Tema: ARTE PALEOCRISTIANO Y BIZANTINO

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© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido Tema: ARTE PALEOCRISTIANO Y BIZANTINO ARTE PALEOCRISTIANO ARTE BIZANTINO 1.-­‐ Contexto Histórico 1.-­‐Contexto Histórico 2.-­‐ Características generales 2.-­‐Características Generales 3.-­‐Una arquitectura al servicio del culto 3.-­‐La Arquitectura: Santa Sofía -­‐La Basílica Paleocristiana. Partes y características 4.-­‐El Mosaico -­‐Otros edificios 4.-­‐Iconografía EL ARTE PALEOCRISTIANO 1.-­‐CONTEXTO HISTÓRICO. Tras el Edicto de Milán en el año 313, la religión cristiana1, va imponiéndose en el Imperio. En el año 391 el Edicto de Tesalónica del emperador Teodosio declaró al cristianismo religión oficial del Imperio. A partir de este momento las obras en Roma tratan principalmente temas religiosos –las paganas fueron destruidas posteriormente. Este primer arte PALEOCRISTIANO –cristianismo antiguo-­‐, aportará su simbología, doctrina, temática y usos litúrgicos al modo de hacer romano –de ahí el otro nombre de arte TARDORROMANO, el cual comprenderá el área del antiguo imperio romano occidental hasta mediados del siglo VIII dC. La crisis del siglo III dC y las inva-­‐
siones de los pueblos bárbaros de esta área del mediterráneo produ-­‐
cirán una intensa ruralización que acabará desplazando al campo toda actividad económica. Es el inicio del feudalismo medieval. Esta decadencia se trasladará al arte que perderá la magnificencia, grandeza técnica y la temática del arte romano anterior. Así, en la zona del desaparecido Imperio Romano Occidental, a partir del siglo V dC. las amplias basílicas del bajo Imperio, ahora reconvertidas, en Iglesias, empequeñecerán, los desnudos paganos se destruirán, y los temas serán los de la doctrina cristiana. 2.-­‐CARACTERÍSTICAS GENERALES • Copia de los modelos arquitectónicos paganos como la Basílica o los templos circulares, pero adaptándolos al uso litúrgico cristiano • Importancia de la cultura funeraria como corresponde a la creencia en el dogma de la resurrección de los muertos y a la tradición etrusca. • Estamos ante un arte muy simbólico que transmite (función peda-­‐
gógica) a través del arte el dogma cristiano. Se explica así la prolife-­‐
ración de pinturas y mosaicos que “enseñan” la nueva fe. 3.-­‐UNA ARQUITECTURA AL SERVICIO DEL CULTO. En los primeros siglos de persecuciones, los cristianos celebraban sus reuniones o ágapes en las viviendas de los fieles y enterraban a sus muertos en las catacumbas, antiguas canteras abandonadas (de ahí la gran cantidad Catacumbas. Enterramiento con pinturas de galerías). A veces sus pasillos estrechos, flanqueados por los enterra-­‐
y arcosolio 1 El cristianismo, basado en la doctrina de Jesús, personaje histórico nacido en el año 4 aC –error de cálculo atribuido al monje Denis el pequeño, es una religión de raíz judaica, monoteísta, con origen en Palestina, basado en dogmas o creencias de fe, un sentido trascen-­‐
dente de la vida terrenal y con un complejo código de conducta, castigos y recompensas para el creyente. 1
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido mientos, se abrían en pequeñas salas o cubículos en el que se realizaban los ritos funerarios. Si la tumba era de un personaje importante para ellos, el espacio para el féretro se podía decorar dándole forma de arco, entonces se lla-­‐
maba arcosolio. La basílica paleocristiana. Con la legalización del cristianismo hay que buscar un amplio espacio como lugar de culto. La basílica romana por su amplitud y por no haber sido usada por otras religiones será el elegido. Siguiendo el modelo pagano, se empezaron a construir las primeras grandes basílicas en Roma como la de San Juan de Letrán y la de San Pedro del Vaticano, ambas del siglo IV y la última desaparecida para la construcción de la actual catedral de S.Pedro. Su estructura define las pautas generales que seguirá la arquitectura cristiana hasta el siglo XIX. Del siglo V es la Basílica de Santa Sabina Partes y Características Los cristianos copiaron el edificio al que adjudicaron nuevo uso y simbología. o La planta es rectangular de 3 o 5 naves (siempre impar) longitu-­‐
dinales a las que se añade un transepto o nave transversal que precede al ábside y cuyos brazos sobresalen del cuerpo del edifi-­‐
cio. Es el precedente del transepto medieval y de la planta de cruz latina. En las naves se reparten, separados los hombres de las mujeres, rígidamente organizados según su grado de conoci-­‐
miento de la Iglesia. La cubierta es adintelada con dos vertientes (dos aguas) de madera. El interior se adorna con casetones cua-­‐
drados. La fachada es un muro plano con frontón de remate. Las paredes interiores suelen estar re-­‐
cubiertas de pinturas y/o mosaicos. Las líneas interiores del edificio dirigen la mirada hacia el ábside. o El prebisterio y/o cabecera, lugar donde se halla el altar y se oficia el culto, se define mediante un ábside semicircular enmarcado por un arco de medio punto a modo de arco triunfal (simbolismo del triunfo de la Iglesia) o A los pies del ábside y en una plataforma elevada o tarima se sitúa el altar (ara sacra) y sobre él un baldaquino. El trono (cáthedra) del obispo preside la escena rodeado de un banco corrido o solea para el resto del clero (antecedente del coro) La entrada, opuesta a la cabecera, está precedida por un atrio seguido por un nártex o ves-­‐
tíbulo, donde se sitúan los catecúmenos (fieles no bautizados). Otros edificios Otras formas de construcción paleocristiana adoptadas de los edificios romanos fueron los baptisterios (para bautizar) como el de San Juan de Letrán en Roma y el de los Ortodoxos en Rávena. Su planta es octogonal (número 8 asociado a la resurrección, después del 7) con parte central separada del deambulatorio por me-­‐
dio de columnas. En el centro destaca la cisterna (después pila) para el bautismo. Otra construcción es la Tumba o Mausoleo. También tienen un plano central que derivan de los mausoleos romanos. Su objetivo es albergar el sepulcro. Un ejemplo es el Mausoleo de Santa Constanza, realizado por Constantino para enterrar a su hija. Su nave central se separa del deambulatorio por pares de columnas, en el muro se abren nichos y el techo está cubierto de mosaicos (recuerda los antiguos templos paganos de planta circular o tholos. Una variante de los mausoleos son los Martyria, iglesia-­‐ sepulcro erigidas en honor de un mártir y que tam-­‐
bién tienen planta central. En Jerusalén mandó construir Constantino un recinto en el que se fundían la basí-­‐
lica y el martyria, precisamente en el mismo sitio donde, presuntamente, se efectuó el entierro de Cristo (la basílica del Santo Sepulcro). Se trató de un edificio circular con corona de columnas en el interior y con la 2
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido tumba en el centro. Esta parte se llamó anastasis que significa resurrección. Esta rotonda inspiró a los mu-­‐
sulmanes cuando edificaron la Mezquita de Omar, partiendo de la roca del sacrificio de Isaac, en Jerusalén. Basílica de Sta. María la Mayor 432 dC. Baptisterio de S. Juan de Letrán s.IV dC Santa Constanza. 354 dC. Martyria 4/ LA ICONOGRAFÍA DEL PRIMER CRISTIANISMO. PINTURA y ESCULTURA •
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La iconografía escultórica es víctima también de la tradición judaica que prohíbe la representación de la divi-­‐
nidad. Por eso, hasta bien entrado el siglo IV, no va a haber escultura de bulto redondo que represente a Cristo. Se le representará mediante símbolos: el pez, el crismón, alfa y omega, etc.. Sin embargo en los sarcófagos se mantiene la línea escultórica romana siendo a veces imposible distinguir unos de otros. En estos sarcófagos se siguen esculpiendo relieves con los nuevos temas cristianos. La pintura al fresco pierde progresivamente importancia para acogerse al más duradero y refinado mosaico. Las escenas están tomadas indistintamente de Viejo y del Nuevo Testamento, siempre con las figuras hu-­‐
manas en claro protagonismo sobre un paisaje esquemático y accesorio. Aparece toda la simbología propia del cristianismo, el cordero, el buen pastor (cristóforo?) , el pantocrátor, el pez, etc.. Las formas compositivas serán jerarquizadas (importancia por tamaño) y simétricas, con frontalismo para las figuras importantes y rostros hieráticos e inexpresivos en señal de respeto hacia ellos. Catacumba Mayor de Roma. Pintura Mosaico del Buen Pastor. S.V Mausoleo de Gala Placidia Adan y Eva El CRISMON Sarcófago con temas de la Pasión , ya con señales inequí-­‐
vocas cristianas como el CRISMON El buen Pastor Noé y Moisés. R 3
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido EL ARTE BIZANTINO 1.-­‐CONTEXTO HISTÓRICO. La crisis general que el Imperio Romano atraviesa en el siglo III había llevado a la fragmentación del poder político y a la aceptación de algunos intrusos dentro de los “limes”. Al mismo tiempo, la distinta estructura económica de las regiones occidentales y de las orientales, hacía cada vez más visibles las diferencias entre ambas, poniendo de relie-­‐
ve la superioridad de Oriente. Al convertir Constantino la antigua ciudad de Bizancio en la capital del Imperio Orien-­‐
tal en el año 330, razón por la que toma el nombre de Constantinopla, no hace sino culminar un proceso que asegu-­‐
raba la pervivencia del Imperio de Oriente a la caída del sector occidental y de su capital pagana Roma. La separación de ambas partes del Imperio se consumará a la muerte de Teodosio en el 395, quedando la parte Occidental para Honorio y la Oriental para Acadio, naciendo así la historia del Imperio Bizantino. • La primera etapa del Imperio comprende del 395 al 850 y en este periodo destaca el reinado de Justiniano (527-­‐565) y el siglo de oro del arte (VI dC), quien intentó reconstruir el Imperio Romano, aunque sus con-­‐
quistas en el Mediterráneo sólo se mantuvieron un breve tiempo. Los fundamentos de la cultura bizantina serán: el derecho y la administración romana, el idioma, el arte y las letras griegas y las creencias y cos-­‐
tumbres cristianas. Desde el punto de vista del poder político, se va consolidando la posición autocrática del emperador con intervención en los asuntos religiosos: cesaropapismo2. Poco a poco la personalidad bizan-­‐
tino-­‐oriental se consolida y el griego desplaza al latín y las diferencias religiosos con Roma son cada vez ma-­‐
yores. En el 726 León Isaurio dicta la prohibición de exhibir y reproducir imágenes (periodo iconoclasta), postura que sólo cesará con el levantamiento de tal prohibición por la emperatriz Teodora en el 843, permi-­‐
tiendo de nuevo el culto a las imágenes. • La segunda etapa, segunda edad de oro, va del 850 al 1056 y es una etapa de triunfos militares y de expan-­‐
sión hasta el Danubio y el Adriático. La dinastía macedónica construye una etapa de esplendor, reforzando a la vez el poder absoluto de la monarquía y apoyando un arte estatalista y propagandístico. Evolución Imperio Bizantino •
La tercera etapa va del 1056 al 1453 y es una larga fase de decadencia donde el proceso de feudalización y el incremento del latifundio va minando el poder del monarca, a la vez que, ante esa debilidad, el imperio es atacado por normandos, venecianos, cruzados y turcos. Las diferencias religiosas con Roma llegan hasta el 1054 donde se produce un cisma, el llamado Cisma3 de Oriente, entre el Obispo de Constantinopla y el de Roma. Surge así el cristianismo ortodoxo. Esto convierte al bizantino en infiel, al católico en perseguido dentro de Bizancio y por eso Venecia y los cruzados tienen una excusa para el ataque y el saqueo, aunque lo fundamental era la causa económica. Y así llegamos hasta el año 1453, cuando la ciudad de Bizancio y lo que quedaba de su imperio, cae bajo el dominio turco. 2
Sin ser considerado Dios, el emperador interviene en asuntos religiosos y es la verdadera autoridad religiosa aunque, formalmente, el jefe de División de la Iglesia
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© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido 2.-­‐CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL ARTE BIZANTINO • El arte Bizantino puede considerarse como una síntesis del arte de la Roma clásica (sobre todo en la prime-­‐
ra etapa), de las creencias cristianas y de las culturas griegas y oriental. Sus manifestaciones artísticas más brillantes serán la arquitectura y el mosaico. • Todo el arte, especialmente la arquitectura y el mosaico evocan la magnificencia y el lujo y la grandeza de la Iglesia y el Emperador. • Las manifestaciones arquitec-­‐
tónicas y artísticas del arte bizantino se benefician del enriquecimiento de monasterios e iglesias debido a los numerosos peregrinos atraídos por las reliquias santas e iconos4 milagrosos que custodiaban (recordar la compe-­‐
tencia y caso de Santiago de Compos-­‐
tela y los números “lignum crucis”). El contrarresto • La arquitectura bizantina aportará nuevos modelos constructivos y tipologías como el contrarresto y la pechina y la proliferación de bóvedas y cúpulas. Abrirán los edificios a la luz exterior. • La escultura, magnífica en trabajos de orfebrería y marfil, se dedica a la glorificación del emperador o de altos cargos religiosos y políticos. • El conjunto de artes pictóricas –pintura mural, sobre madera (iconos) y mosaico-­‐ tuvieron gran presencia excepto en el periodo iconoclasta (s. VIII-­‐IX). La producción pictórica aparece vinculada al ámbito religioso. 3.-­‐LA ARQUITECTURA Las mejores aportaciones del arte bizantino se dan en arquitectura y, sobre todo, en la solución que dan al sostenimiento de las bóvedas. Superando las soluciones romanas, combinan espacios cuadrados con bóvedas curvas a través de pechinas (triángulos esféricos), contrapesan grandes cúpulas con medias cúpulas, con contrafuertes y con muros más gruesos. La multiplicación de cúpu-­‐
las sobre pechinas parece ser a veces el fin fundamental de los edificios. El concepto de espacio también es diferente: más unificado y centralizado, con planta de cruz griega, grandes espacios curvos bajo cúpulas o bajo bóvedas en Planta basilical bizantina las basílicas. Es un espacio grandilocuente que sirve 1,2 Á
bside, Bema (prebisterio) con para magnificar y engrandecer al Dios -­‐ Emperador. iconostais 3,4.Protesis: vestuario y ofrendas El capitel bizantino tiene dos cuerpos, el inferior 7. Nártex 8.Torres con decoración vegetal y que se denomina pro-­‐
piamente capitel y el superior o cimacio que puede ser liso o decorado con temas bíbli-­‐
cos. La piedra y el ladrillo usados como materiales son cubier-­‐
tos con desigual riqueza según se trate de interiores o exteriores. En interiores el mosaico recubre de forma con-­‐
tinua las paredes, mientras que la decoración exterior no es importante hasta llegar a los últimos siglos. El lujo orna-­‐
Capitel Bizantino, con Cimacio mental oriental se va apoderándose de todos los ámbitos y de San Vital en Rávena el oro, la cerámica vidriada y el brillo característico del mundo islámico viste los edificios La basílica bizantina introduce algunos cambios con respecto a la paleocristiana: El atrio Planta Cruz Griega de S. Marcos de Venecia. S. XI dC 4
Pintura sobre madera o metal de santos o personajes de la historia sagrada. 5
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido antiguo queda reducido a un pórtico adosado en la fachada mientras que surge un Nártex en la entrada para los catecúmenos que sólo podían asistir hasta una parte de la misa. La iconostasis es una cancela perforada por vanos y repleta de iconos. Puede ser de madera o de obra y separa el espacio de los fieles y el del presbiterio (los fieles nunca ven al sacerdote). Se desarrolla también la tribuna o segunda planta de las naves laterales, abierta por arcos a la nave central, será el precedente del triforio gótico y servía para alojar a las mujeres. La extraordinaria importancia estratégica de Bizancio, junto al estrecho del Bósforo y llave de la ruta entre el Medi-­‐
terráneo y el Mar Negro, con el añadido de poseer un puerto natural fácilmente defendible, todo ello decidió a Constantino para hacerla capital del Imperio y a dotarla de edificios apropiados, avenidas, foros, hipódromos, el pa-­‐
lacio imperial ya desaparecido y la basílica de Santa Sofía. Esos son los elementos que conforman la capital con la corte más lujosa y el esplendor cultural más importante de toda Europa durante mil años. La Basílica de Santa Sofía es la obra más importante de la etapa justiniana, el marco adecuado al solemne ceremonial políti-­‐
co-­‐religioso en el que queda a salvo el poder teocrático del emperador, a la vez que catedral de los patriarcas, escenario de los actos estatales y centro espiritual del Imperio. Se construyó entre el 532 y el 537, siendo reconstruida en el 562, tras su prematuro hundimiento por culpa de un terremoto en el 558. Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto la levantaron en tan sólo cinco años y se dedicó a la Sabiduría Divina. La iglesia de Santa Sofía se separa de la tradición basilical romana para buscar conceptos espaciales más griegos. La nave central tiene 33 metros de anchura y el núcleo básico es un gran cuadrado, en el que cuatro enormes pilares sostienen la monumental cúpula de 31 metros de diámetro y 55 de altura. Lo original es que esta cúpula no se apoya en un muro circular sustentante (Panteón de Agripa) sino sobre cuatro pechinas que sirven de enlace a la planta cuadrada. La cúpula aloja hasta cuarenta ventanas que se sitúan en su arranque y con el fin de aligerar su peso se utilizaron tejas blancas y es-­‐
ponjosas fabricadas en Rodas. El empuje lateral de esta gran cúpula se contrarresta a este y oeste con semicúpulas cada vez más pequeñas y más bajas, sostenidas por pilares que, a su vez, se contrarrestan con tres nichos abiertos entre ellos. Se lo-­‐
graba así un pleno equilibrio con tensión contrapuesta de bovedajes en descenso. En los otros dos lados, al norte y al sur, dos naves laterales abovedadas en medio cañón contrarrestan a la central. El interior del templo es enorme, amplio y despejado y unificado. Las paredes de ladrillo (como los arcos y las bóvedas) se hallaban recubiertas al interior con dorados y majestuosos mosaicos que reciben el impacto de la luz y producen un efecto y un ambiente sobrenatural. Hoy han desaparecidos casi todos bajo las epigrafías islámicas, al igual que los contrafuertes exteriores y los cuatro minaretes que también son turcos. Un gran número de vanos perfora la cúpula central así como las bóvedas de cuarto de esfera, produciendo una iluminación que agranda todavía más el espacio. Bajo las arcadas se accede a los presbiterios, los cuales tienen encima unas tribunas que se abren al espacio central a base arquerías. Santa Sofía! La expansión mediterránea de Justiniano posibilitó la grandeza de Rávena en Italia, en la que se da un conjunto mo-­‐
numental bizantino de gran belleza. Entre las iglesias destaca San Vital (538-­‐547), de planta octogonal como los bap-­‐
tisterios bizantinos que seguirán construyéndose en Italia hasta el Renacimiento. Esta iglesia contiene la más impresionante colección de mosaicos de todo Bizancio. 6
© Reme Serrat Benlliure / Ildefonso Suárez Garrido San Vital de Rávena 4.-­‐EL MOSAICO A diferencia del arte romano que colocaba el mosaico en los pavimentos, el arte bizantino, en su deseo de riqueza recubre los muros y bóvedas de mosaicos de gran colorido y exquisita finura. Suelen representar a las figuras con un carácter rígido e inmaterial, casi hierático, con una disposición simétrica, una gran luminosidad en un intento de plasmar lo sobrenatural. Toda la decoración mural de una iglesia se ajusta a un esquema teo-­‐
lógico que sitúa a las figuras en uno u otro lugar según su mayor o menor importancia, es decir, según su jerarquía. El Pantócrator (Jesucristo) va siempre en las zonas más elevadas y en el centro de las semicúpulas del ábside, después viene la virgen, después el coro de santos y ángeles. El emperador llega a ser tan reverenciado den-­‐
tro del templo que muchas veces se confunde con la figura de Cristo, aunque nunca se le sitúa en el ábside, lugar dedicado a Cristo o la Virgen. Ábside San Apolinar in clase. Rávena Las figuras se dispersan sobre la superficie con la intención de ocu-­‐
par todo el espacio (horror vacui) y adaptándose a las rectas o curvas de la arquitectura. La luz da forma a los cuer-­‐
pos, pero no forma un ambiente de escena, que se desarrolla en un marco idealizado y lujoso (dorados) que refleja el lujo y/o el paraíso. En los mosaicos del presbiterio de San Vital resplandecen los paneles que representan a Justiniano con su séquito y a su esposa Teodora con el suyo. Los dos séquitos llevan ofrendas al templo y sus figuras son firmes, hieráticas, im-­‐
ponentes y parecen transcender los límites de lo mortal. Es frecuente encontrar a las figuras importantes, además de en el centro, un poco más altas que las demás para que no quede lugar a dudas de quién es el personaje principal. Adoración Reyes Magos. S. Apolinar. Emperador Justiniano y su séquito Emperatriz Teodora. S. Vital. Rávena 7
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