Convención Internacional de los Derechos del Niño

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Boletín del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas
no 247 – 2002
L os Derechos
del Niño
Casa Generalicia
Via Aurelia 476
00165 Roma, Italia
H. Nicolas Capelle , Secretario para la MEL
Sr. Alain Damiani, Periodista y Educador Lasaliano
H. José A. Warletta, Responsable de las Publicaciones
han coordinado la composición y realización de este Boletín.
Un agradecimiento particular a los autores de los artículos:
H. Álvaro Rodríguez Echeverría, Superior General
Sr. Alain Damiani
H. Nicolas Capelle
Sr. Philippe Richard
H. Othmar Würth
H. Diego Muñoz
Sra. Beatriz López Romero
Sra. Denise Cacheux
Sra. Susan Refalda Mercaida
Fotos e ilustraciones:
H. José A. Warletta
Sr. Scott Gibbs
Aportación de Centros Lasalianos
CSEU La Salle, Aravaca (Madrid)*
IALU**
Archivos
Traductores:
H. Allen Geppert
H. José Mª Pérez Mendía
H. John Blease
Gracias a los 20 Distritos que han dado a conocer sus realizaciones, y en
particular a:
– Andalucía, Argentina, Australia/NZ/PNG, Camerún, India, México
Norte y Sur, Próximo Oriente, San Francisco, Valencia, Valladolid,
Vietnam, …
– * al Centro Universitario La Salle de Aravaca, Madrid, que ha prestado
su colección de pinturas
– ** a los 17 miembros del concurso para la Paz y la Tolerancia organizado por IALU, la Asociación de Universidades Lasalianas, por poner
sus obras a nuestra disposición.
Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas
Casa Generalicia
Via Aurelia, 476
00165 Roma, Italia
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BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Introducción
Los historiadores de mentalidades nos enseñan
que nuestra comprensión de las realidades humanas se realiza progresivamente, mediante tomas
de conciencia parciales, ocasionales, formas explicativas provisionales y fluctuantes, largos titubeos, y nunca es total ni definitiva. Y así es, desde la
Infancia hasta la Adolescencia. Dos períodos de la
existencia humana actualmente reconocidos en
casi todos los sitios: emergieron en la conciencia
en épocas diferentes, en circunstancias precisas,
en entornos favorables, en dependencia estrecha
de las culturas y las tradiciones de cada grupo
social. En efecto, es el grupo social el que atribuye la función y el valor de cada etapa de la vida en
función de un profundo instinto de supervivencia
y de transmisión, obedeciendo a las leyes de la
Especie. Aunque pensemos que existe una naturaleza humana con aspectos fundamentales,
tenemos que reconocer que la comprensión de
esta naturaleza no se realiza de forma inmediata
y definitiva: sus formas y expresiones se desarrollan con el tiempo del "hombre-concreto" tanto como con la sucesión de generaciones que dan a esta naturaleza una plasticidad que quizá vaya hasta la modificación de su definición.
Las Agencias internacionales tales como la UNESCO, la UNICEF, el BIT, el BICE... son hoy el lugar para los grandes desafíos de cara al futuro. Se trata para ellas de favorecer el desarrollo de una conciencia internacional y un
marco ético de relación e intercambio para una cooperación pacífica entre los pueblos. Pero necesitan al mismo
tiempo resistir a fuerzas con intereses opuestos: por un lado las que quieren preservar sus concepciones tradicionales de existencia y de relación social, por otro las que quieren reforzar la uniformidad de comportamientos y reflejos. Hoy, la tendencia va hacia la uniformidad: dominados por los estándares de los países ricos del
Norte y por sus lógicas individualistas y consumistas, todos los países se sienten atraídos por esta uniformidad
que algunos confunden demasiado fácilmente con una nueva fraternidad entre los pueblos. En este contexto
ideológico trabajan las Agencias internacionales; y en este contexto nació la Convención Internacional.
Actualmente la Convención está ratificada por todos los países, excepto por los Estados Unidos de América.
En trece años, el planeta ha obtenido este éxito claro e inédito. Podemos aplaudir puesto que los pueblos han
dado categoría de ley a este texto. Pero, ¿quiere esto decir que todo el mundo habla con una misma voz cuando se trata del/la Niño/a y del/la Adolescente? ¿Quiere esto decir que ciertas legislaciones nacionales y prácticas heredadas del pasado han sido rectificadas, modificadas, suprimidas? ¡Claro que no, y no es tan sencillo! Porque el estatuto del/la Niño/a y del/la Adolescente no puede existir sin referencia a otros estatutos
sociales. Mientras unos aplauden la Convención porque eleva a ese hombrecito en germen, otros lamentan
que el hombrecito sea arrancado de su sociedad original y definido como un ente en sí, puesto que son los
lazos de pertenencia los que lo constituyen, lo forman y le dan un nombre antes de toda definición teórica
universal.
Los autores de la Convención eran lúcidos. Comprendieron perfectamente todas las dificultades de un texto
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de alcance universal y concerniente al núcleo de lo que nos es más querido: el Niño y el futuro que nos proporciona. Este texto, nacido de las heridas de las dos guerras mundiales, fue elaborado por hombres y mujeres de convicción y conocedores de la realidad que tuvieron mucho cuidado en considerar al/la Niño/a y al/la
Adolescente como un ser único y al mismo tiempo un colaborador del ámbito social que lo acoge. Y para no
atascarse en viejas discusiones, aceptaron la apuesta de mirar la realidad global del/la Niño/a y del/la
Adolescente y la situaron en primer lugar, ante el futuro que debemos preparar, planteándose las preguntas:
"¿Cuál será el sitio de este hombrecito -que es una persona enraizada, pero también una libertad en construcción- el día de mañana, en un mundo globalizado? ¿Cuál será su participación justa y proporcionada en
el contexto social que lo desea, lo ve nacer y crecer? Al mismo tiempo que se favorece un desarrollo integral,
¿cómo lo acogerán las sociedades para que sea un colaborador activo, capaz de ser, él también, fuerza de propuesta, de cambio, de progreso?
La utopía es generosa pero atrevida. Padres, educadores, profesores, lo sabemos: la experiencia cotidiana -en
casa, en la sala de clase, en la calle- nos lo enseña. Por eso la Convención cuestiona nuestros reflejos aprendidos y nuestras costumbres mentales, a menudo perezosas. Como nuestros Fundadores y Fundadoras de obras
educativas que se atrevían a afirmar en sus prácticas, adelantadas en su tiempo, que la niña o el niño no es ni
un animal, ni un objeto, ni una fuerza de trabajo, ni un simple engranaje familiar sino una persona en
desarrollo, dotada de razón y capaz de elegir, decidir, participar en la sociedad de forma proporcionada, también la Convención debe permitirnos volver a cuestionar nuestras prácticas y nuestras representaciones mentales.
Educadores cristianos y lasalianos, podemos pensar que hemos hecho el recorrido del tema de una vez para
siempre; tanto más que ya llevamos tres siglos de compromiso en favor de los jóvenes y los niños. Pero paradójicamente, esta historia que tanto nos ha enseñado, es quizá al mismo tiempo el atolladero de nuestras
certezas demasiado fuertes y repetidas. La Convención viene a despertar nuestras fuentes y abrirnos a un
futuro en el cual el/la Niño/a y el/la Adolescente se transformarán en los colaboradores más importantes de
su desarrollo y del nuestro.
Desde el 42º Capítulo General de 1993, Hermanos de Asia nos pidieron que prestáramos atención a esta
Convención (Circ. 435, pág. 22), luego en 1999 el H. John Johnston, entonces Superior General, en una
carta ampliamente leída y comentada, realizaba una llamada al Instituto para que se dejara conmover por
los numerosos sufrimientos de los niños y jóvenes de nuestro tiempo y tomara el ritmo de la Convención
Internacional y de las Organizaciones nacionales e internacionales que luchan por ellos y con ellos. Todo
esto tuvo un eco inmediato y razonablemente entusiasta en el 43º Capítulo General del año 2000, cuando
la propuesta 14 llegó a la Asamblea plenaria; el Capítulo General hizo suyo el texto siguiente:
PROPUESTA 14
Cada Distrito, Subdistrito o Delegación, para que los Derechos del Niño sean considerados como un aspecto
importante del compromiso de la misión educativa lasaliana durante los siete próximos años, incluirá este tema
en su plan de acción. Para esto, nombrará al menos a un Hermano o a un Colaborador para que le ayude a:
- Cooperar con las organizaciones locales que trabajan para la promoción de los Derechos del Niño
- Constatar las violaciones de los Derechos del Niño que se dan en su zona.
- Alertar a las autoridades locales cuando los Derechos del Niño son violados.
- Velar por el conocimiento y la aplicación de los Derechos del Niño en nuestras escuelas y universidades.
- Mantener el contacto con el Secretariado para la Misión Educativa. Esta propuesta será evaluada periódicamente.
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Desde entonces, algo se ha puesto en
movimiento en los Distritos del Instituto.
En dos años, se han establecido disposiciones precisas: nombramiento de un/a delegado/a para los Derechos del Niño en cada
Distrito, congresos, campañas de sensibilización, actividades con jóvenes y adultos,
padres, contactos tomados con organizaciones regionales, nacionales, internacionales...
Este BOLETÍN quiere ser pues un informe
de una etapa recorrida y un instrumento
de trabajo para estimular nuestras fuerzas:
puesto que tiene que quedar claro que este
compromiso del Instituto debe profundizarse y continuarse para que sea significativo y que nos identifiquemos con la causa
de los niños y los jóvenes, especialmente
de aquéllos y aquéllas que sufren.
Contiene pues dos grandes capítulos:
– En el primero aparecen gritos de niños que sufren enormemente y la decisión del Instituto madurada
estos últimos años.
– En el segundo, respondiendo a la llamada de aquéllos y aquéllas que elaboraron la Convención
Internacional, el Instituto que no permanece inactivo, muestra algunos de sus compromisos.
Deseamos que puedan utilizar ampliamente este BOLETÍN y darlo a conocer.
El Secretariado para la Misión Educativa Lasaliana está a su disposición: acepta todo tipo de aportaciones y
comentarios; y especialmente sugerencias para que nuestra acción llegue hasta los centros de decisión donde
también debemos trabajar.
Deseamos agradecer aquí a los autores de este BOLETÍN -autores de artículos, informes de actividades- y
muy especialmente al Sr. Alain Damiani –profesor lasaliano, periodista– y al Servicio de Publicaciones.
El Comité de redacción
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Entrevista con el Hno. Álvaro Rodríguez
Echeverría, Superior General
Alain Damiani: El
tema que nos ocupa le es
muy familiar: preocupación que está en el origen
mismo del Instituto...
Hermano Álvaro: La Congregación nació para los niños.
Antes de pensar que Juan
Bautista de La Salle es su
Fundador, tenemos que pensar que fueron los niños los
que nos fundaron. El Fundador descubrió en ellos su inspiración: los niños son nuestros fundadores. Los Derechos
del Niño tal como los presenta la Convención Internacional corresponden a nuevas necesidades. El niño ha
sido marginado durante mucho tiempo, incluso en la historia bíblica, sea en el Antiguo o en el Nuevo Testamento.
Si esta situación no se hubiera dado en un comienzo,
quizá los Derechos no hubieran tenido necesidad de ser
enunciados y se hablaría hoy de derechos de las personas, y los niños serían incluídos en esos derechos.
Es porque a los niños no se los reconocía como personas
que hubo necesidad de hablar de sus derechos como los
de unas auténticas personas. Por otra parte, las características del niño son bastante diferentes de las del adulto y
quizá sea bueno hablar de los derechos del niño en un sentido pedagógico. Hoy, puede decirse que el niño es centro
de interés de las Sociedades. Es una afirmación ambigua
porque sabemos que actualmente el niño está amenazado,
quizá más que en el pasado. Así que puede que sea un sentimiento de culpabilidad el que inspira la necesidad de preocuparse de los niños y hacer algo por ellos.
A.D. Es algo así como ocurre con el problema del entorno: sacralización de la naturaleza puesto que está en
peligro de muerte...
H.A. Hace poco, leí un artículo traducido del francés en
una revista de la Universidad de los Jesuitas de Managua,
Nicaragua. Se hablaba del "niño sol". Hoy, en nuestras
sociedades, sobre todo en las más desarrolladas, en
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Europa, en Estados Unidos,
el niño es el centro, y esto
significa a menudo que todo
está al servicio del niño, lo
que le impide vivir, domesticar las decepciones, las dificultades, los problemas de la
existencia. Con esta educación, el niño no logra desarrollarse. Es importante
para la educación de los
niños no caer en esa actitud
que hace de los niños el centro de todo -"el niño sol"que no le hace capaz de sufrir, de compartir con los demás,
salir de sí mismo, ser abierto, asumir los problemas de la
vida.
A.D. ¿No sería esta actitud el síntoma, la prueba de
una atenuación, de un debilitamiento de los adultos,
las culturas, las sociedades como tales?
H.A. Sí, creo que este es el testimonio de un desconcierto
que se puede observar en las familias, las escuelas, en las
que no se sabe cómo actuar; una inseguridad, una incertidumbre en cuanto al comportamiento que se debe tener.
A menudo, la solución es no hacer nada: los seres y las
cosas irían a su ritmo. Esto no es bueno para los niños que
pueden percibir esta actitud como indiferencia, falta de
atención. Es mejor manifestar una voluntad que pueda llegar hasta el castigo de no decir nada, porque en ese caso
se está dando al niño la sensación de que no existe...
A.D. Un problema bastante grave de identidad de los
adultos, que no sepan ni siquiera cómo amar justamente a aquellos que más aman...
H.A. Precisamente por esto, creo que no se puede separar los derechos de los niños de los de la familia, de la
formación de la familia.
Los derechos de los niños comienzan en los adultos. Se
dijo en el transcurso del último Capítulo General que las
Universidades Lasalianas deben preocuparse de los
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derechos de los niños. Un capitular hizo la observación
que no hay niños en las Universidades. De acuerdo, pero
precisamente en las Universidades los adultos, los profesionales, tendrán que vérselas con los derechos de los
niños: los derechos de los niños tienen su fuente en los
adultos. Esos adultos deben tener conciencia de las
necesidades del niño para tener una atención más adecuada a esas necesidades.
dar, sea cual sea su cultura. Pero Occidente, a su vez, debe
cuidar su capacidad de apertura a los demás, de recibir él
también, de aprender de las otras culturas, de otros
aspectos que también son beneficiosos para el niño. No
solamente enseñar e imponer, sino recibir y aprender.
A.D. ¿No cree que antes que una comprensión por
parte de los adultos, los niños tienen sobre todo necesidad de vivir entre personas que realmente "existen"?
Siempre me ha sorprendido el hecho de ver crecer a
niños y hacerse personas, cuando resulta que vivían en
situación de gran pobreza. Y siempre veía la posibilidad de su desarrollo en la gran capacidad de "existir"
de los adultos que les rodeaban; adultos que estaban
menos preocupados de los niños de lo que podemos
estar en nuestras sociedades llamadas desarrolladas;
porque la "existencia" y la fuerza de los lazos familiares
y sociales garantizan al niño en ese ambiente, al
mismo tiempo, una protección y una pertenencia, un
modelo. Usted que se siente cercano de sus amigos
indios de Guatemala, ¿qué piensa de este asunto?
H.A. Sí, esta globalización que contiene grandes poten-
H.A. Es un auténtico problema... Este año por ejemplo he
tenido que visitar catorce países de África. Mi experiencia
latinoamericana se ha reforzado, acrecentado, por esta realidad africana en la que el niño tiene un lugar importante.
Un lugar, por el número mismo de niños en cada familia, el
niño como el mayor don que el cielo puede acordar, aunque vivan en situación de tan enorme pobreza que a veces
les impide desarrollarse dignamente. El niño representa un
valor, un gran valor, y la familia se preocupa de los niños,
aunque sus recursos sean muy limitados.
Y claro está, pienso en los indios de Guatemala, cuyos
hijos parecen estar dominados por los adultos, pero esto
proviene del gran sentido de respeto que existe en esta
cultura para los mayores: los abuelos sobre todo, tienen
una autoridad reconocida; pero se trata de un ambiente
en el cual las tradiciones se transmiten de uno a otro de
forma oral. La madre no tiene quizá una influencia tan
grande como la que tiene en Occidente, en Europa por
ejemplo. La madre suele ser muy discreta y es a menudo
la abuela, o el abuelo quien tiene el papel más importante en la educación de los niños. Lo esencial en este
caso es la actitud de respeto, de amor, de relaciones que
son siempre de proximidad...
Dicho esto, pienso que el camino realizado en Occidente
es enriquecedor para todos gracias al desarrollo de la conciencia a propósito de los niños que cada uno puede ayuBOLETIN FSC, nº 247 - 2002
A.D. ¿No sería la globalización un peligro, dado que es
el único modelo occidental que se extiende y se impone?
cialidades puede ahogar las culturas más débiles, pero
portadoras de valores, como cualquier cultura.
Para mí, la globalización debería ser una forma de compartir la realidad intercultural y no la imposición de un
modelo cultural único.
Y en lo que atañe al niño, para comprender quién es el
niño y cómo relacionarse con él, es importante estar
atento a la diversidad cultural y aprender de todos. Lo
fundamental en todo esto es estar atento a los niños y
aprender de ellos quiénes son y cuáles son sus necesidades. A menudo nos consideramos como maestros
que enseñan. Debemos ser al mismo tiempo los discípulos de los niños.
A.D. Volvamos sobre lo que decía de las culturas, todas
son portadoras de valores: ¿existe un tesoro común de
valores, características fundamentales, podríamos
decir invariables, a partir de las cuales algo universal
podría ser dicho (es lo que pretende la Convención de
los Derechos del Niño)?
H.A. Creo que cada realidad nos presenta situaciones
diferentes. En Europa por ejemplo, los niños tienen necesidad de expresiones de amor, afecto, relaciones de proxi7
midad por parte de los padres que en su mayoría trabajan
y están cotidianamente alejados de su casa; hay familias
de dimensiones muy reducidas que no tienen por consiguiente la posibilidad de relación entre hermanos y hermanas. De ahí la fuerte necesidad, en Europa, de expresiones de amor, afecto profundo, interés por el niño.
En otras situaciones, por ejemplo en África, el problema
es la pobreza, la desnutrición. En otros países, el problema son los conflictos y el drama de los niños soldados o
víctimas de las guerras.
El niño depende mucho del estado de la sociedad en la
que vive, de ahí la importancia de conocer bien esa
sociedad para conocer mejor las necesidades de los
niños, sus prioridades, sus problemas, y eso para resolverlas mejor. Existen pues variables...
A.D. Mi pregunta se interesaba en lo que se puede
conocer a partir de la observación de diferentes situaciones vividas por el niño en el mundo, ciertas necesidades fundamentales del niño, en cualquier situación
en que esté viviendo.
H.A. Las necesidades fundamentales del mundo, sí, ¡son
muchas cosas!
No basta con satisfacer algunas necesidades, por ejemplo materiales. El niño tiene otras necesidades, precisa
afirmar su personalidad, tomar conciencia de sí mismo.
Creo que su primera necesidad es de orden afectivo más
que nada. Y de seguridad: vivir sin miedo. Necesita una
familia que le dé seguridad. Nosotros, adultos, debemos
tener en cuenta toda la realidad del niño, cuerpo, corazón, espíritu, alma, todas las dimensiones de la sensibilidad, de la emotividad.
A.D. Y también de lo imaginario...
H.A. Sí, esta dimensión es importante en los primeros
años. El sueño, esos amigos imaginarios que se inventan
y con los que dialogan.
Esta dimensión de lo imaginario es importante. Vivimos
en una civilización que es más la de la imagen que la de
la palabra o del escrito. Nuestro tiempo es en ese sentido mucho más cercano de los niños que viven sobre
todo de imágenes. La situación nueva es que cada vez
más nosotros, los adultos, vivimos de las imágenes.
A.D. ¿No existiría el peligro de privar al niño de adultos que vivan realmente?
H.A. Ciertamente, cada vez más los adultos copian a los
jóvenes sus formas de vivir, sea la moda o los centros de
interés, los temas de conversación. Los adultos se trans-
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forman cada vez más en adolescentes, en jóvenes. Se
trata de una falta de equilibrio: debemos vivir plenamente la etapa de la vida que nos toca, con todas nuestras
posibilidades. Podríamos ver en esto alguna cosa positiva:
aprender de los niños, de los jóvenes, tener un espíritu
abierto a la vida, conservar las ilusiones, en el sentido
corriente del término, sueños, utopías positivas.
Pero al mismo tiempo, el adulto debe encarnar sus propios
valores, los de su edad, con realismo y sabiduría. A menudo los adultos "modernos" privan a los niños de todo esto.
El mundo adulto ha perdido esas dimensiones. Aquello
por lo que las personas adultas son más formadoras para
los niños, porque han atravesado y superado esa época
de su vida en la que pretendían identificarse con los jóvenes. Esto resulta muy llamativo en nuestra experiencia:
frecuentemente es más fácil para un niño entrar en relación con una persona anciana que con una persona de
mediana edad. Sobre todo para los adolescentes...
A.D. Una especie de africanización de la familia: cuando los abuelos se transforman en los auténticos educadores del niño...
H. A. Tienen tiempo, pueden regalar tiempo, aseguran
una permanencia y han tomado una cierta distancia con
los acontecimientos de la vida...
A.D. ¿Y el aspecto cristiano de la educación? ¿Qué
tiene que decir el cristiano?
H. A. Personalmente las dos fuentes que me inspiran
son el Evangelio y el Fundador. Por un lado el Evangelio,
Cristo en su relación con los niños y el estado de la infancia en una sociedad para la que el niño no contaba, ya lo
he comentado. Para Jesús el niño es importante, hasta
tal punto que invitaba a hacerse como niños en sus virtudes y sobre todo en su confianza en el Padre. Es una
actitud cristiana fundamental: la confianza, lo esencial
en este mundo en el que existe muy poca confianza en
los demás, donde prevalece el espíritu competitivo.
Y también la lectura del Evangelio hecha por Juan
Bautista de La Salle, lo que repite tan a menudo en sus
Meditaciones: mover el corazón. Debemos mover el
corazón, y no solamente llenar la cabeza. Dice: "Vuestra
misión es mover los corazones", y para lograrlo, el cristiano, el Hermano, los lasalianos deben estar en contacto con Dios y ser transparentes a ese sacramento de Dios
que son los niños.
Para el adulto, el niño debe ser el sacramento de Dios. El
Fundador nos ofrece una palabra llena de sentido cuando
nos dice que debemos adorar a Dios en los harapos de los
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niños pobres que educamos. El acto de adoración es el
acto supremo que podemos hacer. Para el Fundador, el
encuentro con un niño pobre es un lugar sagrado que
permite un acto de adoración de Dios. Esto me parece
extraordinario: mover el corazón, el acto más importante.
Por otra parte, el Fundador nos invita a tener la firmeza
de un padre al mismo tiempo que tenemos la ternura de
la madre: ser padre y madre para los niños.
A.D. Una fuerza, un rigor tierno...
H.A. Eso es, el Fundador habla de la firmeza del padre y
de la ternura de la madre. El educador cristiano, en su
relación con los niños, debe tener esa doble dimensión.
Espiritualmente el niño es un icono que nos invita a vivir
una relación de confianza con Dios, a purificar nuestros
intereses, a vivir una mayor gratuidad y no esas relaciones de los adultos muchas veces impregnadas de intereses oscuros.
A.D. Observo que en todas sus palabras, lejos de relativizar los aspectos del problema (sea con respecto al
niño, las culturas o los educadores) intenta siempre reunir. Nunca se trata de esto o
de lo otro, sino de esto Y
lo otro que hay que vivir
o a lo que hay que prestar atención. ¿Sería
esto compatible con la
extrema radicalidad de
la Convención de los
Derechos del Niño, aún
en su forma?
H. A. Ya se lo decía: creo
que si actualmente se
habla tanto de los derechos
del niño es porque algunas
cosas no se han hecho.
Normalmente no se debería hablar en términos de
derecho, se debería hablar
de los niños como personas. Es como para los
Derechos Humanos: si
hemos sentido necesidad
de hablar de los derechos
es porque algo no había
funcionado. Los derechos
son un remedio, el reconocimiento de un fracaso.
Pienso en una película franBOLETIN FSC, nº 247 - 2002
cesa en la que una familia que ya tiene un hijo adopta
a un niño peruano. El niño francés tiene al comienzo
odio hacia su hermano adoptivo, pero al final de la
película él es el único que lo comprende. Y la película
termina con una frase de Albert Camus: "Mi único
deber es amar".
Creo que cuando se da el amor, no hay necesidad de
hablar de los derechos.
En muchas zonas del mundo –pienso en África, América
Latina, sobre todo en el pueblo indio, en Asia y también
en otras partes del mundo– se habla poco o nada de los
derechos del niño porque quizá allí no es necesario. El
niño tiene su lugar, se le reconoce por lo que es y sobre
todo el niño tiene el afecto que necesita.
Pero no debe simplificarse nada: esas poblaciones también tienen sus problemas. Todas las culturas necesitan
ser purificadas, y claro está, también la occidental que
no puede pretender ser el modelo único. Es el problema de la globalización: pretender imponer un modelo
único. Para mí, la globalización es la comunión, su
riqueza consiste en la comunión intercultural, el
encuentro de culturas, aprender los unos de los otros.
Es la gran riqueza de un Instituto internacional como el
nuestro: poder compartir
entre diferentes culturas,
nacionalidades, enriquecernos los unos a los otros.
Sobre todo, no pensar que
pueda existir un modelo
único que deba imponerse.
Es una búsqueda permanente, un diálogo...
A.D. Y su Instituto, que ya ha
realizado muchas cosas en ese
sentido, parece decidido a ir
aún más lejos. Es un estímulo
para todos aquéllos y aquéllas
que trabajan a su lado.
Gracias, Hermano Álvaro.
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Gritos… una decisión
Capítulo 1
El Instituto, a lo largo de su historia, se puso en camino observando la realidad concreta de los niños y los jóvenes que
encontró en su ruta. Son siempre sus GRITOS los que conmueven sus entrañas y le invitan a tomar decisiones valientes.
El Centro Universitario La Salle de Aravaca (Madrid) se ha puesto a la escucha de los jóvenes de su entorno. Y hoy nos
hace escuchar sus sufrimientos; duros sufrimientos que asoman y emergen en dibujos y pinturas torpes e ingenuas pero
enormemente sugestivas. Son el eco de otros muchos sufrimientos mudos y escondidos... con los que nos encontramos
todos los días.
Ante esos sufrimientos inmerecidos, este capítulo presenta dos documentos que acentúan la decisión del Capítulo
General del año 2000 y la voluntad del Hermano Superior que acabamos de leer.
El primero es una cita de la carta pastoral del H. John Johnston, por entonces Superior General. En 1999 lanzó una fuerte llamada. Muchos la escucharon.
El segundo es una carta del Secretario para la Misión Educativa Lasaliana escrita en octubre de 2001. Recuerda el espíritu de nuestro compromiso y sugiere pistas de actuación; algunas ya se están aplicando.
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BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
La defensa de los niños, el Reino de
Dios y la misión lasaliana
Tesis de esta carta
La tesis de esta carta pastoral quiere mostrar que la situación de
los niños pobres en el mundo actual es un escándalo inexplicable
y que nuestro carisma lasaliano nos invita a ser solidarios con los
niños desamparados, abandonados, marginados y explotados y
que debe constituir un cometido especial de nuestra misión.
Esta postura coincide con la del Papa cuando incita a las personas consagradas "a ocuparse de aquello que el mundo descuida,
responder generosamente y con audacia, aunque sea con intervenciones obligadamente exiguas, a las nuevas pobrezas, sobre
todo en los lugares más abandonados" (VC, 63). Juan Pablo II
escribió estas palabras pensando en el impacto que el declive
numérico está teniendo en las actuales obras apostólicas e incluso en las futuras de algunos Institutos. Esto explica el empleo de
la frase "aunque sea con intervenciones obligadamente exiguas". Sin embargo en el contexto de la "misión
compartida" y contando con el potencial de 67.000 profesores lasalianos y muchos miles más de colaboradores, nuestra respuesta a las necesidades de los niños pobres se puede considerar "importante".
La Declaración dice que el Instituto hallará "el acicate imprescindible para la renovación en la atención prestada
por él a los problemas de la juventud que está llamado a salvar" (Decl. 23, 1). Nosotros Hermanos de las Escuelas
Cristianas, y todos los miembros de la Familia Lasaliana, debemos mostrar solidaridad con los niños discriminados, a nivel local, nacional e internacional, e identificarnos de lleno en su defensa, ser activos de modo creativo y eficaz a través de nuestra misión de educar humana y cristianamente. El centrarnos en ello, puede sensibilizarnos para realizar una contribución importante en la búsqueda de la justicia en favor de los niños. A1 mismo
tiempo puede ser fuente importante de renovación para nuestro Instituto y nuestra misión lasaliana.
La Hermana Patricia Wittberg, socióloga dice que "si la vida religiosa ha de existir dentro de la Iglesia en el
siglo XXI, entonces, su carisma esencial, es decir la definición fundamental de lo que es y por qué existe,
debe resonar con la angustia, la ruptura y la tensión más profundas de al menos un aspecto de la cultura
contemporánea" (Wittberg, Patricia, Pathways to ReCreating Religious Communities, página 77). Estoy sugiriendo que uno de los aspectos de la cultura contemporánea que provoca angustia, frustración y rabia es el
desamparo y la explotación de los niños.
Las experiencias de hace pocos días confirman mi postura. La policía italiana ha descubierto la existencia de
niños esclavos. Son niños indocumentados que entraron en el país de manera clandestina con adultos que
han llegado a ser sus "amos". Hace algunas noches la televisión italiana proyectó un film extraordinario
sobre la vida de Iqbal Masih, el joven pakistaní cuyos indigentes padres lo vendieron a una organización de
niños esclavos trabajadores a la edad de cuatro años. Se escapó cuando tenía diez años y comenzó a hablar
contra la esclavitud y en favor de la libertad de todos los niños pakistaníes. En 1995 personas implicadas en
esta conducta aberrante le asesinaron brutalmente. Tenía doce años. Tales situaciones, y otras muchas, provocan angustia, frustración y rabia.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
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Como Hermanos de las Escuelas Cristianas, debemos estar en vanguardia en la lucha por la justicia de esos
niños. Esta misión central puede darnos nueva vitalidad. Pienso que atraerá a nuestro Instituto jóvenes
valientes, generosos y con ideales, que creen en Jesucristo y están dispuestos a seguirle como consagrados.
Solidaridad con los niños pobres
La solidaridad con los niños pobres es una manera concreta de responder a nuestro voto de asociación para el servicio educativo de los
pobres. La solidaridad nos proporciona a todos un modo de vivir
nuestro cuarto voto, ya sea que estemos en contacto directo o no
con la juventud pobre. No basta que algunos Hermanos y colaboradores lasalianos eduquen a los pobres. Todos los Hermanos y todos
los colaboradores lasalianos, cualesquiera que sean sus ministerios
específicos pueden ser solidarios con los pobres. "Cada Hermano
debe hacer suya la diligencia que, por su parte, realizó San Juan
Bautista de La Salle para dirigirse a los pobres con corazón de
pobre". "Sea cual fuere el tipo de tales centros, los Hermanos se considerarán siempre solidarios de los pobres y de la actividad de su
Instituto en favor de los desheredados" (Decl. 34, 2; 32, 1).
Al llamar a la solidaridad virtud cristiana, Juan Pablo II la define como
"la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien
común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos" (Solicitudo Rei Socialis, 38,
40). Esta carta es una llamada a todos nosotros, Hermanos y colaboradores, a comprometernos con decisión firme y perseverante al bien
de los niños que son víctimas de la maldad humana.
Expresamos nuestra solidaridad con los niños pobres, cuando por
las palabras, las acciones o la calidad de nuestra presencia les manifestamos amor y respeto profundos. Por
solidaridad, procuramos ayudarles a aumentar su "resilience", es decir, la capacidad de resistencia y el poder
de recuperación. Los expertos en el cuidado de los niños desheredados describen este término como la posibilidad de realizar el bien a pesar del stress o de la adversidad. Esta cualidad resiste a la destrucción del espíritu humano. Cultiva la capacidad de construir una vida auténtica a pesar de las circunstancias difíciles.
Con todo, "la preocupación por remediar las necesidades de las personas y la implantación de obras que favorezcan a los pobres no pueden eximir nunca (a los Hermanos) de prestar apoyo a los esfuerzos que se
emprendan por instaurar un orden social más justo" (Decl. 30, 3). Tenemos pues que concienciar a nuestros
estudiantes enseñándoles la doctrina social de la Iglesia y animándoles "a participar eficazmente en el combate en favor de la justicia y la paz". "En su labor educativa tomen a pechos los Hermanos despertar concretamente el interés de sus discípulos por conocer el dolor humano" y "suscitar más vivamente cada día el sentimiento de la fraternidad universal" (Decl. 32, 1,2). La solidaridad con los pobres, especialmente con los
niños pobres, debe hacerse patente en las declaraciones u orientaciones de todos los distritos, en las escuelas y centros de apostolado y en los programas anuales. Debe hacerse patente también en el proyecto comunitario anual y en el proyecto personal. Más aún, la solidaridad con los niños pobres y abandonados debe ser
un factor decisivo y predominante en las decisiones que tomen los Visitadores, capítulos de distrito, consejos escolares y directivos, comunidades religiosas y educativas, tanto sobre el presente como sobre el futuro
de nuestra misión (Decl. 34, 2, 4).
(De la Carta Pastoral del H. John Johnston, Superior General, Enero 1999)
12
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Los Derechos del Niño
Carta del Secretariado para la Misión Educativa Lasaliana, Octubre 2001
El año internacional lasaliano para los Derechos del Niño (entre 0 y 18 años) quiere ser la concreción actual de un compromiso que, en muchos aspectos, es el de los lasalianos desde hace mucho tiempo. Es para nosotros una forma de despertar nuestras energías personales y colectivas y activar de forma renovada nuestro apoyo a las personas y los organismos que luchan a favor de los Derechos del Niño. Evidentemente, este año internacional lasaliano es un punto de partida, pues los logros se hacen a lo largo del tiempo. Además, la Convención internacional deberá, sin lugar a dudas, interpelar también nuestras mentalidades y prácticas; en efecto, no se trata únicamente de "proteger" o de "hacer-por", se
trata sobre todo de entrar en diálogo con un ACTOR y de "hacer-con".
En cierto modo, ya estamos comprometidos en este ámbito. Sin embargo, nos conviene mirar más allá de nuestros usos
y costumbres para unirnos con otros agentes. Esta carta, escrita por varias manos, sencillamente pretende situar el sentido de nuestras actuaciones.
H. Nicolas Capelle
Secretariado para la Misión Educativa Lasaliana
I. Al servicio del niño y del joven
Por Philippe Richard (U.C.L., Lyón, Francia) y el H. Othmar Würt (Neuchâtel, Suiza)
Una historia
En la época del Señor de La Salle no se hablaba todavía de
los "Derechos del Hombre" y, menos aún, de los "Derechos del
Niño". Se evocaba, con los términos de aquel tiempo, la
preocupación especial para con los pobres. Semejante preocupación se concretaba en la observación de las realidades
de la sociedad del siglo XVII, que como todos saben, soportaba una gran desigualdad social. Desigualdad puesta en
evidencia por los medios de comunicación de entonces, los
"cuadernos de quejas" redactados en el siglo siguiente, algunos años antes de la gran Revolución de 1789.
Esta atención particular que Juan Bautista de La Salle
manifiesta hacia los pobres representa en primer lugar una
actitud espiritual. Subraya la fuerza de una mirada amorosa dirigida hacia una categoría de la población en situación
necesitada. Diríamos hoy que es "humanitaria", es decir
que se interesa por una humanidad desamparada. Como
tal, se inserta en la tradición cristiana del amor al prójimo,
él mismo icono de Dios: "Lo que habéis hecho con el más
pequeño de entre vosotros, lo habéis hecho conmigo".
Igualmente, manifiesta la espiritualidad lasaliana de relación consigo mismo, con Dios, con los otros, que también
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
conocemos bajo la formula de "Fe, Servicio, Fraternidad". La
atención particular a los pobres no representa una misión
que provenga de nosotros mismos sino que es "don de Dios".
Finalmente, la atención profunda a los pobres no es algo
aislado. Para eso, tenemos que dejarnos interpelar de
diversas formas, codearnos con el mundo de los pobres,
yendo hasta atrevernos a realizar una inmersión en el
mundo de los pobres y esto a diversos niveles. Es precisamente lo que hizo Juan Bautista de La Salle. Este recorrido, a través de los años, hizo que este paso se transformara para él no sólo en una evidencia intelectual, sino
que fue también una obligación moral, de conciencia.
Compromiso actual
La cuestión que hoy se nos plantea es la de reconocer por
qué caminos nos conduce esta espiritualidad que compartimos. Si la apertura de escuelas, en el caso de las primeras comunidades de Hermanos, puede ser considerada
como la manifestación dada a la preocupación particular
por los pobres, tenemos que dar con un lenguaje contemporáneo para traducir en los hechos nuestro compromiso
con el servicio educativo de los pobres.
En este preciso instante aparece la noción de los derechos
13
del hombre, y más especialmente la noción de los derechos del niño. Con la llegada
de la sociedad industrial, la
noción de derechos emerge
poco a poco y se impone. La
declaración de los derechos
del hombre y del ciudadano
de 1789, y más adelante la
redacción de Códigos así
como la promulgación de las
grandes Libertades Públicas
a finales del siglo XIX, son
otras tantas etapas que
señalan en Francia el movimiento de codificación de
derechos y obligaciones. El
apogeo de este movimiento tendrá lugar en 1948, cuando se cree la ONU y se proclame
la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, primer catálogo de estos derechos con vocación universal.
Esta Declaración comporta especialmente el artículo 28,
que afirma que todo hombre tiene derecho a que reine un
orden social e internacional de tal modo que, los actuales
derechos y libertades puedan aplicarse.
Lentamente, el contenido del compromiso va a especificarse: derechos civiles y políticos, derechos económicos,
sociales y culturales, derechos colectivos. Desde lo universal, el compromiso va a extenderse hasta el nivel regional.
De este modo va a tomar forma más precisa y más adaptada a las culturas y políticas regionales. Después, algunos
asuntos van a desembocar en compromisos más temáticos: lucha contra la discriminación, contra la tortura, etc.
Para terminar, ciertas categorías de personas van a conseguir progresivamente el beneficio de una protección especial, teniendo en cuenta su situación de víctima potencial:
los trabajadores, las víctimas de conflictos armados, las
mujeres y, por lo que nos atañe, los niños.
En 1989, las Naciones Unidas publicaron la Declaración
de los Derechos del Niño;
esta publicación fue saludada en su momento como un
progreso significativo en lo
que respecta a los derechos
humanos. Este texto era el
resultado de un largo trabajo
de preparación, en el que el
BICE (Oficina Internacional
Católica de la Infancia) participó de forma importante .
Da testimonio de la evolución de la imagen del niño en
la sociedad. En efecto, si el
niño como ser débil que hay
que proteger es una idea
todavía presente que nos legó
el siglo XIX, la Convención
desarrolla al mismo tiempo una nueva imagen del niño, la
de un futuro ciudadano, situado en el centro de una red
de derechos y responsabilidades, de prácticas ciudadanas
que prefiguran su vida de adulto .
La Convención había sido precedida de una primera
Declaración en cinco puntos (1929) titulada "Declaración
de Ginebra", y a continuación por otra segunda Declaración
en diez puntos, en 1959, en la que aparecía el enunciado de
un derecho con contornos poco jurídicos, pero muy cercano
de la espiritualidad lasaliana precedentemente indicada: el
derecho al amor. Podemos pararnos algunos instantes para
evocar la dinámica general de esta Convención que permite
al derecho internacional de la infancia pasar de un estatuto
expositivo a un estatuto obligatorio.
La Convención de los Derechos del Niño contiene 54 artículos cuya pretensión es promover un verdadero estatuto
jurídico del niño, promocionado él mismo a la categoría de
sujeto de derechos. La Convención enuncia principios básicos, entre los que podemos citar el derecho del niño a tener
una familia, o la necesidad de tener en cuenta el interés
superior del niño. Volveremos a recordar más adelante
El BICE (sigla francesa, Bureau Internatinal Catholique de l´Enfance = Oficina Internacional Católica de la Infancia) fue fundada en París, en 1948,
para responder al Proyecto Educativo Lasaliano impulsado por el Papa en la Encíclica Quemadmodum, a favor de los niños víctimas de las deportaciones, enfermedades y hambrunas soportadas durante la segunda guerra mundial. Fue inicialmente idea del Padre Gaston Courtois, Director
general de la UOCF (Unión de Obras Católicas de Francia) y de algunos capellanes del movimiento Coeurs Vaillants. Numerosos movimientos cristianos fueron consultados en Europa y otros Continentes. El Congreso fundador del BICE tuvo lugar en París, los días 17 al 19 de enero de 1948 bajo
los auspicios del Cardenal Suhard y del Nuncio Roncalli. Estuvieron presentes sacerdotes y seglares de ocho países y representantes de cuatro organizaciones: la Obra Pontificia de la Santa Infancia, los Salesianos, los Hermanos de las Escuelas Cristianas y la revista jesuita Lumen Vitae. Desde
entonces no ha cesado de extender sus actividades entre los niños más desfavorecidos del planeta, de cualquier creencia o confesión que sean. El
BICE pone el acento en las necesidades psicológicas y espirituales del niño: educación, entorno familiar, sentido de la responsabilidad, confianza en
sí mismo y desarrollo espiritual. Trabaja a medio y largo plazo y hace de cada Niño artífice de su desarrollo. El Instituto de los Hermanos de las
Escuelas Cristianas es miembro fundador y ocupa la vicepresidencia. (http://www.bice.org)
14
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
estos dos principios para desarrollar en torno a ellos propuestas de nuevas tareas.
Pero más allá de los principios, la Convención comporta
disposiciones que traducen
un cambio de perspectivas.
En efecto, la necesidad de
protección ya no constituye el
núcleo del dispositivo, sino
que lo forman una serie de
derechos de aspecto social,
cultural, económico y penal.
Las innovaciones más destacadas conciernen a las disposiciones relativas a las libertades fundamentales: así pues,
se reconoce al niño el derecho de
opinión, expresión, pensamiento, conciencia y asociación .
Conviene añadir que este texto es innovador en previsión
de un sistema de control de la aplicación. En este sentido,
el artículo 43 de la Convención instaura un Comité de
Derechos del Niño, encargado de examinar los informes
de los Estados en referencia a las medidas de aplicación
tomadas del derecho interno. Estos informes los examina
y analiza un grupo de diez expertos independientes. Las
ONG que tengan un estatuto consultivo en las Naciones
Unidas tienen la posibilidad de presentar informes alternativos, que "completan" (por no decir desmienten)
informes estatales, la mayoría de las veces demasiado
halagadores. Es lo que ocurre por ejemplo en el caso del
BICE. Teniendo en cuenta la importancia que representa
la participación de las ONG en el seno del Comité de los
Derechos del Niño de Ginebra, la cuestión de una presencia específica de los Hermanos de las Escuelas Cristianas
que representan a más de un millón de jóvenes del
mundo se plantea con pertinencia.
Voluntad lasaliana
Los Capítulos Generales de 1966 y 1976 pedían a los
Hermanos que trabajaran en la promoción de la Justicia y la
Paz (Regla, art. 7, 14 que invitan a los Hermanos a comprometerse decididamente, por medio del servicio educativo, a
promover la justicia y la dignidad humana). Esta preocupación anima también la actividad de los Hermanos cuando
ésta se dirige a un ambiente social más favorecido. Estos
dos Capítulos también sensibilizan a los Hermanos hacia
las situaciones de injusticia en las que los pobres son a
menudo víctimas. Así, en el art. 40c se puede leer que "los
Hermanos preparan a sus alumnos a crear relaciones más
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
justas entre los pueblos. Los
estimulan a comprometerse
de modo efectivo en la acción
en favor de la justicia y la paz".
Durante el último Capítulo
General, el año 2000, el
Instituto de los Hermanos
de las Escuelas Cristianas
hizo del tema de los
Derechos del Niño un eje de
trabajo y de reflexión, inscrito como prioridad y propuesto al conjunto de los
Distritos. Un documento
titulado "Asociados para
responder a los desafíos del
siglo XXI" vuelve a tomar esas pistas de trabajo y da orientaciones. En el párrafo titulado
"Urgencias educativas", se encuentran cierto número de
propuestas relativas a los Derechos del Niño:
– Los Hermanos y los Colaboradores tienen que ser más
conscientes del contenido de la Convención de la ONU de
1989 sobre los Derechos del Niño;
– La puesta en práctica tiene que adaptarse a las situaciones locales;
– La misión educativa lasaliana debe orientarse hacia los
niños cuyos derechos no están protegidos;
– La respuesta de los Hermanos y Colaboradores a las exigencias de la Convención debe hacerse en una perspectiva evangélica.
Con el fin de dar a estas orientaciones un contenido preciso, el documento propone que "los Derechos del Niño
sean considerados como un aspecto importante del compromiso de la misión educativa lasaliana durante los siete
próximos años... Cada Distrito, Subdistrito o Delegación... incluirá este tema en su plan de acción. Para esto,
nombrará al menos a un Hermano o a un Colaborador
para que le ayude a:
– Cooperar con las organizaciones locales que trabajan
para la promoción de los Derechos del Niño.
– Constatar las violaciones de los Derechos del Niño que
se dan en la zona.
– Alertar a las autoridades locales cuando los Derechos
del Niño son violados.
– Velar por el conocimiento y la aplicación de los
Derechos del Niño en nuestras escuelas y universidades.
15
– Mantener contacto con el Secretariado para la Misión
Educativa" .
Los Derechos del Niño representan una excelente puerta
de entrada para sensibilizar a los miembros de nuestras
comunidades educativas al proyecto educativo lasaliano,
y más allá, a nuestro proyecto evangélico. En efecto, ¿qué
representan los Derechos del Niño y de qué hablan?
Leyendo la primera parte de ese texto, vemos aparecer con
mayor o menor precisión posibles situaciones de violación
de los Derechos del Niño, tales como la ausencia de estado
civil, separación de los padres contra su voluntad, privación
del ambiente de familia, tráfico y venta de niños, ausencia de
libertad de expresión, malos tratos, explotaciones de toda
clase, entre ellas la explotación y violencia sexuales, esclavitud, torturas, ausencia de cuidados médicos. Los Derechos
del Niño, tal como se han definido en la Convención de las
Naciones Unidas, representan pues la suma de los sufrimientos y de la falta de atención hacia los niños, sea cual sea
la forma de cultura y el nivel de desarrollo económico y
social. Más allá de todo eso, se trata de percibir en esta
Convención el rostro de millones de niños que en todas las
partes del mundo sufren de miles de formas y se encuentran
continuamente en la imposibilidad de actuar.
Esta atención a los pobres que repercute a través de la exigencia de promoción de los Derechos del Niño debería
atraer a cada miembro de nuestras comunidades educativas (educadores, empleados, alumnos, padres) hacia el
Proyecto Educativo Lasaliano. La experiencia muestra
que en nuestros centros, muchos maestros (por no hablar
más que de ellos) ignoran el Proyecto Educativo
Lasaliano, y conocen muy pocas cosas de la vida del
Fundador y de su espiritualidad. ¿Cómo poder vivir en
esas condiciones esta espiritualidad lasaliana y el compromiso al servicio educativo de los pobres? Los
Derechos del Niño representan un discurso suficientemente abierto para que pueda ser comprendido por la
mayor parte, en condiciones excelentes de recepción.
Evocando al hombre -al Niño- y sus angustias y, dibujando los contornos de un mundo más justo y más respetuoso de la dignidad humana, hablando de igualdad, protección, bienestar, salud, seguridad, inviolabilidad de la persona humana, solidaridad, cooperación, responsabilidad
y desarrollo integral del Niño, los Derechos del Niño indicarán el camino que los une con el Proyecto Educativo
Lasaliano. En efecto, ¡Cuántos valores comunes entre los
Derechos del Niño y la espiritualidad lasaliana!: ¡Cuántos
lazos de unión con el anuncio de la Palabra! Sensibilizar
nuestras comunidades educativas a los Derechos del Niño
es volver a repetir por medio de los valores y del sentido
un acto de fe cristiana, sin crear ningún tipo de presión
entre los miembros de nuestras comunidades. Desde ese
punto de vista, la campaña de sensibilización hacia los
Derechos del Niño podría constituir una oportunidad
real para volver a explicar el significado del compromiso
lasaliano al servicio de los más pobres.
II. Algunos puntos importantes
H. Diego Muñoz, Secretario para la Educación, Distrito de Venezuela
Es necesario comprender correctamente el significado
profundo de la Convención. Va mucho más lejos que la
simple protección del Niño y del Joven. Por medio de una
presentación exhaustiva, progresiva, jerarquizada, coherente de los derechos, confiere al Niño y al Joven una función de sujeto y de actor. Y en este aspecto, muchas mentalidades deben evolucionar
Los puntos fundamentales que nos pueden servir para
entender el nuevo enfoque internacional son los siguientes:
a) El niño como sujeto de derechos: la Convención atribuye
derechos específicos a los niños y adolescentes pero no derechos especiales excluyentes. La especificidad implica reforzar los derechos otorgados a los seres humanos de cualquier
edad, adecuándolos a los niños y adolescentes como sujetos
16
en formación. Se agrupan en cuatro categorías:
– Derecho de supervivencia: derecho a la vida (art. 6), a la
salud (art. 24), a un nivel de vida adecuado (art. 27) a la
seguridad social (art. 26), a la protección en caso de conflictos armados (art. 38), a que los padres tengan la asistencia
debida para que puedan asumir su crianza (art. 18).
– Derecho al desarrollo: derecho a la educación (art. 28 y
29), acceso a la información (art. 17), a preservar su identidad (art. 8), al nombre y a la nacionalidad (art. 7), a no
ser separados de sus padres (art. 9), a la libertad de pensamiento, conciencia y religión (art. 14), a la recreación y
a la cultura (art. 31).
– Derecho a la protección: contra toda forma de explotación
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
y crueldad (art. 19), a no ser
objeto de injerencias en su vida
privada, familia, correspondencia (art. 16), protección especial
al niño refugiado (art. 22), protección al niño mental y físicamente impedido (art. 23), contra abusos en el sistema de justicia penal (art. 37 y 40), contra el
abuso sexual (art. 34), contra la
venta o trata de niños (art. 35),
contra el uso ilícito de estupefacientes (art. 33).
– Derecho a la participación: el
derecho a la libertad de expresión (art. 13), a expresar su
opinión y ser escuchado en
asuntos que le conciernen (art.
12), derecho a la libre asociación y
libertad de celebrar reuniones pacíficas (art. 15), derecho
a desempeñar un papel en la sociedad en general.
b) El interés superior del niño: este principio es la base
para la interpretación y aplicación de la normativa para los
niños y adolescentes, establece la líneas de acción de carácter obligatorio para todas las instancias de la sociedad y
pone límites a la discrecionalidad de sus actuaciones.
c) Prioridad absoluta: el niño está primero; por eso, es
prioritario atender, antes que nada, a sus necesidades y
derechos básicos. Eso se debe a su valor intrínseco,
puesto que es una persona humana en condiciones
peculiares de desarrollo, lo que lo hace un ser humano
completo en cada fase de su crecimiento; además tiene
un valor prospectivo, porque cada niño es la continui-
dad de su familia, de su pueblo
y de la especie humana.
d) Participación: para hacer
efectivos los derechos que la
ley consagra es necesaria la
plena participación y control
de las personas, de las familias, de las sociedades organizadas y del propio niño y adolescente. Sólo la observancia
de este principio hace posible
la creación de los mecanismos
efectivos de exigibilidad que
garanticen el cumplimiento de
los derechos, de los cuales son
res ponsables el Estado, la
Familia y la Comunidad.
e) El rol fundamental de la familia: se privilegia a la familia como el medio natural y primario donde se garantiza el desarrollo y la protección del
niño y del adolescente. Los padres son los principales responsables de cuidarlos y educarlos. A tal efecto, el Estado
debe brindar a la familia la ayuda necesaria para poder
asumir plenamente sus responsabilidades. Apoyando a la
familia se estará apoyando al niño. Por eso, este principio
evita medidas que separen al niño de su familia, entendida en su sentido más amplio, incluyendo a sus parientes
más cercanos.
Estamos comprometidos en conocer la Convención, manejarla adecuadamente en la familia y la escuela y promover
entre nosotros defensores que se incorporen en la defensa
pública de los/as niños/as tanto de La Salle como de las instituciones educativas vecinas a nuestros centros.
III. ¿Qué hacer?
Cada país, cada región tienen su cultura, tradiciones y
mentalidad que, en el transcurso de la historia, han dado
forma al enfoque personal y colectivo de la realidad del
Niño y del joven. Las sociedades son muy diferentes en
este aspecto.Sin embargo, los lasalianos podemos sugerir
algunas posibles pistas de compromiso.
1. Conocer nuestra realidad nacional o
regional
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Esto significa: entrar en contacto con los organismos
nacionales o internacionales que trabajan el tema. En
cada país firmante, un grupo gubernamental trabaja la
Convención de forma especial, su aplicación, su coherencia con las leyes nacionales. Cada país ha tenido que
situarse con respecto a la Convención; y es útil saber cuáles son las salvedades que su país ha podido plantear en
el momento de ratificar la Convención y por qué.
Por otra parte, puede resultar muy interesante mante17
nerse en contacto con juristas especializados que trabajan para establecer coincidencias con las leyes nacionales
o participan en el organismo de vigilancia que cada país
ha debido establecer.
Este planteamiento inicial tiene enorme importancia. En
efecto, permite situarse con una visión a largo plazo y en
los cambios estructurales, puesto que la defensa de los
Derechos del Niño se dilucida en gran parte en el ámbito
jurídico. Tenemos que estar ahí.
En algunos países, todos los ayuntamientos tienen representantes de los Derechos del Niño. Podríamos encontrarnos entre ellos de forma sistemática, coherentemente con nuestro plan distrital.
2. Sensibilizar y formar
La Convención es poco conocida en nuestros ambientes;
pensamos que basta con nuestro compromiso educativo
ordinario. Ciertamente tiene su importancia y así se participa en la defensa y la promoción de los niños y jóvenes.
Pero puede encontrar un nuevo aliento en el proceso
señalado por la Convención y enriquecerse con un consenso de tipo universal.
Parece normal proponer la organización de una sesión de
sensibilización y formación en el tema de los derechos del
Niño, dirigido a los miembros de las
comunidades educativas. Este esfuerzo de sensibilización, encuentra su
fundamento en la espiritualidad lasaliana y debería concernir a todos los
componentes de la familia lasaliana:
comunidades de Hermanos, centros
escolares, organismos de formación
lasaliana, etc.
3. Conocer las necesidades
Podemos realizar este trabajo de
identificación de las necesidades en
cada uno de nuestros centros, pero
también fuera, caso por caso, para
dar respuestas adaptadas (por ejemplo, identificar a los jóvenes que no
comen por la mañana o al mediodía;
aquellos que llegan cansados por la
mañana porque tienen que trabajar
antes de ir a clase o hasta las tantas
de la noche; los que tienen responsabilidades familiares; aquéllos o aqué18
llas que llevan cargas difíciles de compartir).
Pero, al mismo tiempo, conviene establecer un marco
general de las necesidades de los jóvenes en el seno de
cada Distrito, presentándolo como un informe. Esta tarea
se inscribe en la lógica de la Propuesta 14 ya indicada:
"Constatar las violaciones de los Derechos del Niño que se
dan en cada zona". Evidentemente, la propuesta habla de
violaciones. Pero en un primer momento, puede resultar
más fácil hablar de identificación de las necesidades.
A propósito de esto, indiquemos que los lasalianos de
Australia han hecho un trabajo excelente desde hace 12
años con la línea telefónica Kids/Help.Line, disponible las
24 horas del día: los 80 "oyentes" reciben 30.000 llamadas
a la semana. ¡Y llegan de todo el continente!
4. Participación en el restablecimiento
de la autoestima
Ciertos estudios han demostrado cómo algunos jóvenes,
entre los más desfavorecidos y marginados, viven un
auténtico sufrimiento narcisista: ¿Quién soy yo para que
la sociedad no me preste atención y no me dé oportunidades? Estos jóvenes, viviendo en barrios difíciles, a
menudo de origen emigrante, se sienten excluidos de la
sociedad y terminan autoexcluyéndose del sistema escolar desde muy jóvenes. No ven la
posibilidad de futuro y caen pronto
en el consumo de drogas, la delincuencia, etc. Algunos de ellos están
en nuestros centros escolares. El
sufrimiento narcisista puede provenir de situaciones familiares dolorosas: ¿Quién soy yo para que mis
padres me hagan tan poco caso?
Hay que ayudar a esos jóvenes a reencontrar la confianza en sí mismos, y
trabajar en el establecimiento de su
propia estima más allá de sus sufrimientos y frustraciones: "¡Vales tanto
para mí!" Esta tarea necesita, por
ejemplo, que algunos miembros de la
comunidad educativa se formen en
las técnicas de resiliencia . Mirar al
niño con las gafas de la resiliencia nos
permite no reducirlo a su problema,
no verlo como un caso, sino detectar
y desarrollar sus posibilidades, apoyarse sobre ellas para ayudarle a
reconstruirse. Podríamos imaginar
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
que, por lo menos una persona
formada en la escucha atenta
del joven, estuviera presente
en cada uno de nuestros centros educativos.
5. Reconfortar a las
familias
Ayudar a los jóvenes para que
recuperen su autoestima
puede significar al mismo
tiempo ayudar a sus padres a
enfrentarse a los nuevos desafíos de la familia, cualquiera que sea su forma actual.
niño que va a nacer o recién
nacido
7. Promover programas de educación
sexual y afectiva
Es a menudo durante los años
de escuela, instituto, universidad, enseñanza superior que
se forjan las convicciones concernientes a la relación amorosa, respeto del compañero/a,
compromiso de la pareja, paternidad responsable... toda
una ecología humana que prepara a la acogida del niño.
Ahí tenemos una urgencia real
de la que el Coloquio "Las Familias" trazó algunas líneas de posible actuación (cf. Boletín del Instituto, Nº 245, pp. 14-17).
En el Camerún los equipos del
Hermano Roque Delud hacen un
trabajo interesante en este campo.
Además, ¿por qué no profundizar el método todavía tan poco
conocido de las "Escuelas de Padres", que da oportunidades a
aquellos padres que lo desean de tener un lugar de reflexión
en el que son ayudados a resolver tal o cual problema?
Nuestra responsabilidad educativa y cristiana es considerable en estas cuestiones. ¿Dónde están nuestras políticas de centros educativos y de Distrito en este tema?
¿Qué procesos hemos puesto en marcha? ¿Con quiénes?
En este ámbito los Hermanos del Distrito de Andalucía,
en España, tienen gran experiencia.
8. Promocionar la educación de las
chicas
Por otra parte, en Irlanda, se ha puesto en funcionamiento
un grupo de educadores que asegura la relación entre la
escuela y la familia. Los Hermanos trabajan esta cuestión.
6. Ayudar a las madres jóvenes con
dificultades
El artículo 6 de la Convención declara que "todo Niño
tiene el derecho intrínseco a la vida".
Como nos lo podemos imaginar, este artículo fue objeto
de discusión. En nuestro caso vamos más lejos al decir
que "el nasciturus tiene derecho a la vida". Es un enorme
debate en el que estamos poco presentes; y sin embargo
debemos situarnos en él, siendo respetuosos para con las
decisiones personales. Junto a las madres jóvenes que
buscan puntos de referencia y ayuda inmediata, algunos
lasalianos han desarrollado iniciativas muy válidas: en
Francia los equipos del H. Auguste Thérond informan,
buscan alojamiento, realizan trabajo de escucha y de asistencia jurídica; en Australia los lasalianos han abierto un
centro de día y una guardería infantil para 25 madres, así
como un centro residencial para 11 mamás y sus niños.
Esta es una gran preocupación internacional, por dos razones: en primer término porque los países en vías de
desarrollo, sumergidos en problemas financieros, se despreocupan cada vez más de la formación de las chicas; y porque está comprobado que los cambios sociales duraderos,
sobre todo en estos países, son el resultado de la actuación
paciente, precisa, intensa, de grupos de mujeres instruidas.
Compromiso muy válido como lo nota el Hermano Sebastian, de la India: sus colaboradores actúan con 10.000
mujeres que se organizan.
En el mundo 580 millones de mujeres y chicas no saben
leer ni escribir. En Afganistán, el 78% de las mujeres son
analfabetas
Según nuestras situaciones locales, ¿qué debemos hacer?
9. Poner la cultura a disposición de los
grupos más desfavorecidos y excluidos
Es exactamente lo que hicieron los primeros Hermanos
reunidos en torno a Juan Bautista de La Salle en Reims,
Ruán, París y otros sitios. Ciertamente hoy, nuestras
Es una etapa indispensable para una digna acogida del
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
19
escuelas cumplen parcialmente con esta misión, acogiendo entre sus paredes a jóvenes de toda categoría socioprofesional para ofrecerles formación de tipo enseñanza
general, profesional y tecnológica. Pero en nuestras
escuelas, conviene profundizar la forma en que los jóvenes son acogidos y, qué disposiciones se toman para facilitar su escolarización cuando están en situación de considerable retraso escolar o de exclusión del sistema escolar o de dificultad de integración social.
Finalmente, algunas experiencias asociativas de ayuda y
de apoyo, pueden con toda seguridad echarse a andar
fácilmente y ser asumidas y apoyadas por un establecimiento (no solamente desde el punto de vista financiero,
sino a nivel humano: recurriendo a alumnos mayores
para actividades tutoriales, a educadores para cuestiones
organizativas, etc). Pequeñas estructuras de este estilo
existen en Francia, Bélgica, California con el Leo Center,
y en otros lugares.
El internado, cuando es de calidad, puede constituir en
algunos casos una respuesta positiva a una carencia educativa familiar. Es verdad que cada vez más, los educadores sociales prefieren dejar a los jóvenes en sus propias
familias; pero, hay que reconocer que a veces el joven
necesita rehacerse en un marco más tranquilizador y
estructurante. Los lasalianos de las Baleares y de
Australia han reflexionado en torno a esta cuestión.
10. Promocionar experiencias básicas
También se puede organizar la acogida de jóvenes miembros de minorías sociales, muchas veces víctimas de
prácticas discriminatorias: gente en continuo desplazamiento, jóvenes de los extrarradios, minusválidos, niños
con hospitalización prolongada, jóvenes encarcelados...
Para cada uno de estos grupos, podemos imaginar tal o
cual propuesta de escolarización o de acompañamiento
adaptado. Los lasalianos de
Nueva Zelanda han hecho
una propuesta adaptada a los
numerosos grupos minoritarios que acogen en sus tres
centros; lo mismo ocurre con
los lasalianos de PapuasiaNueva Guinea o Camerún. Y
en ese ámbito se podrían
multiplicar los ejemplos en
los casos de Bolivia, Guatemala, Colombia, India, Filipinas, Costa de Marfil, Italia,
Palencia en España.
Tenemos que plantearnos algunos gestos proféticos, como
puede ser el cambio de situación de un determinado establecimiento del centro de la ciudad para ponerlo en el
extrarradio o la creación de pequeñas escuelas primarias
como han logrado hacerlo de forma tenaz los lasalianos de
Turquía con sus ocho recientes escuelas elementales.
20
Antes de ser un ciudadano, el niño necesita crecer, estar
rodeado de adultos que le propongan objetivos y proyectos. Es verdad que, la Convención privilegia el papel de la
familia en la educación, pero los jóvenes, especialmente
los más desfavorecidos, deben completar las aportaciones
familiares con experiencias básicas, propuestas fuera del
círculo familiar.
Estos jóvenes necesitan ser provocados, interpelados en
sus energías más vitales: esto se realiza por medio de proyectos, asunción de riesgos, llamadas a la participación, a los
recursos propios.
La red de Escuelas San Miguel,
en los Estados Unidos, ha apostado por el dinamismo vital. ¡Y
funciona!
11. Educar para la solidaridad, la justicia
social y la paz
Para terminar, todo lo que acaba
de decirse no tendría ningún
sentido si no se propusiera en
nuestros centros una auténtica
educación a la solidaridad, a la
justicia y a la paz . La educación
a la solidaridad representa el
corolario de toda pedagogía
centrada en la acogida a los
jóvenes más desfavorecidos: en
efecto, ¿de qué serviría prestar atención especial a los
pobres si no se educara, al mismo tiempo, al conjunto de
los alumnos que acogemos a la solidaridad para con ellos?
La atención particular a los pobres y el servicio educativo
hacia ellos, la promoción de los Derechos del Niño y el
respeto de su dignidad no deben inscribirse en una
estructura vertical de intercambio que sólo corresponda a
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
una forma de paternalismo superado. Debemos intentar
continuamente un intercambio horizontal. Este intercambio horizontal significa que si nuestra atención está
atraída por alguna pobreza, debe al mismo tiempo ser
atraída por la solidaridad a la que educamos. La pobreza
no constituye únicamente una realidad objetiva mensurable, es también y ante todo objeto de combate, de lucha
para que este mal desaparezca de forma perdurable.
¿Qué programas y procesos educativos desarrollamos en
nuestros centros? ¿Qué proyectos solidarios proponemos
a los jóvenes con los que nos encontramos? En estos
aspectos, el trabajo desarrollado por grupos de intercambio interdistritales (Francia, Gran Bretaña, USA con Asia,
África, América Central) da frutos prolongados en las
mentalidades de jóvenes y adultos que se han beneficiado
Conclusión
Al terminar esta carta escrita por cuatro personas, quisiera insistir en cinco aspectos de esta campaña en torno
a los Derechos del Niño:
a) He encontrado Hermanos y Colaboradores que "están
hasta la coronilla" de esta campaña, porque se insiste en
los Derechos del Niño; y me dicen: ¿Y los derechos de los
adultos, de los educadores? ¿Y los deberes de los niños?
Sinceramente, comprendo este mal humor, a veces hay
razones para manifestarlo. Pero hay que mirar más lejos.
En efecto, trabajando en la Convención uno se da cuenta
de que el título “Derechos del Niño” no expresa completamente la filosofía del texto; “Responsabilidad de los
Adultos” reflejaría más plenamente la totalidad del documento. Porque tendríamos que empezar por ahí. Es nuestra responsabilidad la que está comprometida en primer
lugar; a continuación se van indicando los Derechos del
Niño; y finalmente se sitúan los Deberes del Niño en
tanto en cuanto ha llegado a comprender que es acogido
y respetado. No invirtamos el proceso.
b) Observo que nuestras preocupaciones están cercanas de las del BICE, con el que estamos estrechamente
asociados. El BICE acentúa las necesidades psicológicas y espirituales de los niños: educación, entorno
familiar, sentido de la responsabilidad y educación ciudadana, autoconfianza y desarrollo espiritual. Por otra
parte ha desarrollado considerablemente el concepto
de “capacidad de recuperación” (resilience).
c) Esta campaña está prevista para el año 2001-2002.
Pero evidentemente, tiene que ser algo durable en el
tiempo para que dé fruto. Es el significado de todas las
campañas previstas en la Circular 448, p. 29. Podrán
darse cuenta que las campañas propuestas a continuación
se conciben como una profundización de esta campaña de
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
los Derechos del Niño: se cambian las puertas de entrada.
d) Una pregunta: ¿Será necesario dentro de algún tiempo
–cuando los Distritos hayan trabajado según su situación
local– que tomemos una iniciativa simbólica y política a
nivel internacional? ¿Cuál? Seguramente, tendremos que
hablarlo con los delegados de los diferentes Distritos
cuando llegue el momento.
e) Finalmente, desearía terminar con una reflexión que
he escuchado en Maduraï, India:
"Hace diez años, cuando hablábamos de los Derechos del
Niño, lo hacíamos con espíritu reivindicativo, con cierta
agresividad. Hoy hemos superado esa actitud. Actual mente lo hacemos de forma más serena como una celebración de la vida. Porque no se trata en primer lugar de
criticar, sino de hacer comprender que todo ser humano,
y especialmente el Niño, es un don de la vida, un don
hecho a toda la humanidad; y que tenemos el deber
sagrado de permitir que esta plantita frágil crezca, se
desarrolle plenamente, vaya hasta el final de la celebración de la vida en sí misma; y debemos recibir el regalo
que nos hace de su inteligencia, su libertad, su responsabilidad, sus ganas de vivir.
Luchar a favor de los Derechos del Niño es celebrar la Vida
en él y al mismo tiempo en nosotros. Eso es la celebración
de la Vida. Todo el mundo lo puede comprender".
H. Nicolas Capelle
Secretariado para la Misión Educativa Lasaliana
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El grito de un pincel
El valor del arte y del dibujo como terapia y detección del maltrato en la infancia
Beatriz López Romero,Profesora de Terapia por el Arte, CSEU La Salle, Aravaca, Madrid
Del 19 al 23 de noviembre de 2001, el espacio de recepción del edificio del Centro Superior de Estudios Universitarios La Salle (Madrid)
se transformó en una Exposición donde se pudieron contemplar pinturas y dibujos de niños y adolescentes víctimas del maltrato.
La exposición mostraba trece dibujos de niños que sufren maltrato físico, psíquico o abuso sexual. Monstruos, fantasmas, calaveras y
demonios: sentimientos de tristeza, confusión, soledad y rabia. Imágenes ante las que nadie quedó impasible y que recogían, mejor que
las palabras, el testimonio doloroso de los niños que padecen estas agresiones.
En contraste, la exposición presentaba seis dibujos de niños que no sufren esta situación y que emplean igualmente el dibujo como medio
de expresión. Trazos y colores mucho más dulces, familias en un entorno feliz, y también la expresión de sus pequeñas preocupaciones...:
se constataba que el dibujo es un instrumento de expresión y comunicación muy importante y que revela todo un mundo de sentimientos ocultos.
La tercera parte de la exposición mostraba la visión de una persona adulta, Consuelo Suárez, "Consuelo", quien encontró en el arte una
vía de expresión para liberar su angustia y superar los traumas que marcaron su niñez.
Sensibilizar al adulto de la necesidad de proteger al
menor e impulsar el compromiso social ante el problema
del maltrato infantil es uno de los objetivos prioritarios
que se pretende alcanzar con esta exposición y charlacoloquio.
La muestra cuenta con el espacio inmejorable de estar ubicada en una Escuela donde estudian futuros maestros, educadores sociales y terapeutas, adultos que en un futuro estarán
muy próximos al mundo infantil y cuya labor de prevención y
detección es, junto con otros colectivos profesionales: personal sanitario, psicólogos, etc. de una importancia relevante.
Otro objetivo es conocer el valor terapéutico del arte.
1
Dibujo n° 1:
Pertenece a una niña de 7 años. Sufre maltrato psicológico.
El dibujo no posee un trazo agresivo pero la
expresión de los rostros es muy significativa.
¿Qué es la terapia a través del arte? Se podría definir como la
utilización del arte y de otros medios visuales dentro de un tratamiento o en un entorno terapéutico. Es una combinación de terapia y
psicoterapia en donde cada una de estas partes se estimula en su unión
con la otra. La terapia artística abarca además de la pintura, la musicoterapia, el psicodrama y la terapia de la danza o del movimiento.
El objetivo de la terapia a través del arte es desarrollar una más profunda autoconsciencia, ello permite cambiar o aceptar aspectos propios
que están impidiendo llevar una vida normal e independiente. Puede
ayudar a personas que sufren problemas psicológicos para que exploren sus sentimientos y para que desarrollen sus relaciones con los
demás. El talento no es importante puesto que no se trata de transformarse en artistas sino en personas mejor integradas en la sociedad.
Encontrar el medio artístico para cada persona puede demostrar ser
particularmente apropiado y beneficioso.
Las terapias del arte se ocupan de encontrar un lenguaje que permita manifestar lo que no se puede expresar verbalmente.
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BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Los desequilibrios emocionales pueden tener su origen en experiencias dolorosas que han sido reprimidas, pero que se encuentran en
nuestro inconsciente y que pueden tener influencia sobre nuestra
vida.
La terapia artística actúa sobre el principio de que el arte es catártico.
Esto significa que puede ser utilizado para acceder a la mente inconsciente de una forma que no es controlada por nuestra razón ni por
nuestra consciencia, por ello, aporta un tipo de información muy valiosa acerca de nuestro mundo interior. Se puede encontrar cierta similitud de cómo el psicoanálisis utiliza el recuerdo de los sueños y los símbolos que en ellos aparecen.
Es importante para el individuo poder identificarse con lo que hace,
conocerse, saber cómo piensa, expresar lo que siente y ser partícipe del
mundo que le rodea para poder desarrollar aptitudes positivas hacia sí
mismo y hacia los demás. Es lo que podemos llamar la necesidad de autoidentificación. Surge también otra necesidad paralela: la identificación
con los otros, a la que sólo se llega a través de la primera.
2
Dibujo n° 2 :
Niña de 5 años.
Sufre abuso sexual por parte del padre.
La figura aparece gritando "¡Papá, papá!".
El trazo es muy agresivo y destaca mediante
un cuadrado la parte genital.
Ser un miembro bien adaptado a la sociedad y contribuir en ella de algún
modo, son objetivos de la psicoterapia y deberían ser de los más importantes de la educación.
Por medio de la autoexpresión reflejamos sentimientos, emociones y pensamientos en nuestro propio nivel de desarrollo.
El arte, a través de la autoexpresión, puede desarrollar el yo. Así, lo realmente importante es la seguridad y confianza en uno mismo que éste
fomenta, puesto que la mayoría de los desequilibrios afectivos o mentales están asociados de alguna manera a una falta de seguridad en sí
mismo.
El arte estimula las capacidades propias del individuo, desarrolla su creatividad y expresión individual como medio de satisfacción y mejora personal.
El arte permite proyectar conflictos internos y ofrece la posibilidad de
poder resolverlos.
3
Dibujo n° 3:
Niño de 9 años. Padece abuso sexual por parte del padre y
es obligado a abusar de sus hermanos menores.
Se dibuja a sí mismo como un monstruo de seis ojos al que
se le cae la baba. Destaca la ausencia de color.
Dibujo n° 4:
Niño de 11 años. Abuso sexual por parte del padre y por los
miembros de una secta a la que pertenecía.
El dibujo muestra una estancia habitada por la muerte y
llena de fantasmas. El niño aparece escondido debajo de la
cama; tan sólo se le ven los pies.
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Conocer el valor del lenguaje plástico como medio expresivo es otro de
los propósitos.
Por medio del lenguaje plástico podemos expresar nuestro mundo interno,
pensamientos y sentimientos de alegría, angustia, temor, rabia, etc. El lenguaje plástico permite la detección y la prevención del maltrato en la infancia. El niño no suele exteriorizar verbalmente lo que le sucede, bien por
temor, por sentirse amenazado, por avergonzarse de su situación o por sentirse culpable. El dibujo es un buen medio de diagnóstico porque el niño
comunica su problema de forma inconsciente y al adulto le ofrece la valiosa
posibilidad de conocer el problema e intervenir.
Los dibujos permiten descubrir trastornos psíquicos a través de ciertas
características gráficas:
– Alternancia de presión muy fuerte con débil en los trazos.
– Ausencia de color.
– Tachones sucesivos.
– Pobreza de contenido.
– Alteraciones significativas en el dibujo de la figura humana: sin manos, sin
boca, sin ojos o éstos cerrados...
– Omisión de miembros de la familia, dibujarlos y borrarlos después o
negarse a dibujarla.
– Trazos y colores agresivos.
– Disposición y tamaño de los elementos del dibujo en el espacio.
5
Estas características gráficas se deben contemplar siempre dentro de un
contexto. Es importante saber que nunca se puede evaluar un dibujo de
forma aislada, conocer datos sobre cómo y en qué circunstancias se ha realizado el dibujo, así como datos sobre la conducta del niño, etc. son aspectos que deben tenerse en cuenta para poder interpretar correctamente un
dibujo.
En psicología existen tests proyectivos que utilizan el dibujo como método
de diagnóstico: el test de la familia, el de la figura humana, el de la percepción temática, el test de Rorchach, etc. Estos tests se emplean corrientemente en la solución de una amplia variedad de problemas prácticos. No
sólo abordan características emocionales, motivacionales e interpersonales,
sino aspectos intelectuales de la conducta del individuo.
6
Dibujo n° 5:
Niño de 6 años. Maltrato psicológico por parte de la madre.
La madre es representada con dientes afilados y ojos desorbitados
ocupando el espacio de una forma
amenazante.
Dibujo n° 6:
Adolescente de 15 años.
Maltrato psicológico.
Dibujo realizado al inicio de una
anorexia.
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Por último, hay que señalar como competencia educativa la detección y prevención del maltrato en la infancia y destacar la responsabilidad del educador. Esta charla-coloquio pretende facilitar la información adecuada para
que el educador pueda adquirir pautas de actuación.
Véase el contraste con el dibujo de una niña que no ha sufido ningún maltrato
(ver la contraportada de este Boletín):
Niña de 8 años.
La escena presenta a la madre y su hija en un entorno agradable. Colores alegres,
muchos detalles y un trazo que no tiene nada de agresivo muestran un buen
equilibrio emocional.
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La Convención
El compromiso del Instituto
Capítulo 2
Este capítulo presenta en la misma perspectiva de la Convención Internacional y el compromiso lasaliano que ésta suscita:
En primer lugar la Convención. Lo hacemos con dos entradas:
• Teniendo en cuenta el contexto sociológico que configura el universo educativo actual: con los coloquios lasalianos
decididos en 1993 empezamos a conocer las tendencias importantes que conciernen a la actividad educativa y propusimos una serie de interrogantes a jóvenes y adultos.
• Partiendo de una serie de 71 preguntas/respuestas que permiten captar mejor la originalidad de la Convención.
Todo esto se prolonga con los textos íntegros de la Convención de 1989 y de la Declaración de 1959, que es una declaración para la protección del Niño. La comparación de los dos textos es instructiva y permite comprender mejor la toma
de conciencia internacional que se ha desarrollado en los treinta años que los separan.
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A continuación el compromiso lasaliano.
La propuesta 14 del último Capítulo General ha comenzado a desarrollar un movimiento en los Distritos y una toma de
conciencia reforzada que se manifiesta un poco en todos los sitios, y no solamente en los dieciséis Distritos que han
enviado informes de sus actividades al Secretariado para la Misión Educativa Lasaliana. He aquí algunos pormenores de
lo que se puede saber:
• Casi todos los Distritos han nombrado un delegado para los Derechos del Niño: medio eficaz para iniciar realizaciones.
• Se han organizado congresos para educadores, maestros, padres. Especialmente en Madurai (India), un congreso destinado a los diez países lasalianos de Asia del Sureste, en México, en EE. UU., en Argentina...
• Se han realizado asambleas de jóvenes: en Filadelfia, el Cairo...
• Se han redactado estudios precisos y muy detallados: en Vietnam, País Vasco español, Líbano...
• Se han acometido programaciones para la animación y formación de equipos de educadores, dirección, administración
en los Distritos: Argentina, México Norte, Australia, Brasil, Bélgica, Francia...
• Una sensibilización sustancial en todos los niveles de los centros escolares del Distrito por medio de reflexiones, cuentos, calendarios, cajón de ideas: Valencia, Andalucía...
• Una sensibilización asociada a un compromiso concreto se ha desarrollado en gran número de centros y clases: los seis
centros lasalianos de Egipto, los colegios del Líbano, el de Santiago de Compostela...
• Se ha divulgado una información amplia entre los padres y amigos, por medio de actividades culturales: centros de
minusválidos de Alejandría y el Cairo, colegio de Lazaristas de Lyón (Francia), Varenne (Quebec); por medio de conciertos (Líbano), mediante exposiciones abiertas al público (Madrid)...
• Una puesta en práctica valiente y política, lanzada por medio de
– cuestionarios cualitativos en torno a las prácticas educativas en los centros lasalianos: Andalucía, Filipinas...
– documentos en torno a la localización de violaciones y contactos con las autoridades legales competentes
• Creación de relaciones sólidas con organizaciones nacionales e internacionales: Bélgica, Australia, Egipto, Francia,
Andalucía, Argentina, Costa de Marfil, EE. UU., India, Filipinas
• Creación de escuelas primarias en poblaciones muy necesitadas: Argentina, Turquía…
Todo esto da testimonio de la voluntad
de realizar pasos concretos de acuerdo
con la propuesta 14 del 43º Capítulo
General. Además, en la mayoría de los
informes recibidos y en los contactos
establecidos, queda claro que todos tienen interés en desarrollar su actividad a
largo plazo para que sea efectiva una
transformación duradera de las condiciones de vida de niños y jóvenes, y que
el Instituto se transforme aún más, en
colaborador de organizaciones que tienen los mismos objetivos de servicio a la
infancia.
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La Convención y su contexto
El niño, cruce de influencias
El niño –ni éste ni aquél, el niño de todas partes, el niño– crece tanto por su propia fuerza como por ósmosis con el entorno y por el contacto con la actividad educativa. Tiene una edad que es sensible, más que ninguna otra, a las influencias del entorno.
De ahí la necesidad –en cuestión de educación o protección del niño– de conocerle, a él y todo lo que le rodea,
todas las influencias a las que está sometido.
De ahí también la necesidad de interrogarnos a propósito de las modificaciones fácilmente observables en
el mundo contemporáneo, en torno a los ataques contra los elementos constitutivos de la morada en la que
nace y crece el niño.
Si las sociedades habían mostrado hasta estos momentos una gran estabilidad, transmitiendo de una generación a otra un modelo cultural, actualmente los elementos más íntimos de las diferentes sociedades del
mundo se encuentran modificados, removidos, desconcertados.
Más peligroso aún, a veces da la sensación de que algunos de esos elementos desaparecen, abandonan al
mismo niño y le privan de lo que es necesario para su crecimiento y su desarrollo.
Estas profundas modificaciones del mundo actual las ha observado el Instituto de los Hermanos de las
Escuelas Cristianas después de una decisión tomada en 1993 por el 42º Capítulo General.
Un Comité permanente de cinco Hermanos inició una serie de coloquios internacionales que intentaron
definir los problemas más urgentes que afectaban de forma significativa las situaciones educativas.
La conclusión esencial de estos coloquios fue constatar que ninguna parte del mundo se libraba de estos problemas: la misma desestabilización alcanzaba a todas las sociedades y culturas, a pesar de todo lo que continuaba diferenciándolas.
Una globalización extrema de la economía y de las tecnologías de comunicación e información producía en
todos los lugares los mismos efectos en los comportamientos. En los sitios hasta entonces organizados de
manera naturalmente coherente por un lento proceso de armonización entre los seres y su entorno particular, se producía un cambio brusco, el universo de las megalópolis, esos mundos artificiales que privan a
sus habitantes de la necesaria coherencia entre el hombre y la naturaleza.
Una misma crisis de identidad aquejaba a todas las sociedades alterándolas en aquellos lazos internos que
hasta entonces parecían más inalterables.
La familia esa "célula democrática primordial" –cualquiera que fuese su forma particular- se encontraba, no
sólo puesta en tela de juicio, sino privada de sus fermentos de cohesión.
Si el modelo habitual de la familia continúa presente en los espíritus, ese modelo ha sido removido en todas
partes, amenazado o destruido por los desplazamientos de población, la reducción de los espacios familiares y del número de elementos que lo constituían (reducción al padre y la madre por parte de los adultos,
reducción del número de hijos) cuando no se produce la ruptura o la recomposición indefinida de las familias, teniendo que hacer entonces el niño solo, el esfuerzo desmesurado de asegurar en sí mismo la recomposición de ese mosaico de retales que forman los lazos electivos.
Y también en todas partes, el mismo conjunto de idénticas imágenes producidas por el cine y la televisión, la
publicidad y los videojuegos, producen los mismos irrisorios modelos virtuales sacando su poder de seducBOLETIN FSC, nº 247 - 2002
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ción de su inmediatez soñada y su carácter lúdico. La más perniciosa de las modificaciones observables es sin
duda la juventud etérea de los adultos de las sociedades llamadas "avanzadas", que adoptan los juegos del
niño, sus modelos y hasta su lenguaje. La mayor proximidad así obtenida priva al niño de su necesidad de
modelos reales que intentaría casi instintivamente reproducir. Esta ausencia de puntos de referencia fijos,
añadida a la ausencia de una relación real con la naturaleza, produce un igualitarismo aparentemente feliz a
veces, pero tan superficial, tan instantáneo que no permite ni la creación de cimientos ni la perennidad. Y
entonces, al desvanecimiento de la familia se añade el de las dimensiones culturales, sociales y políticas.
Esa situación vaporosa del mundo moderno abandona al niño a sí mismo, produciendo esos "niños-llave"
("key-children") de las sociedades occidentales, entrando y saliendo a su gusto de un espacio familiar conservado pero vaciado de su realidad encarnada.
O esos "niños de la calle" de las megalópolis de los países en vías de desarrollo viviendo salvajemente frente al único espejo que se van tendiendo entre niños, y reproduciendo de forma brutalmente anárquica clanes y ritos tribales primitivos. En todos los sitios los adultos se extrañan y se asustan, sin reconocerse ya en
sus propios hijos.
El mismo desconcierto aparece en todas las sociedades del planeta, llevando a veces a repliegues de identificación por medio de un reforzamiento excesivo del antiguo modelo y de los extremismos ideológicos o religiosos.
La Convención Internacional de los Derechos del Niño señala pues una preocupación fundamental. Su ratificación por la casi totalidad de las naciones es la prueba a la vez de un despertar de la conciencia específica
del niño y de las amenazas que pesan sobre él.
El niño dejaría de ser un simple elemento constitutivo de la familia y merecería ser considerado con más
atención y respeto, lo cual es sin duda un progreso.
Pero también es hacer del niño una causa, un deber, del mismo modo que la protección de los equilibrios
biológicos o del entorno: el niño como una especie amenazada.
La expresión codificada de los derechos del niño obtendría pues su origen en un doble movimiento: ascendente, a causa de un reconocimiento más profundo de la especificidad del niño, el niño visto como una persona; descendente, hacia las desgracias que el mundo hace padecer al niño, hacia lo que el mundo moderno
le priva tan cruelmente.
Para tratar esa doble problemática sería necesario obligarse a un doble movimiento, sin que en ningún
momento uno de los aspectos oculte al otro. Lo que la mente no puede enunciar que de forma sucesiva debe
permanecer en nuestra reflexión perfectamente unificado, y tendremos que desconfiar de toda tentación de
excesiva racionalidad. Porque la situación de la infancia, aunque sea una situación particular, también es el
inicio de una situación futura, únicamente accesible por medio del crecimiento y la identificación de los
modelos adultos existentes.
Se plantea pues el problema de lo que el niño es en sí mismo, alguien efectivamente desde el comienzo, y de
lo que está llamado a ser por el efecto de las repercusiones de una multitud de influencias educativas sobre
él. El establecimiento de criterios referentes a derechos que el niño tendría no debería hacer olvidar la tensión necesaria entre derechos y obligaciones, sin las cuales su existencia no se desarrollaría libremente,
puesto que tiene que transformarse en ese individuo único al que está llamado a ser, y que también tiene
que transformarse en un individuo capaz de asegurar la corresponsabilidad en un mundo en el que está llamado a ejercer un cargo.
Desde ese punto de vista, no ha existido nunca edad perfecta ni modelo perfecto. El pasado remoto de la
gestación del universo hacia su humanidad del que algunas sociedades todavía dan testimonio, sociedades
llamadas "primitivas" o "primarias" (por retomar los cambios semánticos de esas sociedades en cuestión de
arte), nos muestran que la condición del niño siempre ha sido compleja y contradictoria: el niño a la vez protegido de su debilidad, muchas veces mimado, y sufriendo las dificultades de la existencia, el niño a la vez
despreocupado y avasallado por las realidades económicas, el niño trabajando desde edades tempranas o
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enrolado en las guerras. Y en el proceso de educación de esos niños
la salida repentina del estado de inocencia, el niño condenado a
crecer encauzado por unos ritos de iniciación de extrema dureza
(algunos de esos ritos, las sociedades occidentales pueden juzgarlos útiles, pero otros los condenan como crímenes que atentan
contra la dignidad del niño).
Pero, como en todo juicio, debemos interrogarnos desde qué
punto de vista juzgamos y cuál es la calidad del juez.
Es Occidente quien se ha hecho juez de todo. La Convención
Internacional de los Derechos del Niño se hizo con el propósito de
que fuera para todos pero, en su inspiración y en su forma, es una
realización occidental, lógica y jurídicamente. Le falta a este
Occidente hacer el balance de sus propias prácticas, verificar en
sus propios países si el enunciado de esos derechos -tal como los
expresa la Convención- corresponden a la realidad observable en
los límites de su propio espacio.
Le falta una mayor relatividad de juicio a Occidente, concediendo a
otras sociedades del planeta, a otras culturas, algo más de crédito.
Porque quizá sea menos grave hacer trabajar al niño en su temprana edad que liberarle de todo tipo de trabajo, haciéndole vivir únicamente un prolongado aprendizaje escolar sin aplicación real y una
serie de distracciones llenas de vaciedad. Y también, preocuparse
por satisfacer en sus sociedades otras necesidades del niño, tres de
ellas fundamentales, que culturas y sociedades diferentes son capaces de asegurar: la existencia de modelos adultos, la cohesión de la
familia, el respeto de los mayores; bienes que la sociedad occidental
prácticamente ha deformado o perdido, infligiendo a sus niños males que son tan crueles como aquellos que
condena.
¿Quién pretendería dictar una conducta universal sin aceptar que cada sociedad, cada cultura, participa de
alguna forma particular en desarrollar al menos un aspecto de lo que es conveniente?
La generosidad occidental no es la única. Todas las culturas se fundan en la búsqueda del bien que les hace
aptos para perpetuarse, es decir, para inculcar a sus niños tacto y buenos modales. Esos niños serán capaces
de asumir el sistema de valores de su sociedad y trasmitirlos en su momento.
Todos los esfuerzos deberían tender hacia una antropología de la infancia y, a partir de esta plataforma común,
podrían realizarse esfuerzos de mejora en cada una de las culturas, en su particular forma de existencia.
El trabajo en torno a las seis megatendencias de los coloquios, presentadas a continuación, puede ayudar en
parte sin lugar a dudas; son suficientemente cercanas a nuestras realidades cotidianas para que un gran
sociólogo como Edgar MORIN, en una carta dirigida al comité organizador de los coloquios, en junio de
2001, escriba: "He leído con mucho agrado el informe de su trabajo. Estoy plenamente de acuerdo con las
conclusiones en él presentadas."
Alain Damiani
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Conclusiones generales de los 5 Coloquios: 1994-98
1.1 Relecturas de la realidad
Es una costumbre de Instituto: J. B. de La Salle se la ha inculcado y la encontramos constantemente en el transcurso de los tres
últimos siglos.
J. B. de La Salle no era un sociólogo ni un especialista del análisis social; pero su preocupación de sacerdote ha desarrollado en
él una gran atención a las situaciones, a los acontecimientos y una
visión pertinente para realizar elecciones concretas (personas,
relaciones, métodos, decisiones, resistencias) estratégicamente
coherentes con las finalidades indicadas en su proyecto.
La relectura de las situaciones está en el centro del proceso
lasaliano; no podemos pasarnos de ella. La realización de
Coloquios ha demostrado que esta relectura debe hacerse teniendo en cuenta cuatro elementos interdependientes. Observemos
desde ahora que cada uno de ellos puede actuar como elemento
desencadenante de la reflexión, pero que muy rápidamente, necesita encontrarse con los otros tres.
Esos cuatro elementos son los siguientes:
• la finalidad del Instituto;
• las realidades concretas del mundo contemporáneo;
• los textos básicos y la historia;
• prácticas humildes, sencillas, significativas y legibles realizadas por
Hermanos y por sus colaboradores.
Dicho esto, no existe una lectura de
la realidad, sino lecturas de las realidades. Ciertamente, si se mira la realidad a
partir de un solo punto de vista lasaliano
(con sus raíces históricas y su conciencia
misionera) se puede tener la ilusión de
comprender rápida, clara y eficazmente
la realidad y las formas de actuación
capaces de transformarla para hacerla
conforme a nuestro voluntarismo lasaliano. Sólo una fuerte mentalidad centralizadora sobre nuestra identidad lasaliana produce esta ilusión tenaz.
La realidad de las situaciones es muy
compleja y necesita –sin negar lo que
somos y nuestra misión– abandonar el
centro de las cosas y examinarlas con un mínimo de exterioridad y de distancia. Y para eso una excelente técnica es tomar el punto de vista sucesivo de los demás elementos que,
con nosotros, componen la realidad que vivimos todos juntos. Ahí
tenemos una exigencia metodológica que nos hace comprender
que otras lecturas de la realidad son posibles y legítimas, y que
finalmente, nuestros ojos desgastados deben rejuvenecer si que30
remos percibir la acción de Dios hoy: está creando sin cesar cosas
nuevas y su llamada al mundo toma modalidades inéditas. Son los
otros (sistemas, personas, organismos) los que van a ayudarnos al
rejuvenecimiento de la visión del contexto en el que convivimos.
1.2 Cambios y rupturas
• El contexto general de nuestras realidades está marcado por
el cambio. Esto es la esencia misma de nuestra sociedad. No tenemos por qué lamentarnos. Estamos atrapados en una fluidez de
informaciones, de experiencias, de deseos, de vaivenes inesperados producidos por un rumor económico, una catástrofe natural,
una decisión política tomada en una extremidad del planeta, una
nueva tecnología disponible, un escándalo, un producto promocionado sobre las ondas, etc. La mentalidad general de nuestros contemporáneos y de nosotros mismos está sumergida en un sentimiento difuso de lo provisional, de lo precario, del brote de lo inesperado. ¿Por qué? Es el resultado de la interdependencia de los
pueblos, de las sociedades, de las economías. En adelante ya no
estamos solos. Las consecuencias son considerables para nuestras
estructuras y nuestras realizaciones como Instituto. Nuestras
estrategias de actuación están modificadas.
• A menudo estábamos acostumbrados a detectar las lagunas,
las deficiencias, las contradicciones de
situaciones educativas y formativas.
Después, en un segundo paso, buscábamos actividades correctoras, para aplicarlas de forma voluntarista según
nuestras motivaciones claras y conocidas. Esta estrategia lineal basada en la
relación causa-efecto tiene su valor pero
también da sus sorpresas (efectos perversos, visión parcial, focalización sobre
falsas cuestiones, atomización de los
remedios, encubrimiento de cambios
más profundos...).
• En adelante otro tipo de estrategia
puede reequilibrar el análisis y la acción.
Tiene que tener en cuenta también intereses, ideales, intencionalidades afirmadas o clandestinas de nuestros colaboradores y de los elementos de los sistemas
que nos rodean y que moldean como nosotros la realidad. La moldean a menudo más
intensamente que nosotros porque echan sus raíces más profundamente que nosotros en las personas, las costumbres, los modos
de vida, los intereses más fundamentales y más comúnmente compartidos. Encontramos en todo ello un mecanismo determinista.
Los cuatro primeros Coloquios fueron constructivos a ese respecto. Nuestros ideales y nuestras estrategias educativas y cristianas
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pueden ser muy bellos y generosos; pero resultan contraproducentes si no los hemos resituado en su contexto
general tejido de relaciones familiares, nuevas
tecnologías, intereses económicos, contextos
urbanos o populares.
• Pero esto no tiene que asustarnos.
En efecto, un poco en todos los sitios
dentro del mundo lasaliano encontramos Hermanos y lasalianos que han
integrado esta manera de analizar la
complejidad y de hacerlo en relación
con sus colaboradores muy variados y
creadores de inquietud. Pero la fuerza
y el testimonio de nuestras iniciativas
educativas conllevan ese precio.
• Al mismo tiempo, todo esto puede
cubrir de una duda saludable aquello que hacemos ver (instituciones, procesos, signos, discursos,
compromisos) y que quizá ya no tiene la pertinencia de los
orígenes. Porque el mundo cambia y la vida surge de las rupturas.
Y esto concierne a las personas tanto como a las organizaciones.
1.3 Lo que mostramos
Se trata de la legibilidad de lo que hacemos en el ámbito
educativo. ¿Cómo se recibe el mensaje que emitimos? Las
intenciones pueden ser generosas pero, ¿qué dicen nuestros
colaboradores? Esta cuestión se ha repetido muy a menudo
durante los Coloquios. Y es importante. En efecto, no somos
una multinacional que desarrolla su tejido educativo allí donde
va. En el mundo de la educación somos una voz que tiene algo
específico que proponer; y eso debe hacerse por medio de un
fuerte testimonio que no se sirve siempre de una institución
imponente, fuerte, segura de sí misma; la práctica evangélica
nos enseña otra cosa.
He aquí algo que nos obliga a una reflexión renovada sobre
las implantaciones, su localización, sus medios, sus solidaridades, sus funcionamientos, sus personales, etc.
En cada Coloquio, Hermanos venidos de todo el mundo nos
han recordado el testimonio de procesos educativos humildes,
ágiles, modestos, legibles por los pobres y los ricos.
2. Respecto a las tendencias fuertes que
atañen al ámbito educativo
Escuchando a los miembros del Coloquio, observando las
reacciones de los expertos venidos de los 5 continentes, confrontando ese trabajo con otros estudios, hemos visto surgir
poco a poco algunas tendencias importantes que parecen
impregnar hoy el entorno general en el que viven los jóvenes, las
familias, los Hermanos, los lasalianos, los demás colaboradores
y en el que se desarrolla el proceso de educación humana y cristiana al que hemos consagrado nuestra vida.
Esas tendencias parecen circular a través de los 5 continentes.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Evidentemente están diversamente representadas y no tienen
la misma importancia en todos los sitios. Sin embargo,
en el transcurso de los 5 Coloquios, los participantes han podido subrayarlos y reconocer sus
influencias sobre su práctica educativa.
Esas tendencias se ponen en evidencia a partir de un prisma lasaliano que
echa una mirada específica sobre el
mundo y en particular sobre el mundo
educativo. Otros observadores probablemente no hubieran percibido la
misma machaconería, pero nuestra
visión encuentra su legitimidad en
nuestra misión específica y en los objetivos que este análisis puede enfocar con
más precisión.
Hemos identificado 6 que parecen condicionar nuestra labor educativa.
A. Economías controladas - Dinero - Violencias
B. Migraciones - Vagabundeos - Marginalidades
C. Individuación - Conciencia colectiva
D. Familia - Hombre/Mujer - Padres/Hijos
E. Jóvenes - Escuela - Formación - Educadores
F. Búsqueda de sentido - Dudas - Sabidurías
A. Economías controladas - Dinero - Violencias
• Las sociedades están cada vez más organizadas, controladas, sometidas a unas reglas económicas dictadas por organismos internacionales que trascienden las fronteras.
• El funcionamiento económico es ilegible para la mayoría de
la gente: las multinacionales absorben, compran, venden a nivel
mundial por razones que escapan a la mínima sensatez.
• Sin embargo se comprende fácilmente que el motor de toda
la agitación económica, que asusta a cada uno, es sencillamente
el dominio del poder sobre los mercados, sobre las costumbres
de consumo, sobre los flujos monetarios que transitan por las
Bolsas y las reacciones electrónicas inmediatas.
• El dinero se ha transformado en el centro de las preocupaciones porque su necesidad es imperativa y no se sabe actuar y
pensar fuera de él. Es el primer criterio de las relaciones, los
compromisos, los estilos de vida, las tomas de poder.
• Por eso los gobiernos nacionales (el mismo G 7) tienen cada
vez menos margen de maniobra: los organismos internacionales
dictan sus leyes. De este modo la democracia se vacía de contenido y los pueblos están a merced de algunos financieros y jugadores enmascarados.
• Todo esto favorece el desarrollo de economías paralelas, ilegales, que permiten a muchos sobrevivir y a un pequeño número enriquecerse. La corrupción se desarrolla en todos los niveles
y gangrena todas las sociedades.
– En los barrios pobres, permite a cada uno establecer una
“justicia” y limitar el desarrollo de la violencia de quienes no tienen nada, o que escapan a las mallas de la organización social o
31
de la ley de mercado y de la formación de desechados.
– En las megalópolis permite a grupos antagonistas encontrar
un modus vivendi que la doctrina oficial del igualitarismo social no
se siente llamado a establecer. Cada entidad tiene entonces necesidad de un pobre quien a su vez necesita de otro más pobre que él...
para asentar su poder y realizar pequeños beneficios que van a permitirle sobrevivir. Porque se trata sencillamente de
sobrevivir; y la moral no tiene nada que ver aquí.
– A escala transnacional corporaciones
clandestinas con idénticos intereses se constituyen para salir adelante en el funcionamiento impuesto por los bancos, los
gobiernos, los organismos internacionales, las multinacionales..., todos ellos
revestidos de legitimidad oficial y de
los que nadie sabe hasta qué punto se
aprovechan de la opacidad del sistema
económico mundial.
Estas corporaciones transcienden los
Estados y desdibujan la antigua separación Norte/Sur. En adelante el Norte está
por todas partes donde hay un Sur y viceversa. Estas corporaciones clandestinas con intereses comunes se precipitan sobre las nuevas formas
de consumo y están presentes allí donde reina el dinero
fácil (drogas, turismo, prostitución, industrias del vestido, de la
electrónica, de la falsificación...). ¿Quién puede escapar de ellas?
• Ahí están, finalmente, todos los ingredientes necesarios para
la explosión de violencias bruscas, esporádicas, aparentemente irracionales que la organización social no puede prever y de las que no
conoce suficientemente las causas para anticiparse y controlarlas;
muy a menudo se ve obligada a reprimir sin realmente comprender.
Esto carcome poco a poco hasta las sociedades más organizadas y que, por su misma organización, son las más vulnerables
ante el desarrollo de violencias que pone en duda futuras posibilidades de “convivencia humana”.
B. Migraciones - Vida errante - Marginalidades
• La precariedad económica, la búsqueda de trabajo, los conflictos étnicos, las guerras echan por las carreteras familias enteras, niños solos. En las fronteras se concentran cada vez más refugiados. Y se prevé, para dentro de 30 años, la formación de 10 ciudades frontera que concentrarán todas las miserias y las violencias,
mientras que otras 90 se desarrollarán, particularmente en el
hemisferio sur.
• En numerosos países las ciudades explotan. Reciben emigrantes del interior y del exterior que llegan a merced de las
necesidades sin que las autoridades competentes hayan tenido
el tiempo de planificar, de organizar los servicios y las estructuras indispensables. Estas ciudades crecen sin control y yuxtaponen poblaciones muy diversas, cuyos códigos de “convivencia
humana” no se amoldan, en caso de que existan.
• Hoy la gente vive en medio de una precariedad generalizada y
32
su futuro es imprevisible. Psicológicamente el vagabundeo impregna toda la mentalidad actual, más allá de las migraciones impuestas. Ya no se sabe dónde se fundamenta lo permanente y lo sólido:
el trabajo es precario, la situación política es precaria, el matrimonio es precario, las relaciones son precarias. Cada vez más las personas viven con el sentimiento de lo inmediato, de lo fugitivo, de
lo efímero, de una información fluida, impalpable, múltiple, consumible, desechable. Sentimiento de una
vida gobernada por la inseguridad y que ya no
tiene las características de un drama histórico
que tiene sus etapas, una progresión, una
orientación, una duración; sino que muestra un semblante de destino trágico que
no se puede dominar, que se impone y
que inclina a decir con resignación: “Lo
que tenga que ocurrir, ocurrirá”. No
estamos ya en tensión hacia el futuro,
connatural con el cristianismo, sino en
el concepto cíclico del tiempo, propio de
los paganismos. ¡Fatalidad!
• Además, ciertas sociedades están de
tal modo enmarcadas, reglamentadas que
provocan una reacción de defensa: los individuos tienden a escaparse, divertirse, negar de vez
en cuando la sujeción cotidiana y su rutina. El año está
entonces acompasado por vacaciones, hazañas (juegos, deportes, manifestaciones), encuentros asombrosos, inesperados, fiestas extrañas (carnavales, hallowen...), ritmos antiguos... como
una forma de olvidar el aburrimiento y la organización de las
sociedades modernas.
• Pero esto puede también, hacer surgir el sentimiento comúnmente compartido de un desfase entre la vida real y la vida soñada, de una marginalidad real o imaginaria. Más que los demás, los
jóvenes de todos los ambientes son sensibles a esta marginalidad.
– En los ambientes muy pobres: la viven físicamente y tienen
todos los días imágenes sociales que les provocan con insolencia.
– Entre las clases medias: la transportan en su imaginario
porque el paro acecha y la posición social de sus mismos padres
puede bascular brutalmente al día siguiente. Ellos mismos no
están seguros de poder agarrarse a la escala social.
– Entre las clases privilegiadas: la sienten en lo más profundo de su dignidad porque, ellos que todo lo tienen, no han tenido que luchar nunca para vivir, para existir realmente. Temen
que mañana se conviertan en polvo, porque por falta de resistencia y de lucha no tienen ninguna consistencia, sino una apariencia de seres vivos.
Esquizofrenia colectiva que acecha a cada uno y que se alimenta de la publicidad, de las series televisivas, de un cierto tipo
de cine, de servicios Internet, de foro, de video...
• Todo esto hace más difícil la realización de proyectos, el
compromiso duradero, la voluntad de realizar cambios en la
situación de las cosas y de creer que el compromiso razonado de
las personas es posible.
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C. Individuación - Conciencia colectiva
• Cada vez más, las sociedades están obligadas de tener en
cuenta a los individuos. No les basta únicamente con administrar
los grupos, sino que deben atender a la diversa expresión de las
personas dentro de los grupos. Las relaciones entre las fuerzas y
los conflictos son más difíciles de administrar. Esta no es la única
consecuencia de lo que se llama, como a disgusto, “el individualismo” y que es una conquista, en la que el cristianismo no es
extraño, y que no todas las sociedades han asimilado todavía.
• Es también el efecto de una toma de conciencia más respetuosa de las personas, su subjetividad, sus elecciones personales,
sus expresiones, sus deseos, su libertad. Se comprende mejor que
la persona tiene una dignidad y que debe realizar un proceso de
individuación. Pero todas las sociedades no lo admiten todavía.
• A pesar de todo, ese proceso personal aparece a menudo
arriesgado y peligroso. En efecto, los grandes relatos filosóficos,
religiosos, los grandes saberes se echan a perder, despreciados,
relativizados y –por consiguiente– el individuo se encuentra
muy solo frente a las grandes cuestiones que le acosan. Y la verdad se fragmenta en puntos de vista, las referencias filosóficas
ya no estructuran la investigación, el relativismo invade todo y
el individuo se desanima, se encierra o abandona el proceso interior que había iniciado con valentía.
• Sin embargo esta individuación no borra la necesidad de
encuentros, la necesidad de los demás. Al contrario se observa la
formación de “tribus”, grupos de afinidades, grupos de intereses
que buscan intimidad, solidaridad. Aun en las grandes ciudades,
algunos barrios se organizan como un “pueblo”, aportando cada uno su originalidad y extrayendo de él
seguridad y reconocimiento.
• Mucho más, gracias a los medios de
comunicación rápidos, cada uno tiene la
posibilidad de abrirse a los problemas del
mundo. Y países enteros, continentes
enteros, son capaces de dejarse emocionar y sensibilizar por una miseria lejana,
hasta promover una solidaridad emotiva
y concreta de la que uno se acuerda
mucho tiempo.
• Pero, si la solidaridad existe, tiene
sin embargo dificultad para mantenerse a
largo plazo y comprometer un trabajo durable de reflexión sobre las estructuras y las causas de las injusticias, desgracias y conflictos. La solidaridad puntual es también un aspecto de la “diversión” y
del “vagabundeo”.
• Para finalizar observemos que poco a poco una conciencia
común se desarrolla: la ecología humana se transforma en una
preocupación:
– El hombre, su dignidad, su libertad, en cualquier sitio;
– Los abandonados y los excluidos sociales;
– Los enfermos, los achacosos, las víctimas;
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– El planeta y lo que dejaremos mañana a nuestros hijos;
– Las poblaciones oprimidas, explotadas.
Esta conciencia común reúne hombres y mujeres de todas las
tendencias y de todas las religiones. Expresa probablemente lo
que hay de más auténtico en la humanidad actual y permite
tener una esperanza razonable.
D. Familias - Hombre/Mujer - Padres/Hijos
• Todas las sociedades se inquietan por la familia. En todos
los sitios se asiste a su sacudida cuyas causas son múltiples:
paro, migraciones, consumo, medios de comunicación, individualismo, pérdida de puntos de referencia éticos y religiosos...
Las formas de la institución familiar evolucionan y se contaminan las unas a las otras. Ciertas reflexiones incitan a creer que la
familia desaparece. No es cierto; al contrario.
• En efecto, cuanto más aumentan las dificultades, tanto más
la familia se transforma en un punto de referencia, el último refugio donde protegerse, donde anidar para no morir. Guarda o
redescubre una de sus funciones primitivas: ser el primero y el
último lugar de supervivencia. Todas las sociedades coinciden en
esto sean cuales sean los grandes progresos técnicos y sociales.
Pero cuando ciertas sociedades familiares ya no pueden mantener
a sus hijos y los echan por las calles, esas sociedades familiares claman su desesperación y se ven desposeer de su misma dignidad y
de su razón de ser; su drama es absoluto
• Porque todas las sociedades tienen una aguda conciencia de
la realidad familiar y de su valor fundamental. Saben que en ella
toman su origen las ganas de vivir, la confianza en sí, en el
otro, en el futuro. También constatan que en ella
toman raíces la violencia, la explotación, el odio.
Por eso consienten muy a menudo un esfuerzo considerable para sostener las familias,
ayudarlas, protegerlas (ayudas sociales,
leyes, dispositivos jurídicos, reconocimiento legal...). Las organizaciones
internacionales han trabajado mucho
en ese sentido, apoyando los esfuerzos
de los Estados y de las ONG que luchan
por los derechos de las familias y de los
niños, crean poco a poco las condiciones
de una conciencia internacional.
• Pero los individuos no quedan a la zaga.
Cada uno sabe muy bien que su trabajo personal de humanización pasa por la realidad familiar
que construye a través de las formas cambiantes y a
veces sucesivas que le es dado vivir, empujado por las circunstancias y los encuentros que se multiplican como nunca en la
historia humana.
Así que asistimos al desarrollo de una considerable actividad
para dar sentido humano a las reorganizaciones familiares, a las
nuevas “adopciones” entre matrimonios y niños de diferentes
procedencias, a los recursos técnicos para una procreación asistida, a la libertad de procrear. Vemos en todo ello un gigantesco
33
esfuerzo para no aguantar el acontecimiento, sino para, a partir
de él, construir una vida que tenga sentido, que permita encontrar caminos de humanización y desarrollar los inmensos recursos de la conciencia humana y de sus posibilidades creativas.
Podemos percibir en todo esto una participación co-creadora
en la obra de Dios
• En estos ámbitos, la Iglesia tiene mucho que decir al hombre
contemporáneo. Desgraciadamente se la capta como un juez y no
como un compañero que ayuda a caminar y a trazar nuevos caminos. Los medios de comunicación simplifican extremadamente su
discurso, pero ella misma no siempre acierta en la formulación y
a veces se pierde en el laberinto de un pensamiento complicado.
Pero más allá de la dificultad del lenguaje o del enfoque de los problemas, ¿no sentimos aquí el combate más radical denunciado por
el Evangelio?: combate entre el “mundo” y el Reino, entre las tinieblas y la luz. Este combate se adentra en el corazón de los hombres
hasta su punto más vulnerable, aquel en el que se establecen las
relaciones que conducen al don, la posesión, la vida, la muerte. Y
el primer lugar de ese combate humano y cristiano es precisamente la familia. La Iglesia no puede desinteresarse. Los educadores cristianos tampoco.
• En el centro de la familia, evidentemente está el matrimonio Hombre/
Mujer. Ninguna otra época ha escrutado con tanto empeño las relaciones
Hombre/Mujer, en lo que tienen de
imperecedero, pero también en lo que
pueden tener de inédito en la vida de
matrimonio, en la vida familiar, en la
vida social, en el asociacionismo y
hasta en la vida de la Iglesia. Esto se
debe en parte a la desaparición progresiva de las funciones sociales tradicionales que se observan en ciertas
sociedades favorecidas, pero también
a una toma de conciencia generalizada
y asentada del papel básico de la
mujer en el funcionamiento social.
Ciertamente este papel básico no es nuevo. Por el contrario, la
conciencia cada vez más clara de este papel es relativamente
reciente. Claro está que se observan resistencias en ciertos ambientes, se percibe el desasosiego de sociedades masculinas que se protegen... pero se constituyen grupos de mujeres para coger las riendas del destino de las colectividades, constituyendo nuevas relaciones económicas, nuevas redes de solidaridad, nuevos enfoques
sociales. El siglo próximo dirá si el planeta está mejor administrado por medio de la mujer que por medio del hombre.
• En algunos lugares del mundo el papel de la mujer se ha
vuelto tan preponderante especialmente en la vida de la familia,
que diluye o suprime el papel del hombre. Las familias monoparentales resultan un fenómeno corriente y muchas mujeres se
acostumbran a vivir sin marido, constituyendo familias por
donde el hombre sólo aparece de paso. Estas sociedades de sólo
mujeres son lugares refugio, donde se exacerban lo imaginario y
34
la seguridad, con detrimento de la distanciación, por medio de la
diferencia y de la ley. La educación debe tener en cuenta esto.
• Estas importantes cuestiones relacionales (relaciones
Hombre/ Mujer, heteroxesualidad, homosexualidad, fusión, separación, familias monoparentales, adopción, familias homosexuales, relaciones bisexuadas con respecto al niño, etc.) se viven a
menudo con un funcionamiento aproximativo que se confía a la
buena voluntad de los individuos. Un respeto exagerado de las personas y de las situaciones se abstiene de dar instrumentos de reflexión y discernimiento de orden filosófico, antropológico, teológico, espiritual.
Esta constatación general es válida también para los jóvenes
(adolescentes y adultos) que se encuentran abandonados frente
a cuestiones estructurantes de la sexualidad, de la alteridad, del
desarrollo del amor, de la aceptación del hijo. Sobre el fondo de
estas cuestiones, la Iglesia y la Escuela cristiana tienen que
transmitir su mensaje.
• Por otra parte, todo esto tiene su influencia sobre las relaciones Padres/Hijos. De un lado los adultos se debaten casi solos
con cuestiones racionales inéditas mientras, por otro lado, sus
hijos quedan moldeados por los medios
de comunicación, la calle, los amigos,
las incitaciones mercantiles. A veces
una zanja infranqueable parece separar
padres e hijos.
Pero, aunque los intereses y las
mentalidades se entrechoquen, los
hijos esperan siempre mucho de sus
padres, aun en el caso en que hayan
fallado en su misión. En la mayor parte
de los casos los niños y los jóvenes
esperan la mirada y la palabra de sus
padres; están ávidos de esta comunicación y aunque se caiga en el enfrentamiento, siempre sirve para estructurarles. Los padres deben alimentar esta
convicción que les dé fuerza y confianza frente a sus hijos.
E. Jóvenes - Escuela - Formación - Educadores
• En el ámbito de la formación y de la escuela, los padres buscan lo mejor para sus hijos. Piden a la escuela una enseñanza y
una formación de calidad; sobreinvierten en la Escuela y le piden
a menudo que realice la función que ellos mismos no aseguran
en el seno de la familia.
• Las programaciones escolares y educativas están muy
dependientes de las preocupaciones sociales de los Estados. Se
pueden subrayar tres aspectos realistas en ellas, que a veces se
esconden bajo un ropaje fraseológico de pomposidad:
– la necesidad económica de los mercados con sus guerras
tecnológicas y la caza de cerebros;
– la necesidad de alimentar las cuencas de empleos y de procurar trabajo;
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
– la necesidad de relación social que hay que crear o arreglar,
teniendo en cuenta el desplazamiento de poblaciones, algunas
frustraciones expuestas en los medios de comunicación, el choque entre culturas y sus intereses antagonistas.
Estas tres inquietudes son la preocupación constante de los
dirigentes; socaban sus enfoques educativos y humanistas a largo
plazo, imponen reformas constantes que desaniman a los agentes
educativos y desacreditan los esfuerzos de aquellos que
diariamente están en contacto con los jóvenes en
los lugares de formación.
• Pero al mismo tiempo se observa el
abandono de compromisos por parte de
los dirigentes de países pobres que no
invierten más en la enseñanza primaria y se desinteresan de las capas de
población de las que no pueden esperar una rentabilidad a corto plazo.
Estas políticas son criminales:
dificultan durante mucho tiempo el
porvenir de regiones enteras. Lo son
con tanta más razón en cuanto que
empiezan sacrificando primeramente la
educación de las niñas y de las mujeres.
En efecto, las políticas educativas que han
apostado en favor de las niñas y las mujeres
han experimentado un progreso cultural innegable y un cambio durable.
• Un poco en todas partes la enseñanza media o la enseñanza
secundaria (colegio e instituto) es el punto débil de los sistemas
educativos. Llenos de energía los jóvenes se aburren en estos niveles; tienen la impresión de malgastar sus fuerzas sin lograr nada,
haciendo ejercicios inútiles, para un porvenir incierto (¿trabajo o
paro?) al terminar una escolaridad que muy a menudo no les proporcionará medios económicos para empezar su inserción social,
la realización de un matrimonio y de una familia.
• He aquí por qué se instalan en una “tierra de nadie” social
que tiene sus códigos, sus culturas, sus manifestaciones, y que
alimentan la cultura electrónica, las modas y las músicas. En ese
contexto la escuela tiene tendencia a transformarse en un lugar
de vida obligado que los jóvenes se adjudican cada vez más para
transformarlo en un lugar de encuentro entre amigos, un lugar
de intercambios, un lugar de experiencias. Pueden olvidar que
están en un lugar de cultura y de formación.
• Pero si están estimulados por adultos responsables, los
jóvenes aprenden a transformarse en protagonistas de su escolaridad y de su educación. Esperan esta interpelación porque, un
poco en todas partes, tienen una cultura de la discusión, de la
crítica, de la negociación. Con ellos es posible crear ambientes
educativos “propositivos”, dinámicos; en la medida sin embargo
en que la organización, las obligaciones necesarias, el equilibrio
numérico mantienen una dimensión humana.
• Supuesto todo esto, no se puede olvidar a los numerosos
jóvenes que –en silencio– abandonan todos los días la enseñanza
media, asqueados por las estructuras, por las relaciones chapuceBOLETIN FSC, nº 247 - 2002
ras, por el sentimiento reiterado del fracaso, por la inutilidad de
su existencia.
Este fenómeno tiende a aumentar en los países donde el
diploma y la posición social roen insensiblemente las relaciones
humanas. A veces esto conduce al suicidio de jóvenes; a menudo
se quitan la vida sin explicación, dejando desamparados a
padres, amigos, educadores.
Todo esto clama una primera verdad: donde quiera
que sea, los jóvenes quieren encontrarse con adultos. Quieren encontrar personas humanas,
educadores y no sólo profesores.
Así pues, ¿el oficio de enseñante estaría cambiando de naturaleza? No se trata
solamente de dar a los estudiantes una
recopilación de conocimientos y de
informaciones (disponibles en las
bibliotecas y en los aparatos electrónicos), sino de ponerles entre las manos
instrumentos críticos para discernir,
diferenciar, juzgar, seleccionar, elegir...
Es esta capacidad la que se reclama hoy
del maestro. Evidentemente ese maestro
sabrá, al mismo tiempo, escuchar, recibir,
suscitar, integrar, respetar. El maestro se
transforma de este modo en un mediador del
conocimiento, respetuoso de los caminos personales. La pedagogía evangélica así procede.
F. Búsqueda de sentido - Dudas - Sabidurías
• La libertad de las personas y el respeto de su libre albedrío
es un dogma casi general; todos los países hacen referencia a él
aunque sus prácticas permanezcan inciertas. Sin embargo ese
“dogma de las luces” afecta cada vez más los grandes sistemas
religiosos tradicionales y sobre todo aquellos que –como el cristianismo– tienen dogmas y jerarquías asentadas.
Se muestra hacia ellos una gran desconfianza y se los designa como sistemas liberticidas. Con tanta mayor razón que se
sospecha que sean los que fomentan las guerras y los conflictos
en nombre de divinidades o de creencias superadas. Y de hecho,
un examen superficial de la situación internacional tiende a
demostrar que numerosos conflictos de poder, de intereses, de
etnias tienen su origen en causas supuestamente religiosas.
• Pero algunos esperan de las religiones asentadas que sean
un factor de paz y de concordia, suavizando algunos aspectos
doctrinales, morales, disciplinares. Las religiones serían entonces como nuevas sabidurías inspiradoras de la “convivencia
humana”. Pero otros muchos ya no se hacen ilusiones: no se
puede esperar nada de los sistemas religiosos, sino que hay que
esperarlo todo de las transformaciones individuales y de las
redes de buenas voluntades que habitan el planeta.
Por eso se constata una fuerte atracción –entre las clases
medias y las clases privilegiadas– hacia grupos de afinidades, adeptos de técnicas psicológicas, espirituales, corporales, inspiradas en
antiguos discursos paganos que se creían ya desaparecidos y sobre
35
los cuales San Ireneo de Lyón parecía haber dicho palabras definitivas. Esto transparenta al mismo tiempo un enorme desconcierto
personal, pero también una auténtica sed de espiritualidad.
• Este desconcierto personal tiene su origen en el abandono de
los “grandes relatos”. Ahora el hombre moderno se enfrenta a sí
mismo y busca en sí mismo una significación que le supera; tiene
un sabor de eternidad pero es incapaz de dar cuenta por sí solo.
A continuación todo le interpela y le inquieta; está bombardeado por diversas informaciones que dan testimonio de una multitud
de valores, ideales, estilos de vida que van y vienen a merced de las
modas. Su razón con su equipamiento crítico, filosófico, teológico,
científico... no ha sido preparado para la vida; por eso ya no tiene
una guía natural para juzgar con un mínimo de sentido común.
• Amplios grupos religiosos más populares también se sienten atraídos por nuevos sistemas, más ágiles, más cercanos a sus
dificultades existenciales. Buscan un ambiente cálido, una seguridad, una solidaridad cercana que
atenúen los golpes del destino y de la inseguridad creciente que es el resultado de
las diversas migraciones ocasionadas
por la penuria, el paro, la explotación,
las catástrofes naturales.
• Frente a esto, los planteamientos de la Iglesia católica parecen lejanos, complicados, abstractos, centrados en algunas problemáticas. En
realidad sus planteamientos son
amplios y tratan con detalle problemáticas fundamentales (vida relacional, equilibrios económicos, sistemas
políticos, relaciones razón/fe, enfoques
sobre la vida, la muerte, el trabajo, la vocación única del ser humano, la aportación de
las religiones a la “convivencia humana”, los progresos de la ciencia, la solidaridad...) pero esta reflexión
exigente no se difunde suficientemente, ni se aprovechan de ella
los pensadores, los vulgarizadores, los mandos ejecutivos, ni los
mismos cristianos y especialmente los educadores cristianos.
• Sin embargo las sociedades, unas después de otras, se dan
perfectamente cuenta de que el sentimiento religioso y la cultura religiosa tienen una función social que afecta a la memoria de
los pueblos, pero también a la razón de la “convivencia humana”.
Desafío fundamental si la humanidad quiere tener un porvenir.
Aun las sociedades más secularizadas se interesan desde
hace poco por la cultura religiosa y la reintroducen en las programaciones escolares.
• Además, una importante mezcla de culturas, reforzada por
los medios de comunicación, acerca los sistemas religiosos, los
hace conocer, los compara, los simplifica. Pone en relación a
poblaciones enteras que se creían separadas, distintas, originales.
Confronta las formas de vivir y realiza el encuentro entre las personas humanas más cabales gracias a sus prácticas religiosas más
auténticas. Se realizan verdaderos hallazgos, se operan verdaderos descubrimientos entre personas. Y poco a poco los sistemas
religiosos se hablan, se escuchan. A veces se irritan. Pero
una nueva forma de considerar las otras religiones
está brotando y un nuevo sincretismo se construye.
• En fin, muchos jóvenes, al mismo
tiempo que son críticos con respecto a
los grandes sistemas religiosos tradicionales, interrogan a las religiones
sobre el sentido de la vida y sobre su
contribución a la “convivencia humana” universal.
Sólo gozan de su favor los enfoques religiosos que respetan al individuo y su libertad, que tienen un
mínimo de obligaciones doctrinales y
jerárquicas, que se inmiscuyen lo menos
posible en su ética personal.
Sin embargo, las religiones que presentan
modelos de hombres y mujeres claramente entregados a los demás hasta el don de sí mismos, producen
siempre la misma fascinación. Y en esos casos los jóvenes son
capaces de unirse a ellos.
(Bulletin de l’Institut, nº 245, pag. 115-121)
Estas son las conclusiones que más destacan, tal como las ha percibido el Comité de los Coloquios. Sin embargo estas
conclusiones no pueden lograr su objetivo (la segunda propuesta del Capítulo General de 1993), si no se vuelven a
tomar, releer, confrontar y reinterpretar por cada comunidad lasaliana. En efecto, si el Instituto es uno, también es
diverso en cuanto a sus expresiones locales; la misión es la misma pero los niños y los jóvenes que encontramos tienen sus peculiaridades; los análisis globales pueden ayudarnos a observar mejor el paisaje educativo actual, pero
nuestras respuestas concretas dependen de nuestros propios ámbitos.
Cuestionario de trabajo
El lector que desee profundizar personalmente o en grupo tal o cual conclusión se referirá a las fichas de trabajo propuestas en el Boletín del Instituto nº 245, págs. 18, 40, 55, 76, 96.
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La Convención en 71 Preguntas
El texto de la Convención Internacional tiene una larga historia: comenzó al final de la primera guerra mundial y fue la
labor de hombres y mujeres que, contra viento y marea, fueron hasta el final de sus convicciones: el niño es una persona que debe tener su lugar apropiado en la sociedad y preparar su futuro con el adulto. Su lectura suscita una enorme
cantidad de preguntas en jóvenes y adultos. Por esta razón, queriendo tener una comprensión global del texto -que está
reproducido íntegramente aquí- lo hacemos preceder de 71 preguntas/respuestas que subrayan habitualmente el debate en torno a la Convención.
Queremos agradecer en estas páginas al Instituto de la Infancia y la Familia, y especialmente a su antigua presidenta, la
Sra. Denise Cacheux, que nos ha permitido utilizar ampliamente su trabajo.
1. ¿Cuándo se adoptó la Convención Internacional de los Derechos
del Niño?
El 20 de noviembre de 1989, aniversario de la adopción de la Declaración de los
Derechos del Niño de 1959, después de examinar el proyecto que presentó el
Secretario General, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la
Convención Internacional de los Derechos del Niño.
Este acontecimiento se celebró con enorme alegría en el mundo, puesto que serias
resistencias al trabajo emprendido durante diez años hacían pensar que la adopción
de la Convención no lograría superar el paso decisivo por la Asamblea General.
Felizmente, no fue así. Unos minutos de discusión permitieron lograr el consenso. La
Convención Internacional de los Derechos del Niño tenía desde entonces existencia
jurídica.
El 26 de enero de 1990, durante una solemne ceremonia, 60 Estados firmaron el texto.
Se había previsto que la Convención tendría valor jurídico cuando al menos veinte
Estados la hubieran no sólo firmado, sino ratificado. Esta etapa se alcanzó el 3 de agosto de 1990. La Convención tuvo pues fuerza de ley en los veinte Estados afectados
desde el 2 de septiembre de 1990. Poco a poco otros Estados se unieron a ellos.
2. ¿De quién vino la iniciativa de esta Convención?
Polonia, en 1978, tuvo la idea de iniciar este trabajo. Al comienzo, empujado por algunas personas particulares, luego, el gobierno polaco continuó con la idea. En 1979, la
ONU tomó por cuenta suya esta iniciativa en el marco del Año Internacional del Niño.
Sin duda, la preocupación polaca tenía en cuenta la situación especialmente dramática de los niños en este país después de terminar la Segunda Guerra Mundial y la
influencia de personalidades tales como el Dtor. Janusz Korczak (1879-1942).
Temiendo la enfermedad mental de la que había sufrido su padre, renunció a la paternidad pero dedicó toda su vida a los niños. Creó dos orfanatos mixtos, organizados
como auténticas "repúblicas de los niños" con un tribunal y un parlamento donde las
mismas reglas se aplicaban a todos, educadores y directores incluídos. Fundó en 1926
La Revistilla, semanario para los niños, y animó durante varios años una emisión radiofónica muy popular. Sus numerosos libros, El rey Matías I (1923), El derecho de los
niños al respeto (1929), etc. desarrollan sus ideas. Se negó a abandonar a los niños
judíos de los que se encargaba y murió con ellos en el campo de concentración de
Treblinka.
Janusz Korczak fue el primero que defendió en los años 20, los derechos específicos
de los niños y reclamó una Declaración de la Sociedad de Naciones.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Declaración de los
Derechos del Niño
Proclamada por la Asamblea General en
su resolución 1386 (XIV), de 20 de
noviembre de 1959
Preámbulo
Considerando que los pueblos de las
Naciones Unidas han reafirmado en la
Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre y en la dignidad y el valor
de la persona humana, y su determinación de promover el progreso social y
elevar el nivel de vida dentro de un
concepto más amplio de la libertad,
Considerando que las Naciones Unidas
han proclamado en la Declaración
Universal de Derechos Humanos que
toda persona tiene todos los derechos y
libertades enunciados en ella, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, opinión política o de cualquiera
otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición,
Considerando que el niño, por su falta
de madurez física y mental, necesita
37
3. ¿Por qué una Convención de los Derechos del Niño?
protección y cuidado especiales, incluso
la debida protección legal, tanto antes
como después del nacimiento,
Considerando que la necesidad de esa
protección especial ha sido enunciada
en la Declaración de Ginebra de 1924
sobre los Derechos del Niño y reconocida en la Declaración Universal de
Derechos Humanos y en los convenios
constitutivos de los organismos especializados y de las organizaciones internacionales que se interesan en el bienestar del niño,
Considerando que la humanidad debe al
niño lo mejor que puede darle,
Nuestra época es cada vez más sensible con respecto a lo que ocurre con los niños
en el mundo. Cada día mueren 40000 niños. Son las primeras víctimas de los conflictos armados, no se libran de las torturas o de los maltratos de todo tipo. Son víctimas
de la explotación laboral y sexual. Son objeto de tráfico. Se encuentran a veces separados de los padres y de su familia. Esas injusticias no pueden se olvidadas y exigen
una movilización general para que se les ponga fin.
¿Cómo conseguir que los Estados ejerzan sus responsabilidades cuando resulta que a
veces son ellos mismos los causantes de situaciones particularmente dolorosas? Un
documento de rango mundial es capaz de ayudar en su acción a todos aquellos que
defienden la causa de la infancia y es la principal justificación de su elaboración.
Por otra parte se hacía indispensable dar coherencia a numerosos textos concernientes a los niños,
- textos dispersos (acuerdos multilaterales o bilaterales)
- o textos sin valor de obligatoriedad, como la Declaración de los Derechos del Niño
de 1959.
Se necesitaba disponer a escala mundial de un instrumento jurídico obligatorio y
general.
4. ¿No existía ya una Declaración de los Derechos de los Niños?
La Asamblea General,
Proclama la presente Declaración de los
Derechos del Niño a fin de que éste
pueda tener una infancia feliz y gozar,
en su propio bien y en bien de la sociedad, de los derechos y libertades que en
ella se enuncian e insta a los padres, a
los hombres y mujeres individualmente
y a las organizaciones particulares,
autoridades locales y gobiernos nacionales a que reconozcan esos derechos y
luchen por su observancia con medidas
legislativas y de otra índole adoptadas
progresivamente en conformidad con
los siguientes principios:
Principio 1
El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta Declaración.
Estos derechos serán reconocidos a
todos los niños sin excepción alguna ni
distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra
condición, ya sea del propio niño o de
su familia.
Principio 2
El niño gozará de una protección especial
38
Sí.
Por iniciativa de una Asociación, la Unión Internacional de Socorro para los Niños, la
Sociedad de Naciones había adoptado, el 28 de febrero de 1924 en Ginebra, la
Declaración sobre los Derechos de los Niños.
Ese texto se revisó y completó en 1948. Sirvió de base para la Declaración de los
Derechos del Niño, adoptada por unanimidad el 20 de noviembre de 1959, por los 78
Estados que en aquel tiempo eran miembros de la ONU.
Esta declaración está hoy día en vigor con sus cualidades y sus límites. Se trata de una
serie de grandes principios generales. Ciertamente, ese texto no tiene rango de obligatoriedad, pero debe servir de referencia. Desde ese punto de vista, conserva todo
su interés puesto que todos los Estados -y con mucho- no firmaron la Convención o
si la firmaron no la ratificaron. De forma general, los instrumentos jurídicos internacionales anteriores al 20 de noviembre de 1989 -existen más de 80- son válidos pero,
para los Estados firmantes de la Convención, ésta se transforma en un texto de rango
superior que pasa por encima de los precedentes.
La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, del 20 de
noviembre de 1989, es un texto de mucho mayor alcance por dos razones: por una
parte, es preciso y tiene valor de obligatoriedad para los Estados firmantes, por otra
parte, la ONU se ha enriquecido con numerosos miembros nuevos desde 1959.
5. ¿No existían ya textos internacionales en favor de los niños que
fueran obligatorios para los Estados?
Claro que sí.
Numerosos instrumentos jurídicos internacionales tienen por objetivo directo o indirecto a los niños. ¡Existen unos ochenta!
Gran parte de ellos tienen valor obligatorio, pero... sólo para los Estados que los firmaron y ratificaron, con el límite de las reservas que entonces fueron indicadas para
cada uno de ellos.
Nos vemos obligados a constatar que hay Estados firmantes de los textos por medio de
su representación en la ONU pero, que no los ratificaron a nivel de las autoridades locales responsables, lo cual, a fin de cuentas, hace que su compromiso no tenga efecto.
Por otra parte, elaborados a medida de las circunstancias históricas, esos textos son
inconexos, a veces incoherentes y evidentemente no exhaustivos.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Finalmente, las disposiciones aplicables a los niños no tienen siempre en cuenta sus
necesidades específicas, que exigen a menudo normas reforzadas con respecto a los
adultos. No nos podemos contentar con decir que basta con respetar los Derechos
Humanos para respetar los Derechos del Niño.
6. ¿Por qué fueron necesarios diez años para escribir ese texto?
El proyecto polaco no obtuvo al comienzo la adhesión general. La oportunidad de
semejante trabajo era puesta en tela de juicio. Algunos subrayaban que una convención no sería válida más que entre los Estados firmantes, mientras que la Declaración
de los Derechos del Niño del 20 de noviembre de 1959 era válida para todos. Otros
criticaban que fuera necesario hacer algo específico para los niños puesto que, por
principio, se les pueden aplicar los Derechos Humanos.
Y además, no era muy fácil a escala mundial definir el contenido concreto de los principios en los que se estaba de acuerdo.
No faltan ejemplos. En un determinado país, impedir a un niño trabajar, es garantizarle la posibilidad de ir a la escuela; en otro país, es privarle, a él y a su familia, de unos
ingresos mínimos. Hablar de los padres y de la familia del niño tiene significados diversos según las culturas: puede tratarse de la familia europea o del grupo comunitario
africano.
La tenacidad de los que trabajaron en este proyecto contribuyó a evitar el estancamiento.
Hay que subrayar el esfuerzo de las organizaciones no gubernamentales (ONG) y la
presión diplomática de algunos Estados, que permitieron la conclusión en 1989.
En ese contexto, considerando la importancia del documento que va bastante más
allá de lo que se esperaba, 10 años representan a la vez mucho y poco.
7. ¿Por qué es tan largo y tan complicado ese texto?
Efectivamente, con sus 54 artículos, la Convención resulta un documento largo. Su
lenguaje jurídico, y hasta filosófico, puede hacerlo difícilmente comprensible. ¿Cómo
podría haberse realizado de otro modo para que se alcanzaran los tres objetivos propuestos?
1º Un texto de conjunto
Los redactores del texto querían desarrollar todos los problemas relativos al niño: protección de su persona con respecto a posibles ataques a su integridad física o psíquica, definición de las principales prestaciones que les son debidas, afirmación del derecho de actuar en su propia vida en función de su edad y de su grado de madurez.
2º Un texto jurídicamente operacional
De forma diferente a lo que se hizo en la Declaración de los Derechos del Niño del 20
de noviembre de 1959, se trataba de entrar en los pormenores y no contentarse con
algunas grandes peticiones de principio difícilmente utilizables, en la práctica, ante
los tribunales. La Convención no evita siempre esta última dificultad, por ejemplo, a
propósito del respeto de la vida. Enuncia obligaciones de los Estados más que define
derechos subjetivos directamente aplicables. Constituye sin embargo un instrumento más contundente que la Declaración de 1959.
3º Un texto con obligaciones
Los mecanismos de aplicación de este tratado internacional tenían la necesidad de
ser cuidadosamente especificados: es una garantía necesaria, aunque no sea suficiente, y a pesar de que el resultado no es perfecto, evita que la Convención no se
quede en deseo piadoso.
8. ¿Cuáles son las disposiciones más importantes de la Convención?
Por primera vez, un texto jurídico internacional desarrolla el conjunto del estatuto de
la infancia y es difícil destacar uno u otro de sus aspectos.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
y dispondrá de oportunidades y servicios,
dispensado todo ello por la ley y por otros
medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como
en condiciones de libertad y dignidad. Al
promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá
será el interés superior del niño.
Principio 3
El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una nacionalidad.
Principio 4
El niño debe gozar de los beneficios de la
seguridad social. Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con
este fin deberán proporcionarse, tanto a
él como a su madre, cuidados especiales,
incluso atención prenatal y postnatal. El
niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios
médicos adecuados.
Principio 5
El niño física o mentalmente impedido o
que sufra algún impedimento social
debe recibir el tratamiento, la educación
y el cuidado especiales que requiere su
caso particular.
Principio 6
El niño, para el pleno y armonioso
desarrollo de su personalidad, necesita
amor y comprensión. Siempre que sea
posible, deberá crecer al amparo y bajo
la responsabilidad de sus padres y, en
todo caso, en un ambiente de afecto y
de seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá
separarse al niño de corta edad de su
madre. La sociedad y las autoridades
públicas tendrán la obligación de cuidar
especialmente a los niños sin familia o
que carezcan de medios adecuados de
subsistencia. Para el mantenimiento de
los hijos de familias numerosas conviene conceder subsidios estatales o de
39
otra índole.
Principio 7
El niño tiene derecho a recibir educación, que será gratuita y obligatoria por
lo menos en las etapas elementales. Se
le dará una educación que favorezca su
cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades,
desarrollar sus aptitudes y su juicio
individual, su sentido de responsabilidad moral y social, y llegar a ser un
miembro útil de la sociedad.
El interés superior del niño debe ser el
principio rector de quienes tienen la
responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe,
en primer término, a sus padres.
El niño debe disfrutar plenamente de
juegos y recreaciones, los cuales deben
estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las
autoridades públicas se esforzarán por
promover el goce de este derecho.
Principio 8
El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban protección y socorro.
Principio 9
El niño debe ser protegido contra toda
forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo
de trata.
No deberá permitirse al niño trabajar
antes de una edad mínima adecuada; en
ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o
empleo alguno que pueda perjudicar su
salud o su educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral.
Principio 10
El niño debe ser protegido contra las
prácticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa o de cual-
40
Además, lo que parece esencial para un país o un grupo puede serlo menos para
otros. El reconocimiento del derecho a la vida y la salud son normales en los países
desarrollados; la propuesta resulta más audaz en otros lugares. Por el contrario, en
algunos países desarrollados, los derechos propios relacionados con la persona del
niño, como la libertad de pensamiento y opinión o la libertad de asociación resultan
más sopesados y debatidos; algunos temen que se haga desaparecer toda la especificidad de la infancia, período privilegiado de irresponsabilidad y despreocupación.
La Convención establece tres tipos de derechos civiles, económicos, culturales y
sociales:
- derecho a la protección: por ejemplo, respeto de la integridad física
- derecho a ciertas prestaciones: por ejemplo, cuidados, educación, seguridad social
- derecho del niño a actuar por sí mismo en la medida de sus posibilidades y participar en las decisiones que conciernen a su vida: libertad de opinión, expresión, asociación, etc.
Sin embargo, la Convención no presta atención a los derechos políticos.
9. ¿Qué puntos provocaron los mayores debates?
La realización de la Convención en sí misma fue discutida en primer lugar, con dos
tipos de argumentos:
– ¿Para qué hacer un texto especial para los niños puesto que la Declaración de los
Derechos Humanos se les aplica? Sin embargo, hay que decirlo explícitamente.
– ¿Para qué hacer una Convención puesto que ya existe una Declaración de los
Derechos del Niño? Es necesario un texto que sea obligatorio para los Estados.
Durante las discusiones, tres grandes temas al menos dividieron a los países y necesitaron compromisos:
– El aborto hubiera debido ser condenado con claridad según algunos. El preámbulo, no obligatorio, afirma que el niño tiene derecho a la protección especialmente
"antes y después del nacimiento". El artículo 6, se contenta con hablar en general de
un "derecho inherente a la vida". Negándose a precisar el momento en que comienza la vida, la Convención en sus aspectos obligatorios no entra en el tema del aborto.
– La adopción suscitó igualmente fuertes discusiones en la medida en la que los
Estados, especialmente en los países musulmanes, no conocían este tipo de institución, que modifica la filiación jurídica del niño.
– El alistamiento de los niños de los conflictos armados fue otro de los aspectos de
grandes divergencias.
10. ¿Cómo se puede aceptar que un niño pueda ser reclutado para
las fuerzas armadas a los 15 años?
Esta disposición del artículo 38, apartado 2, es una de las que suscitaron las más fuertes polémicas, hasta el último momento, en el seno de las diferentes instancias que
tuvieron que preparar el texto.
Para empezar, hay que constatar que al fijar una edad para el alistamiento de los
niños, la Convención es innovadora. Los Estados firmantes se abstendrán de hacer
participar en un conflicto armado a todo niño que no tenga esa edad mínima. La aplicación de esta medida constituye un auténtico progreso.
Muchos representantes -especialmente los de países occidentales- deseaban fijar una
edad más elevada. En esta cuestión, les fue necesario aceptar un compromiso con los países que se negaban a la determinación de una edad o que proponían una edad inferior.
En otros muchos aspectos, la Convención también es el resultado de compromisos.
Así, el artículo 34 condena de forma general "las prácticas tradicionales que perjudican la salud del niño", pero no menciona explícitamente la ablación como lo pedían
enérgicamente varios miembros del grupo de trabajo. Era necesario que el texto fuera
aceptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, es decir, por el máximo de
Estados y a ser posible por todos. Además, se debe añadir que nada impide a un
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Estado tener una legislación más protectora que la Convención; ésta constituye en
cierto modo un mínimo por debajo del cual no se puede actuar.
11. ¿Quién elaboró el texto?
La Comisión de los Derechos Humanos de la ONU estableció un grupo ad hoc abierto a los Estados voluntarios. Cuarenta y tres países representando a todos los continentes fueron miembros, otros se asociaron a los trabajos.
Las organizaciones intergubernamentales como la OIT (Organización Internacional
del Trabajo), el ACR (Alto Comité para los Refugiados), y la UNICEF también siguieron
los trabajos de ese grupo.
Las organizaciones no gubernamentales dotadas de un estatuto consultivo ante el
Consejo Económico y Social de la ONU estaban representadas en ese grupo y pudieron participar plenamente en la discusión del proyecto.
Recordemos que la ONU designa como "organización no gubernamental" (ONG) un
grupo o movimiento privado, es decir, que no se expresa en nombre de un Estado.
Algunas de esas ONG, teniendo objetivos y estructuras internacionales, consiguen a
causa de su representatividad un estatuto consultivo ante una u otra institución para
participar en sus actividades o contribuir a sus trabajos.
quier otra índole. Debe ser educado en
un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y
fraternidad universal, y con plena
conciencia de que debe consagrar sus
energías y aptitudes al servicio de sus
semejantes.
12. ¿Qué es la ONU?
Es en cierto modo el Parlamento de las Naciones del Mundo.
Creado en 1945, al finalizar la 2ª Guerra Mundial, la Organización de las Naciones
Unidas está abierta a todo Estado que acepta sus reglas de funcionamiento. Agrupa a
casi la totalidad de los Estados.
Tiene por objetivo la paz en el mundo
La Asamblea General es una institución deliberativa que reúne a los países miembros
en pie de igualdad: un Estado, una voz.
El Consejo de Seguridad, compuesto de 15 Estados, de ellos cinco permanentes y disponiendo del derecho de veto (USA, Rusia, Gran Bretaña, Francia, China), se encarga
de vigilar especialmente la seguridad internacional.
El Secretario General dirige los servicios de la ONU y anima sus actividades. Su elección la realiza la Asamblea General y tiene una duración de cuatro años.
Para completar sus actividades, la ONU tiene instituciones especializadas tales como:
- la UNICEF, para la infancia,
- la UNESCO, para la educación y la cultura,
- la FAO, para la alimentación y la agricultura,
- etc.
13. ¿Participaron realmente las ONG en
la redacción de la Convención?
Una de las originalidades de la Convención
Internacional de los Derechos del Niño es que se
benefició de la aportación permanente e importante de diversas ONG, cuyas secciones o movimientos nacionales podían participar ante los
poderes públicos de sus países respectivos, y
algunos lo hicieron ampliamente.
Preocupadas de no dejar pasar una oportunidad
histórica, las ONG implicadas (alrededor de unas
cincuenta), a partir de 1983, tomaron la iniciativa
de establecer un grupo constituido para preparar el encuentro anual del grupo ad hoc. Se dotaron de un secretariado permanente que instalaBOLETIN FSC, nº 247 - 2002
41
Convención Internacional
de los Derechos del Niño
1989
Preámbulo
Los Estados Partes en la presente Convención,
Considerando que, de conformidad con los principios proclamados en la Carta de las Naciones
Unidas, la libertad, la justicia y la paz en el mundo
se basan en el reconocimiento de la dignidad
intrínseca y de los derechos iguales e inalienables
de todos los miembros de la familia humana,
Teniendo presente que los pueblos de las Naciones
Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los
derechos fundamentales del hombre y en la dignidad y el valor de la persona humana, y que han
decidido promover el progreso social y elevar el
nivel de vida dentro de un concepto más amplio de
la libertad,
Reconociendo que las Naciones Unidas han proclamado y acordado en la Declaración Universal de
Derechos Humanos y en los pactos internacionales
de derechos humanos, que toda persona tiene
todos los derechos y libertades enunciados en
ellos, sin distinción alguna, por motivos de raza,
color, sexo, idioma, religión, opinión política o de
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición,
Recordando que en la Declaración Universal de
Derechos Humanos las Naciones Unidas proclamaron que la infancia tiene derecho a cuidados y
asistencia especiales,
Convencidos de que la familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y
en particular de los niños, debe recibir la protección y asistencia necesarias para poder asumir
plenamente sus responsabilidades dentro de la
comunidad,
Reconociendo que el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en
el seno de la familia, en un ambiente de felicidad,
amor y comprensión,
Considerando que el niño debe estar plenamente
preparado para una vida independiente en sociedad y ser educado en el espíritu de los ideales proclamados en la Carta de las Naciones Unidas y, en
particular, en un espíritu de paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad,
42
ron en Ginebra y cuya responsabilidad se confió a la Asociación Internacional para
la Defensa de los Niños.
Consciente de la importancia de este proceso y del interés de la contribución de
las ONG, la UNICEF dio su apoyo material a esta coordinación financiando el secretariado permanente.
En numerosos aspectos, a veces artículos enteros, la contribución de las ONG fue
determinante, según la opinión general, así como en la elaboración técnica de la
Convención, y también en la creación de una auténtica dinámica que permitió llevar a término el trabajo.
Naturalmente, la Convención da un lugar importante a las ONG para la puesta en
práctica de su contenido y el seguimiento de su aplicación.
14. ¿Qué ONG participaron en la redacción?
– Alianza Internacional de Mujeres
– Alianza Internacional de organizaciones "Save the children" (Salvar a los niños)
– Amnistía Internacional
– Asociación Internacional de Derecho Penal
– Asociación Internacional de Juristas Demócratas
– Asociación Internacional de Magistrados de la Juventud y la Familia
– Asociación Internacional para el Derecho del Niño al Juego
– Asociación Mundial de Guías y Exploradoras
– Asociación Mundial para la Escuela "Instrumento de Paz"
– BICE: Oficina Internacional Católica de la Infancia
– Comité Consultivo Mundial de la Sociedad de Amigos
– Comisión Internacional de Juristas
– Comunidad Internacional Bahai'e
– Congreso Judío Mundial
– Consejo Internacional de la Acción Social
– Consejo Internacional de Mujeres
– Consejo Internacional de Mujeres Judías
– Defensa de los Niños - Internacional
– Federación Abolicionista Internacional
– Federación Internacional de Asistentes y Asistentas Sociales
– Federación Internacional de Mujeres de Carreras Liberales y Comerciales
– Federación Internacional de Mujeres Juristas
– Federación Mundial de la Juventud Democrática
– Human Rights International (Derechos Humanos Internacionales)
– Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo
– Organización mundial para la Educación Preescolar
– Ràddaa Barmen
– Redd Barna
– Sociedad Antiesclavista para la Promoción de los Derechos Humanos
– Unión Mundial de Mujeres Rurales
– Zonta International
– El Secretariado del grupo de las ONG lo aseguró "Defensa de los Niños –
Internacional"
15. ¿Qué función desempeñó la UNICEF en la elaboración de la
Convención?
Contrariamente a lo que se piensa de costumbre, la UNICEF no tuvo la iniciativa
de redactar la Convención cuya primera versión tuvo su origen en Polonia.
Sin embargo, la UNICEF fue rápidamente consciente del interés que representaba
esta iniciativa. Remplazó y aportó su contribución a las organizaciones no gubernamentales interesadas para que pudieran llevar a buen puerto su trabajo.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Al mismo tiempo, a través de documentos (informes y exposiciones), buscó dar a
conocer y defender la iniciativa en desarrollo.
Recordemos que la UNICEF ( United Nations International Children's Emergency
Fund - Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia)
es un organismo especializado de la ONU cuya sede está en Nueva York. Su misión
es asegurar la ayuda humanitaria para los niños y contribuir a su desarrollo.
Coopera con 118 países en vías de desarrollo.
16. ¿Contribuyeron los niños en la redacción de la Convención?
No. La Convención la redactó un grupo ad hoc en el seno de la Comisión para los
Derechos Humanos de la ONU. Aunque se hubiera querido, hubiera sido difícil
asociar a los niños del mundo entero a este trabajo. Algunas de las ONG que colaboraron en la tarea, por su trabajo entre los niños, pudieron ejercer la función de
ser sus portavoces.
En algunos países se elaboraron "libros de quejas" de los niños que pudieron de
este modo expresarse. Estos "libros" dieron posibilidad a la realización de múltiples
debates y encuentros entre y con los jóvenes. Tuvieron gran éxito. Transmitidos a
los diferentes niveles de los poderes políticos locales y nacionales, fueron objeto
de examen y análisis.
En julio de 1989, doce niños de todos los continentes hicieron el viaje de Gorée a
Nueva York, en velero, para llevar al Secretario General de la ONU un mensaje en
favor de la Convención.
En el encuentro de Jefes de Estado y de Gobierno del 29 y 30 de septiembre de
1989 participaron niños.
17. En resumen, ¿cuál fue el camino recorrido por la Convención?
1978: Propuesta a la ONU de un proyecto de convención relativa a los derechos
del niño por el gobierno polaco.
1979: Año Internacional del Niño
– La ONU acepta el principio de una convención relativa a los derechos del niño.
– La Comisión de los Derechos Humanos de la ONU crea un grupo ad hoc para
preparar un texto. Se reúne una vez al año en Ginebra.
1983: Creación de un grupo especial de las ONG teniendo a su disposición un
secretariado permanente, instalado en Ginebra y asegurado por “Defensa de los
Niños – Internacional”.
1989: Adopción del proyecto de Convención por la Comisión de los Derechos
Humanos de la ONU.
20 de Noviembre de 1989: Adopción de la Convención por la Asamblea General
de la ONU.
26 de enero de 1990: Firma por 60 Estados de la Convención en Nueva York.
3 de agosto de 1990: Se consiguen las veinte ratificaciones necesarias para su
entrada en vigor.
29 y 30 de septiembre de 1990: Primer Encuentro de Jefes de Estado y de Gobierno referente a la infancia, en Nueva York.
18. ¿Cuál es la originalidad de ese texto?
La Convención es un tratado entre Estados. Tiene sus límites, sus silencios y los
compromisos característicos de las relaciones diplomáticas. Sin embargo, es un
documento innovador por diversas razones.
En su forma:
– tiene carácter obligatorio para los Estados que lo ratificaron;
– concede gran importancia a las ONG;
- define una metodología para superar las dificultades a su puesta en práctica. Un
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Teniendo presente que la necesidad de proporcionar al niño una protección especial ha sido enunciada en la Declaración de Ginebra de 1924 sobre
los Derechos del Niño y en la Declaración de los
Derechos del Niño adoptada por la Asamblea
General el 20 de noviembre de 1959, y reconocida
en la Declaración Universal de Derechos
Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (en particular, en los artículos 23
y 24), en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (en particular,
en el artículo 10) y en los estatutos e instrumentos
pertinentes de los organismos especializados y de
las organizaciones internacionales que se interesan en el bienestar del niño,
Teniendo presente que, como se indica en la
Declaración de los Derechos del Niño, "el niño, por
su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento",
Recordando lo dispuesto en la Declaración sobre
los principios sociales y jurídicos relativos a la protección y el bienestar de los niños, con particular
referencia a la adopción y la colocación en hogares
de guarda, en los planos nacional e internacional;
las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la
administración de la justicia de menores (Reglas de
Beijing); y la Declaración sobre la protección de la
mujer y el niño en estados de emergencia o de conflicto armado,
Reconociendo que en todos los países del mundo
hay niños que viven en condiciones excepcionalmente difíciles y que esos niños necesitan especial
consideración,
Teniendo debidamente en cuenta la importancia
de las tradiciones y los valores culturales de cada
pueblo para la protección y el desarrollo armonioso del niño,
Reconociendo la importancia de la cooperación
internacional para el mejoramiento de las condiciones de vida de los niños en todos los países, en
particular en los países en desarrollo,
Han convenido en lo siguiente:
PARTE I
Artículo 1
Para los efectos de la presente Convención, se
entiende por niño todo ser humano menor de die-
43
ciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley
que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad.
Artículo 2
1. Los Estados Partes respetarán los derechos
enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna, independientemente
de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la
opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los
impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier
otra condición del niño, de sus padres o de sus
representantes legales.
2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas
apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las
opiniones expresadas o las creencias de sus padres,
o sus tutores o de sus familiares.
Artículo 3
1. En todas las medidas concernientes a los niños
que tomen las instituciones públicas o privadas de
bienestar social, los tribunales, las autoridades
administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el
interés superior del niño.
2. Los Estados Partes se comprometen a asegurar
al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley y, con ese fin,
tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas.
3. Los Estados Partes se asegurarán de que las instituciones, servicios y establecimientos encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan las normas establecidas por las autoridades
competentes, especialmente en materia de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como en relación con la existencia de una
supervisión adecuada.
Artículo 4
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas
administrativas, legislativas y de otra índole para
dar efectividad a los derechos reconocidos en la
presente Convención. En lo que respecta a los
derechos económicos, sociales y culturales, los
Estados Partes adoptarán esas medidas hasta el
máximo de los recursos de que dispongan y, cuan-
44
Comité de expertos, encargado de trabajar en su aplicación, tiene por función
aconsejar y ayudar a los Estados para que se pongan en situación regular.
Evidentemente, la misión encargada a ese tipo de instancias, que es el de denunciar las violaciones y sancionarlas se mantiene, pero en su espíritu, el texto concede gran importancia a una actitud comprensiva y explicativa que concluya, cuando sea posible, en cooperación.
Los aspectos fundamentales de la Convención están claramente orientados hacia
el siglo XXI.
1. El niño es una persona y, por esta razón, puede referirse a los Derechos
Humanos: lo que hasta ahora era implícito, se dice clara y explícitamente.
2. Por primera vez, un texto global, y por consiguiente coherente, trata de todos
los aspectos del estatuto del niño: el derecho a la protección, a beneficiarse de
diversas prestaciones, a participar en función de su madurez en las decisiones
esenciales que le conciernen.
3. El niño queda posicionado en las relaciones con su familia, su comunidad y el
Estado en la perspectiva de valores universales, superando las especificidades culturales y locales sin negarlas.
19. ¿En qué aspectos la Convención es innovadora?
La Convención, tomando como punto de partida la idea de que el niño es en primer lugar un individuo, reconoce explícitamente sus derechos propios como ser
humano (ser respetado en su integridad e identidad, disponer de libertad de opinión y expresión, etc.). Como niño debe también beneficiarse de derechos reforzados: por ejemplo, sus necesidades en cuidados y educación son más exigentes
que en el caso del adulto. Finalmente existen derechos específicos: por ejemplo,
en caso de abandono, es necesario buscarle una nueva familia.
Numerosas disposiciones mejoran el contenido de las reglas internacionales.
Algunas son innovadoras. Otras que sólo eran hasta aquel momento recomendaciones se transforman en obligaciones.
De ese modo la afirmación del interés superior del niño constituye un progreso
esencial y se transforma en el principio orientador del pensamiento jurídico.
La obligación de los Estados de hacer todo lo posible para asegurar la supervivencia
del niño, la protección de su identidad, la necesidad de acoger y tomar en consideración su opinión, la insistencia puesta en la prevención del maltrato, la obligación
para los Estados de esforzarse en abolir las prácticas tradicionales perjudiciales para la
salud de los niños, la necesidad de aplicar la disciplina escolar de forma compatible
con la dignidad del niño como ser humano, la necesidad de proteger al niño contra
el consumo de substancias psicotrópicas, etc. son todas ellas reglas nuevas.
20. ¿No sería demasiado general ese texto?
No es el mayor reproche que se puede hacer a la Convención, aunque ciertas formulaciones pueden parecer muy generales. Cuando esto ocurre, la Convención
impone a los Estados la búsqueda de la aplicación del principio propuesto en su
legislación interna. Entre otros ejemplos está el artículo 22, párrafo 1: "Los Estados
toman las medidas apropiadas para que un niño que quiere obtener el estatuto de
refugiado [...] se beneficie de la protección o de la asistencia humana requerida [...]."
Había que dejar márgenes de interpretación para que el tiempo y las diferentes
prácticas jurídicas concretas condujeran progresivamente a conceptos más rigurosos y a la tipificación de situaciones mejor catalogadas. El derecho particular de
muchos Estados no se niega a este tipo de mejoras, apoyándose por ejemplo, a
propósito de la puesta en práctica de medidas de protección de la infancia, en
nociones que los redactores de los textos dejaron voluntariamente imprecisas:
– el peligro físico, moral o afectivo,
- la educación gravemente dificultada,
- etc.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
do sea necesario, dentro del marco de la cooperación internacional.
Artículo 5
Los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los deberes de los padres o, en
su caso, de los miembros de la familia ampliada o
de la comunidad, según establezca la costumbre
local, de los tutores u otras personas encargadas
legalmente del niño de impartirle, en consonancia
con la evolución de sus facultades, dirección y
orientación apropiadas para que el niño ejerza los
derechos reconocidos en la presente Convención.
Artículo 6
21. ¿No sería ese texto poco realista cuando pensamos en la situación económica y social de bastantes Estados?
Muchos piensan que el texto va lejos, muy lejos, demasiado lejos.
Hay que destacar para empezar que, en numerosos aspectos, retoma lo que ya se
había adquirido en textos internacionales precedentes añadiendo simplemente el
tratamiento global y coherente que faltaba.
A continuación se debe subrayar que, si se desea respetar el espíritu, es rico y exigente para todos los Estados.
Es verdad que en algunos puntos, los países del Tercer Mundo tendrán dificultades para su puesta en práctica y chocarán con enormes dificultades. La esperanza está puesta en el desarrollo de la cooperación internacional a la que el texto
hace amplia referencia.
En contrapartida, en otras cuestiones, algunos países industrializados influídos por su
concepción individualista y competitiva de las relaciones sociales o por una "infantilización" abusiva de la infancia, tendrán más dificultades que muchos países pobres
para poner en práctica los principios de la Convención. Los obstáculos culturales no
son obligatoriamente más fáciles de superar que las dificultades materiales.
22. ¿Cómo organiza la Convención la cooperación entre Estados?
Se concibió el mecanismo de aplicación de la Convención para favorecer la cooperación entre los Estados, a fin de que todos puedan aproximarse a los ideales
contenidos en el texto.
"Con objeto de fomentar la aplicación efectiva de la Convención y de estimular la
cooperación internacional en la esfera regulada por la Convención:
a) Los organismos especializados, la UNICEF y demás órganos de las Naciones
Unidas tendrán derecho a estar representados en el examen de la aplicación de
aquellas disposiciones de la presente Convención comprendidas en el ámbito de
su mandato. El Comité podrá invitar a los organismos especializados, a la UNICEF
y a otros órganos competentes que considere apropiados a que proporcionen
asesoramiento especializado sobre la aplicación de la Convención en los sectores
que son de incumbencia de sus respectivos mandatos. El Comité podrá invitar a
los organismos especializados, a la UNICEF y demás órganos de las Naciones
Unidas a que presenten informes sobre la aplicación de aquellas disposiciones de
la presente Convención comprendidas en el ámbito de sus actividades;
b) El Comité transmitirá, según estime conveniente, a los organismos especializados, a la UNICEF y a otros órganos competentes, los informes de los Estados Partes
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
1. Los Estados Partes reconocen que todo niño
tiene el derecho intrínseco a la vida.
2. Los Estados Partes garantizarán en la máxima
medida posible la supervivencia y el desarrollo
del niño.
Artículo 7
1. El niño será inscripto inmediatamente después
de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace
a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la
medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser
cuidado por ellos.
2. Los Estados Partes velarán por la aplicación de
estos derechos de conformidad con su legislación
nacional y las obligaciones que hayan contraído en
virtud de los instrumentos internacionales pertinentes en esta esfera, sobre todo cuando el niño
resultara de otro modo apátrida.
Artículo 8
1. Los Estados Partes se comprometen a respetar
el derecho del niño a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones
familiares de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas.
2. Cuando un niño sea privado ilegalmente de
algunos de los elementos de su identidad o de
todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la
asistencia y protección apropiadas con miras a restablecer rápidamente su identidad.
Artículo 9
1. Los Estados Partes velarán por que el niño no
sea separado de sus padres contra la voluntad de
éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de
conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el interés
45
superior del niño. Tal determinación puede ser
necesaria en casos particulares, por ejemplo, en los
casos en que el niño sea objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres o cuando éstos viven
separados y debe adoptarse una decisión acerca del
lugar de residencia del niño.
2. En cualquier procedimiento entablado de conformidad con el párrafo 1 del presente artículo,
se ofrecerá a todas las partes interesadas la oportunidad de participar en él y de dar a conocer sus
opiniones.
3. Los Estados Partes respetarán el derecho del
niño que esté separado de uno o de ambos padres
a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular, salvo si ello
es contrario al interés superior del niño.
4. Cuando esa separación sea resultado de una
medida adoptada por un Estado Parte, como la
detención, el encarcelamiento, el exilio, la deportación o la muerte (incluido el fallecimiento debido a
cualquier causa mientras la persona esté bajo la
custodia del Estado) de uno de los padres del niño,
o de ambos, o del niño, el Estado Parte proporcionará, cuando se le pida, a los padres, al niño o, si
procede, a otro familiar, información básica acerca
del paradero del familiar o familiares ausentes, a
no ser que ello resultase perjudicial para el bienestar del niño. Los Estados Partes se cerciorarán,
además, de que la presentación de tal petición no
entrañe por sí misma consecuencias desfavorables
para la persona o personas interesadas.
Artículo 10
1. De conformidad con la obligación que incumbe
a los Estados Partes a tenor de lo dispuesto en el
párrafo 1 del artículo 9, toda solicitud hecha por
un niño o por sus padres para entrar en un Estado
Parte o para salir de él a los efectos de la reunión de
la familia será atendida por los Estados Partes de
manera positiva, humanitaria y expeditiva. Los
Estados Partes garantizarán, además, que la presentación de tal petición no traerá consecuencias
desfavorables para los peticionarios ni para sus
familiares.
2. El niño cuyos padres residan en Estados diferentes tendrá derecho a mantener periódicamente, salvo en circunstancias excepcionales, relaciones personales y contactos directos con ambos
padres. Con tal fin, y de conformidad con la obligación asumida por los Estados Partes en virtud
del párrafo 1 del artículo 9, los Estados Partes respetarán el derecho del niño y de sus padres a salir
de cualquier país, incluido el propio, y de entrar en
46
que contengan una solicitud de asesoramiento o asistencia técnica, o en los que
se indique esa necesidad, junto con las observaciones y sugerencias del Comité,
si las hubiere, acerca de esas solicitudes o indicaciones; [...] Art. 45
23. ¿En qué aspectos precisos los Derechos del Niño se ven especialmente reforzados?
Indiquemos algunos:
– la protección de la identidad del niño
– el derecho de expresar su opinión y ver que se tiene en cuenta esta opinión (en
el caso de las autoridades administrativas o judiciales por ejemplo)
– la prevención de la violencia hacia los niños
– la adopción de un niño nacido en el extranjero
– la abolición de prácticas tradicionales tales como la ablación o el tratamiento
preferencial de los chicos con respecto a las chicas
– la revisión periódica del acogimiento del niño fuera de la familia por decisión de
jueces o autoridades administrativas
– la protección contra el consumo de drogas psicotrópicas y estupefacientes
– la abolición de la pena de muerte para los niños
– la adaptación de modos de actuación de la Justicia con respecto a los niños.
24. ¿No se opondrían los Derechos del Niño a los de la familia?
Se han ido manifestando inquietudes contradictorias.
Para algunos, la Convención da demasiadas facilidades a la familia y a la comunidad, especialmente en el tema de la educación y la formación del espíritu. Claro
está que "el niño no pertenece a nadie", pero, ¿podía ignorar la Convención la
importancia que tiene para del niño el entorno donde ha nacido y no debía subrayar la responsabilidad de los padres?
Para otros, los derechos personales reconocidos al niño y sobre todo los que
puede ejercer consigo mismo, motu proprio (libertad de opinión, religión, pensamiento, asociación, etc.) parecen peligrosos: ¿Cómo podrán los padres proteger a
sus hijos y guiarles en su educación? ¿No se va demasiado lejos? Esos derechos,
en cierto modo, ¿no son armas dirigidas contra los padres y educadores?
Ciertamente, la Convención no cae en ninguno de los dos escollos. Reconoce al
niño los derechos inherentes a toda persona (derecho a un nombre, una nacionalidad, un domicilio, ser respetado en su integridad e intimidad, etc.) por sí
mismo y no contra nadie. No se debe olvidar que el niño también tiene obligaciones y que muchos de sus derechos los ejercerán sus padres.
¿Cómo podrían ser las cosas de otro modo, cuando resulta que el niño es miembro de una familia, cuando su misma existencia da vida y sentido a la familia? Pero
siempre se debe tener en cuenta que el niño es un sujeto y no un objeto.
25. Conceder libertad de expresión a un niño, ¿no es demagogia?
Parece difícil aceptar que un niño disponga de libertad de opinión o de expresión
cuando esta opinión o esta expresión están todavía en proceso de construcción y
bajo la influencia de padres o educadores.
Por una parte, la Convención, como el derecho interno de los Estados, no da la
misma importancia a los niños pequeños y a los adolescentes.
Un niño con edad suficiente, ¿no está capacitado para expresar un punto de vista
sobre un problema que le concierne directamente como en el caso de separación
de los padres?
Por otra parte, expresarse no es decidir.
¿Sería tan extraño que el juez escuchara el punto de vista del niño y lo tuviera en
cuenta para tomar su decisión como lo hace en el caso de los esposos?
Se puede temer que un adolescente abuse de su libertad de expresión en un
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
periódico escolar o en otro medio de comunicación. La Convención, al mismo
tiempo que se determina a favor de los derechos personales del niño, especifica
sus límites: debe, como cualquier otro, respetar los derechos de los demás y los de
la sociedad a la que pertenece.
El riesgo que aparece entonces, al combinar debidamente libertad y responsabilidad, es el de hacer desaparecer la infancia, período privilegiado para la despreocupación. La existencia de la Convención en sí misma ¿no sería justamente la confirmación de que la situación del niño no es la misma que la del adulto? El niño
debe responder de sus actos pero como está previsto para un niño.
su propio país. El derecho de salir de cualquier país
estará sujeto solamente a las restricciones estipuladas por ley y que sean necesarias para proteger la
seguridad nacional, el orden público, la salud o la
moral públicas o los derechos y libertades de otras
personas y que estén en consonancia con los
demás derechos reconocidos por la presente
Convención.
Artículo 11
26. ¿Nos encaminamos hacia el niño rey?
Nadie discute el derecho del niño a una protección reforzada y específica. ¡De ahí
a reconocerle el derecho de opinar por sí mismo, expresarse, asociarse... hay un
cierto margen! ¿No se le pone demasiado deprisa en la situación del adulto, con
el riesgo de hacerle asumir responsabilidades demasiado pesadas?
La Convención no cae en ese exceso.
– Si el niño tiene derechos, muchos de ellos los ejercerán los padres o con su asistencia.
– Si le está permitido ejercer por sí mismo ciertos derechos nuevos, se les pone
límites (el respeto del otro y el orden público). Deberá dar cuenta de sus actos
pero lo hará como niño.
La Convención distingue cuidadosamente el niño pequeño del adolescente apoyándose en la noción de discernimiento utilizada en el artículo 12.
La existencia en sí misma de este texto indica que la comunidad universal no quiere suprimir la situación del menor o negar la especificidad de la infancia. Considera
simplemente al niño como un ser humano que como tal piensa, tiene opiniones
y una capacidad de actuar por sí mismo, que aumenta a medida que va madurando. Eligiendo estimular esta capacidad y desarrollar el sentido crítico, va en el
sentido del objetivo inicial de protección: un niño más autónomo y mejor preparado contra los riesgos de la vida.
Estamos pues lejos del "niño rey" que sólo existe en los cuentos... para niños.
Una Carta internacional es, lo más a menudo, un documento fundamental que
define los objetivos y las modalidades de funcionamiento de una instancia internacional, tal es el caso de la Carta de las Naciones Unidas.
Los objetivos reenvían a principios esenciales que los asociados se comprometen
a respetar bajo pena, evidentemente, de ser excluídos.
Una Declaración adoptada por las Naciones Unidas o por otra instancia internacional es igualmente una propuesta de principios sobre la cual se ponen de acuerdo los Estados miembros. Sirve de referencia para sus jurisdicciones, sus instancias
legislativas y más generalmente para la opinión mundial. Los Estados, que hayan
votado o no la declaración, no se comprometen de forma precisa a la puesta en
práctica de las orientaciones que fija.
Una Convención internacional es un tratado multilateral. Es un contrato, es decir
un acuerdo voluntario entre los Estados Partes que se comprometen a obligaciones precisas, generalmente acompañadas de modalidades de control.
27. ¿Cómo se presenta la Convención?
La Convención contiene tres partes importantes:
1º- El preámbulo -no obligatorio para los Estados firmantes- recuerda las grandes
filiaciones filosóficas, políticas y jurídicas:
"[...] Recordando que, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, las
Naciones Unidas proclamaron que la infancia tiene derecho a cuidados y asistencias especiales,
Convencidos de que la familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
1. Los Estados Partes adoptarán medidas para
luchar contra los traslados ilícitos de niños al
extranjero y la retención ilícita de niños en el
extranjero.
2. Para este fin, los Estados Partes promoverán la
concertación de acuerdos bilaterales o multilaterales o la adhesión a acuerdos existentes.
Artículo 12
1. Los Estados Partes garantizarán al niño que esté
en condiciones de formarse un juicio propio el
derecho de expresar su opinión libremente en
todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose
debidamente en cuenta las opiniones del niño, en
función de la edad y madurez del niño.
2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado, en todo procedimiento
judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea
directamente o por medio de un representante o
de un órgano apropiado, en consonancia con las
normas de procedimiento de la ley nacional.
Artículo 13
1. El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar,
recibir y difundir informaciones e ideas de todo
tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o
por cualquier otro medio elegido por el niño.
2. El ejercicio de tal derecho podrá estar sujeto a
ciertas restricciones, que serán únicamente las que
la ley prevea y sean necesarias:
a) Para el respeto de los derechos o la reputación de
los demás; o
b) Para la protección de la seguridad nacional o el
orden público o para proteger la salud o la moral
públicas.
Artículo 14
1. Los Estados Partes respetarán el derecho del
niño a la libertad de pensamiento, de conciencia
y de religión.
47
2. Los Estados Partes respetarán los derechos y
deberes de los padres y, en su caso, de los representantes legales, de guiar al niño en el ejercicio
de su derecho de modo conforme a la evolución
de sus facultades.
3. La libertad de profesar la propia religión o las
propias creencias estará sujeta únicamente a las
limitaciones prescritas por la ley que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la moral o
la salud públicos o los derechos y libertades fundamentales de los demás.
Artículo 15
1. Los Estados Partes reconocen los derechos del
niño a la libertad de asociación y a la libertad de
celebrar reuniones pacíficas.
2. No se impondrán restricciones al ejercicio de
estos derechos distintas de las establecidas de conformidad con la ley y que sean necesarias en una
sociedad democrática, en interés de la seguridad
nacional o pública, el orden público, la protección
de la salud y la moral públicas o la protección de los
derechos y libertades de los demás.
Artículo 16
1. Ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su
domicilio o su correspondencia ni de ataques ilegales a su honra y a su reputación.
2. El niño tiene derecho a la protección de la ley
contra esas injerencias o ataques.
Artículo 17
Los Estados Partes reconocen la importante función que desempeñan los medios de comunicación y velarán por que el niño tenga acceso a
información y material procedentes de diversas
fuentes nacionales e internacionales, en especial
la información y el material que tengan por finalidad promover su bienestar social, espiritual y
moral y su salud física y mental. Con tal objeto,
los Estados Partes:
a) Alentarán a los medios de comunicación a difundir información y materiales de interés social y cultural para el niño, de conformidad con el espíritu
del artículo 29;
b) Promoverán la cooperación internacional en la
producción, el intercambio y la difusión de esa
información y esos materiales procedentes de
diversas fuentes culturales, nacionales e internacionales;
c) Alentarán la producción y difusión de libros
48
natural para el crecimiento y bienestar de todos sus miembros, y en particular de
los niños, debe recibir protección y asistencia necesarias [...]
Reconociendo que el niño para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y
comprensión,
Considerando que el niño debe estar plenamente preparado para una vida independiente en sociedad y ser educado en el espíritu de los ideales proclamados
por la Carta de las Naciones Unidas y, en particular, en un espíritu de paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad, [...]
Reconociendo que en todos los países del mundo hay niños que viven en condiciones excepcionalmente difíciles y que esos niños necesitan especial consideración,
Teniendo debidamente en cuenta la importancia de las tradiciones y los valores
culturales de cada pueblo [...]
Reconociendo la importancia de la cooperación internacional para el mejoramiento de las condiciones de vida de los niños en todos los países, en particular
en los países en desarrollo, [...]
2º- Cuarenta y un artículos de fondo definen los derechos reconocidos a los niños
por los Estados firmantes que se comprometen a respetarlos.
3º- Doce artículos presentan las disposiciones de aplicación: un Comité para los
Derechos del Niño, compuesto de expertos independientes, se encarga de controlar el respeto de los términos de la Convención
28. ¿Qué es un niño según la Convención?
"Para los efectos de la presente Convención, se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad." Art. 1
Si la Convención fija un límite máximo de edad, es discreta en lo que respecta al
comienzo de la vida. ¿Cuándo es uno un "ser humano"? Cuestión delicada que
está en relación con el debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo.
Hay que subrayar pues que, en cada Estado, la ley nacional puede perfectamente
establecer por debajo de los 18 años la mayoría de edad. Esto abriría el beneficio
de todos los Derechos Humanos a edades inferiores... con el riesgo de reducir los
derechos de la infancia.
29. ¿Todos los niños tendrán derechos idénticos?
No debe existir ninguna discriminación por razones de nacimiento, situación personal o familiar de los niños. La Convención recuerda solemnemente en este contexto uno de los principios generales de los Derechos Humanos:
"Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente
Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción,
sin distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el
idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional,
étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales.
Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el
niño se vea protegido de toda forma de discriminación o castigo por causa de la
condición, las actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres,
o sus tutores, o sus familiares." Art. 2
Tomemos solamente un ejemplo: se puede entender que la Convención se oponga a toda discriminación entre niños cuyos padres están casados y aquellos cuyos
padres no lo están (niños nacidos de una unión libre, adulterinos o incestuosos).
Esto concierne concretamente a los problemas de filiación, de responsabilidad
paterna y de herencia.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
para niños;
d) Alentarán a los medios de comunicación a que
tengan particularmente en cuenta las necesidades
lingüísticas del niño perteneciente a un grupo
minoritario o que sea indígena;
e) Promoverán la elaboración de directrices apropiadas para proteger al niño contra toda información y material perjudicial para su bienestar,
teniendo en cuenta las disposiciones de los artículos 13 y 18.
Artículo 18
30. ¿Qué prevé la Convención para los niños de países más desfavorecidos?
La Convención en numerosos pasajes realiza una llamada a los países firmantes para
que desarrollen entre ellos la cooperación y en el preámbulo reconoce "la importancia de la cooperación internacional para el mejoramiento de las condiciones de
vida de los niños en todos los países, en particular en los países en desarrollo."
En cuestión de salud y de cuidados añade:
"Los Estados Partes se comprometen a promover y alentar la cooperación internacional con miras a lograr progresivamente la plena realización del derecho reconocido en el presente artículo. A este respecto, se tendrán plenamente en cuenta
las necesidades de los países en desarrollo." Art. 24 pár. 4
Y en cuestión de educación:
"Los Estados Partes fomentarán y alentarán la cooperación internacional en cuestiones de educación, en particular a fin de contribuir a eliminar la ignorancia y el
analfabetismo en todo el mundo y facilitar el acceso a los conocimientos técnicos
y a los métodos modernos de enseñanza. A este respecto, se tendrán especialmente en cuenta las necesidades de los países en desarrollo." Art. 28 pár. 3
31. ¿Qué quiere decir "interés superior del niño"?
El interés superior del niño es la noción clave de la Convención. Encuentra su
pleno significado cuando se sabe que un niño puede ser aquello que se ventila en
el conflicto o la lucha de poder entre sus padres, o también entre otros adultos
(abuelos, familia de adopción, instituciones sociales, etc.). Otros intereses pueden
intervenir en situaciones que conciernen a un niño: ideológicos, culturales o económicos. La Convención afirma que todos esos intereses, aunque legítimos, son
secundarios con respecto al del niño considerado como interés "superior", es decir
que tiene prioridad.
Evidentemente, habrá que discernir caso por caso, lo que se entiende concretamente por interés superior. Las necesidades del niño pueden variar de un
momento a otro de su desarrollo físico, psíquico o afectivo. Se trata pues de una
orientación o de una línea filosófica más que de una respuesta estereotipada.
El interés del niño es superior a los demás intereses y debe analizarse a largo plazo,
más allá del momento puntual.
¿Quién será el juez? Es de esperar que el sentido común y el amor que cada una
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño
en garantizar el reconocimiento del principio de
que ambos padres tienen obligaciones comunes en
lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño.
Incumbirá a los padres o, en su caso, a los representantes legales la responsabilidad primordial de
la crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación
fundamental será el interés superior del niño.
2. A los efectos de garantizar y promover los derechos enunciados en la presente Convención, los
Estados Partes prestarán la asistencia apropiada a
los padres y a los representantes legales para el
desempeño de sus funciones en lo que respecta a la
crianza del niño y velarán por la creación de instituciones, instalaciones y servicios para el cuidado
de los niños.
3. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas
apropiadas para que los niños cuyos padres trabajan tengan derecho a beneficiarse de los servicios e
instalaciones de guarda de niños para los que reúnan las condiciones requeridas.
Artículo 19
1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra
toda forma de perjuicio o abuso físico o mental,
descuido o trato negligente, malos tratos o
explotación, incluido el abuso sexual, mientras el
niño se encuentre bajo la custodia de los padres,
de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.
2. Esas medidas de protección deberían comprender, según corresponda, porcedimientos eficaces
para el establecimiento de programas sociales con
objeto de proporcionar la asistencia necesaria al
niño y a quienes cuidan de él, así como para otras
formas de prevención y para la identificación, notificación, remisión a una institución, investigación,
tratamiento y observación ulterior de los casos
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antes descritos de malos tratos al niño y, según
corresponda, la intervención judicial.
Artículo 20
1. Los niños temporal o permanentemente privados de su medio familiar, o cuyo superior interés exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho a la protección y asistencia especiales del Estado.
2. Los Estados Partes garantizarán, de conformidad con sus leyes nacionales, otros tipos de cuidado para esos niños.
3. Entre esos cuidados figurarán, entre otras cosas,
la colocación en hogares de guarda, la kafala del
derecho islámico, la adopción o de ser necesario, la
colocación en instituciones adecuadas de protección de menores. Al considerar las soluciones, se
prestará particular atención a la conveniencia de
que haya continuidad en la educación del niño y a
su origen étnico, religioso, cultural y lingüístico.
Artículo 21
Los Estados Partes que reconocen o permiten el sistema de adopción cuidarán de que el interés superior del niño sea la consideración primordial y:
a) Velarán por que la adopción del niño sólo sea
autorizada por las autoridades competentes, las
que determinarán, con arreglo a las leyes y a los
procedimientos aplicables y sobre la base de toda
la información pertinente y fidedigna, que la
adopción es admisible en vista de la situación jurídica del niño en relación con sus padres, parientes
y representantes legales y que, cuando así se
requiera, las personas interesadas hayan dado con
conocimiento de causa su consentimiento a la
adopción sobre la base del asesoramiento que
pueda ser necesario;
b) Reconocerán que la adopción en otro país puede
ser considerada como otro medio de cuidar del
niño, en el caso de que éste no pueda ser colocado
en un hogar de guarda o entregado a una familia
adoptiva o no pueda ser atendido de manera adecuada en el país de origen;
c) Velarán por que el niño que haya de ser adoptado en otro país goce de salvaguardias y normas
equivalentes a las existentes respecto de la adopción en el país de origen;
d) Adoptarán todas las medidas apropiadas para
garantizar que, en el caso de adopción en otro país,
la colocación no dé lugar a beneficios financieros
indebidos para quienes participan en ella;
e) Promoverán, cuando corresponda, los objeti-
50
de las partes en conflicto tienen al niño permitan encontrar una buena solución.
En último término, los tribunales tendrán que decidir. Eventualmente, el niño o
quienes defienden sus intereses tendrán que apelar ante la justicia. En un país
democrático, ésta debe arbitrar entre los derechos y libertades contradictorios si
alguno estima haber sido despojado de ellos.
32. ¿Cuáles son los principales derechos del niño?
1. Sus derechos civiles
– El derecho a una filiación, un nombre, una nacionalidad
– El derecho a una familia
– El derecho a ser defendido contra toda violencia o explotación y especialmente
contra la explotación sexual
– El derecho a actuar de forma jurídicamente válida bajo ciertas condiciones.
2. Sus derechos culturales
– El derecho a la educación, al juego
– El acceso a una información adecuada según su edad y su grado de madurez, la
libertad de opinión y expresión.
3. Sus derechos sociales
– El derecho al mejor estado de salud posible
– El derecho a que los cuidados que se le dan sean sufragados por la administración pública
– El derecho a cuidados apropiados cuando las situaciones particulares lo exigen:
caso de niños deficientes, refugiados
– El derecho a una vigilancia especial del Estado para los niños acogidos o adoptados.
4. Sus derechos económicos
– El derecho a un nivel de vida suficiente
– El derecho a no estar obligado a trabajar de por vida.
Hay que subrayar que la Convención no considera los derechos políticos de los
niños. El niño no es un ciudadano stricto sensu y su libertad de asociación no
puede interpretarse como un derecho político.
33. ¿Cuáles son los derechos de la persona del niño?
Como cualquier individuo, el niño debe gozar de los derechos esenciales de la
persona: nombre, nacionalidad, cultura, relaciones familiares.
"1. El niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de
lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos.
2. Los Estados Partes velarán por la aplicación de estos derechos de conformidad
con su legislación nacional y las obligaciones que hayan contraído en virtud de los
instrumentos internacionales pertinentes en esta esfera, sobre todo cuando el
niño resultara de otro modo apátrida." Art. 7
"1. Los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar
su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de
conformidad con la ley sin injerencias ilícitas.
2. Cuando un niño sea privado ilegalmente de alguno de los elementos de su
identidad o de todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la asistencia y protección apropiadas con miras a restablecer rápidamente su identidad." Art. 8
Estas disposiciones se imponen ante las "desapariciones" masivas de niños cuyas
actas de estado civil habían sido deliberadamente falsificadas y los lazos familiares
arbitrariamente rotos en ocasión de acontecimientos políticos dramáticos.
34. ¿Piensa la Convención en los niños que mueren todos los días
por falta de cuidados y de alimentación?
Numerosos países no tienen hoy la posibilidad de asegurar los cuidados esenciales necesarios para los niños. Los artículos de la Convención referentes a ese asunBOLETIN FSC, nº 247 - 2002
to no están redactados como una serie de derechos a los que las jurisdicciones
pueden referirse sino como un programa de actividades que los Estados Partes se
comprometen a poner en práctica.
"1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto nivel
posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud. Los Estados Partes se esforzarán por asegurar que ningún niño
sea privado de su derecho al disfrute de esos servicios sanitarios.
2. Los Estados Partes asegurarán la plena aplicación de este derecho y, en particular, adoptarán las medidas apropiadas para:
a) Reducir la mortalidad infantil y en la niñez;
b) Asegurar la prestación de la asistencia médica [...];
c) Combatir las enfermedades y la malnutrición [...];
d) Asegurar atención sanitaria prenatal y posnatal apropiada a las madres;
e) Asegurar que todos los sectores de la sociedad, y en particular los padres de los
niños, conozcan los principios básicos de la salud y la nutrición de los niños, las
ventajas de la lactancia materna, la higiene y el saneamiento ambiental y las medidas de prevención de accidentes, tengan acceso a la educación pertinente y reciban apoyo en la aplicación de sus conocimientos;
f ) Desarrollar la atención sanitaria preventiva, la orientación a los padres y la educación y servicios en materia de planificación de la familia." Art. 24
vos del presente artículo mediante la concertación de arreglos o acuerdos bilaterales o multilaterales y se esforzarán, dentro de este marco, por
garantizar que la colocación del niño en otro país
se efectúe por medio de las autoridades u organismos competentes.
Artículo 22
1. Los Estados Partes adoptarán medidas adecuadas para lograr que el niño que trate de obtener el estatuto de refugiado o que sea considerado refugiado de conformidad con el derecho y los
procedimientos internacionales o internos aplicables reciba, tanto si está solo como si está
acompañado de sus padres o de cualquier otra
persona, la protección y la asistencia humanitaria adecuadas para el disfrute de los derechos
pertinentes enunciados en la presente Convención y en otros instrumentos internacionales de
derechos humanos o de carácter humanitario en
que dichos Estados sean partes.
2. A tal efecto los Estados Partes cooperarán, en la
forma que estimen apropiada, en todos los esfuerzos de las Naciones Unidas y demás organizaciones intergubernamentales competentes u organizaciones no gubernamentales que cooperen con
las Naciones Unidas por proteger y ayudar a todo
niño refugiado y localizar a sus padres o a otros
miembros de su familia, a fin de obtener la información necesaria para que se reúna con su familia.
En los casos en que no se pueda localizar a ninguno de los padres o miembros de la familia, se concederá al niño la misma protección que a cualquier
otro niño privado permanente o temporalmente
de su medio familiar, por cualquier motivo, como
se dispone en la presente Convención.
Artículo 23
35. ¿En qué consiste el derecho del niño a una vida privada?
El niño tiene derecho a la protección de la ley contra las intromisiones en su vida
privada.
Ese derecho debe entenderse por un lado de las injerencias públicas, por otro lado
de las injerencias privadas: su familia, su domicilio, su correspondencia serán respetadas tanto por las autoridades públicas de su país como por las autoridades
paternas de las que depende.
"1. Ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada,
su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y a
su reputación.
2. El niño tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o ataques."
Art. 16
"[...] Un texto esencial porque reconoce al niño una esfera de autonomía en el
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
1. Los Estados Partes reconocen que el niño
mental o físicamente impedido deberá disfrutar
de una vida plena y decente en condiciones que
aseguren su dignidad, le permitan llegar a bastarse a sí mismo y faciliten la participación activa del niño en la comunidad.
2. Los Estados Partes reconocen el derecho del
niño impedido a recibir cuidados especiales y alentarán y asegurarán, con sujeción a los recursos disponibles, la prestación al niño que reúna las condiciones requeridas y a los responsables de su cuidado de la asistencia que se solicite y que sea adecuada al estado del niño y a las circunstancias de sus
padres o de otras personas que cuiden de él.
51
3. En atención a las necesidades especiales del niño
impedido, la asistencia que se preste conforme al
párrafo 2 del presente artículo será gratuita siempre que sea posible, habida cuenta de la situación
económica de los padres o de las otras personas
que cuiden del niño, y estará destinada a asegurar
que el niño impedido tenga un acceso efectivo a la
educación, la capacitación, los servicios sanitarios,
los servicios de rehabilitación, la preparación para
el empleo y las oportunidades de esparcimiento y
reciba tales servicios con el objeto de que el niño
logre la integración social y el desarrollo individual, incluido su desarrollo cultural y espiritual, en
la máxima medida posible.
4. Los Estados Partes promoverán, con espíritu de
cooperación internacional, el intercambio de información adecuada en la esfera de la atención sanitaria preventiva y del tratamiento médico, psicológico y funcional de los niños impedidos, incluida la
difusión de información sobre los métodos de
rehabilitación y los servicios de enseñanza y formación profesional, así como el acceso a esa información a fin de que los Estados Partes puedan
mejorar su capacidad y conocimientos y ampliar su
experiencia en estas esferas. A este respecto, se
tendrán especialmente en cuenta las necesidades
de los países en desarrollo.
Artículo 24
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del
niño al disfrute del más alto nivel posible de salud
y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud. Los Estados
Partes se esforzarán por asegurar que ningún niño
sea privado de su derecho al disfrute de esos servicios sanitarios.
2. Los Estados Partes asegurarán la plena aplicación de este derecho y, en particular, adoptarán las
medidas apropiadas para:
a) Reducir la mortalidad infantil y en la niñez;
b) Asegurar la prestación de la asistencia médica y
la atención sanitaria que sean necesarias a todos
los niños, haciendo hincapié en el desarrollo de la
atención primaria de salud;
c) Combatir las enfermedades y la malnutrición en
el marco de la atención primaria de la salud
mediante, entre otras cosas, la aplicación de la tecnología disponible y el suministro de alimentos
nutritivos adecuados y agua potable salubre,
teniendo en cuenta los peligros y riesgos de contaminación del medio ambiente;
d) Asegurar atención sanitaria prenatal y postna-
52
ámbito privado que se determina en primer lugar a partir del individuo.
[...] Hasta estos últimos tiempos, la ley referente a la autoridad de los padres daba
una última competencia a los titulares de ésta para que cuidaran de hacer respetar la vida privada del niño sin que ellos tuvieran las mismas obligaciones.
[El niño] podrá apelar por sí mismo ante los tribunales para hacer respetar ese derecho, acompañado o defendido por la persona de su elección." Pierre Lenoël, jurista.
36. ¿Qué significado se debe dar a la libertad de opinión y de conciencia del niño?
Esta disposición se deriva del principio según el cual el niño es una persona.
Afirmando en primer lugar que "los Estados Partes respetarán el derecho del niño a
la libertad de opinión, de conciencia y de religión" (Art. 14, pár. 1), la Convención establece un principio universal que no había sido decidido hasta entonces. Un Estado
no puede por consiguiente forzar la adhesión intelectual de los niños. Éste puede
legítimamente defenderse, directamente o con el apoyo de quienes le educan.
Añade a continuación que el Estado "respetará los derechos y deberes de los
padres y, en su caso, de los representantes legales, de guiar al niño en el ejercicio
de su derecho de modo conforme a la evolución de sus facultades." Art. 14, pár. 2
La familia o el grupo comunitario deben prever la educación del niño según sus
valores y su cultura. El Estado no puede oponerse a ello; más aún, tiene la obligación de reunir las condiciones necesarias si no existen razones de perturbación del
orden público. Subrayemos que el niño es simplemente "guiado" por los educadores, lo cual significa que puede legítimamente substraerse de los valores que se
le proponen para establecer su propia elección.
Tendrá pues, en función de su desarrollo, la libertad de expresar sus convicciones
religiosas que "estarán sujetas únicamente a las limitaciones prescritas por la ley
que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la moral o la salud públicos o los derechos y libertades fundamentales de los demás." Art 14, pár. 3
37. ¿No es peligroso decir que el niño puede expresar su punto
de vista?
La Convención afirma que el niño es una persona, ciertamente es un "menor",
pero sin embargo es capaz de opinión y afecto.
"1. Los Estados Partes garantizan al niño que esté en condiciones de formarse un
juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos
que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en
función de la edad y madurez del niño.
2. Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado en todo
procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o
por medio de un representante o de un órgano apropiado, en consecuencia con
las normas de procedimiento de la ley nacional." Art. 12
La expresión directa, sin intermediario de un representante, dependerá pues del
grado de madurez del niño. La Convención no fija un límite de edad. En efecto, no
debería haber en esta cuestión reglas absolutamente rígidas, todo depende del
caso: según el problema, según la situación, tal niño puede estar más o menos a
medida de dar un punto de vista razonado. Se piensa generalmente que un niño
con buena salud mental es capaz de discernir alrededor de los 7-8 años, ¡la edad
del uso de razón!
Por otra parte, tener en cuenta la opinión del niño no quiere decir que éste decidirá de todo y en todo. Se trata de añadir un punto de vista a otros elementos susceptibles de iluminar todas las decisiones que le conciernen. Hay que subrayar
que el Consejo de Estado en su informe del 15 de mayo de 1989 completa el derecho de dar una opinión por el derecho al silencio: el niño también tiene derecho
a negarse a dar su opinión si así lo prefiere.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
38. ¿Qué es el discernimiento y quién será el juez?
Es la capacidad del individuo de medir el bien y el mal. La noción de discernimiento que da la Convención es muy amplia. Se aplica ante todas las jurisdicciones así como en la escuela, con el médico, ante los servicios sociales, etc.
En última instancia, son los magistrados quienes deben decir si el niño está capacitado para discernir; por ejemplo, para decidir si deben escucharle en el caso de
un proceso de divorcio de sus padres o de una intervención de sus abuelos que
piden beneficiarse del derecho de visita o de acogida.
De forma general, la cuestión del discernimiento se planteará cada vez más y los
Estados deberán definir su ámbito.
39. ¿Puede uno imaginarse que los niños formen una asociación?
"Los Estados Partes reconocen los derechos del niño a la libertad de asociación y
la libertad de celebrar reuniones pacíficas." Art. 15, pár. 1
Los niños tienen por consiguiente derecho de adherirse o de crear asociaciones, y
también -esta dimensión es esencial en algunos países- el derecho de negarse a
adherirse a asociaciones. Este artículo 15 se aclara en relación con el artículo 12:
concierne a los niños con capacidad de discernir. Subrayemos que la Convención
sólo concede a la ley la posibilidad de definir los límites en cuestión de libertad de
asociación y es una garantía importante: una sencilla circular gubernamental no
es suficiente, como no lo es la objeción de los padres o una decisión judicial.
Sin embargo, sería necesario que los asociados eligieran un presidente y un tesorero. ¿Cómo un niño comprometerá su responsabilidad en el seno de una asociación mientras que a nivel personal es "jurídicamente incapaz"?
Su responsabilidad penal quedará comprometida según las modalidades previstas para un niño, si transgrede las reglas de respeto hacia otro o de respeto del
orden público.
Su responsabilidad civil plantea más dificultades puesto que los padres podrían
ver comprometida su propia responsabilidad en forma de cascada, excepto si
queda probado que no han cometido ninguna falta personal en la educación o
en la vigilancia de su hijo. ¿Cómo imaginar que se les considere responsables si se
les priva del derecho de oponerse a la actitud de su hijo?
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
tal apropiada a las madres;
e) Asegurar que todos los sectores de la sociedad, y
en particular los padres y los niños, conozcan los
principios básicos de la salud y la nutrición de los
niños, las ventajas de la lactancia materna, la
higiene y el saneamiento ambiental y las medidas
de prevención de accidentes, tengan acceso a la
educación pertinente y reciban apoyo en la aplicación de esos conocimientos;
f) Desarrollar la atención sanitaria preventiva, la
orientación a los padres y la educación y servicios
en materia de planificación de la familia.
3. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas
eficaces y apropiadas posibles para abolir las prácticas tradicionales que sean perjudiciales para la
salud de los niños.
4. Los Estados Partes se comprometen a promover
y alentar la cooperación internacional con miras a
lograr progresivamente la plena realización del
derecho reconocido en el presente artículo. A este
respecto, se tendrán plenamente en cuenta las
necesidades de los países en desarrollo.
Artículo 25
Los Estados Partes reconocen el derecho del niño
que ha sido internado en un establecimiento por
las autoridades competentes para los fines de
atención, protección o tratamiento de su salud física o mental a un examen periódico del tratamiento a que esté sometido y de todas las demás circunstancias propias de su internación.
Artículo 26
1. Los Estados Partes reconocerán a todos los
niños el derecho a beneficiarse de la seguridad
social, incluso del seguro social, y adoptarán las
medidas necesarias para lograr la plena realización de este derecho de conformidad con su
legislación nacional.
2. Las prestaciones deberían concederse, cuando
corresponda, teniendo en cuenta los recursos y
la situación del niño y de las personas que sean
responsables del mantenimiento del niño, así
como cualquier otra consideración pertinente a
una solicitud de prestaciones hecha por el niño o
en su nombre.
Artículo 27
1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo
niño a un nivel de vida adecuado para su desarrollo
físico, mental, espiritual, moral y social.
2. A los padres u otras personas encargadas del
53
niño les incumbe la responsabilidad primordial de
proporcionar, dentro de sus posibilidades y medios
económicos, las condiciones de vida que sean necesarias para el desarrollo del niño.
3. Los Estados Partes, de acuerdo con las condiciones nacionales y con arreglo a sus medios, adoptarán medidas apropiadas para ayudar a los padres y
a otras personas responsables por el niño a dar
efectividad a este derecho y, en caso necesario, proporcionarán asistencia material y programas de
apoyo, particularmente con respecto a la nutrición, el vestuario y la vivienda.
4. Los Estados Partes tomarán todas las medidas
apropiadas para asegurar el pago de la pensión
alimenticia por parte de los padres u otras personas que tengan la responsabilidad financiera
por el niño, tanto si viven en el Estado Parte
como si viven en el extranjero. En particular,
cuando la persona que tenga la responsabilidad
financiera por el niño resida en un Estado diferente de aquel en que resida el niño, los Estados
Partes promoverán la adhesión a los convenios
internacionales o la concertación de dichos convenios, así como la concertación de cualesquiera
otros arreglos apropiados.
Artículo 28
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del
niño a la educación y, a fin de que se pueda ejercer
progresivamente y en condiciones de igualdad de
oportunidades ese derecho, deberán en particular:
a) Implantar la enseñanza primaria obligatoria y
gratuita para todos;
b) Fomentar el desarrollo, en sus distintas formas,
de la enseñanza secundaria, incluida la enseñanza
general y profesional, hacer que todos los niños
dispongan de ella y tengan acceso a ella y adoptar
medidas apropiadas tales como la implantación de
la enseñanza gratuita y la concesión de asistencia
financiera en caso de necesidad;
c) Hacer la enseñanza superior accesible a todos,
sobre la base de la capacidad, por cuantos medios
sean apropiados;
d) Hacer que todos los niños dispongan de información y orientación en cuestiones educacionales
y profesionales y tengan acceso a ellas;
e) Adoptar medidas para fomentar la asistencia
regular a las escuelas y reducir las tasas de deserción escolar.
2. Los Estados Partes adoptarán cuantas medidas
sean adecuadas para velar por que la disciplina
escolar se administre de modo compatible con la
54
40. ¿Cuáles son los derechos del niño que pertenece a un grupo
minoritario?
"En los Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas o personas
de origen indígena, no se negará a un niño que pertenezca a tales minorías o que
sea indígena el derecho que le corresponde, en común con los demás miembros
de su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión, o a emplear su propio idioma." Art. 30
Este artículo condena las políticas de asimilación forzada, anteriormente puestas
en práctica en algunos Estados (destrucción de pueblos y realojamiento con dispersión de sus habitantes, persecución de prácticas lingüísticas "no permitidas",
etc.)
El niño tiene derecho a vivir integrado en una familia y encontrar en ella la primera fuente de valores y cultura. Cuando esta familia pertenece a un grupo minoritario, el Estado no puede privar al niño del derecho de integrarse en el grupo histórico que le vió nacer y perpetuarlo, sin reserva claro está, del respeto debido a
los demás y del mantenimiento del orden público.
Inversamente, el grupo minoritario del que forma parte, no puede privar al niño
de ampliar continuamente su ámbito cultural y realizar su propias elecciones, por
esta razón el niño tiene derecho a "recibir... informaciones e ideas de todo tipo, sin
consideración de fronteras." Art. 13
41. ¿Se instaura el derecho de todo niño a tener una familia?
Sí. La Convención afirma que el niño tiene "derecho de conocer a sus padres y a
ser cuidado por ellos en la medida de lo posible." Art. 7, pár. 1
Añade:
"Los Estados Partes velarán para que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y los procedimientos
aplicables, que tal separación es necesaria en interés superior del niño. Tal determinación puede ser necesaria en casos particulares, por ejemplo en casos en que
el niño sea objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres o cuando éstos
viven separados y debe adoptarse una decisión acerca del lugar de residencia del
niño." Art. 9, pár. 1
"Los Estados Parte respetarán el derecho del niño que esté separado de uno o de
ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos
padres de modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño.
Cuando esa separación sea resultado de una medida adoptada por un Estado Parte,
como la detención, el encarcelamiento, el exilio, la deportación o la muerte (incluido
el fallecimiento debido a cualquier causa mientras la persona esté bajo la custodia del
Estado) de uno de los padres del niño, o de ambos, o del niño, el Estado Parte proporcionará, cuando se le pida, a los padres, al niño o, si procede, a otro familiar, información básica acerca del paradero del familiar o familiares ausentes, a no ser que ello
resulte perjudicial para el bienestar del niño. Los Estados Partes se cerciorarán, además, de que la prestación de tal petición no entrañe por sí misma consecuencias desfavorables para la persona o personas interesadas." Art. 9, pár. 3 y 4
42. ¿Se puede ocultar a un niño sus orígenes?
"El niño [...] tendrá derecho [...] en la medida de lo posible, a conocer a sus padres
[...]" Art. 7
Se puede pues entender que en principio, excepto obstáculo material, no se debe
ocultar al niño su filiación paterna o materna.
Esto plantea el problema del acceso a los orígenes para un niño que fue abandonado en el momento de su nacimiento, cuando su madre da a luz de forma anó-
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
nima o para el niño nacido después de una inseminación artificial con donante.
Más ampliamente, teniendo en cuenta los progresos de la ciencia que permiten
en adelante hacer la prueba positiva o negativa de la filiación genética, tal principio abre la posibilidad a todos los niños de verificar que su filiación jurídica o social
corresponde a su filiación biológica.
43. ¿Establece la Convención una diferencia entre los padres?
No. La Convención precisa que:
"1. Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo
que respecta a la crianza y el desarrollo del niño. [...]
2. [...] Los Estados Partes prestarán la asistencia apropiada a los padres y a los representantes legales para el desempeño de sus funciones en lo que respecta a la
crianza del niño y velarán por la creación de instituciones, instalaciones y servicios
para el cuidado de los niños.
3. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para que los niños
cuyos padres trabajan tengan derecho a beneficiarse de los servicios e instalaciones de guarda de niños para que reúnan las condiciones requeridas." Art. 18
La Convención indica de ese modo la responsabilidad común del padre y de la
madre sin distinguir si están casados o no, unidos o separados.
El niño tiene pues derecho de mantener relaciones con los dos padres. Teniendo
en cuenta la diversidad de las condiciones familiares, la Convención anima a los
Estados a tomar disposiciones materiales para que esta corresponsabilidad paterna pueda ejercerse: poner en práctica formas de acogida de la pequeña infancia
y especialmente de los dispositivos de ayuda legal.
44. ¿Y si las circunstancias de la vida separan a los miembros de la
familia?
Las fronteras no deben ser un obstáculo para las relaciones entre el hijo y los
padres.
"[...] Toda solicitud hecha por un niño o por sus padres para entrar en un Estado
Parte o para salir de él a los efectos de la reunión de la familia será atendida por
los Estados Partes de manera positiva, humanitaria y expeditiva. Los Estados Partes
garantizan, además, que la presentación de tal petición no traerá consecuencias
desfavorables para los peticionarios ni para sus familiares." Art. 10, pár. 1
"Un niño cuyos padres residen en Estados diferentes tendrá derecho a mantener
periódicamente, salvo en circunstancias excepcionales, relaciones personales y contactos directos con ambos padres. Con tal fin, y de conformidad con la obligación
asumida por los Estados Partes en virtud del párrafo 2 del artículo 9, los Estados
Partes respetarán el derecho del niño y de sus padres a salir de cualquier país, incluido el propio, y de entrar en su propio país. El derecho de salir de cualquier país estará sujeto solamente a las restricciones estipuladas en la ley y que sean necesarias
para proteger la seguridad nacional, el orden público, la salud o la moral públicas o
los derechos y libertades de otras personas y que estén en consonancia con los
demás derechos reconocidos por la presente Convención." Art. 10, pár. 2
Esos artículos tienen por objetivo las familias separadas a causa de la inmigración
o circunstancias externas a ellos. También tienen sentido, cuando se unen a otras
disposiciones de la Convención, como es el caso de matrimonios binacionales:
hay que procurar que las fronteras que van desapareciendo no vuelvan a aparecer
cuando un matrimonio se separa, estando tentado cada uno de los padres a
tomar a los niños como rehenes, apoyándose en la ley de su propio país.
45. ¿Habla la Convención de adopción?
La Convención responsabiliza al Estado del deber de proteger al niño que no
tiene padres.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
dignidad humana del niño y de conformidad con la
presente Convención.
3. Los Estados Partes fomentarán y alentarán la
cooperación internacional en cuestiones de educación, en particular a fin de contribuir a eliminar la
ignorancia y el analfabetismo en todo el mundo y
de facilitar el acceso a los conocimientos técnicos y
a los métodos modernos de enseñanza. A este respecto, se tendrán especialmente en cuenta las
necesidades de los países en desarrollo.
Artículo 29
Observación general sobre su aplicación
1. Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a:
a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la
capacidad mental y física del niño hasta el máximo
de sus posibilidades;
b) Inculcar al niño el respeto de los derechos
humanos y las libertades fundamentales y de los
principios consagrados en la Carta de las
Naciones Unidas;
c) Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su
propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, de los valores nacionales del país en que vive,
del país de que sea originario y de las civilizaciones
distintas de la suya;
d) Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen indígena;
e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente
natural.
2. Nada de lo dispuesto en el presente artículo o
en el artículo 28 se interpretará como una restricción de la libertad de los particulares y de las
entidades para establecer y dirigir instituciones
de enseñanza, a condición de que se respeten los
principios enunciados en el párrafo 1 del presente artículo y de que la educación impartida en
tales instituciones se ajuste a las normas mínimas que prescriba el Estado.
Artículo 30
En los Estados en que existan minorías étnicas,
religiosas o lingüísticas o personas de origen indígena, no se negará a un niño que pertenezca a tales
minorías o que sea indígena el derecho que le
corresponde, en común con los demás miembros
de su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión, o a emplear su
55
propio idioma.
Artículo 31
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del
niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las
actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes.
2. Los Estados Partes respetarán y promoverán el
derecho del niño a participar plenamente en la
vida cultural y artística y propiciarán oportunidades apropiadas, en condiciones de igualdad, de
participar en la vida cultural, artística, recreativa y
de esparcimiento.
Artículo 32
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del
niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su
desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.
2. Los Estados Partes adoptarán medidas legislativas, administrativas, sociales y educacionales para
garantizar la aplicación del presente artículo. Con
ese propósito y teniendo en cuenta las disposiciones pertinentes de otros instrumentos internacionales, los Estados Partes, en particular:
a) Fijarán una edad o edades mínimas para trabajar;
b) Dispondrán la reglamentación apropiada de los
horarios y condiciones de trabajo;
c) Estipularán las penalidades u otras sanciones
apropiadas para asegurar la aplicación efectiva del
presente artículo.
Artículo 33
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas
apropiadas, incluidas medidas legislativas, administrativas, sociales y educacionales, para proteger
a los niños contra el uso ilícito de los estupefacientes y sustancias sicotrópicas enumeradas en los
tratados internacionales pertinentes, y para impedir que se utilice a niños en la producción y el tráfico ilícitos de esas sustancias.
Artículo 34
Los Estados Partes se comprometen a proteger al
niño contra todas las formas de explotación y
abuso sexuales. Con este fin, los Estados Partes
tomarán, en particular, todas las medidas de carácter nacional, bilateral y multilateral que sean necesarias para impedir:
56
"Los niños temporal o permanentemente privados de su medio familiar, o cuyo
superior interés exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho a la
protección y asistencia especiales del Estado." Art. 20, pár. 1
La adopción está presente para los niños sin padres, como una de las soluciones
entre otras.
"Entre esos cuidados figurarán, entre otras cosas, la colocación en hogares de guarda, la kafala del derecho islámico, la adopción, o de ser necesario la colocación en instituciones adecuadas de protección de menores. Al considerar las soluciones, se prestará particular atención a la conveniencia de que haya continuidad en la educación
del niño y a su origen étnico, religioso, cultural y lingüístico." Art. 20, pár. 3
"El artículo 20 de la Convención sólo se puede examinar comparándolo con el
principio general propuesto por el artículo 9 que afirma el derecho del niño a vivir
con sus padres, a no ser que se estime incompatible con su interés superior.
La familia constituye en efecto el lugar natural para el desarrollo y la educación del
niño, la intervención del Estado no se justifica más que en caso de carencia de
familia." (Sylvie Perdriolle).
46. ¿Anima la Convención a la adopción internacional?
No. Sólo se preocupa de determinar su contexto. La posibilidad de adoptar a un
niño se examina a partir de la ley de su país de origen.
"Los Estados Partes que reconocen o permiten el sistema de adopción cuidarán
de que el interés superior del niño sea la consideración primordial y:
a) Velarán para que la adopción del niño sólo sea autorizada por las autoridades
competentes, las que determinan, con arreglo a las leyes y a los procedimientos
aplicables y sobre la base de toda la información pertinente y fidedigna, que la
adopción es admisible en vista de la situación jurídica del niño en relación con sus
padres, parientes y representantes legales y que cuando así se requiere, las personas interesadas hayan dado con conocimiento de causa su consentimiento a la
adopción sobre la base del asesoramiento que pueda ser necesario;" Art. 21
Para empezar es en el país de origen donde hay que buscar una solución, antes
de estudiar la adopción por extranjeros.
"b) Reconocerán que la adopción en otro país puede ser considerada como otro
medio de cuidar al niño, en el caso de que éste no pueda ser colocado en un
hogar de guarda o entregado a una familia adoptiva o no puede ser atendido de
manera adecuada en el país de origen;" Art. 21, continuación
La adopción por extranjeros requiere una mayor vigilancia.
"c) [Los Estados] velarán por que el niño que haya de ser adoptado en otro país
goce de salvaguardias y normas equivalentes a las existentes respecto de la adopción en el país de origen;
d) Adoptarán todas las medidas apropiadas para garantizar que, en el caso de
adopción en otro país, la colocación no dé lugar a beneficios financieros indebidos para quienes participan en ella; [...] Art. 21, continuación
47. ¿Se protege al niño de forma especial en su integridad física y
moral?
Sí. La Convención recuerda la prohibición de la violencia para con los niños, pero
la originalidad de su proceso está en el hecho de promover que los Estados Partes
se comprometan a realizar programas de prevención de la violencia familiar o
extrafamiliar.
"Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y
educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso
físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el
abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un
representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a cargo." Art. 19, pár. 1
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Por consiguiente, la Convención combate tanto la violencia moral como la violencia física y sexual, sea de origen familiar o realizada por otra persona.
En los artículos 34 y 35, los Estados firmantes se comprometen además a realizar
programas de lucha contra la explotación sexual de los niños -prostitución o pornografía- y contra el tráfico del que pueden ser víctimas.
48. ¿Cómo se protege a los niños contra la explotación y la violencia sexuales?
Todos los Estados están implicados y no sólo los países de Asia o América Latina.
"Los Estados Partes se comprometen a proteger al niño contra todas las formas de
explotación y abusos sexuales. Con este fin, los Estados Partes tomarán, en particular, todas las medidas de carácter nacional, bilateral y multilateral que sean
necesarias para impedir:
a) La incitación o la coacción para que un niño se dedique a cualquier actividad
sexual ilegal;
b) La explotación del niño en la prostitución u otras prácticas sexuales ilegales;
c) La explotación del niño en espectáculos o materiales pornográficos." Art. 34
49. ¿La Convención condena la ablación?
A pesar de la acción contundente de numerosos movimientos para los Derechos
Humanos, la palabra ablación no figura en la Convención, pero:
"Los Estados Partes adoptarán todas las medidas eficaces y apropiadas posibles
para abolir las prácticas tradicionales que sean perjudiciales para la salud de los
niños." Art. 24, pár. 3
No sólo la ablación sino todas las innumerables mutilaciones, deformaciones y otras
escarificaciones rituales, también la circuncisión que razones higiénicas sólo justifican en raras ocasiones entra en la fórmula de compromiso "prácticas tradicionales".
La Convención se limita a hablar de prácticas "perjudiciales para la salud de los
niños". Hay que esperar pues que surjan conflictos de interpretación; algunos
Estados pueden estar tentados de poner en práctica únicamente programas relativos a las condiciones higiénicas de esas prácticas tradicionales, aparentando
ignorar que éstas alteran gravemente la salud psicológica de los niños.
"Es absolutamente necesario ocuparse de la ablación que concierne a 30 millones
de niñas. Esta necesidad absoluta debe tener en cuenta evidentemente el aspecto cultural." (Pr. Minkowski)
50. ¿Cuáles son las obligaciones
del Estado para que el niño no
sea objeto de tráfico?
El rapto, la venta y la trata de niños (o
de órganos de niños) están prohibidos
formalmente y deben ser perseguidos
por los Estados: un niño es un ser
humano, no una mercancía.
"Los Estados Partes tomarán todas las
medidas de carácter nacional, bilateral
y multilateral que sean necesarias para
impedir el secuestro, la venta o la trata
de niños para cualquier fin o en cualquier forma." Art. 35
"Los Estados Partes protegerán al niño
contra todas las demás formas de explotación que sean perjudiciales para cualquier aspecto de su bienestar." Art. 36
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
a) La incitación o la coacción para que un niño se
dedique a cualquier actividad sexual ilegal;
b) La explotación del niño en la prostitución u
otras prácticas sexuales ilegales;
c) La explotación del niño en espectáculos o materiales pornográficos.
Artículo 35
Los Estados Partes tomarán todas las medidas
de carácter nacional, bilateral y multilateral que
sean necesarias para impedir el secuestro, la
venta o la trata de niños para cualquier fin o en
cualquier forma.
Artículo 36
Los Estados Partes protegerán al niño contra todas
las demás formas de explotación que sean perjudiciales para cualquier aspecto de su bienestar.
Artículo 37
Los Estados Partes velarán por que:
a) Ningún niño sea sometido a torturas ni a otros
tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
No se impondrá la pena capital ni la de prisión perpetua sin posibilidad de excarcelación por delitos
cometidos por menores de 18 años de edad;
b) Ningún niño sea privado de su libertad ilegal o
arbitrariamente. La detención, el encarcelamiento
o la prisión de un niño se llevará a cabo de conformidad con la ley y se utilizará tan sólo como medida de último recurso y durante el período más
breve que proceda;
c) Todo niño privado de libertad sea tratado con la
humanidad y el respeto que merece la
dignidad inherente a la persona humana, y de manera que se tengan en cuenta las necesidades de las personas de su
edad. En particular, todo niño privado
de libertad estará separado de los adultos, a menos que ello se considere contrario al interés superior del niño, y
tendrá derecho a mantener contacto
con su familia por medio de correspondencia y de visitas, salvo en circunstancias excepcionales;
d) Todo niño privado de su libertad tendrá derecho a un pronto acceso a la asistencia jurídica y otra asistencia adecuada, así como derecho a impugnar la
legalidad de la privación de su libertad
ante un tribunal u otra autoridad competente, independiente e imparcial y a
57
una pronta decisión sobre dicha acción.
Artículo 38
1. Los Estados Partes se comprometen a respetar y
velar por que se respeten las normas del derecho
internacional humanitario que les sean aplicables
en los conflictos armados y que sean pertinentes
para el niño.
2. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas
posibles para asegurar que las personas que aún no
hayan cumplido los 15 años de edad no participen
directamente en las hostilidades.
3. Los Estados Partes se abstendrán de reclutar en
las fuerzas armadas a las personas que no hayan
cumplido los 15 años de edad. Si reclutan personas
que hayan cumplido 15 años, pero que sean menores de 18, los Estados Partes procurarán dar prioridad a los de más edad.
4. De conformidad con las obligaciones dimanadas
del derecho internacional humanitario de proteger
a la población civil durante los conflictos armados,
los Estados Partes adoptarán todas las medidas
posibles para asegurar la protección y el cuidado de
los niños afectados por un conflicto armado.
51. ¿Está prohibido el trabajo de los niños?
El niño no tiene un derecho reconocido a no trabajar, pero está especialmente
protegido. La Convención no pudo llegar hasta la prohibición absoluta, aunque el
trabajo de los niños sea incompatible con su derecho a la educación y al juego.
Esto hubiera sido engañoso cuando tantas familias tienen necesidad del trabajo
de sus hijos para sobrevivir y que muchos Estados se ven imposibilitados a escolarizar a todos sus niños. Sin embargo, la Convención condena la explotación de
los niños trabajadores e impone sanciones contra los explotadores.
"1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la
explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que puede
ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su
desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.
2. [...] Los Estados Partes, en particular:
a) Fijarán una edad o edades mínimas para trabajar;
b) Dispondrán la reglamentación apropiada de los horarios y condiciones de trabajo;
c) Estipularán las penalidades u otras sanciones apropiadas para asegurar la aplicación efectiva del presente artículo." Art. 32
La OIT es favorable a la prohibición del trabajo de los niños puesto que, desde
1973, adoptaba la Convención 138 sobre la edad mínima.
Artículo 39
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas
apropiadas para promover la recuperación física y
psicológica y la reintegración social de todo niño
víctima de: cualquier forma de abandono, explotación o abuso; tortura u otra forma de tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes; o conflictos armados. Esa recuperación y reintegración
se llevarán a cabo en un ambiente que fomente la
salud, el respeto de sí mismo y la dignidad del niño.
Artículo 40
1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo
niño de quien se alegue que ha infringido las leyes
penales o a quien se acuse o declare culpable de
haber infringido esas leyes a ser tratado de manera acorde con el fomento de su sentido de la dignidad y el valor, que fortalezca el respeto del niño
por los derechos humanos y las libertades fundamentales de terceros y en la que se tengan en cuenta la edad del niño y la importancia de promover la
reintegración del niño y de que éste asuma una
función constructiva en la sociedad.
2. Con este fin, y habida cuenta de las disposiciones pertinentes de los instrumentos internacionales, los Estados Partes garantizarán, en particular:
a) Que no se alegue que ningún niño ha infringido
58
52. ¿Pueden los niños hacer la guerra?
Ningún niño puede ser soldado antes de los 15 años. Los países occidentales
deseaban que ese nivel de edad fuera más elevado. Sin embargo, la aplicación de
este artículo tendrá la ventaja de poner fin a la situación impuesta a numerosos
niños en todo el mundo.
"1. Los Estados Partes se comprometen a respetar y velar para que se respeten las
normas del derecho internacional humanitario que les sean aplicables en los conflictos armados y que sean pertinentes para el niño.
2. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar que las
personas que aún no hayan cumplido los 15 años de edad no participen directamente en las hostilidades.
3. Los Estados Partes se abstendrán de reclutar para las fuerzas armadas a las personas que no hayan cumplido los 15 años de edad. Si reclutan personas que
hayan cumplido 15 años, pero que sean menores de 18, los Estados Partes procurarán dar prioridad a los de más edad.
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4. De conformidad con las obligaciones dimanadas del derecho internacional
humanitario de proteger a la población civil durante los conflictos armados, los
Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar la protección
y el cuidado de los niños afectados por el conflicto armado." Art. 38
53. ¿Cuándo tiene derecho el niño a la ayuda humanitaria internacional?
Un niño refugiado o que quiere obtener ese estatuto tiene derecho a protección
y asistencia humanitarias.
Los Estados deben colaborar para ayudar a la búsqueda de sus padres y de su
familia.
Si no se encuentra a ningún miembro de la familia, el niño debe ser protegido por
el Estado como cualquier niño privado de su ambiente familiar.
"1. Los Estados Partes adoptarán medidas adecuadas para lograr que el niño que
trate de obtener el estatuto de refugiado o que sea considerado refugiado de conformidad con el derecho y los procedimientos internacionales o internos aplicables reciba, tanto si está solo como si está acompañado de sus padres o de cualquier otra persona, la protección y la asistencia humanitaria adecuadas para el disfrute de los derechos pertinentes enunciados en la presente Convención y en
otros instrumentos internacionales de derechos humanos o de carácter humanitario en que dichos Estados sean partes.
2. A tal efecto los Estados Partes cooperarán, en la forma que estimen apropiadas, en
todos los esfuerzos de las Naciones Unidas y demás organizaciones intergubernamentales componentes u organizaciones no gubernamentales que cooperen con
las Naciones Unidas por proteger y ayudar a todo niño refugiado y localizar a sus
padres o a otros miembros de su familia, a fin de obtener la información necesaria
para que se reúna con su familia. En los casos en que no se pueda localizar a ninguno de los padres o miembros de la familia, se concederá al niño la misma protección
que a cualquier otro niño privado permanente o temporalmente de su medio familiar, por cualquier motivo, como se dispone en la presente Convención." Art. 22
54. ¿Prevé la Convención medidas para proteger a los niños contra las drogas?
Los niños deben estar protegidos contra las drogas por dos razones:
– para que no las consuman,
– para que no sean amenazados para que las produzcan o las vendan.
Esas dos disposiciones son originales en el derecho internacional de la infancia.
"Los Estados Partes toman todas las medidas apropiadas, incluidas las medidas
legislativas, administrativas, sociales y educacionales, para proteger a los niños
contra el uso ilícito de los estupefacientes y sustancias psicotrópicas enumeradas
en los tratados internacionales pertinentes, y para impedir que se utilice a niños
en la producción y el tráfico ilícitos de esas sustancias." Art. 33
"No estoy seguro de que sólo el uso ilícito deba ser incriminado. Una reflexión sobre
el condicionamiento del comportamiento por el uso lícito debería ser realizado.
El artículo 33 no trata del problema de los disolventes lícitos que no son psicotrópicos.
Además de las medidas legislativas, es necesario un trabajo de educación con respecto a los padres y los profesionales de la salud." (Pr. C. Olivenstein)
55. ¿Quién debe cuidar de la educación y el desarrollo de los
niños?
La Convención recuerda en varias circunstancias la función primordial de los
padres en la educación del niño; si la familia o la comunidad no cumplen con su
cometido, es responsabilidad del Estado tomar las disposiciones necesarias para
garantizar las necesidades del niño.
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las leyes penales, ni se acuse o declare culpable a
ningún niño de haber infringido esas leyes, por
actos u omisiones que no estaban prohibidos por
las leyes nacionales o internacionales en el
momento en que se cometieron;
b) Que a todo niño del que se alegue que ha
infringido las leyes penales o a quien se acuse de
haber infringido esas leyes se le garantice, por lo
menos, lo siguiente:
i) Que se lo presumirá inocente mientras no se
pruebe su culpabilidad conforme a la ley;
ii) Que será informado sin demora y directamente
o, cuando sea procedente, por intermedio de sus
padres o sus representantes legales, de los cargos
que pesan contra él y que dispondrá de asistencia
jurídica u otra asistencia apropiada en la preparación y presentación de su defensa;
iii) Que la causa será dirimida sin demora por
una autoridad u órgano judicial competente,
independiente e imparcial en una audiencia
equitativa conforme a la ley, en presencia de un
asesor jurídico u otro tipo de asesor adecuado y,
a menos que se considerare que ello fuere contrario al interés superior del niño, teniendo en
cuenta en particular su edad o situación y a sus
padres o representantes legales;
iv) Que no será obligado a prestar testimonio o a
declararse culpable, que podrá interrogar o hacer
que se interrogue a testigos de cargo y obtener la
participación y el interrogatorio de testigos de descargo en condiciones de igualdad;
v) Si se considerare que ha infringido, en efecto,
las leyes penales, que esta decisión y toda medida impuesta a consecuencia de ella, serán sometidas a una autoridad u órgano judicial superior
competente, independiente e imparcial, conforme a la ley;
vi) Que el niño contará con la asistencia gratuita de
un intérprete si no comprende o no habla el idioma utilizado;
vii) Que se respetará plenamente su vida privada
en todas las fases del procedimiento.
3. Los Estados Partes tomarán todas las medidas
apropiadas para promover el establecimiento de
leyes, procedimientos, autoridades e instituciones
específicos para los niños de quienes se alegue que
han infringido las leyes penales o a quienes se
acuse o declare culpables de haber infringido esas
leyes, y en particular:
a) El establecimiento de una edad mínima antes de
la cual se presumirá que los niños no tienen capa-
59
cidad para infringir las leyes penales;
b) Siempre que sea apropiado y deseable, la adopción de medidas para tratar a esos niños sin recurrir a procedimientos judiciales, en el entendimiento de que se respetarán plenamente los derechos humanos y las garantías legales.
4. Se dispondrá de diversas medidas, tales como el
cuidado, las órdenes de orientación y supervisión,
el asesoramiento, la libertad vigilada, la colocación en hogares de guarda, los programas de enseñanza y formación profesional, así como otras
posibilidades alternativas a la internación en instituciones, para asegurar que los niños sean tratados de manera apropiada para su bienestar y que
guarde proporción tanto con sus circunstancias
como con la infracción.
Artículo 41
Nada de lo dispuesto en la presente Convención
afectará a las disposiciones que sean más conducentes a la realización de los derechos del niño y
que puedan estar recogidas en:
a) El derecho de un Estado Parte; o
b) El derecho internacional vigente con respecto a
dicho Estado.
PARTE II
Artículo 42
Los Estados Partes se comprometen a dar a conocer ampliamente los principios y disposiciones de
la Convención por medios eficaces y apropiados,
tanto a los adultos como a los niños.
Artículo 43
1. Con la finalidad de examinar lor progresos realizados en el cumplimiento de las obligaciones contraídas por los Estados Partes en la presente
Convención, se establecerá un Comité de los
Derechos del Niño que desempeñará las funciones
que a continuación se estipulan.
2. El Comité estará integrado por diez expertos de
gran integridad moral y reconocida competencia
en las esferas reguladas por la presente
Convención. Los miembros del Comité serán elegidos por los Estados Partes entre sus nacionales
y ejercerán sus funciones a título personal, teniéndose debidamente en cuenta la distribución geográfica, así como los principales sistemas jurídicos. (enmienda)
3. Los miembros del Comité serán elegidos, en
votación secreta, de una lista de personas designa-
60
"Los Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el cuidado
que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes
de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley y, con ese fin,
tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas." Art. 3, pár. 2
"Los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los deberes de
los padres o, en su caso, de los miembros de la familia ampliada o de la comunidad, según establezca la costumbre local, de los tutores u otras personas encargadas legalmente del niño de impartirle, en consonancia con la evolución de sus
facultades, dirección y orientación apropiadas para que el niño ejerza los derechos
reconocidos en la presente Convención." Art. 5
"A los padres u otras personas encargadas del niño les incumbe la responsabilidad
primordial de proporcionar, dentro de sus posibilidades y medios económicos, las
condiciones de vida que sean necesarias para el desarrollo del ni o.
Los Estados Partes, de acuerdo con las condiciones nacionales y con arreglo a sus
medios, adoptarán medidas apropiadas para ayudar a los padres y a otras personas responsables por el niño a dar efectividad a este derecho y, en caso necesario,
proporcionarán asistencia material y programas de apoyo, particularmente con
respecto a la nutrición, el vestuario y la vivienda." Art. 27, pár. 2, 3
56. ¿Está obligado el niño a ir a la escuela?
Sí. La escuela primaria es obligatoria.
Es lo contrario de un castigo: es la garantía del derecho a la educación, de la que
depende para cada niño su desarrollo y su vida futura de adulto desarrollando sus
capacidades personales y por la formación profesional que le prepara a un trabajo.
Se sabe que numerosos países se encuentran imposibilitados actualmente de
cumplir con esta obligación a causa de su situación económica. La Convención
completa por consiguiente la afirmación de los derechos con la definición de un
programa que los países firmantes se comprometen a poner en práctica.
"Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin de que
se pueda ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho, deberán en particular:
a) Implantar la enseñanza primaria obligatoria y gratuita para todos;
b) Fomentar el desarrollo, en sus distintas formas, de la enseñanza secundaria,
incluida la enseñanza general y profesional, hacer que todos los niños dispongan
de ella y tengan acceso a ella [...];
c) Hacer la enseñanza superior accesible a todos [...];
d) Hacer que todos los niños dispongan de información y orientación en cuestiones educativas y profesionales y tengan acceso a ellas;
e) Adoptar medidas para fomentar la asistencia regular a las escuelas y reducir las
tasas de deserción escolar." Art. 28, pár. 1
57. ¿Cómo está el tema de los castigos corporales en la escuela?
"Los Estados Partes adoptarán cuantas medidas sean adecuadas para velar para
que la disciplina escolar se administre de modo compatible con la dignidad
humana del niño y de conformidad con la presente Convención." Art. 28, pár. 2
La Convención no condena los castigos corporales que son tradicionales en algunos países.
Sin embargo, innova al hacer referencia explícita a la necesidad de respetar la dignidad del niño.
58. ¿Cuáles son los objetivos de toda educación?
La Convención no se contenta con afirmar el derecho a la educación, sino que
define sus objetivos con un verdadero proyecto pedagógico:
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"Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a:
a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño
hasta el máximo de sus posibilidades;
b) Inculcar al niño el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas;
c) Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural, de su
idioma y sus valores nacionales del país en que vive, del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya;
d) Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre; con
espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre
todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen
indígena;
e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural." Art. 29, pár. 1
59. ¿Tiene el niño derecho a recibir una educación diferente de la
que proporciona el Estado?
La educación es en primer lugar un asunto familiar; la Convención no cesa nunca
de recordarlo.
Consagra un artículo a los niños que pertenecen a minorías culturales. Al mismo
tiempo que reciben una educación "nacional", el niño debe poder acceder a su
vida cultural propia. Debe tener la posibilidad de hablar su propia lengua con los
otros miembros de su comunidad y practicar su propia religión.
"En los Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas o personas
de origen indígena, no se negará a un niño que pertenezca a tales minorías o que
sea indígena el derecho que le corresponde, en común con los demás miembros
de su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión, o a emplear su propio idioma." Art. 30
"En efecto, el niño no es propiedad del Estado, ni de una iglesia, ni de una rama de
pensamiento, ni de sus padres. Ciertamente es miembro de una familia, de una
época, de una Nación, pero ante todo, es una persona que por naturaleza posee
derechos reconocidos a la Persona. Como tal, el niño debe ser respetado, acompañado, protegido y amado por sí mismo, del mismo modo que la paternidad y la
maternidad deben ser protegidos." (Roger Burnel)
60. ¿Qué instituciones tienen vocación de contribuir a la educación de los niños?
"Nada de lo dispuesto en el presente artículo o en el artículo 28 se interpretará
como una restricción de la libertad de los particulares y de las entidades para establecer y dirigir instituciones de enseñanza, a condición de que se respeten los
principios enunciados en el párrafo 1 del presente artículo y de que la educación
impartida en tales instituciones se ajuste a las normas mínimas que prescriba el
Estado." Art. 29, pár. 2
61. ¿Tiene derecho el niño al ocio y al juego?
"1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar
libremente en la vida cultural y en las artes.
2. Los Estados Partes respetarán y promoverán el derecho del niño a participar plenamente en la vida cultural y artística y propiciarán oportunidades apropiadas, en
condiciones de igualdad, de participar en la vida cultural, artística, recreativa y de
esparcimiento." Art. 31
Subrayemos la expresión "participar libremente" que significa que el niño no
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das por los Estados Partes. Cada Estado Parte
podrá designar a una persona escogida entre sus
propios nacionales.
4. La elección inicial se celebrará a más tardar seis
meses después de la entrada en vigor de la presente Convención y ulteriormente cada dos años. Con
cuatro meses, como mínimo, de antelación respecto de la fecha de cada elección, el Secretario
General de las Naciones Unidas dirigirá una carta
a los Estados Partes invitándolos a que presenten
sus candidaturas en un plazo de dos meses. El
Secretario General preparará después una lista en
la que figurarán por orden alfabético todos los candidatos propuestos, con indicación de los Estados
Partes que los hayan designado, y la comunicará a
los Estados Partes en la presente Convención.
5. Las elecciones se celebrarán en una reunión de
los Estados Partes convocada por el Secretario
General en la Sede de las Naciones Unidas. En esa
reunión, en la que la presencia de dos tercios de
los Estados Partes constituirá quórum, las personas seleccionadas para formar parte del Comité
serán aquellos candidatos que obtengan el mayor
número de votos y una mayoría absoluta de los
votos de los representantes de los Estados Partes
presentes y votantes.
6. Los miembros del Comité serán elegidos por un
período de cuatro años. Podrán ser reelegidos si se
presenta de nuevo su candidatura. El mandato de
cinco de los miembros elegidos en la primera elección expirará al cabo de dos años; inmediatamente
después de efectuada la primera elección, el presidente de la reunión en que ésta se celebre elegirá
por sorteo los nombres de esos cinco miembros.
7. Si un miembro del Comité fallece o dimite o
declara que por cualquier otra causa no puede
seguir desempeñando sus funciones en el Comité,
el Estado Parte que propuso a ese miembro designará entre sus propios nacionales a otro experto
para ejercer el mandato hasta su término, a reserva de la aprobación del Comité.
8. El Comité adoptará su propio reglamento.
9. El Comité elegirá su Mesa por un período de
dos años.
10. Las reuniones del Comité se celebrarán normalmente en la Sede de las Naciones Unidas o en
cualquier otro lugar conveniente que determine el
Comité. El Comité se reunirá normalmente todos
los años. La duración de las reuniones del Comité
será determinada y revisada, si procediera, por una
reunión de los Estados Partes en la presente
Convención, a reserva de la aprobación de la
61
Asamblea General.
11. El Secretario General de las Naciones Unidas
proporcionará el personal y los servicios necesarios para el desempeño eficaz de las funciones
del Comité establecido en virtud de la presente
Convención.
12. Previa aprobación de la Asamblea General, los
miembros del Comité establecido en virtud de la
presente Convención recibirán emolumentos con
cargo a los fondos de las Naciones Unidas, según
las condiciones que la Asamblea pueda establecer.
Artículo 44
1. Los Estados Partes se comprometen a presentar al Comité, por conducto del Secretario
General de las Naciones Unidas, informes sobre
las medidas que hayan adoptado para dar efecto a
los derechos reconocidos en la Convención y
sobre el progreso que hayan realizado en cuanto
al goce de esos derechos:
a) En el plazo de dos años a partir de la fecha en la
que para cada Estado Parte haya entrado en vigor
la presente Convención;
b) En lo sucesivo, cada cinco años.
2. Los informes preparados en virtud del presente
artículo deberán indicar las circunstancias y dificultades, si las hubiere, que afecten al grado de
cumplimiento de las obligaciones derivadas de la
presente Convención. Deberán asimismo, contener información suficiente para que el Comité
tenga cabal comprensión de la aplicación de la
Convención en el país de que se trate.
3. Los Estados Partes que hayan presentado un
informe inicial completo al Comité no necesitan
repetir, en sucesivos informes presentados de conformidad con lo dispuesto en el inciso b) del párrafo 1 del presente artículo, la información básica
presentada anteriormente.
4. El Comité podrá pedir a los Estados Partes más
información relativa a la aplicación de la
Convención.
5. El Comité presentará cada dos años a la
Asamblea General de las Naciones Unidas, por
conducto del Consejo Económico y Social, informes sobre sus actividades.
6. Los Estados Partes darán a sus informes una
amplia difusión entre el público de sus países respectivos.
Artículo 45
Con objeto de fomentar la aplicación efectiva de la
Convención y de estimular la cooperación interna-
62
puede ser forzado por las autoridades públicas, como fue el caso en demasiados
países, a participar en actividades calificadas de culturales, deportivas o artísticas.
62. ¿Y los niños que tienen alguna minusvalía?
Sí. Para la Convención, el niño minusválido es en primer lugar un niño, y después
un minusválido.
- Como niño, debe tener garantizados todos los derechos de un niño sin ninguna
restricción.
- A causa de su minusvalía, el Estado debe garantizarle cuidados específicos.
"1. Los Estados Partes reconocen que el niño mental o físicamente impedido
deberá disfrutar de una vida plena y decente en condiciones que aseguren su dignidad, le permitan llegar a bastarse a sí mismo y faciliten la participación activa del
niño en la comunidad.
2. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño impedido a recibir cuidados
especiales y alentarán y asegurarán, con sujeción a los recursos disponibles, la
prestación al niño que reúna las condiciones requeridas y a los responsables de su
cuidado de la asistencia que se solicite y que sea adecuada al estado del niño y a
las circunstancias de sus padres o de otras personas que cuiden de él. [...]
4. [...] A este respecto, se tendrán especialmente en cuenta las necesidades de los
países en desarrollo." Art. 23
63. ¿Cómo se aplica la justicia a los niños?
El niño sospechoso o culpable de infracción a las leyes debe ser defendido y beneficiarse de un procedimiento especial que tenga en cuenta su edad y su madurez.
Según la Convención, la prisión debe ser una sanción excepcional, se debe preferir cualquier otra medida educativa.
[El joven delincuente tiene derecho] "a ser tratado de manera acorde con el fomento de su sentido de la dignidad y el valor, que fortalezca el respeto del niño por los
derechos humanos y las libertades fundamentales de terceros y en la que se tengan
en cuenta la edad del niño y la importancia de promover la reintegración del niño y
de que éste asuma una función constructiva en la sociedad." Art. 40, pár. 1
El niño "dispondrá de asistencia jurídica u otra asistencia apropiada en la preparación y presentación de su defensa." Art. 40, pár. 2 b) II
Aunque la Convención concede bastante espacio a los derechos civiles del niño
(nombre, filiación, intereses patrimoniales, etc.), no desarrolla demasiado sus relaciones con la justicia penal, excepto para decir que se debe tener en cuenta su
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opinión, que debe ser defendido y que en caso de estar en situación de acogida,
ésta debe ser examinada periódicamente.
64. ¿Qué prevé la Convención con respecto a los niños delincuentes?
La Convención garantiza a todo niño sospechoso de haber cometido algún delito que se le respeten los derechos elementales de la defensa (intervención judicial, defensa, recursos, etc.) como ocurre con cualquier otro acusado.
Por otra parte, teniendo en cuenta la juventud del inculpado, la Convención plantea el principio de que las medidas educativas se deben buscar con prioridad a las
sanciones.
En caso de que se deban aplicar sanciones, se han de conceder garantías especiales al joven condenado:
"Los Estados Partes velarán para que:
[...] b) Ningún niño sea privado de su libertad ilegal o arbitrariamente. La detención, el encarcelamiento o la prisión de un niño se llevará a cabo de conformidad
con la ley y se utilizará tan sólo como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda;
c) [...] En particular, todo niño privado de libertad estará separado de los adultos, a
menos que ello se considere contrario al interés superior del ni o, y tendrá derecho a mantener contacto con su familia por medio de correspondencia y de visitas salvo en circunstancias excepcionales." Art. 37
65. ¿Es posible encarcelar a un niño?
Sí. La Convención admite la prisión para un niño pero pide a los Estados
"el establecimiento de una edad mínima antes de la cual se presumirá que los
niños no tienen capacidad para infringir las leyes penales [...]" Art. 40, pár. 3 a)
Prohibe la tortura, la pena de muerte y cadena perpetua para los niños menores
en el momento del delito:
"Los Estados Partes velarán para que:
a) Ningún niño sea sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. No se impondrá la pena capital ni la de prisión perpetua sin
posibilidad de excarcelación por delitos cometidos por menores de 18 años de
edad." Art. 37, pár. a)
Subraya la necesidad de no mezclar a los niños con los adultos encarcelados, de
favorecer el contacto de los niños con su familia y de darles lo más rápidamente
posible una asistencia jurídica para asegurar su defensa. Los Estados deben ayudar a los niños a reinsertarse al salir de prisión.
66. ¿Se podrá ver todavía la condena a muerte o la ejecución de
un niño?
cional en la esfera regulada por la Convención:
a) Los organismos especializados, el Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia y demás órganos
de las Naciones Unidas tendrán derecho a estar
representados en el examen de la aplicación de
aquellas disposiciones de la presente Convención
comprendidas en el ámbito de su mandato. El
Comité podrá invitar a los organismos especializados, al Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia y a otros órganos competentes que considere apropiados a que proporcionen asesoramiento especializado sobre la aplicación de la
Convención en los sectores que son de incumbencia de sus respectivos mandatos. El Comité podrá
invitar a los organismos especializados, al Fondo
de las Naciones Unidas para la Infancia y demás
órganos de las Naciones Unidas a que presenten
informes sobre la aplicación de aquellas disposiciones de la presente Convención comprendidas en el
ámbito de sus actividades;
b) El Comité transmitirá, según estime conveniente, a los organismos especializados, al Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia y a otros órganos
competentes, los informes de los Estados Partes
que contengan una solicitud de asesoramiento o
de asistencia técnica, o en los que se indique esa
necesidad, junto con las observaciones y sugerencias del Comité, si las hubiere, acerca de esas solicitudes o indicaciones;
c) El Comité podrá recomendar a la Asamblea
General que pida al Secretario General que efectúe,
en su nombre, estudios sobre cuestiones concretas
relativas a los derechos del niño;
d) El Comité podrá formular sugerencias y recomendaciones generales basadas en la información
recibida en virtud de los artículos 44 y 45 de la presente Convención. Dichas sugerencias y recomendaciones generales deberán transmitirse a los
Estados Partes interesados y notificarse a la
Asamblea General, junto con los comentarios, si
los hubiere, de los Estados Partes.
La Convención es muy clara en este tema:
"[...] No se impondrá la pena capital ni la de prisión perpetua sin posibilidad de
excarcelación por delitos cometidos por menores de 18 años de edad." Art. 37, a)
67. ¿Cuándo entró en vigor la Convención?
Los observadores más optimistas pensaban que, durante el primer trimestre de
1989, una treintena de Estados estarían dispuestos a firmar la Convención pero
que serían necesarios dos o tres años para conseguir las veinte primeras ratificaciones.
Recordemos que las instancias ejecutivas de cada Estado deben, después de la
firma de la Convención, someter el texto a las instancias legislativas con el fin de
obtener la autorización necesaria para su ratificación.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
PARTE III
Artículo 46
La presente Convención estará abierta a la firma
de todos los Estados.
Artículo 47
La presente Convención está sujeta a ratificación. Los instrumentos de ratificación se depositarán en poder del Secretario General de las
63
Naciones Unidas.
Artículo 48
La presente Convención permanecerá abierta a la
adhesión de cualquier Estado. Los instrumentos
de adhesión se depositarán en poder del Secretario
General de las Naciones Unidas.
Artículo 49
1. La presente Convención entrará en vigor el trigésimo día siguiente a la fecha en que haya sido
depositado el vigésimo instrumento de ratificación o de adhesión en poder del Secretario General
de las Naciones Unidas.
2. Para cada Estado que ratifique la Convención o
se adhiera a ella después de haber sido depositado
el vigésimo instrumento de ratificación o de adhesión, la Convención entrará en vigor el trigésimo
día después del depósito por tal Estado de su instrumento de ratificación o adhesión.
Artículo 50
1. Todo Estado Parte podrá proponer una
enmienda y depositarla en poder del Secretario
General de las Naciones Unidas. El Secretario
General comunicará la enmienda propuesta a los
Estados Partes, pidiéndoles que les notifiquen si
desean que se convoque una conferencia de
Estados Partes con el fin de examinar la propuesta y someterla a votación. Si dentro de los
cuatro meses siguientes a la fecha de esa notificación un tercio, al menos, de los Estados Partes
se declara en favor de tal conferencia, el
Secretario General convocará una conferencia
con el auspicio de las Naciones Unidas. Toda
enmienda adoptada por la mayoría de Estados
Partes, presentes y votantes en la conferencia,
será sometida por el Secretario General a la
Asamblea General de las Naciones Unidas para
su aprobación.
2. Toda enmienda adoptada de conformidad con el
párrafo 1 del presente artículo entrará en vigor
cuando haya sido aprobada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas y aceptada por una
mayoría de dos tercios de los Estados Partes.
3. Cuando las enmiendas entren en vigor serán
obligatorias para los Estados Partes que las hayan
aceptado, en tanto que los demás Estados Partes
seguirán obligados por las disposiciones de la presente Convención y por las enmiendas anteriores
que hayan aceptado.
Artículo 51
64
Todos los pronósticos pesimistas desaparecieron ante la dinámica que se creó.
– El 26 de enero de 1990, durante una ceremonia solemne, 60 Estados firmaron el
texto.
– El 3 de agosto de 1990, veinte Estados lo habían ratificado, lo cual, según el
artículo 49, le daba valor jurídico a partir del 2 de septiembre de 1990.
"Para cada Estado que ratifique la Convención o se adhiere a ella después de haber
sido depositado el vigésimo instrumento de ratificación o de adhesión, la
Convención entrará en vigor el trigésimo día después del depósito por tal Estado
de su instrumento de ratificación o adhesión." Art. 49, pár. 2
· El 14 de enero de 1991, 134 Estados lo habían firmado y 69 ratificado.
· El 27 de febrero de 1991, el Secretario General de la ONU reunió los Estados
miembros para proceder a la elección de los 10 expertos que compondrían el
Comité encargado de velar por la aplicación de la Convención.
68. ¿Cuáles son los Estados que antes del 1 de octubre 2002 han
firmado la Convención?
Excepto EE.UU., todos los demás países han ratificado la Convención.
Los EE.UU. tienen dificultades para adherirse al conjunto de la Convención, esencialmente a causa de su situación concerniente al reclutamiento de niños en los
conflictos armados, la pena de muerte o la adopción.
La Conferencia Episcopal de EE.UU. pidió a los representantes americanos que ratificaran la Convención.
Es un acuerdo sin precedentes en la historia de firma de tratados relativos a los
Derechos Humanos. Nunca otra convención internacional fue ratificada tan
ampliamente. Esta Convención fue adoptada por unanimidad en la Asamblea
General de las Naciones Unidas en 1989 y entró en vigor nueve meses después.
"Este siglo que comenzó sin garantizar los derechos de los niños, concluye con la
realización de un instrumento jurídico potente que reconoce la existencia de sus
derechos y garantiza su respeto", declaró la Sra. Carol Bellamy, directora general de
la UNICEF.
La Convención es el primer tratado internacional en materia de derechos humanos que combina derechos civiles y políticos con derechos de orden económico,
social y cultural para los niños.
69. ¿Se puede modificar todavía el texto de la Convención?
Sí y no.
Sería posible que los Estados Partes propusieran enmiendas.
"1. Todo Estado Parte podrá proponer una enmienda y depositarla en poder del
Secretario General de las Naciones Unidas. El Secretario General comunicará la
enmienda propuesta a los Estados Partes, pidiéndoles que le notifiquen, si desean, que se convoque una conferencia de Estados Partes con el fin de examinar la
propuesta y someterla a votación. Si dentro de los cuatro meses siguientes a la
fecha de esa notificación un tercio, al menos, de los Estados Partes se declara en
favor de tal conferencia, el Secretario General convocará una conferencia con el
auspicio de las Naciones Unidas. Toda enmienda adoptada por la mayoría de
Estados Partes, presentes y votantes en la conferencia, será sometida por el
Secretario General a la Asamblea General para su aprobación.
2. Toda enmienda adoptada de conformidad con el párrafo 1 del presente artículo entrará en vigor cuando haya sido aprobada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas y aceptada por una mayoría de dos tercios de los Estados Partes.
3. Cuando las enmiendas entren en vigor serán obligatorias para los Estados Partes
que las hayan aceptado, en tanto que los demás Estados Partes seguirán obligados por las disposiciones de la presente Convención y por las enmiendas anteriores que hayan aceptado." Art. 50
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
1. El Secretario General de las Naciones Unidas
recibirá y comunicará a todos los Estados el texto
de las reservas formuladas por los Estados en el
momento de la ratificación o de la adhesión.
2. No se aceptará ninguna reserva incompatible
con el objeto y el propósito de la presente
Convención.
3. Toda reserva podrá ser retirada en cualquier
momento por medio de una notificación hecha a
ese efecto y dirigida al Secretario General de las
Naciones Unidas, quien informará a todos los
Estados. Esa notificación surtirá efecto en la fecha
de su recepción por el Secretario General.
Artículo 52
70. ¿Puede un Estado retirarse de la Convención?
Sí. Un Estado tiene derecho de renunciar a participar en una Convención. En la
práctica, esto es raro.
"Todo Estado Parte podrá denunciar la presente Convención mediante notificación hecha por escrito al Secretario General de las Naciones Unidas. La denuncia
surtirá efecto un año después de la fecha en que la notificación haya sido recibida por el Secretario General." Art. 52
71. ¿Qué ocurrirá si un Estado viola los acuerdos de la
Convención?
Comprometerá su responsabilidad jurídica y política.
Las personas -incluidas los niños- que estimaran ser víctimas de violaciones de la
Convención tendrán la posibilidad de apelar a sus jurisdicciones nacionales. Se
debe subrayar que la Convención no ha instituido ninguna jurisdicción internacional.
Los Estados Partes deben poner su derecho interno en armonía con la
Convención y reunir los medios concretos para que sus términos sean respetados
en la práctica. Deberán realizar un informe cada cinco años al Comité de Derechos
del Niño, instituido por el artículo 43.
Este Comité de Derechos del Niño que comprende diez expertos designados por
los Estados Partes, tiene por encargo velar por la aplicación de la Convención. Los
expertos, elegidos por cuatro años y con posibilidad de ser reelegidos, ocupan su
cargo a título personal.
Este Comité hace observaciones y da recomendaciones basándose en informaciones que recoge e informes que le hacen los Estados Partes, la UNICEF o
las ONG.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Todo Estado Parte podrá denunciar la presente
Convención mediante notificación hecha por
escrito al Secretario General de las Naciones
Unidas. La denuncia surtirá efecto un año después
de la fecha en que la notificación haya sido recibida por el Secretario General.
Artículo 53
Se desgina depositario de la presente Convención
al Secretario General de las Naciones Unidas.
Artículo 54
El original de la presente Convención, cuyos textos
en árabe, chino, español, francés, inglés y ruso son
igualmente auténticos, se depositará en poder del
Secretario General de las Naciones Unidas.
En testimonio de lo cual, los infrascritos plenipotenciarios, debidamente autorizados para ello por
sus respectivos gobiernos, han firmado la presente Convención.
65
Ir a su
Compromiso lasaliano
India
Filipinas
Guatemala
Argentina
Kenya
66
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Escucharlos
Australia/NZ/PNG
Egipto
Francia
Pakistán
Compartir iniciativas
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67
Estar siempre dispo
-
Togo
U.S.A.
España
Líbano
México
68
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Primer derecho de los niños:
Derecho a la paz, una necesidad
más que un derecho
Conclusión
No terminaríamos nunca de decir cuáles son los Derechos del Niño. La Convención se empeña en hacerlo. Su mérito es provocar la reflexión y la acción. Esta edad, más frágil y preciosa que las demás, tiene TODOS los derechos. Pero este niño siempre aparece en una realidad
existente, en una situación relativa: este padre, esta madre, este tío, esta madrina, este abuelo... y sus relaciones. Y este aire, este agua, este sol, esta naturaleza o este hormigón, estos
muros, estos ruidos discordantes o melodiosos, esas asperezas o esa miel, esas armonías en
las relaciones durables y pacíficas o esas separaciones, llenas de furor y de ruido...
Y ya, antes de nacer, la influencia de esos órdenes o desórdenes.
Y más íntimamente aún, el orden y el desorden de sus componentes más íntimos, ese cromosoma deficiente, esas neuronas mal interrelacionadas, esas casualidades biológicas que
proporcionarán al niño un capital de salud o que le lastrarán cierta falta de normalidad.
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
69
El niño no tiene culpa de nada.
Sin embargo, no soporta nunca sino que asume. La existencia es una casualidad de determinantes improbables... Y cada uno hace lo que puede, en su sitio, según su corazón y sus talentos.
Esto es lo que ocurre en todo el mundo. Pero, mientras esperamos que la Ciencia, el Arte, los
ideales políticos y la inteligencia educativa acierte a clonar un niño ideal, ¿qué necesitan esos
niños tan diversos unos de otros? ¿Qué leyes generales, qué respetos absolutos y qué reglas
debemos enunciar? ¿Qué cuestiones válidas podríamos decir para el conjunto de niños de la tierra, y para todos aquellos que se sienten responsables de ellos?
La Convención Internacional pretende dar una respuesta: establecer unas "tablas de la ley" cuyo
respeto otorgaría a los niños una felicidad digna.
Pero lo que prevalece en un sitio resulta inútil en otro: lo que es verdad allí, resulta un error
aquí; relatividad de las situaciones, de la situación de los individuos y de los grupos sociales...
Lo que podría decirse de los niños es probablemente mucho más sencillo: es más una cuestión
de necesidades que de derechos.
Y para conocer las necesidades del niño hay que referirse al niño en sí, a lo que se resiente ahora
y siempre en sí mismo en cuanto a las necesidades más fundamentales y profundas.
Necesidades de todo tipo cuya responsabilidad incumbe a los adultos, el niño como responsabilidad primera y suprema del adulto, una letanía de necesidades que se tienen que satisfacer,
todas simultáneamente: necesidad de amor, afecto, seguridad, libertad de juego y expresión, de
paz.
Sólo una categoría de edad los olvida -la que llaman madura o adulta- a menudo preocupada por el éxito material, dedicada a la producción de riqueza o soportando su escasez.
Uno puede preguntarse si "la edad ingrata o
la del pavo" sería la preadolescencia o una
edad algo más tardía, esa edad que soporta
el mundo creyéndose su dueño, acumulando
funciones, títulos y honores, dándose aires
de suficiencia por todos los rincones, indiferente a las necesidades del niño que fue y
que volverá a ser en su vejez...
Podríamos quizá intentar ver mejor aquello
que une esas dos situaciones, la infancia y la
vejez, aquello que la existencia reclama profundamente.
Y en vez de artículos de ley, atreverse con
palabras más generosas, atreverse con tres
palabras: amor, justicia y paz.
La tentación de conceder el patrimonio de
las otras dos a la primera de esas palabras es
enorme.
Sin embargo, debemos salvaguardar las otras
dos, más explícitas, más vulgares, más prosaicas, más fácilmente verificables.
70
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
Y de las dos, si no quisiéramos conservar más
que una, ¿no debería ser la paz? Nada es posible
sin paz auténtica y duradera. No hay paz sin justicia, no hay paz sin amor, la paz, primero la paz.
Quizá en esta única situación podrían ser respetados y garantizados los derechos de los niños. La
paz como aniquilación de toda guerra, de cualquier tipo que sea; la paz como expresión del vivir
juntos; paz entre padres, sin la cual el niño vivirá
separado de sí mismo; paz entre todos los adultos
que rodean al niño, pues el niño los necesita a
todos, y no puede tomar de cada uno de ellos
aquello que le conviene sin la paz que los une,
porque corre el riesgo de tener que escoger a éste
contra aquél y sentirse traidor de alguno.
El niño, nacido de manantiales múltiples, pero
cuya vida se desarrolla con el deseo de ser una sola
corriente de agua, tiene necesidad de unidad.
Esta paz nace de la tolerancia auténtica que no es
olvido temeroso o aceptación cobarde de identidades diversas, sino seguridad de ser suficientemente fuertes para alegrarse de convivir junto
con otras que sean también fuertes.
Esta paz profunda no consiste en la desaparición
del adversario, sino en la prueba de una unidad
posible de todas las diferencias. Poner el acento
en la paz como primera condición de crecimiento
y desarrollo de los niños, es hacer una propuesta
para una acción a favor de la paz a nivel de los
niños, y al mismo tiempo una acción a nivel del
mundo, acción ciudadana, cívica y política.
Es lo que ha comprendido a la perfección la Asociación de Universidades Lasalianas –que agrupa a sesenta y dos centros de enseñanza superior en el mundo– a través de la operación lanzada en 2002: TODOS, CONSTRUYENDO LA PAZ. Y nos sentimos felices de presentar aquí algunas de sus expresiones, porque finalmente, amar a los niños es quizá antes que nada, trabajar
por la edificación, el desarrollo y el mantenimiento de una paz duradera.
Alain Damiani
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71
Anexo : Un sueño de paz empieza en el corazón:
Iniciativas de paz desde el mundo académico
Este siglo recordará siempre los horrores del ataque del 11
de septiembre al World Trade Center. Nubes de humo se
alzaron en el aire mientras los aviones de los terroristas
quebraban y arrasaban las enhiestas torres gemelas, con
un saldo de muchas personas muertas o heridas y seres
queridos afligidos, conmocionados y destrozados.
Catorce de los galardonados con el Premio Nóbel de la Paz,
todavía vivos, han formulado una declaración tras esta
catástrofe. En conjunto, tales declaraciones son una clara
petición de serenidad, de juicio razonado y de cautela
frente a los actos de venganza, que sólo servirán para alimentar un círculo vicioso de violencia.
Filipinas no es ajena a la violencia. Amenazas de bomba y
ataques con explosivos tienen
lugar en los lugares públicos a
plena luz del día. Para colmo, además de los males sufridos por víctimas inocentes, tenemos la ineptitud de las autoridades, incapaces de apresar a los verdaderos
autores de unos actos desalmados
que pretenden constantemente
desestabilizar el régimen de
Arroyo.
Otra amenaza a la paz en
Filipinas es el potente Ejército del
Pueblo Nuevo (NPA) -brazo militar del partido Comunista de
Filipinas (CPP)- que, a pesar de la
ausencia de liderazgo, constituye,
de todos modos, una fuerza a la
que hay que hacer frente.
El complicado caso de corrupción del depuesto presidente José
Estrada, profundiza la división entre los ricos y los pobres, quienes
continúan considerándole un símbolo, padre y libertador de las masas
filipinas.
El problema de la paz y el orden en el país acecha con su rostro más
horroroso en Mindanao, especialmente en Basilan y Zamboanga, fortines
del grupo terrorista más importante de Filipinas: el de Abu Sayyaf. Este
grupo ha establecido lazos con la red de Al Qaeda de Osama Bin Laden,
puestos de manifiesto por su superior capacidad de guerra, los inagotables
72
BOLETIN FSC, nº 247 - 2002
recursos financieros y los esquemas y
principios beligerantes.
Hay, sin embargo, una violencia mayor,
aunque silenciosa, que anida en los corazones y las mentes de los sectores excluidos y marginales de la sociedad filipina.
Si San Juan Bautista de La Salle pisase
las calles de Manila y otros centros urbanos de la metrópoli, su corazón se afligiría a la vista de enjambres de niños de la
calle -esqueléticos y desaliñados- cuyos
ojos, ya a tan tierna edad, han perdido el
brillo radiante de la inocencia y de las
ilusiones juveniles. Estos niños viven su
infancia en las calles vendiendo cuerdas
de sampaguita o vendiéndose a sí mismos a pedófilos extranjeros. Otros se
dedican a la pura mendicidad, pidiendo e
inhalando rugby al mismo tiempo. Ni qué decir tiene que estos muchachos
y muchachas se exponen al riesgo de accidentes peatonales y a las viles
maniobras de proxenetas omnipresentes y de los manipuladores de
la red subterránea de la mendicidad organizada.
Paz no es sólo ausencia de violencia. Paz es también una existencia
vivida con dignidad y con posibilidades justas de llevar a plena realización el potencial recibido de Dios. Sin un ambiente de paz, el
crecimiento no es posible. Sin justicia social, la paz se torna retórica vacía.
Como parte de la sociedad civil, el mundo académico puede contribuir a los esfuerzos por construir la paz con su peculiar capacidad,
sus recursos y a través de su esfera de influencia.
La Universidad La Salle-Dasmariñas (DLSU-D), de Cavite (Filipinas),
en sintonía con el verdadero espíritu lasaliano, ha popularizado una
educación de calidad a través de sus programas de becas para estudiantes, pobres pero dignos, y a través de cursos cortos de carácter
técnico y que ofrecen un certificado, lo que asegurará empleo inmediato a los estudiantes que, por limitaciones económicas, no pueden
seguir cursos de cuatro años.
La universidad tiene, asimismo, un programa gratuito dentro del
recinto universitario, llamado Balik-Aral (de vuelta a la escuela) y
pensado para los descolgados de los estudios que desean terminar la
enseñanza primaria y secundaria en clases nocturnas y obtener así la
adecuada titulación del Departamento de Educación, Cultura y
Deportes (DECS) al finalizar el programa. Fuera ya del campus,
escuelas volantes, con profesorado voluntario de la Universidad La
Salle-Dasmariñas, organizan clases de alfabetización funcionales los
fines de semana, para niños en edad escolar, en zonas de asentamiento, en otros poblados de Dasmariñas y en municipios cercanos, donde
la educación sale perdiendo ante necesidades más apremiantes.
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73
Dentro de las aulas de la universidad y prescindiendo del aspecto económico de la educación, los maestros facilitan a los estudiantes el
desarrollo de la capacidad de pensamiento crítico y su aplicación en el contexto de la enseñanza diaria y de las realidades sociales existentes de las que forman parte.
La participación en la disertación pública
continúa siendo un suelo rico para mantener
vivos los ideales democráticos de paz, igualdad social y predominio de la ley y del respeto de los derechos y de la dignidad humanos.
La Universidad La Salle-Dasmariñas, con su
programa de Humanidades, patrocina simposios, debates y conferencias, donde profesorado, estudiantes y conferenciantes de los
tres medios, la Cámara de Representantes y
el sector financiero se reúnen para fecundar
las ideas y tomar conciencia de una mejor
participación ciudadana en el gobierno local
y nacional.
La influencia de la educación no puede ponerse en duda. San Juan Bautista de La Salle
exhortó a sus maestros a tocar los corazones
de sus alumnos y mostró así la esfera de
influencia del mundo académico. Las cuestiones surgidas de la relación interconectada de
paz, igualdad social y dignidad humana son
muchas y variadas. Las respuestas no son
fáciles. Pero en la base de las sociedades
humanas y de las relaciones humanas hay una
verdad cimentada sobre roca firme: el amor es
la más importante ley y fuente de armonía y
buena voluntad. Tal ley se conserva en las
mentes y los corazones libres de intolerancia
y de excentricidades, que vienen a ser consecuencia de la ausencia de una educación asentada
sobre los valores.
Susan Refalda-Mercaida
74
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INDICE
Introducción
3
Entrevista con el H. Superior General
6
Capítulo 1.
Gritos... Una decisión
10
La defensa de los niños, el Reino de Dios y la misión lasaliana
11
Los Derechos del Niño
13
I. Al servicio del niño y del joven
13
II. Algunos puntos importantes
16
III. ¿Qué hacer?
17
“El grito de un pincel”
22
Capítulo 2.
La Convención. El compromiso del Instituto
25
La Convención y su contexto:
El niño, cruce de ideas
27
Conclusiones generales de los 5 Coloquios: 1994-98
30
La Convención en 71 preguntas
37
Declaración de los Derechos del Niño (1959)
37
Convención Internacional de los Derechos del Niño (1989)
42
Compromiso lasaliano
66
Conclusión
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Primer derecho de los niños :
Derecho a la paz, una necesidad más que un derecho
69
Anexo: Un sueño de paz empieza en el corazón:
Iniciativas de paz desde el mundo académico
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