1995-26 27 de octubre de 1995 BOLETÍN FISCAL Tasa de depreciación y el concepto de vida útil económica de los activos fijos: Un tema estrechamente ligado al tema de la amortización de mejoras a la propiedad arrendada que fue tratado en nuestro Boletín Fiscal anterior (Boletín Fiscal N°1995-25) es el cambio habido en la regulación fiscal sobre la base de depreciación de los activos fijos, el cual en nuestro concepto, a la fecha no ha sido aplicado por muchos profesionales. Además, consideramos que los mismos empresarios no lo han analizado en su correspondiente dimensión. Del Decreto 170 de 1993 que reglamenta las disposiciones del impuesto sobre la renta (reformado conforme a la Ley 31 de 1991) y que derogó el Decreto 60 de 1965, su antecesor, extraemos de estas dos normas en su parte pertinente, lo siguiente: Decreto 170 de 1993 (AHORA) Artículo 51. Forma de calcular la depreciación. La depreciación se determinará anualmente calculando el número de años de vida útil económica del bien depreciable, aplicando cualquiera de los siguientes métodos... Artículo 52. Vida útil económica de los bienes depreciables. La depreciación se calculará tomando en cuenta la vida útil económica de los bienes, que dependerá la actividad y condiciones en que se utilicen los bienes, los turnos normales de la actividad, la calidad de mantenimiento, las posibilidades de obsolecencia y las tablas de depreciación de reconocido valor técnico. No obstante, en ningún caso se permitirán vidas útiles económicas menores de 3 años para bienes muebles y 30 años para bienes inmuebles. Decreto 60 de 1965 (ANTES) Artículo 59. Forma de calcular la depreciación. La depreciación se determinará anualmente calculando el número de años de vida útil probable del bien depreciable, hasta los máximos que establece el Artículo 65 de este Decreto. El contribuyente podrá practicar una depreciación acelerada cuando pueda comprobar a satisfacción de la DGI que razones justificables, como el uso intensivo del bien depreciable, reducen de manera considerable la vida útil probable del bien. ... Artículo 58. Valor sobre el cual se calcula la depreciación. ... Se entiende por obsolescencia el desuso o falta de adaptación de un bien a su función propia, o la inutilidad que pueda preverse como resultado de un cambio de condiciones o circunstancias físicas o económicas, que determinen clara y evidentemente la necesidad de abandonarlo por inadecuado, en una época anterior al vencimiento de su vida útil económica probable. Dada esta circunstancia, el contribuyente podrá optar entre seguir efectuando la depreciación anual del bien obsoleto, de acuerdo con el método que esté aplicando, o no practicar depreciación desde el momento de su retiro y darlo de baja por su valor según libros en ese momento. En todos los casos contemplados en este Artículo, al valor sobre el cual se calculará la depreciación se le restará el valor residual, entendiéndose por tal el valor de mercado del bien depreciado a la fecha en que finaliza su vida útil. Artículo 65. Porcentaje máximo de derpeciación. Contiene una tabla rígida que agrupaba los bienes en 20 categorías y cada categoría tenía su subclasificación con los respectivos porcentajes máximos de depreciación. Como se puede apreciar, el legislador en un sincero afán de adecuar la ley a los sistemas modernos, ha adoptado una posición flexible e implementado cambios radicales con relación a las normas fiscales anteriores. La legislación vigente cambió la estructura rígida de la tabla detallada de los activos con sus correspondientes tasas de depreciación máxima que contenía el Artículo 65 del extinto Decreto 60 por el nuevo concepto de vida útil económica y deja al contribuyente la facultad de adoptar una tasa de depreciación por cada uno de sus activos fijos según ciertos parámetros igualmente flexibles. La única limitación que se impone para la determinación del período de la vida útil es un mínimo de 3 años para los bienes muebles y 30 para los inmuebles (anteriormente para los inmuebles eran 40 años). Dentro del concepto de flexibilidad, también se permite utilizar cualquier método de depreciación de acuerdo a los principios de contabilidad generalmente aceptados, pudiendo el contribuyente aplicar un método para un bien determinado y otro método para otro activo. Como quiera que la DGI se reserva el derecho de aceptar o no la estimación de la vida útil económica, recomendamos a nuestros clientes y amigos que para determinar este período se base en algún criterio formal del fabricante del activo. En cuanto a la obsolescencia de los equipos antes del vencimiento de su vida útil económica, un ejemplo clásico podría ser el de las computadoras. Es importante destacar, además, que la nueva reglamentación eliminó por completo la obligación de establecer aquel controversial valor residual que obligaba a los contribuyentes a asignar sobre el valor del bien antes de la determinación de la base del activo a depreciar. Nota: El contenido de este boletín fiscal, al igual que los anteriores, es de tipo informativo y general y no debe ser considerado como una opinión formal.