primeros auxilios

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PRIMEROS AUXILIOS
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INDICE
1. INTRODUCCIÓN
2. PRINCIPIOS GENERALES SOBRE PRIMEROS AUXILIOS
• Introducción
• Activación del sistema de emergencia (P.A.S)
• Evaluación y actuación
3. NORMAS SOBRE PRIMEROS AUXILIOS
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Contusiones
Heridas: Heridas especiales
Hemorragias: Identificación de la hemorragia, hemorragias exteriorizadas, hemorragias
externas: compresión directa – torniquete
Quemaduras: Quemaduras específicas
Luxaciones y esguinces
Fracturas: cabeza, tronco, costillas, de pelvis o cadera, de brazo, de codo, de antebrazo, de
pierna, rodilla y tobillo
Reanimación cardiopulmonar
Obstrucción de vías respiratorias: obstrucción incompleta o parcial, obstrucción completa o
total, persona consciente-inconsciente, apertura vías aéreas, presencia de cuerpos extraños.
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1. INTRODUCCIÓN
La finalidad del presente dossier es proporcionar los conocimientos elementales para prestar una ayuda
eficaz a las víctimas de los accidentes más frecuentes.
Es muy recomendable que todos tengamos unas nociones elementales sobre los Primeros Auxilios que
nos permitan, llegado el momento, intervenir inmediatamente, mientras se obtiene ayuda especializada.
De la manera en que sean dados los primeros auxilios depende muchas veces la vida del paciente. En
cualquier caso, la administración adecuada de los mismos disminuirá el sufrimiento del accidentado y
facilitará la labor del médico.
2. PRINCIPIOS GENERALES SOBRE PRIMEROS AUXILIOS
Se entiende por Primeros Auxilios el conjunto de actuaciones y técnicas que permiten la atención
inmediata de un accidentado hasta que llega la asistencia médica profesional, a fin de que las lesiones que
ha sufrido no empeoren
2.1 Introducción
Existen 10 consideraciones que siempre deben tenerse en cuenta como actitud a mantener ante los
accidentes. El asumir estos consejos nos permitirá evitar cometer los errores más habituales en la
atención de los accidentados y, con ello, conseguir no agravar las lesiones de los mismos.
1. Conservar la calma: No perder los nervios es básico para poder actuar de forma correcta,
evitando errores irremediables.
2. Evitar aglomeraciones que puedan entorpecer la actuación del socorrista
3. Saber imponerse: Es preciso hacerse cargo de la situación y dirigir la organización de recursos y
la posterior evacuación del herido.
4. No mover: Como norma básica y elemental no se debe mover a nadie que haya sufrido un
accidente hasta estar seguro que se pueden realizar movimientos sin riesgo de empeorar las
lesiones ya existentes. No obstante, existen situaciones en las que la movilización debe ser
inmediata: cuando las condiciones ambientales así lo exijan o bien cuando se debe realizar la
maniobra de reanimación cardiopulmonar.
5. Examinar al herido: Se debe efectuar una evaluación primaria, que consistirá en determinar
aquellas situaciones en que exista la posibilidad de la pérdida de vida de forma inmediata.
Posteriormente, se procederá a realizar la evaluación secundaria o, lo que es lo mismo, controlar
aquellas lesiones que pueden esperar la llegada de los servicios profesionalizados.
6. Tranquilizar al herido: Los accidentados suelen estar asustados, desconocen las lesiones que
sufren y necesitan a alguien en quien confiar en esos momentos. Es función del socorrista ofrecer
esa confianza y mejorar el estado anímico del lesionado.
7. Mantener al herido caliente: Cuando el organismo humano recibe una lesión, se activan los
mecanismos de autodefensa implicando, en muchas ocasiones, la pérdida de calor corporal. Esta
situación se acentúa cuando existe pérdida de sangre, ya que una de las funciones de ésta es la
de mantener la temperatura interna del cuerpo.
8. Avisar a personal sanitario: Este consejo se traduce como la necesidad de pedir ayuda con
rapidez, a fin de establecer un tratamiento médico lo más precozmente posible.
9. Traslado adecuado: Es importante acabar con la práctica habitual de la evacuación en coche
particular, ya que si la lesión es vital no se puede trasladar y se debe atender “in situ”, y si la lesión
no es vital, quiere decir que puede esperar la llegada de un vehículo debidamente acondicionado.
10. No medicar: Esta facultad es exclusiva del médico.
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2.2 Activación del Sistema de Emergencia (PAS)
En cualquier accidente debemos ACTIVAR EL SISTEMA DE EMERGENCIA. Para ello recordaremos las
iniciales P.A.S. que corresponden a las iniciales de tres actuaciones ordenadas y secuenciales para
empezar a atender al accidentado.
PROTEGER: Antes de actuar, hemos de tener la seguridad de que tanto el accidentado como nosotros
mismos estamos fuera de todo peligro. Por ejemplo, no atenderemos a un electrocutado sin antes
desconectar la corriente causante del accidente, pues de lo contrario nos accidentaríamos nosotros
también.
ALERTAR: Siempre que sea posible daremos aviso a los servicios sanitarios de la empresa o exteriores
(112-061-091-092) y por el método más rápido, de la existencia del accidente, activando así el Sistema de
Emergencia, para inmediatamente empezar a socorrer en espera de ayuda. Hay que indicar siempre:
• Lugar y tipo de accidente
• Número de heridos
• Identificación de la persona que llama, ya que las llamadas anónimas inspiran desconfianza.
• No abandonar nunca la comunicación hasta que nos lo digan
ATENCIÓN: Si estamos solos, lo primero es socorrer a las víctimas intentando avisar lo antes posible.
SOCORRER: Una vez hemos protegido y avisado, procederemos a evaluar el estado del lesionado.
2.3 Evaluación y Actuación
La evaluación se realiza en el lugar de los hechos con el fin de establecer prioridades y adoptar las
medidas necesarias en cada caso. Consta de dos pasos:
VALORACIÓN PRIMARIA: Su objetivo es identificar las situaciones que suponen una amenaza para la
vida. Para ello observaremos, siempre por este orden:
• EL ESTADO DE CONCIENCIA
• LA RESPIRACIÓN
• LA CIRCULACIÓN SANGUÍNEA (PULSO)
VALORACIÓN SECUNDARIA: Una vez superada la valoración primaria nos ocuparemos del resto de
lesiones.
• CABEZA: Buscar heridas y contusiones en cuero cabelludo y cara.
Salida de sangre por nariz, boca y oídos.
Lesiones en los ojos
Aspecto de la cara (piel fría, pálida, sudorosa)
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CUELLO: Tomar el pulso carotídeo durante un minuto y aflojar las prendas ajustadas.
TORAX: Heridas, dolor y dificultad al respirar
ABDOMEN: Heridas, muy duro o muy depresible al tacto, dolor.
EXTREMIDADES: Examinar brazos y piernas en busca de heridas y deformaciones. Valorar la
sensibilidad para descartar lesiones en la médula.
¿QUÉ NO SE DEBE HACER?
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Emitir nuestra opinión sobre el estado de salud al lesionado o a los familiares
Dejar que se acerquen curiosos a la víctima (aislaremos el lugar sí es posible)
Sustituir al médico
Permitir que el lesionado se enfríe
Cegarnos por la aparatosidad de la sangre o la herida
Mover o trasladar al lesionado (salvo necesidad absoluta)
Dejar que el lesionado se levante o se siente.
Administrar comida, agua, café o licor.
Administrar medicación
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3. NORMAS SOBRE PRIMEROS AUXILIOS
3.1 Contusiones
Es la lesión producida por un choque violento contra otro objeto o cuerpo, sin que se produzca una herida,
aunque puede ocultar lesiones internas importantes. Se rompen vasos sanguíneos, produciendo una
inflamación roja y oscura, transformándose luego en morado. Es el típico “moratón”.
Una forma muy sencilla de recordar la actuación de
urgencia ante estas situaciones consiste en recordar las
letras de la palabra: “CHIEF”
Compresión del área lesionada, bien de forma directa
(hemorragias) o mediante un vendaje almohadillado
compresivo para las contusiones.
Hielo aplicándolo de forma regular a intervalos de 20
minutos con períodos de descanso de 5 minutos , para
provocar la contracción (disminución del calibre) de los vasos sanguíneos y disminuir por tanto la
inflamación.
Elevación de la parte afectada, si es posible por encima de la altura del corazón.
Férula de inmovilización de la extremidad o bien reposo de la zona.
Si la contusión se produjera en la región abdominal, colocar al lesionado tumbado, con las rodillas
flexionadas, ya que esta posición ayuda a calmar el dolor.
Ante la aparición de un hematoma, NUNCA pinchar o intentar vaciarlo. Sólo aplicar hielo.
3.2 Heridas
La herida es toda ruptura de la continuidad de la piel. Las heridas se clasifican en:
INCISAS: Corte limpio que abre la piel.
CONTUSAS: Producidas por golpes que, además de romper la piel, tienen hematomas
PUNZANTES: Causadas por objetos (clavos, etc.) que se introducen en los tejidos.
Las heridas pueden originar los siguientes peligros graves: hemorragias, infecciones, “schock”
La infección es la consecuencia del desarrollo y propagación de gérmenes nocivos en una herida; éstos
se desarrollan poco a poco, por lo que la infección no aparecerá de inmediato. Por ello, cualquier herida,
por pequeña que sea, debe atenderse debidamente. Los síntomas son dolor, enrojecimiento, calor y
formación de “pus” en la zona herida.
Para atender una herida y evitar su infección es necesario:
• Lavarse las manos con agua o jabón.
• Limpiar la herida con una gasa esterilizada, actuando desde el centro hacia los bordes.
• Aplicar antisépticos, colocando una gasa limpia sujeta con esparadrapo o mediante un vendaje.
• Siempre hay peligro de infección tetánica, por lo que debe acudirse al médico lo antes posible.
Shock traumático, cuando las heridas revisten una gravedad, el accidentado puede entrar en estado de
“schock”. Los síntomas son respiración débil y rápida, piel fría y sudorosa, agitación semiinconsciencia,
náuseas y vómitos.
El tratamiento adecuado es el siguiente:
• Acostar al herido con la cabeza más baja que los pies. Si la herida está localizada en la cabeza o
en el pecho, se elevarán los hombros y la cabeza por medio de una almohadilla.
• Aflojarle la ropa (cuello, cinturón, zapatos).
• Mantener el calor del cuerpo, tapándole con una tela ligera.
• Retirar de la boca todo objeto que pueda obstaculizar la respiración (dentadura postiza, etc)
• Tener presente que, después de una notoria mejoría, puede sobrevenir un empeoramiento.
Prestar atención a las recaídas.
• En caso necesario, hacerle la respiración artificial.
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3.2.1Heridas especiales
Heridas profundas en el vientre
• Acostar al herido sobre la espalda, manteniéndoles caliente.
• Colocar una cura seca sobre la herida; si el intestino sale por la herida, no intente colocarlo en su
sitio. No manipularlo.
• Una vez efectuada la cura, cubrir el vientre con una manta.
• Transportar al herido rápidamente para que reciba asistencia médica o quirúrgica.
• No darle nada de beber. Si tiene sed, humedecerle la boca.
Heridas en los ojos
• Colocar una compresa esterilizada sobre el ojo lesionado.
• Cubrir esta compresa con un vendaje, realizado a través de las dos orejas, pasando por encima
del pelo.
• Trasladarle inmediatamente al oculista.
Heridas en el pecho
Son siempre peligrosas, siendo más graves aquéllas en las que se ve y se oye el aire al entrar y salir por
la herida. La víctima respira con suma dificultad. Existe peligro de muerte si no se atiende con rapidez.
En estos casos se deberá:
• Recubrir la herida con una cura seca grande, sujetándola bien para impedir que pase el aire.
• Tratar de evitar la posible infección.
• No darle nada de beber.
• Trasladarle con urgencia a un centro sanitario.
3.3 Hemorragias
Las hemorragias son causa de emergencia médica, por lo que la actuación del socorrista debe ser rápida y
decidida, de lo contrario la oxigenación de los tejidos se verá reducida o eliminada, produciendo la muerte
de los mismos.
El objetivo del socorrista es evitar la pérdida de sangre del accidentado, siempre que ello sea posible.
Se llama hemorragia a la salida de la sangre por rotura de los vasos sanguíneos (venas, arterias y
capilares), que la transportan por todo el cuerpo. Si la pérdida es importante se puede producir shock
hemorrágico.
El propio organismo se encarga de reparar el vaso sanguíneo roto, formando un coágulo en la herida, con
el fin de que cese la hemorragia.
3.3.1 Identificación de la hemorragia
Existen dos tipos de clasificaciones:
Atendiendo al destino final de la sangre: (¿A dónde va a parar la sangre que se pierde?)
1. Hemorragias Exteriorizadas: Cuando la hemorragia es interna pero sale al exterior a través de
uno de los orificios naturales del organismo.
2. Hemorragias Internas: Cuando la sangre va a parar a una cavidad del organismo, por lo que, en
estos casos, no se ve.
3. Hemorragias Externas: Cuando van acompañadas de una herida en la piel, con lo que la sangre
se ve directamente.
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Atendiendo al tipo de vaso que se ha roto:
1. ARTERIAL: Sangre ROJA, su salida es de forma intermitente.
2. VENOSA: Sangre más OSCURA, su salida es de forma CONTINUA.
3. CAPILAR: Llamada en SÁBANA, su salida es de forma de pequeños PUNTOS que sangran.
3.3.2 Hemorragias exteriorizadas
Son aquellas hemorragias que siendo internas salen al exterior a través de un orificio natural del cuerpo:
oído, nariz, boca, ano y genitales.
OIDO: Las hemorragias que salen por el oído se llaman otorragias
Actuación:
•
•
•
Facilitar la salida de sangre de la cavidad craneal
Colocar al accidentado en Posición Lateral de Seguridad, con el oído sangrante dirigido hacia el
suelo.
Control de signos vitales y evacuación urgente hacia un Centro sanitario con servicio de
Neurología.
NARIZ: Las hemorragias que salen por la nariz se denominan epistaxis. El origen de estas hemorragias es
diverso, pueden ser producidas por un golpe, por un desgaste de la mucosa nasal o como consecuencia
de una patología en la que la hemorragia sería un signo
Actuación:
•
•
•
•
Efectuar una presión directa sobre la ventana nasal sangrante y contra el tabique nasal, presión
que se mantendrá durante 5 minutos.
Inclinar la cabeza hacia delante, para evitar posible inspiración de coágulos.
Si pasados los 5 minutos la hemorragia no ha cesado, se introducirá una gasa mojada en agua
oxigenada por la fosa nasal sangrante (taponamiento anterior).
Si no se detiene, evacuar a un Centro sanitario con urgencia.
BOCA: Cuando la hemorragia se presenta en forma de vómito, puede tener su origen en el pulmón o en el
estómago.
Actuación:
•
Control de signos vitales y evacuación urgente hacia un Centro sanitario.
Una hemorragia por la nariz o por el oído después de recibir un golpe violento puede ser síntoma
de FRACTURA de algún hueso del CRÁNEO; sobretodo si está inconsciente y presenta hematomas
alrededor de los ojos de los oídos.
3.3.3 Hemorragias externas: Compresión Directa, Torniquete
Son aquellas en las que la sangre sale al exterior a través de una herida. Actuaremos rápidamente para
impedir o reducir al máximo posible el sangrado.
COMPRESIÓN DIRECTA
• Tumbar a la víctima para evitar desmayos.
• Efectuar una presión en el punto de sangrado.
• Efectuar la presión durante un tiempo mínimo de 10 minutos, con un apósito (gasas, pañuelo, etc.)
lo más limpio posible.
• Si con el primer apósito no fuera suficiente añadir más encima, pero nunca quitar el anterior.
• Simultáneamente elevar la extremidad afectada a una altura superior a la del corazón del
accidentado.
• Transcurrido ese tiempo, se aliviará la presión, pero NUNCA se quitará el apósito.
• En caso de éxito se procederá a vendar la herida, por encima de los apósitos, y se trasladará al
Hospital
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Este método no se puede utilizar en el caso de que la hemorragia la produzca una fractura abierta de un
hueso o existan cuerpos enclavados.
TORNIQUETE
El torniquete produce una detención de TODA la circulación sanguínea en la extremidad, por lo que
conlleva la falta de oxigenación de los tejidos y la muerte tisular, formándose toxinas por necrosis y
trombos por acumulación plaquetaria.
Condiciones de su aplicación:
• Si fracasan las medidas básicas de actuación: Compresión directa, elevación, inmovilización del
miembro sangrante.
• Ante la amputación de un miembro: Con frecuencia un miembro amputado no sangra, aunque
puede comenzar a hacerlo en cualquier momento, por lo que se colocará el torniquete dejándolo
listo para apretarlo en el momento necesario.
• Agotamiento de la compresión manual directa sobre la arteria afectada.
• Cuando exista más de un accidentado en situación de emergencia y el socorrista esté solo.
• Ante el peligro de pérdida de la vida.
• Siempre debe ser la última opción.
Actuación:
• Colocarlo siempre en la parte del miembro lesionado que queda entre la herida y el corazón.
• Deben emplearse materiales suaves y con una anchura mínima de 10 cm.
• Colocar el almohadillado sobre la piel donde se vaya a situar el torniquete. Cuanto más rígido y
estrecho sea el torniquete, mayor será el daño que produzca sobre los tejidos comprimidos,
debiendo por tanto usarse el más ancho que sea posible.
• Dar dos vueltas con el torniquete alrededor de la extremidad afectada y hacer medio nudo.
• Colocar un palo, lápiz u objeto similar en la parte superior del medio nudo y completar el nudo
sobre el mismo.
• Girar el palo para apretar el torniquete hasta que cese el sangrado y NO MÁS.
• NUNCA cubrir un torniquete con vendajes, ropas, etc que impidan su visualización rápida.
• Reflejar la hora en la que se colocó el torniquete, colocando una señal muy clara y ostensible que
identifique al herido como portador de un torniquete.
• Aflojar el torniquete SIN RETIRARLO cada 20 minutos.
• NO mantener colocado un torniquete más de 2 horas, en cualquier caso.
• Cubrir al paciente con una manta o similar, pues la pérdida de sangre le producirá frío.
• Un torniquete mantenido durante demasiado tiempo puede originar la GANGRENA del miembro
donde se coloca y, en consecuencia, obligar a la amputación. Por este motivo, este tipo de heridos
son de traslado prioritario al hospital y deben ir siempre acompañados por un socorrista.
Consideraciones Especiales de Utilización del Torniquete:
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Sólo se debe emplear para heridas arteriales importantes.
Si una arteria está seccionada y aplastada por el traumatismo, inicialmente no sangrará, pero más
tarde puede aparecer una hemorragia tardía y fulminante que conduzca al herido a la muerte en
muy poco tiempo (segundos). Por este motivo, un miembro totalmente seccionado requiere la
aplicación de un torniquete aunque no sangre. Un miembro machacado, pero no totalmente
seccionado requiere también la colocación de un torniquete en el lugar apropiado, pero sin
apretarlo si se presenta la hemorragia.
Cuando la herida arterial esté localizada en el cuello, en la axila o en la ingle, el torniquete esta
contraindicado. Por tanto se efectuará la compresión manual hasta la llegada al centro asistencial.
Una vez puesto y apretado un torniquete, nunca se debe quitar por el socorrista, pues al soltarlo
sin las debidas precauciones médicas, el estado de shock se agrava, pudiendo llegar incluso a
producirse la muerte súbita del enfermo.
3.4 Quemaduras
Las quemaduras son un tipo de lesión bastante frecuente. El trauma producido no solo destruye la capa
protectora (la piel) sino que además causa alteraciones en otros órganos y sistemas, las cuales, están
relacionadas con el grado y extensión de la quemadura.
Según el grado de lesión que producen en la piel y en los tejidos, se clasifican quemaduras de primero,
segundo y tercer grado.
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Primer grado: Se enrojece la parte externa de la piel (epidermis), produciendo una ligera
inflamación.
Segundo grado: Son algo más profundas, afectan a la epidermis y a la capa inferior o dermis,
dando lugar a la aparición de ampollas.
Tercer grado: Son muy profundas afectando a todas las capas de la piel. La piel se calcina por
completo, lesionando los tejidos que se hallan debajo de ella y destruyendo en algunos casos
músculos y vasos sanguíneos.
La gravedad de una quemadura está en función de su extensión más que de su grado. Así una quemadura
de primer grado muy extensa es más peligrosa que una de tercer grado localizada. El grado tiene
importancia a efectos de posibles mutilaciones e incapacidades.
Actuación General:
• Tranquilice a la víctima y a sus familiares.
• Valore el tipo de quemadura y su gravedad
• Retire cuidadosamente anillos, reloj, pulsera, cinturón o prendas ajustadas que compriman la zona
lesionada antes de que esta se comience a inflamar.
• No rompa las ampollas, para evitar infecciones y mayores traumatismos.
• Enfrié el área quemada durante varios minutos; aplique solución salina fisiológica o agua fría (no
helada) sobre la lesión. No use hielo para enfriar la zona quemada. Ni aplique pomadas o
ungüentos porque ésta pueden interferir o demorar el tratamiento médico.
• Cubra el área quemada con un apósito o una compresa húmeda en solución salina fisiológica o
agua fría limpia y sujete con una venda para evitar la contaminación de la lesión con gérmenes
patógenos.
• No aplique presión contra la quemadura.
• Si se presenta en manos o pies coloque gasa entre los dedos antes de colocar la venda.
• Administre un analgésico si es necesario para disminuir el dolor, teniendo en cuenta las
precauciones del medicamento (sólo si es estrictamente necesario).
• Administre abundantes líquidos por vía oral siempre y cuando la víctima esté consciente.
• Si se presentan quemaduras en cara o cuello coloque una almohada o cojín debajo de los
hombros y controle los Signos vitales, cubra las quemaduras de la cara con gasa estéril o tela
limpia abriéndole agujeros para los ojos, nariz y la boca.
• Lleva a la víctima a un centro asistencial.
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3.4.1. Quemaduras específicas
QUEMADURA POR LA INHALACIÓN DE VAPORES
Cuando hay inhalación de vapores generalmente se producen quemaduras de las vías respiratorias.
Actuación:
• Retira la víctima del lugar donde sucedió el accidente.
• Cubra las quemaduras de la cara con gasa estéril o tela limpia abriéndole agujeros para los ojos,
nariz y la boca.
• Si no hay respiración, inicie la respiración de salvamento
• Si la víctima no tiene pulso inicie la Reanimación cardiopulmonar.
• Traslade a la víctima inmediatamente a un centro asistencial
QUEMADURA POR FUEGO
En este tipo de quemaduras es importante señalar que las llamas que queman a la víctima no se deben
apagar con agua. Revolcaremos al quemado por el suelo o sofocaremos el fuego con una manta. Una vez
apagadas las llamas, sí que aplicaremos agua, a fin de refrigerar las zonas quemadas.
En este caso aplicaremos la NORMA GENERAL, haciendo especial atención en el Reconocimiento de
Signos Vitales y en concreto a la ausencia de respiración. La mayoría de los quemados por fuego han
sufrido el accidente en un espacio cerrado por lo que, a las quemaduras cutáneas, se les pueden asociar
quemaduras respiratorias o intoxicación por la presencia de gases o productos de degradación. Lo más
frecuente son las intoxicaciones por monóxido de carbono y cuadros inflamatorios agudos de la mucosa de
las vías aéreas superiores por lesión directa del producto químico o del aire a alta temperatura.
QUEMADURA POR AGENTES QUÍMICOS
Se producen cuando la piel entra en contacto con sustancias químicas como ácidos o bases fuertes. La
gravedad de la lesión dependerá no tan sólo de las características físico químicas del producto sino
también de la duración del contacto y de la cantidad de producto. El manejo de estas lesiones se basará
de entrada en retirar el producto químico de la piel del accidentado.
Actuación:
• Proceder al lavado generoso de la piel con AGUA en abundancia (ducha durante 20-30 minutos).
Hemos de tener especial cuidado con las salpicaduras que pueden alcanzarnos o con el contacto
directo de nuestra piel con la sustancia química.
• Durante la ducha se ha de proceder a retirar todos los objetos que estén en contacto directo con la
piel: gafas, ropa, zapatos, anillos, pulseras, relojes y otras joyas.
• Aplicar la norma general.
• Existen productos químicos que reaccionan al contacto con el agua produciendo más calor. Pese
a ello, también en estos casos aplicaremos como tratamiento la DUCHA DE AGUA CONTINUA,
pues la posible reacción inicial se neutralizaría por la abundancia de agua.
• Sólo algunas sustancias requieren de tratamientos iniciales distintos. El socorrista deberá conocer
a priori estas excepciones mediante la búsqueda y estudio de las fichas de seguridad química de
los productos existentes en la empresa y susceptibles de producir accidentes.
• En el caso de las quemaduras oculares los ojos deben irrigarse, manteniéndolos abiertos, durante
20 minutos como mínimo. La evacuación de estos accidentados se hará continuando dicha
irrigación mediante peras de agua o frascos irrigadores.
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QUEMADURA POR ELECTRICIDAD
Las quemaduras eléctricas pueden ocurrir en cualquier parte. El contracto con cualquier fuente eléctrica
puede hacer que la electricidad recorra el cuerpo de una persona ocasionándoles a su paso graves
lesiones, incapacidad o muerte.
Las quemaduras eléctricas casi siempre son de tercer grado, con un sitio de entrada y uno o varios de
salida, en donde se pueden apreciar áreas carbonizadas y de explosión, generalmente no sangran y son
indoloras.
Lo más importantes a tener en cuenta son las lesiones internas que se pueden producir como paro
respiratorio, paro cardiorrespiratorio y shock, producidas por el curso de la electricidad que penetra por un
punto del cuerpo y sale por otro y en su recorrido destruye músculos, nervios y vasos sanguíneos.
Antes de dar atención de primeros auxilios, interrumpa el contacto, cortando la corriente de la conducción
principal en caso de que sea accesible. Si no es posible cortar el fluido eléctrico haga lo siguiente:
• Párese en una superficie seca da caucho o madera
• Retírela de la fuente eléctrica con un objeto de madera o plástico ya que no son conductores de
electricidad. NO la toque con sus manos porque usted va a recibir la descarga eléctrica.
Valore la respiración y pulso; si no están presentes, dé Reanimación cardiopulmonar.
Cubra el área o áreas lesionadas con una compresa o tela limpia y seca.
Trasládela lo más rápido posible a un centro asistencial.
3.5. Luxaciones y esguinces
Son lesiones articulares, bien de los ligamentos al producirse una distensión debida a un movimiento
forzado, esto da lugar al esguince, o bien por la salida de un hueso de su cavidad natural, dando lugar a la
luxación.
Los síntomas comunes a ambas lesiones son el dolor, la hinchazón y el amoratamiento, existiendo en el
esguince la movilidad conservada aunque dolorosa, mientras que en la luxación no hay movilidad
pudiendo presentar deformidad en la parte afectada. El entumecimiento o la parálisis por debajo de la
localización de la luxación debe alertarnos sobre la existencia de sufrimiento vascular o nervioso. En este
caso, previa inmovilización, se deberá trasladar al paciente a un centro sanitario.
Actuación:
• Inmovilización de la zona afectada
• En el caso de luxación, no intentar nunca colocar los huesos en su posición normal
• Evacuación
3.6. Fracturas
Se denomina fractura a la rotura de un hueso o bien a la discontinuidad del tejido óseo (fisura). Los
mecanismos capaces de producir fracturas son de dos tipos, uno directo que localiza la fractura justo en el
punto de impacto del traumatismo y otro indirecto, fracturando a distancia del punto de impacto. Existen
distintos tipos de fractura, pero que carecen de interés desde el punto de vista del socorrismo, pues la
sintomatología será común y el diagnóstico diferencial se realizará a través del estudio radiológico. No
obstante, de forma general, podemos clasificar a las fracturas en dos familias: las abiertas o complicadas,
de especial gravedad ya que el hueso roto rasga la piel produciendo heridas y posibles hemorragias; y las
cerradas o simples, menos graves, cuando no existe herida
De forma general, se puede sospechar la existencia de una fractura si el accidentado presenta varios de
los siguientes síntomas /signos locales (dolor intenso que aumenta con la palpación, impotencia funcional,
hinchazón y amoratamiento, deformidad más o menos acusada y/ o acortamiento de una extremidad,
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existencia de una herida con fragmentos óseos visibles) o generales que son el reflejo de la existencia de
una hemorragia o las repercusiones de los fenómenos de dolor (taquicardia, palidez...)
Actuación:
• Evitar movilizaciones (propias y del herido)
• Exploración: Evaluación primaria (signos vitales). Evaluación secundaria, preguntando por
sensaciones, dolor, posibilidad de movimiento, comparación de extremidades, acortamiento de las
mismas, deformidades, etc.
• Valorar los pulsos distales (radial o pedio) para descartar la existencia de hemorragias internas.
• En el caso de una fractura abierta, aplicar sobre las heridas apósitos estériles.
• Inmovilización
• Tapar al paciente (protección térmica)
• Evacuación, manteniendo el control de las constantes vitales y vigilando el acondicionamiento de
la fractura.
INMOVILIZACIÓN: Las razones para inmovilizar son múltiples. Si se consigue evitar el movimiento del
hueso y de la articulación, conseguiremos:
• Prevenir o minimizar las complicaciones por lesión de estructuras vecinas como pueden ser los
músculos, los nervios y los vasos sanguíneos.
• Evitar el cambio en la estructura de la fractura (de incompleta a completa, de cerrada a abierta).
• Reducir el dolor
• Evitar el shock
Para inmovilizar una fractura se deberán seguir las siguientes recomendaciones:
• Tranquilizar al accidentado y explicarle previamente cualquier maniobra que tengamos que
realizar.
• Quitar todo aquello que pueda comprimir cuando se produzca la inflamación (anillos, brazaletes...)
• Inmovilizar con material (férulas) rígido o bien con aquel material que una vez colocado haga la
misma función que el rígido (pañuelos triangulares)
• Almohadillar las férulas que se improvisen (maderas, troncos...).
• Inmovilizar una articulación por encima y otra por debajo del punto de fractura.
• Inmovilizar en posición funcional (si se puede) y con los dedos visibles.
• Nunca reducir una fractura (no poner el hueso en su sitio).
• Evacuar siempre a un centro hospitalario
3.6.1. Fracturas de cabeza
Las lesiones derivadas de un traumatismo craneoencefálico pueden dar lugar a la afectación de uno o de
varios componentes de la caja craneal: desde el cuero cabelludo hasta la masa encefálica. La fractura de
la caja ósea se produce por traumatismos de considerable intensidad sobre la cabeza, ocasionando la
rotura del hueso y una posible lesión cerebral.
Actuación:
• En caso de fractura de cráneo se acostará al herido con la cabeza algo elevada si presenta rostro
congestionado o con la cabeza baja si está pálido. Inmediatamente se le transportará a la clínica
más próxima.
• Si se comprueba fractura de maxilar inferior se colocará una venda o pañuelo debajo de la
mandíbula, anudándola por encima de la cabeza, a fin de que las arcadas dentarias queden
adosadas unas a otras.
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3.6.1. Fracturas del tronco
Pueden ser de clavícula, cuello, columna vertebral, costillas y pelvis (cadera).
Las fracturas de clavícula se producen generalmente por una caída con la mano extendida o por un golpe
en el hombro. Para inmovilizarla se colocará una chapa y un rodillo de algodón debajo de la axila
sujetándolos al tronco y al hombro contrario por medio de un vendaje. Además se sujetará el brazo,
doblado por el codo, a la altura del pecho por medio de una venda.
Las fracturas de cuello son muy delicadas. No se moverá la cabeza del accidentado bajo ningún
concepto. Cualquier movimiento en falso puede tener consecuencias irreparables. Para su inmovilización,
el herido estará acostado boca arriba. Inmediatamente se le colocará una tablilla larga desde el cuello
hasta la cintura, que se sujetará al tronco con vendajes, de tal forma que el cuerpo se mantenga siempre
en la misma posición.
Si el paciente ha perdido el conocimiento, se le aplicará el tratamiento indicado para el “schock”
traumático.
Las de la columna vertebral requieren gran habilidad por parte de la persona que atienda al accidentado.
Cuando se produce una fractura de médula, o bien una vértebra desplazada presiona sobre aquélla, se
origina una parálisis del cuerpo. Si la victima no puede mover las piernas o brazos, es síntoma claro de
fractura de columna.
Actuación:
• No llevará a cabo maniobras que impliquen doblar la espalda del accidentado.
• Procurará que permanezca en todo momento acostado boca arriba sobre un plano duro (mesa,
puerta, etc), con la cabeza inclinada hacía un lado, evitando cualquier movimiento de torsión o de
flexión del lesionado. La cabeza, el tronco y las piernas se mantendrán en un mismo plano.
Cualquier intento de movilización será efectuado por no menos de tres-cuatro personas,
procurando mantener la columna siempre rígida.
3.6.2. Fracturas de costillas
No se deben “inmovilizar”, pues la respiración es más importante que el dolor que puedan producir.
3.6.3. Fracturas de pelvis o cadera
Se colocará una férula por la parte externa desde la axila hasta el pie, y otra por la parte interna desde la
ingle hasta el pie. Ambas se sujetarán con vendas anudadas al tronco y a la pierna.
3.6.4. Fractura de brazo
Se inmovilizará colocando dos férulas, una desde el hombro hasta el codo y otra también desde la axila
hasta el antebrazo, sujetándolas con vendas. Además, con un cabestrillo sujeto al cuello se mantendrá el
antebrazo cruzado delante del pecho.
3.6.5. Fractura de codo
Si el accidentado no puede doblar el codo, se colocará una tablilla desde la axila hasta el antebrazo. Si
puede doblarlo se sujetará el brazo sobre el pecho con un cabestrillo.
3.6.6. Fractura de antebrazo
Es necesario colocar el antebrazo entre dos tablillas sujetas.
3.6.7. Fractura de pierna, rodilla y tobillo
Al igual que en las extremidades superiores, se colocarán dos tablillas inmovilizando la zona fracturada.
3.7. Reanimación cardiopulmonar
La rápida actuación ante un accidente puede salvar la vida de una persona o evitar el empeoramiento de
las posibles lesiones que padezca. Por EMERGENCIA MÉDICA entendemos aquella situación en la que la
falta de asistencia sanitaria producirá la muerte del accidentado en minutos.
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El cerebro es el órgano más delicado de que dispone el ser humano. La falta de oxígeno ocasionará, en
poco tiempo, lesiones irreversibles produciéndose la muerte en 8 - 10 minutos.
Por lo tanto cualquier paro cardiorrespiratorio (fracaso de las funciones cardiaca y respiratoria, con la
consiguiente incapacidad para hacer llegar sangre oxigenada a las células) es una situación de máxima
urgencia ya que del tratamiento inmediato dependerá la vida del paciente.
Este apartado pretende ofrecer unas pautas de actuación ante un accidente y una técnica de reanimación
cardiopulmonar para que, cualquier persona, sin conocimientos especiales en medicina, sepa qué debe o
qué no debe hacerse ante una SITUACIÓN DE EMERGENCIA.
En cualquier accidente debemos ACTIVAR EL SISTEMA DE EMERGENCIA. Para ello recordaremos la
palabra P.A.S., que está formada por las iniciales de tres actuaciones secuenciales para empezar a
atender al accidentado: PROTEGER, AVISAR, SOCORRER
Una vez hemos protegido y avisado, procederemos a actuar sobre el accidentado, reconociendo sus
signos vitales: conciencia, respiración, pulso, siempre por este orden
CONCIENCIA
Para saber si un accidentado está consciente le preguntaremos qué le ha pasado. Si contesta,
descartaremos la existencia de paro respiratorio. El problema surge cuando el paciente no contesta.
Entonces lo agitaremos levemente para observar sus reacciones (gemidos, apertura de ojos, movimientos
de cabeza, etc ... ), si no existe ningún tipo de reacción significa que el estado de inconsciencia está
declarado, por lo que inmediatamente y, en lo posible, SIN TOCARLO (pues puede ser un paciente
traumático y existir lesiones óseas que agraven su estado) comprobaremos su respiración.
RESPIRACIÓN
Si el accidentado está inconsciente, existen dos posibilidades: que respire o que no respire.
• SI RESPIRA: No hará falta seguir explorando sus signos vitales ya que el corazón funciona
seguro, siendo el procedimiento a seguir, siempre que no sea traumático, el de colocarlo en una
posición de seguridad para prevenir las posibles consecuencias de un vómito. Esta posición es la
denominada en el argot del socorrismo como P.L.S, que significa: Posición Lateral de Seguridad.
En el caso de que el paciente respire pero sea traumático, NO LO MOVEREMOS. En ambos
casos seguiremos a su lado vigilando sus signos vitales hasta que llegue la ayuda solicitada.
•
SI NO RESPIRA: Si al acercar nuestra mejilla o el dorso de nuestra mano a su boca,
comprobamos que no respira, en seguida y sin perder tiempo colocaremos al accidentado, sea
traumático o no, en posición de decúbito supino (estirado mirando hacia arriba) abriendo las vías
aéreas, mediante una hiperextensión del cuello, evitando que la lengua obstruya la vía de entrada
de aire. En ocasiones, con esta simple maniobra el paciente vuelve a respirar. En caso contrario y
no existiendo cuerpos extraños en su boca (dientes desprendidos, chicles, ... ), el paro es
evidente, por lo que deberemos suplir la función ausente mediante reanimación cardio pulmonar,
efectuando la respiración artificial BOCA-BOCA.
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PULSO
Cuando el paro respiratorio está instaurado y ya hemos procedido a iniciar el boca-boca, es necesario
comprobar el funcionamiento cardíaco mediante la toma del pulso carotídeo (cuello), por ser éste el último
que se pierde ante una parada cardíaca y por el contrario el primero que se nota al activarse de nuevo el
ritmo cardíaco.
Caso de existir pulso seguiremos efectuando la respiración artificial, pero en el momento en que
desaparezca este pulso deberemos iniciar sin demora el MASAJE CARDÍACO EXTERNO, acompañado
siempre de la respiración boca-boca.
Técnica de la reanimación cardio-muscular
Si el paciente está inconsciente y no respira, se debe efectuar la hiperextensión del cuello.
Si continua sin respirar se realizará la siguiente secuencia de operaciones:
• Apretar la frente y hiperextender bien el cuello
• Extraer posibles cuerpos extraños de la boca (dientes, chicles ... ).
• Girar la mano de la frente y pinzar la nariz.
• Colocar nuestros labios alrededor de la boca del paciente sellando totalmente su boca con la
nuestra. Iniciar el boca-boca: 2 insuflaciones (1 cada 5 segundos).
• Una vez se ha insuflado el aire se debe comprobar el funcionamiento cardíaco a través del pulso
carotideo.
Si hay pulso, pero no respira se debe seguir con la respiración artificial boca-boca, comprobando
periódicamente la existencia del pulso.
Si no hay pulso, debe iniciarse el masaje cardíaco externo
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Masaje cardíaco externo
Es necesario acudir a su realización cuando el paciente está inconsciente, no respira y no tiene pulso; la
figura 5 indica la posición que debe adoptar el socorrista y la localización del punto de compresión
torácico. La secuencia de operaciones para la realización del masaje cardíaco es la siguiente:
• Colocar al paciente sobre una superficie dura.
• Localizar el tercio inferior del esternón y colocar el talón de nuestra mano sobre él. La otra mano
se apoyará de la misma forma sobre la que contacta con el tórax.
• Con nuestros dedos estirados y los brazos perpendiculares al punto de contacto con el esternón,
ejerceremos compresión directa sobre el tórax, consiguiendo que se deprima unos 3 o 4 cm y a un
ritmo de compresión /relajación = 1/1.
• El masaje cardíaco siempre irá acompañado de la respiración boca-boca.
El masaje cardíaco se efectuará al siguiente ritmo:
•
•
1 socorrista: 2 insuflaciones (boca-boca)
15 compresiones (masaje cardíaco)
2 socorristas: 1 insuflación (boca-boca)
5 compresiones (masaje cardíaco)
3.6. Obstrucción de las vías respiratorias
El sistema respiratorio está capacitado únicamente para aceptar elementos gaseosos. La introducción en
el mismo de cualquier cuerpo sólido o líquido implica la puesta en funcionamiento de los mecanismos de
defensa, siendo la tos el más importante.
La obstrucción de las vías respiratorias impide que la sangre del organismo reciba el oxígeno necesario
para alimentar los tejidos, lo que implicará la muerte de los mismos.
Es personas inconscientes, la principal causa de obstrucción de la vía respiratoria es la caída de la lengua
hacia la retrofaringe.
En personas conscientes, generalmente, el motivo de obstrucción es la “comida”, suceso conocido
popularmente como atragantamiento y que puede ocurrir en los comedores de cualquier empresa. Esta
obstrucción por cuerpo sólido se produce por la aspiración brusca (risa, llantos, sustos....) de la comida
que está en la boca.
OBSTRUCCIÓN INCOMPLETA O PARCIAL
El cuerpo extraño no tapa toda la entrada de aire, por lo que se pone en funcionamiento el mecanismo de
defensa y la persona empieza a toser.
¿Qué hacer?
• Dejarlo toser (los mecanismos de defensa funcionan).
• Observar que siga tosiendo o que expulse el cuerpo extraño.
• NO golpear nunca la espalda, ya que se podría producir la obstrucción completa o introducirse
más el cuerpo extraño.
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OBSTRUCCIÓN COMPLETA O TOTAL
En este caso la persona no tose, ni habla, NI ENTRA AIRE.
Generalmente el accidentado se lleva las manos al cuello y no puede explicar lo que le pasa, emitiendo
sonidos afónicos. Presenta gran excitación, pues es consciente que no respira: tiene la sensación de
muerte inminente.
Procederemos entonces a realizar la Maniobra de Heimlich: Su objetivo es empujar el cuerpo extraño
hacia la salida mediante la expulsión del aire que llena los pulmones.
Esto se consigue efectuando una presión en la boca del estómago (abdomen) hacia adentro y hacia arriba
para desplazar el diafragma (músculo que separa el tórax del abdomen y que tiene funciones respiratorias)
que a su vez comprimirá los pulmones, aumentando la presión del aire contenido en las vías respiratorias
(tos artificial)
PERSONA CONSCIENTE:
• Nos colocamos detrás del paciente, que estará sentado o de pie; le “abrazaremos” colocando una
de nuestras manos con el puño cerrado (el pulgar en contacto con el cuerpo) en la “boca del
estómago” (medida del pulgar en vertical desde el Apófsis Xifoides hacia el ombligo) y la otra
mano encima.
• Una vez así, presionaremos con fuerza hacia dentro (hacia nosotros) y hacia arriba al mismo
tiempo, ejerciendo movimientos bruscos que repetiremos en series hasta que el objeto sea
expulsado por la boca de la víctima, o esta quede inconsciente.
PERSONA INCONSCIENTE:
• Tumbaremos al paciente en el suelo y ladearemos su cabeza y nos colocaremos a horcajadas
sobre él.
• Colocaremos el puño de una mano entre el final del esternón y el ombligo, apoyando la otra mano
encima, manteniendo los brazos estirados.
• Realizaremos las compresiones de forma enérgica, hasta conseguir extraer el cuerpo extraño; si
no lo notamos, cada 6-10 compresiones, revisaremos la boca del paciente por si estuviera dentro.
Precauciones para la realización de la maniobra de Heimlich
En el caso de personas obesas y mujeres embarazadas, no se deben realizar presiones abdominales por
la ineficacia en un caso y por el riesgo de lesiones internas en el otro. Por lo tanto esa “tos artificial” se
conseguirá ejerciendo presiones torácicas al igual que lo haríamos con el masaje cardíaco, pero a un ritmo
mucho más lento. En caso de pérdida de conocimiento, iniciaremos el punto anterior de la actuación ante
la obstrucción completa en el adulto.
En situación de inconsciencia se debe alternar la maniobra de Heimlich con la ventilación artificial (bocaboca), ya que es posible que la persona haya efectuado un para respiratorio fisiológico, por lo que
tampoco respirará aunque hayamos conseguido desplazar el cuerpo extraño.
APERTURA DE VÍAS AÉREAS
Si al acercar nuestra mejilla o el dorso de nuestra mano a la boca del herido, comprobaremos que no
respira (ASFIXIA), buscaremos la existencia de un posible cuerpo extraño.
Otra causa de la asfixia puede ser, la relajación de los músculos de la zona provocada por la inconsciencia
o coágulos por lesiones faciales.
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¿Qué hacer?
Enseguida y sin perder tiempo colocaremos al accidentado, sea traumático o no, en posición de decúbito
supino (estirado mirando hacia arriba) abriendo las vías aéreas.
En un inconsciente sobre todo si está tendido boca arriba, la lengua puede relajarse y caer hacia abajo,
dificultando o impidiendo el paso del aire hasta los pulmones.
Inclinaremos la cabeza hacia atrás; esto hará que la lengua se desplace hacia arriba, permitiendo el paso
del aire.
Elevación de la mandíbula: sujetando la lengua y la mandíbula, tirar de ellas hacia arriba y adelante.
Tripe maniobra: desplazar la mandíbula hacia delante, extraer hacia atrás y abrir la boca con ambos
pulgares.
Hiperextensión del cuello: presionar con una mano sobre la frente y levantar el cuello por la nuca,
evitando que la lengua obstruya la vía de entrada de aire. Esta técnica no se realizará si se sospecha que
existe lesión cervical
Si el lesionado continúa sin respirar, se procederá a practicar la Respiración Artificial.
PRESENCIA DE CUERPOS EXTRAÑOS
Así denominamos a cualquier cuerpo o sustancia que penetra en nuestro organismo a través de cualquier
de los orificios naturales del mismo (chicles, piezas dentarias, alimentos, etc.).
Garganta
¿Qué hacer?
•
Hay que procurar que la víctima tosa fuertemente para expulsar el objeto
•
Hacer doblarse a la persona sobre el respaldo de una silla y golpearle la espalda entre los
omóplatos (paletillas).
•
Buscar en la boca de la víctima con los dedos, intentando extraer el cuerpo extraño atorado, con el
dedo índice en forma de gancho.
En último caso, realizar la maniobra de Heimlich.
En caso de ser necesario, se iniciará la respiración artificial boca a boca y se procurará el traslado
urgente.
•
•
Nariz
¿Qué hacer?
•
No echar nada por la nariz
•
No dejar que la víctima se toque
•
•
•
•
No dejar que intente sonarse, ya que puede estallar el tímpano
No intentar extraerlo.
No introducir ningún objeto
Procurar la atención por un Otorrinolaringólogo (ORL)
Oídos
•
Salvo que sea muy fácil su extracción , no haga nada y avise al médico
Ojos
•
•
Solamente se deberán procurar extraer aquellas “motas” o “cuerpos extraños” que se encuentren
en el párpado, o entre el ojo y el párpado, pero nunca las que estén incrustadas en el ojo.
En los casos simples, hay que lavarse las manos primeramente, después se procurará mantener
los párpados abiertos sujetos por las pestañas y con una gasa limpia y humedecida, muy
suavemente intentar arrastrar la mota. Si en el primer intento no se consigue, es preferible no
volver a tocarlo, lavar el ojo con agua limpia, tapar con un apósito limpio y trasladar a un Centro
Sanitario.
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