SERÉIS MIS TESTIGOS

Anuncio
“SERÉIS MIS TESTIGOS”
“Pero cuando venga el defensor, el Espíritu de la verdad, que yo enviaré de parte del
Padre, él será mi testigo. Y también vosotros seréis mis testigos, porque habéis estado
conmigo desde el principio” (Jn 15,26-27)
Objetivo
El taller se centra en el testimonio de Jesucristo que el Espíritu Santo da en los
cristianos y en la vida de la Iglesia y en la forma en que como cristianos podemos ser
testigos del Señor.
Nos preguntamos antes que nada: ¿cómo da testimonio el Espíritu Santo? Para ver cómo
nosotros también podemos ser testigos de Jesús hoy, sus misioneros.
Nos basamos en el testimonio más antiguo de la Iglesia: el libro de los Hechos de los
Apóstoles. ¿Cómo hacían los primeros cristianos para estar unidos a Jesús por la fe y
entre ellos?
La respuesta que nos da es la siguiente:
Todos se mantenían firmes en las enseñanzas de los apóstoles, compartían lo que tenían
y oraban y se reunían para partir el pan (Hch 2,42)
Este texto nos dice que los primeros cristianos tenían una forma muy concreta de vivir
la comunión con Jesús y entre ellos:
-participar en la enseñanza de los apóstoles
-compartir los bienes materiales
-celebrar la fracción del pan, o sea, el sacramento de la Eucaristía
-orar en común
A través de esos cauces mantenían su fe y su unión con Cristo, así vivían su vida
cristiana y transmitieron al mundo entero la fe en Cristo.
Son los cuatro pilares fundamentales sobre los que se asienta la vida cristiana. A lo
largo de la historia la Iglesia los ha mantenido como una referencia indispensable a la
hora de determinar cómo debe ser la vida de fe y comunión en ella.
Por eso, hoy, para ser testigos de Jesús, hoy nosotros tenemos que fundamentarnos en
ello.
Vamos a ver cómo podemos hacerlo nosotros del modo siguiente:
1º. Nos interrogamos sobre cómo es nuestra vivencia personal y comunitaria a la luz de
la vivencia de los primeros discípulos.
2º. Veremos un DVD con el testimonio de un misionero: cómo sigue siendo actual en
cualquier lugar o tiempo de la historia, ya que es Dios quien ha querido comunicarse a
nosotros de esta manera.
3º. Veremos cómo podemos ser nosotros testigos en el mundo de hoy ayudados con el
testimonio de algunos misioneros.
1
Desarrollo del taller misionero
Primera parte
Todos se mantenían firmes en las enseñanzas de los
apóstoles, compartían lo que tenían y oraban y se reunían
para partir el pan.
Hch 2,42
El sumo sacerdote y los del partido saduceo que estaban con él se llenaron de
envidia, y apresaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. Pero
un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel, los sacó y les dijo:
“Id, y puestos de pie en el templo contad al pueblo todo lo referente a esta
vida nueva.”
Conforme a estas palabras, al día siguiente entraron temprano en el templo y
comenzaron a enseñar.
Hch 5,17-20
Llamaron a los apóstoles, los azotaron y les prohibieron seguir hablando en el
nombre de Jesús. Después los soltaron. Los apóstoles salieron de la presencia
de las autoridades muy contentos, porque Dios los había considerado dignos
de sufrir injurias por causa del nombre de Jesús. Todos los días enseñaban y
anunciaban la buena noticia de Jesús el Mesías, lo mismo en el templo que
por las casas.
Hch 5,42-44
-Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la región de Judea y en
Jerusalén. Después lo mataron colgándolo de una cruz; pero Dios le resucitó al
tercer día e hizo que se nos apareciera a nosotros. No se apareció a todo el
pueblo, sino a nosotros, a quienes Dios había escogido de antemano como
testigos. Nosotros comimos y bebimos con él después que resucitó, y él nos
envió a anunciar al pueblo que Dios le ha puesto como Juez de vivos y
muertos. Todos los profetas habían hablado ya de Jesús y habían dicho que
quienes creen en él reciben por su mediación el perdón de los pecados.
Aún estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo vino sobre todos los que
escuchaban el mensaje.
Hch 10,42-45
Y yo, ¿qué pienso?
- ¿Qué me llama la atención de la actitud de los Apóstoles cuando predicaban
a Jesús?
- ¿Qué me aporta para yo dar testimonio de Jesús?
- ¿Y para mi comunidad cristiana?
2
Todos se mantenían firmes en las enseñanzas de los
apóstoles, compartían lo que tenían y oraban y se reunían
para partir el pan.
Hch 2,42
Todos los creyentes, que ya eran muchos, pensaban y sentían de la misma
manera. Ninguno decía que sus cosas fueran solo suyas, sino que eran de
todos. Los apóstoles seguían dando un poderoso testimonio de la resurrección
del Señor Jesús, y Dios los bendecía mucho a todos. No había entre ellos
ningún necesitado, porque quienes poseían terrenos o casas, los vendían, y el
dinero lo ponían a disposición de los apóstoles para repartirlo entre todos
según las necesidades de cada uno. Tal fue el caso de un levita llamado José,
natural de la isla de Chipre, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre
Bernabé (que significa: “Hijo de consolación”). Este hombre vendió un terreno
de su propiedad y puso el dinero a disposición de los apóstoles.
Hch 4,32-37
Por aquel tiempo, unos profetas fueron de Jerusalén a Antioquía. Uno de ellos
llamado Agabo, puesto en pie, anunció por inspiración del Espíritu que iba a
haber una gran hambre en todo el país, la cual, en efecto, sobrevino en
tiempos del emperador Claudio. Entonces los creyentes de Antioquía
decidieron enviar alguna ayuda a los hermanos que vivían en Judea, según lo
que cada uno pudiera dar. Así lo hicieron, y por medio de Bernabé y Saulo
mandaron una ofrenda a los ancianos de Judea
Hch 11,27-30
“No he deseado para mí mismo ni el dinero ni las ropas de nadie. Por el
contrario, bien sabéis que he trabajado con mis propias manos para conseguir
lo necesario para mí y para los que estaban conmigo. Siempre os he enseñado
que así se debe trabajar y ayudar a los que se encuentran en necesidad,
recordando aquellas palabras del Señor Jesús: ‘Hay más felicidad en dar que
en recibir.’ ”
Hch 20,4-35
Y yo, ¿qué pienso?
- ¿Qué resaltaría acerca de cómo vivía la primera comunidad cristiana?
- ¿Qué aporta para el modo de vida de nuestras comunidades cristianas
actuales?
- ¿Cómo puedo vivirlo yo hoy para ser testigo de Jesús?
3
Todos se mantenían firmes en las enseñanzas de los
apóstoles, compartían lo que tenían y oraban y se reunían
para partir el pan.
Hch 2,42
Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas y comían
juntos con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y eran estimados
por todos, y cada día añadía el Señor a la iglesia a los que iba llamando a la
salvación.
Hch 2,46-47
En la iglesia de Antioquía había profetas y maestros. Eran Bernabé, Simón (al
que también llamaban el Negro), Lucio de Cirene, Menahem (que se había
criado junto con Herodes, el que gobernó en Galilea) y Saulo. Un día,
mientras celebraban el culto al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo:
“Separadme a Bernabé y a Saulo para la tarea a la que los he llamado.”
Entonces, después de orar y ayunar, les impusieron las manos y los
despidieron.
Hch 13,1-3
El primer día de la semana nos reunimos para partir el pan, y Pablo estuvo
hablando a los creyentes. Como tenía que salir al día siguiente, prolongó su
discurso hasta la medianoche […] Luego Pablo partió el pan, comió y siguió
hablando hasta el amanecer. Entonces se fue.
Hch 20,7.11
Y yo, ¿qué pienso?
- ¿Qué papel me parece que juega la celebración de la Eucaristía en la vida de
la primitiva comunidad cristiana?
- ¿Cómo vivirlo hoy en nuestras comunidades cristianas?
- ¿Cómo me puede ayudar la participación en la Eucaristía para ser testigo de
Jesús?
4
Todos se mantenían firmes en las enseñanzas de los
apóstoles, compartían lo que tenían y oraban y se reunían
para partir el pan.
Hch 2,42
Una vez en libertad, Pedro y Juan fueron a reunirse con sus compañeros y les
contaron todo lo que los jefes de los sacerdotes y los ancianos les habían
dicho. Habiéndolo oído, oraron todos juntos a Dios diciendo: “[…] Señor,
fíjate en sus amenazas y concede a tus siervos que anuncien sin miedo tu
mensaje, que por tu poder sanen a los enfermos y que hagan señales y
milagros en el nombre de tu santo siervo Jesús.”
Cuando acabaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos. Todos
fueron llenos del Espíritu Santo y anunciaban abiertamente el mensaje de
Dios.
Hch 4,23-24.29-31
En la iglesia de Antioquía había profetas y maestros. Eran Bernabé, Simón (al
que también llamaban el Negro), Lucio de Cirene, Menahem (que se había
criado junto con Herodes, el que gobernó en Galilea) y Saulo. Un día,
mientras celebraban el culto al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo:
“Separadme a Bernabé y a Saulo para la tarea a la que los he llamado.”
Entonces, después de orar y ayunar, les impusieron las manos y los
despidieron.
Hch 13,1-3
Después de anunciar la buena noticia en Derbe, donde ganaron muchos
creyentes, volvieron a Listra, Iconio y Antioquía. En estos lugares animaron a
los creyentes, a quienes, recomendándoles que siguieran firmes en la fe, les
decían que para entrar en el reino de Dios hay que sufrir muchas aflicciones.
También nombraron ancianos en cada iglesia, y después de orar y ayunar los
encomendaron al Señor en quien habían creído.
Hch 14,21-23
Y yo, ¿qué pienso?
- ¿Qué importancia tiene la oración en la primera comunidad cristiana?
- ¿Cuál te parece que debe tener en nuestras comunidades de hoy en día?
- ¿Me parece importante para llegar yo a dar testimonio de Jesús?
5
Segunda parte
VIDEO-FORUM: “EL OBISPO DE LOS CAMINOS”
El libro de los Hechos de los Apóstoles, como hemos visto en la primera parte del taller
de una manera rápida, nos narra la historia de una serie de personajes fundamentales en
el primer momento de la historia de la Iglesia, la vida de la primera comunidad cristiana
y la expansión de la fe cristiana en ese tiempo.
Una figura de especial relieve que aparece en él es la de san Pablo. El Papa ha
inaugurado hace poco un año santo dedicado a san Pablo y el DOMUND de este año lo
propone como referencia para toda vocación misionera: “Como Pablo, misionero por
vocación”.
De él conocemos mucho tanto por este mismo libro como por sus propios escritos.
En este video-forum vamos a ver como la figura de san Pablo sigue siendo de actualidad
hoy, a través del testimonio audiovisual de un misionero español que hoy es obispo de
una diócesis en Argentina. Para preguntarnos todos juntos ¿cómo reproducir la vida y el
celo apostólico de san Pablo hoy?
El libro de los Hechos cuenta y el mismo Pablo narra en primera persona lo que hizo,
sus viajes, sus actitudes, sus dificultades y logros… Al leerlo a veces se tiene la
tentación de pensar que su protagonismo es excesivo; acusación contra la que él mismo
se rebela muchas veces. Otras veces -en una lectura superficial- aparece como orgulloso
o autoritario.
Para nosotros con tanta distancia de tiempo es muy difícil saber de forma precisa cuáles
eran el carácter y la personalidad de san Pablo. Tampoco son datos que nos importen
demasiado o nos aporten mucho, porque lo esencial no es la persona en sí misma, sino
lo que hizo y lo que nos dejó como legado. Además se puede decir que probablemente
san Pablo no se hubiera comportado como lo hizo -incluso a veces de forma tan difícil
de comprender- si no fuera por el celo evangelizador y misionero que tenía y que hace
que ocasionalmente parezca exagerado en su forma de actuar o en sus expresiones.
De la misma manera, ahora que vamos a ver un vídeo sobre un misionero, no es para
detenernos en los detalles concretos de la persona (que podría ser cualquier otra de los
más de 16.000 misioneros y misioneras españoles que hay por el mundo).
El misionero no es un héroe solitario, es un testigo del Evangelio. No se propone él
mismo como ejemplo por sus talentos, valores, capacidades, méritos o logros, sino que
es alguien que como san Pablo ha sido alcanzado por Cristo y deja trasparentar la obra
del Espíritu Santo en él, en sí mismo y en su labor apostólica. En este sentido, casi se
puede decir que el misionero es sólo un “pretexto” para hablar de Cristo y de la misión.
Al hilo del título del taller (“Seréis mis testigos”) vamos a centrarnos, de los muchos
aspectos en que podríamos fijarnos en:
- la llamada que recibe a dejar su patria,
- su forma de -en expresión de san Pablo- “hacerse todo a todos”
- las comunidades que forma.
6
VIDEO-FORUM: “EL OBISPO DE LOS CAMINOS”
Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado por él a ser apóstol y apartado para
anunciar el evangelio de Dios. (Rm 1,1)
¿En qué escenas veo reflejado qué significa la vocación misionera y lo
que implica?
Me he hecho igual a todos para de alguna manera poder salvar a algunos. Y
todo esto lo hago por causa del evangelio, para tener parte en él. (1 Co 9,2223)
¿En qué rasgos veo cómo el misionero se acerca a la gente, la acoge y
se adapta a su mundo para poder llevarles el Evangelio?
Siempre, al acordarme de vosotros, doy gracias a mi Dios; y cuando oro, pido
siempre con alegría por todos vosotros, que desde el primer día y hasta hoy os
habéis solidarizado con la causa del evangelio. Estoy seguro de que Dios, que
comenzó a hacer en vosotros su buena obra, la irá llevando a buen fin mientras
llega el día en que Jesucristo regrese. (Flp 1,3-6)
¿Cómo se preocupa el misionero de que la comunidad se afiance y se
desarrolle como una verdadera comunidad cristiana?
7
Tercera parte: “Vosotros daréis testimonio de mí”
Testimonios sobre cómo los jóvenes de hoy en día dan testimonio de Jesús en sus
ambientes (a veces duros a la fe) y en los países de misión.
Modo de proceder:
1. Si son muchos, un rápido panel de testimonios con diversos aspectos.
2. Si se pueden dividir en grupos, trabajo en grupos pequeños sobre diversos aspectos:
colaboración misionera, en mundo juvenil de la universidad o el trabajo, las
asociaciones cristianas juveniles… se les puede dar algo de documentación o que
expliquen lo que conocen.
8
Descargar