Jurisdicción: Social Recurso de Suplicación núm. 606/2005. Ponente: Ilmo. Sr. D. Pedro Librán Sainz de Baranda EXTINCION DEL CONTRATO POR CAUSAS OBJETIVAS: circunstancias económicas: desestimación: conveniencia económica: falta de justificación; cese nulo: lesión de derechos fundamentales: vulneración de la garantía de indemnidad: despido en represalia por ejercer acciones judiciales frente a la empresa: inexistencia de circunstancias objetivas concurrentes. CADUCIDAD DE ACCIONES: desestimación: despido; cómputo del plazo: días inhábiles: sábados: legislación aplicable. El TSJ desestima el recurso interpuesto por la empresa demandada contra la Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 1 de Ciudad Real, de fecha 01-02-2005, dictada en autos promovidos en reclamación de despido, en base a lo reseñado en la fundamentación jurídica. En Albacete, a veintiuno de julio de dos mil cinco. La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, compuesta por los Ilmos. Sres. Magistrados citados al margen, y EN NOMBRE DEL REY ha dictado la siguiente SENTENCIA NÚM. 1049 En el Recurso de Suplicación número 606/05, interpuesto por D. Gabriel, contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social núm. 1 de Ciudad Real, de fecha uno de febrero de 2005, en los autos número 714/04, sobre reclamación por despido Disciplinario, siendo recurrido por Dª María Virtudes, Dª Pilar y FOGASA. Es Ponente el Ilmo. Sr. D. Pedro Librán Sainz de Baranda. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO Que en la sentencia recurrida dice en su parte dispositiva: « FALLO: Que estimando la demanda presentada por Dª María Virtudes, contra Gabriel, en reclamación contra despido objetivo, declaro que la decisión extintiva de la relación laboral notificada a la trabajadora, constituye un despido nulo, por lesión de la garantía de indemnidad; condenando al empresario demandado Gabriel, a que readmita a la demandante en su puesto de trabajo, en las mismas condiciones que existían antes del despido, y a que le abone el importe de los salarios dejados de percibir desde la fecha de depósito hasta el día de la readmisión, a razón de 21,54 euros diarios; absolviendo a las restantes partes demandadas de las pretensiones ejercitadas en su contra». SEGUNDO Que, en dicha Sentencia, y como Hechos Probados, se establecen los siguientes: I.-Dª María Virtudes, ha venido prestando sus servicios para el empresario demandado Gabriel, desde el 8 de septiembre de 2003, fecha en la que sucedió empresarialmente a Dª Pilar, para la cual venía prestando sus servicios desde el 18 de octubre de 1993 mediante contrato de trabajo indefinido, de carácter fijo discontinuo, con la categoría profesional de Ayudante de Comedor, desarrollando su actividad laboral en los Colegios Públicos Angel Andrade y Dulcinea del Toboso de Ciudad Real, percibiendo un salario mensual de 646,25 euros por todos los conceptos, incluido el prorrateo de pagas extraordinarias. II.-En fecha 15 de octubre, la trabajadora recibió escrito de la empresa por el que se le comunicaba la extinción del contrato de trabajo por razones económicas y productivas, con efectos del mismo día, comunicándole la decisión de amortizar su puesto de trabajo, en base a lo establecido en el art. 52.c del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) ; comunicación cuyo contenido literal se da por reproducido por obrar en autos, añadiendo que a tenor del art. 53.1 b) del citado texto legal, le corresponde una indemnización de 3.142,62 euros, derivada de los cálculos efectuados atendiendo a su antigüedad, del día 1810-1993, los 2.798 días efectivos trabajados en su condición de trabajadora fija discontinua y de su salario mensual que cifran en 608,25 euros, incluida prorrata de pagas extraordinarias; indemnización de la que se pone a su disposición en este mismo momento el 60%, conforme lo dispuesto en el art. 33.8 del Estatuto de los Trabajadores, es decir, 1.910,21 euros, siendo el 40% restante y hasta su total podrá reclamarlo ante el Fondo de Garantía Salarial. También se indica en dicha comunicación que dado que los efectos extintivos señalados de esta decisión empresarial tendrán inmediatamente lugar por ser necesaria y urgente llevar a cabo la medida adoptada, junto a la liquidación de salarios (274,24 euros), y partes proporcionales (69,56 euros) que asciende a 343,80 euros, le ofrecemos otros 588,25 euros, en compensación del preaviso legal no concedido, quedando dichas cuantías a su disposición, al igual que la indicada indemnización, manifestando que de no ser aceptados dichos conceptos se procederá a su consignación. III.-Por la empresa se promovió expediente de Consignación Judicial núm. 744/04, ante el Juzgado de lo Social núm. 3 en se que consignó la cantidad de 2.498,46 euros (1.910,21 euros, resultantes del 60% indemnización legal prevista más los 588,25 euros del preaviso no concedido), según consta en el resguardo de ingreso incluido en el expediente que obra acumulado a los presentes autos. IV.-La actora está afiliada al sindicato Comisiones Obreras, habiendo sido promotora y candidata a las elecciones de delegado de personal en la empresa celebradas el 17-6-03. La anterior titular de la empresa, la codemandada Pilar, remitió escrito a la trabajadora, por el que le comunicaba la extinción del contrato suscrito por jubilación de su titular, que luego no se llevó a efecto. En junio del mismo año, la trabajadora recibió nuevo escrito de la empresaria con similar contenido, pero con efectos de extinción de 20-6-03, lo que motivó que formulada demanda de conciliación por despido, celebrándose acto con avenencia, al readmitir a la trabajadora en las mismas condiciones. Por escrito de cinco de noviembre de 2003, se comunicó a la trabajadora la sucesión empresarial por parte del nuevo empresario D. Gabriel, señalándose que se subrogaba en todos los derechos adquiridos a la fecha en la anterior empresa contratista, incluida la antigüedad, en base a la adjudicación de contrato administrativo para explotación de comedores escolares, asumiendo sus obligaciones como nuevo empresario. La actora, previa conciliación ante el SMAC en fecha 11 de mayo de 2004, sin avenencia, formuló demanda ante este Juzgado de lo Social, en reclamación de derecho y cantidad relativo a la aplicación en su integridad de un plus de asistencia previsto en el convenio, que terminó por sentencia núm. 307 de 9 de julio de 2004, recaída en los autos núm. 338/04, desestimatoria de sus pretensiones. En fecha 31 de mayo de 2004, recibió notificación fin de contrato, con efectos de 18 de junio de 2004, en el que se le comunicaba la finalización del contrato de trabajo temporal suscrito. Al que se siguió otro de 7 de junio de 2004, en el que se modificó la modalidad contractual al consignarse que finalizaba el contrato de trabajo fijo discontinuo, suscrito entre las partes. Formulada por la actora demanda de conciliación por despido nulo, en relación con dicha comunicación, se celebró acto de conciliación ante el SMAC el 19 de junio de 2005, con avenencia en el que por el empresario demandado se hizo constar: Que se opone al salario por ser al día de la fecha de 646,25 euros, y conforme reconoce la propia trabajadora en su demanda al despido invocado por ser inexistente, conforme a la segunda comunicación entregada y a petición de ella misma, quedando sobradamente reconocida su condición de trabajadora fija discontinua y quedando pendiente su nombramiento cuando comience el próximo curso escolar. Por su parte la solicitante consignó en dicha acta: Que estamos conformes con la manifestación de la demandada, esperando que se cumpla el llamamiento prometido, al inicio del próximo curso 2004-2005. Por la empresa se remitió a la trabajadora carta certificada de fecha 31 de agosto de 2004, por la que se le comunicaba lo siguiente: Dando comienzo el curso escolar 2004-2005 y por consiguiente el servicio de comedor el día 8-9-2004, por la presente se le requiere para que dicho día se presente en el centro de trabajo a las 11:00 horas, para la reiniciación de sus servicios dentro de su jornada de trabajo establecida, como trabajadora fija discontinua de la empresa. V.-Según consta en el certificado expedido por el Colegio Público «Dulcinea del Toboso», el núm. de comensales del Comedor Escolar durante el Curso 2003/2004 fue de 70 alumnos/as y durante el Curso Escolar 2004/2005 el núm. de comensales a fecha de 4 de noviembre de 2004 es de 71 alumnos/as. En el Colegio Público «Ángel Andrade» el número de usuarios del comedor escolar durante el curso escolar 2003-2004, fue el siguiente: 11-11-2003: 56. 12-12-03: 57. 8-1-2004:61. 30-5-2004: 64. 15-10-04: 65. 4-11-04: 63. También por el empresario se facilita un servicio de refrescos y bocadillo para los alumnos, cuyos ingresos no constan acreditados. VI.-No consta acreditado que la demandante sea la trabajadora de su categoría con menor antigüedad en la empresa. VII.-La actora no ostenta ni ha ostentado, cargo de representación sindical. VIII.-Se celebró acto de conciliación sin avenencia. TERCERO Que, en tiempo y forma, por la parte, se formuló Recurso de Suplicación contra la anterior Sentencia, en base a los motivos que en el mismo constan. Dicho Recurso fue impugnado de contrario. Elevadas las actuaciones a este Tribunal, se dispuso el pase al Ponente para su examen y resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO Frente a la Sentencia de Instancia que estimó la demanda de la parte actora y declaró que el cese operado el 15-10-04, no era ajustado a derecho, y que dicho despido constituía un ataque al derecho de indemnidad de la actora, se alza el presente recurso, el cual con correcto amparo procesal en el art. 191 b, c) de la LPL ( RCL 1995, 1144, 1563) solicita revisión de hechos y denuncia infracción de normas sustantivas. SEGUNDO En tres motivos dedicados a la revisión de hechos que procede estudiar conjuntamente para evitar repeticiones innecesarias se solicita la modificación de los ordinales 1º y 5º y supresión del 6º, según el tenor literal propuesto que aquí damos por reproducido. Los motivos deben ser desestimados, ya que de la doctrina de suplicación, al igual que de la del Tribunal Supremo, sentada en relación a esta función jurisdiccional, puede desprenderse una serie de «reglas básicas», cuya finalidad es evitar que la discrecionalidad judicial se extralimite hasta el punto de transformar el recurso excepcional de suplicación en una segunda instancia. Estas «reglas» las podemos compendiar del siguiente modo: 1º) La revisión de hechos faculta al tribunal a efectuar una nueva valoración global y conjunta de la prueba practicada, sino que la misma debe operar sobre la prueba documental alegada que demuestre patentemente el error de hecho. 2º) No es posible admitir la revisión fáctica de la sentencia impugnada con base en las mismas pruebas que la sirvieron de fundamento, en cuanto no es aceptable sustituir la percepción que de ellas hizo el Juzgador, por un juicio valorativo personal y subjetivo de la parte interesada ( STS 16 de diciembre de 1967, 18 [ RJ 1968, 1258] y 27 de marzo de 1968 [ RJ 1968, 1707] , 8 y 30 de junio de 1978, y 2 de mayo de 1985). 3º) En el supuesto de documento o documentos contradictorios y en la medida que de ellos puedan extraerse conclusiones contrarias e incompatibles, debe prevaler la solución fáctica realizada por el Juez o Tribunal de Instancia, órgano judicial soberano para la apreciación de la prueba ( STC 44/1989, de 20 de febrero [ RTC 1989, 44] y 24/1990 de 15 de febrero [ RTC 1990, 24] ), con la salvedad de que su libre apreciación sea razonable ( STS 2 de marzo de 1980, 10 de octubre de 1991, 10 de mayo y 16 de diciembre de 1993, y 10 de marzo de 1994). TERCERO En un primer motivo dedicado a la revisión del derecho se denuncia que la sentencia dictada infringe y es contraria al contenido del art. 59.3 de la Ley de Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) (LET) y art. 43.4, 63 s. y 103.1 de la vigente Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) , a tenor de cuyo contenido, el plazo legal para reclamar contra la decisión extintiva es de 20 días hábiles, siguientes en que se hubiera producido el despido. Dicho plazo lo es de caducidad a todos los efectos e indisponible para las partes intervinientes en el procedimiento. La cuestión a dilucidar es si se computan los sábados como hábiles después de la modificación de la LOPJ ( RCL 1985, 1578, 2635) . Esta Sala no desconoce que hay criterios divergentes entre las Salas de lo Social, sin que hasta el momento se haya manifestado el TS Esta Sala considera que los sábados son inhábiles y ello en base a las siguientes consideraciones: «desde una doble perspectiva se puede analizar el problema del cómputo de los sábados, tras la redacción del art. 182 LOPJ ( RCL 1985, 1578, 2635) -introducido por la LO 19 de 23-12-03 ( RCL 2003, 3008) -, para el plazo de caducidad de la acción de despido (art. 59.3 ET [ RCL 1995, 997] -, art. 103.1 LPL [ RCL 1995, 1144, 1563] -). Y, se puede entender, igualmente para otros casos de plazo restringido: así, sanciones (art. 113.1 LPL), movilidad geográfica y modificación sustancial de condiciones de trabajo (art. 138.1 LPL), o el de los 10 días hábiles para la impugnación de los Estatutos de los Sindicatos (art. 166 LPL), y quizás, para la acción sobre permiso de lactancia y reducción de jornada por motivos familiares (art. 138 bis LPL, 20 días), o para impugnación de los laudos del art. 76 ET (art. 127.2 LPL, 3 días. 1) En cualquier caso, como día final de dicho cómputo, en cuyo caso, estaríamos conforme al nuevo precepto orgánico, ante día inhábil para actuaciones procesales, que sin duda lo es la presentación de la demanda. Lo que en conduciría a que se pudiera presentar al siguiente día hábil (art. 1334.4 LECiv [ RCL 2000, 34, 962 y RCL 2001, 1892] -), ya lunes, e incluso, conforme al art. 135.1 LECiv, hasta las 15 horas del siguiente día hábil, martes, admitida la aplicación supletoria a lo laboral de dicho precepto por el TS, Auto del Pleno de 18-7-01 ( RJ 2001, 7015) (en ese sentido, STSJ de Extremadura de 20-10-04 [ JUR 2004, 285587] ). 2) Más particularmente, como día computable o no, para el plazo de los 20 días hábiles (u otro inferior). Sin entrar en la polémica doctrinal sobre la naturaleza sustantiva, procesal o preprocesal de dicho plazo, a efectos de aplicar para ello el CC ( LEG 1889, 27) - o la LECiv, parece que razones de seguridad jurídica art. 9.3 CE ( RCL 1978, 2836) -, son considerados como procesalmente inhábiles, pues en definitiva, no estamos sino computando un plazo para el ejercicio de una actuación procesal. Añadido a ello, también otras razones constitucionales de interpretación normativa pro actionem -art. 24.1 CEtambién avalan esa línea de interpretación, que a la fecha, aunque no de un modo unánime, viene siendo seguida por una mayoría de la doctrina de suplicación (así, entre otras, SSTSJ de Castilla y León/Valladolid, Cataluña, Cantabria, Castilla-La Mancha). Cabría así concluir que, aunque se considerara que estamos ante un plazo «material», en cuanto computado por días hábiles, y encaminado al ejercicio de una actuación procesal como es la interposición de la demanda, se computa conforme a la norma procesal, con exclusión de los inhábiles, evitando así la incoherencia de que, en otro caso, se pudiera tener por último día de plazo un sábado, procesalmente inhábil, en el que por tanto no se podría presentar la demanda. CUARTO En un segundo motivo dedicado a la revisión del derecho se denuncia infracción del art. 52 c) del ET ( RCL 1995, 997) , censura jurídica que no merece favorable acogida, pues como acertadamente hace constar la Juzgadora de Instancia no se acredita que los resultados económicos de la empresa sean negativos, sólo que no son lo suficientemente satisfactorios que el empresario desearía, sin que conste un análisis comparativo con años anteriores. No se acredita que la demanda en este caso de alumnos para el servicio de comedor haya disminuido con respecto a años anteriores, se mantiene similar o incluso hay algunos más que en el pasado curso escolar. No se acredita que los gastos sean mayores que en otros ejercicios, el precio del servicio de comedor se ha incrementado. Y lo más importante, no se alude, ni justifica cuales han sido las motivaciones que han llevado a la empresa a prescindir sólo del puesto de trabajo de la actora, y no de otros, es decir, por qué una trabajadora de su categoría y no otros a la vista de la plantilla de la empresa, y lo más significativo, como se extingue su contrato, cuando se constata en el censo laboral confeccionado con motivo de las elecciones a representantes de los trabajadores en la empresa, documento núm. 3 de los aportados por la actora, y no impugnado por el empresario, puesto en relación con las nóminas aportadas, y la relación de trabajadores incluida en la carta de despido, que hay dos puestos de Ayudante de Comedor, y según el citado censo laboral, consta que la actora tiene más antigüedad en la empresa que la otra trabajadora que desempeña igualmente sus servicios como ayudante de comedor, luego no tiene explicación lógica ni razonada, la causa objetiva, económica o productiva en la que se fundamenta la decisión empresarial adoptada de extinguir la relación laboral con la demandante. QUINTO Por último se denuncia infracción del art. 55.5 y de la Jurisprudencia que se cita. Para analizar si se produce la violación del derecho que se alega procede en primer lugar hacer un recorrido por la doctrina jurisprudencial en el tema de la garantía de indemnidad. El TC en su Sentencia 55/2004 de 19 de abril ( RTC 2004, 55) nos dice: «Recordando, ante todo, la doctrina constitucional relativa a la garantía de indemnidad derivada del art. 24 CE ( RCL 1978, 2836) ( SSTC 14/1993, de 18 ene. [ RTC 1993, 14] , F. 3º, 197/1998, de 13 oct. [ RTC 1998, 197] , F. núm. 4, 140/1999, de 22 jul. [ RTC 1999, 140] F. 4º, 168/1999, de 27 sep. [ RTC 1999, 168] , F. 1º, y 198/2001, de 4 oct. [ RTC 2001, 198] F. 3º), hemos de señalar que en relación con la posibilidad de que una decisión empresarial de despido sea lesiva del art. 24.1 CE ( RCL 1978, 2836) , este Tribunal ya declaró en la STC 7/1993, de 18 ene. ( RTC 1993, 7) , que la vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva no sólo se produce por irregularidades acaecidas dentro del proceso que ocasionen privación de garantías procesales, sino que tal derecho puede verse lesionado también cuando su ejercicio, o la realización por el trabajador de actos preparatorios o previos necesarios para el ejercicio de una acción judicial, produzca como consecuencia una conducta de represalia por parte del empresario. El derecho a la tutela judicial efectiva no sólo se satisface, pues, mediante la actuación de los jueces y Tribunales, sino también a través de la garantía de indemnidad, que significa que del ejercicio de la acción judicial o de los actos preparatorios o previos a ésta no pueden seguirse consecuencias perjudiciales en el ámbito de las relaciones públicas o privadas para la persona que los protagoniza. En el ámbito de las relaciones laborales, la garantía de indemnidad se traduce en la imposibilidad de adoptar medidas de represalia derivadas de las actuaciones del trabajador encaminadas a obtener la tutela de sus derechos ( SSTC 7/1993 y 14/1993, de 18 ene. [ RTC 1993, 14] ., 54/1995, de 24 feb. [ RTC 1995, 54] ). En este ámbito la prohibición del despido también se desprende del art. 5 c) Convenio OIT núm. 158, ratificado por España ( BOE de 29 jun. 1985 [ RCL 1985, 1548] ), que expresamente excluye entre las causas válidas de extición del contrato de trabajo "el haber planteado una queja o participado en un procedimiento entablado contra un empleador por supuestas violaciones de Leyes o reglamentos o haber presentado un recurso ante las autoridades administrativas competentes". Y, más concretamente, como razonara la STC 14/1993, la garantía de indemnidad que otorga el art. 24.1 CE se extiende asimismo a los actos preparatorios o previos necesarios para el ejercicio de una acción judicial, pues de otro modo se dificultaría la plena efectividad del derecho. Si se rechaza que los trámites previos estén provistos del amparo constitucional que deriva de ese derecho, quien pretendiese impedir o dificultar el ejercicio de una acción en la vía judicial tendría el camino abierto, pues para reaccionar frente a ese ejercicio legítimo del derecho a la acción judicial por parte del trabajador le bastaría al empresario con actuar en el momento previo al planteamiento de ésta. En suma, el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva consagrado por el art. 24.1 CE quedaría privado en lo esencial de su eficacia si la protección que confiere no incluyera las medidas que puede llegar a adoptar un empresario como reacción represiva frente a una acción judicial ejercitada por un empleado ante los Tribunales. El temor a tales medidas podría disuadir a los trabajadores de hacer valer sus derechos y, por tanto, poner en peligro gravemente la consecución del objetivo perseguido por la consagración constitucional de la efectividad de la tutela judicial, retrayendo a los trabajadores de hacer uso de su derecho a la protección jurisdiccional ante los órganos del Poder Judicial. La garantía de indemnidad del art. 241. CE cubre, en consecuencia, todo acto procesal o preprocesal necesario para acceder a los Tribunales de Justicia; tanto, entonces, el ejercicio de la acción en sede jurisdiccional, como los actos preparatorios o previos necesarios para dicho ejercicio, pus el derecho a la tutela judicial efectiva es perfectamente compatible con el establecimiento de condicionamientos previos para el acceso a la jurisdicción. Bajo esas circunstancias, en efecto, los mencionados actos previos y obligatorios no pueden permanecer al margen del derecho fundamental de tutela judicial, ya que, de otro modo, se dificultaría la plena efectividad del derecho, resultando sencillo para quien persiga impedir u obstaculizar su ejercicio poner en práctica medidas represivas justo en el momento anterior al planteamiento de la acción ( SSTC 14/1993, de 18 ene. [ RTC 1993, 14] , 140/1999, de 22 jul. [ RTC 1999, 140] , y 168/1999, de 27 sep. [ RTC 1999, 168] )». Partiendo de la anterior doctrina esta Sala entiende que el Juzgador de Instancia no la infringe, sino que la aplica correctamente, pues como nos dice el Juzgador en su Sentencia, la empresa no ha probado la existencia de un despido objetivo, existiendo indicios suficientes para deducir que se actuó sobre el trabajador por haber ejercitado ante los Tribunales acciones para defensa de sus derechos, por lo que parte el recurrente de la premisa de haberse alterado los hechos probados por él inicialmente atacados, pero al no haberlo logrado como ya se expuso, resta incólume la apreciación del Juzgador que sirvió de antecedente amparador al basamento jurídico que la sentencia impugnada se precisó y al efecto es reiterada la jurisprudencia del Tribunal Supremo -Sentencias de 6 de diciembre de 1979 ( RJ 1979, 4305) y 10 de mayo de 1980 ( RJ 1980, 2112) -así como la doctrina del TCT ( Sentencias de 25 y 27 de noviembre de 1985 [ RTCT 1985, 6509] , continuada por los TSJ de que no podrá prosperar la revisión en derecho cuando no se hayan alterado los supuestos de hechos que en la resolución se constaten y entre una y otra dimensión de la sentencia exista una íntima correlación de ambos presupuestos, circunstancia que concurre en el supuesto de autos lo que incide, en consecuencia y en definitiva a la desestimación del motivo. Por todo lo expuesto procederá previa desestimación del recurso de la empresa, la confirmación de la sentencia de instancia, y de conformidad con el art. 233 de la LPL ( RCL 1995, 1144, 1563) , procederá la imposición de costas a la recurrente comprensivas de honorarios de letrado de la parte contraria por importe de 300 euros y pérdida de de depósitos euros y pérdida de depósitos. FALLAMOS Que, desestimando el Recurso de Suplicación interpuesto por D. Gabriel, contra la Sentencia dictada por el Juzgado de lo Social núm. 1 de Ciudad Real, de fecha uno de febrero de 2005, en los autos núm. 714/04, sobre reclamación por Despido Disciplinario, siendo recurrido Dª María Virtudes, Dª Pilar y FOGASA, debemos CONFIRMAR Y CONFIRMAMOS la Sentencia de Instancia con imposición de costas a la recurrente comprensivas de honorarios de letrado de la parte contraria por importe de 300 euros y pérdida de depósitos. Notifíquese la presente resolución a las partes y a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (Albacete), haciéndoles saber que contra la misma únicamente cabe RECURSO DE CASACIÓN PARA LA UNIFICACIÓN DE DOCTRINA, que se preparará por escrito ante esta Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla La Mancha (Albacete), dentro de los DIEZ DIAS siguientes a la notificación de la Sentencia, de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 219 y 228 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) . La consignación del importe de la condena deberá acreditarse, cuando proceda, por la parte recurrente que no goce del beneficio de justicia gratuita ante esta Sala al tiempo de preparar el Recurso presentando resguardo acreditativo de haberla efectuado en la Cuenta Corriente núm. 0044 0000 66 0606 05, que esta Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (Albacete) tiene abierta en el Banco Español de Crédito, Oficina número 3001, sita en la calle Marqués de Molins núm. 13 de Albacete, pudiéndose sustituir dicha consignación en metálico por el aseguramiento mediante aval bancario en el que se hará constar la responsabilidad solidaria del avalista, debiendo igualmente la parte recurrente, que no ostente la condición de trabajador o causahabiente suyo, o beneficiario del régimen público de la Seguridad Social, o se trate del Ministerio Fiscal, Estado, las Comunidades Autónomas, las Entidades Locales, los Organismos dependientes de todas ellas y quienes tuvieren reconocido el beneficio de justicia gratuita, consignar como depósito la cantidad de TRESCIENTOS EUROS (300 €), que deberá ingresar en la Cuenta número 2410 del Banco Español de Crédito, Sucursal de la calle Barquillo núm. 49 (clave oficina 1006) de Madrid, que tiene abierta la Sala IV de lo Social del Tribunal Supremo, debiendo hacer entrega del resguardo acreditativo en la Secretaría de dicha Sala IV del Tribunal Supremo al tiempo de personarse en ella. Expídanse las Certificaciones oportunas para su unión a los autos y al rollo de su razón, incorporándose el original al correspondiente Libro de Sentencias. Así por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACIÓN.-Leída y publicada fue la anterior Sentencia en el día de su fecha, por el Ilmo. Sr. Magistrado-Ponente que la suscribe, en la Sala de Audiencias de este Tribunal. Doy fe. PUBLICACIÓN.-En la misma fecha fue leída y publicada la anterior resolución por el Ilmo. Sr./a. Magistrado que la dictó, celebrando Audiencia Pública. Doy fe. DILIGENCIA: Seguidamente se procede a cumplimentar la notificación de la anterior resolución. Doy fe.