MAESTRIA EN PSICOLOGIA COGNITIVA Y APRENDIZAJE COHORTE 2006-2008 FLACSO-UAM TESIS FINAL “La disgrafia motriz como trastorno del aprendizaje y su relación con la defensa táctil” AUTOR: Lic. Liliana Caputo DIRECTOR: Lic. J. Fernando Adrover MAYO 2010 1 INDICE - Agradecimientos……………………………………………………………………….5 I. Resumen. ……………………………………………………………………………….6 II. Introducción.……………………………………………………………………............7 III. Marco Teórico 1. La escritura………………………………………………………………............12 1.1. La escritura como praxia motora……………………………………………….12 1.2. La escritura como parte del desarrollo cultural del niño…………….……….27 1.3. La concepción de Annette Karmiloff-Smith…….……………………………..34 1.4. El pensamiento de Angel Rivière………………………………….…………...42 2. Teoría de Integración Sensorial……………………………….………………..47 2.1. Marco de referencia de Integración Sensorial………………………………..47 2.2. Principales sistemas sensoriales involucrados en la Integración Sensorial: propioceptivo, vestibular y táctil………………………………………………54 2.3. Desórdenes en los sistemas propioceptivo y vestibular: consecuencias en el aprendizaje escolar………………………………........................................59 2 3. Sistema Táctil...…………………………………………………………………….61 3.1. Su importancia en la adquisición de habilidades motoras, en el desarrollo emocional y conductual del niño…………………………….………………61 3.2. Investigaciones sobre el sistema táctil……………………………….………..65 3.3. Importancia de la educación sensorial en la escuela: desarrollo y educación de las sensaciones táctiles……………………………………………………73 IV. Planteo del problema: Relación de la disgrafía con la defensa táctil en el proceso de adquisición de la escritura 1. Disgrafia…………………………………………………………………………….75 1.1. Definición y clasificación de disgrafía………………………….……………….75 1.2. Investigaciones sobre la incidencia de la disgrafía en el aprendizaje escolar ……………………………………………………………………………………………..85 2. Defensa Táctil………………………………………………………………………89 2.1. Presentación del desorden de defensa táctil……………………………………89 2.2. Influencia de la defensa táctil en el aprendizaje escolar………………………95 2.3. Caso de un niño con problemas de aprendizaje estudiado por Jean Ayres..96 V. Presentación de casos de niños con defensa táctil y disgrafía abordados en el consultorio de T.O. 1. Generalidades de la evaluación y tratamiento de los niños con déficits de integración sensorial…………………………………………………………………….99 3 2. Caso A……………………………………………………………………………….105 3. Caso B……………………………………………………………………………….114 VI. Análisis e interpretación de los datos recogidos……………………………….125 VII. Conclusión......................................................................................................129 VIII. Bibliografía………………………………………………………………………...138 IX. Anexos……………………………………………………………………………….141 - Anexo 1. Escala Abierta para la medida de los trastornos de escritura (Portellano Pérez, J.P., 2007; p. 74)……………………………………142 -Anexo 2. Lista para verificar comportamientos de defensa táctil (Ayres, A. J., 1998; p. 141-142)…………………………………………143 4 AGRADECIMIENTOS A mi director de tesis, el Licenciado Juan Fernando Adrover, por haber guiado, aconsejado y leído atentamente este trabajo. A mi tutora, la Licenciada Carolina Scavino por su paciente, inspirador y necesario acompañamiento. A todos los profesores de los distintos seminarios que formaron parte de esta Maestría. 5 RESUMEN En la presente investigación se analiza la potencial influencia del trastorno de defensa táctil sobre el proceso de automatización y de modularización implicado en la adquisición de la escritura en niños y niñas que recién comienzan la escolaridad primaria y presentan un diagnóstico diferencial de disgrafía motriz. Se describen los alcances y límites de las concepciones actuales sobre disgrafía. Se revisan e identifican los compromisos sensoriales implicados en la disgrafía motriz como trastorno de aprendizaje en la literatura e investigaciones sobre el tema. Se indaga a través de casos clínicos de niños y niñas con diagnóstico de disgrafía motriz que llegan a la consulta de Terapia Ocupacional, si la defensa táctil puede llegar a ser causa de dicho trastorno de aprendizaje escolar. 6 INTRODUCCION La Terapia Ocupacional es definida según la Asociación Americana de Terapia Ocupacional (AOTA) como: “El arte y la ciencia de dirigir la participación del hombre en tareas seleccionadas para restaurar, fortalecer y mejorar el desempeño, facilitar el aprendizaje de aquellas destrezas y funciones esenciales para la adaptación y la productividad, disminuir o corregir patologías, promover y mantener la salud. Interesa fundamentalmente la capacidad, a lo largo de la vida, para desempeñar con satisfacción para sí mismo y para otras personas aquellas tareas y roles esenciales para la vida productiva, el dominio de sí mismo y el ambiente” (Willard/Spackman, 1998; p.4). Como Terapista Ocupacional, dedicada a la atención de niños con dificultades de aprendizaje y de conducta en la escuela, he atendido en consultorio 7 y realizado seguimiento en la escuela a niños con trastornos en la escritura, específicamente disgrafía. Muchos niños llegan al consultorio de Terapia Ocupacional derivados por sus docentes o sus psicopedagogas porque presentan dificultad con la expresión escrita (disgrafía). En este tipo de trastornos, aparecen dificultades en: la direccionalidad del trazo (izquierda-derecha, arriba-abajo); en la separación entre letras y entre palabras; en el tamaño de la letra; en la prensión del lápiz; en la presión ejercida sobre el papel y en la fluidez del movimiento al escribir. Como siempre fue de mi interés no sólo realizar la rehabilitación de la escritura en estos niños sino determinar las causas que provocan este trastorno de aprendizaje para de esta manera trabajar en la prevención, comencé a analizar las observaciones, entrevistas a docentes y padres, historias sensoriales, historia de desarrollo de estos niños y otras evaluaciones que se realizan en el consultorio de Terapia Ocupacional para determinar el grado de dificultad con el grafismo. A través de ese trabajo pude observar una constante: muchos de estos niños presentaban un desorden de modulación sensorial como es la defensa táctil. A partir de estas observaciones y de datos recogidos de entrevistas realizadas a padres y a docentes de los niños comencé a preguntarme si podía considerarse a la defensa táctil, trastorno de integración sensorial, como una causa de disgrafía. Para poder arribar a una respuesta más certera sobre mi inquietud es que en la presente investigación trato de realizar una revisión bibliográfica sobre la 8 disgrafia y sobre la defensa táctil y a su vez reviso algunas investigaciones sobre percepción táctil. Se incluyen también algunas actividades prácticas que se realizan en las aulas con los niños en los primeros años de escolaridad preescolar y primaria y que brindan estimulación sensorial con el objetivo de mejorar la escritura gráfica; demostrando así la importancia de este tipo de estimulación en la enseñanza. La presente investigación se propone entonces abordar la relación entre la disgrafia motriz y la defensa táctil y su posible influencia sobre el proceso de modularización que implica la adquisición de la escritura. El objetivo general y los objetivos específicos planteados para el presente estudio son los siguientes: General - Analizar la influencia que el trastorno de defensa táctil puede tener sobre el proceso de modularización implicado en la adquisición de la escritura, en niños y niñas que recién comienzan la escolaridad primaria y presentan un diagnóstico de disgrafia motriz. Específicos - Describir los alcances y límites de las concepciones actuales sobre disgrafia. 9 - Revisar e identificar en la literatura e investigaciones sobre la disgrafia y la defensa táctil, los compromisos sensoriales implicados en la disgrafía motriz como trastorno de aprendizaje. - Establecer si existe relación entre los trastornos de disgrafía y defensa táctil. A lo largo de la presente investigación de carácter cualitativo se realiza una revisión bibliográfica y de diversas investigaciones sobre los temas centrales que abarcan el planteo de la presente tesis. Se trata el tema de la escritura como praxia motora y como parte del desarrollo cultural del niño y la importancia de la estimulación sensorial en la escuela. Se describe el proceso de modularización de la escritura teniendo en cuenta los aportes realizados al tema tanto por la autora Annette Karmiloff Smith (1992) como por el investigador y psicólogo español Angel Rivière (1980-1991). Se desarrolla el trastorno específico de disgrafía citando distintos autores, sus concepciones sobre el tema y se da cuenta de las diferentes clasificaciones. Se brinda un acercamiento y conocimiento sobre la Teoría de Integración Sensorial cuya autora fue la Terapista Ocupacional Jean Ayres en la década del ‟70; teoría de la cual se desprende que la defensa táctil es un desorden de modulación sensorial que incide en el aprendizaje escolar. Se establece la importancia del sistema táctil en la adquisición de habilidades motoras, en el desarrollo emocional y en la conducta del niño. Se presenta la defensa táctil, como trastorno de integración sensorial. Se citan dos casos de 10 niños con disgrafía y defensa táctil que fueron observados y atendidos por mí en el consultorio de Terapia Ocupacional. Se trata de determinar similitudes y diferencias entre estos dos casos. Finalmente, se presenta la conclusión a la cual se arriba luego de la investigación desarrollada en los distintos capítulos. 11 III. MARCO TEORICO 1. LA ESCRITURA La escritura es un proceso importante que permite al niño transmitir pensamientos e ideas, una escritura correcta facilita en parte el proceso de socialización del ser humano. Se trata de una función compleja que requiere la coordinación de operaciones cognitivas, lingüísticas y perceptivo-motoras. Incluye varios componentes: sensoriales (táctiles, propioceptivos, kinestésicos y visuales); neuromusculares (tono muscular, fuerza muscular, control postural y equilibrio, estabilidad del hombro y de la muñeca); viso-perceptivos (memoria visual, discriminación visual, organización espacial, posición en el espacio, integración viso-motora); motriz (coordinación ojo-mano, manipulación y destreza, integración bilateral, lateralidad, planeamiento motor); cognitivos (atención y concentración, memoria visual y auditiva, secuencia, generalización del aprendizaje); psicosociales (motivación, autoestima, tolerancia a la frustración), y la anatomía de la mano (estructuras óseas, músculos, arcos de la mano, separación funcional de la mano, habilidades manipulativas, prensiones eficientes y prensiones disfuncionales. 1.1. La escritura como praxia motora La escritura, incluye una actividad motora manual y otra relativa a la estructura gráfica de la lengua. La ejecución de la actividad motora de la escritura constituye una praxia, es decir un aprendizaje de tipo motor. Interviene la 12 consolidación de estereotipos propioceptivos y visuoespaciales combinados en una síntesis nueva. Inicialmente estos estereotipos se sintetizan con la participación de amplios grupos musculares, pero gradualmente, se va inhibiendo la actividad muscular más o menos generalizada, hasta que queda confinada a los grupos musculares que participan estrictamente en la ejecución. Según consideran Azcoaga J., Derman B. y Walter F. (1971) el aprendizaje de este tipo de praxia, se logra no sólo a través de la ejercitación sino a través de las correcciones que se le dan al niño verbalmente, es decir, utilizando al vehículo del lenguaje como modelador del comportamiento. La escritura se realiza de la manera más cómoda por la mano llamada dominante, es decir, la más hábil, pero es una aptitud que a su vez puede realizarse por otro segmento del cuerpo de forma menos hábil. “La escritura es un gesto motor que precisa la integridad de las sensibilidades y de la motricidad” (Gil, R., 1999; p. 58). Según considera este autor la escritura adquiere a lo largo de la infancia peculiaridades de realización diferente en cada individuo; estas particularidades se estabilizan y permiten cuando la escritura se identifica, reconocerla. De esta manera, escribir, formar letras puede también reflejar ciertos rasgos de nuestra personalidad. La mano normal suele mantenerse en una posición de alrededor de 45 grados de supinación, con la muñeca en ligera extensión para escribir y dibujar, una tarea que exige prensión estática del lápiz y al mismo tiempo dinámico del brazo. 13 No hay que olvidar que la escritura es una actividad visuo-constructiva que supone una importante actividad espacial; en español se escribe de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Esas son las condiciones que permiten a la escritura llevar a cabo la función lingüística que representa y a la cual es necesario añadir las dimensiones de motivación y emocionales. La mano es el órgano cortical por excelencia, la zona de representación cortical de la mano con respecto a los otros órganos es mayor. El dedo pulgar tiene una representación mayor que el resto de los dedos. La mano es el órgano que define a la especie humana por su importancia para la ejecución de praxias finas, siendo la escritura una de las más específicas. Homúnculo de Penfield . El homúnculo de Penfield (su nombre deriva del neurocirujano Dr. Wilder Penfield) es una representación artística de la correspondencia entre las diferentes 14 partes de la superficie del cuerpo y la superficie del cerebro, algunas de las partes del cuerpo están grotescamente ampliadas, esto indica que dichas partes están más representadas en el cerebro. Como explicita Portellano Peréz (2006) en cuanto al desarrollo de la motricidad manual, si se tiene en cuenta la ley céfalo-caudal se observa que inicialmente los movimientos de la mano son poco definidos y es en realidad el hombro el que mueve toda la extremidad superior; la mano sólo es capaz de tener un adecuado control motriz a partir del primer año de vida. Toda la compleja organización anatómica y funcional de la mano tiene como meta la prensión. Para esto es importante conocer el desarrollo de la prensión en el primer de vida del niño. En la página siguiente aparece un cuadro que hace referencia a este desarrollo extraído del libro de Terapia Ocupacional de Willard/Spackman (1998; p. 112). 15 Desarrollo de la prensión en el primer año de vida Terapia Ocupacional de Willard/Spackman (1998; p. 112) 16 Se puede decir que a partir del primer año el niño pasa a reconocer el mundo a través de las manos y la boca pasa a tener una importancia secundaria ya que hasta ese momento reconocía la mayoría de los objetos llevándoselos a la boca. La escritura es la actividad grafomotora fina por excelencia; pero antes de que se consolide la escritura se van a dar en el niño una serie de etapas que se pueden esquematizar de la siguiente manera, según la mirada de Portellano Peréz (2006): 1. FASE PREESCRITURA: Hasta los 36 meses el niño usa el lápiz para realizar garabatos con intención lúdica. La descarga motriz que realiza sobre el papel en esta etapa es lo más importante. El gesto gráfico no es aún muy preciso y el brazo es el principal soporte motor de la escritura. Se puede observar muy frecuentemente como el niño cambia el lápiz de una mano a la otra, siendo este ambidextrismo gráfico normal, ya que aún no hay dominancia lateral en el niño de tres años. A partir del tercer año comienza la intuición representativa, va desapareciendo la impulsividad motriz y mejora el soporte del lápiz. El niño intenta representar distintos objetos y verbaliza acerca de lo que dibuja. Desde el cuarto año comienza el proceso de maduración del grafismo más importante. El niño comienza a tener un control grafomotor que le permite 17 reproducir formas gráficas elementales e inicia la representación esquemática. Comienza a haber un cierto paralelismo entre el objeto representado y la realidad. En la fase anterior el espacio gráfico era totalmente secundario, pero a partir de este momento el niño inicia una distribución teniendo en cuenta el espacio gráfico que le impone la hoja de papel. Ya es poco frecuente el cambio de mano. Aunque las 3 etapas: descarga motriz, intuición representativa y representación esquemática se dan de forma consecutiva, el momento de la aparición depende de la maduración psicomotriz y psicoafectiva de cada niño. El grafismo está íntimamente relacionado con el desarrollo intelectual del niño. Un niño que tenga una adecuada madurez grafomotora y perceptiva, seguramente tendrá una mejor capacidad para asimilar los aprendizajes de base que con algún tipo de déficit o retraso grafoperceptivo. Un indicador importante del desarrollo madurativo en la esfera grafomotora es el dibujo de la figura humana, esta atraviesa una serie de etapas, las cuales indican el grado de adquisición de la imagen y del esquema corporal como también del desarrollo intelectual del niño. A partir del cuarto año, el control de los movimientos grafomotores permite la adquisición de las primeras formas geométricas más sencillas; a los cuatro años el niño puede dibujar una cruz, a los 5 ya puede dibujar un cuadrado con éxito; en el tercer año era capaz de representar un círculo con éxito. Representar líneas rectas presenta más dificultad pues se requiere de un control neuromotriz más fino que para los movimientos curvos. 18 2. FASE ESCRITORA: A partir de los 5 ó 6 años comienza el aprendizaje sistemático de la escritura que es considerada de vital importancia junto a la lectura para el desarrollo del niño y para el logro de su adaptación a la sociedad. Que un niño aprenda a leer y escribir es un hito importante en el proceso de culturalización del hombre y necesita de un esfuerzo considerable. La escritura hasta convertirse en una actividad plenamente dinámica atraviesa varias etapas. Para comprender mejor esto, Portellano P. cita la descripción de las etapas realizadas por Ajuriaguerra: - Fase precaligráfica: entre los 5 y 8 años se desarrolla la primera fase de aprendizaje de la escritura (hay niños que comienzan antes). El niño empieza a dibujar y copiar letras aisladas y palabras cortas; los primeros trazos son temblorosos, con inclinación y dimensión no muy controladas. Esto se debe a una falta de control motriz suficiente. A los 6 años el niño ya empieza a escribir frases cortas y sencillas al dictado y cuando finaliza esta fase precaligráfica comienza a regularizarse su control motriz de la escritura lo que le va a permitir una mayor fluidez al escribir. - Fase caligráfica: desde los 8 o 9 años hasta la pubertad hay un dominio de las dificultades de soporte del lápiz o útil escritor y la escritura se hace más regular y fluida en las formas y en las dimensiones. A los 10 años ya se observa madurez y equilibrio en la escritura del niño. Esta fase es de equilibrio y aparente armonía en la evolución de la escritura. 19 - Fase postcaligráfica: En la adolescencia, debido a una necesidad de mayor velocidad de escritura y al propio cambio que se da en el niño es que se produce una crisis en la escritura que conlleva a la adquisición de un estilo propio dotado de una mayor fluidez y mayor rapidez. La escritura es entonces una forma de manifestación lingüística, específicamente humana que supone una comunicación simbólica por medio de un código diferenciado según las culturas y que exige un complejo proceso de codificación y decodificación. Es interesante mencionar la visión de autores como Levine M. (1987) que sostienen que los estadios en la adquisición de la escritura son tres; la imitación que se da en la etapa preescolar y en primer grado donde se desarrollan las habilidades de motricidad fina, los niños hacen que escriben; la representación gráfica que aparece en primero y segundo grado donde el énfasis está puesto en el aspecto mecánico de la escritura, y la tercera y última la incorporación progresiva que se da desde fin de segundo a cuarto grado, aquí las habilidades gráficas ya están desarrolladas y hay un reconocimiento de la escritura como un proceso de síntesis y comienza la cursiva. Para que el inicio de la enseñanza de la escritura pueda concretarse es necesario contar con un suficiente desarrollo de la inteligencia, un adecuado desarrollo de las áreas del lenguaje, socio-afectiva y sensorio-motriz. Para que el desarrollo sensorio-motriz tenga lugar es necesario una correcta integración sensorial (visual, auditiva y táctil); ausencia de trastornos motores graves; suficiente desarrollo de la estructura espacio-temporal; importante destreza motriz 20 para sostener el lápiz; motricidad global sin perturbaciones que afecten la coordinación, la velocidad o el equilibrio; adecuado desarrollo perceptivo visual y auditivo; no presentar trastornos neurológicos que por su intensidad impidan una adecuada fijación, como ser trastornos de ansiedad, agnosias o apraxias graves y por último una suficiente definición de la lateralidad. Es necesario recordar que desde el punto de vista fisiológico la mano representa la extremidad ejecutora del miembro superior, el cual le sirve de soporte y permite que se presente en la posición más favorable para cada acción. La mano, no es sólo un órgano de ejecución sino que es también un receptor sensorial de una precisión y sensibilidad extremas. Por el conocimiento de los volúmenes y de las distancias que procura al córtex cerebral, es la educadora de la vista, a la que le facilita la valoración y la interpretación de las informaciones. “Sin la mano, nuestra visión del mundo sería plana y sin relieve” (Kapandji, I.A, 1977; p.140). Toda la compleja organización anatómica y funcional de la mano tiene como meta la prensión. No existe un único tipo de prensión sino que existen varios; por lo menos seis y en cuatro de ellas interviene el pulgar: 1. La prensión por oposición terminal que es la más fina y de mayor precisión. Permite sujetar objetos de calibre muy reducido o recoger objetos muy delgados como un alfiler (gráfico p.22). 2. La prensión por oposición subterminal que constituye la modalidad más corriente. Es la que permite sujetar objetos relativamente más gruesos como un lápiz. En esta modalidad de prensión el pulgar y el índice se oponen a través de la cara palmar del pulpejo. La articulación interfalángica 21 distal puede estar en extensión o incluso en semiflexión. Los músculos esenciales para este tipo de prensión son: el flexor superficial (del lado del índice) para que la segunda falange quede fija en flexión; y los músculos tenares flexores de la primera falange del pulgar (gráfico p. 22). 3. La prensión por oposición subterminolateral que es la que se usa para sostener por ejemplo una moneda (gráfico p. 22). 4. La prensión palmar o a manos llenas, es la prensión de fuerza para levantar objetos pesados o voluminosos por ejemplo cilíndricos, alrededor de los cuales la mano se enrolla literalmente (gráfico p. 23) 5. La prensión por oposición digito-palmar que es una modalidad de prensión accesoria derivada de la prensión palmar como manejar una palanca, sujetar un volante (gráfico p. 23). 6. La prensión interdigital latero-lateral que es una modalidad de prensión muy accesoria, no es de fuerza ni de precisión, es de sostén como en el caso de sostener un cigarrillo (gráfico p. 23). En las dos páginas siguientes aparece la representación gráfica de estos tipos de prensión; gráficos obtenidos de los Cuadernos de Fisiología Articular de I.A. Kapandji (1977; p. 193-195). 22 Cuadernos de Fisiología Articular de I.A. Kapandji (1977; p. 193-195). 23 Cuadernos de Fisiología Articular de I.A. Kapandji (1977; p. 193-195) 24 Una prensión y toma eficiente del lápiz o del útil escritor es necesaria para una adquisición óptima de la escritura gráfica. Cuando los niños comienzan a usar instrumentos de escritura, sólo la punta del lápiz toca el papel, mientras el brazo y la mano se mueven sin fijación a través del espacio para realizar garabatos. El tronco y el hombro le brindan estabilidad interna a la movilidad primitiva del brazo. Más adelante, el antebrazo se desliza sobre la superficie cuando se hacen trazos más definidos. Luego, la muñeca y el antebrazo se estabilizan sobre la superficie y el movimiento de la mano crea dibujos reconocibles. Finalmente, con la madurez la propia mano se estabiliza y permite el movimiento de los dedos disociado de las articulaciones metacarpofalángicas para realizar pequeñas producciones precisas de dibujos, letras y números. Esta progresión del punto de estabilización del control externo de las articulaciones proximales a las distales se ha correlacionado con la progresión del desarrollo de la prensión del lápiz en el Erhanrdt Developmental Prehension Assessment (1982) cuyo cuadro ha sido extraído del libro de Terapia Ocupacional (Spackman, 1998, P. 435) 25 26 1.2. La escritura como parte del desarrollo cultural del niño El escribir es una actividad intelectual que se realiza por medio de un artefacto gráfico manual para registrar, comunicarse y controlar o influir sobre la conducta de otros (Teberosky, 1995). Es una habilidad que está íntimamente relacionada con la cultura. “L. S. Vigotsky, inicia en los años 30 un nuevo camino en la trayectoria de sus investigaciones para pasar a considerar como tarea central el análisis del ámbito motivacional y emocional, porque mediante él la actividad estaría determinando los procesos psíquicos, la conciencia” (Azcoaga, J., 1997; p. 41). De este pensamiento se desprende el papel de la práctica social. Según Azcoaga J. (1997), Vigotsky consideraba que las actividades cotidianas de las personas conforman sus sistemas funcionales complejos que no representan gnosias, praxias o lenguaje en estado químico puro sino que, por el contrario, están impregnadas del quehacer diario de las personas que tienen así praxias y gnosias específicas y lenguaje específico elaborados en su historia personal. Además el sujeto se vincula con su práctica social por su motivación y queda ligado a ella por sus emociones. Juan Antonio Huertas (1997) describe la motivación humana como un conjunto de procesos que activan, impulsan y dirigen la actividad. Los procesos motivacionales son el resultado de la interacción de la persona y su contexto, pero en el contexto educativo no sólo inciden algunas características motivacionales 27 con los que la persona accede al mismo sino que también se forman o configuran otras nuevas motivaciones. Para Vigotsky la escritura ocupa un puesto muy restringido en la práctica escolar si es comparada con el papel que desempeña en el desarrollo cultural del niño. Sostiene que la enseñanza de la escritura fue concebida en términos poco prácticos; se enseñó a los niños a trazar letras y a formar palabras a partir de las mismas, pero no se les enseñó el lenguaje escrito. “Se ha hecho tanto hincapié en la mecánica de la lectura que se ha olvidado el lenguaje escrito como tal” (2000; p. 159). A diferencia del lenguaje hablado en el que el niño avanza espontáneamente, el lenguaje escrito se basa en una instrucción artificial. Esta requiere una gran atención y un enorme esfuerzo por parte del maestro y también del alumno. En lugar de basarse en las necesidades del niño a medida que se van desarrollando y en sus actividades, la escritura se les presenta desde fuera, de las manos del maestro. Esta situación es similar al desarrollo de una habilidad técnica como por ejemplo, tocar el piano: el alumno desarrolla una cierta destreza con los dedos y aprende a pulsar las teclas mientras va leyendo el pentagrama, no está implicado en la esencia de la música; pero esto lo va aprendiendo con la práctica misma. La psicología según la visión de este autor ha considerado a la escritura como una complicada habilidad motora; así pues, ha prestado poca atención a la cuestión del lenguaje escrito como tal, es decir, un determinado sistema de 28 símbolos y signos, cuyo dominio representa un punto crítico decisivo en el desarrollo cultural del niño. Para Vigotsky la principal tarea de una investigación científica es la de revelar la prehistoria del lenguaje escrito en los niños, para así demostrar qué es lo que conduce a los pequeños a escribir, a través de qué puntos claves pasa este desarrollo prehistórico y qué relación mantiene con el aprendizaje escolar. El lenguaje escrito consiste en un sistema de signos que designan los sonidos y las palabras del lenguaje hablado y a su vez, son signos de relaciones y entidades reales. El dominio de este complejo sistema de signos no puede realizarse de modo puramente mecánico y externo, sino que más bien es la culminación de un largo proceso de desarrollo de determinadas y complejas funciones de la conducta del niño. “El gesto es el primer signo visual que contiene en sí la futura escritura del niño... los signos escritos suelen ser gestos que han quedado fijados” (Vigotsky L., 2000; p.162). Wurth señaló el vínculo que existe entre los gestos y la escritura gráfica o pictórica. Manifestó que los gestos figurativos muchas veces denotan la reproducción de un signo gráfico. Además los signos suelen ser la fijación de los gestos. Las designaciones simbólicas en la escritura pictórica, se pueden explicar únicamente como una derivación del lenguaje de los gestos. Hay otros dos campos en el que los gestos también están vinculados al origen de los signos escritos. El primero es el de los garabatos de los niños y el otro es el de los juegos infantiles. Para los niños, algunos objetos pueden 29 designar a otros, sustituyéndolos o convirtiéndose en signos de los mismos. Lo que es importante es la utilización del juguete y la posibilidad de ejecutar con él un gesto representativo. Esta es la clave de toda la función simbólica del juego de los niños. Para Vigotsky lo que asigna la función del signo al objeto y le presta significado es el propio movimiento del niño y también sus propios gestos. Toda actividad simbólica representativa está plagada de gestos indicativos; por ejemplo, un palo puede convertirse en caballo porque puede colocarse entre las piernas y emplearse el gesto que indica que el palo, en este caso, designa a un caballo. El juego simbólico de los niños se puede comprender como un complejo sistema de lenguaje a través de gestos que comunican e indican el significado de los juguetes. Los signos escritos son símbolos de primer orden que designan directamente objetos o acciones; el niño, por su parte, debe alcanzar un simbolismo de segundo orden, que abarca la creación de los signos escritos para los símbolos hablados de las palabras. El niño tiene que realizar un descubrimiento básico, que no sólo puede dibujar objetos, sino también palabras. Gracias a este descubrimiento, la humanidad alcanzó el método de la escritura mediante palabras y letras; esto mismo es lo que lleva a los niños a la escritura. El lenguaje escrito de los niños se desarrolla pasando de los dibujos de las cosas a los dibujos de las palabras. 30 La enseñanza de la escritura en los años preescolares exige que se entienda a la escritura como algo importante para la vida. Según Lev Vigotsky (2000): “La escritura debería poseer cierto significado para los niños, debería despertar en ellos una inquietud intrínseca y ser incorporada a una tarea importante y básica para la vida. Sólo entonces podremos estar seguros de que se desarrollará no como una habilidad que se ejecuta con las manos y los dedos, sino como una forma de lenguaje realmente nueva y compleja” (p. 177). La escritura debe enseñarse entonces no como una habilidad motora sino como una actividad cultural compleja. María Montessori (1870-1952) ha hecho un gran aporte con su obra en cuanto a la enseñanza de la escritura de modo natural. Para ella la escritura debe cultivarse más que imponerse; el niño debe acercarse a la escritura como una etapa natural en su desarrollo, no como un entrenamiento desde afuera. Así como los niños aprenden a hablar, deberían aprender a leer y a escribir. Tanto la lectura como la escritura deberían convertirse en algo necesario para sus juegos. Vigotsky sostiene que así como los trabajos manuales y el dominio del dibujo son, para Montessori, ejercicios preparatorios para el desarrollo de la escritura, también el juego y el dibujo deberían ser estadios preparatorios para el desarrollo del lenguaje escrito de los niños. El trabajo de M. Montessori consistió en buscar experimentalmente los objetos que podrían estimular la concentración y estudió bien el ambiente para 31 buscar las condiciones que pudieran favorecerla. Sostenía que la atención para concentrarse tiene necesidad de estímulos cuya gradación debe ser creciente. Según esta autora (1965) si se tienen en cuenta los períodos sensitivos, se llega a resultados sorprendentes y contradictorios a nuestros prejuicios sobre la progresión contínua y uniforme de la inteligencia y sobre la “fatiga de aprender”. Cuando el niño hace ejercicios según la necesidad de su “presente sensitivo” progresa y alcanza grados de perfección que son inimitables en otros momentos de la vida, y en lugar de fatigarse aumenta su propio vigor y gusta de la alegría que procede de satisfacer una necesidad real de la vida. Los niños que pueden comenzar a escribir a la edad de cuatro a cinco años alcanzan una perfección en la escritura que no se encontrará en los niños que han comenzado a escribir a los seis o siete años; pero sobre todo, no se encontrará en esta época tardía el entusiasmo y la riqueza de producción, fenómeno al cual María Montessori llamó “explosión de la escritura” (1965). Para esta autora en el acto de escribir una palabra se presentan dificultades de índole mecánica, por ejemplo, sostener con la mano un instrumento de escritura y alejarlo con soltura y ligereza, hay otra dificultad mecánico-motriz que consiste en llevar la mano de tal manera que reproduzca la forma necesaria de la letra para formar la palabra. Otra dificultad es ordenar las letras una después de otra, de manera que se forme la palabra buscada y que a su vez tenga sentido. Este es un trabajo de la inteligencia que se hace del todo independiente del acto mecánico de trazar la escritura; es decir quien escribe una palabra supera dificultades de muy diversos grados. 32 La separación hasta el límite de lo posible de estas dificultades es lo que Montessori denomina en su pedagogía el "análisis". El análisis no consiste en un estudio teórico de varios elementos sino que sirve para conducir y guiar en el campo práctico de la educación. En el análisis, el elemento fisiológico se toma más en consideración que el hecho de cultura, y este elemento fisiológico se debe desenvolver aparte bajo su forma adecuada porque es principalmente la aptitud fisiológica la que se debe desenvolver. Se puede por ejemplo preparar el movimiento de manejo de un instrumento de escritura con dibujos coloreados y variadísimos con miras a un arte decorativo, sin que esto haga ni siquiera sospechar que se trata de la preparación de un elemento fisiológico de la escritura. Basándose en esta idea es que presenta algunos ejercicios como preparación para el trazado de las letras del alfabeto, por ej.: enseñar al niño a tocar con los dedos formas alfabéticas en papel de liga pegadas sobre papel liso y permitir que las yemas de los dedos pasen muchas veces sobre esas formas siempre en el sentido de la escritura; a esto se le suma el trabajo intelectual de componer la palabra colocando una junto a otra las distintas letras del alfabeto. Se trata de un trabajo de memoria sensorial y de inteligencia que supone un ejercicio mental independiente de los mecanismos de la escritura. Pero llegará un día en el que, según esta autora a causa de un sentimiento, de una emoción o por simple madurez se producirá ese fenómeno maravilloso de la explosión de la escritura. Ella destaca la importancia del ofrecimiento a los niños de material que favorezca 33 y perfeccione la educación sensorial; todo esto es capaz de mejorar la atención. El método Montessori trata de ser la resolución práctica a muchos problemas pedagógicos que se presentan en las cuestiones educativas, como el problema de la educación individual, el de la educación espontánea, el de la libertad, el del desarrollo de la voluntad, etc. El niño tendría, por su naturaleza, según esta pedagoga, la capacidad de desarrollarse espontáneamente desde el punto de vista psíquico; pero encuentra dos dificultades: una es el ambiente, incapaz de ofrecer los medios necesarios a su desarrollo y la otra es la labor del adulto, que involuntariamente construye obstáculos que impiden el desarrollo del niño. “Crear un ambiente apropiado al niño es el estudio „científico‟ más importante del Método Montessori” (p. 89). El ambiente incluye no sólo el local y el mobiliario sino también el material didáctico. El principio científico del Método Montessori sostiene que para conocer mejor al niño hay que ofrecerle los medios necesarios a su vida interior y dejarlo en libertad para manifestarse. El secreto de la enseñanza del lenguaje escrito según L.Vigotsky (2000) es la preparación y organización adecuada de la transición natural que realiza el niño; una vez que el niño domina el principio del lenguaje escrito, solamente le resta perfeccionar ese método. 1.3. La concepción de Annette Karmiloff-Smith El componente innato según esta autora sólo puede convertirse en parte del potencial biológico a través de la interacción con el ambiente. En su libro Más allá 34 de la modularidad desarrolla un modelo que incorpora un proceso de redescripción representacional: “Este es un proceso mediante el cual la información que se encuentra implícita en la mente llega a convertirse en conocimiento explícito para la mente, primero dentro de un dominio y, posteriormente, a veces a lo largo de diferentes dominios” (1992; p. 37). Es un modelo de fases no de estadios; incluye 3 fases: en la primera el niño se centra en la información del medio; en la segunda las representaciones que el niño tiene del conocimiento en un microdominio predomina sobre la información procedente de datos externos y en la tercera las representaciones internas se reconcilian con los datos externos y se alcanza así un equilibrio entre la búsqueda de control interno y externo. Esta autora propone una reconciliación entre innatismo y constructivismo; para ella el foco de interés debe extenderse más allá de las especificaciones innatas: “Los bebés y los niños son constructores activos de su propio conocimiento, y esto implica tanto, la existencia de restricciones de dominio específico como de procesos de dominio general” (Ibidem; p. 29). El componente innato sólo puede convertirse en parte del desarrollo potencial biológico a través de la interacción con el ambiente. El componente innato permanece latente hasta que recibe la entrada de los datos que necesita y esa entrada, a su vez, influye en el desarrollo (Ibidem, 1992). Esta autora se pregunta cómo se almacena la información en la mente del niño y para responder a esto se basa en la idea de que una forma específicamente humana de obtener conocimiento consiste en que la mente explote internamente la información que ya 35 tiene almacenada, tanto innata como adquirida, mediante el proceso de redescribir sus representaciones. Este modelo de redescripción representacional (modelo RR) es un proceso mediante el cual la información que se encuentra implícita en la mente llega a convertirse en conocimiento explícito para la mente, primero dentro de un dominio y a veces a lo largo de distintos dominios. Este es un modelo de fases, no de estadios como el de Piaget, que depende de la edad e implica cambios fundamentales que afectan a todo el sistema cognitivo; el de fases sostiene que la redescripción representacional ocurre de forma recurrente dentro de microdominios a lo largo del desarrollo, así como también en la edad adulta en algunas clases de aprendizajes nuevos. Trata de 3 fases recurrentes: en la primera el niño se centra fundamentalmente en información proveniente del medio externo; se centra en datos externos para crear adiciones representacionales. Estas adiciones representacionales, no alteran las representaciones estables ya existentes sino que se hacen estables, es decir se añaden, conservando la especificidad de dominio, afectando mínimamente a lo que ya se encuentra almacenado. “La fase 1 culmina en la capacidad de ejecutar sistemáticamente de forma correcta las conductas de cualquier microdominio en que se haya alcanzado ese nivel. Eso es lo que llamo “maestría conductual” (Ibidem, 1992; p.38). La fase 1 va seguida de una fase guiada internamente durante la cual el niño ya no se centra en los datos externos. En la fase 2 el estado actual de las representaciones que el niño tiene del conocimiento en un microdominio predomina sobre la información proveniente de los datos que vienen de afuera. Este descuido temporal de los rasgos del ambiente externo puede llevar a incurrir 36 en nuevos errores, lo cual puede traducirse, en un descenso de conductas correctas que puede provocar un deterioro en el aspecto conductual pero no en el representacional. En la última fase que es la 3, las representaciones internas se reconcilian con los datos externos alcanzándose entonces un equilibrio entre la búsqueda del control interno y externo. Este modelo defiende al menos cuatro niveles en los que el conocimiento puede representarse. La autora les ha dado los siguientes nombres: Implícito (I), Explícito 1 (E1), Explícito 2 (E2) y Explícito 3 (E3); estas tres formas distintas de representación no constituyen estadios de desarrollo dependientes de la edad, sino son partes de un ciclo repetitivo que ocurre una y otra vez en distintos microdominios a lo largo del desarrollo. En el nivel I las representaciones se encuentran en forma de procedimientos de análisis y respuesta a estímulos del ambiente externo; las representaciones nuevas se almacenan de forma independiente, aún no pueden formarse vínculos representacionales inter o intradominios. Las representaciones de nivel I no se encuentra a disposición de otros operadores del sistema cognitivo; los procedimientos están a disposición de otros operadores en calidad de datos, como totalidades, no así sus partes componentes. Este modelo postula un proceso repetitivo posterior de redescripción representacional que implica los niveles E1, E2 y E3. Las representaciones del nivel E1 son resultado de la redescripción de las representaciones codificadas procedimentalmente en el nivel I en un formato nuevo comprimido. Las redescripciones son abstracciones en un lenguaje de nivel superior y las partes componentes están abiertas a potenciales vínculos representacionales intra e interdominio. Las representaciones E1 son 37 descripciones reducidas que pierden numerosos detalles de la información codificada procedimentalmente. A medida que las representaciones van redescribiéndose en el formato E1, se incrementa la flexibilidad del sistema cognitivo, lo que permitirá luego la construcción de las incipientes teorías del niño. A partir de entonces, el niño empieza a formarse un sistema cognitivo flexible, sobre el cual luego podrán construirse las incipientes teorías del niño. El niño puede efectuar violaciones de las descripciones verídicas, guiadas por los datos del mundo, esto permite la aparición del juego de ficción, la comprensión de creencias falsas y el uso de expresiones contrarias a los hechos. Algo a tener en cuenta es que estas representaciones E1 aunque están a disposición del sistema en calidad de datos, no necesariamente se tiene acceso conciente a ellas o se pueden expresar verbalmente; la posibilidad de acceso conciente y de verbalización sólo se alcanza superando el nivel E1. En su hipótesis en el nivel E2 las representaciones se hacen accesibles a la conciencia pero aún no pueden expresarse verbalmente; esto solo será posible en el nivel E3. En el nivel E3 el conocimiento se recodifica mediante un código común a todos los sistemas. El proceso de redescripción representacional consiste entonces en recodificar información almacenada en un formato o código representacional pasándola a otro distinto. Una representación espacial puede recodificarse por ejemplo en un formato lingüístico o una representación propioceptiva en formato espacial. Cada redescripción o representación constituye una versión más comprimida del nivel anterior. 38 Karmiloff Smith plantea el siguiente ejemplo: “Un buen ejemplo de lo que tengo en mente en relación a esto es el caso de la imagen rayada que recibe el sistema perceptivo de una persona que ve una cebra (Mandler, 1993). Redescribir esta percepción como „animal con rayas‟ supone perder muchos detalles…la redescripción permite al sistema cognitivo comprender la analogía entre una cebra de verdad y la señal de tráfico que denominamos “paso de cebra”… Una especie carente de redescripciones representacionales no podría trazar la analogía entre la cebra y el „paso de cebra”‟ (p. 41). Este modelo defiende la idea de que la mayoría de las veces es necesario alcanzar un período de “maestría conductual” antes de que se produzca la redescripción. También plantea que el cambio representacional dentro de cada fase consiste en hacer adiciones representacionales y en este proceso juega un papel importante la retroalimentación negativa, los fallos, las insuficiencias, la incongruencia entre entradas y salidas, etc.; llegando en forma progresiva a la maestría conductual. Pero la retroalimentación positiva es esencial para que comience la redescripción representacional; es decir se redescriben solo las representaciones que hayan alcanzado un estado estable, y esto sucede cuando el niño ha logrado la maestría conductual. Esta concepción del cambio cognitivo como proceso basado en el éxito contrasta según la autora con el punto de vista piagetiano; según Piaget un sistema estable no mejoraría por sí mismo, el proceso piagetiano de equilibración tiene lugar cuando el sistema se encuentra en un estado de desequilibrio. Este modelo también está en contra de la idea conductista de que el cambio se produce como consecuencia de los fallos o del refuerzo externo. Para el modelo RR, ciertos cambios se producen después de que el niño 39 ha tenido éxito. “La redescripción representacional es un proceso que consiste en „apropiarse‟ de los estados estables para extraer de ellos la información que contienen, la cual puede entonces utilizarse con mayor flexibilidad para otros fines” (Ibidem; p. 46). Es interesante la interpretación que realiza esta autora del niño como grafista basándose en su modelo RR. Sostiene que ya desde los 4 años los niños no confunden la escritura con la notación numérica o con el dibujo, sino que establecen restricciones distintas para cada sistema. De los estudios e investigaciones que realizó surge que por muy limitado que sea el conocimiento de los niños pequeños sobre la escritura y los números, ellos desarrollan una sensibilidad espontánea hacia las distintas características de sus entornos gráficos antes de la escolarización formal. La escritura y el dibujo se procesan en distintos hemisferios cerebrales, Karmiloff sostiene que si estos sistemas acaban siendo modulares en los adultos, es debido a un proceso de modularización; es decir son producto de un proceso de aprendizaje durante la infancia y supone que la distinción entre el dibujo y los otros sistemas de notaciones, introducidos en un momento evolutivo reciente de la cultura humana, se basó en el aprovechamiento de algunas distinciones relevantes para la atención y para los mecanismos de producción del ser humano como son la secuencialidad, la direccionalidad, la iconicidad, la no iconicidad y la periodicidad del movimiento. Hay una diferencia fundamental entre el comportamiento externo de dibujar (las representaciones no artísticas) y las representaciones internas que conllevan cambios evolutivos con respecto a la flexibilidad y accesibilidad. El cambio en el dibujo se produce 40 también por causas endógenas y no se encuentra solamente sujeto a las influencias comunicativas externas. Pero cuando un cambio se inicia de manera exógena, hay un cambio interno posterior. El modelo RR propone una perspectiva endógena del cambio, cuyo motor es el éxito y que se genera mediante la estabilidad y la reorganización representacional. “La integración del innatismo y del constructivismo que he defendido a lo largo de todo el libro requiere que tanto las predisposiciones innatas como las influencias del ambiente sobre el desarrollo cerebral del recién nacido y el niño mayor se consideren factores fundamentales” (Ibidem; p. 202). Teniendo en cuenta la teoría de la redescripción representacional como la plantea Karmiloff-Smith, pionera en las críticas a la teoría de Piaget y que le da un nuevo enfoque al problema del desarrollo cognitivo se podría pensar que si la experiencia táctil es tan importante para la adquisición de la escritura específicamente en las conformación de las praxias motoras del grafismo, y la escritura es producto de este modelo de fases, donde una base innata y la relación con el ambiente determinan los resultados; podría suceder que una experiencia táctil ineficiente del niño con su entorno derive en una disgrafía. La alteración y disminución de las experiencias sensoriales que brinda el tacto, en la medida en que restringe la interacción con el ambiente, estaría dificultando el desarrollo del control motor para la producción gráfica. De hecho, en la educación preescolar se suscitan un conjunto de actividades motoras de diversa índole que tienen como uno de sus objetivos principales, el incremento del control sobre la 41 motricidad fina, el ajuste en la prensión, la plasticidad de los movimientos, que apuntan al desarrollo de la coordinación visomotriz. Sería importante detectar desde el periodo preescolar si hay síntomas de defensa táctil y, si esto es así, realizar intervenciones que apunten a la superación de este trastorno de forma que el niño pueda recibir la estimulación sensorial que contribuirá al posterior desarrollo del grafismo. 1.4. El pensamiento de Ángel Rivière Ángel Rivière a lo largo de sus estudios e investigaciones ha demostrado la importancia del mundo social para el niño; la relación con los mecanismos innatos y la interacción de ello con la escritura, considerada una actividad puramente social y comunicativa. Rivière fue un destacado investigador y psicólogo teórico, estudió entre muchos otros autores a Lev Vygotski. Sostenía que así como en la obra de Piaget tenía un papel central el concepto de acción; en la obra de Vygotski lo tiene el de interacción. Para Vygotski: “El uso de instrumentos y símbolos sería el desarrollo que permite la constitución, en el hombre, de funciones superiores añadiendo a la „línea natural‟ de desarrollo una „línea cultural‟” (Rivière A., 2003; p.134). Vygotski establecía una comparación entre instrumentos y signos, ambos serían mediaciones que permitirían transformar la naturaleza y la conducta propia y ajena; tanto unos como otros serían incorporados al desarrollo desde la interacción con otros. La combinación de instrumentos y signos en la actividad psicológica constituiría un momento decisivo de un plano nuevo de funcionamiento 42 psicológico. Rivière entiende que en Vygotski está implícita la idea de que el desarrollo específicamente humano implicaría la elaboración y evolución de mecanismos metacognitivos de control, regulación y conciencia del propio funcionamiento mental. Estas ideas se articulan con un principio básico que es el del origen interpsicológico de las funciones superiores; esas funciones finalmente internalizadas en el individuo, serían en su origen relaciones entre personas; relaciones que incorporarían cultura y estarían a su vez mediadas por ella. Esta tiene una posición relativista muy diferente a la posición universalista de Piaget. Al tener un papel formador y no solamente activante, las influencias sociales y culturales en el desarrollo, la naturaleza de las propias funciones superiores sería variable en las distintas culturas, dependiendo de las formas de producción y relación de los hombres entre sí y de estos con la naturaleza. En el modelo de Vygotski el papel del profesor es mucho más decisivo para el desarrollo que en el de Piaget; el profesor es un mediador en el desarrollo. El plano humano del desarrollo socio-cultural solo es posible por la interiorización de pautas de relación y de los instrumentos y los signos con que éstas se realizan. El enfoque educativo del pensamiento de Vygotski dará mayor importancia a desarrollar sistemas de significantes poderosos como es el lenguaje y no sólo fomentar la asimilación activa de los objetos. El fundador de la Escuela de Moscú pensaba que el objetivo básico de la educación era principalmente el de desarrollar una conciencia cada vez más lúcida y sistemas de dominio y autorregulación cada vez más importantes; su idea de la apropiación a través de la interacción de formas de significación y representación tendría que ser un objetivo educativo básico. 43 Para Ángel Rivière: “El mundo social no está preformado y el neonato no es un agente intencional de comunicación y relación. Posee ciertos mecanismos innatos de preparación para la relación, que implican la preferencia por los cuadros perceptivos ofrecidos por las personas y la tendencia a dar respuestas relativamente armónicas a los estímulos que éstas presentan. Pero el mundo social es esencialmente una construcción resultante de la propia experiencia social, y de la construcción de estructuras estables de relación expresiva primero y comunicacional después” (2003; p. 141). Resalta la importancia de la labor de “andamiaje” que permite convertir el desarrollo potencial en desarrollo actual en los sucesivos estadios del período sensorio-motor. La experiencia social se arma con los mecanismos funcionales de asimilación que posee el bebé en cada estadio. Este desarrollo exige la constitución de un medio social propio, de un espacio y de estructuras estables de relación expresiva con figuras vinculares. El niño debe asimilar no sólo las acciones orientadas a los objetos sino también las orientadas a las personas. Los símbolos son construcciones requeridas por la equilibración de la comunicación y nunca serían necesarias si hubiera un contexto no comunicativo. Los símbolos son formas evolucionadas de interacción. Se coordinan, se condensan y se interiorizan y así van a constituir la propia identidad del sujeto. En la medida en que el niño se aplica a sí mismo las pautas de interacción y comunicación adquiridas en su relación con los demás, se constituye como identidad. Este proceso es el que permite entender la conciencia humana tal como la entendía Vygotski: “la conciencia humana como contacto social con uno mismo” (Ibidem; p. 142). 44 Rivière ha planteado un esquema en el cual plantea cuatro tipo de funciones, que ha dado en llamar funciones de tipo 1, tipo 2, tipo 3 y tipo 4. Las de tipo 1 están preescritas genéticamente; las de tipo 2 también lo están aunque en menor grado; las tipo 3 son híbridos que implican el formateo cultural de funciones definidas en el genoma y las de tipo 4 no están determinadas por el genoma aunque están permitidas por él. Las funciones de tipo 1 y 2 no parecen ser susceptibles a la interacción; las de tipo 3 sólo se dan en contextos interactivos muy particulares; especialmente en los que llamamos crianza. Las funciones tipo 4 son muy sensibles a la interacción y a diferencia de lo que ocurre con las funciones tipo 3, requieren formas especializadas de interacción que no son interacciones naturales de crianza, sino que más bien implican interacciones explícitamente dirigidas a la interiorización por el niño de creaciones de la cultura. “Son funciones que requieren un programa explícito: „a este niño le quiero enseñar a multiplicar, a este otro la conjugación del verbo haber‟” (Rivière, A., 2003; Vol. III, p. 217). Las funciones tipo 4 hacen cultura, a diferencia de las tipo 3 que humanizan. En las funciones tipo 4 se encuentra la escritura ya que es necesario de la instrucción externa para que el niño pueda conocer las letras, su significado, el trazo de las mismas, su direccionalidad. Para Rivière las funciones tipo 4 no se datan filogenéticamente sino históricamente y aquí recuerda a Vygotski cuando dice que el desarrollo humano implica la intersección de dos líneas de desarrollo, una natural y una cultural. Estas funciones tipo 4 implican la incorporación masiva de instrumentos de la cultura, de la historia; no tienen un pasado filogenético sino 45 tienen un pasado histórico. A la escuela se le asigna esencialmente el papel de constituir funciones tipo 4; en estas hay una alta exigencia atencional. La adquisición escolar de las funciones de tipo 4 implica procesos que son permitidos por la constitución previa de las funciones de tipo 3 pues ya hay un control metacognitivo; el niño puede manejar simbólicamente su propia mente; hay una conciencia de que puede hacer autorrelación explícita y hay una mente que se ha constituido como sistema simbólico. Las características fundamentales de estas funciones tipo 4 son que estas funciones completan, reinterpretan y revisan las funciones de tipo 3; complementan procesos de formateo cultural de la mentecerebro, que se concretan universalmente a través de procesos educativos implícitos en la interacción de crianza; implican el manejo consciente de recursos simbólicos; insertan instrumentos y símbolos en la actividad psicológica; implican un altísimo grado de conciencia y control metacognitivo; exigen atención selectiva, un control conciente de la memoria de trabajo y nociones a las que no acceden directamente las funciones de tipo 3 en su desarrollo interactivo; implican trabajo humano; implican selección social; son instrumentos culturales para representar el mundo y operar sobre él; se derivan históricamente del ingenio individual; definen formas supraindividuales de objetividad y creación; son vulnerables, inconstantes y muy susceptibles de olvido; se adquieren mediante procesos declarativoprocedurales. La lectoescritura es considerada como una función de tipo 4 y como a la escuela se le asigna el papel de constituir estas funciones es de gran importancia la forma en que se enseña entonces la grafía de la escritura a los 46 niños y de qué manera se estimula esta enseñanza en los años previos a la escolaridad primaria. 2. TEORIA DE INTEGRACION SENSORIAL 2.1. Marco de referencia de Integración Sensorial La Terapia Ocupacional pediátrica, en uno de sus abordajes de tratamiento como es el de Integración Sensorial tiene muy en cuenta en el desarrollo del niño su relación con el entorno a través de sus sensaciones. La “integración sensorial” es un proceso neurobiológico y se refiere a la integración e interpretación de estímulos sensoriales del propio cuerpo y del mundo externo y que hace posible utilizar eficazmente nuestro cuerpo dentro del ambiente. (Ayres, A. J.; 1998). Cuando el sistema nervioso central procesa la información sensorial adecuadamente, respondemos de forma adaptada a las demandas de nuestro entorno, y logramos niveles de desarrollo adecuados. La Teoría de Integración Sensorial fue el trabajo de la Dra. Anne Jean Ayres (1920-1988), terapista ocupacional, doctora en Psicología Educacional de la Universidad del Sur de California, quien comenzó trabajos de postgrado en el Instituto de Investigación Cerebral de la Universidad de California en Los Angeles. Utilizó datos de neurociencias, neuropsicología y neurofisiología y desarrolló un enfoque terapéutico que tuvo un impacto muy importante en la profesión de Terapia Ocupacional. Comenzó a formular su teoría sobre las disfunciones en 47 Integración Sensorial en los años 70 observando a niños normales que presentaban dificultades de aprendizaje. Ella desarrolló además herramientas diagnósticas para identificar este desorden y propuso un acercamiento terapéutico que transformó a la Terapia Ocupacional Pediátrica. Su teoría se sigue desarrollando y sigue siendo modificada por los investigadores y clínicos de todo el mundo. Ayres basó su investigación en su convicción de que el cerebro trabaja como un todo, basada siempre en los principios del desarrollo filogenético y ontogenético. Las porciones más antiguas del cerebro se desarrollan y funcionan más temprano que los componentes desarrollados en forma más reciente. Los segmentos cerebrales de evolución más reciente dependen de la información de estructuras más bajas para la función y modulan también la actividad de estas estructuras. Por lo tanto, existe una gran interdependencia en la jerarquía del sistema nervioso central. Los sistemas propioceptivo y vestibular maduran tempranamente en el útero, siendo más antiguos filogenéticamente. La disfunción de estos sistemas puede tener un efecto nocivo sobre el funcionamiento de estructuras corticales más altas. Algunas de las principales estructuras neuronales, como el tronco encefálico y el tálamo, procesan estímulos sensoriales de distintos orígenes. Teniendo en cuenta la interdependencia de la función cerebral se presume que estas estructuras tienen un impacto fundamental en el actuar del niño. La habilidad del cerebro para filtrar, organizar e integrar la mayor parte de la información sensorial es crítica para el aprendizaje del niño (Ayres, 1968; citada por Willard/Spackman, 1998). En los últimos años de la década de los sesenta Ayres comenzó a usar el término “integración sensorial”. 48 Ayres ha resumido su teoría de la siguiente manera (Willard/Spackman, 1998; p. 475): Las sensaciones del cuerpo, especialmente durante la actividad con propósito, proporcionan los medios por los cuales se establece un modelo neuronal o leyes del cuerpo… Se necesita un esquema corporal preciso para las tareas prácticas, para la sensación de direccionalidad y para relacionar el cuerpo con el espacio. Al mismo tiempo concebir, planificar y ejecutar una acción de adaptación es un medio principal por el cual la sensación adquiere significación y se transforma en una ley corporal… La praxis es una aptitud singularmente humana que subyace a conceptuación, planificación y ejecución de destrezas de interacción adaptativa con el mundo físico…(y) es fundamental para la actividad con propósito. Praxis y percepción son productos finales de la integración sensorial… Los estímulos somatosensoriales, vestibulares y visuales para la integración sensorial y la praxis son esenciales para las interacciones ambientales del organismo (Ayres, 1989; p.11-12). La doctora Ayres propuso un modelo para el desarrollo del niño que se refiere a los sentidos, la integración de sus estímulos y sus productos finales (Willard/Spackman, 1998; p. 481). 49 Los sentidos, integración de sus aferencias y sus productos finales (Extraído del Western Psycological Services, Los Angeles, California) Demostró la importancia del estímulo vestibular, táctil y propioceptivo en el desarrollo del control postural, esquema corporal, relaciones, alimentación, coordinación, estabilidad emocional, lenguaje y percepción. Los productos finales son aquellos que apoyan el aprendizaje académico como la concentración, organización, control de sí mismo, autoestima, autoconfianza, pensamiento abstracto y especialización de cada uno de los lados del cerebro y del cuerpo. Ayres también identificó síndromes de disfunción, de los cuales postuló que podían tratarse utilizando un estímulo sensorial determinado, seleccionado previamente en el sistema disfuncional identificado. 50 Teniendo en cuenta este marco de referencia, el tratamiento incluye el control del estimulo sensorial a través de actividades sensoriales. El terapeuta busca una respuesta adaptativa que provoque un comportamiento motor que apoye la interacción efectiva con el ambiente, especialmente en respuesta al estímulo táctil y de la gravedad. Se utilizan una variedad de equipamiento que proporcionan experiencias de movimientos, como ser patinetas, hamacas, etc. La respuesta que da el niño es constantemente supervisada y controlada para determinar si aparece una respuesta adaptativa madura, para evaluar si se presentan o no signos de hiper o hipo-estimulación y para determinar además el nivel de interpretación de los estímulos del sistema nervioso central. Los niños generalmente eligen ellos mismos las actividades para apoyar la maduración y conseguir placer al experimentar esa actividad. Lo que se busca en la terapia es invitar al niño a realizar una actividad placentera con el equipamiento adecuado o con las actividades preparadas para mejorar los sistemas disfuncionales y promover las respuestas adaptativas deseadas. Este marco de referencia con base neurobiológica reconoce cualidades jerárquicas e interdependientes de la función del cerebro y se centra en la integración de la estimulación sensorial. Los distintos instrumentos de evaluación utilizados tratan de identificar áreas de disfunción sensorial y el tratamiento se basa en el movimiento y en actividades de base sobre todo táctil que promueven respuestas adaptativas adecuadas a las demandas y exigencias del medio ambiente. En este marco de referencia, los parámetros de tratamiento incluyen el control del estímulo sensorial a través de actividades sensoriales que destacan la 51 integración intersensorial subcortical (Willard/Spackman, 1998). El terapista ocupacional busca una respuesta adaptativa que produzca un comportamiento motor que apoye la interacción efectiva con el ambiente, especialmente en respuesta al estímulo de la gravedad y táctil. Se utiliza una variedad de equipamiento, como patinetas, hamacas, etc. que proporcionan experiencias de movimiento. La respuesta del niño es cuidadosamente controlada por el terapeuta para evaluar si se presenta una respuesta adaptativa adecuada, o si aparecen signos de hiper o hipo-estimulación y para determinar el nivel de interpretación de los estímulos por parte del sistema nervioso central. Jean Ayres (1979) describió el arte de la terapia como la manera de utilizar un enfoque que sea placentero y que invite al niño a iniciar un compromiso con el equipamiento seleccionado o con las actividades preparadas para mejorar los sistemas disfuncionales y promover los comportamientos adaptativos deseados; lo que se busca es producir respuestas más que imponer actividades o tareas, ya que esto resulta ser más integrativo. A continuación se detallan las habilidades necesarias para lograr una correcta integración de los estímulos sensoriales que los seres humanos recibimos y que nos permite dar una respuesta adaptada a las demandas del entorno: Modulación: se trata de abrir o cerrar la entrada de estímulos sensoriales, para poder regular la actividad neurológica, y como consecuencia directa el nivel de actividad. Dependiendo de la actividad que se realice, se debe estar abierto a los estímulos sensoriales o por el contrario se debe restringir la entrada sensorial. 52 Por ej.: al ir en bicicleta se debe estar muy atento para poder captar los estímulos a nivel vestibular, auditivo, visual y propioceptivo; pero durante la lectura de un libro se debe cerrar la entrada de información sensorial a nivel neurológico, con lo cual disminuye la actividad cerebral, porque se necesita tan sólo la información visual, para poder tener el máximo nivel de concentración. Inhibición: a nivel neurológico es necesario reducir las conexiones entre determinados estímulos sensoriales, en caso de que no sean necesarios para llevar a cabo la tarea que se está realizando. Mientras el niño está sentado en el aula, debe ser capaz de inhibir (no prestar atención) a los sonidos que provienen del exterior y de su alrededor para poder prestar atención a lo que se explica en clase. En caso que el niño no sepa o no pueda inhibir los estímulos sensoriales no necesarios, se puede alcanzar fácilmente la sobreestimulación, observando entonces problemas de atención, de comportamiento y dificultades en el aprendizaje. Habituación: el proceso de habituación implica la disminución en la intensidad de la respuesta frente a determinados estímulos sensoriales, por efecto del acostumbramiento. La atención a estos estímulos disminuye concomitantemente como producto de la habituación a los mismos, con lo cual las demandas atencionales que generan disminuyen. Cuando estos procesos de habituación no se producen o son deficitarios, una de las consecuencias es la sobrecarga atencional, ya que los filtros atencionales para los estímulos recurrentes pierden un mecanismo de regulación importante. 53 Facilitación: el cerebro promueve conexiones entre la entrada sensorial y las respuestas que se generan, mandando mensajes de desagrado (p. ej.: sensación de mareo), o de placer (p. ej.: relajación al balancearse en una hamaca paraguaya). Esta habilidad de facilitación nos permite saber cuándo debemos abandonar una actividad o si en caso contrario podemos seguir con ella. En síntesis, esta teoría trata principalmente sobre la adecuada integración de la información de los sistemas propioceptivo, vestibular y táctil. Igualmente, no desconoce en absoluto la importancia de los otros sistemas que también nos informan del mundo exterior como son el olfato, el gusto, la visión y la audición. En este capítulo se hará mención sobre los sistemas propioceptivo y vestibular; el sistema táctil se desarrollará con mayor detalle en el capítulo siguiente. 2.2. Principales sistemas involucrados en la Integración Sensorial: propioceptivo, vestibular y táctil Jean Ayres destacó la importancia de tres sistemas sensoriales básicos, que facilitan información acerca de nuestro cuerpo en relación al entorno, y son los principales responsables del correcto desarrollo infantil. - Sistema táctil: son los estímulos que recibimos a través de la piel, relacionados con la parte más emocional y social (ya no es la sensación de temperatura o presión, que se percibe a nivel superficial). - Sistema vestibular: toda la información relacionada con el movimiento, la gravedad y el equilibrio, principalmente procesados en el oído interno. 54 - Sistema propioceptivo: información acerca de la posición que ocupa nuestro cuerpo en el espacio, percibida a través de las articulaciones, músculos y ligamentos. El tacto, la propiocepción y el sistema vestibular son fundamentales para el desarrollo correcto del niño. Cuando estos tres sistemas sensoriales funcionan de forma eficiente y correcta, el niño puede dar las respuestas adaptadas a las demandas del entorno. La hiperrespuesta o hiporespuesta a los estímulos sensoriales que incluye los sistemas táctil, vestibular, auditivo, gustativo y visual pueden afectar al comportamiento, al funcionamiento infantil y finalmente al aprendizaje escolar tornándolo deficiente; esto se puede apreciar más claramente en el gráfico de la página siguiente obtenido del libro de Terapia Ocupacional de Willard/Spackman (1998; p. 484). 55 Esquema de hipoactividad e hiperactividad y su impacto sobre la atención y aprendizaje (Extraído de Ling. L. J. (1998) La palabra propiocepción como ha dejado asentado Jean Ayres (1998) se refiere a la información sensorial provocada por la contracción y estiramiento de los músculos y al doblar, enderezar y comprimir las articulaciones. El término viene de la palabra latina propius que significa perteneciente a uno mismo. Las sensaciones del propio cuerpo se dan especialmente durante el movimiento, pero también cuando estamos quietos, pues los músculos y las articulaciones están constantemente mandando información al cerebro para decirnos acerca de nuestra posición. La propiocepción va por la médula espinal hasta el tallo cerebral y hasta el cerebelo y parte de ella lega a los hemisferios cerebrales. Casi toda la 56 entrada propioceptiva se procesa en distintas regiones del cerebro pero no somos concientes de esto, por lo que muy rara vez notamos las sensaciones de los músculos y de las articulaciones, salvo cuando ponemos atención deliberada a nuestros movimientos. La propiocepción es la que nos ayuda a movernos, sin ella nuestros movimientos serían más lentos y mucho más torpes. Si la propiocepción de las manos no fuera suficiente para informar lo que estas hacen, resultaría muy difícil abotonarse la ropa, sacar algo del bolsillo, tapar un frasco, girar una llave, etc. Sin la propiocepción adecuada proveniente del tronco y de las piernas sería muy difícil subirse o bajarse de un auto, subir escaleras, hacer algún deporte, etc. El sistema propioceptivo proporciona por lo tanto, información sobre el funcionamiento armónico de músculos, tendones y articulaciones; participa regulando la dirección y rango de movimiento, permite reacciones y respuestas automáticas que son importantes para la supervivencia, interviene en el desarrollo del esquema corporal, en la relación con el espacio y sustenta la acción motora planificada. Actúa también en el control del equilibrio; la coordinación de ambos lados del cuerpo; la mantención del nivel de alerta del sistema nervioso central e influye a su vez en el desarrollo emocional y comportamental. El sistema vestibular con sus receptores en el oído interno, es el sentido de movimiento de nuestro cuerpo en el espacio; es en síntesis nuestro sentido del movimiento y la gravedad. Responde a los movimientos del cuerpo a través del espacio y los cambios de posición de la cabeza. Permite mantener un campo visual estable a pesar de que nuestra cabeza y/o cuerpo se estén moviendo. 57 El laberinto es quien contiene los receptores auditivos y los dos tipos de receptores vestibulares. Un tipo de receptor responde a la fuerza de gravedad; cuando la cabeza se dobla hacia un lado, cuando se mueve hacia arriba y hacia abajo o se mueve en cualquier dirección que cambie la atracción de la gravedad, la entrada vestibular proveniente de los receptores de la gravedad cambia la información en el sistema vestibular. El otro tipo de receptor vestibular se encuentra en lo que se llaman canales semicirculares. Estos canales están llenos de fluido, y son los que nos dan el sentido del movimiento. La combinación de la entrada de los receptores de la gravedad y de los canales semicirculares es muy precisa y nos informa dónde estamos exactamente en relación con la gravedad; si estamos en movimiento o quietos, qué tan rápido vamos y en qué dirección. Toda esta información se procesa sin darnos cuenta en nuestro cerebro. El sistema vestibular es tan sensible, que los cambios en la posición o en el movimiento tienen un efecto muy poderoso en el cerebro, que se modifica incluso con los cambios de posición o movimientos más sutiles. Los receptores vestibulares ya están completamente desarrollados al nacer e influyen en el desarrollo del control postural y extensión contra la gravedad en los primeros años de la niñez, sobre todo en el primer año de vida. El tono muscular y la postura adecuados son los que permiten moverse eficientemente, tomar y mantener varias posturas durante el día de manera confortable. La habilidad de seguir objetos con la mirada, es la base para la adquisición de destrezas académicas como leer y escribir. El escribir, requiere por ejemplo un control adecuado, estabilidad y rotación de la columna y tronco. 58 Una destreza también importante relacionada con el sistema vestibular es la coordinación bilateral, es decir, la habilidad para usar ambos lados del cuerpo. Esta habilidad es la permite andar en bicicleta, tocar el piano, saltar a la soga. 2.3. Desórdenes en los sistemas propioceptivo y vestibular: consecuencias en el aprendizaje escolar Un adecuado procesamiento de la información sensorial de nuestro cuerpo es fundamental para el desarrollo de múltiples habilidades motoras, cognitivas, sociales y conductuales. La disfunción del sistema propioceptivo se expresa en torpeza motriz, dificultad para mantener la cabeza y cuerpo erguidos, realizar actividades bimanuales y manejar herramientas. También se observa distracción por inquietud postural, rigidez de tronco y ausencia de noción de peligro. En un niño con este desorden podemos observar por ej.: que choca contra las personas, objetos o muebles con bastante frecuencia; que es muy flexible, y fláccido; se cansa con facilidad y camina en punta de pies, entre otras cuestiones. La disfunción del sistema vestibular determina tono muscular disminuido, deficiencias en el equilibrio, en la actividad motriz y en los movimientos automáticos, control postural pobre, falta de ajuste de la posición del cuerpo en anticipación a un cambio del centro de gravedad, habilidades de lenguaje retrasadas e integración motora bilateral pobre. Pueden aparecer también reacciones de miedo al interactuar con un ambiente demandante, movimientos 59 lentos y cautelosos a los desafíos de movimiento del medio. También se observa hiperactividad y distracción por falta de modulación e inestabilidad emocional. Un niño con este desorden puede presentar distintas características, por ej. puede mostrarse muy ansioso y/o temeroso cuando es elevado del suelo; puede buscar constantemente actividades que le proporcionan movimiento; le puede llegar a disgustar escalar, saltar, trepar; puede evitar los juegos al exterior como jugar al futbol, hacer carreras, etc.; también puede buscar siempre el movimiento y no parar de moverse o puede ser demasiado arriesgado y no temer por su seguridad o ser demasiado miedoso y moverse por el espacio con inseguridad. Los niños con disfunción en este sistema suelen presentar problemas en muchos componentes de la vida diaria; parecen descoordinados y no pueden realizar tareas que requieren secuenciación de tiempo y de pasos. No perciben de manera adecuada la información visual y pueden entonces tener un aprendizaje de destrezas académicas lento. El niño en edad preescolar con problemas de procesamiento vestibular tendrá dificultad por ejemplo en adaptarse a los desafíos de la sala como por ejemplo permanecer sentado en la silla o sentarse en un círculo en el piso, también puede presentar problemas con su desempeño en juegos o en actividades que requieran equilibrio y coordinación bilateral (p. ej.: saltar con los dos pies juntos), puede cansarse fácilmente con la actividad física o evitar actividades de juego en el patio o se asusta cuando tiene que subir escaleras o 60 sortear obstáculos. Este tipo de actitudes muchas veces generan frustración e irritación por parte de los adultos que no conocen el fondo de esta problemática. En niños en edad escolar pueden aparecer otras situaciones como por ejemplo tener dificultar para estar sentados durante toda una clase, presentar problemas atencionales, obtener resultados pobres en deportes en grupo, tener dificultad con destrezas académicas como la escritura a mano, entre otras. Si evitan las actividades que involucran movimiento del cuerpo puede verse afectada la amistad con otros niños, ocupaciones infantiles tales como ir a acampar o a los parques infantiles, hacer deporte o gimnasia, jugar con otros niños. Todo esto comienza a influir en la autoestima del niño que empieza a formarse un concepto negativo de sí mismo, siente que no es bueno para realizar las mismas actividades que sus pares, que no posee ciertos talentos y comienza a aumentar su nivel de frustración. 3. SISTEMA TÁCTIL 3.1. Su importancia en la adquisición de habilidades motoras, en el desarrollo emocional y conductual del niño El sistema táctil procesa estímulos de tacto, temperatura, dolor y presión; de este modo permite tanto discriminar los estímulos del medio como también reaccionar cuando éstos son amenazantes. Se compone de dos sistemas, el discriminativo o epicrítico y el protectivo, protocrítico o no específio . El discriminativo es el filogenéticamente nuevo, rápido y está localizado en la porción dorsal o posterior de la médula espinal; su función 61 es la de transportar la sensación táctil, tiene que ver con el tacto discriminativo, tacto de presión profunda, propiocepción, kinestesia, sensación de los músculos y articulaciones. Es el que nos permite determinar en qué lugar nos tocan. En este sistema se registra el input sensorial sin defensa táctil. El sistema protectivo o protocrítico es el filogenéticamente más viejo, es relativamente lento, incluye varias vías que viajan en la porción anterior del cordón espinal. Su función es la de llevar dolor, temperatura, sensación de cosquillas, picazón. Este sistema es el que nos avisa cuando estamos ante un peligro y nos genera respuestas de escape, pelea o temor. “La piel, el caparazón flexible y contínuo de nuestros cuerpos, nos cubre por completo, como una capa. Es el más antiguo y el más sensible de nuestros órganos, nuestro primer medio de comunicación y nuestro protector más eficaz” (Montagu, A., 2004; p. 22). La influencia del sentido del tacto es fundamental en el desarrollo emocional del niño y su posterior comportamiento como adulto en la sociedad. Es el sentido primordial para vincularse emocionalmente con la madre. Ya desde el nacimiento, los reflejos de búsqueda y de succión fundamentales para el amamantamiento, son posibles gracias al tacto presente en la zona oral. Ashley Montagu (2004) desarrolla de manera muy exhaustiva este tema en su libro “El tacto”, se interesa sobremanera en la forma en que la experiencia táctil o su carencia afectan el desarrollo del comportamiento. La estimulación contínua de la piel por el entorno ayuda a mantener el tono sensorial y motor. El cerebro recibe feedback sensorial 62 de la piel para realizar ajustes en respuesta a la información que le llega. La sensación del tacto como estímulo es de vital importancia para la supervivencia física del hombre; de ahí que esta autora sostiene que la necesidad de estimulación táctil debe agregarse al repertorio de necesidades básicas de todos los vertebrados e invertebrados también. Una autora contemporánea que habla sobre la importancia de los sentidos en la vida es Diane Ackerman, quien define la importancia de nuestra piel de manera algo poética: “…nuestra piel es una suerte de traje espacial con el cual nos desplazamos en una atmósfera de gases ásperos, rayos cósmicos, radiaciones solares y obstáculos de toda clase… Nuestra piel es lo que se interpone entre nosotros y el mundo” (2000; p. 89). El tacto es lo que permite al ser humano encontrar su camino en el mundo, en la oscuridad o en otras circunstancias en las cuales no se pueden usar plenamente los otros sentidos; es el que nos enseña que la vida tiene profundidad y contorno. La disfunción del sistema táctil puede provocar en el área motora oral: succión pobre, patrones de alimentación pobres y desagrado en actividades de higiene que requieren cambios abruptos de temperatura tales como tomar un baño por ejemplo. En cuanto al desarrollo sensorio-motor pueden aparecer patrones inadecuados al soporte de peso en manos, pobre desarrollo de habilidades motoras finas, esquema corporal inadecuado y movimientos torpes. Puede aparecer también distracción e hiperactividad, espalda arqueada como respuesta 63 al ser tomados, evitación al contacto con otras personas u objetos inusuales y conductas que aparentan agresión tales como empujar, pegar, pellizcar o morder. Los niños cuyo sistema táctil es disfuncional tienen dificultades para aprender destrezas motoras finas porque es a través del sistema discriminativo que el cerebro recibe el feedback necesario para desarrollar habilidades como la alimentación, el vestido, la escritura, entre otras. Pueden también presentar problemas en la articulación de sonidos porque no tienen la información correcta de los receptores del tacto en la cara y en la boca. La disfunción de este sistema puede también originar la interpretación del contacto como amenazante; los niños cuyo sistema táctil provee información inadecuada están en constante estado de alerta; el contacto casual puede provocar a veces reacciones extremas que pueden ser interpretadas como mala conducta. A veces, reaccionan alejándose de los grupos y demuestran por su lenguaje corporal que no les gusta que otros se les acerquen. En la escuela, muchos de estos niños pueden ser inquietos, cambiando constantemente de posición. Hay otros niños que responden con temor al contacto y entonces pueden parecer tímidos y presentar dificultades para comunicarse. Muchas veces este dificultad en la comunicación puede afectar la relación temprana con los cuidadores y esta relación temprana inadecuada puede influir en el desarrollo social y cognitivo tempranos como en el desarrollo del lenguaje necesario para la interacción y la comunicación. 64 3.2. Investigaciones sobre sistema táctil Ashley Montagu (2004) presenta y analiza distintas investigaciones realizadas sobre el sistema táctil. Birch y sus colaboradores realizaron distintos estudios con ratas y de sus conclusiones se desprende que la estimulación cutánea es importante en todos los estadios del desarrollo, sobre todo durante los primeros días del neonato, durante el embarazo, los dolores de parto, y el parto y el período de lactancia; cuanto más se aprende de la estimulación cutánea, más se descubre la influencia que tiene en el desarrollo saludable. La estimulación cutánea infantil temprana tiene una influencia altamente beneficiosa en el sistema inmunológico y tiene importantes consecuencias en la resistencia a infecciones y a otras enfermedades. Montagu cita también a otros investigadores como los doctores Víctor H. Dennenberg y Arthur E. Whimbey quienes demostraron que las crías de ratas que habían sido previamente tocadas por la madre natural o un sustituto pesaban más en el destete que las crías de madres que no habían sido tocadas durante la lactancia. Werboff y sus colaboradores observaron que tocar a ratones preñados a lo largo del período de gestación incrementaba el número de fetos vivos y de crías supervivientes. En 1954, Weininger realizó un estudio pionero donde descubrió que las ratas acariciadas durante tres semanas después del destete crecían más que las ratas no acariciadas. Otros investigadores como Denenberg y Karas observaron que las ratas tocadas durante los diez primeros días de vida pesaban más, aprendían mejor y sobrevivían durante más tiempo. De observaciones y experimentos como los anteriormente señalados surge que la estimulación cutánea, en las distintas formas en que la recibe el recién nacido y la 65 cría, es esencial para un sano desarrollo físico y conductual. Parece que en los seres humanos la estimulación táctil es fundamental para el desarrollo de sanas relaciones emocionales y afectivas. Harry Harlow (1958) ha realizado estudios con monos y demostró la importancia del contacto físico entre la mona y su hijo para el posterior desarrollo saludable de este último. La observación más importante que hizo fue descubrir que los monos lactantes valoraban la estimulación táctil más que el alimento, que preferían permanecer con las madres que proporcionaban contacto físico sin alimento a las de madres de alambre (usadas en el experimento) que les ofrecían alimento. Ashley Montagu (2004) llega a la conclusión luego de estudiar diferentes investigaciones “que el tacto es una necesidad conductual básica como lo es el respirar, que el lactante dependiente está concebido para crecer y desarrollarse socialmente a través del contacto, la conducta táctil, y para mantener contacto con otros a lo largo de su vida. Es más, si la necesidad táctil no se satisface, da como resultado una conducta anormal” (p. 64). Sostiene además que la estimulación de la piel por el tacto es la que capacita al niño para trascender su propia piel; los que han carecido de tal estimulación siguen, por así decirlo, atrapados en su propia piel y actúan en consecuencia como si ésta fuese una barrera que los encierra, convirtiéndose para ellos el hecho de ser tocados en un ataque a su integridad. Es muy interesante la clasificación de tacto que realiza esta autora, a saber: tacto social es el que fomenta los vínculos sociales, el cariño y la integridad emocional; el tacto pasivo, es cuando el organismo es tocado, el contacto con la piel del sujeto lo lleva a cabo un agente externo, como puede ser una superficie áspera desplazada sobre 66 unos dedos inmóviles; el tacto activo, es aquel en que el organismo toca, hay una actuación por parte del sujeto, hay un contacto piel-objeto, hay exploración y un uso manipulador de la piel , y por lo tanto, hay estimulación de los sistemas receptores de los músculos, tendones y articulaciones. El término háptico hace referencia al tacto en su sentido más amplio y se suele usar para definir el tacto exploratorio y manipulador. Se han hecho varias investigaciones sobre la estimulación táctil en prematuros, una de ellas es la del doctor Allen Gottfried de la Universidad del Estado de California, Fullerton (también citado por A. Montagu, 2004) quien sobre un estudio llevado a cabo con prematuros ingresados en unidades de cuidados intensivos, concluyó que el tacto parece ser el más importante regulador conductual y del desarrollo. Numerosas investigaciones indican que los prematuros se benefician en gran medida por el tacto social que incluye abrazar, tomar al bebé en brazos, acunar, mecer; todo estos beneficios son el resultado de la estimulación totalmente inconciente propioceptiva-vestibular y táctil. Todas las personas poseemos la facultad de la estereognosia, que es la capacidad de percibir objetos o formas mediante el tacto. Las yemas de los dedos son la parte del cuerpo dotada de la mayor sensibilidad para leer (en términos metafóricos) mediante la estereognosia la forma de los objetos mediante el tacto. El alfabeto Braille (tres puntos verticales y tres puntos horizontales) hace posible que individuos no videntes puedan leer las palabras más complejas en cualquier lengua. En el Braille, el lector interpreta los puntos en su cerebro mientras los lee 67 con las yemas de los dedos; este código fue inventado por Louis Braille, un joven de 15 años (1809-1852). En 1907 María Montessori demostró que los niños parecían aprender con mayor celeridad cuando podían tocar las letras además de observarlas. Una de las facultades notables de la piel es la facultad que tiene de desarrollar agudeza y compensar las deficiencias de otros sistemas sensoriales. Los investigadores Zubek, Flye y Aftenas (citados por A. Montagu, 2004) observaron en 16 estudiantes cubiertos con una capucha y confinados en una habitación completamente a oscuras durante una semana que se producía un importante incremento en la sensibilidad cutánea, así como en la sensibilidad al dolor. Los no videntes muestran una notable variabilidad en el desarrollo de la sensibilidad cutánea, algunos muestran aumentos y otros descensos. La sensibilidad de la piel puede verse disminuida si no recibe los estímulos necesarios para su adecuado desarrollo. Con respecto a esto, la familia, la clase social y la cultura desempeñan un papel fundamental. Diane Ackerman (2000) cita también algunas investigaciones realizadas sobre el sentido del tacto; Saul Schanberg es un neurólogo que experimenta con ratas en la Universidad de Duke y ha descubierto que los cuidados que proporciona la madre rata a su cría, lamiéndola y alisándole el pelo, producen en ésta verdaderos cambios químicos; pero cuando la cría es apartada de la madre, disminuyen sus hormonas de crecimiento. Cuando los experimentadores trataron de revertir los efectos nocivos del alejamiento de la madre, descubrieron que un 68 masaje suave no servía pero sí en cambio se le realizaba un cepillado vigoroso con un pincel que simulaba ser la lengua de la madre, la cría comenzaba a desarrollarse nuevamente de forma normal. Esas ratas privadas temporariamente de los cuidados maternos, fueran devueltas a sus madres o acariciadas por pinceles por los experimentadores, necesitarían en lo sucesivo mucho contacto, más del que necesitaban habitualmente para responder con normalidad. Schanberg comenzó estos experimentos con ratas como resultado de su trabajo en pediatría, pues le interesaba el enanismo psicosocial. Había observado que algunos niños que vivían en hogares emocionalmente destructivos dejaban de crecer. Este doctor descubrió que ni siquiera hormonas de crecimiento podían estimular los cuerpos detenidos de estos niños, pero sí en cambio, un cuidado tierno y amoroso podía hacerlo. El contacto con su madre o con una persona cuidadora, le asegura al bebé que está a salvo y parece darle al organismo vía libre para desarrollarse normalmente. Todos los otros sentidos tienen un órgano clave que se puede estudiar, pero para el tacto ese órgano es la piel y se extiende por todo el cuerpo. El tacto es un sentido con funciones y cualidades únicas pero también es frecuente que se combine con otros sentidos. Un receptor táctil, como explica D. Ackerman (2000) al cabo de un período, se adapta a los estímulos y deja de responder a ellos, esto debe ser así pues de lo contrario nos volveríamos locos por la mera sensación de un pullover sobre la piel en una noche fresca o nos molestaría en demasía una brisa incesante. Esa fatiga no se da entre los profundos corpúsculos de Pacini y los órganos de Ruffini (en las articulaciones) ni en los órganos de Golgi (en los tendones), que nos dan 69 información sobre nuestro clima interno. Pero los otros receptores, tan alertas al comienzo, al cabo de un tiempo empiezan “a dormir” y esto es lo que nos permite seguir adelante con nuestras vidas. Sin el tacto el mundo se desorganizaría sin remedio, una persona podría por ejemplo, quemarse una mano sin sentirlo, lastimarse una pierna y no enterarse. En 2002 David Travieso García, psicólogo e investigador de la Universidad Autónoma de Madrid- España (UAM) hizo una revisión de una batería de pruebas utilizadas para la evaluación integral del sistema háptico. Para ello estudió los programas de rehabilitación/habilitación destinados a personas ciegas en el adiestramiento del sistema perceptivo del tacto tan necesario para su vida cotidiana. Los profesionales que trabajan con personas con deficiencia en la visión (técnicos en rehabilitación, instructores del sistema braille, terapeutas ocupacionales, etc.) necesitan disponer de pruebas para la evaluación del sistema perceptivo háptico que les permitan una visión más integrada del mismo. Para ello Travieso García D. y su equipo de colaboradores realizaron una recolección y preparación de una serie de pruebas de evaluación que permiten una visión integrada del tacto que va desde las formas más básicas de sensibilidad a las pruebas más complejas de reconocimiento de objetos comunes. Este estudio fue extraído de la Revista sobre Ceguera y Deficiencia visual (2002, Julio) 39 y se encuentra en el siguiente link: http://www.once.es/appdocumentos/once/prod/Integracion%20%2039.txt 70 Primero se presenta una breve revisión de la organización y funcionamiento del tacto y luego se presentan las pruebas utilizadas por este equipo para la evaluación diferencial e integrada de los distintos componentes y las distintas funciones del tacto. Para este estudioso el tacto es la sensibilidad del individuo del mundo adyacente a su cuerpo a través del uso de su cuerpo. El principal giro en esta investigación sobre el sistema háptico es que se incluye en el trabajo el sistema motor, de tal manera que el órgano para la sensación es anatómicamente el mismo que el de la acción; hay un solapamiento completo entre el sistema perceptivo y el sistema ejecutivo. Llama percepción háptica al funcionamiento integrado de los subsistemas del tacto que revisaron hasta el momento; funcionamiento que tiene una dimensión activa, exploratoria del tacto en su funcionamiento natural. Define la percepción háptica como “la búsqueda activa de información relevante, realizada principalmente con las manos (estereognosia manual) y por medio de ciertos movimientos exploratorios (Lederman y Klatzky, 1987)” (2002; p. 13). El estudio de la percepción háptica toma en esta investigación dos formas: una el estudio del tacto dinámico y otra el de la estereognosia manual. El gran problema que han encontrado en la evaluación del sistema háptico es que se mantengan como compartimentos estancos el rendimiento sensorial y motor y las pruebas perceptivas complejas. De esta manera, concluye este investigador que la evaluación de la sensibilidad sigue en la actualidad sometida a diseños de experimentos en los que está básicamente implicado el tacto pasivo, a la inversa de lo que sucede con las pruebas de 71 motricidad o perceptivas complejas; resultando de esta manera dificultoso transitar entre los problemas de uno y otro universo. A su vez, Travieso García ha realizado un trabajo de investigación sobre concepciones contemporáneas del tacto. En este trabajo (2007) ha hecho una revisión de las investigaciones actuales sobre tacto dinámico y ha repasado el papel del movimiento en la percepción háptica. La concepción del tacto como uno de los sistemas perceptivos que permite el conocimiento del entorno, ha sufrido tradicionalmente una escisión, tanto en referencia a los subsistemas implicados, como a su fenomenología. En referencia a su definición estructural, se considera que el tacto se compone de los subsistemas cutáneo y cinestésico. La experiencia perceptiva táctil ha sido a su vez dividida en la llamada exterocepción, o percepción del entorno externo al individuo, y la propiocepción, o percepción del propio cuerpo. De manera implícita, se han establecido vínculos entre estos dos ámbitos de división del tacto que no se corresponden de hecho con su funcionamiento integrado. Las investigaciones sobre el sistema táctil citadas son sólo algunas de las tantas realizadas hasta el momento en el campo de la ciencia; fue de mi interés incluir aquellas que son más relevantes para mi estudio y poder comprender mejor la relación entre el sistema táctil y las praxias motoras, específicamente la escritura. 72 3.3. Importancia de la educación sensorial en la escuela: desarrollo y educación de las sensaciones táctiles Eduardo Soler Fierrez (1992) comienza su libro preguntándose: “¿Sería posible la vida sin que entraran en juego los sentidos desde el momento en que nacemos?” (p.21). El ser humano por los sentidos empieza a penetrar en el mundo. Es imprescindible la ejercitación de estos desde la edad más temprana a través de una acción didáctica adecuada y completa. Tocar, degustar, oler, escuchar y mirar tienen que ser acciones que se incluyan en todo proyecto didáctico dedicado a los primeros años de la vida. Esto hace que las escuelas infantiles tengan que hacer un esfuerzo para incorporar el medio y para que el material que se seleccione adquiera sentido en función de lo que se quiera lograr con la educación sensorial. No alcanza con que los sentidos estén despiertos y preparados para captar el mundo exterior, también es necesario que adquieran los hábitos para su perfecto ejercicio, que sean sensibles a la belleza, es decir, que los niños aprendan a mirar, a escuchar, etc. y es aquí donde la educación tiene un papel importante. Hay que tratar que los niños tengan libertad para recorrer el ambiente donde viven, ya que esto es garantía de conocimiento (Soler Fierrez E., 1992). Para que exista aprendizaje hay que percibir con los sentidos. El mundo del niño es ciertamente sensorial y el educador no puede olvidar esto. María Montessori (1937) hizo hincapié en que la educación de los sentidos tenía una gran importancia pedagógica. 73 Ashley Montagu (2004) sostiene que cualquier ser humano precisa un aprendizaje para llegar a realizar una clara discriminación sensorial, y así como desarrolla la habilidad de la estereognosia, el hombre puede llegar a desarrollar las demás sensibilidades inherentes a su piel, a raíz de un aprendizaje que se apoya casi por completo en sus vivencias cutáneas experimentadas en la infancia. El tacto es como he venido sosteniendo en el presente estudio, el sentido por el cual tomamos contacto con el mundo desde que nacemos. La sensibilidad táctil se encuentra repartida en toda la piel. Nuestra superficie cutánea contiene un importante número de receptores sensibles al tacto, al calor, al frío y al dolor. A través de este sentido percibimos: los diferentes tipos de superficies (lisas, rugosas, etc.); la mayor o menor solidez de las cosas; la temperatura de los cuerpos y del ambiente externo; el peso y la resistencia de los objetos; las formas y las dimensiones de los objetos y de los cuerpos que tocamos; la sensación de dolor o placer que nos producen ciertos objetos al tocarnos; las caricias y la ternura manifestada en el contacto corporal, etc. A la edad de 4 ó 5 años con respecto a la educación táctil, el docente debería centrarse en que el niño pueda distinguir distintos tipos de superficies, consistencias, materiales, temperaturas, formas, dimensiones y grados de humedad. Soler Fierrez (1992) hace un listado de los diferentes tipos de superficies, consistencias, materiales, temperaturas, formas, dimensiones y grados de humedad en las distintas experiencias táctiles; a saber: las superficies pueden ser arrugadas, ásperas, con relieve, cortantes, deslizantes, discontínuas, espinosas, esponjosas, firmes, granuladas, lisas, llanas, pegagosas, peludas, plegadas, porosas, pulidas, puntiagudas, resbaladizas, 74 romas, rugosas, suaves, tensas; las consistencia pueden ser blandas, consistentes, desmenuzables, duras, elásticas, espesas, espumosas, flexibles, flojas, frágiles, gelatinosas, irrompibles, licuables, líquidas, maleables, moldeables, mullidas, pastosas, plegables, quebradizas, resistentes, rígidas, sólidas, tensas, viscosas; las materias pueden ser: algodón, barro, cartón, cartulina, lana, madera, metal, papeles varios, piedra, plástico, seda, vegetal, etc.; las temperaturas pueden ser calientes, frescas, frías, heladas, hirvientes, muy calientes, templadas, tibias; las formas abiertas, agudas, alargadas, cerradas, cilíndricas, cónicas, dentadas, esféricas entre otras; las dimensiones abarcables, alto, bajo, ancho, corto, delgado, diminuto, enorme, estirado, estrecho, fino, grande, grueso, largo, mediano, muy grande, muy pequeño, profundo y la humedad puede ser encharcado, empapado, húmedo, mojado, reseco, seco. Todas las actividades realizadas en la educación preescolar estarán destinadas a conseguir una mayor capacidad de discriminación y percepción de la realidad por medio del sentido del tacto. IV. PLANTEO DEL PROBLEMA “Relación de la disgrafía con la defensa táctil en el proceso de adquisición de la escritura” 1. DISGRAFIA 1.1. Definición y clasificación de disgrafía Se considera en general a la disgrafía como un trastorno de la escritura en niños, que no responde a lesiones cerebrales o a problemas sensoriales, sino a trastornos funcionales. 75 A continuación se citarán algunos autores y sus diferentes miradas y concepciones sobre la disgrafía. José Antonio Portellano Pérez (2007) da a conocer las definiciones sobre disgrafía vertida por distintos autores: “La disgrafía se trata de un trastorno de la escritura que se da en los niños y que no responde a lesiones cerebrales o a problemas sensoriales sino a trastornos funcionales. Ajuriaguerra y Auzias conceptúan la disgrafía como escritura defectuosa siempre que no exista un déficit intelectual o neurológico que los justifique. Giordano define la disgrafía como todo trastorno de la escritura de causa no ortográfica relacionado con su significado o con su morfología” (p. 41). La disgrafia según Azcoaga y cols. (1971): “depende de una dificultad para la elaboración de las praxias manuales y puede formar parte de trastornos práxicos más o menos generalizados. Pero en ella, en su forma pura, el lenguaje no participa más que ayudando a su corrección” (p. 160). Hay trastornos disgráficos que son totalmente independientes de las dificultades de lectura y que tienen una entidad propia. Otra perspectiva nos la dan los manuales estadísticos de salud mental, el DSM-IV y el CIE-10. Estos son una agrupación sindromática de diferentes patologías, sobre la base de criterios profesionales El DSM-IV también define los criterios para el trastorno de la expresión escrita y la entiende como aquella dificultad grafo-motriz que no depende de trastornos de tipo neurológico o intelectual y que impiden al sujeto realizar una normal producción gráfica: “Las habilidades en la escritura, medidas mediante una 76 prueba estandarizada, están sustancialmente por debajo de lo esperado de acuerdo con su edad cronológica, su inteligencia y la educación propia de la edad.” El CIE-10 reconoce en F81 los trastornos específicos del desarrollo del aprendizaje escolar. Son trastornos en los que desde los primeros estadios del desarrollo están deterioradas las formas normales del aprendizaje. El deterioro no es únicamente consecuencia de la falta de oportunidades para aprender, ni es la consecuencia de traumatismos o enfermedades cerebrales adquiridos. Por el contrario, los trastornos surgen de alteraciones de los procesos cognoscitivos, en gran parte secundarias a algún tipo de disfunción biológica. Al igual que la mayoría del resto de los trastornos del desarrollo, estas alteraciones son considerablemente más frecuentes en varones que en mujeres. Los trastornos específicos del desarrollo del aprendizaje escolar abarcan grupos de trastornos que se manifiestan por déficits específicos y significativos del aprendizaje escolar. Estos déficits del aprendizaje no son la consecuencia directa de otros trastornos (como un retraso mental, déficits neurológicos importantes, problemas visuales o auditivos sin corregir o trastornos emocionales), aunque pueden estar presentes. Los trastornos específicos del desarrollo del aprendizaje escolar suelen presentarse acompañados de otros síndromes (tales como trastornos de déficit de atención o trastornos específicos del desarrollo del habla y el lenguaje). En F81.8 son considerados otros trastornos del desarrollo del aprendizaje escolar como el del desarrollo de la expresión escrita. 77 Ajuriaguerra (1959) considera a la escritura como el producto de una actividad psicomotriz muy compleja. Plantea que el tono muscular y la motilidad no se dan en forma aislada en el curso del desarrollo del niño; esta construcción se realiza por relaciones múltiples con los eficientes sensitivos, sensoriales y afectivos. La toma de contacto y la conquista del espacio se hacen mediante factores múltiples, entre los cuales participa la motricidad; ella enriquece estas relaciones múltiples y éstas, a su vez, la constituyen. La actividad de escribir requiere: a) Organización perceptiva - motora y mnémica: - Madurez motora en general, coordinación viso-motora, coordinación audiomotora. - Memoria visual y auditiva. Capacidad para retener figuras y frases. b) Aparato fonador. - Capacidad para articular y pronunciar palabras. c) Organización simbólica: - Capacidad conceptual. - Capacidad para establecer relaciones entre el lenguaje hablado y escrito - Uso de reglas lingüísticas. 78 Con el ejercicio y el desarrollo motor los niños comienzan la escolarización primaria con algunos conocimientos y pre-nociones que facilitan el aprendizaje, como ser: 1. Orientación de la escritura de izquierda a derecha, propia de nuestra lengua. 2. Uso del renglón 3. Cierto dominio del espacio gráfico 4. Diferencia entre letras y números 5. Utilización o reconocimiento de algunas letras. 6. Presión adecuada del lápiz de acuerdo a su desarrollo 7. Garabateo y práctica del dibujo 8. Observación de la lectura y la escritura en el medio social y familiar. Así como el niño desde los 12 meses a los 36 meses accede al lenguaje hablado, desde los 5 ó 6 años se vincula con la palabra escrita según la visión de este autor. Luego de una rigurosa investigación, Ajuriaguerra explica que esta génesis pasa durante la enseñanza primaria por 3 grandes fases: Pre-caligráfica, Caligráfica y Post-caligráfica. La fase pre-caligráfica comprende entre los 5/6 años a 8/9 años. El niño se esfuerza por conseguir el canon caligráfico. Sus trazos rectos continúan rotos, arqueados, temblorosos, recatados, sus curvas abolladas, angulosas y mal cerradas. Presenta desigualdades en la inclinación, el tamaño es fluctuante. Los 79 márgenes no son respetados, pudiendo estar ausentes golpeando los bordes, desordenados, excesivos o irregulares. En el plano simbólico, a medida que el niño lee, se representa los sonidos a través de los signos que los fijan y ejecuta relaciones exactas gráfico-fonéticas. La fase caligráfica comprende entre los 9/10 años a 12 años. El apoyo es más seguro sobre el instrumento, el movimiento de traslación más suelto, las uniones más hábiles permitiendo al niño una escritura aplicada, redondeada, equilibrada, cual es la caligrafía infantil y que será la suya durante dos o tres años. Por consecuencia la escritura se hace más proporcionada. A los 6 años los músculos finos de los brazos y las manos aún no han completado su proceso de maduración, de modo que le resultan más dificultosas las actividades de escritura que demandan precisión motora. La escritura caligráfica infantil manifiesta cierto dominio grafico, está adaptada a un determinado nivel de exigencia y da prueba de cierto nivel de evolución, pero a partir de los 12 años las exigencias cambian produciéndose una crisis de la escritura observada entre los 12 y los 16 años. La fase post-caligráfica continúa a la caligráfica. Es el tiempo para poder desarrollar una escritura más original y evolucionada. Llegar a esta fase implica el haber pasado por la anterior. La escritura expresa aspectos del carácter del individuo por la personalización de las formas. El sujeto busca el modo de unir mejor llevándolo a modificar sus formas primeras. Es entonces importante señalar que luego de su evolución en las diferentes fases la escritura expresa ciertos aspectos del individuo. Este importante aporte de Ajuriaguerra está inserto dentro 80 del trabajo de investigación comenzado por Helene de Gobineau con la colaboración del psicólogo Roger Perron. Elabora una escala que permite calcular la edad grafo-motora y compararla con la norma correspondiente a su edad real, indicada en la escala Ajuriaguerra aborda el estudio de las disgrafías. Según su pensamiento no se trata de un retraso en el desarrollo de la escritura, sino de dificultades específicas. Por tal motivo intentó una escala de disgrafía compuesta por 25 ítems, con los cuales se valoran tres factores: la página, la torpeza y los errores de forma y de proporciones. En cuanto a la página se evalúa: el conjunto, la línea rota, la línea fluctuante, la línea descendente, las palabras amontonadas, los espacios o palabras irregulares y los márgenes insuficientes. En cuanto a la torpeza lo que se valora es: el trazo de mala calidad, las letras retocadas, las desigualdades, los arqueos de la m, n, u e i, la angulación de los arcos, los puntos de empalme, las yuxtaposiciones, los tirones, los finales con impulso, las irregularidades de dimensión, la zonas mal diferenciadas, las letras atrofiadas. En cuanto a los errores de forma y de proporciones se observan las letras muy estrechas o demasiados lábiles, las malas formas, la escritura muy grande o muy pequeña, la mala proporción de zonas gráficas, la escritura demasiado extendida o estrecha. Cada uno de estos ítems que se evalúan tiene un valor diferenciador distinto según su importancia. La valoración final permite definir al niño como muy disgráfico, disgráfico o dudoso. 81 Las escalas abiertas (Portellano Pérez; 2007) como el modelo que aparece en el ANEXO Nº 1 permite al maestro o al profesional reeducador establecer un diagnóstico diferencial en función de las dificultades que él mismo desea conocer. Se trata de ítems abiertos que se pueden valorar de distintas formas: --De 0 a 10 en función de la intensidad, siendo 0 la ausencia de trastorno y 10 el nivel más elevado de alteración. --De 0 a 3 siendo 0 sinónimo de ausencia de patología, 1 equivalente a patología ligera, 2 a patología intensa y 3 a patología grave. Margarita Auzias (1970), se refiere a la „motricidad débil‟ de los niños como signos motores de la torpeza y estos son asimilables a menudo como signos de retraso motor: postura hundida, movimientos gráficos mal disociados y mal coordinados al nivel de los dedos y, los movimientos de progresión, inclinación del torso hacia la derecha a medida que avanza la mano, lentitud, mano insuficientemente situada bajo la línea. Según Auzias, existen otros signos reveladores de torpeza como ser: fuerte presión sobre el instrumento y el papel, conservación del apoyo del instrumento escritural sobre el papel cuando se desplaza la mano, deficiencia al tomar el instrumento, presión notable al nivel de la mano o de los labios, escritura grande y desigual, cuyo trazo o marcado grueso, se debe a la presión demasiado fuerte ejercida por el niño, crispación al nivel de la espalda, de la muñeca, de los dedos y a veces del cuerpo entero. Así la evolución de la torpeza no depende únicamente de su origen y gravedad, depende también de la forma en que el niño reacciona ante ella. Esta autora propone que el 82 examen de la escritura tenga como objetivo diagnosticar y analizar: la rapidez de la escritura, el nivel de la escritura, el grado de disgrafía y la motricidad gráfica (posiciones, movimientos gráficos, soltura, etc.), su grado de evolución o de sus perturbaciones. Este examen se hace partiendo de pruebas normalizadas y standarizadas. Se clasifica también a la disgrafía en primaria y secundaria. En la disgrafia primaria el trastorno más importante que presenta el niño es la letra defectuosa sin que existan causas que no sean de tipo funcional o madurativo. La disgrafia secundaria es aquella que está condicionada por un componente caracterial, pedagógico, neurológico o sensorial y es una manifestación sintomática de un trastorno de mayor importancia, y en el que la letra defectuosa está condicionada por dicho trastorno. (Portellano Pérez, J.M., 2007). Es decir respecto a la disgrafía las discusiones se centran en un trastorno práxico grafo-motriz que presentan los niños al escribir pero que no responden a un trastorno de índole neurológico o sensorial (como podría ser una ceguera o una sordera) y es en esta dificultad grafo-motriz en la que me voy a centrar ya que para mi parecer el sentido del tacto es fundamental en el desarrollo de la escritura y no es tenido muy en cuenta en el desarrollo de esta praxia motora. Giordano (1973) distingue 2 tipos de disgrafía, la disléxica y la caligráfica. La segunda que es la que se corresponde con mi investigación, es la que afecta no a la capacidad de simbolización sino a la forma de las letras y la calidad de la escritura en sus aspectos perceptivo-motores; también se la llama disgrafía motriz. 83 En este tipo de disgrafía aparecen: -trastorno de la forma de las letras -trastorno en el tamaño de las letras -espaciamiento deficiente entre las letras en una misma palabra, entre las palabras y entre los renglones -trastornos en la presión de la escritura, ya sea por trazo muy débil o muy fuerte -unión defectuosa entre las letras que forman una palabra -trastornos de la fluidez y del ritmo para escribir -trastornos de la direccionalidad en los giros de los trazos -alteraciones en la tonicidad y postura del niño. A partir de los 6-7 años se puede hablar de una dificultad en la escritura cualquiera sea el aspecto alterado. Se puede hablar de una pre-disgrafía o de niño en riesgo a partir de los 4-5 años, cuando ya empiezan a aparecer ciertas alteraciones perceptivo –motrices. La disgrafía motriz o caligráfica afecta el grafismo y entre sus manifestaciones encontramos: trastornos del tamaño de las letras; trastornos de la forma de las letras; espaciamiento deficiente entre las letras de una palabra, entre las palabras y entre los renglones; inclinación defectuosa de las palabras; unión defectuosa entre las letras que forman una palabra; trastornos en la presión del lápiz; trastornos en la direccionalidad de los trazos; alteraciones del tono y de la postura del niño. Las causas más conocidas de disgrafía son: el ambidextrismo o la zurdería contrariada; torpeza motora; hiperkinesia; trastornos del esquema corporal; 84 alteración de la capacidad de integración viso-perceptiva; dislexia. Algunos autores como Brueckner (1975) habla de causas desde el punto de vista de fallos pedagógicos y entre ellas señala: la instrucción rígida e inflexible; el descuido del diagnóstico del grafismo como método de identificación de las dificultades de escritura; orientación inadecuada al cambiar de la letra imprenta a la letra cursiva; establecimiento de objetivos demasiados ambiciosos y poco adaptados a las posibilidades de los alumnos; practica de la escritura como actividad aislada del desarrollo motor; materiales inadecuados para la enseñanza; falta de capacidad para enseñar a los niños zurdos por ej. la correcta posición del papel y los movimientos más idóneos. Como se puede notar en todo el desarrollo del presente capítulo no aparece la defensa táctil (que se desarrollará en el capítulo siguiente) como causa de disgrafía en los niños. 1.2. Investigaciones sobre la incidencia de la disgrafia en el aprendizaje escolar Se citará a continuación un estudio realizado en España por Portellano Pérez J. M. (2007); este investigador y su equipo de colaboradores afirman que al menos un 15% de los escolares presentan trastornos de aprendizaje que requieren un tratamiento o terapia de corrección. Realizaron un estudio sobre una muestra de 850 niños escolarizados que acudieron a consulta por presentar fracaso escolar. En el 72% del total se evidenciaron dificultades lectoescritoras de 85 distinta índole como causa de los trastornos de aprendizaje y rendimiento escolar. La disgrafía de intensidad media o grave se da con mayor frecuencia donde las condiciones educativas son más deficientes (aulas masificadas, ambientes socioculturales bajos, zonas urbanas o rurales marginadas, etc.). En colegios pertenecientes a niveles medios y medios-bajos de Madrid, observaron una incidencia de disgráficos en torno al 10%. No sólo observaron disgrafía en niños de los primeros cursos de EGB sino también en formas encubiertas en niños de la segunda etapa de la enseñanza general básica y en estudiantes de los primeros años del bachillerato. Las estadísticas oficiales confirman que un 30% de los alumnos no se gradúan en España. La disgrafía puede ser considerada un importante factor a tener en cuenta al valorar el fracaso escolar según este equipo de investigadores. En Guatemala en el año 2003 se realizó la siguiente investigación “La importancia del tratamiento de la disgrafía en niños/as de la escuela nacional aldea Lo de Fuentes, Mixco”. Esta investigación que puede extraerse de la WEB (http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/13/13_1728.pdf) fue llevada a cabo por Gladis Yolanda González Herrera y Alcides León Ramos Sagastume pertenecientes a la Escuela de Ciencias Psicológicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala. El objetivo principal de este trabajo fue poder implementar un manual para los padres de familia y para los maestros de los alumnos de la escuela Lo de Fuentes, Mixco. Lo que se pretendió lograr es que pudieran tener acceso a una herramienta con la cual pudieran detectar y orientar al niño en su problema de aprendizaje específico, la disgrafía. Se buscó que esta fuera una guía de 86 conocimiento para capacitar a maestros/as y padres de familia para que ellos mismos pudieran identificar las principales características que presentan los niños con problemas de escritura. Para este fin se realizaron talleres con padres y maestros. Plantearon específicamente este trabajo sobre la disgrafía, considerada por ellos como la inhabilidad de producir una letra legible y donde el alumno casi siempre tiene una clara imagen de lo que desea dejar por escrito, pero le es imposible hacerlo. En este sentido el docente debe ser conciente de la importancia que tiene su presencia en el hecho educativo, el rol que desempeña en el proceso enseñanza-aprendizaje y debe saber interpretar las conductas manifestadas por sus alumnos ya sean de origen orgánico, emocional o ambiental que le permita entonces establecer una relación de ayuda, comprensión y armonía desde todo punto de vista, para lo cual necesita tener información sobre psicología infantil, educativa y procesos fisiológicos. En Guatemala la mayoría de los niños se encuentran sin diagnóstico de sus problemas psicopedagógicos, con las consecuencias educativas y psicológicas que esto implica. Por todo esto es que este grupo de investigación cree necesario que los padres y el maestro deben tener conocimientos elementales para detectar algunos de los problemas de aprendizaje. La disgrafía es un problema de escritura que se presenta frecuentemente en estudiantes de diversas escuelas y colegios de la ciudad de Guatemala, dando esto lugar a desventajas escolares en el alumno ante el resto de sus compañeros de estudio, ya que además de un retraso escolar genera un deterioro en el área psico-afectiva generando: baja 87 autoestima, bajo rendimiento escolar, repitencia, poco interés en el aprendizaje, aislamiento y deserción escolar El problema de disgrafía se observó en la Escuela Oficial Rural Mixta Lo de Fuentes, teniéndose conocimiento del mismo a través del personal docente que trabaja en el centro educativo. La problemática fue referida por la Directora del Centro Educativo, aduciendo que una población considerable del establecimiento (niños y niñas) presentaban diversos problemas en la escritura, y que ello causó retrasos en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Lo de Fuentes, es una aldea del municipio de Mixco del departamento de Guatemala. La aldea Lo de Fuentes, dista de la cabecera municipal (Mixco) a ocho kilómetros y de la ciudad capital a dieciocho aproximadamente, comprende un área de 6Km. Cuadrados y su población vive en la pobreza; la mayoría son obreros asalariados que no gozan de un sueldo justo para el mantenimiento de sus hogares ni cuentan con atención médica. Los niños no gozan de una plena educación ya que muchas veces se ven en la necesidad de dejar estudios para ayudar económicamente en sus hogares, niños maltratados con escasos recursos, propician problemas en su salud integral. La hipótesis de trabajo fue la siguiente: “La aplicación del programa psicoeducativo disminuye los problemas de disgrafía, que presentan niños (as) en el nivel primario”. Consideraron problemas disgráficos a: déficit de habilidades en la escritura no explicables por trastornos motores, deficiencia mental, falta de motivación, pronunciación inadecuada, inversión, omisión, agregación de letras. Se considera 88 como una perturbación en la escritura espontánea, ya que la capacidad de copiar está intacta. A veces se atribuye a un retraso en la maduración motriz, pero casi siempre se le asocia a trastornos neurológicos. Los indicadores que se tuvieron en cuenta fueron: desconocimiento de letras, silabas y palabras; poca expresión de sonidos o formas semejantes; adquisición de trazos legibles; precisión para el desarrollo gráfico y falta de maduración motriz. Se seleccionaron intencionalmente 25 niños de primero a quinto grado de la escuela primaria, con edades que oscilan entre los 7 y los 12 años, recomendados por la directora de la escuela. La mayoría de estos niños presentan diversos problemas como repitencia de grado, ingreso tardío y bajo nivel nutricional. Para la realización del presente trabajo se utilizaron las siguientes técnicas: observación, entrevistas, exposiciones, talleres prácticos, y pruebas psicológicas. En cuanto a los resultados obtenidos, en el test de Frostig las pruebas de discernimiento de figuras y la de relaciones espaciales fueron las más significativas; el cociente de percepción de la mayoría de los niños dio por debajo de lo normal. En la prueba de dictado se estableció que varios niños habían mejorado su escritura después de la aplicación del programa psicoeducativo, lo cual permitió determinar que la hipótesis era acertada pues disminuyeron los problemas disgráficos. 2. DEFENSA TÁCTIL 2.1. Presentación del desorden de defensa táctil La defensa táctil es considerada un desorden de modulación sensorial; es decir se trata de una dificultad en la capacidad de regular y organizar el grado, la 89 intensidad y la naturaleza de la respuesta al input sensorial de una manera graduada y adaptada que de alguna manera quiebra la habilidad del individuo de obtener y mantener un rango óptimo de desempeño necesario para adaptarse a los desafíos de la vida (Lane S., Miller L. & Hanft B.; 2000). Este desorden da lugar a: evitación del tacto; evitación de ciertas texturas; tendencia a evitar situaciones en las cuales el niño anticipa ser tocado o interacciones que incluyen el tacto y la evitación del tacto en la cara; evitación de actividades de juego que incluyen contacto corporal; mayor tendencia a juegos solitarios; respuesta aversiva al tacto inocuo; aversión a actividades de la vida diaria e higiene como corte de pelo, corte de uñas, lavado de cabeza, etc.; aversión a materiales de arte, dáctilopintura, etc. y hasta puede presentar respuestas afectivas atípicas como responder agresivamente al tacto suave. Todas estas dificultades influyen en el juego y en el desempeño escolar del niño pues debido a la defensa táctil no tocan determinados elementos, materiales u objetos; por lo tanto, la experiencia sensorial táctil es deficiente. Por lo expuesto anteriormente, la defensa táctil es un desorden al que hay que prestarle importancia. Como se ha planteado anteriormente, la defensa táctil es la tendencia a reaccionar de manera negativa y emocionalmente a las sensaciones del tacto. La mayoría de las personas reacciona de manera negativa a los estímulos táctiles particularmente ofensivos (ej. que un bicho nos camine sobre la piel) pero al niño táctilmente defensivo son muchas más las sensaciones del tacto que le causan estas reacciones. Es extremadamente sensible a estímulos que otras personas difícilmente sientan (Ayres, J.; 1998). Las sensaciones del tacto producen una 90 alteración considerable en su sistema nervioso y producen emociones y comportamientos negativos. La inhibición es el proceso neural en el cual una parte del sistema nervioso impide que otra parte reaccione excesivamente a la entrada sensorial. Las sensaciones táctiles que se sienten al rozar la ropa la piel y las de la propia piel entran constantemente al sistema nervioso de toda persona. La mayoría de las personas inhiben la percepción de estas sensaciones y evita que el sistema nervioso responda a ellas. El niño defensivo táctil no tiene suficiente actividad inhibidora, por lo que estas sensaciones y otras lo hacen sentir incómodo y que quiere moverse para todos lados. Realmente, resulta muy difícil prestar atención en la escuela cuando la ropa se empieza a sentir incómoda y el niño se tiene que mover todo el tiempo para poder reducir esta incomodidad. Puede suceder que el niño prefiera usar ropas con mangas largas para tener los brazos cubiertos o usar un pullover aún cuando sienta calor; puede que evite la masa o la dáctilo-pintura o que no quiera caminar descalzo por la arena o el pasto. Puede también suceder que no le agrade el baño o caminar en aguas poco profundas porque el agua que lo salpica activa excesivamente su sistema nervioso. Algunas telas como la lana, las telas sintéticas o las de textura dura le pueden causar incomodidad. Al modo de ver de Jean Ayres: “Un niño táctilmente defensivo se encuentra en un verdadero dilema, necesita que lo toquen más que a otros niños pero es menos capaz de modular los estímulos táctiles y de usarlos para mantener su sistema nervioso equilibrado” (Ibidem; p. 136). Las reacciones al tacto del niño interfieren con sus relaciones sociales; a veces su propia familia no comprende sus reacciones. El niño tiene dificultad para jugar con otros niños porque ellos no 91 se dan cuenta cuando lo hacen sentir incómodo. No reaccionan sólo al tacto sino también al temor de que alguien vaya a tocarlos. Que alguien toque a otro desde atrás o sin anticiparse resulta especialmente amenazante por lo que para un niño defensivo táctil esperar en una fila junto a otros niños puede transformarse en un verdadero incidente. Muchas veces el docente por desconocimiento considera que el problema del niño es por mal comportamiento pero en realidad lo que no sabe es que hay una razón física para que ese niño se comporte de ese modo. A veces, el niño con este defensividad evita muchos objetos que a otros niños les gustan, como son los juguetes de peluche, pero otros niños con esta problemática muy por el contrario los evitan sino que los buscan porque les brindan una mayor cantidad de estimulación táctil confortable. “La entrada táctil que se siente bien, organiza el sistema nervioso y ayuda a reducir las reacciones negativas” (Ibidem). Por este motivo, muchos niños defensivos táctiles muestran una necesidad especial de tener un osito de peluche o una cobija de seguridad; puede que les guste envolverse en una cobija mientras miran televisión o quizá acostarse sobre una alfombra muy mullida. Las sensaciones del tacto rápidas y ligeras tienden a excitar el sistema nervioso más que las sensaciones firmes. El procesamiento táctil insuficiente generalmente ocurre en el tallo cerebral o en las áreas subconscientes de los hemisferios cerebrales por lo que el niño no se da cuenta de que está 92 reaccionando a sensaciones de la piel. El niño que posee un buen autocontrol llega a encontrar excusas socialmente aceptables para evitar estas situaciones. Las personas reaccionan al peligro de manera automática, huyendo o contraatacando. A medida que el cerebro humano evolucionó se formaron mecanismos para inhibir las respuestas de pelear o huir y para dar lugar a procesos más nuevos de percibir las formas y las texturas de las cosas que tocan la piel. “Parte del cerebro inhibe la reacción protectora y permite que el individuo permanezca calmado y que enfoque su atención en el significado de los estímulos táctiles” (Ibidem). Es por esto que hay dos formas de responder al estímulo táctil; uno es el llamado defensivo o protector, es el que evolucionó para proteger a los animales del peligro y el otro es el conocido como discriminativo. Los procesos defensivos son simples reacciones automáticas y los procesos discriminativos comprenden un refinamiento complejo en los hemisferios cerebrales. Una persona normal usa automáticamente cualquier modo que necesite en cada momento; por ejemplo cuando tocamos algo caliente o nos pica un insecto, se impone el modo defensivo. Cuando necesitamos diferenciar una moneda de 50 centavos de una de 10 sin verla o entre lana y algodón, contamos con nuestro modo discriminativo. El estímulo en la piel ayuda a determinar si el modo defensivo o el discriminativo controlará las respuestas que brindemos. Las sensaciones de dolor activan el sistema defensivo, mientras que las de presión profunda modulan o inhiben ese sistema; por esto, cuando golpeamos nuestra piel contra algo, la frotamos para reducir el dolor. Cuando la frotamos se producen estímulos táctiles que inhiben o bloquean el flujo de impulsos dolorosos. Las sensaciones de presión tienden a 93 equilibrar el exceso de actividad en el sistema defensivo. Por ejemplo, nos rascamos cuando nos pica un mosquito porque el estímulo de presión profunda impide que el sistema táctil conduzca las sensaciones de comezón, por lo que éste desaparece cuando nos rascamos pero cuando dejamos de hacerlo vuelven a aparecer. “El tratamiento de la defensa táctil se basa en este mismo principio: las sensaciones de presión profunda y firme ayudan a modular los procesos táctiles que han venido causando la alteración” (Ibidem). El niño defensivo táctil tiene demasiada actividad defensiva e insuficiente procesamiento discriminativo; en lugar de averiguar qué significan esas sensaciones tiende a reaccionar a ello, ya sea huyendo o peleando. Los terapeutas entrenados en el tratamiento de estos niños utilizan estimulación táctil directa para reducir los procesos de defensa táctil pero únicamente cuando el niño es capaz de modular e integrar esa entrada. La estimulación vestibular también ayuda a modular el sistema táctil. Jean Ayres trató de encontrar una respuesta a por qué algunos niños tienen este tipo de reacción y una de sus hipótesis es que al parecer los niños con disfunción integrativa sensorial no fueron capaces de integrar las sensaciones que recibieron, a pesar de ser niños que fueron tocados y manipulados; se los abrazó y se los acarició tanto como a otros niños pero estas experiencias no bastaron para que su cerebro se desarrollara adecuadamente. En el ANEXO Nº 2 hay una lista de aquellos comportamientos que pueden sugerir defensa táctil en un niño elaborada por la doctora Jean Ayres (1998). 94 2.2. Influencia de la defensa táctil en el aprendizaje escolar Todas las actividades que los niños realizan en la escuela, como la escritura, la aritmética requieren integración sensorial y presentan exigencias complejas para el cerebro. Un problema de integración sensorial puede interferir directamente con el proceso de aprendizaje en el cerebro o puede producir un comportamiento inadecuado que interfiera con el trabajo escolar, aunque el niño tiene capacidad normal para el aprendizaje. Aprender a leer y a escribir puede llegar a ser un problema importante. El niño debe recordar si una letra como la “m” va hacia arriba o hacia abajo o si la “p” va hacia la izquierda o la derecha. Este conocimiento proviene de un tipo de memoria visual o muscular que termina siendo automático para la mayoría de las personas pero si la actividad del cerebro está desorganizada, el niño no podrá encontrar esas memorias cuando las necesite (Ayres, J.; 1998). A los niños con ciertos tipo de disfunción integrativa sensorial siempre se les dificulta la escritura, a algunos se les hace difícil tomar dictado, por ejemplo; otros tienen dificultad para manejar el espacio a su alrededor o el espacio en el cuaderno o copiar las palabras del pizarrón en el papel. El niño puede tener dificultad para espaciar las letras conformes las escribe en el papel o puedan variar en tamaño o estar deformes. La escritura es una actividad que comprende muchas sensaciones táctiles específicas. El lápiz toca puntos exactos en los dedos y el cerebro utiliza estos estímulos para mandar información muy precisa a los músculos de los dedos que sostienen y mueven el lápiz. Según Ayres J.: 95 “Cada trozo de información táctil debe viajar precisamente al lugar correcto de la corteza sensorial y el cerebro debe mandar su respuesta con gran rapidez y exactitud al músculo apropiado. Si el brazo y la mano están dormidos, las sensaciones de la piel y de los músculos son tan deficientes que resulta muy difícil escribir” (1998; p. 124). Todo lo expresado anteriormente permite pensar entonces que la defensa táctil puede llegar a influir de manera negativa en la adquisición de la escritura, pudiendo el niño llegar a desarrollar disgrafía. Si esto es así se haría necesario realizar las intervenciones necesarias desde la educación preescolar hasta los primeros años de la escolaridad primaria para poder prevenir este trastorno que afecta el aprendizaje escolar de manera negativa. 2.3. Caso de un niño con problemas de aprendizaje estudiado por Jean Ayres Uno de los casos estudiados y publicados por Jean Ayres (1998) es el siguiente: Roberto es el nombre ficticio que le dio a un niño de 8 años y 11 meses de edad. Esa era la edad que tenía la primera vez que se le realizó una prueba de integración sensorial. Este niño estaba en cuarto grado en la escuela, pero su habilidad para la lectura era la de un niño de primer grado. Su ortografía y sus matemáticas eran iguales a las de un niño de segundo grado. Como su puntuación en las pruebas de inteligencia fue casi igual a la de la mayoría de los niños de su edad, a Roberto lo incluyeron en una clase especial para niños con problemas de aprendizaje. Luego de aplicarle las distintas pruebas de integración sensorial se 96 concluyó que se le dificultaba pararse en un solo pie con los ojos cerrados y aunque sus reacciones posturales y de equilibrio generalmente eran adecuadas no eran especialmente buenas. Jugaba a casi cualquier juego en el parque aunque en las pruebas tuvo problemas de planeación motora. No tuvo dificultad para decir qué dedo se le tocó sin que pudiera ver sus manos, pero tuvo problemas para discriminar los estímulos táctiles, y algunas veces no pudo distinguir si lo que tenía en sus manos era un cuadrado o un triángulo (con los ojos tapados). Su percepción del espacio visual y de la forma también era insuficiente para su edad. Además era hiperactivo, se distraía fácilmente y era táctilmente defensivo. En las pruebas auditivas y de lenguaje su puntuación resultó inferior a lo que se espera para un niño de su edad y con su inteligencia. Tenía dificultad para entender lo que se le decía especialmente, cuando había otros ruidos al mismo tiempo. Sus manos tenían casi las mismas habilidades motoras, pero ninguna de sus manos era especialmente buena. De todas esas pruebas y de observaciones clínicas se determinó que el déficit básico de integración sensorial se encontraba en su sistema vestibular y este problema de procesamiento vestibular le causaba problema de aprendizaje, dificultades para la planeación motora, para la coordinación ojo-mano, para la percepción visual y para el desarrollo del lenguaje. Las sensaciones vestibulares que su cerebro no podía procesar contribuían a que fuera hiperactivo, distraído y defensivo táctil. Este niño recibió terapia de integración sensorial durante un año. Al principio mostró gran deseo de estimulación vestibular; se le permitió pasar horas columpiándose en un columpio con cuerda elástica por lo que subía y bajaba al mismo tiempo que 97 gritaba e iba para atrás y para adelante. Con el tiempo el niño eligió hacer otros juegos, empezó a treparse a cualquier cosa y a todo lo que podía. Aparentemente, Roberto se había proporcionado suficiente entrada vestibular para abrir vías hacia muchas partes de su cerebro. Trepar le permitió utilizar esas nuevas vías y relacionarse más con su entorno físico. Ayres pudo comprobar que las vías que se abrieron con la entrada vestibular también permitieron al niño aprender con más facilidad. Antes de que completara la terapia, Roberto pasó a una clase regular de tiempo completo. Un año después de la primera prueba de integración sensorial se volvieron a aplicar algunas evaluaciones y se obtuvo como resultado que el niño había progresado en las pruebas de lenguaje como en las de percepción visual. Su lectura era apropiada para un niño que estaba por terminar cuarto grado. Su ortografía era la de un niño que llevaba dos meses en cuarto grado y su aritmética estaba al nivel de un niño que empezaba el tercer grado. La terapia había mejorado en forma significativa la habilidad de Roberto para aprender académicamente, especialmente la lectura. 98 V. PRESENTACIÓN DE CASOS “Niños con defensa táctil y disgrafía abordados en el consultorio de Terapia Ocupacional” 1. GENERALIDADES DE LA EVALUACION Y TRATAMIENTO DE LOS NIÑOS CON DÉFICITS DE INTEGRACIÓN SENSORIAL Las pruebas de Integración Sensorial fueron planificadas por la Dra. Jean Ayres para evaluar habilidades, para detectar posición y movimiento en el espacio (procesamiento vestibular), habilidad para determinar la posición del cuerpo (procesamiento propioceptivo), percepción táctil, praxia (destrezas de planificación motora), percepción visual (coordinación ojo-mano y discriminación visual) y otras habilidades. En la década de 1990, se publicó el SIPT (Sensory Integration and Praxis Test). Esta prueba estandarizada evalúa a los niños de 4 años a 8 años y 11 meses. Está formada por 17 subpruebas, las cuales miden cuatro áreas de función: 1-forma y espacio, 2-procesamiento somatosensorial, 3-integración bilateral y secuencia y 4-praxia. La SIPT es administrada en forma individual y por un terapeuta entrenado y el editor, Western Psychological Service, otorga una puntuación informatizada. Estas 17 subpruebas exigen el desempeño funcional por parte del niño, no se basa en respuestas verbales. Ayres categorizó las subpruebas en 4 grupos, como detallan Willard/Spackman (1998): - Medición del procesamiento táctil y vestibular-propioceptivo: cinestesia; identificación de los dedos de la mano; grafestesia; localización de 99 estímulos táctiles, nistagmo postrotatorio; equilibrio en posición de pie y en la marcha. - Medición de la percepción de forma y espacio y de la coordinación visomotora: visualización del espacio; percepción de fondo y de figura fondo; percepción manual de la forma; precisión motora; copia de diseños; praxis de construcción. - Medidas de praxis: copia de diseños; praxis de construcción; praxis postural; praxis a la orden verbal; praxis de secuencia; praxis oral (habilidad para planificar y ejecutar patrones de movimiento motores orales). - Medición de la integración bilateral y secuencia: praxis de secuencia; grafestesia; equilibrio en posición de pie y en la marcha; coordinación motora bilateral; uso contralateral de visualización espacial; uso de la mano preferida en visualización espacial (todas estas subpruebas evalúan la habilidad para integrar el funcionamiento a ambos lados del cuerpo). Ya que la integración sensorial como se ha venido exponiendo en la presente investigación es una teoría neurobiológica compleja, la evaluación de integración sensorial no se limita solamente a la batería de pruebas SIPT, sino que se completa con la información obtenida de: 1. Información completa de derivación: detalle de los problemas por los cuales ha sido derivado el niño. Es necesario que el terapeuta conozca en detalle los motivos de la derivación para luego relacionar los resultados de su evaluación con el problema de presentación y así efectuar la interpretación y determinar el tratamiento. 100 2. Historia del desarrollo: es muy importante obtener los antecedentes completos del desarrollo del niño que deben incluir la información sobre el embarazo de la madre y parto; conducta del lactante; logro de las pautas de desarrollo en las áreas de desempeño de habilidades motoras, de comunicación, cognitivas y socio-emocionales; desarrollo y/o problemas académicos y factores que pueden describir el funcionamiento familiar. 3. Observación clínica: la manera de comprender mejor el funcionamiento de la integración sensorial es observando al niño en distintas situaciones. En las actividades o juegos que realiza el niño se puede evaluar: tono muscular, integración de los reflejos, destrezas de concentración, cruce de línea media, defensa táctil y reacciones antigravitatorias (estas son más bien observaciones clínicas más que pruebas específicas medidas por medio de una puntuación). 4. Observación en el aula y/u hogar: son de gran ayuda las observaciones que puedan realizarse en el aula o en el hogar; esto permite observar al niño en su ambiente natural y demostrar diferencias entre el funcionamiento en la sesión (situación uno a uno) y el funcionamiento grupal. La observación en el aula puede permitir esclarecer los problemas escolares y brinda una muy buena oportunidad para entrevistar al maestro del niño. Permite dirigir la evaluación y brindar sugerencias para lograr mejoras en una de las principales ocupaciones del niño como es la escuela. 5. Historia Sensorial: Se trata de una serie de preguntas referentes a cómo un niño responde a distintos tipos de estímulos sensoriales y su nivel de 101 ejecución en áreas específicas. Estas preguntas son respondidas por los padres. (En mi historia profesional fue muy interesante entregar esta lista de preguntas a cada padre y ver con mucha frecuencia como a veces aparecían diferencias importantes entre las respuestas de la madre y la del padre; dato muy importante a tener en cuenta a la hora de brindar estrategias a la familia para ayudar al niño a superar su déficit sensorial). Se indaga sobre las respuestas del niño a estímulos táctiles; al sonido; al gusto y al olor; a los estímulos visuales; las respuestas a la postura, al equilibrio y al movimiento; rasgos de su conducta y todos aquellos datos que los padres consideren importantes para ser conocidos por el terapeuta. En cuanto a estímulos táctiles se hacen preguntas como si al niño le agrada o desagrada que lo bañen o que le laven el cabello; si le desagradan los besos, abrazos o mimos; si se muestra irritado cuando se lo toca; si le desagrada usar ciertos tipos de telas o de ropa; si le molestan las etiquetas de las prendas de vestir; si empuja o se lleva a otros niños por delante; si le desagrada caminar descalzo; si no le gusta ensuciarse las manos; si juega con elementos que ensucian como barro, pintura de dedos, etc.; si pellizca o muerde objetos o a personas, entre otras preguntas referidas al sistema táctil. Para saber qué tipo de respuestas al sonido da el niño se hacen preguntas como si le desagradan los sonidos inesperados o fuertes; si necesita que se le repitan las directivas; si se distrae por la mayoría de los 102 sonidos; si habla con voz muy fuerte; si tiene dificultad para escuchar entre otras preguntas. Para conocer sus respuestas referentes al gusto y al olfato se les pregunta qué tipo de alimentos prefiere el niño; si mastica objetos no comestibles; si le desagradan olores particulares; si usa el olfato como forma de explorar objetos nuevos; si presenta problemas para comer como ahogarse, babearse, ensuciarse con mucha comida en la boca; si le desagradan comidas de ciertas texturas. Con respecto a las respuestas a estímulos visuales se hacen preguntas como si el niño teme a la oscuridad; si se queja de dolores de cabeza o se refriega los ojos; si es sensible a la luz o a estímulos visuales; si mira objetos o figuras poniéndolos muy cerca de su cara; si tiene diagnosticado algún problema visual o usa anteojos. Para conocer las respuestas a la postura, equilibrio y movimiento se pregunta cómo se sienta normalmente el niño, si se cansa cuando juega; si prefiere juegos solitarios; si camina en puntas de pie; si parece torpe, si se cae fácilmente o se lleva cosas por delante; si es sensible al movimiento; si le gusta hamacarse, trepar y jugar en los juegos de plaza; si le gusta saltar; si está constantemente en movimiento; si tiene dificultad para manipular objetos pequeños o para sostener un lápiz o crayón con la toma en trípode (dedos pulgar, índice y medio). Para saber un poco más sobre su conducta se hacen preguntas tales como si generalmente está contento o enojado; si parece inquieto e 103 hiperactivo casi todo el tiempo; si por el contrario es reposado; si es agresivo o se enoja fácilmente; si llora o se frustra con frecuencia; si le molestan los cambios o eventos inusuales; si a menudo tiene cambios bruscos en su temperamento; si tiene dificultad para separarse de su mamá o de su papá. Para planificar un tratamiento realmente efectivo es necesario recoger toda la información aportada por las pruebas estandarizadas, las evaluaciones clínicas y antecedentes familiares y del desarrollo como se expuso anteriormente. En este tipo de abordaje de tratamiento es muy importante la participación de la familia y de los docentes del niño. El tratamiento de integración sensorial no está predeterminado y varía de un paciente a otro; es totalmente personalizado. En el consultorio se trabajará con distinto tipo de equipamiento: táctil (cepillos, texturas, almohadas, etc.); para movimiento sin suspensión (pelotas, cilindros, cuñas, rampas, patinetas, trampolines, tablas para saltar); equipo suspendido (hamacas, columpios, escalerillas suspendidas, barras para colgar); para planificación motora (distintos tipos de obstáculos, barras conectadas, etc.). Para la familia y para la escuela se elabora una “Dieta Sensorial” la cual consiste en una serie de estrategias para ser aplicadas en el hogar por los padres y en la escuela por los docentes del niño. Wilbarger P. & Wilbarger J. (1991) definen las bases teóricas para la confección de una dieta sensorial; esta es una estrategia que incluye el uso terapéutico de las sensaciones en el contexto de las actividades diarias. Postulan 104 que el input sensorial controlado puede afectar la habilidad funcional. El terapeuta construye un perfil del niño basado en las tolerancias sensoriales, las preferencias sensoriales y en todo aquello que organiza y desorganiza al niño. También se determinan modificaciones al ambiente de ser necesario. 2. CASO A Se expondrá el caso de una niña que fue atendida por mí en el consultorio de terapia ocupacional y que fue derivada por su médica pediatra. Paciente: sexo femenino Edad: 6 años, 3 meses Causa de derivación: Presenta hiperactividad, dificultad para prestar atención en el aula, desorganización en las actividades escolares. Es derivada al mes de su ingreso al primer año de EGB. Diagnóstico de T.O.: déficit de modulación sensorial, defensa táctil, disgrafía Se arriba al diagnóstico de T. O. luego de realizar las observaciones y evaluaciones correspondientes. Evaluaciones administradas - Observación Clínica - Historia Sensorial - Test de Desarrollo de viso-integración motora (Beery-Buktenica) 105 - Evaluación de las áreas de motricidad gruesa, motricidad fina y personal-social De las evaluaciones realizadas se obtienen los siguientes datos: 1.- MODULACION SENSORIAL: Le molesta mucho ensuciarse las manos con materiales como espuma de afeitar, témperas, acuarelas, plastilina, agua con color, etc. No le gusta jugar a descubrir objetos pequeños dentro de cubetas que contengan polenta, arroz u otras legumbres. Busca realizar juegos en los cuales recibe información predominantemente vestibular, le gustan las hamacas. No tolera ruidos como la bocina de los autos, aspiradoras, enceradoras y sonidos agudos como los de una flauta dulce. En actividades grupales en la escuela busca alejarse de los niños y colocarse cerca de su docente. 2.- DISCRIMINACION TÁCTIL: Puede discriminar distintos objetos con o sin ayuda de la vista. 3.- CONTROL POSTURAL: Presenta bajo tono. Posición de sentado en “W”. Presenta respuesta incompleta en la postura de prono-extensión, no elevando ni manteniendo elevado con facilidad cabeza, miembros superiores e inferiores. La flexo-supinación es insuficiente para su edad, le cuesta pasar de la posición supina al sentado en forma simétrica. Se le dificulta copiar determinadas posturas por presentar pobre equilibrio. 4.- NIVEL DE ACTIVIDAD Y PLANIFICACIÓN MOTRIZ: Se mueve por el ambiente interactuando con el equipamiento y los distintos elementos del consultorio. Busca juegos en los que recibe mucha información de movimiento, 106 especialmente vestibular. Presenta dificultad en la secuencia y timing de los movimientos. Dificultad con la prensión fina y en la toma de objetos pequeños. Lateralidad no definida. Presenta dificultad en los trazos escritos, le cuesta copiar formas simples como cuadrado, círculo y triángulo. No mantiene la direccionalidad de los trazos rectos al copiar: no los realiza conforme a la dirección y el sentido necesario para luego confeccionar las letras (de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha). Dificultad en la copia y trazado de las letras. 5.- COORDINACIÓN BILATERAL: No hay cruce de línea media. Le cuestan aquellas actividades en las cuales debe hacer un uso simétrico de sus miembros. 6.- HABILIDADES COGNITIVAS: Reconoce figuras geométricas acorde a su edad. Puede resolver seriación. Resuelve rompecabezas. Lenguaje oral acorde a la edad. Puede armar una historia. 7.- PERCEPCIÓN VISUAL Y DEL ESPACIO: Dificultad en esta área, presenta en la integración viso-motora edad inferior en 12 meses a la que le correspondería cronológicamente. 8.- FUNCIONAMIENTO SOCIAL: Tiene muy pocos amigos de su edad. Se relaciona mejor con adultos que con niños de su edad. Evita concurrir a fiestas infantiles. 9.- ACTIVIDADES DE LA VIDA DIARIA: Es independiente para llevarse alimentos a la boca. Vestido y aseo personal aún dependiente. No le gusta que le laven y le 107 corten el cabello ni que le corten las uñas. Presenta dificultad para abrochar y desabrochar prendas, para atar y desatar cordones. 10.- CONDUCTA: Generalmente se la ve contenta pero se enoja fácilmente. Se frustra y se distrae fácilmente. Debido a los déficits que presenta la niña a nivel sensorial es que se establecieron los siguientes objetivos de tratamiento: OBJETIVOS DE TRATAMIENTO Brindar información sensorial adecuada (vestibular, propioceptiva y táctil) con el objetivo de normalizar su procesamiento sensorial para poder dar respuestas adaptativas adecuadas y mejorar así su relación con su entorno. Favorecer la coordinación bilateral, la integración bilateral de sus miembros y un adecuado control postural. Mejorar la toma del lápiz, favorecer la prensión fina. Favorecer a la escritura mediante técnicas y estrategias específicas. Estos objetivos sólo pueden ser logrados siempre que la niña concurra al consultorio en forma sistemática y además con el apoyo de su familia que deberá en su hogar aplicar las estrategias de una dieta sensorial especialmente elaborada para las necesidades sensoriales de la niña; de otra manera será muy difícil obtener resultados positivos en el tratamiento y con un trabajo interconectada con los/las docentes de la escuela a la cual concurre. Luego de varias sesiones de tratamiento se logró que la niña: 108 - Mejore su postura de sentado habiendo logrado aumentar su tono y no apareciendo la postura de sentado en “W”. (favorecido por el trabajo en consultorio con equipo suspendido y otros elementos como pelotas, sogas, etc. y juegos de flexión y extensión que favorecen a aumentar tono en abdominales). - Logró aceptar trabajar con materiales que la ensucian como espuma, plastilina, agua con jabón, témperas, etc. y esto favorece a su expresión artística, al dibujo y disminuye su defensa táctil. - Se la comenzó a observar más organizada en sus movimientos en los juegos con obstáculos tratando de sortear los mismos, saltando con 1 pie, con dos , para atrás, para adelante. - Comenzó a tolerar el sonido alto y agudo de instrumentos musicales como la flauta dulce algo que antes le molestaba. Se continuó el tratamiento con la niña siempre basado en el abordaje de Integración Sensorial con el objetivo de que mejore su tolerancia a ciertos sonidos, no sentirse molesta cuando concurre a cumpleaños con otros niños en los cuales le molestan los ruidos (déficit vestibular) y la cantidad de personas muy cerca suyo (defensa táctil). Se continuó trabajando para mejorar sus praxias motoras gruesas y finas con el objetivo de mejorar su desenvolvimiento motor y su prensión fina, mejorando su escritura y la toma del lápiz. 109 La niña recibió tratamiento de T.O. durante un año, dos veces por semana en consultorio y la aplicación en el hogar por parte de la familia de estrategias que forman parte de la dieta sensorial A medida que avanzó el tratamiento la niña comenzó cumpleaños y a fiestas a concurrir a sin que el ruido ambiente y la cantidad de personas presentes le molestara. También se notó una gran mejoría en su dibujo y en el trazo de las letras imprentas. Durante el tratamiento de T.O. que recibió la niña se trabajó conjuntamente con psicopedagogía y con la docente a quien se le realizaron sugerencias para mejorar el desempeño escolar de la niña. DIETA SENSORIAL PARA LA FAMILIA OBJETIVO: Disminuir el nivel de alerta y mejorar la atención. Utilizar un almohadón relleno de mijo o un almohadón inflable para que se siente cuando realice una actividad tranquila en posición sentado, cuando mire televisión o cuando sea la hora de comer. Siempre cuidar la postura, debe tener sus pies apoyados en el piso, no en el aire (se puede usar unas tablas o guías si sus pies no alcanzan el piso) y mantener su espalda bien derecha apoyada en el respaldo de la silla. 110 Que juegue a saltar en la cama (como si fuera una cama elástica) antes de ir a dormir o de hacer la tarea escolar o antes de comer. Que haga juegos tipo lucha libre, o que juegue a hacer la torre humana, que él quede debajo de esa torre, esto da mucha propiocepción y calma; todos estos juegos cuando observen que está muy ansioso o alertado. Otro juego consiste en “arrollarlo”, envolverlo con una frazada o acolchado y hacerlo rodar por el piso. Dar a comer alimentos dulces no agrios o ácidos que elevan el nivel de alerta. Dar a comer o masticar alimentos crocantes, duros (barras de cereal, frutas como manzana, por ej.) cuando está realizando una actividad que requiere concentración. Dar a beber bebidas pero con sorbete, antes de hacer la tarea escolar por ejemplo o mientras la está haciendo, si son espesas mejor; por ej. licuados. Utilizar esencias o fragancias dulces a la hora del baño (espumas o sales). Hacerle escuchar música clásica, Mozart, obras para violín; puede ser como música de fondo cuando debe realizar una actividad que requiere atención y concentración o también puede ser utilizando walkman o auriculares (esto último es más efectivo). Empezar colocando dichas piezas musicales un tiempo corto y luego ir aumentando la duración, observar cuál es su respuesta. 111 DIETA SENSORIAL PARA LA ESCUELA OBJETIVO: Favorecer la escritura gráfica del niño. Que represente letras con su cuerpo. Usar la kinestesia. Usar la grafestesia. Realizar juegos en los cuales cruce línea media. Hacer letras con distintos materiales antes de pasar a la hoja Empezar a escribir en espacios más amplios, ir reduciéndolos hasta poder llegar a la hoja con renglones. Antes de realizar una actividad manual como ser dibujar, pintar o escribir hacer juegos con pelotitas texturadas, con pelotitas que cambian de forma al apretarlas, con elásticos o cables de teléfonos, etc. para aumentar tono en mano favoreciendo a una mejor toma del lápiz, pincel, crayón, etc. Abrir y cerrar las manos con fuerza. Jugar a empujar con fuerza las paredes del aula (aumenta tono en miembro superior). Usar lápices triangulares o colocarle a los lápices un grip para favorecer la toma adecuada del lápiz. 112 OBJETIVO: Disminuir el nivel de alerta y mejorar la atención Utilizar un almohadón relleno de mijo o un almohadón inflable para que se siente cuando realice una actividad tranquila en posición sentado, en su pupitre. Siempre cuidar la postura, debe tener sus pies apoyados en el piso, no en el aire (se puede usar unas tablas o guías si sus pies no alcanzan el piso) y mantener su espalda bien derecha apoyada en el respaldo de la silla. Permitirle levantarse durante la clase para que pueda ir a buscar algo a algún rincón, actuar como secretario de la maestra y repartir diversos elementos (pueden ser lápices, hojas, crayones, libros, etc.) y entregárselos a sus compañeros. Que tenga descansos frecuentes durante el día OBJETIVO: Favorecer a la disminución de su defensa táctil Permitir separación al sentarse junto a otros niños para prevenir toques inesperados. Acercarse al niño siempre de frente y avisarle cuando se le va a tocar por ejemplo. Ubicar en algún rincón del aula un lugar armado con alfombras y/almohadones que será el “lugar refugio” del aula; para que el niño pueda acudir allí cuando se sienta muy cansado o estresado. Permitirle usar pegamento en barra en lugar de cola vinílica y pinceles/brochas en lugar de pintura de dedos. 113 Ir ofreciendo de a poco papeles texturados para las actividades manuales, empezando por papeles de textura más suave al tacto para luego ir pasando a papeles de texturas más gruesas. 3. CASO B Se expondrá el caso de un niño que fue derivado a Terapia Ocupacional para ser evaluado por dificultad para las actividades motrices finas, que su docente evidenciaba como preocupante por encontrarse ya en 2do. grado de la escuela primaria y luego de la consulta realizada por su madre a su médico pediatra, este lo deriva para ser evaluado en T.O. Paciente: sexo masculino Edad: 7 años, 6 meses Concurre a segundo grado de la EGB, se encuentra cursando la segunda mitad del año escolar. Diagnóstico: Disgrafía, defensa táctil, hiperactividad Evaluaciones administradas 2. Observación Clínica 3. Historia Sensorial 4. Test de Desarrollo de viso-integración motora (Beery-Buktenica) 114 5. Evaluación de las áreas de motricidad gruesa, motricidad fina y personal-social Datos Obtenidos 1.- MODULACION SENSORIAL: El niño presenta intolerancia a determinados estímulos táctiles como abrazos, besos, mimos o al uso de determinadas telas, en cambio busca jugar a juegos tipo lucha libre o empuja y se lleva a otros niños por delante. No usa elementos o sustancias para jugar con los cuales se puede ensuciar (espuma de afeitar, témperas, masas). Le desagradan comidas de ciertas texturas y pone mucha comida en su boca en búsqueda de sensaciones. En su juego se observa constante búsqueda de estimulación vestibular y propioceptiva. 2.- DISCRIMINACION TÁCTIL: Puede discriminar distintos objetos con o sin ayuda de la vista. 3.- CONTROL POSTURAL: Presenta bajo tono. Presenta respuesta incompleta en la postura de prono-extensión, no elevando ni manteniendo elevado con facilidad cabeza, miembros superiores e inferiores. La flexo-supinación es insuficiente para su edad, le cuesta pasar de la posición supina al sentado en forma simétrica. Se le dificulta copiar determinadas posturas por presentar pobre equilibrio. 4.- NIVEL DE ACTIVIDAD Y PLANIFICACIÓN MOTRIZ: Se mueve por el ambiente interactuando con el equipamiento y los distintos elementos del consultorio. Busca juegos en los que recibe mucha información de movimiento. De su historia sensorial surge que parece inquieto e hiperactivo. Hay ideación en su 115 juego pero no hay adecuada planificación motriz. Presenta dificultad en la secuencia y timing de los movimientos. Dificultad con la prensión fina y en la toma de objetos pequeños. Gran dificultad para la escritura especialmente para escribir en letra cursiva; trazos ilegibles. 5.- COORDINACIÓN BILATERAL: No hay cruce de línea media. Le cuestan aquellas actividades en las cuales debe hacer un uso simétrico de sus miembros. 6.- HABILIDADES COGNITIVAS: Reconoce figuras geométricas acorde a su edad. Puede resolver seriación. Resuelve rompecabezas. Es muy verborrágico durante las situaciones de juego y en las situaciones en las cuales debe estar concentrado, por ejemplo cuando dibuja, copia o escribe. 7.- PERCEPCIÓN VISUAL Y DEL ESPACIO: Dificultad en esta área, presenta en la integración viso-motora edad inferior en 1 año a la que le correspondería cronológicamente. 8.- FUNCIONAMIENTO SOCIAL: Tiene muy pocos amigos de su edad. Prefiere juegos solitarios como jugar en su computadora. Se relaciona mejor con adultos que con niños de su edad. 9.- ACTIVIDADES DE LA VIDA DIARIA: Es independiente para llevarse alimentos a la boca. Vestido y aseo personal independiente, aunque no le gusta que le laven y le corten el cabello. Presenta dificultad para abrochar y desabrochar prendas, para atar y desatar cordones. 116 10.- CONDUCTA: Generalmente se lo ve contento pero se enoja fácilmente. Tiene rabietas a menudo. Se frustra fácilmente. Se distrae fácilmente. Otros datos surgidos de su historia sensorial: - Hay respuestas inadecuadas a ciertos estímulos auditivos fuertes o inesperados. - Se le deben repetir varias veces las directivas y/o consignas. - Suele masticar objetos no comestibles y a veces usa el olfato como medio de exploración. De lo expuesto anteriormente surge que el niño presenta desorden de los sistemas propioceptivo y vestibular por eso se evidencia una búsqueda constante de movimiento. Esto influye sobre su atención, mostrándose disperso y con dificultad para comprender y responder a consignas orales y escritas. Presenta defensa táctil. Mala prensión lo cual dificulta un adecuado desarrollo de su escritura tanto imprenta como cursiva. Dificultad para el copiado y dictado de palabras. Se sugirió que el niño recibiera tratamiento de T. O. basado en el abordaje de integración sensorial con el objetivo de: - Normalizar sus sistemas vestibular y propioceptivo y lograr que pueda dar respuestas adaptativas adecuadas a los estímulos que recibe. - Disminuir su nivel de alerta, y la búsqueda de movimiento. - Favorecer e incrementar su nivel de atención en las actividades que realiza. - Disminuir su defensa táctil. 117 - Lograr mejorar su motricidad fina y su escritura, especialmente su letra cursiva. El niño recibió conjuntamente tratamiento psicopedagógico y neuropsicológico. Como había una gran dificultad en su grafía (especialmente cursiva) se comenzó a trabajar sobre esta dando algunas estrategias para realizar antes de comenzar a escribir con el objetivo de aumentar el tono: jugar con masa, apretar pelotitas de distintas texturas. Se comenzó a observar un mejoramiento en el trazo algo que se evidenció también en sus cuadernos y que fue referido por su maestra y por su mamá. Casi al final del año escolar comenzó a escribir con tinta sin signos de desprolijidad. Durante el tiempo que duró el tratamiento que fue de un año y medio se trabajó conjuntamente con la familia y con la escuela, confeccionando para estas dos entidades fundamentales en la vida del niño, una dieta sensorial. Esta dieta sensorial incluyó estrategias específicas para hacer un uso terapéutico de las sensaciones en el contexto de las actividades diarias del niño; las mismas se fueron controlando y modificando mientras duró el tratamiento. DIETA SENSORIAL PARA LA FAMILIA OBJETIVO: Disminuir el nivel de alerta y mejorar la atención Utilizar un almohadón relleno de mijo o un almohadón inflable para que se siente cuando realice una actividad tranquila en posición sentado, cuando mire televisión o cuando sea la hora de comer. 118 Siempre cuidar la postura, debe tener sus pies apoyados en el piso, no en el aire (se puede usar unas tablas o guías si sus pies no alcanzan el piso) y mantener su espalda bien derecha apoyada en el respaldo de la silla. Que juegue a saltar en la cama (como si fuera una cama elástica) antes de ir a dormir o de hacer la tarea escolar o antes de comer. Que haga juegos tipo lucha libre, o que juegue a hacer la torre humana, que él quede debajo de esa torre, esto da mucha propiocepción y calma; todos estos juegos cuando observen que está muy ansioso o alertado. Otro juego consiste en “arrollarlo”, envolverlo con una frazada o acolchado y hacerlo rodar por el piso. Dar a comer alimentos dulces no agrios o ácidos que elevan el nivel de alerta. Dar a comer o masticar alimentos crocantes, duros (barras de cereal, frutas como manzana, por ej.) cuando está realizando una actividad que requiere concentración. Dar a beber bebidas pero con sorbete, antes de hacer la tarea escolar por ejemplo o mientras la está haciendo, si son espesas mejor; por ej. licuados. Utilizar esencias o fragancias dulces a la hora del baño (espumas o sales). Todas estas estrategias y juegos ayudan a disminuir el alerta en los niños. Se le aconsejó a los padres hacer un registro de las respuestas del niño a las distintas actividades propuestas. 119 OBJETIVO: Mejorar el tono en miembro superior antes de realizar actividades de escritura o de dibujo. Estas actividades también se pueden hacer antes de las comidas, antes del uso de cubiertos. Usar pelotitas texturadas para que apriete con las manos (que oprima y afloje varias veces o jugar a que aprieta y que la sostenga apretada lo más que pueda compitiendo con alguno de ustedes a ver quien la sostiene más tiempo apretada) Que apoye sus manos en la mesa y haga fuerza como queriendo empujar la mesa. Que apoye sus manos en la silla en la cual está sentado y haga fuerza como queriendo levantarse de la silla. Abrir y cerrar las manos con fuerza. Jugar a la guerra del dedo “gordo” pulgar: se entrelaza la mano de alguno de los papás con la mano derecha del niño, cerrando la mano y dejando libre el dedo pulgar, tratar que el niño atrape el dedo pulgar de los padres. OBJETIVO: Aumentar el tono oral para que no se llene la boca de comida y no se ensucie al comer. Hacer juegos de soplado: Por ejemplo: soplar burbujas en el agua, usar silbatos, tratar de inflar un globo. Que el niño infle sus mejillas y los papás jueguen a que las aprietan para desinflarla, que él niño haga fuerza para evitar esto. 120 Cepillar los dientes antes de las comidas (siempre que él niño lo desee). Ofrecerle bebidas espesas y que trate de tomarlas con bombillas. También se le puede ofrecer gelatinas y que trate de comerlas usando bombillas, siempre ofreciéndole esto como un juego. Es bueno para estos juegos conseguir bombillas que tienen forma de espiral o similar, pues estas exigen hacer más fuerza. Que apriete un trapito con la boca y jugar a que se lo quieren sacar. Es conveniente hacer un registro de las actividades que dan mejor resultado, para de esta manera poder saber si es necesario realizar modificaciones a la dieta sensorial. Estas actividades y estrategias no deben ser una carga ni para los padres ni para el niño; sino por el contrario deben ser placenteras. DIETA SENSORIAL PARA LA ESCUELA El objetivo de la “dieta sensorial” es hacer un uso terapéutico de las sensaciones en el contexto de las actividades diarias del niño, en este caso en el ámbito escolar. Lo que se busca con las actividades sensoriales que se indicarán a continuación es lograr el niño pueda regular y organizar el grado, intensidad y naturaleza de la respuesta al input sensorial que recibe de una manera graduada y adaptada y que pueda mantener un rango óptimo de desempeño necesario para adaptarse a los distintos momentos de la jornada escolar. 121 OBJETIVO: Aumentar el nivel de atención y concentración. Mejorar el tono postural. Cuando está sentado en el pupitre observar la postura, pies apoyados en el piso, espalda apoyada en respaldo de la silla. Si su espalda no queda muy derecha o no apoya lo suficiente en el respaldo colocar un libro grande o una guía de teléfono forrada para que mejore su apoyo y tenga mejor registro de donde está sentado. Si se mueve constantemente en la silla o se le cae la misma al piso colocarle en las patas un antideslizante. Se puede colocar también un material antideslizante en el asiento de la silla. Buscar una silla que sea más pesada no muy liviana. Se puede colocar entre las dos patas delanteras de la silla una tira (atada a las patas) de elástico, o una tira de llanta de bicicleta o algún otro material que sea elástico, flexible para que cuando se siente apoye sus pies ahí y descargue tensiones. Cuando está sentado en el piso haciendo una ronda con sus otros compañeros tratar que esté apoyado contra algo por ejemplo la pared o en el ángulo de las paredes del aula, se le puede permitir que se siente en el piso con su mochila colgada en su espalda, esto último le da presión profunda y ayuda a mejorar su atención. 122 Permitirle levantarse durante la clase para que pueda ir a buscar algo a algún rincón, actuar como secretario de la maestra y repartir diversos elementos (pueden ser lápices, hojas, crayones, libros, etc.) y entregárselos a sus compañeros. OBJETIVO: Favorecer la prensión y la toma del lápiz en actividades de escritura. Que realice actividades de resistencia sentado en su misma silla, “juego del push-ups”: sosteniéndose con las manos en el asiento de la silla hacer movimientos hacia arriba y hacia abajo con el cuerpo, tratando de separar la cola del asiento. Antes de realizar una actividad manual como ser dibujar, pintar o escribir hacer juegos con pelotitas texturadas, con pelotitas que cambian de forma al apretarlas, con elásticos o cables de teléfonos, etc. para aumentar tono en mano favoreciendo a una mejor toma del lápiz, pincel, crayón, etc. Hacer juegos con las manos con sus compañeros antes de empezar actividades de escritura: guerra del dedo “gordo” pulgar; apoyar palma de su mano con la de un compañero y hacer presión uno hacia abajo y otro hacia arriba. Si realizan actividades con masa o plastilina, ofrecerle estas pero para que haga bolitas chiquitas con la punta de los dedos, actividad que favorece el uso de dedos pulgar, índice y medio. 123 Permitirle al niño el uso de lápices triangulares gordos. Cortar los crayones bien chiquitos con el objetivo de favorecer la toma en trípode adecuada. Si dibuja sobre una hoja suelta y esta se le mueve sujetarla a la mesa con cinta adhesiva. Si se llega a realizar alguna actividad en el aula con tijeras buscar tijeras que tengan los agujeros chiquitos pues de esta forma evitamos que ponga varios dedos dentro de los agujeros y no pueda cortar. Conviene empezar cortando plastilina u otros materiales como pajitas o cartulina antes que papel. OBJETIVO: Favorecer a una mayor conciencia de su esquema corporal Disminuir el nivel de alerta. En los recreos tratar que realice juegos que provean de trabajo contra resistencia y movimiento activo de gran contracción muscular: saltar, jugar a la pelota, trepar, arrastrarse por el piso. En las clases de educación física aplicar técnicas de presión profunda antes y después de la clase, por ej: hacer un sandwich con colchonetas y el niño adentro, ejercer presión con una pelota Bobath ; enrollar al niño dentro de la colchoneta y hacerlo rodar. Ofrecerle juegos en la hora de Educación Física o de Música donde trabaje su esquema corporal; por ej: saltar adentro de un círculo, saltar afuera, 124 saltar con un solo pie, saltar con los dos, mover los brazos, reptar, pasar por dentro de túneles de tela, etc. OBJETIVO: Favorecer a la disminución de su defensa táctil A la hora de realizar actividades de dáctilo-pintura por ejemplo, ofrecerle pinceles u otros elementos en su reemplazo que le permitan jugar con los elementos de pintura sin tocarlos; hasta que de a poco se vaya familiarizando con ellos. Permitir la utilización de pegamento en barra en lugar de cola vinílica. Empezar usando papeles de textura más fina y suave para ir pasando de a poco a papeles de textura más gruesa. VI. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS RECOGIDOS Tanto la niña del Caso A como el niño del Caso B presentaban síntomas similares a la hora de ser observados y evaluados. Ambos presentaban de manera común: - Signos de disgrafía primaria, no correspondiente con ninguna patología de base. - Defensividad Táctil a ciertas texturas y/o elementos y a ser tocados por otras personas. 125 DISGRAFIA ITEMS EVALUADOS CASO A SI CASO B NO SI NO LATERALIDAD NO DEFINIDA X EDAD MOTRIZ INFERIOR A LA CRONOLOGICA X X HIPERKINESIA X X TRASTORNOS DEL ESQUEMA CORPORAL X X DÉFICIT EN LA ORIENTACION ESPACIAL X X TRASTORNOS INTEGRACION VISOPERSERTIVA X X FORMA Y TAMAÑO LETRA INADECUADO X X UNION DEFECTUOSA DE LETRAS X X TRASTORNOS DIRECCIONALIDAD DEL TRAZO X X TRASTORNOS SENTIDO DEL TRAZO X X ALTERACION DE TONO Y POSTURA X X TOTAL X 11 0 10 1 DEFENSA TACTIL ITEMS EVALUADOS CASO A SI CASO B NO SI NO LE DESAGRADA QUE LO TOQUEN EN LA CARA X X LE DESAGRADAN CIERTAS TEXTURAS X X LE DESAGRADAM CIERTOS ALIMENTOS X X LE DESAGRADA CAMINAR DESCALZO X X SE IRRITA CUANDO LO TOCAN X CAMINA EN PUNTAS DE PIE X X X EVITA ENSUCIARSE LAS MANOS X X LE DESAGRADA BAÑARSE/ CORTARSE CABELLO X X LE DESGRADA QUE LO ABRACEN X X LE MOLESTA LLUGARES CERRADOS CON GENTE X X EVITA IR A FIESTAS INFANTILES X X TOTAL 10 1 11 0 126 SE VERIFICA DEFENSA TACTIL Y DISGRAFIA CONJUNTAMENTE DEFENSA TACTIL CASO A SI LE DESAGRADA QUE LO TOQUEN EN LA CARA X LE DESAGRADAN CIERTAS TEXTURAS X LE DESAGRADAM CIERTOS ALIMENTOS X LE DESAGRADA CAMINAR DESCALZO X SE IRRITA CUANDO LO TOCAN X CAMINA EN PUNTAS DE PIE EVITA ENSUCIARSE LAS MANOS X LE DESAGRADA BAÑARSE/ CORTARSE CABELLO X LE DESGRADA QUE LO ABRACEN X LE MOLESTA LLUGARES CERRADOS CON GENTE X EVITA IR A FIESTAS INFANTILES X DISGRAFIA CASO A SI LATERALIDAD NO DEFINIDA X EDAD MOTRIZ INFERIOR A LA CRONOLOGICA X HIPERKINESIA X TRASTORNOS DEL ESQUEMA CORPORAL X DÉFICIT EN LA ORIENTACION ESPACIAL X TRASTORNOS INTEGRACION VISOPERSERTIVA X FORMA Y TAMAÑO LETRA INADECUADO X UNION DEFECTUOSA DE LETRAS X TRASTORNOS DIRECCIONALIDAD DEL TRAZO X TRANSTORNOS SENTIDO DEL TRAZO X ALTERACION DE TONO Y POSTURA X 127 SE VERIFICA DEFENSA TACTIL Y DISGRAFIA CONJUNTAMENTE DEFENSA TACTIL CASO B SI LE DESAGRADA QUE LO TOQUEN EN LA CARA X LE DESAGRADAN CIERTAS TEXTURAS X LE DESAGRADAM CIERTOS ALIMENTOS X LE DESAGRADA CAMINAR DESCALZO X SE IRRITA CUANDO LO TOCAN X CAMINA EN PUNTAS DE PIE x EVITA ENSUCIARSE LAS MANOS X LE DESAGRADA BAÑARSE/ CORTARSE CABELLO X LE DESGRADA QUE LO ABRACEN X LE MOLESTA LLUGARES CERRADOS CON GENTE X EVITA IR A FIESTAS INFANTILES X DISGRAFIA CASO B SI LATERALIDAD NO DEFINIDA EDAD MOTRIZ INFERIOR A LA CRONOLOGICA X HIPERKINESIA X TRASTORNOS DEL ESQUEMA CORPORAL X DÉFICIT EN LA ORIENTACION ESPACIAL X TRASTORNOS INTEGRACION VISOPERSERTIVA X FORMA Y TAMAÑO LETRA INADECUADO X UNION DEFECTUOSA DE LETRAS X TRASTORNOS DIRECCIONALIDAD DEL TRAZO X TRANSTORNOS SENTIDO DEL TRAZO X ALTERACION DE TONO Y POSTURA X 128 VII. CONCLUSIÓN Como Terapista Ocupacional, dedicada a la atención de niños con dificultades de aprendizaje y de conducta en la escuela, he atendido en consultorio y realizado seguimiento en la escuela a niños con trastornos en la escritura, específicamente disgrafía. Muchos niños llegan al consultorio de Terapia Ocupacional derivados por sus docentes o sus psicopedagogas porque presentan dificultad con la expresión escrita (disgrafía). En este tipo de trastornos, aparecen dificultades en: la direccionalidad del trazo (izquierda-derecha, arriba-abajo); en la separación entre letras y entre palabras; en el tamaño de la letra; en la prensión del lápiz; en la presión ejercida sobre el papel y en la fluidez del movimiento al escribir. La escritura es un proceso importante que permite al niño transmitir pensamientos e ideas, una escritura correcta facilita en parte el proceso de socialización del ser humano. Se trata de una función compleja que requiere la coordinación de operaciones cognitivas, lingüísticas y perceptivo-motoras. “La escritura es un gesto motor que precisa la integridad de las sensibilidades y de la motricidad” (Gil, R., 1999; p. 58). Según Lev Vigotsky (2000): “La escritura debería poseer cierto significado para los niños, debería despertar en ellos una inquietud intrínseca y ser incorporada a una tarea importante y básica para la vida. Sólo entonces podremos estar seguros de que se desarrollará no como una habilidad que se ejecuta con las manos y los dedos, sino como una forma de lenguaje realmente nueva y compleja” (p. 177). 129 Como siempre fue de mi interés no sólo realizar la rehabilitación de la escritura en estos niños sino determinar las causas que provocan este trastorno de aprendizaje para de esta manera trabajar en la prevención, comencé a analizar las observaciones, entrevistas a docentes y padres, historias sensoriales, historia de desarrollo de estos niños y otras evaluaciones que se realizan en el consultorio de Terapia Ocupacional para determinar el grado de dificultad con el grafismo. A través de ese trabajo pude observar una constante: muchos de estos niños presentaban un desorden de modulación sensorial como es la defensa táctil. A partir de estas observaciones y de datos recogidos de entrevistas realizadas a padres y a docentes de los niños comencé a preguntarme si podía considerarse a la defensa táctil, trastorno de integración sensorial, como una causa de disgrafía. Para poder arribar a una respuesta más certera es que en la presente investigación se trató de realizar una revisión bibliográfica sobre la disgrafia y sobre la defensa táctil y a su vez se revisaron algunas investigaciones sobre percepción táctil. Se considera en general a la disgrafía como un trastorno de la escritura en niños, que no responde a lesiones cerebrales o a problemas sensoriales, sino a trastornos funcionales. La defensa táctil es considerada un desorden de modulación sensorial; es decir se trata de una dificultad en la capacidad de regular y organizar el grado, la intensidad y la naturaleza de la respuesta al input sensorial de una manera graduada y adaptada que de alguna 130 manera quiebra la habilidad del individuo de obtener y mantener un rango óptimo de desempeño necesario para adaptarse a los desafíos de la vida (Lane S., Miller L. & Hanft B.; 2000). Este desorden da lugar a: evitación del tacto; evitación de ciertas texturas; tendencia a evitar situaciones en las cuales el niño anticipa ser tocado o interacciones que incluyen el tacto y la evitación del tacto en la cara; evitación de actividades de juego que incluyen contacto corporal; mayor tendencia a juegos solitarios; respuesta aversiva al tacto inocuo; aversión a actividades de la vida diaria e higiene como corte de pelo, corte de uñas, lavado de cabeza, etc.; aversión a materiales de arte, dáctilo-pintura, etc. y hasta puede presentar respuestas afectivas atípicas como responder agresivamente al tacto suave. Todas estas dificultades influyen en el juego y en el desempeño escolar del niño pues debido a la defensa táctil no tocan determinados elementos, materiales u objetos; por lo tanto, la experiencia sensorial táctil es deficiente. La defensa táctil es la tendencia a reaccionar de manera negativa y emocionalmente a las sensaciones del tacto. El niño es extremadamente sensible a estímulos que otras personas difícilmente sientan (Ayres, J.; 1998). Las sensaciones del tacto producen una alteración considerable en su sistema nervioso y producen emociones y comportamientos negativos. Se han incluido en esta investigación algunas actividades prácticas que se realizan en las aulas con los niños en los primeros años de escolaridad preescolar y primaria y que brindan estimulación sensorial con el objetivo de mejorar la escritura gráfica; demostrando así la importancia de este tipo de estimulación en la enseñanza. 131 En la presente investigación se ha analizado la potencial influencia del trastorno de defensa táctil sobre el proceso de modularización implicado en la adquisición de la escritura en niños y niñas que recién comienzan la escolaridad primaria y presentan un diagnóstico diferencial de disgrafía motriz. Se ha tratado de analizar la influencia que el trastorno de defensa táctil podría llegar a tener sobre el proceso de modularización implicado en la adquisición de la escritura, en niños y niñas que recién comienzan la escolaridad primaria y que presentan un diagnóstico de disgrafia motriz. Se han descripto los alcances y límites de las concepciones actuales sobre disgrafía; se han revisado e identificado en la literatura y en distintas investigaciones sobre la disgrafía y la defensa táctil, todos aquellos compromisos sensoriales implicados en la disgrafía motriz como trastorno de aprendizaje y se intentó establecer y determinar si existe relación entre los trastornos de disgrafía y de defensa táctil. Se ha abordado el tema de la escritura como praxia motora y como parte del desarrollo cultural del niño y la importancia de la estimulación sensorial en la escuela. La escritura debe enseñarse no solamente como una habilidad motora sino como una actividad cultural compleja. Autores como Azcoaga J. (1971); Brueckner, L. J. (1975); Portellano Pérez J. M. (2007); Roger, G. (1999), Ajuriaguerra, J. (1970, 1977), Auzias M. (1977) han tratado el trastorno de la disgrafía pero ninguno de ellos ha relacionado la defensa táctil con este trastorno de aprendizaje; siendo la defensa táctil un desorden de modulación sensorial que incide en el aprendizaje escolar. 132 El sistema táctil es fundamental en la adquisición de habilidades motoras, en el desarrollo emocional y en la conducta del niño y así lo plantearon autores como Ayres J. (1998), Travieso, D. (2000); Wilbarger, P. & Wilbarger, J. (1991); Montagu, A. (2004); Montessori, M. (1965); Ackerman D. (1992). La escritura es una actividad que comprende muchas sensaciones táctiles específicas. El lápiz toca puntos exactos en los dedos y el cerebro utiliza estos estímulos para mandar información muy precisa a los músculos de los dedos que sostienen y mueven el lápiz. Según Ayres J.: “Cada trozo de información táctil debe viajar precisamente al lugar correcto de la corteza sensorial y el cerebro debe mandar su respuesta con gran rapidez y exactitud al músculo apropiado. Si el brazo y la mano están dormidos, las sensaciones de la piel y de los músculos son tan deficientes que resulta muy difícil escribir” (1998; p. 124). De la presente investigación de carácter cualitativo, en la cual se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica y de investigaciones científicas, surge que la defensa táctil no es considerada específicamente como un trastorno causante de la disgrafía dentro de los distintos tipos de causas que dan lugar a ese trastorno de aprendizaje escolar en los niños. Si se relaciona Defensa Táctil con Disgrafía podría darse una relación causal, donde la primera podría llegar a causar la segunda. Podría también darse defensa táctil y ser esta causa principal, necesaria y suficiente para que aparezca disgrafia. Esto no parece ser el caso, pues hay casos de disgrafía sin defensa táctil o al menos no se puede determinar si los hay o no en base a los datos que se tienen. Podría la defensa táctil ser una causa entre tantas otras de las que son capaces de generar disgrafía, pero no ser una causa necesaria. 133 Para comprender mejor la relación entre la disgrafia y la defensa táctil se citaron y compararon dos casos de niños (uno de sexo femenino y el otro masculino) con diagnóstico de disgrafía y defensa táctil conjuntamente y que fueron observados y atendidos por quien desarrolla la presente investigación en el consultorio de Terapia Ocupacional. Se trató de determinar similitudes y diferencias entre estos dos casos. De la comparación de estos dos casos surgió que tanto la niña A (6 años y 3 meses) como el niño B (7 años y 6 meses) presentaron disgrafía y defensa táctil conjuntamente. Luego de todas las evaluaciones y observaciones realizadas se concluye que coinciden en un total de 10 ítems sobre los 11 evaluados para determinar disgrafía, a saber: edad motriz inferior a la cronológica, hiperkinesia, trastornos del esquema corporal, déficit en la orientación espacial, trastornos de integración viso-perceptiva, forma y tamaño adecuado de la letra, déficit en la unión de letras al escribir, trastornos en la direccionalidad y sentido del trazo, alteración del tono y la postura. No coincidieron en cuanto a la definición de la lateralidad, dado que la niña aún no presenta preferencia por mano dominante. De los ítems evaluados para determinar defensa táctil coinciden en 10 de los 11 evaluados, a saber: desagrado en que le toquen la cara, desagrado al tocar ciertas texturas, a comer determinados alimentos y a caminar descalzo, irritación al ser tocados, evitación a ensuciarse las manos, desagrado a bañarse, cortarse el cabello y al abrazo, evitación a concurrir a lugares cerrados y a fiestas infantiles. No coincidieron en cuanto a caminar en puntas de pie, la niña realiza esta actividad sin dificultad, el niño aún no lo logra. 134 Lo que se concluye a partir de la comparación de los ítems evaluados en los dos casos tanto con respecto a la disgrafía como a la defensa táctil es que el trastorno disgráfico puede muchas veces estar acompañado de un trastorno de modulación sensorial como es la defensa táctil y a partir de esta observación se plantea la posibilidad de que este trastorno sensorial pueda ser causa de disgrafía en el niño, por la falta de estimulación y motivación sensorial que conlleva la defensa táctil. Pues la defensa táctil limita muchas veces las experiencias de juego de los niños con todo aquello que los rodea, ya que este déficit sensorial genera rechazo a tocar objetos, a jugar con dactilopintura, con masas, etc. Entonces sería importante determinar si cuando hay defensa táctil hay necesariamente disgrafía; en ese caso entonces se podría definir una relación causal condicional a la aparición de defensa táctil para la disgrafía, que habrá que determinar si en estos casos basta por sí sola o debe haber otros factores concurrentes. También puede suceder que sean factores independientes que concomiten o aparezcan juntos. Si este es el caso, podría ser que se potencien recíprocamente. Estos factores concurrentes podría ser que dependan de un mismo factor causal común o de distintos factores. Es por ello que resultaría conveniente e interesante continuar investigando y realizar a posteriori un trabajo de investigación cuantitativo exhaustivo; equiparando distintos grupos de niños de diferentes escuelas, grupos sociales y edades donde se evidencie un trastorno de aprendizaje como es la disgrafía. En nuestro país no se han encontrado estudios empíricos realizados con niños en edad escolar donde se estudie la problemática de la disgrafía relacionada 135 con la defensa táctil, desorden de integración sensorial. Sería muy útil para los docentes conocer sobre estas dos problemáticas y poder brindarles todas las herramientas necesarias para trabajar en el aula tanto en la prevención como en la corrección. Si se llegara a corroborar en posteriores estudios empíricos que la defensa táctil puede ser causa de disgrafía en un gran porcentaje de niños, habría que dar entonces mayor importancia a la educación y estimulación sensorial en la escuela ya desde el ingreso de los niños en salas de 2 y 3 años, previniendo de esta manera un desorden de modulación sensorial que podría afectar la escritura en la edad escolar. Es necesario para los terapeutas y docentes de niños con dificultades de aprendizaje escolar conocer de qué se trata cuando se habla de defensa táctil, cuáles son los signos evidenciables a los cuales hay que prestar atención. Es importante conocer que algunos niños que presentan disgrafía pueden además tener otro déficit como es la defensa táctil que si no es bien diagnosticado y a tiempo puede que todo lo que se intente hacer para corregir la disgrafía no dé buenos resultados. De este estudio surge que la escritura, resultado del proceso de culturalización del hombre reviste una gran importancia en culturas como la nuestra donde la representación escrita de la lengua es fundamental para la comunicación y como tal no debe ser considerada solamente producto de la mano como miembro ejecutor al escribir sino es muy importante conocer que necesita de una serie de otros factores para poder tener lugar. 136 Un niño necesita de la guía y dirección de otros para poder escribir correctamente, de la estimulación sensorial necesaria ya desde los primeros trazos o garabatos para poder evitar una letra ilegible, defectuosa, torpe y lenta en la ejecución en los primeros años de escolaridad y que afecte por lo tanto, su rendimiento académico trayendo como consecuencia una baja en su autoestima, trastornos de conducta y muchas veces frustración; culminando en un fracaso escolar. El conocer e interiorizarse sobre los dos trastornos centrales de la presente tesis podría seguramente ayudar a profesionales de la educación a prevenir y detectar a tiempo signos indicadores de disgrafía y de defensa táctil y evitar de esta manera algo tan preocupante y con tantas consecuencias negativas como es el fracaso escolar. 137 VIII. BIBLIOGRAFIA Ackerman D. (1992). Una historia natural de los sentidos. Barcelona: Anagrama. Ajuriaguerra, J. y Auzias M. (1977). La escritura del Niño. La Reeducación de la escritura. Edit. Laia. Barcelona. España. Auzias M. (1970). Trastornos de la Escritura Infantil. Editorial Laia, Barcelona. España. Ayres A. J. (1998). La integración sensorial y el niño. México: Trillas. Azcoaga J., Derman B., Walter F. (1971). Alteraciones del lenguaje en el niño. Rosario: Biblioteca. Azcoaga, J. (1997). Cerebro y comportamiento. Avances en Psicología Clínica Latinoamericana. 15,11 -19. Brueckner, L. J. (1975). Diagnóstico y tratamiento de las dificultades de aprendizaje. Rialp: Madrid. DSM-IV. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Trastorno de la expresión escrita (315.2). American Psychiatric Association. Giordano, M. (1973). Los fundamentos de la dislexia escolar. Buenos Aires: I.A.R Gibson, J.J. (1966). The senses considered as perceptual systems. Boston: Houghton. Mifflin. Karmiloff–Smith A. (1994). Más allá de la modularidad. Madrid: Alianza Editorial. Lane, S. Miller, L. & Hanft B. (2000).Toward a consensus in terminology inn sensory integration theory and practice. Part 2.Sensory Integration Special Interest Section Quarterly. 138 Montagu, A. (2004). El tacto. La importancia de la piel en las relaciones humanas. Barcelona: Paidós. Montessori, M. (1937) Pedagogía Científica. Barcelona: Araluce. Montessori, M (1965) Ideas generales sobre mi método. Buenos Aires: Losada Portellano Pérez, J. M. (2007). La disgrafía. Concepto, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de escritura. Madrid: CEPE. Rivière, A. (2003). Obras escogidas. Volumen II. Madrid: Médica Panamericana. Roger, G. (1999). Manual de Neuropsicología. Barcelona: Masson. Soler Fierrez, E. (1992). La educación sensorial en la escuela infantil. Madrid. Rialp. Teberosky, A. (1995). Más allá de la alfabetización. Buenos Aires: Santillana. Travieso, D. (2000) Alteraciones funcionales del tacto en la conjunción entre ceguera y Diabetes Mellitus. Tesis Doctoral. Universidad Autónoma de Madrid. Travieso, D. Blanco, F. y Rosa, A. (2000, noviembre). Relaciones entre las pruebas de evaluación de la sensibilidad pasiva y las pruebas de discriminación de magnitudes con tacto activo. En: 1er Congreso Hispano-Luso de Psicología. Santiago de Compostela. 139 Travieso García, D. y García López M. T. (2002). Una batería de pruebas para la evaluación integral del sistema háptico. Revista sobre la ceguera y deficiencia visual, 39, 7-20. Vigotsky, L. (2000). La prehistoria del lenguaje escrito. En El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona: Crítica. Wilbarger, P. & Wilbarger, J.(1991). Sensory defensiveness in children aged 2-12. An intervention guide for parents and other caretaker. Denver: Avanti Educational Programs. PÁGINAS WEB http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/13/13_1728.pdf http://www.uam.es http://www.once.es/appdocumentos/once/prod/Integracion%20%2039.txt (http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/13/13_1728.pdf 140 IX. ANEXOS ANEXO 1. Escala Abierta para la medida de los trastornos de escritura (Portellano Pérez, J.P., 2007; p. 74) ANEXO 2. Lista para verificar comportamientos de defensa táctil. (Ayres, A. J., 1998; p. 141-142) 141 ANEXO 1 ESCALA ABIERTA PARA LA MEDIDA DE LOS TRASTORNOS DE ESCRITURA Nombre y apellido: Edad: Tipo de escritura empleada en la prueba Dictado:…………………………………………………….. Composición propia:………………………………… Mano con la que escribe:…………………………………………………………………………………… Registro de trastornos gráficos ITEM 0 1 2 3 Forma de las letras Dimensión de la letra Inclinación de las letras Inclinación renglones Espacio entre los renglones Espacio entre palabras en cada renglón Presión de la escritura Unión entre las letras 142 ANEXO 2 Lista para verificar comportamientos de defensa táctil 1. Evita que le toquen la cara. Es posible que retire la cabeza si hay alguna cosa cerca de su cara. Lavarle la cara puede resultar especialmente difícil 2. Le resulta especialmente irritante que lo toquen durante el trabajo dental y se mueve mucho en la silla del dentista. 3. Sufre cuando le lavan o le cortan el cabello. 4. No le gusta que la gente lo toque, ni siquiera de manera amigable o afectuosa. Se retira cuando lo quieren abrazar o incluso cuando le dan una palmada en el hombro. En otras ocasiones o de otras personas es posible que acepte que lo toquen o que lo abracen. 5. Tocar al niño al vestirlo puede desatar una reacción negativa. Simplemente ponerle las medias puede hacerlo reaccionar. 6. No le gusta que lo bañen o que le corten las uñas. 7. Tiende a evitar el contacto físico de los amigos, aún cuando le guste hablar con ellos y relacionarse sin tocarlos o sin que lo toquen a él. 8. El hecho de que lo toquen desde atrás le resulta más amenazante que a otros niños. 9. Sufre al estar cerca de la gente aún sin tocarlo. 143 10. A menudo prefiere una camisa o blusa de manga larga y usa pullover aunque tenga calor. 11. Tiene una necesidad poco usual de tocar o de evitar tocar ciertas superficies o texturas, como una cobija, una alfombra o muñecos de peluche. 12. Es sensible a ciertas telas y evita usar ropa hecha de ese material. 13. No le gusta poner sus manos en la arena, en pintura dactilar, en masa o en materiales similares. 14. Evita andar descalzo, especialmente en la arena o en el pasto. 15. De bebé sentía mucha incomodidad cuando le limpiaban la nariz o los oídos. 144