ESTAFA / Valoración de la conducta del sujeto pasivo. Recientemente, aquella Corporación estimó que no pueden establecerse reglas tan rígidas cuando se juzgan hechos basados en las relaciones sociales, sino que se deben tener en cuenta las circunstancias concretas de cada caso para determinar si la actitud reticente de una de las partes que oculta una información tiene o no idoneidad para inducir en error, para lo cual es preciso tener en consideración el nivel intelectual del sujeto pasivo de la conducta, su pericia en asuntos de la naturaleza de la cual se trata, sus experiencias, el medio social en donde se desenvuelve 1 y las herramientas jurídicas brindadas por el Estado para su protección. A partir de la sentencia de 20 de mayo de 20032, la Corte Suprema ha establecido que para que la conducta del sujeto pasivo excluya o modifique la atribución del tipo a quien coopera o contribuye de manera significativa en su realización, es necesario que aquél conozca (o tenga la capacidad de conocer) el peligro que afronta con su acción y tenga bajo su control el poder de asumir el riesgo que se concreta en el resultado, siempre y cuando al actor no le sea exigible la obligación jurídica de evitarlo, es decir, que no se encuentre en posición de garante respecto de la persona que de manera consciente y voluntaria se ha puesto en peligro. Explica que la valoración de las primeras dos situaciones deberá efectuarla el juez ex ante o, lo que es lo mismo, teniendo que retrotraerse al momento de la realización de la acción y examinando si conforme a las condiciones de un observador inteligente situado en la posición de la víctima (a las que habrá de sumárseles las calidades y conocimientos especiales de ella), el comportamiento sería o no adecuado para excluir a favor del agente la atribución del resultado típico. (…) En cuanto a la posición de garante, aquella Corporación en la sentencia de 4 de febrero de 20093, que resulta irrelevante analizar “si el procesado era garante respecto de la persona que incurrió en error al suscribir un contrato con una persona jurídica inexistente”, pues esta última jamás tuvo el poder de asumir bajo su control el riesgo que se realizó en el resultado, ni tampoco tuvo el conocimiento del mismo: “En otras palabras, no es posible entrar a analizar el comportamiento negligente o no de la persona que incurrió en el error cuando se tiene que, debido a la conducta artificiosa desplegada por el procesado, el primero jamás pudo actuar libre y responsablemente en un sentido jurídico, sin haber tenido la oportunidad de conocer la situación generadora del riesgo (como sí habría podido conocerla ante el simple silencio o ante una mentira no tan elaborada de la contraparte)”4. En ese orden de ideas, sólo cuando se reúnen los tres requisitos de las acciones a propio riesgo (conocimiento del peligro, poder de control sobre su asunción y ausencia de posición de garante) podrá estudiarse si el sujeto pasivo en los delitos de estafa activó los mecanismos de protección que le eran exigibles, o en qué medida contribuyó con su comportamiento no diligente o precavido a la obtención del resultado previsto en la norma. FALSEDAD MATERIAL EN DOCUMENTO PÚBLICO/ No se requiere para su consumación la aceptación del documento. “El delito del art. 222 queda consumado cuando una persona engaña o intenta engañar a otro u otros con un documento público falso, No es requisito que obtenga aceptación del documento ni tampoco el resultado perseguido. Si alguien presenta una copia falsificada del registro notarial de matrimonio, y es descubierto antes del correspondiente trámite judicial o administrativo o en una gestión de carácter privado, queda consumado el delito comentado. De la norma del art. 222 se deducen las siguientes situaciones: a. b. El delito de falsedad por uso de documento público falso lo puede realizar cualquier persona penalmente capaz que haya participado o no en la falsificación. Si quien usa el documento público falso es la misma persona que lo falsificó, se da una circunstancia de agravación punitiva, según el inciso segundo del art. 222. En este caso no existe concurso de hechos punibles entre falsificación material o ideológica y uso del correspondiente documento. 1 Cfr. ANTONIO JOSÉ MARTÍNEZ LÓPEZ, obra citada, pág. 288. 2 Radicación 16636. Radicación 26197. 3 4 Sentencia de 4 de febrero de 2009, radicación 26197. SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 c. Concurrir en la falsificación es hacerlo en cualquiera de las situaciones de autoría y participación. Es decir, haber sido, en relación a la falsificación, autor directo, determinador, instigador o partícipe. Quien paga a otro para que falsifique un documento público de identificación (pasaporte) y luego lo usa, es punible como falsificador y como usuario del documento (un solo hecho punible)” 5 FALSEDAD MATERIAL EN DOCUMENTO PÚBLICO/ Prescripción de la acción penal. En ese sentido, el término de prescripción de la acción penal derivada del referido delito contra la fe pública aún no operó en la fase instructiva, pues el uso de la cédula de ciudadanía por parte de la sentenciada se hizo en el año 2000 y, el delito imputado (artículo 222, inciso 2º del decreto ley 100 de 1980), contemplaba una pena máxima de doce (12) años, tiempo que no rebasó la fecha de ejecutoria de la resolución acusatoria, por lo que la decisión que corresponde adoptar no es otra que la de negar la solicitud presentada por el defensor en éste punto. (…) Conforme a lo historiado, los aludidos hechos falsarios ocurrieron en fechas posteriores al 26 de marzo de 1998; de allí que, para la ejecutoria de la resolución que calificó el mérito de la investigación (27 de marzo del 2007), el transcurso del tiempo era inferior al máximo de pena prevista para el delito de uso de documento público falso, que se estructuraría en nueve (9) años para el primer inciso, y en doce (12) para el segundo párrafo del artículo 287 del Código Penal, por lo que inexorablemente debe concluirse que la acción penal está vigente y que no operó el fenómeno jurídico de la prescripción, como pretende predicar la defensa letrada, toda vez que la imputación es como determinadora y, en ese sentido, incurre en la pena prevista para la infracción (artículo 30 del Código Penal). FALSEDAD MATERIAL EN DOCUMENTO PÚBLICO / Para que el determinador responda no se requiere previa identificación del sujeto determinado o falsificador material. “..jurídicamente nada obsta para que el determinador deba responder por la conducta aun cuando no logre conocerse siquiera o juzgarse a la persona del determinado, o ésta sea absuelta, pues lo realmente definitivo es que se encuentren reunidos los elementos que posibilitan predicar dicha condición en aquél. Al fin y al cabo, es pacífica la posición de la doctrina y de la jurisprudencia, en el sentido de que nada obsta para que el sujeto no cualificado pueda estar incurso a título de determinador o cómplice de punible que lo supone, lo que evidentemente no es admisible en relación con el autor sea éste intelectual o material, esto es, con el directo ejecutor de la conducta delictiva.” TRIBUNAL SUPERIOR DE DISTRITO JUDICIAL SALA CUARTA DE DECISIÓN PENAL Magistrado Ponente HERNANDO QUINTERO DELGADO Neiva, marzo veinticinco (25) del año dos mil once (2011) Delitos de falsedad y fraude, Primera edición, Martínez López Antonio José, Ed. Librería del Profesional, Bogotá, 1990, pág. 78 5 2 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 Aprobación Acta No. 1. MOTIVO DEL FALLO Decidir sobre el recurso de apelación interpuesto y sustentado por el Defensor de SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO, contra la providencia del 20 de mayo de 2010, del Juzgado Adjunto al Quinto Penal del Circuito de Neiva(H), mediante el cual la condenó como autora responsable de los ilícitos de Fraude Procesal, en concurso heterogéneo con Estafa Agravada, Falsedad Materia de Particular con Documento Público y Falsedad Material en Documento Público, a la pena principal de sesenta (60) meses de prisión y multa de trescientos (300) salarios mínimos mensuales legales vigentes; a la accesoria de inhabilitación en el ejercicio de derechos y funciones públicas por igual término a la privativa de la libertad; sin acceso a la suspensión condicional de la ejecución de la pena, pero sustituida la prisión intramural por la domiciliaria. La absolvió por el delito de Falsedad Ideológica en documento Público y se abstuvo de condenarla al pago de perjuicios materiales. 2. 2.1. HECHOS Y ACTUACIÓN PROCESAL HECHOS Los relata el a quo de la siguiente forma: “Los hechos se originaron con la denuncia penal formulada por el Dr. RODRIGO FARFÁN TEJADA en su condición de servidor público de la Dirección Nacionl Auditoría Disciplinaria del Instituto del Seguros Sociales seccional Huila, quien pone en conocimiento que la señor SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO, laboró para esa entidad como auxiliar de servicios 3 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 asistenciales desde el 4 de agosto de 1975 al 10 de marzo de 2000, que la referida registró en todos sus actos como fecha de nacimiento 9 de mayo de 1955, que el 26 de enero de 2000 presentó renuncia al cargo a partir del 10 de marzo del mismo año para acceder al beneficio de pensión de jubilación por haber cumplido 50 años y para lo cual adulteró la fecha de su nacimiento”. 2.2. ACTUACIÓN PROCESAL 2.2.1.El ente instructor abrió instrucción contra SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO, el 8 de septiembre de 2004, a quien indagó el 29 de septiembre de ese año y se abstuvo de imponerle medida de aseguramiento al definirle la situación jurídica, pues la pena mínima de los delitos imputados que atentaban contra la Recta y Eficaz Impartición de Justicia (Fraude Procesal) y contra la Fe Pública (Falsedades en Documentos Privados y Públicos), no superaban los cuatro (4) años de prisión. 2.2.2.Posteriormente, el 22 de enero de 2007, calificó el mérito de la investigación y convocó a juicio a la encartada por delitos Contra el Orden Económico, Título XIV, Capítulo Tercero, artículo 356, De la Estafa, agravada por los numerales 1 y 2 del artículo 372; contra la Fe pública, Título VI, Capítulo Tercero, artículo 220, Falsedad Material de Particular en Documento Público, por la adulteración material de la cédula antigua, agravada conforme al artículo 222, inciso 2º, por su interés exclusivo en el uso de la cédula para efectos de la pensión y como determinadora en la obtención del 4 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 Registro seriado No, 27937208, introducido a la base de datos de la Registraduría, descrita en el Título IX, Capítulo Tercero, artículo 287 de la ley 599 de 2000, agravada conforme el artículo 290, sirviéndose de ese soporte para solicitar el duplicado de la cédula, hecho ocurrido en diciembre 5 de 2001, conducta descrita en el Título IX, Capítulo Tercero, artículo 286 de la ley 599 de 2000; Fraude Procesal, descrito en el Título XVI, Capítulo Octavo, artículo 453 de la ley 599 de 2000, cometido en el trámite del proceso disciplinario adelantado al interior del Seguro Social, en el que se valió del registro civil falso, distinguido con el serial No. 26178473, con la fecha de nacimiento adulterada , para obtener resolución favorable de archivo de las diligencias; Falsedad Material en Documento Público, descrito en el Título IX, Capítulo Tercero, artículo 287 de la ley 599 de 2000, por la mutación del registro No. 26178473, expedido por la Notaría Segunda del Círculo de Neiva, agravado por su uso conforme al artículo 290 ibídem. 2.2.3.Sometido a reparto, le correspondió al Juzgado Adjunto al Quinto Penal del Circuito proferir el fallo correspondiente, que en proveído de 20 de mayo de 2010, derivó en la condena reseñada en contra de SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO, por los punibles de Fraude Procesal, en concurso heterogéneo con Estafa Agravada, Falsedad Materia de Particular con Documento Público y Falsedad Material en Documento Público. 3. 3.1 DE LA SENTENCIA. Del Fraude Procesal Explica que en el proceso disciplinario adelantado por el Seguro Social en contra de la ahora sentenciada, la interesada allegó 5 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 documentos falsos con el fin de demostrar que cumplía con los requisitos exigidos para acceder a la pensión de jubilación, cuando aún no había adquirido el derecho, delito que se que se consuma sin que sea necesario obtener el resultado perseguido, ya que el propósito era el de alcanzar una decisión favorable de absolución. 3.2 De la Estafa Advierte que éste comportamiento se consumó cuando la acusada utilizó la partida de bautismo y la cédula de ciudadanía falsa, a fin de acreditar más edad de la que tenía y así se le reconociera y pagara la pensión de jubilación, obteniendo un provecho ilícito de carácter patrimonial en perjuicio del Seguro Social, cuando recibió las mesadas de vejez, cinco años antes de lo que normalmente le correspondía. 3.3 De la Falsedad Documental Precisa que la encartada, con una partida de bautismo de la Parroquia de Rivera que registraba como fecha de nacimiento el 9 de marzo de 1950, ante el Juez de Familia inició un proceso de jurisdicción voluntaria para cancelar el registro civil número 26178473 y que quedara vigente el 28145488, so pretexto de corregir la fecha del natalicio, documento sustituido que utilizó en el trámite de la pensión de jubilación, ante el Instituto de los Seguros Sociales. Aclara que si bien no se pudo establecer que la rúbrica y las grafías procedían materialmente de la acusada, sólo a ella le asistía interés en el contenido de la partida de bautismo, cuya utilización le beneficiaba, como así ocurrió, todo indica que se hizo con su 6 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 anuencia, sin que exista otra explicación lógica que aclare el dislate presentado, en relación con hecho del orden cronológico del protocolo eclesial llevado, que dio lugar a una inscripción con el ordinal 272 A, además de la reducción del interlineado y el tamaño de la fuente escritural. También argumenta que SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO portaba la cédula de ciudadanía número 36.159.737, que contenía el año de 1950 como fecha de nacimiento, que incontinenti evidenciaba adulteración del último número, pues en lugar del 0 correspondía un 5, documento que usó para la obtención de la nueva cédula. Además, agrega que con la inspección judicial se constató que en los archivos de la Registraduría consta que el natalicio es del año 1955, lo que demuestra la falsedad material realizada, de la que se valió para modificar el registro civil de nacimiento. En este punto concluye que “existe plena prueba de la falsedad material igualmente para lo obtención de los registros civiles 27937208 y 26178473. Es así que se profiere fallo condenatorio, como autora responsable de los ilícitos de Fraude Procesal, en concurso heterogéneo con Estafa Agravada, Falsedad Materia de Particular con Documento Público y Falsedad Material en Documento Público, a las penas arriba señaladas, decisión que es objeto de la alzada. 4. ARGUMENTOS DEL APELANTE Exige la revocatoria de la decisión de instancia, para que se emita sentencia absolutoria en favor de su agenciada, por cuanto considera que la fiscalía no acreditó los cargos formulados, 7 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 específicamente los relacionados con: a) la modificación y obtención ilegal de los registros civiles de nacimiento; b) la consecución ilícita de las cédulas de ciudadanías; c) el haber solicitado la pensión de jubilación con fundamento en dichos documentos, para acreditar más edad, cuando aún no se cumplía los requisitos exigidos por la ley; d) la agravante contenida en el artículo 290 de la ley 599 de 2000 (la calidad de copartícipe de las falsedades documentales), con determinación e identificación de los presuntos autores; y, adicionalmente, e) plantea ausencia de congruencia entre el pliego de cargos y el fallo, respecto del fraude procesal. Acepta que su agenciada, ante la crítica parental referida sobre la menor edad que informaba su registro de nacimiento, guasa con la que significaban que ella intencionalmente se quitaba algunos años, acudió a la Parroquia de Rivera a solicitar el “certificado de la partida de bautismo”, expedida el 8 de octubre de 1999, con la que corroboró y fortaleció la idea de que 1955 no era el año de su nacimiento. En forma inconcusa alega que éste documento no es falso, pues el “certificado” lo expidió y firmó la autoridad eclesial correspondiente; pero, a su vez, asegura que tampoco el acusador que su agenciada mostrara tesitura falsaria en aquel escrito, que allegó al proceso de jurisdicción voluntaria (el recurrente enfatiza que aportó el certificado bautismal y no el protocolo del registro consignado en el libro parroquial). De ésta manera, explica que la modificación del registro civil es consecuencia de una orden judicial que se apoyó en un documento auténtico y que, por esa razón, tampoco puede pregonarse fullería en la obtención de éste último. Resalta que la razón principal para que la sentenciada diligenciara la renovación de la cédula obedeció al deterioro de la tarjeta 8 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 original, documento del cual nunca pudo el acusador determinar o descartar con certeza su autenticidad. A más de aquello su agenciada registraba en el archivo de la historial laboral, como fecha de su natalicio, el 9 de marzo de 1955. Pero, también indicaban otro año (9 de marzo de 1950), en la fotocopia de la cédula de ciudadanía que allí reposaba, por lo que aduce que de haber existido alguna adulteración en la cartulina de identidad, ésta se habría efectuado antes de las actuaciones de corrección. Agrega, en igual sentido, sobre la cédula de ciudadanía expedida el 21 de marzo de 1977, fundamento del cargo de Falsedad Material en Documento Público, reclamando que el ente acusador soslayó decantar las circunstancias de tiempo, modo y lugar de la presunta adulteración, que tampoco existe claridad sobre la época en que fue introducido al tráfico jurídico, entendiendo que podría ser cuando se expidió (1977). Y, si ello es así, concluye que al ser éste un delito de ejecución instantánea, habría operado la prescripción de la acción penal. Explica que, enmendado el yerro existente, luego de agotar el correspondiente proceso de jurisdicción voluntaria, su pupila gestionó el reconocimiento y pago de la pensión aludida, sin que la empleadora hiciera objeción alguna a la documentación presentada, ni se opusiera al proceso laboral de reliquidación de sus mesadas, a pesar de que el Instituto del Seguro Social manejaba, controlaba y disponía de su hoja de vida o del historial de sus servidores; por supuesto, fácilmente podía decretar pruebas, corroborar los antecedentes anotados y verificar la información aportada, aspectos que hacían imposible inducir en error a la administración. Por tanto, considera que en ésta causa se pretende trasladar a su agenciada una carga de diligencia y cuidado que debió asumir su ex patrona, 9 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 para mutarla en responsabilidad penal a cargo de la sentenciada, desvirtuando con ella la presunta estafa que se le enrostra. Destaca que, a pesar de que la Registraduría expresó que no existía certeza sobre la genuinidad de las cédulas de ciudadanía que exhibía la incriminada, la fiscalía y el juzgado omitieron desplegar actividad probatoria alguna a través para aclarar ese punto, al punto que la sentencia solo consigna una simple comparación de las cédulas con la tarjeta que reposa en los archivos de la Registraduría Nacional del Estado Civil. Agrega que los hechos falsarios fueron analizados bajo dos regímenes legales incompatibles (decreto-ley 100 de 1980 y ley 599 de 2000), por lo que infiere que se vulnera el principio de legalidad y el non bis in ídem. Además, se argumenta sobre la agravante contenida en el artículo 290 de la última normatividad, sin que se especifique al autor de las mismas, para diferenciarlo del partícipe. Por último, alega que existe falta de congruencia, toda vez que la fiscalía fundamentó que el fraude procesal se consumó en el proceso disciplinario adelantado por el seguro social; pero, la sentencia de primera instancia hace referencia a que se estructuró cuando se presentaron documentos que califica de falsos en el trámite y reconocimiento de la pensión. Además de lo anotado, como colofón de lo expresado sobre la originalidad y la mismidad de aquellos, que al ser auténticos los aportados, jamás se incurrió en el delito de Fraude Procesal. 5. 10 CONSIDERACIONES Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 Los temas propuestos por el recurrente abarcan los siguientes cuestionamientos:¿Hay indeterminación de la época en se concretaron las falsedades en los documentos públicos aludidos? ¿Operó la prescripción de la acción penal? ¿Qué incidencia tiene que una copia de la cédula de la sentenciada reportara el 9 de marzo de 1950, como el día de su nacimiento, la que reposaba junto con otros legajos en el historial laboral, que indicaban otra fecha? ¿Se le está juzgando dos veces por los mismos hechos respecto a la falsedad? ¿Cuál la legislación aplicable? ¿Puede estructurarse la circunstancia de agravación punitiva contenida en el artículo 290 de la ley 599 de 2000, sin que se haya individualizado e identificado al servidor público autor del delito de falsedad material en documento público? ¿Incide en el juicio de tipicidad que las autoridades administrativas y judiciales, ante quienes se exhibieron los documentos cuestionados, no hubiesen detectado oportunamente las inconsistencias presentadas? ¿Asumió la sentenciada un comportamiento doloso falsario y cuál su grado de participación? De acuerdo con la crónica traída en la resolución de acusación, la señora SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO, para acceder a la pensión de jubilación por vejez, al haber cumplido 50 años de edad, presentó al Seguro Social el registro civil nacimiento No. 28145488, expedido el 30 de noviembre de 1999 por la Notaría Segunda del Circulo de Neiva, que indicaba que había nacido el 9 de marzo de 1950; como también, da cuenta que acompañó una “fotocopia de su cédula de ciudadanía que contiene la misma fecha”. El calificatorio agrega que en la injurada preguntó a la encartada por la leyenda del año escrito en la cédula antigua, expedida en 1977, “que indica(ba) con notoria imperfección que nació en 1950, al 11 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 parecer adulterada”, cuestión que absolvió la interrogada trasponiendo en el trámite de obtención a su madre y, como la fecha no correspondía a la que creía que debía ser, pues hasta entonces suponía que el natalicio aconteció en 1955, inquirió a su progenitora el porqué de la inconsistencia. Advierte que éste documento lo utilizó hasta las últimas elecciones realizadas en ese entonces (anterior a su declaración del 29 de septiembre de 2004), toda vez que lo renovó por las dificultades que le generaba la imperfección que presentaba en su cartulina, pero que finalmente “corresponde a la solicitud de un duplicado y no su rectificación”, concretamente el día 05 de diciembre de 2.001, cuya preparación del documento se hizo en esta ciudad, desconociendo los registradores especiales la razón por la cual en el documento físico apareció anotado otro año de nacimiento (1.950, en la cédula de ciudadanía), pues rectificación debió hacerse con base en la misma tarjeta alfabética con la que se elaboró la primera. Del mismo modo, el pliego de cargos consigna que la tarjeta alfabética que reposa en la Registraduría del Estado Civil con el número 36.159.737, a nombre de la sentenciada, “indica que su fecha de nacimiento es el 09 de marzo de 1955. Lo anterior, no obstante que el original y duplicado de la cédula como documentos físicos que la sindicada exhibía en sus actuaciones, indicaban como fecha de nacimiento el año de 1.950, tratándose de formatos al parecer genuinos, siendo entonces dudosa la veracidad de sus contenidos”. Más adelante agrega que la base de datos de la Registraduría daba cuenta de la existencia de un registro civil de nacimiento, expedida por la Notaría Tercera, con el serial 27937208, con fecha 22 de abril de 1999 (siete 07 meses antes de obtener su modificación por vía judicial), que indicaba como onomástico el 09 de marzo de 1950, registro que al cotejarse con 12 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 los protocolos de la aludida Notaría, desmintió su existencia, pues no había sido expedida por esa oficina. A su vez, entre las razones que ofrece para dejar por demostrado y firme la participación de la sentenciada en los hechos, de manera indiciaria hace referencia al interés y beneficio que le reportaba la adulteración material del documento original de la cédula de ciudadanía, como la obtención del duplicado espurio, al igual que la elaboración del registro civil de nacimiento falso, por lo que concluye que participó como determinadora, al no estar a su alcance la tecnología para la hechura de los mismos, previendo por ello que necesariamente contó con la colaboración de algún funcionario de la Registraduría. Aunado a lo anterior, se aprecia, conforme a la ilación de la referida pieza procesal que, indudablemente, contrario a lo expuesto por la defensa, no puede pregonarse indeterminación respecto de la época en se concretaron las falsedades de las cédulas enrostradas, o en el uso de las mismas (falsedad agravada), toda vez que el pliego de cargos alude tanto de su obtención inicial (21 de marzo de 1977), si se tiene en cuenta que literalmente la imputación jurídica es por “Falsedad Material de Particular en Documento Público, por la adulteración material de la cédula antigua, agravada conforme al artículo 222, inciso 2º”; como también alude a la época en que agenció su duplicado (5 de diciembre de 2001), sólo que al tenor literal del pliego la llama como “determinadora en la obtención del Registro seriado No, 27937208, introducido a la base de datos de la Registraduría, descrita en el Título IX, Capítulo Tercero, artículo 287 de la ley 599 de 2000, agravada conforme el artículo 290 (Falsedad Material en Documento Público, Agravado)”; es decir, hay claridad que son eventos punitivos diferenciados, así vulneren el mismo bien 13 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 jurídico, empero el primero encaminado al uso de un documento con formato original e información falsa (primera cédula); en el segundo, al uso de un documento público falso (registro civil No, 27937208); y, el tercero, al duplicado de la cédula con la misma información engañosa con soporte en ese registro civil falso y su correspondiente uso(registro civil No, 27937208). Además, como cuarto hecho, formula cargos por Falsedad Material en Documento Público, descrito en el Título IX, Capítulo Tercero, artículo 287 de la ley 599 de 2000, por la mutación del registro No. 26178473, expedido por la Notaría Segunda del Círculo de Neiva, agravado por su uso conforme al artículo 290 ibídem, que aportó en el trámite de la investigación disciplinaria que le adelantó el seguro social (El auto de apertura de la investigación disciplinaria es del 4 de abril de 2003). El delito de Falsedad Material en Documento Público estaba previsto como hecho punible en el Libro II, Título VI, Capítulo III, de la falsedad en documentos, del Decreto Ley 100 de 1980, en los artículos 218 y 220, el primero relacionado con el servidor público como sujeto agente y, el segundo, al particular. Además, el inciso 2º del artículo 222, preveía el “Uso de Documento Público Falso”, modalidad delictiva tendiente a proteger el bien jurídico de la fe pública y señalaba que: “El que sin haber concurrido a la falsificación hiciere uso de documento público falso que pueda servir de prueba, incurrirá en prisión de uno (1) a ocho (8) años. Si quien usa el documento a que se refiere el inciso anterior, fuere el mismo que lo falsificó, la pena se aumentará hasta en la mitad.” 14 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 El Código Penal vigente, Ley 599 de 2000, previó en su artículo 287 lo siguiente: “El que falsifique documento público que pueda servir de prueba, incurrirá en prisión de tres (3) a seis (6) años. Si la conducta fuere realizada por un servidor público en ejercicio de sus funciones, la pena será de cuatro (4) a ocho (8) años e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas de cinco (5) a diez (10) años.” En torno a la circunstancia de agravación referida, el Código Penal vigente señala en el artículo 290 que: “La pena se aumentará hasta en la mitad para el copartícipe en la realización de cualesquiera de las conductas descritas en los artículos anteriores que usare el documento, salvo en el evento del artículo 289 de este Código.” De ésta manera, resulta incuestionable que el nuevo estatuto no hace modificación alguna al comportamiento del tipo penal de Falsedad Material de Servidor Público en Documento Público, por técnica legislativa unificó en una misma disposición la conducta falsaria del particular y del servidor público, sancionando con mayor drasticidad al intraneus, también modifica límites punitivos, al aumentar el mínimo y reducir el máximo en ambos casos. Afirma la Corte Suprema de justicia que “esta unificación no implica un cambio sustancial en la previsión relativa a la circunstancia de agravación establecida por el inciso 2º 15 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 del artículo 222 del Código Penal de 1980, en la medida que la actual normatividad penal comprende el agravante del uso para el ‘partícipe’, artículo 290, en cuyo caso, la pena se aumentará hasta en la mitad. Por lo cual, el actual Código Penal involucra tanto al autor, en sus diversas modalidades, como al partícipe.” 6 (Subrayado fuera de texto). El legislador al señalar quienes intervienen como autores y quienes como partícipes de manera individual o en concurso, artículos 28, 29 y 30 del actual Código Penal7, se propuso preservar con las diferencias establecidas el postulado de la unidad de imputación para evitar que quienes concurren en el hecho respondan por delitos diferentes, se distinga entre formas de intervención principales y accesorias y exista correspondencia entre el grado de compromiso y las distintas consecuencias punitivas atendiendo el grado y clase de su intervención. En la sentencia que arriba se referencia, la Corte Suprema de Justicia precisa que, “de acuerdo con el artículo 30 del Código Penal de 2000, ‘partícipes’ son el determinador, el cómplice y el interviniente. Sin embargo, el artículo 290 ibídem alude a ‘copartícipes’, es decir, a la institución genérica de la co-participación criminal, que no excluye al autor, a quien, por consiguiente, se le podrá imputar la circunstancia de agravación referida al uso del documento público que ha falsificado8.” (Subrayado fuera de texto). CSJ, Sala de Casación Penal, Sentencia del 16 de febrero de 2005, radicado 15.212, MP. Helman Galán Castellanos y Alfredo Gómez Quintero. 6 7 Sentencia del 25-04-02, Cas. 12191, ponente Carlos Eduardo Mejía Escobar CSJ, Sala de Casación Penal, Sentencia del 16 de febrero de 2005, radicado 15.212, MP. Helman Galán Castellanos y Alfredo Gómez Quintero. 8 16 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 En ese sentido, la prescripción por la Falsedad Material del Particular en Documento Público (artículo 222, del decreto 100 de 1980, adulteración de la cédula antigua), prosperaría si el cargo se limitara a su confección (expedida el 21 de marzo de 1977); no obstante, como la imputación hace referencia al inciso 2º, hipótesis que conlleva a que la conducta se entienda consumada en la época en que la sentenciada se sirvió de su contenido, al hacer uso de ella, dado que ese es el verbo rector, que según el acusador se realizó cuando la exhibió para el trámite de la pensión, reconocida mediante resolución del 4 de abril de 2000, acto administrativo que emitió el Gerente Nacional de Recursos Humanos del Seguro, con lo que se descarta que el hecho falsario aludido, individualmente considerado, fuera analizado bajo dos regímenes legales y que éstos fuesen incompatibles (decreto-ley 100 de 1980 y ley 599 de 2000); tampoco se observa de qué manera se hubiese vulnerando con ello el principio de legalidad y el non bis in ídem. Ahora bien, sobre la tipicidad y en lo que tiene que ver con el sujeto agente, además de las jurisprudencias referenciadas, sobre ese punto la doctrina puntualizaba que en “..el sistema nacional, la concurrencia en el hecho punible es en calidad de autor, coautor, determinador o cómplice, y el uso no queda desplazado hacia la falsificación, convirtiéndose ésta en un hecho único, sino que se incrimina conforme al tipo especial del art. 222. En este se describe una conducta posterior.” 9. 9 Derecho Penal, Tomo IV, Segunda edición, Pérez Luis Carlos, Ed. Temis, Bogotá, 1990, pág. 82 17 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 Otro autor agregaba: “El delito del art. 222 queda consumado cuando una persona engaña o intenta engañar a otro u otros con un documento público falso, No es requisito que obtenga aceptación del documento ni tampoco el resultado perseguido. Si alguien presenta una copia falsificada del registro notarial de matrimonio, y es descubierto antes del correspondiente trámite judicial o administrativo o en una gestión de carácter privado, queda consumado el delito comentado. De la norma del art. 222 se deducen las siguientes situaciones: d. El delito de falsedad por uso de documento público falso lo puede realizar cualquier persona penalmente capaz que haya participado o no en la falsificación. e. Si quien usa el documento público falso es la misma persona que lo falsificó, se da una circunstancia de agravación punitiva, según el inciso segundo del art. 222. En este caso no existe concurso de hechos punibles entre falsificación material o ideológica y uso del correspondiente documento. f. Concurrir en la falsificación es hacerlo en cualquiera de las situaciones de autoría y participación. Es decir, haber sido, en relación a la falsificación, autor directo, determinador, instigador o partícipe. Quien paga a otro para que falsifique un documento público de identificación (pasaporte) y luego lo usa, es punible como falsificador y como usuario del documento (un solo hecho punible)” 10 De ésta manera, se observa que la crítica del letrado no abarca el Delitos de falsedad y fraude, Primera edición, Martínez López Antonio José, Ed. Librería del Profesional, Bogotá, 1990, pág. 78 10 18 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 empleo o utilización de la vieja cédula de ciudadanía, lo que implica conformidad con el razonamiento del a quo en ese punto, en virtud del principio de legalidad y acierto de aquella decisión. Si ello es así, ninguna repercusión tiene el que un duplicado de la cédula antigua reposara en la carpeta de la sentenciada, la que señalaba el 9 de marzo de 1950 como día de su nacimiento y que junto a ella obraban otros legajos con fecha distinta (1955), pues la sindicación que se le hizo fue por el uso o empleo de la misma en el trámite de la pensión, no porque el documento permaneciera en la historia laboral de la encartada. Es importante traer a colación que sobre el punto ha explicado la Corte Suprema de Justicia que: “..ha sido pacífica la jurisprudencia de esta Sala al señalar en asunto similar al que ocupa su atención que presentar una cédula de ciudadanía o un pasaporte falsos para identificarse, constituye uso de tales documentos, pues para ello se encuentran destinados11; por tanto, mutatis mutandis, la exhibición (…) no constituye comportamiento intrascendente,..” Ahora bien, teniendo en cuenta que el 22 de enero de 2007 se calificó el mérito de la investigación, resolución que cobró ejecutoria el 27 de marzo de ese mismo año por los recursos interpuestos, habría de establecerse si en verdad, ante el paso inexorable del tiempo y sin que el Estado ejerciera la acción correspondiente en los términos de ley, aquella facultad expiró en cada uno de los delitos referidos en el pliego de cargos, tomando en consideración la fecha de cada hecho. 11 Cfr. providencias del 15 de noviembre de 2001. M.P. Dr. Jorge Córdoba Poveda y del 23 de mayo de 2001. M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll. 19 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 En ese sentido, el término de prescripción de la acción penal derivada del referido delito contra la fe pública aún no operó en la fase instructiva, pues el uso de la cédula de ciudadanía por parte de la sentenciada se hizo en el año 2000 y, el delito imputado (artículo 222, inciso 2º del decreto ley 100 de 1980), contemplaba una pena máxima de doce (12) años, tiempo que no rebasó la fecha de ejecutoria de la resolución acusatoria, por lo que la decisión que corresponde adoptar no es otra que la de negar la solicitud presentada por el defensor en éste punto. En cuanto a las demás sindicaciones falsarias, que en el pliego de cargos se alude como las descritas en el Título IX, Capítulo Tercero, artículos 287 y 290 de la ley 599 de 2000, las primeras referidas al empleo del registro civil falso, distinguido con el seriado 27937208, expedida por la Notaría Tercera del Circulo de Neiva, cuya inexistencia se constató con esa misma oficina y que se introdujo a la base de datos de la Registraduría, inscrito el 22 de abril de 1999, que a su vez sirvió de soporte para agenciar y usar el duplicado de la cédula (no se gestionó la rectificación de la cartulina, para aparecer como nacida el 9 de marzo de 1950), documento de identificación expedido el 5 de diciembre de 2001, lo que igualmente se corroboró con la inspección judicial realizada por la Fiscalía 7ª Seccional de Neiva, el 13 de octubre de 2004. La siguiente conducta tiene que ver con el empleo del registro sentado el 16 de febrero de 1998, con el No. 26178473, expedido por la Notaría Segunda del Círculo de Neiva, que mutó el contenido original del registro civil y que fue aportado al proceso disciplinario, cuyo auto de apertura data del 4 de abril de 2003. Conforme a lo historiado, los aludidos hechos falsarios ocurrieron en fechas posteriores al 26 de marzo de 1998; de allí que, para la 20 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 ejecutoria de la resolución que calificó el mérito de la investigación (27 de marzo del 2007), el transcurso del tiempo era inferior al máximo de pena prevista para el delito de uso de documento público falso, que se estructuraría en nueve (9) años para el primer inciso, y en doce (12) para el segundo párrafo del artículo 287 del Código Penal, por lo que inexorablemente debe concluirse que la acción penal está vigente y que no operó el fenómeno jurídico de la prescripción, como pretende predicar la defensa letrada, toda vez que la imputación es como determinadora y, en ese sentido, incurre en la pena prevista para la infracción (artículo 30 del Código Penal). En éste último aparte, rechaza que se pueda enrostrar la agravante contenida en el artículo 290 ibídem, sin que previamente se especifique al autor de las mismas. Es decir, que da cuenta de una imposibilidad para achacar a su agenciada su participación como determinadora de las falsedades materiales de los documentos públicos, sin que previamente estuviese identificado el sujeto determinado (falsificador material), mas no aduce algún yerro o desacierto de lógica jurídica en la decisión final del a quo, tema sobre el cual la Corte Suprema de Justicia expresó “..jurídicamente nada obsta para que el determinador deba responder por la conducta aun cuando no logre conocerse siquiera o juzgarse a la persona del determinado, o ésta sea absuelta, pues lo realmente definitivo es que se encuentren reunidos los elementos que posibilitan predicar dicha condición en aquél. Al fin y al cabo, es pacífica la posición de la doctrina y de la jurisprudencia, en el sentido de que nada obsta para que el sujeto no cualificado pueda estar incurso a título de determinador o cómplice de punible que lo supone, lo que evidentemente no es admisible en relación con el 21 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 autor sea éste intelectual o material, esto es, con el directo ejecutor de la conducta delictiva.” 12 Sobre la participación de la sentenciada, resulta acertado inferir que ella era la primera interesada en que se confeccionaran los documentos espurios para su uso, exhibiéndolos y suministrándolos en las actuaciones administrativas y judiciales arriba documentadas, a fin de hacer uso de ellos al gestionar y obtener el pago anticipado de la pensión de jubilación, recorrido criminal que inicia con la obtención de la cédula de ciudadanía y la partida eclesial falsas, aparentando una mayor edad a la que realmente tenía, beneficio que le daba sentido a la existencia de la multiplicidad de hechos falsarios anotados (partida de bautismo en Neiva y Rivera; registro civiles en las Notarías Segunda y Tercera, el último de ellos ingresado a la base de datos de la registraduría para obtener el duplicado de la cédula; documentos en la historia laboral que dan cuenta que la fecha de nacimiento era 1955 y no 1950; cédula de ciudadanía antigua con el último número modificado y duplicado de aquellas). A su vez, como los formatos de las cédulas al parecer eran genuinos, coyuntura sobre la cual insiste la defensa, de ese hecho dedujo el acusador (ilación que retoma el fallador), que como tecnología para la hechura de los mismos no estaban al alcance de la encartada, indudablemente de ello se desprendía que necesariamente tuvo colaboración de algún funcionario de la Registraduría, reflexiones sobre las cuales el recurrente guardó silencio. CSJ, Sala de Casación Penal, Sentencia del 28 de noviembre de 2002, radicado 17.022, MP. Carlos Augusto Gálvez Argote. Este tema es reiterado en sentencia del 28 de febrero de 2007, radicado 25.477, M.P. Javier Zapata Ortiz. 12 22 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 Reprocha la defensa que el funcionario de instancia soslayara analizar que en el historial laboral obraba la información pertinente, que se utilizó en las actuaciones administrativas y judiciales reseñadas, y que por esa misma razón niega que tuviesen idoneidad para engañar a los servidores públicos, pues a ellos les asistía el deber de revisar y constatar los legajos aportados, que de haberlo hecho, no habrían incurrido en el error probatorio cuestionado. Ciertamente, hoy por hoy, no es motivo de controversia que el medio engañoso deba tener idoneidad para inducir en error a la víctima, pero, aún es polémica determinar las condiciones a partir de las cuales se pueda afirmar que la argucia o el engaño reúnen los presupuestos objetivos normativos para pregonar la configuración del delito de estafa. Sobre el particular se conocen dos posiciones. La primera le asigna una gran preponderancia al significado de artificio, conforme al cual la estafa es un delito de inteligencia, que requiere el despliegue de actos hábilmente preparados y bien concebidos para revestir capacidad de inducir en error a la víctima13, perspectiva en la que si la persona pasible del engaño obra de modo ingenuo, torpe o negligente no habrá lugar a afirmar la existencia de estafa, porque una actuación prudente le hubiera bastado para salirse del error, que al parecer es la que aduce la defensa letrada. La postura en mención fue acogida por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia en la sentencia del 12 de junio de 2003, en cuanto allí expresó: 13 Cfr. ANTONIO JOSÉ MARTÍNEZ LÓPEZ en Estudios de Derecho Penal Especial, varios autores, Editora Jurídica de Colombia, primera edición 1992, pág. 288. 23 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 “Pero ciertamente, como lo señala la Delegada en su estudio, haciendo eco de la teoría de la imputación objetiva, ‘se considera que no todo engaño que pudiera concebirse causal respecto del resultado perjudicial permite la imputación del resultado a la conducta del autor, pues, de acuerdo con el argumento victimológico, la víctima debe acudir a los mecanismos de autotutela exigibles, porque será entonces punible el comportamiento capaz de sobrepasar la barrera de contención que supone la actitud diligente del perjudicado’ ”14. La segunda posición aconseja examinar con una mayor flexibilidad el medio engañoso cuando se trata del sujeto engañado. La Sala de Casación Penal de la Corte se inspiró en esta segunda postura para adoptar la determinación plasmada en la sentencia del 27 de octubre de 2004. En esa decisión la Corporación, tal como se hizo en el fallo del 12 de junio de 2003, partió también de los fundamentos de la teoría de la imputación objetiva. Sin embargo, sobre la base de tener ésta como presupuesto tanto el riesgo permitido como el principio de confianza, “que determinan el estado de interacción normal de las relaciones sociales y de los riesgos que en ellas se generan”, concluyó: “… De manera que, sólo cuando la víctima asume conjuntamente con otro una actividad generadora de riesgos, puede eventualmente imputársele el resultado a la víctima, siempre que esta tenga conocimiento del riesgo que asume. En consecuencia, si es el autor quien recorre la conducta descrita en el tipo penal, el resultado debe serle imputado a aquel y no a la víctima, pues ésta obra dentro del principio de confianza que le enseña que en el tráfico de las 14 Radicación 17196. 24 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 relaciones sociales el vendedor realizará el comportamiento en el ámbito de competencia que le impone la organización”15. Recientemente, aquella Corporación estimó que no pueden establecerse reglas tan rígidas cuando se juzgan hechos basados en las relaciones sociales, sino que se deben tener en cuenta las circunstancias concretas de cada caso para determinar si la actitud reticente de una de las partes que oculta una información tiene o no idoneidad para inducir en error, para lo cual es preciso tener en consideración el nivel intelectual del sujeto pasivo de la conducta, su pericia en asuntos de la naturaleza de la cual se trata, sus experiencias, el medio social en donde se desenvuelve16 y las herramientas jurídicas brindadas por el Estado para su protección. A partir de la sentencia de 20 de mayo de 200317, la Corte Suprema ha establecido que para que la conducta del sujeto pasivo excluya o modifique la atribución del tipo a quien coopera o contribuye de manera significativa en su realización, es necesario que aquél conozca (o tenga la capacidad de conocer) el peligro que afronta con su acción y tenga bajo su control el poder de asumir el riesgo que se concreta en el resultado, siempre y cuando al actor no le sea exigible la obligación jurídica de evitarlo, es decir, que no se encuentre en posición de garante respecto de la persona que de manera consciente y voluntaria se ha puesto en peligro. Explica que la valoración de las primeras dos situaciones deberá efectuarla el juez ex ante o, lo que es lo mismo, teniendo que retrotraerse al momento de la realización de la acción y examinando si 15 16 17 Radicación 20926. Cfr. ANTONIO JOSÉ MARTÍNEZ LÓPEZ, obra citada, pág. 288. Radicación 16636. 25 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 conforme a las condiciones de un observador inteligente situado en la posición de la víctima (a las que habrá de sumárseles las calidades y conocimientos especiales de ella), el comportamiento sería o no adecuado para excluir a favor del agente la atribución del resultado típico. En cuanto a la posición de garante, aquella Corporación en la sentencia de 4 de febrero de 200918, que resulta irrelevante analizar “si el procesado era garante respecto de la persona que incurrió en error al suscribir un contrato con una persona jurídica inexistente”, pues esta última jamás tuvo el poder de asumir bajo su control el riesgo que se realizó en el resultado, ni tampoco tuvo el conocimiento del mismo: “En otras palabras, no es posible entrar a analizar el comportamiento negligente o no de la persona que incurrió en el error cuando se tiene que, debido a la conducta artificiosa desplegada por el procesado, el primero jamás pudo actuar libre y responsablemente en un sentido jurídico, sin haber tenido la oportunidad de conocer la situación generadora del riesgo (como sí habría podido conocerla ante el simple silencio o ante una mentira no tan elaborada de la contraparte)”19. En ese orden de ideas, sólo cuando se reúnen los tres requisitos de las acciones a propio riesgo (conocimiento del peligro, poder de control sobre su asunción y ausencia de posición de garante) podrá estudiarse si el sujeto pasivo en los delitos de estafa activó los mecanismos de protección que le eran exigibles, o en qué medida contribuyó con su comportamiento no diligente o precavido a la obtención del resultado previsto en la norma. 18 Radicación 26197. 19 Sentencia de 4 de febrero de 2009, radicación 26197. 26 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 En el presente asunto, se tiene que la sentenciada realizó múltiples actividades para el éxito de su gestión delictiva, como la de alterar la cédula de ciudadanía que contenía en año de 1950 como fecha de nacimiento, además de allegar a la registraduría un registro civil falso; mutar la verdadera edad con la expedición de un nuevo registro civil de nacimiento a través de un proceso de jurisdicción voluntaria que incoó el 4 de noviembre de 1999, donde igualmente utilizó una partida eclesiástica de bautismo falsa (que logró el 8 de octubre de ese mismo año), proceso que finalizó el 26 de noviembre de 1999, con una sentencia que ordenó corregir el aludido yerro en el registro civil de nacimiento, para que figurara 1950 como natalicio, abriendo así un nuevo registro en la Notaría Segunda de Neiva, para luego gestionar el reconocimiento de su pensión de vejez, lo que conlleva a que ahora se descarte que el Seguro Social incurriera en una autopuesta en peligro por incumplimiento de sus funciones, como alega la defensa, todo ella como consecuencia del entreverado de maniobras engañosas que precedieron a la gestión de pensión, adelantadas por la encartada. Lo mismo puede predicarse del fraude procesal, delito del cual se ha dicho que es de mera conducta y que se perfecciona cuando se logra inducir en error al servidor público por medios engañosos o artificiosos, como sería el uso de documentos falsos. Así mismo, se ha resaltado que el medio utilizado debe tener la potencialidad suficiente para engañar, aunque resulta suficiente que el agente inductor hubiese diseñado mecanismo engañoso con ese fin; es decir, que haya hecho el documento falso con miras a obtener el acto estatal formalmente válido, pero esencialmente espurio, como ocurrió en el presente evento. 27 Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 De esta manera, en ese orden de ideas, los cargos por los cuales se condenó a la acusada quedarían indemnes, lo que conllevaría a confirmar la decisión de instancia. Conforme a lo anterior, El TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE NEIVA, en Sala de Decisión, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, RESUELVE CONFIRMAR la sentencia recurrida, de fecha y origen, por las razones plasmadas en precedencia y en cuanto atañe al objeto de disenso. Contra la presente decisión procede el recurso de CASACIÓN Cópiese, notifíquese y devuélvase. HERNANDO QUINTERO DELGADO ÁLVARO ARCE TOVAR 28 JAVIER IVÁN CHÁVARRO ROJAS Sala Cuarta de Decisión Penal SEIDAD SÁNCHEZ GARRIDO FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO 2006-000050-01 LUISA FERNANDA TOVAR HERNÁNDEZ Secretaria Copiado al tomo_______ folio__________ de Sentencias de segunda instancia 29 Sala Cuarta de Decisión Penal