El nuevo regionalismo: causas y consecuencias (PDF

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El nuevo regionalismo: causas y consecuencias
Scott L. Baier, a Jeffrey H. Bergstrand b y Peter Egger c
Departamento de Economía John Walter, Universidad de Clemson. b Departamento de Finanzas,
Mendoza College of Business y Kellogg Institute for International Studies, Universidad de Notre
Dame. c Universidad de Munich e IFO Institute.
a
Resumen
En este artículo abordamos tres temas en lo que respecta al “nuevo regionalismo”. En primer
lugar, la consabida analogía que hace referencia al “spaghetti bowl” de los acuerdos de integración económica (AIEs) quizás debería reemplazarse por otra analogía de un “mercado” para
los AIEs. Analizamos la noción de “liberalización competitiva”, que acuñó Fred Bergsten, y
sugerimos un marco económico sistemático para examinar, en primer lugar, la liberalización
competitiva en un contexto estático y a largo plazo. Abordamos los criterios económicos que
podrían explicar de manera empírica las selecciones de los AIE por parte de los gobiernos en
un equilibrio económico a largo plazo. En segundo lugar, las pruebas empíricas suelen mostrar
los efectos poco significativos -en algunos casos negativos- que los AIEs producen en el comercio.
Comentamos las razones por las que las medidas a posteriori de los efectos (de tratamiento) de
los AIEs sobre el comercio parecen ser tan poco trascendentes. En tercer lugar, abordamos la
liberalización competitiva dentro de un contexto dinámico. Tras examinar las pruebas sobre
los factores determinantes a largo plazo de la selección de los AIEs por parte de los gobiernos,
analizamos la manera en que podría conceptualizarse el proceso por el cual los gobiernos seleccionan los AIEs a través del tiempo, es decir, el crecimiento del regionalismo.
Baier y Bergstrand agradecen a la National Science Foundation por el apoyo financiero brindado a
través de las subvenciones SES-0351018 (Baier) y SES-0351154 (Bergstrand).
I. Introducción
Uno de los acontecimientos más prominentes del mundo de la economía en los
últimos quince años ha sido el extraordinario crecimiento del número de acuerdos internacionales de integración económica. Los acuerdos de integración económica (AIEs) son tratados
suscriptos entre unidades económicas -en el caso de los AIEs internacionales, entre naciones-
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con el objeto de reducir las barreras reguladas por políticas que dificultan el flujo de bienes,
servicios, capitales y mano de obra, entre otros. La mayoría de los AIEs, si bien no todos, suelen ser "regionales", o continentales, y la mayoría tiende a ser acuerdos de libre comercio (o
de comercio preferencial), que en adelante denominaremos por su sigla ALC. Según el sitio
Web de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en 2006 existen aproximadamente
300 acuerdos comerciales regionales entre los que están en la etapa de planeamiento, los
que ya se han negociado y los que están en vigencia. Curiosamente, de los 250 acuerdos que
se notificaron al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT - General
Agreement on Tariffs and Trade) y la OMC entre 1947 y 2002, aproximadamente la mitad
se comunicaron a partir de 1995. Por lo tanto, en la última década se produjo una verdadera
explosión en el número de AIEs. Éste es el "nuevo regionalismo".1
En el presente trabajo, abordamos tres temas en lo que respecta al nuevo regionalismo. En primer lugar, analizamos la manera en que los observadores podrían conceptualizar la noción de regionalismo tanto en el contexto estático como en el dinámico. La
consabida analogía que hace referencia al "spaghetti bowl" de la red actual de acuerdos
de integración económica quizás debería reemplazarse por otra analogía que se refiera a un
"mercado" para los AIEs. Analizamos la noción de "liberalización competitiva", que Fred
Bergsten acuñó hace diez años, y sugerimos un marco económico sistemático para analizar
la liberalización competitiva en un contexto estático. Por lo tanto, abordamos los criterios
económicos que podrían explicar de manera empírica las selecciones de los ALCs por parte
de los gobiernos en un equilibrio económico a largo plazo. En segundo lugar, las pruebas
empíricas presentadas por los investigadores económicos suelen mostrar los efectos poco
significativos -en algunos casos negativos- que los ALCs producen en el comercio. Dada
la gran cantidad de ALCs que existen en el mundo, resulta sorprendente que los gobiernos consuman los recursos (políticos y económicos) con el objeto de crear estos acuerdos
cuando, en realidad, los mismos tuvieron efectos tan leves en el comercio. Comentamos las
razones por las que las mediciones a posteriori de los "efectos" promedio (de tratamiento)
de los ALCs sobre el comercio parecen ser tan poco trascendentes.2 La razón radica, en
gran medida, en que en el caso de los esfuerzos anteriores no se explica adecuadamente la
autoselección de esos acuerdos que los gobiernos realizan. En tercer lugar, abordamos la
liberalización competitiva dentro de un contexto dinámico. Tras establecer las pruebas sobre
los factores determinantes a largo plazo por los que los gobiernos eligen los ALCs, analizamos la manera en que podría conceptualizarse el proceso por el cual los gobiernos eligen los
ALCs a través del tiempo, es decir, el crecimiento del regionalismo.
II. Factores determinantes de los acuerdos bilaterales de integración económica
Hace diez años, economistas internacionales como Richard Baldwin [1995] y
Fred Bergsten [1996] observaron que había aparentemente fuertes presiones competitivas
en el mundo de la economía. Dichas presiones fueron percibidas por los gobiernos de las
naciones, lo cual los llevó a liberalizar tanto el comercio bilateral como el regional. En los
últimos cincuenta años, el gran número de naciones que son parte del GATT/OMC ha llegado aproximadamente a los 150 países. Este gran número de partes ha dificultado aún más
la capacidad de los negociadores para liberalizar el comercio en la agricultura, los servicios,
el capital y la mano de obra en virtud de un acuerdo (véase Mansfield y Reinhardt [2003]
y Moravcsik [2005]).3 No obstante, los gobiernos está presionados por los electores indivi-
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duales y los lobbies de las empresas para proporcionar un marco de políticas que contemplen los intereses de ambas comunidades (maximizar el bienestar económico y las ganancias
económicas, respectivamente). En vista de estas presiones y ante el estancamiento del
proceso de liberalización de las inversiones y el comercio multilateral en el ámbito de la
OMC, los gobiernos procuraron introducir nuevos cambios en la política a fin de mejorar
el bienestar económico y las ganancias de las empresas. Una alternativa -que es un componente básico potencial en cuanto a una mayor liberalización multilateral- consiste en los
acuerdos regionales de integración económica, que incluyen los acuerdos bilaterales. Tal
como se muestra en el Gráfico 1 de Estevadeordal [2006], la proliferación de AIE que se
produjo en los últimos cincuenta años ha generado lo que Bhagwati y Panagariya [1999],
Estevadeordal [2006] y otros denominan el "spaghetti bowl" de los AIEs.
Sin embargo, la "teoría del efecto dominó" del regionalismo de Baldwin y la
"hipótesis de la liberalización competitiva" de Bergsten son argumentos implícitamente
dinámicos. No obstante, según nuestra opinión, antes de poder forjar conceptos sobre
el nuevo regionalismo, creemos que resulta imprescindible, en primer lugar, analizar el
regionalismo. Es decir que comenzamos con un enfoque estático y a largo plazo de los
factores determinantes del regionalismo (y del bilateralismo). La noción de "liberalización
competitiva" se ajusta a un modelo del regionalismo tanto estático como dinámico. Como
es tradicional en la economía, se deberían analizar los factores económicos a largo plazo
que afectan el resultado del equilibrio antes de modelar explícitamente los factores a corto
y mediano plazo que inciden en la formación de los ALCs, donde los últimos se observan
con mayor facilidad y se analizan de manera menos técnica.
Al comienzo utilizamos adrede el término "acuerdos de integración económica"
a fin de ser inclusivos. El término "integración económica" abarca la integración de mercados de bienes, servicios, capitales y mano de obra. En un sentido más amplio, engloba
la integración de la "actividad económica", que va más allá de las categorizaciones tradicionales que hacen los economistas de los "bienes" y los "factores". Además, utilizamos
"integración económica" y no "integración regional económica", a fin de abarcar un
espectro geográfico más amplio. Existen numerosos acuerdos de integración económica
recientes (por ejemplo, el ALC que firmaron últimamente Australia y Estados Unidos) que
incluyen países de diferentes continentes. En ocasiones, los economistas se han referido
a estos acuerdos como "antinaturales", puesto que no se encuentran en la misma región
geográfica o en el mismo continente (véase, por ejemplo, Krugman [1991a y 1991b];
Frankel, Stein y Wei [1995 y 1996] y Frankel [1997]). Sin embargo, la gran mayoría de
AIE consiste en acuerdos regionales de libre comercio, que se circunscriben a países del
mismo continente y a sectores de bienes y, en muchos casos, de servicios. En el resto de esta
sección y en la Sección III, nos referimos a los ALCs y al comercio internacional dentro de un
contexto estático. En la Sección IV, analizamos las cuestiones dinámicas.
Factores determinantes del comercio bilateral
Antes de referirnos directamente a los factores determinantes estáticos de los
ALCs, resulta útil analizar primero el contexto económico subyacente del comercio mundial
sin barreras al comercio orientadas hacia la política. Tras establecer los factores determinantes fundamentales del comercio y el bienestar económico con barreras para el comercio sólo "naturales" (por ejemplo, la distancia que existe entre los agentes económicos),
presentamos las barreras comerciales orientadas hacia la política (de manera exógena), es
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decir, "antinaturales" o "artificiales". Esto nos proporcionará la base para luego analizar el
comportamiento del regionalismo endógeno por parte de los gobiernos.4
Dado que el regionalismo suele traer consigo el bilateralismo,5 nos referimos
brevemente a los factores determinantes del flujo de comercio bilateral en un mundo de
N países (N>2) sin (con) barreras comerciales (naturales) basadas en la política. La teoría
moderna del comercio internacional, ampliamente desarrollada dentro del contexto de dos
países con producción de bienes en dos industrias que utilizan dos factores de producción,
por lo general pone el acento en que las razones económicas fundamentales para el comercio internacional consisten en la ventaja comparativa tradicional o el comercio interindustrial
(es decir, el comercio impulsado por las diferencias de la dotación relativa de factores de
Heckscher-Ohlin o las diferencias ricardianas de productividad relativa) y la ventaja comparativa "adquirida" o el comercio intraindustrial (debido a los rendimientos a escala crecientes en la producción de productos levemente diferenciados), pero históricamente no tiene
en cuenta los costos de transporte o la geografía económica.
Sin embargo, los economistas del comercio, motivados por la sólida regularidad
empírica de que el flujo de comercio bilateral entre pares de países se explica satisfactoriamente por el producto de su distancia bilateral y su producto interno bruto (PIB), han formulado fundamentos teóricos multipaíses (o N países) para una "ecuación de gravedad" del
comercio internacional bilateral en los últimos veinticinco años, que se condicen con las teorías
establecidas de comercio internacional intraindustrial e interindustrial. Por ejemplo, el primer
fundamento teórico formal para la ecuación de gravedad con una economía de intercambio
sin producción con un solo sector, pero varios países, fue el de Anderson [1979]. Anderson
demostró que un modelo de equilibrio general (condicional) simple de Armington, con productos diferenciados por país de origen y preferencias de elasticidad constante de sustitución,
arroja una ecuación de gravedad básica similar a la que acabamos de describir:6
PX ij = β 0 (GDP i )
β 1
(GDP j ) β 2 (DIST ij ) β 3 ε ij
(1)
donde PX ij representa el valor del flujo de comercio de mercancías desde el
exportador i hasta el importador j , GDP i (GDP j ) es el nivel de producto interno bruto
nominal del país i ( j ), DIST ij representa la distancia entre los centros económicos de los
países i y j , y ε ij se considera un término de error que tiene una distribución logarítmica
normal. La teoría sugiere que β 1 = β 2 = 1 y β 3 < 0 .
Otros trabajos ampliaron estos fundamentos teóricos en varias direcciones significativas. Helpman y Krugman [1985] presentaron la competencia monopolística y los
rendimientos a escala crecientes, lo cual motivó una ecuación de gravedad con los flujos
de comercio que explica el comercio intraindustrial entre países cuya dotación relativa de
factores y productividad de la mano de obra son similares. Bergstrand [1985] planteó la
cuestión de la importancia de incluir los términos de (resistencia de) precios multilaterales
para los importadores y los exportadores para determinar el flujo de comercio bilateral. Por
ejemplo, el flujo de comercio de i a j se ve afectado por los precios, los costos de transporte
y otros costos comerciales que el consumidor en j afronta y que provienen tanto de sus
otros socios comerciales N-2 como de las empresas nacionales. En Bergstrand [1989 y 1990]
se demostró formalmente que una ecuación de gravedad surgió de un modelo tradicional
de Heckscher-Ohlin con dos industrias, dos factores y N países que cuentan tanto con
comercio interindustrial como intraindustrial. Evenett y Keller [2002] aportaron evidencia
empírica de que un modelo con el comercio interindustrial de Heckscher-Ohlin, así como
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el comercio intraindustrial de Helpman-Krugman con una especialización imperfecta, es el
que mejor se ajusta a los datos. Más recientemente, Anderson y van Wincoop [2003] han
demostrado formalmente que una estimación adecuada de la ecuación de gravedad (a fin
de evitar sesgos por variables omitidas) debe reconocer los términos de (resistencia de)
precios multilaterales endógenos tanto para los países exportadores como para los importadores, y probablemente requiera la estimación de un sistema de ecuaciones no lineales que
utilice la programación personalizada de mínimos cuadrados no lineales a fin de justificar
adecuadamente la endogeneidad de los precios:
PX ij = β 0 (GDP i ) 1 (GDP j ) 1 (t i j ) 1 - σ P i σ - 1 P j σ - 1 ε i j
(2)
donde σ > 1, t ij representa los costos de comercio bilateral (los cuales pueden
explicarse potencialmente mediante algunas variables observables), y P i y P j indican los
términos de precios multilaterales "endógenos" que explican los costos comerciales que
afrontan los agentes de los países i y j de todos los N países (incluso el propio).7 Anderson y
van Wincoop [2003]; Feenstra [2004], y Baier y Bergstrand [2002, 2006 y 2007] se refieren
a los detalles sobre la estimación (2) correspondiente al flujo de comercio agregado al utilizar mínimos cuadrados no lineales o bien efectos fijos. Baier y Bergstrand [2002] extienden la economía de intercambio sin producción de un sector de N países a un mundo de
dos sectores, dos factores y N países con el comercio interindustrial de Heckscher-OhlinSamuelson y el comercio intraindustrial de Chamberlin-Helpman-Krugman (compárese
con Carrère [2006]). Baier y Bergstrand [2006] demuestran un método para estimar los
coeficientes de la ecuación (2) por mínimos cuadrados ordinarios (MCOs), que son prácticamente idénticos a los que se estimaron utilizando el programa de mínimos cuadrados no
lineales de Anderson y van Wincoop o los efectos fijos, sobre la base de la expansión de la
teoría mediante la serie de Taylor de primer orden.
La ecuación de gravedad de la especificación (1) se ha utilizado tradicionalmente durante alrededor de 40 años para explicar la variación del flujo de comercio bilateral entre pares de países en un año determinado y más recientemente para la variación
de datos de panel (sobre todo dentro de la variación que utiliza efectos fijos; comparar
con Egger [2000 y 2002]). Por lo general, se incluyen otras tantas variables binarias a
fin de captar la variación en varios costos comerciales, tales como una variable ficticia de
adyacencia y una variable ficticia de idioma. Lo que resulta más importante aquí es que la
mayoría de los investigadores incluyeron una variable ficticia para la presencia o ausencia
de un ALC (o un AIE, más general). Tal como se analizó previamente, las estimaciones
cuantitativas de los coeficientes de estas variables ficticias de AIE han sufrido variaciones
drásticas -compárese con Frankel [1997]- y mostraron que algunos efectos estimados de
"tratamiento" promedio resultaron aparentemente pequeños y otros incluso negativos.
Las estimaciones de la ecuación de gravedad (2) para los ALCs son escasas, puesto que la
ecuación (2) surgió en los últimos cinco años. Baier y Bergstrand [2002 y 2007] y Carrère
[2006] proporcionan algunas primeras estimaciones.
Factores determinantes de los ALCs
Al considerar cuáles son los factores que determinan la formación de los ALCs,
se debe distinguir entre dos dimensiones. En primer lugar, comparamos los factores determinantes estáticos y dinámicos de los ALCs. En el enfoque estático que aplicamos en esta
sección, consideramos un mundo en "equilibrio a largo plazo". Formulamos la siguiente
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pregunta: ¿cuáles son los factores económicos que explican en teoría si un par de países
tendrán probablemente un ALC o no? Luego, con un modelo econométrico de respuesta
cualitativa, analizamos empíricamente si los pares de países con ALC son los que cuentan
con más posibilidades de tener dichos acuerdos, condicionados por un conjunto de factores
económicos determinantes sugeridos por el modelo teórico y que la liberalización completa
del libre comercio multilateral de acuerdo con la OMC es extremadamente costosa.8
En segundo lugar debemos distinguir entre la "economía" de los ALCs y la "política" (o economía política) de los ALCs.9 En realidad, por supuesto, los gobiernos nacionales
tienen la facultad de firmar tratados sobre la movilidad de los factores y el comercio internacional. En la literatura comercial internacional es habitual suponer que el objetivo de un
gobierno (nacional) representativo consiste en maximizar el promedio ponderado del bienestar de las personas (en términos económicos, las utilidades de los electores) y la influencia de las empresas (en términos económicos, las "rentas" o ganancias económicas de las
empresas), que probablemente operan a través de lobbies (véase, por ejemplo, Grossman
y Helpman [1995b] o Gawande, Sanguinetti y Bohara [2005]). Si bien ambos factores desempeñan un papel en la realidad, seguimos la sugerencia intuitiva de Bergsten [1996] de
que, en un enfoque a largo plazo, es probable que el bienestar económico sea la fuerza
dominante y que los factores políticos (lobbies, grupos de intereses especiales, entre otros)
sean relativamente más importantes a corto o mediano plazo. Bergsten afirma lo siguiente:
Existen, por supuesto, diferentes circunstancias nacionales que explican el
momento y las estrategias detalladas de las iniciativas individuales. Sin embargo, la
fuerza primordial ha sido el proceso de liberalización competitiva (p. 2).
Por lo tanto, en nuestro análisis estático inicial de selección de ALC, suponemos
que el bienestar económico de los consumidores representativos de dos naciones determina
si los gobiernos de ese par de países eligen tener un ALC o no. A fin de evitar el rol de las
rentas económicas, suponemos la existencia de mercados competitivos monopólicos para
la producción de bienes, con un gran número de empresas que maximizan sus ganancias y
consideran que la coordinación política es extremadamente costosa.10 En un análisis dinámico posterior que aborde en mayor profundidad el "momento" de las formaciones de los
ALCs, podrían aflorar las consideraciones económico-políticas y las rentas económicas.
Siguiendo el pensamiento de Krugman [1991a y 1991b]; Frankel, Stein y Wei
[1996] y Frankel [1997], creamos un modelo de economía mundial en el que se reconocen
los costos comerciales intercontinentales e intracontinentales. Krugman [1991a] utilizó un
modelo simple de tres economías simétricas (o idénticas) donde las empresas producían
bienes levemente diferenciados con rendimientos a escala crecientes en la producción para
demostrar que, en un mundo sin costos comerciales, los ALCs regionales disminuyeron claramente el bienestar económico de las familias. No obstante, Krugman [1991b] demostró
que en el mismo modelo, pero con costos comerciales intercontinentales extremadamente
altos, los ALCs regionales elevaron claramente el bienestar económico. Frankel, Stein y Wei
[1996] ingeniosamente denominaron este razonamiento como el debate de "Krugman vs.
Krugman". La ampliación que Frankel, Stein y Wei hicieron del modelo de Krugman resultó
de gran utilidad para incluir un continuo de costos comerciales intercontinentales y distinguir entre los ALCs "naturales" (dentro de los continentes) y los "antinaturales" [entre continentes]. Frankel, Stein y Wei pudieron entonces demostrar el punto de cruce, en materia
de costos comerciales intercontinentales, en el que el bienestar neto se transformaba de
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positivo en negativo. Al utilizar algunas estimaciones empíricas de los costos del comercio
intercontinental sobre la base de un modelo gravitacional de comercio, una de las conclusiones que presenta el libro de Frankel [1997] consiste en que, si todos los continentes
siguieran el ejemplo europeo, la regionalización de la economía mundial sería "excesiva".
A fin de establecer un modelo cuantitativo para predecir los pares de países que
deberían o no tener un ALC, Baier y Bergstrand [2004] ampliaron el modelo de FrankelStein-Wei con el objeto de incluir las economías asimétricas (tanto en cuanto al tamaño de
la economía como a la dotación relativa de factores) y los costos de transporte asimétricos
dentro y fuera del continente. El modelo tiene seis países en tres continentes. Los países
en el mismo continente afrontan los costos comerciales intra-continentales tipo iceberg
(Samuelson) y los países en continentes distintos afrontan costos comerciales intercontinentales tipo iceberg adicionales. Cada país cuenta con dos factores de producción:
capital (K) y mano de obra (L). Existen dos industrias, bienes y servicios, con preferencias
Cobb-Douglas para la producción de los dos sectores. Las preferencias para la producción
de cada sector son del tipo elasticidad constante de sustitución (CES - constant-elasticityof-substitution), que son habituales en la literatura comercial. Los productos de cada
sector están levemente diferenciados, fabricados con rendimientos a escala crecientes; los
consumidores valoran la variedad. Las producciones de bienes y servicios utilizan el capital
y la mano de obra con diferentes intensidades de factores relativos. Se generan funciones
de demanda estándar, que se analizan en detalle en Baier y Bergstrand [2002 y 2004].
Si los gobiernos maximizan el bienestar, entonces, dentro del contexto de este
modelo, es posible que ciertas características económicas favorezcan la formación de ALCS
en algunos pares de países en comparación con otros. Por ejemplo, el Gráfico 2 muestra
dos factores económicos importantes: los costos comerciales intra-continentales e intercontinentales. En primer lugar, los países que están en el mismo continente (es decir, los
socios comerciales "naturales", la superficie superior) se benefician más con un ALC que los
países que se encuentran en continentes distintos (los socios comerciales "antinaturales",
la superficie inferior). En segundo lugar, a lo largo del eje de Costos comerciales intercontinentales de 0 a 1, dichos costos se incrementan de cero (0) a prohibitivos (1). Esto sugiere
que los beneficios netos de un ALC natural se incrementan y los costos netos de un ALC
antinatural disminuyen a medida que los costos comerciales intercontinentales aumentan.
El Gráfico 3 muestra que los pares de economías de mayor PIB tienden a beneficiarse más con los ALCs que los pares de países pequeños, debido a las economías de escala en
la producción y la mayor variedad de productos disponibles en las economías más grandes.
El Gráfico 4 indica que, a medida que el PIB de dos países se diferencia cada
vez más, la probabilidad de tener un ALC es menor. El beneficio que obtiene una economía mayor con un ALC disminuye a medida que los dos países se tornan más disímiles en
cuanto al tamaño (para un tamaño económico total dado), ya que la amplitud de la variedad de importaciones se reduce en la economía más grande.
El Gráfico 5 muestra que, dada la presencia de dos industrias y dos factores, cuanto
más amplia es la dotación relativa de factores de un par de países, más probable resulta un ALC
(si los costos de trasporte intercontinentales son lo suficientemente altos) debido al aumento
del intercambio de ventajas comparativas relativas, es decir, el comercio interindustrial.
Cabe destacar, como tal vez ya se suponga, que la mayoría de estos factores
económicos (si no todos) están también claramente establecidos como factores económicos determinantes del flujo de comercio bilateral. La importancia de esto se podrá
apreciar más adelante.
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Sobre la base del modelo econométrico de respuesta cualitativa de McFadden,
utilizamos un modelo probit para intentar establecer la importancia relativa de estos factores a fin de explicar, y potencialmente predecir, la probabilidad de que haya un ALC entre
los pares de países. Empleamos una muestra de pares bilaterales entre 54 países, ó 1.431
observaciones para los ALCs de 1996 [(54x53)/2 = 1431]. Estas probabilidades se predicen
a través de las distancias bilaterales, el tamaño de los PIB, las similitudes entre los PIB, los
coeficientes K/L relativos y los índices de distancia (o resistencia multilateral) como variables
explicativas; compárese con Baier y Bergstrand [2004].
Resultados empíricos
De hecho, un modelo probit empírico funciona bastante bien. Como medida de
adecuación global, el valor de pseudo R2 de la especificación completa es el 73% para 1431
pares de países. Observamos que, para una muestra más amplia (generada más recientemente) de 96 países en 1995, el pseudo R2 permanece alto, en el 67%. De los 286 ALC
de 1996 incluidos en nuestra muestra original, el modelo predijo correctamente el 85%
(ó 243). De los restantes 1.145 pares sin ALC, el modelo predijo correctamente el 97%
(1114=1145-31). Para más detalles, consúltese Baier y Bergstrand [2004].
Nos concentramos en tres resultados empíricos. En primer lugar, observamos que
los ALCs más probables de 1996 (utilizando variables geográficas exógenas y los PIBs y las
relaciones K/L de 1960) fueron los primeros ALC. Lo que se desprende de todo esto es que
el modelo también puede potencialmente revelarnos información sobre el crecimiento del
regionalismo. Más adelante retomaremos este tema.
En segundo lugar, de los primeros 200 pares (de 1.431) que eran más factibles de
concretar un ALC en 1996, sólo 6 pares no lo lograron: Irán-Irak, Irán-Turquía, Chile-Perú
(están negociando un ALC), Japón-Corea del Sur (están negociando un ALC), Hong KongCorea del Sur y Panamá-Venezuela.
En tercer lugar, de los 1.000 pares (de 1.431) que tenían menos posibilidades de
tener un ALC en 1996, de hecho sólo 4 pares lo tuvieron: Portugal-Turquía (la unión aduanera de la UE-Turquía), Egipto-Irak, México-Chile y México-Bolivia.
Inferencias
¿Por qué el modelo funciona tan bien? Creemos que el modelo es compatible
con la noción de "liberalización competitiva". Los gobiernos nacionales comprenden que
los países tienen características económicas únicas. Con el fin de liberalizar los mercados
para mejorar los niveles de productividad y los niveles de vida, los gobiernos nacionales
eligen para los acuerdos países que compartan con ellos ciertas características económicas,
tales como el tamaño similar de la economía o la cercanía. Empíricamente, la mayoría de los
pares de países con ALC suelen contar con características económicas clave que el modelo
teórico sugiere que deben estar presentes para que un ALC aumente (en red) el bienestar
de los consumidores representativos de los pares. En muchos casos (si no en la mayoría), se
trata de pares de países que ya comercian ampliamente entre ellos. Esto es compatible con
la noción de "liberalización competitiva" de Bergsten de que el bienestar económico puede
ser la "fuerza primordial" dominante a largo plazo que impulse el regionalismo, a pesar de
los factores políticos que afectan la oportunidad. Por consiguiente, las mismas variables
observables que explican la estructura del comercio (variables de ecuación de gravedad)
también explican la posibilidad de tener un ALC debido a los probables beneficios netos
para los productores y los consumidores que surgen a partir de un ALC.
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El lector podría formular una pregunta aparentemente obvia: Si los gobiernos
nacionales están simplemente maximizando el bienestar de los consumidores, ¿por qué
no predecir tan sólo ALC bilaterales con flujos de comercio bilateral? En primer lugar,
existe una cuestión de "endogeneidad". Al predecir la probabilidad de un ALC sobre
la base de una regresión probit utilizando los flujos de comercio sobre la derecha de
la regresión probit probablemente se obtendrán estimaciones de coeficientes sesgadas.
Esto es así porque las variables "no observables", tales como los factores institucionales
y políticos, que probablemente afecten la decisión de los gobiernos para crear los ALCs
también tiendan a afectar los flujos de comercio. En los datos transversales, estas variables
no observables (para el econometrista) probablemente afectarán tanto el ALC como las
variables de comercio y sesgarán las estimaciones de los coeficientes.
En segundo lugar, la especificación probit que utilizamos sirve para identificar
las "características económicas" que influyen en la decisión de crear un ALC: las variables
económicas y geográficas, los factores que afectan el comercio intraindustrial y los factores
que influyen en el comercio interindustrial. Sin embargo, en este momento no incluye las
variables políticas. En realidad, probablemente las variables políticas también sean relevantes a la hora de explicar ciertos acuerdos importantes de integración económica. Cabe
destacar que la Comunidad Económica Europea original se creó en parte por motivos políticos relacionados con el afianzamiento de la estabilidad económica en Europa Occidental
y, además, el establecimiento de un frente económico común a raíz de la preocupación que
surgió por la expansión del comunismo asociada a la ocupación soviética de Europa Central
y Oriental. Incluso las posteriores ampliaciones de la Comunidad Económica Europea (CEE)
mediante las que se incorporaron Grecia, Portugal y España pudieron estar relacionadas
con motivos políticos a fin de contribuir a asegurar la democracia. El trabajo empírico que
se analiza más adelante en este documento aborda las variables políticas que podrían además incluirse para realzar este enfoque esencialmente económico.
El resto de este trabajo analiza cómo estas cuestiones nos sirven para comprender dos temas: el impacto cuantitativo de los ALCs en el comercio (Sección III) y el
crecimiento del regionalismo (Sección IV).
III. El impacto de los ALCs en el comercio
El enfoque y los resultados que acabamos de analizar tienen repercusiones potencialmente importantes para los cuarenta años de investigación empírica en los que se utilizó
la ecuación de gravedad con datos transversales que abordamos en apartado Factores determinantes del comercio bilateral. Desde que el premio Nobel Jan Tinbergen utilizó por primera vez la ecuación de gravedad en 1962, esta ecuación se ha utilizado cada vez más para
estimar el impacto de los ALCs en los flujos de comercio de los países miembro. Tinbergen
[1962] estudió los flujos de comercio bilateral internacional entre varios países con datos
de corte transversal de la década de 1950, incluyendo variables ficticias para el ALC de la
unión aduanera y económica de Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo (BENELUX) y los
miembros de la Mancomunidad Británica de Naciones. Observó que los miembros de cualquiera de estos acuerdos incrementaron el comercio en sólo el 5%. Sin embargo, el análisis
previo sugiere que las estimaciones transversales de las repercusiones que los ALCs tendrán
en el comercio en los próximos años se ven afectadas por un potencial sesgo de selección. Si
los pares de países eligen un ALC por razones no observables que guardan correlación con
flujos de comercio potenciales, las estimaciones MCO probablemente estarán sesgadas.
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Por ejemplo, en las Ecuaciones (1) o (2), el término de error ε puede estar representando barreras relacionadas con la política que no son observables (para el investigador
empírico) y que tienden a reducir el comercio entre los países i y j que no están representados por las variables estándar del lado derecho de la ecuación de gravedad, pero pueden
guardar correlación con la decisión de generar un ALC. Supongamos que dos países tienen
amplias e innumerables reglamentaciones internas (por ejemplo, reglamentaciones internas
de expedición) que restringen el comercio (y hacen que ε sea negativo). La probabilidad
de que los gobiernos de los dos países elijan un ALC puede ser alta en caso de que haya
expectativas de lograr una gran ganancia de bienestar a partir de la creación potencial de
un comercio bilateral si el ALC profundiza la liberalización más allá de las barreras arancelarias de las reglamentaciones internas (y otras barreras no arancelarias). Por lo tanto, es
posible que ALC en la ecuación (3), que se muestra a continuación, y la intensidad de las
reglamentaciones internas estén correlacionados de manera positiva en los datos de corte
transversal, pero el término de error ε de la ecuación de gravedad y la intensidad de las
reglamentaciones internas pueden guardar una correlación negativa. Esto sugiere que ALC
y ε están correlacionados de manera negativa, y que la estimación del coeficiente de ALC
en la ecuación (3) puede estar subestimada.
Un gran número de autores han observado que uno de los mayores beneficios
del regionalismo es la posibilidad de contar con una "integración más profunda". Lawrence
([1996], p. xvii) hace una distinción entre las "políticas internacionales" que se ocupan de
las barreras de frontera, tales como los aranceles, y las "políticas nacionales" que se ocupan
de todo lo que se encuentra "más allá de las fronteras de la nación, tales como las normas
de competencia y antimonopolio, la gobernanza empresarial, los estándares de los productos, la seguridad laboral, la reglamentación y supervisión de las instituciones financieras, la
protección ambiental, los códigos tributarios (...)" y otras cuestiones nacionales. Después de
la Segunda Guerra Mundial, el GATT y la OMC demostraron una gran eficacia en la reducción de barreras de frontera tales como los aranceles. Sin embargo, estas instituciones han
sido mucho menos eficaces a la hora de liberalizar las políticas nacionales que acabamos de
mencionar. Tal como afirma Lawrence, "(...) una vez que se eliminan los aranceles, los problemas complejos persisten, debido a las diferencias que existen con respecto a las políticas
reguladoras de las naciones" (p. 7). Sostiene que en muchos casos, los ALCs son "acuerdos
cuyo objeto consiste sólo en lograr una mayor integración entre la inversión y la competencia internacional" (p. 7). Gilpin [2000] se hace eco de este argumento: "No obstante, la
incapacidad para ponerse de acuerdo sobre las normas internacionales o para incrementar
la cooperación internacional en esta área ha contribuido al desarrollo del comercio dirigido
y de los acuerdos regionales" (p. 108; el énfasis es nuestro).
Creemos que este sesgo (de selección) por variables omitidas es la mayor fuente
de endogeneidad que enfrenta la estimación de los efectos de los ALCs en las ecuaciones de
gravedad que utilizan datos de corte transversal. Además, los argumentos antes mencionados sugieren que es posible que las decisiones de los formuladores de políticas al elegir un
ALC se relacionen con el nivel de comercio (en relación con su nivel potencial) y no con los
cambios recientes en los niveles de comercio. Por lo tanto, los factores determinantes de un
ALC probablemente sean de carácter transversal.
Con los datos de corte transversal, las técnicas convencionales econométricas
para abordar el sesgo por variables omitidas (y de selección) incluyen la estimación que
utiliza variables instrumentales y funciones de control Heckman. En los últimos tres años,
sólo un pequeño número de estudios ha intentado hacerlo; el trabajo de Baier y Bergstrand
18
Integración y Comercio
N° 26 - Enero-Junio 2007
[2002] fue el primero. Los pocos estudios que han intentado resolver este dilema utilizando
variables instrumentales y otras técnicas de corte transversal han tenido escaso éxito; compárese con Baier y Bergstrand [2007]. Básicamente, el motivo es que, con los datos de corte
transversal, resulta difícil identificar convincentemente variables que se correlacionen con
la variable ficticia ALC y no se correlacionen con los flujos de comercio. Es decir, no hay
variables observables que identifiquen las ecuaciones respectivas.
Sin embargo, existen algunas técnicas alternativas para abordar el problema. Por
ejemplo, si las decisiones de crear ALC son "lentas", como es probable que sean, pero los
flujos de comercio no son lentos (lo cual también es probable), entonces los datos de panel
brindan la oportunidad de identificar mejor los efectos no sesgados de los ALCs en los flujos
de comercio. Bayoumi y Eichengreen [1997] persiguen esto utilizando primeras diferencias
y Cheng y Wall [2005] lo hacen utilizando efectos fijos, pero ambos dentro del contexto de
especificaciones de gravedad sin base teórica, con pequeñas muestras.
Baier y Bergstrand [2007] utilizaron ambos enfoques en el contexto de una ecuación de gravedad con base teórica para una amplia muestra de países y datos de panel.
Comenzando por el equilibrio general condicional de Anderson y van Wincoop [2003],
Baier y Bergstrand [2006b] impulsaron la versión de panel de la ecuación de gravedad de
Anderson y van Wincoop:
ln [X ijt / (RGDP it RGDP jt )] = β 0 + β 3 ( ln DIST i j ) + β 4 (ADJ i j )
+ β 5 (LANG ij ) + β 6 (FTA ijt ) - ln P i t 1 - σ - ln P j t 1 - σ +ln ε i j t
(3)
donde X ijt representa el flujo de comercio real (ajustado por la inflación) de i a j
en el año t y RGDP it representa el PIB real del país i en el año t .
Mediante el uso de efectos fijos específicos de pares bilaterales y efectos de país y
tiempo, Baier y Bergstrand [2007] observan que el efecto de tratamiento promedio acumulativo de un ALC sobre el comercio después de 10 a 15 años es de 0,76. Dado que e 0.76 es igual a
2,14, esto implica que un ALC en promedio incrementa el comercio internacional de dos miembros en un 114% después de 10 a 15 años. Este efecto estimado se considera no sólo mayor
sino también más sólido ante los análisis de sensibilidad que las estimaciones anteriores.
IV. El crecimiento del regionalismo
Las predicciones del modelo probit empírico de Baier y Bergstrand [2004] que analizamos en la Sección III, si bien se basan en un enfoque de equilibrio estático a largo plazo,
aportaron algunas ideas acerca del crecimiento (o trayectoria a lo largo del tiempo) del regionalismo. Mencionamos algunas observaciones que llaman a la reflexión. En primer lugar, el
par de países que tiene más probabilidades de tener un ALC en nuestro modelo de 1996
es el de Austria y Hungría. Como ya sabemos por la historia, Austria y Hungría tuvieron un
acuerdo de integración económica y política antes de 1919, que se denominó formalmente
"Austria-Hungría"; en realidad, el acuerdo de integración económica fue una unión aduanera. Asimismo hubo algo de integración política en el ámbito federal, si bien fue bastante
incompleta. Existieron factores políticos -entre ellos, la Primera Guerra Mundial, la evolución
de la Unión Soviética y la creación de la "Cortina de hierro"- que llevaron a la disolución de
este AIE y a la ausencia de un nuevo AIE hasta 2004, momento en que Hungría se incorporó
a la Unión Europea (UE) (a la que Austria se había incorporado por su cuenta en 1995).
N° 26 - Enero-Junio 2007
Integración y Comercio
19
Curiosamente, el próximo par que tiene más probabilidades es el de Bélgica,
Luxemburgo y Holanda. En nuestro conjunto de datos, consideramos a Bélgica y Luxemburgo
como un "país", puesto que muchos de los datos económicos globales de los dos países
suelen combinarse. Esto resulta interesante ya que en el periodo posterior a la Segunda
Guerra Mundial, el primer AIE fue, de hecho, la BENELUX, que se formó en 1948.
El siguiente AIE importante fue la Comunidad Económica Europea (CEE), que se
formó en 1957 en virtud del Tratado de Roma. Los seis miembros fueron los tres países de
BENELUX, Francia, Alemania e Italia. Ocho de los diez países miembro originales de la CEE
(10=(5x4)/2, considerando Bélgica y Luxemburgo como un país), se encuentran dentro de los
primeros 25 pares que tienen más posibilidades de tener un ALC, según nuestro modelo.
Otro AIE importante fue el Mercado Común Centroamericano (MCCA), que se
creó en 1960 e incluye a El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Más adelante,
Costa Rica se incorporó como miembro pleno y Panamá, como miembro asociado. Cinco
de los seis pares de miembros originales del MCCA (6=(4x3)/2) se encuentran entre los
primeros 25 pares que tienen más posibilidades.
Al considerar el crecimiento del regionalismo, los factores económicos dinámicos
pasan a ser relativamente más importantes, al igual que los factores políticos. Los resultados
antes mencionados, si bien se generaron en un contexto estático, parecen indicar factores económicos que podrían explicar el crecimiento del regionalismo. Estos factores podrían
incluir cambios en el tamaño económico, las similitudes económicas, la dotación relativa de
factores o los costos comerciales. Dado que es probable que los cambios relativos (entre pares
de países) en el tamaño económico, las similitudes económicas y la dotación relativa de factores se produzcan con gran lentitud, se deben considerar los factores que sufren cambios más
significativos de una década a otra a fin de explicar el crecimiento del regionalismo. Estos factores económicos pueden ser los costos comerciales multilaterales. Por ejemplo, en la década
de los años cincuenta la creación de la CEE modificó drásticamente los precios multilaterales
de la década de los años sesenta que afrontaban todos los países del mundo, principalmente
aquellos países que comerciaban en mayor medida con los países originales de la CEE, tales
como el Reino Unido y Dinamarca. Al aumentar los niveles de la resistencia multilateral de
estos países, probablemente se hayan incrementado los beneficios económicos relativos de ser
miembro de la CEE, lo que quizás provocó que esos países se incorporaran a la Comunidad.
Cada vez que se incorporaba un nuevo grupo de países, los niveles de precios multilaterales
de todos los países del mundo se modificaban, lo cual hacía que cada par de países cambiara
su decisión de crear o no crear un AIE, o de incorporarse a uno ya existente. El proceso que
se describe es económico y comparte muchos de los aspectos centrales de la idea de "liberalización competitiva" de Bergsten y la "teoría del efecto dominó" de Baldwin.11
Por supuesto, es probable que los factores políticos hayan desempeñado un papel
más prominente en la evolución real de la formación de acuerdos.12 Las teorías de Grossman
y Helpman son potencialmente útiles a la hora de enriquecer una investigación empírica
sobre el crecimiento del regionalismo. Gawande, Sanguinetti y Bohara [2005] proporcionan
algunas primeras pruebas empíricas de un "examen" de la teoría político-económica de
Grossman-Helpman acerca de la creación de los acuerdos de libre comercio.
Algunos trabajos empíricos en materia de ciencias políticas ya arrojan algo de
luz sobre los factores políticos que inciden en la creación de los ALCs. En Mansfield [1998];
Mansfield, Milner y Rosendorff [2002]; Mansfield y Reinhardt [2003] y Mansfield, Milner
20
Integración y Comercio
N° 26 - Enero-Junio 2007
y Pevehouse [2005] se ha analizado de manera empírica el crecimiento de los ALCs. Con
excepción del enfoque de series cronológicas de Mansfield [1998], los otros tres estudios
analizaron empíricamente los factores que explicaban el cambio de estado de un par
de países, que pasaban de no tener un ALC a tenerlo. Los autores observaron que los
pares de países con regímenes democráticos, menos conflictos militares, más alianzas, un
legado colonial en común, menos conflictos con terceros y menos potenciales "jugadores
con veto" (de la creación de un ALC por parte de los gobiernos nacionales) contaban con
más posibilidades de pasar de "no tener ALC" a "tener ALC". Además, los análisis controlaron algunas variables económicas tales como el tamaño del PIB, cambios en los PIB y
los niveles del comercio bilateral. Curiosamente, en la mayoría de los casos, las variables
políticas de nivel explicaron el cambio de no tener ALC a tenerlo. Sin embargo, al no
contar con un modelo más formal, no queda claro el motivo por el que los niveles de las
variables deberían afectar los cambios en el estado del ALC. El análisis anterior sugiere que
los cambios en la política comercial deberían relacionarse con los cambios en las variables
económicas y políticas pertinentes. Además, el análisis anterior sobre el sesgo de selección
sugiere que es probable que las variables no observables que producen el comercio también estén causando la creación de ALCs. Por lo tanto, la inclusión del comercio bilateral
como una variable de lado derecho en estas regresiones probablemente tendrá como
resultado estimaciones de coeficientes contradictorias. Asimismo, estos primeros análisis
no incluyen la modificación de los costos comerciales multilaterales. Por lo tanto, si bien
estos estudios son un buen comienzo, todavía hay mucho más por hacer.13
V. Conclusiones
El surgimiento de un aparente "spaghetti bowl" de acuerdos regionales de
libre comercio en los últimos quince años sugiere que el sistema de comercio mundial está
evolucionando de manera desordenada, ineficaz y potencialmente perjudicial, en lo que
respecta al bienestar de los consumidores. Sin embargo, existe una visión alternativa de
este "spaghetti bowl" que consiste en un "mercado para el regionalismo". El presente
trabajo abordó tres cuestiones al respecto. En primer lugar, analizamos un marco sistemático, estático, a largo plazo para explicar y predecir si un par de países debería tener o no
un ALC. Existen sólidas pruebas empíricas transversales que concuerdan con la opinión de
que los factores económicos explican la presencia o ausencia de ALC. En segundo lugar,
observamos que muchas de las pruebas empíricas a posteriori de los efectos de los ALCs
en el flujo de comercio sugieren que los ALCs tienen efectos positivos menores, y en
algunos casos efectos negativos, en los volúmenes de comercio. Sostuvimos y recopilamos las pruebas de que una gran parte del sesgo por defecto de estos efectos estimados
de "tratamiento" probablemente puede atribuirse a un sesgo de selección. Es decir, las
variables no observables que producen el comercio también tienden a explicar la presencia o ausencia de un ALC. En tercer lugar, una de las cuestiones más importantes que aún
queda por dilucidar es la comprensión del crecimiento del regionalismo. Si bien existen
las "teorías" del efecto dominó y de la liberalización competitiva, ninguna se expresó de
manera formal ni sistemática. Sostuvimos que una consideración relevante que aparentemente se omitió es la sistemática comprensión y cuantificación de los costos del comercio
multilateral para explicar mejor la permanencia del regionalismo a través del tiempo.
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Integración y Comercio
21
Notas
Para algunos, el nuevo regionalismo también se relaciona con la mayor profundidad
de ciertos acuerdos, tal como la profundización de la UE en comparación con la Comunidad
Económica Europea original.
1
El lector perspicaz preguntará, por supuesto: "¿Poco trascendentes en relación
con qué?" La afirmación del texto requiere más precisamente una especificación del caso
hipotético. En la mayoría de los casos, se relacionaría con alguna predicción cuantitativa de
la diferencia de los niveles de comercio con y sin los ALCs, es decir, un efecto comparativo
y estático de equilibrio general. La especificación formal de este efecto no se encuentra
dentro de los objetivos de este trabajo. Sin embargo, una gran cantidad de modelos
de equilibrio general computable a gran escala sugieren impactos cuantitativos. Dentro
del contexto de nuestro trabajo, ponemos el acento en dos cuestiones. En primer lugar,
analizamos de manera informal un enfoque de equilibrio general alternativo para estimar
los efectos de tratamiento promedio de los ALCs que une más estrechamente la teoría
con las pruebas empíricas. En segundo lugar, abordamos informalmente cómo el sesgo de
endogeneidad en la estimación empírica de los efectos de tratamiento de los ALCs tiende
a reducir los efectos estimados.
2
3
Además, Moravcsik sostiene que las presiones para llevar a cabo la liberalización
constituyeron el factor preponderante de gran parte de la integración económica europea, con
la probable excepción del incentivo que tuvo Alemania en la década de los años cincuenta.
Tal como ya lo mencionamos, nuestro análisis primero tomará como dado de
manera exógena el nivel actual de las barreras comerciales orientadas a la política, por
ejemplo, las tasas arancelarias. En realidad, el enfoque ideal consistiría en considerar las tasas
arancelarias de equilibrio de John Nash previas y posteriores a la integración determinadas
de manera endógena, ya que es probable que los aranceles de equilibrio de Nash previos a la
integración difieran de los posteriores. Sin embargo, este trabajo no contempla el análisis de
esta limitación, sobre todo por la incorporación de los tamaños asimétricos de las economías
de los países, los costos de transporte tanto intercontinentales como intracontinentales.
4
En el resto de este trabajo, usaremos con frecuencia los términos "bilateralismo" y
"regionalismo" indistintamente.
5
Tal como se observó en Anderson y van Wincoop [2004], Anderson [1979] y Anderson y van Wincoop [2003] son modelos de equilibrio general "condicional", que emplean una suposición de "posibilidad de separación del comercio", en la cual la distribución
de flujos bilaterales en los N países puede separarse de la distribución de la producción y el
consumo dentro de los países.
6
Véase Anderson y van Wincoop [2004], que incluye un estudio excelente sobre la
literatura que se refiere a los fundamentos teóricos del modelo gravitacional. En Anderson
[1979], todos los precios estaban normalizados a la unidad. En Bergstrand [1985, 1989 y
1990], se empleó el supuesto de "país pequeño" para tratar los niveles de precios de los
7
22
Integración y Comercio
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otros países N-1 como exógenos al par de países ij . En Anderson y van Wincoop [2003] los
niveles de precios de todos los países son endógenos.
En nuestra teoría suponemos que la decisión de tener o no un ALC toma como
exógena la estructura actual de la OMC que impide lograr el "libre" comercio. Suponemos
que, tal como lo afirma Bergsten [1996]: "Simplemente lleva menos tiempo y resulta menos
complicado llegar a acuerdos adecuados para todos con pocos países vecinos que con todos
los miembros de la OMC, que suman más de 100 países" (p. 4). Esto también concuerda
con el enfoque de Grossman y Helpman [1995b] de que, "Al igual que en Grossman y
Helpman [1994a y 1995a], suponemos que el gobierno en ejercicio está en condiciones de
establecer la política comercial, lo cual significa que puede intentar lograr un acuerdo de
libre comercio o dar por terminadas las deliberaciones" (p. 670). Se descarta una alternativa
de política comercial multilateral por presunción.
8
9
Tomamos esta útil distinción de Krugman [1991a].
Aun dentro de un marco competitivo monopólico, los países podrían elegir de
manera óptima aranceles más altos en equilibrio. Suponemos que no lo hacen por tres
razones: (1) el espíritu del GATT/OMC, donde se impide a los miembros de los ALCs
aumentar sus aranceles externos promedio; (2) el equilibrio de Nash incluso puede generar
una disminución de los aranceles externos (véanse los trabajos de Yi [2000] y Ornelas
[2001]); y (3) no observamos incrementos en los aranceles externos (véase el trabajo
empírico de Estevadeordal, Freund y Ornelas [2005]).
10
De esta misma manera, el cambio que se produjo en la década de 1980 en la política
de Estados Unidos, que pasó de ser una política ligada a la liberalización "multilateral" en
virtud del GATT a una que permite los AIEs regionales, refleja probablemente una reacción
"competitiva" a la ampliación de la Comunidad Europea a comienzos de 1973. De hecho,
sólo 8 años después del nacimiento de la CEE, Estados Unidos y Canadá firmaron un
acuerdo de libre comercio para el sector automotor y se llevaron a cabo debates para lograr
un acuerdo de libre comercio total entre Estados Unidos y Canadá.
11
Por ejemplo, muchos podrían argumentar que la eliminación de guerras futuras
entre Francia y Alemania y el establecimiento de un acuerdo comercial unificado entre los
países de Europa Occidental a fin de enfrentar la amenaza militar de la Unión Soviética
representaron factores importantes a la hora de constituir la CEE original.
12
Tal como se señala en el texto, los factores políticos son probablemente bastante
importantes en cuanto al "tiempo" de los acuerdos.
13
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23
Gráfico 1
El "spaghetti
bowl" de
Myanmar
Cambodia
Bután,
Maldivas,
Nepal,
Paquistán
ALCs
en las
Américas
Brunei Darussalam
Viet Nam
Laos
Filipinas
Malasia
Blangadesh
Asia-Pacífico - 2005
República
Dominicana
Nicaragua
El Salvador Panamá
Guatemala
Costa
Honduras
Rica
Rusia
Indonesia
y
Estados Unidos
Paraguay
Brasil
Argentina
Uruguay
Tailandia
India
Sri Lanka
Singapur
Nueva Zelanda
Chile
México
Japón
República Popular
de China
Hong Kong,
China
Perú
China Taipei
Australia
Fiji, Islas Solomón,
Vanuatu
Corea
Canadá
Colombia
Bolivia
Venezuela
Papúa
Nueva Guinea
Estados Federales de Micronesia,
Islas Marshall, Kiribati, Palau,
Samoa Occidental, Tonga, Vanuatu,
Timor Oriental, Islas Cook,
Naurú, Niue, Tuvalu
ASIA
Ecuador
Bahamas
Haití
Dominica, Surinam,
Jamaica, St. Lucía, Belice, St.
Kitts & Nevis, Granada, Barbados,
Guyana, St. Vicente & las Granadinas,
Antigua & Barbuda, Trinidad
& Tobago
AMÉRICA
Acuerdos intrarregionales
Acuerdos interregionales
Acuerdos finalizados
Acuerdos en negociación
Fuente: Departamento de Integración y Programas Regionales, BID.
24
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Gráfico 2
Variación
del bienestar en los
ALCs:
impacto de los costos comerciales
intra e intercontinental
2,0
% variación de bienestar
2,5
1,5
2,0
1,5
1,0
1,0
0,5
0,5
0
1
-0,5
-1
1
0,8
0
0,5
0,6
0,4
Factor de costo comercial intercontinental
0,2
0
-0,5
0
Factor de costo comercial intracontinental
Notas: La parte superior muestra países del mismo continente (socios comerciales “naturales”) y la parte
inferior muestra países de diferente continentes (socios comerciales “no naturales”). Los costos comerciales
varían entre cero (0) a prohibitivo (1). Los beneficios netos de un ALC natural se incrementan a medida que
suben los costos comerciales intercontinentales.
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Integración y Comercio
25
Gráfico 3
Variación
del bienestar en los
ALCs:
impacto sobre el tamaño de país
3
2
País grande
4
1
2
0
0
-2
-4
-1
País
mediano
-6
1
-2
1
País
pequeño
0,5
0,5
0
Factor de costo comercial intracontinental
-3
-4
0
Factor de costo comercial intercontinental
Notas. Los pares de economías más grandes tienden a beneficiarse más de los ALCs debido a las economías
de escala y la creciente variedad de productos disponibles en las economías más grandes.
26
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Gráfico 4
Variación
del bienestar en los
ALCs:
impacto del tamaño de país
y las diferencias de dotación de factores
3,0
2,8
% variación de bienestar
7
2,6
6
5
2,4
4
2,2
3
2,0
2
1,8
País
pequeño
1
40
30
20
1,5
País
grande
0
1,4
1,2
0,5
10
Diferencias de dotación
1,6
0
Factor de costo comercial intercontinental
Notas: cuando los países son pequeños y las diferencias de dotación y de costos comerciales intercontinentales son más altas, las ganancias de bienestar de un ALC son significativas.
N° 26 - Enero-Junio 2007
Integración y Comercio
27
Gráfico 5
Variación
del bienestar en los
ALCs:
impacto de las diferencias
de dotación de factores y los costos comerciales
2,8
2,7
% variación de bienestar
3,0
2,6
2,8
2,5
2,6
2,4
2,4
2,3
2,2
2,2
2,0
2,1
1,8
60
1
40
0,5
20
0
Diferencias F. E. relativas
2,0
1,9
0
Factor de costo comercial intercontinental
Notas: Las diferencias F. E. relativas corresponden al factor relativo de las diferencias de dotación
(relación capital-trabajo) entre pares de países. Cuanto más amplia la diferencia del factor relativo o de
la dotación y cuanto más alto los costos comerciales intercontinentales, más grandes son las ganancias
de bienestar de un ALC.
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Integración y Comercio
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