Efectos del cambio climático en los recursos hídricos de México

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Número 7, noviembre de 2007
Efectos del cambio climático en los recursos hídricos de México
•El cambio climático incidirá en la demanda de agua, sobre todo la de los
ecosistemas y la de la agricultura; en la calidad del agua; en los ríos y, con
mayor intensidad, en los lagos y humedales, así como en la salud
El Instituto Mexicano de Tecnología del Agua publicó en fecha
reciente el libro Efectos del cambio climático en los recursos hídricos
de México, cuyo autor es el Dr. Polioptro Martínez Austria, Director
General del propio Instituto. Este texto, documentado en una sólida
información técnica, nos va presentando en forma sencilla y clara
la realidad de las condiciones climatológicas que prevalecen hoy
día en el planeta y particularmente en México, y su relación con el
valioso recurso agua y la manera en que impactará nuestro entorno,
de acuerdo con los diferentes escenarios de cambio climático a
futuro, desarrollados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio
Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) y que son, también, materia
de esta publicación.
No obstante la exposición en estas páginas de una contundente
cantidad de evidencias sobre la presencia y consecuencias del cambio
climático en los recursos hídricos del mundo y de México, el doctor
Martínez Austria comenta que no existe un texto que resuma el
conocimiento actual de efectos, vulnerabilidad y adaptación de los
recursos hídricos y su gestión. El presente documento tiene como
propósito ayudar a subsanar esta carencia y, de este modo, acercar
la información que necesitan los constructores de políticas públicas
y tomadores de decisiones para la planeación de medio plazo.
Por lo pronto, subraya el autor, existe la necesidad de llevar a cabo
estudios detallados susceptibles de aplicarse en las zonas de nuestro
país que aquí se evidencian como más vulnerables al cambio climático
y urge, también, a realizar estudios regionales que mitiguen la
incertidumbre en los pronósticos, localizar los efectos, definir las
medidas de adaptación y priorizar su aplicación. Para concluir, el
doctor Martínez Austria apunta que es necesario desarrollar una
estrategia específica para el agua en el Programa Especial de Acción
Climática. A continuación presentamos algunos de los principales
aspectos tratados en el libro.
El calentamiento global
El calentamiento global, un hecho irrefutable, no es otra cosa que
el aumento de la temperatura en la atmósfera, provocado por el
fenómeno conocido como efecto invernadero, mismo que se debe
a la presencia en la atmósfera de gases que retienen la radiación
de onda larga que emite la Tierra al disipar el calor recibido del Sol.
Como se puede apreciar en la Figura 1, una parte del total de la
radiación que llega a la Tierra procedente del Sol (~343 W/m2) es
inmediatamente reflejada al espacio exterior (~103 W/m2), otra es
absorbida por la Tierra (~240 W/m2) que se calienta y reemite algo
de esta energía en forma de radiaciones de frecuencia infrarroja. No
obstante, antes de alcanzar el espacio exterior, una porción de esta
Figura 1. Es ampliamente reconocido que las emisiones de gases de invernadero
influenciadas por el hombre tienen el potencial de alterar el clima terrestre.
Figura 2. El número de huracanes de gran intensidad que se produjo en el Atlántico norte
en 2004 es una evidencia del incremento en la frecuencia de avenidas e inundaciones en
algunas regiones del mundo.
radiación es capturada por algunos gases en la atmósfera, cuyas capas
bajas, o troposfera, se calientan mediante este proceso, aumentando
la temperatura planetaria.
en combustibles fósiles (A1FI), con fuentes alternas de energía (A1T),
y con un balance entre diferentes fuentes de energía (A1B). Este
último escenario es uno de los más utilizados en las simulaciones,
pues se le considera entre los más probables.
Los gases que retienen el calor en la atmósfera, conocidos como
gases de invernadero, son, entre los más importantes, el bióxido
de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y los
clorofluorocarburos (CFC). Estos gases, excepto los últimos, existen
de manera natural en la atmósfera y son los responsables, en buena
medida, de crear condiciones para la vida en nuestro planeta.
No obstante, aun pequeñas variaciones en su cantidad pueden
incrementar de manera sensible la temperatura atmosférica, con las
consecuencias que ello implica.
De entre los gases de invernadero el CO2 es el más abundante y la
principal causa del calentamiento global de origen antropogénico,
es decir, el producido por las modernas actividades humanas que lo
liberan a la atmósfera mediante la quema de combustibles fósiles.
En la era preindustrial la concentración de CO2 era de 280 ppm; en
2005 alcanzó las 379 ppm y, desafortunadamente, en nuestros días
continúa en aumento.
Escenarios de cambio climático
En 1996, el IPCC inició el desarrollo de nuevos escenarios de emisiones,
para actualizar los preparados en 1992, conocidos como Escenarios
IS92. Como resultado de este trabajo se construyeron cuatro familias
de escenarios, cada una de ellas fundamentada en una descripción de
las condiciones en las que posiblemente se encuentre el mundo en un
futuro. Estos nuevos escenarios son conocidos en términos genéricos
como Escenarios IE-EE.
La familia A1 describe un mundo caracterizado por un rápido
crecimiento económico, una población mundial que alcanza su
máximo a mediados del presente siglo, empieza a declinar a partir
de entonces y adopta tecnologías más eficientes. Esta familia de
escenarios se subdivide conforme a las tecnologías a usar: intensiva
La familia A2 se refiere a un mundo venidero caracterizado por un
incremento continuo de la población, aunque con un crecimiento
económico mucho menor que en los escenarios A1. Los escenarios
A2 son pesimistas en cuanto a que se mantiene un elevado aumento
de las emisiones de gases de invernadero, en particular de bióxido
de carbono.
La familia B1 describe un mañana en el que la población, como en los
escenarios A1, alcanza su máximo a mediados del siglo XXI, con un
crecimiento económico acelerado, pero orientado a los servicios y las
tecnologías de la información, con un uso menor de materias primas
y con un aprovechamiento sustentable de los recursos, pero aún sin
adoptar medidas específicas respecto del clima.
La familia B2 describe un porvenir en el que se toman medidas
locales y regionales para la protección del medio ambiente, con un
crecimiento de la población menor que en los escenarios A1 y B1.
Este escenario se percibe muy optimista, tal como se han observado
las tendencias hasta ahora.
Efectos del cambio climático en los recursos hídricos
El cambio climático incidirá en la demanda de agua, sobre todo la de
los ecosistemas y la de la agricultura que es, actualmente, el principal
usuario en el mundo. También se observarán cambios en la calidad
del agua en los ríos y, con mayor intensidad, en los lagos, humedales
y ecosistemas costeros.
Puesto que el agua es el motor de la vida, es de esperarse que los
cambios en el ciclo hidrológico produzcan a su vez modificaciones de
consideración en los ecosistemas y en la salud.
La magnitud de estos cambios a escala regional, conviene asentarlo
desde ahora, es objeto aún de controversia, debido a la falta de datos
y modelos apropiados y que los actuales carecen de la suficiente
calibración.
Es necesario anotar también que los recursos hídricos están ya sujetos
a grandes presiones debido, fundamentalmente, al crecimiento
poblacional; al desarrollo social y económico que genera mayores
demandas, sobre todo de uso industrial y de servicios; y a los
cambios en el uso del suelo y alteraciones en las zonas de captación
de las cuencas, ocasionados principalmente por la deforestación y la
erosión. A estos efectos hay que añadir la incapacidad institucional
en amplias zonas del planeta para lograr una razonable gobernabilidad
del recurso hídrico. Por todo ello, los probables efectos del cambio
climático serán un ingrediente más que dificultará, de manera
definitiva en muchos casos, el uso sustentable del agua.
Efectos en los recursos hídricos de México
Las diversas estimaciones coinciden en incrementos en la
temperatura, hacia finales del siguiente siglo, de 3 a 4 °C, lo
cual ocasionará alteraciones en la precipitación, principalmente en
el norte del país, donde se espera una menor frecuencia de lluvias
en promedio, sequías más recurrentes e intensas y una disminución
en el escurrimiento, que en algunas regiones será cercano al 20% al
final del siglo XXI.
Al incrementarse los requerimientos de agua, en especial en la
agricultura, la demanda aumentará, lo que, junto con la menor
disponibilidad natural, configura un escenario de creciente escasez.
Al disminuir la precipitación promedio en el sureste, también se
prevén menores volúmenes disponibles para generación de energía.
Por otra parte, se pronostica que las tormentas tropicales aumenten
su intensidad, no así su frecuencia. Se observarán más huracanes de
categorías cuatro y cinco con precipitaciones más intensas.
El incremento del nivel del mar en las costas de México propiciará
la vulnerabilidad de algunas regiones a las inundaciones, pues se
disminuye la capacidad de descarga de los cauces. Son previsibles
mayores riesgos, en especial en las desembocaduras del río Grijalva
en Tabasco, y de los ríos de Coatzacoalcos y Pánuco, en Veracruz.
El cambio en la elevación de los océanos, intensidad y patrones de
oleaje y corrientes litorales, podría ocasionar alteraciones notables
en los procesos de erosión-sedimentación en las zonas costeras, lo
que tendría efectos ambientales de consideración en manglares y
lagunas litorales.
Se espera que el incremento del nivel del mar afectará también la
salinización de los acuíferos costeros.
En las regiones áridas, es previsible una mayor frecuencia de sequías
más intensas. Deberá prestarse especial atención a las cuencas de los
ríos en la región norte, en especial en la del Bravo.
En México, la gestión del agua presenta ya retos de enorme
envergadura. Se trata de un país con un gran contraste de climas:
mientras en el norte prevalecen los ambientes secos o muy secos,
sujetos a sequías recurrentes, en el sur son húmedos con tormentas
tropicales e inundaciones frecuentes. La precipitación media, de
alrededor de 771 mm anuales es, como muchos promedios, un valor
engañoso, pues mientras en las regiones sur, costeras y centro
se registran valores de 2 000 mm anuales, en el noroeste sólo se
precipitan apenas 250 mm y en el noreste se apuntan escasos 500
mm anuales. En un contraste que es bien conocido, la mayor parte
de la población, con el consecuente desarrollo económico, se asienta
en las regiones donde se dispone de menos agua.
En México, la disponibilidad ha venido disminuyendo debido al
desarrollo económico y, principalmente, al crecimiento demográfico.
Así, la disponibilidad per cápita pasará de 11 500 m3/hab/año en
1955 a 3 500 en el año 2025, lo que generará una mayor escasez en
las zonas áridas y semiáridas.
Aun sin cambio climático, la gestión de los recursos hídricos en México
se complicará en los próximos años como resultado del crecimiento
demográfico y del desarrollo económico, que típicamente incrementa
el consumo per cápita.
Como puede apreciarse, el crecimiento demográfico, por sí solo,
ocasionará una disminución de tal magnitud en la disponibilidad,
que las regiones de la península de Baja California y del río Bravo
cambiarán su clasificación de muy baja a extremadamente baja, lo
que significa una disponibilidad por habitante inferior a mil metros
cúbicos anuales.
El cambio es de una dimensión tan grande en una zona que padecerá
escasez severa, que debe ser incluido en los ejercicios de planeación
de largo plazo. Es necesario que los administradores de recursos
hidráulicos, y sobre todo los responsables de las políticas públicas en
el sector, tengan en cuenta los escenarios de cambio climático, de lo
contrario podrían establecer estrategias de alcance insuficiente para
adaptar los sistemas hídricos a la situación prevista con base en los
estudios realizados.
Por otra parte, cabe señalar que no se ha estudiado el efecto del
cambio climático en la calidad del agua, en particular en lagos y
otros cuerpos de agua superficial, que se sabe se verán afectados
negativamente pero en una magnitud desconocida.
La gestión del agua en el futuro, ya complicada por el crecimiento
demográfico y económico en zonas de escasez natural, propondrá
retos aún mayores como consecuencia del cambio climático. Es
urgente que se realicen estudios regionales para eliminar en lo posible
la incertidumbre en los pronósticos, localizar los efectos, definir
las medidas de adaptación y priorizar su aplicación en las regiones
más sensibles a los efectos del cambio climático. Será necesaria una
estrategia específica para el agua en el Programa Nacional de Acción
Climática.
Esta publicación puede adquirirse en el Instituto Mexicano de
Tecnología del Agua, www.imta.gob.mx.
Número 7, noviembre de 2007
Nueva tecnología sustentable para tratar las aguas residuales
Gabriela Moeller
Se sabe, y es aceptado oficialmente, que en México la capacidad
instalada de los sistemas de tratamiento es muy baja con respecto al
volumen de aguas residuales que se generan. Sin embargo, la falta
de sistemas no es el único problema al respecto. Otro es la elección
adecuada de la tecnología de tratamiento a utilizar, ya que su
operación suele ser complicada, y mantenerlas puede tener un alto
costo. Muchas de las plantas en servicio no funcionan adecuadamente,
ya sea por falta de personal calificado o por falta de presupuesto para
su operación, lo cual genera efluentes de mala calidad. Un problema
más, que se repite frecuentemente, es la ausencia de drenajes y el
uso de barrancas y ríos para evacuar las aguas residuales. En muchas
zonas, la topografía, el tipo de suelo y el crecimiento no planeado
de las zonas urbanas hace casi imposible la instalación de una red
de drenaje de aguas residuales (separada del drenaje pluvial) que las
conduzca a una planta de tratamiento.
Figura 1. Biofiltro.
Esta problemática no es diferente en el estado de Morelos, y lo
dicho hasta aquí puede considerarse como una fotografía de lo que
sucede en el estado. Ante tal perspectiva, en el Instituto Mexicano
de Tecnología del Agua (IMTA) se ha venido trabajando en diferentes
alternativas. Una de éstas es la biofiltración sobre materiales
orgánicos, tecnología de punta desarrollada principalmente en Canadá
por el Centro de Investigaciones Industriales de Quebec (CRIQ), y
que recientemente ha comenzado a entrar en los Estados Unidos de
América y algunos países de Europa. Se trata de sistemas de filtración
del agua residual que utilizan como material de empaque elementos
orgánicos como maderas y fibras leñosas, mismos que actúan como
una resina natural capaz de fijar ciertas sustancias contaminantes y
de favorecer la implantación de ciertos microorganismos capaces de
degradarlos.
En Canadá, esta tecnología se usa a escala industrial desde 1998 para
tratar diferentes tipos de aguas residuales: sanitarias y municipales;
de la industria agroalimentaria en un rastro avícola, y en granjas
porcinas y vacunas. Para cada caso se hace un diseño específico
(traje a la medida), tomando en cuenta la contaminación del agua
y los parámetros de descarga de las normas. En todos los casos se
remueven eficientemente la materia orgánica (DBO5), los sólidos
suspendidos totales (SST), las grasas y aceites (G y A), el nitrógeno
(NT) y ciertos microorganismos y otros indicadores de patogenicidad
(coliformes fecales, totales y huevos de helmintos).
Esta tecnología presenta notables ventajas, como son:
1. Bajo consumo de energía eléctrica, la cual representa el mayor
gasto en una planta de tratamiento mecanizada, como lo es el
sistema convencional de lodos activados.
2. Operación y mantenimiento de rutina muy simples y con poca
demanda de tiempo para su atención, dado lo cual puede ser
atendida por los mismos usuarios del sistema o por una persona
sin conocimientos especiales, y
3. Área reducida, en contraste con otros sistemas no convencionales
de bajo costo, como los humedales o las lagunas de estabilización
(los biofiltros ocupan el 25% del espacio).
En México, el IMTA ha trabajado de manera conjunta con el
CRIQ para adaptar e impulsar la implementación de esta nueva
tecnología, buscando los materiales orgánicos de la región que
sirvan de empaque o medio filtrante y ajustando los parámetros
de diseño y operación a las condiciones ambientales de zonas
cálidas. El trabajo del IMTA ha permitido demostrar que las aguas
residuales municipales tratadas por biofiltración sobre materiales
tropicales tienen una calidad que cumple ampliamente con los
límites de descarga de la norma NOM-001-SEMARNAT-1996;
cumplen, incluso, con los límites más exigentes permitidos para
las descargas en ríos y cuerpos de agua con protección para la vida
acuática, o los exigidos para el reúso del agua para riego de jardines
y áreas verdes. Recientemente, el IMTA llevó a cabo la instalación
de un primer sistema de biofiltración para el tratamiento de
aguas residuales sanitarias en las instalaciones de la Secundaria
Federal No. 2 “Francisco Bocanegra”, de Cuernavaca, Morelos. Este
proyecto forma parte medular del Programa de Saneamiento y
Recuperación de la Barranca del Río Tembembe (afluente, éste, del
río Apatlaco), que coordina el Centro Regional de Investigaciones
Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de
México. Para la construcción e instalación del sistema, el Patronato
de San Antón participó junto con las instituciones involucradas. La
planta de biofiltración se djiseñó y construyó para dar servicio a
una población estudiantil de 1 300 usuarios, con una capacidad de
0.25 L/s. Este sistema ya se encuentra en operación.
Actualmente se planea construir un sistema igual para tratar aguas
residuales domésticas en la comunidad indígena de Cuentepec,
municipio de Temixco; este último tendría una capacidad de 1.5
litros por segundo.
Número 7, noviembre de 2007
Tabasco, el drama del agua
Por José Luis Martínez Ruiz
El entorno
Tabasco mantiene una intensa hidrodinámica natural, entre la
que resalta la prolífica biodiversidad de sus diversos ecosistemas,
manifiestos en sus lagunas, esteros, ríos, albuferas, pantanos, selvas,
serranías y costa. Es relevante considerar que el escurrimiento
promedio que ocurre en la región hidrológica Grijalva-Usumacinta
representa la tercera parte del total del que el país dispone. Dicha
realidad acuífera se expresa en las caudalosas avenidas fluviales y en
los múltiples cuerpos de agua del estado, mismos que cubren el 25%
de los 25 267 kilómetros cuadrados de su superficie territorial.
Por su alta precipitación, cuyo promedio anual es de 2 750 mm, pero
que en el municipio de Teapa puede alcanzar hasta los 4 550 mm
(CNA/INEGI, periodo 1961-2003) en Tabasco existe una intricada red
de cuerpos hídricos en continua transformación, la cual cada año
provoca crecientes sobre todo en la partes bajas de la planicie, o sea
la mayor parte de la entidad. Para completar este panorama, hay que
recordar que Tabasco tiene un litoral costero de 183.86 kilómetros.
Debido a ello se tiene un flujo variable entre el agua dulce y la
marina, que hace que en el periodo de secas el agua del mar invada
las zonas costeras y que en época de precipitación pluvial (mayoenero) domine el agua dulce, propiciando que la biodiversidad de los
ecosistemas se enriquezca.
Los cauces fluviales pueden alterarse de manera natural, pero
también son susceptibles de modificación antropogénica. A partir
de la segunda mitad del siglo XX se inicia en Tabasco una política
hidráulica orientada al aprovechamiento productivo y al control de sus
recursos hídricos. Con ese propósito se hicieron, fundamentalmente,
obras para el control de inundaciones, drenaje y desagüe en la
región del bajo Grijalva, a cargo precisamente de la Comisión del Río
Grijalva. Esto dio origen a proyectos de desarrollo agrícola, conocidos
como el Plan Chontalpa y, en la región del río Usumacinta, el Plan
Balancan-Tenosique. Independientemente de las limitaciones, logros
o fracasos obtenidos por estos planes, es relevante señalar que tales
obras hidráulicas han alterado la hidrodinámica fluvial de Tabaso.
La población de Villahermosa afrontó la amenaza del río organizándose para oponer a su
fuerza la tradicional barrera de sacos de arena. (Foto: José Luis Martínez.)
También hay que apuntar que el crecimiento urbano no siempre ha
tomado en cuenta el impacto hidrológico que pueden ocasionar las
construcciones, y que lo mismo ha ocurrido con la infraestructura
petrolera. También son de considerarse los asentamientos irregulares
en zonas bajas, que históricamente son susceptibles de sufrir
inundaciones, como en algunas colonias periurbanas de la ciudad de
Villahermosa cercanas a los márgenes de los ríos Grijalva y Carrizal.
No debe olvidarse, además, que durante los siglos XIX y XX, debido
a una intensa explotación de las maderas preciosas, como el cedro y
la caoba, y con el avance de la ganadería extensiva en los años 40,
Tabasco vio reducida la mayor parte de su selva original. Hacia la
década de los 80 se contaba con tan sólo el 7 % de aquella superficie.
(Campos 1982:171). A esto hay que sumar la construcción de cuatro
presas hidroeléctricas que controlan al río Grijalva, cuyo nombre en
Chiapas es Mezcalapa: Angostura, Chicoasén, Mal Paso y Peñitas.
Su operación hidráulica, en especial la de la última, repercute en
los niveles de los ríos y lagunas del estado de Tabasco. Ello implica
Una de las primeras ayudas gubernamentales fue la presencia del Ejército Mexicano, que
colaboró tanto en el levantamiento de los bordos de arena como, después, en el rescate de
damnificados. (Foto: José Luis Martínez.)
una alta responsabilidad técnica, ambiental, económica y social en
el manejo del agua.
Sumado a las precipitaciones anteriores, que ya habían ocasionado
que varios poblados estuvieran afectados por inundaciones, el 28 de
octubre del presente año entró en Tabasco el frente frío numero 5.
Éste sería el inicio de un nuevo temporal que caería sobre la cuenca
dominada por los caudalosos ríos del Usumacinta y el Grijalva. Para
ese entonces, la Conagua ya había comunicado a las autoridades
del gobierno de Tabasco el estado de alerta ante el mal tiempo por
venir. El Plan DN-III, que el Ejercito Mexicano lleva a efecto para
atender este tipo de urgencias, estaba ya operando. Por otra parte,
el gobierno del estado, a través de los medios masivos y grupales de
comunicación, había alertado a la población en riesgo de inundarse
para que desalojaran sus casas. De hecho, el río de la Sierra se había ya
desbordado y varios poblados se habían “ido a pique”. Los principales
periódicos locales mencionaban que la gente estaba con el agua a
las rodillas. Se informaba de las localidades más afectadas por el
río de la Sierra: los poblados del Monal, Gaviotas Sur, Torno Largo
Primera y Estanzuela, entre otras más (Tabasco Hoy, 28-10-2007).
En la comunidad Monte Grande, municipio de Jonuta, 150 familias
tuvieron que abandonar sus casas e irse a un albergue a causa del
crecimiento del río Tepetitán (Tabasco Hoy, 28-10-2007).
Es en este contexto que se da la inundación más catastrófica de que
se tenga noticia en la historia de Tabasco.
Recuento
El cielo se cubre de nimbus, el mar, removido de arriba abajo, levanta
sus olas encrespadas a espantosa altura; las nubes pasan velozmente,
abandonando parte de sus vapores sobre la llanura selvática de Tabasco y
van a resolverse por completo en copiosa y no interrumpida lluvia, en los
flancos de las montañas, expuestos a la acción directa del viento, y cuya
atmósfera se mantiene en el punto de rocío; los ríos, no pudiendo el gran
volumen contener del agua salen por las puertas de los valles, salen de
madre, e inundan el llano tabasqueño...
Ing. José N. Rovirosa.
La Procuraduría Federal de Proteción Ambiental estuvo presente entregando a los
damnificados diversos aprovisionamientos. (Foto: José Luis Martínez.)
Finalmente, después de 3 días de lluvia intensa y el desfogue de la presa Peñitas, el cauce
sobrepasó el muro de arena levantado por la población (en el extremo izquierdo de la
imagen), e inundó toda la ciudad. (Foto: Jose Luis Martínez.)
El desastre hídrico apenas estaba comenzando. Era domingo cuando
volvieron a arreciar las lluvias. El lunes y el martes, las precipitaciones
continuaron. El norte, como la gente del sureste conoce a estos
fenómenos climatológicos, no cedía; especialmente en el alto Grijalva,
donde se ubica el ya mencionado complejo hidráulico de cuatro
presas hidroeléctricas. Para el miércoles 31 de octubre, los caudales
de los principales ríos de Tabasco estaban por encima de sus niveles
críticos. En numerosas zonas ya se presentaban desbordamientos.
Tierras y poblados empezaron a inundarse, incluidas importantes
calles del centro de la capital, no obstante la muralla de costales
levantada en el malecón Carlos A. Madrazo, que fue vencida por la
fuerza del agua anegando el mercado Pino Suárez, principal centro
de abasto popular de la ciudad. Ya para ese momento, el Gobierno
del estado y la Federación habían desplegado por todo el territorio
tabasqueño sus programas de urgencia.
Para culminar este drama del agua, el jueves todo el malecón
había sido vencido y las principales calles del Centro Histórico se
convirtieron en avenidas de agua, alcanzando ésta en algunos sitios
más de dos metros de profundidad. Del otro lado del Grijalva, el
panorama era desolador: el agua llegó hasta los techos de las
viviendas y cientos de familias quedaron atrapadas. Para el jueves por
la mañana todo era devastación y dolor. Más del 70% del territorio
anegado; más de un millón de damnificados; el centro histórico de la
capital, colonias enteras y fraccionamientos inundados; colapsada la
base productiva agropecuaria; severas afectaciones millonarias a los
sectores comercial y de servicios.
La suma de factores
El agua, con el agua al cuello...
Campesino de Tabasco.
Llueve lejos, por la sierra.
Llueve a tambor y clarín.
Toro del agua, festín
Corre por toda la tierra.
Carlos Pellicer.
Tabasco siempre ha sufrido inundaciones, pero ninguna había sido
tan devastadora como la ocurrida en estos últimos días. Entre los
principales factores que sumados determinaron esta tragedia, se han
identificado los siguientes: efectos del cambio climático; azolve de
los cauces de los principales ríos, agravado por la deforestación de
la selva tropical, y precipitaciones intensas en el Alto Grijalva, que
rebasaron la capacidad de retención de la presa Peñitas. Esto originó
la necesidad de desfogarla a partir del 27 de octubre, alcanzando
un flujo de hasta 2 000 metros cúbicos por segundo, los cuales se
fueron reduciendo progresivamente en la medida en que la presa
misma podía ser operada con los márgenes necesarios de seguridad
técnica. Otros factores fueron los bordos, que no resistieron el
embate de los torrentes; el tapón ocasionado por la marea alta
en la desembocadura del Grijalva, que no permitió una salida más
rápida de las aguas hacia el Golfo de México por la Barra de Frontera;
desecación de pantanos y urbanización en zonas que tenían función
de vasos reguladores; infraestructura de Pemex que ha afectado
negativamente los flujos hidrológicos; asentamientos irregulares
en tierras bajas, que por lo general se inundan en temporada de
lluvias; falta de un Plan Hidráulico; carencia de un programa social
de prevención de inundaciones, y falta de inversión en estudios
hidrológicos y de obras hidráulicas. La confluencia de estos factores
sociales, climatológicos, políticos, ambientales y técnicos, provocó
que al desfogarse la presa Peñitas subieran aceleradamente los
El IMTA puso en marcha diez plantas de tratamiento de aguas residuales enviadas por la
Fundación Gonzalo Río Arronte y dio asesoramiento a la Conagua local para su operación.
(Foto: José Luis Martínez.)
niveles críticos de los ríos, principalmente el Carrizal, Samaria,
Mezcalapa, La Sierra y Grijalva, entre los principales que provocaron
el devastador efecto al salirse de sus cauces.
Al momento de escribir estas líneas, miles de familias padecen
hambre y sed, se encuentran sin hogar y sufren los estragos de
la creciente. Muchos de estos tabasqueños, según sus opiniones
grabadas in situ, piensan que la situación hubiera podido evitarse de
haberse implementado a fondo el Plan Hidráulico delineado en años
anteriores por los expertos en la materia.
De nueva cuenta, si en el programa de reconstrucción no se toman
en su justa dimensión los factores antes citados, a la vuelta de unos
años volverán a ser victimas de un desastre igual o peor que el
de ahora. Es urgente diseñar y aplicar, para la cuenca UsumacintaGrijalva, un plan hidráulico adecuado a la problemática actual. Los
mexicanos hemos contraído un deuda humanitaria por el drama del
agua que ha sufrido Tabasco, y no olvidemos que Chiapas también
ha sido afectada. Estamos, por ello, obligados a solventarla moral,
económica y técnicamente.
Hemerografía y referencias
Periódico, Tabasco Hoy, 28-10-2007.
Notas de campo y registros audiovisuales tomados en el municipio
del Centro, del 31 de octubre al 4 de noviembre de 2007.
Número 7, noviembre de 2007
Reunión del PHI
Alberto Güitrón de los Reyes y Daniel Murillo Licea
El 31 de octubre se llevó a efecto, en las instalaciones del IMTA,
la segunda reunión del Comité Nacional Mexicano del Programa
Hidrológico Internacional (CoNaMexPHI), mismo que encabeza la
UNESCO. En esta reunión se revisaron los avances de proyectos
desarrollados hasta 2007 y se presentaron los que se desarrollarán
durante el bienio 2008-2009, como parte de la séptima fase del
PHI, denominada “Dependencia de los recursos hídricos. Sistemas
sometidos a estrés y respuestas sociales”.
Las líneas más importantes de esta fase son:
1. Adaptación a efectos de cambios mundiales en cuencas fluviales
y sistemas acuíferos.
2. Mejoramiento de la gestión de los recursos hídricos, con miras
a la sustentabilidad.
3. Ecohidrología para la sustentabilidad.
4. Agua y sistemas de sustentación de la vida.
5. Educación relativa al agua para el desarrollo sostenible.
En este marco se presentaron avances en los diversos programas
globales y grupos de trabajo en los que tiene actividad el CoNaMexPHI.
Entre ellos están la conclusión del Mapa de zonas áridas de México;
la traducción al inglés del Manual de Balance Hídrico formulado por
México y dirigido a los países del Caribe de habla inglesa, y el próximo
Taller sobre Vulnerabilidad y Gestión de Riesgos en Avenidas, dentro
de la Iniciativa Internacional de Avenidas (IFI), a cargo de Alfonso
Gutiérrez, del IMTA, quien funge como coordinador regional del
programa. Respecto al área social, para 2008 se plantea continuar
con la elaboración del Atlas de Culturas del Agua para América Latina y El
Caribe, a través de la elaboración de fichas de pueblos indígenas, y la
organización de un encuentro de expertos sobre el mismo tema. En
la primera fase del Atlas, desarrollada en 2007, se llevó a efecto un
taller y se elaboraron 22 fichas de culturas indígenas en México, a la
vez que las Memorias correspondientes. Para 2008 también se planteó
el cruce entre los programas de la UNESCO relativos a Cultura y las
acciones emprendidas por el IMTA, el PNUD y la Red de Género y Medio
Ambiente, en relación con la Agenda Azul de las Mujeres. También
se planteó la utilización y promoción del Manual de Construcción
de Consensos en Cuencas Hidrográficas producido por el IMTA. De otra
parte, se continuarán las gestiones para la aprobación de la cátedra
UNESCO que lleva por título “El agua en la sociedad del conocimiento”,
iniciativa presentada por el IMTA a las instancias de esa organización.
Se presentaron, asimismo, proyectos de diversos talleres para otros
programas del PHI, así como las oportunidades de educación que se
ofrecen a través del Instituto de Educación en Hidrología, a cargo del
doctor Javier Aparicio Mijares, Coordinador de Hidrología del IMTA y
miembro de la Junta de Gobierno de aquel Instituto.
Número 7, noviembre de 2007
Directorio
Secretaría
Naturales
de
Medio
Ambiente
y
Recursos
M. A. S. Marco Antonio Sánchez Izquierdo
Gaceta del IMTA
Secretario:
Ing. Juan Rafael Elvira Quesada.
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Gaceta del IMTA. Aparece el primer lunes de cada mes. Es una publicación de la Subcoordinación de Vinculación, Comercialización
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