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la transmigración placentera
Primera edición: enero de 2012.
D. R. © Omar Lizárraga Morales
D. R. © Instituto Politécnico Nacional
D. R. © Universidad Autónoma de Sinaloa
Ángel Flores s/n, Centro, Culiacán, 80000
(Sinaloa)
Dirección de Editorial
isbn: 978-607-9230-01-2
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier
medio sin autorización escrita del titular de los derechos
patrimoniales.
Editado e impreso en México.
LA TRANSMIGRACIÓN placentera
Movilidad de ESTADOUNIDENSEs A MÉXICO
Omar Lizárraga Morales
instituto politécnico nacional
universidad autónoma de sinaloa
méxico, 2012
Índice
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
I. La movilidad hacia el sur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Primera parte. Migración por placer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Segunda parte. Contextualizando el proceso . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
ii. La inmigración estadounidense en México . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Factores económicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Factores sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Otros factores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
Población estadounidense en México . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
¿Turistas, inmigrantes o transmigrantes? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Literatura sobre la inmigración estadounidense en México . . . . . . . . 94
Efectos de la inmigración estadounidense en México . . . . . . . . . . . 98
iii. Transmigración placentera de origen estadounidense
en Mazatlán, Sinaloa: redes, prácticas transnacionales y efectos . . . . . . . 103
Turismo en Mazatlán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .104
Inmigración estadounidense en Mazatlán . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Perfil socioeconómico y demográfico de los estadounidenses
en Mazatlán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
Redes sociales de los estadounidenses en Mazatlán, Sinaloa . . . . . . . 112
Prácticas transnacionales de los estadounidenses
en Mazatlán, Sinaloa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Medios de información locales de los estadounidenses en Mazatlán . . 129
Efectos de la inmigración estadounidense en Mazatlán . . . . . . . . . . 130
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índice
Impactos ambientales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
iv. Transmigración placentera de origen estadounidense
en Cabo San Lucas: redes, prácticas transnacionales y efectos . . . . . . . . 139
Turismo en Los Cabos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .142
Inmigración estadounidense en Cabo San Lucas . . . . . . . . . . . . . . 143
Perfil socioeconómico y demográfico de los estadounidenses
en Cabo San Lucas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
Redes sociales de los estadounidenses en Cabo San Lucas . . . . . . . .149
Prácticas transnacionales de los estadounidenses
en Cabo San Lucas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
Medios de información locales de los estadounidenses
en Cabo San Lucas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156
Enclave étnico estadounidense en Cabo San Lucas . . . . . . . . . . . . 157
Efectos de la inmigración estadounidense en Cabo San Lucas . . . . . . 159
Impactos ambientales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .170
v. Comparativo de Mazatlán y Cabo San Lucas . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
Redes sociales y transnacionalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
Efectos sociales y ambientales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
Comportamiento y tendencia futura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
vi. Conclusiones y algunas reflexiones teóricas . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
Transnacionalidad de los estadounidenses en México . . . . . . . . . . .190
Futuras posibles investigaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
Crítica y aporte al enfoque teórico transnacional . . . . . . . . . . . . . .196
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .199
Anexos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
Introducción
Cuando pensamos en la migración o en los migrantes, nos vienen a la mente
personas que para realizar el desplazamiento geográfico tienen que gastar gran
parte de sus ahorros; que tienen que hacer largas filas para solicitar una visa
que a menudo les es negada; que pagan cifras exorbitantes a traficantes de personas; y que cuando logran llegar a las sociedades de destino, sufren actitudes
xenófobas y condiciones laborales injustas. (Croucher, 2009: 206). Muy rara
vez, quizá nunca, nos vienen a la mente ciudadanos del primer mundo que se
dirigen hacia países en vías de desarrollo, que lo hacen sin dificultades legales,
que viajan continuamente entre los países sin ningún tipo de restricción legal,
que son bienvenidos en los lugares de destino, que viven en las mejores zonas
residenciales y que gozan del uso de tecnologías avanzadas.
Sin embargo, este segundo grupo de personas compone una nueva tipología migratoria, misma que no responde meramente a necesidades económicas o laborales: está compuesto por habitantes de los países del norte que
se dirigen hacia los del sur o, si se prefiere, de los países ricos hacia los países
pobres. En el caso de América, lo componen principalmente estadounidenses anglosajones, quienes se establecen en países como Costa Rica, Panamá,
Venezuela, Argentina y sobre todo en México. Ellos tienen una edad que les
permite gozar de tiempo libre y recursos económicos para vivir fuera de su
tierra natal con relativa comodidad.1 Según palabras de Peré Salvá, se trata de
un modelo migratorio residencial basado en el consumo y no en la producción (Salvá, 2005).
1 En la ciudadanía de las sociedades económicamente más avanzadas ha brotado la nostalgia por paisajes y modos de vida difíciles de hallar en sus entornos habituales, lo que ha
contribuido al surgimiento de estas nuevas formas de movilidad residencial (Mazón et al.,
2009).
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El fenómeno ha sido denominado de diversas maneras: Amenity Migration ( Janoschka, 2008), Affluent Migration (Shriewer, 2006), Priviledged Migration (Croucher, 2009), North-South Migration (Balslev, 2008; Bozic, 2006),
Retirement Migration (Gustafson, 2008; Rodriguez, 2005), Residential Tourism
(Bielza y Bohl 2009; Huete, 2008ª), Elite Migration ( Janoshcka, 2009), Elderly Migration (Illés, 2005), Consumption-Led Mobility (Huber, 2005).
Este libro trata sobre este nuevo tipo de migrantes. Y dadas las limitaciones de los conceptos hasta hoy formulados para denominar al fenómeno,
he decidido utilizar el de transmigración placentera y, en consecuencia, a los
que participan de ella transmigrantes placenteros. Transmigración por la alta
movilidad que tienen sus actores entre los países de origen y los de destino y
viceversa, además de que todos ellos mantienen lazos sociales, económicos o
políticos en ambos países.
Puesto que esta movilidad está compuesta por personas que buscan un
mejor estilo de vida, que comparan racionalmente su estado en los lugares
de origen con los beneficios en el lugar receptor (ritmo de vida más relajado,
clima más agradable, beneficios económicos y de salud, etcétera.), la adjetivamos con el término placentera.
Decimos que estos migrantes realizan prácticas transnacionales por lo
siguiente: 1. Por gozar de solvencia económica, casi todos tienen acceso a alta
tecnología en medios de comunicación para mantener contacto con sus lugares de origen; 2. Dada su situación de jubilados, tienen el tiempo y el dinero
para llevar a cabo viajes frecuentes de ida y vuelta; 3. Por la flexibilidad de la
política migratoria del Estado mexicano, los estadounidenses gozan de una
legalidad con la que pueden «entrar y salir» del país con total libertad; 4.
Puesto que su principal ingreso son sus pensiones, las decisiones de Estado
impactan directamente en su economía; esto los motiva a participar políticamente a través del voto desde el exterior; 5. El hecho de que sus descendientes
vivan aún en Estados Unidos los motiva también a mantener comunicación
continua con ellos, y 6. Distribuyen su ingreso en dos países o en dos economías.
A pesar de la importancia creciente de la migración estadounidense con
todos sus impactos en las localidades receptoras, esta ha sido escasamente
valorada en México. Son pocas las investigaciones académicas de relevancia
al respecto; entre ellas se cuentan Palma (1990, 2006), Cabral (2006, 2007),
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Truly (2002), Sunil, et al. (2007), Croucher (2010) y una previa a ésta realizada por quien escribe (Lizárraga, 2006b, 2008a).
La transmigración placentera de personas mayores no es un fenómeno
nuevo; sus antecedentes se remontan a los años cincuenta del siglo XX. Lo
que sí es novedoso es la gran dimensión que está adquiriendo en términos del
tipo de población involucrada así como por los impactos que está teniendo
en las localidades receptoras.2 Además, este flujo adquirirá mayor importancia, pues estamos presenciando una jubilación masiva de los integrantes de la
generación del llamado Baby Boom. Nacidos en la posguerra (entre los años
1946 y 1964), hoy representan dos terceras partes de la población mundial, es
decir más de 6 mil quinientos millones de personas, y, en el caso estadounidense, más de 76 millones de ciudadanos (Dailey, 2005).3
Consideramos que el número de estadounidenses radicados en México
irá en aumento, sobre todo si tomamos en cuenta que en Estados Unidos el
debilitamiento del Estado benefactor está llevando a un incremento en los
costos médicos personales, y que la dependencia del Seguro Social y de las
pensiones es cada vez menor, lo que redunda en que los ciudadanos busquen
hacer rendir más sus ingresos; las nuevas tecnologías de comunicaciones y
transporte hacen menos costosos los movimientos migratorios (Longino,
2001); y que cuando entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN)4 en 1994, los integrantes de la generación del Baby Boom
2
En la actualidad, gracias a la mejora de los ingresos en el momento de la jubilación y
a la revolución del transporte aéreo, quienes se jubilan cuentan con tres opciones: pueden
permanecer en el área donde han vivido sus familias y en donde ellas han trabajado; pueden
trasladarse a otro país en el que tengan parientes cercanos o amigos; o bien, pueden trasladarse a cualquier parte del mundo que cuente con un mejor clima o un ambiente ameno, así
como bajo coste de vida y vivienda (Warnes et al., 2005).
3 Para el caso que ocupa esta investigación, la corriente migratoria está compuesta principalmente por personas mayores de 45 años de edad, un segmento de la población estadounidense muy numeroso. Según el Censo de Estados Unidos de 2011, en julio del año 2009 había
124 millones 580 mil 683 adultos mayores de 45 años, lo que representa alrededor del 39.98 %
de la población total (311 millones 567 mil 768 de personas) de aquel país.
4 Ahora bien, el flujo crecerá hacia los países que han firmado tratados para liberar el
comercio con Estados Unidos, como es el caso de México, que lo firmó en 1994. Como dice
Hollifield (2006), las migraciones y el comercio están inseparablemente ligados: son dos lados de la misma moneda. En efecto, a raíz de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC)
se incrementó la migración, no sólo de mexicanos hacia Estados Unidos, sino también de
estadounidenses hacia México.
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tenían de 37 a 45 años de edad, perfilándose, en aquel tiempo, como un sector
de población estadounidense que aprovecharía las nuevas condiciones de la
relación para residir en México después de jubilarse.
El Migration Policy Institute (MPI) ubica siete estados mexicanos que reciben mayor número de este tipo de inmigrantes: Jalisco, Baja California, Baja
California Sur, Nuevo León, Sonora, Chihuahua y Guanajuato. Los siguen
todos los demás estados más cercanos a la frontera norte como Sinaloa, Durango, Zacatecas y Tamaulipas (MPI, 2006). El mismo instituto menciona diez
destinos particulares o polos de atracción: Guadalajara y Chapala, en Jalisco;
León y San Miguel de Allende, en Guanajuato; Monterrey, en Nuevo León;
Ciudad Juárez, en Chihuahua; Tijuana, Mexicali, Rosarito y Ensenada, en Baja
California, y Los Cabos, en Baja California Sur. El estado de Sinaloa no aparece
entre los primeros siete destinos migratorios más populares de estadounidenses en el país, pero si tomamos en cuenta la referencia del Instituto Nacional
de Migración (INM), los siete principales estados receptores de inmigrantes
estadounidenses por orden de importancia son: Baja California Sur, Baja California, Chihuahua, Jalisco, Guanajuato, Distrito Federal y Sinaloa.
El presente estudio lo delimitamos geográficamente a las localidades de
Mazatlán, en el estado de Sinaloa y Cabo San Lucas en el de Baja California
Sur.5 Escogimos estos dos lugares por ser los puertos turísticos más importantes de dos estados que, según el INM, están entre los más poblados por
ciudadanos estadounidenses en la región noroeste de México. Se trata de dos
destinos turísticos costeros que tienen sus características peculiares. Mazatlán es un destino turístico de sol y playa tradicional que se encuentra en una
etapa de lento crecimiento comparado con otros destinos turísticos; sin embargo, ha ido ganando preferencia entre los migrantes estadounidenses, principalmente jubilados, como lugar de residencia permanente. Cabo San Lucas
5 En este estudio no vimos a profundidad otros destinos de inmigrantes estadounidenses
en México, como San Miguel de Allende o Ajijic, debido a que sus características son distintas a las de los lugares en que nos enfocaremos. En aquellos lugares, la inmigración estadounidense inició en los años sesenta, con pintores, músicos, escultores y hippies que buscaban
un lugar distanciado de su lugar de origen y vivir con un ingreso bajo, aunque posteriormente
cambió su perfil socio-económico. El tiempo histórico y las características migratorias de
esas localidades difieren de la inmigración que ha tenido lugar en los últimos diez años en la
región costera del noroeste de México.
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es un destino turístico «estratégicamente planeado», relativamente nuevo,
que por su planeación urbana, características geográficas y fomento, es de los
más visitados por los turistas estadounidenses.
La importancia de realizar un estudio comparativo en estas dos localidades del noroeste mexicano, radica en la necesidad de conocer los factores
de atracción que posee cada uno, así como el perfil de sus participantes, pues
hemos observado que en cada destino de México éstos varían.
Para conocer el proceso migratorio y las prácticas transnacionales, objeto de nuestro estudio, usamos métodos cualitativos y cuantitativos. En cuanto a los primeros, realizamos entrevistas a profundidad a los actores sociales
inmiscuidos. Estas entrevistas son de dos tipos:
a) estructuradas, con el fin de obtener información necesaria para conocer sus prácticas transnacionales de tipo social, cultural, político
y religioso.
b) no estructuradas, las que dieron la libertad al entrevistado de hablar
sobre otras cuestiones que él consideró importantes.
Las entrevistas, tanto en Mazatlán como en Cabo San Lucas, fueron realizadas en su mayoría en domicilios particulares de los mismos entrevistados
entre los meses de diciembre y marzo de los años 2008, 2009 y 2010, pues
son los meses en que hay un mayor número de transmigrantes en territorio
mexicano. De igual manera, reconstruimos historias de vida, toda vez que
pueden ser muy útiles para ilustrar cómo es que se fueron insertando en estos
destinos.
Por lo que toca al método cuantitativo, levantamos una encuesta a los
migrantes en cada uno de los destinos a estudiar. El cuestionario fue diseñado
con un formato de respuestas guiadas para poder lograr una encuesta flexible,
discreta y confiable; consta de tres fases: en la primera se recaban los datos
socioeconómicos y demográficos; en la segunda se recogen datos sobre las
redes sociales referidas a la importancia en la decisión de migrar. Finalmente se aplican preguntas sobre prácticas transnacionales dirigidas a temas de
índole político, social y cultural. También quisimos saber las causas por las
que decidieron emigrar y por las que seleccionaron este lugar de destino, así
como sobre las actividades que realizan una vez ubicados en su nuevo lugar
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de residencia. De igual manera, esta encuesta buscaba conocer sus principales características culturales, como aficiones, gustos, expectativas, actitudes
hacia las sociedades receptoras, las condiciones del lugar y sus relaciones con
el mismo.
Antes de salir a realizar el trabajo de campo teníamos que asegurarnos
de contar con una representatividad confiable en el levantamiento de los datos. Por ello tomamos una muestra de un universo que tomamos de la población registrada oficialmente en el Instituto Nacional de Migración hasta
el año 2008 en cada uno de los dos destinos a estudiar: 3773 en Mazatlán y
6123 en Cabo San Lucas (INM, 2008), pero es de tomar en cuenta que existe una población flotante que habita en estos lugares bajo la modalidad de
turistas, mismos que no son registrados en las estadísticas oficiales. Para tomar el muestreo añadimos al universo el porcentaje de población que, según
una encuesta piloto, habita bajo la modalidad de turistas, esto es: el 24 % en
Mazatlán y el 20 % en Cabo San Lucas. Si sumamos este porcentaje, extraído
de la población total registrada, nos da un total de 4678 estadounidenses en
Mazatlán y 7347 en Cabo San Lucas.
Utilizando un paquete estadístico, tomando 5 % de error máximo y 85 %
de confianza representativa, y tomando en cuenta la población total estimada
por nosotros, el tamaño de la muestra para la encuesta fue de 199 y 202 cuestionarios en Mazatlán y Cabo San Lucas respectivamente.
Con la comparación de ingresos económicos en distintos periodos por
medio del turismo de tercera edad —que se obtuvieron en la Secretaría de
Turismo— se analizaron los efectos económicos que tiene la inmigración estadounidense, por ejemplo el impacto de las adquisiciones de bienes raíces.
Los criterios utilizados en la selección de población para la aplicación
de la encuesta fueron los siguientes:
• Ser de nacionalidad estadounidense, y
• Habitar por largos periodos —de manera continua o intermitente—
una vivienda en Mazatlán o Cabo San Lucas (propia o en arrendamiento)
Es importante hacer algunas aclaraciones respecto a esta población objetivo: a) no fueron tomados en cuenta los menores de 18 años de edad cuya
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estancia en México es generalmente en compañía de sus padres y particularmente por motivos turísticos; b) la población que más nos interesa es la jubilada, sin embargo esta variable no fue tomada en cuenta para la aplicación del
cuestionario. Es decir, fueron encuestados tanto estadounidenses retirados
como laboralmente activos.
El levantamiento de la encuesta se hizo de manera personal en los dos
destinos, también entre los meses de diciembre y marzo de los años 2008,
2009 y 2010. La encuesta se aplicó en: 1. los centros de reunión de sus organizaciones; 2. en sus lugares de culto religioso; 3. en centros comerciales;
4. en sus domicilios, y 5. por medio de correo electrónico. La aplicación de la
encuesta y las entrevistas fue de manera aleatoria simple, ya que nos interesaba tomar muestras de todos los estratos socioeconómicos y conocer el perfil
general de la población objetivo. La etnicidad no fue variable para el levantamiento de la información, aunque cabe decir que los encuestados, casi en su
totalidad, fueron personas anglosajonas, con algunas excepciones en que fue
aplicada a personas de origen hispano y afroamericano.
En cuanto al análisis y evaluación de los impactos sociales y ambientales generados por esta inmigración internacional, este se realizó mediante la
observación no participante de los espacios físicos en cuestión; mediante fotografías ilustramos los efectos negativos que han sufrido estos frágiles ecosistemas. También se consultaron las fuentes oficiales de la Secretaría del Medio
Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), particularmente acudimos
para analizar las manifestaciones de impacto ambiental de desarrollos inmobiliarios turísticos de las zonas en cuestión. Para poder explicar el impacto
económico se acudió también a fuentes gubernamentales, particularmente a
las secretarías de Turismo (SECTUR) de ambos estados con el fin de obtener
cifras confiables sobre el sector inmobiliario.
La información extraída de los cuestionarios fue codificada con el fin
de formar una base de datos en el paquete estadístico SPSS que a su vez fue
sometida a un análisis y graficada en el programa Excel con el fin de darle
interpretación en los capítulos de esta tesis. Las grabaciones de voz de las entrevistas fueron almacenadas y analizadas con el fin de citarlas textualmente y
posteriormente darles interpretación en el texto.
Finalmente, cabe aclarar que adoptamos una postura crítica en torno a
los efectos generados por la transmigración estadounidense hacia México, lo
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omar lizárraga morales
cual no quiere decir que estemos en contra de ella, pero sí pensamos que es
un flujo migratorio que debe ser regulado por políticas de Estado, y sobre
todo debe ser organizado.
Este libro se divide en seis capítulos. En el primero elaboramos el marco teórico. Puesto que este flujo migratorio está principalmente compuesto
por personas laboralmente jubiladas, retomamos la literatura sobre la migración de retiro en distintas regiones del mundo. Reforzamos nuestro marco
apoyándonos en la Teoría del Sistema Global (Wallerstein, 1974; Sklair, 2003;
Faist, 2008) para explicar esta movilidad humana; luego, en el enfoque teórico transnacional (Schiller et al., 1992; Smith, 2005; Levitt, 2001a) y de redes
rociales para explicar sus prácticas (Coleman, 1988; Putman, 1993; Bourdieu,
1988; Fukuyama, 1995).
En el segundo capítulo describimos el contexto económico y social de
los dos países. Se analizan las causas que originan esta movilidad en el caso
de Estados Unidos-México y se profundiza en el fenómeno demográfico del
Baby Boom y los sistemas de seguridad social actuales en aquel país. Por otro
lado, de manera general se habla sobre el impacto económico, social y cultural
que tiene este flujo en las principales comunidades receptoras.
En los capítulos tercero y cuarto estudiamos el contexto de las dos localidades de estudio, Mazatlán y Cabo San Lucas, respectivamente. Se analiza
el proceso de la inmigración estadounidense, con su perfil socioeconómico
y demográfico, causas, redes, prácticas transnacionales así como los impactos sociales y ambientales. En el quinto, hacemos la comparación del proceso
migratorio en los dos destinos mexicanos. Comparamos sus prácticas transnacionales, sus perfiles, causas y efectos. Finalmente, en el sexto capítulo,
presentamos conclusiones de la investigación con un aporte y una crítica al
enfoque transnacional.
I. La movilidad hacia el sur
Primera parte. Migración por placer
El modelo migratorio que presentamos en este libro es referido al movimiento que efectúan personas en busca de condiciones benéficas y placenteras, ya
sean de carácter económico, social o climático. Por esto retomamos y reforzamos el término de Lifestyle Migration, mismo que es utilizado en la literatura
europea (O,Reilly, 2000, Wishiteni et al., 2009).
El término lifestyle es utilizado en las revistas de moda, por ejemplo, para
presentar las últimas novedades, sean de vestuario, de muebles u otros utensilios. Pero el término también se emplea en la vida cotidiana como sinónimo de
calidad de vida. En los estudios sobre migración norteuropea a España, el término es utilizado para explicar el comportamiento de movilidad que efectúan
las personas con el fin de mantenerse en forma, tanto física como psicológica;
de la posibilidad de consumir cultura, de mantenerse informados, de poder
elegir una u otra forma de ocio, de rodearse de pequeñas o grandes comodidades. Lifestyle Migration —su denominación en inglés— es para Benson y
O,Reilly «una movilidad espacial de individuos relativamente adinerados de
todas las edades que se movilizan por cortas o largas temporadas a lugares que
por varias razones les ofrecen una mejor calidad de vida» (2009b: 2).
Este tipo de migrantes busca una mejor calidad de vida, pero no sólo
en el sentido económico, sino que también huyen de los posibles malos escenarios que se pudieran presentar en su lugar de origen, como la soledad, la
rutina, el poco ejercicio físico, la inactividad, etcétera. Sus participantes pueden también estar en busca de una aventura o escapar de la monotonía. Aún
cuando ellos se caracterizan por practicar el ocio en las comunidades receptoras, muchos de ellos emprenden actividades lucrativas. Aparentemente el he17
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cho de migrar tiene un impacto en sus vidas, un impacto de autorrealización
(Benson y O´Reilly, 2009b).
Para el migrante por estilo de vida, su principal causa de movilidad no radica en la realización de un trabajo remunerado en el lugar de destino, sino el
recreo, el ocio, las vacaciones, un tratamiento médico, o disfrutar de las playas
o el clima, al tiempo que mantienen una calidad de vida aceptable (Wishiteni
et al., 2009).
Aunque no llamada de esta forma, la migración por estilo de vida por largas o cortas temporadas es un rasgo común que distingue a la sociedad estadounidense. Hay abundantes estudios sobre la migración al interior de Estados Unidos en busca de un mejor clima, de lugares donde mantenerse social y
físicamente activos como en Florida, California u otros destinos de playa. Por
ejemplo, en una investigación llevada a cabo en el condado de Chautauqua,
New York (Krout, 1983) se llevó a cabo una encuesta con los adultos mayores
de 60 años para conocer las razones de su preferencia en el destino. De un
total de 1279 personas, el 13 % de ellos fueron clasificados como migrantes
temporales. Al cuestionarles acerca de las razones de su cambio de residencia
temporal, la respuesta más frecuente fue «buscar un mejor clima» (74.2 %),
seguido por la distancia «estar cerca de la familia» (7.4 %), posteriormente razones de salud (6.45 %), «oportunidades de recreación» (2.5 %), «mejores viviendas» (1.8 %), y finalmente «bajos impuestos» y «bajo costo de
vida» (0.6 % cada uno). Una vez más, los entrevistados fueron cuestionados
para conocer su nivel de satisfacción de residencia en el destino, más no se
les cuestionó como se informaron del lugar antes de adquirir sus viviendas.
Como vemos en este caso, el factor económico, como causa de migración
interna, es secundario.
Longino hace también una interesante afirmación, al descubrir que los
migrantes permanentes atraen a los migrantes temporales. En un estudio sobre migrantes temporales canadienses en Florida, descubrió que el 18 % de
ellos tenían familiares que residen permanentemente al menos a una distancia de 50 millas, y el 70 % tenía amistades residiendo permanentemente en el
área. El autor argumenta que los migrantes permanentes proveen información sobre el lugar a los migrantes temporales (Longino et al., 1991).
Ahora, si bien los migrantes permanentes atraen a los migrantes temporales, en su gran mayoría, los segundos practican los movimientos migrato-
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rios como un estilo de vida. Es decir, en su gran mayoría (80 %) no se mudan
permanentemente, mas sí extienden sus visitas o las hacen con más frecuencia (Tucker, 1991).
La mayoría de los estudios no distingue la diferencia entre turismo y migración de estilo de vida, ya que algunos turistas disfrutan tanto los destinos
que visitan que incluso compran una vivienda y hacen repetidas visitas en
el área. Algunas veces lo hacen por varias semanas continuas y pasan «desapercibidos» entre los turistas tradicionales. Aquí cabe la interrogante de si
sólo podemos considerar como inmigrantes a quienes permanecen tres meses continuos en un lugar, o si también podemos considerar a los que reúnen
tres meses o más a través de diferentes visitas a lo largo de un año y durante
varios años continuos.
Migración internacional de retiro
Puesto que la transmigración placentera de origen estadounidense hacia Maza-tlán y Cabo San Lucas está compuesta principalmente por personas que
buscan mantener o mejorar su calidad de vida, es preciso también apoyarnos
en el concepto de migración internacional de retiro. Entendemos como tal «al
movimiento geográfico que realizan las personas jubiladas de manera prolongada traspasando los límites geográficos de su país de origen» (Wiseman,
1980). De aquí se desprende el concepto de gerontoinmigración (Echezarreta
et al., 2005) para aludir al conjunto de conocimientos que, de alguna forma
solidaria e interdisciplinaria, actúan en el estudio del fenómeno complejo de
la movilidad de personas mayores. Lo siguiente es lo que se ha escrito sobre
estos movimientos.
Las características particulares de las personas que cambian su residencia tras la jubilación, son descritas por diversos autores, entre otros por Charles Longino (2001) en Estados Unidos, o King, Warnes y Williams (1998)
en Europa. Estos autores coinciden en sus estudios de caso, en que el hecho
de tener un cónyuge, contar con una buena salud, con un nivel económico
medio-alto, contar con redes sociales, así como tener el deseo de gozar de un
clima más cálido, son características coincidentes de las personas que migran
a la periferia una vez jubilados.
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Charles F. Longino (2001), investigador de la Universidad de Wake Forest quien en el 2002 fue nombrado presidente de la Association for Gerontology in Higher Education (Asociación en Educación Superior para la Gerontología) y quien es el líder en los estudios de la migración de retiro al interior
de los Estados Unidos, clasifica tres tipos de movimientos migratorios en las
edades mayores, de acuerdo a su estilo de vida:
El primer movimiento. Cuando los retirados tienen matrimonios intactos, son relativamente sanos y cuentan con un alto ingreso una vez retirados,
existen presiones sociales hacia algunos de ellos para reubicarse residencialmente y disfrutar de sus pensiones; muchos de ellos eligen lugares donde han
vacacionado antes, otros eligen aquellos donde tienen lazos familiares. Las
razones de este tipo de migración son complejas pero tienen mucho que ver
con los atractivos y amenidades, así como con las redes sociales formadas.
Estas personas cuentan con una habilidad para hacer un cambio psicológico
de identidad al moverse de un lugar al otro. Para Newbold (1995) los destinos
que cuentan con un clima cálido y con gran número de habitantes retirados
son sitios que atraen a otros posibles futuros migrantes. Para este autor influye también el haber tenido una experiencia turística agradable en el lugar para
tomar la decisión de realizar este movimiento.
El segundo movimiento. Este ocurre cuando las personas mayores desarrollan enfermedades crónicas que hacen difícil las tareas cotidianas en el hogar, una situación a menudo acompañada por la viudez. Los adultos mayores
que se mudaron lejos de sus hijos años atrás, tienden en esta etapa a reubicarse cerca de ellos.
El tercer movimiento. Relaciones limitadas con parientes es la tercera razón para llevar a cabo un cambio de residencia, y generalmente lo es debido
a problemas de salud. La mayoría de las veces este movimiento es a corta
distancia y a casas de asistencia, ya que cuando una persona adulta sufre de
enfermedades crónicas y carece de apoyo familiar, entonces la ayuda institucional se vuelve crucial.
En este análisis teórico, agregaríamos un cuarto movimiento que efectúan
los migrantes de la tercera edad de Estados Unidos y Canadá hacia Latinoamérica. Se refiere al desplazamiento que efectúan los individuos racionales que
obtienen un beneficio económico como resultado de migrar a una economía
en vías de desarrollo. En el caso de los estadounidenses, deciden trasladarse
la transmigración placentera
21
hacia donde pueden mantener o adquirir un mayor nivel en la estructura social mediante el ingreso que perciben en su país. La economía neoclásica que
explica la migración de sur a norte, bien puede ser aplicada a este movimiento
migratorio que se efectúa de manera contraria.
Para el caso de la migración internacional de retiro, si bien puede ser
ocasionada por un tipo de movimiento en específico, de los tres que menciona Longino, puede ser también resultado de una combinación de ellos y del
cuarto movimiento que proponemos en este análisis.
Wiseman (1980) otorga un marco teórico útil para explicar este fenómeno. Sugiere que la decisión de migrar puede ser vista como el resultado de una
serie de etapas. Visto el fenómeno desde su aportación, la experiencia turística puede influir en la decisión de migrar. El proceso de la toma de decisión
empieza con una evaluación de su actual estilo de vida. Esta incluye experiencias personales y factores externos que pueden ser positivos (atracción) o negativos (rechazo). Una experiencia satisfactoria en la práctica turística puede
ser un factor de atracción en esta etapa. El planteamiento de Wiseman resulta
lógico porque en la gran mayoría de los casos, tal y como lo demuestran diferentes estudios empíricos, el emigrante de retiro toma su decisión basada en
un conocimiento previo, así haya sido basado en visitas turísticas cortas, del
lugar que selecciona.
Una vez que el individuo toma la decisión de migrar hace una evaluación
de su situación personal y de los factores externos que podrían hacer más fácil el movimiento migratorio. Una experiencia migratoria temporal anterior
puede tener un impacto positivo en esta etapa. Los retirados que han experimentado un movimiento anterior, pueden ser clasificados como migrantes
temporales (Espinoza et al., 1996). Después de evaluar los factores personales
y externos, el retirado decide entre migrar o mantenerse en el mismo lugar de
residencia. La persona que decide migrar puede escoger un lugar en la misma
área, optar por la migración temporal, nacional o internacional, o por la migración permanente nacional o internacional.
Una vez que la decisión está tomada, es seleccionado el lugar de destino.
En este punto, una experiencia turística puede jugar un importante rol, otorgando información sobre sitios potenciales. Los destinos que cuentan con un
clima cálido y con gran número de habitantes retirados son sitios que atraen a
otros posibles futuros migrantes (Newbold, 1995). Otros investigadores han
22
omar lizárraga morales
encontrado que un gran número de personas que se encuentran considerando su retiro, toman en cuenta sólo aquellos lugares en los que han vacacionado anteriormente (Wiseman y Curtis, 1979). En este sentido, los migrantes
perciben un estilo de vida relajado en un área determinada, y posteriormente
deciden migrar, apoyados por los imaginarios del lugar de destino que ofrece
un estado ideal. El turismo facilita este movimiento construyendo y vendiendo estos ideales. Entonces, a través de este proceso, los centros turísticos se
convierten en destinos migratorios (Benson y O,Reilly, 2009b).
Sin embargo, algunas personas retirados viajan a lugares donde no han
vacacionado anteriormente, sino que lo hacen buscando comunidades de
retirados. Estas personas no son influenciadas por experiencias personales,
sino por información y mercadotecnia por parte de promotores de aquellas
comunidades, o bien por experiencias de las redes de amigos o parientes que
han migrado a esas comunidades anteriormente (Reeder et al., 1995).
Es de gran importancia la relación entre el turismo y la posterior residencia tras la jubilación. Gracias al desarrollo turístico se crean condiciones
de oferta y demanda para visitas y migración después de jubilarse. El desarrollo de complejos turísticos bien equipados favorece la creación de aeropuertos, hoteles y conjuntos departamentales que con anterioridad eran utilizados por completo por turistas, pero que en la actualidad en Estados Unidos
han sido adaptados para aquellos visitantes que se trasladan en temporada
baja, o para residentes que finalmente deciden fijar allí su residencia (Warnes
et al., 2005).
Para la toma de decisión son importantes también otros factores como
las facilidades para inversiones en vivienda y la existencia de redes sociales.
También deben tomarse en cuenta cuando se habla de la población estadounidense otros aspectos culturales y sociales como la edad y la pertenencia
étnica. Entre ellos, por ejemplo, conforme aumenta la edad, las similitudes
raciales se vuelven menos importantes en el proceso de toma de decisión. La
ayuda mutua entre la población se torna más importante en la vejez debido a
la necesidad de servicios que se obtienen gracias a su agrupamiento.
la transmigración placentera
23
Tipología del migrante y lugares de retiro
Los migrantes internacionales en general, son caracterizados de acuerdo a
su situación legal, a las motivaciones para migrar, edad o género. O´Reilly
(2000) hace en su estudio una clasificación de visitantes británicos en las costas españolas de acuerdo a su tiempo de residencia: residentes, visitantes y turistas. Subdivide a su vez a los residentes en: residentes de tiempo completo,
residentes retornantes, visitantes temporales y visitantes ambulantes.
Residentes de tiempo completo. Son los individuos que se han mudado
al área permanentemente y afirman no tener el deseo de regresar a sus lugares de origen. Muchos de ellos poseen propiedades o negocios, mientras
que otros rentan. Muchos son jubilados, pero un gran número desempeña
actividades lucrativas.
Residentes retornantes. Consideran a España como su hogar, en su mayoría son jubilados o independientes económicamente que pasan el mayor
tiempo del año en el área pero regresan a Inglaterra cada verano de dos a cinco meses para escapar de las altas temperaturas y de la multitud de turistas.
Pasan un buen tiempo con sus familiares que dejaron atrás y muchos poseen
vivienda en España, pero un número significante de ellos renta departamentos o villas.
Visitantes temporales. Son personas que viven en Inglaterra pero que
regresan a España cada invierno atraídos, entre otras cosas, por las oportunidades de ocio, bajo costo de vida, el tipo de recibimiento a la comunidad
británica establecida en el área y el clima agradable. Ellos por lo general pasan
suficiente tiempo en España y tienen lazos emocionales con el lugar.
Visitantes ambulantes. Ellos usualmente tienen una segunda casa en España y visitan el área cuando pueden. Estas visitas pueden no tener un patrón
o conducta y pueden ser dictadas por negocios, trabajo o salud. No obstante,
se consideran migrantes antes que turistas. A menudo son propietarios de
negocios y usualmente tienen un alto nivel adquisitivo para poder mantener
este estilo de vida.
La misma O´Reilly (2000) aclara que un individuo puede cambiar en su
clasificación, por ejemplo no regresar a Inglaterra en verano, y así convertirse
de residente temporal en residente de tiempo completo. A su vez, dentro de
cada grupo existen personas que aún llevan a cabo algún tipo de actividad y
24
omar lizárraga morales
las que son jubiladas. Dentro del grupo de los jubilados, distingue tres categorías; los completamente inactivos, los jubilados que aún tienen alguna
actividad, y los que obtuvieron otro empleo en esta etapa de su vida.
Salvá (2005) por su parte, en su estudio sobre retirados europeos en las
Islas Baleares, España, hace la siguiente tipología:
Residentes de larga duración: básicamente forman una tipología residencial de segunda residencia, forman parte de un importante
contingente cuya estancia supera los tres meses y superan la fase de
estancia como turistas. Muchos de ellos mantienen sus residencias
habituales en sus lugares de origen. En muchos casos se ubican cerca
de puertos náuticos con el objeto de combinar la tranquilidad, el sol,
el mar y la práctica de deportes náuticos.
Pensionistas, prejubilados y jubilados, residentes permanentes en nuevas urbanizaciones y/o rurales: representan la plasmación de un flujo
ciudad-campo con origen en las principales ciudades. Estos inmigrantes provocan un incremento importante de los precios del suelo
urbano y rural
Encontramos solo dos autores que hacen una clasificación de los migrantes de retiro de acuerdo con su integración cultural en la sociedad receptora. Truly (2002), en su estudio de caso en la rivera del Lago de Chapala en
Jalisco, México. En su investigación hace cuatro clasificaciones:
1. Los seleccionados tradicionalmente negativos (traditionallly negatively
selected), son los que están insatisfechos con su país de origen y son atraídos
por otra cultura; 2. Los migrantes positivamente seleccionados (positevely selected migrants), son los que están satisfechos con su país de origen pero además son atraídos por la cultura receptora; y 3. Los importadores de estilos de
vida (importing a lifestyle), grupo de migrantes que es el más nuevo en el Lago
de Chapala; esta comunidad lleva un estilo de vida como en Estados Unidos
ignorando la cultura local. 4. Un cuarto tipo de inmigrante es el expatriado
(expatriate), el cual es el referido a los veteranos de guerra; ellos están insatisfechos con su país de origen, pero a la vez no están interesados en integrarse
en la cultura local receptora.
la transmigración placentera
25
Por su parte Per Gustafson (Koch-Schulte, 2008), basado en inmigrantes suecos en España, hace tres clasificaciones de estilos de vida transnacional: 1. Adaptación multilocal (Multi-local adaptation), la forman los jubilados
que se adaptan fácilmente a otras culturas. A menudo aprenden el idioma de
la sociedad receptora, algunos lo hablan fluidamente. Ellos miran la televisión
sueca y tienen amigos de su misma nacionalidad, pero también se asocian con
la comunidad española. 2. La normalidad translocal (translocal normalitality), son los jubilados que tienen un bajo grado de aculturación, reproducen
las pautas culturales suecas sobre las españolas y son vistos por los jubilados
de adaptación multilocal como de mente cerrada. Y 3. Temporales rutinarios
(Routinised sojourning), ellos tienen poca adaptación multi-local, tienen un
apego a Suecia, no les molesta ser considerados como turistas y ellos mismos
en ocasiones se llaman migrantes temporales.
En cuanto a la tipología de los lugares receptores de estos migrantes,
Koch-Schulte (2008) hace una clasificación general de estas comunidades:
1. Comunidades al lado del mar (seaside communities); 2. Ciudades establecidas al interior (Established interior cities); y 3. Destino matrimonial (Marriage
destination).
Friedrich et al. (2005) hacen una diferenciación en cuanto al concepto
de urbanización:
Lugares de la costa marcadamente turísticos. Se trata de antiguas aldeas de pescadores que se expandieron a causa del crecimiento de la
actividad turística sin la correspondiente planificación. Algunos de
estos pueblos están cerca de amplias zonas de playa contribuyendo
los complejos de hoteles y apartamentos a obstruir la línea costera.
Urbanizaciones planificadas unitariamente. Tienen función de vivienda o muchas veces incluso una utilización turístico-comercial. Por lo
general estas urbanizaciones son planificadas por una empresa privada y después edificadas y vendidas en parcelas individuales. Además,
algunas urbanizaciones tienen características propias de comunidad
cerrada, o sea, que hay condiciones que facilitan el uso de servicios
de seguridad, se controla el acceso de visitantes y disponen de equi-
26
omar lizárraga morales
pamientos de ocio y para la práctica de deportes como campos de
golf y tennis en régimen de propiedad común privada.
Asentamientos y fincas en el espacio rural. Son pueblos o fincas en el
interior que se diferencian claramente en algunas características de
los lugares turísticos ya descritos. Sus habitantes prefieren una residencia que les posibilite una vida más tranquila.
En el caso mexicano, las comunidades al lado del mar son las más comunes, pues son populares por sus playas y otras amenidades recreativas costeras. Estas zonas se van convirtiendo cada vez más segregadas con desarrollos
inmobiliarios cerrados, torres y condominios. Generalmente el movimiento
migratorio se hace en pareja, prefieren comprar bienes inmuebles y realizan
viajes de retorno frecuentes a sus lugares de origen. En los destinos de playa
mexicanos, los extranjeros tienen que pagar un fideicomiso, pues las costas
están en la zona restringida, de 50 kms de la costa y 100 kms de las fronteras
nacionales, estipulado en el artículo 27 constitucional.1 Antes de 1971, la compra de bienes inmuebles en las fronteras y litorales por parte de extranjeros se
realizaba a través de distintos subterfugios, entre los cuales predominaba el de
los prestanombres, lo que traía problemas para los extranjeros que no tenían
ninguna garantía legal (Cabral, 1998). A nivel nacional la zona restringida o
zona prohibida representa el 43 % del territorio.
Las ciudades establecidas en el interior de México, como San Miguel de
Allende, Guanajuato y Chapala, Jalisco nunca estuvieron restringidas legalmente para la adquisición de bienes raíces y pueden ser escrituradas a ellos
directamente, por lo que desde los años sesenta fueron destinos tradicionalmente elegidos por artistas y escritores que buscaban un ambiente cultural y
un clima benéfico. Mientras que sus primeros inmigrantes se integraban a la
sociedad receptora, los nuevos inmigrantes se aíslan en desarrollos inmobilia1
El artículo 27 constitucional en su fracción primera establece que «sólo los mexicanos
por nacimiento o naturalización y las sociedades mexicanas tienen derecho a adquirir el dominio de las tierras, aguas o accesiones». Al final del párrafo se señala que «en una franja de
cien kilómetros de las fronteras nacionales y de cincuenta de las playas, por ningún motivo
podrán los extranjeros adquirir dominio directo sobre tierras y aguas».
la transmigración placentera
27
rios cerrados. Esta tendencia ha sido creciente en los nuevos destinos turísticos planeados a inicios del siglo XXI.
Casos internacionales
Ahora bien, las migraciones internacionales con características placenteras se
pueden encontrar en distintas partes del mundo. En el continente americano,
México y los países de Centro y Sudamérica como Costa Rica, Guatemala,
Colombia, Brasil y Argentina son atractivos para los jubilados de Estados
Unidos y Canadá (Puga, 2001 y MPI, 2006).
Según el Instituto de Política Migratoria de Estados Unidos (MPI, 2006),
los países de América Latina que reciben inmigrantes de Estados Unidos son
Argentina (27 600), Brasil (40 640), Colombia (30 680), Costa Rica (19 800),
Panamá (19 700), pero sobre todo México (1 036 300).
En los países desarrollados, la movilidad de los mayores de edad, en su
mayoría jubilados con buena salud, y abundante tiempo libre y recursos económicos, que se mueven desde los países más fríos del norte hacia las áreas
climáticas del sur, goza ya de una imagen bien definida (Rodríguez et al.,
2005). En el caso del continente europeo, los principales países receptores de
inmigrantes jubilados se ubican en la región mediterránea, destacando Portugal, Italia, Grecia, Turquía, Hungría y España (King et al., 1998). En Oceanía,
Australia y Nueva Zelanda son también populares entre los pensionados del
norte de Europa y de Asia oriental (Shinozaky, 2006).
Migración hacia Hungría
Según Illés (2005), la inmigración de jubilados en Hungría ha venido en
aumento desde mediados de los años noventa. El autor resalta que hay una
dificultad en la cuantificación total de inmigrantes jubilados en esa nación,
debido a la ausencia de registros migratorios y la variedad de status con la que
ingresan al país, pues lo hacen como turistas, refugiados, inmigrantes o como
ciudadanos. Sandor encontró que el 12 % de los inmigrantes que han solicita-
28
omar lizárraga morales
do la ciudadanía son personas mayores de sesenta años de edad y provienen
principalmente de Inglaterra, Alemania y Dinamarca.
Durante los años ochenta, sólo el 2 % de los inmigrantes eran mayores de
sesenta años de edad; a inicios de los años noventa, ese índice aumentó al 3 %,
y a mediados de esa década creció a 6 %, y en 1990 la población inmigrante
adulta representaba ya el 7 %. En los cuatro años posteriores a 1997, alrededor
de 5800 extranjeros se establecieron en Hungría y en el mismo lapso solamente 196 húngaros mayores de edad emigraron al extranjero (Illés, 2005).
Buscando una explicación a esta inmigración masiva de adultos mayores, la misma autora aporta tres elementos en su investigación: 1. Debido a
la inmigración que se dio en los años ochenta e inicio de los noventa proveniente de los países vecinos, eventualmente aquellos inmigrantes trajeron
consigo a sus padres o parientes, con el fin de hacerse cargo de su cuidado
durante la edad adulta. Lo que ocurre, en otras palabras, es una reunificación
familiar. 2. Una gran parte de los adultos mayores que llegaron a Hungría habían sido emigrantes en su juventud y ahora regresaban a su lugar de origen,
es decir que se trata de migrantes de retorno. 3. Una parte significativa de los
inmigrantes adultos sin antecedentes con ese país se muda a Hungría en busca de un estilo de vida más placentero, a gozar de un clima cálido y a un menor costo.
El autor concluye en que existe una dificultad para cuantificar a los inmigrantes mayores de edad debido a su heterogeneidad, pero es tan acelerada la
inmigración que, de seguir de la misma manera, deberán elaborarse políticas
migratorias para controlarla.
Sin duda el clima templado en verano, el bajo costo de vida y la existencia de ión de comunidades étnicas, son los principales factores de atracción
para los jubilados interesados en cambiar su residencia hacia Hungría.
Migración hacia Turquía
Turquía y su predecesor, el Imperio Otomano, han sido regiones de inmigración, las principales corrientes migratorias habían consistido en musulmanes
o turcos expatriados, los cuales son culturalmente parecidos. En la actualidad,
Turquía se ha convertido en un destino popular para los jubilados del norte
la transmigración placentera
29
de Europa, particularmente para los originarios de Inglaterra, Alemania, Dinamarca, Suecia y Noruega.
En un estudio realizado por Balkir y Kirkulak (2007), en Antalya, uno
de los destinos más populares para los jubilados en ese país, ellos se propusieron elucidar cuál es la contribución de los migrantes en la economía local, las
diferencias socioeconómicas entre la sociedad inmigrante y la receptora, así
como el estilo de vida y la relación con sus países de origen.
Los autores argumentan que la migración de retiro en Turquía creció en
volumen debido a que la expectativa de vida aumentó, junto con las edades
de jubilación relativamente tempranas, lo cual dio como resultado un mayor
periodo de vida postlaboral. Además, después de la Segunda Guerra Mundial
hubo un aumento en la acumulación de capital de algunos países vecinos y de
individuos con el tiempo libre y salud suficientes para realizar movimientos
a larga distancia.
Existen varias situaciones legales para ingresar a Turquía: hay quienes
son expatriados, residentes, visitantes temporales o turistas. Según los autores, esta clasificación es la principal causa de la dificultad para cuantificar el
total de inmigrantes extranjeros, toda vez que los turistas se establecen por
largas temporadas. El único requisito legal es no residir cerca de áreas militares.
En su estudio, Canan y Berna descubrieron que la actividad turística jugó un papel determinante en la elección de migrar, pues la mayoría de
los inmigrantes habían tenido experiencias gratas como turistas en aquella
región. Además, mediante visitas constantes, los turistas desarrollaron una
afinidad emocional y construyeron contactos personales y un sentido de
familiaridad. El clima del Mediterráneo y el estilo de vida en las costas de
Alanya, Kas y Kemer han atraído a un gran número de jubilados, primero
como turistas, después con la intención de comprar una «segunda casa» y
establecerse allí permanentemente. Tan solo en el año 2005, Antalya, que es
el destino turístico más popular de Turquía, recibió el el 32.6 % de las llegadas
internacionales.
Los inmigrantes jubilados se hallan concentrados en Antalya y sus distritos, y en cuanto a su origen, los alemanes representan la comunidad más
numerosa, seguidos por los daneses, noruegos e ingleses. Sin embargo, la población inmigrante se encuentra polarizada: los ingleses radican predominan-
30
omar lizárraga morales
temente en la zona suroeste, mientras que los alemanes prefieren la sureste.
De cierta forma los inmigrantes han delimitado su territorio.
Es interesante recalcar su estado civil. Más de dos terceras partes (74.2 %)
de los encuestados eran casados, 17.8 % eran solteros; de los solteros migrantes, el 55 % eran del sexo masculino.
En el caso de Antalya, el clima es la principal causa para haber sido elegida como lugar de residencia; el 63.8 % así lo dice. El bajo costo de vida es
la segunda razón en importancia para realizar el movimiento; así lo afirma
el 50.7 %. A pesar de ser personas de un nivel socioeconómico medio, los europeos que residen en Antalya pueden darse el lujo de adquirir una casa con
alberca, algo impensable para ellos en sus países. Algunos de los entrevistados
afirman que otros destinos en el Mediterráneo, como España, se han convertido en lugares caros al convertirse en miembros de la Unión Europea y no
quieren que suceda lo mismo con Turquía.
En este destino, los autores encontraron que, aunque el clima cálido es un
factor de atracción para los jubilados, durante los meses de julio y agosto este
se convierte en un factor de rechazo, pues las altas temperaturas y la humedad
no favorecen a los extranjeros provenientes del norte de Europa. Por esta razón, durante esos meses prefieren residir en sus lugares de origen. Por lo general se mantienen en Turquía desde septiembre hasta mediados de diciembre,
y prefieren pasar las fiestas navideñas con sus familias en su país. Posteriormente, desde enero hasta junio, optan por residir en Antalya.
A pesar de que la migración de retiro la practican las personas que no
laboran y viven de sus pensiones, algunos migrantes en Antalya han instalado restaurantes y bares donde ofrecen comida típica de sus países de origen.
Algunas veces preparan comida que los habitantes locales detestan, como el
puerco; sin embargo, el objetivo de estos empresarios es ofrecerlo a sus compatriotas turistas o inmigrantes. Debido a que la mayoría de los inmigrantes
son de origen alemán, los restaurantes, bares, centros de recreación, se ven en
la necesidad de usar el idioma alemán como segunda lengua.
la transmigración placentera
31
Migración hacia Nueva Zelanda
En la actualidad, la planificación de vida post jubilatoria es un asunto importante para los japoneses. El número de viajeros mayores de sesenta años que
viajan fuera de Japón está creciendo; y aumenta también el número de quienes lo hacen por un periodo mayor a un mes. En una encuesta realizada por
Shinozaky (2006), al preguntar a los ciudadanos japoneses sobre su plan de
vida una vez jubilados, el 13.8 % de los que respondieron y eran mayores de
sesenta años dijeron estar interesados en efectuar un movimiento migratorio
hacia un destino con un clima más cálido y con un costo de vida menor que
el de Japón.
En su investigación, en la que se aplicó una encuesta a treinta matrimonios de japoneses jubilados que migraron a Nueva Zelanda, Mitsuro se planteó descubrir cuáles son las causas principales que los motiva a emigrar, cuál
es el antecedente de los que deciden hacerlo, cuál es su perfil socioeconómico
y cuál es su vida cotidiana en el lugar destino, y encontró lo siguiente:
La característica más común de sus informantes fue que de las parejas
que migraron a Nueva Zelanda, el hombre había realizado pequeños viajes de
trabajo o de placer hacia aquel país. Durante su carrera laboral, ellos tuvieron
la oportunidad de adquirir infraestructura para residir allí una vez jubilados:
casas, membresías para campos de golf, automóviles y amigos que les facilitaron el traslado hacia Nueva Zelanda una vez jubilados.
En cuanto a su perfil socioeconómico, la mayoría de ellos tenía una profesión, o eran empleados de cuello blanco que trabajaban en grandes firmas
u organizaciones públicas. Con un empleo seguro y un buen sueldo durante
su vida laboral, estas parejas tuvieron la oportunidad de adquirir una pensión
fija, acumular ahorros y comprar bienes raíces. La mayoría de los encuestados
tenía por lo menos una casa en Japón o en Nueva Zelanda, algunos tenían
incluso casa en ambos países.
En su mayoría, los japoneses que deciden mudarse luego de su jubilación viven solos, o bien han terminado con sus deberes de padres, no tienen
hijos que cuidar. Para estas parejas, la ausencia de ese deber representa libertad para viajar. Aunque el autor afirma haber encontrado también a personas
que efectúan el viaje para escapar de esos deberes.
32
omar lizárraga morales
Los informantes de Mitsuro se caracterizan por gozar de un buen estado
de salud. Gracias a ello pueden disfrutar de la infraestructura recreativa que
ofrece el país anfitrión, siendo el golf y el tenis los pasatiempos más comunes
entre los jubilados.
Entre los japoneses encuestados por el autor, los hombres tenían una
actitud más positiva al cambiar de residencia que las mujeres. Esto debido al
rol que juegan ellas en la sociedad y el apego que tienen a los hijos que permanecen en el lugar de origen. Esto último es un factor que los impulsa a volver a
Japón periódicamente, es decir, a llevar un estilo de vida transnacional.
Migración hacia España
En las últimas décadas, el litoral mediterráneo español se ha convertido en el
destino más atractivo para la inmigración comunitaria de la tercera edad. El
flujo de inmigrantes jubilados se remonta a la década de los sesenta, lo cual
marca el inicio de una inmigración internacional continua y permanente.
Para Rosalina Alcalde (en Solé, 2006), las razones para la emigración de
estos ciudadanos europeos coinciden en los estudios existentes: el clima y el
menor costo de la vivienda y de la vida. Por otro lado, en términos generales,
existe consenso suficiente entre los residentes extranjeros en que uno de los
principales factores de atracción para instalarse en los municipios españoles
es que la calidad de vida es más elevada en España, lo cual no hace referencia
al clima, sino a otros factores como la tranquilidad de las zonas, el contacto
con la naturaleza y el mar, así como unas relaciones de vecindad y amistad
más satisfactorias. Una de las características de estos inmigrantes colectivos
es que poseen un nivel económico alto y medio alto. En el caso de los jubilados, muchos de ellos reciben pensiones elevadas a través de los sistemas
públicos de sus países de origen que, de manera general, son mayores que las
españolas. Lo que acarrea problemas de desigualdad social entre los inmigrantes comunitarios y los españoles de la tercera edad.
Andersson (2002) encontró que en Costa Blanca el 40 % de sus habitantes eran extranjeros; las nacionalidades dominantes eran la inglesa y alemana, seguidos por los provenientes de los países nórdicos. Para todos ellos las
principales razones para migrar hacia ese lugar eran: el clima, el bajo costo de
la transmigración placentera
33
vida, su gente amigable, razones de salud, las relaciones sociales establecidas
y la existencia de infraestructura de recreación, como campos de golf. Esto
último los motiva a tener una vida más activa que en sus lugares de origen.
Al igual que en el caso de Turquía, las temperaturas altas en invierno son un
factor de rechazo durante el verano, cuando los jubilados prefieren regresar a
su país de origen.
En este estudio la autora se enfocó a analizar la población nórdica inmigrante en Costa Blanca, lo que encontró fue lo siguiente. En cuanto a su perfil
sociodemográfico, el 80 % de los inmigrantes estaba casado o tenía un compañero, el resto eran solteros. El 80 % vivía en casa propia y el 15 % pagaba renta;
los demás se hospedaban con amigos o familiares que ya residían en el área.
El autor señala que en el caso de los escandinavos, provenientes de Noruega y Suecia, estos se encuentran en enclaves étnicos: los primeros se aglutinan en la zona norte de la ciudad, y los segundos en la zona sur. Sin embargo ambos grupos argumentaban tener deseos de vivir cerca del centro, para
mayor facilidad en la adquisición de suministros y para depender menos del
automóvil.
Para este grupo de inmigrantes en Costa Blanca, los clubes y asociaciones nórdicas son un factor clave para conocer gente; según el autor, sólo unos
pocos tienen amigos españoles debido a que no hablan el idioma. Nuevamente el idioma se convierte en la principal barrera para la integración social.
O,Reilly (2000) señala que año con año cada vez más británicos visitan
las costas españolas como turistas, algunos por largas temporadas y realizando eventuales inversiones en negocios o viviendas. La autora argumenta que,
en el caso de Fuengirola, hay dos tipos de inmigrantes: los que lo hacen en
plan de retiro y los que van en busca de hacer negocios. Muchos británicos
se dieron cuenta de las oportunidades que proveían sus compatriotas en ese
lugar, y empezaron a explotar negocios como bares, renta de autos, restaurantes, lavanderías y agencias de bienes raíces.
Escriva (2006) ha estudiado asimismo la emigración de jubilados hacia
España. La autora enfatiza las prácticas transnacionales, para ella la inmigración depende de factores económicos, sociales y culturales. Afirma que en
lo general los hombres prefieren permanecer en el lugar de destino cuando
efectúan un movimiento migratorio al jubilarse, mientras que las mujeres son
antes partidarias de la idea de «ir y venir» y mantener un estilo de vida trans-
34
omar lizárraga morales
nacional. Esto acaso se explique el porque las mujeres se resisten más que los
hombres a separarse de sus hijos y nietos.
En el caso español, este fenómeno de la inmigración de retiro se traduce en un enorme potencial de creación de empleos en actividades relacionadas con la ayuda a la dependencia y a la atención de la salud de los ancianos,
lo cual incide social y económicamente en las actividades a nivel local. Pero
también se traduce en algunos casos en un mercado informal: consultas y
clínicas médicas privadas, seguros médicos, residencias de ancianos, servicio
de ayuda a domicilio y teleasistencia sin licencias o con evasión de impuestos
(Solé, 2006).
Warnes (et al., 2005) señala que el atractivo principal de España, como
lugar de retiro, es tanto el clima como sus magníficos paisajes costeros y su
rica herencia cultural. La estabilidad económica y social española, así como
su sociedad leal, tolerante, pacífica y estable, son otros aspectos reconocidos
en menor medida, pero a los que este país debe también su éxito dentro del
competitivo mercado internacional de lugares residenciales de retiro.
Cabe decir que en España existe un problema para cuantificar a los inmigrantes de retiro debido a su alta movilidad. Todo migrante comunitario
en ese país debe registrarse como residente y obtener un permiso especial
para residir por un periodo mayor de seis meses, muchos sin embargo no lo
hacen.
Migración hacia Tailandia
Koch-Schulte (2008) realizó una investigación con el objetivo de conocer el
proceso de la migración de retiro en la localidad de Udon Thai, en Tailandia.
Este autor señala que los inmigrantes jubilados que radican en este destino
son mayoritariamente del sexo masculino, originarios de países occidentales en busca de parejas conyugales que son casi siempre mucho menores en
edad. Casi todos ellos habían practicado el turismo sexual en aquella ciudad o
en su ciudad vecina, Pattaya, antes de mudarse permanentemente. Casi todos
los hombres jubilados en esta región tailandesa están casados con mujeres de
la localidad. Esta es la principal razón por la que migran a Udon Thai.
la transmigración placentera
35
Muchas de esas mujeres han estado casadas con anterioridad y tienen
hijos; cuando contraen matrimonio con un extranjero, este generalmente
adopta a la familia completa. Existe sin embargo en este tipo de matrimonios
una alta tasa de divorcios, alrededor del 90 % no funcionan. Las razones principales del fracaso en los matrimonios interétnicos son: 1. grandes diferencias
de edad; 2. poco tiempo de conocerse antes del matrimonio; 3. diferencias
socioeconómicas; 4. intereses económicos para casarse por parte de las mujeres; 5. falta de confianza, y 6. falta de comunicación.
Otras razones por las que los jubilados eligen Udon Thai como lugar de
retiro son: el bajo costo de vida, facilidad para obtener visas de residentes,
hospitales de calidad, clima agradable y gente amigable.
En cuanto a su origen, el 23 % son de Inglaterra; el 20 %, de Estados Unidos; el 18 % de Alemania; 11 % son Nórdicos; 6 %, daneses; 4 %, japoneses, y el
resto (18%) es de otros países.
Según observa John, la inmigración de retirados es mayor que el turismo, y este fenómeno ha tenido un fuerte impacto social y ambiental.
Comenta que en esa región el impacto en el medio ambiente se debe
principalmente al desarrollo desmedido de construcciones inmobiliarias; hay
degradación de la tierra, reducción de la biodiversidad local, deforestación de
bosques, pérdida de vegetación, contaminación acústica y de aguas, erosión
y desertificación de tierras. Mientras que en la región hay escasez de agua, los
inmigrantes jubilados tienen grandes residencias con albercas y jardines, acaparando con ello el recurso. Por lo general, las autoridades se enteran de estos
hechos cuando es ya demasiado tarde para impedirlos o hallar una solución.
De los casos internacionales citados podemos apreciar que los factores
de atracción son de carácter económico, social y cultural. Puede haber migrantes que se sienten atraídos a otro país por las ventajas económicas que
en él encuentra, por haber sido motivados por amigos o familiares que se
encuentran en el país de destino y buscar la cercanía con ellos, o bien simplemente por buscar un sitio con clima agradable en el cual llevar un estilo
de vida relajado. Hay casos específicos en los que parece no importar el plus
económico que adquieren en el destino, sino que migran sólo en busca de un
sitio de esparcimiento a cualquier precio.
36
omar lizárraga morales
Segunda parte. Contextualizando el proceso
Teoría transnacional: transmigración
y organizaciones transnacionales
Existe una amplia gama de enfoques teóricos que buscan explicar los movimientos migratorios internacionales. Si bien esas teorías tradicionales ven la
migración como una decisión de movimiento permanente, en la actualidad
somos testigos de numerosos casos en los que hay un «ir y venir» por parte de los migrantes internacionales, en especial los que migran en busca de
placer, debido a la compresión del tiempo-espacio resultado de la globalización. Como dice Sassen (2007 b): «Las teorías existentes no alcanzan a trazar
un mapa de la multiplicidad de prácticas y actores que hoy contribuyen a la
reformulación de las escalas. Entre ellos se encuentra una variedad de organismos no estatales y de formas transfronterizas de cooperación y conflicto,
como las redes empresariales globales, el nuevo cosmopolitismo, las ONG,s,
las diásporas y los espacios».
La conceptualización del transnacionalismo en el contexto de la migración comenzó a principios de los noventa, cuando un grupo de antropólogas
estadounidenses (Basch, Schiller y Blanc, 1994) encontraron que los grupos
de migrantes con los cuales se encontraban realizando estudios, desarrollaban prácticas que las teorías convencionales de la migración no explicaban
adecuadamente. Ellas argumentaban que las teorías tradicionales estudiaban
a los migrantes como individuos que se iban (emigrantes) o que llegaban (inmigrantes).
Como crítica a esta dicotomía, las investigadoras propusieron estudiar
a los migrantes como parte de dos o más comunidades interconectadas y
analizar a las sociedades expulsoras y receptoras como un solo espacio transnacional. Ellas definen al transnacionalismo como «el proceso en el cual los
migrantes construyen espacios sociales que conectan a su país de origen con
su país de nueva residencia».
El análisis resultante está construyendo un nuevo paradigma que niega
la vieja noción de que sociedad y Estado-Nación, son uno mismo. Como resultado, instituciones básicas como la familia, la ciudadanía y la nación, deben
ser revisadas (Levitt y Schiller, 2004). Paralelamente a este proceso, los in-
la transmigración placentera
37
vestigadores comenzaron a hablar de comunidades transnacionales (Kearney,
1995), de espacios sociales transnacionales (Pries, 2000) y de campos sociales
transnacionales (Levitt, 2001 a).
El concepto de comunidades transnacionales se refiere a la manera en
que los migrantes pueden identificarse con más de un Estado-Nación y participar activamente en la vida social, económica, política y cultural de más de
un sitio (Kearney, 1995).
Levitt y Schiller (2004) definen los espacios sociales transnacionales
como un conjunto de redes que mantienen con sus comunidades de origen.
Gracias a estas redes sus miembros comparten ideas y recursos económicos.
Las fronteras nacionales no necesariamente limitan este espacio, aquí se conectan los participantes a través de relaciones cruzando las barreras fronterizas.
Por espacios sociales transnacionales, Levitt (2001 a) entiende a aquellas
realidades de la vida cotidiana que surgen en el contexto de los procesos migratorios internacionales, que son geográfica y espacialmente difusas o «desterritorializadas» y que, al mismo tiempo, constituyen un espacio social que
determina la praxis de la vida cotidiana.
El campo social transnacional también revela que hay una diferencia
entre las formas de estar (ways of being) en campos sociales, y las formas de
pertenecer (ways of belonging). La forma de estar se refiere a las actuales relaciones y prácticas sociales transformadas en organizaciones e instituciones
y que el individuo o el grupo elige como parte de su identidad. El grupo o
individuo puede estar físicamente en un campo social pero no identificarse
con ninguna pauta política o cultural. La forma de pertenecer, por su parte, se
refiere a las prácticas que tienen una conexión e identificación con las propias
de un grupo determinado. Estas acciones no son simbólicas pero sí concretas;
acciones visibles que muestran una pertenencia a un grupo, como usar una
cruz cristiana o una estrella judía, ondear una bandera o comer cierto platillo
(Levitt y Schiller, 2004).
En un campo social transnacional los individuos combinan las formas
de estar y de pertenecer de manera diferente en contextos específicos. Una
persona puede tener mucha relación con otras personas en su lugar de origen,
pero no identificarse como pertenencia a ese lugar (Levitt y Schiller, 2004).
El campo social transnacional es variado y difícil de limitar conceptualmente, ya que incluye no sólo a los migrantes en el país destino y no migrantes
38
omar lizárraga morales
en la localidad de origen, sino que incluye también el campo económico, cultural, religioso y político entre las dos naciones. Las remesas, prácticas políticas e
ideas tienen un efecto en la sociedad expulsora, que transforma la vida de los
no migrantes aun sin efectuar un movimiento migratorio (Levitt, 2001 b).
Algunos autores distinguen varios tipos de comunidades transnacionales. La primera es la que Peggy Levitt (2001 a) llama pueblo transnacional rural-urbano (rural-urban transnational village). Como ejemplo toma el campo
social transnacional entre Miraflores, en República Dominicana, y la ciudad
de Boston, Massachussets. La migración rural del pueblo de Miraflores hacia
Boston, que inició en los años sesenta, produjo un grupo social transnacional. En el año de 1994, alrededor del 65 % de los hogares de Miraflores tenía
parientes en la gran zona metropolitana de Boston. Esa dinámica tuvo efectos en la vida del pueblo dominicano. Muchas de las casas son remodeladas
con las remesas. La gente viste, come y juega con productos traídos por los
migrantes. Casi todos los habitantes de Miraflores pueden hablar del Mozart
Street Park o de la Centre Street, dos puntos característicos de la ciudad de
Boston. Cuando un habitante de Miraflores está enfermo en Boston, o está
engañando a su esposa, o si finalmente obtuvo la visa americana, la noticia
corre más rápido en Miraflores que en Boston, según comenta Levitt.
El segundo campo transnacional se desarrolla entre zonas urbanas de
países expulsores y receptores (Urban-urban transnational fields) (Levitt,
2000; Roberts et al., 1999). La migración entre la ciudad de Governador Valadares, Brasil, y Framingham, Massachussets, produjo otro espacio transnacional. La primera es una ciudad que cuenta con aproximadamente 270 000
habitantes y se encuentra en Minas Gerais, uno de los estados más grandes de
Brasil. Como en el caso del poblado de Miraflores, en esta ciudad no hay hogar que no tenga algún pariente en la ciudad de Framingham. En este campo,
los migrantes y no migrantes dependen uno del otro social y económicamente en formas que han cambiado el espacio urbano de la ciudad brasileña.
Un tercer campo transnacional es el que Peggy Levitt llama «comunidad transnacional normativa» (normative transnational community), que es el
que se desarrolla informalmente entre los individuos que comparten identidades de una misma región, pero con el tiempo maduran y se organizan mediante instituciones. Por ejemplo, los inmigrantes turcos en distintas regiones
de Europa han formado grupos transnacionales para defender su libertad re-
la transmigración placentera
39
ligiosa (Kastoryano en Levitt, 2001). Estos individuos pueden tener diferente
origen, pero sus tradiciones y normas compartidas proveen la base para la
formación de una comunidad transnacional.
Para Brettell (2000), el concepto de transnacionalismo surge al observar que los migrantes mantienen relaciones con sus comunidades de origen,
haciendo de los dos lugares, origen y destino, un solo espacio para la acción
social al efectuar movimientos continuos hacia ambos lugares y tener relaciones sociales transnacionales como una forma de capital social.
La transnacionalidad es un proceso de construcción de un espacio social mediante la unión de dos tipos de sociedades, la del país de origen y la
del destino, convirtiendo así a sus participantes en transmigrantes, es decir, en
personas y comunidades que viven un proceso de constante migración (Canales y Zlolniski, 2000). El concepto también puede abarcar a los grupos de
personas que pasan la mayor parte de su tiempo en un país, y que, sin embargo, mantienen lazos con sus comunidades de origen. El establecimiento de
los transmigrantes en sus nuevos hogares permite el desarrollo de múltiples
lazos sociales, económicos y políticos que se extienden más allá de las fronteras (Appadurai, 1996).
Un argumento central en la literatura sobre el transnacionalismo es que
la migración no debe ser vista sólo como un movimiento permanente, sino
como un proceso continuo. Un deseo de mantener contacto con el país emisor en caso de un eventual retorno, obligaciones sociales, lazos emocionales y
actividades políticas o económicas son factores que incrementan el significado del transnacionalismo (Gustafson, 2008).
No es casual que estos enfoques transnacionales se hayan desprendido
de ciertas investigaciones empíricas sobre los procesos migratorios entre Estados Unidos y sus países limítrofes (principalmente México). Debido a la
naturaleza con frecuencia ilegal de la migración laboral y al empleo predominante de mano de obra mexicana en un sector agrícola con fuertes características temporales, gran parte de esta migración internacional dista mucho de
corresponder a un traslado unidireccional que ocurre por única vez. Se trata
más bien de un «ir y venir», que constituye la base de un movimiento circular de personas, información y bienes (Pries, 2007).
Existe una serie de razones estructurales por las que los migrantes mantienen el estilo de vida transnacional. Primero, los países expulsores general-
40
omar lizárraga morales
mente tienen gran dependencia de las remesas que envían los emigrantes, de
tal forma que surgen políticas y estrategias para que la migración continúe.
Segundo, mientras que los inmigrantes altamente educados y con un inglés
fluido son bienvenidos en el mercado laboral de los Estados Unidos, este es
mucho menos hospitalario con los inmigrantes sin educación profesional y
con limitaciones de idioma; esto los motiva a regresar continuamente a sus
lugares de origen (Guarnizo, 2003; Levitt, 2001).
Entre las consideraciones más importantes acerca del concepto, tenemos que:
a) A pesar de que la migración transnacional implica el traspaso de las
fronteras nacionales, los migrantes son seres importantes en el desarrollo de sus comunidades de origen y desempeñan papeles importantes en ellas.
b) Los transmigrantes, a través de sus asociaciones, clubes y redes sociales, son capaces de desenvolverse como agentes sociales y políticos, que a su vez, transforman las realidades sociales en ambos lados
de la frontera (Schiller et al., 1992).
De acuerdo con esta teoría, en vez de un proceso gradual de aculturación
y asimilación con la sociedad receptora, como dice la teoría de la asimilación,
los transmigrantes mantienen la cultura de origen mediante movimientos migratorios de retorno de manera continua (Basch et al., 1994). Aunque también algunas autoras (Levitt y Schiller, 2004) argumentan que la incorporación en una nueva sociedad y las conexiones transnacionales pueden ocurrir
al mismo tiempo y reforzar una a la otra.
Los campos sociales transnacionales han sido analizados desde localidades expulsoras específicas y receptoras. La migración brasileña hacia Estados
Unidos, por ejemplo, ha creado un espacio transnacional entre la ciudad de
Governador Valadares y los migrantes en la ciudad de Nueva York (Margolis, 1994).
En el caso de México, Robert Smith (2005) encontró que a pesar de que
los transmigrantes mexicanos pasan grandes lapsos de estancia en los Estados Unidos como trabajadores asalariados, ellos han podido mantenerse en
la transmigración placentera
41
contacto con sus familiares, amigos y paisanos de su comunidad de origen,
envían dinero, participan en obras públicas y festividades religiosas.
Kearney (2000) argumenta que a medida que los oaxaqueños se han
desplazado a Estados Unidos, han traído consigo los recursos sociales y culturales que les han servido para mantener una notable cohesión social y una
continuidad cultural, aún cuando su sociedad y su cultura se han visto transformadas en el norte. Entre las innovaciones sociales y políticas más destacadas, está la extensión de una gama de asociaciones transnacionales y organizaciones regionales diseñadas para promover el bienestar de los oaxaqueños
a lo largo de su diáspora.
Según García (2007), la comunidad de Agua Caliente Grande, Sinaloa,
en México, y Victor Valley, California, mantiene comunicación con sus familiares y amigos en la localidad expulsora y participa en actividades sociales.
Tales contactos son posibles gracias a la innovación y el uso de las tecnologías
de transporte y comunicación (avión, teléfono, fax, internet, etcétera.). Ambos recursos, sociales y tecnológicos, hacen posible el incremento en la densidad, de los movimientos migratorios entre los lugares de origen y destino
(Levitt, 2001 a; Guarnizo, 2003).
Valenzuela (2005) comenta que cuando existe una nutrida comunidad
inmigrante concentrada en un área urbana determinada, surgen oportunidades de negocios dirigidos a satisfacer la demanda de cada grupo. Migrantes
entrevistados por Valenzuela describen su estilo de vida transnacional: «Mucha gente ni se establece aquí ni se establece allá, nunca hecha raíz y así hay
mucha gente que llega a vieja, yo creo que hay gente en el limbo...» (Francisco Sarabia, en Valenzuela, 2005). De este modo, la migración internacional
varía cualitativamente: de un acto de mudanza unidireccional de la ubicación
habitacional en una fase temporal muy limitada y transitoria, se transforma en
una forma de vida (Pries, 2007).
En cuanto a la participación política de carácter transnacional, Santamaría (2007 a) describe que el derecho al voto desde el extranjero, en el caso de
los migrantes mexicanos en Estados Unidos para las elecciones presidenciales del 2006, fue el resultado de un movimiento transterritorial, en el que el
peso de la lucha, a lo largo de dieciocho años, incluyendo marchas, votaciones simbólicas, asambleas, coloquios, convenciones, congresos, conceptuali-
42
omar lizárraga morales
zación teórica y un intenso cabildeo, recayó en los migrantes, más que en el
Estado y los partidos políticos.
En el complejo contexto transnacional existen comunidades que se han
constituido como actores colectivos con una gran movilidad política. Tal es
el caso del Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (FIOB), que defiende los
derechos y la cultura de los indígenas migrantes, tanto en México como en
Estados Unidos. Ramírez (2003) comenta que esta organización defiende
también la negociación de espacios de interlocución binacionales para promover el respeto a las diferencias culturales y a los derechos humanos ante
políticas antiinmigrantes y actitudes racistas.
Vertovec (1999) argumenta que las nuevas tecnologías son el motor de
las redes transnacionales hoy en día. Si bien estas no crean nuevos patrones
sociales, sí refuerzan los ya existentes. Este mismo autor señala seis grandes
corrientes por las que se ha estudiado la perspectiva teórica transnacional:
1. como morfología social, que se refiere a la organización social de las diásporas
más allá de las fronteras nacionales; 2. como tipo de conciencia, particularmente
en los estudios culturales, hay una discusión referente a la conciencia identitaria de la diáspora; 3. como modo de reproducción cultural, principalmente los
jóvenes cuya socialización se desarrolla en dos campos culturales, manifiestan
un híbrido cultural; 4. como fuente de capital, economistas, sociólogos y geógrafos ven a las empresas transnacionales como la mayor forma institucional
de las prácticas transnacionales y la clave de la globalización; 5. como enganche
político, existe una nueva dialéctica en las cuestiones locales y globales que no
se limitan a un marco político nacional, y 6. como reconstrucción del lugar o la
localidad, el alto nivel de movilidad humana, telecomunicaciones, televisión,
Internet, han contribuido a la reproducción de comunidades translocales,
con una variedad de ramificaciones legales, culturales y políticas no sólo en
sus prácticas y significados, sino también en la reproducción del espacio.
Si bien el concepto de transmigrante, construido por los autores citados
en este escrito, se refiere a las personas que efectúan viajes continuos entre
dos espacios, (origen y destino), no existe un modelo que describa las características cuantificables de este tipo de migrante: tiempo de estancia en
ambos lugares, número de viajes en un periodo o tipo de actividades que
realizan. Solamente Guarnizo (2000) define como transnacionalismo central
(core transnationalism) a todas aquellas actividades que forman parte integral
la transmigración placentera
43
de la vida cotidiana del individuo, se llevan a cabo de manera habitual y son
de alguna manera predecibles. En contraste, el transnacionalismo expandido (expandend transnationalism) incluye a migrantes que realizan actividades
transnacionales ocasionales, como reacciones a crisis políticas o a desastres
naturales. Son aquellas actividades que no son institucionalizadas, constantes
y realizadas mediante viajes continuos.
El mismo Smith (2005) advierte que una nueva forma de vida transnacional podría desarrollarse en México, y que se refiere a los inmigrantes
estadounidenses, ya que «algunas regiones ofrecen cuidado médico de alta
calidad, viviendas asequibles, ayuda doméstica, actividades recreativas, y
otros placeres de la jubilación, incrementando el número de estadounidenses
y Mexico-Americanos en esos destinos». Lo que es notable es que, comparativamente, se ha prestado poca atención a los lazos (y a la transnacionalidad)
de los migrantes en dirección Norte-Sur (Faist, 2008).
Una reflexión que cabe hacer aquí, es que los migrantes de la periferia al
centro se vuelven importantes en su comunidad de origen por su aporte económico y muchas veces en la de destino, pero en el caso de los transmigrantes
estadounidenses no lo son en sus comunidades de origen porque proceden
de ciudades grandes o porque sus localidades no necesitan de sus ingresos; y,
por el contrario, los estadounidenses tienden a ser cada vez más influyentes
en las comunidades a las que arriban en la periferia.
Enfoque económico de la migración
Para entender los motivos, experiencias, prácticas e identidades de los migrantes internacionales es esencial contextualizar el aspecto económico del
proceso. Cada decisión de migrar es individual, sin embargo es fuertemente
influenciada por factores macro sociales y económicos (O’Reilly, 2000: 23)
Existe en la actualidad una diversidad de enfoques teóricos que buscan
explicar los flujos migratorios internacionales. En esta tesis, dadas sus características, nos centraremos en la teoría macro del sistema global para explicar
tal movimiento. Nos apoyaremos en el enfoque teórico transnacional para explicar las relaciones y lazos económicos, políticos y sociales de los migrantes
estadounidenses en México con sus lugares de origen.
44
omar lizárraga morales
Con la tesis de que la internacionalización de la economía crea desigualdades entre las naciones y las regiones surgen diversas teorías. Por ejemplo,
la teoría de la dependencia, que se desarrolló en los años sesenta y setenta en
América Latina, brinda elementos para explicar el fenómeno migratorio de la
periferia al centro del sistema económico mundial. Su concepción es básicamente económica, establece la vinculación de las migraciones internacionales
contemporáneas con el desarrollo desigual del capitalismo a escala mundial.
Esta teoría parte de que la desigualdad dentro del sistema capitalista provoca
un sistema general economía-mundo, regulado por relaciones asimétricas en
los planos funcional y jerárquico estructurados en una segmentación de dos
subsistemas principales: Centro y Periferia (Álvarez, 2000).
La ubicación de cada país o región en el sistema económico mundial
determina cambios en los rasgos de sus procesos migratorios, entonces se establece la existencia de un sistema global jerárquicamente ordenado, junto a
las implicaciones políticas de tal interdependencia. Como derivado de esta
teoría de la dependencia, en los años setenta surge la noción de un sistema
global dividido en países interconectados en una escala económica jerárquica,
un sistema basado en países céntricos y periféricos
La teoría del sistema global
A causa de que el mundo se divide en Estados soberanos, la mayoría de
ellos con culturas y economías nacionales claras, es conveniente identificar estos Estados como elementos básicos de un sistema global. Dadas las
desigualdades existentes entre esos Estados nacionales, la migración masiva internacional es una de las características actuales del sistema (O,Reilly,
2000: 88)
Wallerstein (1974) fue el primero en introducir el concepto de sistema
mundial para explicar la división del trabajo, en la cual la producción e intercambio de bienes básicos y materiales es necesaria para la vida diaria de
sus habitantes. Esta división del trabajo se refiere a las fuerzas y relaciones de
producción de la economía mundial como un todo, y la cual lleva a la existencia de regiones interdependientes: centro y periferia. Estas son geográfica
y culturalmente distintas: una se basa en el trabajo intenso y la otra en pro-
la transmigración placentera
45
ducción de capital. La relación centro-periferia no es lineal y está basada en
estructuras jerárquicas.
El sistema global está marcado por una gran asimetría. Los bienes económicos, políticos e ideológico-culturales más importantes que circulan por
el mundo, tienden a pertenecer a pequeños grupos o ser controlados por ellos
en un grupo de países relativamente pequeño. Estos Estados se han configurado históricamente sobre la base de las asimetrías y desigualdades y pueden
apelar a recursos superiores en sus negociaciones con otros Estados nación;
así, algunos agentes transnacionales pueden manejar mayores recursos que
otros (Sklair, 2003).
Esta teoría propone identificar el fenómeno del subdesarrollo y explicarlo como un proceso activo en la estrategia global de la explotación capitalista. Quizás algunos países fueron explotados más por sus recursos naturales y
otros por su mano de obra barata, pero todos encajaron dentro de un patrón
en el que el centro capitalista-imperialista subdesarrolló al resto del mundo.
Aunque el sistema global la mayoría de las veces es clasificado en términos de Primero, Segundo y Tercer Mundo, es cierto que tal clasificación conlleva mucho más de lo que revela. La fórmula de los tres mundos se introdujo
en la década de los cincuenta para distinguir entre los países ricos industrializados (Primer Mundo), los países comunistas de la Unión Soviética y del
Este de Europa (Segundo Mundo) y el resto, los más pobres y relativamente
poco industrializados (Tercer Mundo). No es accidental que el estándar global utilizado por el Banco Mundial y la mayoría de las organizaciones sea el
dólar estadounidense. Es un indicador de que la economía de Estados Unidos
es la más poderosa del mundo (Sklair, 2003). A pesar del hecho de que están
emergiendo nuevas economías.
La teoría del sistema mundial plantea que los países se desarrollan económicamente por el proceso ordenado de estados de evolución que culminan en la modernización y la industrialización. Debido a la desigual distribución del poder político entre las naciones, la expansión del capitalismo global
lleva a la perpetuación de las desigualdades y al reforzamiento de un orden
mundial económicamente estratificado. El resultado es una población desenraizada en los países menos favorecidos y cuyas características estructurales
dan pie a una fuerte generación de fuerza de trabajo migrante, pues según
esta teoría, los migrantes de países en la escala más baja del sistema global
46
omar lizárraga morales
obtienen una ganancia económica al laborar en los altamente estratificados,
comparando su situación con su país de origen.
Según esta teoría, las fuerzas dominantes tienen que monopolizar los recursos clave por los que hay una gran competencia. Las corporaciones transnacionales luchan por controlar el sistema global y los recursos materiales,
las clases capitalistas transnacionales luchan por controlar el poder global y
los agentes transnacionales luchan por controlar la esfera de las ideas. El control efectivo de las corporaciones transnacionales de capitales y recursos en
el mundo es casi completo. Hay pocos recursos nacionales importantes que
estén del todo exentos de las prácticas económicas transnacionales.
La teoría del sistema mundial argumenta que la expansión global del capitalismo económico hacia áreas periféricas disloca la población infiriendo en
economías tradicionales, y de esta forma ocurren migraciones desde países
periféricos hacia los países del centro. Algunas veces derivadas de un tipo de
colonialismo, lazos culturales e ideológicos que reducen el costo de migrar
hacia las áreas céntricas. Esta teoría incluye la noción de que, como resultado
de la conectividad en comunicaciones y transportes, el mundo se ha integrado más que nunca y es visto como un todo, por lo tanto se dan prácticas transnacionales y nuevas formas de socializar entre las personas aun viviendo en
diferentes partes del mundo (Faist, 2008: 11).
La perspectiva de esta teoría es útil para explicar las corrientes migratorias de los ciudadanos de Estados Unidos hacia México, es decir de un
Estado céntrico, hacia uno periférico. Mientras que los migrantes laborales
buscan un ingreso mas alto en el centro, los migrantes placenteros que migran a la periferia buscan un mayor poder adquisitivo con sus pensiones
traídas de aquellas economías más desarrolladas (Sunil et al., 2007). Algo
que merece la pena señalar es que los transmigrantes estadounidenses, tanto por su origen nacional, sus tradiciones de participación cívica y política,
como por su poder adquisitivo, tienden a convertirse en comunidades social y políticamente influyentes, o importantes, por su papel en el mercado
de bienes raíces y restaurantero. Por otra parte, ellos no envían dinero a sus
lugares de origen sino que atraen dinero a los lugares adonde inmigran. Su
influencia política en el país de origen se limita al voto transterritorial y a su
lobby o grupo de cabildeo en Washington, pero no en las localidades de las
que partieron.
la transmigración placentera
47
Este enfoque teórico también da pie a la explicación de las prácticas
transnacionales de los migrantes. Como el resultado de la composición de
un sistema global, visto este como Estados conectados entre sí, se produce
una interacción entre los ciudadanos de una y otra región. El sistema global
está hecho de prácticas individuales o grupales que trascienden las fronteras
nacionales y estas pueden ser de carácter económico, social o cultural.
Las organizaciones transnacionales
Ahora bien, una vez que el migrante realiza el movimiento migratorio internacional, se crean redes sociales; estas a su vez maduran con el tiempo y se
vuelven más extensivas e institucionalizadas. El número de migrantes crece
y engancha a su vez prácticas económicas, culturales, políticas y religiosas;
actividades que requieren de regulación y de contactos que cruzan las fronteras para asegurar su éxito (Portes et al., 1999). Tenemos entonces que, como
extensión de la migración transnacional, surgen las organizaciones transnacionales que son aquellas que se instalan en otros países donde residen los
miembros de su nación, y cuyas actividades son total o parcialmente dirigidas
a ellos.
Las organizaciones transnacionales formales que constituyen los transmigrantes placenteros ofrecen diversos tipos de ayuda como los siguientes:
• Facilitan la adquisición de conocimientos y recursos.
• Ofrecen soporte emocional: los afectados no se encuentran solos en
su situación. Estos grupos promueven el sentimiento psicológico de
comunidad. Descubrir que otros experimentan el mismo problema
y los mismos sentimientos ayuda a convertir la crisis personal en experiencia social.
• Organizan actividades sociales que proporcionan redes de relación
social.
• Desarrollan actividades reivindicativas o de sensibilización pública
de sus problemáticas.
• Brindan servicios para necesidades no cubiertas por la administración pública. Al no buscar la rentabilidad de los servicios que ofre-
48
omar lizárraga morales
cen y debido a la menor selección de los riesgos, acaban asumiendo
la atención de sus necesidades (Solé, 2006).
El interés de todos los gobiernos hacia sus comunidades en diáspora
ha crecido y han legislado concesiones y programas para hacer sentir a sus
expatriados como parte de una comunidad nacional imaginada en el lugar
de destino (Smith, 2005). Según Peggy Levitt (2001 b), mientras más institucionalizadas son estas organizaciones, mayor será la identificación con su
comunidad transnacional. Así pues, todos los que viven en un campo social
transnacional están expuestos a una serie de valores culturales y patrones de
interacción que son moldeados por instituciones.
Organizaciones transnacionales religiosas
Las organizaciones religiosas, por ejemplo, son importantes sitios de moldeamiento para una pertenencia nacional dual. Las distintas religiones son sistemas globales transnacionales, por esto, no es sorprendente que los migrantes
utilicen instituciones religiosas para vivir su transnacionalismo. La religión, y
en particular los movimientos religiosos, operan en un contexto ampliamente
geográfico enganchando, y a menudo homogenizando a los habitantes locales, creando así comunidades globales (Levitt, 2003). En el caso de los grupos
cristianos, generalmente conectan al país expulsor y al receptor mediante la
institución en varios niveles jerárquicos de la misma organización.
El rol que juega la religión en la migración ha sido objeto de estudio
recientemente; sin embargo, las prácticas religiosas transnacionales delinean
una esfera religiosa también de carácter transnacional en la cual la circulación
de ideas, discursos y creencias transforman de manera recíproca las formas de
la religiosidad en todos los lugares en donde la comunidad se reterritorializa;
pero tales transformaciones y cambios en el campo religioso permean otros
campos de la vida social, en los cuales está envuelta la vida cotidiana de las
familias migrantes y no migrantes (Rivera, 2005 b).
Los grupos religiosos pueden formar dos tipos de campos sociales transnacionales. Uno mediante una red social formada por los migrantes con la
comunidad religiosa que deja en su lugar de origen y que permite la comuni-
la transmigración placentera
49
cación, el intercambio de bienes y capitales, y por otro lado un campo transnacional formado por iglesias, templos y miembros de esos grupos religiosos
que cruzan físicamente las fronteras nacionales y mantienen el flujo en los
dos lugares.
Los grupos hindúes a menudo conectan franquicias de grupos religiosos
del país expulsor que continúan siendo supervisados por las matrices de los
grupos religiosos en sus países de origen. Miembros de la organización International Swaminarayan crearon una asociación en los Estados Unidos que
mantiene lazos estrechos con sus líderes en la India. Se reúnen periódica y
localmente, y en ocasiones con grupos similares ubicados en otras partes del
mundo (Levitt, 2001 c).
Los grupos religiosos transnacionales unen a los migrantes haciéndolos
miembros de sus organizaciones. Los lazos de estas organizaciones trascienden las fronteras y permiten a sus miembros un movimiento relativamente
fácil hacia los dos lugares, y por ende, el sentimiento de pertenencia en cualquier lugar donde se ubiquen. A menudo las congregaciones en los países de
destino tienen lazos formales con la comunidad en el país expulsor, algunas
veces son financiadas y supervisadas por líderes en el país de origen; de esta
manera la institución los acepta como miembros en cualquier destino (Levitt, 2001 c).
Los no migrantes de segunda generación participan también en los grupos religiosos transnacionales, los nuevos inmigrantes refrescan la cultura de
origen en el país anfitrión y la comparten con los miembros del grupo religioso. Estos grupos comparten actividades, rituales y símbolos que son similares
en cualquier parte del mundo, lo que refuerza el sentido de pertenencia a una
comunidad, aun cuando ha cruzado fronteras nacionales (Levitt, 2001 c).
Los grupos religiosos refuerzan sus iglesias a través de misioneros transmigrantes. Por ejemplo, algunos reciben viáticos por parte de las iglesias a las
que pertenecen y mantienen su pertenencia a larga distancia con la misión
de evangelizar, hacer contribuciones económicas, recibir líderes religiosos en
el lugar destino, apoyar las actividades del grupo, participar en peregrinajes,
etcétera. Prácticas que aseguran su pertenencia a la organización y al país expulsor al mismo tiempo (Levitt, 2003).
En el caso de los migrantes mexicanos católicos de Nueva York, estos
están relacionados con las celebraciones de los santos patrones locales del
50
omar lizárraga morales
pueblo de origen, o bien, con la de la Virgen de Guadalupe, que junto con San
Miguel Arcángel, constituyen las principales figuras devotas de los poblanos
(Rivera, 2005 a).
Por otro lado, en términos de pertenencia, la generación de estos espacios transnacionales permite a los migrantes reconocerse en la celebración
como parte de una comunidad local, en tanto que los habitantes de Chila,
Puebla, por ejemplo, comparten el mismo lugar de origen y una misma devoción a un Santo Patrón: Santiago Apóstol. El ritual de la celebración permite desplegar diferentes grados de pertenencia ubicados en diferentes escalas
espaciales; una, que refiere a las familias de origen, la localidad, la región en
alguna medida (pues asisten algunos habitantes de pueblos vecinos), proyectando al mismo tiempo su condición migrante como otro nivel de identificación colectiva de los presentes en la celebración (Rivera, 2005 a).
McDowell (en Rivera, 2005 a) sugiere que el espacio de la iglesia se convierte para los migrantes en un sitio de localismo global que posibilita intersecciones de esos diferentes niveles de identificación particulares y los coloca en
niveles diferenciados de pertenencia: por un lado, son católicos mixtecos de
Chila, en el particularismo local, y por otro, en el contexto global son parte de
una comunidad de católicos, y además migrantes católicos, particularmente
localizados entre los inmigrantes indocumentados.
Las iglesias y congregaciones religiosas construyen redes sociales que
pueden coincidir o no con grupos étnicos en su interior, pero que utilizan el
capital social de los miembros de esa red, sean estos estudiantes, profesionistas, etcétera. Así pues, los intereses sociales o económicos pueden unir a los
miembros de una organización religiosa con otros que sean de otro grupo
étnico (Nagata, 2005).
Las investigaciones sobre las prácticas religiosas transnacionales han
traído a discusión una serie de temas y preguntas para futuras investigaciones.
Algunos estudios se enfocan en las conexiones religiosas institucionalizadas
que produce la migración internacional. Otros estudios se preguntan por qué
la religión promueve o impide la membresía transnacional. Un tercer grupo
de preguntas se dirigen a la relación entre religión y política, y cómo estos
cambian al ser transnacionales (Levitt, 2007)
Así pues, los migrantes transnacionales a menudo usan la religión para
crear geografías alternas que ignoran las fronteras nacionales, crean nuevos
la transmigración placentera
51
espacios, que para algunos individuos son más significativos que los terrenos
políticos.
Para Liliana Rivera (2005 b), en el campo religioso se resuelven conflictos sociales que tienen implicaciones mayores en la dinámica comunitaria en
su conjunto; de tal suerte que la celebración de un santo no es sólo una arena
religiosa de contención, sino sobre todo una arena social en la que se visibilizan los conflictos latentes y se plantean dilemas comunitarios.
Ebagh y Chafetz (en Levitt, 2003) proponen una forma de análisis para
las redes religiosas internacionales. Ellos argumentan que para su estudio deben analizarse las relaciones y lazos a nivel individual, local y mundial. En
su estudio empírico encontraron que estas relaciones se cruzan a menudo.
Por ejemplo, la relación entre la iglesia católica en la ciudad de Houston y
los miembros de la iglesia católica en Monterrey, México, era básicamente
interpersonal, a pesar de que ambas se formaron bajo el contexto de una organización internacional. Por otro lado, los católicos y budistas vietnamitas
en Houston establecieron lazos transnacionales con sus lugares de origen de
manera institucionalizada. Estos autores concluyen en que el status socioeconómico, la legalidad, la distancia de su país de origen, el dominio del idioma
y la dispersión geográfica de la diáspora, influyen en el tipo de red que se ha
de formar.
Organizaciones transnacionales políticas
Otro tipo de organización transnacional es la de carácter político. El derecho
a votar en el extranjero, junto con otros derechos extendidos a los emigrantes,
provee una forma mediante la cual los transmigrantes pueden mantener, desarrollar y legitimar formas de transnacionalismo político, y a la vez permite a
los Estados retener conexiones altamente productivas con los grupos diaspóricos (Collyer y Vathi, 2007).
En cuanto a la participación política transnacional, en la actualidad son
setenta y dos los países que permiten el derecho al voto desde el extranjero.
En Europa, algunos de ellos son Finlandia, Noruega y Bosnia. En Estados
Unidos se llevan a cabo a nivel estatal y nacional, los votantes solicitan directamente una boleta para depositarla en una urna de su condado o estado. Los
52
omar lizárraga morales
expatriados finlandeses pueden votar en elecciones nacionales y regionales,
pero para poder ejercer su voto en las elecciones locales deben tener una ausencia de no más de un año. En Noruega se requiere que el votante no haya
emigrado en un periodo mayor de diez años (Grace, 2005).
Las formas de ejercer el derecho al voto de los estadounidenses en el
extranjero puede ser por la vía postal o bien a través de la embajada nacional.
En el primer método, los votantes solicitan su derecho a la comisión nacional
o regional a la cual pertenece, posteriormente se le envía un formato-boleta y
una documentación requerida, la cual compruebe la identidad de la persona;
si esta es efectivamente quien presume ser y mantiene su ciudadanía, su voto
será depositado en la urna correspondiente.
El voto en la embajada es usado en países como Rusia, Australia y Sudáfrica, entre otros. Para hacerlo los votantes deben presentarse personalmente
en la embajada o consulado de su país. El personal consular, o quizá personal
entrenado para manejar elecciones, deberá confirmar el registro del ciudadano y el depósito de su boleta en la urna. La principal ventaja de este método
es que hay supervisión del proceso, a diferencia del voto por la vía postal. Por
otro lado, la limitante es que la cobertura geográfica es limitada; un votante
que no reside en una cabecera municipal o en la capital de un estado debe
asumir el costo del transporte a la embajada o consulado de su país.
Para el caso de los estadounidenses que radican en el extranjero, si bien
el voto transterritorial para elegir Presidente no es algo nuevo,2 sí lo es en las
elecciones primarias del Partido Demócrata. Por primera vez en la historia de
este partido, sus simpatizantes pueden votar en línea para elegir al candidato
a la presidencia. Esto, al cubrir un proceso de registro en la página web www.
democratsabroad.org. La organización «Democrats Abroad» cuenta con 34
comités en el mundo, incluyendo México. En este país opera proporcionando
información y facilitando el proceso electoral en algunos de los principales
destinos de estadounidenses jubilados que mantienen su ciudadanía estadounidense: San Miguel de Allende, Chapala, Ciudad de México, Puerto Vallarta y Mazatlán.
2
En 1976, se concedió a los ciudadanos estadounidenses que residen en el extranjero el
derecho al voto por correo en las elecciones presidenciales y legislativas.
la transmigración placentera
53
La embajada de los Estados Unidos en México llevó a cabo una sesión
informativa sobre el voto de los estadounidenses en el extranjero que, según
estimaciones oficiales, podrían sumar seis millones de personas (Notimex,
11 de diciembre 2007). Para todos los casos se requiere que el interesado se
registre y envíe, por lo menos con sesenta días de anticipación, su solicitud
al Programa Federal, para poder participar tanto en las elecciones primarias
como en las generales.
Uno de los argumentos en contra del voto en el extranjero, es que los migrantes no se benefician (o perjudican) con las decisiones políticas del Estado
que dejan atrás. En contra de este argumento se dice que, a pesar de que los
migrantes no son objeto de las leyes y políticas elaboradas por los gobiernos,
existen razones por las cuales los migrantes se interesan por el bienestar de
sus comunidades de origen. Muchos tienen propiedades o tienen familias en
aquellas localidades a los cuales envían remesas. Algunos planean retornar
a realizar inversiones. Dada su solvencia económica en sus países de origen,
simplemente no es justo excluirlos de los asuntos políticos; en otras palabras,
es lo que Michele Wucker y Ruth Rubio llaman la ciudadanía económica
(economic citizenchip) (Wucker, 2004: 48 y Rubio, 2006: 15).
Los transmigrantes estadounidenses que residen en el extranjero tienen
un gran poder político debido al ocio del que gozan, pues un grupo de personas que no labora es probablemente más homogéneo en sus asuntos políticos
que un grupo de ciudadanos que ejercen una actividad laboral. Además, los
estadounidenses que gozan de una pensión de retiro son más participativos
en la política, ya que las políticas de Estado tienen un impacto directo en sus
personas; ello merced a su situación de jubilados pues se ven motivados a
participar en los asuntos públicos de su país.
Ellos son quienes, según Ruth Rubio-Marín, «forman una nueva elite
que reside en el extranjero, pero que actúan en su país de origen, y quienes
generalmente sobresalen de los grupos inmigrantes; aquellos que tienen el
tiempo y los recursos para participar en la política transnacional» (Rubio,
2006).
Las investigaciones sobre la migración internacional de retiro sugieren
que algunos migrantes se identifican tan fuertemente con su nuevo lugar de
residencia, como con su antiguo lugar, pero la mayoría desarrolla distintos
tipos de identidades transnacionales. La emergencia de culturas mezcladas
54
omar lizárraga morales
con rasgos de «aquí» y de «allá» es una importante expresión de la transmigración de retirados (Gustafson, 2008).
Teoría de redes sociales y capital social
La globalización se acompaña del incremento en la circulación de personas
a través de las fronteras. Ya no podemos ver a las comunidades de inmigrantes como conjuntos de personas que abandonan su país, dado que muchos
mantienen contactos frecuentes a través de redes sociales con múltiples conexiones que atraviesan las fronteras y las identidades nacionales. Los países
de origen y destino están conectados por medios de transporte, intercambios
culturales, comunicaciones permanentes (De la Rúa, 2004) y organizaciones
transnacionales.
Por ello, he considerado complementario a este enfoque la teoría de redes sociales y capital social, ya que la construcción del espacio transnacional
es posible sólo con el establecimiento y consolidación de una estructura de
relaciones, o red social, entre las comunidades de origen y las de destino.
Pierre Bourdieu puede ser considerado como el primero del destacado
grupo de estudiosos del tema del capital social y su aplicación a partir de los
años ochenta. Para este autor, el capital social puede ser considerado como
«el agregado de recursos actuales y potenciales que están vinculados a la posesión o acceso a una red permanente de relaciones más o menos institucionalizadas de mutua aceptación y reconocimiento» (Bourdieu, 1986).
Coleman (1988) incorpora el término de capital social a las ciencias sociales, identificándolo como «la capacidad de las personas para trabajar en
grupos, en base a un conjunto de normas y valores compartidos». Para este
autor, los valores del capital social se presentan en el plano individual, fortaleciendo la capacidad personal para relacionarse mediante redes de contactos
sociales que se fundamentan en expectativas de reciprocidad y comportamiento confiable que, en conjunto, mejoran la eficiencia individual.
El profesor de Harvard, Robert Putman, demostró en la década de los
ochenta, en su estudio pionero sobre el capital social, que este recurso se expresa a través de la confianza presente en los diversos actores sociales, del
grado de asociatividad prevaleciente entre los mismos y el respeto a las nor-
la transmigración placentera
55
mas de comportamiento cívico (Putman, 1993). Para él, una sociedad con un
alto activo capital social genera un eficiente interés por los asuntos públicos,
respeto por la ley y una valoración positiva de la solidaridad.
Fukuyama (1995) define el capital social como normas y valores compartidos que promueven la confianza y la cooperación social. Para este autor, el capital social constituye una forma utilitaria de ponderar el desarrollo
económico. Sólo las culturas en las que prevalece un activo capital social están presentes en las sociedades desarrolladas; en América Latina, donde el
capital social es uno de los más bajos del mundo, persiste el subdesarrollo.
Fukuyama describe el déficit de capital social en América Latina en términos
de la desconfianza, la pobreza de valores, la corrupción, la poca solidaridad y
la inmoral distribución de la riqueza.
Por su parte, el economista Glenn Loury introdujo en la discusión de la
migración el concepto de capital social. Este autor lo considera un juego de recursos intangibles en las familias y comunidades que ayudan a promover el desarrollo social. Estos recursos en conjunto aumentan la probabilidad del movimiento internacional, porque reduce costos y riesgos del movimiento. Así, las
conexiones constituyen una forma de capital social que las personas pueden
utilizar para ganar el acceso a varios tipos de capital financiero. Aunque Loury
se refiere a los recursos intangibles compartidos entre familiares y comunidades, el concepto original no se refiere solamente a ese segmento social.
La teoría de capital social acepta el punto de vista de que la migración
internacional es una decisión individual, no de comunidad, pero sostiene que
se actúa en un momento dado en el tiempo y en un contexto más amplio (Lizárraga, 2004). De esta manera, las personas ganan acceso al capital social a
través del número de miembros en redes sociales e instituciones sociales, para
proveer capital económico y mejorar o mantener su posición en la sociedad
(Massey, 1998).
La teoría de las redes sociales define a estas como sistemas o estructuras conformadas por relaciones sociales entre diferentes individuos y grupos,
dentro de las cuales se presenta intercambio de comunicación y bienes materiales en un marco de informalidad.
Las relaciones o vínculos entre los actores sociales que participan en la
red se establecen tanto en los niveles micro como macrosocial; y aunque las
redes sociales se conforman de manera informal, participa en ellas un sinnú-
56
omar lizárraga morales
mero de intermediarios tales como agencias de gobierno, corporaciones, instituciones u otros grupos formalmente organizados, desde clubes y asociaciones humanitarias, hasta pandillas o grupos de delincuencia (García, 2006).
Granovetter (1995) resalta la importancia que tienen los «lazos débiles» de las relaciones sociales, refiriéndose a las relaciones formadas entre
amigos, conocidos o vecinos, argumentando que su importancia radica en
que mantienen unida la totalidad de la estructura de la red, y que con el paso
del tiempo esos lazos llegan a fortalecerse llegando a un punto de madurez.
En la actualidad, la perspectiva de las redes sociales migratorias es una
de las más difundidas para explicar los procesos migratorios, ya que esta teoría aborda el estudio de las relaciones que se desarrollan entre los migrantes
establecidos en un país y los recién llegados que proceden de la misma comunidad de origen, región o nación. Las relaciones se expresan tanto en apoyos
morales como materiales, información y contactos para migrar y establecerse
en el lugar destino (García, 2006).
Los lazos entre las comunidades de origen y las comunidades de inmigrantes de los países receptores, suelen materializarse en la formación de familias transnacionales o de estructuras de parentesco ampliado, estas constituyen elementos fundamentales una vez que existe un flujo migratorio, pues
garantizan su reproducción en el tiempo (Sassen, 2007 b).
Una vez que las comunidades de inmigrantes se consolidan, sus redes
maduran convirtiendo el proceso en auto sostenible, masivo y permanente.
Con la consolidación de las redes migratorias, los servicios que prestan pueden incluso llegar a institucionalizarse por medio de intermediarios como
clubes, iglesias, organizaciones no gubernamentales o asociaciones comunales, que incluso en algunos casos suelen trabajar estrechamente con las agencias del gobierno (Sassen, 2007b).
En el contexto de la migración, las redes sociales son juegos de lazos
interpersonales que relacionan a migrantes y ex migrantes, migrantes potenciales y no migrantes en los lugares de origen y destino, a través de lazos de
parentesco, amistad y origen compartidos. A pesar de la gran importancia
que tienen las redes sociales en la construcción de espacios transnacionales,
se sabe poco sobre su funcionamiento (constitución, consolidación y disolución) y mucho menos sobre su papel en la constitución de tales espacios
(Mendoza, 2004).
la transmigración placentera
57
Redes sociales virtuales
Un factor que les permite a los estadounidenses en México mantener su transnacionalidad es el uso de la tecnología; sistemas de comunicación satelitales,
telefonía avanzada y el uso del Internet permiten a los migrantes mantenerse
en comunicación son los miembros de su red social y mantenerse informados
sobre lo que acontece en su país de origen.
En la actualidad, el uso del Internet y las nuevas tecnologías digitales
tienen un papel importante en la consolidación de las redes sociales transnacionales. Estas redes virtuales de migrantes surgen en primer lugar como
respuesta a una oportunidad novedosa de estar interconectados con el país
de origen y su gente, y en segundo lugar como una forma alternativa de pertenecer a una comunidad junto con otros en condiciones similares independientemente de no compartir físicamente un territorio dado (Nieminen,
2002).
Como redes virtuales entendemos a una serie de redes electrónicas o de
computación on-line transmitiendo en tiempo real y que posibilitan a distintos grupos de personas comunicarse para tratar temas de interés e intercambiar ideas aunque tengan distintos horarios y vivan en lugares geográficamente distantes. Estas tecnologías de comunicación modernas han colaborado a
reforzar las características comunitarias de los migrantes. Este medio parece
contribuir a establecer una relación más directa entre las comunidades de origen y destino (Vázquez y Santamaría, 2005)
El tener acceso a este tipo de redes virtuales cambia la experiencia de
viajar y la noción de «estar en casa», esta noción se vuelve permanente por la
conexión con sus amigos y familiares (Gretzel, 2010). Las redes tecnológicas
aceleran la fluidez de información a nuevos niveles; con la tecnología, el estar
en casa se vuelve un concepto más allá de lo físico y geográfico, basado en
las relaciones afectivas y sociales que mantienen permanentemente durante
sus viajes. Ya no son necesarias las relaciones cara a cara, las redes virtuales
permiten grandes oportunidades de relaciones sociales. Si bien es cierto que
esto ayuda a mantener comunicación permanente con los miembros de su
red social durante las estancias fuera del lugar de residencia habitual, también
reduce la oportunidad de relacionarse con los habitantes de los destinos a los
que se viaja (Gretzel, 2010).
58
omar lizárraga morales
Este tipo de redes son creadas por estadounidenses en México y responden a la necesidad de interactuar no sólo con amigos y familiares en sus lugares
de origen, sino con sus compatriotas en la localidad anfitriona. En Mazatlán y
Cabo San Lucas existen páginas de Internet mediante las cuales los inmigrantes norteamericanos se mantienen comunicados de manera permanente de lo
que acontece en estos puertos, comparten vivencias y experiencias, publican
incluso fechas de reuniones abiertas a compatriotas. Cuando un miembro de
la red virtual fue víctima de un robo o un percance, inmediatamente lo comparte mediante el Internet.
La disminución de la distancia y la velocidad del movimiento que caracterizan a nuestra era, encuentran una de sus formas más extremas en las
comunidades de individuos u organizaciones de todo el mundo basadas en
la electrónica, interactuando en tiempo real y de manera simultánea, como
es posible a través de Internet y de las redes electrónicas emparentadas. Para
Sassen (2007b) este espacio es uno de los más estratégicos para la formación
de identidades y comunidades transnacionales, porque conecta sitios que no
están próximos geográficamente pero que, sin embargo, se encuentran intensamente conectados entre sí.
En la era pre-virtual la actividad grupal de los inmigrantes se circunscribía a lugares físicos y a relaciones cara a cara. Hoy en día, en apariencia ya no
es solamente así, porque, según Steve Jones (en Nieminen, 2002), el Internet
se presenta como un medio eficaz para conectar, alrededor de redes virtuales,
a personas que residen en diferentes partes del mundo a los que de otro modo
sería imposible reunir.
Desde la perspectiva de Faura (1998), los espacios de Internet pueden
aparecer como lugar de una universalidad vinculada al concepto de ciberespacio, nombre que se le da a este nuevo escenario, donde las relaciones que se
establecen son diferentes respecto al mundo real. Para Faura estas relaciones
descansan sobre la base de intereses comunes o temáticas especiales que no
tienen en cuenta aspectos como la condición social o cultural. Hay quienes
consideran que el carácter descentralizado de las estructuras de las redes genera un nuevo tipo de relaciones fuera de lo convencional. Estas serían relaciones globales transnacionales en caso de concebir el ciberespacio como un
lugar de refugio de identidades expulsadas (resistence identity) de las estructuras sociales dominantes.
la transmigración placentera
59
Estas comunidades son parcialmente desterritorializadas, y simultáneamente mantienen vínculos con la vida diaria hacia un lugar nacional concreto.
Por otro lado, para muchos los inmigrantes la noción de «ilegalidad» adquiere un significativo distinto a la realidad. En el ciberespacio, el ilegal es difícil
de identificar (Faura, 1998).
Como hemos visto, los movimientos migratorios transfronterizos existían mucho antes de la etapa actual de la globalización. La abundante bibliografía sobre el tema demuestra que incluso siglos atrás muchos flujos migratorios generaban redes internacionales entre países de origen y receptores.
Sin embargo, dichas redes presentaban claras diferencias con las actuales,
formadas por los migrantes de la globalización y la tecnología digital, tanto en
materia de contenido como en modos de comunicación en el actual ciberespacio transnacional que ellos construyen.
Las redes sociales en la tercera edad
En las edades avanzadas existe una fuerte relación entre la salud y el tamaño
de las redes. Para Lubben y Gironda (1996), un adulto mayor que pertenece a
una red social no desarrollada, es más propenso a sufrir algún problema de salud que otro de la misma edad con un mayor número de miembros en su red.
Esta hipótesis sugiere que el aislamiento social puede tener efectos directos
sobre una persona en edad avanzada y hacerlo más vulnerable ante los problemas de salud. Los autores argumentan que las redes sociales pueden servir como estimulantes para mejorar el estado de salud, ya que los familiares
y amigos pueden motivar al individuo a practicar actividades saludables y a
reducir las actividades dañinas. Además pueden ayudar a la persona a buscar
atención médica durante una condición específica de deteriorio de la salud
antes de que esta se agrave y sea difícil de tratar. Así pues, una persona sin una
red de amigos o familiares que le provea ayuda esencial durante la enfermedad es menos susceptible a un mejoramiento rápido y se enferma con mayor
facilidad.
Los autores consideran que la ayuda y el apoyo son el resultado de una
red social. La ayuda emocional consiste en el cuidado, afecto, amor, simpatía,
entendimiento, estimación y empatía. La asistencia instrumental es una ma-
60
omar lizárraga morales
nera más tangible y se traduce en información, ayuda financiera, auxilio en
necesidades médicas o apoyo en el hogar.
En el mismo estudio se encontró que existen significativas diferencias
demográficas en las redes sociales. Por ejemplo, los hombres reportaron tener
niveles más altos de ayuda social que las mujeres (74.4 % y 70.9 %); por otra
parte, los adultos mayores de ochenta años muestran niveles menores de redes que los adultos de menor edad (Lubben y Gironda, 1996).
Aunque las necesidades básicas de los jubilados, sean estas de salud o
dinero, el problema que más les angustia es el de la soledad. Se ha llegado a
afirmar que la sensación de soledad se convierte con frecuencia en síntoma y
estado de enfermedad. Es en esta edad cuando la solidaridad se convierte en
un factor de suma importancia.
La solidaridad es un rasgo característico en la tercera edad, y en la práctica se hace realidad a través de tres manifestaciones: comunicación, cooperación y ayuda. Normalmente las personas que practican un ocio maduro
están dispuestas a llevar acciones solidarias que no tienen como fin una rentabilidad económica, sino la realización de nuevas acciones de ocio especialmente satisfactorias para los que pertenecen a su círculo o red social (Cuenca, 2005).
Las relaciones sociales son totalmente imprescindibles para la buena
salud de las personas, tanto en su dimensión estrictamente social como afectiva. En efecto, además de la función socializadora de todas las relaciones sociales, estas desempeñan un rol importante en el bienestar de las personas,
ya que estas, relacionándose con los demás, pueden encontrar alivio a muchas de sus situaciones adversas, y por supuesto van a encontrar a alguien
que sepa escucharles y les quiera (Rodríguez, 1999). Por eso, si los jubilados
quieren prevenir la crisis que les vaya a afectar después de la jubilación, han
de esforzarse por reemplazar las relaciones sociales que tenían antes por
otras nuevas.
Según Rodríguez (1999) en su estudio de caso, por lo general es mucho
más probable que las mujeres tiendan a mantener mayor contacto con sus
hijos y nietos que los hombres. También por lo general, las mujeres parecen
tener mayor implicación emocional y experiencia, no sólo en las relaciones
familiares, sino también en las relaciones con vecinos y amigos. Cuando se
trata de relaciones con instituciones más amplias, encontró que los hombres
la transmigración placentera
61
son más activos políticamente hablando. Ellos ejercen más el derecho al voto
que las mujeres. Sin embargo, por lo que respecta a otras organizaciones, las
mujeres manifiestan mayor actividad: participan más en celebraciones religiosas, en asociaciones voluntarias y de tipo comunitario. La participación
de la mujer en actividades educativas y de reciclaje cultural y profesional es
sensiblemente superior a la del hombre.
Los transmigrantes placenteros no sólo enfrentan una pérdida del puesto
de trabajo en Estados Unidos, sino asimismo la disminución de las relaciones
sociales, principalmente con los compañeros de trabajo. En adelante el transmigrante tiene que organizar sus actividades cotidianas, ya que tendrá que
pasar de una relación socialmente abierta en su ámbito laboral, a otra nueva
forma de vida en la que deberá ajustarse a nuevos roles y a modos de vida
distintos. Deberá buscar nuevas personas con quienes relacionarse, y esto no
resulta fácil a una edad avanzada.
Para los transmigrantes estadounidenses, la acción solidaria que desarrollan es en primer lugar una experiencia satisfactoria en cuanto que les motiva, les hace sentirse a gusto, les permite estar activos, relacionarse y encontrar nuevos amigos, les permite percibir su utilidad y, desde un punto de vista
global, les proporciona sentido de vida y desarrollo personal. El desarrollo
del sentimiento, la mente y las habilidades personales, no parece suficiente si
no se complementa con la práctica solidaria, con la apertura hacia los demás
ciudadanos.
La solidaridad también puede extenderse a la relación entre grupos o
asociaciones que se encuentran separados por fronteras nacionales. Las entidades que forman redes de solidaridad transnacional disminuyen la opresión
o el sufrimiento y toman acción de ayuda en caso de ser requerida por sus
miembros (Gould, 2007). La solidaridad entre los migrantes estadounidenses placenteros en el ciberespacio se manifiesta en la cantidad de información
relevante para realizar un movimiento migratorio con relativa facilidad. Existen migrantes que, a través de las páginas en Internet de sus organizaciones,
obtienen todo tipo de ayuda e información necesaria.
Al menos para un sector de los jubilados inmigrantes en México, y particularmente en Mazatlán, las redes incluyen a habitantes de la población local
que les permiten relacionanarse mejor con su entorno y romper con la soledad y el aislamiento. Las características culturales locales, de mayor relación
62
omar lizárraga morales
social en tiempo y espacio, son un factor que juega un papel muy importante
para atraer a los jubilados más interesados en conocer la cultura local y en
establecer vínculos de solidaridad y amistad.
II. La inmigración estadounidense en México
Los altos flujos migratorios de estadounidenses hacia México se pueden explicar por una combinación de factores económicos, geográficos, climáticos,
culturales y demográficos en ambos lados de la frontera. Mismos que a su vez
son factores de rechazo a su país de origen y de atracción hacia el país destino.
A continuación hacemos un análisis más profundo de estos factores.
Factores económicos
La plusvalía que adquieren las pensiones de ciudadanos estadounidenses en
los países de América Latina es, sin lugar a dudas, un factor de atracción importante para cambiar el lugar de residencia, al menos por largas temporadas.
El elevado costo actual de la vivienda en aquel lado de la frontera es uno de
los motivos que los llevan a elegir lugares más accesibles para realizar sus inversiones.
Los precios de los bienes raíces en las regiones de los Estados Unidos
no es algo lineal, existen diferencias muy marcadas entre los precios de las
viviendas en los estados del norte y los estados del sur, debido a la gran demanda por adquirir casas en lugares más cálidos.
De acuerdo con el estudio del MPI (2006), entre los factores que motivaron la migración de los estadounidenses hacia México se incluyen el bajo
costo de vida y los bajos impuestos de las propiedades. Otros factores son el
alto costo de la atención médica en Estados Unidos y la erosión de las libertades civiles tras los ataques del 11 de septiembre del 2001. El estudio destaca
que los inmigrantes estadounidenses proporcionan capital humano y financiero a sus nuevas comunidades.
63
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omar lizárraga morales
El moderado costo de vida que prevalece en México hasta el año 2011,
en comparación con la región suroeste de los Estados Unidos, es uno de los
motivos que los llevaron a establecerse en este destino. El 60 % de los compradores son estadounidenses del sur de California: de Los Ángeles, San Bernardino, Riverside y Ventura. Otro 20 % es originario de San Diego y el restante
20 %, del norte de California y de los estados de Arizona y Nevada (Morales,
2006). Lo anterior está relacionado con el actual estancamiento del ingreso
promedio de los estadounidenses. Durante los años de 1947 y 1977, su ingreso promedio se había elevado más del doble, mientras que en el periodo de
1977 a 1997, el ingreso ha crecido apenas en un 10% y se ha mantenido con ese
lento crecimiento hasta 2005, con un promedio de 44 389 dólares anuales por
familia (US Census, 2008).
Entonces, el lento crecimiento del ingreso, combinado con el acelerado
incremento del costo de vida en Estados Unidos, son factores que obligan a
muchos estadounidenses de nivel medio a emigrar a otro país que ofrezca
mejores alternativas de vida.
Dos factores complementarios que motivan a los estadounidenses a
efectuar el movimiento migratorio hacia México son el alto costo de los bienes inmobiliarios en algunos estados de Estados Unidos, sobre todo en California, y el alto costo de los seguros médicos en aquel país, como parte del
encarecimiento de la vida para los retirados.
Bienes raíces
En Estados Unidos actualmente se está dando un incremento en los precios
de los bienes raíces, que ha ocasionado una crisis inmobiliaria como no se
había visto desde inicios de los años noventa. En el estado de California, por
ser una región de inmigrantes y de rápido crecimiento poblacional, el valor
de las viviendas ha crecido más aceleradamente que en otros estados de la
Unión Americana. En la década de los noventa el estado tuvo un crecimiento
anual promedio de 450 000 personas y se espera un crecimiento promedio de
600 000 habitantes al año en el siglo xxi (Department of Housing and Development, 2008). Según el departamento de finanzas de California, un total
la transmigración placentera
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de 232 006 personas inmigraron legalmente al estado en 2005 (Department
of Finance, 2008).
La construcción de viviendas no ha sido suficiente para satisfacer la demanda, particularmente en la zona costera del estado; mientras que la demanda anual es de 220 000 casas, la construcción ha sido tan sólo de 164 280.
Esto ha ocasionado que el índice de propiedad de vivienda en el estado sea la
segunda más baja de la nación con el 60.2 %, según el mismo Departamento
de Finanzas. Incluso en la actualidad existe el mayor número de personas sin
hogar después de la gran depresión de los años treinta, con un estimado de
360 000, entre ellos cerca de 95 000 menores de edad.
Esta crisis inmobiliaria se agravó a mediados de 2007, la venta de viviendas en el estado disminuyó en un 26 % con respecto al año anterior. En el
condado de Los Ángeles cayó en un pronunciado 23 %, y en un 19.8 % en el
condado de Orange. Los precios en cambio continuaron en ascenso y registraron un alza de 5.3 %.
California presenta cuatro de las cinco áreas metropolitanas más costosas del país: Santa Barbara, Santa Clara, Orange County y Ventura. Les siguen
Honolulu, Hawaii (632 270 dólares), San Luis Obispo-Atascadero-Paso Robles (537 722 dólares) y San Diego (505 334 dólares).
Esa crisis inmobiliaria que creció en 2007 acarreó serios problemas a
toda la economía mundial, pues al disminuir la venta de bienes raíces, disminuyó también la venta de materiales, de combustibles, el turismo, y creció
el desempleo. Por otra parte, los países que se encuentran en la periferia de
Estados Unidos, como México, se vieron beneficiados por las migraciones
que provocó tal crisis.
La oficina en México de la firma Ernst & Young, especializada en servicios profesionales de auditoría, asesoramiento fiscal y asesoramiento financiero, señala que la crisis inmobiliaria en Estados Unidos ha hecho atractivo a
nuestro país a los ojos de los habitantes de aquella región. En un estudio concluye que la inversión de jubilados estadounidenses en el mercado mexicano
de bienes raíces se perfila muy atractiva ante un fenómeno en el que millones
de estadounidenses esperan vivir su periodo de jubilación en naciones que les
ofrezcan un estilo de vida relajado, combinado con un menor costo de vida,
bajo costo de vivienda y que cuenten con servicios de alto nivel para el cuidado de la salud (Martínez, 2007). De esta manera, la dificultad de adquirir una
66
omar lizárraga morales
vivienda en aquella región de Estados Unidos y las facilidades que tienen para
adquirirla en México, ha ocasionado el tan mencionado boom inmobiliario
del que hacían mención casi a diario los periódicos locales.
Mientras que en el estado de California los precios de las viviendas oscilan entre 400 mil y 1 millón de dólares, en la región noroeste de México
oscilan entre 100 y 380 mil. En Ensenada, por ejemplo, al terminar el año 2006
se tenían registrados 18 desarrollos inmobiliarios que representaron una inversión total de 2 mil 493 millones de dólares y tenían un valor promedio de
375 mil 114 dólares por unidad. Sus principales compradores fueron estadounidenses (90 %); de ellos, 65 % anglosajones, y el 35 % hispanoamericanos,
todos con un promedio de 55 años de edad (Lamas, 2007). Según Lorena
Lamas, el Internet se ha convertido en la herramienta de venta internacional
por excelencia para los representantes de bienes raíces. Comenta que a través
del Internet pueden establecer negociaciones por hasta 500 mil dólares con
sólo enviar fotografías de los predios.
Por otra parte, en Mazatlán, en un estudio anterior, encontramos que el
valor de las viviendas que adquieren los estadounidenses inmigrantes varía
entre 80 y 120 mil dólares, que se ubican en zonas frente al mar o bien en el
Centro Histórico (Santamaría et al., 2007b). En 2010, sin embargo, las propiedades en las mismas zonas habían aumentado considerablemente de precio:
de 120 a 360 mil dólares.
En el año 2009, en este último destino turístico se realizó una inversión
de 160 millones de pesos para la construcción del Condo-Hotel Crown Bay,
una torre de 18 pisos en la Zona Dorada; esta edificación cuenta con 106 habitaciones con servicio de hotel y 53 condominios de propiedad en tiempo
completo. José Manuel Cristerna, su director, comenta que los precios de los
condominios oscilan entre 260 mil y 360 mil dólares. «Mazatlán requiere de
más edificios de estos porque están arribando cada vez más estadounidenses
y es un destino atractivo para las inversiones de nuestro país vecino al norte»
(Cárdenas, 2007).
Ahora bien, los ciudadanos estadounidenses pueden comprar terrenos
en México si la propiedad no se encuentra en zona restringida, esto es a 50 kilómetros de la costa y a 100 de las fronteras; solo entonces la propiedad puede
ser escriturada directamente al extranjero. Si el terreno se encuentra dentro de
los límites de la zona restringida, como son los casos de Mazatlán y Cabo San
la transmigración placentera
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Lucas, entonces el extranjero puede reclamar posesión del inmueble a través
de un fideicomiso, o bien a través de una asociación mexicana. Se calcula que
en el periodo del año 2000 al 2010, un promedio de 42 000 propiedades fueron adquiridas a través de un fideicomiso en la zona restringida de México. La
forma más común de comprar un inmueble por parte de los estadounidenses
es en efectivo; en el año 2007, menos del 5 % lo hizo mediante un crédito hipotecario, y el resto, de contado (Kiy y McEnany, 2010 c).
Desde 1994 la Ley de inversión extranjera dictamina que el fideicomiso
debe ser por un periodo de cincuenta años, con la posibilidad de renovación
en cualquier momento con una simple petición. Los compradores obtienen
copias del título de propiedad. El terreno que tiene derecho claro y sin gravámenes está registrado en la sección reservada solamente para posesiones;
esto significa que el propietario solo puede reclamar que tiene posesión, no
necesariamente propiedad. El banco, en este caso el fideicomisario, retiene
las escrituras para el comprador, la propiedad no es parte de los bienes del
banco y no puede ser sujeta al derecho de retener la propiedad que no ha
sido pagada o apegada a las obligaciones que tenga el banco. El comprador
tiene todos los derechos de propiedad y puede vender, hipotecar o transferir
como herencia o hacer cualquier otro acto legal que desee con la propiedad.
El costo del fideicomiso varía de un banco a otro. El costo aproximado parte
de 2300 dólares para la apertura del fideicomiso, y de 300 a 500 dólares por
año para la administración del fideicomiso.
Servicio médico
Otro factor económico que provoca los altos índices de emigración en Estados Unidos, sobre todo por parte de adultos mayores, es el alto costo de los
servicios médicos. Tanto la salud, la enfermedad como su atención, aparecen
como elementos fundamentales en todas las etapas y contextos del movimiento migratorio (Hurtado, 2008).
Como la nación más rica del planeta, con la tecnología médica más avanzada, este país debería servir de modelo global en el campo de los servicios
de salud pública, pero no es el caso. Cuarenta y seis millones de estadounidenses viven con el temor de sufrir enfermedades serias, por no contar con
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omar lizárraga morales
un seguro médico que los ayude a cubrir los costos de salud (Berman, 2007).
Y el número de ciudadanos sin seguro médico va a la alza; en muchos casos
los empleadores han dejado de ofrecer esta prestación, y aun los trabajadores
de clase media no pueden pagar un seguro cuando está disponible. Según un
estudio elaborado por la International Community Foundation (Kiy y McEnany, 2010 b) un estadounidense promedio gasta entre 759 y 7500 dólares al
año en servicios médicos y tiene una tendencia a la alza del 8 % al año.
El sistema estadounidense otorga el beneficio del Medicare a los ciudadanos que cumplen con la edad de 65 años, o bien a los trabajadores que
comprueban que por razones de salud no pueden realizar su actividad laboral. Pero el número de personas menores de 65 años y con necesidad de un
seguro médico es muy grande. La población con edades entre los 45 y 64 años
de edad que no cuenta con un seguro médico representan el 14 % de la población (Novelli, 2006). Además, el Medicare no cubre todos los gastos médicos
ni gastos menores como exámenes de la vista, dentales o cuidado personal de
enfermería. Cabe decir que en entrevista, los estadounidenses en Mazatlán y
Cabo San Lucas nos confirmaron que el beneficio que reciben por medio del
Medicare es insuficiente para muchos jubilados, ya que no cubre la totalidad
de los gastos.
El sistema de salud de Estados Unidos es único entre las democracias
industrializadas, en el sentido de que no hay un seguro médico universal, patrocinado por el gobierno, para todos los ciudadanos.
Históricamente, los empleadores estadounidenses han ofrecido el seguro médico como un beneficio de empleo. Pero los seguros de salud son cada
día más costosos, y esa es la razón por la que muchos empleadores están abandonando los programas que les permitían ofrecer el beneficio.
Karen Davenport, directora ejecutiva de políticas de salud del Centro
para el Progreso Norteamericano, señala que la cantidad de dinero que un
empleador paga mensualmente para asegurar a un empleado, la llamada prima de seguro, ha aumentado cinco veces más rápido que los salarios en los
últimos cinco años (Davenport, 2006). La misma funcionaria afirma que los
costos médicos siguen aumentando de precio y el número de estadounidenses sin seguro médico de igual manera. Tan sólo en el año 2003, el costo del
servicio médico privado aumentó 8.2 %, mientras que el ingreso per cápita
solo aumentó el 5.6 %.
la transmigración placentera
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La necesidad de servicios de cuidado, el alto número de personas adultas, combinados con la situación financiera, ha acarreado en Estados Unidos
un incremento en el cuidado de los adultos mayores de manera gratuita e informal. Al interior de Estados Unidos, esta fuerza laboral está compuesta por
alrededor de 33 millones de personas, en su mayoría mujeres, que provee servicio al 75 % de los ancianos (Novelli, 2006). Este servicio se basa en la ayuda
en actividades diarias como vestirlos, bañarlos y alimentarlos. En el caso de
los estadounidenses inmigrantes en Mazatlán y Cabo San Lucas, si bien están
a distancia de sus familiares que podrían proporcionar estas atenciones de
manera gratuita, pueden pagar a una persona que les provee el servicio a un
costo accesible.
Los costos comparativos en los servicios médicos es un importante factor de atracción para los estadounidenses a territorio mexicano. Como ejemplo, el hospital AmeriMed de Los Cabos, un hospital privado, realiza una cirugía de corazón abierto a un costo de 100 a 150 mil dólares, mientras que en
Estados Unidos una cirugía de este tipo cuesta entre 350 y 500 mil dólares
(Kiy y McEnany, 2010 b). Muchos de los estadounidenses radicados en México pagan un seguro médico privado cuyo costo promedio anual es de 2000
dólares.
Según el estudio elaborado por la International Community Foundation (Kiy y McEnany, 2010 b), la distancia geográfica del lugar de residencia
en México con Estados Unidos es un factor determinante para el uso de los
servicios médicos: mientras más cerca vive la persona de la frontera, mayor
tendencia tiene a viajar a México a hacer usos de esos servicios.
Si bien actualmente los estadounidenses que habitan en Mazatlán y
Cabo San Lucas componen una parte de la generación del Baby Boom, de
entre cincuenta y sesenta años de edad, serán dentro de algunos años adultos
mayores que requerirán de enfermeras y cuidados especiales.
Sistemas de jubilación
Puesto que los transmigrantes placenteros de origen estadounidense en México son principalmente jubilados, es preciso contextualizar los sistemas de jubilación en ese país.
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omar lizárraga morales
Para Rodríguez (1999), hay varias modalidades de jubilación:
a) Por la libertad del sujeto. Si nos atenemos a la libertad del sujeto pueden darse dos clases de jubilaciones: la voluntaria y la forzosa o involuntaria. La jubilación voluntaria tiene lugar cuando la misma persona es quien decide el momento de su jubilación. Se llama jubilación
forzosa o involuntaria a aquella que se le impone al sujeto por haber
cumplido la edad reglamentaria (exclusiva de funcionarios públicos) o quedar incluido dentro de supuestos forzosos de jubilación:
reestructuración sectorial, traslado o cierre de la empresa.
b) Por el tiempo. Por razón del tiempo o edad, la jubilación puede ser
normal, anticipada o retrasada. La jubilación es normal cuando, según el sistema de seguridad social y de clases pasivas, el trabajador
alcanza la edad de sesenta y cinco años. La jubilación anticipada tiene lugar antes de dicha edad y por varias causas: incapacidad física,
situación especial del colectivo o decisión del individuo. La jubilación retrasada es un caso atípico, y tiene lugar cuando el sujeto o
la organización dilatan el momento de jubilación por intereses mutuos; se da en algunos puestos técnicos.
La jubilación puede ser también parcial o completa. Es parcial cuando se
van disminuyendo paulatinamente las horas de trabajo, y es total cuando existe el cese completo del trabajo. Algunas personas tienen que dejar su puesto
de trabajo por una incapacitación a edades muy tempranas.
Según Novelli (2006), la jubilación estadounidense descansa en tres pilares: el seguro social, en pensión laboral y los ahorros propios.
Seguro social. Es el único ingreso que está garantizado. Actualmente, nueve de cada diez estadounidenses mayores de 65 años de edad reciben sus beneficios. En promedio, los cheques que otorga el seguro social representan el
40 % del ingreso para los jubilados, pero cerca del 70 % de los retirados recibe
más de la mitad de su ingreso a través esta institución. El beneficio de jubilación por medio del seguro social se obtiene en función del año de nacimiento
del trabajador: los nacidos antes del año 1945 obtienen esta prestación a la
edad de 62 años. Los que nacieron entre los años 1945 y 1964 la obtienen a los
65 años, y los nacidos después del año 1964 la reciben a la edad de 67 años.
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El ingreso promedio de un trabajador jubilado por este beneficio era de
alrededor de 1153 dólares mensuales en el año 2009, y de 1064 dólares para los
trabajadores que por alguna razón física no pueden ya desempañarse laboralmente.
Los estadounidenses pueden recibir este ingreso de jubilación fuera de su
país, siempre y cuando tengan derecho a él; el Departamento del Tesoro de los
Estados Unidos sólo prohíbe enviar pagos a Cuba, Corea del Norte, Camboya,
Vietnam o a áreas que antes formaban parte de la Unión Soviética. En el caso
de los beneficiarios que viven en un país permitido por el Departamento del
Tesoro, se les envía periódicamente un cuestionario que permite saber si aún
tienen derecho a beneficios; si no lo responden, los pagos son suspendidos.
Según Novelli (2006) cerca de 18 millones de estadounidenses mayores
de 65 años reciben estos beneficios. Sin la ayuda del seguro social, cerca de la
mitad de la población mayor de esa edad sería pobre.
Si el ciudadano estadounidense cuenta con el beneficio del seguro social, tiene derecho de contar con el Medicare, seguro médico que cuenta con
dos partes, y cada parte presenta sus propios requisitos:
Seguro de hospital (Parte A):
La mayoría de las personas de 65 años o más son elegibles a seguro
de hospital de Medicare (Parte A) basado en su propio empleo o el
de su cónyuge. El ciudadano es elegible a los 65 años si:
• Recibe Seguro Social o beneficios de retiro ferroviario;
• No está recibiendo beneficios de Seguro Social o de retiro ferroviario, pero ha trabajado lo suficiente para tener derecho a
recibirlos;
• Tendría el derecho a beneficios de Seguro Social basado en el
historial de empleo de su cónyuge (o cónyuge divorciado), y
ese cónyuge tiene por lo menos 62 años; o
• Trabajó lo suficiente en un trabajo gubernamental federal, estatal o local para ser cubierto por Medicare.
También el ciudadano tiene derecho para seguro de hospital de Medicare antes de los 65 años si:
• Recibe beneficios de Seguro Social por incapacidad y tiene esclerosis lateral amiotrófica (Lou Gehrig’s disease); o
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omar lizárraga morales
• Ha sido beneficiario de Seguro Social por incapacidad por 24
meses; o
• Ha trabajado suficiente en un trabajo gubernamental federal,
estatal, o local y cumple con los requisitos del programa de Seguro Social por incapacidad.
Seguro médico de Medicare (Parte B)
Casi cualquier persona de 65 años o más, o menor de 65 años pero
elegible para seguro de hospital, puede inscribirse al seguro médico de Medicare pagando una prima mensual. Las personas de edad
avanzada no necesitan ningún crédito de trabajo del seguro social o
del gobierno para esta parte de Medicare.
La cantidad máxima de beneficio por medio del seguro social
depende de la edad en que el trabajador decide jubilarse. En el año
2010, la cantidad para una persona que se jubila por edad (66 años)
era de $ 2323 dólares. Esta cantidad se basa en las ganancias máximas
tributables para cada año después de los 21 años de edad.
Pensión laboral. Sólo la mitad de los jubilados cuenta con este
tipo de pensión. Muchos de estos planes de jubilación son criticados
por ser muy costosos y no sustentables a mediano plazo, tanto para
las corporaciones, como para las nuevas generaciones que entran al
mercado laboral. Por esta razón, la mayoría de los empleadores están
cambiando sus sistemas de pensión por el sistema de ahorro conocido en México como Afore (cash-pension plans). Este sistema recae
en las aportaciones que hace el trabajador, el dinero es invertido un
una variedad de opciones que otorga la bolsa de valores, con el trabajador a cargo del riesgo de la inversión.
Ahorros propios. Esta es la opción menos utilizada para la
jubilación del estadounidense promedio, porque un gran número
de ellos se hace cargo económicamente de sus padres, que no obtuvieron las mismas prestaciones de jubilación, y que a su tiempo
se hicieron cargo de sus hijos durante sus estudios. Debido a la demandas de manutención de sus padres e hijos, les resulta más difícil
el ahorro que necesitan para su jubilación.
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Los transmigrantes placenteros de origen estadounidense en
Mazatlán y Cabo San Lucas dependen económicamente de alguno
de estos sistemas de jubilación, o bien de más de uno. Algunos no
tienen aún la edad para obtener la prestación del seguro social, pero
tienen una pensión laboral. O bien, no tienen una pensión laboral,
pero sí el ingreso del seguro social o ahorros propios, lo que les permite llevar una vida confortable.
Cabe decir que la ancianidad y la jubilación no tienen los
mismos niveles de calidad de vida en los países altamente desarrollados (como Estados Unidos) y los que se encuentran en vías de
desarrollo (como México). Los países desarrollados primero se enriquecieron y luego atravesaron su transición demográfica; los países
en desarrollo llegan empobrecidos a esta transición, y los problemas
que afectan la vida de los viejos son básicamente la falta de ingresos
dignos, trabajo, educación y salud o, en otros términos, la justicia
social y los derechos humanos.
Mientras que en los países en desarrollo hay un creciente número de personas que viven solas, familias uniparentales, tasas de divorcio en aumento, hogares más pequeños, menor número de hijos
y feminización de la pobreza, en los países desarrollados existe un
alto porcentaje de institucionalización de los mayores de 60 años,
pues este es de 56 %, mientras que en Latinoamérica es de apenas
el 2 % (Zolotov, 2002). Estos factores estructurales permiten a los
adultos mayores de Estados Unidos tener un alto ritmo de movilidad geográfica y cambiar de residencia, incluso internacionalmente.
A diferencia de los ancianos de los países menos desarrollados.
Factores sociales
El estilo de vida mexicano
Si bien los aspectos económicos son factores de atracción que les produce la
satisfacción personal que buscan al migrar, también factores sociales influyen
en la decisión. En nuestra investigación, el estilo de vida relajado que predo-
74
omar lizárraga morales
mina en México es uno de ellos. Para muchos estadounidenses el migrar a
un centro turístico de playa y alejarse del estrés de una sociedad capitalista y
altamente consumista representa el sueño que tuvieron desde muchos años
atrás. Tal es el caso de Luboff (1999) que comenta: «Yo era un tipo como la
mayoría de personas que conocía en Estados Unidos, trabajaba muy duro en
un mundo estresado, mientras soñaba con retirarme a alguna playa mexicana.
Cuando la mayoría de mis amigos enfermaron o murieron, mi esposa y yo
decidimos tomar la decisión de disfrutar en un bello lugar los últimos años de
nuestra vida. Cumplimos nuestra fantasía».
Cross (2007) es otra estadounidense que pensó tenerlo todo, éxito profesional, una familia, pero después de treinta años persiguiendo el «sueño
americano» decidió migrar a San Miguel de Allende, en el estado de Guanajuato. Ella comenta:
«Después de haber trabajado 30 años como abogada, un día me detuve a pensar: “¿Y ahora que sigue en mi vida?” Esa noche mi marido y yo reflexionamos, lloramos juntos y decidí encontrarme a mí misma; una semana
después cambié mi residencia a México. Aquí he encontrado la felicidad que
no encontré en toda mi vida en Estados Unidos. La gente amigable, el pueblo
lleno de color, pero sobre todo, el estilo de vida relajado son los factores que
me trajeron y me hicieron quedarme».
O tenemos el caso de Eugene Gregory, estadounidense radicado en Mazatlán, Sinaloa, quien comenta:
«Son muchas las cosas que me gustan de Mazatlán, empezando por la
pronunciación de su nombre, hay algo delicioso con la letra Z. Segundo, me
agrada que esté ubicado en la costa oeste de México; hay conexiones de vuelos a distintas partes de Norteamérica. Tercero, Mazatlán es uno de los pocos
destinos turísticos mexicanos que mantienen su cultura local, a diferencia de
Los Cabos o Puerto Vallarta. Cuarto, Mazatlán es un destino relativamente
económico. Quinto, el clima cálido: a veces pienso que estoy en un sueño y voy
a despertar quitando la nieve de mi auto y con la obligación de manejar a mi trabajo. Pero lo que más me gusta de aquí es la gente, no los norteamericanos, sino
los mazatlecos, todos han sido grandiosos» (Gregory, Eugene 20/05/08).
Los estadounidenses en México entrevistadas por Croucher (2009),
dicen haber dejado atrás una cultura de estrés y consumo, a cambio de una
cultura más relajada, cariñosa y menos materialista en territorio mexicano.
la transmigración placentera
75
El motivo de «encontrarse a sí mismo» fue repetido varias ocasiones
en entrevistas realizadas como motivo para migrar a México. Por ello entendemos que en las sociedades económicamente más avanzadas existe un
deseo por encontrar un estilo de vida más relajado, de realizar actividades
que realmente disfrutan, de construir la casa de sus sueños, de socializar con
personas de su misma o diferente nacionalidad, de iniciar una aventura, pero
sobre todo el deseo de una nueva vida. Como dice Greg Kitchel (17/02/10),
residente estadounidense de Todos Santos, B.C.S.: «Quería estar más cerca
de mí mismo, extrañaba el mar, a mis amigos, el estilo de vida mexicano, así
que tuve que regresar para quedarme. Nunca es tarde para hacer algo».
El imaginario turístico del espacio
El imaginario colectivo que se tiene de los destinos turísticos a donde llegan
a residir es otro factor social que atrae a los estadounidenses. Los sitios turísticos están planeados para satisfacer las necesidades lúdicas de sus visitantes,
ese imaginario es reproducido de manera que al espacio se le da un uso colectivo con finalidades de placer, descanso y recreación.
Este imaginario turístico también se refiere al protagonismo económico,
arquitectónico y cultural que adquiere la imagen y uso que los turistas tienen de los lugares que visitan. Frente al urbanismo tradicional, centrado en el
bienestar de los ciudadanos, los asentamientos turísticamente importantes se
desarrollan anteponiendo las necesidades y aspiraciones de los extranjeros;
surge así un escenario planeado para proveer lo necesario para la vida y la
felicidad de sus visitantes (Goycoolea, 2006).
Los estadounidenses migran a territorio mexicano por la placentera
experiencia personal que les produce el espacio habitado, tal es el caso de
Mazatlán y Cabo San Lucas. En estos sitios ellos se dedican a disfrutar de las
amenidades que estos sitios ofrecen, aun a los estadounidenses que tienen
alguna actividad lucrativa en estos lugares: el hecho de habitar un sitio turístico; en el imaginario se produce una sensación de libertad, de relajación, de
aventura y de goce.
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omar lizárraga morales
Otros factores
La transmigración placentera de estadounidenses hacia México adquiere un
mayor volumen si tomamos en cuenta factores geográficos y demográficos.
Factores geográficos
Según Longino (2001), los estados de la Unión Americana con mayor número de adultos mayores son: California, Nevada, Utah, Arizona, Colorado,
Washington y Alaska (véase mapa núm. 1). Así pues, por la cercanía geográfica de México con Estados Unidos, y más aún, con los estados que concentran
mayor índice de adultos mayores, nuestro país ha alcanzado ventajas competitivas en este aspecto.
Por lo general, los estadounidenses han tomado la decisión de migrar
a otro país que les ofrece diversas alternativas que no encuentran en sus lugares de origen, pero que se encuentre también geográficamente cerca de
sus antiguos contextos sociales. La cercanía y la posibilidad de volar de regreso y poder ver a familiares, y la posibilidad para sus parientes de volar a
México, es un factor importante a tomar en cuenta para muchos de estos
inmigrantes.
Tradicionalmente, los especialistas en la migración han clasificado las
razones para migrar basándose en estructuras económicas globales. Sin embargo, estas teorías han sido insuficientes para explicar grandes flujos migratorios como los que tenían como destino los estados de California y la Florida
en los años treinta y cuarenta; esos migrantes viajaban en busca de una mejor
calidad de vida, un mejor clima y belleza escénica, más que factores económicos (O,Reilly, 2000). Actualmente, los estadounidenses están migrando al sur
de la frontera aparentemente por las mismas razones, pero en este caso con
un beneficio económico relacionado con el tipo de cambio monetario. Esta
modalidad migratoria no puede ser caracterizada como laboral, tampoco se
debe a un estatus legal de refugiados, o de asilados. Es esencialmente voluntaria y motivada por razones económicas, pero más que por eso los estadounidenses migran a México en busca de una mejor calidad de vida, de un mejor
clima, de un lugar donde sentirse relajados.
la transmigración placentera
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Si bien Estados Unidos se encuentra geográficamente cerca de México,
la temperatura en invierno es distinta, especialmente si la comparamos con
las comunidades en zonas costeras. Por esta razón no es sorprendente que los
estadounidenses, sobre todo los provenientes de los estados del norte, elijan
mudarse al sur en búsqueda de lugares más calidos en su edad avanzada. Este
mismo argumento lo manejaban agencias norteamericanas ya inmersas en la
economía turística desde inicios del siglo XX, particularmente la empresa ferroviaria Southern Pacific, que dominaba el suroeste de Estados Unidos y que
tenía inversiones en México (Santamaría, 2002).
Factores demográficos
Ya en el siglo XX los cambios en la tecnología médica, los altos índices de
nacimientos y la reducción de la mortalidad infantil contribuyeron al crecimiento de la población global. Si en 1945 ese número era de 2 mil trescientos
millones, en 1995 se incrementó a 5 mil cuatrocientos millones; en el año 2000
a 6 mil cien millones, y se calcula que para el 2050 se eleve a 9 mil millones y
medio (Tirrito, 2003).
En los países más desarrollados, la proporción de personas con más de
65 años ha aumentado considerablemente yendo desde el 7.9 % en 1950 hasta
el 13.5 % en 1998. Se prevé que este porcentaje llegue al 24 % hacia el año 2050.
En todos los países donde los niveles de fecundidad son más bajos —como
es el caso de Estados Unidos— la población mayor de 65 años ha aumentado
entre un 10 % y un 15 % del total, y dentro de los próximos 30 años su tamaño
se habrá de duplicar (Rodríguez, 1999).
Aparejado a lo anterior, en casi todos los países del mundo se amplió la
expectativa de vida; en Estados Unidos, por ejemplo, esta que en 1997 era de
65 años, en el año 2006 se elevó a 71 años, y se espera que en el año 2045 se
eleve hasta alcanzar los 76 años de promedio (Tirrito, 2003). Según el Censo
de población del año 2008, la expectativa de vida en ese año era de 74 años
para los hombres y 80 para las mujeres (US Census, 2008).
Las causas de los cambios en el proceso de envejecimiento de la población habrá que buscarlas. Según Rodríguez (1999), tiene que ver con los adelantos en la medicina, en la mejora de las técnicas agrícolas y de la nutrición y
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omar lizárraga morales
en las bajas tasas de fecundidad. A partir de 1960 la mortalidad de los lactantes
ha disminuido en más de la mitad, tanto a escala mundial como en las regiones menos desarrolladas. En el caso de los Estados Unidos, un elemento adicional es el que tiene qué ver con el fenómeno conocido como Baby Boom.
El Baby Boom
Los privilegios económicos de los transmigrantes placenteros se explican en
buena parte por los beneficios de que gozan actualmente los miembros de la
generación llamada del Baby Boom, que por primera vez en el mundo occidental poseen altos niveles de riqueza acumulada, así como otros beneficios
de jubilación (Benson y O,Reilly, 2009 a). Abundaremos un poco sobre este
fenómeno demográfico.
Los académicos coinciden en que fue la combinación de factores económicos y sociales lo que provocó el surgimiento de esta generación. Por ejemplo, en Estados Unidos el crecimiento drástico de la economía —como gran
triunfador de la Segunda Guerra Mundial—, se combinó con el resurgimiento de la tradición de valores que tenía como centro al «hombre trabajador» y
a la mujer dedicada al hogar, provocando un mayor número de matrimonios,
a menor edad y con un mayor número de hijos (Dailey, 2005).
Desde hace 200 años, la fertilidad de la mujer estadounidense ha decrecido drásticamente. El promedio de hijos de la mujer anglosajona era de siete
en el año 1900; en 1940 el promedio bajó a sólo dos. Sin embargo, la fertilidad
tuvo una sorprendente recuperación entre los años 1946 y 1964; el resultado
fue el nacimiento de una generación compuesta por 76 millones de estadounidenses: la llamada generación del Baby Boom (Greenwood et al., 2005).
En el año 2010, los primeros boomers cuentan con una edad de 64 años, y los
más jóvenes de la generación, de 46. Y cada año cuatro millones de estadounidenses llegan a la edad de cincuenta años (Novelli, 2006). Aunado a esto,
ha aumentado en forma constante la esperanza de vida; en este siglo (el xx)
se ha pasado de 50 años a casi 73 años; las mujeres son mayoría en este grupo
erario y tienen una expectativa de vida que supera en siete años a los hombres
(Zolotov, 2002). Este cambio demográfico está teniendo un enorme impacto
la transmigración placentera
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en el ámbito familiar, laboral, los sistemas de salud, la economía, la vivienda,
la educación, el transporte y la tecnología.
Según Novelli (2006), la sociedad estadounidense no está preparada
para este cambio demográfico que generan los babyboomers. Las compañías
están cargando las responsabilidades y riesgos financieros en los jóvenes
trabajadores, y los jubilados en general carecen de ahorros, lo que los hace
económicamente vulnerables. Además, Estados Unidos posee un sistema de
salud deficiente que no cubre las necesidades de su gran población adulta;
cerca de 45 millones de estadounidenses no están asegurados. La población
estadounidense está envejeciendo pero los médicos no estudian medicina geriátrica, desde que en el año 2005 se suspendieron los recursos para esa especialidad en las escuelas de medicina. Mientras que los costos de los servicios
médicos van a la alza, la calidad del cuidado médico va a la baja. La población
tiene cada vez mayor responsabilidad en el costo de su salud y tales costos son
inaccesibles para muchos.
Lo mismo puede decirse de la industria farmacéutica. Una consulta de
treinta minutos en el estado de California puede costar 45 dólares, pero sumado el costo de las medicinas y pruebas de laboratorio, puede llegar fácilmente
a costar 750 dólares la cuenta total (Novelli, 2006).
La generación del Baby Boom también es conocida como la generación
sandwich porque un gran número de ellos se hacen cargo económicamente de
sus padres, que no tuvieron las mismas prestaciones de jubilación, y al mismo
tiempo se hacen cargo de sus hijos. Debido a la demandas de manutención
de sus padres e hijos, se les hace más difícil el ahorro que necesitan para su
jubilación.
En Estados Unidos, el crecimiento en la tasa de natalidad está ligada con
dos eventos previos que fueron coyunturales: la Gran Depresión de los años
treinta y la Segunda Guerra Mundial. Por una parte diminuyó el número de
nacimientos durante la crisis económica, pues hacía difícil empezar una familia, y por otra, la etapa bélica ausentó a los hombres jóvenes que marcharon
a la guerra. Pero la combinación de estos dos eventos traumáticos llevó a un
alza en la fertilidad unos años después. Durante la posguerra, la fertilidad se
disparó cuando los hombres regresaron, la economía mejoró y un sentido general de optimismo prevaleció (Greenwood et al., 2005).
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Para Bean (1983), el fenómeno del Baby Boom es resultado de la combinación de dos factores: uno, el hecho de que las mujeres tuvieran hijos a
más temprana edad, y dos, a la alta fertilidad de esa generación, pues tenían al
menos dos hijos en ese periodo durante los años cuarenta y cincuenta. Para
el mismo autor, el alto índice de fertilidad se debió a factores socioculturales,
económicos y psicosociales:
Factores socioculturales. El Baby Boom resultó de ciertos valores, normas y actitudes que predominaban durante esos años. Este punto de
vista enfatiza las presiones normativas a tener las grandes familias
que eran características en esos tiempos. Bajo la influencia cultural,
las mujerestuvieron un mayor número de hijos porque fueron motivadas a hacerlo.
Económicos. Otro punto de vista dice que el Baby Boom es el resultado de la prosperidad económica de la posguerra. La actividad económica y mejores ingresos incidieron en los índices de natalidad,
creciendo como ocurrió también con su economía.
Factores psicosociales. Desde este punto de vista, hay un impacto psicológico a largo plazo por parte de los padres ante el hecho de haber
crecido durante la Gran Depresión de los años treinta. La disminución del ingreso durante ese periodo y la necesidad de trabajar por
parte de los hijos creó un distanciamiento entre ellos, tomando el rol
de proveedores para completar el ingreso familiar. En este panorama
crecieron las familias, y el número de hijos creció pues se tenía una
idea de que una familia grande vivía mejor durante tiempos económicamente difíciles.
Croker (2007) agrega que existe el deseo de tener bebés después de
una guerra; es instinto natural. La gente teme que la población se pierda. Por
ejemplo, después del holocausto, donde seis millones de judíos fueron asesinados, las mujeres tuvieron hijos como nunca para reemplazar a los judíos
muertos. Así sucedió en toda Europa.
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Cabe mencionar que en la era de la posguerra, hubo una liberación
sexual sin precedentes. Mientras los varones se ocupaban en la Segunda Guerra Mundial, las mujeres ocuparon los empleos que ellos dejaban vacantes.
Pero al terminar el encuentro bélico ocurrió un desplazamiento laboral masivo. En un periodo de cinco meses, cerca de cuatro millones de hombres al
servicio militar fueron reincorporados al campo laboral en su país. Esto significó un desplazamiento de las mujeres que ocupaban estos empleos. Así pues,
la guerra fue un catalizador que cambió los viejos modos de comportamiento
y ayudó a forjar los nuevos (Bean, 1983).
La concentración geográfica de los babyboomers cambió entre 1990 y
2003; ocurrió una migración interna proveniente de los estados céntricos hacia las costas este y oeste. Creció particularmente en destinos de retiro como
Florida y Arizona.
Como podemos ver, el efecto demográfico del Baby Boom es el resultado
de múltiples causas económicas, sociales y culturales. Se caracteriza por tener
un alto sentido de movilidad geográfica y también tiene efectos de carácter
económico, social y político en la actualidad.
Keister y Deeb-Sossa (2001) argumentan que esta generación ha puesto
presión en los recursos económicos en cada etapa de sus vidas. Los babyboomers tuvieron recursos educativos en los años cincuenta y sesenta, tantos
que rebasaban la capacidad de los salones de clase. Llenaron los colegios y
universidades en su adolescencia, y contribuyeron a un lento crecimiento de
los salarios en los setenta y ochenta cuando entraron en el campo laboral.
La generación de los padres de los babyboomers creció en el periodo de
la Gran Depresión y muestran roles culturales tradicionales: baja participación femenina en el campo laboral, altos índices de fertilidad, bajo número de
divorcios y bajo índice de nivel educativo, comparada con las generaciones siguientes. Como resultado de sus patrones familiares y de conducta, la generación de la Gran Depresión tuvo menos dinero que ahorrar para su jubilación
que la generación de sus hijos. Por su parte los boomers han disfrutado, en
comparación con sus padres, de una mayor prosperidad económica durante
sus años de trabajo (Keister y Deeb-Sossa, 2001).
Al mismo tiempo, se da un auge de las inversiones en la bolsa de valores
sin precedente y un gran número de ciudadanos de clase media invirtió en
ella. Durante los años noventa, la bolsa de valores generó enormes ganancias
82
omar lizárraga morales
para los dueños de sus acciones, entre los que se contaba un desproporcionado número de babyboomers (Keister y Deeb-Sossa, 2001).
Por lo tanto, esta generación tendrá mayores recursos que sus padres
durante su pre jubilación y su jubilación definitiva. El crecimiento en la participación de la mujer en la fuerza laboral y su baja fertilidad sugiere que las
mujeres de esa generación han contribuido también en mayor medida al ingreso familiar que sus madres en la misma etapa de sus vidas. Estos patrones
en conjunto indican que tendrán mejores condiciones que las que tuvieron
sus padres en el momento del retiro.
Población estadounidense en México
Las estadísticas oficiales sobre la población estadounidense en México son
muy contrastantes, por esto la cuantificación se vuelve una tarea difícil; son
varias las fuentes que podemos citar. En este lado de la frontera está el Censo de
Población, el Instituto Nacional de Migración, el Consejo Nacional de Población y la embajada de Estados Unidos en México. Otra fuente estadounidense
es el Instituto de política migratoria y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Sin embargo cada una de estas dependencias tiene sus limitantes
a la hora de cuantificar a la población de origen estadounidense en México.
Por ejemplo, según el Censo de Población del año 2000, en ese año
339 717 estadounidenses habitaban en territorio mexicano (INEGI, 2000). En
el conteo de población de ese año, en efecto, casi el 70 % de los extranjeros por
nacimiento residentes en México, declaró haber nacido en el vecino país del
norte. Cabe decir que con respecto a la estructura por edad de la población
nacida en el extranjero, destaca que más del 50 % de ellos tenían una edad
inferior a los 15 años. Con facilidad puede reconocerse que no es lógica ni
aceptable una intensidad migratoria de esta magnitud, sobre todo si se trata
de un grupo de edad en el que el fenómeno de la migración no es tan común.
Lo anterior es verificable gracias a que en el XII Censo General de Población
y Vivienda 2000, se incluyeron ambas preguntas: lugar de nacimiento y lugar
de residencia hace cinco años; es posible generar información combinando
las dos variables (INEGI, 2000). Esta información combinada muestra que
7 de cada 10 inmigrantes internacionales recientes, son nacidos en México; es
la transmigración placentera
83
decir, una gran parte de dichos inmigrantes internacionales corresponde a la
recuperación de población a través de la migración de retorno.
Por otra parte, según estimaciones del Instituto de Política Migratoria
de los Estados Unidos (MPI, 2006), la población estadounidense en México
era en aquel año de 1 036 300. Para el sociólogo estadounidense Mike Davis
(Davis, 2006), en un plazo de diez años esta población aumentó de 200 mil a
1 millón, pero el autor aclara que «ni las autoridades mexicanas ni las estadounidenses han llegado a un consenso en cuanto al número exacto de ciudadanos estadounidenses que viven en México».
De acuerdo con un artículo escrito por el historiador y periodista Lorenzo Meyer (Meyer, 2007), el Consejo Nacional de Población estimaba que
había más de 385 mil en el año 2004, pero el Servicio Consular de la Embajada
de los Estados Unidos en México dice que había entre 500 mil y 600 mil en
ese mismo año. El mismo autor confirma que es razonable decir que más de
un millón de estadounidenses viven en México.
Otra fuente de cuantificación es el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, que emite los cheques del seguro social a los retirados de ese país.
En el año 2003, este Departamento de Estado estimó que 750 000 cheques
fueron enviados por correo a estadounidenses residentes en México. Esta
fuente, sin embargo, no cuenta a aquellos estadounidenses que, si bien viven
en territorio mexicano, mantienen aún su apartado postal en Estados Unidos
(Croucher, 2009).
Basándonos en datos proporcionados por el Instituto Nacional de Migración con sede en cada una de las delegaciones regionales, encontramos
que, hasta enero de 2010, en el país habitan, registrados oficialmente, 116 666
estadounidenses (INM, 2010). Cabe decir que este número de estadounidenses son solamente los registrados bajo las formas migratorias para extranjeros
Fm3 y Fm2; no inmigrante y migrante, respectivamente. Los estadounidenses
radicados legalmente en México pueden estarlo bajo la Fm2 o Fm3, o bien el
FmT para turistas. Los que ingresan al país bajo esta última forma migratoria
pueden permanecer en México hasta por 6 meses y renovar la visa después
de ese tiempo.1
1
Para conocer detalladamente las características de cada una de las formas migratorias
véase anexo núm. 1
84
omar lizárraga morales
Ahora bien, durante su estancia, todos los estadounidenses pueden adquirir inmuebles en la zona restringida del país pagando un fideicomiso, al
igual que cualquier residente extranjero. Con las fuentes existentes en México, tan diversas y limitadas, la obtención de datos válidos y fiables, referentes
a estadounidenses jubilados en el país, se torna una tarea difícil y pone de
manifiesto el problema del subregistro. Ni siquiera en España, uno de los destinos más importantes para los adultos mayores europeos, existen datos estadísticos completos y fiables sobre extranjeros residentes de la tercera edad
(Breuer, 2005).
Tabla 1. Población de origen estadounidense
en todas las entidades federativas.
Estado
Numero de estadounidenses
Aguascalientes
122
Baja California
10 062
Baja California Sur
14 188
Campeche
2584
Chiapas
446
Chihuahua
11 859
Coahuila
2724
Colima
1113
Distrito Federal
6278
Durango
156
Edo. De México
562
Guanajuato
10 280
Guerrero
1128
Hidalgo
107
Jalisco
10 898
Michoacán
1368
Morelos
Nayarit
Nuevo León
Oaxaca
500
2798
1959
3356
85
la transmigración placentera
Puebla
Querétaro
Quintana Roo
San Luis Potosí
Sinaloa
2849
3293
2190
2751
4485
Sonora
Tabasco
Tamaulipas
Tlaxcala
Veracruz
3743
111
10 607
192
1816
Yucatán
Zacatecas
Total
1907
184
116 666
Fuente: elaboración propia con datos proporcionados por el Instituto Nacional de Migración (INM, 2010).
En resumen, la cuantificación de la población estadounidense en México
se torna una tarea difícil, dado que: 1. El último Censo Nacional de Población,
una de las fuentes más confiables en demografía, se levantó en el año 2000,
cuando presenciamos apenas una inmigración considerable de estadounidenses a México. Además, el censo se levanta en fechas específicas y no cuenta en su totalidad a extranjeros que residen sólo por temporadas en México,
además de captar a gran cantidad de migrantes de retorno. 2. Otra fuente de
información cuantitativa es el Instituto Nacional de Migración; sin embargo,
aun en esta dependencia gubernamental existe el problema del subregistro.
Muchos de ellos prefieren residir en el país bajo la modalidad de «turistas».
En algunos casos, cuando no califican para un permiso migratorio, habitan
ilegalmente en México; o bien, para evitar la burocracia del trámite. Es justamente por estas razones por las que no es posible presentar datos concretos
sobre la población de origen estadounidense, sino solamente estimaciones
aproximadas.
Ahora bien, ya sea tomando la fuente del Instituto de Política Migratoria
de los Estados Unidos, que estima una población estadounidense de 1 036 300
86
omar lizárraga morales
en territorio mexicano, la del Censo de Población del año 2000 que contabilizó a 333 717 en territorio mexicano que nacieron en Estados Unidos, o bien la
fuente del Instituto Nacional de Migración en México que registra a 116 666,
es claro que estamos ante un flujo migratorio masivo; presenciamos de hecho
la corriente inmigratoria internacional más numerosa en México actualmente. Las cifras indican que México aporta la mayor cantidad de inmigrantes al
territorio estadounidense, pero por otro lado la mayoría de los extranjeros
en territorio mexicano procede de Estados Unidos. La mayor representación
de extranjeros sobre el espacio mexicano es una contribución de población
estadounidense; no obstante, esta situación está estrechamente relacionada
con la recuperación de la población que experimenta México a través de la
migración de retorno, pero que se nacionalizó estadounidense.
El grupo étnico o racial que comforman los inmigrantes estadounidenses
es principalmente anglosajón, aunque existe una población flotante menor de
mexicanos que migraron de jóvenes a Estados Unidos y regresaron a México
en su edad avanzada. No existen datos precisos sobre cuántas personas componen este grupo poblacional de retorno, pues no se hallan registrados por
separado en el INM, pero durante el trabajo de campo para nuestra investigación no representaban un número significativo, aun cuando la etnicidad no
constituyó una restricción para el levantamiento de la encuesta. Cabe decir
que el Censo de los Estados Unidos en el año 2008, calculó a 46 822 000 personas hispanas, de las cuales 30 746 000 eran de origen mexicano (US Census,
2010).
Según una encuesta realizada por la International Community Foundation (Kiy y McEnany, 2010 a), que levantó 840 cuestionarios a estadounidenses residentes en México, menos del 5 % de los encuestados se declararon de
origen hispano o latino, pero se espera que para el año 2030 se incremente
al 11 %. Esta estadística es actualmente compatible con el índice de jubilados
en Estados Unidos; se calcula que entre 75 mil y 100 mil mexicanos están en
condiciones de jubilarse en Estados Unidos.
Debemos tomar en cuenta que los latinos en ese país constituyen una
población relativamente joven, mientras que los anglosajones se encuentran
en etapa de jubilación; los latinos representan una proporción cada vez mayor
de la fuerza de trabajo (Chapa, 1998). Según un estudio elaborado por el Pew
Hispanic Center (Passel y Cohn, 2009), un promedio de 433 000 inmigrantes
la transmigración placentera
87
mexicanos en Estados Unidos regresaron a su país de origen en el periodo de
febrero de 2008 a febrero de 2009; sin embargo, el grueso de esa población era
económicamente activa y retornaron en el contexto de la crisis económica.
No se sabe cuántos de ellos eran jubilados en aquel país.
¿Turistas, inmigrantes o transmigrantes?
La transmigración placentera y particularmente la de origen estadounidense a
México está inmersa en una situación de alta movilidad. Aunque oficialmente
se haya producido un cambio de residencia y quedara registrado en una fuente oficial, tienen frecuentemente un comportamiento móvil para desplazarse
temporalmente entre el país de origen y el de destino, una o varias veces al
año. Ni los censos de población, ni los registros como fuentes oficiales están
adaptados para recoger la versatilidad de este comportamiento humano (...)
ya que no existe una definición explícita de este tipo de movilidad. En este
sentido, el domicilio de residencia juega un papel fundamental a la hora de
definir derechos y deberes (Rodríguez, 2008).
Las categorías legales son asignadas a las personas por las instituciones
de Estado. Por ejemplo, según las Naciones Unidas (en Rodríguez, 2008), un
«migrante internacional» es: «Una persona que cambia su país de residencia habitual (...) en el que vive (...) como residente habitual y se mueve a otro
país (...) por un periodo de al menos doce meses». Por otra parte, la Organización Mundial de Turismo (OMT) define como turista «a toda persona que
viaja por un periodo no superior a doce meses a un país distinto a aquel en
el que tiene su residencia habitual, y cuyo motivo principal de la visita no es
el de ejercer una actividad que se remunere en el país visitado» (en Sectur,
2001:31). Comparando estas dos instituciones tenemos que un periodo de
doce meses de estancia en el destino receptor es lo que distingue a un turista
de un migrante.
Sin embargo, si analizamos definiciones conceptuales del turismo, nos
encontramos con que esta es bastante general y difícil de precisar, al igual que
las nuevas modalidades migratorias. Para Gurria (2006:14), el turismo es una
abstracción, un concepto del cual todos tienen distintas interpretaciones y
hay una variedad de definiciones, algunas incluso diferentes entre sí.
88
omar lizárraga morales
Para Cooper et al. (1997: 5), «El Turismo es una movilización temporal
hacia un destino lejos del hogar y lugar de trabajo habituales, las actividades
realizadas durante la estancia y las facilidades para satisfacer las necesidades
turísticas»; para este autor el turismo ocurre fuera del lugar normal de residencia y de trabajo, el turismo permite realizar actividades distintas a las de
los residentes y trabajadores de los sitios por los que pasan o permanecen. El
desplazamiento al destino turístico es sólo temporal, siempre existe la intensión de regresar al hogar tras unos cuantos días, semanas o meses sin realizar
una actividad lucrativa.
Ramírez (1992:29), por su parte, define al turismo como «el conjunto de
relaciones y fenómenos producidos por el desplazamiento y la permanencia
de personas fuera de su lugar de domicilio, en tanto dicha permanencia y desplazamiento no estén motivados por una actividad lucrativa».
Para De la Torre (1997:16), «El turismo es un fenómeno social que consiste en el desplazamiento voluntario y temporal de individuos o grupos de
personas que fundamentalmente con motivos de recreación, descanso, cultura, o salud se trasladan de su lugar de residencia habitual a otro, en el que
no ejercen ninguna actividad lucrativa ni remunerada, generando múltiples
interrelaciones de importancia social, económica y cultural».
En resumen, un turista es una persona que realiza la práctica de viajar por
placer, sin un motivo laboral y que regresa a su lugar de residencia habitual,
pero los periodos de estancia fuera de su lugar habitual no están bien precisados; sólo la Ley General de Población establece un plazo de seis meses. Lo
contradictorio es que tanto los estudiosos del turismo como las dependencias gubernamentales que lo promueven, hablan de turismo de negocios o de
estudios donde el principal motivo de viaje es el trabajo.
La Ley General de Población, en su capítulo III, artículo 42, 43 y 44,
señala once circunstancias bajo las cuales un extranjero puede internarse en
México legalmente; estas modalidades son: turista, transmigrante, visitante,
ministro de culto, asilado político, refugiado, inmigrante e inmigrado. A continuación las describimos de manera resumida.
I.
Turista.- Se interna al país con fines de recreo o salud, para actividades
artísticas, culturales o deportivas, no remuneradas ni lucrativas con
temporalidad máxima de seis meses.
la transmigración placentera
89
II.
Transmigrante.- Es una persona en tránsito hacia otro país y que podrá permanecer en territorio nacional hasta por treinta días.
III.Visitante.- Persona que se interna al país para dedicarse al ejercicio de
alguna actividad lucrativa o no, siempre que sea lícita y honesta, con
autorización para permanecer en el país hasta por un año.
IV.
Ministro de culto.- Se interna al país para ejercer el ministerio de cualquier culto, o para la realización de labores de asistencia social y filantrópicas. El permiso se otorga hasta por un año y podrán concederse
hasta cuatro prórrogas.
V.
Asilado político.- Se interna para proteger su libertad o su vida de persecuciones políticas en su país de origen, es autorizado por el tiempo
que la Secretaría de Gobernación juzgue conveniente.
VI. Refugiado.- Se interna para proteger su vida, seguridad, o su libertad
cuando hayan sido amenazadas (...) por conflictos internos u otras
circunstancias que lo hayan obligado a huir de su país de origen. La
Secretaría de Gobernación renueva su estancia en el país cuantas veces sea necesario (Ley General de Población).
VII. Inmigrante.- Es el extranjero que se interna legalmente en el país con
el propósito de radicarse en él, en tanto adquiere la calidad de inmigrado.
VIII. Inmigrado. Los inmigrantes con residencia legal en el país durante
cinco años podrán recibir la calidad migratoria de inmigrados. Este
puede dedicarse a cualquier actividad lícita con las limitaciones impuestas por la Secretaría de Gobernación. El inmigrado puede entrar
y salir libremente del país en el momento que lo desee, pero si permanece en el extranjero más de 3 años consecutivos pierde su calidad
migratoria (Ley General de Población, 2009).
Tenemos entonces que, según instituciones internacionales como la
OMT y la ONU, el periodo de doce meses es el parámetro para definir a un
turista o un migrante. Estas fuentes internacionales parecen ser muy rígidas
en el periodo que define a estas dos categorías. Por otra parte, tomando en
cuenta la Ley de Población del Estado Mexicano, un turista es una persona
que está en territorio mexicano por un periodo no mayor de 6 meses, es decir medio año menos en periodo de estancia que lo estipulado por la OMT.
90
omar lizárraga morales
Pero, ¿cómo se considera a una persona que pasa cinco y diez años de su
vida de manera intermitente en un centro turístico por periodos que superan los seis meses que definen a un turista, pero que no superan los 12 meses continuos que definen a un inmigrante? Es seguro que, para tipificar a
un viajero, las instituciones de Estado no tomaron en consideración en sus
parámetros a este flujo de personas que cuentan con el dinero suficiente para
moverse entre dos o más países, que en su mayoría lo hacen sin fines económicos, que tienen las características de un turista tradicional, pero también
las de un migrante y que, además, no reside en un sitio de hospedaje, sino en
una vivienda de su propiedad y no regresa para reincorporarse a una actividad laboral.
El imaginario colectivo de la sociedad que recibe a los viajeros adinerados en edad avanzada, relaciona a estas personas, en primera instancia, con
el turismo, porque provienen de los mismos países que los turistas. Muchas
veces es imposible saber si se trata de un turista que permanece solo por un
tiempo limitado y se hospeda en un hotel, o de una persona que se queda por
una estancia larga y posiblemente en su propia casa (Schriewer, 2008). De
ahí que generalmente no se percibe a esta persona como un inmigrante. La
asociación entre turismo y migración ha jugado un papel central en el debate
conceptual, todavía abierto, que trata de discernir de qué hablamos (Huete
et al., 2008).
Según Vicente Rodríguez (2008: 19), un turista se convierte en migrante
de edad fijando su residencia por un tiempo superior al de la media de un
turista, y esto es bastante común en áreas turísticas donde diferentes tipos de
movilidad comparten los mismos espacios y tiempos. Entonces, la propiedad
de una vivienda en el lugar de destino y la duración de la estancia son criterios
esenciales para tratar de diferenciar entre turistas y migrantes mayores.
Para Huete (2008 a) parece lógico que si se reside casi permanentemente en un lugar, ese lugar es el de residencia habitual y, por lo tanto, en él no se
tiene una vida de turista, sino una experiencia cotidiana ajena a las connotaciones de ruptura que tradicionalmente envuelven el significado del turismo.
Es decir que un turista, como lo concebimos tradicionalmente, efectúa un
viaje por una temporada relativamente corta a un lugar distinto al de su residencia habitual, con fines de ocio, para después volver e incorporarse a su
entorno habitual, laboral o de residencia. Pero la población estadounidense
la transmigración placentera
91
que abordamos en nuestro estudio, puesto que es principalmente jubilada, no
regresa a su lugar de origen a retomar un empleo, sino que los periodos de estancia fluctúan entre un lugar y otro con base en condiciones de ocio y placer,
incluso en muchas ocasiones no vuelven a su residencia habitual.
Todas estas situaciones definen un estilo de vida actual, en el que se privilegian esquemas de movilidad, valores de consumo y disfrute de la vida en
zonas de amenidad, que superan el tradicional comportamiento de un turista
y propician la satisfacción de una vida con doble residencia, de movilidad
estacional entre origen y destino.
Un concepto más o menos aceptado en este debate teórico es el llamado
turismo residencial. Salvá (2005) lo define como la «relocalización de distintos sectores de la población en destinos extranjeros en los que residen largos
periodos de tiempo, utilizando básicamente alojamientos no turísticos». En
esta modalidad se excluyen, pues, las estancias en establecimientos hoteleros,
apartamentos turísticos y otros tipos de infraestructura turística. Sin embargo, no quedan claros los criterios que definen el carácter turístico de los departamentos y qué son largos periodos de tiempo. Huete (2008 b) lo define
como una tipología de turistas que utilizan con mayor frecuencia alojamientos y sitios no reglamentados, y cuyas estancias son relativamente mayores
que las del turismo vacacional.
En la literatura europea finalmente ha sido aceptado el término migración (Torkington, 2010), lo que al parecer asegura una posición de mayor
estabilidad objetiva. En realidad es una migración, pero puede ser también,
y lo es, un movimiento humano a menudo temporal, un desplazamiento de
ciudadanos, un cambio de lugar, una ida y un venir (García, 2008). Es importante tener en cuenta los constantes avisos acerca de la invalidez de los conceptos existentes para el estudio del turismo, de la migración, o de la elección
voluntaria de residencia (O,Reilly en García, 2008).
García (2008: 279) define el fenómeno como «una serie de movimientos de personas que trasladan su residencia a otros lugares diferentes, distintos y lejanos del que viven, que no son provocados estrictamente por motivos
económicos o de trabajo, de apreciable impacto tanto en los lugares de origen
como en los de destino, y cuyas consecuencias más destacables son el abandono relativo de propiedad en sus lugares de origen y la adquisición de otras
en los de destino».
92
omar lizárraga morales
Vicente Rodríguez (en García, 2008) reconoce la existencia de una
complicada mezcla de cuatro elementos conformada principalmente por:
a) un grupo humano de jubilados y personas mayores, b) que mantiene un
comportamiento móvil, oscilante entre la migración permanente, la temporal, y la mera movilidad, c) con una motivación turística primaria individual
consistente en la búsqueda de experiencias y el disfrute del tiempo libre,
y d) que provoca unos impactos económicos y territoriales muy diversos,
hasta el punto de dar lugar a un conjunto de categorías de muy difícil sistematización.
La delimitación conceptual todavía no ha dado lugar a un consenso en
torno a un marco teórico que permita distinguir con facilidad a un turista de
un migrante, u otros tipos de movilidad humana (Mantecón, 2008).
Existen al respecto dos posturas claramente enfrentadas: los que defienden la vigencia del concepto de turismo y los que apuntan a que se trata de un
término inapropiado que, aunque relacionado con el turismo, no puede considerarse parte de éste. Es, pues, un fenómeno que tiene más que ver con la
inmigración que con el turismo (Miralles, 2008). La literatura europea sobre
el flujo de noreuropeos a España, coincide en la diferenciación de la inmigración tradicional en un aspecto clave: no han cambiado el país de residencia
por una necesidad imperiosa de supervivencia, sino por una mejor calidad
de vida, unido a la mejora de las comunicaciones de su país de origen y los
beneficios de vivir en una zona del sur (mejor clima, precios más accesibles,
etcétera) (Miralles, 2008).
Para el caso que nos ocupa, los consideramos actores migrantes, pues
además de permanecer temporadas más largas que las de un turista tradicional, poseen además viviendas, ya sea en propiedad o en arrendamiento.
Observan, por otra parte, prácticas propias de un migrante, se trata de una
población que se caracteriza por exigir derechos de los que disfruta un ciudadano. Esta exigencia de derechos es sustentada con el argumento de que pagan impuestos para los tres órdenes del gobierno mexicano; esta ciudadanía
económica les permite contar con poderosas estrategias para participar y ser
escuchados por las autoridades locales de los destinos receptores. Así pues,
ellos cuentan con el know how y recursos para liderar una variedad de políticas locales. Tienen también habilidad para participar políticamente de manera informal, especialmente en temas relacionados con planeación urbana y
la transmigración placentera
93
regional. Según Janoschka (2008), este tipo de inmigrantes muestra un mayor interés en cuestiones políticas, regional y localmente; tienen más tiempo
para involucrarse en ello y más experiencia para organizarse.
Por otro lado, adoptamos el término de migrante, no sólo por el hecho
de poseer una vivienda y residir por largas temporadas, sino por sus pagos
de impuestos locales, por la exigencia de derechos y obligaciones hacia las
autoridades de los destinos receptores y por la ciudadanía fáctica, no política.
Para Croucher (2009), los estadounidenses en México encajan, en efecto, en
un sentido técnico, en la definición de inmigrante, pero son inmigrantes no
marginalizados, han dejado físicamente su país de origen, pero tienen acceso
a recursos materiales y simbólicos asociados a Estados Unidos; una superpotencia mundial y un país vecino dominante de México.
Sin embargo, no podemos ignorar que, aun en los casos en que adquieren la ciudadanía mexicana, estos migrantes mantienen comunicación permanente, viajes de retorno continuos y, lo más importante, su ciudadanía
estadounidense. Cabe aclarar que no estamos hablando de una migración basada en la producción, sino en el consumo; no es forzada, sino absolutamente
voluntaria y placentera.
Coincidimos con García (2008) y Miralles (2008) en que la realidad nos
muestra que más que turistas son migrantes, pero, más aún, los consideramos
transmigrantes. Transmigrante no en el sentido que le otorga le Ley de Población por ser una persona en tránsito hacia otro país, sino por ser actores
migrantes que realizan viajes circulares y prácticas entre los dos campos sociales transnacionales (Smith, 2005). Es decir, son personas y comunidades
que viven un proceso de constante migración (Canales y Zlolniski, 2000). Se
trata de grupos de personas que pasan la mayor parte de su tiempo en un país,
y que, sin embargo, mantienen lazos con sus comunidades de origen. Sus nuevos hogares permiten el desarrollo de múltiples lazos sociales, económicos y
políticos que se extienden más allá de las fronteras nacionales (Appadurai,
1996). De los estadounidenses en México, pocos hablan el idioma del lugar
de destino, y la mayoría reside y socializa dentro de enclaves culturales, pero
continúan practicando sus costumbres y tradiciones, celebran los días patrios
de su lugar de origen. Mantienen lazos políticos, sociales y económicos con
este y establecen organizaciones locales que promueven sus valores estadounidenses (Croucher, 2009).
94
omar lizárraga morales
Literatura sobre la inmigración estadounidense
en México
En general la literatura existente sobre la migración de origen estadounidense
hacia México es muy escasa, sin embargo vale la pena hacer un recuento breve
sobre esos estudios previos al nuestro.
Un trabajo pionero al respecto es el realizado por Talavera (1982); aunque su investigación no está centrada exclusivamente en la población inmigrante de origen estadounidense, este investigador es uno de los primeros
estudiosos que señalan a la rivera del Lago de Chapala como un lugar que,
debido a su belleza escénica, ha sido un lugar turístico basado en la presencia
de recursos naturales como la pesca y la presencia de aves, así como en la
cercanía y accesibilidad a la ciudad de Guadalajara. En torno al lago el autor
señala: «se ha desarrollado una actividad turística residencial que hizo de
Chapala un sitio de esparcimiento para los habitantes del estado de Jalisco y
para los extranjeros».
Palma (1990) por su parte, llevó a cabo una investigación de carácter histórico sobre excombatientes de guerra norteamericanos radicados en la ciudad de Guadalajara en el periodo entre 1981 y 1984. Ella comenta que desde
hace más de dos décadas esta comunidad de veteranos bélicos lleva una vida
tranquila, confortable y solitaria en esta ciudad. En su estudio encontró que
no están en permanente contacto con sus compatriotas, sin embargo llevan
una vida muy similar a la que llevaban en su país de origen y tratan de preservar sus pautas culturales. Viven alejados de la comunidad estadounidense
establecida en la ciudad, pues no les interesa convivir con sus paisanos y, por
otro lado, no son del todo aceptados por los habitantes locales, principalmente por su desplante de superioridad. El estudio que realizó Mónica Palma es
uno de los pioneros en cuanto a la inmigración estadounidense de la tercera
edad en México; sin embargo, ella solo se enfocó en el analisis de un grupo de
veteranos de guerra estadounidenses.
Truly (2002) realizó también un estudio sobre la migración de retiro en
el Lago de Chapala. Este autor se enfocó en conocer las razones que provocan
esta inmigración en la rivera. Encontró que existen factores de atracción y de
rechazo. Para los estadounidenses que fueron atraídos por un clima agradable
y una mejor calidad de vida a menor costo, el movimiento significa una expe-
la transmigración placentera
95
riencia positiva y un cambio de residencia hacia un ambiente mejor. Por otro
lado, los migrantes afectados por factores de rechazo, se mudan a México huyendo de una situación indeseada. Muchos declaran estar desilusionados de
algunos segmentos de la cultura estadounidense, como la pérdida de valores
tradicionales o de la obsesión por el trabajo. Truly asimismo encontró que los
inmigrantes atraídos a Chapala y los expulsados de Estados Unidos que viven
en la rivera, varían en cuanto a la integración cultural; halló que los primeros
inmigrantes eran personas interesadas en la cultura local, mientras que los
más recientes no lo estaban.
T.S. Sunil, Viviana Rojas y Don E. Bradley (2007) estudiaron recientemente la migración estadounidense de retiro en el lago de Chapala. En su
investigación se enfocaron en conocer las razones por las que estas personas eligen migrar a este lugar, y encontraron, en orden de importancia, que
el bajo costo de vida fue la razón mas importante en la elección del destino
(88.4 %), en segundo lugar por el clima benéfico (68.6 %), por la belleza escénica (65.7 %), por la aceptación social a extranjeros (54.6 %), por la existencia
de una comunidad estadounidense (52.7 %), por el bajo costo de los servicios
médicos (46.9 %), por las actividades recreativas (31.4 %), por la disponibilidad de trabajadores a bajo costo (23.7 %), por tratarse de un país cristiano
(9.2 %), por la búsqueda de cónyuge (5.3 %) y por la oportunidad de tener
actividad sexual (2.4 %).
Cabral (2006) ha estudiado el fenómeno de la inmigración estadounidense en el corredor turístico de Los Cabos, en Baja California Sur. Ella ve la
necesidad de regular este flujo migratorio pues puede representar un peligro
para la sociedad «cabeña» por su impacto social y económico. En su estudio
destaca que «son estadounidenses más del 90 % de las empresas inmobiliarias que se están quedando con las costas de la península, estas compran a bajos precios y venden a precios exorbitantes. Ante esta situación los habitantes
locales se ven restringidos a accesos de playas que anteriormente eran de la
comuna». La misma autora ha señalado anteriormente (Cabral, 1998:93) que
«es importante tomar en cuenta los antecedentes históricos de la relación de
la península de Baja California con Estados Unidos, pues la llegada de estadounidenses representa un serio peligro para la Soberanía Nacional». Este territorio dice: «ha estado en la mira de los norteamericanos desde principios del
siglo pasado. Lo estuvo junto con las provincias que México perdió en la gue-
96
omar lizárraga morales
rra de Texas, territorio que ahora son los estados de Utah, Nevada, Arizona,
Nuevo México, California y Texas. Más tarde, durante la Primera y Segunda
Guerra Mundial el territorio de la península era considerado estratégico para
Estados Unidos, por lo que también por ese motivo hubo presiones sobre ese
territorio» (Cabral, 1998:98).
Bringas (1993), por su parte, estudió el impacto del turismo residencial
estadounidense en el corredor turístico de Tijuana-Ensenada a principios de
los años noventa; ella ve este flujo migratorio como la segunda «colonia norteamericana» en México después del hinterland de Guadalajara, pero que por
la cercanía geográfica inmediata con Estados Unidos adquiere especial atención por sus posibles implicaciones para el desarrollo regional y la soberanía
nacional.
La posición de esta autora concuerda con la de Jaime Avilés (en Palma,
2006); él ve la necesidad de aplicar algunas restricciones legales a los inmigrantes en México, pues «en San Miguel de Allende, Guanajuato, los gringos
constituyen el 10% de la población, pero acaparan el 85 % de los bienes inmobiliarios del casco urbano. Tienen todas las casas del Centro Histórico; sólo le
rentan a extranjeros y cobran el alquiler en dólares. Además tienen casi todos
los hoteles, restaurantes, galerías, bares, y en algunos centros nocturnos, se
dan el lujo de impedir la entrada a los mexicanos».
Almada (2006) realizó un análisis de la forma en que se constituyen las
identidades culturales de los inmigrantes estadounidenses y los habitantes
mexicanos en el pueblo de Todos Santos, Baja California Sur. La autora plantea que los inmigrantes internacionales, tanto de Estados Unidos como de
Canadá, tienen un complejo de superioridad con respecto a los habitantes
locales; no se asimilan, mas adoptan algunas pautas culturales de la sociedad
receptora. Rossana describe el fenómeno que sucede en la región de la media
península como un «neocolonialismo» basado en el poder económico.
Para Balslev y Velásquez (2008), la migración de estadounidenses hacia
México sucede con una serie de capitales a su favor. Capital cultural: 1) es una
corriente migratoria que no ha sido sancionada como negativa en su país y
en la sociedad receptora); 2) los motivos generales para esta migración son
socialmente reconocidos como válidos, no sólo en términos generales sino
por ser realizados dentro de las vías institucionales (todos buscan mejorar su
situación pero una cosa es hacerlo robando que migrando a otro país); capital
la transmigración placentera
97
social: 1) las redes familiares y de relaciones de amistad que apoyan esta migración no son clandestinas y confieren a los nuevos miembros una serie de
conocimientos que diminuyen el costo de aprender a vivir en una nueva sociedad, incluso eliminan la diferencia del lenguaje como un problema porque
los miembros de la comunidad que habla español siempre están dispuestos a
servir como intérpretes en caso de que alguien necesite hablar con una autoridad o persona nativa de la comunidad mexicana; capital simbólico: 1) en el
caso que analizamos las organizaciones civiles son precisamente los códigos
de conducta que los diferencian de la otra comunidad.
Croucher (2009) realizó un estudio etnográfico tomando como espacio
geográfico las ciudades de Ajijic y San Miguel de Allende, dos de los destinos
más populares para los inmigrantes estadounidenses en México. La autora,
desde el enfoque teórico transnacional, compara las ventajas que tienen los
migrantes estadounidenses a diferencia de los migrantes mexicanos. Analiza
las prácticas transnacionales de los estadounidenses, particularmente las de
índole política. Gracias a las tecnologías avanzadas de las cual hacen uso, pueden mantenerse informados y conectados permanentemente entre su comunidad residente en el pueblo y su lugar de origen en Estados Unidos.
Por nuestra parte, realizamos una investigación sobre las redes sociales
y la integración social de los estadounidenses jubilados en Mazatlán, Sinaloa (Lizárraga, 2008 a). En este estudio encontramos que la inmigración de
retiro es una etapa posterior a la actividad turística, los que la practican en
este puerto han formado organizaciones que sirven como puntos de contacto
e información relevante para nuevos interesados en establecerse en las mismas condiciones: les proveen de información suficiente para venir a México y
otorgan asimismo, algunas veces, alojamiento. También sirven para contactar
a personas dedicadas a bienes raíces, así como información para su movilización en el puerto. Según este mismo estudio, los retirados en Mazatlán se
encuentran integrados a la sociedad local. Según la encuesta aplicada en el
año 2005, los estadounidenses asisten a reuniones religiosas en las que se congregan también los habitantes locales; tienen organizaciones multinacionales
en las que participan mexicanos y casi todos tienen amigos de esta nacionalidad. Consideramos que las dos culturas se desarrollan en un ambiente de
respeto y tolerancia mutuas. Y aunque son pocos los que dominan el español,
un gran número de ellos viven en los mismos vecindarios que los mexicanos
98
omar lizárraga morales
y mantienen con ellos lazos de amistad. Asimismo, mantienen un estilo de
vida estadounidense.
Janoschka (2009), en un estudio comparativo entre México y Costa
Rica, señala los principales factores de atracción en estos dos países. Coincide en que son cinco las principales causas de movilidad: 1. las facilidades
legales que brindan las autoridades locales para los extranjeros, 2. la ventaja
económica que encuentran los estadounidenses en esas regiones comparada
con sus lugares de origen, 3. los bajos precios de los servicios médicos, 4. el
estilo de vida que prevalece en estos países, aunado a un clima cálido, y 5. el
sentido de aventura que buscan en países de América Látina. En su estudio,
Janoshcka señala los principales destinos en los dos países, pero no se enfoca
en espacios geográficos específicos que permitan un análisis más profundo.
Efectos de la inmigración estadounidense en México
El incremento tan acelerado de la inmigración estadounidense hacia México tiene efectos en los lugares de destino: económicos, sociales, culturales y
medioambientales.
Económicos. El efecto económico de la migración de retiro es de singular
importancia en el mercado de la vivienda, el uso de los servicios públicos,
los servicios sanitarios, así como en la actividad económica local a través del
consumo y de los impuestos (Rodríguez et al., 2005).
Según Mike Davis, el crecimiento espectacular de las remesas de Estados Unidos a México que tuvo lugar en el año 2006 (de 16 mil millones de
dólares a 26 mil millones de dólares en sólo dos años) tiene que ver con la
inmigración estadounidense a México. Inicialmente este autor interpreta este
incremento en las remesas como resultado de la acelerada emigración mexicana y el acceso a mejores empleos en Estados Unidos. Sin embargo, visto
con mayor detenimiento, dicho fenómeno se explica también por el autoenvío de dólares por parte de los estadounidenses para financiar sus casas y su
vida de jubilados en México (Davis, 2006). Tan sólo en Mazatlán, según una
encuesta aplicada durante la temporada invernal, cuando hay más afluencia
estadounidense, el impacto de esta modalidad migratoria por gastos mensua-
la transmigración placentera
99
les de consumo, servicios y recreación, fue calculada en 51 millones, 137 mil
500 pesos (Lizárraga, 2006). Esto sin contar los 227 millones de dólares para
el sector inmobiliario en la misma ciudad (Gómez, 2008).
Por su importancia económica, la mayor influencia es sin duda la que se
deriva de su capacidad para incidir en el mercado de la vivienda. En el caso de
Baja California Sur, decenas de miles de jubilados estadounidenses se están
apiñando en esta parte de la península. En el folleto publicitario de un congreso celebrado en la Universidad de California-Los Angeles (UCLA) en el año
2008, se alardeaba que cada año alrededor de 150 mil estadounidenses compran casa en otros países. En este mismo documento citado por Mike Davis,
se argumenta que a lo largo de la costa de Baja California Sur, se encuentran
ya cerca de 57 urbanizaciones, lo que equivale a unas 11 mil casas o apartamentos cuyo valor conjunto se acerca a los 3 mil millones de dólares y que están
enteramente destinados al mercado estadounidense (Davis, 2006).
De acuerdo con los servicios de cotización bursátil, en Los Cabos y en
Puerto Vallarta, el mercado para las propiedades en estos destinos sobrepasó
los mil millones en 2004, 67 por ciento más que en el 2003. Los residentes
estadounidenses que desean una casa o un condominio vacacional con vista
al mar, pero que no pueden pagar precios extremadamente elevados en California o Florida, sí pueden hacerlo en destinos mexicanos (Olguín, 2006).
Sociales. La presencia de los estadounidenses en los principales destinos
ha acarreado consigo problemas como el acaparamiento de centros históricos
y el fraccionamiento de tierras, así como en el encarecimiento de los bienes
raíces y los servicios. Esto sucede en San Miguel de Allende, provocando de
esta manera un reordenamiento socio-espacial del casco urbano. Lo que para
Mike Davis está ocurriendo, es que «están empezando a inundar el noroeste
de México en un proceso que puede hacer época, consolidando la intolerable
marginación social y la devastación ecológica que ya se avisoran en la región.
No hacen más que anunciar la invasión de la maravillosa región bajo un moderno Manifest Destiny» (Davis, 2006).
El alza en los precios de los bienes raíces en los principales destinos de
estadounidenses en México ha provocado que los habitantes locales no puedan acceder a las viviendas cerca del centro; esto a su vez los lleva a una mayor
distancia de sus lugares de trabajo y de sus viviendas en las periferias de la
100
omar lizárraga morales
ciudad (Croucher, 2009). En San Miguel de Allende, uno de los principales
destinos en México, ha ocurrido «una lenta apropiación de los espacios físicos y simbólicos, sus habitantes locales han sido expulsados de sus casas. Está
ocurriendo una colonización» (Velazquez en Croucher, 2009).
Culturales. Si bien es cierto que la mayoría de los inmigrantes estadounidenses mantienen su cultura y estilo de vida, formando una burbuja ambiental que los aísla de la sociedad mayoritaria, hay una tendencia hacia la
formación de un híbrido cultural de elementos anglosajones y mexicanos,
pues a menudo tienen lugar matrimonios interétnicos. Además, no se descarta la interacción comercial, social y cultural que mantienen con los habitantes anfitriones, principalmente con los sectores de medianos y altos ingresos.
En un estudio, el Instituto de Política Migratoria de los Estados Unidos
(MPI, 2006) encontró que la población de ciudadanos estadounidenses de la
tercera edad aumentó considerablemente, tanto en México como en Panamá,
entre los años de 1990 y 2000, y los datos sugieren que este flujo continúa
aumentando rápidamente. De acuerdo con las cifras de los censos, México
registró un aumento del 10 % en el número de residentes de la tercera edad
nacidos en Estados Unidos. En este país, algunas localidades con crecimiento
más acelerado son Ajijic (con un aumento de 581 %), Los Cabos (con 308 %)
y San Miguel de Allende (con 47.7 %).
Los jubilados estadounidenses tienen un alto nivel educativo y proporcionan capital financiero a sus nuevas comunidades. Los análisis que se llevaron a cabo en México indican que la cantidad de este capital es sustancial. Los
datos de los censos mexicanos sobre los ciudadanos estadounidenses de la
tercera edad, indican que éstos tienen títulos académicos superiores e ingresos mayores, incluyendo beneficios de jubilación, que los ciudadanos mexicanos de su misma condición. El 38 % de los estadounidenses establecidos en
Jalisco tenían títulos universitarios, y el 27.6 % en el estado de Baja California
Sur. En contraste con el ingreso medio de 133 dólares (1400 pesos) mensuales
que reciben en general los mexicanos de la tercera edad, los estadounidenses
reciben 1200 dólares. En una investigación llevada a cabo en Mazatlán en el
mismo año, encontramos que el ingreso promedio de los residentes estadounidenses era de 3000 dólares mensuales (Lizárraga, 2006).
la transmigración placentera
101
Las políticas públicas, tanto en Estados Unidos como en los países de
destino, han impulsado la migración durante la jubilación. El gobierno federal
en México ha adoptado una estrategia proactiva para fomentar la migración
creando categorías de visas especiales para los jubilados extranjeros.2 Los jubilados estadounidenses señalaron también que otras políticas en los países
destino —el uso del dólar como unidad monetaria— tuvo un impacto en su
elección. Asimismo indicaron que las políticas estadounidenses, refiriéndose
a las políticas de salud, no contenían gastos de cuidado médico.
Los factores económicos parecen pesar fuertemente en las decisiones de
los jubilados al mudarse, tanto en el momento de ponderar los países destino
como en la decisión inicial de salir de los Estados Unidos. Muchos jubilados mencionaron el bajo costo de vida como un factor clave que influyó en
su decisión de jubilarse en un país de América Latina. Algunos observaron
que ya no podían solventar el cuidado de la salud o que no cumplían con los
requisitos para recibir seguro de salud en su país, lo cual los impulsó a su mudanza. Estos resultados pusieron en cuestión la definición de los jubilados en
el extranjero como emigrantes «en busca de amenidades», y muestran que
también podrían haberse mudado para satisfacer sus necesidades básicas.
Los jubilados estadounidenses crean trabajos y oportunidades para los
habitantes del destino, pero también son causa del aumento significativo de
los precios de los bienes raíces. Debido a su condición de edad, estos estadounidenses contratan a menudo ayudantes domésticos, enfermeras, jardineros, etcétera. Sin embargo, su llegada a México ha repercutido en el aumento
del valor de la vivienda, por lo que los habitantes locales, en San Miguel de
Allende por ejemplo, han sido desplazados hacia la periferia de la ciudad,
cambiando las características demográficas de su centro histórico. Si bien en
Mazatlán no puede hablarse de un acaparamiento total de su Centro Histórico, sí existe un encarecimiento de la vivienda, haciéndola casi inasequible
para los habitantes locales.
Como ilustramos en este apartado, México, con los factores de atracción económicos, geográficos e históricos es un destino muy atractivo para la
2 La legislación migratoria vigente en nuestro país desde el decenio de 1960, facilita el
ingreso al país de todos aquellos extranjeros que desean establecerse en él en calidad de inmigrantes rentistas. Ellos son admitidos bajo la condición de no dedicarse a actividades lucrativas o remunerativas y comprobar un ingreso fijo de diez mil pesos mensuales.
102
omar lizárraga morales
mira de estadounidenses que buscan un espacio en el cual sus pensiones les
permita elevar o mantener un nivel de vida de calidad. El factor demográfico
del baby boom ha influido también en la masividad del fenómeno, pues como
hemos visto se trata de un grupo de personas que cuenta con condiciones de
jubilación óptimas para vivir comodamente en el extranjero; esta generación
también está más o menos acostumbrada a viajar y emigrar. Sin embargo, esta
transmigración ha provocado impactos serios en las zonas receptoras por lo
que vale la pena abundar en la problemática en casos particulares.
iii. Transmigración placentera de origen
estadounidense en Mazatlán, Sinaloa: redes, prácticas
transnacionales y efectos
Para conocer el contexto en el que se desenvuelve lo que denominamos transmigración placentera, particularmente la de origen estadounidense, es necesario conocer las características históricas, económicas y demográficas de los
estados, y por supuesto de las localidades de destino, pues existe una relación
directa entre las condiciones sociales y económicas de los municipios expulsores y receptores.
El estado de Sinaloa colinda al norte con Sonora y Chihuahua, al este
con Durango y Nayarit y al oeste con el Océano Pacífico. La superficie total
del estado es de 58 092 kilómetros cuadrados, que corresponden al 2.9 % de
la superficie de la nación. Geográficamente está constituido por dos regiones
principales: la serrana y la de los valles y costas que determinan, en buena
medida, las principales actividades económicas del estado: agricultura en los
valles, ganadería y agricultura temporal en la zona serrana, y en la costa la
pesca y el turismo (García, 2007). Su población, de acuerdo con el Censo del
año 2010, era de 2 millones 767 mil 761 habitantes (INEGI, 2010).
El estado de Sinaloa cuenta en su territorio con vías de comunicación
que unen a todo lo largo las diferentes localidades, localizadas principalmente
paralelas a la costa.
La red carretera del estado tiene una longitud de 16 396.9 km, de los cuales son pavimentados 3232 km; 7237.2 km de terracería, y revestidas 5926.8 km.
La densidad carretera en el estado es de 28.6 km por cada 100 km2.
Sinaloa cuenta con una red ferroviaria cuya extensión es de 117.61 km de
vías a lo largo de la entidad, sus ramales se desvían en el extremo norte del territorio estatal hacia Topolobampo, Sinaloa; Navojoa, Sonora y Cuauhtémoc,
Chihuahua.
103
104
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La entidad dispone de tres aeropuertos con servicio nacional e internacional, uno en la capital —la ciudad de Culiacán Rosales— y los otros dos,
en las ciudades de Los Mochis (al norte) y Mazatlán (al sur), comunicando a
través de ellos con el resto del país: turística, comercial e industrialmente. El
estado cuenta también con aeródromos o aeropistas, se tienen registrados 148
en la entidad, principalmente en el norte, noreste, centro y este, facilitando la
comunicación a localidades como El Fuerte, Mocorito, Guamúchil, Guasave,
El Dorado, La Cruz y Escuinapa. Podemos observar que se tienen también
dos puertos con infraestructura importante en el estado: Mazatlán al sur y
Topolobampo al norte (INEGI, 2005a).
La ciudad de Mazatlán es la segunda en importancia en el estado de Sinaloa y una de las más importantes a nivel turístico en México. En el censo
del año 2010 el INEGI registró una población de 438 434 personas (INEGI,
2010). El turismo y la pesca son las principales actividades económicas de esta
ciudad. Es uno de los principales destinos turísticos de playa del país y posee
la segunda flota pesquera más grande de México, aquí se procesan principalmente camarón y atún.
El puerto cuenta con un aeropuerto internacional denominado Rafael
Buelna que cuenta con vuelos diarios nacionales e internacionales a Estados
Unidos y Canadá. Existen dos carreteras que la conectan con Culiacán, una
libre, número 15, y la otra de cuota. La misma carretera 15 corre hacia el sur
hasta Tepic y Guadalajara, y asimismo lleva al entronque con las carreteras
que van hacia el estado y ciudad de Durango, una libre y otra de cuota, esta
aún en proceso de construcción. Transbordadores hacen el recorrido semanal hacia La Paz, B. C. S., mientras que una variada cantidad de modernos
cruceros turísticos visitan este puerto cada semana desde Estados Unidos
(INEGI, 2005 b).
Turismo en Mazatlán
Si consideramos a la transmigración placentera como una etapa que sigue a
la práctica del turismo, vale la pena hacer un pequeño análisis de su comportamiento reciente. Esta actividad en Mazatlán ha tenido una tendencia
creciente en los últimos diez años, con excepción de los periodos 2002-2003
la transmigración placentera
105
y 2004-2005 en los que bajó muy ligeramente la llegada de turistas. Respecto a la ocupación hotelera, según estimaciones Datatur, dependencia de la
Secretaría de Turismo, podemos observar una tendencia creciente: en el periodo 2001-2002 creció la ocupación en un 7.43 %; en el periodo 2002-2003
bajó un -0.067 %; en el periodo 2003-2004 volvió a subir un 2.85 %; en el periodo 2004-2005 descendió un -0.09 %; en el 2005-2006 hubo un crecimiento
del 3.96 %; en 2006-2007 hubo un crecimiento del 1.16 %; en 2007-2008 creció
un 4.7 %. En promedio, Mazatlán recibe a 1 millón 200 mil turistas al año.
(Sectur, 2010).
Inmigración estadounidense en Mazatlán
El Instituto Nacional de Migración (INM) registró en enero de 2008, año en
el que se inició esta investigación, a 4103 estadounidenses que habitaban en
el estado de Sinaloa, 3773 de ellos en Mazatlán, es decir que en este puerto
se concentra el 91 % de la población estadounidense del estado. Según este
mismo instituto, 2310 eran varones y 1463 mujeres; de ellos 2365 son rentistas,
es decir, viven de sus recursos traídos del extranjero; la mayoría de ellos no
labora, sino que se dedica por completo a descansar. Hay también quienes
tienen el status migratorio para realizar actividades lucrativas (893) y quienes
residen bajo alguna otra característica migratoria (515) (INM, 2008).
Mazatlán es un centro turístico, lo que O,Reilly (2000) llama un «área
libre», un espacio socialmente construido que representa un escape de la rutina y tiene un sentido hedonista que muchos jubilados buscan en esa etapa
de sus vidas. No solo estuvieron como turistas en el área tiempo atrás, sino
que también tienen contacto de alguna manera con otros turistas, en varios
sentidos. La mayoría de ellos recibe visitas de amigos y familiares de Estados
Unidos y están en contacto constante con turistas en espacios públicos y privados.
106
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Perfil socioeconómico y demográfico
de los estadounidenses en Mazatlán
De acuerdo con la encuesta que llevamos a cabo en el puerto entre 99 mujeres y 101 varones estadounidenses, el 91 % de ellos había visitado el destino al
menos una vez antes de efectuar el movimiento migratorio, tal y como lo revela Longino para Estados Unidos. Provienen principalmente de los estados
fronterizos de la región suroeste, de los que sobresale California.
En cuanto a su edad, más de la mitad (57 %) nacieron antes del año 1945,
es decir que en 2011 tienen 65 años o más de edad. El sistema estadounidense
otorga el beneficio del seguro social a la edad de 62 años a sus ciudadanos nacidos antes de 1945, es decir que el 57 % de nuestros encuestados cuenta con
este sistema de jubilación.
La generación del Baby Boom, es decir aquellos nacidos entre los años
1946 y 1964, obtienen la jubilación por medio del seguro social a la edad de
65 años; en el año 2011 este corte generacional cuenta con esa edad, lo cual
quiere decir que los babyboomers obtendrán masivamente su ingreso por medio del social security a partir de este año. En nuestra encuesta, el 38 % de los
transmigrantes estadounidenses en Mazatlán forman parte de esta generación. Si bien aún no cuentan con el ingreso del seguro social, sí cuentan con
una pensión laboral, la cual varía de acuerdo a la empresa o institución para
la que laboraron.
Podemos intuir que a partir del año 2011, cuando cuenten con este beneficio, los ciudadanos estadounidenses que forman parte del Baby Boom, un
buen número de ellos buscará otros lugares fuera de sus localidades de origen
donde sus pensiones adquieran un mayor poder adquisitivo.
Según encontramos, la mayoría de ellos son de clase media, profesionistas de puestos gerenciales, profesores, ingenieros civiles, médicos, vendedores o empleados del gobierno, que tienen un ingreso de entre 1600 y 3500
dólares al mes.
La mayoría de ellos (75 %) son personas que migran en matrimonio.
Aunque también hay quienes efectúan el movimiento de manera solitaria:
divorciados (11 %), solteros (9 %) o viudos (5 %), lo que contrasta con los
hallazgos de Longino, quien declara que el prototipo de migrantes de retiro
estaba formado por matrimonios intactos. Cabe agregar que captamos a un
la transmigración placentera
107
buen número de estadounidenses, hombres en su mayoría, que han contraído nupcias con habitantes locales.
Tal es el caso de Eugene Gregory Brady, quien incluso plasma su experiencia de estar casado con una mujer mazatleca en su libro «Married
in Mazatlán» (Brady, 2005). Eugene conoció a su actual esposa hace diez
años, cuando trabajaba de mesera en un bar que él frecuentaba en el área
de Olas Altas. Ella tenía entonces veinticinco años de edad y él cuarenta.
En aquel año ella estudiaba el idioma inglés en el Centro de Idiomas de la
Universidad Autónoma de Sinaloa. En una de sus visitas al bar, E. G. la observó haciendo su tarea y se ofreció para ayudarla. Ese fue el inició de un
noviazgo que duró alrededor de seis meses antes de comprometerse en matrimonio.
De los 68 varones que afirmaron estar casados, diez lo están con mujeres
mexicanas. Por otra parte, de las 82 mujeres casadas, sólo dos lo están con
hombres de la localidad. Al preguntarles a todos con quién viven en Mazatlán, el 76 % contestó que con su cónyuge, el 15 % vive sólo, el 5 % con amigos,
y el 4 % con familiares.
A menudo los centros turísticos son imaginados como lugares en los
que se construyen lazos amorosos (Karisto, 2005). En Mazatlán la idea no
es tan equivocada en el caso de los transmigrantes estadounidenses; aquí se
conoce más fácilmente a otros estadounidenses de edad avanzada que en Estados Unidos (o mujeres locales más jóvenes), y cuando se conocen pueden
enamorarse. La asociación activa y social crea mejores condiciones al nacimiento de relaciones de pareja que el trato con las personas de la misma edad
en sus lugares de origen.
Según nuestra encuesta, la mayoría (75 %) habita legalmente en el puerto bajo la forma migratoria Fm2 o Fm3. Cabe mencionar también que un
buen porcentaje (24 %) lo hace con un permiso de turista; estos tienen que
regresar a Estados Unidos una vez cada seis meses para renovar tal permiso.
Solo se encontró a dos personas que cuentan con el permiso migratorio para
dedicarse a actividades lucrativas.
Estos transmigrantes tienen en general un alto grado de estudios: el 49 %
posee un título universitario, el 12 % estudió una maestría, y el 8 % tiene doctorado. Solo el 1 % de nuestra muestra declaró no tener estudios.
108
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En cuanto a su religión, la mayoría (36 %) son cristianos protestantes y
el 33 % no profesa ninguna. El 20 % de los encuestados son católicos y el 4 %
testigos de Jehová.
En Mazatlán, más de la mitad de nuestros encuestados (el 63 %) pertenece a una organización de compatriotas estadounidenses. Además de
su función de integración social, las asociaciones de inmigrantes como clubes y grupos religiosos, desempeñan un importante papel de apoyo para
sus miembros. Estas agrupaciones formales han convertido al movimiento
migratorio de Estados Unidos hacia México en un movimiento continuo
y permanente. Algunas de las asociaciones que existen en Mazatlán son:
American Legion Post 11, Friends of Mexico, The Vineyard, Familia y Hands
Across the Borders.
Al preguntarles en qué tipo de vivienda viven en Mazatlán, el 62 % de los
estadounidenses incluidos en nuestra encuesta afirma vivir en una casa de su
propiedad, el 37 % paga renta, y el resto (4 %) vive en casa de amigos.
Basado en informes de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios, un artículo periodístico (Gómez, 2008) señala que durante el boom
inmobiliario que se vivió en Mazatlán entre los años 2003 y 2007, se vendieron mil 135 unidades a extranjeros, como casas o condominios, lo que da un
aproximado de 94 unidades compradas al mes. Alfredo Reynaga Chicuate, el
entonces presidente de esta asociación en Mazatlán, señala que por cada unidad que un estadounidense adquiere, gasta en promedio 200 mil dólares; tan
sólo en el año 2007, ello generó una derrama económica de 227 millones de
dólares para el sector inmobiliario. Ahora bien, por cada casa o condominio,
sus dueños gastan un estimado de 40 mil pesos en enseres como lavadoras,
estufas y secadoras, y 150 mil pesos en muebles, lo que multiplicado por las
unidades vendidas en 2006 al 2007, significan 215 millones 600 mil pesos para
tiendas departamentales y mueblerías, que es donde generalmente se compran estos artículos.
A nuestros encuentados los cuestionamos sobre el valor de sus viviendas, en los casos de quienes poseían un inmueble. Encontramos que los precios oscilaban entre 100 mil y 200 mil dólares; 54 de los 127 encuestados habitan una vivienda con precios que fluctúan entre tales cifras. En cuanto a
los que rentan una casa en Mazatlán, el monto mensual de renta que pagan
oscila entre los 400 y 600 dólares. De los 73 estadounidenses captados en
la transmigración placentera
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nuestra encuesta que pagan renta, 31 pagan un precio que oscila entre esas
cantidades.
Según captamos se ubican en las áreas de Mazatlán de un nivel medioalto y alto y se ubicadas el norte de la ciudad. Las cinco zonas que tienen un
mayor número de habitantes de nacionalidad estadounidense por orden de
cantidad son: El Cid, Centro, Cerritos, Sábalo Country y Playa Sur. Cabe decir que también nos topamos con habitantes de las colonias populares como
el Infonavit Playas, Sánchez Celis, Los Sauces o el Fraccionamiento del Bosque, los que por supuesto perciben un ingreso menor.
Según la Secretaría de Turismo del estado de Sinaloa, el inventario de
inversiones turísticas en Mazatlán hasta el año 2009 alcanzó, en su totalidad,
un monto de 666 millones 542 mil de dólares, esto sin tomar en cuenta los
empleos directos e indirectos que genera el negocio de la construcción.
A pesar de la recesión de la economía estadounidense y la caída de la
inversión extranjera directa en el periodo 2008-2009, la inversión en el sector
inmobiliario turístico presentó una situación estable. Tan sólo en el 2008, la
inversión en bienes raíces fue de 5 mil 300 millones de pesos, poco más de la
mitad de los 9 mil 440 millones de pesos que se invirtió en Mazatlán en la era
del llamado boom inmobiliario (Castro, 2008).
Mientras que en el año 2005, la inversión en este sector fue de 116 millones de dólares, en el 2006 fue de 228 millones; en el 2007, de 280 y en el
2008 de 439.38 millones de dólares. Según la Asociación Mexicana de Profesionistas Inmobiliarios (AMPI), las inversiones inmobiliarias en Mazatlán
no se han caído, el ritmo de crecimiento que atrae el destino y su capacidad
de absorción del inventario sigue siendo más alto que los de Puerto Vallarta,
Los Cabos y Puerto Peñasco. El presidente de esta asociación señala que una
de las ventajas que tiene Mazatlán es el clima que ofrece durante el invierno,
pero además, a diferencia de otros destinos que cuentan con un desarrollo
inmobiliario como Ajijic o San Miguel de Allende, Mazatlán es más barato
(Reynaga, Alfredo, 10/03/08).
Con base en guías de bienes raíces en Ajijic, Los Cabos y Mazatlán, encontramos que los precios no son lineales en estos tres destinos. Una vivienda
en la rivera del Lago de Chapala, de 280 metros cuadrados, con tres recámaras, dos baños y medio, oscila entre 350 y 500 mil dólares. En el corredor turístico de Los Cabos, un inmueble con las mismas características cuesta entre
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430 y 700 mil dólares. En Mazatlán, en cambio, encontramos casas de 230 metros cuadrados con tres recámaras, a precios que van desde los 120 hasta los
400 mil dólares. Los precios varían conforme a la ubicación.
En una investigación anterior (Lizárraga, 2006), encontramos que en
Mazatlán hay una derrama económica de 49 millones 410 mil pesos mensuales en gastos de recreación, servicios, consumo diario y ayudantes domésticos, así como un millón 727mil pesos mensuales por concepto de renta de
vivienda pagada por este grupo de inmigrantes.
En nuestra encuesta se les preguntó también sobre las razones que los
llevaron a elegir Mazatlán como destino migratorio de retiro. Fueron tres
las razones que más se repitieron: el clima, la gente amigable y la economía
local.
El clima benéfico que se disfruta en Mazatlán es el factor de atracción
más importante para los estadounidenses; pero lo barato que resulta la vida
en comparación con su país de origen es una ventaja adicional para los transmigrantes placenteros en México. Este clima benéfico en invierno se traduce
asimismo en ahorros y en una mejor calidad de vida porque les permite su
movilidad física y las relaciones sociales constantes.
En este estudio consideramos refugiados económicos a aquellos estadounidenses que no pueden mantener un estilo de vida digno en su lugar de
origen, como sí lo pueden disfrutar en este destino. Es el caso de Lee Jacobs;
para ella, las dos principales razones que la llevaron a escoger Mazatlán como
lugar de retiro son dos: la economía y la cultura local. Durante una entrevista
sostenida con ella nos comenta:
«Yo no soy rica, y en Estados Unidos no podría vivir tan cómodamente
como lo hago en Mazatlán» ( Jacobs, Lee, 4/01/09). Nos dice que con el ingreso que ella del seguro social no podría obtener los beneficios de que goza
en México. Su vivienda en la colonia Los Sauces cuenta con tres habitaciones
y la adquirió por 560 mil pesos mexicanos, casa por la que en Oregon, su estado natal, hubiera tenido que pagar no menos de 200 mil dólares. Además,
Lee acude constantemente a revisiones médicas que el Medicare no cubre; en
Estados Unidos pagaba alrededor de 300 dólares por ello; en Mazatlán, nos
dice, paga 200 pesos por consulta.
Nos resulta interesante que una de las razones más comunes que esgrimieron los estadounidenses respecto a las razones de migrar a Mazatlán haya
la transmigración placentera
111
sido el carácter de la gente local. En cuanto a esto, Lee Jacobs comenta en
esta misma entrevista, que tiene más amigos mexicanos que estadounidenses; afirma haber tenido más amigos en Mazatlán que los que tuvo en Estados
Unidos en toda su vida.
Lee dice tener amigos mexicanos y estadounidenses, pero la ayuda personal, cuando la requiere, no la obtiene de sus compatriotas sino de sus amigos vecinos locales. A pesar de vivir sola, Lee tiene la amistad de sus vecinos
que constantemente la visitan y están atentos de su bienestar. En fechas especiales como Nochebuena o Año Nuevo, dice estar siempre con sus amigos
vecinos, los niños la llaman abuelita y es bienvenida en todas las fiestas. A Lee
no le gusta más celebrar los días festivos estadounidenses, pero sí los mexicanos, pues como afirma, este es ahora su hogar.
Durante otra entrevista llevada a cabo por el autor con el estadounidense Jerry Leeman, este sostiene que la gente de Mazatlán es sumamente amigable, que siempre está sonriendo y saludando. «La gente de Los Cabos es muy
diferente a la de Mazatlán, allá todo gira en torno al turismo y por lo mismo
sólo nos ven como una fuente de empleo, pero Mazatlán es una ciudad económicamente diversificada y eso hace que la gente se comporte de distinta
manera» (Leeman, Jerry, 10/01/09).
Estos dos comentarios coinciden con el de Eugene Gregory Brady, que
nos comenta: «Son muchas las cosas que me gustan de Mazatlán, empezando por la pronunciación de su nombre, hay algo delicioso con la letra Z. Segundo, me agrada que está ubicado en la costa oeste de México; hay conexiones de vuelos a distintas partes de Norteamérica. Tercero, Mazatlán es uno
de los pocos destinos turísticos mexicanos que mantienen su cultura local,
a diferencia de Los Cabos o Puerto Vallarta. Cuarto, Mazatlán es un destino
relativamente económico. Quinto, el clima cálido; a veces pienso que estoy
en un sueño y voy a despertar en Alberta, Canadá, quitando la nieve de mi
auto y con la obligación de manejar a mi trabajo. Pero lo que más me gusta de
aquí es la gente, no los norteamericanos, sino los mazatlecos, todos han sido
grandiosos» (Brady, Eugene, 20/05/08).
Según nuestra encuesta, los estadounidenses en Mazatlán gastan en promedio 2 mil dólares mensuales, mismos que se gastan en impuestos, actividades recreativas, servicios médicos, consumo de todo tipo, ayudantes domésticos, etcétera.
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omar lizárraga morales
Redes sociales de los estadounidenses en Mazatlán,
Sinaloa
En el fenómeno de la transmigración placentera, las redes sociales juegan un
papel importante. Muchas personas que la practican tenían algún amigo o
familiar que se había mudado previamente al lugar destino. Muchas de sus
opiniones y percepciones tienen origen en sus propias experiencias, pero
también en los comentarios de los miembros de su red social.
En el caso de la transmigración de Estados Unidos hacia México, puesto
que por lo general es un movimiento migratorio no forzado, los inmigrantes están satisfechos con su nuevo estilo de vida, lo que provoca el deseo de
imitación por parte de sus familiares y amigos en sus localidades de origen
(O,Reilly, 2000), lo que ocasiona una espiral migratoria creciente.
La construcción de redes sociales, en el contexto de los estudios de la
migración internacional, responde a la necesidad de sobrevivir en espacios
que vuelven vulnerables a los inmigrantes a activar condiciones de racismo,
marginación y persecución. O bien, con el fin de obtener capital social y que
estos puedan salir del lugar de origen con previos contactos en caso de tener
dificultades económicas (Lizárraga, 2004:236).
Los estadounidenses establecidos en Mazatlán manifiestan una asociación étnica, expresiones de solidaridad y una reproducción del capital social;
la ayuda mutua entre los de su misma nacionalidad es una variable que los
caracteriza; han desarrollado una especie de cultura de ayuda. A pesar de la
corriente de buena voluntad que tal práctica genera en la comunidad de retirados, este tipo de ayuda se puede considerar como un recurso fugaz y vulnerable (Helset et al., 2005). En este caso, si los miembros de la familia no están
físicamente cerca, la red de amistades gana en importancia a costa de la red
familiar (Huber, 2005).
En el caso de los transmigrantes estadounidenses en Mazatlán, más que
ayudarse mutuamente a sobrevivir, esta comunidad se encarga de ayudar a
sus miembros a disfrutar del área, tornarle amena su estancia, entablar relaciones sociales y hacerlos sentir parte de un grupo. Estos inmigrantes más que
tener nostalgia por sus lugares de origen y un deseo de regresar, celebran su
estilo de vida en México. No son un grupo marginado o relegado de la sociedad mayoritaria, sino una comunidad poderosa dentro de la misma.
la transmigración placentera
113
Cabe decir que detectamos redes sociales que contribuyeron al movimiento migratorio hacia Mazatlán; según la encuesta aplicada, un 46 % de
ellos tenía amigos o parientes en el puerto antes de migrar. Una vez establecidos, la red se fue reproduciendo y se extendió a otros compatriotas ya que, según encontramos, la gran mayoría (97 %) ha recomendado a Mazatlán como
lugar de retiro a sus amigos o parientes, por lo que podemos esperar que este
flujo siga creciendo en los próximos años.
Uno de los aspectos más destacados de este fenómeno es la tendencia a
formar organizaciones, generalmente por nacionalidades y temas de interés,
que a los migrantes, en primer lugar, sirven para arroparse mutuamente y para
canalizar sus iniciativas, y, en segundo lugar, para reproducir en la medida de
lo posible lo que era su vida en el país de origen (Rodríguez et al., 2005). También actúan como soporte en su vida diaria, especialmente cuando queda de
manifiesto que vivir en un país distinto al suyo no es algo fácil, y les ayuda a
enfrentar diversos problemas cotidianos, como las dificultades con el español, o la dificultad a la hora de acceder a servicios sociosanitarios.
Pasado el momento de la llegada, el contacto entre los miembros de
la comunidad estadounidense es constante. Las redes sociales, que no son
bienes que se pueden almacenar, dependen de su uso regular y su continua
afirmación. En el caso de este grupo, este se manifiesta por medio de constantes visitas entre sí, llamadas por teléfono, correos electrónicos para ayudar
o conseguir asistencia en cosas diarias, así como otras formas de cortesía social. Algunos de los lugares más importantes para el contacto regular entre los
miembros son los restaurantes, los cafés y las galerías que existen dentro de su
espacio social (Balslev y Velásquez, 2008).
Es de mencionar que este grupo no ha construido sus redes a partir de
lazos familiares, religiosos, o ideológicos. Es decir, el capital social acumulado
no se explica por la coincidencia de sus miembros en creencias sino por la
coincidencia en las prácticas comunes relacionadas con su país de origen y su
concomitancia en valores generales relacionados con el «ser norteamericano» (Balslev y Velásquez, 2008).
Una vez establecidos en Mazatlán, los estadounidenses construyen redes sociales locales mediante las cuales intercambian información, socializan,
se mantienen informados de lo que acontece en el lugar. Para Rodríguez et al.
(2005), la presencia del sol permite la realización de actividades al aire libre y
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un ocio relativamente más activo, lo que contribuye a hacer la vida más fácil y
cómoda, menos hostil que en el país de origen, y ejerce una influencia positiva sobre el estado de ánimo, posibilitando un vivir más hacia fuera que hacia
dentro. Esta es la atmósfera adecuada para establecer y mantener contactos
sociales.
Con sus paseos marítimos, bares, deportes, lugares de asociación, actividades culturales, playas y reuniones, Mazatlán ofrece aquellos espacios públicos de recreación que no existen en la cultura estadounidense. Esta es una de las
razones de la popularidad de esta zona. Hay mucho espacio donde las personas
mayores pueden practicar un deporte o andar juntos. Los paseos de la tarde,
las salidas a comer, son actividades que contribuyen a su bienestar. Como lo
constatamos en nuestra encuesta, esta población es activa en tal sentido.
La comunicación permanente entre estadounidenses no sólo se produce
por medio de los canales tradicionales de comunicación, como la entrevista
personal o los telefonemas sino que esta incluye las nuevas tecnologías como
el Internet, que ha demostrado ser un medio de comunicación bastante efectivo. Esta comunidad en Mazatlán ha diseñado sitios web en los que suben
experiencias propias, se organizan para reunirse, comparten información; si
alguien se siente amenazado comparte la experiencia con sus compatriotas.
Durante el trabajo de campo de esta investigación, nos percatamos de que en
la red se difundía la noticia de que un estudiante estaba haciendo una encuesta a los estadounidenses residentes en Mazatlán, y que estuvieran alerta de lo
que contestaban en dicha encuesta. Así como esta, hay muchas noticias que
se comparten en páginas como:
http://mexscape.net/community/index.php
http://mazatlan.ning.com/
http://www.whatsupmaz.org/
http://www.friendsofmexicoac.org/user.php
http://mazinfo.com/
Mediante estas redes virtuales los estadounidenses se mantienen en comunicación y se informan sobre lo que afecta a su comunidad. Según nuestra
encuesta las amistades (28 %) y el Internet (26 %) son los dos principales medios por los cuales se mantienen informados.
la transmigración placentera
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La variabilidad en los comportamientos de estancia y retorno anual de
los estadounidenses influye necesariamente en la forma de las redes sociales
y en el modelo de relaciones que se establecen (Karisto, 2005). En general
las redes sociales en Mazatlán son amplias pero variables, toda vez que no se
pueden mantener las mismas amistades de un año para el otro.
Prácticas transnacionales de los estadounidenses
en Mazatlán, Sinaloa
El concepto de práctica transnacional hace referencia al efecto de lo que las
personas hacen cuando están actuando dentro de contextos institucionales
específicos. Pone atención a fenómenos observables, algunos de los cuales
pueden incluso ser medidos (Sklair, 2003). Como escribe Gustafson (2008),
algunas formas de migración son más transnacionales que otras. Son más
transnacionales, si sus prácticas y relaciones que cruzan las fronteras son frecuentes, si tales prácticas son realizadas por un grupo de personas de número
considerable, si son reproducidas por más tiempo, si son rutinas, organizadas
e institucionalizadas, y si tienen implicaciones sustanciales para los migrantes
envueltos y para las sociedades receptoras y emisoras.
Tal es el caso de las prácticas transnacionales de los estadounidenses en
nuestra investigación. En este apartado esbozaremos este enfoque basado en
dos esferas: la económica y la social.
Prácticas económicas transnacionales
Las prácticas económicas transnacionales se definen como prácticas individuales o colectivas que trascienden los límites nacionales. Estas pueden hallarse enteramente contenidas dentro de las fronteras aun cuando sus efectos
sean transnacionales.
El efecto más obvio de las prácticas económicas transnacionales es la
creación de empleos cuando una corporación extranjera abre una fábrica o
una oficina fuera de su país, en conjunto con los vínculos que ellas establecen en la economía local (Sklair, 2003). Cabe decir que en América Latina
116
omar lizárraga morales
las corporaciones transnacionales surgen de una variedad de procesos de
exportación, esto es, empleando trabajadores de bajos salarios para trabajos
monótonos y a menudo de una gran exigencia física. Este tipo de inversiones
extranjeras no benefician a los trabajadores locales significativamente.
En esta investigación nos enfocaremos en el sentido individual de las
prácticas económicas transnacionales de los transmigrantes placenteros, y
particularmente en dos ámbitos que detectamos: las remesas en modalidad
de pensiones y la transnacionalidad de pequeñas empresas de capital estadounidense.
Los estadounidenses se refieren a sus lugares de origen como a paraísos
llenos de riquezas que les permiten vivir en México; casi todos dicen que viven muy bien debido a las remesas que reciben desde su tierra natal (Almada,
2006). Como vimos anteriormente, su ingreso personal oscila entre 1600 y
3500 dólares mensuales, mismos que reciben por concepto de su seguro social o de la pensión laboral, o bien de ambos, y el gasto que hacen en el puerto
es de 2000 dólares mensuales en promedio.
El dinero en modalidad de autorremesas no sólo afecta a quienes realizan los envíos o a quienes los reciben, sino en general a todos los miembros de las localidades origen y de destino (García, 2007). En el caso de los
migrantes estadounidenses las autorremesas impactan en el lugar de destino
dado el efecto multiplicador que generan como consumidores de todo tipo
de bienes y servicios.
Pero las autorremesas no son la única forma en que esta comunidad realiza prácticas económicas transnacionales entre los dos países, ya que también,
como ya se vio, son dueños de propiedades en ambos lados de la frontera y en
muchas ocasiones de pequeñas empresas.
Una característica de estos establecimientos es que ofrecen sus bienes y
servicios principalmente a otros estadounidenses.
Para documentar lo anterior, nos entrevistamos con pequeños empresarios como Linda Gail. Fue en el 2004 cuando Linda y su esposo visitaron
como turistas el puerto de Mazatlán y, según ella, supo entonces que había
encontrado el paraíso. Después de unas semanas decidieron comprar una
casa cerca del Centro Histórico que les costó 650 mil pesos y abrieron después, cerca de ahí, la tienda Mali Furniture (Lizárraga, 2006 b).
la transmigración placentera
117
El local donde tiene su negocio no es de su propiedad, sino que se lo
alquila a un mazatleco. Ella paga 4500 pesos de renta mensuales por el inmueble, cantidad que le parece justa por su ubicación. Tiene solamente dos empleados, un hombre mazatleco y una mujer de origen estadounidense. Linda
comenta que no tuvo ningún problema con los trámites legales para ejercer
como empresaria en Mazatlán; que por el contrario, todas las autoridades han
sido muy amables con ella.
Su clientela en temporada de verano es mitad mexicana y mitad estadounidense, pero en invierno, cuando se incrementa la visita de turistas estadounidenses, sus ventas a extranjeros se disparan.
Otro ejemplo al respecto es el de Glenn y Sharon Sorrie, quienes son
propietarios de un hotel boutique ubicado en el Centro Histórico. Ellos ofrecen servicio de hospedaje a otros estadounidenses que visitan el puerto como
turistas. A sus huéspedes les ofrecen desayuno, servicio de limpieza de habitación, de lavandería, de Internet y de teléfono. El local cuenta además con una
piscina y un spa. El costo por habitación varía: una cuesta 79 dólares la noche;
dos cuestan 85 dólares; dos habitaciones, 95 dólares y una, 115 dólares la noche
(Lizárraga, 2006 b). La Casa de Leyendas se promociona sólo por Internet
en la página www.casadeleyendas.com, aunque su propietaria comenta que la
mayoría de sus clientes conocen el establecimiento por recomendación oral
de otros estadounidenses; los clientes son en su mayoría de los estados de California, Arizona, Oregon, Washington, Nevada y Nuevo Mexico. Y la mejor
temporada de ocupación es en invierno, desde noviembre hasta mayo.
Migración transnacional
En general los transmigrantes placenteros de la tercera edad no han olvidado
ni perdido sus propias pautas culturales; por el contrario, procuran conservarlas. Por medio de sus viajes constantes, medios de comunicación, participación política, asociaciones, de sus reuniones, sus celebraciones, sus amistades, su religión y hábitos cotidianos, estos estadounidenses preservan su
identidad nacional. Las prácticas sociales transnacionales que identificamos
son: la migración constante entre las dos regiones, la comunicación internacional permanente, la participación política transterritorial, la religión que
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traen consigo, las organizaciones filantrópicas y las asociaciones de veteranos
de guerra.
El desarrollo de la tecnología en los medios de transporte extiende también la constancia e intensidad de los viajes entre los campos sociales transnacionales, de origen y destino. Para Pries (2007), «está emergiendo un nuevo tipo de migrante; el transmigrante, que vive ubicado en espacios sociales
que trascienden los clásicos lugares monolocales de residencia geográfica.
Está surgiendo un nuevo tipo de migración; la transmigración, y con ella los
transmigrantes. La migración en el sentido más básico de la palabra, se convierte en una forma de vivir. Mientras que los inmigrantes y emigrantes, rara
vez cambian el lugar para vivir mejor, para los transmigrantes el mudarse se
vuelve un acontecimiento tan frecuente y constitutivo de la cotidianidad que
puede decirse que viven cambiando de lugar».
En nuestra encuesta aplicada en Mazatlán a doscientos estadounidenses,
encontramos que el 47 % de ellos afirma visitar una o dos veces al año su país
natal, principalmente con motivo de visitar a su familia. Según John Graham
(Graham, John, 24/11/08) con el ir y venir tiene lo mejor de los dos países; lo
mejor de Estados Unidos son su familia, amigos, clima agradable en verano. Y
lo mejor de México es el clima en invierno, nuevos amigos, descanso, mejor
salud y recibos de pago a bajo costo.
En los meses calurosos, de abril a noviembre, más residentes estacionales permanecen en Estados Unidos, mientras que el resto del año migran
al sur. Es decir, la estancia de los jubilados está asociada a las condiciones
climáticas.
La alta frecuencia de los viajes de retorno a sus localidades de origen, en
el caso de los estadounidenses jubilados, obedece a que gozan del tiempo libre y del recurso económico para realizar estos viajes. Además, la flexibilidad
de la política migratoria del Estado mexicano permite una relativa facilidad
para «entrar y salir» del territorio.
La movilidad continua de transmigrantes de la tercera edad entre sus países de origen y destino es un reflejo de su inquietud y necesidad de búsqueda
de una mejor calidad de vida (Helset et al., 2005). Sin embargo, la práctica
transnacional se torna difícil en casos de enfermedad o invalidez, lo que se tiene poco en cuenta. Algunos migrantes optaron por México por el bajo costo de
la atención médica; y otros, por la cercanía geográfica con Estados Unidos.
la transmigración placentera
119
Por otra parte, los estadounidenses en México reciben asimismo visitas
de sus familiares y amigos que aún residen en Estados Unidos. Estas visitas
tienen un doble efecto: por un lado intensifican los lazos de familiaridad, cariño y amistad que los unen. Por otro lado, las personas que reciben o realizan
visitas son valoradas por quienes les ven. Para Rodríguez (1999), en una época en la que se tiene en tan poco a los mayores, resulta altamente satisfactorio
para ellos el que los familiares y amigos los recuerden y los vayan a visitar,
comentando las noticias y sucesos cotidianos.
La transmigración de placer produce identidades transnacionales y sentimientos de pertenencia en los países de origen y destino (Gustafson, 2008).
Hasta cierto punto ocurre un híbrido cultural, pues los migrantes adquieren
algunos hábitos mexicanos y desarrollan un estilo de vida más relajado.
Mientras que para la gran mayoría de los migrantes mexicanos que cruzan ilegalmente la frontera norte, es complicado realizar viajes de retorno,
ya sea por razones económicas o por falta de documentación legal, para los
transmigrantes estadounidenses de la tercera edad no hay obstáculo legal que
detenga sus viajes de retorno. Es de destacar que el 46 % de quienes realizan
viajes de retorno se establecen en casas de su propiedad en Estados Unidos,
es decir, tienen la oportunidad de tener bienes inmuebles en ambos países.
Solo el 26 % de los que tienen casa propia en Mazatlán se hospeda en casa de
familiares al regresar a su lugar de origen.
Comunicación transnacional
Otra práctica social dentro de los espacios transnacionales es la comunicación internacional intensa y constante, la cual es posible gracias a las nuevas
tecnologías de comunicación (García, 2007).
En el caso de los estadounidenses en Mazatlán, esta ocurre principalmente mediante el uso de Internet. En nuestra encuesta encontramos que la
mayoría de los entrevistados (51 %) mantiene comunicación con sus familiares y amigos en Estados Unidos a través de Internet o por teléfono una o dos
veces por semana, mientras que el 36 % lo hace todos los días.
En definitiva, la red social y familiar de los estadounidenses con su país
de origen se mantiene viva por medio de visitas entre quienes están mejor ins-
120
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talados en México y son actualmente menos móviles, o bien a través de visitas
entre aquellos cuya residencia en nuestro país es de un carácter más temporal.
Las modernas comunicaciones satelitales existentes, permiten también
a los transmigrantes estadounidenses enterarse de lo que acontece en sus lugares de origen, pues de nuestros encuestados, el 68 % afirma ver solamente
programas de origen estadounidense. Estas tecnologías en comunicaciones
hacen posible que los extranjeros disfrutar de la programación estadounidense desde en Mazatlán, y este es uno de los medios que mantienen viva en ellos
su cultura.
En cuanto al idioma, son relativamente pocos (21 %) los que afirman
hablar el español; sin embargo, el 54 % no manifiesta tener problemas para
comunicarse en Mazatlán. Lo anterior se debe a que se relacionan con otros
estadounidenses o mexicanos que dominan el inglés, frecuentan centros de
servicio donde se habla inglés, asisten a ceremonias religiosas donde se habla
su idioma; en suma, los miembros que conforman su red social hablan su
mismo idioma.
El conocimiento del idioma español es sin duda una condición fundamental para la integración o asimilación en la sociedad local (Huber, 2005).
Pero puesto que la concentración de turistas e inmigrantes estadounidenses
es muy alta, se ven menos forzados a aprender el español.
Para Karen O´Reilly (2005), hay una serie de razones que explican la
falta de habilidad lingüística. En primer lugar, para las personas mayores es
más difícil aprender una lengua que para los jóvenes, quienes tienen mayor
capacidad para aprender un idioma. Segundo, el acento local del español es
muy fuerte y puede ser muy difícil de entender para un extranjero. Tercero,
especialmente en las zonas costeras, las personas con las que se relacionan
los inmigrantes a menudo hablan inglés, con lo cual la necesidad de hablar
español es prácticamente nula. Y cuarto, los estadounidenses no trabajan ni
se relacionan de forma regular con los habitantes locales.
Participación política transnacional
Otra práctica social transnacional es la participación política. La participación
política transterritorial no es algo nuevo para los estadounidenses. En 1976 se
la transmigración placentera
121
concedió a los ciudadanos de Estados Unidos que residen en el extranjero
el derecho al voto por correo en las elecciones presidenciales y legislativas.
Sin embargo, sí es nuevo el voto electrónico para las elecciones primarias del
Partido Demócrata. Por primera vez en la historia de este partido, en el año
2008, sus simpatizantes pudieron votar en línea para elegir al candidato a la
presidencia. Esto luego de pasar por un proceso de registro en la página web
www.democratsabroad.org. La organización Democrats Abroad cuenta con 34
comités en el mundo, incluyendo México. En este país opera proporcionando
información y facilitando el proceso electoral en algunos de los principales
destinos de estadounidenses jubilados que mantienen su ciudadanía estadounidense, tales como San Miguel de Allende, Chapala, Ciudad de México,
Puerto Vallarta y Mazatlán.
Los comités locales de Democrats Abroad en México movilizan apoyo
para los candidatos a elecciones en Estados Unidos y para el partido que los
representa a miles de kilómetros de distancia. Esta participación política adquiere carácter transnacional cuando se lleva a cabo en un lugar de residencia pero es designada para ejercer influencia en el lugar de origen (Croucher,
2009).
No contamos con resultados electorales de esa elección; sin embargo,
el 74 % de nuestros encuestados afirma ejercer el voto en las elecciones de
su país. Por la vía postal (27 %) y en persona (41 %) son las dos principales
formas de votar.
Religión transnacional
Una práctica cultural transnacional es la religión que traen consigo los transmigrantes de Estados Unidos a México. Ellos la reproducen en territorio
mexicano y reduce la incertidumbre que siente cualquier migrante en el mismo lugar de residencia. Estos grupos religiosos sirven también como centros
de socialización.
En Mazatlán entrevistamos a misioneros de estos grupos religiosos y,
ellos concuerdan con el enfoque de Levitt (2001c): los migrantes se mueven
hacia lugares distintos y siempre mantienen un sentido de pertenencia a una
comunidad, aun cuando no conocen previamente el nuevo lugar destino.
122
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En el destino que nos ocupa existen grupos cristianos, testigos de Jehová
y católicos cuyas prácticas religiosas son consideradas también transnacionales, ya que sus líderes eclesiásticos son transmigrantes estadounidenses que
vienen a ofrecer sus servicios. Están dirigidos principalmente a sus compatriotas estadounidenses, el servicio es en idioma inglés y sus iglesias son financiadas con capital estadounidense.
Cristianos (The Vineyard)
The Vineyard o La Viña es una organización religiosa de estadounidenses establecida en Mazatlán, que nació en Anaheim, California como un grupo cristiano en el año de 1974.
En la República Mexicana, The Vineyard tiene dieciséis iglesias; dos en la
Ciudad de México, una en Zacatecas, una en Fresnillo, una en Ciudad Juárez,
una en Durango, una en Guanajuato, una en Mexicali, otra más en Torreón
y siete en Mazatlán. Este movimiento religioso en Mazatlán fue iniciado por
los pastores Fred y Debbie Collom. Su actual líder es el pastor Sergio Beltrán.
Los grupos de Mazatlán prestan servicios eclesiásticos en idioma inglés cada
domingo a las 9 de la mañana, a los estadounidenses residentes en el puerto.
Sus templos se ubican en la avenida Camarón Sábalo; en la Zona Dorada; en
las colonias Urías, Estero, Renato Vega, Valle del Ejido, Madero y otra más en
Villa Unión. Cada sábado los miembros de esta iglesia ofrecen comidas a los
niños necesitados.
En una entrevista realizada a Fred Collom, nos comenta: «Cuando llegamos a Mazatlán a evangelizar y hacer obra social nos acercamos a la gerencia del hotel Los Sábalos a pedir un cuarto de conferencias y llevar a cabo
nuestros servicios de iglesia los domingos, ofreciendo que sería una atracción
extra para los huéspedes estadounidenses. La gerencia no sólo aceptó, sino
que nos otorgó el espacio sin cargo alguno; fue de esta manera que el ministerio floreció en Mazatlán con una mezcla creciente de hermanos mexicanos
y gringos» (Collom, Fred, 9/09/05).
Un misionero de esta iglesia, Lee Lewis, y su esposa, provenientes de
California, tienen ya 8 años residiendo permanentemente en el puerto como
misioneros. En un buen español, Lee comenta que los meses en los que más
la transmigración placentera
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visitantes estadounidenses tienen son los de noviembre a mayo, con reuniones de hasta 250 personas. Son en su mayoría retirados con un promedio de
edad superior a los 50 años y provenientes en su mayoría de estados como
Washington, Oregon, California, Arizona y Texas (Lewis, Lee 18/09/05).
Los residentes permanentes pertenecientes a esta institución tienen
contacto con sus familiares y amigos en Estados Unidos, pero viajan poco
a ese país. Según Lee, residen en Mazatlán por su gente amigable y su clima
cálido. Además de reunirse por motivos religiosos, los estadounidenses se reúnen por motivos sociales fuera de la Iglesia en los restaurantes El Paraje y
The Purple Union.
Desde 1997 The Vineyard está presente en las colonias más pobres de
Mazatlán en las que brinda ayuda comunitaria. La primera colonia beneficiada por este grupo fue la Francisco I. Madero, ubicada a un costado del llamado Campo Siete —que es la zona de tolerancia en el puerto. Allí entregan
despensas de comida a sus habitantes. La ayuda se extendió luego a la colonia
Valles del Ejido, al norte de la ciudad, caracterizada, al igual que la Francisco
I. Madero, por su marginación. Además de proporcionar comida a los necesitados, el grupo brinda servicio de dentista gratuito a través de la doctora
mazatleca Carmen González.
Aunque no todos los estadounidenses en Mazatlán son miembros de
esta congregación, un número considerable de estos asiste periódicamente
a sus centros de reunión para convivir, intercambiar información y ayudarse
mutuamente.
Si bien los miembros de The Vineyard no ofrecen sus servicios a cambio
de una conversión religiosa formal, ha ido ganando simpatizantes gracias a
sus acciones de caridad, especialmente en las colonias más marginadas.
Los Testigos de Jehová
En el año 2001 un grupo de veinte personas de nacionalidad estadounidense
se organizó para formar una congregación anglófona en Mazatlán, su principal objetivo era establecer una red de creyentes en la ideología de los llamados Testigos de Jehová. Después de 3 años, cuando la inmigración de estadounidenses hacia Mazatlán aumentó y estos se distribuyeron no sólo en la zona
124
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norte, sino también en la zona centro y en las colonias populares del oriente
de la ciudad, ellos decidieron formar una segunda congregación. Ambas congregaciones prestan el servicio religioso en idioma inglés, y asisten a ellas personas de nacionalidad estadounidense y, en menor número, canadienses.
A nivel nacional existen ya alrededor de 50 congregaciones de Testigos
de Jehová que otorgan el servicio a 1200 norteamericanos en su idioma. La
primera se organizó en San Miguel de Allende, Guanajuato, en el año de 1990,
cuando existían ya varios destinos en la República Mexicana con una población considerable de origen estadounidense o canadiense.
Durante una entrevista sostenida con Joe Woung, uno de los líderes de
esta comunidad religiosa en Mazatlán, nos comentó que un total de 45 estadounidenses y 7 canadienses, que radican permanentemente en el puerto,
asisten a su congregación; sin embargo, este número de asistentes asciende
a 160 durante los meses invernales, en su mayoría estadounidenses. Es decir,
alrededor de 110 estadounidenses que pasan los meses de clima cálido en su
país de origen, pasan los meses de clima frío, de noviembre a abril, en Mazatlán.
Al preguntarle a Joe sobre el perfil socioeconómico de los asistentes,
después de sacar una libreta donde lleva un registro de todos ellos, nos comentó que por lo general son personas de clase media, profesionistas como
ingenieros civiles, periodistas, mercadólogos, programadores de computadoras, electricistas, así como algunos pequeños empresarios. Estos últimos continúan laborando por temporadas del otro lado de la frontera, donde trabajan
2 o 3 meses, y el resto del tiempo lo pasan en Mazatlán. Tan sólo cinco de los
estadounidenses que viven permanentemente en el puerto son jubilados con
una pensión.
Los miembros de su congregación residen en la zona centro, pero también en colonias populares como Valle Dorado, Alarcón, Infonavit Playas, Isla
de la Piedra, y algunos viven en la zona norte de Cerritos. Estos últimos son
los menos, pues los residentes de esta área acuden a la congregación de la Marina Mazatlán. La mayoría paga renta; sólo dos matrimonios han adquirido
vivienda propia.
La mayoría de ellos proviene del estado de California (el 40 %); el resto, de los demás estados fronterizos como Arizona, Colorado, Texas, Nuevo
México y Nevada. También los hay de estados del noreste como Virginia y
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125
Massachussets. Según el mismo Joe, los que provienen de Virginia eligieron
emigrar a Mazatlán por una recomendación que él les hizo durante una estancia de estudios en aquel estado. Todos eran sus amigos antes de efectuar el
movimiento migratorio hacia Mazatlán.
La red social que componen los Testigos de Jehová está muy bien consolidada pues, aunque se relacionan principalmente en sus ceremonias religiosas que tienen lugar tres días a la semana, conviven a menudo como hermanos
de religión en sus hogares y mantienen comunicación entre sí por teléfono
e Internet todos los días. Esta Red no sólo existe en Mazatlán, sino también
en Estados Unidos y otras naciones, lo que les permite mantener un estilo de
vida transnacional. Es decir, por medio del contacto y de la comunicación
constante tienen y conservan amigos, familiares, costumbres, idioma e incluso viviendas en sus lugares de origen. Cabe mencionar que su credo religioso
les impide celebrar los días patrios de los dos países.
Joe permanece en Estados Unidos 2 o 3 meses al año para visitar a su
familia y amigos. Son estos los que le brindan hospedaje, pues allá no se alquilan vivienda por temporadas cortas. El matrimonio Woung nos comenta
que sus hermanos testigos otorgan hospedaje u otro tipo de ayuda a cualquier
testigo de Jehová en cualquier lugar del mundo, lo que habla de una red internacional. Así migraron ellos a Mazatlán, sin conocer el destino y sin conocer a
las personas que les abrieron las puertas de su hogar; se mudaron por primera
vez a la colonia Valle del Ejido a casa de una pareja de estadounidenses de su
misma religión. El hecho de que en Mazatlán existiera una congregación de
Testigos de Jehová fue determinante en su elección de migrar.
Los estadounidenses pertenecientes a este credo religioso desarrollan
continuamente la red social transnacional mediante el uso de tecnología
como el Internet y el teléfono. Según Joe, el número de miembros de esta
congregación ha crecido debido a los buenos comentarios que él mismo vierte en la página electrónica http:mazatlán.multiply.com, además de las recomendaciones verbales que hacen los ya establecidos en el puerto. En la página electrónica Joe ofrece información sobre la movilización en la ciudad, los
lugares disponibles en renta, fotografías panorámicas y un blog de preguntas
y respuestas para visitantes.
Durante la temporada que vive en Mazatlán, Joe se mantiene informado
de los acontecimientos en Estados Unidos mediante el Internet y programas
126
omar lizárraga morales
de televisión por cable. De lo que acontecía en el puerto se enteraba a través
de su difunta esposa, Erin, ya que él no domina el idioma español.1
En cuanto al capital social de los miembros de la red social de los Testigos de Jehová, este se manifiesta, por ejemplo, en el otorgamiento de hospedaje a personas cuando es necesario: en un primer viaje, en visitas turísticas
o misiones evangelizadoras. En caso de enfermedad de alguno de sus miembros, sus correligionarios proporcionan ayuda económica para la adquisición
de medicamentos y, en caso necesario, de cuidado personal.
Respecto al idioma, sólo una persona, Erin —la difunta esposa de Joe—,
hablaba el español fluidamente; lo estudió por 2 años en California, pero durante la entrevista nos comentó que lo había perfeccionado en Mazatlán al
convivir con sus vecinos, amigos y otros testigos de Jehová de origen mexicano. Los demás miembros prefieren hablar el inglés con sus compatriotas y
con los mexicanos que dominan el idioma.
Lo anterior nos muestra que los testigos de Jehová estadounidenses en
el puerto no tienen gran interés en dominar el idioma local, ya que no representa una necesidad primordial para ellos. Hay muchas razones para ello:
viven cerca de otros compatriotas, adquieren sus mercancías en el supermercado sin necesidad de hablar una palabra en español, en los restaurantes son
atendidos en inglés, sus amigos son miembros de clubes de estadounidenses,
los residentes locales con los que conviven hablan inglés; en fin, quienes conforman sus redes hablan este idioma, por lo que no se ven obligados a aprender el español. Además, los nuevos integrantes se incorporan con facilidad a
las redes sociales de estadounidenses que existen en el puerto.
Cabe mencionar que dentro de esta congregación dirigida por Joe se han
llevado a cabo dos matrimonios interétnicos. Dos hombres estadounidenses
han contraído nupcias con mujeres mazatlecas: un jubilado de 70 años y otro
de 24 años; este último sólo visita Mazatlán por temporadas.
La razón principal de los Woung para migrar a Mazatlán fue la de predicar su religión, pero reconocen además haberse sentido atraídos por su clima, estilo de vida tranquilo y su gente amigable. Lo único que les disgusta de
1 El 22 de diciembre de 2007 falleció Erin en un accidente vial a la edad de 32 años. A la
ceremonia religiosa de despedida, realizada en el estadio Teodoro Mariscal, asistieron alrededor de doscientos estadounidenses y trescientos mexicanos.
la transmigración placentera
127
Mazatlán es la contaminación, el tráfico y la falta de respeto por las normas
establecidas.
A diferencia de los miembros de The Vineyard, los Testigos de Jehová
no llevan a cabo acciones altruistas entre la comunidad local, se preocupan
simplemente por predicar y llevar el mensaje de la Biblia. «No le regales a
un hombre un pescado, mejor enséñale a pescar», dice Joe (Woung, Joe,
12/09/07).
Iglesia católica
Dos de las iglesias católicas en Mazatlán que reciben un mayor número de
feligreses estadounidenses son la iglesia de la Sagrada Familia, en el fraccionamiento Gaviotas, y la de San Judas Tadeo, en el fraccionamiento Sábalo
Country. El padre Arnaldo Rigo-Danza, de nacionalidad italiana, quien también es director general del Instituto Cultural de Occidente, nos comenta durante una entrevista que él es quien oficia misa en ambas, en el idioma inglés,
junto con el sacerdote escocés llamado Ian Bathsgate.
Según el padre Arnaldo, es durante la temporada de invierno, de noviembre a abril, cuando su iglesia recibe el mayor número de extranjeros. Y es
solamente en estos meses cuando se ofrece el servicio religioso. Estos extranjeros provienen de Canadá, Italia, Inglaterra, pero sobre todo (alrededor de
250) de Estados Unidos. Los provenientes de este último país son originarios
de Minessotta, en su mayoría, seguidos por los de California, Arizona, Nevada y Texas.
La Iglesia católica cuenta con una red social distinta a la de las iglesias
protestantes: mientras que en estas últimas la mayoría de los fieles proviene
de California, en la católica provienen del estado de Minessotta, en el norte
de Estados Unidos.
El padre Arnaldo comenta que después del Día de Acción de Gracias
(cuarto jueves del mes de noviembre), inicia la llegada masiva de estadounidenses católicos al puerto. Algunos son turistas, otros residentes temporales
y otros viven permanentemente en Mazatlán.
En un principio, los estadounidenses interesados en asistir a una misa
católica lo hacían en las ofrecidas a los habitantes locales en el idioma espa-
128
omar lizárraga morales
ñol; debido a su alta asistencia durante el invierno, comenzó a ofrecerse el
servicio en el idioma inglés todos los domingos desde noviembre a abril, a las
nueve de la mañana. Así, ya es algo común que en los hoteles de la zona dorada ver información dirigida a los extranjeros sobre las iglesias que ofrecen
servicios católicos en inglés.
De las dos iglesias católicas mencionadas, la que recibe un mayor número de extranjeros es la de San Judas Tadeo, esto debido a su ubicación, según
comenta el padre Arnaldo. Hay en sus alrededores 3 trailer parks que durante
la temporada invernal reciben a cientos de estadounidenses y canadienses.
Hasta ahora, la Iglesia católica de Mazatlán no tiene un contacto formal
con la Iglesia católica de Estados Unidos, no envían misioneros de habla inglesa a evangelizar a sus compatriotas, sino que tanto el padre Rigo como el
padre Ian, en su momento, se ofrecieron para brindar el servicio ante la demanda masiva de los inmigrantes. No cuentan aún con una página de Internet
para ofrecer información sobre el tiempo y lugar de sus reuniones religiosas.
La información de estas actividades se da de persona a persona entre los asistentes actuales y los amigos y familiares interesados en venir a Mazatlán.
En cuanto a su perfil socioeconómico, Rigo-Danza afirma que la mayoría es de nivel medio, jubilados de profesiones como profesores, policías,
comerciantes y burócratas. De los que asisten a su iglesia, ninguno domina el
español, sin embargo, este no es un obstáculo para relacionarse con los católicos locales de esa iglesia, pues la mayoría de ellos sí dominan el inglés.
El capital social que obtienen los miembros de la Iglesia católica se manifiesta en el otorgamiento de información en un primer viaje o en visitas
turísticas de ciudadanos estadounidenses.
Al igual que en la iglesia Pentecostés y de Testigos de Jehová, en la católica se han llevado a cabo matrimonios interétnicos, de hombres estadounidenses con mujeres mexicanas. En su mayoría, a decir del padre Rigo, con
gran diferencia de edades (Rigo-Danza, Arnaldo, 16/09/07).
la transmigración placentera
129
Medios de información locales
de los estadounidenses en Mazatlán
Según nuestra encuesta, los estadounidenses que residen en Mazatlán se
mantienen informados de las noticias y eventos en la localidad mediante las
revistas y periódicos locales impresos en inglés. Las revistas de este tipo que
circulan en Mazatlán son: Pacific Pearl y M¡. Como los estadounidenses aquí
no leen los periódicos locales porque no dominan el español, se mantienen informados de los acontecimientos locales mediante estas revistas mensuales.
Pacific Pearl constituye un importante medio de comunicación e información para los residentes estadounidenses de Mazatlán. La mayor parte de
las noticias que publican giran en torno a acontecimientos, celebraciones,
fiestas, reuniones y otros eventos que tienen lugar en la comunidad. Abundan
en ella los anuncios comerciales: restaurantes, clubes, bares y otros sitios a los
que suelen asistir los estadounidenses (Lizárraga, 2006 a).
Con The Pacific Pearl los estadounidenses están informados de los sucesos que afectan la vida de su grupo. A través de ella también son informados
por los dirigentes de sus respectivas organizaciones y por sus amigos en el
puerto. La revista se puede consultar también en la pagina web www.pacificpearl.com. Respecto a las noticias internacionales, nos comentan que se
mantienen al tanto por la televisión o por el Internet.
La revista M¡ puede ser consultada en la página electrónica http://www.
maz-amor.com, y en ella se pueden encontrar mapas de Mazatlán, un directorio telefónico de prestadores de servicios que dominan el inglés y anuncios
de fechas para la realización de actividades culturales.
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omar lizárraga morales
Efectos de la inmigración estadounidense
en Mazatlán
Sociales
Uso del suelo
Los medios de comunicación masivos resaltan el beneficio económico que
representa la llegada de estos inmigrantes, pero poco se habla de los impactos
negativos que tiene en la región.
Según la Secretaría de Turismo del estado de Sinaloa, que tiene un inventario de inversiones turísticas, entre los años 2005 y 2009 (Sectur, 2009 a)
en Mazatlán había un total de 42 desarrollos inmobiliarios residenciales para
turistas; de ellos, cuatro son de capital estadounidense, dos árabes, uno canadiense, y el resto de ellos financiado por capital mexicano, aunque no descartamos la inversión extranjera con titularidad de propietarios mexicanos con
el fin de evitar el trámite del fideicomiso. La demanda se concentra claramente en propiedades frente a la playa o cerca de ella, pues de estos 42 desarrollos,
33 están ubicadas en el litoral.
La Alianza para la Sustentabilidad del Noroeste Costero (ALCOSTA),
una coalición de 48 organizaciones civiles conservacionistas del medio ambiente de los estados de Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Sinaloa
y Sonora, llevó a cabo un monitoreo de los desarrollos turísticos e inmobiliarios de estos cinco estados mexicanos. En este estudio se señala que los
megaproyectos que se desarrollan en las 29 localidades del proyecto de la Escalera Naútica han tenido impactos sociales, económicos, ambientales muy
distintos a los que promovía FONATUR a mediados de 2003.
El área urbana de Mazatlán está totalmente impactada y transformada.
Ha sufrido un desarrollo errático y carente de planeación estratégica. Al inicio de las actividades de monitoreo de ALCOSTA, se esperaba que las obras
relacionadas con el Proyecto de Mar de Cortés o Escalera Naútica fueran las
de mayor impacto; fue sin embargo el desarrollo inmobiliario dentro de la
zona urbana el que experimentó un crecimiento inesperado. La zona norte de
Mazatlán, denominada Nuevo Mazatlán dentro del área geográfica de Cerritos-Mármol, era hasta hace pocos años unos cientos de hectáreas de terrenos
la transmigración placentera
131
ejidales y propiedades rústicas que se fueron vendiendo paulatinamente a
grandes inversionistas, en su mayoría extranjeros. La extensión de esta franja
es de aproximadamente 24 km, hasta la sindicatura de Mármol donde se encuentran tres megaproyectos, uno de los cuales ya ha iniciado actividades.
El crecimiento residencial es presentado muchas veces como una de las
principales vías para generar crecimiento económico. Pero la experiencia nos
indica que este sector no siempre comporta desarrollo, y que los impactos de
su crecimiento pueden resultar desfavorables para determinados sectores de
la población, especialmente para la más desfavorecida o para el medio ambiente (Cañada, 2007).
Por ejemplo, el desarrollo inmobiliario que responde a la demanda de
vivienda para norteamericanos en las costas mexicanas, lejos de ayudar al
desarrollo regional, influye negativamente en la disponibilidad de servicios
locales y afecta el entorno social y ambiental.
«La industria turística invierte con visión a largo plazo y genera un gran
número de empleos permanentes y temporales; la industria de bienes raíces
y construcción carece de estas características y la generación de empleos sólo
es alta en el periodo de construcción. Por esta razón, la industria turística
tiene un mayor potencial de participar en el desarrollo local porque en última
instancia éste redunda en su beneficio; en tanto que los dueños de los condominios ya construidos muy difícilmente podrían participar e involucrarse en
el desarrollo local» (Guido, 2007).
La relación entre crecimiento inmobiliario y desarrollo regional es compleja y controvertida. Las viviendas secundarias se han considerado una carga para los municipios, siendo que: 1. Sus propietarios requieren servicios,
pero los municipios sólo obtienen ingresos de forma indirecta a través del
aumento de la recaudación mediante los impuestos locales; 2. Se prevé que
el crecimiento inmobiliario con fines de ocio transforme las comunidades de
centros turísticos estacionales con un atractivo limitado para los habitantes
permanentes, al desplazar a los residentes rurales mediante el aumento de
precios e impuestos sobre la propiedad (Muller, 2009).
El modelo de turismo residencial ofrecido por el mercado inmobiliario
en las ciudades de playa y sol apuntan a favorecer este urbanismo defensivo. El
urbanismo defensivo en un contexto social y espacial fragmentado expresan
el deseo de los grupos sociales más favorecidos por mantener un estilo de
132
omar lizárraga morales
vida acorde a su condición social, vinculado a los espacios privilegiados por el
desarrollo urbano y separado físicamente del contexto de pobreza, inseguro y
caótico de la ciudad (Enríquez, 2008).
Los nuevos conjuntos urbanos creados para el transmigrante placentero al norte de Mazatlán, y la construcción de torres y residenciales privados,
refuerzan este fenómeno, manifestándose en una dispersión urbana y la creciente segregación de los grupos sociales en el territorio.
El modelo desarrollado en el Mediterráneo español, repetidamente se
ha señalado que se caracteriza por la falta de planificación, un déficit crónico de infraestructura y servicios, la estacionalidad, el escaso desarrollo de la
oferta complementaria, su impacto ambiental, y el rápido consumo de recursos (fundamentalmente agua, suelo y paisaje). Este hecho genera un círculo
vicioso que fagocita el territorio. Se otorgan licencias de obra para obtener ingresos, pero esas nuevas viviendas a su vez generan un aumento en los déficits
infraestructurales urbanos y de la demanda de servicios que de nuevo tienen
que ser solventados por los ayuntamientos (Ortiz, 2008:155).
En Mazatlán esta movilidad ha representado una derrama económica
y una fuente de empleo para un sector importante de la población local. Sin
embargo ha repercutido en el acaparamiento de edificios históricos, en un
cambio de actividades laborales para ciertos segmentos de la población, especulación de la tierra, cambio de uso del suelo y en un crecimiento de la
inflación.
El argumento central de numerosas autoridades que fomentan este tipo
de emprendimientos inmobiliarios, es que generarán impuestos; para González y Santana (2009) esto es parcialmente cierto, pues las licencias de construcción se erogan una sola vez, los impuestos son federales y pocas veces
retornan en su totalidad a la localidad de acogida; no obstante, el gasto municipal en mantenimiento y dotación de infraestructuras y equipamientos son
un gasto permanente para las arcas municipales.
Este desarrollo inmobiliario orientado primordialmente a un mercado
estadounidense y canadiense, refiere un nuevo tipo de expansión territorial
como resultado de las transformaciones de tiempo y espacio introducidas por
la globalización. Ha propiciado formas de ocupación del suelo que involucran mucho territorio y nuevas formas de consumirlo, para lo cual confluyen
dos procesos: en primer lugar, la permisividad de los poderes públicos que
la transmigración placentera
133
omiten la racionalidad del ordenamiento territorial y el uso sustentable del
medio natural, con respecto a los intereses privados representados por las
inmobiliarias y las cadenas hoteleras internacionales; en segundo lugar, los
intereses privados tienen la capacidad de reinterpretar la demanda en boga de
la exclusión social indicada por el urbanismo defensivo (Enríquez, 2008).
Otro aspecto a señalar con respecto al uso del suelo por parte de los estadounidenses es el acaparamiento de edificios históricos. Como se señaló anteriormente, el Centro Histórico de Mazatlán es una de las áreas más habitadas por estadounidenses. No obstante que la Ley Federal sobre Monumentos
y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos establece las obligaciones de
los propietarios de edificios históricos, algunos estadounidenses hacen caso
omiso de ella.2 La directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH) señala que «al menos siete fincas del Centro Histórico han sido o están siendo modificadas sin autorización del instituto, destaca la finca propiedad del estadounidense Glen Thomas Prusky. Se expidió la autorización y se
encuentran realizando obra no autorizada en la fachada, por ello se suspendió
con sellos, pero la obra continuó. El INAH incluso ha pedido la expulsión del
país del Sr. Prusky».
Y agrega: «Hemos batallado principalmente con gringos que hacen obra
y pisotean nuestro patrimonio nacional, no quieren hacer caso, les hemos dejado notificaciones y siguen haciendo obra» (Contreras, 2009). La pregunta
a plantearse aquí es por qué en México algunos estadounidenses no respetan
las leyes locales. Parece ser que existe en el imaginario del inmigrante placentero una flexibilidad por parte de las autoridades
2 Artículo 6. Señala que los propietarios de bienes inmuebles declarados monumentos históricos o artísticos, deberán conservarlos y, en su caso, restaurarlos con previa autorización del Instituto correspondiente (INAH).
Artículo 12. Señala que las obras de restauración y conservación de bienes inmuebles
declarados monumentos, que se ejecuten sin la autorización o permiso correspondiente, o
que violen los otorgados, serán suspendidas por disposición del Instituto competente, y en
su caso, se procederá a la demolición por el interesado o por el Instituto, así como a su restauración o reconstrucción.
134
omar lizárraga morales
Especulación de la tierra y economía informal
La especulación en la compra y venta de terrenos costeros, principalmente
de tipo ejidal, se intensificó gradualmente a partir de 2002 y continúa hasta
la fecha. La inexistencia de delimitación clara de la Zona Federal Marítimo
Terrestre, los problemas de delimitación y tenencia de la tierra, así como la
abismal diferencia entre el precio de un terreno frente de playa y uno sin ella,
han generado conflictos dentro del sector ejidal, debilitando el tejido social
de los mismos.
Un serio problema en Mazatlán es el de la economía informal en el sector inmobiliario, pues a través de ella se generan grandes ganancias para las
empresas de bienes raíces que compran barato y venden caro, con aumentos
de hasta un mil por ciento (Zapien, 2008). La mayoría de los terrenos son
ejidales y se hallan en un área que abarca el llamado Nuevo Mazatlán, HabalCerritos y la sindicatura de Mármol. Esto ocurre porque el perímetro urbano
ya fue rebasado por el crecimiento inmobiliario. Además, un buen número
de propietarios de bienes raíces rentan sus edificios a otros estadounidenses,
haciendo los pagos directamente y evadiendo impuestos.
En Mazatlán la transmigración placentera está formada principalmente
por jubilados; sin embargo, también migran jóvenes que proveen bienes y
servicios demandados por sus compatriotas. Muchos de ellos laboran sin documentos legales para realizar actividades lucrativas.
Polarización económica y social
Una situación similar sucede con los empleos, un gran volumen de empleo
temporal se genera durante el tiempo de construcción y consolidación del
proyecto arquitectónico, ello propicia flujos migratorios de importancia que,
una vez concluido el desarrollo inmobiliario, se convierten en un conglomerado de población demandante de servicios y empleo en el destino turístico
(González y Santana, 2009).
Bringas (1997) señala que en los destinos turísticos, al generarse expectativas de consumo de las sociedades económicamente avanzadas, los procesos de imitación se acentúan sobre todo en los jóvenes; en la moda, en la
la transmigración placentera
135
música, las costumbres, los valores, entre otros. Al mismo tiempo se efectúa
un sometimiento de los visitados por los visitantes, donde frecuentemente se
confunden los límites entre brindar un «buen servicio» y el «servilismo».
De la misma manera, muchos de los bienes y servicios que consumen los residentes se encarecen por la demanda del turista, de ahí que surja un desequilibrio que va en detrimento de su economía doméstica. Ante los ojos de la
sociedad receptora, el turista ostenta riqueza, y es el que recibe los mejores
alimentos, servicios, espacios, mejores playas; procesos que pueden generar
antipatía o rechazo hacia el visitante por parte de los menos afortunados.
Las transformaciones que produce el turismo también producen una
segregación espacial en los lugares donde se asienta, es decir, se crean áreas
exclusivas para el turista. Frecuentemente esta organización del espacio tiene su origen en la expropiación de tierras agrícolas, donde se ha provocado
la expulsión de los habitantes originales. La expropiación de estas tierras en
México, generalmente se justifica bajo el argumento de que la población nativa será partícipe de los beneficios económicos que el turismo genera, en la
mayoría de los casos no sucede así. De igual manera sucede en los destinos
turísticos que han pasado a ser centros receptores de transmigrantes de la tercera edad en busca de placer (Bringas, 1997).
En Mazatlán, está ocurriendo una dualización o polarización social. Para
el caso de las ciudades del turismo significa referir los enclaves donde se hace
posible la exaltación del consumo y los deseos que conforman un estilo de
vida para el extranjero. En contrapartida, la exclusión y segmentación del territorio y la población local muestra la dureza de la desigualdad, la segregación social y la marginalización. El urbanismo expresado por las Resort cities
en franjas de hoteles y conjuntos urbanos para el turismo residencial, son resultado de esa reorganización espacial que hace de la exclusión su principal
característica. En defensa de la seguridad, el deseo y la tranquilidad, se erigen
las barreras para separar físicamente a los otros grupos menos favorecidos.
Acaparamiento de recursos
Debido al crecimiento poblacional, el abastecimiento de recursos básicos
como es el agua se ha convertido en un serio problema en Mazatlán. Para
136
omar lizárraga morales
Ramírez (2006), el recurso hídrico en nuestro país se ha tornado en tema de
seguridad nacional, toda vez que debido a su creciente escasez, ha disminuido
su disponibilidad en forma preocupante, con lo cual se compromete el desarrollo de algunas regiones, e incluso existen riesgos de conflictos internacionales ante la escasa disponibilidad. Para este autor, en Mazatlán —debido al
crecimiento demográfico y de la demanda, así como los factores ambientales
y climáticos extremos, la sobreexplotación, la contaminación de los cuerpos
de agua y, sobre todo, su desperdicio como práctica común— el aprovechamiento y uso del agua están en grave riesgo.
En el caso de los estadounidenses transmigrantes en este puerto, por
contar con un alto poder económico y habitar los residenciales de un nivel
medio-alto, son los primeros en ser abastecidos con el vital líquido, es común
que en sus viviendas tengan albercas y grandes jardines, mientras una gran
parte de la población local con frecuencia se ve limitada en el servicio.
La actividad turística e inmobiliaria en Mazatlán ha alcanzado un muy
alto crecimiento, la infraestructura hotelera crece en tal magnitud que cubre
grandes extensiones de la franja marítimo-terrestre en dos orientaciones:
hacia el norte, la nueva zona hotelera ubicada entre Punta Cerritos y la desembocadura del río Quelite, en el poblado Verde Camacho; la otra zona hotelera orientó su desarrollo hacia el sur y cubre la franja marítimo-terrestre
localizada entre la Isla de la Piedra y la desembocadura del río Presidio, en los
límites del poblado de Barrón. Tal desarrollo provoca que los hoteles, para
compensar el déficit de agua, construyan pozos artesanales para extraer agua
con la característica físico-química de un alto contenido en sales, por lo cual
resulta necesario implementar procesos de tratamiento y utilizar agua para
otros usos, menos para consumo humano (Ramírez, 2006).
El mismo Ramírez (2006) visualiza un horizonte muy crítico, pues si
el aumento permanente de la demanda de agua continúa en la ciudad provocará que disminuyan de manera drástica los niveles de agua del acuífero.
Esta extracción propiciará la sobreexplotación de los mantos cuyo efecto será
la intrusión salina del agua del mar que contaminará el agua del acuífero de
tal manera que los daños sociales, económicos y ambientales para la ciudad
serán incalculables.
Las autoridades locales resaltan el beneficio económico que traen consigo los desarrollos inmobiliarios orientados al mercado estadounidense, sin
la transmigración placentera
137
embargo, hacen de lado el hecho de que los beneficios son aprovechados por
unos cuantos inversionistas y ponen en riesgo a gran parte de la población
local, e incluso el propio desarrollo de la ciudad.
Impactos ambientales
Los efectos de esta transmigración placentera en Mazatlán han sido negativos
en el ámbito ecológico; ello se debe a la falta de conciencia ecológica no sólo
de los actores migrantes, sino también de la población local. A pesar de que
existe una legislación ambiental, no existen los mecanismos adecuados para
controlar y vigilar su aplicación en el área turística.
Erosión y contaminación de playas
Los desarrollos inmobiliarios que responden a la demanda de este segmento
de población inmigrante, se establecen en las zonas litorales del país y provocan erosión en las playas por la falta de cuidado de quienes los diseñan. Existe poca atención a la integración del paisaje de estos y es frecuente observar
grandes torres que rompen con la armonía del entorno. Además, descargan
sus aguas al mar sin estar debidamente tratadas, generando problemas de
contaminación y dañando el ecosistema de los moradores del mar y la economía de algunos pescadores.
Según Martha Armenta (en Guido, 2007), el gobierno federal, a través
de la SEMARNAT, está autorizando todos los proyectos, con poca o escasa
verificación previa del sitio antes del inicio de obras. En un alto porcentaje las
obras de desarrollo se inician sin tener la autorización de Impacto Ambiental,
y PROFEPA no realiza visitas de inspección. Se toma de común acuerdo la
decisión de que los proyectos económicos son prioritarios para la generación
de empleos, de manera que se soslaya la aplicación de la normatividad ambiental.
El sector ambientalista tiene una débil presencia en Sinaloa, el gobierno del estado tiene una política de desarrollo económico que no considera
como prioritario el cumplimiento de la normatividad ambiental, por lo que
138
omar lizárraga morales
solamente se ha incidido en un caso: el megaproyecto de la segunda fase de
la Marina Mazatlán, cuyo inicio se dio inmediatamente después de recibir el
resolutivo de autorización.
Demanda de energía eléctrica
La misma activista Martha Armenta (en Guido, 2007) señala que la demanda de energía eléctrica es mayor debido al aumento de nuevos desarrollos
turísticos en la zona costera. La Comisión Federal de Electricidad se vio en
la necesidad de construir una nueva subestación de energía eléctrica, misma que fue construida en una zona destinada para un parque urbano. Según
ella, cuando un ciudadano hace una observación o recomendación para un
proyecto determinado, las dependencias gubernamentales contestan que el
ciudadano no presentó suficientes evidencias científicas que demuestren que
el hecho que menciona vaya a causar determinado daño ambiental. Sin embargo, no discuten trabajos científicos al momento de emitir resolutivos, por
lo tanto la ciudadanía está en desventaja.
iv. Transmigración placentera de origen
estadounidense en Cabo San Lucas: redes, prácticas
transnacionales y efectos
El estado de Baja California Sur colinda al norte con Baja California y el Golfo
de California; al este con el Golfo de California; al sur y oeste con el Océano
Pacífico. Su capital es la ciudad de La Paz. La superficie total del estado es de
73 475 km2 y representa el 3.8 % de la superficie total del país y es el estado con
mayor extensión litoral, con sus 2200 km. de costa que representan el 22 % de
las costas mexicanas (Gobierno de Baja California Sur, 2008).
El estado se divide en cinco regiones; la del desierto central, la serranía,
el desierto de Vizcaíno, los llanos de la Magdalena y los Cabos. Su clima es
seco desértico en las partes bajas; la temperatura máxima sobrepasa los 40°C
en verano y la mínima, menos de 0°C en invierno; sólo en la región de Los
Cabos el clima es cálido subhúmedo, influido por los ciclones (Gobierno de
Baja California Sur, 2008).
Según el INEGI (2010), la población total del estado era de 637 026 habitantes, Baja California Sur ocupa el número 32 a nivel nacional por su número
de habitantes. La mayor parte de la población se concentra en 4 municipios;
en La Paz 251 871 habitantes; 238 487 en Los Cabos; 70 816 en Comondú; 59 114
en Mulegé y 16 738 en Loreto (INEGI, 2010).
Cabe decir que el crecimiento poblacional en el estado se ha dado aceleradamente en los últimos treinta años. Mientras que en 1970 la población del
estado era de 128 mil habitantes, en 1980 creció a 215 mil, en 1990 ascendió a
317 mil, en el año 2000 era de 424 mil y en el 2005, 512 mil habitantes (INEGI,
2005 d).
En Baja California Sur la inmigración es mayor que la emigración pues
tan sólo en el año 2005 llegaron a vivir a la entidad 41 313 habitantes. El mismo
año se calcula que salieron de Baja California Sur 10 855 habitantes para radicar en otra entidad (INEGI, 2005 e).
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omar lizárraga morales
En 1960, el municipio de Los Cabos tenía 2861 habitantes y en el año
2000 eran ya 105 000. En la actualidad se calculan alrededor de 170 000 habitantes. La localidad de Cabo San Lucas es la de mayor crecimiento, no sólo
en el estado, sino en el país con una tasa de 16 % anual, superando incluso a
Cancún. San José tiene un crecimiento un poco menor con 14 % anual, y el
municipio de Los Cabos, en su conjunto, tendría un crecimiento de 9 % al año
(INEGI, 2005 e).
De la población residente en el municipio, solamente el 16 % es nativa
(Cabral, 2006). Se calcula que alrededor de 30 mil habitantes de Los Cabos
son originarios del Mazatlán (Luján, 2007). Tal corriente migratoria se puede
explicar por la oferta de trabajo que significa el desarrollo turístico de Los Cabos, pues se trata de un importante polo turístico a nivel nacional e internacional. La relativa pujanza económica del municipio ha permitido altas tasas
de ocupación y niveles de ingreso por encima del promedio nacional. La tasa
de desempleo es de 0.07 %, la más baja del país.
En cuanto a las vías de comunicación, el estado cuenta con una carretera transpeninsular que se extiende desde el paralelo 28 grados, al noreste de
Guerrero Negro, hasta el extremo más austral, donde está ubicada la población de Cabo San Lucas. A dicha carretera se unen la mayoría de los caminos
que comunican internamente a la entidad.
Desde la carretera que divide a Cabo San Lucas y San José del Cabo, se
divisan nombres de hoteles de cadena que no existen en Mazatlán, como el
Hotel Hilton, Westin, Las Ventanas, Dreams, Esperanza, Pacífica, Finisterra y
Melía. Estos forman parte de los noventa hoteles que durante el año registran
un promedio anual de 85 % de ocupación y 100 % en temporada alta como en
diciembre.
Antes de la apertura de la carretera Benito Juárez, los servicios aéreo y
marítimo fueron los medios de transporte más usados. Éstos han jugado un
papel muy importante en el desarrollo de las actividades económicas de la
entidad.
En 1992 existían ocho aeropuertos, entre ellos los de San José del Cabo,
Loreto y La Paz, que proporcionan servicio nacional e internacional. Complementan esta red varias decenas de aeródromos.
Destacan por su actividad comercial los puertos de La Paz y Santa Rosalía, en el Golfo de California, y el de San Carlos en el Océano Pacífico. En el
la transmigración placentera
141
de La Paz atracan los transbordadores de Puerto Vallarta, Jalisco; y de Mazatlán y Topolobampo, Sinaloa.
El puerto de San Carlos es un puerto de altura y de cabotaje, y se encuentran instaladas algunas fábricas dedicadas a procesar productos marinos,
ya que otra de sus actividades es la pesca. Existen además, otros 18 puertos,
entre los que se encuentra el de San Marcos, de altura y cabotaje (INEGI,
2008 a).
Cabo San Lucas y San José del Cabo son las ciudades que conforman
el corredor turístico y municipio de Los Cabos cuya longitud es de 33 kilómetros y se localiza en el extremo sur de la entidad. Entre La Paz y Cabo San
Lucas hay una distancia de 152 kilómetros vía Todos Santos, y entre La Paz y
San José del Cabo, 183, vía El Triunfo.
Cabo San Lucas era una aldea de pescadores a principios del siglo xx.
En 1917 una compañía norteamericana instaló una planta flotante para la explotación de atún, y diez años más tarde se estableció la Compañía de Productos Marinos, S.A. que por años dio vida al poblado.
Cabo San Lucas surgió como lugar de diversión por la decisión gubernamental de crear un polo turístico en el estado,1 capaz de atraer turismo, capitales extranjeros e inmigrantes con el fin de convertir a Baja California Sur
en una entidad rentable, en una puerta para la entrada de divisas (Almada,
2006).
El corredor alcanzó en pocos años un vertiginoso desarrollo hasta convertirse en uno de los destinos de playa favoritos del turismo internacional,
con una oferta superior a los 12,000 cuartos de hotel, en todas las categorías
(Gobierno del estado de Baja California Sur, 2008). Las personas de mayor
ingreso bien pueden rentar una villa en la exclusiva zona del Pedregal o la Palmillas cuyos precios oscilan entre 800 y 5 mil dólares la noche.
Los grandes atributos del corredor de Los Cabos no pasaron desapercibidos para los visionarios inversionistas locales y extranjeros. Muy pronto
surgieron grandes y modernos hoteles en sus costas, y en 1974 el gobierno federal a través de Fonatur le dio el impulso definitivo, creando la infraestructura para convertirlo en uno de los centros turísticos integralmente planeados.
1
Antes de la década de los setenta Cabo San Lucas era poco menos que un caserío de
menos de dos mil habitantes construido en torno a una planta empacadora de pescado.
142
omar lizárraga morales
Turismo en Los Cabos
Anualmente Los Cabos tiene un ingreso anual de 2 mil millones de dólares,
que representan el 20 por ciento del total de lo que ingresa al país en el sector
turístico. En el año 2010 el lugar tiene conexión directa en vuelos con 23 entidades de Estados Unidos y tres de Canadá. El 75 % de los turistas que llegan
a este destino son originarios de la Unión Americana, un 20 % de Canadá y
Europa, y el resto es mercado nacional (Lujan, 2007). Cabe mencionar que
se han abierto vuelos directos desde Nueva York, en la costa Este de Estados
Unidos, y habrá que añadir a los turistas de Japón y otros lugares de Asia.
Un dato importante es que la zona de Los Cabos recibe más de un millón
de visitantes al año, lo que representa más del doble de toda la población del
estado
Cabo San Lucas, por sus características especiales para el turismo náutico, tiene actualmente visitantes de altos ingresos que gastan un promedio
diario de 5 mil pesos; el visitante de Cancún gasta en promedio la mitad
(Santamaría y Barbosa, 2006). Al corredor llega un turismo tradicional y de
descanso, y, en la zona turística de San José, se dedica por lo regular al turismo masivo de ingreso medio-alto. La mayoría de los extranjeros que arriba
a Cabo San Lucas procede de California y Washington, es generalmente de
una capacidad económica superior a la de San José del Cabo (Santamaría y
Barbosa, 2006).
A partir de 2002, la ocupación hotelera ha tenido altibajos; por ejemplo,
en el periodo 2002-2003 bajó un -0.26 %, mientras que en el periodo 20042005 creció 7.93 %, en el 2005-2006 aumentó un 5.32 %, en el periodo 20062007 bajó un -3.11 %, y en el 2007-2008 bajó también un -14.21 %. En promedio
llegan 2 millones 600 mil turistas al año (Sectur, 2010). Desde 2001 el aeropuerto de San José del Cabo es el cuarto aeropuerto en importancia por la
intensidad de su movimiento internacional, tan sólo después del de la ciudad
de Cancún, Ciudad de México y Puerto Vallarta. Alrededor de 1704 turistas
diarios como promedio anual, ingresan vía aérea y 586 se internan por vía marítima en las distintas líneas de cruceros que arriban a este municipio (Cabral,
2007).
la transmigración placentera
143
Inmigración estadounidense en Cabo San Lucas
Cabo San Lucas es uno de los destinos a estudiar debido al gran número de
estadounidenses que residen ahí. El Instituto Nacional de Migración registró en enero de 2009 a 12 987 estadounidenses que habitaban en el estado de
Baja California Sur. Según la misma institución, 7704 son varones y 5283 son
mujeres; de ellos 7486 son rentistas, es decir, viven de sus recursos traídos
del extranjero; la mayoría de ellos no labora, sino que se dedica por entero
al descanso. Hay también 5501 que tienen el estatus migratorio para realizar
actividades lucrativas. De acuerdo con esta dependencia, en el municipio de
Los Cabos se concentran en total 6123 estadounidenses, esto es el 47 % de la
población estadounidense en el estado (INM, 2009).
El resto de este segmento de población se encuentra habitando las localidades de Buena Vista, Los Barriles, Loreto y Todos Santos. La profesora
María Luisa Cabral habla de que los extranjeros que realizan actividades lucrativas lo hacen como vendedores de tiempos compartidos, de bienes raíces
y en cargos de confianza, así como laborando en empresas que en su mayoría
poseen capital extranjero (Cabral, 2006b).
Tomando en cuenta que la población de Los Cabos en el censo del 2005
era de 164 mil 162, los inmigrantes estadounidenses registrados representan el
3.72 % de la población del municipio. Sin embargo, el número de estadounidenses crece si tomamos en cuenta a los que ingresan con visa de turista; estos
pueden permanecer hasta 6 meses en territorio mexicano y adquirir bienes
inmuebles. Es por esto que no son claros todavía los datos de los extranjeros
residentes en el estado, pues no se distingue entre las diferentes duraciones
de las temporadas vacacionales que van desde unas semanas hasta la mayor
parte del año.
La cifra de extranjeros residentes en el estado oficialmente registrados
en el Instituto Nacional de Migración está muy por debajo de la realidad, ya
que muchos norteamericanos que residen de manera temporal o permanente
en la entidad conservan su calidad migratoria de turistas. Son más realistas las
cifras del registro de entrada y salida de extranjeros. Respecto a Los Cabos, en
2003 se hablaba de un ingreso de 643 429 extranjeros y de la salida de 612 514,
con una diferencia de 30 915 personas. Un año después, en 2004, arribaron
144
omar lizárraga morales
1 700 000 turistas, de los cuales el 85 % era extranjero, es decir, 1 445 000. Para
2005 el número de turistas se incrementó un 25 %.
La inmigración extranjera, sobre todo estadounidense, va cobrando cada
vez mayor intensidad. De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración,
en el periodo de enero a julio de 2005, el flujo migratorio de entrada a Baja
California Sur con fines vacacionales y de residencia, registró 1 247 133 extranjeros que llegaron por vía aérea, terrestre y marítima, con un incremento de
34.15 %, con relación al mismo periodo del año anterior, enero-julio de 2004,
que había alcanzado un registro de entrada de 949 814 visitantes extranjeros.
También ha tenido un crecimiento muy acelerado el número de visitantes de
cruceros a Cabo San Lucas, que suman más de medio millón al año (Cabral,
2007).
Se dice que en números absolutos de visitantes estadounidenses que se
documentan como turistas y que pasan temporadas vacacionales en la entidad, en el año 2006 el INM registró a 958 720, y el año anterior a 717 202, de
modo que en este indicador se ve un crecimiento importante (Cabral, 2007).
Estas cifras por sí solas representan más del doble de la población del estado,
y cuatro veces y media más que la población local de Los Cabos.
A pesar de estas fuentes, todavía no existen datos precisos sobre el número de extranjeros que radican en el estado. El Instituto de Migración habla
de 12 987 personas, sin embargo aún es posible tener visa de turista y residir
permanente o temporalmente en México, ya que pueden «entrar y salir» y
comprar propiedades bajo esta modalidad. Entre paréntesis, de acuerdo con
observación personal, hay un gran número de extranjeros que laboran ilegalmente en el puerto, pero sobre esto abundaremos más adelante.
Perfil socioeconómico y demográfico
de los estadounidenses en Cabo San Lucas
En la encuesta aplicada en el puerto de Cabo San Lucas, encontramos que
la gran mayoría (88 %) de los 202 encuestados visitó el destino previamente como turista, y ese fue el primer contacto con el lugar, una experiencia
grata los motivó a elegirlo como lugar de retiro años después. En cuanto a
su origen, según los resultados arrojados por la misma encuesta aplicada a
la transmigración placentera
145
200 estadounidenses que radican en la localidad, son en su mayoría del estado de California, seguido por Washington, Colorado, Oregon y otros estados
fronterizos.
En cuanto a su edad, la mayor proporción (45 %) es la que ocupa el rango de entre 45 y 63 años; los que nacieron entre los años 1945 y 1964, es decir
los Babyboomers. El 34% son mayores de 64 años de edad y el 21 % son menores de 44 (gráfica 12). Cabe mencionar que estas personas no gozan aún del
beneficio de la jubilación del Seguro Social, pero sí pueden disfrutar de sistemas de pensión por parte de sus antiguos trabajos, ahorros propios, o bien, de
alguna actividad lucrativa que aún desempeñan.
Los estadounidenses que aún realizan alguna actividad, captados según
nuestra encuesta, mayores de 64 años representan el 34 %. Y en tercer lugar
tenemos a personas que son menores de 44 años (21 %). Este porcentaje de
personas relativamente jóvenes, es bastante alto en comparación con los de
la misma edad que habitan en Mazatlán, pues en esta ciudad solo el 5 % de los
encuestados se ubican en ese rango de edad.
Encontramos que la clase social predominante es media-alta y alta; propietarios de negocios, vendedores, gerentes de empresas o agentes de bienes
raíces. Aunque encontramos también, aunque en menor cantidad, a estadounidenses de clase media: profesionistas que en sus lugares de origen eran
profesores, médicos, militares, informáticos, etcétera.
El ingreso promedio de los estadounidenses es de 3500 dólares mensuales. Sin embargo, nos percatamos de que un buen número de personas recibe
más de 6000 dólares mensuales. Encontramos también a personas que reciben entre 1000 y 2300 dólares, aunque en menor número.
La mayoría de ellos (64 %) son personas que migran en matrimonio.
Hay otros que migran en solitario: divorciados (18 %), solteros (12 %) o viudos (4 %). Al igual que en Mazatlán, en Cabo San Lucas ubicamos a un buen
número de estadounidenses, en su mayoría hombres, que han contraído nupcias con habitantes locales. De 60 hombres en la encuesta en estado civil de
casado, 5 lo están con mujeres mexicanas.
Según Almada (2006), muchos estadounidenses se han casado con mujeres mexicanas: primero, para comprar propiedades sin hacer el gasto que
les representan los fideicomisos que tienen que pagar para poseer inmuebles
en México, en tal caso, lo que hacen es poner sus propiedades a nombre de
146
omar lizárraga morales
su nueva esposa a la que convencen de que les firme un poder absoluto de la
propiedad en cuestión como una forma de protección, es decir, las utilizan
como prestanombres y, segundo, porque consideran que las mexicanas son
mucho más dóciles y manejables que sus paisanas, y por ende sienten una
mayor seguridad tanto de sus bienes materiales, como de compañía y atenciones personales.
Según la misma encuesta, el 67 % radica en Cabo San Lucas con las formas migratorias Fm2 o Fm3, y el 20 % con visa de turista, el 11 % son ciudadanos y el 1 % lleva a cabo actividades lucrativas. Cabe mencionar que si tomáramos en cuenta el alto número de personas que la llevan a cabo ilegalmente,
este último porcentaje se incrementaría.
En general, estos transmigrantes placenteros tienen un alto grado de estudios: el 53 % cuenta con un título universitario, el 11 % estudió una maestría, y
el 5 % tiene el grado de doctor. Solo el 1 % de nuestra muestra declaró no tener
estudios.
En cuanto a su religión, la mayoría (37 %) son cristianos protestantes y
el 24 % no se inclina por ningún tipo de religión. El 25 % de los encuestados
son católicos y el 4 % testigos de Jehová. El resto son musulmanes, judíos,
mormones, budistas y metodistas.
El capital social de los estadounidenses en Cabo San Lucas se basa en
la estructuración de organizaciones formales. Según nuestra encuesta, el 36 %
de ellos pertenece a una organización estadounidense en Cabo San Lucas.
Algunas organizaciones no gubernamentales de estadounidenses en
Cabo San Lucas son: Los Cabos Tomatoes, Liga M.A.C., ALMA Humane Society Fundraiser, Sports Program for Youth, Rotary Club, For Peter'sake, Amigos
de los niños de Cabo San Lucas, Asociación Sudcaliforniana de Protección al
Medio Ambiente y a la Tortuga Marina, Defensores de la Bahía de Cabo San
Lucas, Los Ángeles del Estero y Optimist Club Cabo San Lucas.
Es digno de mención la alta participación de la comunidad estadounidense en las labores de asistencia. Sin embargo, la decisión de este grupo de
crear organizaciones de caridad halla su contexto en los hábitos de la sociedad norteamericana, donde la conformación de este tipo de organizaciones
es, junto al trabajo voluntario, una tradición cultural. En este caso, el hecho
resulta significativo porque las clases medias y altas norteamericanas tienen
una tradición importante de asociacionismo. La comunidad norteamericana
la transmigración placentera
147
se ha caracterizado por su interés en ayudar a los sectores más pobres del lugar receptor. Las ONG creadas por ellos están dedicadas, en su mayoría, a la
atención de grupos vulnerables (Balslev y Velásquez, 2008).
En este caso, las organizaciones permiten consolidar la posición social
del grupo y darle un espacio social a sus formas de vivir y actuar. En este sentido, las ONG norteamericanas tienen como misión expresa disminuir o aliviar
problemas de pobreza, lo que se expresa, por ejemplo, en la atención a madres
solteras y estudiantes de bajos ingresos. No obstante, los grupos vulnerables
no son los únicos que se ven influidos por la actividad de estos grupos; las
ONGs les otorgan a los norteamericanos una plataforma cultural y política
para incidir en y reconstruir sus vínculos con su comunidad de destino, pero
también con la de origen (Balslev y Velásquez, 2008).
Las ONGs que aquí analizamos se diferencian, por ejemplo, de las organizaciones de ayuda fundadas por los latinos en Estados Unidos. Estas últimas buscan, principalmente, mejorar la situación de sus comunidades de
origen y son creadas por miembros de una misma región. Los transmigrantes estadounidenses, por su parte, no crean estos grupos con el objetivo de
ayudar a sus comunidades de origen o familiares, y la participación de los
miembros no está circunscrita a regiones. Los grupos creados por los latinos
se orientan principalmente a proyectos de desarrollo comunitario dentro de
la sociedad de destino, fundamentalmente en las áreas social y cultural (Balslev y Velásquez, 2008).
Al preguntarles a nuestros encuestados en qué tipo de tipo de vivienda
viven en Cabo San Lucas, el 61 % afirma vivir en una casa de su propiedad, el
23 % paga renta, y el resto vive en casa de amigos (6 %) o parientes (3 %).
En el caso de los que habitaban un inmueble propio, se les preguntó
también por el valor de su vivienda. Un gran número de personas prefirió
no contestar; sin embargo, la mayoría de los precios declarados superaba los
350 mil dólares: 21 de las 200 personas encuestadas habitan una vivienda con
un costo superior a ese. Y son relativamente pocos los que habitan una vivienda con un valor menor de 50 mil dólares. En cuanto a los que viven en Cabo
San Lucas en una casa rentada, el promedio de renta que pagan mensual es
mayor a 1000 dólares.
Como en el caso del ingreso, al preguntar sobre su domicilio encontramos un gran porcentaje de personas que no contestaron, pero según capta-
148
omar lizárraga morales
mos se ubican en las áreas de Cabo San Lucas de un nivel medio-alto y alto;
con cotos cerrados son cerca de las playas. Las cuatro zonas con un mayor
número de estadounidenses son: Cabo Bello, El Pedregal, El Tezal, Las Ventanas. Encontramos también habitantes de las colonias populares como el
Centro y la colonia Magisterial. Según la Secretaría de Turismo del estado de
Baja California Sur, el inventario de inversiones turísticas en el municipio de
Los Cabos hasta el año 2009 significó en su totalidad una inversión de 8 mil
577 millones 395 mil dólares. Esto sin tomar en cuenta la derrama económica que crean los 3918 empleos directos y 5610 indirectos de la industria de la
construcción en el municipio.
Se les preguntó también sobre las razones por las que eligieron a Cabo
San Lucas como destino migratorio. La razón que se mencionó con mayor
frecuencia fue el clima benéfico de la localidad, seguido del estilo de vida, la
gente local, la economía, las playas, etcétera.
En el caso de Cabo San Lucas, el clima es sin lugar a dudas la principal
razón por la que los estadounidenses eligen el lugar como destino de retiro.
Estas son personas que no tienen dificultades económicas y que no tienen
interés en relacionarse con la sociedad local. Durante el trabajo de campo,
realizamos una encuesta que hicimos llegar por correo electrónico a algunos
estadounidenses radicados en la ciudad. Nos llamó en especial la atención la
respuesta de Gary Morton que dice:
«Querido señor, no puedo ayudarle porque ya no confío en el gobierno
mexicano, solo en el mío. Me mudé aquí sólo por el clima y quiero estar fuera
de presiones. Le agradecería que así lo mantenga» (Morton, Gary, 23/03/09,
traducido por el autor).
Sin embargo, un porcentaje considerable de los encuestados declaró haber migrado a Cabo San Lucas por la gente local y el estilo de vida. Al respecto, Marcos Sparh (entrevistado por Almada, 2006) comenta que vino buscando la cultura mexicana que conoció de niño con unos vecinos: el mariachi,
la comida, la alegría por la vida, pero sobre todo la unión familiar. Marcos
acepta con tristeza que actualmente ya no ve este lugar de la misma manera, y
lamenta la llegada de sus paisanos, pues él no quería convivir con extranjeros,
quería vivir con mexicanos.
La tercera razón en importancia para migrar hacia este lugar es la economía. Teresa Sorohuet, mujer local, casada con un estadounidense (entrevista-
la transmigración placentera
149
da por Almada, 2006), comenta que aunque aquí el capital económico de su
marido fue suficiente para comprar una casa de más de un millón de pesos,
irse de luna de miel a Europa y tener carros de modelo reciente, ese dinero en
Estados Unidos apenas les alcanzaría para sobrevivir apretadamente; por eso
su esposo, veterano de Vietnam, decidió cambiar su residencia a Baja California Sur.
Según nuestra encuesta, los estadounidenses en Cabo San Lucas gastan
en promedio 2 mil dólares mensuales, mismos que se gastan en impuestos,
actividades recreativas, servicios médicos, consumo de todo tipo, ayudantes
domésticos, etcétera.
Redes sociales de los estadounidenses
en Cabo San Lucas
Existen redes sociales que influyen en el movimiento migratorio hacia Cabo
San Lucas; según la encuesta, un 54 % de los migrantes tenía amigos o parientes en el puerto antes de realizar el movimiento. Una vez establecidos, la
red se extiende a otros compatriotas porque, según encontramos, la gran mayoría (96 %) ha recomendado a sus amigos o parientes al destino para vivir.
Por ello, como en Mazatlán, es de esperar que este flujo siga creciendo en los
próximos años.
Las redes sociales de los estadounidenses en Cabo San Lucas tienen
como objetivo principal hacer más placentera la vida en el destino; se apoyan de ellas para realizar actividades deportivas y de recreación, es decir para
practicar un ocio activo. Estas redes los motivan a realizar actividades al aire
libre, lo que les beneficia sanitaria y psicológicamente. Al preguntarles acerca
de sus principales actividades en Cabo San Lucas, nos respondieron que pescar, ir a la playa, jugar golf, nadar, etcétera.
Esta comunidad en Cabo San Lucas ha diseñado sitios web en los que
publican experiencias propias, se organizan para reunirse, comparten información; si alguien se siente amenazado, comparte con sus compatriotas la
experiencia. Estos son algunos de ellos:
http://www.lovecabo.net
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omar lizárraga morales
http://www.boomersabroad.com
http://www.loscabosnews.com.mx
http://www.gringogazette.com
Mediante estas redes virtuales los estadounidenses se mantienen enlazados y enterados de lo que ocurre a su comunidad. Los Cabos News y Gringo
Gazette son periódicos locales editados en inglés y que pueden ser consultados por Internet. Según nuestra encuesta, los periódicos locales, las amistades, la televisión y el Internet son los cuatro principales medios por los cuales
se mantienen informados, pero son los periódicos locales el medio de información más importante para ellos (el 52 %).
Es necesario mencionar que estos sitios de Internet son exclusivos de los
miembros de la comunidad: cada uno de ellos recibe una clave que le permite ingresar. No obstante, esta comunidad virtual no excluye otras formas de
asociación norteamericana a las que pertenecen los mismos miembros de la
comunidad.
Los estadounidenses en Cabo San Lucas, como los de Mazatlán, llevan a
cabo movimientos migratorios circulares. Y con ello, prácticas transnacionales de carácter económico y social.
Prácticas transnacionales de los estadounidenses
en Cabo San Lucas
Económicas
El promedio del monto en dólares en el mundo de las autorremesas que reciben los estadounidenses en Cabo San Lucas es mayor que en Mazatlán. En
Cabo, el ingreso promedio es de 3500 dólares mensuales, mismos que generan un efecto multiplicador en toda la comunidad receptora. Pero esta no es la
única forma en que esta comunidad influye económicamente en la localidad.
Como ya se vio antes, en Cabo San Lucas hay muchos estadounidenses que
son propietarios de negocios.
la transmigración placentera
151
El empresariado étnico, o cultural, como lo llamaremos en este estudio,
es una importante expresión del transnacionalismo económico. La presencia
de migrantes en el país receptor y sus lazos con otros en su misma situación
crea oportunidades de negocio en varias formas. En algunos casos los empresarios culturales transmigrantes desarrollan negocios en ambos países, en el de
origen y en el de destino (Gustafson, 2008).
Con el fin de alcanzar o mantener un estilo de vida con comodidades,
muchos inmigrantes estadounidenses necesitan un ingreso extra en el lugar
de destino, y por ello es común encontrar a quienes emprenden pequeños
o grandes negocios. El giro de estos establecimientos puede variar, generalmente lo hacen en el sector turismo o proporcionando servicios a sus compatriotas, pero los avances en las comunicaciones y la tecnología traen consigo
muchas otras posibilidades. Resulta importante que las actividades de estos
empresarios a menudo están relacionadas con las profesiones u oficios que
desempeñaban antes del movimiento migratorio. Por eso, muchos de ellos
toman la oportunidad que ofrece el lugar para realizar su sueño de emprender
un negocio (algunos con más éxito que otros). En este sentido, en el proceso
migratorio se puede observar que tiene un potencial liberatorio, plantando
en la gente la idea de que pueden hacer lo que deseen (Benson y O,Reilly,
2009b). De esta manera, los transmigrantes placenteros estadounidenses transfieren las habilidades adquiridas en los empleos que desarrollaron en su país
al destino en cuestión.
Estas empresas emplean en su mayoría a personas jóvenes, y los retirados no son sus únicos clientes. Estas oportunidades económicas crean las
circunstancias para otro tipo de migración laboral; de suerte que es una clara
consecuencia transnacional de la migración placentera (Gustafson, 2008).
Estas pequeñas empresas de capital estadounidense son comunes en la
región. Una de ellas es el periódico Gringo Gazzette. Su propietaria, Carrie
Duncan, radica por temporadas desde hace 15 años en Cabo San Lucas. Carrie es el mejor ejemplo del estadounidense transmigrante, pues radica en el
puerto tres semanas con visa de turista y regresa por tres semanas a San Clemente, California, y así lo hace durante todo el año. Mantiene un contacto
permanente con sus amigos y familiares de Estados Unidos por Internet, teléfono y Skype (Duncan, Carrie, 13/04/08).
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A decir de Carrie, lo único que lamenta de no contar con la Fm3 es no
poder abrir una cuenta bancaria en Los Cabos, y por ello no poder dar la cara
como propietaria de la Gringo Gazette; su administrador, David Flores, es el
responsable legal del periódico. En abril de 2008, la señora Duncan se encontraba en proceso de inaugurar un restaurante en Cabo San Lucas, del que
David también se hará cargo.
Empresarios como Carrie Duncan abundan en Cabo San Lucas; amigos
suyos como David Greenberg, propietario del restaurant Greenberg,s, o Brian
Solomon, propietario del restaurant Solomon,s Landing, ambos ubicados en
la Marina, pueden adquirir un establecimiento a nombre de otra persona y
dirigirlo ellos de manera informal. De esta manera prolifera aquí una economía informal ligada a los establecimientos comerciales mediante la evasión de
impuestos. Sus principales consumidores son los propios compatriotas, por
lo que nos apoyaremos en el concepto de enclave étnico.
Migración transnacional
La transmigración es realizada por la mayoría de los estadounidenses. Según
nuestra encuesta, el 86 % de ellos viaja una o dos veces al año a Estados Unidos. El 62 % es propietario de una casa allá: son los que se mueven con mayor
frecuencia y residen en Cabo San Lucas principalmente en la temporada de
invierno. Otros vacacionan en Estados Unidos y residen durante ese tiempo
en casa de familiares (26 %).
Comunicación transnacional
De acuerdo con nuestra encuesta, la comunicación de los estadounidenses
en Cabo San Lucas con sus familiares en sus lugares de origen es continua y
permanente. El 57 % de los encuestados afirma tener comunicación con sus
familiares o amigos todos los días del año. El 40 % afirma hacerlo una o dos
veces por semana, y el resto (3 %), una vez al mes.
la transmigración placentera
153
El medio más utilizado para mantenerse informados del acontecer en
Estados Unidos es el Internet: 50 %; la televisión, 33 %; y el 10 %, los periódicos locales; y el resto a través de amigos que habitan en Cabo San Lucas.
Las modernas comunicaciones satelitales contribuyen también a este
respecto: el 69 % de los encuestados afirma ver progamas estadounidenses en
TV de paga. Estas tecnologías de comunicaciones permiten a los extranjeros
disfrutar de la programación estadounidense estando en Cabo San Lucas y es
uno de los medios por los que mantienen su cultura.
En cuanto al idioma, solo el 26 % afirma hablar el español, sin embargo
no manifiestan tener problemas para comunicarse en Cabo San Lucas (59 %).
Esto se debe a que se relacionan con otros estadounidenses, o bien con mexicanos que dominan el inglés; a que frecuentan centros de servicio donde alguien habla inglés; a que asisten a ceremonias religiosas donde se oficia en su
idioma; es decir, los que conforman su red social hablan su mismo idioma.
En palabras de Grim-Feinberg (2007), ellos han formado una comunidad lingüística, entendida esta como una red de personas que mantienen frecuente comunicación en un mismo idioma, que incluso cruzan las barreras
nacionales y se consolidan en un país receptor. Si bien esta autora estudia
las redes sociales y lingüísticas de los inmigrantes mexicanos en Nueva York,
Estados Unidos, bien puede explicarse por esta misma razón el que los estadounidenses no quieran aprender español en Mazatlán y Cabo San Lucas.
Participación política transnacional
En cuanto a la participación sociopolítica, los estadounidenses participan con
su voto en las elecciones locales y presidenciales de Estados Unidos. La gran
mayoría de los encuestados (83 %) así lo confirma. Las principales formas de
votar son: personalmente en Estados Unidos (45 %) y vía postal desde Cabo
San Lucas (22 %).
Los extranjeros no pueden votar aún en las elecciones locales en Cabo
San Lucas, pero según Almada (2006) no tardarán en hacerlo, pues muchos
de ellos tienen hijos con edades que fluctúan entre los catorce y los diecisiete
años, con actas expedidas en el municipio; en poco tiempo estos jóvenes estarán en edad de votar.
154
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Religión transnacional
La religiosidad que traen consigo los estadounidenses transmigrantes a México, la consideramos una práctica social-cultural de carácter transnacional. En
Cabo San Lucas encontramos la Cabo English Church, una iglesia cristiana
cuyo pastor es el estadounidense Mike Gratzke. Esta iglesia está ubicada en el
centro de la ciudad entre las calles Miguel Hidalgo y Lázaro Cárdenas, frente
al parque principal de Cabo San Lucas, y fue instalada en el año 2001 en el
puerto. Mike y su esposa Kim son originarios de San Clemente, California y
radican de manera permanente en Cabo.
En este estudio tomamos a la Cabo English Church como una organización estadounidense transnacional, pues es una congregación en la que reproducen su cultura anglosajona de carácter religioso, es formada por norteamericanos y es también un importante centro de reunión en la que el hecho
de ser miembros los hace poseedores de un capital social.
La Cabo English Church no pertenece a una iglesia de Estados Unidos, ni
existe en otra ciudad de México, por lo tanto no recibe ayuda financiera del
extranjero para su manutención, sino que tanto Mike como su esposa Kim
viven de lo que aportan los asistentes.
Según Mike, los asistentes a su congregación son en su mayoría estadounidenses, seguidos por los canadienses. La iglesia ofrece el servicio en
idioma inglés todos los domingos a las 10 de la mañana y a las 5 de la tarde,
durante todo el año. Sin embargo hay periodos del año en que reciben mayor
número de asistentes estadounidenses, esto es desde noviembre hasta abril.
En la temporada de verano los asistentes son principalmente extranjeros que
residen permanentemente en Los Cabos y algunos turistas, y el número de
asistentes oscila entre los 150 y los 200. Pero durante la temporada invernal
el número de asistentes aumenta hasta 250 por la llegada de estadounidenses
que viajan al sur durante ese periodo (Gratzke, Mike, 6/05/08).
Durante una entrevista, Mike nos comenta que los asistentes estadounidenses que permanecen en la ciudad todo el año son principalmente jubilados, aunque hay quienes realizan alguna actividad laboral. Estos últimos
representan el 40 % de sus asistentes y trabajan en la venta de bienes raíces, de
tiempos compartidos; hay incluso propietarios de restaurantes o bares.
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155
Gary, estadounidense residente en Cabo San Lucas desde hace siete
años, comenta que antes de que Mike llegara al puerto, él y otros estadounidenses se reunían a leer la Biblia en la plaza de toros, «el número de asistentes
empezó a crecer tanto en los últimos 5 años que vimos la necesidad de rentar
un local y convertirlo en iglesia» (Sheveland, Gary, 8/05/08)
Cameron Briggs es otro de los asistentes a la Cabo English Church, originario de San Diego California y residente en Cabo San Lucas desde hace 15
años. Según comenta, él ha visitado el puerto a lo largo de veinte años, pues
sus padres vivían aquí. Al enviudar decidió mudarse a Cabo San Lucas; a su
llegada se instaló en casa de sus padres y posteriormente se mudó a una casa
aparte en la colonia popular El Ejidal. Dos años después de su llegada le siguió su hermana Linda hasta Cabo San Lucas, lo que habla de la importancia
de las redes familiares en la decisión de migrar a un destino determinado. No
pensó en otro lugar a donde migrar si no a aquel puerto donde había vacacionado repetidas ocasiones con sus padres. Actualmente Cameron no recibe
una pensión de su trabajo desempeñado como contratista en Estados Unidos,
sino que trabaja como vendedor de tiempo compartido en un hotel; además
tiene otra fuente de ingresos por una casa que renta generalmente a compatriotas estadounidenses.
Cameron puede trabajar como vendedor de tiempo compartido gracias
a que cuenta con la ciudadanía mexicana. Sin embargo, en Cabo San Lucas
existe un buen número de estadounidenses que realizan la misma actividad,
o bien trabajan ilegalmente como meseros, bartenders, vendedores de bienes
raíces, a pesar de no estar permitido por el Instituto Nacional de Migración,
pues ese tipo de empleos en servicios los desempeñan por lo general mexicanos.
Al preguntarle cada cuánto va de visita a Estados Unidos, respondió que
alrededor de seis veces al año para visitar familiares, y paga renta en el lugar al
que llega. En cuanto al idioma, domina el español y lo practica con sus vecinos y con su cuñado mexicano, esposo de su hermana.
156
omar lizárraga morales
Medios de información locales
de los estadounidenses en Cabo San Lucas
Según la encuesta, los estadounidenses que residen en Cabo San Lucas se
mantienen informados de las noticias y eventos en la localidad mediante las
revistas y periódicos locales impresos en inglés (véase gráfica 60). Esras publicaciones son: Destino Los Cabos, Los Cabos News y la Gringo Gazette. Este
último es un periódico que se imprime cada 15 días en California y se distribuye en Los Cabos: en centros comerciales, restaurantes, tiendas departamentales y en las principales avenidas de la ciudad. Tiene un tiraje de 24 mil
ejemplares y en él se pueden encontrar noticias locales, información sobre
eventos culturales, reuniones de organizaciones civiles, y lo más importante,
información sobre la movilización en la ciudad; cuando se aproxima un día
festivo y los bancos estarán cerrados, los estadounidenses se enteran de ello
mediante este periódico. También incluye información sobre trámites gubernamentales como formas migratorias o adquisición de bienes inmuebles.
La revista Destino Los Cabos fue creada hace diez años por la estadounidense Susan Carol y fue la primera revista publicada en inglés de la región.
Actualmente son producidos y se distribuyen 75 mil ejemplares cada tres
meses y en ella se pueden encontrar artículos escritos por estadounidenses
acerca de actividades deportivas, personalidades de la comunidad, sobre arte,
eventos culturales y de caridad, mapas de las áreas, reseñas de restaurantes y
bares. La revista se distribuye por cientos de estantes y hoteles, en agencias de
renta de autos, en autobuses de tours y muelles.
Susan Carol, su propietaria, es originaria del estado de Minnesotta y llegó a Cabo San Lucas hace una década. Ella comenta que la revista es distribuida gratuitamente, pues las utilidades que se obtienen son por concepto
de publicidad de establecimientos comerciales que incluye (Carol, Susan,
12/04/08). Destino Los Cabos puede ser consultada también vía electrónica
en la página de Internet www.destinomagazines.com.
Los Cabos News, por otra parte, es una revista quincenal en inglés que
se publica desde hace veinte años. Se distribuye en Cabo San Lucas, San José
del Cabo, Todos Santos, La Paz, San Carlos, y desde octubre de 2007, puede
ser consultada en Internet en la página www.loscabosnews.com.mx. En ella
la transmigración placentera
157
pueden ser leídos artículos informativos, noticias y anécdotas de extranjeros,
principalmente de Estados Unidos y Canadá.
El medio electrónico es uno de los principales medios para mantenerse
informado de los acontecimientos en los lugares de origen y destino. Mediante páginas de Internet los migrantes se mantienen informados y se comunican
entre sí. En el trabajo de campo conocimos incluso a una estadounidense de
66 años ( Jessie Brunswig, 15/02/10) que recién había terminado sus estudios
de maestría en la Universidad de Washington State, en línea desde Cabo San
Lucas.
Enclave étnico estadounidense en Cabo San Lucas
El concepto de enclave étnico fue desarrollado en los años ochenta por el
sociólogo de origen cubano Alejandro Portes y su colega Kenneth Wilson
(1980). Estos autores utilizaron el concepto para explicar los procesos de incorporación social y económica de los inmigrantes cubanos en el condado
de Miami Dade. El enclave se caracteriza, según ellos, por un sólido sentido
de identidad cubana fortaleciendo la solidaridad étnica y el desarrollo de
una red de pequeños negocios. Estos negocios a su vez, consolidan la dinámica económica y política de la región. Los cubanos inmigrantes en Miami
crean una amplia gama de instituciones sociales, religiosas, artísticas y educativas en función de reforzar los rasgos culturales cubanos (Portes en Díaz,
2002).
A esta dinámica se une el funcionamiento económico y la peculiaridad
de las redes sociales de las familias cubanas emigradas y radicadas en la región, tales redes promueven y facilitan la movilidad social ascendente entre
sus miembros, con la incorporación de un número importante de estos en la
fuerza laboral.
En la comunidad cubana fluctúan intereses económicos entre grupos de
empresarios que manejan inversiones multimillonarias en el sur de Florida,
así como de otros intereses que tienen representación en extensos sectores de
pequeños empresarios, y han sido los mayores responsables de la creación y
mantenimiento del enclave económico. Este espectro se complementa con la
existencia de grupos de carácter profesional, integrados por profesionistas de
158
omar lizárraga morales
origen cubano, y la presencia de una creciente masa de trabajadores manuales, cuyas filas se nutren frecuentemente de nuevas oleadas de inmigrantes
cubanos que arriban a la comunidad (Portes en Díaz, 2002).
Para Portes y Wilson (1980) un enclave étnico luce físicamente como
el Koreatown cerca del centro de Los Angeles, donde todos los letreros de
comercios cambian de repente del idioma inglés al koreano. Esta área contiene un gran número de restaurantes étnicos, tiendas, bancos, importadoras,
industrias y agencias de bienes raíces en las cuales sus principales clientes son
turistas o residentes del área de origen koreano.
Los autores comparan este espacio de Los Angeles con La pequeña Habana, cerca del centro de Miami, la cual se extiende por alrededor de cinco
millas, donde se encuentran negocios de manufactura, construcción, comercio, finanzas y aseguradoras, propiedad de cubanos. Un estimado del 60 % de
las construcciones residenciales en esa área metropolitana es construido por
esas firmas.
Portes y Shafer (2006) identifican varios enclaves étnicos en Estados Unidos en la actualidad, de los cuales resalta dos en particular, el enclave judío
en el sureste de Manhattan y el de origen japonés en Los Ángeles. En ambos
lugares el enclave incorpora a estos grupos de inmigrantes desde hace tres
generaciones.
La comunidad estadounidense en Cabo San Lucas, México que transmigra en busca de placer, manifiesta algunas de las características de los casos
citados. Por eso es pertinente en el presente escrito recurrir al concepto de
enclave étnico en este caso. Aún es temprano para plantear la existencia de un
«barrio gringo» en Cabo San Lucas al estilo del barrio chino o coreano de
Los Ángeles, sin embargo estamos frente a un proceso que involucra transformaciones en el espacio físico y simbólico en la mayor parte de la ciudad.
En Cabo San Lucas se pueden observar oficinas de bienes raíces de carácter transnacional como Re/Max, Century 21, Coldwell Banker, Snell Real
Estate, Prudencial Realty, entre otras, todas propiedad de estadounidenses.
También restaurantes, bares, embarcaciones turísticas, iglesias, e incluso periódicos cuyos propietarios son estadounidenses y sus clientes son principalmente sus compatriotas turistas o residentes. Una buena parte de los empleados en estos establecimientos, según apreciamos en visitas, son de origen
norteamericano, incluso algunos sin documentos legales para realizar una ac-
la transmigración placentera
159
tividad económica. De igual manera, en el espacio urbano de Cabo San Lucas
existen vecindarios en los que predomina esta comunidad.
Los pequeños o grandes empresarios, si bien llevan a cabo actividades
económicas, tienen el factor placer como causa principal para haber migrado.
Ellos buscan un lugar de clima agradable y belleza escénica donde instalar sus
empresas.
Efectos de la inmigración estadounidense
en Cabo San Lucas
Sociales
Según la investigadora María Luisa Cabral, el municipio de Los Cabos es la
localidad donde el crecimiento de la población es más acelerado: en 10 años
creció un 308.3 %. La inmigración estadounidense constituye el 90% del total
de la inmigración internacional y por eso se ha convertido en un elemento
importante de la vida social y económica de varias localidades del estado. Sin
embargo, poco se habla de los efectos negativos del crecimiento de este flujo
migratorio.
Uso del suelo
Particularmente en el municipio de Los Cabos se ha transformado de manera
radical la vida social, cultural, económica e incluso política de la comunidad
(Cabral, 2006a). Los extranjeros están por todas las calles en la actitud de
quien ha hecho suyo el lugar; muchas casas han cambiado de dueño y de fisonomía.
El flujo migratorio proveniente de Estados Unidos es el que más impacto
ha tenido en la transformación de la sociedad sudcaliforniana. Muchos pobladores de la localidad han vendido sus parcelas ejidales a estadounidenses por
algunos miles de dólares, y estos bienes inmuebles han visto multiplicados
después su rendimiento en beneficio de los extranjeros. Hay una importante
160
omar lizárraga morales
actividad de compra-venta de la tierra. Tulio Ortiz (en Cabral, 2007) identifica casi un centenar de empresas de bienes raíces en el sur del estado, de las
cuales unas sesenta son filiales con matriz en Estados Unidos, situación sobre
la cual no existen muchos datos ya que, como bien dice Tulio Ortiz, es difícil
conocer las tierras que realmente están en manos de extranjeros.
Los precios bajos en bienes raíces y sus atractivos en conjunto están impulsando a muchos de estos estadounidenses a comprar una segunda casa en
Los Cabos. Por esta razón, en los próximos años se convertirá en el hogar de
muchos jubilados estadounidenses, tal como lo confirmó el secretario de Turismo de Baja California, Óscar Escobedo Carignan, al diario estadounidense
La Opinión: «Hasta ahora demográficamente el grupo dominante está conformado por personas con plena movilidad y sin necesidad de cuidados especiales, pero pronto esperamos se convierta en el destino de muchos jubilados,
incluidos los que necesitan ayuda para su vida diaria» (Arenales, 2008).
El problema más grave que plantea la presencia de tantos estadounidenses en Los Cabos tiene que ver con la ocupación del territorio, en particular por supuesto de las playas. Prácticamente toda la península está dentro
de la llamada zona prohibida que establece el artículo 27 constitucional. La
prohibición constitucional para que los extranjeros no puedan adquirir propiedades a 50 kilómetros de la costa y a cien kilómetros de la línea fronteriza
es cotidianamente ignorada. Existen dos formas para que lo puedan hacer
legalmente, desde 1994 a través de la adquisición de un fideicomiso que ya
no requiere de ningún permiso de Relaciones Exteriores y que es prácticamente renovable en forma indefinida; desde el siglo pasado, esta medida trataba de salvaguardar la soberanía nacional y fomentar la inversión extranjera
en el sector turístico (Bringas, 1989). La otra forma consiste en registrar una
empresa domiciliada en México a la que se le da trato de empresa mexicana,
aunque sea cien por ciento norteamericana, y puede comprar bienes raíces
(Cabral, 2007).
La renovación indefinida del fideicomiso es el aspecto más preocupante,
pues los extranjeros adquieren derechos permanentes sobre territorio nacional, lo que violenta más aún la prohibición constitucional. Para Cabral (1998),
esta situación es especialmente grave en el caso de la península de Baja California, pues como ya se vio anteriormente, es una zona que históricamente ha
estado en la mira de los Estados Unidos, y su posición geográfica, su cercanía
la transmigración placentera
161
con esta nación, así como su aislamiento del resto del territorio nacional, la
hacen muy vulnerable.
En Cabo San Lucas (como en Mazatlán), la forma más común de adquirir un inmueble es bajo esta modalidad de fideicomiso. Uno de los propósitos
por los que fueron creados los fideicomisos fue el de incorporar a los campesinos a la actividad turística y hacerlos partícipes de los beneficios que traería
consigo el desarrollo turístico, cosa que no sucedió en la realidad.
Bringas (1993) señala que la realidad ha demostrado que no sólo no se
incorporaron, sino que fueron relegados de la actividad, se les quitaron sus
tierras y no les crearon alternativas para subsistir, ni se apoyó con créditos
para infraestructura a quienes tenían el interés de darle a su ejido un giro turístico, de ahí que muchos de ellos hayan tenido que recurrir a emplearse en
servicios domésticos o en la construcción. Por otra parte, tampoco han participado en el desarrollo económico que los centros turísticos iban a generar; por el contrario, cada vez son mayores las desigualdades en los modos de
vida, y los ingresos que perciben; ello ha generado aislamiento y exclusividad
para los extranjeros en la región costera, donde reproducen, a pequeña escala,
los modos de vida de sus países de origen.
Al respecto, Ignacio Ramírez (en Cabral, 2007) realizó un reportaje especial en el que muestra que «especuladores estadounidenses y canadienses
han acaparado las mejores playas y terrenos del patrimonio nacional. En Baja
California Sur, una gran parte de sus playas y litorales se encuentra en manos
de empresarios en su mayoría extranjeros, que los han convertido en lugares exclusivos a los que no tienen acceso los mexicanos, existen bardas, rejas,
alambres de púas y cadenas está colocadas para evitar el paso a estos lugares.
Existen otros sitios inaccesibles, con hoteles y asentamientos irregulares de
extranjeros a los que se puede llegar únicamente por mar o por aire.» Además,
las grandes empresas inmobiliarias ignoran la Ley General de Bienes Nacionales, por lo que se aprovechan a su antojo del patrimonio nacional. A la par del
acaparamiento de las playas, muchos extranjeros se han adueñado ilegalmente
de tierras, ranchos y casas que ofertan en México, Estados Unidos y Canadá.
Efectivamente existe la prohibición del artículo 27 constitucional al respecto, la Ley General de Bienes Nacionales y el Reglamento respectiva sobre
la Zona Federal Marítimo Terrestre que señala claramente que aun cuando se
concesionen las playas no se pueden cerrar los accesos.
162
omar lizárraga morales
En Internet se pueden localizar más de veinte empresas dedicadas al negocio de bienes raíces en Los Cabos, en su gran mayoría estadounidenses,
con oficinas en nuestro país, en Estados Unidos y en Canadá. Cabe señalar
que la inflación del suelo favorece procesos especulativos de cuya responsabilidad no escapan las instituciones públicas, en cuyas manos esta la capacidad
de recalificar su uso.
Don José Zarate, un pescador local, comenta en un artículo elaborado
por Vera (2008) de la revista Proceso, que «Poco a poco, los gringos se están
adueñando de nuestras playas. Ponen sus guardias privados y sus cercas de
alambre para bloquearnos el paso. Hasta con satélite vigilan que nadie entre a
sus costas. Nos están quitando el mar».
Don José agrega: «Bahía de Muertos, una bahía muy bonita a donde antes
íbamos a bañarnos con la familia o las playas de Punta Arena, son playas donde
ahora ya no podemos pasar porque los gringos están construyendo centros turísticos a todo lujo, solo para ellos. Hasta les ponen nombres en inglés. Muchos
nombres originales de la península están siendo cambiados por los estadounidenses, empezando por el nombre mismo de Baja California Sur, al que ahora
lo sustituyen por la contracción “Baja”. A la ciudad de Loreto ya se le empieza
a llamar Loreto Bay, porque es el nombre del conjunto residencial para extranjeros que se está construyendo a pocos kilómetros de ahí. Bay of Dreams es el
nombre que sustituyó al nombre original de Bahía de Muertos».
Tulio Ortiz, director de la revista local La Tijereta, y citado en el mismo
artículo, comenta que son alrededor de sesenta empresas estadounidenses las
que controlan el mercado inmobiliario en la península, entre las cuales destacan: Re/max realty, Century 21, Linda Neil Properties, Cabo Realty, Land´s and
Realty, Grimes Properties, Baja Peninsula Real Estate, Rionda & Knapp, Costa
Realty, entre otras.
Coincide esta problemática con la que ocurre en el corredor TijuanaEnsenada. Uno de los principales problemas aquí es el desplazamiento del
que han sido objeto los ejidos, para progresivamente ir perdiendo presencia
en aras del intercambio mercantil, expresado en la renta de lotes para el turismo extranjero; de esta manera se ha dado una subordinación del ejido a
la actividad turística, a tal grado que los campesinos han sido desplazados
de sus tierras y han sido incorporados como fuerza de trabajo en los centros
turísticos (Bringas, 1993).
la transmigración placentera
163
Según Antonio Díaz (en Guido, 2007), por el litoral del Pacífico, en el
tramo del corredor de San José a Cabo San Lucas, hay cambios evidentes en el
paisaje, uno de ellos a causa del desmonte para ampliar y construir campos de
golf y la venta de grandes extensiones territoriales para la construcción de desarrollos turísticos, donde se ha propuesto cambiar la carretera para que esté
frente a la playa y así poder tener más fácil acceso a los centros turísticos.
Lo cierto es que son transnacionales de capital occidental las empresas
propietarias de grandes cadenas de hoteles, líneas aéreas, agencias inmobiliarias, las que controlan, gestionan, la mayor parte de los beneficios del turismo
y la inmigración internacional. Además, buena parte del consumo que ellos
realizan, aunque adquirido en empresas nacionales, son bienes y servicios de
importación (Cañada, 2007). Así pues, el desarrollo no se da de manera endógena y mucho menos existe una repatriación de los beneficios.
Un fenómeno del que nos percatamos en Los Cabos tiene que ver con el
desarrollo inmobiliario en las afueras de los centros urbanos, polos habitacionales en el desierto creados por los inversionistas. Se trata de nuevas colonias
de tamaño diverso que habitualmente se encuentran fuera de los límites de
los cascos urbanos. Por lo general estas urbanizaciones fueron iniciadas por
un promotor único que compró un territorio y lo transformó, mediante una
serie de actividades legales, en terreno edificable y sometido a la regulación
urbanística local.
Esta transformación le permite a un inversionista realizar la infraestructura necesaria para urbanizar el terreno para después vender él mismo las
parcelas o edificarlas, convirtiéndose en promotor inmobiliario. Estas urbanizaciones no se pueden calificar como urbanas ni como semiurbanas. Huber
(2005) las llama ex-urbanas, ya que, aunque se hallen cerca de los pueblos,
no forman parte realmente de ellos. «Son lugares a-geográficos, con frecuencia sin centros propios, que carecen de referencias locales y que se definen
internamente. Es decir, son espacios colonizados que pueden aparecer en la
misma forma en diversos lugares» (Huber, 2005: 101).
El boom inmobiliario se advierte de manera explosiva desde el año 2003,
es decir alrededor del tiempo en que empieza la llegada masiva de estadounidenses a la localidad. En todo Los Cabos abundan oficinas de bienes raíces,
con aparadores que exhiben fotografías de lujosas residencias y extensos terrenos costeros que se venden por acres.
164
omar lizárraga morales
Según Greg Redderman, propietario de la agencia de bienes raíces Re/
Max de Cabo San Lucas, en el área existen casas ubicadas cerca de las montañas con precios que oscilan entre 300 000 y 600 000 dólares, u otras frente
al mar entre .6 y 1.2 millones de dólares. Incluso algunas más lujosas con precios de 8 o 10 millones de dólares. Sin embargo, se está dando una escalada
de precios, por lo que muchos estadounidenses prefieren comprar terrenos
que oscilan entre 150 y 700 000 dólares en el corredor a San José del Cabo y
construir sus hogares. El mismo Greg nos comenta que el boom inmobiliario
en Los Cabos inició alrededor del año 2002 y sus principales compradores
provienen del estado de California (Redderman, Greg, 10/04/08).
Al entrevistar al gerente de la agencia de bienes raíces Century 21, Ted
Downward, este coincide con Greg en cuanto al origen de sus clientes, la mayoría, 70 %, son estadounidenses; el 20 % canadienses y el resto de otras nacionalidades. Los de Estados Unidos son en su mayoría de los estados de California, Washington y Texas. Los precios de las viviendas en su inventario oscilan
entre .15 y 10 millones de dólares (Downward, Ted, 10/04/08). Ted agrega que
las agencias de bienes raíces estadounidenses tienen ventaja frente a las pocas
mexicanas, pues sus compatriotas confían más en una agencia transnacional.
El negocio de bienes raíces se ha convertido en una importante actividad
económica para la región, si tomamos en cuenta que la mayoría de estadounidenses que viven en Cabo San Lucas vive en casa propia. Sin embargo, sucede
lo que pasaba en el corredor Tijuana-Ensenada ya a fines de los ochenta: «los
empleos generados son insuficientes, los beneficiarios con este tipo de inmigración han sido las inmobiliarias y constructoras, pues han fraccionado el litoral y destinándolo a la venta de terrenos y casas habitación» (Bringas, 1989).
Especulación con la tierra y economía informal
Como pudimos observar, tanto en Mazatlán como en Cabo San Lucas tiene
lugar el problema de la economía informal ligado a los bienes raíces. Según
María Luisa Cabral, entre los pocos beneficios que se obtienen de las ventas de bienes inmuebles están los impuestos sobre la renta, pero aun en ese
renglón los estadounidenses ya saben cómo deducirlos o como reducirlos al
mínimo con la asesoría de los corredores de bienes raíces. La actividad eco-
la transmigración placentera
165
nómica ilegal de algunos estadounidenses es también un problema en el área
de Los Cabos, especialmente en el sector inmobiliario, al no pagar impuestos
o al no pagar prestaciones a sus empleados. Pero hay también quienes trabajan ilegalmente en restaurantes, bares y otras actividades, especialmente en el
sector turístico.
En los destinos de estadounidenses transmigrantes en busca de placer se
han vuelto más evidentes las presiones para expropiar las tierras. Autoridades
locales se ven presionadas ante promotores y desarrolladores que explotan el
sistema legal para obtener tierras a bajo costo con el fin de construir desarrollos inmobiliarios turísticos y obtener grandes ganancias económicas a corto
plazo ( Janoschka, 2008).
Actualmente, la tendencia de desarrollo en toda la región ya no es la
construcción de grandes hoteles, sino que apunta a la construcción y venta
de desarrollos inmobiliarios como villas, condominios, y residencias, lo cual
cambia radicalmente el concepto del lugar, que ha pasado de ser un sitio turístico, a un espacio social donde la compra de un bien inmueble trae consigo
todos los servicios para estancias permanentes.
En el contexto general, la tenencia de la tierra es uno de los principales
factores de cambio que está viviendo la región, ya que los ejidos adquieren
el dominio pleno de las parcelas para vender extensiones de cientos o miles
de hectáreas. Posteriormente los compradores especulan y en ocasiones venden a varios cientos porcentuales mayores a su precio de compra, generando
grandes ganancias, generalmente a extranjeros.
En la región existen dos posturas extremas respecto a este problema:
la de los que sueñan con que el gobierno tome la decisión de expulsar a los
extranjeros para que los pueblos vuelvan a ser de sus ancestros, y la de los que
quieren que se vuelva un polo de desarrollo turístico con grandes cadenas de
hoteles e incluso casinos (Almada, 2006).
Polarización económica y social
María Luisa Cabral argumenta que el creciente desarrollo turístico de Los
Cabos y de la inmigración estadounidense han acarreado serios problemas
sociales debido a la polarización económica. Muchos de los indicadores de
166
omar lizárraga morales
marginación que se presentan entre la población rural de los campamentos
agrícolas, se presentan también en las colonias periféricas de Cabo San Lucas,
incluso problemas como el de la prostitución infantil. El DIF estatal habla de
más de 100 000 personas en condiciones de vulnerabilidad en el estado, sobre
todo en la zona rural, pero también señala que esta condición de vulnerabilidad se incrementa en el municipio de Los Cabos.
El crecimiento de los desarrollos turísticos trae como consecuencia muchos problemas sociales, migración y asentamiento de inmigrantes nacionales en colonias marginales que aparecen con una rapidez impresionante y que
alcanzan a tener en un periodo de tres meses hasta tres mil habitantes en casas
improvisadas, sin ningún tipo de servicios y que de inmediato empiezan a
solicitar agua, luz y escuelas (Cabral, 2007).
Buena parte de los empleos que requiere Cabo San Lucas son de poca
calificación, lo que permite absorber fácilmente y sin inversión a trabajadores de la región procedentes de sectores productivos tradicionales, de manera
que cuando esto sucede se hace más compleja la estructura social local, con la
aparición de una población inmigrante muchas veces marginalizada.
Por lo general, la manera de resolver la necesidad de trabajadores calificados que requiere la actividad es contratando inmigrantes provenientes del
extranjero, generalmente de los países del norte, mientras que la no calificada, del sur del país. El trabajo no calificado en el turismo se caracteriza por
salarios bajos, la abundancia de contratos temporales, las largas jornadas de
trabajo y las escasas condiciones de seguridad (Cañada, 2007). Estas migraciones del sur de México, en contraste con las del norte que se concentran en
Cabo San Lucas, resaltan la polarización social y económica de la región.
Este proceso inflacionario también se da en el precio de los servicios y
de los productos de consumo. El costo de construcción de una vivienda se
dispara, tanto por el aumento del precio de la mano de obra, como de los materiales de construcción. Los espacios de uso común acaban siendo territorios
privativos de turistas e inmigrantes de los países ricos, debido a los altos precios de los servicios que en ellos se ofrecen: acceso a playas, terrazas de bares
y restaurantes en zonas céntricas, cotos privados, etcétera. (Cañada, 2007).
Una problemática social que se presenta es la oferta de mano de obra
para la construcción del desarrollo turístico, ya que cerca de 400 trabajadores
se incorporan diariamente a la población local, mismos que requieren vivien-
la transmigración placentera
167
da, y estos, a su vez, que el ayuntamiento les brinde servicios municipales
básicos, por lo que este se halla totalmente rebasado para contar con una planeación y una solución de corto o mediano plazo (Díaz en Guido, 2007).
Esta polarización económica entre estadounidenses y habitantes locales
ha traído como consecuencia una jerarquización de las clases sociales. Almada (2006:220) menciona que lo lamentable de la presencia de esta comunidad es que debido a la abundancia de trabajo se ha encarecido la mano de
obra, porque, «como los estadounidenses pagan con puro billete verde, ya no
quieren trabajar para los mexicanos». Este conflicto producido por las transformaciones sociales en la región también trae un desplazamiento de la élite
local, pues los inmigrantes norteamericanos no sólo ocupan actualmente las
que una vez fueran sus casas, sino también su lugar en la jerarquía social.
La polarización social y el servilismo son un resultado de esta movilidad
migratoria; las jóvenes que trabajan en los negocios de los estadounidenses
tienen una actitud de superioridad frente al resto de sus paisanos y de imitación de la sociedad visitante. Como dice Romero (1982:25): «el extranjero
influye en el mexicano, la forma de vestir, los hábitos, su alimentación, van
determinando la aceptación de ciertas modalidades y el rechazo o indiferencia a otros, el dinero siempre influye en ese proceso y comúnmente ocurre en
zonas turísticas muy visitadas de México».
Aunque momentáneamente se establezcan acuerdos, los estadounidenses no tienen interés por asimilarse a la sociedad local; al contrario, pretenden
apropiarse del espacio territorial mediante la compra de predios, del espacio
social, a través de su posición económica (Almada, 2006).
Cabo San Lucas (al igual que Puerto Peñasco, en Enríquez, 2008) se encuentra dividido en dos, por un lado la franja de playa modificada por los
fraccionamientos cerrados con alto nivel de equipamiento e infraestructura
urbana y exclusividad social; por el otro lado, la ciudad en rápido crecimiento,
calles de arena, falta de drenaje y alta polarización social.
Urbanismo defensivo y privatización de playas
El turismo residencial (y transmigración placentera) tiene un impacto en la hechura de las ciudades. El modelo adoptado en Playas de Rosarito, Ensenada,
168
omar lizárraga morales
Loreto y Los Cabos, expresa nítidamente un urbanismo defensivo. Los conjuntos de condominios se cierran por motivos de seguridad y tranquilidad de los
residentes al curso de las ciudades y de los habitantes originales. El amurallamiento de las zonas costeras, la privatización del espacio público y el acceso
restringido a las playas son los efectos de ese modelo (Enríquez, 2008).
El impacto físico del urbanismo defensivo (Enríquez, 2008) representado por los desarrollos hoteleros e inmobiliarios es significativo. Afecta
negativamente el medioambiente costero, conlleva una precaria y desarticulada urbanización de los asentamientos populares, privatiza el espacio público restringiéndose el acceso a la playa, fragmenta el territorio y segrega
socialmente.
Se trata de una minoría numérica que intenta subyugar a la mayoría local, pues los estadounidenses tienen recursos económicos suficientes para
participar en negociaciones, acentuando así, la asimetría en las relaciones sociales y políticas. De esta manera objetivizan su desigualdad apropiándose del
espacio físico y transformándolo de manera que su posición en el espacio social se ponga de manifiesto en el espacio físico. Para Jackiewics (2010:8), «las
nuevas comunidades estadounidenses en los destinos residenciales son una
clara expresión de la globalización que se refleja localmente. Los desarrollos
residenciales que demandan o construyen son modelos arquitectónicos modernos traídos de su país de origen que barren con la historia local y calidad
del espacio que deberían ser respetadas».
La alta demanda por espacios privatizados de parte de los estadounidenses ha impulsado algunas estrategias con el fin de construir estos desarrollos
urbanos defensivos, mediante la residencia en estos lugares los nuevos habitantes mantienen cierta distancia de los nacionales, pues se han ido colocando
en el centro del espacio social debido al poder económico con el que cuentan.
Ponen en sus casas bardas mas altas de lo acostumbrado por la población local
y se niegan a hablar español (Almada, 2006). Pero también instalan cámaras
de video, letreros agresivos e incluso guardias de seguridad privados.
Muchas de estas urbanizaciones tienen como característica el estar cercadas para controlar e impedir el acceso a aquellas personas que no son autorizadas por los propietarios, constituidos en asociación. Este vallado pone de
manifiesto los temores del grupo recién llegado frente a un espacio desconocido ante el cual se sienten vulnerable. La respuesta lejos de solucionar el pro-
la transmigración placentera
169
blema, crea una situación de exclusión y segregación con pocos beneficios.
El proceso es amparado por las autoridades municipales, quienes aceptan las
presiones de los propietarios para proteger su propiedad y tranquilidad (Bielza de Ory y Bohl, 2009).
También la alta demanda por desarrollos inmobiliarios sobre el litoral
permitieron el cierre, restringiendo el acceso a la playa para la población en
general, privatizándola de hecho (véase fotografía núm. 7).
La construcción de espacios residenciales privatizados, oficialmente no
la efectúan los estadounidenses, pues los inversionistas en su mayoría son de
nacionalidad mexicana, sin embargo existe la presión por parte de los compradores por la adquisición de esos espacios cerrados. Según la Secretaría de
Turismo del estado de Baja California Sur, que tiene un inventario de inversiones turísticas del año 2009 (Sectur, 2009 b), en el municipio de Los Cabos
había un total de 16 desarrollos inmobiliarios residenciales con características
turísticas, de los cuales, sólo uno de los representantes es de nacionalidad estadounidense, el resto son mexicanos, sin embargo, no descartamos la inversión extranjera con titularidad de propietarios mexicanos con el fin de evitar
el trámite del fideicomiso. La demanda es claramente por propiedades frente
a la playa o cerca de ella.
Acaparamiento de recursos
En la región también existe una injusta repartición de los recursos básicos
como el agua. En los inicios del nuevo milenio, es importante reconocer que
uno de los recursos más sacrificados por la humanidad ha sido el agua, elemento vital e imprescindible para el desarrollo económico y social, y por supuesto, para la propia existencia humana. Sin embargo el derroche de este
recurso pone en evidencia la concepción errónea en su apropiación ya que
históricamente se ha visto como un recurso abundante e ilimitado, lo que
ha generado un aprovechamiento inadecuado en el cual el dispendio y la sobreexplotación son parte principal de la racionalidad que caracteriza a una
sociedad consumista (Ramírez, 2006).
Siendo una zona desértica, el recurso hídrico adquiere un valor importante. Según nos percatamos en el trabajo de campo, los hoteles y las zonas re-
170
omar lizárraga morales
sidenciales de más alto valor son las privilegiadas en el suministro del recurso,
cuando los habitantes de las colonias populares a menudo se ven limitados.
Mientras los locales se ven obligados a almacenar agua en recipientes para
uso doméstico, en los complejos residenciales sus habitantes tienen albercas
y grandes jardines haciendo un uso desmedido del recurso gracias al poder
económico del que gozan.
La precariedad y la marginación social (ver figuras) son comunes, así
como las carencias de agua potable, energía eléctrica y drenaje. Las colonias
conforman un hábitat definido por las penurias materiales y sociales, los habitantes no resisten el clima extremoso del verano y el invierno en el desierto.
Los materiales de cartón y lámina galvanizada utilizados en la construcción
de viviendas complican más la situación.
La escasez de agua no se plantea como una limitante para los desarrollos inmobiliarios, al menos de manera inmediata. Esto a pesar de que en la
mayor parte de la región la precipitación pluvial, la disponibilidad de agua y
la recarga de los acuíferos están sobreexplotados y el 10 % sufre de intrusión
salina. La disponibilidad de agua por habitante es de baja a muy baja, lo cual
se verá agudizado por los efectos negativos del cambio climático global (Guido, 2007).
Impactos ambientales
Este proceso de desarrollo urbano en la región de Los Cabos conlleva también una serie de impactos ambientales, y actualmente amenaza con degradar
un amplio rango de recursos naturales e histórico-culturales que se consideran como patrimonio de la comunidad. Esto ha originado el deterioro en la
calidad de vida de la población, ya que ha provocado daños en el paisaje y
en la ecología, siendo estos los principales insumos naturales que integran el
patrimonio de esta zona.
Curiosamente, uno de los elementos que favorece el surgimiento del
turismo en una zona, el paisaje, suele mostrarse frágil con su desarrollo. La
aparición del turismo implica cuatro factores de cambio en el lugar de destino con el ecosistema. Por una parte la actividad requiere de espacio donde
establecer la infraestructura que cubrirá las necesidades de restauración, ocio
la transmigración placentera
171
y comunicación de los turistas, así como de los trabajadores que ocuparán los
puestos de trabajo directos o indirectos.
Demanda de energía
Otro factor es el crecimiento de las necesidades energéticas y de materiales,
pues la construcción de infraestructuras y edificios requiere de un uso mayor
de metal y piedra, lo que conlleva una presión sobre las fuentes existentes o la
necesidad de importar mayor cantidad de energía (Cañada, 2007).
El estado con mayor y más acelerado incremento en desarrollos inmobiliarios es Baja California Sur. En los demás estados este tipo de desarrollos
se ubican en localidades concretas: en Sonora ocurre en Puerto Peñasco; en
Sinaloa se concreta en los alrededores de Mazatlán, y en Nayarit se ubican en
el corredor turístico de Bahía de Banderas (Guido, 2007). En Baja California,
donde está ocurriendo este tipo de desarrollo es en el corredor turístico de
Tijuana-Ensenada y en Rosarito (Bringas, 1993).
En términos medioambientales, esto se traduce en un mayor uso del espacio y de los recursos, incluso por encima de lo legalmente reglamentado.
Las instituciones públicas, ante el temor de la recesión y la presión de los
sectores inmobiliario, turístico y comercial, aceptan estas transgresiones y favorecen recalificaciones que conllevan un elevado costo ecológico.
Erosión de playas y dunas
En todo el municipio de Los Cabos se ha cometido un abuso desmedido de
las dunas de arena existentes provocando la destrucción de las mismas por
el constante uso de tráilers, lo que está dañando la flora y ahuyentando a la
fauna existente. Para Salazar (2009), estas zonas desérticas del noroeste mexicano son reservas de biodiversidad planetaria en peligro por la voracidad capitalista.
Puesto que los transmigrantes placenteros buscan zonas de amenidad y
vistas panorámicas, en el caso de Cabo San Lucas, las construcciones más demandadas por ellos se ubican en dunas cercanas a la playa. Los desarrollado-
172
omar lizárraga morales
res inmobiliarios, para realizar estas construcciones, escarban las montañas
provocando un obvio impacto en la flora y fauna de la región.
En la zona frente al Océano Pacífico, desde Los Cabos hasta el poblado de Todos Santos, al igual que por el lado del Golfo de California, existen
megaproyectos con hoteles, campos de golf y zonas residenciales, los cuales
se están desarrollando sobre las dunas. Otras áreas como los terrenos que colindan con la playa de Los Cerritos, al sur de Todos Santos, anteriormente
de ejidatarios, han sido objeto de venta a norteamericanos (Díaz en Guido,
2007).
Así como toda la península de Baja California está sufriendo grandes
cambios a consecuencia del acelerado desarrollo inmobiliario, el resto del
estado se encuentra en espera de correr la misma suerte, ya que existe una
fuerte presión y tendencia de venta de grandes porciones de tierras ejidales
para proyectos turísticos, que por el momento proliferan de manera aislada,
ya que grandes inversionistas prefieren sitios con escasa población, con nuevas oportunidades y a costos sumamente bajos.
En el complejo denominado Loreto Bay, y en Punta Chivato se realizaron inspecciones por parte de PROFEPA y se detectó una gran cantidad de
irregularidades por parte de usufructuarios, quienes construyeron en playas
sin permiso. Al norte de Loreto, en la playa El Mangle, se vendieron 500 hectáreas para un desarrollo residencial (Díaz en Guido, 2007).
Lo grave es que al interactuar el crecimiento demográfico con la pobreza, y las desigualdades sociales, las pautas de acceso y uso de los recursos naturales, así como los patrones de producción y consumo vigente, pueden contribuir a imponer una pesada carga y daños irreversibles al medio ambiente
en ecosistemas frágiles como es el de Cabo San Lucas. Se puede agotar la base
de sus recursos naturales y poner en riesgo la sustentabilidad del desarrollo
(Ramírez, 2006).
El crecimiento poblacional ocasionado por la inmigración recrudecerá
los problemas de falta o insuficiente planeación urbana y provisión de servicios públicos. En el 44 % de las localidades se registra una insuficiencia en los
servicios; en el 35 % existe una insuficiencia, en tanto que sólo en el 20 % se
encontraron todos los servicios públicos básicos. En el 54 % de las localidades se tiene ya un abasto insuficiente de agua; el 94 % carecen de plantas de
tratamiento de aguas negras. En cuanto a desechos sólidos, en la región se
la transmigración placentera
173
tiene una producción de 1.4 kilogramos por habitante al día. En la totalidad
de los sitios que monitorearon en este estudio, los problemas con los rellenos
sanitarios eran desde insuficientes a inexistentes (Guido, 2007).
Nora Bringas señala seis obstáculos para el desarrollo regional mediante
el sector inmobiliario en Baja California:
1.
Los fraccionadores privados especulan a menudo con el suelo del litoral, por lo que han ocasionado acaparamiento de los espacios costeros,
aumentando considerablemente su valor, con lo cual han originado
desequilibrios espaciales y sociales, imposibilitando que un nacional de
medianos recursos pueda tener acceso a estos terrenos, que quedan en
manos del mejor postor: los extranjeros.
2. La intervención estatal, argumentando la necesidad de promover el desarrollo e integración de los campesinos a la actividad turística, así como
la de generar empleos y divisas, ha sido diferenciada para cada uno de los
asentamientos, pues mientras algunos de ellos están totalmente urbanizados, otros no cuentan ni siquiera con servicios públicos.
3. La escasez de agua ha generado conflictos sociales entre los distintos
asentamientos, el agua resulta insuficiente y se tiene que racionalizar a
las comunidades y ejidos, priorizándose el abastecimiento a los centros
turísticos.
4. La proliferación de los centros turísticos prácticamente ha propiciado
la privatización de las playas, impidiéndose a los nacionales el acceso
libre a las mismas, no obstante que estas están consideradas como bien
público.
5. El desalojo de aguas negras al mar sin el debido tratamiento, pues la mayoría de los centros no cuentan con plantas o sistemas para cumplir esta
función.
6. Los fideicomisos prácticamente convierten a los extranjeros en propietarios de los mejores espacios costeros; dada su enorme demanda se han
encarecido significativamente, por lo que sólo una pequeña elite mexicana puede acceder a este tipo de espacios.
Para Salazar (2009), puesto que en Los Cabos las necesidades son
bastante exigentes y dependen mayormente del extranjero, ello plantea un
174
omar lizárraga morales
problema político toda vez que afecta la soberanía sobre la propiedad de las
costas y litorales nacionales. Igualmente crea una frontera imaginaria que discrimina al turista nacional, a los residentes prestadores de servicios y a las
poblaciones originarias.
v. Comparativo de Mazatlán y Cabo San Lucas
Mazatlán y Cabo San Lucas se localizan en el Pacífico noroeste de México.
Ambas ciudades son destinos turísticos de sol y playa, sin embargo difieren
en cuanto a la calidad de su infraestructura turística debido a la planeación
urbana y de fomento que se le ha brindado más a una ciudad que a la otra.
En ambas la principal actividad económica es el turismo. Con un poco más
de diversidad económica en Mazatlán, pues también se apoya en la pesca comercial y agricultura.
Si nos apoyamos en la clasificación de Friedrich et al. (2005), Mazatlán
es un sitio costero marcadamente turístico, pues es un lugar que se expandió
a causa del crecimiento de la actividad turística sin la correspondiente planificación. Por otra parte, basándonos en la misma clasificación del autor, Cabo
San Lucas es una urbanización planificada unitariamente, pues sus urbanizaciones son planificadas generalmente por empresas privadas y después edificadas y vendidas en parcelas individuales. Además, muchas urbanizaciones
tienen características propias de comunidad cerrada, o sea, condiciones que
facilitan el uso de servicios de seguridad, control del acceso de visitantes y
disponibilidad de equipamientos de ocio.
La población total es mayor en Mazatlán que en el municipio de Los Cabos, 352 471 y 170 000 habitantes respectivamente. Sin embargo, la ciudad de
Cabo San Lucas tiene un mayor crecimiento poblacional que Mazatlán con
el 16 % anual, siendo de hecho la entidad con mayor crecimiento poblacional
del país. Esto debido a la alta demanda de empleos en el sector turismo.
En los dos estados existe un alto índice migratorio proveniente de Estados Unidos, encontramos sin embargo que en Baja California Sur es mayor el
número de residentes de esa nacionalidad registrados en el Instituto Nacional de Migración, que en Sinaloa (12 987 y 4103 respectivamente). En Maza175
176
omar lizárraga morales
tlán se concentra el 91 % de la población estadounidense de Sinaloa, mientras
que Los Cabos concentra el 47 % de esta población en el estado. Esto se debe
principalmente a la diversificación y oferta de espacios turísticos de Baja California Sur, que contrastan con los pocos centros turísticos desarrollados en
Sinaloa hasta el 2010.
En Mazatlán y Cabo San Lucas hay transmigrantes estadounidenses de
todas las edades: niños, jóvenes y adultos; pobres y ricos; hombres y mujeres.
Algunos migran en pareja, otros lo hacen solos; algunos tienen propiedades,
otros rentan; unos se mudan permanentemente, mientras que otros son migrantes temporales; algunos son jubilados y otros no. Como ya mencionamos
antes, es difícil conocer el número exacto de estadounidenses que viven en
ambos lugares debido al problema del subregistro en el Instituto Nacional de
Migración. Esta dependencia no lleva un registro de los que residen en el país
bajo la modalidad de turistas. Con el fin de hacer una estimación preguntamos a los encuestados bajo qué modalidad vivían en la entidad. Encontramos
que, en los dos destinos, la mayor parte de ellos (67 % en Cabo San Lucas y
75 % en Mazatlán) lo hace con un permiso Fm2 o Fm3, pero en ambos lugares
encontramos un buen número de estadounidenses que lo hacen legalmente
como turistas (24 % en Mazatlán y 20 % en Cabo San Lucas); estos no están
registrados en las estadísticas oficiales.
Si consideramos el porcentaje de estadounidenses que habitan sin estar
registrados en el INM tanto en Mazatlán como en Cabo San Lucas, y tomando
en cuenta la población total nacional registrada en dicho instituto, que es de
116 666, podemos calcular hasta el año 2010 una población estadounidense de
alrededor de 200, 000 en territorio mexicano.
Un buen número de transmigrantes estadounidenses llevan a cabo actividades lucrativas ofreciendo sus servicios a los habitantes locales, pero sobre
todo a sus compatriotas. En cuanto al número de inmigrantes que cuentan
con un permiso para realizar actividades lucrativas, también encontramos diferencias. Mientras que en el estado Sinaloa hay 893, en Baja California Sur
hay 5501.
Encontramos que en los dos lugares los inmigrantes estadounidenses
habían tenido experiencias previas como turistas (Mazatlán, 91 %; y Cabo San
Lucas, 88 %), lo que influyó en la elección del lugar de residencia con fines de
placer años después.
la transmigración placentera
177
En cuanto a su origen, en ambos puertos coincidieron ser de California
en primer lugar, seguido del estado de Washington y los estados fronterizos
de Texas, Colorado y Oregon. Podemos argumentar que el origen de los migrantes estadounidenses en el proceso migratorio hacia Mazatlán y Cabo San
Lucas se debe a tres razones: 1. la cercanía geográfica; es literalmente más fácil efectuar un movimiento migratorio hacia un lugar geográficamente más
cercano, con infraestructura aeroportuaria y carretera bien conectada. 2. la
demografía en esos estados; en los estados fronterizos de Estados Unidos,
junto con los estados de Alaska y Washington, se encuentra la mayoría de
la población adulta mayor de 50 años que está o pronto estará en edad de
jubilarse. 3. el desarrollo de redes sociales; el hecho de que previos contactos
vivieran en el destino anteriormente, influyó en la elección del lugar de retiro.
También los ya radicados en estos lugares han recomendado o recomendarían a sus amigos y parientes Mazatlán y Cabo San Lucas como sitios para
vivir. La existencia de una comunidad que comparte un idioma les hace sentir
y reproducir su cultura en estos destinos.
Tenemos que en Cabo San Lucas en general la población estadounidense es más joven que en Mazatlán. En Cabo San Lucas la mayor proporción
de inmigrantes estadounidenses (45 %) oscila entre los 45 y 63 años; es decir
son babyboomers, mientras que en Mazatlán, el 57 % es mayor de 64 años y
sólo el 38 % ocupa el corte generacional del babyboom. También en Cabo San
Lucas hay un porcentaje mayor (21 %) de personas menores de 44 años; y en
Mazatlán sólo el 5 % es menor de esa edad. Cabe decir que en los dos lugares
los estadounidenses migran generalmente en pareja, en ambos es alto el porcentaje de matrimonios (Mazatlán, 62 %, y Cabo San Lucas, 75 %).
Encontramos que el ingreso mensual delos estadounidenses en Cabo
San Lucas es mayor que el de los de Mazatlán. En este último, el ingreso promedio es de 2300 dólares mensuales; es decir, un poco más de lo que reciben
por medio del seguro social. Por otra parte, en Cabo San Lucas el ingreso promedio es de 3000 dólares mensuales, y hay un porcentaje considerable que
recibe más de 6500 dólares en el mismo lapso. Las profesiones también difieren: en Mazatlán predominan profesionistas como profesores, ingenieros, así
como personas que ocupan puestos gerenciales y pequeños empresarios. En
Cabo San Lucas abundan los propietarios de empresas, vendedores de bienes
raíces y quienes detentan altos puestos directivos.
178
omar lizárraga morales
El nivel de estudios de los transmigrantes es similar. Predominan los que
tienen un título universitario (49 % en Mazatlán y 53 % en Cabo San Lucas),
seguidos por los graduados de Highschool (30 % en Mazatlán y 30 % en Cabo
San Lucas), además de algunos con postgrados.
Son similares también en su credo religioso. Predominan los cristianos
protestantes (36 % en Mazatlán y 37 % en Cabo San Lucas); los que no tienen
ninguna afiliación religiosa representan el 33 % en Mazatlán y el 24 % en Cabo
San Lucas, seguidos por los católicos con 20 % y 25 %.
La concentración geográfica de esta comunidad es en general alto en ambos destinos. Se concentran en la costa o en su cercanía donde existe una política municipal de promoción de suelo residencial, esencialmente para turistas que luego pueden convertirse en residentes. En Cabo San Lucas las áreas
preferidas por los estadounidenses son comunidades cerradas o privadas; las
cuatro primeras zonas mencionadas en la encuesta son residenciales privados, es decir, tienden a desarrollar un urbanismo defensivo. Este hecho fue un
inconveniente para levantar la información. En Mazatlán, en cambio, que de
las cuatro principales áreas de residencia, sólo una (El Cid) es privada.
La principal causa de atracción en ambas ciudades fue el clima, pero en
Mazatlán influyeron también factores casi de la misma importancia como la
amabilidad de su gente y la economía local. En Cabo San Lucas el clima es,
por mucho, el factor más importante. El estilo de vida, la gente local y la economía fueron mencionados como factores de atracción pero en una menor
proporción.
Redes sociales y transnacionalidad
Las redes sociales que han construido los estadounidenses transmigrantes
placenteros en Mazatlán y Cabo San Lucas están conformadas por amistades
o parientes lejanos, antes que por miembros del núcleo familiar. Esto se debe
a que los descendientes de los actores migrantes permanecen laborando en
sus lugares de origen. Tenemos que las redes se encuentran en una etapa de
iniciación por la novedad de este flujo. En los dos lugares, cerca de la mitad
de los estadounidenses afirman haber tenido amigos o parientes en el destino
antes de migrar (46 % en Mazatlán y 54 % en Cabo San Lucas). Asimismo,
la transmigración placentera
179
casi todos ellos han recomendado estos lugares para vivir a sus allegados en
Estados Unidos.
Una vez instalados los inmigrantes mantienen lazos de amistad con sus
compatriotas mediante organizaciones no gubernamentales. Pero encontramos que los estadounidenses en Mazatlán tienen un mayor interés en organizarse; de los encuestados en este puerto, el 63 % pertenece a una de estas
asociaciones, mientras que en Cabo San Lucas solamente el 36 %. Esto puede
explicarse por las motivaciones que los llevan a radicar ahí: si es un resort
turístico la población inmigrante en busca de placer tiene menor interés en
integrarse con los habitantes locales, pero también menos interés por relacionarse con sus connacionales.
Las redes sociales son juegos de lazos interpersonales que relacionan a
migrantes y exmigrantes, migrantes potenciales y no migrantes en los lugares
de origen y destino, a través de lazos de parentesco, amistad y origen compartidos. En el caso de los transmigrantes placenteros de origen estadounidense
en Mazatlán y Cabo San Lucas, son raros los lazos de parentesco en sus redes
sociales, de origen local o de amistad; en ambos casos las redes sociales se
establecen más bien en la localidad de arribo.
La naturaleza geográfica de ambos lugares permite a los estadounidenses realizar actividades al aire libre, a practicar el ocio activo. Encontramos
que son una comunidad que gusta de practicar algún deporte, disfrutar de
los atractivos turísticos y de socializar. Esto ayuda a fortalecer los lazos en
la localidad, mismos que sirven como fuentes de información respecto a lo
que acontece en el lugar, y se formalizan en páginas de Internet. Los miembros pueden acceder a ellas y mantener contacto permanente con los demás
miembros de la red virtual. En ellas publican también fechas de reuniones, de
celebraciones, incluso fechas de los cumpleaños del mes.
En los dos destinos los estadounidenses transmigrantes llevan a cabo
viajes de retorno a sus lugares de origen. Estos les permiten aprovechar el clima óptimo de los dos países; de abril a noviembre generalmente migran a Estados Unidos, pues tanto en Mazatlán como en Cabo San Lucas la temperatura es bastante alta. Mientras que de noviembre a abril huyen del frío invierno
estadounidense. Por lo general, los que practican esta migración temporal tienen una segunda residencia ya sea de su propiedad o de sus familiares. Cabe
decir que en Mazatlán encontramos un mayor número de personas que no
180
omar lizárraga morales
viajan nunca a Estados Unidos (15 %), a diferencia del 4 % en Cabo San Lucas.
Esto probablemente se debe a que tienen menor acceso a una segunda casa
en aquel lado de la frontera. Por otra parte, los estadounidenses en Cabo San
Lucas realizan más viajes de retorno que los de Mazatlán.
Tanto en Mazatlán, como en Cabo San Lucas, la comunicación transnacional con amigos y parientes en Estados Unidos es bastante alta, siendo un
poco más frecuente la de los radicados en este último. En la encuesta, el 48 %
declaró tener comunicación por medio de teléfono e Internet todos los días;
en Mazatlán el porcentaje fue menor (36 %). La mayoría (51 %) lo hace una o
dos veces a la semana.
En los dos lugares los encuestados declaran ver programación televisiva
estadounidense; por este medio se mantienen informados de lo que acontece
en Estados Unidos; sin embargo, para estar al tanto de las noticias locales,
tanto de Mazatlán como de Cabo San Lucas, se valen del Internet y los periódicos locales impresos en inglés. Esto probablemente ocurre porque son
relativamente pocos los que dominan el español (25 % en Mazatlán y 26 % en
Cabo San Lucas).
La participación política transnacional de los estadounidenses se manifiesta en el voto en las elecciones de sus lugares de origen. Porque en el caso
de los jubilados, las decisiones de Estado influyen en sus vidas aun cuando
residen en otro país. Esta participación es ligeramente más alta en Mazatlán:
el 74 % afirma votar en las elecciones de Estados Unidos, mientras que el 71 %
lo hace en Cabo San Lucas. En cuanto al método de sufragio, en ambos lugares los transmigrantes prefieren hacerlo personalmente en Estados Unidos,
en segundo lugar está la vía postal. Los estadounidenses en Cabo San Lucas
tienen una mayor tendencia a viajar y votar personalmente en su país que los
radicados en Mazatlán (41 % y 53 %, respectivamente).
En Mazatlán y Cabo San Lucas, constatamos la existencia de una serie
de redes religiosas transnacionales: cristianos, testigos de Jehová y católicos
han organizado una red institucionalizada de iglesias; en ellas trabajan misioneros que mantienen lazos internacionales entre los dos países. Asimismo, se
crean y cultivan relaciones sociales entre los asistentes fuera de las ceremonias religiosas, en domicilios o sitios de recreo.
la transmigración placentera
181
Efectos sociales y ambientales
La transmigración placentera estadounidense en los dos destinos tiene un importante impacto en la economía local, tanto por la adquisición de propiedades como de bienes raíces por arrendamiento; asimismo por el consumo de
todo tipo de bienes y servicios. El porcentaje de los estadounidenses que residen y que poseen vivienda propia es bastante alto en las dos ciudades (62 %
en Mazatlán y 63 % en Cabo San Lucas). El porcentaje de los que rentan casa
durante su estancia es ligeramente mayor en Mazatlán: 37 %, que en Cabo
San Lucas: 23 %. El costo de la vivienda es por supuesto más alto en Cabo San
Lucas que en Mazatlán; el costo promedio de renta mensual en Mazatlán es
de 500 dólares, mientras que en Cabo San Lucas es de 800 dólares.
Este flujo migratorio produce un gran impacto económico en los dos
destinos, siendo mayor en Cabo San Lucas. En el periodo 2000-2009, basándonos en datos proporcionados por la Secretaría de Turismo de ambos
estados, calculamos una inversión de 666 542 000 dólares para el sector inmobiliario en Mazatlán y 8 577 395 000 dólares en el municipio de Los Cabos.
Además, ellos gastan en promedio 216 millones de pesos en tiendas departamentales para amueblar su vivienda. Además, gastan 2000 dólares mensuales
en promedio en bienes de consumo, en empleados domésticos, alimentos,
recreación, servicios, etcétera, que en Mazatlán se traducen en 7 546 000 dólares y en el municipio de Los Cabos en 12 246 000 dólares mensuales. Este
gasto mensual ocurre durante los periodos invernales, cuando hay una mayor
afluencia.
Tanto por consumo diario como por compra de bienes raíces, esta transmigración hacia Mazatlán y Cabo San Lucas ha representado una fuente de
divisas y de empleo para los habitantes locales. Su llegada sin embargo ha
tenido serias repercusiones sociales y ambientales en las comunidades receptoras. En los dos destinos, los desarrollos inmobiliarios que responden a la
demanda estadounidense han ocasionado erosión en las playas, y, en el caso
de Cabo San Lucas, en las dunas. Estos desarrollos han generado también
una mayor contaminación dañando el ecosistema, e incluso la economía de
algunos pescadores.
El urbanismo que desarrollan los estadounidenses tiende a ser defensivo, es decir que físicamente levantan barreras que mantienen aislados a los
182
omar lizárraga morales
residentes de la población externa. Vale decir que en Cabo San Lucas existe
un mayor número de estos complejos urbanos defensivos que en Mazatlán.
Mientras que en este último sólo tenemos un fraccionamiento cerrado (El
Cid), en Cabo San Lucas la mayoría de los encuestados habita este tipo de
espacios urbanos. Ello puede cambiar en Mazatlán por la reciente construcción de numerosas torres de condominios ubicadas cerca del mar. Estos complejos residenciales en los dos destinos generalmente afectan la imagen y la
armonía del entorno.
La aparición de obras de construcción ha incrementado el empleo de
mano de obra poco calificada en estas regiones. Sin embargo, la mayor parte
de las ganancias queda en manos de inversionistas extranjeros y agencias de
ventas de bienes raíces transnacionales.
Los problemas principales que percibimos en los dos destinos son la
ocupación del territorio y la polarización social. El poder económico del que
gozan los estadounidenses les permite tener acceso a los mejores espacios residenciales cercanos a las playas; en el caso de Cabo San Lucas, privatizando
incluso estas, y en el caso de Mazatlán, acaparando los edificios históricos.
Por otra parte, hay una población local empobrecida y a menudo carente de
recursos básicos como el agua. En Cabo San Lucas es más notable esta dualidad económica por ser una economía enfocada en el sector turístico, mientras que en Mazatlán la economía gira también en torno a actividades agropecuarias y pesqueras.
Por otro lado, los migrantes estadounidenses han erigido barreras invisibles como la desconfianza, que en cierta forma los aíslan de la población
local. La desconfianza la percibimos en mayor medida en Cabo San Lucas;
allí encontramos a un gran número de personas que se negaron a contestar
preguntas referidas al ingreso económico, domicilio y situación legal migratoria, o que se negaban incluso a contestar el cuestionario. Esta inseguridad
se manifiesta asimismo en la construcción de sus viviendas y su actitud ante
los lugareños. Los estadounidenses en estos dos destinos prefieren por lo general consumir los bienes y servicios que ofrecen sus compatriotas; incluso
los mexicanos que trabajan para ellos ven como inferiores a sus compatriotas, pues con los migrantes ganan en dólares. Podemos concluir entonces
que, en los dos casos estudiados, existe una relación en las variables (ingreso económico–integración social). A mayor nivel socioeconómico de estos
la transmigración placentera
183
transmigrantes placenteros, hay un menor interés de su parte por integrarse
socialmente a los habitantes locales. Lo anterior se explica por la exclusión
y las barreras físicas y económicas que ellos mismos construyen para mantenerse aislados.
En ambos destinos la mayor parte de la población estadounidense es de
edad avanzada. El promedio es ligeramente mayor en edad en el puerto de
Mazatlán. La diferencia en las edades de los transmigrantes en estas ciudades
se explica por tres razones:
1. Por la naturaleza selectiva que propician los costos en los dos lugares
analizados: en Cabo San Lucas la adquisición de una vivienda, la compra de
insumos diarios y los servicios, por ser un destino turístico estratégicamente
planeado, son más costosos que en Mazatlán. Como ya vimos, en Mazatlán
los transmigrantes estadounidenses son por lo general mayores en edad y viven con menos recursos económicos que los radicados en Cabo San Lucas.
En el puerto sinaloense el 57 % de los encuestados cuenta con el sistema de
jubilación del seguro social debido a su edad avanzada; esto nos permite entrever que los 1153 dólares que recibe un trabajador jubilado por esta causa es
de mayor rendimiento en Mazatlán que en Cabo San Lucas.
2. Por la llegada de estadounidenses con actividades lucrativas: como
vimos, en Cabo San Lucas hay un mayor número de estadounidenses que
aún realizan actividades económicas, y son por lo general más jóvenes que
los jubilados.
Y 3. Por la tranquilidad y el ambiente cultural que ofrece Mazatlán en
comparación con Cabo San Lucas.
Comportamiento y tendencia futura
De acuerdo con datos proporcionados por el INM, en años anteriores, podemos afirmar que durante el periodo 2003-2010 tuvo lugar un crecimiento
acelerado de la inmigración estadounidense en Mazatlán y Cabo San Lucas.
En 2008 el crecimiento fue menor debido a la crisis económica, la cual no
solo afectó el flujo permanente y semipermanente de estadounidenses que
demandaban bienes raíces en México, sino también se reflejó en el decremento del número de turistas tradicionales provenientes de aquel país. Sin
184
omar lizárraga morales
embargo, durante ese año los destinos mexicanos siguieron observando un
crecimiento, leve pero crecimiento a fin de cuentas.
Al año siguiente, en 2009, ocurrió una caída drástica en la llegada de
migrantes placenteros y de turistas tradicionales en ambos destinos, con su
respectiva caída en el sector inmobiliario. Si en 2008 entraron 782 411 turistas
estadounidenses vía aérea al estado de Baja California Sur, en 2009 el número descendió a 597 237. El estado de Sinaloa, por su parte, recibió en 2008 a
120 363 turistas estadounidenses, y en 2009, tan solo 75 433. Otro factor que
afectó en 2009 a la actividad turística e inmobiliaria en los dos estados, además de la crisis económica, fue el brote del virus AH1N1 así como los altos
índices delictivos durante ese periodo.
Hasta enero de 2010 ambos destinos empezaron a mostrar un ligero aumento en la llegada de transmigrantes debido a la recuperación de la economía estadounidense. Sin embargo, consideramos que para 2011 va a ocurrir
una segunda ola migratoria proveniente del país vecino debido a la jubilación
de los babyboomers. Se espera también una llegada masiva de canadienses,
puesto que los efectos de la crisis económica en este país no fueron tan fuertes como en Estados Unidos.
Una variable que vale la pena tomar en cuenta para la estimación futura
es la violencia que se vive en algunos estados de la República. Si analizamos
las estadísticas oficiales del INM, en todos los estados del país se aprecia un
crecimiento en la población estadounidense en el lapso de 2009-2010; sólo en
el estado de Baja California, que es un estado con altos índices de violencia,
se observa una caída drástica de más del 50 % de esa población; el gran decremento en ese estado se refleja en una disminución a nivel nacional de 2507
estadounidenses durante ese periodo.
En resumen, el número de transmigrantes placenteros estadounidenses, a pesar de intermitentes olas de violencia, seguirá creciendo en México,
y particularmente en Sinaloa y Baja California Sur en los próximos años; ello
debido a: a) la jubilación masiva de los babyboomers, pues los integrantes de
esta generación estarán por jubilarse mediante el seguro social a partir de
2011, y un buen número de ellos buscará lugares de residencia alternativos a
su lugar natal; b) los factores geográficos, económicos, sociales y culturales de
atracción existentes en el noroeste mexicano comparados con las localidades
de origen; c) los transmigrantes estadounidenses en ambos puertos tienen
la transmigración placentera
185
contactos con otros compatriotas, lo que habla de la importancia de las redes
sociales, que a su vez influyen en el incremento permanente de la inmigración, pues existe una espiral creciente compuesta por redes sociales-migración-redes sociales; d) puesto que estos transmigrantes tienen en general una
imagen positiva de la región por viajes turísticos anteriores, no perciben la
degradante transformación de la zona y están más o menos contentos con lo
que se encuentran.
Vi. Conclusiones y algunas reflexiones teóricas
Del trabajo teórico y empírico que realizamos en esta investigación podemos
concluir que la transmigración de estadounidenses hacia México es un flujo que se debe a la combinación de diversos factores económicos sociales,
culturales, climáticos y geográficos que en su conjunto crean las condiciones
ideales para que un grupo en busca de una mejor calidad de vida, en comparación con su lugar de origen, cambie de residencia de manera permanente o
semipermanente.
En este sentido, la teoría del sistema global fue útil para conocer el fenómeno, pues la transmigración placentera de estadounidenses hacia México
bien puede ser explicada por las desigualdades en el sistema mundial, ya que
al cambiar de residencia de un país altamente desarrollado a otro en vías de
desarrollo, y llevar su capital, el migrante adquiere en el lugar receptor un mayor nivel en la estructura social y económica. Las prácticas transnacionales
que realizan los estadounidenses en México son reflejo de la expansión hacia
un país en una escala más baja del sistema global; es una muestra de que la
fuerza dominante controla los recursos locales en los destinos migratorios.
Paradójicamente, gran parte de este mismo sector, que se ubica en una posición social generalmente superior a la mayoría de los mexicanos, emigra a
nuestro país porque ve reducidos los ingresos de sus jubilaciones debido a
los crecientes costos de la atención médica, la vivienda, el pago de impuestos,
los combustibles, etc. Es decir, estas personas emigran al ver disminuida su
calidad de vida.
Otros factores demográficos, históricos y políticos influyen en la elección
del destino y en el crecimiento permanente del flujo migratorio. Por ejemplo,
ya se explicó que México es país de atracción para los estadounidenses por
sus ventajas económicas con respecto a Estados Unidos, esto combinado con
187
188
omar lizárraga morales
el clima benéfico y las redes sociales propician la movilidad, pero ¿por qué
no migran en la misma magnitud a países de Centro o Sudamérica, siendo
que son destinos más baratos? Las facilidades legales que ofrece México para
habitar y adquirir viviendas, así como la cercanía geográfica lo convierten en
el destino preferido para los transmigrantes placenteros. Además, el hecho de
que los ciudadanos de Estados Unidos tengan una tradición turística hacia
México, les crea un imaginario de un espacio que ofrece las condiciones de
disfrute.
Este fenómeno es difícil separarlo del turismo, dado que sus participantes actúan aparentemente como turistas, llevan un estilo de vida relajado y
realizan actividades que de alguna manera les produce placer en su persona.
Sin embargo, la temporalidad de su estancia, su comportamiento y sus costumbres nos hacen ver que se trata más que de una modalidad turística, de
una tipología migratoria contemporánea.
La cuantificación de los transmigrantes en México se vuelve una tarea
complicada dado que muchos de ellos no se registran como residentes en el
Instituto Nacional de Migración. Un buen número de ellos permanecen en
territorio mexicano solo el tiempo que les permite hacerlo una visa de turistas e ingresan de nuevo con la misma modalidad. Aun entre aquellos que
inmigraron permanentemente, hay un alto porcentaje de personas que no se
registran como residentes extranjeros.
Como se vio de manera general, la inmigración de estadounidenses ha
generado efectos sociales y culturales en las regiones receptoras debido a la
diferencia en ingresos y a la incorporación cultural en la sociedad local. La
demanda de inmuebles en frágiles ecosistemas ha generado también serios
impactos ambientales por la construcción de complejos inmobiliarios.
Podemos sacar algunas conclusiones específicas de las variables que
componen al modelo de la transmigración placentera:
a) En general estas personas migran buscando una mejor calidad de
vida a través de condiciones de índole ya sea económica, climática o
social, que de alguna manera les produce una satisfacción personal.
b) Existen factores de atracción que influyen en la elección de movilidad, tales como la existencia de redes sociales en las localidades
receptoras. Mediante tal recurso, los migrantes tienen la facilidad de
la transmigración placentera
c)
d)
e)
f)
g)
h)
189
efectuar el movimiento migratorio a larga distancia con relativa seguridad. Además, la existencia de compatriotas en los destinos hace
más fácil el desarrollo de sus vidas cotidianas mediante el uso del
idioma natal.
En este modelo migratorio, el clima es un factor clave en la elección
del destino, sus participantes generalmente buscan aquellos lugares
en los que pueden gozar de un clima cálido durante el invierno. Sin
embargo, las altas temperaturas en la época de verano los motiva a la
mayoría de ellos a regresar a sus lugares de origen.
Los lugares elegidos son por lo general cercanos a su país de origen
y el movimiento es particularmente del centro hacia la periferia, de
esta manera aprovechan las ventajas económicas comparativas. También el desplazamiento geográfico es de norte a sur. Por ejemplo, los
estadounidenses comúnmente eligen destinos como México y otros
ubicados en Centro y Sudamérica. Los europeos del norte eligen países del sur de Europa y del Mediterráneo, y los asiáticos orientales
prefieren destinos en Oceanía, como Australia y Nueva Zelanda.
Los lugares de destino son generalmente centros de amenidad que
los migrantes visitaron previamente, de esta manera una experiencia
lúdica previa influye en la elección del nuevo lugar de residencia en
edad avanzada.
Puesto que sus participantes son principalmente jubilados, y no migran con motivos laborales, los estados receptores ofrecen facilidades jurídicas para los ciudadanos de esos países que por lo general
son económica y políticamente más poderosos. Esto les permite a
«entrar y salir» con relativa libertad.
Si bien la migración placentera es una decisión personal, a veces motivada por amigos y familiares, en general es influida por otros factores estructurales mundiales como la diferencia de salarios, acumulación de capital, calidad de servicios públicos, factores que hacen que
la movilidad sea continua y permanente.
Como vimos también, la movilidad residencial de ciudadanos acaudalados provenientes de países más desarrollados, ha traído serios
impactos de índole social, económica, política y medioambiental en
las localidades receptoras.
190
omar lizárraga morales
i) Podemos identificar una tipología del migrante de acuerdo a la duración de permanencia en el lugar receptor. Los hay quienes son residentes permanentes y otros que efectúan viajes entre uno y otro
país durante el año por distintos motivos. Identificamos también
una tipología del espacio que eligen los inmigrantes para vivir; podemos hablar de sitios costeros, sitios urbanos al interior del país o
de centros rurales en las periferias urbanas.
j) La mayoría de los migrantes placenteros mantienen un estilo de vida
transnacional. Es decir, mantienen relaciones familiares y de amistad en las comunidades receptoras y en sus lugares de origen. De
igual forma mantienen, en algunos casos, viviendas en ambos países
y se trasladan continuamente.
k) La existencia de transportes y medios de comunicación de alta tecnología permite a los transmigrantes vivir su transnacionalidad de
manera intensa y permanente. Sus prácticas transnacionales son de
carácter social, cultural, político y religioso.
Transnacionalidad de los estadounidenses en México
A los estadounidenses en Mazatlán y Cabo San Lucas los consideramos
transmigrantes, pues cumplen con el patrón que plantean Canales y Zlolniski
(2000). Ellos viven un proceso de constante migración entre sus lugares de
origen en Estados Unidos y sus lugares de nueva residencia en México. También desarrollan múltiples lazos sociales económicos, culturales, religiosos y
políticos en ambos campos sociales en los que se mueven.
Para entender los movimientos que efectúan los estadounidenses hacia
México es pertinente apoyarnos en el enfoque teórico transnacional, pues los
movimientos y la comunicación que llevan a cabo entre los lugares de origen
y destino son continuos y circulares. Además, tanto en México como en los
países receptores de jubilados en América Látina existe flexibilidad en las políticas de inmigración, un aspecto que les permite la «entrada y salida» de
manera legal.
Para Gustafson (2008), son varios los factores que contribuyen a los patrones de este tipo de movilidad humana. Para empezar, el turismo interna-
la transmigración placentera
191
cional crea una excelente infraestructura para la movilidad, aunado a los bajos
precios en el transporte aéreo. Dado que la mayoría de ellos son jubilados,
no se detienen por obligaciones de trabajo y da lugar a una maximización
de amenidad, para así disfrutar de cálidos inviernos y en su caso evitar los
muy calurosos veranos en el destino. Otro factor de importancia por la cual
retornan estos migrantes es el deseo de mantener relaciones con sus amigos y
parientes, especialmente hijos y nietos.
Se visualiza un transnacionalismo a largo plazo en la migración de retiro,
pues esta movilidad por lo general ocurre a una avanzada edad, lo que prácticamente impide las posibilidades de asimilación, les dificulta el aprendizaje
del idioma español y la posibilidad de formar parte de la sociedad de acogida
(Gustafson, 2008).
Las prácticas transnacionales de los estadounidenses en México no son
nada nuevo, sin embargo, sí es nueva la intensidad y rapidez con la que circula la información y el capital entre las personas de los dos países, gracias a
los nuevos sistemas de comunicación satelitales y medios de transporte modernos. Ellos incluso han creado organizaciones transnacionales producto de
la consolidación de sus redes. Estas organizaciones son de carácter político,
altruista, social, comercial y religioso. Mediante estas organizaciones los inmigrantes buscan mantener sus pautas culturales, socializar con sus compatriotas y mantener una membresía imaginaria a un grupo social.
De este trabajo de investigación podemos concluir que el modelo migratorio que presentamos con el nombre de «transmigración placentera» es
un tipo de movimiento propio del desequilibrio que provoca la transformación en la estructura jerárquica del sistema económico mundial. En el caso
de los estadounidenses, el debilitamiento del Estado benefactor combinado
con el elevado costo actual de la vivienda y los seguros médicos, aunado con
el clima cálido que impera en los países de América Latina, son factores de
expulsión hacia el lado sur de la frontera, donde la plusvalía que adquieren
sus pensiones y el moderado costo de vida que prevalece en la región los ha
llevado a establecerse de manera permanente y semi permanente, jubilados o
pre-jubilados. Algunos de ellos no pueden acceder a dichos servicios en sus
lugares de origen, mientras que en territorio mexicano pueden tener estos
beneficios de buena calidad a bajo precio.
192
omar lizárraga morales
En el caso de transmigración placentera Estados Unidos-México es importante resaltar la importancia que tuvo la integración económica que produjo el Tratado de Libre Comercio. La apertura de fronteras no solo facilitó
el cruce de bienes, sino también el de personas que se perfilaban como residentes en el lado sur de la frontera. En este contexto fue que se legisló la modalidad de fideicomiso para adquirir bienes inmuebles en la zona restringida
y fue el periodo en el cual se aceleró el flujo migratorio.
Podemos establecer un modelo conceptual de «transmigrante placentero»: se trata por lo general de personas relativamente acaudaladas con respecto al promedio de la población mexicana, que viven un continuo proceso
migratorio entre los dos países con motivos de ocio y placer, en algunos casos
aprovechan las oportunidades que ofrece la región y emprenden pequeños (o
grandes) negocios. Por lo general son personas de edad avanzada, que mantienen comunicación de manera continua y permanente con sus redes sociales en ambos países. Son personas que disfrutan de actividades recreativas y
gozan de los beneficios geográficos y económicos que ofrecen los dos campos
sociales transnacionales.
Los transmigrantes placenteros de origen estadounidense en Mazatlán y
Cabo San Lucas están físicamente en territorio mexicano, tienen prácticas sociales que son concretadas en organizaciones e instituciones, pero a la vez pertenecen a otro Estado-nación, pues la mayoría de ellos participa políticamente
en sus lugares de origen, mantienen su religión, idioma y su ciudadanía. En
general estas prácticas transnacionales les permiten mantener sus pautas culturales y reproducirlas en la localidad receptora.
De acuerdo con nuestra investigación, en los dos destinos estudiados
podemos hacer la siguiente clasificación de migrantes basándonos en la residencia, transnacionalidad y razones de migrar.
a) Transmigrantes placenteros de segunda residencia. Son los migrantes
que buscan un lugar con belleza escénica y clima agradable, migran
temporalmente, por lo general lo hacen en invierno huyendo de las
bajas temperaturas del norte. Ellos tienen un lugar de residencia en
sus sitios de origen y otra en el lugar de destino con el fin de efectuar
viajes temporales. Son de un alto poder adquisitivo y el principal factor de atracción es el placer. El hecho de tener una vivienda en cada
la transmigración placentera
193
país y recursos económicos les permite viajar frecuentemente entre
los dos lugares. Son relativamente jóvenes y generalmente mantienen actividades económicas, tienen poco conocimiento del idioma
español y poca relación con los habitantes locales. Habitan comunidades cerradas o residencias exclusivas, comúnmente frente al mar.
b) Transmigrantes plancenteros de primera residencia. Son aquellos migrantes que vendieron su vivienda en Estados Unidos y se mudaron
permanentemente a México. Principalmente son jubilados y la elección del destino la realizan haciendo una comparación con su situación económica actual y buscando a la vez un lugar con clima agradable y belleza escénica. Los factores de atracción para ellos son el
clima y el costo de vida. Realizan viajes de retorno a Estados Unidos
una o dos veces al año y generalmente se hospedan con familiares.
Mantienen comunicación continua con sus familiares y amigos en
aquel lado de la frontera. Son de un nivel económico medio con respecto al promedio estadounidense, tienen un conocimiento básico
del idioma español y una mayor relación con los habitantes locales.
Habitan algunas zonas residenciales de alto valor, pero también colonias y fraccionamientos de nivel medio.
c) Transmigrantes económicos. Son los migrantes cuyo principal factor
de atracción es la economía; buscan vivienda, servicios médicos y
estilo de vida más barato con respecto a sus lugares de origen. Son
jubilados de un nivel económico bajo que comúnmente viven del seguro social de Estados Unidos, residen en colonias populares en casa
de propiedad o renta. La belleza escénica y el clima no son factores
tan importantes. Efectúan pocos viajes de retorno a Estados Unidos.
Por lo general son personas de edad mayor a 65 años y comúnmente
padecen de enfermedades crónicas. Tienen un mayor conocimiento
del idioma español y una mayor relación con los habitantes locales.
Si bien lo económico que les resulta vivir en territorio mexicano es
el principal factor de atracción, ellos también buscan un estilo de
vida placentero y una calidad de vida al que difícilmente pueden acceder en Estados Unidos.
194
omar lizárraga morales
d) Transmigrantes empresarios. Son aquellos estadounidenses que migran a localidades en territorio mexicano donde hay una comunidad considerable de connacionales y aprovechan las oportunidades
económicas que esta comunidad ofrece para emprender pequeños o
grandes negocios que satisfacen sus necesidades. Su principal factor
de atracción es el económico, pero en este caso como empresarios.
Aun cuando no migran por razones exclusivas de ocio, ellos buscan
un estilo de vida distinto al de su lugar de origen en Estados Unidos
y disfrutan de la calidad de vida que ofrecen estas regiones. Su red
social se compone principalmente de compatriotas estadounidenses
con los que comparten una relación económica basada en su mutua
identidad cultural. Realizan viajes de retorno constantes y son de un
nivel económico medio y alto.
Como vimos, la transmigración placentera es característica de las sociedades avanzadas, sin embargo en países en vías de desarrollo evidencia la
polaridad social y, lejos de actuar como un factor de desarrollo e integración
territorial, representa en algunos casos una forma de exclusión social. Podemos hablar de dos modelos de transnacionalismo placentero en Mazatlán y
Cabo San Lucas.
En Mazatlán detectamos un «transnacionalismo integrador», pues sus
participantes migrantes realizan prácticas que cruzan las fronteras nacionales,
llevan a cabo viajes de retorno constantes, mantienen su cultura nacional y al
mismo tiempo tienen una integración social con la sociedad que los recibe;
tienen un mayor número de amigos mexicanos, viven en las mismas zonas
residenciales, tienen mayor dominio del idioma español e incluso un mayor
número de matrimonios interculturales. En este caso las redes sociales son un
factor determinante para la perpetuación de la transmigración, pues hay una
mayor relación con sus compatriotas y no compatriotas.
Por otro lado, en Cabo San Lucas podemos hablar de un «transnacionalismo excluyente», pues percibimos un mayor grado de individualismo por
parte de los estadounidenses, una mayor desconfianza hacia la sociedad receptora, un menor interés en aprender el idioma local, una mayor tendencia
a habitar espacios cerrados y menor interés en relacionarse con habitantes
mexicanos. Las redes sociales no son un factor determinante que motivan
la transmigración placentera
195
la transmigración, sino factores de amenidad que producen placer en el migrante. En este caso los efectos económicos, sociales y ambientales son más
severos.
Futuras posibles investigaciones
El hecho de que la inmigración estadounidense hacia México no haya sido
hasta ahora lo suficientemente valorada, no solo en su totalidad, sino ni siquiera en sus importancias económica, social, política y cultural, deja a la vista que en torno a ella aún hay mucho por investigar y analizar. Por esto, es conveniente seguir profundizando en futuras investigaciones interdisciplinarias.
El análisis llevado a cabo permite sugerir también para el futuro la necesidad de diferenciar entre inmigración estadounidense de jubilados o de
activos, entre migrantes permanentes y migrantes temporales que se fugan
de su país evitando las duras condiciones de invierno. De la duración de la
estancia y los viajes de retorno se derivan ciertos comportamientos y lazos
socio-económicos con su país de origen, dándose prácticas transnacionales
de naturaleza distinta.
En esta investigación identificamos varios perfiles de esta población estadounidense: hay quienes tienen un alto ingreso y su movilidad geográfica
responde a motivaciones placenteras, pero hay otro segmento que lo hace
meramente por motivos económicos, pues no pueden mantener un nivel de
vida confortable en Estados Unidos. En futuras investigaciones se podría profundizar en los distintos grupos de migrantes, pues tanto las motivaciones,
como su integración serán distintas.
Existen diversas posturas de la población local mexicana con respecto
a la inmigración estadounidense. Durante el transcurso de esta investigación
conocimos personas que ven positiva su llegada a Mazatlán y a Cabo San Lucas, sin embargo, también conocimos personas que están en desacuerdo, que
hacen comentarios negativos sobre su comportamiento, como: «Aquí hacen
lo que no pueden hacer allá», «Son unos sangrones con nosotros», «Son
unos oportunistas». Una futura investigación potencial es también estudiar
la percepción que tienen los habitantes locales mexicanos con respecto a la
inmigración estadounidense.
196
omar lizárraga morales
Diversos estudios comparativos pueden realizarse en investigaciones
futuras sobre la movilidad transnacional.
a) Tanto Mazatlán como Cabo San Lucas son destinos de retiro populares —además de los estadounidenses— para ciudadanos jubilados de Canadá, sería interesante comparar en otras investigaciones
la dinámica de la migración proveniente de estos dos países, sus similitudes y diferencias, así como su perfil socio-demográfico y su
futuro previsible.
b) Mazatlán y Cabo San Lucas se encuentran más o menos a la misma
distancia de la frontera con Estados Unidos. La distancia provoca
que tengan un retorno no tan continuo a sus lugares de origen, como
sí lo hacen los estadounidenses radicados en ciudades fronterizas
como Tijuana o Cd. Juárez; los que allí se asientan pueden ir y venir
todos los días si así lo desean, compran algunos artículos de consumo allá y reciben vistitas frecuentes de sus amigos y familiares.
c) Mazatlán, Cabo San Lucas y otros destinos pueden ser comparados
con otras regiones del mundo. España, por ejemplo, es el país que
recibe mayor número de inmigrantes de la tercera edad provenientes
del norte de Europa; este destino, sin embargo, es altamente desarrollado, recibe pensionados de la unión europea y sus visitantes e inmigrantes comunitarios tienen menos desigualdades económicas. Su
comparación con el mismo fenómeno con un país periférico como
lo es México sería de suma importancia a pesar de las diferencias de
desarrollo entre ese país y el nuestro.
Crítica y aporte al enfoque teórico transnacional
Los críticos al enfoque del transnacionalismo argumentan que las migraciones continuas a los lugares de origen no es nada nuevo, y que solo un número reducido de personas la realiza. Además argumentan que solamente las
primeras generaciones de migrantes la efectúan ( Jones-Correa, 1998; Suarez-
la transmigración placentera
197
Orozco, 1998). Ellos argumentan también que el enfoque tiene poca conceptualización adecuada y aceptable, que el término transnacional refiere a todos
los viajeros, lo que hace que tenga poco poder analítico. Las mismas creadoras del concepto (Levitt y Schiller, 2004) dicen que las tecnologías de comunicación de nuestra era son un factor clave que permite la transnacionalidad.
La tecnología lleva a los migrantes a una nueva forma de conciencia global en
el cual lo individual y lo mundial se interconectan.
Para Mendoza (2004), son dos las razones de crítica al concepto: la primera es la dificultad de «operacionalizar» en variables cuantificables los conceptos relativos al transnacionalismo, surgidos en otros campos de las ciencias sociales; la segunda razón consiste en la falta de herramientas adecuadas
para realizar esta medición. A pesar del ingente número de encuestas que se
han producido en los años noventa en México (por ejemplo, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México, la Encuesta Demográfica Retrospectiva y la Encuesta
del Censo de Población), es difícil captar apreciaciones de orden subjetivo,
como pueden ser la identidad o la vivencia del espacio construido entre dos
Estados-nación.
Por nuestra parte, la crítica al enfoque teórico es centrada en el estudio
de la direccionalidad de las prácticas transnacionales. La literatura existente
sobre este enfoque teórico y sus estudios de caso son sobre el proceso migratorio transnacional de los inmigrantes de países de un país periférico hacia
uno céntrico. Para esos autores las prácticas transnacionales de estos inmigrantes y sus descendientes son una expresión de una posición defensiva contra ideologías integradoras de las sociedades receptoras, así los inmigrantes
encuentran un refugio en la reconstrucción nacional con la que se identifican
(Lavelle, 2002). Desde ese punto de vista, mientras algunos inmigrantes altamente calificados, con dominio del idioma local y acceso a empleos calificados fácilmente, se integran a la sociedad anfitriona, los inmigrantes de un bajo
perfil socio-económico y poco o nulo conocimiento del idioma y una baja
movilidad social, difícilmente son integrados a la sociedad local y, por ende,
se ven motivados a mantener comunicación con sus comunidades de origen,
así como el deseo de regresar.
La investigación que realizamos nos permite ver que los transmigrantes
placenteros de alto nivel socio-económico y cultural se integran menos que
198
omar lizárraga morales
los de menores recursos, a diferencia de lo que sucede en la migración surnorte. En este caso los estadounidenses realizan prácticas transnacionales de
tipo económico y social entre los lugares de origen y destino, aun cuando se
encuentran en la cima de la jerarquía social en las localidades de destino analizadas, pero la temporalidad migratoria en este caso responde en gran parte
al clima comparado entre los dos lugares y aprovechando lo mejor de los dos
sitios. Este enfoque de análisis ha sido escasamente desarrollado en la literatura actual del transnacionalismo.
Por otra parte, agregaríamos un cuarto campo social transnacional que
se dirige en dirección contraria a los tres que plantea Peggy Levitt, nos referimos al que se desarrolla originado de un campo urbano de Estados Unidos
hacia una zona rural receptora en México, pues en pequeños poblados como
Ajijic, Jalisco, con un número de 22 000 habitantes, habita un buen número
de estadounidenses provenientes de metrópolis como Los Ángeles, Nueva
York, Seattle, entre otros (Sunil et al., 2007). Estos «campos transnacionales
urbano-rural» existen también en pequeños poblados receptores en el noroeste de México, como en Todos Santos y Cabo San Lucas, Baja California
Sur, y Mazatlán, Sinaloa.
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Entrevistas realizadas
Entrevista con el Sr. Fred Collom (Mazatlán) el día 9 de Septiembre del año
2005.
Entrevista con el Sr. Lee Lewis (Mazatlán) el día 18 de septiembre del 2005.
Entrevista realizada por el autor al Sr. Sam Pealzman (Mazatlán) el día 5 de
octubre del 2006.
Entrevista con el padre Arnaldo Rigo-Danza (Mazatlán) el día 16 de noviembre del año 2007.
Entrevista con el Sr. y la Sra. Woung (Mazatlán) en su domicilio el día 12 de
septiembre del 2007
Entrevista con el Sr. John Porter (Mazatlán), representante de la organización
Democrats Abroad en Mazatlán, el día 5 de enero del 2008.
Entrevista con el Sr. Alfredo Reynaga, el día 10 de marzo del año 2008.
218
omar lizárraga morales
Entrevista con el Sr. Eugene Brady (Mazatlán) el día 20 de mayo del año
2008.
Entrevista con el Sr. Rod Garrett (Mazatlán) el día 12 de febrero del 2008.
Entrevista realizada por el autor a la Sra. Dorothy Timmons (Mazatlán) el día
23 de Enero del 2007.
Entrevista con Greg Redderman (Cabo San Lucas) el día 10 de abril del
2008.
Entrevista con Ted Downward (Cabo San Lucas) el día 10 de abril del 2008.
Entrevista con Carrie Duncan (Cabo San Lucas) el día 13 de abril del 2008.
Entrevista con el Sr. Cameron Briggs (Cabo San Lucas) el día 8 de mayo del
año 2008.
Entrevista con la Sra. Susan Carol (Cabo San Lucas) el día 12 de abril del
2008.
Entrevista con el pastor Mike Gratzke (Cabo San Lucas) el día 6 de mayo del
año 2008
Entrevista con el Sr. Gary Sheveland (Cabo San Lucas) el día 8 de mayo del
año 2008.
Entrevista con la Sra. Cerril Gray (Cabo San Lucas) el día 28 de julio del año
2008.
Entrevista con Lee Jacobs (Mazatlán ) el día 4 de enero del 2009.
Entrevista con el Sr. Jerry Leeman (Mazatlán) el día 10 de enero del 2009.
Entrevista con la Lic. Marissa Molina (Mazatlán) el día 9 de julio del 2009.
Entrevista con Carol Billups (Cabo San Lucas) el día 13 de febrero del 2010.
Entrevista con Robert Billups (Cabo San Lucas) el día 14 de febrero del
2010.
Entrevista con Jessie Brunswig (Cabo San Lucas) el día 15 de febrero del
2010.
Entrevista con Gary Morton (Cabo San Lucas) el día 16 de febrero del 2010.
Entrevista con Greg Kitchel (Todos Santos) el día 17 de febrero del 2010.
Otras fuentes electrónicas
CESTUR (2002). «Estudio estratégico de viabilidad del segmento de turismo
de retirados» disponible en www.sectur.gob.mx/work/sites/sectur/re-
la transmigración placentera
219
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citado el día 10 de agosto del 2008.
CONAPO (2008). «Proyecciones de la población de México 2005-2050»
Disponible en http://www.conapo.gob.mx/00cifras/5.htm, consultada
el día 9 de julio.
Department of Housing and Community Development (2008). «Division of
housing policy development» disponible en http://www.hcd.ca.gov/
hpd/ consultado el día 12 de junio del 2008.
Department of Finance (2008). «Legal Immigration of California by County
1984-2005». Disponible en http://www.dof.ca.gov/HTML/DEMOGRAP/ReportsPapers/ReportsPapers.php y consultada el día 24 de
mayo del 2008.
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http://www.bcs.gob.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=
66&Itemid=78, consultada el dia 21 de marzo del 2008.
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inegi.gob.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/estudios/sociodemografico/ext_en_mex/extraen_mex.pdf
INEGI (2005a). «Vías de comunicación del estado de Sinaloa». Disponible
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http://mapserver.inegi.gob.mx/geografia/espanol/estados/sin/
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429506, consultada el día 2 de julio.
INEGI (2005b). «Resultados definitivos del II Conteo de Población y Vivienda 2005 para el estado de Sinaloa». Disponible en http://www.inegi.
gob.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Boletines/Boletin/Comunicados/Especiales/2006/Mayo/comunica28.doc, consultada el día 1
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INEGI (2005c). «Aspectos geográficos de Baja California Sur». Disponible
en http://mapserver.inegi.gob.mx/geografia/espanol/estados/bcs/
ubic_geo.cfm?c=442&e=03&CFID=2451844&CFTOKEN=32429506,
consultada el día 1 de julio del 2008.
INEGI (2005d). «Número de habitantes del estado de Baja California Sur».
Disponible en http://cuentame.inegi.gob.mx/monografias/informa-
220
omar lizárraga morales
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de julio del 2008.
INEGI (2005e). «Movimientos migratorios del estado de Baja California
Sur». Disponible en http://cuentame.inegi.gob.mx/monografias/informacion/bcs/poblacion/m_migratorios.aspx?tema=me&e=03, consultada el día 3 de julio del 2008.
INEGI (2008a). «Información geográfica del estado de Baja California Sur».
Disponible en http://mapserver.inegi.gob.mx/geografia/espanol/estados/bcs/viascomunicacion.cfm?c=458&e=03&CFID=2451844&CFT
OKEN=32429506, consultada el día 21 de agosto del 2008.
INEGI (2008b). «Vias de comunicación del estado de Baja California Sur»
Disponible em http://mapserver.inegi.gob.mx/geografia/espanol/estados/bcs/viascomunicacion.cfm?c=458&e=03&CFID=2451844&CF
TOKEN=32429506, consultada el dia 22 de agosto del 2008.
INEGI (2008c). «Emigración interna del estado de Baja California Sur».
Disponible en http://cuentame.inegi.gob.mx/monografias/informacion/bcs/poblacion/m_migratorios.aspx?tema=me&e=03, consultada
el día 22 de agosto del 2008.
INM (2008). Población estadounidense en los estados de Sinaloa y Baja California Sur. A través del Instituto Federal de Acceso a la Información
Pública (IFAI) Folio No. 0411100021009.
INM (2010). Población estadounidense en los estados de Sinaloa y Baja California Sur. A través del Instituto Federal de Acceso a la Información
Pública (IFAI) Folio No. 0411100078409.
Ley General de Población (2009). Disponible en
www. Cddhcu.gob.mx/leyesBiblio/pdf/140.pdf
Reporte anual de la oficina de Gobiernos Asociados del Sur de California (SCGA), (2006). En http://www.scag.ca.gov/rtpPEIR2004/
draft/2004/pdf/0_4_ExecutiveSummary_span.pdf.
Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración de España (2007), en la
pagina web http://extranjeros.mtas.es/es/general/inmigracion.html
Sectur (2010). Reporte anual de ocupación hotelera, visitado en: http://datatur.sectur.gob.mx/wb/datatur/reportes_anuales
la transmigración placentera
221
US Census (2008). «National Population Estimates–Characteristics».
Disponible en http://www.census.gov/popest/national/asrh/NCEST2007-sa.html, consultada el día 10 de julio del 2008.
U.S. Social Security (2009). disponible en www.ssa.gov
Blogs
http://mexscape.net/community/index.php
http://mazatlan.ning.com/
http://www.whatsupmaz.org/
http://www.friendsofmexicoac.org/user.php
http://mazinfo.com/
http://www.lovecabo.net
http://www.boomersabroad.com
http://www.loscabosnews.com.mx
http://www.gringogazette.com
Anexos
1. Formas migratorias para extranjeros en México
Los extranjeros pueden visitar o vivir en México bajo una de estas tres modalidades migratorias: FmT, Fm3, o Fm2.
FmT. La FmT es la visa oficial para turistas, la mayoría de los visitantes la recibe al internarse en el país. Cuando el extranjero se interna vía aérea la visa es válida por 90 días, después de ese tiempo se
puede hacer una renovación por otro lapso de tiempo similar. Si el
extranjero se interna vía terrestre usualmente se otorga el permiso
en la frontera por 180 días. Si la persona viaja en su propio automóvil, debe regresar en el mismo. Para obtener esta forma migratoria se
necesita llenar un formato, tener una tarjeta de crédito, mostrar su
pasaporte, y en su caso, la documentación del automóvil. Cuando el
extranjero sale del país debe regresar el documento FmT a las autoridades de migración.
La FmT tiene un costo de 200 pesos en la frontera. En caso
de viajar por avión, esta tarifa es cargada automáticamente en el
boleto de la aerolínea. Extranjeros bajo esta modalidad no pueden
trabajar en México. Es generalmente utilizada por personas que realizan viajes cortos pero hay quienes lo renuevan cada seis meses y
pasan incluso años viviendo en México. La cantidad de objetos personales y de hogar que son transportados por personas con FmT es
supuestamente limitada, pero el límite no es realmente especificado,
hay personas que viajan con sus autos llenos de artículos y no son
reprendidos.
223
224
omar lizárraga morales
Fm3. Esta es una visa de residencia para no inmigrantes que debe ser
renovada una vez al año. Con este documento los extranjeros pueden entrar y salir del país en cualquier momento que lo deseen y por
el medio de trasporte que prefieran. Para obtener la Fm3 los solicitantes deben tener un ingreso 250 veces el salario mínimo mexicano,
esto es, 10 000 pesos mensuales para personas solteras y una mitad
adicional por cada dependiente. Esta suma es reducida el 50% si el
titular posee una propiedad en México. Además de comprobar el ingreso, el solicitante debe escribir una carta de motivos por la cual
desea obtener tal permiso migratorio, por supuesto el pasaporte, la
visa de turista, en caso de tener una, y un certificado de matrimonio,
en caso de estar casado. También entregar unas fotografías y pagar
una cuota de 700 pesos. Los portadores de esta visa pueden realizar
actividades lucrativas en México con un trámite extra.
Fm2. Este status migratorio es para aquellos que desean radicar permanentemente en México. El Fm2 debe ser renovado cada año durante los primeros cinco años de obtenerla, después de ese tiempo
no tiene que ser renovado de nuevo. Durante esos primeros cinco
años, el solicitante no puede salir del país por más de 18 meses, en
caso de hacerlo pierde el tiempo acumulado y deberá empezar de
nuevo. Una vez adquirido el status de inmigrado, el portador tiene
todos los derechos de un ciudadano mexicano, excepto reclutarse
en el ejército, votar o ser candidato político. Para obtener esta visa
se debe seguir el mismo procedimiento que para obtener el Fm3,
solo debe ser comprobado un ingreso mayor; 1500 pesos mensuales
para personas solteras, más la mitad extra en caso de un dependiente. Ninguna de estas formas migratorias cambian la ciudadanía del
portador, solo el país de residencia (Luboff, 1999).
2. Cuestionario para encuesta en Mazatlán
y Cabo San Lucas
1.
Age: ____________
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la transmigración placentera
2.
Sex: ________________
3.
Place of origin (city and state): ___________________________
_________________________________
4. Occupation in the United States (before you moved to Mexico) _____
_______________________________________________
________________________
5.
What is your civil status?
a) single b)married
c)divorced
6.
What is the nationality of your wife or husband?
______________________________________
7.
Who do you live with?
a) Wife or Husband
e)Children
8.
What is your legal status in Mexico?
a)Tourist b)Resident (Fm2 y Fm3)
d)Non immigrant profit activities
9.
How long have you living in México?
a)1 to 3 years
b)4 to 7 years c)8 to 11 years d)12 years or more
b)Relatives
d)widow
c)Alone
d)Friends
c)Citizen
10. What is your highest degree?
a) Highschool
b) University c) Master
d) PhD.
11. Have you live in another Mexican city?
a) Yes, where?_______________
b) No
12. How often do you go to the United States?
a) Once a month b)Twice a year c)Once a year d)Every two years
e) Never
226
omar lizárraga morales
13. Do you belong to any organization?
a) Yes (what kind)____________________ b) No
14. How many months do you spend in México in one year?
___________________________________
15. How many months do you spend in USA in one year?
___________________________________
16. Do you have relatives in Mexico?
a) Yes
b) No
17. Do you have relatives in USA?
a) Yes
b) No
18. Do you vote in the USA?
a) Yes
b) No
19. How do you vote for American elections?
a) By mail from Mexico b) Personally in the USA
c) The embassy d) Other
20. Do you have a medical plan?
a)Yes
b) No
21. Where in the two countries do you use medical services?
a) México
b) USA
c) Both
22. The house where you live in Mexico is:
a) It is your own house b)You pay rent c)It is a friends house
d)It is a relative,s house e) It,s a borrowed house
23. (If you live in your own house in Mexico) How much did you pay for it?
_______________________________________________
__________________________.
la transmigración placentera
227
24. (If you pay rent) How much do you pay a month?
______________________________.
25. The house where you live in the USA (when you go) is:
a) It is your own house b)You pay rent
c) It is a friends house
d)It is a relative´s house
26. Do you have Mexican friends?
a)Yesb)No
27. Did you have friends or relatives in Mexico before you moved?
a)Yes
b) No
28. Did you have vacations here before you moved?
a) Yes
b) No
29. Where in Mazatlán do you live? (neighborhood)?
_______________________________________________
_____________________________
30. Please number the principal reasons why you choose Mexico to live.
a) _____________________________________________
_____________________
b) _____________________________________________
_____________________
c) _____________________________________________
_____________________
d) _____________________________________________
_____________________
e) _____________________________________________
_____________________
f) _____________________________________________
_____________________
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omar lizárraga morales
31.
What are you main hobbies in Mexico?
_______________________________________________
______________________
32.
Please circle the range of your income in dollars that you receive from
the United States a month:
a) 1000 to 1500 b) 1600 to 2300
c) 2400 to 3500
d) 3600 to 5000 e) 5100 to 6500
f) more than 6500
33.
Please circle the range of your expenses in dollars a month in Mexico
(including taxes, services, recreation, housing, etc)
a) 1000 to 1500 b) 1600 to 2300
c) 2400 to 3500
d) 3600 to 5000 e) 5100 to 6500
f) more than 6500
34.
Do you speak Spanish?
a) Yes
b) No c) A little
35.
Do you have troubles to communicate with the local society?
a) Yes
b) No c) A little
36.
What language do you speak the most in Mexico?
a) English
b) Spanish
c) Both
37.
Please circle the frequency of communication you have with your
friends and relatives in the USA by internet or telephone:
a) Everyday
b) Once or twice a week
c) Once a month
d) Twice a year e) Never
38.
What kind of T.V. shows do you watch the most?
a) American TV shows b) Mexican TV shows c) Both
39.
How do you know about the Mexican news?
a) Local newspapers
b) T.V. News c) By friends
d) By Internet
e) Other
la transmigración placentera
229
40.
How do you know about the American news while you are in Mexico?
a) American Newspapers b) By Internet c) T.V. News
d) By friends
e) Other
41.
What is your religious affiliation?
a) Catholic
b) Jehova Whitness
c) Evangelist
d) Mormon
e) None
f) Other
42.
Would you recommend or have you recommend Mexico to your
friends or relatives in the USA?
a) Yes
b) No
3. Guión de entrevistas a profundidad
• Perfil socioeconómico (ocupación, edad, origen, estado civil, ingreso económico)
• Tiempo de residir en México (por qué)
• Meses que reside en México en un año (por qué)
• Cómo contactan desde Estados Unidos (antes de venir y durante su
estancia)
• Cada cuándo se reúnen con sus compatriotas (dónde, con quién,
por qué, para qué)
• Qué otros destinos de México ha visitado (cuáles, para qué, porqué)
• Cómo se relacionan entre sí (teléfono, internet, etc.)
• ¿Paga renta? ¿Casa propia? (En México y en EU)
• Frecuencia en la comunicación con EU (Con quién, para qué,
cómo)
• Idiomas que domina
• Servicios médicos (aquí o allá)
• Su relación con la sociedad local (amigos, organizaciones, vecinos)
• Importancia de las organizaciones en la elección del destino (religiosas, políticas, sociales)
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•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Con quién llegan en México (casa propia, amigos, familiares, renta)
Celebración de días festivos
Matrimonios interétnicos
Actividades recreativas (aquí y allá)
Qué les gusta y qué no les gusta del destino
Qué extraña de Estados Unidos
Hábitos de consumo (materiales y no materiales; culturales)
Uso de los medios de comunicación (periódicos, televisión, etc., y
para qué)
Cómo es su relación y comunicación con los de allá, estando aquí y
viceversa
Capital social (en qué sentido se apoyan entre sí, capacidad de organización)
Qué ocupan los destinos para que vengan más estadounidenses (por
qué)
Acciones altruistas (hacia quién, para qué, cómo)
Un día en su vida (qué hace)
Transnacionalismo (político, social, económico, cultural)
La transmigración placentera. Movilidad de estadounidenses a México,
de Omar Lizárraga Morales, impreso en los Talleres Gráficos
de la Dirección de Publicaciones del Instituto Politécnico Nacional,
Tres guerras 27, 06040 México, D.F. en febrero de 2012.
Edición: 500 ejemplares.
Cuidado editorial: Francisco Alcaraz
Interiores: Marlén Martínez
Diseño de portada: José Luis Fuentes
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