De la escuela a la comunidad: la violencia como eje de articulación y formación docente. Mamaní, Elsa Mercedes; Cieza, Fernanda; y Castillo, Rosalía. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Jujuy. [email protected] Resumen: Desde el año 2005 la cátedra de Psicología Social decidió estudiar especialmente el tema de la violencia en las instituciones educativas, incorporando a la indagación acciones de intervención que intenten abordar el tema. Creemos así que se puede aportar a la conceptualización e instrumentación de estrategias de intervención referidas a la violencia en las escuelas y en otros ámbitos. La violencia es un tema y un hecho que nos conmueve y preocupa a la gran mayoría de los docentes, padres, profesionales y también a los niños y jóvenes que sufren en su casa, en la escuela, en los bailes, en los recitales, en las canchas de fútbol, en la televisión, entre otros ámbitos. Como docentes de la Universidad hemos abordado la violencia en dos ámbitos: la familia y la escuela y hemos concluido que el primer error que cometemos es creer que es allí donde se origina. Es más, esta idea ya está cristalizada en la denominación de su especialización: violencia familiar, violencia escolar. Es probable que se quiera expresar que en estos ámbitos es donde más se producen hechos de violencia y donde el sufrimiento que producen estos hechos es mayor. De hecho, nosotros creemos que verdaderamente son ámbitos de suma importancia vincular para la constitución de los sujetos y por ello son muy relevantes. Por su relevancia, nuestra cátedra inició este proceso de articulación primero en escuelas primarias y secundarias y el año anterior con diferentes barrios de la ciudad donde se abordó el ámbito comunitario como parte del proceso de formación de los estudiantes de las carreras de Ciencias de la Educación y Trabajo Social de la Universidad. Intentamos a través de este relato transmitir algunas conclusiones de estas experiencias de formación, de articulación de teoría y práctica, tarea no sencilla porque implica poner en cuestionamiento modelos de aprendizaje muy profundos, con el objeto de fortalecer la formación y así poder operar en esta realidad tan compleja que nos demanda en un contexto social cada vez más injusto, más competitivo, más carente, en síntesis, mas violento. Este trabajo surge de una experiencia que se inicia a partir de una necesidad de abordar el tema violencia que es estudiado por la cátedra de Psicología Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales desde el año 2002. (San Salvador de Jujuy, provincia de Jujuy). En el año 2005 decidimos como cátedra estudiar especialmente el tema de la violencia en las instituciones educativas, en escuelas primarias, incorporando a la indagación, acciones de intervención que intenten abordar el tema. Entendimos entonces 1 V JORNADAS sobre “La Formación del Profesorado: docentes, narrativas e investigación educativa” que podíamos aportar a la conceptualización e instrumentación de estrategias de intervención referidas a la violencia en las escuelas. El tema violencia es un tema que nos conmueve y preocupa a la gran mayoría de los docentes, padres, profesionales y en muchos casos a los niños y jóvenes que sufren en su casa, en la escuela, en los bailes, en los recitales, en las canchas de fútbol, en la televisión, en casi todos los ámbitos, situaciones de violencia. Como docentes de la universidad hemos abordado en primer término la violencia en dos ámbitos: la familia y la escuela y hemos concluido que el primer error que cometemos es creer que es allí donde se origina. Es más, esta idea ya está cristalizada en la denominación de su especialización: violencia familiar, violencia escolar. Después de algún tiempo incurrimos en otro ámbito, el barrio, donde también se trabajó en torno a la temática. Hemos encontrado en las instituciones educativas la idea de que es probable que tanto en las escuelas como en las familias es donde más se producen hechos de violencia y donde el sufrimiento que producen estos hechos es mayor, nosotros consideramos que verdaderamente son ámbitos de suma importancia vincular para la constitución de los sujetos y por ello son muy relevantes. Por su relevancia, nuestra cátedra inició este proceso de articulación con el nivel primario y luego secundario a través de un proyecto sistemático que les permitió a los estudiantes de las carreras de ciencias de la educación y trabajo social de la universidad acercarse a la escuela y analizar la violencia y a la vez construir propuestas de abordaje en forma conjunta. Asimismo consideramos necesario cuestionar cualquier forma de fragmentación que quiera simplificar las causas de la violencia en una familia con conflictos. En primer lugar porque entendemos que los conflictos son el motor del movimiento y crecimiento y en segundo lugar porque nos estaríamos “olvidando” del contexto en el que se desarrolla hoy la vida familiar (desocupación, carencia de una vivienda digna, escasos elementos de aprendizaje, inestabilidad económica, subjetiva, etc.) El proyecto que llevamos adelante en la escuela se llamó “Mirar hacia adentro” nuestra mirada apuntó a reflexionar sobre la escuela sin olvidar que es el resultado de condiciones más complejas que operan como determinantes de nuestra subjetividad. Intentamos a través de este relato transmitir algunas conclusiones de esta experiencia y reflexiones para socializarlas con docentes de diferentes niveles del 2 V JORNADAS sobre “La Formación del Profesorado: docentes, narrativas e investigación educativa” sistema educativo para animarnos a operar en esta realidad tan compleja que nos demanda un contexto social cada vez más injusto, más competitivo, más carente y más individualista. Afirmamos que la realidad se encuentra en permanente movimiento y cambio, pretendemos que esta experiencia pueda convertirse en un instrumento de transformación que puede aportar a docentes y estudiantes de la universidad y a los maestros y estudiantes de la escuela primaria a salir de la impotencia que genera cotidianamente tanta angustia y desinstrumentación con respecto a la violencia. Pretendemos mostrar que todos podemos aportar “un granito de arena”, tal y como lo han visualizado nuestros estudiantes, al compromiso, la transformación de la realidad, la adaptación activa, si descubrimos nuestras potencialidades. Particularmente si descubrimos que cooperando con otros podemos romper el aislamiento y el escepticismo actual. En definitiva, creemos que se puede, es por eso que este texto es el producto de la tarea de docentes de la cátedra de psicología social, estudiantes del tercer año de la carrera de profesorado y licenciatura en ciencias de la educación y estudiantes de la licenciatura en trabajo social, directoras de escuelas primarias, maestras, padres y estudiantes. Porque necesitamos “diálogos”, buscar significados, recuperar el lugar reparatorio de la palabra; crear puentes entre instituciones y personas; es un intento de construir esa esperanza en una escuela de encuentros, queremos proponer el encuentro, la creatividad, la revalorización del rol docente como transformador de esta realidad. La escuela y la comunidad: dos espacios para la práctica y la formación. Luego de planificar nuestra tarea como docentes de las carreras de ciencias de la educación y trabajo social consideramos necesario realizar una articulación con otros niveles del sistema educativo. A partir de diferentes encuentros con maestros de escuelas primarias comenzamos a trabajar algunas representaciones que surgieron en los mismos. Aparecieron los primeros emergentes y concepciones que tienen los miembros de las instituciones educativas: ¿Qué recursos internos tenemos?, Estamos acá para repensar situaciones, Hay cosas que nos trascienden pero nos angustian.¿Qué posibilidades de transformación tenemos? El docente se siente avasallado por el sistema social, el docente se incapacita. El afecto lo paraliza.Hay mucha individualidad. Tenemos violencia verbal, entre pares, necesitamos una mirada de afuera. 3 V JORNADAS sobre “La Formación del Profesorado: docentes, narrativas e investigación educativa” Tenemos violencia constante, hay chicos de clase media y clase media baja. Recibimos los chicos del cinturón de Chijra. La inclusión es difícil en esos niños. Hay violencia familiar. Nuestro problema es el espacio físico. Hay casos aislados de violencia familiar. Nosotros tenemos un espacio grande pero hay problemas igualmente. Las familias están desintegradas. Nosotros derivamos a Gabinete Recibimos chicos del hogar escuela. Trabajamos en todos lo horarios. Hay violencia verbal y física. No sé que hacer dice la maestra. Antes trabajábamos más tranquilas hoy es a cada rato. La indiferencia es violencia, también lo es el hambre. Yo no tengo casos de violencia,… son pequeñas agresiones. Con este chico las maestras lloraban, le decían chuqui, era diabólico, se enfurecía, es inteligente, lo rotularon, le decían chuqui… Hay que potenciarle las habilidades” Tuvo que intervenir un juez. Volvió más tranquilo. En mi escuela hay un niño de 7º grado que le pega a los compañeros. El padre es igual. Él está como por encima de todo. El problema está en la casa. Yo charlo con él, refleja lo que tiene en la casa. Son violentos con ellos y ellos son violentos con los compañeros Hacemos charlas invitando profesionales. Ya no me dan ni ganas de contar, son, tantos los problemas... se llama a los padres la mamá llora y llora. Ella recibe el maltrato de suegros, marido alcohólico. Lanza piedras. Su papá es el modelo. Una vez me preguntó: -¿Qué me van a hacer a mí si lo mato a mi papá? El gabinete tiene buena voluntad, pero no traen el informe. Estas son algunas representaciones con las que tuvimos trabajar, tomar distancia, analizarlas, contextualizarlas de modo que las mismas no operen como obstaculizadores de posibilidades de abordaje y cambio en la escuela. Nos pareció importante que los estudiantes visiten las escuelas involucradas y que realicen diferentes acciones de intervención con la posibilidad de contrastación con una realidad educativa enmarcada en un contexto de crisis, empobrecimiento y dificultades, como parte del proceso de formación, de modo que también les permita a docentes y estudiantes a sentirse protagonistas y no víctimas de este sistema. Consideramos también que a través de esta experiencia nos vinculamos con maestros y niños intentando dar respuesta a la demanda permanente que hacen tanto la escuela primaria como secundaria a la universidad. El trabajo de campo y de acercamiento a las escuelas, se realizó a través de visitas a las escuelas. Se efectuaron entrevistas a docentes, directivos y personal de la escuela sobre la concepción de niño y sobre el tema de violencia escolar. Concluido este momento investigativo, se analizaron las condiciones concretas de existencia en las cuales se desarrolla la tarea, identificando necesidades, demandas y los posibles actores con los cuales iban a trabajar: docentes, estudiantes de algunos grados o padres. Finalmente realizaron una planificación que fue trabajada con la cátedra y con el equipo directivo, llevando a cabo las actividades planificadas, entre 4 V JORNADAS sobre “La Formación del Profesorado: docentes, narrativas e investigación educativa” ellas podemos mencionar talleres de análisis y producción de material que aborde los conflictos existentes en las aulas y escuelas, muestras de máscaras, diferentes representaciones con relatos de cuentos e historias. Algunas de las experiencias realizadas nos han permitido analizar las representaciones de los docentes y directoras mostrándonos que, la amplia mayoría de las respuestas obtenidas en las entrevistas coinciden en que la violencia implica una relación asimétrica, de poder y que esa asimetría vincular es usada abusivamente, en contra de las necesidades de otros más débiles. También hay un acuerdo general en que no es sólo la acción de ejercer dicho poder sino también la omisión de acciones que tiendan a resolver las necesidades básicas del sujeto más débil de la relación. Las respuestas dadas en los diferentes informes sobre las entrevistas acuerdan en que las expresiones de violencia por acción u omisión producen un daño físico, psíquico. Todos hablan de la violencia psicológica (burlas, discriminación, aislamiento, comparaciones, etc.) y simbólica (normas, rituales escolares, homogeneización de necesidades, etc.). Sin embargo es más fácil visualizar y circunscribir solo al término violencia lo manifestado con trompadas o insultos. Desde esta perspectiva la violencia no es un modo de actuar que va en contra algún modo natural, no es el resultado de fuerzas innatas (pulsiones), por tanto no es un hecho biológico ni individual sino el resultado de una modalidad de vínculo que está caracterizado por la competitividad, el autoritarismo y la jerarquización como modelo social dominante. Concebimos al sujeto como el resultado de vínculos que se establecen en relación a otros y a su vez a la percepción de si mismo en un contexto histórico social particular, pero a su vez implicado en el conjunto de las relaciones dominantes en un mundo cada vez más conflictivo, en el cual la intensificación de contradicciones del capitalismo lleva a millones de sujetos a estar fuera del circuito del trabajo formal. En este marco, la competitividad, la lucha por la apropiación de los productos necesitados o deseados para ser consumidos, la prioridad esencial de la propiedad privada como valor supremo, la necesidad de exclusión del otro como modo de existencia, la escasa posibilidad de continuidad de los objetos, trabajos y vínculos, la fragmentación y rápida caducidad de dichos vínculos, se expresan en las relaciones íntersubjetivas y por ende intrasubjetivas. 5 V JORNADAS sobre “La Formación del Profesorado: docentes, narrativas e investigación educativa” Porque la violencia “ciega” aparentemente irracional, sin un objetivo definido es una de las problemáticas más profundas y amplias que ha resultado de políticas económicas de desinserción laboral, flexibilización, sobreocupación, exigencias de sobre adaptación, modelos de identificación y vínculos alienantes. Hace más de cuarenta años Pichón Rivière (1966:54,55) definía “el mundo está sometido en su totalidad a una frustración del hombre en su posibilidad de realizarse. De allí surgen tremendas tensiones cargadas de hostilidad que cuentan con un común denominador: la agresión. Ese miedo es hoy una enfermedad universal y contra él surge un mecanismo de defensa: la violencia... siempre reflejan la situación de una comunidad....en ese momento actúa como portavoz de un grupo.” Luego, precisa las causas de la violencia como una reacción ocasionada por la acumulación de frustraciones “surgida y constantemente fomentada a través del carácter competitivo de nuestra sociedad, por la inaccesibilidad de las fuentes de gratificación, un incesante aumento del costo de vida, con la consecuencia de un incremento de la incertidumbre y el miedo al desempleo, uniéndose a esto la imposibilidad de planificar un futuro”. Definitivamente Pichon Riviere refiere el fin de la conducta violenta como la necesidad de “destruir lo que representa la fuente de frustración o de miedo, ya sea un objeto concreto o un símbolo de ese objeto. La violencia siempre actúa en una dirección.” Consideramos que los niños y adolescentes estarían apropiándose de modelos identitarios violentos, ya que la identidad siempre se construye en relación y oposición a otros; esto nos permite discriminar las diferencias entre el yo y el mundo externo. Este proceso no se da sin contradicciones; es así que Josefina Racedo (1992) avanza en la comprensión del término, incorporando un aspecto fundamental en el proceso de constitución, ya que la define “en lucha y resistencia con una identidad que nos pretenden imponer”. Por eso los patrones de identificación, la apropiación de valores, modelos, pautas de conducta que nos proponen desde los sectores dominantes (países dominantes, clases dominantes, género dominante, rol dominante, etc) se configuran en lucha con otros valores, modelos que responden a las genuinas necesidades de los sectores dominados. Para abonar al enriquecimiento de esta perspectiva Ana Quiroga (2000) plantea que “la identidad es un proceso complejo en el que se da como decíamos, historicidad, 6 V JORNADAS sobre “La Formación del Profesorado: docentes, narrativas e investigación educativa” es decir un transcurrir de tiempo, y una dialéctica entre la unidad y la multiplicidad, una dialéctica también entre la mismidad y la alteridad, yo mismo y el otro, tanto en el seno de un pueblo y su cultura, como en la interioridad de cada uno de nosotros.” Si los procesos identitarios están construidos como resultados de modelos en los cuales nos definimos en relación a otros, qué pasa si ese otro sujeto debe ser doblegado, sojuzgado, anulado para el sujeto pueda lograr existencia. Ser mirado por otro y reconocido a través del premio, el triunfo y para ello, el exterminio del otro. O sea es cierto que estamos en un mundo que ha generado tanta injusticia, empobrecimiento, carencia, envidia y competencia que la violencia estaría siendo aceptada como natural y cotidiana. Pero qué hace la escuela con este contexto, la queja ya está; todos los días escuchamos de la impotencia, la angustia; lo comprobamos científicamente en las respuestas de los maestros. ¿Qué hacemos? Es cierto que hay situaciones que nos trascienden pero podemos trabajar nuestras propias formas de generar, sostener y reproducir vínculos violentos. De esto surge que es necesario trabajar más la relación entre el concepto y las dificultades de visualización del ejercicio de la violencia en forma sistemática, cotidiana e inconsciente. Para abordar esto trabajamos el texto de Fernando Onetto (2003) que nos ayudó a percibir la diferencia entre el área de incumbencia y el área de preocupación, y cómo las acciones en la primera producen efectos en otros ámbitos. Estamos en una organización social en la cual la violencia es funcional a la preservación del sistema y a la constitución de sujetos aptos para la reproducción de las relaciones sociales actuales. Este es el mayor obstáculo que tenemos que enfrentar y que nos lleva a que en los diferentes escenarios de experiencia se nos imponga la violencia como modo de resolución de conflictos y por ello se hace necesario que tengamos una actitud vigilante sobre nuestra propia práctica, para no reproducir aquellas conductas de sometimiento y empobrecimiento de los otros sujetos, en especial de los estudiantes de los diferentes niveles. Valorar y compartir los cambios a partir de la tarea realizada con directores, docentes y en algunos casos estudiantes de nivel primario, también ayuda a pasar de la impotencia a registrar nuestras potencialidades. Porque podemos escepticismo que es una forma de adaptación pasiva a la realidad. 7 luchar contra el V JORNADAS sobre “La Formación del Profesorado: docentes, narrativas e investigación educativa” Todo lo vivido posibilitó ir mas allá de la cotidianidad, conocer el complejo funcionamiento de una institución educativa y ser protagonista dentro de esa compleja trama de vínculos y relaciones sociales. De la misma manera los estudiantes desarrollaron experiencias en diferentes barrios de la ciudad de San Salvador de Jujuy, trabajaron con diversas instituciones con el fin de abordar problemáticas que viven los vecinos, no casualmente surgió como necesidad trabajar sobre la violencia y la inseguridad, también se evidenciaron obstáculos de diferentes niveles algunos relacionados con las instituciones, otros con los organismos del estado y entre los vecinos mismos. Los estudiantes visitaron casas, escuelas, policía, puestos de salud, asociaciones vecinales, donde pudieron vislumbrar que se encontraban preocupados por las mismas problemáticas y que las necesidades eran comunes, a partir de allí intentaron plantearse objetivos y acciones consecuentes para el trabajo, operaron desde la tarea que podía reunir a un grupo, que necesitaba contar sus preocupaciones cotidianas y que también experimentó frustraciones en diferentes intentos de convocar para transformar las problemáticas barriales. Se realizaron diversas acciones en torno a estos objetivos y se realizaron varios encuentros que reunió a vecinos e instituciones, algunos de los logros se relacionan con la posibilidad de modificar la actitud del “no se puede hacer nada”, de reconocer que al “otro le está pasando lo mismo que a mí”, “que tal vez juntos podamos”, entre otras. Se trabajó también sobre la base de lo que son las redes comunitarias, intentando plantear la posibilidad de trabajo en red, experiencias que también ya vivieron algunos barrios pero que no escapan a las dificultades del contexto social, competencia, intereses particulares, demanda de tiempos para el trabajo comunitarios, desesperanza. ¿Cuáles fueron los aportes de la experiencia? Sirvió para identificar en las distintas acciones de la cotidianidad escolar y comunitaria, los ocultamientos que se ponen en juego a la hora de analizar las diferentes problemáticas que atraviesan y dificultan tanto el proceso de enseñanza y aprendizaje como el de la vida cotidiana en los barrios. Sirvió también para reflexionar sobre los modelos de aprendizaje que tenemos desde los diferentes lugares que ocupamos y qué tipos de matrices o estructuras internas ayudamos a construir. Finalmente sirvió para revalorizar la tarea que realizan diariamente los maestros en las escuelas jujeñas intentando contribuir a la generación de modelos solidarios y 8 V JORNADAS sobre “La Formación del Profesorado: docentes, narrativas e investigación educativa” cooperativos, demostrado en esta experiencia que contribuye a la formación de profesionales universitarios en la que docentes, maestros y estudiantes nos integramos en un proceso de aprendizaje dialéctico. La discriminación. Es que te insultan por ser pobre, por no tener una vestimenta adecuada, por no tener padres. Por que unos saben más y otros menos. También por ser gordos o flacos, también por tener una casa de loza y otro por tener una casa más simple. Por tener diferentes razas. Por la nacionalidad. Por la religión que elige cada uno. Por ser homosexuales. Por tener una enfermedad como el sida. Por tener una madre o un padre alcohólico. .... (Grupo de estudiantes del 7º Grado de la Escuela Legado Belgraniano) Referencias Cieza Rodriguez, M. F (2008) “El otro como adversario”, Mimeo. Foucault, M. (2002) Vigilar y castigar, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores. Freire, P (2005) Cartas a quien pretende enseñar. Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores. Galli, J. M. (2008) “La violencia, ¿rasgo de la especie?” Mimeo. Blanco, M. y otros: Relaciones de violencia entre adolescentes. Influencia de la familia, la escuela y la comunidad, Buenos Aires, Espacio Editorial Imbertí, J (2001) Violencia y escuela. Miradas y propuestas concretas, Buenos Aires, Paidós. Marcone, R (2003) "Formas y sentidos de la violencia social: violencia urbana, violencia estatal y violencia popular. Reflexiones sobre sus efectos subjetivos" en: Temas de Psicología Social, Primera Escuela Privada de Psicología Social. Onetto, F. (2004) Climas educativos y pronósticos de violencia. Buenos Aires, Noveduc. Pichon Riviere, E. y Quiroga, A (1986). 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