BOLETÍN 1937-07 I DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO REFERENCIA : Reforma constitucional que elimina el inciso primero del artículo 58 de la Carta Fundamental, que establece la inviolabilidad por las opiniones que emitan los parlamentarios en el desempeño de sus cargos INICIATIVA : Moción del senador Sr. Hamilton MINISTERIO : De justicia ORIGEN : Senado INGRESO : 12 de noviembre de 1996 CALIFICACIÓN : Sin urgencia ARTICULADO : Artículo único OBJETO, SEGÚN LA INICIATIVA Derogar la norma sobre inviolabilidad que favorece a diputados y senadores sólo por las opiniones que manifiesten y los votos que emitan en el desempeño de sus cargos, en sesiones de sala o de comisión, y en consecuencia, hacerlos responsables por las opiniones que emitan en tales circunstancias. FUNDAMENTO, SEGÚN LA INICIATIVA Evitar que el texto actual de la constitución pueda ser aplicado, según su tenor literal, para permitir a una violación del principio general de derecho por el que "A 26 LIBERTAD Y DESARROLLO 20 de diciembre de 1996 nadie es permitido dañar a otro" y a una transgresión del principio general del deber de responder daño causado. II COMENTARIOS IMPLICANCIAS CONSTITUCIONALES 1.Quórum. Por aplicación del artículo 116 de la Constitución Política, una modificación constitucional al artículo 58, que está comprendido en el Capítulo V, relativo al Congreso Nacional, requeriría para su aprobación del quórum de 3/5 de diputados y senadores en ejercicio. COMENTARIOS DE MÉRITO 2.Alcance de la inviolabilidad. El artículo 58, inciso primero, de la Constitución señala textualmente que "los diputados y senadores sólo son inviolables por las opiniones que manifiesten y los votos que emitan en el desempeño de sus cargos, en sesiones de sala o de comisión". De esta manera, la inviolabilidad queda circunscrita en forma precisa a actuaciones propiamente parlamentarias, que deben tener lugar dentro del Congreso y solamente en la sala de la Cámara o del Senado o en alguna de las comisiones. Se entiende que la norma ampara las declaraciones de los parlamentarios tanto en las comisiones regulares u ordinarias que contemplan los Reglamentos de las Cámaras, como las especiales que se constituyan para efectos determinados. Fuera de estas circunstancias, los parlamentarios no gozan de inviolabilidad. Ahora bien, se entiende por tal inviolabilidad la imposibilidad de accionar judicialmente contra un parlamentario por las opiniones que hubiere manifestado en las circunstancias antes indicadas. Es decir, si un parlamentario se refiere en términos tales que menoscaben la honra y dignidad de alguna persona, ésta no puede proceder en su contra por el delito de injuria; si un parlamentario imputa a alguna persona la comisión de un delito (que esa persona no ha cometido), ésta no puede querellarse en su contra por el delito de calumnia. La inviolabilidad protege a los parlamentarios en todo tiempo, de toda acción que pueda nacer de las opiniones LIBERTAD Y DESARROLLO 27 y votos que emitan en el desempeño de sus cargos, aun en el evento de que con ocasión de dichas manifestaciones cometiere algún delito. Asimismo, la votación de un parlamentario a favor o en contra de cualquier proyecto de ley, y en consecuencia, su aprobación o rechazo de beneficios, o impuestos que graven a personas o grupos, no puede dar lugar a que las personas afectadas recurran judicialmente contra los diputados, ni tampoco contra los parlamentarios que votaron en contra de un beneficio legal que algunos esperaban obtener, ni por el hecho de haber votado para derogarlo, si estaba vigente. Es decir, el parlamentario resulta indemne en todos estos casos, pues ninguna consecuencia jurídica puede seguirse en consideración a las opiniones o votos que profiera en sala o comisión. No ocurre lo mismo si el parlamentario se encuentra en otras circunstancias, por ejemplo, en una conferencia de prensa o en un foro televisivo. En tales casos responderá como cualquier persona por las opiniones o expresiones que manifestare. 3.La Constitución de 1925. En la Constitución de 1925 no se precisaba en qué circunstancias el parlamentario era inviolable, pues su artículo 32 otorgaba la inviolabilidad sin restricciones, y no como en el caso de la Constitución de 1980 (sólo en sesiones de sala o comisión). Dicho artículo señalaba que "los diputados y senadores son inviolables por las opiniones que 28 manifiesten y los votos que emitan en el desempeño de sus cargos"1. Por tal razón, en varias oportunidades se discutió en los tribunales de justicia el alcance de la inviolabilidad parlamentaria, demostrándose una tendencia a limitarla, a los términos similares a los consagrados en la Constitución de 1980. 4.Antecedente. El senador Bitar presentó en noviembre del año en curso un proyecto de reforma constitucional que tiene una finalidad inversa a la del proyecto que se analiza, pues intenta ampliar la inviolabilidad parlamentaria en los términos de la Constitución de 1925, esto es, sin restricciones. Dicho proyecto no ha prosperado y se encuentra en primer trámite constitucional, a la espera de ser debatido, lo que no está previsto que ocurra por ahora. 5.Inviolabilidad e igualdad ante la ley. Históricamente, la inviolabilidad parlamentaria se explicó como respuesta al establecimiento de las primeras formas de organización parlamentaria, con un monarca en ejercicio o con el recuerdo de su reciente poder, y frente al cual era necesario contar con protección para poder ejercer libre y plenamente las funciones de los representantes populares. Su primera formulación se encuentra en Inglaterra, en el Bill of Rights, del siglo XVII, el que entregaba como garantía que "la libertad de 1 Esta norma proviene textualmente del artículo 14 de la Constitución de 1833. Anteriormente, la Constitución de 1822 establecía en su artículo 45 que "en ningún caso, ni por autoridad alguna se reconvendrá a los diputados por sus opiniones". LIBERTAD Y DESARROLLO palabra, debates y procedimientos en el Parlamento no podrán ser objeto de un procedimiento de acusación o cuestionados en ningún tribunal o lugar fuera del Parlamento. Lo anterior se ha constituido en un elemento de común aceptación consagrado también en las constituciones de reciente aprobación: Italia, en 1946; Ley Fundamental Alemana, de 1949; Francia, en 1958; España, en 1973, y Portugal, en 1976. Sin embargo, el ejercicio consolidado de la democracia y la convicción de la igualdad de derechos entre todas las personas, ha permitido formular posiciones divergentes sobre la materia, como en el caso de los autores de la moción que se analiza. En efecto, la inviolabilidad parlamentaria aparece como una excepción al principio de igualdad ante la ley, que también consagra nuestra carta fundamental (artículo 19 Nº2), y su ejercicio podría llegar a vulnerar el derecho a la dignidad y la honra de las personas, que igualmente tienen una protección constitucional. Se trata, entonces, de conciliar dos valores que aparecen contrapuestos: por una parte la posibilidad de que un parlamentario pueda ser disminuido en su capacidad de fiscalizar y opinar, y en definitiva, de ejercer su labor propia por temor a ser llevado a los tribunales de justicia por cualquier expresión que cause desagrado a una persona o autoridad2; y por otra parte, el peligro de que el parlamentario, dotado de inviolabilidad, 2 Para iniciar un juicio por injuria, por ejemplo, basta con la apreciación subjetiva del querellante. Será el juez el que en definitiva determinará si se cometió o no el delito; pero entretanto es procedente el ejercicio de la acción penal. lesione la honra o dignidad de una persona, especialmente de un particular que no está revestido de autoridad, y que por efecto de dicha inviolabilidad se ve imposibilitado de defenderse judicialmente. La determinación del justo equilibrio entre ambas variables parece difícil de encontrar, pues por un lado, la inviolabilidad es una prerrogativa varias veces centenaria que en general no ha sido cuestionada, a nivel doctrinario e internacional; por otro lado, no existe experiencia reciente acerca de lo que sucedería si se derogara la inviolabilidad, de manera tal que tampoco puede afirmarse categóricamente que los parlamentarios resultarían, en ese caso, sepultados bajo docenas de querellas presentadas por particulares y autoridades de gobierno aludidas por sus opiniones. 6.Opiniones y votos. Como ya se ha dicho, la inviolabilidad se extiende a las opiniones y votos, esto es, a las declaraciones de voluntad de los parlamentarios, juicios de valor, críticas, etc., y al rechazo o aprobación de proyectos de ley o de acuerdos. Es necesario ejemplificar separadamente cada una de estas dos posibilidades de acción parlamentaria. Respecto de las opiniones que los parlamentarios emitan en su calidad de tales, son válidos los ejemplos relativos a la calumnia e injuria en que pueden incurrir los parlamentarios, lo que afecta a la igualdad ante la ley y a la honra de las personas. LIBERTAD Y DESARROLLO 29 Sin embargo, existen fuerzas de influencia política o de otra naturaleza, que tienen suficiente poder como para intimidar a un parlamentario que no goce de inviolabilidad por sus opiniones. Por ejemplo, un Ejecutivo fuerte a cargo de un eventual Presidente de la República que desea limitar las facultades de fiscalización de la Cámara, podría perfectamente accionar sucesivamente contra los diputados que hubieren opinado en contra de los actos del Gobierno. Partidos políticos o grupos de intereses tienen también suficiente fuerza como para desplegar, en su caso, una acción similar. Por tal razón, la inviolabilidad parlamentaria debe apreciarse desde la perspectiva de una oposición reducida y presionada por mayorías que, eventualmente, pudieran configurarse en el futuro. Es probable que en la actual coyuntura política y económica, desarrollada dentro de parámetros normales, los parlamentarios pudieran prescindir de la inviolabilidad para el cumplimiento de sus funciones. Pero si, por circunstancias que serían de lamentar, el país volviera a experimentar climas que deterioren el equilibrio entre los poderes públicos, entonces se vería qué importancia y trascendencia tiene para la vida institucional la existencia de diputados fiscalizadores y dotados de inviolabilidad por las opiniones que emitan. Respecto de la inviolabilidad por el voto del parlamentario, ella resulta indispensable para el ejercicio de la función parlamentaria. 30 En efecto, supongamos que el Congreso aprueba un proyecto de ley que, ordena confiscar bienes de personas determinadas. Esas personas podrían obtener que la ley fuera declarada inconstitucional por la Corte Suprema (acción dirigida contra la ley), pero además, podrían demandar a los parlamentarios que la aprobaron, puesto que su aprobación causó daños o perjuicios (acción dirigida contra los parlamentarios). El punto es determinar si existen casos en que el voto de uno o varios parlamentarios puede servir de base legal para iniciar una acción judicial en su contra. Si tales casos pudieran existir, por ejemplo, cuando una ley resulta contraria a la Constitución y produce un daño concreto, la falta de inviolabilidad podría permitir que los particulares accionaran contra los parlamentarios. Desde luego, debe advertirse que resulta a veces difícil hacer la distinción entre opinión y voto, toda vez que este último es una forma de expresar opinión. Pero puede sostenerse que es muy difícil que cuando el parlamentario vota un proyecto de ley y dice "voto que sí" o "voto que no" (o simplemente levanta su mano), pueda incurrir en ese acto en un delito de injuria o calumnia, a menos que se trate de votos fundados, pues en tal caso se argumenta y se citan casos concretos o ejemplos; pero entonces estamos en presencia de una opinión. Dicho de otra manera, el fundamento del voto, o es opinión o forma parte del voto mismo, pero en ambos casos debe otorgarse inviolabilidad al diputado para evitar que se limite o entorpezca de cualquier forma su decisión. LIBERTAD Y DESARROLLO Cabe también considerar qué sucede si los parlamentarios aprobaren una ley inconstitucional que además cause grave daño a personas determinadas (no un daño genérico al país, apreciado desde algún punto de vista). Ese podría ser el único caso en que podría discutirse si el voto debería dar lugar a una acción judicial en contra de los parlamentarios. Sin embargo, en presencia de casos complejos, una regulación casuística podría ser contraproducente y terminar llevando ante los tribunales a los parlamentarios por no resolver o decidir adecuadamente respecto de los proyectos de ley. Se trasladaría a la justicia la calificación de las opciones políticas que inciden en la aprobación o rechazo de proyectos de ley, lo que resulta incompatible con el sistema de separación de poderes que establece la Constitución. 7.Debate en la Comisión de Estudio de la Nueva Constitución. La objeción a la inviolabilidad parlamentaria comenzó en el seno de la Comisión de Estudio de la Nueva Constitución Política, presidida por Enrique Ortúzar Escobar, a partir de proposiciones de uno de sus miembros, Jaime Guzmán Errázuriz, opinión que fue al menos parcialmente seguida por otros integrantes (Alicia Romo, y en cierto modo por Raúl Bertelsen), y resistida por otros: Juan de Dios Carmona y Luz Bulnes. Los señores Ortúzar y Lorca estuvieron por acceder, en definitiva, a la supresión de la inviolabilidad, pero en un contexto en que ello no entorpeciera el legítimo ejercicio de la función fiscalizadora de la Cámara de Diputados. El resultado de las divergencias se resolvió en el texto constitucional que se ha transcrito, que mantiene la inviolabilidad pero circunscrita a las opiniones y votos en sala y comisión, y no en otros casos. Los argumentos más desarrollados en favor de la supresión y del mantenimiento de la inviolabilidad provinieron respectivamente de Jaime Guzmán y de Luz Bulnes, cuyos acápites principales es oportuno transcribir. El primero, luego de señalar que un comité formado para materias específicas acordó mantener la inviolabilidad limitada a aquellos casos propios de la naturaleza del cargo de parlamentario, afirma "estar personalmente convencido de que la inviolabilidad debe eliminarse, porque consagra una irresponsabilidad ante la comisión de delitos, en circunstancias de que las funciones propias del cargo pueden ejercerse sin necesidad de delinquir", y agrega que "para proteger a un Senador o Diputado de acusaciones existe el fuero, que es un beneficio procesal que exige que un tribunal determine si hay motivo bastante para sustanciar una causa, lo cual evita constantes querellas y procesos". Asimismo, señala que "ésta es una de las materias en que se han producido mayores abusos" y considera "que la supresión del privilegio no menoscaba la independencia en el ejercicio de estas actividades"3. Por su parte, la integrante de la misma Comisión, Luz Bulnes, fue 3 Sesión 352a. de 18 de abril de 1978. LIBERTAD Y DESARROLLO 31 reticente a aceptar la supresión de la inviolabilidad, hasta que, finalizada la discusión, presentó un anexo de prevenciones, una de las cuales (la Nº4) se refiere a esta materia, en los siguientes términos4: "como consta en actas no concuerdo con la supresión de este beneficio ni con los fundamentos que se invocan para terminar con él. Este privilegio está íntimamente unido a la labor fiscalizadora de los parlamentarios, como se deduce de los antecedentes históricos que exponemos a continuación, y que cita del tratado de Silva Bascuñán (tomo 2, pág.60): ""La inviolabilidad de los Diputados y Senadores por las opiniones que manifiesten y los votos que emiten en el desempeño de sus cargos, tiene en nuestros ordenamientos constitucionales una tradición más que centenaria. En efecto, se encontraba consagrada en la Constitución de 1928, art. 42; en la de 1833 en el art.14 y en la de 1925 en el art.32. La doctrina siempre ha dado amplio respaldo a este principio"" y cita a continuación a diversos autores que opinan en el mismo sentido (Hunneus, Manuel Carrasco Albano y Estévez Gazmuri). Luego, para fundamentar, a mayor abundamiento, su posición, señala que "la supresión de la inviolabilidad implica: a) una contradicción con el espíritu del proyecto que por una parte aumenta las facultades fiscalizadoras de la 4 Págs. 4322 y 4323 del Tomo XI de las Actas de la C.E.N.C. 32 Cámara de Diputados y por otra, priva a los parlamentarios del resguardo legal que les permite ejercer estas atribuciones con plena independencia; y b) que suprimir la inviolabilidad parlamentaria implica desvirtuar la labor fiscalizadora del Congreso y lo que es más grave aún trasladar el debate político a los tribunales de justicia, pues si los parlamentarios ejercen sus funciones con independencia se verán constantemente atacados por denuncias y querellas, de manera que las controversias políticas terminarán por dilucidarse ante los tribunales y no en el seno del Parlamento, cual es el espíritu de la Constitución". Cierra su prevención en esta materia con una frase aparentemente contradictoria, pero que refleja los criterios valorativos envueltos en la mantención de la inviolabilidad: "Como consecuencia de la consagración de la inviolabilidad debería establecerse un sistema de hacer efectiva la responsabilidad de los parlamentarios"5. 8.Alternativas posibles. Existen en la materia dos posiciones extremas: mantener la inviolabilidad tal como está consagrada en la Constitución de 1980, o derogarla, como lo propone el proyecto en análisis6. De acuerdo con las consideraciones expuestas, cabe sostener que no debería acogerse la 5 La contradicción proviene de que la inviolabilidad consiste, precisamente, en la irresponsabilidad del parlamentario ante los tribunales de justicia. 6 Se descarta como alternativa retornar al sistema de la Constitución de 1925 (inviolabilidad en todo tiempo y lugar). LIBERTAD Y DESARROLLO moción en la forma que viene propuesta, ya que se considera prioritario apoyar el valor de la capacidad fiscalizadora, y como colegisladora, de la Cámara de Diputados. Pero es posible recoger la preocupación de los autores de la moción, para lo cual se pueden presentar dos alternativas, en los siguientes términos: a) Mantener la inviolabilidad parlamentaria por los votos y por las opiniones que afecten a las autoridades de gobierno y empleados públicos en general, pero suprimirla derechamente para las opiniones que afecten al simple particular. Esta posición tiende a evitar que la inviolabilidad lesione la honra y dignidad de personas que no tienen otra forma de defensa que los tribunales de justicia, pues no ejercen cargos que otorguen de por sí un cierto respaldo, como ser ministro de Estado, intendente, jefe de servicio, etc. En el caso de que se sientan perjudicadas las autoridades, debe tenerse presente que de otro modo resulta entrabada la función fiscalizadora de la Cámara, pues si un diputado estima necesario denunciar que determinado funcionario ha robado o malversado bienes del Estado, de cualquier forma que lo diga, podría estimarse que incurrió en injuria o calumnia. b) Mantener, en principio, la inviolabilidad en la forma en que está establecida en la Constitución vigente; pero establecer un mecanismo a disposición exclusivamente de los simples particulares para que, si estiman que un diputado ha proferido expresiones abusivas, puedan solicitar que una comisión integrada por parlamentarios o que otro organismo (existente o que pueda crearse), declare para el caso específico, que el infractor carece de inviolabilidad y que puede ser solicitado el desafuero. Esta posición es la más cercana al mantenimiento de la inviolabilidad y, si bien entrega a los propios parlamentarios el juicio sobre supresión de la inviolabilidad, es mejor que la absoluta indefensión en que actualmente se encuentra el particular aludido por el parlamentario. Además, se asegura cabalmente el ejercicio de la función fiscalizadora respecto de las autoridades de gobierno y de la administración del Estado, en sentido amplio7. Finalmente, no debe olvidarse que la honra y dignidad de las personas no sólo puede defenderse a través de los tribunales de justicia. Una prensa libre y abierta, que permita contestar, aclarar y discrepar, constituye una alternativa válida frente a la opinión pública que, 7 De acuerdo con el artículo 1º, inciso segundo, de la ley 18.575, la administración del Estado comprende "los Ministerios, las Intendencias, las Gobernaciones y los órganos y servicios públicos creados para el cumplimiento de la función administrativa, incluidos la Contraloría General de la República, el Banco Central, las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, las Municipalidades y las empresas públicas creadas por ley". LIBERTAD Y DESARROLLO 33 tratándose del ejercicio de cargos de elección popular, puede en ciertos casos 34 resultar incluso más eficaz que una resolución judicial. LIBERTAD Y DESARROLLO