Número 7, noviembre de 2007 Efectos del cambio climático en los recursos hídricos de México •El cambio climático incidirá en la demanda de agua, sobre todo la de los ecosistemas y la de la agricultura; en la calidad del agua; en los ríos y, con mayor intensidad, en los lagos y humedales, así como en la salud El Instituto Mexicano de Tecnología del Agua publicó en fecha reciente el libro Efectos del cambio climático en los recursos hídricos de México, cuyo autor es el Dr. Polioptro Martínez Austria, Director General del propio Instituto. Este texto, documentado en una sólida información técnica, nos va presentando en forma sencilla y clara la realidad de las condiciones climatológicas que prevalecen hoy día en el planeta y particularmente en México, y su relación con el valioso recurso agua y la manera en que impactará nuestro entorno, de acuerdo con los diferentes escenarios de cambio climático a futuro, desarrollados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) y que son, también, materia de esta publicación. No obstante la exposición en estas páginas de una contundente cantidad de evidencias sobre la presencia y consecuencias del cambio climático en los recursos hídricos del mundo y de México, el doctor Martínez Austria comenta que no existe un texto que resuma el conocimiento actual de efectos, vulnerabilidad y adaptación de los recursos hídricos y su gestión. El presente documento tiene como propósito ayudar a subsanar esta carencia y, de este modo, acercar la información que necesitan los constructores de políticas públicas y tomadores de decisiones para la planeación de medio plazo. Por lo pronto, subraya el autor, existe la necesidad de llevar a cabo estudios detallados susceptibles de aplicarse en las zonas de nuestro país que aquí se evidencian como más vulnerables al cambio climático y urge, también, a realizar estudios regionales que mitiguen la incertidumbre en los pronósticos, localizar los efectos, definir las medidas de adaptación y priorizar su aplicación. Para concluir, el doctor Martínez Austria apunta que es necesario desarrollar una estrategia específica para el agua en el Programa Especial de Acción Climática. A continuación presentamos algunos de los principales aspectos tratados en el libro. El calentamiento global El calentamiento global, un hecho irrefutable, no es otra cosa que el aumento de la temperatura en la atmósfera, provocado por el fenómeno conocido como efecto invernadero, mismo que se debe a la presencia en la atmósfera de gases que retienen la radiación de onda larga que emite la Tierra al disipar el calor recibido del Sol. Como se puede apreciar en la Figura 1, una parte del total de la radiación que llega a la Tierra procedente del Sol (~343 W/m2) es inmediatamente reflejada al espacio exterior (~103 W/m2), otra es absorbida por la Tierra (~240 W/m2) que se calienta y reemite algo de esta energía en forma de radiaciones de frecuencia infrarroja. No obstante, antes de alcanzar el espacio exterior, una porción de esta Figura 1. Es ampliamente reconocido que las emisiones de gases de invernadero influenciadas por el hombre tienen el potencial de alterar el clima terrestre. Figura 2. El número de huracanes de gran intensidad que se produjo en el Atlántico norte en 2004 es una evidencia del incremento en la frecuencia de avenidas e inundaciones en algunas regiones del mundo. radiación es capturada por algunos gases en la atmósfera, cuyas capas bajas, o troposfera, se calientan mediante este proceso, aumentando la temperatura planetaria. en combustibles fósiles (A1FI), con fuentes alternas de energía (A1T), y con un balance entre diferentes fuentes de energía (A1B). Este último escenario es uno de los más utilizados en las simulaciones, pues se le considera entre los más probables. Los gases que retienen el calor en la atmósfera, conocidos como gases de invernadero, son, entre los más importantes, el bióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y los clorofluorocarburos (CFC). Estos gases, excepto los últimos, existen de manera natural en la atmósfera y son los responsables, en buena medida, de crear condiciones para la vida en nuestro planeta. No obstante, aun pequeñas variaciones en su cantidad pueden incrementar de manera sensible la temperatura atmosférica, con las consecuencias que ello implica. De entre los gases de invernadero el CO2 es el más abundante y la principal causa del calentamiento global de origen antropogénico, es decir, el producido por las modernas actividades humanas que lo liberan a la atmósfera mediante la quema de combustibles fósiles. En la era preindustrial la concentración de CO2 era de 280 ppm; en 2005 alcanzó las 379 ppm y, desafortunadamente, en nuestros días continúa en aumento. Escenarios de cambio climático En 1996, el IPCC inició el desarrollo de nuevos escenarios de emisiones, para actualizar los preparados en 1992, conocidos como Escenarios IS92. Como resultado de este trabajo se construyeron cuatro familias de escenarios, cada una de ellas fundamentada en una descripción de las condiciones en las que posiblemente se encuentre el mundo en un futuro. Estos nuevos escenarios son conocidos en términos genéricos como Escenarios IE-EE. La familia A1 describe un mundo caracterizado por un rápido crecimiento económico, una población mundial que alcanza su máximo a mediados del presente siglo, empieza a declinar a partir de entonces y adopta tecnologías más eficientes. Esta familia de escenarios se subdivide conforme a las tecnologías a usar: intensiva La familia A2 se refiere a un mundo venidero caracterizado por un incremento continuo de la población, aunque con un crecimiento económico mucho menor que en los escenarios A1. Los escenarios A2 son pesimistas en cuanto a que se mantiene un elevado aumento de las emisiones de gases de invernadero, en particular de bióxido de carbono. La familia B1 describe un mañana en el que la población, como en los escenarios A1, alcanza su máximo a mediados del siglo XXI, con un crecimiento económico acelerado, pero orientado a los servicios y las tecnologías de la información, con un uso menor de materias primas y con un aprovechamiento sustentable de los recursos, pero aún sin adoptar medidas específicas respecto del clima. La familia B2 describe un porvenir en el que se toman medidas locales y regionales para la protección del medio ambiente, con un crecimiento de la población menor que en los escenarios A1 y B1. Este escenario se percibe muy optimista, tal como se han observado las tendencias hasta ahora. Efectos del cambio climático en los recursos hídricos El cambio climático incidirá en la demanda de agua, sobre todo la de los ecosistemas y la de la agricultura que es, actualmente, el principal usuario en el mundo. También se observarán cambios en la calidad del agua en los ríos y, con mayor intensidad, en los lagos, humedales y ecosistemas costeros. Puesto que el agua es el motor de la vida, es de esperarse que los cambios en el ciclo hidrológico produzcan a su vez modificaciones de consideración en los ecosistemas y en la salud. La magnitud de estos cambios a escala regional, conviene asentarlo desde ahora, es objeto aún de controversia, debido a la falta de datos y modelos apropiados y que los actuales carecen de la suficiente calibración. Es necesario anotar también que los recursos hídricos están ya sujetos a grandes presiones debido, fundamentalmente, al crecimiento poblacional; al desarrollo social y económico que genera mayores demandas, sobre todo de uso industrial y de servicios; y a los cambios en el uso del suelo y alteraciones en las zonas de captación de las cuencas, ocasionados principalmente por la deforestación y la erosión. A estos efectos hay que añadir la incapacidad institucional en amplias zonas del planeta para lograr una razonable gobernabilidad del recurso hídrico. Por todo ello, los probables efectos del cambio climático serán un ingrediente más que dificultará, de manera definitiva en muchos casos, el uso sustentable del agua. Efectos en los recursos hídricos de México Las diversas estimaciones coinciden en incrementos en la temperatura, hacia finales del siguiente siglo, de 3 a 4 °C, lo cual ocasionará alteraciones en la precipitación, principalmente en el norte del país, donde se espera una menor frecuencia de lluvias en promedio, sequías más recurrentes e intensas y una disminución en el escurrimiento, que en algunas regiones será cercano al 20% al final del siglo XXI. Al incrementarse los requerimientos de agua, en especial en la agricultura, la demanda aumentará, lo que, junto con la menor disponibilidad natural, configura un escenario de creciente escasez. Al disminuir la precipitación promedio en el sureste, también se prevén menores volúmenes disponibles para generación de energía. Por otra parte, se pronostica que las tormentas tropicales aumenten su intensidad, no así su frecuencia. Se observarán más huracanes de categorías cuatro y cinco con precipitaciones más intensas. El incremento del nivel del mar en las costas de México propiciará la vulnerabilidad de algunas regiones a las inundaciones, pues se disminuye la capacidad de descarga de los cauces. Son previsibles mayores riesgos, en especial en las desembocaduras del río Grijalva en Tabasco, y de los ríos de Coatzacoalcos y Pánuco, en Veracruz. El cambio en la elevación de los océanos, intensidad y patrones de oleaje y corrientes litorales, podría ocasionar alteraciones notables en los procesos de erosión-sedimentación en las zonas costeras, lo que tendría efectos ambientales de consideración en manglares y lagunas litorales. Se espera que el incremento del nivel del mar afectará también la salinización de los acuíferos costeros. En las regiones áridas, es previsible una mayor frecuencia de sequías más intensas. Deberá prestarse especial atención a las cuencas de los ríos en la región norte, en especial en la del Bravo. En México, la gestión del agua presenta ya retos de enorme envergadura. Se trata de un país con un gran contraste de climas: mientras en el norte prevalecen los ambientes secos o muy secos, sujetos a sequías recurrentes, en el sur son húmedos con tormentas tropicales e inundaciones frecuentes. La precipitación media, de alrededor de 771 mm anuales es, como muchos promedios, un valor engañoso, pues mientras en las regiones sur, costeras y centro se registran valores de 2 000 mm anuales, en el noroeste sólo se precipitan apenas 250 mm y en el noreste se apuntan escasos 500 mm anuales. En un contraste que es bien conocido, la mayor parte de la población, con el consecuente desarrollo económico, se asienta en las regiones donde se dispone de menos agua. En México, la disponibilidad ha venido disminuyendo debido al desarrollo económico y, principalmente, al crecimiento demográfico. Así, la disponibilidad per cápita pasará de 11 500 m3/hab/año en 1955 a 3 500 en el año 2025, lo que generará una mayor escasez en las zonas áridas y semiáridas. Aun sin cambio climático, la gestión de los recursos hídricos en México se complicará en los próximos años como resultado del crecimiento demográfico y del desarrollo económico, que típicamente incrementa el consumo per cápita. Como puede apreciarse, el crecimiento demográfico, por sí solo, ocasionará una disminución de tal magnitud en la disponibilidad, que las regiones de la península de Baja California y del río Bravo cambiarán su clasificación de muy baja a extremadamente baja, lo que significa una disponibilidad por habitante inferior a mil metros cúbicos anuales. El cambio es de una dimensión tan grande en una zona que padecerá escasez severa, que debe ser incluido en los ejercicios de planeación de largo plazo. Es necesario que los administradores de recursos hidráulicos, y sobre todo los responsables de las políticas públicas en el sector, tengan en cuenta los escenarios de cambio climático, de lo contrario podrían establecer estrategias de alcance insuficiente para adaptar los sistemas hídricos a la situación prevista con base en los estudios realizados. Por otra parte, cabe señalar que no se ha estudiado el efecto del cambio climático en la calidad del agua, en particular en lagos y otros cuerpos de agua superficial, que se sabe se verán afectados negativamente pero en una magnitud desconocida. La gestión del agua en el futuro, ya complicada por el crecimiento demográfico y económico en zonas de escasez natural, propondrá retos aún mayores como consecuencia del cambio climático. Es urgente que se realicen estudios regionales para eliminar en lo posible la incertidumbre en los pronósticos, localizar los efectos, definir las medidas de adaptación y priorizar su aplicación en las regiones más sensibles a los efectos del cambio climático. Será necesaria una estrategia específica para el agua en el Programa Nacional de Acción Climática. Esta publicación puede adquirirse en el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, www.imta.gob.mx. Número 7, noviembre de 2007 Nueva tecnología sustentable para tratar las aguas residuales Gabriela Moeller Se sabe, y es aceptado oficialmente, que en México la capacidad instalada de los sistemas de tratamiento es muy baja con respecto al volumen de aguas residuales que se generan. Sin embargo, la falta de sistemas no es el único problema al respecto. Otro es la elección adecuada de la tecnología de tratamiento a utilizar, ya que su operación suele ser complicada, y mantenerlas puede tener un alto costo. Muchas de las plantas en servicio no funcionan adecuadamente, ya sea por falta de personal calificado o por falta de presupuesto para su operación, lo cual genera efluentes de mala calidad. Un problema más, que se repite frecuentemente, es la ausencia de drenajes y el uso de barrancas y ríos para evacuar las aguas residuales. En muchas zonas, la topografía, el tipo de suelo y el crecimiento no planeado de las zonas urbanas hace casi imposible la instalación de una red de drenaje de aguas residuales (separada del drenaje pluvial) que las conduzca a una planta de tratamiento. Figura 1. Biofiltro. Esta problemática no es diferente en el estado de Morelos, y lo dicho hasta aquí puede considerarse como una fotografía de lo que sucede en el estado. Ante tal perspectiva, en el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) se ha venido trabajando en diferentes alternativas. Una de éstas es la biofiltración sobre materiales orgánicos, tecnología de punta desarrollada principalmente en Canadá por el Centro de Investigaciones Industriales de Quebec (CRIQ), y que recientemente ha comenzado a entrar en los Estados Unidos de América y algunos países de Europa. Se trata de sistemas de filtración del agua residual que utilizan como material de empaque elementos orgánicos como maderas y fibras leñosas, mismos que actúan como una resina natural capaz de fijar ciertas sustancias contaminantes y de favorecer la implantación de ciertos microorganismos capaces de degradarlos. En Canadá, esta tecnología se usa a escala industrial desde 1998 para tratar diferentes tipos de aguas residuales: sanitarias y municipales; de la industria agroalimentaria en un rastro avícola, y en granjas porcinas y vacunas. Para cada caso se hace un diseño específico (traje a la medida), tomando en cuenta la contaminación del agua y los parámetros de descarga de las normas. En todos los casos se remueven eficientemente la materia orgánica (DBO5), los sólidos suspendidos totales (SST), las grasas y aceites (G y A), el nitrógeno (NT) y ciertos microorganismos y otros indicadores de patogenicidad (coliformes fecales, totales y huevos de helmintos). Esta tecnología presenta notables ventajas, como son: 1. Bajo consumo de energía eléctrica, la cual representa el mayor gasto en una planta de tratamiento mecanizada, como lo es el sistema convencional de lodos activados. 2. Operación y mantenimiento de rutina muy simples y con poca demanda de tiempo para su atención, dado lo cual puede ser atendida por los mismos usuarios del sistema o por una persona sin conocimientos especiales, y 3. Área reducida, en contraste con otros sistemas no convencionales de bajo costo, como los humedales o las lagunas de estabilización (los biofiltros ocupan el 25% del espacio). En México, el IMTA ha trabajado de manera conjunta con el CRIQ para adaptar e impulsar la implementación de esta nueva tecnología, buscando los materiales orgánicos de la región que sirvan de empaque o medio filtrante y ajustando los parámetros de diseño y operación a las condiciones ambientales de zonas cálidas. El trabajo del IMTA ha permitido demostrar que las aguas residuales municipales tratadas por biofiltración sobre materiales tropicales tienen una calidad que cumple ampliamente con los límites de descarga de la norma NOM-001-SEMARNAT-1996; cumplen, incluso, con los límites más exigentes permitidos para las descargas en ríos y cuerpos de agua con protección para la vida acuática, o los exigidos para el reúso del agua para riego de jardines y áreas verdes. Recientemente, el IMTA llevó a cabo la instalación de un primer sistema de biofiltración para el tratamiento de aguas residuales sanitarias en las instalaciones de la Secundaria Federal No. 2 “Francisco Bocanegra”, de Cuernavaca, Morelos. Este proyecto forma parte medular del Programa de Saneamiento y Recuperación de la Barranca del Río Tembembe (afluente, éste, del río Apatlaco), que coordina el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México. Para la construcción e instalación del sistema, el Patronato de San Antón participó junto con las instituciones involucradas. La planta de biofiltración se djiseñó y construyó para dar servicio a una población estudiantil de 1 300 usuarios, con una capacidad de 0.25 L/s. Este sistema ya se encuentra en operación. Actualmente se planea construir un sistema igual para tratar aguas residuales domésticas en la comunidad indígena de Cuentepec, municipio de Temixco; este último tendría una capacidad de 1.5 litros por segundo. Número 7, noviembre de 2007 Tabasco, el drama del agua Por José Luis Martínez Ruiz El entorno Tabasco mantiene una intensa hidrodinámica natural, entre la que resalta la prolífica biodiversidad de sus diversos ecosistemas, manifiestos en sus lagunas, esteros, ríos, albuferas, pantanos, selvas, serranías y costa. Es relevante considerar que el escurrimiento promedio que ocurre en la región hidrológica Grijalva-Usumacinta representa la tercera parte del total del que el país dispone. Dicha realidad acuífera se expresa en las caudalosas avenidas fluviales y en los múltiples cuerpos de agua del estado, mismos que cubren el 25% de los 25 267 kilómetros cuadrados de su superficie territorial. Por su alta precipitación, cuyo promedio anual es de 2 750 mm, pero que en el municipio de Teapa puede alcanzar hasta los 4 550 mm (CNA/INEGI, periodo 1961-2003) en Tabasco existe una intricada red de cuerpos hídricos en continua transformación, la cual cada año provoca crecientes sobre todo en la partes bajas de la planicie, o sea la mayor parte de la entidad. Para completar este panorama, hay que recordar que Tabasco tiene un litoral costero de 183.86 kilómetros. Debido a ello se tiene un flujo variable entre el agua dulce y la marina, que hace que en el periodo de secas el agua del mar invada las zonas costeras y que en época de precipitación pluvial (mayoenero) domine el agua dulce, propiciando que la biodiversidad de los ecosistemas se enriquezca. Los cauces fluviales pueden alterarse de manera natural, pero también son susceptibles de modificación antropogénica. A partir de la segunda mitad del siglo XX se inicia en Tabasco una política hidráulica orientada al aprovechamiento productivo y al control de sus recursos hídricos. Con ese propósito se hicieron, fundamentalmente, obras para el control de inundaciones, drenaje y desagüe en la región del bajo Grijalva, a cargo precisamente de la Comisión del Río Grijalva. Esto dio origen a proyectos de desarrollo agrícola, conocidos como el Plan Chontalpa y, en la región del río Usumacinta, el Plan Balancan-Tenosique. Independientemente de las limitaciones, logros o fracasos obtenidos por estos planes, es relevante señalar que tales obras hidráulicas han alterado la hidrodinámica fluvial de Tabaso. La población de Villahermosa afrontó la amenaza del río organizándose para oponer a su fuerza la tradicional barrera de sacos de arena. (Foto: José Luis Martínez.) También hay que apuntar que el crecimiento urbano no siempre ha tomado en cuenta el impacto hidrológico que pueden ocasionar las construcciones, y que lo mismo ha ocurrido con la infraestructura petrolera. También son de considerarse los asentamientos irregulares en zonas bajas, que históricamente son susceptibles de sufrir inundaciones, como en algunas colonias periurbanas de la ciudad de Villahermosa cercanas a los márgenes de los ríos Grijalva y Carrizal. No debe olvidarse, además, que durante los siglos XIX y XX, debido a una intensa explotación de las maderas preciosas, como el cedro y la caoba, y con el avance de la ganadería extensiva en los años 40, Tabasco vio reducida la mayor parte de su selva original. Hacia la década de los 80 se contaba con tan sólo el 7 % de aquella superficie. (Campos 1982:171). A esto hay que sumar la construcción de cuatro presas hidroeléctricas que controlan al río Grijalva, cuyo nombre en Chiapas es Mezcalapa: Angostura, Chicoasén, Mal Paso y Peñitas. Su operación hidráulica, en especial la de la última, repercute en los niveles de los ríos y lagunas del estado de Tabasco. Ello implica Una de las primeras ayudas gubernamentales fue la presencia del Ejército Mexicano, que colaboró tanto en el levantamiento de los bordos de arena como, después, en el rescate de damnificados. (Foto: José Luis Martínez.) una alta responsabilidad técnica, ambiental, económica y social en el manejo del agua. Sumado a las precipitaciones anteriores, que ya habían ocasionado que varios poblados estuvieran afectados por inundaciones, el 28 de octubre del presente año entró en Tabasco el frente frío numero 5. Éste sería el inicio de un nuevo temporal que caería sobre la cuenca dominada por los caudalosos ríos del Usumacinta y el Grijalva. Para ese entonces, la Conagua ya había comunicado a las autoridades del gobierno de Tabasco el estado de alerta ante el mal tiempo por venir. El Plan DN-III, que el Ejercito Mexicano lleva a efecto para atender este tipo de urgencias, estaba ya operando. Por otra parte, el gobierno del estado, a través de los medios masivos y grupales de comunicación, había alertado a la población en riesgo de inundarse para que desalojaran sus casas. De hecho, el río de la Sierra se había ya desbordado y varios poblados se habían “ido a pique”. Los principales periódicos locales mencionaban que la gente estaba con el agua a las rodillas. Se informaba de las localidades más afectadas por el río de la Sierra: los poblados del Monal, Gaviotas Sur, Torno Largo Primera y Estanzuela, entre otras más (Tabasco Hoy, 28-10-2007). En la comunidad Monte Grande, municipio de Jonuta, 150 familias tuvieron que abandonar sus casas e irse a un albergue a causa del crecimiento del río Tepetitán (Tabasco Hoy, 28-10-2007). Es en este contexto que se da la inundación más catastrófica de que se tenga noticia en la historia de Tabasco. Recuento El cielo se cubre de nimbus, el mar, removido de arriba abajo, levanta sus olas encrespadas a espantosa altura; las nubes pasan velozmente, abandonando parte de sus vapores sobre la llanura selvática de Tabasco y van a resolverse por completo en copiosa y no interrumpida lluvia, en los flancos de las montañas, expuestos a la acción directa del viento, y cuya atmósfera se mantiene en el punto de rocío; los ríos, no pudiendo el gran volumen contener del agua salen por las puertas de los valles, salen de madre, e inundan el llano tabasqueño... Ing. José N. Rovirosa. La Procuraduría Federal de Proteción Ambiental estuvo presente entregando a los damnificados diversos aprovisionamientos. (Foto: José Luis Martínez.) Finalmente, después de 3 días de lluvia intensa y el desfogue de la presa Peñitas, el cauce sobrepasó el muro de arena levantado por la población (en el extremo izquierdo de la imagen), e inundó toda la ciudad. (Foto: Jose Luis Martínez.) El desastre hídrico apenas estaba comenzando. Era domingo cuando volvieron a arreciar las lluvias. El lunes y el martes, las precipitaciones continuaron. El norte, como la gente del sureste conoce a estos fenómenos climatológicos, no cedía; especialmente en el alto Grijalva, donde se ubica el ya mencionado complejo hidráulico de cuatro presas hidroeléctricas. Para el miércoles 31 de octubre, los caudales de los principales ríos de Tabasco estaban por encima de sus niveles críticos. En numerosas zonas ya se presentaban desbordamientos. Tierras y poblados empezaron a inundarse, incluidas importantes calles del centro de la capital, no obstante la muralla de costales levantada en el malecón Carlos A. Madrazo, que fue vencida por la fuerza del agua anegando el mercado Pino Suárez, principal centro de abasto popular de la ciudad. Ya para ese momento, el Gobierno del estado y la Federación habían desplegado por todo el territorio tabasqueño sus programas de urgencia. Para culminar este drama del agua, el jueves todo el malecón había sido vencido y las principales calles del Centro Histórico se convirtieron en avenidas de agua, alcanzando ésta en algunos sitios más de dos metros de profundidad. Del otro lado del Grijalva, el panorama era desolador: el agua llegó hasta los techos de las viviendas y cientos de familias quedaron atrapadas. Para el jueves por la mañana todo era devastación y dolor. Más del 70% del territorio anegado; más de un millón de damnificados; el centro histórico de la capital, colonias enteras y fraccionamientos inundados; colapsada la base productiva agropecuaria; severas afectaciones millonarias a los sectores comercial y de servicios. La suma de factores El agua, con el agua al cuello... Campesino de Tabasco. Llueve lejos, por la sierra. Llueve a tambor y clarín. Toro del agua, festín Corre por toda la tierra. Carlos Pellicer. Tabasco siempre ha sufrido inundaciones, pero ninguna había sido tan devastadora como la ocurrida en estos últimos días. Entre los principales factores que sumados determinaron esta tragedia, se han identificado los siguientes: efectos del cambio climático; azolve de los cauces de los principales ríos, agravado por la deforestación de la selva tropical, y precipitaciones intensas en el Alto Grijalva, que rebasaron la capacidad de retención de la presa Peñitas. Esto originó la necesidad de desfogarla a partir del 27 de octubre, alcanzando un flujo de hasta 2 000 metros cúbicos por segundo, los cuales se fueron reduciendo progresivamente en la medida en que la presa misma podía ser operada con los márgenes necesarios de seguridad técnica. Otros factores fueron los bordos, que no resistieron el embate de los torrentes; el tapón ocasionado por la marea alta en la desembocadura del Grijalva, que no permitió una salida más rápida de las aguas hacia el Golfo de México por la Barra de Frontera; desecación de pantanos y urbanización en zonas que tenían función de vasos reguladores; infraestructura de Pemex que ha afectado negativamente los flujos hidrológicos; asentamientos irregulares en tierras bajas, que por lo general se inundan en temporada de lluvias; falta de un Plan Hidráulico; carencia de un programa social de prevención de inundaciones, y falta de inversión en estudios hidrológicos y de obras hidráulicas. La confluencia de estos factores sociales, climatológicos, políticos, ambientales y técnicos, provocó que al desfogarse la presa Peñitas subieran aceleradamente los El IMTA puso en marcha diez plantas de tratamiento de aguas residuales enviadas por la Fundación Gonzalo Río Arronte y dio asesoramiento a la Conagua local para su operación. (Foto: José Luis Martínez.) niveles críticos de los ríos, principalmente el Carrizal, Samaria, Mezcalapa, La Sierra y Grijalva, entre los principales que provocaron el devastador efecto al salirse de sus cauces. Al momento de escribir estas líneas, miles de familias padecen hambre y sed, se encuentran sin hogar y sufren los estragos de la creciente. Muchos de estos tabasqueños, según sus opiniones grabadas in situ, piensan que la situación hubiera podido evitarse de haberse implementado a fondo el Plan Hidráulico delineado en años anteriores por los expertos en la materia. De nueva cuenta, si en el programa de reconstrucción no se toman en su justa dimensión los factores antes citados, a la vuelta de unos años volverán a ser victimas de un desastre igual o peor que el de ahora. Es urgente diseñar y aplicar, para la cuenca UsumacintaGrijalva, un plan hidráulico adecuado a la problemática actual. Los mexicanos hemos contraído un deuda humanitaria por el drama del agua que ha sufrido Tabasco, y no olvidemos que Chiapas también ha sido afectada. Estamos, por ello, obligados a solventarla moral, económica y técnicamente. Hemerografía y referencias Periódico, Tabasco Hoy, 28-10-2007. Notas de campo y registros audiovisuales tomados en el municipio del Centro, del 31 de octubre al 4 de noviembre de 2007. Número 7, noviembre de 2007 Reunión del PHI Alberto Güitrón de los Reyes y Daniel Murillo Licea El 31 de octubre se llevó a efecto, en las instalaciones del IMTA, la segunda reunión del Comité Nacional Mexicano del Programa Hidrológico Internacional (CoNaMexPHI), mismo que encabeza la UNESCO. En esta reunión se revisaron los avances de proyectos desarrollados hasta 2007 y se presentaron los que se desarrollarán durante el bienio 2008-2009, como parte de la séptima fase del PHI, denominada “Dependencia de los recursos hídricos. Sistemas sometidos a estrés y respuestas sociales”. Las líneas más importantes de esta fase son: 1. Adaptación a efectos de cambios mundiales en cuencas fluviales y sistemas acuíferos. 2. Mejoramiento de la gestión de los recursos hídricos, con miras a la sustentabilidad. 3. Ecohidrología para la sustentabilidad. 4. Agua y sistemas de sustentación de la vida. 5. Educación relativa al agua para el desarrollo sostenible. En este marco se presentaron avances en los diversos programas globales y grupos de trabajo en los que tiene actividad el CoNaMexPHI. Entre ellos están la conclusión del Mapa de zonas áridas de México; la traducción al inglés del Manual de Balance Hídrico formulado por México y dirigido a los países del Caribe de habla inglesa, y el próximo Taller sobre Vulnerabilidad y Gestión de Riesgos en Avenidas, dentro de la Iniciativa Internacional de Avenidas (IFI), a cargo de Alfonso Gutiérrez, del IMTA, quien funge como coordinador regional del programa. Respecto al área social, para 2008 se plantea continuar con la elaboración del Atlas de Culturas del Agua para América Latina y El Caribe, a través de la elaboración de fichas de pueblos indígenas, y la organización de un encuentro de expertos sobre el mismo tema. En la primera fase del Atlas, desarrollada en 2007, se llevó a efecto un taller y se elaboraron 22 fichas de culturas indígenas en México, a la vez que las Memorias correspondientes. Para 2008 también se planteó el cruce entre los programas de la UNESCO relativos a Cultura y las acciones emprendidas por el IMTA, el PNUD y la Red de Género y Medio Ambiente, en relación con la Agenda Azul de las Mujeres. También se planteó la utilización y promoción del Manual de Construcción de Consensos en Cuencas Hidrográficas producido por el IMTA. De otra parte, se continuarán las gestiones para la aprobación de la cátedra UNESCO que lleva por título “El agua en la sociedad del conocimiento”, iniciativa presentada por el IMTA a las instancias de esa organización. Se presentaron, asimismo, proyectos de diversos talleres para otros programas del PHI, así como las oportunidades de educación que se ofrecen a través del Instituto de Educación en Hidrología, a cargo del doctor Javier Aparicio Mijares, Coordinador de Hidrología del IMTA y miembro de la Junta de Gobierno de aquel Instituto. Número 7, noviembre de 2007 Directorio Secretaría Naturales de Medio Ambiente y Recursos M. A. S. Marco Antonio Sánchez Izquierdo Gaceta del IMTA Secretario: Ing. Juan Rafael Elvira Quesada. Instituto Mexicano de Tecnología del Agua Editor General: M. C. Jorge Martínez Ruiz Director General: Dr. Polioptro F. Martínez Austria Coordinador Editorial: M. A. S. Marco Antonio Sánchez Izquierdo Coordinador de Comunicación, Participación e Información: M. C. Jorge Martínez Ruiz Editor: Andrés A. González Pagés Subcoordinador de Vinculación, Comercialización y Servicios Editoriales: Cuidado de la edición: Emilio García Díaz Diseño gráfico: Óscar Alonso Barrón Gema Alín Martínez Ocampo Diagramación y programación: Gema Alín Martínez Ocampo Daniel Ramos Reyes Gaceta del IMTA. Aparece el primer lunes de cada mes. Es una publicación de la Subcoordinación de Vinculación, Comercialización y Servicios Editoriales para el sitio web del IMTA. Casa Editorial, Paseo Cuauhnáhuac 5832, Jiutepec, Morelos. Tel. 329-3670, ext.: 532, 533 y 605. Fax: 329-3670. Correo electrónico: [email protected]. Certificado de licitud de contenido de la Secretaría de Gobernación, pendiente. Certificado de derechos al uso exclusivo del título del Instituto Nacional del Derecho de Autor, pendiente.