CANTARES, RIMAS O COPLILLAS. Hace ya bastantes años al terminar de rondar en las fiestas patronales, propuse a los más mayores del pueblo que me hicieran una recopilación de todos los cantares y coplillas que recordaran. Pasado un tiempo Patricio Torija y su mujer Paca, me entregaron las doce primeras páginas que se pueden ver a continuación y en las que me limito ha escanearlas tal y como me las dieron. Con posterioridad, Luis Criado y Margarita su mujer me dieron las veintiuna página siguientes, que también escaneo tal y como me las dan. Todos estos cantares se usaban por las gentes del pueblo mientras hacían las faenas del campo y especialmente por los pastores que se encontraban en ciertos ratos más ociosos. Era típico que los pastores (especialmente mozuelos y jóvenes), se juntaran en grupo para pasar el rato cuando sus rebaños estaban próximos, pastando plácidamente. Estos mismos cantares servían para rondar a las mozas, o en La Ronda que se hacia el segundo día de fiesta del Patrón. En la Ronda era costumbre que los mozos recorrieran todas las casas del pueblo cantando y pidiendo al son de las guitaras y laudes contratadas para la ocasión, a las que se unía algún aficionado que tocaba de oído. Al son de los instrumentos, los mozos iban poniendo voz, uno tras otro, con el cantar que les venia a la mente. Entre cántico y cántico abundaban las copas de aguardiente, coñac o vino, mezcladas con galletas, magdalenas, bollos (mantecados), y torta de San Antonio (Bollo-Torta hecho sólo para estos días), que cada ama de casa había preparado en el horno comunitario para las Fiestas Patronales y que con gran gentileza ofrecían a la gente joven, que sin duda recordarían como el día del año que más y mejor habían comido y bebido. Estas rimas se empleaban como cantares, en las ocasiones expuestas anteriormente, por aquellos que tenían más cualidades o eran más atrevidos. También era usual, contarlos a modo de refranero ó chiste cuando se estaba en grupo. Cada cual contaba el que le venia a la mente, se había inventado o aprendido recientemente. El soniquete de La Jota Aragonesa era dominante en los bailes de las fiestas patronales, bodas o cualquier acontecimiento musical, al son de guitarras, laudes y bandurrias. Es fácil observar que todos estos cantares tienen una gran influencia maña y son repetidos por los pueblos de la comarca, con adaptaciones puntuales a cada pueblo o a la intencionalidad del mozo que quería resaltar en ese momento algo de alguna chica. Si tenemos en cuenta que la primera radio que existió en el pueblo fue a partir de los años cincuenta, y que estos cantares ya los practicaban nuestros abuelos en el siglo XIX, se puede comprobar que estas rimas se inventaban, se adaptaban o se transmitían de tú a tú entre las gentes de cada pueblo y las gentes de pueblos vecinos.