBLICACIONES
«Derecho de Familia vigente en Catalunya», de M.ª del Carmen Gete-Alonso, María Ysás y
Judith Solé, Catedrática y profesoras titulares de Derecho Civil de la Universidad Autónoma de
Barcelona, respectivamente. Volumen perteneciente a la colección «Derecho vigente en Cataluña», de Editorial Cálamo, 386 páginas.
Opción Tanteo y Retracto. La regulación catalana de los derechos voluntarios de adquisición. Esteve Bosch Capdevila. Ed. Marcial Pons y SERC
XII.2
PUBLICACIONES ADQUIRIDAS POR EL SERC
Comentarios a la ley concursal (2 volúmenes). Bercovitz Rodríguez, Ed. Bosch
Esquemas procesales del concurso. Ley 22/2003. Rich Oliva, M., Ed. Bosch
Institucions del dret civil de Catalunya. Vol. III. Puig Ferriol, L/Roca, Ed. Bosch
Los nuevos tribunales de lo mercantil. Garciandia González. P., Ed. Bosch
La Representación legal de menores e incapaces, Ruiz-Rico Ruiz J.M, Ed. Bosch
Codi urbanístic de Catalunya, Martí Sarda, I.Vicente, Ed. Bosch
Comentarios a la ley 49/2003 de arrendamientos rústicos, Vieria Jiménez
Comentarios impuesto transmisiones patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, Muñoz del Castillo, Ed. Bosch
Comentario de la Ley de arrendamientos rústicos, Caballero Lozano, Ed. Bosch
Contrato de cambio de solar por edificación futura, Serrano Gómez, E., Ed. Bosch
Declaración de concurso e inscripción hipotecaria, Blasco Gascó, F. Ed. Bosch
Instituciones derecho privado. Sucesiones. Tomo V.1.º, Garrido Melero, M., Ed. Bosch
Nueva ley concursal. Ley 22/2003, de 9 de julio, Sala Reixachs, A., Ed. Bosch
La nueva ley general tributaria, Calvo Ortega, R. Ed. Bosch
Prelación y pago a los acreedores concursales. Blasco Gascó, F., Ed. Bosch
Régimen económico matrimonial y comunicación de bienes, Martínez Sanchiz, J.A., Ed.
Bosch
Viviendas de protección pública (VPO): tramitación. Blanco Barea, J.A., Ed. Bosch
XIII
OTRAS CUESTIONES NO JURÍDICAS
XIII. 1
Por su interés reproducimos el nombramiento de D. Juan
María Díaz Fraile como Secretario de la Sección Española
de la Comisión Internacional del Estado Civil
Ministerio de Justicia
Secretaria de Estado de Justicia
Dirección General de los Registros y del Notariado.
Con fecha 1 de septiembre de 2004, el Excmo. Sr. Ministro de Justicia me comunica lo siguiente:
«De conformidad con lo previsto en el articulo 2 del Real Decreto 635/1993, de 3 de mayo,
por el que se regula la organización y funcionamiento de la Sección española de la Comisión
Internacional del Estado Civil y a propuesta de la Ilma. Sra. Directora General de los Registros
y del Notariado, he acordado nombrar para el cargo de Secretario de la Sección española de
dicho organismo internacional a Don Juan María Díaz Fraile».
Lo que comunico a V.I. para su conocimiento.
Madrid, a 7 de septiembre de 2004
LA DIRECTORA GENERAL,
Fdo. Pilar blanco-Morales Limones.
ILMO. SR. DON JUAN MARIA DIAZ FRAILE, LETRADO ADSCRITO EN LA DIRECCIÓN GENERAL DE LOS REGISTROS Y DEL NOTARIADO.
XIII.2
Romance de las fatigas que pasó un opositor para aprobar
la oposición... como todo el mundo. (Reproducido de la
página Web de notariosyregistradores.com)
(Dedicado al vate de los pareados y al sufrido cuerpo de opositores, para que no se desanimen)
Hace muchos, muchos años, concluida aquella etapa de estudiar una carrera y de servir a
la patria, quien estas líneas escribe y peina abundantes canas era un joven sonriente, que una
alegre mañana pegó el culo a una silla y con brío y buena cara empezó a pasar las hojas de un
maldito programa.
Fueron pasando los días, fueron pasando semanas y aquel alegre joven empezó a perder la
calma, pues vio con inquietud y con no poca alarma que lo que hoy aprendía mañana lo olvidaba.
La cabeza le dolía, los oídos le zumbaban, no dormía por la noche y de día bostezaba, y,
entre tanto, aquellos temas por su mente resbalaban.
«¿Será posible, Dios mío, –quien esto escribe pensaba– que, equivocando el camino, haya
metido la pata y esto no sea para mí, pues la memoria me falla?»
La angustia le corroía y sus fuerzas flaqueaban, pues iban pasando los años y no adelantaba nada.
En la provincia vecina su novia, que era una santa, le animaba por correo mandando cartas y cartas, mientras que al pie de la Virgen con mucho fervor rezaba.
Pasados más de tres años comenzó una nueva etapa y se hizo el milagro que el estudiante
anhelaba, pues vio con no poco asombro que todo lo recordaba, desde el código de Eurico a lo
que la ley manda cuando, muerto el marido, la viuda está preñada.
«¡Echarme censos, decía, y las leyes de Vizcaya, usufructos vitalicios y derechos de pernada!
¡Ya no me asustan las leyes, ni aún la hipotecaria!
¡Esto está más que vencido, como la letra cambiaria!»
Aquí el romance termina, aquí la historia se acaba, pues no es preciso añadir, para no hacerla más pesada, los detalles ocurridos hasta la feliz jornada del lejano año setenta en que el
vate que os habla, como en un parte de guerra, pudo decir a su amada:
«Vete comprando un vestido con una cola muy larga.
Se acabó la oposición: ganóse y bien ganada».
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