DICTAMEN Nº 227 /2010 de 5 de mayo de 2010 Responsabilidad patrimonial. Asistencia sanitaria. Expediente de responsabilidad patrimonial nº 2007/0680/0056 por asistencia médica, tramitado a instancia de D.ª Antonia. Ha sido Ponente la Excma. Sra. Dª. Rosa Elena Muñoz Blanco, con la asistencia del Letrado Don Antonio Alonso Clemente, acordándose el Dictamen por unanimidad I. ANTECEDENTES PRIMERO.- Con fecha de 5 de marzo de 2010, tuvo entrada en la Secretaría del Consejo Consultivo solicitud de Dictamen remitido por la Presidencia de la Junta de Extremadura, de acuerdo con las competencias atribuidas por los artículos 12.1 de la Ley 16/2001, del Consejo Consultivo, y 14.c), de la Ley 1/2002, de 28 de febrero, del Gobierno y de la Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura. Se cursa solicitud de Dictamen a iniciativa de la Excma. Sra. Consejera de Sanidad y Dependencia de la Junta de Extremadura, en relación con el expediente de responsabilidad patrimonial de la Administración Pública tramitado a instancia de D.ª Antonia, por los presuntos daños derivados de la asistencia sanitaria recibida en los Servicios de Salud de la Comunidad Autónoma de Extremadura. No se requiere la evacuación de la consulta por el procedimiento de urgencia. SEGUNDO.- Se acompaña el expediente administrativo incoado como consecuencia de la indicada reclamación de responsabilidad patrimonial, incluyendo Propuesta de Resolución, de la que se extraen los siguientes documentos: 1.- Mediante escrito, registrado de entrada en la Consejería de Sanidad y Consumo de Mérida, el 7 de mayo de 2007, D.ª Antonia, presenta 1 reclamación de responsabilidad patrimonial de la administración por los daños y perjuicios sufridos como consecuencia de la intervención quirúrgica a la que fue sometida en la Clínica Vía de la Plata de Zafra, con fecha de 22 de julio de 2005, al practicarle una histerectomía total y anexectomía derecha por miomatosis uterina y quiste seroso de ovario derecho, concretados en los fuertes dolores que padece desde el citado acto médico, al considerar que su intervención fue negligente y, además, de soportarlos le causan un perjuicio económico que le ha provocado dejar la vida laboral. No evalúa los daños alegados. Se adjunta por parte del la Oficina del Defensor del Usuario toda la documentación relativa a la historia clínica de la paciente, incluida la emitida por la dirección médica de la Clínica Vía de la Plata, con fecha 24 de enero de 2007. 2.- Con fecha de 22 de mayo de 2007, el Secretario General del SES acordó tener por iniciado el expediente de responsabilidad patrimonial, sustanciándose el procedimiento de acuerdo al Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de los Procedimientos de las Administraciones Públicas en materia de Responsabilidad Patrimonial, designando Instructora a la Asesora Jurídica de la Subdirección de Asesoría Jurídica, indicando el plazo máximo de sustanciación y resolución del Expediente, seis meses, y el sentido desestimatorio del silencio administrativo Asimismo, con el fin de comprobar la identidad de la reclamante, se le concede un plazo de 10 días para que se aporte fotocopia compulsada de DNI. 3.- La Instructora, el 22 de mayo de 2007, solicita al Servicio de Inspección y Prestaciones Sanitarias de la Consejería de Sanidad y Consumo el nombramiento de un Médico Inspector para elaborar el correspondiente Informe de Inspección. Con la misma fecha se comunica la iniciación y los datos del Expediente, a la Gerencia de Área Hospital de Llerena y, también, se comunica a la Clínica Vía de la Plata, Centro Médico-Quirúrgico, para su conocimiento y a los efectos que pueda personarse en el procedimiento y exponga lo que a su derecho convenga y proponga cuantos medios de prueba considere necesarios, de conformidad con el art. 1.3 del Real Decreto 429/93, ya citado. 4.- El Gerente del Área de Salud de Llerena-Zafra, el 13 de febrero de 2007, en relación a la reclamación presentada por la reclamante, después de relatar la atención sanitaria recibida por la paciente, desde el día 22 de julio de 2005, fecha de la intervención, consistente en “… una Histerectomía más doble anexectomía el día 22 de julio de 2005 por el Dr. X. Tras varias revisiones por el citado especialista, por el Dr. X y otros ginecólogos pertenecientes al S.E.S. no se le objetiva hallazgos patológicos, por lo que se orienta como dolor neuropático y se intenta tratamiento por el Dr. X 2 (anestesiólogo de la Unidad de Dolor) a lo cual, según las manifestaciones del citado Gerente, Ud. Se negó por preferir la Unidad de Dolor de Badajoz” concluye que “…entendemos que la asistencia sanitaria y la continuación clínica del proceso ha sido la correcta, no obstante, se ponen a su disposición para continuar con el tratamiento de infiltración propuesto por el Dr. X”. 5.-.El instructor, con fecha de 8 de junio de 2007 solicita al Jefe de Servicio de Evaluación e Inspección de Centros, Servicios, Establecimientos y de Prestaciones Sanitarias de la Consejería de Sanidad y Dependencia. La designación del Médico Inspector, recae en D. Vicente de la Inspección del Área Sanitaria de Zafra. 6.- El 26 de octubre de 2007, el instructor propone al Servicio Extremeño de Salud la ampliación del plazo máximo para resolver el presente expediente de responsabilidad, en aplicación del artículo 42.6 de la Ley 30/1992 de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. El 29 de los corrientes el Secretario General del Servicio Extremeño de Salud acuerda ampliar en seis meses el plazo máximo para resolver y notificar el citado expediente 7.- El médico-inspector informante, el 26 de noviembre de 2008, examinada la historia clínica de la paciente, evacuó el Informe requerido, señalando en sus conclusiones que: “1.- Dª Antonia es intervenida quirúrgicamente en la clínica Vía de la Plata de Zafra practicándole una Histerectomía total y anexectomía derecha por miomatosis uterina y quiste seroso de ovario derecho que cursa sin complicaciones intraoperatorias. 2.- Posteriormente presenta dolor en región inguinal irradiado a pierna izquierda que tras un exhaustivo estudio es diagnósticado de neuralgia parestésica del nervio femorocutáneo izquierdo. 3.- La meralgia parestésica es una mononeuritis sensitiva por compresión del nervio femorocutáneo a su paso por el ligamento inguinal, cuya causa objetiva no se puede determinar en la mayoría de los casos. 4.- El nervio femorocutáneo es un nervio sensitivo que se origina de los nervios lumbares II y III, que sigue un trayecto hacia delante y hacia fuera hasta ganar la cara externa del muslo, y que en su recorrido no se relaciona anatómicamente con órganos ginecológicos. 5.- La lesión del nervio femorocutáneo no aparece descrita en la bibliografía especializada como posible complicación de una Histerectomía abdominal”. 8.- El día 16 de marzo de 2009 se concluyó la fase de instrucción del procedimiento, concediéndose a la parte reclamante el trámite de audiencia, por término de 15 días, poniendo de manifiesto el expediente para que pudiera 3 formular alegaciones y presentar los documentos y justificantes que estimase procedentes, acusando recibo de la notificación en fecha 20 de marzo siguiente. El 30 de marzo de 2009 se persona la representación de Dª. Antonia en los servicios centrales del SES, en Mérida, con objeto de evacuar el trámite de audiencia en relación con el expediente nº 2007/0680/0056, obteniendo copia completa del mismo. 9.- Resolución, de 13 de agosto de 2009, del Secretario General del SES por la que acuerda nombrar instructor a D. José Alberto, Asesor Jurídico de la Subdirección de Asesoría Jurídica. 10.- El 20 de agosto de 2009 el Instructor del expediente formula la Propuesta de Resolución desestimado la reclamación, y por lo tanto no reconoce el derecho a la indemnización, al considerar que “falta causalidad en la producción del daño producido, de conformidad con las previsiones del Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento sobre Procedimientos en materia de Responsabilidad Patrimonial”. 11.- Con fecha 13 de enero de 2009, fue evacuado el Informe por la Dirección General de los Servicios Jurídicos de la Junta de Extremadura, en el que se informa favorablemente la propuesta de resolución. TERCERO.- Por Resolución de la Presidencia de este Consejo de la fecha de su registro la consulta fue admitida definitivamente, sin perjuicio de lo que resultara de la instrucción, y se ordenó continuar la evacuación de la consulta por el procedimiento ordinario. En la misma fecha se turnó ponencia, según orden preestablecido, correspondiendo como se ha indicado en el encabezamiento y de lo que se dio cuenta al Pleno. CUARTO.- Instruido el expediente y no habiéndose considerado procedente la práctica de diligencias adicionales, sin perjuicio de lo que se expondrá en las consideraciones jurídicas, se concluyó esta fase del procedimiento de la consulta con la documentación obrante en el expediente, elevándose por la Ponencia propuesta de Dictamen que fue incluida en el orden del día de la sesión plenaria que figura en el encabezamiento. QUINTO.- En la referida sesión plenaria la Ponencia informó del contenido del Proyecto de Dictamen y sometido a deliberación del Pleno, el Consejo estimó, por unanimidad, la suficiencia del Informe y su conformidad con la Propuesta, por lo que se acordó aprobarlo sin necesidad de debate en una sesión posterior. 4 II. OBJETO Y ALCANCE DE LA CONSULTA Se formula una consulta sobre un expediente de responsabilidad patrimonial de la Administración Pública, regulada en los artículos 139 a 144 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común; en los artículos 133, 134 y 135 de la Ley 1/2002, de 28 de febrero, del Gobierno y Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura, y en el Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de los Procedimientos de las Administraciones Públicas en materia de responsabilidad patrimonial. Se requiere Dictamen ordinario en derecho, sin extenderse a cuestiones o consideraciones de oportunidad, conforme a lo prevenido en el artículo 2, apartado 2 de la Ley de Creación de esta instancia consultiva. El contenido del Dictamen debe ajustarse a lo previsto en el artículo 12, apartado 2, del anteriormente citado Reglamento de los Procedimientos de las Administraciones Públicas en materia de responsabilidad patrimonial , cuando señala que “se solicitará que el Dictamen se pronuncie sobre la existencia o no de la relación de causalidad entre el funcionamiento del servicio público y la lesión producida y, en su caso, sobre la valoración del daño causado y la cuantía y modo de la indemnización, considerando los criterios previstos en la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común”. III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS PRIMERO.- Competencia del Consejo y carácter del Dictamen El artículo 13.1.i), de la Ley 16/2001 de 14 de diciembre, de Creación del Consejo Consultivo de Extremadura establece el carácter preceptivo de la consulta en los expedientes tramitados por la Administración autonómica y, en su caso, por las Administraciones locales de su territorio, relativos a reclamaciones de responsabilidad patrimonial. En particular, el artículo 12, apartado 1, del Real Decreto 429/1993 citado, dispone que cuando sea preceptivo, a tenor de lo establecido en la Ley Orgánica del Consejo de Estado, se recabe el Dictamen de este Órgano Consultivo o, en su caso, del órgano consultivo de la Comunidad Autónoma, remitiéndole todo lo actuado en el procedimiento, así como una Propuesta de Resolución. 5 Por todo ello, el Consejo Consultivo de Extremadura emite este Dictamen con carácter preceptivo y no vinculante, según lo previsto en el artículo 3, apartado 2, de la citada Ley 16/2001. SEGUNDO.- Consideraciones sobre la tramitación del expediente Corresponde analizar la adecuación de los trámites realizados por la Administración instructora a las disposiciones aplicables a los procedimientos para exigir responsabilidad patrimonial ante las Administraciones Públicas, contenidas en los artículos 139 y siguientes de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común, y en el Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de los Procedimientos de las Administraciones Públicas en materia de responsabilidad patrimonial. El presente procedimiento se inicia con la solicitud de reclamación de la interesada en modelo normalizado, registrada en el Servicio de Atención al Usuario del Área de Salud Llerena-Zafra el día 14 de noviembre de 2006, de conformidad con el artículo 13 del Decreto 4/2003, de 14 de enero, por el que se regula el régimen jurídico, estructura y funcionamiento del Defensor de los Usuarios del Servicio Sanitario Público de Extremadura; sin embargo, no es remitida al Servicio Extremeño de Salud, órgano competente para tramitar y resolver el presente procedimiento de responsabilidad patrimonial hasta el día 14 de mayo de 2007. Sin perjuicio de lo anterior, mediante Resolución del Secretario General del SES, de 22 de mayo de 2007, se acuerda incoar el respectivo procedimiento, siguiéndose, en lo esencial, las previsiones contenidas en sus normas reguladoras, en particular, ha de señalarse que ha sido adoptado el acuerdo de iniciación del expediente por el órgano competente, con el nombramiento y posterior cambio de la figura del instructor, habiendo sido notificado fehacientemente a la interesa. Así mismo, se han llevado a efecto las actuaciones necesarias dentro de la fase de instrucción, emitiéndose los informes precisos para la comprobación de los daños objeto de reclamación y su relación con el funcionamiento del servicio público sanitario. Concluida la fase de instrucción, y otorgado trámite de vista del expediente y audiencia a la parte interesada, se emitió Propuesta de Resolución e Informe de la Dirección General de los Servicios Jurídicos para, finalmente, solicitar el preceptivo Dictamen de este Órgano consultivo. 6 En conclusión, cabe afirmar que el procedimiento observado se ajusta, suficientemente, a las previsiones contenidas en sus normas reguladoras, a pesar, como es evidente, que se ha excedido significativamente el plazo máximo para resolver, seis meses, a tenor de lo establecido por el artículo 13.3, del Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, antes citado, precepto que también prevé el sentido desestimatorio del silencio administrativo una vez transcurrido aquel. No obstante, en aplicación de lo establecido por el artículo 42, de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre cuando señala que la Administración está obligada a dictar resolución expresa en todos los procedimientos y a notificarla cualquiera que sea su forma de iniciación, y teniendo en cuenta lo dispuesto por el artículo 43.4.b), de la misma cuando indica que, en los casos de desestimación por silencio administrativo, la resolución expresa posterior al vencimiento del plazo se adoptará por la Administración sin vinculación alguna al sentido del silencio, hay que convenir que es plenamente ajustada a Derecho una resolución expresa de la Administración, aunque haya transcurrido el referido plazo de seis meses. TERCERO.- La responsabilidad patrimonial de las Administraciones Públicas y su modulación en el ámbito de los servicios sanitarios El artículo 106.2 de la CE, enuncia los presupuestos básicos al establecer que “los particulares, en los términos establecidos por la Ley, tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos”. Ya se ha referido que la regulación de las previsiones constitucionales se contienen en los artículos 139 a 146 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, que han sido parcialmente modificadas por la Ley 4/1999, de 13 de enero, y en Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, que aprueba el Reglamento de los Procedimientos en Materia de Responsabilidad Patrimonial. Y esta normativa estatal sobre responsabilidad patrimonial resulta de aplicación a la Comunidad Autónoma de Extremadura de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 133 a 135 de la Ley 1/2002, de 28 de febrero, del Gobierno y Administración de la Comunidad Autónoma. Las principales características de nuestro sistema de responsabilidad patrimonial, tal y como aparece configurado en los preceptos constitucionales y legales citados, pueden sintetizarse así: “(...) es un sistema unitario en cuanto rige para todas las Administraciones; general en la medida en que se refiere a toda la actividad administrativa, sea de carácter jurídico o puramente fáctico, y tanto por acción como por omisión; de responsabilidad directa de modo que la 7 Administración cubre directamente, y no sólo de forma subsidiaria, la actividad dañosa de sus autoridades, funcionarios y personal laboral, sin perjuicio de la posibilidad de ejercitar luego la acción de regreso cuando aquellos hubieran incurrido en dolo, culpa o negligencias graves; pretende lograr una reparación integral; y, finalmente es, sobre todo, un régimen de carácter objetivo que, por tanto, prescinde de la idea de culpa, por lo que el problema de la causalidad adquiere aquí la máxima relevancia (...)” (Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, Sala de lo Contencioso-Administrativo, 275/2007, de 22 de noviembre). La responsabilidad patrimonial de la Administración, de naturaleza directa y objetiva, exige, conforme a la doctrina y reiterada jurisprudencia, los siguientes presupuestos: A) La existencia de un daño o perjuicio en la doble modalidad de daño emergente o lucro cesante. El daño ha de ser efectivo y cierto, nunca contingente o futuro, evaluable económicamente e individualizado en relación a una persona o grupo de personas. B) El daño se define como antijurídico, toda vez que la persona que lo sufre no tiene el deber jurídico de soportarlo de acuerdo con la Ley. C) La imputación a la Administración de la actividad dañosa como consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos, por lo que tan indemnizables son los daños que procedan de uno como de otro, en tanto esta responsabilidad patrimonial se configura como una responsabilidad objetiva o por el resultado. D) La relación de causalidad entre la actuación administrativa y el daño ocasionado o producido. Este necesario e imprescindible nexo causal ha de ser directo, inmediato y exclusivo. Esta exclusividad del nexo causal ha sido matizada por la doctrina jurisprudencial que sostiene la exoneración de responsabilidad para la Administración, a pesar del carácter objetivo de la misma, cuando es la conducta del propio perjudicado o la de un tercero la única determinante del daño producido aunque hubiese sido incorrecto el funcionamiento del servicio público. Dicha exoneración de responsabilidad patrimonial puede ser también, obviamente, parcial, lo que se producirá en el supuesto de que el daño ocasionado haya sido debido tanto a la conducta de la Administración como a la del propio afectado, esto es, la concurrencia de causas (concausas) puede dar lugar a la graduación del quantum indemnizatorio que, en su caso, deba abonar la Administración. E) Ausencia de fuerza mayor. F) El derecho a reclamar prescribe al año de producido el hecho o acto que motive la indemnización o de manifestarse su efecto lesivo. 8 Concurriendo todos los anteriores requisitos surge la obligación de indemnizar por parte de la Administración. El objeto, pues de la responsabilidad patrimonial, es la reparación que deje a la víctima indemne, en este sentido, la indemnización por responsabilidad de las Administraciones Públicas debe cubrir los daños y perjuicios hasta conseguir la reparación integral de los mismos. En todo caso, debe abordarse el examen puntual y particular de cada petición concreta de responsabilidad patrimonial de la Administración, analizando las circunstancias específicas y peculiares de las mismas hasta llegar a determinar si en ellas concurren, o no, todos los requisitos exigible para poder declarar referida responsabilidad, con la consiguiente indemnización que ello comporta. Como este Consejo ha señalado ya, en múltiples dictámenes, existe una modulación de la doctrina general de la responsabilidad patrimonial de las Administraciones Públicas expuesta cuando se está en presencia de un supuesto de responsabilidad sanitaria, toda vez que el servicio público de asistencia sanitaria se concreta en la prestación de una asistencia médica conforme a las circunstancias del caso y del estado de la ciencia médica, de modo que cuando se preste en tales condiciones, no cabe apreciar que se causa un daño por el no restablecimiento integral de la salud, estando esta tesis plenamente corroborada por, entre otros muchos, el Dictamen del Consejo de Estado, núm. de expediente 989/1999, de 3 junio 1999, así como, por ejemplo, por las Sentencias de 4 abril 2000, de 22 diciembre 2001, y de 25 abril 2002. Acerca del alcance y contenido de la llamada “lex artis” son muy ilustrativas las Sentencias de la Audiencia Nacional de 19 junio 2002, 20 noviembre 2002 y 27 noviembre 2002, en las que se ha afirmado lo siguiente: “Se hace necesario, cuando los Tribunales se enfrentan ante un problema de responsabilidad patrimonial de la Administración sanitaria, fijar un parámetro que permita determinar el grado de corrección de la actividad administrativa a la que se imputa el daño; es decir, que permita diferenciar aquellos supuestos en que el resultado dañoso se puede imputar a la actividad administrativa (es decir, al tratamiento o a la falta del mismo) y aquellos otros casos en que el resultado se ha debido a la evolución natural de la enfermedad y al hecho de la imposibilidad de garantizar la salud en todos los casos. El criterio básico utilizado por la jurisprudencia Contencioso-Administrativa para hacer girar sobre él la existencia o no de responsabilidad patrimonial es el de la «lex artis» y ello ante la inexistencia de criterios normativos que puedan servir para determinar cuándo el funcionamiento de los servicios públicos sanitarios ha sido correcto. La existencia de este criterio se basa en el principio básico sustentado por la jurisprudencia en el sentido de que la obligación del profesional de la medicina es de medios y no de resultados, es decir, la obligación es de prestar la debida asistencia 9 médica y no de garantizar en todo caso la curación del enfermo. Por lo tanto, el criterio de la «lex artis» es un criterio de normalidad de los profesionales sanitarios que permite valorar la corrección de los actos médicos y que impone al profesional el deber de actuar con arreglo a la diligencia debida («lex artis»). Este criterio es fundamental pues permite delimitar los supuestos en los que verdaderamente puede haber lugar a responsabilidad exigiendo que no sólo exista el elemento de la lesión sino también la infracción de dicha «lex artis»; de exigirse sólo la existencia de la lesión se produciría una consecuencia no querida por el ordenamiento, cual sería la excesiva objetivación de la responsabilidad al poder declararse la responsabilidad con la única exigencia de la existencia de la lesión efectiva sin la exigencia de la demostración de la infracción del criterio de normalidad representado por la «lex artis»”. El Tribunal Supremo puede afirmarse que identifica el criterio de la «lex artis» con el de «estado del saber», considerando, en consecuencia, como daño antijurídico aquel que no supera ese parámetro de normalidad, entendiendo, en definitiva, que el artículo 141.1 de la Ley 30/92 cuando determina que no son indemnizables los daños que se deriven de hechos o circunstancias que no se hubiesen podido prever o evitar según el estado de los conocimientos de la ciencia o de la técnica existentes en el momento de producción de los mismos, sin perjuicio de las prestaciones asistenciales o económicas que las leyes puedan establecer para estos supuestos, consagra esa línea jurisprudencial tradicional. Así, la Administración únicamente responde en caso de funcionamiento anormal o negligente del servicio sanitario, atemperándose, en estos casos, la nota de la objetividad de la responsabilidad, tal como ha puesto de relieve la práctica generalidad de la doctrina que de este tema se ha ocupado; y conlleva, por otro lado, que en esta materia de la responsabilidad sanitaria rija, en líneas generales, el principio de la garantía de medios y no de resultados, como se pone de relieve en multitud de pronunciamientos jurisdiccionales, véanse, por ejemplo, por citar tan sólo algunos de los muy numerosos existentes al respecto, las Sentencias del Tribunal Supremo de 22 abril 1997, 27 junio 1997, 21 julio 1997, 13 diciembre 1997, 3 octubre 2000, 12 junio 2001, 11 diciembre 2001, 4 febrero 2002, 10 julio 2002 y 10 abril 2003, en los que se ha señalado que la naturaleza jurídica de la obligación de los médicos no es la de obtener en todo caso la recuperación de la salud del enfermo (obligación de resultado), sino una “obligación de medios”, esto es, se obliga no a curar al enfermo, sino únicamente a suministrarle los cuidados y las atenciones que el mismo requiere según el estado actual de la ciencia médica. Referido principio de la garantía de medios, que, por lo ya expuesto, es el que usual y generalmente se sigue en materia de responsabilidad sanitaria, guarda estrecha relación con la antes referida “lex artis”, puesto que el incumplimiento de ésta arrastra indefectiblemente el incumplimiento de la garantía de medios, garantía que, también hay que señalarlo, no comporta una obligación cuantitativa y cualitativamente absoluta, ya que si así fuese habría 10 que ofrecer y aplicar, siempre y en todo caso, al paciente lo que la ciencia médica mundial pueda ofertar como más avanzado en cada momento, lo cual no es posible, por lo que una interpretación razonable de tal garantía conlleva que la circunscribamos a los límites que deriven de las circunstancias de lugar, conocimientos y disponibilidades económicas, siempre que se salvaguarde un estándar medio de atención sanitaria que será, en todo caso, exigible. CUARTO.- Análisis del caso concreto sometido a consulta El asunto que se examina está centrado en el expediente administrativo de responsabilidad patrimonial por asistencia sanitaria nº 2007/0680/0056, tramitado a instancia de Dª Antonia, a consecuencia de las presuntas secuelas derivadas de intervención de histerectomía y doble anexectomía a la que fue sometida el día 22 de julio de 2005, en la Clínica Vía de la Plata de Zafra (Badajoz), centro concertado del Servicio Extremeño de Salud, solicitando indemnización económica sin cuantificar por las referidas secuelas. Así consta en los Antecedentes de hecho anteriormente reseñados. En primer término y de conformidad con lo expuesto en el Fundamento de Derecho Tercero, respecto a la temporaneidad de la acción, la reclamación se ha presentado dentro del plazo de un año previsto en el artículo 142.5, de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, por lo que procede señalar que, si la determinación y alcance de las secuelas por las que se reclama se produce el 20 de junio de 2006, la interesada ha ejercido su derecho en tiempo hábil. Por otro lado, consta, suficientemente acreditada la legitimación activa de quien ejercita la acción de indemnización de daños y perjuicios, Dª Antonia, en virtud del artículo 31.1. a) de la citada Ley 30/1992, de 26 de noviembre. Así mismo, la competencia para resolver este tipo de expedientes corresponde a la Administración Sanitaria, por tratarse de una reclamación por daños presuntamente irrogados por el funcionamiento del servicio público sanitario, en concreto, centros sanitarios y hospitalarios dependientes del Servicio Extremeño de Salud. La resolución del procedimiento corresponde al Secretario General del SES, en virtud de la Resolución de 14 de diciembre de 2008 de la Consejera de Sanidad y Dependencia de la Junta de Extremadura, por la que se delega en el mismo dicha competencia atribuida por el artículo 36, de la Ley 1/2002, de febrero, del Gobierno y de la Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura. Examinadas las cuestiones formales anteriores, procede analizar el fondo del asunto a fin de comprobar si concurren los elementos determinantes de la responsabilidad patrimonial de la Administración. En este orden de cosas, se debe señalar que los documentos existentes en el expediente administrativo para fundamentar la resolución del supuesto sometido a examen son la 11 historia clínica de la paciente, los informes de los diferentes servicios sanitarios que prestaron la asistencia médica y el de Inspección de Servicios Médicos y Prestaciones. La interesada basa su reclamación en el hecho de haber soportado un daño antijurídico, concretado en las secuelas originadas por una incorrecta, a su juicio, intervención quirúrgica, consistente en una histerectomía y doble anexectomía a la que fue sometida, justificando, en esencia, su reclamación en el artículo 141.1, de la Ley 30/1992, cuando señala que “sólo serán indemnizables las lesiones producidas al particular provenientes de daños que éste no tenga el deber jurídico de soportar de acuerdo con la Ley”. El legislador ha acogido en este precepto, el concepto de antijuricidad tradicional y usualmente admitido, tanto en la doctrina como en la jurisprudencia, señalando, por ejemplo, las Sentencias del Tribunal Supremo de 4 octubre 1978, 31 octubre 1978, 10 diciembre 1979, 8 marzo 1982 y 2 junio 1982, que el daño es antijurídico o ilícito en todos los casos en que la Administración carezca de “título legítimo que justifique en Derecho la irreversible carga impuesta al administrado”. Por consiguiente, resulta preciso centrar la cuestión en la valoración de los tratamientos médicos recibidos por la paciente en el Servicio Sanitario Público Extremeño, para determinar si fueron los correctos desde el punto de vista científico o no y, en este último caso, si de ello se derivó un daño que la paciente no tenía el deber jurídico de soportar. En definitiva, se trata de examinar si la actuación médica fue conforme a la lex artis, de acuerdo con el criterio sostenido en el Fundamento Jurídico anterior. Así pues, en aras a una correcta hermeneútica de la cuestión suscitada, conveniene realizar una sucinta relación de los hechos: La paciente, Dª Antonia, presenta antecedentes ginecológicos de anexctomía izquierda en julio de 2000 por tumoración benigna, micosis vulvovaginal y seroma cicatricial en agosto de 2000, dermatosis liquenoide vaginal biopsiada en 2005 y herpes genital. Valorada en ginecología el 2 de junio de 2005, es derivada al centro concertado Clínica Vía de la Plata, de Zafra (Badajoz), para intervención quirúrgica que se produce el día 22 de julio siguiente. Previa firma del correspondiente consentimiento informado, se le practicó histerectomía total y anexectomía derecha por miomatosis uterina y quiste seroso de ovario derecho, cursándose sin complicaciones y causando alta hospitalaria el día 25 del mismo mes. Pese a ello, la paciente refiere en su escrito de reclamación que, desde la mañana siguiente a la intervención, sufre un fuerte dolor en la pierna izquierda, achacándolo los facultativos que la asistieron al normal malestar 12 provocado por la reciente operación. Sin embargo, días después del alta médica, al acudir a la cura de la herida quirúrgica, refiere al Dr. X la persistencia de dicho dolor, razón por la que se realizó una ecografía detectándose un seroma en la parte izquierda de la intervención, según el informe de la inspección médica. A partir de este momento la paciente es sometida a un exahustivo estudio, con la realización de múltiples pruebas complementarias por varias especialidades, para determinar la causa etimológica del mismo. El 20 de diciembre de 2005 es revisada en ginecología, y el 25 de enero de 2006, tras estudio de TAC y colonoscopia e interconsulta de Urología, se emite como probable diagnóstico “neuropatía residual herpética”, juicio clínico que también se mantiene tras nueva exploración, el 14 de febrero de 2006. El 18 de abril, la neuróloga emite diagnóstico provisional de “dolor suprainguinal irradiado a MII con la marcha de improbable origen neuropático”; el día 20 de junio, se emite u primer juicio clínico, confirmándose el definitivo el día 5 de octubre de 2006, concluyendo “Raynaud idiopático. Artromialgias de cinturas inespecíficas, STC clínico”. En revisión de neurología, el día 14 de noviembre, el EMG da como resultado “estudio y clínica compatible con meralgia parestésica del nervio femorocutáneo lateral izquierdo. Resto del estudio dentro de la normalidad”. En la revisión realizada en la Unidad del Dolor de Badajoz, el 21 de diciembre de 2006, se constata una mejoría, indicándose revisión en dos meses, con analítica de coagulación previa a bloqueo. El 20 de febrero de 2007 se pone de manifiesto la presencia de una incipiente hernia discal L5-S1. El 28 de febrero, se le practica infiltración en la citada Unidad del Dolor, advirtiéndose una excelente mejoría de la paciente y el 28 de marzo, en reumatología, se manifiesta una mejoría importante en el dolor de cintura; así mismo, el 29 de marzo se valoran los resultados de citología vulvar y vaginal como normales. En nueva revisión en la Unidad del Dolor, el 25 de abril de 2007, la paciente se encuentra mejor tras los bloqueos, aunque uno de los puntos sigue molestándole. Los días 12 y 19 de junio la paciente es valorada en rehabilitación y por el anestesista, respectivamente, continuando con dolor en MII y con hipoestesia de etiología mixta, tras la revisión de neurología el 27 de agosto. La neuróloga solicita RMN cervical y dorsal ya que no encuentra justificación para la hipoestesia. Finalmente, en septiembre de 2007, tras analítica, radiología, gammagrafía ósea y ecografía abdominal, se emite juicio clínico de “dolor dorso-costal de carácter neuropático”; y, en octubre de 2007, en consulta de neurología, se constata su estabilidad clínica, poniéndose de manifiesto la presencia de “fenómenos degenarativos discoosteofitarios en C4-C5 y C5-C6, sin comprensión medular y mínimo acuñamiento anterior en D7”, emitiéndose juicio clínico de “meralgia parestésica del femorocutáneo izquierdo. Hernia 13 discal L5-S1. Protrusiones comprensión medular” discoosteofitarios en C4-C5 y C5-C6 sin Como puede apreciarse, el amplio y exhaustivo recorrido por los distintos servicios clínicos del sistema público sanitario extremeño, pone de manifiesto un completo y minucioso seguimiento de la patología de la paciente. Desde la intervención quirúrgica a la que fue sometida, aplicada correctamente a este tipo de pacientes, según la literatura médica aportada, y sin aparentes complicaciones intraoperatorias, hasta el definitivo diagnóstico de Meralgia Parestésica de Roth o Síndrome de Bernhardt, cuya aparición, según el Informe de la inspección médica, no trae causa objetiva directa de la interveción a la que fue sometida, pudiendo originarse de múltiples formas: “por comprensiones ejercidas sobre el nervio, al pasar por el ligamento inguinal motivada por el uso de cinturones, corsés, aparatos descarga, etc, o en pacietnes inmovilizados en cama a continuación de una operación, o después de un sobreesfuerzo de la musculatura abdominal, o en el embarazo.” En cualquier caso, este Informe descarta que la citada lesión del nervio femorocutáneo se deba a la intervención quirúrgica, y ello porque, aún no apareciendo descrita en la bibliografía especializada como posible complicación de la histerectomía abdominal, “la estructura anatómica afectada no se relaciona anatómicamente con los órganos intervenidos en ningún punto de su recorrido, desde su nacimiento, en el plexo lumbar, hasta sus ramos terminales, siguiendo siempre un trayecto lateral (hacia fuera)”. En suma, y para concluir, este Consejo considera que la conducta observada por los facultativos que trataron a Dª. Antonia fue correcta, y se atuvo según se desprende y deriva de la lex artis ad hoc, por lo que, en el presente caso, no resulta posible declarar la responsabilidad patrimonial de la Administración, y ello no sólo por no existir una relación de causalidad adecuada entre la asistencia prestada y la complicación surgida, como ya se indicó ut supra, sino también por falta de antijuricidad del daño al ser la actuación de los facultativos acorde a la citada lex artis ad hoc. Siendo ello así, resulta ocioso entrar en la valoración del daño causado y la cuantía y modo de la indemnización. CONCLUSIÓN En mérito de lo expuesto, el Consejo Consultivo de Extremadura dictamina: “Que teniendo presentes las consideraciones contenidas en el cuerpo del 14 presente Dictamen no resulta procedente declarar en este supuesto la responsabilidad patrimonial de la Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura”. 15