La vesícula seminal hipertrofiada en ÏMus rattus

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La vesícula seminal hipertrofiada en ÏMus rattus
por el
P. Jaime Pujiula, S. I.
Director del Instituto Biológico de Sarria (Barcelona)
En el curso o cursillo intensivo de Técnica y Observación microscópica que solemos dar cada año en verano, uno de los ejercicios es
ver los espermatozoides vivos con sus movimiento, tomando el jugo
del conducto deferente en solución fisiológica. Al abrir (en el de 1954)
la rata, nos sorprendió la vesícula seminal,, extraordinariamente hipertrofiada : sería una o dos veces mayor que de ordinario (fig. 1),
y quisimos estudiarla. Para ello tomamos material que fijamos en
el líquido de Boule C, muy bueno para estudios especialmente citológicos.
Antes .de dar cuenta de nuestra investigación, queremos llamar la
atención sobre el error en que están algunos, considerándola como
un reservorio de espermatozoides, error que incluso hemos leído en
algún programa oficial. No hay tal. La vesícula seminal, donde jam
ás hemos visto un solo espermatozoide, tiene una función muy
distinta de lo que el vulgo cree. Es una glándula que tiene por objeto producir un producto de secreción que por el jugo de la próstata
se coagula. El coágulo sirve para cerrar el orificio de la vagina en
l°s ratones, sin -duda para que el semen no retroceda y se pierda. Muy
bien recordamos que en Viena el conserje examinaba cada día las
ratitas, y si hallaba alguna con el tapón indicado, la separaba ; pues
er
a señal cierta <ie que aquella noche había sido fecundada, dato muy
Aportante en Embriología para saber cierto la edad del embrión. El
hecho de la coagulación nos lo demostró Mr. Fézard, ayudante de
Gl
ey, mezclando el producto de la glándula (vesícula seminal) con
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el jugo prostático. Como en el hombre también existe esa vesícula
seminal, podemos sospechar o suponer que tiene igual función cerrando, v. g., el hocico de tenca, después de la cópula.
Para nuestro estudio de la vesícula seminal hipertrofiada fijamos
parte de'ella, que inchiímos en parafina para obtener cortes seriados.
Al extender los cortes sobre el portaobjetos, cada corte parecía una
especie de vaina de leguminosa (fig. 2). La razón de ese aspecto se
halla en que el acumulamiento de la secreción de la vesícula en distintos puntos, donde incluso se habría coagulado, se transparenta y
se manifiestan como burbujas, simulando semillas de leguminosas (figura 2).
Los cortes se tiñeron por varios procedimientos: por la hematoxilina de Delafield y eosina ; por la hematoxilina férrica de Heidenhain ; por la safranina ; por la tinción de Mallory.
En cortes bien teñidos se ve que la glándula en cuestión está formada por tubos sinuosos en forma de tiras alargadas o vellosidades,
al parecer algo ramificadas, acaso anastomosadas ; de modo que en
conjunto recuerdan la estructura del hígado, aunque no unidas unas
con otras por conjuntivo, sino que las ramas conservan su independencia (fig. 3).
Por la tinción de la safranina nos ha parecido que muchas células están vacías o más o menos deshechas. Su secreción, reunida en
pequeños espacios, apareció teñida de rojo de sangre (fig. 4). Pero
lo que más llama la atención, son los como lagos de sustancia segregada que aun mecánicamente han de obligar a ensanchar la cavidad
del tubo general, dando origen a aquellas como burbujas o bolsas,
cuyo contenido se ha teñido de rojo por la safranina, y de rojo
amarillo por la doble tinción de la hematoxilina de Delafield y eosina
(fig: 4). No hay ipor qué decir que en estas bolsas, llenas de secíeción,
las vellosidades casi desaparecen, quedando reducidas a pequeñas porciones adheridas a la capa periférica del tubo general. Todo nos dice
que aquí ha habido una notable perturbación en la marcha funcional
de esta glándula. ¿Cuál puede ser la causa? Desde luego, parece que
ha tenido lugar allí una obstrucción. Posiblemente pudo ocurrir alguna absorción del jugo prostático, causando alguna coagulación de la
secreción de la vesícula seminal, y con esto haber obstruido la luz
del tubo vesicular. Cerrado el paso para la salida del jugo o secreción de dicha vesícula, aquél se habría aculado en distintos puntos
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de ella. El mismo jugo segregado, no pudiendo avanzar, se habría
acumulado en distintos puntos, ejerciendo presión mecánica en las
paredes. Esto habría producido un crecimiento muy anormal de toda
la glándula hasta llamar la atención, al abrir el animal.
Puede que la perturbación esté relacionada con la función prostática ; dada la relación, vesicoprostática que antes hemos expuesto,
hasta el punto de poder provocar una prostatitis, tan frecuente en los
hombres de alguna edad, con las terribles consecuencias que aquélla
lleva consigo en la retención de la orina, portadora de tantas toxinas.
Este es un punto que merece ser estudiado especialmente. Incluso se
nos ha ofrecido, si por ventura puede este estado de cosas influir en
el mismo testículo. Esto nos hizo preparar un fragmento 1 del testíctjlo de dicha rata, para ver si realmente se podía ver algún efecto 9e
aquel estado de cosas.
Los cortes del testículo, fijado en 'Boule C, fueron teñidos por
la hematoxilina férrica de Heidenhain. Al estudiar los cortes, bien
pronto nos dimos cuenta de que el- testículo de dicha rata no tenía
el mismo aspecto que tantas veces hemos visto y estudiado. Los espermatozoides no tienen exactamente la forma típica de una cabeza
puntiaguda y recurvada en forma de pico, sino que parecen líneas
algo recias o gruesas. De manera que no nos cabe duda de que allí
ha habido también alguna perturbación, que en este caso puede estar
relacionada con la hipertrofia tan extraordinaria de la vesícula ser7
minai.
He aquí una cuestión que interesa especialmente a los urólogos
y a los embriólogos en general, si la perturbación es intrauterina y
puede entonces caer bajo el dominio de k idea que hemos expuesto
> o defendido, a saber, que muchas perturbaciones durante la vida
tienen, o pueden tener, su origen en la época embrionaria. Porque en
esta época, para la obtención de un ser perfecto, es preciso que todos
l°s factores ontogénicos intervengan, tanto los endógenos como- los
exógenos, con perfecta armonía entre ellos. Si falta la perfecta armonía entre ellos, cosa verdaderamente difícil de conseguir, dado que
n
° es posible conocerlos todos, ni está en nuestra mano prevenirlos y
ar
monizarlos, el organismo será más o menos defectuoso. De aquí
^e ni todos los órganos ni sus funciones lleguen a aquel grado de
Perfección que podríamos llamar ideal. De aquí se sigue que, aunque
«ertas imperfecciones no impiden la vida ordinaria, con todo cuando
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durante la vida ocurren circunstancias difíciles de vencer por la violencia de circunstancias contrarias a la vida, fallan naturalmente
aquellos órganos que durante la época de su formación no llegaron al
ideal. Unas veces será el hígado, otras el pulmón, otras el sistema
nervioso y otras otros órganos los que fallan y producen la enfermedad, a las veces imposibles de curación.
He aquí un campo embriológico que merece ser estudiado muy especialmente.
RECTIFICACIÓN IMPORTANTE
Aprovechamos esta ocasión para rectificar el nombre de una plañía que fue objeto de una comunicación hecha a esta Real Academia.
En ella tratamos de una Vinca maior, v. arborea. En vez de Vinca
maior v. arborea se trata de Evonymus japónica v. variegata. Indujo a error la especial distribución de la clorofila. Por lo tanto, lo que
allí se dice de la distribución de tejidos o de datos histocitológicos se
ha de atribuir al Evonymus dicho*.
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Fig. i.—Aspecto aproximado que tenían las vesículas seminales al
abrir la rata, llamándonos positivamente la atención.
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Kig. 2.-Aspecto de los cortes en parafina que en general recordaban vainillas de leguminosas; lo que parecen semillas, son bolsas
de secreción estacionadas en distintos puntos.
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Fig. 3.—Porción de la vesícula seminal hipertrofiada en una región menos
hipertrofiada, para ver los tubos glandulares como anastomados; tinción de
hematoxilina de Delafield y eosina.
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'£. 4—Vista de un estacionamiento de la secreción que en la figura anterior recordaba una
vainilla de leguminosa. Tinción por safronina.
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Fig. 5. — Corte algo al sesgo de un tubo seminifero del testículo de
Mus raftus, cuya vesícula seminai estaba alterada.
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