la producción de televisión educativa para la primera infancia

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LA PRODUCCIÓN DE TELEVISIÓN EDUCATIVA PARA LA
PRIMERA INFANCIA: UNA PROPUESTA PARA POTENCIAR
EL DESARROLLO DE LOS NIÑOS Y NIÑAS COLOMBIANOS
Línea Temática: 1. Experiencias pedagógicas e Innovación en ámbitos
educativos no universitarios
Sandoval Romero, Yamile
Dpto. de Comunicación, Facultad de Comunicación y Publicidad, Universidad Santiago de Cali. Calle
5ta. Carrera 62 Campus Pampa Linda, Cali, COLOMBIA yamile.sandoval@yahoo
Resumen: Reconociendo el impacto de los medios audiovisuales en la vida cotidiana de los niños,
plasmado en documentos oficiales de instituciones estatales en Colombia que los ponen al mismo
nivel que la familia y la escuela, la autora define la primera infancia y dentro de esta un rango de edad
entre los 4 y los 7 años, para posteriormente caracterizar la etapa del desarrollo infantil como punto
de partida, para exponer su propuesta de utilizar la producción de contenidos audiovisuales infantiles
como herramienta para potenciar el desarrollo de los niños y las niñas Colombianas. Punto seguido
expone los resultados de una indagación preliminar de los contenidos para la franja de edad definida
que circulan por el canal público nacional Señal Colombia, enunciando una tipología para la televisión
educativa. Termina su exposición con una propuesta que se enfoca en dos dimensiones: la primera,
centrada en el contenido mismo, para la cual hace una serie de recomendaciones que incluidas en la
narrativa del producto ayudarán a conseguir el objetivo propuesto; en la segunda dimensión hace
evidente la necesidad de crear un adecuado soporte pedagógico para el producto, esto aprovechando
las posibilidades que la tecnología brinda en la sociedad de la convergencia digital.
Palabras Clave: Televisión educativa, primera infancia, comunicación-educación.
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Introducción
El reconocimiento social del medio audiovisual, la elevada exposición al mismo, el control sobre los
contenidos que tienen hoy los niños y niñas, y el advenimiento de la televisión digital, son algunos de
los argumentos que justifican la propuesta de potenciar la producción de contenidos educativos para
la infancia en Colombia.
El Plan Decenal de Educación (PDNE) 2006-2015, reconoce oficialmente la influencia, especialmente
de la televisión, y los medios de comunicación aparecen repetidamente en el documento, articulando
tres elementos clave, la participación de todos los actores involucrados; su utilización como
potenciadores del desarrollo y, el énfasis que se debe poner en la programación responsable de sus
contenidos.
Asumidos como instrumento que posibilitan procesos de formación efectivos, abogan por mayores
espacios que favorezcan procesos de aprendizaje para el fomento de la cultura de paz y los valores,
esperando que el 100% de los medios diseñen espacios para la formación sobre la atención de niños
y niñas menores de 7 años y así proteger la primera infancia.
Por otro lado, de acuerdo con los estudios nacionales son más de cinco horas las que los niños y
niñas entre 7 y 11 años consumen televisión, aunque aún no existen datos exactos del consumo de
producción audiovisual a través de otras pantallas como computadores o dispositivos móviles. Lo
único cierto y evidente, es que los niños y niñas son nativos digitales en palabras de Prensky (2001),
que se aproximan a los contenidos audiovisuales fácil y gustosamente.
En el caso particular de la primera infancia y su relación con la televisión, son pocos los datos
oficiales de su consumo y lo que desde la experiencia empírica de quienes trabajan en el campo se
infiere, es que los contenidos a los que tienen acceso son casi en su totalidad, los que provienen de
televisiones internacionales en los que los niños y niñas colombianos no son representados. Esto se
configura como una oportunidad para desarrollar el campo de los contenidos audiovisuales, pero a la
vez un reto al enfrentarse a un futuro que tendrá que construirse desde la experiencia.
Definición de primera infancia
De acuerdo con el artículo 29 de la Ley 1098 del código de Infancia y Adolescencia, “La primera
infancia es la etapa del ciclo vital en la que se establecen las bases para el desarrollo cognitivo,
emocional y social del ser humano. Comprende la franja poblacional que va desde los cero (0) hasta
los seis (6) años de edad”.
Para Jaramillo (2007), quien hace una conceptualización de la infancia, este periodo se encuentra
entre la gestación y los 7 años y lo define como “el periodo de la vida, de crecimiento y desarrollo
comprendido desde la gestación hasta los 7 años aproximadamente y que se caracteriza por la
rapidez de los cambios que ocurren” (p.110).
Para Puche, Orozco, Orozco y Correa (2009), autoras del documento Desarrollo infantil y
competencias en la primera infancia para el Ministerio de Educación de Colombia, este periodo está
comprendido entre los 0 y los 5 años. En el mismo, presentan una segmentación con relación al
desarrollo infantil de acuerdo con sus competencias en tres momentos:
–
De 0 a 1 año, periodo en el que el bebé descubre el mundo a través de las experiencias
reorganizadoras, que de acuerdo con las autoras, “se refiere a un funcionamiento cognitivo que
marca momentos cruciales en el desarrollo, pues ellos sintetizan el conocimiento previo y
simultáneamente sirven de base para desarrollos posteriores, más elaborados. Una experiencia
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reorganizadora más que acumulación, es el resultado de la integración de capacidades previas,
que permiten a los niños acceder a nuevos ‘saberes’ y ‘haceres’ y movilizarse hacia formas más
complejas de pensamiento y de interacción con el mundo” (p.17)
–
De 1 a 3 años, periodo en el que los niños y niñas adquieren competencias que les permiten
involucrarse en el mundo como actores. La autonomía y la confianza en ellos mismos se
desarrolla preparándolos para actuar en el mundo como seres independientes, acompañados de
momentos de construcción hacia la conquista del lenguaje verbal como elemento para
comunicarse con el mundo.
–
De 3 a 5 años, el niño es capaz de reconocer plenamente al otro y sus intenciones, lo que
denominan las autoras como el momento en que los niños “leen la mente de los otros”.
Por su parte, Peralta y Fujimoto (1998), cuando presentan el informe desde la Organización de
estados Americanos OEA, denominado “La atención integral de la primera infancia en América latina:
ejes centrales y desafíos para el siglo XXI” hablan del niños situado entre los 0 y los 6 años, como
población considerada dentro de esta definición para establecer los diferentes estrategias y
programas. De igual forma, hacen un rastreo de términos asociados indistintamente a este mismo
concepto.
“El grupo etáreo de la población infantil que va desde el nacimiento hasta los seis años, constituye el
grupo-objetivo y por tanto, el campo de acción de los programas destinados a este sector. Las
diferentes denominaciones existentes: bebés, guaguas, lactantes, menores de seis años, párvulos,
infantes, niños-pequeños, preescolares, pre-básicos, pre-primarios, etc., pretenden identificar con
mayor o menor acierto estos niños-sujetos que constituyen el centro de este actuar” (p.15)
El Instituto de Bienestar Familiar ICBF, en el documento “Colombia por la primera infancia. Política
pública por los niños y niñas, desde la gestación hasta los 6 años” del año 2006, además de sentar
postura frente a la conceptualización del niño “desde sus primero años, sin importar los distingos de
edad, género, raza, etnia o estrato social, es definido como un ser social activo y sujeto pleno de
derechos. Es concebido como un ser único, con una especificidad personal activa, biológica,
psíquica, social y cultural en expansión”, define la primera infancia como “la etapa del ciclo vital que
comprende el desarrollo de los niños y de las niñas, desde su gestación hasta los 6 años de vida”.
(Castañeda y Mina, 2006:33)
El Ministerio de la Cultura de Colombia, en su estrategia de Cero a Siempre, define a los niños y
niñas menores de 6 años, como la población dentro del concepto de primera infancia cuando afirma
que una de sus funciones debe ser contribuir “al desarrollo integral de los niños y las niñas menores
de 6 años, incentivando los derechos culturales a través de los lenguajes expresivos y estéticos y
garantizará el enfoque diferencial y la acción sin daño a lo largo de toda la atención que se le debe
dar a los niños y niñas de la primera infancia”(www.mincultura.gov.co)
Es así como buscando una definición de primera infancia, encontramos que entre los 0 y los 7 años,
es el rango en el que se mueven los diferentes autores y entidades que intervienen de una u otra
manera, para definir este concepto. Sin embargo, nos concentramos en la caracterización del público
objetivo entre los 4 y los 7 años, de tal forma que podamos enunciar concretamente la propuesta.
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En lo que sin distinguir el rango de edad en el que sitúen la primera infancia coinciden los autores e
instituciones citadas, es que es en esta etapa de la vida en la que los niños y niñas precisan con
mayor énfasis atención para facilitar su desarrollo integral. Es por esta razón que resulta de vital
importancia asumir una relación que hasta el momento ha sido vista con recelo, para convertirla en
una oportunidad.
Los niños y niñas entre los 4 y 7 años, televisión para su desarrollo psicosocial
Tradicionalmente la influencia del medio, en este caso como antecesor la televisión, ha sido
considerada desde los dos extremos. Las investigaciones que advierten de su peligro al asumir su
absoluto poder, y las otras, que consideran que no tiene mayor influencia y que su papel solo se
centra en el ámbito del entretenimiento. Para la presente propuesta, nos instalamos en la vertiente,
menos frecuente pero efectiva, en la que consideramos el medio como instrumento que potencia el
desarrollo, si se diseña bajo unos principios claros, que incluyen el reconocimiento del niño real con
quien se entabla comunicación y una estrategia pedagógica coherente con la concepción del niño en
el proceso de la recepción.
Con relación a este último punto, podríamos exponer el largo camino evolutivo en el que el
reconocimiento de la audiencia ha pasado de considerarla una masa sin voluntad, a un actor social
crítico y activo al momento de recibir los contenidos audiovisuales. Sin embargo, nos interesa
detenernos en la precisión frente a nuestro punto de vista.
Considerando que el desarrollo humano es el proceso en el cual el ser biológico se constituye en un
ser social y cultural. En otras palabras, el desarrollo social es la realización del potencial biológico,
traducido en términos del ser social y cultural de la persona” (Amar, 1998:6). Así, asumimos a los
niños y niñas del público objetivo, como actores importantes, activos y con capacidad crítica para
construir sus propias experiencias a través del contenido que entregaremos en cada capítulo, y el
producto audiovisual como un elemento del contexto cotidiano, que se utilizará para potenciar su
desarrollo.
Por esta razón y asumiendo directamente la teoría en la que se centra el desarrollo de los contenidos
de la serie, nos adscribimos a la teoría desarrollada por Karmiloff-Smith e Inhhelder, quienes sientan
las bases del sujeto constructivista (Puche, Colinvaux y Dibar, 2001), que consideran lo que
denominan el niño como científico. Postura que reconoce que el niño desde edades tempranas 3,4
años, desarrolla herramientas científicas que le permiten construir una manera de reconocer y
apropiarse del mundo. De igual manera y citando a Puche y otros (1998), y en coherencia con la
postura anterior, los niños y niñas entre los 3 y los 5 años, son capaces de reconocer las intenciones
del otro, lo que le asigna un papel activo frente a los fenómenos cotidianos.
Televisión educativa y primera infancia
Aunque una de las conclusiones del libro de Omar Rincón en el año 2002, es que no existe una
producción de televisión educativa importante, se debe reconocer el esfuerzo del Estado Colombiano
en vincular sectores de productores y académicos, para desarrollar propuestas educativas para las
franjas infantiles, juveniles y para docentes.
Para presentar un panorama cercano a la producción educativa actual, durante el mes de octubre de
2011, se realizó una búsqueda documental a través de internet en principalmente en las páginas
especializadas del Ministerio de Educación Nacional www.colombiaaprende.edu.co, y el canal
público nacional Señal Colombia www.senalcolombia.tv, así como sitios de divulgación académica,
en los que se referencian los programas producidos bajo el esquema de televisión educativa, estos
últimos, localizados a través del buscador google con la clave “televisión educativa”:
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En total se encontraron 31 programas catalogados como televisión educativa, en las dos páginas
principales
y
cuatro
adicionales,
direccionadas
por
el
buscador
elegido
(www.colombiaaprende.edu.co;
www.senalcolombia.tv;
www.oei.es;
www.comminit.com;
www.mineducacion.gov.co; www.accionsocial.gov.co)
Para su análisis se diseñó una matriz que incluye cuatro criterios descriptivos (nombre, proponente,
descripción y fuente) y seis clasificatorios (tipo de televisión, género, público, propósito principal, tipo
canal y apoyo pedagógico).
Con relación al tipo de televisión, la autora del presente documento definen tres tipologías de
televisión educativa:
–
Apoyo curricular: En la que se clasifican programas que expresan explícitamente apoyo a curso
de educación básica primaria o secundaria, ejemplo de ello son los programas que desarrollan en
sus contenidos temáticas asociadas al currículo como matemáticas, lenguaje, ciencias sociales,
etc.
–
Educación Psicosocial: Programas que pretenden desarrollar competencias asociadas al
desarrollo psico-social como valores, habilidades de convivencia, ciudadanía, desarrollo
emocional, cultural.
–
Socialización de experiencias: Se clasifican todos aquellos programas que son utilizados como un
espacio de visibilización de experiencias en el sector educativo.
Bajo esta clasificación, encontramos que 21 programas pertenecen a educación psico-social; 7
pretenden ser un apoyo curricular y 3 se dedican a socializar experiencias, todas de docentes de
educación básica primaria o secundaria.
El público infantil, el que pareciera ser el más beneficiado, aparece en un segundo lugar con 11 de los
programas que los incluye; los jóvenes por el contrario, aparecen en el primer lugar con 19 programas
dirigidos a ellos y los adultos son incluidos como público en 7 programas.
De los 11 analizados en el corte de octubre de 2011, ninguno correspondía a un público de primera
infancia. Al consultar la parrilla propuesta por Señal Colombia el mismo mes, un año después,
solamente se identifica un programa de producción propia dirigido específicamente a esta etapa que
es Guillermina y Candelario, que define su público objetivo como niños y niñas entre 4 y 8 años de
edad.
Otra consideración clasificatoria fue el propósito principal, aunque en la mayoría, no se identificaba
uno solo. Así, 19 de los programas tienen como objetivo principal educar y entretener; 7 persiguen
entretener y educar; 4 informar y entretener y solamente 1 se clasifica como entretención únicamente.
Los géneros más utilizados son los seriados, aunque el desarrollo de algunos programas clasificados
como seriados, se realice bajo la crónica, el documental o el magazín. En total, son 12 series; 7
magacines, 2 híbridos; 3 videoclips; 2 reality y los géneros, dramatizado, animado, contenedor,
crónica, y talk show animado, aparecen con 1 programa cada uno.
Con este previo toma más sentido la necesidad de contenidos de producción propia que reflejen la
cotidianidad de nuestros niños y niñas Colombianos sin olvidar el carácter universal que permite la
circulación internacional de los productos audiovisuales.
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La Propuesta
Como apuesta general para cualquier tipo de programa dirigido a la audiencia infantil, Sandoval
(2010), propone una serie de conceptos que deben ser tenidos en cuenta como punto de partida:
a. Para hablar de contenidos para niños, es necesario conocer al niño real con el que queremos
comunicarnos. Diseñar contenidos para niños pasa no solamente por la capacidad creativa y de
calidad que se tenga frente al programa, es necesario conocer el niño en todas sus dimensiones,
la afectiva, cognitiva, social. No basta con apropiarnos teóricamente de los conceptos desde la
psicología o la comunicación, acerca de la forma de comunicarnos con los niños, es necesario
conocer al niño real, en su contexto, con toda la carga social que esto supone.
b. El niño debe ser escuchado e involucrado. La mayoría de propuestas que circulan actualmente
por la televisión colombiana, provienen de las ideas que los adultos con experticia en la
producción de televisión han generado en algún momento. Sin embargo, en muy pocos casos, la
audiencia, el niño real, es tenido en cuenta durante el proceso. Esto debe ser un principio
fundamental; el niño se debe convertir en asesor permanente, desde diferentes propuestas
integradoras, para garantizar la efectividad del producto.
c.
El niño se debe sentir representado. La importancia de una televisión nacional como instrumento de
desarrollo, habla de la posibilidad de que los niños sientan que son parte de un país, de una familia,
de un espacio que reconocen y en el que son valorados y respetados. La televisión como instrumento
para el desarrollo infantil debe permitir identificación y cercanía con el mundo real del niño.
d. Este proceso no se debe realizar en solitario. Para hablar de televisión para el desarrollo infantil,
al momento de proponerla, es necesario contar con todas las miradas posibles. Por esta razón,
este proceso debe ser interdisciplinario para que su construcción sea lo más completa posible, en
este caso desde la Psicología y la comunicación como campos orientadores. Es hora de que
psicólogos, pedagogos, productores, comunicadores y cualquier profesión que hable de infancia,
se pongan en diálogo para esta tarea.
e. El fenómeno de la recepción televisiva y su influencia en el desarrollo del niño, será concebido
como un sistema de interrelaciones. Desde esta perspectiva, se asumirá que no se puede hablar
de relaciones causa – efecto, sino que por el contrario se reproduce o manifiesta a través de
múltiples inte-racciones de los actores del proceso, escuela, familia, niño y medio, las cuales
deben ser analizadas en busca de información adecuada. (p.130-131)
Así mismo, de acuerdo con Erickson, citado por Peter Moss (2008), realizador de exitosas series
canadienses como “Caillou”, existen tres principios que deben estar presentes en los programas
infantiles y se consiguen a través de su estructura, la historia y los personajes.
–
El programa debe brindar al niño confianza y seguridad
–
Autonomía y conexión al momento de ayudar al niño a resolver retos.
–
Responsabilidad social, en la medida en que las historias deben aportar mensajes positivos
Para el caso de la producción de contenidos audiovisuales para niños entre los 4 y los 7 años,
audiencia específica dentro de la franja reconocida como primera infancia, considerando articular
estos dos aspectos: 1) las posibilidades del medio y 2) las características de la edad, un programa
que potencie el desarrollo de los niños y niñas deberá tener en cuenta dos dimensiones. La primera
tiene relación directa con el contenido mismo materializado en el producto final. La segunda guarda
relación con la posibilidad del soporte pedagógico en las múltiples pantallas a las que puede acceder
la audiencia en la denominada era de la convergencia digital.
-224 -
En la primera dimensión, la narrativa en este caso guarda una importancia decisiva, entendiendo
por narrativa, los elementos que en conjunto construyen el programa (la historia, la estructura, los
personajes). Será ideal que dentro de esta estructura narrativa el programa permita que:
1. Los personajes centrales resuelvan un problema específico,
2. relacionado directamente con la cotidianidad del niño(a)
3. de tal manera que el niño(a) será capaz de aproximarse a la historia indentificándose con ella,
4. así podrá inferir las actitudes de los personajes,
5. y a través de las soluciones, obtendrá elementos que le permitan afianzar las competencias
propias de su edad como entender el punto de vista del otro; expresar y controlar sus
emociones; relacionarse con los otros, etc.
En la segunda dimensión, se propone articular efectivamente el producto audiovisual con el soporte
pedagógico que bridan las diferentes pantallas disponibles. En este caso, la facilidad de alojar el producto
en un sitio web, permite que su aplicación se extienda más allá del proceso de recepción. En esta línea, es
necesario que los productores, se aproximen a las utilidades de la web 2.0, abandonando el carácter
instrumental y desarrollen productos asociados a través de los cuales los niños(a) y sus adultos
cuidadores, puedan aprovechar al máximo las potencialidades del contenido audiovisual.
Lo que hoy nos permite la tecnología, es un producto multimediático que cuente con aplicaciones
variadas que acompañadas de un soporte pedagógico adecuado, puedan convertirse en espacios de
desarrollo sin perder la intención de entretención, elemento de anclaje que seduce y cautiva a la
audiencia. Ejemplo de esto son el proyecto de televisión clasificado bajo la tipología de “Apoyo
discovery
en
la
escuela,
alojado
en
la
página
Curricular”18,
http://www.discoveryenlaescuela.com/extras/ninos_y_tv.php, que cuenta con apoyo a los diferentes
actores involucrados en el campo, padres, alumnos y docentes, sin abandonar su carácter divertido y
seductor. En el caso de la televisión que se denomina “Educación Psicosocial”19 el sitio diseñado para
la serie “Caillou”, http://www.caillou.com/parentsteachers/, no solo evidencia la vinculación de los
actores, sino la posibilidad de convertir en un producto comercial un contenido con intenciones
educativas claras.
Así pues, se trata de sacar el mejor partido de un medio que fácilmente logra cautivar la atención de
nuestros niños y niñas, para ponerlo a jugar a favor de su desarrollo.
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I.B.C: Santiago de Chile.
–
–
–
–
18
Tipología propuesta por la autora de la presente ponencia, apoyada en análisis previos.
Idem.
19
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–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
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Reseña Curricular dela autoría
Yamile Sandoval Romero, es publicista con maestría en Comunicación y actualmente culmina sus
estudios doctorales en Psicología en Colombia. Se desempeñó en el área de producción audiovisual
infantil como realizadora para Señal Colombia y Analista de Medios en la Comisión Nacional de
Televisión. En la Universidad de la Sabana de Bogotá fue Jefe del Área Audiovisual, dictó el curso de
escritura audiovisual y el Seminario de producción de televisión. Ha sido jurado de convocatorias
Nacionales en el campo de la producción de contenidos audiovisuales infantiles y actualmente es la
coordinadora académica del I Diplomado Internacional en producción de contenidos para público
infantil (www.cineytvinfantil.blogspot.com), financiado por el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico
de Colombia. Diplomado realizado por la Departamento de Comunicación de la Universidad Santiago
de Cali, Universidad en la que ejerce su rol como investigadora en la línea de Comunicación y
educación.
Autora de varios libros e investigadora principal del proyecto Mirando cómo Miramos, experiencia que
se puede consultar en http://www.multiplicandomiradas.blogspot.com/. Coordinadora del colectivo de
investigadores españoles y colombianos, interesados en analizar el impacto de las tecnologías de la
educación en su práctica docente (www.colectivotics.blogspot.com), coordinadora por Colombia del
colectivo Innovagogia (www.innovagogia.es) y editora adjunta de la editorial del mismo colectivo.
Miembro del Consejo Científico y revisora de reconocidas revistas internacionales
(www.revistacomunicar.com, www.pixelbit.net, www.hekademos.com).
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