Doctora: Aida Vides Paba Honorable Magistrada Tribunal Administrativo de Cundinamarca Sección Primera E. S. D. REF: Actor: Contra: Para: Exp. 11001-33-31-016-2007-00333-00 Acción de cumplimiento Impugnación CARLOS F. GONZÁLEZ PUCHE Instituto Colombiano del Deporte Coldeportes El cumplimiento del #3 del Art. 37 del Decreto 1228 de 1995 Respetada Doctora Vides: Carlos Francisco González Puche reconocido al proceso de la referencia como Accionante, dentro de la oportunidad legal para ello, impugno el Fallo de primera instancia, proferido por este Despacho el 03 de agosto de 2007, de conformidad con los términos que se expresan a continuación. I. PRETENSIONES 1. La demanda de cumplimiento tiene como finalidad: “PRIMERO: Que se ordene a COLDEPORTES cumplir el numeral 3 del artículo 37 del Decreto 1228 de 1995, en un plazo máximo de diez (10) días. SEGUNDO: Que, en consecuencia, se ordene a COLDEPORTES que asuma y ejerza la competencia para aprobar o improbar el Estatuto del Jugador de Fútbol, reglamentado por el Comité Ejecutivo de COLFUTBOL mediante la Resolución 1057 del 16 de junio de 2004”. Al libelo demandatorio se adjuntaron catorce (14) pruebas documentales entre ellas, como ANEXO 2, “Copia simple del Estatuto del Jugador expedido por Colfútbol (17 pag)”. II. CONSIDERACIONES DEL DESPACHO El a quo negó las pretensiones de la demanda, con fundamento en los siguientes argumentos: 1. Que el accionante no aportó con la demanda el Estatuto del Jugador. 2. Que la norma cuyo cumplimiento se pide debe interpretarse no se manera exegetica sino en el concierto del sistema normativo que regula la materia y que dentro del examen y que por lo tanto COLDEPORTES sólo debe aprobar o improbar los estatutos sobre la constitución de la persona jurídica de los cuales no hace parte el Estatuto del Jugador, y que por esa razón “COLDEPORTES no ha incurrido en el incumplimiento demandado por no tener a su cargo la obligación que se pide”. 1 3. Que no se evidencia un perjuicio irremediable, razón por la cual “la acción de cumplimiento en este caso ha de rechazarse por improcedente”. III. FUNDAMENTOS DE LA IMPUGNACION Esta decisión la consideraciones: impugno con fundamento en las siguientes PRIMERA: Sea lo primero ratificar que sí se aportó copia simple del Estatuto del Jugador, como ANEXO 2 de la demanda. Ahora bien, lo que sorprende no es tanto que el Señor Juez 16 Administrativo no lo hubiese visto, sino que, a pesar de resaltar que no lo vio porque dizque no fue aportado, lo entró a evaluar para afirmar que ese estatuto, no hace parte o no hacer parte para aprobar o improbar Coldeportes. Dicho en otras palabras, el Juez incurre en dos errores: el primer error no haber visto un ANEXO ESENCIAL que obraba en el expediente para proferir su fallo. Tan esencial es que ese Estatuto es el objeto de la demanda. El segundo error, que es peor, es haber decido sin evaluar un Estatuto que confiesa no conocer. ¿Cómo sabe él que un texto que no conoce no vulnera la Constitución? Y que tanto es o no fundamental, para que ese compendio normativo no vulnere derechos fundamentales de las personas a las cuales cobija, en este caso los jugadores de fútbol. La conclusión es fácil colegir que el Juez profirió un falló a espaldas de la realidad probatoria, a ciegas, por intuición. Acogiendo la tesis de Coldeportes sobre la cual ha justificado el cumplimiento de sus obligaciones legales. SEGUNDA: No es cierto que la función de COLDEPORTES se limite a aprobar la constitución de los entes que hagan parte del Sistema Nacional del Deporte y no tenga atribuciones de control sobre el Estatuto del Jugador expedido por una Federación. Es una afirmación contraria a la Constitución y a la jurisprudencia constitucional, que tiene efecto de fuerza vinculante, como se explica a continuación. En primer término, se viola la Constitución, porque esta postura del juez es propia de la vieja Carta de 1886, en la cual el Estado era sólo formal de derecho, no “social” de derecho. Para el juez, el Estado en el sector del deporte y específicamente para el fútbol debe vigilar única y exclusivamente solo ritualidades, tales como disposiciones societales, aportes, cuotas, socios, designación de cuerpos colegiados, etc. Y si en la práctica los clubes deportivos y ligas que conforman Colfútbol deciden, en las regulaciones que expidan, por ejemplo, restablecer la esclavitud, para el Juez de primera instancia ese es un asunto que no tiene que vigilar COLDEPORTES! ¿Qué tal? 2 Para el Juez 16, con esa extraña lógica, bastaría interponer acción de tutela, caso por caso, cada vez que se presentase una situación de esclavitud. Pero la disposición del Estatuto del Jugador que re-establece la esclavitud, como tal, no necesita ser controlada por el Estado. Es legal, es válida, porque hasta allá puede llegar en su concepto, la autonomía de la voluntad. ¿Qué tal? Con esta lógica, entonces, habría que preguntarle al fallador, ¿quién, entonces, tiene la obligación o podría controlar tal disposición? Esta forma de interpretar vulnera el artículo 1º de la Constitución, que dispone que Colombia es un Estado Social de Derechos, basado en la dignidad humana, y el artículo 2º idem, según el cual el fin esencial del Estado es la protección efectiva (no retórica) de los derechos humanos. En segundo término, se esta violando el artículo 189 de la Constitución, numerales 24 y 26, según los cuales el Presidente de la República debe ejercer la inspección y vigilancia sobre cooperativas, sociedades y ONG. Esta norma ha sido desarrollada, para estos efectos, por la Ley 181 de 1995 y el Decreto 1228 de 1995, que establecen, entre otras, la delegación del Presidente de la función de control y vigilancia del sector deportivo nacional en COLDEPORTES. El artículo 37 de este Decreto, cuyo cumplimiento aquí se reclama, dispone en su numeral tercero que el Director de COLDEPORTES debe “Aprobar sus Estatutos, Reformas y Reglamentos”. Léase bien: “REGLAMENTOS”. Y se refiere, entre otros, al REGLAMENTO DEL JUGADOR expedido por Colfútbol, que es un organismo deportivo de nivel nacional que hace parte del Sistema Nacional del Deporte, y por tanto cae bajo la égida del control de COLDEPORTES. Esa inspección y vigilancia no es formal sino material, de suerte que el Presidente debe entrar al fondo del asunto. Por ejemplo si en el reglamento de trabajo de una sociedad se incorpora la tortura como método de evaluación de los trabajadores, el Ministerio de Protección Social entra a revisar ese Reglamento de Trabajo, de fondo, sobre su contenido, y no meramente la constitución estatutaria de la sociedad, como lo afirma aquí el a quo. En tercer término, se viola la jurisprudencia constitucional. En efecto, la Corte Constitucional, en Sentencia que tiene el carácter de cosa juzgada constitucional y de precedente judicial, dispuso que es deber del Estado, vigilar que la regulación que expidan las federaciones deportivas no vulneren o afecten los principios y derechos Constitucionales de los deportistas a los cuales cobija. En esta Sentencia la Corte ordenó al Gobierno Nacional y a la entidad que legalmente le ha sido asignada esta misión, que es COLDEPORTES: “En principio es entonces admisible que la ley contemple esas competencias reguladoras de las federaciones nacionales e internacionales en el campo deportivo. Sin embargo, es obvio que estas regulaciones no pueden desconocer los principios constitucionales, ni vulnerar los derechos fundamentales de las personas (CP art.5º), ya que la constitución es norma de normas (CP art.4º). No se puede olvidar que los 3 clubes deportivos son verdaderas empresas, por lo cual, las federaciones deportivas deben ser consideradas asociaciones de empresas, y sus reglamentos decisiones de empresa. No es pues admisible que los derechos constitucionales de los jugadores queden supeditados a estas decisiones empresariales, no solo porque se desconocería la primacía de la Constitución y de los derechos de la persona (CP Art. 4 y 5), sino porque se estaría permitiendo un prohibido abuso de posición dominante de parte de esas asociaciones” (las negrillas y el subrayado son míos).1 Y la Corte agregó: “No se trata de un mero acto formal de registro, ni de una simple base documental de datos, sin proyección alguna, sino que el registro es dinámico en cuanto es el instrumento adecuado para facilitar las funciones de inspección, vigilancia y control que Coldeportes debe ejercitar en beneficio del deporte y de quien lo practica. Cuando esa inspección, vigilancia y control, contribuye a la defensa de un derecho fundamental, como es el caso de la libertad de trabajo del deportista profesional, para éste, el deportista, es un derecho a algo que el Estado no puede esquivar.”2 (negrillas fuera de texto). Para la Corte, son “LOS REGLAMENTOS” que expidan los organismos deportivos, los que deben ser objeto de “las funciones de inspección, vigilancia y control” a cargo de COLDEPORTES. Y ¿cómo se controla eso? Pues la Constitución responde, como se anotó: por conducto del Presidente de la República, el cual delegó en COLDEPORTES esta función. Esta jurisprudencia constitucional, no es mero criterio auxiliar del operador jurídico sino que es, conforme a la propia doctrina de la Corte, mandato con carácter de fuerza vinculante, que debe ser respetado por todos. En efecto, dijo la Corte Constitucional: “Ha de partirse del supuesto de que el orden jurídico fundado en la Constitución no podría subsistir sin la debida garantía del acatamiento a los fallos que profieren los jueces. Ellos han sido revestidos de autoridad suficiente para resolver los conflictos que surgen en los distintos campos de la vida en sociedad y, por tanto, constituyen elemento fundamental de la operatividad y eficiencia del Estado de Derecho. “Un sistema jurídico que únicamente descansa sobre la base de verdades teóricas no realiza el orden justo preconizado en el Preámbulo de la Carta. Tan precario sentido tiene una estructura judicial que no adopta decisiones con la rapidez y oportunidad requeridas como una que funcione adecuadamente pero cuyos fallos, por falta de cumplimiento de quienes están obligados por ellos, se convierten en meras teorías. En tal hipótesis no sólo se quedan escritas las providencias mismas sino las normas 1 2 Sentencia C-320 de 1997 Sentencia T-123 de 1997. 4 sustantivas que les sirven de fundamento. “En el caso de los derechos fundamentales, de cuya verdadera eficacia ha querido el Constituyente ocuparse en forma reiterada, el desacato a las sentencias judiciales que los reconocen es en sí mismo un hecho flagrantemente violatorio del Ordenamiento fundamental. “Todos los funcionarios estatales, desde el más encumbrado hasta el más humilde, y todas las personas, públicas y privadas, tienen el deber de acatar los fallos judiciales, sin entrar a evaluar si ellos son convenientes u oportunos. Basta saber que han sido proferidos por el juez competente para que a ellos se deba respeto y para que quienes se encuentran vinculados por sus resoluciones contraigan la obligación perentoria e inexcusable de cumplirlos, máxime si están relacionados con el imperio de las garantías constitucionales”.3 En consecuencia, para COLDEPORTES no es discrecional, sino obligatorio, entrar a cumplir la jurisprudencia constitucional primeramente citada, que le exige ejercer la función de vigilancia y control sobre LOS REGLAMENTOS deportivos y no sólo sobre los estatutos de las Federaciones, Clubes con deportistas profesionales o Ligas, que hagan parte del Sistema Nacional del Deporte. Es evidente que el Estatuto del Jugador de Fútbol obligatoriamente tiene que ser aprobado por COLDEPORTES, como autoridad pública responsable por vigilar, inspeccionar y controlar, a efectos de comprobar, antes de entrar en vigencia, que el reglamento deportivo expedido por una Federación Deportiva, para nuestro caso, Colfútbol, se ajuste a los principios constitucionales y legales vigentes en Colombia y con la reglamentación internacional expedida por la FIFA que este vigente al momento de su expedición. Se observa que en realidad fue el juez de primera instancia el que realizó una interpretación exegética y aislada de las normas, por lo siguiente: extrajo con pinzas la expresión del artículo 36 del Decreto 1228 de 1995, que dice: “para verificar que se ajusten en su formación y funcionamiento y en el cumplimiento de su objeto a las previsiones legales y estatutarias”; luego, como él dice que aquí no encaja el estatuto del jugador, entonces la acción de cumplimiento no procede. De haber realizado una interpretación sistemática, “en el concierto del sistema normativo”, como dice el fallo, el a quo habría arribado a una conclusión diferente: la Constitución pregona la efectividad real de los derechos, un ejercicio efectivo y material de la actividad de inspección y vigilancia y el control explícito de los REGLAMENTOS. ¿De cuáles reglamentos? El Juez Administrativo dice cuáles, pero sí menciona los de “la estructura, conformación y funcionamiento de la respectiva persona jurídica”, únicamente, guiado por un criterio minimalista y formal, que casualmente acoge en su integridad los argumentos de Coldeportes. En suma, como COLDEPORTES ha sido renuente a cumplir con el mandato constitucional, legal y reglamentario que le exige ejercer esta 3 Sentencia T-329 de 1994. 5 función de vigilancia y control, debe proceder la acción de cumplimiento, de suerte que el fallo del a quo debe ser revocado. TERCERA: Por último, en cuanto al “rechazo por improcedente” de la acción de cumplimiento por no haber yo demostrado un supuesto perjuicio irremediable, hay que señalar que el Juez 16 Administrativo no entiende absolutamente nada el objeto de la acción de cumplimiento. Esta supuesta falla mía, no existe, ya que el perjuicio irremediable no es una exigencia de la acción de cumplimiento. Lo que dice el artículo 15 de la Ley 393 de 1997, es que, excepcionalmente, “el juez que conozca de la solicitud podrá ordenar el cumplimiento del deber omitido, prescindiendo de cualquier consideración formal, siempre y cuando el fallo se funde en un medio de prueba del cual se pueda deducir una grave o inminente violación de un derecho”. No se trata pues de la regla general, sino de una situación y prerrogativa del Juez de carácter excepcional, situación que no ha sido invocada en mi demanda. Por tanto, se evidencia que el Juez confundió la Acción de Cumplimiento Ordinaria, como ésta que nos ocupa, que no exige perjuicio irremediable; con la Acción de Cumplimiento Excepcional, que de manera sumaria, o sea sin período probatorio, el juez falla de inmediato por la sola confirmación de la existencia de un perjuicio irremediable. Al confundir esos dos tipos de trámite de las acciones de cumplimiento, el Juez confiesa su ignorancia sobre estas acciones constitucionales. Pero además, por esta vía, el Juez obtiene una victoria fácil sobre un argumento así minimizado, ridiculizado, tergiversado, pues de ese error infiere el “rechazo por improcedente” de la acción. Por otra parte, resulta más inexplicable aún el fallo de primera instancia, si se tiene en cuenta que el Estatuto que se encuentra vigente termina afectando derechos y garantías constitucionales a los jugadores de fútbol profesional y aficionado a quienes se les aplica, avalando la actitud del Gobierno Nacional en cabeza de Coldeportes de “hacerse el de la vista gorda” frente a los clubes y ligas de fútbol que conforman a Colfútbol. Recuérdese por otra parte, que la renuencia quedó debidamente formalizada en este caso, tanto por parte del Ministerio de Cultura como por COLDEPORTES (en cinco oportunidades). La abundante jurisprudencia constitucional citada en la demanda de tutela y, aún, la decisión de la OIT, avalan esta acción de cumplimiento. De conformidad con lo expuesto, me permito solicitar con todo respeto que se admita esta impugnación, se le de trámite ante el superior y éste, al conocer del asunto, revoque en su totalidad el fallo de primera instancia y, en su lugar, acceda a las pretensiones de la demanda. Del Señor Juez, CARLOS F. GONZÁLEZ PUCHE C.C. 79.143.673 de Usaquén 6 Director Ejecutivo Acolfutpro 7