CLM.ECONOMÍA, Nº 4, Primer Semestre de 2004. Págs. 189-205 Novedades metodológicas del IPC base 2001. Principales avances en la medición de la inflación en España. Ignacio González Veiga y Aránzazu García-Almuzara Martín Instituto Nacional de Estadística Resumen El principal objetivo del Índice de Precios de Consumo (IPC) es medir la evolución de los precios de los bienes y servicios utilizados por los consumidores para sastisfacer sus necesidades. Muchos de los elementos utilizados para el cálculo de este indicador necesitan ser revisados y actualizados periódicamente. El conjunto de estas revisiones conforman su “cambio de base”. El último cambio de base en España se realizó en 2001, y supuso uno de los cambios más importantes en la historia de este indicador porque no sólo se hizo una actualización de los principales elementos sino que supuso un cambio en la filosofía de cálculo de este indicador: desde el año 2001 las ponderaciones y la cesta de bienes y servicios se revisan anualmente, lo que permite una continua adaptación del IPC a los cambios en el comportamiento de los consumidores y de las relaciones del mercado. Todos estos cambios han afectado al IPCA, el indicador de inflación para comparaciones internacionales. Por otra parte, muchos de los aspectos desarrollados en el ámbito del IPCA han impulsado cambios metodológicos en el IPC. Palabras clave: Índice de Precios de Consumo (IPC), Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), cambio de base, Índice de Coste de la Vida (ICV), índice encadenado, Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF). Clasificación JEL: C43 189 C L M . E C O N O M Í A Abstract The principal aim of the Consumer Price Index (CPI) is to measure the evolution of the prices of goods and services used by the consumers to satisfy their necessities. Many of the elements used for the calculation of this indicator need to be revised and updated periodically. These revisions as a whole are called “change of base”. The last change of base in Spain was in 2001, and it implied one of the most important changes in the life of this indicator because it was not only an update on the main elements but it involved a change in the philosophy of the calculation of this indicator: from 2001 the weights and the basket of goods and services are revised annually, what means a continue adaptation of the CPI to changes in the consumers behaviour and market relations. All these changes have affected to the HICP, the inflation indicator for international comparisons. Moreover many of the aspects developed in the HICP field have promoted methodological changes in the CPI. The methodological differences between both have been reduced, and the current differences are due to the different aims of each indicator, but some of them have to maintain because the different aims of both indicators. Key words: Consumer Price Index (CPI), Harmonized Index of Consumer Price (HICP), change of base, Cost of Living Index (COLI ), chain index, Budget Household Survey (BHS). JEL Classification: C43 190 NOVEDADES METODOLÓGICAS DEL IPC BASE 2001. PRINCIPALES AVANCES EN LA MEDICIÓN DE LA INFLACIÓN EN ESPAÑA 1.- Trasfondo conceptual del IPC. Índice de precios de consumo -vs- índice de coste de la vida. El estudio del comportamiento de los precios de consumo está íntimamente ligado al concepto de coste de la vida, o la medición de lo que al consumidor le cuesta vivir bajo unas condiciones de mercado determinadas. Por ello, cuando se trata de diseñar un indicador relativo a los precios de consumo, la primera cuestión que se debe plantear es si éste debe destinarse a la medición de la evolución de los precios de los bienes y servicios que se dedican al consumo o bien a la medición de lo que le cuesta mantener al consumidor su bienestar ante cambios en los precios de los productos consumidos. Es decir, se trata de elegir entre un Índice de Precios de Consumo o un Índice de Coste de la Vida. La elección en sí misma no debe ser complicada, ya que cada indicador responde a objetivos bien diferentes aunque relacionados entre sí. El problema radica en pretender que un solo indicador responda a ambos objetivos simultáneamente y de forma satisfactoria. Este es un debate que lleva abierto muchos años; mientras que los productores de estadísticas de la mayoría de los países se inclinan por la elaboración de un IPC, algunos expertos son partidarios de estudios sobre un Índice del Coste de la Vida (ICV) que elimine los supuestos sesgos asociados a un índice de precios de consumo, al considerar éste como aproximación a un ICV. Se puede leer en numerosas publicaciones metodológicas de los Institutos de Estadística de todo el mundo que un índice de precios de consumo no mide el coste de la vida. Y realmente es así, porque son conceptos distintos cuyos objetivos en sí mismos son medir realidades diferentes: en el caso del IPC, la evolución pura de los precios de consumo, es decir, la inflación del nivel general de precios de artículos destinados al consumo, y en el caso del ICV, cómo evoluciona el coste de la vida, esto es, el gasto de los consumidores. Mientras que en un IPC es preciso aislar la variable precio para determinar su evolución pura en el tiempo, el ICV, como indicador de base económica que es, relaciona precios y cantidades de forma constante y no susceptibles de ser aislados. 191 C L M . E C O N O M Í A No se trata de invalidar uno u otro indicador, sino de aclarar que son dos medidas distintas, y según los objetivos que se quieran alcanzar podría ser preferible la utilización de uno u otro, teniendo siempre en cuenta las limitaciones que ambos poseen. En este apartado se analizarán algunas de estas limitaciones conceptuales de un ICV, además de las ya consabidas de aspecto operativo. ¿Qué es un índice de coste de la vida? Una de las variables más sensibles a los cambios en una economía de mercado son los precios; es de suponer que cualquier mejora en el sistema productivo hará reducir el coste de producción y, por tanto, los precios de venta. Así mismo, se supone que una mayor participación de empresas en cualquier sector de la economía implicará una mayor competencia con la reducción consecuente de precios. Debido a esta variabilidad de los precios, la idea que subyace en un ICV es la necesidad de conocer en qué medida los individuos son capaces de mantener el bienestar adquirido a lo largo del tiempo ante las variaciones de precios de consumo. El objetivo de un índice de coste de la vida es medir cuánto han de variar su gasto los consumidores, ante variaciones de los precios de mercado, para mantener el mismo nivel de satisfacción. Evidentemente, el objetivo propuesto es bastante complicado si se piensa en todas las variables que influyen en la determinación de los precios y en la satisfacción de los individuos, un concepto este último prácticamente imposible de medir en meros términos cuantitativos. No obstante, trataremos aquí de simplificar el problema para conocer el trasfondo real de un índice de coste de la vida. Significado económico de un Índice de Coste de la Vida. Como se ha dicho, un índice de coste de la vida trata de medir la variación en el gasto de los consumidores para mantener el mismo nivel de satisfacción después de que se haya producido una variación de los precios. 192 En la Teoría Económica, el término satisfacción está íntimamente ligado al concepto de Utilidad del Consumidor. Así, según la condición que impone la definición de un ICV, cualquier NOVEDADES METODOLÓGICAS DEL IPC BASE 2001. PRINCIPALES AVANCES EN LA MEDICIÓN DE LA INFLACIÓN EN ESPAÑA consumidor tratará siempre de: • Maximizar su función de utilidad con los recursos disponibles; • Mantener, al menos, la función de utilidad entre dos períodos en los que puede haber cambiado alguna de las características que definen el mercado de forma que hagan variar los precios. Por tanto, si se ha producido una variación de alguno o algunos de los precios de los productos preferidos por el consumidor, éste debe modificar su estructura de consumo para que su utilidad sea la misma que antes del cambio. Esta forma de proceder supondrá una variación en el coste, que es lo que el ICV pretende medir: Ι 1= Μ 1 Σi Ρi1 qi1 = Μ 0 Σi Ρi0 qi0 (1) Es decir, un ICV mide la relación entre los precios y las cantidades en dos períodos de tiempo; los precios en ambas situaciones están determinados por el mercado, pero no así las cantidades, que varían según las preferencias del consumidor, siempre que se cumpla la condición de mantener, al menos, el mismo nivel de utilidad. Los problemas fundamentales con los que nos encontramos ante un planteamiento así son los siguientes: 1. El planteamiento teórico supone que la función de utilidad y el nivel de satisfacción del consumidor son conocidos en todo momento; sin embargo, esto no ocurre en la realidad. 2. Aunque la función de utilidad del consumidor fuera conocida, la construcción de un ICV requiere conocer la utilidad del conjunto de los consumidores. Pero una función de este tipo no es resultado de la suma de las utilidades individuales. 3. Evidentemente, el planteamiento teórico ha simplificado el problema y en la práctica el concepto de satisfacción se ha traducido en meras estructuras de cantidades. Esto supone una simplificación “extrema”, ya que la satisfacción de cualquier consumidor no depende únicamente de las cantidades de los bienes que se consuman sino que 193 C L M . E C O N O M Í A influyen numerosas variables, a veces inmensurables como son los gustos, las modas, la publicidad, etc. que ni el propio consumidor podría valorar. 4. Este índice es un indicador del gasto y, por tanto, no reflejaría las variaciones puras de precios, una variable que por sí misma es importante de medir. De hecho, en los últimos años existe una inquietud generalizada para obtener indicadores de precios en todos los ámbitos de la economía, no sólo de precios del consumo final de los hogares; a los ya tradicionales índices de precios industriales, habrán de unirse en el futuro índices de precios de las distintas actividades de servicios, algunas tan importantes como el transporte, el turismo, etc. 5. Con un índice del coste de la vida pueden darse situaciones en que los precios permanezcan invariables y, sin embargo, el indicador refleje variaciones. Estas variaciones podrían ser debidas a cambios en las dos estructuras de consumo comparadas y sería muy difícil demostrar científicamente si ambas estructuras mantienen o no un mismo nivel de satisfacción. 6. También es necesario recalcar que un índice de coste de la vida no es un indicador de lo que “nos cuesta vivir”. En este concepto influyen hechos o situaciones que afectan a los salarios con que hacer frente a la nueva situación de precios. Un incremento del coste de la vida puede venir asociado con un incremento del nivel salarial o una reducción de impuestos que permita hacer frente a la nueva estructura de gasto de forma más holgada. En consecuencia, nos costará menos vivir; por ello, no hay que confundir ambos conceptos. Por todo lo dicho, se considera que el ICV es un elemento conceptual de la Teoría Económica que no es posible traducir en términos estadísticos. Ni siquiera existe la posibilidad de una aproximación numérica al concepto de coste de la vida, por más que se insista en muchos foros en utilizar el IPC para ello. 194 Así pues, en lo que sigue es preciso tener presente que todas las decisiones metodológicas tomadas en el diseño del IPC tienen NOVEDADES METODOLÓGICAS DEL IPC BASE 2001. PRINCIPALES AVANCES EN LA MEDICIÓN DE LA INFLACIÓN EN ESPAÑA como objetivo conseguir un indicador que mida la evolución de los precios con la máxima precisión posible. Una cuestión aparte es su validez como elemento de partida para las negociaciones salariales o revisiones de pensiones. 2. Elementos determinantes en la construcción del IPC. En el cálculo del IPC intervienen un conjunto de elementos de cuya calidad depende la precisión con que este indicador mide la inflación. Estos elementos son los siguientes: • La cesta de la compra • Las ponderaciones • La muestra de municipios y establecimientos • El aparato metodológico La cesta de la compra es el conjunto de artículos para los que se van a recoger los precios mensualmente, y cuya evolución representa la de todos los precios de consumo de la economía. La selección se realiza según la importancia de cada uno, medida a partir del gasto realizado. Las ponderaciones representan la importancia relativa que tiene cada artículo de la cesta de la compra frente a los demás; el parámetro que se utiliza para ello es el gasto que realizan las familias residentes en España. Esta información se obtiene de la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares (ECPF). La muestra de municipios se establece en función del tamaño de la población, de forma que los municipios seleccionados representen al total de la misma. Por su parte, los establecimientos seleccionados deben reunir una serie de características básicas tales como la afluencia de público o su permanencia en el tiempo. En lo que respecta al aparato metodológico, abarca una variedad de aspectos como la fórmula general de cálculo del índice, los tratamientos específicos de ciertos conjuntos de artículos o los instrumentos para realizar los ajustes de calidad. 195 C L M . E C O N O M Í A 3. El proceso de cambio de base. La operación del cambio de base consiste, fundamentalmente, en revisar y actualizar cada uno de estos componentes y determinar las mejores opciones para conseguir un indicador representativo y preciso que se adapte a las tendencias de la economía. Hasta la entrada en vigor del IPC, base 2001, una vez definidos todos los elementos esenciales para el cálculo de este indicador éstos permanecían estables a lo largo del tiempo que estuviese en vigor el Sistema. De esta forma, el IPC tenía una referencia fija que facilitaba las comparaciones temporales, ya que lo único que variaba a lo largo del tiempo eran los precios y no los elementos de la cesta de la compra ni las ponderaciones. Sin embargo, si el período de tiempo en que permanece invariable una base es excesivamente amplio, se corre el riesgo de que el IPC comience a ser una medida deficiente de la inflación. Así, puede suceder que algún artículo de la cesta de la compra deje de consumirse, o lo haga con una importancia menor (o mayor) dentro de la misma, también puede ocurrir que aparezcan nuevos productos en el mercado, o que la estructura general de consumo de los españoles varíe porque haya cambiado su renta o sus preferencias. Tradicionalmente el IPC revisaba sus ponderaciones y su cesta de la compra cada ocho o nueve años; esto era así porque la fuente utilizada para ello era la Encuesta Básica de Presupuestos Familiares (EBPF), cuya periodicidad marcaba la de los cambios de base del IPC. Por ello, para que se pudieran recoger los cambios en el comportamiento de los consumidores era preciso esperar hasta el siguiente cambio de base, cuando se adaptaría el IPC a estas tendencias. Evidentemente, en algunos casos el plazo de tiempo era excesivamente largo. 196 La solución ante esta posible pérdida de representatividad es la actualización continuada de, al menos, dos de los elementos básicos: la cesta de la compra y la estructura de ponderaciones. Sin embargo, una actualización demasiado frecuente supondría perder el factor fundamental del IPC, la comparabilidad en el tiempo. Si se revisa la cesta de la compra mensualmente, por ejemplo, se obtendrá una composición plenamente adaptada a las tendencias NOVEDADES METODOLÓGICAS DEL IPC BASE 2001. PRINCIPALES AVANCES EN LA MEDICIÓN DE LA INFLACIÓN EN ESPAÑA de los consumidores pero no se podrá saber cuál ha sido la evolución real de los mismos ya que no habría elementos comparativos. Es preciso, pues, buscar un punto intermedio en el que se consiga una muestra representativa de los artículos del mercado y sus ponderaciones y se pueda obtener un dato de inflación que sirva para conocer qué está sucediendo en la economía. Con este objetivo se concibió el IPC, base 2001. El cambio de base 2001. El actual Índice de Precios de Consumo (IPC), cuyo primer dato se publicó en el año 2002, tiene como año base o de referencia el año 2001. Con la implantación de esta base entró en vigor una nueva forma de calcular y de concebir este indicador, no solo en lo que respecta a la metodología utilizada en su cálculo sino también al proceso para realizar los sucesivos cambios de base. Por ello, el cambio de base ha supuesto también un cambio de Sistema, en la medida en que se han modificado los elementos básicos que definían este indicador para dar paso a otros que lo harán más actual y adaptado a la realidad que se pretende medir. Además, como sucede en todos los cambios de base, se han revisado todos y cada uno de los parámetros que definen este indicador con el fin de renovarlos y, de esta forma, adecuarlos a los cambios acaecidos en la economía en los últimos años. El nuevo Sistema tiene como característica más importante su rápida adaptación a los cambios de estructura del mercado, ya sea las tendencias de consumo o la composición de la cesta. Este Sistema continúa utilizando la Encuesta de Presupuestos como fuente principal, sin embargo hay algo que lo hace diferente de los demás Sistemas de IPC conocidos hasta la fecha: su continuidad. Hasta 1997 convivían dos encuestas de presupuestos familiares: una continua, con una periodicidad trimestral, y la básica, que se realizaba cada ocho o nueve años. A partir de ese año estas dos encuestas fueron sustituidas por una sola, cuya periodicidad es trimestral y la información que proporciona está más cercana a la encuesta básica en cuanto al nivel de detalle. Esta nueva encuesta, denominada Encuesta Continua de Presupuestos Familiares (ECPF), proporcionó la información necesaria para realizar la actualización de las ponderaciones así como la renovación de la composición de 197 C L M . E C O N O M Í A la cesta de la compra. Pero, además, posibilitará la actualización permanente de las ponderaciones así como la revisión de la cesta de la compra. Con la ECPF como elemento básico diferenciador del nuevo IPC de sus predecesores, se ha comenzado un nuevo Sistema de cálculo cuyas características más importantes son su dinamismo y su actualidad. Es un IPC más dinámico que todos los anteriores en la medida en que anualmente revisa las ponderaciones para ciertos niveles de agregación funcional y puede incluir cualquier cambio detectado en los componentes del mercado, ya sea la aparición de nuevos productos, cambios en la estructura de consumo o en la muestra de municipios o establecimientos Pero, además, es un IPC más actual ya que revisa su sistema metodológico permanentemente con el fin de mejorarlo. Para ello, se mantiene un contacto directo con los distintos foros académicos y organismos productores nacionales e internacionales. Los cambios más importantes contenidos en el nuevo IPC se refieren a dos aspectos básicos en la concepción de este indicador: el primero de ellos tiene relación con el proceso general de los sucesivos cambios de base a partir de la entrada en vigor del nuevo Sistema de IPC; y el segundo, con las características metodológicas generales que definen el IPC. En lo que respecta al nuevo proceso para la realización de cambios de base, éste constará de dos partes: • Actualización permanente del IPC. Consiste en la revisión anual de las ponderaciones para ciertos niveles de desagregación funcional así como los componentes de la cesta de la compra. También se realizan los ajustes metodológicos y de la muestra que se consideren necesarios. • Revisión estructural del IPC. Se llevará a cabo un cambio de base completo cada cinco años, en el que se revisarán las ponderaciones y la cesta de la compra para todos los niveles de desagregación funcional y geográfica, además de la muestra y todos los aspectos metodológicos contenidos en este indicador. 198 Con este nuevo proceso, se ha conseguido un indicador en continua adaptación a los cambios del mercado y, de esta forma, NOVEDADES METODOLÓGICAS DEL IPC BASE 2001. PRINCIPALES AVANCES EN LA MEDICIÓN DE LA INFLACIÓN EN ESPAÑA más representativo de la evolución de sus precios. En cuanto a las características metodológicas del nuevo IPC, las más sobresalientes son las siguientes: • Método general de cálculo. Se ha sustituido la fórmula vigente en los Sistemas de IPC anteriores, basada en una estructura de ponderaciones y cesta de la compra fijas, así como el año de referencia de los precios (Laspeyres de base fija) por una que utiliza las ponderaciones revisadas anualmente y cuyo período de referencia de precios será el mes de diciembre del año inmediatamente anterior al del cálculo de cada índice. • Nueva clasificación funcional. Se ha introducido la clasificación internacional de consumo (COICOP), como en la mayoría de los países de la UE. Los grandes grupos en que se clasifica el IPC pasaron de ocho a doce: Grupo Denominación 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. Alimentos y bebidas no alcohólicas Bebidas alcohólicas y tabaco Vestido y calzado Vivienda Menaje Medicina Transporte Comunicaciones Ocio y cultura Enseñanza Hoteles, cafés y restaurantes Otros • Inclusión de las ofertas y rebajas. Se incluyen los precios reducidos fruto de ofertas, descuentos o rebajas. Evidentemente, esto supone un cambio en la evolución del IPC más en el corto plazo (tasas de variación mensuales) y menos en el largo plazo (tasas de variación anuales), ya que las rebajas oficiales tienen un carácter estacional, y por tanto las comparaciones interanuales están menos afectadas por este motivo. 199 C L M . E C O N O M Í A • Tratamiento de los cambios de calidad. Se ha introducido un nuevo método para el tratamiento de los cambios de la calidad, la regresión hedónica, que se suma a los ya utilizados hasta ahora en el IPC. Un cambio de calidad se produce cuando alguna de las características del producto seleccionado para la recogida del precio cambia, o lo hace el producto entero siendo sustituido por otro. Los métodos de ajustes de calidad tienen como objetivo estimar qué parte de la variación del precio ha sido producida por el cambio en la calidad y qué parte se debe a la variación real del precio. El método hedónico consiste en establecer mediante un sistema de regresión estadística una relación entre el precio del producto y las características más significativas que lo componen. Todas las novedades citadas hacen del IPC, base 2001 un medidor de la inflación mucho más ajustado a la realidad y, por tanto, más preciso que sus predecesores. En resumen, se puede decir que a partir del año 2002, comienza una nueva etapa en el cálculo del IPC, que permitirá disponer de una medida de la inflación más ajustada a una economía cada vez más cambiante. 4.- Repercusión del cambio de base en el IPCA. Hasta la firma del Tratado de Maastrich, a finales de 1991, no se planteó la posibilidad de elaborar una legislación que obligara a los países a armonizar sus IPCs. 200 Uno de los criterios de convergencia incluidos en este Tratado se refiere a la estabilidad exigida a los Estados Miembros en materia de precios. En él, se establece el requisito de que la tasa de inflación de cada país permanezca próxima a las de los tres estados que presenten las tasas más reducidas. Es entonces cuando se plantea la necesidad de establecer métodos homogéneos para la medición de la inflación. Por tanto, mejorar la comparabilidad de los IPCs de los estados miembros de la Unión Europea (UE) se convierte en una prioridad. NOVEDADES METODOLÓGICAS DEL IPC BASE 2001. PRINCIPALES AVANCES EN LA MEDICIÓN DE LA INFLACIÓN EN ESPAÑA Con el trasfondo del Tratado, los Institutos de Estadística de la UE comienzan a trabajar para establecer los elementos necesarios para el cálculo de índices de precios de consumo comparables a escala comunitaria. Debido al poco tiempo de que se disponía y al excesivo coste que hubiera supuesto el cálculo de un IPC Armonizado Europeo desde cero, se decidió obtener los IPCAs a través de cambios o modificaciones sobre los IPC existentes en cada uno de los estados miembros. Además, para que todas estas modificaciones fueran de aplicación legal, debían estar claramente definidas y descritas en sus respectivos Reglamentos. Así, se trabajó en la armonización de los aspectos metodológicos fundamentales: la definición de las coberturas del índice, tanto la referida a los bienes y servicios, como la geográfica y de población; la fórmula de cálculo, los períodos de referencia, la recogida y tratamiento de los precios, la obtención y revisión de las ponderaciones y los cambios de calidad. Los primeros índices armonizados, referidos a enero de 1997, se publicaron en marzo de ese año; y desde entonces hasta ahora se ha seguido trabajando en la mejora de la armonización de muchos de los aspectos citados anteriormente. Si bien con el trabajo desarrollado desde 1993 se ha conseguido un gran avance en la armonización, la totalidad de la misma sólo podrá conseguirse con el transcurso de los años, a medida que se vayan estudiando y resolviendo debidamente todos los problemas inherentes a la construcción de un IPC. IPC versus IPCA. A diferencia del IPC, el IPCA tiene como objetivo proporcionar una medida de la inflación comparable dentro del contexto macroeconómico internacional. No está concebido, por tanto, para ser utilizado como instrumento para las revisiones salariales o de rentas. El IPCA se calcula a partir del IPC nacional, sobre el que se aplican algunas modificaciones metodológicas para conseguir el grado de comparabilidad requerido para su utilización en el ámbito de la UE. Es por ello que puede arrojar resultados diferentes a los del IPC por considerar campos de aplicación y coberturas distintas. 201 C L M . E C O N O M Í A Las diferencias entre el IPC y el IPCA español estriban, principalmente, en la cobertura y el redondeo de los índices: Desde enero de 2001 la única diferencia entre el IPCA y el IPC nacional español, en cuanto a la cobertura de bienes y servicios, se refiere al tratamiento de los seguros y la compra de automóviles usados; mientras que el IPC nacional considera el gasto total realizado en estas partidas, el IPCA excluye del mismo las indemnizaciones recibidas por el hogar, en el caso de los seguros, y las transacciones entre hogares en la compra de automóviles usados. Esto supone que la ponderación total eliminada de la estructura del IPCA español se sitúa entorno al tres por ciento (al principio de la publicación del índice, la diferencia de cobertura era aproximadamente del cinco por ciento). En cuanto a la cobertura geográfica y de población, el IPCA cubre el gasto de los residentes y los no residentes en el territorio nacional (incluye el gasto de los extranjeros en nuestro país y excluye el gasto de los nacionales en el extranjero). Este criterio asegura que todos los gastos se contabilizan y que además únicamente lo hacen en el país en que tiene lugar ese gasto, con lo que se evitan omisiones o dobles contabilidades. Como resultado de esta armonización, el gasto total añadido respecto a la estructura del IPC se sitúa en torno al ocho por ciento. Ponderaciones de los grupos en el IPC y el IPCA. (Año 2004). 250,0 200,0 150,0 100,0 50,0 PONDERACIÓN IPC 2004 202 PONDERACIÓN IPCA 2004 12. Otros bienes y servicios 11. Hoteles, cafés y restaurantes 10. Enseñanza 09. Ocio y cultura 08. Comunicaciones 07. Transporte 06. Medicina 05. Menaje 04. Vivienda 03. Vestido y calzado 02. Bebidas alcohólicas y tabaco 01. Alimentos y bebidas no alcohólicas 0,0 NOVEDADES METODOLÓGICAS DEL IPC BASE 2001. PRINCIPALES AVANCES EN LA MEDICIÓN DE LA INFLACIÓN EN ESPAÑA Aparte de esto, la otra gran diferencia entre ambos índices es el método de cálculo de las variaciones. Mientras que en el IPC todas las variaciones se calculan a través de los índices con todos los decimales, en el IPCA se realizan con los índices redondeados a un decimal, lo que puede dar lugar a diferentes tasas de variación. Variaciones anuales en el IPC y el IPCA 5,0 4,0 3,0 2,0 1,0 jul - 04 ago - 04 jun - 04 abr - 04 m ay - 0 4 fe b - 0 4 mar - 04 dic - 03 ene - 04 oct - 03 n ov - 0 3 sep - 03 jul - 03 ago - 03 jun - 03 abr - 03 m ay - 0 3 fe b - 0 3 IPC mar - 03 dic - 02 ene - 03 oct - 02 n ov - 0 2 sep - 02 jul - 02 ago - 02 jun - 02 abr - 02 m ay - 0 2 fe b - 0 2 mar - 02 ene - 02 0,0 IPCA Pero, aparte de estas pequeñas diferencias, el IPC y el IPCA son indicadores muy relacionados entre sí, ya que todas las mejoras producidas en los cambios de base del IPC repercuten directamente en el IPCA, y a su vez, muchas de estas mejoras vienen determinadas por los estudios y avances metodológicos desarrollados en el grupo de trabajo de armonización de los IPCs. Esta reciprocidad se ve, por ejemplo, en la fórmula de cálculo. La determinación de la fórmula de los índices elementales es uno de los temas básicos para la elaboración de un índice armonizado; ésta debe ser la misma en todos los estados miembros si se quiere conseguir una adecuada base comparativa. La fórmula que se debe utilizar es el cociente de medias aritméticas o geométricas. En el caso español se utilizó la media aritmética hasta el índice de diciembre de 2001; con la implantación de la base 2001 del IPC, se pasó a utilizar la media geométrica, al igual que en éste. El período base del IPCA era, al comienzo de su publicación, el año 1992 (el mismo que tenía el IPC en ese momento), aunque el período común de referencia de los índices armonizados se hizo igual a 1996, para que fuera el mismo en todos los países. 203 C L M . E C O N O M Í A Actualmente el IPCA tiene como período base el año 2001 (igual que el IPC), aunque los índices siguen teniendo como período de referencia 1996. En cuanto a las ponderaciones, los IPCAs tienen el mismo período de referencia que sus correspondientes IPCs nacionales y dichos períodos varían según los países. En el caso español el período considerado fue el mismo que el del IPC, es decir, el gasto recogido por la ECPF desde el segundo trimestre de 1999 hasta el primero de 2001; y se han ido actualizando todos los años, al igual que en el IPC, con la última información disponible. Pero la Reglamentación de los IPCAs obliga, desde el comienzo, a la revisión de las ponderaciones periódicamente y a ajustarlas si hay cambios significativos. Sobre la base de ese Reglamento, a partir de enero de 2000 se actualizaron con referencia a diciembre del año anterior, en función de la evolución de su índice respecto del índice general de ese mes. Y, a partir de ese mes, por tanto, se encadenaron los índices. Este es un ejemplo de cómo las mejoras metodológicas aplicadas en el IPCA, tienen efecto en el cálculo del IPC, donde se aplicarán en el correspondiente cambio de base. En relación a la recogida de precios, se han incorporado al IPC, base 2001, dos importantes tratamientos, que ya estaban reglamentados para el IPCA. Uno de ellos se refiere al tratamiento de la falta de precio: hasta la base 2001 el tratamiento de la falta de precio era diferente en el IPC y en el IPCA, ya que en el IPC cuando había falta de precio se repetía el del mes anterior, mientras que en el IPCA esto no se permite, sino que se debe utilizar un procedimiento adecuado de estimación. En el caso español, el método de estimación consiste en dar la variación que tiene la media de los precios efectivamente recogidos. Actualmente, esta mejora se aplica también en el IPC. 204 El otro se refiere a una de las grandes novedades del IPC, base 2001, que es la recogida de los precios con descuento. A raíz de la obligatoriedad de incluir los precios rebajados en el IPCA, se decidió la inclusión de los mismos también en el IPC, ya que implicaba un avance metodológico y su no inclusión era una de las mayores críticas que recibió siempre este indicador. NOVEDADES METODOLÓGICAS DEL IPC BASE 2001. PRINCIPALES AVANCES EN LA MEDICIÓN DE LA INFLACIÓN EN ESPAÑA En otros casos, como el comentado anteriormente sobre cobertura de población, el IPC nacional no cambió su cobertura, pues aunque sí era una mejora metodológica en el IPCA, por los motivos comentados anteriormente, no lo hubiera sido en el IPC, ya que los objetivos de éste (indización de salarios, pensiones o alquileres…) son completamente distintos y podrían verse afectados con la inclusión del gasto de los turistas. Por último, con relación a los cambios de calidad, los tratamientos realizados en el IPCA son los mismos que los del IPC. Éste es sin duda el aspecto más importante en el que se está incidiendo en los últimos años. Esto es así porque puede ser potencialmente una de las fuentes más importantes de sesgos y, por tanto, de falta de comparabilidad entre los IPCA. En este sentido, como en todos los demás, cuando se apruebe cualquier Reglamento, se estudiará la conveniencia o no de su inclusión también en el IPC. Bibliografía: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (1998): Encuesta Continua de Presupuestos Familiares. (Renovada en el 2º trimestre de 1997). Metodología. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (2003): Índice de Precios de Consumo, 2001. Metodología. GARCÍA ESPAÑA, E. y SÁNCHEZ J.M. (1981): Índices de Precios de Consumo, INE, Madrid. 205