Estratificación y calidad del empleo en el mercado de trabajo de Bolivia Elizabeth Jiménez Zamora INFORME NACIONAL SOBRE DESARROLLO HUMANO 2010 “Los cambio detrás del cambio” DOCUMENTO DE TRABAJO 11/2010 Estratificación y calidad del empleo en el mercado de trabajo de Bolivia Elizabeth Jiménez Zamora* * Con la participación de Porfidia Ajata Ramos en el procesamiento y análisis estadístico de toda la información. Esta versión se beneficia de los comentarios recibidos en un taller interno de discusión de los avances del Informe de Desarrollo Humano 2010, en particular del comentarista asignado Rodney Pereira. 2 Índice 1. Introducción ……………………………………………………………………….. 4 2. Desigualdad en el mercado de trabajo ….………………………………………… 6 3. La estratificación del empleo en el mercado de trabajo de Bolivia ………………. 8 4. Mercado de trabajo y políticas de empleo: la teoría ……………….……………. 5. ¿Qué políticas de empleo y para quienes? 30 ……………………………………… 33 6. Conclusión ..………………………………………………………………………… 40 7. Bibliografía ………………………………………………………………………… 41 8. Anexos ……………………………………………………………………………….. 43 3 1. Introducción Este trabajo tiene por objetivo identificar y analizar el grado y las características de la estratificación presente en el mercado de trabajo en Bolivia y examinar que políticas de empleo se orientan a reducir esta estratificación y mejorar las oportunidades de empleo y empleabilidad de grupos sociales vulnerables. La posible estratificación del mercado de trabajo en Bolivia se analiza en términos de calidad del empleo y con el objetivo de poder llegar a identificar un conjunto de “buenos” y “malos” empleos así como de los trabajadores que se encuentran en ellos. El análisis incluye la participación de la mano de obra rural en actividades asalariadas o por cuenta propia fuera de sus cotidianas actividades agrícolas familiares. 2. Desigualdad en el mercado de trabajo Estudios sobre empleo en Bolivia han demostrado consistentemente la presencia de desigualdades en el mercado de trabajo y en las estrategias de inserción laboral particularmente de los segmentos sociales mas vulnerables (Escóbar de Pabón, 2009, 2008). Utilizando categorías de empleo sectorial, por condición de empleo y grado de informalidad estos estudios identifican diferencias en los ingresos y en las oportunidades de trabajo entre hombres y mujeres, entre indígenas y no-indígenas y entre la población urbana y rural (Jiménez W, et.al, 2000). Casi todos estos estudios confirman que en promedio las mujeres y los indígenas se encuentran concentrados en el sector de servicios, participan generalmente como “cuenta propias” y perciben menos ingresos que los varones y que los trabajadores no-indígenas (Jiménez W, et al, 2000). La mayoría de estos estudios confirma también que en promedio las mujeres y los indígenas entran al mercado de trabajo con menores niveles de capital humano, tienen menos experiencia de trabajo y en general les faltan capacidades laborales para mejorar sus oportunidades de empleo. El énfasis de estos resultados se encuentra en las características de la mano de obra que limitan una efectiva inserción laboral, incluyendo la falta de capital humano, experiencia de trabajo y dominio sobre el español. Una inmediata implicación de este enfoque es que políticas y programas orientados a mejorar la inserción laboral de grupos sociales vulnerables deberían estar dirigidos a la oferta del mercado de trabajo, es decir a mejorar en general el capital humano de grupos sociales vulnerables. Una forma menos estudiada de ver desigualdad en el mercado de trabajo es identificando y analizando la presencia de estratificación en el mercado de trabajo y el grado en que esta pueda reforzar la desigualdad y la vulnerabilidad de grupos sociales en vulnerabilidad. Este enfoque se basa en la literatura sobre segmentación en el mercado de trabajo que parte del principio de que no existe un solo mercado de trabajo y que más bien existen varios segmentos o estratos que agrupan a ciertos empleos y a ciertos trabajadores. Las capacidades laborales, los incentivos y la forma de acceder a mejores empleos son diferentes en cada uno de estos segmentos, y la movilidad laboral entre segmentos es limitada. Desde esta perspectiva, los mercados de trabajo por naturaleza son completamente imperfectos y un resultado de esto es que las oportunidades de participación son significativamente diferentes para diferentes grupos sociales. La literatura sobre segmentación laboral enfatiza la necesidad de ir más allá de categorías convencionales de empleo y diferenciar lo que podrían llamarse “buenos empleos” de aquellos considerados “malos empleos”. 4 a. Las perspectivas de la estratificación en el mercado de trabajo Se pueden encontrar por lo menos tres distintas formas de ver segmentación en el mercado de trabajo: el enfoque denominado “revisionista”, la perspectiva de segmentación de Doeringer y Piore y la perspectiva que enfatiza el proceso de “devaluación social” de trabajos y de trabajadores. El enfoque revisionista enfatiza la necesidad de analizar el funcionamiento de los mercados de trabajo como se observa en “realidad” (Kauffman, 1988) en lugar de enfocarse en como deberían funcionar en condiciones mas o menos cercanas a la competencia perfecta. Bajo esta perspectiva los mercados de trabajo en realidad están compuestos por una serie de “conglomerados”, es decir estructuras internas que agrupan y diferencian grupos de trabajos y de trabajadores. La movilidad y competencia por empleos se da fundamentalmente dentro de estos conglomerados pero no hacia afuera, por lo tanto la movilidad ocupacional “hacia arriba” es limitada y depende de factores externos tales como pertenencia a un determinado grupo social y las redes sociales incluyendo el clientelismo político. Probablemente la más popular versión de mercados de trabajo segmentados se presenta en el trabajo de Doeringer y Piore (1975, 1971) quienes identifican y analizan tres grandes sectores de trabajos: (1) el primario superior, (2) el primario inferior y (3) el secundario. Este último sector congrega lo que podrían llamarse los “malos empleos”, es decir aquellos que se caracterizan por ser mal pagados, que se desarrollan en condiciones no apropiadas de trabajo y sobre todo que están caracterizados por altos niveles de inestabilidad. Los “buenos empleos” tienen características contrarias y se concentran en los sectores de empleo primario superior e inferior con significativas diferencias entre ambos. En el nivel primario superior se encuentra aquellos trabajos considerados “profesionales” y/o de “administración”. En este nivel se agrupan trabajos que son bien remunerados, ofrecen oportunidades de promoción, mayores retornos a la inversión en educación, a la iniciativa personal y a la creatividad. Es decir, la mayor inversión en capital humano es recompensada con mayores salarios y mejores oportunidades. En el nivel primario inferior se encuentran empleos que se caracterizan también por ofrecer buenos salarios, estabilidad y protección social, sin embargo tienden a ser “repetitivos” y la inversión en educación no ofrece mayores retornos. En otras palabras “el trabajo se ve como un instrumento que sirve para obtener el ingreso necesario para mantener a la familia y la educación se ve como el instrumento para obtener una oportunidad de empleo” (Piore, 1973: 127). Aquí no hay mucho espacio para la creatividad y la iniciativa personal. La fundamental diferencia entre empleos en el sector primario y el sector secundario es el patrón de movilidad ocupacional que se encuentra en ambos sectores. En el sector de empleo primario, la movilidad ocupacional está asociada a lo que se llama “escaleras ocupacionales” a través de las cuales se logra alcanzar posiciones mejor pagadas y empleos asociados a un mayor estatus social. Por el contrario, en el sector de empleo secundario, la movilidad ocupacional es alta pero no está asociada a mejores oportunidades, los trabajadores rotan entre empleos pero sin mejorar su situación laboral. Desde esta perspectiva, la internalización de las experiencias de trabajo da lugar a la formación de “sub-culturas” a lo largo de los tres segmentos identificados que corresponden a lo que se ha caracterizado como subculturas de clases que en este caso corresponderían a la clase baja, 5 trabajadora y profesional1. Es decir, la segmentación del mercado de trabajo refleja las diferencias sociales de tres grandes grupos de trabajadores que se diferencian no solamente por sus características laborales (educación y experiencia de trabajo) pero también por sus valores, sus expectativas laborales y sus aspiraciones que son diferentes en cada uno de los tres segmentos. Esta correspondencia entre sectores de empleo y subculturas de empleo se desarrolla a lo largo del tiempo y a través de generaciones, lo que refuerza aún más la desigualdad y la vulnerabilidad de ciertos grupos sociales. Desde esta perspectiva, el funcionamiento del mercado de trabajo no solamente recrea iniciales desigualdades en la distribución de oportunidades fuera del mercado de trabajo, sino que también las refuerza a lo largo del tiempo y a través de generaciones Finalmente, una última versión de segmentación en el mercado de trabajo es la que se identifica en el estudio de Wilkinson (1991) sobre el mercado de trabajo en el Reino Unido. Esta perspectiva enfatiza el rol de lo que llama la “devaluación social” de algunos empleos, entendido como un proceso a través del cual algunos empleos son clasificados como de baja productividad y son asociados casi naturalmente con bajos ingresos y bajo estatus social. En ciertas ocupaciones y para ciertos trabajadores, los bajos salarios pueden reflejar bajos niveles de productividad laboral, pero fundamentalmente reflejan un proceso de devaluación de ciertos empleos y de los trabajadores que los desempeñan. Las tres perspectivas de segmentación del mercado de trabajo tienen en común tres resultados muy importantes. Primero, la movilidad ocupacional no se da a lo largo de todas las categorías de empleo en el mercado de trabajo. Más bien, entre segmentos/estratos del mercado de trabajo y con implicaciones diferentes para cada segmento. Entre los que se podrían llamar “buenos empleos”, la movilidad ocupacional esta asociada a mejores oportunidades de empleo y a empleos de mayor estatus social. Lo contrario ocurre entre “malos empleos” donde los trabajadores rotan frecuentemente entre empleos, pero estos cambios no están asociados a mejores oportunidades y en general no llevan a mejorar su nivel de vida. Segundo, el mercado de trabajo no solamente recrea la desigualdad económica de una sociedad sino que también la refuerza a lo largo del tiempo. No es casualidad entonces que los malos empleos sean las únicas alternativas para la gran mayoría de grupos sociales desaventajados como los afro-americanos en los EEUU y los indígenas en la mayoría de los países latinoamericanos. Tercero, en términos de políticas de empleo, el orientar políticas y programas de empleo exclusivamente para lograr un mejor funcionamiento del mercado de trabajo es definitivamente insuficiente. La reducción de la inequidad en la distribución de recursos y oportunidades es parte de la visión de crecimiento y desarrollo de una economía, y sin duda es parte fundamental de lograr una mejor inserción laboral de grupos sociales excluidos y desaventajados. ¿Por qué es importante la relación entre inequidad y funcionamiento del mercado de trabajo? Desde la perspectiva convencional, el mercado de trabajo recrea pero no crea ni refuerza desigualdades entre grupos y sectores de empleo. La desigualdad se refleja en las significativas diferencias de oportunidades que tienen poblaciones urbanas y rurales, indígenas y no-indígenas, y hombres y mujeres, entre otros grupos sociales. La consecuencia de esta desigualdad es que las perspectivas y oportunidades de empleo para los grupos sociales en desventaja serán menores que para los aventajados. La solución pasa por igualar oportunidades a través de políticas de inversión 1 En el sector secundario, los trabajadores tienden a tener malos hábitos de empleo, no priorizan sus compromisos de trabajo, son impuntuales y cambian de empleos con alta frecuencia. Todo lo contrario se observa en los trabajadores del sector primario de empleos. 6 en bienes públicos por ejemplo (infraestructura educativa) pero no son políticas de empleo las que van a resolver el problema de la inequidad. Las perspectivas sobre mercados de trabajo segmentados cuestionan esta visión. La inequidad presente en una sociedad no solamente se recrea, sino que se refuerza a través de un proceso de segmentación/estratificación en el mercado de trabajo. Como resultado, los “malos” empleos tienden a concentrar a trabajadores de sectores más vulnerables para quienes es muy difícil poder alcanzar los empleos estables, mejor protegidos y donde hay mas espacio para la iniciativa personal y mejor desempeño laboral. Las políticas de empleo deben necesariamente ir más allá del mercado de trabajo. Incrementar efectivamente las oportunidades de empleo de los más pobres incluye el disminuir las grandes inequidades urbano/rurales, así como la penalización de prácticas de discriminación laboral en el mercado de trabajo. b. Desigualdad y calidad de empleo Una relativamente nueva categoría de estudio del mercado de trabajo es lo que se denomina “calidad del empleo.” Desde esta perspectiva, la calidad del empleo distinguiría los llamados “buenos empleos” de aquellos considerados “malos empleos.” La necesidad de garantizar un mínimo de calidad en el empleo ha dado lugar al concepto de empleo decente inicialmente introducido al debate sobre empleo por la Organización Internacional del Trabajo, o lo que se llama “empleo digno” en el Plan Nacional de Desarrollo y en la reciente Constitución Política del Estado de Bolivia. La Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2006) introduce el concepto de empleo decente como el tipo de empleos al que toda sociedad debería aspirar. El crecimiento económico no necesariamente está asociado con el crecimiento en el empleo, y peor aún por un crecimiento en empleos de empleos de calidad. El problema surge cuando se trata de identificar los componentes que determinen el grado de calidad en los empleos decentes y dignos. La propuesta inicial de la OIT planteaba la consideración de cuatro aspectos: (1) características del empleo en términos de cómo y donde se desarrolla, (2) el grado de protección social con que cuenta el trabajador, (3) la consideración de los derechos de los trabajadores y (4) la posibilidad del diálogo social. (Ghai, 2003). La protección social generalmente está asociada con el acceso a un seguro de salud y a una pensión de vejez. El derecho a la libertad de asociación y negociación colectiva es reconocido como un derecho fundamental y por tanto es un componente fundamental de lo que deberían constituir empleos dignos. El derecho al diálogo social tiene que ver con el grado y características de negociación tripartita que se logre establecer. Un reciente estudio del BID (2004) basado en una encuesta mundial sobre percepciones 2 cuestiona el uso de criterios estrictamente objetivos para medir la calidad de empleo y la sistemática exclusión de otros factores como la satisfacción individual en relación con el trabajo desempeñado. En general parecería ser que la satisfacción con el empleo depende de varias características y percepciones individuales de los trabajadores, y por lo tanto es difícil llegar a generalizaciones. En relación a los ingresos, lo más común es asumir que existe una relación positiva entre mayores salarios y mayor satisfacción en el trabajo, por lo que el nivel de ingresos es siempre considerado 2 Gallup World Polls (2006, 2007) 7 uno de los más importantes factores que determinan la calidad del empleo. El estudio del BID confirma este supuesto, sin embargo concluye que es también igual importante el considerar las percepciones que las personas puedan tener sobre que tan “justos” sean los ingresos que perciben. Esta valoración es producto de las percepciones individuales y subjetivas de los trabajadores que resultan de la comparación que hagan de sus ingresos con otros trabajadores y con otros grupos sociales. Lo importante no es solamente el nivel de remuneración sino las percepciones individuales de lo que se siente como “justo” o “no justo.” Desde esta perspectiva, una cosa es estar bien pagado y otra “sentirse” bien pagado. En el caso de acceder a una pensión de vejez, el estudio demuestra que este factor está asociado con la satisfacción en el empleo pero solamente para aquellos trabajadores con un nivel de educación más allá del promedio (BID, 2004: 158). No sucede lo mismo entre los cuenta propias, para quiénes el acceder a una pensión de vejez no aumenta el grado de su satisfacción con el empleo. Se podría concluir entonces que para estos trabajadores el ahorro individual y el uso de capital social les da la confianza en asegurar ingresos para la vejez. Una importante conclusión es que mas allá de los factores generalmente asociados con calidad del empleo, la satisfacción personal con el empleo está altamente relacionada con tres factores subjetivos muy importantes: (1) tener la posibilidad de poder dar “lo mejor de si mismos en el trabajo”, (2) tener alguien en el trabajo que los aliente, y (3) que sus opiniones se tomen en cuenta. Lo interesante es que estos tres factores pesan mas en la satisfacción general con el empleo de los entrevistados que otros factores incluyendo el acceder a un plan de pensiones o la seguridad en el empleo (BID, 2004:164). En resumen, la calidad del empleo es una categoría que ayuda a diferenciar “buenos empleos” de los considerados “malos empleos” y por lo tanto ayuda a identificar el grado de segmentación en el mercado de trabajo. 3. La estratificación del empleo en el mercado de trabajo de Bolivia a. El contexto Una de las características más importantes de la segmentación del mercado de trabajo es la presencia de conglomerados de empleos y de trabajadores con características propias sobre acceso, incentivos y movilidad ocupacional. ¿Hasta que punto el mercado de trabajo en Bolivia tiene estas características? ¿Que factores determinan quienes terminan en “buenos empleos” y quiénes en los considerados “malos empleos”? En el contexto de economías en desarrollo como la Boliviana hay dos características fundamentales que en general caracterizan el funcionamiento del mercado de trabajo: (1) la significativa participación en actividades dentro del llamado sector informal, y (2) la dualidad persistente entre el sector urbano y rural con sus implicaciones de las oportunidades de empleo en ambos sectores. En Bolivia, se estima que entre el 60% y el 79% de la población ocupada en el sector urbano se encuentra en el sector informal (Landa, et. al.2008) y que cerca de 2 millones de los 4.6 millones de la población ocupada se encuentra en comunidades y pueblos rurales (Jiménez E., 2008). Una inmediata implicación de estas características es que la estratificación del mercado de trabajo en Bolivia tendría que incluir la presencia de formas combinadas de empleo que incluyen el trabajo familiar no-asalariado como el que se observa en unidades familiares de producción agrícola y el trabajo desarrollado “por cuenta propia” en actividades independientes que es lo mas prevalece en el sector informal. 8 El empleo asalariado y el empleo por cuenta propia representan dos formas muy diferentes de integración laboral en el mercado de trabajo urbano. El caso del empleo en el sector rural es todavía mas complejo, no solamente existen diferencias entre empleo asalariado y por cuenta propia pero también existen diferencias en la forma en que se desarrollan las relaciones laborales entre pueblos y comunidades campesinas. Excluyendo la agroindustria, en Bolivia cerca del 85% de las actividades agrícolas en el sector agropecuario se organizan a nivel familiar. En el caso de comunidades campesinas de la región del Altiplano y los Valles la producción se basa fundamentalmente en el uso de mano de obra familiar y formas de intercambio recíproco de la mano de obra entre familias extendidas y con miembros de la comunidad (Jiménez E, 2009). El empleo asalariado en actividades agrícolas es poco frecuente, lo cual no quiere decir que esta población no participe en relaciones asalariadas y por cuenta propia fuera de la producción familiar agropecuaria. La forma más concreta es a través de la migración temporal en busca de oportunidades de empleo asalariado o por cuenta propia en los pueblos cercanos, ciudades intermedias, ciudades capitales de Bolivia y hasta fuera del país en el Brasil y en la Argentina. El abanico de posibles ocupaciones es amplio, e incluye trabajos en la agroindustria (zafra), en el sector construcción como albañiles, peones, adoberos y ladrilleros, en el sector de servicios como cargadores de ferias/mercados urbanos y vendedores ambulantes de productos tales como limones y condimentos (Jiménez E, 2000). Esta forma de participación en el mercado de trabajo ha sido generalmente subestimada y por sus características de temporalidad no se reporta en las estadísticas nacionales. No ocurre lo mismo en poblaciones intermedias rurales donde se encuentran más oportunidades de empleo asalariado y por cuenta propia. La presencia de instancias del estado como el municipio, ONG‟s y proyectos de la cooperación internacional aumenta la demanda por profesionales y mano de obra asalariada. El funcionamiento del municipio sin duda representa una de las más importantes instancias del estado que demanda mano de obra local tanto profesional como no-calificada. Las actividades por cuenta propia incluyen negocios para la venta de servicios y productos, actividades de transporte y de comercialización desarrolladas por los pobladores locales que en el sector rural se concentran en los centros poblados o pueblos rurales. En resumen, para fines de identificar la estratificación en el mercado de trabajo en Bolivia se considerarán dos aspectos fundamentales: (1) en el sector urbano, se diferenciará entre empleo asalariado3 y empleo independiente4 o por cuenta propia en el sector urbano, y (2) en el sector rural se diferenciará entre oportunidades de empleo en los centros poblados versus comunidades dispersas. Para fines del presente trabajo, se consideraron variables relacionadas con la calidad del empleo tales como la posibilidad de acceder a una pensión de vejez, las condiciones en las que se desarrolla el trabajo y la estabilidad del empleo. Desafortunadamente las encuestas nacionales no recogen información sobre percepciones en relación al empleo. La excepción la constituye la encuesta ECH- 2005 que desarrolló un grupo de preguntas que reflejan percepciones individuales sobre las características del empleo y que pueden utilizarse como proxis del grado de satisfacción de las personas sobre el empleo. 3 Incluye a los empleados u obreros asalariados. Esta categoría incluye a los trabajadores por cuenta propia, los patrones, socios o empleadores que no reciben salarios, los cooperativistas de producción y los trabajadores familiares o aprendices sin remuneración. De entre ellas la más representativa es la categoría de los cuenta propia. Teniendo en cuenta la mayor representatividad de la categoría de los cuentapropistas, en adelante se denominará indistintamente: trabajadores independientes o trabajadores por cuenta propia, como categorías de referencia para el análisis. 4 9 Las siete variables utilizadas para caracterizar la calidad de empleo urbano tanto para asalariados como los trabajadores independientes fueron: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Acceso a pensión de vejez afiliado a AFP Estabilidad del empleo trabaja bajo un contrato Acceso a negociación colectiva Sindicalizado Precariedad del empleo Desea trabajar más horas, pero no puede Seguridad en el empleo instalaciones adecuadas de trabajo Preferencia sobre el trabajo que desempeña Asalariado versus por trabajador independiente Grado de satisfacción con el empleo percepciones personales sobre el empleo El grado de satisfacción con el empleo actual fue determinado a partir de preguntas relacionadas con que tan satisfecho se encuentra con su trabajo actual, tanto para asalariados como para trabajadores independientes5. Desafortunadamente en Bolivia no existe información a nivel nacional sobre las características del empleo rural y por lo tanto resulta difícil poder desarrollar un análisis de la estructuración del empleo rural6. Para fines de este estudio se utilizará la información recolectada en el 2003 por el Proyecto MAPA en Bolivia sobre niveles de vida y empleo rural en centros poblados y comunidades campesinas en el Altiplano, Valles y Yungas del territorio Boliviano7. La información recolectada sin embargo tiene dos limitaciones significativas (1) solo cubre la población rural del altiplano, Valles y Yungas dejando fuera la población rural de los llanos, es decir del oriente Boliviano, y (2) no incluye información sobre calidad del empleo. En este caso, las variables utilizadas para caracterizar calidad del empleo en pueblos y comunidades campesinas fueron: (1) categoría ocupacional, y (2) condición de ocupación8 b. La estratificación en el mercado en función de la calidad del empleo El Gráfico 1 presenta una tipología de la estratificación del mercado de trabajo en base a las diferencias en la calidad del empleo. Para la identificación de los estratos de empleo se ha considerado: (1) en el sector urbano las diferencias entre empleo asalariado y empleo por cuenta propia, y (2) en el sector rural, las diferencias entre empleo en pueblos rurales y empleo comunidades campesinas. 5 Para mayor detalle ver Anexo N°1, Cuadro 5 Las Encuestas de Hogares Mecovi, desarrolladas a nivel nacional incluyen un módulo rural que no desarrolla apropiadamente características del empleo, particularmente del empleo temporal asalariado o por cuenta propia. 7 Market Access for Poverty Alliviation, USAID. 8 Ver Anexo N° 1, Cuadro 6. 6 10 Gráfico 1 Tipología de la estratificación del mercado de trabajo urbano: buenos, regulares y malos empleos Trabajadores asalariados Empleo Bueno Ingreso mes: 2,530 Años educación: 14.6 Sector formal: 98% Empleo Regular Ingreso mes: 1,792 Años educación: 12.6 Sector formal: 91% Empleo Malo Ingreso mes: 829 Años educación: 9.3 Sector formal: 57% Trabajadores independientes Empleo Bueno Ingreso mes: 1,877 Años educación: 8.5 Sector formal: 39% Empleo Regular Ingreso mes: 899 Años educación: 8,3 Sector formal: 25% Empleo Malo Ingreso mes: 804 Años educación: 7.9 Sector formal: 24% Fuente: Elaboración Propia sobre la base de ECH-2005. 11 Gráfico 2 Tipología de la Estratificación del Mercado de Trabajo Rural: Buenos, Regulares y Malos Empleos Trabajadores de Centros Poblados Empleo Bueno Ingreso mes: 1,568 Años educación: 14.9 Sector Agropec.: 1% Empleo Regular Ingreso mes: 856 Años educación: 7.8 Sector Agropec.: 4% Empleo Malo Ingreso mes: 532 Años educación: 4.5 Sector Agropec: 98% Trabajadores de Áreas Dispersas Empleo Bueno Ingreso mes: 811 Años educación: 6.2 Sector Agropec: 5% Empleo Regular Ingreso mes: 800 Años educación: 5.8 Sector Agropec: 7% Empleo Malo Ingreso mes: 659 Años educación: 4.9 Sector Agropec: 66% Fuente: Elaboración Propia sobre la base de USAID-2003. 12 En cada una de estos estratos, se utilizaron las variables de calidad de empleo y se identificaron conglomerados bajo el principio que los empleos dentro del grupo tengan las mismas características de calidad entre si y sean significativamente diferentes entre grupos9. Los resultados demuestran que para cada uno de los estratos de empleo en el sector urbano y rural se pueden identificar claramente tres grupos o conglomerados de empleos con características propias en términos de la calidad del empleo y que corresponden a lo que se puede caracterizar como Buenos Empleos, (Grupo I), Empleos Regulares (Grupo II) y Malos Empleos (Grupo III). La estratificación presentada revela características muy importantes de la desigualdad presente en el mercado de trabajo. En el sector urbano y tanto para empleos asalariado como aquellos por cuenta propia se forman tres grupos de empleos claramente definidos y que pueden caracterizarse como “buenos”, “regulares” y “malos” empleos. Como puede observarse, en el caso de trabajos urbanos asalariados los buenos empleos tienen las características de ser empleos con calidad, es decir ofrecen protección social y estabilidad laboral además de satisfacción personal con el trabajo desempeñado. Así, el 92% de los empleos asalariados tienen un contrato, lo cual refleja su estabilidad laboral, el 90% de trabajadores en este grupo contribuye a una AFP y por lo tanto recibirá una renta de vejez, y el 90% de los trabajadores en estos empleos se encuentran satisfechos con su empleo. Sin duda, estos son los “buenos empleos” asalariados del mercado de trabajo. En el extremo opuesto se encuentran los “malos empleos” asalariados, que tienen los mas bajos niveles de calidad de empleo, es decir no tienen protección social, son casi totalmente inestables y solamente un 38% de los trabajadores en estos empleos manifestó estar satisfecho(a) con su trabajo10. El mismo patrón de calidad se encuentra en los empleos de trabajadores independientes o por cuenta propia donde también se forman tres grupos con diferencias significativas en términos de calidad y donde se pueden también diferenciar los “buenos”, “regulares” y los malos empleos independientes/por cuenta propia. En el caso del empleo en poblaciones rurales se ha diferenciado entre las características del empleo en centros poblados (pueblos) y en poblaciones dispersas (comunidades campesinas). En el caso de los centros poblados, las alternativas de empleo caen también dentro de tres categorías que corresponden a lo que podría llamarse buenos, regulares y malos empleos en pueblos rurales. En el caso de los identificados como buenos empleos, estos corresponden a la categoría de empleado y se encuentran totalmente concentrados en el sector Gobierno y Empresa. Se puede deducir que estos empleos son aquellos provistos por el municipio y/u otras alternativas de presencia local del estado, así como ONG‟s y proyectos locales de desarrollo. En el extremo opuesto se encuentran los “malos empleos” que en este caso representan oportunidades de empleo asalariado como obreros en actividades agrícolas locales11. El mismo patrón se observa en las oportunidades de empleo para trabajadores rurales de comunidades campesinas. Los “malos” empleos disponibles para trabajadores rurales de comunidades campesinas que migran temporalmente en busca de oportunidades asalariadas son empleos en la agricultura y en el sector de construcción12. 9 La metodología de este cálculo puede encontrarse en el Anexo N°1. Para mayores detalles ver Anexo N°1, Cuadro 7 11 Ver Anexo N° 1, Cuadro 8 12 Para mayores detalles Ver Anexo N° 1, Cuadro 8 10 13 La representación del gráfico 1 representa una tipología de lo que podría constituir la estructura del mercado de trabajo en términos de calidad del empleo. A partir de esta estructura se puede concluir que una gran mayoría de los mejores empleos en el sector urbano son los asalariados en el sector público que reúnen muchas de las características de lo que podría considerarse un “empleo de calidad” incluyendo el hecho que una gran mayoría de los trabajadores en estos empleos se encuentra satisfecho con el trabajo que desempeña. En el extremo opuesto, los “malos” empleos son aquellos a los que pueden alcanzar la mano de obra que se emplea temporalmente en actividades asalariadas y generalmente como resultado de la migración temporal. Los obreros que se desempeñan en el sector de la construcción como peones o ladrilleros y los trabajadores agrícolas temporales que participan en la zafra por ejemplo se encuentran entre los trabajadores más vulnerables, concentrados en los empleos de mas baja calidad. ¿Que trabajadores terminan en buenos, regulares y malos empleos y porqué? Hasta que punto la integración al mercado de trabajo refuerza la desigualdad y por lo tanto la vulnerabilidad de los trabajadores? Para responder a estas preguntas se ha identificado el perfil de tres tipos de trabajadores: (1) los asalariados en el sector público, (2) los independientes en el sector informal, y (3) los trabajadores asalariados en el sector agrícola. c. Los “buenos empleos”: ser asalariado y estar en el sector público Los mejores empleos en términos de calidad están en el sector urbano, y entre las mejores alternativas de empleo urbano está la de ser asalariado y empleado en el sector público. Los mejores empleos asalariados reúnen muchas de las características de empleos de calidad. Más de un 90% de las personas en estos empleos desempeñan su trabajo en un ambiente adecuado para el trabajo, tienen un contrato de empleo lo que de alguna manera les brinda estabilidad y contribuyen para recibir una renta de vejez (gráfico 3). Más de dos tercios de estos trabajos se encuentran en el sector público mientras que el restante un tercio se encuentra en el sector privado. Como era de esperarse, cerca de un 98% de estos empleos están en el sector formal. En términos de satisfacción personal, el 90% de personas con estos empleos manifiestan estar satisfechos con su trabajo, y con su ocupación13. 13 La satisfacción personal por el empleo se mide a través de un el proxy, ver metodologia utilizada 14 Gráfico 3 Trabajadores Asalariados: Quiénes Son y Dónde Están? TRABAJADORES ASALARIADOS Ambiente adecuado de trabajo: Afiliado a AFP: Contrato de trabajo: Afiliado a sindicato: Desea trabajar más horas: Satisfacción por ocupación: Preferencia por ocupación: 98% 90% 92% 57% 27% 88% 90% Empleos con Calidad I 95% 64% 95% 11% 28% 19% 25% Empleos con Calidad II Empleos con Calidad III QUIENES SON Y DONDE ESTAN: Años de educación Edad Años de experiencia laboral Género Hombre Mujer Condición de etnicidad Indígena No indígena Sector del empleo Público Privado Mercado de trabajo Formal Informal Ingreso laboral mensual en Bs. Horas de trabajo semanal 73% 2.2% 0.2% 7.3% 36% 16% 38% 14.6 40 19.8 12.6 36 17.1 9.3 32 16.9 57% 43% 61% 39% 77% 23% 47% 53% 39% 61% 45% 55% 63% 37% 28% 72% 4% 96% 98% 2% 2,530 38.8 91% 9% 1,792 48.9 57% 43% 829 51.6 Fuente: Elaboración Propia sobre la base de ECH-2005. En el otro extremo, los caracterizados como “malos empleos asalariados” tienen casi todas las características contrarias en términos de calidad de empleo. Los malos empleos asalariados no se encuentran en el sector público, están más bien concentrados en el sector privado. En términos de formalidad, se puede concluir que los malos empleos asalariados se encuentran tanto en el sector formal como en el sector informal (57% y 43% respectivamente). Una gran mayoría de los trabajadores en estos empleos no tienen un contrato de trabajo y no contribuyen para una renta de 15 vejez. Por lo tanto a la inestabilidad de sus ingresos actuales (reflejada en la falta de un contrato de trabajo) se suma la inestabilidad de sus ingresos futuros. Una característica fundamental de los malos empleos asalariados es su alto grado de precariedad. En general, la precariedad del trabajo se refleja en cuatro características del empleo: inestabilidad laboral, falta de protección social, bajas remuneraciones y falta de control sobre el empleo. Esta última característica refleja la disponibilidad de los trabajadores a pasar jornadas extendidas de trabajo y en general en permanecer en estado de subordinación frente a las decisiones que pueden tomar los empleadores sobre el uso de su tiempo. Un poco más difícil resulta evaluar el grado de control que estos trabajadores tengan sobre su propio desempeño laboral. Una forma de aproximarnos a este nivel de precariedad es analizando la aparente contradicción que existe entre el número de horas que trabajan por semana y el deseo/necesidad que sienten de trabajar más horas todavía. En efecto, en promedio los trabajadores en “malos empleos asalariados” tienen los mas bajos ingresos laborales y trabajan 52 horas semanales, es decir mas horas que las establecidas por ley. Aproximadamente un 36% de estos mismos trabajadores manifestaron poder trabajar todavía mas y no tienen la oportunidad de hacerlo14. Esta aparente contradicción refleja el hecho de que para estos trabajadores la única forma de mejorar los ingresos es intensificando su jornada laboral. Finalmente es importante notar la correspondencia entre calidad de empleo y nivel de vida de los trabajadores, reflejado en sus ingresos y su nivel de educación. Esta correspondencia se observa a lo largo de todos empleos asalariados, por cuenta propia y empleos en poblaciones rurales. Los mejores empleos tanto para asalariados como para cuenta propias tienen los mayores niveles de ingresos y están en el sector formal. En el caso de los asalariados, la calidad del empleo también se refleja en mayores niveles de capital humano (educación). El rol del capital humano no es tan claro en los empleos por cuenta propia. El mismo patrón se observa en el caso de empleos para trabajadores rurales de pueblos o centros poblados donde mayor calidad del empleo está asociada a mayores ingresos y requiere de mayores niveles de capital humano. Una característica importante es que los malos empleos concentran el empleo en actividades agrícolas asalariadas, para trabajadores temporales asalariados tanto de pueblos como de comunidades campesinas. El empleo asalariado para trabajadores de comunidades campesinas tiende a ser el peor remunerado, y los malos empleos son aquellos concentrados en actividades agrícolas asalariadas. Otras alternativas incluyen el sector de construcción, la industria y las actividades por cuenta propia como la venta de productos en ferias y mercados, como ser verá más adelante. d. ¿Hasta que punto conviene ser informal e independiente? Hacia finales de los 90‟s el debate sobre el llamado “sector informal” en el mercado de trabajo toma un nuevo giro. Hasta entonces, el empleo en el sector informal había sido considerado altamente precario y resultado de la poca capacidad del sector formal de generar oportunidades de empleo estables y de tiempo completo. A finales de los 90‟s estudios sobre el sector informal cuestionan esta perspectiva enfatizando la presencia de rigideces institucionales en el sector formal y una alta burocratización en el proceso de formalización de las empresas. En este contexto, se considera que mucho del empleo en el sector informal es una “opción” más efectiva 14 Un promedio del 36% de estos trabajadores manifestó que desearía poder incrementar el número de horas que trabaja por semana. 16 que el empleo en el sector formal, caracterizado por altos costos de transacción y bajos retornos a la creatividad e iniciativa individual (Cunnighan et. al 1998; Maloney, 1999 y 2001). El debate sobre informalidad en el mercado de trabajo en Bolivia tiene resultados mixtos. Por un lado se enfatiza la relación entre informalidad y precariedad, lo que se refleja en la orientación de algunas de las actuales políticas públicas sobre la necesidad de formalizar el sector informal. Por otro lado, recientes estudios reflejan el alto grado de heterogeneidad del llamado sector informal (Morales, et. al 2008). En el caso de Bolivia, mucho del sector informal es sin duda resultado de la falta de oportunidades laborales estables, pero también pequeños y medianos empresarios que encuentran mayores retornos en el sector informal y que por lo tanto no quieren formalizarse. Una gran mayoría de trabajadores en el sector informal son los trabajadores independientes que incluyen los trabajadores por cuenta propia, los patrones o empleadores sin remuneración, los trabajadores familiares sin remuneración y los cooperativistas. Por lo tanto, una forma de analizar las oportunidades del empleo fuera del sector formal es examinando las características del trabajo independiente. El gráfico 4 presenta un resumen de los perfiles de empleo de los trabajadores independientes a lo largo de los tres grupos de empleos identificados, es decir a lo largo de “buenos”, “regulares” y “malos” empleos independientes. Gráfico 4 Trabajadores independientes: quiénes son y dónde están? Trabajadores Independientes Ambiente adecuado de trabajo: Afiliado a AFP: Afiliado a sindicato: Desea trabajar más horas: Satisfacción por ocupación: Preferencia por ocupación: 76% 10% 50% 8% 91% 90% Empleos con Calidad I 19% 4% 4.5% 57% 84% 88% 27% 7.3% 38% 53% 5.6% 12% Empleos con Calidad II Empleos con Calidad III QUIENES SON Y DONDE ESTÁN? Años de educación Edad Género Hombre Mujer Condición de etnicidad Indígena No indígena Mercado de trabajo Formal Informal Ingreso laboral mensual en Bs. Horas de trabajo semanal 8.5 45 8.3 41 7.9 40 57% 43% 45% 55% 54% 46% 61% 39% 57% 43% 69% 31% 39% 61% 1,877 56.9 25% 75% 899 44.3 24% 76% 804 46.4 Fuente: Elaboración Propia sobre la base de ECH- 2005. 17 Para comenzar, más de dos terceras partes del empleo por cuenta propia es empleo informal. Lo que es mas, una gran mayoría de los “malos” empleos por cuenta propia (Calidad III), se encuentran concentrados en el sector informal (76%). En el contexto del debate sobre empleo informal, una importante pregunta es: ¿Hasta que punto entonces el empleo independiente/por cuenta propia y en el sector informal constituye una buena oportunidad laboral? Los resultados derivados de la estratificación en el mercado de trabajo por calidad del empleo reflejan dos importantes observaciones. Primero, que muchos trabajadores son independientes e informales porque quieren y se puede deducir por tanto que es la mejor opción que tienen. Sin embargo, muchos otros son independientes e informales porque no tienen otra alternativa, y en realidad desearían ser trabajadores asalariados y dependientes. Esto se refleja claramente en los índices calculados de satisfacción y preferencia por el empleo. El 90% de los trabajadores en “buenos” empleos independientes manifestaron estar satisfechos con su trabajo y con el hecho de ser trabajadores independientes y no asalariados. Por el contrario, solo 5.6% de los trabajadores en “malos” empleos independientes se encuentra satisfecho(a) con su trabajo y solo 12% prefiere esta ocupación a un empleo asalariado (gráfico 4) Segundo, el trabajo independiente e informal es también una alternativa a la precariedad del empleo formal, sin que esto quiera decir que sea la mejor alternativa y la que represente una solución al empleo formal. La precariedad del empleo se refleja en la inestabilidad laboral, la desprotección social del trabajador, los bajos e insuficientes salarios y la incapacidad de ejercer control sobre el trabajo (Escobar, 2009). Esta última característica se refleja en varios factores incluyendo, largas jornadas de empleo, jornadas extras de trabajo y en fines de semana, falta de espacio para la iniciativa individual y en general presencia de relaciones laborales jerárquicas y poco flexibles. ¿Por qué la valoración del tiempo fuera del trabajo resulta ser tan importante y hasta es priorizada sobre la posibilidad de obtener mayores ingresos? El poder acceder a empleos que se ajusten a una jornada laboral, que además permite disponer de las horas de la noche y el poder disponer del tiempo extra en fines de semana/feriados es de gran relevancia fundamentalmente para las mujeres trabajadoras, con hijos y con la necesidad de poder conciliar su tiempo en el trabajo y con la familia. Esto tiene que ver directamente con las necesidades de “cuidado de la familia” que son generalmente asumidas por las mujeres y que difícilmente pueden ser delegadas a terceras personas. Recientes estudios confirman que en los últimos 15 años, las mujeres en Bolivia se han integrado de manera significativa al mercado de trabajo (Farah, et al 2008). Lo que no ha cambiado, por lo menos de manera significativa, es la división genérica del trabajo en la familia que asigna tareas y roles en base a percepciones sobre “quien” hace “que” que asignan las tareas de reproducción familiar a las mujeres. Para una gran mayoría de mujeres participando activamente en el mercado de trabajo, la forma de conciliar trabajo y familia ha sido a través de delegar las tareas de reproducción del hogar, como la preparación de alimentos y limpiezas del hogar, a terceras personas. La presencia de trabajadoras del hogar en una gran mayoría de hogares en poblaciones urbanas refleja esto. Sin embargo, hay tareas relacionadas al cuidado de la familia difícil de ser delegadas y que en general están a cargo de las mujeres en el hogar. Estas tareas incluyen el cuidado de los niños cuando estos se enferman, la necesidad de acompañarlos en su integración a la vida social (colegio, deportes, amigos, etc), de velar por su salud y en general de asegurase que se integren apropiadamente a la sociedad. Los adultos mayores de la familia necesitan también recibir cuidados adecuados a sus limitaciones y sus necesidades de salud. En Bolivia, el conjunto 18 de tareas “de cuidado” siguen siendo realizadas por mujeres, trabajen o no trabajen fuera del hogar15. En este contexto, los trabajos independientes e informales parecen representar una alternativa de conciliar trabajo y familia que sin duda esta lejos de ser la mejor para las mujeres, muchas de las cuales se quedan atrapadas en empleos precarios e inestables y sin adquirir la experiencia de trabajo que las llevaría a acceder a mejores oportunidades. Los resultados de la estratificación de los empleos independientes por nivel de calidad del empleo reflejan que los trabajadores de empleos agrupados en la segunda categoría, caracterizados como “regulares” (Calidad II) reúnen las características de arriba mencionadas. En términos del perfil de calidad (gráfico 4), los empleos “regulares” por cuenta propia tienen incluso menores niveles de calidad que los considerados “malos empleos” en todas las variables consideradas para la agrupación, excepto las que reflejan la satisfacción personal con el empleo. Los niveles de ingresos percibidos son bajos y muy cercanos a los que se obtienen en los considerados “malos” empleos independientes. Sin embargo, el nivel de satisfacción personal es alto, mucho más alto que el reportado para los malos empleos donde la satisfacción personal es mínima. Así, mas del 80% de los trabajadores independientes en empleos regulares manifestó no solamente estar satisfecho(a) con su empleo pero además preferir este sobre la posibilidad de un empleo asalariado. ¿Cómo se puede explicar esta aparente contradicción? La presencia de trabajadores informales independientes que se encuentran satisfechos con estos empleos pese a que no tienen las características mínimas de calidad y además tienen bajos ingresos, explica que en realidad estos empleos representan alternativas a la imposibilidad de poder conciliar empleo con familia, y la necesidad de optar por precarias formas de trabajo para poder lograrlo. En resumen, las características de los empleos independientes agrupados en términos de calidad del empleo reflejan que en esta categoría “hay de todo.” Es decir están los medianos y pequeños empresarios que evaden la burocracia, no pagan impuestos y prefieren mantenerse en este nivel y seguir siendo “informales.” En el otro extremo se encuentran los “malos” empleos independientes que agrupan empleos precarios y trabajadores vulnerables con limitadas alternativas, que no pueden darse el “lujo” de declararse desempleados y que por tanto sobreviven en precarios empleos, inestables y sobretodo insuficientes para llenar sus necesidades. Entre medio se encuentra un grupo de empleos altamente precarios en términos de calidad pero con trabajadores que en promedio manifiestan estar satisfechos con el trabajo que tienen. Estas oportunidades de empleo precario parecen ser las que ayudan a reconciliar algunas contradicciones del mercado laboral, como la necesidad de participar en actividades asalariadas mientras se siguen desarrollando otras tareas, como la reproducción del hogar y el cuidado de la familia. 15 Considerando los recientes efectos de la migración internacional precisamente de mujeres que generalmente se emplean en servicios de cuidado (cuidando niños, adultos mayores y enfermos), la incidencia de hogares bajo el cuidado del esposo o de algún familiar cercano es seguramente mayor, por tanto no son solamente mujeres las que se encuentran en esta situación. 19 e. Los malos empleos: trabajadores agrícolas asalariados Contrariamente a lo que generalmente se asume, las actividades laborales en el sector rural, mas allá de las relacionadas exclusivamente con la producción agrícola familiar, son significativas y altamente diversas. Para comenzar, se encuentran las actividades asalariadas en instancias locales del sector público, ONG‟s y proyectos de desarrollo local. Las actividades independientes y por cuenta propia son también importantes e incluyen la prestación de servicios de transporte, acopio y comercialización de productos y en general de comercio local. Todas estas actividades generalmente se desarrollan en pueblos rurales, donde hay mayor concentración de la población y mayor acceso a bienes públicos (colegio y/o posta u hospital). En el caso de comunidades dispersas, las oportunidades de empleo asalariado son menos frecuentes. La oportunidades laborales requieren de la migración rural temporal o circular, es decir de los periódicos viajes que hacen los trabajadores rurales en busca de oportunidades de empleo. Estas oportunidades incluyen trabajos de obreros en el sector de construcción (peones, ladrilleros y adoberos), peones en la agricultura y en la agro-industria, cargadores en ferias y mercados de ciudades capitales/centros urbanos y vendedores ambulantes de frutas, verduras y condimentos, entre otros. ¿Cuánto tiempo le dedica un(a) agricultor(a) a actividades asalariadas o por cuenta propia en el mercado de trabajo? El tiempo varia, y depende de la necesidad de diversificación de ingresos que tengan las unidades familiares agrícolas y de sus alternativas. Lo que queda claro es que la necesidad de participar en actividades asalariadas o por cuenta propia son adoptadas por la gran mayoría de la población rural, incluyendo los pequeños productores que por tanto ya no dependen exclusivamente de la producción agropecuaria. Un reciente estudio de la economía campesina en el Altiplano de La Paz identifica que en promedio, 30% de los ingresos familiares dependen del trabajo asalariado o por cuenta propia. Lo interesante es que cuanto mas vulnerable las unidades productivas familiares, mas requieren de complementar sus ingresos agropecuarios con actividades en el mercado de trabajo (Jimenez E, et.al 2009). Los gráficos 5 y 6 presentan un resumen del perfil de empleos y del perfil de los trabajadores tanto para trabajadores de centros poblados como para los de comunidades. En el caso de los centros poblados las oportunidades de empleo de acuerdo a la calidad se agrupan en tres significativamente diferentes grupos. En la primera categoría se encuentran las oportunidades de empleo asalariado de profesionales fundamentalmente en el sector público, asociados a los mayores niveles de ingresos y que sin duda corresponden a los “buenos” empleos disponibles en poblaciones rurales. En el extremo opuesto se encuentran los “malos” empleos, con los menores ingresos y que corresponden fundamentalmente a trabajos asalariados en actividades agrícolas. 20 Gráfico 5 Trabajadores en pueblos rurales: quiénes son y dónde están? Trabajadores de centros poblados Categoría ocupacional: Agricultor Albañil Chofer asalariado Empleado, operario, artesano Comerciante Trabajador no calificado Profesional, directivo de gobierno y empresas Condición de ocupación Obrero u empleado Cuentapropista Patrón empleador, cooperativista QUIENES SON Y DONDE ESTAN: Ingreso laboral en Bs. Nro de días trabajados en el periodo Lugar de trabajo Fuera de la comunidad Dentro la comunidad Sector económico de ocupación Agropecuaria Minería, suministro de agua, gas Construcción Comercio Servicios Sector público Hoteles, restaurantes Transporte, almacenamiento Educación Industria manufacturera 100% 19% 11% 31% 13% 26% 100% 97% 3% 88% 9% 3% Empleos con Calidad I Empleos con Calidad II 98% 2% Empleos con Calidad III 10,873 220 4,628 166 1,891 105 41% 59% 32% 68% 13% 87% 1% 4% 10% 20% 14% 28% 12% 2% 2% 2% 6% 98% 14.9 34 39 29,488 7.8 30 33 15,803 4.5 35 35 10,246 50% 50% 67% 33% 63% 37% 76% 19% 5% 68% 23% 9% 64% 9% 27% 5% 76% 12% 7% 12% 3% 8% 63% 20% 9% 16% 13% 30% 59% 7% 4% 41% 18% 2,530 1% 19% 36% 43% 1% 1% TIPOLOGÍA DEL TRABAJADOR Años de educación Años de edad de las mujeres Años de edad de los varones Ingreso total del hogar en Bs. Género Hombre Mujer Macro región Valles Altiplano Yungas Participación porcentual del ingreso Ingreso agropecuario Ingreso por salarios Ingreso por actividades independientes Otros ingresos Pérdida en valor del 25% de productos agrícolas (Si) Pérdida en valor del 25% de productos pecuarios (Si) Fuente: Elaboración propia sobre la base de ECH-2005 21 En el caso de las oportunidades de empleo para trabajadores de comunidades rurales (gráfico 6), las diferencias entre los tres grupos de empleos no son tan significativas como en el caso anterior. A lo largo de estos tres grupos las empleos son como obreros y cuenta propias (Empleos de Calidad II), las diferencias se encuentran en el sector de empleo, los buenos empleos son como empleados, operarios y artesanos. Los malos empleos son como obreros en tareas agrícolas fuera de la comunidad. Los empleos de calidad intermedia (Calidad III) son un poco más diversificados e incluyen comerciantes y trabajadores por cuenta propia. Se puede concluir entonces que las oportunidades laborales para trabajadores de comunidades rurales son limitadas y constituyen un típico ejemplo de empleos precarios. Tanto en el caso de pueblos como de comunidades rurales, los “malos” empleos incluyen fundamentalmente actividades agrícolas asalariadas, generalmente fuera de la comunidad y como resultado de contratos temporales. Una característica muy importante es que los ingresos derivados de la participación en el mercado de trabajo (constituyen una parte muy importante de los ingresos familiares totales. En el caso de trabajadores de los pueblos, el ingreso por salarios y actividades independientes fuera de las actividades agrícolas familiares se encuentra entre el 59 y el 76% del ingreso total familiar. Los que menos dependen del ingreso agropecuario son los trabajadores en los “mejores” disponibles empleos, para quienes seguramente la fuente mas importante de ingresos son los que provienen de su participación asalariada y por cuenta propia en el mercado de trabajo. Los que mas dependen de la producción agropecuaria son aquellos que se concentran en los “malos” empleos. En el caso de trabajadores de comunidades rurales, no hay diferencias significativas en la importancia de los ingresos por salarios en los ingresos familiares totales a lo largo de los tres grupos de empleos identificados. Para todos, el ingreso por participación en actividades laborales fuera de la unidad de producción familiar llega a un poco mas del 50%16. En resumen, se puede concluir que sin duda los ingresos derivados de la participación en actividades fuera de la agricultura familiar son de importancia significativa para todas las poblaciones rurales en Bolivia. Sin embargo, no todos pueden acceder a relativamente estables fuentes de empleo asalariado. Para trabajadores rurales de comunidades campesinas, las posibilidades se limitan fundamentalmente a trabajos temporales en la agricultura y en la construcción. 16 Este es un promedio mayor al que generalmente se ha encontrado en estudios similares. Debe considerarse que este estudio toma en cuenta solamente las unidades familiares con personas que migran en busca de oportunidades de empleo, y por tanto a lo hogares que no tienen por lo menos un miembro participando de estas actividades. 22 Gráfico 6 Trabajadores en comunidades campesinas: quiénes son y dónde están? Trabajadores de áreas dispersas VARIABLES DE CLUSTER Categoría ocupacional: Agricultor Albañil Chofer asalariado Empleado, operario, artesano Comerciante Trabajador no calificado Profesional, directivo de gobierno y empresas Condición de ocupación Obrero u empleado Cuentapropista Patrón empleador, cooperativista QUIENES SON Y DONDE ESTAN: Ingreso laboral en Bs. Nro de días trabajados en el periodo Lugar de trabajo Fuera de la comunidad Dentro la comunidad Sector económico de ocupación Agropecuaria Minería, suministro de agua, gas Construcción Comercio Servicios Sector público Hoteles, restaurantes Transporte, almacenamiento Educación Industria manufacturera 20% 4% s 67% 14% 2% 100% 80% 18% 2% 66% 9% 1% 14% 3% 53% 40% 7% 98% 1% 1% Empleos con Calidad I Empleos con Calidad II 98% 2% Empleos con Calidad III 3,543 131 3,082 99 2,058 89 64% 36% 69% 31% 48% 52% 5% 20% 11% 20% 16% 11% 1% 16% 7% 2% 11% 30% 33% 7% 5% 3% 1% 1% 66% 0.5% 15% 3% 8% 4% 0.6% 0.5% 1% 1% 6.2 36 33 9,687 5.8 28 32 11,752 4.9 30 32 8,632 75% 25% 62% 38% 75% 25% 56% 42% 2% 73% 24% 3% 69% 19% 12% 27% 59% 7% 7% 46% 23% 22% 57% 16% 5% 41% 15% 34% 55% 7% 4% 56% 20% 2,530 TIPOLOGÍA DEL TRABAJADOR Años de educación Años de edad de las mujeres Años de edad de los varones Ingreso total del hogar en Bs. Género Hombre Mujer Macro región Valles Altiplano Yungas Participación porcentual del ingreso Ingreso agropecuario Ingreso por salarios Ingreso por actividades independientes Otros ingresos Pérdida en valor del 25% de productos agrícolas (Si) Pérdida en valor del 25% de productos pecuarios (Si) Fuente: Elaboración propia sobre la base de ECH-2005 23 Por las características de estos empleos y de los trabajadores, las oportunidades de trabajo asalariado en el sector agropecuario se encuentran entre lo que se puede considerar “malos empleos” no solamente en el sector rural sino también en la estructura del mercado de trabajo del sector urbano de Bolivia. f. Resumiendo: Los factores que determinan el tener un buen empleo El análisis desarrollado nos muestra un mercado de trabajo estratificado que provee diferentes oportunidades a trabajadores de diferentes grupos sociales y donde los grupos con mayores desventajas terminan en los “malos empleos.” Esta estructura se la ve tanto en el sector urbano como en el sector rural. Los mejores empleos están en el sector urbano donde ser asalariado y estar en el sector público es una de las mejores alternativas. Otros “buenos empleos” incluyen trabajar como asalariado en el sector privado, y ser mediano empresario independiente en el sector formal e informal. Una pregunta importante es: ¿Qué factores determinan que una persona termine con un buen empleo versus un empleo malo?. Para identificar los determinantes de la calidad del empleo se estima un modelo micro econométrico de elección discreta múltiple denominado Multinomial Logit (MNL)17, el cual permite realizar test de causalidad simultánea para estudiar los determinantes de las alternativas de los trabajadores para terminar en un buen empleo, regular o malo. En el contexto de la estructura del empleo identificada en este trabajo, el modelo estructural propuesto define las siguientes tres alternativas: (1) empleo bueno, (2) empleo regular y (3) empleo malo. Se estiman dos modelos, uno para trabajadores asalariados y otro para trabajadores independientes. Para identificar las variables que explican las opciones de los trabajadores. La estimación del multinomial logit para los trabajadores asalariados tiene las siguientes variables explicativas: años de educación, edad, sector laboral (público, privado), mercado de trabajo (formal, informal), categoría ocupacional y el sector económico, Para los trabajadores independientes las variables utilizadas son: horas trabajadas a la semana, edad, género, condición de etnicidad (indígena, no indígena), mercado de trabajo (formal, informal), categoría ocupacional y el sector económico. Los cuadros a continuación contienen los estimadores máximos verosímiles de los efectos de los variables retenidas para explicar los determinantes de los tipos de empleo de los trabajadores asalariados y de los trabajadores independientes, en ambos casos la estimación utiliza a la categoría del “empleo regular” (o de Calidad II) como la categoría de referencia para el modelo. Los test de bondad de ajuste de la estimación de los determinantes del tipo de empleo de los asalariados muestra que la probabilidad asociada al estadístico chi-cuadrado es menor que 0.05, lo cual rechaza la hipótesis nula de no significancia del modelo por lo que se puede concluir que el modelo global es estadísticamente significativo. De igual manera el ratio de verosimilitud o pseudo R2 (.345) denota que la capacidad explicativa de los determinantes del tipo de empleo de los asalariados es satisfactoria. 17 Una descripción más detallada se encuentra en el Anexo No2. 24 Cuadro 1 Modelo multinomial logit: determinantes del tipo de empleo de los trabajadores asalariados El Cuadro 1 presenta los estimadores máximo verosímiles de los efectos de las variables retenidas para explicar los determinantes de los tipos de empleo de los trabajadores asalariados. Los resultados fueron obtenidos en relación a la segunda categoría (empleo regular). Como puede observarse, los signos de los parámetros son los esperados, aunque en algunos casos las variables solo resultaron ser significativas para una de las opciones. De los resultados se puede concluir que para los trabajadores asalariados, la probabilidad de tener un “buen” empleo (Calidad I) se incrementa si la persona: (1) tiene mayor educación, (2) tiene más edad18, (3) trabaja en el sector público, (4) es profesional, directivo o está en las fuerzas armadas, o en el sector de la educación. 18 La edad de las personas está directamente relacionada con la experiencia laboral de las mismas. 25 Por otro lado, la probabilidad de tener un “mal” empleo (Calidad III) se incrementa si la persona: (1) tiene menor educación, (2) menos edad, (3) está en sector privado asalariado, (4) es informal, (5) está en el sector de la construcción, manufactura, o transporte. En el caso de los trabajadores independientes (Cuadro 2) los factores que incrementan la probabilidad de tener un “buen” empleo (Calidad I) son: (1) mayor número de horas trabajadas a la semana, (2) edad, (3) ser hombre, (4) ser profesional o directivo, y (5) ser trabajador en servicios y el comercio. Entre los factores que disminuyen la probabilidad de contar con este tipo de empleo están el: (1) ser informal, (2) ser trabajador no calificado y (3) estar en el sector de la construcción. De la misma manera, los factores que incrementan la probabilidad de tener un “mal” empleo independiente o por cuenta propia son: (1) ser indígena, (2) ser trabajador en servicios y el comercio, y (3) estar en el sector de la agricultura y la ganadería, la explotación de minas, y construcción Como en el caso del modelo para trabajadores asalariados, la probabilidad asociada al estadístico chi-cuadrado muestra la significancia estadística del modelo global. El ratio de verosimilitud es de .123 lo cual refleja la moderada capacidad explicativa de los determinantes del tipo de empleo de los trabajadores independientes. Este resultado sugiere que la calidad del empleo de los trabajadores independientes está asociada a otras variables no consideradas en el modelo. Cuadro 2 Modelo multinomial logit: determinantes del tipo de empleo de los trabajadores independientes 26 En general, los resultados son los esperados y confirman lo analizado a lo largo de este trabajo. Lo que no sabemos, y es muy importante para poder entender la dinámica, son los patrones de movilidad ocupacional en el mercado de trabajo. ¿Es el trabajo asalariado agrícola o en el sector de construcción un paso inicial a empleos de mayor calidad? ¿Como llegan los empleados asalariados en el sector público a estas posiciones? ¿Hay una escalera ocupacional implícita en el mercado de trabajo? La forma en que podamos responder estas preguntaras determinara el grado de segmentación laboral que pueda existir en el mercado de trabajo. 4. Mercado de trabajo y políticas de empleo: la teoría Dos son las características más importantes de la estructura del mercado de trabajo identificada a lo largo de este estudio: (1) la presencia de “buenos” y “malos” empleos con características significativamente diferentes en términos de calidad, y (2) la correspondencia entre calidad del empleo y características sociales y económicas de los trabajadores. Ambas características confirman que en Bolivia la estructura del mercado de trabajo refleja la estructura de una sociedad desigual, con grupos sociales vulnerables que tienden a concentrase en empleos de mala calidad y sin muchas oportunidades de subir la escalera ocupacional. En este contexto, una pregunta central es: ¿Que políticas de empleo deberían ser desarrolladas y para quienes? Este capítulo tiene por objetivo el identificar alternativas de políticas de empleo para un mercado de trabajo estructurado con la presencia de “buenos/malos” empleos y en un contexto de desigualdad en el acceso a oportunidades laborales. El mercado de trabajo no es solamente la institución a través de la cual se oferta y demanda mano de obra. El tener un empleo que satisfaga las necesidades económicas y también las aspiraciones y la realización personal, está íntimamente relacionado con el status social de las personas y con las percepciones de “quién es quién” de la sociedad en su conjunto. El mercado de trabajo es la institución a través de la cual se intercambia mano de obra, pero también es el espacio donde se refuerzan las diferencias rurales/urbanas, de clase y de etnicidad y donde eventualmente se puede lograr movilidad social. Las políticas y programas de empleo deben entonces estar dirigidas a la igual provisión de oportunidades de empleo y de movilidad ocupacional para todos los trabajadores, pero también deben estar dirigidas a mejorar las posibilidades de grupos sociales vulnerables que entran al mercado de trabajo con significativas desventajas en relación al resto de la población. Políticas/programas de empleo orientados a mejorar la inclusión laboral de grupos sociales vulnerables son parte de lo que se podría considerar como una política nacional de empleo o de “promoción del empleo” del país en general (Verdera, 2009). Una política nacional de empleo tendría que tener por objetivo el crear las condiciones para la generación sostenible de empleos de calidad para toda la población en su conjunto y tendría que incluir acciones orientadas al desarrollo productivo que asegure la creación de empleos (Jiménez, 2009). Las políticas sugeridas en este capítulo son parte de lo que constituiría una política nacional de empleo y tienen por objetivo reducir la estratificación del mercado y limitar la asociación entre “malos empleos” y trabajadores vulnerables. 27 a. La perspectiva convencional de las políticas de empleo En la perspectiva económica convencional, los problemas del empleo reflejan fundamentalmente un malfuncionamiento del mercado de trabajo. Como resultado, el rol de las políticas de empleo se orienta fundamentalmente a mejorar este funcionamiento. El mercado de trabajo funcionaría mejor si hubiese transparencia en la información sobre oportunidades de empleo, sobre las capacidades de los trabajadores y en general toda información que facilite la articulación de la demanda y oferta de trabajo. Bajo esta perspectiva, la excesiva protección laboral en algunos sectores desincentiva la contratación de mano de obra y por lo tanto en el largo plazo puede tener efectos perversos sobre la generación de empleo. No es que el Estado no necesita garantizar un mínimo de protección social a los trabajadores a través del establecimiento de un salario mínimo vital y beneficios al despido no anunciado y a la maternidad por ejemplo. El principio es que todo este conjunto de beneficios sociales se negocian de mejor manera entre empleadores y trabajadores y bajo el principio del salario de eficiencia. Es decir, la protección y beneficios sociales son parte del salario que paga un empleador para obtener mayor esfuerzo, y por lo tanto mayor productividad en el desempeño de los trabajadores. De aquí se deriva la necesidad de “flexibilizar” el mercado de trabajo, es decir reducir las restricciones que limitan el mejor funcionamiento de la demanda y oferta en el mercado de trabajo. Desde esta perspectiva, las políticas de empleo se deben orientar hacia dos grandes objetivos (1) mejorar el funcionamiento del mercado de trabajo proveyendo oportunidades particularmente a los grupos sociales más vulnerables, y (2) compensar a los trabajadores por una pérdida temporal de los ingresos como resultado del incremento del desempleo. Los programas y/o acciones orientados al primer objetivo se denominan Políticas Activas de empleo, mientras que los que se encuentran en el segundo objetivo se conocen como Políticas Pasivas de empleo. Los objetivos de las políticas activas y los programas asociados a estos objetivos se pueden resumir de la siguiente manera. 1. 2. 3. Desarrollar las capacidades laborales asociadas a los requerimientos de la demanda Programas de empleo juvenil y de reconversión laboral. Reducir las restricciones de la falta de información Programas de intermediación laboral (bolsas de trabajo) y servicios integrales de empleo Promover servicios de entrenamiento y financieros para pequeños y medianos empresarios Programas de apoyo en capacitación y en la provisión de servicios financieros para las MyPES Por su parte, las políticas pasivas de empleo tienen por objetivo compensar a los trabajadores por una pérdida temporal en sus ingresos debido al riesgo del desempleo. El supuesto implícito es que el desempleo es temporal generalmente exacerbado en períodos de crisis. Por lo tanto, el tipo de medidas implementadas no están orientadas a generar empleos duraderos y sostenibles sino mas bien a reducir la vulnerabilidad de estos trabajadores mientras encuentran la forma de reinsertarse al mercado de trabajo19. Esta es una medida de “suavización del consumo” para evitar que el riesgo del desempleo deteriore significativamente su capacidad de consumo. 19 28 b. Críticas y perspectivas alternativas En general, la perspectiva convencional ha sido y es muy criticada desde varios frentes. Muchas de estas críticas tienen que ver con dos factores fundamentales. Primero, el hecho de que se asume que el mercado de trabajo funciona como cualquier mercado, es decir que no hay nada de particular en que en lugar de papas o panes se oferte y se demande mano de obra. Segundo, que no se considera el contexto en el que se desarrolla un mercado de trabajo, es decir las características sociales, políticas y económicas del contexto en el que funciona un mercado de trabajo En realidad, el mercado de trabajo funciona en un contexto social, económico y político, y este contexto tiene significativos impactos en términos de las oportunidades de trabajo, de movilidad laboral y de movilidad social para todos. En un contexto como el Boliviano de alta desigualdad económica y donde las diferencias urbanas/rurales y de condición étnica han caracterizado históricamente la organización de la sociedad, no todos entran al mercado de trabajo con las mismas capacidades y tampoco todos tienen las mismas oportunidades de obtener un empleo y eventualmente lograr subir la escalera ocupacional, es decir lograr alcanzar mejores empleos. Una inmediata implicación de esto es que la desigualdad económica presente en la sociedad Boliviana es que no solamente se recrea en el mercado de trabajo, sino que también se refuerza ahondando las diferencias. En términos de políticas de empleo, el asumir la desigualdad en el acceso a oportunidades laborales implica el ampliar el espectro de políticas del mercado de trabajo convencional, conocidas como políticas activas y pasivas y priorizar la provisión de oportunidades de integración laboral de grupos sociales vulnerables. Es decir, de los trabajadores que entran al mercado de trabajo con capacidades laborales no certificadas, sin capital humano, sin acceso a redes sociales para encontrar un empleo, y sin la información sobre oportunidades de mejorar sus capacidades. 29 5. ¿Qué políticas de empleo y para quienes? Gráfico 7: Los actores, las políticas y los objetivos Fuente: Elaboración Propia. Para reducir la estratificación del mercado de trabajo y ampliar las oportunidades de empleo de grupos sociales vulnerables se plantea tres tipos de políticas: (1) políticas inclusivas de empleo, (2) políticas de redistribución y protección social, y (3) políticas de conciliación laboral con la vida digna.20 El Gráfico 7 presenta un resumen de los actores y los objetivos de estas tres políticas de empleo 20 Para un análisis detallado de la estructura de una politica nacional de empleo y de la forma en que estas políticas podrían formar parte de una política nacional de empleo ver Jiménez (2009). 30 Las Políticas Inclusivas de Empleo tienen por objetivo el crear mayores oportunidades de empleo y mejorar la empleabilidad de grupos sociales prioritarios incluyendo mujeres y jóvenes de bajos ingresos, la población rural y los discapacitados. Estas políticas corresponden a lo que se conoce como políticas activas y pasivas del mercado de trabajo. La proyección de estos programas a mediano y largo plazo va mas allá del ámbito exclusivo de mejorar el funcionamiento del mercado de trabajo y se enfocan en las necesidades y oportunidades de trabajadores de estos grupos. Detrás de la estructura del mercado de trabajo se encuentran procesos de estratificación social que históricamente han configurado y configuran la actual estructura de la sociedad boliviana y que refuerzan las desigualdades urbano/rurales, étnicas de clase y de género en la Bolivia actual. Como se ha podido confirmar a lo largo de este trabajo, el efecto sobre la desigualdad resulta del hecho de que trabajadores de grupos sociales vulnerables que provienen de familias de bajos ingresos, sufren más los efectos del desempleo y se tienden a concentrar en lo que se ha caracterizado como “malos empleos.” En Bolivia, el reducir las grandes desigualdades económicas urbano/rurales, étnicas, de clase y de género tiene que necesariamente ser parte de una política nacional de Empleo. Las Políticas de Redistribución y Protección Social tienen por objetivo el fortalecer la redistribución y garantizar la protección social de toda la población enfatizando las necesidades de los grupos sociales prioritarios. Finalmente, el tercer pilar de políticas de empleo propuesto tiene como objetivo el lograr conciliar la vida laboral con la vida digna. ¿Qué quiere decir esto? La calidad del empleo también depende del grado de satisfacción personal que las personas encuentren en su desempeño laboral. Si el trabajo es una carga, limita las posibilidades de realización individual y fundamentalmente limita el tiempo y dedicación que también se requiere brindar a la familia, entonces este empleo no es de calidad y restringe las posibilidades de una vida digna. La estructura familiar predominante en Bolivia ya no es exclusivamente la típica correspondiente a hogares biparentales donde el padre es el proveedor de las necesidades económicas y la madre se queda en el hogar al cuidado de los hijos y otros dependientes. La heterogeneidad de familias incluye las dirigidas por solamente mujeres, madres que han asumido toda la responsabilidad del hogar y que distribuyen su tiempo entre el cuidado de los hijos y la obtención de ingresos en el mercado de trabajo. Hay otras familias dirigidas solo por hombres cuyas esposas han migrado para trabajar fuera del país; por abuelos que cuidan los niños en ausencia de los padres, o por la hija mayor que cuida a la familia en ausencia de los padres. Lo que es común entre todas estas familias, incluyendo las biparentales (con padre y madre presentes), es la necesidad de conciliar las tareas de cuidado de los hijos, adultos mayores y otros dependientes, con el trabajo que demanda tiempo y compromiso laboral. Dependiendo del nivel de ingresos, algunas familias podrán delegar algunas tareas de la reproducción familiar a “terceras” personas incluyendo a una persona asalariada como la trabajadora del hogar. Esto pueden hacerlo solo las familias con capacidad de poder asumir este costo. Aún en este caso, hay ciertas tareas como las “tareas de cuidado” que son difíciles de delegar y que siguen siendo realizadas generalmente por mujeres, trabajen o no trabajen fuera del hogar21. 21 Incluyendo el asegurar que los niños cumplan sus deberes escolares, atenderlos cuando están enfermos y en general asegurarse de que se integren a la vida social. 31 Las familias más vulnerables y específicamente las mujeres que no cuentan con las posibilidades de delegar viven permanentemente tratando de reconciliar ambos mundos, sacrificando el bienestar futuro de su familia a costa de la necesidad de cubrir las necesidades materiales presentes. Esto explica el porqué el empleo informal por cuenta propia con bajos ingresos y sin protección social sea la única alternativa para muchas mujeres que solo en este tipo de trabajos pueden llegar a conciliar sus responsabilidades familiares con su vida laboral. El “conciliar” la vida laboral con la vida digna resulta de un cambio de la sociedad en su conjunto, que empieza en las relaciones de género dentro de la familia, pasa por el lugar de trabajo y las relaciones laborales establecidas en este, y llega también al Estado, como instancia que facilita y propicia el surgimiento de relaciones laborales que mejoren la calidad de vida de la sociedad en su conjunto y nos acerquen mas al “vivir bien.” ¿Que programas y acciones se deben plantear para reducir la estratificación laboral en el mercado de trabajo? A continuación se presenta una aproximación a lo que constituiría el desarrollo e implementación de las tres políticas de empleo identificadas en la sección anterior a. Las políticas inclusivas de empleo Gráfico 8 Crear mayores oportunidades de empleo y mejorar la empleabilidad de grupos vulnerables Fuente: Elaboración propia Las políticas inclusivas de empleo tienen por objetivo el mejorar las oportunidades de empleo y de empleabilidad particularmente de grupos sociales que entran al mercado de trabajo en marcada desventaja en relación al resto de los trabajadores. Las estrategias propuestas para lograr este objetivo incluyen el conjunto de políticas activas de empleo que de alguna manera ya se vienen 32 ejecutando pero con la característica de que estas políticas se orientan mas allá de la esfera exclusiva del mercado de trabajo y enfrentan el tema de la desigualdad. El Cuadro 3 presenta un resumen de las actuales políticas activas de empleo en Bolivia. A partir de mediados del 2008 los programas que comprenden las políticas activas de empleo en Bolivia estan siendo provistos a través de las Unidades Promotoras del Empleo, que funcionan bajo la dirección del Ministerio de Trabajo y en las oficinas departamentales de este ministerio. Una de las más importantes estrategias para lograr mejorar las oportunidades de empleo y empleabilidad es el fortalecimiento, expansión y desecentralización de estas unidades (Gráfico 8) articulando la oferta con las iniciativas de otros agentes sociales locales y asegurando que las demandas locales/regionales sean adecuadamente atendidas. Cuadro 3 Las políticas activas de empleo en Bolivia Fuente: Elaboración propia en base a información de la Dirección de Empleo y de la Fundación Autapo Entre los más importantes programas ofertados se encuentran la intermediación laboral, los programas de capacitación e integración laboral juvenil y la certificación de competencias. Los resultados del programa de intermediación en Bolivia son todavía limitados y poco significativos. Sin embargo una evaluación del tipo de trabajadores que usa este servicio demuestra que una efectiva intermediación laboral acompañada de otros servicios como capacitación y certificación laboral tienen impactos positivos particularmente en sectores pobres y vulnerables de la población (Jimenez E, 2009). 33 En general, las redes sociales y conexiones estratégicas son las que facilitan el poder encontrar un empleo. Mas allá de títulos y certificados laborales, los empleadores se basan en referencias personales e información transmitida a través de redes sociales para encontrar no solamente a los trabajadores que se adecuen a sus requerimientos laborales pero también aquellos de “confianza,” los que desempeñen el trabajo de la mejor manera, estén a tiempo y en general cumplan con su compromiso laboral. La necesidad de confianza es recíproca. Desde la perspectiva de un trabajador es importante garantizar que el futuro empleador también cumpla con el compromiso laboral adquirido. Es decir, haga los pagos requeridos y de acuerdo con el contrato. En un contexto de falta de confianza recíproca, los compromisos y las transacciones son más difíciles y más costosos para ambas partes. Las redes y conexiones funcionan para aquellos que cuenten con ellas. No es casualidad que en Bolivia el clientelismo político y familiar es y haya estado relacionado a la movilidad social. Sin embargo, una gran mayoría de trabajadores no cuentan con redes particularmente con aquellas que puedan facilitarles oportunidades de empleo. Para estos trabajadores, los programas de intermediación laboral son muy importantes, más aún si además de brindar servicios de información sobre posibles oportunidades de empleo les ofrecen también información sobre oportunidades para mejorar sus capacidades laborales y otros servicios relacionados a la búsqueda de un empleo. Por el lado de los empleadores, servicios de intermediación de este tipo facilitan también la búsqueda de trabajadores, mas aún si este servicio puede de alguna manera certificar las capacidades de trabajo de la mano de obra y proveer la confianza necesaria para desarrollar una relación laboral. Finalmente, es importante notar que la falta de coordinación entre demanda y oferta laboral refleja un conjunto de factores, incluyendo la devaluación social de ocupaciones manuales y los patrones que rigen la movilidad social. En este contexto, la inversión en capital humano no es solamente un medio para generar ingresos, es también una forma de lograr movilidad social lo cual puede explicar en parte la popularidad de obtener un título en ciertas carreras profesionales, aun cuando esto no implique necesariamente el “vivir” de esta profesión. Otro programa que puede contribuir significativamente a la creación de mayores oportunidades de empleo y empleabilidad de grupos sociales en desventaja es el programa de certificación de competencias. La certificación laboral no solamente transparenta la información, sino también sube la auto-estima personal y fortalece la capacidad de negociación del trabajador en el mercado de trabajo. Trabajos “socialmente devaluados” con bajos niveles de status social son revalorizados a través de un proceso que diferencia y reconoce las capacidades laborales. Desde esta perspectiva, la certificación laboral es parte fundamental de un proceso de “dignificación” del empleo, es decir de valorización de aquellas ocupaciones y aquellos trabajadores con capacidades subestimadas y estigmatizadas. Entre estas ocupaciones se encuentran la del trabajo doméstico, el trabajo asalariado agrícola, y en general el trabajo manual sin certificación formal. En esta categoría se encontrarían también ocupaciones que generalmente no son ni consideradas productivas y que tienen que ver con los conocimientos locales/ancestrales que caracterizan particularmente a las sociedades y comunidades Andinas. El conocimiento sobre los fenómenos naturales, la predicción del clima y las formas locales de combatir una helada o una granizada son parte del conocimiento local, transmitido a través de generaciones y cuya revalorización puede facilitar su uso no solo localmente sino en comunidades y poblaciones que no lo tengan o que ya lo hayan perdido. 34 b. Las políticas de redistribución y protección social Gráfico 9 Fortalecer la redistribución y la protección social Fuente: Elaboración propia El fortalecimiento del alcance y la eficacia de las políticas de redistribución pasa por asegurar su eficacia e impacto. Esto quiere decir que se debería evaluar la focalización (a los grupos más vulnerables) y la posibilidad de ampliar el monto de los bonos con el objetivo de que el impacto sea significativo para quienes mas lo necesiten. El Ministerio de Trabajo, bajo el esquema del programa Vale Empleo, se encuentra estudiando las posibilidades de articular el pago de bonos a la compra de productos nacionales incentivando de esta manera la producción nacional con el consecuente impacto sobre el empleo. 35 c. Las políticas de conciliación laboral Gráfico 10 Democratizar el cuidado de la familia con corresponsabilidad social22 OBJETIVOS Democratizar el cuidado de la familia con corresponsabilidad social ESTRATEGIAS I Promoción del Empleo sin Discriminación II Universalización del Acceso a la Educación Pública Pre-escolar de Calidad III Cambios Legislativos sobre la Jornada Laboral y los Derechos Laborales IV Socialización y difusión de Buenas Prácticas de conciliación con corresponsabilidad social La estructura familiar predominante en Bolivia ya no es exclusivamente la típica correspondiente a hogares biparentales donde el padre es el proveedor de las necesidades económicas y la madre se queda en el hogar al cuidado de los hijos y otros dependientes. La heterogeneidad de familias incluye las dirigidas por solamente mujeres, madres que han asumido toda la responsabilidad del hogar y que distribuyen su tiempo entre el cuidado de los hijos y la obtención de ingresos en el mercado de trabajo. Hay otras familias dirigidas solo por hombres cuyas esposas han migrado para trabajar fuera del país; por abuelos que cuidan los niños en ausencia de los padres, o por la hija mayor que cuida a la familia en ausencia de los padres. Lo que es común entre todas estas familias, incluyendo las biparentales (con padre y madre presentes), es la necesidad de conciliar las tareas de cuidado de los hijos, adultos mayores y otros dependientes, con el trabajo que demanda tiempo y compromiso laboral. Dependiendo del nivel de ingresos, algunas familias podrán delegar algunas tareas de la reproducción familiar a “terceras” personas incluyendo a una persona asalariada como la trabajadora del hogar. Esto pueden hacerlo solo las familias con capacidad de poder asumir este costo. Aún en este caso, hay ciertas tareas como las “tareas de cuidado” que son difíciles de delegar y que siguen siendo realizadas generalmente por mujeres, trabajen o no trabajen fuera del hogar23. Las familias más vulnerables y específicamente las mujeres que no cuentan con las posibilidades de delegar viven permanentemente tratando de reconciliar ambos mundos, sacrificando el bienestar futuro de su familia a costa de la necesidad de cubrir las necesidades materiales presentes. Desde esta perspectiva el “conciliar” la vida laboral con la vida digna resulta de un cambio de la sociedad en su conjunto, que empieza en las relaciones de género dentro de la familia, pasa por el 22 Las estrategias fueron consideradas del informe de Wanderley (2009). Incluyendo el asegurar que los niños cumplan sus deberes escolares, atenderlos cuando están enfermos y en general asegurarse de que se integren a la vida social. 23 36 lugar de trabajo y las relaciones laborales establecidas en este, y llega también al Estado, como instancia que facilita y propicia el surgimiento de relaciones laborales que mejoren la calidad de vida de la sociedad en su conjunto y nos acerquen mas al “vivir bien.” En el largo plazo esta conciliación tiene que ver con la construcción de una sociedad para “vivir bien,” y donde el desempeño laboral sea no solamente una necesidad pero también parte de la realización individual de todas las personas. 6. Conclusión Este estudio logra demostrar la presencia de estratificación en el mercado de trabajo de Bolivia y la asociación entre lo que se pueden considerar “malos empleos” y trabajadores que pertenecen a grupos sociales vulnerables. El peor empleo en Bolivia, en términos de calidad, es el trabajo agrícola asalariado que en realidad representa una de las pocas alternativas para la diversificación de ingresos de poblaciones rurales del altiplano y valles interandinos Por el contrario, entre los mejores empleos se encuentra el trabajo asalariado en el sector público y el trabajo asalariado y por cuenta propia en el sector privado. De acuerdo a los resultados encontrados, el sector informal es altamente heterogéneo. Allí se encuentran los que “quieren estar” y que encuentran en la informalidad mayores retornos, y los que están simplemente porque no encuentran mejores alternativas. Hay un tercer grupo intermedio que adopta la informalidad y la precariedad del empleo debido a que solo así puede conciliar su vida familiar con las obligaciones económicas y la necesidad de tener una fuente de ingresos. Como podría esperarse, una gran mayoría de mujeres se encuentran en esta categoría. ¿Que políticas de empleo se requieren para reducir la estratificación del mercado de trabajo y proveer mejores oportunidades de empleo a grupos sociales en desventaja? Este estudio confirma que las políticas de empleo deben pensarse más allá de la esfera exclusiva del mercado de trabajo, y que deben incluir programas específicos que se orienten a reducir las inequidades sociales y económicas presentes en la sociedad Boliviana. Políticas de redistribución y de protección social tienen necesariamente que ser parte de una política nacional inclusiva de empleo. El estudio demuestra también la importancia del proceso de dignificación del trabajo que incluye la revalorización del empleo y de ocupaciones hasta ahora socialmente devaluadas y estigmatizadas como el trabajo agrícola y el trabajo de reproducción familiar. 37 7. Bibliografía BID, (2004). Good Jobs Wanted: Labor Markets in Latin America. Economic and Social Progress Report. Washington, D.C. USA. Burdett, K. and Cunningham, E.J., (1998). „Toward a Theory of Vacancies‟, Journal of Labor Economics, 16, 445-478.Cunnighan, 1998; Doeringer P.B. and M.J.Piore, (1971) Internal Labor Markets and Manpower Analysis, 2d.ed. London: M.E. Sharpe Inc. Doeringer P.B. and M.J. Piore (1975), Unemployment and the “dual labor market”,The public Interest. Escobar de Pabón Silvia, (2009). Situación del Empleo en Tiempos de Cambio. CEDLA Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario. La Paz, Bolivia. Escobar de Pabón Silvia y G. Guaygua, (2008). Estrategias Familiares de Trabajo y Reducción de la Pobreza en Bolivia Colección CLACSO-CROP. CLACSO. Buenos Aires, Argentina. Farah H. Ivonne y C. Sanchez (2008) Bolivia: Perfil de Género. Viceministerio de Género y Asuntos Generacionales? CIDES-UMSA. La Paz, Bolivia. 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Derivación del Análisis Cluster El objetivo del análisis de clusters es identificar grupos homogéneos, por lo tanto se debe considerar los siguientes aspectos: 1) Qué variables serán empleadas como base para agrupar?, 2) Cómo se medirán las distancias entre las variables observadas? y 3) Qué criterio se empleará para conformar los grupos? El Análisis Cluster clasifica una muestra de entidades (individuos o variables) en un número pequeño de grupos de manera que las observaciones pertenecientes a un grupo sean muy similares entre sí y muy disimilares del resto. Básicamente, el razonamiento se basa en la idea de que existen grupos homogéneos con relación a un conjunto determinado de variables y heterogéneos entre sí con relación a este mismo conjunto de variables. Con relación al primer punto se parte del conjunto de indicadores objetivos y subjetivos de calidad del empleo encontrados en la literatura. Luego, las variables empleadas para caracterizar la calidad del empleo urbano tienen relación con el acceso a la pensión de vejez, estabilidad del empleo, acceso a negociación colectiva, precariedad, seguridad del empleo, preferencia sobre el trabajo que desempeña y el grado de satisfacción con el empleo. Estas son: 40 Cuadro 4 Variables retenidas para la agrupación del tipo de empleo: Área Urbana La fuente de información empleada para caracterizar la calidad del empleo rural no dispone de las variables mencionadas anteriormente para poder clasificar los empleos entre buenos o malos. Por ello se aproxima la misma con la categoría ocupacional y la condición de ocupación de los trabajadores rurales que desarrollaron actividades pagadas fuera de sus hogares. 41 Cuadro 5 Variables retenidas para la agrupación del tipo de empleo: Área Rural Variable Pregunta disponible en la Encuesta MAPA 2003 Agricultor (1=Si, 0=No) Albañil (1=Si, 0=No) Chofer asalariado (1=Si, 0=No) Empleado/operario/artesano Desde junio del año pasado . Qué asalariado actividades pagadas realizó fuera del (1=Si, 0=No) hogar o de la propiedad agrícola? Comerciante (1=Si, 0=No) Trabajador no calificado (1=Si, 0=No) Categorias 1. Agricultor 2. Albañil 3. Chofer asalariado 4. Empleado/operario/artesano asalariado 5. Comerciante 6. Trabajador no calificado 7. Director ejecutivo/profesional/FFAA Director ejecutivo/profesional/FFAA (1=Si, 0=No) Obrero u empleado (1=Si, 0=No) Cuentapropista (1=Si, 0=No) Patrón empleador/cooperativista (1=Si, 0=No) En esta ocupación trabajo como: 1. Obrero u empleado 2. Cuentapropista 3. Patrón empleador/cooperativista Fuente: Elaboración Propia en base a MAPA 2003. El segundo punto permite la agrupación de entidades similares, esta es una medida de correspondencia o semejanza entre los objetos que van a ser agrupados, la estrategia más común consiste en medir la equivalencia en términos de la distancia entre las entidades, así los objetos con distancias reducidas entre ellos son más parecidos entre sí, que aquellos que tienen distancias mayores y se agruparán, por tanto, dentro del mismo grupo. Para este efecto, se emplean medidas de distancia entre las variables para evaluar las diferencias y similitudes entre las mismas. Teniendo en cuenta que las variables a utilizar para la agrupación del empleo son dicotómicas, este trabajo emplea la medida de similaridad MATCHING para variables binarias, el cual no es más que el ratio del número de aciertos sobre el número total de respuestas. Finalmente, una vez que se tiene seleccionadas las variables y la matriz de similaridades, se realiza el proceso de conformación de grupos, para ello se emplea el algoritmo de agrupación de K Medias24, más específicamente el método de División para la Optimización donde los objetos pueden reasignarse posteriormente a otros grupos, a fin de optimizar un criterio general, como la distancia promedio dentro de los grupos para un número determinado de conglomerados. En base a esta metodología se conformaron tres grupos, en poblaciones urbanas y poblaciones rurales. A continuación se presenta la participación porcentual de cada una de las variables empleadas en la agrupación según el grupo de calidad de empleo. 24 Método de conglomerado no jerárquico 42 Cuadro 6 Participación porcentual de las variables retenidas para la agrupación en poblaciones urbanas Fuente: Elaboración Propia en base a la ECH 20 Cuadro 7 Participación porcentual de las variables retenidas para la agrupación en poblaciones rurales Variables Trabajador asalariados rurales de centros poblados Calidad I Calidad II Calidad III Categoria ocupacional Agricultor Albañil Chofer asalariado Empleado/operario/artesano asalariado Comerciante Trabajador no calificado Profesional/Ejecutivo de gobierno y empresas 100 Condición de ocupación Obrero u empleado Cuentapropista Patrón empleador/cooperativista 97.2 2.8 Trabajador asalariados rurales de áreas dispersas Calidad I Calidad II Calidad III 100 18.7 11.1 31.0 13.1 26.1 88.2 9.4 2.4 Fuente: Elaboración Propia en base a MAPA 2003. 43 20.2 3.7 66.7 13.8 2.6 65.6 9.2 1.2 13.7 3.1 52.8 39.9 7.4 98.7 0.7 0.5 100 97.8 2.2 79.9 18.4 1.7 ANEXO No 2. METODOLOGÍA DEL MODELO MULTINOMIAL PROBIT El modelo Multinomial Logit (MNL) es un modelo de elección discreta múltiple apropiado para estimar elecciones de individuos entre múltiples alternativas. Los modelos de elección discreta tienen su fundamento en la teoría económica de la maximización de las utilidades. En el contexto del modelo MNL se asume un conjunto de p alternativas u opciones y n individuos que tiene que decidirse por una de las alternativas, más concretamente la que le brinda máxima utilidad. Así, el individuo i asigna una determinada utilidad a cada alternativa j de la siguiente manera: U ij j ' X i ij i 1,..., n y j 1, 2,3 Donde X i es un vector de las características de los individuos y ij es el vector aleatorio de errores. Las hipótesis sobre este último término son cruciales para el proceso de estimación. Así, el MNL asume que los errores son independientes e idénticamente distribuidos con distribución valor extremo (denominado también distribución log – Weibull), F ( ij ) exp(e ij ) Luego, la probabilidad de elegir la alternativa j está dada por: P(dij j ) e 2 Xi j e Xi j j 1 El modelo estructural propuesto en este documento es estimado para los trabajadores asalariados e independientes del área urbano y define tres alternativas, estas son: 1) empleo con calidad I, 2) empleo con calidad II y 3) empleo con calidad III; y retiene las variables de los años de educación, la edad, el sector laboral, el mercado de trabajo y la categoría ocupacional para los trabajadores asalariados urbanos; y las horas trabajadas a la semana, la edad, el género, la condición de etnicidad, el mercado de trabajo y la rama de actividad para los trabajadores independientes o cuentapropistas urbanos. Los resultados de estas estimaciones del modelo multinomial logit son las siguientes: 44 Cuadro 8 Modelo Multinomial Logit: Determinantes del tipo de empleo de los trabajadores asalariados Grupo Base: Trabajo con Calidad II Significancia estadística al nivel de 0.05 Fuente: Elaboración propia en base a ECH 2005. Cuadro 9 Modelo Multinomial Logit: Determinantes del tipo de empleo de los trabajadores independientes Grupo Base: Trabajo con Calidad II Significancia estadística al nivel de 0.05 Fuente: Elaboración propia en base a ECH 2005. 45