9 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA "PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA S/ ACCIÓN DECLARATIVA DE CERTEZA CONSTITUCIONAL". AÑO: 2014 — N° 667. VUERDO Y SENTENCIA NUMERO: O divocc--e_niscps o ciAre_5th ce 15. E —la Ciudad de Asunción, Capital de la República del Paraguay, a s del año dos mil quince, días del mes de •nek) ievyN,ca-tre, ola Sala de Acuerdos de la Corte Suprema de Justicia, los Excmos. Señores -Itrell 'de la Sala Constitucional, Doctor ANTONIO FRETES, Presidente y Doctores WM PEÑA CANDIA y JUAN CARLOS PAREDES BORDÓN, quien integra td a a por inhibición de la Doctora GLADYS BAREIRO DE MÓDICA, ante mí, el Secretario autorizante, se trajo al acuerdo el expediente caratulado: "PROCURADURIA GENERAL DE LA REPÚBLICA S/ ACCIÓN DECLARATIVA DE CERTEZA CONSTITUCIONAL", a fin de resolver la acción de declaración de certeza constitucional promovida por el Procurador General de la República, Abog. Roberto Moreno Rodríguez Alcalá, el Abogado del Tesoro del Ministerio de Hacienda, Abog. Ángel Fernando Benavente Ferreira y el Ministro Asesor Jurídico de la Presidencia de la República, Abog. Sergio Godoy Cuevas, en representación del Estado paraguayo. Previo estudio de los antecedentes del caso, la Corte Suprema de Justicia, Sala Constitucional, resolvió plantear y votar la siguiente: CUESTION: ¿Cuál es la correcta aplicación y alcance de los fallos emitidos por las Salas Penal y Constitucional, referidos a la misma materia y objeto? A la cuestión planteada el Doctor FRETES dijo: El Procurador General de la República, Abog. Roberto Moreno, y el Abogado del Tesoro del Ministerio de Hacienda, Abog. Angel Benavente, en representación del Estado paraguayo, plantean acción declarativa de certeza. Primeramente, en lo referente a la naturaleza de la presente solicitud y su procedencia, corresponden ciertas precisiones. Así, en lo que hace a la declaración de certeza, la Corte Suprema de Justicia ha asentado suficientes antecedentes en cuanto a su viabilidad. Recientemente esta Máxima Instancia, mediante el Acuerdo y Sentencia N° 185 de fecha 10 de abril 2014, atomizando los precedentes expresados con anterioridad, ha resuelto una solicitud de certeza constitucional, a cuyos argumentos me remito por su indiscutible certeza. Así, se ha manifestado que la acción meramente declarativa es una previsión comprendida como norma general, concretamente bajo el título IV del libro I del C.P.C., que se titula "Del ejercicio de la acción", y, es pertinente volver a hacer hincapié, que alude a cualquier acción, precisamente por ser norma sistémica encuadrada dentro de las disposiciones generales del Código Procesal Civil. Esto es, el interés de quien propone una pretensión puede bien limitarse a la mera declaración de existencia o inexistencia de una relación jurídica, o a la declaración de autenticidad o falsedad de un documento. Cualquier pretensión procesal y cualquier materia jurídica pueden perseguir el interés de la mera declaración, y no solamente la producida en juicio ordinario o la disciplina civil. En esta línea de pensamiento, los procedimientos sobre la constitucionalidad de las conductas y relaciones jurídicas —inconstitucionalidad, paro— también se encuentran regulados en el Código Procesal Civil, y por ende no escapa n al imperio de las normas generales sobre el ejercicio de la acción; no parece forzado, p es, inferir que el interés puramente declarativo puede subsistir también respecto de la jurisdi ción constitucional. Por otra parte, s' aceptamos que la acción puede promoverse como meramente laxativa, y si dicho i rés es admitidg p• i r la normó procesalcon carácter general, es ! Abog. A naldo LeverP* 413111 d S retarlo Civil ' S S• OS P PICI°E. Dr. CiNo • ',N elac%°s gala ciar 20. - NIO FRETES nistro etut a MINIOTRA C.O.J. claro que el elemento gramatical analizado se compadece "con la investigación lógica de la norma, que intenta la reconstrucción del pensamiento y de la voluntad del legislador mediante la indagación de los motivos que la determinaron, o sea los fines a que tiende y la ocasión en que se dictó, con lo cual se alcanza el espíritu de la norma que se interpreta" (Llambías, Jorge Joaquín. Tratado de derecho civil. Parte general. Buenos Aires, Abeledo Perrot, 20a ed., 2003, tomo I, p. 98). Con relación a los precedentes existentes, se señaló en la oportunidad que la sentencia pionera ha sido la S.D. N° 191, del 27 de abril de 1999, dictada por el pleno de la Corte Suprema de Justicia (Corte Suprema de Justicia. Fallos institucionales. Asunción, División de Investigación, Legislación y Publicaciones, la ed., 2000, tomo I, pp. 203 y siguientes); evolución que ha sido seguida por el, mismo órgano, con integración distinta, según puede leerse en las sentencias definitivas números 37, del 23 de febrero de 2009 (LLP 2009, pp. 316 y siguientes); 110, del 19 de marzo de 2009 (LLP 2009, pp. 432 y siguientes) y 443, del 9 de junio de 2009 (LLP 2009, pp. 814 y siguientes). En todas ellas, los argumentos que dejamos expuestos con anterioridad se ven fielmente reflejados, y constituyen un testimonio de posturas contestes y uniformes del máximo órgano constitucional sobre el punto. Como se apuntó al principio, son vastos los argumentos por los cuales la Máxima Instancia ha acogido favorablemente la declaración de certeza constitucional en su sede, por lo que más abundamientos sobre el tema resultan innecesarios. Ahora bien, en relación al caso concreto, como se verá, lo que corresponde no es una interpretación de disposiciones constitucionales, siendo que ello es materia propia de la acción de inconstitucionalidad y que ha sido ya planteada por una de las partes litigiosas y resuelta por la Máxima Instancia, sino que la situación se presenta en un nivel infra constitucional, en que lo resuelto por dos disposiciones particulares (acuerdos y sentencias) sobre una misma situación plantean la duda, por las eventuales consecuencias jurídicas que emerjan de las interpretaciones de ellas, que en apariencia, no tienen punto de contacto, aunque la naturaleza de las instituciones que regulan se encuentre eventualmente compartida por ambas. Así, considero que corresponde verificar entonces el encuadre de esta situación en la prescripción legal referente, cual es el artículo Art. 99 del Código de Procedimientos Civiles, que reza: "Acción puramente declarativa. El interés del que propone la acción podrá limitarse a la declaración de la existencia o no existencia de una relación jurídica, o a la declaración de autenticidad o falsedad de un documento". La disposición precedente, presenta únicamente dos finalidades para este tipo de demanda. La certificación de la existencia o no de una relación jurídica, a la cual Ossorio en su Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, citando al Diccionario de Derecho Usual, define como con sencillez como "todo vínculo de Derecho entre dos o más personas, o entre una de ellas al menos y una cosa corporal o incorporal, con trascendencia en el ordenamiento vigente" y, por otro lado, el pronunciamiento sobre la veracidad de un documento, lo cual vendría a manifestarse como una extraña certificación jurisdiccional, aunque entendible como menester a fin de comprobar, a la postre, la primera situación, esto es, la existencia de la relación misma. Las sentencias que fueran dictadas por la Máxima Instancia y que son objeto del planteamiento de la acción declarativa, se constituyen ciertamente en actos normativos, aunque de naturaleza diferente a las que comúnmente se articulan en el imaginario judicial colectivo. Recurriendo a la doctrina, García Máynez, en "Introducción al Estudio del Derecho". 51a. Edición. Ed. Porrúa. México, 2000. Pág 85, clasifica las fuentes del Derecho desde el punto de vista de su jerarquía, estableciendo la siguiente relación: 1. Normas constitucionales. 2. Normas ordinarias. 3. Normas reglamentarias. 4. Normas individualizadas, enmarcándose en esta última categoría a los pronunciamientos jurisdiccionales. Por su parte, el propio Kelsen no se ha mostrado renuente a esta conceptualización, ya que en su "Teoría pura del Derecho" enseña que existen actos de producción y actos de aplicación del Derecho, siendo los primeros los propiamente legislativos, mientras que los segundos que son propios de la función judicial, responde a la necesidad de la aplicación de normas generales al caso concreto, emitiéndose de esta manera una norma individualizada. .. 2 • Ti 1UPREMA DE JUSTICIA re> "PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA S/ ACCIÓN DECLARATIVA DE CERTEZA CONSTITUCIONAL". AÑO: 2014 — N° 667. /...Correspondiendo entonces el objeto de la acción declarativa, formalmente, lace materialmente, ya que si la finalidad de la misma es la constatación de la _de una relación jurídica, en el caso a analizar y mediante las normas szadas, se verificará la existencia o no de una relación deudor-acreedor, y sus re un eventual derecho de reclamación. í las cosas, en lo que hace al caso sometido a consideración, en lo pertinente, los tes plantean la presente demanda en base a dos resoluciones dictadas por la Corte Suprema de Justicia en relación a un litigio entre el Ministerio de Hacienda y el Club Centenario. En el mismo, por un lado se ha iniciado en base a un proceso en instancia administrativa, la cual tras su análisis por medio recursivo ante el Tribunal de Cuentas, ha sido finalmente decidido en la Sala Penal de la Máxima Instancia, tal y como lo establece el marco normativo procedimental. Por otro lado, la entidad privada ha planteado en su momento una acción de inconstitucionalidad ante la Sala Constitucional a fin de obtener por parte de la misma una declaración de inaplicabilidad a su favor de ciertas disposiciones contenidas en la ley impositiva, por considerarlas contrarias a preceptos constitucionales. En lo tocante a las cuestiones planteadas, el thema decidendum en sede administrativa versó sobre la procedencia de la repetición por parte del ente estatal de los importes en conceptos impositivos que percibiera del Club Centenario, argumentando éste que al ser una institución dedicada a la promoción de la cultura y el deporte, cuenta con inmunidad tributaria por mandato constitucional. Sobre ello finalmente la Sala Penal falló en beneficio del Club Centenario, mediante el Acuerdo y Sentencia N° 768 de fecha 26 de julio del 2013 en el cual entendió que procedía la acción de repetición por "el monto reclamado en autos con sus accesorios legales (multas e intereses) correspondientes" (sic). Por otro lado, en el proceso constitucional, la cuestión se basó sobre la pretendida inconstitucionalidad del artículo 14, numeral 2, segundo párrafo del inciso B y contra el artículo 83, numeral 4, segundo párrafo del inciso A de la Ley N° 125/91, con la redacción dada por la Ley N° 2421/04 "De Reordenamiento Administrativo y Adecuación Fiscal"; instaurada ésta por la entidad privada, a fin de que la Sub Secretaría de Estado de Tributación se abstenga de aplicarlos con relación a ella. El caso en cuestión fue decidido por medio del Acuerdo y Sentencia N° 1219 de fecha 07 de octubre del 2013, entendiendo la Sala que la acción no podía prosperar por no existir conculcación de precepto constitucional alguno por parte del articulado en cuestión, encontrándose el mismo en armonía con la Ley Fundamental. Ante tal situación, exponen los accionantes que lejos de ser resuelta la cuestión, se halla inmersa en una notable incertidumbre, contando por un lado con una resolución que ordena al Estado la devolución de los importes percibidos, mientras que por otro lado, un fallo termina expresando que no existe deuda que cubrir por parte del aquél, lo que en definitiva se constituye en el objeto de la presente demanda. Para dilucidar esto, lo que resulta necesario lógicamente es un pronunciamiento sobre la validez definitiva de los pronunciamientos en instancias como la presente, en primer momento, ello servirá posteriormente de basamento a fin de erigir una pronunciamiento que permita identificar qué decisión judicial ha de ser la aplicable y resolutoria del problema impositivo que involucra a las partes de ambos procesos. En cuanto al primer punto, tal y como lo prescribe el artículo 564 del Código de Procedimientos Civiles, las resoluciones e la Corte Suprema de Justicia resultan inconmovibles inclusive ante una deman•de inconstitucionalidad, precepto que se encuentra reforzado aun con más claridad e lo que expresa el artículo 17 de la Ley N° 609/95 que agrega "No se admite impugnaci • n de ningún género, incluso las fundadas en la cionalidad". T s disposiciones] o encuentran su fundamento en el mero Abog. Ar alelo Leyera .35.304 C151 Dr. Se• otario Gwi\ G°1, TO 10 FRETES Ministro 3 1111Y Terla Canilla MINISTRA PALO. capricho del legislador al momento de la creación del texto legal, sino que tienen base en lo que Kelsen denomina "Norma de Habilitación". El fundamento en la misma, se encuentra en que la decisión de un tribunal supremo de cualquier Estado, al ser la última voz jurídica en ese país es siempre valida esté o no acorde con la normatividad vigente, incluso la constitucional. El ordenamiento jurídico "convalida" o "habilita" lo así resuelto por Máxima Instancia que en nuestro caso es la Corte Suprema de Justicia como última y definitiva de las disputas sociales judicializadas. Con ello, queda suficientemente solidificada la idea de la inamovilidad de las decisiones emanadas de la Máxima Instancia.Ahora, como segundo punto, tenemos que el ordenamiento legal, a consecuencia de lo que establece la Constitución de la República, prevé el funcionamiento fraccionado de la Máxima Instancia. Así, la Ley Fundamental en su artículo 258, primera parte preceptúa: "La Corte Suprema de Justicia estará integrada por nueve miembros. Se organizarán en salas, una de las cuales será constitucional, elegirá de su seno, cada año, a su Presidente...". En concordancia con ello, la Ley que Organiza la Corte Suprema de Justicia, en su artículo 1°: "La Corte Suprema de Justicia ejerce jurisdicción en toda la República y tiene su sede en la Capital. Funciona en pleno y por salas de acuerdo con la competencia que le asignan la Constitución, la ley y su reglamento interno. La Corte Suprema de Justicia queda organizada en tres salas, integradas por tres ministros cada una: la Sala Constitucional, la Sala Civil y Comercial, y la Sala Penal; sin perjuicio de lo dispuesto por esta ley sobre la ampliación de salas". Surge a consecuencia de la normativización, que la división de la instancia es meramente administrativa, siendo en teoría único el pronunciamiento de la Corte sobre los casos sometidos a su consideración. No obstante ello, como se ve, los pronunciamientos que emanen de ellas, si bien cuentan con reglamentaciones precisas que impidan su conexión procesal, pueden tener efectos disímiles sobre el mismo problema. Ello en base a la mala práctica de los justiciables que, en el entendimiento de que accionando la maquinaria judicial por todas las vías posibles, aumentan sus posibilidades de éxito respecto de sus pretensiones, el presente caso se erige como una muestra más que elocuente del tremendo yerro que ello supone. Tenemos entonces, una situación en la que la Máxima Instancia se pronuncia por dos voces distintas sobre un mismo problema, con el consecuente resultado carente de factibilidad por neutralizarse, aparentemente, ambas entre sí. Resulta necesario entonces analizar los marcos regulatorios internos de aquellas voces a fin de dimensionar correctamente los campos de acción pertinentes y, para ello, debemos partir de la concepción tripartita del ejercicio de la jurisdicción tal y como lo permite la Constitución.-Así, en relación a la Sala Penal de la Corte Suprema, la norma de máxima jerarquía no una hace mención expresa respecto de la misma. Sí refiere entre los deberes y atribuciones de la Corte Suprema, artículo 259, num. 6), el conocer y resolver en el recurso de casación, aunque sobre ello establece una reserva de ley. La ley 609/95, en cumplimiento al mandato precedente, enlista sus atribuciones en su artículo 15, entre los que figura "Revisar las resoluciones dictadas por las salas del Tribunal de Cuentas". Por su parte, la Sala Constitucional cuenta con una mención expresa en el texto constitucional, específicamente en el artículo 258 trasuntado, con la característica de la exigencia imperativa de su existencia. A más de ello, estatuye sus deberes y atribuciones, dotando de jerarquía constitucional concreta al órgano. Como consecuencia de ello, la propia ley reglamentaria antes citada, hace lo propio mediante los artículos 11 (competencia), 12 (rechazo liminar) y 13 (excepción). Este marco normativo, nos presenta así dos líneas argumentativas respecto al caso sometido a consideración. El primero, un argumento jurídico normativo, expone a la Sala Constitucional como custodio directo de la Constitución, si bien es cierto que la Ley 609/95 expresa en su artículo 3°, entre los deberes de la Corte Suprema en pleno, el de interpretar, cumplir y hacer cumplir la Constitución, la ley, el reglamento interno, las acordadas y las resoluciones; y velar por el cumplimiento de los deberes establecidos para los jueces; resulta de una interpretación sistemática, válida la conclusión que exprese que siendo obligación general de toda la Corte la interpretación y el cumplimiento de los mandatos constitucionales, es en particular tarea de la Sala Constitucional la defensa y determi...///... 4 /4* A DE JUSTICIA \k "PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA S/ ACCIÓN DECLARATIVA DE CERTEZA CONSTITUCIONAL". AÑO: 2014 — N° 667. 15\s .///...nació `de los alcances de los mismos, en base a la dinámica normativa que ella lator16 dicha Sala mediante su artículo 260, siendo la encargada principal de la Ii4ti1" jurídica a nivel constitucional. Es por ello, que los conflictos suscitados entre 1 4/19114 - los particulares y entre los particulares entre sí, siempre y cuando se encuentre la observancia de lo que el orden constitucional consagra, son sometidos a estudio y resolución de la Sala Constitucional, no como efecto de una decisión arbitraria de los Convencionales, sino porque el respeto a los mandatos de la Constitución no solo hacen a la supremacía de ésta, reconocida en su artículo 137 al decir: "La ley suprema de la República es la Constitución. Esta, los tratados, convenios y acuerdos internacionales aprobados y ratificados, las leyes dictadas por el Congreso y otras disposiciones jurídicas de inferior jerarquía, sancionadas en consecuencia, integran el derecho positivo nacional en el orden de prelación enunciado. Quienquiera que intente cambiar dicho orden, al margen de los procedimientos previstos en esta Constitución, incurrirá en los delitos que se tipificarán y penarán en la ley. Esta Constitución no perderá su vigencia ni dejará de observarse por actos de fuerza o fuera derogada por cualquier otro medio distinto del que ella dispone. Carecen de validez todas las disposiciones o actos de autoridad opuestos a lo establecido en esta Constitución"; sino que también guardan relación con la vigencia misma del Estado de Derecho. Es por ello que las resoluciones en materia constitucional, son de una relevancia estatal más directa que las demás, las cuales igualmente conforman el gobierno judicial. La naturaleza de las decisiones en este aspecto, emergen de la existencia misma del Estado como tal y, por ende, los alcances interpretativos que de ellas emanen se constituyen en un acto de gobierno, unas veces general, otras particular, hasta el punto de denominarse en otras latitudes al órgano juzgador como legislador negativo, por su condición correctora inclusive de la voluntad popular ejercida mediante la representación en Congreso, cuando ésta se desvíe de los mandatos de la Ley Fundamental. Descendiendo al campo de la problemática tratada y resuelta en base a las resoluciones antes individualizadas, y en base lo señalado precedentemente, se presenta un juzgamiento de los alcances de las disposiciones legales y su posible colisión con algún precepto constitucional, discusión que como lo señala el voto mayoritario, ha sido harto resuelta en igual sentido en ocasiones anteriores, constatándose la conformidad entre los preceptos legales tributarios y las exoneraciones y/o exenciones (según el caso) impositivas otorgadas por la Constitución. Se establece ello en base a juzgamientos precedentes dados en idénticas situaciones en que, ejerciendo el rol de defensora directa de la Constitución, la Sala ha entendido que la vigencia de los preceptos de un Estado de Derecho como lo es el de la República del Paraguay, no se ha visto afectada por las imposiciones previstas en el acto normativo particular. Así, mientras la Sala Penal en base a la normativa antes mencionada tiene, en este caso, la función de resolver sobre la procedencia o no de una reclamación en base a preceptos legales, la Sala Constitucional detenta la atribución de reestablecer el equilibrio general —si se viera afectado-, entre esos preceptos y los mandatos de una Constitución. En nuestro ordenamiento jurídico, conforme a la Constitución de la República, que dispone en su al artículo 260, apartado 1: "Son deberes y atribuciones de la Sala Constitucional: 1) conocer y resolver sobre la inconstitucionalidad de las leyes y de otros instrumentos normativos, declarando la in; plicabilidad de las disposiciones contrarias a esta Constitución en cada caso concreto y e fallo que sólo tendrá efecto con relación a ese caso" Esto, nos lleva a segundo argumI nto, el cual es de una característica lógico a. En base a est= una disposició gal no puede ser y no ser aplicable al mismo ill I) NykeDWANTO Abofl. naldo Leveffit • 1' 3114 CIS:1 Trinuns ecretario GiNA Y G° eSnc\On sata `Lda. n RETES tro 5 ,Pefía Candia MINISTRA C.S.J. tiempo. Tratándose de las disposiciones de la Ley N° 125/92 que fueran objeto de controversia en ambos procesos, vemos que en el proceso tramitado ante la Sala Penal, se establece la no aplicabilidad de las mismas respecto a la entidad privada dada a interpretación que del caso hace aquella. Mientras que la Sala Constitucional, entiende que las normativas en cuestión son perfectamente viables para la relación jurídico tributaria entre el Estado y el Club Centenario. Si atendemos a la función de equilibrio y trascendencia que se mencionara en párrafos precedentes, tenemos que el Principio de Supremacía de la Constitución se encuentra sustentado en el fallo de la Sala Constitucional, al decir ésta que al no existir conflicto entre las disposiciones cuestionadas y la Ley Fundamental, las normas impositivas no solo pueden, sino que deben ser aplicadas en la obligación tributaria que la misma tiene con el Estado. Contrario sensu, únicamente si la Sala Constitucional, siendo la única que puede privar de aplicabilidad a un texto legal, hubiese resuelto en tal sentido, el artículo 14, numeral 2, segundo párrafo del inciso B y el artículo 83, numeral 4, segundo párrafo del inciso A de la Ley N° 125/91 no regirían aquella relación fisco/contribuyente, dando pleno derecho a la reclamación que intentara la entidad privada en contra del Estado, no habiéndolo hecho, las disposiciones tienen plena vigencia. A fin de afianzar más esta postura, cabe recordar que las resoluciones sobre la viabilidad en la aplicación de actos normativos dictadas por la Sala Constitucional, tienen la capacidad de afectar todos los procesos independientemente a su naturaleza y órgano juzgador, v.g. si un acto normativo cualquiera sea su jerarquía, es declarado inaplicable en la instancia que fuere, sea esta en materia civil, laboral, penal, etc. las consecuencias de la declaración trascienden a todo el resto del proceso, encontrándose absolutamente imposibilitada la Sala que fuere (en última instancia) de aplicarla al caso al momento de resolver. Es consecuencia lógica entonces, que si la Sala Constitucional no extrae de las relaciones jurídicas tal o cual disposición, estas se estimarán plenamente aplicables con las consecuencias jurídicas que ello implique para las partes y esto, independientemente al sentido que puedan atribuirles otros órganos juzgadores. Concluyendo entonces, puede colegirse que en base a la relevancia de sus pronunciamientos, tanto por la naturaleza de afectación estatal como de efectos lógicos sobre los procesos, éstos en una acepción amplia, las decisiones que se ejerzan como consecuencia de la función defensora de la Supremacía constitucional, formalmente compartirán la jerarquía con otros fallos, pero materialmente concentran en sí todas las fuerzas de que dispone un Estado para la resguardo de su propia existencia, por lo que destacan entre las demás manifestaciones jurisdiccionales. Por lo precedentemente expuesto, en atención a las disposiciones constitucionales y legales, considero que corresponde hacer lugar a la presente acción y en tal sentido, declarar con grado de certeza constitucional la preeminencia del fallo emanado de la Sala Constitucional en relación al litigio entre la Sub Secretaría de Estado de Tributación del Ministerio de Hacienda y la entidad denominada Club Centenario, conforme al exordio de esta resolución. ES MI VOTO. A su turno el Doctor PAREDES BORDÓN dijo: Se presentan ante esta CSJ, EL Procurador General de la Republica, Abog. Roberto Moreno y el Abogado del Tesoro del Ministerio de Hacienda, Abog. Ángel Benavente, ambos bajo patrocinio del Abog. Sergio Godoy, Ministro Asesor Jurídico de la Presidencia de la Republica, a promover acción puramente declarativa de certeza constitucional, respecto a la situación creada, por lo que califican de incertidumbre, en razón de la existencia de dos fallos contradictorios, individualizados como: a) Acuerdo y Sentencia N° 768 de fecha 26 de julio de 2013, dictado por la sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, en los autos, "CLUB CENTENARIO C/ RESOLUCION DENEGATORIA FICTA DE LA SUBSECRETARIA DE ESTADO DE TRIBUTACION DEL MINISTERIO DE HACIENDA" por el cual se hizo lugar a la demanda incoada y se dispuso que el Ministerio de Ha...///... 6 "PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA S/ ACCIÓN DECLARATIVA DE CERTEZA CONSTITUCIONAL". AÑO: 2014 — A DE JUSTICIA N° 667. elida proceda a repetir el monto reclamado por el club en concepto de ci> l del Impuesto al Valor Agregado, IVA, al club accionante; Sentencia N° 1219 de fecha 7 de octubre de 2013, dictado por la Sala q> ional de la Corte Suprema de Justicia, en los autos: "ACCIÓN DE I4STITUCIONALIDAD C/ ARTÍCULO 14, NUMERAL 2, SEGUNDO RRÁFO DEL LITERAL B, Y ARTICULO 83, NUMERAL 4, SEGUNDA PÁRRAFO DE LITERAL A DE LA Ley 125/91, con la redacción dada por la Ley 2421/04" por el cual se rechazó la demanda de inconstitucionalidad planteada por el Club Centenario, aceptando la constitucionalidad de la legislación y cuestionada, con la consecuencia que el club accionante está obligado a tributar el IVA compra, in derecho a repetición, al contrario de lo que resolviera la Sala penal en el Acuerdo precedentemente individualizado. Pretenden los demandantes, según surge del escrito promocional, que la Corte declare, con alcance de certeza, que de acuerdo a la interpretación correcta de los Arts. 83 y 84 de la Constitución Nacional, no corresponde la devolución del IVA-compra al Club Centenario, en cuanto a institución cultural y deportiva sin fines de lucro, según lo dispuesto en el Art. 83 numeral 4) último párrafo de la Ley 125/91 con redacción de la Ley 2421/04, con la consecuente ilegalidad de la devolución IVA-Crédito. La razón concreta invocada para promover la acción, como hemos señalado, es la existencia de un Acuerdo y Sentencia dictada por la Sala Penal de esta Corte Suprema de Justicia, en sentido contrario al sostenido por los accionantes, que concuerda con el fallo dictado por esta Sala Constitucional, sobre el mismo tema. Entiendo entonces que la declaración que buscan los accionantes, en el fondo, es la determinación que en caso de existencia de contradicción entre fallos sobre el mismo tema, dictados por dos salas diferentes de la Corte, una de ellas la Sala Constitucional, y la otra en el presente la Sala Penal, debería según la óptica del accionante, tener primacía la resolución dictada por la Sala Constitucional. Ese, a mi entender en realidad es el objetivo final de la presente acción. Accesoriamente se busca, de manera indirecta dejar sin efecto la sentencia de la Sala Penal, desfavorable a los intereses de los accionantes, lo cual se desprende de su petición final, de declarar ilegal la devolución IVA-CRÉDITO al club Centenario. A fin de resolver la cuestión así planteada, veamos en primer lugar si la vía escogida es correcta, para lo cual debemos necesariamente referirnos a la naturaleza, finalidad y alcance de la acción propuesta. Al respecto, reiteraremos los conceptos vertidos en ocasión de emitir mi voto, en el Acuerdo y Sentencia N° 185 del 10 de abril de 2014, en los autos, "ACCIÓN DE DECLARACIÓN DE CERTEZA CONSTITUCIONAL PROMOVIDA POR EL BANCO CENTRAL DEL PARAGUAY.". La acción puramente declarativa, se halla prevista en el ordenamiento positivo, Art. 99 del CPC, y cuando se plantea a nivel de máxima instancia judicial, Corte Suprema de Justicia, y la misma se refiere a una norma de rango constitucional, adquiere el sentido que le dan los proponentes, declaración de certeza constitucional, dado que solo la Corte Suprema de Justicia, en su calidad de custodi de la constitución, la interpreta y la aplica, Art. 247 primer párrafo. / , Para entender el propósito de una acpi n puramente declarativa, su finalidad y sus requisitos, conviene aclarar que el concept ' e la acción influye sobre todo propósito de fica ión del términ Si se admite que1 a ciói-i es tan solo el derecho en ejercicio, la Abog. A noldo LevexAa S cretario . 3%3° C1 ItVou Gbiú 11• S PARISIS D 7. P4:,04\6 ,det " so\ ?.111(- IO FRETES Ministro ansia MINISTRA 0.4.J. clasificación será un equivalente de las pretensiones jurídicas ínsitas en los derechos respectivos. Si la acción, en cambio es admitida como un derecho autónomo, la clasificación responde a un criterio procesal que se afinca en el carácter del pronunciamiento judicial que se persigue. En esta segunda concepción del término, encontramos distintos tipos de acciones, la constitutiva, la condenatoria y la declarativa. Mediante la acción constitutiva se solicita de la jurisdicción la creación, modificación o extinción de un derecho o situación jurídica. Como característica de este tipo de acción, debe señalarse que el cambio de la situación jurídica perseguida se produce debido a una decisión judicial, cuyos efectos rigen normalmente desde el momento en que se dicta o se hace conocer, (ex nunc), pudiendo en casos excepcionales, tener efectos retroactivos (ex tunc). Con la acción de condena, no solo se persigue la declaración del derecho, sino también la imposición al sujeto pasivo de una determinada situación jurídica, creando, modificando, o extinguiendo derechos. Es decir, no solo se declarara el derecho, también busca su ejecución. Estas acciones, se distinguen precisamente de las otras, constitutivas y declarativas, por el hecho que no agotan su finalidad con el simple conocimiento de la voluntad de la ley, ni con la sola creación, modificación o extinción de una situación jurídica, sino que en su formulación la sentencia contiene una obligación que trae aparejada una ejecución hasta forzosa si es necesario, en caso de incumplimiento voluntario. Y por último las acciones puramente declarativas, mediante las cuales solo se procura obtener la constatación o comprobación, por medio de la sentencia de existencia o inexistencia de un derecho o certeza sobre la validez o invalidez de un instrumento. Correlativamente a la acción, se produce también una clasificación de las sentencias que se dicten al finalizar el proceso, reconociéndose entonces la existencia de sentencias declarativas, condenatorias y constitutivas. En un sentido lato, todas las sentencias contienen una declaración del derecho de las partes, la diferencia radica en que la primera de las citadas, declarativas, solo contienen es declaración pura de la existencia o inexistencia de un derecho, la falsedad de un documento, o la concretización de un derecho, como la usucapión, por ejemplo. Las sentencias constitutivas son aquellas que luego de formular la declaración de la existencia de un derecho, en base al mismo crean, modifican o extinguen un estado jurídico entre las partes, y por último las condenatorias, no solo declaran el derecho, crean modifican o extinguen estados jurídicos, sino que además obligan a las partes a ejecutar lo resuelto. La doctrina considera en general, que la acción declarativa, reconoce su antecedente en la institución romana de formulae praejudiciaslis o prejudicia, concedida por el pretor de acuerdo a la intentio, y sin condena, para producir una certeza jurídica, que es precisamente lo que distingue la acción declarativa, de las demás. Fenochietto-Arazi, en su obra CÓDIGO PROCESAL CIVIL DE LA NACIÓN. COMENTADO. Tomo II, Pag. 103 al 116, al comentar el Art. 322 del CPN,( parecido aunque no idéntico al Art. 99 de nuestro CPC), conceptualiza la acción, y su correlativa sentencia meramente declarativa, expresando que: "El actor que pide una sentencia de declaración de certeza, enseña Chiovenda, no quiere conseguir actualmente un bien de la vida que esté garantizado por la voluntad de la ley, ya sea que aquel bien consista en una prestación del obligado, ya consista en la modificación del estado jurídico actual: quiere solamente saber que su derecho existe, o quiere excluir que exista el derecho del adversario, pide al proceso la certeza jurídica y no otra cosa. Es ésta, verdaderamente, la función más elevada del proceso civil: éste se nos presenta aquí, ya no en la figura violente y dura de un organismo de coacción, en el aspecto más afinado de puro instrumento de integración y especialización de la voluntad expresada en la ley sólo en forma general y abstracta; de facilitación de la vida social mediante la eliminación de las dudas que obstaculizan el normal ejercicio de las relaciones jurídicas. Asegurar a las relacio...///... CORTES"' DE JUSTICIA "PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA S/ ACCIÓN DECLARATIVA DE CERTEZA CONSTITUCIONAL". AÑO: 2014 — N° 667. bres la certeza, prevenir los actos ilegítimos en vez de afectarles con ponsabilidades, ¡he aquí un cometido bien digno del proceso de un vj magistral caracterización que hace el gran maestro italiano pone de inentemente preventivo de la sentencia de mera declaración, es decir, de un estado de lesión, precedida únicamente por una situación de sea, de falta de certeza capaz de causar un perjuicio. Justificada, u or un interés en una declaración judicial de certeza tendiente a evitar un daño. El carácter preventivo de la institución ha sido reconocido por la jurisprudencia nacional. En verdad se puede decir que todas las sentencias presuponen la declaratividad del derecho, pero mientras las meramente declarativas se agotan en la declaración y preceden a la lesión, las restantes suponen la existencia de ésta y se complementan con otros atributos, como la condena, que tiende a la ejecución efectiva de una prestación o las constitutivas, que suponen modificación del estado jurídico existente. ". La declaración judicial que se pretende puede ser positiva, cuando se persigue el reconocimiento de la existencia de una relación jurídica, o negativa, cuando se pretende que se declare que determinada relación jurídica no existe. Como la finalidad de la acción que legisla el Art. 99 del CPC, tiende a la obtención de una sentencia meramente declarativa, aunque la norma no lo diga, se excluye la posibilidad que por esta vía pueda procurarse una decisión judicial de carácter constitutivo, condenatorio, de cumplimiento compulsivo, o interpretativo de la ley. El presupuesto de interés que fundamente la acción puramente declarativa, lo constituye el estado de incertidumbre en que se halle el actor con respecto a una situación o relación jurídica, que puede ser removido por medio de la declaración de certeza. Pero ese interés no supone la violación del derecho. Los autores citados precedentemente, Fenochietto-Arazi, en su obra CÓDIGO PROCESAL CIVIL DE LA NACIÓN. COMENTADO Tomo II, Pág. 103 al 116, con relación a la naturaleza de la acción puramente declarativa, señalan el carácter residual de la misma, basado en la opinión de la mayoría de la doctrina, Alsina, Derecho Procesal Tomo I, Pág. 355, así como en legislaciones extranjeras. El Art. 322 del CPN de la República Argentina lo establece expresamente. Esto significa, que si el actor se halla en posibilidad de promover la correspondiente acción constitutiva o condenatoria, deberá interponer una de estas, y no la declarativa. Y esto nos lleva, al punto central el presente caso. Primero, que la incertidumbre que pretende despejarse por medio de una acción puramente declarativa, debe ser de una relación jurídica, y segundo que lo resuelto en una sentencia puramente declarativa, no puede ser la prohibición del cumplimiento de una norma o de una sentencia judicial ya dictada, aunque si puede servir de orientadora a las decisiones que sobre temas similares o semejantes deben dictar los tribunales en el futuro.-Es decir, no puede convertirse la sentencia declarativa, en una sentencia que ordena el no cumplimiento de una sentencia, ya dictada y firme. En este caso, sostienen los recurrentes, existe incertidumbre, sobre si las operaciones de compra del Club Centenario, relativas a compras local de bienes y prestación servicios, deben o no ser exoneradas del IVA COMPRA, y procederse a su devolución, como dice el fallo de la Sala penal, o que siendo constitucional la norma del párrafo final del Art. 83 de la Ley 125/91 en 1 redacción de la Ley 2421/04, no existe la exoneración ni la obligación de devolución por arte del Ministerio de Hacienda. Como señala el preopinante, el caso est, .• iado y resuelto por la Sala Penal, se refiere a un caso concreto de licitud de devolú ión del importe del IVA, por un moto terminado, y que la Sala Penal, encontró do, referido a periodo tambié AREDIS D. JUAN 1111 YI Abog. A naldo Leyera .youna1 é S cretario Civil y Corno p,su Dr. ANT sadt6" na. Sala FRETES ro ena Ca i ia MINISTRA C. .J. viable la solicitud, lo cual significa que la operación realizada, no estaba dentro de las excepciones del párrafo final del Art. 83 de la Ley 125/91, por lo cual dicho párrafo no es aplicable al Club Centenario, siendo si aplicables las exoneraciones de los párrafos precedentes del mismo artículo, pero ello no implica que dicha norma sea inconstitucional, sino simplemente que el presupuesto de hecho, no se subsume en la misma. Lo resuelto por la Sala Constitucional, en cambio, no se refiere a un caso de devolución de impuesto. Se ha planteado por parte del Club Centenario, la inconstitucionalidad de varias normas, entre ellas el Art. 83 de la Ley 125/91, y la Sala Constitucional, le ha dicho que no, que dicha norma no viola ningún precepto constitucional. No existe contradicción entonces, sino aplicación de la ley a casos específicos, y respuestas jurisdiccionales a peticiones distintas. Las sentencias judiciales, de acuerdo a nuestro ordenamiento positivo, tienen efecto solo entre las partes del litigio, no poseen el llamado efecto erga omnes, por ende, ni una ni otra pueden anularse. Tampoco dentro del ordenamiento constitucional y legal, se tiene en nuestro país, un Tribunal Constitucional, con jerarquía y competencia de revisar las sentencias, aun las de la Corte Suprema. En nuestro diseño constitucional, el máximo órgano jurisdiccional, es la Corte Suprema, Art. 258 en los siguientes términos: Art. 258: DE LA INTEGRACIÓN Y LOS REQUISITOS. La Corte Suprema de Justicia estará integrada por nueve miembros. Se organiza en salas, una de las cuales será constitucional. Elegirá en su seno, cada año, a su Presidente. Sus miembros llevaran el título de Ministro. ....". Luego entre los deberes y atribuciones, el siguiente artículo, el N° 259 inc. 5, le que atribuya la misión de conocer y resolver sobre inconstitucionalidad. Esta competencia está más explicitada referida a la Sala Constitucional, en el Art. 260, en los siguientes términos: Art. 260: DE LOS DEBERES Y DE LAS ATRIBUCIONES DE LA SALA CONSTITUCIONAL: son deberes y atribuciones de la Sala Constitucional: 1) conocer y resolver sobre la inconstitucionalidad de las leyes y de otros instrumentos normativos, declarando la inaplicabilidad de las disposiciones contrarias a esta Constitución en cada caso concreto y en fallo que solo tendrá efecto con relación a ese caso, y 2) Decidir sobre la inconstitucionalidad de las sentencias definitivas o interlocutorios declarando la nulidad de las que resulten contrarias a esta Constitución. El procedimiento podrá iniciarse por acción ante la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, y por vía de la excepción en cualquier instancia, en cuyo caso se elevaran los antecedentes a la Corte. Si bien pareciera desprenderse una supremacía en las decisiones de la Sala Constitucional por sobre las decisiones de las otras salas, a partir de la redacción del inciso 2 del artículo 260 de la Constitución, el Art. 17 de la Ley 609 que organiza la Corte Suprema de Justicia, dispone: "IRRECURRIBILIDAD DE LAS RESOLUCIONES: las resoluciones de las salas o del pleno de la Corte solamente son susceptibles del recurso de aclaratoria y, tratándose de providencias de mero trámite resolución de regulación de honorarios originados en dicha instancia del recurso de reposición. No se admite impugnación de ningún género, incluso las fundadas en la inconstitucionalidad." De la interpretación hermenéutica de las disposiciones constitucionales y legales transcriptas y señaladas, la sentencia ya dictada por la sala penal, resulta inconmovible, por ende deberá cumplirse, porque la misma es inimpugnable. Y por otro lado la sentencia dictada por la sala constitucional, debe servir de guía y orientación jurisprudencial, para el dictado de fallos en casos similares futuros, ya que entiendo que dicha resolución, declara constitucional y por ende aplicable al Club Centenario, los Artículos objetados de la Ley 125/91. EN CONCLUSIÓN, voto por: HACER LUGAR PARCIALMENTE a la presente acción puramente a) declarativa, de certeza constitucional, dejando establecido que la interpretación dada por la Sala Constitucional en Acuerdo y Sentencia N° 1219 de fecha 7 de octubre de 2013, ...///... O "PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA S/ ACCIÓN DECLARATIVA DE CERTEZA CONSTITUCIONAL". AÑO: 2014 — DE JUSTICIA N° 667. n los autos: "ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD C/ , NUMERAL 2, SEGUNDO PÁRRAFO DEL LITERAL B, Y NUMERAL 4, SEGUNDA PÁRRAFO DE LITERAL A DE LA Ley redacción dada por la Ley 2421/04", es la correcta respecto a la relación enen las entidades sin fines lucro con el fisco, y; CHAZAR PARCIALMENTE a la presente acción declarativa, en cuanto se solicitó se disponga el no cumplimiento del Acuerdo y Sentencia n° 768 de fecha 26 de julio de 2013, dictado por la sala Penal de la Corte suprema de Justicia, en los autos, "CLUB CENTENARIO C/ RESOLUCION DENEGATORIA FICTA DE LA SUBSECRETARÍA DE ESTADO DE TRIBUTACIÓN DEL MINISTERIO DE HACIENDA" por los motivos y con los alcances expuesto en el exordio de la presente resolución. Es mi voto. A su turno la Doctora PEÑA CANDIA m nifestó que se adhiere al voto del Ministro Preopinante, Doctor FRETES, por lo mism s fundamentos. Con lo que s certifico, quedand por terminado el ac o, firma do SS.EE., todo por ante mí, de que amente sigue: ad la sentencia qu i íI Ante mí: ena Can ja TES Dr TRA C.S.J. ot..39134 Idbu Civil V CO, SENTENCIA Ab Asunción, ,14 de ro do Levera Secr= ario de 2.015.- VISTOS: Los méritos del Acu rdo que anteceden, la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA Sala Constitucional RESUELVE: D), el fallo DECLARAR con grado de certeza constitucio al la preem emanado de la Sala Constitucional en relación alitigio ente la Sub Secretaría de Estado de Tributación del Ministerio de Hacienda y 1aj entidad denominada Club Centenario, conforme al exordio de la presente resolución. ANOTAR, re trar y notificar. Dr. AN~ONIO FRETES Pala Candia ISTRA C.S.J. Ante mí. • Dr. .113/11 Civil Y 11 evera