violencia sexual contra la mujer en medio del conflicto armado y su

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VIOLENCIA SEXUAL CONTRA LA MUJER EN MEDIO DEL CONFLICTO ARMADO Y SU
TRÁMITE DENTRO DEL MARCO DE JUSTICIA Y PAZ:
LOS CRÍMENES INVISIBLES DE LA GUERRA EN COLOMBIA
MARÍA CAMILA GÁFARO MOLINARES
DAVID LEONARDO ROMERO LEÓN
TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR EL POR EL TÍTULO DE COMUNICADOR SOCIALPERIODISTA
CAMPO PROFESIONAL
PERIODISMO
DIRECTORA: MARISOL GÓMEZ GIRALDO
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE
COMUNICACIÓN SOCIAL
BOGOTÁ
2011
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos
por los alumnos en sus trabajos de grado, solo velará porque no se publique
nada contrario al dogma y la moral católicos y porque el trabajo no contenga
ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en ellas el
anhelo de buscar la verdad y la justicia”
Artículo 23
Reglamento de la Universidad Javeriana
Bogotá, 30 de Mayo de 2011
Señor
Dr. JOSE VICENTE ARIZMENDI
Decano Académico
Facultad de Comunicación y Lenguaje
Pontificia Universidad Javeriana
Nos complacemos en presentarle el trabajo “Violencia Sexual Contra la Mujer En Medio Del
Conflicto Armado y su Trámite Dentro del Marco de Justicia y Paz: Los Crímenes Invisibles de
la Guerra en Colombia””. Trabajo de grado que cumple con los requerimientos que fija la
Facultad para optar por el título de Comunicadores Sociales y Periodistas. Esta investigación,
aborda una de las problemáticas de nuestro conflicto armado con mayores dificultades para
reparar y con la mayor diversidad de cifras y escenarios, lo cual evidencia la invisible situación
de sus víctimas.
Atentamente,
María Camila Gáfaro Molinares
David Leonardo Romero León
C.C. 1.032.412.081 De Bogotá
C.C. 1.013.594.125 de Bogotá
Mayo 30 de 2011
Señor Decano
JOSE VICENTE ARIZMENDI
Me complace entregar el trabajo de grado titulado “Violencia Sexual Contra la Mujer en medio
del conflicto armado y su trámite dentro del marco de Justicia y Paz: Los crímenes invisibles de
la Guerra en Colombia”, de los estudiantes María Camila Gáfaro Molinares y David Leonardo
Romero León.
Atentamente,
Marisol Gómez Giraldo
Profesora Asociada Periodismo
TABLA DE CONTENIDO
Introducción…………………………………………………………………………………………1
1. Capítulo Primero: La Agresión Sexual Como Arma de Guerra en Colombia………..4
1.1. Tipos de Violencia Sexual en Medio del Conflicto Armado (violación y otras que se
encuentren según los estudios que hay hasta ahora)………………………..9
2. Capítulo Segundo: La Víctimas………………………………………………………………..13
2.1. Tipo de Víctimas…………………………………………………………………....16
2.2. Estimaciones de Víctimas por Etnia……………………………………………………….17
2.3. Estimaciones de Víctimas de violación y acoso sexual según edad y estrato
Socioeconómico……………………………………………………………………………...18
3. Capítulo Tres: Violencia Sexual, un delito de lesa humanidad……...................... 20
3.1. Qué dice la ONU sobre el tema……………………………………………..24
3.2. Qué dice la Comisión Interamericana de Derechos Humanos………….25
3.3. Qué dice el Derecho Internacional Humanitario…………………………...28
3.4. Qué dice el Código Penal Colombiano…………………………………....29
4. Capítulo Cuatro: La Violencia Sexual en Medio del Conflicto Armado y su Trámite en Justicia
y Paz ……………………………………………………………………………………...32
4.1. Las dificultades detectadas hasta ahora en Justicia y Paz…………………….35
4.2. Organizaciones que trabajan con víctimas a veces son un obstáculo……..37
4.3. Testimonios víctimas de violencia sexual
en medio del conflicto armado colombiano ……………………………………39
5. Conclusiones……………………………………………………….…………………….........49
6. Anexos…………………………………………………………………………………………..51
6.1. Entrevista Adriana Serrano, Asesora de Género, Comisión Nacional de
Reparación y Reconciliación………………………………………………………….....52
6.2. Entrevista Diana Montealegre, Policy Advisor OXFAM………………………….59
6.3. Entrevista Patricia Hernández, Fiscal Justicia y Paz……………………………..70
7. Bibliografía……………………………………………………………………………………….78
INTRODUCCIÓN
“En este año, puedo estar contenta… no me ha pasado nada grave, nada más amenazas.” (Blanca Díaz,
después del horror y el dolor del asesinato de su compañero y de la violación de su hija de 15 años)
Revista Trabajadora, n. 38 (noviembre de 2010) Página 22 1
Este trabajo de grado es una aproximación a una de las violencias menos exploradas y visibles
en medio del conflicto armado colombiano: la agresión sexual contra las mujeres. Si bien esta
conducta se da en medio de las filas de los grupos armados ilegales, para esta investigación
nos centramos en la violencia contra las mujeres que no hacen parte de la guerra, pues nuestro
interés era abordar el tema desde lo que ha significado la violencia sexual como instrumento de
terror, de humillación al enemigo y de poder en medio de las batallas que
han librado
guerrilleros, paramilitares y miembros de la Fuerza Pública por el control de regiones y
poblaciones en Colombia.
Y el interés más específico de esta investigación era conocer cómo se ha resuelto el tema en
medio del proceso de Justicia y Paz, marco jurídico bajo el cual se desmovilizaron más de
30.000 paramilitares, teniendo en cuenta que
se trata del primer experimento de justicia
transicional en el país, que incluye verdad, justicia y reparación para las víctimas.
Se bien partimos de la idea cierta de que el tema tenía un gran problema de visibilidad por lo
difícil que resulta para una víctima de agresión sexual hablar sobre ella y por el poder de
intimidación que ejercían los distintos grupos armados sobre las mujeres agredidas, el trabajo
de investigación nos ratificó que este tipo de violencia sigue siendo muy desconocida, incluso
para las autoridades que hoy la investigan en medio del proceso de justicia y paz, por las
1
Tomado de: http://issuu.com/csccoo/docs/trabajadora__n._38__noviembre_de_2010___alta_calid
1
mismas razones: el temor de las mujeres a ser estigmatizadas, la timidez para hablar de lo que
les ocurrió y el miedo a una venganza de quienes les hicieron daño.
Además de esta situación, la violencia sexual contra las mujeres civiles en medio del conflicto
apenas está comenzando a ser de interés para la justicia y la sociedad colombiana, y por tanto
las cifras sobre lo que ha ocurrido son dispersas. Lo que hay es, por las razones ya
mencionadas, apenas un subregistro.
Para armar un panorama más o menos completo de lo que se conoce sobre el tema nos
basamos en la revisión de casos denunciados por organizaciones de víctimas, en los datos que
ha recogido la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR), organismo creado
por la Ley de Justicia y Paz para representar a las víctimas en medio del proceso de verdad,
justicia y reparación emprendido con los paramilitares y guerrilleros desmovilizados que
hubieran cometido delitos de lesa humanidad, y en las cifras que hoy tiene la Unidad de Justicia
y Paz de la Fiscalía. Además, en los reportes parciales que ha hecho la Defensoría del Pueblo y
en una encuesta de prevalencia del delito hecha por Oxfam, una de las organizaciones
empeñadas hoy en visibilizar lo que ha sido la violencia sexual contra las mujeres en medio del
conflicto armado colombiano.
La violencia sexual se manifiesta en todas las sociedades y esferas sociales. Sin embargo, en
contextos de conflicto armado puede intensificarse. Las estrategias utilizadas por los diferentes
actores armados –legales o ilegales – para ocultarla, el drama que viven miles de mujeres que
en silencio buscan olvidar, la limitada capacidad de las autoridades para hacer justicia, y la
tradición patriarcal de la sociedad en general, han sido cómplices de esta infamia.
No contar con datos confiables y
la falta de herramientas conceptuales adecuadas para
estudiar el fenómeno, pues el subregistro también tiene que ver con que no está claro qué se
considera agresión sexual en medio del conflicto, entorpecen una medición precisa del alcance,
magnitud, escala y distribución de la violencia sexual.
Por eso, este trabajo deja planteada
una inquietud: ¿Qué tanto conocen las instituciones
oficiales, la academia y la sociedad de la realidad de violencia sexual en medio del conflicto
armado? Son suficientes los mecanismos con los que cuentan o deben esforzarse más para
superar el desconocimiento y la invisibilidad de una de las tragedias más grandes para las
2
mujeres en medio de la conflicto, si se considera que una agresión sexual tiene profundos
efectos sicológicos.
3
Capítulo I
La Agresión Sexual Como Arma de Guerra en Colombia
“La violencia contra las mujeres, en especial la de carácter sexual por parte de grupos armados,
resulta habitual en el contexto de un conflicto que lentamente va cambiando de matices y que
no respeta el Derecho Internacional Humanitario. [...] 2
Raduca Coomarswamy,
Relatora Especial de la Naciones Unidas sobre Violencia contra Mujeres.
1. Contexto
El conflicto colombiano es el más largo de la historia de América Latina, y también del mundo.
Ha sido epicentro de muchos crímenes de lesa humanidad, como el secuestro, la extorsión, el
asesinato de civiles, la siembra de minas antipersonales y la violencia sexual. Estos delitos, en
su mayoría, continúan en la impunidad y han llevado a la degradación del conflicto, pero
también a hacer un esfuerzo por conseguir dentro del marco jurídico un acuerdo que lleve a la
paz y a la reparación de las víctimas. Para este caso en particular nos interesa la reivindicación
de las víctimas que han sufrido agresión sexual de parte de alguno de los actores armados.
“En el curso de los cerca de 50 años del conflicto armado colombiano, la violencia sexual es
empleada como arma de guerra por todos los grupos armados (fuerzas militares del Estado,
paramilitares y grupos guerrilleros). El objetivo es sembrar el terror en las comunidades usando
a las mujeres para conseguir sus fines militares. Pero además, se utiliza como forma de tortura
y de castigo, como control sobre la población, como medio para imponer férreos códigos de
conducta, como instrumento de venganza y de presión o como herramienta para lesionar y
aterrorizar
al
enemigo” 3.
2
INFORME DE LA RELATORA ESPECIAL DE NACIONES UNIDAS SOBRE LA VIOLENCIA CONTRA
LAS MUJERES, SUS CAUSAS Y CONSECUENCIAS, señora Raduca Coomarswamy, Comisión de
Derechos Humanos, 58 período de sesiones, E/CN.4/2002/83/Add.3, marzo 2002, Pp.3.
3
Informe “La Violencia Sexual en Colombia: Un Arma de Guerra”. Oxfam International. Septiembre de 2009
4
Apenas en los últimos años una de las preocupaciones ha sido la vulneración de los derechos
de las mujeres y la impunidad que reina en los casos de agresión sexual por parte de los
actores armados (legales o ilegales).
El tema ha sido fuente de investigación para
organizaciones defensoras de derechos humanos y para instituciones internacionales como la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Pese a los esfuerzos por sacar estos casos a la luz, la continua acción por parte de los grupos
en conflicto ha llevado de manera sistemática a la negación e invisibilidad de las mujeres
víctimas de este tipo de violencia. A su vez, el Gobierno colombiano no ha actuado con
celeridad para impartir justicia. “La precariedad de la información producida por las autoridades
gubernamentales territoriales y la insuficiencia de la misma, refleja un desconocimiento del
marco jurídico internacional y nacional vigente para Colombia, frente a la garantía de los
derechos de las mujeres, especialmente en lo referente al derecho a la igualdad, a los derechos
sexuales y reproductivos” 4.
Además, hablar de las víctimas de la violencia sexual en el marco de la guerra es difícil cuando
se mira más allá de una cifra y se abordan las historias de sus protagonistas. Preguntar por los
momentos de horror y de humillación es escarbar en heridas que tal vez sólo el tiempo logrará
sanar.
Muy pocas son las mujeres que se atreven a denunciar, ya sea por temor a una represalia del
autor de la agresión o por temor a la estigmatización. Los testimonios, a veces, han conducido a
señalamientos sin justa causa o a la condena popular: “ella se lo buscó”.
De hecho, así lo constató la Primera Encuesta de Prevalencia VIOLENCIA SEXUAL EN
CONTRA DE LAS MUJERES EN EL CONTEXTO DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO”,
desarrollada en el marco de la campaña Violaciones y Otras Violencias: Saquen mi Cuerpo de
la Guerra, impulsada por Oxfam con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores de
Holanda y de la ONG colombiana Casa de la Mujer. Esta encuesta es la única en su tipo que se
Informe “Las mujeres frente a la violencia y la discriminación derivada del conflicto armado en Colombia” CIDH,
Párrafo 64
4
5
ha hecho hasta ahora. Incluyó a víctimas de violencia sexual entre el 2001 y el 2009. Mujeres
entre los 15 y 44 años fueron encuestadas en 15 municipios de 11 departamentos del país. Los
resultados dejaron ver al menos un panorama general hasta entonces invisible en el marco del
conflicto armado.
Según la encuesta, el 82% de las mujeres víctimas de algún tipo de violencia sexual no
denunciaron los hechos que sufrieron, mientras que el 74% consideraron la presencia en sus
zonas de los grupos armados (guerrillas, paramilitares y Fuerza Pública) responsables de la
agresión, como un obstáculo para hacer la denuncia 5.
De otro lado, el informe “La Violencia Sexual en Colombia: Un Arma de Guerra”, hecho por
Oxfam, afirma que la agresión sexual contra la mujer se ha “normalizado” dentro de la sociedad
colombiana, en gran parte, porque las mujeres no se consideran víctimas, ya que desconocen
la naturaleza del delito. Según los resultados de la encuesta de prevalencia, 4 de cada 10
víctimas de violencia sexual no reconocieron haber sido víctimas antes de que se les indagara
por los hechos que las afectaron, pues se suele creer que la violencia sexual se reduce
únicamente a la violación.
De la invisibilización de los casos de violencia sexual contra las mujeres ha sido causa el
silencio de parte de las víctimas, lo que las condena al olvido y a la impunidad.
Sin embargo, existen mujeres que han logrado derrotar el miedo y contarle al mundo el drama
que sufrieron. Desde el 2008, a través de la campaña ‘Violaciones y otras Violencias: Saquen
Mi Cuerpo de la Guerra’, Jineth Bedoya, periodista del diario El Tiempo (el primero en
circulación nacional de Colombia), decidió liderar la visibilización de los casos de las víctimas de
violencia sexual de parte de los grupos armados.
Su caso se remite al 2000, cuando trabajaba para el diario El Espectador (el segundo más
importante de Colombia). Frecuentemente visitaba cárceles y desarrollaba su profesión en
medio de guerrilleros, narcotraficantes, paramilitares y delincuentes comunes.
Primera Encuesta de Prevalencia “VIOLENCIA SEXUAL EN CONTRA DE LAS MUJERES EN EL CONTEXTO DEL
CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO” http://www.intermonoxfam.org/es/page.asp?id=2045&ui=12033
5
6
Jineth relata escena tras escena como si los hechos acabaran de suceder. Su caso refleja el
dolor de las muchas mujeres que han pedido justicia, en medio de la indiferencia del país.
Reunió pruebas, citó a testigos e instó a las autoridades a acompañarla en su proceso, pero se
dio cuenta de que el único apoyo que realmente tenía era el de su familia y sus verdaderos
amigos.
La agresión sexual contra ella (violación) se dio luego de denuncias que hizo sobre los malos
manejos administrativos de las cárceles y el enfrentamiento entre paramilitares y guerrilleros en
varias penitenciarias, que en abril del 2000 dejó a la cárcel Modelo de Bogotá parcialmente
destruida y un saldo de 27 muertos. Su trabajo la convertiría en blanco de un plan para acabar
con su vida. Un mes después, el 25 de mayo de ese año, Jineth ingresó a la cárcel Modelo.
Había conseguido una cita con un recluso paramilitar que le prometió serias revelaciones. El
reloj marcaba las 8 de la mañana. Dos colegas suyos del periódico la acompañaban y
esperaban afuera mientras ella realizaba su labor. En ese tiempo, la periodista misteriosamente
abandonó el penal y fue conducida en un vehículo a las afueras de Bogotá. Pasaron 16 horas
antes de conocer nuevamente noticias de Jineth. “En ese lapso –cuenta ella- “fuí abusada por
paramilitares que drogándome me mantuvieron secuestrada y con órdenes de asesinarme”.
Diez años después de ese fatídico 25 de mayo, sigue pidiendo justicia.
Los abusos sexuales y el maltrato a las mujeres en el contexto del conflicto se han convertido
en un arma de guerra, y en una buena parte tienen por objetivo demostrar poder, humillar y
maltratar sicológicamente.
La violencia sexual es también una de las causas más frecuentes de desplazamiento de la
población civil. Según un informe de la Defensoría del Pueblo, 2 de 10 cada diez mujeres en
situación de desplazamiento huyeron por esa causa 6.. La violencia contra la mujer se convierte
así en una táctica para favorecer intereses estratégicos y territoriales de los grupos armados.
La Corte Constitucional, en el Auto 092 del 2008, hizo un llamado al Estado para garantizar la
protección de los derechos fundamentales de las mujeres en situación de desplazamiento: “La
Informe de la Defensoría del Pueblo “Promoción y monitoreo de los derechos sexuales y reproductivos de
mujeres víctimas de desplazamiento forzado, con énfasis en violencia intrafamiliar y sexual” 2008.
6
7
violencia ejercida en el conflicto armado interno colombiano victimiza de manera diferencial y
agudizada a las mujeres, porque (a) por causa de su condición de género, las mujeres están expuestas a
riesgos particulares y vulnerabilidades específicas dentro del conflicto armado, que a su vez son causas
de desplazamiento, y por lo mismo explican en su conjunto el impacto desproporcionado del
desplazamiento forzado sobre las mujeres, a saber: (i) el riesgo de violencia sexual, explotación sexual o
abuso sexual en el marco del conflicto armado; (ii) el riesgo de explotación o esclavización para ejercer
labores domésticas y roles considerados femeninos en una sociedad con rasgos patriarcales, por parte de
los actores armados ilegales… En atención a tan grave estado de cosas, la Corte Constitucional constata
que el Estado colombiano está actualmente obligado a dar cumplimiento, con el mayor grado de
diligencia, a sus diversas obligaciones constitucionales e internacionales atinentes al respeto, protección,
restablecimiento y promoción de los derechos de las mujeres, niñas, jóvenes y adultas mayores
desplazadas por el conflicto armado interno, así como a sus obligaciones de prevenir el desplazamiento
forzado de la población, y específicamente de prevenir su impacto desproporcionado sobre las mujeres” 7.
Por otro lado, la Fiscalía General de la Nación, atendiendo las insistentes recomendaciones de
las diferentes organizaciones de mujeres, recogió 183 casos de agresión sexual denunciados
desde 1993 hasta 2009. Estos casos, muy pocos por cierto y que darían cuenta del subregistro,
incluyen desde violación hasta prostitución forzada.
Según la Fiscalía, “al menos 22 de los casos son denuncias colectivas y no de una sola mujer.
De todos, 106 fueron atribuidos a paramilitares, 43 a militares y policías y 15 a las guerrillas. En
el resto de las denuncias se desconoce al autor” 8.
Lo cierto es que la protección, atención y prevención frente al abuso sexual de las mujeres es
todavía una tarea pendiente del Estado Colombiano.
Auto 092 de 2008 de la Corte Constitucional de Colombia.
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/Autos/2008/A092-08.htm
7
Informe de la Quinta Visita Asturiana de Verificación de los Derechos Humanos en Colombia, 2009. Página 47.
Fiscalía General de la Nación. Revista SEMANA. 2 de marzo/09.
8
8
2. Tipos de Violencia Sexual en Medio del Conflicto Armado
Para abordar la problemática de la violencia sexual contra las mujeres en medio del conflicto
armado, es necesario conocer las definiciones y qué se entiende por violencia de género. Para
la Oficina de las Naciones Unidas para la Mujer (ONUMUJER) hay que considerar “todo acto de
violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado
un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales
actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o
privada […]” (ONU, 1995, online).
¿Qué es Violencia Sexual?
Para definir qué es violencia sexual suele tomarse como base lo contenido en la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, ya que se trata
de un instrumento de protección del derecho internacional, de carácter vinculante, generado en
la región y ratificado por los Estados de Colombia, Guatemala y Perú; específico para abordar la
problemática de la violencia.
“...Debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su
género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el
ámbito público como en el privado (artículo 1°)… Se entenderá que violencia contra la mujer
incluye la violencia física, sexual y psicológica…” (artículo 2°) 9.
Entre tanto, hay un concepto más específico en un Informe sobre la violencia y la salud de la
Organización Mundial de la Salud:
“La violencia sexual abarca el sexo bajo coacción de
cualquier tipo, incluyendo el uso de fuerza física, las tentativas de obtener sexo bajo coacción,
la agresión mediante órganos sexuales, el acoso sexual, incluyendo la humillación sexual, el
matrimonio o cohabitación forzados, incluyendo el matrimonio de menores, la prostitución
forzada y comercialización de mujeres, el aborto forzado, la denegación del derecho a hacer
uso de la anticoncepción o a adoptar medidas de protección contra enfermedades, y los actos
9
Impunidad: pongámosle fin violencia sexual contra las mujeres en conflicto armado y posconflicto en América
Latina.
http://www.observatorioviolencia.org/upload_images/File/DOC1183541290_Impunidad_pongamosle_fin.pdf
9
de violencia que afecten la integridad sexual de las mujeres, tales como la mutilación genital
femenina y las inspecciones para comprobar la virginidad” 10
Por otra parte, el Estatuto de Roma, que es el marco jurídico de la Corte Penal Internacional,
reconoce como violencia sexual la violación, la esclavitud sexual, la prostitución forzada, el
embarazo forzado, la esterilización forzada u otros abusos sexuales de gravedad comparable.
En este instrumento, la violación es definida como la invasión del cuerpo de una persona
mediante una conducta que haya ocasionado la penetración, por insignificante que fuera, de
cualquier parte de la víctima o del autor con un órgano sexual o del orificio anal o vaginal de la
víctima con un objeto u otra parte del cuerpo.
Pero según el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC) en su informe
Violencia de Género y Violencia Sexual en Colombia, publicado en el 2008, a pesar de las
diferentes definiciones de tribunales nacionales e internacionales, distintos tipo de violencia
sexual contra la población quedan invisibles. “Las definiciones nacionales e internacionales de
violencia sexual hacen énfasis en las acciones que involucran los órganos sexuales de hombres
y mujeres, restándole gravedad a lo que se entiende por sexualidad y por sexo. Es decir, que
actos como la felación bajo amenaza, quedan invisibilizados bajo el concepto de acto sexual
violento como un todo. La felación constituye una violencia sexual proporcionada por quien es
físicamente más fuerte o está armado o dispone de un poder inapelable, y viola la identidad
humana de la víctima, viola un segmento fundamental en el proceso de humanización, aquel
que constituye el recinto de las palabras” (Giberti, E., 2006: 12) 11
La encuesta de prevalencia que hemos mencionado, y cuyos datos preliminares se dieron a
conocer en noviembre del 2010, permitieron visibilizar varios de estos tipos de agresión sexual.
Según este sondeo, para las mujeres “el conflicto armado es una realidad cotidiana, expresión
de tiempo y espacio vivido día a día. No es un evento o suceso, es más bien, la condición
misma de sus vidas, desde hace seis décadas” 12.
10
Tomado de Corporación Humanas: http://www.humanas.org.co/html/seminario_3.html
Tomado de Centro de Recursos para el Analisis de Conflictos (CERAC) Informe Violencia de Género y Violencia
Sexual en Colombia http://es.scribd.com/doc/30748950/Violencia-de-genero-y-violencia-sexual-en-Colombia
11
12 Primera Encuesta de Prevalencia “VIOLENCIA SEXUAL EN CONTRA DE LAS MUJERES EN EL CONTEXTO DEL
CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO”
10
Para la campaña Violaciones y Otras Violencias: Saquen mi Cuerpo de la Guerra, “las
violencias en contra de las mujeres continúan, se redefinen y adquieren nuevas facetas. Ante
estas viejas y nuevas realidades, un reto ineludible con la ética y con la vida es conocer la
magnitud de las violencias en contra de las mujeres y encontrar alternativas que permitan su
erradicación. De ahí la necesidad y pertinencia de esta investigación para obtener información
sobre la violencia sexual en el contexto del conflicto armado en Colombia. La siguiente tabla,
recogida por la primera encuesta de prevalencia sobre el tema, muestra el tipo de agresiones:
Esta encuesta, realizada en 407 municipios con presencia de Fuerza Pública, guerrilla,
paramilitares y otros actores armados en Colombia, estimó que la ocurrencia de la violencia
sexual en Colombia entre el 2001 y el 2009 fue de 17,58%, lo cual significa que durante estos
nueve años 489.687 mujeres fueron víctimas directas de violencia sexual. Es decir que, entre el
2001 y el 2009, un promedio de 6 mujeres, cada hora, fueron víctimas directas de este tipo de
violencia.
La Campaña Violaciones y Otras Violencias afirma que el 82,15% de las 489.678 mujeres
víctimas de algún tipo de violencia sexual, es decir, 402.264 mujeres, no denunciaron los
hechos que sufrieron. Además, que el 73,93% de las mujeres considera que la presencia de los
grupos armados en dichos municipios constituye un obstáculo a la denuncia de los actos de
violencia
sexual.
11
Estos datos expresan la realidad de las mujeres en los municipios que son los espacios de
enfrentamiento en el marco del conflicto armado que se vive desde hace más de cinco décadas
en el país.
12
Capítulo II
Las Víctimas
“Indignadas denunciamos la violación de una niña de 11 años en el 2004 por parte de un
agente de la Policía, quien abusando de su poder la atemorizó con el argumento de que si no
estaba con él es porque compartía con la guerrilla”
Mujer del Norte del Cauca 13
La violencia sexual es la única violación de los derechos humanos en la que la víctima puede
llegar a ser considerada responsable. Además de sobrellevar sus sentimientos de vergüenza y
humillación, la mujer debe enfrentarse a normas sociales y culturales bajo las cuales tienden a
estigmatizarla y responsabilizarla por no haber hecho suficiente resistencia ante el agresor o
incluso por supuestamente haber propiciado el daño.
Todos los actores del conflicto en Colombia, incluyendo a miembros de la Fuerza Pública, han
perpetrado alguna forma de violencia contra la mujer, y la magnitud de estas violaciones es
insospechada y desconocida.
De hecho Amnistía Internacional publicó, en el 2004, un estudio documentado sobre la amplitud
de la violencia sexual contra las mujeres en Colombia y reveló que existen razones para creer
que las cifras no reflejan el número de casos, siendo esta una práctica extendida a lo largo de
las cinco décadas del conflicto, y por todos los actores armados: las fuerzas de seguridad del
Estado, paramilitares e insurgencia.
La Mesa de trabajo “Mujer y conflicto armado” en su sexto informe había incluido como
modalidades de violencia sexual contra las mujeres: las violaciones perpetradas sobre mujeres
organizadas o defensoras de los derechos humanos; el control de la reproducción sobre
Tomado del Informe La Violencia Sexual en Colombia: Un Arma de Guerra de la Campaña Violaciones y Otras
Violencias: Saquen mi cuerpo de la Guerra. 2009
13
13
mujeres indígenas, afrocolombianas o de otras comunidades marginadas; dificultad en el
acceso a servicios de salud sexual y reproductiva debido al control o a la disputa territorial por
parte de los actores del conflicto; imposición de prácticas de control de la reproducción y del
aborto sobre las niñas y mujeres combatientes; asesinato y violación de mujeres cabeza de
familia cuyas parejas estaban ausentes, argumentando que la ausencia de compañero se debe
a su pertenencia a la guerrilla; control social y de comportamiento de los habitantes de una
comunidad, en particular de las mujeres; imposición de normas sexistas y homofóbicas: la
persecución y violación de mujeres lesbianas; la ejecución de mujeres seropositivas; la
esclavitud sexual y secuestro para que realicen tareas domésticas para los combatientes de
mujeres y niñas 14.
La presunta colaboración con el bando contrario se castiga con violación o muerte, y en
ocasiones las mujeres han sido declaradas “objetivos militares” por frecuentar policías o
soldados, de acuerdo con un reporte de Sisma Mujer, del año 2007.
Para el caso de los ex integrantes de las llamadas autodefensas, según un informe de la revista
Semana del 2007, de las más de 80.000 denuncias que tenía para ese momento la Fiscalía
contra los paramilitares, apenas 21 se referían a violación de mujeres. “Sin embargo, de los
relatos de las víctimas se proyecta que esta práctica fue generalizada”. 15
Por otra parte, dentro del Proceso de Justicia y Paz tampoco se han garantizado los derechos a
la verdad, la justicia y la reparación de las mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del
conflicto armado. El informe Examen Periódico Universal de Colombia subrayó que no se había
garantizado la seguridad de las víctimas y testigos que han participado en los procesos de
justicia y paz. 16
En las versiones libres de los postulados ante la Fiscalía de Justicia y Paz no se ha obtenido
mayor avance en la identificación de los delitos cometidos contra las mujeres, a pesar de que se
logró que progresivamente los fiscales incluyan en los interrogatorios preguntas al respecto.
14
Mesa de trabajo “Mujer y conflicto armado”, 2006
15
La barbarie que no vimos. Informe especial de la Revista Semana. Edición No. 1336, 10 de diciembre de 2007, pág. 98.
16
Informe para el Examen periódico universal de Colombia, Op. cit., pág. 7.
14
La Corporación Sisma Mujer realizó en el 2008 un estudio de 20 versiones libres realizadas en
71 sesiones por mandos paramilitares, y encontró que en sólo 5 (el 25%) hubo alusión a hechos
de violencia sexual sin que se reconociera ningún caso, no obstante, que en una de ellas una
mujer preguntó el paradero de su hija, presuntamente desaparecida con fines de esclavitud
sexual y doméstica. La Fiscalía ha indagado sobre 78 hechos relacionados con homicidios y
desapariciones forzadas contra mujeres, y los desmovilizados confesaron la participación en 66
casos, aunque se presentaron versiones justificadoras. Los desmovilizados reconocieron
también que el asesinato de trabajadoras sexuales era una práctica común. 17
En el marco del Auto 092/08, la Corte adoptó órdenes individuales de protección concreta para
600 mujeres desplazadas en el país, víctimas de delitos sexuales entre 1993 y 2008. Por otra
parte, solicitó al Fiscal General de la Nación investigar 183 hechos de violencia sexual que
fueron tipificados como 107 casos de violación, 36 de tortura, 35 de secuestro, 35 de homicidio,
21 de abuso sexual, 21 de retención ilegal, 12 de esclavización, 11 de desplazamiento, 9 de
mutilación, 7 de violencia sexual, 7 de acceso carnal violento y 7 de amenaza (Mesa de trabajo
“Mujer y conflicto armado”, 2008).
Según Patricia Hernández, fiscal de Justicia y Paz, este ente administrador de justicia tiene a la
fecha en sus registros un total de 717 casos reportados por las víctimas, de los cuales solo 65
han sido confesados 18, es así como dentro del marco de este conflicto prolongado, la violencia
sexual en contra de las mujeres en Colombia continúa y su nivel de afectación va en aumento.
II Informe de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación “La reintegración, logros en medio de rearmes y
dificultades no resueltas”. Bogotá, DC, Agosto de 2010.
17
18
ANEXO ENTREVISTA FISCAL DE JUSTICIA Y PAZ PATRICIA HERNANDEZ.
15
Tipo de Víctimas
La CIDH ha recibido denuncias de amenazas y otras formas de violencia física, sexual y
psicológica en contra de personas homosexuales por los actores del conflicto armado. La
organización Colombia Diversa ha puesto en conocimiento de la Comisión, el caso de una
pareja de lesbianas en Tolima que desde el 2006 han sufrido amenazas de muerte y daños a su
propiedad por el grupo paramilitar AUC debido a su orientación sexual 19La Comisión observa
con preocupación que actualmente, las mujeres indígenas y afrocolombianas continúan siendo
particularmente vulnerables a actos de violencia y discriminación en el marco del conflicto
armado colombiano.
Según un informe de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) sobre los
derechos humanos de las mujeres indígenas, “La realidad de las mujeres indígenas en
Colombia, es que son impactadas doblemente por el conflicto y la violación sistémica de los
derechos humanos; ser mujeres e indígenas hace que los efectos y la utilización de las mujeres
en la guerra causen daños diferenciados en su vida personal y comunitaria”.
De acuerdo con cifras de esta organización, entre 2002 y 2009 más de 1.000 indígenas fueron
asesinados por causas violentas, siendo los pueblos más afectados Nasa, Wayúu, Kankuamo,
Awá y Embera Chamí. Aproximadamente un 15% (151) víctimas, eran mujeres, niños y niñas.
También se reportó que en el mismo periodo 187 mujeres indígenas fueron víctimas de
violencia
sexual y
tortura 20
Colombia Diversa, Situación de los derechos humanos de lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas en
Colombia, 23 de octubre de 2006, recibido en la Comisión el 5 de noviembre de 2006.
19
Organización Indígena de Colombia (ONIC), Elementos sobre la situación de derechos civiles y políticos de los
pueblos indígenas en Colombia, 2009, disponible en < http://www.verdadabierta.com/web3/justicia-y-paz/1457violencia-contra-indigenas-ha-empeorado-relator-de-la-onu>,
20
16
Gracias a la primera encuesta de prevalencia “Violencia Sexual en contra de las Mujeres en el
contexto del conflicto Armado colombiano”, COLOMBIA 2001-2009, realizado por la ONG
OXFAM , podemos evidenciar la tipificación de víctimas de la siguiente manera:
TIPIFICACION POR ETNIA DE VÍCTIMAS DE VIOLACIÓN Y ACOSO SEXUAL EN EL
CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO
VIOLACIÓN SEXUAL
Etnia
Negro
Indígena Mestizo
Blanco
Otro
Ninguno
Total
Total
11507
7140
20914
32399
2732
19873
94565
Porcentaje 12,17
7,55
22,12
34,26
2,89
21,01
100
ACOSO SEXUAL
Etnia
Negro
Indígena
Mestizo
Blanco
Otro
Ninguno
Total
Total
17123
7480
35321
45210
4810
65929
175873
2,74
37,49
100
Porcentaje 9,74
4,25
20,08
25,71
Fuente Encuesta ENVISE Colombia. 2001-2009. Cálculos del estudio
A diferencia de los anteriores estudios, la encuesta de prevalencia muestra un panorama más
general y los altos niveles de violencia sexual en las diferentes poblaciones, siendo la blanca la
más afectada. Mientras en el 2009 organizaciones indígenas denunciaban alrededor de 150
casos, en la Encuesta de Prevalencia se refleja que existen más de 7.000 casos en los dos
tipos de agresiones sexuales más comunes.
A. Caracterización por Edad
Los estudios internacionales adelantados acerca de esta forma de violencia contra las mujeres
definen edades entre 15 y 49 años o de 22 y 44 años 21.
21
(ELLSBERG, et. al 2001)
17
Para este fin, en la Primera Encuesta de Prevalencia se tuvieron en cuenta mujeres víctimas de
violencia sexual en medio del conflicto colombiano entre 15 y 44 años.
Según la misma se estima que 94.565 mujeres entre los 15 y 44 años en 407 municipios del
país con evidencia de conflicto armado, lo que equivale al 3,4% del total estimado de mujeres,
fueron víctimas de violación en el periodo 2001 – 2009
ESTIMACIONES DE VÍCTIMAS DE VIOLACIÓN Y ACOSO SEXUAL
SEGÚN EDAD Y ESTRATO SOCIOECONÓMICO
VIOLACIÓN SEXUAL
Años
15 – 24
25 - 34
35 - 44
Total
Total
30928
30507
33130
94565
Porcentaje
32,71
32,26
35,03
100
ACOSO SEXUAL
Años
15 - 24
25 - 34
35 - 44
Total
Total
78251
46813
50809
175873
26,62
28,89
100
44,49
Porcentaje
ESTRATO SOCIOECONÓMICO
Estrato
Uno
Dos
Tres
Cuatro
Total
Total
45894
31183
17488
0
94565
Porcentaje
48,53
32,98
18,49
0
100
Fuente: Encuesta ENVISE Colombia. 2001-2009. Cálculos del estudio.
18
Teniendo en cuenta las apreciaciones de la primera Encuesta de Prevalencia, podemos concluir
que las mujeres entre los 15 y 34 años, blancas o mestizas, con primaria o bachillerato
incompleto, que habitan viviendas de estrato 1, se encuentran más expuestas a ser víctimas de
este tipo de violencia sexual. 22
Mientras organizaciones como OXFAM clasifican las víctimas de violencia sexual tanto por
etnia como por edad y estrato socioeconómico, la Fiscal de la unidad de Justicia y Paz Patricia
Hernández afirma que son muy pocos los casos que se manejan en torno a víctimas que
conforman poblaciones vulnerables, porque no hay un condicionamiento o un enfoque
diferencial. La Fiscalía maneja rangos de edad de
mujeres jóvenes entre 14 y 20 años.
Igualmente, Hernández afirma : “Creo que esa es la característica principal, pero no podría
afirmar que mujeres indígenas o afro hayan sido más afectadas, además siempre se aplica en
las investigaciones ese enfoque diferencial…” 23
Tratar el tema de Violencia Sexual es describir un enorme muro de silencio que rodea a las
víctimas y conlleva a que, en la mayoría de los casos, estas agresiones se mantengan ocultas y
de igual manera sean vistas y comprendidas no como agresiones, sino como resultado de algún
acontecimiento circunstancial de un delito que se considera mayor, como el desplazamiento
forzado. Es por esta razón que es preciso hablar de violencia sexual para generar el efecto
contrario que se mantiene en el ideario colectivo de nuestro país y así empezar a denunciar las
perversidades a los que son sometidas las mujeres víctimas de violencia sexual en el conflicto
armado
22
colombiano.
Primera encuesta de prevalencia “Violencia Sexual en contra de las Mujeres en el contexto del conflicto
Armado colombiano”. COLOMBIA 2001-2009. Oxfam Colombia. Pag.26
23
Anexo entrevista Fiscal Patricia Hernández.
19
Capítulo III
Violencia Sexual, un delito de lesa humanidad
La eficacia de la violencia sexual como instrumento de terror explica en parte su frecuencia en
un elevado número de contextos afectados por la violencia armada y política. Y no obstante la
reciente preocupación por el tema en Colombia, que ha sido fruto en gran medida de los
esfuerzos de las organizaciones de mujeres de lugares afectados por esta violencia, ese interés
no se ha traducido de manera suficiente en la protección de las mujeres ni en la investigación
de los pocos casos denunciados.
Y es así aunque la violencia sexual está definida como un crimen de lesa humanidad por la
Corte Penal Internacional (CPI), siempre y cuando implique un “ataque sistemático o
generalizado contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque […] en los
siguientes términos: violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado,
esterilización forzada u otros abusos sexuales de gravedad comparable” 24
La recopilación y documentación sobre la violencia sexual contra la mujer en el contexto del
conflicto armado colombiano empieza a sistematizarse a partir del año 2001, luego de
conocerse el informe de la visita al país de la Relatora Especial sobre Violencia contra las
Mujeres de las Naciones Unidas. En él, instaba a las organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales a que llevaran a cabo investigaciones y publicaran “las conclusiones
empíricas sobre incidentes de violencia contra la mujer con el fin de evaluar la verdadera índole
del problema al que hace frente la sociedad colombiana” 25
La sociedad civil colombiana asumió el reto y desde entonces se han obtenido algunos avances
en la documentación de estos crímenes. A sus esfuerzos se han sumado los seguimientos por
partes de instancias de Naciones Unidas, la misión de la Relatora sobre derechos de la mujer
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 2005, los informes de
organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional en 2004, así como la
vinculación
de
dependencias
24
Estatuto de Roma, art.8
25
Relatora Especial, 2001: p. 29
del
Estado
20
como
la
Defensoría
y
la
Fiscalía.
Los tipos de violencia sexual más recurrentes en distintas partes del mundo son las relaciones
sexuales sin consentimiento, el hostigamiento sexual, los abortos inducidos sin consentimiento,
la mutilación de órganos sexuales y la trata de personas con fines de explotación sexual.
En cuanto a las relaciones sexuales sin consentimiento, es importante partir del hecho de que
es un tipo de violencia que se comete a través de la manipulación física o psíquica, y en ella el
victimario impone una relación sexual o un acto con connotación sexual no deseado mediante la
intimidación o aprovechándose de la indefensión de su víctima.
Según la organización Sisma Mujer 26, citando datos del Instituto de Medicina Legal y Ciencias
Forenses (IMLCF), el subregistro en los casos de violencia sexual para Colombia llegaría a ser
del 95%.
Y de acuerdo con una la publicación de El Tiempo, del 27 de Diciembre de 2008, la Fiscalía
General de la Nación, a través de la Unidad de Justicia Y paz, recibió, entre el 2006 y el 2008,
133 denuncias sobre delitos sexuales de paramilitares. No obstante, la mesa de trabajo Mujer y
Conflicto Armado (2008) en su VIII informe sobre violencia sexual contra las mujeres en
Colombia, asegura que la cifra es mucho mayor, solo en departamentos como Putumayo,
Antioquia, Cauca y Arauca, donde grupos paramilitares y de guerrilla han cometido actos de
violencia sexual para generar terror.
También en Antioquia y Cauca, de acuerdo con una información del diario El Tiempo del 27 de
diciembre del 2008, miembros de las Fuerzas Militares cometieron actos de violencia sexual en
un claro abuso de poder, y en el Valle, los ejecutaron para obtener información.
Dentro de la violencia sexual encontramos el hostigamiento sexual, que se convierte en un
arma de guerra en la medida en que es usado para provocar el desplazamiento de la población.
Los grupos armados, a través de la intimidación, influyen en la decisión de familias enteras de
quedarse o no en sus tierras. Por el temor a que miembros de la familia sean víctimas de
violencia sexual, huyen de sus lugares de origen 27 .
Lamentablemente este tipo de violencia sexual no es muy documentado, debido a que se
relaciona directamente con la idea que cada sociedad construye con relación al cuerpo y la
intimidad. Por eso es que las víctimas, en muchos casos, ni siquiera se reconocen como tales.
26
Informe 2008. P.7
27
Pinzón, D., 2006
21
En situaciones de conflicto en las que se tiene como principal objetivo destruir un grupo
específico, el aborto inducido sin consentimiento se convierte en una estrategia de guerra, ya
que con este tipo de prácticas se logra evitar que nazca la siguiente generación.
La Convención para la Prevención y la Sanación del delito de Genocidio (ONU, 1948b) y la
Declaración sobre la Protección de la Mujer y el Niño en Estados de Emergencia o de Conflicto
Armado (ONU 1974) fueron formuladas en contra de esta práctica. Ambas fueron acogidas por
Colombia y la práctica introducida como conducta punible en el Código Penal.
Otro tipo de violencia sexual es la mutilación de órganos sexuales. Este tipo de agresión se
puede presentar en dos formas: como una estrategia de guerra o como un mecanismo de
control social. En el primer caso, la mutilación se ha convertido en una herramienta para infundir
terror a las comunidades.
En el Código Penal colombiano, la referencia a la mutilación de órganos sexuales se encuentra
en el artículo 116. Está tipificada como un delito contra la vida y la integridad personal. “Si el
daño consistiere en la pérdida de la función o miembro, la pena será de seis (6) a diez (10) años
de prisión y multa de veinticinco (25) a cien (100) salarios mínimos legales mensuales
vigentes” 28.
Amnistía Internacional llegó a escribir en uno de sus informes sobre Colombia que la violación y
otros delitos sexuales eran prácticas frecuentes de las fuerzas de seguridad estatales y los
paramilitares, como una de las piezas del conjunto de tácticas de terror que utilizan contra las
comunidades ubicadas en zonas de conflicto, a las que acusan de colaborar con la guerrilla.
Estas tácticas, según la organización, son creadas para producir desplazamientos en masa o
romper los vínculos, sospechosos o reales, entre dichas comunidades y las fuerzas
guerrilleras 29
28
Art. 116- Código Penal
29
2004:3
22
Haciendo un contraste a nivel internacional, encontramos que la mutilación de órganos sexuales
ha sido públicamente denunciada, y se encuentra tipificada dentro del Estatuto de Roma como
violencia sexual. Igualmente, a nivel regional, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha
repudiado dicha práctica a través de convenciones contra los tratos crueles.
El otro tipo de violencia sexual es la trata de personas con fines de explotación sexual. El
comercio de cualquier tipo de actividad sexual con o sin consentimiento simboliza una grave
transgresión a la integridad de las personas. El turismo sexual, el tráfico ilícito de personas y su
explotación sexual, son formas de violencia tipificadas a nivel internacional, sobre todo porque
no solo se tiene en cuenta el acto de obligar o inducir a terceros a que realicen actos de
connotación sexual, sino que además, fomentan el desarrollo de redes de crimen organizado
que se benefician económicamente con dicha explotación.
La prostitución forzada es una actividad recurrente aún más en situaciones de conflicto armado,
ya que quienes están en combate deben saciar su ímpetu sexual y lo hacen a través de
violaciones o relaciones pagadas. Para el caso colombiano se ha sabido que los grupos en
conflicto reclutan personas para actividades sexuales forzadas, obligándolas a realizar actos
degradantes en detrimento de su integridad personal 30.
En la zona de Montes de María, por ejemplo, denunciaron que la prostitución forzada fue
recurrente durante la presencia del ex paramilitar Marco Tulio Pérez, alias ‘El Oso’, quien en
compañía de Rodrigo Mercado Pelufo, alias ‘cadena’, tuvo bajo su control varios departamentos
del norte del país. Según publicó El Tiempo en un reportaje especial el 6 de diciembre del 2008,
varias mujeres fueron llevadas sin consentimiento a los campamentos paramilitares o a las
fincas de los cabecillas, con el fin de retenerlas hasta por 15 días, durante los cuales las
obligaron a tener relaciones sexuales.
En términos generales todos los informes, pese a haber sido realizados en años diferentes y no
siempre con las mismas fuentes coinciden en señalar una serie de características comunes en
cuanto a la población afectada por la violencia sexual y el tipo de delitos que se cometen en el
marco del conflicto armado colombiano. Sobresalen dos rasgos comunes: todos los actores del
conflicto, incluyendo a miembros de la Fuerza Pública, han perpetrado alguna forma de
violencia contra la mujer, y la magnitud de estas violaciones es aún desconocida.
30
Revista Semana, 30 de octubre de 2004
23
A partir de la revisión de casos registrados entre enero del 2006 y diciembre del 2007, la
Comisión Colombiana de Juristas (CCJ), como observador encargado para la ONU, señaló
que:
a)
Grupos guerrilleros y paramilitares cometieron actos de violencia sexual como
estrategia de guerra y para generar terror en las comunidades, en los
departamentos de Putumayo, Antioquia, Cauca y Arauca;
b)
Grupos paramilitares cometieron actos de violencia sexual contra mujeres líderes
pertenecientes a organizaciones campesinas y de desplazadas en el
departamento de Santander;
c)
Miembros de la Fuerza Pública cometieron actos de violencia sexual como forma
de abuso de autoridad en los departamentos de Antioquia y Cauca;
d)
Miembros de la Fuerza Pública cometieron actos de violencia sexual acusando a
la víctima de tener relaciones afectivas con un guerrillero y como medio para
obtener información, en el Valle de Cauca.
e)
En algunos casos la violencia sexual se realizó al tiempo con otras violaciones a
los derechos humanos, por ejemplo precedió al homicidio, o se dio de manera
concomitante con hechos de tortura, toma de rehenes y desaparición forzada.
Qué ha dicho la ONU sobre el tema
Con relación al tipo de violencia sexual
relacionado con la trata personas con fines de
explotación sexual, la ONU se manifiesta por medio del Protocolo de Palermo para “Prevenir,
Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente de Mujeres y Niños (2000b), en el
cual se expresa que la trata de personas es: “la captación, el transporte, la acogida o la
recepción de personas, recurriendo a la amenaza o el uso de la fuerza u otras formas de
24
coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad
o a la concesión de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación 31.
En el ámbito internacional se han estipulado normas para evitar este tipo de violencia, entre las
cuales se encuentran el Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación
de la prostitución ajena 32, la Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia
organizada internacional 33 y el ya mencionado Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la
trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las
Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional 34.
Estos tratados se encuentran ratificados por Colombia por medio de la Ley 747 de 2002,
modificada por la Ley 985 de 2005, por medio de la cual se adoptan medidas contra la Trata de
personas y normas para la atención y protección de las víctimas de la misma. De igual forma,
esta ley modificó el Código Penal definiendo este delito como: “El que con ánimo de lucrarse o
para satisfacer deseos de otro, introduzca al comercio carnal o a la prostitución a otra
persona” 35.
•
Qué ha dicho la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
En su Informe anual de seguimiento – LAS MUJERES FRENTE A LA VIOLENCIA Y
DISCRIMINACIÓN DERIVADAS DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA (2009)-, la CIDH
reafirmó la consideración que tuvo en su informe del 2006, expresando que el conflicto armado
en Colombia afecta de forma distinta a las mujeres que a los hombres, pues agrava la
discriminación y la violencia histórica que las mujeres colombianas han vivido. En dicho informe,
la Comisión estableció que todas las características que históricamente han expuesto a las
mujeres a ser discriminadas, sobre todo sus diferencias corporales y su capacidad reproductiva,
son
explotadas
y
abusadas
31
ONU, 2000b, anexo 2, art. 3
32
ONU, 1949
33
ONU, 2000
34
ONU, 2000b
35
Ley 985 de 2005 art.308. cap. 5
por
los
actores
25
del
conflicto
interno
colombiano.
De igual forma, analizó las distintas expresiones de violencia derivadas del conflicto armado –
física, sicológica y sexual-, el impacto en las mujeres víctimas del desplazamiento forzado, el
reclutamiento forzado de mujeres y niñas por los grupos al margen de la ley, y la imposición de
pautas de comportamiento social por los actores del conflicto, cuyas consecuencias también
tienen un impacto diferenciado en la vida de las mujeres.
“Este impacto diferenciado de la violencia en las mujeres se caracteriza por embarazos no
deseados, abortos forzados, el contagio de infecciones de transmisión sexual, el rechazo y la
estigmatización por parte de la comunidad” 36, entre otros.
La Comisión analizó también la múltiple discriminación que sufren las mujeres indígenas y
afrocolombianas en virtud de su sexo, raza y etnia, situación que persiste y se agrava por las
variables del conflicto armado.
La CIDH concluyó que había una ausencia de una política estatal integral y de servicios y
programas coordinados y multidisciplinarios para afrontar el impacto específico del conflicto
armado en las mujeres. Identificó fallas en el diagnóstico y prevención de las consecuencias del
conflicto en ellas; encontró una perspectiva homogénea de las mujeres como grupo objeto y
beneficiario de protección y servicios estatales; localizó vacíos en la atención humanitaria y los
servicios de apoyo a mujeres víctimas del conflicto armado; halló obstáculos en el acceso a la
justicia de las mujeres víctimas de violencia y discriminación por el conflicto armado; priorizó la
necesidad de proteger y legitimar el trabajo de las defensoras de derechos humanos de las
mujeres; e identificó deficiencias en los procesos de justicia y paz para proteger los derechos de
las mujeres en el contexto del conflicto armado.
Reconoció el papel fundamental que la Corte Constitucional de Colombia continúa ejerciendo al
emitir pronunciamientos favorables para los derechos de las mujeres afectadas por el conflicto
armado. Sin embargo, consideró que la violencia ejercida por todos los actores del conflicto
interno sigue causando un impacto específico y agrava la discriminación histórica que las
mujeres colombianas han vivido.
En este sentido, la Comisión expresó con preocupación que las principales manifestaciones de
violencia contra las mujeres identificadas en el informe de 2006 y que todavía perduraban en el
conflicto colombiano eran la violencia física, sexual y sicológica, el reclutamiento forzado, la
imposición de pautas de comportamiento social y el desplazamiento forzado. Dijo que esas
36
VIOLENCIA SEXUAL EN EL MARCO DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO: IMPACTO PSICOLÓGICO DE LOS
PROCESOS JURÍDICOS http://www.mujeresporlapaz.org/web/pdf/vsconflictoarmado.pdf
26
manifestaciones continuaban afectando a las mujeres de todas las edades, razas y etnias en
Colombia. Igualmente llamó la atención sobre el hecho de que el conflicto armado seguía
afectando de forma particular a las mujeres indígenas y afrocolombianas por la discriminación
histórica que han sufrido.
La Comisión hizo notar que persistían desafíos notables para cumplir con las recomendaciones
hechas en el informe del 2006 y que uno de ellos era adoptar una política estatal que brindara
atención integral y diferenciada a las mujeres víctimas del conflicto interno para garantizar la
protección y restitución de sus derechos.
Como avances destacó leyes para prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres, como la
1275 del 2008 y el Decreto 1290 del 2008, por el que se creó un programa administrativo de
reparación para las víctimas de grupos armados ilegales. Sin embargo, la CIDH fue insistente
en que seguían los obstáculos para que las mujeres tuvieran acceso a la justicia, así como
deficiencias importantes en la atención integral a las víctimas y protección efectiva ante las
amenazas y la violencia ejercida por los actores del conflicto armado.
“Es preocupante la falta de recursos y las carencias en la capacidad de instituciones claves,
como la Fiscalía General de la Nación, para actuar con la debida diligencia en la investigación
de casos de violencia de género y sexual ocasionada por los actores del conflicto armado. La
CIDH ha tomado conocimiento de que, a pesar de los notables avances en los sistemas y los
registros de información estadística, dichos sistemas todavía no reflejan adecuadamente la
realidad de la situación de la violencia contra las mujeres a nivel nacional y local, especialmente
la magnitud de problemáticas como la violencia sexual causada por los actores del conflicto” 37,
dijo la CIDH.
“Con relación a los procesos de verdad, justicia y reparación, la Comisión reconoce la creación
e implementación del Programa de Protección de Víctimas y Testigos de la Ley de Justicia y
Paz en el 2007, pero continúa recibiendo denuncias de que este programa no toma en cuenta
las problemáticas específicas de las mujeres víctimas de violencia en el contexto del conflicto
armado, y que muchos casos de violencia contra las mujeres investigados en estos procesos
continúan
en
la
impunidad” 38.
37
Informe CIDH 2009 Capítulo V http://www.cidh.oas.org/annualrep/2009sp/Cap.5.Colombia.sp.htm
38
Ibíd.
27
Precisamente en su informe del 2006, la Comisión recomendó “adoptar las medidas necesarias
para prevenir, castigar y erradicar hechos de violación, abuso sexual y otras formas de
violencia, tortura y trato inhumano por parte de todos los actores del conflicto armado” 39.
“Otra de las tendencias que la Comisión también observa con preocupación es la incidencia de
la violencia sexual en el marco del conflicto armado, siendo las niñas las principales
afectadas” 40. Citó un estudio según el cual en el 2008 se realizaron 21.202 informes periciales
sexológicos, 929 casos más que en el 2007 (4.3%)
Hizo alusión a la violencia sexual perpetrada por los actores del conflicto contra las mujeres
indígenas, y llamó la atención sobre que esa era una realidad silenciada.
3. ¿Qué dice el Derecho Internacional Humanitario (DIH)?
El Derecho Internacional Humanitario, es decir las normas que regulan el comportamiento de
los actores armados de un conflicto y que tiene como objetivo disminuir el sufrimiento de los
combatientes y proteger a la población civil, incluye dentro de las infracciones a estas normas la
violencia sexual.
Condena la violencia sexual contra personas civiles enemigas, integrantes de las fuerzas
armadas y personas que las acompañan, prisioneros/as de guerra, durante los conflictos
armados internacionales y contra personas que ya no toman parte en los combates durante
conflictos armados no internacionales.
Así mismo, el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF) señaló que en el 2008,
el 87% de los dictámenes sexológicos fue practicado a menores de edad, siendo las niñas de
10 a 14 años (31.5%) las más afectadas. De acuerdo con los informes de la sociedad civil, “en
los años de 2007 y 2008, se registraron 126 dictámenes sexológicos que tienen por presunto
agresor a un actor armado”. Sin embargo, en la mayoría de los casos no se cuenta con
información sobre las circunstancias en las que se produjeron los hechos. De la información
INFORME “SOMBRA” AL COMITÉ DEL PACTO DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS
www.ccprcentre.org/doc/HRC/Colombia/NGO%20Reports/CLADEM_Sp
39
40
Informe CIDH 2009 Capítulo V http://www.cidh.oas.org/annualrep/2009sp/Cap.5.Colombia.sp.htm
28
proporcionada por agentes estatales y no estatales en el periodo de 2007 a 2009, la Comisión
observa que los principales perpetradores de la violencia sexual son la policía, las fuerzas
militares y los actores ilegales del conflicto armado (guerrillas y grupos paramilitares), de dicha
información, también se desprende que la violencia sexual es perpetrada mayormente en
acciones militares, enfrentamientos armados y acciones guerrilleras.
La Corporación Sisma Mujer ha documentado más de 70 casos de violencia sexual perpetrados
en contra de mujeres por actores armados o contra mujeres desplazadas por actores civiles
entre el 2006 y 2009.
En este sentido, en la mayoría de los casos documentados, las mujeres han padecido secuelas
físicas y psicológicas ocasionadas por las agresiones sexuales, como torturas, amenazas,
vivencias traumáticas (haber presenciado asesinatos, otras violaciones y agresiones sexuales)
así como embarazos no deseados. Así mismo, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones
Unidas en Colombia continúa registrando casos de violencia sexual contra mujeres y niñas
perpetrados por grupos armados ilegales, como el caso del asalto sexual a una menor de 14
años que había sido previamente reclutada por las FARC-EP en Palmira (Valle del Cauca).
En dichos informes se reporta que la violencia sexual ha continuado por parte de los grupos
paramilitares durante los procesos de desmovilización, lo que significa que los perpetradores
siguen ejerciendo control sobre la vida y el cuerpo de las mujeres afectadas por el conflicto
armado.
4. Qué dice el Código Penal Colombiano
El Código Penal Colombiano, por su parte, define a la Violencia Sexual en los artículos 137 al
143 como acceso carnal, la penetración del miembro viril en órganos sexuales, así como la
penetración en órganos sexuales de cualquier otra parte del cuerpo humano u otro objeto. Cabe
resaltar que el acceso carnal y los actos sexuales violentos no hacen parte de la normatividad
colombiana sobre violencia intrafamiliar, debido a que se considera que están tipificaos dentro
de la legislación sobre violencia sexual y actos sexuales abusivos del código penal.
Actos como la felación bajo amenaza, quedan invisibilizados bajo el concepto de acto sexual
violento como un todo, debido a que como vimos anteriormente solo se hace énfasis a las
acciones
que
involucran
los
órganos
29
sexuales
de
hombre
y
mujeres.
“La felación constituye una violencia sexual proporcionada por quien es físicamente más fuerte
o está armado o dispone de un poder inapelable y viola la identidad humana de la víctima, viola
un segmento fundamental en el proceso de humanización, aquel que constituye el recinto de las
palabras” 41
Al revisar el Código Penal Colombiano, se observa que una nota del artículo 212 aclara que
existen formas de acceso carnal, sin embargo, estos quedan sujetos a una nota aclaratoria,
mientras el acceso carnal violento presenta todo un desarrollo jurídico y penal.
Colombia cuenta en la actualidad con un marco normativo dotado de herramientas jurídicas
para la garantía y protección de los derechos humanos de las mujeres: la Convención para la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer desde 1982, el Protocolo
Adicional II de la Convención de Ginebra en 1994, la Convención de Derechos Humanos de
Viena de 1993, la Convención de Belén do Pará ratificada en 1996. Por otra parte, en el
escenario del conflicto armado, el nuevo Código Penal, en el título II, tipifica los delitos contra
personas y bienes protegidos por el DIH incluyendo la penalización de distintas modalidades de
violencia sexual.
Sin embargo, la falta de reconocimiento social de las mujeres como sujetos iguales en dignidad
y derechos, los estereotipos de género que realzan la discriminación contra la mujer, y la
constante aprobación social de la superioridad de valores tales como la agresión, el dominio y
la fuerza, culturalmente atribuidos a lo masculino, aumenta la vulnerabilidad de las mujeres, las
jóvenes y las niñas frente a la violencia sexual en medio del conflicto armado.
Confirmar los vacíos de información que existen en cuanto al tema de violencia sexual contra
las mujeres en el conflicto armado en Colombia, es uno de
los descubrimientos más
preocupantes. Podemos afirmar que el análisis que se ha hecho del conflicto armado en
Colombia ha invisibilizado a las mujeres. Su participación en la guerra no ha sido ni siquiera
registrada por estos análisis y no sólo en los académicos, sino también los medios de
comunicación
41
ignoran
su
presencia
Gilberti,E.,2006:12
30
en
esta
realidad
colombiana.
La Fiscal de Justicia y Paz Patricia Hernández, afirma que hasta la fecha se llevan 717 casos
reportados por las víctimas, de los cuales solo 65 han sido confesados por los victimarios.
Igualmente, Hernández es consciente de que las ONG, la CIDH en sus diferentes informes y la
relatora especial han determinado que son muchos más.
42
Poco a poco algunos casos han visibilizado la situación tan preocupante que viven las mujeres
en medio del conflicto en nuestro país y, aunque todavía son muy pocas, ellas marcan el inicio
de la reflexión sobre el conflicto armado en Colombia en perspectiva de género.
42
ANEXO ENTREVISTA FISCAL PATRICIA HERNÁNDEZ
31
Capítulo IV
La Violencia Sexual en Medio del Conflicto Armado y su Trámite en Justicia y Paz
“Ellos (los paramilitares) te confiesan 50 mil masacres, te confiesan muchas cosas, pero no te
confiesan Violencia Sexual” 43
Patricia Hernández
Fiscal 15 Justicia y Paz
La desmovilización de los paramilitares en Colombia, entre el 2003 y el 2006, a raíz de un
acuerdo entre los jefes de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) y el entonces
gobierno de Álvaro Uribe Vélez, se dio sobre la base de que no ocurriría con estos grupos lo
que había ocurrido hasta entonces en el país: que las organizaciones armadas ilegales hacían
procesos de paz con los gobiernos bajo la figura de indultos y amnistías, sin que ninguno de los
miembros de esos grupos respondiera ante la justicia por los crímenes atroces cometidos en la
vida armada.
Es decir que el pacto de paz con los paramilitares se enmarcaría dentro de un proceso de
justicia transicional, en medio del cual ellos confesarían sus delitos, repararían a las víctimas y a
cambio tendrían una pena alternativa de máximo 8 años.
En ese momento, la legislación vigente en Colombia para abrir la puerta a diálogos con grupos
armados era la Ley 782, que consideraba amnistía y e indulto para delitos políticos y otros
relacionados. Era necesario entonces diseñar una ley que abarcara los postulados de verdad,
justicia y reparación y fue así como se tramitó en el Congreso la que ahora es conocida como
Ley de Justicia y Paz, o Ley 975 del 2005. Bajo este marco jurídico, los paramilitares se
Entrevista Patricia Hernandez, Fiscal Justicia y Paz: encargada de la documentación del Bloque Mineros de las
AUC. Fiscal designada por la Unidad de Justicia y Paz para recoger los casos de Violencia Sexual. (Ver anexos)
43
32
comprometían a no volver a delinquir, a contar las atrocidades cometidas en medio de la guerra
y a entregar sus bienes para reparar a sus víctimas.
Como se ve, lo más importante de esta nueva herramienta era que no habría “perdón y olvido”
para los delitos de lesa humanidad y los crímenes de guerra, entendidos, respectivamente,
como delitos que por su gravedad ofenden a la humanidad entera, y como las infracciones al
Derecho Internacional Humanitario (DIH), que regula la guerra.
La ley regula lo relativo a la investigación, procesamiento, sanción y beneficios judiciales de las
personas pertenecientes a grupos armados organizados al margen de la ley, como autores o
participantes de hechos criminales llevados a cabo durante la pertenencia a esos grupos.
Dentro de este proceso, se define como víctima a la persona que de manera individual o
colectiva haya sufrido daños directos como lesiones temporales o permanentes que generen
algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual y/o auditiva), sufrimiento
emocional, pérdida financiera o detrimento de sus derechos fundamentales. Estos daños
deberán ser resultado de acciones realizadas por grupos armados organizados al margen de la
ley.
Dentro de los derechos de las víctimas y de acuerdo con las disposiciones legales vigentes, el
Estado tiene el deber de realizar una investigación que sea efectiva y que conduzca a la
identificación, captura y sanción de las personas que son responsables de delitos cometidos por
los miembros pertenecientes a grupos armados al margen de la ley; de igual forma, las víctimas
de esos delitos deben tener el acceso a recursos que sean eficaces para que reparen el daño y
se les debe garantizar las medidas necesarias para evitar la repetición del daño sufrido.
La sociedad y especialmente las víctimas, tienen el derecho de conocer la verdad sobre los
delitos cometidos por los grupos armados organizados al margen de la ley, por ende, las
investigaciones y los procesos judiciales sobre los que la Ley de Justicia y Paz se aplique
deben promover la investigación de lo que le ocurrió a las víctimas e informar a sus familiares
eficazmente.
33
Dentro del procedimiento que establece la ley de Justicia y Paz, los servidores públicos deben
tener las herramientas necesarias para que se asegure el esclarecimiento de la verdad sobre
los hechos que son objeto de investigación y así se garantice la defensa de los procesados.
La Unidad Nacional de la Fiscalía para la Justicia y la Paz creada por esta ley, tiene la
obligación de investigar, por conducto del fiscal delegado para el caso, con el apoyo del grupo
especializado de policía judicial, las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que tuvieron
lugar las conductas punibles; las condiciones de vida, sociales, familiares e individuales del
imputado o acusado y su conducta anterior; los antecedentes judiciales y de policía, y los daños
que individual o colectivamente haya causado de manera directa a las víctimas, tales como
lesiones físicas o sicológicas, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial
de derechos fundamentales. 44
La Unidad de Justicia y Paz está conformada hoy por 59 fiscales en todo el país. La idea es que
haya uno para cada uno de los 34 grupos paramilitares desmovilizados. “Cada fiscal tiene la
competencia y la misión de investigar y documentar todo el accionar delictivo de un bloque que
se ha desmovilizado. 45
La fiscal Patricia Hernández fue designada dentro de la unidad como la encargada de los casos
de violencia sexual, además de que maneja la información sobre el ‘Bloque Mineros’ de las
autodefensas, que actuaba en Antioquia y Córdoba.
La designación de una fiscal para el caso específico de la violencia sexual indica, de alguna
manera, que el tema ha tomado importancia para la Fiscalía General de la Nación dentro del
proceso de Justicia y Paz.
44
Tomado de http://www.fiscalia.gov.co/justiciapaz/Documentos/Normativa/LEY_975_250705.htm
45
Anexo entrevista Fiscal Patricia Hernández
34
Si bien la ley que tiene este nombre también puede aplicarse a guerrilleros desmovilizados que
tienen delitos de lesa humanidad, el grueso del trabajo está dedicado a las confesiones de los
paramilitares desmovilizados postulados a Justicia y Paz por ser autores de delitos atroces y
crímenes
de
guerra.
Las dificultades detectadas hasta ahora en Justicia y Paz
Hasta la entrega de este trabajo, finales de mayo del 2001, cerca de 340.000 víctimas habían
pedido reparación dentro del proceso de Justicia y Paz. Habían denunciado, entre otros delitos,
homicidios, desplazamiento forzado y desapariciones forzadas. Pero llama la atención que la
Fiscalía de Justicia y Paz solo tenía reportados 717 casos de Violencia Sexual. Y de estos, 65
habían sido confesados en medio de las versiones de los paramilitares, es decir, ni el 1 por
ciento de los casos.
La fiscal Hernández asegura que los colegas encargados de manejar casos de violencia sexual
dentro de Justicia y Paz tienen limitaciones para la documentación de los casos, no sólo de
violencia sexual contra la mujer, sino de toda forma de violencia contra la mujer en el conflicto
armado. Admite que este problema, sumado a la falta de capacitación de los funcionarios para
el tema “han impedido la visibilización de los casos (de violencia sexual) ocurridos” 46. Asegura
que para contrarrestar estas dificultades, “la Fiscalía General de la Nación en la Unidad de
Justicia y Paz dispuso la capacitación de todos los funcionarios en un taller de sensibilización,
tanto de conocimiento de género, como la investigación y el abordaje con las víctimas en este
caso mujeres”. 47
46
Anexo entrevista Fiscal Patricia Hernandez
47
Anexo entrevista Fiscal Patricia Hernandez
35
Hernández sostiene que la invisibilización de la violencia sexual cometida contra las mujeres en
medio del conflicto armado surge desde ellas mismas. “Las mujeres, pese a todos los esfuerzos
que hace la Fiscalía para trasladar a los fiscales a los lugares más recónditos, hasta los
corregimientos, la vereda más inhóspita
para que todas las víctimas puedan reportar sus
hechos, no es fácil que una mujer se levante y diga: ‘yo fui violada”[...] en muchos casos dicen:
‘nosotras no queremos saber nada de esto, no queremos saber nada del proceso de Justicia y
Paz, no queremos denunciar nuestros casos’. (La violencia sexual) es un delito que viola la
intimidad de tal manera que no es fácil socializarlo con otras personas, menos con un
funcionario judicial al que ven por primera vez y que es un desconocido”.
48
Diana Montealegre, líder de la campaña responsable de la primera encuesta de prevalencia
sobre violencia sexual en medio del conflicto, realizada por la Ong Oxfam, afirma que son varias
las dificultades de las mujeres víctimas para acceder a la justicia. Empiezan por la distancia
espacial de las instituciones y pasan por la estigmatización social, el sentimiento de culpa , y lo
más preocupante, que cuando las mujeres deciden tocar las puertas del aparato judicial se ven
enfrentadas al maltrato de los funcionarios públicos. El maltrato y la desconfianza de
funcionarios judiciales al recaudar las pruebas, hacen que las mujeres desistan de buscar
justicia.
Montealegre habla de “los patrones culturales de los funcionarios públicos como fallas
estructurales, en términos de capacidades técnicas para responder a un delito como este.
Desde el momento en que se toman las pruebas hasta como se conduce toda la investigación,
porque de los pocos casos que son denunciados hay un porcentaje muy mínimo en el que ha
habido respuesta en el sentido de investigar los hechos, identificar al responsable, condenarlo y
reparar a la víctima”. 49
La fiscal Hernández sostiene que la Unidad de Justicia y Paz está trabajando para superar
obstáculos jurídicos y extrajurídicos. Ella considera que para resolver los casos de violencia
sexual, es necesario manejar distinto la investigación en términos probatorios y dejar de
considerar, por ejemplo, como prueba reina, el dictamente de Medicina Legal, sobre todo
porque los casos denunciados ocurrieron hace mucho tiempo. “Uno debe estar acorde con la
48
Anexo entrevista Fiscal Patricia Hernandez
49
Anexo entrevista Diana Montealegre
36
nueva realidad y la normatividad que se maneja actualmente. Yo no llamaría esto fallas sino
obstáculos, y lo importante es poder superarlos”. 50
Organizaciones que trabajan con víctimas a veces son un obstáculo
Hernández también encuentra como obstáculo para el manejo y visibilización de casos de
violencia sexual el comportamiento de algunas organizaciones de mujeres que asesoran a las
víctimas. “Hacen las denuncias como una forma de hacer esa catarsis en cuanto al hecho” 51,
pero no trabajan de la mano con la Fiscalía para ayudar al esclarecimiento de los hechos.
Hernández se pregunta: “¿Por qué no nos dan los casos y nosotros los documentamos?, 52 a lo
cual las organizaciones responden argumentando que “las mujeres no quieren, las mujeres sólo
han venido acá para hacer este proceso pero no quieren tener nada que ver con la justicia” 53.
Hernández asegura finalmente que para un fiscal encargado de un caso el primer contacto con
la víctima es demasiado complicado, debido a la desconfianza, a la poca credibilidad de la
justicia colombiana, a la ausencia de empatía y sobre todo a la falta de creación de lazos de
solidaridad.
Si bien la violencia sexual es un delito importante para la Fiscalía de Justicia y Paz, esta unidad
sostiene que es prioridad todo lo que sean agresiones contra las mujeres. “No solamente la
violencia sexual es la expresión más atroz, o la de mayor impacto dentro de los crímenes
cometidos contra las mujeres. Hay muchísimos casos que se cometieron y eso lo tenemos claro
y es una obligación nuestra investigarlo” 54, sostiene Hernández
50
ANEXO Fiscal Patricia Hernandez
51
Anexo Fiscal Patricia Hernandez
52
Anexo Fiscal Patricia Hernandez
53
Anexo Fiscal Patricia Hernandez
54
Ver Anexo Entrevista Fiscal Patricia Hernández
37
Si la agresión sexual no está en el Código Penal Colombiano, se castiga con base en
normas internacionales
Los delitos de violencia sexual no tienen que estar tipificados en el Código Penal Colombiano.
Para castigarlos dentro del proceso de Justicia y Paz se puede recurrir a otros mecanismos
como el Derecho Internacional Humanitario, que considera la agresión sexual en medio del
conflicto como un crimen de guerra. Adicionalmente, la Fiscalía puede interpretar la cláusula
residual de los artículos 7 y 8 del Estatuto de Roma para abordar la desnudez forzada.
“Nosotros no la tenemos contemplada (la desnudez forzada) como crimen en nuestra
legislación. Pero podemos decir que esa puede ser una tortura o puede ser otra conducta.
Entonces no solamente castigamos los delitos que están en el Código, hay otras formas de
violación de los derechos humanos de las víctimas a los que tenemos que darles una
nominación jurídica porque no puede quedar eso así. Hay temas como la servidumbre
doméstica, hay muchas cosas que afectan a las mujeres y que la Fiscalía está en la obligación
de investigar y judicializar”, señala Hernández.
38
Testimonios de la Barbarie contra las Mujeres en Medio del Conflicto
El temor de las mujeres a denunciar las agresiones sexuales que han sufrido en medio del
conflicto armado, la negación a revivir los momentos de humillación y el miedo a ser
estigmatizadas por la sociedad y la propia justicia, fueron también un obstáculo para conseguir
testimonios de primera mano para este trabajo.
Pero para dejar constancia de la tragedia que han vivido muchas mujeres por cuenta de los
grupos armados colombianos, recogimos testimonios entregados a organizaciones sociales y a
algunos medios de comunicación. En ellos se refleja toda la barbarie que han sufrido y se ve
claramente que la violación no ha sido el único caso de violencia sexual cometido en medio del
conflicto, para mostrar poder, aterrorizar o humillar.
Testimonio de “Leidy” víctima de 25 años, en Bello Oriente, Comuna Nororiental de
Medellín
"El 24 de noviembre de 2002 cuando cumplí 18 años, las Auc marcaron mi vida. Vivía en el
sector de Bello Oriente, en la Comuna Nororiental de Medellín, y cuando caminaba por la calle
me agarraron seis tipos, todos armados y con brazaletes de las Auc. Me vendaron los ojos y me
montaron en un carro, mientras uno de ellos decía: '¡Es el objetivo, es el objetivo!'.Empezaron a
insultarme y a pegarme, querían que confesara que era guerrillera pero yo les suplicaba y les
decía que no, que no era. Como no me creían, me golpeaban más y más. Luego me llevaron a
un sitio y me violaron todos, uno por uno, por turnos, hasta que casi perdí el sentido. Después,
con una navaja o cuchillo, no sé, empezaron a cortarme las piernas, los senos y las nalgas. Yo
no paraba de gritar pero ellos seguían. Con el mismo cuchillo me marcaron el brazo izquierdo
con las siglas de las Auc. No sé cuánto tiempo pasó hasta que por fin me soltaron. Me dijeron
que me fuera del barrio y que si me atrevía a hablar me mataban y también a mis hermanos.
39
Desconsolada, no le conté a nadie hasta que se me apareció un 'angelito' y entonces denuncié
el caso ante una organización de mujeres que me acompañó en el proceso de recuperación.
Luego, con su apoyo, hice la denuncia ante la Fiscalía. El problema es que es difícil demostrar
la violación porque ha pasado mucho tiempo. Estoy a la espera de que se haga justicia. Mi caso
lo denunció hasta Amnistía Internacional en un informe, pero sigue en la impunidad". 55
Testimonio víctima de Antioquia
Allá donde yo vivía era tierra fría y todo estaba nublado. Estábamos acostumbrados al trato de
los paramilitares, ellos llegaban a la casa y nos insultaban. Nos decían tantas cosas groseras
que usted no se imagina. Nos empujaban, nos dañaban las cositas de la casa y se nos robaban
lo que les llamara la atención: animales, ropa, cualquier cosa.....
Un día cuando menos pensé, me encontré con los paramilitares. No me pareció extraño porque
siempre se mantenían en la vereda, yo seguí caminando y cuando iba pasando salieron detrás
a cogerme. Salí corriendo pero se me fueron encima y uno de ellos me tiró contra un
55 Relato tomado de: http://www.cambio.com.co/paiscambio/818/ARTICULO-PRINTER_FRIENDLYPRINTER_FRIENDLY_CAMBIO-4856710.html
40
barranco. Yo nunca pensé que me iba a pasar esto. Ellos eran muy agresivos con nosotros pero
llegar a eso, no creí. Cuando me tiraron al barranco me empezaron a golpear. Me pegaron
mucho y muy fuerte, yo pensé que me iban a matar. Después me amarraron y me taparon la
boca. Yo tenía una sudadera y una chaquetica y me aferraba a ella con toda mi fuerza, pero
ellos me arrancaron la ropa. Lo único que hacía era llorar y pedirles que no me hicieran nada.
Lloraba y lloraba y más me pegaban. Me tapaban tan fuerte la boca con sus manos que no me
dejaban casi ni respirar. Me desnudaron y con los fusiles me apuntaban, me amenazaban y me
decían que me iban a matar.
Yo no podía ni gritar, sentía que me ahogaba. Empezaron a violarme y pensé que ellos no me
iban a matar, sino que yo no iba a aguantar y me iba a morir. Perdí la cuenta de cuántos me
violaron. Fueron como siete u ocho, la verdad no sé…Eso fue muy horrible. Yo lo único que
hacía era rezar en mi mente y pedirle a Dios que me ayudara y no me dejara morir. No podía
hablar porque tenía la boca tapada. Cuando menos pensé me dejaron tirada y se fueron. Yo no
lo podía creer. Me paré, me vestí como pude y me fui para mi casa. Yo llegue a mi casa y no le
dije a nadie lo que me había pasado. Me fui a mi cama a llorar. Mi mamá me preguntaba que
me pasaba y yo sólo lloraba. Al otro día le conté a mi abuelo, pero a nadie más y le pedí que no
dijera nada. Los primeros días me dio muy duro lloraba todo el tiempo, no comía ni dormía. No
le encontraba sentido a nada. Me despertaba pensando que ya iban a entrar por el zarzo.
Soñaba todas las noches que me estaban violando. Si salía al baño era como si los viera en el
corredor o en el potrero, era una cosa horrible. A los días mi mamá se dio cuenta porque me
veía llorando y sin hablar. Yo no les había contado porque les iba a doler demasiado. Eso para
los papás es muy duro. 56
56
http://www.reporterosdecolombia.net/node/253
41
Testimonio víctima de la Vereda El Bongal.
Los paramilitares llegaron a la casa de una familia compuesta por el padre, la madre, tres hijas
(8, 16 y 26 años), dos hijos (10 y 17 años) y un nieto (37 días de nacido). Eran como las 8 de la
noche. Lo primero que hicieron fue tirar las lámparas de gas al suelo para dejar a la familia en la
oscuridad:
“Nos dijeron que saliéramos. Nos tiraron al suelo y a mis hijos también. A todos nos pusieron un
fusil, incluso a los niños. La niña de ocho años lloraba en silencio y temblaba, pensaba que nos
iban a matar. Mi marido preguntaba qué pasaba y lo cogían con la bota en el cuello y lo
apretaban contra el suelo y le gritaban que se callara. Nada más hablaba uno, ese mismo
preguntaba y decía todo. Nos preguntaban que dónde estaban las armas. Nosotros les
decíamos que buscaran si querían en la casa, que lo único que teníamos eran los machetes de
trabajo. A mi hija de 16 años la tiraron al suelo, la separaron de la hermana y la pusieron
distante. Ella estaba envuelta en una sábana y así se la llevaron. Le rogaba a la hermana que
no la dejara ir sola. Ellos le dijeron –a ti no te va a pasar nada, te vamos a hacer unas preguntas
y te vamos a regresar–. Después que se la llevaron, escuché unos disparos. En la mañana del
17 salimos a la vía y como a cuatro kilómetros la encontramos a ella. Estaba muerta, boca
arriba, tenía un disparo en la cara. Todo el cuerpo lleno de moretones, los brazos, las piernas,
la cara…¡todo! Quedó sin brasier y el panti a media canilla. Medicina Legal confirmó la
violación” 57.
____________________________________________________________________________
57
http://www.javeriana.edu.co/biblos/tesis/csociales/tesis46.pdf
42
Testimonio de “Ariana” mujer de 21 años, víctima de Prostitución Forzada
"Estaba en octavo de bachillerato y no tenía posibilidad de elegir: o me iba de manera voluntaria
con los paramilitares o me llevaban a la fuerza. Me escogieron por ser la niña bonita del colegio
y terminé en una finca en Córdoba de la cual no quiero acordarme. Ellos decidieron que yo
tenía que ser puta. Allí estuve prostituida forzadamente durante tres años, desde 2003. Me
mandaban a otras fincas de los comandantes de las Auc y a cambio me daban un pago que no
estaba pidiendo, entre 200.000 y un millón de pesos. Por otras pagaban 50.000. Crecer como
mujer en ese lugar significaba ser propiedad de ellos. Tenía que portarme bien y seguir viviendo
en el pueblo ante la mirada estigmatizadora de la gente que pensaba que yo era una cualquiera
y que no sabía que estaba allá obligada. Pero era que yo no quería terminar como algunas
muchachas a las que desaparecieron o masacraron y terminaron en el río y en las fosas.
En 2006 pude escaparme con un conductor que me ayudó. Puse mi denuncia en Justicia y Paz.
Ahora estoy desplazada y todos los días tengo pesadillas con ellos y ruego para que no me
encuentren". 58
Testimonio de “Mayerly” trabajadora sexual, víctima de 36 años.
"En enero de 1994, 30 paramilitares ingresaron al local donde laboraba desde hacía seis meses
como trabajadora sexual. Mi compañero me dejó, tenía dos hijos para alimentar y por eso
estaba allí. Quedé horrorizada porque había escuchado que cogían a las prostitutas y hacían
cosas tan horribles con ellas, que quedaban hasta fracturadas y que a otras las jodían y
después las mataban. Muchas compañeras están muertas porque ellos decían que había que
limpiar esto de basura. Uno de ellos, el comandante, se me acercó y me preguntó que cómo así
que no quería trabajar. Me llevaron a un cuarto y me tuvieron desde las dos de la tarde hasta
las 11 de la noche, me hicieron las cosas más terribles que se le pueden hacer a una mujer.
Cuando trataba de defenderme me pegaban con el mango del arma. Luego empezaron a
herirme todo el cuerpo con el pico de una botella.
Relato tomado de: http://www.cambio.com.co/paiscambio/818/ARTICULO-PRINTER_FRIENDLYPRINTER_FRIENDLY_CAMBIO-4856710.html
58
43
Cuando se fueron, llegó otro cliente que no era paramilitar y me llevó a un hospital. Nadie dijo
nada, nadie preguntó quién me había hecho eso. Un día tomé Furadán (herbicida) y decidí irme
de este mundo y dejarle los niños a mi mamá, pero no funcionó y tuve que vivir. Entonces
resolví contar lo que me había pasado pero la única frae de apoyo que recibí fue: 'Usted se
lobuscó por andar trabajando en eso'. Aun así, me dediqué a ser mamá y a trabajar
dignamente. Tardé 14 años en poner la denuncia, pero no se ven resultados porque las
prostitutas, o las que lo fueron, no parecen tener derecho al respeto. La denuncia la trasladaron
a la Fiscalía del pueblo de donde huí y no puedo comparecer ante ese despacho porque los
'paras' siguen acechando". 59
Testimonio de “Magdalena”, víctima de Embarazo no deseado, 23 años.
“Hace tres años llegó una camioneta a mi casa. Empezaron a patear la puerta y abrí. Eran
paramilitares. Revolcaron toda la casa buscando algo, preguntaron por mi papá y dijeron que
tenía que dar la cara. Les dije que no estaba y que ya les había pagado suficiente, que no había
nada más que darles. No entendieron razones, me golpearon y uno de ellos me violó delante de
mi hermana y de mi tía. Cuando terminó me dijo: 'Dígale a su papá que este es el principio'.
Quedé embarazada. Tuve una niña que nació baja de peso después de un parto traumático.
Cuando me la pusieron en mis brazos vi en su rostro al papá y la rechacé, le dije a mi madre
que no la quería, que me ayudara a cuidarla.
No creo que pueda superar esa experiencia y aunque me está ayudando una psicóloga, para
mí es duro tener hombres cerca. No les tengo confianza, creo que no voy a tener pareja en
mucho tiempo porque mi parte sexual está dormida. La niña no tiene la culpa de nada, la veo
crecer, trato de quererla". 60
Relato tomado de: http://www.cambio.com.co/paiscambio/818/ARTICULO-PRINTER_FRIENDLYPRINTER_FRIENDLY_CAMBIO-4856710.html
59
Relato tomado de: http://www.cambio.com.co/paiscambio/818/ARTICULO-PRINTER_FRIENDLYPRINTER_FRIENDLY_CAMBIO-4856710.html
60
44
Testimonio de víctima entrevistada por Amnistía Internacional
"Cuando iba en la mitad del camino salieron cuatro muchachos, contó una de las jóvenes
entrevistadas por Amnistía. Tenían la cara cubierta y me preguntaron si quería bailar. Me dio
miedo y dije que no. Entonces me preguntaron si en mi casa atendíamos al Ejército que
acampaba al lado y les dábamos agua. Yo respondí que no podíamos negarle el agua a nadie y
que si ellos nos pedían también les dábamos. Preguntaron si tenía novio en el Ejército. Les dije
que no. De ellos, el que más hablaba me arrastró hasta una casa abandonada que quedaba
más abajo y cuando me quise resistir me tapó la boca. Me dijo que si gritaba o si yo abría la
boca, se desquitaban con mi familia o se llevaban a mis hermanitos. (...) Me quedé quieta, no
hice fuerza por defenderme, ni les dije nada, ni grité nada porque tenía miedo. Él me violó y me
dijo que eso era un recuerdito para que no olvidara que ellos no hablan en vano, que ellos
cumplían su palabra 61
___________________________________________________________________________
Testimonio de “Ana” víctima de Violación Sexual
“No preguntaron nada. Sacaron a mi marido, en ropa interior, lo amarraron. A mí me apartaron
y abusaron de mí. Solamente me decían perra, esa era la palabra que más escuchaba Yo les
suplicaba que vieran mi estado, estaba embarazada. Se reían a carcajadas
Tras huir a otro lugar con sus hijos, Ana necesitó recurrir a una sentencia de la Corte
Constitucional para obligar a la Fiscalía a abrir una investigación. Miembros de un organismo de
seguridad la ubicaron y la citaron a la misma región donde había sido violada. Días después, un
periódico regional divulgó su foto, su historia y el pueblo donde vivía. “Después de eso ya no
confío en nadie, di esas declaraciones pero no pensé que me iban a sacar en un periódico;
nunca me preguntaron si estaba de acuerdo; dijeron hasta donde me encontraba y lo que me
había ocurrido” . Ese día empezaron sus problemas. La llamaron varias veces diciéndole que
sabía en qué andaba y donde estaba. Después de semanas de intimidaciones telefónicas Ana
recibió una carta con un dibujo intimidatorio: una cruz, un revólver y un águila, en la misiva le
Relato tomado de:
http://www.semana.com/wf_ImprimirArticulo.aspx?IdArt=82629
61
45
daban 72 horas para salir del pueblo. “Ahí me vi acorralada, me di cuenta que me iban a
matar”. 62
__________________________________________________________________________
Testimonio de víctima de Tulúa, Valle del Cauca
“Era de noche. Llegaron dos hombres armados que vestían prendas militares, camufladas y
armas… Se llevaron a mi esposo fuera de la casa y todo el tiempo le apuntaron el arma… Yo
logré calmar a la niña y la arrullé hasta que se durmió.
Entonces el hombre me sacó de la habitación y me llevó al corredor para interrogarme, me
amenazó con matarme si no me dejaba. Me quitó la ropa, me tapó la boca y me forzó. Me violó.
Luego me dijo que me vistiera y también dijo: “Aquí no pasó nada. Las mujeres, al fin y al cabo,
son para esto.”63
Testimonio de víctima de Bogotá
“Llegaron a la ciudad los paramilitares, congregaron a todos, pusieron música y empezaron a
beber. Mataron unos pollos, violaron a algunas mujeres, dieron muerte a unas cuantas personas y
bailaron. Los paramilitares llevaban pasamontañas, obligaron a las mujeres a cocinar para ellos y
únicamente violaron a las jovencitas. La fiesta se prolongó cuatro días y los cadáveres empezaron
a pudrirse en las calles. Quemaron a algunos de ellos para que no se pudieran identificar. Oímos
sobrevolar a un helicóptero pero no pasó nada hasta el cuarto día. Los paramilitares se quitaron los
pasamontañas y dijeron que había llegado el ejército, entonces vinieron automóviles, fiscales y
persona
62
de
la
Cruz
Roja” 64.
http://www.verdadabierta.com/nunca-mas/nuncamas/1966-violadas-por-los-paras-ahora-amenazadas
http://portal.ajintem.com/derechos-humanos-de-las-mujeres/28073-tribunal-internacional-denuncia-encolombia-las-mujeres-son-violadas-asesinadas
63
64
http://www.otromadrid.org/imprime/10969/
46
______________________________________________________________________________
Testimonio de víctima, Valledupar, Cesar
“No sé quien recogió el cadáver. La había enterrado como N.N (desconocida). Los AUC habían
puesto la plata para la urna, porque así hacen ellos. Los indígenas que vivían cerca del jagüey
(pozo) habían escuchado sus gritos. Me contaron que mi niña les decía ¡no me maten, yo no les
he hecho nada a ustedes! Y que me llamaba. Los paramilitares le gritaron: ¡qué mami ni qué
carajo, si es por tu mamá que viene todo esto! Le cortaron los pechos… Yo era dirigente de la
ANMUCIC (Asociación Nacional de Mujeres Campesinas, Negras e Indígenas de Colombia)".
En las delicias también mataron a una niña de 10 años, la degollaron y mutilaron. Fue por los
días que mataron a mi hija. A otra muchacha indígena de 16 años le cortaron los senos por
esos mismos días. Querían hacer notar su presencia. Todas eran niñas indígenas. Para los
indígenas, en cualquier guerra las mujeres, los niños y los ancianos deben ser respetados.
Están horrorizados. 65
De igual manera, la Fiscalía de Justicia y Paz ha sido fundamental para esclarecer muchos de los
crímenes ejecutados por los grupos paramilitares en sus años de dominio territorial en diferentes
regiones del país. A continuación un aparte de uno de los procesos adelantados contra Ever Veloza
alias ‘HH’, jefe del Bloque Bananero que operaba en el Urabá antioqueño.
Intervención de Fiscal de Justicia y Paz en el proceso contra Éver Veloza García, alias “HH”, 27 de
noviembre de 2007
(…) ellas tienen una inquietud y es la violencia de género, es decir, la violencia que se haya
podido ejercer sobre las mujeres teniendo en cuenta que muchos hechos de los cuales fueron
víctimas las mujeres por la misma afectación psicológica moral y física que se genera, muchas
no se atreven a hacer sus denuncias públicas. Pero sí hay conocimiento de que muchos hechos
ocurrieron como violaciones a las mujeres, violaciones a niñas, como que la mujer llegó a ser
botín de guerra en muchos casos. Por eso encontrará usted siempre esas preguntas de manera
reiterativa, en cada uno de los hechos de los cuales se pregunta y además que son preguntas
que ya en anteriores ocasiones ha hecho este despacho frente a si ocurrían las violaciones, si
este hecho era permitido, cómo se sancionaba a los hombres que cometían estos hechos sobre
65
http://www.intermonoxfam.org/es/page.asp?id=3631
47
los cuales yo le solicito nuevamente cuando usted se reúna con sus hombres o con los hombres
que estaban bajo su mando y que usted desmovilizó indagar por estos hechos que son
preocupación de
las
mujeres
Urabá. 66
del
Versión libre de Éver Veloza García, alias “HH”, 27 de noviembre de 2007. En este caso, la Fiscal se estaba
apoyando en las preguntas formuladas por la organización no gubernamental Iniciativa de Mujeres Colombianas
por la Paz.
66
48
Capítulo V
CONCLUSIONES
El desarrollo de esta investigación permitió establecer que la violencia sexual contra las mujeres
ejercida por actores armados es un universo de desconocimiento, temores y de incertidumbre
que impide dar a conocer una cifra certera de mujeres afectadas por este crimen. Mientras los
organismos gubernamentales argumentan estar haciendo el mejor esfuerzo por conocer los
casos que implican este tipo de delito, las organizaciones civiles denuncian poca eficacia en las
investigaciones por parte de los entes gubernamentales encargados.
El panorama de la violencia sexual en Colombia, según los representantes de las víctimas en el
proceso, se caracteriza por una total falta de acceso a la justicia y desconfianza en los
organismos judiciales, lo que genera un recelo entre las instituciones para compartir información
y llevar una misma documentación de casos. Lo anterior lo encontramos preocupante debido a
la creación de una invisibilidad, lo cual finalmente genera las tensiones entre unos y otros
responsabilizándose mutuamente por la ineficacia y que dejando
a las víctimas sin una
solución real.
De igual modo, esta investigación encuentra que pese a la presión internacional ejercida
especialmente por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y por organizaciones de
la sociedad civil, no es posible generar una agenda con el Gobierno colombiano para la
definición de una política pública integral que busque la protección de las mujeres víctimas y la
reparación de las mismas. No obstante, el principal obstáculo que se demuestra a lo largo del
trabajo es la poca articulación interinstitucional que los diferentes organismos gubernamentales
y organizaciones de la sociedad civil tienen en cuanto a la definición del delito de violencia
sexual, sus categorizaciones, así como las respectivas condenas.
49
Durante el trabajo, se han expuesto de manera constante los estudios de organizaciones
internacionales y organizaciones de la sociedad civil colombiana, que denuncian el gran
impacto que la violencia sexual ha generado en la población civil y la presunta impunidad que
en estos se alberga. Preocupa en el desarrollo de la investigación, el conflicto que genera la
categorización de delitos o de posibles delitos cometidos contra las mujeres. Si bien es cierto,
que
la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía ha implementado herramientas jurídicas
conforme a los tratados internacionales que Colombia ha firmado, manifiesta su inconformidad
sobre la categorización expresada en los distintos informes y estudios publicados por otras
instituciones.
Por otro lado, debido a la naturaleza de cada institución y a la complejidad del delito, se
demostró que en la actualidad en Colombia no existe un registro único de denuncia para la
violencia sexual contra la mujer que permita establecer un panorama real de la situación.
Gracias al proceso de investigación, encontramos que en algunas zonas del país, la violencia
sexual contra las mujeres es entendida por las víctimas como un acto “normal”, esta
“normalización” del delito es sumamente preocupante, ya que las propias mujeres no son
conscientes de que sus derechos están siendo vulnerados, por ende, no lo conciben como un
delito y por tanto no lo denuncian. Frente a esta problemática es necesaria la presencia de
Antropólogos, Psicólogos y expertos en Ciencias Sociales, para llevar a cabo investigaciones
más profundas, con tratamientos más específicos, que abarquen todos los campos de este
fenómeno y así evitar que muchos casos de violencia sexual contra las mujeres queden en la
impunidad debido al desconocimiento de este acto como delito por parte de las propias
víctimas.
No obstante, la percepción de las organizaciones de la sociedad civil sobre la voluntad política
del Gobierno colombiano ha cambiado con la llegada de Juan Manuel Santos. No sólo por
colocar fin al debate de los últimos 8 años sobre la existencia o no del conflicto armado interno,
sino por colocar dentro de la agenda gubernamental toda la disposición para que el pasado 24
de mayo de 2011, el Congreso de la Republica aprobara la Ley de Víctimas.
Esta herramienta buscará reparar a las personas que fueron vulneradas en sus derechos desde
enero de 1985 hasta la fecha. Según el Partido Liberal, uno de los ponentes, “La Ley dispone
de un conjunto de directrices para evitar que los prejuicios sexuales y de género lleven a
suponer que la víctima propició o aceptó la violencia sexual. Para resguardar la identidad de la
50
víctima, se proponen medidas especiales como la declaración a puerta cerrada, el testimonio
por medio de audio o video, la asignación de un seudónimo o una clave o la utilización de
medios técnicos para alterar la voz y la imagen. Estas medidas se complementan con los
programas de protección y la presencia de personal especializado en situaciones traumáticas 67.
Lo anterior, desarrolla un gran avance en esa exigencia por parte de las mujeres hacia el
Estado colombiano de garantizarles una adecuada atención y reparación por los hechos
violentos que cometieron con ellas. Sin embargo, a 2011 podemos concluir que mientras en la
Fiscalía reposan más de 350.000 casos de diferentes delitos, sólo de violencia sexual han
reportado 717 y de los cuales 65 ya son casos confesados. Esto, sumado a la estigmatización y
al temor por parte de las mujeres víctimas, serán los principales retos de la sociedad
colombiana para la resolución del conflicto, para la memoria histórica y para que hechos tan
aberrantes como los relatados en esta tesis no se vuelvan a repetir.
67
Tomado de: http://www.partidoliberalcolombiano.info/sites/default/files/abcvictimas_1.pdf
51
ANEXOS
52
ENTREVISTA ADRIANA SERRANO
ASESORA DE GÉNERO COMISIÓN NACIONAL DE REPARACIÓN Y RECONCILIACIÓN
David Romero (DR): Cuál ha sido el trabajo de la CNRR en el tema específico de Violencia
Sexual contra la Mujer en el marco de Justicia y Paz y en el marco de Conflicto Armado.
Adriana Serrano (AS): Yo creo que para hablarte de casos, debo comentar dos cosas. La
primera es que como se puede evidenciar en la investigación, no existen muchos casos
denunciados en justicia y paz. No son más de 130 casos. Esa es como la primera línea que
esta ligada al proceso como tal. ¿qué ha hecho la CNRR en temas de violencia sexual? en su
trabajo la CNRR,sobre todo en las regiones, la Comisión se ha encontrado con muchos casos
de mujeres que han sido víctimas de violencia sexual y que no están dispuestas a denunciar
aún. ¿Qué hizo la CNRR al respecto? Eso se remonta desde 2007, que la comisión y el área de
género empezó a acompañar terreno…
DR: Hago un pequeño paréntesis ¿Por qué las víctimas no quieren denunciar?
AS: … Las víctimas no quieren denunciar por muchas razones, nosotros hemos destacado
algunas la primera por miedo a retaliaciones. Porque muchas de ellas saben o sienten o tienen
conocimiento de que actores que las victimizaron están presentes o por redes que tienen
contactos con integrantes de ese grupo armado. Miedo porque muchas mujeres temen a la
estigmatización de ellas y de sus familias. Nos hemos encontrado con muchas mujeres que nos
han contado que han sido víctimas de violencia sexual pero a renglón seguido nos dicen que el
esposo no sabe y no quiere que él se entere. Muchos casos no hay denuncia por que no existe
el conocimiento que sobre ella se cometió un delito, entonces no hay esa cercanía al proceso
53
judicial y una vez ellas conocen y se acercan al proceso judicial, ellas evidencian que puede ser
algo que las visibilice mucho, entonces muchas mujeres no están dispuestas a hacerlo por eso.
Otras porque sencillamente no quieren volver a hablar de lo que les paso. Esas son para
nosotros las principales razones, además pues a esto se le suma como la barrera histórica del
acceso a la mujer a la institucionalidad y a al acceso a la justicia. Entonces nosotros qué
hicimos. Nos encontramos con sedes regionales y trabajo en terreno que nos preguntaban con
frecuencia cómo atender a las víctimas de violencia sexual. a raíz de eso, se intentó hacer un
primer borrador de una ficha y un manual de cómo documentar casos de violencia sexual. Este
manual se distribuyó en 2007 a nivel interno, tenía 10 hojas en donde encontraba los derechos
de las mujeres, legislación internacional sobre derechos humanos y aspectos básicos para que
una persona pueda documentar un caso de violencia sexual y para referenciarlos. Lo segundo
fue una ficha donde se daban pautas de sistematización de casos. Esto se repartió en las sedes
regionales de la CNRR. Su funcionamiento fue bueno en algunas regiones, no fue uniforme, en
algunos lugares fue adoptado y usado pero otros fue sencillamente olvidado y archivado. En
otras sedes regionales reportaban bajo otros formatos, por ejemplo nos enviaban copias de
formatos de justicia y paz, que curiosamente no denunciaba violencia sexual sino que
denunciaba homicidio y en el relato decía: “ah y a mí me violaron”.
DR: En qué regiones se trabajo con esta cartilla?
AS: La CNRR tiene 12 sedes regionales, nosotros recibidos documentación de casos y
trabajamos muy de cerca con la sede regional Sucre y Putumayo, de hecho, está última fue la
más juiciosa y constante en el proceso de recolección de información. Algunos de la zona del
Magdalena y del Atlántico. Y unos pocos de la zona nororiental, es decir, Santander y Norte de
Santander.
DR: En esas regiones que menciona, ¿cuáles son los tipos de violencia sexual que son
más denunciados y que conoce la CNRR?
AS: Yo creo que por ser como tal casi uno de los únicos tipos de violencia sexual y por ser el
que más se presenta en las regiones es el acceso carnal violento. Ese es el que más nos
encontramos. Con que más nos hemos encontrado. Ese tipo de acceso carnal, con el agravante
que es múltiple. Es decir, por que varias personas están en el momento, o porque varias
personas violan a una mujer o por qué se hace de forma reiterada hacia la mujer. Es decir un
actor que constantemente realiza esta acción. En algunos lugares encontramos temas de
desnudez forzada, pero quizá por el tema que la desnudez no es un delito como tal ante el
54
código penal, y también es un poco naturalizado ya que muchas personas no lo ven como un
delito. Pero básicamente que dentro de los caso que CNRR ha conocido los más comunes son
acceso carnal violento, acompañado de muchas otras cosas. Eso si es algo muy típico, que son
casos que encontramos que están acompañados de varios delitos, ya sean cometido hacia la
misma víctima de violencia sexual o hacia su núcleo familiar, es decir, por ejemplo mientras hay
asesinatos, la mujer es violada. O mientras hay una incursión del grupo armado la mujer es
violada.
DR: En ese sentido, ¿cuál ha sido la región que más denuncias e información que CNRR
ha recolectado?
AS: Sin lugar a dudas, la región de donde nosotros hemos recibido más información sobre
violencia sexual es el departamento de Putumayo. Sin embargo, hay que hacer una claridad a
este hecho, y es que es la sede que más se comprometió con esta búsqueda. Nosotros no
podríamos decir que la CNRR encontró que el departamento que más sufrió de violencia sexual
fue el Putumayo, sino que fue el más juicioso en la recolección de la información.
DR: Y en qué se basaba que Putumayo fuera más juicioso. Había más acceso a las
víctimas? O las víctimas se acercaban más? Ó había más voluntad y disposición por
parte de los funcionarios para recolectar esa información?
AS: Eso último. Efectivamente encontramos que en la sede de Putumayo había más
disposición más sensibilidad para abordar estos temas. ¿Qué hizo la CNRR
desde el 2007?
A medida que se creaban las sedes regionales, se realizaba un proceso formativo, presentando
el área de género. Se mostraban varios temas, se hablaba del trabajo de género en temas de
violencia sexual, se presentaban manuales y fichas. Se explicaba como documentarlo. Es decir,
todas las sedes regionales que existían tenían las mismas condiciones. Hay que tener presente
que unas sedes son más recientes que otras. Pero todas al año pasado – las doce sedes
regionales – conocían la información. Entonces, ya en el momento del uso de la información
que se les dio, se encontró la diferencia. Entonces encontramos sedes regionales que se
comprometieron con el trabajo y que empezaron a hacer todo ese proceso de documentación, ó
que simplemente ante la identificación de casos de violencia sexual se iban a las herramientas
que se le había entregado.
Había otras sedes que no, no tenemos información de sedes regionales, porque podemos decir
que no hubo voluntad o no hubo quizá la capacidad y la capacitación necesaria para que estas
55
personas se acercaran a estos temas. No tenemos casos documentados de regiones enteras, a
pesar de que teníamos las herramientas.
DR: Pero esa recolección y capacitación en la doce regionales de CNRR se inició al
mismo tiempo, estuvo por fases? O cómo fue la implementación?
AS: La recolección de la información se dio a medida que se iban creando las sedes regionales.
La CNRR comenzó siendo sólo a nivel nacional. Después tuvo tres sedes regionales y
actualmente tenemos 12 sedes regionales. Estas últimas se terminaron de crear entre 2008 y
2009. Entonces fue un proceso lento. A medida que se creaba una nueva sede, nosotros
íbamos a presentar las herramientas y demás. Entonces no fue un proceso constante ni una
sola vez, ni por fases, sino que simplemente se acomodaba la dinámica de ampliación de
regiones de la CNRR.
DR: Perfecto. Y haciendo un corte a 2010 o primer trimestre de 2011: ¿Cuántos casos de
Violencia Sexual contra la Mujer conoce la CNRR?
AS: A diciembre de 2010, por que este año no hemos recibido reporte. Pero también porque
paramos el proceso. Teníamos documentados aprOximadamente 55 casos de violencia
sexual…
DR: ¿En todo el país?
AS: En todo el país.
DR: Y ¿Cuál fue la zona que más reportó?
AS: La zona que más reportó casos fue Putumayo, seguida por Sucre.
DR: ¿Cuántos casos se dieron en Putumayo y en Sucre?
AS: No tengo los datos exactos, pero están en la base de datos.
DR: En ese sentido, ¿Cuál fue el actor armado que más denuncias tiene?
AS: Por la naturaleza de la Comisión y por el perfil de víctimas que se acercan a la CNRR. Sin
lugar a dudas los grupos paramilitares que se acogieron a la Ley de Justicia y Paz en muchos
de los casos. Sin embargo, la política que también nosotros difundimos desde el área es que no
nos íbamos a sesgar al mandato de la ley 975 que son grupos armados organizados al margen
56
de la ley, desmovilizados y acogidos a él. En ese sentido, tenemos casos documentados – no
muchos – de grupos guerrilleros. Tenemos casos documentados – también no muchos uno o
dos – de personas del ejército. Y tenemos casos documentados, uno o dos, atribuidos a águilas
negras y a los nuevos grupos armados ilegales.
DR: Ese seguimiento realizado por la CNRR, ¿Cuál es el registro que ustedes llevan
sobre la visibilización y qué necesitan para recoger mejor la información para la
documentación
de
los
casos?
AS: Básicamente, tras una evaluación de la ficha realizada en 2007, que era algo muy básico.
Se llegó a la conclusión que se necesitaban hacer varias cosas. La primera de ellas era una
actualización, es decir, implica una actualización normativa, una actualización de estándares
internacionales, una actualización que recogiera lo que la CNRR había visto de cómo se
debería atender en términos éticos los casos. Se tomó la decisión de actualizarlo, de proponer
una herramienta que facilitará la sistematización de la información, y facilitará su análisis,
porque nosotros teníamos una ficha muy abierta, que era casi un relato. Entonces cuando uno
quería sistematizarla y quería comparar la información era casi imposible. Entonces nosotros
tenemos cifras pero en cuanto al análisis de la información ha sido demasiado complejo. Debido
a esto, el año pasado nos dedicamos a construir un nuevo manual y una nueva ficha, que
básicamente lo que busca es recoger esos aprendizajes para aumentar las garantías para la
atención de estas personas y la orientación. Entonces armamos un paquete que no solamente
era actualizar normativamente, es decir, Auto092 que para la fecha en que se creó la ficha
anterior no existía. actualizarlo al manual y a la ficha para colocar variables de análisis para
conocer los riesgos y si se unieron victimizaciones según lo establecido por la Corte.
A estándares internacionales, como las resoluciones del Consejo de Seguridad, debido a que
salieron tres en cadena y que no fueron incluidas. La ley 1257 tampoco estaba. Entonces
primeros se hizo esa actualización para darle al funcionario toda la información en un paquete:
si usted quiere saber todo lo referente a la protección de la mujer acá esta la legislación.
DR: Ese material que usted habla es orientado a funcionarios, sin embargo, tengo
curiosidad sobre publicaciones que estén orientadas para las víctimas. Una mujer
víctima de región como sabe del trabajo de acompañamiento que ustedes realizan.
AS: Esta herramienta que he descrito es un poco técnica. Sin embargo, nosotros también
hemos diseñado una cartillita de bolsillo que se ha repartido por todas las regiones en donde
hemos estado. Más que desde la sede nacional, desde las sedes regionales, tenían un stock de
57
cartilla que acompañaban todos los procesos formativos y que eran de fácil acceso para todas
las personas que llegaban a las sedes regionales. Adicional a eso, nosotros desde hace un
tiempo hemos intentado ser unos aliados del área de prensa y comunicaciones para términos
de difusión. Por medio de las herramientas que ellos ofrecen hemos participado y hecho varios
documentales en temas de poblaciones específicas y género en una serie documental que se
llama “nunca más”. Hay un capítulo específico de violencia sexual, uno de mujeres líderes, otro
sobre mujeres indígenas víctimas que aborda todo un análisis sobre la perspectiva étnica. Que
incluso a partir de hoy participa en un festival internacional. Además de las alianzas con las
organizaciones
de
mujeres
que
son
muy fuerte. Además, debo mencionar
trabajos muy profundos en Putumayo. En Sucre, que tenemos una asesora muy incidente en el
trabajo de género que no solo se ha acercado a las instituciones y organizaciones sino también
hemos creado una mesa de género para conocer que otros temas surgen con respecto a este
delito. Tenemos trabajo en el Departamento de Nariño, donde liderábamos las mesas de género
y creaba alianzas para compartir información en distintos niveles y entre distintas instituciones y
organizaciones. En Pasto ocurría que si una mujer se acercaba a una institución gubernamental
como la alcaldía, conocía sobre el trabajo de la CNRR. Todo esto permitió la creación de una
red de información.
DR: Con los casos que ustedes conocen en las diferentes regiones. ¿Qué ha pasado con
ellos? ¿Se han resuelto?
AS: Bueno, esto es algo que yo no sé si es tan correcto decir. Son los errores que la CNRR
cometió, que hay que decirlo. Es al crear una herramienta como está, no era fácil hacerle un
seguimiento. Lo cual desde la sede nacional se dejó a criterio de las sedes regionales el
acompañamiento. Lo cual en algunos casos fue muy éxitoso como en Putumayo y en Sucre,
pero pues en otros no podemos dar cuenta de que sucedió. Lo cual es ya un problema muy
grave. Adicional a eso, tenemos una cosa que no sabemos si es un problema o no. Es que
nosotros hicimos una ficha, siempre explicamos que esta ficha no tenia propósitos judiciales,
sino era más para visibilizar, evidenciar. Entonces, para curarnos en salud, y darles una
garantía a las víctimas, todos esos casos tienen en su primera parte un acuerdo de
confidencialidad. Entonces pues tenemos la información, pero no podemos divulgarla. Entonces
la forma en que hemos presentado la información ha sido distinta, como un análisis contextual,
sin entrar en detalles. En algún momento se presentó de esta forma a la Unidad de Justicia y
Paz de la Fiscalía. Eso no es suficiente, nosotros tenemos como misión es hacer
recomendaciones sobre política pública para una reparación integral. Entonces que hizo la
comisión con esta información, que le permite intuir que hay lugares donde toca prender los
58
focos. En primer lugar, todo esto va dirigido a las instituciones, como una herramienta para que
las instituciones no se puedan escudar en que desconocen cómo abordar este tipo de delitos.
Contribuyendo un poco a la lucha contra la impunidad.
Adicional a esto, hemos venido acompañando procesos grandes de formulación de política.
Este año será nuestro tema central, el programa institucional de reparaciones colectivas.
Primero, aprovechamos los pilotos de la reparación colectiva y la coincidencia de los casos de
violencia sexual y pilotos de reparación. Coincidencial o no, los mayores índices registrados por
la CNRR en violencia sexual es Putumayo y Sucre. A la vez en esos dos departamentos
también hay pilotos de reparación colectiva. La CNRR tiene ocho pilotos de reparación
colectiva. Entonces tomamos la decisión de profundizar esos temas con esos pilotos. Cogimos
el piloto de Libertad (sucre) y tomamos el piloto de El Tigre (Putumayo), que son pilotos de
reparación colectiva e hicimos un proceso de identificación medidas de reparación colectiva
para mujeres. Entonces trabajamos con estas mujeres con diferente información que ella
convalidara. En primer lugar, hicimos un listado de impactos y aceptaciones sobre delitos con
las
mujeres.
59
ENTREVISTA DIANA MONTEALEGRE
POLICY ADVISOR OXFAM
DR: NOS LLAMO LA ATENCIÓN EL ESTADO EN EL QUE SE ENCUENTRA LA
INVISIBILIZACIÓN DEL DELITO EN MUCHOS ASPECTOS JUDICIALES, ¿CÓMO ES
TRATADO EL ABUSO SEXUAL POR PARTE DEL GOBIERNO COLOMBIANO? ¿CUÁL
CREES QUE ES EL TRATO QUE LE ESTÁ DANDO EL GOBIERNO COLOMBIANO EN
MATERIA DE ESTE DELITO?
DM: Hablar de la respuesta del gobierno frente a este delito pues implica hablar incluso de las
responsabilidades que tendrían las distintas ramas del poder, no solo la rama judicial. Digamos
que en términos de políticas públicas que requieren pues el concurso de varias instituciones,
como los ministerios, hay varias preocupaciones. En estos momentos se está discutiendo el
Plan Nacional de Desarrollo y nos hubiera gustado que en ese documento plan que el de
política marco, hubiera mayor respuesta, mayor reconocimiento de la gravedad, de la dimensión
de esta problemática de la violación de derechos humanos de las mujeres y aunque se plantea
avanzar en la implementación de la ley 1257 de 2008, que es la ley de violencias contra las
mujeres, sabemos que las respuestas, al menos en política publica tienen que ser más amplias,
osea hay una ley pero si existe un plan nacional de desarrollo debe existir en varios
componentes del plan la preocupación por dar respuesta a la violencia sexual.
Ahora cuando miramos en este documento del plan nacional, la preocupación especifica por la
seguridad de las mujeres, porque estamos hablando de violencia sexual en el marco del
conflicto armado, se mantienen las estrategias de seguridad nacional por un lado en todo
énfasis en la militarización, si es parte del enfoque del plan, que desconocen por ejemplo los
efectos de la militarización en la vida y cuerpo de las mujeres cuando la encuesta de
prevalencia por ejemplo, afirma que un porcentaje significativo de mujeres considera que la
presencia de actores armados, incluyendo fuerza pública, pues constituye un obstáculo para la
denuncia y también propicia que se cometan actos de violencia sexual. Entonces digamos que
ése es un contraste de cómo se maneja la política nacional o como no se maneja la política
60
nacional en consideraciones de género para establecer prioridades dentro de un plan de
desarrollo y estrategias de seguridad nacional. DR: ¿DE QUÉ PORCENTAJE ESTAMOS
HABLANDO FRENTE A LAS MUJERES QUE CONSIDERAN QUE ES UN OBSTACULO QUE
EL ACTOR ARMADO ESTE PRESENTE PARA EL TEMA DE DENUNCIA DE SUS DELITOS?
DM: Es alrededor del 60%.
DR: PARA CONTEXTUALIZAR UN POCO, ESA ES UNA ENCUESTA QUE SE HIZO EN 15
DEPARTAMENTOS...
DM: En 10 departamentos, 15 municipios, que se seleccionaron de manera aleatoria para poder
hacer la proyección. Se seleccionaron del universo de 407 municipios que según la defensoría
del pueblo, tienen presencia de actores armados en conflicto. También vemos la respuesta
desde el legislativo, que por el concurso de esfuerzos del movimiento de mujeres y sus
organizaciones hay una ley importante la ley 1257, sin embargo su implementación a la fecha
no ha sido efectiva, van dos años después de su promulgación y no se han asignado los
recursos suficientes para la promoción, para que los funcionarios públicos, autoridades públicas
a nivel local y regional la conozcan y sobre todo para que a las instituciones encargadas de dar
respuesta conforme a la ley la den Entonces ahí hay una deuda pendiente, afortunadamente
hay un marco legal favorable pero la implementación efectiva pues hay que seguir trabajándolo
en términos de la rama legislativa.
Ya la parte judicial pues hay muchos más estudios cualitativos sobre las dificultades para el
acceso a la justicia de las mujeres víctimas de violencia sexual, que son incluso antes de que
las mujeres tomen la decisión de acudir al aparato de justicia, entonces la distancia de donde
están esas instituciones, toda la parte de estigmatización social, el sentimiento de culpa , pero
es más preocupante aun aquellas mujeres que deciden tocar las puertas de aparato de justicia
pues se ven enfrentadas a malos tratos por los funcionarios públicos también, a una
estigmatización, a falta de credibilidad de su testimonio, no buen trato en el momento de
recaudar las pruebas y eso hace que las mujeres no confíen en el aparato de justicia y también
pues que no hay resultados efectivos.
61
DR: ¿TU CREES QUE HAY UNA FALLA EN EL PROCEDIMIENTO JUDICIAL PARA
CONOCER LOS CASOS DE VIOLENCIA SEXUAL CONTRA MUJERES?
DM: Si, y son fallas que tienen que ver tanto con patrones culturales de los funcionarios
públicos como fallas estructurales en términos de capacidades técnicas para responder a un
delito como este. Desde el momento en que se toman las pruebas hasta como se conduce toda
la investigación, porque de los pocos casos que son denunciados hay un porcentaje muy
mínimo en que haya habido respuesta en el sentido de investigar los hechos, identificar al
responsable, condenarlo y reparar a la víctima.
DR: HASTA EL MOMENTO LO QUE TU ME ESTAS SEÑALANDO POR EJEMPLO, QUIERO
TOMAR ESE PUNTO A ACOLACIÓN Y ES QUE A NIVEL JUDICIAL Y SEGUN LOS DATOS
QUE LA PROPIA FISCALIA SEÑALA, TAMBIEN ARGUMENTAN QUE LA FALTA DE
DOCUMENTACION DE ESOS CASOS DE VIOLENCIA SEXUAL VONTRA LA MUJER, SE
DEBE TAMBIEN A LA FALTA DE COLABORACION DIGAMOS EN CUANTO A
ORGANIZACION DE MUJERES Y EN CUANTO A ORGANIZACION DE VICTIMAS, EN
CONTRIBUIR O EN COLABORAR PRECISAMENTE CON EL APARATO JUIDICIAL PARA
DARA CONOCER ESOS TESTIMONIOS, LA JUSTIFIACION DE FISCALIA SE ESTAN
BASANDO EN QUE LOS PROCESOS DE ORGANIZACIONES SIRVEN MAS DE CARTASIS
QUE DE RECOLECCION DE INFORMACION Y NO PERMITEN EL ACCESO DE FISCALIA A
LOS CASOS CONCRETOS DE LAS VITIMAS, YA SEA PORQUE ELLAS NO QUIEREN, YA
SEA PORQUE ELLAS QUIEREN OLVIDAREL SUCESO O PORQUE NO ESTAN
INTERESADAS EN SER REPARADAS O EN TENER JUSTICIA PRECISAMENTE POR SU
CASO. ¿TU CREES QUE SE ESTA PRESENTANDO ESO FRENTE A LA RELACION DE
ORGANISMOS JUDICIALES Y ORGANIZACIONES DE MUJERES?
DM: Yo creo que la discusión debe orientarse de manera distinta a como lo ha orientado la
Fiscalía, incluso otras instituciones de control como la defensoría del pueblo y eso hay que
hacer claridad en que la responsabilidad primaria, principal de promover la denuncia y de
garantizar las condiciones para que las mujeres denuncien es del Estado, como garante de los
derechos humanos. Ahora que la sociedad civil incluyendo las organizaciones de mujeres
deben coadyuvar y hace parte de su naturaleza y misión como organización de la sociedad civil,
62
esos son esfuerzos justamente de sociedad civil que no pretenden ,no tienen la pretensión, ni
tienen la capacidad de equiparar la responsabilidad del Estado con todo su aparato, que debe
tener muchos más recursos y capacidad técnica para ellos, entonces en ninguna circunstancia
se debe justificar la falta de denuncia con las debilidades del proceso organizativo de mujeres,
que las puede haber pero no pueden servir de excusa. Ahora bien, cuando el Estado tiene esa
responsabilidad, esa responsabilidad pasa por estudiar cuáles son los obstáculos que hacen
que no se promueva tanto la denuncia y ahí está la falta de protección, la doble amenaza de las
mujeres que se atreven a denunciar y también la falta de credibilidad de las mujeres al aparato
de justicia, que eso no lo va a cambiar las organizaciones de mujeres, eso lo va a cambiar el día
en que el aparato de justicia de una respuesta adecuada a las necesidades de mujeres víctimas
de violencia sexual.
DR: ENTRANDO UN POCO AL TEMA DE LA ENCUESTA DE PREVALENCIA QUE SE
PUBLICÓ EN 2010, ¿CUÁLES FUERON ESOS PRINCIPALES HALLAZGOS? ¿CUÁLES
FUERON LOS DATOS MÁS RELEVANTES QUE ARROJO ESE ESTUDIO PRESENTADO
PRECISAMENTE POR OXFAM EN 2010?
DM: Fueron varios, primero es lograr señalar que el 17% de las mujeres en zonas de conflicto
han sufrido en algún momentos del periodo 2001 y 2009 algún tipo de violencia sexual, y ese
porcentaje es problemático, es preocupante, que estemos hablando de que más de 17 mujeres
de cada 100 hayan sido víctimas de algún tipo violencia sexual nos debe preocupar, debe
preocupar a cualquier sociedad y a cualquier Estado democrático y de derecho. También parte
de los datos es justo la relación entre violencia sexual y conflicto armado, es decir,
militarización. Nos resulto preocupante también evidenciar la afectación o las consideraciones
de las mujeres de que la presencia de actores armados si repercute en la violencia sexual, en la
alta prevalencia, construye un ambiente propicio para ellos, que sí constituye un obstáculo para
la denuncia. Ahora otros datos que arroja el estudio por ejemplo, es que la gran mayoría de
mujeres reconoce la violencia sexual como un delito y además como una violación a sus
derechos humanos, que esto entra en contraste con la poca denuncia, no se denuncia no
porque no se considere un delito sino por otras razones. Entre las razones que las mujeres
presentaron a la hora de reconocer, de responder a la encuesta, fue principalmente por temor a
que todavía los perpetradores viven sus mismas regionales, en sus mismo contextos, luego por
63
falta de credibilidad ante la justicia, porque prefirieron dejarlo así porque no creen que la justicia
vaya a dar una respuesta efectiva y también por temor al rechazo social que incluye el rechazo
por parte de familiares y amigos. Hace parte también de los hallazgos significativos de la
encuesta y es que si bien las mujeres consideran que la violencia sexual en general es un
delito, en el momento de pregunta si habían sido víctimas o no de violencia sexual, un
porcentaje significativo dijo que no porque tenían una concepción limitada en qué es violencia
sexual, a esto me refiero a tipos de violencia como la violación o la prostitución forzada casi el
100% de las mujeres lo consideraba violencia sexual, pero otras formas de violencia sexual
como control de la vida social, servicios domésticos forzados, de entrada no se consideran tipos
de violencia sexual, eso quiere decir que hay una jerarquización entre las distintas formas de
violencia sexual, donde unos resultan más fácilmente reconocidos y otros más socialmente
aceptados y eso también es problemático y ahí también hay que trabajar tanto el Estado como
la sociedad civil para ampliar la concepción que se tiene de violencia sexual. Otro de los
hallazgos tiene que ver con el uso de armas cuando se comete el delito de violencia sexual casi
en el 20% de los casos, eso lo que evidencia es que hay una intencionalidad del perpetrador de
agredir sexualmente a la victima mediante el uso de la fuerza en todos los casos pero que en
algunos casos incluye el uso de armas, es decir, que no se trata de eventos aislado de
reacciones incontroladas de los perpetradores no planeadas sino que hay una intencionalidad
de agresión en esos casos. También existen en algunos tipos de violencia sexual algunas
caracterizaciones que nos permiten de manera arriesgada hablar de mayor prevalencia en
algunos grupos poblacionales de mujeres. Hay algunos delitos donde muestran mayor
afectación las mujeres jóvenes, menos de 25 años y otros en mayores de 25 años que habría
que revisar cada uno de los tipos que estudio la encuesta.
DR: ME LLAMA LA ATENCIÓN UNA COSA QUE TÚ DICES, Y ES ACERCA DE LA
TIPIFICACIÓN DE LOS CASOS DE VIOLENCIA SEXUAL LOS DIFERENTES TIPOS DE
VIOLENCIA SEXUAL QUE SE COMETEN EN CONFLICTO ARMADO, Y HAGO ACOTACIÓN
PORQUE PARA LA FISCALÍA Y PARA LAS INSTITUCIONES JUDICIALES ELLOS
SEÑALAN QUE DENTRO DEL ÚLTIMO INFORME QUE SE PRESENTO, ES DECIR, EL
ÚLTIMO ESTUDIO DE PREVALENCIA HAY HECHOS QUE A LOS OJOS DE LA JUSTICIA
COLOMBIANA NO SON DELITOS, QUE POR EJEMPLO EL TEMA DE LA DESNUDEZ
FORZADA NO ESTÁ CONTEMPLADO COMO DELITO, QUE ES UNA FORMA DE TORTURA
COMO LO MANEJAN DENTRO DEL TEMA DE PROCESOS JUDICIALES DENTRO DE
JUSTICIA Y PAZ PERO QUE EN EFECTIVO NO SON Y QUE AHÍ TIENEN CIERTO REPARO
64
EN CUANTO A LA TIPIFICACIÓN DE CASOS Y DE VIOLENCIAS Y DE TIPOS DE
VIOLENCIA QUE SE GENERAN FRENTE A LAS VÍCTIMAS, ¿CÓMO SE HACE
PRECISAMENTE TU DEL LADO DE LAS ORGANIZACIONES PARA INCIDIR O SI HAY
ALGUNA VÍA QUE PUEDA PRECISAMENTE UNIFICAR ESOS TÉRMINOS DE CONCEPTOS
DE VIOLENCIA SEXUAL?
PORQUE TÚ MISMA DICES LAS MUJERES RECONOCEN
UNOS TIPOS DE VIOLENCIA SEXUAL, LA FISCALÍA O EL ESTADO COLOMBIANO
RECONOCE OTROS TIPOS DE VIOLENCIA SEXUAL LAS ORGANIZACIONES A SU VEZ
ACUDEN A OTROS TIPOS DE CLASIFICACIÓN EN LOS TEMAS DE TIPOS DEL DELITO,
ENTONCES PARA UNA VÍCTIMA ¿CÓMO SABER QUIEN TIENE LA RAZÓN FRENTE A
ESE TEMA, FRENTE AL TEMA DE LA TIPIFICACIÓN?
DM: En un contexto como el colombiano, donde el arraigo a las leyes es significativo, pues lo
que tenemos en este momento es que algunos tipos de violencia sexual están tipificados como
delito dentro del código penal, otros si bien no lo están tipificados dentro del código penal lo
están dentro del derecho internacional, dentro del derecho penal internacional que por el bloque
de constitucionalidad entrarían a ser considerados delitos en la legislación nacional así no estén
en el código penal y hay otros que se quedan por fuera tanto del código penal como de la
legislación penal internacional y que reconocemos las organizaciones de mujeres como tipos de
violencia sexual . Pero digamos que estamos hablando de reconocimientos distintos que nos
gustaría desde nuestra puesta política que en algún momento de homologaran pero que
reconocemos que es un trabajo de muchos años y en este momento no tenemos la pretensión y
la discusión no está en si son delitos o no porque eso se define a través de las leyes, sino que
si lo consideramos una agresión de tal magnitud que tiene que tener una respuesta del Estado.
Las organizaciones partimos porque es una posición política desde la construcción feminista, de
tener una consideración más amplia de la violencia sexual, que va mas allá del derecho como lo
ha sido la mayoría de posturas políticas del movimiento de mujeres y que sin esa diferencia
pues difícilmente hubiéramos logrado unos avances legislativos, entonces no es la pretensión
en este momento, tenemos claro que algunos constituyen delitos otros no, pero el principal
mensaje que queremos transmitir es que son violaciones a derechos humanos de tal magnitud
que requieren una respuesta urgente por parte del Estado. Tipo de violencia sexual como el
control de la vida social en contexto de conflicto armado donde un actor armado en muchos
municipios determina a qué horas pueden salir las mujeres, con quien pueden socializar, de
quien pueden enamorarse, como pueden vivir y que en el caso de que no cumplan esa
reglamentación reciben castigos, que si pueden ser delitos incluso la misma violación sexual u
65
otros actos de tortura so pena de no cumplir con esas conductas, pues ese control va a ser
todavía muy difícil de tipificar pero nos parece de mucha gravedad en una sociedad que se dice
democrática, que existan este tipo de prácticas y que nos escudemos en el hecho real de que
no sea delito para no responder. ¿Qué pasa con las mujeres victimas que no son consideradas
como tal en todos los casos?, pues ahí hay un punto clave y problemático de responsabilidad
del Estado y de la sociedad en general donde nos incluimos las organizaciones de mujeres de
no dejar de lado o no considerar que ya los logros que hemos alcanzado dan hasta tal punto de
que es un conocimiento generalizado el reconocer los distintos tipos de violencia sexual, es
decir que todavía hay que trabajar muchos en educación, mucho en empoderamiento de las
mujeres, mucho en procesos de educación formal y no formal para poder cambiar estos
pensamientos culturales y ahí si la responsabilidad es compartida, porque mientras exista esta
aceptación social que no es de las mujeres victimas únicamente, sino que es de toda una
cultura, por eso no se puede señalar solo a las mujeres víctimas, pues mientras no logremos
implementar estrategias efectivas de transformar esos patrones culturales, difícilmente vamos a
lograr esa comprensión amplia de la violencia sexual que deseamos.
DR: RETOMANDO UN POCO EL TEMA DE LA ENCUESTA DE PREVALENCIA, ¿CUÁLES
FUERON LAS PRINCIPALES RECOMENDACIONES QUE COMO ORGANIZACIONES DE
MUJERES, USTEDES LE DIERON PRECISAMENTE AL ESTADO COLOMBIANO, DENTRO
DEL MARCO DEL CONFLICTO ARMADO, PARA ABORDAR ESE TEMA?
DM: La principal recomendación es que debe existir una política pública integral de prevención
y eliminación de las violencias contra las mujeres, que reconozca la afectación especifica de
conflicto armado. Que tenemos un avance con la ley 1257 si, pero que una política pública debe
ser precisamente de carácter integral. Entonces que al partir de ese referente se amplíen las
propuestas de política pública y que deben traducirse en las políticas locales y regionales, para
dar respuesta a este delito y principalmente a la impunidad que reviste este delito. Una
propuesta de política pública que tenga en cuenta principalmente el contexto del conflicto
armado y las dificultades para el acceso a la justicia de las mujeres víctimas en este conflicto,
que pasa por la implementación efectiva de la ley 1257, que pasa por procesos de formación y
fortalecimiento de capacidades técnicas a los operadores de justicia. Las recomendaciones se
hicieron también a la comunidad internacional, entonces pasa por volver la violencia sexual en
66
el marco del conflicto armado una asunto prioritario en las relaciones bilaterales con los países,
por ejemplo, si las mujeres están diciendo que la militarización obstaculiza el acceso a la justicia
y además crea un ambiente propicio para la violencia sexual, pues esas consideraciones y la
violencia sexual en el marco del conflicto armado tiene que ser un asunto prioritario en las
discusiones de las políticas de cooperación militar, por ejemplo, entre los Estado Unidos y
Colombia.
DR: EN ESE SENTIDO, ¿CUÁNTOS CASOS COMO TAL SE CONOCEN QUE HAN SIDO
RESUELTOS, QUE YA SE HAYAN IMPUESTO CONDENAS Y QUE HAYAN PASADO POR
TODO EL PROCESO EN EL MARCO DE CONFLICTO ARMADO? ¿SE TIENEN CASOS?
¿SE TIENEN CIFRAS DE CASOS QUE HAYAN SIDO YA RESUELTOS?
DM: La encuesta de prevalencia no alcanza a indagar esos datos, alcanza a indagar por
cuantas mujeres denunciaron, porque ya el estado de los procesos, o si alcanzó a haber por
ejemplo sentencia pero no orden de captura o en que instancia esta el proceso requeriría una
investigación dentro de juzgados y fiscalías y la encuesta pues fue solo eso, una encuesta de
prevalencia a mujeres víctimas, entonces no se indago por las consideraciones ni de
perpetradores, ni del aparato de justicia, entonces la encuesta no pretendió y no lo hizo a
recaudar tanto sobre efectividad del aparato judicial en la materia, sin embargo, otras
investigaciones o los mismos datos de fiscalía pues revelan cifras muy preocupantes, los
últimos datos por ejemplo de la unidad de la Fiscalía de justicia y paz, pues nos indica que hay
aproximadamente 72 delitos de violencia sexual identificados en los hechos de confesión, y son
72 de más de 75.000 delitos identificados en hechos de confesión dentro del marco de justicia y
paz, eso quiere decir que un porcentaje mínimo y no creemos que responda a la realidad de
que fue un delito que no fue de tal prevalencia, pero lo que es más preocupante es que hasta la
fecha no existe ninguna sentencia sobre estos delitos, siendo delitos que han sido confesados
en el marco de justicia y paz .
DR: SE HA EVIDENCIADO EN MUCHOS ESTUDIOS QUE OXFAM HA LIDERADO QUE EL
CUERPO DE LA MUJER SE VE COMO UNA ESTRATEGIA DE GUERRA, ¿TÚ NOS PUEDES
IDENTIFICAR CUÁLES HAN SIDO ESAS PRINCIPALES TÁCTICAS DE GUERRA QUE HAN
UTILIZADO LOS DIFERENTES ACTORES ARMADOS FRENTE AL CUERPO DE LA MUJER,
FRENTE
AL
USO
DE
LAS
MUJERES?
67
DM: Realmente todas las formas de violencia sexual han sido utilizadas como estrategias de
guerra, desde la violencia sexual, la prostitución forzada, el embarazo forzado, el aborto
forzado, la esterilización forzada, el control de la vida social, todos los tipos de violencia sexual
que indaga la encuesta y es tanta la complejidad del conflicto que encuestas tan amplias como
esta, que generan
reparos por parte de las instituciones se quedan cortas frente a la
complejidad del conflicto armado. Casos, como el de Hernán Giraldo, alias "Taladro" en las
costa norte, donde se ha investigado y el ha reconocido la violencia sexual con alrededor de 80
menores de edad, de las cuales se identifican casi 40 niños que nacieron fruto de esa violación
y que son menores de 14 años, pero donde las investigaciones revelan que también habría
cierta participación de familiares que incluso facilitaban el acercamiento de las niñas con este
señor pero donde también este señor tenia paramilitares de otro rango que ayudaban al
reclutamiento, pues eso es muy difícil de enmarcar, dentro de las distintas formas de violencia
sexual, porque ahí estamos hablando de la concurrencia de muchos tipos incluso de muchas
actorías en términos penales, porque no es solamente Hernán Giraldo, es toda la estructura
paramilitar y civil que sirvió de contexto para que este tipo de prácticas se dieran. Estamos
hablando que no necesariamente fue en medio de la confrontación armada, no necesariamente
fue en medio de cuando se genero el desplazamiento forzado o la masacre, estamos hablando
más de un contexto pues tristemente mas cotidiano en la situación del conflicto, llegara
determinar cuántas estrategias hay del uso de la violencia sexual como arma de guerra en
medio de esta complejidad del contexto colombiano es bastante difícil, de ahí el valor de
investigaciones como la encuesta y otros tipos de investigación cualitativa que trata de
determinar parámetros que ayuden tanto al accionar de la justicia, como a la construcción de
memoria historia y sobre todo a pensar en medidas de prevención y de no repetición, pero es
un trabajo que ha sido muy arduo pero donde nos falta mucho camino por recorrer porque la
gravedad y la perversidad de las practicas de violencia sexual nos desborda.
DR:¿TU CREES QUE EN COLOMBIA SE PUEDE ESTAR DESARROLLANDO UNA
ESTRATEGIA PARA INVISIBILIZAR LA VIOLENCIA SEXUAL CONTRA LAS MUJERES,
DESDE
ALGUN
ACTOR
ARMADO,
68
DESDE
ALGUNA
INSTITUCION?
DM: La misma cultura patriarcal y machista es la mejor estrategia de invisivilización y esa
situación se exacerba en una situación de conflicto armado, ahora que esa estrategia sea
intencional o no habrá que indagar en cada actor, institución específicamente, por ejemplo, es
parte de muestra cultura patriarcal y machista que para los actores armamos por ejemplo para
los paramilitares, sea mas fácil reconocer la masacre, la desaparición forzada, el homicidio que
la violencia sexual, porque hasta dentro de las mismas estructuras paramilitares pues tiene
cierto rechazo o cierta sanción de honor así se cometa, entonces las organizaciones no
dudamos que se cometa, nos preguntamos mucho que hay en la cabeza de los perpetradores
que les permite reconocer más fácilmente eso una masacre, un desplazamiento forzado, una
desaparición o un homicidio que una violencia sexual o a operadores de justicia que les permita
actuar con mayor celeridad o con mayor decisión frente a delitos también que son graves, lo
mismo como el homicidio dentro del conflicto armado y que les impide actuar con la misma
efectividad frente a la violencia sexual. Yo sí creo que mas que estrategias hay patrones
culturales muy arraigados y eso hace que haya despreocupación, el interés porque eso cambie
está en muy pocas manos y es en las manos de las organizaciones y de las mujeres víctimas
de este delito y eso puede ser también cómodo para instituciones y actores armados, porque
como es un delito tan difícil de abordar culturalmente, legalmente, judicialmente, en el momento
en que se haga más visible va ha haber más necesidad de respuesta. Un caso internacional
que está actualmente en discusión en Perú, en Perú hubo una comisión de la verdad después
de la situación de conflicto, donde esta comisión logre identificar practicas de violencia sexual
dentro del conflicto interno, dentro del periodo de dictadura y establecer mecanismos de
reparación para las mujeres víctimas, luego entran a un proceso de desarrollo de normas
incluyendo la ley de víctimas, algo parecido a lo que estamos actualmente discutiendo en el
país y algo que no se considero en la comisión de la verdad de la época pero que está en
debate hoy en Perú, es considerar la esterilización forzada como violencia sexual, en ese
momento no se considero por muchas circunstancias, pero el debate ahora es en que si abren
la ley a esta consideración el principal perpetrador fue el Estado que en esa misma época
emprendió una política de esterilización que se conoce que afecto principalmente a la mujeres
pobres o pertenecientes a grupos étnicos, entonces no reconocer ese delito, que es delito
dentro del derecho penal internacional, pero que el estado tiene mucho miedo en abrir la puerta,
es porque se habla de miles de mujeres que fueron sometidas a esta forma de violencia sexual.
Estoy hablando de Perú que tuvo una comisión de la verdad que indago sobre violencia sexual
y que se reconoció como practica dentro de la situación de conflicto, aquí estamos en una
situación donde llevamos años debatiendo si hay conflicto o no, donde llevamos algunos años
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debatiendo un proyecto de ley de víctimas, pues tendremos que esperar también como van a
ser incorporadas las consideraciones sobre las distintas formas de violencia sexual contra las
mujeres
dentro del
este
desarrollo
legislativo.
DR: ¿CUAL ES EL ACTOR AL QUE SE LE PUEDEN ATRIBUIR MÁS CASOS DE
VIOLENCIA SEXUAL? ¿HAY ALGUNO EN ESPECÍFICO?
DM: Tanto datos oficiales como no oficiales, identifican a las fuerza militares, ejercito y policía
como el principal perpetrador de violencias contra las mujeres de los casos documentados, le
siguen paramilitares y guerrilla en su orden. Con distintos niveles, esa es como la jerarquía que
se mantiene, que coinciden datos oficiales como de medicina legal y otros datos de
organizaciones
de
sociedad
civil.
70
ENTREVISTA PATRICIA HERNÁNDEZ FISCAL JUSTICIA Y PAZ
David Romero (DR): ¿Los fiscales que manejan casos de justicia y paz están preparados?
Patricia Hernández (PH): Realmente tenemos algunas limitaciones para efectos de la
documentación de los casos no sólo de violencia sexual contra la mujer sino toda forma de
violencia contra la mujer en el marco del conflicto armado. A raíz de eso no solamente la falta
de capacitación de los funcionarios sino de otros obstáculos que han impedido la visibilización
de los casos ocurridos. Realmente el número de casos reportados es muy poquito a Justicia y
Paz. A raíz de eso, la Fiscalía General de la Nación en la unidad de justicia y paz dispuso la
capacitación de todos los funcionarios en un taller de sensibilización tanto de conocimiento de
género, la perspectiva como la investigación y el abordaje con las víctimas en este caso
mujeres. Es decir la fiscalía y la unidad de justicia y paz lo que trata de hacer y está establecido
ya es realizar un tipo de investigación con enfoque diferencial, me refiero no sólo a las mujeres
sino a los indígenas los afro e incluso creo que a los discapacitados.
DR: ¿Cuántos casos conoce la Fiscalía sobre violencia sexual contra la mujer hasta la
fecha?
PH: Bueno yo no podría darte un dato exacto, pero creo que hasta la fecha llevamos 717 casos
reportados por las víctimas. Las ONG, la CIDH en sus diferentes informes, la relatora especial
han determinado que son muchos más, y justamente las estrategias tienden a eso, a que nos
sensibilicemos y que las mujeres puedan libremente contarnos que fue lo que pasó, y a raíz de
eso la capacitación de los funcionarios, inclusive en una resolución que sacó la Fiscalía, se
designó un fiscal que se va a encargar de la asesoría en estos temas de género de todos los
crímenes cometido en el marco de conflicto armado contra las mujeres.
DR: Cuantos fiscales manejan el tema específicamente en justicia y paz
PH: Somos 59 fiscales en todo el país en justicia y paz. Cada fiscal maneja un bloque de
autodefensa. Es decir, tú sabes que en la desmovilización a partir del 2005 en adelante hasta el
2006 hubo desmovilización de 34 bloques de autodefensa y a cada fiscal se nos ha asignado
71
uno, también lo de guerrilla. Entonces cada fiscal tiene la competencia y tiene la misión de
investigar y documentar todo el accionar delictivo en un bloque que se ha desmovilizado.
DR: Cree que en los casos que lleva la fiscalía de justicia y paz existe una categorización
de delitos en cuanto a violencia sexual. ¿Le dan importancia?
PH: Te digo que no es muy visible en relación con los reportes. Nosotros tenemos
aproximadamente
350.000
víctimas
reportadas,
te
estoy
hablando
de
homicidios,
desplazamiento forzado, desapariciones forzadas y otros delitos pero de violencia sexual solo
tenemos 717, entonces comparativamente es muy bajito. Pero eso no significa que no nos
importe, significa que vimos que había obstáculos de visibilización y estamos trabajando en ello.
Nosotros dentro de la estrategia de trabajo de justicia y paz tenemos una priorización de delitos,
eso ¿qué significa?, le damos no mayor trascendencia sino que digamos que primero
investigamos temas como la violencia sexual, las masacres crímenes contra sindicalistas,
indígenas, partidos políticos, entonces si se le da la importancia que debe tener, dentro de todo
contexto investigativo.
DR: Me llama la atención una cosa, el último informe presentado por una misión del
gobierno español señala que el seguimiento realizado por la Fiscalía entre 1993 y el 2009
sólo conoció 190 casos relacionados con víctimas de violencia sexual en todo el país
atribuido a diferentes actores. Comparar esta cifra con el último informe por
organizaciones de mujeres con las presentadas por usted. ¿Cuál es la causa de esta
diferencia tan grande? ¿Cuál se ajusta a la realidad?
PH: Bueno mira, tú me estás preguntando es de lo que ha conocido la fiscalía en el 93 pero
esos son de la justicia ordinaria. Yo lo que te digo es lo siguiente, la competencia de la unidad
de justicia y paz son los delitos cometidos por los desmovilizados y por los postulados a la ley
de justicia y paz, entonces yo no te puedo manejar cifras por los delitos cometidos por el
personal de las fuerzas armadas o por personas que no están en el proceso de justicia y paz.
Ahora reconocemos que hay un problema de visibilización claro que lo reconocemos. Déjame
decirte algo, te refieres al informe que presentó Oxfam, yo tengo serios reparos en cuanto a ese
informe porque ahí están presentando inclusive como delitos unas conductas que no lo son.
Que son atentatorias contra la dignidad de las mujeres, estamos de acuerdo, pero como delitos
como tal no. Entonces partiendo de esa base, no te puedo responder por las conductas
delictivas de actores distintos a los postulados por justicia y paz. Hay que reconocer que existen
problemas de visibilización y no solamente hay obstáculos jurídicos sino extrajurídicos.
72
Las mujeres pese a todos los esfuerzos que hace la fiscalía de ir todos los fiscales y
trasladarnos hasta los lugares más recónditos, hasta los corregimientos la vereda más
inhóspita, hemos ido hasta allá a tratar de que las mujeres y todas las víctimas puedan reportar
sus hechos pero el delito de violencia sexual no es un hecho fácil que una mujer se levante y
diga: “yo fui violada no”.
Ahora hay otros tipos de conducta que atentan contra la mujer y la mujer por desconocimiento
no sabe que es un delito, la mujer se ha reportado con nosotros acá por que le mataron a su
marido, le desplazaron a su esposo, le desparecieron a su hijo, pero en cuanto a lo que a ella le
hicieron piensa que no es nada y eso debido también a los altos índices de analfabetismo que
hay dentro de todas nuestras victimas hombres y mujeres, y al desconocimiento que hay de los
derechos que tienen las mujeres no solo en el marco del conflicto armado sino en este sistema
democrático, y tú sabes también que es muy importante todo este desarrollo cultural patriarcal
que maneja nuestro sistema, ese también es un problema de arraigo cultural que te impide que
una mujer venga a decir: “me violaron”, empezando porque eso trae unas consecuencias de
estigmatización social familiar y personal.
DR: Entiendo, pero quiero insistir en una cifra que señala los 190 casos entre 1993 y
2009 se llevaron a cabo dentro de conflicto armado. Entiendo también que dentro de los
casos recolectados en el marco de justicia y paz a partir de 2005, las cifras son muy
inferiores a las presentadas por los informes de las organizaciones de mujeres. Cuál es
el principal obstáculo que tiene la Fiscalía para conocer todos esos detalles? Por qué las
organizaciones si la conocen y las denuncian y la fiscalía no?
PH: Mira, no es muy fácil que vaya un fiscal y con las implicaciones que tiene una investigación
judicial, a que vaya una organización de mujeres o una organización de víctimas. Mira, nos ha
pasado muchas veces, casos que dicen: “nosotras no queremos, ese episodio ya lo miramos,
no queremos nada, no queremos saber nada de esto, no queremos saber nada del proceso de
justicia y paz, no queremos denunciar nuestros casos”. Entonces es por eso, porque es un
delito que viola la intimidad de tal manera que no es fácil socializarlo con otras personas menos
con un funcionario judicial que lo ve por primera vez y que es un desconocido.
No es así con una organización, que han hecho una empatía, han hecho unos lazos de amistad
y solidaridad, es más fácil. Pues muchas veces las organizaciones hacen esas denuncias como
una forma de hacer esa catarsis en cuanto al hecho. En los procesos judiciales, no solo en
justicia y paz, en un proceso judicial la situación, las consecuencias es distinto. Ahora tenemos
73
hay un problema, y es un problema porque esa ha sido la respuesta de las organizaciones de
mujeres que trabajan el tema de violencia sexual, yo les digo ¿por qué no nos dan los casos y
nosotros documentamos? Y ella dicen: “no no no las mujeres no quieren, las mujeres sólo han
venido acá para hacer este proceso pero no quieren tener nada que ver con la justicia.
Entonces considero yo que esa puede ser una de las principales causas.
DR: Perfecto. Entiendo que esta documentando los delitos del Bloque Minero, podría
contarnos qué es lo que ha encontrado en términos de violencia sexual contra la mujer.
PH: Bueno yo documento todo el bloque minero que tiene incidencia en 12 municipios de
Antioquia y 1 en Córdoba. He encontrado lo que sucede en la generalidad de las violaciones
contra las mujeres en el marco del conflicto armado. Por ejemplo, hemos encontrado que la
violencia sexual era ejercida por los grupos de autodefensas como una de las modalidades en
el marco de los ataques o tomas a las poblaciones, en el marco de las masacres, generalmente
se cometían violaciones sexuales, muchas veces la violencia sexual intra-filas, la violencia
sexual que incide en el desplazamiento forzado. Eso es lo que nosotros hemos encontrado.
Hemos encontrado que algunas violaciones se cometieron contra algunas mujeres que tenían
unos roles específicos. Que tenían algún tipo de liderazgo en la zona. Que tenían algún vínculo
con algún grupo contrario a las autodefensas, me refiero a la guerrilla. Mujeres que tenían una
representación comunitaria. Eso es lo que se ha encontrado. Además de una forma de control
social impuestas por las autodefensas en todo el territorio pero que básicamente afectaban a
las mujeres. Hemos encontrado por ejemplo que los castigos que proferían los paramilitares a la
población civil afectaban directamente el rol de las mujeres, ósea, su feminidad, sus rasgos
característicos de mujeres entonces esos eran afectados, entonces como que los patrones de
criminalidad son muy acordes con los roles y la concepción cultural patriarcal.
DR: Dentro de los casos que está manejando. Encuentras algún caso prevalente o
referente del Bloque Mineros.
PH: Recuerdo un caso que para mí es emblemático pero que está aún sometido a reserva. Es
un caso de servidumbre sexual, una chica que era obligada a tener relaciones sexuales con un
grupo de patrulleros, me refiero alrededor de 200, 300 hombres.
DR: y en ese caso que menciona, cual es el estado en que se encuentra?
PH: Ese caso ya se ha preguntado a todos los comandantes y personas involucradas, ese caso
ya va para imputación.
74
DR: A ¿quién se le imputa ese caso emblemático?
PH: Pues ese caso, estamos buscando a los perpetradores. Ella ha señalado a algunos de los
perpetradores y ya están identificados, porque el proceso de Justicia y Paz ha servido
justamente para revelar la identidades de todos los 64 mil desmovilizados, donde tienen alias
tienen dobles identidades, para establecer la plena identificación de ellos. Entonces se están
buscando. Y por otra parte, dependiendo de la complicidad en justicia y paz posiblemente lo
imputemos al comandante del bloque.
DR: En ese sentido, ¿sería responsable únicamente el comandante del bloque?
PH: Lo que pasa es que es muy difícil establecer la responsabilidad de los otros 200. Ella se
acuerda de algunos y nosotros tenemos las identidades de los 2790 hombres que se
desmovilizaron del Bloque Mineros. Pero es muy difícil establecer quienes estaban en ese
momento. Entonces, los hombres identificados por la victima y los comandantes vamos a ver la
línea en que se pueda imputar. Pero recuerda que es un proceso de justicia transicional una de
las características es justamente la selectividad de los responsables como de los hecho. Y este
hecho es muy emblemático para nosotros y no podemos establecer la responsabilidad de todos
los perpetradores.
DR: Y en ese proceso ¿qué papel tiene la víctima?
PH: El papel de la víctima de hecho en todo el proceso de Justicia y Paz es determinante. La
víctima desde el primer momento en que viene a justicia y paz, es atendida, se le garantiza
todos los derechos, en un delito de violación sexual, cuando se formulan las preguntas en el
interrogatorio a los postulados, solamente está la víctima con su abogado, no tenemos más
asistentes, y por la confidencialidad del caso. Personalmente te lo digo, yo prefiero que
organizaciones de mujeres sean las que asesoren a las víctimas en esos casos específicos.
Inclusive, ha habido casos en los que hemos tenido que proteger la integridad de la víctima y se
ha realizado con la mayor agilidad que podamos. Pero la víctima es la principal protagonista de
esta situación.
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DR: Y en ese sentido ¿ cómo funciona una audiencia en Justicia y Paz?
PH: Lo primero es que el proceso viene con el reporte que hace la víctima. Se somete a un
postulado, los postulados son los que vienen los jefes paramilitares, se les somete a un
interrogatorio, cuenta todos los hechos cometidos, se hace un proceso de verificación e
investigación del caso. Posteriormente el caso va a una primera audiencia que es la formulación
de imputación ante magistrado de control de garantías. Pasan 60 días. Formulamos el cargo, en
la audiencia de formulación de cargos, ante magistrado de control de garantías. El postulado
acepta o no acepta el hecho. Si no lo acepta hacemos lo que se llama el rompimiento de la
unidad procesal y luego viene la audiencia de legalización de cargos, en donde el magistrado
legaliza los cargos, posteriormente la sentencia. Ese es el procedimiento.
DR: Dentro de los miedos que encuentra en la investigación. ¿Cuál es el tipo de temor
más frecuente que impide la denuncia?
PH: Bueno yo podría decir que son varios. Algunas veces es el temor que los actores
permanecen en la zona, les da mucho temor la estigmatización. Pues en una cultura que una
mujer la violen, es rechazada, estigmatizada, muchas mujeres rehacen su vida, están casadas y
tienen sus hijos, entonces a ellas no les interesa poner en conocimiento eso. Hay muchas
mujeres que siguen con el trauma y no han recibido asesoramiento psicológico.
DR: En cuánto a los victimarios, que tanto trabajo ha llevado para que reconozcan los
delitos o confiesen los delitos. ¿Qué tan fácil es que reconozcan la autoría de estos
delitos?
PH: Mira, en el caso de violencia sexual son muy poquitos los postulados. Creo que solo
apenas tenemos 65 casos confesados. Ellos te confiesan 50 mil masacres, te confiesan muchas
cosas, pero no te confiesan la violencia sexual. Eso no significa que nosotros relevemos la
obligación de investigarlo. No es fácil para ellos, además que los estatutos creados por las
autodefensas se han reportado casos y lo tenemos documentados en donde un patrullero que
violara a una mujer era ejecutado y hay casos documentados sobre esto.
DR: Me quiero devolver un poco en un tema que se hablaba anteriormente sobre los
diferentes tipos de violación y de acto sexual contra la mujer. Usted decía que había
hechos que no estaban tipificados como delitos para la Fiscalía. Para la Fiscalía entonces
¿qué es violencia sexual?
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PH: Mira quiero ser muy clara y quedar súper clara contigo. La fiscalía no solamente investiga
los delitos de la violencia sexual sino todo tipo de violencia ejercida contra las mujeres en el
marco del conflicto armado. Porque no solamente la violencia sexual es la expresión más atroz,
o la de mayor impacto dentro de los crímenes cometidos contra las mujeres. Hay muchísimos
que se cometieron y eso lo tenemos claro y es una obligación nuestra investigarlo. Ahora de la
violencia sexual qué es lo que entendemos, que los delitos de violencia sexual no tienen que
estar tipificados en el código, no solamente en la parte de los delitos que habla sobre los
crímenes de guerra que son los que protege a nivel jurídico el Derecho Internacional
Humanitario sino lo de la parte penal del Código, pero adicionalmente nosotros también
tenemos claro que interpretando la clausula residual que nos dice el artículo 7 y 8 del estatuto
de Roma podemos impugnar también la desnudez forzada. Nosotros no la tenemos
contemplada como crimen en nuestra legislación. Pero nosotros podemos decir que esa
desnudez forzada puede ser una tortura o puede ser otra conducta. Entonces no solamente son
delitos los que están en el código, hay otras formas de violación de los derechos humanos de
las víctimas que tenemos que darle una nominación jurídica por que no puede quedar eso así.
Ahora lo que yo voy, hay por ejemplo temas como la servidumbre doméstica hay muchas cosas
que afectan a las mujeres y que la Fiscalía está en la obligación de investigarla, de judicializarla
y de adecuarla técnicamente.
DR: En ese sentido, quería preguntarle si existen las herramientas judiciales suficientes
para investigar y procesar este tipo de delitos?
PH: Yo creo que sí, yo no puedo decir que el derecho interno prima sobre todos los derechos.
Estamos hablando de justicia transicional, estamos hablando de violación de derechos
humanos y de infracciones graves al derecho internacional humanitario. Y esta situación nos
remite a todos los tratados internacionales firmados por el país, a los cuatro convenios de
Ginebra. Esto nos permite traer algunas conductas que no son tipificadas acá como crímenes
pero que en el ámbito internacional lo puede ser. Claro que tenemos entendido también, que
hay que respetar dentro de los tratados de derecho, el principio de legalidad y adecuar las
figuras para que puedan ser aplicadas. Te doy un ejemplo, la desnudez forzada es un delito
contemplada como una forma de tortura, nosotros no la tenemos, pero en el estatuto de Roma,
este es un delito condenable.
DR: En el marco de las investigación adelantada en el bloque minero, ¿Qué tipo de
población (indígenas, afro) ha sido más afectado por la violencia sexual contra la
mujeres?
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PH: Los casos que yo manejo son pocos, pero no hay un condicionamiento o un enfoque
diferencial. Se puede establecer en rangos de edad, mujeres jóvenes entre 14 y 20 años. Creo
que esa es la característica principal, pero no podría afirmar que mujeres indígenas o afro
hayan sido más afectadas, además siempre se aplica en las investigaciones ese enfoque
diferencial, no solo como enfoque de género sino dentro del género un enfoque diferencial.
DR: Mencionaba que son pocos los casos que maneja sobre violencia sexual en el
bloque minero, ¿Cuántos casos maneja?
PH: Si son muy pocos. Tenemos estrategias de visibilización. Dentro de esas estrategias esta
las jornadas de mujeres que iniciamos hace dos años, donde ellas pueden conocer sus
derechos. Esta el tema de la capacitación de funcionarios. La comunicación con ONG en la
zona para que nos ayuden a contactar con aquellas mujeres que fueron víctimas de este delito.
Este no es un tipo de delito fácil de visibilizar. El hecho que un fiscal vaya a la zona significa que
las mujeres cuenten que fueron violadas. Se necesita de un proceso de empatía, un proceso de
confianza, para poder determinar eso. Ahora en los procesos de investigación también. Por
ejemplo en el caso de denuncia de un homicidio, pero dentro del homicidio nosotros
encontramos un indicador que nos muestre que hubo violencia sexual. entonces esa es la forma
que nosotros trabajamos para identificar cuantos casos hay. En caso de reclutamiento ilícito,
era casi que la generalidad que la niña que fuera reclutada menor de edad, iba a tener
relaciones sexuales con el comandante. Claro relaciones sexuales dentro de un marco de
contexto de conflicto armado en donde su consentimiento está viciado por supuesto.
DR: Con base en lo anterior, ¿incide de alguna manera que los casos de violencia sexual
tengan más sensibilidad si el fiscal es hombre o mujer?
PH: Mira, el hecho que sea un hombre o una mujer la que direccione una entidad, no es
garantía que los casos de mujeres tenga prioridad. Lo importante es que el hombre o la mujer
tengan conocimiento en género. Pasa como en la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
uno diría pero por qué razón solamente cuando ingresan mujeres, empiezan a sacar casos
como los de Garzón – Castro con perspectiva de género, cuando hubo casos anteriores que
también se podría dar esa perspectiva. Con esto quiere decir que no existe garantía que sea un
hombre o una mujer para dar mejor ese enfoque. Lo importante es que esa persona tenga esa
perspectiva de género. En el caso de nuestra fiscal, ella tiene esa perspectiva de género, se
sabe que cuando ella estuvo en el legislativo, ella fue la congresista que propuso la ley de
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cuotas del 30% en lo cargos públicos para las mujeres. Y efectivamente esa condición ha dado
lugar para que los crímenes contra las mujeres ocupen un lugar prioritario dentro la
investigación que tiene la unidad de Justicia y Paz. Ahora no creo que solo sea de sensibilidad,
primero diría que es parte del mandato que tiene la Fiscalía y segundo cumplir con todas las
obligaciones que tiene el estado colombiano en cuanto a la investigación con la diligencia
debida, y eso implica, realizar las investigaciones con el enfoque diferencial, en este caso de
género para cumplir con todas esas obligaciones de los tratados de derechos humanos a los
que nos hemos comprometido.
DR: En ese sentido a que se puede atribuir las fallas en el desconocimiento de los casos
de violencia sexual
PH: Yo no diría fallas, yo lo llamaría obstáculos de visibilización, ese es el término que le hemos
dado acá en la Fiscalía, y estamos trabajando en diferentes estrategias para superar obstáculos
jurídicos y extrajurídicos. El conocimiento y la capacitación en la sociedad es fundamental.la
perspectiva de género que tenga la sociedad, dejando atrás los estereotipos, y tratar de una
manera diferente a las mujeres y la investigación también en términos probatorios, por ejemplo,
las viejas conductas donde la prueba reina era la prueba que se realizaba en Medicina Legal.
Uno debe estar acorde con la nueva realidad y la normatividad que se maneja actualmente.
Entonces yo no llamaría fallas sino obstáculos y lo importante es poder superarlo.
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