y su mejor aliado, EL CARBON.

... y su mejor aliado, EL CARBON.
Crédito de la imagen: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b6/Coal.jpg
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HISTORIA DEL CARBON
Todo es hermoso y constante,
todo es música y razón,
y todo, como el diamante,
antes que luz es carbón.
José Martí.
El carbón no sólo es inspiración de poetas, es, desde hace milenios, el gran aliado
de la humanidad. Su energía yace bajo nuestros pies desde hace millones de años,
concretamente desde el llamado periodo carbonífero, una época que los científicos
sitúan aproximadamente a 300 millones de años en el pasado.
Pero ¿qué es el carbón?.
Su nombre nos recuerda al elemento carbono, su principal
componente, de hecho el 22% del carbono existente en el
planeta se encuentra en el carbón. El mayor o menor
contenido de carbono y de humedad determinan sus
propiedades principales.
El carbón se formó por la acumulación de grandes
cantidades de plantas muertas provenientes de
extensos bosques vegetales que poblaban la tierra
hace unos 300 millones de años. Estas plantas
yacían inertes en los pantanos en que vivían
mientras se descomponían muy lentamente debido
al poco oxígeno presente en el barro y poco a
poco quedaban sepultadas por otros sedimentos.
Posteriormente, y durante millones de años más,
la lenta descomposición y las fuerzas titánicas de
la naturaleza harían el resto y convertirían estos
fósiles en lo que hoy conocemos como carbón.
El carbón se encuentra en casi todas las regiones del mundo, es el combustible fósil
más abundante del planeta. Se le encuentra en estratos o “mantos” de los cuales se
calcula que cada metro corresponde a aproximadamente 10 metros de fósiles
vegetales acumulados. A diferencia del petróleo, existen reservas actualmente
explotadas para más de 200 años y, en la medida que se mejore la tecnología de
extracción, reservas aún sin explotar para más de 1000 años.
Hace 2000 años los chinos ya usaban el carbón como combustible, de hecho
actualmente China es el mayor productor y a la vez consumidor de carbón del
mundo. La leyenda dice que un cocinero chino mezcló por accidente carbón con
otros productos de cocina que contenían ácido sulfúrico y nitro e inventó
casualmente los fuegos artificiales.
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Al ser ya conocidas las propiedades del carbón en tiempos tan remotos, resulta
curioso que recién mil años después se le diera mayor importancia a su uso como
combustible. En el siglo XI el poder calorífico del carbón fue “redescubierto” por los
ingleses, quienes dieron auge a su explotación. Ya en el siglo XVII se utilizaba un
gas luminoso proveniente de la destilación del carbón.
Con el descubrimiento de mayores
yacimientos, el uso del carbón se
incrementó y se fue desarrollando una
mejor tecnología para su explotación. Sin
duda uno de los factores que favorecieron
la Revolución Industrial del siglo XIX fue el
mejor aprovechamiento del carbón para
suministrar energía y fuerza motriz en
forma de calor.
Al inventarse la máquina de vapor uno de los primeros grandes usos del carbón fue
en las locomotoras. La necesidad de transportar mercancías y pasajeros con rapidez
a través de grandes distancias motivó el genio de los inventores quienes no tardaron
en unir la fuerza del vapor y la utilidad de la rueda.
La evolución del ferrocarril desde las primeras locomotoras a vapor hasta los
actuales trenes bala sin duda debe agradecer su primer gran impulso al poder
calorífico de nuestro eterno aliado, el carbón.
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La navegación también se vio beneficiada con el uso del carbón. La máquina de
vapor comenzó a mover las ruedas de paletas y las hélices de los grandes barcos.
Sin embargo la tecnología naviera tuvo que evolucionar mucho para superar el
problema del alto consumo de carbón ya que gran parte de las bodegas de los
barcos se ocupaban con el combustible y no se podían realizar viajes largos sin
hacer escalas para reabastecimiento de carbón.
La Revolución Industrial consolidó al carbón como la principal fuente de energía pero
su reinado duró hasta mediados del siglo XX. Durante la II Guerra Mundial comienza
un paulatino desplazamiento del carbón por otros combustibles fósiles,
principalmente petróleo y gas natural. A finales de los 60, ya el petróleo era la
principal fuente de energía del mundo.
Pero existe un problema, el petróleo se está acabando.
Actualmente ya nadie discute sobre sí el petróleo se
acabará o no sino sobre cuándo sucederá. La crisis
energética de los 70 puso en evidencia que el petróleo
es un recurso limitado y privilegio de pocos países, por
ello hay un interés mundial en la búsqueda de nuevas
fuentes de energía. Nuevamente aparece en escena
nuestro más antiguo aliado energético, el carbón.
El carbón gracias a sus grandes reservas y a su amplia distribución geográfica se
convierte en la alternativa energética más viable y económica.
En el Perú, los yacimientos más
importantes de carbón se localizan en
una “cuenca” que se extiende desde el
norte del departamento de Lima hasta el
sur del departamento de Cajamarca. El
carbón afloró en la franja interandina y los
valles de la cordillera occidental, lugares
en los que la erosión fue removiendo las
cubiertas volcánicas acumuladas durante
millones de años. La antracita, el tipo de
carbón más preciado por su alto
contenido de carbono y mayor poder
calorífico, se encuentra mayormente en la
zona occidental y se aprovecha como
combustible en ladrilleras y otras
industrias.
En un contexto en que la población mundial crece y la demanda de energía se
incrementa dramáticamente lo más natural es recurrir a la fuente de energía más
abundante del planeta.
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