Dip. Julián Angulo Góngora

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E
L ARTÍCULO
121
CONSTITUCIONAL EN EL CONTEXTO
DE UN NUEVO ORDEN JURÍDICO NACIONAL
Dip. Julián Angulo Góngora
PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE
GOBERNACIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
Señoras y señores:
En principio deseo agradecer la invitación de la Secretaría de Gobernación
para participar aquí con ustedes, en este evento de trascendental importan-
cia para el fortalecimiento del federalismo en México. Y si bien este encuentro
se ciñe específicamente al análisis de los mecanismos de consolidación del
Registro Nacional de Testamentos, que por si solo es interesante e impostergable su estudio, también es cierto que es parte de un todo para valorar
reformas legislativas que nos lleven a hacer vigente, eficiente y eficaz el
enunciado constitucional que establece que en cada Estado de la Federación se dará entera fe y crédito a los actos públicos, registros y procedimientos judiciales de todos los otros.
El motivo de mi intervención es provocar la reflexión de ustedes, de los
expertos en el derecho notarial y registral, para conseguir los elementos
que nos permitan avanzar hacia una reforma legislativa que nos lleve a
contar con una ley reglamentaria del artículo 121 constitucional, que implique
incluso tocar nuestra constitución, pero no con el prurito de presentar una iniciativa solo por participar, sino para entregar a gobernantes y a gobernados
un instrumento jurídico que sea viable y sea garante verdaderamente del
Principio de Seguridad Jurídica como lo expresaré en las conclusiones
de este trabajo.
Comparto con algunos estudiosos del derecho, el concepto de que, la
esencia de la garantía de propiedad privada está en la posibilidad de trascen1
der el patrimonio a favor de otras personas, y esta transmisión de los dere-
chos de propiedad pues podemos hacerla a través de contratos como la
compraventa, la permuta, la donación, etc., pero existe como sabemos, el
testamento, que es un acto que surte efectos por la ausencia del sujeto, es
decir mortis causa, situación ésta que nos obliga a ser especialmente
cuidadosos para brindar certeza y confianza a quienes lo utilizan, que
dicho sea de paso bueno sería promover una cultura del testamento, publicitando sus bondades y seguridad jurídica, haciéndolo asequible a la población toda.
En este orden de ideas permítaseme citar algunos antecedentes de la
propiedad privada y enunciar las características y efectos jurídicos del testa-
mento sin que pretenda hacer toda una disección de esta institución del
derecho civil, creo que nos resultará útil para explicar mejor el tema.
Como sabemos, los romanos concibieron a la propiedad como la
manera mas completa de gozar de los beneficios de una cosa. Estos bene-
ficios comprendían, la facultad de servirse de ella conforme a su naturaleza;
el derecho a percibir el producto de la misma; el poder de distribuirla y el
derecho a su reclamo de otros detentadores o poseedores. Por supuesto,
este derecho no podía ser absoluto, por lo que los romanos establecieron
algunas limitaciones en función del interés social. Pero en suma, la propiedad resulta ser el dominio que se ejerce sobre la cosa poseída.
Para Rojina Villegas, la propiedad es el poder que una persona ejerce en
forma directa e inmediata sobre una cosa, para aprovecharla totalmente
en sentido jurídico, siendo oponible este poder a un sujeto pasivo universal,
por virtud de una relación que se origina entre el titular y dicho sujeto.
De aquí que efectuado el acto de apropiación por cualquiera de los
medios consignados para ese propósito en la ley, el propietario goza y dispone de la cosa sin mas limitaciones que las previstas en las leyes.
Esta exposición doctrinaria y antecedentes, se materializan en nuestro
derecho positivo, cuando el artículo 27 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos en su primer párrafo establece que, la propie2
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Encuentro Nacional para…
dad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio
nacional, corresponden originariamente a la Nación, la cual ha tenido y
tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada.
Este tipo de propiedad ha sido reconocida como garantía en el curso
del constitucionalismo mexicano. Así, en los antecedentes de nuestra constitución también se ha privilegiado el derecho a la propiedad privada, lo
mismo en los textos constitucionales de 1824 y 1857 siendo una república
federal, como en la norma suprema de 1836 y 1843 con la figura de repú-
blica central. José María Morelos en los Sentimientos de la Nación, contundentemente expresaba: “Que a cada uno se le guarden sus propiedades y
respete en su casa, como en un nido sagrado, señalando penas a los
infractores” Ahora bien, debemos reconocer el alcance social que el texto
vigente da a la propiedad privada, a la que considera como un derecho
público subjetivo, ya no la adopta en un sentido clásico individualista, sino
por el contrario la reconoce como una propiedad limitada, derivada y precaria.
Pues bien, llegamos al punto en que una de las formas de poder trans-
mitir esa propiedad de la que he venido hablando, es el testamento.
El testamento es un acto jurídico y como tal crea, modifica o extingue
derechos y obligaciones. Es unilateral, personalísimo, revocable, libre y
formal y a través de éste, una persona física, capaz, dispone de sus bienes
y derechos y declara o cumple deberes para después de su muerte. Como
podemos darnos cuenta, es una Institución jurídica muy completa.
De aquí que debamos todos coadyuvar a promover una cultura del
testamento, como dije al principio, ya que desafortunadamente la nuestra
no es una cultura de prevención.
Con nuestra legislación vigente, con todas las bondades del testamento
y con las medidas administrativas para su registro, debemos estar ciertos
de que testando en Quintana Roo o en Sonora, se conozca y cumpla la
última voluntad del autor de la herencia. Y para conseguir esta seguridad
deben perfeccionarse las instituciones e instrumentos jurídicos.
Conferencia M…
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En la radicación de un procedimiento Sucesorio, el Juez o el Notario,
en su caso, manda pedir informes al Archivo General de Notarías y al
Registro Público de la Propiedad sobre la posible existencia de un testamento, pero lo hace en la entidad federativa de su residencia y en el mejor de
los casos, en las entidades donde se presume pudo el Autor de la Sucesión
haber dejado disposición testamentaria. A finales del año 2000, se da un
avance al conjuntar esfuerzos la Secretaría de Gobernación, la Asociación
Nacional del Notariado Mexicano y el Colegio de Notarios del Distrito
Federal, se promueve y consigue la creación de la Dirección del Registro
Nacional de Testamentos, que depende de la Dirección General de
Compilación y Consulta del Orden Jurídico Nacional de la Secretaría de
Gobernación.
De esta manera la información se concentra en un banco de datos
operado por un órgano de gobierno de la federación, ya que las entidades
federativas están comprometidas a remitir periódicamente la información
que corresponde a los testamentos, pero este compromiso de los Estados
y del Distrito Federal tiene como origen la celebración de convenios de
coordinación que han venido operando sustentados en la voluntad política
de las entidades federativas, cuando la mejor fuente de esta obligación,
debe ser la ley.
Así llegamos al artículo 121 constitucional que establece la facultad y
también la obligación del Congreso de la Unión para legislar, estableciendo
la manera de probar los actos públicos, los registros y los procedimientos
judiciales y los efectos de éstos, cuando celebrados en un Estado de la
Federación debe concedérseles entera fe y crédito en todos los otros.
Ahora bien, esta facultad del Congreso General tiene un imperativo que
deberá satisfacerse al expedir la legislación secundaria, imperativo que le
impuso el constituyente de 1917 y que consiste en sujetarse a las bases
siguientes:
a)Las leyes de un Estado solo tendrán efecto en su propio territorio, y por
consiguiente, no podrán ser obligatorias fuera de él.
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Encuentro Nacional para…
b)La segunda de las bases que establece el precepto sujeto a estudio, consiste en determinar que los bienes muebles e inmuebles se regirán por
la ley del lugar de su ubicación
c)La tercera base que debe observarse en la expedición de la ley, se refiere a las sentencias pronunciadas por los tribunales de un Estado.
En la primera vertiente se refiere a los derechos reales o a los bienes
inmuebles ubicados en otro Estado diferente del que emitió la resolución, y
dice que estas sentencias solo tendrán fuerza ejecutoria en un Estado
distinto, cuando así lo dispongan las leyes de esta entidad.
En la segunda hipótesis se habla de las sentencias sobre derechos
personales, estableciendo que sólo podrán ser ejecutadas en otro Estado,
cuando la persona condenada se haya sometido expresamente o por razón
de domicilio, a la justicia que las pronunció y siempre que haya sido citada
personalmente para ocurrir a juicio.
Y por último, las fracciones IV y V del artículo 121 establecen como
imperativo, que los actos del estado civil ajustados
a las leyes de un
Estado tendrán validez en los otros; y los títulos profesionales expedidos
por las autoridades de un Estado, con sujeción a sus leyes, serán respetados en los otros.
En este supuesto vale la pena mencionar un ejemplo en el que la legis-
lación del Estado de Tamaulipas establecía el matrimonio por equiparación,
que lo hacía consistir en la unión sexual continuada de un solo hombre y
una sola mujer, La Suprema Corte de Justicia de la Nación concluyó que el
precepto es inconstitucional por ir en contra del contenido de la fracción IV
del artículo 121 de la Constitución, al no poder tenerse por acto relativo al
estado civil un matrimonio por equiparación.
Como podemos darnos cuenta, el escenario jurídico a cubrir por una
nueva legislación es amplísimo y muy necesario.
El artículo 121 constitucional tiene antecedentes sui géneris, veamos:
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Los tratadistas nos dicen que su texto, el del párrafo primero, es una
copia fiel del texto establecido en la sección 1 del artículo IV de la Constitución de los Estados Unidos de América, que dice que se dará entera fe y
crédito en cada Estado a los actos públicos, registros y procedimientos judi-
ciales de todos los demás. El Congreso podrá prescribir, mediante leyes
generales, la forma en que dichos actos, registros y procedimientos se probarán y el efecto que producirán.
Hablar de este texto, es hablar del federalismo, por eso mi cita al prin-
cipio de la exposición. Vamos brevemente a hablar del proceso histórico de
los vecinos del norte como un modelo del sistema federal e inmediatamente
del nuestro.
Las trece colonias independientes asentadas en el territorio que ocu-
pan los Estados Unidos de América, no tenían problemas ni estaban unidas
entre sí, hasta que el Parlamento y la Corona Británica emitieron disposiciones de carácter tributario que afectaron a los colonos, como fueron la
Ley del Timbre, y la del Té, que fueron expedidas sin la intervención de los
contribuyentes de las colonias de América.
Como consecuencia, los colonos salen a la calle a protestar por los
impuestos y exigen a la Corona y al Parlamento que se tome en consideración a los contribuyentes. Con este incidente arranca la trayectoria inde-
pendentista de los Estados Unidos de América y se convoca al primer congreso que habrá de desembocar en la propuesta de confederación, misma
que como sabemos fracasa por las fuertes raíces localistas y regionalistas
de las colonias.
Finalmente se llega a la formulación jurídica del federalismo como fór-
mula de distribución de facultades entre la federación y las entidades fede-
rativas, logrando un equilibrio de pulcritud política, en donde el órgano federal tiene las facultades suficientes para realizar sus funciones sin sofocar a
las entidades federativas.
Madison en la obra El Federalista, al estudiar las facultades que las
partes han transferido al órgano central o federación, las agrupa y, entre
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ellas incluye a las facultades para el bien de la Unión entre la federación y
sus partes, mencionando al efecto las necesarias para el debido crédito de
los actos, sentencias y registros públicos que se realicen en una de las entidades, para que sean debidamente aceptadas en las demás.
Veamos ahora nuestra evolución histórico-jurídica. Al constituirnos como
Nación y darnos nuestra primera constitución, la de 1824, su artículo 145 tenía
un texto idéntico al de la constitución norteamericana; en la Constitución de
1842 durante el régimen centralista se establecía un texto igual, sólo adicionando los procedimientos de otras autoridades distintas a las judiciales; La
Constitución de 1857 adoptó el contenido de la de 1824, aunque no textual-
mente; y finalmente en la Constitución de 1917 se aprobó el texto que
corresponde al artículo 121 y así se ha mantenido hasta la fecha. Llama la
atención que se aprobó sin discusión, aunque por unanimidad de votos.
Conclusiones
Concluyo con un texto con el que estoy totalmente de acuerdo: La Constitución debe prever normas que regulen el ejercicio del poder autónomo de
los Estados miembros, con vista a obtener un resultado armónico, manifestaciones de unidad, garantía de equilibrio y base de seguridad y facilidad en
las relaciones en que varios Estados intervienen. De ahí que formulo la
siguiente propuesta que hoy comento con ustedes y que formalizaré ante
la Cámara de Diputados en términos del artículo 71 constitucional.
Propuesta para reformar el artículo 121 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos.
PRIMERO.- Atendiendo al Estatuto jurídico que actualmente corresponde al
Distrito Federal, reformar el primer párrafo del artículo 121 constitucional
para incluir al Distrito Federal, que no siendo un Estado libre y soberano
debe estar considerado en este precepto para estos efectos, con la naturaleza jurídica que le conceden los artículos 44 y 122 de la Constitución.
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SEHUNDO.- Adicionar una fracción VI al artículo 121 constitucional, a fin
de determinar expresamente la creación de un registro nacional de testamentos, así como este precepto considera de manera especifica y muy concreta,
tanto a los actos del registro civil, como a los títulos profesionales.
TERCERO.- Tocando la constitución por motivos sustantivos, podemos
aclarar gramaticalmente su texto en el mismo artículo 121, para que diga:
En cada Estado de la Federación se dará entera fe y crédito a los actos
públicos, a los registros y a los procedimientos judiciales de todos los otros.
Es decir adecuar gramaticalmente la redacción para evitar interpretaciones
diversas, pues en la actual puede entenderse que los actos y los registros
deben ser judiciales, como lo son los procedimientos.
CUARTO.- Expedir la Ley reglamentaria del artículo 121 de nuestra
Constitución.
POR
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SU ATENCIÓN, GRACIAS
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